LIC. VIOLETA GALVÁN ORTIZ

ORIGEN DEL GÉNERO DRAMÁTICO

El teatro clásico griego tiene como primer marco de representación cualquier lugar cercano al altar de Dionisos, dios del vino y la fecundidad.

Eran en las fiestas dionisiacas o bacanales, en las cuales los hombres se cubrían con pieles de macho cabrío, cantaban y bailaban.

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Debido el éxito que estaban tomando estas manifestaciones literarias y religiosas se comienzan a construirse las primeras edificaciones destinadas a la representación.

Eran construcciones de piedra semicirculares asentadas en la falda de una colina.

Los cantos eran dirigidos por un corifeo.

El lugar de la representación se encontraba en la parte inferior de la construcción. La orquesta estaba destinada a los danzantes y tenía una fo4rma circular interrumpida por el escenario.

El escenario era normalmente de madera y se elevaba tres o cuatro metros sobre la orquesta.

Para lograr unas efectos especiales se utilizaban ganchos, poleas y plataformas.

En el teatro romano se produce la ampliación del escenario a costa de la orquesta, que pierde importancia.

Gracias al impulso de la liturgia católica, el teatro reaparece como conmemoración divina a los altares de las iglesias.

Se representaban pasajes de la Biblia relacionados con festividades religiosas (principalmente Navidad y Semana Santa).

Durante el Renacimiento italiano se retoma a los grandes dramaturgos grecolatinos.

El arte teatral se vuelve a desarrollar y en las representaciones se incorporan decoraciones pintadas, además de una pared al fondo del escenario con puertas y ventanas que servían como tales o como árboles o montañas, según las necesidades de la obra en cuestión.

En España aparecen los corrales de comedia, patios de vecinos en los que, de manera más o menos habitual, se realizaban representaciones.

De pie o sentados, delante del escenario, se encontraban los hombres pertenecientes al pueblo llano. En loas graderías laterales se situaban los espectadores de más categoría social, sentados. Frente al escenario, en el primer piso de la galería, se encontraba la cazuela, ocupada por las mujeres, y en el segundo piso, la tertulia, donde se situaban los religiosos y los hombres de letras.

Poco a poco se fueron perfeccionando los espacios escenográficos. A finales del siglo XVIII el teatro posbarroco se mostraba espectacular en cuanto a efectos y decorados, aunque vacío de contenidos.

Durante la primera mitad del siglo XX se producen las innovaciones técnicas más importantes, con la incorporación definitiva de los efectos de luces y el perfeccionamiento del sonido.