Las falacias del tecnomanagement

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LAS FALACIAS DEL TECNOMANAGEMENTLa verdadera crisis está en la dirección del personalMichel Henric-Coll,

Introducción“¿qué ejército gana batallas matando a sus propios soldados?”

“¿Alguna sociedad puede evolucionar teniendo a la población activa en baja laboral?”

“Los costes de las enfermedades psicosociales son altos, y todo permite pensar que, si no se modifica el sistema, lo serán aun más. Costes económicos, ciertamente, tanto para las empresas como para el sector público, pero también costes humanos para la sociedad. El tecnomanagement actual, tal como me propongo demostrarlo en los capítulos siguientes, provoca estragos, aun cuando sea con las mejores intenciones.”

A parte de los costes evidentes, el absentismo genera costes ocultos: la sustitución del trabajador por otro menos preparado o experimentado, la disminución en el rendimiento del equipo de trabajo, la pérdida de producción y de mercado por retrasos en el servicio, el encarecimiento del producto, la insatisfacción de los clientes o deterioro de la calidad, los gastos administrativos derivados de la contratación y formación del personal suplente, aumento de horas extra y otros, solo para citar unos de ellos. ¿Qué empresa puede vanagloriarse de ser excelente generando tantos costos ocultos?

2- Capitalismo especulativo.

He hablado de las corporaciones multinacionales, porque el problema se origina en ellas, por ser las empresas más sujetas a la especulación, pero también puede afectar a las PYMES de dos maneras. Por una parte porque los elaborados modelos de gestión (seudo) científica han hecho escuela, y que si las grandes empresas los utilizan, ellas que ganan tanto dinero, los gerentes de pequeñas y medianas empresas piensan que tienen que ponerse al día y adoptarlos también. Por otra parte, porque muchas de estas empresas son proveedores directos o indirectos de una multinacional, las cuales ejercen un gran poder sobre sus proveedores a los que obligan a adoptar sus propios sistemas de gestión. No obstante, es indudable que muchos directivos e inversores no se reconocerán en la descripción, afortunadamente, y que hay corporaciones que se esfuerzan en mantener un enfoque más sensato y más humano, como BP, Pfizer o Google para citar algunas. Pero el movimiento está en marcha, y el contagio será cosa de tiempo si no reconocemos el problema y empezamos a ponerle remedio.

3. IMPERTINENCIA CIENTÍFICA

Los modelos de gestión racional de personas que prevalecen actualmente se fundamentan en premisas equivocadas, o inadaptadas al campo al que se pretenden aplicar. Se presentan como científicos los que, a los ojos de muchos, les convierte en indiscutibles, y sus verdades en dogma de fe. Sin embargo, no son más que una ilusión. Los tecnomanagers y sus seguidores disponen de un argumento aparentemente inatacable, que consiste en decir: “nosotros somos científicos y por tanto racionales y objetivos, por el contrario vosotros que os preocupáis por el lado humano, sois subjetivos y emocionales, por tanto vuestra gestión no es ni racional, ni es fiable”. Defienden un silogismo cojo implícito, una falacia lógica, en sus planteamientos, que podríamos formalizar así:

• El ser humano es subjetivo e irracional • Los números son objetivos y racionales • Los seres humanos convertidos a números se convierten en objetivos y racionales.

Por esta razón, lo llamo tecnomanagement, porque plantea una dirección de personas tecnocrática, olvidando totalmente que los seres humanos son… humanos, es decir, seres bio-psico-sociales.

La lógica irracional del ser humano

La lógica imperante en la gestión de las personas en las empresas está basada en un determinismo causal implícitamente heredado de Laplace quien afirmaba que si se conoce con total precisión el estado actual del mundo, uno puede predecir cualquier evento en el futuro.

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Bastaría por tanto a los tecnomanagers conocer el sistema-empresa con la suficiente precisión para ser capaces de prever cualquier estado futuro del mismo, y saber qué elementos modificar para conseguir cualquier resultado deseado. O por lo menos eso imaginan.

De aquí la multiplicación de indicadores y fórmulas de cálculo que aplican alegremente y sin la menor contemplación al componente humano que se encuentra así “reificado”, eso es: convertido en cosas, deshumanizado.