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EXPOSICION DE LAS DOCTRINAS GNOSTICAS EXPOSICION DE LAS DOCTRINAS GNOSTICAS Autor desconocido. Prólogo 1. Doctrina básica de los gnósticos 2. Variantes del sistema gnóstico 3. Raíces de los valentinianos 4. Sectas más próximas a los valentinianos Conclusión Prólogo [437] Pr. 1. Algunos, rechazando la verdad, introducen falsos discursos y, como dice el Apóstol, <<prestan más atención a cuestiones acerca de genealogías sin fin, que a edificar la casa de Dios por la fe>> (1 Tim 1,4). Por medio de semejanzas elaboradas de modo engañoso, trastornan las mentes de los menos educados y las esclavizan, falseando las palabras del Señor. Interpretan mal lo que ha sido bien dicho, y pervierten a muchos, atrayéndolos con el cebo de la gnosis [40] . Los separan de aquel que ha creado y ordenado el universo, [440] como si ellos pudiesen mostrar algo más alto y de mayor contenido que aquel que hizo el cielo, la tierra y todo cuanto contienen (Ex 20,11). Persuaden con su facilidad de palabra a los más simples para que se pongan a buscar [41] ; pero luego arrastran a la ruina, inculcando impías y blasfemas opiniones acerca del Demiurgo, a quienes son incapaces de discernir lo falso de lo verdadero. Pr. 2. No es fácil descubrir el error por sí mismo, pues no lo presentan desnudo, ya que entonces se comprendería, sino adornado con una máscara engañosa y persuasiva; a tal punto que, aun cuando sea ridículo decirlo, hacen parecer su discurso más verdadero que la verdad. De este modo con una apariencia externa engañan a los más rudos. Como decía acerca de ellos una persona más docta que nosotros, ellos mediante sus artes verbales hacen que una pieza de vidrio parezca idéntica a una preciosa esmeralda, hasta que se encuentra alguno que pueda probarlo y delatar que se trata de un artificio fabricado con fraude. [441] Cuando se mezcla bronce con la plata, ¿quién entre la gente sencilla puede probar el engaño? Ahora bien, temo que por nuestro descuido haya quienes como lobos con piel de oveja desvíen las ovejas (Mt 7,15), engañadas por la piel que ellos se han echado encima, y de los cuales el Señor dice que debemos cuidarnos (pues dicen palabras semejantes a las nuestras, pero con sentidos opuestos). Por eso, después de haber leído los comentarios de los discípulos de Valentín (como ellos se llaman a sí mismos), de haberme encontrado con varios de ellos y ahondado en su doctrina, me pareció necesario, mi 1

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EXPOSICION DE LAS DOCTRINAS GNOSTICAS

EXPOSICION DE LAS DOCTRINAS GNOSTICAS  Autor desconocido.  Prólogo 1. Doctr ina básica de los gnóst icos 2. Var iantes del s is tema gnóst ico 3. Raíces de los va lent in ianos 4. Sectas más próx imas a los va lent in ianos Conclus ión  Prólogo[437] Pr. 1. A lgunos, rechazando la verdad, int roducen fa lsos d iscursos y , como dice e l Apósto l , <<prestan más atención a cuest iones acerca de genealogías s in f in, que a edi f i car la casa de Dios por la fe>> (1 T im 1,4) . Por medio de semejanzas elaboradas de modo engañoso, t rastornan las mentes de los menos educados y las esc lav izan, fa lseando las pa labras del Señor . In terpretan mal lo que ha s ido bien d icho, y perv ier ten a muchos, a trayéndolos con e l cebo de la gnosis [40] . Los separan de aquel que ha creado y ordenado e l un iverso, [440] como s i e l los pudiesen most rar a lgo más a l to y de mayor contenido que aquel que hizo e l c ie lo, la t ie r ra y todo cuanto cont ienen (Ex 20,11) . Persuaden con su fac i l idad de palabra a los más s imples para que se pongan a buscar [41] ; pero luego ar rast ran a la ru ina, incu lcando impías y b lasfemas op in iones acerca del Demiurgo, a quienes son incapaces de discerni r lo fa lso de lo verdadero.

Pr. 2. No es fác i l descubr i r e l er ror por s í mismo, pues no lo presentan desnudo, ya que entonces se comprendería, s ino adornado con una máscara engañosa y persuasiva; a ta l punto que, aun cuando sea r id ículo dec i r lo , hacen parecer su discurso más verdadero que la verdad. De este modo con una apar ienc ia externa engañan a los más rudos. Como decía acerca de e l los una persona más docta que nosotros, e l los mediante sus ar tes verba les hacen que una pieza de v idr io parezca idént ica a una prec iosa esmera lda, hasta que se encuent ra a lguno que pueda probar lo y delatar que se t ra ta de un ar t i f ic io fabr icado con f raude. [441] Cuando se mezcla bronce con la p la ta, ¿quién ent re la gente senci l la puede probar e l engaño?

Ahora bien, temo que por nuest ro descuido haya quienes como lobos con p ie l de ove ja desvíen las ovejas (Mt 7,15) , engañadas por la p ie l que e l los se han echado encima, y de los cua les e l Señor d ice que debemos cu idarnos (pues d icen pa labras semejantes a las nuestras, pero con sent idos opuestos) . Por eso, después de haber leído los comentar ios de los d iscípulos de Valent ín (como e l los se l laman a s í mismos), de haberme encontrado con var ios de el los y ahondado en su doct r ina, me parec ió necesar io , mi quer ido hermano, dec larar te los a l t ís imos mister ios <<que no todos pueden captar>> (Mt 19,11) , porque no todos han vac iado su cerebro [42] , a f in de que tú , conociéndolos, se los expongas a todos los que te rodean, y de este modo los prepares para que se cuiden de caer en el abismo[43] de ta l insensatez y de su b lasfemia cont ra Dios. En cuanto esté en nuest ra capacidad, te expondremos de manera c lara y s in tét ica lo que andan enseñando los d iscípulos de Pto lomeo, que son como la f lor de la escuela de Valent ín ; y , en cuanto lo permi ta nuest ra pequeñez, o freceremos a los demás los medios para re futar los, hac iéndoles ver que cuanto aquél los andan dic iendo no puede mantenerse en p ie n i está de acuerdo con la verdad. No estoy acostumbrado a escr ib i r n i domino e l ar te de hablar ; [444] pero, impulsados por la car idad, exponemos a t i y a los tuyos las doct r inas que hasta ahora se mantenían ocu l tas y que por la grac ia de D ios ahora salen a la luz de l d ía : <<Nada hay escondido que no se descubra, y nada ocul to que no l legue a saberse>> (Mt 10,26) .

Prelud io 3. Te supl ico que no me p idas que te escr iba con un ar te que no he aprendido, porque v ivo entre los Cel tas y de ord inar io tengo que expresarme en

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una lengua bárbara; n i tengo la fac i l idad de un escr i tor , pues no me he e jerc i tado; n i sé hablar con d iscursos e legantes o persuasivos; s ino que te sup l ico rec ibas con amor lo que he escr i to con amor , de manera senci l la , s in más adornos que la verdad y la s incer idad. Tú desarrol larás por tu cuenta estos escr i tos, pues eres más capaz que yo de hacer lo . Como qu ien d ice, tú rec ibes de mí e l impulso y la semi l la , para que la hagas dar f ruto abundante [44] , extendiendo con tu espí r i tu lo que te expongo en breves pa labras, y exp l icarás con fuerza a los que te rodean aquel lo que yo redacto para t i de manera tan débi l . Por mi par te ahora respondo por escr i to a tus deseos que desde hace t iempo has expresado de conocer las doct r inas de aquél los, no só lo ac larándote las, s ino también dándote los medios para que se pruebe su fa lsedad; así también tú , por tu par te , pon iendo a la acc ión la grac ia que e l Señor te ha dado, of rece este serv ic io a los demás, [445] para que las personas ya no se vean arrast radas por sus engaños.   [40] Es deci r , del conocimiento: pretenden tener los secretos de la c ienc ia, la ún ica en la que consis te la salvac ión del ser humano.

[41] Los gnóst icos acostumbran captar la a tenc ión de las personas s imples f ing iendo deci r lo mismo que la Ig les ia ; pero la suya es una táct ica para poner los a buscar a o t ro D ios d is t in to de l verdadero.

[42] Fuerte i ronía de San I reneo. L i t . <<porque no todos han escupido (exeptykasin ) e l cerebro>>: para que les quepan <<tan a l tos mister ios>> e l los s í se han vac iado e l cerebro.

[43] Var ias veces en su obra San I reneo juega con esta pa labra: los gnóst icos t ienen al Abismo (Bythos ) como un Eón supremo (Padre) pr imord ia l : esto es lo que los l leva a l abismo de su insensatez y locura.

[44] De nuevo San I reneo usa las palabras de los gnóst icos cont ra e l los: la semi l la (spérma ) y e l f ruto (karpòs ) .1. Doctr ina básica de los gnóst icos1.1. E l P léroma. Los Eones en el inter ior e l P léroma 1.2 . Cómo se desarro l ló e l P léroma 1.2 .1 . El Protopadre y e l Unigéni to 1.2 .2 . La pasión de la Sabidur ía 1.2 .3 . Cr is to , e l Espí r i tu Santo y e l Sa lvador 1.3 . Cómo abusan de la Escr i tura 1.4 . Fuera del P léroma: Achamot or ig ina la mater ia 1.4 .1 . Refutac ión 1.4 .2 . Or igen de la creación exter ior 1.4 .3 . Creación prev ia de l Demiurgo 1.4 .4 . Creación de los t res t ipos de hombres 1.4 .5 . Dest ino de los t res t ipos de hombres 1.4 .6 . Var iante sobre e l Cr is to y e l Sa lvador 1.4 .7 . La Escr i tura a l serv ic io de sus teor ías 1.4 .8 . Refutac ión 1.5 . La única fe de la Ig les ia

1.1 . E l P léroma. Los Eones en el inter ior e l P léroma1,1. Dicen que en las a l turas inv is ib les e inefab les ex is te un Eón per fecto , preexis tente, a l que l laman Protopr inc ip io , Protopadre y Abismo ( Bythos ) : é l ser ía inv is ib le , incomprensib le , sempi terno e ingéni to , y v iv ió en un profundo reposo y soledad por s ig los in f in i tos. Con él estaba e l Pensamiento ( Ennoaia ) , a quien también l laman Gracia ( Chár is ) y Si lenc io (Sigè ) . Cier to d ía este Abismo decid ió emi t i r e l Ab ismo como Pr inc ip io ( Archè ) de todas las cosas: entonces deposi tó este como Semen (Spérma ) que había pensado emi t i r , en e l v ient re de l S i lenc io , que era su compañera [45] . Esta rec ib ió e l semen y quedando preñada engendró la Mente (Noûn ) , según la imagen y semejanza del que lo había emi t ido, y la ún ica capaz de captar la grandeza de l Padre. A la Mente también lo l laman el Unigéni to (Monogenê ) , [448] o b ien el Padre o el Pr inc ip io de todas las cosas. Junto con é l

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fue emit ida la Verdad ( Alétheia ) . Esta es la or ig inal y pr imi t iva Tétrada de Pi tágoras, a la que también l laman la raíz de todas las cosas: está formada por Abismo, Si lenc io , Mente y Verdad.

El Unigéni to, habiéndose dado cuenta de por qué mot ivo había s ido emi t ido, a su vez emit ió e l Verbo (Lógos ) mismo y la V ida (Zoé ) , Padre de todos los que vendrían después de él [46] , pr inc ip io y formación de todo e l Pléroma [47] . A su vez, e l Logos y la V ida, a manera de un ión matr imonial ( sydzygía ) , emi t ieron el Hombre (Anthropos ) y la Ig les ia ( Ekklesía ) . Esta es la Ogdóada [48] pr imigenia , ra íz y sustrato de todas las cosas, que e l los des ignan con cuat ro nombres: Ab ismo, Mente, Logos y Hombre. Cada uno de éstos está formado por un elemento mascul ino y o t ro femenino, de esta manera: en pr imer lugar e l Protopadre se ha un ido sexualmente con su Pensamiento (a l que l laman Gracia y Si lenc io) ; e l Unigéni to ( también nombrado Mente) , se unió con la Verdad; [449] en seguida el Verbo con la V ida; y por ú l t imo e l Hombre con la Ig les ia .

1,2 . Como todos estos Eones fueron emit idos para la g lor ia de l Padre, quer iendo por su cuenta glor i f i car a l Padre, a su vez produjeron ot ras emis iones por v ía matr imonial . El Verbo y la V ida, después de haber emi t ido e l Hombre y la Ig les ia , emi t ieron o t ros diez Eones, a los cua les han puesto estos nombres: Ab ismal (Byth ios ) y Confus ión (Míxis ) , Agératos [49] y Unidad (Hénosis) , Autoproducto (Autophyès ) y Sat is facc ión ( Hedoné ) , Inmóvi l (Akínetos ) y Mezcla (Synkras is ) , Un igéni to (Monogenès ) y Fel ic idad (Makar ía ) . Esto son, d icen, los d iez Eones que el Verbo y la V ida emit ieron. A su vez el Hombre y la Ig les ia emi t ieron doce Eones, a quienes nombran: Parác l i to ( Parákle tos ) y Fe (Píst is ) , Paterno (Patr ikòs ) y Esperanza (Elpís ) , Materno (Metr ikòs ) y Car idad (Agápe ) , Eterno (Aeínous ) y Entendimiento (Synesis ) , Ec les iást ico ( Ekkles iast ikòs ) y Dicha (Makar iotès ) , Deseado (Thele tòs ) y Sabidur ía (Sophía ) .

1,3 . Esta es su desvar iada doctr ina de los t re in ta Eones impronunciables e inconoscib les. Este P léroma, según e l los inv is ib le y esp i r i tua l , está d iv id ido en los t res grupos de la Ogdóada, la Década y la Docena [50] . Por eso dicen que el Sa lvador -a l que se niegan a l lamar Señor- durante t re in ta años nada h izo en públ ico, a f in de revelar e l mis ter io de los Eones. [452] En cambio d icen que los t re inta Eones quedan c laramente declarados en la parábola de los obreros enviados a la v iña: a unos se les envía en la hora pr ima, a los segundos al rededor de la terc ia y a los terceros a la sexta, o tros a la nona, y a los ú l t imos a la undécima. S i se suman las diversas horas, producen el número t re inta , pues uno más t res más se is más nueve más once suman t re in ta. Según e l los, estas horas representan a los Eones. Y estos son los grandes, admirables y recóndi tos mister ios, f ru tos de sus maquinaciones, además de todos los o tros pasajes de las Escr i turas que el los amoldan para que se acomoden a sus creaciones. 1.2 . Cómo se desarro l ló e l P léroma1.2.1 . El Protopadre y e l Unigéni to2,1 . Dicen que solamente e l Unigéni to , o sea la Mente, conoce a l Protopadre del que nació; en cambio para todos los demás Eones éste es inv is ib le e incomprensib le. Pues, según el los, só lo la Mente se gozaba v iendo a l Padre y se de le i taba al contemplar su inmensa grandeza. Y t rataba de hacer par t íc ipes de la grandeza de l Padre también a los o t ros Eones, [453] dándoles a saber cuán grande y exce lso es, y cómo no tenía pr inc ip io e incapaz de ser v is to y comprendido. Mas e l S i lenc io lo contuvo por mandato de l Padre, pues quería induci r a todos e l deseo de entender e invest igar a l Padre. También los demás Eones secretamente ansiaban ver a l que había emi t ido su esperma y escrutar a l que había s ido su ra íz s in pr inc ip io . 1.2 .2 . La pasión de la Sabidur ía2,2 . Emerg ió e l ú l t imo y más joven de los doce Eones, e l Eón nacido de Hombre e Ig les ia , es deci r Sabidur ía , y exper imentó una pasión [51] fuera del abrazo de su esposo Deseado. Esta pasión había surgido de la Mente y la Verdad, y contag ió a este Eón, o sea la Sabidur ía , que se al teró ba jo pretexto de amor; pero en real idad fue de ar rogancia, porque no tenía , como la Mente, comunicac ión con el Padre per fecto . La pasión consis t ía en la búsqueda de l Padre [52] ; pues, como

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dicen, quería comprender su grandeza; mas, como no era capaz porque emprendía una tarea imposib le, se hal ló de pronto en una inmensa agonía por la grandeza de l Ab ismo de lo in invest igable de l Padre, y por su amor hacia é l ; y como s iempre se lanzaba más hacia adelante , a l f ina l habr ía quedado d i lu ida en la du lzura del Padre y d isue l ta en la Substancia universa l , s i no le hub iera sa l ido al paso la Potencia que consol ida y conserva todas las cosas fuera de la inefable grandeza. [456] L laman Lími te ( Hóros ) a esta Potencia . Esta, pues, sostuvo y reaf i rmó a Sabidur ía , la cua l , apenas vuel ta sobre s í misma, se convenció de que el Padre es incomprensib le, depuso su pr imer Deseo [53] con la pas ión que se había producido, nac ida de la admirac ión l lena de estupor.

2,3 . Algunos de el los narran en forma de mi to esta pasión y re torno de la Sabidur ía : por haber pre tendido una cosa imposib le e incomprensib le, d io a luz una substancia tan amorfa como la puede produci r una mujer . A l darse cuenta, pr imero se ent r is tec ió por haber dado a luz a lgo inacabado, y luego tuvo miedo de que aun eso se le mur iese; entonces se l lenó de angust ia, buscando la causa de lo que había sucedido [457] y cómo podría ocu l tar lo que de el la había nacido. Después de hundi rse en estos suf r imientos, e l la exper imentó un regreso y t rató de vo lver a l Padre; pero, después de an imarse por breve t iempo, se desa lentó y sup l icó al Padre, y a su ruego se un ieron los ot ros Eones, sobre todo la Mente. Aquí es donde, según e l los, tuvo su pr imer in ic io la substancia de la mater ia , nac ida de la ignorancia , la t r is teza, e l temor y e l estupor. 2.4 . Entonces, además de estos Eones, e l Padre por medio de l Unigéni to engendró según su imagen a l antedicho Lími te, s in unión sexual o matr imonia l . Pues e l los a lgunas veces presentan a l Padre con su esposa Si lenc io , y ot ras veces como varón y mujer . [460] A este S i lenc io también sue len l lamar lo Cruz (Stauròs ) , Redentor (Lyt ro tès ) , Emancipador ( Karp is tès ) , L imi tador (Horothétes ) y Guía (Metagogéa ) . Este L ími te fue e l que pur i f icó y for ta lec ió a la Sabidur ía y la rest i tuyó a su matr imonio . Porque, cuando se separó de e l la por e l Deseo (Enthymésis ) con la pas ión que le sobrev ino, é l s in embargo quedó dent ro del Pléroma. Pero el Deseo junto con su pasión fue cruc i f icado por e l L ími te y echado [461] fuera de l Pléroma [54] . De ahí bro tó una substancia espi r i tual , pues se t rataba del ímpetu natural de un Eón, s in forma n i f igura porque no rec ib ió n inguna; y por eso lo l laman su f ru to débi l y femenino. 1.2 .3 . Cr is to , e l Espí r i tu Santo y e l Sa lvador2,5 . Después que e l la se separó del P léroma de los Eones y su Madre fue re in tegrada a su matr imonio , de nuevo e l Unigéni to emi t ió ot ra pareja, según la prov idencia de l Padre: a Cr is to ( Chris tòs ) y Espí r i tu Santo ( Pneûma Hágion ) , a f in de que los Eones no volv ieran a sufr i r de modo semejante con la misma pasión: de esta manera éstos l levaron a los Eones a su per fecc ión en e l P léroma. Cr is to les enseñó la natura leza del matr imonio ( pues eran lo bastante capaces para conocer y comprender a l Ingéni to ) 5 5 , y les dec laró sobre e l conocimiento de l Padre, reve lándoles que es incomprensib le , [464] inafer rable , y que nadie puede ver lo n i oí r lo s ino só lo mediante e l Unigéni to. La causa de la durac ión e terna de los o t ros Eones es lo incomprensib le de l Padre; en cambio e l mot ivo del engendramiento y formación del Unigéni to es lo que en éste hay de comprensib le, pues se t rata de l Hi jo . Esto es lo que el Cr is to l levó a cabo apenas fue emit ido.

2,6 . E l Espí r i tu Santo, hab iendo d igni f i cado a los Eones, les enseñó a dar grac ias y les concedió e l verdadero reposo. Por eso, d icen, los Eones fueron creados con el mismo género y forma, y todos l legaron a ser Mentes, Verbos, Hombres y Cr is tos; y todos los e lementos femeninos, de igua l manera, l legaron a ser Verdades, V idas, Espí r i tus e Ig les ias. Y dicen que habiéndose consol idado así todas las cosas, y f inalmente puestas en reposo, con gran gozo cantan h imnos al Padre pr imordia l , que comunica la grande alegr ía.

[465] Y a causa de este don, con una so la vo luntad y dec is ión, todo e l P léroma de los Eones, junto con el Cr is to y e l Espí r i tu, y estampando su se l lo junto con e l los e l Padre de todos, cada uno de los Eones, poniendo cuanto tenía de más be l lo y f lorec iente , y te j iéndolo todo de manera armoniosa y uniéndolo cu idadosamente, emi t ieron un producto para honor y g lor ia del Abismo. Este es Jesús, e l f ruto

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consumado, la be l leza más per fecta y e l ast ro del P léroma, a l que también se le l lama Salvador, Cr is to y Verbo -en re lac ión con el nombre del Padre- y e l Todo (Pánta ) , porque fue hecho por todos. Y fueron emit idos junto con é l los ángeles, de l mismo or igen que é l , para que le s i rvan de escol tas y para honrar los a e l los. 1.3 . Cómo abusan de la Escr i tura3,1 . Esta es, pues, lo que e l los l laman la producción ( pragmateía ) que se rea l izó en e l inter ior del P léroma: la pas ión de este Eón que cas i se perd ió por la caída en la mater ia múl t ip le , por e l ans ia de buscar a l Padre: la mezcla hexagonal de Lími te , Cruz, Redentor , [468] Emancipador, L imi tador y Guía. Y el nac imiento, poster ior a l de los Eones, de l Cr is to y de l Espí r i tu Santo emi t idos del ar repent imiento por e l Padre. Y al f inal la formación de l segundo Cr is to, a l que l laman Salvador (Sotêr ) , que prov iene de una obra común. Sin embargo ta les cosas no habrían s ido d ichas c laramente (por las Escr i turas) , porque no todos a lcanzarían a comprender las (Mt 19,11) ; s ino que el Sa lvador las reveló por medio de parábolas a quienes eran capaces de entender las: que los t re inta Eones están representados por los t re in ta años en los cuales d icen que el Sa lvador nada habló abier tamente (Lc 3 ,23) y por los obreros enviados a la v iña (Mt 20,1-7) , como arr iba di j imos. Y d icen que Pablo de manera muy c lara habla de los Eones cont inuamente, y que inc luso conserva su jerarquía cuando dice: <<En todas las generac iones por los Eones de los Eones>> [56] (Ef 3 ,21) . Y también nosotros cuando damos grac ias [57] [469] d i r íamos: <<Por los Eones de los Eones>>. De esta manera, s iempre que encuent ran esta expres ión, pretenden que se re f iere a los Eones.

3,2 . La emis ión de los doce Eones estar ía indicada en e l hecho de que Jesús disputó con los doctores de la Ley a los doce años (Lc 2,42-46) y en la e lecc ión de los doce Apósto les: pues el ig ió a doce (Mt 10,2 ; Lc 6 ,13) . Y los ot ros diec iocho Eones están señalados en los d iec iocho meses en los cuales, después de resuci tar de ent re los muertos, conviv ió con los d iscípu los, además de las pr imeras let ras de su nombre, io ta y eta [58] , con toda ev idencia mani festar ían los d iec iocho Eones. Igualmente los d iez Eones estar ían indicados en la io ta in ic ia l de su nombre, y por eso e l Salvador habría d icho: <<No pasará ni una io ta n i un acento de la Ley s in se cumpla>> (Mt 5 ,18) .

3,3 . También af i rman que la pas ión que recayó [472] en el duodécimo Eón está suger ida en la apostasía de Judas, pues era el duodécimo de los Apósto les, y porque padeció e l mes duodécimo: porque, según el los h ipot izan, Jesús habría pred icado só lo durante un año después de su baut ismo (Lc 4 ,19; Is 61,2) . También estar ía c laramente escondido este mister io en aquel la mujer que suf r ía e l f lu jo de sangre [59] : en e fecto, lo padeció durante doce años, pero la curó la ven ida del Sa lvador, cuando e l la tocó la or i l la de su vest ido (Mt 9,20; Lc 8 ,44) , y por eso e l Salvador d i jo : <<¿Quién me tocó?>> (Lc 8 ,45) . De este modo enseñó a sus d iscípu los lo que había sucedido en e l mis ter io de los Eones, y la curac ión de l Eón que había suf r ido la pas ión: en e l suf r imiento que duró doce años estaba representada aquel la Potencia , pues su substancia f luía y se extendía s in l ími te. Y s i no hubiese tocado el vest ido del Hi jo, es deci r de la Verdad de la pr imera Tét rada, que se mani festó en la or i l la de l vest ido, se habría d isue l to [473] toda su substancia . Pero e l f lu jo se detuvo (Lc 8 ,44) y l iberó de la pas ión por e l Poder sal ido del Hi jo (Lc 8,45-46) . Esta Potencia ser ía e l L ími te, según d icen, que la curó y le arrancó la pas ión.

3,4 . Que el Salvador emi t ido por todos ( los Eones) sea la Tota l idad (Pân ) , d icen que está escondido en aquel la palabra: <<Todo macho que abra la matr iz>> (Lc 2,23; Ex 13,2) . Pues, s iendo la Tota l idad, abr ió la matr iz de Deseo de l Eón caído en pasión cuando fue separado del P léroma. E l los l laman este Deseo la Segunda Ogdóada, de la que adelante hablaremos. Pretenden que Pablo también habría d icho ref i r iéndose c laramente a é l : <<El es todas las cosas>> (Rom 11,36) . Y también: <<En él hab i ta toda la p leni tud de la d iv in idad>> (Col 2,9) . [476] Y: <<Dios ha recapi tu lado todo en Cr is to>> (Ef 1,10) . Así es como el los in terpretan estos pasajes y todos los semejantes.

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3,5. En cuanto al Lími te , a l que l laman con muchos nombres, af i rman que t iene dos func iones: la de consol idar y d iv id i r : en cuanto consol ida y conf i rma se l lama Cruz; en cuanto div ide y demarca se l lama Lími te . Dicen que e l Salvador dec laró sus func iones, cuya pr imera es la de const i tu i r , cuando di jo: <<Quien no carga su cruz y me s igue, no puede ser mi d iscípu lo>> (Lc 14,27; Mt 10,38) ; y : <<Toma tu cruz y s ígueme>> [60] (Mc 10,21; Mt 16,24) . Y la func ión de separar , cuando d i jo: <<No v ine a t raer la paz, s ino la espada>> (Mt 10,34) . También d icen que Juan (e l Baut is ta) lo enseñó c laramente: <<En su mano está e l b ie ldo para l impiar la era; recogerá e l t r igo en su granero y quemará la paja con fuego inext inguib le>> (Lc 3 ,17) . Con estas pa labras habría señalado la obra de l L ími te: interpretan el b ie ldo como Cruz, porque [477] dest ruye todos los e lementos mater ia les como el fuego consume la paja, y en cambio l impia a los que deben sa lvarse, como e l b ie ldo e l t r igo. También el Apóstol Pablo habría d icho lo mismo, cuando hace memor ia de la Cruz: <<El mensaje de la cruz es van idad para los que se pierden; mas para aquel los que se sa lvan es poder de Dios>> (1 Cor 1 ,18) ; y también: <<No me glor ío s ino en la cruz de Cr is to, por la cua l e l mundo está cruc i f icado para mí y yo para e l mundo>> (Gál 6,14) .

3,6 . Enseñan todas estas vac iedades acerca de su P léroma y de la p lasmación [61] de todas las cosas, t ra tando de adaptar aquel las cosas que han s ido b ien dichas a las que el los inventaron mal por s í mismos. Y no sólo toman de los Evangel ios y de las car tas apostó l icas los argumentos para sus doct r inas, t rastocando su in terpretac ión y adul terando su exégesis ; s ino también de la Ley y los profe tas: como éstos narran muchas parábolas, a legor ías y o t ros dichos que se prestan a ser arrast rados en cua lquier sent ido, e l los acomodan su ambigüedad a sus invenciones, por medio de exégesis do losas. De esta manera mant ienen en caut iver io le jos de la verdad a quienes no mant ienen una fe f i rme en e l ún ico D ios Padre omnipotente y en Jesucr is to , e l Hi jo único de Dios. 1.4 . Fuera del P léroma: Achamot or ig ina la mater ia[62] 4 .1 . Según sus teor ías, [480] fuera del P léroma sucede lo s igu iente: e l Deseo de la Sabidur ía super ior , a la que l laman Achamot , a le jada de l Pléroma por mot ivo de su pasión, como d icen, anduvo vagando en los lugares de la sombra y de l vacío : en e fecto, sal ió de la Luz de l P léroma, s in forma y s in f igura como un aborto, por no haber logrado nada. Pero el Cr is to super ior tuvo miser icordia , y extendiéndose en la Cruz, con su poder le creó una forma, pero sólo en cuanto a la substancia, no en cuanto a l conocimiento. Una vez rea l izada esta obra se re t i ró , l levándose su poder y de jándola , a f in de que, s int iendo la pas ión debida a la separac ión del P léroma, desee las real idades super iores, gozando de un c ier to o lor de incorrupción que le de jaron Cr is to y Espí r i tu Santo. Por eso se le l lama con dos nombres: Sabidur ía por mot ivo de su padre -pues su padre se l lama Sabidur ía- y Espí r i tu Santo por e l espí r i tu que está junto a Cr is to .

Una vez que rec ib ió la forma y se h izo consciente , de pronto la abandonó el Verbo que estaba con el la, es deci r Cr is to, e l la se ent regó de nuevo a buscar la Luz que la había abandonado. [481] S in embargo el la no pudo a lcanzar la , porque el L ími te se lo impedía. Y el L ími te así la habría l lamado cuando el la se lanzaba hacia a fuera: <<[exc lamdown] Iao!>> Por eso también se le l lama Iao. Y como e l la no pudo at ravesar e l Lími te, porque había abrazado la pas ión y por eso había quedado afuera (del Pléroma) e l la sola , sucumbió a todo t ipo de suf r imientos múl t ip les y var iados. Y la invadió la t r is teza por no haber podido aprehender la Luz; y además temor de que, así como la Luz, también se le escapase la Vida. Todo esto la consternó y la invadió la ignorancia. A d i ferencia de su madre, e l Eón de la pr imera Sabidur ía , sus pasiones la cambiaron, a l cont rar io de aquél la . Entonces v ino sobre el la ot ro deseo apasionado: e l de convert i rse a aquel que le había dado la v ida.

4,2 . Dicen que éste fue e l or igen y la esencia de la mater ia de la cua l está compuesto el mundo. Del desarrol lo del mundo y del Demiurgo toda a lma sacó su or igen, [484] y todo lo demás fue formado de l temor y la t r is teza. Porque de sus lágr imas (de Achamot) prov ienen todas las substancias húmedas, de su r isa las br i l lantes, y de la t r is teza y e l temor los e lementos mater ia les de l mundo. Pues,

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según su teor ía , unas veces l loraba y se ponía t r is te a l sent i rse so la y desamparada en la oscur idad y e l vacío ; ot ras veces se re ía pensando en la Luz que la había abandonado; a veces en cambio sent ía temor; y f ina lmente en ot ras ocasiones sal ía de s í por la angust ia . 1.4 .1 . Refutac ión4,3. ¿Qué deci r de todo esto? Que no es, en verdad, s ino una gran comedia, ver cómo cada uno de e l los en su fantasía expone de manera diversa, pero muy ser ia, de qué pasión y de cuá l e lemento tomó or igen la substancia . Pero e l los, y a mi ju ic io con toda razón, no quieren enseñar ab ier tamente a todos, s ino só lo a qu ienes pueden pagar b ien por ta les mister ios. Pues estas cosas no se parecen a aquél las de las que d i jo e l Señor : <<Dad grat is lo que grat is habéis rec ib ido>> (Mt 10,8) ; porque estos son mister ios abst rusos, por tentosos y pro fundos elaborados con gran t raba jo para aquel los a qu ienes les encanta ser engañados. Porque ¿quién no gastar ía todo su dinero por aprender que los mares, las fuentes, los r íos y todo elemento l íquido tuv ieron su or igen en las lágr imas de l Deseo el Eón que cayó en la pas ión, que de su r isa surg ió la Luz, y de su temor y angust ia los e lementos corpora les de l mundo?

4,4 . Yo también quiero cont r ibu i r un poco a su producción [63] . Porque veo que algunas aguas son dulces, [485] como las fuentes, los r íos, las l luv ias, e tc . ; en cambio las de l mar son sa ladas; por eso no debieron todas e l las tener su or igen en las lágr imas, ya que éstas son sa ladas. Porque es ev idente que las aguas saladas prov ienen de las lágr imas. Pero también se me ocurre que e l la deb ió haber sudado cuando se ha l laba en v io lenta lucha con la angust ia. Y así , cont inuando con su h ipótes is , hemos de suponer que las fuentes, r íos y ot ras aguas du lces tuv ieron or igen en su sudor. Porque no es probable que, s iendo las lágr imas sa ladas, de e l las hayan nacido tanto las aguas sa ladas como las dulces. Es, pues, más persuasivo deci r que unas aguas brotaron de sus lágr imas y o t ras de su sudor. Y como en e l mundo ex is ten además aguas cal ientes y ác idas, debes también entender cómo se produjeron y por qué órgano fueron emi t idas. Estos son los f ru tos más congruentes con sus argumentos. 1.4 .2 . Or igen de la creación exter ior4,5 . Una vez que su Madre pasó a t ravés de todas las pasiones de las cua les apenas pudo l iberarse, d icen e l los que se puso a sup l icar a la Luz que la había abandonado, o sea el Cr is to. Este, hab iendo regresado a l P léroma, parece que ya no le quedaron ganas de vo lver a ba jar . Mejor le mandó a l Parác l i to , o sea al Sa lvador, s iendo e l Padre [488] qu ien le d io todo poder (Mt 11,27; Lc 10,22) y puso todas las cosas bajo su dominio, y los Eones h ic ieron algo semejante, a f in de que <<en é l tuv iesen consis tenc ia todas las cosas, las v is ib les y las inv is ib les, los Tronos, Div in idades y Dominaciones>> (Col 1,16) [64] . Fue enviado pues (Cr is to) junto con los Angeles sus acompañantes.

Achamot se l lenó de reverencia y pr imero se cubr ió con un ve lo , y en seguida, una vez que lo v io con todos sus f rutos, se le acercó para rec ib i r e l mi lagro de su mani festac ión. El entonces le d io la forma gnóst ica y la curó de sus pasiones; pero s in qui társe las -porque ya no era posib le hacer las desaparecer como había sucedido con la pr imera (Sabidur ía) , porque ya se habían ar ra igado y for ta lec ido- ; s ino que las puso apar te , las mezcló y coaguló para t ransfer i r las de la pas ión incorpórea a la mater ia incorpórea. Luego les h izo una naturaleza adaptab le , para permi t i r le formar las d iversas combinaciones de los cuerpos, [489] de manera que surgieran dos substancias: una mala, brotada de las pasiones, y o tra que fuera capaz de convert i rse [65] . Por eso dicen que el Sa lvador actuó con el poder de l Demiurgo. Una vez que Achamot se v io l ib re de la pas ión, concib ió con gozo la v is ión de las Luces que lo acompañan (al Sa lvador) , es deci r los Angeles [66] . Enseñan que, a legrándose al ver los, e l la d io a luz f ru tos a su imagen (de los Angeles) ; es deci r , un par to [492] espi r i tua l a semejanza de los guard ias del Sa lvador [67] . 1.4 .3 . Creación prev ia de l Demiurgo5,1. De esta manera, pues, habrían surgido los t res elementos: e l pr imero es e l mater ia l (hyl ico ) nac ido de la pas ión, e l segundo es e l psíqu ico surgido de la convers ión, y e l tercero e l esp i r i tua l dado a luz por e l la (Achamot) ; de modo que

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el la se abocó a dar les la forma. Pero no fue capaz de dar forma a l e lemento esp i r i tua l (pneumát ico ) , porque tenía su misma substancia . Entonces se vo lv ió a formar e l e lemento nacido de la convers ión, que es la substancia psíquica, de acuerdo con las enseñanzas del Sa lvador. En pr imer lugar , según d icen, de la substancia psíquica formó a l (Dios y) Padre y Rey de todas las cosas que le son consubstancia les, o sea las psíqu icas, a las cua les l laman << la derecha>>; y también a las que prov ienen de la pas ión y de la mater ia, a las cua les l laman <<la izquierda>>. D icen que formó todos los seres que v ienen después de é l , impulsado en secreto por su Madre. Por este mot ivo lo l laman <<Padre-Madre (Metropátora)>>, <<Sin Padre ( Apátora )>>, <<Demiurgo>> y <<Padre>>. Lo l laman Padre de los seres de la derecha, [493] o sea de los psíquicos; Demiurgo de los seres de la izquierda, o sea de los mater ia les y Rey de todos. Porque d icen que este Deseo, quer iendo hacer todas las cosas en honor de los Eones, fabr icó imágenes de éstos; o , mejor d icho, e l Sa lvador los h izo por su medio. E l la (Achamot) conservó la imagen de l Padre inv is ib le desconocida para e l Demiurgo; así como éste la imagen del Hi jo Unigéni to , y los Arcángeles y Angeles hechos por é l , las imágenes de los demás Eones.

5,2 . De esta manera é l (Demiurgo) se convi r t ió en Dios y Padre de todo cuanto ex is te fuera del P léroma, s iendo e l Hacedor de todos los seres psíqu icos y mater ia les. Separando las dos sustancias que se ha l laban mezcladas; y a par t i r de las incorpóreas h izo las corporales; fabr icó los seres ce lestes y terrest res y se convi r t ió en Demiurgo de las cosas psíqu icas y mater ia les, derechas e izqu ierdas, l igeras y pesadas, que suben o que bajan. De esta manera, d icen, e l Demiurgo hizo s iete Cie los sobre los cua les él hab i ta. Por eso también lo l laman <<Semana>> (Hebdomáda o sea sépt ima), mient ras que a la Madre dan e l nombre de Ogdóada (es deci r octava) , o sea a Achamot, que conserva el número de la Ogdóada basica y or ig ina l , que es la del Pléroma. Estos s iete Cie los, según dicen, son in te l igentes, los cuales, según el los enseñan, ser ían [496] los Angeles. El Demiurgo también ser ía un Angel , pero semejante a un D ios. Igualmente a l Paraíso, que quedar ía enc ima de l tercer c ie lo , lo l laman e l cuar to Arcángel en poder, y Adán habría rec ib ido de éste a lguna cosa, cuando permaneció en ese c ie lo.

5,3 . También af i rman que el Demiurgo creyó haber fabr icado todas las cosas por s í mismo; pero h izo las cosas de Achamot [68] : pues fabr icó el c ie lo s in que lo sup iera C ie lo, y p lasmó al ser humano en la ignorancia de Hombre, así también la t ier ra s in que T ier ra estuv iese informada. Igua lmente en todas las cosas ignoró los modelos de los seres que hacía , e inc luso ignoró a la Madre misma, imaginando que é l lo era todo. E l mot ivo de haber actuado así , d icen, fue su Madre que qu iso produci r lo, pues lo h izo Pr inc ip io y Cabeza de su substancia , y Señor de todas sus obras. A esta Madre el los la l laman Ogdóada, Sabidur ía , T ierra , Jerusa lén, Espír i tu Santo, así como también Señor, en mascul ino. E l la ocupa la Región In termedia ( Mesótes ) , [497] porque está por sobre e l Demiurgo, pero debajo y fuera de l P léroma hasta la consumación (del mundo).

5,4 . El los d icen que la substancia mater ia l se sustenta de t res pasiones: e l temor, la t r i s teza y la ans iedad. Del temor y la convers ión tomaron su fundamento los seres psíqu icos. De la convers ión sacó su or igen e l Demiurgo. Y de l temor brotaron las demás substancias psíquicas, de los animales i r rac iona les y de los seres humanos. Y por este mot ivo (e l Demiurgo) , pues los seres esp i r i tuales eran demasiado elevados para que pudiese conocer los, se imaginó que él era e l único Dios. Por eso d i jo por los profe tas: <<Yo soy Dios y fuera de mí no hay n ingún ot ro>> ( Is 45,5 ; 46,9) .

Enseñan, además, que de la t r is teza fueron e laborados los <<espí r i tus de l mal>> (Ef 6,12) : de e l la sacaron su or igen el Diab lo, a l que el los l laman <<Soberano de l mundo>> (Kosmokrátor ) , los demonios y todos los seres malvados. Pero d icen que el Demiurgo es e l h i jo psíqu ico de su Madre, en cambio el Soberano de l mundo es una creatura de l Demiurgo. Sin embargo, e l Soberano de l mundo sí comprende las cosas que ex is ten por enc ima de é l , porque es espí r i tu, por más

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que sea del mal ; en cambio e l Demiurgo las ignora, porque es una substancia psíquica. Y d icen que la Madre habi ta en un lugar ce leste , es deci r en la Región Intermedia (Mesót i ) , mient ras el Demiurgo res ide en un lugar celeste, es deci r [500] en la Semana, y e l Soberano de l mundo rad ica en nuest ro mundo.

Del espanto y la angust ia (pues son sent imientos pesados) brotaron los seres corpora les: la t ier ra del estado de terror , e l agua del movimiento de l temor, e l a i re de la concet rac ión de la t r i s teza. E l fuego, por su par te , se ha l la en todos el los para engendrar la muerte y la corrupción; así como la ignorancia se ha l la escondida en las t res pasiones. 1.4 .4 . Creación de los t res t ipos de hombres5.5. Una vez fabr icado el mundo, también hizo a l ser humano, <<sacado de la t ier ra>>[69] (Gén 2,7; 1 Cor 15,47) . No lo h izo de t ie rra seca, s ino tomando algo de la substancia inv is ib le, de la mater ia d i fusa y f lu ida, en la cual sop ló e l e lemento psíqu ico. Este es el hombre hecho <<a imagen y semejanza>> (Gén 1,26) . Ante todo según la imagen es e l hombre hyl ico [70] : cercano, pero no consubstancia l a Dios [71] . [501] Según la semejanza es e l hombre psíquico , a cuya substancia se le l lama <<espír i tu de v ida>> (Gén 2,7) , porque surge de un f lu ido esp i r i tual . Y, d icen e l los, en tercer lugar la <<tún ica de p ie l>> (Gén 3,21) : ésta ser ía la carne sensib le .

5.6 . Respecto a l par to de su Madre Achamot, que engendró cuando contemplaba los Angeles que rodean al Salvador , era consubstancia l a su Madre, pneumát ico, pero el Demiurgo lo ignoró, porque fue co locado en é l de modo secreto, s in que él lo adv i r t ie ra , a f in de que fuese sembrado en la psyche que de é l provenía y en este cuerpo mater ia l . Gestado de esta manera en estos elementos y desarrol lado como en un v ient re , estar ía preparado para rec ib i r e l Deseo per fecto . Así pues, como dicen, quedó ocu l to a l Demiurgo el hombre pneumát ico [72] que había s ido sembrado por la Sabidur ía en su sop lo (Gén 2,7) , con inefab le poder y prov idencia. Así como é l ignoró a su Madre, así también desconoció su esperma al que l laman Ig les ia, que es una imagen de la Ig les ia que está en las a l turas. De esta manera pretenden el los que se haya or ig inado e l hombre que en el los ex is te : rec ib ió la psyche de l Demiurgo, e l cuerpo de l lodo y la carne de la mater ia; [504] pero el hombre pneumát ico surg ió de su Madre Achamot . 1.4 .5 . Dest ino de los t res t ipos de hombres6.1. Son t res, pues, los t ipos de hombre: e l pr imero es mater ia l (hyl ico ) , a l que l laman <<de izquierda>>, que por necesidad perece, e l cual es incapaz de rec ib i r n ingún soplo de incor rupción. El animado (psychico ) 7 3 , también l lamado <<de derecha>>, que queda ent re e l mater ia l y e l espir i tua l , que se inc l inará hacia e l lado que lo arrast re su propensión. Y e l espir i tua l (pneumát ico ) , que fue enviado al animado a f in de que, estando en éste , lo educase. Este elemento espir i tua l , d icen e l los, es <<la sa l>> y <<la luz de l mundo>> (Mt 5,13-14) . En efecto , e l hombre psíquico necesi taba una educación por los sent idos. Con este ob je to e l mundo habr ía s ido fabr icado y e l Salvador habr ía ven ido a l lado de este hombre an imado (psíquico) , porque es l ib re , para sa lvar lo . Porque, d icen e l los, é l ha tomado las pr imic ias de lo que debía sa lvar : de Achamot e l e lemento esp i r i tua l , de l Demiurgo e l vest ido psíqu ico (es deci r e l animado) que es Cr is to : por mot ivo de la Economía [74] se le preparó un cuerpo formado con substancia psíquica, [505] pero dispuesto con un ar te inefable para que pudiera ser v is to, pa lpado y suf r i r . En cambio nada tomó del (hombre) mater ia l , porque éste nada t iene que pueda sa lvarse. La consumación vendrá cuando todo lo espi r i tua l esté per fectemente formado mediante la gnosis . Estos son los hombres espi r i tuales (pneumát icos ) , que han adqui r ido el per fecto conocimiento de Dios y a qu ienes Achamot ha in ic iado en los mister ios. E l los pretenden ser estos hombres. [75]

6,2 . También hay enseñanzas psíquicas, que son las que han rec ib ido los hombres animados (psychicos ) , es deci r aquel los que, mediante la fe senci l la y las obras han s ido conf i rmados, pero no t ienen la gnosis per fecta: éstos somos los hombres que, según e l los, formamos la Ig les ia [76] . Por eso nos hace fa l ta una buena conducata, pues de ot ra manera no podremos salvarnos. En cambio enseñan que el los no se salvan por las obras, s ino que, por e l hecho de ser de

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naturaleza esp i r i tua l , automát icamente se sa lvan. Porque, así como lo que nace de l lodo es incapaz de acoger la sa lvac ión -por no tener potencia de rec ib i r la - ; de igua l manera lo que por naturaleza es esp i r i tua l -y de esta c lase pretenden ser e l los- es incapaz de corromperse, [508] sean cua les fueren sus actos. Sucedería como con e l oro , que aun cuando caiga en e l lodo no p ierde su bel leza; s ino que conserva su natura leza, pues e l lodo es incapaz de dañar a l oro . De igua l manera, d icen, e l los no pueden suf r i r n ingún daño ni perder su sustancia esp i r i tua l , aunque se hundan en cua lesquiera obras mater ia les.

6,3 . Por eso los que ent re e l los ya son <<per fectos>>, s in vergüenza a lguna hacen lo que quieren, aun todas las acc iones proh ib idas, de las cuales la Escr i tura af i rma: <<Quienes ta les cosas hacen no heredarán el Reino de Dios>> (Gál 5 ,21) . Comen, s i se les anto ja , la carne inmolada a los d ioses, pues imaginan que nada puede dañar los. En todas las f iestas paganas, s i les v iene en gana, son los pr imeros en gozar de las f iestas a los ídolos, de modo que no se abst ienen ni s iqu iera de los espectáculos que son una indign idad ante Dios y ante los seres humanos, como las luchas homic idas de los g lad iadores ent re s í o con las f ieras. A lgunos de e l los s in f reno a lguno s i rven a los p laceres de la carne, excusándose en que los carna les ent regan lo que en el los hay de carna l a los carna les, y los esp i r i tuales lo esp i r i tua l a los esp i r i tuales. Otros de ent re e l los en ocu l to han cor rompido a mujeres a qu ienes enseñan esta doct r ina: muchas de estas mujeres a qu ienes e l los han logrado convencer, lo han confesado junto con ot ros errores una vez que se han convert ido a la Ig les ia. Ot ros de e l los ab ier tamente y en forma descarada, cuando se apasionan por una mujer , la separan de su esposo para casarse con e l la . Otros más, most rando a l pr inc ip io mucha ser iedad, han hecho creer que cohabi taban con el la como hermano [509] y hermana, hasta que pasando el t iempo ha aparec ido que la hermana estaba preñada de l que se decía su hermano.

6,4 . Mient ras hacen muchas ot ras acc iones vergonzosas e impías, se r íen de nosotros, que por temor de Dios nos abstenemos de pecar inc luso en nuest ros pensamientos y pa labras, teniéndonos por ignorantes e id iotas. En cambio presumen de ser los per fectos y la semi l la de e lecc ión. Nosot ros, como nos echan en cara, hemos rec ib ido só lo e l uso de la grac ia , y por eso nos será qu i tada; en cambio el los poseen con derecho prop io una grac ia que ha descendido de arr iba, de un matr imonio [77] inefable e innombrable , y por eso s iempre se les dará más (Lc 19,26) . Para lograr lo e l los deben s iempre medi tar en el mis ter io de la un ión sexual . Esto es lo que pred ican a los insensatos con estas pa labras: <<Cualquiera que v iva en e l mundo (Jn 17,11) , s i no ha amado a una mujer hasta un i rse con el la, ese ta l no per tenece a la Verdad (Jn 18,37) n i caminará hacia la Verdad; en cambio aquel que es de l mundo (Jn 17,14-16) , s i se ha unido a una mujer , no habi tará en la Verdad, porque se ha un ido a el la por concupiscencia>>.

Por e l lo nosot ros, [512] a qu ienes l laman psíqu icos y , según el los, per tenecemos a este mundo, tenemos que observar por fuerza la cont inencia y rea l izar buenas obras para que podamos l legar a l Lugar Intermedio. En cambio e l los, que a s í mismos se l laman esp i r i tua les y per fectos, de ningún modo lo necesi tan [78] ; porque no son las obras lo que l leva al P léroma, s ino la semi l la sembrada de lo a l to que, aunque es pequeña, acá abajo l lega a hacerse per fecta.

7,1 . Cuando todo e l esperma se haya vue l to per fecto, su Madre Achamot pasará de l Lugar In termedio a l in ter ior del Pléroma, y rec ib i rá como esposo al Sa lvador que ha s ido hecho por todos los Eones; a f in de que se consume e l matr imonio ent re e l Salvador y la Sabidur ía , que es Achamot. Estos son <<el esposo y la esposa>> (Jn 3 ,29) , mient ras que la cámara nupcia l será todo e l P léroma. Entonces los esp i r i tua les, que se han despojado de sus almas y convert idos en espí r i tus puramente in te lectua les, ent rarán en el P léroma para convert i rse en esposas de los Angeles que forman el entorno del Sa lvador. A su vez e l Demiurgo pasará al lugar de su Madre la Sabidur ía, que es e l In termedio . [513] También las a lmas de los justos descansarán en el Lugar Intermedio; pues nada psíqu ico puede ingresar dent ro del Pléroma. Una vez que todo esto se haya rea l izado, e l

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fuego escondido en la t ier ra se encenderá y apoderándose de toda la mater ia la consumirá , y é l mismo, consumiéndose con el la, i rá a la nada. El Demiurgo, según dicen, no ha sabido nada de esto antes de que el Sa lvador v in iese. 1.4 .6 . Var iante sobre e l Cr is to y e l Sa lvador7,2 . A lgunos de e l los también andan dic iendo que (e l Demiurgo) engendró a un Cr is to h i jo suyo, pero psíquico, e l cual habr ía hablado por los profe tas. Este ser ía e l que pasó por María como agua por un tubo [79] , sobre e l cual descendió de l Pléroma en el baut ismo el Salvador en forma de pa loma (Mt 3 ,16; Lc 3,22) ; también Achamot habr ía sembrado en él la semi l la espi r i tua l . De donde se s igue que, s i hemos de creer les, nuest ro Señor estuvo compuesto de cuatro e lementos, reproduciendo en s í la imagen de la pr imera y pr imordia l Quaterna ( Tetraktys ) : de elemento pneumát ico emi t ido de Achamot ; de psíqu ico, proveniente del Demiurgo; de la Economía, hecho con ar te inefable ; y del Salvador , o sea la pa loma que descendió sobre é l . Y dicen que fue s iempre impasib le -pues no podía padecer, s iendo inv is ib le e incomprensib le- . Por eso, cuando fue conducido a P i lato , [516] se le qu i tó e l Espí r i tu de Cr is to que se le había sembrado [80] . Pero según el los tampoco padeció e l semen que provenía de la Madre; porque era esp i r i tua l e inv is ib le aun para el Demiurgo. Por lo tanto habría padecido sólo e l Cr is to psíquico, e l que por la Economía fue elaborado mister iosamente, a f in de que por medio de él la Madre mani f ieste la imagen de l Cr is to super ior , e l cual extendió los brazos en la Cruz y a l que Achamot d io la forma de la substancia: todas estas cosas, d icen, ser ían f igura de aquel los (seres super iores) .

7,3 . Igua lmente pred ican que las a lmas que rec ib ieron de Achamot e l semen, son mejores que las ot ras; por eso e l Demiurgo más las ama, s in saber por qué son super iores, pues se imagina que de é l mismo sa l ieron. Por ese mot ivo las e l ig ió para ser pro fetas, reyes y sacerdotes. Pretenden que este esperma mucho habría hablado por medio de los profe tas, porque es de naturaleza super ior ; así también la Madre habr ía d icho muchas cosas acerca de lo a l to ; y aun e l Demiurgo reve ló muchas cosas por medio de las a lmas que é l había hecho [81] . De este modo e l los d iv iden las profecías, enseñando que unas son enseñanzas de la Madre, o t ras del esperma, ot ras del mismo Demiurgo. Y lo mismo pasa [517] con Jesús: d icen que una par te prov iene de l Sa lvador, ot ra de la Madre, o t ra de l Demiurgo, como expondremos más adelante.

7,4 . El Demiurgo, ignorando las cosas super iores a é l , quedó admirado de lo que se decía, pero lo at r ibuyó unas veces a una causa, o t ras veces a o t ra: o a l Espí r i tu profé t ico que t iene un propio movimiento, o a l hombre, o a una combinación de elementos infer iores. De esta manera se mantuvo en la ignorancia hasta la ven ida del Salvador . Mas cuando v ino el Sa lvador, de é l aprendió todo lo que se había d icho, y con alegr ía se le unió con todo su poder [82] . E l ser ía e l centur ión que en e l Evangel io d i jo a l Sa lvador: <<Yo tengo ba jo mi poder serv idores y soldados, y e l los hacen lo que les d igo>> (Mt 8 ,9; Lc 7 ,8) . E l l levará a cumpl imiento la Economía de l mundo hasta e l t iempo opor tuno, sobre todo por e l cu idado que t iene de la Ig les ia y por e l conocimiento del premio preparado, ya que habrá de pasar a l lugar de la Madre. 7,5 . Enseñan, pues, que son t res los t ipos de seres humanos: los pneumát icos, los psíqu icos y los terrenos [83] , como fueron Caín, Abel y Set , de modo que éstos representan las t res naturalezas, no [520] de hombres concretos, s ino de toda la raza humana. El terreno va d i recto a la corrupción. E l psíqu ico, s i e l ige las cosas mejores, descansará en e l Lugar Intermedio; pero s i e l ige las más ba jas, también acabará como aquel las cosas de las que se ha hecho semejante. Achamot , en cambio, desde el pr inc ip io hasta hoy s iembra a los hombres pneumát icos en las a lmas justas, para educar los y desarro l la r los aquí en la t ier ra; a f in de entregar los después, una vez hechos per fectos, como esposas a los Angeles que forman la guardia del Salvador , mient ras sus almas necesar iamente quedarán en e l Lugar Intermedio para ha l lar su reposo eterno junto con e l Demiurgo. F inalmente dis t inguen las a lmas en buenas y malas por natura leza: las a lmas buenas son las capaces de rec ib i r la semi l la ; en cambio las de naturaleza mala nunca podrán ser capaces de acoger la. 1.4 .7 . La Escr i tura a l serv ic io de sus teor ías

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EXPOSICION DE LAS DOCTRINAS GNOSTICAS

8,1. Esta es su teor ía, que n i los profetas anunciaron, n i e l Señor enseñó, n i los Apósto les t ransmit ieron [84] . Y, s in embargo, e l los se glor ían de haber rec ib ido de estas cosas un conocimiento más e levado que todas las demás personas. Todo e l t iempo c i tan textos que no se ha l lan en las Escr i turas [85] y , como se dice, fabr ican lazos con arena. Y no les preocupa acomodar a sus doctr inas, de una manera conf iable, [521] sea las parábolas de l Señor, sea los d ichos de los profe tas, sea la pred icac ión de los Apósto les. Lo único que t ra tan de hacer es que sus creaciones no parezcan carecer de pruebas. Por eso enredan e l orden y e l texto de las Escr i turas, y en cuanto pueden separan los miembros (del cuerpo) de la verdad. Transponen y t ransforman todo y, mezclando una cosa con ot ra , seducen a muchos mediante la fantas iosa composic ión que fabr ican a par t i r de las pa labras del Señor.

Como s i un hábi l ar t is ta h ic iese con toda prec is ión en un r ico mosaico e l hermoso re trato de un rey, y luego algu ien, para destru i r su imagen, arrancase f ragmentos de p iedra y los volv iese a acomodar formando ot ra f igura mal d ibu jada, por e jemplo de un perro o una zorra; y luego d i jese que ese es el bel lo ret ra to del rey que el famoso ar t is ta había hecho. Ese hombre most rar ía las p iedras ( las mismas que e l pr imer ar t is ta había hábi lmente acomodado para t razar los rasgos de l rey, pero con las cua les el segundo con toda v i leza había formado la f igura de un perro) , para engañar a los más s imples que no conocen los rasgos del rey, hac iéndoles creer que esa detestab le imagen de zorra es su autént ico re t rato . Del igua l manera esa gente, después de haber juntado fábulas de v ie jas, añadiéndoles en seguida textos, [542] f rases y parábolas pretendieron acomodar a sus mi tos la Palabra de Dios. Ya hemos hecho notar los pasajes de la Escr i tura que e l los ap l ican a los seres que habi tan dent ro de l P léroma. 8,2 . Veamos ahora los textos de las Escr i turas que e l los pretenden at r ibu i r a los sucesos que han tenido lugar fuera del P léroma. E l Señor, a legan, v ino a sufr i r en los ú l t imos t iempos de l mundo, a f in de mostrar la pas ión del ú l t imo de los Eones, para de esta manera dar a conocer e l f in para el que fueron hechos los Eones. La niña de doce años, h i ja del je fe de la s inagoga a la que el Señor, cuando se le rogó, desper tó de entre los muer tos (Lc 8 ,41-42) , era, según exp l ican, f igura de Achamot a la cual Cr is to, colocándose encima de el la , le d io forma y la h izo sent i r la Luz que la había abandonado. Que el Sa lvador se le most ró cuando se ha l laba como un aborto fuera de l P léroma, lo d i r ía Pablo en su pr imera Carta a los Cor in t ios: <<Por ú l t imo también a mí se me dejó ver como a un abor t ivo>> (1 Cor 15,8) . Y la venida de l Sa lvador a Achamot , junto con sus acompañantes ( los Angeles) , quedar ía c laramente mani f iesta en la misma car ta, cuando dice: <<Conviene que la mujer tenga puesto e l ve lo en la cabeza por respeto a los Angeles>> (1 Cor 11,10) ; porque, cuando el Salvador se acercó a e l la , Achamot se echó el ve lo en su cara l lena de vergüenza como lo habría ind icado Moisés cubr iéndose la cara con un ve lo (Ex 34,33-35; 2 Cor 3 ,13) . [525] Y d icen que el Señor señaló los suf r imientos por los que el la había ten ido que pasar , cuando di jo desde la cruz: <<[exc lamdown]Dios mío, D ios mío! ¿Por qué me has abandonado?>> (Mt 26,46; Sa l 22[21] ,2) , las cuales har ían memor ia de cuando la Luz abandonó la Sabidur ía y e l Lími te le impidió lanzarse hacia lo a l to; su t r is teza, cuando d i jo: <<[exc lamdown]Tr is te está mi a lma!>> (Mt 26,38) ; y su temor cuando di jo: <<Padre, s i es posib le, pase de mí este cál iz>> (Mt 26,39) ; y su angust ia y consternación, cuando d i jo : <<No sé qué deci r>> (Jn 12,27) .

8,3 . También prueban que hay t res c lases de seres humanos, de esta manera: los hí l i cos estar ían inc lu idos en estas palabras que respondió al que le decía : <<Te seguiré>>: <<El Hi jo del Hombre no t iene donde rec l inar la cabeza>> (Mt 8,19-20; Lc 9,57-58) . E l psíqu ico, en aquel lo que contestó al que le decía: <<Te seguiré , pero pr imero dé jame i r a despedirme de mi fami l ia>>: <<Ninguno que pone la mano en el arado y se vue lve at rás, es d igno de l Reino de los c ie los>> (Lc 9 ,61-62) ; [528] pues dicen que un hombre de este t ipo per tenecía a los mediocres, a l cua l se le parecía aquel joven que confesaba haber hecho muchos deberes de just ic ia, pero que luego no quiso seguir lo, s ino que, impedido por las r iquezas para volverse per fecto (Mt 19,16-22) , d icen que se movía dentro del mundo de los psíquicos. Y e l pneumát ico estar ía ind icado en aquel lo que d i jo : <<Deja a los

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muer tos sepul tar a sus muer tos, tú ve y anuncia e l Reino de Dios>> (Mt 8,22; Lc 9,60) , y también en e l pub l icano Zaqueo a qu ien d i jo: <<Baja de pr isa, porque hoy debo quedarme en tu casa>> (Lc 19,5) : estos hombres per tenecerían al t ipo de los pneumát icos [86] . También d icen que en la parábola de la levadura que la mujer escondió en t res medidas de har ina, se esconden los t res t ipos de seres humanos. La mujer ser ía la Sabidur ía , y las t res medidas de har ina, los t res t ipos de hombres: espi r i tual , an imado y ter reno. E l fermento ser ía e l Sa lvador.

Igualmente Pablo se habría re fer ido c laramente a los ter renos, psíqu icos y esp i r i tua les. En un lugar d ice: <<Como es el terreno, así son los ter renos>> (1 Cor 15,48) . En ot ro pasaje: <<El hombre animal no perc ibe las cosas de l Espí r i tu>> (1 Cor 2,14) . En ot ro texto : <<El hombre esp i r i tua l todo lo juzga>> (1 Cor 2 ,15) . <<El hombre animal no perc ibe las cosas del Espí r i tu>> lo habría af i rmado de l Demiurgo, e l cual , s iendo psíqu ico, no conoció n i a la Madre esp i r i tua l n i su semi l la n i los Eones que habi tan en e l P léroma. Y como e l Sa lvador [529] asumió las pr imic ias de los que había de salvar , Pablo d i jo: <<Y s i las pr imic ias son santas, también lo será la masa>> (Rom 11,16) : la pr imic ia des igna, según el los, aquel lo que es pneumát ico; la masa somos nosot ros, o sea la Ig les ia psíqu ica. E l Sa lvador, d icen, asumió la masa y la e levó en s í mismo, porque él era la levadura.

8,4 . Y que Achamot se ext rav ió de l P léroma, e l Cr is to la formó y e l Sa lvador la buscó, af i rman e l los que está ind icado cuando d i jo que había ven ido a buscar la ove ja perdida (Mt 18,12-13; Lc 15,4-7) . Porque la oveja errabunda s ign i f icar ía a la Madre errante, la cual sembró la Ig les ia ter rena; su pérd ida ser ía su permanencia fuera de l Pléroma, en medio de suf r imientos, de los cuales se habría or ig inado la mater ia. La mujer que l impió toda la casa hasta encont rar la dracma (Lc 15,8-10) , d icen que descr ibe a la Sabidur ía super ior , la cua l , habiendo perd ido su Intenc ión, después de algún t iempo, l impiando todas las cosas con la ven ida de l Sa lvador, la vo lv ió a encontrar , porque habría regresado a l in ter ior del P léroma.

Acerca de Simeón, que <<rec ib ió en sus brazos a Cr is to y d io grac ias a D ios dic iendo: Ahora, Señor, deja a tu s iervo i r en paz según tu pa labra >> (Lc 2 ,29) , d icen que es f igura del Demiurgo, e l cua l , una vez ven ido el Sa lvador, le h izo posib le cambiar de lugar , y d io grac ias a l Abismo. Y en Ana, de la cual e l Evangel io [532] af i rma que <<había v iv ido con s ie te mar idos>> (Lc 2,36-38) , pero luego había permanecido v iuda e l resto de sus años hasta que v io a l Salvador , lo reconoció y hab ló de é l a todos, c laramente estar ía representada Achamot : ésta, hab iendo v is to durante un instante al Sa lvador junto con todos sus acompañantes, durante todo el t iempo que s iguió habi tó en el Lugar In termedio , esperando su segunda venida y renunciando a l matr imonio. Inc luso su nombre estar ía indicado en lo que d i jo de el la e l Sa lvador: <<La sab idur ía ha quedado just i f i cada en sus hi jos>> (Lc 7,35) , y también Pablo : <<Hablamos de la sab idur ía a los per fectos>> (1 Cor 2 ,6) . En cuanto a los matr imonios que se ce lebran en e l P léroma, Pablo se habría refer ido a el los, cuando d i jo acerca de uno: <<Este es un gran mister io , hab lo de Cr is to y de la Ig les ia>> (Ef 5 ,32) .

8,5 . Además enseñan que Juan, e l d iscípu lo de l Señor , habr ía dado a conocer la pr imera Ogdóada. Estas son sus propias palabras: Juan, e l d iscípu lo del Señor, quer iendo exponer e l or igen de todas las cosas, es deci r e l modo como e l Padre las ha emit ido, comenzó estab lec iendo un Pr inc ip io que fuera como el c imiento, o sea e l Pr imogéni to de D ios, por lo cua l lo l lamaron el Hi jo y e l Dios Unigéni to : en él e l Padre sembró todas las cosas a modo de semi l la . Este Pr inc ip io a su vez emit ió a l Verbo y, en é l , toda la substancia de los Eones, a los cuales e l mismo Verbo dio forma poster iormente. Y como Juan habla de los or ígenes, es c laro que par te de l Pr inc ip io , es deci r de l Hi jo , [533] y e labora la doctr ina de l Verbo. Dice así : <<En e l pr inc ip io era e l Verbo, y e l Verbo estaba ante Dios, y e l Verbo era Dios. E l estaba en el pr inc ip io ante Dios>> (Jn 1 ,1-2) .

Al in ic io d is t ingue t res cosas: Dios, e l Pr inc ip io y e l Verbo; en seguida los une. Lo hace para most rar la emis ión de ambos, es deci r de l Hi jo y del Verbo, y en

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seguida la unidad que hay ent re ambos y de ambos con e l Padre. El Pr inc ip io, en efecto , se or ig ina de l Padre y está en el Padre, y e l Verbo prov iene de l Pr inc ip io y está en e l Pr inc ip io . Por eso habría d icho justamente: <<En e l Pr inc ip io estaba el Verbo>>, porque estaba en el Hi jo . <<Y e l Verbo estaba ante D ios>>, porque es e l Pr inc ip io. <<Y e l Verbo era D ios>> en consecuencia: pues lo que ha nacido de Dios es Dios. <<El estaba en el Pr inc ip io ante D ios>>, muest ra e l orden de la emanación. <<Todo fue hecho por é l , y s in é l nada ha s ido hecho>> (Jn 1,3) , pues el Verbo es la causa de la formación y generac ión de los Eones que después de él v in ieron. <<Y lo que a s ido hecho en él era la V ida>> (Jn 1,3-4) : estas palabras s igni f ican el matr imonio , pues en é l ha s ido hecha toda Vida. Luego ésta , que ha s ido hecha en é l , le es más cercana que las cosas que fueron hechas por é l : pues está con é l y por é l produce f ruto . Por eso d ice: <<Y la V ida era la luz de los hombres>> (Jn 1 ,4) : [536] con esta pa labra <<hombres>> d io a entender la Ig les ia terrena, pues con este so lo nombre quería ind icar la comunión de l matr imonio, ya que de l Verbo y la Vida son engendrados e l Hombre y la Ig les ia . A la Luz la l lamó la V ida de los hombres, porque los i luminados por e l la son los formados y mani festados. Pablo d i jo lo mismo: <<Todo lo que se mani f iesta es luz>> (Ef 5,13) . Porque la Vida mani festó y engendró al Hombre y la Ig les ia , se le l lama su Luz. Mediante estas y o t ras palabras Juan c laramente d io a entender la segunda Cuaterna (Tetráda ) , e l Verbo, la V ida, e l Hombre y la Ig les ia . Pero también ins inuó la pr imera Cuaterna. Pues hablando del Sa lvador y enseñando que él d io forma a todas las cosas fuera del Pléroma [87] , a l mismo t iempo descubre que este Salvador es e l f ru to de todo e l Pléroma. Pues lo l lama <<Luz que br i l la en las t in ieb las, pero las t in ieb las no lo rec ib ieron>> (Jn 1 ,5) porque, a pesar de haber armonizado é l todas las cosas que fueron hechas de la pas ión, éstas no lo conocieron. También lo l lama Hi jo y Verdad y V ida, y añade que el Verbo se hizo carne, cuya g lor ia hemos v is to , y se t rataba de la g lor ia de l Unigéni to , que e l Padre le concedió , l lena de Grac ia y de Verdad. Pues Juan d ice lo s iguiente: [537] <<Y e l Verbo se h izo carne y habi tó ent re nosotros, y hemos v is to su g lor ia , g lor ia como de l Unigéni to de l Padre, l leno de Grac ia y de Verdad>> (Jn 1 ,14) . Estas palabras descr ib i r ían con toda exact i tud la pr imera Cuaterna: e l Padre, la Grac ia, e l Unigéni to y la Verdad. Por eso Juan habr ía d icho acerca de la Ogdóada, pr imera Madre de todos los Eones: pues se habló del Padre, la Grac ia, e l Unigéni to, la Verdad, e l Verbo, la Vida, e l Hombre y la Ig les ia . Esto d ice Pto lomeo[88] . 1.4 .8 . Refutac ión9.1. Ve, mi hermano, los t rucos de que se valen para enloquecerse a s í mismos, forzando las Escr i turas para t ra tar de sostener con e l las sus propias creaciones. Por este mot ivo pusimos arr iba sus prop ias palabras [89] , a f in de que advier tas el do lo de sus t rucos y la mal ic ia de sus er rores (Ef 4,14) . Porque, en pr imer lugar , s i Juan hubiese ten ido e l propósi to de most rar la Ogdóada super ior , s in duda habría conservado el orden de su emis ión; y s i hub iese hablado de la Cuaterna super ior , que como el los d icen es la más venerable, habría puesto sus nombres en pr imer lugar , y só lo después le habría añadido la segunda Cuaterna, a f in de hacer ver mediante e l orden de los nombres también la jerarquía dentro de la Ogdóada. Cier tamente no lo habría hecho después de un in tervalo tan largo, cas i como quien se ha olv idado y en seguida lo ha recordado, para a l f inal acordarse de la pr imera Cuaterna. Si hubiese quer ido también re fer i rse al matr imonio , no habría ca l lado el nombre de la Ig les ia: porque, en los o tros matr imonios también se habr ía contentado [540] con nombrar a los mascul inos, de manera que en el los pudieran sobreentenderse también sus parejas, conservando de esta manera la un idad en todo e l re lato ; o b ien, s i quer ía descr ib i r los matr imonios de los demás (Eones) , también habría debido indicar e l de l Hombre, cuya compañera c ier tamente no habría dejado de mencionar , en lugar de dejarnos adiv inar su nombre.

9,2 . Es, pues, ev idente e l capr icho de su exégesis . Pues Juan proc lama a l único Dios Soberano de todas las cosas, y a Cr is to , su H i jo único, por e l cua l todas las cosa fueron hechas (Jn 1,3) . A éste lo l lama el Verbo de Dios (Jn 1 ,1) , e l Unigéni to (Jn 1,18) , e l Creador de todas las cosas, la Luz verdadera que i lumina

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EXPOSICION DE LAS DOCTRINAS GNOSTICAS

a todo hombre (Jn 1,9) , e l Creador de l cosmos (Jn 1 ,10) , e l que v ino a los suyos (Jn 1 ,11) , e l que se hizo carne y habi tó entre nosot ros (Jn 1 ,14) . Por e l cont rar io e l los, enredando con sof ismas la exégesis , pre tenden l lamar a uno e l Unigéni to en referencia a la emis ión, y también lo l laman el Pr inc ip io; a o tro lo l laman e l Sa lvador; a un tercero e l Verbo; a ot ro e l H i jo de l Unigéni to , y a uno d is t into lo l laman e l Cr is to , emi t ido para enmendar e l Pléroma.

Desviando la verdad de las pa labras (de la Escr i tura) , abusan de e l las imponiéndoles sus prop ias elucubrac iones. Y lo hacen a ta l punto que, según el los, Juan no habría hecho n i s iqu iera mención de nuest ro Señor Jesucr is to . Habr ía mencionado a l Padre, la Grac ia, a l Unigéni to y la Verdad, a l Verbo y la Vida al Hombre y la Ig les ia . [541] S i s igu iéramos sus h ipótes is , Juan habría hablado de la pr imera Ogdóada, en la cua l por n ingún lado se encuent ra Jesús, n i Cr is to , e l Maestro de Juan. Y que el Apósto l no habló de sus matr imonios, s ino de nuestro Señor Jesucr is to , del que sabía que era el Verbo de Dios, é l mismo lo puso en c laro . Pues recapi tu lando lo que a l pr inc ip io había dicho acerca del Verbo (Jn 1 ,1) , exp l ica más adelante : <<Y el Verbo se h izo carne y habi tó ent re nosotros>> (Jn 1 ,14) . Pero según los argumentos que el los proponen, e l Verbo no se habría hecho carne, ya que ni s iqu iera sa l ió jamás del P léroma, s ino que lo habría hecho e l Sa lvador, emi t ido por todos los Eones y poster ior a l Verbo.

9,3 . Aprended pues, gente s in cerebro, que Jesús es el que padeció por nosot ros (1 Pe 2,21) , e l que v iv ió con nosot ros, y é l mismo es e l Verbo de Dios. Porque s i a lgún otro de los Eones se hubiese hecho carne para salvarnos, es c laro que de él lo habría d icho el Apóstol . Mas s i fue e l Verbo del Padre e l que descendió , fue él también el que ascendió (Ef 4 ,10; Jn 3,13) . E l es e l Hi jo Unigéni to de l ún ico Dios, encarnado por los seres humanos según la vo luntad del Padre. Así pues, Juan no habló de n ingún ot ro (Eón) n i de la Ogdóada, s ino de l Señor Jesucr is to. Pero, según el los, e l Verbo prop iamente no se hizo carne; s ino que e l Sa lvador [544] se rev is t ió un cuerpo psíquico formado de la Economía por una inefab le prov idencia, para que lo pudieran ver y tocar . Mas la carne es aquel la que al pr inc ip io D ios plasmó de l bar ro en Adán, y ésta es la que verdaderamente e l Verbo de Dios se h izo, como dio a entender Juan. De esta manera se d isue lve su pr imera y pr imordia l Ogdóada. Porque, una vez que se revela como uno y e l mismo e l Verbo y e l Unigéni to , la V ida y la Luz, e l Sa lvador y e l Hi jo de Dios, y que es éste e l que se hizo carne por nosot ros, cae por t ie r ra e l fa lso andamio de su Ogdóada. Y, una vez que éste se ha der rumbado, también se deshacen todos sus argumentos, esos sueños vacíos con los cua les infaman las Escr i turas.

9,4 . En seguida recogen f rases de aquí y de a l lá , las cambian de lugar (como ar r iba d i j imos) , sacándolas de su contexto natura l para poner las en uno forzado[90] . Hacen como aquel los que, f i jándose una idea sobre el pr imer tema que les v iene en la cabeza, en seguida t ratan de probar las con versos de Homero, para hacer creer a los ingenuos que Homero compuso ta les versos prec isamente para fundar la teor ía que el los han inventado. Y son muchos en verdad los que se de jan induci r , por la ordenada lógica de los versos, a pensar que quizás Homero mismo los ha e laborado. Es como s i uno narrase con versos tomados de Homero la mis ión que Hércules rec ib ió de Eur is teo, de ba jar para a tar e l perro del Hades. Y nada impide que usemos este ejemplo para comparar lo con lo que e l los hacen, pues e l método de argumentar es e l mismo en ambos casos [91] :

<<Después que así habló, l lo rando fue echado de casa>> (Odisea 10,76) , <<Hércules inv ic to, autor de grandes empresas>> ( Ib id 21,26) , <<por Eur is teo, h i jo de Sténelo, raza de persas>> ( I l íada 19,123) <<para que echase del Erebo el per ro de l cruel Hades>> ( Ib id 8 ,368). [545] <<El par t ió como un fuer te león cr iado en la montaña>> (Odisea 6,130) <<at ravesando la c iudad, y todos los amigos lo seguían>> ( I l íada 24,327): << las jóvenes novias, los muchachos y los v ie jos en años>> (Odisea 11,38) , << l lorando mucho, como s i caminara a la muer te>> ( I l íada 24,328). <<Hermes lo precedía: por eso la bel la Atenea>> (Odisea 11,626) <<sabía cuánto do lor exper imentaba su hermano>> ( I l íada 2,409).

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EXPOSICION DE LAS DOCTRINAS GNOSTICAS

¿Quién que no sea un ingenuo se de jará arrast rar por estos versos, creyendo que Homero ha creado este argumento? Pues, qu ien conoce los escr i tos de Homero, reconoce los versos, pero no e l argumento; pues se da cuenta de que d i jo unas cosas acerca de Ul ises, o t ras de Hércu les, ot ras de Pr íamo, o tras de Menelao y Agamenón. Volv iendo a poner cada uno de los versos en e l s i t io del l ibro que le cor responde, hará pedazos el argumento en cuest ión.

De manera semejante qu ien conserva inquebrantab le la Regla de la verdad [92] que rec ib ió en el baut ismo, reconocerá los nombres, los d ichos y las parábolas tomados de las Escr i turas, pero no sus teor ías blasfemas. [548] Reconocerá las p iedras de l mosaico, pero no aceptará que la f igura de la zorra sust i tuya e l re trato de l rey. Vo lv iendo a colocar las palabras en su prop io orden y en e l contexto de l cuerpo de la verdad, de jará al desnudo las creaciones que el los han fantaseado y probará su fa l ta de consis tenc ia.

9,5 . Como a una ta l comedia sólo le fa l ta que se le desenmascare, y no hay ent re esos payasos alguno que acabe con esa farsa, hemos pensado en pr imer lugar mostrar aquel los puntos en los cua les los mismos padres de ta les fábu las di f ieren ent re s í , puesto que están inspi rados por d iversos espí r i tus del er ror . Y, en segundo lugar, a par t i r de su [549] comparac ión podremos demostrar , s i examinamos el asunto a tentamente, la verdad que la Ig les ia predica y los er rores enmascarados que el los pregonan. 1.5 . La única fe de la Ig les ia10,1. La Ig les ia , extendida por e l orbe del universo hasta los conf ines de la t ie r ra, rec ib ió de los Apóstoles y de sus discípu los la fe en un so lo Dios Padre Soberano un iversa l <<que h izo los c ie los y la t ier ra y e l mar y todo cuanto hay en e l los>> (Ex 20,11; Sal 145,6; Hech 4,24; 14,15) , y en un solo Jesucr is to Hi jo de Dios, encarnado por nuest ra salvac ión (Jn 1 ,14) , y en el Espí r i tu Santo [93] , que por los profe tas proc lamó las Economías y e l advenimiento, la generac ión por medio de la Vi rgen, la pas ión y la resurrecc ión de ent re los muertos y la asunción a los c ie los (Lc 9 ,51) del amado (Ef 1 ,6) Jesucr is to nuestro Señor; y su advenimiento de los c ie los en la g lor ia del Padre (Mt 16,27) para recapi tu lar todas las cosas (Ef 1,10) y para resuci tar toda carne de l género humano; de modo que ante Jesucr is to nuestro Señor y Dios y Salvador y rey, según e l beneplác i to (Ef 1,9) de l Padre inv is ib le (Col 1 ,15) <<toda rod i l la se doble en e l c ie lo , en la t ier ra y en los in f iernos, y toda [552] lengua lo conf iese>> (F i l 2 ,10-11) .

El juzgará a todos justamente (Rom 2,5) , los <<espí r i tus del mal>> (Ef 6,12) y los ángeles que cayeron y a los hombres apóstatas, impíos, in justos y b lasfemos, para enviar los a l fuego eterno (Mt 18,8 ; 25,41) , y para dar como premio a los justos y santos (T i t 1,8) que observan sus mandatos (Jn 14, 15) y perseveran en su amor (Jn 15,10) , unos desde el pr inc ip io (Jn 15,27) , o t ros desde e l momento de su convers ión, para la v ida incorrupt ib le, y rodear los de la luz e terna (2 T im 2,10; 1 Pe 5,10) .

10,2. Como antes hemos d icho, la Ig les ia rec ib ió esta pred icac ión y esta fe , y , extendida por toda la t ie r ra , con cu idado la custodia como s i habi tara en una sola fami l ia . Conserva una misma fe , como s i tuv iese una sola a lma y un so lo corazón (Hech 4,32) , y la pred ica, enseña y t ransmite con una misma voz, como s i no tuv iese s ino una so la boca. Cier tamente son d iversas las lenguas, según las d iversas reg iones, pero la fuerza de la Tradic ión es una y la misma. Las ig les ias de la Germania no creen de manera d iversa [553] n i t ransmiten o tra doct r ina di ferente de la que pred ican las de Iber ia o de los Cel tas, o las de l Or iente , como las de Egipto o L ib ia , así como tampoco de las ig les ias const i tu idas en el cent ro de l mundo; s ino que, así como el so l , que es una creatura de Dios, es uno y e l mismo en todo el mundo, así también la luz, que es la pred icac ión de la verdad, br i l la en todas par tes (Jn 1,5) e i lumina a todos los seres humanos (Jn 1 ,9) que qu ieren ven i r a l conocimiento de la verdad (1 T im 2,4) . Y ni aquel que sobresale por su e locuencia ent re los jefes de la Ig les ia [94] pred ica cosas d i ferentes de éstas -porque ningún discípulo está sobre su Maest ro (Mt 10,24)- , n i e l más débi l

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en la palabra recor ta la Trad ic ión: s iendo una y la misma fe , n i e l que mucho puede exp l icar sobre el la la aumenta, n i e l que menos puede la d isminuye.

10,3. Que unos tengan más y ot ros menos capacidad para comprender, no in f luye en al terar la doctr ina misma, a ta l punto que se p iense en ot ro D ios fuera de l Demiurgo y Padre de todas las cosas, como s i éste no bastase; [556] n i en o tro Cr is to o en o tro Unigéni to. La di ferencia está sólo en la capacidad de invest igar todo lo que se ha d icho en parábolas, a f in de ver la concordancia con la doctr ina de la verdad, a f in de exponer los inst rumentos que Dios usó en su Economía en favor de la raza humana [95] . También en su habi l idad para most rar cómo Dios es miser icord ioso aun en la apostasía de los ángeles y la desobediencia de los seres humanos; y para predicar por qué el ún ico y mismo Dios creó los seres tempora les y eternos, los ce lestes y terrenos; por qué, s iendo Dios inv is ib le, se aparec ió a los profe tas, no en una so la forma, s ino en formas diversas a cada uno; por qué Dios establec ió con la humanidad var ios Testamentos y enseñar las par t icu lar idades de cada uno; para invest igar por qué <<Dios ha encerrado a todos en la incredul idad, para tener compasión de todos>> (Rom 11,32) ; por qué <<el Verbo de Dios se hizo carne>> (Jn 1 ,14) , padeció y mur ió, a f in de dar le grac ias; para exp l icar por qué en los ú l t imos t iempos v ino [557] e l Hi jo de Dios, es deci r , por qué aparec ió hac ia e l f in y no desde e l pr inc ip io ; para descubr i r la enseñanza de las Escr i turas acerca de las cosas úl t imas y futuras; para no ca l lar e l mot ivo por e l que Dios hizo a los gent i les s in esperanza (Ef 2 ,12) coherederos, miembros de l mismo Cuerpo y par t ic ipantes de los santos (Ef 3 ,6) ; para proc lamar que esta carne <<morta l será revest ida de inmorta l idad y, s iendo corrupt ib le , de incor rupción>> (1 Cor 15,54) ; y para pregonar cómo <<el que no era pueblo se hizo pueblo , y amados los que no lo eran>> (Os 2,25; Rom 9,25) , y cómo <<la abandonada ha tenido más h i jos que la casada>> ( Is 54,1 ; Gál 4,27) .

Acerca de estas y de o t ras muchas parec idas, e l Apósto l exc lamó: <<[exc lamdown]Oh profundidad de las r iquezas, de la sab idur ía y de l conocimiento de Dios! [exc lamdown]Qué insondables son tus ju ic ios e impenetrab les tus caminos!>> (Rom 11,33) En cambio n inguno (en las ig les ias) hab la acerca de una Madre de l Creador y Demiurgo que esté por enc ima de éste y los o t ros Eones -e l Deseo de un Eón er rante- n i lo verás l legar a una b lasfemia tan brutal ; n i acerca de un P léroma super ior que contendría unas veces t re in ta, ot ras una inumerable mul t i tud de Eones, como pred ican aquel los que han defecc ionado de la verdadera [560] doct r ina del Maest ro . Porque en la Ig les ia un iversa l se conserva la única y misma fe en todo e l mundo, como ya hemos dicho.

NOTAS  [45] Sigè en gr iego es de género femenino.

[46] San I reneo muest ra la apar ienc ia de verdad de los gnóst icos: <<Todo fue hecho por é l (e l Verbo) . . . en él estaba la v ida>> (Jn 1 ,3-4) . E l los lo in terpretan como un matr imonio (sydzygía ) o unión al est i lo carnal , ent re dos Eones: e l Verbo (en gr iego es mascul ino) y la Vida ( femenino) . E l Verbo ser ía padre, pero por su un ión con e l la .

[47] Pléroma o Plen i tud es la to ta l idad del mundo esp i r i tua l y suprace leste.

[48] Ogdóada , es dec i r Octeto conjunto de ocho real idades: a lgunos d is t inguen ent re una Ogdóada super ior (o pr imera) y o t ra infer ior (o segunda).

[49] Agératos es una p iedra de pul i r .

[50] Es deci r , de ocho, d iez y doce Eones.

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[ ] 5 1 Páthos (passio ) , que aquí t raducimos por pasión ( impulso emot ivo hacia a lgo) , t iene un s igni f i cado mucho más ampl io que en castel lano: también s ign i f ica suf r imiento , capacidad para ser a fectado por ot ro , e tc .

[ ] 5 2 Como los Eones se van engendrando en degradación, los grados más bajos están más ale jados de l Padre: de ahí brota la decadencia en su conocimiento y su ansia (pas ión) por conocer lo.

[ ] 5 3 Enthymésis : término gnóst ico muy c i tado por San I reneo. In t raducib le a l caste l lano, en e l sent ido que los gnóst icos quieren dar le . Lo suelo t raduci r Deseo (porque suele ap l icarse al deseo o ansia que la Sabidur ía infer ior s in t ió, de conocer a l Padre, conver t ido luego en pasión, de la que nació la substancia de l mundo mater ia l ) , aunque puede s ign i f icar re f lex ión, p lan, consejo, sent imiento , in tenc ión, tendencia . Es una act iv idad pr imord ia l de l espír i tu.

[ ] 5 4 La Cruz para los gnóst icos es una f igura tomada de l Evangel io, pero vac iándola de su s ign i f icado or ig inal , para s imbol izar con el la la cruc i f i x ión míst ica que pur i f ica a l creyente de sus pasiones y deseos (ver Gál 5,24) . Su efecto redentor consis t i r ía para el los en la prop ia pur i f icac ión. 5 5 Esta f rase ent re paréntes is resul ta in inte l ig ib le en e l texto. La t raducción es sólo aprox imat iva.

[ ] 5 6 Recuérdese que la misma pa labra gr iega Aiòn puede t raduci rse por Eón o por Sig lo; en este segundo caso: <<Por los s ig los de los s ig los>>, como e l cr is t ian ismo ha entendido. Los gnóst icos abusan de esta expres ión para hacer aparecer cr is t iana su doctr ina sobre los Eones.

[ ] 5 7 O b ien <<en la Eucar is t ía>> ( epì tês euchar is t ías ) .

[ ] 5 8 En efecto , e l nombre gr iego de Iesoús comienza con Iota y Eta , que cor responden al número 18, ya que en gr iego los números se indican por le tras.

[ ] 5 9 E l episod io de la hemorroísa ser ía mí t ico ( los gnóst icos abusan de é l con f recuencia) , para s imbol izar que la mujer enferma crón ica só lo se pudo curar con el conocimiento (gnosis ) que f luye de la Verdad de l Salvador : d icha Verdad es e l vest ido del H i jo .

[ ] 6 0 Texto manipulado por los here jes: como ta l no ex is te en el Evangel io.

[ ] 6 1 Plasmación (plás is ) , plasmado (plásma ) , del verbo plásso , <<hacer modelando>>: se re f iere a la creación (modelac ión) de los seres mater ia les, de modo especia l a l cuerpo humano.

[ ] 6 2 Hay dos Sabidur ías : una super ior , e l 30º de los Eones, en el P léroma. Ref le jo de el la, fuera de l Pléroma, es la Sabidur ía in fer ior , madre de los seres mater ia les mediante el Demiurgo.

[ ] 6 3 San I reneo comienza una ser ie de i ronías, sembradas aquí y a l lá , como uno de sus métodos para echar por t ie r ra las teor ías gnóst icas.

[ ] 6 4 Texto un tanto manipulado: sust i tuyó Potestades (Archaì ) por Div in idades (Theótetes ) .

[ ] 6 5 Di f íc i l t raducción de mat ices: los cuerpos están formados por dos t ipos de substancias: la pr imera enteramente mala, ( la mater ia, hyle ) porque nació de la pas ión; la segunda (e l a lma o sustancia psíqu ica, psyche ) s igue mezclada de pasión, pero al menos puede convert i rse (ver I I I , 29,3) . Los seres mater ia les (hyl icoi ) nacen de la pas ión y son insalvab les: a l f ina l se quemarán con toda la t ier ra . Los psíqu icos han brotado de la convers ión (aunque no han quedado del todo l ibres de pasión) : por e l lo son medianamente salvab les (pueden l legar a la Región Intermedia, del Demiurgo, también éste hecho de substancia psíquica) , s i

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EXPOSICION DE LAS DOCTRINAS GNOSTICAS

es que observan los mandamientos y tomando su Cruz (de la pur i f i cac ión) se l ib ran de las pasiones. Los seres esp i r i tuales ( pneumat ikoì ) , de l que formarían par te los gnóst icos, se sa lvan por natura leza, luego ya son sa lvos y no pueden perderse (hagan lo que hagan). (Ver I , 5,4) .

[ ] 6 6 El Demiurgo es el verdadero Salvador de Achamot , e l que hizo posib le su convers ión (2º t ipo de substancia) , aunque e l la había nacido de la pas ión (1º t ipo) .

[ ] 6 7 Las creaturas, pues, habrían s ido hechas no a imagen de l Verbo (o de l H i jo) de Dios, s ino de los Angeles, concebidos como esco l tas del Salvador .

[ ] 6 8 E l Demiurgo se cree el Creador, porque no se ha dado cuenta de que Achamot ( la Madre Sabidur ía) actúa por é l . Los gnóst icos suelen hacer muy mal favor a l Demiurgo: es ignorante (ver I I I , 6,3) , y por eso presuntuoso. Adelante veremos cómo, porque no conoce a l Padre, se ha cre ído el único Dios, y así lo reveló en el Ant iguo Testamento.

[ ] 6 9 Choïkón : <<el terreno>>. Es la misma et imología de los nombres del ser humano en hebreo: Adam (<<terreno>>) de Adamá (<<t ierra>>); así como de l la t ín Homo , de humus . D i f íc i l t raduci r con prec is ión: Choûs es e l barro : choikòs , hecho de barro.

[ ] 7 0 Según e l los e l ser humano está compuesto de mater ia ( hyle ) , a lma (psyché ) y espí r i tu (pneûma ) . Según predomine uno u o t ro de estos e lementos, hay t res c lases de seres humanos: e l hyl ico , en e l que predomina e l e lemento mater ia l ; e l psíquico , en e l que predomina e l a lma o pr inc ip io de v ida; y e l pneumát ico , en e l que predomina e l espí r i tu .

[ ] 7 1 Dios, en este caso e l Demiurgo, ser psíquico, a cuya imagen fueron hechos los seres psíquicos.

[ ] 7 2 E l Demiurgo (psíqu ico) es tan ignorante, que n i s iqu iera es capaz de conocer a los seres espi r i tua les (pneumát icos) , como los gnóst icos presumen ser lo: por ta l mot ivo éstos no están sujetos a ese Creador (Marc ión lo confunde con el Yahvé de l Ant iguo Testamento) n i a su ley (ver I I , 19,2) . Los seres mater ia les no pueden salvarse porque jamás conocerán la Verdad; a los psíqu icos les queda la esperanza de vencer sus pasiones y de ser instru idos por los gnóst icos en la doct r ina del D ios desconocido (ver I , 6,2) . Los espi r i tuales (pneumát icos) ya están salvados por naturaleza , por la gnosis de l Dios desconocido. 7 3 Nótese que, según los gnóst icos, la psyche (que l lamamos <<alma>>), es lo que caracter iza a los hombres <<animados>>, es deci r , a aquel los en los que predomina e l e lemento alma .

[ ] 7 4 Oikonomía es una pa labra que leeremos constantemente en San I reneo: en la teo logía cr is t iana s ign i f ica e l proyecto sa lv í f i co de Dios en favor de l hombre. En la t raducción de jaremos de ordinar io la palabra t rans l i terada: Economía , aunque algunas veces aparecerá como <<plan de Dios>>, o <<disposic ión d iv ina>>.

[ ] 7 5 Los seres humanos hí l i cos (mater ia les) por naturaleza no son sa lvables: a l mor i r quedarán en la t ie r ra y se quemarán con e l la a l f inal de los t iempos. Los psíquicos (dotados de alma) , s i son justos, podrán habi tar en la Región Intermedia con el Demiurgo. Los pneumát icos (espi r i tuales) por natura leza están salvados y habi tarán en e l P léroma: no necesi tan una conducta moral recta.

[ ] 7 6 La verdadera Ig les ia es la pneumát ica ( la de los gnóst icos) : es la Ig les ia celeste . La ter rena ( la de los comunes buenos cr is t ianos, seres psíqu icos) es sólo una pá l ida imagen de la verdadera. Por eso la gente ignorante debe convert i rse a su Ig les ia s i qu iere salvarse.

[ ] 7 7 La pa labra que usan es sydzygía : matr imonio , connubio, un ión sexual .

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EXPOSICION DE LAS DOCTRINAS GNOSTICAS

[ ] 7 8 Los psíqu icos, s i quieren salvarse, deben observar la ley de la abstención de l sexo con cua lquier mujer , pues lo hacen por pas ión de la carne. Los gnóst icos, como v iven en el espí r i tu (son pneumát icos por natura leza) , pueden pract icar todas las acc iones sexuales que deseen, pues ya se han l iberado de l cuerpo.

[ ] 7 9 Para los gnóst icos no hay verdadera encarnación del Cris to psíqu ico en un cuerpo (hí l ico , hecho de barro , y por tanto insa lvable) . Por este mot ivo só lo <<aparec ió>> como un hombre de t ie rra (de aquí v iene su docet ismo) , y para parecer como ta l , pasó por e l seno de María s in tomar n i desprender nada de e l la : como agua por un tubo de jándolo seco (ver I I I , 11,3 ; 16,1 ; V, 1,2) . Doct r ina muchas veces condenada por los Padres de la Ig les ia (por e j . S. Gregor io Nacianceno, Carta 101: PG 37, 180) . En e l s ig lo I I I (probablemente de or igen gnóst ico maniqueo) tomó la forma: <<pasó por e l seno de Mar ía como un rayo de luz a t ravés de un cr is ta l>> (ver su re fu tac ión en S. Atanasio, Carta a Epic teto 5: PG 26, 1057).

[ ] 8 0 E l Cr is to pneumát ico descendió sobre Jesús en e l baut ismo y vo lv ió a ascender a l P léroma cuando éste fue conducido a P i la to: e l cruc i f i cado fue el Jesús sobre el que había descendido el Cr is to psíquico ; pero en rea l idad éste sólo sufr ió en apar ienc ia. Ni va le para e l los e l argumento de que s i Cr is to no mur ió verdaderamente no somos salvados, porque para e l los la cruz só lo es un s ímbolo de la l iberac ión de las pasiones (de l hombre psíqu ico) para salvarse por e l conocimiento o gnosis (de l pneumát ico) .

[ ] 8 1 Las profecías son de d iverso va lor , según su or igen: 1º a lgunas prov ienen del semen super ior ; 2º ot ras de la Madre; y 3º de l Demiurgo (psíqu ico, creador de este mundo). Para c ier tos gnóst icos, este ú l t imo ser ía e l que insp i ró a los profe tas de l Ant iguo Testamento: por eso les conceden un valor tan bajo .

[ ] 8 2 <<Con todo su poder>>, es deci r , con todos sus serv idores, como se ac lara por la c i ta del Evangel io que s igue.

[ ] 8 3 La más c lara expres ión de la antropología gnóst ica: e l hombre está compuesto de cuerpo, a lma y espí r i tu . Según predomine en cada ser humano uno de estos e lementos, será un hombre hí l i co, psíquico o pneumát ico .

[ ] 8 4 Nótese e l orden ascendente: e l Anuncio, la Doct r ina y la Trad ic ión, que const i tuyen la verdad de la enseñanza.

[ ] 8 5 L i t . <<leyendo textos no escr i tos>>, es deci r , extraños a las Escr i turas. S. I reneo los acusa con f recuencia de que, o modi f ican a su conveniencia las sentencias b íb l icas, o cambian e l s igni f i cado de las palabras, sacándolas de su contexto para, forzándolas, probar con e l las sus doct r inas.

[ ] 8 6 Los hombres h í l icos son los que t ienen puesta la mira en lo mater ia l : dónde rec l inar la cabeza. Los psíquicos están representados por e l joven r ico: a pesar de cumpl i r la Ley, s igue apegado a la r iqueza, no se ha l iberado enteramente de la pas ión. Los pneumát icos son aquel los en los cua les ya habi ta e l Sa lvador, <<se ha hospedado en su casa>>, porque t ienen e l conocimiento (gnosis) : para éstos son indi ferentes la Ley y las cosas mater ia les: pueden gozar las l ib remente, porque su espí r i tu ya habi ta en e l conocimiento de las cosas super iores.

[ ] 8 7 E fect ivamente, como se d i jo en I , 2 ,6 , e l Salvador fue formado por todos los Eones.

[ ] 8 8 S. I reneo parece ind icar que todo este pár rafo es una c i ta textua l de Pto lomeo, sobre todo por lo que decimos en la nota s iguiente .

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[ ] 8 9 Dià toûto gàr kaì autàs parethemén autôn tàs léxe is : ha c i tado las propias pa labras de Pto lomeo, para que en e l las mismas se descubra d i rectamente e l t ruco: la in terpretac ión torc ida de las Escr i turas.

[ ] 9 0 Nótese e l argumento: la doct r ina de los gnóst icos no brota de la Escr i tura, s ino de ot ras fuentes. E l los pr imero for jan sus teor ías, y luego buscan los textos bíb l icos, sacándolos de su contexto natura l , para forzar los a <<probar>> sus enseñanzas. De esta manera seducen a los ignorantes, hac iéndoles creer que su doct r ina es la verdadera in terpretac ión de las Escr i turas.

[ ] 9 1 Tomo las c i tas de la edic ión de SC 264, p. 149.

[ ] 9 2 La <<regula ver i ta t is>> , c f . I ,1 ,20; 9 ,4 ; 14,3 ; 22,1 ; I I , 27,1 ; 28,1 ; I I I ,1 ,2-5; 2,1 ; 4,1 ; 15,1-2; IV,35,2-4; V,20,1 . Epíde ix is 3 . En Epíde ix is 6 I reneo pref iere hablar de <<la norma de la fe>> (p ís teos kanóna). Una noción muy quer ida de I reneo: la norma de la verdadera fe, que representaba en su t iempo e l sent i r de la Ig les ia , anter ior a l Credo y a l dogma. Inc luye los conten idos fundamentales de la fe cr is t iana, a par t i r de la Trad ic ión apostó l ica en cuanto as imi lada por la Ig les ia. De I ,9 ,4 se s igue que esta norma brota de la fe en la cual e l cr is t iano ha s ido baut izado.

[ ] 9 3 Es obra del <<Espír i tu profé t ico>> anunciar , por medio de los profe tas, la ven ida de Cr is to, su obra, muerte y resur recc ión por nosotros, <<para recapi tu lar todas las cosas>>. Luego proseguir esta obra i luminando a los Apóstoles y la Ig les ia (ver IV 33,1) .

[ ] 9 4 En taîs Ecc lesíais proestó ton : s igno de que los minis ter ios apostó l icos estaban af i rmados en la Ig les ia durante e l s ig lo I I . E l mismo I reneo, como obispo de Lyon era lo que en términos de hoy podr íamos l lamar Pr imado de las Gal ias.

[ ] 9 5 La Economía se re f iere a l eterno plan salv í f ico de l Padre; las parábolas muest ran los ins trumentos (pragmáteis ) o los modos his tór icos como se hace efect iva. Esta dis t inc ión ayuda a entender , pocas l íneas adelante, <<por qué (e l Verbo) aparec ió hac ia e l f in y no desde e l pr inc ip io>>: desde e l in ic io ex is t ía la Economía de dios; e l Verbo la l levó a cabo en e l t iempo. E l p lan es eterno; su real izac ión, h is tór ica.

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