Libro Planificacion Del Entrenamiento Deportivo

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    Todos estos modelos, guiados por la linealidad y afn por cuantificar, sustentados sobrelos deportes individuales y en concreto por el desarrollo de las capacidades condicionales,no acaban de satisfacer las demandas exigidas por el ftbol y su modelo competitivo, yaque no han sido construidos sobre su lgica y esencia, impidiendo de esta forma la tandeseada y perseguida transferencia positiva entre el entrenamiento y la competicin.

    Macrociclos, Mesociclos, Microciclos, porcentajes, volmenes, cargas, intensidades,todos ellos forman parte del peligroso juego de tener el control sobre todas las cosas, uto-pa inalcanzable como nos demuestra la vida constantemente, y que no hace ms queautolimitarnos al restringir la amplia y variada condicin del juego y de sus participantes.

    Afortunadamente, poco a poco, y gracias al maestro Seiru-lo, nos hemos ido dandocuenta que los verdaderos participantes y condicionantes del juego, son los jugadores, yque como personas que son, responden a las leyes de las estructuras hipercomplejas enlas que conviven multitud de estructuras, indivisibles e incapaces de desarrollarse las unassin las otras.

    Aleatorios en sus actitudes y comportamientos, incontrolables, impredecibles como eljuego, los jugadores y sus peculiaridades contextuales, nos invitan a romper con nuestracodicia por el control absoluto de todas las cosas, con los trabajos reductores descontex-tualizados, con los porcentajes de carga (80%?, y la competitividad? ,y el rbitro?, ymi estado de nimo?, y el compaero/rival?, y el entrenador?, no influyen estos en lacarga?), con la previsin milimtrica a muy largo plazo (personalmente me echo las manosa la cabeza cuando se me asegura y garantiza que el equipo, estar en un nivel X, en unmomento T, y que debido a esas condiciones Z deberemos de trabajar de esta maneray todo con 3 meses de antelacin!) y con todas aquellas formas puestas en prctica porla totalidad de nosotros en los primeros equipos de ftbol en los que trabajamos.

    Desde aqu, se opta por un modelo de planificacin en el que la competicin y el juga-dor sean el principio y el final de la propia metodologa, que se ajuste al cambio, que inter-

    acte con el momento de cada jugador, que como nos dice Seiru-lo, de mayor importan-cia a la perspectiva del presente que a la del futuro, esto es, al estado de forma cambian-te del jugador, porque hay que planificar, pero en un espacio breve de tiempo, hasta quehaya que volver a observar y volver a planificar.

    De todos modos, y a pesar de lo expuesto, se unan o se alejen en mayor medida a estaidea, tengan por seguro que siempre habr equipos que ganen entrenando de muy diver-sas maneras, incluso haciendo todo lo contrario a aquello que desde aqu se est defen-diendo, entonces?, he aqu lo bonito de este deporte y de su entrenamiento. Si el ftbolo su entrenamiento respondiesen a una ciencia exacta, perdera su atraccin, estara con-denado a la desaparicin. Todos los modelos de planificacin gozan de fragilidad, y si esta-mos convencidos de que nuestra manera de trabajar ya es perfecta y de que entre nues-

    tros entrenamientos y resultados existe una relacin causa efecto demostrable y exacta,nos estaremos engaando a nosotros mismos. Si mi equipo gana 0 a 1 en el minuto 89con gol de larga distancia, y quiero pensar que esto ha sido debido a que esa semana enparticular trabaj la fuerza de cuadriceps y su transferencia con el disparo a larga distan-cia, pues bien, si quiero sentirme reconfortado y cmodo, lo acepto, pero repito, nos auto-engaamos, y consecuentemente, nos autolimitamos.

    Personalmente, todas mis planificaciones han sido diferentes. En primer lugar, porquetodas me han dejado insatisfecho al haber mucho que desconozco y no controlo, y ensegundo lugar pero no menos importante, porque como ya hemos sealado reiteradasveces, no existen dos contextos iguales, ni tan siquiera muy similares, pues cada uno tieneinteracciones propias fruto de sus interrelaciones nicas. Consecuentemente, todos losaos me toca reajustar/cambiar/eliminar/aadir todos y cada uno de los pasos dados a la

    hora de construir la planificacin que ms se adapte a mi contexto particular y temporal.

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    Cmo lo hago por tanto?, para empezar, y siguiendo a Javier Miano, Ramn Orellana,Arjol, Juan Torrijos.., todos ellos preparadores fsicos de alto nivel en nuestro pas, coincidocon estos en que previamente al desarrollo de la planificacin en s, debemos conocer, teneren cuenta y analizar, una serie de aspectos relativos a nuestro entorno deportivo que con-dicionarn el futuro de todas nuestras decisiones:

    - Historia, tradicin y filosofa deportiva del club.- Medios humanos: Saber lo que quiere el entrenador, coordinacin con cuerpo tc-

    nico, conocimiento de plantilla..etc..- Disponibilidad de medios materiales en el club: Instalaciones, materiales..etc.- Conocer los objetivos de la temporada: A qu aspiramos?, A dnde podemos llegar?- Tener en cuenta el calendario competitivo: Densidad de partidos.- Distribucin del tiempo de trabajo: Tipo de microciclos, utilizacin de periodos ms

    amplios...- Modelo/Mtodos de entrenamiento a utilizar.- Estilo de direccin y relacin con los jugadores.- Dificultades previstas o imprevistas que nos puedan surgir.

    Una vez controlados, determinados y adecuados todos estos aspectos a mi particularidad,podemos comenzar con el segundo paso, que sera, el concretar el modelo de entrenamien-to a seguir, as como su estructuracin y desarrollo temporal a lo largo de la temporada.

    Respecto al primer apartado, y como de los anteriores captulos se puede desprender, eltipo de trabajo a realizar estar basado en la resolucin de problemas muy cercanos a lacompeticin y su complejidad, adecundonos adems ya no solo a la especificidad del ft-bol, sino tambin a nuestra manera de ver el futbol, o como queremos que compita nues-tro equipo, nuestro modelo o idea de juego.

    Partiendo de esta idea, sobre la misma iremos construyendo y desarrollando de manerasimultnea todas las estructuras conformantes del jugador (condicional, cognitiva, coordi-

    nativa, emotiva, socioafectiva..), de tal manera que no se perseguirn estados de forma fsi-ca especficos, pues desde aqu, entendemos que los estados de forma ptimos no sonaquellos en los que el jugador muestra valores fsicos ms elevados, sino aquellos en losque el jugador se encuentra en mejores condiciones de competir a todos los niveles (porejemplo, un jugador puede ser el que mejores valores fsicos tenga en el equipo, pero sepuede dar el caso, que al no entrar habitualmente en las convocatorias del equipo, suestructura emocional no se encuentre en los niveles ms adecuados para competir al mxi-mo de sus capacidades).

    Dicho esto, la planificacindebe de partir del modelo denuestro equipo y conjugar eneste la distribucin temporaldel trabajo de todas lasestructuras inherentes al juga-dor, motivo por el cual, desdeaqu no se conciben las planifi-caciones a largo plazo, puesestas, con mucha antelacin, ynormalmente centradas enaspectos f s i cos , es tnpreviendo estados del juga-dor/equipo imposibles dedeterminar hasta que no nosacerquemos a ese momento.

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    Optamos en consecuencia desde nuestro punto de vista por planificaciones muy a cortoplazo, ms centradas en el presente, que tengan cabida para ciertos periodos de planifica-cin ms largos (pretemporada, vacaciones...), pero en las que su esencia, su unidad de tra-

    bajo base, sea el microciclo semanal, el cual, variar, se modificar, se ajustar, en base alestado /rendimiento del equipo/jugador en la competicin.

    Es decir, respecto al segundo apartado antes mencionado, (distribucin temporal del entre-namiento), como mucho, planificamos con 3 semanas de antelacin, porque sabemos ya deantemano, que en la segunda semana, el cuerpo tcnico deber reunirse y cambiar algnaspecto, seguro!, porque se detectarn ndices de fatiga en alguna estructura que eranimposibles de detectar, porque variar alguna circunstancia del entorno, porque el sistematctico del equipo requerir otra cosa debido a cambios inesperados en el rival...

    Por mltiples motivos, defendemos la necesidad de trabajar sobre el presente, sobre elcorto plazo, porque estamos convencidos de que esta flexibilidad de planificacin es funda-mental para sacar el mximo partido a nuestras condiciones.

    Teniendo en cuenta lo citado, y aunque no es recomendable encasillarse en ninguna ten-dencia, la microestructuracin de Seiru-lo construida sobre el modelo de juego de la perio-dizacin tctica, sera la manera ms prxima al ideal de planificacin que desde aqu sedefiende. Personalmente, no creo en los ATR, en los bloques, en las ondas, en los picos deforma, a largo plazo, su nica utilidad la veo en el presente, porque creo en la semana detrabajo, en el estado puntual del equipo y sus fluctuaciones, a sabiendas, de que cada par-tido, cada semana, el equipo debe estar al mximo nivel, independientemente del rival, por-que lamentablemente en este deporte se vive de resultados y no me vale jugar al 80%durante unas semanas para llegar al 100% a un partido fundamental previamente identi -ficado. Tal vez el que no llegue a ese partido sea el cuerpo tcnico.

    Dado que los resultados obtenidos son una de las formas de evaluar el rendi-miento del equipo y como tal influyen en la eleccin de los contenidos de entrena-miento y no solo como un factor de valor psicolgico como puede parecer a primeravista. Los buenos resultados precedentes afianzan lo realizado hasta ese momento

    segn se haba previsto inicialmente y los malos pueden y deben modificar la pla-nificacin en aquellos parmetros de ajustes de contenidos (Seiru-lo,2000).

    Para acabar con este apartado, recordar que los jugadores son personas, como todos, perocon ms presiones y distracciones, por lo que tambin tienen sus momentos altos y susmomentos bajos, su peor da y su mejor da. Como nos seala Xesco Espar, una de las pre-ocupaciones de la planificacin, del entrenamiento y del cuerpo tcnico es hacer que el ren-dimiento del jugador sea lo ms estable posible, que el peor da est lo ms cerca posibledel mejor da. Para combatir esta realidad, motivacin y exigencia, ltimas recetas funda-

    mentales a tener presentes en nuestra planificacin y nuestro da a da, porque ningn ren-dimiento por debajo de muy bueno es hoy recompensado y la dedicacin y la concentracinen nuestro trabajo son cualidades bsicas para alcanzar la excelencia.

    Saber leer, identificar estas situaciones, estos estados, utilizar los catalizadores adecua-dos en la medida justa, sern algunas de las claves de una buena planificacin a corto plazo.

    Predecir lo que va a ocurrir en el corto plazo no es solo una seal de inteligen -cia, sino un requisito imprescindible para sobrevivir. Acertar desentraando lo quenos reserva el futuro es cosa de hroes, pero nos va la vida en intuir lo que va a

    pasar enseguida. (Punset)

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    B) Consideraciones sobre el Microciclo de trabajo

    Lo que haces habla tan alto, que no me deja escuchar lo que dices

    (O. Wendell).Si en el apartado anterior se defenda la necesidad de trabajar a corto plazo y sobre el

    presente, el Microciclo o semana de trabajo, se presenta como la base, el alma mter, elcorazn de cualquier planificacin. Del griego Micro + Kiklo (pequeo + crculo), estaestructura de entrenamiento, definida en primera instancia por Matveyev, es entendidacomo un conjunto reducido de sesiones (no ms all de una semana en nuestro caso), quese presentan organizadas y relacionadas de acuerdo a una lgica temporal y momentnea,en las que los objetivos marcados y las necesidades puntuales del equipo condicionarn suscontenidos, y entre las cuales se hace imprescindible una adaptacin y reajuste diario.

    A da de hoy, el sistema competitivo del ftbol valora en todos los casos por igual la vic-toria de un equipo sobre otro, independientemente del rival que se trate, razn por la cual,

    a mi modo de ver, no existe semana de trabajo que tenga una mayor importancia que otra,ni en la que se deban hacer cosas muy distintas del resto.

    Establecer una dinmica semanal de trabajo para toda la temporada, que dentro de unaflexibilidad contextual abogue por el entrenamiento condicionado e influenciado nica yexclusivamente por el siguiente partido y los elementos complejamente variables que lorodean, se presenta como una necesidad prioritaria en el seno del equipo y cuerpo tcnico.

    Puesto que en la planificacin de nuestro microciclo seremos congruentes con todas lasrecomendaciones ya expuestas en anteriores captulos, se presenta como imperativo fun-damental para dicho propsito la conexin total entre todos los componentes del cuerpotcnico, de manera que se cubran las necesidades del equipo desde todas las parcelas deforma cohesionada y en un mismo sentido, sin parcelaciones ni reducciones, sin otorgarms importancia a una que a otra, y ante todo, sabiendo valorar e interpretar las deman-das del estado global del equipo/jugador.

    Si como nos dice Mombaerts (2000):, El entrenamiento surge del juego para regresar aljuego, este proceso de planificacin conjunta por parte del cuerpo tcnico se debe cimen-tar sobre los principios de especificidad , transferencia y unidad funcional, entendiendo al

    jugador como ser humano dentro de un mundo complejo de interaccin y aleatoriedad, yas, garantizando que nuestros planteamientos a la hora de entrenar acerquen al equipocada vez ms a las condiciones que se encontrar en la competicin, disminuyendo a suvez, de manera progresiva, la incertidumbre provocada por este contexto.

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    Entrenar no es lo importante. Lo importante es entrenar y que sea capta -do por el jugador. Pero hay algo mucho ms importante, que sea capaz de lle-varlo a la competicin. Y por ltimo, lo extraordinariamente relevante es que

    sea efi caz en la competic in . (Manuel Conde, 2009).

    En nuestro afn por perseguir la mxima citada, eficacia competitiva, entendemosque la dinmica de trabajo semanal, dentro de una flexibilidad marcada por el contex-to, ha de planificarse en base a dos criterios:

    1) La orientacin de las tareas hacia el juego y a nuestro modelo de juego, esto es, laespecificidad de las mismas con respecto al jugar y al jugar de nuestro equipo.

    2) El principio de entereza inquebrantable del juego y del ser humano. Se trata, deguiar a todas las estructuras conformantes del jugador, por un carril comn, haciaun destino conjunto, en el que la optimizacin de la manera de jugar pretendida parala competicin inminente se presente como la meta final, pero no entendida la mismacomo un punto y final, sino como un nuevo punto de partida desde donde el equipocomience de nuevo a potenciar y hacer emerger nuevas relaciones , interacciones y

    asociaciones grupales que mejoren cada vez ms nuestro rendimiento, partido a partido.

    Trabajar sobre el presente, semana a semana, exige que tengamos una mente abier-ta y flexible al cambio, preparada para el reajuste constante, y guiada por la observa-cin diaria del estado de nuestro equipo, porque habr muchos das en los que tenga-mos que cambiar lo que ya tenamos planificado, por diversos motivos, porque el equi-

    po lleva dos jornadas sin ganar y reajustar aspectos tcticos especficos es prioritarioen ese momento, porque el prximo rival presenta una serie de desequilibrios/debili-dades a las que debemos dedicar ms tiempo para potenciar su aparicin, porque elda anterior realizamos una sesin en la que hubo mucha competitividad en el grupo yel desgaste fue muy alto, porque hicimos una tarea de finalizacin y el equipo mostrun bajo rendimiento con el consiguiente deterioro emocional que ello suponepor unsin fin de razones!, debemos estar preparados y predispuestos para este ms que posi-ble cambio y reajuste de planes, porque lo que determina que hagamos bien nuestrotrabajo es sobre todo el aspecto humano, cuantificar, coger estadsticas, hacertest..etc.., lo sabemos hacer todos, pero escuchar, comprender, saber lo que necesitael jugador/equipo en cada momento, se presenta como una tarea mucho ms difcil yen la que todos debemos profundizar, porque no debemos olvidar en ningn momen-to, que trabajamos con y nos debemos a personas.

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    Por todo lo sealado, personalmente no me gusta hablar de tipos de microciclo (ajuste,carga, impacto, activacin, competicin), mi experiencia me dice que salvo alguno pun-tual en el que no se compita y los primeros de la temporada, a los que s podramos llamarde acumulacin/adaptacin/preparacin, el resto, en su totalidad, son microciclos compe-titivos, con sus posibles variables contextuales, pero respondiendo todos a una mismadinmica semanal, entendida esta no como una pauta fija de trabajo (en cuanto a dasde entrenamiento y descanso, tiempos de trabajo, contenidos y dems), sino como unalnea progresiva a seguir, sobre la cual el equipo ir asentndose y creciendo, guin-dose en todo momento por el jugar que queremos para nuestro equipo y las priorida-des para cada estructura que consideremos imprescindibles de potenciar.

    Desde el segundo microciclo semanal de la temporada, y estoy hablandodel periodo al que convencionalmente llamamos periodo precompetitivo, losmicrociclos son bsicamente iguales hasta el final de la temporada. Tanto anivel de los principios y objetivos de trabajo, como a nivel fsico. Solo al nivelde la dominante tctico tcnica es donde voy haciendo modificaciones en loscontenidos a potenciar, en funcin de las dificultades sufridas en el partido

    anterior y de aquello que va a ser el prximo. (J. Mourinho).Comp endiando nuestro sentir personal, el microciclo tipo a utilizar durante toda

    la temporada, sera aquel que sin salirse de l a dinmica de trabajo antes mencionaday ajustndose diariamente a los requisitos puntuales, se traslade de aquello ms gene-ral a lo ms especfico, es decir, que comience la semana por aspectos ms globalessiempre presentes (a nivel de todas las estructuras), y progrese hasta derivar en aque-llos ms concretos como los detalles posicionales o tcticos.

    Como se intuye, la dimensin tctica de nuestro juego pretendido, guiar los conte-nidos de cada microciclo, y sobre esta, potenciaremos y priorizaremos el resto deestructuras (condicional, coordinativa, emocional, socioafectiva), de tal modo que lasmismas se desarrollen en y para nuestra especificidad de juego, creciendo de manera

    simultnea, y logrando as una mayor transferencia competitiva.

    Intuyo que posiblemente mi falta de concrecin y detalle les deje insatisfechos, (yotambin era de los que buscaba recetas infalibles en los libros), pero he de decir quelo siento, me es imposible dar ms detalles, no porque recele de un posible plagiometodolgico, ni mucho menos, (no poseo ms conocimientos que nadie), tampocoporque carezca de un patrn base semanal, simplemente, porque desconozco su con-texto, porque desconozco sus necesidades y sobre todo, porque tambin desconozcolas mas, las de mi equipo.

    No puedo decirles que es mejor recuperar el da posterior al partido para al siguien-te dar descanso, tampoco que si hacen doble sesin sea el martes o el mircoles, nitan siquiera lo que hacer el da previo al partido, etc.., porque yo mismo lo ignoro en

    mi contexto, porque no s cmo estar el equipo en ese momento, porque no s lo quedemandar la situacin, porque no puedo predecir con tanta antelacin lo que les ven-dr mejor. Si todo estuviera tan claro, tan cerrado, y respondiese a leyes tan exactas,cualquiera podra ser entrenador o preparador fsico, bastara con dominar 4 leyes oprincipios y apl icarlos.

    A mi entender, como ya dije antes, el verdadero talento de un profesional radica ensaber leer las situaciones, y en base a esta lectura actuar. Las tareas que planteemosdurante la semana no son ni buenas ni malas ni tendrn un efecto de forma universal,sino que estarn condicionadas por lo que se ha venido haciendo en los das y sema-nas anteriores, de forma que entendamos el proceso de entrenamiento como una rea-lidad fractal. Nuestra subjetividad para la interpretacin de situaciones, momentos y

    estados, se presenta como una planta que debemos regar, alimentar, y dejar aflorar deuna manera indisputable.

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    La subjetividad es la madre de todas las ciencias, pues de ideas subjetivaspartieron y de forma subjetiva han de ser estudiadas para su total comprensin.

    Pese a toda esta variabilidad y subjetividad expuesta, y dentro de un marco personal decontrol y valoracin del entrenamiento, s que utilizo algunas herramientas o estrategiaspropias (vlidas para mi contexto y objetivo), para controlar posibles ndices de fatiga encada una de las dimensiones conformantes. La idea es valorar la solicitacin en variasestructuras y reajustar en base a esta. S!, les estoy hablando de lo que vendra a ser unacuantificacin de la carga, porque pese a la realidad expuesta, soy partidario de llevar algncontrol sobre el trabajo aplicado al equipo, para de esta forma, evitar posibles saturacio-nes en alguna de sus estructuras muy solicitadas durante un mismo microciclo.

    As, en primer lugar, el primer control que se presenta es la valoracin del grado de espe-cificidad de las tareas propuesta durante todo el microciclo, para que de esta manera,podamos observar rpidamente si estamos o no yendo por el camino que como antes sedijo nos ha de marcar el principio de la especificidad, o lo que vendra a ser lo mismo, laorientacin por y para el juego (ecologa del entorno).

    Defendemos y proponemos el intentar aplicar durante la semana el mayor nmero detareas lo ms especificas posibles para nuestro querer jugar en el prximo partido, perotambin somos conscientes de que a veces el jugador necesita otro tipo de ejercicios, queaunque no presenten una transferencia tan probable, s pueden colaborar con la optimiza-cin de alguna otra estructura (por ejemplo, si el nimo del equipo est bajo por habervivenciado una semana dura de trabajo desde el punto de vista fsico y emocional, puedeser aconsejable el plantear un ejercicio/juego de tiros y finalizacin, que tenga poco quever con nuestra manera de jugar, pero que pueda levantarles el nimo y predisponerlosmejor para el siguiente da).

    En consecuencia, a la hora de clasificar las tareas del microciclo, nos moveremos sobreun continuum de especificidad, en el que un extremo se encuentre la competicin, y en el

    opuesto, aquellas tareas muy alejadas del ftbol. Clasificamos, valoramos semanalmente yextraemos conclusiones que puedan servirnos para el siguiente microciclo.

    Una vez determinado el grado de especificidad de cada tarea, valoramos el ndice de soli-citacin preferencial que posee la misma en las dimensiones tctica, y condicional, el cual,

    como podrn observar a continuacin, se corresponde con la frmula archiconocida deCarga = Intensidad x Volumen. El intercambio de trminos propuestos, aun entendiendo aestos ms apropiados a los ideales que desde aqu se pretende transmitir, nicamente res-ponde a una cuestin terminolgica a la que no debemos de otorgarle mayor importanciade la que tiene, siempre y cuando sepamos de lo que estamos hablando en todo momen-to y de este modo no caigamos en la confusin o incomprensin.

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    Este ndice, que se valorar respecto a la estructura Tctica y a la Condicional porseparado, relaciona el grado de complejidad otorgado por el cuerpo tcnico en dichadimensin con la dedicacin real del grupo, en trminos de tiempo, a dicha tarea.

    Concretando:

    En el caso de la dimensin tctica, inspirado en la propuesta de Ramallo y Cols(2010), se presenta una modificacin de la misma en la que se determina la comple-

    jidad estructural o intensidad tctica, como sealan los autores mencionados, en basea tres criterios determinantes:

    1) Nmero de momentos de juego que incluye la tarea (Ataque, Defensa y sus tran-siciones).

    2) Tipo de tctica implicada (individual, grupal o colectiva).3) Ausencia o presencia de oposicin.

    Segn la relacin entre los criterios sealados y tal como nos muestra la siguiente

    tabla, podemos crear un sistema propio de valoracin de complejidad tctica para lacreacin de nuestras tareas durante el microciclo semanal, de tal manera que podamosjugar con est e tipo de carga en cada una de nuestras sesiones y microcic los.

    Adems del valor de complejidad determinado y fcilmente identificable a travs dela tabla expuesta, y que aclararemos con un ejemplo, en cada tarea concretaremosms su complejidad en funcin de la presencia o ausencia de condicionantes (espacio,tiempo de ejecucin, tipo de oposicin).

    Ejemplo: En medio campo se realiza un 6x4, en el que se potencien los principios pro-pios de un sistema 4-4-2, donde el objetivo de los atacantes, situados en lnea de 4medios + 2 delanteros deban intentar hacer gol con jugada por el interior, y los defen-sas, en lnea de 4, trabajen todos los conceptos propios de la defensa zonal (cobertu-ra y basculacin). Ante el robo de baln por parte de l os defensas, los atacantes debe-rn evitar que la lnea defensiva en posesin del baln llegue a zonas exteriores demedio campo para enlazar con su hipottica lnea adelantada. El tiempo de ejecucinpara el segundo momento de juego est restringido, no pudiendo sobrepasar los 8segundos. Se realiza la tarea en 3 repeticiones de 6 minutos cada una.

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    Cuantificacin ndice de Solicitacin Preferencial Tctica

    Grado de complejidad estructural (tctica) = 12. (Tctica grupal con oposicin y enla que se enlazan dos momentos de juego). Con condicionante (tiempo de ejecucin).

    Dedicacin real = 3 x 6 minutos = 18 minutos.

    ndice de solicitacin = 12 x 18 = 216.

    Como se puede observar, de esta sencilla manera podemos valorar la complejidadtctica total de una tarea, sesin o microciclo particular, planificar en base a dicho ndi-ce durante toda la semana, y evitar as una posible saturacin cognitiva desaconseja-ble. La experiencia me dice que como norma general, durante los primeros das delmicrociclo en los que el jugador todava no se ha repuesto completamente del desgas-te tctico-emocional provocado por el ltimo partido, el grado de complejidad tcticono debe ser elevado, para que este vaya aumentando a lo largo de la semana dndo-nos margen para posibles oscilaciones a medida que nos acerquemos al prximo partido.

    Para finalizar con la dimensin tctica, sealar como nos dicen Ramallo y Cols, queotra de las ventajas de este tipo de valoracin, a parte del citado control y registronecesario, radica en que nos hace deliberar ms a los entrenadores/preparadores a lahora de plantear nuestro entrenamiento, ya que tradicionalmente hemos estado muyacostumbrados a proponer ejercicios basados en un nico momento del juego, lo cual,como vemos, y a tenor de los distintos niveles de complejidad expuestos, restringe lasposibilidades de desarrollo de esta dimensin cognitiva.

    En cuanto a la dimensin condicional, la idea es similar: Determinar el grado decomplejidad de la estructura condicional de la tarea y relacionarla con la dedicacin del

    jugador a la misma.

    En este caso, aunque tambin disponemos de un referente de complejidad, sealarque en esta dimensin la subjetividad es todava mucho mayor ya que es prcticamen-te imposible determinar la intensidad en base a una nica capacidad fsica, pues encualquier tarea integrada, aparecen prcticamente la totalidad de las mismas. Una vezms invitamos a que se entienda esta herramienta de una manera abierta y flexible,vlida para un mismo observador en un mismo equipo, y nunca como un destino aseguir ciegamente, sino como apoyo para alcanzar el desarrollo de nuestro equipo.

    Debido a la mencionada complejidad para caracterizar a una tarea con una nicacapacidad, los escalones entre capacidades ascienden de 2 en 2, para que podamosvalorar de una manera no tan cerrada e inflexible en base a nuestro criterio y viven-ciacin del ejercicio en cuestin. Cada jugador dependiendo sus caractersticas resol -ver las tareas de una manera u otra, requerir ms de una manifestacin que de otra(Chema Sanz).

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    Como se podr divisar, la manera de proceder es exactamente igual que para la anteriordimensin ejemplificada Determinado el grado, lo multiplicaremos por su dedicacin yobtendremos el ndice de solicitacin de la estructura condicional, del ejercicio, de la sesiny del microciclo, para que una vez situados a este nivel de concrecin, ahora s otorgue-mos una mayor importancia a las leyes y principios de entrenamiento tradicionalmente usa-dos, a las oscilaciones de volumen e intensidad, a la bsqueda de supercompensaciones, alos efectos retardados de la carga..., etc..., pero como sealo, a este nivel temporal, nuncams a largo plazo.

    Llegados a esta fase, hay quienes abogan por interrelacionar ambos ndices multiplican-do los valores de lo tctico con lo condicional y obteniendo de esta manera un valor con-

    junto de complejidad para la tarea. En nuestro caso, defendemos la idea de cuantificar latarea/sesin por estructuras separadas, evitando as que podamos encontrarnos tareas consimilar valoracin pero con muy distintos contenidos (una tarea con muy alta complejidadfsica y poca tctica, podra equipararse a otra que poseyera valores a la inversa, cuandorealmente seran totalmente distintas).

    Realizar este control, a sabiendas de que las estructuras son indivisibles, responde ni-camente a la necesidad de valorar los contenidos y su dedicacin durante la semana, paraque en este periodo corto de tiempo s podamos ajustar los tiempos de trabajo de cadafaceta, sin crear desequilibrios ni oscilaciones no recomendadas. Es una cuantificacinsubjetiva, es evidente, no todos otorgaramos el mismo valor a cada tarea, pero tener pre-sente que al trabajar durante todo el ao sobre mi subjetividad, se convierte en un apoyoy referencia vlida para mi contexto.

    Por otro lado, y siendo consecuentes con el sistema hipercomplejo del ser humano, nodebemos olvidar la necesidad de realizar una valoracin de las estructuras emocionales ysocioafectivas, susceptibles como el resto a la aparicin de ndices de fatiga en las mismas.

    Para dicho fin, sostenemos la idea de que estas nicamente se pueden valorar de una

    manera muy subjetiva por parte del cuerpo tcnico y que no son dadas a ningn procesoposible de cuantificacin. Por ejemplo, podemos detectar un estado de acomodacin o rela-

    jacin en la plantilla debido a una buena racha, sabemos que un jugador debido a sus pro-blemas en casa no se ha implicado en la tarea al 100% con su consiguiente disminucin derendimiento, intuimos disputas extradeportivas entre varios miembros del equipo que tie-nen una transferencia negativa en el campo de juego, observamos que la implicacin enuna tarea ha sido muy elevada porque el entrenador estuvo muy encima de ellos corrigien-do en todo momento y excitando el estado emocional de los jugadores..., pero todas estascircunstancias no podemos cuantificarlas, ni traducirlas a nmeros, ni tan siquiera inten-tarlo como con las dos anteriores estructuras, nicamente podemos detectarlas, abordar-las y corregirlas en base a nuestra buena interpretacin de las conductas diarias del grupoy sus elementos.

    Con el utpico nimo de aspirar a controlar estas contingencias, la ltima herramientade la cual nos valemos para la valoracin de la complejidad de la sesin consiste en la uti-lizacin de escalas de percepcin subjetiva del requerimiento global de la sesin, en las quelos jugadores y miembros del cuerpo tcnico valoren de una manera global dentro de unaescala sencilla de 1 a 10, el grado de complejidad que la sesin supuso para el equipo.

    Ahora, con todas las herramientas expuestas en la mano, el saber utilizarlas e interpre-tarlas de una manera conjunta y simultanea bajo una lgica sistmica, se presenta comola labor fundamental que determinar si lo realizado merece o no la pena y puede ser trans-ferido al rendimiento del equipo.

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    Para finalizar, en cuanto a lo que hasta ahora se presenta como mi Microciclo tipohacer hincapi en que en ningn caso se pretende dogmatizar, ni tan siquiera propo-ner, simplemente se muestra lo experimentado, invitando a que las ideas, en el casode convencerles, sean adaptadas a sus particularidades, a su contexto, a su manera de

    entender la complejidad de cada dimensin, porque a todos no nos es til lo mismo, yen cuanto antes nos convenzamos de esto, antes aclararemos nuestro punto de vista.

    C) Consideraciones sobre la sesin de entrenamiento: objetivos y metodologa

    Me lo contaron y lo olvid. Lo vi y lo entend. Lo hice y lo aprend (Confucio)

    Seguimos descendiendo niveles, turno de la sesin diaria, resultado de nuestro tiem-po de planificacin y valoracin, elemento concluyente para nuestro ajuste semanal.

    Por arrastre de conceptos e ideas, mltiples maneras de enfocar y desarrollar lamisma. Todas vlidas, una vez ms. Entrenar mucho no te garantiza ganar. Entrenarfatal no te garantiza perder. Entrenar bien? Eterna aspiracin. Respuesta: Si tu equi-

    po gana partidos, tu eres bueno, los jugadores creen en ti. Si pierdes partidos, dudade ti hasta el utillero.

    Por suerte, todos tenemos una idea, un plan, una estructura y no podemos desfalle-cer pensando que no podemos hacer nada por cambiar el curso de este incontrolablefenmeno que es el partido de ftbol. La imprevisibilidad de las situaciones que se danno nos lo pondr fcil, pero acogindonos a, y ayudndonos por, los ya defendidosideales de especificidad y transferencia, podemos anticipar situaciones, prever compor-tamientos, responder ms rpido, mejor, y con ello, reducir esta incertidumbre.

    Exacto, nos estamos refiriendo a sesiones de entrenamiento en especificidad comomanera ms factible de alcanzar el entrenar bien, porque si la especificidad de nues-tros entrenamientos logramos transferirla al partido, habremos conseguido generarconductas adaptativas en nuestros jugadores, respecto al ftbol, y sobre todo, a nues-tro ftbol. Aprovechar bien el tiempo de la sesin, actuar en un sentido claro y nohacer cosas por hacerlas, gestionar recursos y potenciales son condiciones indispen-sables para nuestro objetivo.

    Cuntas veces nos hemos sorprendido al observar en la competicin como nuestrosjugadores parece que no aprendieron nada de aquello que pretendimos ensearlesdurante la semana?. A menudo, finalizamos nuestras sesiones de entrenamiento y que-damos conformes por haber t rabajado algn aspecto del juego, convencidos, por pen-sar que este se reproducir en el terreno de juego durante el partido del sbado. Pocasveces damos la importancia que se merece a la evaluacin del mismo, a comprobar queste realmente se produce en la competicin. Confiamos ciegamente en que lo dicho

    durante la sesin se har, y lo entrenado saldr bien. las cosas no por dichas se haceny no por entrenadas salen bien.

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    Hagamos un inciso. Recuerde estas 9 letras. Dentro de un rato se las preguntar.Probablemente maana tambin.

    O H T A E C O C L

    Ya se las sabe?, entonces puede continuar.

    Entrenar bien, desarrollar sesiones eficaces de entrenamiento, es difcil, es cierto,como se ha dicho, nada de lo que hagamos garantizar que el baln entre a la porte-ra contraria, pero por suerte s hay ciertas pautas o recomendaciones que funciona-ron en muchos contextos variados y de las que podemos extraer lo que ms se adecea la distintividad de nuestra sesin o semana de trabajo.

    En primer lugar, refirmonos a los objetivos a acosar durante la sesin del entre-namiento, pues sern quienes guen nuestras actuaciones. Mediante el siguiente dec-logo, sintetizaremos y concretaremos los mismos de una manera suficientemente com-prensible y adecuada a nuestros ideales:

    1) Desarrollar los principios y fundamentos de juego acordes a nuestro modelode equipo.

    2) Conseguir rendimiento tanto individual como colectivo en la aplicacin de losmismos.

    3) Optimizar el rendimiento del jugador en todas sus dimensiones.

    4) Reducir la incertidumbre provocada por el juego.

    5) Aplicar tareas que cumplan con los propsitos de especificidad y transferencia.

    6) Vivenciar situaciones reales de juego proclives a aparecer.

    7) Crear cultura tctica (como dice Lillo, darles una razn para hacer las cosas).

    8) Generar contextos comunes de s ignificado (Cano, O.).

    9) Descubrir conductas simbiticas, asociaciones, interacciones, sinergias, yfacilitar su emergencia.

    10) Anteponer los objetivos futbolsticos globales a los parcelados.

    Establecidos los mismos, no basta con saberlos, debemos de intentar alcanzarlos,pero no uno ni dos, todos! , en cada sesin de entrenamiento, da a da. Nadie dijoque fuera sencillo. Nadie dijo que fuera rpido. Ni tan siquiera recuerdo que se dijeraque fuera eficaz.

    De qu manera vamos a intentar alcanzarlos durante nuestra sesin?. Pese a recor-dar que el contexto momentneo determinar el tipo de metodologa a aplicar en cadamomento y tarea (incidir en la idea del eclecticismo y no extremismo), y aun habien-do comprobado que no existe manera siempre efectiva de controlar la sesin y aplicarlos ejercicios en la diversidad de jugadores, abogamos por una adscripcin a mtodoscognitivos de enseanza, que superen la barrera cognitiva de la que nos hablaba MuskaMosston, que creen una disonancia cognitiva en el jugador, que les identifiquen comomentes pensantes sobre el campo preparados para afrontar y resolver los problemas,y no, como ocurre en demasiadas ocasiones, como robots que esperan a que su entrena-

    dor les diga lo que hay que hacer. Debemos ensanchar sus canales perceptivos.

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    Por qu hago esto?, Cmo debera?, En qu momento?, con quin ser ms efec-tivo?, En qu lugar sacaremos mi equipo y yo ms ventaja? No se trata de dar peces,sino de ensear a pescar. Comprobaremos lo que nos dice Manuel Conde, Cuando un

    jug ado r aprend e a observ ar, se da cuenta de que no le faltan opo rtunidades.

    Aplicar durante la sesin metodologas como el descubrimiento guiado, o la resolu-cin de problemas, (de las que muchos hablan pero que pocos reflejan en sus entrena-mientos), se presenta como solucin ms rentable para desarrollar en el jugador la cul-tura tctica tan requerida y necesitada. Presentar un problema y dejar que el jugadorlo solucione sin que nosotros digamos la solucin, nicamente guiemos, da como resul-tado aprendizajes significativos, a los que el jugador da ms valor por haber sido gene-rados por l mismo y que tienen una transferencia competitiva mayor al no disiparseestos tan rpidamente. Es mejor saber despus de haber pensado y discutido queaceptar los saberes que nadie discute para no tener que pensar(Savater).

    Como nos sealan Gil, S. y Dorado, M. (2010), se trata de darles a los jugadores elpapel que les corresponde, de guiarles en su propio descubrimiento a travs de nuevos

    interrogantes, de espolear su inteligencia, de desempolvar su autonoma. Ley delaprendizaje: La meta ltima de todo maestro es volverse innecesario.

    Yendo a lo prctico (aunque en el captulo posterior se podr ver la aplicacin prc-tica de todas estas ideas), se trata de plantear una situacin que parta de un interro-gante, y mediante tareas propuestas se llegue a un consenso sobre la mejor manera desolventarla. Se le habla al jugador, se le plantean nuevas incgnitas, le damos la razncuando la lleva, se la quitamos mediante ejemplos cuando va en una direccin errnea.

    Por qu lo haces as y no de otra manera? Te has planteado alguna vez otrasopciones? Entendemos que si razonamos lo que hacemos, los motivos por los que lohacemos, probando las diferentes opciones, estaremos ampliando las posibilidades de

    respuesta y por tanto las posibilidades de obtener finalmente xito. Pruebo las distin-tas opciones, comparo los beneficios e inconvenientes, decidimos (mi entrenador y yo)cual es la ms adecuada y la pasamos al terreno de los hbitos, para pasar a continua-cin al siguiente problema. De esta forma parece lgico adivinar que el jugador se vercomo verdadero protagonista de su propio proceso de aprendizaje, de la andadura haciasu propia autonoma.(Gil y Dorado, 2010).

    Apostar por esta participacin del jugador durante la sesin y conseguir que se con-venzan ellos mismos sin nuestra imposicin facilitar que consigamos nuestro objetivodiario con respecto a su aprendizaje, e incluso al nuestro, porque aprenderemos muchoms de ellos de lo que en un principio podemos pensar. Imponer por poder denota faltade confianza y temor a ser inferior. (J. Font).

    Construir la sesin de entrenamiento sobre las premisas de las teoras de aprendizajecognitivo supone para e l jugador un desgaste tctico-emocional superior.

    No estamos mandando al jugador a correr series de 1000 metros en las que la nicainformacin que debe procesar es el control de su campo visual para no chocar con nada,no estamos facilitando que durante la ejecucin de una tarea el jugador pueda estar pen-sando en lo que har o dejar de hacer al finalizar el entrenamiento, al jugador, se le estexigiendo entrenar en concentracin, en un pensar constante, motivo por el cual, la sesinno debe de alargarse ms all de 90 minutos, si lo hiciese, se perdera intensidad, y es justolo contrario a lo que se pretende con este tipo de sesin. Por suerte, la moda de las doblesy triples sesiones se est erradicando, aunque todava quedan quienes encuentran en estava la manera de justificar su trabajo ante la opinin pblica.

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    En nuestra idea, la flexibilidad de modelo propugnada puede acoger de vez en cuan-do la doble sesin, pero siempre y cuando haya algo que entrenar realmente, algo quemejorar, no como un hacer por hacer.

    En dicho caso, las mismas seran de 60 minutos aproximados cada una y se frag-mentaran en dos partes porque en ambas se plantea una intensidad elevada difcil demantener si se hacen seguidas (por cierto, si el trabajo tctico exige mucha ms con-centracin y descanso para su mejor asimilacin, por qu siempre que hay doblesesin se hace el trabajo fsico por la maana y por la tarde cuando estn cansados ymenos predispuestos se introduce el trabajo cognitivo? No sera ms lgico alrevs?..., Otro ejemplo de priorizacin condicional a valorar).

    Acostumbro a decir siempre que una de las cosas que hacen que el entrenamientosea ms intenso y cuando se habla de intensidad se habla normalmente en desgasteenergtico, es la concentracin exigida. Por ejemplo, correr por correr tiene un des-gaste energtico natural, pero la complejidad de ese ejercicio es nula y, por ello, eldesgaste en trminos emocionales tiende a ser nulo tambin, al revs que en las situa-

    ciones complejas donde se les exige a los jugadores requisitos tcnicos, tcticos, psi-colgicos y de pensar las situaciones, eso es lo que representa la complejidad del ejer-cicio y que conduce a una concentracin mayor. (J. Mourinho).

    Defendiendo la postura de Cano y Morcillo (2006), y pese a la prioridad de trabajoexpuesta, no nos aferramos nicamente a este tipo de tareas durante la sesin, y pen-samos que tambin pueden utilizarse medios de entrenamiento no especficos para:

    1) Prevenir y aligerar la exigencia superior que muscularmente supone la carga deeste tipo de entrenamiento respecto al analtico.

    2) Respetar el principio de variabilidad en el entrenamiento, introduciendo medios

    genricos, ldicos,..etc...3) Cuando el jugador necesita entrenamiento complementario, (capitulo 8). Los mis-

    mos, se introducirn en base a la valoracin del cuerpo tcnico, de acuerdo a lasmltiples variables de la vida de un equipo ya mencionadas y a las caractersticas pro-pias del tipo de sesin en la que nos encontremos.

    El cuadro expuesto del profesor Castelo nos muestra una t ipificacin aproximativa ycompartida de los tipos de sesin que podemos desarrollar durante un microciclo elnombre que le demos a cada una de ellas es irrelevante, la razn de su exposicin radi-ca en que el mismo nos sirve para corroborar nuestra idea (ya apuntada en el aparta-do del microciclo semanal) de valorar de una manera u otra, siempre subjetiva, la mag-nitud de la solicitacin estructural demandada por las tareas conformantes de lasesin, y en base a esta, jugar con las famosas ondulaciones.

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    Finalmente, en cuanto a la organizacin de esta unidad temporal de trabajo, y de nuevoalojndonos en cuestiones terminolgicas congruentes con nuestra manera de entender el

    juego, sostenemos de manera afn con Fernandez, D. un cambio en la clsica particin dela sesin: Introduccin, parte principal y vuelta a la calma, (esquema tal vez muy vlido

    para deportes eminentemente condicionales), y defendemos la utilizacin de disposicionestemporales ms apropiadas a nuestra concepcin del tiempo abierta, ininterrumpida, decumplimentacin deliberada, de distribucin aleatoria y con presencia de arbitrios transito-rios variados y ajustados a los imperativos cualitativos de nuestro microciclo semanal.

    Se me olvidaba!, Se acuerda de las dichosas 9 letras?, seguramente no.Intente recordarlas de esta manera:

    C H O C O L A T E

    S! , son exactamente las mismas, no lo compruebe.

    El ser humano tiene la disposicin de aprender de verdad slo aquello a lo que leencuentra sentido o lgica. El ser humano tiende a rechazar aquello a lo que no le encuen-tra sentido. El nico autntico aprendizaje es el aprendizaje significativo, el aprendizaje con

    sentido. Cualquier otro aprendizaje ser puramente mecnico, memorstico, coyuntural(Juan E. Len).

    Enhorabuena, acaba de vivenciar lo que conlleva un aprendizaje significativo reducido asu menor grado. Seguro que ahora, pase el tiempo que pase, recordar las 9 letras.

    Bibliografa:

    Debido a la elevada cantidad de citas utilizadas en la elaboracin de este libro y la limi-tacin de espacio a nuestra disposicin, remitimos al lector a su consulta integra en la refe-renciada publicacin.

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