Lectura de la situación contextual con los ojos de la fe

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1 LECTURA DE LA SITUACIÓN CONTEXTUAL CON LOS OJOS DE LA FE 1 Pbro. Francisco Silva “Cada creyente sabe que sólo en la fe le es posible interpretar la realidad en la verdad” 2 . La lectura de la realidad con los ojos de la fe y una con ojos simplemente socio-cultural, presenta diferencias sustanciales a la hora de proyectar la pastoral, o presentar los desafíos o tendencias a los cuales responder. Con la fe es descubrir la presencia de Dios en la vida cotidiana que nos ayuda a leer desde dentro hasta descubrir un poco más el misterio. Para lograrlo se debe entrar en un proceso e interrelación con las ciencias siempre respetando la asimetría a favor de la fe para buscar juntos los desafíos. No se puede dejar de lado un aspecto de notable importancia en nuestros días: el cambio cultural, el cambio epocal que se ve en la situación socio-cultural general. Es de notar que el cambiamiento se está dando tan rápido y radical que no deja nada ni nadie indiferentes. El cambio que se da en nuestro país es más veloz que el cambio que se dio en Europa, pues en Europa pudieron vivir un largo período de la modernidad e ir pasando paulatinamente a la postmodernidad (o hiper o ultra o supermodernidad como lo llaman algunos) y que dentro de ésta los cambios se están dando rápidamente; sin embargo, en nuestro país la modernidad no se la pudo vivir bien ya que se sufrió un período largo de dictadura que favoreció la estructura social-familiar más tradicional. Al caer la dictadura nos encontramos con una libertad que hasta ahora no la sabemos vivir bien, no la sabemos compartir, ni respetar y las propuestas que se dan desde el ámbito social-cultural penetran más rápido de lo que podemos imaginar. Por ello, el peligro es más grande para nosotros (que ya debemos vivir las dinámicas de la sociedad postmoderna) en confrontación a las sociedades de antigua cristiandad. 1 Todo este material fue preparado por Pbro. Francisco Silva como parte de la elaboración de la tesina (no editada) para acceder a la Licenciatura en Teología Pastoral: “Pastoral de Juventud en el estilo de la animación. Orientaciones proyectuales para la Iglesia en Paraguay”. Pero nos dará también algunas luces para entender al “hombre” de hoy; sin embargo no absolutizando porque es un trabajo direccionado al ámbito juvenil. 2 TONELLI R., Fede (sguardo di), en MIDALI M.-TONELLI R., Dizionario di Pastorale Giovanile, Elledici, Leumann (Torino) 1992 2 , 407

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LECTURA DE LA SITUACIÓN CONTEXTUAL

CON LOS OJOS DE LA FE1

Pbro. Francisco Silva

“Cada creyente sabe que sólo en la fe le es posible

interpretar la realidad en la verdad”2.

La lectura de la realidad con los ojos de la fe y una con

ojos simplemente socio-cultural, presenta diferencias

sustanciales a la hora de proyectar la pastoral, o presentar

los desafíos o tendencias a los cuales responder. Con la fe

es descubrir la presencia de Dios en la vida cotidiana que

nos ayuda a leer desde dentro hasta descubrir un poco

más el misterio. Para lograrlo se debe entrar en un

proceso e interrelación con las ciencias siempre

respetando la asimetría a favor de la fe para buscar juntos

los desafíos.

No se puede dejar de lado un aspecto de notable importancia en nuestros días: el cambio

cultural, el cambio epocal que se ve en la situación socio-cultural general. Es de notar que el

cambiamiento se está dando tan rápido y radical que no deja nada ni nadie indiferentes. El

cambio que se da en nuestro país es más veloz que el cambio que se dio en Europa, pues en

Europa pudieron vivir un largo período de la modernidad e ir pasando paulatinamente a la

postmodernidad (o hiper o ultra o supermodernidad como lo llaman algunos) y que dentro de

ésta los cambios se están dando rápidamente; sin embargo, en nuestro país la modernidad no

se la pudo vivir bien ya que se sufrió un período largo de dictadura que favoreció la estructura

social-familiar más tradicional.

Al caer la dictadura nos encontramos con una libertad que hasta ahora no la sabemos

vivir bien, no la sabemos compartir, ni respetar y las propuestas que se dan desde el ámbito

social-cultural penetran más rápido de lo que podemos imaginar. Por ello, el peligro es más

grande para nosotros (que ya debemos vivir las dinámicas de la sociedad postmoderna) en

confrontación a las sociedades de antigua cristiandad.

1 Todo este material fue preparado por Pbro. Francisco Silva como parte de la elaboración de la tesina (no

editada) para acceder a la Licenciatura en Teología Pastoral: “Pastoral de Juventud en el estilo de la animación.

Orientaciones proyectuales para la Iglesia en Paraguay”. Pero nos dará también algunas luces para entender al

“hombre” de hoy; sin embargo no absolutizando porque es un trabajo direccionado al ámbito juvenil. 2 TONELLI R., Fede (sguardo di), en MIDALI M.-TONELLI R., Dizionario di Pastorale Giovanile, Elledici,

Leumann (Torino) 19922, 407

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Se sabe también los cambios que se están viviendo (y con alegría) al interno de la

Iglesia, un cambio que ya viene de muchos años antes del concilio Vaticano II, por ejemplo

de los movimientos bíblico, litúrgico, catequístico, de la doctrina social de la Iglesia, de la

evangelización y nueva evangelización, hasta llegar al proyecto cultural3 de nuestros días.

Se buscará mirar con la fe en profundidad los cambios que se dan dentro y fuera de la

Iglesia para colaborar a la mejor educación de las nuevas generaciones y prospectar en un

futuro próximo, teniendo personas mejor capacitadas que nosotros mismos. Hace recordar a

un gran teólogo de los últimos tiempos: Romano Guardini4, quien planteaba que desde la

Weltanschauung se puede ver mejor la realidad.

Por ello, se presenta una visión de la vida postmoderna (o hiper o ultra o supermoderna)

que podría ayudar a partir con ojos críticos la realidad (y de la que principalmente los jóvenes

son los protagonistas más activos). Ayudaría a ver la sensibilidad que tienen los jóvenes en

diversos aspectos de la vida e interpretaciones que se hacen con relación a ello.

La postmodernidad no es sólo un tema a tratar sino una situación a estudiar y a

profundizar para dar respuestas desde nuestro ser cristiano, recogiendo lo positivo y

enfrentando lo negativo que trae consigo. La postmodernidad conlleva algunos valores, pero

también está promoviendo antivalores (de los que muchas veces no nos damos cuenta). En

América Latina donde el 70 % son jóvenes menores de 24 años vale la pena invertir tiempo,

talento y dinero para su formación integral a fin de concientizarlos y entusiasmarlos por

Cristo.

La masa de jóvenes ha aumentado entre 1960 y el 2000, de 519 millones a 1.128

millones; los jóvenes entre 15 y 24 años de edad representan el 19 % de la población mundial.

En el tercer mundo, tres de cuatro personas tienen menos de treinta años. Se calcula que

dentro de poco tiempo, en África, Asia y América Latina habrá 512 millones de adolescentes,

entre 5 y 14 años, superando así el total de la población europea.

Esto influye de modo dramático sobre las relaciones entre los jóvenes y la sociedad,

entre los jóvenes y los adultos. Y como los jóvenes van siendo la mayoría de la población

mundial se van imponiendo en la cultura de los pueblos, ya que la sociedad de consumo los

tiene como principal destinatario, invirtiendo a todos los niveles para que lleguen a consumir

lo que la misma produce.

3 Para profundizar estos ámbitos ver LANZA S., La parrocchia in un mondo che cambia. Situazioni e

prospettive, OCD, Roma 2003; Cf. LANZA S., Convertire Giona…, 31-100. 4 Se puede ver toda su obra, pero particularmente en este caso GUARDINI R., La visione cattolica del mondo,

Brescia 1994, 33: “Ver con Sus ojos. Medir con Sus criterios... Actitud distante y penetrante al mismo tiempo...

Mirada de la Weltanschauung. Sólo el hombre que cree ve el mundo. Lo ve por lo que es. Lo ve entero... ve las

esencias” y no sólo de modo superficial. Sólo la fe hace participar de algo más grande de lo que se ve y sucede.

El creyente, viviendo en el mundo pero no siendo del mundo, mira en profundidad y amplitud. Esto le ayuda a

tener una relación crítica con la realidad.

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La palabra post-modernidad indica en su misma terminología una referencia expresa a

la modernidad. La modernidad fue gestándose durante los últimos cuatro siglos, a partir del

Renacimiento, para lograr su pleno afianzamiento en los siglos XIX y XX5. En la actualidad

vivimos un fenómeno ya postmoderno.

Algunas características de la propuesta postmoderna6

Este proyecto postmoderno es muy ambiguo. Parte, inicia desde la crisis de la

modernidad, orientándose hacia la gestación de un nuevo modo de ser de la sociedad.

Presento algunas características dignas de analizarlas.

Inmediatez7: Imposibilidad de percibir los procesos y posponer los resultados. Es

querer todo ya. Se busca informar al instante, adelgazar en una semana, viajar rápido. No vale

la pena sacrificar el hoy para conquistar el mañana. Se vive el presente. El pasado ya fue y

tampoco hay proyectos hacia delante. No hay una historia que se dirija hacia una meta.

Tampoco hay que escapar del presente, sino sólo disfrutarlo (carpe diem: aprovecha y disfruta

el día). Sin embargo, en la modernidad se pensaba en los proyectos, en el futuro, en las

utopías, en transformar el mundo.

Hedonismo8: La búsqueda del placer ante todo y como valor supremo. Importante es

disfrutar y pasarla bien. Incapacidad para darle sentido a lo dificultoso, al sacrificio, al dolor,

a la crisis, a lo difícil. No hay tabúes. No hay prohibiciones y hay que probarlo todo. Aquello

que no sea placentero, ya sea una relación personal, un lugar, una materia, se descarta. Sin

embargo, anteriormente los tabúes y prohibiciones hacían de control en una sociedad más

tradicional para que no haya descontrol y reducirse sólo al placer las relaciones (aunque ya se

iba manifestando paulatinamente una sociedad más liberal).

5 Cf. IRIARTE, G., Post-modernidad, Neoliberalismo y Globalización, Verbo Divino, Cochabamba 1999, 14-15.

6 Gran parte de este apartado he consultado en INSTITUTO ALFONSIANO, XII SEMANA ALFONSIANA (26 al

29 de agosto, 2002). Ética y educación, una invitación a repensar la educación ética (Cuadernillo para

acompañar la reflexión), dirigida por los profesores Juan Carlos López Olmedo y Mario Hernán Odorisio,

Asunción 2002, 4-11. También he agregado otras características a partir de la experiencia teórico-práctica con el

correr de los años. Otros textos estudiados: IRIARTE, G., Post-modernidad..., 14ss.; BOTERO J. S.,

Posmodernidad y juventud. Riesgos y perspectivas, San Pablo, Bogotá 2002; VÉLEZ CORREA J., Evangelizar

la Posmodernidad desde América Latina, Centro de Publicaciones del CELAM, Santafé de Bogotá 2000. G.

IRIARTE presenta un trabajo desde su experiencia en Bolivia en la educación popular para enseñar a la gente a

tener criterios ante los grandes desafíos que se presentan en el Continente Latinoamericano y BOTERO, un

trabajo desde una realidad más europea. Son trabajos valiosos, pero se nota la polaridad en las propuestas que

para nosotros no está del todo correcta, sino sólo parcialmente (ya que desde el Instituto “Redemptor Hominis”

se plantea la “reciprocidad dialéctica asimétrica entre el dato de fe y la situación socio-histórico-antropológica”

y, por ende, una relación circular). El riesgo es dividir o presentar dos mundos opuestos, polares y alternativos,

por ejemplo, la fe de la vida, la cultura del Evangelio, los valores de los antivalores, los buenos de los malos, etc.

Sin embargo, a través del principio de Encarnación se sabe que en la realidad no es así. Normalmente en la vida

cotidiana se vive el proceso recíproco, no dos mundos totalmente opuestos. 7 Cf. ROJAS E., El hombre light. Una vida sin valores, Temas de hoy, Madrid 2002

18, 28-29.132-134. Este autor

merece el mismo comentario que IRIARTE y BOTERO. 8 Ver éste y otros aspectos en BAUMAN Z., Amor Líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos,

Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires 2005; cf. BORÁN J., Os Desafios Pastorais de uma Nova Era.

Estratégias para fortalecer uma fé comprometida, Paulinas, Säo Paulo 2000, 46-47; cf. BORÁN J., El futuro

tiene nombre: Juventud, Paulinas, Santafé de Bogotá 19962, 17-118; cf. ROJAS E., El hombre light..., 21-25.57-

70.

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Globalización9: Usos, costumbres, modas y valores se universalizan a través de los

medios de comunicación social. Sabemos enseguida lo que sucede en cualquier lugar del

mundo. Los productos, las técnicas, el arte, se convierten en fenómenos de consumo a los que

cualquiera puede acceder (si los paga). Adquirimos palabras y gestos que son de otro contexto

y otras culturas. Sabemos que este fenómeno tiene sus pro y contra.

Se piensa que el Estado10

es un mal administrador, no como antes que se planteaba un

Estado paternalista y un excesivo centralismo (aunque la tendencia en Latinoamérica gira de

nuevo en torno a las ideologías de izquierda –en Paraguay no se da aún del todo ese

fenómeno-, motivadas por la pobreza y marginación que genera el sistema capitalista actual).

Aparece el neoliberalismo quien propone el mercado total, y quien regula el equilibrio de la

economía. La ley de la competitividad hace que sobrevivan los más fuertes. Es un capitalismo

salvaje, pues no importa las consecuencias, con tal de ganar más y más. Aparece el gran

capital transnacional globalizado. Una de las consecuencias es la lógica de la exclusión ya

que el dinero se concentra en pocas manos.

Pluralismo11

: Coexisten distintos modos de pensar, actitudes, ideas. Todas son válidas y

verdaderas. Se manifiesta mayor respeto por las minorías y por las diferencias culturales. Se

acepta la heterogeneidad, el disenso, la disconformidad, la diferencia que la vida nos ofrece.

Es una especie de politeísmo de valores. Un joven en este contexto dice: “Yo opino de este

modo, vos de otro, y está todo bien”. Aunque este fenómeno ha entrado lentamente, poco

tiempo atrás se respetaba a los educadores, a los padres, a la Iglesia. Las instituciones

educativas por excelencia eran (y lo siguen siendo todavía en algunas zonas, especialmente

rurales, del país) la familia, la Iglesia, la escuela y la sociedad; sin embargo, hoy tenemos

también otros diferentes lugares educativos12

, como la calle, los amigos, la televisión, el

Internet, etc.

Despolitización: No hay proyectos movilizadores. Todo está regido por el vacío. “La

sociedad es así y no hay por qué cambiarla”, se escucha decir hoy día a mucha gente. No hay

lugar para la renovación ni para los cambios sociales. Cada vez menos jóvenes participan de

estructuras partidarias porque quienes las dirigen viven insertos en la corrupción y en impartir

falsas promesas. Anteriormente se vivía con proyectos ideales, participando en

movilizaciones, debatiendo por un mañana mejor13

.

9 Se puede profundizar viendo: CELAM, Globalización y Nueva Evangelización en América Latina y el Caribe.

Reflexiones del CELAM 1999-2003, Centro de publicaciones del CELAM, Bogotá 20042; DECOS-CELAM,

Cultura de la Imagen. Desafíos Pastorales, Centros de publicaciones del CELAM, Bogotá 2001, 55-62;

BAUMAN Z., La globalización. Consecuencias Humanas, Fondo de Cultura Económica, México 20012;

BORÁN J., Os Desafios..., 13-24. 10

Cf. IRIARTE, G., Post-modernidad..., 14-15 11

BORÁN J., El futuro..., 86-93.143-145. 12

Cf. POLLO M., Le sfide educative dei giovani d’oggi, Elledici, Leumann (Torino) 2003, 147-160. 13

Cf. BORÁN J., El futuro..., 25ss.

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Ecologismo: Legítima preocupación por la defensa y preservación del medio ambiente.

Hay una nueva conciencia global por la ecología, aunque a veces lo verde es una moda más.

No hay cambios de fondo que posibiliten nuevos modos de vida. La única manera de penetrar

en la mentalidad de la gente para la promoción, defensa y preservación del medio ambiente es

de manera gradual en la formación de la conciencia.

Pragmatismo: Es el mundo de la practicidad. Lo que no es útil no sirve. Sobre todo

aquello que no es útil ya mismo. “¿Para qué sirve esto?”, preguntan los alumnos con relación

a una materia del colegio o universidad. Todo lo relacionado con lo humanístico, en el ámbito

escolar, parece no tener valor para este tipo de gente. Dentro de la enseñanza ha perdido peso

los ámbitos de educación humana, porque no son aspectos que darán de comer.

Individualismo14

: Cada uno opina como quiere, hace lo que quiere y tiene su propia

moral. El lema es: “el mínimo de coacciones y el máximo de elecciones privadas posibles, el

mínimo de austeridad y el máximo de disfrute”. Es el culto a la liberación personal. Hay una

cultura narcisista centrada en la propia realización emocional. Casi todo se privatiza e

interesa conocer lo privado. Son símbolos el walk-man, los juegos electrónicos, los celulares,

la justicia por mano propia15

. Sin embargo, no mucho tiempo atrás, se tenía una sociedad

centrada en torno a la Iglesia, donde se vivía más la solidaridad y la ayuda mutua.

Fragmentariedad16

: Es la cultura del zapping, donde nada dura, donde todo es efímero.

Predomina el collage y la sucesión de fragmentos, a veces, sin sentidos entre sí. Así, la vida es

una cadena de sensaciones que pasan y que hay que disfrutarla a toda costa (zapping, zipping,

greazzing, flipping, chanel surfing).

Irracionalismo17

: El postmodernismo está desencantado de la razón. En este contexto

hoy día se cree más de lo que se piensa. Sin embargo, aprovecha sus logros (tecnología,

informática, comunicación, investigaciones científicas, etc.). La razón ya no puede ser

totalizante y fundante. Por ello, se debe renunciar a las respuestas últimas, éstas no las hay. Se

queda solamente con un pensamiento débil, poco riguroso. Este irracionalismo se refleja

también en las creencias mágicas, los horóscopos y los juegos de azar. Es una tendencia como

reacción a la excesiva centralidad sobre la razón en la sociedad de nuestros padres. En

contrapartida tenemos el sentimentalismo: Es válido sólo aquello que se siente y gusta. De ahí

que cuestan las opciones permanentes, pues hay inconstancia continua. Nace en contrapartida

a la centralidad en la razón y en los conceptos de la sociedad anterior y donde se valoraba

sólo lo técnico-científico y la inteligencia lógico-matemática.

14

Cf. BORÁN J., Os Desafios..., 42-44; cf. BORÁN J., El futuro..., 103-105. 15

Esto está surgiendo principalmente en los últimos tiempos en nuestro país ya que tenemos una justicia

(administrada por el Poder Judicial) corrupta, la cual normalmente favorece a los poderosos y a quienes tienen

mayor influencia socio-económico-política. Pero también notamos que se están cometiendo arbitrariedades en

querer administrar la justicia por mano propia (especialmente cuando se entra en experiencias de venganza) sin

que haya un juicio, sin que las demás personas puedan defenderse y confrontarse con dignidad. 16

Cf. BORÁN J., El futuro..., 93-95; cf. ROJAS E., El hombre light..., 71-80. 17

Cf. BORÁN J., Os Desafios..., 24-28.

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Corporalismo: Preocupación obsesiva y excesiva por el cuidado del cuerpo. El modelo

social es el cuerpo adolescente. El cuerpo es lo más presente y de uno mismo. Es un objeto de

disfrute. Todo el mundo se cuida haciendo dietas, andando a gimnasios y cirugías. Adultos

que se visten como adolescentes y adolescentes que buscan mostrar más y más el propio

cuerpo. Existe un mayor predominio por la estética que por la ética. La producción estética

(imagen, música, cine, etc.) se encuentra integrada a la cultura oficial de la sociedad como una

mercancía más. Se busca lo bello, lo creativo, lo que está bien hecho.

Antiidealismo: No más utopías. Nada de grandes relatos (cosmovisiones globales

portadoras de sentido). Basta de grandes palabras: libertad, hombre, justicia, igualdad. Todo

intento de explicar en profundidad la realidad es manipulador y totalitario, porque nadie tiene

la verdad para los demás, sino sólo la propia verdad. Los grandes sueños hacia una

prospectiva de vida ha pasado de moda.

Aceleración18

: Los acontecimientos se devoran unos a otros. Nos saturamos de

informaciones; no permite a una noticia durar ni al destinatario reflexionar sobre ella. Ni

siquiera los logros personales duran. Se vive en un ritmo que impide una verdadera calidad de

vida y que perjudica la salud. Este fenómeno afecta más fuertemente a nuestra sociedad que

siempre estuvo habituada a vivir encerrada y tranquila (lo que ha cambiado más velozmente

después de la caída de la dictadura en Paraguay en 1989).

Consensos blandos19

: Es mucho más difícil un compromiso para toda la vida, ser fiel a

personas, ideas o proyectos. Se tiene dificultad para los consensos fuertes, definitivos y

universales. Sólo caben arreglos temporales, locales y, por lo tanto, rescindibles. Esto trae

como consecuencia la falta de responder a una llamada fuerte para toda la vida, por ejemplo,

para la vida sacerdotal, religiosa, consagrada e incluso para la vida matrimonial.

Facilismo: Se busca todo lo soft y light, nada que requiera esfuerzo. La palabra clave es

relax, cero stress. Las propuestas son: aprender sin esfuerzo, adelgazar sin esfuerzo, ganar

millones en un instante, etc. No se tiene en mente, como nuestros padres lo tenían, vivir el

sacrificio, las dificultades de cada día, que la vida implica también dolor y esfuerzo para ir

logrando los objetivos.

Cultura de la imagen20

: Saturación de imágenes. Búsqueda del impacto y lo

espectacular. Cultura del video-clip. En este ámbito la televisión crea adicción si se pasa

mucho tiempo delante. Sólo basta apretar un botón y seguir el programa o el film, o bien

cambiar de canal. De ahí viene Zapping: Palabra sajona que indica golpear, disparar

18

Cf. ROJAS E. El hombre light..., 82-84. 19

Cf. BORÁN J., Os Desafios..., 40-42. 20

Cf. BORÁN J., Os Desafios..., 34-37; cf. DECOS-CELAM, Cultura de la Imagen..., 22-23: “Al cine, cuyos

inicios coincidieron con los del mismo siglo y que logró primero la captación y reproducción de imágenes en

movimiento y luego les incorporó el sonido le sucedió en su segunda mitad la televisión con todos sus

posteriores y más recientes desarrollos neotecnológicos, representados actualmente en los avances de la

telemática –es decir, la unión e las telecomunicaciones vía satélite con la informática de las computadoras-”.

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rápidamente. Síndrome del mando a distancia. Esto representa una nueva forma de consumo,

un interés por todo y por nada; se produce una bulimia de novedades y el mando a distancia

tiene efecto sedante (invita al ocio y al relax). Carlos Díaz presenta algunos rasgos de los

jóvenes postmodernos21

que también nos pueden ayudar a seguir con una mirada profunda de

la realidad.

El hombre light22

se parece mucho a los productos light de nuestros días: comidas sin

calorías, cerveza sin alcohol, azúcar sin glucosa, tabaco sin nicotina, mantequilla sin grasa; un

hombre superficial, sin sustancia, sin contenidos; un joven incapaz de hacer una opción

fundamental que le confiera unidad, sentido y validez a su existencia; incapaz de asumir un

compromiso con realidades que trasciendan la propia esfera personal. Aún en la edad adulta

ese hombre será un perpetuo adolescente23

.

Light también puede significar un hombre a-crítico y lezeferista, es decir, amigo del

dejar hacer: “se embriaga con su licor, se droga con sus estupefacientes, se obnulia con su

visión desordenada de la sexualidad, se deja arrastrar por la cadena del consumo... Cae en las

redes de lo que critica. El homo postmodernus es el homo consumens, y por esto mismo, homo

a-criticus24

.

El relativismo va gestando la aparición del joven light, un personaje frívolo, superficial,

descafeinado, un sujeto materialista cuya biografía se concentra en cuatro capítulos:

hedonismo, consumismo, permisividad, relatividad.

Perfil del hombre light25

: Bien informado, con escasa educación humana; todo le

interesa, pero, a nivel superficial; no le da mucha importancia a su integridad; busca aparecer

21

DIAZ C., Escucha, posmoderno, Paulinas, Madrid 1985. En este caso, particularmente, en las páginas 56-57,

presenta algunas características o manifestaciones de los jóvenes de la postmodernidad a tener en cuenta, que nos

puede dar también una llave de lectura: - “Happiness now, queremos la felicidad aquí y ahora. Esta

absolutización tiene su manifestación americana en el juvenil sexo, auto, carrera, que es reclamo de lo imposible.

- Preferir el tópico, aceptar la televisión como imperativo de comportamiento. Pensar se convierte para el joven

posmoderno en aterrorizador.

- Esta fascinación por lo discontinuo, por lo puntual, por lo no uniforme, tiene como consecuencia la ruptura del

tiempo, la resistencia a cualquier forma de definitividad.

- Con fuerzas para pasar del pasado y con ánimos para negar el futuro, sólo queda el presente entre el vértigo y el

éxtasis.

- Presenta normativamente sus propias vivencias en forma de máximas o sentencias, mientras que asegura que

del viejo, ni el consejo.

- En lugar de creer lo que es digno de credibilidad, se traga lo increíble, siempre y cuando le digan que no se lo

crea, y muy especialmente siempre y cuando sea su padre el que le recomiende creer. Sólo a tus compañeros

creerás.

- Telón de fondo: rechazo de la trascendencia, apuesta por la total inmanencia.

- Culto a la no-normatividad. Antes se decía lo que no está prohibido está permitido, ahora se dice lo que no está

permitido está prohibido. Culto a la no-solidaridad, a excepción de la solidaridad con el propio grupo, y

confusión de solidaridad con grupalidad. Culto a la dispersión, a la cultura no-unificada, que, por contrapartida,

resulta unificada en la no-unificación. Culto al no-culto de los otros, y auto cultivo del narcisismo de cariz

neorromántico”. 22

Cf. ROJAS E., El hombre light..., 13ss. 23

Cf. GASTALDI I., Modernidad, posmodernidad y nueva era, en Medellín 23 (1997) 90, 615-616. 24

JIMÉNEZ M., J. D., Posmodernidad: ¿el encanto desilusionado o la ilusión del desencanto?, en Religión y

Cultura 38 (1992), 379. 25

Cf. ROJAS E., El hombre light..., 15-17.

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como el más atractivo, el que gana más, etc.; es frívolo, acepta todo; carece de criterios

sólidos; su norma de conducta es la vigencia social, la moda.

La era del plástico: La era del plástico se caracteriza por ser desechable, se pone de

manifiesto la característica especial de los objetos que es la de usar y tirar.

El impacto no se limita sólo al cuerpo y el sexo, sino también a lo visual. Muchos de

nuestros contemporáneos se nutren casi exclusivamente de las imágenes que aportan los

medios. Cada vez más, la mirada a lo universal pasa por la ventana de la televisión.

Nuestra sociedad, apoyada en la imagen, busca trascender la existencia cotidiana, eludir

la soledad, pero los medios vacían de contenido y significado la realidad, sumergen a los

individuos en la banalidad de las imágenes llamativas y en la inmediatez superficial de las

informaciones convertidas en espectáculo. Se pierde la profundidad vital y se ciega la

sensibilidad por los valores sustantivos.

La sociedad de consumo, aliada de la postmodernidad, hace el mayor número de

víctimas entre la juventud, porque de este modo asegura el éxito del consumismo a largo

plazo.

De ahí que es importante reflexionar algunos efectos a largo alcance: ¿Cómo serán las

parejas y familias del año 2030?, ¿qué clase de políticos, gobernantes y dirigentes sociales

tendrá la sociedad al cabo de tres o cuatro décadas?, ¿qué tipo de pensadores y de mentores de

la comunidad humana se está fraguando en este clima de postmodernidad?, las nuevas

generaciones ¿sabrán construir una sociedad mejor que la presente?, una sociedad sin

proyectos de futuro, sin memoria histórica, ¿podrá subsistir?, ¿no se podría decir que la

sociedad postmoderna está abocada al suicidio, si tenemos a la vista el horizonte que va

trazando la postmodernidad?

Sin embargo, así como se ve en las sociedades europeas, al parecer la tendencia a caer

en la depresión o en un callejón sin salidas no es tan cierto, no se tiene más una sociedad

totalmente en contra de la Iglesia o totalmente indiferente (realmente nunca lo fue y

seguramente nunca lo será). Algunos dicen que lo peor ha pasado, pero que la Iglesia tiene

que presentarse aliada al ser humano, haciendo su opción por él, que se vea que lo ama y

quiere su bien (que podríamos llamarlo salvación) para que la gente se acerque de nuevo a

vivir los grandes valores y a experimentar una vida eclesial de comunión.

¿Cuál será la actitud a asumir? Hay un nuevo modo de entender la existencia humana.

Habrá que prepararse para enfrentar creativamente a fin de seguir proponiendo los valores de

siempre, pero de un nuevo modo. Recreando, resignificando, buscando nuevas formas de

proponer para que lo bueno siga siendo bueno. Respetando a las personas por lo que son y no

por lo que tienen u ofrecen (o puedan ofrecer) a la Iglesia.

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Educar en nuestro tiempo no es tanto hacer discursos cuanto dar testimonio. El joven de

la época postmoderna está harto de palabras, pero sí es positivamente sensible al buen

ejemplo, a la acogida, al respeto.

Tengamos presente que en los años recientes normalmente (y hasta hoy muchos lo

hacen) se presentaba una situación como contrapuesta al ideal, como por ejemplo:

marginalidad, desadaptados, refugio en el privado, lucha por la identidad, sin padres ni

maestros, etc., que dicen parte de la verdad pero también presentan límites al ser

absolutizados. Es bueno valorizar muchas categorías pero también relativizar en relación a la

especificidad de las situaciones y unicidad de cada joven.

Se ha escuchado a muchos adultos decir que los jóvenes son un problema para la

sociedad, que no se insertan en la marcha o proceso social, que son violentos. Tal vez en los

últimos tiempos esta situación se ha acentuado, pero hay que ver las causas y no mirar sólo

desde ese punto de vista, pues al mismo tiempo que son violentos, se ven ansias enorme de

soñar con una vida mejor, de promover y luchar por una sociedad más justa, donde haya

menos pobres, etc. Es mirar y ver la dificultad de algunos grupos de jóvenes de integrarse en

el tejido social a causa de mecanismos sociales marginantes. Por ejemplo, la presencia en la

sociedad de grupos de marginados como ser los alcohólicos, los violentos o patoteros, los

toxicodependientes26

, manifiesta desadaptación desde el punto de vista de los jóvenes, pero

desde el punto de vista de la sociedad, estructuras marginantes (cf. estructuras de pecado).

En estos años se utilizaron varias categorías que hacen referencia a la identidad: la lucha

por la identidad, el refugio en lo privado, la cotidianidad, subjetividad/subjetivismo, etc. El

acentuar lo privado en contrapartida a lo social, que fue muy fuerte en décadas pasadas,

demuestra la crisis de las ideologías27

y del compromiso social. Normalmente se ha visto esto

de modo negativo, pero también quienes interpretan positivamente, que se manifiesta como

una revolución silenciosa aportando nuevos valores. Es una especie de sobrevivir a la

complejidad socio-cultural fortaleciendo el pequeño mundo vital. Normalmente el refugio en

lo privado28

está en desacorde de reglas, de los valores objetivos, de la continuidad. Así se es

más sensible a la dimensión subjetiva que universal y objetiva de los valores morales. Que se

abran a lo universal, objetivo, general, global, es hacer una fatiga enorme.

También hacen fatiga para abrirse al pasado y al futuro. Todo se concentra en el

presente, sería como una versión moderna del carpe diem. Es una generación de la vida

cotidiana, del hoy, del presente29

, sin padres ni maestros y de escasa capacidad proyectual30

.

26

Cf. Un trabajo hecho sobre el consumo de drogas en estudiantes: OBSERVATORIO PARAGUAYO DE

DROGAS (OPD)-SECRETARÍA NACIONAL ANTIDROGA (SENAD), Consumo de sustancias psicactivas en

estudiantes. Resultado de la encuesta nacional sobre prevalencia de consumo de drogas, factores de riesgo y

prevención en jóvenes escolarizados de 12 a 18 años, Senad, Asunción 2004. 27

Cf. BORÁN J., Os Desafios..., 40-42. 28

Cf. BORÁN J., El futuro..., 104-105. 29

Cf. ROJAS E., El hombre light…, 28-29. 30

Cf. POLLO M., Animazione culturale, Elledici, Leumann (Torino) 2002, 43.

Page 10: Lectura de la situación contextual con los ojos de la fe

10

Hay una tendencia a consumar la experiencia, fragmentadas31

entre sí y no conectadas con el

acontecimiento de la vida que se expresa en un historia que tiene un sentido. La

fragmentariedad dice la experiencia interior de los jóvenes y también el hecho cultural de una

sociedad que ha perdido un centro unificante32

. La fragmentariedad cultural y la segmentación

de la propia vida interior están íntimamente relacionadas.

El proceso de la propia identidad es mucho más fatigoso respecto al pasado. Los

jóvenes viven múltiples experiencias y pertenencias con referencia contemporáneamente a

una varia o contradictoria gama de valores.

En cuanto a la identidad un asesor y/o animador se pregunta/n: “¿Por qué hay veces que

soy un tigre, en la familia soy un salvaje, en la vida afectiva una mariposa, y en la fe un

canguro? ¿Cómo puedo hacer y vivir en unidad? ¿Por qué me siento dividido?” Tantas veces

el rol de animador y/o asesor lo absorve pero siente que no lo hace crecer; llena una parte de

su vida pero no lo hace madurar; le hace modular y conjugar un camino de fe, una opción de

compromiso pero luego llega a la indiferencia y a la apatía. No se puede orientar un arco

importante de la vida de un joven sólo sobre qué debe hacer para los demás sin vivir los

propios problemas afectivos, las propias exigencias de fiesta, gratuidad, de realización

personal en un grupo de pares. Sin decir que tantas veces para la joven edad, los animadores

y/o asesores están dentro de los mismos problemas que viven los jóvenes a quienes

acompañan.

Se impone así un primer delicado compromiso personal de acoger las ambigüedades,

desenmascarar los motivos de comodidad, denunciar las visiones mortificantes de animación

y sintonizarse siempre más sobre una correcta colocación educativa de la figura del animador

y/o asesor. Procurar el encuentro entre el porqué y el quién es para que nazca un verdadero

animador, una persona realizada y educadora liberante. Las motivaciones profundizadas,

orientadas, unificadas llegan a ser coeficientes de madurez humana, inscriptas en un contexto

más amplio de opción fundamental de los valores, en un horizonte donde se mira la

existencia. Así nace una espiritualidad que se desarrolla y se abre y un servicio que se pueda

vivir en la sociedad como amor por la vida.

Después de la época de la dictadura, donde los animadores y/o asesores se interesaban

ante un objetivo común, el sistema dictatorial, y por ende, en un contexto político, parece que

31

Cf. BORÁN J., El futuro..., 93-95; cf. ROJAS E., El hombre light..., 71-80. 32

Cf. LANZA S., La parrocchia in un mondo che cambia: le grandi sfide socio-culturali e religiose, en

PONIFICIUM CONSILIUM PRO LAICIS, Riscoprire il vero volto della parrocchia, Libreria Editrice Vaticana,

Città del Vaticano, 15-54, particularmente la página 25: “È necessario riequilibrare l‟azione pastorale in senso

missionario: da autoreferenziale, tutta concentrata all‟ombra del campanile, essa è chiamata ad assumere uno

stile di missione; non come fatto eccezionale o di emergenza, ma come propria normalità quotidiana e

dimensione costante… Si tratta, allora, di passare dal paradigma della appartenenza (intesa come cura delle

anime che appartengono alla parrocchia) a quello della evangelizzazione e della missione, cioè da una Chiesa di

servizi a una Chiesa di servizio (economia della salvezza): per la Chiesa non ci sono i vicini o i lontani, ma

persone da raggiungere là dove esse vivono”; cf. LANZA S., Il rinnovamento della parrocchia, en SERVIZIO

NAZIONALE PER IL PROGETTO CULTURALE DELLA CONFERENZA EPISCOPALE ITALIANA,

Ripensare la parrocchia, Dehoniane, Bologna 2004, 117-130.

Page 11: Lectura de la situación contextual con los ojos de la fe

11

el mundo juvenil se redujo a centrarse en sus problemas personales, en su pequeña

cosmovisión, donde se siente alguien reconocido y valorado en la vida. Actualmente hay poca

atención hacia un proyecto de sociedad, a los ideales inspiradores para actuar arriesgándose.

Normalmente piensa en grande, con sus ideales muy elevados, piensa cambiar la sociedad

pero seguramente accionando sólo en su pequeño círculo.

La centralidad de la subjetividad o la fundación subjetiva del propio itinerario de

madurez son las reacciones necesarias al pluralismo y policentrismo cultural y al consecuente

relativismo de los valores. Además, la falta de propuestas significativas y la pretensión de una

neutralidad ética de la sociedad no favorecen para formarse una subjetividad fuerte. Vemos

que está en crisis el tiempo noético33

o el sentido histórico de la temporalidad. Se pierde el

sentido de la unidireccionalidad y de la progresividad del tiempo y se hace camino una

concepción circular y casi de reversibilidad del tiempo.

La adolescencia se mueve más por una dimensión socio-cultural que biológica. La

problemática está ligada a la identidad, pero el proceso de identidad no es afrontado y

permanece incompleto. Aparenta como el tiempo de adaptarse al cambiamiento continuo

concentrándose en el compromiso de autorrealización y reelaboración personal de las

propuestas de vida.

Relacionalidad

Las nuevas generaciones tienen un fuerte sentido de relacionalidad34

en conexión con

ámbitos de autorrealización. Por ejemplo, en la escuela o colegio, el joven rinde más si su

maestro o profesor logra una relación cercana y gratificante. Se puede dar lo mismo en el

trabajo, quien es tratado como persona, como alguien y no sólo como número, producirá

mucho más para el servicio abocado.

La dimensión afectivo-sexual35

es vivida en conexión a la problemática de la identidad;

tiene significados de conocimientos de sí, búsqueda de reconocimiento y de seguridad. La

relación de pareja exige respeto, comunicación, comprensión y fidelidad. Los sentimientos

son criterios guías y de evaluación en la sexualidad y afectividad, valen más que compartir

valores, proyectos y hasta vale más que compartir la misma fe. En una sociedad compleja la

pareja da seguridad, pero cada vez que pasa el tiempo es más flexible, se caracteriza por la

cohabitación ligera sin proyectarse mucho al futuro y a la definitividad de la vida. Los jóvenes

en este ámbito buscan espacios más autónomos, informales, extrainstitucionales. Mientras el

espacio afectivo tiene grande significado, los otros espacios relacionales van perdiendo

significatividad. No llegan a ser lugares, pues no dan sentido de pertenencia y no llegan a

crear identificación.

33

Cf. POLLO M., Animazione cultuale…, 39-51. 34

Cf. FONTANA U., Relazione, segreto di ogni educazione, Elledici, Leumann (Torino) 2000, 38-39. 35

Cf. GASTÓN de MEZERVILLE, Madurez sacerdotal y relgiosa. Un enfoque integrado entre Psicología y

Magisterio, Tomos I y II, CELAM, Santafé de Bogotá 1999.

Page 12: Lectura de la situación contextual con los ojos de la fe

12

Valores de tipo relacional-afectivo y autorrealizativo expresan los adolescentes. Esta

dimensión afectivo-relacional es la más determinante para la formación de la identidad.

Por un lado “estamos en la era de la comunicación y de la posibilidad de entrar en

contacto con el mundo entero, por otro, jamás como hoy seguramente son así difundidos el

sentido de la incomprensión y de la fatiga a establecer relaciones humanas profundas y

duraderas”36

.

Otro aspecto fundamental es el grupo37

o la pequeña comunidad38

. Hace tres funciones

progresivamente: autonomía, relacionalidad y reconocimiento de la propia identidad. La

amistad es el filtro fundamental de la madurez del adolescente. Pero muchos no se sienten

respetados y comprendidos por sus amigos. Entre los coetáneos y la familia, influye más la

familia para enfrentar las situaciones nuevas aunque con la tendencia a buscar hacer siempre

más solos.

La escuela y el colegio, tienden a ser pensados sólo como lugar de socialización que

como lugar fundamentalmente de cultura. A medida que crecen, escogen lugares no

institucionales.

La relación con los adultos39

“Muchos sondeos sobre los jóvenes presentan la insignificancia de los adultos para la

mayoría de los jóvenes. Para estos jóvenes los adultos, en efecto, no son modelos ni a imitar

ni a rechazar, no son ocasión de encuentro ni ocasión de desencuentro, son sólo simplemente

insignificantes”40

. Y esto es grave. Pues el principal agente en la educación juvenil no es

tenido en cuenta como se debe porque se fue vaciando de contenido ante el educando, y en

muchos casos, no llega a comunicar en las cosas básicas de la vida. Hay jóvenes quienes se

lamentan que son controlados por sus padres o tutores, y no llegan a entablar una relación de

fe y confianza. Entonces cada vez que pasa el tiempo, la distancia se alarga, y cuanto más

distantes son, más difícil será acortarla.

En ocasiones, inclusive, el adulto se interesa casi siempre (y en algunos casos siempre)

de sus problemas y su mundo. “Esta ausencia de un verdadero interés del adulto por la vida de

36

CURRÒ S., Il giovane al centro. Prospettiva di rinnovamento della Pastorale Giovanile, Paoline, Milano

1999, 61 [Traducción al español: El joven en el centro. Perspectivas de renovación de la Pastoral Juvenil,

Paulinas, Madrid 2005]. 37

Cf. POLLO M., Comunicazione educativa, Elledici, Leumann (Torino) 2004, 105ss. 38

Cf. CELAM-SEJ 9, Civilización del amor. Tarea y Esperanza. Orientaciones para una Pastoral Juvenil

Latinoamericana, Santafé de Bogotá 19972, 191-198. Es interesante cómo este material latinoamericano presenta

el proceso que debe pasar una comunidad juvenil (pequeño grupo), así como una persona humana: su

nacimiento, la primera infancia, la adolescencia, la juventud, la adultez y la muerte-resurrección. Cada etapa

presenta unas características similares a las propias del ser humano en su proceso correspondiente. 39

Cf. POLLO M., Comunicazione…, 87-103. Particularmente en la página 89: “Ogni processo educativo

autentico richiede la disponibilità dell‟educatore a educarsi mentre educa. Questa affermazione è divenuta molto

popolare, in questi ultimi anni, sotto la spinta in modo particolare delle pedagogia della liberazione” (cf.

también: FREIRE P., La pedagogia della liberazione, Mondatori, Milano 1971, citado en POLLO M.,

Comunicazione…, 89). 40

POLLO M., Le sfide educative…, 61.

Page 13: Lectura de la situación contextual con los ojos de la fe

13

los jóvenes es un gran límite para la socialización, en cuanto el adulto es el primer otro

importante, del cual el joven hace experiencia”41

. Pero el joven busca un referente, un modelo

que le pueda decir algo a su vida.

“El egoísmo generacional no se reflexiona sólo en la dirección adulto/joven sino

también en la dirección adulto/anciano, anciano/joven y joven/anciano”42

. Sin embargo, es

lindo ver a personas adultas que no tienen dificultad de comunicarse con cualquier tipo de

gente (condición socio-económico-educacional), respetando y dando lugar a cada persona

como se merece, sea para uno interesante o no lo que dice o hace. “Es necesario superar el

secuestro de la edad, la incomunicabilidad generacional, que es fruto y cobertura de la

inconsistencia de los adultos. El joven busca figuras de referencia significativas. No podemos

permitir que su expectativa permanezca desilusionada”43

. Y entrar en esta escuela, nos lo

debe/n enseñar el animador y/o asesor para romper las barreras.

Los jóvenes buscan adultos educadores, creíbles y preparados. No es cierto que no

quieran saber nada de los adultos. Sabemos que el conflicto (vivido más intensamente en el

período de la adolescencia) es necesario. La educación necesita del conflicto (no exagerado o

exasperado) y de la diversidad, necesita de la palabra dicha del adulto. Últimamente se hace

más complicada la educación de los hijos cuando los padres están ausentes, principalmente

por motivo de trabajo. Esta experiencia se acentúa en la realidad urbana donde ambos padres

deben ir a trabajar y dejan a los hijos con una o criada o empleada. Además, se nota las crisis

familiares (separaciones matrimoniales principalmente), la ausencia de una buena

comunicación desde sus inicios, estilos educativos acentuados o de permisivismo o de

autoritarismo, y la crisis de relación con las instituciones.

Los jóvenes siempre quieren crecer hacia la madurez pero no reciben propuestas

consistentes de los adultos (especialmente en nuestro país, donde la corrupción de las

personas quienes ofrecen servicios en las instituciones públicas, éstas guiadas por los adultos,

ha llegado a niveles estructurales) para una vida de sueños. En mis últimos años de

experiencia como educador de los jóvenes, comprendí que ellos buscan referentes, que les

acoja, les entienda, que no sean como ellos, que tenga algo que decir a sus preguntas, a sus

inquietudes, que sea capaz de descender a sus realidades profundamente (que con el proceso

de Encarnación de Dios al mundo se entiende y se vive maravillosamente) para alzarles,

elevarles hacia una vida más integrada y madura.

El sentido de los valores en los jóvenes

Muchas personas dicen que los jóvenes no viven los valores en la vida, sin embargo,

esto no es cierto, pues muchos de los valores comparten con los de los adultos. La diferencia

41

POLLO M., Le sfide educative…, 62. 42

POLLO M., Le sfide educative…, 62. 43

LANZA S., La parrocchia..., 312.

Page 14: Lectura de la situación contextual con los ojos de la fe

14

está en la jerarquización de los mismos dando una mayor valencia a la dimensión subjetiva.

Los valores de la solidaridad, de la caridad son subordinados a los personales como la familia,

el amor, la amistad, la libertad.

Toleran mucho más la moral individual44

, sobre todo sexual, basada en la libertad

personal y en el recíproco consenso; sin embargo, no toleran la violación de los derechos

humanos. Al parecer, expresan neutralidad ética e indiferencia hacia la dimensión afectivo-

sexual, pero la realidad no es así. Viven los valores de la sinceridad, de la unidad de afectos,

de la reciprocidad. Y son muchos más positivos y optimistas para afrontar una vida de valores

que los adultos.

El sentido religioso en los jóvenes

El sentido religioso es muy complejo y hasta contradictorio. Se ven señales de

persistencia o despertar religioso, y por otro lado, se ven señales de la secularización y de la

desafección religiosa. Parece que los dos fenómenos están creciendo. La religiosidad de los

jóvenes es connotada siempre menos por la pertenencia eclesial y siempre más por elementos

legados a la subjetividad. Es una religiosidad que se vive en lo privado45

y en orientación a lo

subjetivo. Es sentida más como respuesta a las necesidades psíquicas subjetivas que como

respuesta del sujeto a una provocación o llamada trascendente. Y, además, fatiga a aceptar la

mediación de la comunidad y de un horizonte objetivo de la fe.

La postmodernidad, débil y relativista, ha descafeinado46

la religión, ha minado su

fundamento, ha pulverizado y suavizado su dureza y su vigor. Ahora, en muchos casos, la fe

es un elemento más en el mercado de preferencias. Para el pensamiento postmoderno la

muerte de Dios representa, a la vez, la liquidación del humanismo.

La religiosidad postmoderna es antropocéntrica, sociológica o ambiental, a la medida, a

la carta, light, blanda, baja en calorías. Es un colage o un cóctel que cada cual se fabrica

según sus ideas, gustos, tradición o costumbre social, al margen de la fe en sí misma.

Ciertamente, estas características todavía no han llegado en su plenitud en nuestros ambientes,

sin embargo, en las zonas urbanas (particularmente en las instituciones universitarias) crecen

paulatinamente.

Las características de esta religiosidad: extremadamente cómoda, es emocional y anti-

intelectualista, alejada de la Iglesia-institución, carente de confianza en sus líderes. Pero por

otro lado, existe una tendencia a vivir con mayor radicalidad por algunos jóvenes la fe en la

vida cotidiana. Especialmente llegan a vivir en contexto de madurez integral cuando la

comunidad de fe se presenta hospitalaria, que recibe en su seno a todos los miembros sin

44

Cf. BORÁN J., Os desafios..., 42-44. 45

Cf. ROJAS E., El hombre light…, 99ss. 46

Cf. ROJAS E., El hombre light…, 13.81.

Page 15: Lectura de la situación contextual con los ojos de la fe

15

distinción, una comunidad educante tratando a todos por igual. Cuando se sienten amados por

una comunidad mamá con pechos generosos para dar el nutrimento y protección a sus hijos.

Muchos cuando piensan en la religión, lo hacen separando de la realidad, de la vida

cotidiana. Parece que está en conexión con la tendencia socio-cultural a relegar la religión en

lo privado, llegando a no tener influencia en lo social. Podemos decir que es un mosaico de

creencias y de prácticas, en que se encuentran mezclados elementos culturales, religiosos y

antropológicos, provenientes de muchas y muy distintas tradiciones culturales y religiosas.

Los fenómenos religiosos encuadrados en la nueva religiosidad presentan fuertes rasgos de

religiosidad pagana y oriental, y se parecen muy poco a la religión cristiana tradicional. Es

una fe ingenua, crédula, facilona, puesta en cosas y no en algo sustancial.

La separación entre fe y moral se detecta también entre los jóvenes más cercanos a la

experiencia eclesial. El problema no se concentra tanto en el tema de creer o no creer, sino en

creer y de sus implicancias en el estilo de vida. En muchas ocasiones piensan que es normal

encontrar personas que dicen creer una cosa y viven de otra manera. Aunque sienten la

llamada inmensa a superar esa crisis y vivir en un contexto de donación, cosa imposible en un

ambiente donde no se favorece el proceso hacia una vida íntegra y auténtica. Por un lado, no

quieren aceptar una experiencia religiosa que pasase por los vínculos comunitarios e

institucionales estrechos, y por otro lado, buscan experiencias comunitarias emotivamente

fuertes y no muy exigentes; lo emotivo y lo sensacional aparecen como elementos importantes

en la vida del joven.

Nuestra mirada hacia los jóvenes es educativo-pastoral. Nuestra mirada no se reduce

exclusivamente al ámbito religioso, ni tampoco se limita a un sector de la vida del joven

simplemente, sino que va en dirección a toda la vida juvenil y a sus expresiones. Es decir,

asumir toda la vida y sus problemáticas, si es posible de manera integral.

En estos últimos tiempos es difícil tener una visión unitaria del mundo de los jóvenes.

Cada vez que pasa el tiempo es más complicado hablar de cultura juvenil47

por la complejidad

y profundidad del tema.

La edad, por ejemplo, no se reduce más sólo al ámbito biológico sino al psico-social-

cultural. El pasar a la etapa adulta tiene algunas expresiones psico-sociales (por ejemplo,

autonomía personal, tener constituida una familia, independencia económica...). Pero los

cambios que se fueron dando en Europa, también se dan de a poco en nuestro país. Y

últimamente en nuestro país los cambios son mucho más acelerados hacia una sociedad más

moderna y tecnológica que tiempos atrás.

Muchos jóvenes ven a la Iglesia como una institución referencial, en quien pueden creer

y recurrir cuando necesitan (al menos todavía así se da esta experiencia en varias partes de

47

Cf. BORÁN J., El futuro…, 65-140; BORÁN J., Os desafios…, 57-77.

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16

nuestro país). Pero podría ser un peligro el hecho de reducir la pastoral a aspectos que están a

la moda dentro de la sociedad. Tienen sed de Dios y lo quieren encontrar, pero no un Dios

lejano y castigador (como tal vez se enseñaba antiguamente dentro de la catequesis) sino un

Enmanuel (Dios-con-nosotros). “Los jóvenes, también el joven consumista, no tienen piedad

por aquellas instituciones „simbólicas‟ que decaen en el sistema mercantil... aunque si después

se dejan ilusionar por aquellas formas de religiosidad que no se interesan a la salvación

(eterna), sino a la sensación (inmediata) de bienestar (salud... fitness)”48

.

Se encuentran también signos de una auténtica experiencia religiosa y de una capacidad

de acoger los valores religiosos como significativos y resignificantes para la vida. En muchas

ocasiones (sobre todo dentro de la Iglesia), los valores religiosos les conducen a opciones

significativas de solidaridad. Y varios jóvenes rompen los esquemas tradicionales, tienen

ganas de superarse y presentar una propuesta nueva, de modo nuevo, más atrayente para los

mismos jóvenes. Sueñan con la Iglesia más comprometida, abierta y misionera y con una vida

donde se viva la tolerancia, el respeto, la justicia y el amor.

Ante todo lo expuesto nos queda vivir la misión encomendada con convicción, con

amor generoso, entusiasmando en la narración de nuestra historia acogida y salvada por

Cristo. Así la misión permanente se presenta como una gran oportunidad para encarnar la

salvación de Dios en nuestro mundo personal, familiar y comunitario.

48

LANZA S., La parrocchia…, 301.