La Reina Del Cielo en El Reino de La Divina Voluntad (Vzla)

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La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad

Sierva de Dios Luisa Piccarreta La Pequea Hija de la Divina Voluntad 0

Nihil obstat Pbro. J. Gracin Ordaz Censor Eclesistico

Arzobispado Guadalajara, Jal. 18 de junio del 2006 Mons. G. Ramiro Valds Snchez Vicario General

Primera Edicin: Mayo 2012 Hijos del Divino Querer Autorizado por: Salvador Tomassiny F. Valencia- Venezuela 1

Vol. 34 - Mayo 28, 1937 La Reina, portadora de Jess, el gran don que le fue entregado. Trabajo que tuvo del Ente Supremo. El vivir en el Querer Divino contina, es tanto su Amor que me esconde en su Luz, a fin de que no vea, no oiga, no toque ms que su Santsima Voluntad. Esta maana, mi Madre Celestial me ha dado una dulce y querida sorpresa: Habiendo recibido la Santa Comunin se haca ver en mi interior, que estaba con el nio Jess, lo tena tan estrechado a su materno corazn, cubierto con sus brazos, que para mirarlo y recrearlo con mi pequeo amor, deba abandonarme entre sus brazos para estarme tambin yo unida con ellos, a fin de que pudiese amar como se amaban Jess y la Mam Reina. Oh! cmo estaban contentos de que yo quera hacer vida junto con ellos. Ahora, mientras me estaba estrechada con ellos, la Soberana Reina, toda bondad y ternura me ha dicho: Amada hija ma, t debes saber que Yo soy la portadora de Jess, esto fue un don que el Ente Supremo me confi, y cuando fue una realidad que Yo tuve la Gracia, el Amor, la Potencia y la misma Voluntad Divina para tenerlo custodiado, defendido, amado, entonces me hizo la entrega del don, esto es, el Verbo Eterno, que se encarn en mi seno dicindome: Hija nuestra, te hacemos el gran don de la Vida del Hijo de Dios, a fin de que t seas la duea de Ella y lo dones a quien quieras, pero debes saber cmo tenerlo defendido, jams lo dejes solo en aquellos a quien lo dones, para suplir si no lo aman, para repararlo si lo ofenden, hars de modo que nada le falte a la decencia, a la santidad, a la pureza que le conviene, s atenta, es el don ms grande que te hacemos, y te damos el poder de bilocarlo cuantas veces quieras, a fin 2

de que quien lo quiera pueda recibir este gran don y poseerlo. Ahora, este Hijo es mo, es don mo, y como mo conozco sus secretos amorosos, sus ansias, sus suspiros, pero tanto, que llega a llorar y con sollozos repetidos me dice: Mam ma, dame a las almas, quiero las almas. Yo quiero lo que quiere l, puedo decir que suspiro y lloro junto, porque quiero que todos posean a mi Hijo, pero debo poner al seguro su Vida, el gran don que Dios me confi; he aqu por qu si desciende en los corazones Sacramentado Yo desciendo junto por garanta de mi don, no puedo dejarlo solo; pobre Hijo mo si no tuviera a su Mam que desciende junto, cmo me lo tratan mal; quin no le dice un te amo de corazn, y yo debo amarlo; quin lo recibe distrado, sin pensar en el gran don que reciben, y yo me derramo sobre l para no dejarlo sentir sus distracciones y frialdades; quin llega a hacerlo llorar, y Yo debo quitarle el llanto y hacer los dulces reproches a la criatura, que no me lo hagan llorar. Cuntas escenas conmovedoras suceden en los corazones que lo reciben Sacramentado; hay almas que jams se contentan de amarlo, y Yo les doy mi amor, y tambin el suyo para hacerlo amar, estas son escenas de Cielo, y los mismos ngeles quedan raptados por ellas, y nos reanimamos de las penas que nos han dado las otras criaturas. Pero quin puede decirte todo? Soy la portadora de Jess, ni l quiere estar sin M, tanto, que cuando el sacerdote est por pronunciar las palabras de la consagracin sobre la Ostia Santa, hago alas con mis manos maternas a fin de que descienda por medio de mis manos para consagrarse, para que, si manos indignas lo tocan, Yo hago sentir las mas que lo defienden y lo cubren con mi amor. Pero esto no basta, estoy siempre de guardia para ver si quieren a mi Hijo, tanto, que si algn pecador se arrepiente de sus graves pecados y la luz de la Gracia despunta en su corazn, Yo, rpidamente le llevo a Jess 3

como confirmacin del perdn, y Yo pienso en todo lo que se necesita para hacer que se quede en aquel corazn convertido. Soy la portadora de Jess, y lo soy porque poseo en M el reino de su Voluntad Divina; Ella me revela quin lo quiere, y Yo corro, vuelo para llevarlo, pero sin jams dejarlo, y no slo soy portadora, sino espectadora, escucha de lo que hace y dice a las almas. Crees t que Yo no estaba presente para escuchar las tantas lecciones que mi amado Hijo te daba sobre su Divina Voluntad? Yo estaba presente, escuchaba palabra por palabra lo que te deca, y en cada palabra Yo agradeca a mi Hijo y me senta doblemente glorificada porque hablaba del reino que Yo ya posea, que haba sido toda mi fortuna y la causa del gran don de mi Hijo, y al orlo hablar Yo vea injertada la fortuna de mis hijos con la ma; oh! cmo exultaba, todas las lecciones que te ha dado, y an ms, estn ya escritas en mi corazn, y al ver que te las repeta a ti Yo gozaba en cada leccin un paraso de ms, y cuantas veces t no estabas atenta y olvidabas, Yo peda perdn por ti y le rogaba que repitiese sus lecciones, y l para contentarme, porque no sabe negar nada a su Mam, te repeta sus bellas lecciones. Hija ma, Yo estoy siempre con Jess, pero a veces me escondo en l, y parece que l hace todo, como si hiciera sin M, pero Yo estoy dentro, concurro junto con l y estoy al da de lo que hace; otras veces se esconde l en su Mam y me hace hacer a M, pero siempre es concurrente conmigo; otras veces nos hacemos presentes los dos, y las almas ven a la Madre y al Hijo, quienes los aman tanto segn las circunstancias y el bien que ellas requieren, y muchas veces es el amor que no podemos contener que nos hace dar en excesos hacia ellas; pero ten por seguro que si est mi Hijo, estoy Yo, y que si estoy Yo, est mi Hijo, es un trabajo que me fue dado por el Ente Supremo, del cual Yo no puedo, ni 4

quiero retirarme, mucho ms que estas son las alegras de mi maternidad, los frutos de mis dolores, la gloria del reino que poseo, la Voluntad y el cumplimiento de la Trinidad Sacrosanta. ++++ Fiat! LLAMADA MATERNA DE LA REINA DEL CIELO. Hija queridsima, siento la irresistible necesidad de descender del Cielo para hacerte mis visitas maternas, si t me aseguras tu amor filial y tu fidelidad, Yo permanecer siempre contigo en tu alma para hacerte de maestra, modelo, ejemplo y Madre tiernsima. Yo vengo para invitarte a entrar en el Reino de tu Mam, en el Reino de la Divina Voluntad y llamo a la puerta de tu corazn para que t me abras. Sabes? Con mis mismas manos te traigo en don este libro, te lo ofrezco con premura materna, para que t a tu vez, leyndolo, aprendas a vivir de Cielo y no ms de tierra. Este libro es de oro hija ma, l formar tu fortuna espiritual, tu felicidad incluso terrena. En l encontrars la fuente de todos los bienes: Si eres dbil, adquirirs la fuerza; si eres tentada, adquirirs la victoria; si has cado en la culpa, encontrars la mano piadosa y potente que te levantar; si te sientes afligida, encontrars el consuelo; si ests fra, el medio seguro para enfervorizarte; si hambrienta, gustars el alimento exquisito de la Divina Voluntad. Con l no te faltar nada, no estars ms sola, porque tu Mam te har dulce compaa y con todo su cuidado materno tomar la tarea de hacerte feliz. Yo, la 5

Emperatriz celestial, pensar en todas tus necesidades con tal que aceptes vivir unida a M. Si t conocieras mis ansias, mis suspiros ardientes, e incluso las lgrimas que derramo por mis hijos! Si t supieras cmo ardo por el deseo de que t escuches mis lecciones todas de Cielo y aprendas a vivir de Voluntad Divina! En este libro t vers maravillas, encontrars una Mam que te ama de tal manera, de sacrificar a su amado Hijo por ti, para poderte hacer vivir de la misma vida de la cual Ella vivi en la tierra. Ah! no me des este dolor, no me rechaces, acepta este don de Cielo que te traigo, acoge mi visita, mis lecciones. Debes saber que Yo recorrer todo el mundo, ir a cada individuo, en todas las familias, en las comunidades religiosas, en cada nacin, junto a todos los pueblos, y si es necesario girar por siglos enteros hasta que haya formado como Reina mi pueblo, como Madre mis hijos, los cuales conozcan y hagan reinar dondequiera la Divina Voluntad. Aqu tienes expuesto el propsito de este libro, Aquellos que lo acojan con amor sern los primeros hijos afortunados que pertenecern al Reino del Fiat Divino, y Yo, con caracteres de oro escribir sus nombres en mi materno corazn. Mira hija ma, aqul mismo amor infinito de Dios que en la Redencin quiso servirse de M para hacer descender el Verbo Eterno sobre la tierra, me llama ahora otra vez a actuar, y me confa el arduo trabajo, el sublime mandato de formar sobre la tierra a los hijos del Reino de su Divina Voluntad. Maternalmente presurosa me pongo a la obra y te preparo el camino que te deber conducir a este feliz Reino. Para tal propsito te dar sublimes y celestiales lecciones, te 6

ensear nuevas y especiales oraciones mediante las cuales empears al cielo, al sol, a la Creacin, a mi misma vida y la de mi Hijo, a todos los actos de los santos, a fin de que a nombre tuyo, ellos pidan el Reino adorable del Querer Divino. Estas plegarias son las ms potentes, porque comprometen al mismo obrar divino. Por medio de ellas Dios se sentir desarmado y vencido por la criatura; fuerte por esta ayuda, t acelerars la venida de su Reino felicsimo y conmigo obtendrs que la Divina Voluntad se haga como en el Cielo as en la tierra, segn el deseo del Maestro divino. nimo hija ma, contntame y Yo te bendecir.

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ORACIN A LA REINA DEL CIELO PARA CADA DA DEL MES DE MAYO. Reina Inmaculada, celestial Madre ma, vengo sobre tus rodillas maternas para abandonarme como tu querida hija en tus brazos, para pedirte con los suspiros ms ardientes, la gracia ms grande: Que me admitas a vivir en el Reino de la Divina Voluntad. Mam santa, T que eres la Reina de este Reino, admteme como hija tuya a vivir en l, a fin de que no est ms desierto sino poblado de tus hijos. Por eso Soberana Reina, a ti me confo, a fin de que gues mis pasos en el Reino del Querer Divino, y estrechada a tu mano materna guiars todo mi ser para que haga vida perenne en la Divina Voluntad. T me hars de Mam, y como a mi Mam te entrego mi voluntad, para que me la cambies por la Divina Voluntad y as pueda estar segura de no salir de su Reino. Por eso te ruego que me ilumines para hacerme comprender qu significa Voluntad de Dios. Ave Mara

PRCTICA: En la maana, al medio da y en la tarde, es decir, tres veces al da, ir sobre las rodillas de nuestra Mam celestial a decirle: Mam ma, te amo, y T mame y dale un sorbo de Voluntad de Dios a mi alma, y dame tu bendicin para que pueda hacer todas mis acciones bajo tu mirada materna.

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PRIMER DA La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad. El primer paso de la Divina Voluntad en la Inmaculada Concepcin de la Mam celestial. EL ALMA A SU INMACULADA REINA: Heme aqu, oh Mam dulcsima, postrada ante ti, hoy es el primer da del mes de mayo, consagrado a ti, en el cual todos tus hijos quieren ofrecerte sus florecitas para demostrarte su amor y para comprometer a tu amor a amarlos, y yo te veo como descender de la patria celestial cortejada por legiones anglicas para recibir las bellas rosas, las humildes violetas, los castos lirios de tus hijos, y corresponderlos con tus sonrisas de amor, con tus gracias y bendiciones, y estrechndote al seno materno los dones de tus hijos, te los lleves al Cielo para conservarlos como prenda y corona para el punto de su muerte. Mam celestial, en medio a tantos, yo que soy la ms pequea, la ms necesitada de tus hijos, quiero venir hasta tu seno materno para llevarte no flores y rosas, sino un sol cada da. Pero la Mam debe ayudar a la hija dndome tus lecciones de Cielo, para ensearme como formar estos soles divinos, para darte el homenaje ms bello y el amor ms puro. Mam querida, T has entendido que cosa quiere tu hija, quiero ser enseada por ti a vivir de Voluntad Divina, y yo transformando mis actos y toda yo misma en la Divina Voluntad, de acuerdo a tus enseanzas, cada da te llevar a tu seno materno todos mis actos cambiados en soles. LECCIN DE LA REINA DEL CIELO: Hija bendita, tu oracin ha herido mi materno corazn, y llamndome del Cielo estoy ya junto a mi hija para darte mis 9

lecciones todas de Cielo. Mrame hija querida, miradas de ngeles me circundan y reverentes estn todos a la expectativa para orme hablar de aquel Fiat Divino, del cual poseo ms que todos su fuente, conozco sus admirables secretos, sus alegras infinitas, su felicidad indescriptible y su valor incalculable. Or que mi hija me llama porque quiere mis lecciones sobre la Divina Voluntad, es para M la fiesta ms grande, la alegra ms pura, y si t escuchas mis lecciones Yo me sentir afortunada de ser tu Mam. Oh, cmo suspiro por tener una hija que quiera vivir toda de Voluntad Divina! Dime oh hija, me contentars? Me dars tu corazn, tu voluntad, toda t misma en mis manos maternas a fin de que te prepare, te disponga, te fortifique, te vace de todo, de modo que pueda llenarte toda de luz de Divina Voluntad y forme en ti su Vida Divina? Por eso apoya tu cabeza sobre el corazn de tu Mam celestial, y s atenta a escucharme para que mis sublimes lecciones te hagan decidir a no hacer jams tu voluntad, sino siempre la de Dios. Hija ma, escchame, es mi corazn materno que te ama tanto y que quiere volcarse sobre ti; debes saber que te tengo aqu escrita en mi corazn, el cual te ama como verdadera hija, pero siento un dolor porque no te veo igual a tu Mam, pero sabes quin nos vuelve diferentes? Ah! es tu voluntad la que te quita la frescura de la gracia, la belleza que enamora a tu Creador, la fuerza que todo vence y soporta, el amor que todo consume, en suma, no es la Voluntad que anima a tu Mam celestial. T debes saber que Yo conoc mi voluntad humana slo para tenerla sacrificada en homenaje a mi Creador, mi vida fue toda de Voluntad Divina, desde el primer instante de mi concepcin fui plasmada, enfervorizada y puesta en su luz, la cual purific con su potencia mi germen humano y qued concebida sin mancha original, por eso, si mi concepcin fue sin mancha y tan 10

gloriosa de formar el honor de la Familia Divina, fue slo el Fiat omnipotente que se volc sobre mi germen, y pura y santa qued concebida. As que si el Querer Divino no se hubiera vertido sobre mi germen, ms que una tierna madre para impedir los efectos del pecado original, habra encontrado la triste suerte de las otras criaturas, de ser concebida con el pecado original, por eso la causa primaria fue la Divina Voluntad, a Ella sea el honor, la gloria, el agradecimiento de ser toda concebida sin mancha de origen. Ahora hija de mi corazn escucha a tu Mam, haz a un lado tu voluntad humana, contntate de morir antes que concederle un acto de vida; tu Mam celestial estara contenta de morir miles y miles de veces antes que hacer un solo acto de mi voluntad, no quieres t entonces imitarme? Ah! si t la tuvieras sacrificada en honor de tu Creador, el Querer Divino har el primer paso en tu alma y te sentirs rodeada de un aura celestial, purificada y enfervorizada, de modo de sentirte aniquilar los grmenes de tus pasiones, y te sentiras puesta en los primeros pasos del Reino de la Divina Voluntad; por eso s atenta, si eres fiel en escucharme Yo te guiar, te llevar de la mano por los caminos interminables del Fiat Divino, te tendr defendida bajo mi manto azul y sers mi honor, mi gloria, y nuestra victoria. EL ALMA: Virgen Inmaculada, ponme en tus rodillas maternas y hazme de Mam, con tus santas manos posesinate de mi voluntad, purifcala, frjala, inflmala con el toque de tus dedos maternos, ensame a vivir nicamente de Voluntad Divina. PRCTICA: Hoy para honrarme, desde la maana y en todas tus acciones pondrs tu voluntad en mis manos 11

dicindome: Mam ma, ofrece T misma el sacrificio de mi voluntad a mi Creador. JACULATORIA: Mam ma, encierra la Divina Voluntad en mi alma para que tome su primer lugar, y forme su trono y su morada.

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SEGUNDO DA El segundo paso de la Divina Voluntad en la Reina del Cielo. La primera sonrisa de la Trinidad Sacrosanta ante su Inmaculada Concepcin. EL ALMA A SU INMACULADA REINA: Heme aqu de nuevo sobre tus rodillas maternas para escuchar tus lecciones. Mam celestial, a tu potencia se confa esta pobre hija tuya, soy muy pobre, lo reconozco, pero s que T me amas como Mam, y esto me basta para arrojarme en tus brazos, a fin de que T tengas compasin de m, y abrindome los odos del corazn me hagas or tu voz dulcsima para darme tus sublimes lecciones. T, Mam santa, purificars mi corazn con el toque de tus dedos maternos, para que encierre en l el celestial roco de tus celestiales enseanzas. LECCIN DE LA REINA DEL CIELO: Hija ma, escchame, si t supieras cunto te amo confiaras ms en tu Mam, y no dejaras escapar ni siquiera una sola de mis palabras, t debes saber que no slo te tengo escrita en mi corazn, sino que dentro de este corazn tengo una fibra materna que me hace amar ms que madre a mi hija. Por eso quiero hacerte or el gran prodigio que obr el Fiat Supremo en M, para que t, imitndome, puedas darme el gran honor de ser mi hija reina. Cmo suspira mi corazn ahogado de amor el tener en torno a M la legin noble de las pequeas reinas. Por eso escchame hija ma querida, en cuanto el Querer Divino se volc sobre mi germen humano para impedir los tristes efectos de la culpa, la Divinidad sonri, se puso en 13

fiesta al ver mi germen, aquel germen humano puro y santo como sali de sus manos creadoras en la creacin del hombre. Y el Fiat Divino hizo entonces el segundo paso en M, llevando ste mi germen humano, por l purificado y santificado ante la Divinidad, a fin de que se volcara a torrentes sobre mi pequeez en acto de ser concebida, y la Divinidad descubriendo en M, bella y pura su obra creadora, sonri de complacencia y querindome festejar, el Padre celestial verti en M mares de potencia, el Hijo mares de sabidura, el Espritu Santo mares de amor. As que Yo qued concebida en la luz interminable de la Divina Voluntad y en medio de estos mares divinos, que mi pequeez, no pudindolos contener, formaba olas altsimas para enviarlas nuevamente como homenajes de amor y gloria al Padre, al Hijo y al Espritu Santo. Y la Trinidad estaba toda atenta sobre M, y para no dejarse vencer por M en amor, sonrindome y acaricindome me enviaba otros mares, los cuales me embellecan tanto, que en cuanto fue formada mi pequea humanidad adquir la virtud de raptar a mi Creador, y se haca verdaderamente raptar, tanto, que entre Dios y Yo hubo siempre fiesta, nada nos negbamos recprocamente, Yo no le negu jams nada, y l tampoco. Pero sabes t quin me animaba con esta fuerza raptora? La Divina Voluntad que como vida reinaba en M, por eso la fuerza del Ser Supremo era la ma, y por eso tenamos igual fuerza para raptarnos mutuamente. Ahora hija ma escucha a tu Mam, debes saber que Yo te amo mucho y quisiera ver tu alma llena de mis mismos mares, estos mares mos estn llenos y quieren verterse, pero para hacer esto debes vaciarte de tu querer, a fin de que el Querer Divino pueda hacer el segundo paso en ti, y constituyndose como principio de vida en tu alma, llame la atencin del Padre celestial, del Hijo y del Espritu Santo para volcarse sobre ti con sus mares desbordantes, pero para 14

hacer esto quieren encontrar en ti su misma Voluntad, porque no quieren confiar a tu voluntad humana sus mares de potencia, de sabidura, de amor y de belleza indecibles. Hija querida, escucha a tu Mam, pon la mano en tu corazn, dime tus secretos, cuntas veces has sido infeliz, torturada, amargada, porque has hecho tu voluntad? Mira, t has puesto fuera una Voluntad Divina y has cado en el laberinto de los males; Ella quera volverte pura y santa, feliz y bella, de una belleza encantadora, y t con hacer tu voluntad le has hecho la guerra y con dolor la has puesto fuera de su querida habitacin, la cual es tu alma. Escucha hija de mi corazn, esto es un dolor para tu Mam, el no ver en ti el Sol del Fiat Divino sino las densas tinieblas de la noche de tu voluntad humana. Pero ten valor, si t me prometes darme tu voluntad en mis manos, Yo, tu Mam celestial, te tomar en mis brazos, te pondr sobre mis rodillas y reordenar en ti la Vida de la Divina Voluntad, y tambin t, despus de tantas lgrimas mas formars mi sonrisa, mi fiesta, y la sonrisa y la fiesta de la Trinidad Sacrosanta. EL ALMA: Mam celestial, si tanto me amas te ruego que no permitas que yo descienda de tus rodillas maternas, y cuando veas que estoy por hacer mi voluntad, vigila mi pobre alma y encerrndome en tu corazn, la fuerza de tu amor queme mi querer, as cambiar tus lgrimas en sonrisas de complacencia. PRCTICA: Hoy para honrarme vendrs tres veces sobre mis rodillas, entregndome tu querer dicindome: Mam ma, quiero que mi voluntad sea tuya, a fin de que me la cambies por la Voluntad Divina. 15

JACULATORIA: Soberana Reina, con tu imperio divino abate mi voluntad, a fin de que surja en m el germen de la Divina Voluntad. + + + +

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TERCER DA El tercer paso de la Divina Voluntad en la Reina del Cielo. La sonrisa de toda la Creacin por la concepcin de la celestial Nia. EL ALMA A LA VIRGEN: Soberana Mam, esta pequea hija tuya, raptada por tus celestiales lecciones, siente la extrema necesidad de venir cada da sobre tus rodillas para escucharte y poner en mi corazn tus enseanzas maternas. Tu amor, tu dulce acento, el estrecharme a tu corazn entre tus brazos, me infunden valor y confianza de que mi Mam me dar la gran gracia de hacerme comprender el gran mal de mi voluntad. LECCIN DE LA REINA DEL CIELO: Hija ma escchame, es un corazn de madre el que te habla, y como veo que me quieres escuchar mi corazn se alegra y siente la esperanza cierta de que mi hija tomar posesin del Reino de la Divina Voluntad, que Yo poseo en mi materno corazn para darlo a mis hijos. Por eso s atenta a escucharme y escribe todas mis palabras en tu corazn, para que las tengas presentes siempre, y modeles tu vida de acuerdo a mis enseanzas. Escucha hija ma, en cuanto la Divinidad sonri y festej mi concepcin, el Fiat Supremo hizo el tercer paso en mi pequea humanidad. Muy pequeita me dot de razn divina, y movida toda la Creacin a fiesta me hizo reconocer por todas las cosas creadas como su Reina, reconocieron en M la Vida del Querer Divino y todo el universo se postr a mis pies, aunque pequea y no nacida an, y alabndome, el sol me festej y sonri con su luz; el cielo me festej con sus 17

estrellas, sonrindome con el manso y dulce centelleo y ofrecindose como refulgente corona sobre mi cabeza; el mar con sus olas, elevndose y abajndose, pacficamente me festej; en suma, no hubo cosa creada que no se uniera a la sonrisa y a la fiesta de la Trinidad Sacrosanta, todos aceptaron mi dominio, mi imperio, mi mando, y se sintieron honrados de que despus de tantos siglos desde que Adn perdi el mando y el dominio de s por haberse sustrado de la Divina Voluntad, encontraron en M a su reina, y toda la Creacin me proclam Reina del Cielo y de la tierra. Querida hija ma, has de saber que la Divina Voluntad cuando reina en el alma no sabe hacer cosas pequeas, sino grandes, quiere concentrar en la afortunada criatura todas sus prerrogativas divinas, y todo lo que ha salido de su Fiat omnipotente la circundan y quedan obedientes a sus indicaciones. Qu cosa no me dio el Fiat Divino? Me dio todo, Cielo y tierra estaban en mi poder, me senta dominadora de todo, incluso de mi mismo Creador. Ahora hija ma escucha a tu Mam, oh! cmo me duele el corazn al verte dbil, pobre, sin tener el verdadero dominio de dominarte a ti misma; temores, dudas, preocupaciones, son los que te dominan, todos mseros harapos de tu voluntad, pero sabes el por qu? Porque no existe en ti la Vida ntegra del Querer Divino, que poniendo en fuga todos los males del querer humano te haga feliz y te llene de todos los bienes que l posee. Ah! si t con propsito firme te decides a no dar ms vida a tu voluntad, te sentirs morir todos los males y revivir en ti todos los bienes, y entonces todo te sonreir y el Querer Divino har tambin en ti el tercer paso, y toda la Creacin festejar a la recin llegada al Reino de la Divina Voluntad. Entonces hija ma, dime me escuchars? Me prometes que no hars jams, jams tu voluntad? Has de saber que si lo haces, Yo no te dejar 18

jams, me pondr en guardia de tu alma, te envolver en mi luz para que ninguno se atreva a molestar a mi hija, te dar mi imperio a fin de que t imperes sobre todos los males de tu voluntad. EL ALMA: Mam celestial, tus lecciones descienden en mi corazn y lo llenan de blsamo celestial, y te agradezco que tanto te abajes hacia m, pobrecita. Pero escucha oh Mam ma, temo de m misma, pero si T quieres todo puedes, y yo contigo todo puedo, me abandono como una pequea nia en los brazos de mi Mam, y estoy segura que apagar sus ansias maternas. PRCTICA: Hoy para honrarme mirars el cielo, el sol, la tierra, y unindote con todos, por tres veces recitars tres glorias para agradecer a Dios el haberme constituido Reina de todos. JACULATORIA: Reina poderosa, domina sobre mi voluntad para convertirla en Voluntad Divina.

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CUARTO DA El cuarto paso de la Divina Voluntad en la Reina del Cielo. La prueba. EL ALMA A LA VIRGEN: Heme aqu de nuevo sobre las rodillas maternas de mi Mam celestial. El corazn me late fuerte, fuerte, deliro de amor por el deseo de escuchar tus bellas lecciones, por eso dame la mano y estrchame en tus brazos. En tus brazos paso momentos de paraso, me siento feliz; oh! cmo suspiro por escuchar tu voz, una nueva vida me desciende al corazn, por eso hblame y yo te prometo poner en prctica tus santas enseanzas. LECCIN DE LA REINA DEL CIELO: Hija ma, si t supieras cunto deseo tenerte estrechada entre mis brazos, apoyada sobre mi corazn materno para hacerte escuchar los arcanos celestiales del Fiat Divino. Y si t tanto suspiras el escucharme, son mis suspiros que hacen eco en tu corazn, es tu Mam que quiere a su hija, que quiere confiarte sus secretos y narrarte la historia de lo que obr en M la Divina Voluntad. Hija de mi corazn, prstame atencin, es mi corazn de madre que quiere desahogarse con su hija, quiero decirte mis secretos, que hasta ahora no han sido revelados a ninguno, porque an no haba sonado la hora de Dios, que queriendo prodigar a sus criaturas gracias sorprendentes, que en toda la historia del mundo no ha concedido, quiere hacer conocer los prodigios del Fiat Divino, lo que puede obrar en la criatura si se deja dominar, y por eso quiere ponerme a la 20

vista de todos como modelo, porque tuve el gran honor de formar mi vida toda de Voluntad Divina. Ahora debes saber hija ma, que en cuanto fui concebida y puse en fiesta a la Divinidad, Cielo y tierra me festejaron y me reconocieron como su Reina. Yo qued de tal manera unificada con mi Creador, que me senta en los dominios divinos como duea, Yo no saba qu cosa fuera separacin con mi Creador, aqul mismo Querer Divino que reinaba en M reinaba en Ellos y nos haca inseparables. Y mientras todo era sonrisa y fiesta entre Ellos y Yo, Yo vea que no se podan confiar de M si no tenan una prueba. Hija ma, la prueba es la bandera que dice victoria, la prueba pone al seguro todos los bienes que Dios nos quiere dar, la prueba madura y dispone al alma para adquirir grandes conquistas, y tambin Yo vea la necesidad de esta prueba, porque quera dar a mi Creador, como correspondencia de tantos mares de gracias que me haba dado, un acto de mi fidelidad, que me costase el sacrificio de toda mi vida. Cmo es bello poder decir: Me has amado y te he amado. Pero sin la prueba esto no puede decirse jams. Entonces hija ma, el Fiat Divino me hizo conocer la creacin del hombre inocente y santo, tambin para l todo era felicidad, tena el dominio sobre toda la Creacin y todos los elementos eran obedientes a sus indicaciones porque en Adn reinaba el Querer Divino, y en virtud de l tambin l era inseparable de su Creador; de los tantos bienes que Dios le haba dado, para tener un acto de fidelidad de Adn, le mand que no tocara un solo fruto de los tantos que haba en aquel edn terrenal, era la prueba que Dios quera para confirmar su inocencia, santidad y felicidad, y para darle el derecho de mando sobre toda la Creacin. Pero Adn no fue fiel a la prueba, y no siendo fiel Dios no se pudo fiar de l y 21

por eso perdi el dominio, la inocencia, la felicidad, se puede decir que puso de cabeza la obra de la Creacin. Ahora escucha hija de mi corazn, al conocer los graves males de la voluntad humana en Adn y en toda su descendencia, Yo, tu celestial Mam, si bien apenas recin concebida, llor amargamente con lgrimas ardientes sobre el hombre cado, y el Querer Divino al verme llorar me pidi como prueba que le cediera mi voluntad humana. El Fiat Divino me dijo: No te pido un fruto como a Adn, no, no! Sino que te pido tu voluntad, t la tendrs como si no la tuvieras, bajo el imperio de mi Querer Divino que te ser vida, y as se sentir seguro de hacer lo que quiera de ti. As, el Fiat Supremo hizo el cuarto paso en mi alma, pidindome por prueba mi voluntad, esperando de M mi Fiat y la aceptacin de tal prueba. Ahora, maana te espero de nuevo sobre mis rodillas para narrarte el xito de la prueba, y como quiero que imites a tu Mam, te ruego, como Madre, que no niegues jams nada a tu Dios, aunque fueran sacrificios que te durasen toda la vida. El no apartarte jams de la prueba que Dios quiere de ti, tu fidelidad, y el llamar los designios divinos sobre ti, es el reflejo de sus virtudes, que como tantos pinceles forman del alma la obra maestra del Ser Supremo. Se pude decir que la prueba pone la materia en las manos divinas para cumplir su trabajo en la criatura. Y con quien no es fiel a la prueba, Dios no sabe qu hacer con l, y no slo eso, sino que trastorna las obras ms bellas de su Creador. Por eso mi querida hija, s atenta, si t eres fiel en la prueba volvers ms feliz a tu Mam, no me hars estar pensativa, dame tu palabra y Yo te guiar, te sostendr en todo como a hija ma. 22

EL ALMA: Mam santa, conozco bien mi debilidad, pero tu bondad materna me infunde tal confianza que todo espero de ti, y contigo me siento segura, es ms, pon en tus manos maternas las mismas pruebas que Dios dispondr de m, a fin de que T me des todas las gracias para hacer que no arruine los designios divinos. PRCTICA: Hoy para honrarme vendrs tres veces sobre mis rodillas maternas y me llevars todas tus penas, de alma y de cuerpo, llevars todo a tu Mam y Yo te las bendecir para infundir en ellas la fuerza, la luz, la gracia que se requiere. JACULATORIA: Mam celestial, tmame entre tus brazos y escribe en mi corazn: Fiat, Fiat, Fiat.

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QUINTO DA El quinto paso de la Divina Voluntad en la Reina del Cielo. El triunfo sobre la prueba. EL ALMA A LA VIRGEN: Soberana celestial, veo que me tiendes los brazos para ponerme sobre tus rodillas maternas, y yo corro, casi vuelo para gozarme los castos abrazos, las celestes sonrisas de mi Mam celestial. Mam santa, tu aspecto hoy es de triunfadora, y en aire de triunfo quieres narrarme el triunfo de tu prueba. Ah! s, de buena gana te escuchar, y te ruego que me des la gracia de saber triunfar en las pruebas que el Seor disponga de m. LECCIN DE LA REINA DEL CIELO: Hija queridsima, oh, cmo suspiro por confiar mis secretos a mi hija! Secretos que me darn tanta gloria y que glorificarn aquel Fiat Divino que fue causa primaria de mi Inmaculada Concepcin, de mi santidad, soberana y maternidad, todo le debo al Fiat Divino, Yo no conozco otra cosa, todas mis sublimes prerrogativas por las que la Santa Iglesia tanto me honra, no son otra cosa que los efectos de aquella Divina Voluntad que me dominaba, reinaba y viva en M. Por eso suspiro tanto que se conozca quin era Aquella que produca en M tantos privilegios y efectos admirables que dejaron estupefactos Cielo y tierra. Ahora escchame hija querida, en cuanto el Ser Supremo me pidi mi querer humano, y habiendo comprendido el grave mal que puede hacer la voluntad humana en la criatura, y cmo ella pone en peligro todo, incluso las obras ms bellas de su Creador; cmo la criatura con su querer 24

humano, toda es oscilaciones, es dbil, inconstante, desordenada, y esto porque Dios al crearla la haba creado unida, como en naturaleza, con su Voluntad Divina, de modo que Ella deba ser la fuerza, el movimiento primario, el sostn, el alimento, la vida de la voluntad humana, as que con no dar vida a la Voluntad Divina en la nuestra, se rechazan los bienes recibidos de Dios en la Creacin y los derechos recibidos en naturaleza en el acto en que fuimos creados; oh, cmo comprend bien la grave ofensa que se hace a Dios y los males que llueven sobre la criatura! As que tuve horror y miedo de hacer mi voluntad, y justamente tema, porque tambin Adn fue creado por Dios, inocente, y con hacer su voluntad, en cuntos males no se arroj l y a todas las generaciones? Por eso tu Mam presa de terror, y ms por el amor hacia mi Creador, jur no hacer jams mi voluntad, y para estar ms segura y testificar mayormente mi sacrificio a Aqul que tantos mares me haba dado de gracias y privilegios, tom esta mi voluntad humana y la at a los pies del trono divino en homenaje continuo de amor y de sacrificio, jurando no servirme jams, aun por un solo instante de mi vida, de mi voluntad, sino siempre de la de Dios. Hija ma, tal vez a ti no te parezca grande mi sacrificio de vivir sin mi voluntad, pero Yo te digo que no hay sacrificio semejante al mo, ms bien, todos los otros sacrificios de toda la historia del mundo se pueden llamar sombras comparados al mo; sacrificarse un da, ahora s y ahora no, es fcil, pero sacrificarse en cada instante, en cada acto, en el mismo bien que se quiere hacer, por toda la vida, sin jams dar vida a la propia voluntad, es el sacrificio de los sacrificios y el testimonio ms grande que puede ofrecerse, y el amor ms puro, cribado por la misma Voluntad Divina, que puede ofrecerse a nuestro Creador. Es tan grande este 25

sacrificio, que Dios no puede pedir nada ms de la criatura, ni ella puede encontrar como puede sacrificarse ms por su Creador. Ahora hija ma amadsima, en cuanto hice don de mi voluntad a mi Creador, Yo me sent triunfadora en la prueba querida para M, y Dios se sinti triunfador sobre mi voluntad humana. Dios esperaba mi prueba, esto es, un alma que viviera sin voluntad para ajustar las partidas con el gnero humano, para ponerse en actitud de clemencia y misericordia. Por eso te espero de nuevo para narrarte la historia de lo que hizo la Divina Voluntad despus del triunfo en la prueba. Y ahora una palabrita para ti hija ma, si t supieras cmo suspiro verte vivir sin tu voluntad, t sabes que soy tu Madre, y la Mam quiere ver feliz a su hija, pero cmo puedes ser feliz si no te decides a vivir sin voluntad como vivi tu Mam? Si lo haces as todo te dar, me pondr a tu disposicin, ser toda de mi hija, porque tendr el bien, el contento, la felicidad de tener una hija que viva toda de Voluntad Divina. EL ALMA: Soberana triunfadora, en tus manos de Madre pongo mi voluntad, a fin de que T misma como Mam me la purifiques y embellezcas, y junto con la tuya la ates a los pies del trono divino para que pueda vivir no con mi voluntad, sino siempre, siempre con la de Dios. PRCTICA: Hoy para honrarme, en cada acto que hagas, me entregars en mis manos maternas tu voluntad, y me rogars que en lugar de la tuya, Yo haga correr la Divina Voluntad. 26

JACULATORIA: Reina triunfante, rbame mi voluntad y dame la Divina Voluntad. + + + +

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SEXTO DA El sexto paso de la Divina Voluntad en la Reina del Cielo. Despus del triunfo en la prueba, la posesin. EL ALMA A LA VIRGEN: Mam Reina, veo que me esperas de nuevo, y extendindome la mano me pones sobre tus rodillas, me estrechas a tu corazn para hacerme sentir la vida de aquel Fiat Divino que T posees. Oh cmo es reconfortante su calor, y como es penetrante su luz! Ah! Mam santa, si tanto me amas, arroja el pequeo tomo de mi alma en aquel Sol de la Divina Voluntad que T escondes, a fin de que tambin yo pueda decir: Mi voluntad ha terminado, no tendr ms vida, sino que mi vida ser la Divina Voluntad. LECCIN DE LA REINA DEL CIELO: Hija queridsima, confa en tu Mam y pon atencin a mis lecciones, ellas te servirn para hacerte aborrecer tu voluntad y hacerte desear en ti aquel Fiat santo, que tanto anhelo formar su Vida en ti. Hija ma, t debes saber que la Divinidad despus de que se asegur de M en la prueba que quiso, mientras todos creen que Yo no tuve ninguna prueba y que bastaba a Dios hacer el gran portento que hizo de M, que fuera concebida sin mancha original, oh! cmo se engaan, antes bien quiso de M una prueba que no ha pedido a ninguno, y esto lo hizo con justicia y con suma sabidura, porque debiendo descender en M el Verbo Eterno, no slo no era decoroso que encontrara en M la mancha de origen, sino que ni siquiera era decoroso que encontrara en M una voluntad humana obrante; habra sido muy indecoroso para Dios 28

descender en una criatura en que reinase la voluntad humana. Es por esto que quiso de M, por prueba y por toda la vida, mi voluntad, para asegurar en mi alma el Reino de la Divina Voluntad. Asegurado ste en M, Dios poda hacer lo que quera de M, todo poda darme, y puedo decir que nada me poda negar. Pero ahora regresemos al punto donde nos hemos quedado, me reservar en el curso de mis lecciones el narrarte lo que hizo esta Divina Voluntad en M. Ahora escucha hija ma, despus del triunfo en la prueba el Fiat Divino hizo el sexto paso en mi alma, hacindome tomar posesin de todas las propiedades divinas, por cuanto a criatura es posible e imaginable. Todo era mo, Cielo, tierra, y el mismo Dios, del Cual posea la misma Voluntad de Ellos, Yo me senta poseedora de la santidad divina, del amor, de la belleza, potencia, sabidura y bondad divinas, me senta Reina de todo, no me senta extraa en la casa de mi Padre celestial, senta a lo vivo su paternidad y la suprema felicidad de ser su hija fiel, puedo decir que crec sobre las rodillas paternas de Dios, no conoc otro amor, ni otra ciencia, sino aquella que me suministraba mi Creador. Quin puede decirte lo que hizo esta Divina Voluntad en M? Me elev tan en alto, me embelleci tanto, tanto, que los mismos ngeles quedaron mudos, no sabiendo por dnde comenzar a hablar de M. Ahora hija ma queridsima, t debes saber que en cuanto el Fiat Divino me hizo tomar posesin de todo, me sent poseedora de todo y de todos, la Divina Voluntad con su potencia, inmensidad y omnividencia encerraba en mi alma a todas las criaturas, y Yo senta un pequeo lugar en mi corazn materno para cada una de ellas. Desde que fui concebida Yo te llev en mi corazn, y oh! cunto te am y te amo, te am tanto que te hice de Madre ante Dios, mis oraciones, mis suspiros eran para ti, y en el delirio de Madre 29

deca: Oh! cmo quisiera ver a mi hija poseedora de todo, como lo soy Yo. Por eso escucha a tu Mam, no quieras reconocer ms tu voluntad humana, si esto haces todo ser comn entre Yo y t, habr una fuerza divina en tu poder, todas las cosas se convertirn en santidad, amor y belleza divinas. Y Yo en el desahogo de mi amor, as como me alab el Altsimo: Toda bella, toda santa, toda pura eres T, oh! Mara. Dir: Bella, pura y santa es mi hija, porque posee la Voluntad Divina. EL ALMA: Reina del Cielo, tambin yo te saludo: Toda bella, pura y santa es mi Mam celestial. Ah! te ruego, si tienes un lugar para m en tu materno corazn, encirrame en l y as estar segura que no har ms mi voluntad, sino siempre la de Dios, y la Mam y la hija sern felices las dos. PRCTICA: Hoy para honrarme recitars por tres veces tres Gloria Patri, en agradecimiento a la Santsima Trinidad por el Reino que estableci en M de la Divina Voluntad, dndome la posesin de todo, y haciendo tuyas las palabras del Ser Supremo en cada Gloria me dirs: Toda bella, pura y santa es mi Mam. JACULATORIA: Reina del Cielo, hazme poseer por la Voluntad Divina. + + + +

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SPTIMO DA La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad. Toma el cetro de mando y la Trinidad Sacrosanta la constituye como su secretaria. EL ALMA A LA DIVINA SECRETARIA: Reina Mam, heme aqu a tus pies postrada, siento que yo, como hija tuya, no s estar sin mi Mam celestial, y si bien hoy vienes a m con la gloria del cetro de mando y con la corona de Reina, tambin eres siempre mi Mam, y si bien temblando, me arrojo en tus brazos a fin de que me sanes las heridas que mi mala voluntad ha hecho a mi pobre alma. Escucha Mam Soberana, si T no haces un prodigio, si no tomas el cetro de mando para guiarme y tener tu dominio sobre todos mis actos para hacer que mi querer no tenga vida, ah! no tendr la bella suerte de venir al Reino de la Divina Voluntad. LECCIN DE LA REINA DEL CIELO: Hija ma querida, ven a los brazos de tu Mam y pon atencin a escucharme, y oirs los inauditos prodigios que el Fiat Divino hizo a tu Mam celestial. En cuanto tom posesin del Reino de la Divina Voluntad, terminaron sus pasos en M, mucho ms que estos seis pasos simbolizaban los seis das de la Creacin, y en cada da de los cuales, pronunciando un Fiat, haca como un paso, al pasar a crear ahora una cosa y ahora otra, el sexto da hizo el ltimo paso con decir: Fiat, hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Y el sptimo se repos en sus obras, como querindose gozar todo aquello que con tanta magnificencia haba creado. Y en su reposo, observando sus 31

obras deca: Cmo son bellas mis obras, todo es orden y armona. Y viendo al hombre, en el mpetu de su amor agregaba: Pero el ms bello eres t, t eres la corona de todas nuestras obras. Ahora, mi creacin super todos los prodigios de la Creacin, y por eso la Divinidad quiso hacer con su Fiat seis pasos en M, y comenz su Vida plena, entera y perfecta en mi alma, y oh! en que alturas divinas fui puesta por el Altsimo, los Cielos no podan ni alcanzarme, ni contenerme, la luz del sol era pequea ante mi luz, ninguna cosa creada poda alcanzarme. Yo navegaba los mares divinos como si fueran mos, mi Padre celestial, el Hijo y el Espritu Santo suspiraban tenerme en sus brazos para gozarse a su pequea hija, y, oh! el contento que experimentaban al sentir cmo los amaba, les rogaba y adoraba su alteza suprema, mi amor, mis plegarias y adoraciones salan de dentro de mi alma, del centro de la Divina Voluntad, sentan salir de M olas de amor divino, castos perfumes, alegras inslitas que partan de dentro del Cielo que su mismo Querer Divino haba formado en mi pequeez, tanto, que no terminaban de repetir: Toda bella, toda pura, toda santa es nuestra pequea hija, sus palabras son cadenas que nos acercan, sus miradas son dardos que nos hieren, sus latidos son flechas que flechndonos nos hacen delirar de amor. Sentan salir de M la potencia, la fuerza de su Divina Voluntad que nos haca inseparables, y me llamaban: Nuestra hija invencible que llevar victoria tambin a nuestro Ser Divino. Ahora escchame hija ma, la Divinidad llevada por un exceso de amor hacia M, me dijo: Hija nuestra amada, nuestro amor no rige, se siente sofocado si no te confiamos nuestros secretos, por eso te elegimos como nuestra fiel 32

secretaria. A ti queremos confiar nuestros dolores y nuestros decretos, a cualquier costo queremos salvar al hombre, mira como va al precipicio, su voluntad rebelde lo arrastra continuamente al mal; sin la vida, la fuerza, el sostn de nuestro Querer Divino se ha desviado del camino de su Creador y camina arrastrndose en la tierra, dbil, enfermo y lleno de todos los vicios, pero no hay posibilidades de salvarlo, ni otras maneras para que salga, sino que descienda el Verbo Eterno, tomar sus despojos, sus miserias, sus pecados sobre S, hermanarse con l, vencerlo por camino del amor y de penas inauditas, darle tanta confianza para poder ponerlo nuevamente en nuestros brazos paternos. Oh! cmo nos duele la suerte del hombre, nuestro dolor es grande, no podamos confiarlo a ninguno, porque no teniendo una Voluntad Divina que los domine, no podan jams comprender ni nuestro dolor, ni los graves males del hombre cado en el pecado. A ti es dado, porque posees nuestro Fiat, el poderlo comprender, y por eso como a Secretaria nuestra queremos revelarte nuestros secretos y poner en tus manos el cetro de mando a fin de que domines e imperes sobre todo, y tu dominio venza a Dios y al hombre, y nos los lleves como hijos regenerados en tu materno corazn. Quin puede decirte hija ma querida que sinti mi corazn con este hablar divino? Se abri en M una vena de intenso dolor y me propuse, aun a costo de mi vida vencer a Dios y a las criaturas, y unirlas. Ahora hija ma escucha a tu Mam, te he visto sorprendida al orme narrar la historia de la posesin en el Reino de la Divina Voluntad, ahora debes saber que tambin a ti es dada esta suerte, si te decides a no hacer jams tu voluntad, el Querer Divino formar su cielo en tu alma, 33

sentirs la inseparabilidad divina, te ser dado el cetro de mando sobre ti misma, sobre tus pasiones, no sers ms esclava de ti misma, porque slo la voluntad humana pone en esclavitud a la pobre criatura, les corta las alas del amor hacia Aqul que la ha creado, le quita la fuerza, el sostn y la confianza de lanzarse a los brazos de su Padre celestial, de modo que no puede conocer ni sus secretos, ni el amor grande con el que la ama, y por eso vive como extraa de la casa de su Padre Divino. Qu lejana pone entre Creador y criatura el humano querer, por eso escchame, contntame, dime que no dars ms vida a tu voluntad, y Yo te llenar toda de Voluntad Divina. EL ALMA: Mam santa, aydame, no ves cmo soy dbil? Tus bellas lecciones me conmueven hasta las lgrimas, y lloro mi gran desventura de haber tantas veces cado en el laberinto de hacer mi voluntad, y me ha alejado de aquella de mi Creador, Ah! hazme de Mam, no me dejes conmigo misma, con tu potencia une el Querer Divino al mo, encirrame en tu corazn materno donde estar segura de no hacer jams mi voluntad. PRCTICA: Hoy para honrarme te estars bajo mi manto para ensearte a vivir bajo mis miradas, y recitndome tres Aves Maras, me rogars que Yo haga conocer a todos la Divina Voluntad. JACULATORIA: Mam santa, encirrame en tu corazn a fin de que aprenda de ti a vivir de Voluntad Divina.

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OCTAVO DA La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad. Recibe el mandato de su Creador de poner a salvo la suerte del gnero humano. EL ALMA A LA DIVINA MANDATARIA: Heme aqu contigo, Mam celestial, siento que no s estar sin mi querida Mam, mi pobre corazn est inquieto y slo lo siento en paz cuando estoy en tu regazo, como pequea bebita estrechada a tu corazn para escuchar tus lecciones, tu dulce acento me endulza todas mis amarguras y dulcemente ata mi voluntad, y ponindola como escabel bajo la Divina Voluntad me hace sentir su dulce imperio, su Vida, su felicidad. LECCIN DE LA CELESTIAL MANDATARIA: Hija ma queridsima, debes saber que yo te amo mucho, confate a tu Mam y est segura que alcanzars la victoria sobre tu voluntad; si t me eres fiel, Yo tomar todo el empeo sobre ti, te har de verdadera Mam, por eso escucha lo que hice por ti ante el Altsimo: Yo no haca otra cosa que estarme sobre las rodillas de mi Padre celestial, Yo era pequea, no haba nacido an, pero el Querer Divino del cual Yo posea la Vida, me facilitaba mis visitas a mi Creador, para M, las puertas, los caminos estaban abiertos, Yo no tena miedo ni temor de Ellos, slo la voluntad humana pone miedo, temor, desconfianza, y aleja a la pobre criatura de Aqul que tanto la ama y que quiere estar rodeado por sus hijos. As que si la criatura tiene miedo y teme y no sabe estar como hija ante su padre con su Creador, es seal de que la 35

Divina Voluntad no reina en ella, y por eso son las torturadas, las mrtires de la voluntad humana, por eso no hagas jams tu voluntad, no quieras torturarte y martirizarte por ti misma, que es el ms horrible de los martirios, sin sostn y sin fuerza. Por lo tanto escchame, Yo me pona en los brazos de la Divinidad, mucho ms que me esperaban y hacan fiesta al verme; me amaban tanto, que al presentarme vertan otros mares de amor y de santidad en mi alma, no recuerdo haberme separado de Ellos sin que me agregaran otros dones sorprendentes. Entonces, mientras estaba en sus brazos Yo rogaba por el gnero humano, y muchas veces con lgrimas y suspiros lloraba por ti hija ma y por todos, lloraba por tu voluntad rebelde, por tu triste suerte de verte puesta en la esclavitud de ella, que te haca infeliz; ver infeliz a mi hija me haca derramar lgrimas amargas, hasta baar las manos de mi celestial Padre con mi llanto, y la Divinidad enternecida con mi llanto continu a decirme: Hija nuestra querida, tu amor nos ata, tus lgrimas extinguen el fuego de la divina justicia, tus oraciones nos atraen tanto hacia las criaturas que no te sabemos resistir, por eso te damos a ti el mandato de poner a salvo la suerte del gnero humano. T sers nuestra Mandataria en medio a ellos, a ti confiamos sus almas, T defenders nuestros derechos lesionados por sus culpas, estars en medio, entre ellos y Nosotros, para ajustar las partidas entre ambas partes. Sentimos en ti la fuerza invencible de nuestra Voluntad Divina que por medio tuyo ruega, llora, quin te puede resistir? Tus plegarias son rdenes, tus lgrimas imperan sobre nuestro Ser Divino, por eso, adelante en tu empresa. Ahora hija ma queridsima, mi pequeo corazn se senta consumir de amor ante los modos amorosos del hablar divino, y con todo amor acept su mandato al decirles: 36

Majestad Altsima, estoy aqu entre vuestros brazos, dispongan de M como queris, Yo pondr incluso la vida, y si tuviera tantas vidas por cuantas criaturas hay, Yo las pondra a disposicin de ellas y vuestra, para llevarlas a todas salvas a vuestros brazos paternos. Y sin saber entonces que Yo deba ser la Madre del Verbo Divino, Yo senta en M la doble maternidad, maternidad hacia Dios, para defender sus justos derechos; maternidad hacia las criaturas, para ponerlas a salvo. Me senta madre de todos, el Querer Divino que reinaba en M, que no sabe hacer obras aisladas, pona en mi a Dios y a todas las criaturas de todos los siglos, en mi materno corazn senta a mi Dios ofendido que quera ser satisfecho, y senta a las criaturas bajo el imperio de la justicia divina. Oh! cuntas lgrimas derram, quera hacer descender mis lgrimas en cada corazn para hacer sentir a todos mi maternidad toda de amor. Llor por ti y por todos hija ma, por eso escchame, ten piedad de mi llanto, toma mis lgrimas para apagar tus pasiones y para hacer que tu voluntad pierda la vida. Ah! acepta mi mandato, es decir, que t hagas siempre la Voluntad de tu Creador. EL ALMA: Mam celestial, mi pobre corazn no resiste al or cunto me amas. Ah! me amas tanto, hasta llorar por m, tus lgrimas las siento descender en mi corazn y como tantas heridas me hieren y me hacen comprender cunto me amas, y yo quiero unir mis lgrimas a las tuyas y rogarte llorando que no me dejes jams sola, que me vigiles en todo, y si es necesario, golpame tambin, hazme de Mam y yo como pequea hija tuya todo aceptar de ti, a fin de que tu mandato sea mi bienvenido y T puedas llevarme en tus brazos a nuestro Padre celestial, como acto cumplido de tu mandato divino. 37

PRCTICA: Hoy para honrarme me dars tu voluntad, tus penas, tus lgrimas, tus ansias, tus dudas y temores en mis manos maternas, a fin de que como Mam tuya las tenga en depsito en mi corazn materno, como prendas de mi hija, y Yo te dar la preciosa prenda de la Divina Voluntad. JACULATORIA: Mam celestial, derrama tus lgrimas en mi alma, a fin de que me curen las heridas que me ha hecho mi voluntad. + + + +

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NOVENO DA La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad. Es constituida por Dios celestial Pacificadora, vnculo de paz entre el Creador y la criatura. EL ALMA A SU CELESTIAL REINA: Soberana Seora y Mam ma queridsima, veo que me llamas porque sientes el ardor del amor que quema en tu corazn porque quieres narrarme lo que hiciste en el Reino de la Divina Voluntad por tu hija. Cmo es bello ver dirigir tus pasos hacia tu Creador, y en cuanto l oye el sonido de tus pasos, te mira y se siente herir por la pureza de tus miradas, y te espera para ser espectador de tu inocente sonrisa, para sonrerte y recrearse contigo. Ah! Mam santa, en tus alegras, en tus castas sonrisas con tu Creador, no te olvides de tu hija que vive en el exilio, que tanta necesidad tiene, y que frecuentemente mi voluntad asomndose quisiera arrollarme para arrancarme del Reino de la Divina Voluntad. LECCIN DE LA REINA DEL CIELO: Hija de mi materno corazn, no temas, no te olvidar jams, por el contrario, si t haces siempre la Divina Voluntad y vives en su Reino, seremos inseparables, te llevar siempre estrechada en mi mano para guiarte y hacerte de gua, para ensearte a vivir en el Fiat Supremo, por eso aleja el temor, en l todo es paz y seguridad; la voluntad humana es la turbadora de las almas y pone en peligro las obras ms bellas, las cosas ms santas, todo est en peligro en ellas, en peligro la santidad, las virtudes, la misma salvacin del alma, la caracterstica de quien vive del querer humano es la volubilidad. Quin puede confiar en quien se hace dominar por la voluntad humana? Ninguno, ni 39

Dios, ni los hombres, pues son semejantes a aquellas caas secas que se doblan a cada soplo de viento, por eso hija ma queridsima, si algn soplo de viento te quiere hacer inconstante, arrjate en el mar de la Divina Voluntad y ven a esconderte en el regazo de tu Mam, a fin de que te defienda del viento del querer humano y estrechndote entre mis brazos te vuelva firme y segura en el camino de su Reino Divino. Ahora hija ma, sgueme ante la Majestad Suprema y escchame, Yo con mis rpidos vuelos llegaba a sus brazos divinos, y en cuanto llegaba senta su amor desbordante, que como olas impetuosas me cubran de su amor, oh, cmo es bello ser amado por Dios! En este amor se siente felicidad, santidad, alegras infinitas, y se siente de tal manera embellecida, que Dios mismo se siente raptado por la belleza que infunde en la criatura al amarla; Yo quera imitarlos y si bien pequea, no quera quedar atrs de su amor, por eso, con las olas de amor que me haban dado formaba mis olas para cubrir a mi Creador con mi amor, al hacer esto sonrea, porque saba que mi amor jams podra cubrir la inmensidad de su amor, pero con todo esto Yo haca la prueba, y en mis labios despuntaba mi sonrisa inocente, el Ser Supremo sonrea ante mi sonrisa y con mi pequeez festejaba y se entretena. Ahora, en lo ms bello de nuestras estratagemas amorosas, Yo recordaba el estado doloroso de mi familia humana sobre la tierra, a la cual Yo perteneca, y como me dola rogaba que descendiera el Verbo Eterno a poner remedio, y lo deca con tal ternura que llegaba a cambiar la sonrisa y la fiesta en llanto, el Altsimo se conmova mucho con mis lgrimas, mucho ms que eran lgrimas de una pequea, y estrechndome al seno divino me enjugaba las lgrimas y me decan: Hija, no llores, nimo, en tus manos 40

hemos puesto la suerte del gnero humano, te hemos dado el mandato, y ahora para consolarte ms, te hacemos pacificadora entre Nosotros y la familia humana, por eso a ti es dado el repacificarnos; la potencia de nuestro Querer que reina en ti se impone sobre Nosotros para dar el beso de paz a la pobre humanidad cada y en peligro Quin puede decirte hija ma lo que senta mi corazn ante esta condescendencia divina? Era tanto mi amor que me senta desfallecer, y delirando sufra buscando otro amor para alivio de mi amor. Ahora una palabra a ti hija ma, si t me escuchas y pones a un lado tu querer, dando el puesto real al Fiat Divino, tambin t sers amada con amor singular de tu Creador, sers su sonrisa, lo pondrs en fiesta y sers vnculo de paz entre el mundo y Dios. EL ALMA: Mam bella, ayuda a tu hija, ponme T misma en el mar de la Divina Voluntad, cbreme con las olas del eterno amor a fin de que no vea ni oiga otra cosa que Voluntad Divina y amor. PRCTICA: Hoy para honrarme me pedirs actos y los guardars en tu corazn, para que fuerza de la Divina Voluntad que reinaba en M, los ofrecers al Altsimo para agradecerle por oficios que me confi para salvar a las criaturas. todos mis sientas la y despus todos los

JACULATORIA: Reina de paz, obtenme el beso de paz de la Voluntad Divina.

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DCIMO DA La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad. Alba que surge para poner en fuga la noche del querer humano. Su nacimiento glorioso. EL ALMA A LA REINA DEL CIELO: Heme aqu oh Mam santa, cercana a tu cuna para ser espectadora de tu nacimiento portentoso, los Cielos estupefactos, el sol te fija con su luz, la tierra exulta de alegra y se siente honrada por ser habitada por su pequea recin nacida Reina, los ngeles hacen competencia para rodear tu cuna para honrarte y estar listos a tus indicaciones. As que todos te honran y quieren festejar tu nacimiento, tambin yo me uno a todos, y postrada ante tu cuna, ante la cual veo como raptados a tu madre Ana y a tu padre Joaqun, quiero decirte mi primera palabra, quiero confiarte mi primer secreto, quiero vaciar mi corazn en el tuyo y decirte: Mam ma, T que eres alba anunciadora del Fiat Divino sobre la tierra, Ah! pon en fuga la tenebrosa noche del humano querer en mi alma y en el mundo entero. Ah! s, sea tu nacimiento nuestra esperanza, que como nueva alba de gracia nos regenere en el Reino de la Divina Voluntad. LECCIN DE LA RECIN NACIDA REINA: Hija de mi corazn, mi nacimiento fue prodigioso, ningn otro nacimiento puede decirse igual al mo, Yo encerraba en M el Cielo, el Sol de la Divina Voluntad, y tambin la tierra de mi humanidad, pero tierra bendita y santa que contena las ms bellas flores, y si bien recin nacida apenas, Yo contena el prodigio de los ms grandes prodigios: El Querer Divino reinante en M, el cual encerraba en M un Cielo ms bello, un Sol ms refulgente que el de la Creacin, del cual 42

era tambin Reina, contena tambin un mar de gracias sin confines que murmuraba siempre amor, amor hacia mi Creador. Por eso mi nacimiento fue el verdadero amanecer que pone en fuga la noche del humano querer, y conforme iba creciendo, as formaba la aurora y llamaba el da esplendidsimo para hacer surgir el Sol del Verbo Eterno sobre la tierra. Hija ma, ven a mi cuna a escuchar a tu pequea Mamita. En cuanto nac, abr los ojos para ver este bajo mundo, para ir en busca de todos mis hijos para encerrarlos en mi corazn, darles mi materno amor y regenerndolos a la nueva vida de amor y de gracia, darles el paso para hacerlos entrar en el Reino del Fiat Divino, del cual era poseedora. Quise hacerla de Reina y de Madre encerrando a todos en mi corazn para poner a todos al seguro y darles el gran don del Reino divino. En mi corazn tena lugar para todos, porque para quien posee la Divina Voluntad no hay estrecheces, sino amplitudes infinitas, por eso te vi tambin a ti, hija ma, ninguno se me escap; aquel da todos festejaron mi nacimiento y tambin para M fue fiesta, ms sin embargo al abrir mis ojos a la luz tuve el dolor de ver a las criaturas en la densa noche del querer humano. Oh! en que abismo de tinieblas se encuentra envuelta la criatura que se hace dominar por su voluntad, esa es la verdadera noche, pero noche sin estrellas, a lo ms algunos rayos fugaces, que fcilmente son seguidos por truenos, que rumoreando acumulan ms densas tinieblas y descargan la tempestad sobre la pobre criatura, tempestad de miedo, de debilidades, de peligros, de cadas en el mal. Mi pequeo corazn qued traspasado al ver a mis hijos bajo esta horrible tempestad en que la noche del humano querer los haba arrollado. Ahora escucha a tu Mam, estoy en la cuna todava, soy pequea, ve mis lgrimas que derramo por ti, 43

cada vez que haces tu voluntad es una noche que formas para ti, y si t supieras cunto mal te hace esta noche, lloraras conmigo, te hace perder la luz del da del Querer Santo, te voltea de cabeza, te paraliza en el bien, te rompe el verdadero amor y quedas como una pobre enferma a la que le faltan las cosas necesarias para curarse. Ah! hija ma, hija querida, escchame, no hagas ms tu voluntad, dame tu palabra que contentars a tu pequea Mamita. EL ALMA: Mamita santa, me siento temblar al sentir la fea noche de mi voluntad, por eso estoy aqu cerca de tu cuna para pedirte la gracia, que por tu nacimiento prodigioso me hagas renacer en la Divina Voluntad, yo me estar siempre cerca de ti celestial niita, unir mis plegarias y mis lgrimas a las tuyas para impetrar para m y para todos el Reino de la Divina Voluntad sobre la tierra. PRCTICA: Hoy para honrarme vendrs tres veces a visitarme en mi cuna, dicindome cada vez: Celestial niita, hazme renacer junto contigo en la Vida de la Divina Voluntad. JACULATORIA: Mamacita ma, haz surgir el alba de la Divina Voluntad en mi alma.

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DCIMO PRIMER DA La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad. En sus primeros aos de su vida ac abajo, forma un ncora para hacer surgir en los corazones el da suspirado de luz y de gracia. EL ALMA A LA REINITA NIA: Heme aqu de nuevo junto a tu cuna Mamita celestial, mi pequeo corazn se siente fascinado por tu belleza, y no s separar la vista de una belleza tan rara. Cmo es dulce tu mirada, el gesticular de tus manitas me llama para abrazarme y estrecharme a tu corazn ahogado de amor. Mamita santa, dame tus llamas a fin de que quemes mi voluntad y as pueda contentarte viviendo junto contigo de Voluntad Divina. LECCIN DE LA REINA DEL CIELO: Hija ma, si t supieras cmo mi materno corazoncito se alegra al verte junto a mi cuna para escucharme, me siento realmente Reina y Madre, porque tenindote cercana no soy una Madre estril ni una Reina sin pueblo, sino que tengo a mi querida hija, que me ama tanto y que quiere que haga con ella el oficio de Mam y de Reina. Por eso t eres la portadora de alegra a tu Mam, mucho ms que vienes a mi regazo para que te ensee a vivir en el Reino de la Divina Voluntad; tener una hija que quiere vivir junto conmigo en este Reino tan santo, es para tu Mam la gloria, el honor, la fiesta ms grande. Por eso ponme atencin hija ma querida, y Yo continuar narrndote las maravillas de mi nacimiento. Mi cuna estaba circundada por ngeles que hacan competencia para cantarme cnticos de cuna, como a su Soberana Reina, y 45

como estaba dotada de razn y de ciencia infundida en M por mi Creador, hice mi primer deber de adorar, con mi inteligencia y tambin con mi vocecita de nia balbuceante a la Santsima Trinidad adorable, y fue tanto el mpetu de mi amor hacia una Majestad tan santa, que sintindome languidecer deliraba porque quera encontrarme entre los brazos de la Divinidad para recibir sus abrazos y darle los mos. Entonces los ngeles, para los cuales mis deseos eran ordenes, me tomaron y llevndome sobre sus alas me condujeron a los brazos amorosos de mi Padre celestial. Oh! con cunto amor me esperaba, Yo iba del exilio, y los pequeos momentos de separacin entre l y yo eran causa de nuevos incendios de amor, eran dones que me preparaba para darme, y Yo encontraba nuevos recursos para pedir piedad, misericordia para mis hijos que viviendo en el exilio estaban bajo los azotes de la divina justicia, y llevada por el amor les deca: Trinidad adorable, Yo me siento feliz, me siento Reina, no conozco que cosa sea infelicidad y esclavitud, sino slo vuestro Querer que reina en M, son tales y tantas las alegras, la felicidad, que pequea como soy no puedo abrazarlas todas, pero en tanta felicidad, una vena de amargura intensa hay dentro de mi pequeo corazn, siento en ella a mis hijos infelices, esclavos de su voluntad rebelde. Piedad Padre santo, piedad, ah! haz completa mi felicidad, estos hijos infelices que llevo ms que Madre en mi materno corazn, vulvelos felices, haz descender al Verbo Eterno sobre la tierra y todo ser acordado, Yo no descender de tus rodillas paternas si no me das el reescrito de gracia, de modo que pueda llevar a mis hijos la alegre nueva de su Redencin. La Divinidad quedaba conmovida por mis plegarias y colmndome de nuevos dones me deca: Regresa al exilio y contina tus plegarias, extiende el Reino 46

de nuestra Voluntad en todos tus actos, que a su tiempo te contentaremos. Pero no me decan ni cuando, ni dnde habra de descender. Por eso Yo parta del Cielo slo para cumplir la Divina Voluntad, esto para M era el sacrificio ms heroico, pero lo haca de buena gana para hacer que Ella sola tuviese el pleno dominio sobre M. Ahora escucha hija ma cunto me cost tu alma, hasta amargarme el inmenso ocano de mis alegras y felicidad; cada vez que t haces tu voluntad te vuelves esclava y sientes tu infelicidad, y Yo como tu Mam siento en mi corazn la infelicidad de mi hija, oh! cmo es doloroso tener hijos infelices, por eso lo que ms te debe importar es el hacer la Divina Voluntad, como Yo, que llegaba hasta alejarme del Cielo para que mi voluntad no tuviese vida en M. Ahora hija ma contina escuchndome, el primer deber en todos tus actos sea adorar a tu Creador, conocerlo y amarlo, esto te pone en el orden de la Creacin, y ven a reconocer a Aqul que te ha creado; ste es el deber ms santo de cada criatura, reconocer su origen. Ahora t debes saber que ste mi subir y descender al Cielo, este rogar, formaba la aurora en torno a M, que expandindose en todo el mundo circundaba los corazones de mis hijos, para hacer que al alba surgiera la aurora, para hacer despuntar el esperado da sereno de la venida del Verbo Divino a la tierra. EL ALMA: Mamita celestial, al verte recin nacida y darme lecciones tan santas, yo me siento raptar y comprendo cunto me amas, hasta volverte infeliz por causa ma. Ah! Mam santa, T que tanto me amas haz descender en mi corazn la potencia, el amor, las alegras que te inundan, a fin de que llena de 47

ellas, mi voluntad no encuentre lugar para vivir en m y libremente ceda el lugar al dominio de la Divina Voluntad. PRCTICA: Hoy para honrarme hars tres actos de adoracin a tu Creador recitando tres Gloria Patri para agradecerle por cuantas veces tuve la gracia de ser admitida a su presencia. JACULATORIA: Mam celestial, haz surgir la aurora divina de la Divina Voluntad en mi alma. + + + +

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DCIMO SEGUNDO DA La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad. Sale de la cuna, da sus primeros pasos, y con sus actos infantiles llama a Dios a descender sobre la tierra, y llama a las criaturas a vivir en la Divina Voluntad. EL ALMA A LA CELESTIAL REINITA: Heme aqu de nuevo ante ti, mi querida niita, en la casa de Nazaret, quiero ser espectadora de tu edad infantil, quiero darte la mano mientras das tus primeros pasos, hablas con tu santa mam y con tu padre Joaqun. Pequea como eres, despus que has empezado a caminar ayudas a santa Ana en los pequeos servicios. Mamacita ma, cmo me eres querida y toda hermosa, ah! dame tus lecciones para que siga tu infancia y aprenda de ti a vivir aun en las pequeas acciones humanas en el Reino de la Divina Voluntad. LECCIN DE LA PEQUEA REINA DEL CIELO: Mi hija querida, mi nico deseo es el tener a mi lado a mi hija, sin ti me siento sola y no tengo a quin confiar mis secretos. Por eso son mis premuras maternas que buscan a mi lado a mi hija que tengo en el corazn, para darte mis lecciones y as hacerte comprender cmo se vive en el Reino de la Divina Voluntad. Pero en Ella no entra el querer humano, ste queda aplastado y en acto de sufrir continuas muertes ante la luz, santidad y potencia de la Divina Voluntad. Pero crees t que el querer humano queda afligido porque el Divino Querer lo tiene en acto de morir continuamente? Ah! no, no, ms bien se siente feliz de que sobre su voluntad agonizante renazca y surja la Voluntad Divina victoriosa y triunfante sobre la suya, porque le lleva alegra y felicidad sin trmino. Basta comprender hija 49

querida qu significa hacerse dominar por Ella, y probarlo para hacer que la criatura aborrezca tanto su voluntad, que se dejara hacer pedazos antes que salir de la Divina Voluntad. Ahora escchame, Yo part del Cielo slo para hacer la Voluntad del Eterno, y si bien Yo tena mi cielo en m, el cual era la Voluntad Divina, y era inseparable de mi Creador, tambin me agradaba estar en la patria celestial, mucho ms que estando la Divina Voluntad en M, Yo senta los derechos de hija de estar con l y de hacerme arrullar como pequeita entre sus brazos paternos y de participar a todos las alegras y felicidad, riquezas, santidad que posea, cuanto ms poda tomar y llenarme tanto, hasta no poder contener ms, y el Ser Supremo gozaba el ver que Yo sin temor, ms bien con sumo amor me llenaba de sus bienes, Yo no me maravillaba de que me haca tomar lo que Yo quera, era su hija, una era la Voluntad que nos animaba, lo que queran Ellos quera Yo. As que senta que las propiedades de mi Padre celestial eran mas, la nica diferencia, que Yo era pequea y no poda abrazar ni tomar todos sus bienes, por cuantos tomaba, quedaban tantos que no tena capacidad donde ponerlos, porque siempre era criatura, en cambio la Divinidad era grande, inmensa, y en un solo acto abrazaba todo. Por eso, a pesar de esto, en cuanto me hacan entender que deba privarme de sus alegras celestiales y de los castos abrazos que nos dbamos, Yo parta del Cielo sin demora y regresaba en medio de mis queridos padres, ellos me amaban mucho, Yo era toda amable, hermosa, alegre, pacfica y llena de gracia infantil, tanto, de raptarme el afecto de ellos, eran todo atencin sobre de M, era su joya, cuando me tomaban en sus brazos sentan cosas inslitas, y una Vida Divina palpitante en M.

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Ahora hija de mi corazn, t debes saber que en cuanto comenz mi vida ac abajo, la Divina Voluntad extenda su Reino en todos mis actos, as que mis oraciones, mis palabras, mis pasos, el alimento, el sueo que tomaba, los pequeos servicios con los cuales ayudaba a mi madre, eran animados por la Divina Voluntad, y como te he llevado siempre en mi corazn te llamaba como hija ma; en todos mis actos llamaba a tus actos junto con los mos, a fin de que tambin en tus actos, aun indiferentes, se extendiera el Reino del Querer Divino. Escucha cunto te amaba: si oraba llamaba tu plegaria en la ma, a fin de que la tuya y la ma fueran valoradas con un solo valor y poder, cual era el valor y el poder de una Voluntad Divina, si hablaba llamaba tu palabra, si caminaba llamaba tus pasos, y si haca las pequeas acciones humanas indispensables a la naturaleza humana, como eran el tomar agua, barrer, ayudar a llevar lea a mi madre para encender fuego, y tantas otras cosas similares, Yo llamaba a estos mismos actos tuyos a fin de que fueran valorados por una Voluntad Divina, y en los mos, y en tus actos, se extendiese su Reino, y mientras te llamaba en cada acto mo, llamaba al Verbo Divino a descender sobre la tierra. Oh! cunto te he amado hija ma, quera tus actos en los mos para hacerte feliz y hacerte reinar junto conmigo. Y oh! cuntas veces yo te llamaba, y llamaba a tus actos, pero con sumo dolor mo los mos quedaban aislados y los tuyos los vea como extraviados en tu voluntad humana, que es horrible el decirlo, formaban el Reino no divino, sino humano, el Reino de las pasiones y el Reino del pecado, de las infelicidades y desventuras. Tu Mam lloraba sobre tu desventura, y en cada acto de voluntad humana que t haces, pues conoca a que Reino infeliz te llevan; mis lgrimas se derraman todava para hacerte comprender el gran mal que haces, por eso escucha a tu Mam, si t hicieras la Divina 51

Voluntad, por derecho te sern dadas la alegra, la felicidad, todo ser en comn con tu Creador, las debilidades, las miserias huirn de ti, y adems sers la ms querida de mis hijas, te tendr en mi mismo Reino para hacerte vivir siempre de Divina Voluntad. EL ALMA: Mam santa, quin puede resistir el verte llorar, y no escuchar tus santas lecciones? Yo con todo el corazn lo prometo, lo juro, el no hacer jams, nunca ms mi voluntad, y T Mam Divina no me dejes jams sola, para que el imperio de tu presencia aplaste mi voluntad, para hacerme reinar siempre, siempre en la Voluntad de Dios. PRCTICA: Hoy para honrarme, me dars todos tus actos para hacerme compaa en mi infancia, dicindome tres actos de amor en memoria de los tres aos que Yo viv con mi madre santa Ana. JACULATORIA: Poderosa Reina, rapta mi corazn para encerrarlo en la Voluntad de Dios.

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DCIMO TERCER DA La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad. Parte del templo y da ejemplo de total triunfo en el sacrificio. EL ALMA A LA REINA TRIUNFANTE: Mam celestial, hoy vengo a postrarme ante ti para pedirte tu fuerza invencible, para que en todas mis penas, y T sabes cmo est lleno mi corazn de ellas, hasta sentirme ahogada, si T tanto amas el hacerme de Madre, toma mi corazn en tus manos y derrama en l el amor, las gracias, la fuerza de triunfar en mis penas, y convertirlas todas en Voluntad Divina. LECCIN DE LA REINA TRIUNFANTE: Hija ma, nimo, no temas, tu Mam es toda para ti, y hoy te esperaba para que mi herosmo y mi triunfo en el sacrificio, te infunda fortaleza y nimo, y as pueda ver a mi hija triunfante en sus penas y con el herosmo de soportarlas con amor y para cumplir la Divina Voluntad. Ahora hija ma escchame, Yo tena apenas tres aos, y mis padres me hicieron saber que queran consagrarme al Seor en el templo. Mi corazn se alegr al conocer esto, el consagrarme y pasar mis aos en la casa de Dios, pero bajo mi alegra haba un dolor, una privacin de los ms queridos que se pueden tener en la tierra, como eran mis queridos padres; era pequea, tena necesidad de sus cuidados maternales, me privaba de la presencia de dos grandes santos, y adems vea que conforme se acercaba el da de privarse de M, que haca su vida plena de alegra y de felicidad, sentan tal amargura de sentirse morir, pero 53

aunque sufran estaban dispuestos a hacer el acto heroico de conducirme al Seor. Mis padres me amaban en orden a Dios y me tenan como un gran don dado a ellos por el Seor, y esto les dio la fuerza de cumplir el doloroso sacrificio. Por eso hija ma, si quieres tener fuerza invencible para sufrir las penas ms duras, haz que todas las cosas tuyas sean en orden a Dios y tenlas como dones preciosos que te ha dado el Seor. Ahora, t debes saber que Yo con nimo preparaba mi ida al templo, porque en cuanto entregu mi voluntad al Ser Divino y el Fiat Supremo tom posesin de todo mi ser, Yo adquir todas las virtudes en naturaleza, Yo era dominadora de M misma, todas las virtudes estaban en M como tantas nobles princesas, y de acuerdo a las circunstancias de mi vida prontamente se ofrecan para hacer su oficio sin ninguna resistencia. En vano me habran llamado Reina si no hubiera tenido virtud de ser Reina sobre M misma, por eso Yo tena en mi dominio la caridad perfecta, la paciencia invencible, la dulzura raptora, la humildad profunda y todo el ajuar de las otras virtudes. La Divina Voluntad volvi afortunada la pequea tierra de mi humanidad, siempre florida y sin las espinas de los vicios. Ve entonces querida hija qu significa vivir de Voluntad Divina, su luz, su santidad y potencia convierten en naturaleza todas las virtudes, no se abaja a reinar en un alma donde hay una naturaleza rebelde, no, no, Ella es santidad, y donde debe reinar quiere la naturaleza ordenada y santa. Por eso el sacrificio de ir al templo eran conquistas que Yo haca, y sobre el sacrificio vena formado en M el triunfo de una Voluntad Divina, y estos triunfos llevaban a M nuevos mares de gracia, de santidad y de luz, hasta 54

sentirme feliz en mis penas, para poder conquistar nuevos triunfos. Ahora hija ma, pon la mano sobre el corazn y dile a tu Mam: Sientes tu naturaleza cambiada en virtud? O bien sientes las espinas de la impaciencia, las hierbas nocivas de la agitacin, los malvados humores de los afectos no santos? Escucha, permite que acte tu Mam, dame tu voluntad en mis manos, decidida a no quererla ms y Yo te har poseer por la Voluntad Divina, la cual todo desterrar de ti, y lo que no has hecho en tantos aos lo hars en un da, el cual ser el principio de la verdadera vida, de la felicidad y de la verdadera santidad. Ahora pon atencin y escchame, Yo dej la casa de Nazaret acompaada por mis santos padres, al dejarla di una ltima mirada a aquella casita donde haba nacido, para agradecer a mi Creador por haberme dado un lugar donde nacer y por dejarla en la Divina Voluntad, a fin de que mi infancia y tantos queridos recuerdos, porque Yo estando llena de razn todo comprenda, fueran todos custodiados por la Divina Voluntad y depositados en Ella como prenda de mi amor hacia Aqul que me haba creado. Hija ma, el agradecer al Seor y poner nuestros actos en sus manos como prenda de nuestro amor, son nuevos canales de gracias y comunicaciones que se abren entre Dios y el alma, y el homenaje ms bello que se puede rendir a quien tanto nos ama. Por eso aprende de M a agradecer al Seor de todo lo que dispone de ti, y en todo lo que ests por hacer sea tu palabra: Gracias, oh! Seor y pongo todo en tus manos. Ahora, mientras todo dej en el Fiat Divino, como reinaba en M y jams me dej ni un instante de mi vida, Yo los 55

llevaba como en triunfo en mi pequea alma, y oh! los prodigios del Divino Querer, con su virtud conservante mantena el orden de todos mis actos, pequeos y grandes y como en acto dentro de M, como triunfo suyo y mo, as que jams perd la memoria de uno solo de mis actos, y esto me daba tanta gloria y honor que me senta Reina, porque cada acto mo hecho en la Divina Voluntad era ms que sol, y Yo estaba adornada de luz, de felicidad, de alegra, Ella me llevaba su paraso. Hija ma, el vivir de Voluntad Divina debera ser el deseo, el suspiro, y casi la pasin de todos, tanta es la belleza que se conquista y el bien que se siente. Todo lo contrario la voluntad humana, ella tiene la virtud de amargar a la pobre criatura, la oprime, forma la noche, camina a tientas, va siempre tropezando en el bien y muchas veces pierde la memoria del poco bien que ha hecho. Ahora hija ma, Yo part de la casa paterna con nimo y desapego, porque Yo mir slo el Querer Divino, en el cual tena fijo mi corazn, y esto me bast para todo, pero mientras caminaba para ir al templo, vi toda la Creacin, y oh! maravilla, sent el latido de la Divina Voluntad en el sol, en el viento, en las estrellas, en el cielo, bajo mis pasos la sent palpitante y el Fiat Divino que reinaba en M orden a toda la Creacin, que como velo lo esconda, que todos se inclinaran y me hicieran honor de Reina, y todos se inclinaron dndome signos de sujecin, hasta la pequea florecita del campo no se priv de darme su pequeo homenaje, Yo pona todo en fiesta, y cuando por necesidad sala de la habitacin, la Creacin se pona en acto de darme muestras de honor, y Yo era obligada a ordenar que estuviera en su puesto y que observara el orden de nuestro Creador. Ahora escucha a tu Mam, dime, en tu corazn sientes la alegra, la paz, el desapego de todo y de todos, y el coraje 56

que todo puedes hacer para cumplir la Divina Voluntad, de modo de sentir en ti fiesta continua? Hija ma, la paz, el desapego, el coraje, forman el vaco en el alma donde puede tomar lugar la Divina Voluntad, y Ella siendo intangible de cualquier pena, lleva la fiesta perenne a la criatura. Por eso, nimo hija ma, dime que quieres vivir de Voluntad Divina y tu Mam pensar en todo. Ahora, maana te espero para decirte el modo como me comport en el templo. EL ALMA: Mam santa, ayuda a tu hija, hazme una visita en mi alma y todo aquello que encuentres que no sea Voluntad de Dios, con tus manos maternas arrncalas de m, quema las espinas, las hierbas nocivas, y T misma llama a la Divina Voluntad a reinar en mi alma, y con tu imperio vacame de todo, infndeme el coraje necesario para hacerme dar muerte a mi voluntad y yo confiando en ti te dir: Quiero vivir de Voluntad Divina. PRCTICA: Hoy para honrarme me llamars tres veces a visitar tu alma y me dars toda la libertad de hacer lo que quiero de ti, y t me dars todos tus actos como prenda de amor por M, y Yo los depositar en la Divina Voluntad, dicindome cada vez: Te amo Mam ma. JACULATORIA: Soberana Reina, toma entre tus manos mi alma, vacame de todo y transfrmala toda en Voluntad de Dios.

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DCIMO CUARTO DA La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad. Su vida en el templo forma el nuevo da para hacer despuntar el refulgente Sol del Verbo Divino sobre la tierra. Se hace modelo de las almas consagradas al Seor. EL ALMA A LA REINA DEL CIELO: Mam Reina, heme aqu a tu lado para seguir tus pasos al entrar al templo, y oh! cmo quisiera que mi Mam tomara mi pequea alma y la encerrara en el templo vivo de la Voluntad de Dios, que me aislara de todos, excepto de mi Jess y de su dulce compaa. LECCIN DE LA REINA DEL CIELO: Hija ma queridsima, cmo es dulce tu susurro en mi odo al orte decir que quieres ser encerrada por M en el templo vivo de la Divina Voluntad, y que no quieres otra compaa sino la de tu Jess y la ma. Ah! hija querida, t haces surgir en mi materno corazn las alegras de verdadera Madre, y si esto me haces hacer, Yo estoy segura que mi hija ser feliz, mis alegras sern las suyas, y tener una hija feliz es la ms grande felicidad y gloria de un corazn materno. Ahora escchame hija ma, Yo llegu al templo slo para vivir de Voluntad Divina, mis santos padres me confiaron a los superiores del templo, consagrndome al Seor, y mientras esto hicieron Yo estaba vestida de fiesta, cantaron himnos y profecas respecto al futuro Mesas, oh! cmo se alegraba mi corazn, despus, con valor di el adis a mis queridos y santos padres, bes su mano derecha, les agradec por los cuidados que tuvieron de mi infancia, y porque con tanto amor y sacrificio me haban consagrado al Seor. Mi 58

presencia pacfica, sin llorar y valerosa les infundi tal nimo, que tuvieron la fuerza de dejarme y apartarse de M. La Voluntad Divina imperaba sobre M, y extenda su Reino en todos aquellos actos mos. Oh! potencia del Fiat, slo T podas darme el herosmo, que si bien tan pequea, tuve la fuerza de separarme de quienes tanto me amaban y que Yo vea que se sentan destrozar el corazn al separarse de M. Ahora hija ma escchame, Yo me encerr en el templo, y lo quiso el Seor para hacerme extender en mis actos que deba hacer en l, el Reino de la Divina Voluntad, para hacerme preparar el terreno con mis actos humanos, y el cielo de la Divina Voluntad que deba formarse sobre este terreno, a todas las almas consagradas al Seor. Yo era atentsima a todos los deberes que se acostumbraban hacer en aquel lugar santo, Yo era pacfica con todos, jams di amarguras ni molestias a ninguno, me someta a los servicios ms humildes, no le encontraba dificultad a nada, ni a barrer, ni a cocinar, cualquier sacrificio era para M un honor, un triunfo, pero quieres saber por qu? Yo no vea nada, todo para M era Voluntad de Dios, as que la campanita que me llamaba era el Fiat, Yo oa el sonido misterioso del Querer Divino que me llamaba en el sonido de la campanita, y mi corazn se alegraba y corra para ir donde el Fiat me llamaba. Mi regla era la Divina Voluntad, a mis superiores los vea como comandantes de un Querer tan santo, por eso para M la campanita, la regla, los superiores, mis acciones, incluso las ms humildes, eran alegras y fiestas que me preparaba el Fiat Divino, que extendindose tambin fuera de M me llamaba a extender su Voluntad para formar su Reino en los ms pequeos de mis actos, y Yo haca como el mar, que esconde todo lo que posee y no deja ver otra cosa que agua, as haca Yo, esconda todo en el mar inmenso del Fiat Divino, y no vea otra cosa que mar de 59

Voluntad Divina, y por eso todas las cosas me llevaban alegras y fiestas. Ah! hija ma, en mis actos corras t y todas las almas, Yo no saba hacer nada sin mi hija, era propiamente para mis hijos que preparaba el Reino de la Divina Voluntad. Oh! si todas las almas consagradas al Seor en los lugares santos hicieran desaparecer todo en la Divina Voluntad, cmo seran felices y convertiran las comunidades en tantas familias celestiales y poblara la tierra de muchas almas santas. Pero, ay de M! debo decirlo con dolor de Madre, cuntas amarguras, trastornos, discordias no hay? Mientras la santidad no est en el oficio que les toca, sino en el cumplir la Voluntad Divina en cualquier oficio asignado a ellas, porque es la pacificadora de las almas, fuerza y sostn en los sacrificios ms duros. Ahora prstame atencin y escucha a tu Mam que quiere dividir contigo su fortuna. Yo continuaba mi vida en el templo, pero el Cielo no estaba cerrado para M, Yo poda ir cuantas veces quera, tena el paso libre para subir y descender; en el Cielo tena mi Familia Divina con la cual Yo ansiaba ardientemente y suspiraba el entretenerme con Ellos, la Divinidad misma me esperaba con tanto amor para conversar conmigo, para felicitarse y hacerme ms feliz, ms bella, ms querida a los ojos de Ellos, por otra parte no me haban creado para tenerme lejana, no, no, queran gozarme como hija, queran escucharme, cmo mis palabras animadas por el Fiat tenan la potencia de poner paz entre Dios y las criaturas, amaban el ser vencidos por su pequea hija y orse repetir: Descienda, descienda el Verbo sobre la tierra. Puedo decir que la misma Divinidad me llamaba, y Yo corra, volaba en medio a Ellos, mi presencia, porque no haba hecho jams voluntad humana, los corresponda del amor y de la gloria de la gran obra de toda la Creacin, y 60

por eso me confiaban el secreto de la historia del gnero humano, y Yo rogaba y volva a rogar que se diera la paz entre Dios y el hombre. Ahora hija ma, t debes saber que slo la voluntad humana cierra el Cielo, por eso no le era dado penetrar en aquellas regiones celestiales, ni de tener trato familiar con su Creador, por el contrario, la voluntad humana lo haba arrojado lejos de Aqul que lo haba creado. En cuanto el hombre se sustrajo de la Voluntad Divina se volvi miedoso, tmido, perdi el dominio de s mismo y de toda la Creacin, todos los elementos, porque dominados por el Fiat, permanecan superiores a l y le podan hacer mal. El hombre tena miedo de todo, y te parece poco hija ma que aqul que haba sido creado rey, dominador de todo, llegara a tener miedo de Aqul que lo haba creado? Extrao hija ma, y dira casi contra natura, el que un hijo tenga miedo de su padre, mientras que es natural que as como se genera, se genera al mismo tiempo amor y confianza entre padre hijo, y esto se puede llamar la primera herencia que toca al hijo, y el primer derecho que toca al padre. As que Adn con hacer su voluntad perdi la herencia de su Padre, perdi su Reino y se volvi el hazmerrer de todas las cosas creadas. Hija ma, escucha a tu Madre y pondera bien el gran mal de la voluntad humana, ella quita los ojos del alma y la hace volverse ciega, de modo que todo es tinieblas y miedo para la pobre criatura. Por eso pon la mano sobre tu corazn y jura a tu Mam que quisieras morir antes que hacer tu voluntad. Yo, por no hacer jams mi voluntad no tena ningn miedo con mi Creador, y cmo poda tener miedo si me amaba tanto? Y el Reino se extenda tanto en M, que con mis actos iba formando el pleno da para hacer surgir el nuevo Sol del Verbo Eterno sobre la tierra, y Yo conforme vea que se iba formando el da, as aumentaba mis splicas para obtener el 61

suspirado da de la paz entre el Cielo y la tierra. Ahora, maana te espero para narrarte otra sorpresa de mi vida ac abajo. EL ALMA: Oh! Mam santa, cmo son bellas tus lecciones, cmo descienden dulces en mi corazn. Ah! te ruego que extiendas en m el mar del Fiat Divino y me lo amuralles alrededor, a fin de que tu hija no vea y no conozca nada ms que Voluntad Divina, de modo que navegando siempre en Ella, pueda conocer sus secretos, sus alegras, su felicidad. Oh! cuntas veces tambin yo me senta con temor, timidez, y como lejana de mi Creador, ah! era mi voluntad humana que reinaba en m, no la Divina, y por eso yo senta sus tristes efectos. Si me amas como hija, toma mi corazn entre tus manos y arroja de m el miedo y la timidez que me impiden el vuelo hacia mi Creador, y en su lugar pon aquel Fiat que T tanto amas, y que quieres que reine en mi alma. PRCTICA: Hoy para honrarme me hars doce actos de amor, para honrar los doce aos que viv en el templo, rogndome que te admita en la unin de mis actos, y pondrs en mis manos todo lo que sientas de molestia, de temor, de desconfianza, a fin de que te los convierta en Voluntad de Dios. JACULATORIA: Reina Mam, encirrame en el sagrado templo de la Voluntad de Dios.

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DCIMO QUINTO DA La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad. Sale del templo. Esponsales con san Jos. Espejo divino al que llama a mirarse a todos aquellos que son llamados por Dios al estado conyugal. EL ALMA A SU MAM CELESTIAL: Mam santa, hoy ms que nunca siento la necesidad de estarme estrechada entre los brazos de mi Mam, a fin de que aquel Divino Querer que reina en ti, forme el dulce encanto a mi voluntad, para que la tenga encerrada y no se atreva a hacer cosas que no sean Voluntad de Dios. Tus lecciones de ayer me han hecho comprender la prisin en que pone a la pobre criatura la voluntad humana, y yo temo tanto que d sus escapadas y tome su puesto de nuevo en m, por eso me confo en mi Mam, a fin de que me vigile tanto, que yo pueda estar segura de vivir siempre de Voluntad Divina. LECCIN DE LA REINA DEL CIELO: Vamos hija ma, nimo y confianza en tu Mam y propsito frreo de no dar jams vida a tu voluntad. Oh! cmo quisiera or de tus labios: Mam ma, mi voluntad ha terminado, y todo el imperio lo tiene en M el Fiat Divino. Estas son las armas que la hacen estar muriendo continuamente, y vencen el corazn de tu Mam para usar todas las artes amorosas de Madre, para que su hija viva