En portada

Bóveda de la nave central de la Iglesia de San Andrés della Valle, en uno de cuyos edificios anexos se

instala la sede primitiva del Colegio Pío Latino Americano.

Escudo actual del Pontificio Colegio Pío Latino Americano.

Derechos de autor registrados

2017 Antonio García Megía y María Dolores Mira y Gómez de Mercado (Edición).

Congregación de Esclavas de la Inmaculada Niña

La Religión y el Mundo Actual – 24 – África, América, Roma y España. Federico Salvador Ramón

Angarmegia: Ciencia, Cultura y Educación. Portal de Investigación y Docencia

Edición preparada con ocasión del proceso de beatificación del Padre Fundador de las Esclavas de La

Inmaculada Niña.

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La religión

y el

mundo actual - 24 -

África, América, Roma y España

Federico Salvador Ramón

Publicado en la revista mariana Esclava y Reina Congregación de Esclavas de la Inmaculada Niña

Febrero Guadix (Granada) – España

1924 zzz

Edición actualizada por

María Dolores Mira Gómez de Mercado

Antonio García Megía

Esta serie de documentos recopila los artículos que Federico Salvado Ramón, bajo

el seudónimo de «Mirasol», publica en la sección “Apuntes Sociales”, con subtítulo

genérico La Religión y el Mundo Actual, de forma casi ininterrumpida en la revista

Esclava y Reina de la Congregación de Esclavas de la Inmaculada Niña, desde su segundo

número aparecido en febrero de 1917.

Con la intención pedagógica que caracteriza toda su producción escrita, el padre

Federico observa, analiza y comenta desde un punto de vista católico, apostólico, romano

y de esclavo militante, los matices y perspectivas que se suceden en los ámbitos filosófico,

social, cultural, histórico, político, y por supuesto, religioso, durante la turbulenta

transición que supone el cambio de centuria, cuyo impacto se extiende hasta el segundo

cuarto del siglo XX.

Se trata de una época de mentalidades en conflicto que concluyen con el trágico

estallido de la Primera Guerra Mundial y sus consecuencias posteriores.

Los ejes nucleares del cambio de mentalidad afectan a campos tan diversos como

la relatividad y la operatividad de los conocimientos, el problema de los valores, las

relaciones entre ciencia, filosofía —desde el entendimiento de que la opción que cada

intelectual escoge —ya sea desde el pensamiento conceptualista, ya desde el

irracionalismo y desde la reivindicación de la «experiencia y la intuición de la

inmediatez», que siempre implica elecciones éticas y políticas a veces abiertamente

contrapuestas.

El mundo en los albores del siglo XX se enfrenta a la remoción de los fundamentos

del saber en las ciencias y en la cultura filosófica. En las décadas finales del siglo XIX y

en los inicios del siglo XX, entra en crisis el modelo positivista de cientificidad y la

prevalencia de la razón y la ciencia que habían constituido la base de los grandes sistemas

del siglo XIX. El racionalismo tradicional se ve amenazado por la irrupción imparable de

los sistemas irracionalistas de Nietzsche, Bergson o Freud.

Desde las últimas décadas del mil ochocientos y hasta la Primera Guerra Mundial,

sobre todo en Francia y en Alemania, la certeza positivista comienza a sufrir un intenso

proceso de erosión por las expansión de las posiciones irracionalista ya citadas y por la

transformación interna del propio positivismo, en el sentido de una mayor conciencia

crítica sobre las posibilidades, los límites y los métodos del saber científico, tal como se

manifiesta en la postulación sobre la fenomenología de Edmund Husserl.

Este decurso acelera el proceso de modernización emprendida por la burguesía

liberal hacia el capitalismo financiero que se aleja del capitalismo industrial alumbrado

en el siglo XVIII.

A ello se suman las transformaciones culturales sobrevenidas por las políticas de

expansión imperialista y colonial de las grandes potencias, exclusivamente europeas hasta

los inicios del siglo XX, a las que habrán de sumarse desde inicios de la centuria, los

Estados Unidos norteamericanos y el Imperio de Japón que sale fortalecido tras derrotar

al coloso Ruso en la guerra por el dominio de los territorios de Manchuria.

Este es el contexto en que se desarrolla la vida del padre Federico Salvador

Ramón, y, como queda dicho, esta su postura al respecto.

María Dolores Mira y Gómez de Mercado Antonio García Megía

LA RELIGIÓN Y EL MUNDO ACTUAL – ÁFRICA, AMÉRICA, ROMA Y ESPAÑA

FEDERICO SALVADOR RAMÓN

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La religión y el mundo actual

- 24 -

Apuntes Sociales África, América, Roma y España

Los momentos actuales son cada día más preciosos para la Humanidad, si se

atiende al desenvolvimiento intenso y extensísimo que el espíritu humano recibe a cada

instante.

Desde que se inició el armisticio en la guerra mundial hasta nuestros días, el

espiritualismo religioso católico ha recibido tales impulsos, que solo son comparables con

la inmensa derrota que el Protestantismo y la civilización por él inspirada sufrieron en los

campos de batalla y en las páginas de los tratados mal llamados de paz.

Desde estos día, bien evidente es. Inglaterra y los E.E.U.U. americanos luchan

entre sí como dos poderosísimos rivales por seguir empuñando, la primera, y por

arrebatarle, la segunda, el cetro de la hegemonía material del mundo que por luengos

siglos venía ostentando la industrial Albión.

Nosotros creemos que, en la actualidad, Nueva York se impondrá a Londres y no

será poco que ésta no se deje aplastar o anular por aquélla en día no lejano. Más de una

LA RELIGIÓN Y EL MUNDO ACTUAL – ÁFRICA, AMÉRICA, ROMA Y ESPAÑA

FEDERICO SALVADOR RAMÓN

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vez hablamos de este asunto que hoy, si nos importa recordar, no es al que deseamos

prestar atención preferente.

En lo que vamos a parar, sencillamente, nuestra consideración, benévolos lectores,

es en el movimiento espiritualista que conmueve a todas las naciones y en el lugar que a

España le toca ocupar en esa decidida marcha hacia la verdadera civilización, que no es,

ni puede ser, otra que la Católica, nacida de los labios sapientísimos de Cristo, que anida

en el Corazón augusto del Dios Hombre y que es llevada por doquiera por los verdaderos

apóstoles de la humanidad y regada con la generosa sangre de esos mismos imitadores

del divino Maestro v Mártir.

Roma, que, desde hace veinte siglos viene siendo la columna y fundamento de la

verdad, la base sobre la cual se asienta todo ordenado impulso hacia el bien de las naciones

y el foco del que irradian todos los resplandores que iluminan los senderos que nos han

de llevar al progreso, hijo del propio sacrificio, y a la paz, madre e hija a la vez de la

sabiduría y la virtud.

Roma muéstrase hoy como en el cenit de la gloria del Pontificado y, sobre la frente

del Soberano Pontífice Pío XI, han hecho su trono el espíritu de mártir de Pío IX, la

ciencia esplendorosa de León XIII, el celo restaurador de todas las cosas en Cristo

Sacramentado de Pío X y la actividad soberana de Benedicto XV. Y el grande Pío se

presenta ante todos los próceres de la tierra, en cuanto es dado a la humana flaqueza,

digno de representar entre los hombres al que es Rey de reyes y Señor de los señores.

Y, porque es Soberano espiritual de todas las almas, pone sus plantas, si así me

permitís que lo exprese, sobre África, Oceanía y la América del Sur, y abraza con toda la

efusión de su inmenso amor a Europa, Asia y América del Norte, para vivificar al mundo

entero con el calor que recibe del divino Salvador Sacramentado que ha de vivir con

nosotros hasta la consumación de los siglos.

Y, porque así es, Pío XI siente como llegan a él, para beber la vida, las naciones

todas del mundo mediante sus representares, y hasta el mundo musulmán honra al Papa.

Y éste se preocupa en la manera de sustituir a Jesucristo por Mahoma entre los doscientos

millones de mahometanos que hay en el planeta.

Y España, fiel siempre a las palpitaciones más nobles y generosas que la fe hace

sentir al mundo, aparece al instante, armada con las inexpugnables armas de la caridad y

revestida con la grandiosidad que las páginas de la historia la prestan, y con una mano en

la América Española y con otra en África, se presenta con todos los derechos que la dan

de consumo el descubrimiento de los mundos y la conquista y civilización de más de

veinte naciones salvajes e idólatras, y contando con la avasalladora fuerza de la Religión

y del idioma, de la sangre derramada y vinculada, y de los usos y costumbres, se muestra

LA RELIGIÓN Y EL MUNDO ACTUAL – ÁFRICA, AMÉRICA, ROMA Y ESPAÑA

FEDERICO SALVADOR RAMÓN

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madre cariñosa de la América Católica, que es lo mismo que decir española. Y el Papa de

las representaciones diplomáticas de nuestra América, no parece sino que da cita, en el

gran colegio Pío Latino Americano1, para ungir Emperador de esas múltiples naciones al

catolicísimo rey Alfonso XIII con el óleo, con el amor más entusiasta.

En el Colegio Pío Latino Americano, en una efusión de verdadera caridad

cristiana, nos atrevemos a decir que se pusieron las bases indestructibles del nuevo Santo

Imperio que formarán, unidas por los firmísimos lazos del amor maternal y de los más

sinceros afectos filiales, entre la Madre España, Alma Mater de las naciones, y las

Repúblicas Americanas que llevan en sus venas la generosa sangre de Don Pelayo, de

Fernando III el Santo, y de Fernando V e Isabel I, los reyes Católicos por excelencia y los

más excelsos fundadores de la monarquía en el mundo, porque no hubo reyes jamás que

fundaran con tan hondos cimientos ni que elevaran tanto la ingente fábrica de la

monarquía netamente española, sapientísimamente expurgada de moros y de judíos.

Pero el descubrimiento del Nuevo y del Novísimo Mundo, había de entretener a

España, siquiera fuera por la arrolladora fuerza de las humanas pasiones en aquellos

inmensos campos de riqueza, y España y todas las naciones europeas lanzáronse

regocijadas a los nuevos campamentos en donde, si valor era preciso a Europa no le

faltaba, y si el botín incita al corazón para lanzarse a las más arriesgadas empresas, allí

era tan abundante que aún no ha cesado de correr crecidísimo el río de oro que ha dado a

toda Europa largos tesoros. Y, como era humano, allá fueron todos con todas sus fuerzas.

Entre tanto, los imperios turco y marroquí, por el peso corruptor de sus bárbaras

costumbres y por las duras acometidas que, a las veces, sufrían, como las de Viena y

Lepanto, o el martilleo que España hacía sentir en el norte de África a sus legendarios

enemigos los moros casi sin cesar, aunque no tan violento como debiera, fuéronse

debilitando hasta el extremo en que hoy los contemplamos.

Y es la hora señalada por la divina Providencia, para llevar la ley del amor

cristiano a esos dos imperios.

1 N.E. El Colegio Pío Latino Americano se estableció el 21 de noviembre de 1858 en el edificio anejo a la

iglesia de San Andrés della Valle y comenzó labores con diecisiete seminaristas argentinos, colombianos y

peruanos. Su objeto: establecer en Roma un seminario internacional latinoamericano para formar, bajo

mirada directa del Sumo Pontífice, sacerdotes virtuosos y preparados para defender y propagar la fe católica

en América Latina. En 1859, por disposición del Papa Pío IX, el Padre General de la Compañía de Jesús

nombró el primer rector jesuita del Colegio-Seminario. Pío X, en la carta apostólica Sedis Apostolicae del

19 de Marzo de 1905, dio a la institución la dignidad de Pontificia, y confía perpetuamente la dirección del

Colegio a la Compañía de Jesús.

LA RELIGIÓN Y EL MUNDO ACTUAL – ÁFRICA, AMÉRICA, ROMA Y ESPAÑA

FEDERICO SALVADOR RAMÓN

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Y es el momento de hacer cuanto esté de nuestra parte, como españoles, y

obligados moralmente por el testamento de nuestra incomparable Isabel I, para dar a los

mahometanos la ley del amor de Cristo.

Nos regalamos en contemplar a España disponiendo su maternal regazo para

recibir a sus hijos americanos, y con ellos complacerse adorando al Redentor del Mundo

en la persona del Romano Pontífice, árbitro de los más nobles y engrandecedores destinos

de la humanidad, pero que no sea esta gloría parte a separar ya nuestra atención del

empeño que hace cinco siglos tenemos emplazado, y que hoy se nos impone, aunque

muchos no lo entiendan, o no lo quieran entender, como una realidad que nos obliga por

necesidad propia y por conveniencias internacionales.

España debe ir a Marruecos como fue a América, a civilizar en católico pese a

quien pese. No a derramar sangre propia ni magrebí, ni a sostener dispendios imposibles

de soportar. España debe ir a realizar la civilización rifeña en verdadero cristiano, esto es,

haciendo bien a los que han de civilizar.

Y para esto se necesita, sencillamente, que los que se han de rebelar sientan que

nuestra fuerza será eficaz para sostenerlos. Esto es un principio de todos proclamado

tratando de la pacificación de Marruecos.

Y en segundo término, otro ejército que practique entre los pobres las obras de

misericordia, hoy, especialmente las corporales. No vanas y perjudiciales predicaciones

de palabra, sino eficacísima predicación de obras benéficas.

Este ejército no hace falta que sea siquiera de hombres, mujeres hay con vocación

para ello que, vestidas a la usanza mora, empezarían por ganarse el corazón de la

degradada mujer mahometana, y que podrían sustentar y vestir a tantas mujeres y niños

harapientos y famélicos, que en los montones de basura buscan, avaros, su alimento.

Hechas estas obras de misericordia por las manos blandas y generosas de la

caridad divina, tienen más fuerzas de atraer que todas las predicaciones, que ahora serían,

sin duda, contraproducentes.

Obrar, primero, después, cuando sea conveniente, se podrá hablar.

El divino Maestro así empezó, con obras, no con palabras, y las obras de la

Redención empezadas fueron por María a la faz de los hombres. Con María lo encontraron

los pastores, en los brazos de María lo adoraron los Reyes, y en los brazos de María fue a

Egipto...

Cuando reflexionamos en la sublime sencillez de esta gigante empresa llevada a

cabo con el humilde modo del Rey de reyes, por toda España saldríamos clamando en

LA RELIGIÓN Y EL MUNDO ACTUAL – ÁFRICA, AMÉRICA, ROMA Y ESPAÑA

FEDERICO SALVADOR RAMÓN

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contra de las estrepitosas conquistas, y de los aparatosos recibimientos a los ficticios

conquistadores que solo acarrearon a la Patria días de llanto.

No, no es ese el camino, basta que sepan los cabecillas rebeldes que no es fácil ni

productivo guerrear, y que la masa mora se percate de que se le hace bien.

Menos corrupción en los teatros, en los cines, en las casas y en las calles y plazas.

Un Directorio, Majestad Católica, un Directorio de hombres avezados a las obras

de beneficencia y a los sacrificios de la caridad.

Un centro en donde sea el amor el que imparta el bien y que disponga primero de

un poco de haber inicial. Después, que sea engrosado con la mitad de los gastos que hagan

los soldados, que por causa de ese centro se repatríen, y, más tarde, ese centro será el que

haya hecho felices a los rifeños y haya devuelto a España la paz que no goza.

Si nuestro Católico Rey, auxiliado de su generosa esposa, pusiera manos en este

asunto buscando al hombre capaz y huyendo toda obra de fingido aparato exterior, aliento

de vanidades, bien pronto sentiría la grandeza superior a toda otra de haber procurado,

como sus gloriosos antecesores los Reyes Catolices, antes que la prosperidad de sus

propios Estados, el bienestar y la civilización de otros pueblos.

Y así, Majestad Católica, recibiríais con todo honor la gloria que os ofrece

América, porque estaríais Vos mismo empeñado en dar al África lo que vuestros magnos

antecesores dieron al mundo desconocido.

Así pedimos a Dios que sea por intercesión de nuestra soberana Reina y Madre, la

Divina Infantita, haciendo votos incesantes, mediante Ella, al Augusto Rey

Sacramentado, para que no nos deslumbre la gloria americana y nos distraiga lo más

pequeño de la conquista espiritual del alma mora.

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