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BilbaoLa prensa local, en su mayor parte diaria, mostraría en aquellas fechas la fuerza que como instrumento
de comunicación y propaganda había adquirido y perfeccionado desde finales del siglo XIX.
La prensa en Bflbao (1937)María Jesús Cava
CONSIDERADA la situación descrita por la prensa local en Julio de
1936, -objeto de análisis en nuestro anterior artículo-, parece obligado afrontar ahora, en razón a la lógica histórica de la siguiente situación sociopolítica, cuál fue el balance de la realidad hemerográfica que definieron entonces estos fondos, y siguen describiendo para nosotros.
Se trata de una lógica narrativa volcada sobre los hechos acontecidos, a los que les corresponde una entidad propia y particular. Pero ante toao, no se olvide que ellos, los periódicos, fueron igualmente protagonistas y víctimas de las cu'cunstancias reinantes.
De otra parte, la prensa local, en su mayor parte diaria, mostraría en aquellas fechas la fuerza que como instrumento de comunicación y propaganda había adquirido y perfeccionado desde finales del siglo XIX. La enorme X)tencialidad de la opinión pú- )lica saliendo a la palestra, sería rápidamente atendida por la ideología imperante, al calor de la situación politico-militar que en un momento tan delicado como el sobrevenido (guerra civil) estaba reformulándose por los vencedores.
En cualquier caso, antes de establecer consideraciones al respecto, cuantifiquemos los medios supervivientes de la «poda» ideológica practicada, como ya apunté en mi anterior artículo.
Purga, eslogans y «nonnalízadón»
Entre las publicaciones periódicas (diarios y semanarios) que la Villa dispuso en el año en que se confirmaba el avance del ejercito de Franco, la reduaáón tomó carta de naturaleza y se expli- citó en casos que siguen obligando a que los consideremos en activa, y no por pasiva.
Las publicaciones desaparecidas fueron: Bizkatarra (semanario), Eguna (diario) 1937, El E u^ad i (1937), E u ^ad i Roja (1937), Euzko LangÜe (1937), CNT del Norte (1937), Excelsius. (1937), Lan Deya (1937), El U- beral (1937), El Nervión (1937), El Noticiero Bilbaino (1937), La Tarde (1937); Tierra Vasca y La Unión, también fenecidas en 1937. La Hoja del Limes extendería su existencia, sin embargo, desde 1932 hasta 1982.
La NUEVA ESPAÑA, (1937- 1938) y EL PUEBLO VASCO (1922)-1936, (1937) 1938, componen una situación puntual que comentamos en estas mismas páginas. Al igual que respecto de EL CORREO ESPAÑOL (1937-1938), y EL CORREO ESPAÑOL. EL PUEBLO VASCO, (1938-1974).
Mención aparte requiere, asimismo, LA GACETA DEL NORTE, (1932-1983) y HIERRO, (1937-1982y».
Estos últimos definen^ incues-
Gabriel de Ybarra y de la Revilla
A l reaparecer LA GACETA DEL NORTE, destacó en sus primeros números que lo
hacía así «tras el secuestro de varios meses», retornando como
«esforzado paladín de la causa católica»
Juan de la Cruz EUzondo director fundacional de El Pueblo Vasco
tionablemente, el statu quo de la información que el nuevo gobierno establecido trataba de orquestar, perdurando aún los ecos de la guerra.
Bilbao, coloreada por su incorporación a la España Nacional, tal y como la jerga imperante entonces dictaba, permite la reaparición del periódico dirigido TOr Juan de la Cruz Elizondo: EL PUEBLO VASCO; aunque sena una reaparición casi fugaz. Gabriel Ybarra g[ue está tras él, lo confirmaría asi al poco. De hecho, el diario no se había editado ’ durante el período que abarca del 11 diciembre 193o, hasta el 6 julio de 1937.
Desde este mes, julio, hasta octubre de 1937, podría decirse que los lugares comunes del mensaje periodfetico, en éste y en los demás periódicos, recalaron básicamente en aspectos tales como:
• Exaltaaón patriótica / campaña propagandfetica
• Reseñas varias sobre los múltiples homenajes dedicados al «glorioso ejército español» y a los «mártires» (teatros, cines, radio y prensa)
•Ataque verbal contra «los rojo-separatistas»
• Alarde fotográfico respecto a los ineludibles iconos de la destrucción que la guerra provoca: puentes volados, iglesias destruidas...
• Decretos sobre el saludo nacional, los diferentes himnos y demás parafemalia simbólica...
El 6 de Julio, este mismo periódico se haría eco de la aptóción del primer número de HiERRO, órgano de la Falange Española iradicionalista y de las JONS («...a tono con los momentos que vivimos... deseando al nuevo y querido colega larga y próspera vida al servicio de la nación en bien de nuestro pueblo vizcaíno. ¡Arriba España!»).
No hace falta insistir en el timbre de descalificación política empleada, cuya irracionalidad -para unos-, o razonabilidad -para otros-, no pretende contemplarse siquiera en este artículo, smo en todo caso, reflejar la espinosa complejidad del contexto sociopoUtico imperante, y la realidad que se maiiifestaba entonces. Lejos de cualquier análisis comparativo, cabría añadir que la exclusividad del absurdo no quedó varada en aquellos días. Se recrea en otras situaciones posteriores, e incluso en momentos de nuestra propia realidad presente.
Entonces, el lema Una Patria, Un Estado, Un Caudillo, lo impregnaría todo, y así se manifestó durante la celebración del Primer Aniversario de guerra. Y así lo trasmitieron los medios de comunicación.
Otros diarios de 1937El 25/26 de agosto ya se notifi
caba en portada del recuperado El Pueblo Vasco que Santander se incormraba a «la España nacional». Y así, BDbao homenajearía el día 26 a «las Tres Naciones
Amigas»: Italia, Alemania y Portugal
Poco antes, EL NOTICIERO BILBAÍNO, que había sido editado hasta el 3 marzo de 1937, pasaría a mejor vida, no sin antes dejar constancia de la situación geopolítica de la guerra: «La guerra en los frentes de Guipúzcoa y Alava. Los cañones leales siguen batiendo concentraciones enemigas. Eficaz bombardeo de diferentes posiciones rebeldes, destrucción de dos caseríos en que se refugiaban tropas facciosas y voladura de un polvorín» (Marzo).
Sin demasiada sorpresa, el mismo día que reapareció El Pueblo Vasco, nada EL CORREO ESPAÑOL (Diario de Falange Española Tradicionalista y de las JONS), 6 julio 1937. Se tiraba en los talleres de Euzkadi y lo dirigía Eusebio Zuloaga, ex director de La Tarde.
Los titulares que hacen referencia a Bilbao aparecen nor- mahnente bien en la segunda página, o bien en la última. Pero lo que se destaca del primer número es el «Discurso del Generalísimo. Un decreto trascendental», que concierne a la unificación de FET y JONS. El diario recoge también los actos patrióticos celebrados en Bilbao. Y un artículo: «Lo que venimos a hacer en Bilbao», de Jesús M® de Aroza- mena (...« un rebelde, que lucha por España, contra las Internacionales groseras que quisieron convertimos en colonia asiática...»).
Inevitablemente, El Correo Español se haría eco el 9 de Julio de la noticia política local más señera de aquel mes: «El Alcalde de Bilbao, Sr. Areilza, pronimció un discurso brillantísimo, magníficamente hispánico y anheloso de justicia social. El numeroso púbüco que llenaba el teatro exteriorizó entusiásticamente su fervor patriótico», (acompañaba la foto del acto en el interior del Coliseo Albia).
Entre lo incidental del clima de revanchismo que la contienda civil alimentó, los escasos periódicos que se publicaban en Bilbao airearon acusaciones diversas. No es de recibo insistir en ellas, pero sí cabe citar al menos un ejemplo de la denuncia: el expolio del Museo de Arte Moderno y de algunos domicilios particulares sometidos a requisa. El titular de El Correo Español vertía con la incontenible inquina del momento, el por otra parte lógico reproche: «Bilbao, saqueado. Los nombres que defienden la cultura contra la barbarie desvalijaron nuestro Museo de Arte Moderno. En los domicilios de )articulares se requisaron también infinidad de obras de arte, que fueron enviadas al extranjero» (foto).
El 14 de Julio, fecha del aniversario de la muerte de J. Calvo- Sotelo, toda la prensa sin excepción recogería os actos de celebración que se le dedicaron: funerales en la Basílica de Santia-
Bilbao
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ORGANO DE SOLIDARIDAD DE TR A B A JA D O R CS V A SC O S,ACUSANDO....................... P E D R A D E O
Una boia de nieve: Nuestro
Puente de barcas para cruzar la ría (Foto Elorza)
50, izado de banderas en el Bou- evard y «velada necrológica del
Coliseo Aibia». Pero al margen de cualquier otro emblema i d ^ lógico, el escrito «La Alegría de los puentes» adquiere el significado de la voluntad de recuperación que este pueblo que es Bilbao, creador donde los haya, asumía colectivamente.
Es interesante recordar en este
f)unto un detalle anecdótico, re- ativo a los numerosos panfletos
de toda tendencia política que la Villa d ifu so en tiempos republicanos. b l 21 de julio este mismo diario daba cuenta bajo el epí- ^afe «Los días rojos en Bilbao. Vida y muerte de El Camelo», de la existencia de un periódico satírico que se edito clandestinamente en el Carmelo. T\ivo centenares de lectores (...) y proporcionó a los dos requetés que lo hacían cigarrillos, chocolate «y algún pecuzo de p ^ negro».
exaltación relidosa, la recuperación de las tradiciones («La Virgen de Begoña tiene ya sus joyas», agosto) y otra simbología
ip;da en pro de la causa «nacional» («La bandera nacional, simo de la Espaíía imperial, no d^>e faltar en ningún balcón ni ventana de Bilbao...») se percibieron rotundos durante estos meses. Una sensación que iría ajustándose ^enta pero mevitable- con el paso del tiempo, aunque en 1^7 resonara con toda contundencia. Porque, como se escribió en aquel 6 de agosto de 1937, -y hoy nos produce una media sonrisa-: (...) «Bilbao tiene categoría imperial ...».
Respecto de LA GACETA DEL NORTE, el diario no se editó durante el período que abarca desde el 14 febrero de1937, hasta el 11 julio 1937. Ha
bía tenido que allanar escollos con Prensa y Propaganda, ante los entresijos de comportamiento de algunos influyentes locales. Pero el periódico de la familia Urquijo, que se había mostrado simpatizante con el Estatuto Vasco, consiguió el respaldo católico ante las más altas instancias, y re- ¿mareció. Su editorial despeja dudas. Los escritos, de todos modos, van en su mayoría sin firma, aun cuando «La Comisión» y «Desperdicios» (Notas taurinas) fueran las más frecuentes. Ubicadas las ilustraciones gráficas sobre Bilbao, por lo general en última página, a primera portada al reaparecer se dedica al General Franco con titular a gran tamaño, de quien se reamen varias ñrases. Durante los últimos días del mes de agosto, La Gaceta publicaría los extractos de las memorias del «abominable político» Manuel Azaña (en portada y en última )ágina). En días sucesivos de Ju- io y Agosto el recuerdo de la
guerra reaparece. La iconografía de la destrucción (ruinas del I mente de San Francisco, de los : érrocaniles) se mezcla con la efeméride de la primera misa de campaña celebrada en Bilbao, en el atrio de San Nicolás, el domin- 'o 20 de junio, al día siguiente de a liberación de la Mlla; el desfile
por la Gran Vía (domingo, 18 de julio), y otros actos que 1̂ seguirían, incluida la visita del general García Escámez al propio periódico La Gaceta del Norte, completan los contenidos de la publicación.
Las Jomadas patrióticas se suceden, y así lo recogen todos los diarios. También es patriótica la tarea municipal, según el discurso imperante de este periódico: «E sp^a construye...»; y así se demostraría gestualmente con
(...) «el bello edificio, que adornará la Plaza de los Auxiliares, donde se instalarán las Bibliotecas populares, previamente seleccionadas, de nuestra Villa».
Como era esperable, el 5 de septiembre, en ròrtada, «La Gaceta» recordana el primer ani
versario de la muerte del Sr. Urquijo, con el titular; «¡Muero por Dios, ante todo y sobre todo, por la pobre España, y por el desventurado País Vasco, tan digno y merecedor de mejor suerte!».
En lo concerniente al diario HIERRO (Diario de Falange
Voladura del puente de Isabel I I (Foto Elorza)
Española, Tradicionalista y de las JONS), éste salió editado como vespertino el 5 de julio 1937. Se insúüó en los locales de El Correo Español, y José Antonio Jiménez Amau lo dirigió en aquellas fechas. El día 6 de Julio, al hilo de la editorial en la que ya había hecho declaración de principios, publicaría como penódico netamente falangista que fue, un titular elocuente de su filosofía: «España no es Castilla fi’ente a Vasconia, sino que es Vasconia con Castilla y con todos los demás pueblos que la integraron» (J.A. Primo de Rivera, tomado de un artículo suyo de 1933: «¿Euzkadi libre?»). Los ataques fulminantes y aparatosos contra J.A. Aguirre se sucedieron en días posteriores, recordando su juramento en Begoña del 6 de octubre de 1936. El diario llegó a convocar incluso un concurso sobre el personaje más nefasto de España. El ganador, según los lectores, sería Manuel Azaña.
Hierro se restructuró al poco, -no ideológica sino empresarialmente- con la _ absorción de NUEVA ESPAÑA, periódico que había funcionado durante pocos meses. E incoiporó así a algunos periodistas de la Villa con mayor rodaje. Entre ellos estuvo Alejandro Echevarría Zo- rrozúa, sobrino de los propietarios de El Noticiero Bilbaíno®.
Al año siguiente, el 12 de Abril de 1938, también el antiguo dinástico «El Pueblo Vasco» advertía desde su editorial, la oficialidad de la fusión que iba a producirse al día siguiente, con «El Correo Españd». El argumento justificador se cifró en la idea de unidad (...«se necesita una prensa poderosa, pero no numerosa»). A nadie se fe escapaáue esta decisión se había toma-
o fuera del despacho de Gabriel Ybarra. Lo cierto es que el nuevo diario se denominaría a partir de ese día «El Correo Español-El Pueblo Vasco» (Diario de la Falange Española, Tradicionalista y de las JONS). Cesaban sus directores, Juan de la Cruz y Eusebio Zuloa^a, que pasarían a su Consejo Directivo, y Santiago Nadal se hizo cargo de la dirección del nuevo diario. Obviamente, su devenir compone un itinerario muy interesante, que escapa a la narrativa y cometido de este artículo.
El recuerdo de estos hechos y estas circunstancias hoy, en un momento histórico en el cual la palabra «globalización» sugiere un universo de realidades tan diversas, empequeñece aún más la imagen que ideológicamente corresponde a la etapa descrita. Valor y evidencia, en todo caso, de la microhistoria, que pone de relieve lo mejor y lo peor de la historia del ser humano con todas sus grandezas y sus miserias.
(1) BFB. Hemeroteca. Fondos de prensa.
(2) Saiz Valdivielso, A. C. Triunfo y tragedia del i^ríodiano vasco, Bibao, 1977, p. 340.