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AYUNTAMIENTO DE MURCIA SALA DE LA GLORIETA DEL 15 DE OCTUBRE DE 2019 AL 20 DE ENERO DE 2020 DE LUNES A SÁBADOS: DE 11 A 14 Y DE 18 A 20 H DOMINGOS Y FESTIVOS CERRADO La riada de Santa Teresa de 1879: una tragedia en la Huerta de Murcia Este año se celebra el ciento cuarenta aniversario de la riada de Santa Teresa (1879 - 2019), acontecimiento histórico que asoló el Valle del Guadalentín y toda la Vega del Segura, las cotas más altas de la inundación fueron registradas en Murcia y en Orihuela. A través de la exposición La riada de Santa Teresa de 1879: una tragedia en la Huerta de Murcia, se quiere rendir homenaje a los pobladores del Valle del Segura que lucharon y se sobrepusieron a la terrible catástrofe. Los episodios de esta conmemoración se han vuelto a rememorar por la gota fría que ha sufrido la Región de Murcia el pasado 12 de se ptiembre y sobretodo, en los días posterio- res. El litoral del Mar Menor, una parte importante de la Huerta de Murcia y la Vega Baja han quedado seriamente afectados por el desbordamiento de las ramblas y del río Segura. Las muestras de solidaridad hacia las poblaciones afectadas no han tardado en producirse, estos movimientos fraternales han existido a lo largo de la historia en nuestra Región. El 15 de octubre de 1879 el río superó su cauce provocando importantes daños, tanto ma- teriales como humanos. Todo comenzó el 14 de octubre a mediodía, el frente de la riada llegaba a la ciudad de Lorca, inundando a primera hora de la tarde el barrio de San Cristó- bal, Santa Quiteria y la huerta de Sutullena. Al caer la noche, la crecida hizo acto de presen- cia en las inmediaciones del término de Murcia, la fuerte avalancha de agua anegó el paso de los Carros y el río Cota, reventando quijeros del río Isla en Sangonera la Seca. El agua llegó de pleno desdibujando las poblaciones de Era Alta, Aljucer, Nonduermas, Alcantarilla y Voz Negra. El avance de la avenida siguió su camino rebosando acequias, arruinando molinos, destruyendo quijeros y parajes hasta la ciudad de Murcia. Alrededor de las dos de la madrugada el agua inundaba la ciudad, los serenos avisaban a viva voz, las campanas de la Catedral tocaban a rebato y las caracolas de los huertanos no cesaban de sonar. A consecuencia de la catastrófica inundación, el trayecto de Murcia a Orihuela quedó completamente intransitable, las líneas de ferrocarril de Madrid y Andalucía intercepta- das. Las personas que fueron salvadas se refugiaron en el Palacio Episcopal. La huerta de un lado y de otro, vista desde la torre de la Catedral, era un mar, no se veía más que agua. Las miles de tahúllas repletas de frutos y hortalizas, se convertían en fango. La ciudad se quedó sin suministro de gas y carbón. DISEÑO: JOSÉ LUIS MONTERO / IMPRIME: JOAQUÍN VALLS / D. L.: MU 939-2019 La plaza del Marqués de Camacho, a las tres de la madrugada del día 15. La Ilustración Española y Americana. 30 de octubre de 1879. La solidaridad no tardó en aparecer, se crearon juntas de socorros, así como una comisión permanente de Diputados y Senadores de Madrid. A lo largo de toda la Huerta se estable- cieron centros operativos para ayudar a los más necesitados en las zonas rurales, el Ayun- tamiento de Murcia creó comisiones especiales de sanidad, estadística y auxilios para la distribución de socorros. La presencia de los bomberos, la guardia civil, los barqueros del río y cientos de vecinos anónimos fueron imprescindibles para salvar vidas y recuperar animales perdidos. La importancia del acontecimiento hizo que el 20 de octubre de 1879, llegara Alfonso XII a la estación de Alcantarilla para visitar los principales puntos afectados. Isabel II exiliada en París, organizó una rifa de objetos artísticos en ayuda a Murcia. En el Hipódromo de París se preparó un gran festival a beneficio de los damnificados, a dicho acontecimiento fueron llamadas cuadrillas de tocaores, cantaores y bailaores, se recreó un poblado huerta- no con el objeto de dar mayor brillantez a la fiesta. Los ecos de la catástrofe llegaron hasta Nueva York en donde se realizaron conciertos de música en favor de Murcia. Una de las partes más importante de aquel suceso son las fuentes documentales, eje con- ductor de esta exposición. La asociación de la Prensa Francesa editó en apoyo a las vícti- mas de la inundación, el periódico Paris-Murcie dirigido Víctor Hugo, con ilustraciones de Gustave Doré, donde se coleccionaban rúbricas de dirigentes y artículos de intelectuales. Otras publicaciones que recogen noticias y grabados del suceso fueron Le Monde Illustré, L’Illustration, The Graphic, Murcia-Paris, El Globo, La Ilustración Española y Americana, La Co- rrespondencia de España. Los periódicos editados en Murcia hicieron un amplio desplie- gue de información a través de El Diario de Murcia, El Liberal, El Noticiero y La Paz, dando a conocer lo acontecido a la prensa internacional. Las cifras fueron devastadoras, el Ayuntamiento de Murcia acordó vestir de luto por espa- cio de un año, suspendiéndose los actos oficiales, carnaval y juegos florales. Lentamente la Vega del Segura fue volviendo a la normalidad, a pesar de tener las tierras convertidas en arenales, levantando viviendas, renovando ilusiones. María Luján Ortega Tomás García Martínez Comisarios La riada de Santa Teresa de 1879 Una tragedia en la Huerta de Murcia 52

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AY U N TA M I E N TO D E M U R C I A

S A L A D E L A G LO R I E TA

D E L 1 5 D E O C T U B R E D E 2 0 1 9 A L 2 0 D E E N E R O D E 2 0 2 0

DE LUNES A SÁBADOS: DE 11 A 14 Y DE 18 A 20 H

DOMINGOS Y FESTIVOS CERRADO

La riada de Santa Teresa de 1879: una tragedia en la Huerta de Murcia

Este año se celebra el ciento cuarenta aniversario de la riada de Santa Teresa (1879 - 2019),

acontecimiento histórico que asoló el Valle del Guadalentín y toda la Vega del Segura, las

cotas más altas de la inundación fueron registradas en Murcia y en Orihuela. A través de la

exposición La riada de Santa Teresa de 1879: una tragedia en la Huerta de Murcia, se quiere

rendir homenaje a los pobladores del Valle del Segura que lucharon y se sobrepusieron a

la terrible catástrofe.

Los episodios de esta conmemoración se han vuelto a rememorar por la gota fría que ha

sufrido la Región de Murcia el pasado 12 de se ptiembre y sobretodo, en los días posterio-

res. El litoral del Mar Menor, una parte importante de la Huerta de Murcia y la Vega Baja

han quedado seriamente afectados por el desbordamiento de las ramblas y del río Segura.

Las muestras de solidaridad hacia las poblaciones afectadas no han tardado en producirse,

estos movimientos fraternales han existido a lo largo de la historia en nuestra Región.

El 15 de octubre de 1879 el río superó su cauce provocando importantes daños, tanto ma-

teriales como humanos. Todo comenzó el 14 de octubre a mediodía, el frente de la riada

llegaba a la ciudad de Lorca, inundando a primera hora de la tarde el barrio de San Cristó-

bal, Santa Quiteria y la huerta de Sutullena. Al caer la noche, la crecida hizo acto de presen-

cia en las inmediaciones del término de Murcia, la fuerte avalancha de agua anegó el paso

de los Carros y el río Cota, reventando quijeros del río Isla en Sangonera la Seca. El agua

llegó de pleno desdibujando las poblaciones de Era Alta, Aljucer, Nonduermas, Alcantarilla

y Voz Negra. El avance de la avenida siguió su camino rebosando acequias, arruinando

molinos, destruyendo quijeros y parajes hasta la ciudad de Murcia. Alrededor de las dos de

la madrugada el agua inundaba la ciudad, los serenos avisaban a viva voz, las campanas de

la Catedral tocaban a rebato y las caracolas de los huertanos no cesaban de sonar.

A consecuencia de la catastrófica inundación, el trayecto de Murcia a Orihuela quedó

completamente intransitable, las líneas de ferrocarril de Madrid y Andalucía intercepta-

das. Las personas que fueron salvadas se refugiaron en el Palacio Episcopal. La huerta de

un lado y de otro, vista desde la torre de la Catedral, era un mar, no se veía más que agua.

Las miles de tahúllas repletas de frutos y hortalizas, se convertían en fango. La ciudad se

quedó sin suministro de gas y carbón.

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La solidaridad no tardó en aparecer, se crearon juntas de socorros, así como una comisión

permanente de Diputados y Senadores de Madrid. A lo largo de toda la Huerta se estable-

cieron centros operativos para ayudar a los más necesitados en las zonas rurales, el Ayun-

tamiento de Murcia creó comisiones especiales de sanidad, estadística y auxilios para la

distribución de socorros. La presencia de los bomberos, la guardia civil, los barqueros del

río y cientos de vecinos anónimos fueron imprescindibles para salvar vidas y recuperar

animales perdidos.

La importancia del acontecimiento hizo que el 20 de octubre de 1879, llegara Alfonso XII

a la estación de Alcantarilla para visitar los principales puntos afectados. Isabel II exiliada

en París, organizó una rifa de objetos artísticos en ayuda a Murcia. En el Hipódromo de

París se preparó un gran festival a beneficio de los damnificados, a dicho acontecimiento

fueron llamadas cuadrillas de tocaores, cantaores y bailaores, se recreó un poblado huerta-

no con el objeto de dar mayor brillantez a la fiesta. Los ecos de la catástrofe llegaron hasta

Nueva York en donde se realizaron conciertos de música en favor de Murcia.

Una de las partes más importante de aquel suceso son las fuentes documentales, eje con-

ductor de esta exposición. La asociación de la Prensa Francesa editó en apoyo a las vícti-

mas de la inundación, el periódico Paris-Murcie dirigido Víctor Hugo, con ilustraciones de

Gustave Doré, donde se coleccionaban rúbricas de dirigentes y artículos de intelectuales.

Otras publicaciones que recogen noticias y grabados del suceso fueron Le Monde Illustré,

L’Illustration, The Graphic, Murcia-Paris, El Globo, La Ilustración Española y Americana, La Co-

rrespondencia de España. Los periódicos editados en Murcia hicieron un amplio desplie-

gue de información a través de El Diario de Murcia, El Liberal, El Noticiero y La Paz, dando a

conocer lo acontecido a la prensa internacional.

Las cifras fueron devastadoras, el Ayuntamiento de Murcia acordó vestir de luto por espa-

cio de un año, suspendiéndose los actos oficiales, carnaval y juegos florales. Lentamente

la Vega del Segura fue volviendo a la normalidad, a pesar de tener las tierras convertidas

en arenales, levantando viviendas, renovando ilusiones.

María Luján Ortega

Tomás García MartínezComisarios

La riada de Santa Teresa de 1879 Una tragedia en la Huerta de Murcia

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Murcia. Imponente aspecto del Río Segura en las primeras horas de la madrugada del 15 de octubre. Vista tomada desde el Paseo del Malecón. (Dibujo de Antonio Hebert). La Ilustración Española y Americana. 8 de noviembre de 1879.

Los alrededores de Nonduermas después de la inundación (fotogra-fía del Sr. Almagro). La Ilustración Española y Americana. 30 de octu-bre de 1879.

Paris - Murcie. 1879.Archivo Municipal de Murcia.

Murcia. Crecida de la corriente del Segura entre la ciu-dad y el Barrio de San Benito. La Ilustración Española y Americana. 30 de octubre de 1879.

La plaza del Marqués de Camacho, a las tres de la madrugada del día 15. La Ilustración Española y

Americana. 30 de octubre de 1879.

s puntos afectados. Isabel II exiliada en Pa-rís, organizó una rifa de objetos artísticos en ayuda a Murc

Murcia. huerta del Malecón: vista tomada en las primeras horas de la mañana del 15. (Croquis del Sr. Sanmiguel).La Ilustración Española y Americana. 30 de octubre de 1879.

Murcia. huerta del Malecón: vista tomada en las primeras horas de la mañana del 15. (Croquis del Sr. Sanmiguel).

La Ilustración Española y Americana. 30 de octubre de 1879.

Estragos causados por la inundación en la huerta de Murcia. La Ilustración Espa-ñola y Americana. 30 de octubre de 1879.

Vistas tomadas de diferentes trozos del camino de la capital a Al-cantarilla (por el fotógrafo D. Juan Almagro) La Ilustración Española y Americana. 30 de octubre de 1879.