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LAS TRADUCCIONES ESPAÑOLAS DEL KRAUSISMO ENRIQUE M. UREÑA Universidad Pontificia de Comillas 1. INTRODUCCIÓN El filósofo alemán Karl Christian Fried- rich Krause (1781-1832) fue profesor en las Universidades de Jena, Berlín y Gotinga. En esta última ciudad reunió un granado grupo de fieles discípulos, algunos de los cuales dedicaron después sus vidas a la di- fusión de la doctrina de su maestro. 1 El Barón Hermann von Leonhardi (1809- 1875), Heinrich Ahrens (1808-1874), Karl Rôder (1806-1879) y Theodor Schliephake (1808-1871) —este último menos conocido en España— fueron los discípulos y pro- pagadores más activos. En 1843 Julián Sanz del Río (1814-1869), tras visitar a Ahrens en la Universidad Libre de Bruse- las, donde éste ocupaba una cátedra, se dirigió a Heidelberg, en donde trató estre- chamente con los otros tres discípulos mencionados. A su vera se imbuyó de la filosofía del maestro y, aunque tenía pre- vista una estancia más larga, tuvo que re- gresar a España por razones familiares en noviembre de 1844. Sanz del Río mantuvo hasta su muerte una continua correspon- dencia con Rôder y, sobre todo, con Leonhardi. 2 El influjo que llegó a ejercer la filosofía krausista en España fue, como es sobra- 1 Sobre la vida y obra de Krause puede verse mi estudio: Krause, educador de la humanidad. Una biografía, Universidad Pontificia Comillas, Colec- ción del Instituto de Investigación sobre Libera- lismo, Krausismo y Masonería, Madrid, 1991. 2 Véase Enrique M. Ureña: Cincuenta cartas inéditas entre Sanz del Río y krausistas alemanes. Con introducción y notas, Universidad Pontificia Comi- llas, Colección del Instituto de Investigación sobre Liberalismo, Krausismo y Masonería, Madrid, 1993. damente conocido, muy grande. En el Se- xenio Revolucionario los krausistas domi- naron las Facultades de Derecho y de Filo- sofía de la Universidad de Madrid. El Bole- tín-Revista de la Universidad de Madrid (BRUM) podría muy bien considerarse como su órgano de expresión. En 1876 Francisco Giner de los Ríos, el más precla- ro discípulo de Julián Sanz del Río, funda con un grupo de correligionarios la Institu- ción Libre de Enseñanza (ILE), el gran fruto institucional del krausismo español, que pervive hasta 1936, teniendo desde 1877 al Boletín de la Institución Libre de Enseñanza (BILE) como órgano propio de expresión. Desde la muerte de Sanz del Río en 1869, los krausistas alemanes mantienen una co- rrespondencia abundante con Francisco Giner de los Ríos, quien pasó inmediata- mente a ser tratado por ellos como la cabe- za del grupo krausista español. También con algunos otros institucionistas mantu- vieron los krausistas alemanes contacto escrito. Toda esta correspondencia mues- tra el reconocimiento mutuo del espíritu krausista que animaba a ambos grupos. 3 3 Estoy traduciendo actualmente unas sesenta cartas inéditas de los krausistas alemanes a Fran- cisco Giner de los Ríos, traducción que espero entregar a la imprenta, con una introducción y abundantes notas complementarias, en un plazo no muy largo. Estas cartas se conservan en la Re- al Academia de la Historia, a la que agradezco la autorización concedida para realizar y publicar el trabajo indicado. Sobre la relación krausis- mo/institucionismo puede verse: Enrique M. Ureña, "El giro institucional del krausismo en el último tercio del siglo XIX: un itinerario común a España y Alemania", de próxima aparición en el Nr. 24 de El Basilisco, Segunda Época. íeronymus 89

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LAS TRADUCCIONES ESPAÑOLAS DEL KRAUSISMOENRIQUE M. UREÑA

Universidad Pontificia de Comillas

1. INTRODUCCIÓN

El filósofo alemán Karl Christian Fried-rich Krause (1781-1832) fue profesor en lasUniversidades de Jena, Berlín y Gotinga.En esta última ciudad reunió un granadogrupo de fieles discípulos, algunos de loscuales dedicaron después sus vidas a la di-fusión de la doctrina de su maestro.1 ElBarón Hermann von Leonhardi (1809-1875), Heinrich Ahrens (1808-1874), KarlRôder (1806-1879) y Theodor Schliephake(1808-1871) —este último menos conocidoen España— fueron los discípulos y pro-pagadores más activos. En 1843 JuliánSanz del Río (1814-1869), tras visitar aAhrens en la Universidad Libre de Bruse-las, donde éste ocupaba una cátedra, sedirigió a Heidelberg, en donde trató estre-chamente con los otros tres discípulosmencionados. A su vera se imbuyó de lafilosofía del maestro y, aunque tenía pre-vista una estancia más larga, tuvo que re-gresar a España por razones familiares ennoviembre de 1844. Sanz del Río mantuvohasta su muerte una continua correspon-dencia con Rôder y, sobre todo, conLeonhardi.2

El influjo que llegó a ejercer la filosofíakrausista en España fue, como es sobra-

1 Sobre la vida y obra de Krause puede versemi estudio: Krause, educador de la humanidad. Unabiografía, Universidad Pontificia Comillas, Colec-ción del Instituto de Investigación sobre Libera-lismo, Krausismo y Masonería, Madrid, 1991.

2 Véase Enrique M. Ureña: Cincuenta cartasinéditas entre Sanz del Río y krausistas alemanes. Conintroducción y notas, Universidad Pontificia Comi-llas, Colección del Instituto de Investigación sobreLiberalismo, Krausismo y Masonería, Madrid,1993.

damente conocido, muy grande. En el Se-xenio Revolucionario los krausistas domi-naron las Facultades de Derecho y de Filo-sofía de la Universidad de Madrid. El Bole-tín-Revista de la Universidad de Madrid(BRUM) podría muy bien considerarsecomo su órgano de expresión. En 1876Francisco Giner de los Ríos, el más precla-ro discípulo de Julián Sanz del Río, fundacon un grupo de correligionarios la Institu-ción Libre de Enseñanza (ILE), el gran frutoinstitucional del krausismo español, quepervive hasta 1936, teniendo desde 1877 alBoletín de la Institución Libre de Enseñanza(BILE) como órgano propio de expresión.Desde la muerte de Sanz del Río en 1869,los krausistas alemanes mantienen una co-rrespondencia abundante con FranciscoGiner de los Ríos, quien pasó inmediata-mente a ser tratado por ellos como la cabe-za del grupo krausista español. Tambiéncon algunos otros institucionistas mantu-vieron los krausistas alemanes contactoescrito. Toda esta correspondencia mues-tra el reconocimiento mutuo del espíritukrausista que animaba a ambos grupos.3

3 Estoy traduciendo actualmente unas sesentacartas inéditas de los krausistas alemanes a Fran-cisco Giner de los Ríos, traducción que esperoentregar a la imprenta, con una introducción yabundantes notas complementarias, en un plazono muy largo. Estas cartas se conservan en la Re-al Academia de la Historia, a la que agradezco laautorización concedida para realizar y publicar eltrabajo indicado. Sobre la relación krausis-mo/institucionismo puede verse: Enrique M.Ureña, "El giro institucional del krausismo en elúltimo tercio del siglo XIX: un itinerario común aEspaña y Alemania", de próxima aparición en elNr. 24 de El Basilisco, Segunda Época.

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Krause había publicado en 1811 DasUrbild der Menschheit. Ein Versuch. Vorzüg-lich für Freimaurer (El Ideal de la Humani-dad. Un ensayo. Preferentemente para ma-sones). Esta obra llegó a tener tres edicio-nes más (1818, 1851, 1903) y fue la quealcanzó un influjo mayor en Alemania.4

En España, Julián Sanz del Río y Francis-co Giner de los Ríos publicaron varias tra-ducciones de Krause. La más influyenteentre ellas ha sido el Ideal de la Humanidadpara la vida, publicada por Sanz del Río en1860 como una traducción del Urbild deKrause adaptada a la realidad española.5

El Ideal de la Humanidad ha contado tam-bién en España con tres ediciones más(1871, 1904, 1985).6

A Sobre la relación de esta obra filosófica conla masonería puede verse el capítulo IV de mibiografía de Krause citada en la nota 1. La refe-rencia a los masones en el subtítulo desaparece enlas ediciones posteriores a 1811. Acerca de la in-serción de la filosofía social y educativa de Krauseen el pensamiento masónico puede verse el capí-tulo I de: Pedro Álvarez Lázaro: La masonería,escuela de formación del ciudadano. La educación in-terna de los masones españoles en el último tercio delsiglo XIX, Univ. Pontificia Comillas, Coleccióndel Inst. de Investigación sobre Liberalismo,Krausismo y Masonería, Madrid, 1996 (en prensala 2a edición, 1998).

3 C. Cr. Krause: Ideal de la Humanidad para lavida, con introducción y comentarios por D. JuliánSanz del Río, Catedrático de Historia de la Filosofía enla Universidad Central, Madrid, 1860.

6 La otra traducción relevante publicada porSanz del Río es: C. Cr. F. Krause, Sistema de laFilosofía. Metafísica. Primera Parte. Análisis. Expuestopor D. Julián Sanz del Rio, Catedrático de Historia dela Filosofía, en la Universidad Central, Madrid, 1860,que tuvo una segunda edición en 1880. Sobre estatraducción puede verse: Rafael V. Orden, Sanz delRío: traductor y divulgador de la Analítica del Sistemade la Filosofía de Krause, Cuadernos de AnuarioFilosófico - Serie de Filosofía Española, Universi-dad de Navarra, Navarra 1998. Francisco Ginerpublicó en 1874: Krause, Compendio de Estética,traducido del alemán por Francisco Giner, Sevilla, quetuvo otra edición aumentada: Krause: Compendiode Estética, traducido del alemán y anotado por

El éxito del Ideal de la Humanidad fuetan grande entre nosotros que Fernando delos Ríos no dudó en apodarlo "el libro dehoras de varias generaciones españolas".7

Hay además otros muchos testimonios desu relevancia. El procer cubano José Mar-tí, que había vivido en España entre 1871 y1874, recordaba en 1875 a "aquellos inteli-gentes madrileños, tan dados a dejar correrlas horas alrededor de una mesa del Suizo,como a hojear con detenimiento y cuida-do, el Ideal de la Humanidad" * Adolfo Po-sada escribía en 1899, que el influjo delIdeal se revelaba en España "en las ense-ñanzas jurídicas del Sr. Giner y en toda laliteratura política más importante".9 Ger-vasio Manrique afirmaba en los años trein-ta de nuestro siglo que "el Ideal ha sido du-rante muchos años, y lo es todavía, el idea-rio de la juventud liberal española".'" Tes-timonios semejantes a éstos podrían mul-tiplicarse.

Parece que no era algo excesivamenteraro en el siglo pasado presentar comopropios textos que habían sido traducidosde autores extranjeros. En la historia de lastraducciones hay además casos anómalosmás complicados que el simple plagio. Pe-ro lo sucedido con el Ideal de la Humanidad,

Francisco Giner, Profesor en la Institución Librede Enseñanza y en la Universidad de Madrid, 2a

edición, aumentada con la Teoría de la Música,del mismo autor, Madrid, 1883. Hay otra traduc-ción de A. Conca del Compendio de Estética, ape-nas conocida, publicada sin fecha en Argentinapor la Editorial Tor (noticia que debo a José Ma-ría Laso).

7 F. de los Ríos Urruti: La Filosofía del Derechoen D. Francisco Giner y su relación con el pensamientocontemporáneo, Madrid, 1916, p. 29.

8 A. Sánchez de Bustamante: La filosofía clásicaalemana en Cuba 1841-1898, La Habana, 1984, p.127.

9 A. Posada: "Los estudios sociológicos enEspaña", en Boletín de la Institución Libre de Ense-ñanza, XXIII (1899), p. 220 s.

10 G. Manrique, Sanz del Río, Madrid, sin año(probablemente 1935), p. 124.

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tanto en su origen como en la historia desus interpretaciones, constituye un casomuy interesante e incluso, en alguno desus episodios, realmente pintoresco. Eneste artículo nos vamos a centrar en él. Pe-ro antes de comenzar con el Ideal de laHumanidad hemos de detenernos en elpróximo apartado en la consideración dealgunas cuestiones previas.

2. LOS PRIMEROS PLANES DETRADUCCIÓN DE SANZ DEL RÍO YSUS OBSERVACIONES ACERCA DELAS DIFICULTADES DE LA TAREA

TRADUCTORA

Una vez regresado a España, Sanz delRío se retira a Illescas con el objetivo de"hacerme un camino silencioso, pero segu-ro, para poder formar mi pensamiento filo-sófico libremente y sin estorbos"." La pri-mera carta larga que escribe al jefe de laescuela krausista alemana, Hermann vonLeonhardi, está datada el 7 de marzo de1846. En ella le da cuenta, por lo que res-pecta a la filosofía, de los trabajos ya em-prendidos y de los planes para el futuro. Elprimer trabajo de traducción que se propu-so, la del Sistema de la Filosofía, le hace ex-perimentar la dificultad de verter el pen-samiento filosófico de Krause del alemánal español. Tan grande fue la dificultadencontrada, que renuncia a continuar eltrabajo comenzado y decide dedicarse aestudiar con más profundidad, tanto lalengua alemana y la lengua española, co-mo la filosofía misma. Sanz del Río elucu-bra además acerca de la relación entre laconfiguración de la lengua y la capacidadpara expresar en ella determinados signifi-cados:

" Sanz del Río a persona desconocida(28.6.1845): Enrique M. Ureña, o. cit., en la nota2,p. 11.

"Por lo que toca en particular a la seriede mis trabajos científicos, me ocupé, in-mediatamente después de mi llegada, conun trabajo sobre el conocimiento sensible;este trabajo lo había destinado al principiopara imprimir, lo que sin embargo todavíano ha ocurrido. A la vez emprendí unatraducción lo más exacta posible del Siste-ma de la Filosofía; como ocupación secun-daria tuve el estudio de la lengua alemanay de las matemáticas. Esto último lo hecontinuado ininterrumpidamente hastahoy; pero como al traducir el Sistema deFilosofía vi pronto claramente que la lenguaespañola, según su estado actual, es total-mente incapaz de recibir dentro de sí, fiel-mente y con precisión, la forma filosóficadel pensamiento, me decidí a dejar de ladola traducción y a entregarme totalmente,de manera libre y general, tanto al estudiode la lengua alemana y de la española co-mo a la filosofía. Esto constituye hoy miocupación principal: trabajo en ello bastan-te fiel y celosamente...

Entre otras ideas que he encontrado, yluego desarrollado en una reflexión total-mente libre, merece una especial conside-ración la idea de que el significado funda-mental de las palabras, en el lenguaje hu-mano, descansa sobre todo en el valor ori-ginario y la esencial propiedad que tienenlas letras, y sus relaciones, en cuanto de-terminaciones totalmente generales tantoespeciales como temporales. Guiado poresta idea, he configurado en cierta medidauna totalidad orgánica superior de la len-gua, en la que [¿se ven?: texto deficiente enel original: Enrique M. Ureña] muchasmaravillosas coincidencias y diferenciasfundamentales entre la lengua alemana (yen general la noreuropea) y la española (yen general la sureuropea)".12

A los pocos meses vuelve a mostrar supreocupación traductora en una carta aRôder, en la que además señala una nuevadificultad que se presenta a la penetraciónde la filosofía alemana en España. Primerocomenta que en su tierra no se encuentra

12 Sanz del Río a Leonhardi (7.3.1846), ib., pp.29-30.

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todavía entre los hombres cultos ningún"punto firme de arranque desde el que sepudiese conectar un desarrollo racional(puramente metódico) de la filosofía". Arenglón seguido prosigue así: "el mismolenguaje (según la forma hoy día dominan-te) permanece anquilosado e inmaleable,moviéndose sólo en el terreno de una fan-tasía trasnochada y adjetiva; de modo queel curso libre, racional, del espíritu expe-rimenta a cada paso, si se quiere exteriori-zar, un revés".13

En otra carta dirigida a Leonhardi dosaños más tarde, a la vez que sus planes detraducción aparecen engordados, Sanz delRío, recogiendo de nuevo las dificultadesmencionadas anteriormente, nos hablaademás de la necesidad de una tarea deverdadera mediación del traductor entre elpensamiento filosófico alemán y una ex-presión lingüística en español que sea ca-paz de hacer a aquél asimilable en España.Después de haber vuelto a insistir en eldesnivel existente entre la filosofía alema-na y la española, trayendo precisamente acolación al filósofo español que consideracomo el más relevante del momento (Jai-me Balmes), escribe Sanz del Río:

Cuando, por una parte considero másde cerca estas circunstancias y, por otra, in-tento imaginarme qué es lo que yo puedorealizar en este campo de la formación fi-losófica, y de los pocos caminos que me es-tán abiertos, se me plantea naturalmenteuna cuestión difícil, a saber: de qué formahe de actuar yo como filósofo, de maneraque el influjo de la nueva forma de pensar,y del nuevo método, sea un influjo vivifi-cador e impulsor y no un influjo estorbantey que mate las fuerzas todavía débiles.

En la esfera de lo filosófico yo puedoentrar sólo, o sólo preferentemente, comoun mediador; a esto me siento llamado ne-cesariamente por las circunstancias mis-mas de mi formación. Pero de una puramediación seca no se podrá esperar casi

13 Sanz del Río a Roder (29.6.1846): ib., p. 42.

ningún resultado en tal empeño, pues asíni se gana ni se resalta ningún punto co-mún de partida y de comprensión; asípermanecería siempre como impedimentoinsuperable la especificidad contraria tam-bién en la forma de pensar, las circunstan-cias de formación en parte contrarias desa-rrolladas en esta esfera. En particular, noquiero ocultarme tampoco a mí mismo queya desde hace tiempo dominan en nuestragente culta muchos prejuicios desfavora-bles a la ciencia filosófica en Alemaniadesde Kant. No es mi tarea explicar la cau-sa y la profundidad de tal prejuicio; perodebo intentar sobre todo de la manera másdecidida, con la acción misma y de formacautelosa, destruir tales equívocos.

Si, por tanto, esa mediación no ha deser totalmente infructuosa, incluso quizásdañina, hay que unirla a una explicación;y por cierto no una explicación seca, quebrille sólo en algunos pasajes, ni tampocouna desarrollada de forma estrictamentecientífica y con todos los pasos y toda lariqueza del pensamiento; sino más bienuna explicación viva e impulsora, queabarque, siguiendo un cierto orden, todaslas cuestiones y dificultades significativas.Además sería muy de desear que se pudie-se dar cabida aquí y allá al espíritu científi-co específico de nuestro pueblo (a la con-cepción y forma de pensar original); que sele diese también palabra libre: resumiendo,la mediación ha de ir acompañada por uncierto comentario en forma dialógica.14

Aquí apunta Sanz del Río, aunque deuna manera no del todo clara y desde lue-go no definitiva, hacia algo que no sea unamera traducción. Se trataría también sinduda de traducir, pero eliminando o almenos limando "la especificidad en laforma de pensar" y "las circunstanciasde formación" alemanas, que, "al menosen parte", son "contrarias" a las desarro-lladas en España en la esfera filosófica.Por eso, tampoco una pura "explicaciónseca" de los contenidos alemanes sería su-

14 Sanz del Río a Leonhardi (4.3.1848), ib., pp.74-75.

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ficiente para superar los impedimentos quefrenan su asimilación en España. Es nece-sario algo más. Es necesario una explica-ción "viva", "impulsora", "dialógica", queincorpore "el espíritu científico específicode nuestro pueblo", su "concepción y for-ma de pensar original". Sanz del Río indi-ca además, a continuación de los párrafoscitados, que, dada la especial dificultad dela filosofía de Krause, considera conve-niente traducir y publicar primero algunosescritos de otros filósofos alemanes, acer-cándose con ello a una idea que le habíasugerido Leonhardi en una carta anterior.15

Sanz del Río menciona concretamente es-critos de Carus, Kant y Fichte.16

A finales de agosto de 1848 Sanz delRío había concretado más sus planes detraducción "con las anotaciones y aclara-ciones necesarias". Ha prescindido de Ca-rus y ha comenzado con Fichte y Cha-lybaeus y retomado la traducción de laparte analítica del Sistema de la Filosofíade Krause.17 Creo que merece la pena re-producir aquí, aunque sea un tanto larga,la siguiente cita entresacada de esta nuevacarta para escuchar directamente al mismoSanz del Río:

En las lecciones de Krause estoy preci-samente ahora en la segunda tarea de lainvestigación analítica, y concretamente enel pasaje en el que se trae a investigación elcómo de las relaciones entre el cuerpo y el

15 Si bien Leonhardi le había sugerido comen-zar por las Lecciones sobre Antropología psíquica deKrause: Leonhardi a Sanz del Río (5.1.1848), ib.,p. 67. Leonhardi había escrito también a Sanz delRío que había que traducir obras de Krause aotros idiomas "respetando la libertad de esos pue-blos, (de modo que) cada cual ha de ver por símismo cómo se apropia esa doctrina; y esto tieneluego influjo también para la misma Alemania":ib., p. 68.

16 Sanz del Río a Leonhardi (4.3.1848): ib., pp.75-76.

17 Sanz del Río a Leonhardi (30.8.1848): ib., p.82.

espíritu. Es cierto que ya hace año y mediohabía realizado una traducción de la ma-yor parte de la ciencia subjetivo-analitica,pero esa traducción no me satisfacía ahoraabsolutamente nada, pues en cada pasajese ve la falta de un conocimiento precisotanto de la lengua como de la cosa misma.Soy ciertamente consciente de que siempreaparecerá esa falta; sin embargo lo princi-pal, la idea fundamental, se habrá salvadoquizás de toda oscuridad e incomprensión.

Se entiende por sí mismo que en untrabajo de este tipo son imprescindiblesmuchas anotaciones y aclaraciones; enprimer lugar, por razón de las dificultadespuramente lingüísticas y lógico-lingüís-ticas; pero luego también por la especifici-dad de la forma de pensar, tanto en el todocomo en lo concreto, de los nuevos filóso-fos alemanes... Pero en todo esto me limitoa no traspasar nunca la frontera estricta deuna aclaración; (sólo bajo una tal limita-ción se puede encontrar y se encontraráaquí y allá un pasaje que presente las men-cionadas aclaraciones de una forma dialo-gal viva...).

Quiero añadir todavía en particular al-go que se relaciona especialmente con laobjetivación lingüística y lingüístico-lógicade mi tarea. Una dificultad principal resideaquí en que el elemento puramente naturale histórico de la configuración de las pala-bras, independientemente del concepto de-terminado unido a él, remite en los térmi-nos lingüísticos más importantes a algo to-talmente distinto en la lengua alemana queen la española; y a esto se añade que esaremisión está más limpiamente determina-da, y es más viva, en la alemana que en laespañola; lo que tiene ciertamente un in-flujo imperceptible, pero esencial e inevi-table, sobre la concepción del conceptomismo (...) A esta diferencia esencial sepuede todavía añadir: a) que en la lenguaalemana como lengua viva, desarrollándo-se desde el comienzo en una formacióncontinuada sin interrupción, las configura-ciones radicales conservan casi todas susentido vivo, lo que se muestra sobre todoen los prefijos (ge-, be-, an-, um-, vor-...); enla lengua española, por el contrario, esteelemento rico y verdaderamente filosóficoes muy deficiente y burdo, en general sinun significado independiente; b) en las pa-

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labras alemanas el radical y la flexión es-tán separados limpiamente unos de otrospor el mecanismo interno de la misma len-gua y conservan también cada uno para sí,desde el punto de vista lógico, un carácterpropio e independiente; en la lengua espa-ñola no se da esa limpieza de la separacióne independencia del significado; más bienestán entremezclados el radical y la fle-xión, de manera que el radical no aparececasi nunca en la lengua totalmente solo, nitampoco mucho menos expresa por símismo un concepto independiente, lo quetiene un influjo extraordinariamente gran-de sobre la pureza y el desarrollo orgánicodel pensamiento, c) En la lengua alemanalas palabras-concepto poseen una peculiarvivacidad y movimiento (por tanto: liber-tad, maleabilidad configurativa) por el he-cho de que la mayoría se derivan de pala-bras de actividad, procedencia que nuncaqueda oculta; pero éste no es el caso en ab-soluto de la lengua española; o si alguienquisiese suponer aquí algo semejante, esaspalabras no proceden de la voz activa sinode la pasiva (lo que por lo demás es muycurioso), d) La lengua alemana procedesiempre, según su forma, en una construc-ción completa estricta por sí misma, y enesa medida independientemente del con-tenido mismo, acogiéndolo más bien a élen sí mismo; la lengua española no man-tiene ni de lejos esa independencia y estric-tez de la forma; la forma se descuida fre-cuentemente, se cambia; se pliega muy fá-cilmente en cualquier circunstancia exter-na. Muchas cosas que ustedes considerancon toda razón imprescindibles en suidioma se olvidan entre nosotros; inclusose ha hecho insostenible en el lenguaje co-tidiano. Ve usted entonces qué influjo hade tener esta circunstancia para una pre-sentación pura y fiel del pensamiento.

Lo dicho es suficiente para hacerlecomprender cuan difícil y penoso se hace,en general, una traducción fiel, y espe-cialmente en materia filosófica.18

Casi un año después, el 15 de julio de1849, contesta Leonhardi esta carta de

'Ib., pp. 81-83.

Sanz del Río." Le dice que le resultaronmuy interesantes sus observaciones sobrela lengua española en comparación con laalemana. Respecto a la traducción de laparte analítica del sistema de Krause, es-cribe Leonhardi: "tendrá que acortar, eli-minar o reelaborar al menos aquellos pa-sajes en los que Krause hace consideracio-nes lingüísticas, particularmente cuando serefieren a la lengua alemana. En lo referen-te a sus anotaciones, o apéndices a añadir,le servirá de orientación fundamental lapresentación que Krause hace del mismotema en otros escritos suyos, en los queencontrará abundante material utiliza-ble".20 En otra carta escrita dos semanasdespués y dirigida probablemente a Roder,Sanz del Río afirma, de una manera clarae incluso contundente, que ha abandonadola idea de publicar una traducción fiel de laparte analítica del sistema de Krause. Loque está haciendo ahora es expresarlo li-bremente, tras haberlo interiorizado élmismo. A esto último le ha ayudado el ha-ber traducido "con toda exactitud" las Lec-ciones del Sistema de la Filosofía. "Puesto quepronto vi", escribe, "que una traducciónfiel no era en absoluto provechosa parahacer comprensible lo esencial del sistemaa nuestros filósofos jóvenes, emprendí laconfección de un discurso escrito libre, trashaber trabajado para mí toda la parte ana-lítica... En el desarrollo interior he conser-vado sólo el puro pensamiento de Krause;pero me he esforzado tanto como me esposible en interiorizarlo y, sólo después,pasar a una presentación libre de lo pensa-do. Este procedimiento me ha resultadohasta ahora bien, pero tengo que confesarque no sin un gran esfuerzo del espíritu.Por lo demás, he obtenido con este trabajo

19 Leonhardi no la había leído hasta comien-zos de 1849 y luego la había extraviado: ib., p. 87.

20 Leonhardi a Sanz del Río (15.7.1849): ib.,pp. 88-89.

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una visión más clara y profunda que an-tes".21

3. SANZ DEL RÍO PRESENTA ELIDEAL DELA HUMANIDAD COMO

UNA ORIGINAL ADAPTACIÓN AESPAÑA DEL URBILD DERMENSCHHEITDE KRAUSE

Aunque en la portada del Ideal de laHumanidad para la Vida aparece tipográfi-camente Krause como el autor del libro,22

Sanz del Río comienza así su prólogo:"Leyendo atentamente la obra tituladaIdeal de la Humanidad (en nota a pie de pá-gina: Urbild der Menschheit, Dresde, 1811,XX y 552 folios) por C. Cr. Fr. Krause,escribía yo al paso, y sobre lo más impor-tante de aquélla, algunos resúmenes y con-sideraciones que, nacidas a la vez del sen-tido del autor y de mi propio modo depensar, concertaban a mi parecer con elcarácter y necesidades morales de mi pue-blo. He ordenado después y completadoaquel estudio, si completo puede llamarsecuando se limita a exponer, sin el enlace nila deducción interna científica, algunasleyes fundamentales de la vida, aproxima-das en lo posible a los hechos históricos ypor ellos en parte motivadas".23 Y a Fran-cisco Canalejas le escribe: "Sobre el origeny originalidad de este escrito no puedo ex-cusar decir dos palabras para evitar confu-sión. Tal como hoy está el libro pertenecea Krause el espíritu; la exposición es mía, yno hay original alemán ni no alemán dedonde se haya traducido. Basta para ello

comparar el Urbild der Menschheit, XX y552 fol., de Krause, con el librito adjun-to".24

El comienzo del prólogo de Sanz delRío, la carta a Canalejas que acabo de ci-tar, y algunas otras cosas semejantes, die-ron lugar a la expansión de una opinión: lade que el Ideal de la Humanidad era en rea-lidad una adaptación original del Urbild derMenschheit a la idiosincrasia del pueblo es-pañol, y a su momento histórico y cultural,realizada por Julián Sanz del Río. Onceaños después de la publicación de la pri-mera edición, en 1871, los testamentariosde D. Julián, todos ellos krausistas de pro,afirmaban en su prólogo a la segunda edi-ción: "Aunque Sanz del Río atribuye mo-destamente el Ideal a Krause, dando a en-tender que es mera traducción de éste (...)hay entre su libro y el del filósofo alemánesenciales diferencias (a más de las queseñalan sus notas y comentarios), tanto enel plan como en partes enteramente nue-vas, que faltan en el segundo. Basta com-parar los índices de ambos para convencer-se de ello. El de Sanz del Río, si bien inspi-rado en la bella obra de Krause, es una ex-posición completamente libre de su senti-do, acomodada al espíritu de nuestro pue-blo y a las más apremiantes necesidades desu cultura".25

Esta opinión se propagó también entrelos krausistas alemanes. Leonhardi calificaal Ideal de Sanz del Río de "reelaboraciónlibre española" del Urbild de Krause.26

Rôder habla de "una reelaboración máscorta y muy lograda del Urbild der Mensch-

21 Sanz del Río a ¿Rôder? (29.7.1849): ib., p.93. En un borrador de carta a Leonhardi, escritoprobablemente entre agosto y diciembre de 1849,Sanz del Río vuelve a insistir en la dificultad desalvar la distancia que separa filosóficamente aAlemania de España: ib., p. 96.

22 Véase la ficha del libro en la nota 5.23 Ib., p. XI.

24 P. Azcárate: Sanz del Río, Ed. Tecnos, Ma-drid, 1969, p. 332. La carta está sin fecha.

25 C. Chr. F. Krause: Ideal de la Humanidad pa-ra la vida, con Introducción y Comentarios por D.Julián Sanz del Río, 2a ed., Madrid 1871, p. V.

26 H. v. Leonhardi: Sätze aus der theoretischenund praktischen Philosophie, Praga 1868, p. 22.

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heit de Krause".27 Theodor Busch, masón ykrausista activo en Dresde, califica igual-mente el libro de Sanz del Río como "ree-laboración española del Urbild der Mensch-heit de Krause" }% Textos semejantes de es-tos mismos o de otros krausistas alemanespodrían multiplicarse. Después de lo vistoen el apartado anterior, nada tiene de ex-traño que los krausistas alemanes hayanaceptado sin dudar, e incluso con entu-siasmo, la versión "adaptacionista" deSanz del Río.

En España, tanto krausistas como estu-diosos del krausismo fueron repitiendohasta tiempos muy recientes, e inclusoagrandando, la versión adaptacionistaafirmada por Sanz del Río, en su prólogo ala primera edición, y por sus testamenta-rios, en la segunda. Si nos fijamos sólo enel tiempo posterior a 1939, se puede traercomo primer ejemplo el siguiente texto deJuan López-Morillas: "La adaptación esmuy libre y el plan que sigue Sanz del Ríodifiere bastante del de la obra de Krause.En algunas secciones la aportación deSanz del Río es tan considerable que elIdeal ha sido tenido por muchos krausistascomo trabajo original del profesor español.Giner dice que en la obra 'apenas hay deKrause más que la libre inspiración delpensamiento'".29 Esta opinión cala tanhondo, que incluso llega a ponerse al Idealde Sanz del Río al lado de La Regenta deClarín, las cartas de Blanco White o losartículos de periódico de Larra, comofuentes donde beber la esencia castiza de laEspaña de aquellos tiempos.30

27 Nota necrológica sobre Julián Sanz del Ríoen Die Neue Zeit (1870), Band 1, Heft III, p. 117.

28 Br. Martin (Th. Busch): Karl Christian Fried-rich Krause's Leben, Lehre und Bedeutung, Leipzig1881/1882, p. 224.

29 J. López-Morillas: El Krausismo español,FCE, Madrid, 1980 (2a ed. corregida y aumenta-da), p. 18.

30 J. J. Sánchez, "Das Ideal delà humanidad pa-ra la vida und sein historischer Kontext", en K.-M.

Podrían traerse numerosos textos se-mejantes al citado de López-Morillas.3' Es-ta ampliamente difundida interpretaciónhispanizante del Ideal de la Humanidad deSanz del Río tuvo consecuencias muy im-portantes, tanto para la krausología espa-ñola, como para la imagen del krausismoespañol dominante en la misma Alemania.

La primera consecuencia ha sido la deconsiderar el krausismo como algo funda-mentalmente hispánico. Teresa Rodríguezde Lecea afirmaba en 1980, por traer sóloun ejemplo, que Sanz del Río "inicia laelaboración de una filosofía que, funda-mentalmente basada en Krause, pero tam-bién en Hegel y en Fichte, dará como frutosu propio sistema personal, al que modes-tamente denominará 'krausista'", para sa-car luego la conclusión de que "el krau-sismo no tiene nada de alemán sino apenasel nombre".32 Hablar de krausismo sería asíequivalente a hablar de krausismo español,tanto más cuanto que el krausismo ejerciótambién su influencia en no pocos paísesamericanos de habla española. Esta hispa-nización del krausismo está además conec-tada con la idea de que Krause no habríatenido en Alemania ningún influjo rele-vante. Quizás la expresión más plástica deeste reduccionismo del krausismo al krau-sismo español sea el hecho de que en lamisma Alemania se utilice el término cas-tellano "krausismo" en lugar del alemán"Krauseanismus"." Finalmente recordemos

Kodalle (ed.): K Ch. F. Krause (1781-1832). Studienzu seiner Philosophie und zum Krausismo, Hambur-go, 1985, pp. 174 y 178.

31 Véanse las páginas 27-36 de mi artículo ci-tado más abajo en la nota 36, en donde recojouna larga serie de textos y referencias.

32 T. Rodríguez de Lecea, "Presupuestos fi-losóficos: el krausismo", en Historia 16, año V,49, mayo, 1980, p. 74.

j3 Incluso cuando se ha comenzado a estudiaren estos últimos años el influjo de Krause en lamisma Alemania, la tendencia natural es, cuando

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también aquí que, aunque es cierto que nose ha ignorado la importancia del krausistabelga Tiberghien para la difusión de la filo-sofía de Krause en España y ultramar, a larelevancia del krausismo en la misma Bél-gica apenas se ha prestado atención."

La segunda consecuencia se deriva in-mediatamente de la primera. Por un lado,el lado de España, el krausismo español seha estudiado hasta muy recientementeprescindiendo casi de manera absoluta desus fuentes alemanas. Esto ha llevado, en-tre otras cosas, a especificar el carácterpráctico del krausismo español como unade las características más relevantes que lodiferenciarían del alemán, al que se calificade abstracto,1* cuando precisamente la en-traña práctica de la filosofía de Krause ysus discípulos alemanes es una de sus no-tas más claras. Por otro lado, el lado deAlemania, se ha descuidado, también demanera casi absoluta, la investigación so-bre la vida y la obra de Krause y sobre losposibles influjos de su filosofía en la Ale-mania posthegeliana. Pero sobre esto vol-veremos en el siguiente y último apartado,dedicado a explicar qué es lo que Sanz delRío hizo realmente en su Ideal de la Huma-nidad.

no se utiliza el término "krausismo", a utilizar elde "Krausismus" en lugar del de "Krauseanismus".

34 Puede verse el documentado estudio de Su-sana Monreal: Krausismo en el Uruguay. Algunosfundamentos del Estado tutor, Montevideo, Univ.Católica del Uruguay Dámaso A. Larrañaga,1993. La Primera Parte (pp. 16-116) está dedicadaal krausismo belga. En la Universidad PontificaComillas de Madrid Carlos Sánchez Cuervo estátrabajando bajo mi dirección en una tesis doctoralsobre Tiberghien.

35 Sobre esto puede verse el caso paradigmáti-co de los Mandamientos de la Humanidad: EnriqueM. Ureña, artículo citado en la nota 31, pp. 38-39.

4. SANZ DEL RÍO HIZO EN ELIDEAL DELA HUMANIDAD'UNACOSA DISTINTA DE LA QUE DIJO

En 1988 publiqué en la revista Pensa-miento un artículo con el título de "El frau-de de Sanz del Río o la verdad sobre suIdeal de la Humanidad" .36 En el verano de1983 había comenzado a trabajar en Ale-mania sobre la vida y obra de Krause. Dosaños más tarde, en el verano de 1985, inte-rrumpí parcialmente mis investigacionesbiográficas para hacer una lectura reposa-da y comparativa del Ideal de Sanz del Ríocon el Urbild de Krause. A ello me movióuna inquietante curiosidad intelectual de-rivada de uno de los resultados más sor-prendentes de mis primeros encuentroscon la bibliografía krausológica española.Como he escrito en otro lugar,

a pesar de la importancia central del Idealde la Humanidad de Sanz del Río, y de larepetición de que esa obra constituía unaadaptación libre de Das Urbild der Mensch-heit de Krause a las necesidades y peculia-ridades del pueblo español, se encontrabauno con una ausencia total de estudiosconcretos sobre tema tan crucial. Se repe-tían generalidades: Sanz del Río "supri-me", "añade", "resume", "reorienta","acomoda"; su plan "difiere" del de Krau-se; "hay pasajes" en los que es totalmenteoriginal... Pero en ningún sitio aparecía re-ferencia alguna a qué y dónde suprimía,añadía, resumía o adaptaba; a en qué consis-tía esa supuesta acomodación o adapta-ción; a cuáles eran en concreto las peculia-ridades o necesidades de nuestro pueblopor las que supuestamente se orientaba lareelaboración de Sanz del Río; a en qué di-fería concretamente el plan de Sanz del Río

36 "El fraude de Sanz del Río o la verdad sobresu 'Ideal de la Humanidad'", en: Pensamiento.Revista de investigación e información filosófica 44(1988), pp. 25-47.

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del de Krause y cómo esa diferencia se va-loraba.37

El resultado de mi lectura comparativafue también sorprendente. Me resultababastante claro que no había en el Ideal deSanz del Río ninguna idea que no estuvie-se en el Urbild de Krause. Y me resultabaigualmente claro que no se percibía pistaalguna que señalase en qué podía consistirla "adaptación a las necesidades moralesdel pueblo español". Más bien era despis-tante que faltase en el Ideal el tratamientode la "alianza para la educación" del Ur-bild, breve apartado muy relevante preci-samente para las intenciones adaptativasde Sanz del Río. Dejé entonces el asunto yvolví a concentrarme en la vida y obra deKrause. En 1987 intenté de nuevo suertecon la comparación Ideal-Urbild y esta vezsí descubrí lo sucedido. Lo que Sanz delRío decía en su prólogo que había hecho,no respondía a la realidad. Además habíadado pistas falsas, que dificultaban el ha-llazgo de esta última.

Krause sacó a la luz en 1811 una pe-queña revista titulada Tagblatt des Mensch-heitslebens (Diario de la vida de la Huma-nidad), en la que casi todos los artículosestaban escritos por él mismo. El número 2de esta revista está ocupado en su totalidadpor un artículo suyo titulado Menschheits-bund (Alianza de la Humanidad). En elnúmero 19 comenzó Krause a publicar,por entregas, un extenso tratado bajo eltítulo Entfaltung und urbildliche Darstellungder Idee des Menschheitsbundes, vom Standortedes Lebens aus (Desarrollo y presentaciónideal de la idea de la Alianza de la Huma-nidad, desde la perspectiva de la vida), tra-

37 Enrique M. Ureña, Introducción a El Idealde la Humanidad de Sanz del Rio y su original ale-mán. Textos comparados con una introducción, Ma-drid, Univ. Pontificia Comillas, 19972, p. 21 (Co-lección del Instituto de Investigación sobre Libe-ralismo, Krausismo y Masonería).

tado que, al suprimirse pronto la revistapor falta de dinero, quedó incompleto.Pues bien, el Ideal de la Humanidad de Sanzdel Río es una traducción directa de aquelartículo y de este tratado incompleto. Eltratado constituía a su vez la primera partede una obra más extensa titulada La Alian-za de la Humanidad y la Hermandad Masóni-ca. En el legado de Krause, que se guardaen la Biblioteca Nacional de Sajonia enDresde, se conserva el manuscrito del restono publicado del tratado y el de lo queconstituía la segunda parte de la proyecta-da obra La Alianza de la Humanidad y laHermandad Masónica. Redacté entonces losresultados obtenidos, que presenté en elartículo mencionado al comienzo de esteapartado. En 1991 publiqué a tres colum-nas, en forma de sinopsis, el texto del Idealde la Humanidad de Sanz del Río, los origi-nales alemanes del Tagblatt, de donde setradujo, y una primera versión inédita dela traducción que Sanz del Río tenía yapreparada para su publicación en 1850-51y que encontré en la Real Academia de laHistoria de Madrid.38

No es éste el lugar para discutir por quéSanz del Río ocultó la verdad e inclusoactuó positivamente para evitar que se lle-gase a ella.39 Lo más importante de esteasunto consiste, a mi entender, en el hechode que el haber traducido en España lo queSanz del Río tradujo, en lugar del volumi-noso Urbild der Menschheit, constituyó sinduda la mejor manera de traer a nuestropueblo las ideas y contenidos de la princi-pal obra filosófico-social de Krause. Porotro lado, la consecuencia más importante

38 O. cit. en la nota anterior. En la Introduccióndesarrollo con detalle lo dicho en este párrafo.

39 Puede verse la o. cit. en la nota 37, pp.XXXVI-XXXVII. Sanz del Río organizó ademásalgunos epígrafes y dividió algunos párrafos clavede manera que, objetivamente, el encuentro de lostextos originales se dificultaba aún más: ib., pp.XLV-XLVI.

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que se deriva para el krausismo español, ypara la investigación sobre él, es la de queuna parte muy importante del estudio denuestro krausismo ha de consistir en com-prenderlo a partir de sus orígenes alemanesy en enmarcarlo dentro del fenómeno másamplio del krausismo europeo.40

Ya sólo las cuestiones tratadas o mera-mente apuntadas en este artículo resaltanla importancia tan grande que el puro he-cho de las traducciones de las obras krausis-tas originales ha tenido en el krausismoespañol. En el caso del Ideal de la Humani-dad esa relevancia ha consistido en servirseprecisamente de ella para desviar el tren dela investigación en falsas direcciones; ytambién para volver luego a mover lasagujas e impulsar nuevas investigaciones.

Pero la cuestión de las traducciones delpensamiento original krausista no se limitaa este caso tan peculiar. La relevancia ydificultad de la traducción, tan repetida-mente expresada por Sanz del Río en sucorrespondencia con sus correligionariosalemanes, fue también objeto de ricas dis-cusiones y disquisiciones "krausistas" du-rante nuestro último tercio del siglo dieci-nueve por personajes tan significativoscomo, por ejemplo, un Juan Valera o unRamón de Campoamor.'"

40 Véase o. cit. en la nota 37, pp. LI-LVIII. Enesta dirección estamos trabajando desde hace al-gunos años en el Instituto de Investigación sobreLiberalismo, Krausismo y Masonería de la Uni-versidad Pontificia Comillas de Madrid. En octu-bre de 1997 la Fundación Duques de Soria orga-nizó en Madrid, con la colaboración de la Uni-versidad Libre de Bruselas y la Residencia de Es-tudiantes, un Seminario sobre La actualidad delkrausismo en su contexto europeo, en el que participóun grupo de profesores del mencionado Institutoy de otras cinco Universidades. La misma Funda-ción organizó en marzo de 1998 en el InstitutoCervantes de Bruselas, con la colaboración de laUniversidad Libre de Bruselas, un ciclo de dosmesas redondas sobre el mismo tema. El autor deeste artículo ha publicado en Alemania K.C.F.Krause: Philosoph, Freimaurer, Weltbürger. Eine Bio-graphie, Stuttgart, Fromman-Holzboog, 1991 (ver-sión alemana original del autor); actualmente estáconcluyendo un amplio estudio del krausismoalemán en el siglo XIX.

41 En relación a estos dos personajes puedeverse el reciente estudio de José Manuel VázquezRomero Tradicionales y moderados ante la difiisión dela filosofía krausista en España, Madrid, Univ. Pon-tificia Comillas, Colección del Instituto de Inves-tigación sobre Liberalismo, Krausismo y Masone-ría, 1998, pp. 377-386,484-505.

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