Lección 2 del III Trimestre de la Escuela Sabatica 2014

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LA DOBLE NATURALEZA

DE JESÚS

El Hijo del hombre

Completamente humano

Reveló su misión

mesiánica

El Hijo de Dios

Completamente divino

Reveló su divinidad

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“Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido” (Mateo 18:11)

“Hijo del hombre” es el apodo que Jesús usó para referirse a sí mismo.

En el Antiguo Testamento, este término se usa siempre para hablar de personas humanas.

Es así como Dios se dirige tanto a Ezequiel como a Daniel.

En el libro de Daniel, encontramos esa misma expresión para hablar de Jesús mismo (Daniel 7:13; 10:16).

Al usar este término, Jesús quería resaltar que era completamente humano. Dios se había integrado, por nacimiento, en la familia humana.

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“Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él” (Daniel 7:13)

Aunque nunca se autodenominó “Mesías”, Jesús usó la expresión “hijo del hombre” de tal manera que se pudiese relacionar claramente con su papel mesiánico, tal como se muestra en Daniel 7:13.

“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria” (Mateo 24:30)

“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria” (Mateo 25:31)

“Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo” (Mateo 26:64)

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Jesús vino a restaurar lo que el hombre había perdido en Edén.

EL HOMBRE

Perdió su relación con Dios

Perdió su santidad

Perdió su hogar

Perdió la vida eterna

JESÚS

Restableció nuestra relación con el Padre (Juan 1:51)

Perdona nuestros pecados y nos enseña cómo vivir (Mateo 26:28;

1ª de Pedro 2:21)

Nos está preparando un hogar (Juan 14:1-3)

Nos da vida eterna (Juan 3:16)

“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”(Lucas 19:10)

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“La gran condescendencia de Dios es un

misterio que está más allá de nuestro

alcance. La grandeza del plan no puede ser

comprendida plenamente, ni puede la

sabiduría infinita idear un plan que lo

sobrepuje. Pudo tener éxito únicamente...

porque Cristo, llegó a ser hombre, y sufrió

la ira que el pecado ha producido debido a la

transgresión de la ley de Dios. Por medio de

este plan, el Dios grande y terrible puede

ser justo, y al mismo tiempo justificador de

todos los que creen en Jesús, y que lo

reciben como Salvador personal. Esta es la

ciencia celestial de la redención, de salvar al

hombre de la ruina eterna”E.G.W. (La maravillosa gracia de Dios, 2 de junio)

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“Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:31)

Tanto los ángeles como los hombres aseveraron que Jesús es el Hijo de Dios.

Gabriel. Lucas 1:35.

Juan el bautista. Juan 1:34.

Natanael. Juan 1:49.

Los discípulos. Mateo 14:33.

Marta. Juan 11:27.

Los judíos entendieron que, al usar este título, Jesús blasfemaba, haciéndose Dios: “¿…vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?”(Juan 10:36; ver Juan 10:33)

La unidad completa de Jesús y el Padre incluye un perfecto conocimiento mutuo; una unidad de voluntad, propósito y objetivos. Es más, incluye una unidad de naturaleza. El Hijo y el Padre son dos personas, pero de la misma naturaleza (“Yo y el Padre uno somos”. Juan 10:30)

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“Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios” (Juan 10:33)

Durante su ministerio, Jesús fue desvelando gradualmente su divinidad, de una forma indirecta.

Se atribuyó el poder de

perdonar los pecados

“Al ver él la fe de ellos,

le dijo: Hombre, tus pecados te

son perdonados”

(Lucas 5:20)

Tenía el poder de resucitar a los muertos

“Porque como el Padre

levanta a los muertos, y les

da vida, así también el

Hijo a los que quiere da

vida” (Juan 5:21)

Se atribuyó el título

divino “YO SOY”

“Jesús les dijo: De

cierto, de cierto os

digo: Antes que

Abraham fuese, yo

soy”(Juan 8:58)

Declaró haber existido con Dios desde antes de la

fundación del mundo

“Ahora pues, Padre,

glorifícame tú al lado tuyo, con aquella

gloria que tuve contigo antes que el mundo

fuese”(Juan 17:5)

Aceptó la adoración

“Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró”

(Juan 9:38)

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“En ocasión del bautismo del Salvador,

Satanás se hallaba entre los testigos. Vio la

gloria del Padre que descansaba sobre su Hijo.

Oyó la voz de Jehová atestiguar la divinidad de

Jesús. Desde el pecado de Adán, la especie

humana había estado privada de la comunión

directa con Dios; el trato entre el cielo y la

tierra se había realizado por medio de Cristo;

pero ahora que Jesús había venido “en

semejanza de carne de pecado,” el Padre

mismo habló. Antes se había comunicado con

la humanidad por medio de Cristo; ahora se

comunicaba con la humanidad en Cristo”

E.G.W. (El Deseado de todas las gentes, cp. 12, pg. 90)