Las 7 Cuerdas de La Lira

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    HAZTE UN CRISTAL

    A Ti, que naciste para ser una voz

    TU misin es hacerte un cristal.No un Sol porque los soles vienen de muy alto, sino un cristal

    que concentre los rayos del Sol; les abra camino a travs de sutransparencia, y ya juntos en haz resplandeciente, lleve su luz an a losojos ms nublados; an a las mentes ms oscuras; an a los corazonesms dolientes.

    Otros, pensaron; otros, descubrieron; otros, penetraron en elcorazn del Arcano. T, gozoso y humilde, hallars tu gloria en decir.

    T no eres la luz; tampoco la lucirnaga es la luz, pero en sucabecita lleva una antorcha. Que tu palabra sea llama que enciende laantorcha.

    Contntate y glorate de ser un cristal. Un cristal que a la vez hade ser un prisma de tres fases, una lente de gran concentracin, y unasimple lmina, difana como el agua en que desvanece el ventisquero.Prisma de tres fases: para Bondad, para Verdad, para Belleza. Lente querecoja y concentre para dar tono, penetracin y fuerza a los milimperceptibles gemidos de las criaturas tristes, que padecen porque notienen voz. Lmina igual y difana, para no deformar las palabrashondas que ya fueron escritas, y que vienen a ti para que las hagasentender a los sencillos y a los ignorantes.

    Hazte un cristal: s medianero de luz; sirve de puente a la Aurora,que ansa descender hasta el alma tenebrosa del hombre, y al enfermocorazn del hombre, que anhela subir a purificarse y a diafanizarse en la

    Aurora.Tu misin es hacerte un cristal. Mas al cristal slo se llega por lasenda de la Humanidad, de la Pureza, de la Sencillez, de la Alegra y delSilencio. De la perfecta humildad; de la perfecta pureza; del perfectosilencio; de laperfecta sencillez; de laperfecta alegra.

    Puedes t devenir un cristal?...Perfecta es la pureza de aquel que destierra de s, todo anhelo que

    no sea el anhelo de recibir y esparcir la luz.Perfecta es la humildad de aquel que nunca olvida que la luz viene

    de lo Alto y no de l, y que no viene slo para l, sino para toda sombray toda pena.

    Perfecto es el silencio de aquel que no disemina sus pensamientosni sus ansias en comprender y realizar otros aspectos de la vida, sinoque los concentra y totaliza en la perenne y nica ansiedad de atraer ydifundir la luz.

    Perfecta sencillez es la de aquel que se mantiene simple, sinengastes ni adornos, confiado en la sola belleza de la diafanidad, en lavirtud suprema de ser verdadero y transparente.

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    Perfecta es la alegra de aquel que no se deja empaar por nieblasni tinieblas; que sabe irisar sus propias lgrimas; que olvida su propiodolor, porque sabe que la luz es serenidad y alborozo, y el dolor ajenotransforma en oracin en demanda de luz, porque sabe que todaoscuridad y toda pena se curan con la luz.

    Tu misin es hacerte un cristal...Quieres t devenir un cristal?...

    EL SENDERO

    . Nuestro saber, es como la sombra de una nube que el vientoarrebata: Que si alzamos los ojos, ya no hay nube. Y si losbajamos, ya no hay sombra.12.Ojos limpios requiere la Verdad.Y puesto que la mente anda enlazada con el alma y el cuerpo en

    unin ntima y perenne, si el alma y el cuerpo van recargados deimpurezas, la visin mental resultar escasa, turbia y vacilante.

    Segn la pureza de tus ojos, as vers.

    3.Enalteci tu entendimiento y purific tu corazn?Entonces, ERA VERDAD.

    LAS SIETE CUERDAS DE LA LIRA

    .NADA, es aquella, Substancia nica y total, que llenaba el abismoantes de que fueran los mundos.1

    En el principio, la Nada estaba inmvil, oscura, silenciosa einforme... semejante a una densa niebla en que todas las cosas sedesvanecen.

    Pero en su seno dorman todas las virtudes y todos los anhelos; talcomo en la semilla duerme el rbol, con todo su ramaje y su voluntad deflorecer.

    En la Nada, al influjo de un Pensamiento Divino, surgieron dostendencias; una a permanecer en la Unidad, en un Todo sinmanifestaciones; otra, a diversificarse, a manifestarse en mltiples ydistintas formas. La primera es Adn, cuyo nombre, escritoinversamente, dice Nada. La segunda es Eva, que significa Vida; anhelode multiplicarse y diferenciarse en la materia, en la masa, en el ritmo,en la figura, en el color, en la voz, en todos los atributos de la Forma.

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    Eva, escrito inversamente, dice Ave; un smbolo del vuelo, del cambio,de la transformacin.

    Aquellas dos tendencias contrarias e inseparables, son el origen deesa lucha que se desarrolla en todo lo que vive, y por siempre subsisten:

    ya sea neutralizndose, como en las electricidades en reposo; ya seaneutralizndose, como en las electricidades en reposo; yasubsiguindose en vaivn incesante, como en el flujo y reflujo del Mar.

    La accin y la reaccin de esas dos tendencias, determinaron unmovimiento en el seno de la Substancia: confuso, arrebatado e irregularal principio, como si fuera un torbellino. Las cosmogonas antiguas lesllamaron Caos o Confusin.

    Luego el Caos fue lentamente regularizndose y armonizndose,hasta llegar a una vibracin rotatoria, intensamente rtmica, y por ella, aconfigurarse en una Esfera, que es la forma perfecta. Ya esta segundaevolucin de la Substancia, se llam La Luz, que ahora decimos El Ether.

    As se formo en el seno de la Substancia, de la Nada, una inmensaEsfera Lumnica, la cual vibra en medio de aqulla, as como esplendeun fanal en medio de la noche.

    El Ether, ya sujeto al impulso de aquel movimiento de rotacin yde las dos tendencias: Adnica y Vital, es este Ocano inmenso del Ser yde la Forma, que decimos El Cosmos.

    * * *Aquellos tres movimientos primordiales, surgidos de la Nada,

    palpitante en el Caos, trasmitidos al Ether, se hallan latentes en lasentraas mismas del ser, y manifiestos en todas formas y fenmenos en

    que la Vida se despliega, y son:Primera, una tendencia a separarse, a diferenciarse y

    personificarse, como hacen los astros en la faz inicial de su gnesis y desu movimiento de traslacin.

    Segunda, una tendencia a unificarse, a volver a su prstino centro,a confundirse con el Todo, como se ve en los mismos astros, en la fasede retorno del expresado movimiento. Tercera, una tendencia apersistir, a permanecer y perdurar en el estado y forma alcanzados, queson una sntesis cristalizada y mantenida por el movimiento de rotacin.

    Y esas tres fuerzas primordiales: lo Uno, que tiende a ser vario; loVario, que tiende a ser uno; lo que Es, que tiende a persistir, son las tres

    Virtudes Supremas que modelan, impulsan y rigen toda existencia.

    2 Como la luz del Sol florece en los siete colores del Arco Iris,as aquella otra luz ms alta y divina del Ether floreci en siete Ritmos oVibraciones, que se manifiestan como Fluidos, y determinan toda laescala de la Vida. De su combinacin y concordancia nacen los mundos,que todos juntos son El Cosmos.

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    Cada uno de esos mundos se componen, as, de siete Fluidos,envolventes y penetrantes, ms y ms sutiles y poderosos, segn estaserie ascendente:

    Tierra, lo que es slido;

    Agua, lo que es lquido;Aire, lo que es gaseoso;Fuego, lo que dilata y transforma;Energa, lo que da vida y movimiento;Atraccin, lo que hace amar y unificar;Luz, lo que hace ver y comprender.

    Los fluidos, no se hallan combinados en la misma proporcin entodos los mundos, sino diversamente en cada uno. Por lo cual, as comode los siete colores del Iris resulta, combinndose, una diversidadinfinita de tonos y matices; as de los siete Fluidos, combinados, surge

    una diversidad infinita de mundos, y, por consiguiente, una diversidadinfinita en los seres que en esos mundos viven.Estos siete Fluidos son Siete Cuerdas de la Lira Divina, en la cual

    un artista Supremo tae la Sinfona del Universo.

    3No solamente cada uno de los fluidos es ms sutil y msactivo que su antecedente en la escala, sino que cada uno, en su propiarbita, se revela en estados y formas de sutilidad y actividad diferentes;el agua, es roco, nieve, granizo, hielo, escarcha; el aire es niebla y nubey la tierra asume formas incontables.

    Adems, cada fluido tiene su propia escala de sutilidad, cuyos

    extremos se confunden con aquellos de los fluidos que le anteceden ysubsiguen: as, la tierra, ya desde el mrmol hasta los edredones, ydesde el hierro hasta el mercurio. El agua, rarificndose, asciende hastala nube, que ya es aire; y congelada, desciende hasta ser hielo, que yaes tierra.

    * * *Del agua, totalizada en el Mar, apenas si entrevemos los lmites:Porque dnde comienza y dnde acaba el Mar?Es en la espuma, que se petrifica y se arboriza, y forma bosques

    diminutos de nevado ramaje?

    Es en la arena, que absorbe la sal y el yodo, y adquiere lamovilidad de la onda?

    Es en la nube, que le lleva en sus alas, y le convierte en aire?Es en la roca, que le rompe, destroza y desmenuza, y la fuerza de

    recibir sus golpes, ella misma se esculpe como una ola de piedra?Es en la concha, trocito de arco iris, que la espuma concreta,

    atersa y endurece?

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    Es en el escollo, que le destrenza y echa al viento la verdecabellera disuelta en plumazn de nieve?...

    Por la sal y el yodo, se enlaza con la tierra;Por la nube y la niebla, se enlaza con el aire;Por el oleaje, que es el palpitar de su corazn, se enlaza con el

    hombre;Por la marea, que es su respiracin, inspira y respira como todoslos seres;

    Por el rumor divino de sus ondas, ora, canta y solloza, lo mismoque nosotros;

    Y por el hondo silencio de su voz, insina que l tambin tiene unalma y una rfaga de luminoso espritu.

    Entonces dnde comienza y dnde acaba el Mar?...

    * * *As, dijimos, cada uno de los fluidos puede salir de su estado

    habitual, y asumir la forma de los otros, ya que ascienda o descienda.Tal el hierro y el plomo, que son formas o aspectos de la tierra:fundindose, se transforman en lquidos, es decir, en aspectos del agua;y a mayor temperatura, se elevan en vapores, que son formas del aire.El agua, dilatada, se hace aire, y el aire, dilatado, se hace fuego. Elfuego, ascendiendo, llega a ser energa, y la energa, luz.

    * * *Esencialmente, estos fluidos se forman de movimientos: son:

    vibraciones del Ether.Tal como las vibraciones del aire, diferencindose en intensidad

    producen los sonidos; tal como las vibraciones de la luz, ms o menosintensas, producen los colores; as el Ether, diferenciando susvibraciones, produce los fluidos, que son su manifestacin inmediata.

    De tal manera, el Universo es el Ether que vibra, agitado por elsoplo de Dios.

    4Combinndose para formar un astro o cualquier otra forma, losfluidos no se hallan separados ni superpuestos, sino infundidos unos enotros, compenetrados, interpenetrndose de manera tan ntima como siformaran uno solo. As, el agua, envuelve y penetra a la tierra, el aire,

    envuelve y penetra al agua y, por consiguiente, a la tierra; el fuego,envuelve y penetra al aire, al agua y a la tierra.Y as, siempre formando cada uno una aureola o atmsfera al

    inmediato inferior; y adems penetrndolo en toda su masa y hasta loslmites extremos. De tal manera, que en un bloque de piedra hallaremostodos los fluidos, desde la tierra, que es el ms denso, perceptible yesttico, hasta la atraccin, que es el ms sutil, invisible y dinmico.

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    * * *Nosotros en cuanto formas somos un resumen de los siete fluidos;los cuales, adems de hallarse difundidos en todo nuestro cuerpo, tienenen ste rganos o sistemas especiales, que son como focos detensificacin para cada uno de ellos.

    As, la tierra se intensifica en nuestros huesos; el agua, ennuestros humores; el aire, en nuestros pulmones; el fuego, en nuestrassangre; la energa, en nuestros nervios; la atraccin, en nuestro corazn,y en nuestro cerebro, la luz.

    5Los fluidos, rara vez se hallan todos bien manifiestos en unmismo ser, sino unos latentes y otros ms o menos perceptibles. Lamateria, la cantidad, el volumen, la figura, el ritmo, la voz, el color ydems caracteres secundarios, dependen de qu fluidos se hallenmayormente acumulados y manifestados, o sea de su mayor presencia ypredominio en una forma. As por ejemplo, la luz, se revela con rara

    intensidad en el zafiro, en las plumas del picaflor y en las alas de lamariposa. La tierra, se singulariza en el mrmol, en el hierro y en elgranito. De la naranja, se puede decir que es agua y luz; del teobroma,que es tierra y fuego; de la nuez vmica, que es tierra y energa.

    La atraccin sobresale en todos los cuerpos tenaces y elsticoscomo el marfil, el caucho y el acero, que no se dejan fragmentar nideformar sin rudo esfuerzo. El aire canta en la garganta de los pjaros, yhabla un poco en todas las cosas; pues a la verdad, todas las cosastienen una voz: pues a la verdad, todas las cosas tienen una voz: desdeel ocano y el volcn, hasta la caldera que hierve en la hornilla el agua

    familiar. El agua, abunda en casi todos los cuerpos telricos y en elnuestro, como en el del Planeta, es un fluido predominante.

    Igual sobresaliente de este o de aquel fluido se hallar, dijimos,comparando entre s los diferentes rganos de un mismo cuerpo. As porejemplo, los nervios acumulan mucha energa; los huesos, mucha tierra;los ojos, mucha luz. Por la super-intensidad de la luz en el cerebro, esque este rgano alcanza a generar la conciencia mental; por la super-intensidad del magnetismo1 en el corazn, es que ste genera laconciencia afectiva; y por una gran concentracin de la energa en elestmago, nos da ste la conciencia vital, o sea el conocimiento de lo

    que nos conviene o nos daa entre las cosas de que nos nutrimos.

    * * *A la verdad, todos los rganos sienten, piensan y quieren, puesto

    que en todos ellos hay energa, luz y atraccin; as como todos seconfiguran, se transforman y se disuelven, porque en todos hay fuego,

    1 El magnetismo es una modalidad de la atraccin, as como la electricidad es una modalidad de la energa.

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    aire, agua y tierra. Si algunos, los ms, no alcanzan a producirnosconciencia, y si otros no saben decirnos ni confusamente lo que anhelany lo que aborrecen, no es porque carezcan de mente y de emocin, sinoporque los fluidos del pensamiento y del sentir, no se encuentran enellos lo bastante acumulados para generar la manifestacin de la

    conciencia. La cual, no es sino el estallido y explosin de un fluido en elrgano en que se intensifica y vibra intensamente.

    6Cuando ms sutiles son los fluidos, sus efectos son msenrgicos y ms trascendentes. Cuanto ms densos, ms tiemporequieren para obrar, y menos profundos sern los cambios que originenen los cuerpos. Ejemplos conocidos de esta mayor energa de los fluidosms sutiles, son las descargas elctricas, las emanaciones del radio, lasondas hertzianas y los rayos de Roentgen. Y ms palpables que ninguno,la luz solar, dela cual nos viene toda la vida; y el fuego, que todo loconsume y transforma.

    En virtud de esta mayor eficiencia de los fluidos ms sutiles, y porhallarse todos como disueltos e infusos unos en otros, puede actuarsesobre un organismo cualquiera, sin necesidad de operar sobre los fluidosms densos y exteriorizados. Y el efecto ser tanto mayor y msviolento, cuanto ms sutil sea el fluido sobre el cual se accione. Porejemplo, agostaremos en pocos das una planta, sin necesidad delesionar sus races, su tronco ni sus ramas, si le suprimimos el agua; si lesuprimimos el aire, se marchitar ms brevemente, y si la sometemos ala accin del fuego, su destruccin ser inmediata. Si a un hombre lequitamos el aliento que es manifestacin de la tierra, morir en doso tres semanas; si le quitamos el agua, morir en una semana, si le

    quitamos el aire morir en minutos; si le quitamos el fuego todo elcalor latente de su organismo, perecer en segundos, y si le aplicamosuna ruda corriente voltaica, perecer instantneamente.

    7 Todos los fluidos se polarizan; es decir, actan en sentidopositivo y negativo. Y este carcter de doble y contraria actuacin, no essino aquella contrariedad de tendencias Adnicas y Vital, que yavimos originarse en la Nada, antes de que sta alcanzara a manifestarseen forma de Ether. Por consecuencia de aquella oposicin detendencias, todos los fluidos son constructivos o destructivos, segn laintensidad con que acten; todos abren camino a la vida o a la muerte,

    segn que se conformen a se aparten de la proporcin justa yarmoniosa con que se han combinado para la contextura, movimiento yconfiguracin de cada forma.

    Podemos imaginar, as, que toda forma es un pequeo astro, consus polos y su ecuador, o sea extremos de divergencia y centro deconvergencia, donde las tendencias de separacin y unificacin seagudizan, produciendo una vida ms pobre o ms intensa, ms sana o

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    enfermiza, ms musical o discordante, segn cual predomine. Lo mismocabe suponer de cada rgano en cualquier organismo.

    En unos y en otros, el mantenimiento del equilibrio es fuerza,salud y paz; su ruptura, es debilidad, enfermedad y discordia. Porque

    todo ha sido edificado con ritmo, es decir, con tiempo, cantidad ycomps, y si se alteran uno o ms de esos tres caracteres, el sr esatacado en su ntima estructura, en su armona, y por consiguiente,destruido o arruinado.

    8Los ms de los fluidos suelen hallarse latentes en los diversoscuerpos; o ms bien, parecen dormir con sueo sutil o profundo; massiempre en capacidad de responder, si se les llama hablndole a cadauno en su propio lenguaje; as, por el frotamiento, hacemos que semanifieste la atraccin que duerme en una varilla de caucho, o laenerga que reposa en un disco de vidrio. Por el choque, evocamos el

    fuego que se esconde en el pedernal. La tierra y el agua, se manifiestanespontneamente en la mayor parte de las formas telricas; u lacomprensin, la calorificacin y otros medios violentos, las hacen surgircuando no quieren presentarse voluntariamente. Aqu abajo, lo msperceptible y tangible es la tierra; despus el agua, y finalmente el aire,que ya es invisible y slo revela su presencia por el movimiento queimprime a los cuerpos que toca.

    * * *La luz es fcil de evocar, si viene acompaada de otros fluidos; del

    fuego, como en las combustiones y en la fusin; o de la energa, comoen la chispa elctrica. Sola, rehuye presentarse si no es furtiva ydbilmente, como en la fosforescencia de algunos hongos, en el fanalque llevan ciertos peces de las aguas profundas, y en el fulgoradormecido que despide el ojo de los animales nictlopes, como el gatoy el bho.

    Hay seres excelentes, criaturas predilectas, que no slo llevan laluz consigo mismas, sino que la evocan segn su voluntad. Entre todas,bendita y alabada sea lucirnaga, que vuela y alumbra.

    9Cuando un fluido se corporiza, toma aspectos y adquiere

    cualidades que le son peculiares, pero que no alteran su naturalezaesencial. As, el tmpano que es agua, es duro, leve, frgido, semi-opaco; cualidades que no tiene el agua que le sustenta, y de la cualnaci. As el rbol, nacido y sustentado de la tierra, tiene fibras, corteza,hojas, flores y frutos, que no tiene el suelo que le dio la vida y que lenutre.

    Si separis del agua el tmpano, del suelo el rbol, y del aire lanube, todos dejarn de ser. Por qu? Porque la nube no es, al cabo, sino

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    una concentracin manifiesta del aire, como el tmpano, del agua, y elrbol, del suelo.

    As sucede con nuestro cuerpo, con nuestra alma y nuestra mente,que nacen y se sustentan de las grandes atmsferas planetarias: elLumen, la Animia y la Materia; las cuales, a su vez, han nacido y se

    sustentan del Ether.As, resulta que no vivimos aislados de los dems seres ni deste ni de los otros mundos, sino que todos, y en todo, vivimossiempre necesariamente unidos.

    10Conocemos ciertas manifestaciones habituales de los fluidos,ciertas maneras de presentarse que, por su frecuencia, nos inducen ajuzgarlas esenciales y caractersticas. As, al decir fuego, pensamosinmediatamente en el color rojo y en una temperatura muy elevada; aldecir luz, pensamos inmediatamente en la claridad y en latransparencia. Unimos la idea de la liquidez, con la del agua; la

    celeridad, con la del fluido elctrico; la de estabilidad, con la de la tierra;la de expansibilidad, con la de aire; y las unimos tan estrechamente,como si nunca y en ninguna forma pudieran hallarse disjuntas.

    Sin embargo, tales maneras de manifestarse no son necesarias niconstantes: hay fuego en un trozo de hielo, como hay luz en un trozo decarbn, hay electricidad en la nube que pasa, callada y sin fulgores,como hay agua en la arena y el mrmol, y aire en todas las formasterrestres y acuticas.

    De la atraccin, no conocemos ningn aspecto: no se ve, ni se oye,ni se toca; nicamente percibimos algunos movimientos que imprime a

    los cuerpos, como el precipitarse de las linduras de hierro sobre el imn:el caer violento de la piedra hacia el suelo; la vacilacin de la aguja en labrjula, en tanteo del Norte; al adherirse de una placa de vidrio a otra dela misma substancia, y otras varias, pero que no nos dan ningunasensacin directa de aquel fluido.

    En cuanto a los dems, es necesario comprender y recordar que elfuego por su esencial naturaleza, no es rojo ni ardiente; que la luzno es visible ni clara; que el agua no es lquida; ni el aire es expansivo,no al electricidad es violenta, ni la tierra es esttica. Sino que a nuestrossentidos, aquellos fluidos les hacen la impresin de ser lo que parecen, yque muchas veces estn, efectivamente, ascomo parecen...

    El mismo carcter de fluidos, tan constante, y al parecer taninherente en ellos que sin la fluidez casi no podemos concebirlos, no esesencial ni necesario, puesto que en esencia, son nicamentemovimientos, maneras de vibrar, que tiene el Ether, aspectos de laSubstancia Ethrica.

    La constancia con que una vibracin ethrica se nos presenta enforma determinada por ejemplo el agua, que casi siempre se nos

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    muestra lquida, y la tierra, que casi siempre se nos ofrece slida, noprocede, como ya dijimos, sino del mayor o menor predominio del fluidoque caracteriza cada forma; y adems, de la inercia: de aquellatendencia original a persistir la Substancia, en el estado y formaalcanzados. Lo que es, quiere ser siempre. Lo que vive, quiere siempre

    vivir. Lo que una vez alcanz a ser, no quiere ya dejar de ser2

    .11Conocemos cuerpos que no dejan pasar la luz en su aspecto

    visible, como la madera, el barro y el plomo. Conocemos cuerpos queestorban mucho el paso del sonido o aire sonoro, atenundoloconsiderablemente. Aisladores del aire insonoro, son innumerables. Hay,asimismo, aisladores de la electricidad, como las resinas, la seda y elvidrio; los hay del calor, como el algodn, lanas, maneras, arcilla y otrosmuchos. As tambin son numerosas las substancias que puedenaislarnos del agua y de la tierra.

    Pero no se conoce ninguna substancia que nos pueda aislar de la

    atraccin. A travs de todos los obstculos, siempre y en las condicionesms diversas, el fluido misterioso ejerce su incontrastable poder3.Se descubrir alguna vez un agente que anule los efectos de la

    atraccin? Ms bien, quiz, fuera posible generar en nuestro organismoun estado molecular o atmico, nacido de un ritmo profundo, que nosdiera una como tendencia a elevarnos; una capacidad de levitacin, quevenciera, ocasionalmente y en cierta medida, la tirana de la pesantez.Posiblemente, una capacidad semejante explica el vuelo de ciertospjaros, como la fragata, la golondrina, la gaviota y el albatros, queparecen hallarse en los aires como en su medio nico, y volando, comoen su condicin natural.

    Teoras novsimas afirman que la misma luz, no puede eximirse decaer; es decir, de obedecer a la atraccin. Debe de ser as, pues si dealgo necesitan todas las cosas, es de ese fluido divino que es casi unespritu vivo; y es fcil comprender que todas lo deseen y atraigan contodas sus fuerzas.

    Adems, siendo el Cosmos una esfera de Ether; siendo el Ethersuprasensible y de una homogeneidad absoluta, es un mediosupremamente condicionado para la difusin de todo movimiento; y as,donde quiera que se produzca la vibracin lumnica, sta se ha dedifundir en todas direcciones, y se ha de trasmitir en el sentido natural yesencial de la esfera, que es la curva. En ltimo anlisis, en el seno de

    una esfera, difundirse es caer.

    * * *Esta nocin de que el Universo es una esfera por consiguiente

    finito aunque se le imagine inmensurablemente dilatado, unacondensacin esfrica de la Substancia primordial, es necesaria para2 No encierra esta ley mxima, la llave de todas las posibilidades para el mejoramiento del hombre?3 En vez de Atraccin podramos decir Amor.

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    concebir el Cosmos tal como lo concebimos nosotros. La Nada es, acaso,la que no tiene lmites; el Cosmos s, que es un florecimiento en el senode la Nada.

    12La tierra se disuelve en el agua. El agua se disuelve en el

    aire. El aire se disuelve en el fuego. El fuego se desvanece en laelectricidad; sta en la atraccin, y sta en la luz.

    Descendiendo, condensndose, vibrando con ms lentitud ymenos ritmo, la luz se hace atraccin; la atraccin se convierte enelectricidad; la electricidad en fuego; el fuego en aire; el aire en agua, yel agua pesada y ciega ya, se duerme en las formas oscuras de latierra.

    * * *Cuidad de que los fluidos se agiten. Porque ellos, ms an que

    nosotros, son hijos del Ritmo, y se corrompen en la inaccin. El aguaestancada se hace charca, y se puede; las cosas terrestres,inmovilizadas, se oxidan, se enmohecen; el aire, encerrado e inmvil,cambia sus virtudes en vicios, y en vez de infundir vida trae muerte.

    Evocad por el movimiento el fuego de vuestra sangre, si noqueris que sta se os apague y se hiele; evocad la luz del carbn paraque libertndose, alumbre. Que todos los seres se muevan y se agitenrtmicamente, porque en el Ritmo estn la fuerza, la belleza y el bien.

    * * *Ved un ejemplo de cmo se divinizan las cosas que ajustan sutrabajo a este ritmo perfecto, que es la sublimacin de toda vida: sobrela hoja del pltano, limpia, tersa, como de raso, dej la lluvia un reguerode gotas, grandes unas, otras ms pequeas, otras pequeitas..., comoel chispero que salta de un tizn ardiendo. Va subiendo el Sol, y elreguero de gotas empieza a elevar un canto, una sinfona de colores.

    Todas las piedras preciosas estn ah; el diamante y el palo, elzafiro y el granate, el rub, la esmeralda y las amatistas apacibles. Perosus colores no son lo mismo que los de las piedras de joyera, sino queson cambiantes, con tonos y matices imposibles de describir.

    Una transparencia tal en el diamante, una intensidad en el rub,una serenidad en la esmeralda, una diafanidad en el zafiro y unasuavidad en los palos, que parecen vivientes por s mismos de la puraluz del Sol, con el agua pursima que baj de las nubes.

    Dos purezas, dos cosas sin mancha, dos ideas nacidas en la mentede un serfico espritu, y que el ojo humano, por no s qu milagro delamor, puede advertir y contemplar...

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    Un hombre, un alma de hombre, podra volverse as transparente,de pura, de luminosa, de intensa?

    S... vibrando con una solo vibracin.

    13Es un fluido esta cosa oscura, al parecer inerte, consistentey esttica que llamamos tierra, y que es para nosotros el smbolo y elarquetipo de la inmovilidad?

    La comparamos con el agua, que es aqu abajo el tipo de las cosasmovibles y fluidas, y deducimos, arrebatadamente, que la tierra no esfluida sino slida; lo slido, como dice la Biblia.

    Pero tales caracteres de consistencia, solidez y estaticidad sonmeras apariencias; pura ilusin originada por la niebla del tiempo. Latierra circula, resbala, fluye y refluye como el agua; slo que circula msdespacio que aqulla. Tiene hasta el mismo aspecto ondulatorio que nosofrece el mar; slo que, mientras las ondas marinas pasan fugaces y

    cambiantes, las ondas terrestres, petrificadas se dira dormidas enel lecho de las llanuras y en los flancos de las montaas, necesitanmilenios para desvanecerse. Subid a la cumbre de una montaa, yveris claramente aquel sistema de collados, colinas y montes,modelando como el oleaje de una mar inquieto, y encrespndose amedida que asciende. En cierto momento, parece que el oleaje de unamar inquieto, y encrespndose a medida que asciende. En ciertomomento, parece que el oleaje se petrific, y que sobre el lomo lucientede las olas fue cayendo el polvo vagoroso de la atmsfera, del cualsurgieron lentamente las rocas y la vegetacin. En el mar, es el viento elescultor que esboza, talla y detalla las olas; aqu son las lluvias, el calor

    y los empujes subterrneos. Mas una y otra el agua y la tierrareciben la misma configuracin de flujo y reflujo, de olas y de ondas, quees la propia e inherente de los fluidos que se mueven libres y engrandes masas.

    * * *Observas, y veris la tierra cambiar y circular tan constantes y

    profundamente como el agua.Qu es el trozo de un pan que habis comido esta maana? Trigo,

    arroz o maz.Qu era hace algunos das? Una mata verdeante de doradas

    espigas.De dnde haba salido aquella mata? De la tierra. Las hojas ya

    secas, las comi un caballo; los granos, hechos pan, los comimosnosotros.

    Qu son ahora? Una parte, volvi a la tierra en forma dedeyecciones; la otra parte, vive en el cuerpo del caballo y en el nuestro,convertida en sangre, en huesos, en humores, en sustancia nerviosa. Ahestarn algunos aos; o mejor dicho, cada da, cada hora, cada instante

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    se irn un tanto de nuestro cuerpo reemplazados por nuevos elementos,y dentro de algunos aos, ya no quedar nada de aquel pan. El trigohabr vuelto a la tierra.

    Tomad un rbol, un pjaro, una piedra, un trozo de hierro, y verisque bajo la accin del tiempo, todos van transformndose, haciendo

    parte de un cuerpo ahora, y maana de otro; volviendo a la tierralentamente, constantemente, hasta que se confunden con ella, hastaque los recoge en su seo... de donde salieron, donde se apartarn an,y a donde siempre volvern.

    De idntica manera circulan y fluyen y refluyen las aguas: hoyarroyuelos, despus ros, nubes maana, luego masa de hielo en lacumbre de un monte, o nieve que se derrite bajo la accin del sol, olluvia que desciende y es bebida por las plantas sedientas..., o tantasotras formas..., hasta que, por fin, a veces en algunas horas, a veces, enmil aos vuelven al mar..., de donde salieron, de donde saldrn una yotra vez, y a cuyo seno siempre volvern.

    Es como si en la pantalla de un cinematgrafo, algunas escenaspasaran lentamente y otras raudas como centellas. Minutos o milenios,qu significan en el vaivn del tiempo?...

    14Nada sabemos sobre la esencia ntima de los fluidos, sinoque son vibraciones del Ether. Aun la tierra, que constituye el soporte denuestra forma4 y que es nuestra casa, nuestro reino, nos escondecelosamente su alma. Cunto ms no andarn escondidos einaccesibles los fluidos superiores, que apenas vislumbramos!

    Ese polvo inerte, ese barro informe que nuestros pies huellanirreverentes, esconde los poderes ms grandes, las virtudes mseficientes, y cada una de sus creaciones es, en verdad, undesconcertante milagro.

    De sus entraas surgi aqu cuanto vemos:El mrmol, que es tan duro; la cera, que es tan blanda.El cristal, que abre paso a la luz, y el granito, que le cierra el

    camino.La encina, que es tan corpulenta y soberbia, y el musgo, que es

    tan humilde y diminuto.Ella dio su cuello donairoso a la gacela, y sus rastreras escamas al

    cocodrilo.Cre la ardilla, que vuela sin alas, y al perezoso, para quienmoverse es tristeza.

    4 Concebimos la forma del hombre, y la de todo ser viviente, compuesta del CUERPO o substancia material;

    del ALMA o substancia anmica, y de la MENTE o substancia lumnica. El cuerpo, es lo que se ve de la

    forma, lo que se percibe por medio de los sentidos. EL ESPIRITU, que es un ritmo, organiza, modela y rige la

    forma.

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    Tall las cavernas recnditas de las rocas oscuras, y las incrustde fulgores que semejan rubes y topacios.

    Como una hada inagotable e incansable, cambia y transformatodas las cosas, y a cada golpe de su varita mgica surge un sueo queparece una realidad, o una realidad que es como un sueo.

    Todas las posibilidades son suyas, y sus maneras de expresarse,son sin trmino. Ved cmo en cada uno del enjambre infinito de hierbasy de rboles, ha encerrado una nueva virtud, un nuevo anhelo, un nuevopensamiento:

    El caf, que ilumina.El vino, que enardece.La estricnina, que alienta y electriza.La coca, que adormece el hambre.El opio, que apacigua el dolor.La valeriana, que trae paz y serenamiento.La ruda, que reanima y conforta.

    La floripondia, que es nfora del sueo.El corcho, leve como una pluma.El bano, pesado como el plomo.El ocote, que arde como una yesca.El conacaste, que desafa al fuego.El lamo, blando como de cera.El chapultapa, duro como de hierro...Y cien ms, y millares ms de fuerzas y excelencias encarnadas...

    En cada hoja, y en cada corteza, y en cada pluma, y en cada raz, y en lapiedra, y en la escama, y en la flor, siempre una gracia, alguna fuerza,alguna influencia, algn pensamiento, alguna voz...

    El polvo negruzco, el barro informe? Marfil, oro y platino;esmeralda y rub; hulla, que es luz del sol; petrleo, que impulsa ymaneja las mquinas gigantes; mrmol, en que la Venus de Fidias y elMoiss y el Apolo, nacieron para ya no morir!...

    15As como al separarse, individualizndose, los fluidos, o lasformas que de ellos nacen, adquieren una tendencia a impurificarse, asal disolverse, y confundirse con el ambiente de que nacieron, recobransu fuerza y su pureza. De esto vemos ejemplos en todas las aguascorrompidas que llegan al ocano, tras de haberse contaminado en sucarrera con las mayores putrefacciones: apenas se pierden en el seno

    del mar, ya son otra vez limpias, sanas y puras. El tronco del rbolcarcomido, hirviendo en carcoma, al caer sobre la tierra y disolverse enella, vuelve a ser tierra virgen, colmada de savia y de fuerza. El aireconfinado y los mil vapores sucios y hediondos que se desprenden deaqu abajo, una vez que suben, que penetran en el amplio ir y venir delaire, otra vez adquieren transparencia; dejan de ser rastreras ponzoas,y se tornan vivificantes y algeros.

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    16Los fluidos superiores o inmateriales5: fuego, energa,atraccin y luz, actan cada uno en los diversos planos o ambientes dela Vida, produciendo efectos tan diferentes entre s, que nos sentimosinclinados a suponerles diferentes orgenes. As, veremos que la luz, queen el plano material hace visibles los objetos, en el plano mental hace

    comprensibles sus ideas o leyes internas; y en el plano del alma oanmico, nos da, en forma de presentimiento, avisos seguros aunqueirrazonados, de su presencia que de otro modo ignoraramos. Es lamisma luz, el mismo fluido: en el primer caso, actuando sobre los ojos;en el segundo, sobre el entendimiento; en el tercero, sobre el corazn.

    El fuego, que en el plano fsico genera el calor y determina latemperatura, en el plano del alma genera el entusiasmo, el ardimiento yel arrojo.

    La energa, que en el plano de la materia es celeridad, violencia,excitacin, vitalizacin, en el plano del alma es voluntad, persistencia,obstinacin, herosmo, perseverancia.

    La atraccin, cuyas manifestaciones fsicas son la adherencia, lamasa, el peso y el volumen, en el plano del alma hace nacer la simpata,el amor y la devocin, y en el plano nirvnico o espiritual, florece en lafe, en la esperanza y en la caridad.

    17Las formas, as las nuestras como las de toda criatura, aqu yen cualquier otro mundo, no son sino concentraciones de fluidos:porciones de substancia ethrica, que se han diferenciado del conjunto,y se hallan animadas, variamente, de las vibraciones que se llamanAtraccin, Luz, Energa, Fuego, Aire, Agua y Tierra.

    En apariencia, los cuerpos (lo denso y perceptible de las formas)

    andan enteramente separadas del ambiente, y a primera vista producenla ilusin de ser unidades que tienen vida exclusiva en s, y sedesenvuelven y actan nicamente por su propia virtud. Apariencia es, yno realidad: nunca se rompen totalmente los lazos que ligan a un srcon el ambiente de que se ha formado, del cual se anima y sustenta. Sise rompen, la forma se disuelve. Imaginad una corriente marina, comoel Gulf-Stream, por ejemplo: es un profundo y anchuroso ro, que tienemovimiento propio. Su temperatura, su direccin distinta, los cuerposque arrastra su corriente, las sinuosidades de su curso y susbifurcaciones, su velocidad impetuosa, todo inducira a quien se hallaraen medio de l y nunca hubiera visto el ocano, a considerar el Gulf-

    Stream como existente por s mismo, y no como un accidente del Mar.Pero suprimid la masa de aguas que lo circundan, las vastas aguasdel Ocano, y veris cmo el Gulf-Stream se desorganiza y extingue.Por qu? Porque no era ms que un torbellino, una concentracin en elMar.

    Tomad ahora un pez, con escamas y aletas y espinas, y todo lodems que le diferencia y caracteriza como una forma. He aqu,5 La materia no es sino el aspecto ms perceptible, la manifestacin ms densa de la Substancia.

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    diramos, una criatura que existe por s misma, y que es, real ypositivamente un sr; no una apariencia, sino una realidad.

    Empero, sacad al pez del agua, o agotad el agua en torno suyo, yveris cmo su vida es ya imposible; cmo se angustia, se asfixia yperece. Por qu? Porque aquel pez no era, en ltimo anlisis, y por lo

    que atae a su cuerpo, sino mar concentrado. Era una apariencia, unaspecto de la vasta realidad que es el Mar.As tambin un torbellino, un cicln, una nube, una neblina, una

    brisa, no son sino aire concentrado, apariencias o aspectos del grande yreal ambiente que llamamos Atmsfera. Tienen, es verdad, un ciertoimpulso propio, un movimiento peculiar que les da forma y actuacinindividual, personalidad, en fin. Mas, haced el vaco a su alrededor,apartad el ocano de aire en que bogan y se agitan, e inmediatamentedesaparecern.

    Llevemos ahora la experiencia a nuestro campo familiar, al mundode los seres terrestres; cojamos de all un rosal y una encina. Puede

    haber seres ms caracterizados y distintos? No se dira que se hallanabsolutamente diferenciados del ambiente, y que su vida, su razn deexistir reside en ellos mismos? Sin embargo, vosotros mismos los habisvisto surgir de la tierra, y formarse y crecer bajo la accin combinada desta, del agua, del aire, del fuego y de la luz. Y en cualquier momento enque se les sustraiga a su influencia, les veris enfermar y morir. Si lesseparis de la tierra, su muerte es inmediata. Por qu? Por que son,simplemente, una concentracin inseparable del conjunto, y en contactontimo y necesario con l. La vida est influyendo en ellos y fluyendo deellos, como el agua que penetra en la roca viniendo de las nubes ysale de la misma, trocada en manantial: la vida que emana de la tierra,

    y que se infunde en ellos por medio de las races; la que emana delagua, del aire, del fuego y de la luz, y que se infunde en ellos por mediode la corteza, las hojas y las flores. Si cortis su conexin con la tierra,cortando sus races, veris cmo su disolucin sobreviene. Por qu? Porque aquella encina y aquel rosal sin tierra concentrada; apariencias,pensamientos corporizados en el vasto y mvil ambiente que llamamostierra.

    19 En verdad, cada forma es no slo una concentracin de suambiente prximo, sino como un resumen de todos los fluidos,concentrados en torno de un ritmo interno, de una fuerza nica y

    esencial, que les atrae y organiza; de tal manera que ya no slo elhombre puede considerarse como una imagen microcsmica, sino quetodo sr es, en cierta medida, un esquema del Universo, edificado yregido a su imagen y semejanza. Ah, en el grano de trigo que tritura elmolino y que ser nuestro pan de la tarde, palpita todo el Cosmos;omos cantar al Cosmos en el canto de la cigarra, y cuando la mata demaz remece su penacho de plata, aquella flor que ondea est arrullandocon su tenue susurro al Todo que reposa en su seno.

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    * * *Para entender grficamente cmo los seres, en lo que atae a su

    forma, son simples concentraciones fludicas, recordemos los grumosque se producen en la leche, al batirla o en la harina cuando ya fueleudada. Esos grumos adquieren una forma especial, una densidad

    mayor y hasta movimientos que no tienen la masa; pero, en esencia,son la misma leche, la misma levadura, y desde el instante en que eseambiente generador se suprimiera, dejaran de ser.

    Nosotros, lo mismo que todas las criaturas, somos, por lo queatae a nuestra forma, simples concentraciones fludicas; grumos deesta inmensa levadura de la Existencia, hechos de su misma substancia,sumergidos en ella y penetrados por ella ntimamente, tan ntimamenteque no podemos existir ni actuar sino en Ella y por Ella.

    Y esta Atmsfera Ethrica, en la cual los siete fluidos se escondencomo los siete colores en la cndida luz del sol, prontos a responder atodas las evocaciones, es la Vida misma, inagotable, latente,

    subyacente, en la cual se agitan todas las posibilidades; en la cual lasnbulas y las nebulosas incuban: en la cual van cayendo ydesvanecindose los astros y las constelaciones ya extintas...; tal comolas hojas en noviembre, que se disuelven en la tierra, despus de habermoteado algunas horas con sus amarillos matices las rutasmelanclicas.

    En tal ocano, sin fondo y sin orillas, las concentracionesethricasque llamamos astros, ya diferenciadas como luz, atraccin energa,fuego, aire, agua y tierra, pero siendo en esencia una sola Atmsfera tal como el Aire es uno, aunque en l palpiten y acten gases diferentes

    , en tal ocano, sin fondo y sin orillas, flotan, viven y trabajan todos lossoles, todos los planetas, todas las formas estelares, enlazadas y encontacto perenne todas las hojas de una encina, todos los rboles de unbosque, todas las nubes de los aires, todos los susurros del viento.

    Y en cada uno de esos astros, las criaturas, separadas por lailusin de la forma y por la ceguera de la personalidad, se agitan, viveny trabajan en real y perenne contacto, ligadas por lazos que jams sehan roto: que jams se han roto, y que jams se rompern!...

    Tal nosotros, con las plantas, los animales y las piedras, con todolo que vive sobre nuestro planeta, respirando el mismo aire, confortados

    por las mismas aguas, reanimados por el mismo calor, nutridos por lamisma tierra, impulsados por la misma energa, mantenidos por lamisma atraccin e iluminados por la misma luz, somos distintos yextraos en aparencia; mas, en realidad, somos y vivimos Una Sola Vida.Como las notas de un mismo acorde, como las ondas de una misma ola,como las olas de un mismo Mar...

    Si, somos hermanos carnales del pjaro, del rbol, del musgo y dela flor.

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    Somos la misma sangre con el pez y la roca, con la nieve y elviento, con el arroyo y con la nube, con el zafiro y el carbn.

    Somos garra en el guila, canto en el ruiseor, plumaje en laoropndola, llama en las flores del granado, races en la ceiba,relmpago en la nube, dardo en el escorpin, fragancia en el jazmn, y

    espuma de muerte en la vbora.Somos la escama del caimn, y la sedosidad del armio; la broncacerviz del hipoptamo, y el undvago cuello del cisne; el fulgor deldiamante, y la opacidad de la arcilla.

    Y ms all, somos aurora y noche, luz de Arturo y de Sirio, caudade los cometas y tenue polvareda de las nbulas; alas centellantes delos ngeles, y ojos omnividentes de los querubines; silencio de losnegros, insondables espacios... Vida, movimiento, palpitacin y ritmo, enel Todo, en el Cosmos, que es la forma de El, animada por su EsprituSanto.

    MATERIA

    .Nuestro planeta y cualquiera otro no es, por lo que hace asu forma, sino la participacin concntrica de tres atmsferas oambientes, que luego trascienden, formando cada una de ellas

    como una aureola de la que antecede.1

    Esas tres atmsferas generan cada una, un Plano o reino de vida,as:

    La Materia, la vida fsica o del cuerpo;

    La Animia, la vida emocional o del alma;El Lumen, la vida intelectiva o de la muerte.Materia, Animia y Lumen son la triple envoltura en que el espritu

    se encierra: son su crcel, y tambin su instrumento, sin los cuales nopodra manifestarse.

    Esas tres atmsferas o ambientes forman la urdimbre misma de lavida, tal como la vemos en las criaturas que pueblan nuestro mundo.Piedra, rbol, animal u hombre, cada ser vive sin disyuncin en esos tresreinos de la existencia. En todo momento, en el sueo y en la vigilia, enla salud y en la enfermedad, en la cordura y en la insania, vivimossimultneamente esas tres vidas; del cuerpo, del alma y de la mente.

    Qu diferencia hay entre nuestra alma y el ambiente anmico? Lamisma que hay entre el tmpano y el ro que lo arrastra: agua son losdos. Qu diferencia hay entre nuestra mente y el ambiente lumnico?La misma que hay entre una nube y la atmsfera en que flota: aire sonlos dos. Qu diferencia hay entre nuestro cuerpo y el ambientematerial? La misma que hay entre un rbol y el suelo de que sealimenta: tierra son los dos. En un caso, latentes; en otro, manifiestos.

    Ved una lmpara que arde. Arder, es en ella, vivir.

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    Pero, qu es lo que en ella sta ardiendo? El pabilo, que diramosel cuerpo; el aceite, que diramos el alma; el oxgeno, que diramos lamente.

    Quin lo hace todo arder o vivir? El fuego, que diramos el

    Espritu.2La atmsfera o ambiente que llamamos Materia, tiene en

    nuestro cuerpo rganos de actuacin especial e intensa, que son los quedigieren y asimilan. La atmsfera o ambiente que llamamos Animia,tiene en nuestro cuerpo rganos de actuacin especial e intensa, queson el corazn y los pulmones. Y la atmsfera o ambiente que llamamosLumen, tiene en nuestro cuerpo rganos de actuacin especial eintensa, que son el cerebro y los nervios.

    En todos nuestros rganos hay Materia, hay Animia y hay Lumen.

    Por consiguiente, en todos nuestros rganos hay sensacin, sentimientoy pensamiento. Mas, en aquellos rganos especiales, la sensacin, elsentimiento y el pensamiento son de una intensidad mucho mayor; a talpunto, que llegan a ser conscientes.

    As la conciencia, que no slo es lumnica, sino tambin anmica ymaterial, es un vibrar intenso a travs de rganos especiales de lamente, del alma y de la materia; los cuales rganos, son comocentinelas del Espritu, que advierten a ste lo que sucede en la Formaque le sirve de crcel.

    El cerebro, en el cual se encuentra una mayor y ms concentradaporcin de substancia mental, y donde sta vibra con ms intensidad yritmo, sirve de agente transmisor entre nuestra mente individual y elambiente Lumnico que nos circunda; del cual en ciertos momentos, nosda conciencia intelectiva.6

    El corazn, donde se intensifica y vibra mayormente la Animia,enlaza nuestra alma individual con el ambiente Anmico; el cual, enciertos momentos, nos da conciencia emocional.

    En fin, el estmago, donde la materia vibra con ms intensidad,

    enlaza nuestro cuerpo con el ambiente Material, y nos da la concienciavital.

    6 Lo que llamamos aqu ambiente Lumnico, es la mente del Planeta; el ambiente Anmico es su alma, y el

    ambiente Material es su cuerpo.

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    3Todo lo que de una forma se puede percibir, es cuerpo omateria. Todo lo que de una forma se puede sentir, es alma o animia.Todo lo que de una forma se puedepensar, es mente o lumen.7

    Nuestro cuerpo, que es la porcin tangible y visible de nuestra

    forma, es, pues, una concentracin de la materia ambiente. Nuestraalma, que es lo emocionable de nuestra forma, es una concentracin delambiente Anmico. Nuestra mente, que es lopensante de nuestra forma,es una concentracin del ambiente Lumnico.

    De tal manera, nuestro real e ntegro ser, se compone de un Yo(tomo de la Substancia Una, animado por un ritmo o espritu); el cual,en virtud de un poder que es esencial, atrae, concentra, organiza,regula, mueve y mantiene, elementos del Lumen, de la Animia y de laMateria. Esos elementos del Lumen, de la Animia y de la Materia. Esoselementos as organizados y regidos, son nuestra Forma, la cual en el

    Plano fsico, se exterioriza por medio del cuerpo; en el Plano lumnico, sehace conocer por medio de la mente.

    4Difcil explicar lo que son esos Planos, y su enlace y relacionescon el Yo. Empero, esforcmonos en esclarecerlo por medio de un smil:sea una taza de agua hirviendo, en la cual verteremos esencia de caf,luego un poco de leche, luego azcar. Todo ya mezclado e incorporado,resulta una suma que no es agua, ni leche, ni azcar, ni caf, sino unainterpenetracin de las cuatro substancias, de los cuatro Planos oambientes.

    Imaginad ahora microscpicos seres: infusorios del agua, de laleche, del azcar, del caf; los cuales han nacido y viven en lassubstancias de que venimos hablando, y cuya existencia no es posible,sino, precisamente, en la substancia que les ha dado origen. Resultarque los infusorios de la leche no viven, en realidad, sino en ese Planosacarino; los del caf, en el suyo propio. Y ms an, resultar que,aunque a nuestros ojos aparezcan todos como seres que habitan unmismo ambiente, no solamente no ser as, sino que cada una de esasespecies ignorar la existencia de las otras, y hasta se creer la nicahabitante del conjunto.

    Podra acontecer, sin embargo, que una cierta especie de infusoriodel agua a la cual llamaremos hombre, si queris, aun siendo unacriatura especialmente acutica, tuviera en sus rganos, en menor ydiversa cantidad, elementos o tomos lcteos, cafenos y sacarinos.

    7 Cudese de no confundir forma con figura; figura es la impresin visual o tangible que la forma causa en

    nosotros.

    Cudese tambin de diferenciar percibir, de sentir. Usamos percibir, slo para indicar el

    conocimiento por medio de los cinco sentidos.

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    Digamos, por ejemplo, que su ser se hallara constituido por noventapartes de agua, seis de leche, tres de azcar y una de caf. Qusucedera entonces? Que tal infusorio tendra la ms clara y habitualconciencia de ser una criatura acutica, de vivir en Plano acutico, yhasta de que el mundo todo se hallaba constituido por el agua, en

    mucha menor cantidad sentira la presencia de la leche, y yadifcilmente se formara un concepto exacto del Plano o ambiente lcteo.Rara vez, y muy dbilmente, se sentira criatura sacarina, manifestacinde un medio Plano sacarino. Y slo por instantes, fugazmente, casi conen sueos, tendra el presentimiento del caf; que sin embargo, no seraen l la menos eficiente de las realidades.

    Tal infusorio somos, exactamente, nosotros. La Materia nos vuelve,nos satura, nos oprime; y de ah la certeza, la evidencia, la concienciahabitual de que somos un cuerpo. La Animia, presente en nuestra formapor medio del alma, pero ms dbilmente nos recuerda que no slomateria hay en nosotros. La Mente, estrecha, confusa, vacilante, ya casi

    no sabemos que existe; y si no fuera porque algunos de sus fenmenosson tan reales y poderosos la negaramos del todo. Y tocante al Espritula fuerza que enlaza y organiza esos elementos, oculto en lo msprofundo y lejano de nuestro sr, mucho es que alguna vez lopresentemos, y que el vuelo de sus alas divinas, deje or un susurro enlas tinieblas de nuestra vida.

    La funesta ilusin es muy difcil de romper, pues donde quiera y entodo momento sufrimos la tirana de la materia, dentro y fuera denuestro cuerpo; y lo que no es grillos ni aguijones de la carne, esimpulsin, pasin, seseo y obcecacin del alma. El pensamiento, lacontemplacin serena y desinteresada de las cosas, es flor extraa y

    rara que slo conocen los grandes poetas, los sabios y los videntes. Y elamor verdadero, ese que nada pide y slo sabe dar, manifestacinsuprema del espritu, es una virtud casi exclusiva de los santos, y aveces de las madres.

    * * *El smil nos dir una palabra todava: si sumergimos en la taza de

    caf la punta del ms fino alfiler y extraemos una gotecita minscula,ah en esa gotecita encontraremos el agua, la leche, el azcar y el caf,en una constante y, al parecer indisoluble unidad, como si aquellassubstancias no fueran ni pudieran ser sino un solo ambiente, un mismo

    plano. Sin embargo, no estn unificadas, sino simplemente unidas.Parecen la unidad, son la diversidad. Por medio del calor volatilizaremosel agua, y quedar libre enteramente de los lazos que la unan a lasdems . Procedimientos qumicos nos ensearn a separar las restantes,y otra vez la leche, el caf y el azcar, volvern a su primaria forma desubstancias distintas, deplanos diferentes.

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    5La extensin, la masa, el peso, y el cambio, son atributospredominantes de la Materia.

    En efecto no hay cuerpo que no ocupe un lugar en el espacio, oms exactamente, que no genera espacio; no hay cuerpo que nogravite; que no tenga volumen; que est constantemente,

    incesantemente cambiado.El tiempo es un atributo de todas las atmsferas, pero mucho msde la Materia. Cuanto menos materiales sean los seres, menos cambiosocurrirn en ellos; de menos sucesos sern actores y testigos. Y como eltiempo no es sino la distancia que hay entre un suceso y otro (as comoel espacio es la distancia que hay entre uno y otro cuerpo, o entre unpunto y otro de un mismo cuerpo), ah donde nada suceda, o casi nada,es claro que no habr ningn tiempo o casi ninguno.

    Esta irrealidad del tiempo es tal; es tan cierto su carcter de meraabstraccin, que aqu mismo en nuestro plano fsico que es, porexcelencia, la regin del cambio, del fenmeno, del vaivn sempiterno

    , cuando nos abstraemos profundamente, se desvanecen el ayer y elhoy, la hora y el instante, y nos sumergimos en una plenitudcontemplativa, en una dilatacin del Yo tan amplia e intensa, que ya noquedan en nuestro sr ni memoria ni previsin, sino que en l todo espresente. Ser feliz, aqu abajo, es no sentir el tiempo.

    * * *Con ms razn podemos concebir en la atmsfera mucho ms sutil

    y simple del Lumen, una vida en el tiempo casi no existe, porque no haycambios que lo determinen y concreten. Igual que aqu cuando nosabstraemos hondamente, pero ah con ms perennidad, e intensidad, se

    desvanecen la hora y el instante, pues la vida en el Lumen se reduce apensar, a contemplar; y lo nico que podra establecer diferencias, osemejar acontecimientos, sera la distancia de una comprensin a otra,de una ideacin a otra, de una figuracin a otra. Distancias sinperiodicidad, imprecisas, fugaces, que apenas alcanzaran a simular unfantasma, una sombra de tiempo.

    Ntese que ese carcter de sucesin peridica es casi decisivopara que se prodzcala sensacin que llamamos tiempo. Si hemosllegado a tener concepto de lo que es un da, una noche, es porque elSol sale y se oculta con ms o menos regularidad, cada doce horas; yaunque, en verdad, eso vara diariamente, las variaciones de un da a

    otro son tan pequeas, que no alteran de un modo sensible la duracinde cada da o de cada noche. Hoy doce horas, maana doce y algunosminutos, y as de seguida, no rompen la creencia, el sentimientohabitual, de que el da y la noche son jornadas de doce horas cada una.Sucede como al ver una montaa desde lejos que tenemos que hacer unesfuerzo para recordar que sus contornos, que vemos regulares, no loson, en verdad.

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    Pero si el Sol saliera hoy a las doce horas de haberse ocultado,maana a los cuarenta minutos, despus a los tres meses, luego a losochenta minutos, despus a los dos aos, y as sucesivamente, ya nohabr para nosotros das ni noches, en el sentido de unidades ysensaciones de tiempo; y las normas reguladoras de nuestra vida no

    seran la salida ni la puesta del Sol, sino otras, por ejemplo, el intervalode una a otra de nuestras comidas. Entonces la sensacin del hambre,por ejemplo, sustituira a la de ver salir al Sol; comenzar a comer (en eldesayuno) podra ser la aurora; acabar de comer (en la cena) sera elocaso, y la noche sera el tiempo en que no sintiramos hambre.

    * * *Un enfermo, obligado por la naturaleza de su enfermedad a

    recluirse durante mucho tiempo, y a privarse de visitas, de lecturas, demovimientos, de baos, de cambio de vestidos y casi de alimentos;postrado e inmovilizado por la parlisis, con la vista nublada, con el odo

    dbil, llega a olvidar el tiempo, ano tener casi conciencia de esasucesin peridica de impresiones que llamamos das y horas. Sumente, casi nica que funciona, absorbiendo casi las actividades de todoel sr, piensa, piensa, piensa sin descanso, con asombrosa celeridad; ysi el cuerpo ha llegado a debilitarse en extremo, piensa como si fuera untorbellino, pasando velozmente de una idea a una fantasa, de sta a unproblema, de ste a un recuerdo, de ste a imaginar una figura o unpaisaje. Y todo aquel vertiginoso desfile de recuerdos, ideas,figuraciones y razonamientos, no le da ciertamente la sensacin detiempo, sino, al contrario, la sensacin nica de un movimientovertiginoso, la sensacin de perennidad.

    As, pero de manera mucho ms tpica, concebimos la vida en elLumen, con raros imprecisos y fugaces cambios, que rara vez harnsentir esa ilusin del tiempo que aqu, en la regin material, da contornoy cuerpo a nuestros pensamientos y sentimientos. Y en las regiones msaltas del Lumen, en la plenitud de la Luz esta ilusin de las horas casidesaparecer totalmente.

    6Se dira que el tiempo fuera, entre todas, la realidad suprema,ya que todas nuestras impresiones y actos se acompaan, en primerlugar, de una indicacin temporal.

    Cundo fue? Cuntos aos dur? A qu hora comenz?

    Cuntas horas tardar? A qu hora llegar? Estos datos son los quedesde luego, inquirimos apenas se hable de sucesos y hasta de cosaspor venir. El mdico pregunta, antes que todo, el tiempo: A qu horapresent al abceso? Cundo se advirtieron los sntomas? Bate el pulsoregularmente las setenta oscilaciones por minuto? El piloto calcula,vigilante y severo, el andar del buque, la hora de la marea, la velocidaddel viento. Los pjaros, atentos, celebran la hora del alba, y plaen lahora del ocaso...

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    Y, sin embargo, la salud del hombre consiste en emanciparse deltiempo, convirtindolo en su instrumento, y no en su dueo. Aquel quedome al tiempo y lo haga su esclavo, ser un dios.

    El tiempo no existe en el plano de las verdaderas realidades.Decimos: esta planta, o este hombre, vivi tantos aos. Pero, no

    sabemos acaso, que esa planta mora instante por instante; que esehombre mora sin cesar? Lo nico que en cierta medida perduraba, erala forma de la planta, es decir, su apariencia.

    Por qu es feliz el nio? Porque no inquiere qu hora es. Para lesa palabra ttrica, tiempo, se sustituye por esa otra, alada y luminosa,juego.

    7Aqu abajo, el espacio es fijo, o vara poco y lentamente. Ladistancia de un cuerpo a otro, y la distancia entre los extremos de unmismo cuerpo, que son las dos sensaciones habituales que tenemos delespacio, no varan ni tan rpida ni tan intensamente como para

    hacernos sentir que se trata de otra ilusin, no menos irreal que la deltiempo, aunque menos fugaz y fantasmagrica. Por aos y aos vemosel rbol ya crecido, siempre igual en altura y en amplitud; a los veinteaos de ausencia, si volvemos al ro familiar, le encontramos resbalandoen el mismo cauce; y en la playa marina donde jugbamos de nios, anveremos sin cambio al roca donde nos subamos a contemplar el ir yvenir de las olas, y al pie del escollo, la misma caverna con sus bocasextraas y oscuras, donde las espumas se precipitaban retozando, pararesurgir despavoridas. La montaa aquella que me dio cuando nio laprimera sensacin de grandiosidad y de misterio, ah est, la misma,ahora, cuando ya hombre, con el alma doliente y la mente cansada, fui a

    pedirle serenidad y alivio; ah est la misma, ahora, cuando ya sinafanes o ni memorias amargas s, por fin, comprender su calladolenguaje y su actitud ecunime... Todo aqu nos hace pensar en una vidaesttica, y las mismas olas del Ocano, que nunca son las mismas, nosparecen como petrificadas en su forma.

    Y ello proviene de que nuestras ideas y concepciones son aqu,principalmente, impresiones y sugestiones de la materia rgida, la cualno se manifiesta casi nunca sino revestida de una figura estable quevela su constante cambio interior, y origina la ilusin del espacio.

    Sabemos, sin embargo, que la materia es caractersticamenteinestable. Cambia incesantemente dentro de las formas, como el agua

    del ro dentro del cauce, y si nos fuera posible ver su renovacin interior,comprenderamos con cunta exactitud decimos que el espacio nomenos que el tiempo, es una mera y cambiante ilusin. Suprimid lavista y el tacto, y el espacio se desvanece casi enteramente; prueba deque el espacio no es ms que una impresin de la forma sobre nuestrossentidos.

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    Cuando se habla de la materia, en cualquiera de susmanifestaciones corporizadas, no debiera nunca decirse que est sinoque estaba; no que es sino que fue, o mejor an, que en tal instante,estaba dejando de ser, devenir.

    Al contrario de lo que parece, la materia no conoce la estabilidad,

    sino que es, de las tres atmsferas vitales, la ms cambiante, la msfugaz en sus aspectos, la ms efmera en sus obras.Se ve claramente que es as, examinando las cosas de nuestro

    propio sr. Un afecto, odio, amor, adhesin, aversin, rencor, enemistad,fidelidad, fcilmente te vivir en nosotros diez aos; hay quien alientepor toda su vida un afecto que naci en l cuando nio, y quien, a losveinte aos de recibir la ofensa, procura la venganza con el mismoencono de los primeros das.

    Por lo que hace a nuestras ideas, una vez que fueron concebidascon precisin y hondura, es muy difcil que desarraiguen, y es raro queun nuevo sistema se forme en nuestra mente, en menos de diez aos.

    Gentes hay que llegan a los cincuenta, pensando como a los veinticinco,y otros que alcanzan los lmites de una larga vida, con las creencias,perjuicios y figuraciones de su primera juventud. Es porque la mentepersiste, sin comparacin, ms que el cuerpo y que el alma: sta setransforma de ao en ao; el cuerpo se va da por da; y sin exageracinpuedo decir que no soy el mismo de ayer, si me refiero a mi contexturamaterial.

    8La materia es por excelencia, el plano de la forma y deltiempo, del cambio y de la lucha. Cuanto ms densa la materia, ms

    gravita y ms cambia, ms se presta a conformarse y modelarse. Es enese aspecto de la materia, que se llama tierra donde la vida se presentacomo lucha continua, como transformacin incesante: nacer, nutrirse,cambiar de volumen y de figura, de color y de movimiento, detemperatura y de consistencia, decaer, descomponerse y disolverse;germinar, crecer, morir y nacer otra vez, y sufrir mil influencias del fro,de la lluvia, de la humedad, del apetito, de la sed, del cansancio, de lacirculacin y de la evacuacin, de la absorcin y reabsorcin... untorbellino.

    Algunos de esos fenmenos se verifican tambin en la Animia, ytal vez en el Lumen. Pero es en la Materia, sobre todo en su aspecto

    slido, donde asumen esos cambios de variedad mayor y su expresinms intensa, y es ah donde crean las ilusiones del espacio, del tiempoy de la figura, que se imponen a nuestros sentidos y luego a nuestrojuicio habitual, como realidades permanentes.

    A medida que la materia se sutiliza, se etheriza, ascendiendo aestados ms altos, decrece su capacidad de configuracin, de tenerlmites, de generar sucesos, o lo que es lo mismo, de crear tiempo,espacio y figura, que son las tres condiciones de la personalidad.

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    * * *Los peces, singularmente los que viven en las aguas profundas,

    han de tener del tiempo, y sobre todo del espacio, una sensacinmucho menos precisa que nosotros; y eso, porque el agua no tiene

    forma propia.En el aire, los seres propios y exclusivos de ese fluido que novemos porque son invisibles lo mismo que su ambiente, sentirn elespacio mucho menos que los peces, y el tiempo y la figura, menos quenosotros; porque el aire, an ms que el agua, carece de forma, y escasi inepto para determinar sucesos concretos y formas distintas.

    Podemos, as, concebir que la forma en el Lumen, esextraordinariamente imprecisa y expansible. A voluntad y segn lasnecesidades del sr, su figura se extender, variando en espacio ycontornos, bien as como en nuestra atmsfera terrestre las nubes serecogen o se dilatan y asumen apariencias variadas, sin dejar de ser, sin

    que pierdan nada de los que en ellas es esencial. Y hasta podemosimaginar que all, rotas o atenuadas las cadenas del tiempo, de lagravitacin y de la forma, los seres pueden unirse y confundirse,unificarse pasajera o infinitamente, si han adquirido aqu un bastantepoder de unificacin.

    Aqu, en nuestra vida terrestre, en la cual hay una comosemblanza de las otras vidas del Planeta y del Cosmos, alcanzamos porinstantes y en cierta medida, ese poder de unificarnos con las otrascriaturas: el amor intenso, la amistad acendrada, la contemplacin y elxtasis qu son, sino estados o momentos en que uno se difunde en unsr mayor; en que uno deja de ser uno, para tornarse otro, ms dilatado

    y comprensivo? La carne misma, durante la conjuncin y en suactuacin de mera animalidad no aspira a desvanecerse, a infundirsetotalmente en un sr que es distinto y ms amplio?...

    De una manera menos circunscrita y ms noble llegamos asentirnos, algunas veces, unificados en la familia, en la patria, en lahumanidad; tan hondamente y con anhelo tan intenso, que el sacrificio yla abnegacin dejen de serlo, para trocarse en plenitud de vida y deventura. Estas dilataciones del Yo alcanzan en algunos (Buda, Pitgoras,Jess, Francisco de Ass) al xtasis csmico, que en su grado ms alto sellama Nirvana o vida en el seno del Padre.

    Pues bien, esos momentos de unificacin, que aqu solemos

    alcanzar, habrn de ser ms accesibles y duraderos en la reginAnmica, y todava ms en el Lumen, para aquellos que ya se ejercitaronlas alas antes de llegar a la propia y natural regin del Vuelo. Y biencabe pensar que tales seres encontrarn ah una vida celeste, muchoms viva, amplia, luminosa y divina, que la que presintieron aqu en susmomentos de ms desprendimiento y lucidez.

    S, es all, en la ms alta regin del Lumen, donde se cumplirn losanhelos de los que verdaderamente se amaron aqu, con afecto que

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    ningn inters mezquino degrad. Es all, donde los que se amaron conel ms alto amor aquel que nada exige, y que nada anhela, sino dar,sabrn, por fin, lo que es felicidad y plenitud: una vida sin distancias nitiempo, donde toda contemplacin es xtasis, y realizacin todaesperanza. Y all vern ellos abrirse un camino por donde una virtud

    suprema, la Caridad, trascendiendo a todas las criaturas, llevacerteramente a la clarividencia y a la perfeccin.Y entonces, el tiempo, el espacio y la forma les parecern, no

    como ahora, necesarias e innegables realidades, sino esclavizadoras ycegadoras ilusiones; sirenas peligrosas que un tiempo, ido ya porventura, sedujeron a nuestro espritu con el engao de su voz8.

    ANIMIA

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    . Hasta una regin muy alta en la Atmsfera, se encuentra todava la

    tierra, hecha como aire, sutil, flotante y vagarosa9

    . Es la vellosidad delmusgo, el pulmn de la garza, la mota del algodn y de la seda, el polende las flores, la borra de la lana, el desgaste de la madera y de la piedra,las fibrillas del lino, los ltimos residuos de las hojas calcinadas del sol,las cenizas del carbn y de la lea... una como pulverizacin de todaslas cosas, que se van a lo alto, ansiando libertarse de las pesadasformas terrestres.

    Tan arriba llegan esos detritus, que slo las aves de remontadovuelo conocen aquella regin de la atmsfera donde el aire se encuentralimpio ya de los desechos de la tierra. Es como una zona intermediadonde la tierra se aerifica y el aire tiende a terrificarse. Mas, aquella

    zona transitoria, no solamente se halla infestada de ese polvo sutil enque todos los slidos se mezclan y confunden, sino que infinidad devapores y humos, procedentes de combustiones y evaporaciones,ensucian con su pesado aliento las tenues ondas del fluido areo: hierroy plomo, cobre y mercurio, estao y zinc, hullas y lignitos, grasas ypetrleos y leos, disueltos o vaporizados por la combustin; basuras ydesechos sin nmero... andan all arriba, confundindose con las nubes,mezclando sus opacidades con la blancura de las nieves, inficionandocon sus pestilencias el hlito impoluto que viene del azul inaccesible.

    Aquella regin es todava la tierra y ah andamos todava nosotros,con nuestras impurezas y desasosiegos, con nuestras enfermedades y

    concupiscencias, hechos polvo y humo, como tiene que ser, al fin, todavanidad y engao.Todava ms alto, mucho ms alto, suben las aguas del Ocano,

    saturando el aire con sus finsimos y latentes vapores, que slo

    8 En el Lumen y en la Animia, lo mismo que en la Materia, hay regiones ms sutiles y puras, segn se

    asciende.9 En todo este ensayo, la palabra tierra, con minscula, significa lo slido. Lo mismo para el adjetivo

    terrestres.

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    descienden a manifestarse como nubes para revelarnos con susirisaciones la gloria del Sol, o para deshacerse en lluvias que lavan elaire y el suelo, y arrastran al Mar, para que las purifique y restaure,todas las deyecciones y escorias de la vida terrestre. Y slo ms all delas polvaredas y humosidades, y ms all de donde las nubes y las

    nieves duermen en formas invisibles, y ms all, muy alto, lejos de todacontaminacin y profanacin, en los confines del Azul, comienza, por fin,EL VERDADERO AIRE, inmaculado y difano, puro y sutil como unespritu, impregnado todo l de virtudes y efluvios, y sobre cuyas ondasvuelan como relmpagos los hlitos del Fuego y las impulsiones de laEnerga.

    Ah se hacendar el alma del Planeta, la segunda atmsfera quellamamos Animia, de la cual es una concentracin nuestra alma, y cuyaprolongacin hasta el centro del ncleo terrestre, forma el PLANOANIMICO o emocional, donde se generan y actan el Deseo y laEmocin, en sus mil manifestaciones.

    Ah van a vivir libres de cadenas materiales, los seres que hanperdido, muriendo, la forma corporal o fsica. Ah viven, dentro de sunueva forma que es ahora anmica y lumnica, los seresdesmaterializados, ajenos a toda funcin corporal; incapaces de todaaccin o reaccin que necesite el concurso de los rganos fsicos, peroviviendo an con una vida amplia e intensa, pues conservan la mente yel alma, y, por consiguiente, sufren y ejecutan de manera perfectamentenatural, todas aquellas acciones y reacciones que son propias de lamente y del alma.

    Aquella existencia en la Animia no es el final, la disolucin, elaniquilamiento, sino sencillamente, una vida distinta, otra vida, la vida

    en otro medio. Es como si un pez, mediante un proceso que suprimieraalgunos de sus rganos actuales, y le diera en cambio otros nuevos,pasara a vivir en la tierra. O como si un cuadrpedo, mediante unproceso similar, pasara a vivir en el agua. Es, en fin, como lo vemostantas veces, el paso de la oruga, mediante el proceso del sueo en elcapullo, a la ida esplendente del aire y de la luz.

    2Aquellos seres viven, pues, en la atmsfera que se llamaAnimia; y esa atmsfera no es para ellos un medio totalmentedesconocido, sino, en cierta medida, similar del que habitaran antes;

    slo que ahora viven en una zona superior, donde no hay ni agua nitierra, sino aire pursimo y otros fluidos ms sutiles: fuego, energa,magnetismo y luz. En esa esfera Anmica viven, es decir, sienten ypiensan y aspiran.

    Qu vida? La propia y natural de su constitucin presente, que esuna forma compuesta de aire, fuego, energa, magnetismo y luz. Airesuperior, del ms puro y sutil, en la proporcin suficiente para servir dencleo a la nueva forma; fuego y energa predominando; en fin,

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    magnetismo y luz, en la misma proporcin que tenan al dejar la formacorporal.

    Qu le falta a esta renovada criatura de lo que antes posea?La tierra y el agua, y el aire denso e impuro de las regiones

    inferiores.

    Le falta el cuerpo, y faltndole, no puede ejercer ni experimentarla mayor parte de los actos y de las sensaciones propias de la vidacorprea, y s, solamente, aquellos en que la influencia del cuerpo densono era decisiva ni necesaria.

    Por consecuencia de esta falta de rganos corporales, lacomunicacin entre nosotros y los seres anmicos es, sobre todaponderacin, difcil, confusa e incompleta. Y no decimos imposible,porque todava hay entre ellos y nosotros un fluido material que nos escomn, el aire, que antes fue en ellos lo ms sutil del cuerpo, y ahora eslo ms denso. Y tambin, porque teniendo ellos, lo mismo que antes, sualma y su mente, pueden en ciertos casos trasmitir a nuestra mente y a

    nuestra alma las vibraciones de su pensamiento. En tal caso se produceen nosotros, segn la naturaleza de aquellas vibraciones, la ilusin de oro de ver, con ms o menos claridad y fuerza; y si hubiese en nosotrosuna imaginacin viva y ejercitada, aquellas ilusiones llegaran a tomar elaspecto de las realidades sensibles.

    As, se explica el fenmeno de la zarza ardiente que vio Moiss, lacual trascendi de su imaginacin al exterior; as se explica la visin deSan Pablo, camino de Damasco, cuando Aquel a quien perseguaimprimi en su mente una imagen intensa, que trascendi en forma devisin y de palabra, dicindole: Pablo Por qu me persigues?

    Fuera de tales casos, no hay comunicacin posible con los seres

    desmaterializados, y nunca tal comunicacin puede realizarse directa ymaterialmente.Los fenmenos que la credulidad atribuye a que los muertos andan

    aqu, asustndonos, o simplemente respondiendo a preguntas neciascon necias respuestas, son creaciones de la fantasa exaltada,predispuesta, que ve y oye lo que piensa ver y or.

    3 Aquella regin de la Animia, es un mundo tan amplio yluminoso y eficiente, como este que habitamos ahora. Y en aquel mundose desarrolla una vida tan varia, rica y dilatada como la que se dej aquen la tierra, o caso ms; pues si faltan los fenmenos naturales, hay en

    cambio otros numerossimos, que aqu no son posibles. La ideaexpresada por San Pablo, de que las cosas visibles son imagen de lasinvisibles, nos puede ayudar a concebir el vasto mundo Anmico,poblado no solamente de hombres que han ascendido desde laatmsfera Material, sino de innumerables serespropios de aquel medio,y de otros muchos venidos de ms alto. As como vemos aquinnumerables formas de plantas, de piedras y de animales, en taldiversidad que apenas la fantasa pueden abarcarlas, as en el mundo

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    Anmico veramos, no solamente las formas terrestres, en estado sutil ycomo bosquejadas, sino otras, muchsimas, que an no han llegado aencontrar su expresin en el plano de la Materia, y otras que, si tuvieronaqu, en remotas edades, una realizacin corporal, ya no la tienen,porque el medio Fsico ha dejado de ser adecuado para expresarlas.

    Tales son las especies gigantescas, antediluvianas, de las cuales slotenemos ya los fsiles; tales son, tambin, las criaturas llamadasmitolgicas, de que nos hablan las leyendas de todos los pueblos, comodragones, sirenas, ondinas y elfos que ahora reputamos comocreaciones de la fantasa, pero que tuvieron un da real y corporalexistencia.

    La vida en el Mar puede mostrarnos actualmente, una semblanzade lo que venimos exponiendo sobre las formas de la Animia. Si bienobservis, hallaris que casi todos los animales terrestres conocidos,tienen en el mundo de las aguas un doble, un esquema, una esbozo mso menos diseado de lo que luego haban de ser como seres terrestres,

    al corporizarse en el medio Slido. Quin no conoce al len marino, allobo marino, al pez-sapo, al pez-gorrin, al unicornio, al caballito marino,ala vaca marina, al elefante marino, al perro de mar, al pez-cerdo, alasculebras de mar, y mil ms que pueden contemplarse en los acuarios?Quin no se qued exttico en presencia de aquellos extraos seresque se agitan detrs de las vitrinas, y que son evidentes diseos de losde ah, ante sus ojos, se agitan en las jaulas o en las pajareras? Posescasa facultad sinttica e imaginativa que se posea, se comprende enseguida que todas nuestras formas terrestres son la concrecindetallada y acentuada de las formas acuticas; se adivina que todosestos animales que pastan en los bosques y en los prados, fueron antes

    ensayados en las soledades marinas, y que los seres acuticos fueronlas ideas, las prefiguraciones de los seres terrestres...Y esta creacin esbozada, esta figuracin acutica de lo que luego

    haba de ser realizacin terrestre, no fue acaso, el primer esbozo detales criaturas. Probablemente, antes de tomar una apariencia en elmundo Ocenico, esas formas fueron nebulosamente ensayadas en elmundo del Aire. En el Aire, en formas invisibles, sumamente sencillas,apenas delineadas como un pensamiento que se inicia, existieron,acaso, estos seres que andan ahora en los arenales, en las selvas, en lassabanas, llanuras y montaas de nuestro ambiente Slido, y que luegovivieron (viven todava) en las llanuras y en las selvas del Ocano.

    Y las aves? No existi, por ventura, una fauna area, invisible,que fue diseo ideal de estas aves que vemos ahora realizadastangiblemente, ya ms torpes, articuladas y gravitantes en sumanifestacin visible y terrestre? Algunas de ellas, bien se advierte,fueron antes modeladas en el medio Acutico, pues hay peces que encolores y formas, son casi pjaros; otras, quiz, fueron de una vezmoldeadas en el crisol terrestre; an no han pasado de la vida ocenica,

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    y suean y tantean una forma que les permita vivir una vida ms real yms concreta.

    Pues as, de una manera semejante, concebimos un ambienteAnmico en que las formas, antes de ser areas, acuticas o terrestres,han vivido y viven acordes con su medio llegando unas hasta la

    figuracin terrestre; otras, hasta la forma acutica; otras, slo hasta laforma gaseosa. Segn cada uno aspire a manifestarse en los diversosmedios, y segn encuentre en ellos condiciones propicias a la expresinde su espiritual naturaleza.

    4Tocante a los hombres desmaterializados, una vez que yatraspasaron las regiones intermedias del Aire, y luego adaptndoselentamentelas regiones ms altas, llegan al mundo Anmico; y ah vivecada uno, segn el medio y, principalmente, segn cada uno es.

    Pues all como aqu, como en todos los planos y esferas delCosmo, el medio es la influencia secundaria, femenina, mientras que el

    Yo es la influencia primaria, masculina.El medio es, naturalmente, una gran fuerza, la segunda delCosmos, que a veces predomina y llega a decidir pasajeramente; mas elespritu, el YO, es la primera, la ms poderosa y eficaz y, porconsiguiente, la modeladora de la vida; ya sea como forma, ya comointeligencia y conciencia.

    En virtud de ese predominio del espritu, que se ejerce comoaspiracin, como anhelo, como voluntad, el hombre crea su propia vida,en cualquier plano o esfera en que se halle, en armona con lasextremas posibilidades que aquel medio consciente como expresin delsr. As, en la Animia, puede uno ser feliz o infeliz, alto o rastrero,

    luminoso u obscuro, en consonancia con lo que su espritu aport deaqu abajo, y segn los alcances de su aspiracin10.

    * * *Lo que las religiones han enseado sobre castigo y expiacin en

    una vida ulterior, se explica bien, entonces, sin necesidad de suponer unlugar donde todo sea horror y tormento (por ms que en la variedad yriqueza inagotable del Cosmos caben tales mundos), con slo admitiresa hegemona del espritu. En cierta manera, el Universo todo es unedn, un florecimiento, un desbordamiento de luz y de ritmos; una

    sinfona, para quien se halle en capacidad de sentirla y decomprenderla: la misma flor que para m slo da acbar, para la abejaslo ofrece nctar. Aqu donde la rana ofende con sus gritos, aprendi acantar el jilguero; y aqu donde el vampiro slo alcanz membranas parasu torpe y sanguinario voltejeo, la fragata hall, buscando altura y

    10 Vase el Ensayo sobre el Destino.

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    transparencias, unas alas que cruzan el Ocano, la golondrina elimpetuoso vuelo que convierte los aires en su campo de juegos.

    Sin duda que ha de haber en el Cosmo, astros oscurostormentosos y tristes; an ms que la tierra que ya fue llamada,justamente, valle de lgrimas; ha de haber mazmorras donde las

    criaturas rehacias, a fuerza de dolor, enderecen el camino torcido ytiendan otra vez a vivir en la Ley, que es amor y justicia. Mas elpurgatorio y el infierno, no son exclusivamente de aqu ni de all, sinode todas partes y de siempre, como de todas partes y de siempre son laventura y el edn. A donde quiera vaya el espritu del hombre, llevarconsigo sus alas y sus grillos. Y, precisamente, la ley es que no vaya alugares tristes y dolorosos, si en su alma reinan la luz y la alegra, y queno vaya donde imperan la luz y la alegra, si reinan en su alma laoscuridad y la tristeza.

    Porque una es la ley en el Universo todo, y ella nos ensea que elhoyes fruto del ayer, y que no es el suelo sino la planta quien ha creado

    la flor.

    LUMEN

    1. Ms all de la Animia, que es el reino o esfera del Alma, donde lascosas se sienten y presienten, se ansan o aborrecen, se anhelan o semenosprecian; vida casi toda de impulsos y de impresiones, agitadacomo un mar tempestuoso, en que el Deseo es el viento que mueve las

    aguas..., all donde las influencias rudas y violentas comienzan adecaer, principia el LUMEN o atmsfera lumnica, o mente del planeta,formada de la ms sutil, suave y compasada Energa, de Atraccin y deLuz.All la existencia es, principalmente, Visin e inteleccin y el trabajo yactividad de los seres, pensar, analizar, meditar, imaginar, concebir eintuir, y cuanto ms sea capaz de hacer en la esfera mental nuestro YO,encerrado ahora en una nueva y ms sencilla forma, o sea un cuerpofludico, en el cual predominan la luz y la atraccin.

    No debemos imaginar que todas las formas en el Lumen asumanlos mismos contornos y se muestren con la misma apariencia, sino que

    su identidad consiste nicamente en las substancias de que estnformadas. As como en la regin de la Materia hay una infinita diversidaden la figura, en la densidad y en el movimiento peculiar de cada forma,as en la Animia y en el Lumen concebimos una infinita variedad en laapariencia, densidad y movimiento de los seres dentro, naturalmente,de los lmites que esos medios consienten como posibilidad deexpresin.

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    Nuestro YO, nuestro sr, es en el Lumen lo mismo que fue aqu, sinotra diferencia que antes viva vinculado a la Materia, pensando a travsde una opacidad corporal, y estorbado por oscuras influencias que leimpulsaban a la animalidad en sus ms groseras modalidades.

    Despus, libre de sus grillos ms pesados, exento ya del cuerpocon sus apetitos y morbosidades, vivi la vida anmica, donde la Pasin yel Deseo oscurecan su visin, o le alejaban arrebatadamente de laVerdad.

    Mas ahora, libre, sin nieblas que le ofusquen sin huracanes que learrastren, sin apetitos ni pasiones, ve Por fin!... y se maravilla ysorprende al recordar lo que era aqu su pobre inteleccin, y qufantasma le servan de dioses, y qu delirios tena por realidades!

    2En verdad, casi no se comprende cmo podemos aqu abajo

    pensar, serena y concentradamente, en medio de las mil y milsolicitaciones de la pasin y de las flaquezas de la carne. Aqu, el odio, eltemor, la zozobra, la envidia, el trabajo, la digestin y la fatiga; elhambre de riqueza y las obligaciones y enojos familiares; el temor de lamuerte y el anhelo de la gloria; la lujuria y la ira, que tanto debilitan yciegan; la gula y la pereza, que tanto enervan y embotan; lasesperanzas locas y las previsiones fallidas, y los tristes recuerdos; laenfermedad, la decepcin y los afanes..., nos traen enredados en unamalla inextricable, en que la mente, como un pjaro recluso en unaestrecha jaula, apenas si logra sacudir torpemente las alas.

    El desinters y la serenidad, necesarias condiciones del pensar,

    cmo pueden lograrse en un mundo en que todo es ansiedad, deseo ysobresalto? La hondura y claridad de la visin, cmo pueden lograrse,recluidos en un cuerpo ocupado siempre en comer, en digerir, en sudar,en excrementar, en eyacular y secretar; en combatir el fro y el calor, enengrasarse y desengrasarse..., triste receptculo de humores yviscosidades; todo l opaco, sebceo y canceroso y mal oliente;hirviendo parsitos y de microbios; sembrado de tumores yexcrecencias..., verdadera cloaca revestida de piel, donde el huracn delas pasiones solivianta y agita una marea de inmundicias?...

    All arriba, no! All arriba, en la regin Lumnica, en la atmsferaclara, radiante y sutilsima del Lumen, el espritu, exento de la carne,

    exento del deseo, vuela con alas anchurosas y atraviesa los horizontesms raudo que el relmpago. La forma Anmica desapareci, llevndosesus tempestades, sus pasiones y sus deseos insaciables; y una nuevaforma, cuyo ncleo es la electricidad ms sutil, revestida demagnetismo11 y de luz, consciente al espritu movimientos tan veloces yfciles, que no podemos siquiera imaginar. No va la golondrina tan gil y

    11 Uso la palabra magnetismo en el mismo significado de atraccin. Una y otra, lo mismo que gravitacin,

    adherencia, afinidad, simpata, son manifestacin del Amor.

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  • 7/28/2019 Las 7 Cuerdas de La Lira

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    tan leve surcando el cielo de la tarde, como va el espritu surcando elcielo de la tarde, como va el espritu surcando aquella atmsfera delLumen, tan clara y dilatada, donde viven todos los pensamientos,sueos y ensueos, figuraciones, fantasas y adivinaciones e intuicionesde los hombres. Ah todas las ideas y verdades florecen; todos los

    arquetipos de las cosas existen; ah el xtasis, la proporcin y la armonaabren sus clices... Y tambin la Quimera y el Delirio... Tal como en unvergel vasto y silvestre, al lado de los lirios y de las violetas florecen loshongos y los cardos.

    All tambin, cada sr vive segn l es, en consonancia con elmedio; cada uno ve, segn hay en sus ojos capacidad de ver;comprende, adivina, yerra o delira, segn su YO posee las alas de lacomprensin y la intuicin, o las fatales propensiones al desvaro y alerror. All es, en suma, como aqu, un edn, donde las flores dan nctaro acbar, segn la abeja que las libe; donde a cada uno se le da lo quefervorosamente haya pedido, y se le abre la puerta a que ha llamado; y

    encuentra aquello que anhelara encontrar.Pues la Ley, sta es: que en todas las esferas del Cosmos, creemosnosotros mismos nuestras alas, segn tejamos el capullo, con laurdimbre de nuestra propia y libre inspiracin.

    3Capacidad de amar y capacidad de comprender, son las dosflores en que florece esta planta divina llamada Perfeccin. Esta no es elmentido y complicado y tedioso Progreso material, que satisface un da,y al otro cansa y enoja, ni sus flores son las flores fatdicas, abonadascon sangre y regadas con lgrimas, de la Quimera Civilizacin; sta esuna lis blanca, sencilla, pura, que se nutre de luz, y cuya fragancia es

    amor, conocimiento y paz.Capacidad de amar y de comprender florecen all arriba en laregin del Lumen, imponderablemente ms tersas, blancas, lozanas yfragantes, que no aqu en la esfera Material, donde tanto cuestadesprenderse del YO, y dilatarse viviendo en los dems. Los seresluminosos (aquellos ms altos, desde luego, y no los que todava andancontagiados del apetito y