LA POESÍA EN NUESTRAS MANOS. por David Pech

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LA POESÍA EN NUESTRAS MANOS.

por

David Pech

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 2

Notas del autor:

A veces no sabemos cómo expresar lo que sentimos, simplemente nos dejamos llevar por las

circunstancias que nos aqueja. Sin embargo, las letras nos acompañan en todo momento

regalando consuelo a aquellas personas que nos cambia el pensamiento y el razonamiento de

algunas emociones dentro del corazón. La poesía nos acaricia: nos hace volar, ¡nos construye!

Para eso es importante conocer las situaciones que nos lleva a transmitir nuestras emociones en

un pedazo de papel y un bolígrafo. Ahora bien, ¿Qué nos inspira? la respuesta es muy extensa,

muchos se inspiran con hechos sociales un ejemplo de ello son: los temas de guerra, inmigración,

la política, la economía, entre muchos temas más. No obstante, algunos poetas escriben de temas

muy distintos como el amor, odio, alegría, pero sobre todo ¡la vida! ese momento por el cual

nuestros sentimientos florecen de manera única haciendo efervecer el sentido que la vida nos

ofrece a diario. Pocas personas entienden que la poesía no es solo hacer que rime las palabras,

también con llevan funciones tanto emocionales como poéticas. ¿Tiene rima? Sí, Pero no en

todos los casos, existen sus excepciones, en algunas ocasiones gozan de una buena dotación de

métrica rica en subjetividad y emociones puras del autor. Ahora bien, ¿Qué caracteriza a un

poeta? ¿El poeta se caracteriza por la forma en que declama? En términos generales los poetas

tienen diversas formas de expresar lo que ellos escriben, muchos de manera efusiva otros de

manera abstracta, pero lo más importante de esta acción es la intención por la cual el poeta desea

transmitir sus sentimientos, sus vivencias, sus frustraciones y lo más valioso, su forma de ver la

vida. Varios artículos que estudian más a fondo la poesía demuestran que tanto como

profesionistas, niños, ancianos hasta vagabundos… tienen el talento de escribir poesía, es

cuestión de practicarla y desarrollarla.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 3

La intención de estas palabras es invitarte a escribir poesía. Muchos piensas que escribir poesía

no cualquiera lo logra, eso es una falacia, ¡una equivocación! No importa tú forma de pensar, tus

ideales, tú religión; ¡yo te invito! ¡Inténtalo! ¿No sabes de que serán tus poemas? Este poemario

te ayudara a tener ideas base, para que tú eches a volar tu imaginación.

Para concluir, Las letras forman nebulosas de pensamientos que van girando en torno a nuestra

mente, desarrollando bucles de pensamientos filosóficos, artísticos y sentimentales. La poesía en

nuestras manos recolecta los mejores poemas contemporáneos: hablamos de amor, odio, tristeza,

naturaleza, amistad entre muchos temas diversos.

Cierta frase decía; un hombre puede hacer lo que quiere, pero no puede querer lo que quiere.

¡Reflexiona! Aunque los demás piensen que es algo absurdo no te detengas, porque la pasión

hacia la escritura es la razón por la cual la fe en la humanidad todavía existe.

PALABRAS DE UN POETA.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 4

Introducción

Poesía: Las letras transmiten sentimientos de distintos matices, nos hacen viajar a mundos

inexplicables; lleno de colores en cada una de ella. Cuando a las palabras las disfrazamos de

metáforas para llenar de belleza una idea, pensamiento u opinión, la bañamos de emociones y

sentimientos, la secamos de subjetividad; nuestros sentidos comunes nos hacen navegar por los

mares del conocimiento alimentando nuestro intelecto con sabiduría e ideas frescas. Un poema

contiene los pensamientos más profundos, sinceros y nobles del poeta, dejando a un lado la

opinión pública, enfocándose a transmitir lo más íntimo de su alma; desnudando el interior de un

pensamiento con delicadeza ¡pero, sobre todo, amor!

Solo con escribir se compone melodías hacia tus neuronas en tu mente, regalando alegría, cariño

y bienestar.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 5

Parte I

Palabras al pueblo.

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El sereno de la mañana

cae sobre el suelo del mestizaje,

bañando a la Mérida... de cultura y paisaje.

En los sembradíos de habanero

alimentados con el abono de mi gente morena,

el folklor de mi jarana y la cumbia.

Tríos en serenata...

formando trovas románticas,

entre arqueologías mayas

y el palacio de los montes.

Juego de pelota y

tradiciones culturales,

de lo más alto de la pirámide

baja una serpiente emplumada.

¡Llamada Kukulcán!

Es hermosa y blanca

derrocha calidez en su gente,

Chichén Itzá representa el vientre; del faisán y el venado.

¡Qué hermosa es!...

Mérida Yucatán.

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Paradojas y Metáforas en un

baúl.

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En la esquina de una calle encontré un baúl con una nota:

El que lea los recitales se complicará la vida.

Al abrir el baúl el viento se estremeció y soltó un gemido en forma de trueno

Y un grito en forma de rayo,

Entonces leí las palabras que en la hoja se describía:

Lloro cuando me desahogo, y me ahogo cuando lloro…

Si llorar es tristeza, que tristeza sea el desahogo.

Si una lágrima cae al suelo, y del suelo cae una lágrima…

Si me contradigo, que la realidad sea mentira.

Después de leer esto.

<paradojas y metáforas en un baúl>

Hizo reír a mi cordura y llorar a mi amargura

Porque en aquel baúl encontré

La foto de una sensualidad absoluta, que hizo enojar a mi propio odio y dar felicidad a mi

felicidad.

¡pienso en ti!

Ignorando tus pensamientos.

Rezo por ti, blasfemando mis deseos con llevando

A una atadura de sentimientos, mis ansias y mis ruegos

Se los lleva el viento.

Como sus palabras se las lleva tú recuerdo.

Abro un sobre encima de la bandeja… y miro tú reflejo

Plasmado en la oda porque mis miedos me atrapan y me hacen su preso.

Solo dame un último beso y que sea tierno, hecho con incierto para que purifique

Mi alma e invada mi casa con su lecho.

Una vez cerrado el baúl las metáforas y las paradojas dejarán de salir,

Para que no causen sufrimiento a la que hoy es…

¡mi gran mujer!

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Cuando la tormenta se va.

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A una semana… el sol lloró con desalojo

Permitiendo caer la lluvia

sin embargo,

Sonrió después de la tormenta

Espantando las rachas de tristeza y amargura

Gritó con fuerza despejando nubes deprimidas

Aclarando pistas.

De allí nació…

¡El hermoso Amanecer!

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Las lágrimas de San Lorenzo.

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En la madrugada de un jueves

Cerca de una costa yucateca

Una constelación bella bailaba…

Al compás de las ondas marítimas.

Las perseidas caían de manera increíble

Mientras el astro rey apenas despertaba…

De su letargo temporal, abriendo sus ojos

Iluminando las profundidades del mar.

Las estrellas bajaron a saludar al mar

Con caídas violentas en forma de lluvia

Lastimaban tanto al cielo que San Lorenzo

Se puso a llorar.

Sus lágrimas…

¡La gente lo pudo admirar!

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Ojos Aceitunados.

(Diálogo)

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− ¿y cómo es ella?...

Pregunto el fiel enamorado.

El amor le respondió:

− cálida como el verano. –

− ¿Hermosa? -

− ¡como las flores de lavanda, con ojos aceitunados. -

sonrisa coqueta, de voz sublime y exquisita como el canto de una sirena, piel morena

tallada por los dioses.

Para amarla sin medidas ni reproches. -

− ¿entonces es bella? -

Replicó el enamorado…

− ¡más bella que las estrellas! -

Mencionó el amor.

− a donde quieras que vayas… estará en tu corazón. -

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En otoño.

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En otoño…

Cuando el viento tiene episodios

De espasmos fríos,

Deja caer las hojas muertas…

¡por sentimiento!

Solo el tiempo…

Des ahusaría la memoria ajena

Mirando hacia un invierno,

Las estrellas de nieve caerán

Mis hojas muertas, sepultadas estarán.

Frialdad cruda…

En un cementerio de versos enterrados,

Del viento sus lágrimas

Miradas tristes solo están…

¡por sentimiento!

En otoño…

Solo falta un golpe para el invierno

Volviendo bipolares

A los tiempos frecuentes de mi encuentro

¡por sentimiento!

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Mi amada.

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Entre la vida y la muerte;

Entre tus caricias y mis besos…

Déjame estar presente

Déjate amar sin miedo.

Cuando el sol se frotaba en mi piel

Y las nubes besaban el trémulo cielo…

Hastía la noche,

Cuando te digo ¡te quiero!

Entre tus cabellos negro;

Entre tu dulce mirada…

Quiero tocar tus manos

Quiero desnudar tu alma.

Pues del lecho divino…

Duerme mi amada.

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Pensando si realmente me

voy.

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Sin palabras de un egregio pensamiento

Que acariciaba un áureo corazón

Alababa sentimientos ajenos…

Bellos, aunque no sean de su color.

Tengo los sueños más ritornelos del alma

Acompañados de un afán muy profúndo en tu mirada

Lleno de vendavales, espinas enredadas

Surcos prismáticos envueltos con alas.

Innobles rostros de ternura

Incluso las laderas de tu cuerpo inmutan

Buscando en los escombros su partida

Los restos de esa sonrisa herida.

Entre el otoño y su calor…

Pensando si realmente me voy.

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Me enamoré.

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Me enamoré de sus locuras

¡de sus defectos!

De tantas sonrisas…

De tantos ¡te quiero!

Me enamoré de su mirada

¡de sus imperfecciones!

De tantas alegrías…

De tantas decepciones.

Me enamoré de su cariño

¡de tantas ilusiones!

De tiernas caricias…

Su compañía, feliz me hace.

Me enamoré de ella

¡y su dulce aroma!

Le escribo canciones…

Diciéndole que es bella

Igual de hermosa que una rosa

Igual de grandiosa que un amanecer.

¡no digas nada!

Guarda silencio

Déjame besarte

Y que esto… ¡sea eterno!

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Suicidio.

(Explícito) Nota: el siguiente poema son para las personas que sufren de depresión y han tomado

medidas drásticas como suicidarse, en esta ocasión este poema sirve para que la gente

pueda entender como los suicidas se siente por dentro.

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¿Qué pasa?

Que últimamente la tristeza me viene a visitarme más seguido

No me deja comer como debería ser

Perturbando mis sueños…

Presentándome a la muerte e invitarla a beber.

No puedo dejar de pensar en morir…

Y que las pastillas me coquetean para dormir entre sus brazos

Sin importarle que en la vida hay altibajos

Sin impórtale que en mi alrededor hay alguien quien me ama.

¿Qué pasa?...

Que lloro desconsoladamente sin motivo alguno

No encuentro excusa, la excusa para culpar mi tristeza

Viendo como la cuerda enamora mi silueta

Entro al baño desnudo…

Veo por última vez la deformidad en mi cuerpo

Corto el lienzo sensible de mi pecho

Para que la sangre caiga sobre el espejo

Las venas se me desangran al hacerme una gran cortada…

¿Qué pasa?...

Que siempre sueño a que me mato en mi casa.

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Parte II

Cuando las mariposas hablan.

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Cuando las mariposas hablan

Un lucero brilla en lo alto de los cielos

Y hago vibrar la pasión que llevo aquí dentro

Mientras el viento sopla en otro horizonte.

¡Tomarte de la mano vida mía!

Y abrazarte con tanto cariño

Para después susurrarte…

¡te quiero tanto al oído!

No desgastar la dulzura de tu mirada

Ni la perfectura de tu corazón

¡oye! Te invito a ser feliz…

Y a que seas dueña de mi amor

Navegando en el crucero de la felicidad

¡hacia los dos!

Por ti… movería montañas o hablaría con dios

Pelearía con leones o cantaría como ruiseñor

Por ti… me convertiría en brisa, después me convertiría en mar,

Pero lo más importante… haría que las mariposas hablen…

Y te digan… ¡te quiero y nada más!

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La lluvia de mis ojos.

(Redacción)

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Una vez permití que la alegría ocupara la abandonada casona que hoy en día es mi corazón.

¡claro, fuiste tú! Aquella persona que habitó ese fúnebre espacio lleno de telarañas y suciedad.

Desempolvaste mis sentimientos y comenzaste a limpiar mi alma; arrancaste de raíz toda tristeza

de mi pecho, pues ya tenía tiempo así y con la lluvia de mis ojos la hizo crecer.

Tiraste a la basura pedazos de soledad ¡ya oxidados, ya viejos! Al fin pude sonreír y eso fue

gracias a la luz bella de tus ojos. Penetraste este obscuro espacio e iluminaste cada rincón de mi

cuerpo, así mi mundo ya no era gris… sino que empezó a teñirse de tonos coloridos y diversos.

Tú, sin preguntar viniste de muy lejos a cambiar el rol en mi vida, dejando que la alegría esté

aquí, fue grande el beso entre nosotros… miré hacia arriba, y entre las paredes del cielo… ¡El

amor hizo lo suyo!

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Poema para la sonrisa.

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Una sonrisa es...

Tan bella como la perla

Tan grata como un abrazo

Tan fugaz como una estrella...

Tan sincero como un te amo.

¡Una sonrisa es!...

Como la lluvia en medio de una sequía

Como la luz en medio de las penumbras

Como una uva naciendo en una viña...

Como las notas que marcan el ritmo en una obertura.

¡Una sonrisa es!

Una protesta en contra del abismo

Una variante en nuestro integral,

Una mezcla de pieles mestizos...

Un acento en mi lengua universal.

Una sonrisa calla las ofensas

Sana, ¡herida profunda!

Abre los ojos para nuevas promesas...

Que deja sonrisas inmutas.

¡Una sonrisa une etnias!

Se deja querer por otros rebozos

Se alimenta de las praderas

Que pintan el color de tus ojos.

Una elegía convertida en madrigal...

Un remolino convertido en brisa

Aunque las flores aprendan a nadar...

Nada se compara con una sonrisa.

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Ella es…

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Ella es la flor más bella…

¡de la primavera!

Ella es la luz más brillante…

¡del verano!

Ella es el ocaso más tierno…

¡del otoño!

Ella es la nieve blanca…

¡del invierno!

Ella es morena como el

¡café puro!

Ella tiene los ojos más…

¡lindos del mundo!

Ella es guerrera porque…

¡ha sufrido mucho!

¡Ella es mi madre!

De orgullo y fruto.

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Fuiste tú.

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Fuiste tú

Como una estrella fugaz:

¡hermosa… pero pasajera!

Derrochando brillo en el cielo

De mis sentimientos

Cuando tu mirada opaca el orgullo

Con esa sonrisa que mueve montañas.

Fuiste tú

Como la madruga caída:

Y el amanecer que se levanta

Dejando rastro de tú olor,

¡teniendo en ti!

La cultura de tu amor…

Conversando con miradas tontas.

Fuiste tú

Una mujer maravillosa

Al igual que sutil como caprichosa

Con colores de variedad

¡y ambiciosa!

Con una manera de mirarme…

Que cuando me besas me atonta.

Aunque no estés conmigo en el futuro…

Siempre tendrás un lugar…

¡a mi lado!

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La diosa de los ojos garzos.

(Oda)

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 36

¡Oh, hermosa diosa de los ojos garzos! Que surgió sobre la cabeza del divino creador

Armada con casco de sabiduría y belleza

Lanza bronceada de nubes vírgenes hermosas.

Disculpa la ofensa,

Del troyano más bello del mundo

Por no elegirte como la más hermosa del concurso…

Diosa de la guerra que se atribuye a las destacadas artes de la paz,

Siempre permaneciste virgen a pesar de tú grandeza femenina,

Pero tuviste un hijo antiquísimo de manera tan especial.

¡oh, hermosa diosa de los ojos garzos!

Tan serena como el inmenso mar,

Más elegante, que bella… Atenea se le puede llamar,

Preside las artes, literatura, filosofía, poesía y música,

Con fuerza en el espíritu… candentemente hermosa.

Aceite de oliva… deja caer su cabellera

mirada de lechuza acopla su majestuosidad.

Diosa de los ojos azules, pala atenea

fabricando de manera accidental en su honor a una amiga…

su nombre delante suyo lo escribí.

¡Oh, hermosa diosa mía, de los ojos garzos que me enamoró!

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¡Si me dices que no!

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Si me dices que no

¡yo diré que sí!

Si me dices: no me mires

¡te miraré!

Si me dices: no me toques

¡te tocaré!

Si me dices: no me beses

¡te besaré!

Si me dices: no me quieras

¡te querer!

Y si me dices: no me ames

Pues yo...

¡te amaré!

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El culpable.

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La encontré llorando…

Y me afligí de su sufrimiento,

Me dolió ver tan hermosa rosa

Derramando lágrimas de esos bellos ojos.

La miraba y no podía contener la rabia…

Pensar que alguien la lastimaba,

Me entristecía y me pone a llorar.

La encontré llorando…

Tratando de ocultar su tristeza con aquellos anteojos negros,

Maquillando sus mejillas,

Que no delaten su sufrimiento.

Que nadie absolutamente nadie se dé cuenta,

¡que esas lágrimas son por culpa de un hombre!

Me la encontré llorando…

Solamente pude ver…

Como aquella mujer…

Se iba marchitando.

El culpable he sido yo…

Y me cuesta tanto miedo

¡aceptarlo!

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Pasión.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 42

Solo una vez…

Vi caer su bata,

Y encontré tanta belleza

¡en su desnudez!

Me deje llevar…

Por sus encantos femeninos

Acariciando cada parte

De su piel tersa y blanca.

Sentí el aroma…

Fresco de su larga cabellera

Saboreando el jugo eterno de su figura.

Besando lentamente…

El desierto suave de su vientre

¡su espalda!

Acaricie…

Solo una vez

Borde sus piernas

Mordiendo la parte interna,

De sus muslos.

Su labio bese…

Sintiendo su aroma a flores

En su calor me enrede

Disfrutando de sus senos.

Miro sus ojos…

Profundos que van

Viajando al sendero del placer

Con cada gemido.

¡me araña la piel!

El fuego nos consume

Nos besamos apasionadamente

Y entre la luna llena… su cuerpo tomé.

Solo una vez…

Bañe su cuerpo con el mío

Mirando nuestro pecado entre sabanas

Finos de una dama.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 43

¡entregándonos!

A la pasión por las noches

¡deseo de lujuria!

Su tesoro encontré.

¡ella es mi bruma!

La espuma que derrama sus alas

¡ella es mi sol!

Que funde mi pasión con calor.

¡te quiero mezclar en mis fantasías!

Cuando dejó caer su bata

Desnuda en mi cama,

Mientras hacíamos el amor…

Nuestro nicho fue…

Nuestro cuerpos desnudos.

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Poema para ti.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 45

Cansina de puros versos

Que mezclan el color de sus pupilas

¿Dónde puedo encontrar sus besos?

Si me enamoro de su sonrisa.

Perfidia silueta, exquisita

Tan afrodisíaca de belleza

Mis manos te anhelan

Mi cariño se fortifica.

Amarte fuera, bañar mis deseos

De ternura transparente

Quiero ser tu vida

Y seas mi muerte.

Besarla hasta degastar su boca

Tocarla hasta acabar con su cuerpo

Ser bruma y fundirme en su ropa

Ser aliento y vivir en su tiempo.

¡Hija del creador!

Has bajado hasta a mí...

Para obsequiarme su amor

Para que ella me haga feliz.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 46

Parte III

Te quiero.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 47

¡Te quiero!

aunque las aves digan que no

aunque las flores digan que sí

adentro de mi corazón...

está mi porvenir.

¡Te quiero!

de la manera más sublime que hay

aunque mis ojos lluevan una vez más

las palabras no sirven

si te quiero conquistar

¡Te quiero!

no importa que el sol pierda su brillo

si la luna es tímida y me susurre al oído

¡no seas egoísta!

deja que ella también me dé su cariño.

¡Te quiero!

aunque la muerte me ofrezca vida

aunque el infinito me ofrezca un límite

aunque defina esta palabra

¡Hoy te quiero más que nada!

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La viñamarina.

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La noche florecía en su cabello

Miro sus ojos y en ellos me pierdo

Las persianas adornan su piel blanca

¡esos labios afrodisíacos que asaltan.

Proviene del seno más íntimo

¡profundo de la viña!

La cordillera más larga

Le dicen la viñamarina.

¡la voz predilecta!

El tono ungido

Es el sueño preferido.

¡la rosa más bella!

El verso más lindo

El estribillo más conocido.

Mi cariño se oculta

Entre su mejilla

Mis besos se bordan en su piel

¿Qué puedo hacer?

¡sí en sus labios!

Su aliento destroza mi ser.

Imágenes tatuadas

En la redacción de su alma

Es cultura a mi alrededor

Es la prosa más bella

¡hecha desde el corazón!

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 50

Su partida.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 51

Ella decidió marcharse

Ella decidió alejarse de mi vida

Aunque sea absurda la vida hoy en día

Se que extrañare su sonrisa.

Ella decidió marcharse

Importándole muy poco mis sentimientos

Sabiendo a cuestas mis deseos

Perdiéndome en su mirada.

Ella decidió marcharse

Veo hoy su partida

Presa de mi alegría

Lloro su ausencia por las noches.

Ella decidió marcharse

Ya no sentiré su compañía

En julio se desvanece

Llevándose sus días.

Hoy… ella decidió marcharse de mi vida

Espero que dios la bendiga,

Que vuele en lo más alto de sus rincones

Donde su partida… me rompe las ilusiones.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 52

Nuestra casa.

(Explícito)

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 53

Mis ojos lloran

Y mis lagrimas recorren

El cuerpo herido de mi país

Nos mienten constantemente

De manera cínica y abrupta

No podemos con esta pregunta.

¿Qué será de nosotros?

¡un pueblo sumiso!

Te vendes tan miserablemente

Y te quejas cuando hay olvido…

¡raza guerrera!

Mexicana de orgullo y pasión

No te rindas cielito lindo

No mueras mi ruiseñor.

Todavía hay cuarenta y tres rostros

Que ilusionan a nuestra gente

De esperanza, sigamos adelante

¡México es nuestra casa!

Las ratas huyeron cuando hubo temblor

Todavía recordamos a las cucarachas que el gobierno capturo.

Nuestra economía se desestabiliza

Esperemos no quedarnos sin comida.

Que líder tan estúpido nos tocó

Se hizo famoso por sus tonterías

Y no por el proyecto que nos ofreció

Agrégale que una cadena televisiva

En el trono lo acomodó.

¡raza guerrera!

Mexicana de orgullo y pasión

No te rindas cielito lindo

No te mueras mi ruiseñor.

Todavía hay cuarenta y tres rostros

Pidiendo justicia al gobierno

Se repite lo de Tlatelolco

Y su masacre inútil… para callar al pueblo

Ayotzinapa te doy mi rugido.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 54

Mis ojos lloran

Y mis lágrimas recorren

El cuerpo herido de mi país,

Nos roban descaradamente…

La miseria nos arropa

Mirando como esto se desmorona.

¡pero seguimos vivos!

estamos unidos

miramos un futuro mejor

nuestra juventud es la solución.

Luchemos por la educación

Aunque el gobierno nos oprima

Impulsemos al voto

Y a la democracia limpia.

No cometamos actos de corrupción

No heredemos más violencia

Acabemos con la impunidad

¡somos México… somos proeza!

Abajo las religiones

Seamos críticos de soluciones

No importa las opiniones

De presidentes, alcaldes y gobernadores.

Por muchos años

Hemos aprendido

Que héroes como zapata

Nos convierte en caudillo

De un pensamiento distinto.

¡raza guerrera!

Mexicana de orgullo y pasión

No te rindas cielito lindo

No te mueras mi ruiseñor.

prefiero morir de pie,

¡que vivir toda una vida arrodillado!

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 55

La cena al más allá.

(Soneto)

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 56

En una noche obscura

Cuando el año se encontraba en agonía…

Los difuntos despertaban

Para encontrarse con sus familias.

Era el segundo día…

Todas las animas salían a bailar,

Entre velas y mesas tendidas

La cena de los muertos comienza ¡ya!

Las almas con dolor suelen andar

Cansadas del purgatorio,

Solitarias es su largo caminar.

Ofrendas sagradas de matices religiosos

Comida típica de raíces orgullosos

Darles consuelo a las almas pérdidas

Que recorren el sendero de la vida.

Ellos llegan a convivir…

De un largo porvenir,

Para visitar a sus seres queridos

Y mantenerlos siempre unidos.

Las almas regresan del más allá

Donde hay muerte y obscuridad

Hanal Pixán en Mérida Yucatán.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 57

¿Qué pasó?

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 58

¿Qué paso?... porqué el amor huyó de nuestras vidas,

Si aquí mismo había un jardín de flores perfumadas.

¿Qué paso?... porqué permitimos que el ciclón destruyera los cimientos de nuestra relación;

Si para entonces la felicidad habitaba entre los dos

¡entonces!... ¿Qué paso?

¿fue la llaga que no sano?

¿o la hemorragia que nunca cerró?

Posiblemente fue… ¡que el amor se cansó de los dos!

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 59

Personaje de ficción.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 60

para ti fui un personaje de ficción

que velaba por tu felicidad, aunque para ti

¡la mía no te importaba!

Para ti, fui un guión escrito hace tiempo

Llegando a un final esperado…

Pero sin darme cuenta de que nuestra historia

¡hace mucho terminó!

Para ti fui un personaje de ficción

Que vivió en tu memoria,

Pero en tu realidad…

¡no fui nada!

Para ti fui un amigo olvidado

Que entrega el corazón,

Y de recompensa recibe un adiós.

¡nunca se olvida!

A alguien que es difícil de olvidar

Porque, aunque seas correspondido

Siempre serás…

¡un personaje de ficción!

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 61

Prosa para la esposa…

(Relato)

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 62

Escribí la palabra más hermosa… hermosa como un amanecer, brotaba de sus labios hasta llegar

a un rincón oculto que ni yo sabía que existía en mi corazón.

Sus besos fueron lluvia bendita y le dieron vida al seco de mis entrañas; cada gota fue

construyendo ilusiones llenas de colores, entre lazándose por mi mente para después dormir en

mis pupilas.

Dormía abrazado a ella… ¡su aroma limpiaba la herida profunda de mi soledad: ¡la acaricie y

despoje cada etapa de su piel, navegando por su cuerpo naufrague en su pureza!

Me miro con deseo, nuestros cuerpos se comunicaban entre las sombras… escribiendo eróticos

poemas en su piel. Mis caricias se fundían en su alma… ¡mezclándonos! En una danza de

amor… ¡nos convertimos en fuego! Hasta llegar al éxtasis de nuestro lecho amoroso.

La mañana acariciaba nuestros cuerpos en poesía, del cansancio no podíamos movernos… la

mire, y encontré a la ninfa más bella… ¡el ser más divino, que ni el propio Zeus podría creer!

¡Era ella! La flor más prolífera, el poema más lindo que nadie haya escrito. Al despertar, su

mirada me regalaba los buenos días, su voz me decía ¡te amo! Y me besó… desatando un infinito

de bellas estrellas, tatuó en mi ser el gesto más romántico jamás dicho por una mujer: - ¡soy

tuya! - Repetías una y otra vez… mientras la rosa que curiosamente encontré en la ventana… la

arranque para adornar la noche eterna de sus cabellos, me pegué en su piel blanca… suave,

cálida y delicada,

Y con un aroma exquisito… le dediqué las palabras más dulces que en mi boca florecieron. Sin

embargo, no aguante y le besé los labios.

Después de ese beso tan profundo, nos levantamos y caminamos hacia la ventana, y ver esos

árboles que adornaban nuestro hogar, los pájaros se morían de la pena al vernos desnudos, aun

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 63

así, ellos jamás dejaron de cantar. La abrace por detrás besando los lunares bordados en su

espalda: - ¡te amo! - me dijo, yo le respondí: - amada mía, dueña de mis palabras… sabes muy

bien que esa frase son letras conjuntas, no es necesario que las digas, pues con tus gestos

entiendo lo indispensable y lo valioso que es esta historia de amor. se voltea y me sonríe, de allí

comprendo la correcta decisión que tomo cuando estoy a tu lado jurando amor eterno. -

Una bata cubría la sensualidad de su cuerpo, dejando a la vista solo sus piernas y parte de sus

brazos, se veía exquisita… como un ángel, yo con solo unos pants la tome de la mano, acomodo

la rosa posada en sus cabellos. La abracé… y sentí mariposas en el estómago.

Mientras desayunábamos, reíamos de las locuras que pasábamos juntos cuando éramos novios.

Cada día me llenas más de júbilo, y sonreías, entonces me levante la abrace de nuevo hasta

decirle que ella es mi tesoro… me hace muy feliz tenerte a mi lado.

¡mi querida esposa!

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 64

Señora de caderas alzadas.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 65

Dígame señora de caderas alzadas

De donde ha sacado esa belleza,

Tan pura y clara.

¡de donde ha robado esas facciones

Tan finas y perfiladas.

Dígame señora de caderas alzadas

En qué lugar a hurtado ese cuerpo

Tan afrodisíaco y pecaminoso.

Qué trucos utilizó para adquirir

Esa sensual y dulce voz.

Dígame señora de caderas alzadas

Como ha obtenido ese vigor

De una chica en plena juventud.

Con piernas sensuales y bronceadas

Abriéndose a la pasión.

Dígame señora de caderas alzadas…

¿Cómo le hizo? ¡que usted me enamoró?

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 66

Esperanza.

(Soneto)

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 67

Dime porqué…

Esa mirada tan dulce

Manotea entre los rincones

De mis pensamientos.

Y suelen golpear mi suspiro

Cuando la luna refleja

Él brillo dorado de sus cabellos lindos.

La pureza de sus ojos negros

Esa piel tan barnizada,

Esa sonrisa armonizada…

¡ese nombre de Esperanza!

El viento invita a su voz

A danzar entre las paredes del cielo…

En busca de un te quiero, ¡pétalos de amor!

Me quede clavado

En el prefacio de su mirada

Y leer los secretos más

Litúrgicos de sus pensamientos.

Déjame la piel inerrante

Cada vez que me acaricias

Y sentir el aroma fresco de la brisa.

Tatuar en cada pergamino su boca…

Cuerpo lleno de prontitud,

Alma llena de clamor…

Besos sinfónicos… atados a una canción.

¡ella es mi inspiración!

Musa perdida en laberintos de pasión

Donde su diestra guarda su nombre hecho por amor.

Me quede en el matiz

De su cariño puro y venal

Atrapado en los encantos

De sus cabellos, lazos de apego.

Ojos obscuros… evocan mares enteros

Cada vez que la dulce partitura

De su voz emana mis sentimientos.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 68

Abres magnitudes en cascada…

La sonrisa más bella, ¡es la de su cara!

Otorgas vida tan solo con un beso

¿puedes llenar el vacío de mi pecho?

Y las diosas tuvieron tantos celos…

Al ver tanta belleza en ti,

Mientras los cerezos cantaban de alegría.

¡bella señorita!

De innoble rostro

Me enredaste en tu encanto

¡celestial!

Inefable momento…

Cuan contigo quiero descafeinar,

Elocuente pensamiento de recitar.

Esperanza…

Te confieso sentir limerencia por ti,

Cuando la iridiscencia vive aquí.

Regálame una bella sonrisa…

De manera callada,

Bésame y por obligación

Tienes las razones de decir que me amas.

Inmarcesible sentimiento…

que dura miles de años

vienes a quitarme los miedos…

Esperanza mía, tú me has visto llorar por estos daños.

Dime porqué…

Serendipia lo que haces por mí,

Dime porqué…

¡eres la mujer que me hace tan feliz!

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 69

Parte IV

Barrancas de cobre.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 70

En lo más alto, en las barrancas del cobre…

Las nubes pintaban de un tono gris al cielo…

El sol no podrá brillar como habitualmente suele hacer,

Y el eco de un grito ahogado se escuchaba.

Los bosques emanaban un olor a tristeza húmeda,

Pues las lágrimas del cielo ya habían caído en forma de lluvia,

Dejando a la deriva el crepúsculo del sol cayendo…

¡la noche entrante!... ¡la luna saliendo!

Las estrellas danzaban en medio de la obscura noche,

Reflejando la imagen del infinito…

Sin importar el vacío que hay debajo de las barrancas.

La madrugada tocaba la puerta,

De un sobresalto la brisa mañanera salió a correr,

Las mariposas monarcas llegaban…

A las barrancas del cobre, ¡en chihuahua!

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 71

Para no preguntar.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 72

Si la respuesta estuviera en tus labios…

Las besaría para no preguntar

En caso de no lograrlo,

El encanto de tus ojos me ayudará.

Por mucho que las cascadas tiren agua…

No se compara con tu larga cabellera,

Con el perfume fino de una rosa,

La magia, en tu cuerpo brotará.

¿esperar… y seguir de largo mi camino?

Cuando tu piel… ¡mis besos piden a gritos!

Por eso, para no preguntar… ayúdame

A tus labios besar.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 73

Mis noches de soledad.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 74

¡ya no hay amor!... lo tengo entendido,

Se que será diferente cada mañana cuando despierte en soledad,

Y sentir la fría venganza de la almohada al quererte recordar.

No quiero ser expulsado de mi cama

Cada noche que sueño contigo…

Solo quiero recostarme y dormir tranquilo.

¡sé que ya no hay amor!... eso no cabe la menor duda,

Pero de será de mis poemas si ya no hay oídos quien los oiga,

Ni labios que besar… y mucho menos ojos que mirar.

¿de qué sirve la lluvia?

Si no hay flores que regar.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 75

Pienso.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 76

Simplemente sus besos…

Huyen de mi cuerpo,

Pidiendo auxilio de amor.

Sin pensar en la tonta idea

De tenerte en mis brazos.

Solo pienso en la forma,

De cómo arrancarme esta maldición…

Que su cuerpo y sus caricias me han sembrado,

¡en el corazón!

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 77

Libertad.

(Explícito) Nota: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 78

Se abre el telón

La mirada empieza a sonreír,

Un nuevo entorno comienza…

El nacimiento del fin.

La balanza se torna

Fúnebres entre sus mejillas,

Donde la cordura se aplasta…

Para recrear una pesadilla.

Serán dioses falsos

Los que se oponen a mis sacrilegios,

Aunque dudan si está bien o mal

No reporto mis privilegios.

¡soy pecador!

Por decir las cosas como son

¡soy inmundo!

Cuando pienso que es absurdo.

¡soy el hijo del mal!

Al no callar mi libertad,

¡soy de lo peor!

Cuando no te hago caso,

¡opresor!

Las religiones se abalanzan…

Para comer en pedazos mi alma,

Quiero ser libre y no vivir de cadenas,

Atados de ideas obscenas.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 79

Schopenhauer.

(Oda) Musa: un ruiseñor llamado del mismo modo que la oda.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 80

¡te fuiste!

Cuando el tiempo nacía

Emprendiste el viaje,

Con horizonte desconocido.

¡te perdiste!

Entre los rayos del sol

Empezaste a vivir en el olvido,

Cuando cantabas con delirio.

Te agradezco infinitamente

Por las alegrías regaladas,

Entre tus alas puras…

Azulejas de tonos purpuras.

Algunas veces

Me siento vacío por tu ausencia,

Pero gracias a ti

Encontré que camino debo andar.

No te dejo de pensar

Mis ojos se llenan de nostalgia,

Al recordar tu canto celestial

Ese canto que me devolvía la calma.

Te busco en mis amaneceres

Varias primaveras pasan desapercibidos…

Otoños e inviernos comienzan relaciones eternas,

Al ver… ¡que no regresas!

Aun así, mantengo la esperanza viva

Para encontrarme con mi fiel amigo,

El consuelo de mi alma perdida,

El eterno confidente de mi sueño.

El tiempo no se detiene

Sigue de largo su camino,

Recorriendo cuarta parte de mi vida…

Regalando canas a mis recuerdos.

El sabor de la experiencia

Me dice que pronto llegarás,

Me encadeno a una idea

Mi sequia acabará.

¡te perdiste!

Esa es la excusa

Que digo cuando te extraño

¡siguen pasando los años!

Esta noche lánguida

Te prometo recordarte con amor,

Amor que me brindaste

Cuando me viste llorar de dolor.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 81

En esta mañana

Cuando el sol despierta de su letargo,

Hay decepciones en mi alma…

Por no haber concluido.

Escucho melodías tenues,

Recorriendo la alcoba de mi hogar…

¡dime si es verdad, que ya vienes!

Para darte un poco de mi dignidad.

Gracias amigo mío

Gracias por regresar,

Aunque despojo mis lagrimas…

Para que no me veas llorar.

Te escribo esta oda

Esperando leerla para ti,

Mi querido Schopenhauer,

¡mi amigo, mi porvenir!

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 82

La tragedia griega.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 83

Si… estoy cansado,

De luchar batallas que la vida me da a diario.

Cansado de haberme enamorado…

Donde la soledad me acuna,

Para dispararme en el armario.

Si… estoy cansado

De que la luna pueda visitarte,

Y yo ni si quiera pueda mirarte.

Solo esperar a que el tiempo pase,

Para que mi corazón pueda olvidarte…

Mi orgullo alimenta mi soberbia,

Dejando huellas en la hoguera…

Escribiendo miles de poemas.

Donde solo te tengo en mi memoria,

Si… estoy cansado,

De sentir como se escurre el tiempo

Y que mi alma se sienta vacía,

Por dentro nuestro amor empezó en prosa…

Para después terminar en tragedia.

Esperando el milagro esperado

De tenerte a mi lado,

Para fingir sonrisas.

Si tu ausencia me irrita

Como una blasfemia emitida

Retando a dios en esta vida.

Si… estoy cansado

De ver que mi novela se estrecha…

En una tragedia griega.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 84

Lo que hoy sería mi dolor.

Page 85: LA POESÍA EN NUESTRAS MANOS. por David Pech

David Pech / La poesía en nuestras manos / 85

Sin pensar…

Mire tus ojos,

Y encontré una envoltura…

Ate cuerpo y alma a tu amor,

Deje navegar mis sentimientos sobre tu océano,

Sin pensar en lo que hoy sería mi dolor.

¿Cómo olvidar tu cariño?

Si este necio corazón se opone.

¡ya no quiero pepenar migajas tuyas,

¡Ni enrollar restos de tu calor!

Solo quiero hilar tu recuerdo,

Y que se borre en mi habitación.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 86

Estamos unidos.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 87

Como cadenas de nucleótidos,

Formando el ADN del planeta…

¡tenemos parentesco!

Misiones que nos llevan a prospectos…

No importa la cultura,

La religión o etnia

Sobre todo, si se trata de guerra

Estamos perdidos en una tormenta

De combates, muerte y violencia.

Hay que cambiar los ideales…

Que nos hacen enemigos inigualables,

Hay que cambiar las cosas

Para ya no tener estas…” broncas”.

Estamos unidos

Como tejidos en una hamaca

Formando el vestido del planeta,

¡tenemos riquezas!

Demasiados obsequios de la naturaleza

Que lloran de tristeza,

Lastimándole las entrañas,

Sobre todo, si nosotros, nos engañan.

Somos como bacterias

Enfermamos al planeta de manera obscena,

Cortándole los pulmones…

Manchándole de sangre,

Para poder morir

Lentamente sin maquillaje.

Estamos unidos

Como el virus del sida

Causando daño intenso

Sin que tú lo percibas…

Causamos hematomas con violencia hacia la mujer,

Destruimos las defensas con secuestros también.

Pedofilia y matanzas son el pan de cada día,

Estamos unidos…

Solo para causar daño…

Sin importar lo que nos dicen nuestros hermanos,

Preparémonos para cambiar las cosas

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 88

Pensamientos, acciones y esperanza…

Tomemos la iniciativa para cambiar el mundo,

Arrancar de raíz todo lo inmundo…

¡tenemos que ser feliz!

Sin importa lo difícil que es …

¡cambiar el mundo!

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 89

¿Quién soy?

(Soneto)

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 90

¿Quién soy?

El trabajo duro de mi mano

Todo el esfuerzo que tengo entregado.

La piel barnizada de mi pueblo

El coro de mi gente diciendo...

¡Te quiero!

Ese soy yo...

La historia compuesta en verso

Horizontes, trayectos hacia un beso.

¿A dónde voy?

El descalzo andar de su mirada

Van mirando hacia el sueño americano,

¡Florece la admiración!

Mi alma nació en Boyacá

El cuerpo moldeado en dominicana.

Mi fortaleza creció en Culiacán

Hasta enamorarme en Mar de Plata.

¿Quién soy?

El rostro de los poetas

Aclamando palabras de libertad...

Bendiciendo los huertos de caña de azúcar...

¡Latinoamérica!...

Una Etnia colonial.

¿Qué somos?

Un pueblo unificado,

Somos... Un gran Hermano.

Page 91: LA POESÍA EN NUESTRAS MANOS. por David Pech

David Pech / La poesía en nuestras manos / 91

Epílogo

¿Qué pasa? el poeta se estremece cuando escribe poesía, solo se da cuenta de la grandiosa

experiencia que obtuvo. Una mirada es capaz de trascender de una manera sublime, las capas de

nuestros sentimientos fluyen conforme van derivando cada situación única, las palabras son la

razón general de los poetas.

todo el tiempo me pregunto si realmente soy feliz, tengo la motivación de seguir adelante y de

regalar los más íntimo de mi corazón, ¿ahora qué sigue? Pues simplemente el viaje de componer

poemas y dejando huellas subjetivas que nos erizan la piel, esa inspiración es lo que me hace

realmente feliz.

Con respecto a lo escrito somo seres con grandes capacidades, sabemos dirigir la travesía de

nuestro camino apartando todo lo que nos rodea, para poder crear un mundo donde podemos

hacer las cosas que nos gustan.

Gracias a la poesía entonamos ideas frescas que hoy en día los poetas contemporáneos nos

ofrecen. Cada parte de mi piel se escribe un cuento, cada célula es un verso hecho a distintos

matices llenos de colores y entidades diversas.

Representamos a una generación única, a una generación capaz de disfrutar los detalles de la

vida, esos detalles que nos hacen seres extraordinarios… de vicisitudes interpretativas,

¡ahora somo el futuro!

PALABRAS DE UN POETA.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 92

Índice.

1.-NOTAS DEL AUTOR (página 2)

2.-INTRODUCCION (página 4)

3.-PARTE I (página 5)

• POEMA AL PUEBLO

• PARADOJAS Y METÁFORAS EN UN BAÚL

• CUANDO LA TORMENTA SE VA

• LAS LÁGRIMAS DE SAN LORENZO

• OJOS ACEITUNADOS

• EN OTOÑO

• MI AMADA

• PENSANDO SI REALMENTE ME VOY

• ME ENAMORE

• SUICÍDIO (EXPLÍCITO)

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 93

4.-PARTE II (página 25)

• CUANDO LAS MARIPOSAS HABLAN

• LA LLUVIA DE MIS OJOS

• POEMA PARA LA SONRISA

• ELLA ES…

• FUISTE TÚ

• LA DIOSA DE LOS OJOS GARZOS

• SI ME DICES NO

• EL CULPABLE

• PASIÓN (EXPLÍCITO)

• UN POEMA PARA TI

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 94

5.-PARTE III (página 46)

• TE QUIERO

• LA VIÑAMARINA

• SU PARTIDA

• NUESTRA CASA (EXPLÍCITO)

• LA CENA AL MÁS ALLÁ

• ¿QUÉ PASÓ?

• PERSONAJE DE FICCION

• PROSA PARA LA ESPOSA

• SEÑORA DE CADERAS ALZADAS

• ESPERANZA

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 95

6.-PARTE IV (página 69)

• BARRANCAS DE COBRE

• PARA NO PREGUNTAR

• MIS NOCHES DE SOLEDAD

• PIENSO

• LIBERTAD (EXPLÍCITO)

• LA TRAGEDIA GRIEGA

• SCHOPENHAUER

• LO QUE HOY SERIA MI DOLOR

• ESTAMOS UNIDOS

• ¿QUIÉN SOY?

7.-EPÍLOGO (página 91)

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 96

AGRADECIMIENTO

Agradezco a las personas que confiaron en mi talento para poder realizar este primer proyecto.

Personas como Edesio Cervera, Johan Soberanis Pech, Camilo de Jesús Davo, que apoyaron con

este poemario con su talento; Fotografía, Modelo de portada. A igual agradecer a mi familia por

el apoyo constante para poder realizar un proyecto único hacia mi persona. No obstante, también

hay que reconocer que, si no fuera por tantas situaciones que la vida me ha regalado, y grandes

personas que estuvieron a mi lado, no hubieran salido tantos poemas, relatos, redacciones,

sonetos entre otras cosas más que fortalecieron el texto; La poesía en Nuestras Manos. Por

último, agradecer a Groppe Libros® por la confianza que me brindaron y las facilidades que me

ofrecieron para poder publicar mi poemario. Muchas Gracias.

MUCHAS GRACIAS, espero que este escrito les guste, y lo compartan con sus seres queridos.

Su amigo David Pech les agradece nuevamente por el apoyo que me brindaron, y que, en

próximas publicaciones, espero tener. El siguiente proyecto que realizare próximamente será una

novela de ficción llamada: Marina. Espérenlo con ansias y recuerde; si tienes un sueño, ten la

perseverancia para lograrlo.

Autor: David Eduardo Pech Pech

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 97

Poema Extra: con dedicatoria especial para Camila.

Cálidas Manos.

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David Pech / La poesía en nuestras manos / 98

Cuando llegas y miras

Cuan dolor sentía,

Nacen de tus labios

Palabras dulces...

Llenas de encanto.

Cuando te preocupas

Y tus cálidas manos

Me atrapan como bruma,

Me dibujas una mirada

Con bellos ojos carmesí.

Tan delicada y maternal

Me encanta ese bello lunar

Bordado en la cumbre

De tu boca nacár,

Y el suave color de tú piel.

Cuando llegas y miras

A un simple desconocido;

Es como si navegaras

A un puerto escondido

Para explorar sus raíces.

Como buena turista

Con solo la mirada

Me comprendiste

Y con la sonrisa me reviviste

Y cada rincón conociste.

Tuve la fortuna

De mirarte a los ojos

En un momento inoportuno,

Sonriente y ruborizada...

Cuando me miras así.

Como primavera; su luz, alegría, y transparencia se refleja,

como canción; ella se convirtió en el estribillo

Latente de mi corazón.

Page 99: LA POESÍA EN NUESTRAS MANOS. por David Pech

David Pech / La poesía en nuestras manos / 99

Portada del poemario:

Contra portada del poemario:

Page 100: LA POESÍA EN NUESTRAS MANOS. por David Pech

David Pech / La poesía en nuestras manos / 100

NOTA: si necesitan las imágenes mas grandes favor de mandarme un correo solicitándolas,

muchas gracias y saludos.

Correo: [email protected]