La Patria nuestra de cada día. TOMO 7 - JULIO.

download La Patria nuestra de cada día. TOMO 7 - JULIO.

of 100

description

Calendario histórico ecuatoriano. Tomo 7: fechas del mes de julio.

Transcript of La Patria nuestra de cada día. TOMO 7 - JULIO.

Pedro Saad Herrera

La Patria nuestra de cada da

JULIO

Quito, 2008

1

Unas palabras previasEl libro que el lector tiene en las manos es parte de una obra que, en su conjunto, podra superar los cuatro millones de caracteres, equivalentes a unas 2,500 pginas. Encuadernarlas en un solo tomo lo tornara inmanejable, incluso para alguien acostumbrado a vivir rodeado de libracos viejos y voluminosos y de legajos de archivo frgiles y amarillentos. No era posible. Incluso al dividir todos los datos en dos volmenes, quedaban de unas amedrentadoras 1,200 pginas cada uno. En cuatro, todava eran ms de 600 pginas en cada tomo. Ms de lo que el lector moderno y joven esta dispuesto a soportar. Felizmente la forma adoptada para el relato (da por da y en orden del calendario y no de los aos) haca coherente dividir el material en 12 libros (uno por mes) y aadirles un dcimo tercero con los ndices y materiales complementarios, de las fechas cuando todava no rega el calendario. En ese formato no pasaran de las 200 pginas por tomo. En cuanto el lector hojee cualquiera de estos volmenes percibir que est dividido en artculos signados por da. Pero no slo hay 365 de esos artculos, porque hay muchos das en los cuales ha ocurrido ms de un suceso a lo largo de la historia. Hasta el momento de escribir esta pgina, constato que esos artculos suman 635. Son los acontecimientos que han ido conformando el pas que hoy tenemos. Tenemos de verdad verdadera un pas? A lo mejor usted, amigo lector, a veces lo duda. A veces me ocurre a m tambin. Entonces Cmo se puede contar la historia de un pas que es un desorden? Se puede? S, s se puede (como gritamos a veces en el estadio para intentar, a fuerza de pulmones, ganarle a Brasil o a la Argentina), pero slo a condicin de no pretender establecer un orden, sino intentar que armemos ese pas entre todos. Como si fuera un rompecabezas. As que aqu tenemos unas 635 piezas dispersas para tratar de armar una Historia de Ecuador. Usted puede considerar que hay muchas otras historias o historietas que no 2

estn aqu. O que hay algunas de estas 635 que salen sobrando. Es posible. stas son las piezas que yo, el ciudadano Pedro Antonio Saad Herrera, autor de esta obra, luego de largos aos de estudios, anlisis y comparaciones, he considerado que son las que deben estar para configurar aquello que sigue siendo un rompecabezas. Esta Historia nuestra de cada da (creo que me quedo con ese ttulo) est consagrada a las siguientes convicciones de su autor:

1. Todo es HistoriaLa poltica, el tenis, la guerra, los bomberos, el ftbol, la comida, los terremotos, la literatura, la natacin, los sueos Todo. Hasta el Congreso.

2. Siempre es HistoriaLo muy antiqusimo (como los Amantes de Sumpa), lo que vino despus (como la batalla de Yaguarcocha), y ms despus (como la captura de Atahualpa), y mucho despus (como las juergas que organizaba Antonio de Morga en Quito o los pcaros gobernadores de Guayaquil), y mucho-mucho despus (como la recluta de soldados ecuatorianos para ir a independizar el Per o como el comienzo de las montoneras alfaristas), y tan despus que parece ayer (como los discursos de Velasco Ibarra o como los golpes de Estado del coronel tal y del general cual y del almirante aquel), y hasta el futuro es Historia, porque el futuro es resultado de todo esto. Pero sobre todo, la Historia es Aqu y Ahora: lo que hacemos (y lo que dejamos de hacer), lo que decimos (y lo que nos callamos)

3. Todos somos Historia.Los presidentes y los artesanos; los generales y los lustrabotas; los polticos y los otros pillastres; los obreros, los sembradores, los obispos, las mujeres (todas ellas), los maestros, los empresarios, los negros, los indios, los empleados de las bolsas de valores, los periodistas, los poetas, los ancianitos y los recin nacidos, los que se van y los que ya se fueron, todos, todos Pero sobre todo: usted y yo, que los miramos pasar a todos ellos. Y finalmente

4. La Historia no muerde.No tiene por qu ser solemne y aburrida. De hecho, es algo muy entretenido y alegre. Y a uno no le cobran por pensar en el pasado. Ni lo mandan a la (No. Iba a decir que no lo mandan a la crcel por pensar en la Historia, pero no siempre es cierto. A usted s lo pueden mandar a la crcel por pensar en la Historia y sobre todo por querer cambiarla, pero eso ser slo si usted ha permitido que llegue un gobierno que manda a la crcel por pensar en la Historia). Me acabo de dar cuenta, al escribir estos ltimos prrafos, que no puede llamarse La Historia nuestra de cada da, como originalmente lo haba decidido, porque lo que debemos construir no es una Historia, como asignatura escolar, sino una historia como futuro; como aquello que defini Eduardo Galeano para siempre: La historia es un profeta, con la mirada vuelta hacia 3

atrs. As, pues, La Patria nuestra de cada da. Bienvenid@.

4

Agradecimientos

Estos libros no hubieran sido posibles (o habran sido mucho peores y ms aburridos) sin la colaboracin de varias personas, en distintos mbitos: Galo Martnez Merchn, gerente y director de El Expreso, que crey en este modo de contar la Historia cuando nadie ms le tena fe; Julio Csar de la Roche, quien pas largas noches y pesados das colaborando con la investigacin, la redaccin y el armado de estas pginas; Jorge Nez Snchez, a quien le adeudo el impulso, el inters y el ejemplo para la dedicacin a este oficio de los papeles viejos; Adulcir Saad Vargas, quien se hizo cargo, con amor e inteligencia, de la edicin y correccin de estos textos, cuando todava no eran textos, sino apenas ideas sueltas; y Ral Vallejo Corral, hermano en las convicciones y en el amor a las letras. Si al leer estas pginas usted, amigo lector, tiene algo bueno por decir de ellas, crame que las felicitaciones implcitas van para estas personas. Pero debo aclarar que ellas son completamente inocentes de todos los errores u olvidos que se hayan deslizado.

5

Pedro Saad Herrera

La Patria nuestra de cada da

JULIO

Quito, 2008

6

El 1 de julio en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos Ellos no se numeran en orden cronolgico

1813 1822 1822 1823 1905 1948 1954

Combate del Desembocadero 440 Espada de Oro para el General Sucre 532 Se instala Corte Superior de Justicia en Quito 532 Se decreta creacin de pueblos 535 Protocolo con Francia 448-617 Comisin de Trnsito del Guayas 672 Elecciones municipales en Quito 680

Sbado, 1 de julio de 1865Siguen las muertes ordenadas por el Presidente Garca Moreno.

Fusilaron al abogado argentino Santiago ViolaIncluso los ms fervientes partidarios del Presidente Gabriel Garca Moreno estn escandalizados. Hasta aquellos que encontraron maneras o malabares retricos para justificar las muertes de los ltimos das, estn contritos por las acciones que ha tomado su lder. Varios de los ms acrrimos seguidores del Presidente se proponen asistir este sbado, 1 de julio de 1865 al sepelio del abogado argentino don Santiago Viola, quien fuera fusilado el da de ayer por rdenes personales del primer mandatario. Los Combates de Jambel Como recordarn nuestros lectores (ver calendario de junio 27), varios de los opositores del Presidente Garca Moreno, comprendiendo que su mandato terminaba y tratando de impedir que continuase al mando del pas, organizaron una rebelin que tuvo como cabeza al ex-Presidente Jos Mara Urbina, graduado de nuestra primera escuela de marina, quien organiz una operacin naval, capturando el buque nacional Guayas. Sin perder un segundo, Garca Moreno vino a Guayaquil, negoci con el Cnsul britnico la compra del vapor Talca, surto en nuestras aguas, lo artill como 7

pudo y se hizo a la mar. Sorprendi a los rebeldes y, aprovechando las mejores condiciones de su barco, someti muy rpidamente a los insurrectos. Esperaba capturar, y seguramente pasar por las armas, a Urbina, pero ste haba logrado evadirse en el ltimo momento. Lo que sigui es una orga de sangre. Uno de los amigos del Presidente (ver para saber ms), se ve obligado a reconocer que en ese momento Garca Moreno est lleno de odio; del odio intenso que exhalan las guerras civiles. El odio es en su alma una reina absoluta que domina todo. Y el castigo sigue implacable Organiza un simulacro de consejo de guerra verbal y sumario. A bordo del mismo Talca fusila al comandante Jos Marcos y a Juan Bohrquez. Lleva consigo, de regreso ya, a 25 prisioneros ms. Desembarca en la isla de Pun y da muerte a 12, entre ellos al hijo del coronel Jos Antonio Vallejo, adolescente que acompaaba al viejo e invlido soldado para ayudarlo a soportar su cojera. Sigue hacia el puerto y, en un recodo del ro, en Punta de Piedra, salta otra vez a tierra y mata a 13 ms. Otro partidario suyo, el periodista argentino Manuel Glvez debe constatar tambin Ha triunfado Garca Moreno, pero ahora va a manchar su triunfo. Lo peor es que no los fusila a todos juntos, lo que podra explicarse por un rapto de rabia o de venganza. El mismo interroga a los presos y los condena o los absuelve. Slo despus llega a Guayaquil. La ciudad, aterrorizada, espera que la sed de sangre del tirano se haya aplacado finalmente, pero pronto descubre que no es as. Garca Moreno tiene en sus manos una carta. La agita en el aire, como si aquello fuese demostracin de algo, y grita: - Triganme al masn argentino! Que traigan a Santiago Viola! El Crimen de Ayer Don Santiago Viola naci en Buenos Aires. All, en esa ciudad hermana de la nuestra, aprendi a respirar el aire libre que sopla en la confluencia de un gran ro con el mar. Estudi leyes y, al graduarse, convirti su casa en un centro de tertulias polticoliterarias, a donde concurran los jvenes de la llamada Asociacin de Mayo. Siendo hombres libres y universitarios (ojal siempre sean sinnimos), estaban contra la autocracia del Gobernador de Buenos Aires, el terrible Juan Manuel Rosas. Un buen da del ao 1839, la polica lleg a la casa del Dr. Viola. Rompieron las puertas. Penetraron la intimidad. Quemaron los libros. Revolvieron los papeles. Ofendieron a la esposa. Golpearon a los hijos. Y finalmente, creyendo hacer escarnio en el rebelde, lo sometieron a torturas y vejmenes que no vamos a mencionar, ni siquiera para ludibrio de quienes los cometen. Santiago Viola sali de su ciudad. Fue primero a Montevideo y luego lleg a Guayaquil, donde poco a poco fue encontrando el refugio que buscaba. Algo ms cada da. Un amigo. Un saludo respetuoso. Un estrechn de manos. Luego, una invitacin al t. Ms tarde, a un bautizo. Despus, a un matrimonio y a pasos lentos fue convirtindose en un guayaquileo ms, a quien los vendedores ambulantes saludaban por las calles y a quien las madres enseaban a sus hijos a decirle buenos das, doctor. Un guayaquileo ms. 8

Hasta que llega Garca Moreno. Y es otra vez la polica. La rotura de las puertas. Los gritos, Los insultos. Las esposas en las manos. Los golpes de las culatas en la espalda. Los empellones en la calle, hasta llevarlo ante el tirano. Fiscal, jurado y juez al mismo tiempo, Garca Moreno lo acusa, lo condena y lo sentencia. Ser fusilado a las cinco de la tarde. De nada vale que los Cnsules extranjeros acreditados en Guayaquil pidan misericordia. De nada sirve que el propio Obispo le recuerde que la Constitucin no contempla la pena de muerte. Viola no pide nada. Es Guayaquil entero quien reclama justicia, porque es clarsimo que el acusado es inocente; y, si pedirle justicia a Garca Moreno es demasiado, Guayaquil entero le ruega siquiera clemencia para un hombre que vino a buscar refugio entre nosotros. Garca Moreno es inflexible. Cuando su propio hermano, espantado ante el terrible espectculo de esta clera satnica, va a buscar a la madre de ambos, para que ella le pida a su hijo un poco de piedad, Gabriel Garca Moreno le responde a su propia madre que no. Que puede pedirle cualquier cosa, menos un acto de debilidad. La seora slo puede mirar al ncubo que engendr y santiguarse. A las cinco de la tarde de ayer se fusil a Santiago Viola y, para rematar el horror, el Presidente orden que no se le diera sepultura, y que se apresara a cualquiera que quisiera acompaar al cadver.

Para saber msUna visin apasionada sobre Garca Moreno en El Santo del Patbulo de Benjamn Carrin (ed. El Conejo. Quito, 1984). El amigo a quien citamos es el respetable historiador Luis Robalino Dvila (Orgenes del Ecuador de Hoy. ed. CCE. Quito, 1968).

9

El 2 de julio en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos Ellos no se numeran en orden cronolgico

Lunes, 2 de julio de 18941796 Se hace cargo nuevo Obispo de Quito 1816 Designado Obispo de Quito 523 Buena produccin y mejor exportacin. Pero se avizoran problemas en el futuro. 511

Alegras y Peligros del CacaoAhora que el Ministerio del ramo ha presentado la cifras correspondientes a la produccin, exportacin y cuidado de los productos nacionales, este lunes, 2 de julio de 1894 puede considerarse un da de plcemes para la economa nacional; pero, al mismo tiempo, representa un serio llamado de atencin sobre las limitaciones que el rgimen poltico impone a los productores, pues es bien sabido que la economa y la poltica o van de la mano o chocan entre s. Los cuadros estadsticos que acompaan este artculo hablan por s mismos. Miremos el Cuadro 1, que recoge la produccin y exportacin de cacao ecuatoriano durante los ltimos aos.CUADRO 1 Produccin Nacional de Cacao 1889/1893 PROD. CACAO (quintales ) 267,723 389,388 217,191 319,121 402,820 EXPORT. CACAO (sucres) 5,620,587 6,571,331 4,232,895 7,307,478 9,765,520 EXPORT. TOTAL (sucres) 7,905,186 9,764,236 6,206,591 10,365,217 12,283,673 71.10 67.30 68.20 70.50 79.50 % CACAO DEL TOTAL

El incremento de la produccin total ha sido muy grande, pasando de los 267,723 quintales a 402,820, lo que representa un incremento muy considerable de ms del 50% en slo cuatro aos. Pero, si consideramos adems que el precio de exportacin ha subido igualmente, de unos 21.04 sucres (1889) a unos slidos 24.24 sucres, que es el 10

promedio de este ao, entenderemos que el xito empresarial ha sido enorme. Y, junto con ese incremento de la produccin total, el alza del peso especfico del cacao dentro del convivir nacional ha crecido de forma igualmente notable, ya que las exportaciones de cacao han pasado de representar un ya muy considerable 70 por ciento en trminos globales, a un gigantesco 80 por ciento del total de las exportaciones. En otras palabras, cuatro de cada cinco sucres exportados son de cacao. Pero esto no es ms que una primera consideracin. Hay ms. Primeros Exportadores del Mundo Como se ve en el Cuadro 2, que recoge las cifras de la produccin mundial de cacao por pases, el Ecuador figura cmodamente en el primer lugar, pues nuestras 19,580 toneladas mtricas de este ao han representado nada menos que el 28.33% de la produccin mundial exportable.CUADRO 2 Produccin Mundial de Cacao 1894 toneladas mtricas TOTAL 19,580 10,149 6,135 6,924 1,973 1,000 1,453 724 3,249 695 135 16,786 300 69,103

PAIS Ecuador Brasil Santo Toms Venezuela Santo domingo Hait Cuba Java Surinam Colonias Francesas Cooonias Alemanas Colonias Britnicas Otros TOTAL MUNDIAL

% 28.33 14.69 8.88 10.02 2.86 1.45 2.10 1.05 4.70 1.01 0.20 24.29 0.43 100.00

El Brasil, segundo productor individual slo llega a 10,149 toneladas, que equivalen a un modesto 51.8% de nuestra produccin. En pocas palabras: el Ecuador est slidamente instalado en el primer lugar del mundo en cuanto a produccin de cacao. Es ms, del mismo cuadro se desprende que el conjunto de las colonias britnicas, que, como se sabe, conforman una buena parte del planeta, apenas alcanzan (sumadas) a las 16,786 toneladas de cacao, que equivalen a un 85.7% de la produccin ecuatoriana, y a slo 24.29% de la produccin mundial. Es interesante hacer notar que las colonias francesas y alemanas (sumadas todas) no producen sino unas minsculas 830 toneladas, equivalentes a 1.21% de la produccin mundial, y a slo el 4.2% de la produccin del Ecuador. 11

El Consumo en el Mundo Lo anterior es particularmente importante, debido a que, como se ve claramente en el Cuadro 3, el consumo de cacao (y derivados) en el mundo es favorable al Ecuador, ya que Francia (pas de tradicionales gourmets) es el mayor consumidor del mundo, con 14,871 toneladas, mientras sus colonias tropicales (africanas y caribeas) slo tienen una produccin de 695 toneladas (un minsculo 4.7% del consumo de su metrpoli). El resto se importa y, como es lgico, las razones geopolticas llevan a Francia a preferir el cacao de pases polticamente independientes (y con clara presencia cultural francesa), como el Ecuador.CUADRO 3 Consumo Mundial de Cacao 1894 toneladas mtricas TOTAL

PAISES Estados Unidos Alemania Holanda Inglaterra Francia Suiza Espaa Blgica Cana Italia Austria Australia Otros pases TOTAL MUNDIAL

%

7,936 8,320 9,656 9,951 14,871 2,116 6,727 969 125 650 871 249 2,058 64,499

12.30 12.90 14.97 15.43 23.06 3.28 10.43 1.50 0.19 1.01 1.35 0.39 3.19 100.00

El caso alemn puede considerarse similar, ya que con un consumo de unas slidas 8,320 toneladas, tiene un produccin propia (de sus colonias) de solamente 135 toneladas (apenas el 1.6% del consumo germano). Aparte de estas consideraciones cuantitativas, hay un hecho cualitativo, que segn todos los especialistas es la base del auge cacaotero nacional. Por lo visto, determinadas variedades del cacao especficamente ecuatoriano son indispensables para la elaboracin de bombones y chocolates finos, que conforman un segmento sustancial del mercado. Como es lgico, la solucin de largo plazo parecera ser, en el cacao como en muchos otros productos, el desarrollo de una agroindustria local, pues el valor agregado por la elaboracin del cacao, y la seguridad del mercado internacional slo podran alcanzarse o mantenerse de tener fbricas locales de bombones y chocolates. La elaboracin ulterior del cacao es muy incipiente en el Ecuador, y los 12

analistas econmicos estiman que ello se debe fundamentalmente a las altsimas tasas de rentabilidad de la produccin de las plantaciones y al origen de muchos de los grandes propietarios, adecuadamente llamados grancacaos por el pueblo. En la actualidad, varios especialistas consideran que la utilidad del negocio cacaotero debe oscilar entre un 54 55% anual, mientras los intereses bancarios estn dentro del orden (siempre aproximado, pues hay variaciones de temporada) del 12%, que es lo que podramos considerar renta apropiada, de modo que las ganancias estaran dentro del 42 43 por ciento. No hay estmulo para la industrializacin, ya que los gran-cacaos son generalmente personas que han heredado haciendas y de las cuales un gran porcentaje ni siquiera vive en el pas. Un peligro, cuando uno lo considera al mediano o largo plazos.

Para saber msJornaleros y Gran Propietarios en 135 aos de exportacin cacaotera de Manuel Chiriboga (ed. Cons. Prov. de Pichincha. Quito, 1980) es posiblemente el mejor estudio sobre la poca. Se necesita una segunda edicin, pues la primera est agotada.

13

El 3 de julio en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos Ellos no se numeran en orden cronolgico

1612 1729 1860 1867 1896 1896 1911 1944 1967 1967 1967

Instalacin de la Real Audiencia en Quito 480 Nace Jos Daz de la Madrid 496 Se crea Provincia de Ambato 567 Feria Sabatina en Latacunga Combate de Chambo 439 Combate de Quimiag 443 Muere General Emilio Mara Tern 626 Se crea Crdito de Fomento 667 Se crea Cantn el Carmen 707 Se crea Cantn Quinind 707 Se crea Cantn Sto. Domingo de los Colorados

707

Lunes, 3 de julio de 1911Razones personales o polticas?

Asesinado en Quito el General Emilio Mara TernQuiz nunca quede del todo claro el conjunto de motivaciones que llevaron al coronel Luis Quirola a disparar este lunes, 3 de julio de 1911 contra su amigo personal de muchos aos y coideario liberal, general Emilio Mara Tern, cuando este ltimo entraba al conocido Hotel Royal, en Quito. La amistad entre ambos militares alfaristas era bien conocida y, de hecho, la pistola que Quirola utiliz contra Tern le haba sido obsequiada por ste. La muchedumbre, que inmediatamente se agolp a las puertas del conocido hotel capitalino, intent linchar a Quirola, pues, como es bien sabido, el general Tern goza de un enorme prestigio, no slo entre los elementos militares, sino en diversos estratos sociales. Slo a costa de grandes esfuerzos consigui la fuerza pblica conducir a Quirola al Panptico, y all rindi sus primeras declaraciones, informando haber dado muerte al general por razones estrictamente personales. Unicamente perurgido por el juez de instruccin accedi el hechor a dar mayores detalles de sus mviles, y acept que se trataba de un acto de honor, pues supuestamente el general Tern habra faltado al respeto a la esposa de Quirola. La siempre incrdula Quito se llen de inmediato de rumores de conspiraciones polticas, que involucraban ora a Tern, bien a Quirola, sin que se expusieran en ninguno de los casos pruebas o al menos indicios materiales de que tal 14

complot fuera cierto. Como lo saben nuestros lectores, la situacin poltica interna del partido liberal es muy compleja en los actuales momentos, pues una faccin del mismo (que muchos identifican con el ex-Presidente Leonidas Plaza Gutirrez) se inclina hacia el apoyo irrestricto a la candidatura presidencial del seor Emilio Estrada, negando que su estado de salud sea tan precario como lo dicen sus opositores, mientras otros (que se declaran radicales a ultranza) prefieren ver en el solio presidencial al general Flavio E. Alfaro, sobrino del Viejo Luchador. Diferencias ideolgicas profundas? Es difcil afirmarlo pues el moderado Estrada fue de los primeros ecuatorianos en lanzarse a la lucha liberal, y de los primeros en caer detenido por esta razn, desde la rebelin de los Chapulos en 1884 (ver calendario de noviembre 14 y diciembre 5 y 14 de ese ao). Tampoco han sido evidentes en los ltimos las inclinaciones polticas del general Tern, a quien muchos consideraban una suerte de fuerza autnoma dentro del liberalismo, con respaldo muy evidente en los sectores culturales ms desarrollados y entre algunos de los amigos obreristas o socialistas del propio general Eloy Alfaro, como el conocido organizador gremial don Miguel Alburquerque. Una Vida Atpica. Emilio Mara Tern perteneci a una nueva estirpe de polticos, surgida como consecuencia de los cambios en la sociedad ecuatoriana. De origen de clase media, Tern haba estudiado Jurisprudencia en la Universidad de Quito, y se haba declarado liberal, desde mucho antes del 5 de junio de 1895, llegando incluso a participar en algunas acciones de riesgo, antes de sumarse al caudal alfarista. Particip en varios de los combates de la guerra civil de aquel ao y, al asumir el gobierno los radicales, Tern tena ya bien ganado su puesto en los ms altos niveles de las filas liberales. Como recordarn nuestros lectores, uno de los pocos temas de debate econmico a la poca haba sido la deuda externa, y las negociaciones llevadas a cabo por los progresistas (especialmente por don Antonio Flores Jijn). El propio Alfaro haba escrito un incendiario opsculo sobre el tema, que titul muy adecuadamente La Deuda Gordiana, y apenas lleg al poder encomend a Tern que estudiara el tema. Coronel a la sazn, Emilio Mara Tern produjo el mejor documento sobre el tema, y se gan con ello un prestigio intelectual muy grande en un grupo de montoneros que poda exhibir bien pocos laureles aparte de sus mritos guerreros. Alfaro lo nombr Comandante de la plaza de Riobamba, y desde ese sitio le toc participar muy activamente en los movimientos de 1905, cuando respald activamente al Viejo Luchador en su enfrentamiento con la faccin de Lizardo Garca, que pudo ser derrotado precisamente por la sublevacin de Riobamba, encabezada por Tern. Alfaro tuvo entonces uno de sus dobles gestos tpicos: ascendi al rango de general a su aliado; pero, comprendiendo que el peso de ste haba cobrado autonoma, lo design Ministro Plenipotenciario en Londres. Tern, que ha conformado una familia donde casi todos sus hijos son artistas o literatos (algunos, ambas cosas), desempe cumplidamente su misin 15

diplomtica, pero luego de unos pocos aos de servicio retorn a Quito. Al volver, se encontr con las disensiones liberales en su punto ms duro: las acusaciones de unos y otros ocuparan pginas enteras, y el listado de las traiciones de que se inculpan podra ser interminable. Sin medios autnticamente democrticos para dar salida a estas disensiones, las pugnas revisten solamente dos formas: enfrentamientos militares o intrigas personales. Emilio Mara Tern, general e intelectual, liberal y serrano, estaba a medio camino de todas las facciones. Trat de ser un puente entre ambos extremos, y quiz haya cado vctima de las suspicacias que gener en ambos bandos. Una vctima del tiempo que le toc vivir. Paz en su tumba.

Para saber msSeguramente el mejor estudio sobre la poca consta en la tesis doctoral (Ph.D.) de Enrique Ayala Mora, The liberal revolution in Ecuador (Londres, 1981), que el autor ha preferido mantener indita. Un artculo de l mismo, en la revista Diners N 97, se refiere tambin al crimen que reseamos hoy.

16

El 4 de julio en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos Ellos no se numeran en orden cronolgico 1541 1776 1895 1944 1955 1955 1965 1965 Muere el Capitn Alvarado 462 Altar Privilegiado la Capilla de Cantua 505 Pronunciamiento de Guaranda 605 Cantonizacin de Chunchi 668 Consorcio azucarero 681 Convenio con Uruguay 681 Baslica del Voto Nacional 698 Seoritas se gradan de paracaidistas 698

Lunes, 4 de julio de 1541Mataron al Conquistador Pedro de Alvarado Seguramente ser desplazado en la memoria histrica universal por personajes como Hernn Corts o Francisco Pizarro, ya que a ellos les cupo el haber conquistado los dos ms grandes imperios del Nuevo Mundo; pero si alguien puede aspirar a la gloria de ser considerado como el arquetipo del Conquistador es don Pedro de Alvarado, quien ha muerto este lunes, 4 de julio de 1541, combatiendo en Guadalajara, en el centro de la Nueva Espaa, que otros prefieren llamar Mxico. Una vida condenada a la aventura Naci don Pedro en Badajoz, hacia 1485, siendo hijo de Diego de Alvarado y Sara de Contreras, que eran personas acaudaladas y con ciertos vnculos nobiliarios, aunque secundones. No obstante ello, y pese a ser hijo legtimo de padres conocidos, Pedro estuvo privado de fortuna y ttulos desde la cuna, pues rige en Espaa la llamada Ley de Mayorazgo o Primogenitura, que reserva todos los bienes y privilegios para el hijo mayor, con exclusin total de los posteriores, que era el caso de don Pedro. Lleno de una ambicin que demostrara muy pronto, Alvarado se vio imposibilitado de ejercerla en territorio peninsular, de modo que orient su vida hacia las Indias. Lleg al Nuevo Mundo a tiempo para sumarse a la expedicin de Hernn Corts, y embarc con l, participando en todas las primeras aventuras, inclusive en la quema de las naves en Veracruz. El Cdigo y la Espada

17

Muy poco despus, hacia 1518, Corts comenz a chocar con los lmites legales que le impona el Gobernador Diego Velzquez, quien no haba autorizado la creacin de ciudades, y fue entonces cuando Alvarado destac por primera vez a ttulo personal, pues fue elegido portavoz de la mayora para que expresara su criterio. La pugna era clara y abierta. Los aventureros acompaantes de Corts, viendo que eran ellos los que derramaban la sangre para conquistar unos pueblos de los que se beneficiaban otros, exigan independencia para sus actos y sus rapias. El debate se centr en torno al derecho a fundar una colonia minera en territorios donde era claro que abundaba el oro. El razonamiento de Alvarado, que reprodujo el cronista Bernal Daz del Castillo, es tan leguleyo que preferimos copiarlo textual: Declar (Alvarado) que el Gobernador Diego Velzquez, si bien no haba expresamente autorizado, tampoco haba expresamente prohibido la instalacin de una colonia y, si lo hubiera hecho, ni a Dios ni al Rey habra servido con ello, pues sucede a menudo que la ley, en el momento de ser promulgada, es necesaria; pero que en el curso del tiempo las circunstancias cambian, y entonces aquel que infringe la ley nada malo hace, pues el fin principal de una ley es el bien general y, si ste falta o hay un dao que temer, cesa la fuerza de la ley. Si se coloniza en nombre del Rey, no puede resultar de ello ningn disgusto para el Gobernador, ya que el descubrimiento conduce necesariamente a la colonizacin. Corts qued encantado, pues ni a l mismo (con sus dos aos de estudio en Salamanca) se le haba ocurrido una argumentacin semejante, y all mismo encomend a Alvarado la continuacin de la conquista hacia el sur, donde se afirmaba que haba otro imperio, quiz tanto o ms grande que el azteca. Guatemala y los Quichs Ya a cargo de su propia tropa, Alvarado puso en accin las lecciones que haba aprendido en Mxico, donde pusieron a combatir entre s a los aztecas con los tlaxcaltecas. En Guatemala encontr que los cakchiqueles se ofrecan a sumarse a sus hombres a condicin que los ayudaran en la lucha contra los tzutujiles y los quichs, y Alvarado dio prontamente su aceptacin. Con este refuerzo no le fue difcil derrotar a los quichs, pese a que estos le ofrecieron tenaz resistencia, al mando de su lder, Tecn Umn. Toc luego el turno a los tzutujiles, quienes corrieron la misma suerte que los quichs, con la variante de que su caudillo, Atlcatl, alcanz a retirarse con vida. Para 1526, los cakchiqueles haba comprendido su error, pues Alvarado, que con su ayuda haba dominado ya a todos los restantes pueblos de la zona, volvi sus armas y su codicia contra ellos. Se rebelaron. Lucharon durante cinco largos aos, pero ya era tarde. Alvarado fue a Espaa, y de regreso tuvo su aventura incaica, pues al enterarse de los millones del rescate de Atahualpa, y actuando ahora por cuenta propia, vino al sur, donde alcanz a Almagro en Riobamba, para negociar con l un acuerdo que les permitiera establecer la paz (ver calendario de agosto 15 y 26 de 1534). Como los hombres juzgamos de nuestro xito o fracaso en funcin de lo que 18

conocemos, el viaje al Per fue una frustracin. Aunque Alvarado regres a su Guatemala, haba entrevisto niveles superiores de poder y riqueza, Sumando los 100,000 pesos que le dieron Pizarro y Almagro a lo que ya haba logrado sacar de los indios mesoamericanos, Alvarado era ahora inmensamente rico, pero careca de poder temporal acorde a su codicia. Viaj a Espaa otra vez, y otra vez recibi la encomienda de pacificar el centro de Mxico, empresa en el curso de la cual ha muerto hoy. Echado al Nuevo Mundo por la mala fortuna de su nacimiento; de una ambicin que, lejos de apaciguarse, pareca ir creciendo con lo que consigua; de un valor indmito, que rayaba en lo inconsciente, Pedro de Alvarado ha sido el eptome de esta extraa y feroz raza de hombres que la Historia recordar con el nombre genrico de Conquistadores.

Para saber msRichard Konetzke es uno de los ms acuciosos y constantes investigadores sobre el pasado de Amrica. A l le debemos un bonito anlisis histricopsicolgico sobre los Descubridores y Conquistadores de Amrica (ed. Gredos. Madrid, 1968). ======================================

Julio 4 de 1776

Independencia de los Estados UnidosFiladelfia.- Finalmente hoy, luego de varias discusiones y acuerdos previos, se ha sometido a votacin -y se ha aprobado- la Declaracin de la Independencia que ha redactado en borrador el seor Thomas Jefferson, que fue conocido por Benjamin Franklin (ver calendario de junio 7). Durante muchos siglos se recordar seguramente el surgimiento de esta nueva entidad geopoltica, que aparece como un punto de equilibrio entre las grandes potencias del planeta, y mucha ser la tinta que se emplee en recordar estos sucesos. Nosotros queremos resaltar un hecho nico hasta hoy, que deber generar varios intentos por repetirlo: al mismo tiempo que se ha luchado por la independencia y mientras se combata por la dignidad, un puado de hombres nacidos en este continente ha sido capaz de pensar con profundidad filosfica y con extensin universal, pues en su documento se dirigen a la humanidad como al cuerpo a quien deben una explicacin, y no se han limitado a proclamar sus legtimas quejas sobre el mal gobierno ingls del que hoy se han librado, sino que dejan para siempre la constancia y la huella de las motivaciones ms profundas que han guiado sus actos Sostenemos como verdades evidentes: que todos los hombres nacen iguales; que estn dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, entre los cuales se cuentan el derecho a la vida, a la libertad y a la bsqueda de la felicidad; que es para asegurar estos derechos que los hombres establecen gobiernos, que derivan sus justos poderes del consentimiento de los gobernados; que, cuando una forma de gobierno llega a ser perjudicial para estos fines, es un derecho del pueblo cambiarla o abolirla, e instituir un nuevo gobierno, basado en esos principios, que organice su autoridad en la forma que 19

el pueblo estime ms conveniente para alcanzar su seguridad y bienestar. Gracias a esos hombres.

20

El 5 de julio en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos Ellos no se numeran en orden cronolgico

1673 1896 1906 1943 1950

Fundacin de Noviciado en Latacunga 489 Combate de Cuenca (homenaje a Jos Peralta) Llega a Quito Monseor Gonzlez Surez 619 Escuela Fundamental de Polica 666 Colegio Dolores Sucre de Guayaquil 674

439-607

Domingo, 5 de julio de 1896 Las Tropas al mando del general Antonio Vega tomaron la ciudad.

Victoria de los Conservadores en CuencaHacia el medioda de hoy, las fuerzas conservadoras, al mando del general Antonio Vega, tomaron por asalto Cuenca, luego de fieros combates de varias horas, que dejaron decenas de muertos y quiz centenares de heridos en los dos bandos, y no menos de 340 prisioneros liberales, entre ellos los coroneles Belisario Torres, Jos Flix Valdivieso, Len Valles y el doctor Jos Peralta. Sus vidas al momento no corren peligro, pues el general vencedor ha impedido, no sin ejercicio de la fuerza, que los ms envenenados de los curuchupas arrastren a los vencidos. La victoria, con ser completa en la ciudad, no bastar para apaciguar la regin, opinan los observadores, pues las fuerzas liberales del gobierno del general Eloy Alfaro debern contraatacar en breve, generando nuevas situaciones de sangre en la disputa poltica que divide al pas (ver calendario de agosto 22). Cuarenta Das de Gran Agitacin El fanatismo religioso de algunos sacerdotes y obispos, as como la actitud irrespetuosa y anticlerical de muchos radicales, fueron envenenando el ambiente cuencano, hasta el punto de provocar irreconciliables disputas que han dividido incluso a las familias. Es indudable que la gobernacin del Dr. Benigno Malo, puesto en ese cargo por ser cuencano de nacimiento, contribuy de algn modo a exacerbar los nimos, y fue reemplazado en enero de este 1896 por el general Leonidas Plaza Gutirrez, manabita, pero poseedor de mucho mayor tacto para el manejo de las cosas polticas. Pero ya era tarde. Para la noche del 23 de mayo, los conservadores haban logrado soliviantar el nimo de un buen segmento de la juventud morlaca y, aunque Plaza consigui dominar la situacin, deteniendo al cura sedicioso 21

Vicente Ferrer, los conservadores alcanzaron a reagruparse en Gualaceo, consiguiendo apoyo de varias otras poblaciones, inclusive Azogues, que el 2 de junio desconoci al gobierno y confi al entonces coronel Vega el rango de Comandante en Jefe del Ejrcito en Campaa. Con clara visin militar de lo que se vena, Vega decidi adelantarse a los acontecimientos y generar una columna mvil, capaz de congregar en su torno a todas las voluntades anti-alfaristas. Para ello se moviliz hacia el norte, ocupando Biblin, Tambo y Tixn, donde se le incorpor el contingente de Pedro Lizarzaburo, a quien se le ofreci una comandancia que declin. Vega fue ratificado en su puesto y all mismo ascendido a general. Las fuerzas gubernamentales, creyendo habrselas apenas con otra asonada local, de las muchas que han surgido en los ltimos meses, despach a combatir a los rebeldes al batalln Guayaquil (un poco menos de 400 hombres), al mando del coronel Moscoso. El 16 de junio, en los desfiladeros de Pangor, los conservadores baten a Moscoso, y le capturan un can, una ametralladora, armas, caballos, vituallas de todas clases, y le hacen 81 prisioneros. Al recorrer el campo, el capelln hubo de enterrar 43 cadveres de ambos bandos. Al da siguiente, cerca de Cicalpa, Vega se enter de la llegada a destiempo de los batallones liberales Nmero 2 y Vargas Torres y sali a cortarles el paso. En medio de la noche, el comandante curuchupa Vctor Len Vivar, para arengar a su gente dio el grito de Adelante Escuadrn Sagrado! Y los liberales, que tienen un cuerpo con ese nombre, tomaron el grito por un llamado de los suyos, respondieron su tradicional Viva Alfaro, carajo! y se lanzaron a la carga, que les fue desastrosa. Decididos ambos -rojos y azules- a luchar hasta la muerte, el combate se reinici el 19, perdiendo los liberales un total de 41 muertos y 48 heridos, y dejando en manos del enemigo 72 prisioneros. Pero fue entonces, cuando los conseradores haban logrado agrupar a todos sus seguidores y tenan la ventaja psicolgica de las victorias mencionadas, cuando surgieron los debates y disensiones internas que concluyeron con la divisin de sus fuerzas. Los morlacos, al mando de Antonio Vega, insistan en devolverse hacia el sur y liberar Cuenca, mientras los chimboracenses y ambateos, al mando respectivo de Lizarzaburo y Manuel Folleco, queran avanzar hacia el norte: tomar Riobamba y movilizarse hacia Quito. Incapaces de coordinar sus esfuerzos, las tropas conservadoras se dividieron, y Vega march de retorno hacia Cuenca. A la sazn, Cuenca, abandonada por sus jvenes conservadores que se hallaban en campaa, haba visto consolidarse el poder liberal, aunque la guarnicin no mantena ms de 200 soldados de lnea; pero, al enterarse del curso que llevaba la divisin de Vega, ayer, 4 de julio, se reforz la plaza con unos 400 hombres ms. Todo estaba listo para que este domingo, 5 de julio de 1896 viera la resolucin de los combates. Ataque de Vega A la madrugada de hoy, las tropas de Vega entraron a la ciudad al grito de Dios y Patria. Viva la Religin! Y esa, que era la seal convenida, sirvi para que todas las campanas de las iglesias tocaran a rebato, convocando a la 22

poblacin conservadora, que se lanz en apoyo de los invasores. Tres horas y media dur el fiero combate de hoy, habiendo existido grandes pruebas de valor de parte y parte, sin poder destacar a ninguna. Finalmente, como queda dicho, hacia el medioda la ciudad ha quedado en manos de los conservadores, que ahora debern defenderla.

Para saber msEl Eloy Alfaro de Wilfrido Loor (ed. Moderna. Quito, 1947), pese al tono virulentamente opositor, es un acucioso ejercicio de acopio de datos. Una lectura necesaria.

23

El 6 de julio en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos Ellos no se numeran en orden cronolgico

1742 1814 1816 1822 1823 1859 1924 1936 1967

Erupcin del volcn Cotopaxi 498 Combate de Antimano 438 Bolvar llega a Venezuela 523 Tratado Adicional 445 Bolvar Sale de Quito hacia el norte 535 Garca Moreno es declarado traidor por el Gbno. Nuevo edificio del Hospital General de Gyquil. 642 Acta de Arbitraje con el Per 448-655 Rehabilitacin de barrios de Guayaquil

566

Domingo, 6 de julio de 1924Gran obra de la Junta de Beneficencia

Nuevo Edificio para el Hospital de GuayaquilUna larga (y a veces muy poco venerable) historia de trashumancia ha terminado para el hospital general de Guayaquil este domingo, 6 de julio de 1924, cuando ha quedado todo listo para la inauguracin del flamante edificio de cemento que alojar al centro de salud. Esta inauguracin, que en apariencia no pasa de ser un acto protocolario, por importante que sea la obra, tiene una larga historia. Y una historia con muchos nombres y lugares Cul Hospital? Y dnde? Seis han sido los nombres que hasta aqu ha tenido (y eso sin contar las variantes), y es perfectamente posible que algn da lleve finalmente el de Luis Vernaza, en homenaje al actual Presidente de la Junta de Beneficencia, el que ms ha luchado por su mejoramiento, y a quien se debe la construccin del nuevo edificio de cemento, a inaugurarse maana. Pero inicialmente se lo llam (y sin tener ninguna razn para ello) Hospital Real. Lo cierto es que la Corona no resolvi ni apoy la original creacin del Hospital de Guayaquil, que fue obra de su Cabildo a instrucciones de la Real Audiencia de Quito. De hecho, la Corona fue muy cicatera con los recursos que se nos asignaban. Y no se crea que mentimos. Escchense cuntas largas (y estrechas) daba Felipe II el 13 de septiembre de 1565, respondiendo a una solicitud de la Audiencia, para que se otorgaran unos modestos recursos para nuestro 24

hospital Me fue suplicado mandase a hacer alguna merced y limosna al dicho hospital -escribe el Rey-, para ayudar a sustentar los gastos que se hacan para atender a los enfermos; pero, como yo quiero ser informado de lo que en ello pasa, y de qu hospital es ste, y qu persona o personas le fundaron, y del bien, utilidad o provecho que reciben las personas que concurren a l a curarse; y si los que hoy concurren son espaoles o indios; y qu tanta es la renta que al presente tiene; y si con ella se puede sustentar o no; y de dnde y de qu cuenta le podramos hacer alguna merced o donacin sin perjuicio de tercero vos mando que veis lo susodicho y que acerca de ello me enviis relacin particular, juntamente con lo que Como se ve, nada de Real en la formacin de nuestra primera casa de asistencia. No podemos jurar que haya sido su padrino, pero fue hacia marzo de 1599 la primera vez que al hospital se lo mencion por su nombre, en una declaracin de Andrs Morn de Butrn, cuando lo llama Hospital de Santa Catalina Mrtir, nombre que se oficializ en 1676. Y as se qued hasta que la Iglesia declar en 1711 que Santa Catalina no slo haba sido mrtir, sino tambin virgen, de modo que -siguiendo piadosamente aquel descubrimiento- nuestra casa pas a llamarse Hospital de Santa Catalina, Virgen y Mrtir. Slo fue hasta 1764, cuando, de modo absolutamente arbitrario y sin ninguna justificacin sagrada ni profana, el centro pas a denominarse Hospital de San Juan de Dios. Casi no sera de mencionar este hecho, de no haber sido porque en un momento especial, en 1781, los curitas del hospital resolvieron bronquearse con el Cabildo, y llamarlo Real Hospital de San Juan de Dios, colocando en su prtico las armas de Carlos III; pero muy prontamente, el Cabildo, siempre celoso de sus prerrogativas, las mand quitar fsicamente del prtico y simblicamente del nombre, con lo que regres al de San Juan de Dios a secas. Fue as hasta la independencia, cuando don Jos Joaqun de Olmedo, queriendo resaltar el carcter gratuito que deba tener la atencin en ese centro, orden que se denominara Hospital de Caridad San Juan de Dios, y a continuacin se emplearon muchas variantes, como Hospital de Caridad de Pobres, Hospital San Juan de Pobres, e incluso un magnfico (y eclctico) Hospital Guayaquileo de Caridad de Pobres San Juan de Dios. Cuando en 1879 se resolvi la creacin de un Hospital Militar, era lgico que el antiguo pasara a denominarse Hospital Civil, aunque algunos autores seguan apegados al tradicional Hospital de Caridad, y el enredo debe haber sido maysculo, pues el gegrafo Teodoro Wolf, que siempre evit disgustarse con la gente, lo llam del modo ms sencillo y lacnico en su mapa de 1887: Hospital, le puso. Al crearse la Junta de Beneficencia, el 29 de enero de 1888, el Presidente del I. Concejo Cantonal, don Francisco Campos Coello, pas el hospital a la administracin de la Junta, afirmando que los hospitales, el manicomio y el cementerio () adquirirn mayor incremento, y aadiendo estas hermosas palabras, que todos deberamos recordar siempre: todo ser que sufre pertenece a nuestra sociedad, y la sociedad deber auxiliarle. Y as el viejo Hospital Civil, al que con el tiempo se fueron aadiendo otras casas asistenciales, pas a denominarse Hospital General, que es el nombre con el que maana inaugurar su nuevo edificio. 25

Esto en cuanto al nombre. Por lo que toca a la ubicacin, los cambios han sido igualmente frecuentes, ya que pas de Ciudad Vieja (entre 1564 y 1694, aunque ningn historiador se atreve a designarle un sitio exacto) a colocarse tras la catedral (hasta 1736); luego, en el malecn (hasta 1823); posteriormente en el astillero (hasta 1902), y finalmente, a partir de ese ao, al pie del cerro de Santa Ana, que es donde va a inaugurarse el edificio nuevo. Pero, tras estas anecdticas carreras y cambios de lugar y nombre, se esconde una constante de solidaridad que es consustancial con nuestra ciudad. De all que, no importando cmo su nombre o cul su sitio, es evidente que siempre ha sido, y que ser siempre el Hospital de Guayaquil.

Para saber msUn interesante resumen histrico sobre la institucin se hallar en Origen y Actualidad de la Junta de Beneficencia de Enrique Boloa Rodrguez (ed. Junta de Beneficencia. Guayaquil, 1989). Acerca del hospital, el estudio definitivo es El Hospital de Guayaquil de don Julio Estrada Ycaza (ed. AHG. Guayaquil, 1973 -2 edicin).

26

El 7 de julio en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos Ellos no se numeran en orden cronolgico

-776 A partir de esta fecha se instituyen unos juegos panhelnicos, que se realizarn peridicamente en la ciudad de Olimpia. Algunos fanticos de las actividades fsicas han llegado a proponer que el tiempo se mida segn estas olimpadas. 1559 Gobernador de Quito 467 1613 Instalacin de monjas 480 1803 Guayaquil depende de Lima 513 1883 Combate de Baos 438-590 1902 La primera locomotora en Alaus 615 1924 Inauguracin edificio Colegio Juan Montalvo 642 1944 Juzgamiento de ciudadanos 668 1951 Compaa de Prevencin Antiaftosa 675 1964 Ley de Caminos 696

Jueves, 7 de julio de 1803Para efectos militares.

Guayaquil se separa de Nueva GranadaPor Real Orden de Su Majestad, Carlos IV, nuestra ciudad ha sido trasladada el da de hoy, jueves, 7 de julio de 1803, a la jurisdiccin del Virreinato de Lima, sustrayndonos de la dependencia que hasta hoy se haba tenido con relacin a Santaf y al Virreinato de la Nueva Granada, del que depende la Real Audiencia de Quito. Aunque esta Orden evidencia su carcter predominantemente militar en el hecho de estar suscrita por Jos Antonio Caballero, Ministro de Guerra, y dirigida al Ministro de Hacienda, Miguel Cayetano Sols, las repercusiones de la misma se estima que tendrn serias consecuencias en varias otras esferas de la vida nacional, y muy particularmente en el desenvolvimiento de las actividades industriales y comerciales de nuestra urbe. Las razones militares para el cambio de jurisdiccin son bastante obvias, pues dadas las condiciones actuales de los caminos es mucho ms fcil asistir a nuestra ciudad por mar desde Lima que por tierra desde Santaf, e incluso desde Quito. Por otro lado, a nadie se le oculta que el virrey limeo, Francisco Gil de Taboada y Lemos, ha insistido varias veces en la anexin de Guayaquil al Per, pues nuestra ciudad es en los actuales momentos el mayor astillero del todava denominado Mar del Sur, y uno de los principales nudos de comercio de todo el Nuevo Mundo. 27

Por otro lado, la Corona, que trata de mantener un cierto equilibrio entre sus Virreinatos americanos, habr querido compensar a Lima de la desmembracin que ya hizo de una parte de su territorio al decidir la creacin del Virreinato del Plata (en 1776), cuando toda la provincia de Charcas (en el Alto Per) fue trasladada de Lima a Buenos Aires. Cosas que no quedan claras Esperemos que en el futuro no existan problemas por un error doble de redaccin en que se ha incurrido al enviar las comunicaciones de hoy (ver aclaracin necesaria), pues a los Virreyes de Santaf y Lima se les ha comunicado un texto idntico, en el cual se establece que debe depender el gobierno de Guayaquil del virrey de Lima y no del de Santaf, para atender mejor a la defensa de la ciudad y puerto; pero a la Audiencia se le ha comunicado que la ciudad y el puerto de Guayaquil, en el distrito de esa Audiencia, dependa en lo sucesivo para su defensa del virrey de Lima y no del de Santaf, a quien ahora corresponde. Lo cierto es que no queda en claro si el traspaso de Jurisdiccin es total o si tiene que ver exclusivamente con los aspectos militares y de defensa. El asunto tiene connotaciones mucho ms precisas que las que se dimanan del prestigio y otras consideraciones morales, pues no hay que olvidar que lo que se haya en realidad en juego son los almojarifazgos que se cobran en nuestra ciudad, as como muchas otras cargas y tasas del comercio, que hasta hoy se han pagado para beneficio (o al menos bajo el control) del Consulado de Comercio de Cartagena de Indias, y que hoy podran pasar a depender de Lima, y a tributar a ese Consulado. Si este punto comercial debe aclararse de modo definitivo, otro tanto ocurre con los aspectos judiciales, pues hasta hoy ellos se han tramitado en la Audiencia de Quito, y no queda en claro si a partir de ahora los pleitos debern ventilarse en Lima, o que ocurrir con las apelaciones y procesos que actualmente se encuentran en estudio en Quito. En cuanto a la opinin imperante en Guayaquil, ella se encuentra claramente dividida, pues existen muchos comerciantes que, al tener un trato particularmente intenso con el Sur, prefieren la anexin a Lima; pero hay muchos otros que, bien por su inters personal, bien por consideraciones ms profundas, creen que no es conveniente para Guayaquil el incorporarse a Lima, ciudad donde la Corte Virreinal tiene formas y mtodos de accin que son extremadamente centralistas, lo que podra perjudicar el espritu empresarial e independiente del comercio guayaquileo, acostumbrado a unas condiciones muy laxas en el control que sobre l ejercen autoridades tan remotas como las polticas de Santaf, las jurdicas de Quito, o las comerciales de la lejansima Cartagena. Tampoco es claro lo que ocurrir con el negocio y comercio del cop o aceite de piedra que se produce en la pennsula de Santa Elena, y que algunos prefieren llamar pedantescamente con el latinajo petrleo. El Negocio petrolero El cop de Santa Elena, conocido desde tiempos inmemoriales, cuando serva al parecer para calafatear las balsas de los primitivos habitantes de esa regin, se ha convertido en una importante fuente de ingresos y en una agria disputa, 28

precisamente con las autoridades peruanas. Aunque actualmente se lo usa poco para el trabajo de los arruinados astilleros, el cop es muy apreciado cuando se habla de la impermeabilizacin de las barricas y botijas en que se exportan aguardiente y vinos. En realidad, las minas de Santa Elena estaban al borde la ruina, como se constata al ver que el arrendamiento de tales minas haba producido unos modestos pero estables 104 pesos anuales al comienzo del siglo pasado, que luego cayeron a 80 90 hacia 1715, y a slo 37 pesos 4 reales para 1723. En diciembre de 1751 pareci tener lugar una recuperacin parcial, pues el remate fue de 210 pesos para cinco aos, aunque luego descendi un poco, a 140 por cinco aos, y luego se recuper a 40 pesos anuales. Y fue entonces, acorde con el crecimiento de la produccin de piso y vinos en el Per, y la bajsima produccin de sus propias minas de Paita, cuando los precios por el arrendamiento se fueron para lo alto, ofertndose (Francisco Snchez Navarrete) nada menos que 17,000 pesos por cinco aos (3,400 anuales). Aunque a partir de entonces el negocio del cop, petreolo o petrleo ha tenido grandes altibajos, es un factor digno de tomar en consideracin al juzgar del inters limeo por apropiarse de nuestra ciudad.

Para saber msNecesitamos (y urgentemente) una edicin ecuatoriana del brillante estudio de Mara Luisa Laviana Cuetos acerca de Guayaquil en el siglo XVIII (ed. Estudios Hispano-Americanos. Sevilla, 1987).

Aclaracin NecesariaEn realidad, la comunicacin a la Real Audiencia tiene fecha 13 de agosto de este mismo ao; pero, por el estilo adoptado en este Calendario Histrico, se lo ha mencionado hoy mismo.

29

El 8 de julio en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos Ellos no se numeran en orden cronolgico

1538 1557 1795 1817 1924 1941 1961

Combate de Salinas 443-460 Descubrimiento Maran (comparar Amazonas) Se establece Asamblea de Prctica Forense 510 Combate de Isla de Pagallos 441 Inauguracin de Teatro Maldonado en Rbba. 642 Se crea V Zona Militar 660 Se presenta Ballet Real de Dinamarca 689

466

Dicen que por rdenes de Francisco Pizarro Mataron a Diego de Almagro Cuzco. URGENTE.- En medio de indignas splicas e intiles ruegos por su vida, fue condenado y ejecutado aqu el mariscal Diego de Almagro este lunes, 8 de julio de 1538, por rdenes directas de Hernando Pizarro, hermano del Gobernador. Como recordarn nuestros lectores, el 26 de abril los almagristas fueron completamente derrotados en el campo de Salinas, en un cruento combate que dej el campo completamente en manos de los seguidores de Francisco Pizarro, pero al alto costo de no menos de 150 200 muertos. Tras su derrota se apres al mariscal y prontamente se le mont un juicio en el que, como era previsible, result condenado, pese a que numerosos conquistadores, entre ellos el padre Vicente de Valverde, intercedieron activamente por el vencido. El propio Almagro se dirigi entonces personalmente a su vencedor, Hernando Pizarro, rogando por su vida en trminos tales que hicieron responder a ste que extraaba ver a Almagro comportarse de una manera tan poco digna de un caballero, y que sera mejor que empleara los momentos que le quedaban para preocuparse por su alma. Lo nico que los ruegos y splicas lograron del capturador fue el traslado del lugar de ejecucin de la sentencia, de la plaza pblica, donde debi originalmente realizarse, a la prisin, donde finalmente se llev a cabo. Antes de morir, Almagro nombr heredero universal y encargado de todos sus bienes a su hijo, el mestizo don Diego, llamado El Joven, quien ha jurado tomar venganza de los Pizarro (ver calendario de junio 26). Una Vida llena de frustraciones Incluso entre los conquistadores, que tienen infancias tan abrumadoramente tristes o pobres que quiz por aquello justifiquen sus crueldades de hoy, la de Almagro resalta ntidamente. 30

Naci (hacia 1480) en la villa de Almagro, de la provincia de La Mancha, e incluso su nacimiento es nebuloso, pues unos estiman que era hijo de un moro o de padre desconocido, y que adopt el nombre de su pueblo, quiz para ocultar su origen morisco (Al-Mavr quiere decir precisamente el moro). Segn otros fue hijo bastardino, y su padre era Juan de Montenegro, copero del Maestre de la Orden de Calatrava. Su madre, una tal Elvira Gutirrez, lo habra dado a criar con Sancha Lpez del Peral, quien lo tuvo hasta los cuatro aos de edad, en que pas a depender de un to materno, Hernn Gutirrez, quien lo trat muy mal, le pona grilletes en los pies y lo mantena en una jaula. En cuanto pudo, fug y fue a parar al servicio de Luis de Polanco en la Corte de los Reyes Catlicos y doa Joana, pero luego disput con otro sirviente, le dio de cuchilladas, y huy a Amrica, llegando hacia el 1514. Una Amistad Destruida por la Ambicin Con motivo de su muerte, mucho se ha recordado aqu que Almagro y Pizarro eran amigos desde antes de iniciar la conquista y que, tanto en el contrato original del 10 de marzo de 1526, cuanto en el complementario, suscrito (es un decir pues ambos eran analfabetas) el 12 de junio de 1535, se juraron mantener, guardar y cumplir lo que entre nosotros est capitulado, y no violentar jams la promesa que ser hacan de actuar en todo juntamente, ambos a dos, y no el uno sin el otro. No obstante, la separacin entre ambos se anunci muy pronto, y ya durante el segundo viaje de Pizarro hacia el Sur, estando en las costas de Atacames, la situacin lleg a ser tan violenta, que uno de los testigos del enfrentamiento nos ha dejado escrito que las manos llegaron a los pomos de las espadas, y que poc falt para que all terminara en refriega vulgar de espadachines la prodigiosa aventura de estos hombres. Sin embargo, en ese momento lo nico que tenan por repartir eran dolores y esperanzas, de modo que los nimos pudieron calmarse y las pasiones sosegarse hasta despus. Ese despus lleg pronto. Cuando el episodio de la isla de El Gallo, ya existi uno de los espaoles, de apellido Sarabia, que envi una famosa cuarteta al gobernador Pedrarias Pues, seor Gobernador, mrelo bien, por entero, que all va el recogedor y aqu queda el carnicero. Pero, la divisin definitiva entre los dos amigos qued sellada el 13 de junio de 1533, cuando Almagro, que lleg a Cajamarca luego de la captura del Inca, se sinti estafado en el reparto del rescate exigido a Atahualpa, pues Pizarro se atribuy a s mismo 312,000 pesos, mientras para su amigo no quedaban sino 55,000 (ver calendario de esa fecha). Si Almagro intent una vez ms llevar la mano a la espada no se sabe, pues sus acompaantes habrn quedado ms que contentos con el reparto de las fabulosas sumas que se les entregaban (y para lograr las cuales no haban derramado ni una gota de sangre ni de sudor). Don Diego vino entonces hacia el Norte, y sus andanzas por nuestras tierras son bien conocidas por nuestros lectores (ver calendario de agosto 15 y 26), ya que Almagro tuvo que negociar con personajes tan ajenos a la aventura del 31

Per como Pedro de Alvarado, a quien finalmente convenci de retirarse, dejndole el campo libre. De regreso al Cuzco, los pizarristas han acusado a Almagro de haber entrado en componendas con el Inca Manco Cpac II (nombrado a la carrera por el propio Pizarro); pero, ancdotas al margen, lo cierto es que las disputas entre ambos pueden ser el detonante para hacer estallar a todos los resentimientos acumulados en el medio de esta operacin corsaria. Don Jos Antonio del Busto D. elabor un utilsimo Diccionario Histrico Biogrfico de los Conquistadores del Per (ed. Arica. Lima, 1973, para el primer tomo).

32

91575 1869 1883 1883 1884 1896 1899 1925 1927 1928 1930 1950 Fundacin de Riobamba 471 Reglamento de Diezmos 575 Batalla de Guayaquil 440-591 Derrota del General Veintemilla 591 Primeras comunicaciones telegrficas 592 Combate de Tanqueros 607 Templo de San Agustn en Guayaquil 612 Golpe militar 643 Escritura de constitucin del Banco Central 645 Se convoca a Asamblea Constituyente 646 Centro de Investigaciones Histricas de Gyquil. Canonizacin de Mariana de Jess 674

648

El movimiento iniciado en Guayaquil se ha extendido a toda la Repblica. Militares Jvenes han asumido el poder De forma incruenta y muy rpida, este jueves, 9 de julio de 1925 se ha producido una transformacin poltica que, tanto por la forma de llevarse a cabo cuanto por los protagonistas del hecho, parece que se propone objetivos de transformacin seria. Desde horas relativamente tempranas de la maana, oficiales jvenes y de graduaciones medias y bajas de la guarnicin de Guayaquil, bajo el mando provisional del mayor Mendoza, decidieron desconocer totalmente la autoridad del gobierno central, al que se considera entregado a la plutocracia de los bancos. Por detrs de los jvenes se vislumbra, al menos por ahora, la figura del muy conocido y respetado general Francisco Gmez de la Torre, quien se encuentra en la capital, pero habra estado en comunicacin permanente con otros repartos del pas, y muy especialmente con el de nuestra ciudad, de donde habra partido la iniciativa del golpe. Sucesos de la Capital En horas de la noche, y luego de una reunin sostenida entre el ya citado general Gmez de la Torre con el mayor Carlos Alberto Guerrero, el primero de los nombrados, en compaa de ocho oficiales jvenes y no menos de 50 hombres de escolta, se dirigi a la Casa Presidencial, ubicada en la carrera Garca Moreno, entre Olmedo y Manab. Previamente, y de modos que an no se han establecido en sus detalles, los complotados haban convocado a la residencia del Presidente Gonzalo S. Crdova a todos los miembros del gabinete, quienes se encontraban reunidos al momento de la llegada del general Gmez de la Torre. Pese a ser inferior en rango, el mayor Guerrero se adelant a la intervencin del general y, en frases que se han calificado de cultas, pero enrgicas, se dirigi al Presidente - Doctor -le habra dicho-, en nombre del directorio militar y la guarnicin de esta plaza, ha cesado Vd. en sus funciones. 33

- Esto es una traicin -habra gritado Crdova, levantndose de su asiento. Cuentan testigos de la escena que el Ministro de Guerra, Sr. Sotomayor y Luna, cubri al Presidente con su cuerpo, y esgrimi la pistola que siempre carga consigo. - Es intil esa arma, seor Ministro -le habra dicho en tono sereno el mayor Guerrero-. Tenemos una fuerte escolta y, al primer tiro, usted sera la primera vctima. Tras certificar que Guerrero no exageraba, los restantes miembros del gabinete procedieron a calmar a Sotomayor y Luna, tratando de evitar un enfrentamiento armado. La escolta a que se haba referido Guerrero estaba compuesta por el capitn Julio F. Pareja y los tenientes Telmo Villota y Virgilio Almeida, quienes simbolizan con su rango el carcter de transformacin juvenil que ha tenido este golpe de Estado, lo que se evidenci adems cuando los oficiales Machuca, Morn, Duarte y Patio se instalaron a la espera de la comandancia superior de las Fuerzas Armadas, la que deba ser sometida y detenida por los jvenes. Y as fue, en efecto. Momentos antes de la escena que describimos, una comisin de oficiales jvenes, de acuerdo con los complotados, se traslad a las unidades militares de la capital, a llamar a sus comandantes a una supuesta reunin de emergencia que convocaba el Presidente Crdova, en la residencia del ejecutivo. All acudieron el coronel Landzuri, del regimiento Sucre, y el comandante Cobo, del batalln Manab. Llegados que fueron, se les intim prisin y permanecieron detenidos, junto a los miembros del Consejo de Ministros. En el resto del pas El texto de los telegramas cursados al resto de los repartos militares en el pas deja muy clara mencin de que el movimiento ha sido esencialmente juvenil y de intenciones reformistas. Aunque algunas de estas comunicaciones han sido firmadas efectivamente por el general Gmez de la Torre, sus destinatarios son no nicamente los jefes de las guarniciones, sino tambin algunos oficiales de baja (incluso, en ocasiones, de muy baja) graduacin. En otras oportunidades, los firmantes de los informes son oficiales menores. Vase este ejemplo General Almeida y capitn Salvador. Ambato. Nombre y representacin guarnicin Quito, objeto evitar todo derramamiento de sangre, movmonos secundar movimiento Guayaquil, tendiente a promover regeneracin patria. Quito, Guayaquil y el Norte desconocieron al gobierno, y en esta hllanse presas todas las autoridades, inclusive Prerepblica. Bienestar patria lo ha exigido. No hemos hecho otra cosa que cumplir con nuestro deber. Esperamos inmediata contestacin. Maana daremos detalles. El movimiento prodjose sin el menor inconveniente. Guarnicin absolutamente conforme. Hgase cargo de Zona. Por la liga militar: general G. de la Torre. En fin, que las acciones ya se han tomado, y que las primeras expresiones de los jvenes que han asumido la responsabilidad histrica permiten confiar, al 34

menos, en las buenas intenciones que han servido de mvil para actos que, si bien representan una alteracin del orden constitucional, pueden significar la esperanza de recuperacin para un pas cuya crisis ya no es slo econmica y financiera, sino moral. Justifica esta situacin la ruptura del orden constitucional? Depender aquello de las acciones que tomen los militares jvenes? Cualquier dictadura es siempre mala, y cualquier rgimen constitucional, siempre bueno? Son las preguntas eternas de toda gestin poltica. Para saber ms... Con profundidad acadmica, pero con el caliente sabor de la polmica, La crisis econmico-financiera del Ecuador de don Luis Napolen Dillon (ed. Artes Grficas. Quito, 1927) sigue siendo imprescindible para comprender los sucesos de esos tiempos. Julio 9 de 1950 Santificada Mariana de Jess A partir de hoy, el Ecuador tiene su propio representante y abogado entre los Santos. A la maana de este 9 de julio de 1950, Su Santidad, Po XII, proclam a la quitea Mariana de Jess Paredes y Flores como Santa, y digna de la devocin de los catlicos a nivel universal. El Vaticano amaneci de fiesta, pues el ingreso de un nuevo mortal a la corte celestial es siempre motivo de regocijo cristiano. Como deferencia especial, el retrato de la Santa ecuatoriana se encuentra ya en el altar de la baslica de San Pedro, bajo la imponente cpula construida por Miguel Angel. Por nuestra parte, las calles y casas de la capital estn embanderadas con los emblemas patrios y los gonfalones pontificios, como seal de la piedad de los ecuatorianos, y lo mismo es posible observar en nuestra ciudad, aunque con menor profusin. Por su parte, el Presidente de la Repblica, seor Galo Plaza Lasso, dirigi a Su Santidad el siguiente telegrama: En nombre del pueblo ecuatoriano y mo personal, hnrome sobremanera en expresar a Su Santidad nuestros sentimientos de gratitud y vivo beneplcito por la glorificacin universal de Mariana de Jess, insigne valor espiritual de nuestra Patria y del continente americano.

35

101804 1829 1829 1886 1886 1888 1925 1936 Caldas inicia viaje a Quito 513 Armisticio 446 Nace Teresa Sucre541 Escuela de Artes y Oficios en Quito 595 Ley Interpretativa de la Constitucin de 1883 213-595 Tratado con Mxico 447-598 Expatriado el General Leonidas Plaza 644 Se aprueba construir monumento al Hno. Miguel 655

Derrota Completa de Veintemilla. El dictador abandon el pas. Sangrienta Batalla en Todo Guayaquil Las fuerzas gubernamentales, que defienden el rgimen dictatorial del general Ignacio de Veintemilla, han sufrido una completa y absoluta derrota ayer, 9 de julio, y este martes, 10 de julio de 1883 se puede decir que hay una nueva era que se anuncia para el pas, a condicin de que las fuerzas coaligadas, de liberales y conservadores, puedan mantener su unin, lo que los observadores polticos estiman casi imposible. Hacia las 3 de la maana, cuando an no era posible distinguir a unos combatientes de otros, las acciones se iniciaron en la zona del Estero Salado, pero las operaciones blicas se fueron generalizando, a medida que nuevas fuerzas se incorporaban a la lucha, y antes del amanecer, hacia las cinco de la maana de ayer, los primeros disparos se dejaron or en la zona de la antigua Ciudad Vieja, por el cerro Santa Ana. Si bien nunca se lleg a combatir en el centro mismo de la ciudad, esto no quiere decir que Guayaquil se haya visto librada de sangre y muerte, pues los furiosos combates, que arreciaron hacia medidados del da, transformaron a toda la urbe en un gigantesco campo de batalla. Al caer de la tarde, la suerte de los combates estaba echada, y el dictador escap subrepticiamente por el malecn, embarcndose en el vapor Santa Luca. Caos Poltico Como se ver en el recuadro adjunto, la situacin del pas es completamente catica, pues los combates se suceden, sin intermedio de una semana, ora en un punto de la nacin, ora en otro, siendo al momento extremadamente difcil distinguir cunto hay de legtima indignacin frente a la dictadura, y cunto de ambiciones personales o partidistas de los bandos contendientes. Luego del vulgar atraco cometido por el dictador en nuestra ciudad (ver calendario de mayo 8), cuando se llev varios centenares de miles de pesos, hacindolos aparecer como prstamo forzoso, Veintemilla pudo consolidar relativamente sus fuerzas, agrupndolas en nuestra ciudad. En los actuales momentos, los bandos en disputa son los siguientes: Los Liberales no estn completamente unificados, pese a que en apariencia las diversas facciones acallaron sus distingos cuando arrib el general Eloy Alfaro a comienzos de febrero de este ao, por las costas de Esmeraldas. Sin 36

embargo, algunos librepensadores, que normalmente habran estado con el partido liberal, se mantienen en su apoyo al dictador, pese a que no comulgan con sus mtodos y estilo de gobierno. Personas grandemente respetables, como don Luis Felipe Carbo, que por lgica es considerado liberal, se mantiene en su apoyo a Veintemilla, pues estima (igual que muchos otros), que una posicin tercerista es la nica viable en los momentos actuales del pas. Los Conservadores parecen ms slidamente unidos, sobre todo a partir de la fusin de sus dos mejores representantes en el campo militar, los generales Sarasti y Salazar, que unificaron sus tropas el 3 de enero de este mismo ao. De todos modos, hay algunos conservadores que estiman igualmente que una posicin tercerista es indispensable en el pas, y ellos se han agrupado en torno al grupo denominado progresista, cuyo candidato podra ser don Antonio Flores Jijn, arribado al Ecuador el 15 de mayo. Momento para el Oportunismo El pas no soporta ms derramamiento de sangre, de modo que el campo est abonado para que algunos de estos elementos terceristas (bien se trate de semi-liberales o semi-conservadores) se propongan como salvadores y pacificadores. De ser as, las diferencias ideolgicas profundas que dividen a rojos y azules no se habrn zanjado, y podramos vernos en el caso de tener que enfrentar, en un futuro no tan lejano, la perspectiva de una nueva guerra civil. En todo caso, eso pertenece al futuro, y al momento de escribir estas lneas, slo podemos congratularnos de que la paz, por transitoria que sea, haya llegado al Ecuador. Cronologa de los ltimos meses. 6 de abril (1882). Esmeraldas. Se proclama a Eloy Alfaro. 5 de junio. Esmeraldas. Refuerzos llegados de Colombia. 13 de junio. Ambato. Movimiento popular. Se toman los cuarteles. 14 de junio. Pisquer. Triunfo del gobierno. 23 de junio. Las Quintas. Ms que una escaramuza. 29 de junio. Esmeraldas. Triunfo revolucionario. 29 de julio. Las Quintas. Segundo encuentro. 5 de agosto. Tontavaca. Casi una batalla. 6 de agosto. Esmeraldas. Eloy Alfaro es derrotado. 1 de octubre. Cayambe. Triunfo del gobierno. 7 de octubre. Patate. Victoria de Sarasti. 26 de octubre. San Javier. Combate. 27 de octubre. Patate. Segundo encuentro. 27 de octubre. San Andrs. Choque armado. 1 de noviembre. Pungal. Combate. 6 de noviembre. Chambo. Derrota de Sarasti. 11 de noviembre. Loja. El general Salazar toma la ciudad. 29 de noviembre. Zaruma. Pronunciamiento revolucionario. 23 de diciembre. Chulachapn. Accin de armas. 25 de diciembre. Alaus. Victoria de Salazar. 28 de diciembre. Quero. Victoria de Sarasti. 37

31 de diciembre. Pungal. Otra vez. 1 de enero (1883). Riobamba. Entrada de Sarasti. 2 de enero. Latacunga. Pronunciamiento. 3 de enero. Ambato. Las tropas de Sarasti y Salazar se fusionan. 4 de enero. Esmeraldas. Derrota de Vargas Torres. 8 de enero. Esmeraldas. Victoria de Vargas Torres. 9 de enero. Babahoyo. Pronunciamiento. 10 de enero. Quito. (ver calendario de este da). 4 de febrero. Machala. Desembarco de Murillo. 6 de febrero. Esmeraldas. Victoria liberal. Llegada de Alfaro. principios de abril. Negociaciones entre los bandos opositores. 27 de abril. Machala. Regresa al pas Secundino Darquea. 8 de mayo. Guayaquil. Prstamo de Veintemilla (ver calendario). 11 de mayo. Los generales Sarasti y Alfaro acuerdan su unidad. 15 de mayo. Arribo del Dr. Antonio Flores Jijn. 3 de junio. Encuentro de la Atarazana. 18 de junio. Fracasada Conferencia de Paz a bordo del Constance 21 de junio. Conferencia definitiva de unificacin Alfaro-Sarasti. Sobre ste y muchos otros tpicos de la poca es indispensable la Vida y Muerte de Eloy Alfaro de Roberto Andrade (ed. El Conejo. Quito, 1985).

Aclaracin NecesariaLos combates contra Veintemilla tuvieron en realidad lugar el da 9 de julio, como se especifica en el artculo de hoy. Por coincidir aquella fecha con la denominada Revolucin Juliana debimos cambiar el da de publicacin.

38

111538 1726 1771 1776 1810 1832 1895 1909 1944 Primer mdico en Quito (recordar Meneses) 461 Traslado de Obispo de Quito 495 Supuesta destruccin de casas en Gquil. (Laviana 53) Nace Jos Benigno Lamar y Cortazar 505 Sucre Oficial de Milicias 516 Tratado con Per 545 Servicio de Correos en Guayaquil605 Se crea Comisara en Ibarra 623 Direccin General de Seguridad Nacional 668

Se mandaba a destruir las casas que representaran peligro de incendio.No se ha cumplido la ordenanza del Cabildo Quiz ya tengamos que rendirnos sencillamente a la evidencia de que somos incorregibles, y que ni siquiera los gravsimos peligros a que nos enfrentamos son capaces de movilizarnos a tomar medidas que nos favorecen a nosotros mismos, Lo cierto es que este viernes, 12 de julio de 1771, nosotros mismos hemos vuelto a incurrir en la misma falta de precaucin que tanto dao nos ha hecho a lo largo de la historia. Como recordarn nuestros lectores (ver calendario de noviembre 10), a fines de 1764 Guayaquil se vio casi completamente destruida por un pavoroso incendio, que destruy completamente unas 135 casas, afectando seriamente a otras 16, para un gran total de 151, que conforman buena parte de todo el centro de la ciudad. De all que, con sobrada razn, todos llamemos a aquel flagelo el Fuego Grande. Por supuesto que, tropicales como somos, el trgico recuerdo de aquel da no nos impide esbozar al menos una sonrisa al rememorar el origen de ese incendio Al pelear con su mujer cuide el fogn En efecto, el pavoroso incendio de aquel da se inici con una disputa domstica, cuando Nicolasa Reyes se pele con su marido. Ella grit. El grit ms fuerte. Ella le arroj entonces una raja de lea y, como err el blanco, l la respondi echndole una paila de manteca, que cay sobre el fogn, prendindose la casa. Para fines de la tarde, la ciudad entera era una bola de fuego. Fue entonces cuando acudi en auxilio de la ciudad, como en otras ocasiones, un providencial aguacero tropical, catartico como lo han bautizado algunos, que impidi la destruccin de lo poco que quedaba. Si fue un milagro, hubiese sido bueno que se presentara un poco antes. Y un poco ms suavemente, podramos aadir, ya que el agua termin por arruinar los enseres que se haban sacado a las calles. Decisiones del Cabildo 39

El Cabildo, abrumado por el desastre, se declar en sesin abierta, y el 30 de noviembre de 1764 adopt, por unanimidad de criterios, la resolucin terminante de que: 1.- Se delinearan en forma regular las calles de toda la ciudad, evitando la forma y figura desigual que hoy tienen; 2.- Se prohiba la construccin en el centro de la ciudad de casas de madera y tablazn exclusivamente, y se dispone que las casas deben construirse de quincha, bajareques, adobes o ladrillos; 3.- Se prohiba la construccin de las llamadas cocinas altas en las partes traseras de las casas; y 4.- Se prohiba terminantemente que bajo ningn pretexto se construyeran casas con techumbre de paja, estipulando, adems, que las existentes deberan cambiar sus cubiertas en el plazo que se decidiera, pues caso contrario seran demolidas. Como sabemos todos, lo que se hizo fue muy poco. Los mismos que votaron a favor de esta resolucin en el Cabildo Abierto, salieron de la sesin municipal y se fueron a reconstruir sus casas con techos de paja. Si todava necesitbamos de otra leccin que nos hiciera recapacitar, ella nos vino bajo los mismos ropajes de fuego a la noche entre el 1 y 2 de enero de 1765, cuando otro flagelo, iniciado en una de las casas de paja del puente que une Ciudad Vieja con la Nueva, se llev al menos 20 covachas de la misma factura. Lo cierto es que, sumando a todo esto los estragos del incendio de 1763 (16 casas en el centro de la ciudad), Guayaquil tena en 1765 unas 200 casas menos que en 1762. Toda vigilancia fue intil. Para el 12 de septiembre de 1766, el Cabildo, escandalizado ante el incumplimiento generalizado de sus disposiciones, resolvi que se daba un plazo final y definitivo (hasta la navidad de ese ao) para que los propietarios cumpliesen las ordenanzas, so pena de que se les arruinarn sus casas, derribando sus techos de paja sin remisin alguna y a su costa. Como no sirvi de nada, se pidi la colaboracin de la Real Audiencia, que respald al Cabildo y resolvi, el 29 de mayo de 1767, que nadie poda tapar las goteras o efectuar reparaciones en las casas de caa y paja y que, de hacerse, los infractores perderan el solar, los materiales y dos mil pesos de multa y, de reincidir, seran condenados con el destierro perpetuo. Tan serias disposiciones superaban incluso las expectativas del Cabildo, que se dirigi a Quito, solicitando un aplazamiento, en vista de las necesidades econmicas y de mano de obra para dar fiel cumplimiento a la decisin de la Audiencia. Quito se neg a prolongar el plazo, y el Cabildo, declarando que no le corresponde otra cosa que obedecer ciegamente lo mandado, estipul como plazo final la maana de hoy, 12 de julio de 1771, fecha en la cual se comenzaran a derribar las construcciones. Pero, ay, fracasada la desidia tropical, se apel a la viveza criolla. A las siete de la maana sali el capitn Francisco Gmez Mir a poner en ejecucin la orden dictada hace 7 aos y refrendada hace 4. Mas, cuando levantaban sus hombres los primeros picos para tirar abajo las construcciones, se presentaron los vecinos con una solicitud al Cabildo. Carreras, rdenes, 40

contrardenes, gritos, insultos y como era de esperarse, el Cabildo, luego de repetir que cumpla fielmente y al pie de la letra la resolucin de la Audiencia, proclam igualmente que comprendiendo la gravsima intemperie en que quedaran los vecinos, decida que solamente se derribasen algunas paredes exteriores, o partes dellas, dejando dormitorios y cocinas, para que los afectados vayan fabricando de quincha el mayor resto que se botase. Ya comprendern nuestros lectores que, frente a decisin semejante, los hombres de Gmez Mir se limitaron a hacerse presente en unas cuantas casas, leer en alta voz el edicto que mandaba derrocarla, dar una o dos picotadas en la parte exterior de una pared medio desvencijada y dar por cumplida la ordenanza. O sea, que aqu no ha pasado nada. Todo sigue igual, aunque en apariencia todas las instrucciones se han cumplido. As que Hasta el prximo incendio, queridos conciudadanos. La Historia General del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil de don Modesto Chvez Franco (ed. BCE. Guayaquil, 1985 -2 edicin) es indispensable para todo guayaquileo digno de ese nombre. Lo que no est all, hay que buscarlo donde Maria Luisa Laviana en su Guayaquil en el siglo XVIII (Sevilla, 1987).

41

121538 1726 1771 1776 1810 1832 1895 1909 1944 Primer mdico en Quito (recordar Meneses) 461 Traslado de Obispo de Quito 495 Supuesta destruccin de casas en Gquil. (Laviana 53) Nace Jos Benigno Lamar y Cortazar 505 Sucre Oficial de Milicias 516 Tratado con Per 545 Servicio de Correos en Guayaquil605 Se crea Comisara en Ibarra 623 Direccin General de Seguridad Nacional 668

Se mandaba a destruir las casas que representaran peligro de incendio. No se ha cumplido la ordenanza del Cabildo Quiz ya tengamos que rendirnos sencillamente a la evidencia de que somos incorregibles, y que ni siquiera los gravsimos peligros a que nos enfrentamos son capaces de movilizarnos a tomar medidas que nos favorecen a nosotros mismos, Lo cierto es que este viernes, 12 de julio de 1771, nosotros mismos hemos vuelto a incurrir en la misma falta de precaucin que tanto dao nos ha hecho a lo largo de la historia. Como recordarn nuestros lectores (ver calendario de noviembre 10), a fines de 1764 Guayaquil se vio casi completamente destruida por un pavoroso incendio, que destruy completamente unas 135 casas, afectando seriamente a otras 16, para un gran total de 151, que conforman buena parte de todo el centro de la ciudad. De all que, con sobrada razn, todos llamemos a aquel flagelo el Fuego Grande. Por supuesto que, tropicales como somos, el trgico recuerdo de aquel da no nos impide esbozar al menos una sonrisa al rememorar el origen de ese incendio Al pelear con su mujer cuide el fogn En efecto, el pavoroso incendio de aquel da se inici con una disputa domstica, cuando Nicolasa Reyes se pele con su marido. Ella grit. El grit ms fuerte. Ella le arroj entonces una raja de lea y, como err el blanco, l la respondi echndole una paila de manteca, que cay sobre el fogn, prendindose la casa. Para fines de la tarde, la ciudad entera era una bola de fuego. Fue entonces cuando acudi en auxilio de la ciudad, como en otras ocasiones, un providencial aguacero tropical, catartico como lo han bautizado algunos, que impidi la destruccin de lo poco que quedaba. Si fue un milagro, hubiese sido bueno que se presentara un poco antes. Y un poco ms suavemente, podramos aadir, ya que el agua termin por arruinar los enseres que se haban sacado a las calles. Decisiones del Cabildo 42

El Cabildo, abrumado por el desastre, se declar en sesin abierta, y el 30 de noviembre de 1764 adopt, por unanimidad de criterios, la resolucin terminante de que: 1.- Se delinearan en forma regular las calles de toda la ciudad, evitando la forma y figura desigual que hoy tienen; 2.- Se prohiba la construccin en el centro de la ciudad de casas de madera y tablazn exclusivamente, y se dispone que las casas deben construirse de quincha, bajareques, adobes o ladrillos; 3.- Se prohiba la construccin de las llamadas cocinas altas en las partes traseras de las casas; y 4.- Se prohiba terminantemente que bajo ningn pretexto se construyeran casas con techumbre de paja, estipulando, adems, que las existentes deberan cambiar sus cubiertas en el plazo que se decidiera, pues caso contrario seran demolidas. Como sabemos todos, lo que se hizo fue muy poco. Los mismos que votaron a favor de esta resolucin en el Cabildo Abierto, salieron de la sesin municipal y se fueron a reconstruir sus casas con techos de paja. Si todava necesitbamos de otra leccin que nos hiciera recapacitar, ella nos vino bajo los mismos ropajes de fuego a la noche entre el 1 y 2 de enero de 1765, cuando otro flagelo, iniciado en una de las casas de paja del puente que une Ciudad Vieja con la Nueva, se llev al menos 20 covachas de la misma factura. Lo cierto es que, sumando a todo esto los estragos del incendio de 1763 (16 casas en el centro de la ciudad), Guayaquil tena en 1765 unas 200 casas menos que en 1762. Toda vigilancia fue intil. Para el 12 de septiembre de 1766, el Cabildo, escandalizado ante el incumplimiento generalizado de sus disposiciones, resolvi que se daba un plazo final y definitivo (hasta la navidad de ese ao) para que los propietarios cumpliesen las ordenanzas, so pena de que se les arruinarn sus casas, derribando sus techos de paja sin remisin alguna y a su costa. Como no sirvi de nada, se pidi la colaboracin de la Real Audiencia, que respald al Cabildo y resolvi, el 29 de mayo de 1767, que nadie poda tapar las goteras o efectuar reparaciones en las casas de caa y paja y que, de hacerse, los infractores perderan el solar, los materiales y dos mil pesos de multa y, de reincidir, seran condenados con el destierro perpetuo. Tan serias disposiciones superaban incluso las expectativas del Cabildo, que se dirigi a Quito, solicitando un aplazamiento, en vista de las necesidades econmicas y de mano de obra para dar fiel cumplimiento a la decisin de la Audiencia. Quito se neg a prolongar el plazo, y el Cabildo, declarando que no le corresponde otra cosa que obedecer ciegamente lo mandado, estipul como plazo final la maana de hoy, 12 de julio de 1771, fecha en la cual se comenzaran a derribar las construcciones. Pero, ay, fracasada la desidia tropical, se apel a la viveza criolla. A las siete de la maana sali el capitn Francisco Gmez Mir a poner en ejecucin la orden dictada hace 7 aos y refrendada hace 4. Mas, cuando levantaban sus hombres los primeros picos para tirar abajo las construcciones, se presentaron los vecinos con una solicitud al Cabildo. Carreras, rdenes, 43

contrardenes, gritos, insultos y como era de esperarse, el Cabildo, luego de repetir que cumpla fielmente y al pie de la letra la resolucin de la Audiencia, proclam igualmente que comprendiendo la gravsima intemperie en que quedaran los vecinos, decida que solamente se derribasen algunas paredes exteriores, o partes dellas, dejando dormitorios y cocinas, para que los afectados vayan fabricando de quincha el mayor resto que se botase. Ya comprendern nuestros lectores que, frente a decisin semejante, los hombres de Gmez Mir se limitaron a hacerse presente en unas cuantas casas, leer en alta voz el edicto que mandaba derrocarla, dar una o dos picotadas en la parte exterior de una pared medio desvencijada y dar por cumplida la ordenanza. O sea, que aqu no ha pasado nada. Todo sigue igual, aunque en apariencia todas las instrucciones se han cumplido. As que Hasta el prximo incendio, queridos conciudadanos. La Historia General del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil de don Modesto Chvez Franco (ed. BCE. Guayaquil, 1985 -2 edicin) es indispensable para todo guayaquileo digno de ese nombre. Lo que no est all, hay que buscarlo donde Maria Luisa Laviana en su Guayaquil en el siglo XVIII (Sevilla, 1987).

44

131741 1822 1962 1967 Temblores en Tarqui 498 Bolvar asume el mando de Guayaquil 533 Muere el General Alberto Enrquez G. 691 Se crea Orquesta Sinfnica Nacional 707

Para muchos el mejor dictador del mundo. En menos de un ao (1937-1938) cambi el pas. Ha fallecido el general Alberto Enrquez Gallo Ms que una vida, la suya parece una leyenda. De haber surgido en cualquier otro momento de la historia, cuando los gobernantes no se dividieran tan rotundamente en democrticos (slo por haber sido electos) o dictadores (por no haberlo sido), hoy tendra ya incontables estatuas en el pas, y ms de un recuerdo grato, al menos de parte de los trabajadores a quienes tanto quiso servir. Lo cierto es que al dejarnos este viernes, 13 de julio de 1962, el general Alberto Enrquez Gallo, quien, gracias a la claridad de visin del actual presidente Arosemena Monroy, recibir en el Palacio Presidencial las honras fnebres que se deben a un ex-mandatario, el recuento de su vida es extremadamente rico en las transformaciones que logr imponer en el breve curso de su paso por la Presidencia, entre el 23 de octubre de 1937 y el 10 de agosto de 1938. Una vida de predestinado Nacido cerca de Latacunga, en la provincia de Cotopaxi, el 24 de julio de 1895, la vida del futuro general qued marcada desde muy pronto, pues slo tena 11 aos cuando vio desfilar a las tropas de don Eloy Alfaro, que se dirigan a combatir a las fuerzas de Lizardo Garca en la que sera la accin de Chasqui, el 15 de enero de 1906. Cuando el pequeo Alberto se diriga al campo de batalla, en un arrebato de imprudencia adolescente, el comandante Rafael Ramos lo detuvo y lo increp con dureza, hasta que el propio Alfaro se acerc y pregunt de qu se trataba. Aos despus, Alberto Enrquez recordara que el Viejo Luchador le acarici la cabeza y le dijo aunque tus parientes hayan sido conservadores, t sers liberal. Lo nico que el muchacho acert a decir fue un entrecortado S, mi general. Tena 15 aos de edad cuando, en 1910, surgieron los problemas fronterizos con el Per, y Alberto Enrquez dej los estudios para sentar plaza de voluntario. Rechazado por el batalln Cotopaxi, insisti en el Pichincha, donde lo aceptaron como tamborilero. De regreso de la frontera, su familia lo envi a Quito, a estudiar en el Meja, para ver si en la capital se olvidaba de las armas. Fue intil. A fines de 1911, se alist nuevamente bajo las rdenes de Julio Andrade, y con l fue a la campaa que culminara con la batalla de Huigra. Aos despus Andrade recordara a un recluta joven que se me acerc y me pregunt qu se haca contra el miedo, porque l no quera huir. Me re y, medio en broma, le dije amrrate las piernas, muchacho. El recluta se port 45

heroicamente y defendi l solo una posicin clave. Cuando se lo llevaron a curarle las heridas, vi que tena las piernas amarradas. Era Alberto Enrquez Gallo. Para 1913 era subteniente. En 1914 entr a la caballera y combati contra Carlos Concha en Esmeraldas. En 1915, teniente ya, fue considerado el mejor jinete del pas. Capitn en 1918, se le encomend la lucha contra el cuatrerismo en la costa. A principios de noviembre de 1922, fue trasladado a nuestra ciudad. All se produjo el cambio en su conciencia. El 15 de noviembre de 1922 (ver calendario) le toc estar en las calles de Guayaquil, mientras los obreros gritaban contra la injusticia de sus vidas. Y fue la primera vez que incumpli una orden. Pese a la consigna de tirar a matar, Alberto Enrquez, ubicado en la avenida Olmedo, orden a su tropa disparar al aire y cargar al sable, con intencin de disolver, pero no matar. Como es lgico, para el 9 de julio de 1925 (ver calendario de esa fecha), Enrquez Gallo estuvo con los oficiales jvenes que propiciaron la transformacin de esa fecha y, mientras su carrera militar segua su curso normal de ascensos ganados grado a grado, la historia volvi a colocarlo en situacin de protagonista para los sucesos de la llamada Guerra de los Cuatro Das (ver calendario de agosto 19 y 31). Los conservadores haban pedido su colaboracin; pero, quiz por aquella antigua admonicin de Alfaro, Enrquez Gallo se neg rotundamente