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¡lEVÁntAtE! nos reunimos en el nombre de cristo

En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo, y nadie consideraba como propio nada de lo que poseía, sino que tenían en común todas las cosas. Por su parte, los apósto-les daban testimonio con mucha fortaleza de la resu-rreción de Jesús, el Señor, y todos gozaban de gran estima”.

hechos de los apóstoles 4, 32-33

• La fe es personal porque cada personatiene que decir: “Yo creo”; y comunitariaporque juntos compartimos la fe de laIglesia

• Es importante compartir nuestra fe, respetando estas dos dimensiones, la personalylacomunitaria

• AlreunirnosenbuscadeunencuentroconCristo:

-¿Cuálessonnuestrasexpectativas?

-¿Venimos buscando lo que queremos, odispuestosarecibirloquenecesitamos?

-¿Estamos listos para recibir lo que esteencuentro con Cristo pueda traernos y adóndenospuedallevar?

Enfoque del tema

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rEUnIdoS En crIStoPresentaciones

Permitan unos minutos para que todos se presenten al grupo brevemente. El animador o la animadora deberá comenzar y luego invitar a los demás miem-bros a hacer lo mismo.

oración inicial Animador Al reunirnos aquí para esta primera sesión recordemos que somos hijos e hijas de Dios… que somos todos hermanos y hermanas en Cristo… Pausa breve Roguemos a Dios para que disfrutemos este tiempo juntos… que sintamos la presencia de Cristo quien nos prometió que estaría con todos aquellos que se reúnan en su nombre… Y que durante este tiempo en el que compartiremos su Palabra nos hable directamente al corazón. Pausa breve

Canto “Tu amor es lo más hermoso”

A lA lUZ dE nUEStrA EXPErIEncIAProfundizamos en el tema de hoy

Hace algún tiempo mi mamá comenzó a participar en una comunidad de RENEW. Era la primera vez que lo hacía, y yo estaba muerta de curiosidad por conocer sus impresiones. Por eso, después de varias reuniones, le pregunté cómo le había ido. Con gran entusiasmo, me dijo: “¿Sabes que algunas personas piensan que Jesús es su mejor amigo?” Su respuesta me sorprendió y le pregunté: “Mamá, y ¿quién es

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Jesús para ti?“ “Bueno”, me dijo, “para mí, Jesús es mi Salvador y mi Redentor”.

Pensé que nunca es tarde para crecer en nuestra intimidad con Cristo. Qué lindo que mi mamá, ya mayor, descubriera ahora algo que yo he creído por mucho tiempo, pero que nunca compartí con ella: Jesús es mi mejor amigo, mi compañero con quien hablo todo el día.

Me resultaba difícil aceptar que mi mamá, la que me había enseñado a rezar, la que cada noche después de la cena, cuan-do éramos niños y ado-lescentes, dirigía a papá, a mis cinco hermanos y a mí en el rezo del rosa-rio, no viera a Jesús como amigo. Ella fue la que me llevó a conocer a Jesús. ¡Qué maravilloso que ahora, en sus setenta, tuviera la oportunidad de disfrutar de un encuentro renovado con el que ahora no era solo su Salvador y su Redentor, sino su mejor amigo!

Al reunirnos para compartir la fe, como lo hare-mos en esta comunidad de LEVÁNTATE, reconozco que comparto “mi” fe con muchas otras personas. También acepto honestamente que para tener un encuentro con Cristo necesito la ayuda de los demás y que estoy listo a ofrecerles la mía.

Invitación a compartirHacemos una breve pausa para reflexionar en silencio sobre las preguntas siguientes. Entonces, los que lo deseen, pueden compartir sus respuestas con el grupo.1. ¿Cuáles son mis expectativas al reunirme por pri-

mera vez con este grupo?2. Comparte alguna experiencia en la que algo o

alguien hizo cambiar tu manera de pensar o de actuar de forma significativa.

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Nuestro acceso a los Evangelios es posibleal leerconfelossagradostextos,alescucharlos en la liturgia de la Iglesia y alatestiguarsumensajeennuestrasvidasyenlasvidasdelosdemás”.

Catecismo Católico de los Estados Unidos para los Adultos, página87

los Evangelios viven

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A lA lUZ dE lA PAlABrA dE dIoSProfundizamos

Antes de la reunión, el animador deberá pedir a un miembro del grupo que se prepare para procla-mar este pasaje del Evangelio según San Marcos.

Marcos 2, 1-12Jesús cura un paralítico Lector Palabra del Señor. Todos Gloria a ti, Señor Jesús.

momento para reflexionar Tomamos uno o dos minutos en silencio para dejar que la Palabra de Dios nos hable• ¿Qué palabra, frase o idea de esta lectura me toca el

corazón o me da un mensaje para mi vida hoy?

Invitación a compartirEl animador invita a los miembros que lo deseen a compartir brevemente lo que más les llamó la aten-ción de esta lectura.

Abrimos el corazón y el entendimiento En casi todas las parroquias de nuestra diócesis, muchas personas se están reuniendo con el propósito de tener un encuentro más profundo con Jesús… de la misma forma en que el pueblo se reunió alrededor de la casa de Cafarnaún cuando se enteraron de que Jesús estaba allí.

¿Qué los motivaba a ellos y a nosotros a reunirnos alrededor de Jesús? Es muy probable que algunos hubieran oído decir que Jesús hacía milagros y esperaban ser testigos de alguno. Quizás otros esperaban recibir un milagro; a lo

Lahumananecesitalavidasocial.Estano constituye para ella algo sobreañadidosinouna exigencia de sunaturaleza. Por elintercambio con otros, la reciprocidad deservicios y el diálogo con sus hermanos,el hombre desarrolla sus capacidades; asírespondeasuvocación(cf.GS25,1)”.

Catecismo de la Iglesia Católica #1879

la importancia de compartir

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mejor deseaban que el hombre de quien habían oído tanto les arreglara algo torcido en sus vidas. Este Jesús curaba a todos los enfermos que le traían, y no solo curaba males físicos, sino que liberaba a las personas de los espíritus malignos.

Algunos estaban allí para escucharlo hablar. Según decían, este hombre hablaba con autoridad, anunciaba la llegada del Reino de Dios, y pro-clamaba buenas noticias a los pobres. Todas estas personas, por una razón u otra, estaban interesa-das en encontrarse con Jesús.

Entre ellas se encon-traba un paralítico. Los cuatro amigos que lo car-gaban se dieron cuenta de que la multitud les impedía llegar a Jesús. Sin pensarlo dos veces, arrastraron la camilla hacia el techo de la casa, abrieron un hueco y por ahí bajaron al enfermo.

El diálogo que sigue es fascinante. San Marcos nos dice que en este gesto Jesús percibió una gran fe, pero sorprendentemente, no en el paralítico, sino en sus amigos. Lo asombroso es que al principio Jesús le concede la más profunda curación, la razón por la que Dios lo envió, la esencia sobre la que se funda el Reino que él predicaba: el perdón de los pecados y la reconciliación con Dios. Probablemente la primera reacción del paralítico fue desilusión: “¡Esto no es lo que yo esperaba oír!”. “¿Quién se cree él que es?”, dirían los testigos que se creían expertos en materias religiosas.

¿Y nosotros? ¿Acaso no encontramos a Jesús gracias a otras personas? Muchos fuimos bautizados cuando éramos pequeños; literalmente otros nos

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Respondera lapalabra reveladoradeDiosypercibirlaaccióndivinaenlahistoriarequiere fe. Los hay quienes no tienen fe,o quienes rechazan conscientemente viviren la fe. No pueden o no quieren percibirlapresenciao accióndeDios enelmundoy a veces se burlan omofandequienes lohacen.Peroparamuchagente,Dioshacelafe posible y, con la orientación del Espíritusanto,lafeayudaaesaspersonasaapreciarcontinuamentemáscómoDioshaactuadoenlahistoriaparaamarnosysalvarnos”.

Catecismo Católico de los Estados Unidos para los Adultos, página16

“los ojos de la fe

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llevaron a Jesús y gracias a la fuerza de su fe nos con-vertimos en miembros de la Iglesia. Aun si fuimos bautizados de adultos, ¿acaso no fueron otras perso-nas las que nos animaron a seguir nuestro camino de fe antes y durante el programa de catecumenado? Y aún hay más. Piensa en tu presencia en esta reunión de LEVÁNTATE. ¿Cuántos estamos aquí hoy gracias a que alguien nos trajo o nos animó a venir?

También nosotros venimos a esta reunión con expectativas aunque sean algo vagas. ¿Qué esperamos de este encuentro con Jesús? Si estamos receptivos, recibiremos mucho más de lo que habíamos soñado.

“¡Levántate!” dice Jesús, no solo al paralítico, sino a cada uno de nosotros que nos hemos reunido para encontrarnos con Él. En este pasaje evangélico Marcos usa la misma palabra griega que más tarde el ángel pronunció para anunciar la resurrección de Jesús: ¡ha resucitado! (Marcos 16, 6). Aunque esta historia tiene mucho que enseñarnos, aún nos queda una pregunta: ¿Qué le pasó al paralítico después de este encuentro? Esperamos que haya disfrutado de una vida más feliz, pero eventualmente murió. Por otra parte, nuestro llamado hoy viene de un Cristo vencedor de la muerte. Un Cristo resucitado que quiere compartir esta vida nueva con nosotros. Solo tenemos que responder afirmativamente a esta invi-tación, y dejar que su Espíritu nos transforme, para que nos convirtamos en su presencia sanadora en el mundo de hoy.

Es un privilegio inmenso, pero también una gran responsabilidad. ¿Estamos listos para aceptar esta llamada? Solos es muy difícil, pero juntos sí pode-mos. Hoy tomamos el primer paso. Fortalecidos por nuestro compartir, caminamos juntos en Cristo.

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Invitación a compartirHacemos una breve pausa para reflexionar en silen-cio sobre las preguntas siguientes. Entonces los que lo deseen comparten sus respuestas con el grupo.1. ¿Quién soy yo en este pasaje evangélico? ¿Un

curioso de la multitud, pero que por mi propio interés impido que otros se acerquen a Jesús? ¿O soy el paralítico que anhela ser curado, pero que necesita la ayuda de otros para acercarse a Jesús? ¿Soy uno de los compañeros que traen a su amigo paralítico a Jesús?

2. El paralítico y sus amigos buscaban sanación, pero Jesús les ofrece primero el perdón. ¿Qué espero yo de mi encuentro con Jesús?

3. Las últimas palabras de Jesús al paralítico fueron “vete a tu casa”. ¿Qué quiere Jesús que haga yo en mi casa?

noS comPromEtEmoS A ActUAr Compartir nuestra oración, experiencias o reflexiones en comunidad nos ayuda a crecer en nuestra fe y nues-tra espiritualidad. Pero, ¿de qué sirve todo esto si no nos lleva a poner esta fe en obras?Después de reflexionar sobre nuestro deseo de encon-trarnos con Cristo, ¿Qué acción se nos ocurre, como persona o como grupo, para llevar a cabo esta semana?

Algunas sugerencias1. Comprométete a una acción específica para servir a

los enfermos de tu parroquia. Por ejemplo: • visita o envía una tarjeta a alguien enfermo, ya sea

de tu parroquia, vecindario o colega del trabajo • únete al equipo parroquial que visita a los enfer-

mos para poder llegar a aquellos que no reciben visitas. Si tu parroquia no tiene un grupo como éste, habla con tu párroco para que te dé la infor-mación de algunos enfermos en la parroquia que desean ser visitados

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• si tu parroquia celebra una ceremonia pública del rito de la Unción de los enfermos, ofrécete a ayudar en su preparación o en su desarrollo

2. Habla con tu familia, amigos y vecinos sobre tu experiencia en esta primera semana en la comuni-dad de LEVÁNTATE. ¿Hay alguien a quien pudie- ras traer contigo a la próxima reunión?

3. ¿Cómo puedes encontrarte con Cristo que per-dona? Prepárate y recibe el sacramento de la Reconciliación. Participa en el servicio penitencial de Adviento en tu parroquia.

orAcIon FInAl Canto “Ven y sigueme”

Animador Padre, Dios todopoderoso y eterno, Te damos gracias y te alabamos siempre y en todo lugar.

Todos ¡Te alabamos y te damos gracias! Animador Nos llamas a una vida nueva y más abundante.

Dios de amor y misericordia, siempre dispuesto a perdonar; somos pecadores y Tú nos invitas a confiar en tu misericordia.

Todos ¡Te alabamos y te damos gracias! Animador Una y otra vez quebrantamos tu alianza, Pero no nos abandonaste. Al contrario, por medio de tu Hijo, Jesús nuestro Señor, te uniste aún más a la familia humana con un vínculo que no puede romperse. Todos ¡Te alabamos y te damos gracias!

Animador Este es el momento para que tu pueblo regrese a Ti y sea renovado en Cristo tu Hijo; tiempo de gracia y de reconciliación. (del Prefacio de la Plegaria Eucarística I para la reconciliación)

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Animador En el silencio de nuestro corazón, traemos ante el Señor a aquellos que sabemos están sufriendo mental o físicamente. Pausa para orar en silencio, Llenos de fe, oremos. Todos Que el Señor llene de su misericordia y amor, a los que recordamos en nuestro corazón, y les conceda la sanación, el perdón y la renovación.

Animador Oremos también por nosotros Todos Que el Señor guíe nuestro corazón

en el camino de su amor. Que nos conceda fortaleza para vivir renovados. Amén.

Para la próxima semanaEn tu preparación de la próxima reunión para com-partir la fe lee la segunda sesión.En particular:• lee el Enfoque de la sesión (en la página 21). • lee este pasaje del Evangelio: Marcos 8, 27-35.

Te ayudará a ubicar el contexto del pasaje si lees comenzando con Marcos 1, 14 (el principio del ministerio de Jesús) hasta 8, 27-35.Eje

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