LA SEMANA SANTA EN GUIPUZCOA: HONDARRIBIA y SEGURA
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LA SEMANA SANTA ENGUIPUZCOA:HONDARRIBIA y SEGURAANTXüN AGUIRRE Sü Rü NDü
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El carácter serio y poco dado a laextraversión del vasco influye, comoes natural, en todos los aspectos desu vida, tanto en su dimensión privada como pública. Esto, a nuestroentende r, se manifiesta palad inamente en el modo como celebransus fiestas en general , y en particularlas religiosas. Si en otras latitudesaflora la emoción y las pasiones sedesbordan con incontenible fervor-a menudo en el más puro estilo pagano, aun sin cuestionar su sincerareligiosidad- , en la vieja Vasconiatodo parece asim ilado hac ia losadentros, con una sensibilidad raravez exteriorizada; podr ía decirse queel «espejo del alma.. aquí lo es menos, o mejor , es más sutil.
Si bien nos atrae la idea de acometer algún día el estudio global dela Semana Santa en tierras vascas,las limitaciones nos obligan hoy acentrarnos en dos casos concretos,y ciertamente peculiares , del territorio guipuzcoano: los rituales de Hondarribia y Segura.
Aunque a muchos les vence el deseo de encontrar diferencias , particularidades entre los signos antropológicos de unas y otras comuni dades, como si en ellas estribaracualquier valor definitorio de un pueblo, una cultura o una etnia, parecenecesario recordar que todos los colectivos tienen más puntos de coincidenc ia que diferencias y que éstas,aun siéndo lo, nunca representan losfundamentos de un sustrato culturalradicalmente divergente . Y esto losubrayamos para no desilusionar anadie, pues la singularidad de los casos que exponemos se incluyen dentro de la riqueza de nuestra penínsulaen tradiciones de Pasión, por másque todas puedan parecer, a ojos deun espectador distanciado, semejantes.
HONDARRIBIA
Se conoce la existencia del ritualde Semana Santa en Hondarribia, tal
como hoy se ejecuta, desde el año1602 .
El Viernes Santo,a las 5 de la tarde,tienen lugar los actos litúrgicos en laParroquia de Nuestra Señora de laAsunción y del Manzano, con la representación en el presbiterio delauto sacramental del Descendimiento. La representación se inicia con lasalida de diecinueve soldados desdelos soportales del Ayuntamientopara, al son de una antiquísima marcha cadenc iosa y solemne , dirigirsea la Iglesia, ubicada en el extremo dela calle Mayor. Van engalanados concasco, faldilla de malla, cinturón y polainas. Dos jefes marcan el paso congolpes de espada sobre el escudo- mientras los demás hacen chocarla lanza contra el suelo- , y una vezen el interior del templo ambos se sitúan cerca del altar. Allí se escenificael Descendimiento de Cristo de lacruz. La imagen del Cristo articuladoy la cruz fueron regaladas a la villa elaño 1777 por fray Jerónimo de Estella. Tras esto, en un impresionantesilencio , se retiran la corona de espinas, la inscripción de la cruz y losclavos, y se introduce el cuerpo enun ataúd de cristal cubierto con unvaporoso velo de gran hermosura. Finalizada la vigilia, hacia las 6 de latarde, partiendo desde la misma parroquia lenta y silenciosamente, recorren sus viejas calles los siete pasos con imágenes datadas de entrelos siglos XIV Y XVII. Es la conocida..Procesión del Silencio».
Los pasos de la procesión, portados por cuarenta y dos hombres queheredan este honor de padres a hijos, han sido durante muchos mesesarreglados y vestidos por mujeres dela villa. Entre las doscientas veintisiete personas que invariablemente intervienen, nunca faltan los doceapóstoles , encarnados por viejospescadores o labradores del puebloque otorgan al conjunto un aspectode digna religiosidad popu lar. A ellosse suman los diversos cofrades depen itencia y los característicos
«Jaunqoiko Guardatzaliak» (literalmente: Guardianes del Señor) querepresentan a diecinueve centuriones romanos. La procesión sigueeste orden: la Cruz alzada abre la comitiva flanqueada por los ciriales ; elPaso de la Oración del Huerto a hombros de seis hombres -a la queacompañan los apóstoles, vestidoscon togas y túnicas, y portando cadauno su correspondiente símboloidentificatorio en la mano: San Pedrocon sus llaves , San Andrés una cruzen aspa, Santiago el Mayor un bordón de peregrino, San Juan un cáliz ,Santo Tomás una vara o escuadra,Santiago el Menor un libro, San Mateo una pica, San Simón una sierra ,San Tadeo una palma , San Matías unhacha, San Bartolomé un libro y unacuchilla y San Felipe una cruz latina-; el Paso de Jesús , atado en lacolumna y en compañía de una escuadra de romanos; el Paso de la Verónica ; el Paso de Cristo con la cruza cuestas o del Nazareno; el Cristocrucificado llevado por ocho hombres y su correspondiente escuadrade romanos; el Paso de Santa MaríaMagdalena; el Paso de San Juan ; eldel Cristo Yacente o del "Sepulcro»,protegido por otro grupo de romanos ; el Paso de la Dolorosa o la Virgen de la Soledad, vestida con preciosa túnica de negro y oro , con suguardia de romanos; y tras ella el clero, las autoridades y la banda de música de la villa cierran el impresionante desfile . El coro parroquial se sitúaen lugares estratégicos para cantaralgunas piezas al paso del cortejo.Cuatro costaleros conducen cadapaso, excepto los seis del primero ylos ocho del Crucificado.
Tras el recorrido se retorna de nuevo a la iglesia parroquial para proceder al "Entierro de Cristo ». Con elcántico del ••Zut ik gurutze ondean(de pie todos junto a la cruz) term inanlas ceremonias del Viernes Santo .
Miles de personas asisten de principio a fin, pues su fama viene de lejos. Ya otrora presenciaron este Santo Entierro personalidades del abolengo de la reina Victoria de Inglaterra, el rey Eduardo VII con el príncipeAlberto de Prusia o figuras popularescomo André Citr6en acompañadodel pintor Ignacio Zuluaga o el barónde Rostchild . Para que los forasterosde postín pudieran contemplar lospasos desde atalaya privileg iada , loslugareños solían alquilar sus balcones.
Antes del Concilio Vaticano 11 y sureforma ritual , los jueves se celebraba también una procesión urbana enla que salían los pasos de Jesús enel Huerto, Jesús atado a la columna,la Verónica, el Nazareno y la Virgen
Dolorosa. También en esa época, elviernes por la mañana se cantaba laPasión en latín a cargo de tres sacerdotes y se descubría la parte superiorde una cruz colocada al efecto en elaltar, mientras que todas las figurasde la iglesia permanecían cubiertashasta la Resurrección. Tras esto , lossacerdotes adoraban la cruz , luegolo hacía el alcalde - que colocaba alos pies su bastón de mando- y finalmente el resto de autor idades y lafeligresía. Con el traslado de l Santísimo hasta el centro del altar terminaban los actos matinales. Por la tarde del mismo viernes se llevaba acabo el Descendimiento de la cruz yposteriormente la procesión vesper tina, como en la actual idad .
SEGURA
El impacto que en la mentalidadpopular antaño producía el misteriode la Semana Santa, con toda su significac ión , era mucho más fuerte delo que desde nuestra perspectiva actual podemos imaginar. Sirvan comoejemplo tres prácticas hasta hacepoco muy arraigadas en la gu ipuzcoana loca lidad de Segura que trascienden la simple interpretación espir itual. El Jueves Santo se desgranaba siempre el maíz para la semen tera , ya que se creía que los parásitosese día no atacaban al grano. También desde que tañían las campanasal med iod ía del Jueves Santo anunciando la muerte de Cristo hasta quevolvían a sonar el Sábado de Glor ia(festividad que se celebraba el sábado y no como ahora el domingo),se manten ían en los caseríos laspuertas y ventanas herméticamentecerradas pues se decía que el diablo- ••DEABRUE..- andaba suelto ,aprovechando que durante ese tiempo Cr isto permanecía preso (pormuerto). Otra costumbre singular eraque los vecinos de Segura pusieransemillas en el alféizar de sus ventanas entre el Jueves Santo al mediodía hasta el sábado, a fin de pur ificarlas .
La Semana Santa "popular» se inicíaba en esta villa el Miércoles Santocon el rito llamado -Barrab ás Jotzea (golpear a Barrabás). A las 5 de latarde ten ía lugar el canto de los maitines vespertinos , también des ignado "Oficio de Tinieblas» porque durante su celebrac ión permanecía laiglesia sólo iluminada por las dieciséis velas de un candelabro triangu lar, correspondientes al mismo número de salmos de las lamentaciones proféticas, velas que se iban apagando a cada salmo du rante laceremonia (que duraba unos 90 mi-
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Semana Santa en Segura.
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nutos) hasta que la oscuridad se hacía total. En ese momento entrabantodos los chavales del pueblo (deedad inferior a los 12 ó 13 años) enla nave y, colocándose en semicírculo frente al altar mayor, provistocada uno con un martillo o mazo, golpeaban el suelo con todas sus fuerzas mientras gritaban más que cantaban la siguiente letrilla:
" i i¡BARRABAS, BI BOLlN , JUDAS, SATANAS, POLTXERO,DIRURIK EZ ETA LOTZERO,JO, KO, NAIKOA JO!! !»
Cuya traducción aproximada sería:" i j iBARRABAS, DOS DINERITOS (lointerpretamos así ya que " bolo» erael dinero que acostumbraban arrojarlos pad rinos a la salida del bautizo),JUDAS , SATANAS, BOLSERO (amigo de la bolsa), SIN DINERO Y DESVENGONZADO, GOLPE, YA ES SUFICIENTE GOLPE!! !»
Como decía mi informante Laureano Teller ía, que participó de crío muchas veces en este ritual, para loschavales era como go lpear al propioBarrabás . De suerte que algunos yahoras antes, cuando se reunían en elfrontón de la villa a ensayar (al igualque lo hacían los «txistularis- y elcoro) , rompían sus mazos de la energía que imprimían a sus descargas.
Este ritual fue suprimido tras la renovación litúrgica conciliar.
Hasta el año 1722 se celebrabauna sola proces ión en la noche delJueves Santo, mientras que las primeras citas de la de l Viernes Santodatan de 1724.
Bajo su actual form a, esta procesión se impl antó en 1886. Don Prudencia Arrieta, a la sazón párroco de
la villa, compró por encargo algunospasos y mandó hacer los trajes de lossoldados a una casa de confecc iones de París. Se cuenta que cuandoel sastre leyó las med idas de los mozos , las devolvió respondiendo queestaban equivocadas, y hubo quehacer entrar en razón al francés desu veracidad, pues en efecto todoslos actores sobrepasaban el metronoventa de altura (al decir del abue lode Laureano Tellería eran "i Gentilenneurrikl- , es decir, med idas de gentiles o seres gigantes de la mitolog íalocal). Un ilustre hijo de la villa, donJosé María de l.ardiz ábal, pagó el traje del centurión y la villa los de lossoldados, que costaron ya entonces2.500 pts. A título de curiosidad digamos que sólo el peto del centuriónpesa catorce kilos.
Era tradic ión por ello que la persona que representaba al centu riónse eligiera entre alguno de los inqu ilinos de los caseríos propiedad deLardizábal.
Al igual que dijimos hacían los niños y los músicos. todav ía hoy unasemana antes de Pascua se reúnenlos soldados con el centurión paraefectuar algunos ensayos en el frontón del pueblo.
Los actos de l Jueves Santo se inician a las 5 de la tarde con la misa dela Ultima Cena, a la que -txi stularis- vestidos con ropajes copiados delsiglo XVI-, pen itentes . nazarenos yromanos acuden juntos desde laCasa Cons istorial.
Otrora era costumbre asimismocerrar con grandes cort inones lasventanas de la iglesia el jueves a lahora de la muerte del Salvador, simulando así las tinieblas, y con pólvora y chapas se ejecutaba n efectos
sonoros imitando los rayos y truenosque , según la trad ición , sacudieronla tierra cuando Jesús exp iró en elGólgota.
Los cerca de veinte pasos que salían en otro tiempo se han reducidoahora a la mitad . Son sesenta y cincocostaleros que los soportan, sob reun tota l de más de tresc ientos participantes, desde párvu los hasta ancianos octogenarios (y esto en unpueblo cuyo censo no supera los1.400 habitantes). Hay por estas fechas una frase que corre de boca enboca: «El buen seguratarra ha tenidoque ser costalero." Como en otrospuntos de la piel de toro , el puestode costalero se mantiene aqu í portradic ión familiar de padres a hijos.Curio so es el caso de Pedro Garaialde que sirvió de costalero durante 45años en el paso «de los azotes" o «dela flagelación" , y que cuando por imperativos de la edad tuvo que dejarloreunía cada año por estas fechas asus colegas costaleros para invitarlesa vino y galletas .
La procesión se distribuye de la sigu iente forma: Se inicia con los «Nazarenos-txikis- (Pequ eños Nazarenos), niños vestidos con túnicas moradas atadas con cíngulo o cinturónblanco y una suerte de corona de espinas: portan minicruces e inclusollevan su correspondiente paso miniatura con el Niño Jesús. Les sigueel Paso de San Juan Evangelista(portado por cuatro hombres). El Angel anunciando a Cristo su Pasión ,popularmente conocido como Pasode la Oración del Huerto (el mismonúmero de portadores) . La Flagelación (seis costaleros). El Ecce Homo(los mismos) , acompañado de la escuadra romana: delante con trajesazules los dos cornetas, tras ellos elcap itán o «kapltana- y dos filas detres soldados vestidos de rojo consus corazas brillantes , escudos y espadas (todos ellos serán obsequiados días después con una cena porsu labor). Inmediatamente después,el Paso de Cristo con la Cruz a Cuestas o Jesús con el Cirineo (a hom bros
de cuatro hombres). El Cristo Crucificado (seis) y algunos nazarenoscon sus largos cap irotes. Metros des pués , el coro parroquial interpretacanc iones prop ias de estas fechas .El último tramo lo ocupan los pasosdel Descendimiento (seis portadores) , de Santa María Magdalenta(cuatro) y por fin las autor idades religiosas y civiles, yel pueblo (en otrascalen das , todas las mujeres asistíanvestidas de riguroso luto).
El Viernes Santo hay func ión a las4.30 de la tarde , a la que acuden encom itiva desde el Ayuntamiento alson del «llletado ñua- o música de difuntos interpretada por los «txistularis», un nutr ido grupo de nazarenos,penitentes, soldados romanos , corode angelitos con San Miguel Arcán gel y los cab ildos eclesiásticos y municipal que presidirán los oficios enla parroquia.
Una vez finalizadas las ceremoniaslitú rgicas en la Igles ia y el correspondiente sermón de la Pasión, se celebra el descendimiento de una figuraarticulada de Cristo desde la grancruz colocada en el altar. Para ellodos vecinos de la villa, que rep resentan a José de Nicodemo y a Jos é deArimatea, se alzan sobre una escalera a lo alto de la cruz : emp iezan porqu itar el INRI y la corona de espinasy terminan con los clavos de manosy pies, entregando todo a un sacerdote que representa a San JuanEvange lista, el cua l a su vez ofrecelos instrumentos de la Pasión a la Dolorosa y al pueblo, para luego ser exhibidos en una bandeja que po rta ungrupo de niños ataviados de angelitos y el San Miguel Arcánge l (figuraespecialmente querida del pueblo yencarnada por un chico de 15 añosricamente vestido , que en determinados puntos del recorrido procesional danzará una serie de pasos). ElCristo así descendido se coloca seguidamente en un ataúd de cristal yse inicia la pompa por las calles de lavilla con part icipació n, además de lasfiguras de l Jueves Santo , del Pasodel Cristo Yacente o Paso de l Sepul-
PASOS
San JuanOración del HuertoFlag elaciónEcce HornoEl CireneoEl CristoLa PiedadDolorosaEl Sepu lc ro
PESO (en Kgs.)
80116215240152285179100120
N.OCOSTALEROS
446646444
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cro, que es uno de los más antiguosque la villa conserva, acompañadopor la banda de música (generalmente de la cercana Legazpia, pues Segura carece en la actualidad de banda municipal).
Al igual que en Hondarribia, tantafama tuvo esta procesión que enotras épocas se subastaba el alquilerde los balcones de la villa para quelos visitantes disfrutaran de la mejorvista.
Desde tiempo inmemorial, en lasvillas de Guipúzcoa había la tradiciónde entregar las llaves del sagrario alalcalde el Jueves Santo tras la horade la muerte de Jesús, para que lasconservara hasta el Viernes Santo.Esta costumbre sólo se mantienehoy viva en Segura. Así, tras la ceremonia de ese día, el párroco cuelgalas llaves del cuello del alcalde, quienlas porta durante la procesión y hastael viernes, en cuyo oficio, de rodillasante el tabernáculo y custodiado pordos romanos, el primer munícipeofrecerá al sacerdote su cuello paraque las recupere.
Por el contrario, peculiar de estavilla era la postulación de los chavales vestidos de angelitos el viernesantes de la función y la procesión- en que, como queda dicho, participaban portando la bandeja con lossímbolos de la Pasión- para regalarse con lo recogido una merienda.
Asimismo, el Viernes Santo el alcaide invitaba a almorzar en su casaal alguacil, al predicador - por lo general foráneo pues, como me dijo uninformador, preferían confesar suspecados con un cura que no les conociera (razón que explica en buenaparte por qué para todas las «misiones» y curesmas de los pueblos setraía un predicador de tuera)-, asícomo al vecino que encarnar a SanMiguel, a quien obsequiaban suplementariamente con un par de zapatos blancos por su trabajo.
Hoy en día se abonan 50 pesetasa cada uno de los niños nazarenos,que sumado a la cena de los romanos son los únicos gastos de las celebraciones, pues todo lo restante locubre el pueblo de forma voluntaria.
Hasta aquí la somera descripciónde las procesiones de Semana Santaen las villas de Hondarribia y Segura.Pero pasemos a analizar lo que tienen de común y lo que se colige desus tradiciones.
Comencemos por destacar lospuntos coincidentes entre Segura yHondarribia, y entre sus semanassantas:
- Las dos poblaciones están en zo-
nas limítrofes de la provincia, unaen su extremo occidental y la otraen el oriental.
- Las dos fueron muradas y cerradas, y aún conservan parte de susmurallas.
- Las dos celebran «Auto del Descendimiento» con similar ritual.
- Ambas presentan rasgos comunes en la puesta en escena delrito: romanos, nazarenos, apóstoles, música, ataúd de cristal, etcétera.
- Tanto para los hondarribitarrascomo para los seguratarras siguen siendo de enorme importancia estas tradiciones.
Ahora bien, no bastan estas semejanzas para explicar el arraigocentenario de las manifestacionespascuales en Segura y Hondarribia.Creo que antes habría que ahondaralgo más en las razones de su atractivo y fama. A nuestro entender, haytres aspectos que merecen una reflexión detenida, y son éstos:
1. La gran importancia que paralos habitantes de los pueblos han tenido las celebraciones de SemanaSanta se basa en que a través deellas, participando de una u otra forma toda la comunidad, han llegado aidentificarse hasta considerar el fenómeno propio, peculiar e imprescindible como expresión de una idiosincrasia.
2. Hondarribia vio a finales del siglo pasado y principios del presentecómo el turismo, creciente a uno yotro lado de la frontera desde la implantación de la moda de los terapeuticos «baños de mar" , transformaba su fisonomía. En menor medida influyó todo esto en Segura, situada en el interior lejos de las rutastradicionales, y de aquí que su atractivo sea menor en el contexto de labúsqueda del «tipismo de guía», tanen boga en nuestros días.
3. No podemos establecer que loselementos en sí mismos, como losromanos, los santos o el barroquismo de sus pasos hayan sido motivosfundamentales para su fama, puestambién se dan en otras poblacionesde la provincia (como por ejemploAzkoitia) y, sin embargo, carecen desu prestigio. Creo sinceramente quemucho tienen que decir con el renombre actual de ambas procesiones, y en especial la de Segura, lainfluencia de los medios de comunicación, ávidos de llenar páginas contextos e ilustraciones de actualidad,en los que destaque sobre la homogeneidad de nuestras expresiones
colectivas lo «original», y con mayorénfasis si es ranc io, vetusto, perenne, pues aseg ura la admirac ión delhombre de la urbe acosado por losvalores de ultramodernidad y novedad constante.
Aportaré dos datos al respecto:tengo la costumbre de coleccionarlos recortes de prensa con aquellosartículos que tratan sobre aspectosetnográficos o históricos de mi tierra.Pues bien, una mirada superficial delas carpetas de Semana Santa enGu ipúzcoa reve la que todos losaños , todos, los periód icos que seeditan en ésta han tratado amp liamente los rituales de Segu ra y deHondarrib ia . Y segundo ejemplo :hace unos años , invest igando sobrelos Carnavales de Guipúzcoa, descubrí un baile propio de esas fechasllamado «Txíno-danza- o baile delch ino en la población gu ipuzcoanade Aretxabaleta, del que nada habíaleído hasta esa fecha . En mis siguientes conferencias y entrevistas lo citéprofusamente en tanto que vest igiosin equ ivalente de los carnavales rurales del pasado. Pues bien, sin querer adjud icarme ningún mérito (casidiría lo contrario, porque aún mearrepiento de ser en parte responsable de su «profanací ón-), desdeento nces la prensa cada año al repasar las convocatorias más intere-
NARRIA
santes de l carnava l menciona indefectiblemente la «Txino-dantza- deAretxabaleta co mo gran at ract ivopara el excursionista. Una vez más,los -mass-media- han actuado cualenorme caja de resonancia, que destruye o magnifica cuanto toca (y amenudo lo uno y lo otro a la vez).
Para terminar, una última consideración. La actual tendencia al laicismo, el abandono masivo de lasprácticas religiosas, han hecho quelos actos en estas villas con el tiempohayan pasado de ser «de part icipación mayo ritaria» a espectáculos deexhibición para los «mirones". Esto,unido a la irrupción también en estosactos de los signos de la sociedadtécn ica, llámense cámaras de fotos yde vídeo , automóviles u otros , produce un cierto estado de desasosiego entre los actores del rito que . participando con móviles de devoción,se sienten animales de zoo escudriñados a través de una invisible mampara de cristal.
Una vez más, vemos la imperiosaneces idad de que los investigadoresrecojamos, en la medida de nuestrasposibilidades, los restos de los rituales religiosos populares que, comoagua que se nos escapa entre los dedos , está desapareciendo o transformándo se en el mejor de los casos amarchas forzadas.
estudios de artes y costumbres populares
Edita : Museo de Artes y Tradiciones PopularesFacultad de Filo sofía y Letras
U.A.M.
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