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1 LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA DESDE, DURANTE Y PARA LA VIDA: PERSPECTIVA MARTIANA Autores: Dr. C. Frank Arteaga Pupo Dr. C. José Ignacio Reyes González [email protected] RESUMEN La ponencia contiene argumentos martianos que fundamentan, en su relación con las ciencias filosóficas, sociológicas, psicológicas y didácticas, los pilares que sustentan una educación desde, durante y para la vida, como principios para una formación integral conforme al proyecto social cubano. La segunda parte refiere valoraciones realizadas por Martí relacionadas con los valores de la humildad, laboriosidad, gratitud, honestidad, búsqueda de la verdad y dignidad que deben poseer los profesores y maestros en armonía con la integridad y la cultura del ethos científico. La contextualización de las ideas a las particularidades de cada subsistema de educación revela su holismo y las posibilidades de su aplicación y generalización. INTRODUCCIÓN En Cuba es imposible pensar y hacer en la educación, la ciencia y la cultura sin recurrir a su dignidad mayor, José Martí; tres ideas bastan para defender esta afirmación: ningún cubano como él resumió en sí el genio del arte y la política; fundó un partido para lograr la unidad y la independencia de Cuba; y el carácter de sus criterios pedagógicos, culturales e ideológicos trascienden hasta la inmortalidad, justo porque toda su obra la realizó con la distinción, la vocación y el amor de “un evangelio vivo”. Por eso, ante los retos que imponen las circunstancias políticas, cívicas y educativas de un mundo globalizado, es imprescindible repensar y, en consecuencia, aplicar el ideario pedagógico del Apóstol, baluarte de honor y de los valores más bellos defendidos por los hombres a través de la historia frente a los despojos, el abuso y la injusticia. Desde luego, es impensable agotar todo el caudal de opiniones que merecieron la preocupación y ocupación de José Martí sobre los temas advertidos, sin embargo, compartiremos algunos de los que favorecen y potencian la liberación y el desarrollo de nuestro pueblo. Pero se enfocan desde el prisma científico, es decir, a partir de las ciencias que estudian el proceso educativo como la Filosofía, la Sociología, y la Psicología de la Educación, la Pedagogía y la Didáctica o a partir de la propia concepción martiana de la ética científica como se explica y valora en la segunda parte del trabajo, aunque siempre respetando los vasos comunicantes de estas perspectivas con el pensamiento y actuación de José Martí en su contexto histórico cultural.

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    LA EDUCACIN, LA CIENCIA Y LA CULTURA DESDE, DURANTE Y PARA LA VIDA: PERSPECTIVA MARTIANA Autores: Dr. C. Frank Arteaga Pupo Dr. C. Jos Ignacio Reyes Gonzlez [email protected] RESUMEN La ponencia contiene argumentos martianos que fundamentan, en su relacin con las ciencias filosficas, sociolgicas, psicolgicas y didcticas, los pilares que sustentan una educacin desde, durante y para la vida, como principios para una formacin integral conforme al proyecto social cubano. La segunda parte refiere valoraciones realizadas por Mart relacionadas con los valores de la humildad, laboriosidad, gratitud, honestidad, bsqueda de la verdad y dignidad que deben poseer los profesores y maestros en armona con la integridad y la cultura del ethos cientfico. La contextualizacin de las ideas a las particularidades de cada subsistema de educacin revela su holismo y las posibilidades de su aplicacin y generalizacin. INTRODUCCIN En Cuba es imposible pensar y hacer en la educacin, la ciencia y la cultura sin recurrir a su dignidad mayor, Jos Mart; tres ideas bastan para defender esta afirmacin: ningn cubano como l resumi en s el genio del arte y la poltica; fund un partido para lograr la unidad y la independencia de Cuba; y el carcter de sus criterios pedaggicos, culturales e ideolgicos trascienden hasta la inmortalidad, justo porque toda su obra la realiz con la distincin, la vocacin y el amor de un evangelio vivo. Por eso, ante los retos que imponen las circunstancias polticas, cvicas y educativas de un mundo globalizado, es imprescindible repensar y, en consecuencia, aplicar el ideario pedaggico del Apstol, baluarte de honor y de los valores ms bellos defendidos por los hombres a travs de la historia frente a los despojos, el abuso y la injusticia. Desde luego, es impensable agotar todo el caudal de opiniones que merecieron la preocupacin y ocupacin de Jos Mart sobre los temas advertidos, sin embargo, compartiremos algunos de los que favorecen y potencian la liberacin y el desarrollo de nuestro pueblo. Pero se enfocan desde el prisma cientfico, es decir, a partir de las ciencias que estudian el proceso educativo como la Filosofa, la Sociologa, y la Psicologa de la Educacin, la Pedagoga y la Didctica o a partir de la propia concepcin martiana de la tica cientfica como se explica y valora en la segunda parte del trabajo, aunque siempre respetando los vasos comunicantes de estas perspectivas con el pensamiento y actuacin de Jos Mart en su contexto histrico cultural.

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    Debemos aclarar que en la literatura revisada hasta el momento, tanto nacional como extranjera, no hemos encontrado ninguna alusin a la idea de integrar y sistematizar en la prctica y en la teora la perspectiva de educar desde, durante y para la vida, incluso en la propia obra del Apstol subyace esta necesidad, pero en juicios dispersos donde no aflora una epistemologa y metodologa coherente al respecto, quizs porque el contexto poltico, cientfico y cultural no fue propicio para ofrecer tal propuesta o sencillamente porque otras urgencias de la patria absorbieron ms su esmero y desvelo. Tampoco es nuestro propsito ofrecer una teora acabada sobre el tema, la intencin es despertar el inters y asomarnos a una finalidad tan ambiciosa que la institucin escolar por s sola no puede cumplir, pero s organizar, orientar y realizar desde presupuestos cienciolgicos, axiolgicos y culturales, propuestas encaminadas a desarrollar una educacin prctica, transformadora, creativa, consciente y de hondo sentido tico y humano. DESARROLLO Entonces, la socializacin y ejecucin de esas ideas tienen como pilares la propia concepcin del Maestro sobre el magisterio, la cual deriva de ciertos principios y criterios expuestos hace ms de un siglo, pero que la escuela contempornea requiere fomentar, como l mismo nos aconsej, siempre a partir de un proyecto o plan: Cuando se estudia por un buen plan, da gozo ver cmo los datos ms diversos se asemejan y agrupan, y de los ms varios asuntos surgen, tendiendo a una idea comn, alta y central las mismas ideas 1. Fjense como subyace tambin la necesidad organizacional y relacional que toda teora y praxis educativa debe integrar, al menos, si de ciencia y transformacin para el desarrollo estamos hablando. As, partimos de los siguientes juicios y principios: Educares preparar al hombre para la vida2, y quien dice educar, ya dice querer3. Se debe ensear conversando, como Scrates, de aldea en aldea, de campo en campo, de casa en casa4 y Que todo parezca fcil, que todo se haga agradable, que todo se enlace: he aqu el trabajo de la enseanza objetiva5. Estos principios enfocan la perspectiva de una educacin funcional y antiescolstica, que se desarrolla no solo en la cotidianidad escolar, sino tambin en la comunitaria y familiar, de hondo contenido teleolgico, (estudio de la educabilidad a travs de toda la vida), axiolgico (estudio relativo a la formacin de valores), y antropolgico, (estudia la condicin y esencia humana), marcada por la ternura, la persuasin y el amor, sin perder su dimensin cienciolgica, con la utilizacin del mtodo dialgico y conversacional, al servicio de la universalizacin y, por tanto, de la justicia social, el equilibrio cultural y la probidad econmica. Comenzaremos abordando la dimensin Filosfica de la Educacin, en la que el Apstol hizo aportes extraordinarios porque defendi, como nadie lo ha hecho, con argumentos y belleza, la aspiracin teleolgica de educar durante y para toda la 1 Jos Mart. Obras Completas. , t. VIII, p. 287. 2 Jos Mart. Obras Completas. , t. VIII, p. 281. 3 Jos Mart. Obras Completas. , t. V, p. 252. 4 Jos Mart. Obras Completas. , t. XIII, p. 188. 5 Obras Completas. Edicin Crtica, Centro de Estudios Martianos, 1985, t. II, p. 251.

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    vida, por eso asegur la necesidad de que: La educacin ha de ir a donde va la vida La educacin ha de dar los medios de resolver los problemas que la vida ha de presentar6. Principio que integra la esencialidad de una educacin cabal, heredera de lo mejor y ms tico de la civilizacin grecolatina, de la cual formamos parte y, de lo ms justo y hermoso de la tradicin de la cultura pedaggica cubana y universal al servicio de los hombres, cualquiera que sea su origen, raza, credo o posicin econmica, pero desde una escuela, laica y culta en funcin de todas las personas y en todas sus circunstancias. En cuanto al oficio antropolgico la filosofa martiana de la educacin es consecuente con su epicentro y substancia al asegurar que: Hay un sistema de educacin que consiste en convertir a los hombres en mulos, en ovejas, - en deshombrarlos, en vez de ahombrarlos ms. Una buena educacin, ni en corceles siquiera, en cebras ha de convertirlos. Vale ms un rebelde que un manso7. Esta idea requiere prioridad, ya que implcitamente va a la mdula antropocentrista que considera al hombre como centro del universo y a su criatura suprema, de condicin humana, pensante, hablante, educable y propietario de la nobleza de la risa y del amor, alejada de la animalidad y, por tanto, del egosmo, el rugido, el territorio marcado por la orina y la furia; adems con la posibilidad de razonar, decidir y pelear, en fin, advierte la necesidad de que la institucin escolar sea capaz de formar al ciudadano en pos de la dignidad, la libertad y la cultura, primicias y privilegios solo de los animales superiores. En un estudio de mayor rigor este juicio es coherente con el fin de educar al hombre para que sea patriota entero, capaz de defender su pas, su tierra, incluso por encima de su instinto de conservacin paternal, dicho de otro modo, que forme a sus hijos en el precepto telrico, en el cario al terruo como la patria del corazn, pero que se defiende al costo supremo, porque la primera relacin etimolgica de lo humano, objeto de estudio de la antropologa y por ende, de la Filosofa de la Educacin, es precisamente la palabra tierra. De ah que somos ms humanos hombres en proporcin directa al sacrificio que hagamos por la tierra donde nacimos. Sirvan estas opiniones del Hroe de Dos Ros, Filosofa es el conocimiento de las causas de los seres, de sus distinciones, de sus analogas y de sus relaciones8, para enfatizar la explicacin anterior en cuanto a la interdependencia, carcter y posicin gregaria, quiero decir social, del objeto de la educacin y, por otra parte, para concluir la idea de que Jos Mart descoll, quizs sin proponrselo, como filsofo de la educacin. En otra direccin es oportuno acudir ahora al propsito sociolgico de la educacin, ya que es imposible predecir, explicar y resolver problemas de la teora y prctica pedaggica en funcin de una sociedad liberadora sin acudir a determinados preceptos de esta ciencia, los cuales no dejan de tener una impronta materialista y martiana.

    6 Jos Mart. Obras Completas. , t. XXII, p. 308. 7 Jos Mart. Obras Completas. , t. XXI, p. 142. 8 Jos Mart. Obras Completas. , t. XIX, p. 359.

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    Este enfoque sociolgico emergi, no solo de la tesis marxista de que las circunstancias hacen a los hombres en la misma medida que los hombres hacen a las circunstancias9, sino tambin del anhelo martiano de que si a vivir viene el hombre, la educacin ha de prepararlo para la vida10 y de esta otra mxima Al venir a la tierra, todo hombre tiene el derecho de que se le eduque, y despus, en pago, el deber de contribuir a la educacin de los dems11, frase pletrica de generosidad y de responsabilidad con el mejoramiento humano y, por tanto, con la cultura y el desarrollo. Si cada uno recibiramos del prjimo y entregramos a l lo mejor y ms hermoso de nuestras vidas, como proceso y cualidad de una educacin martiana, existiramos en el paraso terrenal, primera aoranza educativa y existencial del Apstol. Adems, la sociologa de la educacin estara incompleta si no acude a esta profeca apostlica una ciudad es culpable mientras no es toda ella una escuela12. En la que debemos comprender que la calle que no lo es, es una mancha en la frente de la ciudad13. De ah que una escuela que est al servicio de la independencia y el desarrollo debe acudir a estos mandamientos, por cierto, nada excluyentes y receptivo de la decencia personal y de la nobleza cultural que compromete a toda nuestra sociedad con las aspiraciones de continuar construyendo una nacin libre y prspera. Como vemos, el fomento del ideario martiano contiene una perspectiva sociolgica desde los juicios del Apstol, por supuesto, sin defender la idea de que fue un socilogo; pero una persona tan comprometida con la transformacin de su pas y el mejoramiento de sus compatriotas, no poda sino abordar, aunque fuera desde la empiria, la intuicin o las esperanzas, temas tan cruciales como la aspiracin de que todos los ciudadanos que habitan nuestras ciudades y la ciudad misma, con su arquitectura, historia, identidad, instituciones, geografa, arroyos o ros, colores, olores, msica, en fin, la ciudad toda, fuera la reproduccin y ejemplaridad de una institucin escolar que cumple con el sagrado deber del enriquecimiento espiritual y la educabilidad de todos sus hijos. Tambin sucede as con la faceta psicolgica, y asombra como a partir del prisma del Maestro se pueden explicar procesos que aluden a la relacin que existe entre motivacin y personalidad, definiciones bsicas de esta ciencia, y por tanto, de la pedagoga, por ejemplo al abordar las mismas podemos acudir al siguiente texto: En el sistema de enseanza, significa mucho el halago de la personalidad14 y que La educacin empieza con la vida, y no acaba sino con la muerte15. Aqu observamos una clara alusin a la necesidad del reconocimiento justo y oportuno; investigaciones no tan recientes aseguran que el halago propicia la 9 C. Marx: Obras Escogidas en dos tomos, 1973, p. 39 10 Jos Mart. Obras Completas. , t. XIII, p. 53. 11 Jos Mart. Obras Completas. , t. XIX, p. 375. 12 Jos Mart. Obras Completas. , t. XII, p. 414. 13 Jos Mart. Obras Completas. , t. XII, p. 414. 14 Obras Completas. Edicin Crtica, Centro de Estudios Martianos, 1985, t. II, p. 251. 15 Jos Mart. Obras Completas. , t. XVIII, p. 390.

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    confianza en s mismo, eleva el sentido del compromiso personal ante los dems y fortalece la autoestima. Y no puede ser ms sencilla la sugerencia de que la obra de educar se produce durante toda la vida porque somos educables a cualquier edad, recordemos al respecto el principio didctico de la sistematicidad a travs de las frases del Apstol, la elemental pedagoga ensea que daan los intervalos a la educacin16. La libertad y prosperidad de nuestra sociedad solo ser consecuencia de la consagracin de una escuela que no se agote nunca, as el esfuerzo de cada minuto de nuestras vidas ofrecer el regocijo de una repblica moral. En este sentido debemos recurrir a otra categora psicolgica que desempea un rol decisivo en la formacin axiolgica valorativa de los escolares, es decir, la comunicacin, y aqu advierto la excepcional capacidad comunicativa que posea nuestro Hroe Nacional, referente que, aunque parezca casi imposible igualar, es necesario que como mnimo sea ejemplo y est latente en la cotidianidad educativa, pues como afirma el destacado psiclogo Fernando Gonzlez Rey, la comunicacin es la funcin predominante de la institucin escolar17. Por eso aconsejamos que para la reflexin y el debate en el colectivo escolar y en el colectivo pedaggico, acudamos a la definicin que ofreci el Apstol sobre la palabra y, por ello, sobre el dilogo y la comunicacin en la que subyacen, tampoco sin presumir de que fuera un psiclogo de profesin, las funciones instructiva, reguladora y afectiva de la comunicacin, escuchmosle la palabra sobre materia conocida debe ser, sin duda alguna, a la par que slida e instructiva, galana y fcil. Y as se abrira campo a la elocuencia y al estmulo: as se identificara ms el que explica con los que le oyen es una fusin sencilla, un mutuo afecto dulce, una ntima comunicacin muy provechosa, una identificacin fructfera entre la inteligencia cultivada y las que se abren a la esperanza18. Y respecto a la motivacin, como condicin psicolgica del proceso educativo, debemos tratar de provocarla desde la zona afectiva y tica, atendiendo al adagio de que, Conmover es moralizar19 y de que Todo lo que conmueve, agranda20. En la formacin tica y esttica casi es obligado recalcar el significado que posee el halo cultural y artstico del compartir con los escolares cualquiera que sea el espacio, la tarea y el momento, para develar a travs de la creacin y el amor, lo superior del ser humano, es as que la motivacin intrnseca, amn de la extrnseca, se convierte en resorte y pilar de la iniciativa, el compromiso y la accin. Hasta aqu hemos hecho alusin a determinados fundamentos relacionados con la obra educativa martiana que sirvieron de sostn para estas reflexiones, pero son estos los nicos argumentos de valor? Por supuesto que no, los criterios martianos referidos a la pedagoga, y por ende, a su tecnologa: la didctica, constituyen un baluarte en la preparacin y ejecucin del proceso de enseanza 16 Jos Mart. Obras Completas. , t VI, p. 261. 17 Gonzlez Rey, Fernando: Comunicacin, personalidad y desarrollo, p. 1, 1995. 18 Ideario pedaggico, p. 135, 1990. 19 Jos Mart. Obras Completas. , t. VI, p. 427. 20 Jos Mart. Obras Completas. , t. X, p. 23.

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    aprendizaje; veamos entonces cmo el Maestro nos lleva de la mano en esta arista del trabajo relacionada con los componentes, fundamentos y categoras de dicha tecnologa. La escuela cubana contempornea asume el objetivo como el componente rector del proceso educativo, de la misma manera que Jos Mart asumi la importancia de contar con un plan para el xito de cualquier tarea, en tanto, asegur que, Sin fin fijo no hay plan fijo, sin plan fijo es muy dudoso el xito de una revolucin21. Por esta razn debemos asumir su consejo para disear nuestras actividades, las cuales contribuyen al xito y la calidad pedaggica en la actual revolucin educacional. Ahora bien, tanto los objetivos como los dems componentes de ese proceso, para que sea dialctico y desarrollador, debe asumir el siguiente criterio martiano, Un proyecto de instruccin pblica es una sementera de ideas: cada mirada al proyecto suscita pensamientos nuevos22. No est dems agregar que el objetivo debe integrar las cualidades mnimas de un proyecto: qu, cmo, con qu, quines y para qu se concibe y fragua el proceso educativo. En cuanto a los contenidos partimos de la idea de que, Ser culto es el nico modo de ser libre23, atendiendo a que este componente didctico lo integra una parte de la cultura que contiene habilidades, conocimientos y valores, pero sobre todo a la denotacin que adquiere la frase para uno de los fines de este trabajo, que es el de fomentar las ideas educativas, cientficas y culturales del Maestro desde una cultura general e integral, y el de vincular el proceso de enseanza aprendizaje a la cultura comunitaria y a las manifestaciones artsticas de la sociedad, as habr armona con la dimensin esttica y se podr afirmar que, Los conocimientos se fijan ms, en tanto se les da de una forma ms amena 24. El ambiente agradable que respiramos en los museos, galeras, teatros, y la propia escuela, pero culta, har ms amenos los debates de los contenidos, ms ansiosa la bsqueda de la informacin, y por tanto, ms placenteras las pesquisas y los proyectos investigativos, ms alegres y responsables en el intercambio y la socializacin, ms solidarios y prestos en el aprendizaje, y sobre todo, ms sensibles y comprometidos con nosotros mismos, el prjimo y todo cuanto nos rodea. Respecto a los mtodos existe una riqueza tal en el pensamiento y obrar de Jos Mart que incluye desde la poca, el sistema de valores, el ejemplo personal, la relacin de lo afectivo con lo cognitivo, hasta su perspectiva prctica, laica, llana, cientfica y cultural, sin embargo, prevalece como regularidad el mtodo de la ternura, la paciencia y el amor, La enseanza quin no lo sabe? es ante todo una obra de infinito amor25. Jams nuestra escuela debe ser manifestacin del rencor, odio, engao, egosmo, gritos, ambicin, violencia, No! Porque a pesar de la diversidad humana, la fuente de la comprensin, la generosidad y la felicidad de

    21 Jos Mart. Obras Completas. , t. III, p. 9. 22 Jos Mart. Obras Completas. , t. VI, p. 353. 23 Jos Mart. Obras Completas. , t. VIII, p. 289. 24 Jos Mart. Obras Completas. , t. VI, p. 235. 25 Jos Mart. Obras Completas. , t. XI, p. 82.

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    nuestras escuelas es el amor, en tanto ha de ser siempre, la primicia y condicin ms honda y alta. Paralelo a estos criterios es significativo el empleo de la lectura - comprensin, donde nos asisti nuevamente con su consejo, Saber leer es saber andar. Saber escribir es saber ascender 26 y El que lee de prisa, no lee 27, pero No se puede leer sin impaciencia28. Es preciso enfatizar que la motivacin por la lectura tiene tambin sus fuentes en la propia lectura que el maestro y el profesor hagan de los textos martianos en las diversas actividades docentes y extradocentes, por ejemplo, los Cuadernos Martianos I, II, III y IV, compilacin maravillosa hecha por Fina Garca Marruz y Cintio Vitier, y La Edad de Oro, constituyen un caudal inagotable de contenidos relacionados con la Filosofa, Historia, Literatura, Arte, Religin, entre otros temas, que son un estmulo y resorte afectivo y cultural a favor de la lectura. Tampoco est dems agregar el significado exclusivo que posee la lectura para potenciar la cultura de los escolares, sus familias, vecinos, en fin, de todo nuestro pueblo, pues para disfrutar de la danza, el teatro, un coro, debemos salir de casa, pero para leer un clsico no, por eso lo que hagamos en este sentido siempre ser poco en relacin con la aspiracin de formar una sociedad culta, libre y prspera. Nunca me cansar de distinguir una de las virtudes mayores del Apstol, que es la de ser un libermanaco, tomado del latn liber y del griego manaco, es decir, una persona tan vasta en su cultura universal como l, no poda sino sentir obsesin y locura por los libros, no cabe duda, su sabidura tuvo en la lectura la fuente fundacional y universal. Por otra parte, aconsejamos que la concepcin de enseanza aprendizaje que debemos asumir ha de ser coherente con la necesidad que poseen los escolares de que ellos mismos continen su instruccin y educacin, solos o en grupos y dentro o fuera del recinto escolar, pues, no hay mejor sistema de educacin que aquel que prepara al nio a aprender por s29. De esta forma fomentamos la independencia cognoscitiva y el placer de compartir con otros el aprendizaje, cualquiera que sea el contexto. El desarrollo, la libertad y felicidad de una nacin estarn en relacin directa con este criterio, Edquese en el hbito de la investigacin, en el roce de los hombres y en el ejercicio constante de la palabra, a los ciudadanos de una repblica que vendr a tierra cuando falten a sus hijos esas virtudes30. Es imposible reducir la transmisin de todos los contenidos al tiempo y espacio escolar, por ello esta concepcin debe promover el pesquisaje y el intercambio social, premisas inseparables de la educacin humanista y martiana. Con relacin a las formas de organizacin se prioriza el taller porque la manera dinmica de este estilo favorece una educacin para la vida, en tanto, Taller es la

    26 Jos Mart. Obras Completas. , t. VII, p. 156. 27 Jos Mart. Obras Completas. , t. XXII, p. 320. 28 Jos Mart. Obras Completas. , t. XXII, p. 146. 29 Jos Mart. Obras Completas. , t. VIII, p. 421. 30 Jos Mart. Obras Completas. , t. XIII, p. 189.

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    vida entera. Taller es cada hombre. Taller es la patria31, y adems porque, Escuela no debera decirse, sino talleres32. Una de las atracciones y distinciones de esta forma, por supuesto sin demeritar las dems, es que el rol tradicional que desempean los alumnos y profesores cambia casi completamente: el docente es un gua, un amigo, un organizador y un orientador y el alumno un ente que propone, decide y evala. Y asociado al componente evaluativo leamos la siguiente referencia: Una leyenda persa cuenta que los dioses, al comienzo de los tiempos, repartieron la verdad entregando a cada persona una pequea parte, de modo que para reconstruirla es preciso que cada uno aporte la suya33. Todava cuando la palabra del profesor es quizs la voz ms autorizada en el colectivo escolar, con seguridad no es la nica. Y cuando se use para la evaluacin debe emplearse con este tono, Criticar no es morderes sealar con noble intento el lunar negro y desvanecer con mano piadosa la sombra que oscurece la obra bella. Criticar es amar34. Pero hay ms, por el examen se ve si el maestro es de ronzal y porrillo, que lleva del narign a las pobres criaturas, o si es padre de hombres, que goza en sacar vuelo a las alas del alma35. De este modo cuando compartimos con los escolares los criterios martianos sobre la evaluacin, no lo duden, apreciaremos en sus rostros alegra y satisfaccin y revelarn mayor capacidad de iniciativas y niveles de compromiso y participacin, experiencias y estudios precedentes as lo confirman. Para concluir esta parte relacionada con la didctica y uno de sus componentes ms sensibles, existe una ancdota que vale la pena reproducir sobre cmo el Apstol evaluaba algunas actividades y que puede servir de modelo a las que ejecutemos, leamos pues:

    Principiaba el Maestro a leer el papel tal como estaba; despus alababa el estilo, la forma, si era de alabarse, sobre todo, si estaba en estilo sencillo, con palabras sencillas, sin frases rebuscadas, sin sacrificar la idea a la forma, pues deca que de este modo se pueden expresar los pensamientos ms sublimes; pasaba despus a corregir las faltas que hubiera, pero de tal manera, de modo tan suave y delicado, que daban intenciones a veces, de cometerlas, para tener la oportunidad de orselas corregir; y, por ltimo, disertaba sobre lo escrito, que era corto o extenso, segn lo permitiera la hora o mereciera lo escrito36.

    Hasta el momento hemos explicado y valorado algunas ideas, definiciones y principios que a partir de los pilares de la pedagoga martiana hacen del proceso educativo una experiencia nica en su dimensin humana, crtica, liberadora, desarrolladora y cultural, de ah la invitacin de volver a l con la seguridad de encontrar la panacea, las predicciones, todos los secretos y soluciones del mbito 31 Jos Mart. Obras Completas. , t. IV, p. 398. 32 Jos Mart. Obras Completas. , t. XIII, p. 53. 33 Santos Guerra, Manuel. Pg. 11, 1993. 34 Jos Mart. Obras Completas. , t. XV, p. 94. 35 Jos Mart. Obras Completas. , t. V, p. 263. 36 Surez Len, Carmen: Yo conoc a Mart, p. 89.

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    educacional; ahora vamos a compartir otras consideraciones relacionadas con su concepcin cientfica, pero desde la faceta moral. Valoremos, pues, algunas ideas del pensamiento y la accin de Jos Mart que constituyen fuentes para la educacin y la ciencia cubanas: Primera idea, el cientfico no debe enajenarse de su rol y compromiso social; si admirables son sus aportes profesionales, tanto o ms sern su modestia y decoro. En la apologa que public sobre Edison, el famoso fsico norteamericano, Jos Mart seala, Si algn amigo entra a la hora propicia, de levita y sombrero alto se pone a picar chistes, a canturriar, a bailar el zapateo, sombrero en mano y faldones por el aire, como cuando lo fue a ver Sarah Bernhardt. Siempre el muchacho errante, siempre el telegrafista aprendiz, siempre el que aprendi la vida en lo duro!37 Y por si no bastara con lo anterior, quin no recuerda esta frase? Arte soy entre las artes, y en los montes, montes soy38. Quizs por eso cuentan que en los montes orientales hablando con los campesinos y mambises como uno ms de ellos deca buniato, medecina, entodava. La sencillez es la virtud ciudadana ms admirable de la familia cientfica; no dudemos, el vulgo admira ms al mediocre humilde que al cientfico soberbio. Segunda, los hallazgos del cientfico y logros del profesor estarn en razn directa a su voluntad y dedicacin. Esta idea encuentra explicacin en la misma apologa a Edison; all sutilmente nos alienta y aconseja: No le den sociedades ni msicos, ni le traigan de esos conversadores asesinos a quitarles el tiempo: el da es claro, pero es ms clara la noche: encaramado en la banqueta, o arrellenado en el sof a la turca, es su placer mayor ver asomar el alba, como si la hubiera citado a duelo, y aguardase, en una hora de descuido, a arrebatarle el secreto de su luz. Y si hay gusto de rey, luego de una buena noche de trabajo es ver salir el sol39. No por gusto la laboriosidad es un valor universal y uno de los indicadores del talento y la inteligencia. Tercera, los mritos sociales de que son acreedores los hombres de ciencia debe ser el camino para el reconocimiento mayor, es decir, para el orgullo de la patria. El Apstol grafic as este principio en sus palabras a Edison: Y tiene palacio, riqueza, procesos, fama, mujer y aquel inefable honor con que se empieza a ver el hombre cuando se enorgullece de l su patria40. As, el regocijo y la dignidad mayor que se siente al hacer la licenciatura, un diplomado, la maestra, un doctorado, o sencillamente cuando se estudia cotidianamente para elevar las capacidades y competencias acadmicas y almticas, es el de haber cumplido, primero que todo, con la patria y ella que es la tierra, el futuro, la bandera, la escuela, las ideas, la tesis, la libertad, el bemb, nosotros, el fusil, la cuartera, la historia y mucho ms, siente la gratitud de la madre cuando el hijo se grada, pero nosotros tambin expresmoslo al unsono: Patria, te estamos agradecidos! Cuarta, el contenido de las ciencias debe ser presentado al vulgo, al hombre comn o a los alumnos de las escuelas de forma sencilla, amena y prctica. Las 37 Mart en la Universidad, Tomo IV, p. 282. 38 Cuadernos Martianos II; p. 93. 39 Mart en la Universidad, Tomo IV, p. 283. 40 Mart en la Universidad, Tomo IV, p. 285.

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    frases siguientes as lo confirma, La cruzada se ha de emprender ahora para revelar a los hombres su propia naturaleza, y para darles, con el conocimiento de la ciencia llana y prctica, la independencia personal que fortalece la bondad y fomenta el decoro41. Al respecto tambin sugiri, poner la ciencia en lengua diaria: he ah un bien que pocos hacen42; ...escritos para ensear ms que para deslumbrar, que es lo que los cientficos verdaderos se distinguen de los de aficin, y los sabios de los pedantes43. Es un pecado mortal presumir de sabihondo con un lenguaje enrevesado y raro para satisfacer nuestra vanidad; es que a veces ni nosotros mismos nos entendemos, qu lstima, verdad! Quinta, la institucin escolar y el colectivo pedaggico en la faena cotidiana debe educar a los escolares como seres sociales preparados para la vida. La enseanza escolstica, es decir, reproductiva, memorstica y esquemtica limita al hombre en su condicin primera, es decir la de su carcter social y solo una educacin cientfica lo pone a tono con lo que genricamente es: un ente social en el reino de este mundo, por eso el Maestro alert: Que se trueque de escolstico en cientfico el espritu de la educacin; que (...) la educacin pblica vaya desenvolviendo, sin merma de los elementos espirituales todos aquellos que se requieren para la aplicacin inmediata de las fuerzas del hombre a las de la naturaleza (...) A las aves, alas; a los peces, aletas; a los hombres que viven en la naturaleza, el conocimiento de la naturaleza: esas son sus alas. Y el nico medio de ponrselas es hacer de modo que el elemento cientfico sea como el hueso del sistema de educacin publica44. Sexta, la virtud que ms se aprecia en el ethos cientfico45 y, por aadidura, en el colectivo pedaggico y escolar es la honestidad; Mart en un artculo de reconocimiento a Darwin escribi: Ya se le hallaba en su hermossimo cuarto de estudiar, repleto de huesos y de flores, y de cierta luz benigna que tienen los cuartos en que se piensa honestamente, hojeando con respeto los libros de su padre, que fue poeta de ciencia46.Y recalco, no solo honesto con el proceso y producto cientficos que constituyen un requisito tcnico, tanto como eso o ms, es el de ser honestos y honrados en cualquier contexto y aqu pido prestada una frase a Fidel para conjugar otra, ser martiano, es no tener que mentir ni robar jams. La siguiente idea enfatiza esta valoracin. Sptima, los maestros y cientficos gozarn ms del respeto social en tanto estn rodos de apetito eternador de la verdad47. Es obvio que la primera tarea del investigador es el hallazgo de la verdad, no importa su credo poltico o religioso y en este sentido distingua al cientfico italiano Tito Vignoli porque busca con afn

    41 Quien quiera pueblo... p. 471. 42 Quien quiera pueblo... p. 9. 43 Quien quiera pueblo... p. 16. 44 Quien quiera pueblo... p. 276. 45 Por Ethos de la ciencia se entiende un conjunto de reglas y prescripciones, costumbres, creencias, valores y presuposiciones que se consideran obligatorias para los hombres de ciencia y llegan a ser profesados con emocin. 46 Mart en la Universidad, Tomo IV, p. 236. 47 Mart en la Universidad, Tomo IV, p. 236.

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    y sinceridad la verdad48. En la vida de los hombres una de las categoras ms polmicas es la verdad; la leyenda cuenta el siguiente dilogo: Verdad? , pregunta Pilatos al apstol Juan, qu es eso? Respondi aquel. Sin embargo la verdad cientfica, amn de todas las conjeturas que en los ms dismiles terrenos de la vida de los hombres se hagan sobre ella, la verdad cientfica repetimos, es profana y terrenal. Y sin nimos de filosofar, segn Lenin las caractersticas que la distinguen son: es absoluta, relativa, objetiva, subjetiva e histrica concreta. Octava, es necesario hacer de la ciencia poesa y de la poesa ciencia, as el sentido comn disfruta el gusto y la preferencia por ella. Al parafrasear al Hroe de Dos Ros en estas palabras, La verdad llega ms pronto a donde va cuando se la dice bellamente49, se encuentra el sentido de esta tesis. En La Edad de Oro insiste la necesidad de reemplazar la poesa enfermiza y retrica que an est en boga, con aquella otra sana y til que nace del conocimiento del mundo50. Y solo unos das antes de morir le escribi a Mara Mantilla: Donde yo encuentro poesa mayor es en los libros de ciencia51. El empeo que pongamos en la manera de pensar, escribir, leer y hablar en toda suerte de documentos, programas, tareas, planes de clases, tesis y artculos ha de tener la aspiracin de la belleza; el arte es la sublimacin de la cultura y nosotros desde el misterio martiano debemos aspirar a ser la expresin ms acabada del magisterio cubano, el secreto para tal nobleza y sublimidad reside en estudiarlo y practicarlo sin demora, sin descanso. Novena, el valor exacto de toda obra educativa y cientfica se mide por el servicio tico y esttico que ofrecen, desde nuestra persona, a la sociedad y no con menoscabo de sta. Jos Mart no pudo ser ms explcito cuando sentenci que: La ciencia est en conocer la oportunidad y aprovecharla; es hacer lo que conviene a nuestro pueblo, con sacrificio de nuestras personas y no hacer lo que conviene a nuestras personas con sacrificio de nuestro pueblo52. Agregaba otra idea en la que imprima el sentido y fin de la ciencia para los pueblos y la humanidad, tan necesaria en estos tiempos blicos donde urge globalizar la solidaridad, lemosle, ... para poner paz entre los hombres han de ser los avances de la ciencia53. Dcima, la ltima idea o tesis sita al Hroe Nacional en una posicin completamente separada del paradigma positivista contentivo de una metodologa cuantitativista, desideologizada, tangible y naturalista, tan en moda en su contexto histrico y asombra justo, no solo porque consciente o inconscientemente atacara a la filosofa de Augusto Comte, contra la cual no tenemos ninguna objecin, sino porque a la funcin cientfica le imprimi su inobjetable naturaleza ideolgica y su exacto destino humano y social.

    48 Mart en la Universidad, Tomo IV, p. 250. 49 Jos Mart. Obras Completas. , t. 1, p. 325. 50 Quien quiera pueblo... p. 15. 51 Cuadernos Martianos II; p. 81. 52 Obras Completas. Tomo VI; p. 216. 53 Quien quiera pueblo... p. 9.

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    En coherencia con el prrafo anterior afirmamos que la ciencia, y los senderos que abra a la pedagoga para llevarla de las manos, es el acto de ofrecer a los hombres su dignidad y decoro. Es obvio, el sostenimiento y perfeccionamiento de la sociedad cubana en pos de la probidad y libertad en medio de una mundializacin tan dinmica, compleja y contradictoria no puede sino, subsistir y desarrollarse Con todos, y para el bien de todos 54 a partir de los avances cientficos y del carcter que en esa perspectiva le imprimamos al sistema educativo y, por tanto, a la sociedad toda. El presente y el futuro, sobre los pilares del pasado, descansar siempre en los recursos cienciolgicos y en la actitud, digo mejor: moral, de los hombres y mujeres de la ciencia y la educacin. Pero el toque de distincin se lo aade la cultura, por eso la utopa y realidad de la construccin de una nacin culta, tica y cientfica es el sueo y el bregar de un pueblo que contiene en su gnesis y tradicin al artista como Apstol, al profeta como poltico y al Maestro como padre; en tanto, para todos los compatriotas considero un privilegio el haber nacido en Cuba y tener como Hroe Nacional al hombre en que se integra al idelogo de talla universal, el artista de sensibilidad ilimitada. Ese manantial de ideas y de accin es el referente inmediato y directo para la labor del maestro, que lo har ms competente y humano en la medida que ms se acerque a la creacin de Jos Mart. Las reflexiones sobre el significado de la cultura para la nacin cubana y, preciso, ante todo para su educacin y ciencia, nos convoca a la profeca que asegura que, la madre del decoro, la savia de la libertad, el mantenimiento de la Repblica y el remedio de sus vicios, es, sobre todo lo dems, la propagacin de la cultura55. Ahora bien, decoro significa dignidad, decencia, honestidad, caballerosidad, delicadeza y respeto entre otras acepciones que tambin son hijas de la cultura y que debemos compartir cotidianamente con nuestros pupilos como algo tan natural como respirar o caminar; por otra parte tenemos que los nutrientes de la libertad, es decir su alimentacin y sostenimiento, es la cultura, lo que implica que la capacidad de elegir, decidir y actuar estar en proporcin directa a nuestra formacin cultural. Destquese, siempre que sea oportuno, que el nimo y la alegra en el desempeo de las tareas, las iniciativas y el optimismo en las clases, la seguridad de las intervenciones y de las respuestas, las posibilidades creativas, las potencialidades de anticipacin, previsin y solucin de problemas y la entereza ante los errores cometidos, son todos ellos, frutos de la cultura. As mismo, el mantenimiento de la Repblica moral que l proyect y que en buena medida, salvando las distancias, hoy construimos con imperfecciones y escaseces, pero tambin con logros que asombran hasta nuestros propios enemigos, la podremos conservar y desarrollar a partir, primero que todo, de la propagacin de la cultura, aunque su vitalidad y lozana reside en el sacrificio y el xito del combate cotidiano contra los vicios, yerros y defectos de los vecinos, colegas, familiares y educandos, y a veces de nosotros mismos, de ah el deber

    54 Jos Mart. Obras Completas. , t. IV, p. 279. 55 Jos Mart. Obras Completas. , t. XIII, p. 301.

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    de ser cmplice de la virtud56. Es obvio, la quinta esencia y panacea universal est, segn el Apstol, en la difusin y enriquecimiento de la cultura. Hasta la fortuna de la amistad la ubic al lado de la cultura, pero en el contexto de la educacin e ah lo distintivo del siguiente comentario que lo realiz como testigo de fe, ya que all en La Liga l fue un maestro, escuchmosle, La Liga de New York es una casa de educacin y de cario, aunque quien dice educar, ya dice querer. En La Liga se renen, despus de la fatiga del trabajo, los que saben que slo hay dicha verdadera en la amistad y en la cultura57; aqu disfrutamos una vez ms de la importancia que le concede el Maestro a la relacin entre educacin, amor, amistad y cultura, condiciones y nexos imprescindibles para alcanzar la eficiencia, la calidad y el desarrollo en el proceso formativo; tampoco est dems agregar que el cambio de actividad fsica, como se infiere de la lectura anterior, a la acadmica despierta el nimo por esta o viceversa. Su proyecto revolucionario y republicano, deseo decir, el nuestro, concibe la equidad cultural como el paliativo tangible e intangible para ponderar las diferencias sociales; en armona con ese criterio, la universalizacin, como poltica educacional, viene a revertir en alguna medida esos contrastes a partir de la voluntad gubernamental y el quehacer de una parte considerable del pueblo responsabilizado con la tarea de llevar la educacin, la ciencia y la cultura a los sitios ms apartados del archipilago cubano, experiencia que hoy compartimos, respetando la diversidad y las diferencias contextuales, culturales e identitarias, con otros hermanos latinoamericanos, como la Repblica Bolivariana de Venezuela. Es asombroso y hermoso observar cmo a travs de este principio se engrandece el aprendizaje y se ennoblece el espritu de personas de los ms dismiles parajes de la geografa latinoamericana y caribea. Por ltimo, vamos a valorar el significado que posee para la educacin y la ciencia la frase quizs ms conocida y clebre de Jos Mart sobre la cultura, Ser culto es el nico modo de ser libre58, para una escuela en funcin del desarrollo y la libertad. Ofrezco disculpas por la reiteracin de la cita, sin embargo, la importancia y el impacto que posee la misma para la didctica es exclusiva en una perspectiva flexible, holstica y dialctica del proceso pedaggico. Por ejemplo, poseer una cultura acadmica y pedaggica nos permite redisear los objetivos atendiendo a un diagnstico cualitativo y teleolgico, colegiar y compartir nuevos contenidos requeridos por las necesidades y motivaciones axiolgicas y materiales de los escolares, emplear los mtodos, procedimientos y medios afines con los recursos, contextos y cultura de las personas involucradas en el proceso, organizar las actividades conforme a las expectativas sociales, artsticas y dinmicas del colectivo y autoevaluar, coevaluar, heteroevaluar y para evaluar las tareas conforme a un estilo humano, noble e ntegro; el poder realizar estas y otras tareas sern muestras de una mirada arriesgada, pero tica y culta del maestro y el profesor dentro y fuera del recinto acadmico; es obvio, la 56 Jos Mart. Obras Completas. , t. 1, p. 370. 57 Jos Mart. Obras Completas. , t. V, p. 252. 58 Jos Mart. Obras Completas. , t. VIII, p. 289.

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    ignorancia, la mediocridad y la falta de informacin sobre la multidimensionalidad y el holismo de nuestra profesin nos restarn protagonismo, compromiso y solvencia en la misma. Y un cientfico culto es aquel que ante todo glorifica su estatus con una actitud flexible, de humildad, discrecin y sabidura en el pensar, decidir, sentir y actuar, cualquiera que sea la circunstancia. Finalmente deseo agregar que todava cuando, al decir de Lesama Lima, Jos Mart es ese misterio que nos acompaa, porque est presente en cada obra buena como metfora o memoria, dejemos que siempre nos conduzca como entraa ms que como misterio y ms como padre que acompaante en la faena de convivir por el bien propio y por la felicidad de los dems. Conclusiones 1. La universalidad y versatilidad de las ideas pedaggicas de Jos Mart trascienden su tiempo y pueden ser contextualizadas y relacionadas con los fundamentos de las ciencias filosficas, sociolgicas, psicolgicas y didcticas que sirven de sostn a investigaciones y proyectos educativos, sin embargo, la novedad y el significado epistmico y metodolgico reside en que el contenido de esas disciplinas se enriquece a partir de la dimensin martiana y adquiere as una perspectiva ms humana e identitaria de nuestras mejores tradiciones culturales, patriticas y pedaggicas, no solo cubanas, sino tambin latinoamericanas, al servicio de un hombre crtico, creativo y tico. 2. El estudio de la concepcin educativa martiana revela una coherencia con los pilares de una didctica crtica, democrtica, creadora y afectiva que encierra en su esencialidad las potencialidades del amor y el cario en un proceso requerido de esta perspectiva, donde colateralmente los dems componentes, leyes y principios de esa didctica hayan en el caudal pedaggico del Maestro un obligado referente por su sentido optimista, armonizador y contemporneo en el proceso inacabado de la educabilidad del pueblo cubano, al servicio de nosotros y de toda la humanidad. 3. Las descripciones y valoraciones de Jos Mart sobre la vida y el proceder tico de algunos intelectuales y cientficos de su poca constituyen el modelo ideal para la orientacin y formacin moral de los maestros, profesores y alumnos relacionada con su humildad, laboriosidad, gratitud, comunicacin, flexibilidad, honestidad, bsqueda de la verdad, poesa, servicio social y dignidad y contribuir as a la potenciacin de un ethos cientfico ntegro y a la creacin de su repblica moral no solo desde la empiria y vivencialidad, sino tambin desde la epistemologa y cienciologa. 4. La gnesis y epicentro de la cultura general integral que hoy aoramos y profesamos posee en el Hroe Nacional a su caudal, smbolo y praxis ms envidiable la cual encuentra su cauce ms rico en el sistema educativo cubano en funcin de una educacin desde, durante y para la vida, anhelo que subyace y respira entre lneas en la obra pedaggica martiana, pero distinguida justamente por su sentido, estilo y aspiracin artstica y cultural. BIBLIOGRAFA

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