La Misión de la Universidad Metropolitana establece

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La Misioacuten de la Universidad Metropolitana establece Formarprofesionalesreconocidosporsualtovaloreacutetico soacutelidaformacioacutenintegralporsucapacidademprendedora ydeliderazgoydetrabajoenequipocondominiode almenosunsegundoidiomaycomprometidosconeldesarrollo delsectorproductivoydelasociedadengeneral La Visioacuten institucional sentildeala FortalecerlaUNIMETcomounainstitucioacutenreconocidapor lacompetitividadyformacioacutenintegraldesusgraduados destacadaporlacalidadypertinenciadesuproduccioacuten intelectualyteacutecnicaporelvalorqueleasignaala conductaeacuteticadesusmiembrosyporelesfuerzopermanente y el compromiso para responder a las cambiantes realidades delentornonacionaleinternacional El Modelo Educativo de la Universidad Metropolitana

Sefundamentaenaprendizajecolaborativoenambientesdistri-butivos(ModeloACAD)ysecaracteriacutezapor

Proceso educativo CentradoenelaprendizajedelestudianteBasadoeneltrabajocolaborativoDistribuidopordiferentesmediosydesdediversosespaciosConelpropoacutesitodedesarrollarhabilidadesactitudesyvalores Desarrolladosdemanerasincroacutenicaoasincroacutenica

Profesor

DisentildeadoryfacilitadordelprocesoeducativoPromotor de aprendizajes Capacitadoenlautilizacioacutenderecursoseducativos

Estudiante

Responsable de su propio aprendizaje DispuestoparaeltrabajocolaborativoConactitudparaempreder

La Vocacioacuten de la Universidad Metropolitana defineDaratencioacutenalosrequerimientosdelossectoreseconoacutemicosdelaproduccioacutenelcomercioylosserviciostantodelsectorpuacuteblicocomodelprivadoenlassiguientesaacutereaslasaacutereasge-rencialeconoacutemicafinancierayjuriacutedicaasiacutecomoelaacutereadelaspoliacuteticaspuacuteblicasvinculadaslasdegestioacutenteacutecnicaytecnoloacute-gicaenloscamposdelaviviendayelhaacutebitatelambientelosprocesosdeproduccioacutendebienesyservicioslaenergiacuteaylascomunicacionesyelaacutereaeducativaenfuncioacutendelaagregacioacutende valor a los procesos de formacioacuten internos y el desarrollo de competenciasprofesionalesydecapacidademprendedora

JavierRiacuteosV Roberto Reacutequiz Laura Febres AndreacutesStambouli LidaNintildeo Liezer KatanCoordinador Editorial AlfredoRodriacuteguezIranzo

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La revista no se hace responsablepor los juicios y opiniones de los artiacuteculos firmados

Disentildeo y diagramacioacutenJesuacutesSalazarsalazjesusgmailcom

Depoacutesito Legalpp200402CS1699ISSN1690-8791Universidad MetropolitanaDistribuidorMetropolitanoAutopistaPetare-GuarenasApartado76819Caracas1070-Venezuelawwwunimeteduve

LuisMigueldaGama Presidente del Consejo SuperiorBenjamiacutenSharifker RectorMariacuteadelCarmenLombao Vicerrectora AcadeacutemicaMariacuteaElenaCedentildeo Vicerrectora AdministrativaMirianRodriacuteguezdeMezoa Secretario General

Losderechosdedivulgacioacutencomercializacioacutenypublicacioacutendelasobrashansidocedidosporsusautoresa la Universidad Metropolitana

Contenido

Esclavitud a traveacutes de los tiempos Un recorrido histoacuterico de una de las praacutecticas mas antiguas de la humanidad

Sara Fadi Fabiola Peacuterez 5

La universalidad de los derechos humanos Una revisioacuten criacutetica desde la eacutetica posmoderna de Zygmunt Bauman

SitadeAbreu 22

Un estudio hermeneacuteutico sobre el poder de la palabra poeacutetica en la tragedia griega

ErnestoJesuacutesBorgesQuintana 108

Foto de PortadaDionisioacompantildeadodeunSaacutetiroMuseo

AntikensammlungBerlinRecuperadode

httpswwwtheoicomGalleryK123html

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Sara Fadi

Fabiola Peacuterez

Esclavitud a traveacutesde los tiemposUn recorrido histoacuterico de una de las praacutecticas mas antiguas de la humanidad

ldquoEl comercio de esclavosrdquopor Franccedilois-Auguste Biardc 1833 (Dominio puacuteblico)

INTRODUCCIOacuteN

La esclavitud como praacutectica implica una relacioacuten de dominacioacuten donde una persona somete a otras a traveacutes de tratos degradan-tes amenazas y violencia Quienes se conocen como esclavos a lo largo de la historia han sido despojados de su humanidad y reducidos a una simple mercanciacutea u objeto destinado a cumplir con las oacuterdenes de quienes se consi-dera su amo y duentildeo

Al explorar los cuerpos normativos actua-les se puede comprobar que la esclavitud estaacute prohibida y penalizada en la mayoriacutea de los paiacuteses desde hace deacutecadas lo que nos llevariacutea a pensar que esta praacutectica se encuentra com-pletamente erradicada

Sin embargo la explotacioacuten forzada de otros seres humanos ha sido una actividad que se remonta a los albores de la humanidad su larga existencia se debe a los numerosos beneficios y ventajas que se pueden obtener de esta ademaacutes debido a la elevada demanda que ha existido a traveacutes de las eacutepocas ndasha pesar de las caiacutedas que esta pudo haber sufrido en periacuteodos especiacuteficosndash se han encontrado re-

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gistros del uso de seres humano con fines es-clavistas desde la Antigua Mesopotamia hasta la actualidad al configurarse finalmente en el fenoacutemeno mundial de la trata de personas

En el presente artiacuteculo se exploraraacute coacutemo esta praacutectica ha evolucionado a lo largo de los siglos adecuaacutendose para tener cabida en las costumbres de las eacutepocas y cumplir con una necesidad ya sea de mano de obra de iacutendole sexual o como una respuesta a una conviccioacuten de que ciertos hombres eran inferiores a otros y estaban predispuestos a ser explotados Tambieacuten se podraacute ver como la esclavitud (tan-to en la antiguumledad como en la actualidad) ha siempre estado motivada por la demanda de personas a ser explotadas por los clientes y que este fenoacutemeno por maacutes difundido que esteacute sin una demanda constante estaacute conde-nado a desaparecer

1 ESCLAVITUD EN EL MUNDO ANTIGUO

11 Mesopotamia y Egipto

La explotacioacuten de un ser humanos por otro con el fin de realizar un trabajo en especiacutefico o prestar un servicio que beneficie a quien se define como su ldquoamordquo se rastrea desde eacutepocas tan remotas como la antigua Mesopotamia (7000 AC - 539 AC) donde se relata que la esclavitud serviacutea principalmente para propoacutesi-tos econoacutemicos o beacutelicos Entre las praacutecticas desarrolladas por esta civilizacioacuten se expone que debido a las frecuentes expediciones de guerra que la caracterizaron los prisioneros capturados producto de estas eran converti-dos en esclavos dada la necesidad de mano de obra para construir templos palacios y obras puacuteblicas

De hecho llegaron a existir dos tipos de es-clavos los nativos que caiacutean en la esclavitud por deudas por cometer delitos o por ejercer la labor de esclavos domeacutesticos (wardum) y

los esclavos que se obteniacutean de las guerras (asiru) Los primeros eran adquiridos por in-dividuos privados quienes usualmente eran comerciantes artesanos o agricultores que podiacutean adquirir a personas para que trabaja-sen en sus actividades y los segundos eran esclavos puacuteblicos propiedad del rey es decir que este era su amo y duentildeo y trabajaban en obras puacuteblicas (Universidad de Cantabria sf)

Sobre el trato hacia los esclavos se tiene como fuente principal al Coacutedigo de Hammura-bi (1750 aC) el cual fue uno de los primeros documentos penales y civiles de la humanidad Este cuerpo normativo expone que las perso-nas que eran adquiridas en conflictos beacutelicos (wardum) contaban con ciertos derechos baacutesi-cos como casarse con personas libres solicitar la manumisioacuten o visitar a un meacutedico

Sin embargo seguiacutean siendo tratados maacutes como objetos vendibles intercambiables y reemplazables ejemplo de ello se encuentra en ciertos artiacuteculos del Coacutedigo donde se ex-pone que el esclavo podiacutea ser ldquoreemplazadordquo si sufriacutea alguna enfermedad que le impediacutea desempentildear las labores para las cuales fue comprado ldquo[Artiacuteculo] 278 Si alguno ha com-prado un esclavo macho o hembra y si eacuteste antes de terminar un mes se ve afligido de una enfermedad el comprador se lo devolveraacute al vendedor y recuperaraacute lo que pagoacuterdquo (Franco sf p 356) ademaacutes de que eran marcados de manera visible en el cuerpo para que fueran faacuteciles de reconocer entre el comuacuten de las personas ldquo[Artiacuteculo] 226 Si un cirujano sin el permiso del propietario imprime a un esclavo la marca de esclavo indeleble se le cortaraacuten las manosrdquo (Franco sf p 353) Dadas estas circunstancias se puede decir que eran seres diferenciados de los demaacutes sujetos a ciertas leyes especiacuteficas y por ende a tratos diferen-tes sin embargo no se tiene testimonios si los amos eran particularmente brutales con sus

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esclavos o si el trato se asemejaba maacutes a una relacioacuten ldquolaboralrdquo

Por su parte adelantaacutendonos a la civiliza-cioacuten egipcia (3150 AC - 31 AC aprox) las re-laciones esclavistas no parecen presentar ma-yores cambios el esclavo usualmente obteni-do tambieacuten como prisionero de guerra seguiacutea siendo considerado como un bien mueble que podiacutea ser vendido e intercambiado por otros bienes y destinado a servir a otra persona considerada superior a eacutel y con derecho a ser su duentildeo a lo largo de toda su vida

Sin embargo se afirma que los esclavos egipcios si bien careciacutean de libertad para to-mar decisiones sobre su propio destino y las labores a desempentildear poseiacutean ciertos dere-chos y no eran completamente cosificados Se relata que teniacutean permitido cubrir sus necesi-dades baacutesicas permitieacutendoles el acceso a artiacute-culos de primera necesidad y alojamiento en casa de su sentildeor En pocas palabras estos eran dependientes de sus duentildeos pero se encon-traban provistos de un estatus legal alejaacutendo-se esta concepcioacuten del panorama retratado en la Biblia y en el pensamiento actual centrado en la existencia de una sociedad esclavista por excelencia donde se experimentaban toda clase de malos tratos hacia este estrato social (Barros 2019)

En el Antiguo Egipto si bien la esclavitud fue un fenoacutemeno extendido en gran medida tambieacuten existiacutea una labor que compartiacutea cier-tas similitudes pero donde la persona gozaba de mayores prerrogativas esto se trataba de la servidumbre seguacuten Zingarelli (2004)

Econoacutemicamente esclavitud y servi-dumbre podemos decir que serviacutean al mismo propoacutesito proveer trabajo Pero juriacutedica y socialmente uno y otro tendie-ron a ser diferentes los esclavos fueron excluidos de la sociedad como miembros mientras que los siervos proveyeron a los

gobiernos de provisiones fiscales y milita-res lo que significa que fueron reconoci-dos como integrantes del cuerpo social (p18)

Con esto se pueden diferenciar dos clases diferentes de personas que practicaban activi-dades basadas en recibir oacuterdenes de un amo pero con muy diferentes reconocimientos a nivel societal Los esclavos se encontraban en una relacioacuten de dependencia con su amo marginados de las actividades comunitarias y relegados al uacuteltimo escaloacuten de la clasificacioacuten social mientras que los siervos eran ciuda-danos egipcios percibidos como ldquohombres li-bresrdquo que desempentildeaban la labor de servirle a un amo ya sea con el propoacutesito de pagar una deuda o como manera de recibir alguna remu-neracioacuten

Asimismo otro grupo parcialmente some-tido a explotacioacuten eran los campesinos (uno de los maacutes bajos estratos sociales sin contar a los esclavos) estaban sujetos a las corvadas estas eran jornadas especiales determinadas por el Faraoacuten donde todos los campesinos y esclavos eran obligados a someterse a regiacuteme-nes de explotacioacuten laboral ya que debiacutean tra-bajar fuera de sus tierras unos determinados diacuteas del antildeo sin sueldo con el fin de construir monumentos (Cuervo 2017)

Ante esto se puede decir que existiacutean va-rios tipos esclavos los cuales gozaban de dis-tintos niveles de ejercicio de derechos baacutesicos Si bien no existen testimonios concretos sobre el trato a estos seres en la era mesopotaacutemica y egipcia queda clara la relacioacuten de sumisioacuten a la cual estaban sometidas un gran nuacutemero de personas lo cual demuestra que el uso de se-res humanos con fines de explotacioacuten basado en el despojo de las libertades maacutes baacutesicas de una persona se ha encontrado presente des-de los inicios de la historia de la humanidad

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Cuadro de F Sabbate (1900) de una familia espartana burlaacutendose de su esclavo

(National Geographic Historia)

12 En la antigua Grecia

En la eacutepoca claacutesica esta actividad continuoacute pero dotada de un recieacuten descubierto recha-zo hacia el esclavo ente que si bien en antildeos anteriores tampoco era celebrado la antigua Grecia fueacute marcada por un acentuado despre-cio por este rol Se tiene como importante tes-timonio de ello a ldquoRepuacuteblicardquo de Platoacuten (370 AC) donde se establecioacute una jerarquiacutea en la cual ciertas personas de la polis por sus ha-bilidades naturales innatas eran destinadas a la actividad de la contemplacioacuten mientras que otros atormentados por sus deseos y someti-dos a ellos era relegados a una uacuteltima clase de personas no libres

() un verdadero esclavo el que es un verdadero tirano un esclavo de una vileza y de un servilismo extremos y un adulador de los hombre maacutes perversos e impo-tente para satisfacer sus propios deseos pero visiblemente despojado de una mul-titud de cosas y verdaderamente pobre a los ojos de cualquiera que sepa leer hasta el fondo de su alma () siendo envidioso desconfiando injusto carente de amigos impiacuteo y poseyendo todos los vicios de los que es el hueacutesped y que los alimenta y que son causa de que sea el maacutes desgraciado de todos los hombres () (Platoacuten 2003 p189)

Este primer acercamiento al pensamiento de la eacutepoca demuestra coacutemo esta actividad

era considerada degradante para la persona que la ejerciacutea lo cual lo relegaba tambieacuten al fondo de la piraacutemide social dada lo impor-tante que era la libertad para esta civilizacioacuten concebir que alguien no lo fuera y que este seriacutea su mandato de vida era algo digno de rechazo De hecho los griegos teniacutean la con-cepcioacuten de que las labores donde se les obliga-ba a someterse a las directrices de otro eran consideradas humillantes y por tanto las evi-taban a toda costa (Pomeroy 2011)

Esto fue asiacute hasta la implementacioacuten de las Reformas de Dracoacuten (624 - 621 AC) momen-to en que esta humillacioacuten pasoacute a ser ratifica-da en la ley ya que se abriacutea la posibilidad de que cualquier persona podiacutea volverse esclavo a pesar de ser ateniense Esto ocurriacutea por dos razones principales por no pagar deudas o en el caso de los campesinos por no entregar las cosechas prometidas a los ricos que eran due-ntildeos de las tierras (Muntildeoz 1977)

Estas reformas dieron lugar a un grave des-contento ya que el pueblo desprotegido ante las medidas tomadas por el Estado y ahora propenso caer en la esclavitud se encontraba en tensioacuten por lo cual si no se tomaban las medidas necesarias para revertir esto se ge-nerariacutea una revuelta Por ello se decidioacute nom-brar un mediador quieacuten prohibiriacutea hipotecar la propia libertad para pagar deudas Soloacuten (siglo VI AC) introduciriacutea en Atenas unas re-formas que les concederiacutean a la poblacioacuten ate-niense el derecho a la libertad social la cual no podriacutea ser arrebatada para pagar deudas o cumplir con otros compromisos

Sin embargo esta prohibicioacuten no ayudoacute a la desigualdad en Atenas los esclavos quienes al no poder trabajar a cambio de pagar deu-das terminaban igualmente siendo jornaleros para los terratenientes atenienses lo uacutenico que logroacute Soloacuten fue darle independencia juriacute-

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Esclavos en el Imperio romano Relieve en maacutermol s III(Soerfm CC BY-SA 20)

dica a los atenienses es decir que legalmente no podriacutean pertenecer a alguien maacutes (Muntildeoz 1977)

Pareciera a simple vista que esta novedad desde el punto de vista juriacutedico limitariacutea el avance de la esclavitud a traveacutes de la historia pero todaviacutea con estas leyes en funcioacuten la es-clavitud seriacutea parte importante de la sociedad griega ya que la tenencia de esclavos permitiacutea realizar actividades de contemplacioacuten al no tener que preocuparse por los quehaceres de hogar u otras tareas que no fuesen producti-vas Esta actividad era tan normalizada que ldquoUn ateniense medio teniacutea al menos doce es-clavos un portero un cocinero un pedagogo (que llevaba a los nintildeos a la escuela) y varias sirvientas que se ocupaban de las tareas de la casardquo (National Geographic 2014) Los escla-vos a pesar de ser parte de la vida diaria de los griegos no teniacutean derecho en cuanto a su libre determinacioacuten y eran vistos como mer-canciacutea la uacutenica prerrogativa que poseiacutean era no poder ser sometidos a tratos demasiado crueles que les causaran la muerte

13 En la eacutepoca de los romanos

Al surgir y asentarse el Imperio Romano la situacioacuten de los esclavos se agrava ya que los derechos baacutesicos concedidos en eacutepocas pa-sadas fueron completamente desatendidos y se recrudecioacute el maltrato hacia estos grupos hasta la aprobacioacuten de la Ley Cornelia en el si-glo 82 aC que impidioacute que los maltratos por parte de los amos llegaran a generar la muerte al esclavo

Esta situacioacuten cambia hacia la eacutepoca tar-dorromana cuando la expansioacuten del Imperio Romano llega a su maacutexima expresioacuten lo que transforma la manera en la cual eran trata-das las personas que viviacutean en los territorios anexados quienes veniacutean de ser sometidas a

explotacioacuten por los conquistadores romanos a no necesariamente ser necesariamente es-clavos de estos

Seguacuten Bravo (1998) se relata que ya no se perseguiacutea la conversioacuten de los locales en es-clavos sino que se ejerciacutea control sobre estas zonas por motivos estrateacutegicos o buscando explotar sus recursos Esto ocasionoacute que los mercados de esclavos ndashfuera y dentro de Ita-liandash dejaran de ofrecer mano de obra barata lo cual sumado a las manumisiones impulsa-das a finales del periodo republicano permiti-riacutea que una gran cantidad de esclavos fueran declarados libres

A simple vista la manumisioacuten pareciera ser una oportunidad para alcanzar su libertad y es-calar socialmente Sin embargo seguacuten Alfoumlldy (1998) esta praacutectica podriacutea beneficiar maacutes al amo que a la persona sometida a explotacioacuten en primer lugar porque usualmente el esclavo al vivir toda su vida en casa del amo creaba una relacioacuten de dependencia econoacutemica con este lo cual haciacutea que no pudiera abandonar su condicioacuten de sumisioacuten

Seguidamente se cree que la esperanza de liberacioacuten aumentaba la productividad en los esclavos quienes usualmente eran libera-dos alrededor de los 30 antildeos haciendo que se interesaran maacutes por el trabajo que desempe-ntildeaban en comparacioacuten con quienes no teniacutean ninguna prospectiva de ser liberados y habiacutean

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aceptado que su destino siempre seriacutea el de servir a su amo por el resto de su vida Ade-maacutes la manumisioacuten beneficiaba socialmente a los amos ya que estos necesitaban de clientes compuestos por libertos como una manera de aumentar su prestigio social De igual manera desempentildeaba una funcioacuten de control social ya que la promesa de ser liberados alrededor de los treinta antildeos evitaba que se generaran revueltas entre la poblacioacuten considerando los tratos a los cuales los esclavos estaban some-tidos y el elevado porcentaje de estos en la so-ciedad romana asimismo esto los haciacutea maacutes obedientes y complacientes hacia sus amos

Ante todo esto se podriacutea pensar que las condiciones de los esclavos habiacutean mejorado en la eacutepoca tardorromana dada la posibilidad de ser liberados sin embargo la manumisioacuten fue solamente una praacutectica esclavista maacutes so-fisticada Los esclavos seguiacutean perteneciendo al uacuteltimo escaloacuten en la jerarquiacutea social y eran vistos maacutes como una herramienta o una pose-sioacuten que una persona provista de derechos y libre albedriacuteo Seguiacutean siendo sometidos a ar-duas horas de trabajo y maltratos por parte de sus amos ya que por la dificultad que implica-ba independizarse econoacutemicamente de estos con la manumisioacuten simplemente se pasaba de una relacioacuten de esclavitud a una que se podiacutea entender como ldquolaboralrdquo dado que el ahora li-berto seguiriacutea produciendo para su patronus

2 ESCLAVITUD EN LA EDAD MEDIA

Con la caiacuteda del Imperio Romano de Occi-dente la historia del mundo entrariacutea en una nueva etapa la cual se denominariacutea como ldquoEdad Mediardquo en la posteridad Ya se observoacute coacutemo funcionoacute la institucioacuten de la esclavitud antes de este periacuteodo sin embargo a partir de este momento la esclavitud sufririacutea gran-des cambios

Ahora bien para comprender de forma efectiva tal proceso de transformacioacuten es ne-cesario subdividir la Edad Media en dos par-tes el Alto Medioevo que comprende los antildeos entre los Siglos V y X y el Bajo Medioevo que va desde el Siglo X hasta 1492 con el descu-brimiento de Ameacuterica o 1453 con la caiacuteda de Constantinopla

Es evidente entonces que la esclavitud es una herencia del Imperio Romano a los Reinos Germaacutenicos que se estableceriacutean en los terri-torios que llegoacute a abarcar el Imperio Asiacute pues ldquotanto en la Europa continental como en Bi-zancio la esclavitud perduroacute si bien no resultoacute inmune a los cambios experimentados a raiacutez de la descomposicioacuten del Imperio y la llega-da de los Pueblos del Norte (hellip)rdquo (De la Torre 2006 p 19)

21 Alto Medioevo

Si bien los romanos legaron la esclavitud a los Reinos Germaacutenicos el inicio de la Edad Media estariacutea caracterizado por la peacuterdida o desaparicioacuten de gran parte de los distintos mercados econoacutemicos ndashlo que supuso un pro-fundo cambio en la forma de comerciarndash au-nado tambieacuten a una importante falta de mano de obra

La respuesta ante esta realidad se tradujo en la liberacioacuten de esclavos debido a los altos costos que estos acarreaban y a las crecientes tensiones inestabilidad y probabilidades de invasioacuten

La llegada de los pueblos del Norte y la descomposicioacuten supuso maacutes guerras e inestabilidad Por ello los duentildeos de las fincas rurales prefirieron que sus esclavos estuvieran ligados a la tierra para que no huyeran Los campesinos libres ante esta inestabilidad prefirieron tambieacuten ligarse a la tierra a cambio de proteccioacuten del sentildeor (hellip) Asiacute los trabajadores del campo pasa-

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Traacutefico de esclavos en el campamento de los eslavos orientales pintura de Sergueacutei Ivanov

ron a ser casi todos siervos con obligacio-nes hacia los sentildeores que los protegiacuteas al menos en la praacutectica (De la Torre 2006 p 19)

A pesar de tal liberacioacuten la esclavitud no dejoacute de existir de hecho la situacioacuten y con-diciones de vida de estos individuos no cam-biariacutean en gran medida pues seguiacutean siendo propiedad del sentildeor feudal no podiacutean poseer propiedades y no gozaban de ninguacuten derecho maacutes que el de protegerlos de la muerte de manera que de ser considerados como escla-vos per se pasaron a ser siervos fuertemente ligados a la tierra

Ademaacutes se tiene que incluso en el mundo islaacutemico esta praacutectica era bien conocida y a diferencia de los Reinos catoacutelico ndash germaacutenicos ya que para los primeros los esclavos poseiacutean un estatus legal claramente definido y mejores condiciones de vida Fueron destinados en su gran mayoriacutea a ser soldados o criados incluso artesanos y ayudantes algo no muy comuacuten para lo que hoy conocemos como Occidente (De la Torre 2006)

Tales distinciones probablemente tengan su origen en la justificacioacuten misma de la escla-vitud por parte de cada una de las dos grandes religiones que representan a estos pueblos Mientras que la Iglesia percibioacute la esclavitud como un hecho lamentable que produciacutea grandes beneficios econoacutemicos Por otro lado seguacuten Welton (2008) el Islam moderoacute la escla-vitud incluso hubo quienes en un principio sancionaron tal praacutectica

Se creoacute la Sharia la cual seriacutea el cuerpo legal que reguloacute la esclavitud esta recopila reglas cuya fuente principal son el Coraacuten y la Sunna los cuales tratan temas relacionados con el matrimonio la propiedad privada los castigos el testimonio judicial la prohibicioacuten del maltrato hacia estos e incita su emancipa-

cioacuten Se establecioacute ademaacutes que no se podiacutea esclavizar a ninguacuten musulmaacuten o ninguacuten no musulmaacuten que viviesen bajo un gobierno mu-sulmaacuten aquellos que se convirtieran al Islam podriacutean ndasheventualmentendash obtener su libertad

22 Bajo Medioevo

En los primeros siglos de esta segunda mi-tad el panorama europeo cambia de forma importante hay un aumento sustancial en su poblacioacuten su economiacutea prospera se consoli-dan sus fronteras e incluso por un breve pe-riodo de tiempo recuperan Tierra Santa sin embargo el Imperio Otomano bloquea abrup-tamente las rutas comerciales con Asia (De la Torre 2006) Este hecho hariacutea que el uso de esclavos se viera reducido en gran medida a lo largo y ancho del continente

Ahora bien aquiacute se suma una nueva varia-ble a la ecuacioacuten y es que si bien la esclavitud siempre ha sido parte de la cultura africana y que de hecho desde principios de la Edad Me-dia se comerciaban esclavos de provenientes de Aacutefrica subsahariana cuando a traveacutes del mundo islaacutemico se introdujo el azuacutecar a la re-gioacuten el contexto empieza a cambiar pues este llegoacute incluso a desplazar el uso de algunas es-pecias lo que lo posicionoacute como un producto de mucho valor de manera que se empezoacute a invertir en plantaciones de cantildea de azuacutecar

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La Corona portuguesa por su parte al es-tudiar el panorama se dio cuenta que debiacutea encontrar otro nicho de mercado o forma de comercializacioacuten puesto que el mediterraacuteneo ya se encontraba copado y las rutas hacia Asia se hallaban bloqueadas Asiacute pues inicioacute la ex-ploracioacuten hacia Aacutefrica teniendo como norte la posibilidad de encontrar grandes riquezas (De la Torre 2006)

Descubririacutean entonces que dos cosas son originarias de Aacutefrica el oro y los esclavos de manera que para establecer su control en la regioacuten empezaron a establecer bases costeras y siguieron yendo cada vez maacutes al sur Llegaron a convertirse en la potencia mariacutetima maacutes im-portante de la eacutepoca y lograron habilitar una nueva ruta hacia la India bordeando toda la costa Africana y evitando asiacute el bloqueo oto-mano Plantea De la Torre (2006) que

El objetivo principal era el oro de Sierra Leona maacutes que los esclavos Lo que suce-diacutea era que el oro lo intercambiaban con reyes locales y jefes de tribu que pediacutea a cambio esclavos esclavos que los portu-gueses conseguiacutean en la desembocadura del Riacuteo Niacuteger maacutes hacia el Este Asiacute forma-ban un comercio triangular muy rentables formado por manufacturas europeas oro y esclavos africanos (p 27)

Sin embargo el protagonismo portugueacutes sufririacutea grandes cambios con el fin de la Edad Media y el descubrimiento de Ameacuterica en 1492 pues gracias a su experiencia en el terri-torio africano fue posible constatar coacutemo con las condiciones geograacuteficas y climaacuteticas apro-piadas la ecuacioacuten que se da entre las plan-taciones y el uso de esclavos representa una combinacioacuten adecuada para la labor de esta manera ldquola esclavitud florecioacute en las hacien-das y minas de las Ameacutericas desde el siglo XVI hasta el XIXrdquo (Welton 2008 p 55 ) Este dueto seriacutea clave para el desarrollo de las economiacuteas

europeas que hariacutea que espantildeoles ingleses holandeses franceses entre otros se sumaran a este mercado transportando esclavos de un extremo del oceacuteano a otro

3 ESCLAVITUD EN LA MODERNIDAD

La esclavitud tal y como era conocida cam-bioacute y se amplioacute de forma draacutestica tras el des-cubrimiento de Ameacuterica y ahora los esclavos eran trasladados hacia el Nuevo Mundo Co-mercio que impulsariacutea la economiacutea europea y es que seguacuten Blanco (1814) ldquolos habitan-tes Negros de Aacutefrica han sido mirados por los europeos corno objeto de una especulacioacuten mercantil muy lucrativardquo (p 1)

La informacioacuten que se ha podido recopilar acerca de las atrocidades cometidas a traveacutes de testimonios y datos registrados ayudaron a comprender la magnitud de su alcance Sin embargo el nuacutemero de personas sometidas a esta praacutectica es difiacutecil de determinar y es que la trata transatlaacutentica de esclavos representoacute un gran impulso ndash en distintos aacutembitos ndash en gran parte de las economiacuteas europeas que se sumaron a esta forma de comercio

La esclavitud en la Edad Moderna fue dife-rente a cualquier experiencia anterior a ella resaltando en especial la crueldad con la que eran tratados los esclavos Esto puede ser ob-servado de tal manera que ldquola esclavitud en el Caribe fue algo maacutes que una institucioacuten con sus leyes sus costumbres su policiacutea consti-tuyoacute un sistema verdaderamente ldquototalitariordquo de explotacioacuten econoacutemica poliacutetica social y se-xual basado en la fuerza en la violencia y en una ideologiacutea el racismordquo (Lara 1994 p 9)

Tales acciones justificadas con la afirmacioacuten de que ldquoen las zonas maacutes evolucionadas del continente africano siempre existioacute la esclavi-tud domeacutestica y todo hace pensar que algunos

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reinos emplearon la mano de obra esclava en las industrias artesanalesrdquo (Garciacutea 2005 p 3)

Con el dominio de Espantildea sobre gran par-te del Nuevo Mundo seriacutean este y Portugal quienes ndashal iniciondash se veriacutean maacutes implicados en esta actividad Asiacute pues Espantildea desarrolloacute una poliacutetica denominada asientos la cual se-guacuten Morgan (2017) concede un permiso para que otras naciones introdujeran esclavos las colonias espantildeolas

En un principio ldquoPortugal consiguioacute el pri-mer asiento oficial en 1595 cuya validez se prolongoacute hasta la revuelta portuguesa contra Espantildea en 1640rdquo (Morgan 2017 p 33) tras el quiebre en la relacioacuten entre portugueses y espantildeoles la corona espantildeola siguioacute otorgan-do asientos a paiacuteses como Inglaterra Francia y Holanda

La esclavitud durante este periacuteodo no era vista de forma inmoral ya que los negros eran considerados inferiores por no ser cristianos y se deciacutea que estos no teniacutean alma Fueron cuatro siglos de esclavitud donde poco se hizo al respecto por lo menos no hasta finales del siglo XVIII donde se empezoacute a especular acer-ca de esta praacutectica y surgioacute toda una ola an-tiesclavista

Donde a pesar de haber decidido que lo nativos de esas tierras recieacuten descubiertas si teniacutean alma y debiacutean ser evangelizados poca diferencia hizo ya que siguieran siendo escla-vizados lo que llevoacute a una reduccioacuten abrupta de su poblacioacuten debido a las enfermedades traiacutedas por los europeos a Ameacuterica los cas-tigos y demaacutes tratos inhumanos a los que se vieron sometidos

Pero aunque se discutiera acerca de la in-moralidad del asunto no eran maacutes que pala-bras pues nadie haciacutea nada para cambiar la

situacioacuten de estas personas por lo menos no hasta que esclavitud fue abolida en Inglaterra

Algunos afirman que la trata de esclavos fue la primera gran globalizacioacuten econoacutemica fomentando la interaccioacuten y transacciones co-merciales entre Europa Aacutefrica y Ameacuterica De hecho en Barbolla (2013) esta era ldquollamada por Immanuel Wallerstestein la ldquoprimera eco-nomiacutea-mundordquo (p 14)

31 Inglaterra

La trata de esclavos en Inglaterra experi-mentoacute su mayor apogeo a partir de finales del siglo XVII hasta que en el antildeo 1807 fue abolida la esclavitud en el territorio ingleacutes Seguacuten lo expuesto por Morgan (2017) ldquoInglaterra fue la nacioacuten que maacutes esclavos transportoacute en el siglo XVIII Londres fue el principal puerto esclavista desde mediados del siglo XVII hasta aproxima-damente la deacutecada de 1720rdquo (p 34)

Desde el principio se dieron cuenta que no iba a ser faacutecil ya que se encontraron con un comercio sumamente competitivo en ex-pansioacuten continua y sobre todo muy rentable lo que lo haciacutea auacuten maacutes deseable Llegaron a ser la mayor potencia en la trata dejaron atraacutes a los holandeses y se desenvolviacutean como una especie de monopolio

32 Ameacuterica del Norte (britaacutenica)

Norteameacuterica contribuyo de igual forma en la trata de esclavos ldquoNewport se convirtioacute en el principal puerto norteamericano relacio-nado con la esclavitud trasatlaacutentica cobrando mayor importancia que el puerto de Nueva York que era mucho maacutes granderdquo (Morgan 2017 p 34)

Navegaban hacia el Caribe para desembar-car esclavos pero por otro lado contaban con un especial atractivo para los vendedores de estos El ron obtenido en una serie de destile-

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Imagen Revolucioacuten o barbarie WordPresscom

Cautivos africanosconvertidos en esclavos

(Dominio puacuteblico Wellcome images)

riacuteas ubicadas en Rhode Island era empleado como trueque para adquirir esclavos de los comerciantes en Aacutefrica

33 Francia

Seguacuten Morgan (2017) los franceses fueron responsables por al menos el 11 del traacutefico de esclavos Nantes era el puerto predilecto en Francia el cual se encargaba de casi el 50 de la trata francesa Su apogeo llego a su fin a finales de siglo XVIII con la revolucioacuten francesa y la abolicioacuten de la esclavitud Cuando Francia empezoacute a incursionar en este mercado se vio cierta tensioacuten por parte de los espantildeoles de-bido a las diferencias que existiacutea entre ambos pero lograron obtener el asiento de negros como consecuencia de la Guerra de Sucesioacuten (Garciacutea 2005 p 40)

34 Holanda

Holanda fue tal vez uno de los paiacuteses me-nos desarrollados en este aacutembito por lo que ldquoel apogeo de la trata de esclavos holandesa se produjo en los primeros tres cuartos del si-glo XVIII cuando el traacutefico se concentroacute en Mi-ddelburg y Vlissingenrdquo (Morgan 2017 p 36) como la mayoriacutea de las otras naciones aunque este se viera mermado debido a la guerra de Independencia americana

Poco a poco fue desplazando a Portugal y posicionaacutendose como una potencia econoacutemi-ca Sin embargo tensiones entre Espantildea y Ho-landa antes de que estos se interesaran por el comercio de esclavos llegaron a un punto en el cual Holanda atacoacute embarcaciones espantildeo-las para evitar que un cargamento de esclavos llegara a puerto tuvieron eacutexito y de inmediato se vieron interesados en esta nueva rama del comercio tan prometedora

Lo anterior afectoacute directamente a Espa-ntildea ya que ldquofue la expansioacuten holandesa por las costas africanas lo que le proporcionoacute las fuentes de esclavos imprescindibles para las explotaciones americanas de cantildea de azuacutecarrdquo (Garciacutea 2005 p 30)

35 Dinamarca

El puerto maacutes importante empleado para la trata era el de Copenhague se estima que maacutes de cien mil esclavos fueron embarcados en naves negreras pertenecientes a Dinamar-ca Sin embargo el papel de los daneses en la trata no fue tan significativo como Inglaterra o Francia

De esta forma podemos observar como las grandes potencias de la eacutepoca participaron en mayor o media del comercio transatlaacutenti-co de esclavos esto se traduce en millones de personas esclavizadas durante los 4 siglos del renacimiento En este sentido se percibe la

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importancia de esta forma de economiacutea para las economiacuteas europeas es decir su alcance trascendioacute las magnitudes que pudo - en com-paracioacuten con alcanzar - la esclavitud en tiem-pos anteriores

4 ESCLAVITUD EN LA CONTEMPORANEIDAD

41 Primera Guerra Mundial

La Primera Guerra Mundial ademaacutes de ser uno de los enfrentamientos maacutes sangrientos de la historia reciente tambieacuten se vivioacute en el contexto del colonialismo el cual buscaba el control por parte de fuerzas europeas de cier-tas regiones de Aacutefrica con el fin de explotar sus recursos naturales y humanos

En 1914 cuando el conflicto inicia formal-mente las colonias africanas fueron utilizadas con fines beacutelicos sometiendo a sus poblado-res a batallar una guerra que ellos no iniciaron y que considerando el origen del conflicto no les correspondiacutea Entre las estrategias utiliza-das para reclutar a los africanos se registran en Palestina y Siria captaciones a cambio de salarios o de ciudadaniacuteas europeas como la francesa en el caso de Senegal Sin embargo en muchas regiones los habitantes africanos fueron coaccionados por los jefes o presenta-dos como voluntarios para el ejeacutercito en con-tra de su voluntad como ocurrioacute a partir de 1915 en Aacutefrica Oriental donde se inicioacute un re-clutamiento militar obligatorio (Corteacutes 2018) Se relata que

() si bien las cifras no son precisas maacutes de un milloacuten de africanos fueron en-rolados algunos de manera voluntaria y la mayoriacutea de forma forzosa en ejeacutercitos en Aacutefrica y en Europa un nuacutemero mayor al milloacuten fue obligado a ser cargadores alrededor de 150 mil murieron en los enfrentamientos y centenares de africa-

nos fueron heridos o quedaron invaacutelidos (Diacuteaz 2014)

Es decir no obstante hubo estrategias para reclutar a africanos como soldados en la gue-rra que podriacutean ser consideradas como volun-tarias muchos fueron coaccionados a batallar en nombre de los europeos y a sufrir de pri-mera mano las consecuencias

Estas acciones dejaron numerosas secuelas en las colonias africanas a las cuales no solo el colonialismo sino tambieacuten los estragos de la guerra propinaron cambios en sus socieda-des entre los cuales se resaltan la transforma-cioacuten de sus medios de subsistencia los cuales pasaron de ser pequentildeas parcelas a grandes plantaciones y el paso de jefaturas locales a una administracioacuten colonial que relegoacute a es-tos dirigentes africanos a simples intermedia-rios de los intereses de los europeos (Corteacutes 2018)

Asiacute se puede ver coacutemo la Primera Guerra Mundial sirvioacute para expandir y cimentar el proceso colonialista de las potencias euro-peas seguacuten Diacuteaz (2014) los aliados amplia-ron su fortaleza al extender su territorio hacia Aacutefrica ejemplos de ello fue Beacutelgica que se vioacute favorecida al ampliar su dominio colonial a Uganda Inglaterra quien reforzoacute su presencia en Egipto el canal de Suez y el Cercano Orien-te (como manera de proteger a la India) y en general buscando arrebatarle territorios a Ale-mania

Asimismo el continente africano fue utili-zado de manera estrateacutegica por los aliados ya que Inglaterra sugirioacute que los territorios colo-nizados seriacutean repartidos entre los vencedores una vez fuesen derrotados los alemanes Esto aumentoacute la intervencioacuten por parte de estos grupos sobre todo en Suraacutefrica perpetuando y acentuando las relaciones colonialistas lo cual en el contexto del fenoacutemeno de la tra-

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Mujeres en el campo de concentracioacuten de Ravensbruumlck

Alemania

ta de personas se puede examinar como una explotacioacuten con fines beacutelicos ya que aunque ciertos grupos accedieron a pertenecer al ejeacutercito dados los incentivos brindados (o im-pulsados por la situacioacuten de vulnerabilidad) muchos otros fueron obligados a ello tenien-do consecuencias para su libertad personal propiciadas por una causa con la cual no se identificaban

42 Segunda Guerra Mundial

El advenimiento de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) es recordado como uno de los conflictos beacutelicos maacutes importantes y de-cisivos de la contemporaneidad no solo por las bajas entre las filas de militares sino tam-bieacuten por el componente agregado de tortura y repudio hacia grupos especiacuteficos de la socie-dad Fue un conflicto no solo alimentado por el desentendimiento entre paiacuteses o fuerzas sino tambieacuten por el odio a grupos religiosos especiacuteficos y propinado por ideas de supre-maciacutea racial que terminariacutean por asesinar a 6 millones de personas solo en los campos de concentracioacuten y exterminio y otras 50 millo-nes a nivel mundial producto del uso de armas nucleares y de las bajas ocasionadas

Alemania luego de la derrota moral beacutelica y econoacutemica que representoacute el tratado de Ver-salles al finalizar la Primera Guerra Mundial se

vioacute con la tarea de pagar las consecuencias del conflicto lo cual generoacute resentimiento entre la poblacioacuten alemana quien se vio despojada de cualquier forma de recuperacioacuten post-gue-rra al arrebatarle territorios y obligarla a pa-gar reparaciones de guerra inauditas Ante esto Hitler surgioacute como un liacuteder que prome-tiacutea devolver la vieja gloria a los alemanes re-viviendo el orgullo nacional y aprovechando la coyuntura de la Gran Depresioacuten que azotoacute econoacutemicamente al mundo para imponer sus ideas de recuperacioacuten y grandeza

Al obtener el gobierno en 1933 Adolf Hit-ler puso en marcha su plan junto al partido Nazi el cual veniacutea asociando a los judiacuteos los gitanos las personas de color entre otras con grupos sociales indeseables accioacuten que hizo mella en la percepcioacuten de los ciudada-nos quienes en su mayoriacutea no se opusieron a las realidades detraacutes del aparataje Nazi En su auge existieron alrededor de 60 campos de concentracioacuten y exterminio distribuidos entre Alemania Polonia los Paiacuteses Bajos Noruega Rumania Italia y paiacuteses circundantes estos al-bergaban principalmente a prisioneros judiacuteos gitanos prisioneros de guerra comunistas personas con discapacidades y miembros de la oposicioacuten poliacutetica calificados como traidores o seres inferiores para el ideario nazi

Seguacuten Cuervo (2017) los nazis comanda-dos por Hitler y entrenados bajo ideas que no consideraban que grupos como los judiacuteos o los gitanos fuesen siquiera humanos practicaban a diario torturas vejaciones y experimentos meacutedicos no consentidos en los campos de concentracioacuten Las personas que haciacutean vida en estos lugares eran sometidas a trabajos forzados hambre enfermedades y violencia incesante por parte de los soldados nazis que eran encargados de lidiar con estos grupos considerables inaceptables por su liacuteder

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En estos campos de concentracioacuten la muerte era omnipresente y se demostraba continuamente que existiacutean castigos peores a ella el trato hacia los prisioneros era atroz y lo maacutes resaltante es que estos no habiacutean co-metido ninguacuten crimen su uacutenico fallo era prac-ticar una religioacuten en especiacutefico o llevar a cabo ciertas creencias que no eran del agrado de Hitler Se relata que entre los castigos ejerci-dos se encontraban lanzar a prisioneros de un precipicio encerrarlos en celdas de tamantildeos de tumbas y dejarlos morir de inanicioacuten expe-rimentos salvajes como introducir tinta en los ojos para convertirlos en azules cronometrar el tiempo que a una persona le empleaba mo-rir en agua congelada practicar esterilizacio-nes masivas a las mujeres asesinar a decenas de prisioneros en caacutemaras de gas y en general obligarlos a vivir en condiciones paupeacuterrimas de hacinamiento falta de salubridad y conti-nuo asedio por parte de los guardias (Cuervo 2017)

Esta tortura de inocentes tuvo lugar hasta 1945 cuando las aliados especiacuteficamente las fuerzas de la en ese entonces Unioacuten Sovieacuteti-ca arribaron a Berliacuten el 16 de abril y lograron hacerse con esta ciudad el 2 de mayo siendo esta la uacuteltima gran batalla en Europa de esta Guerra y que propinariacutea el suicidio de Hitler el diacutea 30 de ese mes El 9 de septiembre de ese antildeo se declarariacutea el fin a la Segunda Guerra con la rendicioacuten de China el uacuteltimo baluarte de la Triple Alianza y con el acuerdo de Pots-dam se declarariacutea la reparticioacuten del territorio alemaacuten entre las fuerzas maacutes importantes de la Entente (Gran Bretantildea Francia y la Unioacuten Sovieacutetica)

43 Trata de blancas en el contexto de la URSS

Luego de la separacioacuten de Alemania pro-ducto de los tratados firmados tras la Segunda

Guerra Mundial con el fin de democratizar desmilitarizar y desnazificar este paiacutes el te-rritorio alemaacuten quedoacute dividido entre Estados Unidos Inglaterra y Francia en la parte Oeste y la Unioacuten Sovieacutetica en la parte Este Suacutebitamen-te el mundo se dividiriacutea en dos separado por la ldquoCortina de Hierrordquo trazada en Berliacuten que separariacutea el lado que practicaba la democracia liberal como sistema y su contraparte comu-nista

Dada la inviabilidad del modelo ideoloacutegico y el recrudecimiento de los controles econoacute-micos y sociales que generariacutean un gran ma-lestar en la poblacioacuten dentro de la URSS el comunismo fracasariacutea en 1989 esta potencia se desintegrariacutea lo cual paulatinamente aca-bariacutea con la calidad de vida quienes viviacutean de ese lado de la frontera Los ciudadanos de la Unioacuten Sovieacutetica seriacutean abatidos por el hambre la restriccioacuten de libertades poliacuteticas sociales y econoacutemicas y con ello el advenimiento de la trata de mujeres eslavas que buscaban esca-par de los problemas de su contexto

Debido a la desaparicioacuten de la Unioacuten So-vieacutetica y el control que esta manteniacutea sobre los paiacuteses sateacutelites quienes debido a la de-pendencia con Rusia no habiacutean desarrollado sus propios medios de subsistencia las recieacuten conformadas naciones careciacutean de institucio-nes planes econoacutemicos o gobiernos estables para progresar por si solas por lo cual el pano-rama pareciacutea sombriacuteo para sus residentes es-pecialmente las mujeres quienes ademaacutes de vivir en este contexto sufriacutean de una marcada discriminacioacuten Estas mujeres eran atraiacutedas por ofertas de trabajo u oportunidades de es-capar de sus paiacuteses lo cual propinoacute la creacioacuten de una red masiva de trata de personas en el Este de Europa que se alimentariacutea de mujeres Ucaranianas Rusas y Bielorusas principalmen-te quienes desempentildeariacutean labores de explo-tacioacuten sexual o prostitucioacuten Era tan extensa

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y masiva esta red que el teacutermino (ahora en desuso) ldquoTrata de blancasrdquo fue acuntildeado por las facciones de las viacutectimas quienes por pro-venir de estos territorios eran caucaacutesicas

Se afirma que ldquoentre 1991 y 1998 500000 mujeres ucranianas fueron llevadas a Occiden-te mientras tanto la exportacioacuten de las muje-res rusas para prostituir ha expandido a maacutes de 50 paiacutesesrdquo (Bryl 2016) llegando a presen-tarse maacutes de 400000 mujeres menores de 30 antildeos desplazadas al extranjero buscando mejores condiciones ya que en sus tierras de origen se presentaba un colapso del sistema econoacutemico que habiacutea generado alrededor de un 80 de desempleo Esto expone tambieacuten en la historia reciente la conexioacuten que existe entre vulnerabilidad social y trata de personas las personas al verse sin las capacidades o re-cursos para responder adecuadamente ante las adversidades tienden a buscar soluciones raacutepidas para mejorar su calidad de vida lo cual las lleva usualmente a aceptar propuestas muy atrayentes Este es el modus operandi utiliza-do por los tratantes para encontrar viacutectimas y sigue muy presente en la actualidad

44 Trata de personas en la actualidad (Siglo XXI)

En el antildeo 2000 se promulga el primer esta-tuto juriacutedico que reconoce a la trata de perso-nas como un delito que debe ser perseguido y penado a nivel mundial el ldquoProtocolo para prevenir reprimir y sancionar la trata de per-sonas especialmente mujeres y nintildeos que complementa la Convencioacuten de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacionalrdquo o mejor conocido como el Pro-tocolo de Palermo define esta problemaacutetica y sus modalidades facilitando su persecucioacuten y enjuiciamiento por los oacuterganos de la justicia

Por ldquotrata de personasrdquo se entenderaacute la captacioacuten el transporte el traslado la

acogida o la recepcioacuten de personas recu-rriendo a la amenaza o al uso de la fuer-za u otras formas de coaccioacuten al rapto al fraude al engantildeo al abuso de poder o de una situacioacuten de vulnerabilidad o a la con-cesioacuten o recepcioacuten de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra con fines de explotacioacuten Esa explotacioacuten incluiraacute como miacutenimo la explotacioacuten de la prostitucioacuten ajena u otras formas de explotacioacuten sexual los trabajos o servicios forzados la esclavitud o las praacutecticas anaacute-logas a la esclavitud la servidumbre o la extraccioacuten de oacuterganos (ONU 2000 p 2)

Esto marcoacute un precedente en cuanto al compromiso de todos los paiacuteses firmantes para erradicar este fenoacutemeno dentro de sus fronteras y pareciacutea ser el comienzo del fin de estos actos de esclavitud moderna sin embar-go la trata de personas sigue siendo uno de los fenoacutemenos delictivos maacutes lucrativos a nivel mundial despueacutes del narcotraacutefico generando dividendos de alrededor de 150000 millones de doacutelares (Niethammer 2020) el cual afecta ademaacutes a 249 millones de personas al antildeo (Staff M sf) entre sus diferentes modalida-des mencionadas en la definicioacuten

Debido a su naturaleza furtiva este fenoacute-meno no puede resultar evidente en el diacutea a diacutea de las personas ya no existen mercados de esclavos a cielo abierto y es una praacutectica rechazada legalmente a nivel mundial Pero a pesar de ello sigue siendo una realidad para una gran cantidad de personas quienes pro-viniendo usualmente de una situacioacuten de vul-nerabilidad y reclutadas bajo engantildeo a traveacutes de propuestas de trabajo atrayentes prome-sas de viajes o dinero pueden pasar toda su vida siendo explotadas para la actividad que le genere maacutes ingresos al tratante sin considerar los efectos fiacutesicos y mentales que esta explota-cioacuten tiene a largo plazo para la viacutectima

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Esclavos encadenados en una plantacioacuten de cuba y custodiados por soldados tambieacuten negros

CONCLUSIOacuteN

Finalmente pareciera ser que la explota-cioacuten de un ser humano por otro ha sido una praacutectica vista a lo largo de toda la historia la cual adoptoacute distintas formas para adecuarse a los distintos contextos societales de cada eacutepo-ca y seguir perdurando En la actualidad la trata de personas se encuentra en la catego-riacutea de delito y viola varios derechos humanos y pesar de ello sigue siendo muy prevalente a nivel mundial

Se ha visto a lo largo de la historia como las praacutecticas esclavizantes responden a una demanda de personas percibidas como infe-riores para servir a otras y producir dividen-dos este motivo ha logrado perdurar hasta la actualidad a pesar de ser fuertemente penali-zado a nivel mundial Por ello saber identificar las potenciales viacutectimas evitar convertirse en una comprender la magnitud del problema para denunciarlo efectivamente y sobre todo no participar en actividades que puedan estar sometiendo a otras personas a regiacutemenes de esclavitud son tareas necesarias para erradi-car esta praacutectica

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Zygmunt Bauman

Sita de Abreu La universalidad de los Derechos HumanosUna revisioacuten criacutetica de la Eacutetica posmoderna de Zygmunt Bauman

El presente trabajo de grado forma parte de los requisitos para la obtencioacuten de la licen-ciatura de Estudios Liberales de la Universidad Metropolitana Consiste en una investigacioacuten de caraacutecter documental que emplea las teacutec-nicas de anaacutelisis y comparacioacuten para aplicar una teoriacutea conocida sobre un problema dado Asiacute se analizoacute la problemaacutetica de la universa-lidad de los derechos humanos desde la eacutetica posmoderna del filoacutesofo y socioacutelogo Zygmunt Bauman Este autor niega tajantemente la uni-versalidad de la eacutetica calificaacutendola como una de las ilusiones que perniciosamente concibioacute la modernidad Apuesta en cambio por una moral no racional no susceptible de socializa-cioacuten ni universalizacioacuten en reglas y coacutedigos

Se determinoacute que el pensamiento de Bau-man contrapone eacutetica y moral de forma irre-conciliable por cuanto afirma que la moral como fuerza primigenia constituida de impul-sos y sentimientos solamente tiene lugar alliacute donde los intentos de reflexioacuten y razonamien-to del quehacer eacutetico fracasan No obstante diversos autores han destacado que los dere-chos humanos uacutenicamente pueden ser fun-damentados admitiendo la posibilidad de una

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eacutetica miacutenima es decir la afirmacioacuten de valores de base racional cognoscibles y vaacutelidos para todos razoacuten por la cual se postula su univer-salidad Por ello si se niega la capacidad de reflexionar sobre la moralidad como Bauman hizo no es posible sostener los derechos hu-manos Ademaacutes su acepcioacuten de la moral que describe la relacioacuten personaliacutesima entre el yo y el otro no cubre el reino social y por tanto la sociedad es un desierto moral en su teoriacutea

Asiacute la eacutetica discursiva se propone como una alternativa tanto al planteamiento original de la universalidad como al pensamiento pos-moderno de Bauman por cuanto contempla la posibilidad de afirmar los derechos huma-nos universales como resultado de praacutecticas discursivas

INTRODUCCIOacuteN

Los derechos humanos son ampliamente considerados por la comunidad internacional como los pilares fundamentales para el esta-blecimiento de una convivencia paciacutefica en-tre paiacuteses y como condicioacuten esencial para la autorrealizacioacuten de los individuos en calidad de personas libres y dignas Sin embargo hay aspectos concernientes a su naturaleza o las bases de su fundamentacioacuten filosoacutefica que aunque ampliamente aceptados por la doctri-na encarnada en declaraciones y tratados son todaviacutea objeto de debates aacutelgidos y vigentes Esto es particularmente evidente en la discu-sioacuten que se suscita entre los partidarios de la universalidad de estos derechos por un lado y los relativistas culturales por el otro y que no ha encontrado una resolucioacuten definitiva que permita dar una respuesta desde la esfera del deber ser de la eacutetica a las distintas realida-des sociales e individuales

En efecto la Declaracioacuten Universal de los Derechos Humanos de 1948 enarbola la ban-dera de la universalidad de estos derechos en virtud de una eacutetica sostenida sobre la afirma-cioacuten de la dignidad humana como un princi-pio que no puede negaacutersele legiacutetimamente a ninguacuten individuo Asiacute los derechos humanos como parte de un proyecto eacutetico cuyos oriacute-genes pueden ser rastreados en la moderni-dad buscan interponerse entre la dignidad y cualquier intento de instrumentalizacioacuten de la humanidad Sin embargo no estaacuten exen-tos de tener que enfrentarse a posturas que encuentran arbitraria y absurda la pretensioacuten de extender a todos los rincones del planeta unos determinados valores propios de la mo-dernidad occidental pues sus detractores ale-gan que hay una realidad conformada por una miriacuteada de culturas tradiciones y visiones de mundo que parecen entrar en conflicto con estas ideas

Los defensores pueden replicar contra esto que la universalidad no corresponde a una de-claracioacuten descriptiva del estado de las cosas sino a un estado deseable un horizonte moral al que se debe aspirar en virtud de nuestra na-turaleza racional por lo que advertir el plura-

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lismo cultural y la observancia de legislaciones que difieren entre siacute en materia de derechos no son razones suficientes ni soacutelidas para ne-garla Sin embargo en el campo de la eacutetica la cuestioacuten se hace maacutes oscura debido a la exis-tencia de distintas corrientes de pensamiento que ponen sobre la mesa la cuestioacuten misma de si la universalidad deberiacutea ser siquiera un desideraacutetum

Efectivamente dentro de estas desavenen-cias el relativismo y el escepticismo quizaacutes sean las posiciones maacutes conocidas contra la universalidad de los derechos humanos pero en los uacuteltimos tiempos ha surgido una posi-cioacuten particularmente desafiante que arremete contra las bases de la eacutetica moderna que han sido las responsables entre otras cosas de dar origen a la filosofiacutea de los derechos humanos Nos referimos a la posmodernidad que vale decir no es un cuerpo de pensamiento uacutenico sino maacutes bien una amalgama de acepciones distintas que comparten algunos espacios co-munes y difieren en tantos otros

No obstante pese a las dificultades de des-entrantildear las divergencias existentes entre los mismos pensadores posmodernos es posible identificar entre ellos a quienes coinciden en sostener una acepcioacuten eacutetica que deriva de una determinada reflexioacuten acerca de la natu-raleza moral del hombre Esto los ha llevado a argumentar que no es posible conciliar la universalidad de ninguacuten coacutedigo eacutetico norma o regla sin que esto constituya una amenaza a la autonomiacutea e integridad misma del individuo arrebataacutendole ademaacutes su ejercicio de res-ponsabilidad moral

En efecto diversos autores muestran una mayor preocupacioacuten por la responsabilidad individual la capacidad moral inmanente del ser humano y la libertad para elegir y discer-nir aspectos amenazados seguacuten argumentan

por la pretensioacuten de universalidad eacutetica Asiacute alertan sobre los peligros que han acechado al individuo desde la aparicioacuten de la moder-nidad y que han surgido como consecuencia de llevar demasiado lejos la ambicioacuten de esta-blecer declaraciones absolutas e inamovibles puesto que alegan esto no es sino resultado de la desconfianza en la capacidad moral del hombre de elegir y hacerse responsable libre-mente

Esta es la postura que va encarnar el socioacute-logo y filoacutesofo Zygmunt Bauman (1925-2017) recientemente fallecido cuya propuesta eacutetica desarrollada principalmente en su obra Eacutetica posmoderna entrantildea una criacutetica a la moderni-dad en la medida en que subraya la necesidad de rasgar el velo de ilusioacuten con el que ella in-tenta cubrir por medio de falsos postulados las profundidades de los problemas eacuteticos contemporaacuteneos A diferencia de lo afirmado por el pensamiento moderno con respecto a la capacidad de dar con reglas y estructuras estables para guiar la conducta de individuos racionales este autor argumentaraacute que la mo-ral al igual que el hombre mismo es consti-tutivamente aporeacutetica ambivalente razoacuten por la cual resulta una imposibilidad circunscribir-la a leyes universales

Sin embargo desechar el concepto de uni-versalidad alegando su invalidez conlleva un dilema complejo pues ella se postula con el fin de establecer que la proteccioacuten y amplia-cioacuten de los derechos humanos no dependen de los Estados y su soberaniacutea sino que son propuestas de validez incondicional irrestric-ta cuya negacioacuten podriacutea dejar a las personas en un estado de vulnerabilidad y relativismo Ademaacutes siendo la universalidad defendida por los modernos como una cualidad consustan-cial a los derechos humanos no resulta claro si es posible desecharla sin al mismo tiempo negar toda la teoriacutea de los derechos humanos

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Por lo anteriormente expresado en el pre-sente trabajo nos aproximamos a responder diversas interrogantes surgidas sobre el tema relativas a si resulta compatible la propuesta eacutetica posmoderna de Bauman con una teoriacutea de los derechos humanos Igualmente exami-namos diversas alternativas eacuteticas en materia de derechos humanos que pudiesen satis-facer aunque sea parcialmente la criacutetica de Bauman

Con la finalidad de brindar algunas res-puestas a estas interrogantes enfocamos el objetivo general de este trabajo de investi-gacioacuten en analizar el concepto moderno de universalidad de los derechos humanos desde la postura posmoderna de Zygmunt Bauman tal y como ella es presentada en Eacutetica posmo-derna obra publicada originalmente en 1993 Para ello se plantearon tres objetivos especiacute-ficos que corresponden al desarrollo de cada capiacutetulo de investigacioacuten

En el primer capiacutetulo se identifican diversas posturas eacuteticas que giran en torno al concepto moderno de la universalidad de los derechos humanos Para ello sentamos las bases con-ceptuales fundamentales para el tratamiento

del problema particularmente en lo concer-niente a los derechos humanos como dere-chos morales y la distincioacuten entre eacutetica y moral seguacuten ha sido entendida por distintas posicio-nes filosoacuteficas Posteriormente se analizan las razones por las cuales se le predica un atributo como la universalidad a los derechos huma-nos y cuaacutel es la relacioacuten de esta variable con el pensamiento eacutetico moderno Finalmente se exponen brevemente las posturas metaeacute-ticas maacutes tradicionalmente confrontadas con la universalidad particularmente el positivis-mo el comunitarismo y el relativismo a fin de contextualizar el problema y vislumbrar cuaacuteles son las principales reservas

En el segundo capiacutetulo se examinan los aspectos fundamentales de la criacutetica de Bau-man al concepto de universalidad desde la eacutetica posmoderna Para ello presentamos en primera instancia una breve exposicioacuten de la posmodernidad como pensamiento y como condicioacuten principalmente desde el punto de vista de Jean-Franccedilois Lyotard y sus acusacio-nes contra las ambiciones modernas Seguida-mente se presenta un resumen criacutetico de las paacuteginas fundamentales de Eacutetica posmoderna concernientes a la criacutetica a la universalidad la criacutetica a la modernidad la postura posmo-derna del autor y sus reflexiones en torno a la eacutetica la moral y los derechos humanos Para exponer las reflexiones de Bauman nos ser-vimos brevemente del pensamiento de otros intelectuales que nuestro autor central cita asiacute como de algunas obras de eacutel mismo que podriacutean ayudar a comprender maacutes profunda-mente su pensamiento Modernidad liacutequida (1999) y La posmodernidad y sus descontentos (1997)

El tercer capiacutetulo se orientoacute al anaacutelisis acer-ca de la plausibilidad de la propuesta de Bau-man relativa a reformular los problemas eacuteticos maacutes acuciantes de nuestro tiempo especiacutefica-

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mente los derechos humanos desde su eacutetica posmoderna es decir sin la aspiracioacuten de uni-versalidad Para ello contrastamos la postura de Bauman con argumentos a favor de la uni-versalidad que podriacutean fungir como objecio-nes sometiendo su pensamiento a un anaacutelisis criacutetico a la luz de las aspiraciones expresas de la teoriacutea de los derechos humanos Finalmen-te presentamos una alternativa que podriacutea preservarse de algunas de las criacuteticas del autor central sin dejar de aspirar a la universalidad aunque vista desde otro enfoque

Desde nuestra exeacutegesis se trata de una investigacioacuten que pretende contribuir con el anaacutelisis en el campo de la filosofiacutea moral a partir de datos y hechos ya dados como lo es la situacioacuten actual del pensamiento sobre los derechos humanos y sus implicaciones en la realidad de las sociedades contemporaacuteneas El trabajo plantea la relacioacuten entre dos varia-bles la teoriacutea actual de los derechos humanos como variable dependiente y la universalidad como variable independiente Esto es asiacute por-que buscamos determinar si con base en la propuesta de Bauman es posible descartar la universalidad como aspiracioacuten eacutetica en la for-mulacioacuten de los derechos humanos o si por el contrario esta es una cualidad sine qua non de la teoriacutea Con el desarrollo de este tema buscamos aportar elementos analiacuteticos que se enmarcan en una discusioacuten maacutes amplia so-bre la filosofiacutea moral los derechos humanos y concepcioacuten posmoderna en favor de producir nuevas liacuteneas de investigacioacuten

Resulta importante aclarar que esta inves-tigacioacuten no apunta a constatar hechos empiacute-ricos aun cuando se admite que la teoriacutea de los derechos humanos y la afirmacioacuten de la universalidad tienen consecuencias concretas en las dinaacutemicas de las sociedades actuales En el presente trabajo se hizo un estudio en el dominio de la eacutetica En razoacuten de ello se re-

lacionaron y contrastaron teoriacuteas eacuteticas con-trapuestas en torno a un mismo tema con el objeto de realizar contribuciones tanto al estudio acadeacutemico de la filosofiacutea de los dere-chos humanos como a una posible mejora de su praacutectica profesional yo institucional por cuanto se admite que los supuestos filosoacuteficos que los sustentan tienen repercusiones praacutecti-cas importantes

Estos objetivos siguen la metodologiacutea pro-pia de la investigacioacuten documental que impli-ca la recopilacioacuten y el anaacutelisis criacutetico de datos secundarios elaborados por otros investigado-res en distintas fuentes de documentacioacuten En este caso se consultaron fuentes impresas y electroacutenicas tanto primarias como secunda-rias incluyendo por supuesto la obra criacutetica de Bauman Eacutetica posmoderna particular-mente en sus primeros tres capiacutetulos ya que alliacute se trata el tema de la universalidad con ma-yor profundidad Para cumplir con el propoacutesito de brindar nuevos enfoques a la problemaacutetica planteada las teacutecnicas a poner en praacutectica consistieron fundamentalmente en el anaacutelisis documental y el anaacutelisis de contenido de las posiciones encontradas asiacute como la compa-racioacuten entre ellas a fin de sacar conclusiones acerca de su plausibilidad

Con respecto a los antecedentes de la pro-blemaacutetica planteada en este trabajo algunas investigaciones se han realizado en torno a la relacioacuten entre los derechos humanos y la pos-modernidad pero ninguno de ellos propone el enfoque particular de Bauman como ob-jeto de estudio Igualmente son mucho maacutes comunes los trabajos realizados acerca de la universalidad como rasgo formal y fundamen-tal de los derechos humanos asiacute como de sus criacuteticas Uno de ellos es de Costas Douzinas y se titula El fin(al) de los Derechos Humanos (2008) Este trabajo explora la evolucioacuten en la concepcioacuten de los derechos humanos desde la

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modernidad hasta la posmodernidad Luego adoptando la postura posmoderna propone que el concepto de humanidad resulta insufi-ciente y demasiado oscuro como para consti-tuir la fuente normativa de estos derechos

Adicionalmente desarrolla la idea de que contrario a lo que comuacutenmente se cree el uni-versalismo y el relativismo cultural no se opo-nen pues ambos son productos del humanis-mo y ninguno responde correctamente a las exigencias de los derechos humanos Pero la tesis con la que concluye el trabajo resulta de mayor intereacutes para el desarrollo de esta inves-tigacioacuten pues coincide con uno de los temas que seraacuten analizados por Zygmunt Bauman y ella consiste en que en materia de derechos humanos no se puede seguir hablando de un sujeto definido enclaustrado tal y como se pretendiacutea en la modernidad sino que estos derechos solamente son concebibles en fun-cioacuten del Otro por tanto es el Otro y no el su-jeto racional el verdadero principio de justicia y fundamento eacutetico de los derechos humanos

Otro antecedente de la investigacioacuten lo constituye el artiacuteculo de investigacioacuten Pos-modernidad tradicioacuten y derechos humanos (2005) de Mariano C Melero de la Torre En eacutel se discute la condicioacuten posmoderna en el debate poliacutetico contemporaacuteneo sobre la base de que una exploracioacuten de las implicaciones de las ideas posmodernas en el plano poliacutetico

real permite indagar en queacute medida es factible reformular una teoriacutea de los derechos huma-nos entendiendo que estos son presupuestos eacuteticos de todo sistema democraacutetico El autor sostiene que la posmodernidad desde su pos-tura metateoacuterica no aporta una alternativa poliacutetica a la modernidad por cuanto ella afir-ma que todo sistema poliacutetico es producto de ciertas circunstancias particulares que nunca son las mismas para todos

Pero lo que resulta maacutes interesante de este trabajo es la propuesta de un universa-lismo sensible al contexto que consiste en la discusioacuten razonable de la verdad y la aco-modacioacuten de diferencias Esta es una postura interesante que debe ser contemplada por esta investigacioacuten porque podriacutea resolver los conflictos entre la universalidad moderna y la ambiguumledad posmoderna que aquiacute se plan-tean Ademaacutes la afirmacioacuten del autor de que la posmodernidad no propone alternativas po-liacuteticas concretas coincide con lo afirmado por Bauman autor central de la investigacioacuten en desarrollo

Igualmente valioso resulta el texto La uni-versalidad de los derechos humanos (1998) obra de Antonio Peacuterez Luntildeo Alliacute Peacuterez indaga especiacuteficamente en el aspecto de universa-lidad de los derechos humanos tal como se encuentra formulado en la Declaracioacuten Uni-versal de los Derechos Humanos de 1948 Su importancia reside en que el autor esgrime ar-gumentos soacutelidos a favor de la universalidad por cuanto sostiene que esta caracteriacutestica es un llamado eacutetico a proteger a todos los seres humanos independientemente de que esteacuten contemplados o no en determinado ordena-miento juriacutedico o que un Estado los reconozca Su trabajo se estructura de la siguiente ma-nera comienza por estudiar la universalidad como elemento fundamental de los derechos humanos desde su nacimiento expone las dis-

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tintas tesis que se oponen a la universalidad incluyendo brevemente la posmodernidad y describe el caraacutecter de universalidad como un elemento constitutivo de los derechos huma-nos con la intencioacuten de superar las criacuteticas en su contra

Asiacute concluye que la universalidad es una exigencia indispensable para la garantiacutea de los derechos a todas las personas lo cual de nin-guna manera significa que pueda ser impues-to por la coaccioacuten y que a pesar de que hay posturas que aparentemente se le oponen en realidad entiende que algunas de estas respuestas no son irreconciliables con la pro-puesta universalista sino que son formas de compensar las injusticias en las que se ha in-currido Igualmente dedica un pequentildeo apar-tado a exponer brevemente la postura posmo-derna junto con las otras tendencias criacuteticas sin embargo de la posmodernidad concluye que es una exaltacioacuten a la diferencia y al ego en lugar de una propuesta factible

Por otra parte se encuentra la investiga-cioacuten realizada por Francisco Laporta titulada Sobre el concepto de los derechos humanos (1987) en la que el autor plantea la dimen-sioacuten moral de los derechos concluyendo que ellos se establecen como una expresioacuten de la moralidad entre los individuos o de las posibi-lidades de la moral En cuanto a la universali-dad en especiacutefico el autor establece que es un rasgo propio de los derechos humanos que ig-nora todo contexto o circunstancia contingen-te pues no estaacute fundamentando en sistemas juriacutedicos o en un cualquier criterio positivista sino que pertenece al aacutembito de la eacutetica Esto implica que se reconoce a todo ser humano como agente moral lo cual no significa afirmar solamente que es sujeto de derecho sino que tambieacuten debe procurar la realizacioacuten activa de los deberes y obligaciones para la defensa de los derechos de los otros

Por uacuteltimo se tiene como antecedente el artiacuteculo Eacutetica y Derechos Humanos principios educacionales para una sociedad democraacutetica (2007) de Alvori Ahlert El autor busca po-ner de relieve la importancia de la eacutetica para la construccioacuten de sociedades democraacuteticas cuyo fundamento eacutetico principal son los de-rechos humanos Especiacuteficamente discute de queacute manera los derechos humanos de tercera y cuarta generacioacuten forman parte de las aspi-raciones para alcanzar un ejercicio pleno de la ciudadaniacutea democraacutetica Esta investigacioacuten es de alto intereacutes pues aunque su enfoque no es el mismo que se plantea en este trabajo de in-vestigacioacuten ofrece una breve discusioacuten acerca de lo que se considera que es la eacutetica y su dife-rencia con la moral distincioacuten que resulta ser de suma relevancia para indagar maacutes profun-damente en las diferencias entre los plantea-mientos eacuteticos modernos y los posmodernos Ademaacutes explora las razones por las cuales los derechos humanos no son meros derechos le-gales sino que derivan de imperativos eacuteticos para las democracias

Tener en cuenta estos antecedentes tiene como propoacutesito encuadrar el estado actual de la problemaacutetica y facilitar el cumplimiento del propoacutesito de este trabajo de investigacioacuten que es plantear una teoriacutea eacutetica a un problema dado que tiene profundas repercusiones en la vida en sociedad Su importancia recae en que una profundizacioacuten en la eacutetica y la filosofiacutea que sostienen la teoriacutea de los derechos humanos puede esclarecer algunas de las cuestiones maacutes controversiales en los debates puacuteblicos generar conocimientos nuevos que nos pre-vengan de caer en el dogmatismo y poner a prueba conceptos que comuacutenmente damos por sentado Todo ello con el fin de depurar una teoriacutea que ha sido y es fundamental para el desarrollo de las sociedades contemporaacute-neas y el respeto a las libertades

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Cuestionar la viabilidad y legitimidad de la universalidad de los derechos desde una propuesta criacutetica opuesta nos permite con-cluir si es necesario reformular la teoriacutea o si la universalidad debe seguir siendo postulada en nuestros tratados y declaraciones de dere-chos humanos con lo cual este estudio apun-ta a mejorar las praacutecticas institucionales que defienden y promueven estos derechos con base en lo que resulta legiacutetimo hacer y lo que consideramos bueno y deseable

Un estudio como el que aquiacute se propone ademaacutes pretende contribuir al logro de las as-piraciones de la licenciatura de Estudios Libe-rales en torno al desarrollo de investigaciones que integren distintas disciplinas Esto con el fin de obtener respuestas que nos acerquen a una comprensioacuten holiacutestica de nuestras institu-ciones y como consecuencia proponer desde la academia soluciones praacutecticas y factibles a los problemas maacutes relevantes de nuestra eacutepo-ca En el caso especiacutefico de este trabajo de grado la disciplina central alrededor de la cual gira el tema de investigacioacuten es la filosofiacutea mo-ral sirvieacutendose de la sociologiacutea como apoyo para la consecucioacuten de los objetivos de inves-tigacioacuten sobre todo teniendo en cuenta que el autor central es asimismo una autoridad en ambas disciplinas

Finalmente siendo los derechos humanos defendidos por la mayoriacutea de paiacuteses como im-perativos eacuteticos para la consecucioacuten de socie-dades democraacuteticas y libres resulta un tema actual ineludible razoacuten por la cual este estu-dio busca promover su investigacioacuten dentro del pensum de la Escuela de Estudios Libera-les de la Universidad Metropolitana en el en-tendido de que un mayor acercamiento a este tema desde las cuatro disciplinas de la carrera ―Historia Poliacutetica Economiacutea y Filosofiacutea― re-sulta indispensable para entender en doacutende

nos encontramos y hacia doacutende nos dirigimos como sociedad globalizada

CAPIacuteTULO I

POSTURAS EacuteTICAS EN TORNO A LA UNIVERSALIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS

11 Derechos humanos una aproximacioacuten conceptual

Dentro de los debates eacuteticos contempo-raacuteneos quizaacutes no haya tema maacutes vigente y controversial que aquel que toma forma alre-dedor de los derechos humanos Igualmente es indudable la importancia que ha tenido la teoriacutea de los derechos humanos en las dinaacutemi-cas de las sociedades actuales y las relaciones internacionales Papacchini (2003) afirma que ldquoEn los uacuteltimos antildeos los derechos humanos se han transformado en un patroacuten de conducta que condensa los maacutes elevados valores de nuestro tiempo y en una herramienta privile-giada para la legitimacioacuten del poderrdquo (p35) En otras palabras ellos representan ―o bus-can representar― las aspiraciones eacuteticas y po-liacuteticas maacutes elevadas De la misma forma se les considera el fundamento eacutetico de todo siste-ma democraacutetico liberal que se precie de serlo

No obstante no estaacuten exentos de criacuteticos algunos de ellos preocupados por el hecho de que el discurso de los derechos humanos no sea sino una legitimacioacuten de dominio de una determinada forma de ver el mundo una fala-cia etnoceacutentrica con lo cual la defensa de ellos como principios morales no seriacutea sino un acto de hipocresiacutea Por todo ello se hace maacutes im-portante que nunca poner sobre la mesa todo el cuerpo eacutetico que lo sustenta

Quienes defienden los derechos humanos los consideran ldquocomo una condicioacuten de posibi-lidad de la sociabilidad ―de toda cooperacioacuten

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humana y armoacutenica convivencia― es decir como condicioacuten de posibilidad de una socie-dad justa tema claacutesico de la filosofiacutea poliacutetica y juriacutedicardquo (Velasco 1988 p624) Gracias a su existencia la vida en sociedad de forma paciacute-fica y cooperativa es posible Ellos derivan de la necesidad de salvar al hombre de una exis-tencia fraacutegil y arbitraria a traveacutes del estableci-miento y defensa de unos principios de natu-raleza moral que lo salvaguarden frente a los abusos de poder

La realizacioacuten de la nocioacuten de los derechos humanos es producto de un largo proceso histoacuterico muy especialmente a razoacuten de los totalitarismos del siglo XX dado que a partir de entonces se enfatizoacute auacuten maacutes en la inmora-lidad de la instrumentalizacioacuten del ser humano y se denunciaron con maacutes vigor las violacio-nes flagrantes a una dignidad que se supone intriacutenseca e irreducible frente a cualquier pro-poacutesito Pero el nuacutecleo de la fundamentacioacuten de los derechos humanos no se encuentra propiamente en el hecho de que hace posible la vida en sociedad ya que esto podriacutea desem-bocar en argumentos utilitaristas o funciona-listas que no corresponden exactamente a su naturaleza como se veraacute maacutes adelante

Tampoco esta nocioacuten puede reducirse a ser entendida exclusivamente como producto de una necesidad es decir como una mera fic-cioacuten juriacutedica necesaria para garantizar la vida social cooperativa puesto que quienes sostie-nen su validez lo hacen a traveacutes de una afir-macioacuten sustantiva de valores superiores ldquoel fundamento de los derechos humanos des-cansa generalmente en un cuacutemulo especial de valores los relativos a la dignidad humana es decir libertad igualdad seguridad y solida-ridadrdquo (Rodriacuteguez 2013 paacuterr 5)

De esta manera la dignidad humana se considera como la fuente de estas exigencias

eacuteticas dado que demanda condiciones socia-les miacutenimas en las cuales los seres humanos como personas puedan desarrollar su perso-nalidad libremente y mantenerse iacutentegros con base en argumentos morales En razoacuten de lo anterior desde el punto de vista normativo la Oficina del Alto Comisionado para los Dere-chos Humanos de Naciones Unidas los define como

Derechos inherentes a todas las per-sonas Definen las relaciones entre los individuos y las estructuras de poder es-pecialmente el Estado Delimitan el poder del Estado y al mismo tiempo exigen que el Estado adopte medidas positivas que garanticen condiciones en las que todas las personas puedan disfrutar de sus dere-chos humanos (ACNUDH 2016 p19)

Asiacute que seguacuten esta definicioacuten la defensa de los derechos humanos no puede ser en-tendida meramente en un sentido negativo es decir en cuanto a lo que el Estado no pue-de hacer puesto que los derechos humanos suponen tambieacuten un sentido positivo que re-fiera a las acciones que se deben emprender para garantizarlos Por lo tanto respeto y ga-rantiacutea son las dos dimensiones de la defensa y promocioacuten de los derechos humanos

Desde una perspectiva filosoacutefica Papacchi-ni (2003) alega que ldquolos derechos humanos son reivindicaciones de unos bienes primarios considerados de vital importancia para todo ser humano que concretan en cada eacutepoca histoacuterica las demandas de libertad y dignidadrdquo (p43) En este sentido se entiende por bienes primarios a aquellos considerados indispensa-bles e irrenunciables con lo cual se estaacute afir-mando que los derechos humanos son impe-rativos eacuteticos que impone la condicioacuten misma de ser humano Negar el acceso a estos bienes de tan fundamental importancia supondriacutea una negacioacuten de la condicioacuten humana razoacuten

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por la cual Nino (1989) alega que seriacutea ldquomo-ralmente erroacuteneo impedir tal accesordquo (p40)

En cuanto a las eacutepocas histoacutericas a las que el autor hace referencia en su definicioacuten Pa-pacchini (2003) explicita que si bien es cierto que los derechos humanos adquieren sentido dentro de determinados espacios culturales e histoacutericos tambieacuten es cierto que ellos hacen referencia a ldquovalores humanos universales que se conservan a traveacutes del cambio y que estaacuten presentes de manera maacutes o menos ex-pliacutecita en los diferentes contextos culturalesrdquo (p45) por lo que ldquose impone una exigencia comuacuten de libertad dignidad y respetordquo (p45) Estas uacuteltimas aseveraciones dan cuenta de los argumentos a favor del caraacutecter moral y nece-sario de los derechos humanos asiacute como de su resistencia a ser confinados al relativismo geograacutefico y cultural

Analizando las dos definiciones la propues-ta por la ONU la organizacioacuten internacional maacutes grande del mundo y la que resulta de la disertacioacuten filosoacutefica del profesor Angelo Pa-pacchini es posible ver ciertas coincidencias Para empezar ambas definiciones revelan la idea de los derechos humanos como exigen-cias frente al poder estatal en virtud de las de-mandas de libertad y dignidad segundo hay en ambas un asentimiento a la inherencia o propiedad derivada del solo hecho de ser hu-mano y tercero como consecuencia de lo an-terior la idea de que todos los seres humanos son sujetos de estos derechos sin importar circunstancias vivenciales razoacuten por la cual se suponen universales Son significativas estas coincidencias porque revelan que estas son las acepciones maacutes ampliamente aceptadas de los derechos humanos en la actualidad Sin embargo como se veraacute maacutes adelante no son las uacutenicas propuestas

Asiacute los derechos humanos se nos presen-tan como un saber praacutectico orientado a supe-rar el hiato entre el ser y el deber ser apoya-dos sobre ldquola existencia de una razoacuten praacutectica de una razoacuten que pueda y deba esforzarse por asentar normas de accioacuten y valores con el me-nor grado de arbitrariedadrdquo (Velasco 1988 p40) Esto uacuteltimo implica el supuesto de que los fundamentos de los derechos humanos son de caraacutecter racional como tambieacuten lo es el meacutetodo para elucidarlos ldquoTan soacutelo si se par-te de que puede existir una base racional para los valores eacuteticos juriacutedicos y poliacuteticos ―posi-bilidad negada por el no cognoscitivismo― cabe construir una adecuada fundamentacioacuten de los derechos humanosrdquo (Peacuterez Luntildeo 1983 p13)

A traveacutes de la admisioacuten de esta racionali-dad subyacente los derechos humanos se constituyen como parte de una moral ideal alrededor de la cual se configura en sus aspi-raciones la moral positiva esto es los distin-tos sistemas morales vigentes en las socieda-des que necesariamente presentan distintas realidades socioloacutegicas (Nino 1989 p93) No solamente pueden ser entendidos entonces como logros histoacutericos y poliacuteticos aunque de cierta manera lo son sino fundamentalmente como la consecuencia de una cierta forma de hacer filosofiacutea moral que afirma la capacidad de concretar aspiraciones morales comunes a las cuales se puede llegar por medio de eluci-daciones racionales

En razoacuten de lo anterior es necesario reco-nocer las tres dimensiones desde las cuales pueden ser entendidos los derechos humanos la moral la poliacutetica y la juriacutedica En la medida en que estas dimensiones se creyeron interre-lacionadas o por el contrario se daba priori-dad una a la otra surgieron distintas posturas acerca de la fundamentacioacuten de los derechos que se extienden del iuspositivismo al iusna-

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turalismo pasando por el intersubjetivismo el objetivismo el emotivismo y una larga lista de ismos que buscan dar respuesta a la pregun-ta de si es posible fundamentar los derechos humanos y en caso de ser asiacute coacutemo lograrlo

Frente a esto Velasco (1988) propone una alternativa considera que la eacutetica el dere-cho y la poliacutetica son distintos momentos de lo praacutectico que deben ser considerados en correcto equilibrio dado que los tres son di-mensiones propias de los derechos humanos en mutua interaccioacuten (p619) Asiacute no tendriacutea por queacute haber conflictos ni sesgos entre ellos

No obstante este estudio da primaciacutea al enfoque de la dimensioacuten moral por dos razo-nes en primer lugar porque ella es verdadera-mente la raiacutez de la defensa del principio de la universalidad dado que desde esta perspecti-va los derechos humanos ldquoson por definicioacuten las aspiraciones morales comunes a la huma-nidad entera al conformar el uacutenico coacutedigo miacute-nimo ―si existe― de una eacutetica universalmen-te aceptadardquo (Velasco 1988 p619) El con-dicional ldquosi existerdquo que el autor sentildeala y que pone en tela de juicio la validez de una moral miacutenima para la humanidad entera es uno de los aspectos a analizar acerca de este tema

En segundo lugar la afirmacioacuten de la uni-versalidad desde la dimensioacuten moral es preci-samente la que hace posible la afirmacioacuten de la universalidad en lo juriacutedico y poliacutetico Esta aseveracioacuten es por supuesto discutible dado que hay teoriacuteas que respaldan la independen-cia de la poliacutetica frente a la moral Sin embar-go los derechos humanos derivan induda-blemente de la idea de que ldquoel derecho debe tender a lo justo y que el comportamiento po-liacutetico debe estar subordinado a la eacutetica si no quiere convertirse en un instrumento de ma-nipulacioacuten explotacioacuten y dominiordquo (Velasco 1988 p620) Las posturas maacutes dominantes en

la actualidad dentro del marco de la teoriacutea de los derechos humanos ―como la idea de los derechos humanos como derechos morales que veremos maacutes adelante― se apoyan sobre la tesis que defiende que las tres esferas de lo praacutectico esto es moral derecho y poliacutetica no son esferas autoacutenomas sino que se remiten mutuamente

Ademaacutes toda la razoacuten de ser de los dere-chos humanos como es defendida hoy en diacutea es la de limitar el poder del Estado en defen-sa de las libertades individuales y la dignidad humana y al mismo tiempo promover accio-nes positivas que permitan la realizacioacuten de la persona Por esta razoacuten existe un consen-so general alrededor de la afirmacioacuten de que el principal actor que puede ser acusado de violar los derechos humanos es el Estado o individuos en representacioacuten de eacutel Asiacute el po-der arbitrario o incluso la razoacuten de Estado es constitutivamente incompatible con la nocioacuten de los derechos humanos razoacuten por la cual un estudio orientado a este tema debe tomar en cuenta la argumentacioacuten que defiende que la poliacutetica y el derecho no son indiferentes a los argumentos morales

Poner el foco en el estudio de las argumen-taciones a favor de la dimensioacuten moral no estaacute buscando romper con el equilibrio que Velas-co (1988) defiende entre los tres momentos de lo praacutectico en la reflexioacuten de los derechos humanos (p620) sino emprender un enfo-que maacutes conciso del tema en el que se ana-lice precisamente la raiacutez argumentativa de la universalidad El estudio de la teoriacutea poliacutetica y juriacutedica alrededor de los derechos humanos son temas que si bien son tangencialmente referidos por ser un hecho inevitable no son centrales Esta decisioacuten no es arbitraria no se ha decidido el estudio de la moral de los dere-chos humanos simplemente por simplificacioacuten investigativa sino que de la diversidad de pos-

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turas en torno a los derechos humanos son precisamente las que parten de justificaciones morales las que desembocan en un aacutelgido de-bate en torno a la universalidad

Ademaacutes Nino (1989) analiza que a pesar de las distintas propuestas que se suscitan en materia de los derechos humanos incluso los maacutes reacios a aceptar la posibilidad de dar con una fundamentacioacuten filosoacutefica deben admi-tir que ldquolos derechos humanos son derechos establecidos por principios morales por maacutes que se agreguen a continuacioacuten que tales de-rechos son en consecuencia relativos subje-tivos o inexistentesrdquo (p19) Es decir incluso las personas que no aceptan la inherencia natural de los derechos humanos y reniegan o dudan de conceptos tan abstractos como la dignidad humana pueden cuando menos admitir que estos derechos apelan a principios morales cuando se esgrimen razones para legitimarlos

La definicioacuten anterior es planteada como un punto de partida en el que puedan conve-nir todas las posturas en torno a los derechos humanos puesto que afirmar que se alude a principios morales no implica afirmar inmedia-tamente que estos existan o sean cognoscibles (Nino 1989 p19) Simplemente se estaacute ofre-ciendo una primera aproximacioacuten al concepto de derechos humanos dejando a una etapa posterior de elucidacioacuten conceptual la discu-sioacuten sobre la naturaleza o posibilidad de cono-cer los principios sobre los cuales se sostiene Una vez que se ha determinado su naturaleza moral puede empezar a cuestionarse si la mo-ral que las sustenta es relativista positivista comunitarista o universalista Asiacute el concepto de derechos humanos como derechos mora-les se supone reconciliable en principio con todas las posturas

Ahora bien afirmar los derechos humanos como derechos morales implica sostener que

aparecen ldquocomo exigencias eacuteticas y derechos que los seres humanos tienen por el hecho de ser hombres y por tanto con un derecho igual a su reconocimiento proteccioacuten y garantiacutea por parte del poder poliacutetico y el Derechordquo (Fernaacuten-dez 1984 p107) Esta definicioacuten en particular busca dar cuenta de la doble dimensioacuten de los derechos humanos la eacutetica y la juriacutedica a fin de dejar en claro que los derechos humanos si bien llegan a un gran nivel de concrecioacuten en el derecho positivo tiene una existencia pre-via e independiente a eacutel dado que se constitu-yen como imperativos eacuteticos

Respecto a la anterioridad y primaciacutea de la afirmacioacuten de los derechos humanos con res-pecto a su reconocimiento juriacutedico Laporta (1987) la defiende al afirmar ldquocuando usamos la nocioacuten de lsquoderechorsquo no estamos haciendo referencia a ciertas normas primarias o secun-darias de un cierto sistema normativo sino a la razoacuten que se presenta como justificacioacuten de la existencia de tales normasrdquo (pp27-28) De esta manera se argumenta que dado que los derechos humanos se defienden con base en razones morales son anteriores a su especi-ficacioacuten positiva en distintos ordenamientos Su positivizacioacuten es necesaria para mejorar los mecanismos de proteccioacuten de estos derechos pero su fundamentacioacuten moral es primaria

Estas definiciones con base morales son in-cluso conciliables aunque parcialmente con posturas un poco maacutes pragmaacuteticas como la de Peces-Barba (1994) quien rechaza el con-cepto de derechos morales y solamente los re-conoce cuando estos se hacen expliacutecitos en los ordenamientos juriacutedicos No obstante al mis-mo tiempo admite que los derechos humanos son ldquola cristalizacioacuten de una concepcioacuten moral que situacutea como eje la dignidad del hombre y los valores de libertad e igualdad como cau-ces para alcanzarlardquo (p234) Es decir incluso cuando su acepcioacuten de estos derechos involu-

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cra poner un mayor eacutenfasis en la importancia de su reconocimiento juriacutedico para su existen-cia reconoce que el origen de estos derechos son ciertamente justificaciones o razones mo-rales que las demandan como posibilidad de realizacioacuten de la dignidad humana lo cual da cuenta de que la naturaleza moral de los de-rechos puede llegar a ser compatible con su dimensioacuten juriacutedica

A los derechos humanos en los teacuterminos en que han sido definidos hasta ahora se les atribuye comuacutenmente unas ciertas caracteriacutes-ticas o rasgos formales que los diferencian de otras normas morales y los ubican por encima de ellas Son variadas y diversas estas carac-terizaciones pero en este caso se haraacute expo-sicioacuten de la que reconoce Laporta (1987) por su generalidad y sencillez Este autor identifica tres rasgos la universalidad el caraacutecter ab-soluto y la inalienabilidad (pp 32-44) Dado que al primero de estos rasgos se le dedicoacute un apartado extenso maacutes adelante por ahora nos limitaremos a exponer brevemente el signifi-cado de los otros dos

Para Laporta (1987) el caraacutecter absoluto de los derechos implica que ldquose trata de re-querimientos morales que caso de entrar en conflicto con otros requerimientos morales los desplazan y anulan quedando ellos como la exigencia moral que hay que satisfacerrdquo (p39) Es decir que en la jerarquiacutea de las exi-gencias y normas morales los derechos hu-manos ocupan la cuacutespide de modo que no pueden ser relegados ni disminuidos frente a otros enunciados morales Por su parte afir-mar la inalienabilidad consiste en defender que ellos ldquose le adscriben al individuo al mar-gen de su propio consentimiento o contra eacutel y se le inmuniza moralmente incluso frente a su propia voluntadrdquo (Laporta 1987 p44) Por tanto afirma la imposibilidad del titular a renunciar a sus propios derechos en tanto

es un sujeto moral puesto que la proteccioacuten a los derechos de un individuo implica que esta debe ser efectiva incluso frente al individuo mismo

Sin embargo estas caracteriacutesticas si bien derivadas de exigencias morales por su nivel de abstraccioacuten y alejamiento de la realidad pueden encontrarse con dificultades praacutecticas al momento de ser concretadas en los siste-mas juriacutedicos de los paiacuteses que deben prote-gerlos y contemplarlos Por ejemplo con res-pecto al caraacutecter absoluto de los derechos hu-manos frente a cualquier otra exigencia moral surge el dilema de queacute hacer en el caso de que sean precisamente dos derechos humanos los que se encuentren en conflicto irreconciliable cualquier solucioacuten admite de facto que el anaacute-lisis del contexto y las circunstancias importa al momento de tomar esta decisioacuten con lo cual el caraacutecter absoluto se ve disminuido en casos muy especiacuteficos

Frente a estas dificultades Velasco (1988) propone una conceptualizacioacuten de los dere-chos humanos con un pequentildeo matiz ldquoAl uti-lizar la expresioacuten derechos humanos se estaacute haciendo referencia a unos derechos morales de tipo prima facie universales en su ads-cripcioacuten innegociables y con pretensioacuten de reconocimiento juriacutedico a nivel nacional e in-ternacionalrdquo (p631) Afirmar que son prima facie significa que si bien se entienden que son absolutos universales e inalienables en primera instancia las circunstancias deben ser consideradas al momento de buscar una concrecioacuten praacutectica de los derechos en casos en los que se observe cierta incompatibilidad porque de cualquier otra manera su preten-sioacuten de ser reconocidos juriacutedicamente puede constantemente encontrarse con la amenaza de llegar a ser una causa perdida

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Por otro lado el hecho de que busque reco-nocimiento por parte de sistemas juriacutedicos no menoscaba ni disminuye la anterioridad de su caraacutecter moral ni es una admisioacuten de que los derechos humanos solo existen cuando son positivizados Simplemente es un asentimien-to de que los derechos humanos podraacuten ser mejor defendidos si son reconocidos por las constituciones Esto no obstante no es una condicioacuten sine qua non dado que ldquola situacioacuten del sujeto no puede depender de la mayor o menor fortuna en la eleccioacuten del lugar de re-sidencia (cuando esa eleccioacuten sea posible)rdquo (Velasco 1988 pp629-630) Esto de nuevo es un argumento moral que busca objetar las afirmaciones de los positivistas

En funcioacuten de lo anterior es importante hacer una uacuteltima precisioacuten que consiste en re-saltar la diferencia que existe entre el teacutermino ldquoderechos humanosrdquo y el teacutermino ldquoderechos fundamentalesrdquo La distincioacuten consiste en que el segundo teacutermino se refiere especiacuteficamente a los ldquoderechos individuales positivizados en las constitucionesrdquo (Velasco 1988 p627) Por su parte Peacuterez Luntildeo (1998) aclara que la distin-cioacuten entre ambos reside en que los derechos humanos son propiamente deontoloacutegicos y se refieren a la inherencia de ciertas facultades que deben ser positivizados mientras que los fundamentales siacute hacen una referencia directa y exclusiva a los derechos reconocidos por los sistemas juriacutedicos (p105) Esta precisioacuten tiene relevancia porque la universalidad atantildee a los derechos humanos no a los fundamentales cuya validez por definicioacuten tiene lugar en la medida en que sean reconocidos en los dis-tintos ordenamientos juriacutedicos y por tanto no son los mismos en todas las sociedades poliacute-ticas

Asiacute bajo los supuestos de naturaleza moral de los derechos humanos previos al Estado y al derecho positivo como afirmacioacuten de valo-

res que se consideran superiores tales como la dignidad la libertad y la igualdad de ca-raacutecter universal absoluto e inalienable prima facie se dio tratamiento a esta nocioacuten de de-rechos humanos en la presente investigacioacuten

12 Universalidad de los derechos humanos consideraciones generales

Una de las caracteriacutesticas formales y tam-bieacuten controversiales de los derechos huma-nos es su universalidad justificada como ne-cesidad moral y poliacutetica como condicioacuten de autorrealizacioacuten del individuo y de reconoci-miento de su dignidad con independencia de su entorno tanto cultural como poliacutetico Se trata pues de una tendencia defendida cada vez con mayor urgencia como resultado de la mayor interdependencia y cooperacioacuten entre naciones que ha caracterizado a los siglos XX y XXI Dicha tendencia se manifiesta como la necesidad de adoptar acepciones de la justicia y la moral mucho maacutes amplias que las permi-tidas por las fronteras culturales nacionales aunque con mucha controversia Esto se evi-dencia en el hecho de que ldquola afirmacioacuten de la universalidad de los derechos humanos es patrimonio comuacuten de las Declaraciones des-de el uacuteltimo tercio del siglo XVIII hasta nues-tros diacuteasrdquo (De Castro 1995 p391) Por tanto ha sido una aspiracioacuten predominante en todo el desarrollo de la teoriacutea de los derechos hu-manos

Lo anterior forma parte de la muy vigente y puacuteblica dicotomiacutea entre soberaniacutea y globali-zacioacuten en la que esta uacuteltima aboga cada vez maacutes por un punto de vista universal de la mo-ral concretada en el establecimiento de nor-mas miacutenimas de convivencia y de respeto a la humanidad Al respecto Peacuterez Luntildeo (1998) afirma ldquoEn un mundo interdependiente en el seno de sociedades interconectadas la garan-tiacutea de unos derechos universales se ha hecho

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maacutes perentoria que nuncardquo (p98) No es ca-sualidad pues que los retos que la globaliza-cioacuten hayan reavivado en las uacuteltimas deacutecadas el debate alrededor de la universalidad tanto de los derechos humanos en particular como de la moral en general

Por estas razones lo que caracteriza a nuestra eacutepoca es el haberse dado paso a ldquola idea de un derecho comuacuten o lsquocosmopolitarsquo fundado en los derechos humanos como de-rechos morales universalesrdquo (De Zan 2004 p150) Vieacutendolo desde el punto de vista de favorecer la integracioacuten global en la defensa y promocioacuten de los derechos humanos la uni-versalidad parece a primera vista una aspira-cioacuten aceptable pero lo cierto es que no es un tema de unaacutenime aceptacioacuten por el contrario es quizaacutes el tema maacutes controversial Esto es asiacute por la problemaacutetica que supone establecer unas normas morales de pretensioacuten universa-lista originadas en el pensamiento de la civili-zacioacuten occidental en comunidades tan disiacutemi-les y heterogeacuteneas entre siacute con ethos propios y con distintas concepciones de los fines a los que se debe aspirar

En efecto la teoriacutea de los derechos hu-manos conlleva inevitablemente una tensioacuten entre la validez universal y la multiplicidad de formas de vida la cual maacutes adelante se ex-pondraacute como equivalente a la tensioacuten entre una acepcioacuten particular de la eacutetica con una acepcioacuten particular de la moral Lo curioso de esto es que el atributo de universalidad es tan intriacutenseco al propoacutesito moral de los derechos humanos que no parece posible separar am-bos teacuterminos sin socavar la integridad de cada uno Es decir bajo esta perspectiva solamente puede hablarse de derechos humanos como principios morales cuando se admite su uni-versalidad porque cualquier otra afirmacioacuten no hace sino excluir arbitrariamente con base en determinadas relaciones de poder o carac-

teriacutesticas referidas a ciertas condiciones de la existencia como la pertenencia a una nacioacuten o a una cultura condiciones que los derechos humanos no desconocen pero que tampoco seguacuten los universalistas debiesen ser determi-nantes al momento de reconocer ciertas facul-tades baacutesicas

Por ahora antes de adentrarse en las dis-tintas posturas que debaten e incluso niegan la legitimidad de la universalidad resulta impor-tante ponderar en primer lugar la significacioacuten del teacutermino Peces-Barba (1994) explicita que ldquopor universalidad hacemos referencia a una titularidad de los derechos que se adscriben a todos los seres humanos Sus rasgos son la racionalidad y la abstraccioacuten congruentes con esa titularidad de todos los hombresrdquo (p614) Se trata por tanto de un proceso de descon-textualizacioacuten a raiacutez del cual se garantiza el va-lor universal de los derechos sobre la base de una uacutenica condicioacuten la de ser humano En ra-zoacuten de lo anterior las organizaciones encarga-das de defenderlos han definido lo siguiente

Los derechos humanos son universales porque estaacuten basados en la dignidad de todo ser humano con independencia de la raza el color el sexo el origen eacutetnico o social la religioacuten el idioma la nacionali-dad la edad la orientacioacuten sexual la dis-capacidad o cualquier otra caracteriacutestica distintiva (ACNUDH 2016 p22)

Seguacuten Peacuterez Luntildeo (1998) la afirmacioacuten de la universalidad de estos derechos tienen el propoacutesito de ldquoafirmar sin resquicio a dudas que la proteccioacuten de los derechos humanos y consiguientemente su violacioacuten no cons-tituiacutean aacutembitos reservados a la soberaniacutea in-terna de los Estados () sino problemas que afectan a toda la humanidadrdquo (p96) Bastariacutea con analizar el preaacutembulo de la Declaracioacuten Universal de los Derechos Humanos (1948)

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para darse cuenta de la veracidad de esta afir-macioacuten ldquola libertad la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intriacutenseca y de los derechos igua-les e inalienables de todos los miembros de la familia humanardquo (paacuterr1) La inclusioacuten de la totalidad de los seres humanos como sujeto de derechos supone la idea de una dignidad intriacutenseca a la especie humana lo cual sentildeala una inspiracioacuten humanista y antropoceacutentrica en la Declaracioacuten que tiene algunos de sus oriacutegenes en el pensamiento de Kant aunque no se limita exclusivamente a eacutel sino a toda la eacutepoca moderna

Ahora bien el problema con la definicioacuten de Peces-Barba presentada anteriormente y que coincide con muchas de las que comuacuten-mente se usan es que parece insuficiente porque corresponde a lo que De Castro (1995) denomina universalidad como dato En efecto el autor entiende que

una cosa es la universalidad de los de-rechos humanos como dato (=atribucioacuten a todos o a la mayoriacutea de los seres huma-nos [iquestsoacutelo a ellos] y validez en todo o casi todo tiempo y lugar) y otra bastante diferente la universalidad como principio loacutegico-ontoloacutegico (es decir como caraacutec-ter racional exigido por la necesidad que tienen los sujetos morales de contar con referencias o criterios de accioacuten o de co-nocimiento que tengan validez incondicio-nable) (p388 cursiva propia)

El punto es que no basta para los objeti-vos de esta investigacioacuten referirse a la primera acepcioacuten de universalidad en la que se consi-dera solamente como un atributo que puede predicarse de los derechos humanos a poste-riori por el contrario se busca analizar la uni-versalidad como principio loacutegico-ontoloacutegico es decir ldquouna universalidad que si existe ha de tener su fundamento en una unidad o uni-

formidad ontoloacutegica en una coincidencia in-triacutenseca (esencial) y no modificable que equi-para a todos los posibles sujetos de los dere-chosrdquo (De Castro 1995 p388) puesto que la problemaacutetica que aquiacute se presenta parte de consideraciones de la naturaleza moral de los derechos humanos

Por otro lado se podriacutea argumentar que definiciones como la expuesta por Peces-Bar-ba esto es definiciones que solo consideran la titularidad de los derechos a los seres huma-nos y por tanto se refieren a la universalidad exclusivamente como dato son uacutetiles porque de esa manera es considerada en las declara-ciones de derechos humanos No obstante De Castro (1995) sostiene ldquoEl tipo de universali-dad que se da por supuesto o que se afirma expliacutecitamente en las diversas Declaraciones de derechos si bien es formulado como un dato se presenta como exigencia estructuralrdquo (p388) Es decir la universalidad se afirma no simplemente porque los paiacuteses han acordado en torno a su validez sino porque se supone soportada por exigencias maacutes elevadas que se proponen como derivadas de la capacidad moral del hombre

Esto se verifica en las declaraciones al afir-mar estas que los hombres nacen en condi-ciones de libertad e igualdad Por ejemplo al consultar el primer artiacuteculo de la Declaracioacuten Universal de los Derechos Humanos (1948) ldquoTodos los seres humanos nacen libres e igua-les en dignidad y derechosrdquo (Art1) nos en-contramos con que no se estaacute aludiendo uacuteni-camente una idea de naturaleza poliacutetica a la que se llega a traveacutes de un consenso sino que se estaacute afirmando una naturaleza moral y on-toloacutegica del hombre que es previa e inmutable a su experiencia en el mundo y que exige de la universalidad de sus derechos Por tanto toda ldquodistincioacuten alguna de raza color sexo idio-ma religioacuten opinioacuten poliacutetica o de cualquier

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otra iacutendole origen nacional o social posicioacuten econoacutemica nacimiento o cualquier otra con-dicioacutenrdquo (Declaracioacuten Universal 1948 Art2) resulta invaacutelida por cuanto en nada afectan o modifican la dignidad

El fundamento moral de la universalidad de los derechos humanos y en general del uni-versalismo eacutetico como se entiende en la actua-lidad reside en el valor intriacutenseco de la per-sona moral como fin en siacute mismo por cuanto ldquoes una propiedad que le compete por igual a todo ser humano en cuanto ser racionalrdquo (De Zan 2004 p97) Se trata asiacute de derechos que se suponen intriacutensecos previos a la experien-cia y a las condiciones de la existencia con lo cual cumple con las condiciones que definen la universalidad como principio loacutegico-ontoloacute-gico y no meramente como dato

Ahora bien en virtud de poner a prueba la definicioacuten de universalidad como categoriacutea loacute-gica-ontoloacutegica nos centildeiremos a la definicioacuten que De Castro (1995) propone pues ella com-porta un mayor grado de especificidad

universalidad equivale a la predicabi-lidad constitutiva respecto de todos los componentes o individuos de un deter-minado conjunto o universo loacutegico (clase especie o geacutenero) que es inherente a la relacioacuten en que estaacuten determinadas cua-lidades o modos de ser con las laquocosasraquo o entes que existen (p387)

En este sentido de universalidad de todos los miembros de un universo se predica un rasgo o caraacutecter que es esencial y constituti-vo En el caso de la humanidad se argumenta que tal rasgo universal es la racionalidad que a diferencia de categoriacuteas contingentes como el sexo la edad o la clase social se supone compartida por todos sin excepcioacuten y de for-ma intriacutenseca La igualdad esencial que defi-ne la relacioacuten entre estos seres forma la base

sobre la cual se afirma la universalidad de los derechos humanos (De Castro 1995 p387)

Ahora bien el valor de la definicioacuten que nos proporciona De Castro se revela en dos aspectos en primer lugar trasciende las con-sideraciones sociopoliacuteticas puesto que aquiacute el tratamiento de los derechos humanos no consiste simplemente en verificarlos como resultado de distintos acuerdos juriacutedicos y po-liacuteticos alrededor de un compromiso entre na-ciones de mantener la paz sino de derechos derivados de elucidaciones acerca de la per-sonalidad moral ―una unidad ontoloacutegica que comparten los sujetos de derechos― y de la relaciones sociales desde el punto de vista de la eacutetica

En segundo lugar pone de relieve que cuestionar la universalidad en teacuterminos de filosofiacutea moral consiste en determinar si re-sulta legiacutetimo predicar los derechos humanos de todos los miembros de la humanidad con cierta independencia respecto a las creencias personales la diversidad de contextos sociales y culturales en lo que se desarrollan los seres humanos y con la admisioacuten de la existencia de un rasgo intriacutenseco y esencial compartido sobre el cual se sostiene tal pretensioacuten Des-de este punto de vista en particular no es una predicabilidad a posteriori sino a priori libre de la experiencia

Es evidente que el caraacutecter a priori de la universalidad tambieacuten implica el reconoci-miento de los derechos humanos como de-rechos anteriores a cualquier orden juriacutedico y poliacutetico razoacuten por la cual descarta el mero contractualismo o derecho positivo Que los derechos humanos son anteriores a todo de-recho positivo es justificado de distintas ma-neras por su naturaleza moral Al respecto Al-varado (2006) sostiene que en la Declaracioacuten Universal ldquoel deber o compromiso es entendi-

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do como un deber que le corresponde estric-tamente a la eacutetica y no a la legislacioacuten juriacutedicardquo (p14) Con esta afirmacioacuten coincide Laporta (1987) ldquoel aacutembito de los derechos es el de la eacutetica son una moralidad y por eso propugnan la denominacioacuten de derechos morales para asegurarse ese valor universalrdquo (Peces-Barba 1994 p616)

Ahora bien en el apartado anterior se ex-puso la definicioacuten de los derechos humanos como derechos que son ante todo morales Lo que aquiacute hace falta enfatizar es la idea de que la misma moralidad de estos parece exigir su universalidad De Zan (2004) afirma que la exigencia de la universalidad se da como con-secuencia de que ldquoLa moral implica el trato igual y el reconocimiento reciacuteproco de las per-sonas es esencialmente intersubjetiva A la gramaacutetica de lo moral como a la gramaacutetica de lo verdadero pertenece una necesaria preten-sioacuten de validez universalrdquo (p42) En efecto si se sostiene la igualdad esencial de los hombres como un hecho moral no parece en principio legiacutetimo concluir que unos seriacutean beneficiarios de unos derechos humanos y otros no

Ademaacutes la universalidad como exigencia moral se da sobre la base de la idea de que la dignidad humana y los valores maacutes elevados como la libertad y la justicia deben ser defen-didos a toda costa ninguacuten ser humano puede ser instrumentalizado ni siquiera por el Esta-do ni puede ser sometido a actividades deni-grantes que niegan su condicioacuten libre y digna bajo la excusa de la no contemplacioacuten de cier-tos derechos en tal o cual sistema juriacutedico o por motivos culturales Al mismo tiempo la universalidad se manifiesta tambieacuten en el sen-tido de accioacuten positiva es decir como la nece-sidad del establecimiento de unas condiciones miacutenimas que garanticen a todos la oportuni-dad de desarrollar sus propios planes de vida

Por otro lado hay distintas dimensiones en las que se puede hablar de universalidad cuya especificacioacuten resulta relevante para cual-quier investigacioacuten destinada a estudiarla Al respecto Peces-Barba (1994) reconoce tres una loacutegica una temporal y una espacial La loacute-gica refiere a la titularidad de los derechos en virtud de la racionalidad cuya definicioacuten ya se ha expuesto al comienzo de este apartado la temporal supone que la universalidad se en-cuentra al margen del tiempo y es vaacutelida para todos los momentos de la historia mientras que la espacial refiere a su validez en todas las sociedades (pp614-615) Evidentemente esta investigacioacuten estaacute enmarcada en la pri-mera acepcioacuten la cual se preocupa por los su-jetos de los derechos humanos

No obstante afirmar la universalidad en su acepcioacuten loacutegica supone tambieacuten afirmarla en sus dimensiones temporal y espacial puesto que si la atribucioacuten de estos derechos estaacute ba-sada uacutenicamente en la consideracioacuten del suje-to moral como libre racional e independiente el aacutembito empiacuterico tiene poca relevancia Esta conclusioacuten solamente es vaacutelida si se estaacute ha-blando de la universalidad como principio loacute-gico-ontoloacutegico ya que la universalidad como dato seguacuten la distincioacuten que se hizo con an-terioridad evidentemente estaacute influida por la historia y el contexto de las culturas

Por su parte hay otra distincioacuten que re-sulta imprescindible rescatar aquella que se da entre la universalidad como punto de partida y universalidad como punto de llega-da (Peces-Barba 1994 p629) Esta uacuteltima es propiamente aquella que justifica por queacute la existencia de derechos especiacuteficos o colectivos que benefician a unos pocos no niega la uni-versalidad sino que la buscan a traveacutes de me-canismos de discriminacioacuten positiva En este sentido la universalidad se propone como fin y no como praacutectica pues recurre a situaciones

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instrumentales de favorecer a los individuos o comunidades que otrora habriacutean sido discri-minados con el fin de garantizar que se cum-pla la premisa de la universalidad como punto de partida esto es la igualdad y libertad de todos los hombres

Para Nino (1989) la afirmacioacuten de dere-chos especiacuteficos no vulnera la idea de univer-salidad porque bien puede darse el caso de la existencia de ciertos derechos atados a otras condiciones que no son las de ser humano tales como los derechos de la mujer o de la vejez pero ldquosoacutelo son casos especiales o ins-trumentales respecto de derechos maacutes funda-mentales y geneacutericos que parecen presentar el rasgo que estamos analizandordquo (p42) Con esto se quiere hacer ver que la universalidad no es un concepto unidimensional que pueda desecharse faacutecilmente puesto que incluso las argumentaciones morales a favor de derechos no universales como los derechos de los in-diacutegenas por ejemplo pueden ser entendidos como mecanismos de compensacioacuten orienta-dos a conseguir la realizacioacuten de esa universa-lidad o al menos la aproximacioacuten a ella tanto como sea posible

No obstante la clasificacioacuten de las distin-tas dimensiones de la universalidad propuesta por De Castro (1995) parece ser maacutes completa y quizaacutes despeje maacutes dudas acerca de lo que se quiere decir cuando se habla de univer-salidad en esta investigacioacuten En efecto este autor identifica cinco dimensiones subjetiva objetiva cultural cronoloacutegica y poliacutetica Esta investigacioacuten en especiacutefico problematiza la universalidad primordialmente desde su di-mensioacuten subjetiva que consiste en proclamar ldquola predicabilidad de los derechos humanos respecto de la totalidad de sus posibles titula-res sean eacutestos solamente los seres humanos o tambieacuten otros seresrdquo (De Castro 1995 p389) Es decir trata fundamentalmente de quieacutenes

son los sujetos o beneficiarios de estos dere-chos y las razones filosoacuteficas y morales en vir-tud de las cuales se prescribe que esto sea asiacute

A partir de estas especificaciones se trataraacute el tema de la universalidad en esta investiga-cioacuten partiendo de la idea de que

El reconocimiento de la pretensioacuten de universalidad de los contenidos que se in-cluyen en los derechos humanos tiene que ponerse a prueba y pasar por la confronta-cioacuten con los intereses legiacutetimos de los di-ferentes sectores de la propia sociedad y con las convicciones del ethos de las otras culturas (De Zan 2004 p159)

Con base en la afirmacioacuten anterior se justi-fica la necesidad de problematizar la universa-lidad desde distintas visiones a fin de determi-nar su caraacutecter moral y verificar si seriacutea posible afirmar la existencia de los derechos humanos sin ella Pero antes de emprender esa tarea resulta importante por razones que se enten-deraacuten maacutes adelante explorar los fundamentos filosoacuteficos modernos que le dieron vida

13 Los derechos humanos como proyecto de la modernidad

Ya se ha asomado la idea de que la univer-salidad de los derechos humanos es un con-cepto esencialmente moderno por tanto cri-ticarla supone impliacutecitamente una criacutetica a la modernidad ldquoLos derechos humanos en con-tra de lo que en ocasiones se sostiene cons-tituyen una categoriacutea histoacuterica Nacen con la modernidad en el seno de la atmoacutesfera inte-lectual que inspiraraacute las revoluciones liberales del siglo XVIIIrdquo (Peacuterez Luntildeo 1998 p96) Desde el surgimiento de los derechos humanos has-ta los tratados de la actualidad la relevancia que la perspectiva moderna le ha dado a la aproximacioacuten universalista es de tal magnitud

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que no resulta faacutecil descartarla sin llevarse por delante la teoriacutea misma de los derechos hu-manos

La estrecha relacioacuten entre el concepto de los derechos humanos y la modernidad es afir-mada por Peacuterez Luntildeo (1998) de la siguiente manera ldquoel rasgo baacutesico que marca el origen de los derechos humanos en la modernidad es precisamente el de su caraacutecter universal el de ser facultades que deben reconocerse a to-dos los hombres sin exclusioacutenrdquo (p97) Por otro lado la firma de la Declaracioacuten Universal de 1948 representa para Bobbio (1998) la pri-mera vez que un conjunto de principios fue-ron libremente aceptados como universales sobre la base del ldquoconsenso sobre su validez y su idoneidad para regir las suertes de la comu-nidad futura de todos los hombresrdquo (p133) Esta interpretacioacuten parte tambieacuten de la idea de que la universalidad pertenece a una con-quista histoacuterica que inicia en la filosofiacutea de la Ilustracioacuten y finalmente se concreta en la De-claracioacuten de 1948 que deja por sentado que la humanidad por primera vez en su historia comparte un sistema de valores comunes

Durante los tiempos previos a la moder-nidad mucho antes de que siquiera surgiera la nocioacuten de derechos humanos las personas disfrutaban de derechos con base en distintas caracteriacutesticas tales como la riqueza la posi-cioacuten social e incluso la religioacuten A partir de la modernidad en cambio la fraccioacuten de sujetos depositarios de derechos fue incrementaacutendo-se hasta cubrir a todo el universo loacutegico que es la humanidad surgiendo asiacute el concepto uni-versal del hombre Asiacute ldquoEl gran invento juriacutedi-co-poliacutetico de la modernidad reside precisa-mente en haber ampliado la titularidad de las posiciones juriacutedicas activas o sea de los dere-chos a todos los hombres y en consecuencia de haber formulado el concepto de los dere-chos humanosrdquo (Peacuterez Luntildeo 1998 p97)

No obstante esta nocioacuten no es suficiente porque como se ha mencionado en el aparta-do anterior el objetivo de este estudio no es la universalidad como dato sociopoliacutetico sino como principio moral aunque ciertamente es posible afirmar que el primero es conse-cuencia del segundo En efecto cuando se ha-bla de la relacioacuten entre la universalidad de los derechos humanos y la modernidad se estaacute haciendo referencia al hecho de que la insti-tucionalizacioacuten de los primeros derechos que pueden denominarse propiamente humanos tiene su basamento en una cierta filosofiacutea de la conciencia que es el paradigma de la mo-dernidad

Cuando se habla de modernidad no nos circunscribimos exclusivamente a un periacuteodo en teacuterminos cronoloacutegicos sino a un esquema de pensamiento que seguacuten Touraine (1994) reuacutene a grandes rasgos las siguientes caracte-riacutesticas la proliferacioacuten de la actividad racio-nal la diferenciacioacuten de los diversos sectores de la vida social la exclusioacuten de todo finalis-mo y el desarrollo por el progreso teacutecnico la liberacioacuten de las necesidades y el triunfo del espiacuteritu (p17) Cada uno de estos puntos me-receriacutea una especial atencioacuten pero a efectos de esta investigacioacuten lo que seraacute verdadera-mente relevante es la aspiracioacuten moderna de ordenar una sociedad de forma racional ldquola modernidad ha hecho de la racionalizacioacuten el uacutenico principio de organizacioacuten de la vida personal y colectiva al asociarlo al tema de la secularizacioacuten es decir prescindiendo de toda definicioacuten de los lsquofines uacuteltimosrsquordquo (Touraine 1994 p18)

Esta separacioacuten de los fines uacuteltimos que implicaba la disolucioacuten de viacutenculos sociales tradicionales y la descreencia de los dogmas religiosos en favor de la razoacuten dio paso a su vez a la aparicioacuten de aspiraciones universalis-tas que en la Revolucioacuten Francesa se sosteniacutean

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sobre la consigna Liberteacute Egaliteacute y Fraterniteacute y que maacutes recientemente se concretan en los derechos humanos sostenidos sobre la afir-macioacuten de la libertad la igualdad esencial y la dignidad humana

Adicionalmente para algunos autores criacute-ticos o no de la modernidad las caracteriacutesticas que se le atribuyen a los derechos humanos son el resultado de una nueva acepcioacuten de lo moral que nace en la eacutepoca moderna Al respecto el filoacutesofo Alasdair MacIntyre una gran criacutetico del proyecto ilustrado en su libro Tras la virtud afirma que ldquoEstamos tan acos-tumbrados a clasificar juicios discusiones y acciones en teacuterminos morales que olvidamos lo relativamente nueva que fue esta nocioacuten en la cultura de la Ilustracioacutenrdquo (MacIntyre 2001 p71) En efecto lo moral tal y como lo cono-cemos hoy tiene su origen y desarrollo en la modernidad Es a partir del siglo XVII que los esfuerzos se orientan a entender y justificar la moralidad como una esfera autoacutenoma de las costumbres y la religioacuten disentildeando sus pro-pias reglas

Soacutelo a finales del siglo XVII y en el si-glo XVIII cuando distinguir lo moral de lo teoloacutegico lo legal y lo esteacutetico se convirtioacute en doctrina admitida el proyecto de jus-tificacioacuten racional independiente para la moral llegoacute a ser no meramente intereacutes de pensadores individuales sino una cues-tioacuten central para la cultura de la Europa del Norte (MacIntyre 2001 p71)

Esta nueva acepcioacuten de la moral indisolu-blemente ligada al espiacuteritu moderno desem-boca afortunadamente para unos lamenta-blemente para otros ―incluido MacIntyre― en el establecimiento de principios eacuteticos universales de los cuales derivan los derechos humanos Esto es consecuencia de una pre-tensioacuten caracteriacutestica de la modernidad la de fundamentar racionalmente la moral

No obstante Lipovetsky (1994) matiza lo anterior al sostener ldquoLa idea de una moral racional o natural no es una invencioacuten espe-ciacuteficamente moderna () Pero soacutelo los mo-dernos han inscrito en el frontispicio de la so-ciedad valores estrictamente laicos soacutelo ellos emprendieron la construccioacuten de un orden social y poliacutetico a partir de principios eacuteticos no confesionalesrdquo (p22) En efecto el suscribir valores basados ya no en las tradiciones ni en la revelacioacuten de la Verdad divina sino en la na-turaleza humana hizo de la eacutetica una empresa laica y con ambiciones de constituirse como un hecho universal

El primer paso para la nueva acepcioacuten lai-ca y moderna de la eacutetica consistioacute en la pro-clamacioacuten de los derechos individuales como un hecho moral por excelencia desde el cual debiacutea derivarse un conjunto de consecuencias sociales y poliacuteticas importantes ldquoLos ideales de soberaniacutea individual y de igualdad civil constitutivos de la civilizacioacuten democraacutetico-in-dividualista expresan los laquoprincipios simples e incuestionablesraquo de la moral universalrdquo (Lipo-vetsky 1994 p23) Bajo esta idea los dere-chos humanos fungieron como los cimientos para la consolidacioacuten de sociedades democraacute-ticas dando paso a una eacutepoca deoacutentica en la que se propugnaba la soberaniacutea del individuo como freno a la soberaniacutea del Estado Ninguna ley ni divina ni terrenal podiacutea ir en contra de estos imperativos racionales

Pero el individuo idealizado en este pri-mera etapa de la modernidad no era uno en-cerrado en siacute mismo se prescribiacutea tambieacuten el compromiso activo que tal individuo teniacutea frente a sus semejantes esto es con la comu-nidad poliacutetica hacia la que debiacutea la maacutes alta de las consideraciones Por ello correlativo a la afirmacioacuten de derechos se derivaban deberes hacia los otros (Lipovetsky 1994 p23) Es en una etapa posterior como veremos maacutes ade-

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lante en la criacutetica que hace Bauman cuando el individualismo se hace egoiacutesta

En este sentido surge una paradoja porque la acepcioacuten universalista-racional de la eacutetica no hubiese sido posible sin la secularizacioacuten pero al mismo tiempo se afirma que la mo-dernidad al menos en su etapa inicial man-tuvo de las sociedades premodernas religiosas una idea igualmente fuerte del deber ya no en nombre de Dios sino en nombre de la razoacuten Es por ello que Lipovetsky (1994) asevera ldquoEl primer ciclo de la moral moderna ha funciona-do como una religioacuten del deber laicordquo (p12) con la diferencia de que si en las sociedades premodernas el deber era hacia Dios en la modernidad el deber era hacia la humanidad maacutes especiacuteficamente hacia el individuo como ser racional titular de prerrogativas inaliena-bles legitimaacutendose todo arreglo racional de la sociedad alrededor de eacutel como valor principal

Ahora bien del cataacutelogo del pensamiento moderno quizaacutes no haya nadie tan responsa-ble de la afirmacioacuten de la universalidad moral propugnada por los derechos humanos como Immanuel Kant dado que muchas de las teo-riacuteas eacuteticas contemporaacuteneas universalistas tie-nen su mayor y maacutes grande deuda con su filo-sofiacutea Esto es asiacute porque Kant se propuso como ninguacuten otro la afirmacioacuten de la superioridad del principio moral de validez universal ante-rior a toda condicioacuten histoacuterica y contingente a toda emocioacuten y actitud subjetiva y a todo orden juriacutedico y poliacutetico

Kant (2007) inicia su Fundamentacioacuten de la Metafiacutesica de las Costumbres estableciendo que resulta necesario elaborar una filosofiacutea moral que no deacute cuenta de la experiencia sino que cumpla con las condiciones de la necesi-dad y la universalidad propias de lo a priori es decir propias de los conceptos de la razoacuten pura praacutectica Al respecto nos dice ldquoEl funda-

mento de la obligacioacuten no debe buscarse en la naturaleza del hombre o en las circunstancias del universo en que el hombre estaacute puesto sino a priorirdquo (p 3) Por tanto las leyes mo-rales resultan independientes de todo hecho de contenido faacutectico Esto es asiacute debido a una concepcioacuten kantiana del sujeto seguacuten la cual este es trascendental ldquoen tanto sujeto de la experiencia () habito un mundo inteligible o suprasensible en este independiente de las leyes de la naturaleza soy capaz de tener au-tonomiacutea capaz de actuar de acuerdo con una ley que me doy a miacute mismordquo (Sandel 2000 p23)

La anterioridad y supremaciacutea del sujeto como autonomiacutea de la voluntad frente a sus fines inclinaciones e incluso circunstancias se justifica bajo la idea de la libertad puesto que Kant (2007) considera que ldquoLa indepen-dencia de las causas determinantes del mun-do sensible (independencia que la razoacuten tiene siempre que atribuirse) es libertadrdquo (p75) Es importante recordar que el primer artiacuteculo de la Declaracioacuten Universal citado anteriormen-te no solo establece que todos los hombres nacen iguales sino libres La libertad asiacute en-tendida supone la anterioridad del sujeto a las circunstancias y condiciones en las que se desenvuelve

Ahora bien si la determinacioacuten de la capa-cidad moral del sujeto es a priori esta no pue-de venir dada por ninguna emocioacuten actitud o inclinacioacuten puesto que todas ellas son diver-gentes entre siacute incapaces para Kant de dar el fundamento estable a la moral Lo relevante es el sujeto como voluntad autoacutenoma capaz de darse a siacute mismo su propia ley capacidad que no depende de circunstancias empiacutericas sino de una constitucioacuten racional intriacutenseca Por tanto lo moral no es aquello que corres-ponde a la accioacuten destinada a la consecucioacuten de meras inclinaciones o deseos ni siquiera es

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aquello que corresponde a determinados fines como la felicidad puesto que estos tambieacuten pueden ser muchos y variados En cambio lo moral tiene que ver con actuar bajo aquellas maacuteximas capaces de ser universales

En este sentido Kant (2007) entiende que si bien los fines que los hombres se proponen como deseables y los principios subjetivos son muacuteltiples y variados las leyes morales son como las leyes fiacutesicas en el sentido de que son universales sin excepcioacuten ldquola ley lleva consigo el concepto de una necesidad incondicionada y objetiva y por tanto universalmente vaacutelida y los mandatos son leyes a las cuales hay que obedecer esto es dar cumplimiento aun en contra de la inclinacioacutenrdquo (p 31)

No es objeto de esa investigacioacuten expo-ner a fondo la filosofiacutea moral kantiana pero siacute resulta necesario referir brevemente su in-fluencia como representante del pensamiento moderno en el debate de los derechos huma-nos como derechos morales universales Para empezar seguacuten Peacuterez Luntildeo (1998) la filosofiacutea moral kantiana se proponiacutea ldquola elucidacioacuten ra-cional de los rasgos constitutivos del geacutenero humanordquo (p98) sobre la base de los cuales se sostiene el valor intriacutenseco irreductible del hombre y la inmoralidad de su instrumenta-lizacioacuten Dicha elucidacioacuten racional es la que justifica hoy en diacutea o pretende justificar la universalidad de los derechos humanos en su sentido loacutegico-ontoloacutegico al apoyarse sobre la afirmacioacuten de una igualdad esencial de todos los hombres ldquola aceptacioacuten del presupuesto deontoloacutegico de la igualdad esencial al menos desde el punto de vista relevante de todos los sujetos de la organizacioacuten social desemboca tambieacuten inexorablemente en la afirmacioacuten de la predicabilidad universal de los derechosrdquo (De Castro 1995 p401)

Pero la afirmacioacuten de la igualdad esencial ha variado durante toda la eacutepoca moderna Simplificando en una primera fase el iusna-turalismo del siglo XVIII defendiacutea la universa-lidad con base en la afirmacioacuten de unos dere-chos intriacutensecos a la naturaleza humana como esencia La formulacioacuten kantiana la afirma en cambio sobre el supuesto de la ideacutentica ca-pacidad de razonamiento moral de los indivi-duos esto es de la autonomiacutea de la voluntad racional de la cual se concluye que tiene una dignidad inviolable Es decir Kant igualmente proclama la universalidad moral pero esta vez basada en el conocer y no en el ser (De Castro 1995 p401)

El traacutensito de la inicial acepcioacuten iusnatura-lista de la universalidad a la actual es tambieacuten descrito brevemente por Bobbio (1998) en tres fases La primera corresponde al iusnatu-ralismo moderno etapa en que la universali-dad era exclusivamente postulada en tratados filosoacuteficos La segunda tuvo lugar cuando las aspiraciones filosoacuteficas comenzaron a concre-tarse en legislaciones y declaraciones alliacute la pretensioacuten de universalidad pierde un poco de su fuerza en favor de su concrecioacuten pues-to que inevitablemente dependiacutea de la accioacuten u omisioacuten del Estado La uacuteltima es la que se vive actualmente y tiene su inicio en la Decla-racioacuten Universal de los Derechos Humanos de 1948 en la que la afirmacioacuten es tanto univer-sal como positiva por una parte se afirma la titularidad de todos los hombres con indepen-dencia de su pertenencia a tal o cual Estado por otro lado ya no son solamente declarados o idealizados sino que se concreta su protec-cioacuten efectiva (pp134-135)

Este breve itinerario de la universalidad en la historia de los derechos humanos busca dar cuenta de la evolucioacuten de su conquista en distintas etapas de la eacutepoca moderna Pero en eacutel tambieacuten es posible ubicar uno de los virajes

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que el pensamiento kantiano provocoacute en la fi-losofiacutea de los derechos humanos con respec-to al iusnaturalismo Para De Castro (1995) la universalidad de los iusnaturalistas era de na-turaleza pasiva en tanto se atribuiacutean a los in-dividuos en funcioacuten de lo que son ignorando su existencia concreta social y personal razoacuten por la cual afirma ldquoLos derechos se le reco-nociacutean pues al individuo desindividualizado (tanto en su dimensioacuten de hombre como en su dimensioacuten de ciudadano)rdquo (p402) En cam-bio con la introduccioacuten de la filosofiacutea de Kant y las teoriacuteas eacuteticas contemporaacuteneas inspiradas por eacutel la universalidad ha podido ser afirmada positivamente esto es como una conquista propia del individuo basada en su capacidad propia de actuar y razonar moralmente no solamente de ser humano

Por otro lado esta estrecha relacioacuten entre universalidad y el pensamiento kantiano ha tenido amplias repercusiones en la teoriacutea de los derechos humanos por el hecho de haber desplazado las teoriacuteas emotivistas o utilitaris-tas de la moral en favor de lo que se conoce hoy como liberalismo deontoloacutegico En efecto Sandel (2000) expone que los derechos indivi-duales a grandes rasgos han sido defendidos por dos corrientes divergentes el utilitarismo y el liberalismo kantiano Ambas son corrien-tes liberales pero la segunda valieacutendose del pensamiento de Kant en torno a la prioridad de la justicia postula la inviolabilidad de los derechos humanos incluso por encima de consideraciones en torno al bienestar general negando los supuestos utilitaristas que supo-niacutean un caacutelculo de la felicidad general (p14) La afirmacioacuten de los derechos humanos en este sentido kantiano es categoacuterica y tienen predominancia sobre cualquier otra cuestioacuten moral

En el marco de este debate los defenso-res de los derechos humanos como derechos

morales universales son herederos del pensa-miento kantiano en tanto se apoyan sobre una concepcioacuten de eacutetica deontoloacutegica Por ejem-plo la caracterizacioacuten que se hizo en la prime-ra seccioacuten de los rasgos formales de los dere-chos humanos como absolutos y universales es posible justamente debido a la afirmacioacuten de principios morales como la dignidad que son incondicionalmente superiores a cual-quier otra consideracioacuten en especial condicio-nes empiacutericas o concepciones condicionadas por las comunidades de pertenencia es decir le dan una validez a priori

Por su parte De Castro (1995) sostiene ldquola afirmacioacuten de la universalidad de los derechos humanos en cuanto predicabilidad general sobre la totalidad de los sujetos y de las cir-cunstancias solamente puede sustentarse dentro de un planteamiento deontoloacutegico No es un dato de experiencia sino un postulado de razoacutenrdquo (p403) Esto supone la defensa de una autoridad propia de los principios morales que coacciona las inclinaciones y los intereses incluso aquellos de caraacutecter colectivo cuando vulneran estos derechos Lo anterior revela una intencioacuten de sostener los derechos en fundamentos que no sean relativos yo pru-denciales sino categoacutericos de primer orden Esto solamente podiacutea garantizarlo el estable-cimiento de principios racionales y abstractos capaces de pasar la prueba de tiempo y espa-cio sintetizando asiacute la aspiracioacuten moderna

Es evidente entonces que la universalidad que aspira la eacutetica de los derechos humanos es indudablemente un producto de la moder-nidad con especial eacutenfasis en la filosofiacutea kan-tiana razoacuten por la cual se la ha calificado de categoriacutea histoacuterica como afirmaba Peacuterez Luntildeo anteriormente y que reafirma De Zan (2004) al sostener que

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La pretensioacuten de universalidad de es-tos derechos y de la moralidad de tipo kantiano sus principios son tambieacuten por cierto el producto de la evolucioacuten de una historia particular la de la cultura y la fi-losofiacutea occidental que ha llegado con la Ilustracioacuten a este punto de vista moral Esta comprobacioacuten de su origen o de la geacutenesis histoacuterica no representa todaviacutea sin embargo ninguacuten argumento para la impugnacioacuten de la validez racional de es-tas ideas (p155 cursiva propia)

Esta uacuteltima aseveracioacuten resultaraacute de vital importancia para destacar que admitir los de-rechos humanos como categoriacutea histoacuterica y la universalidad como construccioacuten moderna de orientacioacuten kantiana no son hechos que pueden ser esgrimidos de entrada como argu-mentos para negar el caraacutecter moral y exigible de esta uacuteltima Eso seriacutea desestimar la validez de un enunciado moral por su origen pero la universalidad como principio tal y como es propuesta pretende trascender ella misma su propia geacutenesis histoacuterica

En el apartado anterior dedicado a la dilu-cidacioacuten filosoacutefica de la universalidad se dijo que esta puede ser considerada como dato o como principio loacutegico-ontoloacutegico Como dato es decir como fenoacutemeno sociopoliacutetico deriva-do del consenso entre naciones la universali-dad es en definitiva una categoriacutea histoacuterica dado que los derechos humanos reconocidos actualmente son el resultado de una ardua lu-cha a lo largo de los siglos y con el pasar de los antildeos bajo el principio de la progresividad es-tos derechos no parecen sino ampliarse cada vez maacutes

Pero como principio la universalidad se formula como la consecuencia inevitable de todo razonamiento moral dado que indepen-dientemente de su capacidad de concretarse representa una aspiracioacuten sobre el entendido

de que como afirma De Castro (1995) ldquola pre-tensioacuten de validez universal es un rasgo inse-parable de cualquier teoriacutea moralrdquo (p392) o al menos asiacute lo entienden los defensores de la universalidad de los derechos humanos Por ello De Zan (2004) afirma ldquoLas explicacio-nes genealoacutegicas se refieren a cuestiones de hecho y poco aportan a la comprensioacuten del sentido y la posible validez del pensamientordquo (p159) Esto quiere decir que si se va a poner en duda la universalidad no se le puede hacer simplemente con el argumento de su origen histoacuterico y su concrecioacuten socioloacutegica sino que hay que determinar si la pretensioacuten de validez universal debe ser una condicioacuten indispensa-ble de los razonamientos morales de este tipo

De esta manera resulta inevitable que al analizar criacuteticamente el principio de la univer-salidad se haga referencia tambieacuten a las as-piraciones modernas que insuflaron de vida y contenido a los derechos humanos que actual-mente tanto defendemos razoacuten por la cual en este apartado se ha querido hacer ver la rela-cioacuten entre estas variables Pero hay una razoacuten ulterior y maacutes importante dado que el autor central es Zygmunt Bauman y que eacutel se pro-pone como veremos maacutes adelante despojar a la modernidad de sus ilusiones con su postu-ra criacutetica posmoderna se vio la necesidad de exponer primero cuaacuteles son esas ldquoilusionesrdquo particularmente aquella que se refiere a la universalidad de postulados morales

14 Eacutetica y moral distintas aproximaciones

Los distintos argumentos a favor y en con-tra de la universalidad asiacute como el debate entre modernidad y posmodernidad tienen como teloacuten de fondo una discusioacuten en torno a la distincioacuten entre eacutetica y moral a la cual se haraacute una breve referencia por cuanto cons-tituye un aspecto fundamental para desa-

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rrollar el tema de investigacioacuten en cuestioacuten particularmente cuando se trate la postura de Bauman

A lo largo de esta investigacioacuten nos encon-traremos con posiciones que dan a estos vo-cablos distintas connotaciones y maacutes auacuten los evaluacutean a traveacutes de apreciaciones valorativas divergentes La eacutetica por ejemplo no signi-ficaraacute lo mismo para un liberal deontoloacutegico que para un comunitarista tampoco para un posmoderno En esta seccioacuten se expondraacuten las distintas visiones que han buscado aproxi-marse a estos teacuterminos a fin de llegar a una que pueda servir de base para esta investiga-cioacuten Su exposicioacuten ademaacutes seraacute de utilidad para comprender las bases de las discusiones entre el contextualismo la universalidad y el individualismo que tiacutepicamente se dan en ma-teria de derechos humanos

La primera de estas aproximaciones es he-redera de la filosofiacutea moral de Hegel y declara que la eacutetica refiere ldquoa una concepcioacuten de la buena vida a un modelo de la vida virtuosa y a los valores vividos de una persona o de una comunidad encarnados en sus praacutecticas e ins-titucionesrdquo (De Zan 2004 p22) mientras que la moralidad ldquoalude a la forma incondicionada del deber de la obligacioacuten de la rectitud la justicia y la solidaridad en las relaciones con los demaacutesrdquo (De Zan 2004 p21) Lo relevante de esta dilucidacioacuten terminoloacutegica es la iden-tificacioacuten de la eacutetica con eticidad esto es con las formas de vida indisolublemente funda-mentadas en las costumbres de las comunida-des en tanto ellas constituyen la fuente de las normas y las instituciones Por el contrario la moral es entendida aquiacute como las obligaciones dirigidas al individuo en su condicioacuten de ser racional siendo al mismo tiempo susceptible de ser universal como Kant la propone

El objetivo de esta distincioacuten es subrayar que la eticidad tiene un caraacutecter concreto e histoacuterico y por tanto inseparable de las cos-tumbres y de la sociedad poliacutetica Esto con base en la afirmacioacuten de Hegel (1968) de que ldquoLa sustancia eacutetica (hellip) es el Espiacuteritu real de una familia y de un pueblordquo (p156) Charles Taylor (1983) interpreta esto como la afirmacioacuten de que la comunidad es una expresioacuten maacutes eleva-da del Espiacuteritu razoacuten por la cual la Sittlichkeit cuya traduccioacuten castellana maacutes cercana es eticidad constituye esa unidad orgaacutenica ma-yor que dota de contenido a toda obligacioacuten moral puesto que alliacute se encuentra el mundo natural el hombre y su comunidad (p162)

De esta manera se sostiene que el indi-viduo no puede ser considerado como una voluntad autosuficiente puesto que es libre y moral en tanto forma parte de una comu-nidad lo cual se basa en la criacutetica de Hegel hacia Kant de haber reducido la vida eacutetica a un concepto de moralidad puramente formal y vacuo con el cual no es posible fundamen-tar ninguna forma de vida en sociedad ldquolas ex-presiones linguumliacutesticas kantianas se sirven con preferencia del teacutermino moralidad del mismo modo que los principios praacutecticos de esa filo-sofiacutea se limitan uacutenicamente a este concepto y vuelven hasta imposible el punto de vista de la Eacuteticardquo (Hegel 1968 p66)

No se pretende aquiacute hacer un anaacutelisis de la filosofiacutea moral de Hegel que ademaacutes esti-mamos que seriacutea un trabajo arduo y meritorio de numerosos trabajos de investigacioacuten Lo que aquiacute se busca dejar en claro es el hecho de que la filosofiacutea hegeliana ha formulado una forma de entender la distincioacuten entre eacutetica y moral en la que ldquoes la eticidad (entendida como el mundo comunitario con obligaciones que se basan en costumbres establecidas) la que prevalece sobre la moralidad (entendida

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como moral interior e individual)rdquo (Ortiz Mi-llaacuten 2016 p128)

Esto ha inspirado a su vez a pensadores posthegelianos que defienden la eacutetica por en-cima de la moral ―bajo esta particular acep-cioacuten de ambos teacuterminos― ya que alegan que la moralidad entendida en el sentido universa-lista que Kant y el liberalismo inspirado por eacutel le da suprime las diferencias culturales y pasa por alto la condiciones histoacutericas y socialmen-te relevantes que da fuerza a las obligaciones morales de los individuos en tanto en cuanto son miembros de una comunidad Estas ideas seraacuten de particular importancia cuando nos refiramos maacutes adelante a los comunitaristas como una postura contra la universalidad

Pero este entendimiento de lo moral y lo eacutetico despierta una preocupacioacuten por parte de aquellos que temen por la peacuterdida de autenti-cidad y de autonomiacutea moral temor que puede ser explicado de la siguiente manera cuando se plantea el eacutenfasis en las comunidades o en cualquier otra entidad supraindividual como fuente de todo contenido eacutetico esto puede llevar consigo el peligro de privar al individuo de su capacidad de tomar decisiones como producto de la reflexioacuten interna y con base en los motivos y valores que considera personal-mente valiosos con cierta independencia ―no absoluta― de las condiciones en las que se desarrolla su existencia

Una forma de manifestar esto la expone De Castro (1995) ldquoParece claro asimismo que la eliminacioacuten de la universalidad ideal en aras del reconocimiento de la contextualidad cie-ga el paso a la dimensioacuten criacutetica de la doctrina moral puesto que eacutesa soacutelo es posible si se da primaciacutea al laquodeber-ser que deberiacutea serraquo sobre el laquodeber-ser que esraquordquo (p401) En funcioacuten de esta preocupacioacuten se suscita otra manera de plantear la distincioacuten entre eacutetica y moral la

cual es planteada ldquoen teacuterminos que identifi-can al primero [eacutetica] con el ideal individual de vida autogobernada mientras que al segundo [moral] con la observancia de un sistema de normas socialmente impuestasrdquo (Ortiz Millaacuten 2016 p130) Esta aproximacioacuten se evidencia como radicalmente opuesta a la distincioacuten an-terior de inspiracioacuten hegeliana ya que ubica la fuente de la eacutetica en el individuo autogober-nado y la fuente de moral en la vida social

Para Ortiz Millaacuten (2016) esta postura quie-re presentarse como una respuesta criacutetica contra el planteamiento de Hegel y pretende rescatar al individuo del sistema de eticidad totalizante en el que la subjetividad debe dar paso a la objetividad Es por esta razoacuten que se presenta como ldquouna distincioacuten propiamente moderna en la que la figura del individuo tie-ne cada vez mayor peso sobre la figura de la comunidadrdquo (p131) Los que defienden esta posicioacuten parten de la idea de que las normas impuestas por la sociedad no siempre pueden ser aceptadas indiscriminadamente por sus miembros sin sometimiento a evaluacioacuten (Or-tiz Millaacuten 2016 p133) Independientemente de que se esteacute de acuerdo con esta lectura criacute-tica de la filosofiacutea hegeliana lo cierto es que ella ha inspirado esta respuesta que se pro-nuncia a favor de la reflexioacuten y del manteni-miento de la autenticidad frente al entramado orgaacutenico de costumbres a las que se les cede fundamento eacutetico

No obstante pese al valor que puedan te-ner estas aproximaciones tan diversas e inclu-so contradictorias de los teacuterminos la filosofiacutea contemporaacutenea en su tarea de esclarecer la distincioacuten ha dado con una conceptualizacioacuten ampliamente aceptada lo que hace maacutes faacutecil la tarea de determinar a queacute se refiere cada autor cuando usa alguno de estos teacuterminos para exponer sus argumentos

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Ella consiste en afirmar que lo moral com-prende ldquovaloraciones actitudes normas y costumbres que orientan o regulan el obrar humano Se entiende a la eacutetica en cambio como la ciencia o disciplina filosoacutefica que lle-va a cabo el anaacutelisis del lenguaje moralrdquo (De Zan 2004 p19) Esta definicioacuten al mismo tiempo coincide con lo afirmado por Corti-na (2000) ldquoel traacutensito de la moral a la eacutetica implica un cambio de nivel reflexivo el paso de una reflexioacuten que dirige la accioacuten de modo inmediato a una reflexioacuten filosoacutefica que soacutelo de forma mediata puede orientar el obrarrdquo (p18) Ambos autores concuerdan entonces en que la diferencia primordial entre eacutetica y moral consiste en que la primera involucra una elucidacioacuten racional sobre la necesidad y validez de las valoraciones actitudes modelos y preferencias vividas que se agrupan bajo el teacutermino de lo moral Por tanto bajo esta inter-pretacioacuten la moral es el objeto de estudio de la eacutetica siendo esta uacuteltima tambieacuten conocida como filosofiacutea moral

Como se ha hecho evidente de esta exposi-cioacuten la distincioacuten entre ambos teacuterminos pue-de llegar a ser confusa razoacuten por la cual hay que hacer un examen cuidadoso para deter-minar en cuaacuteles de estos sentidos se estaacute refi-riendo uno u otro autor Ahora bien es posible argumentar como algunos autores han hecho que esta distincioacuten es meramente etimoloacutegica y que no tiene efecto alguno en debates eacuteticos relevantes como aquellos que se desarrollan alrededor del tema de los derechos humanos Ortiz Millaacuten (2016) es uno de los que afirman que ldquonada realmente significativo (es decir fuera de un aacutembito intrateoacuterico) depende de la estipulacioacuten terminoloacutegica entre ldquoeacuteticardquo y ldquomoralrdquo ―en todo caso nada para lo que no tengamos ya teacuterminos menos ambiguos―rdquo (p116)

Esta objecioacuten no es nueva y se basa en la idea de que esta distincioacuten es meramente una cuestioacuten semaacutentica que se resuelve renun-ciando a toda pretensioacuten de establecer un sig-nificado uacutenico y cediendo espacios para lograr pequentildeos consensos por el bien de la discu-sioacuten dado que ldquola distincioacuten entre la eacutetica y la moral por siacute misma ―es decir si no cuenta con sustento normativo independiente― no tiene modo de justificar el mayor peso relati-vo de una esfera sobre la otrardquo (Ortiz Millaacuten 2014 p136)

No obstante creemos que Ortiz Millaacuten se equivoca puesto que parte de la creencia de que la distincioacuten por siacute sola no da cuenta de las razones por las cuales la eacutetica deba ser supe-rior a la moral o la moral a la eacutetica o ambos al mismo nivel cuando en realidad las distin-tas aproximaciones a la distincioacuten se presen-tan como resultado de una valoracioacuten previa acerca de queacute resulta mejor No es verdad que la discusioacuten sea meramente terminoloacutegica o teoacuterica puesto que en los uacuteltimos paacuterrafos se ha visto que la definicioacuten de estos vocablos se circunscribe a un marco de valoracioacuten previa acerca de cuaacutel es la raiacutez de los juicios morales

Hegel como vimos manifestaba que era importante distinguir el teacutermino eticidad del teacutermino moralidad ―distincioacuten que acusa no habiacutea hecho Kant― debido a que solamente asiacute podiacutea salvarse a la comunidad frente a la reduccioacuten individualista La valoracioacuten estu-vo impliacutecita en la terminologiacutea Igualmente cuando nos referiacuteamos a la segunda distin-cioacuten afirmaacutebamos que su formulacioacuten termi-noloacutegica fue consecuencia de una respuesta antihegeliana que buscaba salvar al individuo como agente moral de maacuteximo valor frente a su comunidad

Por lo tanto contrario a lo que afirma Or-tiz Millaacuten siacute hay en la discusioacuten alrededor de

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los significados de eacutetica y moral apreciaciones de valor impliacutecitas en favor de uno o de otro sin que ello implique una incompatibilidad total Por esta razoacuten concordamos maacutes bien con De Zan (2004) quien afirma que ldquoesta distincioacuten juega un papel decisivo en el tra-tamiento de los problemas teoacutericos y praacutecti-cos que difiacutecilmente se podraacuten solucionar si no se trabaja reflexivamente con ellardquo (p23) Esto es asiacute porque las diferencias enfatizadas por distintos autores al momento de definir la relacioacuten entre eacutetica-moral han buscado dar cuenta de las complejas relaciones entre indi-vidualidad-sociedad objetividad-subjetividad e incluso universalidad-relativismo Con todo esto se quiere hacer ver la importancia que supone la distincioacuten entre eacutetica y moral y que De Zan (2004) expone de la siguiente manera

La buacutesqueda de la integracioacuten y de la articulacioacuten de la moralidad universalista con los valores e ideales de la vida buena de los grupos y culturas histoacutericas parti-culares y con la problemaacutetica de las iden-tidades y de las diferencias es uno de los temas maacutes significativos de las reflexiones eacuteticas contemporaacuteneas (p23)

En lo concerniente a esta investigacioacuten por ejemplo es importante enfatizar que los de-rechos humanos forman parte de una proble-maacutetica maacutes general que se suscita tiacutepicamente entre una visioacuten comunitaria y particularista de la eacutetica y una visioacuten universalista aunque hay otros detractores en juego Por tanto el objeto de hacer esta exposicioacuten de las distin-tas aproximaciones a los teacuterminos eacutetica y mo-ral es establecer la importancia de conocer los significados atribuidos por los distintos auto-res que participan del estudio y la criacutetica moral de los derechos humanos

Esto seraacute particularmente importante cuando hagamos exposicioacuten de la obra de Zyg-

munt Bauman en el siguiente capiacutetulo puesto que en este caso resulta vital identificar en cuaacutel de las distinciones recieacuten expuestas se ubica el autor o si postula una nueva cuando titula su obra Eacutetica posmoderna y a queacute se refiere cuando afirma ldquoTal como se indica en el tiacutetulo el presente libro es un estudio sobre eacutetica posmoderna no sobre moralidad pos-modernardquo (Bauman 2009 VII)

15 Posturas metaeacuteticas contra la universalidad

No han sido pocas las objeciones contra los postulados que la modernidad ha planteado en torno a los derechos humanos No obstan-te quizaacutes no haya detractores maacutes compro-metidos con la criacutetica que aquellos que niegan el rasgo de la universalidad analizado ante-riormente dado que existe la preocupacioacuten de que esta pretensioacuten no sea maacutes que una supresioacuten de las diferencias no muy diferente de los totalitarismos asiacute como una imposicioacuten a la fuerza de una cultura y una teoriacutea eacutetica sobre otra

Por esta razoacuten De Zan (2014) considera que ldquoUno de los problemas que se plantea la teoriacutea eacutetica es el de la validez relativa o univer-sal y de la posibilidad de fundamentacioacuten ra-cional de estos juiciosrdquo (p82) Esta problemaacute-tica ha supuesto no una argumentacioacuten orien-tada hacia el estado empiacuterico de las cosas en el cual evidentemente no se ha concretado el ideal de universalidad sino el surgimiento de una gran cantidad de posturas filosoacuteficas que si bien son muy diversas coinciden en refutar los principios ilustrados y puramente raciona-les que han dado fundamento a la teoriacutea de los derechos humanos

Ahora bien los argumentos maacutes modera-dos son aquellos que justifican moralmente la universalidad de los derechos humanos ―en

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conjunto con sus otras caracteriacutesticas de abso-lutos e inalienables― pero se preocupan por la licencia con la que dichos principios pueden ser esgrimidos para justificar abusos e intro-misiones por parte de ciertos paiacuteses sobre otros incluso ejerciendo un poder hegemoacuteni-co En cambio los argumentos maacutes opuestos son los que niegan de plano la universalidad como principio eacutetico puesto que los derechos humanos se suponen relativos a las condi-ciones histoacuterico-espaciales sin las cuales los enunciados morales que promueven no seriacutean sino entidades demasiado abstractas para ser vaacutelidas y maacutes auacuten para hacer un llamado a la accioacuten

Dentro del segundo tipo encontramos el escepticismo eacutetico definido por Nino (1989) como ldquola creencia de que no existen meacutetodos racionales para determinar la validez de jui-cios valorativos o moralesrdquo (p50) En efecto sostiene la incapacidad epistemoloacutegica de ar-gumentar racionalmente la preeminencia de unos juicios por encima de otros por cuanto ninguno es susceptible de determinacioacuten uacutelti-ma

El escepticismo no es igual a relativismo dado que este uacuteltimo se refiere maacutes espe-ciacuteficamente a la idea de que los enunciados normativos ldquose deben comprender solamen-te como expresivos de ciertos determinantes histoacutericos contingentes y de las creencias par-ticulares de una culturardquo (De Zan 2004 p83) Sin embargo lo que siacute es cierto es que el re-lativismo como premisa podriacutea dar origen al escepticismo como conclusioacuten

Lo anterior lo argumenta Nino (1989) al identificar distintos niveles del discurso uno podriacutea defender el relativismo como produc-to de una constatacioacuten socioloacutegica y empiacuterica ―un primer nivel del discurso― o como re-sultado de sostener que lo bueno o correcto

es apegarse a las convicciones propias o socia-les ―segundo nivel del discurso― sin que ello suponga un completo rechazo de la universa-lidad (p59) No obstante defender el relati-vismo en el tercer tipo de discurso es decir desde la metaeacutetica conduce al escepticis-mo puesto que concibe a los juicios de valor ldquocomo formulaciones de las que no tiene sen-tido predicar verdad o falsedad puesto que no pretenden dar cuenta de ninguacuten hecho sino principalmente expresar o generar actitudesrdquo (Nino 1989 p 56)

En el apartado concerniente a la universa-lidad de los derechos humanos se afirmoacute que una de sus caracteriacutesticas es la de ser princi-pios dilucidados racionalmente y es precisa-mente este caraacutecter racional el que conlleva una exigencia de validez universal Lo que ocurre con el escepticismo es que al negar la posibilidad de justificar racionalmente se fa-lla en sostener por queacute unos enunciados mo-rales deban ser absolutos ―recordemos que este es uno de los rasgos formales que se les atribuyen― es decir moralmente superiores a otros y no diversos e igualmente vaacutelidos en la medida en que son maacutes bien actitudes o ex-presiones y no como argumentan las univer-salistas razones

En el caso del relativismo la racionalidad es desplazada por la contextualidad aunque esta uacuteltima puede entenderse de dos mane-ras la contextualidad juriacutedica-poliacutetica con la cual se afirma que los derechos dependen de que sean reconocidos por ciertos sistemas o la contextualidad comunitaria que afirma el viacutenculo inquebrantable de un sujeto moral a una determinada comunidad que configura sus principios morales

Una de las expresiones claacutesicas de estas ideas en materia de derechos humanos es el debate que se ha desarrollado entre el pen-

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samiento iuspositivista y los iusnaturalistas mientras que los iuspositivistas defenderiacutean una justificacioacuten uacutenicamente faacutectica y descrip-tiva de los juicios morales y reducen los dere-chos humanos exclusivamente a las disposi-ciones juriacutedicas que los establecen y la regu-lacioacuten de los mecanismos que los defienden los iusnaturalistas entienden que los derechos deben ser defendidos incluso ante sistemas juriacutedicos que no los estipulan dado que su origen no es juriacutedico sino que es de caraacutecter intriacutenseco a la naturaleza humana (Nino 1989 pp14-15)

Ahora bien los argumentos positivistas corresponden a los del tipo epistemoloacutegico en tanto se ha encargado de negar una fun-damentacioacuten ulterior y absoluta de los enun-ciados eacuteticos que dan fuerza a los derechos humanos con base en la imposibilidad de ve-rificarlos cientiacuteficamente y de justificarlos ra-cionalmente De este modo los enunciados eacuteticos son reducidos ldquoa la subalterna catego-riacutea de ldquoexpresiones de emocionesrdquo categoriacutea que ocupa el aacutembito en que la razoacuten es inerte para determinar la aceptabilidad de expresio-nes linguumliacutesticasrdquo (Nino 1989 p51) No obs-tante hay argumentos de otra naturaleza que igualmente ponen en duda no solamente que exista la universalidad o que pueda conocerse sino que incluso niega que deba ser un hori-zonte moral al cual aspirar

Este segundo tipo de argumentaciones son los que maacutes nos interesan para la inves-tigacioacuten al ser de caraacutecter metaeacutetico De Zan (2004) define a la metaeacutetica como el anaacutelisis del ldquosignificado de los teacuterminos morales y el uso del lenguaje que se hace en los enun-ciados valorativos y normativos ya sea en el lenguaje moral de la vida cotidiana como en la propia filosofiacutea moral o eacutetica filosoacuteficardquo (p40) definicioacuten con la que tambieacuten coin-cide Nino (1989) quien llega a referirse a la

metaeacutetica como aquella ldquoque se ocupa del ca-raacutecter de los conceptos y juicios morales y de la posibilidad de fundamentarlosrdquo (p56) Asiacute estas posturas tematizan la posibilidad misma de fundamentar juicios morales y por tanto de determinar si la universalidad es realmente una exigencia moral

Dentro de las posturas metaeacuteticas esto es aquellas concernientes al caraacutecter de los jui-cios morales incluyendo la cuestioacuten de si estos pueden o no ser universales se ubican tanto el comunitarismo como la posicioacuten posmoderna Ahora bien dado que la posmodernidad seraacute el tema principal del capiacutetulo siguiente aquiacute se limitaraacute a exponer brevemente los supues-tos del comunitarismo cuyos partidarios ldquopro-ponen como contrapartida una eacutetica de la vida buena de la virtud y de la felicidad o de la subjetividad de la autenticidad y la recupera-cioacuten del sentido de la eticidad aristoteacutelicardquo (De Zan 2014 p79) De esta manera se presen-tan como una alternativa al universalismo

Esto es asiacute porque el comunitarismo como metaeacutetica es ldquoun movimiento que enfrenta el enfoque constructivista kantiano y a menudo sus implicaciones liberales con las habituales acusaciones de pervertir la eacutetica por la formu-lacioacuten de reglas universales legaliacutesticas que sustraen a los hombres de sus viacutenculos y cir-cunstancias localesrdquo (Nino 1989 p129) Asiacute se trata de una corriente de pensamiento rela-tivamente reciente que se apropia de muchas ideas de Hegel en torno a la eacutetica particular-mente aquellas que resaltan la importancia de la pertenencia social e histoacuterica a comunida-des determinadas que tienen su propio ethos con lo cual soportan el argumento de que los imperativos eacuteticos incluyendo los derechos humanos no pueden ser entendidos como entidades abstractas sino que deben tomar en cuenta fundamentalmente las raiacuteces comu-nitarias Al respecto Peacuterez Luntildeo (2002) define

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el comunitarismo situariacutea el funda-mento de los derechos humanos en la identidad homogeacutenea comunitaria que se expresa en el ethos social es decir la Sittlichkeit como alternativa a la universa-lidad abstracta del racionalismo ilustrado moderno (p99)

Se propone pues abrir el camino a una eacutetica connatural al contexto comunitario costumbrista que reniega de toda universa-lidad y propugna el relativismo cultural Bajo esta oacuteptica los derechos humanos no pueden verse como prerrogativas abstractas y vaacutelidas para todos como si la identidad del individuo como sujeto de derechos fuese contraria o in-dependiente de la comunidad a la que perte-nece Por el contrario se afirma los hombres solo tienen derechos en la medida en que son miembros de una comunidad particular con una cosmovisioacuten propia

La exposicioacuten de esta antinomia univer-salismo y comunitarismo resulta valiosa para este trabajo de investigacioacuten porque plantea dos posibilidades de fundamentar la eacutetica

a) la cuestioacuten de lo que es bueno para miacute como persona y para nosotros como comunidad b) la cuestioacuten de lo que es co-rrecto o de lo que es justo en las relacio-nes con los otros (incluso especialmente con otros grupos humanos y culturas dife-rentes) cualesquiera sean los bienes que cada uno se proponga alcanzar como fin (De Zan 2004 p10)

Ellas son cuando menos problemaacuteticas la una para la otra Esto es asiacute porque la primera pone el eacutenfasis en el valor de lo bueno como virtud cardinal de manera que toda actividad del hombre y su sociedad debe estar dirigida a alcanzar los fines maacutes elevados llaacutemense vida buena o felicidad los cuales uacutenicamen-te tienen contenido en una comunidad de lo cual se concluye que son tan diversos como

diversas sean las comunidades En cambio la segunda presupone el valor de la justicia como valor supremo porque apela al deber de forma incondicionada universal y formal

Es esta uacuteltima en oposicioacuten a la primera la que acepta que dentro de la variedad de ethos es posible sentar las bases para la formacioacuten de una eacutetica miacutenima esto es la existencia de unos miacutenimos morales universalmente acep-tados ldquoporque hemos aprendido al hilo de la historia que son principios valores actitudes y haacutebitos a los que no podemos renunciar sin renunciar a la vez a la propia humanidadrdquo (Cortina 2000 p17) Es bajo esta idea de una eacutetica de morales miacutenimos que se postula como posible la universalidad de los derechos humanos en virtud del hecho de que inde-pendientemente de que cada uno sea parte constitutiva de una forma de vida particular se admite la pertenencia de todos a una comuni-dad maacutes grande que es la humanidad

Ahora bien independientemente de los balances de estos debates lo que se ha busca-do hacer en esta seccioacuten es exponer muy bre-vemente las posturas maacutes contundentes que se han suscitado contra la universalidad de los derechos humanos el iuspositivismo el es-cepticismo y el comunitarismo ―que propug-na el relativismo― Esto se ha hecho en fun-cioacuten de dos propoacutesitos para esta investigacioacuten en primer lugar poner en contexto las distin-tas argumentaciones que pueden suscitarse en contra de la universalidad argumentacio-nes que vale decir no se limitan a resaltar una imposibilidad empiacuterica de concretar este principio sino que apelan fundamentalmen-te a razonamientos acerca de la inmoralidad de esta aspiracioacuten o cuestionan la naturaleza de los juicios morales

En segundo lugar y quizaacutes maacutes importan-te algunas de estas posturas contrarias a la

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universalidad son tambieacuten objeto de criacutetica de Zygmunt Bauman Asiacute se podraacute ver por con-traste la postura posmoderna de Bauman en relacioacuten con las relativistas esceacutepticas y co-munitaristas que si bien tienen como adver-sario comuacuten el principio de la universalidad son tambieacuten conflictivas entre siacute Resta ahora adentrarnos en la postura posmoderna espe-ciacuteficamente en cuanto a lo que Bauman tiene que decir acerca del principio de la universa-lidad

CAPIacuteTULO II

RESUMEN CRIacuteTICO DE LA EacuteTICA POSMODERNA DE ZYGMUNT BAUMAN

21 La posmodernidad una ldquomodernidad sin ilusionesrdquo

En relacioacuten con el estado actual del pen-samiento filosoacutefico contemporaacuteneo Berme-jo (2003) observa que este se encuentra im-pregnado de ldquopostismosrdquo ―postempirismo postestructuralismo postanaliacutetica― hecho que interpreta como el reflejo de una actitud criacutetica que insiste en la inadecuacioacuten de cate-goriacuteas anteriores frente a la transformacioacuten de la sociedad y de la filosofiacutea (p82) Dentro de esta tendencia la posmodernidad se presen-ta como una develacioacuten de las ilusiones de la modernidad particularmente aquellas naci-das en torno a las ideas de unidad totalidad e identidad sustituyeacutendolas por la afirmacioacuten de la otredad la diferencia y el lenguaje

La modernidad como ha sido expuesta hasta ahora representa un modo de pensa-miento y de sensibilidad particular que trajo consigo la secularizacioacuten y racionalizacioacuten de las sociedades tradicionales De la misma for-ma la posmodernidad como es descrita por autores posmodernos como Vattimo y Lyo-tard la entienden como una condicioacuten que

coloca ldquoa la filosofiacutea ante el reto de pensar la pluralidad la heterogeneidad y la diferencia () en el contexto de una crisis generalizada de la razoacuten unitaria y sus relatosrdquo (Bermejo 2003 p83) Dicha crisis ha revelado la nece-sidad de una revisioacuten criacutetica y profunda de los supuestos maacutes relevantes de la modernidad incluyendo el de la razoacuten la historia el sujeto histoacuterico y la buacutesqueda de fundamentaciones uacuteltimas en todas sus formas en particular la universalidad

Es complejo realizar la tarea de clasificar las distintas expresiones de la posmodernidad ya que se trata de un pensamiento muy diverso El mismo Lyotard (1987) admite ldquobajo la pala-bra posmodernidad pueden encontrarse agru-padas las perspectivas maacutes opuestasrdquo (p41) No obstante lo que siacute podriacutea establecerse como punto de encuentro entre todas estas corrientes posmodernas es precisamente la declaracioacuten de la extincioacuten de la modernidad hecha manifiesta en las crisis de las grandes narrativas de la historia

Ahora iquesten queacute sentido ha muerto la mo-dernidad Son varias las respuestas que pue-den darse pero fundamentalmente se entien-de que ella muere cuando se revela imposible e incluso indeseable la realizacioacuten de un gran proyecto como quiera llamaacutersele ―progre-so humanista emancipatorio― que no hace sino suponer la existencia de una unidad subyacente a las cosas En cambio Bermejo (2003) encuentra que la posmodernidad ―en su variante posmetafiacutesica― va a postular una pluralidad radical en oposicioacuten al concepto unitario de la modernidad esto es la plura-lidad como condicioacuten constitutiva tanto de la realidad como de la razoacuten (p82)

Estas desavenencias en torno a la plurali-dad-unidad se manifiestan fundamentalmen-te en la criacutetica hacia los relatos modernos

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Lyotard (1987) habla de estos relatos como formas de legitimaciones dado que definen el marco de lo que debe decirse y hacerse den-tro de una cultura pero debido a que ellos tambieacuten emanan de la misma cultura tam-bieacuten son ellos legitimados Como banderas de la modernidad ldquosu finalidad es legitimar las instituciones y las praacutecticas sociales y poliacuteticas las legislaciones las eacuteticas las maneras de pensarrdquo (p29 cursiva propia) En lo concer-niente a esta investigacioacuten la eacutetica cuyas pre-misas fueron analizadas en el primer capiacutetulo es uno de los sistemas que la modernidad ha ambicionado legitimar a traveacutes del metarre-lato de la emancipacioacuten hecha posible por la razoacuten

No obstante la legitimacioacuten no es lo uacutenico a cuyos fines sirven los metarrelatos puesto que de ser asiacute no seriacutean diferentes de los mitos En cambio lo que para Lyotard (1987) diferencia a los metarrelatos de los mitos con-siste en que los primeros no se apoyan sobre la historia de un acto originario sino sobre una finalidad a futuro o lo que el autor denomina ldquoIdea a realizarrdquo (p30) Se habla aquiacute de Idea en mayuacutescula y en singular en lugar de ideas porque como se dijo a la modernidad se le critica la proclamacioacuten de una unidad ulterior un proyecto total y omniacutemodo que se supone debiacutea ser la realizacioacuten uacuteltima y universal de los valores modernos

No obstante en la realidad los relatos que pretenden marcar el camino hacia la consecu-cioacuten de la Idea que es propiamente la de la emancipacioacuten como finalidad de la humani-dad terminoacute por adoptar distintos nombres el relato cristiano ilustrado especulativo marxista y capitalista El problema es que pese a que tienen su origen en la misma ambicioacuten totalitaria estos relatos resultaron ser contra-dictorios y opuestos entre siacute (Lyotard 1987 p36) Este razonamiento quiere dar cuenta de

que las ambiciones de unidad han fracasado inevitablemente

Otro de los argumentos claves de la pos-modernidad tal y como es entendida por Lyo-tard (1987) consiste en afirmar que efectiva-mente el proyecto moderno de realizacioacuten de la universalidad no solamente fue abandona-do sino maacutes precisamente liquidado Esta destruccioacuten tuvo su expresioacuten maacutes plena en el Holocausto en Auschwitz en las atrocidades perpetradas por los sistemas totalitarios que no son sino resultado inevitable de la moder-nidad (p30) En efecto se argumenta aquiacute que la dominacioacuten sobre la naturaleza que propug-naban la ciencia y la teacutecnica no solamente no ha podido ser capaz de realizar la universali-dad ni de concretar la Idea sino que de forma contraproducente lo que ha generado es una deslegitimacioacuten progresiva Las fuerzas mo-dernas terminan por socavarse a siacute mismas privaacutendose cada vez maacutes de su funcioacuten legi-timadora Debido a esta tendencia regresiva aunque los metarrelatos no han dejado de existir siacute que han perdido credibilidad con lo cual se arguye la modernidad estaacute herida de muerte

Como ya se ha asomado uno de los gran-des relatos de la modernidad era el de la emancipacioacuten nacido en la Ilustracioacuten y cuyo rasgo fundamental era legitimar la verdad y el saber en el aacutembito eacutetico-poliacutetico sobre el presupuesto de la autonomiacutea de los indivi-duos Asiacute entendido los derechos humanos son un producto derivado de este relato par-ticularmente en aquello que los afirma como cognoscibles y racionales para los modernos buscan ser enunciados cognitivos y al mis-mo tiempo prescriptivos El problema para autores posmodernos como Lyotard (2000) consiste en que ldquoNada demuestra que si un enunciado que describe lo que es una realidad es verdadero el enunciado prescriptivo que

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tendraacute necesariamente por efecto modificar-la sea justordquo (p76) Este problema se revela como tal en relacioacuten con la pertinencia dado que lo que es verdadero en la esfera denota-tiva no puede ser inmediatamente concluido como tal en la esfera prescriptiva

Asiacute la cultura posmoderna replantea los teacuterminos de legitimacioacuten del saber nacidos en la modernidad empezando por afirmar que las reglas del juego de la ciencia no puede ser aplicado para las demaacutes esferas incluyendo la eacutetica En otras palabras hay una divisioacuten entre razoacuten praacutectica y razoacuten teoacuterica de lo que se de-riva el hecho de que el discurso de la ciencia ldquoes un juego de lenguaje dotado de sus pro-pias reglas () pero sin ninguna vocacioacuten de reglamentar el juego praacutecticordquo (Lyotard 2000 p76) De esta manera se reprueba el hecho de que se busque fundamentar una eacutetica so-bre la afirmacioacuten de su cognoscibilidad racio-nal

Con ello al mismo tiempo se estaacute afirman-do que asiacute como no hay metarrelatos no hay metalenguajes es decir lenguajes de validez universal ya que cada uno tiene sus propias reglas (Lyotard 2000 p77) En este sentido al hombre se le niega el consuelo superfluo y falso seguacuten los posmodernos de reglas pre-establecidas y estructuras metafiacutesicas estables sustituyeacutendolo por la afirmacioacuten de una reali-dad llena de elementos linguumliacutesticos inaprensi-bles e incluso incomunicables

Pero los derechos humanos y la afirma-cioacuten de su universalidad no solamente son refutados con este argumento de los distintos juegos del lenguaje con esferas de validez di-ferenciadas sino que tambieacuten se les acusa de servir de estandartes contra la diversidad par-ticularmente en lo referente a la existencia de culturas distintas Esta problemaacutetica consiste en lo que ya se ha referido como las dificul-

tades que entrantildea hablar de la universalidad de postulados eacuteticos frente a las copiosas par-ticularidades y formas de vida existentes que demandan un lugar en el mundo

Para Lyotard (1987) la civilizacioacuten moderna occidental se ha apoyado en sus grandes rela-tos para legitimar ldquola lsquosuperacioacutenrsquo de la iden-tidad cultural particular con vista a constituir una identidad ciacutevica universalrdquo (p44) En otras palabras se trataba de cumplir el ideal cosmo-polita preconizado por los ilustrados en el cual la universalidad seriacutea concretada bajo las as-piraciones humanistas seguacuten las cuales todo particularismo y parroquialismo debiacutea ser su-perado dentro de la narrativa del progreso

Por lo mismo la posmodernidad desarro-llaraacute criacuteticas contra los postulados eacuteticos mo-dernos y los derechos humanos no se vieron exentos de este hecho Lyotard (1987) por ejemplo defiende que la Declaracioacuten de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 fue producto de uno de los tantos intentos de arrebatar a los pueblos y comunidades de su narrativa propia y de hacerle adoptar la legi-timidad de la Idea con la cual se defendiacutea la ciudadaniacutea universal Sin embargo afirma el autor este intento de proclamar la universali-dad falla en el mismo momento en que se pro-clama ldquoNosotros el pueblo franceacuteshelliprdquo en sus primeras liacuteneas ldquoiquestPor queacute tendraacute valor uni-versal la instancia normativa universal si quien la declara es una instancia singularrdquo (p62)

En contraposicioacuten la tendencia actual ha sido la de reivindicar los derechos de las comu-nidades particulares con lo cual se difumina el horizonte moral dibujado por los modernos Este poder darse a siacute mismo un nombre de hacer reconocer su legitimidad local en toda su plenitud constituye para el autor una rup-tura con el legado de la Declaracioacuten de 1789 con lo cual se consolida cada vez maacutes la liqui-

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dacioacuten del proyecto moderno (Lyotard 1987 p62) Con estos hechos se estariacutea admitiendo que la historia no solamente no tiene un fin uacutenico y deseable sino que ella misma no es una sola Pero ademaacutes supone ser un resulta-do de la recuperacioacuten del valor de las diferen-cias que la posmodernidad defiende

Touraine (2000) coincide con Lyotard al afirmar que una de las condiciones que hizo manifiesta la crisis de la modernidad fue la proliferacioacuten de culturas locales o minoritarias que fue mermando la dominacioacuten de la civili-zacioacuten occidental en el mundo lo cual repre-senta la ldquodesaparicioacuten del universalismo que asignaba una importancia central a los movi-mientos sociales de los cuales la Europa de los siglos XVIII y XIX suponiacutea que luchaban por la razoacuten y el progreso o contra ellosrdquo (p185)

Las declaraciones de derechos de estos siglos e incluso nuestras declaraciones actua-les forman parte de una interpretacioacuten par-ticular de la sociedad en la cual esta se veiacutea siendo parte de una dinaacutemica racional orien-tada hacia un fin comuacuten en la que el hombre debiacutea ser maacutes libre a medida que se asentaba el progreso Tambieacuten dependiacutea de una cierta acepcioacuten del sujeto histoacuterico que la posmo-dernidad va a declarar disuelta

Al respecto la posmodernidad arguye que el sujeto moderno se fundamentoacute en ldquola re-duccioacuten flagrante del hombre a razoacuten de la razoacuten a reflexioacuten y de la reflexioacuten a la loacutegica de dominiordquo (Bermejo 2003 p84) El fin de esta loacutegica del dominio especiacuteficamente la de la ci-vilizacioacuten occidental sobre el resto del mundo se postularaacute como una de las consecuencias fundamentales de la posmodernidad y es un tema que tambieacuten trataraacute nuestro autor cen-tral como se veraacute maacutes adelante

Pero por ahora lo que se quiere indicar es que la filosofiacutea de la conciencia como pa-

radigma de la modernidad suponiacutea un igual-dad esencial de los hombres identificada con la razoacuten como se vio en el primer capiacutetulo y con base en esa creencia se formulaba la dig-nidad intriacutenseca del hombre y la universalidad de sus derechos Para Bermejo (2003) la pos-modernidad en cambio pretende rescatar los aspectos de alteridad lenguaje y sensibilidad del sujeto olvidados por los modernos (p84) lo cual supone no solamente una revisioacuten sino fundamentalmente un abandono de la filosofiacutea moderna

El hecho es que la filosofiacutea de los derechos humanos nacioacute bajo la acepcioacuten moderna del sujeto esto es la filosofiacutea de la conciencia De hecho la Declaracioacuten de los Derechos del Hombre y del Ciudadano es considerada el texto poliacutetico que concreta la racionalizacioacuten y la subjetivacioacuten propias de la modernidad (Touraine 1994 p58) En cambio con la cri-sis de la modernidad y la llegada de la posmo-dernidad se entiende ahora que nadie puede realmente tener el monopolio de sentido que la sociedad y el individuo es plural con dife-rencias constitutivas de visiones de mundo que no pueden ser legiacutetimamente suprimidas por una cosmovisioacuten Es por ello que quienes observan en los modernos una aspiracioacuten a la unidad a la totalidad en realidad ven ansias de dominacioacuten y de supresioacuten de las diferen-cias que han fracasado y han abierto paso sin quererlo al multiculturalismo

Por tanto una criacutetica hacia estos relatos no puede dejar a la doctrina de los derechos humanos iacutentegra De alliacute que resulte indis-pensable para esta investigacioacuten explorar las implicaciones de estas criacuteticas posmodernas ya que sus argumentos tienen como fin poner en cuestionamiento si los derechos humanos realmente son eacuteticos en el sentido de que atienden a la dignidad de la persona humana o si por el contrario pasan por alto y hasta

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llegan a suprimir la diversidad y la pluralidad constitutiva

Una uacuteltima aclaracioacuten antes de proceder con el anaacutelisis de Bauman la posmodernidad se cuida mucho de ser una mera superacioacuten del pensamiento moderno puesto que la na-rrativa de etapas de desarrollo cada una me-jor que la precedente es precisamente mo-derna Al respecto Vattimo (1994) afirma ldquoel post de posmoderno indica una despedida de la modernidad que () quiere sustraerse a sus loacutegicas de desarrollo y sobre todo a la idea de ldquosuperacioacutenrdquo criacutetica en la direccioacuten de un nue-vo fundamentordquo (p10)

En este sentido la posmodernidad no pre-tende ofrecer una teoriacutea poliacutetica normativa nueva o mejorada Esto parece confirmarlo tambieacuten Bauman (2009) pues en Eacutetica pos-moderna afirma que su obra no pretende con-cluir en un coacutedigo eacutetico de hecho su objeto seraacute cuestionarse si tal cosa es posible (XXVI) De esta manera se advierte que la ruptura es mucho maacutes que un simple desarrollo poste-rior Es en teacuterminos de esta investigacioacuten una tarea disolutiva de la eacutetica moderna expuesta en el primer capiacutetulo

22 Eacutetica Posmoderna el enfoque de Zygmunt Bauman

Zygmunt Bauman (1925-2017) fue un re-conocido socioacutelogo y filoacutesofo polaco-britaacutenico cuya actividad intelectual tuvo lugar en los si-glos XX y XXI Su teoriacutea de la modernidad liacute-quida es quizaacutes la maacutes ampliamente conocida pero lo cierto es que hasta los uacuteltimos antildeos de su vida se dedicoacute a advertir sobre los retos de las sociedades globalizadas un tanto de forma pesimista y se preocupoacute por las desigualda-des por las relaciones sociales y por la integri-dad de la moral en estos tiempos de desperso-nalizacioacuten continua

El planteamiento central de Eacutetica posmo-derna libro originalmente publicado en 1993 es denunciar el callejoacuten sin salida en el que han desembocado las teoriacuteas eacuteticas como conse-cuencia de la actividad autocriacutetica propia de la modernidad llevada a sus uacuteltimas consecuen-cias (Bauman 2009 VIII) Esto coincide con el sentildealamiento de Lyotard que expusimos an-teriormente puesto que eacutel tambieacuten sosteniacutea que la modernidad en buacutesqueda de legitima-cioacuten terminoacute por deslegitimarse a causa del surgimiento de una pluralidad de relatos con-tradictorios cada uno proponieacutendose como una superacioacuten o mejoramiento del anterior Igual es el caso seguacuten afirma Bauman para la pluralidad de teoriacuteas eacuteticas que se suscitaron dentro de la modernidad como consecuencia de una actividad criacutetica que llegoacute a sus conclu-siones loacutegicas

En principio Eacutetica posmoderna es como varias de sus obras una labor criacutetica Su pos-tura hacia la modernidad es acusadora y de confrontacioacuten No obstante es tambieacuten un llamado a reinterpretar bajo una nueva luz la moralidad y los dilemas dentro de la eacutetica a encontrar nuevos caminos que resignifiquen lo que ha sido despojado de sentido y recha-cen las soluciones aparentes ldquoLos grandes problemas eacuteticos mdashderechos humanos justi-cia social equilibrio entre la cooperacioacuten pa-ciacutefica y la autoafirmacioacutenmdash no han perdido vigencia uacutenicamente es necesario verlos y abordarlos de manera novedosardquo (Bauman 2009 XI) Tomando en cuenta su propia su-gerencia esta investigacioacuten se ha propuesto dilucidar de queacute modo la postura de Bauman podriacutea ser uacutetil para reflexionar en torno a los derechos humanos y cuaacuteles seriacutean las conse-cuencias de este ejercicio reflexivo

Para ello debe analizarse con anterioridad la criacutetica a la modernidad que el autor desa-rrolla como antesala a la introduccioacuten de sus

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propias ideas en torno a la eacutetica posmoderna con ayuda de algunos extractos de sus otras obras

221 Criacutetica a la modernidad

En la introduccioacuten a su obra La posmoderni-dad y sus descontentos Bauman (2001) afirma que la modernidad como sinoacutenimo de civiliza-cioacuten tiene como piedras angulares la belleza la limpieza y el orden que en principio resul-tan atractivas pero al mismo tiempo exigen muchos sacrificios porque nada predispone naturalmente a los seres humanos a desear-las seguacuten afirma el autor Se trata maacutes bien de los resultados de un adiestramiento de la fuerza coercitiva La civilizacioacuten se construye pues sobre los cimientos del sufrimiento la supresioacuten de instintos maacutes primitivos que ha-cen posible este ordenamiento deseado y cal-culado (p8)

Se entiende por orden aquella situacioacuten en la que se busca que el establecimiento de reglas determine no solamente coacutemo actuar ahora sino tambieacuten en el futuro de modo que la duda y la incertidumbre fueran extirpadas tan efectivamente como fuera posible (Bau-man 2001 p8) Esta es una de las ambiciones maacutes reprochadas de la modernidad y sobre la cual se ha formulado una cierta acepcioacuten de la eacutetica Lyotard (1987) afirma algo similar al establecer que el leitmotiv de la modernidad fue la de organizar una infinidad de aconteci-mientos dentro y fuera de la esfera humana bajo la Idea de una historia universal se tratoacute pues de encontrar una unidad loacutegica dentro de la diversidad (p35)

Por su parte Bauman (2001) identifica el advenimiento de la Edad Moderna con el esta-blecimiento consciente plenamente intencio-nado de la tarea de purificar es decir de cons-truir un orden tarea que descansaba cada vez

maacutes en la idea de que esta construccioacuten era una actividad permanentemente creadora ya que no se trataba solamente de cambiar sino de introducir nuevos oacuterdenes que fueran mar-cadamente criacuteticos con el anterior en un pro-ceso de renovacioacuten constante ldquopodemos de-finir la modernidad como la eacutepoca o la forma de vida en la que la construccioacuten del orden consiste en el desmantelamiento del orden tradicional heredado y aceptado en la que lsquoserrsquo supone empezar eternamente de nuevordquo (p20)

En efecto la modernidad trajo consigo la retirada de los viacutenculos religiosos y tradiciona-les en nombre de la autosuficiencia de la razoacuten humana lo cual desembocoacute en la elevacioacuten de la condicioacuten de los hombres como individuos libres y racionales que se suponiacutea ahora teniacutean la responsabilidad de discernir activa-mente lo correcto de lo incorrecto en lugar de guiar su conducta moral seguacuten los manda-mientos de la Divina Providencia El individuo se elevoacute como nuevo valor supremo razoacuten por la cual Lipovetsky (1994) afirma que ldquoLo que va a fundar la organizacioacuten social y poliacutetica no es la obligacioacuten hacia el legislador divino sino los derechos inalienables de los individuosrdquo (p23) La modernidad con su ambicioacuten de una sociedad organizada sobre principios ra-cionales se erigioacute sobre una eacutetica universal y laica De alliacute que proliferaran las declaraciones de derechos del hombre y del ciudadano so-bre la base de la afirmacioacuten de una igualdad esencial de la condicioacuten humana

A esto Bauman (2009) antildeade que dicha buacutesqueda de arreglar racionalmente la so-ciedad llevaba como condicioacuten intriacutenseca el rechazo a la ambiguumledad la supresioacuten de los impulsos pasionales y la negacioacuten de lo irra-cional Lo que ocurrioacute fue que la sociedad mo-derna asumioacute la tarea de extirpar las pasiones de los individuos recieacuten liberados de los viacuten-

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culos tradicionales para guiarlos moralmen-te lo cual implicaba el tutelaje (pp9-10) La buacutesqueda del orden en los teacuterminos antes expuestos implicaba indefectiblemente el sacrificio de la libertad de los seres humanos seguacuten estas ideas

Asiacute si tuviese que sentildealarse las razones por las cuales este autor concluye que la eacutetica des-de la Ilustracioacuten hasta nuestros tiempos ha fra-casado estas tendriacutean que ver con el hecho de que los dilemas morales en vez de ser apro-piados por los individuos fueron delegados a autoridades externas quienes pretendiacutean dar-les fin exclusivamente con el monopolio de la violencia legiacutetima que detentan De esta ma-nera procede a denunciar las ambiciones de

una sociedad laquomodernaraquo que intenta constantemente aunque en vano laquoabar-car lo inabarcableraquo sustituir la diversidad por la uniformidad y la ambivalencia por un orden coherente y transparente y que al intentar hacerlo genera sin cesar un nuacutemero mayor de divisiones diversidad y ambivalencia que aquel del que ha logra-do deshacerse (Bauman 2009 XIII)

Esta ambicioacuten de abarcar lo inabarcable que sentildeala el autor corresponde en cierta me-dida a lo que en el capiacutetulo anterior se sentildeala-ba como lo caracteriacutestico del proyecto ilustra-do moderno la justificacioacuten y dilucidacioacuten ra-cional de los juicios morales No obstante esta ambicioacuten de la modernidad llevaba impliacutecita seguacuten acusa Bauman la afirmacioacuten de que el hombre recieacuten emancipado de la tradicioacuten no debiacutea dejarse a rienda suelta puesto que en ejercicio de la libertad recientemente ad-quirida podiacutea faacutecilmente llegar a hacer el mal por falta de experiencia Por tanto la coaccioacuten poliacutetica fue vista por las eacutelites como condicioacuten necesaria para la educacioacuten ciacutevica y moral (Bauman 2009 XV)

Asiacute los verdaderos problemas surgieron cuando los filoacutesofos y las eacutelites modernas co-menzaron a desconfiar de la capacidad del vulgo de elevarse por encima de sus pasiones con el ejercicio autoacutenomo del juicio racional Se afirmaba que la moralidad no era una capa-cidad natural del hombre sino adquirida ins-truida por las mentes maacutes ilustradas lo cual corresponde a la visioacuten humanista orientada hacia la buacutesqueda de reglas funcionales y esta-bles ldquoel pensamiento y la praacutectica moral de la modernidad estaban animadas por la creencia en la posibilidad de un coacutedigo eacutetico no ambi-valente y no aporeacuteticordquo (Bauman 2009 XVI-II) uacutenicamente posible a traveacutes del uso de la fuerza

En razoacuten de lo anterior para Bauman (2009) la eacutetica universalista moderna no sola-mente era un proyecto pedagoacutegico sino que formaba parte de un juego de poder orienta-do a legitimar las relaciones de dominacioacuten de unos sobre otros La necesidad de establecer un coacutedigo eacutetico universalista es seguacuten el au-tor resultado de ver las cosas ldquodesde arribardquo desde el poder poliacutetico y en uacuteltima instancia desde el Estado

si las cosas se ven laquodesde arribaraquo como lo hacen aquellos responsables de laquomanejar la sociedadraquo los guardianes del laquobien comuacutenraquo la libertad individual es sin duda un motivo de preocupacioacuten () es un elemento de caos que debe frenarse si se quiere tener y asegurar el orden (Bau-man 2009 XV)

El deseo de dominacioacuten poniacutea sobre la mesa una pugna inevitable entre la autono-miacutea moral de los individuos y la heteronomiacutea de la administracioacuten ambos de los cuales se encontraban bajo el supuesto moderno de la racionalidad Esta antinomia autonomiacutea-he-teronomiacutea generaba una situacioacuten de contra-diccioacuten insuperable cuya negacioacuten es para el

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autor la caracteriacutestica fundamental de la mo-dernidad dado que los modernos admitiendo el conflicto pero no su irresolubilidad insistiacutean en buscar una solucioacuten bajo la bandera de la universalidad de los coacutedigos eacuteticos

Asiacute para reconciliar el abismo que se ha-biacutea abierto entre las masas y las eacutelites es decir entre ilustrados responsables de guiar a la sociedad y no ilustrados que debiacutean ser guiados se recurrioacute a la filosofiacutea cuyo reto era proclamar la libertad en nombre de un con-cepto universal de hombre sostenido sobre su capacidad racional sin deslegitimar al mismo tiempo la necesidad de someterse a autorida-des externas

Pese al hecho de que la razoacuten es pro-piedad de cada persona las reglas promul-gadas en nombre de la razoacuten deben obe-decerse con la sumisioacuten debida a una po-derosa fuerza externa Y la mejor manera de concebirlas es pensaacutendolas como leyes impuestas por una autoridad armada de los medios coercitivos para hacerlas cum-plir (Bauman 2009 p14)

De esta manera si bien se admite la na-turaleza racional de todos los hombres la heteronomiacutea era postulada como una nece-sidad praacutectica que a su vez demandaba una justificacioacuten teoacuterica-filosoacutefica que sentara las bases para la expropiacioacuten casi completa de la capacidad moral del individuo por la sociedad poliacutetica Dicha justificacioacuten se asentoacute sobre la afirmacioacuten de que una manera de actuar ra-cionalmente era delegando algunas responsa-bilidades en aquellos que mejor podiacutean ma-nejarlas los legisladores quienes otorgaron a este pensamiento eacutetico moderno el ldquosustento epistemoloacutegico sobre el que los filoacutesofos cons-truiriacutean sus modelos universales de naturaleza humanardquo (Bauman 2009 XVII)

Esta delegacioacuten de la agencia moral cuyo principal beneficiario era el Estado sirvioacute de base a la formacioacuten de programas poliacuteticos totalitarios que alcanzaron su cuacutespide en el nazismo y el comunismo No obstante para Bauman (2001) no hace falta tampoco llegar a tales extremos para manifestar la naturaleza intrusiva y abarcante que teniacutea el Estado mo-derno en la esfera moral que ya desde antes de exacerbarse en tales experimentos totalita-rios se manifestaba en su tendencia a lograr una supresioacuten de las diferencias y una unifor-midad que resultara reconfortante y mantu-viera las amenazas disgregadoras a raya (p22)

La universalidad en este sentido legitima-ba la empresa de la uniformidad El Estado se convirtioacute en el horizonte moral hacia el cual se dirigiriacutea el porvenir utoacutepico de la humanidad Se legitimoacute un proceso de difusioacuten de las di-ferencias y con ello la invencioacuten de espacios libres de ambiguumledades que solamente po-diacutean ser ilusorios dada la naturaleza intriacutense-camente ambigua del ser humano

Ahora las razones por las cuales seguacuten el autor los individuos se encontraban impe-lidos a aceptar este trato tan aparentemente injusto se podiacutea explicar por el hecho de que la responsabilidad recieacuten adquirida en conjunto con la libertad era un peso sobre los hombros demasiado grande que se aliviaba con su de-legacioacuten en autoridades externas ldquoEn las muacutel-tiples situaciones en las que la eleccioacuten de queacute hacer recae en nosotros en vano buscamos reglas soacutelidas y confiables que nos reafirmen que de seguirlas estaremos en lo correctordquo (Bauman 2009 p5)

El problema aquiacute no solamente radica en la renuncia a la responsabilidad con la cual se pierde el sentido de lo moral puesto que el individuo la hace depender de los mandatos de aquellos que se arrogaron para siacute la capa-

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cidad de elegir por todos sino que ademaacutes esta situacioacuten dio origen inevitablemente al surgimiento de una miriacuteada de reglas contra-dictorias cada una de las cuales se declaraba a siacute misma universal de modo que el individuo no logra librarse ni aunque quisiera de tener que decidir cuaacuteles seguir y cuaacuteles no

En efecto la crisis de la modernidad radi-ca en que paradoacutejicamente al mismo tiempo que se defendiacutea la universalidad como instru-mento al servicio del orden se terminoacute produ-ciendo una pluralidad de reglas y de autorida-des que generan auacuten maacutes ambiguumledad moral Al respecto Bauman (2009) declara

Todas las instituciones sociales apoya-das en sanciones coercitivas se han funda-do sobre la suposicioacuten de que es imposible confiar en que el individuo haraacute una bue-na eleccioacuten () Y sin embargo es precisa-mente debido a que la cotidianidad estaacute tan saturada de instituciones coercitivas dotadas de la autoridad de imponer las normas de buena conducta que el indivi-duo en tanto individuo es poco confiable (p15)

De esta manera se nos revela la imposibili-dad del Estado o de cualquier entidad de pro-clamar la obligatoriedad universal las diferen-cias que anteriormente eran suprimidas ahora se multiplican cada vez maacutes desembocando en una realidad fragmentada liacutequida La re-lacioacuten antinoacutemica que aquiacute se plantea entre el individuo y su sociedad llega a su resulta-do loacutegico puesto que el total sometimiento al mandato de un conjunto de coacutedigos y reglas disentildeadas para acabar con el pluralismo ter-minoacute por ahogar la voluntad autoacutenoma en un cataacutelogo de opciones muacuteltiples en conflicto

Este fenoacutemeno fue lo que dio paso a la posmodernidad en cuanto eacutepoca tambieacuten lla-mada segunda modernidad o modernidad liacute-

quida que se caracteriza por su fluidez por la ausencia de compromiso real en las relaciones sociales Al respecto Bauman (2002) identifica que frente al orden y la vigilancia que carac-terizaban a la modernidad temprana la pos-modernidad es una eacutepoca de desregulacioacuten y privatizacioacuten ldquoAquello que era considerado un trabajo a ser realizado por la razoacuten huma-na en tanto atributo y propiedad de la especie humana ha sido fragmentado (ldquoindividualiza-dordquo) cedido al coraje y la energiacutea individuales y dejado en manos de la administracioacuten de los individuosrdquo (p35) En otras palabras cada quien estaacute abandonado a su suerte atomiza-do y enajenado de los demaacutes

Con ello concluye que la batalla contra el pluralismo solo dio paso a maacutes pluralismo fracasoacute el proyecto moderno de resolver de una vez y por todas dilemas morales con so-luciones indubitables derivadas del juicio de los legisladores y los filoacutesofos universalistas La exaltacioacuten de la razoacuten que debiacutea encabezar el disentildeo de una ingenieriacutea social terminoacute de-generando en una desconfianza generalizada de los individuos frente a sus autoridades en particular aquellas que proclaman la univer-salidad Nos encontramos entonces en una crisis moral que de la misma manera dariacutea origen a la crisis eacutetica de nuestra eacutepoca (Bau-man 2009 p7)

A dicha crisis se le conoce como el ldquocre-puacutesculo del deberrdquo teacutermino acuntildeado por Li-povetsky ―y citado por Bauman― para dar nombre a nuestra situacioacuten actual como la eacutepoca del posdeber posmoralista posdeoacutenti-ca caracterizada por la presencia de una ldquocul-tura que celebra el presente puro estimulan-do el ego la vida libre el cumplimiento inme-diato de los deseosrdquo (Lipovetsky 1994 p15) Lo que ha ocurrido seguacuten estos autores es que la modernidad produjo una paradoja la afirmacioacuten de los derechos individuales y la

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autonomiacutea del hombre terminoacute por socavar su compromiso con el deber el hecho moral pri-mario se identificoacute casi exclusivamente con los derechos subjetivos y no con los deberes hacia los otros volcando al individuo hacia una vida privada cuya meta es la satisfaccioacuten de intere-ses individuales de modo que se terminoacute pro-moviendo un individualismo exacerbado y aje-no a los compromisos sociales de la otredad

De la misma manera Bauman (2009) afir-mariacutea ldquoEl laquomovimiento modernoraquo pulverizoacute cualquier sustento sobre el que podriacutea ima-ginarse un fundamento moral mdashde hecho minoacute la moralidad responsabilidades que re-basen obligaciones contractuales el que laquoser pararaquo no se reduzca a laquoser para uno mismoraquordquo (p252) La uacutenica solucioacuten para salvar al indivi-duo de una situacioacuten tan precaria parece ser entonces renunciar a las aspiraciones moder-nas entre ellas la proclamacioacuten de la univer-salidad de los coacutedigos eacuteticos para devolverle asiacute al individuo su propia autonomiacutea moral

222 Contra la universalidad

En La posmodernidad y sus desencantos el autor critica que el anhelo de un entorno regu-lar y estable para la accioacuten humana que fuese invulnerable al azar y aprehensible por medio de reglas claras aparece como una meta de as-piracioacuten universal ldquolos modelos de pureza () cambian de una eacutepoca a otra de una cultura a otra pero cada eacutepoca y cada cultura posee un modelo determinado de pureza y una estruc-tura ideal determinada que debe mantenerse intacta e ilesa frente a todas las adversidadesrdquo (Bauman 2001 p16) Asiacute hay una creencia intriacutenseca en la modernidad de que nuestras experiencias son fundamentalmente similares y compartidas lo cual se pensaba debiacutea re-mitir a una estructura subyacente universal

La idea anterior se manifiesta en la dimen-sioacuten moral como la fe moderna en la capacidad del individuo de ponerse a siacute mismo en posi-ciones de imparcialidad y empatiacutea para con los otros con base en la afirmacioacuten de que en uacuteltima instancia todos somos seres huma-nos esto es que hay una semejanza esencial entre nosotros Con esto se estaacute haciendo re-ferencia a la universalidad en su sentido loacutegi-co-ontoloacutegico que como vimos en el primer capiacutetulo estaacute sostenida sobre la afirmacioacuten de un rasgo esencial y compartido por los seres humanos que debiacutea servir para fundamentar su dignidad intriacutenseca Aquiacute en cambio se la critica como una posicioacuten incapaz de sostener-se frente a una verdadera reflexioacuten pues la co-herencia que postula es uacutenicamente aparente

Dentro de la criacutetica al pensamiento eacutetico moderno que emprende la Eacutetica posmoderna la universalidad es acusada por el autor como una de las banderas enarboladas maacutes feha-cientemente por los modernos a fin de opacar toda autonomiacutea moral junto con la pretensioacuten de fundamentacioacuten uacuteltima Pero la forma en la que el autor acusa a la universalidad apela a una doble naturaleza

En la praacutectica los legisladores conside-raban que la universalidad era la regla sin excepcioacuten de un grupo de leyes que preva-leciacutean en un determinado territorio sobre el cual se extendiacutea su soberaniacutea Los filoacute-sofos definiacutean la universalidad como una caracteriacutestica de prescripciones eacuteticas que obligaban a cada ser humano mdashtan soacutelo por ser humanomdash a reconocerla como vaacutelida y aceptarla como obligatoria (Bau-man 2009 XVII)

Efectivamente en esta afirmacioacuten se estaacute hablando de dos acepciones de universalidad la primera como necesidad praacutectica y por tan-to concretada en las esferas juriacutedica y poliacutetica mientras que la segunda se refiere propia-

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mente a la justificacioacuten filosoacutefica Con base en lo anterior la raiacutez del problema de la univer-salidad para Bauman consiste en que para concretar esta ilusioacuten la filosofiacutea se puso al servicio de los legisladores y los administrado-res buscando justificar con base en conceptos uniacutevocos particularmente el concepto univer-sal de ldquohombrerdquo la reduccioacuten de la conciencia

La uniformidad fue conseguida a costa de la capacidad individual de discernir lo que es mejor para siacute y para otros y la filosofiacutea fue degradada al servicio de las necesidades de las eacutelites ilustradas No se trata pues de una mera ingenuidad el creer en la idea del hom-bre universal en su esencia El reproche va mucho maacutes allaacute se legitimoacute una praacutectica cuyo propoacutesito era someter la libertad humana a miacutenimos apenas admisibles y cuyo uacutenico fun-damento lo constituiacutea el poder coercitivo

Asiacute la universalidad no podriacutea ser sino el resultado loacutegico del proyecto humanista que temeroso de la incertidumbre y la aporiacutea in-triacutenseca a la moral se aferroacute con todas sus fuerzas a la reduccioacuten de toda ambivalencia calificaacutendola de mera apariencia y creyendo que podiacutea ser resuelta racionalmente razoacuten por la cual era imprescindible hacerse de re-glas universales Este proyecto para Bauman y el pensamiento posmoderno es simplemente irrealizable y maacutes auacuten incluso indeseable

Estas reflexiones dan paso a una de las tesis fundamentales de Eacutetica posmoderna que la universalidad no es otra cosa que una ldquoardua campantildea para aplastar las diferencias y sobre todo eliminar las fuentes laquosalvajesraquo mdashautoacutenomas estridentes e incontroladasmdash de juicio moralrdquo (Bauman 2009 XXII) Como vimos uno de las ideas maacutes importantes de la posmodernidad es que el sujeto es tan moral como plural no es ni esencialmente bueno ni esencialmente malo Es en cambio ambiva-

lente al igual que los dilemas que se le pre-sentan No podriacutea ser de otra manera

Lo anterior es equivalente a afirmar que no hay garantiacuteas que nos puedan salvar de los dilemas a los que nos enfrentamos diaria-mente puesto que la misma incertidumbre es una caracteriacutestica constitutiva del ser moral razoacuten por la cual cualquier coacutedigo de eacutetica que pretenda salvar esta distancia no puede sino fallar estrepitosamente Pero dicho fracaso no es cualquier cosa porque se corre el riesgo de que en el intento desesperado de la afirma-cioacuten de la universalidad se lleve por delante la moralidad misma deviniendo en un vacia-miento del sujeto en favor de las estructuras de poder

De esta manera se acusa a la eacutetica uni-versalista de ser un intento encubierto de su-primir la diversidad de posturas morales que funcionaba con el establecimiento de reglas heteroacutenomas De ello se deriva que ldquosu efec-to no es tanto la laquouniversalizacioacuten de la mo-ralidadraquo como el silenciamiento del impulso moral y la canalizacioacuten de la capacidad moral hacia metas socialmente designadas que po-driacutean incluir y de hecho incluyen propoacutesitos inmoralesrdquo (Bauman 2009 XXII-XXIII)

La universalidad se habiacutea convertido en un nuevo credo de los filoacutesofos de la Ilustracioacuten quienes a su vez se postulaban como los liacute-deres espirituales De igual forma la naturale-za humana como fundamento de la eacutetica se acuntildeoacute en el concepto maacutes abstracto posible pasando por alto a los hombres y las mujeres concretos

la naturaleza del Hombre proporciona el fundamento soacutelido y suficiente para un coacutedigo eacutetico de vigencia universal pero no la laquonaturaleza de hombres y mujeresraquo tal como se encuentra en ese momento ya que lo que vemos ahora no es la manifes-

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tacioacuten de la laquoverdadera naturaleza huma-naraquo eacutesta no se ha desarrollado plenamen-te en ninguacuten lado La naturaleza humana existe hoy uacutenicamente in potentia como una posibilidad por nacer (Bauman 2009 p11)

De ello se deriva inevitablemente un con-flicto entre lo concreto y lo abstracto entre las condiciones existenciales concretas frente a modelos totalizantes que terminan triviali-zando o degenerando las verdaderas pregun-tas sobre lo moral Pero el autor no solamente critica como se observa en la cita anterior el concepto universal del hombre en siacute mismo por su abstraccioacuten sino que ademaacutes sentildeala que dicho concepto se sostiene permanente-mente como una meta asintoacutetica siempre in-alcanzable para justificar que los hombres y las mujeres concretos en un momento dado no cumpliesen las elevadiacutesimas exigencias de los ilustrados

Para ello se dio con la idea del progreso gracias a la cual se podiacutea afirmar que los va-lores del pasado habiacutean sido los equivocados y en esa buacutesqueda asintoacutetica por la consecu-cioacuten del ideal de naturaleza humana se debe estar atento siempre al porvenir como posibi-lidad del perfeccionamiento de la moral y de las sociedades ldquoel tiempo significaba la jerar-quiacutea laquodespueacutesraquo era sinoacutenimo de laquomejorraquo y laquomaloraquo de laquorebasadoraquo o laquono propiamente desarrolladoraquordquo (Bauman 2009 p28) En efec-to para la modernidad la eacutetica no podiacutea ser nada maacutes que aquello que garantizara el or-den y el progreso las costumbres particularis-tas y locales del pasado asiacute como la tradicioacuten y las creencias religiosas debiacutean dar paso al siguiente eslaboacuten la sacrosanta racionalidad

Frente a ello Bauman (2009) enfatiza que la universalidad se vuelve un arma de doble filo para los modernos ldquoSi se lo toma con se-riedad () el postulado de la universalidad no

soacutelo socava las prerrogativas morales de las comunidades ahora transformadas en uni-dades administrativas homogeacuteneas del Esta-do-nacioacuten sino que vuelve insostenible la pre-tensioacuten del Estado de ser la autoridad moral supremardquo (p31) En efecto un ser sin atadu-ras esto es el individuo entendido como ser autoacutenomo racional y separado de sus circuns-tancias locales implica una independencia de todo tipo de ataduras no solamente aquellas de las comunidades particulares sino incluso las del gran Estado-nacioacuten

La universalidad de la eacutetica trae como con-secuencia indefectible que al querer tomar al hombre aislado de toda comunidad de todo pasado y de todo contexto exacerba el indi-vidualismo Lo que no previeron los ideoacutelo-gos de la modernidad es que el individuo asiacute emancipado tarde o temprano comienza a cuestionar la capacidad real incluso del mismo Estado o de cualquier otra autoridad como le-gitimador del orden moral con lo cual la mo-dernidad estaba condenada a desembocar en un proceso de desregulacioacuten y de individualis-mo desde el principio y la eacutetica moderna fraca-sariacutea inevitablemente

Pero esta no es la uacutenica razoacuten por la que la universalidad cae bajo su propio peso pues-to que hay una segunda referida a la incapa-cidad praacutectica de concretar el principio de la universalidad Veamos el Estado-nacioacuten estaacute confinado a un territorio soberano fuera del cual no tiene la autoridad suprema de actuar y decidir puesto que esto implicariacutea la violacioacuten de la soberaniacutea de otro

En razoacuten de lo anterior seguacuten Bauman (2009) cuando se afirma la eacutetica universal en realidad lo que se afirma es su validez en un plano nacional lo que lleva al autor a afirmar que ldquoLas ambiciones universales de cada au-toridad soberana viven una existencia precaria

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entre la pluralidad de autoridades soberanasrdquo (p32) Lo que aquiacute critica el autor es la impo-sibilidad de la concrecioacuten de la universalidad en el aacutembito empiacuterico y la peligrosa tendencia de los Estados de identificar al geacutenero huma-no completo exclusivamente con sus gober-nados dado que solamente sobre ellos tiene autoridad

La solucioacuten maacutes evidente a este problema la representariacutea la creciente tendencia de los Estados a promover una integracioacuten suprana-cional No obstante Bauman (2009) concluye respecto a esto que frente a la expresa volun-tad de los Estados de entablar relaciones para poder tener influencia fuera de sus fronteras lo que ocurre en realidad no es la concrecioacuten de una soberaniacutea ecumeacutenica sino maacutes bien un acuerdo impliacutecito entre los soberanos de su dominio interno Asiacute pese a los esfuerzos de la diplomacia y la negociacioacuten lo que realmente resulta de esto es ldquoque hay maacutes de un concep-to de moralidad universal y que la decisioacuten de cuaacutel predominaraacute se relaciona con la fuerza de los poderes que afirman tener el derecho de articularlardquo (Bauman 2009 p33)

Un argumento muy similar es comuacuten-mente sostenido contra la universalidad de los derechos humanos por cuanto algunos detractores alegan que sin importar las de-claraciones de pecho moralistas a la larga la defensa praacutectica y palpable de estos derechos depende de los Estados Los organismos su-pranacionales carecen de poder para hacerlos valer cuando dichos Estados no los reconocen

Ahora bien para justificar la existencia de esta situacioacuten de pluralidad de universalismos que terminan por contradecir la postura uni-versalista en la eacutetica Bauman (2009) afirma que los modernos acuden a un argumento similar al del progreso el cual se habiacutea esgri-mido como ya se explicoacute para razonar que la

humanidad se dirige hacia un proceso de per-feccionamiento moral continuo y asintoacutetico guiado por la razoacuten Ahora el razonamiento que justifica para los modernos la ausencia de universalidad en la esfera empiacuterica sin socavar la legitimidad de su aspiracioacuten es el de la uni-versalizacioacuten

En efecto lo que dice Bauman (2009) res-pecto a este concepto es que ldquoAhiacute se encon-traba seguro en tanto pudiera creerse que el proceso de universalizacioacuten es real que la laquomarcha del tiemporaquo podriacutea considerarse im-parable y que llevariacutea a la poda progresiva y a la larga al sofocamiento de las actuales di-ferenciasrdquo (pp33-34) Los modernos se con-venciacutean de que si la universalidad no es una realidad ahora mismo llegaraacute a serlo como consecuencia del disentildeo de ese gran relato que es el progreso de la humanidad

La universalidad como meta exigiacutea la idea de la universalizacioacuten como proceso es decir la creencia que para cubrir las zonas grises en las que las reglas no eran auacuten las mismas para todos llegariacutean a serlo a traveacutes del constante arreglo racional de la sociedad Esto recuer-da brevemente a la distincioacuten que se hizo en el primer capiacutetulo entre universalidad como punto de partida y como punto de llegada en tanto esta uacuteltima justificaba el proyecto siem-pre hacia el futuro

En La posmodernidad y sus relatos Bau-man (2001) enfatiza que la universalizacioacuten como idea de tradicioacuten liberal se respalda en la aseveracioacuten de que las diferencias entre hom-bres son uacutenicamente contingentes derivadas de las condiciones culturales y tradicionales de desenvolvimiento de la vida pero que por lo mismo pueden ser modificables

Con la progresiva universalizacioacuten de la condicioacuten humana que no supone otra cosa que la erradicacioacuten de todo localis-

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mo asiacute como de los poderes empentildeados en preservarlos y que por consiguiente libera el desarrollo humano del impacto paralizante del accidente del nacimiento esa diversidad predeterminada y que-su-pera-a-la-eleccioacuten-humana se desvanece-raacute (p29)

Lo contingente debiacutea ser minimizado fren-te al proyecto de perfeccionamiento de la ver-dadera naturaleza esencial inmutable de la hu-manidad Pero como sabemos la posmoder-nidad busca desembarazarse de estos relatos incluyendo aquel que hace del hombre un ser del porvenir fiel a las expectativas del futuro que se supone seraacute la redencioacuten del pasado y del presente Mientras tanto a los modernos no le queda sino confiar en el proceso civiliza-torio en el que afirman que estamos inmersos

Por lo visto hasta ahora los posmodernos niegan el relato de que el futuro sea mejor y que las civilizaciones actuales sean de alguna manera superiores a las del pasado o que las sociedades supuestamente ldquomaacutes avanzadasrdquo del presente puedan apelar a una superio-ridad moral sobre otras porque no son sino premisas derivadas de una falacia etnoceacutentri-ca en la que se cree que la civilizacioacuten occiden-tal debe ser la protagonista de este proyecto civilizatorio

Ahora bien Bauman (2009) guarda una posicioacuten interesante frente a la afirmacioacuten de la universalidad puesto que si bien niega su justificacioacuten y arreglo racional calificaacutendolas de ilusorias tampoco guarda mucha relacioacuten con las posturas eacuteticas contra la universalidad que vimos en el Capiacutetulo I con excepcioacuten del escepticismo pero solamente con respecto a los coacutedigos universales no con los hechos mo-rales Es ademaacutes expliacutecitamente criacutetico con-tra el relativismo como se veraacute maacutes adelante y especialmente con el comunitarismo lo cual permite entender la posicioacuten de la posmoder-

nidad dentro de una variedad de metaeacuteticas en contra de la universalidad

En efecto una de las advertencias que hace Bauman (2009) es el hecho de que en la retira-da de las ambiciones modernas de establecer legislaciones de caraacutecter universal se pueda sucumbir a la tentacioacuten de sostener una po-sicioacuten comunitarista que base la moralidad en la idea del hombre situado en una comunidad dado que este pensamiento sostiene que el individuo tiene una herencia de tradiciones y costumbres que lo anteceden y que configu-ran el marco vivencial con el que ve al mundo y define sus fines (p37) En este sentido el gobierno comunal las minoriacuteas eacutetnicas se su-man como contrincantes por el preciado tiacutetulo de legislador moral que desde la Ilustracioacuten habiacutea detentado el Estado moderno sin dudar Como respuesta Bauman (2009) critica al co-munitarismo a fin de desecharlo como una al-ternativa al universalismo lo siguiente

No existe autoridad comunal con un poder de adjudicacioacuten legal comparable al de las agencias estatales o avaladas por el Estado En ausencia de esta autoridad una comunidad que verdaderamente pue-de laquosituarraquo a sus integrantes con cierto grado de importancia duradera pareceriacutea maacutes un postulado metodoloacutegico que un hecho de la vida real (p36)

Es decir si se denunciaba que la universa-lidad de la eacutetica no era concretable porque el Estado no puede reclamar legiacutetimamente nin-guna autoridad moral fuera del territorio en el que puede poner en ejercicio su monopolio de la violencia legiacutetima las fronteras de las comu-nidades tienen la dificultad de que son mucho maacutes deacutebiles y permeables razoacuten por la cual carecen de la autoridad y la cohesioacuten moral de la que se quieren hacer responsables De igual manera tanto el Estado como la comu-nidad entendidos cada uno como las distintas

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agencias en pugna por la posicioacuten de fuente de legitimacioacuten de lo moral pecan de la mis-ma pretensioacuten el de arrogarse la autoridad de decidir el contenido de la moral subordinan-do al individuo

En el caso del comunitarismo seguacuten Bau-man (2009) ldquoLo que se describe como laquomo-ralraquo en la comunidad moral son los efectos deseados de dicha subordinacioacuten la restric-cioacuten y seleccioacuten de las elecciones individuales por medio del requisito de cooperar para que el grupo sea realrdquo (p36) El individuo nueva-mente se ve amenazado pero ahora desde otra corriente filosoacutefica Que el comunitaris-mo describa como moral todo aquello que re-fuerza la pertenencia a comunidades dotadas de sentido y que los universalistas lo hagan desde las ambiciones del Estado moderno es indiferente para el autor cuando el resultado representa el mismo peligro el creer erroacutenea-mente que eliminar la ambiguumledad de la mo-ral es posible y que alguna entidad supraindi-vidual pueda asumir esta responsabilidad que no es sino solo del individuo

Lo que dice el autor es que a la larga la apologiacutea del yo situado tambieacuten puede ser un instrumento al servicio de la sumisioacuten moral del individuo el comunitarismo al igual que la universalidad propugna la heteronomiacutea lo cual deja a los individuos ldquoexpuestos a una ca-cofoniacutea de presiones sociales o instancias de chantaje cuasieacutetico que intentan expropiar el derecho individual a la eleccioacuten moralrdquo (Bau-man 2009 p 37) En medio de esta pluralidad de voces el individuo como agente moral au-toacutenomo se encuentra perdido lo cual consti-tuye el nuacutecleo de la crisis moral de nuestros tiempos de la cual el pensamiento posmoder-no quiere librarnos

223 La perspectiva posmoderna de Zygmunt Bauman

Hasta ahora se ha hecho evidente que la descripcioacuten de Bauman de la crisis de nues-tros tiempos acusa a la modernidad de ser la principal responsable entendida ella como un paradigma de la racionalizacioacuten y una apologiacutea de los relatos particularmente aquellos que refieren a la historia mdashel progresomdash y el suje-to mdashel concepto universal del hombremdash Bau-man en cambio pertenece a un paradigma diametralmente opuesto la posmodernidad cuyos principales postulados fueron explora-dos en apartados anteriores

Ahora bien lo que este autor dice expresa-mente del pensamiento posmoderno es que busca desenmascarar las verdaderas fuentes de la fuerza moral que han permanecido ocul-tas por las ilusiones de la modernidad en la filosofiacutea y en la teoriacutea poliacutetica (Bauman 2009 X) Una de estas ilusiones es la creencia en que las cuestiones morales pueden ser resueltas de forma definitiva con el ejercicio racional de manera que lo que antes era ambivalente lo seraacute cada vez menos

En realidad para un autor posmoderno como el nuestro la moralidad es constituti-vamente ambigua aporeacutetica El proponer es-tructuras estables y necesarias no es maacutes que un intento desesperado por garantizar alguacuten tipo de seguridad cuando se estaacute al borde del abismo Es un acto de mala fe Es en razoacuten de lo anterior que este autor expone uno de los postulados maacutes relevantes de su eacutetica posmo-derna

La verdad en cuestioacuten es que el laquodes-ordenraquo permaneceraacute al margen de lo que hagamos o conozcamos que los pequentildeos oacuterdenes y laquosistemasraquo que elaboramos son fraacutegiles mdashen tanto no se observe lo con-trariomdash y arbitrarios y a final de cuentas

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tan fortuitos como sus opciones (Bau-man 2009 p21)

Bajo este razonamiento que se basa en la afirmacioacuten de la pluralidad inaprehensible del individuo moral ninguacuten coacutedigo eacutetico en sus pretensiones de ser uniacutevocos y universales puede adecuarse a la naturaleza ambivalen-te y no racional de los fenoacutemenos morales y el mero intento de hacerlo termina por tener que acudir a la subyugacioacuten del hombre Pero ademaacutes cualquier aparente victoria de la mo-dernidad es solamente temporal en la medida en que constantemente surge otra autoridad otra voz otro coacutedigo u otra filosofiacutea que recla-ma para siacute la validez universal De alliacute que el autor enfatice tanto la fragilidad de todo siste-ma destinado a ordenar la sociedad de acuer-do con un esquema racional

En todo caso lo que aquiacute se denuncia es que el arreglo racional de la sociedad moder-na bajo un proceso constante de racionaliza-cioacuten se propone el adiestramiento e incluso la supresioacuten de los impulsos que son la materia prima baacutesica de la moralidad En cambio afir-ma Bauman (2009) dichos impulsos son de tal naturaleza que escapan de toda racionaliza-cioacuten son fuente de una ldquoestructura primaria de la convivencia humanardquo (XX) que ha sido suprimida con los intentos de instauracioacuten de un orden artificial Esto concuerda con la idea de la pluralidad radical y constitutiva del sujeto que se exploroacute en el apartado que da comienzo a este capiacutetulo

Ahora bien con esto no debe concluirse apresuradamente que la posmodernidad de-fendida por Bauman postula pues el relati-vismo Maacutes bien denuncia que la modernidad en su afaacuten por la universalidad ha generado paradoacutejicamente una pluralidad de eacutetica dada la imposibilidad de la autoridad estatal o cual-quier otra autoridad de arrogarse la validez

universal de sus normas y reglas particulares Partiendo de esto Bauman (2009) afirma ldquoSon los coacutedigos eacuteticos los que estaacuten plaga-dos de relativismo y esa plaga no es sino la reflexioacuten o el sedimento del parroquialismo tribal de los poderes institucionales que usur-paron la autoridad eacuteticardquo (XXV)

En otras palabras el autor no contrapone el relativismo a la universalidad como es lugar comuacuten hacer sino que afirma que lo prime-ro es resultado indefectible de lo segundo Ciertamente la posmodernidad considera al individuo como una pluralidad de impulsos y fuerzas pero afirmar la ambiguumledad de los fe-noacutemenos morales no es lo mismo que afirmar el relativismo que es maacutes bien una caracte-riacutestica que Bauman le atribuye a los coacutedigos eacuteticos de la modernidad

Por ello Bauman (2009) dice ldquono hay contradiccioacuten entre el rechazo mdasho el escepti-cismomdash a la eacutetica de normas de convencioacuten social laquofundamentadasraquo racionalmente y la insistencia de que siacute importa y tiene impor-tancia moral lo que hacemos y de lo que de-sistimosrdquo (p292) En otras palabras el autor siacute es esceacuteptico frente a la eacutetica moderna y a los coacutedigos que de ella derivan pero no frente a la moralidad tal y como eacutel la entiende

Esto es asiacute porque Bauman (2009) sugie-re que hay una ldquocondicioacuten moral comuacuten que antecede los efectos diversificadores de la ad-ministracioacuten social de la capacidad moral sin mencionar la necesidad sentida de una lsquouni-versalizacioacutenrsquo administrada de manera similarrdquo (XXV) La afirmacioacuten de dicha condicioacuten preso-cial compartida por todos los hombres es lo que salva a la posicioacuten posmoderna de Bau-man de ser identificada con el relativismo al menos en torno a la moralidad El autor afirma la existencia de una unidad moral que abarca a toda la humanidad con la diferencia de que

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dicha unidad no puede interpretarse desde la dominacioacuten como hariacutea la modernidad sino como el resultado de la deconstruccioacuten de los mitos modernos Revelar la naturaleza de esta condicioacuten moral es el propoacutesito expreso de la eacutetica posmoderna Estas afirmaciones prelimi-nares le permitiraacuten a Bauman (2009) definir lo siguiente

la posmodernidad es una modernidad sin ilusiones Las ilusiones en cuestioacuten se resumen en la conviccioacuten de que el laquodes-ordenraquo del mundo no es sino un estado temporal y reparable que tarde o tempra-no seraacute sustituido por los principios de la razoacuten ordenados y sistemaacuteticos (p21)

Es por tanto la respuesta a una crisis de la moral que ha desembocado en el desencan-tamiento del mundo como alguna vez lo pre-conizara el ceacutelebre socioacutelogo Max Weber Por el contrario la posmodernidad propicia el re-encantamiento lo cual significa para Bauman (2009) ldquola posibilidad de enfrentar sin amba-ges la capacidad moral del ser humano como en verdad es sin disfraces ni deformaciones readmitirla al mundo humano desde su exilio moderno restaurarla a su derecho y digni-dadrdquo (p22) Asiacute el traacutensito de la modernidad a la posmodernidad puede entenderse como el itinerario en el cual se recupera el valor de los contenidos no racionales constitutivos del individuo las emociones los impulsos la es-pontaneidad

Con ello la posmodernidad se propone re-vertir el error que la modernidad ha cometido al creer que el yo moral podriacutea identificarse sin maacutes con el nosotros eacutetico ldquolo que taacutecitamente supone cualquier visioacuten de moralidad univer-sal de grupo () es que la conducta moral pue-de expresarse en reglas a las cuales se les da una forma universal los yos morales pueden disolverse en el abarcador laquonosotrosraquordquo (Bau-

man 2009 p40) Esto es asiacute seguacuten Bauman tanto para los defensores del Estado moder-no como para los comunitaristas dado que el procedimiento es el mismo disolver al indivi-duo en un grupo que se supone omniacutemodo superior a cualquier inclinacioacuten personal Por ello la propuesta posmoderna es repersonali-zar la moral es decir devolver su importancia primordial al individuo

224 Sobre la eacutetica la moral y los derechos humanos

En el capiacutetulo I se discutiacutea la evolucioacuten de las acepciones de los teacuterminos eacutetica y moral al tiempo que se haciacutea eacutenfasis en la importan-cia de entender verdaderamente a queacute hace referencia cada autor cuando hace mencioacuten de dichos vocablos Procederemos entonces a hacer lo propio con el autor central de este trabajo de investigacioacuten

Cuando Bauman (2009) habla de eacutetica la entiende como la necesidad que tienen los miembros de las sociedades actuales de una muy especiacutefica clase de ldquoreglas que podriacutean guiar nuestra conducta con los otros () para sentirnos seguros en la presencia de los de-maacutes ayudarnos mutuamente cooperar de manera paciacutefica y obtener de la presencia de los demaacutes un placer libre de temor y de sos-pechardquo (p1) Esta descripcioacuten conlleva una criacutetica intriacutenseca la idea de que en favor de la seguridad se renuncie a la autonomiacutea o en otras palabras que la eacutetica mdashen su acepcioacuten modernamdash someta a la moral

La moral entendida como ldquoel aspecto del pensamiento el sentimiento y la accioacuten hu-manos que atantildee a la distincioacuten entre lo laquoco-rrectoraquo y lo laquoincorrectoraquordquo (Bauman 2009 XI) es una caracteriacutestica de la modernidad En efecto este autor admite como lo hizo en

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su momento McIntyre (2001) que es la mo-dernidad la responsable de poner de relieve la moral bajo estos teacuterminos alejaacutendose de una acepcioacuten circunscrita a las costumbres y tradiciones de las sociedades premodernas en las que no pareciacutea haber tal discernimiento y hacer ldquolo correctordquo significaba vivir seguacuten la forma aceptada

Por el contrario su propia idea de lo mo-ral se opone a esta acepcioacuten y a muchos de los presupuestos de la mente moderna Para exponerla seriacutea uacutetil adoptar en primera ins-tancia una aproximacioacuten negativa es decir ahondar en lo que para Bauman la moral no es para luego dilucidarla en sentido positivo

En efecto Bauman (2009) acusa que con el propoacutesito de justificar la universalidad la modernidad adjudicoacute a la moralidad atributos que no le corresponden entre ellos destacan tres muy importantes propoacutesito reciproci-dad y un caraacutecter contractual Con respecto al propoacutesito el autor acusa el hecho de haberse convertido las elecciones morales en opciones que debiacutean tomarse de forma calculada a fin de obtener alguna utilidad o conveniencia que era la expectativa de que la accioacuten moral debiacutea ser de alguna manera recompensada en el futuro La moral pasa entonces a evaluarse en funcioacuten de los beneficios como medio para

un fin como una forma de invertir en el futuro (p48)

La reciprocidad tiene mucho que ver con la anterior puesto que reside en el supuesto de que a corto o largo plazo la accioacuten moral seraacute devuelta con lo cual se la reduce a teacuterminos transaccionales (Bauman 2009 p51) Se tra-ta pues de esperar de forma taacutecita o impliacuteci-ta el compromiso del otro a recompensar la obligacioacuten que uno haya servido para con eacutel hacieacutendose acreedor de un deber que debiese reciprocar

Finalmente para el autor la universalidad de la moral supone identificarla con una rela-cioacuten contractual en el que las partes acuerdan mutuamente el cumplimiento de las mismas exigencias mdashni maacutes ni menosmdash siempre con-servando en primer lugar el bienestar propio mientras solo se evaluacutean las acciones del otro Bajo esta acepcioacuten no hay personas o indivi-duos sino agentes o partes las reglas y conse-cuencias se establecen de antemano el com-promiso moral estaacute atado a lo estrictamente necesario y el cumplimiento de la obligacioacuten estaacute uacutenicamente motivado por el deseo de evitar por los costos de recibir una sancioacuten (Bauman 2009 pp53-54)

Maacutes importante que la descripcioacuten de es-tos falsos atributos de la moral que Bauman

La posmodernidad es una modernidad

sin ilusiones Las ilusiones en cuestioacuten se resumen

en la conviccioacuten de que el laquodesordenraquo del mundo no

es sino un estado temporal y reparable que tarde o

temprano seraacute sustituido por los principios de la razoacuten

ordenados y sistemaacuteticos

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(2009) declara haber identificado es el diag-noacutestico del comuacuten denominador que subyace a ellos el postulado del caacutelculo de la accioacuten Para el autor estos atributos ldquosuponen que el pensamiento precede a la accioacuten la definicioacuten precede a la tarea la justificacioacuten precede a la obligacioacutenrdquo (p55) Lo que se estaacute criticando aquiacute a la larga es la consideracioacuten de que las acciones morales son por un lado racionales y por el otro impersonales puesto que se les condena a participar en un juego que consiste en sopesar desapasionadamente las opciones y los medios a fin de satisfacer beneficios per-sonales Frente a ello el autor va a declarar tajantemente

Yo sugiero por el contrario que la mo-ralidad es endeacutemica e irremediablemente no racional en el sentido de que no es cal-culada y por ende no se presenta como reglas impersonales que deben seguirse por lo tanto no puede decirse que siga reglas en principio universales (Bauman 2009 p55)

Asiacute la negacioacuten de la racionalidad de la mo-ral descarta tambieacuten los atributos que buscan dar sustento a la universalidad y los reemplaza con otros en primer lugar la moral no tiene un propoacutesito o fin Por el contrario ldquoes maacutes bien la imposibilidad de no ser responsable por este Otro aquiacute y ahora lo que constituye mi capacidad moralrdquo (Bauman 2009 p47) sin caacutelculos de por medio Atender el llamado de responsabilidad se hace imprescindible in-evitable por ello tampoco se puede afirmar que las relaciones morales sean o deban ser reciacuteprocas

Frente a la afirmacioacuten de reciprocidad Bauman (2009) propone la asimetriacutea por cuanto la accioacuten moral me compromete a miacute solo y exclusivamente a miacute ldquoLa actitud antes de las relaciones unilateralidad no reciproci-dad una relacioacuten que no puede revertirse to-

das ellas son las caracteriacutesticas indispensables y definitorias de la postura moralrdquo (p41) Esto es asiacute porque parte de mi responsabilidad con el Otro supone respetar su autonomiacutea La res-ponsabilidad moral es infinita e incondicional y se corrompe en el momento que se actuacutea con el uacutenico deseo de asegurar para el futuro una accioacuten reciacuteproca

Por eso mismo tampoco puede ser enten-dida como un contrato puesto que bajo estos teacuterminos la obligacioacuten de uno termina cuando el otro incumple En cambio la afirmacioacuten de asimetriacutea supone la atencioacuten y el cuidado del Otro con independencia de coacutemo el Otro deci-da actuar conmigo De alliacute que se diga que es una ldquorelacioacuten esencialmente desigualrdquo (Bau-man 2009 p42) Esta desigualdad solamente puede ser entendida con el teacutermino ldquoser para otrordquo No se trata simplemente de convivir puesto que esto no elimina la indiferencia sino de preocuparse de prestar cuidados sin miramientos ni condiciones

Pero ademaacutes se trata de una fuerza pro-funda e indefectiblemente personal que no puede ser arrebatada por una autoridad ex-terna puesto que cuando eso ocurre la ac-titud pierde toda su moralidad y se convierte en un mero seguimiento de reglas Bajo esta idea y contrario a la eacutetica kantiana se sigue que el seguimiento ciego del deber es todo menos un acto moral puesto que el individuo se pierde en la despersonalizacioacuten de reglas y dado que ha sido precisamente la modernidad la que ha postulado dicha despersonalizacioacuten como requisito de universalidad no hay reso-lucioacuten posible de dicho conflicto a menos que se abandone el esquema moderno por com-pleto

Maacutes auacuten el autor procede a revelar los liacute-mites morales que se le presentan a cualquier intento de universalidad eacutetica la cual deriva

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de una cierta acepcioacuten filosoacutefica en torno al sujeto moral En efecto para Bauman (2009) la universalidad presupone que las personas son intercambiables en el sentido de que lo que es vaacutelido para uno lo es igualmente para el otro

Habriacutea una manera faacutecil de que los mu-chos laquoyosraquo se convirtieran en el colectivo laquonosotrosraquo soacutelo si pudieacuteramos considerar todos los laquoyosraquo como ideacutenticos por lo me-nos con respecto a un atributo que asigna las unidades como miembros de un grupo (p41)

Ya se ha explicado que dicho atributo en comuacuten suele atribuirse a la racionalidad como esencia de la especie humana No obstante para el autor lo anterior se hace en detrimento de la ldquomultidimensionalidad del yordquo (Bauman 2009 p41) y maacutes auacuten de su misma integri-dad En cambio bajo su postura posmoderna ser un sujeto moral implica ser uacutenico e irrem-plazable Pero si cada uno lo es no se puede esperar legiacutetimamente a que una determinada conducta se haga regla universal puesto que esto cercena la singularidad y unicidad no solo del sujeto como tal sino de la eleccioacuten moral

La universalidad seguacuten estos argumentos no toma en cuenta las especificidades de las situaciones la grandeza del llamado a la res-ponsabilidad que se da en una relacioacuten de Yo-Tuacute que no puede ser codificada en ninguna regla ni sometida a un tercer teacutermino Asiacute ldquoTo-dos los laquodeberesraquo y laquoreglasraquo que pueden con-cebirse en una relacioacuten moral estaacuten dirigidas uacutenicamente a miacute soacutelo me obligan a miacute y me constituyen soacutelo a miacute en tanto laquoYoraquordquo (Bauman 2009 p44) Esto es asumir que cada mensaje tiene un uacutenico destinatario buscar que el otro sea tambieacuten un destinatario del mismo men-saje es caer en una lamentable contradiccioacuten

puesto que al hacerlo niego la responsabilidad del otro y con ella la miacutea

En este sentido se estaacute indubitablemente solo en el llamado y negarlo supone actuar de mala fe De esta manera el autor va a enten-der la moral como la posibilidad de la eleccioacuten real personaliacutesima de alliacute que sea sinoacutenimo de la autonomiacutea de la voluntad la cual el au-tor pretende proteger de las omniabarcantes reglas Es precisamente aquiacute donde estaacute el quid de la criacutetica puesto que si lo moral es la eleccioacuten libre y responsable del individuo los coacutedigos y reglas que pretendan usurpar esta responsabilidad y usurpar el yo moral termi-nan generando una eacutetica sin moral Esto se vis-lumbra mejor con el siguiente sentildealamiento

La eacutetica mdashun coacutedigo moral que desea ser el coacutedigo moral el uacutenico grupo de pre-ceptos coherentes que deberiacutea obedecer cualquier persona moralmdash considera que la pluralidad de caminos e ideales es un reto y que la ambivalencia de juicios mo-rales es una situacioacuten patoloacutegica que debe rectificarse (Bauman 2009 p7)

Esto se explica por el hecho de que la mo-dernidad ha tratado a la eacutetica como sinoacutenimo de ley de principios bajo los cuales es impe-rativo actuar susceptibles de formulacioacuten y determinacioacuten Se afirma que es un fenoacutemeno moderno porque como afirman Jacobsen y Poder (2008) ldquoCon la introduccioacuten de la filo-sofiacutea moral de Kant la eacutetica ya no era mdashcomo para Aristoacutetelesmdash una cuestioacuten de emitir jui-cios eacuteticos en situaciones particulares (phro-nesis) sino una cuestioacuten de actuar de acuerdo con leyes abstractas y universalesrdquo1 (p62) No obstante la nocioacuten kantiana que postulaba la capacidad del sujeto moral de obedecer su

1 ldquoWiththe introductionofKantrsquosmoralphilosophyethicswasno longer ndashas forAristotlendash a questionofmakingethicaljudgmentsinparticularsituations(phronesis)butaquestionofacting inaccordancewithabstractuniversallawsrdquo(traduccioacutenpropia)

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propia ley fue distorsionaacutendose en tanto se puso mayor eacutenfasis en la obediencia de leyes y a la larga la heteronomiacutea sustituyoacute a la auto-nomiacutea tal y como relata nuestro autor central

Bajo estos teacuterminos el autor ha esgrimido una acusacioacuten contra todo intento de sofocar las intuiciones morales mdashel hecho bruto pri-mordialmdash e impulsos no racionales propios del ser humano con el establecimiento de coacutedigos eacuteticos Frente a ello la propuesta de Bauman (2009) es afirmar que la moral se encuentra alliacute donde la eacutetica sus coacutedigos y principios no existe ldquomoralidad es la condicioacuten de anomia perpetua e irreparable Ser moral significa es-tar abandonado a mi propia libertadrdquo (p56) Adicionalmente enfatiza en el hecho de que toda expresioacuten de ideales compartidos es una amenaza de desaparicioacuten de los sujetos mora-les

Con esto Bauman (2009) no niega que sea posible establecer unos coacutedigos y reglas de na-turaleza social vinculantes de la misma forma para todos pero siempre bajo el entendido de que ldquocualquier acuerdo al que se llegue seraacute inconcluso temporal y no de aceptacioacuten uni-versalrdquo (p23 cursiva propia) Es decir cual-quier coacutedigo eacutetico debe permitir una refunda-cioacuten constante de sus bases incluso cuando el mismo autor admite que ello implica maacutes dificultades para llegar realmente a un con-senso sostenible dado que la posibilidad de reformar constantemente pone en entredicho la vinculacioacuten

Lo que busca rescatar Bauman (2009) con este planteamiento es la idea de que ldquoLa so-ciedad su continuidad y bienestar son posi-bles gracias a la competencia moral de sus in-tegrantes y no a la inversardquo (p20) Esto signi-fica que la moral bajo esta perspectiva es un hecho previo a toda constitucioacuten social razoacuten por la cual no puede someterse ni depende de

ella Esta premisa busca distanciarse enorme-mente de las ideas modernas que afirman que la moralidad solo tiene lugar en una sociedad

Ahora bien dado que los derechos hu-manos son uno de los tantos productos de la creencia en la universalizacioacuten de la eacutetica y en el concepto universal del hombre trascenden-tal previo a sus experiencias seriacutea razonable concluir por razonamiento silogiacutestico que Bauman los niega de forma tajante Cierta-mente otros autores posmodernos lo han he-cho Pero Bauman no llega a tales extremos De hecho su postura al respecto quiere ser criacutetica pero moderada puesto que como vi-mos propone una reflexioacuten y reformulacioacuten de los problemas eacuteticos claves entre ellos los derechos humanos con el fin de que no se conviertan en una manifestacioacuten maacutes del deber eacutetico heteroacutenomo en detrimento de la autonomiacutea moral individual

Al respecto uno de los puntos que el au-tor quiere hacer ver es que los derechos hu-manos representaron una abdicacioacuten de las prerrogativas de la autoridad del Estado para seguir monopolizando la vida individual pero al mismo tiempo tambieacuten se constituyen en argumentos esgrimidos por los comunitaris-tas para aprovechar esta retirada y ocupar los espacios abandonados De hecho Bauman (2009) llega a afirmar ldquoLa supresioacuten maacutes des-piadada y asesina de la autonomiacutea individual se perpetra hoy en diacutea en nombre de los laquode-rechos humanosraquo expropiados y colectiviza-dos como los laquoderechos de la minoriacutearaquo (pero siempre una minoriacutea que desea ser mayoriacutea o al menos aspira al derecho de comportarse como si lo fuera)rdquo (p39)

Por otra parte en Modernidad liacutequida Bauman (2002) arguye que la expansioacuten de los derechos humanos estaacute estrechamente relacionada con el proceso de desregulacioacuten

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y privatizacioacuten de asuntos anteriormente puacute-blicos en el que desembocoacute la modernidad dando paso a la eacutepoca posmoderna como una era del consumo y de la afirmacioacuten exacerba-da del individuo (pp34-35) Raacutepidamente se avizora que esta descripcioacuten de los hechos es una criacutetica negativa por parte del autor puesto que si bien habiacutea denunciado las tendencias totalitarias propias del Estado-nacioacuten de la modernidad temprana hiperreguladora tam-bieacuten ve en la actual modernidad liacutequida o pos-modernidad en la que nos encontramos una tendencia al desarraigo y la individualizacioacuten que tiende a socavar la esfera puacuteblica y la po-sibilidad de plantear causas comunes

En efecto bajo este planteamiento la afir-macioacuten de los derechos humanos constituyoacute una retirada de las autoridades externas en especial del Estado moderno frente al indivi-duo y las comunidades producto del fracaso del mantenimiento de toda Verdad uacutenica y con mayuacutescula Seguacuten Bauman (2002) dicha reti-rada se encuentra ldquoreflejada en el corrimien-to que hizo el discurso eacuteticopoliacutetico desde el marco de la lsquosociedad justarsquo hacia el de los lsquode-

rechos humanosrsquo lo que implica reenfocar ese discurso en el derecho de los individuos a ser diferentesrdquo (p35) Pero detraacutes de la maacutescara de autoafirmacioacuten de individuo este fenoacuteme-no en realidad solo es manifestacioacuten del deseo de ser dejado en paz de la concrecioacuten del in-tereacutes propio y el individualismo como el nuevo desideraacutetum

En este sentido los derechos humanos son interpretados como uno de los mecanismos sociales que han abierto el camino para la apa-ricioacuten de la modernidad liacutequida porque el indi-vidualismo que propugnan va de la mano de un proceso de peacuterdida de identidad y compro-miso con lo cual la esfera puacuteblica se ha visto bastante disminuida y el individuo se encuen-tra en guerra contra el ciudadano (Bauman 2002 p35) Siendo que los derechos huma-nos se proponen como universales antildeorando la idea de una ciudadaniacutea universal con estas afirmaciones se busca hacer auacuten maacutes patente la imposibilidad de estas pretensiones dada las contradicciones que ellas mismas originan

Aparte de esto es poco lo que el autor dice directamente sobre los derechos humanos en Eacutetica posmoderna ya que su enfoque funda-mental es la eacutetica en general pero al mismo tiempo es mucho lo que dice porque como vimos en el primer capiacutetulo los derechos hu-manos son una particularizacioacuten de un debate maacutes grande entre una eacutetica universalista y sus detractores en sus distintas manifestaciones incluyendo la posmodernidad Por tanto las argumentaciones hasta ahora formuladas con-tra la universalidad y su relacioacuten con la crisis eacutetica tienen una significacioacuten relevante en ma-teria de derechos humanos que nos propon-dremos analizar en el siguiente capiacutetulo

Lo que tenemos hasta ahora es una pro-puesta que quiere aprovechar las circuns-tancias de desregulacioacuten de la vida en favor

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de retomar la reflexioacuten sobre las intuiciones morales y la responsabilidad individual para asiacute alcanzar una mayor autenticidad en las di-naacutemicas de nuestras sociedades Queda no obstante por determinar en queacute medida la postura de Bauman en torno a la eacutetica podriacutea argumentar a favor o en contra de la natura-leza de los problemas eacuteticos contemporaacuteneos maacutes acuciantes en particular los derechos hu-manos

CAPIacuteTULO III

IMPLICACIONES DE LA EacuteTICA POSMODERNA DE BAUMAN PARA LA TEORIacuteA DE LOS DERECHOS HUMANOS

31 La postura eacutetica de Bauman y los derechos humanos contrastes y objeciones

Ya en el primer capiacutetulo se expusieron los distintos argumentos a favor y en contra de la universalidad de los derechos humanos desde distintas metaeacuteticas Igualmente se llegoacute a afirmar que esta problemaacutetica forma parte de un debate maacutes amplio entre el universalismo y el particularismo o contextualismo de la eacutetica Lo que hace Bauman en cambio es introdu-cir un tercer teacutermino a dicho debate negando tanto el universalismo como el comunitaris-mo y afirmando una postura posmoderna en defensa de la autonomiacutea moral del individuo en una sociedad cada vez maacutes fragmentada Dado que el mismo autor presenta su postu-ra como una posibilidad de analizar bajo una nueva luz los problemas eacuteticos de la actuali-dad el propoacutesito de este capiacutetulo es analizar la plausibilidad de reformular los derechos hu-manos desde su punto de vista

Se podriacutea empezar por sentildealar algunos ras-gos generales de la significacioacuten de la obra Eacuteti-ca posmoderna en torno al tema que nos ocu-

pa En primer lugar resulta interesante que Jacobsen y Poder (2008) sentildealen que pese a que Bauman asevera que su enfoque no es la moral sino la eacutetica lo cierto es que ldquoEacutetica pos-moderna no es un libro de la eacutetica posmoder-na sino maacutes bien un libro sobre la moralidad posmodernardquo2 (p61) Al respecto esta criacutetica nos parece certera puesto que Bauman al analizar la antinomia modernidad-posmoder-nidad en repetidas ocasiones lo hace usan-do como equivalentes la contraposicioacuten eacuteti-ca-moral argumentando que la modernidad como la era de la eacutetica esto es de normas y leyes exacerbadas debiacutea ser superada por la visioacuten posmoderna de compromiso hacia la repersonalizacioacuten de la moral frente a estas tendencias reguladoras

Maacutes auacuten el autor especiacuteficamente afirma no solamente que su obra no se propone ofre-cer un nuevo coacutedigo eacutetico sino que tampoco ldquopodriacutea contemplarse ninguacuten coacutedigo eacutetico a la luz de lo que se desarrollaraacute en el caminordquo (Bauman 2009 XXVI) Estas afirmaciones par-ten de la idea de que la moralidad es posible solamente alliacute donde no llega la eacutetica puesto que ella no puede ser mensurada por la co-dificacioacuten de reglas universales su propuesta final es precisamente una moral sin eacutetica

Como vimos esto no quiere decir que to-das las reglas bajo las cuales se rigen las so-ciedades deban ser abolidas pero siacute se afirma una tensioacuten permanente e irresoluble entre eacutetica y moral ya que esta uacuteltima ldquoresiste cual-quier codificacioacuten formalizacioacuten socializa-cioacuten universalizacioacuten La moral permanece cuando la labor de la eacutetica de la Gleichschal-tung ha concluidordquo (Bauman 2009 p48) Por tanto el autor sugiere un relajamiento de dichos coacutedigos un olvido de la universalidad

2 ldquoPostmodern Ethics is not a book on postmodernethicsbutratherabookonpostmodernmoralityrdquo(traduccioacutenpropia)

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que en definitiva ha fracasado en favor de la agencia moral individual

Lo anterior lleva a Jacobsen y Poder (2008) a concluir en una razoacuten por la cual la teoriacutea moral de Bauman tiene un impacto tan limi-tado a diferencia de sus formulaciones socio-loacutegicas mucho maacutes extendidas entender la moralidad como un instinto presocial que tie-ne lugar alliacute donde los coacutedigos universales no existen dan origen a una teoriacutea moral fuera de la vida social Seguacuten esta observacioacuten la idea de Bauman era apostar por la formulacioacuten de una experiencia moral anterior pero al mismo tiempo complementaria a las teoriacuteas socioloacute-gicas existentes Con ello no se niega que esta moralidad pueda actualizarse en el reino de lo social pero siacute se afirma que su fuente es ex-clusivamente el individuo y que no depende de las formaciones sociales para existir (p67) Por el contrario podriacutea ocurrir que sean las so-ciedades precisamente las que silencien esta agencia moral como Bauman acusa que ocu-rrioacute en la modernidad

A esto hariacutea falta agregarle el hecho de que en realidad Bauman no solamente estaacute apuntando a una teoriacutea moral previa a la vida en sociedad sino que su intencioacuten es de he-cho deslastrarse de formular cualquier tipo de teoriacutea a fin de abogar en favor de la responsa-bilidad uacutenica e irreducible de cada individuo Si se entiende la moralidad como no racional e instintiva infinita y profundamente personal por cuanto atantildee uacutenicamente a la relacioacuten con el Otro y nada maacutes tal y como hizo este autor no hay teoriacutea que pueda aprehenderla maacutes que aquella que sea lo suficientemente mo-desta como para conformarse con sentildealar la responsabilidad moral de los individuos

La prescindencia de formulaciones teoacutericas con base en estas justificaciones no es nue-va y tambieacuten tienen su origen en la negacioacuten

de la universalidad Por ejemplo Ortiz Millaacuten (2016) afirma que la necesidad de olvidarse de las teoriacuteas filosoacuteficas ha sido justificada por el hecho de que ellas olvidan los aspectos de la vida concreta como las relaciones personales que juegan un rol fundamental en las decisio-nes morales En cambio se argumenta que ldquoLa eacutetica () no es la creacioacuten de los filoacutesofos sino producto de la decisioacuten del individuo de adoptar ciertos principios o modos de vidardquo (p123) y que por tanto estas teoriacuteas aun-que muchas veces lo pretenden no van a dar soluciones definitivas a los problemas mora-les

Es posible concluir que Bauman tambieacuten compartiacutea esta visioacuten por cuanto no solo con-trariaba la creencia de que los hechos morales puedan identificarse como acciones derivadas de la decisioacuten racional sino tambieacuten conside-raba la autonomiacutea moral como el libre desa-rrollo de la persona en situaciones concretas en las vivencias personales en definitiva en la vida misma Es lo inaprehensible por la teoriacutea lo que el autor quiere revalorizar De alliacute que la universalidad no sea posible ya que no se puede replicar para otros lo que es puramente personal

Pero lo anterior tiene implicaciones para los problemas eacuteticos contemporaacuteneos En primer lugar recordemos que los derechos humanos como vimos en el primer capiacutetulo se propo-nen como derechos establecidos por princi-pios morales a los cuales se llega por medio de la reflexioacuten en torno a lo que resulta valioso e inalienable para todo ser humano No obstan-te Bauman toma una primera embestida con-tra cualquier teoriacutea eacutetica normativa e incluso contra una metaeacutetica racionalista al afirmar la incomunicabilidad de la moral y la completa subjetividad del individuo quien no puede dar razones de sus actos morales Asiacute descarta la posibilidad de entendimiento en torno a una

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eacutetica miacutenima universal erigida sobre principios fundamentales ya que ella exige la capacidad de poder razonar sobre ellos

Por el contrario la existencia de los dere-chos humanos como derechos morales de-pende indefectiblemente de la capacidad de justificarlos racionalmente como exigencias vaacutelidas para todos no pertenecen al rango de intuiciones sentimientos o impulsos que Bau-man defiende ―aunque tampoco son necesa-riamente incompatibles con su existencia― sino que suponen para sus defensores jus-tificaciones de origen moral y en este senti-do soportadas por razones uacuteltimas De ello se deriva que en la medida en que se niegue la posibilidad de reflexionar acerca de los hechos morales se socava la posibilidad misma de sostener los derechos humanos puesto que ellos se postulan exclusivamente como valores eacuteticos juriacutedicos y poliacuteticos de base racional

La afirmacioacuten anterior se hace sobre la idea de que de nada sirve afirmar la validez praacutec-tica de los derechos humanos abstenieacutendose de la tarea de fundamentarlos moralmente y de afirmar su universalidad puesto que esto los hace vulnerables a aquello mismo que na-cieron para contrarrestar la arbitrariedad y la contingencia Es por esto que Nino (1989) argumenta que los derechos humanos sola-mente pueden surgir de la formacioacuten de ldquouna conciencia moral de la humanidad acerca del valor de estos derechos y de la aberracioacuten in-herente a toda accioacuten dirigida a desconocer-losrdquo (p4) Exigen la consolidacioacuten de la idea de que tienen una justificacioacuten intriacutenseca que trasciende la contingencia tanto de los siste-mas juriacutedicos y poliacuteticos como de las convic-ciones e impulsos particulares

Bauman al negar la posibilidad de dar cuenta racionalmente de los hechos morales y de siquiera incluso poder distinguir entre lo

bueno y lo malo dada la ambivalencia esencial del individuo y de la moral no admite este tipo de justificaciones uacuteltimas con base en princi-pios fundamentales Su postura similar a la de otros posmodernos es antifundacionalista Por otro lado el pensamiento de este autor acarrea para los derechos humanos conse-cuencias similares a aquellas del escepticismo

Esto es asiacute por lo siguiente seguacuten Nino (1989) para los autores que sostienen un escepticismo eacutetico ldquoes imposible dar razones en defensa de una concepcioacuten moral como la que legitima los derechos del hombre puesto que la adopcioacuten de ese tipo de concepciones estaacute determinada por decisiones o emocio-nes que no estaacuten controladas por criterios de racionalidadrdquo (p6) De la misma forma para Bauman la moralidad es una estructura primi-genia constituida por hechos brutos por im-pulsos y sentimientos por lo cual es imposible dar cuenta racionalmente de ellos Escapan de las reglamentaciones generales que bus-can responder a un ordenamiento racional de la sociedad Asiacute dentro de su postura como el mismo autor admite no cabriacutea posibilidad de fundamentar coacutedigos eacuteticos universales en nombre de ciertos principios tales como la dignidad o de atributos compartidos como la racionalidad

De esta manera las consecuencias de am-bas posturas son similares en el sentido de que despojan a los derechos humanos de un sus-trato moral-racional y prescriben que se trate a todo coacutedigo eacutetico como acuerdos sometidos a la especificidad de las circunstancias con nin-guna pretensioacuten de trascenderlos Lo que los universalistas reclamariacutean contra ello es que sin un sentido cognoscible en torno a lo que se puede considerar justo no se ve coacutemo puede subsistir una sociedad puesto que la afirma-cioacuten de que los principios morales se adoptan uacutenicamente por decisioacuten o por emocioacuten ter-

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mina por volver inuacutetil toda discusioacuten que solo se limitariacutea a dar una ilusioacuten de racionalidad y nada hace para evitar un choque permanente de voluntades (Nino 1989 p54)

Quizaacutes por esto Bauman (2009) no abo-goacute expresamente por la erradicacioacuten de todo coacutedigo eacutetico sino que se limitoacute a prescribir su flexibilidad al reducirlos al modesto aacutembito de ldquola capacidad de negociar el arte y usos de la convivenciardquo (p22) Sin embargo lo cierto es que su postura en torno a una moral no racio-nal ambivalente e incognoscible difiacutecilmente hace posible dicha negociacioacuten debido a que no es posible esgrimir razones en favor de una u otra opcioacuten El mismo autor admite que su acepcioacuten de moral antildeade obstaacuteculos a esta ta-rea de acordar las condiciones de convivencia pero pocas luces arroja en cuanto a formas de poder superarlos

Igualmente su propuesta de aceptar abier-tamente la contingencia y ambiguumledad dando fin a las pretensiones de universalidad reduce coacutedigos eacuteticos como los derechos humanos al plano de las meras convenciones puesto que se admite que no tienen ninguna posibilidad de fundamentacioacuten maacutes allaacute del hecho de que las personas acuerden en su conveniencia lo cual puede variar enormemente de acuerdo con la eacutepoca y la sociedad Esto sin embargo difiere enormemente con las bases filosoacuteficas de la teoriacutea de los derechos humanos que se presentaron en el primer capiacutetulo

En efecto la justificacioacuten de los derechos humanos seguacuten el universalismo moral no es compatible con convenciones en torno a lo que resulta mejor para todos porque dichos instrumentos no hacen sino existir en la me-dida en que se admite una conveniencia ge-neral o la existencia de razones prudenciales de por medio y por tanto pueden dejar de existir cuando las circunstancias asiacute lo requie-

ran Esto es contrario a lo que se propone con los derechos humanos como derechos mora-les esto es la aceptacioacuten de unos imperativos que son inalienables e imprescriptibles Sin estas caracteriacutesticas se argumenta los seres humanos pueden faacutecilmente caer viacutectimas de las circunstancias

Esto no quiere decir que en la historia de los derechos humanos los coacutedigos eacuteticos que de ellos han derivado no han tenido ni pueden tener modificaciones De hecho ha sido todo lo contrario La esfera de lo que se considera un derecho humano se ha expandido a espa-cios inimaginables para un sujeto de digamos hace un par de siglos No obstante lo que los universalistas sugieren es que dicha expansioacuten no se debe uacutenicamente a que se ha acordado que ampliar los derechos es maacutes convenien-te sino que atiende a un proceso en el cual las realidades sociales se van configurando en torno a una moral ideal Maacutes adelante se tra-taraacute este tema como una distincioacuten entre mo-ral social y moral ideal o criacutetica

Por otra parte resulta pertinente referirnos a algunas aseveraciones hechas por nuestro autor central que demandan algunas precisio-nes En primer lugar Bauman (2009) enfatiza en que los filoacutesofos modernos a fin de llevar a cabo su ambicioacuten de instruir en torno a los principios de la conducta moral debiacutean con-vencer a los hombres y mujeres particulares que seguir estos principios era bueno en un sentido proacuteximo y terrenal es decir que com-portarse moralmente reportaba beneficios en teacuterminos del intereacutes y el amor propio (p13) Esto estaacute relacionado con el principio de re-ciprocidad que el autor criticaba en la acep-cioacuten moderna de moral porque afirmaba que la modernidad promoviacutea una conducta moral interesada con base en la expectativa de que seriacutea recompensada en un futuro por el bene-ficiario de su accioacuten

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No obstante los principios de los que de-rivan los derechos humanos coacutedigo eacutetico mo-derno por excelencia no estaacuten sostenidos so-bre el intereacutes propio ni sobre la reciprocidad puesto que estos criterios maacutes bien llegan en ocasiones a contrariar lo que se busca prote-ger En efecto la eacutetica del autointereacutes desem-boca a la larga en el relativismo que propi-cia el caacutelculo en funcioacuten de beneficios En el momento en que sea de intereacutes por ejemplo matar la defensa del autointereacutes pocos frenos ofrece a la consecucioacuten de ese objetivo maacutes allaacute de los posibles dantildeos que eso puede aca-rrear Es el mismo razonamiento si se tratara del intereacutes colectivo

En cambio una teoriacutea de los derechos hu-manos impone que sin importar el resultado de los caacutelculos de beneficios la autonomiacutea y dignidad del individuo son invulnerables Ellos pertenecen maacutes bien al tipo de eacutetica deonto-loacutegica que defiende razones uacuteltimas es decir exigencias morales de orden superior ldquouna razoacuten moral es por definicioacuten una razoacuten que prevalece ―aunque contingentemente pueda coincidir con ellas― sobre razones de autoin-tereacutesrdquo (Nino 1989 p71) De esta manera este autor soporta que la afirmacioacuten de la universa-lidad no se apoya sobre una eacutetica de autoin-tereacutes como sentildealaba Bauman puesto que la relatividad que conlleva el actuar de acuerdo con lo que resulta maacutes beneficioso no es co-herente con el establecimiento de principios racionalmente vaacutelidos para todos Los dere-chos humanos prescriben actuar moralmente incluso cuando ello se encuentre en conflicto con intereses propios o colectivos

Igualmente la naturaleza contractualista de la moral que Bauman declara identificar en las pretensiones de universalidad no es una afirmacioacuten completamente certera De he-cho podemos encontrarnos nuevamente con el caso de que una moral social basada en un

pacto entre las partes maacutes bien contradiga las aspiraciones universalistas Esto es asiacute porque ldquoLo que se alcanza por esta viacutea contractualis-ta o consensualista no es la fundamentacioacuten de una pretensioacuten de verdad sino un acuerdo de voluntades o la decisioacuten comuacuten de aceptar la autorregulacioacuten de la interaccioacutenrdquo (De Zan 2004 p89) Asiacute bajo estos teacuterminos la univer-salidad no es posible ya que el contrato solo obliga a aquellos que lo suscriben pero no hay obligacioacuten de tener las mismas consideracio-nes con aquellos que se encuentran fuera de eacutel

De la misma forma las distintas mane-ras en las que se percibe la relacioacuten entre las elecciones personales y los coacutedigos eacuteticos uni-versales se deriva de distintas reflexiones en torno a la naturaleza de las instituciones alre-dedor de las cuales se cristalizan las relaciones sociales Asiacute por un lado Bauman (2009) esta-ba convencido de que ldquoTodas las instituciones sociales apoyadas en sanciones coercitivas se han fundado sobre la suposicioacuten de que es im-posible confiar en que el individuo haraacute una buena eleccioacutenrdquo (p15) No obstante hay otros argumentos que se contraponen inmediata-mente a esta idea y afirman

en praacutecticamente todas las sociedades conocidas se desarrollan reglas y praacutecticas que presentan las propiedades distintivas de la moral lo que hace presumir la exis-tencia de cierta conexioacuten importante en-tre los rasgos caracteriacutesticos de la moral y circunstancias baacutesicas de la vida social (Nino 1989 p93)

Con esto se quiere hacer ver dos afirmacio-nes contrarias a lo sostenido por Bauman En primer lugar que las instituciones y las normas sociales que heredamos de la modernidad no se apoyan exclusivamente ni fundamental-mente sobre la coaccioacuten sino sobre justifica-ciones morales a tal punto que llega a afir-

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marse que toda norma juriacutedica en realidad apela a principios morales De darse el caso en que una de estas normas los contrariacutee estos principios tienen superioridad sobre ellas

Es un hecho social aparentemente establecido que ninguacuten sistema juriacutedico puede preservarse soacutelo sobre la base del temor al empleo de la coaccioacuten y sin la creencia difundida entre buena parte de los suacutebditos y de los mismos funcionarios en la legitimidad moral de los oacuterganos del sistema (Nino 1989 p100)

Para argumentarlo Nino (1989) hace una distincioacuten entre coacutemo opera el derecho y coacutemo opera la moral para facilitar la coopera-cioacuten social las herramientas del derecho son la autoridad y la coaccioacuten esto es disuade a las personas de actuar de forma contraria a la conducta deseada fundamentalmente a traveacutes del castigo En cambio la moral es diferente puesto que opera intriacutensecamente con razo-nes esto es hace posible la cooperacioacuten me-diante la argumentacioacuten a favor o en contra de ciertas actitudes y comportamientos con base en los principios de una moral ideal (pp99-100) La forma en que esto es posible seraacute un punto fundamental que seraacute tratado en el si-guiente apartado lo que basta enfatizar por ahora es que hay una estrecha relacioacuten entre la moral y la vida en sociedad de la que Bau-man no da cuenta y que es fundamental para hablar de derechos humanos

Efectivamente con base en estas afirma-ciones una institucioacuten social tiene poder coac-tivo pero tambieacuten debe apoyarse aunque sea parcialmente sobre las convicciones morales de los individuos no suprimirlas por comple-to Lo anterior puede ser respaldado por la evidencia de que en muchos contextos poliacuteti-co-sociales por maacutes diversos y distintos que sean los ciudadanos aducen razones morales en favor del respeto y la garantiacutea de los de-

rechos humanos incluso cuando las normas y leyes positivas expliacutecitas en dicho sistema los contrariacutean ldquoSe reclama el respeto de los dere-chos humanos aun frente a sistemas juriacutedicos que no los reconocen y precisamente porque no los reconocenrdquo (Nino 1989 p15) Pero de esta naturaleza moral de las instituciones poco nos dice Bauman quien maacutes bien tien-de a contraponer al individuo frente a ellas al grado que entiende por autonomiacutea el espacio donde ellas no existen

Una posicioacuten contraria la defiende Nino (1989) para quien la autonomiacutea es un prin-cipio moral que exige la defensa de coacutedigos universales como los derechos humanos para defender al individuo frente al uso del poder ldquoLa autonomiacutea ademaacutes de ser un bien perso-nal y como dije de ser un aspecto esencial de cualquier concepcioacuten plausible sobre lo que es bueno en la vida forma parte de un principio intersubjetivo puesto que incluye pautas de conducta de uno hacia los demaacutesrdquo (p183) Si fueacuteramos a comparar la postura de Bauman estariacutea de acuerdo con la primera parte de la afirmacioacuten mas no con la segunda puesto que su punto es que la amenaza a la autonomiacutea proviene precisamente de toda afirmacioacuten de posibilidad de dilucidar e institucionalizar pau-tas de conducta moral cuando ellas maacutes bien dependen del individuo y nada maacutes que de eacutel

Lo que ocurre aquiacute es que hay discrepan-cias de fondo en torno a la naturaleza de la moral y la eacutetica con respecto a lo afirmado por Bauman Efectivamente aunque no hubiese objeciones contra la caracterizacioacuten que hace nuestro autor central de la moralidad como un fenoacutemeno presocial un hecho bruto otros autores rescatariacutean cuando menos el hecho de que dicho fenoacutemeno se actualiza dentro de una sociedad en la medida en que un sujeto se encuentra con otros y la actividad reflexi-va acerca de lo moral se hace necesaria razoacuten

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por la cual eacutetica no se opone a la moral como afirma nuestro autor

Rodriacuteguez (2001) por ejemplo afirma que ldquola Eacutetica es un saber moral y no soacutelo un saber acerca de la moralrdquo (p27) Esto es no solamente es una reflexioacuten de los fenoacutemenos morales sino que en siacute mismo es un conoci-miento moral en la medida en que fundamen-ta filosoacuteficamente normas y valores ldquola Eacutetica presupone el conocimiento moral prefilosoacute-fico parte de eacutel y elabora filosoacuteficamente la lsquoloacutegica praacutectica (la racionalidad) que este con-tienerdquo (Rodriacuteguez 2001 p19) Si concorda-mos con esta afirmacioacuten entonces las reglas y coacutedigos que surgen de la reflexioacuten filosoacutefica no podriacutean ser consideradas artificiales ni contra-rias a la moral sino derivadas de ella

Por otra parte Cortina (2000) coincidiriacutea con Bauman en afirmar que ldquola eacutetica tiene que habeacuterselas con un hecho peculiar e irreducti-ble a otros el hecho de que nuestro mundo humano resulte incomprensible si elimina-mos esa dimensioacuten a la que llamamos moralrdquo (p18) Esto es asiacute porque en el mundo vivido es la moral esa pluralidad de actitudes valo-raciones y preferencias lo que prima y sola-mente en contadas ocasiones esas expresio-nes son reflexivas No obstante Cortina (2000) tambieacuten asevera que ldquono es menos cierto que uacutenicamente un provisional distanciamiento con respecto al mundo cotidiano destinado a construir una fundamentacioacuten serena y ar-gumentada permite a los hombres a la larga aduentildearse de siacute mismosrdquo (p19) Este distan-ciamiento es lo que se entenderiacutea como que-hacer eacutetico que es propiamente el que aspira a dar con argumentos de validez universal

Es por medio de la legitimidad de este que-hacer que Cortina (2000) procede a defender que ldquoexiste una base moral comuacuten a la que nuestro momento histoacuterico no estaacute dispuesto

a renunciar en modo alguno y que a su vez justifica el deber de respetar las diferencias (hellip) es el reconocimiento de la dignidad del hombre y sus derechosrdquo (p21) De modo que lo que hace la autora es apostar por la impres-cindibilidad y reciprocidad tanto de las intui-ciones y fuerzas morales previas a la reflexioacuten como de la reflexioacuten misma sobre ellas La moral vivida y la moral pensada como equiva-lentes a moral y eacutetica respectivamente (Corti-na 2000 p19) El reconocimiento de ambas sin menospreciar la necesidad o integridad de cada una le permite a la autora defender que dentro de la pluralidad presente en la mora-lidad hay una conciencia universal cada vez maacutes fuerte en torno a los derechos humanos la cual resulta de la confianza en la potencia-lidad de la filosofiacutea para desentrantildear razones sobre lo moral

Lo que aquiacute se quiere plantear es que la re-lacioacuten entre la moral por un lado y las reglas estructuras y normas provenientes del queha-cer eacutetico por el otro son maacutes complejas No se trata simplemente de plantear una dicotomiacutea entre el polo normativo y el polo de la libertad en la que este uacuteltimo deba ser redimido tal y como Bauman hizo sino que la cuestioacuten con-siste en entender que ldquoante los hombres se plantea un doble problema que han de vivir bien y que han de vivir bien juntos vivir bien es maacutes importante vivir bien juntos es maacutes fundamental porque soacutelo juntos podemos vivir y vivir bienrdquo (Rodriacuteguez 2001 p37) Es la buacutesqueda de una buena convivencia dentro de una miriacuteada de convicciones personales lo que busca dar legitimidad al ejercicio de la eacuteti-ca

No obstante debido a los teacuterminos en que Bauman plantea su aceacuterrima defensa de la autonomiacutea individual el aspecto de vivir bien juntos no es cubierto por su postura Al res-pecto Jacobsen (2004) afirma que ldquoEl viacutenculo

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entre la microeacutetica y la macroeacutetica entre el aacutembito pre-social de la moral y el aacutembito social y poliacutetico de la justicia sigue siendo un pro-blema sin resolver en el trabajo de Baumanrdquo3 (Jacobsen y Poder 2008 p71) En efecto la propuesta de Bauman afirmadora de la capa-cidad moral como prerreflexiva y vivencia en la que el encuentro con el Otro es quien llama a mi responsabilidad desemboca en una en-crucijada cuando se revela que esta relacioacuten Yo-Otro deja muy poco espacio para la entrada de un Tercero es decir para dar cuenta de la vida social De alliacute que autores como Jacobsen y Poder (2008) resalten las limitaciones de la postura de Bauman al dejar sin responder la pregunta de coacutemo podriacutea esta acepcioacuten de la moralidad involucrar a la sociedad

Al rechazar por completo la concep-cioacuten moderna de eacutetica Bauman se ha ex-pulsado en un vaciacuteo micro-social Por un lado describioacute un lsquopartido de dosrsquo preso-cial donde reinaba la moralidad suprema por otro lado encontramos un reino social que no es cubierto por la teoriacutea de Bau-man y como tal es un desierto moral4 (p70)

Por el contrario autores como De Zan (2004) admiten que responder a la pregunta de coacutemo vivir en sociedad pasa por admitir la capacidad de la disciplina filosoacutefica de em-prender ldquola buacutesqueda de los fundamentos de las normas y de las valoraciones y va indiso-lublemente asociada a la criacutetica es decir al

3 ldquoThe link betweenmicro-ethics andmacro-ethicsbetween the pre-social realm ofmorality and thesocial and political realm of justice remains anunsolved problem in Baumanrsquos workrdquo (traduccioacutenpropia)

4 ldquoBycompletelyrejectingthemodernconceptionofethicsBaumanhasdrivenhimselfout in amicro-social vacuum On the one hand he depicted apre social lsquoparty of tworsquo where morality reignedsupremeontheotherhandwefindasocialrealmthatisnotcoveredbyBaumanrsquostheoryandassuchamoraldesertrdquo(traduccioacutenpropia)

cuestionamiento de cada fundamentacioacutenrdquo (p37) Cuando los individuos se encuentran con que sus impulsos morales podriacutean encon-trarse en conflicto con el de otros y al mismo tiempo reconocen la necesidad de cooperar para convivir se da paso a la eacutetica normativa como forma de reflexionar en torno a fenoacuteme-nos morales

Por supuesto estas opiniones seriacutean obje-tadas por Bauman por afirmar que los fenoacute-menos morales pueden ser objeto de reflexioacuten y razonamiento y que el elemento social es importante para ello De la misma manera ar-gumentariacutea que la necesidad de justificacioacuten racional de la conducta moral es precisamente resultado de la desconfianza de la capacidad moral de los individuos de manejarse por su cuenta de ser libres Pero al mismo tiempo las opiniones que reconcilian eacutetica con mo-ral se presentan como una alternativa a la postura de Bauman porque precisamente siacute dan cuenta o al menos lo intentan de coacutemo puede hablarse de una dimensioacuten social de la moral Lo anterior se refleja con la siguiente pregunta que se hace De Zan (2004)

Pero si se acepta esta reduccioacuten de la moralidad a la esfera de la vida meramen-te privada iquestcoacutemo habraacute de ser posible fundamentar entonces las condiciones para que la libertad de cada uno pueda coexistir con la libertad de todos los otros en el marco de una ley general (p29)

De la misma manera Rodriacuteguez (2001) de-clara que es un error sustraer de la reflexioacuten fi-losoacutefica puacuteblica las distintas acepciones mora-les con base en la afirmacioacuten de la individuali-dad y la autonomiacutea puesto que ldquoEl vaciacuteo eacutetico resultante genera en efecto actitudes y haacutebi-tos incompatibles con las exigencias miacutenimas de justicia de colaboracioacuten e imparcialidad que la eacutetica puacuteblica considera con razoacuten como

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universalmente vinculanterdquo (p31) Seguacuten este autor alliacute donde hay un vaciacuteo eacutetico no se ge-neran espacios para la moral como afirmaba Bauman sino una miriacuteada inevitablemente contradictoria de posiciones morales que pro-ducen conflictos de difiacutecil sino imposible re-solucioacuten Por el contrario los derechos huma-nos se postulan como una de esas condiciones miacutenimas de justicia de vinculacioacuten universal pero ello solamente cuando se admite que es posible una eacutetica puacuteblica en la cual se ponga en praacutectica la reflexioacuten sobre lo moral

Cierto es que la concrecioacuten de la universa-lidad de los derechos humanos se enfrenta a obstaacuteculos praacutecticos que son cuando menos difiacuteciles de superar De alliacute que nuestro autor central haya afirmado que la universalidad solo llega hasta los liacutemites de la soberaniacutea del Estado sin tener voz ni voto real fuera de alliacute No obstante frente a esta objecioacuten los univer-salistas defienden que es imposible no atesti-guar la progresividad y expansioacuten de los de-rechos en los ordenamientos juriacutedicos de los paiacuteses maacutes diversos ldquode modo que el coacutedigo de los derechos humanos se ha convertido en una de las plataformas comunes de coexisten-cia y cooperacioacuten internacionalrdquo (De Castro 1995 p398)

Por supuesto que lo anterior ameritariacutea un estudio que determine la realizacioacuten real de estas aspiraciones de concrecioacuten de valores universales No obstante lo que siacute se observa aquiacute es que el reconocimiento de estos dere-chos si bien con limitaciones praacutecticas impor-tantes se ha extendido a lo largo de paiacuteses muy disiacutemiles entre siacute lo cual podriacutea llevar a pensar que existe al menos un acuerdo ex-preso en la legitimidad de sus pretensiones si bien no se realicen por completo Por esta razoacuten donde Bauman (2009) ve un intento pobre de consolidacioacuten supraestatal de uni-versalidad basada en la buacutesqueda de meros

acuerdos ldquomaacutes del tipo de lsquocomuacuten denomina-dorrsquo que de lsquoraiacuteces comunesrsquordquo (p33) autores como De Zan (2004) consideran que la aspira-cioacuten a un derecho cosmopolita sobre la que se basan los derechos humanos maacutes allaacute de depender de una simple convergencia mutua de acuerdos supone algo maacutes significativo

La apertura a la universalidad que se realiza en todas las dimensiones de la vida social poliacutetica econoacutemica y cultural tiene su raiacutez maacutes profunda en la relacioacuten esen-cial de identidad y universalidad que es constitutiva de la autoconciencia racional propia del hombre (p157)

Asiacute se supone que esto demuestra un con-senso progresivo en torno a estos principios de justicia que cada vez maacutes son incorporados en los sistemas morales vigentes de distintas sociedades De cualquier manera los argu-mentos a favor de la universalidad asumen que si bien la concrecioacuten praacutectica es suma-mente importante las dificultades que se pre-sentan para hacer esta aspiracioacuten una realidad no deben menoscabar la aspiracioacuten misma en su caraacutecter de exigencia eacutetica

Otro argumento que Bauman sostuvo en contra del proyecto moderno de universali-zacioacuten es el inconsecuente pluralismo en el que desembocoacute pese a los esfuerzos maacutes de-cididos por promover el progreso y el orden Esto se manifiesta en distintas tendencias de las sociedades contemporaacuteneas por un lado la defensa de un multiculturalismo recio apo-yado sobre la proliferacioacuten de sentimientos parroquialistas que socavan cualquier intento de proponer una sociedad internacional cos-mopolita en defensa de los derechos huma-nos por otro lado el desarrollo de un modo de vida extremadamente individualista movi-da por el intereacutes propio lo cual ha minado la integridad de la esfera puacuteblica

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Ambas situaciones han puesto de mani-fiesto la aparicioacuten de una variedad ampliacutesima de modos de vida que en muchas ocasiones son contradictorios entre siacute en oposicioacuten a lo que deseaba la modernidad Asiacute para nuestro autor lo que se supone que ha debido de ser un coacutedigo eacutetico vaacutelido y aceptado por y para todos un orden social uacutenico y racionalizado terminoacute multiplicaacutendose en numerosas reglas y autoridades contradictorias que reclamaban el monopolio de sentido

No obstante desde una posicioacuten contraria Rodriacuteguez (2001) afirma ldquoel pluralismo de for-mas de vida no significa que estas renuncien a la pretensioacuten de ser razonables Cada forma de vida responde a una loacutegica y por ello cada forma de vida puede ser en liacutenea de principio objeto de explicitacioacuten de investigacioacuten y de juicio racionalrdquo (p53) En este sentido este autor difiere con Bauman al sostener que la admisioacuten del pluralismo y el valor moral del in-dividuo no son irreconciliables con la admisioacuten de ciertas condiciones de vida que se suponen universalmente compartidas particularmente la justicia y la igualdad y que por eso mismo buscan ser concretados en normas tambieacuten de caraacutecter universal

Por otra parte como se vio en el capiacutetulo anterior Bauman ha argumentado que la crisis eacutetica posmoderna ha sido en parte promo-vida por la proliferacioacuten de declaraciones de los derechos humanos los cuales pese a que han puesto frenos a las prerrogativas del Esta-do no han sido instrumentos de una verdade-ra emancipacioacuten y autoafirmacioacuten individual sino que han estado al servicio de las dinaacute-micas internas de la modernidad liacutequida para promover la privatizacioacuten de todos los aacutembitos en detrimento de la esfera puacuteblica eliminar todo vestigio de cohesioacuten social y promover un proceso de individualizacioacuten exacerbada

Sin embargo contrariamente a Bauman De Zan (2004) argumenta

El que se reconozca como fenoacutemeno socioloacutegico la progresiva privatizacioacuten de los ideales y modelos eacuteticos no quiere de-cir que pueda admitirse tambieacuten la privati-zacioacuten y la relatividad de todos los valores y de los principios morales porque sin una moral puacuteblica no es posible el orden poliacuteti-co el derecho ni la sociedad misma (p27 cursiva propia)

En efecto pese a que este autor coincide en admitir el desplazamiento del Estado del centro de la vida puacuteblica la reivindicacioacuten de la autonomiacutea de las identidades locales y re-gionales y el individualismo difiere en cuanto a las consecuencias que diagnostica en el aacutem-bito moral puesto que rescata que todo ello no necesariamente desembocoacute en una privati-zacioacuten de la eacutetica y de todo aspecto de la vida sino que por el contrario dio paso a la reva-lorizacioacuten de la distincioacuten entre lo puacuteblico y lo no puacuteblico lo cual incluye la dimensioacuten moral

De hecho De Zan (2004) defiende que esta situacioacuten no es necesariamente producto de un individualismo exacerbado y que por el contrario maacutes bien ha sido un logro de la mo-dernidad el haber provocado la retirada del Estado frente a los planes de los individuos y al ethos de las comunidades (p59) No obstan-te al mismo tiempo esclarece que esta recien-te ldquoneutralidad del sector puacuteblico-estatal no puede significar sin embargo dejar libradas las cuestiones axioloacutegicas a la mera subjetivi-dad sin confrontacioacuten y la orientacioacuten racio-nal de los principios de la moralidad puacuteblicardquo (De Zan 2004 pp31-32)

Aquiacute lo que se estaacute defendiendo es que si bien los individuos tienen una personalidad moral inviolable las convicciones morales personales y comunitarias deben ser alimen-

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tadas y puestas a prueba por una confronta-cioacuten racional cuyo propoacutesito es hacer posible la vida juntos y de esta manera garantizar precisamente la integridad de dicha persona-lidad para cada uno de los casos Ahora bien el procedimiento que se supone debe hacer posible el paso del mundo de infinitas subjeti-vidades y particularidades al mundo de la uni-versalidad de ciertos principios es el discurso moral

En razoacuten de lo anterior De Zan (2004) se pregunta ldquoiquestQueacute es lo que queda entonces del proyecto (o del mito) de la modernidad sobre la comprensioacuten omniabarcante de lo puacuteblicordquo (p65) A esta pregunta responde la nocioacuten de razoacuten puacuteblica fenoacutemeno que se dio a la par de la privatizacioacuten de los espacios sociales La razoacuten puacuteblica denota una esfera en la que in-dependientemente de todas las concepciones comprehensivas comunitarias o las elecciones personales ―razones no puacuteblicas― es posi-ble conciliar aquellos asuntos que conciernen a todos sobre el establecimiento de unos valo-res baacutesicos para la consecucioacuten del bien gene-ral y teacuterminos equitativos para la cooperacioacuten (De Zan 2004 p66)

En principio lo anterior podriacutea sonar utoacute-pico pero en realidad parte de la considera-cioacuten de que no hay posible conciliacioacuten entre las cosmovisiones personales y comunitarias y que seriacutea maacutes bien inmoral intentar homo-geneizarlas tal y como establece Bauman No obstante para evitar caer en un solipsismo o en el reino de la pura subjetividad se propone un espacio en el que las razones que requieren ser discutidas sean uacutenicamente aquellas sobre las que todos podriacutean llegar a un acuerdo si se quiere lograr la coexistencia paciacutefica dejando el mundo de las creencias y motivaciones per-sonales a discrecioacuten

La razoacuten puacuteblica es por tanto ldquola capaci-dad de los ciudadanos de explicarse unos a otros los fundamentos de su aceptacioacuten del orden constitucional comuacuten y de los principios que lo inspiran () sin apelar a sus particulares creencias y concepciones del mundo y de la vidardquo (De Zan 2004 p66) Alliacute las razones par-ticulares son muchas y estaacuten fuera de la mesa en cambio la razoacuten puacuteblica es una y se admite la posibilidad de su deliberacioacuten De maacutes estaacute decir que es bajo esta idea que puede hablar-se de los derechos humanos en cuanto ellos consisten en la institucionalizacioacuten de ciertos principios comunes en favor de la justicia

Solo aceptaacutendose una nocioacuten similar a la razoacuten puacuteblica es posible hablar de una moral puacuteblica pero iquesten queacute sentido exactamente Como vimos para Bauman no hay tal cosa como moral puacuteblica dado que la moral es in-triacutenseca y auteacutenticamente personal No obs-tante la moral puacuteblica hace referencia a ese espacio en el que independientemente de las diferencias en torno a los fines que se supon-gan valiosos para la vida y que variacutean de perso-na en persona de sociedad en sociedad todos los seres humanos pueden coincidir en acep-ciones universales de solidaridad y justicia solo por el hecho de ser humanos Su necesidad y existencia se defiende por el hecho de que ldquosin una moral puacuteblica igualmente vinculante para todos los miembros de la sociedad sin el respeto universal de los principios de justicia y solidaridad toda convivencia humana civiliza-da se pone en peligrordquo (De Zan 2004 p31)

Cierto es que estos principios universales y abstractos flotan a la deriva cuando no hay una identidad consolidada por las experien-cias morales vividas en primera persona o como miembro de una comunidad Aquiacute las opiniones de Bauman se hacen necesarias Pero de la misma forma esta postura consi-dera que dicha identidad sin la dimensioacuten puacute-

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blica de la moral falla en hacer posible la vida en sociedad Ademaacutes lo que se busca con esta propuesta es lograr que la moral puacuteblica sea compatible y respetuosa de las identidades culturales e individuales de las personas De hecho deberiacutea ofrecer las condiciones para que dichas identidades se desarrollen libre-mente

De esta manera el concepto de moral puacute-blica le permite a autores como De Zan (2004) argumentar que si realmente se quiere poner a prueba la universalidad de los derechos hu-manos no se puede partir de un lugar don-de de entrada se propugne el escepticismo o el relativismo por un lado o la exacerbacioacuten de la diferencia y la incomunicabilidad por el otro sino maacutes bien optar por el diaacutelogo inter-cultural (p159) Esto es asiacute porque estas pos-turas si bien rescatan el multiculturalismo yo las diferencias no toman en cuenta la poten-cialidad del hombre para la vida en sociedad esto es para cooperar voluntariamente y obe-decer las leyes que se impone a siacute mismo como miembro de una sociedad no meramente por coaccioacuten sino por ejercicio moral

En conclusioacuten lo que se ha querido poner de relieve aquiacute es que la postura de Bauman si bien valiosa en tanto ofrece una aproximacioacuten moral a las problemaacuteticas de las sociedades contemporaacuteneas y se preocupa por la auto-constitucioacuten e integridad moral del individuo no es compatible con una teoriacutea de los dere-chos humanos como derechos morales parti-cularmente porque niega uno de sus aspectos constitutivos la afirmacioacuten de la universalidad como consecuencia de una justificacioacuten ra-cional de sus aspiraciones las cuales buscan trascender aunque no necesariamente ig-norar todo contingencia en virtud de ciertos principios morales Esto se evidencia auacuten maacutes cuando el mismo autor de entrada afirma

la imposibilidad de fundamentar o respaldar cualquier coacutedigo eacutetico con su postura

Frente a los reproches de Bauman de que la universalizacioacuten de la eacutetica no era sino una justificacioacuten para un proyecto a futuro que no resulta posible ni deseable alcanzar y en el que no se respeta lo concreto ni las dife-rencias sino que se imponen obligaciones abstractas se suscita una alternativa que se propone tomar en cuenta las criacuteticas a la uni-versalidad como principio loacutegico-ontoloacutegico y al mismo tiempo busca preservarse de la en-crucijada en la que desemboca Bauman al no dar cuenta de la moral en la vida en sociedad Surge asiacute una propuesta alternativa de la uni-versalidad de la eacutetica en general y de los de-rechos humanos en particular como resultado del discurso moral

El camino que se ha propuesto es enton-ces el de valerse de un diaacutelogo intercultural que permita despojar a la teoriacutea de los dere-chos humanos de las acusaciones de etno-centrismo o de excesivo distanciamiento de los hombres y mujeres concretos para probar asiacute su naturaleza verdaderamente moral Esto daraacute paso a nuevas teoriacuteas eacuteticas que toman como eje central las posibilidades del discurso para dilucidar principios morales

32 La universalidad como postulado del discurso moral una alternativa al debate

Dentro de las distintas propuestas en torno a queacute debe ser la eacutetica y cuaacutel es su objetivo aparecen aquellas que afirman que ella debe estar orientada hacia la fundamentacioacuten de reglas para la convivencia y cooperacioacuten social entre individuos quienes tienen una diversi-dad amplia de intereses e ideales Dentro de esta postura se ubican las teoriacuteas eacuteticas deon-toloacutegicas de la justicia las teoriacuteas liberales no utilitaristas y las teoriacuteas discursivas de Haber-

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mas y Apel (Rodriacuteguez 2001 p57) Ellas giran en torno a la justicia como valor supremo y plantean que la moral cumple la funcioacuten social de reducir los conflictos y facilitar la coopera-cioacuten entre personas

Dentro de este grupo se encuentra la eacutetica discursiva o del discurso moral tambieacuten deno-minada teoriacutea eacutetica procedimental la cual se presenta como un esquema alternativo desde el cual tematizar la universalidad de los dere-chos humanos pero ya no sustentada como principio loacutegico-ontoloacutegico que se sostiene sobre la posesioacuten compartida de un atributo esencial sino con base en la posibilidad del consenso racional Se trata pues de dilucidar las condiciones en la que esto es posible De modo que empecemos por establecer que el discurso praacutectico-moral consiste en lo siguien-te

la fundamentacioacuten de normas que ge-neran deberes y obligaciones reciacuteprocas entre los individuos y los grupos de tal manera que sean susceptibles de obte-ner el reconocimiento por parte de todos los afectados como justas y aptas para la coordinacioacuten de la interaccioacuten y para la regulacioacuten imparcial de los posibles con-flictos interpersonales y sociales (De Zan 2004 pp 52-53 cursiva propia)

Bajo este procedimiento discursivo se so-mete a juicio puacuteblico las normas o valores morales con base en los criterios de justicia La participacioacuten de todos los afectados supo-ne la ausencia de coaccioacuten y la garantiacutea de un espacio en el que los interesados puedan ser convocados con libertad Implica ademaacutes que la canalizacioacuten de la conflictividad se haga de forma imparcial de manera que lo que pre-valezca sea la racionalidad del juicio y no los intereses particulares o generales

Esta acepcioacuten de eacutetica pese a ser poste-rior a muchas de las teoriacuteas eacuteticas tiacutepicamente modernas se caracteriza por continuar la buacutes-queda de una pretensioacuten de validez universal pero ya no como principio loacutegico-ontoloacutegico que se fundamenta sobre una cierta acepcioacuten de la naturaleza humana y que Bauman pone en duda sino desde una teoriacutea del lenguaje y la comunicacioacuten

Recordemos que para nuestro autor cen-tral las reglas morales son de tal naturaleza que la obligacioacuten es absolutamente personal y no extensible a otros individuos De alliacute que acusara que pretender aplicar a otros las mis-mas reglas era a la larga una violacioacuten de la autonomiacutea del otro En cambio la eacutetica discur-siva asume que un concepto como moral ab-solutamente privada es absolutamente erroacute-neo porque ldquoTampoco puedo justificar algo como moralmente correcto soacutelo para miacute La moral implica el trato igual y el reconocimien-to reciacuteproco de las personasrdquo (De Zan 2004 p42) En efecto la eacutetica discursiva cree en el poder de la racionalidad comunicativa para llegar a consensos en torno a los principios de una moral puacuteblica ya que se consideran que ellos son sumamente valiosos para el mante-nimiento paciacutefico de la vida en sociedad y al mismo tiempo para asegurar la integridad del individuo

Pero ella no entiende por racionalidad una conciencia encerrada en siacute misma que puede intuir la ley moral universal en sentido kantia-no sino que la comprende como una raciona-lidad de la comunicacioacuten con la cual es posible la formacioacuten de un espacio donde la multipli-cidad de lenguajes pueden traducirse en teacuter-minos comunes por medio de una praacutectica in-tersubjetiva La universalidad se postula como posible justamente con el establecimiento de estos teacuterminos comunes y la determinacioacuten del procedimiento para lograrlo

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Para fundamentar la buacutesqueda de validez de normas y principios por medio del discurso Nino (1989) va a apoyarse en una explicacioacuten de la relacioacuten entre los distintos sistemas mo-rales empiacutericos que eacutel llama moral positiva y una moral ideal acusando a distintas corrien-tes de pensamiento de haberla distorsionado al ldquoinferir que la validez de los juicios morales criacuteticos que formulamos estaacute supeditada a cir-cunstancias personales espaciales y tempo-rales que no estaacuten recogidas en los mismos juiciosrdquo (p92) Es posible ver que Bauman y su postura caen en este mismo escollo al formu-lar que los hechos morales dependen primor-dialmente de la persona individual autoacutenoma y dado que los individuos son muchos y los dilemas tambieacuten no hay conciliacioacuten posible

En cambio Nino (1989) va a proponer que subyacente a la pluralidad de reglas praacutecticas y convicciones sociales se encuentra una mo-ral ideal a la que remite toda moral positiva o concreta individual o colectiva ldquoLas reglas de la moral positiva se generan a partir de un tipo de discurso en el que se formulan juicios que pretenden referirse no a tales reglas de la moral vigente sino a los principios de una moral idealrdquo (p93) De esta manera concluye el autor todo sistema moral concreto si bien contextualizado no estaacute sometido al yugo de una cierta una combinacioacuten de circunstancias particulares sino de juicios que dentro de di-cho contexto aspiran a coincidir con los prin-cipios de una moral ideal

La diferencia entre ambas nociones resi-de en que una moral positiva es aquella que cuenta con cierta aceptabilidad social mien-tras que la moral ideal se caracteriza fun-damentalmente por su validez (Nino 1989 p94) Esto quiere decir que seguacuten esta teoriacutea eacutetica hay principios ideales que tienen una validez intriacutenseca independiente de si se ac-tualizan en distintas manifestaciones sociales

y la tienen por razones uacutenica y exclusivamente morales En otras palabras tienen una acep-tabilidad potencial que pretenden concretar aun cuando no cuenten con una aceptacioacuten faacutectica por parte de algunas sociedades De la misma manera la existencia de una norma no es garantiacutea inmediata de su validez

Una idea similar exponiacutea Habermas (2000) cuando afirmaba que ldquola laquoexistenciaraquo o la vi-gencia social de las normas no nos dicen nada acerca de si eacutestas son vaacutelidas Tenemos que distinguir entre el hecho social del reconoci-miento intersubjetivo y la aspiracioacuten de una norma al reconocimientordquo (p81) Asiacute lo que propone una eacutetica del discurso es dilucidar las pretensiones de validez de ciertos juicios a fin de que los sistemas morales positivos incorpo-ren por medio de un proceso de deliberacioacuten en torno la razones morales los principios de una moral ideal ya no solo por su validez sino tambieacuten por su aceptacioacuten social

Lo que concluye Nino (1989) de esto es que hay un ajuste reciacuteproco entre la moral vigente en las sociedades y una moral ideal (p95) De la misma manera esta diferenciacioacuten entre la moral positiva vigente en una sociedad y los juicios de una moral criacutetica es la que afirma la posibilidad de fundamentar universalmente los derechos humanos En efecto con esta re-lacioacuten se podriacutea argumentar que la validez de normas y coacutedigos eacuteticos no tienen una existen-cia autosustentable o autorreferencial sino que apuntan a alcanzar ciertos principios de validez que puedan ser aceptados por todos con lo cual su universalidad es posible Pense-mos en estos teacuterminos a los derechos huma-nos como derechos morales ellos reclaman una validez incluso en aquellos sistemas en los que no son expliacutecitamente reconocidos que los derechos humanos se hayan desarrollado de forma progresiva y desigual en distintos sis-temas se justifica como consecuencia de los

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itinerarios histoacuterico-sociales particulares de cada comunidad en su esclarecimiento de nor-mas y juicios seguacuten una moral criacutetica e ideal

Lo anterior plantea una dialeacutectica entre trascendentalidad e historicidad que a juicio de Cortina (1993) es formulada con eacutexito por la eacutetica discursiva para hacer posible la funda-mentacioacuten de los derechos humanos ldquoPorque las exigencias de satisfaccioacuten de los derechos humanos aunque soacutelo en contextos concre-tos son reconocidas como tales rebasan en su pretensioacuten cualquier contexto y se presentan como exigencias que cualquier contexto debe satisfacerrdquo (p40) Para esta autora la eacutetica discursiva en su tarea de elucidar las reglas y condiciones formales del discurso necesarias para garantizar la puesta a prueba de juicios morales permite al mismo tiempo dar justi-ficaciones morales que hacen de los derechos humanos exigencias sin parangoacuten

Esto lo argumenta de la siguiente manera una eacutetica discursiva exige ciertas condiciones y reglas del discurso que garantice la partici-pacioacuten libre y equitativa de todos los sujetos involucrados y afectados por las normas en discusioacuten Esto quiere decir que el procedi-miento discursivo en siacute mismo exige lo que se entiende por derechos pragmaacuteticos para po-der tener sentido y validez

Seriacutean tales derechos el de participar en los discursos (que a su vez comprende los derechos de problematizar cualquier afirmacioacuten introducir cualquier afirma-cioacuten expresar la propia posicioacuten deseos y necesidades) y el de no ser coaccionado mediante coaccioacuten interna o externa al discurso impidieacutendole el ejercicio de al-guno de los derechos anteriores (Cortina 1993 p42)

Sin esta garantiacutea de participacioacuten de todos por igual y sin coaccioacuten no podriacutea concluirse

que las normas que de alliacute emanan lo han he-cho exclusivamente por razones morales su-periores con lo cual el discurso careceriacutea de validez Ahora bien Cortina (1993) argumenta que estos presupuestos del discurso pueden en funcioacuten de la trascendentalidad que su-ponen tener fuerza normativa fuera del dis-curso si por ejemplo una de las condiciones de la praacutectica discursiva es la libertad de ex-presioacuten de los participantes la misma podriacutea entenderse igualmente como una norma vaacute-lida para la accioacuten es decir como un derecho humano ldquoLos derechos pragmaacuteticos descu-bren a su vez un tipo de derechos a los que cabriacutea calificar de lsquohumanosrsquordquo (p44) De esta manera se cree que es posible deducir inme-diatamente de las condiciones del discurso un cataacutelogo de derechos vaacutelidos para la vida en sociedad fuera de eacutel

No obstante esta propuesta de fundamen-tacioacuten inmediata de los derechos humanos desde las condiciones pragmaacuteticas de la praacutec-tica discursiva no es unaacutenime De hecho Cor-tina la presenta como una refutacioacuten a Juumlrgen Habermas uno de los teoacutericos maacutes importan-tes y proliacuteficos de la teoriacutea de la eacutetica discur-siva

En su obra Conciencia moral y accioacuten co-municativa Habermas (2000) coincide en la formulacioacuten de una eacutetica que propone el dis-curso como una situacioacuten en la que los sujetos buscan comprobar pretensiones normativas de validez En el mundo social la pretensioacuten de validez en cuestioacuten es la de rectitud de nor-mas y mandatos en tanto ellos regulan las relaciones interpersonales y se admite que es la persuasioacuten con base en argumentos ra-cionales la que impele a la aceptacioacuten de un juicio moral (p78) Asiacute lo que admite el autor es que en razoacuten de esta validez intriacutenseca a normas y mandatos las respuestas en torno a cuestiones morales no son arbitrarias afir-

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macioacuten que no es una conclusioacuten abstracta de filoacutesofos sino maacutes bien un presupuesto que todo individuo asume y practica en la vida co-tidiana

Su teoriacutea de la eacutetica discursiva parte de la idea de que si la validez social de una norma depende a largo plazo de que sea reconoci-da por las personas a las que afecta lo cual depende de que pueda comprobarse discur-sivamente ldquola cuestioacuten de las condiciones de la validez de juicios morales plantea de modo inmediato el traacutensito una loacutegica del discurso praacutecticordquo (Habermas 2000 p82) Es por esta razoacuten que el autor se propone fundamentar una teoriacutea eacutetica desentrantildeando la loacutegica de la argumentacioacuten moral Esto ademaacutes supone postular un tipo de eacutetica que es cognitiva

Para ello Habermas (2000) identifica den-tro del discurso la existencia de unas reglas o presupuestos impliacutecitos que todo sujeto ca-paz de habla y de accioacuten intuye no son me-ras convenciones sino presupuestos pragmaacute-tico-trascendentales en el sentido de que no son susceptibles de comprobacioacuten y el ldquocom-promiso racional con ellos es completamente inevitable ya que deben darse por supuestos loacutegicamente si hemos de aceptar una forma de pensar que sea esencial a cualquier vida humana racionalrdquo (p111) Ejemplos de estos son la honestidad y la responsabilidad de los hablantes presupuestos que hacen posible la buacutesqueda de la verdad de forma cooperativa

En todo caso lo importante a resaltar aquiacute es que del contenido de estos presupuestos asevera el autor puede formularse un princi-pio de universalidad (U) entendieacutendolo como un principio moral impliacutecito en cualquier argu-mentacioacuten que establece que una norma al-canza aceptacioacuten uacutenicamente ldquocuando todos pueden aceptar libremente las consecuencias y efectos colaterales que se produciraacuten pre-

visiblemente del cumplimiento general de una norma poleacutemica para la satisfaccioacuten de los intereses de cada unordquo (Habermas 2000 p116)

La importancia aquiacute del postulado de uni-versalidad consiste en que se formula como efecto de la cooperacioacuten a fin de alcanzar los acuerdos que rigen las relaciones interperso-nales del mundo social Al mismo tiempo se propone como una reformulacioacuten del pen-samiento de Kant puesto que el mismo Ha-bermas (2000) afirma que ldquoTodas las eacuteticas cognitivas se remiten a aquella intuicioacuten que Kant formuloacute como el imperativo categoacutericordquo (p85) pero su formulacioacuten eacutetica difiere de la kantiana en que el componente dialoacutegico del principio de universalidad es fundamental en oposicioacuten a la intuicioacuten de la ley moral de caraacutecter monoloacutegico (Habermas 2000 p87) En efecto aquiacute la universalidad no se entiende como un criterio de un solo sujeto para deter-minar la moralidad de una maacutexima en funcioacuten de su capacidad de generalizarla sino como el entendimiento intersubjetivo que ratifica la pretensioacuten de universalidad de dicha maacutexima una vez han sido expuestos los argumentos en la esfera puacuteblica

Ahora bien esta afirmacioacuten del postulado de universalidad (U) atantildee uacutenica y exclusiva-mente a la argumentacioacuten moral en el sentido de que su validez se da por cumplida dentro de la loacutegica del discurso cuando todos los participantes de una discusioacuten aceptan libre-mente los efectos del cumplimiento general de una norma En cambio la universalidad de los derechos humanos o de cualquier otra norma eacutetica es con respecto al contenido de principios y normas que son objeto de las ar-gumentaciones

Es aquiacute en donde se distancia de lo afir-mado por Cortina dado que para Habermas

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(2000) las condiciones pragmaacutetico-trascen-dentales que dan cuenta del postulado de uni-versalidad no tienen validez inmediata fuera del discurso con lo cual no podriacutean proporcio-nar los fundamentos para los derechos huma-nos o de ninguna otra norma eacutetica

De esta forma no se puede fundamen-tar la validez de una norma de accioacuten por ejemplo de un derecho fundamental a la libertad de opinioacuten garantizado por el Es-tado No resulta evidente en modo alguno que las reglas que son inevitables dentro de los discursos tambieacuten puedan aspirar a validez para la regulacioacuten de la accioacuten fue-ra de tales discursos (p109)

Bajo este supuesto el hecho de que se acepte por ejemplo la libertad de expresioacuten de los participantes o la ausencia de coaccioacuten como condicioacuten de una eacutetica discursiva no im-plica que dicha exigencia pueda extrapolarse y garantizarse directamente fuera de los liacutemites del escenario discursivo esto es ldquoextrayendo de los presupuestos de la argumentacioacuten de modo inmediato normas eacuteticas fundamenta-lesrdquo (Habermas 2000 p109) En este senti-do afirma la necesaria contextualidad de la formulacioacuten de normas morales y juriacutedicas sobre la base de que el discurso es un proce-dimiento que no produce normas sino que las comprueba con lo cual el contenido tiene que serle dado

Esto no implica afirma Habermas (2000) que el postulado de universalidad como regla de argumentacioacuten sea conciliable con cual-quier norma o mandato Su formalismo en tanto tiene terreno uacutenicamente en el discurso no implica la relatividad del contenido de las normas (p118) Maacutes bien es el presupuesto necesario precisamente para que se imponga racionalmente la pretensioacuten de validez de rec-titud Se asume que si las condiciones estaacuten

dadas se va a imponer necesariamente el me-jor argumento

En este sentido la eacutetica discursiva de Ha-bermas si bien no permite que se deriven normas eacuteticas o contenidos directamente de los presupuestos pragmaacuteticos del discurso tal y como propone Cortina siacute acepta la posibili-dad de aceptar la validez universal de los de-rechos humanos siempre que pasen primero la prueba de la argumentacioacuten racional en la que una comunidad de hablantes los han des-entrantildeado ya que ldquoSi los juicios morales no pretendieran una validez general una teoriacutea del desarrollo moral que trata de sentildealar viacuteas evolutivas con caraacutecter general estariacutea conde-nada al fracaso desde el principiordquo (Habermas 2000 p142)

Maacutes auacuten Habermas (2000) admite que del principio de universalidad (U) del discurso moral pueden deducirse los supuestos cogni-tivos universalistas y formalistas de la moral Cognitivos por cuanto se afirma que las cues-tiones praacutectico-morales pueden ser deducidos racionalmente aun cuando conservan com-ponentes afectivos decisionales y emocio-nales formalistas porque deja por fuera las consideraciones axioloacutegicas de la eticidad no susceptibles de universalizacioacuten y se orienta hacia las cuestiones baacutesicas de la justicia sobre la que todos pueden entenderse y universa-listas porque todo participante de una argu-mentacioacuten puede coincidir con los otros en los mismos juicios en torno a la validez de ciertas normas de accioacuten (pp142143)

Como se habraacute notado pese a que Haber-mas se aleja de los supuestos fundamentales de la filosofiacutea de la conciencia y reformula el imperativo categoacuterico kantiano desde una perspectiva dialoacutegica mantiene la universali-dad moral y se distancia a grandes pasos de los puntos principales de la postura posmoderna

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de Bauman De la misma manera se opone al relativismo y al escepticismo eacutetico frente al primero afirma la validez general de dichos juicios sin que tengan que estar sometido a las diferencias culturales y cosmovisiones di-vergentes aunque rescata la importancia del contexto frente al segundo afirma la posibili-dad de fundamentacioacuten racional de los juicios morales

De hecho Habermas (2000) se dedica a sentildealar que el esceacuteptico para presentar su objecioacuten se ve impelido a entrar en una ar-gumentacioacuten con lo cual se encuentra en una posicioacuten en la que termina contradicieacutendose (p123) El esceacuteptico como respuesta podriacutea querer abstenerse de participar en la argu-mentacioacuten a lo que Habermas (2000) respon-deriacutea que seriacutea un intento infructuoso porque por mucho que quiera ldquono puede liberarse de la praxis comunicativa cotidiana en la que estaacute obligado a tomar posicioacuten con lsquosiacutersquo o con lsquonorsquordquo (p124) Con esto Habermas se encuen-tra en una posicioacuten interesante con respecto a Bauman por cuanto el escepticismo de este uacuteltimo frente a la capacidad de discernir racio-nalmente normas eacuteticas y juriacutedicas podriacutea ser refutado por la idea de que su misma exposi-cioacuten es una argumentacioacuten que acude a razo-nes y que por tanto la accioacuten comunicativa es inevitable

No obstante resulta fundamental reco-nocer que la universalidad a la que se refiere Habermas no es respecto al contenido de los principios o normas fundamentales sino res-pecto a la forma es decir con base en esta teoriacutea no se puede afirmar de plano que los derechos humanos son universales sino que lo que se admite es que los participantes del discurso pueden todos coincidir en la acep-tabilidad y rectitud de estos principios siem-pre y cuando sean objeto de discurso En este sentido difiere mucho de la acepcioacuten original

de la universalidad de los derechos humanos basada en una naturaleza humana ya que sus pretensiones son maacutes modestas

Es asiacute como por medio de la eacutetica discur-siva seriacutea posible dar pasos hacia una fun-damentacioacuten no absoluta pero racional de los derechos humanos ubicaacutendolos dentro del rango de las cuestiones morales ldquoque se pueden decidir de modo fundamentalmente racional bajo el aspecto de la capacidad de universalidad de los intereses o de la justiciardquo (Habermas 2000 p134) Bajo esta acepcioacuten ademaacutes se les reconoce el caraacutecter deontoloacute-gico por ser normas de accioacuten derivadas de la discusioacuten en torno a cuestiones de justicia sin pretender tener algo que decir sobre lo que puede resultar valioso para la realizacioacuten per-sonal o sobre cuestiones de la vida buena que necesariamente estaacuten enmarcados dentro de valores culturales

Finalmente al igual que Cortina y Haber-mas Carlos Santiago Nino es otro autor que ofrece una aproximacioacuten a la eacutetica discursiva y su aporte en materia de derechos humanos es realmente significativo Su corriente de pen-samiento constructivista pretende soportar que por medio del discurso moral es posible justificar racionalmente principios morales de los cuales a su vez se originan los derechos humanos Esto quiere decir que los juicios mo-rales y las normas deben cumplir ciertas con-diciones para ser consideradas vaacutelidas

Seguacuten sus disertaciones la clave para ac-tuar moralmente no reside simplemente en las disposiciones a actuar seguacuten el deber sino en la apropiacioacuten de razones morales que jus-tifiquen ciertas acciones a los ojos de otros razones que se consideren superiores dado el caso (Nino 1989 p102) Es aquiacute en la afirma-cioacuten del aspecto cognitivo de la moral que in-troduce el caraacutecter argumentativo puesto que

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la apropiacioacuten de esas razones no se afirma como una actividad interna del sujeto moral sino que se logra por medio de una praacutectica social que consiste en aducir argumentos a fa-vor o en contra de ciertos comportamientos

Ahora bien la forma en que las personas pueden tener a su alcance estas razones es a traveacutes del diaacutelogo y la discusioacuten puacuteblica que las ponen al descubierto Auacuten maacutes al igual que los presupuestos pragmaacutetico-trascendentales que defiende Habermas Nino (1989) recono-ce que el discurso moral es ldquouna actitud some-tida a ciertas reglas que estipulan cuaacuteles son las condiciones para alegar razones moralesrdquo (p103) De hecho las reglas formales que la discusioacuten moral exige son al mismo tiempo los presupuestos para que los principios de la justicia tengan lugar

Lo que propone Nino (1989) es una re-construccioacuten racional de la forma del discur-so infiriendo sus reglas de principios genera-les y como tambieacuten afirmariacutea Habermas de convicciones intuitivas de las que partimos al momento de argumentar A estos les antildeade un tercer elemento para a la larga concluir que debe haber un equilibrio reflexivo entre tres teacuterminos convicciones particulares principios generales y reglas del discurso los cuales se modifican y ajustan mutuamente para deter-minar la moralidad de los juicios (p106) Di-cho equilibrio reflexivo es el trabajo racional constructivo que toda sociedad emprende para determinar la admisioacuten o rechazo de jui-

cios en el sistema moral vigente de la misma y funciona de la siguiente manera

Debemos abandonar aquellas intui-ciones que no pueden justificarse sobre la base de principios plausibles modificar aquellos principios que no dan cuenta de intuiciones firmes o que no parecen deri-var de reglas formales del discurso moral y alterar la reconstruccioacuten de las reglas formales cuando ellas no permiten derivar principios plausibles (Nino 1989 p106)

Con respecto a los principios susceptibles de ser aceptados por los individuos Nino (1989) afirma que deben cumplir los siguien-tes requisitos puesto que sin ellos el consenso moral no es posible su publicidad esto es el conocimiento de estos principios por parte de todos los implicados su generalidad de modo que sean principios aplicables para situacio-nes y relaciones geneacutericas su superveniencia esto es que sean principios ofrezcan solucio-nes normativas susceptibles de verificacioacuten con lo cual deben ser de iacutendole faacutectico deben constituir razones finales para la justificacioacuten de una accioacuten y fundamental para nuestra investigacioacuten deben poder ser universales (pp110-111)

Sobre la universalidad de los principios mo-rales el autor afirma ldquosi se admite que alguien puede justificar sus acciones y actitudes sobre la base de un cierto principio aplicable al caso entonces cualquier potencial participante en el discurso moral puede tambieacuten justificar sus acciones y actitudes sobre la base del mismo principiordquo (Nino 1989 p111) Asiacute la pre-tensioacuten de validez universal se postula como intriacutenseca y constitutiva de la moral y atantildee similar a Habermas al principio de aceptabi-lidad de los juicios que lo que es aceptable para uno sea susceptible de serlo para otro siempre y cuando las diferencias en los casos no sean aquellas que el mismo principio con-

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sidera importantes Asiacute se descarta el relati-vismo incluido en su forma comunitarista y la posmodernidad de Bauman

Bajo la esquematizacioacuten del discurso ra-cional Nino (1989) da con tres principios que cumplen las condiciones anteriormente ex-puestas incluyendo la universalidad y sobre los cuales cree que pueden derivarse un con-junto de derechos fundamentales esto es los derechos humanos la inviolabilidad la auto-nomiacutea y la dignidad Ellos tienen la caracteriacutes-tica de que ldquoson categoacutericos en el sentido de que ellos no condicionan la titularidad de tales derechos a la posesioacuten de una u otra caracte-riacutestica () son erga omnes o sea se aplican a todos y a todordquo (Nino 1989 p45)

No nos detendremos aquiacute en argumentar a favor o en contra de la identificacioacuten de estos tres principios el mismo autor defiende que los mismos pueden y deben ponerse a prue-ba racional ya sea para refutarlos afirmarlos o complementarlos Lo importante a resaltar aquiacute es que el autor concluye que a partir de la identificacioacuten de estos principios que defi-nen la personalidad moral es posible presen-tar una formulacioacuten distinta de lo que implica la universalidad de los derechos humanos

Respecto a la cuestioacuten de queacute hace a un ser en especiacutefico beneficiario de derechos huma-nos Nino (1989) formula una criacutetica hacia el hecho de que ha sido lugar comuacuten sostener que la calificacioacuten normativa que determina quieacuten es beneficiario ha dependido de la iden-tificacioacuten de una propiedad En este caso la propiedad en cuestioacuten es la pertenencia a la especie humana Con base en esto se ha asu-mido que todos los hombres deben recibir el mismo grado de calificacioacuten de sujeto o titular de derecho puesto que todos en teacuterminos del autor materializan en mismo grado esta pro-piedad (pp41-43)

El problema para este autor es que esta aspiracioacuten es falsa porque ldquoSe estaacute presupo-niendo que la propiedad de ser hombre es del tipo ldquotodo-o-nadardquo como las de ser argentino o abogado y no de iacutendole gradual como la de ser rico o altordquo (Nino 1989 p43) Por el contrario ya sea que la racionalidad o deter-minadas caracteriacutesticas bioloacutegicas se propon-gan como caracteres distintivos del hombre lo cierto es que seguacuten este autor todas ellas son de caraacutecter gradual De esto se deriva la in-fortunada consecuencia de que hay hombres maacutes hombres que otros y por tanto con maacutes derechos

Para zanjar esta cuestioacuten Nino (1989) pro-pone una inversioacuten de la estrategia filosoacutefica

tenemos que determinar primero cuaacute-les son los principios morales de los que los derechos baacutesicos derivan y soacutelo des-pueacutes podemos definir a las personas mo-rales como la clase de todos aquellos indi-viduos (o entidades) que poseen las pro-piedades que son factualmente necesarias para gozar o ejercer tales derechos (p45)

Anteriormente se hablaba de derechos humanos como beneficios de una uacutenica espe-cie y solo ella en la totalidad de sus miem-bros podiacutea reclamar legiacutetimamente para siacute estas prerrogativas Aquiacute en cambio se bus-ca afirmar que los principios morales que dan vida a los derechos humanos no sostienen una visioacuten especista o esencialista-iusnatura-lista en la que se postule como relevante una determinada acepcioacuten de naturaleza humana

En cambio lo que estaacute afirmando es que la extensioacuten de la universalidad de los derechos humanos depende no de la posesioacuten de un atributo o rasgo esencial sino de la capacidad de los agentes de ser morales esto es de po-der gozar faacutecticamente de autonomiacutea digni-dad e inviolabilidad seguacuten sean estos los prin-

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cipios que se han identificado como morales (Nino 1989 pp45-46) La clave aquiacute es que no hay ninguna prohibicioacuten normativa de los de-rechos a unos seres y a otros no no resulta de una discriminacioacuten valorativa entre los seres puesto que la personalidad moral aquiacute es una cuestioacuten de hecho no de derecho No se atri-buyen estos derechos sino que se verifican

El aporte de Nino es el de sentildealar que la universalidad ya no consiste en la predicabili-dad de los miembros de una especie basada en la afirmacioacuten de su racionalidad o de la igualdad esencial entre los hombres sino que es un principio que se comprueba cuando de facto ciertas entidades cuentan con la capa-cidad o la personalidad moral indispensable para disfrutar esos derechos en la medida en que son autoacutenomos dignos e inviolables En este sentido se afirma que aunque los dere-chos derivados de estos principios sean califi-cados de ldquohumanosrdquo ellos no estaacuten anclados propiamente al hecho de ser humano dada la oscuridad y arbitrariedad que supone desen-trantildear tal afirmacioacuten sino maacutes concretamente a la capacidad de ser moral como la que se evidencia con la participacioacuten en una discu-sioacuten racional

Independientemente de las diferencias teoacutericas que se presentan en los pensamien-tos de los autores de la eacutetica discursiva ya ex-puestos que no son pocas todos coinciden en apostar por una acepcioacuten de universalidad que solamente puede estar relacionada con la capacidad cooperativa de los individuos de comprometerse en discursos morales para entenderse La universalidad moral aquiacute pro-puesta tiene la trascendentalidad que le su-poniacutean filoacutesofos como Kant pero al mismo tiempo admite que se encuentra firmemente entrelazada con una praacutectica social concreta como el discurso que inevitablemente se en-cuentra anclada al contexto social

La afirmacioacuten de una constante puesta a prueba racional-discursiva de los supuestos maacutes importantes de la vida en sociedad re-presenta un distanciamiento de la anterior buacutesqueda por fundamentos absolutos e ina-movibles visto que ldquoa juzgar por la historia del iusnaturalismo la naturaleza humana ha sido interpretada en las formas maacutes diversas y la apelacioacuten a la naturaleza ha servido para justificar sistemas de valores incluso opuestos entre siacuterdquo (Bobbio 1998 p131) Esta admisioacuten quizaacutes seriacutea celebrada por Bauman de no ser por el hecho de que las aspiraciones de uni-versalidad y fundamentacioacuten en temas como los derechos humanos auacuten no se ven finaliza-das simplemente reformuladas

En efecto bajo estas teoriacuteas los derechos humanos pueden postularse no como dic-tados de una razoacuten pura praacutectica sino como resultado de praacutecticas discursivas en las que se ha llegado a un consenso en torno a ellos Al respecto Bobbio (1998) sostiene que la De-claracioacuten Universal de Derechos Humanos de 1948 corresponde a un hecho ineacutedito en la historia

Soacutelo despueacutes de la Declaracioacuten pode-mos tener la certeza histoacuterica de que la humanidad toda la humanidad compar-te algunos valores comunes y podemos finalmente creer en la universalidad de los valores en el uacutenico sentido en que tal creencia es histoacutericamente legiacutetima es de-cir en el sentido en que universal significa un dato aceptado no objetivamente sino subjetivamente por el conjunto de los se-res humanos (p133)

En este sentido se busca abrir paso a la creencia en la capacidad conciliadora y cons-tructiva de los individuos para acordar en aquellos principios baacutesicos sin los cuales la convivencia paciacutefica no seriacutea posible Asiacute se afirma que el entendimiento intersubjetivo de

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sujetos igualmente considerados nunca puede darse por concluido puesto que constituye la forma de dilucidar la moralidad de los coacutedigos que guiacutean la vida juntos

33 El postulado de universalidad como efecto del discurso moral frente a la postura de Bauman

Expuestos ya los principios del discurso moral con los que se pretenden formular una nueva acepcioacuten de universalidad queda ahora por preguntarse iquestEn queacute sentido se preserva la universalidad como discurso moral de las criacuteticas de Bauman iquestEn queacute sentido sigue siendo irreconciliable con ella El propoacutesito de esta seccioacuten es dar respuestas a estas pregun-tas a fin de sintetizar las criacuteticas de la postura eacutetica posmoderna con la alternativa aquiacute pro-puesta

En primer lugar la universalidad derivada del discurso moral ya no parte de un concepto universal del hombre al menos no desde una visioacuten iusnaturalista o esencialista frente a la cual Bauman era muy criacutetico calificaacutendola de mito moderno derivado de la supuesta pro-piedad universalmente compartida de un atri-buto como la racionalidad Lo que siacute sostiene en cambio es la afirmacioacuten de la capacidad de todo sujeto moral para el habla y el enten-dimiento por medio de la cual se dirimen las cuestiones en torno a las normas mandatos coacutedigos o leyes justas para la organizacioacuten de una sociedad

De lo anterior se deriva que la universali-dad como discurso moral difiere de la anterior acepcioacuten tiacutepicamente moderna en el hecho de que no estaacute formulada desde el paradigma de la filosofiacutea de la conciencia esto es del ego solipsista o monoloacutegico sino desde el giro pragmaacutetico de la filosofiacutea contemporaacutenea puesto que es una teoriacutea eacutetica que se apoya

sobre el lenguaje la comunicacioacuten y la capa-cidad de los hombres de comprometerse en un discurso para determinar pretensiones de validez

Al mismo tiempo este giro supone un tras-paso de la razoacuten praacutectica de la modernidad en la que la moral se entendiacutea como facultad de un determinado sujeto a una racionalidad intersubjetiva que para tener lugar exige una relacioacuten discursiva entre sujetos Esta seriacutea una forma de atender a la criacutetica de Bauman quien considera fundamental entender la mo-ral como intersubjetivamente constituida en atencioacuten a los otros aunque la propuesta final difiera mucho de la de este autor

En todo caso esta acepcioacuten desde el dis-curso moral postula la existencia de una moral puacuteblica que no es resultado de un simple con-senso o contrato ni depende de la coaccioacuten de las autoridades heteroacutenomas como acusa-ba Bauman sino que es posible por medio de un concepto maacutes elevado el entendimiento en torno a la validez intriacutenseca de ciertas nor-mas o criterios de justicia que siempre que se sometan a discusioacuten pueden ser admitidos por cualquier persona y cualquier cultura en funcioacuten de su imprescindibilidad

Esta propuesta de la misma manera po-driacutea responder a las demandas de Bauman por recuperar la autonomiacutea individual En efecto si a la modernidad temprana se le acusaba la intromisioacuten excesiva de autoridades externas que ansiaban regir la conducta moral lo cual dejaba al individuo relegado a un segundo plano dependiente de las maacuteximas legisladas como convenientes la universalidad entendi-da desde el discurso moral afirma la posibili-dad de los sujetos de darse a siacute mismos sus propios coacutedigos en la medida en que pueden participar de la formulacioacuten y cuestionamien-to de los principios y valores que rigen la vida

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social en condiciones de libertad e igualdad sin coaccioacuten de por medio

En este sentido la formulacioacuten de los de-rechos humanos podriacutea deslastrarse de las criacuteticas que afirman que forman parte de los intentos de expansioacuten de una determinada cosmovisioacuten occidental en detrimento del plu-ralismo para proponerse en cambio como producto del asentimiento de sus beneficia-rios La defensa disentildeada por Bobbio en torno a la universalidad de los derechos humanos tal y como fue expresada en la Declaracioacuten de 1948 se sostiene sobre la idea de que dicha universalidad ha sido producto del consenso en cuanto a los valores que se consideran fun-damentales

De hecho podriacutea incluso afirmarse que a diferencia de los coacutedigos eacuteticos modernos que Bauman acusa como totalizantes y legitima-dores de un proyecto que busca erradicar las diferencias la universalidad de los derechos humanos se propone como condicioacuten impres-cindible para que el pluralismo como valor pueda concretarse en especial en lo que res-pecta a la libertad de pensamiento de credo de expresioacuten etc Por tanto maacutes que una su-presioacuten de las diferencias son garantiacuteas de sus distintas manifestaciones sin dejar de admitir aspiraciones comunes

Por otro lado esta acepcioacuten de universali-dad se escapa del reproche de Bauman en tor-no a la excesiva abstraccioacuten y distanciamiento del mundo vivido que propugnaba la moder-nidad dejando a la moral individual bastante comprometida frente a reglas o coacutedigos eacuteticos universales La universalidad como consecuen-cia del discurso moral se aleja de la idea de un imperativo categoacuterico intuido individualmente por un sujeto trascendental independiente de las condiciones de su existencia Plantea por el contrario una perspectiva en la que todos

los afectados son libres de aceptar o rechazar normas y mandatos eacuteticos como universales

En efecto la eacutetica discursiva soporta la idea de un proceso de construccioacuten y reconstruc-cioacuten de sentido en el que los sujetos morales son participantes activos y asumen una acti-tud performativa No supone el establecimien-to unilateral de leyes y normas por parte de una autoridad externa que detenta el poder de decidir queacute es moral y queacute no esto es la heteronomiacutea que acusaba Bauman sino que postula que el sujeto moral estaacute involucrado activamente en la determinacioacuten de la validez de las reglas y coacutedigos eacuteticos como producto del consenso racional entre todos los involu-crados

Ademaacutes se asume que dado que la eacutetica discursiva es una eacutetica formal el contenido debe serle otorgado este se forma en las ex-periencias previas en la vida concreta y comu-nitaria y tiene su fuente en las tradiciones y costumbres Por ello se afirma que esta eacutetica no ignora el contexto sino que lo toma como punto de partida para trascenderlo en aquello que se considera absolutamente importante para todos y solamente en aquellos temas susceptibles de consenso tales como los de-rechos baacutesicos fundamentales que son indis-pensables para la vida y la libertad

En tercer lugar esta acepcioacuten de la univer-salidad tampoco supone negar la afirmacioacuten de Bauman de que en la praacutectica moral del individuo existen sentimientos impulsos y pa-siones intervinientes que escapan de la razoacuten A diferencia de la acepcioacuten de universalidad moderna en la que Bauman encontraba con razoacuten un rechazo por parte de les philosophes de las pasiones y fuerzas irracionales las teo-riacuteas eacuteticas discursivas en general parten del re-conocimiento de los liacutemites intriacutensecos a una teoriacutea cognitivista

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En efecto la discusioacuten racional para dar vida a las reglas y normas de una moral puacute-blica no garantiza que dicho discernimiento pueda extrapolarse al aacutembito de las decisio-nes individuales en el que los sentimientos y las pasiones siacute tienen un papel significativo y ldquoLas intuiciones morales cotidianas no pre-cisan la ilustracioacuten del filoacutesofordquo (Habermas 2000 p122) Asiacute esta teoriacutea entiende que la normatividad que deriva de la racionalidad co-municativa seguacuten Habermas (1992) ldquoconlleva solamente la deacutebil fuerza de las motivaciones de la validez racional que no alcanzan a garan-tizar por siacute mismas la trasposicioacuten del discerni-miento moral en las acciones concretas de los individuosrdquo (De Zan 2004 p19) Igualmente las cuestiones concernientes a la eticidad tan particulares a una visioacuten de mundo que no son susceptibles de generar consenso fuera de ese horizonte comunitario tambieacuten se dejan a un lado

En otras palabras se abstiene de intentar proveer de contenido lo que debiese ser el proyecto de vida que cada quien decide para siacute o de pretender dirigir la voluntad individual hacia ciertos fines Pero dado que todos debe-mos vivir juntos resulta fundamental dilucidar criterios de justicia dentro del caleidoscopio de acepciones particulares y comunitarios de la vida buena razoacuten por la cual se plantea un puente para el paso de un nivel moral prefi-losoacutefico en el que priman los valores y las fuerzas no necesariamente racionales de las que hablaba Bauman a un nivel superior de reflexioacuten en el que se afirma la realidad igual-mente moral de la vida en sociedad regulada bajo leyes establecidas por consenso

Seguacuten lo anterior las experiencias morales no son incomunicables ni son islas o esferas cerradas en siacute mismas sin posibilidad de abrir-se a otras Lo anterior implica asumir que en la multiplicidad de lenguajes existentes hay

cuando menos la posibilidad de traducir al-gunos teacuterminos comunes Ello contrasta enor-memente con la afirmacioacuten posmoderna en torno a la incomunicabilidad y la incapacidad de socializar impulsos morales En cambio el discurso defiende que en el encuentro con el otro las cuestiones morales adquieren otra significacioacuten por tanto la intersubjetividad es imprescindible en la formacioacuten de una con-ciencia moral que ya no es tarea de un indivi-duo autosuficiente

Hasta ahora se han expuesto los aspec-tos en los que la universalidad como discurso moral podriacutea preservarse al menos parcial-mente de las recriminaciones de Bauman No obstante con esto no se estaacute queriendo decir que esta alternativa satisfaga por completo las demandas de Bauman por el contrario estas reflexiones reviven muchas diferencias quizaacutes irreconciliables con respecto a la postura de nuestro autor

La principal de estas diferencias es por su-puesto aquella en torno a la racionalidad de la moral para la eacutetica discursiva y en oposi-cioacuten a Bauman es posible elevarse a un nivel reflexivo en el que las normas y postulados son puestos a prueba racional Que esta racio-nalidad sea constitutivamente intersubjetiva por cuanto exige relaciones de sentido con los otros involucrados no minimiza el hecho de que defiende la capacidad cognitiva de acce-der a la verdad que Bauman niega En razoacuten de la aseveracioacuten de esta naturaleza cognitiva se hace posible para los autores de la eacutetica dis-cursiva formular el postulado de universalidad

Por otra parte aunque la universalidad como resultado del discurso moral no apunta a fundamentaciones uacuteltimas no satisface por completo el antifundacionalismo de Bauman en tanto afirma cuando miacutenimo un tipo de fundamentaciones morales que ldquono depen-

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den de las razones pragmaacuteticas del equilibrio del poder sino de las razones internas de la posibilidad de un conocimiento moral de la formulacioacuten real de argumentosrdquo (Habermas 2000 p77) Con ello se afirma la posibilidad de sostener los derechos humanos como praacutec-ticas discursivas resultadas de la capacidad para el entendimiento de los sujetos morales y la dilucidacioacuten de la validez de la rectitud de normas y mandatos que no es otorgada artifi-cialmente sino que es una cualidad intriacutenseca

De esta manera lo que encontramos en la eacutetica discursiva es una alternativa de refor-mular la universalidad que como vimos po-driacutea solventar algunas de las objeciones que Bauman dirigiacutea a este principio en su acepcioacuten originaria No obstante la eacutetica discursiva y la eacutetica posmoderna seraacuten todaviacutea propuestas fundamentalmente incompatibles en la medi-da en que la primera si bien plantea nuevas ideas lo hace dentro de una buacutesqueda por re-cuperar el proyecto moderno

CONCLUSIONES

Este trabajo se propuso hacer una revisioacuten criacutetica a la universalidad de los derechos hu-manos desde la postura de Zygmunt Bauman A traveacutes de ella no solamente se han podido conocer algunos hitos del pensamiento de uno de los filoacutesofos y socioacutelogos maacutes relevantes del siglo XX y XXI sino que tambieacuten se ha analiza-do una de las problemaacuteticas eacuteticas de mayor vigencia bajo la guiacutea de este autor De alliacute se han podido extraer una serie de conclusiones que corresponden a las preguntas planteadas a los inicios de esta investigacioacuten

En primer lugar se comproboacute que la uni-versalidad de los derechos humanos se justi-fica sobre la base de ciertos principios mora-les a los cuales se pueden acceder mediante razones siendo el maacutes importante de ellos la

afirmacioacuten de la dignidad humana que exige el respeto a toda persona como un fin en siacute misma hecho ineludible para la razoacuten praacutectica que no admite ni restricciones ni condiciona-mientos Estas ideas derivan de una determi-nada formulacioacuten de la eacutetica que es deontoloacute-gica de primer orden cuyas bases filosoacuteficas tienen origen en el desarrollo del pensamien-to moderno Asiacute se ha afirmado la universali-dad como un principio loacutegico-ontoloacutegico basa-do en la admisioacuten de una igualdad esencial de todos los seres humanos

Siendo esto asiacute una forma de argumentar en contra de la universalidad ha consistido en negar que se pueda circunscribir la moralidad al plano del razonamiento moral esto es que sea posible dilucidar por el camino racional una validez intriacutenseca a las normas y coacutedigos a fin de postular su universalidad Distintas pos-turas han asumido la tarea desde diversas ba-ses filosoacuteficas de oponerse a la universalidad el escepticismo el comunitarismo el positivis-mo y por supuesto la posmodernidad

En efecto este es el camino que ha elegi-do Zygmunt Bauman al afirmar que la mora-lidad pertenece al reino de lo no racional de los sentimientos y los impulsos incapaz de ser retenida por las racionalizaciones de la mo-dernidad motivo por el cual se hace peren-torio abandonar el esquema moderno de la eacutetica basado en reglas y coacutedigos universales fundamentados racionalmente en favor de la responsabilidad y la autonomiacutea del individuo aceptando asiacute que cualquier coacutedigo eacutetico que se acepte como correcto no es sino provisio-nal y artificial La determinacioacuten de si Bauman estaacute en lo correcto en su defensa a ultranza del hecho moral bruto escapa de las intenciones de esta investigacioacuten Lo que siacute se ha plantea-do como pregunta es si los derechos humanos podriacutean ser reformulados bajo esta visioacuten eacuteti-

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ca y la respuesta seguacuten lo discutido en el ter-cer capiacutetulo ha sido negativa

Para empezar la universalidad no es un ras-go accidental atribuido a los derechos huma-nos es parte de su constitucioacuten misma de su razoacuten de ser la cual consiste en afirmar que ellos atantildeen a unos bienes de tal importancia para la humanidad que no pueden negaacutersele a nadie en ninguna parte del mundo sin come-ter un acto de inmoralidad Formular derechos humanos negando su universalidad seriacutea una contradiccioacuten ya que precisamente el adjeti-vo ldquohumanosrdquo aunque tautoloacutegico quiere dar cuenta de una conquista histoacuterica y filosoacutefica en la que se ha promovido la dignidad huma-na como un principio inviolable sin importar las circunstancias ni las distintas formas en las que se ha configurado el poder

Por otra parte la existencia de derechos humanos se defiende como posibilidad de plantear una eacutetica miacutenima esto es exigencias miacutenimas en las que todos los seres humanos pueden convenir por el hecho de ser funda-mentales para una existencia digna Que esta sea una aspiracioacuten legiacutetima seraacute por mucho tiempo un tema de debate en particular por parte de los defensores del derecho a las dife-rencias quienes ven esto como una aspiracioacuten imposible e incluso totalitaria No era objeto de esta investigacioacuten determinar esto En cam-bio siacute fue posible afirmar dentro del marco de nuestros objetivos que plantear los derechos humanos dentro de una eacutetica miacutenima implica poder ser capaces de aducir razones morales superiores y categoacutericas que buscan trascen-der las condiciones empiacutericas en las que se desenvuelve la vida De alliacute que la teoriacutea de los derechos humanos sea intriacutensecamente incompatible con el planteamiento de Bau-man quien concluye que toda reflexioacuten de los hechos morales en favor de valores superiores de base racional es ilusoria

Por el contrario lo que se ha demostrado es que los defensores de la universalidad de los derechos humanos parten de una posicioacuten en la que consideran que la eacutetica esto es la reflexioacuten en torno a los hechos morales no supone la negacioacuten del valor de esos hechos en su estado previo es decir como experien-cia vivida y no reflexiva Contrario a lo afirma-do por Bauman el quehacer eacutetico es tambieacuten un conocimiento moral en la medida en que busca desentrantildear las justificaciones subya-centes a los valores y actitudes que componen el mundo de la vida sin negarlos ni minimi-zarlos Incluso argumentan que la posibilidad de reflexioacuten sobre estos temas es coacutensona con las afirmaciones de libertad y autonomiacutea por cuanto entienden que el individuo no es es-clavo de sus convicciones primarias y puede modificarlas o reafirmarlas en su encuentro con los otros en el que necesariamente se ve compelido a razonar sobre ellas

Lo que ocurre es que hay distintas acep-ciones en torno a lo que es la eacutetica lo que es la moral y la relacioacuten entre ambas diferencias que son de fondo ya que las valoraciones da-das a ambos teacuterminos difieren mucho entre siacute El caso de Bauman es que en su proyecto de repersonalizar la moral frente a la eacutetica su en-foque se circunscribe a lo que se denominoacute el partido moral de dos esto es la relacioacuten mo-ral iacutentima entre el Yo-Otro sin que ello pueda extenderse al mundo social donde la eacutetica se postula como necesaria porque los involu-crados son muchos y los juicios de unos son confrontados racionalmente con los de otros De modo que quien se encuentra abierto a aceptar la postura de Bauman tal y como es expuesta en Eacutetica posmoderna se encontraraacute al mismo tiempo con dificultades tanto para fundamentar la moral en su dimensioacuten social como para sostener la legitimidad de los dere-chos humanos

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Ocurre ademaacutes que dentro de las formu-laciones eacuteticas derivadas de la modernidad los derechos humanos presentan una condicioacuten muy especial que Bauman no toma en cuenta cuando hace sus criacuteticas a la eacutetica moderna En efecto el autor ha identificado el origen de la universalidad de la eacutetica en la buacutesqueda de legitimacioacuten de dominacioacuten por parte de los legisladores sobre las masas a las que se con-sideraban muy ignorantes como para dejarlas ejercer su libertad sin guiacutea legitimacioacuten que fue completada por el trabajo de los filoacutesofos dedicados a fundamentarla Pero los derechos humanos fueron formulados precisamente como frenos a la arbitrariedad elevan al indi-viduo en su condicioacuten de digno y pretenden blindarlo del abuso de poder De esta manera no presentan la misma relacioacuten con el poder como las reglas y leyes que Bauman denuncia

De hecho el mismo autor llega a afirmar que los derechos humanos han contribuido al proceso de desregulacioacuten y desplazamien-to del Estado como autoridad moral central pero al mismo tiempo considera que esto ha formado parte de uno de los mecanismos que han apresurado la modernidad liacutequida en la que la esfera puacuteblica ha caiacutedo en detrimento frente al individualismo No obstante se ha contrastado su posicioacuten con autores que sos-tienen que seriacutea injusto decir que los derechos humanos son banderas enarboladas por los individualistas de la modernidad liacutequida o los comunitaristas puesto que por el contrario ellos buscan renovar el espacio puacuteblico y fo-mentar la ciudadaniacutea universal por medio de la revalorizacioacuten de la potencialidad del dis-curso para llegar entenderse mutuamente

De alliacute que asiacute como Bauman plantea un postura que se presenta como un tercer teacuter-mino entre el tiacutepico debate universalismo con-tra comunitarismo tambieacuten la eacutetica discursi-va se presenta como una alternativa tanto a

la postura posmoderna de este autor como a la universalidad como principio loacutegico-ontoloacute-gico En efecto las posiciones de tres autores ―Cortina Habermas y Nino― han permitido darnos cuenta de que existen caminos para aproximarse al principio de la universalidad desde un punto de vista distinto esto es como parte del discurso moral y como resul-tado de la consecucioacuten de consensos en torno a los contenidos morales de normas y manda-tos bajo los cuales una sociedad ha decidido legislarse

Esta alternativa por supuesto conserva formulaciones irreconciliables con la postura de Bauman particularmente aquella relacio-nada con la afirmacioacuten de la cognoscibilidad de la moral pero tambieacuten se preserva de varias de las criacuteticas que este autor le dirigiacutea a la uni-versalidad como principio loacutegico-ontoloacutegico en primer lugar no pretende fundamentarse en una determinada afirmacioacuten de la natura-leza humana o de su esencia sino maacutes bien en la capacidad de comunicarse y de razonar que antes que deducirse como consecuencia loacutegica de unas premisas se nos presenta ya como evidente en la praxis comunicativa dia-ria Esta es la razoacuten por la cual esta acepcioacuten de universalidad va a abandonar el paradigma de la filosofiacutea de la conciencia basada en la idea de un sujeto monoloacutegico para apoyarse en las posibilidades dialoacutegicas que el lenguaje y la comunicacioacuten nos ofrecen para llegar a la validez de enunciados con rango de verdad

En razoacuten de lo anterior esta postura de-fiende la universalidad como resultado del entendimiento entre individuos siempre y cuando estos se encuentren en las condicio-nes para practicar el discurso de manera que no puede acusaacutersele de coactiva o impositiva puesto que uno de sus presupuestos funda-mentales es la libertad de los agentes Maacutes auacuten esta teoriacutea eacutetica discursiva logra atender

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los problemas relacionados con la integridad de la autonomiacutea individual con los que Bau-man pareciacutea tan preocupado pero sin dejar de considerar la importancia que tiene la so-ciedad para el individuo como agente moral El consenso y la intersubjetividad seraacuten condi-ciones esenciales sin las cuales no podriacutea de-terminarse la validez de las normas y a traveacutes de las cuales los individuos pueden concertar sus propias leyes

Por otro lado estaacute el hecho de que la eacutetica como discurso no busca establecer de una vez y por todas verdades uacuteltimas sino que por el contrario la praacutectica discursiva tiene origen precisamente en aquellos momentos en los que existen disenso o consensos rotos Pero asiacute como se admite la capacidad para el disen-so se la admite para la cooperacioacuten Recorde-mos que Bobbio aboga por la universalidad de los derechos humanos en tanto considera que no es parte de una fundamentacioacuten uacuteltima sino que deriva de un consenso en torno a va-lores fundamentales que se concretoacute verdade-ramente a partir de 1948

Ademaacutes la eacutetica discursiva no busca tener algo que decir con respecto a lo que un indi-viduo reconozca como valioso para su realiza-cioacuten personal o lo que una comunidad valore en torno a fines o virtudes tampoco busca re-primir impulsos o sentimientos morales sino que se conforma con ordenarlos en aquello que resulta fundamental en el aacutembito de las relaciones sociales Igualmente la universa-lidad considerada de esta manera no igno-ra el hecho de que el contexto juega un pa-pel importante en la determinacioacuten de estos asuntos Lo que siacute admite es que hay ajustes reciacuteprocos entre lo concreto y lo ideal dado que la mera existencia de normas y reglas no garantiza su validez asiacute como la validez por siacute sola no garantiza la aceptabilidad por parte de la sociedad Se trata de un juego reciacuteproco de

fuerzas con el que desde la moral vivida to-dos pueden admitir la validez de un postulado moral porque estaacute cargado de cierta trascen-dentalidad Eso es lo que se busca con los de-rechos humanos y con ello se quiere justificar el hecho de que cada sociedad sigue su propio camino en el progreso y la concrecioacuten de estos derechos sin que por ello se tenga que dejar de aspirar a su universalidad como horizonte moral

En definitiva la teoriacutea de la eacutetica discursiva se presenta como una alternativa maacutes viable a la universalidad como principio loacutegico-ontoloacute-gico pero tambieacuten se propone como una op-cioacuten que de cierta forma supera algunas defi-ciencias de la posicioacuten eacutetica de Bauman pues-to que por ejemplo siacute toma en cuenta coacutemo se puede pasar del reino donde prevalecen las fuerzas individuales al de las cuestiones mora-les que son necesarias dirimir en la sociedad poliacutetica De la misma forma incluso los detrac-tores de la capacidad de solventar cuestiones morales por medio del discurso tienen que ad-mitir cuando menos que cuando exponen su punto de vista estaacuten participando lo quieran o no en la argumentacioacuten y que al igual que los demaacutes lo estaacuten haciendo porque aspiran hacer ver a otros la validez de sus posiciones

Esta investigacioacuten no se ha propuesto de ninguna manera ser una resolucioacuten definitiva al problema de la universalidad que consi-deramos tan vigente Las criacuteticas de Bauman se consideran muy valiosas en la medida en que apuestan por la defensa del individuo sin caer en el individualismo con una criacutetica tan-to a la intromisioacuten exacerbada del Estado en las iniciales etapas de la modernidad como a la aparente falta de compromiso en torno a causas comunes que diagnostica en la moder-nidad liacutequida que vivimos actualmente Pero al mismo tiempo se ha sometido a criacutetica su propio pensamiento para dejar en evidencia la

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complejidad de la tematizacioacuten de la univer-salidad de los coacutedigos eacuteticos y entre ellos de los derechos humanos en la medida en que se plantean nuevas perspectivas que sin dejar de admitir los defectos del proyecto eacutetico de la modernidad buscan reformar algunos de sus elementos esenciales

No obstante queda como tarea pendien-te seguir sometiendo a criacutetica estas posturas en la medida en que los derechos humanos se convierten en un tema de mayor importan-cia no solamente por su tratamiento en las relaciones internacionales y las interacciones entre entes de poder sino por lo que podriacutea significar para la integridad y dignidad del ser humano y las aspiraciones de cooperacioacuten de las sociedades Finalmente aspiramos que este trabajo de grado promueva futuras inves-tigaciones sobre las perspectivas eacuteticas de la posmodernidad por un lado y del discurso por el otro cuyas premisas apenas han sido asomadas aquiacute con la esperanza de que cons-tituyan temas de preocupacioacuten acadeacutemica dado su gran potencial para responder a los problemas contemporaacuteneos

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Ernesto JesuacutesBorges Quintana

Un estudio hermeneacuteutico sobre el poder de la palabra poeacutetica en la tragedia griega

ldquoLapalabrapoeacuteticaseconvierteconfrecuencia en una prueba de lo que esverdadpueselpoemaresucita

una vida secreta en palabras que pareciacuteangastadaseinserviblesynosilustraasiacutesobrenosotrosmismosYel lenguaje puede todo esto porque

no es evidentemente una creacioacuten delpensamientoreflexivosinoque

contribuye a realizar el comportamiento respectodelmundoenelquevivimosrdquo

Gadamer1977p539

ldquoNoloseacuteAmiacutemeparecequesonfunestostantoeldemasiadosilencio

comoelvanogriteriacuteordquoSoacutefoclesAntiacutegonav1253

DionisioacompantildeadodeunSaacutetiroMuseoAntikensammlungBerlinRecuperadodehttpswwwtheoicomGalleryK123html

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La presente es una investigacioacuten de cor-te hermeneacuteutico sobre el poder y el alcance aletheico de la palabra poeacutetica a partir de un estudio de la tragedia aacutetica En esta direccioacuten desarrolla de manera criacutetica y comentada la propuesta de Hans-Georg Gadamer de un tipo de verdad reconocido en la palabra poeacutetica para desde alliacute vincular sus implicaciones con la definicioacuten claacutesica de la tragedia griega y los conceptos de miacutemesis y poiesis Seguidamen-te propone una interpretacioacuten literario- her-meneacuteutica de las piezas Agamenoacuten de Esquilo Antiacutegona de Soacutefocles e Ioacuten de Euriacutepides tres obras que comparten un desenvolvimiento de ldquocolisioacuten traacutegicardquo que seraacute explorado bajo con la intencioacuten de hacer traslucir su dicencia poeacute-tica y el tipo de valiacutea y sabiduriacutea que ofrecen en tanto literatura antigua mdashpero tambieacuten en sus escenificaciones contemporaacuteneas

Mediante una reapropiacioacuten de nociones como miacutemesis y poiesis ha sido posible rea-lizar una revaloracioacuten conceptual y a la vez pragmaacutetica de la tragedia griega en tanto un tipo de arte o habilidad esteacutetica capaz de ofrecer un espacio privilegiado y plural para el re-conocimiento y la comprensioacuten poliseacutemi-ca de emociones y situaciones diversas tales como el silencio lo deinoacuten y el ejercicio de la libre palabra transgresora cristalizada en la ex-presioacuten griega de la parresiacutea En concordancia con una aproximacioacuten literaria y hermeneacuteutica dirigida por la dinaacutemica de ldquopregunta-respues-tardquo mdashen cuanto exigencia del ciacuterculo herme-neacuteuticomdash estas paacuteginas pretenden mostrar la valiacutea de una dimensioacuten presentativa en los dramas mencionados ligada a un tipo de ver-dad y a un ldquoespacio de comprensioacutenrdquo que la tragedia establece en su experiencia de alte-ridad ficcional

INTRODUCCIOacuteN

CAPIacuteTULO I DISERTACIOacuteN SOBRE EL POTENCIAL INTRIacuteNSECO DE LA PALABRA POEacuteTICA DE ACUERDO CON LA PROPUESTA HERMENEacuteUTICA DE HANS-GEORG GADAMER11 Relacioacuten entre lenguaje y mundo

linguumlisticidad de nuestra comprensioacuten del mundo

12 Verdad de la palabra poeacutetica disertacioacuten sobre el valor y el alcance de la metaacutefora

13 El papel de la poesiacutea y el poeta traacutegico en la antiguumledad claacutesica

14 Una definicioacuten de tragedia griega

CAPIacuteTULO II DESARROLLO INTERPRETATIVO DE LAS TRAGEDIAS A LA LUZ DEL CONCEPTO DE COLISIOacuteN TRAacuteGICA21 La ambiguumledad y presencia del silencio en

Agamenoacuten de Esquilo22 Antiacutegona y lo deinoacuten en el hombre23 Ioacuten El silencio divino y el discurso

humano

CAPIacuteTULO III SOBRE EL ALCANCE ALETHEICO QUE PUEDE ALBERGAR LA POESIacuteA TRAacuteGICA31 Una revisioacuten criacutetica de ldquolo traacutegicordquo32 Mito miacutemesis y poiesis o el caraacutecter

hermeneacuteutico de la tragedia griega33 Lo que es capaz de presentar la poesiacutea

traacutegica polisemia y silencio en la colisioacuten traacutegica

CONCLUSIONES

REFERENCIAS BIBLIOGRAacuteFICAS

CONTENIDO

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INTRODUCCIOacuteN

ldquoVolver a dar valor al mito volver a va-lorizarlo en el sentido de dar un valor de realidad efectiva a aquello que para mu-chos soacutelo era faacutebula e invencioacuten significa tambieacuten volver a dar valor a una razoacuten de ser del arterdquo1

La tragedia aacutetica ha sido abordada desde campos de estudio tan diversos como la criacute-tica literaria la historia e incluso la filosofiacutea Los dramas que se conservan de los poetas Es-quilo Soacutefocles y Euriacutepides han sido histoacuterica-mente para la cultura occidental una muy rica fuente de reflexioacuten y estudio Ya en el siglo V a C eminentes filoacutesofos como Platoacuten y Aristoacutete-les escribieron a veces desde una perspectiva analiacutetica y otras de manera cuestionadora acerca de las obras y los poetas traacutegicos De hecho en Repuacuteblica Platoacuten descalificoacute la poe-siacutea traacutegica por considerarla nociva para la edu-cacioacuten de acuerdo con sus nociones de verdad y bien Por su parte Aristoacuteteles en su Poeacutetica expone en detalle los elementos formales que distinguen y caracterizan a la tragedia aacutetica en su contexto

Seguacuten el filoacutelogo claacutesico Werner Jaeger (1984) la tragedia es ldquola maacutes alta manifesta-cioacuten de una humanidad para la cual la religioacuten el arte y la filosofiacutea forman una unidad inse-parablerdquo (p11) En contraposicioacuten a los diver-sos modos de expresioacuten contemporaacuteneos el arte y la poesiacutea en el mundo claacutesico siempre gozaron de un papel iacutentimamente asociado a la comunidad a los ritos religiosos propios de la misma y a las problemaacuteticas filosoacuteficas vivas de su vida La poesiacutea traacutegica asiacute como el papel del poeta se encontraban respalda-dos por una tradicioacuten y una sociedad que los avaloacute como forjadores de una cultura propia

1 DorflesG(1967)Esteacutetica del mito Mito y metaacutefora en Vico y en la esteacutetica contemporaacutenea CaracasEditorialTiempoNuevo

una ecuacioacuten integral que hoy se define con el nombre de paideia Por todo ello la posi-cioacuten social y la ldquoautoridadrdquo del poeta (maacutes allaacute de su produccioacuten artiacutestica) eran significativa-mente influyentes para la gente por lo que es posible suponer que por un lado el escritor o intelectual antiguo y el espacio destinado a la representacioacuten teatral pueden asociarse con un rol conservador de las tradiciones cultura-les y miacuteticas de la comunidad pero al mismo tiempo deben o pueden reconocerse como privilegiados para el establecimiento de mira-das criacuteticas a la tradicioacuten misma en su trans-figuracioacuten a traveacutes del espacio ficcional que la obra presenta

Es de principal importancia entender que parte del valor del poeta en las sociedades an-tiguas residioacute en la extendida tradicioacuten oral en un momento en el que el lenguaje escrito era prerrogativa de una minoriacutea de modo que la poesiacutea (no traacutegica) y la meacutetrica se convirtieron en el mejor mecanismo para la preservacioacuten de los valores y saberes tradicionales hasta concretarse en un ldquosistema de tecnologiacutea ver-bal [en el que] la repeticioacuten adquiere una im-portancia decisiva (hellip) [y] sobre todo que se repetiacutea siempre del mismo modo con las miacute-nimas variaciones posiblesrdquo (Zahonero 2017 p27)

Asiacute el arte en el mundo claacutesico incluyendo la tragedia se encontraba en una constante relacioacuten y diaacutelogo con la tradicioacuten miacutetica y cul-tural de la que emanaba Pero tal como consi-dera el filoacutesofo alemaacuten Hans-Georg Gadamer (1957) ldquoel mito estaacute expuesto constantemen-te a la criacutetica y a la transformacioacuten La religioacuten griega no es la religioacuten de la doctrina correctardquo (p17) Entonces si bien hubo en la represen-tacioacuten traacutegica una paideia relacionada con un contenido miacutetico heredado y comuacuten tambieacuten hubo en su escenificacioacuten una libertad inter-pretativa que se fue desarrollando en el curso

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de los montajes de los diferentes poetas y que precisamente da cuenta de la genialidad y el aporte de estos a su comunidad

Estas consideraciones preliminares encu-bren un desarrollo sistemaacutetico y proliacutefico que diferentes disciplinas acadeacutemicas y autores han elaborado en torno al mito la tragedia aacutetica y su significacioacuten para la sociedad ate-niense y heleacutenica Es todo un aparato criacutetico que serviraacute de fuente maacutes ampliamente en las paacuteginas que siguen aunque desde ya se pue-de resaltar la significativa contribucioacuten que han hecho al tema estudiosos como Pierre Vi-dal-Naquet y Jean-Pierre Vernant en su obra Mito y tragedia en la Grecia antigua (2002a) la cual seraacute abordada en adelante del mismo modo que se haraacute con la relacioacuten entre trage-dia mito y tradicioacuten

En la poesiacutea claacutesica y sobre todo en la tra-gedia griega hubo una actividad poeacutetica que asocioacute y presentoacute de manera iacutentima proble-maacuteticas filosoacuteficas tales como la relacioacuten en-tre lo divino y lo mortal la dimensioacuten eacutetica del hombre vuelta problema y pregunta o el anhelo de autosuficiencia humana frente a un mundo contingente La relacioacuten entre trage-dia y filosofiacutea tuvo una importante vinculacioacuten que por ejemplo la filoacutesofa Martha Nussbaum (1995) destaca en los siguientes teacuterminos

Por una parte encontramos en las tra-gedias retratos cautivadores del vehemen-te deseo humano de autosuficiencia (hellip) En segundo lugar la buacutesqueda filosoacutefica de una vida buena autosuficiente empren-dida por Platoacuten viene motivada por un agudo sentido de los problemas aludidos (Nussbaum 1995 p48)

La investigacioacuten que aquiacute se desarrollaraacute se propone repensar la poesiacutea traacutegica en un intento por valorar esta forma particular de arte del mismo modo que el potencial de su

palabra poeacutetica para aprehender un tipo de saber poeacutetico desligado de la comprobacioacuten silogiacutestica y conceptual De acuerdo con Ga-damer (1971) del mismo modo que ldquolos co-lores salen a la luz en la obra pictoacuterica igual que la piedra es sustentadora en la obra arqui-tectoacutenica asiacute es en la obra poeacutetica la palabra maacutes dicente que en cualquier otro caso Esta es la tesisrdquo (p16) En esta direccioacuten lo que se plantea en las siguientes liacuteneas es estudiar la poesiacutea traacutegica a la luz de un enfoque filosoacutefico hermeneacuteutico que preste especial atencioacuten al aspecto linguumliacutestico y esteacutetico en las obras se-leccionadas Ello en contraposicioacuten a otros en-foques eminentemente eacuteticos (no por ello me-nos fundamentales) como por ejemplo el que se encuentra en La fragilidad del bien (1955) un libro de la misma Martha Nussbaum

A partir de una valoracioacuten sobre el alcance cognitivo y filosoacutefico de la praacutectica poeacutetica mdashes decir el valor que contiene esta vozmdash se intentaraacute presentar una reinterpretacioacuten de la poesiacutea traacutegica El objetivo general es ofrecer algunas consideraciones sobre una pregunta crucial iquestqueacute espacios de comprensioacuten filo-soacutefica es capaz de ofrecer la poesiacutea traacutegica partiendo de la propuesta gadameriana de un tipo de verdad reconocida en la palabra poeacute-tica

A tal fin en el primer capiacutetulo se ofrece una revisioacuten sobre la vinculacioacuten entre el lengua-je y nuestra forma de comprender el mundo para luego dirigir la reflexioacuten hacia el alcance cognitivo la ldquoverdadrdquo o dimensioacuten aletheica de la ldquopalabra poeacuteticardquo y la relacioacuten entre la ldquopalabra y su silenciordquo todo ello sobre la base de los estudios de autores como Hans-Georg Gadamer y Max Colodro respectivamente Se apunta a ir en conformidad con la defen-sa filosoacutefica del potencial de la palabra poeacute-tica y la experiencia esteacutetica frente a criacuteticas o conceptuaciones que las enclaustran en

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clasificaciones reduccionistas que entienden la poesiacutea y el arte como foacutermulas meramen-te de imitacioacuten (miacutemesis) de la realidad de la accioacuten o emocioacuten humanas Se trata de si-mulacros que no tienen nada que ver con el ldquomundo realrdquo o que se sustentan ante todo en lo ldquofalsordquo Nos referimos principalmente a interpretaciones platoacutenicas variadas del arte un tema que seraacute abordado para entregar a su vez una revisioacuten de los teacuterminos miacutemesis y poiesis en la representacioacuten traacutegica Finalmen-te se pretende repensar la validez y utilidad de una primera conceptuacioacuten de la tragedia griega de la mano de Aristoacuteteles en su Poeacutetica sobre la base de lo escrito por diferentes co-mentaristas de la obra

En el segundo capiacutetulo y en un espiacuteritu her-meneacuteutico se examinaraacuten las tres obras se-leccionadas Agamenoacuten de Esquilo Antiacutegona de Soacutefocles e Ioacuten de Euriacutepides Valga advertir que la idea no es de ninguacuten modo desarrollar en clave teoreacutetica la ldquoconceptuacioacuten filosoacutefi-cardquo que se intuye en las obras sino maacutes bien hacer traslucir en el despliegue interpretativo el decir poeacutetico que aguarda en el seno de la configuracioacuten artiacutestica de cada pieza Esto es lo que en teacuterminos gadamerianos se llamariacutea una conversacioacuten hermeneacuteutica con el texto del que se espera aprehender su decir propio y singular De este modo nos centraremos en la condicioacuten de colisioacuten traacutegica que comparten los tres dramas y en la presencia poliseacutemica de las figuras del silencio lo deinoacuten y el libre derecho a la palabra que se expresa en el teacuter-mino parresiacutea

El tercer capiacutetulo pretende reevaluar los aportes obtenidos en los apartados preceden-tes a fin de ponderar e identificar de manera dialoacutegica la dimensioacuten aletheica que pueden presentar las tragedias en examen Este obje-tivo supone el desarrollo de un anaacutelisis criacutetico de los enfoques filosoacuteficos que luego del de-

tallado estudio de las tragedias griegas cues-tionamos Esta seccioacuten tambieacuten implica de forma subsecuente una disertacioacuten sobre la dimensioacuten hermeneacuteutica de la tragedia aacutetica para reactualizar la evaluacioacuten de los teacuterminos de miacutemesis y poiesis asiacute como repensar nues-tra pregunta sobre los ldquoespacios de compren-sioacutenrdquo que puede ofrecer el drama antiguo Son ideas que desembocaraacuten en una reflexioacuten sobre el eacutenfasis en la capacidad presentativa que tiene lugar en la representacioacuten teatral (y en la literatura) conforme a un tipo de saber vinculado a nuestra forma de comprensioacuten del mundo que es eminentemente linguumliacutestica Este apartado pretende ofrecer ademaacutes una reflexioacuten dinaacutemica que cumpla con la dialeacutec-tica hermeneacuteutica de ldquopregunta y respuestardquo que explicite la serie de prejuicios cuestiona-bles en lo relativo a la aproximacioacuten a los dra-mas traacutegicos y la problemaacutetica que plantean

Por su naturaleza esta investigacioacuten es de caraacutecter documental y por consiguiente seraacute indispensable el uso de material impreso y digital Utilizaremos fuentes como textos fi-losoacuteficos y artiacuteculos acadeacutemicos de revistas indexadas que giran en torno a toacutepicos de esteacutetica hermeneacuteutica y maacutes concretamente relacionados con las obras traacutegicas griegas es-cogidos todos ya sea por su abordaje filosoacutefico o criacutetico-literario entre otros

Nuestro uso de las obras traacutegicas fuentes primarias de la presente investigacioacuten se ser-viraacute de las traducciones y notas que ofrece la Editorial Gredos S A de la mano de recono-cidos autores como Carlos Garciacutea Gual y Luis Alberto de Cuenca y Prado Igualmente se ten-draacute en cuenta la traduccioacuten de Juan Manuel Libano (Editorial Caacutetedra) aunque de manera secundaria y sobre todo para las obras de Eu-riacutepides

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En cuanto a los antecedentes vinculados con los intereses planteados en este trabajo muchos de ellos ofrecen una revisioacuten y una re-actualizacioacuten de conceptos como miacutemesis asiacute como reaproximaciones a los dramas traacutegicos de acuerdo con enfoques filosoacuteficos y acadeacute-micos muy distintos entre siacute Uno de ellos se compendia en los dos voluacutemenes de Vidal-Na-quet y Vernant (2002a) Mito y tragedia en la Grecia antigua obra antes mencionada que aborda la tragedia griega desde un marco in-terpretativo estructuralista por lo que se pro-pone un estudio de las obras traacutegicas en su iacutentima relacioacuten hermeneacuteutica con los mitos de los que parten y el contexto al que se dirigen como piezas vinculadas a un puacuteblico de ciuda-danos con problemaacuteticas e intereses propios de su situacioacuten histoacuterica

Maacutes que ser una investigacioacuten meramente socioloacutegica o histoacuterica la intencioacuten de acuer-do con Vidal-Naquet (2002a) es la de estu-diar la poesiacutea traacutegica desde esta pluralidad de dimensiones ldquocomo realidad social con la institucioacuten de los concursos traacutegicos como creacioacuten esteacutetica con el advenimiento de un nuevo geacutenero literario como mutacioacuten psico-loacutegica con el surgimiento de una conciencia y de un hombre traacutegicordquo (p13) En tal sentido su investigacioacuten plantea interesantes reflexiones sobre la significativa relevancia cultural de la tragedia como espacio de invencioacuten literaria y de ruptura respecto de la tradicioacuten Estas con-sideraciones seraacuten tomadas en cuenta hacia el final de estas paacuteginas a la luz de las premisas que hasta ese momento habraacuten de ser desa-rrolladas

Otro antecedente de esta indagacioacuten se en-cuentra en la tesis doctoral de Mariana Melo (2013) Miacutemesis traacutegica entre el lenguaje y lo poliacutetico claves para combatir la fragilidad de la accioacuten Esta investigacioacuten como su nombre lo indica se dirige hacia una reevaluacioacuten del

concepto aristoteacutelico y platoacutenico de miacutemesis para aproximarse a traveacutes del mismo a una problemaacutetica maacutes dirigida a los aspectos poliacute-ticos y eacuteticos del teacutermino Es como una puesta en escena en relacioacuten con la incidencia poliacute-tica social y educativa del teatro ateniense en su contexto Para ello la autora se sirve de los escritos de filoacutesofos como Hannah Arendt y Paul Ricoeur con el fin de vincular y aclarar esa dimensioacuten eacutetico-poliacutetica que atisba en el concepto aristoteacutelico de la miacutemesis traacutegica y que le lleva a desarrollar una relacioacuten triaacutedica entre miacutemesis praxis y logos

Si bien ese trabajo comparte nuestro inte-reacutes por una reflexioacuten sobre el concepto aris-toteacutelico y platoacutenico de miacutemesis su desarrollo apunta hacia dimensiones maacutes eacuteticas y poliacuteti-cas mientras que el nuestro se dirige hacia in-terrogantes de iacutendole esteacutetica literaria y rela-tivas a la filosofiacutea del lenguaje emparentadas con la filosofiacutea hermeneacuteutica de Hans-Georg Gadamer y los argumentos de diferentes au-tores que abordan estas problemaacuteticas en el examen de la actividad poeacutetica

Asiacute mismo el libro de la doctora Virginia Aspe (2005) Perennidad y apertura de Aris-toacuteteles reflexiones poeacuteticas y de incidencia mexicana es otra investigacioacuten que gira en torno a una relectura y reinterpretacioacuten de la Poeacutetica del estagirita en este caso para distin-guir su actualidad pero tambieacuten sus aporiacuteas y vaciacuteos Esta autora se sirve metodoloacutegicamen-te de una revisioacuten de la Poeacutetica por medio de autores como Tomas de Aquino y a partir de alliacute ofrece una revisioacuten sobre conceptos canoacute-nicos como eacutethos loacutegos kaacutetharsis miacutemesis y ldquolo Maravillosordquo (to thaumastoacuten) Igualmente revisa tales nociones relacionadas con el tea-tro aacutetico y su circunstancia en el panorama esteacutetico-artiacutestico del Meacutexico actual

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Las reflexiones que la investigadora Virgi-nia Aspe dedica a lo que denomina como el problema del razonamiento poeacutetico en Aristoacute-teles encuentra invalorables puntos de coin-cidencia con nuestra pretensioacuten de estudiar el alcance aletheico de la palabra poeacutetica en la medida en que aprecia la relacioacuten entre la alegoriacutea y el silogismo en el pensamiento poeacute-tico de acuerdo con un tipo de verdad o sa-ber propio de las artes En un orden paralelo nos preguntamos por el alcance aletheico que puede contener la palabra poeacutetica y concre-tamente queacute espacios de comprensioacuten inter-pretativa ofrecen las obras traacutegicas que seraacuten abordadas

Igualmente el libro del filoacutesofo espantildeol Luis Zahonero (2017) El lugar de los poetas un ensayo sobre esteacutetica y poliacutetica resulta fun-damental El texto parte de la idea de que el lugar de los poetas es ldquoel lugar en donde se ponen nombres a las cosas se conciben for-mas para la materia y se crean reglas para el mundordquo (Zahonero 2017 p12) tesis cardinal que el autor considera que constituye una de las problemaacuteticas esteacuteticas (y de incidencia poliacutetica) contemporaacuteneas De este modo en su estudio emprende una revisioacuten criacutetica del desarrollo histoacuterico de la esteacutetica filosoacutefica y se detiene detalladamente en algunos mo-mentos de las obras de los filoacutesofos Kant y Nietzsche autores que considera esenciales para dilucidar el tema sobre el lugar de los poetas

La relevancia de su propuesta en relacioacuten con nuestra tesis investigativa reside en su tra-tamiento del concepto platoacutenico y aristoteacutelico de la miacutemesis que contrapone directamente a la concepcioacuten romaacutentica de poiesis o expre-sioacuten Mientras que la primera se refiere mdashpara este autormdash a una ldquomiacutemesis gregariardquo e imi-tativa de lo dado por una cultura (sobre todo en las diversas producciones poeacuteticas de la

Grecia antigua donde tambieacuten incluye al tea-tro griego) la poiesis aludiriacutea a una dimensioacuten creativa y libre en el arte desligada de cual-quier modelo o regla precedente

A su vez otro de los problemas fundamen-tales que Luis Zahonero aborda mdashy que tiene una incidencia considerable en nuestra apro-ximacioacuten hermeneacuteutica a las tragediasmdash con-siste en la propia concepcioacuten del lugar de los poetas y lo que denomina como la ldquoperforma-tividad del lenguajerdquo es decir ldquola capacidad que tiene el lenguaje para conformar la propia realidad (el poder que tienen las palabras para dar forma al mundo y organizarlo)rdquo (Zahonero 2017 p386) Aunque en su desarrollo se en-cuentran considerables diferencias con las te-sis que manejaremos mdashde acuerdo con otros autores que se tendraacuten en cuentamdash tambieacuten hallamos diversos puntos de coincidencia que creemos paralelos y seraacuten sopesados en su momento

Sobre la base de estos antecedentes y la interrogacioacuten general que atraviesa nuestra indagacioacuten hay que aclarar que este trabajo pretende promover la investigacioacuten interdisci-plinaria propia de la licenciatura en Estudios Liberales asiacute como ahondar en la pesquisa contemporaacutenea referente a la interrelacioacuten entre las formas del discurso y comprensioacuten filosoacutefica del mundo y las formas del discurso poeacutetico y literario que tambieacuten posibilitan una comprensioacuten diversa vinculante y valiosa de la realidad

Uno de los aspectos que nos han impulsa-do en la definicioacuten de este trabajo de investi-gacioacuten es nuestro intereacutes personal por la inte-rrelacioacuten entre los terrenos de la literatura y la filosofiacutea La tragedia claacutesica problematiza los temas eacuteticos y se dirige a nuestra sensibilidad y capacidad de percepcioacuten esteacutetica Esta inte-rrelacioacuten que apela a nuestra configuracioacuten

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humana es la preocupacioacuten inicial y vital que impulsa a realizar este estudio en profundi-dad

A traveacutes de sus obras los antiguos poetas traacutegicos nos proporcionan argumentos que contienen una visioacuten caracteriacutestica del mundo y de la condicioacuten del hombre que es preciso comprender en variados planos justamente porque se sirven de recursos y medios poeacuteti-cos diferentes y complementarios a los medios racionales y argumentativos mdashsin eliminar es-tosmdash para representar y expresar problemaacute-ticas eminentemente humanas No por su an-tiguumledad debemos catalogar algunas manifes-taciones artiacutesticas o visiones del mundo como arcaicas u obsoletas De hecho consideramos que su particularidad histoacuterica nos permite encontrar nuevos puntos de vista para discer-nir sobre la propia condicioacuten individual en el contexto de nuestra cultura occidental o en torno a las implicaciones sociales y eacuteticas pro-venientes de la configuracioacuten caracteriacutestica de esa herencia cultural

CAPIacuteTULO I

DISERTACIOacuteN SOBRE EL POTENCIAL INTRIacuteNSECO DE LA PALABRA POEacuteTICA DE ACUERDO CON LA PROPUESTA HERMENEacuteUTICA DE HANS-GEORG GADAMER

11 Relacioacuten entre lenguaje y mundo la linguumlisticidad de nuestra comprensioacuten del mundo

La hermeneacuteutica filosoacutefica inaugurada y de-sarrollada por los filoacutesofos Martin Heidegger (1889-1976) y Hans-Georg Gadamer (1900-2002) parte de una reflexioacuten particular sobre la tarea de la comprensioacuten humana La misma va maacutes allaacute de la actividad interpretativa de textos que fue en lo que consistioacute inicialmen-te la hermeneacuteutica claacutesica y la comprensioacuten

pasa a constituirse en el elemento esencial de la propia realidad existencial del hombre Asiacute antes de pasar a reflexionar sobre la poesiacutea y concretamente sobre la poesiacutea traacutegica es me-nester pensar primero en nuestra relacioacuten con el lenguaje y en lo que en palabras de Gada-mer seriacutea nuestra ldquocomprensioacuten linguumliacutestica del mundordquo

La reflexioacuten filosoacutefica occidental se ha fun-dado en buena medida en conformidad con la distincioacuten entre el lenguaje y el pensamien-to De manera casi natural se ha considerado que nuestro lenguaje funge como instrumento que se adecua a posteriori a nuestros pensa-mientos lo que supone que el lenguaje tiene un papel secundario e instrumental Muy por el contrario de acuerdo con los presupues-tos de la hermeneacuteutica gadameriana nuestro ejercicio de comprensioacuten de conceptos mdashy del mundomdash es siempre una actuacioacuten linguumliacutesti-ca es decir que se realiza en nuestro acceso al lenguaje La comprensioacuten ocurre en el lengua-je y no por medio de eacutel2

La actividad comprensiva es una que se gesta en el horizonte de nuestra capacidad lin-guumliacutestica y nos permite relacionarnos de forma iacutentima y vital con el mundo y el entorno maacutes inmediato Como bien expresa Jean Grondin (2003) ldquohellipyo entiendo uacutenicamente cuando soy capaz de comprender la constelacioacuten de sentido en la que se inscribe lo que ha de in-terpretarserdquo (p193) Esto implica que nuestra actividad de comprensioacuten supone de ante-mano que el objeto comprendido tambieacuten se

2 Aquiacute Gadamer sigue la famosa alocucioacutenheideggeriana que afirma ldquoEl lenguaje es lacasa del ser En sumorada habita el hombre Lospensadores y poetas son los guardianes de esa moradardquo (Heidegger 1947 p1) Esto supone queellenguajenopuedeserunaldquoherramientardquoparaeluso del hombre sino que su relacioacuten con eacutel es ladeunldquotodordquoquelecomprendeyabarcacomolarelacioacutendeunserhumanoconsuhogar

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encuentra determinado linguumliacutesticamente o accede a tal linguumlisticidad

De este modo el ejercicio de comprensioacuten es para Gadamer una actividad de interrela-cioacuten y diaacutelogo con aquello otro que busca ser comprendido el texto el cual es texto en la medida en que el inteacuterprete se dispone a ldquoes-cucharrdquo aquello que aquel tiene que decir des-de siacute mismo En palabras de Gadamer (1977) el ldquotexto soacutelo puede llegar a hablar a traveacutes de la otra parte del inteacuterpreterdquo (p466) Y asiacute la comprensioacuten es siempre una actividad de vin-culacioacuten encuentro y relacioacuten

Ahora bien la actividad de comprensioacuten que debemos realizar no se limita al texto como escrito sino que atraviesa en su tota-lidad nuestra constitucioacuten existencial como seres-en-el-mundo De la misma manera la relacioacuten que tiene lugar entre el sujeto y su mundoentorno es ya una relacioacuten interpreta-tiva en constante desarrollo El filoacutesofo alemaacuten mdashquien sigue tanto a Heidegger como a Hum-boldtmdash considera que esta relacioacuten maacutes que ser una ldquovisioacuten de mundordquo (weltanschauung) es una relacioacuten de caraacutecter linguumliacutestico y por tanto resulta maacutes certera la expresioacuten ldquoacep-cioacuten de mundordquo

Para el hombre el mundo estaacute ahiacute como mundo en una forma bajo la cual no tiene existencia para ninguacuten otro ser vivo puesto en eacutel Y esta existencia del mundo estaacute constituida linguumliacutesticamente (hellip) Con esto Humboldt quiere decir que el lengua-je afirma frente al individuo perteneciente a una comunidad linguumliacutestica una especie de existencia autoacutenoma y que introduce al individuo cuando eacuteste crece en ella en una determinada relacioacuten con el mundo y con un determinado comportamiento ha-cia eacutel (Gadamer 1977 p531)

Para Gadamer la relacioacuten entre mundo y lenguaje es inversamente reciacuteproca hay mun-do para el hombre porque este es interpelado linguumliacutesticamente Las cosas son inteligibles en su nombramiento es decir mediante su arti-culacioacuten linguumliacutestica y de ese modo el hombre forja progresivamente una posicioacuten un com-portamiento y una comprensioacuten de su mundo circundante (determinado histoacutericamente) Aquiacute surge una distincioacuten importante entre entorno y mundo El primero se caracteriza porque en eacutel todo ser vivo incluso el hombre mantiene una relacioacuten inmediata y de depen-dencia existencial Mientras que el mundo implica una relacioacuten de distanciamiento de relativa independencia y libertad con eacutel Es la capacidad linguumliacutestica del hombre la que le per-mite sobrepasar su entorno inmediato y ele-varse hacia el mundo uno lleno de relaciones diversas y plurales de sentido ldquoEsta libertad frente al entorno es tambieacuten libertad frente a los nombres que damos a las cosasrdquo (Gada-mer 1977 p532) Y es esta capacidad de libre designacioacuten de las cosas la que permite confi-gurar una relacioacuten de familiaridad y cercaniacutea con el mundo

Para Gadamer (1977) ldquoel lenguaje soacutelo tie-ne su verdadera existencia en el hecho de que en eacutel se representa el mundordquo (p531) En un hilo semejante al inaugurado por la linguumliacutestica claacutesica de Ferdinand de Saussure (1853-1913) toda palabra (expresioacuten foacutenica) surge para la representacioacuten de un ente y en esta represen-tacioacuten se cimenta una relacioacuten que se preten-de uniacutevoca entre la palabra y su significacioacuten En el uso cotidiano y rutinario del lenguaje se presupone una relacioacuten uniacutevoca y estrecha en-tre significante (palabra) y significado lo que en Gadamer da cuenta de la determinacioacuten histoacuterica de la diversidad de ldquoacepciones de mundordquo y su relacioacuten con el mundo uno al que se refieren Es decir que en la pluralidad de las

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lenguas estas siempre aluden al mundo desde la diversidad de una experiencia

De modo que surgen dos cuestiones una acerca de la capacidad que tiene el lenguaje para representar el mundo al que se refiere y otra que implica la existencia de una dimen-sioacuten del mundo en-siacute inaprensible a la verba-lizacioacuten Siacute se mantiene que el entendimiento tiene lugar en el lenguaje y este puede consi-derarse como una jaula que limita nuestra po-sibilidad de inteleccioacuten de la realidad3

En respuesta a este planteamiento Gada-mer promueve la posibilidad de ampliar nues-tras acepciones de mundo las cuales no son cerradas ni excluyentes unas de otras ldquoLa per-fectibilidad infinita de la experiencia humana del mundo significa que nos movamos en el lenguaje que nos movamos nunca llegamos a otra cosa que a un aspecto cada vez maacutes am-plio a una lsquoacepcioacutenrsquo del mundordquo (Gadamer 1977 p536) La pluralidad de las lenguas no conlleva necesariamente la concepcioacuten de un mundo en-siacute maacutes allaacute de la verbalizacioacuten sino que afirma la pluralidad de las relaciones de sentido y por tanto las aproximaciones posi-bles al mundo En palabras de Jean Grondin (2003) la universalidad de la linguumlisticidad mdashque no es lo mismo que la universalidad del lenguajemdash consiste en la ldquoposibilidad siempre abierta pero no siempre realizada de nues-tra accioacuten del comprenderrdquo (p196) De modo que entre los horizontes de cualquier acep-cioacuten de mundo existe una brecha potencial-

3 Como siacute sucede por ejemplo en la reflexioacutensobre el lenguaje que hace Friedrich Nietzschequien en su obra Verdad y mentira en un sentido extramoral (1872) escribe ldquoiquestEs el lenguaje laexpresioacuten adecuada de toda realidad (hellip) iexclQueacuteparcialidad cuando elegimos una u otra propiedad para designar una cosa Si comparamos entre siacutelos diferentes idiomas obtendremos la evidencia de que las palabras no alcanzan nunca a la verdad nilaexpresioacutenadecuadapuesdelocontrarionoexistiriacuteantantosidiomasLalsquolacosaensiacutersquo(hellip)resultatotalmenteinaccesiblerdquo(p229)

mente ampliable en relacioacuten con lo que ldquopo-driacutea ser dichordquo o articulado linguumliacutesticamente

No es que no existan liacutemites sino que es-tos mismos liacutemites expresivos no implican una imposibilidad sobre aquello otro fuera del lenguaje que podriacutea llegar a ser articulado en una comprensioacuten maacutes abarcante De cierta manera tales liacutemites se encuentran abiertos hacia una mayor comprensioacuten lo que implica un potencial de autotrascendencia del propio lenguaje

A traveacutes de la misma comprensioacuten linguumliacutes-tica es posible llegar hasta los liacutemites de lo no articulado de lo inexpresado y ldquodiferenterdquo del lenguaje de modo que con Gadamer (1977) diremos que ldquoel lenguaje rebasa cualquier ar-gumentacioacuten contra su competenciardquo (p197) Y como bien repara Jean Grondin (2003) en la relacioacuten entre lo comprendido y aquello otro intuible e inasible a nuestra verbalizacioacuten nos ldquofaltan palabras porque las estamos buscan-do traacutegicamente Lo que se sustrae del lengua-je clama dolorosamente reclamando linguumlis-ticidad anhelando co-realizacioacutenrdquo (p197) De manera que esta es la uacutenica manera en la que puede aceptarse y comprenderse la univer-salidad de la linguumlisticidad tal como Gadamer la asume Siendo universal lo que podriacutea par-ticipar de una posible decibilidad en la com-prensioacuten humana (Grondin 2003 p197) su-pone por tanto una friccioacuten constante entre lo articulado sus liacutemites y lo potencialmente articulable

Estas mismas distancias existentes entre las diversas ldquoacepciones de mundordquo dan cuenta de una polisemia y una diversidad intriacutensecas de relaciones de sentido en referencia a este No existe tal cosa como un lenguaje maacutes ade-cuado que otro en su comprensioacuten del mundo valga recordar aquiacute que no es vaacutelido concebir el lenguaje como un objeto como un instru-

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mento para llegar a la ldquoverdadrdquo sino como un ldquotodordquo inabarcable al que el hombre accede El lenguaje es ya un acceso a la comprensioacuten del mundo y la pluralidad de las lenguas se relaciona iacutentimamente con la pluralidad casi inabarcable de las experiencias posibles del mundo Gadamer lo explicita asiacute

La relacioacuten fundamental del lenguaje y el mundo no significa por lo tanto que el mundo se haga objeto del lenguaje Lo que es objeto del conocimiento y de sus enunciados se encuentra abarcado siem-pre por el horizonte del mundo del len-guaje La linguumlisticidad de la experiencia humana del mundo no entrantildea la objetiva-cioacuten del mundo (Gadamer 1977 p539)

De esta manera a cualquier comprensioacuten le antecede un horizonte pre-comprensivo de mundo que es en cierta manera linguumliacutesti-co En el caso de una comprensioacuten natural e inmediata del mundo mdashevidente en nuestro ldquolenguaje vivordquo y cotidianomdash esta se eviden-cia en la propia estructura del lenguaje articu-lado Gadamer usa el ejemplo de la compati-bilidad entre ciertas ldquoapariencias realesrdquo y la comprensioacuten cientiacutefica de tales apariencias como la percepcioacuten de que el Sol se pone en el horizonte y en esa medida gira en torno a nosotros y la concepcioacuten cientiacutefica que asegu-ra que es la Tierra la que gira en torno al Sol y la relacioacuten no es inversa

La ldquoelevacioacutenrdquo que se da en la articulacioacuten linguumliacutestica de la realidad mdashy que posibilita que el hombre ldquotenga mundordquo maacutes allaacute del mero entornomdash consiste en que el lenguaje hace presente la realidad desde su lejaniacutea En eacutel se da una dinaacutemica reciacuteproca de presencia y au-sencia En su conferencia De camino al habla (1987) Heidegger afirma

El nombrar invoca La invocacioacuten acer-ca lo invocado Para depositarlo en el aacutem-

bito de lo que estaacute presente e incorporarlo en ello (hellip) La invocacioacuten invoca en siacute y por ello llama hacia aquiacute hacia la presencia y llama hacia allaacute en la ausencia (Heidegger 1987 p19)

A juicio de Heidegger lo que se hace pre-sente en el habla y sobre todo en el ldquodecirrdquo poeacutetico se hace presente de una forma au-sente El habla hace proacuteximas las cosas en su nombramiento pero desde su ausencia Tanto para Heidegger como para Gadamer los entes acceden a la presencia en el lenguaje y no se objetualizan por medio de eacutel Explica Gadamer (1977) que ldquosobre esta distancia reposa el que algo pueda destacarse como constelacioacuten ob-jetiva propia y convertirse en contenido de una proposicioacuten susceptible de ser entendida por los demaacutesrdquo (p534)

Nuestra capacidad de nombramiento su-pone una distancia relativa del mundo pero a su vez una cercaniacutea que se hace presente en el mismo acto de nombrar Asiacute en la ex-periencia natural del mundo mdashnuestro ldquolen-guaje vivordquomdash el lenguaje devela el ser-ahiacute de lo nombrado de modo que tambieacuten eacutel es da-sein En la linguumlisticidad de nuestra compren-sioacuten y en el acceso que tengamos a una lengua dada hay un particular acercamiento hacia las cosas mismas en su ausencia o lejaniacutea Para estos filoacutesofos el lenguaje se determina con relacioacuten al ser el ahiacute universal del mundo de modo que este contiene un gran potencial ale-theico4 es decir de develacioacuten En su ensayo ldquoSobre la verdad de la palabrardquo (1971) Gada-mer consideroacute que ldquoen el lenguaje que habla-

4 La aletheia puede ser entendida someramentecomoeldevelamientode laverdad JeanBeaufret(1984) la define concretamente como lo ldquoAbiertosinocultamientoplenamenteabiertoDeellonadaseoculta nada se vuelveaacutedelon diceAristoacutetelesnadasevuelvelsquoinaparentersquoLacosasepresentademodotalquedeellanadaesinaparenterdquo(p44)yencuentra su correlato en expresiones linguumliacutesticascomo el verbo decir

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mos unos con otros el lsquoserrsquo es[taacute] ahiacute Y todo ello no a partir de una decisioacuten existencial que uno tambieacuten podriacutea dejar de tomar sino porque ser-ahiacute es resolucioacuten estar abierto al lsquoahiacutersquordquo (p10)

Asiacute el lenguaje se percibe como aquello que trae al mundo a su presencia y cercaniacutea no es uacutenicamente un ldquomediordquo para la expre-sioacuten personal y subjetiva del hombre pues lo enlaza iacutentimamente con su derredor y posibi-lita su apertura hacia el afuera que es el mun-do Pero asiacute como el lenguaje contiene un potencial de develacioacuten de significados y sen-tidos diversos tambieacuten resguarda en siacute la po-sibilidad de ocultamiento y olvido Es por esto que en la terminologiacutea de Heidegger hay una distincioacuten maacutes tajante entre un habla inauteacuten-tica y una auteacutentica en la que variacutea el poder dicente del enunciado y con eacutel su potencial de develacioacuten

Mientras que la primera forma del lengua-je el habla inauteacutentica se corresponde con una articulacioacuten maacutes cotidiana y pragmaacutetica como instrumento de informacioacuten el habla auteacutentica se vincula al cuidado expresivo que reside en la disertacioacuten filosoacutefica y en mayor grado en la palabra poeacutetica Hablar no es ne-cesariamente decir y la palabra auteacutentica es dicente por excelencia en tal sentido es deve-ladora y conservadora de una serie de signifi-caciones y sentidos que se tornan presentes en su expresioacuten linguumliacutestica

12 Verdad de la palabra poeacutetica disertacioacuten sobre el valor y el alcance de la metaacutefora

La palabra poeacutetica en su expresividad y li-bre juego linguumliacutestico se sirve de una serie de elementos que le confieren una profundidad semaacutentica al igual que una dignidad como ser

dicente por siacute mismo y logra que su autono-miacutea y validez no dependan de su referenciali-dad sobre algo externo a ella misma De modo que para autores como Gadamer y Heidegger mdashentre otros que se consideraraacuten luegomdash el lenguaje en su cuidado poeacutetico y literario re-suena como uno maacutes auteacutentico y originario cargado de vitalidad Pero para aproximarnos a estas dimensiones de la palabra poeacutetica es necesario reparar primero en otras cuestiones sobre el lenguaje en general

De acuerdo con la hermeneacuteutica gadame-riana la palabra posee su propia verdad Esto en la medida en que cualquier expresioacuten ar-ticulada linguumliacutesticamente mdashes decir todo enunciadomdash tiene de antemano una relacioacuten iacutentima y vital con el horizonte linguumliacutestico que es el mundo Aquiacute ldquopalabrardquo alude maacutes bien a cualquier enunciado o texto articulable y no uacutenicamente a la ldquopalabrardquo en singular y como miacutenima articulacioacuten linguumliacutestica de sentido asi-mismo cuando en este escrito empleamos la frase ldquola palabra poeacuteticardquo hacemos referencia maacutes bien y de forma general al uso literario del lenguaje De acuerdo con Jean Grondin (2003) la verdad de la palabra puede enten-derse como un ldquogenitivo subjetivordquo e inversa-mente como un ldquogenitivo objetivordquo Es decir en la pertenencia de la ldquoverdadrdquo a la linguumlisti-cidad como horizonte uacuteltimo al que remite la comprensioacuten humana y de forma contraria la pertenencia del lenguaje al ahiacute universal del ser Asiacute

Es la palabra la que hace que la verdad sea revelando maacutes que nada una cosa verdadera aun antes de toda conciencia reflexiva acerca de la verdad de la palabra en el sentido de un genitivo objetivo que deja constancia de la rectitud de la palabra acertada (Grondin 2003 p220)

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Nuevamente se aprecia una relacioacuten reciacute-proca esta vez entre lenguaje y verdad El len-guaje no representa subjetivamente al mundo en su articulacioacuten ni este es una reconstruc-cioacuten fenomeacutenica diferente de un en-siacute maacutes bien el lenguaje hace presente y cercano al mundo mismo y sus entes Como se indicoacute con anterioridad el lenguaje tiene un potencial aletheico pues devela los entes nombrados los coloca ahiacute en el ejercicio de nombrarlos como presentes y en cierta forma invocados con su nombramiento Para Heidegger (1987) lo ldquoque se despliega en el habla es el Decir en tanto que Mostracioacutenrdquo (p229) las cosas en su acceso al lenguaje no solo se ldquomuestranrdquo desde su ser sino que en el decir tambieacuten se hace patente su autentificacioacuten o su no-falsi-ficacioacuten acepciones diferentes del teacutermino griego aletheia Seguacuten Gadamer en expresio-nes comunes como ldquono me engantildeesrdquo el im-perativo ldquodiacutemelordquo incluso cuando se habla de ldquoamigos verdaderosrdquo de ldquooro verdaderordquo o de cualquier expresioacuten que disponga del verbo decir nos remitimos de diversas formas a esa autentificacioacuten que identificamos en el ser de lo mencionado es ello algo esencial a la cosa misma y de ahiacute se comprende que la palabra griega aletheia puede ser entendida en su sen-tido de franqueza autentificacioacuten yo no-ocul-tacioacuten (Gadamer 1971 p8)

Ahora bien en el uso poeacutetico del lenguaje y en lo que respecta a su articulacioacuten libre y figurada mdashsobre todo en el terreno de la lite-raturamdash la palabra adquiere desde siacute misma un poder significativo y dicente muy particular Consiste en su valiacutea y preeminencia que so-brepasa cualquier referencialidad sobre algo dado y su verbalizacioacuten permanece libre de fines praacutecticos y diferentes del propio decir que es lo esencial en la literatura En el poe-ma o en liacuteneas generales en cualquier forma lograda de obra de arte linguumliacutestica lo nombra-

do es evocado de tal modo que se hace pre-sente desde su propia determinacioacuten linguumliacutes-tica en otras palabras lo ldquoque distingue a la lengua poeacutetica es el supremo cumplimiento del lsquohacer manifiestorsquo (deloacuteun) que es el logro general del hablarrdquo (Gadamer 1996 p117) Por consiguiente el lenguaje poeacutetico cumple en mayor grado las pretensiones que ya estaacuten en el habla convencional pues no se mantie-ne en el plano de lo que Heidegger concibe como lenguaje inauteacutentico o ldquohabladuriacuteasrdquo el desgaste expresivo del lenguaje en su uso con-vencional y comunicativo en relacioacuten con fines praacutecticos diferentes de la propia expresividad de las palabras En efecto el lenguaje poeacuteti-co autorrealiza su pretensioacuten de ser dicente en mayor grado Seguacuten Heidegger (1950) ldquoel poeta usa la palabra pero no como tienen que gastar las palabras los que hablan y escriben a la manera ordinaria sino de suerte que pro-piamente entonces la palabra posee ser y per-manezca realmente palabrardquo (p39)

Su verdad no estaacute determinada por algo externo a ella por su referencialidad a un ob-jeto natural como si una ldquorosardquo evocada poeacute-ticamente tuviera validez solo en la medida en que se corresponde con el ente real ldquorosardquo Su-cede todo lo contrario en la lectura de la obra poeacutetica De hecho para Gadamer (1996) la ldquorealizacioacuten que acontece por la palabra hace saltar cualquier comparacioacuten con otra cosa que tambieacuten estuviera ahiacute y eleva lo dicho maacutes allaacute de la particularidad que solemos lla-mar realidadrdquo (p118) En la lectura de la obra poeacutetica somos absorbidos por aquello en que la pieza nos introduce esa presencia eminente y dicente legitima su valiacutea

Mientras que el sentido que es fundamen-to de las palabras cambia histoacutericamente y la experiencia existencial del hombre hace ma-nifiesto el devenir de todo solo en la palabra poeacutetica tal devenir de las cosas es preservado

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y exaltado Como se indica en la cita anterior lo particular es elevado por encima de su pre-sentacioacuten cotidiana y pasa a manifestarse de forma esencial elevada ahiacute en el lenguaje gracias a la profundidad significativa que ad-quiere y se preserva en su conformacioacuten5 poeacute-tica

En relacioacuten con esta misma idea en su tex-to ldquoLa actualidad de lo bellordquo Gadamer escri-be

No es una mera develacioacuten de senti-do lo que se lleva a cabo en el arte Antes bien habriacutea de decirse que es el abrigo del sentido en lo seguro de modo que no se escape ni se escurra sino que quede fijado y protegido en la estructura de la confor-macioacuten [artiacutestica]rdquo (Gadamer 1991 p89)

Aquiacute surgen dos cuestiones de principal im-portancia para nuestra comprensioacuten del poder de la palabra poeacutetica La primera consiste en la eminencia de esta como sucede en la obra artiacutestica y la segunda alude a la relacioacuten in-triacutenseca que se da entre la palabra (poeacutetica) y su sentido

Como se puede apreciar la palabra escrita el texto como la pieza de arte fija una serie de sentidos que se preserva en la obra En la relacioacuten que se da entre inteacuterprete y texto la actividad comprensiva supone un dejar en li-bertad al objeto para que pueda interpelar al sujeto desde su decir accesible solo en la

5 Aquiacute queremos utilizar el teacutermino conformacioacuten (Gebilde en alemaacuten) en el mismo sentido que esdefinido por Gadamer en sus obras Traducidoen ocasiones como construccioacuten conformacioacutenconfiguracioacutenelautorquiereconceptualizarconsuusolaformadeserdelaobradeartecomoproductoacabado de una cierta construccioacuten artiacutestica Asu juicio ldquola conformacioacuten lsquoestaacutersquo y existe asiacute lsquoahiacutersquolsquoerguidarsquo deuna vezpor todas susceptiblede serhalladaporcualquieraqueseencuentraconelladeserconocidaporsulsquocalidadrsquoEsunsaltopormediodelcuallaobrasedistingueporsuinsustituibilidadrdquo(Gadamer1991p88)

lectura que es comprensioacuten e interpretacioacuten Como bien indica Gadamer (1977) ldquopor el inteacuterprete los signos escritos se vuelven sen-tidos asiacute el lenguaje accede al asunto mismo del que habla el textordquo (p466)

Por consiguiente el texto funge como un punto de unidad hermeneacuteutica en el que la actividad comprensiva busca ligarse a la inter-pretacioacuten que exige el texto dado Pero en la obra de arte y en la palabra poeacutetica tal rela-cioacuten no es del todo accesible y por tanto no se puede llegar a su total conceptualizacioacuten y aprehensioacuten Se muestra asiacute la eminencia del texto poeacutetico (que es una forma de obra de arte)

Lo que se pretende afirmar es que aunque una obra de arte poeacutetica invite por siacute misma a la ldquolecturardquo y escucha (contemplacioacuten e in-terpretacioacuten) de aquello que promete en la actividad hermeneacuteutica no se reduce ni se aprehende en su totalidad La obra se resis-te a su conceptualizacioacuten general y definitiva Para Gadamer (1996) la interpretacioacuten estaacute ldquoinseparablemente unida al texto poeacutetico precisamente porque el texto poeacutetico nunca puede ser agotado transformaacutendolo en con-ceptos Nadie puede leer una poesiacutea sin que en su comprensioacuten penetre siempre algo maacutesrdquo (p59) y es esta irreductibilidad la que posibi-lita una pluralidad de interpretaciones de la obra y maacutes auacuten la que hace manifiesta la pro-fundidad significativa que alberga en siacute

Mientras que los sentidos de nuestras pa-labras se concretan en el uso rutinario y prag-maacutetico del lenguaje en su manifestacioacuten lite-raria hay un libre juego poliseacutemico de sentidos y relaciones que en la practicidad del lengua-je bien pueden quedar desapercibidos

Cuando en su conferencia De camino al habla (1987) Heidegger afirma ldquoEl habla mdashel son del silenciomdash es en cuanto que da pro-

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piamente la Diferencia El habla se despliega como el advenimiento de la diferencia para mundo y cosardquo (p28) nos indica que el habla mdashlenguaje comuacutenmdash se configura en el olvi-do de la polisemia efectiva de sentidos (ldquoson del silenciordquo) y funda la diferencia ontoloacutegica entre cosa (lo articulado linguumliacutesticamente) y mundo Para este filoacutesofo el lenguaje comuacuten manifiesta la presencia de las cosas pero igno-rando una ambivalencia de sentidos que ron-dan al propio lenguaje de manera oculta De alliacute que el habla es acompantildeada por el son si-lencioso el son de una polisemia inadvertida

El filoacutesofo chileno Max Colodro (2000) si-guiendo las reflexiones heideggerianas indi-caraacute ldquoEs el universo del sentido siempre im-pliacutecito y silencioso el que resulta un mundo ajeno al formalismo inevitable de la sintaxisrdquo (p30) De modo que en el habla comuacuten las pa-labras se reducen tienden a la concrecioacuten e ignoran lo inaprensible por ellas mientras que en el ejercicio del poeta sucede todo lo contra-rio Alliacute lo no aprensible en la sintaxis busca ser develado Este explota la pluralidad semaacutentica oculta en las palabras de sentidos casi infini-tos y como se refiere en la cita juega con lo inasible en la sintaxis6 De un modo semejan-te pero no completamente igual Gadamer (1971) considera que la ldquopalabra lsquosurgersquo en la poesiacutea a partir de una fuerza de diccioacuten nueva que con frecuencia estaacute oculta en lo usual (hellip) la palabra poeacutetica instaura sentidordquo (p24)

6 Como se puede apreciar en la cita presentadadeMax Colodro su disertacioacuten sobre el ldquoson delsilenciordquoleacercaalateoriacuteadeldquoLa differancerdquo del filoacutesofo Jacques Derrida Esto aviva las cuestionessobrelarelacioacutenentrelahermeneacuteuticafilosoacuteficadeGadamery ladeconstruccioacutendeDerridaquehansido estudiadas en obras que no competen a esta investigacioacutenyqueen sumomento condujeronalencuentrode1981entreestasdosfigurashistoacutericasEn este punto optamos por reconocer esta trama para no dar pie a malentendidos sobre el uso de estosautores

Esta relacioacuten entre la palabra y su silencio mdashlo que oculta en su estructuracioacuten concep-tual e histoacutericamente determinadamdash resulta un toacutepico de sumo intereacutes aunque se debe re-conocer que tambieacuten colinda con cuestiones que no podemos desarrollar en esta investiga-cioacuten Sin embargo es alliacute donde encontramos un aporte fundamental para nuestro enfoque sobre la palabra poeacutetica y la tragedia griega Se trata de la relacioacuten entre representacioacuten y presentacioacuten que se evidencia en el lenguaje y sobre todo en el poder dicente de la pala-bra poeacutetica Si la palabra poeacutetica ldquoinstaura sentidordquo si lo hace presente y manifiesto en-tonces podriacutea entreverse desde alliacute un poten-cial cognitivo en el lenguaje poeacutetico maacutes allaacute de una simple ldquorepresentacioacutenrdquo o una ldquobella expresioacutenrdquo es un punto que merece ser estu-diado Esto tambieacuten evoca cuestiones sobre la actividad poeacutetica entendida como miacutemesis de la realidad (imitacioacuten de la naturaleza o de ac-ciones humanas) y poiesis (creacioacuten y presen-tacioacuten) de valores nuevos Ademaacutes se anticipa asiacute nuestro intereacutes por abordar el alcance de la poesiacutea traacutegica en la configuracioacuten de ciertos valores y el desafiacuteo (cuestionamiento) de otros valores (tradicionales de la cultura ateniense) con base en lo ldquorepresentadordquo y ldquopresentadordquo en el teatro aacutetico del siglo V a C

Como bien se expresoacute con anterioridad para Gadamer el lenguaje es capaz de repre-sentar al mundo y en una forma maacutes profun-da tambieacuten es capaz de presentar relaciones nuevas de significado develarlas y hacerlas presentes Ello por medio de la palabra poeacute-tica el libre juego figurativo de la literatura o a traveacutes de la metaacutefora absoluta (Gadamer 1971 p24) que es la esencia del discurso poeacutetico7 Volviendo al punto anterior hay que

7 La fraseoriginales la siguiente ldquoLoquesequieredecir es pues maacutes bien que la esencia del discurso poeacuteticono se basa ni en lametaacutefora ni en el usode metaacuteforas (hellip) la palabra poeacutetica en conjunto

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antildeadir que la transfiguracioacuten que porta el de-cir poeacutetico trae consigo su propia verdad con lo que crea lenguaje ldquoinstaura sentidordquo y aviva de manera manifiesta una pluralidad de senti-dos en relacioacuten con el mundo (que es configu-racioacuten linguumliacutestica)

Resulta muy ilustrativo al respecto que Jean Grondin en su reflexioacuten sobre este tema de la verdad de la palabra poeacutetica en Gada-mer considere que

La palabra poeacutetica abre el acceso a un mundo que soacutelo estaacute presente para noso-tros y nos resulta accesible a esa palabra Estas reflexiones enlazan perfectamente con la esteacutetica de la presentacioacuten (Dars-tellung) de la primera parte de Verdad y Meacutetodo (Grondin 2003 p221)

Lo primero que salta a la vista es la idea de que el lenguaje poeacutetico permite introducirnos en nuevas formas de comprensioacuten del mundo pues experimenta de maneras diversas esa linguumlisticidad sobre lo que pudiera ser expre-sado en nuestra relacioacuten con eacutel Como otras veces se ha dicho ldquoinstaura sentidordquo se hace presente en el encuentro y experiencia de la obra de arte Ahora bien esto supone reco-nocer cierta capacidad cognitiva en la palabra poeacutetica y plantea ciertas interrogantes sobre el poder de la metaacutefora en el lenguaje

Ya Aristoacuteteles en su Poeacutetica habiacutea entrevis-to que en la metaacutefora habiacutea un poder peculiar del intelecto capaz de aprehender las seme-janzas existentes entre las cosas De alliacute que resalta en la metaacutefora una importancia que la coloca por encima de cualquier otro ldquoartificio retoacutericordquo del lenguaje ldquoSolo esto en efecto [el ejercicio metafoacuterico] no puede recibirse

(hellip) tiene el caraacutecter de una lsquometaacutefora absolutarsquo(Allemann) frente a cualquier discurso cotidianordquo(Gadamer 1971 p24) Es una aclaratoriaimportantealosfinesdeldesarrolloposteriordelanocioacutendeldquometaacuteforardquoenestaspaacuteginas

de otro y es signo de una naturaleza privile-giada Porque usar bien la metaacutefora equivale a ver con la mente las semejanzasrdquo (Aristoacuteteles 1459-a) Lo que se quiere sentildealar aquiacute es que el uso de la metaacutefora o de la expresioacuten figura-da no debe entenderse como un simple ador-no retoacuterico del lenguaje Maacutes allaacute del embe-llecimiento que da a la expresioacuten la metaacutefora puede contener un valor cognitivo

El uso poeacutetico del lenguaje posibilita una comprensioacuten distinta de la realidad maacutes plural y no reductiva Es una aproximacioacuten al lengua-je que no lo entiende como un mero instru-mento o herramienta de expresioacuten sino que se sirve de eacutel para realzar todo su potencial y dignidad maacutes iacutentimos Gadamer Heidegger y otros autores como Octavio Paz hacen una vindicacioacuten de la metaacutefora pues reconocen en ella un componente fundamental que estaacute in-serto en el propio lenguaje

La capacidad humana de formacioacuten de conceptos y la concrecioacuten uniacutevoca entre de-terminados significados y significantes en las diversas lenguas es posible solo porque le ldquoantecederdquo y funda una vitalidad metafoacuterica el potencial de nuestra conciencia linguumliacutestica de apercepcioacuten libre de enlaces de semejan-zas y diferencias entre las cosas que se le pre-sentan Esto quiere decir que la conceptuacioacuten humana es siempre producto de un proceso histoacuterico y plural que pone al descubierto que la ldquoformacioacuten natural de los conceptos en el lenguaje estaacute ya siempre en accioacuten Por eso la conceptuacioacuten linguumliacutestica posee tambieacuten se-guacuten Aristoacuteteles una libertad enteramente no dogmaacuteticardquo (Gadamer 1977 p518)

Esto implica a su vez que nuestro entendi-miento y capacidad de formacioacuten de concep-tos no son meras adecuaciones formales y loacute-gicas a la realidad (establecidas de una vez y para siempre en el descubrimiento de geacuteneros

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y especies ldquoauteacutenticosrdquo) sino maacutes bien un pro-ceso infinitamente progresivo de penetracioacuten y comprensioacuten de esa realidad De ahiacute que las empresas de estos autores son un intento por vindicar el lenguaje originario y poliseacutemico que no reniega sino que devela la pluralidad y la heterogeneidad de un mundo iacutentimamen-te vinculado al lenguaje

ldquoEl lenguaje es por naturaleza y originaria-mente metafoacuterico el mecanismo de la metaacute-fora funda la actividad linguumliacutestica y toda regla o convencioacuten posterior nace para reducir y disciplinar (y empobrecer) la riqueza que de-fine al hombre como animal simboacutelicordquo (Eco 1991 p168)8 Y en un hilo de ideas semejante Octavio Paz considera que ldquola palabra posee varios significados latentes es una cierta po-tencialidad de direcciones y sentidos El poeta en cambio jamaacutes atenta contra la ambiguumledad del vocablo En el poema el lenguaje recobra su originalidad primerardquo (Paz 1956 p22) Asiacute desde esta manera de comprender el lengua-je metafoacuterico y la ldquogran metaacuteforardquo que es la poesiacutea se restituyen la dignidad y el valor in-triacutenseco de las palabras y las cosas presentes en eacutel en su pluralidad sin que se les reduzcan a un limitado valor funcional y utilitario En El arco y la lira (1958) Paz precisamente reivin-dica el hecho de que la palabra poeacutetica sirve al lenguaje y que la relacioacuten no es a la inversa

En todo arte hay una elaboracioacuten que adapta una materia a una forma determinada Por ejemplo el escultor se sirve del maacutermol para la ejecucioacuten de la escultura pero en esta relacioacuten el maacutermol no es un mero instrumen-to o un utensilio de igual modo en la poesiacutea

8 Debe indicarse aquiacute que ni en Gadamer ni enHeideggerhayundesprestigiodellenguajetalcomoseconsolidaydisponeenlacomunicacioacutensucedede hecho todo lo contrario Aun cuando nosservimosdeestacitaparaproponerunailustracioacutenenGadamernohaytalcosacomounaaceptacioacutendeestaposicioacuten

el poeta se sirve de las palabras pero no re-ducieacutendolas a un instrumento o herramienta de expresioacuten Al contrario Su uso sofistica o reelabora la materia determinada de tal modo que ella misma es realzada Octavio Paz (1958) ha escrito que en ldquola creacioacuten poeacutetica (hellip) [hay] un poner en libertad la materia (hellip) [Aquiacute] la palabra poeacutetica es plenamente lo que es mdashritmo color significadomdash y asimis-mo es otra cosa imagenrdquo (p22) La palabra poeacutetica tiende entonces hacia algo diferente del lenguaje convencional y de siacute mismo Tras-ciende en forma de imagen y siacutembolo en un movimiento que hace presente una serie de sentidos y significados que de otro modo se-riacutean ldquoinaparentesrdquo Para Gadamer elementos como el ritmo el significado y la sonoridad de las propias palabras en la poesiacutea y en la obra literaria

(hellip) dejan por asiacute decir la palabra al arbitrio de siacute misma y con ello la habitan para ser ella misma Le permiten abrir de nuevo el juego con otras palabras y no sin que entren en juego tambieacuten las referen-cias de sentido (Gadamer 1977 p25)

He aquiacute su poder dicente Ademaacutes de ello al estimar la idea de que la palabra poeacutetica pone al descubierto una pluralidad de senti-dos vindicamos el hecho de que en la produc-cioacuten poeacutetica hay un tipo de cognicioacuten O como mejor lo revela el reconocido esteta italiano Gillo Dorfles la expresioacuten metafoacuterica reporta un ldquoincremento del aacuterea semaacutenticardquo posible por medio de un lenguaje y una reflexioacuten no sometidos a una exigencia de validez univer-sal-cientiacutefica es decir la validez que exige el concepto epicentro de toda ciencia y filosofiacutea (Dorfles 1967 p19) En la forma figurada del lenguaje hay un antildeadido simboacutelico que sobre-pasa a mismos los teacuterminos que entran en re-lacioacuten hay una develacioacuten de nuevas propie-dades en las cosas y un intento de aprehen-

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sioacuten de algo que los trasciende por lo que ldquola metaacutefora lsquoponersquo (en el sentido filosoacutefico pero tambieacuten en el sentido fiacutesico lsquopone delante de los ojosrsquo (τὀ ὅηοιον θεωρεῑν) una proposicioacuten que dondequiera que estuviese almacena-da no estaba delante de los ojosrdquo (Eco 1990 p191)

Seguacuten Umberto Eco Aristoacuteteles resuel-ve esta cuestioacuten de la metaacutefora mediante su concepcioacuten de la miacutemesis (muy propia de la antiguumledad y que referiacutea la representacioacuten e imitacioacuten de las cosas) por lo que el filoacutesofo estagirita termina por afirmar que la ldquomejores metaacuteforas son las que representan las cosas lsquoen accioacutenrsquo Por tanto el conocimiento me-tafoacuterico es un conocimiento de los aspectos dinaacutemicos de la realidadrdquo (Eco 1990 p192) locucioacuten que Umberto Eco rectifica de la si-guiente manera ldquoLas mejores metaacuteforas son las que muestran la cultura en accioacuten la dinaacute-mica misma de la semiosisrdquo (Eco 1990 p192)

Aunque el teacutermino semiosis irrumpe de modo abrupto con eacutel Eco quiere indicar las connotaciones que acompantildean a los signos que se han formado cultural e histoacutericamente y que en su estudio permiten entrever el con-junto de relaciones de sentido que tal cultura (o poeta particular) gestoacute en su momento Por ello afirma que ldquolas mejores metaacuteforas son las que muestran la cultura en accioacutenrdquo

Una metaacutefora codificada en el lenguaje cotidiano de una comunidad determinada mdashcomo en el caso de una ldquocatacresis codifica-dardquomdash dice mucho acerca de la cultura o poeta que asocia determinadas propiedades a los entessignos aludidos Nos permite percibir la forma de asociacioacuten comprensioacuten y por tan-to valoracioacuten particular de tal cultura o poeta al igual que un universo intertextual de pro-piedades consolidadas De este modo ldquoentre las leyes pragmaacuteticas que rigen la aceptacioacuten

de las metaacuteforas () figuran tambieacuten leyes so-cioculturales que marcan tabuacutees liacutemites () esto ya se ha dicho y puede decirse esto auacuten no se ha dicho y no puede decirserdquo (Eco 1990 p172)

Leyes socioculturales que en las activida-des poeacutetica y artiacutestica pueden potencialmente ser transfiguradas desafiadas o incluso trans-gredidas por la propia capacidad ldquopresenta-tivardquo que consideramos anida en la palabra poeacutetica En la claacutesica expresioacuten metafoacuterica ldquola vejez es el ocaso de la vidardquo (Aristoacuteteles 1457-b) hay un juicio que sin depender de una in-tencioacuten objetiva o cientiacutefica que lo compren-da podemos aceptar como verdadero esta expresioacuten tambieacuten posee una copertenencia con la forma natural de percibir y comprender nuestro mundo circundante La significativi-dad que nos ofrece iquestes maacutes precisable en el uso de un lenguaje formal y literal De hecho sucederiacutea todo lo contrario perderiacutea parte de su fuerza connotativa y significativa Esta profundidad semaacutentica que nos proporciona el pensamiento figurado de la expresioacuten poeacute-tico-metafoacuterica contiene un valor que difiacutecil-mente puede ser ignorado o reducido Como afirma Dorfles (1967) ldquoLa metaacutefora tiene por ello una exquisita eficacia gnoseoloacutegica pues-to que sirve para precisar un significado que de otro modo no podriacutea ser expresado con tanta exactitud y que no afectariacutea con tanta fuerza nuestra menterdquo (p19) De modo que se percibe coacutemo la literatura atrapa y juega en cierto modo con los liacutemites de lo expresable lo aceptado e intuido

Al tomar en cuenta lo abordado hasta aho-ra podemos reconocer en la palabra poeacutetica un potencial develador de significados y senti-dos que en otras formas de expresioacuten no exis-ten Ahora ese juego con lo expresable y nom-brable tambieacuten acarrea controversia y censura en teacuterminos sociales Pensemos por ejemplo

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en las numerosas poleacutemicas que generoacute en el pueblo ateniense la reinterpretacioacuten novedo-sa de numerosos personajes miacuteticos que hizo Euriacutepides la original mdashy hasta chocante a ve-cesmdash presentacioacuten de heacuteroes y dioses junto a valores y connotaciones distintas de las maacutes habituales Pieacutensese tambieacuten en la censura que puede suscitar cualquier otra forma de arte censura que pone al descubierto los liacutemi-tes de la presentacioacuten artiacutestica convencional en teacuterminos culturales y valorativos

El potencial cognitivo de la metaacutefora reside en el hecho de que en ella se despliega en li-bertad un lenguaje dicente maacutes rico y plural Aquiacute el teacutermino ldquolibertadrdquo no puede ser en-tendido como ldquoarbitrariedadrdquo o ldquogratuidadrdquo porque de ser asiacute nos estariacuteamos dirigiendo a entender la metaacutefora como un simple recurso retoacuterico que decora y juega fuacutetilmente con las cosas que patentiza de modo que las seme-janzas descubiertas y la ampliacioacuten semaacutentica que el recurso proporciona sea real uacutenica-mente en un orden linguumliacutestico y no ontoloacutegico (que reside en las cosas) Cuestioacuten problemaacute-tica para la hermeneacuteutica de Gadamer en la medida en que el pensamiento es lenguaje y este mantiene siempre una relacioacuten referen-cial muacuteltiple e imprecisa con el ldquomundo unordquo al que remite

Pero por el contrario si entendemos ldquoli-bertadrdquo en un sentido negativo es decir libre de la necesidad logiacutestica que exige el concepto y su silogiacutestica necesidad demostrativa pode-mos aprehender mejor coacutemo es que la expre-sioacuten metafoacuterica puede dar cuenta de un poder cognitivo La metaacutefora efectivamente se sus-tenta en un libre enlazamiento de semejanzas y diferencias entre las cosas que toma pero aquiacute ldquolibrerdquo no quiere decir ldquoarbitrariordquo sino maacutes bien independiente de la necesidad silo-giacutestica del concepto y su adecuacioacuten cerrada a ldquola cosardquo Como vimos antes en la herme-

neacuteutica de Gadamer hay un rechazo a tal con-cepcioacuten cerrada de adecuacioacuten categorial del concepto en beneficio de una potencia meta-foacuterica en el lenguaje y la actividad conceptual misma En referencia a este problema Jean Grondin aclara que para Gadamer pensar con-lleva un ldquovestigiordquo metafoacuterico Lo expresa asiacute

Pensar no es subsumir sino buscar pa-labras para lo que hay que decir cuando uno quiere entender algo El proceso del pensar no es nunca puramente concep-tual sino que se sigue maacutes bien y ya siem-pre del vestigio de la palabra que con sus metaacuteforas e imaacutegenes es la que abre pre-cisamente el camino del pensar (Grondin 2003 p211)

La genialidad que hay en esta premisa con-siste en reconocer la capacidad comprensiva del hombre como fundamentalmente metafoacute-rica de un libre y continuado proceso de de-sarrollo y de transformacioacuten de significados9 Concepto y metaacutefora no son contrarios sino complementarios en su devenir comprensivo

De modo que la metaacutefora no es ya un sim-ple ldquoartificio retoacutericordquo sino que pasa a formar parte esencial del lenguaje de nuestra com-petencia comprensiva y asociativa Muy cer-teramente Gadamer habla del metaforismo vivo del lenguaje que reposa sobre nuestra ca-pacidad de conceptuacioacuten natural (Gadamer 1977 p518)

Como vemos el lenguaje nos aproxima al mundo y su uso determina significativamente nuestra interaccioacuten con eacutel Dorfles citando a Lee Whorf (1967) indica que ldquolas estructuras del lenguaje que uno habitualmente utiliza in-fluyen sobre la forma en que uno comprende

9 AquiacuteencontramosunacuriosadistincioacutenquehaceEzraPoundcitadoporDorfles(1967)entreldquolapuralsquometaacuteforaornamentalrsquoqueesunametaacuteforafalsaylametaacutefora interpretativaquepuede identificarsecon la imagen creadora misma de toda poesiacuteardquo(p15)

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al medio circundanterdquo (p21) De igual modo Gadamer entiende el lenguaje no solamente como expresioacuten humana subjetiva sino tam-bieacuten como el que posibilita la apertura del da-sein al mundo el lenguaje tambieacuten es da-sein y es aquello que permite consolidar una fami-liaridad y cercaniacutea con el mundo

Precisamente la palabra poeacutetica dada la atencioacuten y cuidado que recibe hace posible una nueva comprensioacuten y experiencia del mundo que le incrementa en ser y vitalidad desde su libre desarrollo linguumliacutestico Con ella lo invocado se manifiesta en su total dignidad Esto en contraposicioacuten y desafiacuteo a la conven-cionalidad y reduccioacuten con la que se moviliza lo que ciertos autores definen como lenguaje comuacuten o inauteacutentico es decir lenguaje que en su estructuracioacuten histoacuterica y determinada oculta la polisemia de sentidos que resguarda y hace presente la poesiacutea

La obra poeacutetica y el conjunto de las de-maacutes artes a juicio de Gadamer Heidegger y Octavio Paz visibilizan un espacio libre para la apercepcioacuten de nuevos sentidos y relacio-nes con el mundo circundante y proveen un ensanchamiento significativo de nuestro hori-zonte de comprensioacuten Y eso es precisamente lo que nos proponemos hacer con los dramas traacutegicos seleccionados hallar lo que pueden proporcionarnos como formas de arte poeacute-tico en tanto ldquopresentadoresrdquo de ciertos va-lores eacuteticos y esteacuteticos concretos Es por esto que hacemos nuestras las palabras de Gada-mer cuando afirma

La palabra poeacutetica se convierte con frecuencia en una prueba de lo que es ver-dad pues el poema resucita una vida se-creta en palabras que pareciacutean gastadas e inservibles y nos ilustra asiacute sobre nosotros mismos Y el lenguaje puede todo esto porque no es evidentemente una creacioacuten del pensamiento reflexivo sino que contri-

buye a realizar el comportamiento respec-to del mundo en el que vivimos (Gadamer 1977 p539)

13 El papel de la poesiacutea y el poeta traacutegico en la antiguumledad claacutesica

Una vez que observamos en la palabra poeacute-tica una forma de comprensioacuten y relacioacuten con el mundo maacutes auteacutentica y desligada de re-duccionismos de diversa iacutendole es necesario realizar una evaluacioacuten sobre el rol que teniacutean el poeta y en general las artes en la sociedad ateniense asiacute como el papel y el valor que tuvo el dramaturgo traacutegico en la antiguumledad

La comprensioacuten griega del artista y de las artes dista mucho de la que mantenemos en nuestra eacutepoca contemporaacutenea Resalta el he-cho de que no existiera una palabra concreta que designara a las bellas artes teacutechne (τέχνη) era el teacutermino geneacuterico que aglutinaba tanto a las bellas artes como a las artesaniacuteas (trabajos teacutecnicos) Tambieacuten haciacutea referencia a la habili-dad y maestriacutea que implicaban el ejercicio de tales actividades Para el griego el artista era un productor cuya maestriacutea y dominio teacutecni-cos sobre su ldquooficiordquo era lo esencial Lo teacutecnico era entendido como producto del hombre y en esa medida se diferenciaba de lo ldquonaturalrdquo y de las situaciones sujetas a la inspiracioacuten divina (como el arte oracular) (Tatarkiewicz 1991 p31) Bajo la categoriacutea de lo que Tatar-kiewicz distingue como artes expresivas se incluiacutean la muacutesica la danza y la poesiacutea y ello en contraposicioacuten a las artes constructivas en-tre las que estaacuten la escultura la arquitectura y la pintura Esta diferenciacioacuten no es gratuita obedece a un conjunto de caracteriacutesticas da-das en el mundo antiguo que haciacutean maacutes faacutecil y natural asociar ciertas actividades con otras

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Si algo distingue el rol del arte en la antigua Grecia es su caraacutecter puacuteblico comunal y ritual lo que se encuentra iacutentimamente vinculado con la dinaacutemica oral que permitiacutea transmitir el conjunto de saberes y tradiciones en la polis ateniense Al enfocarnos en el teacutermino poesiacutea este proviene etimoloacutegicamente del vocablo griego poiesis que a su vez viene de hacer (ποιεῑν) y referiacutea la actividad de ldquocrearrdquo en un sentido general no exclusivo de la escritura de poemas10 (Tatarkiewicz 1991 p31)

Concretamente la poesiacutea en su sentido es-trecho se recitaba y se cantaba era una activi-dad puacuteblica iacutentimamente asociada a la muacutesica y a la danza tambieacuten conteniacutea para el pensa-miento griego una connotacioacuten divina o maacute-gica que veniacutea dada por la inspiracioacuten de las musas y en ese sentido la poesiacutea en siacute misma era diferenciada de las artes teacutecnicas en tanto estaba mediada no por la destreza producti-va del artista sino por una sabiduriacutea supe-rior emparentada con lo divino Tatarkiewicz (1987) considera que para los griegos ldquoseguacuten su modo de pensar se trataba de hecho de un conocimiento del tipo maacutes elevado llega-ba hasta el mundo espiritual y se relacionaba con los seres divinos Se acercaba por lo tanto a la filosofiacuteardquo (p115) Asiacute se percibe coacutemo la estimacioacuten de la labor poeacutetica se hallaba do-tada de una cualidad filosoacutefica al tiempo que ldquomaacutegicardquo y vinculada tambieacuten con lo religioso

En contraposicioacuten con las manifestaciones artiacutesticas de nuestra modernidad en el mun-do griego la relacioacuten artista-comunidad era algo evidente y natural y esto se expresaba sobre todo en la relacioacuten del poeta del poeta traacutegico con la comunidad ante la cual presen-taba su pieza teatral en la festividad dionisiaca

10 Como indica Tatarkiewicz posteriormente enel propio mundo claacutesico el vocablo poiesis fue reduciendosusignificadohastalimitarseadesignarlaproduccioacutendepoemasypoietesalpoeta

Sentildeala Tatarkiewicz (1991) que la poesiacutea era ldquoalgo maacutes que un arte estaba relacionada con la religioacuten y con el culto (hellip) Por estar vincula-da con los ritos la poesiacutea griega era de caraacutec-ter puacuteblico social colectivo y estatalrdquo (p27) De modo que el poeta gozaba de una posicioacuten social elevada y reconocida por la comunidad

Esto se evidencia en el contenido religioso y miacutetico que fue el comuacuten denominador del arte en el mundo claacutesico En el discurso artiacutesti-co se representaba y presentaba a la comuni-dad el conjunto de valores vivos de la cultura helena En este tipo de sociedad en donde la oralidad fue esencial para la preservacioacuten del conocimiento la educacioacuten era una empresa colectiva y puacuteblica que bien se reforzaba con la actividad artiacutestica y sobre todo con la poesiacutea La triuacutenica choreia danza ritual y colectiva que juntaba poesiacutea y muacutesica fue originalmente la principal fuente de la educacioacuten griega y exis-tiacutea mucho antes de que el teatro traacutegico sur-giera y le sucediera como espacio privilegiado de ldquoeducacioacutenrdquo cultural

La paideia griega refleja en especiacutefico eso la educacioacuten integral y cultural que surgioacute de manera espontaacutenea en el seno de una comu-nidad fuertemente integrada De este modo la poesiacutea y el rol del poeta traacutegico o no esta-ban dotados de un componente formativo y conteniacutean una funcioacuten valiosiacutesima para la pre-servacioacuten del saber tradicional y cultural de la comunidad que de forma indirecta contribu-yoacute en la formacioacuten del caraacutecter propio de esa sociedad su ethos Por el contrario seguacuten el filoacutesofo espantildeol Luis Zahonero la escritura y la lectura eran actividades privilegiadas de un sector minoritario y la oralidad por siacute misma faacutecilmente tergiversaba la informacioacuten que se heredaba a las nuevas generaciones Debido a esto en la antiguumledad conservaba la tradicioacuten

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(hellip) la poesiacutea se convierte en el recurso nemoteacutecnico fundamental La tarea de los poetas no era crear sino por el contrario conservar lo maacutes fielmente la palabra de los ancestros (hellip) Su principal cometido (de hecho su uacutenico cometido) es conser-var inalterada la tradicioacuten las costumbres y la cultura de un pueblo determinado (Zahonero 2017 p22)

En la poesiacutea de la Grecia arcaica la meacutetri-ca y la musicalidad de la palabra hacen que su mensaje sea faacutecilmente recordado tambieacuten posibilitan que su comunicacioacuten sea replicada y conservada en los mismos teacuterminos en que fue escuchada pues la poesiacutea exige precisa-mente exactitud en la recitacioacuten ademaacutes de envolver un goce por lo que fue bellamente expresado La funcioacuten educativa y cultural de las artes y la poesiacutea era una realidad que per-mitiacutea la conservacioacuten de la ldquomemoria colecti-vardquo y viva de la cultura Por ello no extrantildea el ensantildeamiento de Platoacuten contra Homero y los poetas en tanto ldquoeducadoresrdquo de la polis En contraposicioacuten a la educacioacuten contemporaacute-nea en el artificio poeacutetico hay una belleza que exige ser recordada rememorada y manteni-da Para Zahonero (2017) en el mundo griego ldquotodo lo que quiera sobrevivir necesita quedar incrustado en alguna obra bella (que produzca satisfaccioacuten y que uno no se canse de escu-char una y otra vez)rdquo (p40)

El componente riacutetmico y musical la belleza y el asombro literario al igual que el compo-nente religioso y el ritual propios de la activi-dad poeacutetica en este contexto constituiacutean una manifestacioacuten maacutes de la tradicioacuten y de la vida cultural aacutetica Se entiende por queacute al hablar del ldquocaraacutecter pasado del arterdquo Hegel y Gada-mer perciben la inconsciencia de la actividad artiacutestica en el mundo claacutesico sobre todo en sus tiempos maacutes arcaicos pues para el sujeto ateniense partiacutecipe habiacutea una integracioacuten evi-

dente entre lo divino y la manifestacioacuten artiacutesti-ca en la que se encontraba inmerso

() para la cultura griega Dios y lo divi-no se revelaban expresa y propiamente en la forma de su misma expresioacuten artiacutestica (hellip) en el arte de entonces que se justifi-caba en la unioacuten uacuteltima con todo el mundo de su entorno realizaba una integracioacuten evidente con la comunidad (Gadamer 1991 pp35-36)

Como vemos el arte era todo lo contrario a una actividad privada que poniacutea al ciudadano espectador como partiacutecipe en una relacioacuten de integracioacuten con su comunidad y con los valo-res vivos de la misma En esta direccioacuten he-mos afirmado siguiendo a nuestros autores que el arte la poesiacutea no solo puede entender-se como miacutemesis de la realidad sino tambieacuten como poiesis y presentacioacuten de valores Pero antes de ahondar en este punto considerado de vital importancia para esta investigacioacuten es necesario reparar en algunas criacuteticas que figuras como Platoacuten y Zahonero mantienen respecto de la poesiacutea y el teatro ateniense y que por motivos que desarrollaremos luego resultan inaceptables

Ciertamente la palabra poeacutetica de los traacute-gicos deciacutea mucho al ciudadano ateniense y su actividad teniacutea un componente o ldquofuncioacuten socialrdquo innegable pero resulta inadecuada y generalizada la afirmacioacuten de que ldquola tarea de los poetas no era crear sino por el contra-rio conservar lo maacutes fielmente la palabra de los ancestrosrdquo (Zahonero 2017 p22) Podriacutea aceptarse solo si se piensa en la triuacutenica cho-reia o la poesiacutea homeacuterica En la medida en que ldquose soliacutea recurrir a Homero para justificar el conjunto del saber propio y el saber en to-dos los dominios (como recurre a la Biblia el escritor cristiano posterior)rdquo (Gadamer 1985 p92) pero no tanto si se aplica a la poesiacutea traacute-gica o formas artiacutesticas poshomeacutericas Lo que

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preocupa aquiacute es la negacioacuten o disminucioacuten del caraacutecter poieacutetico (creativo) que caracteriza a la tragedia griega en tanto actividad artiacutestica que en su devenir iraacute adquiriendo nuevas for-mas transformaciones y valores Seguacuten Zaho-nero

El teatro la muacutesica y la poesiacutea son el si-tio donde se va a aprender todo lo que hay que saber De hecho es el sitio donde se va a aprender todo lo que se puede apren-der (porque es el sitio donde se conserva todo lo que podiacutea conservarse) (Zahonero 2017 p43)

Esta generalizacioacuten implica que discursos como las tragedias griegas eran entendidos en un sentido que no estaba sujeto a la interpre-tacioacuten y reflexioacuten en relacioacuten con los conteni-dos y concepciones que ellos mismos coloca-ban en escena De forma un tanto semejante a lo que para el cristiano es la palabra originaria del texto biacuteblico Por el contrario la religiosi-dad politeiacutesta y miacutetica de los griegos era una de naturaleza muy distinta a la religioacuten reve-lada que es la fe cristiana y Gadamer es muy claro al afirmar que en el mundo griego ldquoEl mito estaacute expuesto constantemente a la criacuteti-ca y a la transformacioacuten La religioacuten griega no es la religioacuten de la doctrina correcta No tiene ninguacuten libro sagrado cuya adecuada interpre-tacioacuten fuese el saber de los sacerdotesrdquo (p17) De modo que resulta un tanto exagerado ha-blar de este geacutenero dramaacutetico en esos teacutermi-nos como presentador de la uacutenica sabiduriacutea que debiacutea conservarse

Si bien puede considerarse que tal papel pudo haber sido desempentildeado por la literatu-ra homeacuterica en tanto se trata de textos maacutes arcaicos y maacutes tradicionales de la cultura he-lena el drama aacutetico no puede ser reducido a una simple continuacioacuten o representacioacuten de valores y saberes ya presentes en la poesiacutea

homeacuterica11 Tampoco se le puede adjudicar de manera simplista el mismo rol Si algo distin-gue a la poesiacutea traacutegica es su constante cuestio-namiento y presentacioacuten de querellas de natu-raleza filosoacutefica religiosa y eacutetica partiendo de argumentos miacuteticos y tradicionales Aunque Platoacuten afirme que la poesiacutea sea imitativa (mi-meacutetica en un sentido restringido) mdashy de falsas aparienciasmdash ha de reconocerse que en la reinterpretacioacuten dramatizada del mito hay una produccioacuten que se conecta con la genialidad creativa y poieacutetica del autor

Cuando Platoacuten critica la dimensioacuten eacutetica de la poesiacutea homeacuterica y traacutegica las acciones de dudosa moralidad de los dioses o cierta con-notacioacuten pateacutetica del mito quiera o no com-parte con el drama aacutetico una preocupacioacuten expliacutecita en relacioacuten con el saber miacutetico tradi-cional y sus contenidos Gadamer afirma que

Justamente tambieacuten los poetas pos-teriores Piacutendaro y los traacutegicos estaacuten de acuerdo con Platoacuten Justamente ellos en la propia reelaboracioacuten poeacutetica de los mi-tos antiguos a veces con rechazo expreso a las formas tradicionales de la saga han depurado y elevado la imagen de los dio-ses y de los heacuteroes (Gadamer 1985 p90)

Aunque la representacioacuten traacutegica no se deslinda de su fondo cultural mdashpero esto no es algo negativo de por siacutemdash pone en juego y en interaccioacuten dialoacutegica una serie de siacutembolos y personajes miacuteticos que en su desenvolvi-miento esceacutenico trascienden incluso lo ya di-cho y consolidado en el mito Asiacute el teatro traacute-gico ofrece un nuevo espacio para la reflexioacuten e interpretacioacuten El mismo Gadamer (1985) considera que ldquoreelaborar poeacuteticamente los

11 Un desarrollo extenso de las variaciones ydiferenciasenelcontenidodelostraacutegicosyHomeropuedeconsultarseenel librodeWalterKaufmann(1978) Tragedia y filosofiacutea especiacuteficamente enelcapiacutetulotituladoldquoHomeroyelnacimientode latragediardquo

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mitos tradicionales ganar para ellos nuevas verdades nuevas significaciones morales y po-liacuteticas no era una acomodacioacuten ocasional del poeta al deseo y la expectativa de su puacuteblicordquo (p90) como da a entender Platoacuten en Repuacutebli-ca12 en un sentido cuasi peyorativo ldquomaacutes bien era lo propio de su hacer poeacuteticordquo (Gadamer 1985 p90) con lo cual queda claro que el drama aacutetico no es una simple preservacioacuten de la tradicioacuten y aceptacioacuten taacutecita de sus conteni-dos morales o filosoacuteficos

De la misma forma Walter Benjamin en su reflexioacuten sobre este tema que desarrolla en El origen del Trauerspiel alemaacuten indica con clari-dad que la tragedia no puede desligarse de la ldquoleyendardquo (mito) al que remite pero tampo-co se limita o reduce a la misma sino que se desliga de ella reinterpretaacutendola Asiacute con mu-cha claridad distingue ldquoA la poesiacutea eacutepica se le contrapone la traacutegica en cuanto deformacioacuten de la tradicioacuten (hellip) La determinacioacuten filosoacutefica de la tragedia ha de partir de aquiacuterdquo (Benjamin 2006 p315)

A juicio de Gadamer el mythos en siacute mis-mo es ya una narracioacuten y una fabulacioacuten que no concuerda en veracidad con lo narrado maacutes bien invita a una valoracioacuten significativa del discurso La narracioacuten miacutetica que ofrece el poeta el rapsoda o la obra traacutegica es el es-pacio en el que se introduce al oyente en un mundo elevado de significados y en tanto no implica ldquoveracidadrdquo o ldquofiabilidadrdquo puede tomar libremente cualquier punto de vista desde el cual articular su narracioacuten Con maacutes

12 Refirieacutendosea laactividadldquoimitativardquode lapoesiacuteatraacutegicaPlatoacutenescribequeldquoespatentequeelpoetaimitativonoestaacuterelacionadopornaturalezaconlamejorpartedelalmanisuhabilidadestaacuteinclinadaa agradarla si quiere ser popular entre el gentiacuteosino que por naturaleza se relaciona con el caraacutecter irritable y variado debido a que eacuteste es faacutecil deimitarrdquo (Platoacuten 605-b) es el aspecto pasional delhombrequedebesercensuradoyreguladoporlaldquopartemejorrdquodelalmaladimensioacutenracional

razoacuten se percibe coacutemo la poesiacutea traacutegica se per-mite a siacute misma la libre variacioacuten y tambieacuten la ambiguumledad sobre lo narrado Pensemos en la figura de Electra y en cuaacutento variacutea este perso-naje tratado por Homero o en la reinterpreta-cioacuten que hace Esquilo en la de Soacutefocles o en la de Euriacutepides y ello no implica contradiccioacuten porque en tanto narracioacuten miacutetico-poeacutetica con-tiene en siacute una libertad que no la somete a un tipo de palabra o interpretacioacuten originaria En este sentido Gadamer defiende la ambiguumle-dad de las musas

Estaacute asociado con la esencia del narrar que la narracioacuten no pretende ser un re-portaje documental Las musas saben de su propia ambiguumledad como nos ensentildea el proemio de Hesiacuteodo (hellip) No es una de-bilidad de la presencia de lo narrado que exista una posibilidad de narrar lo mis-mo de diversos modos (Gadamer 1954 pp32-33)

Es importante resaltar esa ldquoambiguumledadrdquo que sentildeala Gadamer en referencia a Hesiacuteodo y que es propia de la potencia metafoacuterica pa-tente en la poesiacutea de modo que la narracioacuten miacutetica y la libre reinterpretacioacuten teatral afian-zan ese espacio poeacutetico de presentacioacuten poli-seacutemica de sentidos (como pudimos desarrollar en el apartado anterior) La brecha que se alza entre el acontecimiento miacutetico y la represen-tacioacuten traacutegica propicia la actualizacioacuten de lo narrado de forma interpretativa y esto con-cuerda muy bien con el aporte arriba enun-ciado que hace Benjamin Por consiguiente la ensentildeanza o connotacioacuten eacutetica que podiacutea proporcionar una obra no pretendiacutea elevar el tono al nivel de un tipo de verdad inapelable que de hecho entraba en ldquocompeticioacutenrdquo y ldquode-baterdquo con las diversas representaciones dra-maacuteticas que se escenificaban en los festivales dionisiacos

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Recordemos que la tragedia en la Atenas histoacuterica era tambieacuten una competicioacuten por lo que el caraacutecter agonal dentro (en el argumen-to de la obra) y fuera del geacutenero es algo que no se puede ignorar Y ldquono soacutelo competiacutean los au-tores sino tambieacuten los protagonistas e incluso los coregasrdquo (Benjamin 2006 p316)

En defensa del caraacutecter poieacutetico del drama traacutegico es importante tambieacuten sopesar la asi-milacioacuten griega del arte como teacutechne y lo que se entiende por miacutemesis En cuanto al primer concepto teacutechne ciertamente parece inferir una comprensioacuten limitada del arte como si se tratara uacutenicamente de una aplicacioacuten sis-temaacutetica de reglas ya dadas Este punto es cuestionado vaacutelidamente por Zahonero para quien sin duda ldquolo que se espera de un artista es que aporte algo maacutes que la mera ejecucioacuten solvente de un conjunto de reglas dado Se le pide un plus un tanto misterioso que (hellip) tiene que ver con la espontaneidad creadorardquo (Zahonero 2017 p33) Asiacute teacutechne parece no dar cuenta de esa dimensioacuten misteriosa No obstante sobre el tema Gadamer considera que lo que pone de relieve tal concepcioacuten del arte es el ldquodesprendimiento de la obra respec-to de su propio hacerrdquo (Gadamer 1991 p47) de modo que lo producido intencionadamen-te por el artista queda emancipado del acto propio del producir y pasa a establecerse en un espacio comuacuten y compartido de significa-cioacuten Se resalta con ello la concepcioacuten tiacutepica-mente griega del arte como algo de utilidad comunitaria (Gadamer 1991 p47)

Ademaacutes valga recordar ahora que para la conciencia griega la actividad poeacutetica estaba acompantildeada de una dimensioacuten maacutes elevada universal y divina que bien se aprecia en la fa-mosa expresioacuten de Aristoacuteteles ldquoLa poesiacutea es algo maacutes filosoacutefico y serio que la historia la una refiere a lo universal la otra a lo particu-larrdquo (Aristoacuteteles 1451-b)

Aunque el teacutermino teacutechne en siacute mismo deja indiferenciada la labor del artesano y la activi-dad creativa y original del artista Gadamer y Tatarkiewicz piensan que tal distincioacuten siacute ocu-rrioacute en el pensamiento griego por medio del teacutermino miacutemesis (desarrollado principalmente por Platoacuten y Aristoacuteteles) Lo que diferencia a las labores productivas de las bellas artes es que estas ldquoimitanrdquo una realidad sea natural o humana Ahora bien es de principal importan-cia ahondar en queacute implica y coacutemo puede en-tenderse este concepto pues el mismo puede dar pie a una concepcioacuten reductiva y sesgada de la actividad artiacutestica y poeacutetica como la que mantuvo Platoacuten para hacer frente a los poetas en la polis bajo el supuesto de que ldquotodos los poetas comenzando por Homero son imita-dores de imaacutegenes de la excelencia y de las otras cosas que crean sin tener nunca acceso a la verdadrdquo (Platoacuten 601-a p466)

Con el fin de lograr una comprensioacuten maacutes integral y completa sobre la naturaleza de la tragedia griega y sus alcances artiacutesticos es necesario reparar en lo que significa e implica tal concepto (cuestioacuten que ofrecemos en el si-guiente apartado)

Ahora bien siacute podemos apuntar por el momento que la tragedia tuvo para el mundo claacutesico una gran importancia por su dimensioacuten formativa y colectiva al mismo tiempo que por su poder evocativo para la congregacioacuten y conformacioacuten de una comunidad atenta iacuten-timamente dispuesta a escuchar el decir poeacute-tico que ofreciacutea el drama Un drama que maacutes que exhortar a la preservacioacuten inalterada de valores tradicionales y a la imitacioacuten pasiva de lo ya dado desplegaba un nuevo espacio para la presentacioacuten libre y poeacutetica de contenidos miacuteticos reinterpretados y repensados bajo nuevas perspectivas Por eso compartimos con Octavio Paz que en esta situacioacuten ldquoel poe-ma se nutre del lenguaje vivo de una comuni-

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dad de sus mitos sus suentildeos (hellip) En el poema la sociedad se enfrenta con los fundamentos de su ser con su palabra primerardquo (Octavio Paz 1956 p41)

14 Una definicioacuten de tragedia griega

Como se dijo con anterioridad es de vital importancia reparar en el sentido con el que se comprende la nocioacuten de miacutemesis para no incurrir en un desacierto sobre lo que es la re-presentacioacuten dramaacutetica y lo que resulta esen-cial en la tragedia griega En esta direccioacuten partiremos de una exeacutegesis del concepto claacutesi-co de tragedia elaborado por Aristoacuteteles en su Poeacutetica para de alliacute reparar en aspectos como la dimensioacuten poieacutetica del drama su modo de ser ludio (en referencia a Gadamer) su dimen-sioacuten espacial y su efecto esceacutenico (eacuteleos phoacute-bos) y enlazar tales variables con las teoriacuteas del poder poeacutetico que se han manejado hasta ahora

En su Poeacutetica Aristoacuteteles parte de la pre-misa de que las artes bellas las artes poeacuteticas se caracterizan por ldquoimitarrdquo objetos dados y variacutean entre siacute de acuerdo con los tipos con-cretos de objetos que ldquoimitanrdquo los materiales que disponen para realizar tal imitacioacuten y los medios formales con los que llevan a cabo esa actividad El estagirita la define como sigue

Imitacioacuten de una accioacuten elevada y perfecta de una determinada extensioacuten con un lenguaje diversamente ornado en cada parte por medio de la accioacuten y no de la narracioacuten que conduce a traveacutes de la compasioacuten y temor a la purificacioacuten de estas pasiones (Aristoacuteteles 1449-b)

Aquiacute ldquoimitacioacuten de una accioacuten elevadardquo puede ser comprendida en un primer mo-mento como representacioacuten de una accioacuten un conjunto de acciones humanas hilvana-das por un argumento en el que de acuerdo con Aristoacuteteles se coloca o ldquoimitardquo al hombre

como agente moral como sujeto actuante dotado de cierta virtud y nobleza Ahora se-guacuten Walter Kaufmann (1978) cuando ldquoAris-toacuteteles habla de miacutemesis de una accioacuten y lo hace constantemente piensa maacutes en un hacer creer en una pretensioacuten que no en una imita-cioacuten o copia de una accioacutenrdquo (p76) Esta distin-cioacuten resulta importante pues comprender la miacutemesis uacutenicamente como copia o simple imi-tacioacuten es en resumidas cuentas desvalorar la actividad poeacutetica y artiacutestica Precisamente esta concepcioacuten restringida de miacutemesis como co-pia fue la que utilizoacute Platoacuten en Repuacuteblica para descalificar la actividad de los poetas y artis-tas como bien expresa en el libro X ldquoel arte mimeacutetico estaacute sin duda lejos de la verdad se-guacuten parece y por esto produce todas las cosas pero toca apenas un poco de cada una y este poco es una imagenrdquo (Platoacuten 598-b p462)

En contraposicioacuten a Platoacuten para Aristoacutete-les miacutemesis en su definicioacuten refiere la accioacuten supuesta y concordada como totalidad a par-tir de la libre configuracioacuten del argumento y de los diversos elementos que componen la propia obra esceacutenica Es decir de acuerdo con la capacidad poieacutetica (creativa) del artis-ta Cuando el pensador en su definicioacuten habla de ldquoaccioacutenrdquo no hace referencia simplemente a la actividad de los hombres personificados sino maacutes bien y ante todo a la conformacioacuten del argumento que hila y dota de unidad a toda la representacioacuten dramaacutetica ldquoLa imita-cioacuten consiste en un mito actuado Llamo aquiacute argumento a la unitaria disposicioacuten de los he-chosrdquo (Aristoacuteteles 1450-a) Ciertamente el fin de la dramatizacioacuten traacutegica se encuentra en la ejecucioacuten del argumento que implica la esce-nificacioacuten de la obra como totalidad y como dijimos antes es ya una actividad poieacutetica que une lo ya dado por la tradicioacuten13 con la libre reinterpretacioacuten creativa del artista

13 Ya sea en la forma de narracioacuten miacutetica o con

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Para Aristoacuteteles existen seis elementos for-males que constituyen el drama traacutegico Ellos son el argumento (mythos) los personajes (ethe) la diccioacuten (lexis) el pensamiento de los mismos (dianoia) el espectaacuteculo (opsis) y la muacutesica (melopoiia) (Kaufmann 1978 p96) Ahora bien el drama traacutegico como totalidad surge como conformacioacuten uacutenica y original por medio de la libre disposicioacuten de tales elemen-tos haciendo de la obra una unidad armoacutenica e irrepetible lo que no la diferencia de cual-quier otra forma de arte Si bien es cierto que el drama en el contexto claacutesico estaba regido por ciertas normas como la verosimilitud al-gunas reglas de la retoacuterica o la estructuracioacuten regular de los estaacutesimos (que son los cantos corales) y los episodios (o actos en el sentido convencional del teacutermino) ello no elimina su componente poieacutetico es decir creativo e in-novador Por el contrario es un error pensar que esta forma de arte pierde su componente creativo y uacutenico en el momento en que se en-cuentra limitada por algunas reglas formales de uso convencional que de hecho en el deve-nir temporal de la ejecucioacuten traacutegica los propios poetas fueron modificando

En concordancia con Aacutengel Cappelletti (1990)14 en Aristoacuteteles el argumento es siem-pre disposicioacuten y siacutentesis de hechos reduccioacuten de la unidad de sucesos determinacioacuten de lo esteacuteticamente indeterminado El poeta imita las acciones pero sin duda no las imita ser-vilmente sino que las reconstruye y las recrea (p70) De este modo el concepto de miacutemesis tal como puede ser interpretado a partir de la Poeacutetica aristoteacutelica siacute concibe en el arte mdashy en el drama traacutegicomdash un espacio desde el cual se articula libremente la obra artiacutestica trascen-

los recursos con los que se estructuraba una representacioacutendramaacuteticaconvencional

14 Traductor y comentarista de la Poeacutetica (1990)presentada por la editorial venezolana Monte Aacutevila Editoresqueseusaenestainvestigacioacuten

diendo la mera y mecaacutenica imitacioacuten de obje-tos referenciados pues concibe la libre e inge-niosa disposicioacuten de los elementos que confi-guran la tragedia independientemente de la importancia que Aristoacuteteles diera a cada uno ldquoAristoacuteteles sostuvo la tesis de que el arte imi-ta la realidad pero la imitaetioacuten no significa-ba seguacuten eacutel una copia fidedigna sino un libre enfoque de la realidadrdquo (Tatarkiewicz 1987 p303) Lo que se hace palpable de acuerdo con lo expuesto

Desde el momento en que Aristoacuteteles con-cibe como telos uacuteltimo de la obra traacutegica la ejecucioacuten de su argumento es decir la reali-zacioacuten de siacute misma como totalidad artiacutestica encontramos en su reflexioacuten un espacio que puede ser asociado al concepto de Gadamer del arte como juego Desde luego la obra es-ceacutenica como obra de arte en siacute misma y en re-lacioacuten con el puacuteblico espectador supone una relacioacuten reciacuteproca de ldquocoparticipacioacutenrdquo Ade-maacutes el desarrollo del drama traacutegico en tanto tiende hacia su propia realizacioacuten sumerge al espectador en un mundo artiacutestico de signifi-cados diversos que no tienen que ser com-prendidos necesariamente bajo la reduccioacuten mimeacutetica Gadamer (1977) en su libro Verdad y meacutetodo afirma que en el ldquodrama cultural o profano aunque lo que [se] representa sea un mundo completamente cerrado en siacute mismo estaacute como abierto hacia el lado del especta-dor Soacutelo en eacutel alcanza su pleno significadordquo (p153)

De esta forma en la actividad esceacutenica se lleva a cabo una dinaacutemica reciacuteproca de juego entre la obra y su puacuteblico en el que este uacuteltimo se ldquoentregardquo a la pieza La obra en tanto esce-nificacioacuten se desarrolla en la manifestacioacuten de su propio contenido de conformidad con la di-naacutemica de automovimiento y representacioacuten de siacute misma Desde esta perspectiva lo repre-sentado (la tragedia) no puede ser pensado de

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acuerdo con una simple referencialidad a algo real puesto que en la conformacioacuten artiacutestica lo representado ha sido transformado para ser y significar algo distinto respecto de la reali-dad (natural o humana) Esto es lo que Gada-mer refiere con la frase ldquomundo cerrado en siacute mismordquo que la obra configura15 Es decir que no debemos ni tenemos por queacute enjuiciar una obra como Los siete contra Tebas o Los persas (por mencionar piezas con cierto contenido histoacuterico) guiados por el realismo con el que se representan los contenidos escenificados o por la forma ldquofidedignardquo en que se ldquoretratardquo el caraacutecter de personajes como Eteocles o el Jerjes histoacuterico lo importante maacutes bien se encuentra en la constelacioacuten de significados que la obra en su propia representacioacuten teje y vivifica y que el espectador vive y siente en su mediacioacuten con el espectaacuteculo

Volviendo a Aristoacuteteles este afirma que de los diferentes elementos que constituyen la tragedia ldquola principal es la organizacioacuten de los hechos ya que la tragedia no es represen-tacioacuten de los hombres sino de la accioacuten de la vida de la felicidad y de la desdichardquo (Aristoacute-teles 1450-a p7) El argumento como factor central que hace posible la disposicioacuten y siacutente-sis unitaria de los elementos es lo que preci-samente pone en marcha el despliegue unita-rio de la obra esceacutenica junto a los contenidos que comunica al espectador

Ciertamente la pieza teatral habla e inter-pela y el espectador en su experiencia esteacute-tica se encuentra sometido a la dinaacutemica que exige el juego que en este caso es el teatro traacutegico Si a esto se le antildeade el elemento ritual y religioso que tambieacuten tuvo el drama aacutetico en su contexto original se percibe de mejor

15 Y sobre todo loqueenel subcapiacutetulo ldquoLa verdaddelapalabrapoeacuteticardquodistinguimoscomoelpoderpresentativoqueestatieneloqueGadamerllamala esteacutetica de la presentacioacuten ldquoDarstellungrdquo (verapartado12)

modo la comunioacuten entre puacuteblico y obra de la que habla Gadamer cuando se refiere al com-ponente luacutedico y de inmersioacuten que comparten el arte y los cultos religiosos El desarrollo de un drama teatral dice el filoacutesofo invoca una ldquoverdad superiorrdquo

No admite ya ninguna comparacioacuten con la realidad (hellip) Ha quedado elevada por encima de toda comparacioacuten de este geacutenero mdashy con ello tambieacuten por encima del problema de si lo que ocurre en ella es o no realmdash porque lo que ocurre en ella estaacute hablando desde una verdad superior (Gadamer 1977 p156)

Una verdad en la que el espectador partici-pa al asistir al teatro y presencia la escenifica-cioacuten del drama Como se ha venido argumen-tando la obra en su representacioacuten envuelve al puacuteblico en una dimensioacuten poeacutetica distinta Gillo Dorfles destaca el hecho de que el teatro funda una espacialidad peculiar y nueva que en el caso del drama aacutetico en su contexto ori-ginario configuraba un espacio en el que se fundiacutea la perspectiva del puacuteblico con la de la escena y los actores gracias a la introduccioacuten intermedia de la orquesta en la que partici-paba el coro proveyendo de este modo tridi-mensionalidad al espectaacuteculo (Dorfles 1963 p136)

Contrariamente a lo que se prescribiacutea en otras formas teatrales como por ejemplo la isabelina mdashcaracterizada entre otras cosas por el realismo la verosimilitud y el nivel de detalle en la escenografiacuteamdash en el drama aacutetico habiacutea una disposicioacuten limitada y sencilla de los recursos esceacutenicos que le daban un caraacutecter evocativo y no realista Con ello se buscaba ldquola anulacioacuten en cierto sentido del escenario es decir pretendiacutea que el puacuteblico se identifi-case con la escena y no la viviese como algo separado o lejanordquo (Dorfles 1963 p138) Al mismo tiempo exigiacutea del puacuteblico una mayor

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participacioacuten imaginativa en sus convenciones respecto de lo que se representaba en la esce-na Esto se adecua con lo que Gadamer llamoacute la dinaacutemica de ldquoauto-olvidordquo que posibilita el

teatro y el drama traacutegico en su juego de co-participacioacuten y aceptacioacuten de las reglas taacutecitas que exige la obra traacutegica

Tanto al concurrir al drama esceacutenico como al tener la experiencia con cualquier otra obra de arte siempre estaraacute presente una dinaacutemica de presencia y participacioacuten para la que Ga-damer usa el concepto de ldquosimultaneidadrdquo que resulta muy ilustrativo A su juicio simul-taneidad quiere decir ldquoque algo uacutenico que se nos representa por lejano que sea su origen gana en su representacioacuten una plena presen-cia (hellip) Consiste en atenerse a la cosa de ma-nera que esta se haga lsquosimultaacutenearsquordquo (Gadamer 1977 p173) lo que ocurre de manera distinta cuando se asiste a ver el drama o en la sim-ple lectura atenta de la tragedia Aunque una brecha temporal nos separa de la representa-cioacuten original de los dramas y en ella perdamos elementos como la escenografiacutea originaria y la muacutesica incluso si pensamos en una repre-sentacioacuten moderna lo que une a todas esas experiencias es la ldquosimultaneidadrdquo entendida como el evento en el que el ser de la obra ar-tiacutestica se hace presente en toda su vitalidad

Aquiacute se hace palpable la dinaacutemica de pre-sencia y ausencia reciacuteproca que el drama-poeacute-tico mdashque es la tragediamdash suscita en el espec-tadorlector independientemente de la forma de su representacioacuten Como espectadoreslectores quedamos ldquohechizadosrdquo en nues-tra participacioacuten con la obra de arte traacutegica y ademaacutes como se dijo accedemos tambieacuten a una dinaacutemica de auto-olvido pues estamos como cojugadores en una relacioacuten de media-cioacuten con la conformacioacuten que es la obra

En esta relacioacuten de mediacioacuten con la pieza Aristoacuteteles reconocioacute dos efectos especiacuteficos que ella debiacutea proporcionar a sus espectado-res que son la compasioacuten (eacuteleos) y el temor (phoacutebos) que se encuentran dentro de la de-

TeatrodeEpidauroRecuperadodehttpseswikipediaorgwikiTeatro_de_Epidauro

mediaArchivoTheatre_of_Epidaurus_OLCjpg

EstructuradelteatroclaacutesicoRecuperadodehttpswwwguiadegreciacomgeneralteatrohtml

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finicioacuten esencial de tragedia En su Poeacutetica el intelectual nos indica que el efecto debe ser proporcionado no por las propuestas esceacuteni-cas y visuales (elementos que considera acci-dentales y secundarios) sino de forma natural por el argumento (Aristoacuteteles 1453-b p15) es decir por lo que la obra tiene de esencial en su conformacioacuten poeacutetica

Con el uso del sentido maacutes puro de los vocablos eacuteleos y phoacutebos se alude a una vasta disputa filoloacutegica pero para los fines de esta investigacioacuten compartimos la elucidacioacuten que ofrecen Hans-Georg Gadamer y Walter Kau-fmann aunque sean contrarias en algunos aspectos Phoacutebos es entendido por ambos au-tores como ldquoterrorrdquo mientras que en la con-cepcioacuten de eacuteleos difieren Gadamer lo asocia a ldquodesolacioacutenrdquo en cambio Kaufmann se inclina por asimilarlo como ldquosimpatiacuteardquo

En la medida en que el destino traacutegico de los protagonistas nos suscita simpatiacutea y admi-racioacuten por el personaje sufriente se podriacutea hablar de ldquoruthrdquo el vocablo anglosajoacuten que usa el autor que contrapone a ldquoruthlessrdquo (in-humanidad en un sentido geneacuterico universal y no solo particular) Kaufmann evita aceptar llanamente el teacutermino ldquocompasioacutenrdquo porque por siacute misma dice implica una mirada ldquoami-noradardquo sobre el sujeto que se compadece es decir por el heacuteroe traacutegico (Kaufmann 1978 p87) Es como si lo vieacuteramos ldquohacia abajordquo en su situacioacuten infortunada por el contrario eacuteleos asociado a ldquosimpatiacuteardquo o ldquoruthrdquo permi-te apreciar de forma maacutes adecuada el senti-miento de vinculacioacuten que se produce entre el espectador y el heacuteroe en donde el primero encuentra algo humano y universal para admi-rar maacutes allaacute de la desgracia que le abate

Gadamer en cambio considera que ldquoEacuteleos es la desolacioacuten que invade a uno frente a lo que llamamos desolador (hellip) Phoacutebos significa

el estremecimiento del terror que se apodera de uno cuando ve marchar al desastre a al-guien por quien uno estaacute aterradordquo (Gadamer 1977 p177) En su reflexioacuten nuestro filoacutesofo recalca el hecho de que en la relacioacuten de me-diacioacuten con la obra traacutegica esta no representa un sentir puramente subjetivo sino que maacutes bien presenta al espectador experiencias que llegan de fuera Aquiacute es importante recordar como hemos afirmado antes que la obra ar-tiacutestica y la palabra poeacutetica no solo representan una realidad (de forma mimeacutetica) sino que en su transformacioacuten esteacutetica presentan (de for-ma original poieacutetica) nuevos valores a la rea-lidad los cuales en el caso de la tragedia aacutetica mdashde manera geneacutericamdash se manifiestan en el influjo sobre espectador de eacuteleos y phoacutebos

El problema con aceptar eacuteleos por ldquodeso-lacioacutenrdquo consiste en que por siacute mismo puede ofrecer una mirada mucho maacutes pesimista res-pecto de lo que comuacutenmente es tratado den-tro en las obras Ciertamente con frecuencia hay un sentimiento de admiracioacuten del espec-tadorlector hacia el heacuteroe sufriente o traacutegico como afirma Kaufmann Aristoacuteteles comenta ldquoLa compasioacuten es por quien no merece [su-frir] el temor por quien es semejante [a noso-tros]rdquo (Aristoacuteteles 1453-a) Con esto no que-remos descalificar la propuesta de Gadamer pues resulta adecuada hasta cierto punto y creemos que bien puede ser complementada con la oferta de Kaufmann Comuacutenmente nos afligimos por el heacuteroe pero este padecimien-to se complementa con una empatiacutea con eacutel y una elevada admiracioacuten

Ahora bien es importante indicar de ante-mano que no todas las tragedias obedecen a los mismos patrones y que en su pluralidad aguarda una riqueza artiacutestica y esteacutetica que pretendemos abordar en el capiacutetulo siguiente En concordancia con Kaufmann (1978) dire-mos que ldquola raiacutez de todos los males estaacute en

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asimilar todas las tragedias a un modelo uacutenico en lugar de admitir cuaacutento estas difieren en-tre siacuterdquo (p317) En este sentido no aspiramos a aceptar de modo categoacuterico una uacutenica defi-nicioacuten de los teacuterminos aludidos De la misma manera nos parece prudente mostrar distan-cia respecto de ciertas definiciones que ofrece Aristoacuteteles en cuanto al desenvolvimiento del argumento en la tragedia nos referimos con-cretamente al teacutermino hamartiacutea

El pensador antiguo afirma que uno de los argumentos mejor logrados sobre todo para proporcionar los efectos de eacuteleos y phoacutebos consiste en el cambio de ldquola felicidad a la des-dicha no a causa de la perversidad sino de cierto enorme error propio de quien es como se ha dicho o es justo maacutes bien que injustordquo (Aristoacuteteles 1453-a p14) Tanto Gadamer como Kaufmann se muestran renuentes a aceptar tal cual esta concepcioacuten Ello desde el supuesto de que no todas las piezas traacute-gicas obedecen a un esquema en el que sea relevante o adecuada la existencia taacutecita o impliacutecita de un ldquoerror traacutegicordquo o un ldquodefecto de caraacutecterrdquo del heacuteroe De hecho este uacutelti-mo resulta ser otra problemaacutetica acadeacutemica distinguir si la hamartiacutea refiere maacutes bien a un ldquoerror de eleccioacutenrdquo o a un defecto moral en el caraacutecter del heacuteroe

Al respecto nos parece destacable el con-cepto de ldquoculpa traacutegicardquo elaborado por Hegel y revalorado por Kaufmann y Walter Benja-min Lo que destaca como propio en las tra-gedias maacutes insignes (algo que no sucede en todas) no es un error de juicio o un defecto de caraacutecter que conduzca a la ruina del perso-naje traacutegico sino maacutes bien la aceptacioacuten luacuteci-da de la culpa y el infortunio como producto de una accioacuten cometida en el presente de la pieza o en alguacuten momento del pasado Seguacuten Benjamin ldquoLa antigua maldicioacuten heredada a lo largo de generaciones se convierte en un

bien interior en la poesiacutea traacutegica un bien au-to-encontrado del personaje heroicordquo (p344) Una vez acaecida la desdicha el personaje a su pesar la acepta con una paradoacutejica mezcla de justificacioacuten y culpa por sus actos Esta defi-nicioacuten se adecua muy bien a personajes como Edipo Antiacutegona la Ifigenia de Ifigenia en Aacuteuli-de e incluso el Orestes de Esquilo Luego pa-saremos a estudiar las obras concretamente y seraacute el momento en el que podremos criticar la veracidad de este supuesto y en queacute obras lo hallamos

Kaufmann citando a Hegel afirma ldquoEl ver-dadero sufrimiento traacutegico por otra parte se impone solo en individuos como consecuen-cia de alguno de sus actos debido a la colisioacuten que implica y ellos son responsables de sus actos con la totalidad de su serrdquo (Kaufmann 1978 p317) La responsabilidad que cargan los personajes mencionados y la lucidez so-bre ella llegado el momento no los exime de su castigo y en cambio deciden aceptar con claridad y no sin dolor y angustia su desgracia En sus actos y en la aceptacioacuten de su nueva condicioacuten hay una solemnidad que los eleva al mismo tiempo que nos hiela como especta-dores Y que pone en evidencia como indica Hegel una colisioacuten entre valores contrapues-tos

Tomar muy en serio el concepto de hamar-tiacutea puede dar pie a una buacutesqueda infructuosa del defecto o ldquoerror de juiciordquo del heacuteroe al mis-mo tiempo que centrar demasiado la atencioacuten en la voz de un protagonista ldquoheroicordquo que no siempre se da en los dramas pues no todas las tragedias giran en torno a un personaje prota-goacutenico definido sino sobre una confrontacioacuten de partes una tensioacuten entre los elementos de los mismos yo una lucha entre verdades y valores contrarios que pueden ser destacables en una media aproximadamente igual (por no hablar de valores simeacutetricamente vaacutelidos)

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Seguacuten Juan Tobiacuteas Naacutepoli (2016) ldquoToda obra [traacutegica] comprende muacuteltiples veces y todas reclaman su propia verdad aunque carezcan de la uacutenica voz autorizada del autorrdquo (p126) lo que implica evaluar y pensar el drama des-de su compleja estructura dialeacutectica en el que ocurren comuacutenmente relaciones de disputa y lucha entre el coro y los personajes llamadas kommos o entre los personajes mismos que se denominan agoacuten traacutegico

Por medio de las diversas relaciones que tienen lugar entre los elementos de la trage-dia (relaciones entre el coro y los personajes el estaacutesimo y los episodios) el geacutenero devela una interesante estructura de pesos y contra-pesos que debe ser pensada de modo integral En relacioacuten con esto Kaufmann ofrece un mo-delo alternativo desde el cual pensar ciertos dramas traacutegicos a saber el concepto de ldquocoli-sioacuten traacutegicardquo heredado de Hegel que envuelve la siguiente comprensioacuten

En el centro de las mejores tragedias de Esquilo y Soacutefocles no encontramos un heacuteroe traacutegico sino una colisioacuten traacutegica y (hellip) el conflicto no es entre el bien y el mal sino entre posiciones parciales donde en-contramos siempre algo bueno en cada una de ellas (Kaufmann 1978 p308)

En conformidad con lo citado de Tobiacuteas Naacutepoli maacutes arriba este enfoque basado en la colisioacuten traacutegica y los elementos que entran en relacioacuten agoacutenica posibilitan un estudio maacutes exhaustivo y enriquecedor sobre las diferen-tes voces poeacuteticas que afirman se confrontan y se desdicen en los dramas traacutegicos Benjamin tambieacuten pudo reconocer en la tragedia aacutetica este particular elemento agoacutenico Asiacute consi-deroacute que estas obras comparten un singular parentesco con el proceso judicial ateniense integrado por acusados acusadores y ldquotesti-gos juradosrdquo (que constituiriacutean el coro testi-

gos juiciosos sobre los acontecimientos) Es-cribe Benjamin

(hellip) la tragedia se ajusta en todo caso a la imagen del desarrollo de un proceso porque tambieacuten en ella se produce un debate con vistas a una final expiacioacuten De ahiacute resulta que en Soacutefocles y Euriacutepides los heacuteroes aprendan ldquono a hablarhellip [sino] meramente a debatir y de ahiacute que lsquoa la antigua dramaturgiarsquo le resulta extrantildea la escena de amorrdquo (Benjamin 2006 p326)

Se considera un poco poleacutemica la postura de Benjamin pero ciertamente da cuenta del elemento conflictivo muy marcado en las tra-gedias griegas Mucho maacutes desarrollada es la disertacioacuten de Martha Nussbaum al desarro-llar la nocioacuten de ldquoconflicto traacutegicordquo en el que dos valores contrapuestos muestran su validez eacutetica y dilemaacutetica por lo que cualquier elec-cioacuten tomada tambieacuten implica incurrir en una falta moral Como vemos esta idea se adecua bastante bien al concepto de ldquoculpa traacutegicardquo anteriormente mencionado que destaca por su paradoacutejica constitucioacuten entre cierta justifi-cacioacuten o validez y una culpa o infortunio ldquone-cesariordquo fruto de las elecciones del heacuteroe

Al referirnos a estas valoraciones sobre lo agoacutenico y dilemaacutetico en las tragedias griegas es importante recordar que no es vaacutelido inferir que todas las piezas obedecen al mismo es-quema propuesto ni en el mismo grado Kau-fmann puntualiza que el concepto de ldquocolisioacuten traacutegicardquo aclara obras como La Orestiada Pro-meteo Hipoacutelito Las Bacantes mdashy en menor medida seguacuten su argumentacioacutenmdash Antiacutegona Edipo rey y Filoctetes

Ahora bien tal como se desarrolloacute en el se-gundo apartado de esta investigacioacuten si el po-der de la palabra poeacutetica tiene capacidad para instaurar sentido y posibilitar una forma de comprensioacuten distinta de la realidad o como

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afirma Gadamer (1977) ldquoLa palabra poeacutetica se convierte con frecuencia en una prueba de lo que es verdad pues el poema resucita una vida secreta en palabras que pareciacutean gasta-das e inservibles y nos ilustra asiacute sobre noso-tros mismosrdquo (p539) en los dramas traacutegicos se estudiaraacute precisamente la tensioacuten manifies-ta que la obra invoca en la puesta en escena por medio de la interrelacioacuten compleja de sus elementos a saber las relaciones dinaacutemicas que afloran de sus personajes argumentos y siacutembolos Todo para desde alliacute rescatar o hacer presente en cierta forma esos valores poliseacutemicos que relucen en tal tensioacuten y plura-lidad expresadas por las voces poeacuteticas dentro del drama Es decir aquella polisemia inadver-tida que ronda en los elementos expliacutecitos que entran en colisioacuten

Como se dijo antes resulta favorable com-prender la tragedia aacutetica como un arte que re-uacutene elementos mimeacuteticos y poieacuteticos El teatro no escapa de su dimensioacuten referencial y an-tropoloacutegica al mismo tiempo que vincula en siacute un espacio en el que lo representado adquiere una significacioacuten distinta y maacutes elevada A su vez en tanto obra artiacutestica y esceacutenica supone una relacioacuten de participacioacuten y juego en la que el mundo artiacutestico de la obra y el mundo del espectador (o lector) se funden en la experien-cia esteacutetica de inmersioacuten y ldquosimultaneidadrdquo

En esta reciprocidad entre espectadorlec-tor y pieza dramaacutetica Gadamer atisba una im-portante relacioacuten interpretativa y de compren-sioacuten De ahiacute que la relacioacuten con la obra siem-pre supone una actividad reflexiva es decir la identidad interpretativa de la obra ldquoconsiste precisamente en que hay algo lsquoque entenderrsquo en que pretende ser entendida como aque-llo a lo que se lsquorefierersquo o como lo que lsquodicersquordquo (Gadamer 1991 p73) Lo que significa que en nuestra relacioacuten con ella acontece un ldquoapren-der a leerlardquo y comprenderla

En otras palabras siempre hay un espacio abierto que espera ser llenado por el juicio criacute-tico e interpretativo del espectadorlector Es interesante notar coacutemo para Gadamer las pie-zas en cierto modo lo exigen Y esto es precisa-mente lo que se procederaacute a analizar en el si-guiente capiacutetulo con el aacutenimo de aprehender de la forma maacutes adecuada posible lo que las obras traacutegicas escogidas tienen que ldquodecirnosrdquo desde su ser-obra por medio y en el diaacutelogo que es la criacutetica

CAPIacuteTULO II

DESARROLLO INTERPRETATIVO DE LAS TRAGEDIAS A LA LUZ DEL CONCEPTO DE COLISIOacuteN TRAacuteGICA

En el presente capiacutetulo se ofrece una in-terpretacioacuten de corte criacutetico-literario y filo-soacutefico-hermeneacuteutico de las obras Agamenoacuten de Esquilo Antiacutegona de Soacutefocles e Ioacuten de Eu-riacutepides con el fin de repensar los diferentes elementos que las piezas ponen en cuestioacuten y problematizan Desde la dimensioacuten literaria y singular de cada una esta investigacioacuten pres-taraacute especial atencioacuten a toacutepicos como la pre-sencia y ambiguumledad del silencio en Agame-noacuten la significacioacuten de lo deinoacuten en la accioacuten y en el discurso humano en Antiacutegona y por uacuteltimo el valor del libre discurso parresiasteacutes en Ioacuten de Euriacutepides

21 La ambiguumledad y presencia del silencio en Agamenoacuten de Esquilo

La Orestiada ejemplifica de una manera altamente lograda muchos de los elementos maacutes caracteriacutesticos del teatro esquiacuteleo la pre-sencia de una justicia divina que reina e im-pregna los asuntos mortales la moral humana vuelta dilema y conflicto la marcada partici-pacioacuten de un coro liacuterico que enjuicia la accioacuten desde un terreno de percepcioacuten limitado en-

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tre otros A partir de estos componentes ya claacutesicos en el estudio filoloacutegico se pretende hilvanar una interpretacioacuten sobre las figuras de Agamenoacuten y Clitemnestra para finalmente repensar la relevancia argumental y simboacutelica de Casandra dentro del texto y en la totalidad de la obra teatral

A traveacutes de este desarrollo se aspira a tocar toacutepicos de sumo intereacutes como por un lado el papel del silencio en el discurso y la accioacuten hu-mana y por el otro la dimensioacuten agonal dile-maacutetica y ambivalente de los asuntos mortales temas que la obra sugiere desde siacute en su des-pliegue interpretativo

El dilema y la colisioacuten de contrarios se per-ciben como un solo tema central en muchas de las obras de Esquilo y tambieacuten en Agame-noacuten Es una dimensioacuten agonal que se puede apreciar en diferentes escalas tanto en un nivel argumental-estructural en una historia que narra de manera interrelacionada la ven-ganza de Clitemnestra y el deseo divino de justicia en la familia de los atridas como en un nivel intraargumental en la presentacioacuten de personajes caracterizados por connotacio-nes ambivalentes y opuestas Asimismo estaacute la relacioacuten entre lo humano y lo divino que se desarrolla de un modo tan misterioso como ldquojustificablerdquo y que por ello ha dado pie a mu-chos estudios criacuteticos sobre el tema

Para el filoacutesofo y filoacutelogo claacutesico Andreacute-Jean Festugiegravere las tragedias griegas poseen dos rasgos distintivos uno es la cataacutestrofe como algo natural en la vida de los hombres y otro es la idea de que estas cataacutestrofes estaacuten liga-das a la misteriosa e ininteligible voluntad de los dioses (Festugiegravere 1968 p16) Aunque puede ser debatible la certeza o precisioacuten del segundo punto que destaca este esquema baacutesico puede servir de preaacutembulo para un es-tudio de las obras a tratar A juicio del autor

en los tres poetas traacutegicos estaacute presente una suerte de muro sobre el cual cada uno ha la-brado una grieta Distinta Es su grieta

El hombre cumple su tarea como me-jor puede Los dioses lo trastocan todo Eacutel no comprende Eacuteste permanece constan-temente en presencia de un muro Ahora bien como a pesar de todo hay que vivir y como el ser humano no puede dejar de pensar cada uno de los traacutegicos griegos ha buscado una grieta en ese muro (Festu-giegravere 1968 p17)

En un aspecto metodoloacutegico esta forma de comprender las tragedias puede ser de mucha utilidad como punto de partida sobre todo en lo que se refiere a los elementos maacutes distintivos que caracterizan a cada poeta traacutegi-co Esa buacutesqueda de ldquouna grietardquo en el muro del mundo y la mencionada conexioacuten entre la cataacutestrofe y el tipo de relacioacuten humana que se establece con lo divino son esenciales a nuestros fines La pieza de Esquilo Agame-noacuten nos narra la ansiada llegada del liacuteder de la flota helena a Micenas tras haber vencido en la guerra de Troya De manera contrapuesta describe las intrigas incertidumbres e ideas que se gestan en el palacio territorio argivo a traveacutes de personajes como Clitemnestra un coro compuesto de sabios ancianos un vigiacutea y un mensajero real

La obra comienza con un parlamento del vigiacutea quien suplica por la llegada de la sentildeal que indicariacutea que los helenos han triunfado en la guerra a su vez muestra el deseo del ciu-dadano de que sus liacutederes vuelvan a salvo a un palacio y a una comunidad que se perciben como trastocados En sus palabras ldquome echo a llorar lamentando el infortunio de esta mo-rada que ya no se rige del mejor modo tiempo atraacutesrdquo (Esquilo v20) El entusiasmo del vigiacutea y del coro al corroborar sus esperanzas con la sentildeal percibida contrasta enfaacuteticamente con

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un elemento que merodea de forma iacutentegra en toda la trama de la obra teatral un temor irresuelto y latente que surge de unos males cultivados en el palacio de los atridas es una especie de pesadez que se cierne sobre los personajes y estaacute presente en cada diaacutelogo y que de forma resumida se identifica con el tropo del silencio o el callar La primera par-ticipacioacuten del vigiacutea marca desde el inicio este componente tirante tenso temible

iexclOjalaacute que yo pueda estrechar con esta mi mano la bien amada mano del sobera-no de este palacio cuando haya llegado Lo demaacutes me lo callo Un buey pisa mi len-gua El propio palacio si voz tuviera podriacutea decirlo con la mayor claridad (hellip) (Esquilo v37)

Aquiacute el propio palacio adquiere un signifi-cado poeacutetico y funcional al volverse tropo de lo inexpresable y oculto El ldquopalaciordquo la ldquomora-dardquo se presenta no con la calidez de un hogar sino con la frialdad de un espacio inhoacutespito maldito ldquosilenterdquo Esta idea se conecta con la maldicioacuten claacutesica que se hereda a traveacutes de las generaciones y que se encuentra inserta en el linaje de Agamenoacuten El tropo reapareceraacute posteriormente en el desarrollo de la obra pero cargado de nuevas significaciones y rela-ciones

De acuerdo con la filoacuteloga claacutesica Jaqueline de Romilly en la obra de Esquilo lo divino y la justicia divina son elementos que impregnan casi todos los aspectos del mundo humano pero ldquoesto no quiere decir que se trate de un mundo en orden Es un mundo que aspira al orden pero que se mueve en el misterio y el miedordquo (Romilly 2011 p56) De hecho la tri-logiacutea que compone La Orestiada y de la cual Agamenoacuten es la primera pieza muestra un traacutensito hacia un tipo de justicia maacutes lograda y caracterizada por la froacutenesis de una institu-

cioacuten democraacutetica como el Areoacutepago en de-trimento de una justicia maacutes arcaica basada en el castigo incuestionable y la exigencia de sangre Lo interesante se encuentra quizaacute en la dimensioacuten dicotoacutemica y ambivalente de los teacuterminos con los que la obra juega lo civiliza-do y lo bestial lo sacriacutelego y lo justo la caza y el sacrifico16

Este elemento dicotoacutemico y agonal es evi-dente desde un comienzo cuando en el pri-mer estaacutesimo de la obra el coro narra el augu-rio de Calcante el profeta de Apolo sobre los atridas y su destino en la guerra contra Troya la visioacuten de dos aacuteguilas que ldquoestaban devoran-do una liebre prentildeada con una gravidez tras haberle cortado su uacuteltima carrera Entona un canto de duelo un canto de duelo pero que el bien consiga triunfarrdquo (Esquilo v120) Aquiacute la visioacuten adivinatoria del vidente pone en re-lacioacuten dos elementos esenciales por un lado la idea de que estas dos aacuteguilas simbolizan el trono de los hermanos helenos que poseen el favor divino de vengar su honor contra Troya y por otro la nocioacuten de que tal accioacuten se de-sarrollaraacute en la forma de una caceriacutea bestial

Agamenoacuten y Menelao son cazadores pero tambieacuten aacuteguilas predadoras la guerra exigida por Zeus a manera de mandato implica de for-ma oculta un contrario sacriacutelego e impiacuteo En tal sentido la caza de un animal salvaje como la liebre y sus criacuteas es tambieacuten una transgre-sioacuten de los dominios de una diosa virginal Artemisa Y en la antistrofa el coro canta que ldquola pura Aacutertemis por compasioacuten estaacute irritada con los alados perros de su padre porque han dado muerte a la miacutesera liebre con su prentildeez antes del parto y odia ese festiacuten de las Aacuteguilasrdquo (Esquilo v136)

16 Esta uacuteltima dicotomiacutea es desarrolladaexhaustivamente por Pierre Vidal-Naquet en suensayoldquoCazaysacrificioenlaOrestiadadeEsquilordquoen el libro Mito y tragedia en la Grecia antigua (2002a)

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Las alusiones a lo sacriacutelego y bestial no aca-ban alliacute sino que se manifiestan de modo in-termitente antes y despueacutes de esta escena en la dramatizacioacuten Como bien sentildeala Vidal-Na-quet resulta paradoacutejica la primera alusioacuten me-tafoacuterica a los hermanos argivos que se hace en el verso nuacutemero cincuenta y uno Alliacute el coro los describe de la siguiente manera ldquoPareciacutean buitres que con un inmenso dolor por sus criacuteas giran y giran surcando el aire sobre sus nidos con remos de alasrdquo (Esquilo v51) Se trata de un verso que enfatiza el recelo y la exigencia de justicia de las aacuteguilas-buitres por el rapto de Helena pero de modo maacutes eminente auacuten con esas liacuteneas la obra genera un juego dinaacutemico en el que se entremezclan la caza y la carrontildea terrenos propios del buitre A la altiva figura del aacuteguila rapaz se le antildeade una connotacioacuten peacuterfida y putrefacta y ambas en resumidas cuentas designan a Agamenoacuten Como indica Vidal-Naquet ldquoes extrantildeo que sea el animal noble real el aacuteguila de las alturas el que sea presentado realizando una accioacuten horrible y el animal innoble el carrontildeero el que clame justicia (Vidal-Naquet 2002a p147)

A consecuencia de ello el coro de modo sugerente y sugestivo ilustra a un Agamenoacuten ambiguo en un juego dual en el que un teacuter-mino reclama al contrario incluso cuando su posicioacuten no es nunca la de ruptura o desprecio de tal hombre En sus cantos el coro no deja de apreciar y exaltar la relevancia simboacutelica de Agamenoacuten como liacuteder de la comunidad poliacuteti-ca y como jerarca de la familia real Un hombre en una situacioacuten privilegiada aunque sujeto de una auteacutentica colisioacuten traacutegica fruto de la las exigencias de Zeus y Aacutertemis La filoacutesofa Mar-tha Nussbaum destaca algo de gran relevan-cia a saber la accioacuten imperativa que suponen las exigencias divinas en la cultura heleacutenica pero sobre todo en el drama traacutegico

Esta cuestioacuten resulta de gran intereacutes en teacuterminos argumentales pero tambieacuten filoloacute-gicos y filosoacuteficos dado que ofrece una clara interpretacioacuten sobre la forma en que se es-tablecen las relaciones entre lo humano y lo divino en la poesiacutea esquiacutelea Con anterioridad se expuso coacutemo para Festugiegravere la voluntad divina se imponiacutea ciegamente en los asuntos humanos y en esa medida se avizoraba ldquoinin-teligiblerdquo y ldquomisteriosardquo Muy por el contra-rio al menos en La Orestiada tal voluntad se establece como exigencia dilemaacutetica que de manera contingente puede entrar en una gran colisioacuten En este sentido Martha Nussbaum es muy penetrante cuando considera que en la tragedia aacutetica las ldquointervenciones divinas en la vida humana no son arbitrarias ni caprichosas deben entenderse como la materializacioacuten de respuestas eacuteticas profundas cuya inteligibili-dad no depende de la presencia o ausencia de las deidadesrdquo (Nussbaum 1995 p76) Mien-tras que el mandato de Zeus exige el castigo por el irrespeto a los himeneos la condicioacuten y exigencia de Aacutertemis se impone como un ajus-te por la brutalidad de una guerra representa-da a modo de una gran y violenta caceriacutea

La virgen Ifigenia es presentada como el sacrificio y requisito que impone Aacutertemis para que la flota helena pueda ir a Troya y cumplir el deber que asigna Zeus A la libre voluntad de Agamenoacuten le sobreviene una eleccioacuten di-lemaacutetica de la que no podraacute salir indemne y como bien considera Nussbaum en esto consiste uno de los conflictos praacutecticos que a simple vista parecen ldquoirracionalesrdquo Pero que son posibles precisamente porque la virtud humana se enfrenta a un entorno contingente que la hace a ella misma dinaacutemica y fraacutegil Aun cuando la hamartiacutea no sea una nocioacuten univer-salmente aplicable a toda obra traacutegica entre los versos 205 y 235 siacute que se le puede distin-guir un espacio de relevancia

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En este canto de la antistrofa el coro pasa a rememorar el razonamiento de Agamenoacuten en el momento en que aceptoacute sacrificar a su hija un sacrificio familiar y privado en beneficio de toda la comunidad poliacutetica de la Heacutelade Como afirma Leonardo Azparren (1993) Agamenoacuten debe ldquoelegir en una disyuntiva que es una apo-riacutea entre su esfera puacuteblica (polis) y su esfera privada (oikos)rdquo (p89) Un juicio indudable-mente determinado por un constrentildeimiento externo entre las exigencias de ambos dioses Entonces iquestpodriacutea pensarse que el infortunio de Agamenoacuten es fruto de una mala decisioacuten un defecto moral propio de su caraacutecter como ldquoheacuteroerdquo o de la irracionalidad divina que tras-toca el mundo de los mortales La respuesta podriacutea encontrarse en el reproche del coro

(hellip) cuando ya se hubo uncido al yugo de la ineluctable necesidad exhaloacute de su mente un viento distinto impiacuteo impuro sacriacutelego con el que mudoacute de sentimien-tos y con osadiacutea se decidioacute a todo que a los mortales los enardece una funesta de-mencia (hellip) (Esquilo v220)

Con claridad el coro distingue en Agame-noacuten un cambio de temple su aacutenimo y no solo su razonamiento impulsan una eleccioacuten inde-corosa a la alternativa de sacrificar a su hija El reproche no se encuentra tanto en la eleccioacuten sino en el deseo unidireccional en la osadiacutea funesta que le acompantildea Asiacute Agamenoacuten afir-ma que ldquoes liacutecito desear con intensa vehemen-cia el sacrificio de la sangre de una doncella para conseguir aquietar los vientos iexclque sea para bienrdquo17 (Esquilo v217) Afirmacioacuten in-

17 EnlatraduccioacutenutilizadaporNussbaumellaofreceun importante esclarecimiento de los teacuterminos griegosempleadosldquotheacutemisrdquo(santo)ylaexpresioacutenldquoorgai periorgoacutes epithymeacutenrdquo referente a ldquodesearcon apasionada pasioacutenrdquo y que en Gredos setranscribecomoldquodesearconintensavehemenciardquoEn consecuencia en la traduccioacuten que ofrece laautoraseleeldquoEsliacutecitoysanto(theacutemis)desearconapasionada pasioacuten (orgai periorgoacutes epithymeacuten) el

dignante tanto para el coro como para el puacute-blico ateniense y que trasluce una ferocidad eroacutetica18 que no contempla el dilema en el que el propio sujeto se halla Aunque la expresioacuten ldquoorgai periorgoacutes epithymeacutenrdquo aparenta ser una simple tautologiacutea refuerza la conviccioacuten es-tablecida por Agamenoacuten y asiacute transgrede el debido respeto hacia la filia y el eros familiar Paradoacutejicamente eacutel sustenta su accioacuten en un eros maligno un deseo que asiente a su pro-pia vehemencia (delictiva) idea que contra-dice la convencioacuten comuacuten de que solo puede desearse una accioacuten o tener una eleccioacuten A propoacutesito de ello el coro reitera la idea de que Agamenoacuten ha asentido a ldquouna temeridad voluntaria (thaacutesos Hekouacutesion)rdquo (Nussbaum 1995 p78)

Por medio de un silogismo ciego y vaciacuteo Agamenoacuten justifica su decisioacuten como mejor y deseable antes que comprender el dilema en el que se encuentra y le conduce inevitable-mente a un tipo u otro de sacrilegio al estar frente a la alternativa de sacrificar a su hija abandonar la empresa de Zeus o incluso em-barcar hacia Troya sin haber sacrificado a Ifige-nia (tres posibilidades que le haraacuten culpable)

Con su actitud ante la fortuna el heacuteroe se vuelve signo de lo aporeacutetico pero tambieacuten re-chaza su propia ambiguumledad al renegar de su culpabilidad ya que prefiere concebir su ac-cioacuten como ldquocorrecta y justificablerdquo ante todo Asiacute indica Martha Nussbaum reduce un dile-ma infranqueable a una alternativa que cree explicable La hamartia que concebimos como culpa traacutegica se encuentra en la inmoralidad que se gesta en su eleccioacuten y que incluso tras-toca su caraacutecter como sujeto Indudablemen-

sacrificio que aquieta los vientos la sangre de ladoncella Que sea para bienrdquo (Nussbaum 1995p68)

18 Nos referimos al expresado deseo la ldquointensavehemenciardquoolaldquopasioacutenapasionadardquo

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te Agamenoacuten emite un juicio que afronta un mundo contingente mdashy que siacute podriacutea conside-rarse como aceptable aun reconociendo su caraacutecter sacriacutelegomdash pero en su actitud trai-ciona la pluralidad inmanente en la realidad el afuera la fortuna del mundo y que le obli-gariacutea a reconocerse a siacute mismo con lucidez como culpable y condenado

Hay que sentildealar que seriacutea un error enten-der a Agamenoacuten como un ldquoheacuteroerdquo iacutentegro y tampoco podriacutea concebirse como protagonis-ta indiscutible de la obra no obstante sigue siendo el personaje que desencadena el mo-tivo central por el que los acontecimientos de la trilogiacutea se desarrollan Su papel en la repre-sentacioacuten es iacutenfimo de unos ochenta versos19 y su integridad moral se muestra aporeacutetica aunque de nuevo es preciso subrayar que ninguacuten personaje deja de reconocer en eacutel su grandeza como monarca y liacuteder

Ahora bien otro personaje merece aten-cioacuten en la medida en que ofrece una posicioacuten contraria y de relevancia en la colisioacuten moral que la pieza pone en escena nos referimos a Clitemnestra La reina de los argivos es toda una figura de poder y altivez Ella desde su po-sicioacuten sufriente y contraria a la de Agamenoacuten es retratada con una ferocidad leoacutenica (ver los versos 1255-1260) que refleja incluso cierto odio En ausencia del monarca Clitemnestra ha sabido dominar los asuntos puacuteblicos y de-fender su palabra frente a un coro que en dife-rentes ocasiones le interpela por su condicioacuten de mujer Recordemos que para la cultura ate-niense del siglo V a C la mujer no era un ciu-dadano ni mucho menos podiacutea inmiscuirse en los asuntos puacuteblicos su lugar se encontraba en la economiacutea familiar (oikos) y en su subor-

19 Kaufmann (1978) ha escrito que Agamenoacuten tieneldquo80versosElcorotieneunpapeldiezvecesmayorClitemnestratieneunpapelcuaacutedrupleyCasandrael doble e incluso el heraldo tiene 128 versosrdquo(p290)

dinacioacuten silente respecto del hombre-polites20 Aun asiacute el coro la describe con las siguientes palabras ldquoHablas mujer con sensatez como lo hariacutea un prudente varoacutenrdquo (Esquilo v351) de modo que reconoce en su figura una viri-lidad impropia de su rol femenino pero que tambieacuten expresa su respeto y reverencia den-tro del mundo puacuteblico y patriarcal en el que se posiciona

Clitemnestra es entonces una mujer viril capaz de imponer su voz en el espacio puacuteblico dominado por la voz-masculina pero asiacute como manifiesta su dominio tambieacuten ofrece un si-lencio propio El tropo del silencio y lo inex-presado se reitera en los versos 99 y 260-270 cuando los diferentes personajes que se rela-cionan con la reina no dejan de notar cierta actitud de retraimiento en ella Se dan cuenta de que queda algo por decir en el comporta-miento de Clitemnestra quien esconde muy bien un aura ominosa Esta metaacutefora resurge junto a un patetismo muy marcado cuando el coro canta

Se pueden ver los silencios de quien se aparta del todo lleno de dolor signos estos de su honra herida pero sin expresioacuten de reproche Por la nostalgia de la que estaacute maacutes allaacute del mar pareceraacute que un fantas-ma reina en palacio (Esquilo vv407-415)

En la antistrofa este canto se refiere al luto de Menelao ante la peacuterdida de Helena aun-que en otro sentido bien puede interpretarse

20 La investigadora Nazira Espinoza ofrece unadistincioacuten que consideramos relevante cuandoafirma que en la sociedad ateniense de caraacutecterpatriarcal ldquola relacioacuten ideal con el lenguaje enel aacutembitode laGrecia antigua fue la de lamujer-silente-privada y el hombre-voz-puacuteblica dondeel poder y la ausencia se determinaban por mediode suparticipacioacutenen las esferaspuacuteblica yprivadardquo (Espinoza2013p7)UnadiferenciaqueClitemnestra revuelve con su leoacutenica actitud demandoyensuactodeusurpacioacutendelpoderalfinaldelaobra

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a la luz de los diferentes elementos que invo-ca y que con anterioridad se presentan en la obra relacionados con el palacio y la actitud de la reina el silencio la atmoacutesfera palaciega y la afliccioacuten Como se mencionoacute en los versos 99 y 260-270 se describe a una Clitemnestra silente y el coro identifica una intencioacuten la-tente pero que apenas es percibida de forma extraverbal a traveacutes de sus actos

De hecho el mismo coro manifiesta ldquoEstos son los dolores que pesan sobre el hogar de este palacio y otros incluso maacutes graves que es-tosrdquo (Esquilo v529) en consecuencia asocia la afliccioacuten de Menelao con el dolor que Cli-temnestra y los demaacutes habitantes sufren en el palacio Si se piensa en la reina al leer el canto se aprecian los paralelismos en tanto que ella tambieacuten ilustra la figura sombriacutea y enigmaacutetica de un ldquofantasmardquo que proyecta su influencia espectral en todo el espacio Para el coro y para el propio espectador su temple mues-tra una afliccioacuten o nostalgia que se relaciona con el luto por Ifigenia la honra herida que se convierte para ella en un deseo irrefrenable de venganza

La acadeacutemica Nazira Espinoza (2013) al investigar acerca de los diversos significantes que el silencio (como signo) puede tener escri-be que ldquoen el silencio no se dice (verbalmente) nada pero se dice (extra-verbalmente) que no quiero o que no debo o que no puedo decir lo que callordquo (p5) Asiacute de la figura de Clitem-nestra puede afirmarse con propiedad que su callar tambieacuten expresa de forma negativa y ex-traverbal una serie de pasiones mdashque solo los espectadores o lectores conocemosmdash que le llevaraacuten a legitimar su venganza Una vengan-za que con claridad ldquono debe comunicarserdquo a nadie y que repercutiraacute no solo en un nivel familiar en lo que al oikos se refiere sino tam-bieacuten en las instancias puacuteblica y poliacutetica en la

direccioacuten misma de la polis usurpada por una mujer viril

Tanto Clitemnestra como Agamenoacuten expre-san en su caracterizacioacuten una posicioacuten parcial determinada y sesgada de un conflicto que les avasalla Un hecho que tal vez no tendriacutea por queacute ser reprobable sino en la medida en que se blindan en el interior de sus propios discur-sos y con ello establecen una verdad que no reconoce pluralidad ni alteridad alguna En diferentes momentos el discurso de ambos personajes establece una relacioacuten de poder que ldquosilenciardquo margina o invisibiliza cualquier alternativa o posicioacuten contraria Desde su an-tagonismo ambos comparten en su accionar aquello que Martha Nussbaum distinguioacute como un mal eros En la frase ldquoorgai periorgoacutes epithymeacutenrdquo los dos se reconocen pues asien-ten con vehemencia a un deseo sacriacutelego y se dejan dominar por su atraccioacuten que pos-teriormente les lleva a considerar correcta su accioacuten homicida Para Nussbaum la tragedia de Agamenoacuten puede mostrarnos que el su-jeto-agente en determinadas circunstancias dilemaacuteticas

(hellip) tendriacutea que formarse una viacutevida imagen mental de ambos lados del dilema en un intento deliberado de ver los nume-rosos aspectos pertinentes del caso con la mayor claridad y autenticidad posibles (hellip) Deberaacute pues realizar una labor de in-terpretacioacuten (Nussbaum 1995 p77)

Esta idea se vincula claramente con la sig-nificativa sentencia de Esquilo ldquose adquiere la sabiduriacutea con el sufrimientordquo (Esquilo v380) pero no puede aplicarse a los dos personajes principales de esta tragedia pues ninguno acepta maacutes que un deseo que les legitima par-cialmente

No obstante en el meollo de esta colisioacuten traacutegica la figura de Casandra encarna una po-

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sicioacuten diferente que siacute despliega esta visioacuten interpretativa y es comprensiva de la colisioacuten traacutegica que se padece La antigua princesa troyana aun con una ldquoparticipacioacutenrdquo y signifi-cacioacuten ldquomarginalrdquo vislumbra el cumplimiento de muchos de los toacutepicos que el argumento proyecta hasta el momento Con su implica-cioacuten los tropos referentes al silencio y la ex-presioacuten sobre la ldquosabiduriacutea en el sufrimientordquo adquieren un nuevo significado maacutes plural y vigoroso

Casandra se diferencia de cualquier otro personaje de esta pieza porque cumple a ca-balidad con una actitud que desde su silencio desprecia y desafiacutea la palabra argiva dominan-te Mientras que el silencio de Clitemnestra corresponde a un medio de encubrimiento a los fines de su venganza futura en Casandra su callar oculta un fin en siacute mismo que designa su rechazo manifiesto al poder de la reina y sus verdugos helenos

En los versos 1035-1070 puede leerse coacutemo sucede el diaacutelogo que se fragmenta ante la actitud de la cautiva Alliacute Clitemnestra le so-licita que entre en el palacio tambieacuten le dice que si ldquono es desconocida y baacuterbara su lengua como de golondrina la voy a persuadir dicieacuten-dole razones que penetraraacuten en su inteligen-ciardquo (Esquilo v1050) para que despueacutes del fracaso de su peticioacuten el corifeo afirme ldquoten-go la impresioacuten de que la extranjera necesita un inteacuterprete que se lo explique con claridad Su aspecto es el de una fiera recieacuten atrapadardquo (Esquilo v1064)

La reina interpreta la actitud de Casandra como de incomprensioacuten su silencio es in-sig-nificante mientras que desde la posicioacuten de la cautiva y del espectador de la obra es un silencio que se corresponde con una actitud de desafiacuteo y empoderamiento que interpela el propio discurso que la somete Como bien indi-

ca Nazira Espinoza (2013) ldquoLa no-enunciacioacuten de la palabra puede expresar no solo dominio sino desaprobacioacuten o incluso sumisioacuten frente al interlocutor ante el que calla el enuncian-te El silencio tambieacuten puede ser considerado una forma de expresioacuten en el discursordquo (p4) Y en efecto en el presente caso Casandra ca-lla para demostrar positivamente su desdeacuten hacia su interlocutor que es Clitemnestra (in-discutible siacutembolo de poder y autoridad en el palacio) La princesa troyana impregna con el tropo del silencio una nueva acepcioacuten positiva que marca una diferencia con las formas an-teriores en las que la pieza ha presentado el silencio de manera negativa de ocultamiento yo no-verbalizacioacuten

Cuando anteriormente se hizo referencia a la ldquomarginalidadrdquo de Casandra se aludiacutea a su condicioacuten de ldquoextranjerardquo ldquoesclavardquo y so-bre todo al hecho de que fuera una vidente condenada al descreacutedito Todos estos adjeti-vos la vuelven un sujeto anoacutemico neutraliza-do e ignorado por su condicioacuten ldquomarginalrdquo En cuanto Clitemnestra sale de escena la cautiva empieza a hablar y con ello expone en su dis-curso la muerte y putrefaccioacuten que el palacio alberga y que a continuacioacuten daraacute origen a un nuevo crimen Casandra dice ldquoLa casa exhala muerte que chorrea sangre (hellip) Es un hedor semejante al que procede de un sepulcrordquo (Esquilo v1312) Asiacute que el palacio mdashy lo que antes fue su ldquosilenciordquomdash se vuelve alegoriacutea de todos los homicidios de los descendientes de Atreo que Casandra en un acto de rebelioacuten intenta denunciar Pero ninguno de sus inter-locutores comprende cabalmente lo que afir-ma la mujer y la desacreditan Incluso Loxias la condena bajo la forma de su abstencioacuten e incomunicacioacuten eacutel tambieacuten calla Paradoacutejica-mente Casandra es escuchada pero sabe que seraacute desacreditada por su condicioacuten de mujer

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cautiva y condenada que el dios Apolo le ha impuesto

Ahora bien la princesa troyana se revela como el uacutenico personaje que encarna la sen-tencia de Esquilo ldquose adquiere la sabiduriacutea con el sufrimientordquo Maacutes que cualquier otro personaje del drama Casandra comprende con lucidez la condicioacuten indignante y desafor-tunada en la que se encuentra y la acepta va-

lientemente y aun hasta con cierto rechazo A pesar de todo intenta desde su propio tem-ple mantenerse a la altura de su circunstancia sin renegar de cada aspecto de la tycheacute (Fortu-na) que la sanciona mdashinjustamente Como ella misma proclama

No gimo de miedo como un pajarillo en un matorral sino para que una vez muerta seaacuteis mis testigos cuando una mu-jer muera en compensacioacuten de mi muerte y un hombre caiga para pagar la muerte de un hombre que tuvo una esposa perver-sa Como voy a morir os pido este don de hospitalidad (Esquilo v1320)

En su soledad causada por el descreacutedito que le impone la comunidad de oyentes en la que participa y la indiferencia de Apolo a quien gime Casandra se eleva sobre siacute misma para exhibir una integridad y una suficiencia moral que son dignas de admiracioacuten Solo es-pera hospitalidad y comprensioacuten futura sobre los hechos que ocurriraacuten De modo que se cumple parcialmente una interesante des-cripcioacuten que Walter Benjamin recoge sobre la afasia en el ldquoheacuteroe traacutegicordquo del filoacutesofo Franz Rosenzweig

Al callar el heacuteroe rompe los puentes que lo unen con dios y con el mundo ele-vaacutendose de los paisajes de la personalidad que se delimita e individualiza frente a los otros mediante la palabra hasta la glacial soledad del siacute mismo Pero en cuanto que el siacute mismo no sabe nada que esteacute fuera de siacute encontraacutendose sin maacutes solo iquestcoacutemo manifestar su soledad esta riacutegida actitud de desafiacuteo sino precisamente callando (Rosenzweig citado por Benjamin 2006 p317)21

21 EstacitaesunfragmentoqueextraeBenjamindellibro La estrella de la redencioacuten (1997) de FranzRosenzweigautorqueeselprimeroenconcebirlaideadelaldquoafasiardquoenelheacuteroetraacutegicoUnconceptoporciertodelquediferimosendiversosaspectos

CasandrasuplicantefrentealaestatuadeAtenea

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ClitemnestraseenfrentaaCasandraCopaaacuteticadefiguras

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En su sufrimiento silencioso marginada por la comunidad de los hombres y tambieacuten de los dioses Casandra se manifiesta ante el puacuteblico atento como una figura que encar-na un poder que interpela significativamente la estabilidad mdashal menos moralmdash de las dos comunidades que la silencian Su muerte ig-nominiosa se vuelve asiacute desafiacuteo aunque no transgresioacuten Un desafiacuteo que se establece por encima de la insuficiencia moral de Agamenoacuten y Clitemnestra por un lado y por la polis y la comunidad de los dioses que la marginan por el otro

En su descreacutedito impuesto por una comu-nidad poliacutetica y otra oliacutempica patriarcal reside la dignidad de una mujer de rol ldquosilenterdquo que comprende y denuncia con claridad la injus-ticia que la somete en su acto hace suyo un ldquoderechordquo a la palabra que no le pertenece pero que integra en un discurso desafiante en el que el dolor el silencio y el grito se desatan para hablar a sus interlocutores directos e in-directos (los espectadoreslectores) Si bien el mito de Casandra resalta el hecho de que su castigo fue fruto de su rechazo por parte de Apolo no es menos cierto que su condena se vuelve en la obra una denuncia y juicio directo contra Apolo y los dioses En el verso 1085 ex-presa de forma expliacutecita su condicioacuten de aban-dono y rechazo del dios cuando canta ldquoiexclOh Apolo Apolo iexclDivinidad de los caminos mi destructor iquestAdoacutende adoacutende me has traiacutedo iquestA queacute clase de casardquo (Esquilo v1085)

Su condicioacuten en la obra la convierte en siacutembolo de una suficiencia sublime que se vis-lumbra en la comprensioacuten luacutecida de una apo-riacutea que vive y que la desgarra A traveacutes de ella podemos comprender muy raacutepido la reflexioacuten de Walter Benjamin cuando considera que ldquoen la tragedia el hombre pagano advierte que es mejor que sus dioses pero este conocimiento le quita la palabra permaneciendo mudo Sin

declararse ese conocimiento trata de reunir fuerzas en secretordquo (p319) Hasta que final-mente la princesa troyana decide entrar por las puertas del palacio cargando para siacute con el peso de los acontecimientos

La obra culmina de forma catastroacutefica aunque no por ello pueda decirse que toda la trilogiacutea presente una conclusioacuten ldquopesimistardquo Agamenoacuten en su despliegue artiacutestico teatral logra jugar con muchos recursos que en la ex-periencia cotidiana podriacutean percibirse nimios comunes y uniacutevocos En su despliegue litera-rio nos interpela con la significacioacuten plural del silencio en el discurso y la accioacuten humanas ademaacutes de tropos que envuelven a los perso-najes de Casandra y Clitemnestra y tambieacuten por la seduccioacuten del propio deseo inserta en la eleccioacuten dilemaacutetica de Agamenoacuten Por medio de estos tres personajes la pieza exhibe una dimensioacuten dilemaacutetica de los valores humanos que incluso problematiza la ldquointegridadrdquo de un ldquoheacuteroerdquo que se vuelve irrelevante por la pro-pia estructura argumental de la obra y que no deja de expresar en el lenguaje que le es pro-pio que no es otro que el de la poesiacutea dramaacute-tica la muacuteltiple validez que adquieren tantos de los actos que el ser humano debe tomar en el itinerario hacia su destino

22 Antiacutegona y lo deinoacuten en el hombre

Al igual que en el Agamenoacuten de Esquilo Antiacutegona de Soacutefocles es una obra teatral que se desarrolla argumentalmente en torno a una colisioacuten traacutegica aunque en este caso puede distinguirse con mayor claridad la relevancia simboacutelica y ldquoprotagoacutenicardquo de Antiacutegona dentro de la historia Su narracioacuten establece una cla-ra contraposicioacuten entre un tipo de ley ciacutevica relacionada con la vida puacuteblica y un tipo de mandato no-escrito vinculado con una philia familiar privada emparentada con los manda-tos de los dioses A traveacutes de un estudio de

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esta tragedia y de su desenvolvimiento ago-nal se podraacuten vislumbrar toacutepicos de suma re-levancia como lo deinoacuten (lo pavoroso) en los asuntos humanos y en el hombre particular pero tambieacuten el modo en que lo deinoacuten atra-viesa la propia suficiencia discursiva y praacutectica del hombre

Antiacutegona relata los acontecimientos miacuteti-cos que suceden tras la guerra civil tebana en la cual los hermanos Eteocles y Polinices se en-frentan en una contienda por el mando de la ciudad y se dan muerte reciacuteproca el primero de ellos en defensa de la polis mientras que el segundo en su ataque De esta manera la tra-gedia comienza su representacioacuten en el mo-mento en que ante los acontecimientos pa-sados el liacuteder de la ciudad Creonte establece que Polinices no seraacute enterrado de acuerdo con los debidos ritos funerarios Es ante todo y una vez muerto un enemigo y traidor decla-rado de la polis Mientras a Eteocles siacute se le reconoce su debido funeral y entierro por sal-vador y defensor de la ciudad

De esta manera la tragedia hilvana un dile-ma en torno a las figuras de Antiacutegona y Creon-te dos personajes que reaccionan de forma antagoacutenica ante la sentencia dictada sobre el destino de los cuerpos de los hermanos El dilema surge en el momento en que Creonte proclama la ley y prohibicioacuten de enterrar a Po-linices como bien reconoce Antiacutegona en un diaacutelogo con su hermana Ismene

En cuanto al cadaacutever de Polinices muerto miserablemente dicen que en un edicto a los ciudadanos ha hecho publicar que nadie le deacute sepultura ni le llore (hellip) Dicen que con tales decretos nos obliga el buen Creonte a ti y a miacute mdashsiacute tambieacuten a miacutemdash y que viene hacia aquiacute para anun-ciarlo claramente a quienes no lo sepan (hellip) estaacute prescrito que quien haga algo de esto reciba muerte por lapidacioacuten puacuteblica

en la ciudad Asiacute estaacuten las cosas y podraacutes mostrar pronto si eres por naturaleza bien nacida o si aunque de noble linaje eres cobarde (Soacutefocles vv26-36)

La ley se establece en conformidad con la tradicioacuten de la ciudad que es tambieacuten una for-ma de proteccioacuten pero a juicio de Antiacutegona quebranta una exigencia de igual validez que consiste en honrar a sus familiares y librar tri-butos funerarios a sus muertos Polinices es al mismo tiempo hermano y traidor de su patria pero en la querella la noble tebana opta por privilegiar sus deberes filiales y familiares Es por esto que en el fragmento citado Antiacutegona busca con vehemencia convencer a su herma-na de que le ayude en la empresa pues desde su posicioacuten es un deber moral maacutes que una opcioacuten

En su decisioacuten Antiacutegona define un norte valorativo que prima la philia familiar por en-cima de sus viacutenculos con la ciudad y sus leyes En este punto Martha Nussbaum ofrece un aporte apreciable al explicar que la noble te-bana en ldquosu imaginacioacuten ha dibujado un pe-quentildeo ciacuterculo en torno a los miembros de su familia (hellip) lsquoAmigorsquo (philos) y lsquoenemigorsquo estaacuten pues en funcioacuten uacutenicamente de la relacioacuten fa-miliarrdquo (pp106-107) Una actitud praacutectica que aunque es laudable tambieacuten esconde un im-portante sesgo respecto del conflicto dilemaacute-tico que intenta afrontar Ademaacutes establece una distincioacuten arbitraria entre amigo-familiar y enemigo-no-familiar con la que desde su posicioacuten desvirtuacutea hasta cierto punto la plu-ralidad conflictiva de la situacioacuten en la que se encuentra Gracias a ello Antiacutegona reconoce para siacute una gran determinacioacuten con la que se dispone incluso a arriesgar su vida Al hablar de Polinices asevera ldquoHermoso seraacute morir ha-cieacutendolo Yacereacute con eacutel al que amo y me ama tras cometer un piadoso crimen ya que es ma-yor tiempo el que debo agradar a los de abajo

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que a los de aquiacute Alliacute reposareacute para siemprerdquo (Soacutefocles v71)

Ante esta posicioacuten Ismene le reprocha a su hermana lo irrealizable de sus ambicio-nes Aunque ella tambieacuten concibe la sentencia como indignante opta por no tomar un papel activo y colaborar en igual medida con Antiacutego-na De hecho Ismene le recuerda en el diaacutelogo que una transgresioacuten como la que se propo-ne ldquono tiene ninguacuten sentidordquo (Soacutefocles v65) Pero maacutes interesante auacuten es el hecho de que el diaacutelogo ilustra en Ismene una posicioacuten maacutes tradicional de acuerdo con las convenciones culturales de Atenas Mientras que Antiacutegona representa una voz femenina que con deci-sioacuten opta por la transgresioacuten e introduce un decir diferente en el seno de la vida puacuteblica y ciudadana establecida22 Ismene es la voz fe-menina-silente que se conforma con un papel secundario en una polis gobernada por hom-bres Los versos 59-64 son muy ilustrativos de su pensamiento

Y ahora piensa en cuaacutento mayor in-fortunio pereceremos nosotras dos solas como hemos quedado si forzando la ley transgredimos el decreto o el poder del tirano Es preciso que consideremos pri-mero que somos mujeres no hechas para luchar contra los hombres y despueacutes que nos mandan los que tienen maacutes poder de suerte que tenemos que obedecer en esto y en cosas auacuten maacutes dolorosas que estas (Soacutefocles vv59-64)

Ismene y Antiacutegona al ser mujeres aunque de linaje noble no tendriacutean por queacute inmiscuir-se en la esfera de los asuntos puacuteblicos de la

22 A nuestro parecer resulta curioso e interesantepercibir coacutemo en algunos dramas traacutegicos se presentan diversos personajes femeninos con posiciones ldquoextravagantesrdquo y que difieren en gran medidade lavozmasculinacomuacutendominanteenla esfera puacuteblica que se representa en el teatroEllas resultan ser muchas veces personajes maacutesllamativosquemuchosvaronesdramaacuteticos

ciudad que compete a los hombres-polites en una ciudad que se encuentra gobernada por la voluntad aparentemente democraacutetica de Creonte el nuevo tirano

En contraposicioacuten con las aspiraciones de Antiacutegona Creonte se presenta en su primera aparicioacuten con la virilidad y fortaleza de quien gobierna en paz y con resolucioacuten Como liacuteder de la ciudad aspira a encaminar sus decisio-nes siempre en beneficio de la comunidad En los versos 163-164 expresa su agrado al consi-derar que los dioses aprueban sus acciones y que ellos han intercedido en favor de la paz de la que goza su mandato Contrariamente a An-tiacutegona el primer valor que norma su accionar se encuentra en el bienestar de la comunidad Eacutel conforme a la tradicioacuten y las normas de su comunidad poliacutetica ha aplicado con rectitud el edicto Resulta significativa su afirmacioacuten en el verso 190 en el que se presenta por prime-ra vez el claacutesico tropo del barco en alusioacuten a la ciudad y donde se lee

(hellip) [nunca] mantendriacutea como amigo miacuteo a una persona que fuera hostil al paiacutes sabiendo que es eacuteste el que nos salva y que navegando sobre eacutel es como feliz-mente haremos los amigos Con estas nor-mas pretendo yo engrandecer a la ciudad (Soacutefocles v190)

El buen gobierno la buena direccioacuten del barco en manos de Creonte mantendraacute al margen cualquier contingencia infortunada para la comunidad Es por ello que seguir la norma tal cual es es una exigencia moral vaacute-lida Polinices fue un enemigo declarado de la polis Pero en Antiacutegona la parcialidad tambieacuten se cultiva en un discurso sesgado que le per-mitiraacute a ella legitimar su posicioacuten con mayor solidez

Reconocer solo los lazos civiles tambieacuten tie-ne un precio Creonte en su discurso concibe

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la ciudad con un criterio de virtud y bien en detrimento de otras dimensiones igualmen-te importantes de la vida humana y puacuteblica Como demuestra Nussbaum (1995) ldquoCreonte se ha creado un mundo deliberativo donde la tragedia no puede penetrar No se plantea conflictos insolubles dado que soacutelo existe un bien supremo y todos los demaacutes valores estaacuten en funcioacuten de aquelrdquo (p102)

En su discurso Creonte denuncia el dine-ro como una institucioacuten corruptora de la vir-tud ciacutevica que fragmenta la comunidad con deseos egoiacutestas y privados (versos 295-301) En su ambicioacuten de claridad y cohesioacuten ciuda-dana librada de amenaza alguna desprecia la disidencia de los que no aprueban el edic-to sobre Polinices (verso 290) y con resuelta expresividad muestra su imposicioacuten al atisbar en la figura del guardiaacuten la posibilidad de que eacutel no tenga razoacuten en su posicioacuten y que tal vez los dioses no se encuentren conformes con la prohibicioacuten de enterrar a Polinices (versos 276-285) En el discurso que constituye su po-sicioacuten e integridad Creonte como capitaacuten del barco-de-la-polis se muestra hermeacutetico e in-dispuesto a un diaacutelogo abierto En su confron-tacioacuten con el guardiaacuten mdashcuando se descubre que alguien ha dispersado polvo sobre el ca-daacutever de Polinicesmdash le llega a acusar dicieacuten-dole ldquoiexclAh estaacute claro que eres por naturaleza un charlataacuten (hellip) Siacute y encima traicionando tu alma por dinerordquo (Soacutefocles pp320-325) una escena que demuestra coacutemo para Creonte y su loacutegica discursiva cualquier manifestacioacuten de un pensamiento privado y diferente se vuelve amenaza contra la unidad y la claridad puacuteblicas

Justo despueacutes de esta confrontacioacuten suce-de en la obra un estaacutesimo cargado de una fuer-za poeacutetica ambigua y un significativo mensaje que atraviesa toda la pieza En eacutel se recurre a la expresioacuten de lo deinoacuten y asiacute el coro canta

Muchas cosas asombrosas23 existen y con todo nada maacutes asombroso que el hombre (hellip) Se ensentildeoacute a siacute mismo el len-guaje y el alado pensamiento asiacute como las civilizadas maneras de comportarse y tambieacuten fecundo en recursos aprendioacute a esquivar bajo el cielo los dardos de los desapacibles hielos y las lluvias inclemen-tes Nada de lo que por venir le encuentra falto de recursos Soacutelo el Hades no tendraacute escapatoria (hellip) Poseyendo una habilidad superior a lo que se puede uno imaginar la destreza para ingeniar recursos la en-camina a veces al mal otras veces al bien (Soacutefocles vv335 355-365)

El canto es mucho maacutes extenso y su sentido debe examinarse a la luz de su totalidad aun asiacute solo agregamos un fragmento con algunos de los versos maacutes eminentes por cuestiones de espacio y extensioacuten del pasaje De todos modos con eacutel el coro dedica un poeacutetico par-lamento para alabar la grandeza del hombre y su aptitud para superar y transformar aquello a lo que se enfrenta Solo la muerte escapa a su modificacioacuten Sin embargo la ambigua sig-nificacioacuten de este estaacutesimo se encuentra en la plural acepcioacuten del teacutermino deinoacuten que enri-quece su interpretacioacuten a la luz de la obra De acuerdo con Martha Nussbaum (1995) ldquoDei-noacuten se dice casi siempre de algo que inspira asombro o pavor Pero en algunos contextos puede aplicarse tambieacuten a la brillantez des-lumbrante del entendimiento humano a la monstruosidad de un mal o al terrible poder del destinordquo (p92) De ahiacute que la ambivalente metaacutefora del hombre como deinoacuten lo presenta como un sujeto digno de admiracioacuten al mismo tiempo que como uno ominoso o catastroacutefico

23 Las itaacutelicas son nuestras La traslacioacuten de Gredostraduce deinoacuten por asombroso Heidegger (2001)ofrece una traduccioacuten en la que se lee ldquoMuchascosassonpavorosasnadasinembargosobrepasaal hombre en pavorrdquo (p136) Para el siguientedesarrollosobreelteacuterminoaconsejamosrecurriralcantocompletoenlosversos335-365delaobra

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como el rayo que causa para quien lo obser-va una admiracioacuten que se entremezcla con el pavor que engendra aunque tambieacuten en un sentido posible puede entenderse como una experiencia en la cual lo que es susceptible de admiracioacuten demuestra una dimensioacuten impla-cable

Pero ninguna cosa es maacutes deinoacuten que el hombre como reza el canto Maacutes que ser una propiedad humana es algo que le constituye y conforma En la acepcioacuten que Heidegger ofre-ce distingue que el ldquoδεινoacuteν es lo terrible en el sentido del imperar que somete (hellip) la violen-cia lo que somete constituye el caraacutecter del imperar mismordquo (Heidegger 2001 p138) El hombre que es imperio e irrumpe y somete tambieacuten es vitalidad que manifiesta su violen-cia de alliacute que el coro cante sobre la relacioacuten del hombre y el mar mdashcon el antildeadido de la fi-gura del barcomdash que exalta su relacioacuten con la tierra y los seres vivientes de los que se sirve y con los que se relaciona El hombre deinoacuten vuelve familiar su entorno lo hace un hogar habitable y comprensible en su imperio

El poema tambieacuten expresa el dominio hu-mano sobre el lenguaje que ldquose ensentildeoacute a siacute mismordquo junto al ldquoalado pensamientordquo pero lo deinoacuten como ldquolo pavorosordquo remite tambieacuten a ldquolo desconocidordquo y abrumador Hay siempre un afuera desconocido al imperio del hombre Nussbaum indica que lo deinoacuten ademaacutes se re-fiere a algo que se presenta ldquofuera de lugarrdquo e igualmente el imperar que somete heideg-geriano se relaciona con aquello no-sometido y en este sentido el hombre ldquoentendido como el que hace violencia sobrepasa los liacutemites de lo familiar siguiendo justamente la direccioacuten de lo pavoroso o no-familiar entendido como poder sometedorrdquo (Heidegger 2001 p139) Lo deinoacuten no puede ser una propiedad del hombre como tampoco lo puede ser el len-guaje maacutes bien el hombre se comprende y se

concreta en ellos Como el coro afirma en su verso 354 el ser humano ldquoposee una habili-dad superiorrdquo que le constituye y a la que se encuentra centildeido

Estas interpretaciones que dan cuenta de la polisemia del teacutermino podriacutean pensarse como una digresioacuten en el anaacutelisis de la obra pero gracias a ellas es posible pensar en un grado diferente los acontecimientos que se narran iquestNo son Antiacutegona y Creonte dos su-jetos que se comprenden y concretan en un discurso dado y opuesto Sus acciones claman comprensioacuten (y claridad) a la vez que se deve-lan como violencia e imposicioacuten No obstante discurso (lexis) y accioacuten (praxis) no pueden ser entendidos como distintos Mucho menos en la literatura y el teatro en Antiacutegona ambos personajes deben ser interpretados en la rela-cioacuten reciacuteproca existente entre el discurso y el accionar24 que los constituye

Creonte transgrede lo dado para imponer un discurso en el que la polis es el criterio esencial de claridad y estabilidad en la vida humana y con el que cree poder suprimir la amenaza de la tycheacute

En el agoacuten entre Creonte y su hijo se des-cubre la vaciacutea unidireccionalidad de un discur-so que no tiene disposicioacuten para razonar y que en su praxis margina toda diferencia respecto de su esquema valorativo ldquoCreontemdash iquestSeguacuten el criterio de otro o seguacuten el criterio miacuteo debo yo regir esta tierra Hemoacutenmdash No existe ciu-dad que sea de un solo hombrerdquo (Soacutefocles v738) El monarca es un tirano que encuentra en siacute mismo la uacutenica voz de un proyecto que reduce la pluralidad de una polis democraacutetica

24 AquiacutenosservimosdelacorreccioacutenquehaceHannahArendt (1958) de la famosa frase de Aristoacutetelesldquozoacuteon logon ekhonrdquoporldquoservivocapazdediscursordquoexpresioacutenquesiacutedacuentadeloquelapensadorapretenderevalorarelaspectodialoacutegicoyactivodelhombrealquehacemos referencia y tomamosencuentaenestainvestigacioacuten

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Por su parte Antiacutegona hace su transgre-sioacuten mediante una violencia sobre la ley civil en favor de un philos al que no renunciaraacute su accioacuten clama por una validez filial a la vez que trastoca la estabilidad y estructura de la polis por algo que es desconocido Y lo maacutes relevan-te se encuentra en la lucidez y asuncioacuten de su radicalidad Cuando es apresada y llevada ante Creonte acepta sin vacilacioacuten su responsabi-lidad y se asume como autora del crimen de sepultar a Polinices Su actitud frente a todos es deinoacuten perfectamente puede resumirse en la proclama que canta el coro y que recono-ce como una ley ineluctable establecida por Zeus ldquoNada extraordinario llega a la vida de los mortales separado de la desgraciardquo (Soacutefo-cles v610) Su accioacuten materializa la sentencia y Antiacutegona reconoce que para vindicar su de-ber moral ante toda la ciudad tendraacute que pa-decer el castigo por su desobediencia a la ley

Pero su violencia no es la de una conspira-cioacuten que se establece a escondidas Su lucha es ante todo una de naturaleza puacuteblica y po-liacutetica no una de naturaleza simplemente pri-vada y vengativa De modo que se distingue un valor democraacutetico en su caraacutecter aunque diferentes autores como la filoacutesofa Rociacuteo Orsi perciba en su decisioacuten una postura conserva-dora antidemocraacutetica y aristocraacutetica25 Desde muy temprano en los acontecimientos Antiacute-gona se cuida de que Ismene informe a toda la ciudad sobre lo que va a hacer Cuando su her-mana le pide ldquoPero no delates este propoacutesito a nadie mantenlo a escondidas que yo tam-bieacuten lo hareacuterdquo ldquoiexclAh griacutetalo Mucho maacutes odiosa me seraacutes si callas si no lo pregonas ante todos

25 VerEl saber del error (2007)deRociacuteoOrsidondese lee ldquoAntiacutegona con su firme adherencia a losviacutenculosdesangrey lareligioacutenesunaheroiacutenadecorte conservador que representa en buena medida elpensamientoaristoacutecrataatenienseysuideologiacuteaantidemocraacuteticardquo(p210)

(Soacutefocles vv85-90) diraacute Antiacutegona encendida de valor

La princesa tebana se interesa porque su conflicto se vuelva una discusioacuten puacuteblica pues confiacutea en que el escrutinio de la ciudad le daraacute la razoacuten Su accioacuten es tan ilustrada como transgresora escudrintildea lo desconocido y pa-voroso velado en el seno de la familiaridad de la vida en la polis de hecho es secuestrada por el tirano Su accionar y discurso irrumpen en un espacio puacuteblico al que no pertenece pues rompe una ley que la haraacute culpable y ante todo plantea un dilema al ciudadano al lector y al espectador sobre lo que podriacutea ser diferente si ellos acceden a un cuestionamien-to sobre las normas establecidas En Antiacutegona se trastocan e interpelan las categoriacuteas de la mujer-silente que pertenece al mundo priva-do y la del hombre-polites que pertenece al espacio puacuteblico

En diferentes momentos se expresa un contraste entre el coro que prefiere disentir de Creonte en silencio y la desafiante voz mdashdeinoacutenmdash de la princesa tebana En el verso 471 la fuerza en su accionar es tal que incluso el coro reconoce que se ldquomuestra la voluntad fiera de la muchacha que tiene su origen en el fiero padre No sabe ceder ante las desgra-ciasrdquo (Soacutefocles v471) Tambieacuten en los versos 505 y 512 se reitera la idea de que el escrutinio puacuteblico la avala pero que calla por temor y se somete ante la fuerza del tirano Y finalmen-te en los versos 695 y 730-735 se descubre gracias a Hemoacuten el hecho de que el pueblo de Tebas desaprueba el castigo de Antiacutegona consideraacutendolo inadecuado En cierto modo ella ha triunfado

Ha trastocado las costumbres poliacuteticas y ciudadanas establecidas en la polis al mismo tiempo ha convertido en un debate puacuteblico el dilema en el que ella cree tener la razoacuten y ha

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puesto de manifiesto ante la ciudad la valiacutea del derecho filial que reivindica En este sentido puede comprenderse el significativo deinoacuten de su accioacuten transgresora y dirigida hacia lo des-conocido y que le conduce finalmente hacia su propia cataacutestrofe

A vosotros os tomo por testigos de coacutemo sin lamentos de los miacuteos y por queacute clase de leyes me dirijo hacia un encie-rro que es un tumulto excavado de una imprevista tumba iexclAy de miacute desdichada que no pertenezco a los mortales ni soy una maacutes entre los difuntos que ni estoy con los vivos ni con los muertos (Soacutefocles vv845-850)

De manera desoladora terrible pero tam-bieacuten profundamente conmovedora ella se comprende a siacute misma ldquofuera de lugarrdquo Su figura en la obra expresa la ambiguumledad de una honradez feacuterrea y altiva que encuentra su propia cataacutestrofe ante la tycheacute Pero la para-doacutejica virtud de Antiacutegona puede encontrarse en su aceptacioacuten luacutecida y dual de una accioacuten justificable y al mismo tiempo culpable la princesa tebana lo comprende y lo asume De alliacute su caraacutecter deinoacuten ella expresa de manera eminente la vitalidad y la fuerza de la palabra Como Casandra Antiacutegona manifiesta el poder dicente de un discurso dispuesto a interpelar lo dado y familiar Personajes como Creonte aunque tambieacuten portan razones vaacutelidas y de-fendibles perecen de forma aborrecible ante la tycheacute por su intransigencia ciega Una que como el propio Hemoacuten le reprocha se ldquodes-cubre vaciacuteardquo (verso 706) frente a una realidad contingente y muchas veces dilemaacutetica

23 Ioacuten El silencio divino y el discurso humano

Ioacuten es una obra de Euriacutepides escrita en el antildeo 418 a C y se sirve de las figuras de Creu-sa hija del rey Erecteo fundador de Atenas Juto laudado general de Pitia y el joven Ioacuten que en esta interpretacioacuten del poeta es el hijo concebido por Creusa tras haber sido violada por el dios Apolo Este hecho estaacute ausente en las versiones conservadas del mito La pieza destaca porque se desviacutea de los convenciona-lismos estructurados alrededor de las trage-dias maacutes claacutesicas sobre todo de las obras de Esquilo y Soacutefocles aunque esto no debe en-tenderse como un demeacuterito de la capacidad poeacutetica y artiacutestica de Euriacutepides o que vaya en detrimento del poder traacutegico y emotivo que su obra puede suscitar

De hecho la originalidad argumental y estiliacutestica de Euriacutepides serviraacute para repensar desde un aacutengulo distinto los diferentes temas que comuacutenmente abordan las tragedias ana-lizadas En este dramaturgo y en obras como Ioacuten e Hipoacutelito podremos encontrar una agu-da criacutetica y reinterpretacioacuten de las figuras de

AntiacutegonaapresadaseenfrentaconelreyCreonteDetalledeunvasogriegoRecuperadodehttpsprodavincicomlos-tiranos-y-la-inconsciencia-de-la-muerte

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los dioses y su relacioacuten con los hombres asiacute tambieacuten una aproximacioacuten diferente a los problemas acuciantes de la existencia huma-na Y esto ocurre cuando el poeta se aleja un poco de una presentacioacuten teatral elevada y palaciega para introducir en la escena perso-najes maacutes proacuteximos a la vida cotidiana de la comunidad ateniense de su contexto Seguacuten el filoacutesofo Walter Kaufmann (1978) la obra del poeta de Salamina no ldquotrata simplemente de atacar a las creencias sino tambieacuten de origi-nar una reflexioacuten criacuteticardquo (p382) De hecho en muchas ocasiones esta pieza se ha estudiado a la luz de un racionalismo socraacutetico como se aprecia en los escritos nietzscheanos o de un irracionalismo esceacuteptico como puede consta-tarse en la investigacioacuten de Dodds (1951) Los griegos y lo irracional

En todo caso esta aproximacioacuten criacutetica seraacute estudiada principalmente en el marco del dra-ma de Ioacuten una obra que nos narra el encuen-tro del hijo perdido Ioacuten con su madre natural Creusa a pesar de los numerosos cambios de la fortuna y sobre todo no obstante el silencio y las tramas de Apolo para que la verdad sobre sus actos no salieran a la luz Esta pieza posee una estructura que tambieacuten podriacutea denomi-narse de colisioacuten traacutegica pero debe advertirse que es muy diferente de los dramas anterior-mente abordados Acaacute la colisioacuten entre dos exigencias contrarias no ocurre en el enfrenta-miento entre dos mortales mdashcomo en Agame-noacuten y en Antiacutegonamdash sino en el desafiacuteo de los hombres a lo divino entre Creusa y su hijo Ioacuten por conocer la verdad de los acontecimientos que el dios intenta ocultar Michel Foucault en su disertacioacuten a propoacutesito de este argumento resalta que el ldquoproblema de la verdad en el Ioacuten es resuelto mostrando coacutemo los seres huma-nos a pesar del silencio de Apolo descubriraacuten la verdad que estaacuten impacientes por conocerrdquo (Foucault 2004 p70)

En Ioacuten no se presenta una sola visioacuten del dios sino que despliega de modo dual diferen-tes perspectivas que entran en diaacutelogo entre siacute en el curso de la accioacuten Asiacute la pieza comienza con un proacutelogo de Hermes quien hace el re-cuento de coacutemo Apolo seduce a Creusa la em-baraza y el nintildeo es abandonado en las cuevas altas de Atenas para luego ser rescatado por la voluntad de Apolo y la ayuda de Hermes en los sucesos Antes que nada Hermes enfatiza en su intervencioacuten la centralidad de Apolo en el problema y anticipa los planes que el dios tiene para los acontecimientos de la trama

Loxias ha estado conduciendo su desti-no hasta aquiacute y nada se le escapa como es loacutegico Cuando Juto entre en este templo le entregaraacute su propio hijo diciendo que es de eacutel a fin de que el joven marche a casa de Creusa y sea reconocido Asiacute la unioacuten de Loxias quedaraacute oculta y el muchacho tendraacute lo que corresponde (Euriacutepides vv66-74)

Sus palabras expresan una gran confianza en el plan de Apolo que a su vez se enfati-za en los claacutesicos epiacutetetos que le acompantildean Hermes se refiere a eacutel como Febo que signifi-ca ldquopurordquo y ldquosacrordquo (Walter Otto 2003 p39) y alaba su poder vidente con el que sirve a la Heacutelade entera (verso 6) A esta escena sucede un canto en formato monoacutedico de Ioacuten per-sonaje que sirve en el templo de Apolo y que reconoce en el dios una gran deuda y agrade-cimiento eacutel sin haber conocido a sus padres ni saber de doacutende viene fue acogido en el templo y vive una vida apacible y coacutemoda Ha de destacarse que el canto elogia cuestiones cotidianas que no fueron de mayor relevancia ni para Esquilo ni para Soacutefocles

Hermoso en verdad es mi trabajo oh Febo con que te sirvo en tu casa honran-do la sede de tu oraacuteculo (hellip) Mas pondreacute fin a mi trabajo barriendo con el laurel y

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arrojareacute de este cubo de oro el agua que viene de la tierra y que vierten los remoli-nos de castalia (Euriacutepides vv130-145)

La filoacutesofa y filoacuteloga claacutesica Jaqueline de Romilly indica que Ioacuten vive una vida idiacutelica e in-fantil en el paraiacuteso que para eacutel es el santuario de Apolo (Romilly 2011 p137) En su trabajo Ioacuten encuentra una forma de alabanza e iroacuteni-camente reconoce al dios como padre no por su lazo de sangre sino porque se siente acogi-do por Apolo (verso 135) En contraposicioacuten Creusa aporta en la obra una visioacuten completa-mente opuesta y legiacutetima con la que recrimina la actuacioacuten de la deidad Los personajes de la pieza comparten como en muchas otras tragedias el hecho de que actuacutean partiendo del desconocimiento de una dimensioacuten de los acontecimientos en los que se encuentran inmersos (o que en algunos casos como en Antiacutegona o en Agamenoacuten se niegan a recono-cer y comprender) Ioacuten ignora la identidad de sus padres y deseariacutea saberla Creusa y Juto asisten a Delfos para consultar el oraacuteculo pero Creusa planea por su parte descubrir queacute ha sido de su hijo y si sigue vivo tratar de encon-trarlo en cambio Juto asiste a la ciudad a fin de saber simplemente si alguacuten diacutea podraacute tener descendencia o no (Foucault 2004 p69) To-das las acciones parten del desconocimiento y estaacuten imbuidas de una aspiracioacuten a alcan-zar claridad en contraste el resplandeciente Febo que conoce la totalidad de los aconteci-mientos no aparece nunca en la obra perma-nece alejado y ausente de los sucesos

Ioacuten se encuentra repleta de diaacutelogos iroacute-nicos y frases de doble sentido que solo el espectador aprecia por su conocimiento inte-gral de los sucesos Tal es el caso del primer diaacutelogo que entablan Ioacuten y su madre Creusa mientras esta espera que su esposo consulte el oraacuteculo de Trofonio (versos 305-375) Por razones naturales ninguno se reconoce y sin

embargo establecen una iacutentima conversacioacuten al instante en el que cada uno le cuenta al otro un secreto importante sobre siacute mismo Ioacuten llega a confesarle que nunca ha conocido a su madre y en respuesta Creusa le dice con iacutempetu ldquoiexclHe descubierto sufrimientos como los que yo padezcordquo (Euriacutepides v320) y de este modo se atreve a contarle su historia con Loxias y coacutemo perdioacute a su hijo agregando as-tutamente que esto le ha ocurrido a una ami-ga y no a ella La significacioacuten de este diaacutelogo resuena en sus momentos finales cuando con amargura Ioacuten le confiacutea que aunque sea ver-dad el dios de los oraacuteculos no estariacutea dispues-to a admitir un hecho que le afrenta directa-mente

No habraacute profeta para este oraacuteculo Pues si Febo queda en evidencia como malvado en su propia morada con razoacuten hariacutea dantildeo a quien te lo transmitiera Re-tiacuterate mujer pues no hay que manifestar mediante oraacuteculo alguno lo que se opo-ne a los intereses del dios Llegariacuteamos al colmo de la estupidez si obligaacuteramos a los dioses a decir contra su voluntad lo que no quieren (hellip) (Euriacutepides vv370-375)

Sin embargo el argumento no se dirige a un desenlace pesimista o de resignacioacuten so-bre los hechos al contrario avanza hacia un agoacuten indirecto pero eminente en forma de monodia entre Creusa y Apolo Cual Casan-dra o Antiacutegona Creusa se distingue como una nueva manifestacioacuten de mujer-silente inserta en una comunidad patriarcal y sometida por una autoridad divina varonil La investigadora Nariza Espinoza al disertar sobre la figura de Casandra en Agamenoacuten llega a una significati-va conclusioacuten que bien puede aplicarse a la fi-gura de Creusa Ambos personajes comparten un destino y una significacioacuten semejante en sus respectivas obras Seguacuten Espinoza (2013) ldquoCasandra hasta el final de sus diacuteas permane-cioacute bajo el silencio y el aislamiento determina-

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do por el dios Deacutelfico (hellip) [No obstante] Ella ejercioacute el derecho a la palabra en el espacio puacuteblicordquo (p69)

En su caso Creusa se decide a increpar a Apolo por primera vez en los versos 385-405 y en su discurso recrimina la irresponsabili-dad del dios por no darle ninguna respuesta y abandonarla Frente a la contundencia de sus palabras se expresa la ausencia de la deidad y con gran locuacidad se canta ldquoTanto en-tonces como ahora eres injusto con la mujer ausente cuyas palabras estaacuten aquiacute presentesrdquo (Euriacutepides v385) Ademaacutes posteriormen-te destaca el hecho de que su condicioacuten de mujer la coloca en una posicioacuten mucho maacutes desfavorecida ldquoincluso las buenas [mujeres] al estar mezcladas con las malas somos ob-jeto de odiordquo (Euriacutepides v399) Aunque debe acotarse que hasta este momento Creusa auacuten mantiene cierta esperanza de que el dios pue-da ayudarle en su buacutesqueda

Solo despueacutes de que la reina ateniense descubre que el Oraacuteculo ha dado a Juto un nuevo hijo (Ioacuten) y que ambos personajes se preparan para celebrar un festiacuten por la bien-aventurada revelacioacuten es que la impaciencia de Creusa estalla por completo Gracias al aliento desmesurado de su coro de siervas y el consejo de su acompantildeante senil Creusa arrebatada se decide a encarar al dios y afir-ma ldquoYa no ocultareacute por maacutes tiempo mi unioacuten pues me sentireacute aliviada arrojando este peso de mi espaldardquo (Euriacutepides v875) Sus palabras significan en gran medida el gesto griego de la parresiacutea la disposicioacuten y el acto de hablar con franqueza y expresar una verdad que in-terpela tanto al emisor como a cada interlocu-tor Michel Foucault quien distingue el gesto de la parresiacutea en los personajes de Ioacuten y Creu-sa afirma que ldquola parresiacutea es la actividad ver-bal en la que un hablante expresa su relacioacuten personal con la verdad y arriesga su propia

vida porque reconoce el decir la verdad como un deberrdquo (Foucault 2004 p46)

Al igual que Casandra Creusa se recono-ce como ldquotraicionada por hombres y diosesrdquo (verso 875) y sin vacilacioacuten ejerce la parresiacutea el derecho de hablar libremente en la forma de una confesioacuten personal que interpela la in-tegridad moral del dios al mismo tiempo que pone en riesgo su vida al exponer semejante acusacioacuten En su discurso surgen importantes figuras literarias que conectan la ldquobrillantezrdquo y el ldquoaacuteureo resplandorrdquo de Apolo con la melo-diacutea de los ldquosiete sonidos de la ciacutetarardquo el peaacuten que contrastan enfaacuteticamente con los ldquogritosrdquo de Creusa y la oscuridad de una cueva vuel-ta lecho en donde su honor se deshizo por la ldquodesverguumlenzardquo de ldquoCripisrdquo sinoacutenimo del de-seo eroacutetico inspirado por Afrodita (Euriacutepides vv 875-910) Empero su voz liberada en el canto monoacutedico no es una exposicioacuten retoacuterica es una abierta denuncia que expresa mdasha tra-veacutes de la eminencia significativa de la palabra poeacuteticamdash la verdad de su violacioacuten y del ultra-je que ha tenido que esconder Una vez maacutes es desde la marginalidad de la polis que en la tragedia se presentan y escuchan las palabras maacutes transgresoras del orden convencional de la cultura helena es una mujer y madre Creu-sa la primera que enjuicia a Febo y con eacutel al orden patriarcal de los oliacutempicos En esta es-cena mdashy esto no es algo generalizablemdash tras-luce de manera concreta lo que Benjamin re-conocioacute como la paradoja del nacimiento del ldquohombre moralrdquo ldquoEl hombre moral por maacutes que mudo privado de la palabra como estaacute el heacuteroe insiste en levantarse en medio de la inestabilidad de todo aquel mundo atormen-tadordquo (Benjamin 2006 p319)

El logro heroico de Creusa hay que ver-lo en el desgarramiento que supone asumir para ella una actitud de parresiacutea aun sin tener derecho a ello (por no ser polites) en medio

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de su condicioacuten infortunada A pesar de su esfuerzo su denuncia solo es escuchada por su corte servicial y luego en la escena sucede un largo diaacutelogo entre ella y su esclavo En el mismo la reina declara sus errores y finalmen-te decide asesinar a Ioacuten pero de forma sig-nificativa como indica Foucault (2004) ldquoesta investigacioacuten interrogativa es el reverso de la revelacioacuten oracular de la verdadrdquo (p86)

El diaacutelogo que discurre entre Creusa y su esclavo como el diaacutelogo entre Juto e Ioacuten se diferencian sustancialmente del modo en que el dios Apolo ha manifestado la ldquoverdadrdquo en la obra por medio de una revelacioacuten oracular concisa que ni siquiera se corresponde con los enigmas propios del santuario deacutelfico y que son sujetos a interpretacioacuten La falsa revela-cioacuten del dios se contrapone a la disertacioacuten e investigacioacuten de los hombres desesperados en su condicioacuten y problema La deidad ha ma-nifestado a Juto que su hijo seriacutea ldquoQuien me viniera al encuentro (hellip) cuando yo saliera del recinto del diosrdquo (Euriacutepides vv531-535)26 y con razoacuten el coro responde a Febo ldquoNo me dejo admirar por tu oraacuteculo no sea que en-cierre un engantildeordquo (Euriacutepides v685) Para los personajes inclusive el coro y exceptuando a Juto Apolo ha mentido descaradamente y se ha servido de su don profeacutetico para unos fi-nes inmorales El agoacuten aquiacute representado es el de los hombres contra el dios en una disputa desigual y elocuente pues uno de los sujetos del agoacuten (Febo) permanece ausente en todos los acontecimientos de la obra

Ahora bien debe sentildealarse que esta repre-sentacioacuten ldquoblasfema e irrespetuosardquo27 de la divinidad no se separa tanto de las connota-

26 ElmismoIoacutenenactituddesospechalereplicaaJutoqueeacutelestaacuteenunerrorldquoTeequivocas loquehasoiacutedoesunenigmardquo(Euriacutepidesv532)

27 AsiacuteladescribeGilbertMurrayensulibroEuriacutepides y su tiempo(1949)verpaacutegina94

ciones que comuacutenmente se encontraron aso-ciadas a Loxias en la eacutepoca claacutesica Maacutes bien es a partir del retrato de ellas en la obra que Euriacutepides hilvana una posicioacuten significativa-mente criacutetica Seguacuten el filoacutelogo claacutesico Walter Otto (2003) Apolo fue un dios caracterizado por su notable distancia de los asuntos huma-nos alejado del mundo y de cualquier acom-pantildeante duradero mortal o divino Cualidades que bien se reflejan incluso en sus atributos el arco y la lira

Cuando Ioacuten intenta comprender la veraci-dad de lo que le dice Juto y este no deja de responder aceptando la consigna del oraacuteculo el joven le indica que es necesaria una forma diferente del discurso obviamente maacutes dialeacutec-tica y propia del espiacuteritu parresiasteacutes que Ioacuten refleja Foucault nota que la traduccioacuten inglesa y la castellana no hacen justicia a la expresioacuten de Ioacuten ldquobien toquemos otros puntosrdquo (Euriacute-pides v545) que podriacutea traducirse de mejor manera asiacute ldquoIntentemos otra forma de dis-cursordquo que desde la posicioacuten aacutevida del joven daraacute cuenta de lo cierto de su situacioacuten e iden-tidad (Foucault 2004 p76) A partir de este punto el diaacutelogo se torna en una disertacioacuten sobre quieacuten podriacutea ser la madre del joven Loxias no ha aportado ninguna informacioacuten y Juto cree hallar la respuesta en un encuentro pasado ocurrido en las fiestas trieteacutericas en honor a Dionisio y Apolo en estas celebracio-nes se creiacutea que al llegar el invierno Apolo se retiraba a los hiperboacutereos y dejaba a Dionisio la direccioacuten de Delfos

Resulta interesante y aun cardinal la men-cioacuten de estas fiestas en el drama pues en con-junto permiten apreciar de mejor manera la condicioacuten y el significado de la figura de Apolo en los acontecimientos y en la criacutetica de Euriacute-pides Walter Otto al referirse a esta festividad indica

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En Delfos Delos y otros lugares del cul-to se cree que una parte del antildeo [Apolo] queda en la lejaniacutea misteriosa Al comen-zar el invierno se va para volver soacutelo con la primavera acompantildeado de cantos piado-sos (hellip) El mito Deacutelfico indica que su para-dero era el legendario paiacutes de los hiperboacute-reos mencionado muchas veces en Delos desde tiempos muy antiguos (hellip) Allaacute vive el pueblo sagrado que no conoce ni enfer-medad ni edad y del que estaacuten ausentes penas y luchas (Otto 2003 p40)

En lo esencial tanto en la tragedia como en las costumbres y ritos heleacutenicos Loxias es un dios misterioso que se separa del mundo contingente para refugiarse en la estabilidad del mundo de los hiperboacutereos Esta distancia y ausencia de Apolo no es solo producto de los acontecimientos que la obra narra sino un atributo caracteriacutestico del dios que Euriacute-pides en esta reinterpretacioacuten traacutegica quiere problematizar Aquiacute atisbamos una reveladora relacioacuten entre tradicioacuten y obra que se vuelve criacutetica y a su vez hace del poeta un artista de grandes meacuteritos

La caracterizacioacuten antiparresiacutea de Apolo ldquosilenterdquo e ignominiosa no es exclusiva de esta obra En su Electra tambieacuten puede apreciarse una reinterpretacioacuten de la historia miacutetica en la que Apolo es cuestionado reiteradas veces por Orestes e incluso por su homoacutelogo divino Castor quien llega a decir a Orestes despueacutes de que este asesina a su madre ldquoY Febohellip (mas callareacute pues es mi soberano) Con ser sabio no te ha aconsejado sabiamente con su oraacuteculordquo (Euriacutepides v1245) En otro orden de ideas resulta auacuten maacutes significativo el contraste que tiene lugar entre la figura de Apolo mdashilustrada en estas obrasmdash y la de su hermana Aacutertemis en Hipoacutelito Alliacute la diosa entabla una relacioacuten iacutentima y personal con el mortal Hipoacutelito que se vuelve maacutes relevante cuando se piensa en las escasas escenas de amor que las tragedias aacuteticas (que se conservan) abordaron28 En la pieza puede leerse el siguiente diaacutelogo

28 Respecto a este tema se puede consultar elensayo de Andreacute-Jean Festugiegravere ldquoEuriacutepides elcontemplativo I) La intimidad con una personadivinardquo que aparece en su libro La esencia de la tragedia griega (1986) Jaqueline de RomillytambieacutencomentaestaparticularrelacioacutenensulibroLa tragedia griega(2011)enelcapiacutetuloldquoHumanosdemasiadohumanosrdquo

AacutenforadeLetoApoloyAacutertemisBritishMuseumLondresRecuperadode

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RepresentacioacutendelacontiendaentreApoloyMarciasBritishMuseumLondres

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Aacutertemismdash iexclOh desgraciado iexclA queacute desventuras te has visto ligado La nobleza de tu espiacuteritu te ha matado

Hipoacutelitomdash iexclAhiexcl iexclOh divina fragancia Incluso en medio de mis desgracias te he percibido y se me ha aliviado el cuerpo En estos parajes estaacute la diosa Aacutertemis (Eu-riacutepides v1390)

Dentro de este orden de ideas diferentes acadeacutemicos como Festugiegravere Romilly y Wal-ter Kaufmann han distinguido en Euriacutepides un tipo de sensibilidad traacutegica diferente que en sus obras se tradujo en la presentacioacuten de un tipo de fe particular En oposicioacuten a Esquilo y Soacutefocles para quienes sus personajes ilustra-ban valores morales maacutes puros e ideales en Euriacutepides hallamos personajes maacutes pasionales y dirigidos por deseos mundanos Creusa ante todo actuacutea como una mujer y madre ultrajada por Apolo Ioacuten por su parte es movido por la sincera duda sobre la identidad de sus padres y el deseo de ser alguna vez un ciudadano con derecho pleno De hecho Ioacuten llega a expresar su anhelo de que su madre sea una mujer ate-niense para asiacute acceder al derecho de ejercer la parresiacutea tener ldquode mi madre libertad para hablarrdquo (Euriacutepides v670) La obra tambieacuten de-dica palabras a apreciar el trabajo cotidiano de limpieza y cuidado en el santuario de Delfos y muestra un coro interesado por la ciudad y su arquitectura

La sensibilidad traacutegica de Euriacutepides se co-necta con una comprensioacuten diferente y nove-dosa en torno a la relacioacuten entre los hombres y lo divino la cual interpela a su vez la suficien-cia masculina mdashareteacutemdash en un mundo exter-no mdashel mundo de la tycheacutemdash que le estreme-ce De ahiacute que en las tragedias de Euriacutepides como en Ioacuten resalte mucho maacutes la intimidad de una experiencia humana singular frente a un espacio inseguro incluso maacutes inseguro y azaroso que los de Esquilo y Soacutefocles

Esto se avizora tanto en el despliegue teacutec-nico de la obra como en su desarrollo argu-mental que juega de manera retorcida y ori-ginal con las escenas de falsa agnicioacuten de Ioacuten (cuando Juto le reconoce como hijo) el mo-mento de retorno al hogar del joven y por uacutelti-mo el acto de salvacioacuten y tambieacuten de agnicioacuten auteacutentica cuando Creusa e Ioacuten se descubren como madre e hijo (Quijada 2001 p375) Las peripecias en el sentido aristoteacutelico son mar-cadas en el drama y es gracias a ellas que el acontecimiento final de salvacioacuten resulta tan conmovedor pues muestra la significacioacuten traacutegica de la intimidad de una experiencia humana marcada por la vulnerabilidad pero tambieacuten impulsada por la sensibilidad

En la escena de agnicioacuten puede leerse

Creusamdash Eres mi hijo y esto es lo maacutes querido para un padre

Ioacutenmdash Deja ya de urdirhellip iexclbien faacutecil-mente voy a descubrir tus mentiras

Creusamdash Ahiacute deseo llegar eso es lo que pretendo hijo miacuteo (Euriacutepides vv1408-1413)

El amor del singular encuentro familiar entre Ioacuten y Creusa no disminuye el horror de los acontecimientos e incluso exhibe cuan vulnerables pueden llegar a ser los asuntos y las empresas humanas Si bien la obra finaliza con la manifestacioacuten de Atenea para resolver la accioacuten quien en nombre del ausente Apolo recompensa a Creusa y a Juto con una futu-ra descendencia tambieacuten es cierto que todos los resultados se han llevado a cabo en contra del plan inicial de Apolo Como bien resalta el fragmento citado el descubrimiento final de la verdad ha sido posible por el esfuerzo y la accioacuten conjuntos de los personajes en escena para bien y para mal En Ioacuten la accioacuten el de-seo de ldquocomprensioacutenrdquo y la sensibilidad huma-na se tornan maacutes acuciantes y relevantes para

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los mortales en el momento en que los dioses como Apolo se muestran retirados y desliga-dos de los hechos humanos Esos momentos en que todo parece inseguro De ahiacute el impor-tante papel de la parresiacutea que la obra presenta en su desarrollo

CAPIacuteTULO III

SOBRE EL ALCANCE ALETHEICO QUE PUEDE ALBERGAR LA POESIacuteA TRAacuteGICA

31 Una revisioacuten criacutetica de ldquolo traacutegicordquo

Ya en el primer capiacutetulo de esta investiga-cioacuten pudo abordarse la cuestioacuten sobre la lin-guumlisticidad de nuestra comprensioacuten humana en el mundo sus liacutemites lo indecible y sus alcances en la palabra poeacutetica y en la eminen-cia interpretativa que ella formula Tambieacuten se pudo brindar un anaacutelisis sobre la dimen-sioacuten aletheica (o develadora) de esta palabra y la metaacutefora en tanto aportan una forma de experimentacioacuten con el lenguaje en la que el sujeto atisba nuevas posibilidades de enten-dimiento Del mismo modo en el segundo capiacutetulo entregamos una exeacutegesis de corte literario y hermeneacuteutico de las tres tragedias seleccionadas con la premisa de que en su ser-obra y en su decir poeacutetico podriacuteamos en-contrar una experiencia particular del mundo un contenido de verdad singular que solo la conformacioacuten artiacutestica de los dramas en cues-tioacuten es capaz de ofrecernos

Ahora bien antes de entrar de lleno en los alcances y liacutemites que puede ofrecer una interpretacioacuten hermeneacuteutica de la tragedia griega es menester repensar ciertos prejui-cios interpretativos de relevancia que se han gestado en la tradicioacuten occidental Ello debi-do a que indirecta o directamente inciden en nuestro anterior anaacutelisis y comprensioacuten de las tragedias elegidas Tambieacuten debe decirse que este capiacutetulo permitiraacute revisar nuestro aparta-

do titulado Una definicioacuten de la tragedia grie-ga dado que se espera ponderar los aportes o equiacutevocos que pudieron anticiparse alliacute y a su vez distinguir de forma maacutes transparente la contribucioacuten de los diferentes autores que nos han acompantildeado en esta investigacioacuten a los fines de comprender la tragedia aacutetica Como enfatiza Gadamer (1977) ldquola interpretacioacuten empieza siempre con conceptos previos que tendraacuten que ser sustituidos progresivamente por otros maacutes adecuadosrdquo (p333)

Una de las presuposiciones que debe to-marse en cuenta consiste en el toacutepico de lo ldquocatastroacuteficordquo la desdicha final o el potencial ldquopesimismordquo inherente a la tragedia griega En cuanto a las tres obras analizadas todas com-parten una estructura de colisioacuten traacutegica En su desarrollo dos de ellas tienen un final que convencionalmente se ha denominado ldquotraacutegi-cordquo o ldquocatastroacuteficordquo (Agamenoacuten y Antiacutegona) y la tercera es reconocida por casi todos los es-tudiosos (Gilbert Murray Kaufmann Romilly entre otros) como la pieza teatral maacutes ldquoblasfe-mardquo y cuestionadora de Euriacutepides Inicialmen-te podriacutea afirmarse que la presente investiga-cioacuten compartiriacutea tales ideas por lo menos de manera impensada pero de lo que se trata es de repensar tales juicios de modo expliacutecito

A propoacutesito de este punto debemos recor-dar que al comienzo de nuestro abordaje del Agamenoacuten de Esquilo aludimos a la estructura conceptual que ofrece Festugiegravere sobre la tra-gedia aacutetica En las primeras paacuteginas de su libro La esencia de la tragedia griega (1986) este autor afirma que ldquotan soacutelo existe una tragedia en el mundo la de los tres traacutegicos griegos Esquilo Soacutefocles y Euriacutepides Es la uacutenica que conserva efectivamente el sentido traacutegico de la vida porque conserva sus dos elementosrdquo (Festugiegravere 1986 p16) Los cuales como se adelantoacute en su momento dan cuenta de que las cataacutestrofes humanas son constantes y uni-

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versales y la idea de que las mismas son el producto de una voluntad misteriosa e ininte-ligible de los dioses De manera convencional y para muchas personas ldquolo traacutegicordquo se refiere en su uso cotidiano a sucesos o experiencias ldquocatastroacuteficasrdquo ldquoirreparablesrdquo y que tambieacuten denotan cierta injusticia e ldquoinevitabilidadrdquo Pero las tragedias tal como se desarrollan en los argumentos de las piezas aquiacute en cuestioacuten no remiten necesariamente ni de modo uni-forme a esta ldquoesenciardquo general de ldquolo traacutegicordquo

Esta nocioacuten de lo ldquotraacutegicordquo simplifica la plu-ralidad de temas sensaciones y acciones que las obras abordan para enfatizar de forma ses-gada una dimensioacuten ldquoimplacablerdquo ldquoirracionalrdquo e incluso pesimista de la tragedia aacutetica Pero antes de ofrecer contraargumentos pertinen-tes consideramos necesario elaborar un poco maacutes esta visioacuten que se encuentra incluso en pensadores como Friedrich Nietzsche y Geor-ge Steiner entre otros

Hablar de la ldquoininteligibilidadrdquo de la volun-tad divina y la ldquoirracionalidadrdquo de sus inter-venciones implica aludir a una forma de pen-sar lo traacutegico que se podriacutea asociar maacutes bien a una visioacuten moderna de la misma Nietzsche en su libro El nacimiento de la tragedia (1872) traza una posicioacuten semejante cuando inter-preta el teatro aacutetico en relacioacuten con las pulsio-nes esteacuteticas de lo apoliacuteneo y lo dionisiaco Se trata de un libro que en muchos aspectos se encuentra influenciado por la teoriacutea metafiacutesi-ca de la voluntad schopenhaueriana y que in-tenta asimilar lo traacutegico a un paradigma pesi-mista en el que la conciencia de la futilidad de la existencia se transforma en una experiencia de goce esteacutetico

Esta alusioacuten a Nietzsche resulta de gran re-levancia en la medida en que eacutel establece que es Esquilo el gran exponente del pesimismo griego mientras que Euriacutepides (y Soacutefocles en

un grado intermedio) es el ejemplo de la de-generacioacuten de lo traacutegico por la intromisioacuten de un optimismo de corte ilustrado que tiene su origen en la figura de Soacutecrates Para Nietzsche frente al caraacutecter dionisiaco y pesimista de la tragedia esquiacutelea caracterizada por su eacutenfasis en la muacutesica y el lamento en Euriacutepides se al-canza una basada en el diaacutelogo y en las capaci-dades racionales del hombre para superar las cataacutestrofes En sus palabras

La tragedia surgida de la compasioacuten es pesimista por esencia La existencia es en ella algo muy horrible el ser humano algo muy insensato El heacuteroe de la tragedia no se evidencia como cree la esteacutetica mo-derna en la lucha con el destino tampoco sufre lo que merece Antes bien se preci-pita a su desgracia ciego y con la cabeza tapada (Nietzsche 1872 p240)

El problema con esta proclama es que en muchos sentidos no se corresponde totalmen-te con la obra de Esquilo ni con las convencio-nales representaciones teatrales aacuteticas Por paradoacutejico que parezca Nietzsche cae en lo que eacutel mismo le reprochoacute a Schopenhauer y a la actividad habitual de los filoacutesofos ldquotomoacute un prejuicio popular y lo exageroacuterdquo (Nietzsche 1886 p39) Esto al menos en sus interpreta-ciones sobre la tragedia El eacutenfasis en lo ab-surdo del destino y en lo ldquoinevitablerdquo de ese castigo final ldquociegordquo y con la ldquocabeza tapadardquo alude maacutes a una sancioacuten ominosa y de la que se desconoce toda causa o justificacioacuten De hecho su concepcioacuten pesimista de lo traacutegico podriacutea adecuarse en un mayor grado a la li-teratura kafkiana particularmente a cuentos como En la colonia penitenciaria (1919) una vez que el condenado no conoce en absoluto el motivo de su castigo y muere sin saberlo o el comienzo de La metamorfosis (1915) en donde Gregorio Samsa simplemente despierta convertido en un insecto sin tener idea alguna

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de las razones de la alteracioacuten que ha sufri-do o incluso el final de la novela El proceso (1925) en el que su personaje anoacutenimo mue-re ldquoiexclIgual que un perrordquo (Kafka 1995 p170) nuevamente sin saber siquiera el porqueacute de su condena Por el contrario en Esquilo mdashpensamos sobre todo en su trilogiacutea La Orestia-damdash vemos una compleja plural y dinaacutemica confrontacioacuten y superposicioacuten de deberes o deseos contrarios En sus argumentos el des-tino es implacable pero posibilita un margen de libertad en el que los personajes pueden asumir una posicioacuten frente a eacutel

En la primera obra de su trilogiacutea el uacutenico personaje que a todas luces desconoceriacutea su castigo seriacutea el mismo Agamenoacuten y en cier-ta medida por su propia responsabilidad La obra y el coro nos permiten comprender su ceguera frente a los hechos desde su caraacutec-ter legitimoacute de manera impiacutea la eleccioacuten de asesinar a su hija pero la pieza no nos mues-tra ninguna escena en la que el ldquoheacuteroerdquo dijera algo sobre su decisioacuten Incluso Clitemnestra muestra su altivez e inseguridad en Agamenoacuten y Coeacuteforas al saber que la justicia divina y el castigo hereditario sobrevendraacuten en su contra tras asesinar a su esposo Y Casandra en todo caso es el signo de la lucidez y la valentiacutea fren-te a la estructura dilemaacutetica y tensa de la reali-dad y es tambieacuten el personaje maacutes vulnerable e injustamente condenado

En Esquilo se encuentra todo lo contrario a una actitud de resignacioacuten Al pensar la trilogiacutea en su totalidad esta nos depara mdashen Agame-noacutenmdash la violencia de un sistema de ajusticia-miento basado en la sangre a continuacioacuten Coeacuteforas explora las implicaciones del mismo sistema de castigo para que en Eumeacutenides la historia concluya con su superacioacuten y la instau-racioacuten de un Areoacutepago una institucioacuten demo-craacutetica con un sistema de justicia basado en la deliberacioacuten no en la aplicacioacuten ciega de la

norma De hecho con Kaufmann considera-mos que en este poeta se encuentran muchos de los elementos que el propio Nietzsche con-cibioacute como los causantes de ldquola muerte de la tragediardquo29 Toacutepicos ilustrados con la esperan-za puesta en las capacidades de la razoacuten y el diaacutelogo Estamos de acuerdo con el juicio de Kaufmann sobre las Eumeacutenides cuando escri-be

Se forma un tribunal en Atenas no so-lamente para tratar el caso de Orestes que es absuelto sino maacutes bien para tratar todos los casos maacutes importantes del futu-ro con el objeto de que tragedias como las Coeacuteforas no vuelvan a repetirse (Kau-fmann 1978 p273)

No obstante la dualidad y la tensioacuten de contrarios vuelve a mostrarse en el momento en que el canto de Atenea estima que las Eri-nias convertidas en Eumeacutenides se integraraacuten a la polis pero en modo alguno desaparece-raacuten De forma semejante en Las suplicantes se destaca que la figura de Pelasgo reina demo-craacuteticamente y atenderaacute a las Danaides siem-pre que el juicio ciudadano en la deliberacioacuten puacuteblica asiacute lo considere

En Esquilo como en Euriacutepides se hallan retratos que presentan de maneras distintas la idea de que algunas cataacutestrofes pueden ser evitadas pero esta posibilidad en ninguna for-ma disminuye el poder pateacutetico y destructor de los conflictos y desgracias padecidos De hecho suponer que algunos acontecimientos catastroacuteficos pueden ser evitados introduce la posibilidad de la responsabilidad humana y su apremio en los asuntos maacutes dilemaacuteticos Como vimos en Agamenoacuten los personajes de Esquilo son acusados por su responsabilidad

29 Un desarrollo maacutes exhaustivo puede encontrarseenel librodeWalterKaufmann (1978)Filosofiacutea y tragediaenloscapiacutetulosldquoNietzscheylamuertedelatragediardquoyldquoEllsquooptimismorsquodeEsquilordquo

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parcial en los actos aun cuando estando cons-trentildeidos por la fuerza de las circunstancias (la fuerza de la tycheacute) acceden a sus deseos yo a elecciones de modo irresponsable indecoro-so o con apremio y lucidez

En Agamenoacuten no encontramos algo como el constrentildeimiento de voluntades divinas ldquoininteligiblesrdquo sino maacutes bien una disputa (agoacuten) entre exigencias divinas antagoacutenicas que exigen valores y acciones reciacuteprocamente excluyentes Es decir una dimensioacuten del juicio divino es comprensible para el hombre Divi-nidades que se entremezclan con el mundo natural y concreto de los hombres y que en su ser manifiestan de forma divinizada la plu-ralidad y dignidad de un mundo heterogeacuteneo y lleno de vida Porque es cierto que los dioses oliacutempicos expresan ldquouna existencia exuberan-te maacutes auacuten triunfal en la que estaacute divinizado todo lo existente lo mismo que si es bueno que si es malordquo (Nietzsche 1872 p54)

De un modo semejante en obras como Hipoacutelito de Euriacutepides se expresa una imbri-cacioacuten contraria de valores en las figuras de Afrodita y Aacutertemis una colisioacuten que condujo a Hipoacutelito a la desgracia En Antiacutegona la coli-sioacuten no es menos clara y en el personaje de la princesa tebana (al igual que en Casandra) se denota la desgarrada lucidez sobre el conflicto en el que estaacute inmersa A pesar de ello lo que comuacutenmente cautiva en la joven es su acep-tacioacuten del castigo su seguridad de que lo que ha hecho se encuentra justificado por el orden sagrado de los dioses y el cumplimiento de su responsabilidad moral hacia su familia

Solo en los caracteres de Antiacutegona y Ca-sandra trasluce el concepto de culpa traacutegica entendido como el acontecimiento en el que el sujeto traacutegico acepta ambiguamente el cas-tigo por sus actos al mismo tiempo que estos le legitiman como alguien de honra y suficien-

cia moral El acto que pretende ser ldquoredentorrdquo desprende una paradoacutejica mezcla de culpa y justificacioacuten por siacute mismo Antiacutegona defiende a su hermano y desafiacutea a la propia estructura de la polis aun conociendo las consecuencias de su decisioacuten Mientras que Casandra al ser una extrantildea marginada de la comunidad de los dioses y de los hombres (despojada de todo derecho) decide ejercer el derecho a la pa-labra (que no le pertenece) para denunciar a viva voz los males de los monarcas y el linaje de Atreo A traveacutes de los caracteres de Casan-dra y Antiacutegona se nos presenta la lucidez de una autoconciencia desgarrada que gene-ra en el espectador la impactante mezcla de eacuteleos y phoacutebos de la mano de los constrentildei-mientos dilemaacuteticos que se presencian

Concordamos con Benjamin y Kaufmann en que la culpa traacutegica ldquono consiste sino en la orgullosa conciencia de culpa en la que lo he-roico se sustrae a la a eacutel atribuida servidumbre del lsquoinocentersquordquo (Benjamin 2006 p343) de ahiacute que los personajes heroicos del mito adquie-ren en el drama traacutegico una nueva significacioacuten maacutes paradoacutejica y enigmaacutetica que el especta-dor admira con cierta simpatiacutea y compasioacuten en el curso del drama Muchos de estos heacuteroes se vuelven en la tragedia problemas para siacute mismos o producen un conflicto mayor que compromete a la polis entera (pensemos en Agamenoacuten Antiacutegona o en Creusa en menor medida) Como espectadores empatizamos con sus vivencias paradoacutejicas y convertidas en aporiacuteas pero sin dejar de reconocer en ellas una ambivalencia que nos interpela como per-sonas y como parte del puacuteblico asistente a la funcioacuten30 Asiacute como tambieacuten posibilitan para

30 En el reciente libro de Simon Critchley (2020)Tragedia los griegos y nosotros encontramos una aproximacioacutensemejantesobreelheacuteroetraacutegicocomoun sujeto hecho paradoja Para Critchley (2020)ldquoElheacuteroetraacutegicoeselproblemaynolasolucioacutenalproblemaEselenigma(hellip)elserhumanoparalatragediaes tantoagentecomopaciente inocente

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el buen lector una plural fuente de interpre-taciones sobre lo que acontece en el drama tanto por su condicioacuten de obra literaria como por su componente paradoacutejico

Pero de nuevo solo unos pocos personajes pueden ser reconocidos en este esquema de culpa traacutegica Tampoco es verdad que todas las tragedias se estructuren de acuerdo con una uacutenica forma de colisioacuten traacutegica y de ello no puede deducirse que unas obras sean ldquomaacutes traacutegicasrdquo que otras maacutes auteacutenticas o perfec-tas por su adecuacioacuten o no al esquema Aquiacute nos servimos de los aportes de Walter Kauf-mann cuando concibe dicha colisioacuten como un modelo que permite comprender dos de las piezas que nos propusimos analizar Agame-noacuten y Antiacutegona aunque en nuestra conside-racioacuten Ioacuten e Hipoacutelito podriacutean acceder a una interpretacioacuten semejante De todos modos el acto de interpretar en siacute tampoco debe con-cebirse como una actividad humana que deba producir necesariamente resultados uniacutevocos y cerrados

Al hablar de lo ldquotraacutegicordquo en un sentido uniacutevoco estamos introduciendo una serie de descripciones que desde la conceptuacioacuten filosoacutefica yo criacutetica reclama una validez uni-versal que no puede ser demostrada Algo como la ldquoesencia de lo traacutegicordquo corre el riesgo de desligarse de la heterogeneidad literaria para pasar a formar parte de una concepcioacuten especulativa sobre su propio enunciado Del mismo modo seguir demasiado fielmente una estructura desde la cual comprender los dramas aacuteticos podriacutea discriminar la valoracioacuten de unas obras sobre otras en conformidad con su adecuacioacuten a determinada posicioacuten o anaacutelisis filosoacutefico Asiacute cuando escritores como

y culpable a la vez y enmuchos casos unafiguradesconcertante (hellip)rdquo (p46) Esta idea enlaza muybien con nuestra concepcioacuten de culpa traacutegica antes expuesta

George Steiner (1961) afirman que cualquier ldquonocioacuten realista sobre el drama traacutegico tiene que empezar por el hecho de la cataacutestrofe Las tragedias terminan malrdquo (p22) de ello podriacutea deducirse que piezas como Ioacuten (por mencio-nar una de las que hemos abordado en esta investigacioacuten) es antitraacutegica no es traacutegica o simplemente corresponde a un drama de dife-rente naturaleza Estariacuteamos introduciendo asiacute una prescripcioacuten valorativa desde un punto de vista sesgado y de acuerdo con una interpreta-cioacuten que antepone intereses filosoacuteficos sobre otras lecturas de las obras Aunque por otro lado tambieacuten debe admitirse que las diversas reinterpretaciones sobre este tema demues-tran la vitalidad de la tragedia aacutetica como un producto artiacutestico que ha sido actualizado de formas muy distintas en el devenir histoacuterico de su estudio31

Otra nocioacuten reveladora pero potencial-mente problemaacutetica se refiere a la concep-cioacuten de lo ldquonoblerdquo (spoudaios) y elevado en las tragedias griegas Aristoacuteteles es el primero en referirse al teacutermino en su Poeacutetica cuando define el geacutenero como ldquoimitacioacuten de una ac-cioacuten elevada y perfectardquo (Aristoacuteteles 1449-b) ldquoElevadardquo es la palabra que traduce la expre-sioacuten griega ldquospoudaiosrdquo teacutermino que vuelve a utilizar en el fragmento en el que afirma que ldquola poesiacutea es algo maacutes filosoacutefico y serio que la historia la una se refiere a lo universal la otra a lo particularrdquo (Aristoacuteteles 1451-b) En este segundo caso ldquoseriordquo es el vocablo que tradu-ce el teacutermino ldquospoudaioacuteteronrdquo32 Y ambas pa-labras en definitiva indican lo elevado y serio de la poesiacutea traacutegica en teacuterminos morales pero

31 Esta idea se abordaraacute con mayor rigurosidad en el proacuteximo apartado se relaciona con lo queGadamerconcibecomo lahistoriade la recepcioacutendelostextosasiacutecomoconelcaraacutectereminente y de muacuteltiplesinterpretacionesqueofrecelatragediaentantoproductoliterario

32 Kaufmann (1978) ldquoKai philosophoteron kai spoudaioacuteteron poieacutesis historias estiacutenrdquo(p81)

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tambieacuten filosoacuteficos No obstante el problema que en cierta forma introduce el estagirita se encuentra en el hecho de distinguir en la tra-gedia una ldquoelevacioacutenrdquo de los caracteres y de los argumentos que la diferencian de la come-dia porque esta representa tramas y persona-jes bajos y burlescos

En cierto sentido es correcto Esquilo co-muacutenmente se distingue por la nobleza con la que dota a sus personajes y la seriedad con la que aborda los conflictos morales en sus obras Soacutefocles tambieacuten es reconocido por la caracterizacioacuten ideal y moralmente elevada de muchos de sus personajes pero y otra vez en Euriacutepides encontramos un juego mucho maacutes libre respecto de las convenciones del geacutene-ro teatral y sus personajes destacan por su caracterizacioacuten poco heroica y ldquonoblerdquo (spou-daioacuteteron) en su sentido moral Para muchos acadeacutemicos esta distincioacuten ha servido para endilgar un caraacutecter inferior a Euriacutepides en re-lacioacuten con Soacutefocles y Esquilo una idea que en ninguacuten sentido podemos avalar

El reconocido filoacutelogo claacutesico Gilbert Mu-rray sin desprestigiar al poeta afirma sobre la obra Ioacuten que ldquoJuto es un personaje ridiacuteculo un forastero rudo y sin maneras engantildeado por Apolo burlado por su mujer (hellip) En cuanto a Creusa aunque dibujada con extraordinaria simpatiacutea y belleza es en el fondo una salvajerdquo (Murray 1949 p95) Aunque no son falsas sus consideraciones sobre los caracteres el tono es despectivo y delata una escasa empatiacutea con los personajes de la pieza

En Creusa tenemos a una madre deses-perada por conocer a su hijo y Juto es un personaje que no destaca mucho en la obra y que incluso al final de los acontecimientos vuelve a Atenas con la creencia de que Ioacuten es su hijo natural En su teatro Euriacutepides juega de una forma novedosa con la burla ignomi-

niosa que puede ejecutar el destino sobre la vida de los hombres En comparacioacuten con el idealismo feacuterreo de figuras como la Antiacutego-na de Soacutefocles en Euriacutepides encontramos personajes pasionales ambivalentes bajos pero tambieacuten maacutes humanos El propio Aris-toacuteteles escribioacute que ldquoSoacutefocles deciacutea que eacutel re-presentaba a los hombres como deben ser y Euriacutepides como sonrdquo (Aristoacuteteles 1461-a) No obstante es preciso subrayar que el hecho de que un poeta se aproxime a los conflictos hu-manos de forma distinta a otro no tiene por queacute indicar que sea menos filosoacutefico o que su poesiacutea sea pobre o vacua De la mano de Wal-ter Kaufmann consideramos relevante y de gran valiacutea el caraacutecter transgresor y disruptivo del teatro de Euriacutepides al introducir una serie de elementos novedosos de atributos menos nobles (spoudainos) pero destinados a pro-mover una criacutetica y una valoracioacuten de lo maacutes humano Para este autor ldquoEuriacutepides encontroacute (hellip) serio el sufrimiento humano la brutalidad cada vez mayor de la guerra e incluso la in-humanidad de quienes iban a ver sus obrasrdquo (Kaufmann 1978 p467)

En personajes como Ioacuten o Hipoacutelito encon-tramos una apreciacioacuten apacible de la vida co-tidiana dedicada a las labores mundanas como lo son la limpieza del templo y el culto devoto a la diosa Aacutertemis Ademaacutes en la intriga de Ioacuten el padre divino del joven le ha ocultado una verdad cruda y Creusa por su parte no deja de reprochar esto en la representacioacuten teatral En esta pieza se presenta a Apolo como un dios indiferente irresponsable implacable cuando sus deberes profeacuteticos u oraculares deberiacutean conducirle por un camino distinto En suma el teatro de Euriacutepides ofrece un con-traste diferente entre el valor de lo inmediato y humano que se entremezcla abruptamente con el infortunio inesperado y retorcido para ilustrar en definitiva un pathos maacutes intenso

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fraacutegil pero valioso y que como tal exige reco-nocimiento

No sin razoacuten se ha clasificado al Ioacuten como una tragicomedia y en algunos casos como un ldquomelodramardquo La pieza no contiene una hamartiacutea ninguacuten personaje perece ni termi-na de forma catastroacutefica pero siacute dispone dos escenas de agnicioacuten (una falsa y una auteacutenti-ca) y varias peripecias que discurren entre el intento de asesinato de Creusa sobre Ioacuten y el giro contrario en el que Ioacuten intenta liquidar a su madre Sin embargo es a partir del marca-do azar en sus argumentos que sus persona-jes expresan una profunda admiracioacuten sobre las cosas humanas y contingentes como el amor la experiencia cotidiana o la intimidad de un acontecimiento personal escenas que no opacan o disipan el componente criacutetico y transgresor del que participan Como consi-dera Kaufmann (1978) ldquolos nobles maacutertires de Euriacutepides viven y mueren increpando a los hombres que le rodean y a la audiencia su in-tento es criacutetico (hellip) no es de extrantildear que la audiencia reaccionara pues desaprobandordquo (p380)

Lo que siacute puede afirmarse sobre ldquolo traacutegi-cordquo en las piezas aacuteticas consiste en la constan-te representacioacuten de unas acciones humanas vulneradas por una dimensioacuten externa a ellas que viene dada por la irrupcioacuten de la fortuna o tycheacute El teatro traacutegico establece de forma dicotoacutemica y conflictiva el devenir de las rela-ciones entre la virtud de los hombres (su are-teacute) y la fortuna (como campo que escapa a su dominio) Nussbaum afirma con claridad que la tragedia desarrolla artiacutesticamente un anhe-lo de autosuficiencia interrumpido por el cam-bio de la fortuna que trastoca tanto las metas del agente como su relacioacuten con los otros y consigo mismo Aquiacute la filoacutesofa estadouniden-se pondera dos notas aclaratorias que consi-deramos sumamente interesantes La primera

consiste en la concepcioacuten claacutesica del hombre como ser dual de una dimensioacuten pasiva y ac-tiva y para ejemplificarlo se sirve de la Nemea VIII de Piacutendaro

Hay quienes piden oro y otros tierras ilimitadas

Yo pido deleitar a mis conciudadanosHasta que la tierra cubra mis huesosmdash

un hombreque alaboacute lo digno de elogioy sembroacute la acusacioacuten contra los mal-

vadosPero la excelencia humanaCrece como vidNutrida del fresco rociacuteoY alzada al huacutemedo cieloEntre los hombres sabios y justos

Necesitamos cosas muy diversas de aquellos a quienes amamos sobre todo en el infortunio aunque tambieacuten el gozo busca unos ojos en los que confiar (Nuss-baum 1995 p9)33

El poema expresa la condicioacuten de planta del hombre pasiva y necesitada de cultivo al mismo tiempo que afirma su componente activo y volitivo en su gozo e infortunio se entremezclan las diferentes dimensiones de su ser no solo la racionalidad praacutectica o teoacuteri-ca Como afirma el canto ldquonecesitamos cosas muy diversas de aquellos a quienes amamosrdquo Y de alliacute se desprende un segundo punto de relevancia consiste en la relacioacuten que se es-tablece entre tragedia y filosofiacutea en la Grecia claacutesica en cuanto ambas manifestaciones del espiacuteritu humano se desarrollaron a partir de la misma lucidez sobre los problemas huma-nos su condicioacuten inestable y vulnerable Son palabras de la pensadora ldquoLejos de haber olvidado la concepcioacuten traacutegica Platoacuten ve tan claramente los problemas de la vulnerabilidad que soacutelo encuentra aceptable una solucioacuten ra-

33 Piacutendaro Nemea VIII vv37-44CitadoporMarthaNussbaum(1995)

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dicalrdquo (Nussbaum 1995 p48) toacutepico que se conecta iacutentimamente con la exclusioacuten de los poetas de su repuacuteblica ideal autosuficiente y cerrada en siacute misma Y que Aristoacuteteles retoma en la forma de una reflexioacuten filosoacutefica sobre la eudaimoniacutea y el papel de la froacutenesis para una existencia y conciencia luacutecidas de su condicioacuten limitada

Por un lado si bien reconocemos estas zo-nas de interconexioacuten entre la filosofiacutea claacutesica y la tragedia en su contexto original nuestro intereacutes no se dirige como en el trabajo de Nussbaum a desarrollar sistemaacuteticamente esos puntos de diaacutelogo En este apartado he-mos querido ofrecer una breve reflexioacuten sobre diversas formas en las que se han interpretado la tragedia aacutetica y ldquolo traacutegicordquo como experien-cias esenciales pero que en definitiva se vuel-ven reinterpretaciones filosoacuteficas sumamente especulativas que reniegan de ciertas dimen-siones propias de los diversos dramas y que se separan de su pluralidad literaria

En tanto obras literarias surgidas en un contexto determinado no pueden ser redu-cidas a una conceptuacioacuten filosoacutefica con as-piraciones totalizantes La contraoferta que aquiacute se establece es repensar el conjunto de las obras traacutegicas partiendo de su condicioacuten literaria y fragmentaria en muchos aspectos En una actitud semejante a la de Nietzsche en su ensayo Sobre verdad y mentira en un senti-do extramoral (1782) rechazamos en algunas interpretaciones filosoacuteficas de la tragedia el que ldquotrabajan sin descanso en ese gran colum-bario de conceptos en el cementerio de las in-tuicionesrdquo (Nietzsche 1782 p235) De modo que en los proacuteximos apartados se ofreceraacute una reconsideracioacuten de la tragedia y lo traacutegico no en cuanto ldquoteoriacuteas filosoacuteficasrdquo sino como pre-guntas y cuestiones que nos interpelan desde su eminencia poeacutetica

32 Mito miacutemesis y poiesis o el caraacutecter hermeneacuteutico de la tragedia griega

Este apartado y el siguiente pueden con-siderarse como dos partes de una misma re-flexioacuten que busca ahondar en la pregunta que atraviesa integralmente esta investigacioacuten iquestqueacute espacios de comprensioacuten filosoacutefica pue-de ofrecer la poesiacutea traacutegica partiendo de la propuesta gadameriana de un tipo de verdad reconocida en la palabra poeacutetica A continua-cioacuten se propone una consideracioacuten sobre ese ldquoespacio de comprensioacutenrdquo que abre la trage-dia y que en liacuteneas maacutes generales tambieacuten puede ofrecer toda obra y propuesta esteacutetica particular Ademaacutes se espera ofrecer una uacutelti-ma reflexioacuten sobre teacuterminos como miacutemesis y poiesis en relacioacuten con el teatro aacutetico y acla-rar a su vez nuestro uso del teacutermino ldquopresen-tacioacutenrdquo en lugar de ldquorepresentacioacutenrdquo lo que implica una evaluacioacuten sobre el papel rol o potencial transgresor que puede llegar a ges-tar la literatura Pero primero es conveniente repasar algunos asuntos sobre el teatro aacutetico y el componente cultural del que surge

Es evidente el hecho de que la tragedia se inspira en la tradicioacuten miacutetica y cultural que sus autores dominan Agamenoacuten Antiacutegona e Ioacuten son tres obras que toman historias y persona-jes miacuteticos para llevarlos a escena y en liacuteneas generales es cierto que el teatro traacutegico esce-nificoacute su propio bagaje cultural y no se desligoacute de su trasfondo miacutetico Incluso Aristoacuteteles en un juicio prescriptivo sobre la labor del poe-ta traacutegico consideroacute que no ldquoes liacutecito disolver los mitos establecidos como pongo por caso el de Clitemnestra asesinada por Orestes (hellip) pero el mismo [poeta] debe inventar [otros] y utilizar bellamente los tradicionalesrdquo (Aristoacutete-les 1454-a) La tragedia griega surge de la pro-pia tradicioacuten cultural ateniense y se instituye como parte de una festividad dionisiaca que se celebroacute de forma anual

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Como se desarrolloacute en el apartado 13 la miacutemesis traacutegica no debe suponer una simple imitacioacuten de lo dado En la conformacioacuten artiacutes-tica que es la tragedia esta juega con una serie de siacutembolos tropos personajes instituciones y deidades que en la representacioacuten adquie-ren un nuevo sentido y una nueva funcioacuten de acuerdo con las exigencias argumentales de la obra y el ingenio intelectual y artiacutestico del poeta Simon Crichtley y Pierre Vidal-Naquet tambieacuten concuerdan en esto pues la tragedia maacutes que ser la continuacioacuten esceacutenica de los mitos mdashy por tanto de la tradicioacutenmdash entrantildeoacute una progresiva transformacioacuten y ruptura con los mismos

El mito en tanto narracioacuten y faacutebula supo-ne un pasado heroico y arcaico diferente de la actualidad en la que se gestoacute la represen-tacioacuten traacutegica y es en esta brecha donde se alza una reinterpretacioacuten distinta que abre un ldquoespacio literariordquo34 en el que la comprensioacuten de lo dado y la autocomprensioacuten del sujeto individual pueden encontrar nuevos enclaves desde los cuales considerarse

Es indudable el hecho de que el drama traacute-gico al constituirse como un espacio literario y ficcional trasciende lo dado para significar y en su produccioacuten artiacutestica recrea una realidad distinta a la tradicional y una serie de valores que no tienen por queacute adecuarse efectivamen-te a lo entregado y aceptado por la comunidad en la que se gesta y representa Es muy certera

34 Aunque esta expresioacuten parece aludir al libro deMaurice Blanchot (2002) El espacio literario de ninguacuten modo queremos referirnos a su concepcioacuten sobre la literatura que de hecho parte dediferenciassignificativasconlasconcepcionessobrela literatura y el lenguaje que pueden encontrarse en un autor como Hans-Georg Gadamer En todocaso reconocemosqueunestudio futurosobre lareflexioacutenblanchoteanapodraacutearrojarnuevospuntosdediscusioacutensignificativosparaestetoacutepicosobrelaliteratura el lenguaje y la comprensioacuten humanapero que se separan de los intereses concretos de la presenteinvestigacioacuten

la apreciacioacuten de Vidal-Naquet al referir que ldquola tragedia descubre un nuevo espacio en la cultura griega el de lo imaginario sentido y en-tendido como tal es decir como una creacioacuten humana basada en el puro artificiordquo (Vidal-Na-quet 2002b p27)

En este punto el autor tambieacuten concibe la tragedia como una invencioacuten y apunta que esta innovoacute en tres aspectos esenciales en el terreno de las instituciones sociales dado que la tragedia posibilitoacute un espacio de autopre-sentacioacuten de las instituciones democraacuteticas de decisioacuten y de legislacioacuten de la polis en el aacutem-bito del geacutenero literario y dramaacutetico que for-joacute que se diferencia significativamente de la poesiacutea homeacuterica y otras formas de poesiacutea co-ral antiguas y contemporaacuteneas con ella y por uacuteltimo en la visioacuten antropoloacutegica o de ldquocon-ciencia traacutegicardquo que consolidoacute en el desarrollo de sus tropos convencionales (Vidal-Naquet 2002b p25) La tragedia griega perfectamen-te puede entenderse como una invencioacuten que conecta en siacute tradicioacuten e innovacioacuten miacutemesis de lo dado y poiesis en una novedad y transfi-guracioacuten de la tradicioacuten al menos en el terre-no literario que ella desarrolla

El espacio ficcional que posibilita la repre-sentacioacuten traacutegica une lo singular de la tradi-cioacuten con una apertura imaginativa que vislum-bra una diferencia en el estado de cosas or-dinario en las tragedias es habitual encontrar mujeres altivas transgresoras asiacute como re-flexiones y cuestionamientos graves y profun-dos sobre la humanidad y la condicioacuten sublime de las deidades entre otros toacutepicos Pero en ellas tambieacuten se subvierte la costumbre para dar voz al conflicto inmanente en la vida hu-mana De acuerdo con Gadamer (1991) no ldquoes casual en absoluto que el artista supere en lo que crea la tensioacuten entre las expectativas cobijadas por la tradicioacuten y los nuevos haacutebitos que eacutel mismo contribuye a producirrdquo (p43)

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incluso si estos cambios son uacutenicamente en el orden de las convenciones esteacuteticas y artiacutesti-cas dentro de su geacutenero Una posibilidad que se realiza en el teatro de Euriacutepides de modo excepcional

De hecho esta interconexioacuten entre miacuteme-sis y poiesis tradicioacuten e innovacioacuten contiene en siacute un componente hermeneacuteutico que Ga-damer denomina como fusioacuten de horizontes En la actividad de los poetas traacutegicos se ges-ta una relacioacuten que itinera entre la tradicioacuten de valores culturales comunes de la polis y la reinterpretacioacuten de tal tradicioacuten en el ldquolengua-je del presenterdquo El mito en el teatro se entre-mezcla con figuras anacroacutenicas como la polis democraacutetica por ejemplo con la fundacioacuten del Areoacutepago en las Eumeacutenides de Esquilo o las actitudes libertarias e infractoras de muje-res-silentes que se enfrentan al status quo de la ciudad pero tambieacuten la tragedia es capaz de presentar figuras femeninas y relaciones de philia y amor propias de una comprensioacuten diversa divergente que el poeta manifiesta Con Gadamer y Jean Grondin puede afirmarse en teacuterminos hermeneacuteuticos que en la inven-cioacuten de la tragedia se gesta una fusioacuten de ho-rizontes en tanto que la comprensioacuten (com-prensioacuten y reinterpretacioacuten de la tradicioacuten que ofrece cada obra) moviliza un sentido y una serie de interrogantes que vinculan el pasado tradicional con el presente de la representa-cioacuten

Si como considera Jean Grondin (2008) ldquosiempre se interpreta una obra a partir de las preguntas a menudo imperceptibles que plantea nuestro tiempordquo (p84) entonces la misma obra traacutegica en su articulacioacuten y re-presentacioacuten teatral se vuelve inteacuterprete de la tradicioacuten y la cultura de la que emana Pero aunado a ello si lo propio de la construccioacuten literaria es su libertad ficcional mdashla suspen-sioacuten de todo sentido y referencia convencio-

nal para transfigurarse en el terreno ficcional del artemdash debe considerarse que el teatro traacute-gico posibilita de una manera consolidada un espacio alterno desde el cual el ser humano puede pensarse a siacute mismo individualmente y repensar la realidad cultural e histoacuterica que le da configuracioacuten

En modo alguno puede imaginarse que esa posibilidad solo fue vaacutelida para el ciudadano antiguo que experimentoacute el teatro traacutegico en su contexto original Esta experiencia de alte-ridad literaria sigue siendo posible para cada persona en nuestra contemporaneidad en la medida en que el encuentro con la literatura supone siempre una actividad comprensiva e interpretativa Que hay que decir nuevamen-te admite la aplicacioacuten de una serie de senti-dos e interrogantes modernos hacia el texto u objeto que se interpreta Por su parte para Gadamer (1977) ldquola obra de arte tiene su ver-dadero ser en el hecho de que se convierte en una experiencia que modifica al que la experi-mentardquo (p145) de ahiacute que la fusioacuten de hori-zontes de la que eacutel habla tambieacuten sucede en la experiencia de ldquosimultaneidadrdquo e inmersioacuten que la obra traacutegica asegura en su representa-cioacuten esceacutenica o en su lectura

El que la experiencia esteacutetica de la obra traacutegica establezca una ldquomediacioacuten totalrdquo una no-distincioacuten entre el sujeto inmerso en la constelacioacuten de sentido de la pieza y la plena presencia de ese sentido hace del concepto de ldquosimultaneidadrdquo gadameriano una especie de apertura hacia un espacio alterno en el que la experiencia de autoolvido se vuelve un ha-llazgo un encuentro con algo novedoso dife-rente y verdadero Para Gadamer (1997) ldquoen realidad el estar fuera de siacute es la posibilidad positiva de asistir a algo por enterordquo (p171) Es en suma un ldquoasistirrdquo en el que el sujeto co-partiacutecipe halla un decir irrefutable eminente y vaacutelido que atisba e interpreta en una expe-

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riencia esteacutetica que fusiona cognicioacuten y emo-cioacuten

En eso consiste la dimensioacuten aletheica de la palabra poeacutetica que para nuestro filoacuteso-fo estaacute asociada al concepto platoacutenico de la anamnesis Seguacuten Gadamer la miacutemesis debe entenderse en conjuncioacuten con esa nocioacuten platoacutenica es decir que la obra de arte posi-bilita un re-conocimiento de las cosas (un vol-ver a conocer) de una manera maacutes esencial al introducir al espectador-cojugador en una nueva forma de aprehensioacuten de la realidad la re-conoce Jean Grondin (2003) precisa que en la pieza artiacutestica ldquoel mundo es experimen-tado hasta tal punto en el elemento del olvido ontoloacutegico que lo que caracteriza la funcioacuten anamneacutetica del arte es el redescubrir el mun-do en siacute mismordquo (p78)

Pero el redescubrimiento del mundo y su re-conocimiento suponen la develacioacuten de algo nuevo y eminente un sentido y una rela-cioacuten que antes no se encontraban presentes o mejor dicho permaneciacutean ocultos en nues-tra experiencia habitual y concreta respecto de las cosas Nuestra comprensioacuten linguumliacutestica del mundo se hallaba inmersa en lo habitual y en la concrecioacuten significativa y uniacutevoca (o ldquoli-teralrdquo) entre sus significados y significantes da-dos Recordemos que la palabra poeacutetica ldquoesta-blece sentidordquo en su libre asociacioacuten metafoacuteri-ca y figurada y en ella toda relacioacuten de sentido habitual se suspende por lo que la metaacutefora absoluta35 en la que se transfigura y constitu-ye la palabra poeacutetica maacutes que representar lo real tiene la potencialidad de trascender ha-cia una nueva forma de presentar la realidad una forma que es metafoacutericaficcional pero vaacutelida y vinculante Como considera Umberto

35 Nos referimos a la expresioacuten gadameriana en elmomentoenqueel autor escribeque ldquolapalabrapoeacutetica (hellip) tiene el caraacutecter de una metaacuteforaabsoluta (Allemann) frente a cualquier discursocotidianordquo(Gadamer1971p24)

Eco ldquola metaacutefora lsquoponersquo (en el sentido filosoacute-fico pero tambieacuten en el sentido fiacutesico lsquopone delante de los ojosrsquo (τὀ ὅηοιον θεωρεῑν) una proposicioacuten que dondequiera que estuviese almacenada no estaba delante de los ojosrdquo (Eco 1990 p191)

La palabra poeacutetica tiene la potencialidad de ldquodescubrirrdquo y ldquoestablecer sentidordquo A partir de esta nocioacuten es que hemos optado en nu-merosas ocasiones por la expresioacuten de ldquopre-sentacioacutenrdquo en lugar de ldquorepresentacioacutenrdquo De acuerdo con lo anteriormente establecido en la develacioacuten que ofrece la palabra poeacutetica la anamnesis se da maacutes como el descubrimien-to de una nueva relacioacuten de sentido y de una sorprendente profundidad significativa en lo ya conocido lo que sugiere una polisemia an-tes oculta de relaciones realidades experien-cias y acciones en nuestro mundo circundante Todo esto en suma se constituye en un ha-llazgo que ampliacutea nuestros horizontes de com-prensioacuten del mundo y de nosotros mismos a la luz de nuevas formas de nombramiento

Es dentro del mundo literario-ficcional que la obra presenta donde encontramos un decir eminente y revelador que parece concretar o cristalizar en su ser-linguumliacutestico y expresioacuten lite-raria una experiencia vital que nos resulta ver-dadera Es decir que en la literatura muchas veces hallamos expresiones palabras e inclu-so reflexiones de importantes repercusiones y las admiramos sobre todo porque ellas con-cretan y conservan en forma linguumliacutestica y poeacute-tica una experiencia o realidad que antes era innombrada para nosotros El texto literario y lo que podemos encontrar en eacutel consiste en una reaproximacioacuten diversa a las cosas pues se da de tal modo que es casi como una pre-sentacioacuten de sentido que antes se encontraba oculto o inaprensible a nuestra comprensioacuten individual

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Si bien el filoacutesofo espantildeol Luis Zahonero parte de una teorizacioacuten filosoacutefica y linguumliacutestica diferente de la gadameriana o distinta de la hermeneacuteutica en general (maacutes cercano a filoacute-sofos como Kant y Nietzsche en sus postula-dos) en su reflexioacuten sobre la poesiacutea encontra-mos ciertos puntos de afinidad cuando asume que el lugar de los poetas es aquel en el que se encuentran los nombres para las cosas Y es auacuten maacutes significativo su examen cuando con-sidera que la poesiacutea es una caceriacutea salvaje de imaacutegenes

Es capaz de cazar las salvajes imaacutegenes primeras y a las cosas por sus nombres no sabidos es capaz incluso de obligarlas a admitir que ese nombre que usaban no era el suyo (por mucho que traten de es-conderse y pasar de incoacutegnito) es capaz de hacer brotar lo real donde habiacutea solo un significado y exigir al mundo que con-fiese sus secretos (Zahonero 2017 p310)

Sin remitir a ni depender de un modelo conceptual preestablecido la palabra poeacutetica nombra al mundo y nuestras experiencias vita-les de tal forma que nos parecen vaacutelidas pues de alguna manera hacen justicia a tales rea-lidades Precisamente porque nuestro mun-do y experiencia ahiacute en eacutel adquiere ser en el momento en que accede a su nombramiento y articulacioacuten comprensiva en el meacutedium lin-guumliacutestico en el que ldquohabitamosrdquo No por nada Gadamer siguiendo a Heidegger afirma que el meacutedium linguumliacutestico nos acerca al mundo es-tablece una ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea respecto de lo dado pero tambieacuten encubre una dimen-sioacuten no-familiar que se puede experimentar en la actividad de la traduccioacuten o en el encuentro con la poesiacutea Para Gadamer (1971) ldquoUna y otra vez las mismas articulaciones fundamen-tales que conducen nuestra comprensioacuten del mundo son palabrasrdquo (p120)

Aun asiacute esta no-familiaridad que puede suscitar el encuentro con diversas experien-cias interpretativas puede asociarse a nuestra disertacioacuten sobre lo deinoacuten El lenguaje es tam-bieacuten deinoacuten establece un dominio familiar o una cercaniacutea relativa al mundo al tiempo que arriba a un espacio de no-familiaridad en el que las palabras muestran su profundidad sig-nificativa a la vez que su limitacioacuten para hacer presente ciertas realidades ligadas a nuestra forma de estar y comprender el mundo Asiacute como el lenguaje es nuestro primer acceso a ese mundo es tambieacuten un liacutemite del que no podemos escapar

Como pudo desarrollarse en el apartado 11 la universalidad de la linguumlisticidad solo puede ser aceptada cuando se entiende como la universalidad de lo que podriacutea ser expresa-do y articulado la conciencia de que el len-guaje posibilita una comprensioacuten maacutes abar-cante al tiempo que se despliega de tal forma por encima del sujeto que nuestra capacidad comprensiva siempre es limitada Como con-sidera Jean Grondin (2003) ldquoLa universalidad es siempre la universalidad del querer decirrdquo (p197) De alliacute que toda comprensioacuten lin-guumliacutestica se enfrente con los liacutemites de lo que pudiera explicitar y expresar realidad que se hace patente de forma concreta en la expe-riencia esteacutetica y sobre todo en el encuentro con el texto literario

Cabe considerar que esta pugna entre la universalidad de la linguumlisticidad y lo innom-brable impactan de dos modos distintos en la tragedia aacutetica En una dimensioacuten interna el geacutenero llega a abordar con cierta frecuen-cia toacutepicos y experiencias que colindan con lo inexpresable como lo son las vivencias del do-lor el lamento y el luto Podriacutea evocarse aquiacute la famosa expresioacuten de Heacutecuba en la obra ho-moacutenima de Euriacutepides que al cantar sobre sus infortunios clama ldquoiexclTodo esto no es otra cosa

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que imaginaciones del espiacuteritu y vanos ruidos de la lenguardquo (Euriacutepides vv623-627) E igual-mente se puede aludir al silencio y el dolor ex-tralinguumliacutestico que las tragedias suelen expre-sar por medio de su complejo entramado de recursos retoacutericos-literarios teatrales y me-tateatrales y que en caracteres como Clitem-nestra Casandra o Antiacutegona son faacutecilmente discernibles mdashaunque este tema se abordaraacute con mayor amplitud en el siguiente apartado

Por otro lado en una dimensioacuten externa la querella entre la articulacioacuten comprensiva y su frontera con lo inasible a la verbalizacioacuten inciden sobre los liacutemites en los que pueden interpretarse las tragedias en la medida en que estas son productos literarios Ninguna interpretacioacuten literaria acadeacutemica o teoacuterica sobre la pieza traacutegica puede agotar del todo su ser-obra Gadamer resalta que es un error suponer que las obras de arte posibilitan una inteleccioacuten e integracioacuten pura del sentido que ellas despliegan como si pudiera conceptua-lizarse por completo aquello que resguarda en su ser-obra error que distingue en la es-teacutetica idealista de Hegel Las tragedias nos ha-blan como obras y no como portadoras de un mensaje filosoacutefico que deba de ser explicitado sistemaacuteticamente en un desarrollo uniacutevoco (como se expuso en el apartado anterior) (Ga-damer 1991 p86)

La eminencia dicente de la poesiacutea traacutegica se sustrae de una total conceptuacioacuten pero tam-bieacuten posibilita un campo ampliacutesimo en el que es posible su interpretacioacuten desde muacuteltiples enfoques y estudios El que la obra no pueda ser agotada en una serie de interpretaciones supone el caraacutecter libre y no reprimido por la conceptuacioacuten tanto de la obra como de la reflexioacuten comprensiva que suscita en quien se dispone a realizar una reflexioacuten sobre la pieza literaria En efecto nuestro liacutemite interpretati-vo posibilita tambieacuten la apertura de muacuteltiples

aproximaciones posibles hecho que se hace palpable cuando se atiende a la infinidad de estudios y aproximaciones que se han desa-rrollado en el curso de la historia sobre la tra-gedia griega y que se han convertido en toda una ldquotradicioacutenrdquo de anaacutelisis sobre el tema

Como hemos visto el potencial de la pala-bra poeacutetica reside en su posibilidad de ampliar nuestros marcos linguumliacutesticos de comprensioacuten en posibilitar el encuentro con nuevas formas de nombramiento y en la amplificacioacuten de nuestra forma de percibir sentir y entender a partir de espacios literarios cuya novedad nos permite interpelarnos a nosotros mismos y aun a nuestro derredor cultural

Al retomar lo dicho con anterioridad esta idea encuentra en Euriacutepides un ejemplo de su maacutexima realizacioacuten dado que su teatro insti-tuye una diferencia significativa respecto de las convenciones que se gestaron en relacioacuten con la teacutechne de la poesiacutea traacutegica A diferencia de Esquilo y Soacutefocles Euriacutepides innova en el seno de una comunidad fuertemente estruc-turada y en medio de una tradicioacuten esceacutenica y teatral para proporcionar una poesiacutea de cier-to caraacutecter transgresor

En sus argumentos las narraciones miacuteticas ceden de forma maacutes expliacutecita al ingenio lite-rario para significar y presentar nuevas rela-ciones en las que los heacuteroes y personajes de altura se transforman en seres distintos maacutes ruines pasionales sensitivos y humanos En sus intrigas el elemento religioso se trastoca para ofrecer unas deidades y un tipo de fe di-vergente En Ioacuten el dios Apolo que es uno de los pilares fundamentales y de maacutes relevancia de la cultura helena es exhibido de manera peyorativa como un dios-silente indecente e irresponsable y cuestionado incluso por no manifestar sus propios roles como deidad re-veladora Al tiempo el poeta deja traslucir un

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tipo de religiosidad maacutes iacutentima ligada a la per-sona individual

Por uacuteltimo Euriacutepides tambieacuten presenta nuevas figuras femeninas dotadas de roles maacutes violentos pero sabios y con fuertes razo-nes y argumentos para desafiar e increpar a la propia estructura social y cultural que recrea libremente en el espacio literario de sus obras

En suma a diferencia de los otros poetas estudiados Euriacutepides consuma en muchos as-pectos la transgresioacuten de lo que Umberto Eco denominoacute como las leyes socioculturales que marcan lo que auacuten no ha sido dicho o lo que no puede decirse (Eco 1990 p172) en pos de una posibilidad liacutemite y genialidad poieacutetica ca-paz de consolidar alguna conformacioacuten artiacutesti-ca en el seno de una cultura determinada En otras palabras su poesiacutea traacutegica puede llegar a significar la apertura hacia un afuera una diferencia respecto de las formas en las que comuacutenmente se comprende y valora lo real

Cabe considerar entonces que la posibi-lidad de la palabra poeacutetica y la conformacioacuten artiacutestica transitan entre el re-conocimiento develador de algo verdadero y la ruptura de la tradicioacuten para avanzar hacia una nueva for-ma de comprensioacuten y consideracioacuten sobre lo dado Eso en tanto en esta palabra eminente anida la presencia de la polisemia significativa y profunda que lo concreto de la vivencia vital resguarda

En este sentido hacemos nuestra la si-guiente nota del filoacutesofo Zahonero en la que asegura que el arte y la poesiacutea son capaces de ampliar

(hellip) nuestro horizonte de representa-cioacuten y nuestro modo de sentir ensanchan-do las fronteras de nuestro sistema de representacioacuten privada (hellip) libraacutendonos de la estrechez que imponen nuestras formas particulares de juicio (ya sean subjetivas o

colectivamente compartidas) (Zahonero 2017 p321)

33 Lo que es capaz de presentar la poesiacutea traacutegica polisemia y silencio en la colisioacuten traacutegica

Una vez esclarecido el ldquoespacio de com-prensioacutenrdquo que puede posibilitar el encuentro con la literatura y en este caso con la poesiacutea traacutegica queda una uacuteltima consideracioacuten inte-gral acerca de los diferentes toacutepicos que abor-dan las tragedias motivos de examen en esta investigacioacuten el silencio lo deinoacuten y la parre-siacutea Y a continuacioacuten pasaremos a realizar una reconsideracioacuten final sobre el alcance alethei-co de la poesiacutea en la tragedia griega

Para Gadamer una de las cualidades dis-tintivas de la palabra poeacutetica reside en su eminencia un vocablo que le debemos y que recorre transversalmente nuestra indagacioacuten Es la eminencia o vitalidad propia lo que hace de lo nombrado en el texto literario una expe-riencia distinta que escapa de la cotidianidad y se ldquoelevardquo por encima de ella Pero en con-trapartida refiere el mismo Gadamer (1996) ldquonuestra experiencia fundamental como seres temporales [es] el que todas las cosas se nos escapan que todos los contenidos de nues-tra vida se nos vuelven cada vez maacutes paacutelidosrdquo (p119) y que en definitiva toda compren-sioacuten adquisicioacuten y experiencia se encuentran condenadas por nuestra constitucioacuten tempo-ral Ante ello la palabra eminente en la litera-tura surge como una experiencia que elude lo temporal y hace participar al sujeto en una experiencia iacutentegra que no se encuentra mar-cada por la sucesioacuten temporal vaciacutea

La tragedia griega desde su decir poeacutetico representa en un mundo ficcional cuestiones universales sobre ese devenir temporal en el que la ldquopalidezrdquo de una experiencia se desha-

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ce y se reinterpreta de manera completamen-te singular en la representacioacuten que la obra establece Nuestro autor es muy cuidadoso al aclarar ldquoNo creo que baste con decir que en toda conformacioacuten poeacutetica se responden las preguntas uacuteltimas de nuestro vivir humanordquo (Gadamer 1996 p119) Y ciertamente en este punto de la investigacioacuten seriacutea un error suponer que la tragedia o cualquier otra for-ma de arte nos otorga un acceso privilegiado a una forma de comprensioacuten ontoloacutegica y ase-gurada de la realidad La literatura no puede erguirse como una respuesta a ldquolo verdaderordquo ni debe comprenderse como un acceso a la estructura ldquoverdaderardquo del mundo asiacute como la obra literaria no siempre pretende reflexio-nar sobre temaacuteticas existenciales y de caraacutec-ter universal Las tesis hermeneacuteuticas de Ga-damer tampoco se dirigen a esos equiacutevocos Pero lo que siacute puede asegurar la conformacioacuten poeacutetica es lo que eacutel denominoacute como la expe-riencia de una cercaniacutea

Al repensar la anterior cita del filoacutesofo ale-maacuten debemos recalcar el hecho de que las tragedias no nos ofrecen una ldquorespuestardquo a esas cuestiones universales sobre el ldquovivir hu-manordquo la muerte la fragilidad la virtud Aun asiacute puede admitirse que es gracias a su emi-nente despliegue artiacutestico que ellas en su ex-presioacuten poeacutetica nos interpelan e increpan res-pecto de esas cuestiones fundamentales No para indicarnos un deber ser o revelarnos una cierta verdad uacutenica respecto de una forma au-teacutentica de existencia sino para interpelarnos en la forma de una interrogacioacuten sobre esos valores y sentidos que ponen en juego En la li-teratura no encontramos una respuesta dada uniacutevoca uniforme pero siacute una aproximacioacuten distinta y plural a muchas cuestiones comunes que caracterizan nuestro estar-en-el-mundo

El despliegue dramaacutetico de las obras es-tudiadas nos ofrece un dinaacutemico juego en el

que las verdades y valores que los personajes sostienen se vuelven plurales Esto a traveacutes de la colisioacuten traacutegica y sobre todo por medio de la ambiguumledad (Vidal-Naquet dixit) que surge de los propios personajes y las acciones que se despliegan en el argumento Como indica Vidal-Naquet ldquoExiste ambiguumledad entre el de-sarrollo humano del drama y el plano decidido por los dioses entre lo que dicen los persona-jes y lo que comprenden los espectadores la ambiguumledad reside dentro de los propios heacute-roesrdquo (Vidal-Naquet 2002b p17)

Las tres tragedias abordadas dan cuenta de ello de muchas maneras En el Agamenoacuten de Esquilo la ambiguumledad surge por medio de diferentes elementos En primer lugar el silencio aparece como un tropo de relevancia que establece diversas relaciones de sentido de acuerdo con el desarrollo del drama estaacute el silencio que reina en el palacio respecto de los sacrilegios que han tenido lugar en la casa de Atreo el ocultamiento silencioso de Clitemnestra y el silencio vuelto signo de de-safiacuteo en Casandra Por otro lado la expresioacuten verbal de los personajes se desenvuelve junto a una dimensioacuten extraverbal que diferentes personajes como el coro no dejan de sentildealar en sus cantos Asimismo en el primer encuen-tro entre Clitemnestra y Agamenoacuten sucede un iroacutenico juego de maacutescaras que velan y revelan intenciones ambiguas En la escena en que la reina invita a Agamenoacuten a que camine sobre una alfombra puacuterpura como signo de su bue-na acogida se lee en la intervencioacuten de Cli-temnestra

iexclQue quede al momento el camino cubierto de puacuterpura para que Justicia lo lleve a una mansioacuten inesperada Lo demaacutes que el destino tiene ya decretado lo haraacute como es justo con la ayuda de las deida-des mi pensamiento que nunca fue venci-do del suentildeo (Esquilo v910)

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La reina invoca a la Justicia en beneficio de su marido para elogiarlo y gloriarlo pero pa-ralelamente su discurso connota su deseo de ldquoajusticiarlerdquo por el crimen que cometioacute con Ifigenia La paradoja de grandes efectos dra-maacuteticos se establece en la relacioacuten metatea-tral entre el puacuteblico o el lector que conoce el destino de los acontecimientos y el mundo del acontecer ficcional en el que las intenciones se encuentran parcialmente veladas Mientras que el coro atisba cierta sospecha se hace presente y evidente para cada personaje un ambiente de pesadez y horror que impregna cada suceso en el palacio Agamenoacuten no sin cierta ironiacutea mdashpara el espectadorlectormdash proclama ldquoiexcl(hellip) y ojalaacute que al pisar esta puacuter-pura no me alcance de lejos la envidia de la mirada de las deidadesrdquo (Esquilo v946)

La paradoja y la aporiacutea se encuentran in-cluso en estos personajes Como se pudo ver en el rey argivo esa ambiguumledad surge en su alusioacuten metafoacuterica como aacuteguila rapaz y como buitre carrontildeero el laudado general y rey de las tropas helenas se convierte por aporiacutea in-superable en la representacioacuten de un liacuteder im-piacuteo e impulsado por una ldquotemeridad voluntaria (thaacutesos Hekouacutesion)rdquo (Nussbaum 1995 p78) por un mal eros que impregna su caraacutecter y le acerca a la ldquodemenciardquo Es una condicioacuten que comparte con su esposa Clitemnestra quien en el decurso de la accioacuten muestra su multipli-cidad enigmaacutetica en su altivez en el dominio del espacio puacuteblico en su estado antinatural de mujer viril y por uacuteltimo en su silencio de ocultamiento asociado al dolor y al luto

En Antiacutegona el desarrollo argumental de la obra juega igualmente con la paradoja la am-biguumledad y la colisioacuten traacutegica Aunque la prin-cesa tebana se muestra a simple vista como la heroiacutena de la pieza la verdad es que esta narrativa explora en la condicioacuten ambivalen-te desgarrada y el deinoacuten de la joven Tanto

Antiacutegona como Creonte expresan valores y posiciones antagoacutenicas que surgen de la mis-ma imposicioacuten de la ley y si bien ambos ca-racteres demuestran su ceguera parcial ante la posicioacuten alterna es el espectador quien comprende y pondera la pluralidad que se re-vela en los acontecimientos Debe destacarse incluso que la metaacutefora del barco como tropo de la direccioacuten de la ciudad aparece de mane-ra reiterada en la obra pero para indicar una nueva visioacuten y ponderacioacuten de la misma y de los sucesos dramaacuteticos

En un primer momento dicha metaacutefora sur-ge de una intervencioacuten de Creonte para enfa-tizar la idea de que solo el barco-polis puede salvar a los ciudadanos de la cataacutestrofe de la tycheacute (v190) Luego en los versos 580-590 del coro reaparece con el objetivo de aludir a la potencia destructiva de las olas impulsadas por los vientos y las profundidades de la ma-rea Y por uacuteltimo resurge en la voz de Hemoacuten con la intencioacuten de denunciar la unidireccio-nalidad e intransigencia de su padre ldquo(hellip) de la misma manera en que tensa fuertemente las escoltas de una nave sin aflojar nada despueacutes de hacerla volcar navega el resto del tiempo como cubierta invertidardquo (Soacutefocles v715) Las palabras de Hemoacuten son claras y advierten que la radicalidad de Creonte le conduciraacute a la ca-taacutestrofe como efectivamente sucede No obs-tante el destino de Antiacutegona es semejante solo que ella antes y despueacutes de su desgracia demuestra en sus acciones una tensa lucidez que transita entre la legitimidad y la culpa por lo que realiza

Lo interesante se encuentra en la reitera-cioacuten de la metaacutefora en distintos momentos de la obra en los que reaparece para comple-mentar y sopesar dimensiones diferentes de siacute misma y con ello exige del espectador su interpretacioacuten integral en sus diferentes ex-presiones

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Para finalizar en Ioacuten la ambiguumledad no solo se muestra por ejemplo en los diaacutelogos iroacutenicos entre Ioacuten y Creusa en su primer en-cuentro cuando ninguno de los dos era real-mente conocido para el otro Todo el embrollo tragicoacutemico sucede sobre un argumento en donde el aacuteureo dios Febo el que ldquocanta para los mortales sentado en el ombligo mismo de la tierra y les manifiesta el presente y el futu-rordquo (Euriacutepides v5) decide callar y esconder la verdad a los mortales para ocultar su culpa y responsabilidad

Nuevamente lo distintivo de las tragedias estudiadas no consiste en una ldquodevelacioacutenrdquo ontoloacutegica de una verdad dada sino en la manifestacioacuten poeacutetica y literaria de lo para-doacutejico la aporiacutea la tensioacuten la ambiguumledad de la existencia humana y la pluralidad de valo-res y sensaciones que se entremezclan en el hombre mismo interpelando asiacute nuestra pro-pia concepcioacuten tantas veces uniacutevoca y riacutegida sobre las cosas A traveacutes de la colisioacuten traacutegica y la compleja estructura de pesos y contrape-sos de los que se sirve el teatro aacutetico se nos presentan diversas acciones valores y sensa-ciones humanas que se esparcen en una gran multiplicidad de sentidos y significaciones po-sibles No es la univocidad de un uacutenico senti-do verdadero en la realidad sino su inmensa pluralidad poliseacutemica y significativa lo que se devela en la accioacuten y que en la representacioacuten poeacutetica nos exige reflexioacuten e interpretacioacuten

Esta interpretacioacuten sobre lo que la poesiacutea traacutegica puede ofrecernos halla considerables puntos de encuentro y relacioacuten con las tesis de Vidal-Naquet para quien la tragedia aacutetica en la perspectiva antropoloacutegica que elabora ldquoel hombre y sus actos no se perfilan como realidades estables que se podriacutean delimitar definir y juzgar sino como problemas como preguntas sin respuesta como enigmas cuyo doble sentido siempre queda por descifrarrdquo

(Vidal-Naquet 2002 p25) Y que invita a cada espectador o lector en su encuentro singular con las obras traacutegicas a entablar un espacio de diaacutelogo y reflexioacuten desde el cual poder pen-sarse a siacute mismo y su relacioacuten inmediata como sujeto inserto en una cultura particular una tradicioacuten como podriacutea considerarse en teacutermi-nos gadamerianos

En este sentido nuestra investigacioacuten se orientoacute a repensar la muacuteltiple significacioacuten de experiencias y recursos como el silencio lo deinoacuten y la palabra liberada y transgresora en el discurso parresiasteacutes En modo alguno son experiencias ldquoprimigeniasrdquo pero siacute son iacutentimas y se integran en nuestra comprensioacuten linguumliacutestica del mundo Max Colodro siguiendo la reflexioacuten heideggeriana sobre el lenguaje afirma que el ldquohabla dispone a la presencia la objetiva en primer lugar como relato El silen-cio por su parte mantiene oculta esa profun-didad semaacutentica donde la palabra se gesta y donde busca su sentido precisordquo (p21) Ahora bien de acuerdo con lo desarrollado en los primeros dos capiacutetulos de esta investigacioacuten la palabra poeacutetica es capaz de manifestar la pluralidad semaacutentica oculta en la concrecioacuten de la palabra y jugar con una serie casi infinita de relaciones de sentido

La palabra poeacutetica no suscita de forma sub-jetiva una serie de sensaciones ldquoprivadasrdquo ni encuentra su campo de desarrollo y liacutemite en la mera expresioacuten sensorial o sensitiva a tra-veacutes de un discurso literario que es puramente ldquoficticiordquo ldquofalsordquo o personal Ella es capaz de trasladar nuestra reflexioacuten y comprensioacuten ha-cia un mundo literario ficcional en el que las ldquodenotaciones literalesrdquo las referencias ldquorea-lesrdquo y ldquoliteralesrdquo de las cosas se suspenden para establecer nuevas relaciones de sentido que podriacuteamos llamar ldquoliterariasrdquo pero que adquieren su propia validez y verdad ldquometa-foacutericardquo y que en la realizacioacuten artiacutestica sumer-

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gen al espectador-lector en una experiencia que le lleva a admitir su realidad y autoridad En Verdad y meacutetodo Gadamer se sirve de la expresioacuten ldquoasiacute esrdquo con la que solemos admitir el tipo de verdad que nos descubre e impacta en la experiencia esteacutetica del arte (Gadamer 1977 p179) Aquiacute nos servimos de un impor-tante aporte del filoacutesofo Paul Ricoeur quien al reflexionar sobre la validez y verdad de la palabra poeacutetica considera que ldquola epocheacute de la realidad natural es la condicioacuten para que la poesiacutea despliegue un mundo a partir del es-tado de alma que la poesiacutea articulardquo (p303) Sin embargo ldquoestado del almardquo no se refiere a una ldquosensacioacuten subjetivardquo sino maacutes bien al teacutermino heideggeriano Befindlichkeit con el que se expresa una manera de encontrarse en medio de la realidad una forma de estar y ha-llarse entre y con las cosas Por consiguiente la poesiacutea traacutegica y las diversas formas de arte en general son capaces de articular en el suje-to la experiencia esteacutetica de un determinado ldquoestado del almardquo (Ricoeur 2001 p303)

Gadamer al igual que Ricoeur concuerdan en la idea de que la palabra poeacutetica establece una suspensioacuten o epocheacute al estilo husserliano conteniendo o interrumpiendo la concrecioacuten significativa del lenguaje mdashsu uso y validez cotidianosmdash para transformarla en la confor-macioacuten artiacutestica Una conformacioacuten en la que cada tragedia mdashcada obra de artemdash estable-ce su propio mundo literario de significados y siacutembolos diversos ademaacutes de relaciones uacuteni-cas a modo de constelaciones en donde el su-jeto-copartiacutecipe se deja imbuir y trastocar por la dicencia que la obra instaura en este caso las tragedias griegas abordadas La palabra poeacutetica permite para Gadamer

(hellip) abrir de nuevo el juego con otras palabras y no sin que entren en juego tam-bieacuten referencias de sentido (hellip) A traveacutes de ello la palabra se vuelve maacutes dicente y

lo dicho es[taacute] de un modo maacutes esencial ahiacute (Gadamer 1971 p25)

Esa nueva validez y carga significativa que porta la palabra poeacutetica es la que nos interpela y revela de este modo la dimensioacuten cognitiva de la conformacioacuten artiacutestica y la palabra poeacuteti-ca De acuerdo con Ricoeur y con el acadeacutemico Nelson Goodman distorsionamos y margina-mos automaacuteticamente el potencial de la pa-labra poeacutetica al asimilarla a una forma del dis-curso que no posee referencia (literal) o que simplemente tiene una ldquoreferencia connotati-vardquo solo vinculada a sensaciones y expresio-nes de la subjetividad yo que su uacutenica alusioacuten se dirige hacia ella misma (la obra literaria) mientras que otras formas del discurso siacute po-seen una ldquoreferencia denotativardquo y en esa me-dida posibilitan cierta cognicioacuten sobre aquello que el discurso refiere y denota En esta loacutegica nos acercamos a una forma de comprensioacuten del arte semejante a la platoacutenica en la que toda representacioacuten se vuelve una copia susti-tutiva de la realidad y una simulacioacuten falsa de sensaciones y acciones humanas Separamos de este modo el arte del mundo como si este fuera un espacio extrantildeo y deficiente en rela-cioacuten con el mundo

A diferencia de estas tesis para Paul Ri-coeur y Nelson Goodman mdashe inclusive para Gadamermdash la palabra poeacutetica no solo evoca y establece desde siacute una forma de estar en-tre el mundo y las cosas en la que el sujeto copartiacutecipe de la obra puede comprenderse sino que tambieacuten reuacutene en siacute una dimensioacuten emocional y cognitiva En palabras de Ricoeur y este siguiendo a Nelson Goodman (2010) ldquola experiencia esteacutetica es cognoscitiva Hay que llegar a hablar de verdad en el arte (hellip) como el caraacutecter apropiado de una simboliza-cioacutenrdquo (p306)

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Esto explicita nuevamente la dimensioacuten aletheica de la palabra poeacutetica y la conforma-cioacuten artiacutestica en diferentes niveles En primer lugar en la medida en que la palabra poeacutetica gesta o posibilita un encuentro y una forma de nombramiento que porta su propia valiacutea Como expresa Ricoeur hallamos el ldquocaraacutecter apropiado de una simbolizacioacutenrdquo o como el propio Luis Zahonero distingue arribamos al espacio en el que se les dan nombres a las co-sas (el lugar del juicio que es el lugar de los poetas) Es decir la palabra poeacutetica es capaz de ldquoinstaurar sentidordquo y en su desarrollo fic-cional y metafoacuterico establece nuevas relacio-nes que posibilitan una comprensioacuten renova-da de las cosas

El nombramiento eminente y poeacutetico en el arte descubre una forma de comprensioacuten di-versa y divergente sobre lo nombrado Gada-mer se sirve de la expresioacuten ldquoautocumplimien-tordquo de la palabra y el lenguaje en la confor-macioacuten literaria (Gadamer 1996 p116) pero nosotros creemos que esta consideracioacuten establece una reestructuracioacuten mdashen el orden linguumliacutesticomdash de una experiencia profunda y vi-tal que en su expresioacuten se hace presente a la vez que deja resonar su profundidad significa-tiva y poliseacutemica

En la experiencia de inmersioacuten y no-dis-tincioacuten que la obra crea el sujeto redescu-bre la pluralidad y singularidad del mundo y la re-encuentra de una manera maacutes esencial Pero este hallazgo no es una actividad de la pura razoacuten o juicio es una cognicioacuten que se encuentra acompantildeada y relacionada iacutentima-mente con la dimensioacuten emotiva y sensitiva del hombre La funcioacuten cognitiva del arte es tambieacuten sensitiva y viceversa ldquola obra de arte se aprehende a traveacutes de los sentimientos y a traveacutes de los sentidosrdquo (Goodman 2010 p224) Incluso Martha Nussbaum ofrece una reflexioacuten similar al afirmar

Cuando examinamos la concepcioacuten eacutetica incorporada al texto traacutegico nuestra actividad cognoscitiva va acompantildeada en un sentido fundamental de una respues-ta emotiva En parte descubrimos lo que pensamos sobre los acontecimientos que se nos muestran apercibieacutendonos de lo que sentimos (Nussbaum 1995 p44)

La emocioacuten y la cognicioacuten se entrelazan en la experiencia e interpretacioacuten de la obra ar-tiacutestica y no uacutenicamente en la concepcioacuten eacuteti-ca que la obra ofrece Esto se evidencia en la experiencia de eacuteleos y phoacutebos que de forma geneacuterica el suspenso traacutegico es capaz de sus-citar en el espectadorlector No es solo una sensacioacuten que evoca la obra sino que gracias a ella es posible comprender y vivir la obra de arte de una forma auteacutentica

Ahora bien en los dramas estudiados el hallazgo la novedad se pueden atisbar en recursos como el silencio la fuerza transgre-sora de lo deinoacuten y la parresiacutea que son expe-riencias humanas que establecen un viacutenculo iacutentimo con nuestro derredor Podriacutea decirse que configuran un determinado ldquoestado del almardquo en los teacuterminos antes expuestos pues expresan la realidad de un modo de relacioacuten con el mundo con los otros yo entre las co-sas y ademaacutes explicitan en su presentacioacuten poeacutetica y cristalizacioacuten literaria una experien-cia vital que solo en el nombramiento poeacutetico adquiere un ser eminente antes ignorado La plural presentacioacuten del silencio en Agamenoacuten nos proporciona nuevas formas de pensarlo e integrarlo a nuestra aproximacioacuten interpreta-tiva de las cosas y a nuestra experiencia en-el-mundo y con los otros Cuando el coro de ancianos en Antiacutegona canta ldquoA miacute me parece que son funestos tanto el demasiado silen-cio como el vano griteriacuteordquo (Soacutefocles v1253) atisbamos la profundidad significativa de una expresioacuten que en el texto literario resuena con

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toda su vitalidad y nos interpela desde su de-cir una vez que presenta la vinculacioacuten entre el ldquosilenciordquo y el ldquogriteriacuteordquo pero tambieacuten su vinculacioacuten con la dignidad y la valiacutea del len-guaje que hace expliacutecita esa realidad al nom-brarla

En Antiacutegona cuando el coro canta ldquoMu-chas cosas asombrosas existen y con todo nada maacutes asombroso que el hombrerdquo (Soacutefo-cles v335) y en esas palabras vislumbramos la fuerza significativa del teacutermino deinoacuten o cuando lo experimentamos a la luz de perso-najes como Casandra Antiacutegona o Creusa nos aproximamos a nuevas formas de nombrar y comprender experiencias vitales que son re-nombradas en el libre desarrollo de la poe-siacutea y la literatura Este re-nombramiento libre poeacutetico se nos presenta en una significacioacuten y valiacutea nuevas y no sopesadas con anterioridad que nos muestran una verdad sobre noso-tros mismos y nuestra relacioacuten con el mundo Podemos afirmar entonces que las tragedias analizadas son un vivo ejemplo del potencial aletheico de la palabra poeacutetica que descubre nuevas formas alternas de pensar y detener-nos en la pluralidad de significados de ciertas realidades y que nos conectan con nuestro mundo vital natural y de interrelacioacuten con los otros

Su carga reveladora y su relativo caraacutecter inasible traslucen en la propia expresioacuten poeacute-tica en tanto esta se establece en una dinaacute-mica reciacuteproca de mostracioacuten y ocultamiento presencia y ausencia Como concreta Jean Grondin (2003) ldquoNos faltan palabras porque las estamos buscando traacutegicamenterdquo (p197) Esta pugna entre lo que pudiera ser nombra-do lo que quisieacuteramos explicitar y el horizonte en el que nuestras palabras se vuelven tam-bieacuten insuficientes se experimenta de modo excepcional en la literatura en sus diferentes formas En la obra traacutegica las experiencias de

sentido antes estudiadas adquieren una plu-ralidad de significaciones diversas pero vincu-lantes y reales que a su vez posibilitan un nue-vo espacio desde el cual pensar y pensarnos como individuos

Hablamos de experiencias como las del si-lencio lo deinoacuten y la parresiacutea pero tambieacuten de emociones como el dolor el lamento la inse-guridad la fragilidad y el amor (entre muchas otras que la poesiacutea traacutegica lleva a escena) que adquieren ser y una nueva dimensioacuten eminen-te en nuestro modo de comprenderlas y vivir-las en el momento en que acceden a su libre nombramiento poeacutetico Esto debido a que en la re-presentacioacuten que es la obra se encuen-tran liberadas en un mundo literario-ficcional que juega con libres enlaces libres relaciones que revelan y crean nuevas relaciones de sen-tido posibles Como considera Jean Grondin la ldquopalabra poeacutetica abre el acceso a un mundo que soacutelo estaacute presente para nosotros y nos re-sulta accesible a esa palabrardquo (Grondin 2003 p221)

CONCLUSIONES

La presente investigacioacuten se propuso in-dagar sobre el valor y el sentido de la palabra poeacutetica en la tragedia griega antigua a la luz de la propuesta de Hans-Georg Gadamer sobre un tipo de verdad reconocida en la poesiacutea y la literatura En el desarrollo de estas paacuteginas no solo se pudieron atisbar diferentes problemas que tenemos hoy diacutea respecto del estatuto y alcance de nuestra comprensioacuten linguumliacutestica36 e interpretativa del mundo sino sobre su inci-dencia directa en el encuentro con la poesiacutea traacutegica y en lo que esta tiene de aletheico37 y

36 Comohaquedadoregistradoenestainvestigacioacutenlafrasealudealoqueocurrecuandoldquoalgoseofrecealacomprensioacutendealguienycuandoesealguiencomprenderdquo(Gadamer1999p144)

37 HaescritoGadamer(2001)queen laobradearteldquoalgo emerge a la luz y eso es lo que nosotros

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singular Ello a partir de conceptos fundamen-tales como los de miacutemesis y poiesis Reflexio-nes que pretendemos resumir concretamente en las siguientes liacuteneas

iquestQueacute espacios de comprensioacuten filosoacutefica puede ofrecer la poesiacutea traacutegica partiendo de la propuesta gadameriana de un tipo de ver-dad reconocida en la palabra poeacutetica Esta fue la interrogante cuya respuesta nos plan-teamos investigar El itinerario ha supuesto un desarrollo riguroso y amplio de las variables de la poesiacutea traacutegica (y de la poesiacutea en general) y de la expresioacuten ldquoespacios de comprensioacutenrdquo iacutentimamente vinculada a la propuesta herme-neacuteutica de Gadamer

Lo primero a dilucidar reside en el tipo de ldquoverdadrdquo que puede concederse o se piensa que porta la palabra poeacutetica y la significacioacuten dicente y ldquoelevadardquo de la expresioacuten literaria diferenciada del uso linguumliacutestico propio de los medios de comunicacioacuten y de informacioacuten co-tidiana La verdad en la palabra poeacutetica puede identificarse en diferentes niveles En un pri-mer acercamiento da cuenta de la eminencia significativa e interpretativa que confiere a la expresioacuten textual que se va a consolidar en la conformacioacuten artiacutestica Esta aseveracioacuten se desarrolloacute atendiendo al hecho de que la pa-labra es maacutes dicente en su libre enunciacioacuten literaria separada de cualquier referencia ldquoliteralrdquo pues en su propio juego de significa-ciones siacutembolos e imaacutegenes logra configurar nuevas relaciones posibles de sentido Tales relaciones de sentido se vuelven ldquodenotativasrdquo en un espacio ficcional y metafoacuterico que ellas mismas hacen presentes al ser nombradas

Y bien esta ldquoinstauracioacuten de sentidordquo ese establecimiento de libres enlaces metafoacutericos figurados alegoacutericos en un mundo ficcional que la obra logra construir y constituir erige el

llamamosverdadrdquo(p290)

segundo acercamiento que hemos intentado a saber que la dicencia poeacutetica hace presente un mundo plural plaacutestico de significaciones muacuteltiples presentes y ocultas en la concrecioacuten pragmaacutetica de significados Todo un formida-ble universo expresivo que permanece escon-dido en el uso rutinario informativo vacuo del lenguaje Un uso que supone siempre la concrecioacuten

La aletheia en la palabra poeacutetica pues se comprende en esa posibilidad de encuentro que el despliegue ficcional (artiacutestico esteacutetico estiliacutestico) es capaz de suscitar Uno que llega a ldquoponer en frenterdquo una significacioacuten y una re-lacioacuten vaacutelida que el espectador acepta como verdadera Pero eso no ocurre de una forma pasiva sino en un juego dinaacutemico de copar-ticipacioacuten que exige del espectadorlector su actividad interpretativa para hacer presente sopesar y aprehender aquello que se le pre-senta en la conformacioacuten artiacutestica de una for-ma nueva novedosa La palabra poeacutetica mdashen su acceso linguumliacutestico e interpretativomdash trans-figura lo que nombra y asiacute deja al descubierto la posibilidad de re-conocimiento profundo de la realidad particular de nuestras experiencias vitales y del mundo

Ahora bien este proceso supone que la pa-labra poeacutetica no es uacutenicamente ni unilateral-mente una actividad mimeacutetica de la realidad Ello hariacutea de la eminente palabra una imita-cioacuten deficiente del mundo o de los estados de aacutenimo y actividades humanas En este senti-do hemos afirmado que la poesiacutea traacutegica es una muestra poderosa que en muchos niveles hace expliacutecita la tensioacuten dinaacutemica entre miacuteme-sis y poiesis imitacioacuten y libre creacioacuten no suje-tas a reglas La tragedia al igual que cualquier otra representacioacuten de caraacutecter transitivo (como una peliacutecula o una narracioacuten literaria) despliega en su conformacioacuten artiacutestica un ar-gumento en el que lo representado adquiere

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su propia verdad desligada y diferente de lo real De modo que en la tragedia aacutetica el mito y el horizonte cultural que se re-presentan li-bremente en ella manifiestan su continuidad pero a la vez su ruptura con la tradicioacuten en la que se insertan al transfigurar lo dado en una nueva relacioacuten de sentidos y significaciones que acceden al ingenio literario Un ingenio que apunta hacia lo diferente y plural

Lo miacutetico en la tragedia es reinterpretado y pasa a presentar una nueva verdad que ar-ticula un diaacutelogo entre el pasado cultural y el presente de la representacioacuten dramaacutetica En esa direccioacuten incide y sigue reactualizando su valiacutea en tanto la tragedia aacutetica continuacutea siendo para el lector contemporaacuteneo un texto claacutesico del que se continuacutean desprendiendo y articu-lando otras muchas interpretaciones posibles e inesperadas

De acuerdo con lo establecido en esta in-vestigacioacuten el decir eminente se constituye en la forma de un descubrimiento que emociona transforma o transfigura al espectador y que en la escenificacioacuten traacutegica se convierte en la experiencia de sentido de eacuteleos y phoacutebos La representacioacuten teatral mdashy literariamdash de una tragedia presenta al espectador aspectos como desolacioacuten o compasioacuten junto a un te-mor o estremecimiento a partir de lo dado Se fecunda asiacute un suspenso traacutegico que no busca simplemente suscitar la aparicioacuten de un esta-do de aacutenimo interior una vivencia emocional y subjetiva sino maacutes bien una experiencia que nos vincule con el ser exterior de la obra de arte traacutegica y nos interpele en la forma de una interrogacioacuten de un cuestionamiento dirigido circularmente hacia nosotros mismos como cojugadores La obra en su decir poeacutetico configura un ldquoestado del almardquo una relacioacuten determinada respecto de las cosas el mundo y los otros que se realiza y posibilita en la exi-

gencia de interpretacioacuten e interpelacioacuten que la pieza origina en el espectador

Nuestro anaacutelisis de las obras Agamenoacuten Antiacutegona e Ioacuten hizo posible una aproximacioacuten hermeneacuteutica dispuesta a transparentar la polisemia de sentidos que estas piezas confi-guran en su desarrollo y en clave de colisioacuten traacutegica En ellas experiencias vitales como el silencio adquieren una dimensioacuten linguumliacutesti-co-literaria que ponen en juego el decir poeacute-tico posibilitando una re-comprensioacuten y una re-aproximacioacuten significativa del callar en su articulacioacuten artiacutestica Asiacute en la re-presentacioacuten de la parresiacutea y el caraacutecter deinoacuten de Antiacutegona mdashy tambieacuten en la naturaleza desafiante y al-tiva de Casandra y Creusamdash se pudo hilvanar una reflexioacuten sobre el valor de la palabra En el conjunto de las tres obras seleccionadas se gesta a nuestro juicio una experiencia esteacuteti-ca que se expresa en la mudez de aquello que difiacutecilmente accede a nuestra verbalizacioacuten experiencias como las del dolor el silencio el luto y el lamento consiguen cristalizar en su conformacioacuten poeacutetica una significacioacuten plural muy honda que se torna en una ineludible in-terpelacioacuten al sujeto

En este sentido acogimos tesis como las de Vidal-Naquet cuando concibe la tragedia aacutetica como un espacio en el que el saber tradicio-nal y las antiguas figuras heroicas se convier-ten en problemas Enigmas que traslucen en su desenvolvimiento esceacutenico y literario una polisemia de sentidos y valores reales que en-tran en confrontacioacuten dilemaacutetica y muestran la profundidad de las relaciones significativas en donde antes se cre que anidaba la univocidad de una verdad y realidad dadas

Lo que se ha denominado ldquoespacio de comprensioacutenrdquo se refiere entonces a un acto de develacioacuten que la poesiacutea traacutegica posibili-ta Se trata del espacio de alteridad literaria

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al que accedemos en nuestro encuentro con la literatura No en la forma de una respues-ta positiva y asegurada a una pregunta dada sino en tanto espectadores de una presenta-cioacuten enigmaacutetica en donde los valores saberes y acciones humanas se vuelven equiacutevocos y pluriacutevocos insertos e inmersos en una cons-telacioacuten de significados siacutembolos y valores en los que el sujeto de la experiencia esteacutetica se experimenta a siacute mismo de forma diferen-te como otro imbuido en el mundo ficcional de la poesiacutea traacutegica Ella ofrece un espacio li-terario en el que como sujetos se nos permi-te entrar en una alteridad ficcional que hace posible la apertura el ensanchamiento de nuestras formas de comprensioacuten y tambieacuten la ampliacioacuten de nuestros juicios frente a un horizonte linguumliacutestico que pugna constante-mente entre el querer decir y lo dicho pugna que cristaliza en el nombramiento poeacutetico que desarrolla y preserva la poesiacutea Como indica Gadamer ldquoLa palabra poeacutetica se convierte con frecuencia en prueba de lo que es verdad pues el poema suscita una verdad secreta en palabras que pareciacutean gastadas e inservibles y nos ilustra asiacute sobre nosotros mismosrdquo (Gada-mer 1977 p539)

De manera que el potencial aletheico del decir poeacutetico no reside uacutenicamente en lo que su texto su discurso mdashel de la pieza el de la representacioacutenmdash pudo evocar en la confor-macioacuten artiacutestica de forma inmediata sino en la impronta que impacta al sujeto que la pre-sencioacute y lo compromete en una relacioacuten de intriga admiracioacuten y reflexioacuten que continuaraacute incluso luego de la experiencia concreta ante la escenificacioacuten Esta posibilidad se patentiza en la reactualizacioacuten de las tragedias claacutesicas en nuevas aproximaciones significativas que dejan al descubierto su verdad y eminencia interpretativas Asiacute como tambieacuten en la valiacutea profunda del uso de recursos como el silencio

lo deinoacuten y la parresiacutea abordados ampliamen-te en el curso de esta investigacioacuten y que apa-recen precisamente para desplazar los haacutebitos argumentales y dotar de complejas y sorpren-dentes relaciones sus estructuras

Valga entonces reiterar la tragedia griega perfectamente puede entenderse como una invencioacuten que conecta en siacute tradicioacuten e inno-vacioacuten miacutemesis de lo dado y poiesis en una novedad y transfiguracioacuten de la tradicioacuten al menos en el terreno literario que ella desa-rrolla Tal vez es la mejor sinopsis para pensar nuestro tema

Ahora bien si estas paacuteginas ofrecen cier-tas reflexiones sobre el poder aletheico de la poesiacutea en la tragedia griega tambieacuten esperan promover futuras indagaciones sobre este campo de estudio La tesis del filoacutesofo Zaho-nero sobre la ldquoperformatividad del lenguajerdquo indica una nueva dimensioacuten que podraacute ser estudiada a profundidad en otro trabajo las nociones linguumliacutesticas y poeacuteticas de Gadamer en relacioacuten con corrientes criacuteticas como la de-construccioacuten tambieacuten son otro enclave en el que se puede seguir ahondando Y definitiva-mente el valor de la obra de Euriacutepides y su potencial transgresor en su transfiguracioacuten li-teraria de las convenciones gestadas en torno al teatro traacutegico es de por siacute un campo que merece nuevos abordajes a la luz ademaacutes de las suculentas referencias bibliograacuteficas que el mercado editorial ha puesto a disposicioacuten del lector estudioso

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Publicaciones

El libro recopila diez artiacuteculos elaborados por docentes e investigadores de la Facultad de Estudios Juriacutedicos y Poliacuteticos de la Universi-dad Metropolitana Liliana Vaudo Carmen Alguiacutendigue Andrea Santacruz Catherina Gallardo Rafael Simoacuten Jimeacutenez y Henrique Meier quienes a partir del anaacutelisis de la Cons-titucioacuten Econoacutemica realizan un estudio sobre la penalizacioacuten de las empresas los delitos ambientales el tratamiento de la corrupcioacuten en el aacutembito corporativo el castigo diferen-cial en los delitos relacionados con la delin-cuencia organizada en la intermediacioacuten fi-nanciera en el aacutembito mariacutetimo en el control cambiario y en el acceso a bienes y servicios por parte de los ciudadanos

Experimentos en Fiacutesica Conceptual es una guiacutea para dar a conocer algunos principios de la Fiacutesica dentro de un enfoque fenoacutemeno loacutegico y cualitativo que permita aplicar el meacute-todo cientiacutefico en el anaacutelisis por lo cual estaacute orientado para que la comprensioacuten del fenoacute-meno estudiado llegue por medio de la expe-rimentacioacuten la cual es guiada por una sucinta explicacioacuten teoacuterica y preguntas que destacan los principales aspectos y comportamiento del fenoacutemeno fiacutesico en consideracioacuten

Page 2: La Misión de la Universidad Metropolitana establece

Contenido

Esclavitud a traveacutes de los tiempos Un recorrido histoacuterico de una de las praacutecticas mas antiguas de la humanidad

Sara Fadi Fabiola Peacuterez 5

La universalidad de los derechos humanos Una revisioacuten criacutetica desde la eacutetica posmoderna de Zygmunt Bauman

SitadeAbreu 22

Un estudio hermeneacuteutico sobre el poder de la palabra poeacutetica en la tragedia griega

ErnestoJesuacutesBorgesQuintana 108

Foto de PortadaDionisioacompantildeadodeunSaacutetiroMuseo

AntikensammlungBerlinRecuperadode

httpswwwtheoicomGalleryK123html

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Sara Fadi

Fabiola Peacuterez

Esclavitud a traveacutesde los tiemposUn recorrido histoacuterico de una de las praacutecticas mas antiguas de la humanidad

ldquoEl comercio de esclavosrdquopor Franccedilois-Auguste Biardc 1833 (Dominio puacuteblico)

INTRODUCCIOacuteN

La esclavitud como praacutectica implica una relacioacuten de dominacioacuten donde una persona somete a otras a traveacutes de tratos degradan-tes amenazas y violencia Quienes se conocen como esclavos a lo largo de la historia han sido despojados de su humanidad y reducidos a una simple mercanciacutea u objeto destinado a cumplir con las oacuterdenes de quienes se consi-dera su amo y duentildeo

Al explorar los cuerpos normativos actua-les se puede comprobar que la esclavitud estaacute prohibida y penalizada en la mayoriacutea de los paiacuteses desde hace deacutecadas lo que nos llevariacutea a pensar que esta praacutectica se encuentra com-pletamente erradicada

Sin embargo la explotacioacuten forzada de otros seres humanos ha sido una actividad que se remonta a los albores de la humanidad su larga existencia se debe a los numerosos beneficios y ventajas que se pueden obtener de esta ademaacutes debido a la elevada demanda que ha existido a traveacutes de las eacutepocas ndasha pesar de las caiacutedas que esta pudo haber sufrido en periacuteodos especiacuteficosndash se han encontrado re-

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gistros del uso de seres humano con fines es-clavistas desde la Antigua Mesopotamia hasta la actualidad al configurarse finalmente en el fenoacutemeno mundial de la trata de personas

En el presente artiacuteculo se exploraraacute coacutemo esta praacutectica ha evolucionado a lo largo de los siglos adecuaacutendose para tener cabida en las costumbres de las eacutepocas y cumplir con una necesidad ya sea de mano de obra de iacutendole sexual o como una respuesta a una conviccioacuten de que ciertos hombres eran inferiores a otros y estaban predispuestos a ser explotados Tambieacuten se podraacute ver como la esclavitud (tan-to en la antiguumledad como en la actualidad) ha siempre estado motivada por la demanda de personas a ser explotadas por los clientes y que este fenoacutemeno por maacutes difundido que esteacute sin una demanda constante estaacute conde-nado a desaparecer

1 ESCLAVITUD EN EL MUNDO ANTIGUO

11 Mesopotamia y Egipto

La explotacioacuten de un ser humanos por otro con el fin de realizar un trabajo en especiacutefico o prestar un servicio que beneficie a quien se define como su ldquoamordquo se rastrea desde eacutepocas tan remotas como la antigua Mesopotamia (7000 AC - 539 AC) donde se relata que la esclavitud serviacutea principalmente para propoacutesi-tos econoacutemicos o beacutelicos Entre las praacutecticas desarrolladas por esta civilizacioacuten se expone que debido a las frecuentes expediciones de guerra que la caracterizaron los prisioneros capturados producto de estas eran converti-dos en esclavos dada la necesidad de mano de obra para construir templos palacios y obras puacuteblicas

De hecho llegaron a existir dos tipos de es-clavos los nativos que caiacutean en la esclavitud por deudas por cometer delitos o por ejercer la labor de esclavos domeacutesticos (wardum) y

los esclavos que se obteniacutean de las guerras (asiru) Los primeros eran adquiridos por in-dividuos privados quienes usualmente eran comerciantes artesanos o agricultores que podiacutean adquirir a personas para que trabaja-sen en sus actividades y los segundos eran esclavos puacuteblicos propiedad del rey es decir que este era su amo y duentildeo y trabajaban en obras puacuteblicas (Universidad de Cantabria sf)

Sobre el trato hacia los esclavos se tiene como fuente principal al Coacutedigo de Hammura-bi (1750 aC) el cual fue uno de los primeros documentos penales y civiles de la humanidad Este cuerpo normativo expone que las perso-nas que eran adquiridas en conflictos beacutelicos (wardum) contaban con ciertos derechos baacutesi-cos como casarse con personas libres solicitar la manumisioacuten o visitar a un meacutedico

Sin embargo seguiacutean siendo tratados maacutes como objetos vendibles intercambiables y reemplazables ejemplo de ello se encuentra en ciertos artiacuteculos del Coacutedigo donde se ex-pone que el esclavo podiacutea ser ldquoreemplazadordquo si sufriacutea alguna enfermedad que le impediacutea desempentildear las labores para las cuales fue comprado ldquo[Artiacuteculo] 278 Si alguno ha com-prado un esclavo macho o hembra y si eacuteste antes de terminar un mes se ve afligido de una enfermedad el comprador se lo devolveraacute al vendedor y recuperaraacute lo que pagoacuterdquo (Franco sf p 356) ademaacutes de que eran marcados de manera visible en el cuerpo para que fueran faacuteciles de reconocer entre el comuacuten de las personas ldquo[Artiacuteculo] 226 Si un cirujano sin el permiso del propietario imprime a un esclavo la marca de esclavo indeleble se le cortaraacuten las manosrdquo (Franco sf p 353) Dadas estas circunstancias se puede decir que eran seres diferenciados de los demaacutes sujetos a ciertas leyes especiacuteficas y por ende a tratos diferen-tes sin embargo no se tiene testimonios si los amos eran particularmente brutales con sus

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esclavos o si el trato se asemejaba maacutes a una relacioacuten ldquolaboralrdquo

Por su parte adelantaacutendonos a la civiliza-cioacuten egipcia (3150 AC - 31 AC aprox) las re-laciones esclavistas no parecen presentar ma-yores cambios el esclavo usualmente obteni-do tambieacuten como prisionero de guerra seguiacutea siendo considerado como un bien mueble que podiacutea ser vendido e intercambiado por otros bienes y destinado a servir a otra persona considerada superior a eacutel y con derecho a ser su duentildeo a lo largo de toda su vida

Sin embargo se afirma que los esclavos egipcios si bien careciacutean de libertad para to-mar decisiones sobre su propio destino y las labores a desempentildear poseiacutean ciertos dere-chos y no eran completamente cosificados Se relata que teniacutean permitido cubrir sus necesi-dades baacutesicas permitieacutendoles el acceso a artiacute-culos de primera necesidad y alojamiento en casa de su sentildeor En pocas palabras estos eran dependientes de sus duentildeos pero se encon-traban provistos de un estatus legal alejaacutendo-se esta concepcioacuten del panorama retratado en la Biblia y en el pensamiento actual centrado en la existencia de una sociedad esclavista por excelencia donde se experimentaban toda clase de malos tratos hacia este estrato social (Barros 2019)

En el Antiguo Egipto si bien la esclavitud fue un fenoacutemeno extendido en gran medida tambieacuten existiacutea una labor que compartiacutea cier-tas similitudes pero donde la persona gozaba de mayores prerrogativas esto se trataba de la servidumbre seguacuten Zingarelli (2004)

Econoacutemicamente esclavitud y servi-dumbre podemos decir que serviacutean al mismo propoacutesito proveer trabajo Pero juriacutedica y socialmente uno y otro tendie-ron a ser diferentes los esclavos fueron excluidos de la sociedad como miembros mientras que los siervos proveyeron a los

gobiernos de provisiones fiscales y milita-res lo que significa que fueron reconoci-dos como integrantes del cuerpo social (p18)

Con esto se pueden diferenciar dos clases diferentes de personas que practicaban activi-dades basadas en recibir oacuterdenes de un amo pero con muy diferentes reconocimientos a nivel societal Los esclavos se encontraban en una relacioacuten de dependencia con su amo marginados de las actividades comunitarias y relegados al uacuteltimo escaloacuten de la clasificacioacuten social mientras que los siervos eran ciuda-danos egipcios percibidos como ldquohombres li-bresrdquo que desempentildeaban la labor de servirle a un amo ya sea con el propoacutesito de pagar una deuda o como manera de recibir alguna remu-neracioacuten

Asimismo otro grupo parcialmente some-tido a explotacioacuten eran los campesinos (uno de los maacutes bajos estratos sociales sin contar a los esclavos) estaban sujetos a las corvadas estas eran jornadas especiales determinadas por el Faraoacuten donde todos los campesinos y esclavos eran obligados a someterse a regiacuteme-nes de explotacioacuten laboral ya que debiacutean tra-bajar fuera de sus tierras unos determinados diacuteas del antildeo sin sueldo con el fin de construir monumentos (Cuervo 2017)

Ante esto se puede decir que existiacutean va-rios tipos esclavos los cuales gozaban de dis-tintos niveles de ejercicio de derechos baacutesicos Si bien no existen testimonios concretos sobre el trato a estos seres en la era mesopotaacutemica y egipcia queda clara la relacioacuten de sumisioacuten a la cual estaban sometidas un gran nuacutemero de personas lo cual demuestra que el uso de se-res humanos con fines de explotacioacuten basado en el despojo de las libertades maacutes baacutesicas de una persona se ha encontrado presente des-de los inicios de la historia de la humanidad

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Cuadro de F Sabbate (1900) de una familia espartana burlaacutendose de su esclavo

(National Geographic Historia)

12 En la antigua Grecia

En la eacutepoca claacutesica esta actividad continuoacute pero dotada de un recieacuten descubierto recha-zo hacia el esclavo ente que si bien en antildeos anteriores tampoco era celebrado la antigua Grecia fueacute marcada por un acentuado despre-cio por este rol Se tiene como importante tes-timonio de ello a ldquoRepuacuteblicardquo de Platoacuten (370 AC) donde se establecioacute una jerarquiacutea en la cual ciertas personas de la polis por sus ha-bilidades naturales innatas eran destinadas a la actividad de la contemplacioacuten mientras que otros atormentados por sus deseos y someti-dos a ellos era relegados a una uacuteltima clase de personas no libres

() un verdadero esclavo el que es un verdadero tirano un esclavo de una vileza y de un servilismo extremos y un adulador de los hombre maacutes perversos e impo-tente para satisfacer sus propios deseos pero visiblemente despojado de una mul-titud de cosas y verdaderamente pobre a los ojos de cualquiera que sepa leer hasta el fondo de su alma () siendo envidioso desconfiando injusto carente de amigos impiacuteo y poseyendo todos los vicios de los que es el hueacutesped y que los alimenta y que son causa de que sea el maacutes desgraciado de todos los hombres () (Platoacuten 2003 p189)

Este primer acercamiento al pensamiento de la eacutepoca demuestra coacutemo esta actividad

era considerada degradante para la persona que la ejerciacutea lo cual lo relegaba tambieacuten al fondo de la piraacutemide social dada lo impor-tante que era la libertad para esta civilizacioacuten concebir que alguien no lo fuera y que este seriacutea su mandato de vida era algo digno de rechazo De hecho los griegos teniacutean la con-cepcioacuten de que las labores donde se les obliga-ba a someterse a las directrices de otro eran consideradas humillantes y por tanto las evi-taban a toda costa (Pomeroy 2011)

Esto fue asiacute hasta la implementacioacuten de las Reformas de Dracoacuten (624 - 621 AC) momen-to en que esta humillacioacuten pasoacute a ser ratifica-da en la ley ya que se abriacutea la posibilidad de que cualquier persona podiacutea volverse esclavo a pesar de ser ateniense Esto ocurriacutea por dos razones principales por no pagar deudas o en el caso de los campesinos por no entregar las cosechas prometidas a los ricos que eran due-ntildeos de las tierras (Muntildeoz 1977)

Estas reformas dieron lugar a un grave des-contento ya que el pueblo desprotegido ante las medidas tomadas por el Estado y ahora propenso caer en la esclavitud se encontraba en tensioacuten por lo cual si no se tomaban las medidas necesarias para revertir esto se ge-nerariacutea una revuelta Por ello se decidioacute nom-brar un mediador quieacuten prohibiriacutea hipotecar la propia libertad para pagar deudas Soloacuten (siglo VI AC) introduciriacutea en Atenas unas re-formas que les concederiacutean a la poblacioacuten ate-niense el derecho a la libertad social la cual no podriacutea ser arrebatada para pagar deudas o cumplir con otros compromisos

Sin embargo esta prohibicioacuten no ayudoacute a la desigualdad en Atenas los esclavos quienes al no poder trabajar a cambio de pagar deu-das terminaban igualmente siendo jornaleros para los terratenientes atenienses lo uacutenico que logroacute Soloacuten fue darle independencia juriacute-

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Esclavos en el Imperio romano Relieve en maacutermol s III(Soerfm CC BY-SA 20)

dica a los atenienses es decir que legalmente no podriacutean pertenecer a alguien maacutes (Muntildeoz 1977)

Pareciera a simple vista que esta novedad desde el punto de vista juriacutedico limitariacutea el avance de la esclavitud a traveacutes de la historia pero todaviacutea con estas leyes en funcioacuten la es-clavitud seriacutea parte importante de la sociedad griega ya que la tenencia de esclavos permitiacutea realizar actividades de contemplacioacuten al no tener que preocuparse por los quehaceres de hogar u otras tareas que no fuesen producti-vas Esta actividad era tan normalizada que ldquoUn ateniense medio teniacutea al menos doce es-clavos un portero un cocinero un pedagogo (que llevaba a los nintildeos a la escuela) y varias sirvientas que se ocupaban de las tareas de la casardquo (National Geographic 2014) Los escla-vos a pesar de ser parte de la vida diaria de los griegos no teniacutean derecho en cuanto a su libre determinacioacuten y eran vistos como mer-canciacutea la uacutenica prerrogativa que poseiacutean era no poder ser sometidos a tratos demasiado crueles que les causaran la muerte

13 En la eacutepoca de los romanos

Al surgir y asentarse el Imperio Romano la situacioacuten de los esclavos se agrava ya que los derechos baacutesicos concedidos en eacutepocas pa-sadas fueron completamente desatendidos y se recrudecioacute el maltrato hacia estos grupos hasta la aprobacioacuten de la Ley Cornelia en el si-glo 82 aC que impidioacute que los maltratos por parte de los amos llegaran a generar la muerte al esclavo

Esta situacioacuten cambia hacia la eacutepoca tar-dorromana cuando la expansioacuten del Imperio Romano llega a su maacutexima expresioacuten lo que transforma la manera en la cual eran trata-das las personas que viviacutean en los territorios anexados quienes veniacutean de ser sometidas a

explotacioacuten por los conquistadores romanos a no necesariamente ser necesariamente es-clavos de estos

Seguacuten Bravo (1998) se relata que ya no se perseguiacutea la conversioacuten de los locales en es-clavos sino que se ejerciacutea control sobre estas zonas por motivos estrateacutegicos o buscando explotar sus recursos Esto ocasionoacute que los mercados de esclavos ndashfuera y dentro de Ita-liandash dejaran de ofrecer mano de obra barata lo cual sumado a las manumisiones impulsa-das a finales del periodo republicano permiti-riacutea que una gran cantidad de esclavos fueran declarados libres

A simple vista la manumisioacuten pareciera ser una oportunidad para alcanzar su libertad y es-calar socialmente Sin embargo seguacuten Alfoumlldy (1998) esta praacutectica podriacutea beneficiar maacutes al amo que a la persona sometida a explotacioacuten en primer lugar porque usualmente el esclavo al vivir toda su vida en casa del amo creaba una relacioacuten de dependencia econoacutemica con este lo cual haciacutea que no pudiera abandonar su condicioacuten de sumisioacuten

Seguidamente se cree que la esperanza de liberacioacuten aumentaba la productividad en los esclavos quienes usualmente eran libera-dos alrededor de los 30 antildeos haciendo que se interesaran maacutes por el trabajo que desempe-ntildeaban en comparacioacuten con quienes no teniacutean ninguna prospectiva de ser liberados y habiacutean

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aceptado que su destino siempre seriacutea el de servir a su amo por el resto de su vida Ade-maacutes la manumisioacuten beneficiaba socialmente a los amos ya que estos necesitaban de clientes compuestos por libertos como una manera de aumentar su prestigio social De igual manera desempentildeaba una funcioacuten de control social ya que la promesa de ser liberados alrededor de los treinta antildeos evitaba que se generaran revueltas entre la poblacioacuten considerando los tratos a los cuales los esclavos estaban some-tidos y el elevado porcentaje de estos en la so-ciedad romana asimismo esto los haciacutea maacutes obedientes y complacientes hacia sus amos

Ante todo esto se podriacutea pensar que las condiciones de los esclavos habiacutean mejorado en la eacutepoca tardorromana dada la posibilidad de ser liberados sin embargo la manumisioacuten fue solamente una praacutectica esclavista maacutes so-fisticada Los esclavos seguiacutean perteneciendo al uacuteltimo escaloacuten en la jerarquiacutea social y eran vistos maacutes como una herramienta o una pose-sioacuten que una persona provista de derechos y libre albedriacuteo Seguiacutean siendo sometidos a ar-duas horas de trabajo y maltratos por parte de sus amos ya que por la dificultad que implica-ba independizarse econoacutemicamente de estos con la manumisioacuten simplemente se pasaba de una relacioacuten de esclavitud a una que se podiacutea entender como ldquolaboralrdquo dado que el ahora li-berto seguiriacutea produciendo para su patronus

2 ESCLAVITUD EN LA EDAD MEDIA

Con la caiacuteda del Imperio Romano de Occi-dente la historia del mundo entrariacutea en una nueva etapa la cual se denominariacutea como ldquoEdad Mediardquo en la posteridad Ya se observoacute coacutemo funcionoacute la institucioacuten de la esclavitud antes de este periacuteodo sin embargo a partir de este momento la esclavitud sufririacutea gran-des cambios

Ahora bien para comprender de forma efectiva tal proceso de transformacioacuten es ne-cesario subdividir la Edad Media en dos par-tes el Alto Medioevo que comprende los antildeos entre los Siglos V y X y el Bajo Medioevo que va desde el Siglo X hasta 1492 con el descu-brimiento de Ameacuterica o 1453 con la caiacuteda de Constantinopla

Es evidente entonces que la esclavitud es una herencia del Imperio Romano a los Reinos Germaacutenicos que se estableceriacutean en los terri-torios que llegoacute a abarcar el Imperio Asiacute pues ldquotanto en la Europa continental como en Bi-zancio la esclavitud perduroacute si bien no resultoacute inmune a los cambios experimentados a raiacutez de la descomposicioacuten del Imperio y la llega-da de los Pueblos del Norte (hellip)rdquo (De la Torre 2006 p 19)

21 Alto Medioevo

Si bien los romanos legaron la esclavitud a los Reinos Germaacutenicos el inicio de la Edad Media estariacutea caracterizado por la peacuterdida o desaparicioacuten de gran parte de los distintos mercados econoacutemicos ndashlo que supuso un pro-fundo cambio en la forma de comerciarndash au-nado tambieacuten a una importante falta de mano de obra

La respuesta ante esta realidad se tradujo en la liberacioacuten de esclavos debido a los altos costos que estos acarreaban y a las crecientes tensiones inestabilidad y probabilidades de invasioacuten

La llegada de los pueblos del Norte y la descomposicioacuten supuso maacutes guerras e inestabilidad Por ello los duentildeos de las fincas rurales prefirieron que sus esclavos estuvieran ligados a la tierra para que no huyeran Los campesinos libres ante esta inestabilidad prefirieron tambieacuten ligarse a la tierra a cambio de proteccioacuten del sentildeor (hellip) Asiacute los trabajadores del campo pasa-

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Traacutefico de esclavos en el campamento de los eslavos orientales pintura de Sergueacutei Ivanov

ron a ser casi todos siervos con obligacio-nes hacia los sentildeores que los protegiacuteas al menos en la praacutectica (De la Torre 2006 p 19)

A pesar de tal liberacioacuten la esclavitud no dejoacute de existir de hecho la situacioacuten y con-diciones de vida de estos individuos no cam-biariacutean en gran medida pues seguiacutean siendo propiedad del sentildeor feudal no podiacutean poseer propiedades y no gozaban de ninguacuten derecho maacutes que el de protegerlos de la muerte de manera que de ser considerados como escla-vos per se pasaron a ser siervos fuertemente ligados a la tierra

Ademaacutes se tiene que incluso en el mundo islaacutemico esta praacutectica era bien conocida y a diferencia de los Reinos catoacutelico ndash germaacutenicos ya que para los primeros los esclavos poseiacutean un estatus legal claramente definido y mejores condiciones de vida Fueron destinados en su gran mayoriacutea a ser soldados o criados incluso artesanos y ayudantes algo no muy comuacuten para lo que hoy conocemos como Occidente (De la Torre 2006)

Tales distinciones probablemente tengan su origen en la justificacioacuten misma de la escla-vitud por parte de cada una de las dos grandes religiones que representan a estos pueblos Mientras que la Iglesia percibioacute la esclavitud como un hecho lamentable que produciacutea grandes beneficios econoacutemicos Por otro lado seguacuten Welton (2008) el Islam moderoacute la escla-vitud incluso hubo quienes en un principio sancionaron tal praacutectica

Se creoacute la Sharia la cual seriacutea el cuerpo legal que reguloacute la esclavitud esta recopila reglas cuya fuente principal son el Coraacuten y la Sunna los cuales tratan temas relacionados con el matrimonio la propiedad privada los castigos el testimonio judicial la prohibicioacuten del maltrato hacia estos e incita su emancipa-

cioacuten Se establecioacute ademaacutes que no se podiacutea esclavizar a ninguacuten musulmaacuten o ninguacuten no musulmaacuten que viviesen bajo un gobierno mu-sulmaacuten aquellos que se convirtieran al Islam podriacutean ndasheventualmentendash obtener su libertad

22 Bajo Medioevo

En los primeros siglos de esta segunda mi-tad el panorama europeo cambia de forma importante hay un aumento sustancial en su poblacioacuten su economiacutea prospera se consoli-dan sus fronteras e incluso por un breve pe-riodo de tiempo recuperan Tierra Santa sin embargo el Imperio Otomano bloquea abrup-tamente las rutas comerciales con Asia (De la Torre 2006) Este hecho hariacutea que el uso de esclavos se viera reducido en gran medida a lo largo y ancho del continente

Ahora bien aquiacute se suma una nueva varia-ble a la ecuacioacuten y es que si bien la esclavitud siempre ha sido parte de la cultura africana y que de hecho desde principios de la Edad Me-dia se comerciaban esclavos de provenientes de Aacutefrica subsahariana cuando a traveacutes del mundo islaacutemico se introdujo el azuacutecar a la re-gioacuten el contexto empieza a cambiar pues este llegoacute incluso a desplazar el uso de algunas es-pecias lo que lo posicionoacute como un producto de mucho valor de manera que se empezoacute a invertir en plantaciones de cantildea de azuacutecar

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La Corona portuguesa por su parte al es-tudiar el panorama se dio cuenta que debiacutea encontrar otro nicho de mercado o forma de comercializacioacuten puesto que el mediterraacuteneo ya se encontraba copado y las rutas hacia Asia se hallaban bloqueadas Asiacute pues inicioacute la ex-ploracioacuten hacia Aacutefrica teniendo como norte la posibilidad de encontrar grandes riquezas (De la Torre 2006)

Descubririacutean entonces que dos cosas son originarias de Aacutefrica el oro y los esclavos de manera que para establecer su control en la regioacuten empezaron a establecer bases costeras y siguieron yendo cada vez maacutes al sur Llegaron a convertirse en la potencia mariacutetima maacutes im-portante de la eacutepoca y lograron habilitar una nueva ruta hacia la India bordeando toda la costa Africana y evitando asiacute el bloqueo oto-mano Plantea De la Torre (2006) que

El objetivo principal era el oro de Sierra Leona maacutes que los esclavos Lo que suce-diacutea era que el oro lo intercambiaban con reyes locales y jefes de tribu que pediacutea a cambio esclavos esclavos que los portu-gueses conseguiacutean en la desembocadura del Riacuteo Niacuteger maacutes hacia el Este Asiacute forma-ban un comercio triangular muy rentables formado por manufacturas europeas oro y esclavos africanos (p 27)

Sin embargo el protagonismo portugueacutes sufririacutea grandes cambios con el fin de la Edad Media y el descubrimiento de Ameacuterica en 1492 pues gracias a su experiencia en el terri-torio africano fue posible constatar coacutemo con las condiciones geograacuteficas y climaacuteticas apro-piadas la ecuacioacuten que se da entre las plan-taciones y el uso de esclavos representa una combinacioacuten adecuada para la labor de esta manera ldquola esclavitud florecioacute en las hacien-das y minas de las Ameacutericas desde el siglo XVI hasta el XIXrdquo (Welton 2008 p 55 ) Este dueto seriacutea clave para el desarrollo de las economiacuteas

europeas que hariacutea que espantildeoles ingleses holandeses franceses entre otros se sumaran a este mercado transportando esclavos de un extremo del oceacuteano a otro

3 ESCLAVITUD EN LA MODERNIDAD

La esclavitud tal y como era conocida cam-bioacute y se amplioacute de forma draacutestica tras el des-cubrimiento de Ameacuterica y ahora los esclavos eran trasladados hacia el Nuevo Mundo Co-mercio que impulsariacutea la economiacutea europea y es que seguacuten Blanco (1814) ldquolos habitan-tes Negros de Aacutefrica han sido mirados por los europeos corno objeto de una especulacioacuten mercantil muy lucrativardquo (p 1)

La informacioacuten que se ha podido recopilar acerca de las atrocidades cometidas a traveacutes de testimonios y datos registrados ayudaron a comprender la magnitud de su alcance Sin embargo el nuacutemero de personas sometidas a esta praacutectica es difiacutecil de determinar y es que la trata transatlaacutentica de esclavos representoacute un gran impulso ndash en distintos aacutembitos ndash en gran parte de las economiacuteas europeas que se sumaron a esta forma de comercio

La esclavitud en la Edad Moderna fue dife-rente a cualquier experiencia anterior a ella resaltando en especial la crueldad con la que eran tratados los esclavos Esto puede ser ob-servado de tal manera que ldquola esclavitud en el Caribe fue algo maacutes que una institucioacuten con sus leyes sus costumbres su policiacutea consti-tuyoacute un sistema verdaderamente ldquototalitariordquo de explotacioacuten econoacutemica poliacutetica social y se-xual basado en la fuerza en la violencia y en una ideologiacutea el racismordquo (Lara 1994 p 9)

Tales acciones justificadas con la afirmacioacuten de que ldquoen las zonas maacutes evolucionadas del continente africano siempre existioacute la esclavi-tud domeacutestica y todo hace pensar que algunos

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reinos emplearon la mano de obra esclava en las industrias artesanalesrdquo (Garciacutea 2005 p 3)

Con el dominio de Espantildea sobre gran par-te del Nuevo Mundo seriacutean este y Portugal quienes ndashal iniciondash se veriacutean maacutes implicados en esta actividad Asiacute pues Espantildea desarrolloacute una poliacutetica denominada asientos la cual se-guacuten Morgan (2017) concede un permiso para que otras naciones introdujeran esclavos las colonias espantildeolas

En un principio ldquoPortugal consiguioacute el pri-mer asiento oficial en 1595 cuya validez se prolongoacute hasta la revuelta portuguesa contra Espantildea en 1640rdquo (Morgan 2017 p 33) tras el quiebre en la relacioacuten entre portugueses y espantildeoles la corona espantildeola siguioacute otorgan-do asientos a paiacuteses como Inglaterra Francia y Holanda

La esclavitud durante este periacuteodo no era vista de forma inmoral ya que los negros eran considerados inferiores por no ser cristianos y se deciacutea que estos no teniacutean alma Fueron cuatro siglos de esclavitud donde poco se hizo al respecto por lo menos no hasta finales del siglo XVIII donde se empezoacute a especular acer-ca de esta praacutectica y surgioacute toda una ola an-tiesclavista

Donde a pesar de haber decidido que lo nativos de esas tierras recieacuten descubiertas si teniacutean alma y debiacutean ser evangelizados poca diferencia hizo ya que siguieran siendo escla-vizados lo que llevoacute a una reduccioacuten abrupta de su poblacioacuten debido a las enfermedades traiacutedas por los europeos a Ameacuterica los cas-tigos y demaacutes tratos inhumanos a los que se vieron sometidos

Pero aunque se discutiera acerca de la in-moralidad del asunto no eran maacutes que pala-bras pues nadie haciacutea nada para cambiar la

situacioacuten de estas personas por lo menos no hasta que esclavitud fue abolida en Inglaterra

Algunos afirman que la trata de esclavos fue la primera gran globalizacioacuten econoacutemica fomentando la interaccioacuten y transacciones co-merciales entre Europa Aacutefrica y Ameacuterica De hecho en Barbolla (2013) esta era ldquollamada por Immanuel Wallerstestein la ldquoprimera eco-nomiacutea-mundordquo (p 14)

31 Inglaterra

La trata de esclavos en Inglaterra experi-mentoacute su mayor apogeo a partir de finales del siglo XVII hasta que en el antildeo 1807 fue abolida la esclavitud en el territorio ingleacutes Seguacuten lo expuesto por Morgan (2017) ldquoInglaterra fue la nacioacuten que maacutes esclavos transportoacute en el siglo XVIII Londres fue el principal puerto esclavista desde mediados del siglo XVII hasta aproxima-damente la deacutecada de 1720rdquo (p 34)

Desde el principio se dieron cuenta que no iba a ser faacutecil ya que se encontraron con un comercio sumamente competitivo en ex-pansioacuten continua y sobre todo muy rentable lo que lo haciacutea auacuten maacutes deseable Llegaron a ser la mayor potencia en la trata dejaron atraacutes a los holandeses y se desenvolviacutean como una especie de monopolio

32 Ameacuterica del Norte (britaacutenica)

Norteameacuterica contribuyo de igual forma en la trata de esclavos ldquoNewport se convirtioacute en el principal puerto norteamericano relacio-nado con la esclavitud trasatlaacutentica cobrando mayor importancia que el puerto de Nueva York que era mucho maacutes granderdquo (Morgan 2017 p 34)

Navegaban hacia el Caribe para desembar-car esclavos pero por otro lado contaban con un especial atractivo para los vendedores de estos El ron obtenido en una serie de destile-

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Imagen Revolucioacuten o barbarie WordPresscom

Cautivos africanosconvertidos en esclavos

(Dominio puacuteblico Wellcome images)

riacuteas ubicadas en Rhode Island era empleado como trueque para adquirir esclavos de los comerciantes en Aacutefrica

33 Francia

Seguacuten Morgan (2017) los franceses fueron responsables por al menos el 11 del traacutefico de esclavos Nantes era el puerto predilecto en Francia el cual se encargaba de casi el 50 de la trata francesa Su apogeo llego a su fin a finales de siglo XVIII con la revolucioacuten francesa y la abolicioacuten de la esclavitud Cuando Francia empezoacute a incursionar en este mercado se vio cierta tensioacuten por parte de los espantildeoles de-bido a las diferencias que existiacutea entre ambos pero lograron obtener el asiento de negros como consecuencia de la Guerra de Sucesioacuten (Garciacutea 2005 p 40)

34 Holanda

Holanda fue tal vez uno de los paiacuteses me-nos desarrollados en este aacutembito por lo que ldquoel apogeo de la trata de esclavos holandesa se produjo en los primeros tres cuartos del si-glo XVIII cuando el traacutefico se concentroacute en Mi-ddelburg y Vlissingenrdquo (Morgan 2017 p 36) como la mayoriacutea de las otras naciones aunque este se viera mermado debido a la guerra de Independencia americana

Poco a poco fue desplazando a Portugal y posicionaacutendose como una potencia econoacutemi-ca Sin embargo tensiones entre Espantildea y Ho-landa antes de que estos se interesaran por el comercio de esclavos llegaron a un punto en el cual Holanda atacoacute embarcaciones espantildeo-las para evitar que un cargamento de esclavos llegara a puerto tuvieron eacutexito y de inmediato se vieron interesados en esta nueva rama del comercio tan prometedora

Lo anterior afectoacute directamente a Espa-ntildea ya que ldquofue la expansioacuten holandesa por las costas africanas lo que le proporcionoacute las fuentes de esclavos imprescindibles para las explotaciones americanas de cantildea de azuacutecarrdquo (Garciacutea 2005 p 30)

35 Dinamarca

El puerto maacutes importante empleado para la trata era el de Copenhague se estima que maacutes de cien mil esclavos fueron embarcados en naves negreras pertenecientes a Dinamar-ca Sin embargo el papel de los daneses en la trata no fue tan significativo como Inglaterra o Francia

De esta forma podemos observar como las grandes potencias de la eacutepoca participaron en mayor o media del comercio transatlaacutenti-co de esclavos esto se traduce en millones de personas esclavizadas durante los 4 siglos del renacimiento En este sentido se percibe la

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importancia de esta forma de economiacutea para las economiacuteas europeas es decir su alcance trascendioacute las magnitudes que pudo - en com-paracioacuten con alcanzar - la esclavitud en tiem-pos anteriores

4 ESCLAVITUD EN LA CONTEMPORANEIDAD

41 Primera Guerra Mundial

La Primera Guerra Mundial ademaacutes de ser uno de los enfrentamientos maacutes sangrientos de la historia reciente tambieacuten se vivioacute en el contexto del colonialismo el cual buscaba el control por parte de fuerzas europeas de cier-tas regiones de Aacutefrica con el fin de explotar sus recursos naturales y humanos

En 1914 cuando el conflicto inicia formal-mente las colonias africanas fueron utilizadas con fines beacutelicos sometiendo a sus poblado-res a batallar una guerra que ellos no iniciaron y que considerando el origen del conflicto no les correspondiacutea Entre las estrategias utiliza-das para reclutar a los africanos se registran en Palestina y Siria captaciones a cambio de salarios o de ciudadaniacuteas europeas como la francesa en el caso de Senegal Sin embargo en muchas regiones los habitantes africanos fueron coaccionados por los jefes o presenta-dos como voluntarios para el ejeacutercito en con-tra de su voluntad como ocurrioacute a partir de 1915 en Aacutefrica Oriental donde se inicioacute un re-clutamiento militar obligatorio (Corteacutes 2018) Se relata que

() si bien las cifras no son precisas maacutes de un milloacuten de africanos fueron en-rolados algunos de manera voluntaria y la mayoriacutea de forma forzosa en ejeacutercitos en Aacutefrica y en Europa un nuacutemero mayor al milloacuten fue obligado a ser cargadores alrededor de 150 mil murieron en los enfrentamientos y centenares de africa-

nos fueron heridos o quedaron invaacutelidos (Diacuteaz 2014)

Es decir no obstante hubo estrategias para reclutar a africanos como soldados en la gue-rra que podriacutean ser consideradas como volun-tarias muchos fueron coaccionados a batallar en nombre de los europeos y a sufrir de pri-mera mano las consecuencias

Estas acciones dejaron numerosas secuelas en las colonias africanas a las cuales no solo el colonialismo sino tambieacuten los estragos de la guerra propinaron cambios en sus socieda-des entre los cuales se resaltan la transforma-cioacuten de sus medios de subsistencia los cuales pasaron de ser pequentildeas parcelas a grandes plantaciones y el paso de jefaturas locales a una administracioacuten colonial que relegoacute a es-tos dirigentes africanos a simples intermedia-rios de los intereses de los europeos (Corteacutes 2018)

Asiacute se puede ver coacutemo la Primera Guerra Mundial sirvioacute para expandir y cimentar el proceso colonialista de las potencias euro-peas seguacuten Diacuteaz (2014) los aliados amplia-ron su fortaleza al extender su territorio hacia Aacutefrica ejemplos de ello fue Beacutelgica que se vioacute favorecida al ampliar su dominio colonial a Uganda Inglaterra quien reforzoacute su presencia en Egipto el canal de Suez y el Cercano Orien-te (como manera de proteger a la India) y en general buscando arrebatarle territorios a Ale-mania

Asimismo el continente africano fue utili-zado de manera estrateacutegica por los aliados ya que Inglaterra sugirioacute que los territorios colo-nizados seriacutean repartidos entre los vencedores una vez fuesen derrotados los alemanes Esto aumentoacute la intervencioacuten por parte de estos grupos sobre todo en Suraacutefrica perpetuando y acentuando las relaciones colonialistas lo cual en el contexto del fenoacutemeno de la tra-

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Mujeres en el campo de concentracioacuten de Ravensbruumlck

Alemania

ta de personas se puede examinar como una explotacioacuten con fines beacutelicos ya que aunque ciertos grupos accedieron a pertenecer al ejeacutercito dados los incentivos brindados (o im-pulsados por la situacioacuten de vulnerabilidad) muchos otros fueron obligados a ello tenien-do consecuencias para su libertad personal propiciadas por una causa con la cual no se identificaban

42 Segunda Guerra Mundial

El advenimiento de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) es recordado como uno de los conflictos beacutelicos maacutes importantes y de-cisivos de la contemporaneidad no solo por las bajas entre las filas de militares sino tam-bieacuten por el componente agregado de tortura y repudio hacia grupos especiacuteficos de la socie-dad Fue un conflicto no solo alimentado por el desentendimiento entre paiacuteses o fuerzas sino tambieacuten por el odio a grupos religiosos especiacuteficos y propinado por ideas de supre-maciacutea racial que terminariacutean por asesinar a 6 millones de personas solo en los campos de concentracioacuten y exterminio y otras 50 millo-nes a nivel mundial producto del uso de armas nucleares y de las bajas ocasionadas

Alemania luego de la derrota moral beacutelica y econoacutemica que representoacute el tratado de Ver-salles al finalizar la Primera Guerra Mundial se

vioacute con la tarea de pagar las consecuencias del conflicto lo cual generoacute resentimiento entre la poblacioacuten alemana quien se vio despojada de cualquier forma de recuperacioacuten post-gue-rra al arrebatarle territorios y obligarla a pa-gar reparaciones de guerra inauditas Ante esto Hitler surgioacute como un liacuteder que prome-tiacutea devolver la vieja gloria a los alemanes re-viviendo el orgullo nacional y aprovechando la coyuntura de la Gran Depresioacuten que azotoacute econoacutemicamente al mundo para imponer sus ideas de recuperacioacuten y grandeza

Al obtener el gobierno en 1933 Adolf Hit-ler puso en marcha su plan junto al partido Nazi el cual veniacutea asociando a los judiacuteos los gitanos las personas de color entre otras con grupos sociales indeseables accioacuten que hizo mella en la percepcioacuten de los ciudada-nos quienes en su mayoriacutea no se opusieron a las realidades detraacutes del aparataje Nazi En su auge existieron alrededor de 60 campos de concentracioacuten y exterminio distribuidos entre Alemania Polonia los Paiacuteses Bajos Noruega Rumania Italia y paiacuteses circundantes estos al-bergaban principalmente a prisioneros judiacuteos gitanos prisioneros de guerra comunistas personas con discapacidades y miembros de la oposicioacuten poliacutetica calificados como traidores o seres inferiores para el ideario nazi

Seguacuten Cuervo (2017) los nazis comanda-dos por Hitler y entrenados bajo ideas que no consideraban que grupos como los judiacuteos o los gitanos fuesen siquiera humanos practicaban a diario torturas vejaciones y experimentos meacutedicos no consentidos en los campos de concentracioacuten Las personas que haciacutean vida en estos lugares eran sometidas a trabajos forzados hambre enfermedades y violencia incesante por parte de los soldados nazis que eran encargados de lidiar con estos grupos considerables inaceptables por su liacuteder

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En estos campos de concentracioacuten la muerte era omnipresente y se demostraba continuamente que existiacutean castigos peores a ella el trato hacia los prisioneros era atroz y lo maacutes resaltante es que estos no habiacutean co-metido ninguacuten crimen su uacutenico fallo era prac-ticar una religioacuten en especiacutefico o llevar a cabo ciertas creencias que no eran del agrado de Hitler Se relata que entre los castigos ejerci-dos se encontraban lanzar a prisioneros de un precipicio encerrarlos en celdas de tamantildeos de tumbas y dejarlos morir de inanicioacuten expe-rimentos salvajes como introducir tinta en los ojos para convertirlos en azules cronometrar el tiempo que a una persona le empleaba mo-rir en agua congelada practicar esterilizacio-nes masivas a las mujeres asesinar a decenas de prisioneros en caacutemaras de gas y en general obligarlos a vivir en condiciones paupeacuterrimas de hacinamiento falta de salubridad y conti-nuo asedio por parte de los guardias (Cuervo 2017)

Esta tortura de inocentes tuvo lugar hasta 1945 cuando las aliados especiacuteficamente las fuerzas de la en ese entonces Unioacuten Sovieacuteti-ca arribaron a Berliacuten el 16 de abril y lograron hacerse con esta ciudad el 2 de mayo siendo esta la uacuteltima gran batalla en Europa de esta Guerra y que propinariacutea el suicidio de Hitler el diacutea 30 de ese mes El 9 de septiembre de ese antildeo se declarariacutea el fin a la Segunda Guerra con la rendicioacuten de China el uacuteltimo baluarte de la Triple Alianza y con el acuerdo de Pots-dam se declarariacutea la reparticioacuten del territorio alemaacuten entre las fuerzas maacutes importantes de la Entente (Gran Bretantildea Francia y la Unioacuten Sovieacutetica)

43 Trata de blancas en el contexto de la URSS

Luego de la separacioacuten de Alemania pro-ducto de los tratados firmados tras la Segunda

Guerra Mundial con el fin de democratizar desmilitarizar y desnazificar este paiacutes el te-rritorio alemaacuten quedoacute dividido entre Estados Unidos Inglaterra y Francia en la parte Oeste y la Unioacuten Sovieacutetica en la parte Este Suacutebitamen-te el mundo se dividiriacutea en dos separado por la ldquoCortina de Hierrordquo trazada en Berliacuten que separariacutea el lado que practicaba la democracia liberal como sistema y su contraparte comu-nista

Dada la inviabilidad del modelo ideoloacutegico y el recrudecimiento de los controles econoacute-micos y sociales que generariacutean un gran ma-lestar en la poblacioacuten dentro de la URSS el comunismo fracasariacutea en 1989 esta potencia se desintegrariacutea lo cual paulatinamente aca-bariacutea con la calidad de vida quienes viviacutean de ese lado de la frontera Los ciudadanos de la Unioacuten Sovieacutetica seriacutean abatidos por el hambre la restriccioacuten de libertades poliacuteticas sociales y econoacutemicas y con ello el advenimiento de la trata de mujeres eslavas que buscaban esca-par de los problemas de su contexto

Debido a la desaparicioacuten de la Unioacuten So-vieacutetica y el control que esta manteniacutea sobre los paiacuteses sateacutelites quienes debido a la de-pendencia con Rusia no habiacutean desarrollado sus propios medios de subsistencia las recieacuten conformadas naciones careciacutean de institucio-nes planes econoacutemicos o gobiernos estables para progresar por si solas por lo cual el pano-rama pareciacutea sombriacuteo para sus residentes es-pecialmente las mujeres quienes ademaacutes de vivir en este contexto sufriacutean de una marcada discriminacioacuten Estas mujeres eran atraiacutedas por ofertas de trabajo u oportunidades de es-capar de sus paiacuteses lo cual propinoacute la creacioacuten de una red masiva de trata de personas en el Este de Europa que se alimentariacutea de mujeres Ucaranianas Rusas y Bielorusas principalmen-te quienes desempentildeariacutean labores de explo-tacioacuten sexual o prostitucioacuten Era tan extensa

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y masiva esta red que el teacutermino (ahora en desuso) ldquoTrata de blancasrdquo fue acuntildeado por las facciones de las viacutectimas quienes por pro-venir de estos territorios eran caucaacutesicas

Se afirma que ldquoentre 1991 y 1998 500000 mujeres ucranianas fueron llevadas a Occiden-te mientras tanto la exportacioacuten de las muje-res rusas para prostituir ha expandido a maacutes de 50 paiacutesesrdquo (Bryl 2016) llegando a presen-tarse maacutes de 400000 mujeres menores de 30 antildeos desplazadas al extranjero buscando mejores condiciones ya que en sus tierras de origen se presentaba un colapso del sistema econoacutemico que habiacutea generado alrededor de un 80 de desempleo Esto expone tambieacuten en la historia reciente la conexioacuten que existe entre vulnerabilidad social y trata de personas las personas al verse sin las capacidades o re-cursos para responder adecuadamente ante las adversidades tienden a buscar soluciones raacutepidas para mejorar su calidad de vida lo cual las lleva usualmente a aceptar propuestas muy atrayentes Este es el modus operandi utiliza-do por los tratantes para encontrar viacutectimas y sigue muy presente en la actualidad

44 Trata de personas en la actualidad (Siglo XXI)

En el antildeo 2000 se promulga el primer esta-tuto juriacutedico que reconoce a la trata de perso-nas como un delito que debe ser perseguido y penado a nivel mundial el ldquoProtocolo para prevenir reprimir y sancionar la trata de per-sonas especialmente mujeres y nintildeos que complementa la Convencioacuten de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacionalrdquo o mejor conocido como el Pro-tocolo de Palermo define esta problemaacutetica y sus modalidades facilitando su persecucioacuten y enjuiciamiento por los oacuterganos de la justicia

Por ldquotrata de personasrdquo se entenderaacute la captacioacuten el transporte el traslado la

acogida o la recepcioacuten de personas recu-rriendo a la amenaza o al uso de la fuer-za u otras formas de coaccioacuten al rapto al fraude al engantildeo al abuso de poder o de una situacioacuten de vulnerabilidad o a la con-cesioacuten o recepcioacuten de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra con fines de explotacioacuten Esa explotacioacuten incluiraacute como miacutenimo la explotacioacuten de la prostitucioacuten ajena u otras formas de explotacioacuten sexual los trabajos o servicios forzados la esclavitud o las praacutecticas anaacute-logas a la esclavitud la servidumbre o la extraccioacuten de oacuterganos (ONU 2000 p 2)

Esto marcoacute un precedente en cuanto al compromiso de todos los paiacuteses firmantes para erradicar este fenoacutemeno dentro de sus fronteras y pareciacutea ser el comienzo del fin de estos actos de esclavitud moderna sin embar-go la trata de personas sigue siendo uno de los fenoacutemenos delictivos maacutes lucrativos a nivel mundial despueacutes del narcotraacutefico generando dividendos de alrededor de 150000 millones de doacutelares (Niethammer 2020) el cual afecta ademaacutes a 249 millones de personas al antildeo (Staff M sf) entre sus diferentes modalida-des mencionadas en la definicioacuten

Debido a su naturaleza furtiva este fenoacute-meno no puede resultar evidente en el diacutea a diacutea de las personas ya no existen mercados de esclavos a cielo abierto y es una praacutectica rechazada legalmente a nivel mundial Pero a pesar de ello sigue siendo una realidad para una gran cantidad de personas quienes pro-viniendo usualmente de una situacioacuten de vul-nerabilidad y reclutadas bajo engantildeo a traveacutes de propuestas de trabajo atrayentes prome-sas de viajes o dinero pueden pasar toda su vida siendo explotadas para la actividad que le genere maacutes ingresos al tratante sin considerar los efectos fiacutesicos y mentales que esta explota-cioacuten tiene a largo plazo para la viacutectima

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Esclavos encadenados en una plantacioacuten de cuba y custodiados por soldados tambieacuten negros

CONCLUSIOacuteN

Finalmente pareciera ser que la explota-cioacuten de un ser humano por otro ha sido una praacutectica vista a lo largo de toda la historia la cual adoptoacute distintas formas para adecuarse a los distintos contextos societales de cada eacutepo-ca y seguir perdurando En la actualidad la trata de personas se encuentra en la catego-riacutea de delito y viola varios derechos humanos y pesar de ello sigue siendo muy prevalente a nivel mundial

Se ha visto a lo largo de la historia como las praacutecticas esclavizantes responden a una demanda de personas percibidas como infe-riores para servir a otras y producir dividen-dos este motivo ha logrado perdurar hasta la actualidad a pesar de ser fuertemente penali-zado a nivel mundial Por ello saber identificar las potenciales viacutectimas evitar convertirse en una comprender la magnitud del problema para denunciarlo efectivamente y sobre todo no participar en actividades que puedan estar sometiendo a otras personas a regiacutemenes de esclavitud son tareas necesarias para erradi-car esta praacutectica

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Zygmunt Bauman

Sita de Abreu La universalidad de los Derechos HumanosUna revisioacuten criacutetica de la Eacutetica posmoderna de Zygmunt Bauman

El presente trabajo de grado forma parte de los requisitos para la obtencioacuten de la licen-ciatura de Estudios Liberales de la Universidad Metropolitana Consiste en una investigacioacuten de caraacutecter documental que emplea las teacutec-nicas de anaacutelisis y comparacioacuten para aplicar una teoriacutea conocida sobre un problema dado Asiacute se analizoacute la problemaacutetica de la universa-lidad de los derechos humanos desde la eacutetica posmoderna del filoacutesofo y socioacutelogo Zygmunt Bauman Este autor niega tajantemente la uni-versalidad de la eacutetica calificaacutendola como una de las ilusiones que perniciosamente concibioacute la modernidad Apuesta en cambio por una moral no racional no susceptible de socializa-cioacuten ni universalizacioacuten en reglas y coacutedigos

Se determinoacute que el pensamiento de Bau-man contrapone eacutetica y moral de forma irre-conciliable por cuanto afirma que la moral como fuerza primigenia constituida de impul-sos y sentimientos solamente tiene lugar alliacute donde los intentos de reflexioacuten y razonamien-to del quehacer eacutetico fracasan No obstante diversos autores han destacado que los dere-chos humanos uacutenicamente pueden ser fun-damentados admitiendo la posibilidad de una

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eacutetica miacutenima es decir la afirmacioacuten de valores de base racional cognoscibles y vaacutelidos para todos razoacuten por la cual se postula su univer-salidad Por ello si se niega la capacidad de reflexionar sobre la moralidad como Bauman hizo no es posible sostener los derechos hu-manos Ademaacutes su acepcioacuten de la moral que describe la relacioacuten personaliacutesima entre el yo y el otro no cubre el reino social y por tanto la sociedad es un desierto moral en su teoriacutea

Asiacute la eacutetica discursiva se propone como una alternativa tanto al planteamiento original de la universalidad como al pensamiento pos-moderno de Bauman por cuanto contempla la posibilidad de afirmar los derechos huma-nos universales como resultado de praacutecticas discursivas

INTRODUCCIOacuteN

Los derechos humanos son ampliamente considerados por la comunidad internacional como los pilares fundamentales para el esta-blecimiento de una convivencia paciacutefica en-tre paiacuteses y como condicioacuten esencial para la autorrealizacioacuten de los individuos en calidad de personas libres y dignas Sin embargo hay aspectos concernientes a su naturaleza o las bases de su fundamentacioacuten filosoacutefica que aunque ampliamente aceptados por la doctri-na encarnada en declaraciones y tratados son todaviacutea objeto de debates aacutelgidos y vigentes Esto es particularmente evidente en la discu-sioacuten que se suscita entre los partidarios de la universalidad de estos derechos por un lado y los relativistas culturales por el otro y que no ha encontrado una resolucioacuten definitiva que permita dar una respuesta desde la esfera del deber ser de la eacutetica a las distintas realida-des sociales e individuales

En efecto la Declaracioacuten Universal de los Derechos Humanos de 1948 enarbola la ban-dera de la universalidad de estos derechos en virtud de una eacutetica sostenida sobre la afirma-cioacuten de la dignidad humana como un princi-pio que no puede negaacutersele legiacutetimamente a ninguacuten individuo Asiacute los derechos humanos como parte de un proyecto eacutetico cuyos oriacute-genes pueden ser rastreados en la moderni-dad buscan interponerse entre la dignidad y cualquier intento de instrumentalizacioacuten de la humanidad Sin embargo no estaacuten exen-tos de tener que enfrentarse a posturas que encuentran arbitraria y absurda la pretensioacuten de extender a todos los rincones del planeta unos determinados valores propios de la mo-dernidad occidental pues sus detractores ale-gan que hay una realidad conformada por una miriacuteada de culturas tradiciones y visiones de mundo que parecen entrar en conflicto con estas ideas

Los defensores pueden replicar contra esto que la universalidad no corresponde a una de-claracioacuten descriptiva del estado de las cosas sino a un estado deseable un horizonte moral al que se debe aspirar en virtud de nuestra na-turaleza racional por lo que advertir el plura-

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lismo cultural y la observancia de legislaciones que difieren entre siacute en materia de derechos no son razones suficientes ni soacutelidas para ne-garla Sin embargo en el campo de la eacutetica la cuestioacuten se hace maacutes oscura debido a la exis-tencia de distintas corrientes de pensamiento que ponen sobre la mesa la cuestioacuten misma de si la universalidad deberiacutea ser siquiera un desideraacutetum

Efectivamente dentro de estas desavenen-cias el relativismo y el escepticismo quizaacutes sean las posiciones maacutes conocidas contra la universalidad de los derechos humanos pero en los uacuteltimos tiempos ha surgido una posi-cioacuten particularmente desafiante que arremete contra las bases de la eacutetica moderna que han sido las responsables entre otras cosas de dar origen a la filosofiacutea de los derechos humanos Nos referimos a la posmodernidad que vale decir no es un cuerpo de pensamiento uacutenico sino maacutes bien una amalgama de acepciones distintas que comparten algunos espacios co-munes y difieren en tantos otros

No obstante pese a las dificultades de des-entrantildear las divergencias existentes entre los mismos pensadores posmodernos es posible identificar entre ellos a quienes coinciden en sostener una acepcioacuten eacutetica que deriva de una determinada reflexioacuten acerca de la natu-raleza moral del hombre Esto los ha llevado a argumentar que no es posible conciliar la universalidad de ninguacuten coacutedigo eacutetico norma o regla sin que esto constituya una amenaza a la autonomiacutea e integridad misma del individuo arrebataacutendole ademaacutes su ejercicio de res-ponsabilidad moral

En efecto diversos autores muestran una mayor preocupacioacuten por la responsabilidad individual la capacidad moral inmanente del ser humano y la libertad para elegir y discer-nir aspectos amenazados seguacuten argumentan

por la pretensioacuten de universalidad eacutetica Asiacute alertan sobre los peligros que han acechado al individuo desde la aparicioacuten de la moder-nidad y que han surgido como consecuencia de llevar demasiado lejos la ambicioacuten de esta-blecer declaraciones absolutas e inamovibles puesto que alegan esto no es sino resultado de la desconfianza en la capacidad moral del hombre de elegir y hacerse responsable libre-mente

Esta es la postura que va encarnar el socioacute-logo y filoacutesofo Zygmunt Bauman (1925-2017) recientemente fallecido cuya propuesta eacutetica desarrollada principalmente en su obra Eacutetica posmoderna entrantildea una criacutetica a la moderni-dad en la medida en que subraya la necesidad de rasgar el velo de ilusioacuten con el que ella in-tenta cubrir por medio de falsos postulados las profundidades de los problemas eacuteticos contemporaacuteneos A diferencia de lo afirmado por el pensamiento moderno con respecto a la capacidad de dar con reglas y estructuras estables para guiar la conducta de individuos racionales este autor argumentaraacute que la mo-ral al igual que el hombre mismo es consti-tutivamente aporeacutetica ambivalente razoacuten por la cual resulta una imposibilidad circunscribir-la a leyes universales

Sin embargo desechar el concepto de uni-versalidad alegando su invalidez conlleva un dilema complejo pues ella se postula con el fin de establecer que la proteccioacuten y amplia-cioacuten de los derechos humanos no dependen de los Estados y su soberaniacutea sino que son propuestas de validez incondicional irrestric-ta cuya negacioacuten podriacutea dejar a las personas en un estado de vulnerabilidad y relativismo Ademaacutes siendo la universalidad defendida por los modernos como una cualidad consustan-cial a los derechos humanos no resulta claro si es posible desecharla sin al mismo tiempo negar toda la teoriacutea de los derechos humanos

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Por lo anteriormente expresado en el pre-sente trabajo nos aproximamos a responder diversas interrogantes surgidas sobre el tema relativas a si resulta compatible la propuesta eacutetica posmoderna de Bauman con una teoriacutea de los derechos humanos Igualmente exami-namos diversas alternativas eacuteticas en materia de derechos humanos que pudiesen satis-facer aunque sea parcialmente la criacutetica de Bauman

Con la finalidad de brindar algunas res-puestas a estas interrogantes enfocamos el objetivo general de este trabajo de investi-gacioacuten en analizar el concepto moderno de universalidad de los derechos humanos desde la postura posmoderna de Zygmunt Bauman tal y como ella es presentada en Eacutetica posmo-derna obra publicada originalmente en 1993 Para ello se plantearon tres objetivos especiacute-ficos que corresponden al desarrollo de cada capiacutetulo de investigacioacuten

En el primer capiacutetulo se identifican diversas posturas eacuteticas que giran en torno al concepto moderno de la universalidad de los derechos humanos Para ello sentamos las bases con-ceptuales fundamentales para el tratamiento

del problema particularmente en lo concer-niente a los derechos humanos como dere-chos morales y la distincioacuten entre eacutetica y moral seguacuten ha sido entendida por distintas posicio-nes filosoacuteficas Posteriormente se analizan las razones por las cuales se le predica un atributo como la universalidad a los derechos huma-nos y cuaacutel es la relacioacuten de esta variable con el pensamiento eacutetico moderno Finalmente se exponen brevemente las posturas metaeacute-ticas maacutes tradicionalmente confrontadas con la universalidad particularmente el positivis-mo el comunitarismo y el relativismo a fin de contextualizar el problema y vislumbrar cuaacuteles son las principales reservas

En el segundo capiacutetulo se examinan los aspectos fundamentales de la criacutetica de Bau-man al concepto de universalidad desde la eacutetica posmoderna Para ello presentamos en primera instancia una breve exposicioacuten de la posmodernidad como pensamiento y como condicioacuten principalmente desde el punto de vista de Jean-Franccedilois Lyotard y sus acusacio-nes contra las ambiciones modernas Seguida-mente se presenta un resumen criacutetico de las paacuteginas fundamentales de Eacutetica posmoderna concernientes a la criacutetica a la universalidad la criacutetica a la modernidad la postura posmo-derna del autor y sus reflexiones en torno a la eacutetica la moral y los derechos humanos Para exponer las reflexiones de Bauman nos ser-vimos brevemente del pensamiento de otros intelectuales que nuestro autor central cita asiacute como de algunas obras de eacutel mismo que podriacutean ayudar a comprender maacutes profunda-mente su pensamiento Modernidad liacutequida (1999) y La posmodernidad y sus descontentos (1997)

El tercer capiacutetulo se orientoacute al anaacutelisis acer-ca de la plausibilidad de la propuesta de Bau-man relativa a reformular los problemas eacuteticos maacutes acuciantes de nuestro tiempo especiacutefica-

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mente los derechos humanos desde su eacutetica posmoderna es decir sin la aspiracioacuten de uni-versalidad Para ello contrastamos la postura de Bauman con argumentos a favor de la uni-versalidad que podriacutean fungir como objecio-nes sometiendo su pensamiento a un anaacutelisis criacutetico a la luz de las aspiraciones expresas de la teoriacutea de los derechos humanos Finalmen-te presentamos una alternativa que podriacutea preservarse de algunas de las criacuteticas del autor central sin dejar de aspirar a la universalidad aunque vista desde otro enfoque

Desde nuestra exeacutegesis se trata de una investigacioacuten que pretende contribuir con el anaacutelisis en el campo de la filosofiacutea moral a partir de datos y hechos ya dados como lo es la situacioacuten actual del pensamiento sobre los derechos humanos y sus implicaciones en la realidad de las sociedades contemporaacuteneas El trabajo plantea la relacioacuten entre dos varia-bles la teoriacutea actual de los derechos humanos como variable dependiente y la universalidad como variable independiente Esto es asiacute por-que buscamos determinar si con base en la propuesta de Bauman es posible descartar la universalidad como aspiracioacuten eacutetica en la for-mulacioacuten de los derechos humanos o si por el contrario esta es una cualidad sine qua non de la teoriacutea Con el desarrollo de este tema buscamos aportar elementos analiacuteticos que se enmarcan en una discusioacuten maacutes amplia so-bre la filosofiacutea moral los derechos humanos y concepcioacuten posmoderna en favor de producir nuevas liacuteneas de investigacioacuten

Resulta importante aclarar que esta inves-tigacioacuten no apunta a constatar hechos empiacute-ricos aun cuando se admite que la teoriacutea de los derechos humanos y la afirmacioacuten de la universalidad tienen consecuencias concretas en las dinaacutemicas de las sociedades actuales En el presente trabajo se hizo un estudio en el dominio de la eacutetica En razoacuten de ello se re-

lacionaron y contrastaron teoriacuteas eacuteticas con-trapuestas en torno a un mismo tema con el objeto de realizar contribuciones tanto al estudio acadeacutemico de la filosofiacutea de los dere-chos humanos como a una posible mejora de su praacutectica profesional yo institucional por cuanto se admite que los supuestos filosoacuteficos que los sustentan tienen repercusiones praacutecti-cas importantes

Estos objetivos siguen la metodologiacutea pro-pia de la investigacioacuten documental que impli-ca la recopilacioacuten y el anaacutelisis criacutetico de datos secundarios elaborados por otros investigado-res en distintas fuentes de documentacioacuten En este caso se consultaron fuentes impresas y electroacutenicas tanto primarias como secunda-rias incluyendo por supuesto la obra criacutetica de Bauman Eacutetica posmoderna particular-mente en sus primeros tres capiacutetulos ya que alliacute se trata el tema de la universalidad con ma-yor profundidad Para cumplir con el propoacutesito de brindar nuevos enfoques a la problemaacutetica planteada las teacutecnicas a poner en praacutectica consistieron fundamentalmente en el anaacutelisis documental y el anaacutelisis de contenido de las posiciones encontradas asiacute como la compa-racioacuten entre ellas a fin de sacar conclusiones acerca de su plausibilidad

Con respecto a los antecedentes de la pro-blemaacutetica planteada en este trabajo algunas investigaciones se han realizado en torno a la relacioacuten entre los derechos humanos y la pos-modernidad pero ninguno de ellos propone el enfoque particular de Bauman como ob-jeto de estudio Igualmente son mucho maacutes comunes los trabajos realizados acerca de la universalidad como rasgo formal y fundamen-tal de los derechos humanos asiacute como de sus criacuteticas Uno de ellos es de Costas Douzinas y se titula El fin(al) de los Derechos Humanos (2008) Este trabajo explora la evolucioacuten en la concepcioacuten de los derechos humanos desde la

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modernidad hasta la posmodernidad Luego adoptando la postura posmoderna propone que el concepto de humanidad resulta insufi-ciente y demasiado oscuro como para consti-tuir la fuente normativa de estos derechos

Adicionalmente desarrolla la idea de que contrario a lo que comuacutenmente se cree el uni-versalismo y el relativismo cultural no se opo-nen pues ambos son productos del humanis-mo y ninguno responde correctamente a las exigencias de los derechos humanos Pero la tesis con la que concluye el trabajo resulta de mayor intereacutes para el desarrollo de esta inves-tigacioacuten pues coincide con uno de los temas que seraacuten analizados por Zygmunt Bauman y ella consiste en que en materia de derechos humanos no se puede seguir hablando de un sujeto definido enclaustrado tal y como se pretendiacutea en la modernidad sino que estos derechos solamente son concebibles en fun-cioacuten del Otro por tanto es el Otro y no el su-jeto racional el verdadero principio de justicia y fundamento eacutetico de los derechos humanos

Otro antecedente de la investigacioacuten lo constituye el artiacuteculo de investigacioacuten Pos-modernidad tradicioacuten y derechos humanos (2005) de Mariano C Melero de la Torre En eacutel se discute la condicioacuten posmoderna en el debate poliacutetico contemporaacuteneo sobre la base de que una exploracioacuten de las implicaciones de las ideas posmodernas en el plano poliacutetico

real permite indagar en queacute medida es factible reformular una teoriacutea de los derechos huma-nos entendiendo que estos son presupuestos eacuteticos de todo sistema democraacutetico El autor sostiene que la posmodernidad desde su pos-tura metateoacuterica no aporta una alternativa poliacutetica a la modernidad por cuanto ella afir-ma que todo sistema poliacutetico es producto de ciertas circunstancias particulares que nunca son las mismas para todos

Pero lo que resulta maacutes interesante de este trabajo es la propuesta de un universa-lismo sensible al contexto que consiste en la discusioacuten razonable de la verdad y la aco-modacioacuten de diferencias Esta es una postura interesante que debe ser contemplada por esta investigacioacuten porque podriacutea resolver los conflictos entre la universalidad moderna y la ambiguumledad posmoderna que aquiacute se plan-tean Ademaacutes la afirmacioacuten del autor de que la posmodernidad no propone alternativas po-liacuteticas concretas coincide con lo afirmado por Bauman autor central de la investigacioacuten en desarrollo

Igualmente valioso resulta el texto La uni-versalidad de los derechos humanos (1998) obra de Antonio Peacuterez Luntildeo Alliacute Peacuterez indaga especiacuteficamente en el aspecto de universa-lidad de los derechos humanos tal como se encuentra formulado en la Declaracioacuten Uni-versal de los Derechos Humanos de 1948 Su importancia reside en que el autor esgrime ar-gumentos soacutelidos a favor de la universalidad por cuanto sostiene que esta caracteriacutestica es un llamado eacutetico a proteger a todos los seres humanos independientemente de que esteacuten contemplados o no en determinado ordena-miento juriacutedico o que un Estado los reconozca Su trabajo se estructura de la siguiente ma-nera comienza por estudiar la universalidad como elemento fundamental de los derechos humanos desde su nacimiento expone las dis-

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tintas tesis que se oponen a la universalidad incluyendo brevemente la posmodernidad y describe el caraacutecter de universalidad como un elemento constitutivo de los derechos huma-nos con la intencioacuten de superar las criacuteticas en su contra

Asiacute concluye que la universalidad es una exigencia indispensable para la garantiacutea de los derechos a todas las personas lo cual de nin-guna manera significa que pueda ser impues-to por la coaccioacuten y que a pesar de que hay posturas que aparentemente se le oponen en realidad entiende que algunas de estas respuestas no son irreconciliables con la pro-puesta universalista sino que son formas de compensar las injusticias en las que se ha in-currido Igualmente dedica un pequentildeo apar-tado a exponer brevemente la postura posmo-derna junto con las otras tendencias criacuteticas sin embargo de la posmodernidad concluye que es una exaltacioacuten a la diferencia y al ego en lugar de una propuesta factible

Por otra parte se encuentra la investiga-cioacuten realizada por Francisco Laporta titulada Sobre el concepto de los derechos humanos (1987) en la que el autor plantea la dimen-sioacuten moral de los derechos concluyendo que ellos se establecen como una expresioacuten de la moralidad entre los individuos o de las posibi-lidades de la moral En cuanto a la universali-dad en especiacutefico el autor establece que es un rasgo propio de los derechos humanos que ig-nora todo contexto o circunstancia contingen-te pues no estaacute fundamentando en sistemas juriacutedicos o en un cualquier criterio positivista sino que pertenece al aacutembito de la eacutetica Esto implica que se reconoce a todo ser humano como agente moral lo cual no significa afirmar solamente que es sujeto de derecho sino que tambieacuten debe procurar la realizacioacuten activa de los deberes y obligaciones para la defensa de los derechos de los otros

Por uacuteltimo se tiene como antecedente el artiacuteculo Eacutetica y Derechos Humanos principios educacionales para una sociedad democraacutetica (2007) de Alvori Ahlert El autor busca po-ner de relieve la importancia de la eacutetica para la construccioacuten de sociedades democraacuteticas cuyo fundamento eacutetico principal son los de-rechos humanos Especiacuteficamente discute de queacute manera los derechos humanos de tercera y cuarta generacioacuten forman parte de las aspi-raciones para alcanzar un ejercicio pleno de la ciudadaniacutea democraacutetica Esta investigacioacuten es de alto intereacutes pues aunque su enfoque no es el mismo que se plantea en este trabajo de in-vestigacioacuten ofrece una breve discusioacuten acerca de lo que se considera que es la eacutetica y su dife-rencia con la moral distincioacuten que resulta ser de suma relevancia para indagar maacutes profun-damente en las diferencias entre los plantea-mientos eacuteticos modernos y los posmodernos Ademaacutes explora las razones por las cuales los derechos humanos no son meros derechos le-gales sino que derivan de imperativos eacuteticos para las democracias

Tener en cuenta estos antecedentes tiene como propoacutesito encuadrar el estado actual de la problemaacutetica y facilitar el cumplimiento del propoacutesito de este trabajo de investigacioacuten que es plantear una teoriacutea eacutetica a un problema dado que tiene profundas repercusiones en la vida en sociedad Su importancia recae en que una profundizacioacuten en la eacutetica y la filosofiacutea que sostienen la teoriacutea de los derechos humanos puede esclarecer algunas de las cuestiones maacutes controversiales en los debates puacuteblicos generar conocimientos nuevos que nos pre-vengan de caer en el dogmatismo y poner a prueba conceptos que comuacutenmente damos por sentado Todo ello con el fin de depurar una teoriacutea que ha sido y es fundamental para el desarrollo de las sociedades contemporaacute-neas y el respeto a las libertades

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Cuestionar la viabilidad y legitimidad de la universalidad de los derechos desde una propuesta criacutetica opuesta nos permite con-cluir si es necesario reformular la teoriacutea o si la universalidad debe seguir siendo postulada en nuestros tratados y declaraciones de dere-chos humanos con lo cual este estudio apun-ta a mejorar las praacutecticas institucionales que defienden y promueven estos derechos con base en lo que resulta legiacutetimo hacer y lo que consideramos bueno y deseable

Un estudio como el que aquiacute se propone ademaacutes pretende contribuir al logro de las as-piraciones de la licenciatura de Estudios Libe-rales en torno al desarrollo de investigaciones que integren distintas disciplinas Esto con el fin de obtener respuestas que nos acerquen a una comprensioacuten holiacutestica de nuestras institu-ciones y como consecuencia proponer desde la academia soluciones praacutecticas y factibles a los problemas maacutes relevantes de nuestra eacutepo-ca En el caso especiacutefico de este trabajo de grado la disciplina central alrededor de la cual gira el tema de investigacioacuten es la filosofiacutea mo-ral sirvieacutendose de la sociologiacutea como apoyo para la consecucioacuten de los objetivos de inves-tigacioacuten sobre todo teniendo en cuenta que el autor central es asimismo una autoridad en ambas disciplinas

Finalmente siendo los derechos humanos defendidos por la mayoriacutea de paiacuteses como im-perativos eacuteticos para la consecucioacuten de socie-dades democraacuteticas y libres resulta un tema actual ineludible razoacuten por la cual este estu-dio busca promover su investigacioacuten dentro del pensum de la Escuela de Estudios Libera-les de la Universidad Metropolitana en el en-tendido de que un mayor acercamiento a este tema desde las cuatro disciplinas de la carrera ―Historia Poliacutetica Economiacutea y Filosofiacutea― re-sulta indispensable para entender en doacutende

nos encontramos y hacia doacutende nos dirigimos como sociedad globalizada

CAPIacuteTULO I

POSTURAS EacuteTICAS EN TORNO A LA UNIVERSALIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS

11 Derechos humanos una aproximacioacuten conceptual

Dentro de los debates eacuteticos contempo-raacuteneos quizaacutes no haya tema maacutes vigente y controversial que aquel que toma forma alre-dedor de los derechos humanos Igualmente es indudable la importancia que ha tenido la teoriacutea de los derechos humanos en las dinaacutemi-cas de las sociedades actuales y las relaciones internacionales Papacchini (2003) afirma que ldquoEn los uacuteltimos antildeos los derechos humanos se han transformado en un patroacuten de conducta que condensa los maacutes elevados valores de nuestro tiempo y en una herramienta privile-giada para la legitimacioacuten del poderrdquo (p35) En otras palabras ellos representan ―o bus-can representar― las aspiraciones eacuteticas y po-liacuteticas maacutes elevadas De la misma forma se les considera el fundamento eacutetico de todo siste-ma democraacutetico liberal que se precie de serlo

No obstante no estaacuten exentos de criacuteticos algunos de ellos preocupados por el hecho de que el discurso de los derechos humanos no sea sino una legitimacioacuten de dominio de una determinada forma de ver el mundo una fala-cia etnoceacutentrica con lo cual la defensa de ellos como principios morales no seriacutea sino un acto de hipocresiacutea Por todo ello se hace maacutes im-portante que nunca poner sobre la mesa todo el cuerpo eacutetico que lo sustenta

Quienes defienden los derechos humanos los consideran ldquocomo una condicioacuten de posibi-lidad de la sociabilidad ―de toda cooperacioacuten

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humana y armoacutenica convivencia― es decir como condicioacuten de posibilidad de una socie-dad justa tema claacutesico de la filosofiacutea poliacutetica y juriacutedicardquo (Velasco 1988 p624) Gracias a su existencia la vida en sociedad de forma paciacute-fica y cooperativa es posible Ellos derivan de la necesidad de salvar al hombre de una exis-tencia fraacutegil y arbitraria a traveacutes del estableci-miento y defensa de unos principios de natu-raleza moral que lo salvaguarden frente a los abusos de poder

La realizacioacuten de la nocioacuten de los derechos humanos es producto de un largo proceso histoacuterico muy especialmente a razoacuten de los totalitarismos del siglo XX dado que a partir de entonces se enfatizoacute auacuten maacutes en la inmora-lidad de la instrumentalizacioacuten del ser humano y se denunciaron con maacutes vigor las violacio-nes flagrantes a una dignidad que se supone intriacutenseca e irreducible frente a cualquier pro-poacutesito Pero el nuacutecleo de la fundamentacioacuten de los derechos humanos no se encuentra propiamente en el hecho de que hace posible la vida en sociedad ya que esto podriacutea desem-bocar en argumentos utilitaristas o funciona-listas que no corresponden exactamente a su naturaleza como se veraacute maacutes adelante

Tampoco esta nocioacuten puede reducirse a ser entendida exclusivamente como producto de una necesidad es decir como una mera fic-cioacuten juriacutedica necesaria para garantizar la vida social cooperativa puesto que quienes sostie-nen su validez lo hacen a traveacutes de una afir-macioacuten sustantiva de valores superiores ldquoel fundamento de los derechos humanos des-cansa generalmente en un cuacutemulo especial de valores los relativos a la dignidad humana es decir libertad igualdad seguridad y solida-ridadrdquo (Rodriacuteguez 2013 paacuterr 5)

De esta manera la dignidad humana se considera como la fuente de estas exigencias

eacuteticas dado que demanda condiciones socia-les miacutenimas en las cuales los seres humanos como personas puedan desarrollar su perso-nalidad libremente y mantenerse iacutentegros con base en argumentos morales En razoacuten de lo anterior desde el punto de vista normativo la Oficina del Alto Comisionado para los Dere-chos Humanos de Naciones Unidas los define como

Derechos inherentes a todas las per-sonas Definen las relaciones entre los individuos y las estructuras de poder es-pecialmente el Estado Delimitan el poder del Estado y al mismo tiempo exigen que el Estado adopte medidas positivas que garanticen condiciones en las que todas las personas puedan disfrutar de sus dere-chos humanos (ACNUDH 2016 p19)

Asiacute que seguacuten esta definicioacuten la defensa de los derechos humanos no puede ser en-tendida meramente en un sentido negativo es decir en cuanto a lo que el Estado no pue-de hacer puesto que los derechos humanos suponen tambieacuten un sentido positivo que re-fiera a las acciones que se deben emprender para garantizarlos Por lo tanto respeto y ga-rantiacutea son las dos dimensiones de la defensa y promocioacuten de los derechos humanos

Desde una perspectiva filosoacutefica Papacchi-ni (2003) alega que ldquolos derechos humanos son reivindicaciones de unos bienes primarios considerados de vital importancia para todo ser humano que concretan en cada eacutepoca histoacuterica las demandas de libertad y dignidadrdquo (p43) En este sentido se entiende por bienes primarios a aquellos considerados indispensa-bles e irrenunciables con lo cual se estaacute afir-mando que los derechos humanos son impe-rativos eacuteticos que impone la condicioacuten misma de ser humano Negar el acceso a estos bienes de tan fundamental importancia supondriacutea una negacioacuten de la condicioacuten humana razoacuten

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por la cual Nino (1989) alega que seriacutea ldquomo-ralmente erroacuteneo impedir tal accesordquo (p40)

En cuanto a las eacutepocas histoacutericas a las que el autor hace referencia en su definicioacuten Pa-pacchini (2003) explicita que si bien es cierto que los derechos humanos adquieren sentido dentro de determinados espacios culturales e histoacutericos tambieacuten es cierto que ellos hacen referencia a ldquovalores humanos universales que se conservan a traveacutes del cambio y que estaacuten presentes de manera maacutes o menos ex-pliacutecita en los diferentes contextos culturalesrdquo (p45) por lo que ldquose impone una exigencia comuacuten de libertad dignidad y respetordquo (p45) Estas uacuteltimas aseveraciones dan cuenta de los argumentos a favor del caraacutecter moral y nece-sario de los derechos humanos asiacute como de su resistencia a ser confinados al relativismo geograacutefico y cultural

Analizando las dos definiciones la propues-ta por la ONU la organizacioacuten internacional maacutes grande del mundo y la que resulta de la disertacioacuten filosoacutefica del profesor Angelo Pa-pacchini es posible ver ciertas coincidencias Para empezar ambas definiciones revelan la idea de los derechos humanos como exigen-cias frente al poder estatal en virtud de las de-mandas de libertad y dignidad segundo hay en ambas un asentimiento a la inherencia o propiedad derivada del solo hecho de ser hu-mano y tercero como consecuencia de lo an-terior la idea de que todos los seres humanos son sujetos de estos derechos sin importar circunstancias vivenciales razoacuten por la cual se suponen universales Son significativas estas coincidencias porque revelan que estas son las acepciones maacutes ampliamente aceptadas de los derechos humanos en la actualidad Sin embargo como se veraacute maacutes adelante no son las uacutenicas propuestas

Asiacute los derechos humanos se nos presen-tan como un saber praacutectico orientado a supe-rar el hiato entre el ser y el deber ser apoya-dos sobre ldquola existencia de una razoacuten praacutectica de una razoacuten que pueda y deba esforzarse por asentar normas de accioacuten y valores con el me-nor grado de arbitrariedadrdquo (Velasco 1988 p40) Esto uacuteltimo implica el supuesto de que los fundamentos de los derechos humanos son de caraacutecter racional como tambieacuten lo es el meacutetodo para elucidarlos ldquoTan soacutelo si se par-te de que puede existir una base racional para los valores eacuteticos juriacutedicos y poliacuteticos ―posi-bilidad negada por el no cognoscitivismo― cabe construir una adecuada fundamentacioacuten de los derechos humanosrdquo (Peacuterez Luntildeo 1983 p13)

A traveacutes de la admisioacuten de esta racionali-dad subyacente los derechos humanos se constituyen como parte de una moral ideal alrededor de la cual se configura en sus aspi-raciones la moral positiva esto es los distin-tos sistemas morales vigentes en las socieda-des que necesariamente presentan distintas realidades socioloacutegicas (Nino 1989 p93) No solamente pueden ser entendidos entonces como logros histoacutericos y poliacuteticos aunque de cierta manera lo son sino fundamentalmente como la consecuencia de una cierta forma de hacer filosofiacutea moral que afirma la capacidad de concretar aspiraciones morales comunes a las cuales se puede llegar por medio de eluci-daciones racionales

En razoacuten de lo anterior es necesario reco-nocer las tres dimensiones desde las cuales pueden ser entendidos los derechos humanos la moral la poliacutetica y la juriacutedica En la medida en que estas dimensiones se creyeron interre-lacionadas o por el contrario se daba priori-dad una a la otra surgieron distintas posturas acerca de la fundamentacioacuten de los derechos que se extienden del iuspositivismo al iusna-

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turalismo pasando por el intersubjetivismo el objetivismo el emotivismo y una larga lista de ismos que buscan dar respuesta a la pregun-ta de si es posible fundamentar los derechos humanos y en caso de ser asiacute coacutemo lograrlo

Frente a esto Velasco (1988) propone una alternativa considera que la eacutetica el dere-cho y la poliacutetica son distintos momentos de lo praacutectico que deben ser considerados en correcto equilibrio dado que los tres son di-mensiones propias de los derechos humanos en mutua interaccioacuten (p619) Asiacute no tendriacutea por queacute haber conflictos ni sesgos entre ellos

No obstante este estudio da primaciacutea al enfoque de la dimensioacuten moral por dos razo-nes en primer lugar porque ella es verdadera-mente la raiacutez de la defensa del principio de la universalidad dado que desde esta perspecti-va los derechos humanos ldquoson por definicioacuten las aspiraciones morales comunes a la huma-nidad entera al conformar el uacutenico coacutedigo miacute-nimo ―si existe― de una eacutetica universalmen-te aceptadardquo (Velasco 1988 p619) El con-dicional ldquosi existerdquo que el autor sentildeala y que pone en tela de juicio la validez de una moral miacutenima para la humanidad entera es uno de los aspectos a analizar acerca de este tema

En segundo lugar la afirmacioacuten de la uni-versalidad desde la dimensioacuten moral es preci-samente la que hace posible la afirmacioacuten de la universalidad en lo juriacutedico y poliacutetico Esta aseveracioacuten es por supuesto discutible dado que hay teoriacuteas que respaldan la independen-cia de la poliacutetica frente a la moral Sin embar-go los derechos humanos derivan induda-blemente de la idea de que ldquoel derecho debe tender a lo justo y que el comportamiento po-liacutetico debe estar subordinado a la eacutetica si no quiere convertirse en un instrumento de ma-nipulacioacuten explotacioacuten y dominiordquo (Velasco 1988 p620) Las posturas maacutes dominantes en

la actualidad dentro del marco de la teoriacutea de los derechos humanos ―como la idea de los derechos humanos como derechos morales que veremos maacutes adelante― se apoyan sobre la tesis que defiende que las tres esferas de lo praacutectico esto es moral derecho y poliacutetica no son esferas autoacutenomas sino que se remiten mutuamente

Ademaacutes toda la razoacuten de ser de los dere-chos humanos como es defendida hoy en diacutea es la de limitar el poder del Estado en defen-sa de las libertades individuales y la dignidad humana y al mismo tiempo promover accio-nes positivas que permitan la realizacioacuten de la persona Por esta razoacuten existe un consen-so general alrededor de la afirmacioacuten de que el principal actor que puede ser acusado de violar los derechos humanos es el Estado o individuos en representacioacuten de eacutel Asiacute el po-der arbitrario o incluso la razoacuten de Estado es constitutivamente incompatible con la nocioacuten de los derechos humanos razoacuten por la cual un estudio orientado a este tema debe tomar en cuenta la argumentacioacuten que defiende que la poliacutetica y el derecho no son indiferentes a los argumentos morales

Poner el foco en el estudio de las argumen-taciones a favor de la dimensioacuten moral no estaacute buscando romper con el equilibrio que Velas-co (1988) defiende entre los tres momentos de lo praacutectico en la reflexioacuten de los derechos humanos (p620) sino emprender un enfo-que maacutes conciso del tema en el que se ana-lice precisamente la raiacutez argumentativa de la universalidad El estudio de la teoriacutea poliacutetica y juriacutedica alrededor de los derechos humanos son temas que si bien son tangencialmente referidos por ser un hecho inevitable no son centrales Esta decisioacuten no es arbitraria no se ha decidido el estudio de la moral de los dere-chos humanos simplemente por simplificacioacuten investigativa sino que de la diversidad de pos-

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turas en torno a los derechos humanos son precisamente las que parten de justificaciones morales las que desembocan en un aacutelgido de-bate en torno a la universalidad

Ademaacutes Nino (1989) analiza que a pesar de las distintas propuestas que se suscitan en materia de los derechos humanos incluso los maacutes reacios a aceptar la posibilidad de dar con una fundamentacioacuten filosoacutefica deben admi-tir que ldquolos derechos humanos son derechos establecidos por principios morales por maacutes que se agreguen a continuacioacuten que tales de-rechos son en consecuencia relativos subje-tivos o inexistentesrdquo (p19) Es decir incluso las personas que no aceptan la inherencia natural de los derechos humanos y reniegan o dudan de conceptos tan abstractos como la dignidad humana pueden cuando menos admitir que estos derechos apelan a principios morales cuando se esgrimen razones para legitimarlos

La definicioacuten anterior es planteada como un punto de partida en el que puedan conve-nir todas las posturas en torno a los derechos humanos puesto que afirmar que se alude a principios morales no implica afirmar inmedia-tamente que estos existan o sean cognoscibles (Nino 1989 p19) Simplemente se estaacute ofre-ciendo una primera aproximacioacuten al concepto de derechos humanos dejando a una etapa posterior de elucidacioacuten conceptual la discu-sioacuten sobre la naturaleza o posibilidad de cono-cer los principios sobre los cuales se sostiene Una vez que se ha determinado su naturaleza moral puede empezar a cuestionarse si la mo-ral que las sustenta es relativista positivista comunitarista o universalista Asiacute el concepto de derechos humanos como derechos mora-les se supone reconciliable en principio con todas las posturas

Ahora bien afirmar los derechos humanos como derechos morales implica sostener que

aparecen ldquocomo exigencias eacuteticas y derechos que los seres humanos tienen por el hecho de ser hombres y por tanto con un derecho igual a su reconocimiento proteccioacuten y garantiacutea por parte del poder poliacutetico y el Derechordquo (Fernaacuten-dez 1984 p107) Esta definicioacuten en particular busca dar cuenta de la doble dimensioacuten de los derechos humanos la eacutetica y la juriacutedica a fin de dejar en claro que los derechos humanos si bien llegan a un gran nivel de concrecioacuten en el derecho positivo tiene una existencia pre-via e independiente a eacutel dado que se constitu-yen como imperativos eacuteticos

Respecto a la anterioridad y primaciacutea de la afirmacioacuten de los derechos humanos con res-pecto a su reconocimiento juriacutedico Laporta (1987) la defiende al afirmar ldquocuando usamos la nocioacuten de lsquoderechorsquo no estamos haciendo referencia a ciertas normas primarias o secun-darias de un cierto sistema normativo sino a la razoacuten que se presenta como justificacioacuten de la existencia de tales normasrdquo (pp27-28) De esta manera se argumenta que dado que los derechos humanos se defienden con base en razones morales son anteriores a su especi-ficacioacuten positiva en distintos ordenamientos Su positivizacioacuten es necesaria para mejorar los mecanismos de proteccioacuten de estos derechos pero su fundamentacioacuten moral es primaria

Estas definiciones con base morales son in-cluso conciliables aunque parcialmente con posturas un poco maacutes pragmaacuteticas como la de Peces-Barba (1994) quien rechaza el con-cepto de derechos morales y solamente los re-conoce cuando estos se hacen expliacutecitos en los ordenamientos juriacutedicos No obstante al mis-mo tiempo admite que los derechos humanos son ldquola cristalizacioacuten de una concepcioacuten moral que situacutea como eje la dignidad del hombre y los valores de libertad e igualdad como cau-ces para alcanzarlardquo (p234) Es decir incluso cuando su acepcioacuten de estos derechos involu-

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cra poner un mayor eacutenfasis en la importancia de su reconocimiento juriacutedico para su existen-cia reconoce que el origen de estos derechos son ciertamente justificaciones o razones mo-rales que las demandan como posibilidad de realizacioacuten de la dignidad humana lo cual da cuenta de que la naturaleza moral de los de-rechos puede llegar a ser compatible con su dimensioacuten juriacutedica

A los derechos humanos en los teacuterminos en que han sido definidos hasta ahora se les atribuye comuacutenmente unas ciertas caracteriacutes-ticas o rasgos formales que los diferencian de otras normas morales y los ubican por encima de ellas Son variadas y diversas estas carac-terizaciones pero en este caso se haraacute expo-sicioacuten de la que reconoce Laporta (1987) por su generalidad y sencillez Este autor identifica tres rasgos la universalidad el caraacutecter ab-soluto y la inalienabilidad (pp 32-44) Dado que al primero de estos rasgos se le dedicoacute un apartado extenso maacutes adelante por ahora nos limitaremos a exponer brevemente el signifi-cado de los otros dos

Para Laporta (1987) el caraacutecter absoluto de los derechos implica que ldquose trata de re-querimientos morales que caso de entrar en conflicto con otros requerimientos morales los desplazan y anulan quedando ellos como la exigencia moral que hay que satisfacerrdquo (p39) Es decir que en la jerarquiacutea de las exi-gencias y normas morales los derechos hu-manos ocupan la cuacutespide de modo que no pueden ser relegados ni disminuidos frente a otros enunciados morales Por su parte afir-mar la inalienabilidad consiste en defender que ellos ldquose le adscriben al individuo al mar-gen de su propio consentimiento o contra eacutel y se le inmuniza moralmente incluso frente a su propia voluntadrdquo (Laporta 1987 p44) Por tanto afirma la imposibilidad del titular a renunciar a sus propios derechos en tanto

es un sujeto moral puesto que la proteccioacuten a los derechos de un individuo implica que esta debe ser efectiva incluso frente al individuo mismo

Sin embargo estas caracteriacutesticas si bien derivadas de exigencias morales por su nivel de abstraccioacuten y alejamiento de la realidad pueden encontrarse con dificultades praacutecticas al momento de ser concretadas en los siste-mas juriacutedicos de los paiacuteses que deben prote-gerlos y contemplarlos Por ejemplo con res-pecto al caraacutecter absoluto de los derechos hu-manos frente a cualquier otra exigencia moral surge el dilema de queacute hacer en el caso de que sean precisamente dos derechos humanos los que se encuentren en conflicto irreconciliable cualquier solucioacuten admite de facto que el anaacute-lisis del contexto y las circunstancias importa al momento de tomar esta decisioacuten con lo cual el caraacutecter absoluto se ve disminuido en casos muy especiacuteficos

Frente a estas dificultades Velasco (1988) propone una conceptualizacioacuten de los dere-chos humanos con un pequentildeo matiz ldquoAl uti-lizar la expresioacuten derechos humanos se estaacute haciendo referencia a unos derechos morales de tipo prima facie universales en su ads-cripcioacuten innegociables y con pretensioacuten de reconocimiento juriacutedico a nivel nacional e in-ternacionalrdquo (p631) Afirmar que son prima facie significa que si bien se entienden que son absolutos universales e inalienables en primera instancia las circunstancias deben ser consideradas al momento de buscar una concrecioacuten praacutectica de los derechos en casos en los que se observe cierta incompatibilidad porque de cualquier otra manera su preten-sioacuten de ser reconocidos juriacutedicamente puede constantemente encontrarse con la amenaza de llegar a ser una causa perdida

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Por otro lado el hecho de que busque reco-nocimiento por parte de sistemas juriacutedicos no menoscaba ni disminuye la anterioridad de su caraacutecter moral ni es una admisioacuten de que los derechos humanos solo existen cuando son positivizados Simplemente es un asentimien-to de que los derechos humanos podraacuten ser mejor defendidos si son reconocidos por las constituciones Esto no obstante no es una condicioacuten sine qua non dado que ldquola situacioacuten del sujeto no puede depender de la mayor o menor fortuna en la eleccioacuten del lugar de re-sidencia (cuando esa eleccioacuten sea posible)rdquo (Velasco 1988 pp629-630) Esto de nuevo es un argumento moral que busca objetar las afirmaciones de los positivistas

En funcioacuten de lo anterior es importante hacer una uacuteltima precisioacuten que consiste en re-saltar la diferencia que existe entre el teacutermino ldquoderechos humanosrdquo y el teacutermino ldquoderechos fundamentalesrdquo La distincioacuten consiste en que el segundo teacutermino se refiere especiacuteficamente a los ldquoderechos individuales positivizados en las constitucionesrdquo (Velasco 1988 p627) Por su parte Peacuterez Luntildeo (1998) aclara que la distin-cioacuten entre ambos reside en que los derechos humanos son propiamente deontoloacutegicos y se refieren a la inherencia de ciertas facultades que deben ser positivizados mientras que los fundamentales siacute hacen una referencia directa y exclusiva a los derechos reconocidos por los sistemas juriacutedicos (p105) Esta precisioacuten tiene relevancia porque la universalidad atantildee a los derechos humanos no a los fundamentales cuya validez por definicioacuten tiene lugar en la medida en que sean reconocidos en los dis-tintos ordenamientos juriacutedicos y por tanto no son los mismos en todas las sociedades poliacute-ticas

Asiacute bajo los supuestos de naturaleza moral de los derechos humanos previos al Estado y al derecho positivo como afirmacioacuten de valo-

res que se consideran superiores tales como la dignidad la libertad y la igualdad de ca-raacutecter universal absoluto e inalienable prima facie se dio tratamiento a esta nocioacuten de de-rechos humanos en la presente investigacioacuten

12 Universalidad de los derechos humanos consideraciones generales

Una de las caracteriacutesticas formales y tam-bieacuten controversiales de los derechos huma-nos es su universalidad justificada como ne-cesidad moral y poliacutetica como condicioacuten de autorrealizacioacuten del individuo y de reconoci-miento de su dignidad con independencia de su entorno tanto cultural como poliacutetico Se trata pues de una tendencia defendida cada vez con mayor urgencia como resultado de la mayor interdependencia y cooperacioacuten entre naciones que ha caracterizado a los siglos XX y XXI Dicha tendencia se manifiesta como la necesidad de adoptar acepciones de la justicia y la moral mucho maacutes amplias que las permi-tidas por las fronteras culturales nacionales aunque con mucha controversia Esto se evi-dencia en el hecho de que ldquola afirmacioacuten de la universalidad de los derechos humanos es patrimonio comuacuten de las Declaraciones des-de el uacuteltimo tercio del siglo XVIII hasta nues-tros diacuteasrdquo (De Castro 1995 p391) Por tanto ha sido una aspiracioacuten predominante en todo el desarrollo de la teoriacutea de los derechos hu-manos

Lo anterior forma parte de la muy vigente y puacuteblica dicotomiacutea entre soberaniacutea y globali-zacioacuten en la que esta uacuteltima aboga cada vez maacutes por un punto de vista universal de la mo-ral concretada en el establecimiento de nor-mas miacutenimas de convivencia y de respeto a la humanidad Al respecto Peacuterez Luntildeo (1998) afirma ldquoEn un mundo interdependiente en el seno de sociedades interconectadas la garan-tiacutea de unos derechos universales se ha hecho

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maacutes perentoria que nuncardquo (p98) No es ca-sualidad pues que los retos que la globaliza-cioacuten hayan reavivado en las uacuteltimas deacutecadas el debate alrededor de la universalidad tanto de los derechos humanos en particular como de la moral en general

Por estas razones lo que caracteriza a nuestra eacutepoca es el haberse dado paso a ldquola idea de un derecho comuacuten o lsquocosmopolitarsquo fundado en los derechos humanos como de-rechos morales universalesrdquo (De Zan 2004 p150) Vieacutendolo desde el punto de vista de favorecer la integracioacuten global en la defensa y promocioacuten de los derechos humanos la uni-versalidad parece a primera vista una aspira-cioacuten aceptable pero lo cierto es que no es un tema de unaacutenime aceptacioacuten por el contrario es quizaacutes el tema maacutes controversial Esto es asiacute por la problemaacutetica que supone establecer unas normas morales de pretensioacuten universa-lista originadas en el pensamiento de la civili-zacioacuten occidental en comunidades tan disiacutemi-les y heterogeacuteneas entre siacute con ethos propios y con distintas concepciones de los fines a los que se debe aspirar

En efecto la teoriacutea de los derechos hu-manos conlleva inevitablemente una tensioacuten entre la validez universal y la multiplicidad de formas de vida la cual maacutes adelante se ex-pondraacute como equivalente a la tensioacuten entre una acepcioacuten particular de la eacutetica con una acepcioacuten particular de la moral Lo curioso de esto es que el atributo de universalidad es tan intriacutenseco al propoacutesito moral de los derechos humanos que no parece posible separar am-bos teacuterminos sin socavar la integridad de cada uno Es decir bajo esta perspectiva solamente puede hablarse de derechos humanos como principios morales cuando se admite su uni-versalidad porque cualquier otra afirmacioacuten no hace sino excluir arbitrariamente con base en determinadas relaciones de poder o carac-

teriacutesticas referidas a ciertas condiciones de la existencia como la pertenencia a una nacioacuten o a una cultura condiciones que los derechos humanos no desconocen pero que tampoco seguacuten los universalistas debiesen ser determi-nantes al momento de reconocer ciertas facul-tades baacutesicas

Por ahora antes de adentrarse en las dis-tintas posturas que debaten e incluso niegan la legitimidad de la universalidad resulta impor-tante ponderar en primer lugar la significacioacuten del teacutermino Peces-Barba (1994) explicita que ldquopor universalidad hacemos referencia a una titularidad de los derechos que se adscriben a todos los seres humanos Sus rasgos son la racionalidad y la abstraccioacuten congruentes con esa titularidad de todos los hombresrdquo (p614) Se trata por tanto de un proceso de descon-textualizacioacuten a raiacutez del cual se garantiza el va-lor universal de los derechos sobre la base de una uacutenica condicioacuten la de ser humano En ra-zoacuten de lo anterior las organizaciones encarga-das de defenderlos han definido lo siguiente

Los derechos humanos son universales porque estaacuten basados en la dignidad de todo ser humano con independencia de la raza el color el sexo el origen eacutetnico o social la religioacuten el idioma la nacionali-dad la edad la orientacioacuten sexual la dis-capacidad o cualquier otra caracteriacutestica distintiva (ACNUDH 2016 p22)

Seguacuten Peacuterez Luntildeo (1998) la afirmacioacuten de la universalidad de estos derechos tienen el propoacutesito de ldquoafirmar sin resquicio a dudas que la proteccioacuten de los derechos humanos y consiguientemente su violacioacuten no cons-tituiacutean aacutembitos reservados a la soberaniacutea in-terna de los Estados () sino problemas que afectan a toda la humanidadrdquo (p96) Bastariacutea con analizar el preaacutembulo de la Declaracioacuten Universal de los Derechos Humanos (1948)

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para darse cuenta de la veracidad de esta afir-macioacuten ldquola libertad la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intriacutenseca y de los derechos igua-les e inalienables de todos los miembros de la familia humanardquo (paacuterr1) La inclusioacuten de la totalidad de los seres humanos como sujeto de derechos supone la idea de una dignidad intriacutenseca a la especie humana lo cual sentildeala una inspiracioacuten humanista y antropoceacutentrica en la Declaracioacuten que tiene algunos de sus oriacutegenes en el pensamiento de Kant aunque no se limita exclusivamente a eacutel sino a toda la eacutepoca moderna

Ahora bien el problema con la definicioacuten de Peces-Barba presentada anteriormente y que coincide con muchas de las que comuacuten-mente se usan es que parece insuficiente porque corresponde a lo que De Castro (1995) denomina universalidad como dato En efecto el autor entiende que

una cosa es la universalidad de los de-rechos humanos como dato (=atribucioacuten a todos o a la mayoriacutea de los seres huma-nos [iquestsoacutelo a ellos] y validez en todo o casi todo tiempo y lugar) y otra bastante diferente la universalidad como principio loacutegico-ontoloacutegico (es decir como caraacutec-ter racional exigido por la necesidad que tienen los sujetos morales de contar con referencias o criterios de accioacuten o de co-nocimiento que tengan validez incondicio-nable) (p388 cursiva propia)

El punto es que no basta para los objeti-vos de esta investigacioacuten referirse a la primera acepcioacuten de universalidad en la que se consi-dera solamente como un atributo que puede predicarse de los derechos humanos a poste-riori por el contrario se busca analizar la uni-versalidad como principio loacutegico-ontoloacutegico es decir ldquouna universalidad que si existe ha de tener su fundamento en una unidad o uni-

formidad ontoloacutegica en una coincidencia in-triacutenseca (esencial) y no modificable que equi-para a todos los posibles sujetos de los dere-chosrdquo (De Castro 1995 p388) puesto que la problemaacutetica que aquiacute se presenta parte de consideraciones de la naturaleza moral de los derechos humanos

Por otro lado se podriacutea argumentar que definiciones como la expuesta por Peces-Bar-ba esto es definiciones que solo consideran la titularidad de los derechos a los seres huma-nos y por tanto se refieren a la universalidad exclusivamente como dato son uacutetiles porque de esa manera es considerada en las declara-ciones de derechos humanos No obstante De Castro (1995) sostiene ldquoEl tipo de universali-dad que se da por supuesto o que se afirma expliacutecitamente en las diversas Declaraciones de derechos si bien es formulado como un dato se presenta como exigencia estructuralrdquo (p388) Es decir la universalidad se afirma no simplemente porque los paiacuteses han acordado en torno a su validez sino porque se supone soportada por exigencias maacutes elevadas que se proponen como derivadas de la capacidad moral del hombre

Esto se verifica en las declaraciones al afir-mar estas que los hombres nacen en condi-ciones de libertad e igualdad Por ejemplo al consultar el primer artiacuteculo de la Declaracioacuten Universal de los Derechos Humanos (1948) ldquoTodos los seres humanos nacen libres e igua-les en dignidad y derechosrdquo (Art1) nos en-contramos con que no se estaacute aludiendo uacuteni-camente una idea de naturaleza poliacutetica a la que se llega a traveacutes de un consenso sino que se estaacute afirmando una naturaleza moral y on-toloacutegica del hombre que es previa e inmutable a su experiencia en el mundo y que exige de la universalidad de sus derechos Por tanto toda ldquodistincioacuten alguna de raza color sexo idio-ma religioacuten opinioacuten poliacutetica o de cualquier

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otra iacutendole origen nacional o social posicioacuten econoacutemica nacimiento o cualquier otra con-dicioacutenrdquo (Declaracioacuten Universal 1948 Art2) resulta invaacutelida por cuanto en nada afectan o modifican la dignidad

El fundamento moral de la universalidad de los derechos humanos y en general del uni-versalismo eacutetico como se entiende en la actua-lidad reside en el valor intriacutenseco de la per-sona moral como fin en siacute mismo por cuanto ldquoes una propiedad que le compete por igual a todo ser humano en cuanto ser racionalrdquo (De Zan 2004 p97) Se trata asiacute de derechos que se suponen intriacutensecos previos a la experien-cia y a las condiciones de la existencia con lo cual cumple con las condiciones que definen la universalidad como principio loacutegico-ontoloacute-gico y no meramente como dato

Ahora bien en virtud de poner a prueba la definicioacuten de universalidad como categoriacutea loacute-gica-ontoloacutegica nos centildeiremos a la definicioacuten que De Castro (1995) propone pues ella com-porta un mayor grado de especificidad

universalidad equivale a la predicabi-lidad constitutiva respecto de todos los componentes o individuos de un deter-minado conjunto o universo loacutegico (clase especie o geacutenero) que es inherente a la relacioacuten en que estaacuten determinadas cua-lidades o modos de ser con las laquocosasraquo o entes que existen (p387)

En este sentido de universalidad de todos los miembros de un universo se predica un rasgo o caraacutecter que es esencial y constituti-vo En el caso de la humanidad se argumenta que tal rasgo universal es la racionalidad que a diferencia de categoriacuteas contingentes como el sexo la edad o la clase social se supone compartida por todos sin excepcioacuten y de for-ma intriacutenseca La igualdad esencial que defi-ne la relacioacuten entre estos seres forma la base

sobre la cual se afirma la universalidad de los derechos humanos (De Castro 1995 p387)

Ahora bien el valor de la definicioacuten que nos proporciona De Castro se revela en dos aspectos en primer lugar trasciende las con-sideraciones sociopoliacuteticas puesto que aquiacute el tratamiento de los derechos humanos no consiste simplemente en verificarlos como resultado de distintos acuerdos juriacutedicos y po-liacuteticos alrededor de un compromiso entre na-ciones de mantener la paz sino de derechos derivados de elucidaciones acerca de la per-sonalidad moral ―una unidad ontoloacutegica que comparten los sujetos de derechos― y de la relaciones sociales desde el punto de vista de la eacutetica

En segundo lugar pone de relieve que cuestionar la universalidad en teacuterminos de filosofiacutea moral consiste en determinar si re-sulta legiacutetimo predicar los derechos humanos de todos los miembros de la humanidad con cierta independencia respecto a las creencias personales la diversidad de contextos sociales y culturales en lo que se desarrollan los seres humanos y con la admisioacuten de la existencia de un rasgo intriacutenseco y esencial compartido sobre el cual se sostiene tal pretensioacuten Des-de este punto de vista en particular no es una predicabilidad a posteriori sino a priori libre de la experiencia

Es evidente que el caraacutecter a priori de la universalidad tambieacuten implica el reconoci-miento de los derechos humanos como de-rechos anteriores a cualquier orden juriacutedico y poliacutetico razoacuten por la cual descarta el mero contractualismo o derecho positivo Que los derechos humanos son anteriores a todo de-recho positivo es justificado de distintas ma-neras por su naturaleza moral Al respecto Al-varado (2006) sostiene que en la Declaracioacuten Universal ldquoel deber o compromiso es entendi-

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do como un deber que le corresponde estric-tamente a la eacutetica y no a la legislacioacuten juriacutedicardquo (p14) Con esta afirmacioacuten coincide Laporta (1987) ldquoel aacutembito de los derechos es el de la eacutetica son una moralidad y por eso propugnan la denominacioacuten de derechos morales para asegurarse ese valor universalrdquo (Peces-Barba 1994 p616)

Ahora bien en el apartado anterior se ex-puso la definicioacuten de los derechos humanos como derechos que son ante todo morales Lo que aquiacute hace falta enfatizar es la idea de que la misma moralidad de estos parece exigir su universalidad De Zan (2004) afirma que la exigencia de la universalidad se da como con-secuencia de que ldquoLa moral implica el trato igual y el reconocimiento reciacuteproco de las per-sonas es esencialmente intersubjetiva A la gramaacutetica de lo moral como a la gramaacutetica de lo verdadero pertenece una necesaria preten-sioacuten de validez universalrdquo (p42) En efecto si se sostiene la igualdad esencial de los hombres como un hecho moral no parece en principio legiacutetimo concluir que unos seriacutean beneficiarios de unos derechos humanos y otros no

Ademaacutes la universalidad como exigencia moral se da sobre la base de la idea de que la dignidad humana y los valores maacutes elevados como la libertad y la justicia deben ser defen-didos a toda costa ninguacuten ser humano puede ser instrumentalizado ni siquiera por el Esta-do ni puede ser sometido a actividades deni-grantes que niegan su condicioacuten libre y digna bajo la excusa de la no contemplacioacuten de cier-tos derechos en tal o cual sistema juriacutedico o por motivos culturales Al mismo tiempo la universalidad se manifiesta tambieacuten en el sen-tido de accioacuten positiva es decir como la nece-sidad del establecimiento de unas condiciones miacutenimas que garanticen a todos la oportuni-dad de desarrollar sus propios planes de vida

Por otro lado hay distintas dimensiones en las que se puede hablar de universalidad cuya especificacioacuten resulta relevante para cual-quier investigacioacuten destinada a estudiarla Al respecto Peces-Barba (1994) reconoce tres una loacutegica una temporal y una espacial La loacute-gica refiere a la titularidad de los derechos en virtud de la racionalidad cuya definicioacuten ya se ha expuesto al comienzo de este apartado la temporal supone que la universalidad se en-cuentra al margen del tiempo y es vaacutelida para todos los momentos de la historia mientras que la espacial refiere a su validez en todas las sociedades (pp614-615) Evidentemente esta investigacioacuten estaacute enmarcada en la pri-mera acepcioacuten la cual se preocupa por los su-jetos de los derechos humanos

No obstante afirmar la universalidad en su acepcioacuten loacutegica supone tambieacuten afirmarla en sus dimensiones temporal y espacial puesto que si la atribucioacuten de estos derechos estaacute ba-sada uacutenicamente en la consideracioacuten del suje-to moral como libre racional e independiente el aacutembito empiacuterico tiene poca relevancia Esta conclusioacuten solamente es vaacutelida si se estaacute ha-blando de la universalidad como principio loacute-gico-ontoloacutegico ya que la universalidad como dato seguacuten la distincioacuten que se hizo con an-terioridad evidentemente estaacute influida por la historia y el contexto de las culturas

Por su parte hay otra distincioacuten que re-sulta imprescindible rescatar aquella que se da entre la universalidad como punto de partida y universalidad como punto de llega-da (Peces-Barba 1994 p629) Esta uacuteltima es propiamente aquella que justifica por queacute la existencia de derechos especiacuteficos o colectivos que benefician a unos pocos no niega la uni-versalidad sino que la buscan a traveacutes de me-canismos de discriminacioacuten positiva En este sentido la universalidad se propone como fin y no como praacutectica pues recurre a situaciones

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instrumentales de favorecer a los individuos o comunidades que otrora habriacutean sido discri-minados con el fin de garantizar que se cum-pla la premisa de la universalidad como punto de partida esto es la igualdad y libertad de todos los hombres

Para Nino (1989) la afirmacioacuten de dere-chos especiacuteficos no vulnera la idea de univer-salidad porque bien puede darse el caso de la existencia de ciertos derechos atados a otras condiciones que no son las de ser humano tales como los derechos de la mujer o de la vejez pero ldquosoacutelo son casos especiales o ins-trumentales respecto de derechos maacutes funda-mentales y geneacutericos que parecen presentar el rasgo que estamos analizandordquo (p42) Con esto se quiere hacer ver que la universalidad no es un concepto unidimensional que pueda desecharse faacutecilmente puesto que incluso las argumentaciones morales a favor de derechos no universales como los derechos de los in-diacutegenas por ejemplo pueden ser entendidos como mecanismos de compensacioacuten orienta-dos a conseguir la realizacioacuten de esa universa-lidad o al menos la aproximacioacuten a ella tanto como sea posible

No obstante la clasificacioacuten de las distin-tas dimensiones de la universalidad propuesta por De Castro (1995) parece ser maacutes completa y quizaacutes despeje maacutes dudas acerca de lo que se quiere decir cuando se habla de univer-salidad en esta investigacioacuten En efecto este autor identifica cinco dimensiones subjetiva objetiva cultural cronoloacutegica y poliacutetica Esta investigacioacuten en especiacutefico problematiza la universalidad primordialmente desde su di-mensioacuten subjetiva que consiste en proclamar ldquola predicabilidad de los derechos humanos respecto de la totalidad de sus posibles titula-res sean eacutestos solamente los seres humanos o tambieacuten otros seresrdquo (De Castro 1995 p389) Es decir trata fundamentalmente de quieacutenes

son los sujetos o beneficiarios de estos dere-chos y las razones filosoacuteficas y morales en vir-tud de las cuales se prescribe que esto sea asiacute

A partir de estas especificaciones se trataraacute el tema de la universalidad en esta investiga-cioacuten partiendo de la idea de que

El reconocimiento de la pretensioacuten de universalidad de los contenidos que se in-cluyen en los derechos humanos tiene que ponerse a prueba y pasar por la confronta-cioacuten con los intereses legiacutetimos de los di-ferentes sectores de la propia sociedad y con las convicciones del ethos de las otras culturas (De Zan 2004 p159)

Con base en la afirmacioacuten anterior se justi-fica la necesidad de problematizar la universa-lidad desde distintas visiones a fin de determi-nar su caraacutecter moral y verificar si seriacutea posible afirmar la existencia de los derechos humanos sin ella Pero antes de emprender esa tarea resulta importante por razones que se enten-deraacuten maacutes adelante explorar los fundamentos filosoacuteficos modernos que le dieron vida

13 Los derechos humanos como proyecto de la modernidad

Ya se ha asomado la idea de que la univer-salidad de los derechos humanos es un con-cepto esencialmente moderno por tanto cri-ticarla supone impliacutecitamente una criacutetica a la modernidad ldquoLos derechos humanos en con-tra de lo que en ocasiones se sostiene cons-tituyen una categoriacutea histoacuterica Nacen con la modernidad en el seno de la atmoacutesfera inte-lectual que inspiraraacute las revoluciones liberales del siglo XVIIIrdquo (Peacuterez Luntildeo 1998 p96) Desde el surgimiento de los derechos humanos has-ta los tratados de la actualidad la relevancia que la perspectiva moderna le ha dado a la aproximacioacuten universalista es de tal magnitud

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que no resulta faacutecil descartarla sin llevarse por delante la teoriacutea misma de los derechos hu-manos

La estrecha relacioacuten entre el concepto de los derechos humanos y la modernidad es afir-mada por Peacuterez Luntildeo (1998) de la siguiente manera ldquoel rasgo baacutesico que marca el origen de los derechos humanos en la modernidad es precisamente el de su caraacutecter universal el de ser facultades que deben reconocerse a to-dos los hombres sin exclusioacutenrdquo (p97) Por otro lado la firma de la Declaracioacuten Universal de 1948 representa para Bobbio (1998) la pri-mera vez que un conjunto de principios fue-ron libremente aceptados como universales sobre la base del ldquoconsenso sobre su validez y su idoneidad para regir las suertes de la comu-nidad futura de todos los hombresrdquo (p133) Esta interpretacioacuten parte tambieacuten de la idea de que la universalidad pertenece a una con-quista histoacuterica que inicia en la filosofiacutea de la Ilustracioacuten y finalmente se concreta en la De-claracioacuten de 1948 que deja por sentado que la humanidad por primera vez en su historia comparte un sistema de valores comunes

Durante los tiempos previos a la moder-nidad mucho antes de que siquiera surgiera la nocioacuten de derechos humanos las personas disfrutaban de derechos con base en distintas caracteriacutesticas tales como la riqueza la posi-cioacuten social e incluso la religioacuten A partir de la modernidad en cambio la fraccioacuten de sujetos depositarios de derechos fue incrementaacutendo-se hasta cubrir a todo el universo loacutegico que es la humanidad surgiendo asiacute el concepto uni-versal del hombre Asiacute ldquoEl gran invento juriacutedi-co-poliacutetico de la modernidad reside precisa-mente en haber ampliado la titularidad de las posiciones juriacutedicas activas o sea de los dere-chos a todos los hombres y en consecuencia de haber formulado el concepto de los dere-chos humanosrdquo (Peacuterez Luntildeo 1998 p97)

No obstante esta nocioacuten no es suficiente porque como se ha mencionado en el aparta-do anterior el objetivo de este estudio no es la universalidad como dato sociopoliacutetico sino como principio moral aunque ciertamente es posible afirmar que el primero es conse-cuencia del segundo En efecto cuando se ha-bla de la relacioacuten entre la universalidad de los derechos humanos y la modernidad se estaacute haciendo referencia al hecho de que la insti-tucionalizacioacuten de los primeros derechos que pueden denominarse propiamente humanos tiene su basamento en una cierta filosofiacutea de la conciencia que es el paradigma de la mo-dernidad

Cuando se habla de modernidad no nos circunscribimos exclusivamente a un periacuteodo en teacuterminos cronoloacutegicos sino a un esquema de pensamiento que seguacuten Touraine (1994) reuacutene a grandes rasgos las siguientes caracte-riacutesticas la proliferacioacuten de la actividad racio-nal la diferenciacioacuten de los diversos sectores de la vida social la exclusioacuten de todo finalis-mo y el desarrollo por el progreso teacutecnico la liberacioacuten de las necesidades y el triunfo del espiacuteritu (p17) Cada uno de estos puntos me-receriacutea una especial atencioacuten pero a efectos de esta investigacioacuten lo que seraacute verdadera-mente relevante es la aspiracioacuten moderna de ordenar una sociedad de forma racional ldquola modernidad ha hecho de la racionalizacioacuten el uacutenico principio de organizacioacuten de la vida personal y colectiva al asociarlo al tema de la secularizacioacuten es decir prescindiendo de toda definicioacuten de los lsquofines uacuteltimosrsquordquo (Touraine 1994 p18)

Esta separacioacuten de los fines uacuteltimos que implicaba la disolucioacuten de viacutenculos sociales tradicionales y la descreencia de los dogmas religiosos en favor de la razoacuten dio paso a su vez a la aparicioacuten de aspiraciones universalis-tas que en la Revolucioacuten Francesa se sosteniacutean

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sobre la consigna Liberteacute Egaliteacute y Fraterniteacute y que maacutes recientemente se concretan en los derechos humanos sostenidos sobre la afir-macioacuten de la libertad la igualdad esencial y la dignidad humana

Adicionalmente para algunos autores criacute-ticos o no de la modernidad las caracteriacutesticas que se le atribuyen a los derechos humanos son el resultado de una nueva acepcioacuten de lo moral que nace en la eacutepoca moderna Al respecto el filoacutesofo Alasdair MacIntyre una gran criacutetico del proyecto ilustrado en su libro Tras la virtud afirma que ldquoEstamos tan acos-tumbrados a clasificar juicios discusiones y acciones en teacuterminos morales que olvidamos lo relativamente nueva que fue esta nocioacuten en la cultura de la Ilustracioacutenrdquo (MacIntyre 2001 p71) En efecto lo moral tal y como lo cono-cemos hoy tiene su origen y desarrollo en la modernidad Es a partir del siglo XVII que los esfuerzos se orientan a entender y justificar la moralidad como una esfera autoacutenoma de las costumbres y la religioacuten disentildeando sus pro-pias reglas

Soacutelo a finales del siglo XVII y en el si-glo XVIII cuando distinguir lo moral de lo teoloacutegico lo legal y lo esteacutetico se convirtioacute en doctrina admitida el proyecto de jus-tificacioacuten racional independiente para la moral llegoacute a ser no meramente intereacutes de pensadores individuales sino una cues-tioacuten central para la cultura de la Europa del Norte (MacIntyre 2001 p71)

Esta nueva acepcioacuten de la moral indisolu-blemente ligada al espiacuteritu moderno desem-boca afortunadamente para unos lamenta-blemente para otros ―incluido MacIntyre― en el establecimiento de principios eacuteticos universales de los cuales derivan los derechos humanos Esto es consecuencia de una pre-tensioacuten caracteriacutestica de la modernidad la de fundamentar racionalmente la moral

No obstante Lipovetsky (1994) matiza lo anterior al sostener ldquoLa idea de una moral racional o natural no es una invencioacuten espe-ciacuteficamente moderna () Pero soacutelo los mo-dernos han inscrito en el frontispicio de la so-ciedad valores estrictamente laicos soacutelo ellos emprendieron la construccioacuten de un orden social y poliacutetico a partir de principios eacuteticos no confesionalesrdquo (p22) En efecto el suscribir valores basados ya no en las tradiciones ni en la revelacioacuten de la Verdad divina sino en la na-turaleza humana hizo de la eacutetica una empresa laica y con ambiciones de constituirse como un hecho universal

El primer paso para la nueva acepcioacuten lai-ca y moderna de la eacutetica consistioacute en la pro-clamacioacuten de los derechos individuales como un hecho moral por excelencia desde el cual debiacutea derivarse un conjunto de consecuencias sociales y poliacuteticas importantes ldquoLos ideales de soberaniacutea individual y de igualdad civil constitutivos de la civilizacioacuten democraacutetico-in-dividualista expresan los laquoprincipios simples e incuestionablesraquo de la moral universalrdquo (Lipo-vetsky 1994 p23) Bajo esta idea los dere-chos humanos fungieron como los cimientos para la consolidacioacuten de sociedades democraacute-ticas dando paso a una eacutepoca deoacutentica en la que se propugnaba la soberaniacutea del individuo como freno a la soberaniacutea del Estado Ninguna ley ni divina ni terrenal podiacutea ir en contra de estos imperativos racionales

Pero el individuo idealizado en este pri-mera etapa de la modernidad no era uno en-cerrado en siacute mismo se prescribiacutea tambieacuten el compromiso activo que tal individuo teniacutea frente a sus semejantes esto es con la comu-nidad poliacutetica hacia la que debiacutea la maacutes alta de las consideraciones Por ello correlativo a la afirmacioacuten de derechos se derivaban deberes hacia los otros (Lipovetsky 1994 p23) Es en una etapa posterior como veremos maacutes ade-

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lante en la criacutetica que hace Bauman cuando el individualismo se hace egoiacutesta

En este sentido surge una paradoja porque la acepcioacuten universalista-racional de la eacutetica no hubiese sido posible sin la secularizacioacuten pero al mismo tiempo se afirma que la mo-dernidad al menos en su etapa inicial man-tuvo de las sociedades premodernas religiosas una idea igualmente fuerte del deber ya no en nombre de Dios sino en nombre de la razoacuten Es por ello que Lipovetsky (1994) asevera ldquoEl primer ciclo de la moral moderna ha funciona-do como una religioacuten del deber laicordquo (p12) con la diferencia de que si en las sociedades premodernas el deber era hacia Dios en la modernidad el deber era hacia la humanidad maacutes especiacuteficamente hacia el individuo como ser racional titular de prerrogativas inaliena-bles legitimaacutendose todo arreglo racional de la sociedad alrededor de eacutel como valor principal

Ahora bien del cataacutelogo del pensamiento moderno quizaacutes no haya nadie tan responsa-ble de la afirmacioacuten de la universalidad moral propugnada por los derechos humanos como Immanuel Kant dado que muchas de las teo-riacuteas eacuteticas contemporaacuteneas universalistas tie-nen su mayor y maacutes grande deuda con su filo-sofiacutea Esto es asiacute porque Kant se propuso como ninguacuten otro la afirmacioacuten de la superioridad del principio moral de validez universal ante-rior a toda condicioacuten histoacuterica y contingente a toda emocioacuten y actitud subjetiva y a todo orden juriacutedico y poliacutetico

Kant (2007) inicia su Fundamentacioacuten de la Metafiacutesica de las Costumbres estableciendo que resulta necesario elaborar una filosofiacutea moral que no deacute cuenta de la experiencia sino que cumpla con las condiciones de la necesi-dad y la universalidad propias de lo a priori es decir propias de los conceptos de la razoacuten pura praacutectica Al respecto nos dice ldquoEl funda-

mento de la obligacioacuten no debe buscarse en la naturaleza del hombre o en las circunstancias del universo en que el hombre estaacute puesto sino a priorirdquo (p 3) Por tanto las leyes mo-rales resultan independientes de todo hecho de contenido faacutectico Esto es asiacute debido a una concepcioacuten kantiana del sujeto seguacuten la cual este es trascendental ldquoen tanto sujeto de la experiencia () habito un mundo inteligible o suprasensible en este independiente de las leyes de la naturaleza soy capaz de tener au-tonomiacutea capaz de actuar de acuerdo con una ley que me doy a miacute mismordquo (Sandel 2000 p23)

La anterioridad y supremaciacutea del sujeto como autonomiacutea de la voluntad frente a sus fines inclinaciones e incluso circunstancias se justifica bajo la idea de la libertad puesto que Kant (2007) considera que ldquoLa indepen-dencia de las causas determinantes del mun-do sensible (independencia que la razoacuten tiene siempre que atribuirse) es libertadrdquo (p75) Es importante recordar que el primer artiacuteculo de la Declaracioacuten Universal citado anteriormen-te no solo establece que todos los hombres nacen iguales sino libres La libertad asiacute en-tendida supone la anterioridad del sujeto a las circunstancias y condiciones en las que se desenvuelve

Ahora bien si la determinacioacuten de la capa-cidad moral del sujeto es a priori esta no pue-de venir dada por ninguna emocioacuten actitud o inclinacioacuten puesto que todas ellas son diver-gentes entre siacute incapaces para Kant de dar el fundamento estable a la moral Lo relevante es el sujeto como voluntad autoacutenoma capaz de darse a siacute mismo su propia ley capacidad que no depende de circunstancias empiacutericas sino de una constitucioacuten racional intriacutenseca Por tanto lo moral no es aquello que corres-ponde a la accioacuten destinada a la consecucioacuten de meras inclinaciones o deseos ni siquiera es

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aquello que corresponde a determinados fines como la felicidad puesto que estos tambieacuten pueden ser muchos y variados En cambio lo moral tiene que ver con actuar bajo aquellas maacuteximas capaces de ser universales

En este sentido Kant (2007) entiende que si bien los fines que los hombres se proponen como deseables y los principios subjetivos son muacuteltiples y variados las leyes morales son como las leyes fiacutesicas en el sentido de que son universales sin excepcioacuten ldquola ley lleva consigo el concepto de una necesidad incondicionada y objetiva y por tanto universalmente vaacutelida y los mandatos son leyes a las cuales hay que obedecer esto es dar cumplimiento aun en contra de la inclinacioacutenrdquo (p 31)

No es objeto de esa investigacioacuten expo-ner a fondo la filosofiacutea moral kantiana pero siacute resulta necesario referir brevemente su in-fluencia como representante del pensamiento moderno en el debate de los derechos huma-nos como derechos morales universales Para empezar seguacuten Peacuterez Luntildeo (1998) la filosofiacutea moral kantiana se proponiacutea ldquola elucidacioacuten ra-cional de los rasgos constitutivos del geacutenero humanordquo (p98) sobre la base de los cuales se sostiene el valor intriacutenseco irreductible del hombre y la inmoralidad de su instrumenta-lizacioacuten Dicha elucidacioacuten racional es la que justifica hoy en diacutea o pretende justificar la universalidad de los derechos humanos en su sentido loacutegico-ontoloacutegico al apoyarse sobre la afirmacioacuten de una igualdad esencial de todos los hombres ldquola aceptacioacuten del presupuesto deontoloacutegico de la igualdad esencial al menos desde el punto de vista relevante de todos los sujetos de la organizacioacuten social desemboca tambieacuten inexorablemente en la afirmacioacuten de la predicabilidad universal de los derechosrdquo (De Castro 1995 p401)

Pero la afirmacioacuten de la igualdad esencial ha variado durante toda la eacutepoca moderna Simplificando en una primera fase el iusna-turalismo del siglo XVIII defendiacutea la universa-lidad con base en la afirmacioacuten de unos dere-chos intriacutensecos a la naturaleza humana como esencia La formulacioacuten kantiana la afirma en cambio sobre el supuesto de la ideacutentica ca-pacidad de razonamiento moral de los indivi-duos esto es de la autonomiacutea de la voluntad racional de la cual se concluye que tiene una dignidad inviolable Es decir Kant igualmente proclama la universalidad moral pero esta vez basada en el conocer y no en el ser (De Castro 1995 p401)

El traacutensito de la inicial acepcioacuten iusnatura-lista de la universalidad a la actual es tambieacuten descrito brevemente por Bobbio (1998) en tres fases La primera corresponde al iusnatu-ralismo moderno etapa en que la universali-dad era exclusivamente postulada en tratados filosoacuteficos La segunda tuvo lugar cuando las aspiraciones filosoacuteficas comenzaron a concre-tarse en legislaciones y declaraciones alliacute la pretensioacuten de universalidad pierde un poco de su fuerza en favor de su concrecioacuten pues-to que inevitablemente dependiacutea de la accioacuten u omisioacuten del Estado La uacuteltima es la que se vive actualmente y tiene su inicio en la Decla-racioacuten Universal de los Derechos Humanos de 1948 en la que la afirmacioacuten es tanto univer-sal como positiva por una parte se afirma la titularidad de todos los hombres con indepen-dencia de su pertenencia a tal o cual Estado por otro lado ya no son solamente declarados o idealizados sino que se concreta su protec-cioacuten efectiva (pp134-135)

Este breve itinerario de la universalidad en la historia de los derechos humanos busca dar cuenta de la evolucioacuten de su conquista en distintas etapas de la eacutepoca moderna Pero en eacutel tambieacuten es posible ubicar uno de los virajes

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que el pensamiento kantiano provocoacute en la fi-losofiacutea de los derechos humanos con respec-to al iusnaturalismo Para De Castro (1995) la universalidad de los iusnaturalistas era de na-turaleza pasiva en tanto se atribuiacutean a los in-dividuos en funcioacuten de lo que son ignorando su existencia concreta social y personal razoacuten por la cual afirma ldquoLos derechos se le reco-nociacutean pues al individuo desindividualizado (tanto en su dimensioacuten de hombre como en su dimensioacuten de ciudadano)rdquo (p402) En cam-bio con la introduccioacuten de la filosofiacutea de Kant y las teoriacuteas eacuteticas contemporaacuteneas inspiradas por eacutel la universalidad ha podido ser afirmada positivamente esto es como una conquista propia del individuo basada en su capacidad propia de actuar y razonar moralmente no solamente de ser humano

Por otro lado esta estrecha relacioacuten entre universalidad y el pensamiento kantiano ha tenido amplias repercusiones en la teoriacutea de los derechos humanos por el hecho de haber desplazado las teoriacuteas emotivistas o utilitaris-tas de la moral en favor de lo que se conoce hoy como liberalismo deontoloacutegico En efecto Sandel (2000) expone que los derechos indivi-duales a grandes rasgos han sido defendidos por dos corrientes divergentes el utilitarismo y el liberalismo kantiano Ambas son corrien-tes liberales pero la segunda valieacutendose del pensamiento de Kant en torno a la prioridad de la justicia postula la inviolabilidad de los derechos humanos incluso por encima de consideraciones en torno al bienestar general negando los supuestos utilitaristas que supo-niacutean un caacutelculo de la felicidad general (p14) La afirmacioacuten de los derechos humanos en este sentido kantiano es categoacuterica y tienen predominancia sobre cualquier otra cuestioacuten moral

En el marco de este debate los defenso-res de los derechos humanos como derechos

morales universales son herederos del pensa-miento kantiano en tanto se apoyan sobre una concepcioacuten de eacutetica deontoloacutegica Por ejem-plo la caracterizacioacuten que se hizo en la prime-ra seccioacuten de los rasgos formales de los dere-chos humanos como absolutos y universales es posible justamente debido a la afirmacioacuten de principios morales como la dignidad que son incondicionalmente superiores a cual-quier otra consideracioacuten en especial condicio-nes empiacutericas o concepciones condicionadas por las comunidades de pertenencia es decir le dan una validez a priori

Por su parte De Castro (1995) sostiene ldquola afirmacioacuten de la universalidad de los derechos humanos en cuanto predicabilidad general sobre la totalidad de los sujetos y de las cir-cunstancias solamente puede sustentarse dentro de un planteamiento deontoloacutegico No es un dato de experiencia sino un postulado de razoacutenrdquo (p403) Esto supone la defensa de una autoridad propia de los principios morales que coacciona las inclinaciones y los intereses incluso aquellos de caraacutecter colectivo cuando vulneran estos derechos Lo anterior revela una intencioacuten de sostener los derechos en fundamentos que no sean relativos yo pru-denciales sino categoacutericos de primer orden Esto solamente podiacutea garantizarlo el estable-cimiento de principios racionales y abstractos capaces de pasar la prueba de tiempo y espa-cio sintetizando asiacute la aspiracioacuten moderna

Es evidente entonces que la universalidad que aspira la eacutetica de los derechos humanos es indudablemente un producto de la moder-nidad con especial eacutenfasis en la filosofiacutea kan-tiana razoacuten por la cual se la ha calificado de categoriacutea histoacuterica como afirmaba Peacuterez Luntildeo anteriormente y que reafirma De Zan (2004) al sostener que

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La pretensioacuten de universalidad de es-tos derechos y de la moralidad de tipo kantiano sus principios son tambieacuten por cierto el producto de la evolucioacuten de una historia particular la de la cultura y la fi-losofiacutea occidental que ha llegado con la Ilustracioacuten a este punto de vista moral Esta comprobacioacuten de su origen o de la geacutenesis histoacuterica no representa todaviacutea sin embargo ninguacuten argumento para la impugnacioacuten de la validez racional de es-tas ideas (p155 cursiva propia)

Esta uacuteltima aseveracioacuten resultaraacute de vital importancia para destacar que admitir los de-rechos humanos como categoriacutea histoacuterica y la universalidad como construccioacuten moderna de orientacioacuten kantiana no son hechos que pueden ser esgrimidos de entrada como argu-mentos para negar el caraacutecter moral y exigible de esta uacuteltima Eso seriacutea desestimar la validez de un enunciado moral por su origen pero la universalidad como principio tal y como es propuesta pretende trascender ella misma su propia geacutenesis histoacuterica

En el apartado anterior dedicado a la dilu-cidacioacuten filosoacutefica de la universalidad se dijo que esta puede ser considerada como dato o como principio loacutegico-ontoloacutegico Como dato es decir como fenoacutemeno sociopoliacutetico deriva-do del consenso entre naciones la universali-dad es en definitiva una categoriacutea histoacuterica dado que los derechos humanos reconocidos actualmente son el resultado de una ardua lu-cha a lo largo de los siglos y con el pasar de los antildeos bajo el principio de la progresividad es-tos derechos no parecen sino ampliarse cada vez maacutes

Pero como principio la universalidad se formula como la consecuencia inevitable de todo razonamiento moral dado que indepen-dientemente de su capacidad de concretarse representa una aspiracioacuten sobre el entendido

de que como afirma De Castro (1995) ldquola pre-tensioacuten de validez universal es un rasgo inse-parable de cualquier teoriacutea moralrdquo (p392) o al menos asiacute lo entienden los defensores de la universalidad de los derechos humanos Por ello De Zan (2004) afirma ldquoLas explicacio-nes genealoacutegicas se refieren a cuestiones de hecho y poco aportan a la comprensioacuten del sentido y la posible validez del pensamientordquo (p159) Esto quiere decir que si se va a poner en duda la universalidad no se le puede hacer simplemente con el argumento de su origen histoacuterico y su concrecioacuten socioloacutegica sino que hay que determinar si la pretensioacuten de validez universal debe ser una condicioacuten indispensa-ble de los razonamientos morales de este tipo

De esta manera resulta inevitable que al analizar criacuteticamente el principio de la univer-salidad se haga referencia tambieacuten a las as-piraciones modernas que insuflaron de vida y contenido a los derechos humanos que actual-mente tanto defendemos razoacuten por la cual en este apartado se ha querido hacer ver la rela-cioacuten entre estas variables Pero hay una razoacuten ulterior y maacutes importante dado que el autor central es Zygmunt Bauman y que eacutel se pro-pone como veremos maacutes adelante despojar a la modernidad de sus ilusiones con su postu-ra criacutetica posmoderna se vio la necesidad de exponer primero cuaacuteles son esas ldquoilusionesrdquo particularmente aquella que se refiere a la universalidad de postulados morales

14 Eacutetica y moral distintas aproximaciones

Los distintos argumentos a favor y en con-tra de la universalidad asiacute como el debate entre modernidad y posmodernidad tienen como teloacuten de fondo una discusioacuten en torno a la distincioacuten entre eacutetica y moral a la cual se haraacute una breve referencia por cuanto cons-tituye un aspecto fundamental para desa-

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rrollar el tema de investigacioacuten en cuestioacuten particularmente cuando se trate la postura de Bauman

A lo largo de esta investigacioacuten nos encon-traremos con posiciones que dan a estos vo-cablos distintas connotaciones y maacutes auacuten los evaluacutean a traveacutes de apreciaciones valorativas divergentes La eacutetica por ejemplo no signi-ficaraacute lo mismo para un liberal deontoloacutegico que para un comunitarista tampoco para un posmoderno En esta seccioacuten se expondraacuten las distintas visiones que han buscado aproxi-marse a estos teacuterminos a fin de llegar a una que pueda servir de base para esta investiga-cioacuten Su exposicioacuten ademaacutes seraacute de utilidad para comprender las bases de las discusiones entre el contextualismo la universalidad y el individualismo que tiacutepicamente se dan en ma-teria de derechos humanos

La primera de estas aproximaciones es he-redera de la filosofiacutea moral de Hegel y declara que la eacutetica refiere ldquoa una concepcioacuten de la buena vida a un modelo de la vida virtuosa y a los valores vividos de una persona o de una comunidad encarnados en sus praacutecticas e ins-titucionesrdquo (De Zan 2004 p22) mientras que la moralidad ldquoalude a la forma incondicionada del deber de la obligacioacuten de la rectitud la justicia y la solidaridad en las relaciones con los demaacutesrdquo (De Zan 2004 p21) Lo relevante de esta dilucidacioacuten terminoloacutegica es la iden-tificacioacuten de la eacutetica con eticidad esto es con las formas de vida indisolublemente funda-mentadas en las costumbres de las comunida-des en tanto ellas constituyen la fuente de las normas y las instituciones Por el contrario la moral es entendida aquiacute como las obligaciones dirigidas al individuo en su condicioacuten de ser racional siendo al mismo tiempo susceptible de ser universal como Kant la propone

El objetivo de esta distincioacuten es subrayar que la eticidad tiene un caraacutecter concreto e histoacuterico y por tanto inseparable de las cos-tumbres y de la sociedad poliacutetica Esto con base en la afirmacioacuten de Hegel (1968) de que ldquoLa sustancia eacutetica (hellip) es el Espiacuteritu real de una familia y de un pueblordquo (p156) Charles Taylor (1983) interpreta esto como la afirmacioacuten de que la comunidad es una expresioacuten maacutes eleva-da del Espiacuteritu razoacuten por la cual la Sittlichkeit cuya traduccioacuten castellana maacutes cercana es eticidad constituye esa unidad orgaacutenica ma-yor que dota de contenido a toda obligacioacuten moral puesto que alliacute se encuentra el mundo natural el hombre y su comunidad (p162)

De esta manera se sostiene que el indi-viduo no puede ser considerado como una voluntad autosuficiente puesto que es libre y moral en tanto forma parte de una comu-nidad lo cual se basa en la criacutetica de Hegel hacia Kant de haber reducido la vida eacutetica a un concepto de moralidad puramente formal y vacuo con el cual no es posible fundamen-tar ninguna forma de vida en sociedad ldquolas ex-presiones linguumliacutesticas kantianas se sirven con preferencia del teacutermino moralidad del mismo modo que los principios praacutecticos de esa filo-sofiacutea se limitan uacutenicamente a este concepto y vuelven hasta imposible el punto de vista de la Eacuteticardquo (Hegel 1968 p66)

No se pretende aquiacute hacer un anaacutelisis de la filosofiacutea moral de Hegel que ademaacutes esti-mamos que seriacutea un trabajo arduo y meritorio de numerosos trabajos de investigacioacuten Lo que aquiacute se busca dejar en claro es el hecho de que la filosofiacutea hegeliana ha formulado una forma de entender la distincioacuten entre eacutetica y moral en la que ldquoes la eticidad (entendida como el mundo comunitario con obligaciones que se basan en costumbres establecidas) la que prevalece sobre la moralidad (entendida

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como moral interior e individual)rdquo (Ortiz Mi-llaacuten 2016 p128)

Esto ha inspirado a su vez a pensadores posthegelianos que defienden la eacutetica por en-cima de la moral ―bajo esta particular acep-cioacuten de ambos teacuterminos― ya que alegan que la moralidad entendida en el sentido universa-lista que Kant y el liberalismo inspirado por eacutel le da suprime las diferencias culturales y pasa por alto la condiciones histoacutericas y socialmen-te relevantes que da fuerza a las obligaciones morales de los individuos en tanto en cuanto son miembros de una comunidad Estas ideas seraacuten de particular importancia cuando nos refiramos maacutes adelante a los comunitaristas como una postura contra la universalidad

Pero este entendimiento de lo moral y lo eacutetico despierta una preocupacioacuten por parte de aquellos que temen por la peacuterdida de autenti-cidad y de autonomiacutea moral temor que puede ser explicado de la siguiente manera cuando se plantea el eacutenfasis en las comunidades o en cualquier otra entidad supraindividual como fuente de todo contenido eacutetico esto puede llevar consigo el peligro de privar al individuo de su capacidad de tomar decisiones como producto de la reflexioacuten interna y con base en los motivos y valores que considera personal-mente valiosos con cierta independencia ―no absoluta― de las condiciones en las que se desarrolla su existencia

Una forma de manifestar esto la expone De Castro (1995) ldquoParece claro asimismo que la eliminacioacuten de la universalidad ideal en aras del reconocimiento de la contextualidad cie-ga el paso a la dimensioacuten criacutetica de la doctrina moral puesto que eacutesa soacutelo es posible si se da primaciacutea al laquodeber-ser que deberiacutea serraquo sobre el laquodeber-ser que esraquordquo (p401) En funcioacuten de esta preocupacioacuten se suscita otra manera de plantear la distincioacuten entre eacutetica y moral la

cual es planteada ldquoen teacuterminos que identifi-can al primero [eacutetica] con el ideal individual de vida autogobernada mientras que al segundo [moral] con la observancia de un sistema de normas socialmente impuestasrdquo (Ortiz Millaacuten 2016 p130) Esta aproximacioacuten se evidencia como radicalmente opuesta a la distincioacuten an-terior de inspiracioacuten hegeliana ya que ubica la fuente de la eacutetica en el individuo autogober-nado y la fuente de moral en la vida social

Para Ortiz Millaacuten (2016) esta postura quie-re presentarse como una respuesta criacutetica contra el planteamiento de Hegel y pretende rescatar al individuo del sistema de eticidad totalizante en el que la subjetividad debe dar paso a la objetividad Es por esta razoacuten que se presenta como ldquouna distincioacuten propiamente moderna en la que la figura del individuo tie-ne cada vez mayor peso sobre la figura de la comunidadrdquo (p131) Los que defienden esta posicioacuten parten de la idea de que las normas impuestas por la sociedad no siempre pueden ser aceptadas indiscriminadamente por sus miembros sin sometimiento a evaluacioacuten (Or-tiz Millaacuten 2016 p133) Independientemente de que se esteacute de acuerdo con esta lectura criacute-tica de la filosofiacutea hegeliana lo cierto es que ella ha inspirado esta respuesta que se pro-nuncia a favor de la reflexioacuten y del manteni-miento de la autenticidad frente al entramado orgaacutenico de costumbres a las que se les cede fundamento eacutetico

No obstante pese al valor que puedan te-ner estas aproximaciones tan diversas e inclu-so contradictorias de los teacuterminos la filosofiacutea contemporaacutenea en su tarea de esclarecer la distincioacuten ha dado con una conceptualizacioacuten ampliamente aceptada lo que hace maacutes faacutecil la tarea de determinar a queacute se refiere cada autor cuando usa alguno de estos teacuterminos para exponer sus argumentos

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Ella consiste en afirmar que lo moral com-prende ldquovaloraciones actitudes normas y costumbres que orientan o regulan el obrar humano Se entiende a la eacutetica en cambio como la ciencia o disciplina filosoacutefica que lle-va a cabo el anaacutelisis del lenguaje moralrdquo (De Zan 2004 p19) Esta definicioacuten al mismo tiempo coincide con lo afirmado por Corti-na (2000) ldquoel traacutensito de la moral a la eacutetica implica un cambio de nivel reflexivo el paso de una reflexioacuten que dirige la accioacuten de modo inmediato a una reflexioacuten filosoacutefica que soacutelo de forma mediata puede orientar el obrarrdquo (p18) Ambos autores concuerdan entonces en que la diferencia primordial entre eacutetica y moral consiste en que la primera involucra una elucidacioacuten racional sobre la necesidad y validez de las valoraciones actitudes modelos y preferencias vividas que se agrupan bajo el teacutermino de lo moral Por tanto bajo esta inter-pretacioacuten la moral es el objeto de estudio de la eacutetica siendo esta uacuteltima tambieacuten conocida como filosofiacutea moral

Como se ha hecho evidente de esta exposi-cioacuten la distincioacuten entre ambos teacuterminos pue-de llegar a ser confusa razoacuten por la cual hay que hacer un examen cuidadoso para deter-minar en cuaacuteles de estos sentidos se estaacute refi-riendo uno u otro autor Ahora bien es posible argumentar como algunos autores han hecho que esta distincioacuten es meramente etimoloacutegica y que no tiene efecto alguno en debates eacuteticos relevantes como aquellos que se desarrollan alrededor del tema de los derechos humanos Ortiz Millaacuten (2016) es uno de los que afirman que ldquonada realmente significativo (es decir fuera de un aacutembito intrateoacuterico) depende de la estipulacioacuten terminoloacutegica entre ldquoeacuteticardquo y ldquomoralrdquo ―en todo caso nada para lo que no tengamos ya teacuterminos menos ambiguos―rdquo (p116)

Esta objecioacuten no es nueva y se basa en la idea de que esta distincioacuten es meramente una cuestioacuten semaacutentica que se resuelve renun-ciando a toda pretensioacuten de establecer un sig-nificado uacutenico y cediendo espacios para lograr pequentildeos consensos por el bien de la discu-sioacuten dado que ldquola distincioacuten entre la eacutetica y la moral por siacute misma ―es decir si no cuenta con sustento normativo independiente― no tiene modo de justificar el mayor peso relati-vo de una esfera sobre la otrardquo (Ortiz Millaacuten 2014 p136)

No obstante creemos que Ortiz Millaacuten se equivoca puesto que parte de la creencia de que la distincioacuten por siacute sola no da cuenta de las razones por las cuales la eacutetica deba ser supe-rior a la moral o la moral a la eacutetica o ambos al mismo nivel cuando en realidad las distin-tas aproximaciones a la distincioacuten se presen-tan como resultado de una valoracioacuten previa acerca de queacute resulta mejor No es verdad que la discusioacuten sea meramente terminoloacutegica o teoacuterica puesto que en los uacuteltimos paacuterrafos se ha visto que la definicioacuten de estos vocablos se circunscribe a un marco de valoracioacuten previa acerca de cuaacutel es la raiacutez de los juicios morales

Hegel como vimos manifestaba que era importante distinguir el teacutermino eticidad del teacutermino moralidad ―distincioacuten que acusa no habiacutea hecho Kant― debido a que solamente asiacute podiacutea salvarse a la comunidad frente a la reduccioacuten individualista La valoracioacuten estu-vo impliacutecita en la terminologiacutea Igualmente cuando nos referiacuteamos a la segunda distin-cioacuten afirmaacutebamos que su formulacioacuten termi-noloacutegica fue consecuencia de una respuesta antihegeliana que buscaba salvar al individuo como agente moral de maacuteximo valor frente a su comunidad

Por lo tanto contrario a lo que afirma Or-tiz Millaacuten siacute hay en la discusioacuten alrededor de

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los significados de eacutetica y moral apreciaciones de valor impliacutecitas en favor de uno o de otro sin que ello implique una incompatibilidad total Por esta razoacuten concordamos maacutes bien con De Zan (2004) quien afirma que ldquoesta distincioacuten juega un papel decisivo en el tra-tamiento de los problemas teoacutericos y praacutecti-cos que difiacutecilmente se podraacuten solucionar si no se trabaja reflexivamente con ellardquo (p23) Esto es asiacute porque las diferencias enfatizadas por distintos autores al momento de definir la relacioacuten entre eacutetica-moral han buscado dar cuenta de las complejas relaciones entre indi-vidualidad-sociedad objetividad-subjetividad e incluso universalidad-relativismo Con todo esto se quiere hacer ver la importancia que supone la distincioacuten entre eacutetica y moral y que De Zan (2004) expone de la siguiente manera

La buacutesqueda de la integracioacuten y de la articulacioacuten de la moralidad universalista con los valores e ideales de la vida buena de los grupos y culturas histoacutericas parti-culares y con la problemaacutetica de las iden-tidades y de las diferencias es uno de los temas maacutes significativos de las reflexiones eacuteticas contemporaacuteneas (p23)

En lo concerniente a esta investigacioacuten por ejemplo es importante enfatizar que los de-rechos humanos forman parte de una proble-maacutetica maacutes general que se suscita tiacutepicamente entre una visioacuten comunitaria y particularista de la eacutetica y una visioacuten universalista aunque hay otros detractores en juego Por tanto el objeto de hacer esta exposicioacuten de las distin-tas aproximaciones a los teacuterminos eacutetica y mo-ral es establecer la importancia de conocer los significados atribuidos por los distintos auto-res que participan del estudio y la criacutetica moral de los derechos humanos

Esto seraacute particularmente importante cuando hagamos exposicioacuten de la obra de Zyg-

munt Bauman en el siguiente capiacutetulo puesto que en este caso resulta vital identificar en cuaacutel de las distinciones recieacuten expuestas se ubica el autor o si postula una nueva cuando titula su obra Eacutetica posmoderna y a queacute se refiere cuando afirma ldquoTal como se indica en el tiacutetulo el presente libro es un estudio sobre eacutetica posmoderna no sobre moralidad pos-modernardquo (Bauman 2009 VII)

15 Posturas metaeacuteticas contra la universalidad

No han sido pocas las objeciones contra los postulados que la modernidad ha planteado en torno a los derechos humanos No obstan-te quizaacutes no haya detractores maacutes compro-metidos con la criacutetica que aquellos que niegan el rasgo de la universalidad analizado ante-riormente dado que existe la preocupacioacuten de que esta pretensioacuten no sea maacutes que una supresioacuten de las diferencias no muy diferente de los totalitarismos asiacute como una imposicioacuten a la fuerza de una cultura y una teoriacutea eacutetica sobre otra

Por esta razoacuten De Zan (2014) considera que ldquoUno de los problemas que se plantea la teoriacutea eacutetica es el de la validez relativa o univer-sal y de la posibilidad de fundamentacioacuten ra-cional de estos juiciosrdquo (p82) Esta problemaacute-tica ha supuesto no una argumentacioacuten orien-tada hacia el estado empiacuterico de las cosas en el cual evidentemente no se ha concretado el ideal de universalidad sino el surgimiento de una gran cantidad de posturas filosoacuteficas que si bien son muy diversas coinciden en refutar los principios ilustrados y puramente raciona-les que han dado fundamento a la teoriacutea de los derechos humanos

Ahora bien los argumentos maacutes modera-dos son aquellos que justifican moralmente la universalidad de los derechos humanos ―en

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conjunto con sus otras caracteriacutesticas de abso-lutos e inalienables― pero se preocupan por la licencia con la que dichos principios pueden ser esgrimidos para justificar abusos e intro-misiones por parte de ciertos paiacuteses sobre otros incluso ejerciendo un poder hegemoacuteni-co En cambio los argumentos maacutes opuestos son los que niegan de plano la universalidad como principio eacutetico puesto que los derechos humanos se suponen relativos a las condi-ciones histoacuterico-espaciales sin las cuales los enunciados morales que promueven no seriacutean sino entidades demasiado abstractas para ser vaacutelidas y maacutes auacuten para hacer un llamado a la accioacuten

Dentro del segundo tipo encontramos el escepticismo eacutetico definido por Nino (1989) como ldquola creencia de que no existen meacutetodos racionales para determinar la validez de jui-cios valorativos o moralesrdquo (p50) En efecto sostiene la incapacidad epistemoloacutegica de ar-gumentar racionalmente la preeminencia de unos juicios por encima de otros por cuanto ninguno es susceptible de determinacioacuten uacutelti-ma

El escepticismo no es igual a relativismo dado que este uacuteltimo se refiere maacutes espe-ciacuteficamente a la idea de que los enunciados normativos ldquose deben comprender solamen-te como expresivos de ciertos determinantes histoacutericos contingentes y de las creencias par-ticulares de una culturardquo (De Zan 2004 p83) Sin embargo lo que siacute es cierto es que el re-lativismo como premisa podriacutea dar origen al escepticismo como conclusioacuten

Lo anterior lo argumenta Nino (1989) al identificar distintos niveles del discurso uno podriacutea defender el relativismo como produc-to de una constatacioacuten socioloacutegica y empiacuterica ―un primer nivel del discurso― o como re-sultado de sostener que lo bueno o correcto

es apegarse a las convicciones propias o socia-les ―segundo nivel del discurso― sin que ello suponga un completo rechazo de la universa-lidad (p59) No obstante defender el relati-vismo en el tercer tipo de discurso es decir desde la metaeacutetica conduce al escepticis-mo puesto que concibe a los juicios de valor ldquocomo formulaciones de las que no tiene sen-tido predicar verdad o falsedad puesto que no pretenden dar cuenta de ninguacuten hecho sino principalmente expresar o generar actitudesrdquo (Nino 1989 p 56)

En el apartado concerniente a la universa-lidad de los derechos humanos se afirmoacute que una de sus caracteriacutesticas es la de ser princi-pios dilucidados racionalmente y es precisa-mente este caraacutecter racional el que conlleva una exigencia de validez universal Lo que ocurre con el escepticismo es que al negar la posibilidad de justificar racionalmente se fa-lla en sostener por queacute unos enunciados mo-rales deban ser absolutos ―recordemos que este es uno de los rasgos formales que se les atribuyen― es decir moralmente superiores a otros y no diversos e igualmente vaacutelidos en la medida en que son maacutes bien actitudes o ex-presiones y no como argumentan las univer-salistas razones

En el caso del relativismo la racionalidad es desplazada por la contextualidad aunque esta uacuteltima puede entenderse de dos mane-ras la contextualidad juriacutedica-poliacutetica con la cual se afirma que los derechos dependen de que sean reconocidos por ciertos sistemas o la contextualidad comunitaria que afirma el viacutenculo inquebrantable de un sujeto moral a una determinada comunidad que configura sus principios morales

Una de las expresiones claacutesicas de estas ideas en materia de derechos humanos es el debate que se ha desarrollado entre el pen-

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samiento iuspositivista y los iusnaturalistas mientras que los iuspositivistas defenderiacutean una justificacioacuten uacutenicamente faacutectica y descrip-tiva de los juicios morales y reducen los dere-chos humanos exclusivamente a las disposi-ciones juriacutedicas que los establecen y la regu-lacioacuten de los mecanismos que los defienden los iusnaturalistas entienden que los derechos deben ser defendidos incluso ante sistemas juriacutedicos que no los estipulan dado que su origen no es juriacutedico sino que es de caraacutecter intriacutenseco a la naturaleza humana (Nino 1989 pp14-15)

Ahora bien los argumentos positivistas corresponden a los del tipo epistemoloacutegico en tanto se ha encargado de negar una fun-damentacioacuten ulterior y absoluta de los enun-ciados eacuteticos que dan fuerza a los derechos humanos con base en la imposibilidad de ve-rificarlos cientiacuteficamente y de justificarlos ra-cionalmente De este modo los enunciados eacuteticos son reducidos ldquoa la subalterna catego-riacutea de ldquoexpresiones de emocionesrdquo categoriacutea que ocupa el aacutembito en que la razoacuten es inerte para determinar la aceptabilidad de expresio-nes linguumliacutesticasrdquo (Nino 1989 p51) No obs-tante hay argumentos de otra naturaleza que igualmente ponen en duda no solamente que exista la universalidad o que pueda conocerse sino que incluso niega que deba ser un hori-zonte moral al cual aspirar

Este segundo tipo de argumentaciones son los que maacutes nos interesan para la inves-tigacioacuten al ser de caraacutecter metaeacutetico De Zan (2004) define a la metaeacutetica como el anaacutelisis del ldquosignificado de los teacuterminos morales y el uso del lenguaje que se hace en los enun-ciados valorativos y normativos ya sea en el lenguaje moral de la vida cotidiana como en la propia filosofiacutea moral o eacutetica filosoacuteficardquo (p40) definicioacuten con la que tambieacuten coin-cide Nino (1989) quien llega a referirse a la

metaeacutetica como aquella ldquoque se ocupa del ca-raacutecter de los conceptos y juicios morales y de la posibilidad de fundamentarlosrdquo (p56) Asiacute estas posturas tematizan la posibilidad misma de fundamentar juicios morales y por tanto de determinar si la universalidad es realmente una exigencia moral

Dentro de las posturas metaeacuteticas esto es aquellas concernientes al caraacutecter de los jui-cios morales incluyendo la cuestioacuten de si estos pueden o no ser universales se ubican tanto el comunitarismo como la posicioacuten posmoderna Ahora bien dado que la posmodernidad seraacute el tema principal del capiacutetulo siguiente aquiacute se limitaraacute a exponer brevemente los supues-tos del comunitarismo cuyos partidarios ldquopro-ponen como contrapartida una eacutetica de la vida buena de la virtud y de la felicidad o de la subjetividad de la autenticidad y la recupera-cioacuten del sentido de la eticidad aristoteacutelicardquo (De Zan 2014 p79) De esta manera se presen-tan como una alternativa al universalismo

Esto es asiacute porque el comunitarismo como metaeacutetica es ldquoun movimiento que enfrenta el enfoque constructivista kantiano y a menudo sus implicaciones liberales con las habituales acusaciones de pervertir la eacutetica por la formu-lacioacuten de reglas universales legaliacutesticas que sustraen a los hombres de sus viacutenculos y cir-cunstancias localesrdquo (Nino 1989 p129) Asiacute se trata de una corriente de pensamiento rela-tivamente reciente que se apropia de muchas ideas de Hegel en torno a la eacutetica particular-mente aquellas que resaltan la importancia de la pertenencia social e histoacuterica a comunida-des determinadas que tienen su propio ethos con lo cual soportan el argumento de que los imperativos eacuteticos incluyendo los derechos humanos no pueden ser entendidos como entidades abstractas sino que deben tomar en cuenta fundamentalmente las raiacuteces comu-nitarias Al respecto Peacuterez Luntildeo (2002) define

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el comunitarismo situariacutea el funda-mento de los derechos humanos en la identidad homogeacutenea comunitaria que se expresa en el ethos social es decir la Sittlichkeit como alternativa a la universa-lidad abstracta del racionalismo ilustrado moderno (p99)

Se propone pues abrir el camino a una eacutetica connatural al contexto comunitario costumbrista que reniega de toda universa-lidad y propugna el relativismo cultural Bajo esta oacuteptica los derechos humanos no pueden verse como prerrogativas abstractas y vaacutelidas para todos como si la identidad del individuo como sujeto de derechos fuese contraria o in-dependiente de la comunidad a la que perte-nece Por el contrario se afirma los hombres solo tienen derechos en la medida en que son miembros de una comunidad particular con una cosmovisioacuten propia

La exposicioacuten de esta antinomia univer-salismo y comunitarismo resulta valiosa para este trabajo de investigacioacuten porque plantea dos posibilidades de fundamentar la eacutetica

a) la cuestioacuten de lo que es bueno para miacute como persona y para nosotros como comunidad b) la cuestioacuten de lo que es co-rrecto o de lo que es justo en las relacio-nes con los otros (incluso especialmente con otros grupos humanos y culturas dife-rentes) cualesquiera sean los bienes que cada uno se proponga alcanzar como fin (De Zan 2004 p10)

Ellas son cuando menos problemaacuteticas la una para la otra Esto es asiacute porque la primera pone el eacutenfasis en el valor de lo bueno como virtud cardinal de manera que toda actividad del hombre y su sociedad debe estar dirigida a alcanzar los fines maacutes elevados llaacutemense vida buena o felicidad los cuales uacutenicamen-te tienen contenido en una comunidad de lo cual se concluye que son tan diversos como

diversas sean las comunidades En cambio la segunda presupone el valor de la justicia como valor supremo porque apela al deber de forma incondicionada universal y formal

Es esta uacuteltima en oposicioacuten a la primera la que acepta que dentro de la variedad de ethos es posible sentar las bases para la formacioacuten de una eacutetica miacutenima esto es la existencia de unos miacutenimos morales universalmente acep-tados ldquoporque hemos aprendido al hilo de la historia que son principios valores actitudes y haacutebitos a los que no podemos renunciar sin renunciar a la vez a la propia humanidadrdquo (Cortina 2000 p17) Es bajo esta idea de una eacutetica de morales miacutenimos que se postula como posible la universalidad de los derechos humanos en virtud del hecho de que inde-pendientemente de que cada uno sea parte constitutiva de una forma de vida particular se admite la pertenencia de todos a una comuni-dad maacutes grande que es la humanidad

Ahora bien independientemente de los balances de estos debates lo que se ha busca-do hacer en esta seccioacuten es exponer muy bre-vemente las posturas maacutes contundentes que se han suscitado contra la universalidad de los derechos humanos el iuspositivismo el es-cepticismo y el comunitarismo ―que propug-na el relativismo― Esto se ha hecho en fun-cioacuten de dos propoacutesitos para esta investigacioacuten en primer lugar poner en contexto las distin-tas argumentaciones que pueden suscitarse en contra de la universalidad argumentacio-nes que vale decir no se limitan a resaltar una imposibilidad empiacuterica de concretar este principio sino que apelan fundamentalmen-te a razonamientos acerca de la inmoralidad de esta aspiracioacuten o cuestionan la naturaleza de los juicios morales

En segundo lugar y quizaacutes maacutes importan-te algunas de estas posturas contrarias a la

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universalidad son tambieacuten objeto de criacutetica de Zygmunt Bauman Asiacute se podraacute ver por con-traste la postura posmoderna de Bauman en relacioacuten con las relativistas esceacutepticas y co-munitaristas que si bien tienen como adver-sario comuacuten el principio de la universalidad son tambieacuten conflictivas entre siacute Resta ahora adentrarnos en la postura posmoderna espe-ciacuteficamente en cuanto a lo que Bauman tiene que decir acerca del principio de la universa-lidad

CAPIacuteTULO II

RESUMEN CRIacuteTICO DE LA EacuteTICA POSMODERNA DE ZYGMUNT BAUMAN

21 La posmodernidad una ldquomodernidad sin ilusionesrdquo

En relacioacuten con el estado actual del pen-samiento filosoacutefico contemporaacuteneo Berme-jo (2003) observa que este se encuentra im-pregnado de ldquopostismosrdquo ―postempirismo postestructuralismo postanaliacutetica― hecho que interpreta como el reflejo de una actitud criacutetica que insiste en la inadecuacioacuten de cate-goriacuteas anteriores frente a la transformacioacuten de la sociedad y de la filosofiacutea (p82) Dentro de esta tendencia la posmodernidad se presen-ta como una develacioacuten de las ilusiones de la modernidad particularmente aquellas naci-das en torno a las ideas de unidad totalidad e identidad sustituyeacutendolas por la afirmacioacuten de la otredad la diferencia y el lenguaje

La modernidad como ha sido expuesta hasta ahora representa un modo de pensa-miento y de sensibilidad particular que trajo consigo la secularizacioacuten y racionalizacioacuten de las sociedades tradicionales De la misma for-ma la posmodernidad como es descrita por autores posmodernos como Vattimo y Lyo-tard la entienden como una condicioacuten que

coloca ldquoa la filosofiacutea ante el reto de pensar la pluralidad la heterogeneidad y la diferencia () en el contexto de una crisis generalizada de la razoacuten unitaria y sus relatosrdquo (Bermejo 2003 p83) Dicha crisis ha revelado la nece-sidad de una revisioacuten criacutetica y profunda de los supuestos maacutes relevantes de la modernidad incluyendo el de la razoacuten la historia el sujeto histoacuterico y la buacutesqueda de fundamentaciones uacuteltimas en todas sus formas en particular la universalidad

Es complejo realizar la tarea de clasificar las distintas expresiones de la posmodernidad ya que se trata de un pensamiento muy diverso El mismo Lyotard (1987) admite ldquobajo la pala-bra posmodernidad pueden encontrarse agru-padas las perspectivas maacutes opuestasrdquo (p41) No obstante lo que siacute podriacutea establecerse como punto de encuentro entre todas estas corrientes posmodernas es precisamente la declaracioacuten de la extincioacuten de la modernidad hecha manifiesta en las crisis de las grandes narrativas de la historia

Ahora iquesten queacute sentido ha muerto la mo-dernidad Son varias las respuestas que pue-den darse pero fundamentalmente se entien-de que ella muere cuando se revela imposible e incluso indeseable la realizacioacuten de un gran proyecto como quiera llamaacutersele ―progre-so humanista emancipatorio― que no hace sino suponer la existencia de una unidad subyacente a las cosas En cambio Bermejo (2003) encuentra que la posmodernidad ―en su variante posmetafiacutesica― va a postular una pluralidad radical en oposicioacuten al concepto unitario de la modernidad esto es la plura-lidad como condicioacuten constitutiva tanto de la realidad como de la razoacuten (p82)

Estas desavenencias en torno a la plurali-dad-unidad se manifiestan fundamentalmen-te en la criacutetica hacia los relatos modernos

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Lyotard (1987) habla de estos relatos como formas de legitimaciones dado que definen el marco de lo que debe decirse y hacerse den-tro de una cultura pero debido a que ellos tambieacuten emanan de la misma cultura tam-bieacuten son ellos legitimados Como banderas de la modernidad ldquosu finalidad es legitimar las instituciones y las praacutecticas sociales y poliacuteticas las legislaciones las eacuteticas las maneras de pensarrdquo (p29 cursiva propia) En lo concer-niente a esta investigacioacuten la eacutetica cuyas pre-misas fueron analizadas en el primer capiacutetulo es uno de los sistemas que la modernidad ha ambicionado legitimar a traveacutes del metarre-lato de la emancipacioacuten hecha posible por la razoacuten

No obstante la legitimacioacuten no es lo uacutenico a cuyos fines sirven los metarrelatos puesto que de ser asiacute no seriacutean diferentes de los mitos En cambio lo que para Lyotard (1987) diferencia a los metarrelatos de los mitos con-siste en que los primeros no se apoyan sobre la historia de un acto originario sino sobre una finalidad a futuro o lo que el autor denomina ldquoIdea a realizarrdquo (p30) Se habla aquiacute de Idea en mayuacutescula y en singular en lugar de ideas porque como se dijo a la modernidad se le critica la proclamacioacuten de una unidad ulterior un proyecto total y omniacutemodo que se supone debiacutea ser la realizacioacuten uacuteltima y universal de los valores modernos

No obstante en la realidad los relatos que pretenden marcar el camino hacia la consecu-cioacuten de la Idea que es propiamente la de la emancipacioacuten como finalidad de la humani-dad terminoacute por adoptar distintos nombres el relato cristiano ilustrado especulativo marxista y capitalista El problema es que pese a que tienen su origen en la misma ambicioacuten totalitaria estos relatos resultaron ser contra-dictorios y opuestos entre siacute (Lyotard 1987 p36) Este razonamiento quiere dar cuenta de

que las ambiciones de unidad han fracasado inevitablemente

Otro de los argumentos claves de la pos-modernidad tal y como es entendida por Lyo-tard (1987) consiste en afirmar que efectiva-mente el proyecto moderno de realizacioacuten de la universalidad no solamente fue abandona-do sino maacutes precisamente liquidado Esta destruccioacuten tuvo su expresioacuten maacutes plena en el Holocausto en Auschwitz en las atrocidades perpetradas por los sistemas totalitarios que no son sino resultado inevitable de la moder-nidad (p30) En efecto se argumenta aquiacute que la dominacioacuten sobre la naturaleza que propug-naban la ciencia y la teacutecnica no solamente no ha podido ser capaz de realizar la universali-dad ni de concretar la Idea sino que de forma contraproducente lo que ha generado es una deslegitimacioacuten progresiva Las fuerzas mo-dernas terminan por socavarse a siacute mismas privaacutendose cada vez maacutes de su funcioacuten legi-timadora Debido a esta tendencia regresiva aunque los metarrelatos no han dejado de existir siacute que han perdido credibilidad con lo cual se arguye la modernidad estaacute herida de muerte

Como ya se ha asomado uno de los gran-des relatos de la modernidad era el de la emancipacioacuten nacido en la Ilustracioacuten y cuyo rasgo fundamental era legitimar la verdad y el saber en el aacutembito eacutetico-poliacutetico sobre el presupuesto de la autonomiacutea de los indivi-duos Asiacute entendido los derechos humanos son un producto derivado de este relato par-ticularmente en aquello que los afirma como cognoscibles y racionales para los modernos buscan ser enunciados cognitivos y al mis-mo tiempo prescriptivos El problema para autores posmodernos como Lyotard (2000) consiste en que ldquoNada demuestra que si un enunciado que describe lo que es una realidad es verdadero el enunciado prescriptivo que

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tendraacute necesariamente por efecto modificar-la sea justordquo (p76) Este problema se revela como tal en relacioacuten con la pertinencia dado que lo que es verdadero en la esfera denota-tiva no puede ser inmediatamente concluido como tal en la esfera prescriptiva

Asiacute la cultura posmoderna replantea los teacuterminos de legitimacioacuten del saber nacidos en la modernidad empezando por afirmar que las reglas del juego de la ciencia no puede ser aplicado para las demaacutes esferas incluyendo la eacutetica En otras palabras hay una divisioacuten entre razoacuten praacutectica y razoacuten teoacuterica de lo que se de-riva el hecho de que el discurso de la ciencia ldquoes un juego de lenguaje dotado de sus pro-pias reglas () pero sin ninguna vocacioacuten de reglamentar el juego praacutecticordquo (Lyotard 2000 p76) De esta manera se reprueba el hecho de que se busque fundamentar una eacutetica so-bre la afirmacioacuten de su cognoscibilidad racio-nal

Con ello al mismo tiempo se estaacute afirman-do que asiacute como no hay metarrelatos no hay metalenguajes es decir lenguajes de validez universal ya que cada uno tiene sus propias reglas (Lyotard 2000 p77) En este sentido al hombre se le niega el consuelo superfluo y falso seguacuten los posmodernos de reglas pre-establecidas y estructuras metafiacutesicas estables sustituyeacutendolo por la afirmacioacuten de una reali-dad llena de elementos linguumliacutesticos inaprensi-bles e incluso incomunicables

Pero los derechos humanos y la afirma-cioacuten de su universalidad no solamente son refutados con este argumento de los distintos juegos del lenguaje con esferas de validez di-ferenciadas sino que tambieacuten se les acusa de servir de estandartes contra la diversidad par-ticularmente en lo referente a la existencia de culturas distintas Esta problemaacutetica consiste en lo que ya se ha referido como las dificul-

tades que entrantildea hablar de la universalidad de postulados eacuteticos frente a las copiosas par-ticularidades y formas de vida existentes que demandan un lugar en el mundo

Para Lyotard (1987) la civilizacioacuten moderna occidental se ha apoyado en sus grandes rela-tos para legitimar ldquola lsquosuperacioacutenrsquo de la iden-tidad cultural particular con vista a constituir una identidad ciacutevica universalrdquo (p44) En otras palabras se trataba de cumplir el ideal cosmo-polita preconizado por los ilustrados en el cual la universalidad seriacutea concretada bajo las as-piraciones humanistas seguacuten las cuales todo particularismo y parroquialismo debiacutea ser su-perado dentro de la narrativa del progreso

Por lo mismo la posmodernidad desarro-llaraacute criacuteticas contra los postulados eacuteticos mo-dernos y los derechos humanos no se vieron exentos de este hecho Lyotard (1987) por ejemplo defiende que la Declaracioacuten de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 fue producto de uno de los tantos intentos de arrebatar a los pueblos y comunidades de su narrativa propia y de hacerle adoptar la legi-timidad de la Idea con la cual se defendiacutea la ciudadaniacutea universal Sin embargo afirma el autor este intento de proclamar la universali-dad falla en el mismo momento en que se pro-clama ldquoNosotros el pueblo franceacuteshelliprdquo en sus primeras liacuteneas ldquoiquestPor queacute tendraacute valor uni-versal la instancia normativa universal si quien la declara es una instancia singularrdquo (p62)

En contraposicioacuten la tendencia actual ha sido la de reivindicar los derechos de las comu-nidades particulares con lo cual se difumina el horizonte moral dibujado por los modernos Este poder darse a siacute mismo un nombre de hacer reconocer su legitimidad local en toda su plenitud constituye para el autor una rup-tura con el legado de la Declaracioacuten de 1789 con lo cual se consolida cada vez maacutes la liqui-

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dacioacuten del proyecto moderno (Lyotard 1987 p62) Con estos hechos se estariacutea admitiendo que la historia no solamente no tiene un fin uacutenico y deseable sino que ella misma no es una sola Pero ademaacutes supone ser un resulta-do de la recuperacioacuten del valor de las diferen-cias que la posmodernidad defiende

Touraine (2000) coincide con Lyotard al afirmar que una de las condiciones que hizo manifiesta la crisis de la modernidad fue la proliferacioacuten de culturas locales o minoritarias que fue mermando la dominacioacuten de la civili-zacioacuten occidental en el mundo lo cual repre-senta la ldquodesaparicioacuten del universalismo que asignaba una importancia central a los movi-mientos sociales de los cuales la Europa de los siglos XVIII y XIX suponiacutea que luchaban por la razoacuten y el progreso o contra ellosrdquo (p185)

Las declaraciones de derechos de estos siglos e incluso nuestras declaraciones actua-les forman parte de una interpretacioacuten par-ticular de la sociedad en la cual esta se veiacutea siendo parte de una dinaacutemica racional orien-tada hacia un fin comuacuten en la que el hombre debiacutea ser maacutes libre a medida que se asentaba el progreso Tambieacuten dependiacutea de una cierta acepcioacuten del sujeto histoacuterico que la posmo-dernidad va a declarar disuelta

Al respecto la posmodernidad arguye que el sujeto moderno se fundamentoacute en ldquola re-duccioacuten flagrante del hombre a razoacuten de la razoacuten a reflexioacuten y de la reflexioacuten a la loacutegica de dominiordquo (Bermejo 2003 p84) El fin de esta loacutegica del dominio especiacuteficamente la de la ci-vilizacioacuten occidental sobre el resto del mundo se postularaacute como una de las consecuencias fundamentales de la posmodernidad y es un tema que tambieacuten trataraacute nuestro autor cen-tral como se veraacute maacutes adelante

Pero por ahora lo que se quiere indicar es que la filosofiacutea de la conciencia como pa-

radigma de la modernidad suponiacutea un igual-dad esencial de los hombres identificada con la razoacuten como se vio en el primer capiacutetulo y con base en esa creencia se formulaba la dig-nidad intriacutenseca del hombre y la universalidad de sus derechos Para Bermejo (2003) la pos-modernidad en cambio pretende rescatar los aspectos de alteridad lenguaje y sensibilidad del sujeto olvidados por los modernos (p84) lo cual supone no solamente una revisioacuten sino fundamentalmente un abandono de la filosofiacutea moderna

El hecho es que la filosofiacutea de los derechos humanos nacioacute bajo la acepcioacuten moderna del sujeto esto es la filosofiacutea de la conciencia De hecho la Declaracioacuten de los Derechos del Hombre y del Ciudadano es considerada el texto poliacutetico que concreta la racionalizacioacuten y la subjetivacioacuten propias de la modernidad (Touraine 1994 p58) En cambio con la cri-sis de la modernidad y la llegada de la posmo-dernidad se entiende ahora que nadie puede realmente tener el monopolio de sentido que la sociedad y el individuo es plural con dife-rencias constitutivas de visiones de mundo que no pueden ser legiacutetimamente suprimidas por una cosmovisioacuten Es por ello que quienes observan en los modernos una aspiracioacuten a la unidad a la totalidad en realidad ven ansias de dominacioacuten y de supresioacuten de las diferen-cias que han fracasado y han abierto paso sin quererlo al multiculturalismo

Por tanto una criacutetica hacia estos relatos no puede dejar a la doctrina de los derechos humanos iacutentegra De alliacute que resulte indis-pensable para esta investigacioacuten explorar las implicaciones de estas criacuteticas posmodernas ya que sus argumentos tienen como fin poner en cuestionamiento si los derechos humanos realmente son eacuteticos en el sentido de que atienden a la dignidad de la persona humana o si por el contrario pasan por alto y hasta

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llegan a suprimir la diversidad y la pluralidad constitutiva

Una uacuteltima aclaracioacuten antes de proceder con el anaacutelisis de Bauman la posmodernidad se cuida mucho de ser una mera superacioacuten del pensamiento moderno puesto que la na-rrativa de etapas de desarrollo cada una me-jor que la precedente es precisamente mo-derna Al respecto Vattimo (1994) afirma ldquoel post de posmoderno indica una despedida de la modernidad que () quiere sustraerse a sus loacutegicas de desarrollo y sobre todo a la idea de ldquosuperacioacutenrdquo criacutetica en la direccioacuten de un nue-vo fundamentordquo (p10)

En este sentido la posmodernidad no pre-tende ofrecer una teoriacutea poliacutetica normativa nueva o mejorada Esto parece confirmarlo tambieacuten Bauman (2009) pues en Eacutetica pos-moderna afirma que su obra no pretende con-cluir en un coacutedigo eacutetico de hecho su objeto seraacute cuestionarse si tal cosa es posible (XXVI) De esta manera se advierte que la ruptura es mucho maacutes que un simple desarrollo poste-rior Es en teacuterminos de esta investigacioacuten una tarea disolutiva de la eacutetica moderna expuesta en el primer capiacutetulo

22 Eacutetica Posmoderna el enfoque de Zygmunt Bauman

Zygmunt Bauman (1925-2017) fue un re-conocido socioacutelogo y filoacutesofo polaco-britaacutenico cuya actividad intelectual tuvo lugar en los si-glos XX y XXI Su teoriacutea de la modernidad liacute-quida es quizaacutes la maacutes ampliamente conocida pero lo cierto es que hasta los uacuteltimos antildeos de su vida se dedicoacute a advertir sobre los retos de las sociedades globalizadas un tanto de forma pesimista y se preocupoacute por las desigualda-des por las relaciones sociales y por la integri-dad de la moral en estos tiempos de desperso-nalizacioacuten continua

El planteamiento central de Eacutetica posmo-derna libro originalmente publicado en 1993 es denunciar el callejoacuten sin salida en el que han desembocado las teoriacuteas eacuteticas como conse-cuencia de la actividad autocriacutetica propia de la modernidad llevada a sus uacuteltimas consecuen-cias (Bauman 2009 VIII) Esto coincide con el sentildealamiento de Lyotard que expusimos an-teriormente puesto que eacutel tambieacuten sosteniacutea que la modernidad en buacutesqueda de legitima-cioacuten terminoacute por deslegitimarse a causa del surgimiento de una pluralidad de relatos con-tradictorios cada uno proponieacutendose como una superacioacuten o mejoramiento del anterior Igual es el caso seguacuten afirma Bauman para la pluralidad de teoriacuteas eacuteticas que se suscitaron dentro de la modernidad como consecuencia de una actividad criacutetica que llegoacute a sus conclu-siones loacutegicas

En principio Eacutetica posmoderna es como varias de sus obras una labor criacutetica Su pos-tura hacia la modernidad es acusadora y de confrontacioacuten No obstante es tambieacuten un llamado a reinterpretar bajo una nueva luz la moralidad y los dilemas dentro de la eacutetica a encontrar nuevos caminos que resignifiquen lo que ha sido despojado de sentido y recha-cen las soluciones aparentes ldquoLos grandes problemas eacuteticos mdashderechos humanos justi-cia social equilibrio entre la cooperacioacuten pa-ciacutefica y la autoafirmacioacutenmdash no han perdido vigencia uacutenicamente es necesario verlos y abordarlos de manera novedosardquo (Bauman 2009 XI) Tomando en cuenta su propia su-gerencia esta investigacioacuten se ha propuesto dilucidar de queacute modo la postura de Bauman podriacutea ser uacutetil para reflexionar en torno a los derechos humanos y cuaacuteles seriacutean las conse-cuencias de este ejercicio reflexivo

Para ello debe analizarse con anterioridad la criacutetica a la modernidad que el autor desa-rrolla como antesala a la introduccioacuten de sus

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propias ideas en torno a la eacutetica posmoderna con ayuda de algunos extractos de sus otras obras

221 Criacutetica a la modernidad

En la introduccioacuten a su obra La posmoderni-dad y sus descontentos Bauman (2001) afirma que la modernidad como sinoacutenimo de civiliza-cioacuten tiene como piedras angulares la belleza la limpieza y el orden que en principio resul-tan atractivas pero al mismo tiempo exigen muchos sacrificios porque nada predispone naturalmente a los seres humanos a desear-las seguacuten afirma el autor Se trata maacutes bien de los resultados de un adiestramiento de la fuerza coercitiva La civilizacioacuten se construye pues sobre los cimientos del sufrimiento la supresioacuten de instintos maacutes primitivos que ha-cen posible este ordenamiento deseado y cal-culado (p8)

Se entiende por orden aquella situacioacuten en la que se busca que el establecimiento de reglas determine no solamente coacutemo actuar ahora sino tambieacuten en el futuro de modo que la duda y la incertidumbre fueran extirpadas tan efectivamente como fuera posible (Bau-man 2001 p8) Esta es una de las ambiciones maacutes reprochadas de la modernidad y sobre la cual se ha formulado una cierta acepcioacuten de la eacutetica Lyotard (1987) afirma algo similar al establecer que el leitmotiv de la modernidad fue la de organizar una infinidad de aconteci-mientos dentro y fuera de la esfera humana bajo la Idea de una historia universal se tratoacute pues de encontrar una unidad loacutegica dentro de la diversidad (p35)

Por su parte Bauman (2001) identifica el advenimiento de la Edad Moderna con el esta-blecimiento consciente plenamente intencio-nado de la tarea de purificar es decir de cons-truir un orden tarea que descansaba cada vez

maacutes en la idea de que esta construccioacuten era una actividad permanentemente creadora ya que no se trataba solamente de cambiar sino de introducir nuevos oacuterdenes que fueran mar-cadamente criacuteticos con el anterior en un pro-ceso de renovacioacuten constante ldquopodemos de-finir la modernidad como la eacutepoca o la forma de vida en la que la construccioacuten del orden consiste en el desmantelamiento del orden tradicional heredado y aceptado en la que lsquoserrsquo supone empezar eternamente de nuevordquo (p20)

En efecto la modernidad trajo consigo la retirada de los viacutenculos religiosos y tradiciona-les en nombre de la autosuficiencia de la razoacuten humana lo cual desembocoacute en la elevacioacuten de la condicioacuten de los hombres como individuos libres y racionales que se suponiacutea ahora teniacutean la responsabilidad de discernir activa-mente lo correcto de lo incorrecto en lugar de guiar su conducta moral seguacuten los manda-mientos de la Divina Providencia El individuo se elevoacute como nuevo valor supremo razoacuten por la cual Lipovetsky (1994) afirma que ldquoLo que va a fundar la organizacioacuten social y poliacutetica no es la obligacioacuten hacia el legislador divino sino los derechos inalienables de los individuosrdquo (p23) La modernidad con su ambicioacuten de una sociedad organizada sobre principios ra-cionales se erigioacute sobre una eacutetica universal y laica De alliacute que proliferaran las declaraciones de derechos del hombre y del ciudadano so-bre la base de la afirmacioacuten de una igualdad esencial de la condicioacuten humana

A esto Bauman (2009) antildeade que dicha buacutesqueda de arreglar racionalmente la so-ciedad llevaba como condicioacuten intriacutenseca el rechazo a la ambiguumledad la supresioacuten de los impulsos pasionales y la negacioacuten de lo irra-cional Lo que ocurrioacute fue que la sociedad mo-derna asumioacute la tarea de extirpar las pasiones de los individuos recieacuten liberados de los viacuten-

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culos tradicionales para guiarlos moralmen-te lo cual implicaba el tutelaje (pp9-10) La buacutesqueda del orden en los teacuterminos antes expuestos implicaba indefectiblemente el sacrificio de la libertad de los seres humanos seguacuten estas ideas

Asiacute si tuviese que sentildealarse las razones por las cuales este autor concluye que la eacutetica des-de la Ilustracioacuten hasta nuestros tiempos ha fra-casado estas tendriacutean que ver con el hecho de que los dilemas morales en vez de ser apro-piados por los individuos fueron delegados a autoridades externas quienes pretendiacutean dar-les fin exclusivamente con el monopolio de la violencia legiacutetima que detentan De esta ma-nera procede a denunciar las ambiciones de

una sociedad laquomodernaraquo que intenta constantemente aunque en vano laquoabar-car lo inabarcableraquo sustituir la diversidad por la uniformidad y la ambivalencia por un orden coherente y transparente y que al intentar hacerlo genera sin cesar un nuacutemero mayor de divisiones diversidad y ambivalencia que aquel del que ha logra-do deshacerse (Bauman 2009 XIII)

Esta ambicioacuten de abarcar lo inabarcable que sentildeala el autor corresponde en cierta me-dida a lo que en el capiacutetulo anterior se sentildeala-ba como lo caracteriacutestico del proyecto ilustra-do moderno la justificacioacuten y dilucidacioacuten ra-cional de los juicios morales No obstante esta ambicioacuten de la modernidad llevaba impliacutecita seguacuten acusa Bauman la afirmacioacuten de que el hombre recieacuten emancipado de la tradicioacuten no debiacutea dejarse a rienda suelta puesto que en ejercicio de la libertad recientemente ad-quirida podiacutea faacutecilmente llegar a hacer el mal por falta de experiencia Por tanto la coaccioacuten poliacutetica fue vista por las eacutelites como condicioacuten necesaria para la educacioacuten ciacutevica y moral (Bauman 2009 XV)

Asiacute los verdaderos problemas surgieron cuando los filoacutesofos y las eacutelites modernas co-menzaron a desconfiar de la capacidad del vulgo de elevarse por encima de sus pasiones con el ejercicio autoacutenomo del juicio racional Se afirmaba que la moralidad no era una capa-cidad natural del hombre sino adquirida ins-truida por las mentes maacutes ilustradas lo cual corresponde a la visioacuten humanista orientada hacia la buacutesqueda de reglas funcionales y esta-bles ldquoel pensamiento y la praacutectica moral de la modernidad estaban animadas por la creencia en la posibilidad de un coacutedigo eacutetico no ambi-valente y no aporeacuteticordquo (Bauman 2009 XVI-II) uacutenicamente posible a traveacutes del uso de la fuerza

En razoacuten de lo anterior para Bauman (2009) la eacutetica universalista moderna no sola-mente era un proyecto pedagoacutegico sino que formaba parte de un juego de poder orienta-do a legitimar las relaciones de dominacioacuten de unos sobre otros La necesidad de establecer un coacutedigo eacutetico universalista es seguacuten el au-tor resultado de ver las cosas ldquodesde arribardquo desde el poder poliacutetico y en uacuteltima instancia desde el Estado

si las cosas se ven laquodesde arribaraquo como lo hacen aquellos responsables de laquomanejar la sociedadraquo los guardianes del laquobien comuacutenraquo la libertad individual es sin duda un motivo de preocupacioacuten () es un elemento de caos que debe frenarse si se quiere tener y asegurar el orden (Bau-man 2009 XV)

El deseo de dominacioacuten poniacutea sobre la mesa una pugna inevitable entre la autono-miacutea moral de los individuos y la heteronomiacutea de la administracioacuten ambos de los cuales se encontraban bajo el supuesto moderno de la racionalidad Esta antinomia autonomiacutea-he-teronomiacutea generaba una situacioacuten de contra-diccioacuten insuperable cuya negacioacuten es para el

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autor la caracteriacutestica fundamental de la mo-dernidad dado que los modernos admitiendo el conflicto pero no su irresolubilidad insistiacutean en buscar una solucioacuten bajo la bandera de la universalidad de los coacutedigos eacuteticos

Asiacute para reconciliar el abismo que se ha-biacutea abierto entre las masas y las eacutelites es decir entre ilustrados responsables de guiar a la sociedad y no ilustrados que debiacutean ser guiados se recurrioacute a la filosofiacutea cuyo reto era proclamar la libertad en nombre de un con-cepto universal de hombre sostenido sobre su capacidad racional sin deslegitimar al mismo tiempo la necesidad de someterse a autorida-des externas

Pese al hecho de que la razoacuten es pro-piedad de cada persona las reglas promul-gadas en nombre de la razoacuten deben obe-decerse con la sumisioacuten debida a una po-derosa fuerza externa Y la mejor manera de concebirlas es pensaacutendolas como leyes impuestas por una autoridad armada de los medios coercitivos para hacerlas cum-plir (Bauman 2009 p14)

De esta manera si bien se admite la na-turaleza racional de todos los hombres la heteronomiacutea era postulada como una nece-sidad praacutectica que a su vez demandaba una justificacioacuten teoacuterica-filosoacutefica que sentara las bases para la expropiacioacuten casi completa de la capacidad moral del individuo por la sociedad poliacutetica Dicha justificacioacuten se asentoacute sobre la afirmacioacuten de que una manera de actuar ra-cionalmente era delegando algunas responsa-bilidades en aquellos que mejor podiacutean ma-nejarlas los legisladores quienes otorgaron a este pensamiento eacutetico moderno el ldquosustento epistemoloacutegico sobre el que los filoacutesofos cons-truiriacutean sus modelos universales de naturaleza humanardquo (Bauman 2009 XVII)

Esta delegacioacuten de la agencia moral cuyo principal beneficiario era el Estado sirvioacute de base a la formacioacuten de programas poliacuteticos totalitarios que alcanzaron su cuacutespide en el nazismo y el comunismo No obstante para Bauman (2001) no hace falta tampoco llegar a tales extremos para manifestar la naturaleza intrusiva y abarcante que teniacutea el Estado mo-derno en la esfera moral que ya desde antes de exacerbarse en tales experimentos totalita-rios se manifestaba en su tendencia a lograr una supresioacuten de las diferencias y una unifor-midad que resultara reconfortante y mantu-viera las amenazas disgregadoras a raya (p22)

La universalidad en este sentido legitima-ba la empresa de la uniformidad El Estado se convirtioacute en el horizonte moral hacia el cual se dirigiriacutea el porvenir utoacutepico de la humanidad Se legitimoacute un proceso de difusioacuten de las di-ferencias y con ello la invencioacuten de espacios libres de ambiguumledades que solamente po-diacutean ser ilusorios dada la naturaleza intriacutense-camente ambigua del ser humano

Ahora las razones por las cuales seguacuten el autor los individuos se encontraban impe-lidos a aceptar este trato tan aparentemente injusto se podiacutea explicar por el hecho de que la responsabilidad recieacuten adquirida en conjunto con la libertad era un peso sobre los hombros demasiado grande que se aliviaba con su de-legacioacuten en autoridades externas ldquoEn las muacutel-tiples situaciones en las que la eleccioacuten de queacute hacer recae en nosotros en vano buscamos reglas soacutelidas y confiables que nos reafirmen que de seguirlas estaremos en lo correctordquo (Bauman 2009 p5)

El problema aquiacute no solamente radica en la renuncia a la responsabilidad con la cual se pierde el sentido de lo moral puesto que el individuo la hace depender de los mandatos de aquellos que se arrogaron para siacute la capa-

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cidad de elegir por todos sino que ademaacutes esta situacioacuten dio origen inevitablemente al surgimiento de una miriacuteada de reglas contra-dictorias cada una de las cuales se declaraba a siacute misma universal de modo que el individuo no logra librarse ni aunque quisiera de tener que decidir cuaacuteles seguir y cuaacuteles no

En efecto la crisis de la modernidad radi-ca en que paradoacutejicamente al mismo tiempo que se defendiacutea la universalidad como instru-mento al servicio del orden se terminoacute produ-ciendo una pluralidad de reglas y de autorida-des que generan auacuten maacutes ambiguumledad moral Al respecto Bauman (2009) declara

Todas las instituciones sociales apoya-das en sanciones coercitivas se han funda-do sobre la suposicioacuten de que es imposible confiar en que el individuo haraacute una bue-na eleccioacuten () Y sin embargo es precisa-mente debido a que la cotidianidad estaacute tan saturada de instituciones coercitivas dotadas de la autoridad de imponer las normas de buena conducta que el indivi-duo en tanto individuo es poco confiable (p15)

De esta manera se nos revela la imposibili-dad del Estado o de cualquier entidad de pro-clamar la obligatoriedad universal las diferen-cias que anteriormente eran suprimidas ahora se multiplican cada vez maacutes desembocando en una realidad fragmentada liacutequida La re-lacioacuten antinoacutemica que aquiacute se plantea entre el individuo y su sociedad llega a su resulta-do loacutegico puesto que el total sometimiento al mandato de un conjunto de coacutedigos y reglas disentildeadas para acabar con el pluralismo ter-minoacute por ahogar la voluntad autoacutenoma en un cataacutelogo de opciones muacuteltiples en conflicto

Este fenoacutemeno fue lo que dio paso a la posmodernidad en cuanto eacutepoca tambieacuten lla-mada segunda modernidad o modernidad liacute-

quida que se caracteriza por su fluidez por la ausencia de compromiso real en las relaciones sociales Al respecto Bauman (2002) identifica que frente al orden y la vigilancia que carac-terizaban a la modernidad temprana la pos-modernidad es una eacutepoca de desregulacioacuten y privatizacioacuten ldquoAquello que era considerado un trabajo a ser realizado por la razoacuten huma-na en tanto atributo y propiedad de la especie humana ha sido fragmentado (ldquoindividualiza-dordquo) cedido al coraje y la energiacutea individuales y dejado en manos de la administracioacuten de los individuosrdquo (p35) En otras palabras cada quien estaacute abandonado a su suerte atomiza-do y enajenado de los demaacutes

Con ello concluye que la batalla contra el pluralismo solo dio paso a maacutes pluralismo fracasoacute el proyecto moderno de resolver de una vez y por todas dilemas morales con so-luciones indubitables derivadas del juicio de los legisladores y los filoacutesofos universalistas La exaltacioacuten de la razoacuten que debiacutea encabezar el disentildeo de una ingenieriacutea social terminoacute de-generando en una desconfianza generalizada de los individuos frente a sus autoridades en particular aquellas que proclaman la univer-salidad Nos encontramos entonces en una crisis moral que de la misma manera dariacutea origen a la crisis eacutetica de nuestra eacutepoca (Bau-man 2009 p7)

A dicha crisis se le conoce como el ldquocre-puacutesculo del deberrdquo teacutermino acuntildeado por Li-povetsky ―y citado por Bauman― para dar nombre a nuestra situacioacuten actual como la eacutepoca del posdeber posmoralista posdeoacutenti-ca caracterizada por la presencia de una ldquocul-tura que celebra el presente puro estimulan-do el ego la vida libre el cumplimiento inme-diato de los deseosrdquo (Lipovetsky 1994 p15) Lo que ha ocurrido seguacuten estos autores es que la modernidad produjo una paradoja la afirmacioacuten de los derechos individuales y la

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autonomiacutea del hombre terminoacute por socavar su compromiso con el deber el hecho moral pri-mario se identificoacute casi exclusivamente con los derechos subjetivos y no con los deberes hacia los otros volcando al individuo hacia una vida privada cuya meta es la satisfaccioacuten de intere-ses individuales de modo que se terminoacute pro-moviendo un individualismo exacerbado y aje-no a los compromisos sociales de la otredad

De la misma manera Bauman (2009) afir-mariacutea ldquoEl laquomovimiento modernoraquo pulverizoacute cualquier sustento sobre el que podriacutea ima-ginarse un fundamento moral mdashde hecho minoacute la moralidad responsabilidades que re-basen obligaciones contractuales el que laquoser pararaquo no se reduzca a laquoser para uno mismoraquordquo (p252) La uacutenica solucioacuten para salvar al indivi-duo de una situacioacuten tan precaria parece ser entonces renunciar a las aspiraciones moder-nas entre ellas la proclamacioacuten de la univer-salidad de los coacutedigos eacuteticos para devolverle asiacute al individuo su propia autonomiacutea moral

222 Contra la universalidad

En La posmodernidad y sus desencantos el autor critica que el anhelo de un entorno regu-lar y estable para la accioacuten humana que fuese invulnerable al azar y aprehensible por medio de reglas claras aparece como una meta de as-piracioacuten universal ldquolos modelos de pureza () cambian de una eacutepoca a otra de una cultura a otra pero cada eacutepoca y cada cultura posee un modelo determinado de pureza y una estruc-tura ideal determinada que debe mantenerse intacta e ilesa frente a todas las adversidadesrdquo (Bauman 2001 p16) Asiacute hay una creencia intriacutenseca en la modernidad de que nuestras experiencias son fundamentalmente similares y compartidas lo cual se pensaba debiacutea re-mitir a una estructura subyacente universal

La idea anterior se manifiesta en la dimen-sioacuten moral como la fe moderna en la capacidad del individuo de ponerse a siacute mismo en posi-ciones de imparcialidad y empatiacutea para con los otros con base en la afirmacioacuten de que en uacuteltima instancia todos somos seres huma-nos esto es que hay una semejanza esencial entre nosotros Con esto se estaacute haciendo re-ferencia a la universalidad en su sentido loacutegi-co-ontoloacutegico que como vimos en el primer capiacutetulo estaacute sostenida sobre la afirmacioacuten de un rasgo esencial y compartido por los seres humanos que debiacutea servir para fundamentar su dignidad intriacutenseca Aquiacute en cambio se la critica como una posicioacuten incapaz de sostener-se frente a una verdadera reflexioacuten pues la co-herencia que postula es uacutenicamente aparente

Dentro de la criacutetica al pensamiento eacutetico moderno que emprende la Eacutetica posmoderna la universalidad es acusada por el autor como una de las banderas enarboladas maacutes feha-cientemente por los modernos a fin de opacar toda autonomiacutea moral junto con la pretensioacuten de fundamentacioacuten uacuteltima Pero la forma en la que el autor acusa a la universalidad apela a una doble naturaleza

En la praacutectica los legisladores conside-raban que la universalidad era la regla sin excepcioacuten de un grupo de leyes que preva-leciacutean en un determinado territorio sobre el cual se extendiacutea su soberaniacutea Los filoacute-sofos definiacutean la universalidad como una caracteriacutestica de prescripciones eacuteticas que obligaban a cada ser humano mdashtan soacutelo por ser humanomdash a reconocerla como vaacutelida y aceptarla como obligatoria (Bau-man 2009 XVII)

Efectivamente en esta afirmacioacuten se estaacute hablando de dos acepciones de universalidad la primera como necesidad praacutectica y por tan-to concretada en las esferas juriacutedica y poliacutetica mientras que la segunda se refiere propia-

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mente a la justificacioacuten filosoacutefica Con base en lo anterior la raiacutez del problema de la univer-salidad para Bauman consiste en que para concretar esta ilusioacuten la filosofiacutea se puso al servicio de los legisladores y los administrado-res buscando justificar con base en conceptos uniacutevocos particularmente el concepto univer-sal de ldquohombrerdquo la reduccioacuten de la conciencia

La uniformidad fue conseguida a costa de la capacidad individual de discernir lo que es mejor para siacute y para otros y la filosofiacutea fue degradada al servicio de las necesidades de las eacutelites ilustradas No se trata pues de una mera ingenuidad el creer en la idea del hom-bre universal en su esencia El reproche va mucho maacutes allaacute se legitimoacute una praacutectica cuyo propoacutesito era someter la libertad humana a miacutenimos apenas admisibles y cuyo uacutenico fun-damento lo constituiacutea el poder coercitivo

Asiacute la universalidad no podriacutea ser sino el resultado loacutegico del proyecto humanista que temeroso de la incertidumbre y la aporiacutea in-triacutenseca a la moral se aferroacute con todas sus fuerzas a la reduccioacuten de toda ambivalencia calificaacutendola de mera apariencia y creyendo que podiacutea ser resuelta racionalmente razoacuten por la cual era imprescindible hacerse de re-glas universales Este proyecto para Bauman y el pensamiento posmoderno es simplemente irrealizable y maacutes auacuten incluso indeseable

Estas reflexiones dan paso a una de las tesis fundamentales de Eacutetica posmoderna que la universalidad no es otra cosa que una ldquoardua campantildea para aplastar las diferencias y sobre todo eliminar las fuentes laquosalvajesraquo mdashautoacutenomas estridentes e incontroladasmdash de juicio moralrdquo (Bauman 2009 XXII) Como vimos uno de las ideas maacutes importantes de la posmodernidad es que el sujeto es tan moral como plural no es ni esencialmente bueno ni esencialmente malo Es en cambio ambiva-

lente al igual que los dilemas que se le pre-sentan No podriacutea ser de otra manera

Lo anterior es equivalente a afirmar que no hay garantiacuteas que nos puedan salvar de los dilemas a los que nos enfrentamos diaria-mente puesto que la misma incertidumbre es una caracteriacutestica constitutiva del ser moral razoacuten por la cual cualquier coacutedigo de eacutetica que pretenda salvar esta distancia no puede sino fallar estrepitosamente Pero dicho fracaso no es cualquier cosa porque se corre el riesgo de que en el intento desesperado de la afirma-cioacuten de la universalidad se lleve por delante la moralidad misma deviniendo en un vacia-miento del sujeto en favor de las estructuras de poder

De esta manera se acusa a la eacutetica uni-versalista de ser un intento encubierto de su-primir la diversidad de posturas morales que funcionaba con el establecimiento de reglas heteroacutenomas De ello se deriva que ldquosu efec-to no es tanto la laquouniversalizacioacuten de la mo-ralidadraquo como el silenciamiento del impulso moral y la canalizacioacuten de la capacidad moral hacia metas socialmente designadas que po-driacutean incluir y de hecho incluyen propoacutesitos inmoralesrdquo (Bauman 2009 XXII-XXIII)

La universalidad se habiacutea convertido en un nuevo credo de los filoacutesofos de la Ilustracioacuten quienes a su vez se postulaban como los liacute-deres espirituales De igual forma la naturale-za humana como fundamento de la eacutetica se acuntildeoacute en el concepto maacutes abstracto posible pasando por alto a los hombres y las mujeres concretos

la naturaleza del Hombre proporciona el fundamento soacutelido y suficiente para un coacutedigo eacutetico de vigencia universal pero no la laquonaturaleza de hombres y mujeresraquo tal como se encuentra en ese momento ya que lo que vemos ahora no es la manifes-

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tacioacuten de la laquoverdadera naturaleza huma-naraquo eacutesta no se ha desarrollado plenamen-te en ninguacuten lado La naturaleza humana existe hoy uacutenicamente in potentia como una posibilidad por nacer (Bauman 2009 p11)

De ello se deriva inevitablemente un con-flicto entre lo concreto y lo abstracto entre las condiciones existenciales concretas frente a modelos totalizantes que terminan triviali-zando o degenerando las verdaderas pregun-tas sobre lo moral Pero el autor no solamente critica como se observa en la cita anterior el concepto universal del hombre en siacute mismo por su abstraccioacuten sino que ademaacutes sentildeala que dicho concepto se sostiene permanente-mente como una meta asintoacutetica siempre in-alcanzable para justificar que los hombres y las mujeres concretos en un momento dado no cumpliesen las elevadiacutesimas exigencias de los ilustrados

Para ello se dio con la idea del progreso gracias a la cual se podiacutea afirmar que los va-lores del pasado habiacutean sido los equivocados y en esa buacutesqueda asintoacutetica por la consecu-cioacuten del ideal de naturaleza humana se debe estar atento siempre al porvenir como posibi-lidad del perfeccionamiento de la moral y de las sociedades ldquoel tiempo significaba la jerar-quiacutea laquodespueacutesraquo era sinoacutenimo de laquomejorraquo y laquomaloraquo de laquorebasadoraquo o laquono propiamente desarrolladoraquordquo (Bauman 2009 p28) En efec-to para la modernidad la eacutetica no podiacutea ser nada maacutes que aquello que garantizara el or-den y el progreso las costumbres particularis-tas y locales del pasado asiacute como la tradicioacuten y las creencias religiosas debiacutean dar paso al siguiente eslaboacuten la sacrosanta racionalidad

Frente a ello Bauman (2009) enfatiza que la universalidad se vuelve un arma de doble filo para los modernos ldquoSi se lo toma con se-riedad () el postulado de la universalidad no

soacutelo socava las prerrogativas morales de las comunidades ahora transformadas en uni-dades administrativas homogeacuteneas del Esta-do-nacioacuten sino que vuelve insostenible la pre-tensioacuten del Estado de ser la autoridad moral supremardquo (p31) En efecto un ser sin atadu-ras esto es el individuo entendido como ser autoacutenomo racional y separado de sus circuns-tancias locales implica una independencia de todo tipo de ataduras no solamente aquellas de las comunidades particulares sino incluso las del gran Estado-nacioacuten

La universalidad de la eacutetica trae como con-secuencia indefectible que al querer tomar al hombre aislado de toda comunidad de todo pasado y de todo contexto exacerba el indi-vidualismo Lo que no previeron los ideoacutelo-gos de la modernidad es que el individuo asiacute emancipado tarde o temprano comienza a cuestionar la capacidad real incluso del mismo Estado o de cualquier otra autoridad como le-gitimador del orden moral con lo cual la mo-dernidad estaba condenada a desembocar en un proceso de desregulacioacuten y de individualis-mo desde el principio y la eacutetica moderna fraca-sariacutea inevitablemente

Pero esta no es la uacutenica razoacuten por la que la universalidad cae bajo su propio peso pues-to que hay una segunda referida a la incapa-cidad praacutectica de concretar el principio de la universalidad Veamos el Estado-nacioacuten estaacute confinado a un territorio soberano fuera del cual no tiene la autoridad suprema de actuar y decidir puesto que esto implicariacutea la violacioacuten de la soberaniacutea de otro

En razoacuten de lo anterior seguacuten Bauman (2009) cuando se afirma la eacutetica universal en realidad lo que se afirma es su validez en un plano nacional lo que lleva al autor a afirmar que ldquoLas ambiciones universales de cada au-toridad soberana viven una existencia precaria

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entre la pluralidad de autoridades soberanasrdquo (p32) Lo que aquiacute critica el autor es la impo-sibilidad de la concrecioacuten de la universalidad en el aacutembito empiacuterico y la peligrosa tendencia de los Estados de identificar al geacutenero huma-no completo exclusivamente con sus gober-nados dado que solamente sobre ellos tiene autoridad

La solucioacuten maacutes evidente a este problema la representariacutea la creciente tendencia de los Estados a promover una integracioacuten suprana-cional No obstante Bauman (2009) concluye respecto a esto que frente a la expresa volun-tad de los Estados de entablar relaciones para poder tener influencia fuera de sus fronteras lo que ocurre en realidad no es la concrecioacuten de una soberaniacutea ecumeacutenica sino maacutes bien un acuerdo impliacutecito entre los soberanos de su dominio interno Asiacute pese a los esfuerzos de la diplomacia y la negociacioacuten lo que realmente resulta de esto es ldquoque hay maacutes de un concep-to de moralidad universal y que la decisioacuten de cuaacutel predominaraacute se relaciona con la fuerza de los poderes que afirman tener el derecho de articularlardquo (Bauman 2009 p33)

Un argumento muy similar es comuacuten-mente sostenido contra la universalidad de los derechos humanos por cuanto algunos detractores alegan que sin importar las de-claraciones de pecho moralistas a la larga la defensa praacutectica y palpable de estos derechos depende de los Estados Los organismos su-pranacionales carecen de poder para hacerlos valer cuando dichos Estados no los reconocen

Ahora bien para justificar la existencia de esta situacioacuten de pluralidad de universalismos que terminan por contradecir la postura uni-versalista en la eacutetica Bauman (2009) afirma que los modernos acuden a un argumento similar al del progreso el cual se habiacutea esgri-mido como ya se explicoacute para razonar que la

humanidad se dirige hacia un proceso de per-feccionamiento moral continuo y asintoacutetico guiado por la razoacuten Ahora el razonamiento que justifica para los modernos la ausencia de universalidad en la esfera empiacuterica sin socavar la legitimidad de su aspiracioacuten es el de la uni-versalizacioacuten

En efecto lo que dice Bauman (2009) res-pecto a este concepto es que ldquoAhiacute se encon-traba seguro en tanto pudiera creerse que el proceso de universalizacioacuten es real que la laquomarcha del tiemporaquo podriacutea considerarse im-parable y que llevariacutea a la poda progresiva y a la larga al sofocamiento de las actuales di-ferenciasrdquo (pp33-34) Los modernos se con-venciacutean de que si la universalidad no es una realidad ahora mismo llegaraacute a serlo como consecuencia del disentildeo de ese gran relato que es el progreso de la humanidad

La universalidad como meta exigiacutea la idea de la universalizacioacuten como proceso es decir la creencia que para cubrir las zonas grises en las que las reglas no eran auacuten las mismas para todos llegariacutean a serlo a traveacutes del constante arreglo racional de la sociedad Esto recuer-da brevemente a la distincioacuten que se hizo en el primer capiacutetulo entre universalidad como punto de partida y como punto de llegada en tanto esta uacuteltima justificaba el proyecto siem-pre hacia el futuro

En La posmodernidad y sus relatos Bau-man (2001) enfatiza que la universalizacioacuten como idea de tradicioacuten liberal se respalda en la aseveracioacuten de que las diferencias entre hom-bres son uacutenicamente contingentes derivadas de las condiciones culturales y tradicionales de desenvolvimiento de la vida pero que por lo mismo pueden ser modificables

Con la progresiva universalizacioacuten de la condicioacuten humana que no supone otra cosa que la erradicacioacuten de todo localis-

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mo asiacute como de los poderes empentildeados en preservarlos y que por consiguiente libera el desarrollo humano del impacto paralizante del accidente del nacimiento esa diversidad predeterminada y que-su-pera-a-la-eleccioacuten-humana se desvanece-raacute (p29)

Lo contingente debiacutea ser minimizado fren-te al proyecto de perfeccionamiento de la ver-dadera naturaleza esencial inmutable de la hu-manidad Pero como sabemos la posmoder-nidad busca desembarazarse de estos relatos incluyendo aquel que hace del hombre un ser del porvenir fiel a las expectativas del futuro que se supone seraacute la redencioacuten del pasado y del presente Mientras tanto a los modernos no le queda sino confiar en el proceso civiliza-torio en el que afirman que estamos inmersos

Por lo visto hasta ahora los posmodernos niegan el relato de que el futuro sea mejor y que las civilizaciones actuales sean de alguna manera superiores a las del pasado o que las sociedades supuestamente ldquomaacutes avanzadasrdquo del presente puedan apelar a una superio-ridad moral sobre otras porque no son sino premisas derivadas de una falacia etnoceacutentri-ca en la que se cree que la civilizacioacuten occiden-tal debe ser la protagonista de este proyecto civilizatorio

Ahora bien Bauman (2009) guarda una posicioacuten interesante frente a la afirmacioacuten de la universalidad puesto que si bien niega su justificacioacuten y arreglo racional calificaacutendolas de ilusorias tampoco guarda mucha relacioacuten con las posturas eacuteticas contra la universalidad que vimos en el Capiacutetulo I con excepcioacuten del escepticismo pero solamente con respecto a los coacutedigos universales no con los hechos mo-rales Es ademaacutes expliacutecitamente criacutetico con-tra el relativismo como se veraacute maacutes adelante y especialmente con el comunitarismo lo cual permite entender la posicioacuten de la posmoder-

nidad dentro de una variedad de metaeacuteticas en contra de la universalidad

En efecto una de las advertencias que hace Bauman (2009) es el hecho de que en la retira-da de las ambiciones modernas de establecer legislaciones de caraacutecter universal se pueda sucumbir a la tentacioacuten de sostener una po-sicioacuten comunitarista que base la moralidad en la idea del hombre situado en una comunidad dado que este pensamiento sostiene que el individuo tiene una herencia de tradiciones y costumbres que lo anteceden y que configu-ran el marco vivencial con el que ve al mundo y define sus fines (p37) En este sentido el gobierno comunal las minoriacuteas eacutetnicas se su-man como contrincantes por el preciado tiacutetulo de legislador moral que desde la Ilustracioacuten habiacutea detentado el Estado moderno sin dudar Como respuesta Bauman (2009) critica al co-munitarismo a fin de desecharlo como una al-ternativa al universalismo lo siguiente

No existe autoridad comunal con un poder de adjudicacioacuten legal comparable al de las agencias estatales o avaladas por el Estado En ausencia de esta autoridad una comunidad que verdaderamente pue-de laquosituarraquo a sus integrantes con cierto grado de importancia duradera pareceriacutea maacutes un postulado metodoloacutegico que un hecho de la vida real (p36)

Es decir si se denunciaba que la universa-lidad de la eacutetica no era concretable porque el Estado no puede reclamar legiacutetimamente nin-guna autoridad moral fuera del territorio en el que puede poner en ejercicio su monopolio de la violencia legiacutetima las fronteras de las comu-nidades tienen la dificultad de que son mucho maacutes deacutebiles y permeables razoacuten por la cual carecen de la autoridad y la cohesioacuten moral de la que se quieren hacer responsables De igual manera tanto el Estado como la comu-nidad entendidos cada uno como las distintas

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agencias en pugna por la posicioacuten de fuente de legitimacioacuten de lo moral pecan de la mis-ma pretensioacuten el de arrogarse la autoridad de decidir el contenido de la moral subordinan-do al individuo

En el caso del comunitarismo seguacuten Bau-man (2009) ldquoLo que se describe como laquomo-ralraquo en la comunidad moral son los efectos deseados de dicha subordinacioacuten la restric-cioacuten y seleccioacuten de las elecciones individuales por medio del requisito de cooperar para que el grupo sea realrdquo (p36) El individuo nueva-mente se ve amenazado pero ahora desde otra corriente filosoacutefica Que el comunitaris-mo describa como moral todo aquello que re-fuerza la pertenencia a comunidades dotadas de sentido y que los universalistas lo hagan desde las ambiciones del Estado moderno es indiferente para el autor cuando el resultado representa el mismo peligro el creer erroacutenea-mente que eliminar la ambiguumledad de la mo-ral es posible y que alguna entidad supraindi-vidual pueda asumir esta responsabilidad que no es sino solo del individuo

Lo que dice el autor es que a la larga la apologiacutea del yo situado tambieacuten puede ser un instrumento al servicio de la sumisioacuten moral del individuo el comunitarismo al igual que la universalidad propugna la heteronomiacutea lo cual deja a los individuos ldquoexpuestos a una ca-cofoniacutea de presiones sociales o instancias de chantaje cuasieacutetico que intentan expropiar el derecho individual a la eleccioacuten moralrdquo (Bau-man 2009 p 37) En medio de esta pluralidad de voces el individuo como agente moral au-toacutenomo se encuentra perdido lo cual consti-tuye el nuacutecleo de la crisis moral de nuestros tiempos de la cual el pensamiento posmoder-no quiere librarnos

223 La perspectiva posmoderna de Zygmunt Bauman

Hasta ahora se ha hecho evidente que la descripcioacuten de Bauman de la crisis de nues-tros tiempos acusa a la modernidad de ser la principal responsable entendida ella como un paradigma de la racionalizacioacuten y una apologiacutea de los relatos particularmente aquellos que refieren a la historia mdashel progresomdash y el suje-to mdashel concepto universal del hombremdash Bau-man en cambio pertenece a un paradigma diametralmente opuesto la posmodernidad cuyos principales postulados fueron explora-dos en apartados anteriores

Ahora bien lo que este autor dice expresa-mente del pensamiento posmoderno es que busca desenmascarar las verdaderas fuentes de la fuerza moral que han permanecido ocul-tas por las ilusiones de la modernidad en la filosofiacutea y en la teoriacutea poliacutetica (Bauman 2009 X) Una de estas ilusiones es la creencia en que las cuestiones morales pueden ser resueltas de forma definitiva con el ejercicio racional de manera que lo que antes era ambivalente lo seraacute cada vez menos

En realidad para un autor posmoderno como el nuestro la moralidad es constituti-vamente ambigua aporeacutetica El proponer es-tructuras estables y necesarias no es maacutes que un intento desesperado por garantizar alguacuten tipo de seguridad cuando se estaacute al borde del abismo Es un acto de mala fe Es en razoacuten de lo anterior que este autor expone uno de los postulados maacutes relevantes de su eacutetica posmo-derna

La verdad en cuestioacuten es que el laquodes-ordenraquo permaneceraacute al margen de lo que hagamos o conozcamos que los pequentildeos oacuterdenes y laquosistemasraquo que elaboramos son fraacutegiles mdashen tanto no se observe lo con-trariomdash y arbitrarios y a final de cuentas

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tan fortuitos como sus opciones (Bau-man 2009 p21)

Bajo este razonamiento que se basa en la afirmacioacuten de la pluralidad inaprehensible del individuo moral ninguacuten coacutedigo eacutetico en sus pretensiones de ser uniacutevocos y universales puede adecuarse a la naturaleza ambivalen-te y no racional de los fenoacutemenos morales y el mero intento de hacerlo termina por tener que acudir a la subyugacioacuten del hombre Pero ademaacutes cualquier aparente victoria de la mo-dernidad es solamente temporal en la medida en que constantemente surge otra autoridad otra voz otro coacutedigo u otra filosofiacutea que recla-ma para siacute la validez universal De alliacute que el autor enfatice tanto la fragilidad de todo siste-ma destinado a ordenar la sociedad de acuer-do con un esquema racional

En todo caso lo que aquiacute se denuncia es que el arreglo racional de la sociedad moder-na bajo un proceso constante de racionaliza-cioacuten se propone el adiestramiento e incluso la supresioacuten de los impulsos que son la materia prima baacutesica de la moralidad En cambio afir-ma Bauman (2009) dichos impulsos son de tal naturaleza que escapan de toda racionaliza-cioacuten son fuente de una ldquoestructura primaria de la convivencia humanardquo (XX) que ha sido suprimida con los intentos de instauracioacuten de un orden artificial Esto concuerda con la idea de la pluralidad radical y constitutiva del sujeto que se exploroacute en el apartado que da comienzo a este capiacutetulo

Ahora bien con esto no debe concluirse apresuradamente que la posmodernidad de-fendida por Bauman postula pues el relati-vismo Maacutes bien denuncia que la modernidad en su afaacuten por la universalidad ha generado paradoacutejicamente una pluralidad de eacutetica dada la imposibilidad de la autoridad estatal o cual-quier otra autoridad de arrogarse la validez

universal de sus normas y reglas particulares Partiendo de esto Bauman (2009) afirma ldquoSon los coacutedigos eacuteticos los que estaacuten plaga-dos de relativismo y esa plaga no es sino la reflexioacuten o el sedimento del parroquialismo tribal de los poderes institucionales que usur-paron la autoridad eacuteticardquo (XXV)

En otras palabras el autor no contrapone el relativismo a la universalidad como es lugar comuacuten hacer sino que afirma que lo prime-ro es resultado indefectible de lo segundo Ciertamente la posmodernidad considera al individuo como una pluralidad de impulsos y fuerzas pero afirmar la ambiguumledad de los fe-noacutemenos morales no es lo mismo que afirmar el relativismo que es maacutes bien una caracte-riacutestica que Bauman le atribuye a los coacutedigos eacuteticos de la modernidad

Por ello Bauman (2009) dice ldquono hay contradiccioacuten entre el rechazo mdasho el escepti-cismomdash a la eacutetica de normas de convencioacuten social laquofundamentadasraquo racionalmente y la insistencia de que siacute importa y tiene impor-tancia moral lo que hacemos y de lo que de-sistimosrdquo (p292) En otras palabras el autor siacute es esceacuteptico frente a la eacutetica moderna y a los coacutedigos que de ella derivan pero no frente a la moralidad tal y como eacutel la entiende

Esto es asiacute porque Bauman (2009) sugie-re que hay una ldquocondicioacuten moral comuacuten que antecede los efectos diversificadores de la ad-ministracioacuten social de la capacidad moral sin mencionar la necesidad sentida de una lsquouni-versalizacioacutenrsquo administrada de manera similarrdquo (XXV) La afirmacioacuten de dicha condicioacuten preso-cial compartida por todos los hombres es lo que salva a la posicioacuten posmoderna de Bau-man de ser identificada con el relativismo al menos en torno a la moralidad El autor afirma la existencia de una unidad moral que abarca a toda la humanidad con la diferencia de que

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dicha unidad no puede interpretarse desde la dominacioacuten como hariacutea la modernidad sino como el resultado de la deconstruccioacuten de los mitos modernos Revelar la naturaleza de esta condicioacuten moral es el propoacutesito expreso de la eacutetica posmoderna Estas afirmaciones prelimi-nares le permitiraacuten a Bauman (2009) definir lo siguiente

la posmodernidad es una modernidad sin ilusiones Las ilusiones en cuestioacuten se resumen en la conviccioacuten de que el laquodes-ordenraquo del mundo no es sino un estado temporal y reparable que tarde o tempra-no seraacute sustituido por los principios de la razoacuten ordenados y sistemaacuteticos (p21)

Es por tanto la respuesta a una crisis de la moral que ha desembocado en el desencan-tamiento del mundo como alguna vez lo pre-conizara el ceacutelebre socioacutelogo Max Weber Por el contrario la posmodernidad propicia el re-encantamiento lo cual significa para Bauman (2009) ldquola posibilidad de enfrentar sin amba-ges la capacidad moral del ser humano como en verdad es sin disfraces ni deformaciones readmitirla al mundo humano desde su exilio moderno restaurarla a su derecho y digni-dadrdquo (p22) Asiacute el traacutensito de la modernidad a la posmodernidad puede entenderse como el itinerario en el cual se recupera el valor de los contenidos no racionales constitutivos del individuo las emociones los impulsos la es-pontaneidad

Con ello la posmodernidad se propone re-vertir el error que la modernidad ha cometido al creer que el yo moral podriacutea identificarse sin maacutes con el nosotros eacutetico ldquolo que taacutecitamente supone cualquier visioacuten de moralidad univer-sal de grupo () es que la conducta moral pue-de expresarse en reglas a las cuales se les da una forma universal los yos morales pueden disolverse en el abarcador laquonosotrosraquordquo (Bau-

man 2009 p40) Esto es asiacute seguacuten Bauman tanto para los defensores del Estado moder-no como para los comunitaristas dado que el procedimiento es el mismo disolver al indivi-duo en un grupo que se supone omniacutemodo superior a cualquier inclinacioacuten personal Por ello la propuesta posmoderna es repersonali-zar la moral es decir devolver su importancia primordial al individuo

224 Sobre la eacutetica la moral y los derechos humanos

En el capiacutetulo I se discutiacutea la evolucioacuten de las acepciones de los teacuterminos eacutetica y moral al tiempo que se haciacutea eacutenfasis en la importan-cia de entender verdaderamente a queacute hace referencia cada autor cuando hace mencioacuten de dichos vocablos Procederemos entonces a hacer lo propio con el autor central de este trabajo de investigacioacuten

Cuando Bauman (2009) habla de eacutetica la entiende como la necesidad que tienen los miembros de las sociedades actuales de una muy especiacutefica clase de ldquoreglas que podriacutean guiar nuestra conducta con los otros () para sentirnos seguros en la presencia de los de-maacutes ayudarnos mutuamente cooperar de manera paciacutefica y obtener de la presencia de los demaacutes un placer libre de temor y de sos-pechardquo (p1) Esta descripcioacuten conlleva una criacutetica intriacutenseca la idea de que en favor de la seguridad se renuncie a la autonomiacutea o en otras palabras que la eacutetica mdashen su acepcioacuten modernamdash someta a la moral

La moral entendida como ldquoel aspecto del pensamiento el sentimiento y la accioacuten hu-manos que atantildee a la distincioacuten entre lo laquoco-rrectoraquo y lo laquoincorrectoraquordquo (Bauman 2009 XI) es una caracteriacutestica de la modernidad En efecto este autor admite como lo hizo en

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su momento McIntyre (2001) que es la mo-dernidad la responsable de poner de relieve la moral bajo estos teacuterminos alejaacutendose de una acepcioacuten circunscrita a las costumbres y tradiciones de las sociedades premodernas en las que no pareciacutea haber tal discernimiento y hacer ldquolo correctordquo significaba vivir seguacuten la forma aceptada

Por el contrario su propia idea de lo mo-ral se opone a esta acepcioacuten y a muchos de los presupuestos de la mente moderna Para exponerla seriacutea uacutetil adoptar en primera ins-tancia una aproximacioacuten negativa es decir ahondar en lo que para Bauman la moral no es para luego dilucidarla en sentido positivo

En efecto Bauman (2009) acusa que con el propoacutesito de justificar la universalidad la modernidad adjudicoacute a la moralidad atributos que no le corresponden entre ellos destacan tres muy importantes propoacutesito reciproci-dad y un caraacutecter contractual Con respecto al propoacutesito el autor acusa el hecho de haberse convertido las elecciones morales en opciones que debiacutean tomarse de forma calculada a fin de obtener alguna utilidad o conveniencia que era la expectativa de que la accioacuten moral debiacutea ser de alguna manera recompensada en el futuro La moral pasa entonces a evaluarse en funcioacuten de los beneficios como medio para

un fin como una forma de invertir en el futuro (p48)

La reciprocidad tiene mucho que ver con la anterior puesto que reside en el supuesto de que a corto o largo plazo la accioacuten moral seraacute devuelta con lo cual se la reduce a teacuterminos transaccionales (Bauman 2009 p51) Se tra-ta pues de esperar de forma taacutecita o impliacuteci-ta el compromiso del otro a recompensar la obligacioacuten que uno haya servido para con eacutel hacieacutendose acreedor de un deber que debiese reciprocar

Finalmente para el autor la universalidad de la moral supone identificarla con una rela-cioacuten contractual en el que las partes acuerdan mutuamente el cumplimiento de las mismas exigencias mdashni maacutes ni menosmdash siempre con-servando en primer lugar el bienestar propio mientras solo se evaluacutean las acciones del otro Bajo esta acepcioacuten no hay personas o indivi-duos sino agentes o partes las reglas y conse-cuencias se establecen de antemano el com-promiso moral estaacute atado a lo estrictamente necesario y el cumplimiento de la obligacioacuten estaacute uacutenicamente motivado por el deseo de evitar por los costos de recibir una sancioacuten (Bauman 2009 pp53-54)

Maacutes importante que la descripcioacuten de es-tos falsos atributos de la moral que Bauman

La posmodernidad es una modernidad

sin ilusiones Las ilusiones en cuestioacuten se resumen

en la conviccioacuten de que el laquodesordenraquo del mundo no

es sino un estado temporal y reparable que tarde o

temprano seraacute sustituido por los principios de la razoacuten

ordenados y sistemaacuteticos

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(2009) declara haber identificado es el diag-noacutestico del comuacuten denominador que subyace a ellos el postulado del caacutelculo de la accioacuten Para el autor estos atributos ldquosuponen que el pensamiento precede a la accioacuten la definicioacuten precede a la tarea la justificacioacuten precede a la obligacioacutenrdquo (p55) Lo que se estaacute criticando aquiacute a la larga es la consideracioacuten de que las acciones morales son por un lado racionales y por el otro impersonales puesto que se les condena a participar en un juego que consiste en sopesar desapasionadamente las opciones y los medios a fin de satisfacer beneficios per-sonales Frente a ello el autor va a declarar tajantemente

Yo sugiero por el contrario que la mo-ralidad es endeacutemica e irremediablemente no racional en el sentido de que no es cal-culada y por ende no se presenta como reglas impersonales que deben seguirse por lo tanto no puede decirse que siga reglas en principio universales (Bauman 2009 p55)

Asiacute la negacioacuten de la racionalidad de la mo-ral descarta tambieacuten los atributos que buscan dar sustento a la universalidad y los reemplaza con otros en primer lugar la moral no tiene un propoacutesito o fin Por el contrario ldquoes maacutes bien la imposibilidad de no ser responsable por este Otro aquiacute y ahora lo que constituye mi capacidad moralrdquo (Bauman 2009 p47) sin caacutelculos de por medio Atender el llamado de responsabilidad se hace imprescindible in-evitable por ello tampoco se puede afirmar que las relaciones morales sean o deban ser reciacuteprocas

Frente a la afirmacioacuten de reciprocidad Bauman (2009) propone la asimetriacutea por cuanto la accioacuten moral me compromete a miacute solo y exclusivamente a miacute ldquoLa actitud antes de las relaciones unilateralidad no reciproci-dad una relacioacuten que no puede revertirse to-

das ellas son las caracteriacutesticas indispensables y definitorias de la postura moralrdquo (p41) Esto es asiacute porque parte de mi responsabilidad con el Otro supone respetar su autonomiacutea La res-ponsabilidad moral es infinita e incondicional y se corrompe en el momento que se actuacutea con el uacutenico deseo de asegurar para el futuro una accioacuten reciacuteproca

Por eso mismo tampoco puede ser enten-dida como un contrato puesto que bajo estos teacuterminos la obligacioacuten de uno termina cuando el otro incumple En cambio la afirmacioacuten de asimetriacutea supone la atencioacuten y el cuidado del Otro con independencia de coacutemo el Otro deci-da actuar conmigo De alliacute que se diga que es una ldquorelacioacuten esencialmente desigualrdquo (Bau-man 2009 p42) Esta desigualdad solamente puede ser entendida con el teacutermino ldquoser para otrordquo No se trata simplemente de convivir puesto que esto no elimina la indiferencia sino de preocuparse de prestar cuidados sin miramientos ni condiciones

Pero ademaacutes se trata de una fuerza pro-funda e indefectiblemente personal que no puede ser arrebatada por una autoridad ex-terna puesto que cuando eso ocurre la ac-titud pierde toda su moralidad y se convierte en un mero seguimiento de reglas Bajo esta idea y contrario a la eacutetica kantiana se sigue que el seguimiento ciego del deber es todo menos un acto moral puesto que el individuo se pierde en la despersonalizacioacuten de reglas y dado que ha sido precisamente la modernidad la que ha postulado dicha despersonalizacioacuten como requisito de universalidad no hay reso-lucioacuten posible de dicho conflicto a menos que se abandone el esquema moderno por com-pleto

Maacutes auacuten el autor procede a revelar los liacute-mites morales que se le presentan a cualquier intento de universalidad eacutetica la cual deriva

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de una cierta acepcioacuten filosoacutefica en torno al sujeto moral En efecto para Bauman (2009) la universalidad presupone que las personas son intercambiables en el sentido de que lo que es vaacutelido para uno lo es igualmente para el otro

Habriacutea una manera faacutecil de que los mu-chos laquoyosraquo se convirtieran en el colectivo laquonosotrosraquo soacutelo si pudieacuteramos considerar todos los laquoyosraquo como ideacutenticos por lo me-nos con respecto a un atributo que asigna las unidades como miembros de un grupo (p41)

Ya se ha explicado que dicho atributo en comuacuten suele atribuirse a la racionalidad como esencia de la especie humana No obstante para el autor lo anterior se hace en detrimento de la ldquomultidimensionalidad del yordquo (Bauman 2009 p41) y maacutes auacuten de su misma integri-dad En cambio bajo su postura posmoderna ser un sujeto moral implica ser uacutenico e irrem-plazable Pero si cada uno lo es no se puede esperar legiacutetimamente a que una determinada conducta se haga regla universal puesto que esto cercena la singularidad y unicidad no solo del sujeto como tal sino de la eleccioacuten moral

La universalidad seguacuten estos argumentos no toma en cuenta las especificidades de las situaciones la grandeza del llamado a la res-ponsabilidad que se da en una relacioacuten de Yo-Tuacute que no puede ser codificada en ninguna regla ni sometida a un tercer teacutermino Asiacute ldquoTo-dos los laquodeberesraquo y laquoreglasraquo que pueden con-cebirse en una relacioacuten moral estaacuten dirigidas uacutenicamente a miacute soacutelo me obligan a miacute y me constituyen soacutelo a miacute en tanto laquoYoraquordquo (Bauman 2009 p44) Esto es asumir que cada mensaje tiene un uacutenico destinatario buscar que el otro sea tambieacuten un destinatario del mismo men-saje es caer en una lamentable contradiccioacuten

puesto que al hacerlo niego la responsabilidad del otro y con ella la miacutea

En este sentido se estaacute indubitablemente solo en el llamado y negarlo supone actuar de mala fe De esta manera el autor va a enten-der la moral como la posibilidad de la eleccioacuten real personaliacutesima de alliacute que sea sinoacutenimo de la autonomiacutea de la voluntad la cual el au-tor pretende proteger de las omniabarcantes reglas Es precisamente aquiacute donde estaacute el quid de la criacutetica puesto que si lo moral es la eleccioacuten libre y responsable del individuo los coacutedigos y reglas que pretendan usurpar esta responsabilidad y usurpar el yo moral termi-nan generando una eacutetica sin moral Esto se vis-lumbra mejor con el siguiente sentildealamiento

La eacutetica mdashun coacutedigo moral que desea ser el coacutedigo moral el uacutenico grupo de pre-ceptos coherentes que deberiacutea obedecer cualquier persona moralmdash considera que la pluralidad de caminos e ideales es un reto y que la ambivalencia de juicios mo-rales es una situacioacuten patoloacutegica que debe rectificarse (Bauman 2009 p7)

Esto se explica por el hecho de que la mo-dernidad ha tratado a la eacutetica como sinoacutenimo de ley de principios bajo los cuales es impe-rativo actuar susceptibles de formulacioacuten y determinacioacuten Se afirma que es un fenoacutemeno moderno porque como afirman Jacobsen y Poder (2008) ldquoCon la introduccioacuten de la filo-sofiacutea moral de Kant la eacutetica ya no era mdashcomo para Aristoacutetelesmdash una cuestioacuten de emitir jui-cios eacuteticos en situaciones particulares (phro-nesis) sino una cuestioacuten de actuar de acuerdo con leyes abstractas y universalesrdquo1 (p62) No obstante la nocioacuten kantiana que postulaba la capacidad del sujeto moral de obedecer su

1 ldquoWiththe introductionofKantrsquosmoralphilosophyethicswasno longer ndashas forAristotlendash a questionofmakingethicaljudgmentsinparticularsituations(phronesis)butaquestionofacting inaccordancewithabstractuniversallawsrdquo(traduccioacutenpropia)

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propia ley fue distorsionaacutendose en tanto se puso mayor eacutenfasis en la obediencia de leyes y a la larga la heteronomiacutea sustituyoacute a la auto-nomiacutea tal y como relata nuestro autor central

Bajo estos teacuterminos el autor ha esgrimido una acusacioacuten contra todo intento de sofocar las intuiciones morales mdashel hecho bruto pri-mordialmdash e impulsos no racionales propios del ser humano con el establecimiento de coacutedigos eacuteticos Frente a ello la propuesta de Bauman (2009) es afirmar que la moral se encuentra alliacute donde la eacutetica sus coacutedigos y principios no existe ldquomoralidad es la condicioacuten de anomia perpetua e irreparable Ser moral significa es-tar abandonado a mi propia libertadrdquo (p56) Adicionalmente enfatiza en el hecho de que toda expresioacuten de ideales compartidos es una amenaza de desaparicioacuten de los sujetos mora-les

Con esto Bauman (2009) no niega que sea posible establecer unos coacutedigos y reglas de na-turaleza social vinculantes de la misma forma para todos pero siempre bajo el entendido de que ldquocualquier acuerdo al que se llegue seraacute inconcluso temporal y no de aceptacioacuten uni-versalrdquo (p23 cursiva propia) Es decir cual-quier coacutedigo eacutetico debe permitir una refunda-cioacuten constante de sus bases incluso cuando el mismo autor admite que ello implica maacutes dificultades para llegar realmente a un con-senso sostenible dado que la posibilidad de reformar constantemente pone en entredicho la vinculacioacuten

Lo que busca rescatar Bauman (2009) con este planteamiento es la idea de que ldquoLa so-ciedad su continuidad y bienestar son posi-bles gracias a la competencia moral de sus in-tegrantes y no a la inversardquo (p20) Esto signi-fica que la moral bajo esta perspectiva es un hecho previo a toda constitucioacuten social razoacuten por la cual no puede someterse ni depende de

ella Esta premisa busca distanciarse enorme-mente de las ideas modernas que afirman que la moralidad solo tiene lugar en una sociedad

Ahora bien dado que los derechos hu-manos son uno de los tantos productos de la creencia en la universalizacioacuten de la eacutetica y en el concepto universal del hombre trascenden-tal previo a sus experiencias seriacutea razonable concluir por razonamiento silogiacutestico que Bauman los niega de forma tajante Cierta-mente otros autores posmodernos lo han he-cho Pero Bauman no llega a tales extremos De hecho su postura al respecto quiere ser criacutetica pero moderada puesto que como vi-mos propone una reflexioacuten y reformulacioacuten de los problemas eacuteticos claves entre ellos los derechos humanos con el fin de que no se conviertan en una manifestacioacuten maacutes del deber eacutetico heteroacutenomo en detrimento de la autonomiacutea moral individual

Al respecto uno de los puntos que el au-tor quiere hacer ver es que los derechos hu-manos representaron una abdicacioacuten de las prerrogativas de la autoridad del Estado para seguir monopolizando la vida individual pero al mismo tiempo tambieacuten se constituyen en argumentos esgrimidos por los comunitaris-tas para aprovechar esta retirada y ocupar los espacios abandonados De hecho Bauman (2009) llega a afirmar ldquoLa supresioacuten maacutes des-piadada y asesina de la autonomiacutea individual se perpetra hoy en diacutea en nombre de los laquode-rechos humanosraquo expropiados y colectiviza-dos como los laquoderechos de la minoriacutearaquo (pero siempre una minoriacutea que desea ser mayoriacutea o al menos aspira al derecho de comportarse como si lo fuera)rdquo (p39)

Por otra parte en Modernidad liacutequida Bauman (2002) arguye que la expansioacuten de los derechos humanos estaacute estrechamente relacionada con el proceso de desregulacioacuten

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y privatizacioacuten de asuntos anteriormente puacute-blicos en el que desembocoacute la modernidad dando paso a la eacutepoca posmoderna como una era del consumo y de la afirmacioacuten exacerba-da del individuo (pp34-35) Raacutepidamente se avizora que esta descripcioacuten de los hechos es una criacutetica negativa por parte del autor puesto que si bien habiacutea denunciado las tendencias totalitarias propias del Estado-nacioacuten de la modernidad temprana hiperreguladora tam-bieacuten ve en la actual modernidad liacutequida o pos-modernidad en la que nos encontramos una tendencia al desarraigo y la individualizacioacuten que tiende a socavar la esfera puacuteblica y la po-sibilidad de plantear causas comunes

En efecto bajo este planteamiento la afir-macioacuten de los derechos humanos constituyoacute una retirada de las autoridades externas en especial del Estado moderno frente al indivi-duo y las comunidades producto del fracaso del mantenimiento de toda Verdad uacutenica y con mayuacutescula Seguacuten Bauman (2002) dicha reti-rada se encuentra ldquoreflejada en el corrimien-to que hizo el discurso eacuteticopoliacutetico desde el marco de la lsquosociedad justarsquo hacia el de los lsquode-

rechos humanosrsquo lo que implica reenfocar ese discurso en el derecho de los individuos a ser diferentesrdquo (p35) Pero detraacutes de la maacutescara de autoafirmacioacuten de individuo este fenoacuteme-no en realidad solo es manifestacioacuten del deseo de ser dejado en paz de la concrecioacuten del in-tereacutes propio y el individualismo como el nuevo desideraacutetum

En este sentido los derechos humanos son interpretados como uno de los mecanismos sociales que han abierto el camino para la apa-ricioacuten de la modernidad liacutequida porque el indi-vidualismo que propugnan va de la mano de un proceso de peacuterdida de identidad y compro-miso con lo cual la esfera puacuteblica se ha visto bastante disminuida y el individuo se encuen-tra en guerra contra el ciudadano (Bauman 2002 p35) Siendo que los derechos huma-nos se proponen como universales antildeorando la idea de una ciudadaniacutea universal con estas afirmaciones se busca hacer auacuten maacutes patente la imposibilidad de estas pretensiones dada las contradicciones que ellas mismas originan

Aparte de esto es poco lo que el autor dice directamente sobre los derechos humanos en Eacutetica posmoderna ya que su enfoque funda-mental es la eacutetica en general pero al mismo tiempo es mucho lo que dice porque como vimos en el primer capiacutetulo los derechos hu-manos son una particularizacioacuten de un debate maacutes grande entre una eacutetica universalista y sus detractores en sus distintas manifestaciones incluyendo la posmodernidad Por tanto las argumentaciones hasta ahora formuladas con-tra la universalidad y su relacioacuten con la crisis eacutetica tienen una significacioacuten relevante en ma-teria de derechos humanos que nos propon-dremos analizar en el siguiente capiacutetulo

Lo que tenemos hasta ahora es una pro-puesta que quiere aprovechar las circuns-tancias de desregulacioacuten de la vida en favor

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de retomar la reflexioacuten sobre las intuiciones morales y la responsabilidad individual para asiacute alcanzar una mayor autenticidad en las di-naacutemicas de nuestras sociedades Queda no obstante por determinar en queacute medida la postura de Bauman en torno a la eacutetica podriacutea argumentar a favor o en contra de la natura-leza de los problemas eacuteticos contemporaacuteneos maacutes acuciantes en particular los derechos hu-manos

CAPIacuteTULO III

IMPLICACIONES DE LA EacuteTICA POSMODERNA DE BAUMAN PARA LA TEORIacuteA DE LOS DERECHOS HUMANOS

31 La postura eacutetica de Bauman y los derechos humanos contrastes y objeciones

Ya en el primer capiacutetulo se expusieron los distintos argumentos a favor y en contra de la universalidad de los derechos humanos desde distintas metaeacuteticas Igualmente se llegoacute a afirmar que esta problemaacutetica forma parte de un debate maacutes amplio entre el universalismo y el particularismo o contextualismo de la eacutetica Lo que hace Bauman en cambio es introdu-cir un tercer teacutermino a dicho debate negando tanto el universalismo como el comunitaris-mo y afirmando una postura posmoderna en defensa de la autonomiacutea moral del individuo en una sociedad cada vez maacutes fragmentada Dado que el mismo autor presenta su postu-ra como una posibilidad de analizar bajo una nueva luz los problemas eacuteticos de la actuali-dad el propoacutesito de este capiacutetulo es analizar la plausibilidad de reformular los derechos hu-manos desde su punto de vista

Se podriacutea empezar por sentildealar algunos ras-gos generales de la significacioacuten de la obra Eacuteti-ca posmoderna en torno al tema que nos ocu-

pa En primer lugar resulta interesante que Jacobsen y Poder (2008) sentildealen que pese a que Bauman asevera que su enfoque no es la moral sino la eacutetica lo cierto es que ldquoEacutetica pos-moderna no es un libro de la eacutetica posmoder-na sino maacutes bien un libro sobre la moralidad posmodernardquo2 (p61) Al respecto esta criacutetica nos parece certera puesto que Bauman al analizar la antinomia modernidad-posmoder-nidad en repetidas ocasiones lo hace usan-do como equivalentes la contraposicioacuten eacuteti-ca-moral argumentando que la modernidad como la era de la eacutetica esto es de normas y leyes exacerbadas debiacutea ser superada por la visioacuten posmoderna de compromiso hacia la repersonalizacioacuten de la moral frente a estas tendencias reguladoras

Maacutes auacuten el autor especiacuteficamente afirma no solamente que su obra no se propone ofre-cer un nuevo coacutedigo eacutetico sino que tampoco ldquopodriacutea contemplarse ninguacuten coacutedigo eacutetico a la luz de lo que se desarrollaraacute en el caminordquo (Bauman 2009 XXVI) Estas afirmaciones par-ten de la idea de que la moralidad es posible solamente alliacute donde no llega la eacutetica puesto que ella no puede ser mensurada por la co-dificacioacuten de reglas universales su propuesta final es precisamente una moral sin eacutetica

Como vimos esto no quiere decir que to-das las reglas bajo las cuales se rigen las so-ciedades deban ser abolidas pero siacute se afirma una tensioacuten permanente e irresoluble entre eacutetica y moral ya que esta uacuteltima ldquoresiste cual-quier codificacioacuten formalizacioacuten socializa-cioacuten universalizacioacuten La moral permanece cuando la labor de la eacutetica de la Gleichschal-tung ha concluidordquo (Bauman 2009 p48) Por tanto el autor sugiere un relajamiento de dichos coacutedigos un olvido de la universalidad

2 ldquoPostmodern Ethics is not a book on postmodernethicsbutratherabookonpostmodernmoralityrdquo(traduccioacutenpropia)

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que en definitiva ha fracasado en favor de la agencia moral individual

Lo anterior lleva a Jacobsen y Poder (2008) a concluir en una razoacuten por la cual la teoriacutea moral de Bauman tiene un impacto tan limi-tado a diferencia de sus formulaciones socio-loacutegicas mucho maacutes extendidas entender la moralidad como un instinto presocial que tie-ne lugar alliacute donde los coacutedigos universales no existen dan origen a una teoriacutea moral fuera de la vida social Seguacuten esta observacioacuten la idea de Bauman era apostar por la formulacioacuten de una experiencia moral anterior pero al mismo tiempo complementaria a las teoriacuteas socioloacute-gicas existentes Con ello no se niega que esta moralidad pueda actualizarse en el reino de lo social pero siacute se afirma que su fuente es ex-clusivamente el individuo y que no depende de las formaciones sociales para existir (p67) Por el contrario podriacutea ocurrir que sean las so-ciedades precisamente las que silencien esta agencia moral como Bauman acusa que ocu-rrioacute en la modernidad

A esto hariacutea falta agregarle el hecho de que en realidad Bauman no solamente estaacute apuntando a una teoriacutea moral previa a la vida en sociedad sino que su intencioacuten es de he-cho deslastrarse de formular cualquier tipo de teoriacutea a fin de abogar en favor de la responsa-bilidad uacutenica e irreducible de cada individuo Si se entiende la moralidad como no racional e instintiva infinita y profundamente personal por cuanto atantildee uacutenicamente a la relacioacuten con el Otro y nada maacutes tal y como hizo este autor no hay teoriacutea que pueda aprehenderla maacutes que aquella que sea lo suficientemente mo-desta como para conformarse con sentildealar la responsabilidad moral de los individuos

La prescindencia de formulaciones teoacutericas con base en estas justificaciones no es nue-va y tambieacuten tienen su origen en la negacioacuten

de la universalidad Por ejemplo Ortiz Millaacuten (2016) afirma que la necesidad de olvidarse de las teoriacuteas filosoacuteficas ha sido justificada por el hecho de que ellas olvidan los aspectos de la vida concreta como las relaciones personales que juegan un rol fundamental en las decisio-nes morales En cambio se argumenta que ldquoLa eacutetica () no es la creacioacuten de los filoacutesofos sino producto de la decisioacuten del individuo de adoptar ciertos principios o modos de vidardquo (p123) y que por tanto estas teoriacuteas aun-que muchas veces lo pretenden no van a dar soluciones definitivas a los problemas mora-les

Es posible concluir que Bauman tambieacuten compartiacutea esta visioacuten por cuanto no solo con-trariaba la creencia de que los hechos morales puedan identificarse como acciones derivadas de la decisioacuten racional sino tambieacuten conside-raba la autonomiacutea moral como el libre desa-rrollo de la persona en situaciones concretas en las vivencias personales en definitiva en la vida misma Es lo inaprehensible por la teoriacutea lo que el autor quiere revalorizar De alliacute que la universalidad no sea posible ya que no se puede replicar para otros lo que es puramente personal

Pero lo anterior tiene implicaciones para los problemas eacuteticos contemporaacuteneos En primer lugar recordemos que los derechos humanos como vimos en el primer capiacutetulo se propo-nen como derechos establecidos por princi-pios morales a los cuales se llega por medio de la reflexioacuten en torno a lo que resulta valioso e inalienable para todo ser humano No obstan-te Bauman toma una primera embestida con-tra cualquier teoriacutea eacutetica normativa e incluso contra una metaeacutetica racionalista al afirmar la incomunicabilidad de la moral y la completa subjetividad del individuo quien no puede dar razones de sus actos morales Asiacute descarta la posibilidad de entendimiento en torno a una

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eacutetica miacutenima universal erigida sobre principios fundamentales ya que ella exige la capacidad de poder razonar sobre ellos

Por el contrario la existencia de los dere-chos humanos como derechos morales de-pende indefectiblemente de la capacidad de justificarlos racionalmente como exigencias vaacutelidas para todos no pertenecen al rango de intuiciones sentimientos o impulsos que Bau-man defiende ―aunque tampoco son necesa-riamente incompatibles con su existencia― sino que suponen para sus defensores jus-tificaciones de origen moral y en este senti-do soportadas por razones uacuteltimas De ello se deriva que en la medida en que se niegue la posibilidad de reflexionar acerca de los hechos morales se socava la posibilidad misma de sostener los derechos humanos puesto que ellos se postulan exclusivamente como valores eacuteticos juriacutedicos y poliacuteticos de base racional

La afirmacioacuten anterior se hace sobre la idea de que de nada sirve afirmar la validez praacutec-tica de los derechos humanos abstenieacutendose de la tarea de fundamentarlos moralmente y de afirmar su universalidad puesto que esto los hace vulnerables a aquello mismo que na-cieron para contrarrestar la arbitrariedad y la contingencia Es por esto que Nino (1989) argumenta que los derechos humanos sola-mente pueden surgir de la formacioacuten de ldquouna conciencia moral de la humanidad acerca del valor de estos derechos y de la aberracioacuten in-herente a toda accioacuten dirigida a desconocer-losrdquo (p4) Exigen la consolidacioacuten de la idea de que tienen una justificacioacuten intriacutenseca que trasciende la contingencia tanto de los siste-mas juriacutedicos y poliacuteticos como de las convic-ciones e impulsos particulares

Bauman al negar la posibilidad de dar cuenta racionalmente de los hechos morales y de siquiera incluso poder distinguir entre lo

bueno y lo malo dada la ambivalencia esencial del individuo y de la moral no admite este tipo de justificaciones uacuteltimas con base en princi-pios fundamentales Su postura similar a la de otros posmodernos es antifundacionalista Por otro lado el pensamiento de este autor acarrea para los derechos humanos conse-cuencias similares a aquellas del escepticismo

Esto es asiacute por lo siguiente seguacuten Nino (1989) para los autores que sostienen un escepticismo eacutetico ldquoes imposible dar razones en defensa de una concepcioacuten moral como la que legitima los derechos del hombre puesto que la adopcioacuten de ese tipo de concepciones estaacute determinada por decisiones o emocio-nes que no estaacuten controladas por criterios de racionalidadrdquo (p6) De la misma forma para Bauman la moralidad es una estructura primi-genia constituida por hechos brutos por im-pulsos y sentimientos por lo cual es imposible dar cuenta racionalmente de ellos Escapan de las reglamentaciones generales que bus-can responder a un ordenamiento racional de la sociedad Asiacute dentro de su postura como el mismo autor admite no cabriacutea posibilidad de fundamentar coacutedigos eacuteticos universales en nombre de ciertos principios tales como la dignidad o de atributos compartidos como la racionalidad

De esta manera las consecuencias de am-bas posturas son similares en el sentido de que despojan a los derechos humanos de un sus-trato moral-racional y prescriben que se trate a todo coacutedigo eacutetico como acuerdos sometidos a la especificidad de las circunstancias con nin-guna pretensioacuten de trascenderlos Lo que los universalistas reclamariacutean contra ello es que sin un sentido cognoscible en torno a lo que se puede considerar justo no se ve coacutemo puede subsistir una sociedad puesto que la afirma-cioacuten de que los principios morales se adoptan uacutenicamente por decisioacuten o por emocioacuten ter-

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mina por volver inuacutetil toda discusioacuten que solo se limitariacutea a dar una ilusioacuten de racionalidad y nada hace para evitar un choque permanente de voluntades (Nino 1989 p54)

Quizaacutes por esto Bauman (2009) no abo-goacute expresamente por la erradicacioacuten de todo coacutedigo eacutetico sino que se limitoacute a prescribir su flexibilidad al reducirlos al modesto aacutembito de ldquola capacidad de negociar el arte y usos de la convivenciardquo (p22) Sin embargo lo cierto es que su postura en torno a una moral no racio-nal ambivalente e incognoscible difiacutecilmente hace posible dicha negociacioacuten debido a que no es posible esgrimir razones en favor de una u otra opcioacuten El mismo autor admite que su acepcioacuten de moral antildeade obstaacuteculos a esta ta-rea de acordar las condiciones de convivencia pero pocas luces arroja en cuanto a formas de poder superarlos

Igualmente su propuesta de aceptar abier-tamente la contingencia y ambiguumledad dando fin a las pretensiones de universalidad reduce coacutedigos eacuteticos como los derechos humanos al plano de las meras convenciones puesto que se admite que no tienen ninguna posibilidad de fundamentacioacuten maacutes allaacute del hecho de que las personas acuerden en su conveniencia lo cual puede variar enormemente de acuerdo con la eacutepoca y la sociedad Esto sin embargo difiere enormemente con las bases filosoacuteficas de la teoriacutea de los derechos humanos que se presentaron en el primer capiacutetulo

En efecto la justificacioacuten de los derechos humanos seguacuten el universalismo moral no es compatible con convenciones en torno a lo que resulta mejor para todos porque dichos instrumentos no hacen sino existir en la me-dida en que se admite una conveniencia ge-neral o la existencia de razones prudenciales de por medio y por tanto pueden dejar de existir cuando las circunstancias asiacute lo requie-

ran Esto es contrario a lo que se propone con los derechos humanos como derechos mora-les esto es la aceptacioacuten de unos imperativos que son inalienables e imprescriptibles Sin estas caracteriacutesticas se argumenta los seres humanos pueden faacutecilmente caer viacutectimas de las circunstancias

Esto no quiere decir que en la historia de los derechos humanos los coacutedigos eacuteticos que de ellos han derivado no han tenido ni pueden tener modificaciones De hecho ha sido todo lo contrario La esfera de lo que se considera un derecho humano se ha expandido a espa-cios inimaginables para un sujeto de digamos hace un par de siglos No obstante lo que los universalistas sugieren es que dicha expansioacuten no se debe uacutenicamente a que se ha acordado que ampliar los derechos es maacutes convenien-te sino que atiende a un proceso en el cual las realidades sociales se van configurando en torno a una moral ideal Maacutes adelante se tra-taraacute este tema como una distincioacuten entre mo-ral social y moral ideal o criacutetica

Por otra parte resulta pertinente referirnos a algunas aseveraciones hechas por nuestro autor central que demandan algunas precisio-nes En primer lugar Bauman (2009) enfatiza en que los filoacutesofos modernos a fin de llevar a cabo su ambicioacuten de instruir en torno a los principios de la conducta moral debiacutean con-vencer a los hombres y mujeres particulares que seguir estos principios era bueno en un sentido proacuteximo y terrenal es decir que com-portarse moralmente reportaba beneficios en teacuterminos del intereacutes y el amor propio (p13) Esto estaacute relacionado con el principio de re-ciprocidad que el autor criticaba en la acep-cioacuten moderna de moral porque afirmaba que la modernidad promoviacutea una conducta moral interesada con base en la expectativa de que seriacutea recompensada en un futuro por el bene-ficiario de su accioacuten

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No obstante los principios de los que de-rivan los derechos humanos coacutedigo eacutetico mo-derno por excelencia no estaacuten sostenidos so-bre el intereacutes propio ni sobre la reciprocidad puesto que estos criterios maacutes bien llegan en ocasiones a contrariar lo que se busca prote-ger En efecto la eacutetica del autointereacutes desem-boca a la larga en el relativismo que propi-cia el caacutelculo en funcioacuten de beneficios En el momento en que sea de intereacutes por ejemplo matar la defensa del autointereacutes pocos frenos ofrece a la consecucioacuten de ese objetivo maacutes allaacute de los posibles dantildeos que eso puede aca-rrear Es el mismo razonamiento si se tratara del intereacutes colectivo

En cambio una teoriacutea de los derechos hu-manos impone que sin importar el resultado de los caacutelculos de beneficios la autonomiacutea y dignidad del individuo son invulnerables Ellos pertenecen maacutes bien al tipo de eacutetica deonto-loacutegica que defiende razones uacuteltimas es decir exigencias morales de orden superior ldquouna razoacuten moral es por definicioacuten una razoacuten que prevalece ―aunque contingentemente pueda coincidir con ellas― sobre razones de autoin-tereacutesrdquo (Nino 1989 p71) De esta manera este autor soporta que la afirmacioacuten de la universa-lidad no se apoya sobre una eacutetica de autoin-tereacutes como sentildealaba Bauman puesto que la relatividad que conlleva el actuar de acuerdo con lo que resulta maacutes beneficioso no es co-herente con el establecimiento de principios racionalmente vaacutelidos para todos Los dere-chos humanos prescriben actuar moralmente incluso cuando ello se encuentre en conflicto con intereses propios o colectivos

Igualmente la naturaleza contractualista de la moral que Bauman declara identificar en las pretensiones de universalidad no es una afirmacioacuten completamente certera De he-cho podemos encontrarnos nuevamente con el caso de que una moral social basada en un

pacto entre las partes maacutes bien contradiga las aspiraciones universalistas Esto es asiacute porque ldquoLo que se alcanza por esta viacutea contractualis-ta o consensualista no es la fundamentacioacuten de una pretensioacuten de verdad sino un acuerdo de voluntades o la decisioacuten comuacuten de aceptar la autorregulacioacuten de la interaccioacutenrdquo (De Zan 2004 p89) Asiacute bajo estos teacuterminos la univer-salidad no es posible ya que el contrato solo obliga a aquellos que lo suscriben pero no hay obligacioacuten de tener las mismas consideracio-nes con aquellos que se encuentran fuera de eacutel

De la misma forma las distintas mane-ras en las que se percibe la relacioacuten entre las elecciones personales y los coacutedigos eacuteticos uni-versales se deriva de distintas reflexiones en torno a la naturaleza de las instituciones alre-dedor de las cuales se cristalizan las relaciones sociales Asiacute por un lado Bauman (2009) esta-ba convencido de que ldquoTodas las instituciones sociales apoyadas en sanciones coercitivas se han fundado sobre la suposicioacuten de que es im-posible confiar en que el individuo haraacute una buena eleccioacutenrdquo (p15) No obstante hay otros argumentos que se contraponen inmediata-mente a esta idea y afirman

en praacutecticamente todas las sociedades conocidas se desarrollan reglas y praacutecticas que presentan las propiedades distintivas de la moral lo que hace presumir la exis-tencia de cierta conexioacuten importante en-tre los rasgos caracteriacutesticos de la moral y circunstancias baacutesicas de la vida social (Nino 1989 p93)

Con esto se quiere hacer ver dos afirmacio-nes contrarias a lo sostenido por Bauman En primer lugar que las instituciones y las normas sociales que heredamos de la modernidad no se apoyan exclusivamente ni fundamental-mente sobre la coaccioacuten sino sobre justifica-ciones morales a tal punto que llega a afir-

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marse que toda norma juriacutedica en realidad apela a principios morales De darse el caso en que una de estas normas los contrariacutee estos principios tienen superioridad sobre ellas

Es un hecho social aparentemente establecido que ninguacuten sistema juriacutedico puede preservarse soacutelo sobre la base del temor al empleo de la coaccioacuten y sin la creencia difundida entre buena parte de los suacutebditos y de los mismos funcionarios en la legitimidad moral de los oacuterganos del sistema (Nino 1989 p100)

Para argumentarlo Nino (1989) hace una distincioacuten entre coacutemo opera el derecho y coacutemo opera la moral para facilitar la coopera-cioacuten social las herramientas del derecho son la autoridad y la coaccioacuten esto es disuade a las personas de actuar de forma contraria a la conducta deseada fundamentalmente a traveacutes del castigo En cambio la moral es diferente puesto que opera intriacutensecamente con razo-nes esto es hace posible la cooperacioacuten me-diante la argumentacioacuten a favor o en contra de ciertas actitudes y comportamientos con base en los principios de una moral ideal (pp99-100) La forma en que esto es posible seraacute un punto fundamental que seraacute tratado en el si-guiente apartado lo que basta enfatizar por ahora es que hay una estrecha relacioacuten entre la moral y la vida en sociedad de la que Bau-man no da cuenta y que es fundamental para hablar de derechos humanos

Efectivamente con base en estas afirma-ciones una institucioacuten social tiene poder coac-tivo pero tambieacuten debe apoyarse aunque sea parcialmente sobre las convicciones morales de los individuos no suprimirlas por comple-to Lo anterior puede ser respaldado por la evidencia de que en muchos contextos poliacuteti-co-sociales por maacutes diversos y distintos que sean los ciudadanos aducen razones morales en favor del respeto y la garantiacutea de los de-

rechos humanos incluso cuando las normas y leyes positivas expliacutecitas en dicho sistema los contrariacutean ldquoSe reclama el respeto de los dere-chos humanos aun frente a sistemas juriacutedicos que no los reconocen y precisamente porque no los reconocenrdquo (Nino 1989 p15) Pero de esta naturaleza moral de las instituciones poco nos dice Bauman quien maacutes bien tien-de a contraponer al individuo frente a ellas al grado que entiende por autonomiacutea el espacio donde ellas no existen

Una posicioacuten contraria la defiende Nino (1989) para quien la autonomiacutea es un prin-cipio moral que exige la defensa de coacutedigos universales como los derechos humanos para defender al individuo frente al uso del poder ldquoLa autonomiacutea ademaacutes de ser un bien perso-nal y como dije de ser un aspecto esencial de cualquier concepcioacuten plausible sobre lo que es bueno en la vida forma parte de un principio intersubjetivo puesto que incluye pautas de conducta de uno hacia los demaacutesrdquo (p183) Si fueacuteramos a comparar la postura de Bauman estariacutea de acuerdo con la primera parte de la afirmacioacuten mas no con la segunda puesto que su punto es que la amenaza a la autonomiacutea proviene precisamente de toda afirmacioacuten de posibilidad de dilucidar e institucionalizar pau-tas de conducta moral cuando ellas maacutes bien dependen del individuo y nada maacutes que de eacutel

Lo que ocurre aquiacute es que hay discrepan-cias de fondo en torno a la naturaleza de la moral y la eacutetica con respecto a lo afirmado por Bauman Efectivamente aunque no hubiese objeciones contra la caracterizacioacuten que hace nuestro autor central de la moralidad como un fenoacutemeno presocial un hecho bruto otros autores rescatariacutean cuando menos el hecho de que dicho fenoacutemeno se actualiza dentro de una sociedad en la medida en que un sujeto se encuentra con otros y la actividad reflexi-va acerca de lo moral se hace necesaria razoacuten

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por la cual eacutetica no se opone a la moral como afirma nuestro autor

Rodriacuteguez (2001) por ejemplo afirma que ldquola Eacutetica es un saber moral y no soacutelo un saber acerca de la moralrdquo (p27) Esto es no solamente es una reflexioacuten de los fenoacutemenos morales sino que en siacute mismo es un conoci-miento moral en la medida en que fundamen-ta filosoacuteficamente normas y valores ldquola Eacutetica presupone el conocimiento moral prefilosoacute-fico parte de eacutel y elabora filosoacuteficamente la lsquoloacutegica praacutectica (la racionalidad) que este con-tienerdquo (Rodriacuteguez 2001 p19) Si concorda-mos con esta afirmacioacuten entonces las reglas y coacutedigos que surgen de la reflexioacuten filosoacutefica no podriacutean ser consideradas artificiales ni contra-rias a la moral sino derivadas de ella

Por otra parte Cortina (2000) coincidiriacutea con Bauman en afirmar que ldquola eacutetica tiene que habeacuterselas con un hecho peculiar e irreducti-ble a otros el hecho de que nuestro mundo humano resulte incomprensible si elimina-mos esa dimensioacuten a la que llamamos moralrdquo (p18) Esto es asiacute porque en el mundo vivido es la moral esa pluralidad de actitudes valo-raciones y preferencias lo que prima y sola-mente en contadas ocasiones esas expresio-nes son reflexivas No obstante Cortina (2000) tambieacuten asevera que ldquono es menos cierto que uacutenicamente un provisional distanciamiento con respecto al mundo cotidiano destinado a construir una fundamentacioacuten serena y ar-gumentada permite a los hombres a la larga aduentildearse de siacute mismosrdquo (p19) Este distan-ciamiento es lo que se entenderiacutea como que-hacer eacutetico que es propiamente el que aspira a dar con argumentos de validez universal

Es por medio de la legitimidad de este que-hacer que Cortina (2000) procede a defender que ldquoexiste una base moral comuacuten a la que nuestro momento histoacuterico no estaacute dispuesto

a renunciar en modo alguno y que a su vez justifica el deber de respetar las diferencias (hellip) es el reconocimiento de la dignidad del hombre y sus derechosrdquo (p21) De modo que lo que hace la autora es apostar por la impres-cindibilidad y reciprocidad tanto de las intui-ciones y fuerzas morales previas a la reflexioacuten como de la reflexioacuten misma sobre ellas La moral vivida y la moral pensada como equiva-lentes a moral y eacutetica respectivamente (Corti-na 2000 p19) El reconocimiento de ambas sin menospreciar la necesidad o integridad de cada una le permite a la autora defender que dentro de la pluralidad presente en la mora-lidad hay una conciencia universal cada vez maacutes fuerte en torno a los derechos humanos la cual resulta de la confianza en la potencia-lidad de la filosofiacutea para desentrantildear razones sobre lo moral

Lo que aquiacute se quiere plantear es que la re-lacioacuten entre la moral por un lado y las reglas estructuras y normas provenientes del queha-cer eacutetico por el otro son maacutes complejas No se trata simplemente de plantear una dicotomiacutea entre el polo normativo y el polo de la libertad en la que este uacuteltimo deba ser redimido tal y como Bauman hizo sino que la cuestioacuten con-siste en entender que ldquoante los hombres se plantea un doble problema que han de vivir bien y que han de vivir bien juntos vivir bien es maacutes importante vivir bien juntos es maacutes fundamental porque soacutelo juntos podemos vivir y vivir bienrdquo (Rodriacuteguez 2001 p37) Es la buacutesqueda de una buena convivencia dentro de una miriacuteada de convicciones personales lo que busca dar legitimidad al ejercicio de la eacuteti-ca

No obstante debido a los teacuterminos en que Bauman plantea su aceacuterrima defensa de la autonomiacutea individual el aspecto de vivir bien juntos no es cubierto por su postura Al res-pecto Jacobsen (2004) afirma que ldquoEl viacutenculo

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entre la microeacutetica y la macroeacutetica entre el aacutembito pre-social de la moral y el aacutembito social y poliacutetico de la justicia sigue siendo un pro-blema sin resolver en el trabajo de Baumanrdquo3 (Jacobsen y Poder 2008 p71) En efecto la propuesta de Bauman afirmadora de la capa-cidad moral como prerreflexiva y vivencia en la que el encuentro con el Otro es quien llama a mi responsabilidad desemboca en una en-crucijada cuando se revela que esta relacioacuten Yo-Otro deja muy poco espacio para la entrada de un Tercero es decir para dar cuenta de la vida social De alliacute que autores como Jacobsen y Poder (2008) resalten las limitaciones de la postura de Bauman al dejar sin responder la pregunta de coacutemo podriacutea esta acepcioacuten de la moralidad involucrar a la sociedad

Al rechazar por completo la concep-cioacuten moderna de eacutetica Bauman se ha ex-pulsado en un vaciacuteo micro-social Por un lado describioacute un lsquopartido de dosrsquo preso-cial donde reinaba la moralidad suprema por otro lado encontramos un reino social que no es cubierto por la teoriacutea de Bau-man y como tal es un desierto moral4 (p70)

Por el contrario autores como De Zan (2004) admiten que responder a la pregunta de coacutemo vivir en sociedad pasa por admitir la capacidad de la disciplina filosoacutefica de em-prender ldquola buacutesqueda de los fundamentos de las normas y de las valoraciones y va indiso-lublemente asociada a la criacutetica es decir al

3 ldquoThe link betweenmicro-ethics andmacro-ethicsbetween the pre-social realm ofmorality and thesocial and political realm of justice remains anunsolved problem in Baumanrsquos workrdquo (traduccioacutenpropia)

4 ldquoBycompletelyrejectingthemodernconceptionofethicsBaumanhasdrivenhimselfout in amicro-social vacuum On the one hand he depicted apre social lsquoparty of tworsquo where morality reignedsupremeontheotherhandwefindasocialrealmthatisnotcoveredbyBaumanrsquostheoryandassuchamoraldesertrdquo(traduccioacutenpropia)

cuestionamiento de cada fundamentacioacutenrdquo (p37) Cuando los individuos se encuentran con que sus impulsos morales podriacutean encon-trarse en conflicto con el de otros y al mismo tiempo reconocen la necesidad de cooperar para convivir se da paso a la eacutetica normativa como forma de reflexionar en torno a fenoacuteme-nos morales

Por supuesto estas opiniones seriacutean obje-tadas por Bauman por afirmar que los fenoacute-menos morales pueden ser objeto de reflexioacuten y razonamiento y que el elemento social es importante para ello De la misma manera ar-gumentariacutea que la necesidad de justificacioacuten racional de la conducta moral es precisamente resultado de la desconfianza de la capacidad moral de los individuos de manejarse por su cuenta de ser libres Pero al mismo tiempo las opiniones que reconcilian eacutetica con mo-ral se presentan como una alternativa a la postura de Bauman porque precisamente siacute dan cuenta o al menos lo intentan de coacutemo puede hablarse de una dimensioacuten social de la moral Lo anterior se refleja con la siguiente pregunta que se hace De Zan (2004)

Pero si se acepta esta reduccioacuten de la moralidad a la esfera de la vida meramen-te privada iquestcoacutemo habraacute de ser posible fundamentar entonces las condiciones para que la libertad de cada uno pueda coexistir con la libertad de todos los otros en el marco de una ley general (p29)

De la misma manera Rodriacuteguez (2001) de-clara que es un error sustraer de la reflexioacuten fi-losoacutefica puacuteblica las distintas acepciones mora-les con base en la afirmacioacuten de la individuali-dad y la autonomiacutea puesto que ldquoEl vaciacuteo eacutetico resultante genera en efecto actitudes y haacutebi-tos incompatibles con las exigencias miacutenimas de justicia de colaboracioacuten e imparcialidad que la eacutetica puacuteblica considera con razoacuten como

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universalmente vinculanterdquo (p31) Seguacuten este autor alliacute donde hay un vaciacuteo eacutetico no se ge-neran espacios para la moral como afirmaba Bauman sino una miriacuteada inevitablemente contradictoria de posiciones morales que pro-ducen conflictos de difiacutecil sino imposible re-solucioacuten Por el contrario los derechos huma-nos se postulan como una de esas condiciones miacutenimas de justicia de vinculacioacuten universal pero ello solamente cuando se admite que es posible una eacutetica puacuteblica en la cual se ponga en praacutectica la reflexioacuten sobre lo moral

Cierto es que la concrecioacuten de la universa-lidad de los derechos humanos se enfrenta a obstaacuteculos praacutecticos que son cuando menos difiacuteciles de superar De alliacute que nuestro autor central haya afirmado que la universalidad solo llega hasta los liacutemites de la soberaniacutea del Estado sin tener voz ni voto real fuera de alliacute No obstante frente a esta objecioacuten los univer-salistas defienden que es imposible no atesti-guar la progresividad y expansioacuten de los de-rechos en los ordenamientos juriacutedicos de los paiacuteses maacutes diversos ldquode modo que el coacutedigo de los derechos humanos se ha convertido en una de las plataformas comunes de coexisten-cia y cooperacioacuten internacionalrdquo (De Castro 1995 p398)

Por supuesto que lo anterior ameritariacutea un estudio que determine la realizacioacuten real de estas aspiraciones de concrecioacuten de valores universales No obstante lo que siacute se observa aquiacute es que el reconocimiento de estos dere-chos si bien con limitaciones praacutecticas impor-tantes se ha extendido a lo largo de paiacuteses muy disiacutemiles entre siacute lo cual podriacutea llevar a pensar que existe al menos un acuerdo ex-preso en la legitimidad de sus pretensiones si bien no se realicen por completo Por esta razoacuten donde Bauman (2009) ve un intento pobre de consolidacioacuten supraestatal de uni-versalidad basada en la buacutesqueda de meros

acuerdos ldquomaacutes del tipo de lsquocomuacuten denomina-dorrsquo que de lsquoraiacuteces comunesrsquordquo (p33) autores como De Zan (2004) consideran que la aspira-cioacuten a un derecho cosmopolita sobre la que se basan los derechos humanos maacutes allaacute de depender de una simple convergencia mutua de acuerdos supone algo maacutes significativo

La apertura a la universalidad que se realiza en todas las dimensiones de la vida social poliacutetica econoacutemica y cultural tiene su raiacutez maacutes profunda en la relacioacuten esen-cial de identidad y universalidad que es constitutiva de la autoconciencia racional propia del hombre (p157)

Asiacute se supone que esto demuestra un con-senso progresivo en torno a estos principios de justicia que cada vez maacutes son incorporados en los sistemas morales vigentes de distintas sociedades De cualquier manera los argu-mentos a favor de la universalidad asumen que si bien la concrecioacuten praacutectica es suma-mente importante las dificultades que se pre-sentan para hacer esta aspiracioacuten una realidad no deben menoscabar la aspiracioacuten misma en su caraacutecter de exigencia eacutetica

Otro argumento que Bauman sostuvo en contra del proyecto moderno de universali-zacioacuten es el inconsecuente pluralismo en el que desembocoacute pese a los esfuerzos maacutes de-cididos por promover el progreso y el orden Esto se manifiesta en distintas tendencias de las sociedades contemporaacuteneas por un lado la defensa de un multiculturalismo recio apo-yado sobre la proliferacioacuten de sentimientos parroquialistas que socavan cualquier intento de proponer una sociedad internacional cos-mopolita en defensa de los derechos huma-nos por otro lado el desarrollo de un modo de vida extremadamente individualista movi-da por el intereacutes propio lo cual ha minado la integridad de la esfera puacuteblica

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Ambas situaciones han puesto de mani-fiesto la aparicioacuten de una variedad ampliacutesima de modos de vida que en muchas ocasiones son contradictorios entre siacute en oposicioacuten a lo que deseaba la modernidad Asiacute para nuestro autor lo que se supone que ha debido de ser un coacutedigo eacutetico vaacutelido y aceptado por y para todos un orden social uacutenico y racionalizado terminoacute multiplicaacutendose en numerosas reglas y autoridades contradictorias que reclamaban el monopolio de sentido

No obstante desde una posicioacuten contraria Rodriacuteguez (2001) afirma ldquoel pluralismo de for-mas de vida no significa que estas renuncien a la pretensioacuten de ser razonables Cada forma de vida responde a una loacutegica y por ello cada forma de vida puede ser en liacutenea de principio objeto de explicitacioacuten de investigacioacuten y de juicio racionalrdquo (p53) En este sentido este autor difiere con Bauman al sostener que la admisioacuten del pluralismo y el valor moral del in-dividuo no son irreconciliables con la admisioacuten de ciertas condiciones de vida que se suponen universalmente compartidas particularmente la justicia y la igualdad y que por eso mismo buscan ser concretados en normas tambieacuten de caraacutecter universal

Por otra parte como se vio en el capiacutetulo anterior Bauman ha argumentado que la crisis eacutetica posmoderna ha sido en parte promo-vida por la proliferacioacuten de declaraciones de los derechos humanos los cuales pese a que han puesto frenos a las prerrogativas del Esta-do no han sido instrumentos de una verdade-ra emancipacioacuten y autoafirmacioacuten individual sino que han estado al servicio de las dinaacute-micas internas de la modernidad liacutequida para promover la privatizacioacuten de todos los aacutembitos en detrimento de la esfera puacuteblica eliminar todo vestigio de cohesioacuten social y promover un proceso de individualizacioacuten exacerbada

Sin embargo contrariamente a Bauman De Zan (2004) argumenta

El que se reconozca como fenoacutemeno socioloacutegico la progresiva privatizacioacuten de los ideales y modelos eacuteticos no quiere de-cir que pueda admitirse tambieacuten la privati-zacioacuten y la relatividad de todos los valores y de los principios morales porque sin una moral puacuteblica no es posible el orden poliacuteti-co el derecho ni la sociedad misma (p27 cursiva propia)

En efecto pese a que este autor coincide en admitir el desplazamiento del Estado del centro de la vida puacuteblica la reivindicacioacuten de la autonomiacutea de las identidades locales y re-gionales y el individualismo difiere en cuanto a las consecuencias que diagnostica en el aacutem-bito moral puesto que rescata que todo ello no necesariamente desembocoacute en una privati-zacioacuten de la eacutetica y de todo aspecto de la vida sino que por el contrario dio paso a la reva-lorizacioacuten de la distincioacuten entre lo puacuteblico y lo no puacuteblico lo cual incluye la dimensioacuten moral

De hecho De Zan (2004) defiende que esta situacioacuten no es necesariamente producto de un individualismo exacerbado y que por el contrario maacutes bien ha sido un logro de la mo-dernidad el haber provocado la retirada del Estado frente a los planes de los individuos y al ethos de las comunidades (p59) No obstan-te al mismo tiempo esclarece que esta recien-te ldquoneutralidad del sector puacuteblico-estatal no puede significar sin embargo dejar libradas las cuestiones axioloacutegicas a la mera subjetivi-dad sin confrontacioacuten y la orientacioacuten racio-nal de los principios de la moralidad puacuteblicardquo (De Zan 2004 pp31-32)

Aquiacute lo que se estaacute defendiendo es que si bien los individuos tienen una personalidad moral inviolable las convicciones morales personales y comunitarias deben ser alimen-

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tadas y puestas a prueba por una confronta-cioacuten racional cuyo propoacutesito es hacer posible la vida juntos y de esta manera garantizar precisamente la integridad de dicha persona-lidad para cada uno de los casos Ahora bien el procedimiento que se supone debe hacer posible el paso del mundo de infinitas subjeti-vidades y particularidades al mundo de la uni-versalidad de ciertos principios es el discurso moral

En razoacuten de lo anterior De Zan (2004) se pregunta ldquoiquestQueacute es lo que queda entonces del proyecto (o del mito) de la modernidad sobre la comprensioacuten omniabarcante de lo puacuteblicordquo (p65) A esta pregunta responde la nocioacuten de razoacuten puacuteblica fenoacutemeno que se dio a la par de la privatizacioacuten de los espacios sociales La razoacuten puacuteblica denota una esfera en la que in-dependientemente de todas las concepciones comprehensivas comunitarias o las elecciones personales ―razones no puacuteblicas― es posi-ble conciliar aquellos asuntos que conciernen a todos sobre el establecimiento de unos valo-res baacutesicos para la consecucioacuten del bien gene-ral y teacuterminos equitativos para la cooperacioacuten (De Zan 2004 p66)

En principio lo anterior podriacutea sonar utoacute-pico pero en realidad parte de la considera-cioacuten de que no hay posible conciliacioacuten entre las cosmovisiones personales y comunitarias y que seriacutea maacutes bien inmoral intentar homo-geneizarlas tal y como establece Bauman No obstante para evitar caer en un solipsismo o en el reino de la pura subjetividad se propone un espacio en el que las razones que requieren ser discutidas sean uacutenicamente aquellas sobre las que todos podriacutean llegar a un acuerdo si se quiere lograr la coexistencia paciacutefica dejando el mundo de las creencias y motivaciones per-sonales a discrecioacuten

La razoacuten puacuteblica es por tanto ldquola capaci-dad de los ciudadanos de explicarse unos a otros los fundamentos de su aceptacioacuten del orden constitucional comuacuten y de los principios que lo inspiran () sin apelar a sus particulares creencias y concepciones del mundo y de la vidardquo (De Zan 2004 p66) Alliacute las razones par-ticulares son muchas y estaacuten fuera de la mesa en cambio la razoacuten puacuteblica es una y se admite la posibilidad de su deliberacioacuten De maacutes estaacute decir que es bajo esta idea que puede hablar-se de los derechos humanos en cuanto ellos consisten en la institucionalizacioacuten de ciertos principios comunes en favor de la justicia

Solo aceptaacutendose una nocioacuten similar a la razoacuten puacuteblica es posible hablar de una moral puacuteblica pero iquesten queacute sentido exactamente Como vimos para Bauman no hay tal cosa como moral puacuteblica dado que la moral es in-triacutenseca y auteacutenticamente personal No obs-tante la moral puacuteblica hace referencia a ese espacio en el que independientemente de las diferencias en torno a los fines que se supon-gan valiosos para la vida y que variacutean de perso-na en persona de sociedad en sociedad todos los seres humanos pueden coincidir en acep-ciones universales de solidaridad y justicia solo por el hecho de ser humanos Su necesidad y existencia se defiende por el hecho de que ldquosin una moral puacuteblica igualmente vinculante para todos los miembros de la sociedad sin el respeto universal de los principios de justicia y solidaridad toda convivencia humana civiliza-da se pone en peligrordquo (De Zan 2004 p31)

Cierto es que estos principios universales y abstractos flotan a la deriva cuando no hay una identidad consolidada por las experien-cias morales vividas en primera persona o como miembro de una comunidad Aquiacute las opiniones de Bauman se hacen necesarias Pero de la misma forma esta postura consi-dera que dicha identidad sin la dimensioacuten puacute-

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blica de la moral falla en hacer posible la vida en sociedad Ademaacutes lo que se busca con esta propuesta es lograr que la moral puacuteblica sea compatible y respetuosa de las identidades culturales e individuales de las personas De hecho deberiacutea ofrecer las condiciones para que dichas identidades se desarrollen libre-mente

De esta manera el concepto de moral puacute-blica le permite a autores como De Zan (2004) argumentar que si realmente se quiere poner a prueba la universalidad de los derechos hu-manos no se puede partir de un lugar don-de de entrada se propugne el escepticismo o el relativismo por un lado o la exacerbacioacuten de la diferencia y la incomunicabilidad por el otro sino maacutes bien optar por el diaacutelogo inter-cultural (p159) Esto es asiacute porque estas pos-turas si bien rescatan el multiculturalismo yo las diferencias no toman en cuenta la poten-cialidad del hombre para la vida en sociedad esto es para cooperar voluntariamente y obe-decer las leyes que se impone a siacute mismo como miembro de una sociedad no meramente por coaccioacuten sino por ejercicio moral

En conclusioacuten lo que se ha querido poner de relieve aquiacute es que la postura de Bauman si bien valiosa en tanto ofrece una aproximacioacuten moral a las problemaacuteticas de las sociedades contemporaacuteneas y se preocupa por la auto-constitucioacuten e integridad moral del individuo no es compatible con una teoriacutea de los dere-chos humanos como derechos morales parti-cularmente porque niega uno de sus aspectos constitutivos la afirmacioacuten de la universalidad como consecuencia de una justificacioacuten ra-cional de sus aspiraciones las cuales buscan trascender aunque no necesariamente ig-norar todo contingencia en virtud de ciertos principios morales Esto se evidencia auacuten maacutes cuando el mismo autor de entrada afirma

la imposibilidad de fundamentar o respaldar cualquier coacutedigo eacutetico con su postura

Frente a los reproches de Bauman de que la universalizacioacuten de la eacutetica no era sino una justificacioacuten para un proyecto a futuro que no resulta posible ni deseable alcanzar y en el que no se respeta lo concreto ni las dife-rencias sino que se imponen obligaciones abstractas se suscita una alternativa que se propone tomar en cuenta las criacuteticas a la uni-versalidad como principio loacutegico-ontoloacutegico y al mismo tiempo busca preservarse de la en-crucijada en la que desemboca Bauman al no dar cuenta de la moral en la vida en sociedad Surge asiacute una propuesta alternativa de la uni-versalidad de la eacutetica en general y de los de-rechos humanos en particular como resultado del discurso moral

El camino que se ha propuesto es enton-ces el de valerse de un diaacutelogo intercultural que permita despojar a la teoriacutea de los dere-chos humanos de las acusaciones de etno-centrismo o de excesivo distanciamiento de los hombres y mujeres concretos para probar asiacute su naturaleza verdaderamente moral Esto daraacute paso a nuevas teoriacuteas eacuteticas que toman como eje central las posibilidades del discurso para dilucidar principios morales

32 La universalidad como postulado del discurso moral una alternativa al debate

Dentro de las distintas propuestas en torno a queacute debe ser la eacutetica y cuaacutel es su objetivo aparecen aquellas que afirman que ella debe estar orientada hacia la fundamentacioacuten de reglas para la convivencia y cooperacioacuten social entre individuos quienes tienen una diversi-dad amplia de intereses e ideales Dentro de esta postura se ubican las teoriacuteas eacuteticas deon-toloacutegicas de la justicia las teoriacuteas liberales no utilitaristas y las teoriacuteas discursivas de Haber-

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mas y Apel (Rodriacuteguez 2001 p57) Ellas giran en torno a la justicia como valor supremo y plantean que la moral cumple la funcioacuten social de reducir los conflictos y facilitar la coopera-cioacuten entre personas

Dentro de este grupo se encuentra la eacutetica discursiva o del discurso moral tambieacuten deno-minada teoriacutea eacutetica procedimental la cual se presenta como un esquema alternativo desde el cual tematizar la universalidad de los dere-chos humanos pero ya no sustentada como principio loacutegico-ontoloacutegico que se sostiene sobre la posesioacuten compartida de un atributo esencial sino con base en la posibilidad del consenso racional Se trata pues de dilucidar las condiciones en la que esto es posible De modo que empecemos por establecer que el discurso praacutectico-moral consiste en lo siguien-te

la fundamentacioacuten de normas que ge-neran deberes y obligaciones reciacuteprocas entre los individuos y los grupos de tal manera que sean susceptibles de obte-ner el reconocimiento por parte de todos los afectados como justas y aptas para la coordinacioacuten de la interaccioacuten y para la regulacioacuten imparcial de los posibles con-flictos interpersonales y sociales (De Zan 2004 pp 52-53 cursiva propia)

Bajo este procedimiento discursivo se so-mete a juicio puacuteblico las normas o valores morales con base en los criterios de justicia La participacioacuten de todos los afectados supo-ne la ausencia de coaccioacuten y la garantiacutea de un espacio en el que los interesados puedan ser convocados con libertad Implica ademaacutes que la canalizacioacuten de la conflictividad se haga de forma imparcial de manera que lo que pre-valezca sea la racionalidad del juicio y no los intereses particulares o generales

Esta acepcioacuten de eacutetica pese a ser poste-rior a muchas de las teoriacuteas eacuteticas tiacutepicamente modernas se caracteriza por continuar la buacutes-queda de una pretensioacuten de validez universal pero ya no como principio loacutegico-ontoloacutegico que se fundamenta sobre una cierta acepcioacuten de la naturaleza humana y que Bauman pone en duda sino desde una teoriacutea del lenguaje y la comunicacioacuten

Recordemos que para nuestro autor cen-tral las reglas morales son de tal naturaleza que la obligacioacuten es absolutamente personal y no extensible a otros individuos De alliacute que acusara que pretender aplicar a otros las mis-mas reglas era a la larga una violacioacuten de la autonomiacutea del otro En cambio la eacutetica discur-siva asume que un concepto como moral ab-solutamente privada es absolutamente erroacute-neo porque ldquoTampoco puedo justificar algo como moralmente correcto soacutelo para miacute La moral implica el trato igual y el reconocimien-to reciacuteproco de las personasrdquo (De Zan 2004 p42) En efecto la eacutetica discursiva cree en el poder de la racionalidad comunicativa para llegar a consensos en torno a los principios de una moral puacuteblica ya que se consideran que ellos son sumamente valiosos para el mante-nimiento paciacutefico de la vida en sociedad y al mismo tiempo para asegurar la integridad del individuo

Pero ella no entiende por racionalidad una conciencia encerrada en siacute misma que puede intuir la ley moral universal en sentido kantia-no sino que la comprende como una raciona-lidad de la comunicacioacuten con la cual es posible la formacioacuten de un espacio donde la multipli-cidad de lenguajes pueden traducirse en teacuter-minos comunes por medio de una praacutectica in-tersubjetiva La universalidad se postula como posible justamente con el establecimiento de estos teacuterminos comunes y la determinacioacuten del procedimiento para lograrlo

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Para fundamentar la buacutesqueda de validez de normas y principios por medio del discurso Nino (1989) va a apoyarse en una explicacioacuten de la relacioacuten entre los distintos sistemas mo-rales empiacutericos que eacutel llama moral positiva y una moral ideal acusando a distintas corrien-tes de pensamiento de haberla distorsionado al ldquoinferir que la validez de los juicios morales criacuteticos que formulamos estaacute supeditada a cir-cunstancias personales espaciales y tempo-rales que no estaacuten recogidas en los mismos juiciosrdquo (p92) Es posible ver que Bauman y su postura caen en este mismo escollo al formu-lar que los hechos morales dependen primor-dialmente de la persona individual autoacutenoma y dado que los individuos son muchos y los dilemas tambieacuten no hay conciliacioacuten posible

En cambio Nino (1989) va a proponer que subyacente a la pluralidad de reglas praacutecticas y convicciones sociales se encuentra una mo-ral ideal a la que remite toda moral positiva o concreta individual o colectiva ldquoLas reglas de la moral positiva se generan a partir de un tipo de discurso en el que se formulan juicios que pretenden referirse no a tales reglas de la moral vigente sino a los principios de una moral idealrdquo (p93) De esta manera concluye el autor todo sistema moral concreto si bien contextualizado no estaacute sometido al yugo de una cierta una combinacioacuten de circunstancias particulares sino de juicios que dentro de di-cho contexto aspiran a coincidir con los prin-cipios de una moral ideal

La diferencia entre ambas nociones resi-de en que una moral positiva es aquella que cuenta con cierta aceptabilidad social mien-tras que la moral ideal se caracteriza fun-damentalmente por su validez (Nino 1989 p94) Esto quiere decir que seguacuten esta teoriacutea eacutetica hay principios ideales que tienen una validez intriacutenseca independiente de si se ac-tualizan en distintas manifestaciones sociales

y la tienen por razones uacutenica y exclusivamente morales En otras palabras tienen una acep-tabilidad potencial que pretenden concretar aun cuando no cuenten con una aceptacioacuten faacutectica por parte de algunas sociedades De la misma manera la existencia de una norma no es garantiacutea inmediata de su validez

Una idea similar exponiacutea Habermas (2000) cuando afirmaba que ldquola laquoexistenciaraquo o la vi-gencia social de las normas no nos dicen nada acerca de si eacutestas son vaacutelidas Tenemos que distinguir entre el hecho social del reconoci-miento intersubjetivo y la aspiracioacuten de una norma al reconocimientordquo (p81) Asiacute lo que propone una eacutetica del discurso es dilucidar las pretensiones de validez de ciertos juicios a fin de que los sistemas morales positivos incorpo-ren por medio de un proceso de deliberacioacuten en torno la razones morales los principios de una moral ideal ya no solo por su validez sino tambieacuten por su aceptacioacuten social

Lo que concluye Nino (1989) de esto es que hay un ajuste reciacuteproco entre la moral vigente en las sociedades y una moral ideal (p95) De la misma manera esta diferenciacioacuten entre la moral positiva vigente en una sociedad y los juicios de una moral criacutetica es la que afirma la posibilidad de fundamentar universalmente los derechos humanos En efecto con esta re-lacioacuten se podriacutea argumentar que la validez de normas y coacutedigos eacuteticos no tienen una existen-cia autosustentable o autorreferencial sino que apuntan a alcanzar ciertos principios de validez que puedan ser aceptados por todos con lo cual su universalidad es posible Pense-mos en estos teacuterminos a los derechos huma-nos como derechos morales ellos reclaman una validez incluso en aquellos sistemas en los que no son expliacutecitamente reconocidos que los derechos humanos se hayan desarrollado de forma progresiva y desigual en distintos sis-temas se justifica como consecuencia de los

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itinerarios histoacuterico-sociales particulares de cada comunidad en su esclarecimiento de nor-mas y juicios seguacuten una moral criacutetica e ideal

Lo anterior plantea una dialeacutectica entre trascendentalidad e historicidad que a juicio de Cortina (1993) es formulada con eacutexito por la eacutetica discursiva para hacer posible la funda-mentacioacuten de los derechos humanos ldquoPorque las exigencias de satisfaccioacuten de los derechos humanos aunque soacutelo en contextos concre-tos son reconocidas como tales rebasan en su pretensioacuten cualquier contexto y se presentan como exigencias que cualquier contexto debe satisfacerrdquo (p40) Para esta autora la eacutetica discursiva en su tarea de elucidar las reglas y condiciones formales del discurso necesarias para garantizar la puesta a prueba de juicios morales permite al mismo tiempo dar justi-ficaciones morales que hacen de los derechos humanos exigencias sin parangoacuten

Esto lo argumenta de la siguiente manera una eacutetica discursiva exige ciertas condiciones y reglas del discurso que garantice la partici-pacioacuten libre y equitativa de todos los sujetos involucrados y afectados por las normas en discusioacuten Esto quiere decir que el procedi-miento discursivo en siacute mismo exige lo que se entiende por derechos pragmaacuteticos para po-der tener sentido y validez

Seriacutean tales derechos el de participar en los discursos (que a su vez comprende los derechos de problematizar cualquier afirmacioacuten introducir cualquier afirma-cioacuten expresar la propia posicioacuten deseos y necesidades) y el de no ser coaccionado mediante coaccioacuten interna o externa al discurso impidieacutendole el ejercicio de al-guno de los derechos anteriores (Cortina 1993 p42)

Sin esta garantiacutea de participacioacuten de todos por igual y sin coaccioacuten no podriacutea concluirse

que las normas que de alliacute emanan lo han he-cho exclusivamente por razones morales su-periores con lo cual el discurso careceriacutea de validez Ahora bien Cortina (1993) argumenta que estos presupuestos del discurso pueden en funcioacuten de la trascendentalidad que su-ponen tener fuerza normativa fuera del dis-curso si por ejemplo una de las condiciones de la praacutectica discursiva es la libertad de ex-presioacuten de los participantes la misma podriacutea entenderse igualmente como una norma vaacute-lida para la accioacuten es decir como un derecho humano ldquoLos derechos pragmaacuteticos descu-bren a su vez un tipo de derechos a los que cabriacutea calificar de lsquohumanosrsquordquo (p44) De esta manera se cree que es posible deducir inme-diatamente de las condiciones del discurso un cataacutelogo de derechos vaacutelidos para la vida en sociedad fuera de eacutel

No obstante esta propuesta de fundamen-tacioacuten inmediata de los derechos humanos desde las condiciones pragmaacuteticas de la praacutec-tica discursiva no es unaacutenime De hecho Cor-tina la presenta como una refutacioacuten a Juumlrgen Habermas uno de los teoacutericos maacutes importan-tes y proliacuteficos de la teoriacutea de la eacutetica discur-siva

En su obra Conciencia moral y accioacuten co-municativa Habermas (2000) coincide en la formulacioacuten de una eacutetica que propone el dis-curso como una situacioacuten en la que los sujetos buscan comprobar pretensiones normativas de validez En el mundo social la pretensioacuten de validez en cuestioacuten es la de rectitud de nor-mas y mandatos en tanto ellos regulan las relaciones interpersonales y se admite que es la persuasioacuten con base en argumentos ra-cionales la que impele a la aceptacioacuten de un juicio moral (p78) Asiacute lo que admite el autor es que en razoacuten de esta validez intriacutenseca a normas y mandatos las respuestas en torno a cuestiones morales no son arbitrarias afir-

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macioacuten que no es una conclusioacuten abstracta de filoacutesofos sino maacutes bien un presupuesto que todo individuo asume y practica en la vida co-tidiana

Su teoriacutea de la eacutetica discursiva parte de la idea de que si la validez social de una norma depende a largo plazo de que sea reconoci-da por las personas a las que afecta lo cual depende de que pueda comprobarse discur-sivamente ldquola cuestioacuten de las condiciones de la validez de juicios morales plantea de modo inmediato el traacutensito una loacutegica del discurso praacutecticordquo (Habermas 2000 p82) Es por esta razoacuten que el autor se propone fundamentar una teoriacutea eacutetica desentrantildeando la loacutegica de la argumentacioacuten moral Esto ademaacutes supone postular un tipo de eacutetica que es cognitiva

Para ello Habermas (2000) identifica den-tro del discurso la existencia de unas reglas o presupuestos impliacutecitos que todo sujeto ca-paz de habla y de accioacuten intuye no son me-ras convenciones sino presupuestos pragmaacute-tico-trascendentales en el sentido de que no son susceptibles de comprobacioacuten y el ldquocom-promiso racional con ellos es completamente inevitable ya que deben darse por supuestos loacutegicamente si hemos de aceptar una forma de pensar que sea esencial a cualquier vida humana racionalrdquo (p111) Ejemplos de estos son la honestidad y la responsabilidad de los hablantes presupuestos que hacen posible la buacutesqueda de la verdad de forma cooperativa

En todo caso lo importante a resaltar aquiacute es que del contenido de estos presupuestos asevera el autor puede formularse un princi-pio de universalidad (U) entendieacutendolo como un principio moral impliacutecito en cualquier argu-mentacioacuten que establece que una norma al-canza aceptacioacuten uacutenicamente ldquocuando todos pueden aceptar libremente las consecuencias y efectos colaterales que se produciraacuten pre-

visiblemente del cumplimiento general de una norma poleacutemica para la satisfaccioacuten de los intereses de cada unordquo (Habermas 2000 p116)

La importancia aquiacute del postulado de uni-versalidad consiste en que se formula como efecto de la cooperacioacuten a fin de alcanzar los acuerdos que rigen las relaciones interperso-nales del mundo social Al mismo tiempo se propone como una reformulacioacuten del pen-samiento de Kant puesto que el mismo Ha-bermas (2000) afirma que ldquoTodas las eacuteticas cognitivas se remiten a aquella intuicioacuten que Kant formuloacute como el imperativo categoacutericordquo (p85) pero su formulacioacuten eacutetica difiere de la kantiana en que el componente dialoacutegico del principio de universalidad es fundamental en oposicioacuten a la intuicioacuten de la ley moral de caraacutecter monoloacutegico (Habermas 2000 p87) En efecto aquiacute la universalidad no se entiende como un criterio de un solo sujeto para deter-minar la moralidad de una maacutexima en funcioacuten de su capacidad de generalizarla sino como el entendimiento intersubjetivo que ratifica la pretensioacuten de universalidad de dicha maacutexima una vez han sido expuestos los argumentos en la esfera puacuteblica

Ahora bien esta afirmacioacuten del postulado de universalidad (U) atantildee uacutenica y exclusiva-mente a la argumentacioacuten moral en el sentido de que su validez se da por cumplida dentro de la loacutegica del discurso cuando todos los participantes de una discusioacuten aceptan libre-mente los efectos del cumplimiento general de una norma En cambio la universalidad de los derechos humanos o de cualquier otra norma eacutetica es con respecto al contenido de principios y normas que son objeto de las ar-gumentaciones

Es aquiacute en donde se distancia de lo afir-mado por Cortina dado que para Habermas

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(2000) las condiciones pragmaacutetico-trascen-dentales que dan cuenta del postulado de uni-versalidad no tienen validez inmediata fuera del discurso con lo cual no podriacutean proporcio-nar los fundamentos para los derechos huma-nos o de ninguna otra norma eacutetica

De esta forma no se puede fundamen-tar la validez de una norma de accioacuten por ejemplo de un derecho fundamental a la libertad de opinioacuten garantizado por el Es-tado No resulta evidente en modo alguno que las reglas que son inevitables dentro de los discursos tambieacuten puedan aspirar a validez para la regulacioacuten de la accioacuten fue-ra de tales discursos (p109)

Bajo este supuesto el hecho de que se acepte por ejemplo la libertad de expresioacuten de los participantes o la ausencia de coaccioacuten como condicioacuten de una eacutetica discursiva no im-plica que dicha exigencia pueda extrapolarse y garantizarse directamente fuera de los liacutemites del escenario discursivo esto es ldquoextrayendo de los presupuestos de la argumentacioacuten de modo inmediato normas eacuteticas fundamenta-lesrdquo (Habermas 2000 p109) En este senti-do afirma la necesaria contextualidad de la formulacioacuten de normas morales y juriacutedicas sobre la base de que el discurso es un proce-dimiento que no produce normas sino que las comprueba con lo cual el contenido tiene que serle dado

Esto no implica afirma Habermas (2000) que el postulado de universalidad como regla de argumentacioacuten sea conciliable con cual-quier norma o mandato Su formalismo en tanto tiene terreno uacutenicamente en el discurso no implica la relatividad del contenido de las normas (p118) Maacutes bien es el presupuesto necesario precisamente para que se imponga racionalmente la pretensioacuten de validez de rec-titud Se asume que si las condiciones estaacuten

dadas se va a imponer necesariamente el me-jor argumento

En este sentido la eacutetica discursiva de Ha-bermas si bien no permite que se deriven normas eacuteticas o contenidos directamente de los presupuestos pragmaacuteticos del discurso tal y como propone Cortina siacute acepta la posibili-dad de aceptar la validez universal de los de-rechos humanos siempre que pasen primero la prueba de la argumentacioacuten racional en la que una comunidad de hablantes los han des-entrantildeado ya que ldquoSi los juicios morales no pretendieran una validez general una teoriacutea del desarrollo moral que trata de sentildealar viacuteas evolutivas con caraacutecter general estariacutea conde-nada al fracaso desde el principiordquo (Habermas 2000 p142)

Maacutes auacuten Habermas (2000) admite que del principio de universalidad (U) del discurso moral pueden deducirse los supuestos cogni-tivos universalistas y formalistas de la moral Cognitivos por cuanto se afirma que las cues-tiones praacutectico-morales pueden ser deducidos racionalmente aun cuando conservan com-ponentes afectivos decisionales y emocio-nales formalistas porque deja por fuera las consideraciones axioloacutegicas de la eticidad no susceptibles de universalizacioacuten y se orienta hacia las cuestiones baacutesicas de la justicia sobre la que todos pueden entenderse y universa-listas porque todo participante de una argu-mentacioacuten puede coincidir con los otros en los mismos juicios en torno a la validez de ciertas normas de accioacuten (pp142143)

Como se habraacute notado pese a que Haber-mas se aleja de los supuestos fundamentales de la filosofiacutea de la conciencia y reformula el imperativo categoacuterico kantiano desde una perspectiva dialoacutegica mantiene la universali-dad moral y se distancia a grandes pasos de los puntos principales de la postura posmoderna

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de Bauman De la misma manera se opone al relativismo y al escepticismo eacutetico frente al primero afirma la validez general de dichos juicios sin que tengan que estar sometido a las diferencias culturales y cosmovisiones di-vergentes aunque rescata la importancia del contexto frente al segundo afirma la posibili-dad de fundamentacioacuten racional de los juicios morales

De hecho Habermas (2000) se dedica a sentildealar que el esceacuteptico para presentar su objecioacuten se ve impelido a entrar en una ar-gumentacioacuten con lo cual se encuentra en una posicioacuten en la que termina contradicieacutendose (p123) El esceacuteptico como respuesta podriacutea querer abstenerse de participar en la argu-mentacioacuten a lo que Habermas (2000) respon-deriacutea que seriacutea un intento infructuoso porque por mucho que quiera ldquono puede liberarse de la praxis comunicativa cotidiana en la que estaacute obligado a tomar posicioacuten con lsquosiacutersquo o con lsquonorsquordquo (p124) Con esto Habermas se encuen-tra en una posicioacuten interesante con respecto a Bauman por cuanto el escepticismo de este uacuteltimo frente a la capacidad de discernir racio-nalmente normas eacuteticas y juriacutedicas podriacutea ser refutado por la idea de que su misma exposi-cioacuten es una argumentacioacuten que acude a razo-nes y que por tanto la accioacuten comunicativa es inevitable

No obstante resulta fundamental reco-nocer que la universalidad a la que se refiere Habermas no es respecto al contenido de los principios o normas fundamentales sino res-pecto a la forma es decir con base en esta teoriacutea no se puede afirmar de plano que los derechos humanos son universales sino que lo que se admite es que los participantes del discurso pueden todos coincidir en la acep-tabilidad y rectitud de estos principios siem-pre y cuando sean objeto de discurso En este sentido difiere mucho de la acepcioacuten original

de la universalidad de los derechos humanos basada en una naturaleza humana ya que sus pretensiones son maacutes modestas

Es asiacute como por medio de la eacutetica discur-siva seriacutea posible dar pasos hacia una fun-damentacioacuten no absoluta pero racional de los derechos humanos ubicaacutendolos dentro del rango de las cuestiones morales ldquoque se pueden decidir de modo fundamentalmente racional bajo el aspecto de la capacidad de universalidad de los intereses o de la justiciardquo (Habermas 2000 p134) Bajo esta acepcioacuten ademaacutes se les reconoce el caraacutecter deontoloacute-gico por ser normas de accioacuten derivadas de la discusioacuten en torno a cuestiones de justicia sin pretender tener algo que decir sobre lo que puede resultar valioso para la realizacioacuten per-sonal o sobre cuestiones de la vida buena que necesariamente estaacuten enmarcados dentro de valores culturales

Finalmente al igual que Cortina y Haber-mas Carlos Santiago Nino es otro autor que ofrece una aproximacioacuten a la eacutetica discursiva y su aporte en materia de derechos humanos es realmente significativo Su corriente de pen-samiento constructivista pretende soportar que por medio del discurso moral es posible justificar racionalmente principios morales de los cuales a su vez se originan los derechos humanos Esto quiere decir que los juicios mo-rales y las normas deben cumplir ciertas con-diciones para ser consideradas vaacutelidas

Seguacuten sus disertaciones la clave para ac-tuar moralmente no reside simplemente en las disposiciones a actuar seguacuten el deber sino en la apropiacioacuten de razones morales que jus-tifiquen ciertas acciones a los ojos de otros razones que se consideren superiores dado el caso (Nino 1989 p102) Es aquiacute en la afirma-cioacuten del aspecto cognitivo de la moral que in-troduce el caraacutecter argumentativo puesto que

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la apropiacioacuten de esas razones no se afirma como una actividad interna del sujeto moral sino que se logra por medio de una praacutectica social que consiste en aducir argumentos a fa-vor o en contra de ciertos comportamientos

Ahora bien la forma en que las personas pueden tener a su alcance estas razones es a traveacutes del diaacutelogo y la discusioacuten puacuteblica que las ponen al descubierto Auacuten maacutes al igual que los presupuestos pragmaacutetico-trascendentales que defiende Habermas Nino (1989) recono-ce que el discurso moral es ldquouna actitud some-tida a ciertas reglas que estipulan cuaacuteles son las condiciones para alegar razones moralesrdquo (p103) De hecho las reglas formales que la discusioacuten moral exige son al mismo tiempo los presupuestos para que los principios de la justicia tengan lugar

Lo que propone Nino (1989) es una re-construccioacuten racional de la forma del discur-so infiriendo sus reglas de principios genera-les y como tambieacuten afirmariacutea Habermas de convicciones intuitivas de las que partimos al momento de argumentar A estos les antildeade un tercer elemento para a la larga concluir que debe haber un equilibrio reflexivo entre tres teacuterminos convicciones particulares principios generales y reglas del discurso los cuales se modifican y ajustan mutuamente para deter-minar la moralidad de los juicios (p106) Di-cho equilibrio reflexivo es el trabajo racional constructivo que toda sociedad emprende para determinar la admisioacuten o rechazo de jui-

cios en el sistema moral vigente de la misma y funciona de la siguiente manera

Debemos abandonar aquellas intui-ciones que no pueden justificarse sobre la base de principios plausibles modificar aquellos principios que no dan cuenta de intuiciones firmes o que no parecen deri-var de reglas formales del discurso moral y alterar la reconstruccioacuten de las reglas formales cuando ellas no permiten derivar principios plausibles (Nino 1989 p106)

Con respecto a los principios susceptibles de ser aceptados por los individuos Nino (1989) afirma que deben cumplir los siguien-tes requisitos puesto que sin ellos el consenso moral no es posible su publicidad esto es el conocimiento de estos principios por parte de todos los implicados su generalidad de modo que sean principios aplicables para situacio-nes y relaciones geneacutericas su superveniencia esto es que sean principios ofrezcan solucio-nes normativas susceptibles de verificacioacuten con lo cual deben ser de iacutendole faacutectico deben constituir razones finales para la justificacioacuten de una accioacuten y fundamental para nuestra investigacioacuten deben poder ser universales (pp110-111)

Sobre la universalidad de los principios mo-rales el autor afirma ldquosi se admite que alguien puede justificar sus acciones y actitudes sobre la base de un cierto principio aplicable al caso entonces cualquier potencial participante en el discurso moral puede tambieacuten justificar sus acciones y actitudes sobre la base del mismo principiordquo (Nino 1989 p111) Asiacute la pre-tensioacuten de validez universal se postula como intriacutenseca y constitutiva de la moral y atantildee similar a Habermas al principio de aceptabi-lidad de los juicios que lo que es aceptable para uno sea susceptible de serlo para otro siempre y cuando las diferencias en los casos no sean aquellas que el mismo principio con-

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sidera importantes Asiacute se descarta el relati-vismo incluido en su forma comunitarista y la posmodernidad de Bauman

Bajo la esquematizacioacuten del discurso ra-cional Nino (1989) da con tres principios que cumplen las condiciones anteriormente ex-puestas incluyendo la universalidad y sobre los cuales cree que pueden derivarse un con-junto de derechos fundamentales esto es los derechos humanos la inviolabilidad la auto-nomiacutea y la dignidad Ellos tienen la caracteriacutes-tica de que ldquoson categoacutericos en el sentido de que ellos no condicionan la titularidad de tales derechos a la posesioacuten de una u otra caracte-riacutestica () son erga omnes o sea se aplican a todos y a todordquo (Nino 1989 p45)

No nos detendremos aquiacute en argumentar a favor o en contra de la identificacioacuten de estos tres principios el mismo autor defiende que los mismos pueden y deben ponerse a prue-ba racional ya sea para refutarlos afirmarlos o complementarlos Lo importante a resaltar aquiacute es que el autor concluye que a partir de la identificacioacuten de estos principios que defi-nen la personalidad moral es posible presen-tar una formulacioacuten distinta de lo que implica la universalidad de los derechos humanos

Respecto a la cuestioacuten de queacute hace a un ser en especiacutefico beneficiario de derechos huma-nos Nino (1989) formula una criacutetica hacia el hecho de que ha sido lugar comuacuten sostener que la calificacioacuten normativa que determina quieacuten es beneficiario ha dependido de la iden-tificacioacuten de una propiedad En este caso la propiedad en cuestioacuten es la pertenencia a la especie humana Con base en esto se ha asu-mido que todos los hombres deben recibir el mismo grado de calificacioacuten de sujeto o titular de derecho puesto que todos en teacuterminos del autor materializan en mismo grado esta pro-piedad (pp41-43)

El problema para este autor es que esta aspiracioacuten es falsa porque ldquoSe estaacute presupo-niendo que la propiedad de ser hombre es del tipo ldquotodo-o-nadardquo como las de ser argentino o abogado y no de iacutendole gradual como la de ser rico o altordquo (Nino 1989 p43) Por el contrario ya sea que la racionalidad o deter-minadas caracteriacutesticas bioloacutegicas se propon-gan como caracteres distintivos del hombre lo cierto es que seguacuten este autor todas ellas son de caraacutecter gradual De esto se deriva la in-fortunada consecuencia de que hay hombres maacutes hombres que otros y por tanto con maacutes derechos

Para zanjar esta cuestioacuten Nino (1989) pro-pone una inversioacuten de la estrategia filosoacutefica

tenemos que determinar primero cuaacute-les son los principios morales de los que los derechos baacutesicos derivan y soacutelo des-pueacutes podemos definir a las personas mo-rales como la clase de todos aquellos indi-viduos (o entidades) que poseen las pro-piedades que son factualmente necesarias para gozar o ejercer tales derechos (p45)

Anteriormente se hablaba de derechos humanos como beneficios de una uacutenica espe-cie y solo ella en la totalidad de sus miem-bros podiacutea reclamar legiacutetimamente para siacute estas prerrogativas Aquiacute en cambio se bus-ca afirmar que los principios morales que dan vida a los derechos humanos no sostienen una visioacuten especista o esencialista-iusnatura-lista en la que se postule como relevante una determinada acepcioacuten de naturaleza humana

En cambio lo que estaacute afirmando es que la extensioacuten de la universalidad de los derechos humanos depende no de la posesioacuten de un atributo o rasgo esencial sino de la capacidad de los agentes de ser morales esto es de po-der gozar faacutecticamente de autonomiacutea digni-dad e inviolabilidad seguacuten sean estos los prin-

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cipios que se han identificado como morales (Nino 1989 pp45-46) La clave aquiacute es que no hay ninguna prohibicioacuten normativa de los de-rechos a unos seres y a otros no no resulta de una discriminacioacuten valorativa entre los seres puesto que la personalidad moral aquiacute es una cuestioacuten de hecho no de derecho No se atri-buyen estos derechos sino que se verifican

El aporte de Nino es el de sentildealar que la universalidad ya no consiste en la predicabili-dad de los miembros de una especie basada en la afirmacioacuten de su racionalidad o de la igualdad esencial entre los hombres sino que es un principio que se comprueba cuando de facto ciertas entidades cuentan con la capa-cidad o la personalidad moral indispensable para disfrutar esos derechos en la medida en que son autoacutenomos dignos e inviolables En este sentido se afirma que aunque los dere-chos derivados de estos principios sean califi-cados de ldquohumanosrdquo ellos no estaacuten anclados propiamente al hecho de ser humano dada la oscuridad y arbitrariedad que supone desen-trantildear tal afirmacioacuten sino maacutes concretamente a la capacidad de ser moral como la que se evidencia con la participacioacuten en una discu-sioacuten racional

Independientemente de las diferencias teoacutericas que se presentan en los pensamien-tos de los autores de la eacutetica discursiva ya ex-puestos que no son pocas todos coinciden en apostar por una acepcioacuten de universalidad que solamente puede estar relacionada con la capacidad cooperativa de los individuos de comprometerse en discursos morales para entenderse La universalidad moral aquiacute pro-puesta tiene la trascendentalidad que le su-poniacutean filoacutesofos como Kant pero al mismo tiempo admite que se encuentra firmemente entrelazada con una praacutectica social concreta como el discurso que inevitablemente se en-cuentra anclada al contexto social

La afirmacioacuten de una constante puesta a prueba racional-discursiva de los supuestos maacutes importantes de la vida en sociedad re-presenta un distanciamiento de la anterior buacutesqueda por fundamentos absolutos e ina-movibles visto que ldquoa juzgar por la historia del iusnaturalismo la naturaleza humana ha sido interpretada en las formas maacutes diversas y la apelacioacuten a la naturaleza ha servido para justificar sistemas de valores incluso opuestos entre siacuterdquo (Bobbio 1998 p131) Esta admisioacuten quizaacutes seriacutea celebrada por Bauman de no ser por el hecho de que las aspiraciones de uni-versalidad y fundamentacioacuten en temas como los derechos humanos auacuten no se ven finaliza-das simplemente reformuladas

En efecto bajo estas teoriacuteas los derechos humanos pueden postularse no como dic-tados de una razoacuten pura praacutectica sino como resultado de praacutecticas discursivas en las que se ha llegado a un consenso en torno a ellos Al respecto Bobbio (1998) sostiene que la De-claracioacuten Universal de Derechos Humanos de 1948 corresponde a un hecho ineacutedito en la historia

Soacutelo despueacutes de la Declaracioacuten pode-mos tener la certeza histoacuterica de que la humanidad toda la humanidad compar-te algunos valores comunes y podemos finalmente creer en la universalidad de los valores en el uacutenico sentido en que tal creencia es histoacutericamente legiacutetima es de-cir en el sentido en que universal significa un dato aceptado no objetivamente sino subjetivamente por el conjunto de los se-res humanos (p133)

En este sentido se busca abrir paso a la creencia en la capacidad conciliadora y cons-tructiva de los individuos para acordar en aquellos principios baacutesicos sin los cuales la convivencia paciacutefica no seriacutea posible Asiacute se afirma que el entendimiento intersubjetivo de

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sujetos igualmente considerados nunca puede darse por concluido puesto que constituye la forma de dilucidar la moralidad de los coacutedigos que guiacutean la vida juntos

33 El postulado de universalidad como efecto del discurso moral frente a la postura de Bauman

Expuestos ya los principios del discurso moral con los que se pretenden formular una nueva acepcioacuten de universalidad queda ahora por preguntarse iquestEn queacute sentido se preserva la universalidad como discurso moral de las criacuteticas de Bauman iquestEn queacute sentido sigue siendo irreconciliable con ella El propoacutesito de esta seccioacuten es dar respuestas a estas pregun-tas a fin de sintetizar las criacuteticas de la postura eacutetica posmoderna con la alternativa aquiacute pro-puesta

En primer lugar la universalidad derivada del discurso moral ya no parte de un concepto universal del hombre al menos no desde una visioacuten iusnaturalista o esencialista frente a la cual Bauman era muy criacutetico calificaacutendola de mito moderno derivado de la supuesta pro-piedad universalmente compartida de un atri-buto como la racionalidad Lo que siacute sostiene en cambio es la afirmacioacuten de la capacidad de todo sujeto moral para el habla y el enten-dimiento por medio de la cual se dirimen las cuestiones en torno a las normas mandatos coacutedigos o leyes justas para la organizacioacuten de una sociedad

De lo anterior se deriva que la universali-dad como discurso moral difiere de la anterior acepcioacuten tiacutepicamente moderna en el hecho de que no estaacute formulada desde el paradigma de la filosofiacutea de la conciencia esto es del ego solipsista o monoloacutegico sino desde el giro pragmaacutetico de la filosofiacutea contemporaacutenea puesto que es una teoriacutea eacutetica que se apoya

sobre el lenguaje la comunicacioacuten y la capa-cidad de los hombres de comprometerse en un discurso para determinar pretensiones de validez

Al mismo tiempo este giro supone un tras-paso de la razoacuten praacutectica de la modernidad en la que la moral se entendiacutea como facultad de un determinado sujeto a una racionalidad intersubjetiva que para tener lugar exige una relacioacuten discursiva entre sujetos Esta seriacutea una forma de atender a la criacutetica de Bauman quien considera fundamental entender la mo-ral como intersubjetivamente constituida en atencioacuten a los otros aunque la propuesta final difiera mucho de la de este autor

En todo caso esta acepcioacuten desde el dis-curso moral postula la existencia de una moral puacuteblica que no es resultado de un simple con-senso o contrato ni depende de la coaccioacuten de las autoridades heteroacutenomas como acusa-ba Bauman sino que es posible por medio de un concepto maacutes elevado el entendimiento en torno a la validez intriacutenseca de ciertas nor-mas o criterios de justicia que siempre que se sometan a discusioacuten pueden ser admitidos por cualquier persona y cualquier cultura en funcioacuten de su imprescindibilidad

Esta propuesta de la misma manera po-driacutea responder a las demandas de Bauman por recuperar la autonomiacutea individual En efecto si a la modernidad temprana se le acusaba la intromisioacuten excesiva de autoridades externas que ansiaban regir la conducta moral lo cual dejaba al individuo relegado a un segundo plano dependiente de las maacuteximas legisladas como convenientes la universalidad entendi-da desde el discurso moral afirma la posibili-dad de los sujetos de darse a siacute mismos sus propios coacutedigos en la medida en que pueden participar de la formulacioacuten y cuestionamien-to de los principios y valores que rigen la vida

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social en condiciones de libertad e igualdad sin coaccioacuten de por medio

En este sentido la formulacioacuten de los de-rechos humanos podriacutea deslastrarse de las criacuteticas que afirman que forman parte de los intentos de expansioacuten de una determinada cosmovisioacuten occidental en detrimento del plu-ralismo para proponerse en cambio como producto del asentimiento de sus beneficia-rios La defensa disentildeada por Bobbio en torno a la universalidad de los derechos humanos tal y como fue expresada en la Declaracioacuten de 1948 se sostiene sobre la idea de que dicha universalidad ha sido producto del consenso en cuanto a los valores que se consideran fun-damentales

De hecho podriacutea incluso afirmarse que a diferencia de los coacutedigos eacuteticos modernos que Bauman acusa como totalizantes y legitima-dores de un proyecto que busca erradicar las diferencias la universalidad de los derechos humanos se propone como condicioacuten impres-cindible para que el pluralismo como valor pueda concretarse en especial en lo que res-pecta a la libertad de pensamiento de credo de expresioacuten etc Por tanto maacutes que una su-presioacuten de las diferencias son garantiacuteas de sus distintas manifestaciones sin dejar de admitir aspiraciones comunes

Por otro lado esta acepcioacuten de universali-dad se escapa del reproche de Bauman en tor-no a la excesiva abstraccioacuten y distanciamiento del mundo vivido que propugnaba la moder-nidad dejando a la moral individual bastante comprometida frente a reglas o coacutedigos eacuteticos universales La universalidad como consecuen-cia del discurso moral se aleja de la idea de un imperativo categoacuterico intuido individualmente por un sujeto trascendental independiente de las condiciones de su existencia Plantea por el contrario una perspectiva en la que todos

los afectados son libres de aceptar o rechazar normas y mandatos eacuteticos como universales

En efecto la eacutetica discursiva soporta la idea de un proceso de construccioacuten y reconstruc-cioacuten de sentido en el que los sujetos morales son participantes activos y asumen una acti-tud performativa No supone el establecimien-to unilateral de leyes y normas por parte de una autoridad externa que detenta el poder de decidir queacute es moral y queacute no esto es la heteronomiacutea que acusaba Bauman sino que postula que el sujeto moral estaacute involucrado activamente en la determinacioacuten de la validez de las reglas y coacutedigos eacuteticos como producto del consenso racional entre todos los involu-crados

Ademaacutes se asume que dado que la eacutetica discursiva es una eacutetica formal el contenido debe serle otorgado este se forma en las ex-periencias previas en la vida concreta y comu-nitaria y tiene su fuente en las tradiciones y costumbres Por ello se afirma que esta eacutetica no ignora el contexto sino que lo toma como punto de partida para trascenderlo en aquello que se considera absolutamente importante para todos y solamente en aquellos temas susceptibles de consenso tales como los de-rechos baacutesicos fundamentales que son indis-pensables para la vida y la libertad

En tercer lugar esta acepcioacuten de la univer-salidad tampoco supone negar la afirmacioacuten de Bauman de que en la praacutectica moral del individuo existen sentimientos impulsos y pa-siones intervinientes que escapan de la razoacuten A diferencia de la acepcioacuten de universalidad moderna en la que Bauman encontraba con razoacuten un rechazo por parte de les philosophes de las pasiones y fuerzas irracionales las teo-riacuteas eacuteticas discursivas en general parten del re-conocimiento de los liacutemites intriacutensecos a una teoriacutea cognitivista

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En efecto la discusioacuten racional para dar vida a las reglas y normas de una moral puacute-blica no garantiza que dicho discernimiento pueda extrapolarse al aacutembito de las decisio-nes individuales en el que los sentimientos y las pasiones siacute tienen un papel significativo y ldquoLas intuiciones morales cotidianas no pre-cisan la ilustracioacuten del filoacutesofordquo (Habermas 2000 p122) Asiacute esta teoriacutea entiende que la normatividad que deriva de la racionalidad co-municativa seguacuten Habermas (1992) ldquoconlleva solamente la deacutebil fuerza de las motivaciones de la validez racional que no alcanzan a garan-tizar por siacute mismas la trasposicioacuten del discerni-miento moral en las acciones concretas de los individuosrdquo (De Zan 2004 p19) Igualmente las cuestiones concernientes a la eticidad tan particulares a una visioacuten de mundo que no son susceptibles de generar consenso fuera de ese horizonte comunitario tambieacuten se dejan a un lado

En otras palabras se abstiene de intentar proveer de contenido lo que debiese ser el proyecto de vida que cada quien decide para siacute o de pretender dirigir la voluntad individual hacia ciertos fines Pero dado que todos debe-mos vivir juntos resulta fundamental dilucidar criterios de justicia dentro del caleidoscopio de acepciones particulares y comunitarios de la vida buena razoacuten por la cual se plantea un puente para el paso de un nivel moral prefi-losoacutefico en el que priman los valores y las fuerzas no necesariamente racionales de las que hablaba Bauman a un nivel superior de reflexioacuten en el que se afirma la realidad igual-mente moral de la vida en sociedad regulada bajo leyes establecidas por consenso

Seguacuten lo anterior las experiencias morales no son incomunicables ni son islas o esferas cerradas en siacute mismas sin posibilidad de abrir-se a otras Lo anterior implica asumir que en la multiplicidad de lenguajes existentes hay

cuando menos la posibilidad de traducir al-gunos teacuterminos comunes Ello contrasta enor-memente con la afirmacioacuten posmoderna en torno a la incomunicabilidad y la incapacidad de socializar impulsos morales En cambio el discurso defiende que en el encuentro con el otro las cuestiones morales adquieren otra significacioacuten por tanto la intersubjetividad es imprescindible en la formacioacuten de una con-ciencia moral que ya no es tarea de un indivi-duo autosuficiente

Hasta ahora se han expuesto los aspec-tos en los que la universalidad como discurso moral podriacutea preservarse al menos parcial-mente de las recriminaciones de Bauman No obstante con esto no se estaacute queriendo decir que esta alternativa satisfaga por completo las demandas de Bauman por el contrario estas reflexiones reviven muchas diferencias quizaacutes irreconciliables con respecto a la postura de nuestro autor

La principal de estas diferencias es por su-puesto aquella en torno a la racionalidad de la moral para la eacutetica discursiva y en oposi-cioacuten a Bauman es posible elevarse a un nivel reflexivo en el que las normas y postulados son puestos a prueba racional Que esta racio-nalidad sea constitutivamente intersubjetiva por cuanto exige relaciones de sentido con los otros involucrados no minimiza el hecho de que defiende la capacidad cognitiva de acce-der a la verdad que Bauman niega En razoacuten de la aseveracioacuten de esta naturaleza cognitiva se hace posible para los autores de la eacutetica dis-cursiva formular el postulado de universalidad

Por otra parte aunque la universalidad como resultado del discurso moral no apunta a fundamentaciones uacuteltimas no satisface por completo el antifundacionalismo de Bauman en tanto afirma cuando miacutenimo un tipo de fundamentaciones morales que ldquono depen-

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den de las razones pragmaacuteticas del equilibrio del poder sino de las razones internas de la posibilidad de un conocimiento moral de la formulacioacuten real de argumentosrdquo (Habermas 2000 p77) Con ello se afirma la posibilidad de sostener los derechos humanos como praacutec-ticas discursivas resultadas de la capacidad para el entendimiento de los sujetos morales y la dilucidacioacuten de la validez de la rectitud de normas y mandatos que no es otorgada artifi-cialmente sino que es una cualidad intriacutenseca

De esta manera lo que encontramos en la eacutetica discursiva es una alternativa de refor-mular la universalidad que como vimos po-driacutea solventar algunas de las objeciones que Bauman dirigiacutea a este principio en su acepcioacuten originaria No obstante la eacutetica discursiva y la eacutetica posmoderna seraacuten todaviacutea propuestas fundamentalmente incompatibles en la medi-da en que la primera si bien plantea nuevas ideas lo hace dentro de una buacutesqueda por re-cuperar el proyecto moderno

CONCLUSIONES

Este trabajo se propuso hacer una revisioacuten criacutetica a la universalidad de los derechos hu-manos desde la postura de Zygmunt Bauman A traveacutes de ella no solamente se han podido conocer algunos hitos del pensamiento de uno de los filoacutesofos y socioacutelogos maacutes relevantes del siglo XX y XXI sino que tambieacuten se ha analiza-do una de las problemaacuteticas eacuteticas de mayor vigencia bajo la guiacutea de este autor De alliacute se han podido extraer una serie de conclusiones que corresponden a las preguntas planteadas a los inicios de esta investigacioacuten

En primer lugar se comproboacute que la uni-versalidad de los derechos humanos se justi-fica sobre la base de ciertos principios mora-les a los cuales se pueden acceder mediante razones siendo el maacutes importante de ellos la

afirmacioacuten de la dignidad humana que exige el respeto a toda persona como un fin en siacute misma hecho ineludible para la razoacuten praacutectica que no admite ni restricciones ni condiciona-mientos Estas ideas derivan de una determi-nada formulacioacuten de la eacutetica que es deontoloacute-gica de primer orden cuyas bases filosoacuteficas tienen origen en el desarrollo del pensamien-to moderno Asiacute se ha afirmado la universali-dad como un principio loacutegico-ontoloacutegico basa-do en la admisioacuten de una igualdad esencial de todos los seres humanos

Siendo esto asiacute una forma de argumentar en contra de la universalidad ha consistido en negar que se pueda circunscribir la moralidad al plano del razonamiento moral esto es que sea posible dilucidar por el camino racional una validez intriacutenseca a las normas y coacutedigos a fin de postular su universalidad Distintas pos-turas han asumido la tarea desde diversas ba-ses filosoacuteficas de oponerse a la universalidad el escepticismo el comunitarismo el positivis-mo y por supuesto la posmodernidad

En efecto este es el camino que ha elegi-do Zygmunt Bauman al afirmar que la mora-lidad pertenece al reino de lo no racional de los sentimientos y los impulsos incapaz de ser retenida por las racionalizaciones de la mo-dernidad motivo por el cual se hace peren-torio abandonar el esquema moderno de la eacutetica basado en reglas y coacutedigos universales fundamentados racionalmente en favor de la responsabilidad y la autonomiacutea del individuo aceptando asiacute que cualquier coacutedigo eacutetico que se acepte como correcto no es sino provisio-nal y artificial La determinacioacuten de si Bauman estaacute en lo correcto en su defensa a ultranza del hecho moral bruto escapa de las intenciones de esta investigacioacuten Lo que siacute se ha plantea-do como pregunta es si los derechos humanos podriacutean ser reformulados bajo esta visioacuten eacuteti-

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ca y la respuesta seguacuten lo discutido en el ter-cer capiacutetulo ha sido negativa

Para empezar la universalidad no es un ras-go accidental atribuido a los derechos huma-nos es parte de su constitucioacuten misma de su razoacuten de ser la cual consiste en afirmar que ellos atantildeen a unos bienes de tal importancia para la humanidad que no pueden negaacutersele a nadie en ninguna parte del mundo sin come-ter un acto de inmoralidad Formular derechos humanos negando su universalidad seriacutea una contradiccioacuten ya que precisamente el adjeti-vo ldquohumanosrdquo aunque tautoloacutegico quiere dar cuenta de una conquista histoacuterica y filosoacutefica en la que se ha promovido la dignidad huma-na como un principio inviolable sin importar las circunstancias ni las distintas formas en las que se ha configurado el poder

Por otra parte la existencia de derechos humanos se defiende como posibilidad de plantear una eacutetica miacutenima esto es exigencias miacutenimas en las que todos los seres humanos pueden convenir por el hecho de ser funda-mentales para una existencia digna Que esta sea una aspiracioacuten legiacutetima seraacute por mucho tiempo un tema de debate en particular por parte de los defensores del derecho a las dife-rencias quienes ven esto como una aspiracioacuten imposible e incluso totalitaria No era objeto de esta investigacioacuten determinar esto En cam-bio siacute fue posible afirmar dentro del marco de nuestros objetivos que plantear los derechos humanos dentro de una eacutetica miacutenima implica poder ser capaces de aducir razones morales superiores y categoacutericas que buscan trascen-der las condiciones empiacutericas en las que se desenvuelve la vida De alliacute que la teoriacutea de los derechos humanos sea intriacutensecamente incompatible con el planteamiento de Bau-man quien concluye que toda reflexioacuten de los hechos morales en favor de valores superiores de base racional es ilusoria

Por el contrario lo que se ha demostrado es que los defensores de la universalidad de los derechos humanos parten de una posicioacuten en la que consideran que la eacutetica esto es la reflexioacuten en torno a los hechos morales no supone la negacioacuten del valor de esos hechos en su estado previo es decir como experien-cia vivida y no reflexiva Contrario a lo afirma-do por Bauman el quehacer eacutetico es tambieacuten un conocimiento moral en la medida en que busca desentrantildear las justificaciones subya-centes a los valores y actitudes que componen el mundo de la vida sin negarlos ni minimi-zarlos Incluso argumentan que la posibilidad de reflexioacuten sobre estos temas es coacutensona con las afirmaciones de libertad y autonomiacutea por cuanto entienden que el individuo no es es-clavo de sus convicciones primarias y puede modificarlas o reafirmarlas en su encuentro con los otros en el que necesariamente se ve compelido a razonar sobre ellas

Lo que ocurre es que hay distintas acep-ciones en torno a lo que es la eacutetica lo que es la moral y la relacioacuten entre ambas diferencias que son de fondo ya que las valoraciones da-das a ambos teacuterminos difieren mucho entre siacute El caso de Bauman es que en su proyecto de repersonalizar la moral frente a la eacutetica su en-foque se circunscribe a lo que se denominoacute el partido moral de dos esto es la relacioacuten mo-ral iacutentima entre el Yo-Otro sin que ello pueda extenderse al mundo social donde la eacutetica se postula como necesaria porque los involu-crados son muchos y los juicios de unos son confrontados racionalmente con los de otros De modo que quien se encuentra abierto a aceptar la postura de Bauman tal y como es expuesta en Eacutetica posmoderna se encontraraacute al mismo tiempo con dificultades tanto para fundamentar la moral en su dimensioacuten social como para sostener la legitimidad de los dere-chos humanos

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Ocurre ademaacutes que dentro de las formu-laciones eacuteticas derivadas de la modernidad los derechos humanos presentan una condicioacuten muy especial que Bauman no toma en cuenta cuando hace sus criacuteticas a la eacutetica moderna En efecto el autor ha identificado el origen de la universalidad de la eacutetica en la buacutesqueda de legitimacioacuten de dominacioacuten por parte de los legisladores sobre las masas a las que se con-sideraban muy ignorantes como para dejarlas ejercer su libertad sin guiacutea legitimacioacuten que fue completada por el trabajo de los filoacutesofos dedicados a fundamentarla Pero los derechos humanos fueron formulados precisamente como frenos a la arbitrariedad elevan al indi-viduo en su condicioacuten de digno y pretenden blindarlo del abuso de poder De esta manera no presentan la misma relacioacuten con el poder como las reglas y leyes que Bauman denuncia

De hecho el mismo autor llega a afirmar que los derechos humanos han contribuido al proceso de desregulacioacuten y desplazamien-to del Estado como autoridad moral central pero al mismo tiempo considera que esto ha formado parte de uno de los mecanismos que han apresurado la modernidad liacutequida en la que la esfera puacuteblica ha caiacutedo en detrimento frente al individualismo No obstante se ha contrastado su posicioacuten con autores que sos-tienen que seriacutea injusto decir que los derechos humanos son banderas enarboladas por los individualistas de la modernidad liacutequida o los comunitaristas puesto que por el contrario ellos buscan renovar el espacio puacuteblico y fo-mentar la ciudadaniacutea universal por medio de la revalorizacioacuten de la potencialidad del dis-curso para llegar entenderse mutuamente

De alliacute que asiacute como Bauman plantea un postura que se presenta como un tercer teacuter-mino entre el tiacutepico debate universalismo con-tra comunitarismo tambieacuten la eacutetica discursi-va se presenta como una alternativa tanto a

la postura posmoderna de este autor como a la universalidad como principio loacutegico-ontoloacute-gico En efecto las posiciones de tres autores ―Cortina Habermas y Nino― han permitido darnos cuenta de que existen caminos para aproximarse al principio de la universalidad desde un punto de vista distinto esto es como parte del discurso moral y como resul-tado de la consecucioacuten de consensos en torno a los contenidos morales de normas y manda-tos bajo los cuales una sociedad ha decidido legislarse

Esta alternativa por supuesto conserva formulaciones irreconciliables con la postura de Bauman particularmente aquella relacio-nada con la afirmacioacuten de la cognoscibilidad de la moral pero tambieacuten se preserva de varias de las criacuteticas que este autor le dirigiacutea a la uni-versalidad como principio loacutegico-ontoloacutegico en primer lugar no pretende fundamentarse en una determinada afirmacioacuten de la natura-leza humana o de su esencia sino maacutes bien en la capacidad de comunicarse y de razonar que antes que deducirse como consecuencia loacutegica de unas premisas se nos presenta ya como evidente en la praxis comunicativa dia-ria Esta es la razoacuten por la cual esta acepcioacuten de universalidad va a abandonar el paradigma de la filosofiacutea de la conciencia basada en la idea de un sujeto monoloacutegico para apoyarse en las posibilidades dialoacutegicas que el lenguaje y la comunicacioacuten nos ofrecen para llegar a la validez de enunciados con rango de verdad

En razoacuten de lo anterior esta postura de-fiende la universalidad como resultado del entendimiento entre individuos siempre y cuando estos se encuentren en las condicio-nes para practicar el discurso de manera que no puede acusaacutersele de coactiva o impositiva puesto que uno de sus presupuestos funda-mentales es la libertad de los agentes Maacutes auacuten esta teoriacutea eacutetica discursiva logra atender

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los problemas relacionados con la integridad de la autonomiacutea individual con los que Bau-man pareciacutea tan preocupado pero sin dejar de considerar la importancia que tiene la so-ciedad para el individuo como agente moral El consenso y la intersubjetividad seraacuten condi-ciones esenciales sin las cuales no podriacutea de-terminarse la validez de las normas y a traveacutes de las cuales los individuos pueden concertar sus propias leyes

Por otro lado estaacute el hecho de que la eacutetica como discurso no busca establecer de una vez y por todas verdades uacuteltimas sino que por el contrario la praacutectica discursiva tiene origen precisamente en aquellos momentos en los que existen disenso o consensos rotos Pero asiacute como se admite la capacidad para el disen-so se la admite para la cooperacioacuten Recorde-mos que Bobbio aboga por la universalidad de los derechos humanos en tanto considera que no es parte de una fundamentacioacuten uacuteltima sino que deriva de un consenso en torno a va-lores fundamentales que se concretoacute verdade-ramente a partir de 1948

Ademaacutes la eacutetica discursiva no busca tener algo que decir con respecto a lo que un indi-viduo reconozca como valioso para su realiza-cioacuten personal o lo que una comunidad valore en torno a fines o virtudes tampoco busca re-primir impulsos o sentimientos morales sino que se conforma con ordenarlos en aquello que resulta fundamental en el aacutembito de las relaciones sociales Igualmente la universa-lidad considerada de esta manera no igno-ra el hecho de que el contexto juega un pa-pel importante en la determinacioacuten de estos asuntos Lo que siacute admite es que hay ajustes reciacuteprocos entre lo concreto y lo ideal dado que la mera existencia de normas y reglas no garantiza su validez asiacute como la validez por siacute sola no garantiza la aceptabilidad por parte de la sociedad Se trata de un juego reciacuteproco de

fuerzas con el que desde la moral vivida to-dos pueden admitir la validez de un postulado moral porque estaacute cargado de cierta trascen-dentalidad Eso es lo que se busca con los de-rechos humanos y con ello se quiere justificar el hecho de que cada sociedad sigue su propio camino en el progreso y la concrecioacuten de estos derechos sin que por ello se tenga que dejar de aspirar a su universalidad como horizonte moral

En definitiva la teoriacutea de la eacutetica discursiva se presenta como una alternativa maacutes viable a la universalidad como principio loacutegico-ontoloacute-gico pero tambieacuten se propone como una op-cioacuten que de cierta forma supera algunas defi-ciencias de la posicioacuten eacutetica de Bauman pues-to que por ejemplo siacute toma en cuenta coacutemo se puede pasar del reino donde prevalecen las fuerzas individuales al de las cuestiones mora-les que son necesarias dirimir en la sociedad poliacutetica De la misma forma incluso los detrac-tores de la capacidad de solventar cuestiones morales por medio del discurso tienen que ad-mitir cuando menos que cuando exponen su punto de vista estaacuten participando lo quieran o no en la argumentacioacuten y que al igual que los demaacutes lo estaacuten haciendo porque aspiran hacer ver a otros la validez de sus posiciones

Esta investigacioacuten no se ha propuesto de ninguna manera ser una resolucioacuten definitiva al problema de la universalidad que consi-deramos tan vigente Las criacuteticas de Bauman se consideran muy valiosas en la medida en que apuestan por la defensa del individuo sin caer en el individualismo con una criacutetica tan-to a la intromisioacuten exacerbada del Estado en las iniciales etapas de la modernidad como a la aparente falta de compromiso en torno a causas comunes que diagnostica en la moder-nidad liacutequida que vivimos actualmente Pero al mismo tiempo se ha sometido a criacutetica su propio pensamiento para dejar en evidencia la

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complejidad de la tematizacioacuten de la univer-salidad de los coacutedigos eacuteticos y entre ellos de los derechos humanos en la medida en que se plantean nuevas perspectivas que sin dejar de admitir los defectos del proyecto eacutetico de la modernidad buscan reformar algunos de sus elementos esenciales

No obstante queda como tarea pendien-te seguir sometiendo a criacutetica estas posturas en la medida en que los derechos humanos se convierten en un tema de mayor importan-cia no solamente por su tratamiento en las relaciones internacionales y las interacciones entre entes de poder sino por lo que podriacutea significar para la integridad y dignidad del ser humano y las aspiraciones de cooperacioacuten de las sociedades Finalmente aspiramos que este trabajo de grado promueva futuras inves-tigaciones sobre las perspectivas eacuteticas de la posmodernidad por un lado y del discurso por el otro cuyas premisas apenas han sido asomadas aquiacute con la esperanza de que cons-tituyan temas de preocupacioacuten acadeacutemica dado su gran potencial para responder a los problemas contemporaacuteneos

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Ernesto JesuacutesBorges Quintana

Un estudio hermeneacuteutico sobre el poder de la palabra poeacutetica en la tragedia griega

ldquoLapalabrapoeacuteticaseconvierteconfrecuencia en una prueba de lo que esverdadpueselpoemaresucita

una vida secreta en palabras que pareciacuteangastadaseinserviblesynosilustraasiacutesobrenosotrosmismosYel lenguaje puede todo esto porque

no es evidentemente una creacioacuten delpensamientoreflexivosinoque

contribuye a realizar el comportamiento respectodelmundoenelquevivimosrdquo

Gadamer1977p539

ldquoNoloseacuteAmiacutemeparecequesonfunestostantoeldemasiadosilencio

comoelvanogriteriacuteordquoSoacutefoclesAntiacutegonav1253

DionisioacompantildeadodeunSaacutetiroMuseoAntikensammlungBerlinRecuperadodehttpswwwtheoicomGalleryK123html

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La presente es una investigacioacuten de cor-te hermeneacuteutico sobre el poder y el alcance aletheico de la palabra poeacutetica a partir de un estudio de la tragedia aacutetica En esta direccioacuten desarrolla de manera criacutetica y comentada la propuesta de Hans-Georg Gadamer de un tipo de verdad reconocido en la palabra poeacutetica para desde alliacute vincular sus implicaciones con la definicioacuten claacutesica de la tragedia griega y los conceptos de miacutemesis y poiesis Seguidamen-te propone una interpretacioacuten literario- her-meneacuteutica de las piezas Agamenoacuten de Esquilo Antiacutegona de Soacutefocles e Ioacuten de Euriacutepides tres obras que comparten un desenvolvimiento de ldquocolisioacuten traacutegicardquo que seraacute explorado bajo con la intencioacuten de hacer traslucir su dicencia poeacute-tica y el tipo de valiacutea y sabiduriacutea que ofrecen en tanto literatura antigua mdashpero tambieacuten en sus escenificaciones contemporaacuteneas

Mediante una reapropiacioacuten de nociones como miacutemesis y poiesis ha sido posible rea-lizar una revaloracioacuten conceptual y a la vez pragmaacutetica de la tragedia griega en tanto un tipo de arte o habilidad esteacutetica capaz de ofrecer un espacio privilegiado y plural para el re-conocimiento y la comprensioacuten poliseacutemi-ca de emociones y situaciones diversas tales como el silencio lo deinoacuten y el ejercicio de la libre palabra transgresora cristalizada en la ex-presioacuten griega de la parresiacutea En concordancia con una aproximacioacuten literaria y hermeneacuteutica dirigida por la dinaacutemica de ldquopregunta-respues-tardquo mdashen cuanto exigencia del ciacuterculo herme-neacuteuticomdash estas paacuteginas pretenden mostrar la valiacutea de una dimensioacuten presentativa en los dramas mencionados ligada a un tipo de ver-dad y a un ldquoespacio de comprensioacutenrdquo que la tragedia establece en su experiencia de alte-ridad ficcional

INTRODUCCIOacuteN

CAPIacuteTULO I DISERTACIOacuteN SOBRE EL POTENCIAL INTRIacuteNSECO DE LA PALABRA POEacuteTICA DE ACUERDO CON LA PROPUESTA HERMENEacuteUTICA DE HANS-GEORG GADAMER11 Relacioacuten entre lenguaje y mundo

linguumlisticidad de nuestra comprensioacuten del mundo

12 Verdad de la palabra poeacutetica disertacioacuten sobre el valor y el alcance de la metaacutefora

13 El papel de la poesiacutea y el poeta traacutegico en la antiguumledad claacutesica

14 Una definicioacuten de tragedia griega

CAPIacuteTULO II DESARROLLO INTERPRETATIVO DE LAS TRAGEDIAS A LA LUZ DEL CONCEPTO DE COLISIOacuteN TRAacuteGICA21 La ambiguumledad y presencia del silencio en

Agamenoacuten de Esquilo22 Antiacutegona y lo deinoacuten en el hombre23 Ioacuten El silencio divino y el discurso

humano

CAPIacuteTULO III SOBRE EL ALCANCE ALETHEICO QUE PUEDE ALBERGAR LA POESIacuteA TRAacuteGICA31 Una revisioacuten criacutetica de ldquolo traacutegicordquo32 Mito miacutemesis y poiesis o el caraacutecter

hermeneacuteutico de la tragedia griega33 Lo que es capaz de presentar la poesiacutea

traacutegica polisemia y silencio en la colisioacuten traacutegica

CONCLUSIONES

REFERENCIAS BIBLIOGRAacuteFICAS

CONTENIDO

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INTRODUCCIOacuteN

ldquoVolver a dar valor al mito volver a va-lorizarlo en el sentido de dar un valor de realidad efectiva a aquello que para mu-chos soacutelo era faacutebula e invencioacuten significa tambieacuten volver a dar valor a una razoacuten de ser del arterdquo1

La tragedia aacutetica ha sido abordada desde campos de estudio tan diversos como la criacute-tica literaria la historia e incluso la filosofiacutea Los dramas que se conservan de los poetas Es-quilo Soacutefocles y Euriacutepides han sido histoacuterica-mente para la cultura occidental una muy rica fuente de reflexioacuten y estudio Ya en el siglo V a C eminentes filoacutesofos como Platoacuten y Aristoacutete-les escribieron a veces desde una perspectiva analiacutetica y otras de manera cuestionadora acerca de las obras y los poetas traacutegicos De hecho en Repuacuteblica Platoacuten descalificoacute la poe-siacutea traacutegica por considerarla nociva para la edu-cacioacuten de acuerdo con sus nociones de verdad y bien Por su parte Aristoacuteteles en su Poeacutetica expone en detalle los elementos formales que distinguen y caracterizan a la tragedia aacutetica en su contexto

Seguacuten el filoacutelogo claacutesico Werner Jaeger (1984) la tragedia es ldquola maacutes alta manifesta-cioacuten de una humanidad para la cual la religioacuten el arte y la filosofiacutea forman una unidad inse-parablerdquo (p11) En contraposicioacuten a los diver-sos modos de expresioacuten contemporaacuteneos el arte y la poesiacutea en el mundo claacutesico siempre gozaron de un papel iacutentimamente asociado a la comunidad a los ritos religiosos propios de la misma y a las problemaacuteticas filosoacuteficas vivas de su vida La poesiacutea traacutegica asiacute como el papel del poeta se encontraban respalda-dos por una tradicioacuten y una sociedad que los avaloacute como forjadores de una cultura propia

1 DorflesG(1967)Esteacutetica del mito Mito y metaacutefora en Vico y en la esteacutetica contemporaacutenea CaracasEditorialTiempoNuevo

una ecuacioacuten integral que hoy se define con el nombre de paideia Por todo ello la posi-cioacuten social y la ldquoautoridadrdquo del poeta (maacutes allaacute de su produccioacuten artiacutestica) eran significativa-mente influyentes para la gente por lo que es posible suponer que por un lado el escritor o intelectual antiguo y el espacio destinado a la representacioacuten teatral pueden asociarse con un rol conservador de las tradiciones cultura-les y miacuteticas de la comunidad pero al mismo tiempo deben o pueden reconocerse como privilegiados para el establecimiento de mira-das criacuteticas a la tradicioacuten misma en su trans-figuracioacuten a traveacutes del espacio ficcional que la obra presenta

Es de principal importancia entender que parte del valor del poeta en las sociedades an-tiguas residioacute en la extendida tradicioacuten oral en un momento en el que el lenguaje escrito era prerrogativa de una minoriacutea de modo que la poesiacutea (no traacutegica) y la meacutetrica se convirtieron en el mejor mecanismo para la preservacioacuten de los valores y saberes tradicionales hasta concretarse en un ldquosistema de tecnologiacutea ver-bal [en el que] la repeticioacuten adquiere una im-portancia decisiva (hellip) [y] sobre todo que se repetiacutea siempre del mismo modo con las miacute-nimas variaciones posiblesrdquo (Zahonero 2017 p27)

Asiacute el arte en el mundo claacutesico incluyendo la tragedia se encontraba en una constante relacioacuten y diaacutelogo con la tradicioacuten miacutetica y cul-tural de la que emanaba Pero tal como consi-dera el filoacutesofo alemaacuten Hans-Georg Gadamer (1957) ldquoel mito estaacute expuesto constantemen-te a la criacutetica y a la transformacioacuten La religioacuten griega no es la religioacuten de la doctrina correctardquo (p17) Entonces si bien hubo en la represen-tacioacuten traacutegica una paideia relacionada con un contenido miacutetico heredado y comuacuten tambieacuten hubo en su escenificacioacuten una libertad inter-pretativa que se fue desarrollando en el curso

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de los montajes de los diferentes poetas y que precisamente da cuenta de la genialidad y el aporte de estos a su comunidad

Estas consideraciones preliminares encu-bren un desarrollo sistemaacutetico y proliacutefico que diferentes disciplinas acadeacutemicas y autores han elaborado en torno al mito la tragedia aacutetica y su significacioacuten para la sociedad ate-niense y heleacutenica Es todo un aparato criacutetico que serviraacute de fuente maacutes ampliamente en las paacuteginas que siguen aunque desde ya se pue-de resaltar la significativa contribucioacuten que han hecho al tema estudiosos como Pierre Vi-dal-Naquet y Jean-Pierre Vernant en su obra Mito y tragedia en la Grecia antigua (2002a) la cual seraacute abordada en adelante del mismo modo que se haraacute con la relacioacuten entre trage-dia mito y tradicioacuten

En la poesiacutea claacutesica y sobre todo en la tra-gedia griega hubo una actividad poeacutetica que asocioacute y presentoacute de manera iacutentima proble-maacuteticas filosoacuteficas tales como la relacioacuten en-tre lo divino y lo mortal la dimensioacuten eacutetica del hombre vuelta problema y pregunta o el anhelo de autosuficiencia humana frente a un mundo contingente La relacioacuten entre trage-dia y filosofiacutea tuvo una importante vinculacioacuten que por ejemplo la filoacutesofa Martha Nussbaum (1995) destaca en los siguientes teacuterminos

Por una parte encontramos en las tra-gedias retratos cautivadores del vehemen-te deseo humano de autosuficiencia (hellip) En segundo lugar la buacutesqueda filosoacutefica de una vida buena autosuficiente empren-dida por Platoacuten viene motivada por un agudo sentido de los problemas aludidos (Nussbaum 1995 p48)

La investigacioacuten que aquiacute se desarrollaraacute se propone repensar la poesiacutea traacutegica en un intento por valorar esta forma particular de arte del mismo modo que el potencial de su

palabra poeacutetica para aprehender un tipo de saber poeacutetico desligado de la comprobacioacuten silogiacutestica y conceptual De acuerdo con Ga-damer (1971) del mismo modo que ldquolos co-lores salen a la luz en la obra pictoacuterica igual que la piedra es sustentadora en la obra arqui-tectoacutenica asiacute es en la obra poeacutetica la palabra maacutes dicente que en cualquier otro caso Esta es la tesisrdquo (p16) En esta direccioacuten lo que se plantea en las siguientes liacuteneas es estudiar la poesiacutea traacutegica a la luz de un enfoque filosoacutefico hermeneacuteutico que preste especial atencioacuten al aspecto linguumliacutestico y esteacutetico en las obras se-leccionadas Ello en contraposicioacuten a otros en-foques eminentemente eacuteticos (no por ello me-nos fundamentales) como por ejemplo el que se encuentra en La fragilidad del bien (1955) un libro de la misma Martha Nussbaum

A partir de una valoracioacuten sobre el alcance cognitivo y filosoacutefico de la praacutectica poeacutetica mdashes decir el valor que contiene esta vozmdash se intentaraacute presentar una reinterpretacioacuten de la poesiacutea traacutegica El objetivo general es ofrecer algunas consideraciones sobre una pregunta crucial iquestqueacute espacios de comprensioacuten filo-soacutefica es capaz de ofrecer la poesiacutea traacutegica partiendo de la propuesta gadameriana de un tipo de verdad reconocida en la palabra poeacute-tica

A tal fin en el primer capiacutetulo se ofrece una revisioacuten sobre la vinculacioacuten entre el lengua-je y nuestra forma de comprender el mundo para luego dirigir la reflexioacuten hacia el alcance cognitivo la ldquoverdadrdquo o dimensioacuten aletheica de la ldquopalabra poeacuteticardquo y la relacioacuten entre la ldquopalabra y su silenciordquo todo ello sobre la base de los estudios de autores como Hans-Georg Gadamer y Max Colodro respectivamente Se apunta a ir en conformidad con la defen-sa filosoacutefica del potencial de la palabra poeacute-tica y la experiencia esteacutetica frente a criacuteticas o conceptuaciones que las enclaustran en

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clasificaciones reduccionistas que entienden la poesiacutea y el arte como foacutermulas meramen-te de imitacioacuten (miacutemesis) de la realidad de la accioacuten o emocioacuten humanas Se trata de si-mulacros que no tienen nada que ver con el ldquomundo realrdquo o que se sustentan ante todo en lo ldquofalsordquo Nos referimos principalmente a interpretaciones platoacutenicas variadas del arte un tema que seraacute abordado para entregar a su vez una revisioacuten de los teacuterminos miacutemesis y poiesis en la representacioacuten traacutegica Finalmen-te se pretende repensar la validez y utilidad de una primera conceptuacioacuten de la tragedia griega de la mano de Aristoacuteteles en su Poeacutetica sobre la base de lo escrito por diferentes co-mentaristas de la obra

En el segundo capiacutetulo y en un espiacuteritu her-meneacuteutico se examinaraacuten las tres obras se-leccionadas Agamenoacuten de Esquilo Antiacutegona de Soacutefocles e Ioacuten de Euriacutepides Valga advertir que la idea no es de ninguacuten modo desarrollar en clave teoreacutetica la ldquoconceptuacioacuten filosoacutefi-cardquo que se intuye en las obras sino maacutes bien hacer traslucir en el despliegue interpretativo el decir poeacutetico que aguarda en el seno de la configuracioacuten artiacutestica de cada pieza Esto es lo que en teacuterminos gadamerianos se llamariacutea una conversacioacuten hermeneacuteutica con el texto del que se espera aprehender su decir propio y singular De este modo nos centraremos en la condicioacuten de colisioacuten traacutegica que comparten los tres dramas y en la presencia poliseacutemica de las figuras del silencio lo deinoacuten y el libre derecho a la palabra que se expresa en el teacuter-mino parresiacutea

El tercer capiacutetulo pretende reevaluar los aportes obtenidos en los apartados preceden-tes a fin de ponderar e identificar de manera dialoacutegica la dimensioacuten aletheica que pueden presentar las tragedias en examen Este obje-tivo supone el desarrollo de un anaacutelisis criacutetico de los enfoques filosoacuteficos que luego del de-

tallado estudio de las tragedias griegas cues-tionamos Esta seccioacuten tambieacuten implica de forma subsecuente una disertacioacuten sobre la dimensioacuten hermeneacuteutica de la tragedia aacutetica para reactualizar la evaluacioacuten de los teacuterminos de miacutemesis y poiesis asiacute como repensar nues-tra pregunta sobre los ldquoespacios de compren-sioacutenrdquo que puede ofrecer el drama antiguo Son ideas que desembocaraacuten en una reflexioacuten sobre el eacutenfasis en la capacidad presentativa que tiene lugar en la representacioacuten teatral (y en la literatura) conforme a un tipo de saber vinculado a nuestra forma de comprensioacuten del mundo que es eminentemente linguumliacutestica Este apartado pretende ofrecer ademaacutes una reflexioacuten dinaacutemica que cumpla con la dialeacutec-tica hermeneacuteutica de ldquopregunta y respuestardquo que explicite la serie de prejuicios cuestiona-bles en lo relativo a la aproximacioacuten a los dra-mas traacutegicos y la problemaacutetica que plantean

Por su naturaleza esta investigacioacuten es de caraacutecter documental y por consiguiente seraacute indispensable el uso de material impreso y digital Utilizaremos fuentes como textos fi-losoacuteficos y artiacuteculos acadeacutemicos de revistas indexadas que giran en torno a toacutepicos de esteacutetica hermeneacuteutica y maacutes concretamente relacionados con las obras traacutegicas griegas es-cogidos todos ya sea por su abordaje filosoacutefico o criacutetico-literario entre otros

Nuestro uso de las obras traacutegicas fuentes primarias de la presente investigacioacuten se ser-viraacute de las traducciones y notas que ofrece la Editorial Gredos S A de la mano de recono-cidos autores como Carlos Garciacutea Gual y Luis Alberto de Cuenca y Prado Igualmente se ten-draacute en cuenta la traduccioacuten de Juan Manuel Libano (Editorial Caacutetedra) aunque de manera secundaria y sobre todo para las obras de Eu-riacutepides

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En cuanto a los antecedentes vinculados con los intereses planteados en este trabajo muchos de ellos ofrecen una revisioacuten y una re-actualizacioacuten de conceptos como miacutemesis asiacute como reaproximaciones a los dramas traacutegicos de acuerdo con enfoques filosoacuteficos y acadeacute-micos muy distintos entre siacute Uno de ellos se compendia en los dos voluacutemenes de Vidal-Na-quet y Vernant (2002a) Mito y tragedia en la Grecia antigua obra antes mencionada que aborda la tragedia griega desde un marco in-terpretativo estructuralista por lo que se pro-pone un estudio de las obras traacutegicas en su iacutentima relacioacuten hermeneacuteutica con los mitos de los que parten y el contexto al que se dirigen como piezas vinculadas a un puacuteblico de ciuda-danos con problemaacuteticas e intereses propios de su situacioacuten histoacuterica

Maacutes que ser una investigacioacuten meramente socioloacutegica o histoacuterica la intencioacuten de acuer-do con Vidal-Naquet (2002a) es la de estu-diar la poesiacutea traacutegica desde esta pluralidad de dimensiones ldquocomo realidad social con la institucioacuten de los concursos traacutegicos como creacioacuten esteacutetica con el advenimiento de un nuevo geacutenero literario como mutacioacuten psico-loacutegica con el surgimiento de una conciencia y de un hombre traacutegicordquo (p13) En tal sentido su investigacioacuten plantea interesantes reflexiones sobre la significativa relevancia cultural de la tragedia como espacio de invencioacuten literaria y de ruptura respecto de la tradicioacuten Estas con-sideraciones seraacuten tomadas en cuenta hacia el final de estas paacuteginas a la luz de las premisas que hasta ese momento habraacuten de ser desa-rrolladas

Otro antecedente de esta indagacioacuten se en-cuentra en la tesis doctoral de Mariana Melo (2013) Miacutemesis traacutegica entre el lenguaje y lo poliacutetico claves para combatir la fragilidad de la accioacuten Esta investigacioacuten como su nombre lo indica se dirige hacia una reevaluacioacuten del

concepto aristoteacutelico y platoacutenico de miacutemesis para aproximarse a traveacutes del mismo a una problemaacutetica maacutes dirigida a los aspectos poliacute-ticos y eacuteticos del teacutermino Es como una puesta en escena en relacioacuten con la incidencia poliacute-tica social y educativa del teatro ateniense en su contexto Para ello la autora se sirve de los escritos de filoacutesofos como Hannah Arendt y Paul Ricoeur con el fin de vincular y aclarar esa dimensioacuten eacutetico-poliacutetica que atisba en el concepto aristoteacutelico de la miacutemesis traacutegica y que le lleva a desarrollar una relacioacuten triaacutedica entre miacutemesis praxis y logos

Si bien ese trabajo comparte nuestro inte-reacutes por una reflexioacuten sobre el concepto aris-toteacutelico y platoacutenico de miacutemesis su desarrollo apunta hacia dimensiones maacutes eacuteticas y poliacuteti-cas mientras que el nuestro se dirige hacia in-terrogantes de iacutendole esteacutetica literaria y rela-tivas a la filosofiacutea del lenguaje emparentadas con la filosofiacutea hermeneacuteutica de Hans-Georg Gadamer y los argumentos de diferentes au-tores que abordan estas problemaacuteticas en el examen de la actividad poeacutetica

Asiacute mismo el libro de la doctora Virginia Aspe (2005) Perennidad y apertura de Aris-toacuteteles reflexiones poeacuteticas y de incidencia mexicana es otra investigacioacuten que gira en torno a una relectura y reinterpretacioacuten de la Poeacutetica del estagirita en este caso para distin-guir su actualidad pero tambieacuten sus aporiacuteas y vaciacuteos Esta autora se sirve metodoloacutegicamen-te de una revisioacuten de la Poeacutetica por medio de autores como Tomas de Aquino y a partir de alliacute ofrece una revisioacuten sobre conceptos canoacute-nicos como eacutethos loacutegos kaacutetharsis miacutemesis y ldquolo Maravillosordquo (to thaumastoacuten) Igualmente revisa tales nociones relacionadas con el tea-tro aacutetico y su circunstancia en el panorama esteacutetico-artiacutestico del Meacutexico actual

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Las reflexiones que la investigadora Virgi-nia Aspe dedica a lo que denomina como el problema del razonamiento poeacutetico en Aristoacute-teles encuentra invalorables puntos de coin-cidencia con nuestra pretensioacuten de estudiar el alcance aletheico de la palabra poeacutetica en la medida en que aprecia la relacioacuten entre la alegoriacutea y el silogismo en el pensamiento poeacute-tico de acuerdo con un tipo de verdad o sa-ber propio de las artes En un orden paralelo nos preguntamos por el alcance aletheico que puede contener la palabra poeacutetica y concre-tamente queacute espacios de comprensioacuten inter-pretativa ofrecen las obras traacutegicas que seraacuten abordadas

Igualmente el libro del filoacutesofo espantildeol Luis Zahonero (2017) El lugar de los poetas un ensayo sobre esteacutetica y poliacutetica resulta fun-damental El texto parte de la idea de que el lugar de los poetas es ldquoel lugar en donde se ponen nombres a las cosas se conciben for-mas para la materia y se crean reglas para el mundordquo (Zahonero 2017 p12) tesis cardinal que el autor considera que constituye una de las problemaacuteticas esteacuteticas (y de incidencia poliacutetica) contemporaacuteneas De este modo en su estudio emprende una revisioacuten criacutetica del desarrollo histoacuterico de la esteacutetica filosoacutefica y se detiene detalladamente en algunos mo-mentos de las obras de los filoacutesofos Kant y Nietzsche autores que considera esenciales para dilucidar el tema sobre el lugar de los poetas

La relevancia de su propuesta en relacioacuten con nuestra tesis investigativa reside en su tra-tamiento del concepto platoacutenico y aristoteacutelico de la miacutemesis que contrapone directamente a la concepcioacuten romaacutentica de poiesis o expre-sioacuten Mientras que la primera se refiere mdashpara este autormdash a una ldquomiacutemesis gregariardquo e imi-tativa de lo dado por una cultura (sobre todo en las diversas producciones poeacuteticas de la

Grecia antigua donde tambieacuten incluye al tea-tro griego) la poiesis aludiriacutea a una dimensioacuten creativa y libre en el arte desligada de cual-quier modelo o regla precedente

A su vez otro de los problemas fundamen-tales que Luis Zahonero aborda mdashy que tiene una incidencia considerable en nuestra apro-ximacioacuten hermeneacuteutica a las tragediasmdash con-siste en la propia concepcioacuten del lugar de los poetas y lo que denomina como la ldquoperforma-tividad del lenguajerdquo es decir ldquola capacidad que tiene el lenguaje para conformar la propia realidad (el poder que tienen las palabras para dar forma al mundo y organizarlo)rdquo (Zahonero 2017 p386) Aunque en su desarrollo se en-cuentran considerables diferencias con las te-sis que manejaremos mdashde acuerdo con otros autores que se tendraacuten en cuentamdash tambieacuten hallamos diversos puntos de coincidencia que creemos paralelos y seraacuten sopesados en su momento

Sobre la base de estos antecedentes y la interrogacioacuten general que atraviesa nuestra indagacioacuten hay que aclarar que este trabajo pretende promover la investigacioacuten interdisci-plinaria propia de la licenciatura en Estudios Liberales asiacute como ahondar en la pesquisa contemporaacutenea referente a la interrelacioacuten entre las formas del discurso y comprensioacuten filosoacutefica del mundo y las formas del discurso poeacutetico y literario que tambieacuten posibilitan una comprensioacuten diversa vinculante y valiosa de la realidad

Uno de los aspectos que nos han impulsa-do en la definicioacuten de este trabajo de investi-gacioacuten es nuestro intereacutes personal por la inte-rrelacioacuten entre los terrenos de la literatura y la filosofiacutea La tragedia claacutesica problematiza los temas eacuteticos y se dirige a nuestra sensibilidad y capacidad de percepcioacuten esteacutetica Esta inte-rrelacioacuten que apela a nuestra configuracioacuten

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humana es la preocupacioacuten inicial y vital que impulsa a realizar este estudio en profundi-dad

A traveacutes de sus obras los antiguos poetas traacutegicos nos proporcionan argumentos que contienen una visioacuten caracteriacutestica del mundo y de la condicioacuten del hombre que es preciso comprender en variados planos justamente porque se sirven de recursos y medios poeacuteti-cos diferentes y complementarios a los medios racionales y argumentativos mdashsin eliminar es-tosmdash para representar y expresar problemaacute-ticas eminentemente humanas No por su an-tiguumledad debemos catalogar algunas manifes-taciones artiacutesticas o visiones del mundo como arcaicas u obsoletas De hecho consideramos que su particularidad histoacuterica nos permite encontrar nuevos puntos de vista para discer-nir sobre la propia condicioacuten individual en el contexto de nuestra cultura occidental o en torno a las implicaciones sociales y eacuteticas pro-venientes de la configuracioacuten caracteriacutestica de esa herencia cultural

CAPIacuteTULO I

DISERTACIOacuteN SOBRE EL POTENCIAL INTRIacuteNSECO DE LA PALABRA POEacuteTICA DE ACUERDO CON LA PROPUESTA HERMENEacuteUTICA DE HANS-GEORG GADAMER

11 Relacioacuten entre lenguaje y mundo la linguumlisticidad de nuestra comprensioacuten del mundo

La hermeneacuteutica filosoacutefica inaugurada y de-sarrollada por los filoacutesofos Martin Heidegger (1889-1976) y Hans-Georg Gadamer (1900-2002) parte de una reflexioacuten particular sobre la tarea de la comprensioacuten humana La misma va maacutes allaacute de la actividad interpretativa de textos que fue en lo que consistioacute inicialmen-te la hermeneacuteutica claacutesica y la comprensioacuten

pasa a constituirse en el elemento esencial de la propia realidad existencial del hombre Asiacute antes de pasar a reflexionar sobre la poesiacutea y concretamente sobre la poesiacutea traacutegica es me-nester pensar primero en nuestra relacioacuten con el lenguaje y en lo que en palabras de Gada-mer seriacutea nuestra ldquocomprensioacuten linguumliacutestica del mundordquo

La reflexioacuten filosoacutefica occidental se ha fun-dado en buena medida en conformidad con la distincioacuten entre el lenguaje y el pensamien-to De manera casi natural se ha considerado que nuestro lenguaje funge como instrumento que se adecua a posteriori a nuestros pensa-mientos lo que supone que el lenguaje tiene un papel secundario e instrumental Muy por el contrario de acuerdo con los presupues-tos de la hermeneacuteutica gadameriana nuestro ejercicio de comprensioacuten de conceptos mdashy del mundomdash es siempre una actuacioacuten linguumliacutesti-ca es decir que se realiza en nuestro acceso al lenguaje La comprensioacuten ocurre en el lengua-je y no por medio de eacutel2

La actividad comprensiva es una que se gesta en el horizonte de nuestra capacidad lin-guumliacutestica y nos permite relacionarnos de forma iacutentima y vital con el mundo y el entorno maacutes inmediato Como bien expresa Jean Grondin (2003) ldquohellipyo entiendo uacutenicamente cuando soy capaz de comprender la constelacioacuten de sentido en la que se inscribe lo que ha de in-terpretarserdquo (p193) Esto implica que nuestra actividad de comprensioacuten supone de ante-mano que el objeto comprendido tambieacuten se

2 Aquiacute Gadamer sigue la famosa alocucioacutenheideggeriana que afirma ldquoEl lenguaje es lacasa del ser En sumorada habita el hombre Lospensadores y poetas son los guardianes de esa moradardquo (Heidegger 1947 p1) Esto supone queellenguajenopuedeserunaldquoherramientardquoparaeluso del hombre sino que su relacioacuten con eacutel es ladeunldquotodordquoquelecomprendeyabarcacomolarelacioacutendeunserhumanoconsuhogar

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encuentra determinado linguumliacutesticamente o accede a tal linguumlisticidad

De este modo el ejercicio de comprensioacuten es para Gadamer una actividad de interrela-cioacuten y diaacutelogo con aquello otro que busca ser comprendido el texto el cual es texto en la medida en que el inteacuterprete se dispone a ldquoes-cucharrdquo aquello que aquel tiene que decir des-de siacute mismo En palabras de Gadamer (1977) el ldquotexto soacutelo puede llegar a hablar a traveacutes de la otra parte del inteacuterpreterdquo (p466) Y asiacute la comprensioacuten es siempre una actividad de vin-culacioacuten encuentro y relacioacuten

Ahora bien la actividad de comprensioacuten que debemos realizar no se limita al texto como escrito sino que atraviesa en su tota-lidad nuestra constitucioacuten existencial como seres-en-el-mundo De la misma manera la relacioacuten que tiene lugar entre el sujeto y su mundoentorno es ya una relacioacuten interpreta-tiva en constante desarrollo El filoacutesofo alemaacuten mdashquien sigue tanto a Heidegger como a Hum-boldtmdash considera que esta relacioacuten maacutes que ser una ldquovisioacuten de mundordquo (weltanschauung) es una relacioacuten de caraacutecter linguumliacutestico y por tanto resulta maacutes certera la expresioacuten ldquoacep-cioacuten de mundordquo

Para el hombre el mundo estaacute ahiacute como mundo en una forma bajo la cual no tiene existencia para ninguacuten otro ser vivo puesto en eacutel Y esta existencia del mundo estaacute constituida linguumliacutesticamente (hellip) Con esto Humboldt quiere decir que el lengua-je afirma frente al individuo perteneciente a una comunidad linguumliacutestica una especie de existencia autoacutenoma y que introduce al individuo cuando eacuteste crece en ella en una determinada relacioacuten con el mundo y con un determinado comportamiento ha-cia eacutel (Gadamer 1977 p531)

Para Gadamer la relacioacuten entre mundo y lenguaje es inversamente reciacuteproca hay mun-do para el hombre porque este es interpelado linguumliacutesticamente Las cosas son inteligibles en su nombramiento es decir mediante su arti-culacioacuten linguumliacutestica y de ese modo el hombre forja progresivamente una posicioacuten un com-portamiento y una comprensioacuten de su mundo circundante (determinado histoacutericamente) Aquiacute surge una distincioacuten importante entre entorno y mundo El primero se caracteriza porque en eacutel todo ser vivo incluso el hombre mantiene una relacioacuten inmediata y de depen-dencia existencial Mientras que el mundo implica una relacioacuten de distanciamiento de relativa independencia y libertad con eacutel Es la capacidad linguumliacutestica del hombre la que le per-mite sobrepasar su entorno inmediato y ele-varse hacia el mundo uno lleno de relaciones diversas y plurales de sentido ldquoEsta libertad frente al entorno es tambieacuten libertad frente a los nombres que damos a las cosasrdquo (Gada-mer 1977 p532) Y es esta capacidad de libre designacioacuten de las cosas la que permite confi-gurar una relacioacuten de familiaridad y cercaniacutea con el mundo

Para Gadamer (1977) ldquoel lenguaje soacutelo tie-ne su verdadera existencia en el hecho de que en eacutel se representa el mundordquo (p531) En un hilo semejante al inaugurado por la linguumliacutestica claacutesica de Ferdinand de Saussure (1853-1913) toda palabra (expresioacuten foacutenica) surge para la representacioacuten de un ente y en esta represen-tacioacuten se cimenta una relacioacuten que se preten-de uniacutevoca entre la palabra y su significacioacuten En el uso cotidiano y rutinario del lenguaje se presupone una relacioacuten uniacutevoca y estrecha en-tre significante (palabra) y significado lo que en Gadamer da cuenta de la determinacioacuten histoacuterica de la diversidad de ldquoacepciones de mundordquo y su relacioacuten con el mundo uno al que se refieren Es decir que en la pluralidad de las

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lenguas estas siempre aluden al mundo desde la diversidad de una experiencia

De modo que surgen dos cuestiones una acerca de la capacidad que tiene el lenguaje para representar el mundo al que se refiere y otra que implica la existencia de una dimen-sioacuten del mundo en-siacute inaprensible a la verba-lizacioacuten Siacute se mantiene que el entendimiento tiene lugar en el lenguaje y este puede consi-derarse como una jaula que limita nuestra po-sibilidad de inteleccioacuten de la realidad3

En respuesta a este planteamiento Gada-mer promueve la posibilidad de ampliar nues-tras acepciones de mundo las cuales no son cerradas ni excluyentes unas de otras ldquoLa per-fectibilidad infinita de la experiencia humana del mundo significa que nos movamos en el lenguaje que nos movamos nunca llegamos a otra cosa que a un aspecto cada vez maacutes am-plio a una lsquoacepcioacutenrsquo del mundordquo (Gadamer 1977 p536) La pluralidad de las lenguas no conlleva necesariamente la concepcioacuten de un mundo en-siacute maacutes allaacute de la verbalizacioacuten sino que afirma la pluralidad de las relaciones de sentido y por tanto las aproximaciones posi-bles al mundo En palabras de Jean Grondin (2003) la universalidad de la linguumlisticidad mdashque no es lo mismo que la universalidad del lenguajemdash consiste en la ldquoposibilidad siempre abierta pero no siempre realizada de nues-tra accioacuten del comprenderrdquo (p196) De modo que entre los horizontes de cualquier acep-cioacuten de mundo existe una brecha potencial-

3 Como siacute sucede por ejemplo en la reflexioacutensobre el lenguaje que hace Friedrich Nietzschequien en su obra Verdad y mentira en un sentido extramoral (1872) escribe ldquoiquestEs el lenguaje laexpresioacuten adecuada de toda realidad (hellip) iexclQueacuteparcialidad cuando elegimos una u otra propiedad para designar una cosa Si comparamos entre siacutelos diferentes idiomas obtendremos la evidencia de que las palabras no alcanzan nunca a la verdad nilaexpresioacutenadecuadapuesdelocontrarionoexistiriacuteantantosidiomasLalsquolacosaensiacutersquo(hellip)resultatotalmenteinaccesiblerdquo(p229)

mente ampliable en relacioacuten con lo que ldquopo-driacutea ser dichordquo o articulado linguumliacutesticamente

No es que no existan liacutemites sino que es-tos mismos liacutemites expresivos no implican una imposibilidad sobre aquello otro fuera del lenguaje que podriacutea llegar a ser articulado en una comprensioacuten maacutes abarcante De cierta manera tales liacutemites se encuentran abiertos hacia una mayor comprensioacuten lo que implica un potencial de autotrascendencia del propio lenguaje

A traveacutes de la misma comprensioacuten linguumliacutes-tica es posible llegar hasta los liacutemites de lo no articulado de lo inexpresado y ldquodiferenterdquo del lenguaje de modo que con Gadamer (1977) diremos que ldquoel lenguaje rebasa cualquier ar-gumentacioacuten contra su competenciardquo (p197) Y como bien repara Jean Grondin (2003) en la relacioacuten entre lo comprendido y aquello otro intuible e inasible a nuestra verbalizacioacuten nos ldquofaltan palabras porque las estamos buscan-do traacutegicamente Lo que se sustrae del lengua-je clama dolorosamente reclamando linguumlis-ticidad anhelando co-realizacioacutenrdquo (p197) De manera que esta es la uacutenica manera en la que puede aceptarse y comprenderse la univer-salidad de la linguumlisticidad tal como Gadamer la asume Siendo universal lo que podriacutea par-ticipar de una posible decibilidad en la com-prensioacuten humana (Grondin 2003 p197) su-pone por tanto una friccioacuten constante entre lo articulado sus liacutemites y lo potencialmente articulable

Estas mismas distancias existentes entre las diversas ldquoacepciones de mundordquo dan cuenta de una polisemia y una diversidad intriacutensecas de relaciones de sentido en referencia a este No existe tal cosa como un lenguaje maacutes ade-cuado que otro en su comprensioacuten del mundo valga recordar aquiacute que no es vaacutelido concebir el lenguaje como un objeto como un instru-

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mento para llegar a la ldquoverdadrdquo sino como un ldquotodordquo inabarcable al que el hombre accede El lenguaje es ya un acceso a la comprensioacuten del mundo y la pluralidad de las lenguas se relaciona iacutentimamente con la pluralidad casi inabarcable de las experiencias posibles del mundo Gadamer lo explicita asiacute

La relacioacuten fundamental del lenguaje y el mundo no significa por lo tanto que el mundo se haga objeto del lenguaje Lo que es objeto del conocimiento y de sus enunciados se encuentra abarcado siem-pre por el horizonte del mundo del len-guaje La linguumlisticidad de la experiencia humana del mundo no entrantildea la objetiva-cioacuten del mundo (Gadamer 1977 p539)

De esta manera a cualquier comprensioacuten le antecede un horizonte pre-comprensivo de mundo que es en cierta manera linguumliacutesti-co En el caso de una comprensioacuten natural e inmediata del mundo mdashevidente en nuestro ldquolenguaje vivordquo y cotidianomdash esta se eviden-cia en la propia estructura del lenguaje articu-lado Gadamer usa el ejemplo de la compati-bilidad entre ciertas ldquoapariencias realesrdquo y la comprensioacuten cientiacutefica de tales apariencias como la percepcioacuten de que el Sol se pone en el horizonte y en esa medida gira en torno a nosotros y la concepcioacuten cientiacutefica que asegu-ra que es la Tierra la que gira en torno al Sol y la relacioacuten no es inversa

La ldquoelevacioacutenrdquo que se da en la articulacioacuten linguumliacutestica de la realidad mdashy que posibilita que el hombre ldquotenga mundordquo maacutes allaacute del mero entornomdash consiste en que el lenguaje hace presente la realidad desde su lejaniacutea En eacutel se da una dinaacutemica reciacuteproca de presencia y au-sencia En su conferencia De camino al habla (1987) Heidegger afirma

El nombrar invoca La invocacioacuten acer-ca lo invocado Para depositarlo en el aacutem-

bito de lo que estaacute presente e incorporarlo en ello (hellip) La invocacioacuten invoca en siacute y por ello llama hacia aquiacute hacia la presencia y llama hacia allaacute en la ausencia (Heidegger 1987 p19)

A juicio de Heidegger lo que se hace pre-sente en el habla y sobre todo en el ldquodecirrdquo poeacutetico se hace presente de una forma au-sente El habla hace proacuteximas las cosas en su nombramiento pero desde su ausencia Tanto para Heidegger como para Gadamer los entes acceden a la presencia en el lenguaje y no se objetualizan por medio de eacutel Explica Gadamer (1977) que ldquosobre esta distancia reposa el que algo pueda destacarse como constelacioacuten ob-jetiva propia y convertirse en contenido de una proposicioacuten susceptible de ser entendida por los demaacutesrdquo (p534)

Nuestra capacidad de nombramiento su-pone una distancia relativa del mundo pero a su vez una cercaniacutea que se hace presente en el mismo acto de nombrar Asiacute en la ex-periencia natural del mundo mdashnuestro ldquolen-guaje vivordquomdash el lenguaje devela el ser-ahiacute de lo nombrado de modo que tambieacuten eacutel es da-sein En la linguumlisticidad de nuestra compren-sioacuten y en el acceso que tengamos a una lengua dada hay un particular acercamiento hacia las cosas mismas en su ausencia o lejaniacutea Para estos filoacutesofos el lenguaje se determina con relacioacuten al ser el ahiacute universal del mundo de modo que este contiene un gran potencial ale-theico4 es decir de develacioacuten En su ensayo ldquoSobre la verdad de la palabrardquo (1971) Gada-mer consideroacute que ldquoen el lenguaje que habla-

4 La aletheia puede ser entendida someramentecomoeldevelamientode laverdad JeanBeaufret(1984) la define concretamente como lo ldquoAbiertosinocultamientoplenamenteabiertoDeellonadaseoculta nada se vuelveaacutedelon diceAristoacutetelesnadasevuelvelsquoinaparentersquoLacosasepresentademodotalquedeellanadaesinaparenterdquo(p44)yencuentra su correlato en expresiones linguumliacutesticascomo el verbo decir

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mos unos con otros el lsquoserrsquo es[taacute] ahiacute Y todo ello no a partir de una decisioacuten existencial que uno tambieacuten podriacutea dejar de tomar sino porque ser-ahiacute es resolucioacuten estar abierto al lsquoahiacutersquordquo (p10)

Asiacute el lenguaje se percibe como aquello que trae al mundo a su presencia y cercaniacutea no es uacutenicamente un ldquomediordquo para la expre-sioacuten personal y subjetiva del hombre pues lo enlaza iacutentimamente con su derredor y posibi-lita su apertura hacia el afuera que es el mun-do Pero asiacute como el lenguaje contiene un potencial de develacioacuten de significados y sen-tidos diversos tambieacuten resguarda en siacute la po-sibilidad de ocultamiento y olvido Es por esto que en la terminologiacutea de Heidegger hay una distincioacuten maacutes tajante entre un habla inauteacuten-tica y una auteacutentica en la que variacutea el poder dicente del enunciado y con eacutel su potencial de develacioacuten

Mientras que la primera forma del lengua-je el habla inauteacutentica se corresponde con una articulacioacuten maacutes cotidiana y pragmaacutetica como instrumento de informacioacuten el habla auteacutentica se vincula al cuidado expresivo que reside en la disertacioacuten filosoacutefica y en mayor grado en la palabra poeacutetica Hablar no es ne-cesariamente decir y la palabra auteacutentica es dicente por excelencia en tal sentido es deve-ladora y conservadora de una serie de signifi-caciones y sentidos que se tornan presentes en su expresioacuten linguumliacutestica

12 Verdad de la palabra poeacutetica disertacioacuten sobre el valor y el alcance de la metaacutefora

La palabra poeacutetica en su expresividad y li-bre juego linguumliacutestico se sirve de una serie de elementos que le confieren una profundidad semaacutentica al igual que una dignidad como ser

dicente por siacute mismo y logra que su autono-miacutea y validez no dependan de su referenciali-dad sobre algo externo a ella misma De modo que para autores como Gadamer y Heidegger mdashentre otros que se consideraraacuten luegomdash el lenguaje en su cuidado poeacutetico y literario re-suena como uno maacutes auteacutentico y originario cargado de vitalidad Pero para aproximarnos a estas dimensiones de la palabra poeacutetica es necesario reparar primero en otras cuestiones sobre el lenguaje en general

De acuerdo con la hermeneacuteutica gadame-riana la palabra posee su propia verdad Esto en la medida en que cualquier expresioacuten ar-ticulada linguumliacutesticamente mdashes decir todo enunciadomdash tiene de antemano una relacioacuten iacutentima y vital con el horizonte linguumliacutestico que es el mundo Aquiacute ldquopalabrardquo alude maacutes bien a cualquier enunciado o texto articulable y no uacutenicamente a la ldquopalabrardquo en singular y como miacutenima articulacioacuten linguumliacutestica de sentido asi-mismo cuando en este escrito empleamos la frase ldquola palabra poeacuteticardquo hacemos referencia maacutes bien y de forma general al uso literario del lenguaje De acuerdo con Jean Grondin (2003) la verdad de la palabra puede enten-derse como un ldquogenitivo subjetivordquo e inversa-mente como un ldquogenitivo objetivordquo Es decir en la pertenencia de la ldquoverdadrdquo a la linguumlisti-cidad como horizonte uacuteltimo al que remite la comprensioacuten humana y de forma contraria la pertenencia del lenguaje al ahiacute universal del ser Asiacute

Es la palabra la que hace que la verdad sea revelando maacutes que nada una cosa verdadera aun antes de toda conciencia reflexiva acerca de la verdad de la palabra en el sentido de un genitivo objetivo que deja constancia de la rectitud de la palabra acertada (Grondin 2003 p220)

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Nuevamente se aprecia una relacioacuten reciacute-proca esta vez entre lenguaje y verdad El len-guaje no representa subjetivamente al mundo en su articulacioacuten ni este es una reconstruc-cioacuten fenomeacutenica diferente de un en-siacute maacutes bien el lenguaje hace presente y cercano al mundo mismo y sus entes Como se indicoacute con anterioridad el lenguaje tiene un potencial aletheico pues devela los entes nombrados los coloca ahiacute en el ejercicio de nombrarlos como presentes y en cierta forma invocados con su nombramiento Para Heidegger (1987) lo ldquoque se despliega en el habla es el Decir en tanto que Mostracioacutenrdquo (p229) las cosas en su acceso al lenguaje no solo se ldquomuestranrdquo desde su ser sino que en el decir tambieacuten se hace patente su autentificacioacuten o su no-falsi-ficacioacuten acepciones diferentes del teacutermino griego aletheia Seguacuten Gadamer en expresio-nes comunes como ldquono me engantildeesrdquo el im-perativo ldquodiacutemelordquo incluso cuando se habla de ldquoamigos verdaderosrdquo de ldquooro verdaderordquo o de cualquier expresioacuten que disponga del verbo decir nos remitimos de diversas formas a esa autentificacioacuten que identificamos en el ser de lo mencionado es ello algo esencial a la cosa misma y de ahiacute se comprende que la palabra griega aletheia puede ser entendida en su sen-tido de franqueza autentificacioacuten yo no-ocul-tacioacuten (Gadamer 1971 p8)

Ahora bien en el uso poeacutetico del lenguaje y en lo que respecta a su articulacioacuten libre y figurada mdashsobre todo en el terreno de la lite-raturamdash la palabra adquiere desde siacute misma un poder significativo y dicente muy particular Consiste en su valiacutea y preeminencia que so-brepasa cualquier referencialidad sobre algo dado y su verbalizacioacuten permanece libre de fines praacutecticos y diferentes del propio decir que es lo esencial en la literatura En el poe-ma o en liacuteneas generales en cualquier forma lograda de obra de arte linguumliacutestica lo nombra-

do es evocado de tal modo que se hace pre-sente desde su propia determinacioacuten linguumliacutes-tica en otras palabras lo ldquoque distingue a la lengua poeacutetica es el supremo cumplimiento del lsquohacer manifiestorsquo (deloacuteun) que es el logro general del hablarrdquo (Gadamer 1996 p117) Por consiguiente el lenguaje poeacutetico cumple en mayor grado las pretensiones que ya estaacuten en el habla convencional pues no se mantie-ne en el plano de lo que Heidegger concibe como lenguaje inauteacutentico o ldquohabladuriacuteasrdquo el desgaste expresivo del lenguaje en su uso con-vencional y comunicativo en relacioacuten con fines praacutecticos diferentes de la propia expresividad de las palabras En efecto el lenguaje poeacuteti-co autorrealiza su pretensioacuten de ser dicente en mayor grado Seguacuten Heidegger (1950) ldquoel poeta usa la palabra pero no como tienen que gastar las palabras los que hablan y escriben a la manera ordinaria sino de suerte que pro-piamente entonces la palabra posee ser y per-manezca realmente palabrardquo (p39)

Su verdad no estaacute determinada por algo externo a ella por su referencialidad a un ob-jeto natural como si una ldquorosardquo evocada poeacute-ticamente tuviera validez solo en la medida en que se corresponde con el ente real ldquorosardquo Su-cede todo lo contrario en la lectura de la obra poeacutetica De hecho para Gadamer (1996) la ldquorealizacioacuten que acontece por la palabra hace saltar cualquier comparacioacuten con otra cosa que tambieacuten estuviera ahiacute y eleva lo dicho maacutes allaacute de la particularidad que solemos lla-mar realidadrdquo (p118) En la lectura de la obra poeacutetica somos absorbidos por aquello en que la pieza nos introduce esa presencia eminente y dicente legitima su valiacutea

Mientras que el sentido que es fundamen-to de las palabras cambia histoacutericamente y la experiencia existencial del hombre hace ma-nifiesto el devenir de todo solo en la palabra poeacutetica tal devenir de las cosas es preservado

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y exaltado Como se indica en la cita anterior lo particular es elevado por encima de su pre-sentacioacuten cotidiana y pasa a manifestarse de forma esencial elevada ahiacute en el lenguaje gracias a la profundidad significativa que ad-quiere y se preserva en su conformacioacuten5 poeacute-tica

En relacioacuten con esta misma idea en su tex-to ldquoLa actualidad de lo bellordquo Gadamer escri-be

No es una mera develacioacuten de senti-do lo que se lleva a cabo en el arte Antes bien habriacutea de decirse que es el abrigo del sentido en lo seguro de modo que no se escape ni se escurra sino que quede fijado y protegido en la estructura de la confor-macioacuten [artiacutestica]rdquo (Gadamer 1991 p89)

Aquiacute surgen dos cuestiones de principal im-portancia para nuestra comprensioacuten del poder de la palabra poeacutetica La primera consiste en la eminencia de esta como sucede en la obra artiacutestica y la segunda alude a la relacioacuten in-triacutenseca que se da entre la palabra (poeacutetica) y su sentido

Como se puede apreciar la palabra escrita el texto como la pieza de arte fija una serie de sentidos que se preserva en la obra En la relacioacuten que se da entre inteacuterprete y texto la actividad comprensiva supone un dejar en li-bertad al objeto para que pueda interpelar al sujeto desde su decir accesible solo en la

5 Aquiacute queremos utilizar el teacutermino conformacioacuten (Gebilde en alemaacuten) en el mismo sentido que esdefinido por Gadamer en sus obras Traducidoen ocasiones como construccioacuten conformacioacutenconfiguracioacutenelautorquiereconceptualizarconsuusolaformadeserdelaobradeartecomoproductoacabado de una cierta construccioacuten artiacutestica Asu juicio ldquola conformacioacuten lsquoestaacutersquo y existe asiacute lsquoahiacutersquolsquoerguidarsquo deuna vezpor todas susceptiblede serhalladaporcualquieraqueseencuentraconelladeserconocidaporsulsquocalidadrsquoEsunsaltopormediodelcuallaobrasedistingueporsuinsustituibilidadrdquo(Gadamer1991p88)

lectura que es comprensioacuten e interpretacioacuten Como bien indica Gadamer (1977) ldquopor el inteacuterprete los signos escritos se vuelven sen-tidos asiacute el lenguaje accede al asunto mismo del que habla el textordquo (p466)

Por consiguiente el texto funge como un punto de unidad hermeneacuteutica en el que la actividad comprensiva busca ligarse a la inter-pretacioacuten que exige el texto dado Pero en la obra de arte y en la palabra poeacutetica tal rela-cioacuten no es del todo accesible y por tanto no se puede llegar a su total conceptualizacioacuten y aprehensioacuten Se muestra asiacute la eminencia del texto poeacutetico (que es una forma de obra de arte)

Lo que se pretende afirmar es que aunque una obra de arte poeacutetica invite por siacute misma a la ldquolecturardquo y escucha (contemplacioacuten e in-terpretacioacuten) de aquello que promete en la actividad hermeneacuteutica no se reduce ni se aprehende en su totalidad La obra se resis-te a su conceptualizacioacuten general y definitiva Para Gadamer (1996) la interpretacioacuten estaacute ldquoinseparablemente unida al texto poeacutetico precisamente porque el texto poeacutetico nunca puede ser agotado transformaacutendolo en con-ceptos Nadie puede leer una poesiacutea sin que en su comprensioacuten penetre siempre algo maacutesrdquo (p59) y es esta irreductibilidad la que posibi-lita una pluralidad de interpretaciones de la obra y maacutes auacuten la que hace manifiesta la pro-fundidad significativa que alberga en siacute

Mientras que los sentidos de nuestras pa-labras se concretan en el uso rutinario y prag-maacutetico del lenguaje en su manifestacioacuten lite-raria hay un libre juego poliseacutemico de sentidos y relaciones que en la practicidad del lengua-je bien pueden quedar desapercibidos

Cuando en su conferencia De camino al habla (1987) Heidegger afirma ldquoEl habla mdashel son del silenciomdash es en cuanto que da pro-

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piamente la Diferencia El habla se despliega como el advenimiento de la diferencia para mundo y cosardquo (p28) nos indica que el habla mdashlenguaje comuacutenmdash se configura en el olvi-do de la polisemia efectiva de sentidos (ldquoson del silenciordquo) y funda la diferencia ontoloacutegica entre cosa (lo articulado linguumliacutesticamente) y mundo Para este filoacutesofo el lenguaje comuacuten manifiesta la presencia de las cosas pero igno-rando una ambivalencia de sentidos que ron-dan al propio lenguaje de manera oculta De alliacute que el habla es acompantildeada por el son si-lencioso el son de una polisemia inadvertida

El filoacutesofo chileno Max Colodro (2000) si-guiendo las reflexiones heideggerianas indi-caraacute ldquoEs el universo del sentido siempre im-pliacutecito y silencioso el que resulta un mundo ajeno al formalismo inevitable de la sintaxisrdquo (p30) De modo que en el habla comuacuten las pa-labras se reducen tienden a la concrecioacuten e ignoran lo inaprensible por ellas mientras que en el ejercicio del poeta sucede todo lo contra-rio Alliacute lo no aprensible en la sintaxis busca ser develado Este explota la pluralidad semaacutentica oculta en las palabras de sentidos casi infini-tos y como se refiere en la cita juega con lo inasible en la sintaxis6 De un modo semejan-te pero no completamente igual Gadamer (1971) considera que la ldquopalabra lsquosurgersquo en la poesiacutea a partir de una fuerza de diccioacuten nueva que con frecuencia estaacute oculta en lo usual (hellip) la palabra poeacutetica instaura sentidordquo (p24)

6 Como se puede apreciar en la cita presentadadeMax Colodro su disertacioacuten sobre el ldquoson delsilenciordquoleacercaalateoriacuteadeldquoLa differancerdquo del filoacutesofo Jacques Derrida Esto aviva las cuestionessobrelarelacioacutenentrelahermeneacuteuticafilosoacuteficadeGadamery ladeconstruccioacutendeDerridaquehansido estudiadas en obras que no competen a esta investigacioacutenyqueen sumomento condujeronalencuentrode1981entreestasdosfigurashistoacutericasEn este punto optamos por reconocer esta trama para no dar pie a malentendidos sobre el uso de estosautores

Esta relacioacuten entre la palabra y su silencio mdashlo que oculta en su estructuracioacuten concep-tual e histoacutericamente determinadamdash resulta un toacutepico de sumo intereacutes aunque se debe re-conocer que tambieacuten colinda con cuestiones que no podemos desarrollar en esta investiga-cioacuten Sin embargo es alliacute donde encontramos un aporte fundamental para nuestro enfoque sobre la palabra poeacutetica y la tragedia griega Se trata de la relacioacuten entre representacioacuten y presentacioacuten que se evidencia en el lenguaje y sobre todo en el poder dicente de la pala-bra poeacutetica Si la palabra poeacutetica ldquoinstaura sentidordquo si lo hace presente y manifiesto en-tonces podriacutea entreverse desde alliacute un poten-cial cognitivo en el lenguaje poeacutetico maacutes allaacute de una simple ldquorepresentacioacutenrdquo o una ldquobella expresioacutenrdquo es un punto que merece ser estu-diado Esto tambieacuten evoca cuestiones sobre la actividad poeacutetica entendida como miacutemesis de la realidad (imitacioacuten de la naturaleza o de ac-ciones humanas) y poiesis (creacioacuten y presen-tacioacuten) de valores nuevos Ademaacutes se anticipa asiacute nuestro intereacutes por abordar el alcance de la poesiacutea traacutegica en la configuracioacuten de ciertos valores y el desafiacuteo (cuestionamiento) de otros valores (tradicionales de la cultura ateniense) con base en lo ldquorepresentadordquo y ldquopresentadordquo en el teatro aacutetico del siglo V a C

Como bien se expresoacute con anterioridad para Gadamer el lenguaje es capaz de repre-sentar al mundo y en una forma maacutes profun-da tambieacuten es capaz de presentar relaciones nuevas de significado develarlas y hacerlas presentes Ello por medio de la palabra poeacute-tica el libre juego figurativo de la literatura o a traveacutes de la metaacutefora absoluta (Gadamer 1971 p24) que es la esencia del discurso poeacutetico7 Volviendo al punto anterior hay que

7 La fraseoriginales la siguiente ldquoLoquesequieredecir es pues maacutes bien que la esencia del discurso poeacuteticono se basa ni en lametaacutefora ni en el usode metaacuteforas (hellip) la palabra poeacutetica en conjunto

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antildeadir que la transfiguracioacuten que porta el de-cir poeacutetico trae consigo su propia verdad con lo que crea lenguaje ldquoinstaura sentidordquo y aviva de manera manifiesta una pluralidad de senti-dos en relacioacuten con el mundo (que es configu-racioacuten linguumliacutestica)

Resulta muy ilustrativo al respecto que Jean Grondin en su reflexioacuten sobre este tema de la verdad de la palabra poeacutetica en Gada-mer considere que

La palabra poeacutetica abre el acceso a un mundo que soacutelo estaacute presente para noso-tros y nos resulta accesible a esa palabra Estas reflexiones enlazan perfectamente con la esteacutetica de la presentacioacuten (Dars-tellung) de la primera parte de Verdad y Meacutetodo (Grondin 2003 p221)

Lo primero que salta a la vista es la idea de que el lenguaje poeacutetico permite introducirnos en nuevas formas de comprensioacuten del mundo pues experimenta de maneras diversas esa linguumlisticidad sobre lo que pudiera ser expre-sado en nuestra relacioacuten con eacutel Como otras veces se ha dicho ldquoinstaura sentidordquo se hace presente en el encuentro y experiencia de la obra de arte Ahora bien esto supone reco-nocer cierta capacidad cognitiva en la palabra poeacutetica y plantea ciertas interrogantes sobre el poder de la metaacutefora en el lenguaje

Ya Aristoacuteteles en su Poeacutetica habiacutea entrevis-to que en la metaacutefora habiacutea un poder peculiar del intelecto capaz de aprehender las seme-janzas existentes entre las cosas De alliacute que resalta en la metaacutefora una importancia que la coloca por encima de cualquier otro ldquoartificio retoacutericordquo del lenguaje ldquoSolo esto en efecto [el ejercicio metafoacuterico] no puede recibirse

(hellip) tiene el caraacutecter de una lsquometaacutefora absolutarsquo(Allemann) frente a cualquier discurso cotidianordquo(Gadamer 1971 p24) Es una aclaratoriaimportantealosfinesdeldesarrolloposteriordelanocioacutendeldquometaacuteforardquoenestaspaacuteginas

de otro y es signo de una naturaleza privile-giada Porque usar bien la metaacutefora equivale a ver con la mente las semejanzasrdquo (Aristoacuteteles 1459-a) Lo que se quiere sentildealar aquiacute es que el uso de la metaacutefora o de la expresioacuten figura-da no debe entenderse como un simple ador-no retoacuterico del lenguaje Maacutes allaacute del embe-llecimiento que da a la expresioacuten la metaacutefora puede contener un valor cognitivo

El uso poeacutetico del lenguaje posibilita una comprensioacuten distinta de la realidad maacutes plural y no reductiva Es una aproximacioacuten al lengua-je que no lo entiende como un mero instru-mento o herramienta de expresioacuten sino que se sirve de eacutel para realzar todo su potencial y dignidad maacutes iacutentimos Gadamer Heidegger y otros autores como Octavio Paz hacen una vindicacioacuten de la metaacutefora pues reconocen en ella un componente fundamental que estaacute in-serto en el propio lenguaje

La capacidad humana de formacioacuten de conceptos y la concrecioacuten uniacutevoca entre de-terminados significados y significantes en las diversas lenguas es posible solo porque le ldquoantecederdquo y funda una vitalidad metafoacuterica el potencial de nuestra conciencia linguumliacutestica de apercepcioacuten libre de enlaces de semejan-zas y diferencias entre las cosas que se le pre-sentan Esto quiere decir que la conceptuacioacuten humana es siempre producto de un proceso histoacuterico y plural que pone al descubierto que la ldquoformacioacuten natural de los conceptos en el lenguaje estaacute ya siempre en accioacuten Por eso la conceptuacioacuten linguumliacutestica posee tambieacuten se-guacuten Aristoacuteteles una libertad enteramente no dogmaacuteticardquo (Gadamer 1977 p518)

Esto implica a su vez que nuestro entendi-miento y capacidad de formacioacuten de concep-tos no son meras adecuaciones formales y loacute-gicas a la realidad (establecidas de una vez y para siempre en el descubrimiento de geacuteneros

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y especies ldquoauteacutenticosrdquo) sino maacutes bien un pro-ceso infinitamente progresivo de penetracioacuten y comprensioacuten de esa realidad De ahiacute que las empresas de estos autores son un intento por vindicar el lenguaje originario y poliseacutemico que no reniega sino que devela la pluralidad y la heterogeneidad de un mundo iacutentimamen-te vinculado al lenguaje

ldquoEl lenguaje es por naturaleza y originaria-mente metafoacuterico el mecanismo de la metaacute-fora funda la actividad linguumliacutestica y toda regla o convencioacuten posterior nace para reducir y disciplinar (y empobrecer) la riqueza que de-fine al hombre como animal simboacutelicordquo (Eco 1991 p168)8 Y en un hilo de ideas semejante Octavio Paz considera que ldquola palabra posee varios significados latentes es una cierta po-tencialidad de direcciones y sentidos El poeta en cambio jamaacutes atenta contra la ambiguumledad del vocablo En el poema el lenguaje recobra su originalidad primerardquo (Paz 1956 p22) Asiacute desde esta manera de comprender el lengua-je metafoacuterico y la ldquogran metaacuteforardquo que es la poesiacutea se restituyen la dignidad y el valor in-triacutenseco de las palabras y las cosas presentes en eacutel en su pluralidad sin que se les reduzcan a un limitado valor funcional y utilitario En El arco y la lira (1958) Paz precisamente reivin-dica el hecho de que la palabra poeacutetica sirve al lenguaje y que la relacioacuten no es a la inversa

En todo arte hay una elaboracioacuten que adapta una materia a una forma determinada Por ejemplo el escultor se sirve del maacutermol para la ejecucioacuten de la escultura pero en esta relacioacuten el maacutermol no es un mero instrumen-to o un utensilio de igual modo en la poesiacutea

8 Debe indicarse aquiacute que ni en Gadamer ni enHeideggerhayundesprestigiodellenguajetalcomoseconsolidaydisponeenlacomunicacioacutensucedede hecho todo lo contrario Aun cuando nosservimosdeestacitaparaproponerunailustracioacutenenGadamernohaytalcosacomounaaceptacioacutendeestaposicioacuten

el poeta se sirve de las palabras pero no re-ducieacutendolas a un instrumento o herramienta de expresioacuten Al contrario Su uso sofistica o reelabora la materia determinada de tal modo que ella misma es realzada Octavio Paz (1958) ha escrito que en ldquola creacioacuten poeacutetica (hellip) [hay] un poner en libertad la materia (hellip) [Aquiacute] la palabra poeacutetica es plenamente lo que es mdashritmo color significadomdash y asimis-mo es otra cosa imagenrdquo (p22) La palabra poeacutetica tiende entonces hacia algo diferente del lenguaje convencional y de siacute mismo Tras-ciende en forma de imagen y siacutembolo en un movimiento que hace presente una serie de sentidos y significados que de otro modo se-riacutean ldquoinaparentesrdquo Para Gadamer elementos como el ritmo el significado y la sonoridad de las propias palabras en la poesiacutea y en la obra literaria

(hellip) dejan por asiacute decir la palabra al arbitrio de siacute misma y con ello la habitan para ser ella misma Le permiten abrir de nuevo el juego con otras palabras y no sin que entren en juego tambieacuten las referen-cias de sentido (Gadamer 1977 p25)

He aquiacute su poder dicente Ademaacutes de ello al estimar la idea de que la palabra poeacutetica pone al descubierto una pluralidad de senti-dos vindicamos el hecho de que en la produc-cioacuten poeacutetica hay un tipo de cognicioacuten O como mejor lo revela el reconocido esteta italiano Gillo Dorfles la expresioacuten metafoacuterica reporta un ldquoincremento del aacuterea semaacutenticardquo posible por medio de un lenguaje y una reflexioacuten no sometidos a una exigencia de validez univer-sal-cientiacutefica es decir la validez que exige el concepto epicentro de toda ciencia y filosofiacutea (Dorfles 1967 p19) En la forma figurada del lenguaje hay un antildeadido simboacutelico que sobre-pasa a mismos los teacuterminos que entran en re-lacioacuten hay una develacioacuten de nuevas propie-dades en las cosas y un intento de aprehen-

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sioacuten de algo que los trasciende por lo que ldquola metaacutefora lsquoponersquo (en el sentido filosoacutefico pero tambieacuten en el sentido fiacutesico lsquopone delante de los ojosrsquo (τὀ ὅηοιον θεωρεῑν) una proposicioacuten que dondequiera que estuviese almacena-da no estaba delante de los ojosrdquo (Eco 1990 p191)

Seguacuten Umberto Eco Aristoacuteteles resuel-ve esta cuestioacuten de la metaacutefora mediante su concepcioacuten de la miacutemesis (muy propia de la antiguumledad y que referiacutea la representacioacuten e imitacioacuten de las cosas) por lo que el filoacutesofo estagirita termina por afirmar que la ldquomejores metaacuteforas son las que representan las cosas lsquoen accioacutenrsquo Por tanto el conocimiento me-tafoacuterico es un conocimiento de los aspectos dinaacutemicos de la realidadrdquo (Eco 1990 p192) locucioacuten que Umberto Eco rectifica de la si-guiente manera ldquoLas mejores metaacuteforas son las que muestran la cultura en accioacuten la dinaacute-mica misma de la semiosisrdquo (Eco 1990 p192)

Aunque el teacutermino semiosis irrumpe de modo abrupto con eacutel Eco quiere indicar las connotaciones que acompantildean a los signos que se han formado cultural e histoacutericamente y que en su estudio permiten entrever el con-junto de relaciones de sentido que tal cultura (o poeta particular) gestoacute en su momento Por ello afirma que ldquolas mejores metaacuteforas son las que muestran la cultura en accioacutenrdquo

Una metaacutefora codificada en el lenguaje cotidiano de una comunidad determinada mdashcomo en el caso de una ldquocatacresis codifica-dardquomdash dice mucho acerca de la cultura o poeta que asocia determinadas propiedades a los entessignos aludidos Nos permite percibir la forma de asociacioacuten comprensioacuten y por tan-to valoracioacuten particular de tal cultura o poeta al igual que un universo intertextual de pro-piedades consolidadas De este modo ldquoentre las leyes pragmaacuteticas que rigen la aceptacioacuten

de las metaacuteforas () figuran tambieacuten leyes so-cioculturales que marcan tabuacutees liacutemites () esto ya se ha dicho y puede decirse esto auacuten no se ha dicho y no puede decirserdquo (Eco 1990 p172)

Leyes socioculturales que en las activida-des poeacutetica y artiacutestica pueden potencialmente ser transfiguradas desafiadas o incluso trans-gredidas por la propia capacidad ldquopresenta-tivardquo que consideramos anida en la palabra poeacutetica En la claacutesica expresioacuten metafoacuterica ldquola vejez es el ocaso de la vidardquo (Aristoacuteteles 1457-b) hay un juicio que sin depender de una in-tencioacuten objetiva o cientiacutefica que lo compren-da podemos aceptar como verdadero esta expresioacuten tambieacuten posee una copertenencia con la forma natural de percibir y comprender nuestro mundo circundante La significativi-dad que nos ofrece iquestes maacutes precisable en el uso de un lenguaje formal y literal De hecho sucederiacutea todo lo contrario perderiacutea parte de su fuerza connotativa y significativa Esta profundidad semaacutentica que nos proporciona el pensamiento figurado de la expresioacuten poeacute-tico-metafoacuterica contiene un valor que difiacutecil-mente puede ser ignorado o reducido Como afirma Dorfles (1967) ldquoLa metaacutefora tiene por ello una exquisita eficacia gnoseoloacutegica pues-to que sirve para precisar un significado que de otro modo no podriacutea ser expresado con tanta exactitud y que no afectariacutea con tanta fuerza nuestra menterdquo (p19) De modo que se percibe coacutemo la literatura atrapa y juega en cierto modo con los liacutemites de lo expresable lo aceptado e intuido

Al tomar en cuenta lo abordado hasta aho-ra podemos reconocer en la palabra poeacutetica un potencial develador de significados y senti-dos que en otras formas de expresioacuten no exis-ten Ahora ese juego con lo expresable y nom-brable tambieacuten acarrea controversia y censura en teacuterminos sociales Pensemos por ejemplo

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en las numerosas poleacutemicas que generoacute en el pueblo ateniense la reinterpretacioacuten novedo-sa de numerosos personajes miacuteticos que hizo Euriacutepides la original mdashy hasta chocante a ve-cesmdash presentacioacuten de heacuteroes y dioses junto a valores y connotaciones distintas de las maacutes habituales Pieacutensese tambieacuten en la censura que puede suscitar cualquier otra forma de arte censura que pone al descubierto los liacutemi-tes de la presentacioacuten artiacutestica convencional en teacuterminos culturales y valorativos

El potencial cognitivo de la metaacutefora reside en el hecho de que en ella se despliega en li-bertad un lenguaje dicente maacutes rico y plural Aquiacute el teacutermino ldquolibertadrdquo no puede ser en-tendido como ldquoarbitrariedadrdquo o ldquogratuidadrdquo porque de ser asiacute nos estariacuteamos dirigiendo a entender la metaacutefora como un simple recurso retoacuterico que decora y juega fuacutetilmente con las cosas que patentiza de modo que las seme-janzas descubiertas y la ampliacioacuten semaacutentica que el recurso proporciona sea real uacutenica-mente en un orden linguumliacutestico y no ontoloacutegico (que reside en las cosas) Cuestioacuten problemaacute-tica para la hermeneacuteutica de Gadamer en la medida en que el pensamiento es lenguaje y este mantiene siempre una relacioacuten referen-cial muacuteltiple e imprecisa con el ldquomundo unordquo al que remite

Pero por el contrario si entendemos ldquoli-bertadrdquo en un sentido negativo es decir libre de la necesidad logiacutestica que exige el concepto y su silogiacutestica necesidad demostrativa pode-mos aprehender mejor coacutemo es que la expre-sioacuten metafoacuterica puede dar cuenta de un poder cognitivo La metaacutefora efectivamente se sus-tenta en un libre enlazamiento de semejanzas y diferencias entre las cosas que toma pero aquiacute ldquolibrerdquo no quiere decir ldquoarbitrariordquo sino maacutes bien independiente de la necesidad silo-giacutestica del concepto y su adecuacioacuten cerrada a ldquola cosardquo Como vimos antes en la herme-

neacuteutica de Gadamer hay un rechazo a tal con-cepcioacuten cerrada de adecuacioacuten categorial del concepto en beneficio de una potencia meta-foacuterica en el lenguaje y la actividad conceptual misma En referencia a este problema Jean Grondin aclara que para Gadamer pensar con-lleva un ldquovestigiordquo metafoacuterico Lo expresa asiacute

Pensar no es subsumir sino buscar pa-labras para lo que hay que decir cuando uno quiere entender algo El proceso del pensar no es nunca puramente concep-tual sino que se sigue maacutes bien y ya siem-pre del vestigio de la palabra que con sus metaacuteforas e imaacutegenes es la que abre pre-cisamente el camino del pensar (Grondin 2003 p211)

La genialidad que hay en esta premisa con-siste en reconocer la capacidad comprensiva del hombre como fundamentalmente metafoacute-rica de un libre y continuado proceso de de-sarrollo y de transformacioacuten de significados9 Concepto y metaacutefora no son contrarios sino complementarios en su devenir comprensivo

De modo que la metaacutefora no es ya un sim-ple ldquoartificio retoacutericordquo sino que pasa a formar parte esencial del lenguaje de nuestra com-petencia comprensiva y asociativa Muy cer-teramente Gadamer habla del metaforismo vivo del lenguaje que reposa sobre nuestra ca-pacidad de conceptuacioacuten natural (Gadamer 1977 p518)

Como vemos el lenguaje nos aproxima al mundo y su uso determina significativamente nuestra interaccioacuten con eacutel Dorfles citando a Lee Whorf (1967) indica que ldquolas estructuras del lenguaje que uno habitualmente utiliza in-fluyen sobre la forma en que uno comprende

9 AquiacuteencontramosunacuriosadistincioacutenquehaceEzraPoundcitadoporDorfles(1967)entreldquolapuralsquometaacuteforaornamentalrsquoqueesunametaacuteforafalsaylametaacutefora interpretativaquepuede identificarsecon la imagen creadora misma de toda poesiacuteardquo(p15)

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al medio circundanterdquo (p21) De igual modo Gadamer entiende el lenguaje no solamente como expresioacuten humana subjetiva sino tam-bieacuten como el que posibilita la apertura del da-sein al mundo el lenguaje tambieacuten es da-sein y es aquello que permite consolidar una fami-liaridad y cercaniacutea con el mundo

Precisamente la palabra poeacutetica dada la atencioacuten y cuidado que recibe hace posible una nueva comprensioacuten y experiencia del mundo que le incrementa en ser y vitalidad desde su libre desarrollo linguumliacutestico Con ella lo invocado se manifiesta en su total dignidad Esto en contraposicioacuten y desafiacuteo a la conven-cionalidad y reduccioacuten con la que se moviliza lo que ciertos autores definen como lenguaje comuacuten o inauteacutentico es decir lenguaje que en su estructuracioacuten histoacuterica y determinada oculta la polisemia de sentidos que resguarda y hace presente la poesiacutea

La obra poeacutetica y el conjunto de las de-maacutes artes a juicio de Gadamer Heidegger y Octavio Paz visibilizan un espacio libre para la apercepcioacuten de nuevos sentidos y relacio-nes con el mundo circundante y proveen un ensanchamiento significativo de nuestro hori-zonte de comprensioacuten Y eso es precisamente lo que nos proponemos hacer con los dramas traacutegicos seleccionados hallar lo que pueden proporcionarnos como formas de arte poeacute-tico en tanto ldquopresentadoresrdquo de ciertos va-lores eacuteticos y esteacuteticos concretos Es por esto que hacemos nuestras las palabras de Gada-mer cuando afirma

La palabra poeacutetica se convierte con frecuencia en una prueba de lo que es ver-dad pues el poema resucita una vida se-creta en palabras que pareciacutean gastadas e inservibles y nos ilustra asiacute sobre nosotros mismos Y el lenguaje puede todo esto porque no es evidentemente una creacioacuten del pensamiento reflexivo sino que contri-

buye a realizar el comportamiento respec-to del mundo en el que vivimos (Gadamer 1977 p539)

13 El papel de la poesiacutea y el poeta traacutegico en la antiguumledad claacutesica

Una vez que observamos en la palabra poeacute-tica una forma de comprensioacuten y relacioacuten con el mundo maacutes auteacutentica y desligada de re-duccionismos de diversa iacutendole es necesario realizar una evaluacioacuten sobre el rol que teniacutean el poeta y en general las artes en la sociedad ateniense asiacute como el papel y el valor que tuvo el dramaturgo traacutegico en la antiguumledad

La comprensioacuten griega del artista y de las artes dista mucho de la que mantenemos en nuestra eacutepoca contemporaacutenea Resalta el he-cho de que no existiera una palabra concreta que designara a las bellas artes teacutechne (τέχνη) era el teacutermino geneacuterico que aglutinaba tanto a las bellas artes como a las artesaniacuteas (trabajos teacutecnicos) Tambieacuten haciacutea referencia a la habili-dad y maestriacutea que implicaban el ejercicio de tales actividades Para el griego el artista era un productor cuya maestriacutea y dominio teacutecni-cos sobre su ldquooficiordquo era lo esencial Lo teacutecnico era entendido como producto del hombre y en esa medida se diferenciaba de lo ldquonaturalrdquo y de las situaciones sujetas a la inspiracioacuten divina (como el arte oracular) (Tatarkiewicz 1991 p31) Bajo la categoriacutea de lo que Tatar-kiewicz distingue como artes expresivas se incluiacutean la muacutesica la danza y la poesiacutea y ello en contraposicioacuten a las artes constructivas en-tre las que estaacuten la escultura la arquitectura y la pintura Esta diferenciacioacuten no es gratuita obedece a un conjunto de caracteriacutesticas da-das en el mundo antiguo que haciacutean maacutes faacutecil y natural asociar ciertas actividades con otras

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Si algo distingue el rol del arte en la antigua Grecia es su caraacutecter puacuteblico comunal y ritual lo que se encuentra iacutentimamente vinculado con la dinaacutemica oral que permitiacutea transmitir el conjunto de saberes y tradiciones en la polis ateniense Al enfocarnos en el teacutermino poesiacutea este proviene etimoloacutegicamente del vocablo griego poiesis que a su vez viene de hacer (ποιεῑν) y referiacutea la actividad de ldquocrearrdquo en un sentido general no exclusivo de la escritura de poemas10 (Tatarkiewicz 1991 p31)

Concretamente la poesiacutea en su sentido es-trecho se recitaba y se cantaba era una activi-dad puacuteblica iacutentimamente asociada a la muacutesica y a la danza tambieacuten conteniacutea para el pensa-miento griego una connotacioacuten divina o maacute-gica que veniacutea dada por la inspiracioacuten de las musas y en ese sentido la poesiacutea en siacute misma era diferenciada de las artes teacutecnicas en tanto estaba mediada no por la destreza producti-va del artista sino por una sabiduriacutea supe-rior emparentada con lo divino Tatarkiewicz (1987) considera que para los griegos ldquoseguacuten su modo de pensar se trataba de hecho de un conocimiento del tipo maacutes elevado llega-ba hasta el mundo espiritual y se relacionaba con los seres divinos Se acercaba por lo tanto a la filosofiacuteardquo (p115) Asiacute se percibe coacutemo la estimacioacuten de la labor poeacutetica se hallaba do-tada de una cualidad filosoacutefica al tiempo que ldquomaacutegicardquo y vinculada tambieacuten con lo religioso

En contraposicioacuten con las manifestaciones artiacutesticas de nuestra modernidad en el mun-do griego la relacioacuten artista-comunidad era algo evidente y natural y esto se expresaba sobre todo en la relacioacuten del poeta del poeta traacutegico con la comunidad ante la cual presen-taba su pieza teatral en la festividad dionisiaca

10 Como indica Tatarkiewicz posteriormente enel propio mundo claacutesico el vocablo poiesis fue reduciendosusignificadohastalimitarseadesignarlaproduccioacutendepoemasypoietesalpoeta

Sentildeala Tatarkiewicz (1991) que la poesiacutea era ldquoalgo maacutes que un arte estaba relacionada con la religioacuten y con el culto (hellip) Por estar vincula-da con los ritos la poesiacutea griega era de caraacutec-ter puacuteblico social colectivo y estatalrdquo (p27) De modo que el poeta gozaba de una posicioacuten social elevada y reconocida por la comunidad

Esto se evidencia en el contenido religioso y miacutetico que fue el comuacuten denominador del arte en el mundo claacutesico En el discurso artiacutesti-co se representaba y presentaba a la comuni-dad el conjunto de valores vivos de la cultura helena En este tipo de sociedad en donde la oralidad fue esencial para la preservacioacuten del conocimiento la educacioacuten era una empresa colectiva y puacuteblica que bien se reforzaba con la actividad artiacutestica y sobre todo con la poesiacutea La triuacutenica choreia danza ritual y colectiva que juntaba poesiacutea y muacutesica fue originalmente la principal fuente de la educacioacuten griega y exis-tiacutea mucho antes de que el teatro traacutegico sur-giera y le sucediera como espacio privilegiado de ldquoeducacioacutenrdquo cultural

La paideia griega refleja en especiacutefico eso la educacioacuten integral y cultural que surgioacute de manera espontaacutenea en el seno de una comu-nidad fuertemente integrada De este modo la poesiacutea y el rol del poeta traacutegico o no esta-ban dotados de un componente formativo y conteniacutean una funcioacuten valiosiacutesima para la pre-servacioacuten del saber tradicional y cultural de la comunidad que de forma indirecta contribu-yoacute en la formacioacuten del caraacutecter propio de esa sociedad su ethos Por el contrario seguacuten el filoacutesofo espantildeol Luis Zahonero la escritura y la lectura eran actividades privilegiadas de un sector minoritario y la oralidad por siacute misma faacutecilmente tergiversaba la informacioacuten que se heredaba a las nuevas generaciones Debido a esto en la antiguumledad conservaba la tradicioacuten

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(hellip) la poesiacutea se convierte en el recurso nemoteacutecnico fundamental La tarea de los poetas no era crear sino por el contrario conservar lo maacutes fielmente la palabra de los ancestros (hellip) Su principal cometido (de hecho su uacutenico cometido) es conser-var inalterada la tradicioacuten las costumbres y la cultura de un pueblo determinado (Zahonero 2017 p22)

En la poesiacutea de la Grecia arcaica la meacutetri-ca y la musicalidad de la palabra hacen que su mensaje sea faacutecilmente recordado tambieacuten posibilitan que su comunicacioacuten sea replicada y conservada en los mismos teacuterminos en que fue escuchada pues la poesiacutea exige precisa-mente exactitud en la recitacioacuten ademaacutes de envolver un goce por lo que fue bellamente expresado La funcioacuten educativa y cultural de las artes y la poesiacutea era una realidad que per-mitiacutea la conservacioacuten de la ldquomemoria colecti-vardquo y viva de la cultura Por ello no extrantildea el ensantildeamiento de Platoacuten contra Homero y los poetas en tanto ldquoeducadoresrdquo de la polis En contraposicioacuten a la educacioacuten contemporaacute-nea en el artificio poeacutetico hay una belleza que exige ser recordada rememorada y manteni-da Para Zahonero (2017) en el mundo griego ldquotodo lo que quiera sobrevivir necesita quedar incrustado en alguna obra bella (que produzca satisfaccioacuten y que uno no se canse de escu-char una y otra vez)rdquo (p40)

El componente riacutetmico y musical la belleza y el asombro literario al igual que el compo-nente religioso y el ritual propios de la activi-dad poeacutetica en este contexto constituiacutean una manifestacioacuten maacutes de la tradicioacuten y de la vida cultural aacutetica Se entiende por queacute al hablar del ldquocaraacutecter pasado del arterdquo Hegel y Gada-mer perciben la inconsciencia de la actividad artiacutestica en el mundo claacutesico sobre todo en sus tiempos maacutes arcaicos pues para el sujeto ateniense partiacutecipe habiacutea una integracioacuten evi-

dente entre lo divino y la manifestacioacuten artiacutesti-ca en la que se encontraba inmerso

() para la cultura griega Dios y lo divi-no se revelaban expresa y propiamente en la forma de su misma expresioacuten artiacutestica (hellip) en el arte de entonces que se justifi-caba en la unioacuten uacuteltima con todo el mundo de su entorno realizaba una integracioacuten evidente con la comunidad (Gadamer 1991 pp35-36)

Como vemos el arte era todo lo contrario a una actividad privada que poniacutea al ciudadano espectador como partiacutecipe en una relacioacuten de integracioacuten con su comunidad y con los valo-res vivos de la misma En esta direccioacuten he-mos afirmado siguiendo a nuestros autores que el arte la poesiacutea no solo puede entender-se como miacutemesis de la realidad sino tambieacuten como poiesis y presentacioacuten de valores Pero antes de ahondar en este punto considerado de vital importancia para esta investigacioacuten es necesario reparar en algunas criacuteticas que figuras como Platoacuten y Zahonero mantienen respecto de la poesiacutea y el teatro ateniense y que por motivos que desarrollaremos luego resultan inaceptables

Ciertamente la palabra poeacutetica de los traacute-gicos deciacutea mucho al ciudadano ateniense y su actividad teniacutea un componente o ldquofuncioacuten socialrdquo innegable pero resulta inadecuada y generalizada la afirmacioacuten de que ldquola tarea de los poetas no era crear sino por el contra-rio conservar lo maacutes fielmente la palabra de los ancestrosrdquo (Zahonero 2017 p22) Podriacutea aceptarse solo si se piensa en la triuacutenica cho-reia o la poesiacutea homeacuterica En la medida en que ldquose soliacutea recurrir a Homero para justificar el conjunto del saber propio y el saber en to-dos los dominios (como recurre a la Biblia el escritor cristiano posterior)rdquo (Gadamer 1985 p92) pero no tanto si se aplica a la poesiacutea traacute-gica o formas artiacutesticas poshomeacutericas Lo que

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preocupa aquiacute es la negacioacuten o disminucioacuten del caraacutecter poieacutetico (creativo) que caracteriza a la tragedia griega en tanto actividad artiacutestica que en su devenir iraacute adquiriendo nuevas for-mas transformaciones y valores Seguacuten Zaho-nero

El teatro la muacutesica y la poesiacutea son el si-tio donde se va a aprender todo lo que hay que saber De hecho es el sitio donde se va a aprender todo lo que se puede apren-der (porque es el sitio donde se conserva todo lo que podiacutea conservarse) (Zahonero 2017 p43)

Esta generalizacioacuten implica que discursos como las tragedias griegas eran entendidos en un sentido que no estaba sujeto a la interpre-tacioacuten y reflexioacuten en relacioacuten con los conteni-dos y concepciones que ellos mismos coloca-ban en escena De forma un tanto semejante a lo que para el cristiano es la palabra originaria del texto biacuteblico Por el contrario la religiosi-dad politeiacutesta y miacutetica de los griegos era una de naturaleza muy distinta a la religioacuten reve-lada que es la fe cristiana y Gadamer es muy claro al afirmar que en el mundo griego ldquoEl mito estaacute expuesto constantemente a la criacuteti-ca y a la transformacioacuten La religioacuten griega no es la religioacuten de la doctrina correcta No tiene ninguacuten libro sagrado cuya adecuada interpre-tacioacuten fuese el saber de los sacerdotesrdquo (p17) De modo que resulta un tanto exagerado ha-blar de este geacutenero dramaacutetico en esos teacutermi-nos como presentador de la uacutenica sabiduriacutea que debiacutea conservarse

Si bien puede considerarse que tal papel pudo haber sido desempentildeado por la literatu-ra homeacuterica en tanto se trata de textos maacutes arcaicos y maacutes tradicionales de la cultura he-lena el drama aacutetico no puede ser reducido a una simple continuacioacuten o representacioacuten de valores y saberes ya presentes en la poesiacutea

homeacuterica11 Tampoco se le puede adjudicar de manera simplista el mismo rol Si algo distin-gue a la poesiacutea traacutegica es su constante cuestio-namiento y presentacioacuten de querellas de natu-raleza filosoacutefica religiosa y eacutetica partiendo de argumentos miacuteticos y tradicionales Aunque Platoacuten afirme que la poesiacutea sea imitativa (mi-meacutetica en un sentido restringido) mdashy de falsas aparienciasmdash ha de reconocerse que en la reinterpretacioacuten dramatizada del mito hay una produccioacuten que se conecta con la genialidad creativa y poieacutetica del autor

Cuando Platoacuten critica la dimensioacuten eacutetica de la poesiacutea homeacuterica y traacutegica las acciones de dudosa moralidad de los dioses o cierta con-notacioacuten pateacutetica del mito quiera o no com-parte con el drama aacutetico una preocupacioacuten expliacutecita en relacioacuten con el saber miacutetico tradi-cional y sus contenidos Gadamer afirma que

Justamente tambieacuten los poetas pos-teriores Piacutendaro y los traacutegicos estaacuten de acuerdo con Platoacuten Justamente ellos en la propia reelaboracioacuten poeacutetica de los mi-tos antiguos a veces con rechazo expreso a las formas tradicionales de la saga han depurado y elevado la imagen de los dio-ses y de los heacuteroes (Gadamer 1985 p90)

Aunque la representacioacuten traacutegica no se deslinda de su fondo cultural mdashpero esto no es algo negativo de por siacutemdash pone en juego y en interaccioacuten dialoacutegica una serie de siacutembolos y personajes miacuteticos que en su desenvolvi-miento esceacutenico trascienden incluso lo ya di-cho y consolidado en el mito Asiacute el teatro traacute-gico ofrece un nuevo espacio para la reflexioacuten e interpretacioacuten El mismo Gadamer (1985) considera que ldquoreelaborar poeacuteticamente los

11 Un desarrollo extenso de las variaciones ydiferenciasenelcontenidodelostraacutegicosyHomeropuedeconsultarseenel librodeWalterKaufmann(1978) Tragedia y filosofiacutea especiacuteficamente enelcapiacutetulotituladoldquoHomeroyelnacimientode latragediardquo

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mitos tradicionales ganar para ellos nuevas verdades nuevas significaciones morales y po-liacuteticas no era una acomodacioacuten ocasional del poeta al deseo y la expectativa de su puacuteblicordquo (p90) como da a entender Platoacuten en Repuacutebli-ca12 en un sentido cuasi peyorativo ldquomaacutes bien era lo propio de su hacer poeacuteticordquo (Gadamer 1985 p90) con lo cual queda claro que el drama aacutetico no es una simple preservacioacuten de la tradicioacuten y aceptacioacuten taacutecita de sus conteni-dos morales o filosoacuteficos

De la misma forma Walter Benjamin en su reflexioacuten sobre este tema que desarrolla en El origen del Trauerspiel alemaacuten indica con clari-dad que la tragedia no puede desligarse de la ldquoleyendardquo (mito) al que remite pero tampo-co se limita o reduce a la misma sino que se desliga de ella reinterpretaacutendola Asiacute con mu-cha claridad distingue ldquoA la poesiacutea eacutepica se le contrapone la traacutegica en cuanto deformacioacuten de la tradicioacuten (hellip) La determinacioacuten filosoacutefica de la tragedia ha de partir de aquiacuterdquo (Benjamin 2006 p315)

A juicio de Gadamer el mythos en siacute mis-mo es ya una narracioacuten y una fabulacioacuten que no concuerda en veracidad con lo narrado maacutes bien invita a una valoracioacuten significativa del discurso La narracioacuten miacutetica que ofrece el poeta el rapsoda o la obra traacutegica es el es-pacio en el que se introduce al oyente en un mundo elevado de significados y en tanto no implica ldquoveracidadrdquo o ldquofiabilidadrdquo puede tomar libremente cualquier punto de vista desde el cual articular su narracioacuten Con maacutes

12 Refirieacutendosea laactividadldquoimitativardquode lapoesiacuteatraacutegicaPlatoacutenescribequeldquoespatentequeelpoetaimitativonoestaacuterelacionadopornaturalezaconlamejorpartedelalmanisuhabilidadestaacuteinclinadaa agradarla si quiere ser popular entre el gentiacuteosino que por naturaleza se relaciona con el caraacutecter irritable y variado debido a que eacuteste es faacutecil deimitarrdquo (Platoacuten 605-b) es el aspecto pasional delhombrequedebesercensuradoyreguladoporlaldquopartemejorrdquodelalmaladimensioacutenracional

razoacuten se percibe coacutemo la poesiacutea traacutegica se per-mite a siacute misma la libre variacioacuten y tambieacuten la ambiguumledad sobre lo narrado Pensemos en la figura de Electra y en cuaacutento variacutea este perso-naje tratado por Homero o en la reinterpreta-cioacuten que hace Esquilo en la de Soacutefocles o en la de Euriacutepides y ello no implica contradiccioacuten porque en tanto narracioacuten miacutetico-poeacutetica con-tiene en siacute una libertad que no la somete a un tipo de palabra o interpretacioacuten originaria En este sentido Gadamer defiende la ambiguumle-dad de las musas

Estaacute asociado con la esencia del narrar que la narracioacuten no pretende ser un re-portaje documental Las musas saben de su propia ambiguumledad como nos ensentildea el proemio de Hesiacuteodo (hellip) No es una de-bilidad de la presencia de lo narrado que exista una posibilidad de narrar lo mis-mo de diversos modos (Gadamer 1954 pp32-33)

Es importante resaltar esa ldquoambiguumledadrdquo que sentildeala Gadamer en referencia a Hesiacuteodo y que es propia de la potencia metafoacuterica pa-tente en la poesiacutea de modo que la narracioacuten miacutetica y la libre reinterpretacioacuten teatral afian-zan ese espacio poeacutetico de presentacioacuten poli-seacutemica de sentidos (como pudimos desarrollar en el apartado anterior) La brecha que se alza entre el acontecimiento miacutetico y la represen-tacioacuten traacutegica propicia la actualizacioacuten de lo narrado de forma interpretativa y esto con-cuerda muy bien con el aporte arriba enun-ciado que hace Benjamin Por consiguiente la ensentildeanza o connotacioacuten eacutetica que podiacutea proporcionar una obra no pretendiacutea elevar el tono al nivel de un tipo de verdad inapelable que de hecho entraba en ldquocompeticioacutenrdquo y ldquode-baterdquo con las diversas representaciones dra-maacuteticas que se escenificaban en los festivales dionisiacos

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Recordemos que la tragedia en la Atenas histoacuterica era tambieacuten una competicioacuten por lo que el caraacutecter agonal dentro (en el argumen-to de la obra) y fuera del geacutenero es algo que no se puede ignorar Y ldquono soacutelo competiacutean los au-tores sino tambieacuten los protagonistas e incluso los coregasrdquo (Benjamin 2006 p316)

En defensa del caraacutecter poieacutetico del drama traacutegico es importante tambieacuten sopesar la asi-milacioacuten griega del arte como teacutechne y lo que se entiende por miacutemesis En cuanto al primer concepto teacutechne ciertamente parece inferir una comprensioacuten limitada del arte como si se tratara uacutenicamente de una aplicacioacuten sis-temaacutetica de reglas ya dadas Este punto es cuestionado vaacutelidamente por Zahonero para quien sin duda ldquolo que se espera de un artista es que aporte algo maacutes que la mera ejecucioacuten solvente de un conjunto de reglas dado Se le pide un plus un tanto misterioso que (hellip) tiene que ver con la espontaneidad creadorardquo (Zahonero 2017 p33) Asiacute teacutechne parece no dar cuenta de esa dimensioacuten misteriosa No obstante sobre el tema Gadamer considera que lo que pone de relieve tal concepcioacuten del arte es el ldquodesprendimiento de la obra respec-to de su propio hacerrdquo (Gadamer 1991 p47) de modo que lo producido intencionadamen-te por el artista queda emancipado del acto propio del producir y pasa a establecerse en un espacio comuacuten y compartido de significa-cioacuten Se resalta con ello la concepcioacuten tiacutepica-mente griega del arte como algo de utilidad comunitaria (Gadamer 1991 p47)

Ademaacutes valga recordar ahora que para la conciencia griega la actividad poeacutetica estaba acompantildeada de una dimensioacuten maacutes elevada universal y divina que bien se aprecia en la fa-mosa expresioacuten de Aristoacuteteles ldquoLa poesiacutea es algo maacutes filosoacutefico y serio que la historia la una refiere a lo universal la otra a lo particu-larrdquo (Aristoacuteteles 1451-b)

Aunque el teacutermino teacutechne en siacute mismo deja indiferenciada la labor del artesano y la activi-dad creativa y original del artista Gadamer y Tatarkiewicz piensan que tal distincioacuten siacute ocu-rrioacute en el pensamiento griego por medio del teacutermino miacutemesis (desarrollado principalmente por Platoacuten y Aristoacuteteles) Lo que diferencia a las labores productivas de las bellas artes es que estas ldquoimitanrdquo una realidad sea natural o humana Ahora bien es de principal importan-cia ahondar en queacute implica y coacutemo puede en-tenderse este concepto pues el mismo puede dar pie a una concepcioacuten reductiva y sesgada de la actividad artiacutestica y poeacutetica como la que mantuvo Platoacuten para hacer frente a los poetas en la polis bajo el supuesto de que ldquotodos los poetas comenzando por Homero son imita-dores de imaacutegenes de la excelencia y de las otras cosas que crean sin tener nunca acceso a la verdadrdquo (Platoacuten 601-a p466)

Con el fin de lograr una comprensioacuten maacutes integral y completa sobre la naturaleza de la tragedia griega y sus alcances artiacutesticos es necesario reparar en lo que significa e implica tal concepto (cuestioacuten que ofrecemos en el si-guiente apartado)

Ahora bien siacute podemos apuntar por el momento que la tragedia tuvo para el mundo claacutesico una gran importancia por su dimensioacuten formativa y colectiva al mismo tiempo que por su poder evocativo para la congregacioacuten y conformacioacuten de una comunidad atenta iacuten-timamente dispuesta a escuchar el decir poeacute-tico que ofreciacutea el drama Un drama que maacutes que exhortar a la preservacioacuten inalterada de valores tradicionales y a la imitacioacuten pasiva de lo ya dado desplegaba un nuevo espacio para la presentacioacuten libre y poeacutetica de contenidos miacuteticos reinterpretados y repensados bajo nuevas perspectivas Por eso compartimos con Octavio Paz que en esta situacioacuten ldquoel poe-ma se nutre del lenguaje vivo de una comuni-

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dad de sus mitos sus suentildeos (hellip) En el poema la sociedad se enfrenta con los fundamentos de su ser con su palabra primerardquo (Octavio Paz 1956 p41)

14 Una definicioacuten de tragedia griega

Como se dijo con anterioridad es de vital importancia reparar en el sentido con el que se comprende la nocioacuten de miacutemesis para no incurrir en un desacierto sobre lo que es la re-presentacioacuten dramaacutetica y lo que resulta esen-cial en la tragedia griega En esta direccioacuten partiremos de una exeacutegesis del concepto claacutesi-co de tragedia elaborado por Aristoacuteteles en su Poeacutetica para de alliacute reparar en aspectos como la dimensioacuten poieacutetica del drama su modo de ser ludio (en referencia a Gadamer) su dimen-sioacuten espacial y su efecto esceacutenico (eacuteleos phoacute-bos) y enlazar tales variables con las teoriacuteas del poder poeacutetico que se han manejado hasta ahora

En su Poeacutetica Aristoacuteteles parte de la pre-misa de que las artes bellas las artes poeacuteticas se caracterizan por ldquoimitarrdquo objetos dados y variacutean entre siacute de acuerdo con los tipos con-cretos de objetos que ldquoimitanrdquo los materiales que disponen para realizar tal imitacioacuten y los medios formales con los que llevan a cabo esa actividad El estagirita la define como sigue

Imitacioacuten de una accioacuten elevada y perfecta de una determinada extensioacuten con un lenguaje diversamente ornado en cada parte por medio de la accioacuten y no de la narracioacuten que conduce a traveacutes de la compasioacuten y temor a la purificacioacuten de estas pasiones (Aristoacuteteles 1449-b)

Aquiacute ldquoimitacioacuten de una accioacuten elevadardquo puede ser comprendida en un primer mo-mento como representacioacuten de una accioacuten un conjunto de acciones humanas hilvana-das por un argumento en el que de acuerdo con Aristoacuteteles se coloca o ldquoimitardquo al hombre

como agente moral como sujeto actuante dotado de cierta virtud y nobleza Ahora se-guacuten Walter Kaufmann (1978) cuando ldquoAris-toacuteteles habla de miacutemesis de una accioacuten y lo hace constantemente piensa maacutes en un hacer creer en una pretensioacuten que no en una imita-cioacuten o copia de una accioacutenrdquo (p76) Esta distin-cioacuten resulta importante pues comprender la miacutemesis uacutenicamente como copia o simple imi-tacioacuten es en resumidas cuentas desvalorar la actividad poeacutetica y artiacutestica Precisamente esta concepcioacuten restringida de miacutemesis como co-pia fue la que utilizoacute Platoacuten en Repuacuteblica para descalificar la actividad de los poetas y artis-tas como bien expresa en el libro X ldquoel arte mimeacutetico estaacute sin duda lejos de la verdad se-guacuten parece y por esto produce todas las cosas pero toca apenas un poco de cada una y este poco es una imagenrdquo (Platoacuten 598-b p462)

En contraposicioacuten a Platoacuten para Aristoacutete-les miacutemesis en su definicioacuten refiere la accioacuten supuesta y concordada como totalidad a par-tir de la libre configuracioacuten del argumento y de los diversos elementos que componen la propia obra esceacutenica Es decir de acuerdo con la capacidad poieacutetica (creativa) del artis-ta Cuando el pensador en su definicioacuten habla de ldquoaccioacutenrdquo no hace referencia simplemente a la actividad de los hombres personificados sino maacutes bien y ante todo a la conformacioacuten del argumento que hila y dota de unidad a toda la representacioacuten dramaacutetica ldquoLa imita-cioacuten consiste en un mito actuado Llamo aquiacute argumento a la unitaria disposicioacuten de los he-chosrdquo (Aristoacuteteles 1450-a) Ciertamente el fin de la dramatizacioacuten traacutegica se encuentra en la ejecucioacuten del argumento que implica la esce-nificacioacuten de la obra como totalidad y como dijimos antes es ya una actividad poieacutetica que une lo ya dado por la tradicioacuten13 con la libre reinterpretacioacuten creativa del artista

13 Ya sea en la forma de narracioacuten miacutetica o con

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Para Aristoacuteteles existen seis elementos for-males que constituyen el drama traacutegico Ellos son el argumento (mythos) los personajes (ethe) la diccioacuten (lexis) el pensamiento de los mismos (dianoia) el espectaacuteculo (opsis) y la muacutesica (melopoiia) (Kaufmann 1978 p96) Ahora bien el drama traacutegico como totalidad surge como conformacioacuten uacutenica y original por medio de la libre disposicioacuten de tales elemen-tos haciendo de la obra una unidad armoacutenica e irrepetible lo que no la diferencia de cual-quier otra forma de arte Si bien es cierto que el drama en el contexto claacutesico estaba regido por ciertas normas como la verosimilitud al-gunas reglas de la retoacuterica o la estructuracioacuten regular de los estaacutesimos (que son los cantos corales) y los episodios (o actos en el sentido convencional del teacutermino) ello no elimina su componente poieacutetico es decir creativo e in-novador Por el contrario es un error pensar que esta forma de arte pierde su componente creativo y uacutenico en el momento en que se en-cuentra limitada por algunas reglas formales de uso convencional que de hecho en el deve-nir temporal de la ejecucioacuten traacutegica los propios poetas fueron modificando

En concordancia con Aacutengel Cappelletti (1990)14 en Aristoacuteteles el argumento es siem-pre disposicioacuten y siacutentesis de hechos reduccioacuten de la unidad de sucesos determinacioacuten de lo esteacuteticamente indeterminado El poeta imita las acciones pero sin duda no las imita ser-vilmente sino que las reconstruye y las recrea (p70) De este modo el concepto de miacutemesis tal como puede ser interpretado a partir de la Poeacutetica aristoteacutelica siacute concibe en el arte mdashy en el drama traacutegicomdash un espacio desde el cual se articula libremente la obra artiacutestica trascen-

los recursos con los que se estructuraba una representacioacutendramaacuteticaconvencional

14 Traductor y comentarista de la Poeacutetica (1990)presentada por la editorial venezolana Monte Aacutevila Editoresqueseusaenestainvestigacioacuten

diendo la mera y mecaacutenica imitacioacuten de obje-tos referenciados pues concibe la libre e inge-niosa disposicioacuten de los elementos que confi-guran la tragedia independientemente de la importancia que Aristoacuteteles diera a cada uno ldquoAristoacuteteles sostuvo la tesis de que el arte imi-ta la realidad pero la imitaetioacuten no significa-ba seguacuten eacutel una copia fidedigna sino un libre enfoque de la realidadrdquo (Tatarkiewicz 1987 p303) Lo que se hace palpable de acuerdo con lo expuesto

Desde el momento en que Aristoacuteteles con-cibe como telos uacuteltimo de la obra traacutegica la ejecucioacuten de su argumento es decir la reali-zacioacuten de siacute misma como totalidad artiacutestica encontramos en su reflexioacuten un espacio que puede ser asociado al concepto de Gadamer del arte como juego Desde luego la obra es-ceacutenica como obra de arte en siacute misma y en re-lacioacuten con el puacuteblico espectador supone una relacioacuten reciacuteproca de ldquocoparticipacioacutenrdquo Ade-maacutes el desarrollo del drama traacutegico en tanto tiende hacia su propia realizacioacuten sumerge al espectador en un mundo artiacutestico de signifi-cados diversos que no tienen que ser com-prendidos necesariamente bajo la reduccioacuten mimeacutetica Gadamer (1977) en su libro Verdad y meacutetodo afirma que en el ldquodrama cultural o profano aunque lo que [se] representa sea un mundo completamente cerrado en siacute mismo estaacute como abierto hacia el lado del especta-dor Soacutelo en eacutel alcanza su pleno significadordquo (p153)

De esta forma en la actividad esceacutenica se lleva a cabo una dinaacutemica reciacuteproca de juego entre la obra y su puacuteblico en el que este uacuteltimo se ldquoentregardquo a la pieza La obra en tanto esce-nificacioacuten se desarrolla en la manifestacioacuten de su propio contenido de conformidad con la di-naacutemica de automovimiento y representacioacuten de siacute misma Desde esta perspectiva lo repre-sentado (la tragedia) no puede ser pensado de

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acuerdo con una simple referencialidad a algo real puesto que en la conformacioacuten artiacutestica lo representado ha sido transformado para ser y significar algo distinto respecto de la reali-dad (natural o humana) Esto es lo que Gada-mer refiere con la frase ldquomundo cerrado en siacute mismordquo que la obra configura15 Es decir que no debemos ni tenemos por queacute enjuiciar una obra como Los siete contra Tebas o Los persas (por mencionar piezas con cierto contenido histoacuterico) guiados por el realismo con el que se representan los contenidos escenificados o por la forma ldquofidedignardquo en que se ldquoretratardquo el caraacutecter de personajes como Eteocles o el Jerjes histoacuterico lo importante maacutes bien se encuentra en la constelacioacuten de significados que la obra en su propia representacioacuten teje y vivifica y que el espectador vive y siente en su mediacioacuten con el espectaacuteculo

Volviendo a Aristoacuteteles este afirma que de los diferentes elementos que constituyen la tragedia ldquola principal es la organizacioacuten de los hechos ya que la tragedia no es represen-tacioacuten de los hombres sino de la accioacuten de la vida de la felicidad y de la desdichardquo (Aristoacute-teles 1450-a p7) El argumento como factor central que hace posible la disposicioacuten y siacutente-sis unitaria de los elementos es lo que preci-samente pone en marcha el despliegue unita-rio de la obra esceacutenica junto a los contenidos que comunica al espectador

Ciertamente la pieza teatral habla e inter-pela y el espectador en su experiencia esteacute-tica se encuentra sometido a la dinaacutemica que exige el juego que en este caso es el teatro traacutegico Si a esto se le antildeade el elemento ritual y religioso que tambieacuten tuvo el drama aacutetico en su contexto original se percibe de mejor

15 Y sobre todo loqueenel subcapiacutetulo ldquoLa verdaddelapalabrapoeacuteticardquodistinguimoscomoelpoderpresentativoqueestatieneloqueGadamerllamala esteacutetica de la presentacioacuten ldquoDarstellungrdquo (verapartado12)

modo la comunioacuten entre puacuteblico y obra de la que habla Gadamer cuando se refiere al com-ponente luacutedico y de inmersioacuten que comparten el arte y los cultos religiosos El desarrollo de un drama teatral dice el filoacutesofo invoca una ldquoverdad superiorrdquo

No admite ya ninguna comparacioacuten con la realidad (hellip) Ha quedado elevada por encima de toda comparacioacuten de este geacutenero mdashy con ello tambieacuten por encima del problema de si lo que ocurre en ella es o no realmdash porque lo que ocurre en ella estaacute hablando desde una verdad superior (Gadamer 1977 p156)

Una verdad en la que el espectador partici-pa al asistir al teatro y presencia la escenifica-cioacuten del drama Como se ha venido argumen-tando la obra en su representacioacuten envuelve al puacuteblico en una dimensioacuten poeacutetica distinta Gillo Dorfles destaca el hecho de que el teatro funda una espacialidad peculiar y nueva que en el caso del drama aacutetico en su contexto ori-ginario configuraba un espacio en el que se fundiacutea la perspectiva del puacuteblico con la de la escena y los actores gracias a la introduccioacuten intermedia de la orquesta en la que partici-paba el coro proveyendo de este modo tridi-mensionalidad al espectaacuteculo (Dorfles 1963 p136)

Contrariamente a lo que se prescribiacutea en otras formas teatrales como por ejemplo la isabelina mdashcaracterizada entre otras cosas por el realismo la verosimilitud y el nivel de detalle en la escenografiacuteamdash en el drama aacutetico habiacutea una disposicioacuten limitada y sencilla de los recursos esceacutenicos que le daban un caraacutecter evocativo y no realista Con ello se buscaba ldquola anulacioacuten en cierto sentido del escenario es decir pretendiacutea que el puacuteblico se identifi-case con la escena y no la viviese como algo separado o lejanordquo (Dorfles 1963 p138) Al mismo tiempo exigiacutea del puacuteblico una mayor

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participacioacuten imaginativa en sus convenciones respecto de lo que se representaba en la esce-na Esto se adecua con lo que Gadamer llamoacute la dinaacutemica de ldquoauto-olvidordquo que posibilita el

teatro y el drama traacutegico en su juego de co-participacioacuten y aceptacioacuten de las reglas taacutecitas que exige la obra traacutegica

Tanto al concurrir al drama esceacutenico como al tener la experiencia con cualquier otra obra de arte siempre estaraacute presente una dinaacutemica de presencia y participacioacuten para la que Ga-damer usa el concepto de ldquosimultaneidadrdquo que resulta muy ilustrativo A su juicio simul-taneidad quiere decir ldquoque algo uacutenico que se nos representa por lejano que sea su origen gana en su representacioacuten una plena presen-cia (hellip) Consiste en atenerse a la cosa de ma-nera que esta se haga lsquosimultaacutenearsquordquo (Gadamer 1977 p173) lo que ocurre de manera distinta cuando se asiste a ver el drama o en la sim-ple lectura atenta de la tragedia Aunque una brecha temporal nos separa de la representa-cioacuten original de los dramas y en ella perdamos elementos como la escenografiacutea originaria y la muacutesica incluso si pensamos en una repre-sentacioacuten moderna lo que une a todas esas experiencias es la ldquosimultaneidadrdquo entendida como el evento en el que el ser de la obra ar-tiacutestica se hace presente en toda su vitalidad

Aquiacute se hace palpable la dinaacutemica de pre-sencia y ausencia reciacuteproca que el drama-poeacute-tico mdashque es la tragediamdash suscita en el espec-tadorlector independientemente de la forma de su representacioacuten Como espectadoreslectores quedamos ldquohechizadosrdquo en nues-tra participacioacuten con la obra de arte traacutegica y ademaacutes como se dijo accedemos tambieacuten a una dinaacutemica de auto-olvido pues estamos como cojugadores en una relacioacuten de media-cioacuten con la conformacioacuten que es la obra

En esta relacioacuten de mediacioacuten con la pieza Aristoacuteteles reconocioacute dos efectos especiacuteficos que ella debiacutea proporcionar a sus espectado-res que son la compasioacuten (eacuteleos) y el temor (phoacutebos) que se encuentran dentro de la de-

TeatrodeEpidauroRecuperadodehttpseswikipediaorgwikiTeatro_de_Epidauro

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EstructuradelteatroclaacutesicoRecuperadodehttpswwwguiadegreciacomgeneralteatrohtml

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finicioacuten esencial de tragedia En su Poeacutetica el intelectual nos indica que el efecto debe ser proporcionado no por las propuestas esceacuteni-cas y visuales (elementos que considera acci-dentales y secundarios) sino de forma natural por el argumento (Aristoacuteteles 1453-b p15) es decir por lo que la obra tiene de esencial en su conformacioacuten poeacutetica

Con el uso del sentido maacutes puro de los vocablos eacuteleos y phoacutebos se alude a una vasta disputa filoloacutegica pero para los fines de esta investigacioacuten compartimos la elucidacioacuten que ofrecen Hans-Georg Gadamer y Walter Kau-fmann aunque sean contrarias en algunos aspectos Phoacutebos es entendido por ambos au-tores como ldquoterrorrdquo mientras que en la con-cepcioacuten de eacuteleos difieren Gadamer lo asocia a ldquodesolacioacutenrdquo en cambio Kaufmann se inclina por asimilarlo como ldquosimpatiacuteardquo

En la medida en que el destino traacutegico de los protagonistas nos suscita simpatiacutea y admi-racioacuten por el personaje sufriente se podriacutea hablar de ldquoruthrdquo el vocablo anglosajoacuten que usa el autor que contrapone a ldquoruthlessrdquo (in-humanidad en un sentido geneacuterico universal y no solo particular) Kaufmann evita aceptar llanamente el teacutermino ldquocompasioacutenrdquo porque por siacute misma dice implica una mirada ldquoami-noradardquo sobre el sujeto que se compadece es decir por el heacuteroe traacutegico (Kaufmann 1978 p87) Es como si lo vieacuteramos ldquohacia abajordquo en su situacioacuten infortunada por el contrario eacuteleos asociado a ldquosimpatiacuteardquo o ldquoruthrdquo permi-te apreciar de forma maacutes adecuada el senti-miento de vinculacioacuten que se produce entre el espectador y el heacuteroe en donde el primero encuentra algo humano y universal para admi-rar maacutes allaacute de la desgracia que le abate

Gadamer en cambio considera que ldquoEacuteleos es la desolacioacuten que invade a uno frente a lo que llamamos desolador (hellip) Phoacutebos significa

el estremecimiento del terror que se apodera de uno cuando ve marchar al desastre a al-guien por quien uno estaacute aterradordquo (Gadamer 1977 p177) En su reflexioacuten nuestro filoacutesofo recalca el hecho de que en la relacioacuten de me-diacioacuten con la obra traacutegica esta no representa un sentir puramente subjetivo sino que maacutes bien presenta al espectador experiencias que llegan de fuera Aquiacute es importante recordar como hemos afirmado antes que la obra ar-tiacutestica y la palabra poeacutetica no solo representan una realidad (de forma mimeacutetica) sino que en su transformacioacuten esteacutetica presentan (de for-ma original poieacutetica) nuevos valores a la rea-lidad los cuales en el caso de la tragedia aacutetica mdashde manera geneacutericamdash se manifiestan en el influjo sobre espectador de eacuteleos y phoacutebos

El problema con aceptar eacuteleos por ldquodeso-lacioacutenrdquo consiste en que por siacute mismo puede ofrecer una mirada mucho maacutes pesimista res-pecto de lo que comuacutenmente es tratado den-tro en las obras Ciertamente con frecuencia hay un sentimiento de admiracioacuten del espec-tadorlector hacia el heacuteroe sufriente o traacutegico como afirma Kaufmann Aristoacuteteles comenta ldquoLa compasioacuten es por quien no merece [su-frir] el temor por quien es semejante [a noso-tros]rdquo (Aristoacuteteles 1453-a) Con esto no que-remos descalificar la propuesta de Gadamer pues resulta adecuada hasta cierto punto y creemos que bien puede ser complementada con la oferta de Kaufmann Comuacutenmente nos afligimos por el heacuteroe pero este padecimien-to se complementa con una empatiacutea con eacutel y una elevada admiracioacuten

Ahora bien es importante indicar de ante-mano que no todas las tragedias obedecen a los mismos patrones y que en su pluralidad aguarda una riqueza artiacutestica y esteacutetica que pretendemos abordar en el capiacutetulo siguiente En concordancia con Kaufmann (1978) dire-mos que ldquola raiacutez de todos los males estaacute en

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asimilar todas las tragedias a un modelo uacutenico en lugar de admitir cuaacutento estas difieren en-tre siacuterdquo (p317) En este sentido no aspiramos a aceptar de modo categoacuterico una uacutenica defi-nicioacuten de los teacuterminos aludidos De la misma manera nos parece prudente mostrar distan-cia respecto de ciertas definiciones que ofrece Aristoacuteteles en cuanto al desenvolvimiento del argumento en la tragedia nos referimos con-cretamente al teacutermino hamartiacutea

El pensador antiguo afirma que uno de los argumentos mejor logrados sobre todo para proporcionar los efectos de eacuteleos y phoacutebos consiste en el cambio de ldquola felicidad a la des-dicha no a causa de la perversidad sino de cierto enorme error propio de quien es como se ha dicho o es justo maacutes bien que injustordquo (Aristoacuteteles 1453-a p14) Tanto Gadamer como Kaufmann se muestran renuentes a aceptar tal cual esta concepcioacuten Ello desde el supuesto de que no todas las piezas traacute-gicas obedecen a un esquema en el que sea relevante o adecuada la existencia taacutecita o impliacutecita de un ldquoerror traacutegicordquo o un ldquodefecto de caraacutecterrdquo del heacuteroe De hecho este uacutelti-mo resulta ser otra problemaacutetica acadeacutemica distinguir si la hamartiacutea refiere maacutes bien a un ldquoerror de eleccioacutenrdquo o a un defecto moral en el caraacutecter del heacuteroe

Al respecto nos parece destacable el con-cepto de ldquoculpa traacutegicardquo elaborado por Hegel y revalorado por Kaufmann y Walter Benja-min Lo que destaca como propio en las tra-gedias maacutes insignes (algo que no sucede en todas) no es un error de juicio o un defecto de caraacutecter que conduzca a la ruina del perso-naje traacutegico sino maacutes bien la aceptacioacuten luacuteci-da de la culpa y el infortunio como producto de una accioacuten cometida en el presente de la pieza o en alguacuten momento del pasado Seguacuten Benjamin ldquoLa antigua maldicioacuten heredada a lo largo de generaciones se convierte en un

bien interior en la poesiacutea traacutegica un bien au-to-encontrado del personaje heroicordquo (p344) Una vez acaecida la desdicha el personaje a su pesar la acepta con una paradoacutejica mezcla de justificacioacuten y culpa por sus actos Esta defi-nicioacuten se adecua muy bien a personajes como Edipo Antiacutegona la Ifigenia de Ifigenia en Aacuteuli-de e incluso el Orestes de Esquilo Luego pa-saremos a estudiar las obras concretamente y seraacute el momento en el que podremos criticar la veracidad de este supuesto y en queacute obras lo hallamos

Kaufmann citando a Hegel afirma ldquoEl ver-dadero sufrimiento traacutegico por otra parte se impone solo en individuos como consecuen-cia de alguno de sus actos debido a la colisioacuten que implica y ellos son responsables de sus actos con la totalidad de su serrdquo (Kaufmann 1978 p317) La responsabilidad que cargan los personajes mencionados y la lucidez so-bre ella llegado el momento no los exime de su castigo y en cambio deciden aceptar con claridad y no sin dolor y angustia su desgracia En sus actos y en la aceptacioacuten de su nueva condicioacuten hay una solemnidad que los eleva al mismo tiempo que nos hiela como especta-dores Y que pone en evidencia como indica Hegel una colisioacuten entre valores contrapues-tos

Tomar muy en serio el concepto de hamar-tiacutea puede dar pie a una buacutesqueda infructuosa del defecto o ldquoerror de juiciordquo del heacuteroe al mis-mo tiempo que centrar demasiado la atencioacuten en la voz de un protagonista ldquoheroicordquo que no siempre se da en los dramas pues no todas las tragedias giran en torno a un personaje prota-goacutenico definido sino sobre una confrontacioacuten de partes una tensioacuten entre los elementos de los mismos yo una lucha entre verdades y valores contrarios que pueden ser destacables en una media aproximadamente igual (por no hablar de valores simeacutetricamente vaacutelidos)

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Seguacuten Juan Tobiacuteas Naacutepoli (2016) ldquoToda obra [traacutegica] comprende muacuteltiples veces y todas reclaman su propia verdad aunque carezcan de la uacutenica voz autorizada del autorrdquo (p126) lo que implica evaluar y pensar el drama des-de su compleja estructura dialeacutectica en el que ocurren comuacutenmente relaciones de disputa y lucha entre el coro y los personajes llamadas kommos o entre los personajes mismos que se denominan agoacuten traacutegico

Por medio de las diversas relaciones que tienen lugar entre los elementos de la trage-dia (relaciones entre el coro y los personajes el estaacutesimo y los episodios) el geacutenero devela una interesante estructura de pesos y contra-pesos que debe ser pensada de modo integral En relacioacuten con esto Kaufmann ofrece un mo-delo alternativo desde el cual pensar ciertos dramas traacutegicos a saber el concepto de ldquocoli-sioacuten traacutegicardquo heredado de Hegel que envuelve la siguiente comprensioacuten

En el centro de las mejores tragedias de Esquilo y Soacutefocles no encontramos un heacuteroe traacutegico sino una colisioacuten traacutegica y (hellip) el conflicto no es entre el bien y el mal sino entre posiciones parciales donde en-contramos siempre algo bueno en cada una de ellas (Kaufmann 1978 p308)

En conformidad con lo citado de Tobiacuteas Naacutepoli maacutes arriba este enfoque basado en la colisioacuten traacutegica y los elementos que entran en relacioacuten agoacutenica posibilitan un estudio maacutes exhaustivo y enriquecedor sobre las diferen-tes voces poeacuteticas que afirman se confrontan y se desdicen en los dramas traacutegicos Benjamin tambieacuten pudo reconocer en la tragedia aacutetica este particular elemento agoacutenico Asiacute consi-deroacute que estas obras comparten un singular parentesco con el proceso judicial ateniense integrado por acusados acusadores y ldquotesti-gos juradosrdquo (que constituiriacutean el coro testi-

gos juiciosos sobre los acontecimientos) Es-cribe Benjamin

(hellip) la tragedia se ajusta en todo caso a la imagen del desarrollo de un proceso porque tambieacuten en ella se produce un debate con vistas a una final expiacioacuten De ahiacute resulta que en Soacutefocles y Euriacutepides los heacuteroes aprendan ldquono a hablarhellip [sino] meramente a debatir y de ahiacute que lsquoa la antigua dramaturgiarsquo le resulta extrantildea la escena de amorrdquo (Benjamin 2006 p326)

Se considera un poco poleacutemica la postura de Benjamin pero ciertamente da cuenta del elemento conflictivo muy marcado en las tra-gedias griegas Mucho maacutes desarrollada es la disertacioacuten de Martha Nussbaum al desarro-llar la nocioacuten de ldquoconflicto traacutegicordquo en el que dos valores contrapuestos muestran su validez eacutetica y dilemaacutetica por lo que cualquier elec-cioacuten tomada tambieacuten implica incurrir en una falta moral Como vemos esta idea se adecua bastante bien al concepto de ldquoculpa traacutegicardquo anteriormente mencionado que destaca por su paradoacutejica constitucioacuten entre cierta justifi-cacioacuten o validez y una culpa o infortunio ldquone-cesariordquo fruto de las elecciones del heacuteroe

Al referirnos a estas valoraciones sobre lo agoacutenico y dilemaacutetico en las tragedias griegas es importante recordar que no es vaacutelido inferir que todas las piezas obedecen al mismo es-quema propuesto ni en el mismo grado Kau-fmann puntualiza que el concepto de ldquocolisioacuten traacutegicardquo aclara obras como La Orestiada Pro-meteo Hipoacutelito Las Bacantes mdashy en menor medida seguacuten su argumentacioacutenmdash Antiacutegona Edipo rey y Filoctetes

Ahora bien tal como se desarrolloacute en el se-gundo apartado de esta investigacioacuten si el po-der de la palabra poeacutetica tiene capacidad para instaurar sentido y posibilitar una forma de comprensioacuten distinta de la realidad o como

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afirma Gadamer (1977) ldquoLa palabra poeacutetica se convierte con frecuencia en una prueba de lo que es verdad pues el poema resucita una vida secreta en palabras que pareciacutean gasta-das e inservibles y nos ilustra asiacute sobre noso-tros mismosrdquo (p539) en los dramas traacutegicos se estudiaraacute precisamente la tensioacuten manifies-ta que la obra invoca en la puesta en escena por medio de la interrelacioacuten compleja de sus elementos a saber las relaciones dinaacutemicas que afloran de sus personajes argumentos y siacutembolos Todo para desde alliacute rescatar o hacer presente en cierta forma esos valores poliseacutemicos que relucen en tal tensioacuten y plura-lidad expresadas por las voces poeacuteticas dentro del drama Es decir aquella polisemia inadver-tida que ronda en los elementos expliacutecitos que entran en colisioacuten

Como se dijo antes resulta favorable com-prender la tragedia aacutetica como un arte que re-uacutene elementos mimeacuteticos y poieacuteticos El teatro no escapa de su dimensioacuten referencial y an-tropoloacutegica al mismo tiempo que vincula en siacute un espacio en el que lo representado adquiere una significacioacuten distinta y maacutes elevada A su vez en tanto obra artiacutestica y esceacutenica supone una relacioacuten de participacioacuten y juego en la que el mundo artiacutestico de la obra y el mundo del espectador (o lector) se funden en la experien-cia esteacutetica de inmersioacuten y ldquosimultaneidadrdquo

En esta reciprocidad entre espectadorlec-tor y pieza dramaacutetica Gadamer atisba una im-portante relacioacuten interpretativa y de compren-sioacuten De ahiacute que la relacioacuten con la obra siem-pre supone una actividad reflexiva es decir la identidad interpretativa de la obra ldquoconsiste precisamente en que hay algo lsquoque entenderrsquo en que pretende ser entendida como aque-llo a lo que se lsquorefierersquo o como lo que lsquodicersquordquo (Gadamer 1991 p73) Lo que significa que en nuestra relacioacuten con ella acontece un ldquoapren-der a leerlardquo y comprenderla

En otras palabras siempre hay un espacio abierto que espera ser llenado por el juicio criacute-tico e interpretativo del espectadorlector Es interesante notar coacutemo para Gadamer las pie-zas en cierto modo lo exigen Y esto es precisa-mente lo que se procederaacute a analizar en el si-guiente capiacutetulo con el aacutenimo de aprehender de la forma maacutes adecuada posible lo que las obras traacutegicas escogidas tienen que ldquodecirnosrdquo desde su ser-obra por medio y en el diaacutelogo que es la criacutetica

CAPIacuteTULO II

DESARROLLO INTERPRETATIVO DE LAS TRAGEDIAS A LA LUZ DEL CONCEPTO DE COLISIOacuteN TRAacuteGICA

En el presente capiacutetulo se ofrece una in-terpretacioacuten de corte criacutetico-literario y filo-soacutefico-hermeneacuteutico de las obras Agamenoacuten de Esquilo Antiacutegona de Soacutefocles e Ioacuten de Eu-riacutepides con el fin de repensar los diferentes elementos que las piezas ponen en cuestioacuten y problematizan Desde la dimensioacuten literaria y singular de cada una esta investigacioacuten pres-taraacute especial atencioacuten a toacutepicos como la pre-sencia y ambiguumledad del silencio en Agame-noacuten la significacioacuten de lo deinoacuten en la accioacuten y en el discurso humano en Antiacutegona y por uacuteltimo el valor del libre discurso parresiasteacutes en Ioacuten de Euriacutepides

21 La ambiguumledad y presencia del silencio en Agamenoacuten de Esquilo

La Orestiada ejemplifica de una manera altamente lograda muchos de los elementos maacutes caracteriacutesticos del teatro esquiacuteleo la pre-sencia de una justicia divina que reina e im-pregna los asuntos mortales la moral humana vuelta dilema y conflicto la marcada partici-pacioacuten de un coro liacuterico que enjuicia la accioacuten desde un terreno de percepcioacuten limitado en-

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tre otros A partir de estos componentes ya claacutesicos en el estudio filoloacutegico se pretende hilvanar una interpretacioacuten sobre las figuras de Agamenoacuten y Clitemnestra para finalmente repensar la relevancia argumental y simboacutelica de Casandra dentro del texto y en la totalidad de la obra teatral

A traveacutes de este desarrollo se aspira a tocar toacutepicos de sumo intereacutes como por un lado el papel del silencio en el discurso y la accioacuten hu-mana y por el otro la dimensioacuten agonal dile-maacutetica y ambivalente de los asuntos mortales temas que la obra sugiere desde siacute en su des-pliegue interpretativo

El dilema y la colisioacuten de contrarios se per-ciben como un solo tema central en muchas de las obras de Esquilo y tambieacuten en Agame-noacuten Es una dimensioacuten agonal que se puede apreciar en diferentes escalas tanto en un nivel argumental-estructural en una historia que narra de manera interrelacionada la ven-ganza de Clitemnestra y el deseo divino de justicia en la familia de los atridas como en un nivel intraargumental en la presentacioacuten de personajes caracterizados por connotacio-nes ambivalentes y opuestas Asimismo estaacute la relacioacuten entre lo humano y lo divino que se desarrolla de un modo tan misterioso como ldquojustificablerdquo y que por ello ha dado pie a mu-chos estudios criacuteticos sobre el tema

Para el filoacutesofo y filoacutelogo claacutesico Andreacute-Jean Festugiegravere las tragedias griegas poseen dos rasgos distintivos uno es la cataacutestrofe como algo natural en la vida de los hombres y otro es la idea de que estas cataacutestrofes estaacuten liga-das a la misteriosa e ininteligible voluntad de los dioses (Festugiegravere 1968 p16) Aunque puede ser debatible la certeza o precisioacuten del segundo punto que destaca este esquema baacutesico puede servir de preaacutembulo para un es-tudio de las obras a tratar A juicio del autor

en los tres poetas traacutegicos estaacute presente una suerte de muro sobre el cual cada uno ha la-brado una grieta Distinta Es su grieta

El hombre cumple su tarea como me-jor puede Los dioses lo trastocan todo Eacutel no comprende Eacuteste permanece constan-temente en presencia de un muro Ahora bien como a pesar de todo hay que vivir y como el ser humano no puede dejar de pensar cada uno de los traacutegicos griegos ha buscado una grieta en ese muro (Festu-giegravere 1968 p17)

En un aspecto metodoloacutegico esta forma de comprender las tragedias puede ser de mucha utilidad como punto de partida sobre todo en lo que se refiere a los elementos maacutes distintivos que caracterizan a cada poeta traacutegi-co Esa buacutesqueda de ldquouna grietardquo en el muro del mundo y la mencionada conexioacuten entre la cataacutestrofe y el tipo de relacioacuten humana que se establece con lo divino son esenciales a nuestros fines La pieza de Esquilo Agame-noacuten nos narra la ansiada llegada del liacuteder de la flota helena a Micenas tras haber vencido en la guerra de Troya De manera contrapuesta describe las intrigas incertidumbres e ideas que se gestan en el palacio territorio argivo a traveacutes de personajes como Clitemnestra un coro compuesto de sabios ancianos un vigiacutea y un mensajero real

La obra comienza con un parlamento del vigiacutea quien suplica por la llegada de la sentildeal que indicariacutea que los helenos han triunfado en la guerra a su vez muestra el deseo del ciu-dadano de que sus liacutederes vuelvan a salvo a un palacio y a una comunidad que se perciben como trastocados En sus palabras ldquome echo a llorar lamentando el infortunio de esta mo-rada que ya no se rige del mejor modo tiempo atraacutesrdquo (Esquilo v20) El entusiasmo del vigiacutea y del coro al corroborar sus esperanzas con la sentildeal percibida contrasta enfaacuteticamente con

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un elemento que merodea de forma iacutentegra en toda la trama de la obra teatral un temor irresuelto y latente que surge de unos males cultivados en el palacio de los atridas es una especie de pesadez que se cierne sobre los personajes y estaacute presente en cada diaacutelogo y que de forma resumida se identifica con el tropo del silencio o el callar La primera par-ticipacioacuten del vigiacutea marca desde el inicio este componente tirante tenso temible

iexclOjalaacute que yo pueda estrechar con esta mi mano la bien amada mano del sobera-no de este palacio cuando haya llegado Lo demaacutes me lo callo Un buey pisa mi len-gua El propio palacio si voz tuviera podriacutea decirlo con la mayor claridad (hellip) (Esquilo v37)

Aquiacute el propio palacio adquiere un signifi-cado poeacutetico y funcional al volverse tropo de lo inexpresable y oculto El ldquopalaciordquo la ldquomora-dardquo se presenta no con la calidez de un hogar sino con la frialdad de un espacio inhoacutespito maldito ldquosilenterdquo Esta idea se conecta con la maldicioacuten claacutesica que se hereda a traveacutes de las generaciones y que se encuentra inserta en el linaje de Agamenoacuten El tropo reapareceraacute posteriormente en el desarrollo de la obra pero cargado de nuevas significaciones y rela-ciones

De acuerdo con la filoacuteloga claacutesica Jaqueline de Romilly en la obra de Esquilo lo divino y la justicia divina son elementos que impregnan casi todos los aspectos del mundo humano pero ldquoesto no quiere decir que se trate de un mundo en orden Es un mundo que aspira al orden pero que se mueve en el misterio y el miedordquo (Romilly 2011 p56) De hecho la tri-logiacutea que compone La Orestiada y de la cual Agamenoacuten es la primera pieza muestra un traacutensito hacia un tipo de justicia maacutes lograda y caracterizada por la froacutenesis de una institu-

cioacuten democraacutetica como el Areoacutepago en de-trimento de una justicia maacutes arcaica basada en el castigo incuestionable y la exigencia de sangre Lo interesante se encuentra quizaacute en la dimensioacuten dicotoacutemica y ambivalente de los teacuterminos con los que la obra juega lo civiliza-do y lo bestial lo sacriacutelego y lo justo la caza y el sacrifico16

Este elemento dicotoacutemico y agonal es evi-dente desde un comienzo cuando en el pri-mer estaacutesimo de la obra el coro narra el augu-rio de Calcante el profeta de Apolo sobre los atridas y su destino en la guerra contra Troya la visioacuten de dos aacuteguilas que ldquoestaban devoran-do una liebre prentildeada con una gravidez tras haberle cortado su uacuteltima carrera Entona un canto de duelo un canto de duelo pero que el bien consiga triunfarrdquo (Esquilo v120) Aquiacute la visioacuten adivinatoria del vidente pone en re-lacioacuten dos elementos esenciales por un lado la idea de que estas dos aacuteguilas simbolizan el trono de los hermanos helenos que poseen el favor divino de vengar su honor contra Troya y por otro la nocioacuten de que tal accioacuten se de-sarrollaraacute en la forma de una caceriacutea bestial

Agamenoacuten y Menelao son cazadores pero tambieacuten aacuteguilas predadoras la guerra exigida por Zeus a manera de mandato implica de for-ma oculta un contrario sacriacutelego e impiacuteo En tal sentido la caza de un animal salvaje como la liebre y sus criacuteas es tambieacuten una transgre-sioacuten de los dominios de una diosa virginal Artemisa Y en la antistrofa el coro canta que ldquola pura Aacutertemis por compasioacuten estaacute irritada con los alados perros de su padre porque han dado muerte a la miacutesera liebre con su prentildeez antes del parto y odia ese festiacuten de las Aacuteguilasrdquo (Esquilo v136)

16 Esta uacuteltima dicotomiacutea es desarrolladaexhaustivamente por Pierre Vidal-Naquet en suensayoldquoCazaysacrificioenlaOrestiadadeEsquilordquoen el libro Mito y tragedia en la Grecia antigua (2002a)

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Las alusiones a lo sacriacutelego y bestial no aca-ban alliacute sino que se manifiestan de modo in-termitente antes y despueacutes de esta escena en la dramatizacioacuten Como bien sentildeala Vidal-Na-quet resulta paradoacutejica la primera alusioacuten me-tafoacuterica a los hermanos argivos que se hace en el verso nuacutemero cincuenta y uno Alliacute el coro los describe de la siguiente manera ldquoPareciacutean buitres que con un inmenso dolor por sus criacuteas giran y giran surcando el aire sobre sus nidos con remos de alasrdquo (Esquilo v51) Se trata de un verso que enfatiza el recelo y la exigencia de justicia de las aacuteguilas-buitres por el rapto de Helena pero de modo maacutes eminente auacuten con esas liacuteneas la obra genera un juego dinaacutemico en el que se entremezclan la caza y la carrontildea terrenos propios del buitre A la altiva figura del aacuteguila rapaz se le antildeade una connotacioacuten peacuterfida y putrefacta y ambas en resumidas cuentas designan a Agamenoacuten Como indica Vidal-Naquet ldquoes extrantildeo que sea el animal noble real el aacuteguila de las alturas el que sea presentado realizando una accioacuten horrible y el animal innoble el carrontildeero el que clame justicia (Vidal-Naquet 2002a p147)

A consecuencia de ello el coro de modo sugerente y sugestivo ilustra a un Agamenoacuten ambiguo en un juego dual en el que un teacuter-mino reclama al contrario incluso cuando su posicioacuten no es nunca la de ruptura o desprecio de tal hombre En sus cantos el coro no deja de apreciar y exaltar la relevancia simboacutelica de Agamenoacuten como liacuteder de la comunidad poliacuteti-ca y como jerarca de la familia real Un hombre en una situacioacuten privilegiada aunque sujeto de una auteacutentica colisioacuten traacutegica fruto de la las exigencias de Zeus y Aacutertemis La filoacutesofa Mar-tha Nussbaum destaca algo de gran relevan-cia a saber la accioacuten imperativa que suponen las exigencias divinas en la cultura heleacutenica pero sobre todo en el drama traacutegico

Esta cuestioacuten resulta de gran intereacutes en teacuterminos argumentales pero tambieacuten filoloacute-gicos y filosoacuteficos dado que ofrece una clara interpretacioacuten sobre la forma en que se es-tablecen las relaciones entre lo humano y lo divino en la poesiacutea esquiacutelea Con anterioridad se expuso coacutemo para Festugiegravere la voluntad divina se imponiacutea ciegamente en los asuntos humanos y en esa medida se avizoraba ldquoinin-teligiblerdquo y ldquomisteriosardquo Muy por el contra-rio al menos en La Orestiada tal voluntad se establece como exigencia dilemaacutetica que de manera contingente puede entrar en una gran colisioacuten En este sentido Martha Nussbaum es muy penetrante cuando considera que en la tragedia aacutetica las ldquointervenciones divinas en la vida humana no son arbitrarias ni caprichosas deben entenderse como la materializacioacuten de respuestas eacuteticas profundas cuya inteligibili-dad no depende de la presencia o ausencia de las deidadesrdquo (Nussbaum 1995 p76) Mien-tras que el mandato de Zeus exige el castigo por el irrespeto a los himeneos la condicioacuten y exigencia de Aacutertemis se impone como un ajus-te por la brutalidad de una guerra representa-da a modo de una gran y violenta caceriacutea

La virgen Ifigenia es presentada como el sacrificio y requisito que impone Aacutertemis para que la flota helena pueda ir a Troya y cumplir el deber que asigna Zeus A la libre voluntad de Agamenoacuten le sobreviene una eleccioacuten di-lemaacutetica de la que no podraacute salir indemne y como bien considera Nussbaum en esto consiste uno de los conflictos praacutecticos que a simple vista parecen ldquoirracionalesrdquo Pero que son posibles precisamente porque la virtud humana se enfrenta a un entorno contingente que la hace a ella misma dinaacutemica y fraacutegil Aun cuando la hamartiacutea no sea una nocioacuten univer-salmente aplicable a toda obra traacutegica entre los versos 205 y 235 siacute que se le puede distin-guir un espacio de relevancia

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En este canto de la antistrofa el coro pasa a rememorar el razonamiento de Agamenoacuten en el momento en que aceptoacute sacrificar a su hija un sacrificio familiar y privado en beneficio de toda la comunidad poliacutetica de la Heacutelade Como afirma Leonardo Azparren (1993) Agamenoacuten debe ldquoelegir en una disyuntiva que es una apo-riacutea entre su esfera puacuteblica (polis) y su esfera privada (oikos)rdquo (p89) Un juicio indudable-mente determinado por un constrentildeimiento externo entre las exigencias de ambos dioses Entonces iquestpodriacutea pensarse que el infortunio de Agamenoacuten es fruto de una mala decisioacuten un defecto moral propio de su caraacutecter como ldquoheacuteroerdquo o de la irracionalidad divina que tras-toca el mundo de los mortales La respuesta podriacutea encontrarse en el reproche del coro

(hellip) cuando ya se hubo uncido al yugo de la ineluctable necesidad exhaloacute de su mente un viento distinto impiacuteo impuro sacriacutelego con el que mudoacute de sentimien-tos y con osadiacutea se decidioacute a todo que a los mortales los enardece una funesta de-mencia (hellip) (Esquilo v220)

Con claridad el coro distingue en Agame-noacuten un cambio de temple su aacutenimo y no solo su razonamiento impulsan una eleccioacuten inde-corosa a la alternativa de sacrificar a su hija El reproche no se encuentra tanto en la eleccioacuten sino en el deseo unidireccional en la osadiacutea funesta que le acompantildea Asiacute Agamenoacuten afir-ma que ldquoes liacutecito desear con intensa vehemen-cia el sacrificio de la sangre de una doncella para conseguir aquietar los vientos iexclque sea para bienrdquo17 (Esquilo v217) Afirmacioacuten in-

17 EnlatraduccioacutenutilizadaporNussbaumellaofreceun importante esclarecimiento de los teacuterminos griegosempleadosldquotheacutemisrdquo(santo)ylaexpresioacutenldquoorgai periorgoacutes epithymeacutenrdquo referente a ldquodesearcon apasionada pasioacutenrdquo y que en Gredos setranscribecomoldquodesearconintensavehemenciardquoEn consecuencia en la traduccioacuten que ofrece laautoraseleeldquoEsliacutecitoysanto(theacutemis)desearconapasionada pasioacuten (orgai periorgoacutes epithymeacuten) el

dignante tanto para el coro como para el puacute-blico ateniense y que trasluce una ferocidad eroacutetica18 que no contempla el dilema en el que el propio sujeto se halla Aunque la expresioacuten ldquoorgai periorgoacutes epithymeacutenrdquo aparenta ser una simple tautologiacutea refuerza la conviccioacuten es-tablecida por Agamenoacuten y asiacute transgrede el debido respeto hacia la filia y el eros familiar Paradoacutejicamente eacutel sustenta su accioacuten en un eros maligno un deseo que asiente a su pro-pia vehemencia (delictiva) idea que contra-dice la convencioacuten comuacuten de que solo puede desearse una accioacuten o tener una eleccioacuten A propoacutesito de ello el coro reitera la idea de que Agamenoacuten ha asentido a ldquouna temeridad voluntaria (thaacutesos Hekouacutesion)rdquo (Nussbaum 1995 p78)

Por medio de un silogismo ciego y vaciacuteo Agamenoacuten justifica su decisioacuten como mejor y deseable antes que comprender el dilema en el que se encuentra y le conduce inevitable-mente a un tipo u otro de sacrilegio al estar frente a la alternativa de sacrificar a su hija abandonar la empresa de Zeus o incluso em-barcar hacia Troya sin haber sacrificado a Ifige-nia (tres posibilidades que le haraacuten culpable)

Con su actitud ante la fortuna el heacuteroe se vuelve signo de lo aporeacutetico pero tambieacuten re-chaza su propia ambiguumledad al renegar de su culpabilidad ya que prefiere concebir su ac-cioacuten como ldquocorrecta y justificablerdquo ante todo Asiacute indica Martha Nussbaum reduce un dile-ma infranqueable a una alternativa que cree explicable La hamartia que concebimos como culpa traacutegica se encuentra en la inmoralidad que se gesta en su eleccioacuten y que incluso tras-toca su caraacutecter como sujeto Indudablemen-

sacrificio que aquieta los vientos la sangre de ladoncella Que sea para bienrdquo (Nussbaum 1995p68)

18 Nos referimos al expresado deseo la ldquointensavehemenciardquoolaldquopasioacutenapasionadardquo

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te Agamenoacuten emite un juicio que afronta un mundo contingente mdashy que siacute podriacutea conside-rarse como aceptable aun reconociendo su caraacutecter sacriacutelegomdash pero en su actitud trai-ciona la pluralidad inmanente en la realidad el afuera la fortuna del mundo y que le obli-gariacutea a reconocerse a siacute mismo con lucidez como culpable y condenado

Hay que sentildealar que seriacutea un error enten-der a Agamenoacuten como un ldquoheacuteroerdquo iacutentegro y tampoco podriacutea concebirse como protagonis-ta indiscutible de la obra no obstante sigue siendo el personaje que desencadena el mo-tivo central por el que los acontecimientos de la trilogiacutea se desarrollan Su papel en la repre-sentacioacuten es iacutenfimo de unos ochenta versos19 y su integridad moral se muestra aporeacutetica aunque de nuevo es preciso subrayar que ninguacuten personaje deja de reconocer en eacutel su grandeza como monarca y liacuteder

Ahora bien otro personaje merece aten-cioacuten en la medida en que ofrece una posicioacuten contraria y de relevancia en la colisioacuten moral que la pieza pone en escena nos referimos a Clitemnestra La reina de los argivos es toda una figura de poder y altivez Ella desde su po-sicioacuten sufriente y contraria a la de Agamenoacuten es retratada con una ferocidad leoacutenica (ver los versos 1255-1260) que refleja incluso cierto odio En ausencia del monarca Clitemnestra ha sabido dominar los asuntos puacuteblicos y de-fender su palabra frente a un coro que en dife-rentes ocasiones le interpela por su condicioacuten de mujer Recordemos que para la cultura ate-niense del siglo V a C la mujer no era un ciu-dadano ni mucho menos podiacutea inmiscuirse en los asuntos puacuteblicos su lugar se encontraba en la economiacutea familiar (oikos) y en su subor-

19 Kaufmann (1978) ha escrito que Agamenoacuten tieneldquo80versosElcorotieneunpapeldiezvecesmayorClitemnestratieneunpapelcuaacutedrupleyCasandrael doble e incluso el heraldo tiene 128 versosrdquo(p290)

dinacioacuten silente respecto del hombre-polites20 Aun asiacute el coro la describe con las siguientes palabras ldquoHablas mujer con sensatez como lo hariacutea un prudente varoacutenrdquo (Esquilo v351) de modo que reconoce en su figura una viri-lidad impropia de su rol femenino pero que tambieacuten expresa su respeto y reverencia den-tro del mundo puacuteblico y patriarcal en el que se posiciona

Clitemnestra es entonces una mujer viril capaz de imponer su voz en el espacio puacuteblico dominado por la voz-masculina pero asiacute como manifiesta su dominio tambieacuten ofrece un si-lencio propio El tropo del silencio y lo inex-presado se reitera en los versos 99 y 260-270 cuando los diferentes personajes que se rela-cionan con la reina no dejan de notar cierta actitud de retraimiento en ella Se dan cuenta de que queda algo por decir en el comporta-miento de Clitemnestra quien esconde muy bien un aura ominosa Esta metaacutefora resurge junto a un patetismo muy marcado cuando el coro canta

Se pueden ver los silencios de quien se aparta del todo lleno de dolor signos estos de su honra herida pero sin expresioacuten de reproche Por la nostalgia de la que estaacute maacutes allaacute del mar pareceraacute que un fantas-ma reina en palacio (Esquilo vv407-415)

En la antistrofa este canto se refiere al luto de Menelao ante la peacuterdida de Helena aun-que en otro sentido bien puede interpretarse

20 La investigadora Nazira Espinoza ofrece unadistincioacuten que consideramos relevante cuandoafirma que en la sociedad ateniense de caraacutecterpatriarcal ldquola relacioacuten ideal con el lenguaje enel aacutembitode laGrecia antigua fue la de lamujer-silente-privada y el hombre-voz-puacuteblica dondeel poder y la ausencia se determinaban por mediode suparticipacioacutenen las esferaspuacuteblica yprivadardquo (Espinoza2013p7)UnadiferenciaqueClitemnestra revuelve con su leoacutenica actitud demandoyensuactodeusurpacioacutendelpoderalfinaldelaobra

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a la luz de los diferentes elementos que invo-ca y que con anterioridad se presentan en la obra relacionados con el palacio y la actitud de la reina el silencio la atmoacutesfera palaciega y la afliccioacuten Como se mencionoacute en los versos 99 y 260-270 se describe a una Clitemnestra silente y el coro identifica una intencioacuten la-tente pero que apenas es percibida de forma extraverbal a traveacutes de sus actos

De hecho el mismo coro manifiesta ldquoEstos son los dolores que pesan sobre el hogar de este palacio y otros incluso maacutes graves que es-tosrdquo (Esquilo v529) en consecuencia asocia la afliccioacuten de Menelao con el dolor que Cli-temnestra y los demaacutes habitantes sufren en el palacio Si se piensa en la reina al leer el canto se aprecian los paralelismos en tanto que ella tambieacuten ilustra la figura sombriacutea y enigmaacutetica de un ldquofantasmardquo que proyecta su influencia espectral en todo el espacio Para el coro y para el propio espectador su temple mues-tra una afliccioacuten o nostalgia que se relaciona con el luto por Ifigenia la honra herida que se convierte para ella en un deseo irrefrenable de venganza

La acadeacutemica Nazira Espinoza (2013) al investigar acerca de los diversos significantes que el silencio (como signo) puede tener escri-be que ldquoen el silencio no se dice (verbalmente) nada pero se dice (extra-verbalmente) que no quiero o que no debo o que no puedo decir lo que callordquo (p5) Asiacute de la figura de Clitem-nestra puede afirmarse con propiedad que su callar tambieacuten expresa de forma negativa y ex-traverbal una serie de pasiones mdashque solo los espectadores o lectores conocemosmdash que le llevaraacuten a legitimar su venganza Una vengan-za que con claridad ldquono debe comunicarserdquo a nadie y que repercutiraacute no solo en un nivel familiar en lo que al oikos se refiere sino tam-bieacuten en las instancias puacuteblica y poliacutetica en la

direccioacuten misma de la polis usurpada por una mujer viril

Tanto Clitemnestra como Agamenoacuten expre-san en su caracterizacioacuten una posicioacuten parcial determinada y sesgada de un conflicto que les avasalla Un hecho que tal vez no tendriacutea por queacute ser reprobable sino en la medida en que se blindan en el interior de sus propios discur-sos y con ello establecen una verdad que no reconoce pluralidad ni alteridad alguna En diferentes momentos el discurso de ambos personajes establece una relacioacuten de poder que ldquosilenciardquo margina o invisibiliza cualquier alternativa o posicioacuten contraria Desde su an-tagonismo ambos comparten en su accionar aquello que Martha Nussbaum distinguioacute como un mal eros En la frase ldquoorgai periorgoacutes epithymeacutenrdquo los dos se reconocen pues asien-ten con vehemencia a un deseo sacriacutelego y se dejan dominar por su atraccioacuten que pos-teriormente les lleva a considerar correcta su accioacuten homicida Para Nussbaum la tragedia de Agamenoacuten puede mostrarnos que el su-jeto-agente en determinadas circunstancias dilemaacuteticas

(hellip) tendriacutea que formarse una viacutevida imagen mental de ambos lados del dilema en un intento deliberado de ver los nume-rosos aspectos pertinentes del caso con la mayor claridad y autenticidad posibles (hellip) Deberaacute pues realizar una labor de in-terpretacioacuten (Nussbaum 1995 p77)

Esta idea se vincula claramente con la sig-nificativa sentencia de Esquilo ldquose adquiere la sabiduriacutea con el sufrimientordquo (Esquilo v380) pero no puede aplicarse a los dos personajes principales de esta tragedia pues ninguno acepta maacutes que un deseo que les legitima par-cialmente

No obstante en el meollo de esta colisioacuten traacutegica la figura de Casandra encarna una po-

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sicioacuten diferente que siacute despliega esta visioacuten interpretativa y es comprensiva de la colisioacuten traacutegica que se padece La antigua princesa troyana aun con una ldquoparticipacioacutenrdquo y signifi-cacioacuten ldquomarginalrdquo vislumbra el cumplimiento de muchos de los toacutepicos que el argumento proyecta hasta el momento Con su implica-cioacuten los tropos referentes al silencio y la ex-presioacuten sobre la ldquosabiduriacutea en el sufrimientordquo adquieren un nuevo significado maacutes plural y vigoroso

Casandra se diferencia de cualquier otro personaje de esta pieza porque cumple a ca-balidad con una actitud que desde su silencio desprecia y desafiacutea la palabra argiva dominan-te Mientras que el silencio de Clitemnestra corresponde a un medio de encubrimiento a los fines de su venganza futura en Casandra su callar oculta un fin en siacute mismo que designa su rechazo manifiesto al poder de la reina y sus verdugos helenos

En los versos 1035-1070 puede leerse coacutemo sucede el diaacutelogo que se fragmenta ante la actitud de la cautiva Alliacute Clitemnestra le so-licita que entre en el palacio tambieacuten le dice que si ldquono es desconocida y baacuterbara su lengua como de golondrina la voy a persuadir dicieacuten-dole razones que penetraraacuten en su inteligen-ciardquo (Esquilo v1050) para que despueacutes del fracaso de su peticioacuten el corifeo afirme ldquoten-go la impresioacuten de que la extranjera necesita un inteacuterprete que se lo explique con claridad Su aspecto es el de una fiera recieacuten atrapadardquo (Esquilo v1064)

La reina interpreta la actitud de Casandra como de incomprensioacuten su silencio es in-sig-nificante mientras que desde la posicioacuten de la cautiva y del espectador de la obra es un silencio que se corresponde con una actitud de desafiacuteo y empoderamiento que interpela el propio discurso que la somete Como bien indi-

ca Nazira Espinoza (2013) ldquoLa no-enunciacioacuten de la palabra puede expresar no solo dominio sino desaprobacioacuten o incluso sumisioacuten frente al interlocutor ante el que calla el enuncian-te El silencio tambieacuten puede ser considerado una forma de expresioacuten en el discursordquo (p4) Y en efecto en el presente caso Casandra ca-lla para demostrar positivamente su desdeacuten hacia su interlocutor que es Clitemnestra (in-discutible siacutembolo de poder y autoridad en el palacio) La princesa troyana impregna con el tropo del silencio una nueva acepcioacuten positiva que marca una diferencia con las formas an-teriores en las que la pieza ha presentado el silencio de manera negativa de ocultamiento yo no-verbalizacioacuten

Cuando anteriormente se hizo referencia a la ldquomarginalidadrdquo de Casandra se aludiacutea a su condicioacuten de ldquoextranjerardquo ldquoesclavardquo y so-bre todo al hecho de que fuera una vidente condenada al descreacutedito Todos estos adjeti-vos la vuelven un sujeto anoacutemico neutraliza-do e ignorado por su condicioacuten ldquomarginalrdquo En cuanto Clitemnestra sale de escena la cautiva empieza a hablar y con ello expone en su dis-curso la muerte y putrefaccioacuten que el palacio alberga y que a continuacioacuten daraacute origen a un nuevo crimen Casandra dice ldquoLa casa exhala muerte que chorrea sangre (hellip) Es un hedor semejante al que procede de un sepulcrordquo (Esquilo v1312) Asiacute que el palacio mdashy lo que antes fue su ldquosilenciordquomdash se vuelve alegoriacutea de todos los homicidios de los descendientes de Atreo que Casandra en un acto de rebelioacuten intenta denunciar Pero ninguno de sus inter-locutores comprende cabalmente lo que afir-ma la mujer y la desacreditan Incluso Loxias la condena bajo la forma de su abstencioacuten e incomunicacioacuten eacutel tambieacuten calla Paradoacutejica-mente Casandra es escuchada pero sabe que seraacute desacreditada por su condicioacuten de mujer

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cautiva y condenada que el dios Apolo le ha impuesto

Ahora bien la princesa troyana se revela como el uacutenico personaje que encarna la sen-tencia de Esquilo ldquose adquiere la sabiduriacutea con el sufrimientordquo Maacutes que cualquier otro personaje del drama Casandra comprende con lucidez la condicioacuten indignante y desafor-tunada en la que se encuentra y la acepta va-

lientemente y aun hasta con cierto rechazo A pesar de todo intenta desde su propio tem-ple mantenerse a la altura de su circunstancia sin renegar de cada aspecto de la tycheacute (Fortu-na) que la sanciona mdashinjustamente Como ella misma proclama

No gimo de miedo como un pajarillo en un matorral sino para que una vez muerta seaacuteis mis testigos cuando una mu-jer muera en compensacioacuten de mi muerte y un hombre caiga para pagar la muerte de un hombre que tuvo una esposa perver-sa Como voy a morir os pido este don de hospitalidad (Esquilo v1320)

En su soledad causada por el descreacutedito que le impone la comunidad de oyentes en la que participa y la indiferencia de Apolo a quien gime Casandra se eleva sobre siacute misma para exhibir una integridad y una suficiencia moral que son dignas de admiracioacuten Solo es-pera hospitalidad y comprensioacuten futura sobre los hechos que ocurriraacuten De modo que se cumple parcialmente una interesante des-cripcioacuten que Walter Benjamin recoge sobre la afasia en el ldquoheacuteroe traacutegicordquo del filoacutesofo Franz Rosenzweig

Al callar el heacuteroe rompe los puentes que lo unen con dios y con el mundo ele-vaacutendose de los paisajes de la personalidad que se delimita e individualiza frente a los otros mediante la palabra hasta la glacial soledad del siacute mismo Pero en cuanto que el siacute mismo no sabe nada que esteacute fuera de siacute encontraacutendose sin maacutes solo iquestcoacutemo manifestar su soledad esta riacutegida actitud de desafiacuteo sino precisamente callando (Rosenzweig citado por Benjamin 2006 p317)21

21 EstacitaesunfragmentoqueextraeBenjamindellibro La estrella de la redencioacuten (1997) de FranzRosenzweigautorqueeselprimeroenconcebirlaideadelaldquoafasiardquoenelheacuteroetraacutegicoUnconceptoporciertodelquediferimosendiversosaspectos

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En su sufrimiento silencioso marginada por la comunidad de los hombres y tambieacuten de los dioses Casandra se manifiesta ante el puacuteblico atento como una figura que encar-na un poder que interpela significativamente la estabilidad mdashal menos moralmdash de las dos comunidades que la silencian Su muerte ig-nominiosa se vuelve asiacute desafiacuteo aunque no transgresioacuten Un desafiacuteo que se establece por encima de la insuficiencia moral de Agamenoacuten y Clitemnestra por un lado y por la polis y la comunidad de los dioses que la marginan por el otro

En su descreacutedito impuesto por una comu-nidad poliacutetica y otra oliacutempica patriarcal reside la dignidad de una mujer de rol ldquosilenterdquo que comprende y denuncia con claridad la injus-ticia que la somete en su acto hace suyo un ldquoderechordquo a la palabra que no le pertenece pero que integra en un discurso desafiante en el que el dolor el silencio y el grito se desatan para hablar a sus interlocutores directos e in-directos (los espectadoreslectores) Si bien el mito de Casandra resalta el hecho de que su castigo fue fruto de su rechazo por parte de Apolo no es menos cierto que su condena se vuelve en la obra una denuncia y juicio directo contra Apolo y los dioses En el verso 1085 ex-presa de forma expliacutecita su condicioacuten de aban-dono y rechazo del dios cuando canta ldquoiexclOh Apolo Apolo iexclDivinidad de los caminos mi destructor iquestAdoacutende adoacutende me has traiacutedo iquestA queacute clase de casardquo (Esquilo v1085)

Su condicioacuten en la obra la convierte en siacutembolo de una suficiencia sublime que se vis-lumbra en la comprensioacuten luacutecida de una apo-riacutea que vive y que la desgarra A traveacutes de ella podemos comprender muy raacutepido la reflexioacuten de Walter Benjamin cuando considera que ldquoen la tragedia el hombre pagano advierte que es mejor que sus dioses pero este conocimiento le quita la palabra permaneciendo mudo Sin

declararse ese conocimiento trata de reunir fuerzas en secretordquo (p319) Hasta que final-mente la princesa troyana decide entrar por las puertas del palacio cargando para siacute con el peso de los acontecimientos

La obra culmina de forma catastroacutefica aunque no por ello pueda decirse que toda la trilogiacutea presente una conclusioacuten ldquopesimistardquo Agamenoacuten en su despliegue artiacutestico teatral logra jugar con muchos recursos que en la ex-periencia cotidiana podriacutean percibirse nimios comunes y uniacutevocos En su despliegue litera-rio nos interpela con la significacioacuten plural del silencio en el discurso y la accioacuten humanas ademaacutes de tropos que envuelven a los perso-najes de Casandra y Clitemnestra y tambieacuten por la seduccioacuten del propio deseo inserta en la eleccioacuten dilemaacutetica de Agamenoacuten Por medio de estos tres personajes la pieza exhibe una dimensioacuten dilemaacutetica de los valores humanos que incluso problematiza la ldquointegridadrdquo de un ldquoheacuteroerdquo que se vuelve irrelevante por la pro-pia estructura argumental de la obra y que no deja de expresar en el lenguaje que le es pro-pio que no es otro que el de la poesiacutea dramaacute-tica la muacuteltiple validez que adquieren tantos de los actos que el ser humano debe tomar en el itinerario hacia su destino

22 Antiacutegona y lo deinoacuten en el hombre

Al igual que en el Agamenoacuten de Esquilo Antiacutegona de Soacutefocles es una obra teatral que se desarrolla argumentalmente en torno a una colisioacuten traacutegica aunque en este caso puede distinguirse con mayor claridad la relevancia simboacutelica y ldquoprotagoacutenicardquo de Antiacutegona dentro de la historia Su narracioacuten establece una cla-ra contraposicioacuten entre un tipo de ley ciacutevica relacionada con la vida puacuteblica y un tipo de mandato no-escrito vinculado con una philia familiar privada emparentada con los manda-tos de los dioses A traveacutes de un estudio de

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esta tragedia y de su desenvolvimiento ago-nal se podraacuten vislumbrar toacutepicos de suma re-levancia como lo deinoacuten (lo pavoroso) en los asuntos humanos y en el hombre particular pero tambieacuten el modo en que lo deinoacuten atra-viesa la propia suficiencia discursiva y praacutectica del hombre

Antiacutegona relata los acontecimientos miacuteti-cos que suceden tras la guerra civil tebana en la cual los hermanos Eteocles y Polinices se en-frentan en una contienda por el mando de la ciudad y se dan muerte reciacuteproca el primero de ellos en defensa de la polis mientras que el segundo en su ataque De esta manera la tra-gedia comienza su representacioacuten en el mo-mento en que ante los acontecimientos pa-sados el liacuteder de la ciudad Creonte establece que Polinices no seraacute enterrado de acuerdo con los debidos ritos funerarios Es ante todo y una vez muerto un enemigo y traidor decla-rado de la polis Mientras a Eteocles siacute se le reconoce su debido funeral y entierro por sal-vador y defensor de la ciudad

De esta manera la tragedia hilvana un dile-ma en torno a las figuras de Antiacutegona y Creon-te dos personajes que reaccionan de forma antagoacutenica ante la sentencia dictada sobre el destino de los cuerpos de los hermanos El dilema surge en el momento en que Creonte proclama la ley y prohibicioacuten de enterrar a Po-linices como bien reconoce Antiacutegona en un diaacutelogo con su hermana Ismene

En cuanto al cadaacutever de Polinices muerto miserablemente dicen que en un edicto a los ciudadanos ha hecho publicar que nadie le deacute sepultura ni le llore (hellip) Dicen que con tales decretos nos obliga el buen Creonte a ti y a miacute mdashsiacute tambieacuten a miacutemdash y que viene hacia aquiacute para anun-ciarlo claramente a quienes no lo sepan (hellip) estaacute prescrito que quien haga algo de esto reciba muerte por lapidacioacuten puacuteblica

en la ciudad Asiacute estaacuten las cosas y podraacutes mostrar pronto si eres por naturaleza bien nacida o si aunque de noble linaje eres cobarde (Soacutefocles vv26-36)

La ley se establece en conformidad con la tradicioacuten de la ciudad que es tambieacuten una for-ma de proteccioacuten pero a juicio de Antiacutegona quebranta una exigencia de igual validez que consiste en honrar a sus familiares y librar tri-butos funerarios a sus muertos Polinices es al mismo tiempo hermano y traidor de su patria pero en la querella la noble tebana opta por privilegiar sus deberes filiales y familiares Es por esto que en el fragmento citado Antiacutegona busca con vehemencia convencer a su herma-na de que le ayude en la empresa pues desde su posicioacuten es un deber moral maacutes que una opcioacuten

En su decisioacuten Antiacutegona define un norte valorativo que prima la philia familiar por en-cima de sus viacutenculos con la ciudad y sus leyes En este punto Martha Nussbaum ofrece un aporte apreciable al explicar que la noble te-bana en ldquosu imaginacioacuten ha dibujado un pe-quentildeo ciacuterculo en torno a los miembros de su familia (hellip) lsquoAmigorsquo (philos) y lsquoenemigorsquo estaacuten pues en funcioacuten uacutenicamente de la relacioacuten fa-miliarrdquo (pp106-107) Una actitud praacutectica que aunque es laudable tambieacuten esconde un im-portante sesgo respecto del conflicto dilemaacute-tico que intenta afrontar Ademaacutes establece una distincioacuten arbitraria entre amigo-familiar y enemigo-no-familiar con la que desde su posicioacuten desvirtuacutea hasta cierto punto la plu-ralidad conflictiva de la situacioacuten en la que se encuentra Gracias a ello Antiacutegona reconoce para siacute una gran determinacioacuten con la que se dispone incluso a arriesgar su vida Al hablar de Polinices asevera ldquoHermoso seraacute morir ha-cieacutendolo Yacereacute con eacutel al que amo y me ama tras cometer un piadoso crimen ya que es ma-yor tiempo el que debo agradar a los de abajo

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que a los de aquiacute Alliacute reposareacute para siemprerdquo (Soacutefocles v71)

Ante esta posicioacuten Ismene le reprocha a su hermana lo irrealizable de sus ambicio-nes Aunque ella tambieacuten concibe la sentencia como indignante opta por no tomar un papel activo y colaborar en igual medida con Antiacutego-na De hecho Ismene le recuerda en el diaacutelogo que una transgresioacuten como la que se propo-ne ldquono tiene ninguacuten sentidordquo (Soacutefocles v65) Pero maacutes interesante auacuten es el hecho de que el diaacutelogo ilustra en Ismene una posicioacuten maacutes tradicional de acuerdo con las convenciones culturales de Atenas Mientras que Antiacutegona representa una voz femenina que con deci-sioacuten opta por la transgresioacuten e introduce un decir diferente en el seno de la vida puacuteblica y ciudadana establecida22 Ismene es la voz fe-menina-silente que se conforma con un papel secundario en una polis gobernada por hom-bres Los versos 59-64 son muy ilustrativos de su pensamiento

Y ahora piensa en cuaacutento mayor in-fortunio pereceremos nosotras dos solas como hemos quedado si forzando la ley transgredimos el decreto o el poder del tirano Es preciso que consideremos pri-mero que somos mujeres no hechas para luchar contra los hombres y despueacutes que nos mandan los que tienen maacutes poder de suerte que tenemos que obedecer en esto y en cosas auacuten maacutes dolorosas que estas (Soacutefocles vv59-64)

Ismene y Antiacutegona al ser mujeres aunque de linaje noble no tendriacutean por queacute inmiscuir-se en la esfera de los asuntos puacuteblicos de la

22 A nuestro parecer resulta curioso e interesantepercibir coacutemo en algunos dramas traacutegicos se presentan diversos personajes femeninos con posiciones ldquoextravagantesrdquo y que difieren en gran medidade lavozmasculinacomuacutendominanteenla esfera puacuteblica que se representa en el teatroEllas resultan ser muchas veces personajes maacutesllamativosquemuchosvaronesdramaacuteticos

ciudad que compete a los hombres-polites en una ciudad que se encuentra gobernada por la voluntad aparentemente democraacutetica de Creonte el nuevo tirano

En contraposicioacuten con las aspiraciones de Antiacutegona Creonte se presenta en su primera aparicioacuten con la virilidad y fortaleza de quien gobierna en paz y con resolucioacuten Como liacuteder de la ciudad aspira a encaminar sus decisio-nes siempre en beneficio de la comunidad En los versos 163-164 expresa su agrado al consi-derar que los dioses aprueban sus acciones y que ellos han intercedido en favor de la paz de la que goza su mandato Contrariamente a An-tiacutegona el primer valor que norma su accionar se encuentra en el bienestar de la comunidad Eacutel conforme a la tradicioacuten y las normas de su comunidad poliacutetica ha aplicado con rectitud el edicto Resulta significativa su afirmacioacuten en el verso 190 en el que se presenta por prime-ra vez el claacutesico tropo del barco en alusioacuten a la ciudad y donde se lee

(hellip) [nunca] mantendriacutea como amigo miacuteo a una persona que fuera hostil al paiacutes sabiendo que es eacuteste el que nos salva y que navegando sobre eacutel es como feliz-mente haremos los amigos Con estas nor-mas pretendo yo engrandecer a la ciudad (Soacutefocles v190)

El buen gobierno la buena direccioacuten del barco en manos de Creonte mantendraacute al margen cualquier contingencia infortunada para la comunidad Es por ello que seguir la norma tal cual es es una exigencia moral vaacute-lida Polinices fue un enemigo declarado de la polis Pero en Antiacutegona la parcialidad tambieacuten se cultiva en un discurso sesgado que le per-mitiraacute a ella legitimar su posicioacuten con mayor solidez

Reconocer solo los lazos civiles tambieacuten tie-ne un precio Creonte en su discurso concibe

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la ciudad con un criterio de virtud y bien en detrimento de otras dimensiones igualmen-te importantes de la vida humana y puacuteblica Como demuestra Nussbaum (1995) ldquoCreonte se ha creado un mundo deliberativo donde la tragedia no puede penetrar No se plantea conflictos insolubles dado que soacutelo existe un bien supremo y todos los demaacutes valores estaacuten en funcioacuten de aquelrdquo (p102)

En su discurso Creonte denuncia el dine-ro como una institucioacuten corruptora de la vir-tud ciacutevica que fragmenta la comunidad con deseos egoiacutestas y privados (versos 295-301) En su ambicioacuten de claridad y cohesioacuten ciuda-dana librada de amenaza alguna desprecia la disidencia de los que no aprueban el edic-to sobre Polinices (verso 290) y con resuelta expresividad muestra su imposicioacuten al atisbar en la figura del guardiaacuten la posibilidad de que eacutel no tenga razoacuten en su posicioacuten y que tal vez los dioses no se encuentren conformes con la prohibicioacuten de enterrar a Polinices (versos 276-285) En el discurso que constituye su po-sicioacuten e integridad Creonte como capitaacuten del barco-de-la-polis se muestra hermeacutetico e in-dispuesto a un diaacutelogo abierto En su confron-tacioacuten con el guardiaacuten mdashcuando se descubre que alguien ha dispersado polvo sobre el ca-daacutever de Polinicesmdash le llega a acusar dicieacuten-dole ldquoiexclAh estaacute claro que eres por naturaleza un charlataacuten (hellip) Siacute y encima traicionando tu alma por dinerordquo (Soacutefocles pp320-325) una escena que demuestra coacutemo para Creonte y su loacutegica discursiva cualquier manifestacioacuten de un pensamiento privado y diferente se vuelve amenaza contra la unidad y la claridad puacuteblicas

Justo despueacutes de esta confrontacioacuten suce-de en la obra un estaacutesimo cargado de una fuer-za poeacutetica ambigua y un significativo mensaje que atraviesa toda la pieza En eacutel se recurre a la expresioacuten de lo deinoacuten y asiacute el coro canta

Muchas cosas asombrosas23 existen y con todo nada maacutes asombroso que el hombre (hellip) Se ensentildeoacute a siacute mismo el len-guaje y el alado pensamiento asiacute como las civilizadas maneras de comportarse y tambieacuten fecundo en recursos aprendioacute a esquivar bajo el cielo los dardos de los desapacibles hielos y las lluvias inclemen-tes Nada de lo que por venir le encuentra falto de recursos Soacutelo el Hades no tendraacute escapatoria (hellip) Poseyendo una habilidad superior a lo que se puede uno imaginar la destreza para ingeniar recursos la en-camina a veces al mal otras veces al bien (Soacutefocles vv335 355-365)

El canto es mucho maacutes extenso y su sentido debe examinarse a la luz de su totalidad aun asiacute solo agregamos un fragmento con algunos de los versos maacutes eminentes por cuestiones de espacio y extensioacuten del pasaje De todos modos con eacutel el coro dedica un poeacutetico par-lamento para alabar la grandeza del hombre y su aptitud para superar y transformar aquello a lo que se enfrenta Solo la muerte escapa a su modificacioacuten Sin embargo la ambigua sig-nificacioacuten de este estaacutesimo se encuentra en la plural acepcioacuten del teacutermino deinoacuten que enri-quece su interpretacioacuten a la luz de la obra De acuerdo con Martha Nussbaum (1995) ldquoDei-noacuten se dice casi siempre de algo que inspira asombro o pavor Pero en algunos contextos puede aplicarse tambieacuten a la brillantez des-lumbrante del entendimiento humano a la monstruosidad de un mal o al terrible poder del destinordquo (p92) De ahiacute que la ambivalente metaacutefora del hombre como deinoacuten lo presenta como un sujeto digno de admiracioacuten al mismo tiempo que como uno ominoso o catastroacutefico

23 Las itaacutelicas son nuestras La traslacioacuten de Gredostraduce deinoacuten por asombroso Heidegger (2001)ofrece una traduccioacuten en la que se lee ldquoMuchascosassonpavorosasnadasinembargosobrepasaal hombre en pavorrdquo (p136) Para el siguientedesarrollosobreelteacuterminoaconsejamosrecurriralcantocompletoenlosversos335-365delaobra

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como el rayo que causa para quien lo obser-va una admiracioacuten que se entremezcla con el pavor que engendra aunque tambieacuten en un sentido posible puede entenderse como una experiencia en la cual lo que es susceptible de admiracioacuten demuestra una dimensioacuten impla-cable

Pero ninguna cosa es maacutes deinoacuten que el hombre como reza el canto Maacutes que ser una propiedad humana es algo que le constituye y conforma En la acepcioacuten que Heidegger ofre-ce distingue que el ldquoδεινoacuteν es lo terrible en el sentido del imperar que somete (hellip) la violen-cia lo que somete constituye el caraacutecter del imperar mismordquo (Heidegger 2001 p138) El hombre que es imperio e irrumpe y somete tambieacuten es vitalidad que manifiesta su violen-cia de alliacute que el coro cante sobre la relacioacuten del hombre y el mar mdashcon el antildeadido de la fi-gura del barcomdash que exalta su relacioacuten con la tierra y los seres vivientes de los que se sirve y con los que se relaciona El hombre deinoacuten vuelve familiar su entorno lo hace un hogar habitable y comprensible en su imperio

El poema tambieacuten expresa el dominio hu-mano sobre el lenguaje que ldquose ensentildeoacute a siacute mismordquo junto al ldquoalado pensamientordquo pero lo deinoacuten como ldquolo pavorosordquo remite tambieacuten a ldquolo desconocidordquo y abrumador Hay siempre un afuera desconocido al imperio del hombre Nussbaum indica que lo deinoacuten ademaacutes se re-fiere a algo que se presenta ldquofuera de lugarrdquo e igualmente el imperar que somete heideg-geriano se relaciona con aquello no-sometido y en este sentido el hombre ldquoentendido como el que hace violencia sobrepasa los liacutemites de lo familiar siguiendo justamente la direccioacuten de lo pavoroso o no-familiar entendido como poder sometedorrdquo (Heidegger 2001 p139) Lo deinoacuten no puede ser una propiedad del hombre como tampoco lo puede ser el len-guaje maacutes bien el hombre se comprende y se

concreta en ellos Como el coro afirma en su verso 354 el ser humano ldquoposee una habili-dad superiorrdquo que le constituye y a la que se encuentra centildeido

Estas interpretaciones que dan cuenta de la polisemia del teacutermino podriacutean pensarse como una digresioacuten en el anaacutelisis de la obra pero gracias a ellas es posible pensar en un grado diferente los acontecimientos que se narran iquestNo son Antiacutegona y Creonte dos su-jetos que se comprenden y concretan en un discurso dado y opuesto Sus acciones claman comprensioacuten (y claridad) a la vez que se deve-lan como violencia e imposicioacuten No obstante discurso (lexis) y accioacuten (praxis) no pueden ser entendidos como distintos Mucho menos en la literatura y el teatro en Antiacutegona ambos personajes deben ser interpretados en la rela-cioacuten reciacuteproca existente entre el discurso y el accionar24 que los constituye

Creonte transgrede lo dado para imponer un discurso en el que la polis es el criterio esencial de claridad y estabilidad en la vida humana y con el que cree poder suprimir la amenaza de la tycheacute

En el agoacuten entre Creonte y su hijo se des-cubre la vaciacutea unidireccionalidad de un discur-so que no tiene disposicioacuten para razonar y que en su praxis margina toda diferencia respecto de su esquema valorativo ldquoCreontemdash iquestSeguacuten el criterio de otro o seguacuten el criterio miacuteo debo yo regir esta tierra Hemoacutenmdash No existe ciu-dad que sea de un solo hombrerdquo (Soacutefocles v738) El monarca es un tirano que encuentra en siacute mismo la uacutenica voz de un proyecto que reduce la pluralidad de una polis democraacutetica

24 AquiacutenosservimosdelacorreccioacutenquehaceHannahArendt (1958) de la famosa frase de Aristoacutetelesldquozoacuteon logon ekhonrdquoporldquoservivocapazdediscursordquoexpresioacutenquesiacutedacuentadeloquelapensadorapretenderevalorarelaspectodialoacutegicoyactivodelhombrealquehacemos referencia y tomamosencuentaenestainvestigacioacuten

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Por su parte Antiacutegona hace su transgre-sioacuten mediante una violencia sobre la ley civil en favor de un philos al que no renunciaraacute su accioacuten clama por una validez filial a la vez que trastoca la estabilidad y estructura de la polis por algo que es desconocido Y lo maacutes relevan-te se encuentra en la lucidez y asuncioacuten de su radicalidad Cuando es apresada y llevada ante Creonte acepta sin vacilacioacuten su responsabi-lidad y se asume como autora del crimen de sepultar a Polinices Su actitud frente a todos es deinoacuten perfectamente puede resumirse en la proclama que canta el coro y que recono-ce como una ley ineluctable establecida por Zeus ldquoNada extraordinario llega a la vida de los mortales separado de la desgraciardquo (Soacutefo-cles v610) Su accioacuten materializa la sentencia y Antiacutegona reconoce que para vindicar su de-ber moral ante toda la ciudad tendraacute que pa-decer el castigo por su desobediencia a la ley

Pero su violencia no es la de una conspira-cioacuten que se establece a escondidas Su lucha es ante todo una de naturaleza puacuteblica y po-liacutetica no una de naturaleza simplemente pri-vada y vengativa De modo que se distingue un valor democraacutetico en su caraacutecter aunque diferentes autores como la filoacutesofa Rociacuteo Orsi perciba en su decisioacuten una postura conserva-dora antidemocraacutetica y aristocraacutetica25 Desde muy temprano en los acontecimientos Antiacute-gona se cuida de que Ismene informe a toda la ciudad sobre lo que va a hacer Cuando su her-mana le pide ldquoPero no delates este propoacutesito a nadie mantenlo a escondidas que yo tam-bieacuten lo hareacuterdquo ldquoiexclAh griacutetalo Mucho maacutes odiosa me seraacutes si callas si no lo pregonas ante todos

25 VerEl saber del error (2007)deRociacuteoOrsidondese lee ldquoAntiacutegona con su firme adherencia a losviacutenculosdesangrey lareligioacutenesunaheroiacutenadecorte conservador que representa en buena medida elpensamientoaristoacutecrataatenienseysuideologiacuteaantidemocraacuteticardquo(p210)

(Soacutefocles vv85-90) diraacute Antiacutegona encendida de valor

La princesa tebana se interesa porque su conflicto se vuelva una discusioacuten puacuteblica pues confiacutea en que el escrutinio de la ciudad le daraacute la razoacuten Su accioacuten es tan ilustrada como transgresora escudrintildea lo desconocido y pa-voroso velado en el seno de la familiaridad de la vida en la polis de hecho es secuestrada por el tirano Su accionar y discurso irrumpen en un espacio puacuteblico al que no pertenece pues rompe una ley que la haraacute culpable y ante todo plantea un dilema al ciudadano al lector y al espectador sobre lo que podriacutea ser diferente si ellos acceden a un cuestionamien-to sobre las normas establecidas En Antiacutegona se trastocan e interpelan las categoriacuteas de la mujer-silente que pertenece al mundo priva-do y la del hombre-polites que pertenece al espacio puacuteblico

En diferentes momentos se expresa un contraste entre el coro que prefiere disentir de Creonte en silencio y la desafiante voz mdashdeinoacutenmdash de la princesa tebana En el verso 471 la fuerza en su accionar es tal que incluso el coro reconoce que se ldquomuestra la voluntad fiera de la muchacha que tiene su origen en el fiero padre No sabe ceder ante las desgra-ciasrdquo (Soacutefocles v471) Tambieacuten en los versos 505 y 512 se reitera la idea de que el escrutinio puacuteblico la avala pero que calla por temor y se somete ante la fuerza del tirano Y finalmen-te en los versos 695 y 730-735 se descubre gracias a Hemoacuten el hecho de que el pueblo de Tebas desaprueba el castigo de Antiacutegona consideraacutendolo inadecuado En cierto modo ella ha triunfado

Ha trastocado las costumbres poliacuteticas y ciudadanas establecidas en la polis al mismo tiempo ha convertido en un debate puacuteblico el dilema en el que ella cree tener la razoacuten y ha

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puesto de manifiesto ante la ciudad la valiacutea del derecho filial que reivindica En este sentido puede comprenderse el significativo deinoacuten de su accioacuten transgresora y dirigida hacia lo des-conocido y que le conduce finalmente hacia su propia cataacutestrofe

A vosotros os tomo por testigos de coacutemo sin lamentos de los miacuteos y por queacute clase de leyes me dirijo hacia un encie-rro que es un tumulto excavado de una imprevista tumba iexclAy de miacute desdichada que no pertenezco a los mortales ni soy una maacutes entre los difuntos que ni estoy con los vivos ni con los muertos (Soacutefocles vv845-850)

De manera desoladora terrible pero tam-bieacuten profundamente conmovedora ella se comprende a siacute misma ldquofuera de lugarrdquo Su figura en la obra expresa la ambiguumledad de una honradez feacuterrea y altiva que encuentra su propia cataacutestrofe ante la tycheacute Pero la para-doacutejica virtud de Antiacutegona puede encontrarse en su aceptacioacuten luacutecida y dual de una accioacuten justificable y al mismo tiempo culpable la princesa tebana lo comprende y lo asume De alliacute su caraacutecter deinoacuten ella expresa de manera eminente la vitalidad y la fuerza de la palabra Como Casandra Antiacutegona manifiesta el poder dicente de un discurso dispuesto a interpelar lo dado y familiar Personajes como Creonte aunque tambieacuten portan razones vaacutelidas y de-fendibles perecen de forma aborrecible ante la tycheacute por su intransigencia ciega Una que como el propio Hemoacuten le reprocha se ldquodes-cubre vaciacuteardquo (verso 706) frente a una realidad contingente y muchas veces dilemaacutetica

23 Ioacuten El silencio divino y el discurso humano

Ioacuten es una obra de Euriacutepides escrita en el antildeo 418 a C y se sirve de las figuras de Creu-sa hija del rey Erecteo fundador de Atenas Juto laudado general de Pitia y el joven Ioacuten que en esta interpretacioacuten del poeta es el hijo concebido por Creusa tras haber sido violada por el dios Apolo Este hecho estaacute ausente en las versiones conservadas del mito La pieza destaca porque se desviacutea de los convenciona-lismos estructurados alrededor de las trage-dias maacutes claacutesicas sobre todo de las obras de Esquilo y Soacutefocles aunque esto no debe en-tenderse como un demeacuterito de la capacidad poeacutetica y artiacutestica de Euriacutepides o que vaya en detrimento del poder traacutegico y emotivo que su obra puede suscitar

De hecho la originalidad argumental y estiliacutestica de Euriacutepides serviraacute para repensar desde un aacutengulo distinto los diferentes temas que comuacutenmente abordan las tragedias ana-lizadas En este dramaturgo y en obras como Ioacuten e Hipoacutelito podremos encontrar una agu-da criacutetica y reinterpretacioacuten de las figuras de

AntiacutegonaapresadaseenfrentaconelreyCreonteDetalledeunvasogriegoRecuperadodehttpsprodavincicomlos-tiranos-y-la-inconsciencia-de-la-muerte

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los dioses y su relacioacuten con los hombres asiacute tambieacuten una aproximacioacuten diferente a los problemas acuciantes de la existencia huma-na Y esto ocurre cuando el poeta se aleja un poco de una presentacioacuten teatral elevada y palaciega para introducir en la escena perso-najes maacutes proacuteximos a la vida cotidiana de la comunidad ateniense de su contexto Seguacuten el filoacutesofo Walter Kaufmann (1978) la obra del poeta de Salamina no ldquotrata simplemente de atacar a las creencias sino tambieacuten de origi-nar una reflexioacuten criacuteticardquo (p382) De hecho en muchas ocasiones esta pieza se ha estudiado a la luz de un racionalismo socraacutetico como se aprecia en los escritos nietzscheanos o de un irracionalismo esceacuteptico como puede consta-tarse en la investigacioacuten de Dodds (1951) Los griegos y lo irracional

En todo caso esta aproximacioacuten criacutetica seraacute estudiada principalmente en el marco del dra-ma de Ioacuten una obra que nos narra el encuen-tro del hijo perdido Ioacuten con su madre natural Creusa a pesar de los numerosos cambios de la fortuna y sobre todo no obstante el silencio y las tramas de Apolo para que la verdad sobre sus actos no salieran a la luz Esta pieza posee una estructura que tambieacuten podriacutea denomi-narse de colisioacuten traacutegica pero debe advertirse que es muy diferente de los dramas anterior-mente abordados Acaacute la colisioacuten entre dos exigencias contrarias no ocurre en el enfrenta-miento entre dos mortales mdashcomo en Agame-noacuten y en Antiacutegonamdash sino en el desafiacuteo de los hombres a lo divino entre Creusa y su hijo Ioacuten por conocer la verdad de los acontecimientos que el dios intenta ocultar Michel Foucault en su disertacioacuten a propoacutesito de este argumento resalta que el ldquoproblema de la verdad en el Ioacuten es resuelto mostrando coacutemo los seres huma-nos a pesar del silencio de Apolo descubriraacuten la verdad que estaacuten impacientes por conocerrdquo (Foucault 2004 p70)

En Ioacuten no se presenta una sola visioacuten del dios sino que despliega de modo dual diferen-tes perspectivas que entran en diaacutelogo entre siacute en el curso de la accioacuten Asiacute la pieza comienza con un proacutelogo de Hermes quien hace el re-cuento de coacutemo Apolo seduce a Creusa la em-baraza y el nintildeo es abandonado en las cuevas altas de Atenas para luego ser rescatado por la voluntad de Apolo y la ayuda de Hermes en los sucesos Antes que nada Hermes enfatiza en su intervencioacuten la centralidad de Apolo en el problema y anticipa los planes que el dios tiene para los acontecimientos de la trama

Loxias ha estado conduciendo su desti-no hasta aquiacute y nada se le escapa como es loacutegico Cuando Juto entre en este templo le entregaraacute su propio hijo diciendo que es de eacutel a fin de que el joven marche a casa de Creusa y sea reconocido Asiacute la unioacuten de Loxias quedaraacute oculta y el muchacho tendraacute lo que corresponde (Euriacutepides vv66-74)

Sus palabras expresan una gran confianza en el plan de Apolo que a su vez se enfati-za en los claacutesicos epiacutetetos que le acompantildean Hermes se refiere a eacutel como Febo que signifi-ca ldquopurordquo y ldquosacrordquo (Walter Otto 2003 p39) y alaba su poder vidente con el que sirve a la Heacutelade entera (verso 6) A esta escena sucede un canto en formato monoacutedico de Ioacuten per-sonaje que sirve en el templo de Apolo y que reconoce en el dios una gran deuda y agrade-cimiento eacutel sin haber conocido a sus padres ni saber de doacutende viene fue acogido en el templo y vive una vida apacible y coacutemoda Ha de destacarse que el canto elogia cuestiones cotidianas que no fueron de mayor relevancia ni para Esquilo ni para Soacutefocles

Hermoso en verdad es mi trabajo oh Febo con que te sirvo en tu casa honran-do la sede de tu oraacuteculo (hellip) Mas pondreacute fin a mi trabajo barriendo con el laurel y

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arrojareacute de este cubo de oro el agua que viene de la tierra y que vierten los remoli-nos de castalia (Euriacutepides vv130-145)

La filoacutesofa y filoacuteloga claacutesica Jaqueline de Romilly indica que Ioacuten vive una vida idiacutelica e in-fantil en el paraiacuteso que para eacutel es el santuario de Apolo (Romilly 2011 p137) En su trabajo Ioacuten encuentra una forma de alabanza e iroacuteni-camente reconoce al dios como padre no por su lazo de sangre sino porque se siente acogi-do por Apolo (verso 135) En contraposicioacuten Creusa aporta en la obra una visioacuten completa-mente opuesta y legiacutetima con la que recrimina la actuacioacuten de la deidad Los personajes de la pieza comparten como en muchas otras tragedias el hecho de que actuacutean partiendo del desconocimiento de una dimensioacuten de los acontecimientos en los que se encuentran inmersos (o que en algunos casos como en Antiacutegona o en Agamenoacuten se niegan a recono-cer y comprender) Ioacuten ignora la identidad de sus padres y deseariacutea saberla Creusa y Juto asisten a Delfos para consultar el oraacuteculo pero Creusa planea por su parte descubrir queacute ha sido de su hijo y si sigue vivo tratar de encon-trarlo en cambio Juto asiste a la ciudad a fin de saber simplemente si alguacuten diacutea podraacute tener descendencia o no (Foucault 2004 p69) To-das las acciones parten del desconocimiento y estaacuten imbuidas de una aspiracioacuten a alcan-zar claridad en contraste el resplandeciente Febo que conoce la totalidad de los aconteci-mientos no aparece nunca en la obra perma-nece alejado y ausente de los sucesos

Ioacuten se encuentra repleta de diaacutelogos iroacute-nicos y frases de doble sentido que solo el espectador aprecia por su conocimiento inte-gral de los sucesos Tal es el caso del primer diaacutelogo que entablan Ioacuten y su madre Creusa mientras esta espera que su esposo consulte el oraacuteculo de Trofonio (versos 305-375) Por razones naturales ninguno se reconoce y sin

embargo establecen una iacutentima conversacioacuten al instante en el que cada uno le cuenta al otro un secreto importante sobre siacute mismo Ioacuten llega a confesarle que nunca ha conocido a su madre y en respuesta Creusa le dice con iacutempetu ldquoiexclHe descubierto sufrimientos como los que yo padezcordquo (Euriacutepides v320) y de este modo se atreve a contarle su historia con Loxias y coacutemo perdioacute a su hijo agregando as-tutamente que esto le ha ocurrido a una ami-ga y no a ella La significacioacuten de este diaacutelogo resuena en sus momentos finales cuando con amargura Ioacuten le confiacutea que aunque sea ver-dad el dios de los oraacuteculos no estariacutea dispues-to a admitir un hecho que le afrenta directa-mente

No habraacute profeta para este oraacuteculo Pues si Febo queda en evidencia como malvado en su propia morada con razoacuten hariacutea dantildeo a quien te lo transmitiera Re-tiacuterate mujer pues no hay que manifestar mediante oraacuteculo alguno lo que se opo-ne a los intereses del dios Llegariacuteamos al colmo de la estupidez si obligaacuteramos a los dioses a decir contra su voluntad lo que no quieren (hellip) (Euriacutepides vv370-375)

Sin embargo el argumento no se dirige a un desenlace pesimista o de resignacioacuten so-bre los hechos al contrario avanza hacia un agoacuten indirecto pero eminente en forma de monodia entre Creusa y Apolo Cual Casan-dra o Antiacutegona Creusa se distingue como una nueva manifestacioacuten de mujer-silente inserta en una comunidad patriarcal y sometida por una autoridad divina varonil La investigadora Nariza Espinoza al disertar sobre la figura de Casandra en Agamenoacuten llega a una significati-va conclusioacuten que bien puede aplicarse a la fi-gura de Creusa Ambos personajes comparten un destino y una significacioacuten semejante en sus respectivas obras Seguacuten Espinoza (2013) ldquoCasandra hasta el final de sus diacuteas permane-cioacute bajo el silencio y el aislamiento determina-

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do por el dios Deacutelfico (hellip) [No obstante] Ella ejercioacute el derecho a la palabra en el espacio puacuteblicordquo (p69)

En su caso Creusa se decide a increpar a Apolo por primera vez en los versos 385-405 y en su discurso recrimina la irresponsabili-dad del dios por no darle ninguna respuesta y abandonarla Frente a la contundencia de sus palabras se expresa la ausencia de la deidad y con gran locuacidad se canta ldquoTanto en-tonces como ahora eres injusto con la mujer ausente cuyas palabras estaacuten aquiacute presentesrdquo (Euriacutepides v385) Ademaacutes posteriormen-te destaca el hecho de que su condicioacuten de mujer la coloca en una posicioacuten mucho maacutes desfavorecida ldquoincluso las buenas [mujeres] al estar mezcladas con las malas somos ob-jeto de odiordquo (Euriacutepides v399) Aunque debe acotarse que hasta este momento Creusa auacuten mantiene cierta esperanza de que el dios pue-da ayudarle en su buacutesqueda

Solo despueacutes de que la reina ateniense descubre que el Oraacuteculo ha dado a Juto un nuevo hijo (Ioacuten) y que ambos personajes se preparan para celebrar un festiacuten por la bien-aventurada revelacioacuten es que la impaciencia de Creusa estalla por completo Gracias al aliento desmesurado de su coro de siervas y el consejo de su acompantildeante senil Creusa arrebatada se decide a encarar al dios y afir-ma ldquoYa no ocultareacute por maacutes tiempo mi unioacuten pues me sentireacute aliviada arrojando este peso de mi espaldardquo (Euriacutepides v875) Sus palabras significan en gran medida el gesto griego de la parresiacutea la disposicioacuten y el acto de hablar con franqueza y expresar una verdad que in-terpela tanto al emisor como a cada interlocu-tor Michel Foucault quien distingue el gesto de la parresiacutea en los personajes de Ioacuten y Creu-sa afirma que ldquola parresiacutea es la actividad ver-bal en la que un hablante expresa su relacioacuten personal con la verdad y arriesga su propia

vida porque reconoce el decir la verdad como un deberrdquo (Foucault 2004 p46)

Al igual que Casandra Creusa se recono-ce como ldquotraicionada por hombres y diosesrdquo (verso 875) y sin vacilacioacuten ejerce la parresiacutea el derecho de hablar libremente en la forma de una confesioacuten personal que interpela la in-tegridad moral del dios al mismo tiempo que pone en riesgo su vida al exponer semejante acusacioacuten En su discurso surgen importantes figuras literarias que conectan la ldquobrillantezrdquo y el ldquoaacuteureo resplandorrdquo de Apolo con la melo-diacutea de los ldquosiete sonidos de la ciacutetarardquo el peaacuten que contrastan enfaacuteticamente con los ldquogritosrdquo de Creusa y la oscuridad de una cueva vuel-ta lecho en donde su honor se deshizo por la ldquodesverguumlenzardquo de ldquoCripisrdquo sinoacutenimo del de-seo eroacutetico inspirado por Afrodita (Euriacutepides vv 875-910) Empero su voz liberada en el canto monoacutedico no es una exposicioacuten retoacuterica es una abierta denuncia que expresa mdasha tra-veacutes de la eminencia significativa de la palabra poeacuteticamdash la verdad de su violacioacuten y del ultra-je que ha tenido que esconder Una vez maacutes es desde la marginalidad de la polis que en la tragedia se presentan y escuchan las palabras maacutes transgresoras del orden convencional de la cultura helena es una mujer y madre Creu-sa la primera que enjuicia a Febo y con eacutel al orden patriarcal de los oliacutempicos En esta es-cena mdashy esto no es algo generalizablemdash tras-luce de manera concreta lo que Benjamin re-conocioacute como la paradoja del nacimiento del ldquohombre moralrdquo ldquoEl hombre moral por maacutes que mudo privado de la palabra como estaacute el heacuteroe insiste en levantarse en medio de la inestabilidad de todo aquel mundo atormen-tadordquo (Benjamin 2006 p319)

El logro heroico de Creusa hay que ver-lo en el desgarramiento que supone asumir para ella una actitud de parresiacutea aun sin tener derecho a ello (por no ser polites) en medio

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de su condicioacuten infortunada A pesar de su esfuerzo su denuncia solo es escuchada por su corte servicial y luego en la escena sucede un largo diaacutelogo entre ella y su esclavo En el mismo la reina declara sus errores y finalmen-te decide asesinar a Ioacuten pero de forma sig-nificativa como indica Foucault (2004) ldquoesta investigacioacuten interrogativa es el reverso de la revelacioacuten oracular de la verdadrdquo (p86)

El diaacutelogo que discurre entre Creusa y su esclavo como el diaacutelogo entre Juto e Ioacuten se diferencian sustancialmente del modo en que el dios Apolo ha manifestado la ldquoverdadrdquo en la obra por medio de una revelacioacuten oracular concisa que ni siquiera se corresponde con los enigmas propios del santuario deacutelfico y que son sujetos a interpretacioacuten La falsa revela-cioacuten del dios se contrapone a la disertacioacuten e investigacioacuten de los hombres desesperados en su condicioacuten y problema La deidad ha ma-nifestado a Juto que su hijo seriacutea ldquoQuien me viniera al encuentro (hellip) cuando yo saliera del recinto del diosrdquo (Euriacutepides vv531-535)26 y con razoacuten el coro responde a Febo ldquoNo me dejo admirar por tu oraacuteculo no sea que en-cierre un engantildeordquo (Euriacutepides v685) Para los personajes inclusive el coro y exceptuando a Juto Apolo ha mentido descaradamente y se ha servido de su don profeacutetico para unos fi-nes inmorales El agoacuten aquiacute representado es el de los hombres contra el dios en una disputa desigual y elocuente pues uno de los sujetos del agoacuten (Febo) permanece ausente en todos los acontecimientos de la obra

Ahora bien debe sentildealarse que esta repre-sentacioacuten ldquoblasfema e irrespetuosardquo27 de la divinidad no se separa tanto de las connota-

26 ElmismoIoacutenenactituddesospechalereplicaaJutoqueeacutelestaacuteenunerrorldquoTeequivocas loquehasoiacutedoesunenigmardquo(Euriacutepidesv532)

27 AsiacuteladescribeGilbertMurrayensulibroEuriacutepides y su tiempo(1949)verpaacutegina94

ciones que comuacutenmente se encontraron aso-ciadas a Loxias en la eacutepoca claacutesica Maacutes bien es a partir del retrato de ellas en la obra que Euriacutepides hilvana una posicioacuten significativa-mente criacutetica Seguacuten el filoacutelogo claacutesico Walter Otto (2003) Apolo fue un dios caracterizado por su notable distancia de los asuntos huma-nos alejado del mundo y de cualquier acom-pantildeante duradero mortal o divino Cualidades que bien se reflejan incluso en sus atributos el arco y la lira

Cuando Ioacuten intenta comprender la veraci-dad de lo que le dice Juto y este no deja de responder aceptando la consigna del oraacuteculo el joven le indica que es necesaria una forma diferente del discurso obviamente maacutes dialeacutec-tica y propia del espiacuteritu parresiasteacutes que Ioacuten refleja Foucault nota que la traduccioacuten inglesa y la castellana no hacen justicia a la expresioacuten de Ioacuten ldquobien toquemos otros puntosrdquo (Euriacute-pides v545) que podriacutea traducirse de mejor manera asiacute ldquoIntentemos otra forma de dis-cursordquo que desde la posicioacuten aacutevida del joven daraacute cuenta de lo cierto de su situacioacuten e iden-tidad (Foucault 2004 p76) A partir de este punto el diaacutelogo se torna en una disertacioacuten sobre quieacuten podriacutea ser la madre del joven Loxias no ha aportado ninguna informacioacuten y Juto cree hallar la respuesta en un encuentro pasado ocurrido en las fiestas trieteacutericas en honor a Dionisio y Apolo en estas celebracio-nes se creiacutea que al llegar el invierno Apolo se retiraba a los hiperboacutereos y dejaba a Dionisio la direccioacuten de Delfos

Resulta interesante y aun cardinal la men-cioacuten de estas fiestas en el drama pues en con-junto permiten apreciar de mejor manera la condicioacuten y el significado de la figura de Apolo en los acontecimientos y en la criacutetica de Euriacute-pides Walter Otto al referirse a esta festividad indica

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En Delfos Delos y otros lugares del cul-to se cree que una parte del antildeo [Apolo] queda en la lejaniacutea misteriosa Al comen-zar el invierno se va para volver soacutelo con la primavera acompantildeado de cantos piado-sos (hellip) El mito Deacutelfico indica que su para-dero era el legendario paiacutes de los hiperboacute-reos mencionado muchas veces en Delos desde tiempos muy antiguos (hellip) Allaacute vive el pueblo sagrado que no conoce ni enfer-medad ni edad y del que estaacuten ausentes penas y luchas (Otto 2003 p40)

En lo esencial tanto en la tragedia como en las costumbres y ritos heleacutenicos Loxias es un dios misterioso que se separa del mundo contingente para refugiarse en la estabilidad del mundo de los hiperboacutereos Esta distancia y ausencia de Apolo no es solo producto de los acontecimientos que la obra narra sino un atributo caracteriacutestico del dios que Euriacute-pides en esta reinterpretacioacuten traacutegica quiere problematizar Aquiacute atisbamos una reveladora relacioacuten entre tradicioacuten y obra que se vuelve criacutetica y a su vez hace del poeta un artista de grandes meacuteritos

La caracterizacioacuten antiparresiacutea de Apolo ldquosilenterdquo e ignominiosa no es exclusiva de esta obra En su Electra tambieacuten puede apreciarse una reinterpretacioacuten de la historia miacutetica en la que Apolo es cuestionado reiteradas veces por Orestes e incluso por su homoacutelogo divino Castor quien llega a decir a Orestes despueacutes de que este asesina a su madre ldquoY Febohellip (mas callareacute pues es mi soberano) Con ser sabio no te ha aconsejado sabiamente con su oraacuteculordquo (Euriacutepides v1245) En otro orden de ideas resulta auacuten maacutes significativo el contraste que tiene lugar entre la figura de Apolo mdashilustrada en estas obrasmdash y la de su hermana Aacutertemis en Hipoacutelito Alliacute la diosa entabla una relacioacuten iacutentima y personal con el mortal Hipoacutelito que se vuelve maacutes relevante cuando se piensa en las escasas escenas de amor que las tragedias aacuteticas (que se conservan) abordaron28 En la pieza puede leerse el siguiente diaacutelogo

28 Respecto a este tema se puede consultar elensayo de Andreacute-Jean Festugiegravere ldquoEuriacutepides elcontemplativo I) La intimidad con una personadivinardquo que aparece en su libro La esencia de la tragedia griega (1986) Jaqueline de RomillytambieacutencomentaestaparticularrelacioacutenensulibroLa tragedia griega(2011)enelcapiacutetuloldquoHumanosdemasiadohumanosrdquo

AacutenforadeLetoApoloyAacutertemisBritishMuseumLondresRecuperadode

httpswwwtheoicomGalleryT146html

RepresentacioacutendelacontiendaentreApoloyMarciasBritishMuseumLondres

RecuperadodehttpswwwtheoicomGalleryT617html

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Aacutertemismdash iexclOh desgraciado iexclA queacute desventuras te has visto ligado La nobleza de tu espiacuteritu te ha matado

Hipoacutelitomdash iexclAhiexcl iexclOh divina fragancia Incluso en medio de mis desgracias te he percibido y se me ha aliviado el cuerpo En estos parajes estaacute la diosa Aacutertemis (Eu-riacutepides v1390)

Dentro de este orden de ideas diferentes acadeacutemicos como Festugiegravere Romilly y Wal-ter Kaufmann han distinguido en Euriacutepides un tipo de sensibilidad traacutegica diferente que en sus obras se tradujo en la presentacioacuten de un tipo de fe particular En oposicioacuten a Esquilo y Soacutefocles para quienes sus personajes ilustra-ban valores morales maacutes puros e ideales en Euriacutepides hallamos personajes maacutes pasionales y dirigidos por deseos mundanos Creusa ante todo actuacutea como una mujer y madre ultrajada por Apolo Ioacuten por su parte es movido por la sincera duda sobre la identidad de sus padres y el deseo de ser alguna vez un ciudadano con derecho pleno De hecho Ioacuten llega a expresar su anhelo de que su madre sea una mujer ate-niense para asiacute acceder al derecho de ejercer la parresiacutea tener ldquode mi madre libertad para hablarrdquo (Euriacutepides v670) La obra tambieacuten de-dica palabras a apreciar el trabajo cotidiano de limpieza y cuidado en el santuario de Delfos y muestra un coro interesado por la ciudad y su arquitectura

La sensibilidad traacutegica de Euriacutepides se co-necta con una comprensioacuten diferente y nove-dosa en torno a la relacioacuten entre los hombres y lo divino la cual interpela a su vez la suficien-cia masculina mdashareteacutemdash en un mundo exter-no mdashel mundo de la tycheacutemdash que le estreme-ce De ahiacute que en las tragedias de Euriacutepides como en Ioacuten resalte mucho maacutes la intimidad de una experiencia humana singular frente a un espacio inseguro incluso maacutes inseguro y azaroso que los de Esquilo y Soacutefocles

Esto se avizora tanto en el despliegue teacutec-nico de la obra como en su desarrollo argu-mental que juega de manera retorcida y ori-ginal con las escenas de falsa agnicioacuten de Ioacuten (cuando Juto le reconoce como hijo) el mo-mento de retorno al hogar del joven y por uacutelti-mo el acto de salvacioacuten y tambieacuten de agnicioacuten auteacutentica cuando Creusa e Ioacuten se descubren como madre e hijo (Quijada 2001 p375) Las peripecias en el sentido aristoteacutelico son mar-cadas en el drama y es gracias a ellas que el acontecimiento final de salvacioacuten resulta tan conmovedor pues muestra la significacioacuten traacutegica de la intimidad de una experiencia humana marcada por la vulnerabilidad pero tambieacuten impulsada por la sensibilidad

En la escena de agnicioacuten puede leerse

Creusamdash Eres mi hijo y esto es lo maacutes querido para un padre

Ioacutenmdash Deja ya de urdirhellip iexclbien faacutecil-mente voy a descubrir tus mentiras

Creusamdash Ahiacute deseo llegar eso es lo que pretendo hijo miacuteo (Euriacutepides vv1408-1413)

El amor del singular encuentro familiar entre Ioacuten y Creusa no disminuye el horror de los acontecimientos e incluso exhibe cuan vulnerables pueden llegar a ser los asuntos y las empresas humanas Si bien la obra finaliza con la manifestacioacuten de Atenea para resolver la accioacuten quien en nombre del ausente Apolo recompensa a Creusa y a Juto con una futu-ra descendencia tambieacuten es cierto que todos los resultados se han llevado a cabo en contra del plan inicial de Apolo Como bien resalta el fragmento citado el descubrimiento final de la verdad ha sido posible por el esfuerzo y la accioacuten conjuntos de los personajes en escena para bien y para mal En Ioacuten la accioacuten el de-seo de ldquocomprensioacutenrdquo y la sensibilidad huma-na se tornan maacutes acuciantes y relevantes para

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los mortales en el momento en que los dioses como Apolo se muestran retirados y desliga-dos de los hechos humanos Esos momentos en que todo parece inseguro De ahiacute el impor-tante papel de la parresiacutea que la obra presenta en su desarrollo

CAPIacuteTULO III

SOBRE EL ALCANCE ALETHEICO QUE PUEDE ALBERGAR LA POESIacuteA TRAacuteGICA

31 Una revisioacuten criacutetica de ldquolo traacutegicordquo

Ya en el primer capiacutetulo de esta investiga-cioacuten pudo abordarse la cuestioacuten sobre la lin-guumlisticidad de nuestra comprensioacuten humana en el mundo sus liacutemites lo indecible y sus alcances en la palabra poeacutetica y en la eminen-cia interpretativa que ella formula Tambieacuten se pudo brindar un anaacutelisis sobre la dimen-sioacuten aletheica (o develadora) de esta palabra y la metaacutefora en tanto aportan una forma de experimentacioacuten con el lenguaje en la que el sujeto atisba nuevas posibilidades de enten-dimiento Del mismo modo en el segundo capiacutetulo entregamos una exeacutegesis de corte literario y hermeneacuteutico de las tres tragedias seleccionadas con la premisa de que en su ser-obra y en su decir poeacutetico podriacuteamos en-contrar una experiencia particular del mundo un contenido de verdad singular que solo la conformacioacuten artiacutestica de los dramas en cues-tioacuten es capaz de ofrecernos

Ahora bien antes de entrar de lleno en los alcances y liacutemites que puede ofrecer una interpretacioacuten hermeneacuteutica de la tragedia griega es menester repensar ciertos prejui-cios interpretativos de relevancia que se han gestado en la tradicioacuten occidental Ello debi-do a que indirecta o directamente inciden en nuestro anterior anaacutelisis y comprensioacuten de las tragedias elegidas Tambieacuten debe decirse que este capiacutetulo permitiraacute revisar nuestro aparta-

do titulado Una definicioacuten de la tragedia grie-ga dado que se espera ponderar los aportes o equiacutevocos que pudieron anticiparse alliacute y a su vez distinguir de forma maacutes transparente la contribucioacuten de los diferentes autores que nos han acompantildeado en esta investigacioacuten a los fines de comprender la tragedia aacutetica Como enfatiza Gadamer (1977) ldquola interpretacioacuten empieza siempre con conceptos previos que tendraacuten que ser sustituidos progresivamente por otros maacutes adecuadosrdquo (p333)

Una de las presuposiciones que debe to-marse en cuenta consiste en el toacutepico de lo ldquocatastroacuteficordquo la desdicha final o el potencial ldquopesimismordquo inherente a la tragedia griega En cuanto a las tres obras analizadas todas com-parten una estructura de colisioacuten traacutegica En su desarrollo dos de ellas tienen un final que convencionalmente se ha denominado ldquotraacutegi-cordquo o ldquocatastroacuteficordquo (Agamenoacuten y Antiacutegona) y la tercera es reconocida por casi todos los es-tudiosos (Gilbert Murray Kaufmann Romilly entre otros) como la pieza teatral maacutes ldquoblasfe-mardquo y cuestionadora de Euriacutepides Inicialmen-te podriacutea afirmarse que la presente investiga-cioacuten compartiriacutea tales ideas por lo menos de manera impensada pero de lo que se trata es de repensar tales juicios de modo expliacutecito

A propoacutesito de este punto debemos recor-dar que al comienzo de nuestro abordaje del Agamenoacuten de Esquilo aludimos a la estructura conceptual que ofrece Festugiegravere sobre la tra-gedia aacutetica En las primeras paacuteginas de su libro La esencia de la tragedia griega (1986) este autor afirma que ldquotan soacutelo existe una tragedia en el mundo la de los tres traacutegicos griegos Esquilo Soacutefocles y Euriacutepides Es la uacutenica que conserva efectivamente el sentido traacutegico de la vida porque conserva sus dos elementosrdquo (Festugiegravere 1986 p16) Los cuales como se adelantoacute en su momento dan cuenta de que las cataacutestrofes humanas son constantes y uni-

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versales y la idea de que las mismas son el producto de una voluntad misteriosa e ininte-ligible de los dioses De manera convencional y para muchas personas ldquolo traacutegicordquo se refiere en su uso cotidiano a sucesos o experiencias ldquocatastroacuteficasrdquo ldquoirreparablesrdquo y que tambieacuten denotan cierta injusticia e ldquoinevitabilidadrdquo Pero las tragedias tal como se desarrollan en los argumentos de las piezas aquiacute en cuestioacuten no remiten necesariamente ni de modo uni-forme a esta ldquoesenciardquo general de ldquolo traacutegicordquo

Esta nocioacuten de lo ldquotraacutegicordquo simplifica la plu-ralidad de temas sensaciones y acciones que las obras abordan para enfatizar de forma ses-gada una dimensioacuten ldquoimplacablerdquo ldquoirracionalrdquo e incluso pesimista de la tragedia aacutetica Pero antes de ofrecer contraargumentos pertinen-tes consideramos necesario elaborar un poco maacutes esta visioacuten que se encuentra incluso en pensadores como Friedrich Nietzsche y Geor-ge Steiner entre otros

Hablar de la ldquoininteligibilidadrdquo de la volun-tad divina y la ldquoirracionalidadrdquo de sus inter-venciones implica aludir a una forma de pen-sar lo traacutegico que se podriacutea asociar maacutes bien a una visioacuten moderna de la misma Nietzsche en su libro El nacimiento de la tragedia (1872) traza una posicioacuten semejante cuando inter-preta el teatro aacutetico en relacioacuten con las pulsio-nes esteacuteticas de lo apoliacuteneo y lo dionisiaco Se trata de un libro que en muchos aspectos se encuentra influenciado por la teoriacutea metafiacutesi-ca de la voluntad schopenhaueriana y que in-tenta asimilar lo traacutegico a un paradigma pesi-mista en el que la conciencia de la futilidad de la existencia se transforma en una experiencia de goce esteacutetico

Esta alusioacuten a Nietzsche resulta de gran re-levancia en la medida en que eacutel establece que es Esquilo el gran exponente del pesimismo griego mientras que Euriacutepides (y Soacutefocles en

un grado intermedio) es el ejemplo de la de-generacioacuten de lo traacutegico por la intromisioacuten de un optimismo de corte ilustrado que tiene su origen en la figura de Soacutecrates Para Nietzsche frente al caraacutecter dionisiaco y pesimista de la tragedia esquiacutelea caracterizada por su eacutenfasis en la muacutesica y el lamento en Euriacutepides se al-canza una basada en el diaacutelogo y en las capaci-dades racionales del hombre para superar las cataacutestrofes En sus palabras

La tragedia surgida de la compasioacuten es pesimista por esencia La existencia es en ella algo muy horrible el ser humano algo muy insensato El heacuteroe de la tragedia no se evidencia como cree la esteacutetica mo-derna en la lucha con el destino tampoco sufre lo que merece Antes bien se preci-pita a su desgracia ciego y con la cabeza tapada (Nietzsche 1872 p240)

El problema con esta proclama es que en muchos sentidos no se corresponde totalmen-te con la obra de Esquilo ni con las convencio-nales representaciones teatrales aacuteticas Por paradoacutejico que parezca Nietzsche cae en lo que eacutel mismo le reprochoacute a Schopenhauer y a la actividad habitual de los filoacutesofos ldquotomoacute un prejuicio popular y lo exageroacuterdquo (Nietzsche 1886 p39) Esto al menos en sus interpreta-ciones sobre la tragedia El eacutenfasis en lo ab-surdo del destino y en lo ldquoinevitablerdquo de ese castigo final ldquociegordquo y con la ldquocabeza tapadardquo alude maacutes a una sancioacuten ominosa y de la que se desconoce toda causa o justificacioacuten De hecho su concepcioacuten pesimista de lo traacutegico podriacutea adecuarse en un mayor grado a la li-teratura kafkiana particularmente a cuentos como En la colonia penitenciaria (1919) una vez que el condenado no conoce en absoluto el motivo de su castigo y muere sin saberlo o el comienzo de La metamorfosis (1915) en donde Gregorio Samsa simplemente despierta convertido en un insecto sin tener idea alguna

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de las razones de la alteracioacuten que ha sufri-do o incluso el final de la novela El proceso (1925) en el que su personaje anoacutenimo mue-re ldquoiexclIgual que un perrordquo (Kafka 1995 p170) nuevamente sin saber siquiera el porqueacute de su condena Por el contrario en Esquilo mdashpensamos sobre todo en su trilogiacutea La Orestia-damdash vemos una compleja plural y dinaacutemica confrontacioacuten y superposicioacuten de deberes o deseos contrarios En sus argumentos el des-tino es implacable pero posibilita un margen de libertad en el que los personajes pueden asumir una posicioacuten frente a eacutel

En la primera obra de su trilogiacutea el uacutenico personaje que a todas luces desconoceriacutea su castigo seriacutea el mismo Agamenoacuten y en cier-ta medida por su propia responsabilidad La obra y el coro nos permiten comprender su ceguera frente a los hechos desde su caraacutec-ter legitimoacute de manera impiacutea la eleccioacuten de asesinar a su hija pero la pieza no nos mues-tra ninguna escena en la que el ldquoheacuteroerdquo dijera algo sobre su decisioacuten Incluso Clitemnestra muestra su altivez e inseguridad en Agamenoacuten y Coeacuteforas al saber que la justicia divina y el castigo hereditario sobrevendraacuten en su contra tras asesinar a su esposo Y Casandra en todo caso es el signo de la lucidez y la valentiacutea fren-te a la estructura dilemaacutetica y tensa de la reali-dad y es tambieacuten el personaje maacutes vulnerable e injustamente condenado

En Esquilo se encuentra todo lo contrario a una actitud de resignacioacuten Al pensar la trilogiacutea en su totalidad esta nos depara mdashen Agame-noacutenmdash la violencia de un sistema de ajusticia-miento basado en la sangre a continuacioacuten Coeacuteforas explora las implicaciones del mismo sistema de castigo para que en Eumeacutenides la historia concluya con su superacioacuten y la instau-racioacuten de un Areoacutepago una institucioacuten demo-craacutetica con un sistema de justicia basado en la deliberacioacuten no en la aplicacioacuten ciega de la

norma De hecho con Kaufmann considera-mos que en este poeta se encuentran muchos de los elementos que el propio Nietzsche con-cibioacute como los causantes de ldquola muerte de la tragediardquo29 Toacutepicos ilustrados con la esperan-za puesta en las capacidades de la razoacuten y el diaacutelogo Estamos de acuerdo con el juicio de Kaufmann sobre las Eumeacutenides cuando escri-be

Se forma un tribunal en Atenas no so-lamente para tratar el caso de Orestes que es absuelto sino maacutes bien para tratar todos los casos maacutes importantes del futu-ro con el objeto de que tragedias como las Coeacuteforas no vuelvan a repetirse (Kau-fmann 1978 p273)

No obstante la dualidad y la tensioacuten de contrarios vuelve a mostrarse en el momento en que el canto de Atenea estima que las Eri-nias convertidas en Eumeacutenides se integraraacuten a la polis pero en modo alguno desaparece-raacuten De forma semejante en Las suplicantes se destaca que la figura de Pelasgo reina demo-craacuteticamente y atenderaacute a las Danaides siem-pre que el juicio ciudadano en la deliberacioacuten puacuteblica asiacute lo considere

En Esquilo como en Euriacutepides se hallan retratos que presentan de maneras distintas la idea de que algunas cataacutestrofes pueden ser evitadas pero esta posibilidad en ninguna for-ma disminuye el poder pateacutetico y destructor de los conflictos y desgracias padecidos De hecho suponer que algunos acontecimientos catastroacuteficos pueden ser evitados introduce la posibilidad de la responsabilidad humana y su apremio en los asuntos maacutes dilemaacuteticos Como vimos en Agamenoacuten los personajes de Esquilo son acusados por su responsabilidad

29 Un desarrollo maacutes exhaustivo puede encontrarseenel librodeWalterKaufmann (1978)Filosofiacutea y tragediaenloscapiacutetulosldquoNietzscheylamuertedelatragediardquoyldquoEllsquooptimismorsquodeEsquilordquo

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parcial en los actos aun cuando estando cons-trentildeidos por la fuerza de las circunstancias (la fuerza de la tycheacute) acceden a sus deseos yo a elecciones de modo irresponsable indecoro-so o con apremio y lucidez

En Agamenoacuten no encontramos algo como el constrentildeimiento de voluntades divinas ldquoininteligiblesrdquo sino maacutes bien una disputa (agoacuten) entre exigencias divinas antagoacutenicas que exigen valores y acciones reciacuteprocamente excluyentes Es decir una dimensioacuten del juicio divino es comprensible para el hombre Divi-nidades que se entremezclan con el mundo natural y concreto de los hombres y que en su ser manifiestan de forma divinizada la plu-ralidad y dignidad de un mundo heterogeacuteneo y lleno de vida Porque es cierto que los dioses oliacutempicos expresan ldquouna existencia exuberan-te maacutes auacuten triunfal en la que estaacute divinizado todo lo existente lo mismo que si es bueno que si es malordquo (Nietzsche 1872 p54)

De un modo semejante en obras como Hipoacutelito de Euriacutepides se expresa una imbri-cacioacuten contraria de valores en las figuras de Afrodita y Aacutertemis una colisioacuten que condujo a Hipoacutelito a la desgracia En Antiacutegona la coli-sioacuten no es menos clara y en el personaje de la princesa tebana (al igual que en Casandra) se denota la desgarrada lucidez sobre el conflicto en el que estaacute inmersa A pesar de ello lo que comuacutenmente cautiva en la joven es su acep-tacioacuten del castigo su seguridad de que lo que ha hecho se encuentra justificado por el orden sagrado de los dioses y el cumplimiento de su responsabilidad moral hacia su familia

Solo en los caracteres de Antiacutegona y Ca-sandra trasluce el concepto de culpa traacutegica entendido como el acontecimiento en el que el sujeto traacutegico acepta ambiguamente el cas-tigo por sus actos al mismo tiempo que estos le legitiman como alguien de honra y suficien-

cia moral El acto que pretende ser ldquoredentorrdquo desprende una paradoacutejica mezcla de culpa y justificacioacuten por siacute mismo Antiacutegona defiende a su hermano y desafiacutea a la propia estructura de la polis aun conociendo las consecuencias de su decisioacuten Mientras que Casandra al ser una extrantildea marginada de la comunidad de los dioses y de los hombres (despojada de todo derecho) decide ejercer el derecho a la pa-labra (que no le pertenece) para denunciar a viva voz los males de los monarcas y el linaje de Atreo A traveacutes de los caracteres de Casan-dra y Antiacutegona se nos presenta la lucidez de una autoconciencia desgarrada que gene-ra en el espectador la impactante mezcla de eacuteleos y phoacutebos de la mano de los constrentildei-mientos dilemaacuteticos que se presencian

Concordamos con Benjamin y Kaufmann en que la culpa traacutegica ldquono consiste sino en la orgullosa conciencia de culpa en la que lo he-roico se sustrae a la a eacutel atribuida servidumbre del lsquoinocentersquordquo (Benjamin 2006 p343) de ahiacute que los personajes heroicos del mito adquie-ren en el drama traacutegico una nueva significacioacuten maacutes paradoacutejica y enigmaacutetica que el especta-dor admira con cierta simpatiacutea y compasioacuten en el curso del drama Muchos de estos heacuteroes se vuelven en la tragedia problemas para siacute mismos o producen un conflicto mayor que compromete a la polis entera (pensemos en Agamenoacuten Antiacutegona o en Creusa en menor medida) Como espectadores empatizamos con sus vivencias paradoacutejicas y convertidas en aporiacuteas pero sin dejar de reconocer en ellas una ambivalencia que nos interpela como per-sonas y como parte del puacuteblico asistente a la funcioacuten30 Asiacute como tambieacuten posibilitan para

30 En el reciente libro de Simon Critchley (2020)Tragedia los griegos y nosotros encontramos una aproximacioacutensemejantesobreelheacuteroetraacutegicocomoun sujeto hecho paradoja Para Critchley (2020)ldquoElheacuteroetraacutegicoeselproblemaynolasolucioacutenalproblemaEselenigma(hellip)elserhumanoparalatragediaes tantoagentecomopaciente inocente

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el buen lector una plural fuente de interpre-taciones sobre lo que acontece en el drama tanto por su condicioacuten de obra literaria como por su componente paradoacutejico

Pero de nuevo solo unos pocos personajes pueden ser reconocidos en este esquema de culpa traacutegica Tampoco es verdad que todas las tragedias se estructuren de acuerdo con una uacutenica forma de colisioacuten traacutegica y de ello no puede deducirse que unas obras sean ldquomaacutes traacutegicasrdquo que otras maacutes auteacutenticas o perfec-tas por su adecuacioacuten o no al esquema Aquiacute nos servimos de los aportes de Walter Kauf-mann cuando concibe dicha colisioacuten como un modelo que permite comprender dos de las piezas que nos propusimos analizar Agame-noacuten y Antiacutegona aunque en nuestra conside-racioacuten Ioacuten e Hipoacutelito podriacutean acceder a una interpretacioacuten semejante De todos modos el acto de interpretar en siacute tampoco debe con-cebirse como una actividad humana que deba producir necesariamente resultados uniacutevocos y cerrados

Al hablar de lo ldquotraacutegicordquo en un sentido uniacutevoco estamos introduciendo una serie de descripciones que desde la conceptuacioacuten filosoacutefica yo criacutetica reclama una validez uni-versal que no puede ser demostrada Algo como la ldquoesencia de lo traacutegicordquo corre el riesgo de desligarse de la heterogeneidad literaria para pasar a formar parte de una concepcioacuten especulativa sobre su propio enunciado Del mismo modo seguir demasiado fielmente una estructura desde la cual comprender los dramas aacuteticos podriacutea discriminar la valoracioacuten de unas obras sobre otras en conformidad con su adecuacioacuten a determinada posicioacuten o anaacutelisis filosoacutefico Asiacute cuando escritores como

y culpable a la vez y enmuchos casos unafiguradesconcertante (hellip)rdquo (p46) Esta idea enlaza muybien con nuestra concepcioacuten de culpa traacutegica antes expuesta

George Steiner (1961) afirman que cualquier ldquonocioacuten realista sobre el drama traacutegico tiene que empezar por el hecho de la cataacutestrofe Las tragedias terminan malrdquo (p22) de ello podriacutea deducirse que piezas como Ioacuten (por mencio-nar una de las que hemos abordado en esta investigacioacuten) es antitraacutegica no es traacutegica o simplemente corresponde a un drama de dife-rente naturaleza Estariacuteamos introduciendo asiacute una prescripcioacuten valorativa desde un punto de vista sesgado y de acuerdo con una interpreta-cioacuten que antepone intereses filosoacuteficos sobre otras lecturas de las obras Aunque por otro lado tambieacuten debe admitirse que las diversas reinterpretaciones sobre este tema demues-tran la vitalidad de la tragedia aacutetica como un producto artiacutestico que ha sido actualizado de formas muy distintas en el devenir histoacuterico de su estudio31

Otra nocioacuten reveladora pero potencial-mente problemaacutetica se refiere a la concep-cioacuten de lo ldquonoblerdquo (spoudaios) y elevado en las tragedias griegas Aristoacuteteles es el primero en referirse al teacutermino en su Poeacutetica cuando define el geacutenero como ldquoimitacioacuten de una ac-cioacuten elevada y perfectardquo (Aristoacuteteles 1449-b) ldquoElevadardquo es la palabra que traduce la expre-sioacuten griega ldquospoudaiosrdquo teacutermino que vuelve a utilizar en el fragmento en el que afirma que ldquola poesiacutea es algo maacutes filosoacutefico y serio que la historia la una se refiere a lo universal la otra a lo particularrdquo (Aristoacuteteles 1451-b) En este segundo caso ldquoseriordquo es el vocablo que tradu-ce el teacutermino ldquospoudaioacuteteronrdquo32 Y ambas pa-labras en definitiva indican lo elevado y serio de la poesiacutea traacutegica en teacuterminos morales pero

31 Esta idea se abordaraacute con mayor rigurosidad en el proacuteximo apartado se relaciona con lo queGadamerconcibecomo lahistoriade la recepcioacutendelostextosasiacutecomoconelcaraacutectereminente y de muacuteltiplesinterpretacionesqueofrecelatragediaentantoproductoliterario

32 Kaufmann (1978) ldquoKai philosophoteron kai spoudaioacuteteron poieacutesis historias estiacutenrdquo(p81)

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tambieacuten filosoacuteficos No obstante el problema que en cierta forma introduce el estagirita se encuentra en el hecho de distinguir en la tra-gedia una ldquoelevacioacutenrdquo de los caracteres y de los argumentos que la diferencian de la come-dia porque esta representa tramas y persona-jes bajos y burlescos

En cierto sentido es correcto Esquilo co-muacutenmente se distingue por la nobleza con la que dota a sus personajes y la seriedad con la que aborda los conflictos morales en sus obras Soacutefocles tambieacuten es reconocido por la caracterizacioacuten ideal y moralmente elevada de muchos de sus personajes pero y otra vez en Euriacutepides encontramos un juego mucho maacutes libre respecto de las convenciones del geacutene-ro teatral y sus personajes destacan por su caracterizacioacuten poco heroica y ldquonoblerdquo (spou-daioacuteteron) en su sentido moral Para muchos acadeacutemicos esta distincioacuten ha servido para endilgar un caraacutecter inferior a Euriacutepides en re-lacioacuten con Soacutefocles y Esquilo una idea que en ninguacuten sentido podemos avalar

El reconocido filoacutelogo claacutesico Gilbert Mu-rray sin desprestigiar al poeta afirma sobre la obra Ioacuten que ldquoJuto es un personaje ridiacuteculo un forastero rudo y sin maneras engantildeado por Apolo burlado por su mujer (hellip) En cuanto a Creusa aunque dibujada con extraordinaria simpatiacutea y belleza es en el fondo una salvajerdquo (Murray 1949 p95) Aunque no son falsas sus consideraciones sobre los caracteres el tono es despectivo y delata una escasa empatiacutea con los personajes de la pieza

En Creusa tenemos a una madre deses-perada por conocer a su hijo y Juto es un personaje que no destaca mucho en la obra y que incluso al final de los acontecimientos vuelve a Atenas con la creencia de que Ioacuten es su hijo natural En su teatro Euriacutepides juega de una forma novedosa con la burla ignomi-

niosa que puede ejecutar el destino sobre la vida de los hombres En comparacioacuten con el idealismo feacuterreo de figuras como la Antiacutego-na de Soacutefocles en Euriacutepides encontramos personajes pasionales ambivalentes bajos pero tambieacuten maacutes humanos El propio Aris-toacuteteles escribioacute que ldquoSoacutefocles deciacutea que eacutel re-presentaba a los hombres como deben ser y Euriacutepides como sonrdquo (Aristoacuteteles 1461-a) No obstante es preciso subrayar que el hecho de que un poeta se aproxime a los conflictos hu-manos de forma distinta a otro no tiene por queacute indicar que sea menos filosoacutefico o que su poesiacutea sea pobre o vacua De la mano de Wal-ter Kaufmann consideramos relevante y de gran valiacutea el caraacutecter transgresor y disruptivo del teatro de Euriacutepides al introducir una serie de elementos novedosos de atributos menos nobles (spoudainos) pero destinados a pro-mover una criacutetica y una valoracioacuten de lo maacutes humano Para este autor ldquoEuriacutepides encontroacute (hellip) serio el sufrimiento humano la brutalidad cada vez mayor de la guerra e incluso la in-humanidad de quienes iban a ver sus obrasrdquo (Kaufmann 1978 p467)

En personajes como Ioacuten o Hipoacutelito encon-tramos una apreciacioacuten apacible de la vida co-tidiana dedicada a las labores mundanas como lo son la limpieza del templo y el culto devoto a la diosa Aacutertemis Ademaacutes en la intriga de Ioacuten el padre divino del joven le ha ocultado una verdad cruda y Creusa por su parte no deja de reprochar esto en la representacioacuten teatral En esta pieza se presenta a Apolo como un dios indiferente irresponsable implacable cuando sus deberes profeacuteticos u oraculares deberiacutean conducirle por un camino distinto En suma el teatro de Euriacutepides ofrece un con-traste diferente entre el valor de lo inmediato y humano que se entremezcla abruptamente con el infortunio inesperado y retorcido para ilustrar en definitiva un pathos maacutes intenso

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fraacutegil pero valioso y que como tal exige reco-nocimiento

No sin razoacuten se ha clasificado al Ioacuten como una tragicomedia y en algunos casos como un ldquomelodramardquo La pieza no contiene una hamartiacutea ninguacuten personaje perece ni termi-na de forma catastroacutefica pero siacute dispone dos escenas de agnicioacuten (una falsa y una auteacutenti-ca) y varias peripecias que discurren entre el intento de asesinato de Creusa sobre Ioacuten y el giro contrario en el que Ioacuten intenta liquidar a su madre Sin embargo es a partir del marca-do azar en sus argumentos que sus persona-jes expresan una profunda admiracioacuten sobre las cosas humanas y contingentes como el amor la experiencia cotidiana o la intimidad de un acontecimiento personal escenas que no opacan o disipan el componente criacutetico y transgresor del que participan Como consi-dera Kaufmann (1978) ldquolos nobles maacutertires de Euriacutepides viven y mueren increpando a los hombres que le rodean y a la audiencia su in-tento es criacutetico (hellip) no es de extrantildear que la audiencia reaccionara pues desaprobandordquo (p380)

Lo que siacute puede afirmarse sobre ldquolo traacutegi-cordquo en las piezas aacuteticas consiste en la constan-te representacioacuten de unas acciones humanas vulneradas por una dimensioacuten externa a ellas que viene dada por la irrupcioacuten de la fortuna o tycheacute El teatro traacutegico establece de forma dicotoacutemica y conflictiva el devenir de las rela-ciones entre la virtud de los hombres (su are-teacute) y la fortuna (como campo que escapa a su dominio) Nussbaum afirma con claridad que la tragedia desarrolla artiacutesticamente un anhe-lo de autosuficiencia interrumpido por el cam-bio de la fortuna que trastoca tanto las metas del agente como su relacioacuten con los otros y consigo mismo Aquiacute la filoacutesofa estadouniden-se pondera dos notas aclaratorias que consi-deramos sumamente interesantes La primera

consiste en la concepcioacuten claacutesica del hombre como ser dual de una dimensioacuten pasiva y ac-tiva y para ejemplificarlo se sirve de la Nemea VIII de Piacutendaro

Hay quienes piden oro y otros tierras ilimitadas

Yo pido deleitar a mis conciudadanosHasta que la tierra cubra mis huesosmdash

un hombreque alaboacute lo digno de elogioy sembroacute la acusacioacuten contra los mal-

vadosPero la excelencia humanaCrece como vidNutrida del fresco rociacuteoY alzada al huacutemedo cieloEntre los hombres sabios y justos

Necesitamos cosas muy diversas de aquellos a quienes amamos sobre todo en el infortunio aunque tambieacuten el gozo busca unos ojos en los que confiar (Nuss-baum 1995 p9)33

El poema expresa la condicioacuten de planta del hombre pasiva y necesitada de cultivo al mismo tiempo que afirma su componente activo y volitivo en su gozo e infortunio se entremezclan las diferentes dimensiones de su ser no solo la racionalidad praacutectica o teoacuteri-ca Como afirma el canto ldquonecesitamos cosas muy diversas de aquellos a quienes amamosrdquo Y de alliacute se desprende un segundo punto de relevancia consiste en la relacioacuten que se es-tablece entre tragedia y filosofiacutea en la Grecia claacutesica en cuanto ambas manifestaciones del espiacuteritu humano se desarrollaron a partir de la misma lucidez sobre los problemas huma-nos su condicioacuten inestable y vulnerable Son palabras de la pensadora ldquoLejos de haber olvidado la concepcioacuten traacutegica Platoacuten ve tan claramente los problemas de la vulnerabilidad que soacutelo encuentra aceptable una solucioacuten ra-

33 Piacutendaro Nemea VIII vv37-44CitadoporMarthaNussbaum(1995)

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dicalrdquo (Nussbaum 1995 p48) toacutepico que se conecta iacutentimamente con la exclusioacuten de los poetas de su repuacuteblica ideal autosuficiente y cerrada en siacute misma Y que Aristoacuteteles retoma en la forma de una reflexioacuten filosoacutefica sobre la eudaimoniacutea y el papel de la froacutenesis para una existencia y conciencia luacutecidas de su condicioacuten limitada

Por un lado si bien reconocemos estas zo-nas de interconexioacuten entre la filosofiacutea claacutesica y la tragedia en su contexto original nuestro intereacutes no se dirige como en el trabajo de Nussbaum a desarrollar sistemaacuteticamente esos puntos de diaacutelogo En este apartado he-mos querido ofrecer una breve reflexioacuten sobre diversas formas en las que se han interpretado la tragedia aacutetica y ldquolo traacutegicordquo como experien-cias esenciales pero que en definitiva se vuel-ven reinterpretaciones filosoacuteficas sumamente especulativas que reniegan de ciertas dimen-siones propias de los diversos dramas y que se separan de su pluralidad literaria

En tanto obras literarias surgidas en un contexto determinado no pueden ser redu-cidas a una conceptuacioacuten filosoacutefica con as-piraciones totalizantes La contraoferta que aquiacute se establece es repensar el conjunto de las obras traacutegicas partiendo de su condicioacuten literaria y fragmentaria en muchos aspectos En una actitud semejante a la de Nietzsche en su ensayo Sobre verdad y mentira en un senti-do extramoral (1782) rechazamos en algunas interpretaciones filosoacuteficas de la tragedia el que ldquotrabajan sin descanso en ese gran colum-bario de conceptos en el cementerio de las in-tuicionesrdquo (Nietzsche 1782 p235) De modo que en los proacuteximos apartados se ofreceraacute una reconsideracioacuten de la tragedia y lo traacutegico no en cuanto ldquoteoriacuteas filosoacuteficasrdquo sino como pre-guntas y cuestiones que nos interpelan desde su eminencia poeacutetica

32 Mito miacutemesis y poiesis o el caraacutecter hermeneacuteutico de la tragedia griega

Este apartado y el siguiente pueden con-siderarse como dos partes de una misma re-flexioacuten que busca ahondar en la pregunta que atraviesa integralmente esta investigacioacuten iquestqueacute espacios de comprensioacuten filosoacutefica pue-de ofrecer la poesiacutea traacutegica partiendo de la propuesta gadameriana de un tipo de verdad reconocida en la palabra poeacutetica A continua-cioacuten se propone una consideracioacuten sobre ese ldquoespacio de comprensioacutenrdquo que abre la trage-dia y que en liacuteneas maacutes generales tambieacuten puede ofrecer toda obra y propuesta esteacutetica particular Ademaacutes se espera ofrecer una uacutelti-ma reflexioacuten sobre teacuterminos como miacutemesis y poiesis en relacioacuten con el teatro aacutetico y acla-rar a su vez nuestro uso del teacutermino ldquopresen-tacioacutenrdquo en lugar de ldquorepresentacioacutenrdquo lo que implica una evaluacioacuten sobre el papel rol o potencial transgresor que puede llegar a ges-tar la literatura Pero primero es conveniente repasar algunos asuntos sobre el teatro aacutetico y el componente cultural del que surge

Es evidente el hecho de que la tragedia se inspira en la tradicioacuten miacutetica y cultural que sus autores dominan Agamenoacuten Antiacutegona e Ioacuten son tres obras que toman historias y persona-jes miacuteticos para llevarlos a escena y en liacuteneas generales es cierto que el teatro traacutegico esce-nificoacute su propio bagaje cultural y no se desligoacute de su trasfondo miacutetico Incluso Aristoacuteteles en un juicio prescriptivo sobre la labor del poe-ta traacutegico consideroacute que no ldquoes liacutecito disolver los mitos establecidos como pongo por caso el de Clitemnestra asesinada por Orestes (hellip) pero el mismo [poeta] debe inventar [otros] y utilizar bellamente los tradicionalesrdquo (Aristoacutete-les 1454-a) La tragedia griega surge de la pro-pia tradicioacuten cultural ateniense y se instituye como parte de una festividad dionisiaca que se celebroacute de forma anual

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Como se desarrolloacute en el apartado 13 la miacutemesis traacutegica no debe suponer una simple imitacioacuten de lo dado En la conformacioacuten artiacutes-tica que es la tragedia esta juega con una serie de siacutembolos tropos personajes instituciones y deidades que en la representacioacuten adquie-ren un nuevo sentido y una nueva funcioacuten de acuerdo con las exigencias argumentales de la obra y el ingenio intelectual y artiacutestico del poeta Simon Crichtley y Pierre Vidal-Naquet tambieacuten concuerdan en esto pues la tragedia maacutes que ser la continuacioacuten esceacutenica de los mitos mdashy por tanto de la tradicioacutenmdash entrantildeoacute una progresiva transformacioacuten y ruptura con los mismos

El mito en tanto narracioacuten y faacutebula supo-ne un pasado heroico y arcaico diferente de la actualidad en la que se gestoacute la represen-tacioacuten traacutegica y es en esta brecha donde se alza una reinterpretacioacuten distinta que abre un ldquoespacio literariordquo34 en el que la comprensioacuten de lo dado y la autocomprensioacuten del sujeto individual pueden encontrar nuevos enclaves desde los cuales considerarse

Es indudable el hecho de que el drama traacute-gico al constituirse como un espacio literario y ficcional trasciende lo dado para significar y en su produccioacuten artiacutestica recrea una realidad distinta a la tradicional y una serie de valores que no tienen por queacute adecuarse efectivamen-te a lo entregado y aceptado por la comunidad en la que se gesta y representa Es muy certera

34 Aunque esta expresioacuten parece aludir al libro deMaurice Blanchot (2002) El espacio literario de ninguacuten modo queremos referirnos a su concepcioacuten sobre la literatura que de hecho parte dediferenciassignificativasconlasconcepcionessobrela literatura y el lenguaje que pueden encontrarse en un autor como Hans-Georg Gadamer En todocaso reconocemosqueunestudio futurosobre lareflexioacutenblanchoteanapodraacutearrojarnuevospuntosdediscusioacutensignificativosparaestetoacutepicosobrelaliteratura el lenguaje y la comprensioacuten humanapero que se separan de los intereses concretos de la presenteinvestigacioacuten

la apreciacioacuten de Vidal-Naquet al referir que ldquola tragedia descubre un nuevo espacio en la cultura griega el de lo imaginario sentido y en-tendido como tal es decir como una creacioacuten humana basada en el puro artificiordquo (Vidal-Na-quet 2002b p27)

En este punto el autor tambieacuten concibe la tragedia como una invencioacuten y apunta que esta innovoacute en tres aspectos esenciales en el terreno de las instituciones sociales dado que la tragedia posibilitoacute un espacio de autopre-sentacioacuten de las instituciones democraacuteticas de decisioacuten y de legislacioacuten de la polis en el aacutem-bito del geacutenero literario y dramaacutetico que for-joacute que se diferencia significativamente de la poesiacutea homeacuterica y otras formas de poesiacutea co-ral antiguas y contemporaacuteneas con ella y por uacuteltimo en la visioacuten antropoloacutegica o de ldquocon-ciencia traacutegicardquo que consolidoacute en el desarrollo de sus tropos convencionales (Vidal-Naquet 2002b p25) La tragedia griega perfectamen-te puede entenderse como una invencioacuten que conecta en siacute tradicioacuten e innovacioacuten miacutemesis de lo dado y poiesis en una novedad y transfi-guracioacuten de la tradicioacuten al menos en el terre-no literario que ella desarrolla

El espacio ficcional que posibilita la repre-sentacioacuten traacutegica une lo singular de la tradi-cioacuten con una apertura imaginativa que vislum-bra una diferencia en el estado de cosas or-dinario en las tragedias es habitual encontrar mujeres altivas transgresoras asiacute como re-flexiones y cuestionamientos graves y profun-dos sobre la humanidad y la condicioacuten sublime de las deidades entre otros toacutepicos Pero en ellas tambieacuten se subvierte la costumbre para dar voz al conflicto inmanente en la vida hu-mana De acuerdo con Gadamer (1991) no ldquoes casual en absoluto que el artista supere en lo que crea la tensioacuten entre las expectativas cobijadas por la tradicioacuten y los nuevos haacutebitos que eacutel mismo contribuye a producirrdquo (p43)

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incluso si estos cambios son uacutenicamente en el orden de las convenciones esteacuteticas y artiacutesti-cas dentro de su geacutenero Una posibilidad que se realiza en el teatro de Euriacutepides de modo excepcional

De hecho esta interconexioacuten entre miacuteme-sis y poiesis tradicioacuten e innovacioacuten contiene en siacute un componente hermeneacuteutico que Ga-damer denomina como fusioacuten de horizontes En la actividad de los poetas traacutegicos se ges-ta una relacioacuten que itinera entre la tradicioacuten de valores culturales comunes de la polis y la reinterpretacioacuten de tal tradicioacuten en el ldquolengua-je del presenterdquo El mito en el teatro se entre-mezcla con figuras anacroacutenicas como la polis democraacutetica por ejemplo con la fundacioacuten del Areoacutepago en las Eumeacutenides de Esquilo o las actitudes libertarias e infractoras de muje-res-silentes que se enfrentan al status quo de la ciudad pero tambieacuten la tragedia es capaz de presentar figuras femeninas y relaciones de philia y amor propias de una comprensioacuten diversa divergente que el poeta manifiesta Con Gadamer y Jean Grondin puede afirmarse en teacuterminos hermeneacuteuticos que en la inven-cioacuten de la tragedia se gesta una fusioacuten de ho-rizontes en tanto que la comprensioacuten (com-prensioacuten y reinterpretacioacuten de la tradicioacuten que ofrece cada obra) moviliza un sentido y una serie de interrogantes que vinculan el pasado tradicional con el presente de la representa-cioacuten

Si como considera Jean Grondin (2008) ldquosiempre se interpreta una obra a partir de las preguntas a menudo imperceptibles que plantea nuestro tiempordquo (p84) entonces la misma obra traacutegica en su articulacioacuten y re-presentacioacuten teatral se vuelve inteacuterprete de la tradicioacuten y la cultura de la que emana Pero aunado a ello si lo propio de la construccioacuten literaria es su libertad ficcional mdashla suspen-sioacuten de todo sentido y referencia convencio-

nal para transfigurarse en el terreno ficcional del artemdash debe considerarse que el teatro traacute-gico posibilita de una manera consolidada un espacio alterno desde el cual el ser humano puede pensarse a siacute mismo individualmente y repensar la realidad cultural e histoacuterica que le da configuracioacuten

En modo alguno puede imaginarse que esa posibilidad solo fue vaacutelida para el ciudadano antiguo que experimentoacute el teatro traacutegico en su contexto original Esta experiencia de alte-ridad literaria sigue siendo posible para cada persona en nuestra contemporaneidad en la medida en que el encuentro con la literatura supone siempre una actividad comprensiva e interpretativa Que hay que decir nuevamen-te admite la aplicacioacuten de una serie de senti-dos e interrogantes modernos hacia el texto u objeto que se interpreta Por su parte para Gadamer (1977) ldquola obra de arte tiene su ver-dadero ser en el hecho de que se convierte en una experiencia que modifica al que la experi-mentardquo (p145) de ahiacute que la fusioacuten de hori-zontes de la que eacutel habla tambieacuten sucede en la experiencia de ldquosimultaneidadrdquo e inmersioacuten que la obra traacutegica asegura en su representa-cioacuten esceacutenica o en su lectura

El que la experiencia esteacutetica de la obra traacutegica establezca una ldquomediacioacuten totalrdquo una no-distincioacuten entre el sujeto inmerso en la constelacioacuten de sentido de la pieza y la plena presencia de ese sentido hace del concepto de ldquosimultaneidadrdquo gadameriano una especie de apertura hacia un espacio alterno en el que la experiencia de autoolvido se vuelve un ha-llazgo un encuentro con algo novedoso dife-rente y verdadero Para Gadamer (1997) ldquoen realidad el estar fuera de siacute es la posibilidad positiva de asistir a algo por enterordquo (p171) Es en suma un ldquoasistirrdquo en el que el sujeto co-partiacutecipe halla un decir irrefutable eminente y vaacutelido que atisba e interpreta en una expe-

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riencia esteacutetica que fusiona cognicioacuten y emo-cioacuten

En eso consiste la dimensioacuten aletheica de la palabra poeacutetica que para nuestro filoacuteso-fo estaacute asociada al concepto platoacutenico de la anamnesis Seguacuten Gadamer la miacutemesis debe entenderse en conjuncioacuten con esa nocioacuten platoacutenica es decir que la obra de arte posi-bilita un re-conocimiento de las cosas (un vol-ver a conocer) de una manera maacutes esencial al introducir al espectador-cojugador en una nueva forma de aprehensioacuten de la realidad la re-conoce Jean Grondin (2003) precisa que en la pieza artiacutestica ldquoel mundo es experimen-tado hasta tal punto en el elemento del olvido ontoloacutegico que lo que caracteriza la funcioacuten anamneacutetica del arte es el redescubrir el mun-do en siacute mismordquo (p78)

Pero el redescubrimiento del mundo y su re-conocimiento suponen la develacioacuten de algo nuevo y eminente un sentido y una rela-cioacuten que antes no se encontraban presentes o mejor dicho permaneciacutean ocultos en nues-tra experiencia habitual y concreta respecto de las cosas Nuestra comprensioacuten linguumliacutestica del mundo se hallaba inmersa en lo habitual y en la concrecioacuten significativa y uniacutevoca (o ldquoli-teralrdquo) entre sus significados y significantes da-dos Recordemos que la palabra poeacutetica ldquoesta-blece sentidordquo en su libre asociacioacuten metafoacuteri-ca y figurada y en ella toda relacioacuten de sentido habitual se suspende por lo que la metaacutefora absoluta35 en la que se transfigura y constitu-ye la palabra poeacutetica maacutes que representar lo real tiene la potencialidad de trascender ha-cia una nueva forma de presentar la realidad una forma que es metafoacutericaficcional pero vaacutelida y vinculante Como considera Umberto

35 Nos referimos a la expresioacuten gadameriana en elmomentoenqueel autor escribeque ldquolapalabrapoeacutetica (hellip) tiene el caraacutecter de una metaacuteforaabsoluta (Allemann) frente a cualquier discursocotidianordquo(Gadamer1971p24)

Eco ldquola metaacutefora lsquoponersquo (en el sentido filosoacute-fico pero tambieacuten en el sentido fiacutesico lsquopone delante de los ojosrsquo (τὀ ὅηοιον θεωρεῑν) una proposicioacuten que dondequiera que estuviese almacenada no estaba delante de los ojosrdquo (Eco 1990 p191)

La palabra poeacutetica tiene la potencialidad de ldquodescubrirrdquo y ldquoestablecer sentidordquo A partir de esta nocioacuten es que hemos optado en nu-merosas ocasiones por la expresioacuten de ldquopre-sentacioacutenrdquo en lugar de ldquorepresentacioacutenrdquo De acuerdo con lo anteriormente establecido en la develacioacuten que ofrece la palabra poeacutetica la anamnesis se da maacutes como el descubrimien-to de una nueva relacioacuten de sentido y de una sorprendente profundidad significativa en lo ya conocido lo que sugiere una polisemia an-tes oculta de relaciones realidades experien-cias y acciones en nuestro mundo circundante Todo esto en suma se constituye en un ha-llazgo que ampliacutea nuestros horizontes de com-prensioacuten del mundo y de nosotros mismos a la luz de nuevas formas de nombramiento

Es dentro del mundo literario-ficcional que la obra presenta donde encontramos un decir eminente y revelador que parece concretar o cristalizar en su ser-linguumliacutestico y expresioacuten lite-raria una experiencia vital que nos resulta ver-dadera Es decir que en la literatura muchas veces hallamos expresiones palabras e inclu-so reflexiones de importantes repercusiones y las admiramos sobre todo porque ellas con-cretan y conservan en forma linguumliacutestica y poeacute-tica una experiencia o realidad que antes era innombrada para nosotros El texto literario y lo que podemos encontrar en eacutel consiste en una reaproximacioacuten diversa a las cosas pues se da de tal modo que es casi como una pre-sentacioacuten de sentido que antes se encontraba oculto o inaprensible a nuestra comprensioacuten individual

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Si bien el filoacutesofo espantildeol Luis Zahonero parte de una teorizacioacuten filosoacutefica y linguumliacutestica diferente de la gadameriana o distinta de la hermeneacuteutica en general (maacutes cercano a filoacute-sofos como Kant y Nietzsche en sus postula-dos) en su reflexioacuten sobre la poesiacutea encontra-mos ciertos puntos de afinidad cuando asume que el lugar de los poetas es aquel en el que se encuentran los nombres para las cosas Y es auacuten maacutes significativo su examen cuando con-sidera que la poesiacutea es una caceriacutea salvaje de imaacutegenes

Es capaz de cazar las salvajes imaacutegenes primeras y a las cosas por sus nombres no sabidos es capaz incluso de obligarlas a admitir que ese nombre que usaban no era el suyo (por mucho que traten de es-conderse y pasar de incoacutegnito) es capaz de hacer brotar lo real donde habiacutea solo un significado y exigir al mundo que con-fiese sus secretos (Zahonero 2017 p310)

Sin remitir a ni depender de un modelo conceptual preestablecido la palabra poeacutetica nombra al mundo y nuestras experiencias vita-les de tal forma que nos parecen vaacutelidas pues de alguna manera hacen justicia a tales rea-lidades Precisamente porque nuestro mun-do y experiencia ahiacute en eacutel adquiere ser en el momento en que accede a su nombramiento y articulacioacuten comprensiva en el meacutedium lin-guumliacutestico en el que ldquohabitamosrdquo No por nada Gadamer siguiendo a Heidegger afirma que el meacutedium linguumliacutestico nos acerca al mundo es-tablece una ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea respecto de lo dado pero tambieacuten encubre una dimen-sioacuten no-familiar que se puede experimentar en la actividad de la traduccioacuten o en el encuentro con la poesiacutea Para Gadamer (1971) ldquoUna y otra vez las mismas articulaciones fundamen-tales que conducen nuestra comprensioacuten del mundo son palabrasrdquo (p120)

Aun asiacute esta no-familiaridad que puede suscitar el encuentro con diversas experien-cias interpretativas puede asociarse a nuestra disertacioacuten sobre lo deinoacuten El lenguaje es tam-bieacuten deinoacuten establece un dominio familiar o una cercaniacutea relativa al mundo al tiempo que arriba a un espacio de no-familiaridad en el que las palabras muestran su profundidad sig-nificativa a la vez que su limitacioacuten para hacer presente ciertas realidades ligadas a nuestra forma de estar y comprender el mundo Asiacute como el lenguaje es nuestro primer acceso a ese mundo es tambieacuten un liacutemite del que no podemos escapar

Como pudo desarrollarse en el apartado 11 la universalidad de la linguumlisticidad solo puede ser aceptada cuando se entiende como la universalidad de lo que podriacutea ser expresa-do y articulado la conciencia de que el len-guaje posibilita una comprensioacuten maacutes abar-cante al tiempo que se despliega de tal forma por encima del sujeto que nuestra capacidad comprensiva siempre es limitada Como con-sidera Jean Grondin (2003) ldquoLa universalidad es siempre la universalidad del querer decirrdquo (p197) De alliacute que toda comprensioacuten lin-guumliacutestica se enfrente con los liacutemites de lo que pudiera explicitar y expresar realidad que se hace patente de forma concreta en la expe-riencia esteacutetica y sobre todo en el encuentro con el texto literario

Cabe considerar que esta pugna entre la universalidad de la linguumlisticidad y lo innom-brable impactan de dos modos distintos en la tragedia aacutetica En una dimensioacuten interna el geacutenero llega a abordar con cierta frecuen-cia toacutepicos y experiencias que colindan con lo inexpresable como lo son las vivencias del do-lor el lamento y el luto Podriacutea evocarse aquiacute la famosa expresioacuten de Heacutecuba en la obra ho-moacutenima de Euriacutepides que al cantar sobre sus infortunios clama ldquoiexclTodo esto no es otra cosa

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que imaginaciones del espiacuteritu y vanos ruidos de la lenguardquo (Euriacutepides vv623-627) E igual-mente se puede aludir al silencio y el dolor ex-tralinguumliacutestico que las tragedias suelen expre-sar por medio de su complejo entramado de recursos retoacutericos-literarios teatrales y me-tateatrales y que en caracteres como Clitem-nestra Casandra o Antiacutegona son faacutecilmente discernibles mdashaunque este tema se abordaraacute con mayor amplitud en el siguiente apartado

Por otro lado en una dimensioacuten externa la querella entre la articulacioacuten comprensiva y su frontera con lo inasible a la verbalizacioacuten inciden sobre los liacutemites en los que pueden interpretarse las tragedias en la medida en que estas son productos literarios Ninguna interpretacioacuten literaria acadeacutemica o teoacuterica sobre la pieza traacutegica puede agotar del todo su ser-obra Gadamer resalta que es un error suponer que las obras de arte posibilitan una inteleccioacuten e integracioacuten pura del sentido que ellas despliegan como si pudiera conceptua-lizarse por completo aquello que resguarda en su ser-obra error que distingue en la es-teacutetica idealista de Hegel Las tragedias nos ha-blan como obras y no como portadoras de un mensaje filosoacutefico que deba de ser explicitado sistemaacuteticamente en un desarrollo uniacutevoco (como se expuso en el apartado anterior) (Ga-damer 1991 p86)

La eminencia dicente de la poesiacutea traacutegica se sustrae de una total conceptuacioacuten pero tam-bieacuten posibilita un campo ampliacutesimo en el que es posible su interpretacioacuten desde muacuteltiples enfoques y estudios El que la obra no pueda ser agotada en una serie de interpretaciones supone el caraacutecter libre y no reprimido por la conceptuacioacuten tanto de la obra como de la reflexioacuten comprensiva que suscita en quien se dispone a realizar una reflexioacuten sobre la pieza literaria En efecto nuestro liacutemite interpretati-vo posibilita tambieacuten la apertura de muacuteltiples

aproximaciones posibles hecho que se hace palpable cuando se atiende a la infinidad de estudios y aproximaciones que se han desa-rrollado en el curso de la historia sobre la tra-gedia griega y que se han convertido en toda una ldquotradicioacutenrdquo de anaacutelisis sobre el tema

Como hemos visto el potencial de la pala-bra poeacutetica reside en su posibilidad de ampliar nuestros marcos linguumliacutesticos de comprensioacuten en posibilitar el encuentro con nuevas formas de nombramiento y en la amplificacioacuten de nuestra forma de percibir sentir y entender a partir de espacios literarios cuya novedad nos permite interpelarnos a nosotros mismos y aun a nuestro derredor cultural

Al retomar lo dicho con anterioridad esta idea encuentra en Euriacutepides un ejemplo de su maacutexima realizacioacuten dado que su teatro insti-tuye una diferencia significativa respecto de las convenciones que se gestaron en relacioacuten con la teacutechne de la poesiacutea traacutegica A diferencia de Esquilo y Soacutefocles Euriacutepides innova en el seno de una comunidad fuertemente estruc-turada y en medio de una tradicioacuten esceacutenica y teatral para proporcionar una poesiacutea de cier-to caraacutecter transgresor

En sus argumentos las narraciones miacuteticas ceden de forma maacutes expliacutecita al ingenio lite-rario para significar y presentar nuevas rela-ciones en las que los heacuteroes y personajes de altura se transforman en seres distintos maacutes ruines pasionales sensitivos y humanos En sus intrigas el elemento religioso se trastoca para ofrecer unas deidades y un tipo de fe di-vergente En Ioacuten el dios Apolo que es uno de los pilares fundamentales y de maacutes relevancia de la cultura helena es exhibido de manera peyorativa como un dios-silente indecente e irresponsable y cuestionado incluso por no manifestar sus propios roles como deidad re-veladora Al tiempo el poeta deja traslucir un

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tipo de religiosidad maacutes iacutentima ligada a la per-sona individual

Por uacuteltimo Euriacutepides tambieacuten presenta nuevas figuras femeninas dotadas de roles maacutes violentos pero sabios y con fuertes razo-nes y argumentos para desafiar e increpar a la propia estructura social y cultural que recrea libremente en el espacio literario de sus obras

En suma a diferencia de los otros poetas estudiados Euriacutepides consuma en muchos as-pectos la transgresioacuten de lo que Umberto Eco denominoacute como las leyes socioculturales que marcan lo que auacuten no ha sido dicho o lo que no puede decirse (Eco 1990 p172) en pos de una posibilidad liacutemite y genialidad poieacutetica ca-paz de consolidar alguna conformacioacuten artiacutesti-ca en el seno de una cultura determinada En otras palabras su poesiacutea traacutegica puede llegar a significar la apertura hacia un afuera una diferencia respecto de las formas en las que comuacutenmente se comprende y valora lo real

Cabe considerar entonces que la posibi-lidad de la palabra poeacutetica y la conformacioacuten artiacutestica transitan entre el re-conocimiento develador de algo verdadero y la ruptura de la tradicioacuten para avanzar hacia una nueva for-ma de comprensioacuten y consideracioacuten sobre lo dado Eso en tanto en esta palabra eminente anida la presencia de la polisemia significativa y profunda que lo concreto de la vivencia vital resguarda

En este sentido hacemos nuestra la si-guiente nota del filoacutesofo Zahonero en la que asegura que el arte y la poesiacutea son capaces de ampliar

(hellip) nuestro horizonte de representa-cioacuten y nuestro modo de sentir ensanchan-do las fronteras de nuestro sistema de representacioacuten privada (hellip) libraacutendonos de la estrechez que imponen nuestras formas particulares de juicio (ya sean subjetivas o

colectivamente compartidas) (Zahonero 2017 p321)

33 Lo que es capaz de presentar la poesiacutea traacutegica polisemia y silencio en la colisioacuten traacutegica

Una vez esclarecido el ldquoespacio de com-prensioacutenrdquo que puede posibilitar el encuentro con la literatura y en este caso con la poesiacutea traacutegica queda una uacuteltima consideracioacuten inte-gral acerca de los diferentes toacutepicos que abor-dan las tragedias motivos de examen en esta investigacioacuten el silencio lo deinoacuten y la parre-siacutea Y a continuacioacuten pasaremos a realizar una reconsideracioacuten final sobre el alcance alethei-co de la poesiacutea en la tragedia griega

Para Gadamer una de las cualidades dis-tintivas de la palabra poeacutetica reside en su eminencia un vocablo que le debemos y que recorre transversalmente nuestra indagacioacuten Es la eminencia o vitalidad propia lo que hace de lo nombrado en el texto literario una expe-riencia distinta que escapa de la cotidianidad y se ldquoelevardquo por encima de ella Pero en con-trapartida refiere el mismo Gadamer (1996) ldquonuestra experiencia fundamental como seres temporales [es] el que todas las cosas se nos escapan que todos los contenidos de nues-tra vida se nos vuelven cada vez maacutes paacutelidosrdquo (p119) y que en definitiva toda compren-sioacuten adquisicioacuten y experiencia se encuentran condenadas por nuestra constitucioacuten tempo-ral Ante ello la palabra eminente en la litera-tura surge como una experiencia que elude lo temporal y hace participar al sujeto en una experiencia iacutentegra que no se encuentra mar-cada por la sucesioacuten temporal vaciacutea

La tragedia griega desde su decir poeacutetico representa en un mundo ficcional cuestiones universales sobre ese devenir temporal en el que la ldquopalidezrdquo de una experiencia se desha-

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ce y se reinterpreta de manera completamen-te singular en la representacioacuten que la obra establece Nuestro autor es muy cuidadoso al aclarar ldquoNo creo que baste con decir que en toda conformacioacuten poeacutetica se responden las preguntas uacuteltimas de nuestro vivir humanordquo (Gadamer 1996 p119) Y ciertamente en este punto de la investigacioacuten seriacutea un error suponer que la tragedia o cualquier otra for-ma de arte nos otorga un acceso privilegiado a una forma de comprensioacuten ontoloacutegica y ase-gurada de la realidad La literatura no puede erguirse como una respuesta a ldquolo verdaderordquo ni debe comprenderse como un acceso a la estructura ldquoverdaderardquo del mundo asiacute como la obra literaria no siempre pretende reflexio-nar sobre temaacuteticas existenciales y de caraacutec-ter universal Las tesis hermeneacuteuticas de Ga-damer tampoco se dirigen a esos equiacutevocos Pero lo que siacute puede asegurar la conformacioacuten poeacutetica es lo que eacutel denominoacute como la expe-riencia de una cercaniacutea

Al repensar la anterior cita del filoacutesofo ale-maacuten debemos recalcar el hecho de que las tragedias no nos ofrecen una ldquorespuestardquo a esas cuestiones universales sobre el ldquovivir hu-manordquo la muerte la fragilidad la virtud Aun asiacute puede admitirse que es gracias a su emi-nente despliegue artiacutestico que ellas en su ex-presioacuten poeacutetica nos interpelan e increpan res-pecto de esas cuestiones fundamentales No para indicarnos un deber ser o revelarnos una cierta verdad uacutenica respecto de una forma au-teacutentica de existencia sino para interpelarnos en la forma de una interrogacioacuten sobre esos valores y sentidos que ponen en juego En la li-teratura no encontramos una respuesta dada uniacutevoca uniforme pero siacute una aproximacioacuten distinta y plural a muchas cuestiones comunes que caracterizan nuestro estar-en-el-mundo

El despliegue dramaacutetico de las obras es-tudiadas nos ofrece un dinaacutemico juego en el

que las verdades y valores que los personajes sostienen se vuelven plurales Esto a traveacutes de la colisioacuten traacutegica y sobre todo por medio de la ambiguumledad (Vidal-Naquet dixit) que surge de los propios personajes y las acciones que se despliegan en el argumento Como indica Vidal-Naquet ldquoExiste ambiguumledad entre el de-sarrollo humano del drama y el plano decidido por los dioses entre lo que dicen los persona-jes y lo que comprenden los espectadores la ambiguumledad reside dentro de los propios heacute-roesrdquo (Vidal-Naquet 2002b p17)

Las tres tragedias abordadas dan cuenta de ello de muchas maneras En el Agamenoacuten de Esquilo la ambiguumledad surge por medio de diferentes elementos En primer lugar el silencio aparece como un tropo de relevancia que establece diversas relaciones de sentido de acuerdo con el desarrollo del drama estaacute el silencio que reina en el palacio respecto de los sacrilegios que han tenido lugar en la casa de Atreo el ocultamiento silencioso de Clitemnestra y el silencio vuelto signo de de-safiacuteo en Casandra Por otro lado la expresioacuten verbal de los personajes se desenvuelve junto a una dimensioacuten extraverbal que diferentes personajes como el coro no dejan de sentildealar en sus cantos Asimismo en el primer encuen-tro entre Clitemnestra y Agamenoacuten sucede un iroacutenico juego de maacutescaras que velan y revelan intenciones ambiguas En la escena en que la reina invita a Agamenoacuten a que camine sobre una alfombra puacuterpura como signo de su bue-na acogida se lee en la intervencioacuten de Cli-temnestra

iexclQue quede al momento el camino cubierto de puacuterpura para que Justicia lo lleve a una mansioacuten inesperada Lo demaacutes que el destino tiene ya decretado lo haraacute como es justo con la ayuda de las deida-des mi pensamiento que nunca fue venci-do del suentildeo (Esquilo v910)

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La reina invoca a la Justicia en beneficio de su marido para elogiarlo y gloriarlo pero pa-ralelamente su discurso connota su deseo de ldquoajusticiarlerdquo por el crimen que cometioacute con Ifigenia La paradoja de grandes efectos dra-maacuteticos se establece en la relacioacuten metatea-tral entre el puacuteblico o el lector que conoce el destino de los acontecimientos y el mundo del acontecer ficcional en el que las intenciones se encuentran parcialmente veladas Mientras que el coro atisba cierta sospecha se hace presente y evidente para cada personaje un ambiente de pesadez y horror que impregna cada suceso en el palacio Agamenoacuten no sin cierta ironiacutea mdashpara el espectadorlectormdash proclama ldquoiexcl(hellip) y ojalaacute que al pisar esta puacuter-pura no me alcance de lejos la envidia de la mirada de las deidadesrdquo (Esquilo v946)

La paradoja y la aporiacutea se encuentran in-cluso en estos personajes Como se pudo ver en el rey argivo esa ambiguumledad surge en su alusioacuten metafoacuterica como aacuteguila rapaz y como buitre carrontildeero el laudado general y rey de las tropas helenas se convierte por aporiacutea in-superable en la representacioacuten de un liacuteder im-piacuteo e impulsado por una ldquotemeridad voluntaria (thaacutesos Hekouacutesion)rdquo (Nussbaum 1995 p78) por un mal eros que impregna su caraacutecter y le acerca a la ldquodemenciardquo Es una condicioacuten que comparte con su esposa Clitemnestra quien en el decurso de la accioacuten muestra su multipli-cidad enigmaacutetica en su altivez en el dominio del espacio puacuteblico en su estado antinatural de mujer viril y por uacuteltimo en su silencio de ocultamiento asociado al dolor y al luto

En Antiacutegona el desarrollo argumental de la obra juega igualmente con la paradoja la am-biguumledad y la colisioacuten traacutegica Aunque la prin-cesa tebana se muestra a simple vista como la heroiacutena de la pieza la verdad es que esta narrativa explora en la condicioacuten ambivalen-te desgarrada y el deinoacuten de la joven Tanto

Antiacutegona como Creonte expresan valores y posiciones antagoacutenicas que surgen de la mis-ma imposicioacuten de la ley y si bien ambos ca-racteres demuestran su ceguera parcial ante la posicioacuten alterna es el espectador quien comprende y pondera la pluralidad que se re-vela en los acontecimientos Debe destacarse incluso que la metaacutefora del barco como tropo de la direccioacuten de la ciudad aparece de mane-ra reiterada en la obra pero para indicar una nueva visioacuten y ponderacioacuten de la misma y de los sucesos dramaacuteticos

En un primer momento dicha metaacutefora sur-ge de una intervencioacuten de Creonte para enfa-tizar la idea de que solo el barco-polis puede salvar a los ciudadanos de la cataacutestrofe de la tycheacute (v190) Luego en los versos 580-590 del coro reaparece con el objetivo de aludir a la potencia destructiva de las olas impulsadas por los vientos y las profundidades de la ma-rea Y por uacuteltimo resurge en la voz de Hemoacuten con la intencioacuten de denunciar la unidireccio-nalidad e intransigencia de su padre ldquo(hellip) de la misma manera en que tensa fuertemente las escoltas de una nave sin aflojar nada despueacutes de hacerla volcar navega el resto del tiempo como cubierta invertidardquo (Soacutefocles v715) Las palabras de Hemoacuten son claras y advierten que la radicalidad de Creonte le conduciraacute a la ca-taacutestrofe como efectivamente sucede No obs-tante el destino de Antiacutegona es semejante solo que ella antes y despueacutes de su desgracia demuestra en sus acciones una tensa lucidez que transita entre la legitimidad y la culpa por lo que realiza

Lo interesante se encuentra en la reitera-cioacuten de la metaacutefora en distintos momentos de la obra en los que reaparece para comple-mentar y sopesar dimensiones diferentes de siacute misma y con ello exige del espectador su interpretacioacuten integral en sus diferentes ex-presiones

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Para finalizar en Ioacuten la ambiguumledad no solo se muestra por ejemplo en los diaacutelogos iroacutenicos entre Ioacuten y Creusa en su primer en-cuentro cuando ninguno de los dos era real-mente conocido para el otro Todo el embrollo tragicoacutemico sucede sobre un argumento en donde el aacuteureo dios Febo el que ldquocanta para los mortales sentado en el ombligo mismo de la tierra y les manifiesta el presente y el futu-rordquo (Euriacutepides v5) decide callar y esconder la verdad a los mortales para ocultar su culpa y responsabilidad

Nuevamente lo distintivo de las tragedias estudiadas no consiste en una ldquodevelacioacutenrdquo ontoloacutegica de una verdad dada sino en la manifestacioacuten poeacutetica y literaria de lo para-doacutejico la aporiacutea la tensioacuten la ambiguumledad de la existencia humana y la pluralidad de valo-res y sensaciones que se entremezclan en el hombre mismo interpelando asiacute nuestra pro-pia concepcioacuten tantas veces uniacutevoca y riacutegida sobre las cosas A traveacutes de la colisioacuten traacutegica y la compleja estructura de pesos y contrape-sos de los que se sirve el teatro aacutetico se nos presentan diversas acciones valores y sensa-ciones humanas que se esparcen en una gran multiplicidad de sentidos y significaciones po-sibles No es la univocidad de un uacutenico senti-do verdadero en la realidad sino su inmensa pluralidad poliseacutemica y significativa lo que se devela en la accioacuten y que en la representacioacuten poeacutetica nos exige reflexioacuten e interpretacioacuten

Esta interpretacioacuten sobre lo que la poesiacutea traacutegica puede ofrecernos halla considerables puntos de encuentro y relacioacuten con las tesis de Vidal-Naquet para quien la tragedia aacutetica en la perspectiva antropoloacutegica que elabora ldquoel hombre y sus actos no se perfilan como realidades estables que se podriacutean delimitar definir y juzgar sino como problemas como preguntas sin respuesta como enigmas cuyo doble sentido siempre queda por descifrarrdquo

(Vidal-Naquet 2002 p25) Y que invita a cada espectador o lector en su encuentro singular con las obras traacutegicas a entablar un espacio de diaacutelogo y reflexioacuten desde el cual poder pen-sarse a siacute mismo y su relacioacuten inmediata como sujeto inserto en una cultura particular una tradicioacuten como podriacutea considerarse en teacutermi-nos gadamerianos

En este sentido nuestra investigacioacuten se orientoacute a repensar la muacuteltiple significacioacuten de experiencias y recursos como el silencio lo deinoacuten y la palabra liberada y transgresora en el discurso parresiasteacutes En modo alguno son experiencias ldquoprimigeniasrdquo pero siacute son iacutentimas y se integran en nuestra comprensioacuten linguumliacutestica del mundo Max Colodro siguiendo la reflexioacuten heideggeriana sobre el lenguaje afirma que el ldquohabla dispone a la presencia la objetiva en primer lugar como relato El silen-cio por su parte mantiene oculta esa profun-didad semaacutentica donde la palabra se gesta y donde busca su sentido precisordquo (p21) Ahora bien de acuerdo con lo desarrollado en los primeros dos capiacutetulos de esta investigacioacuten la palabra poeacutetica es capaz de manifestar la pluralidad semaacutentica oculta en la concrecioacuten de la palabra y jugar con una serie casi infinita de relaciones de sentido

La palabra poeacutetica no suscita de forma sub-jetiva una serie de sensaciones ldquoprivadasrdquo ni encuentra su campo de desarrollo y liacutemite en la mera expresioacuten sensorial o sensitiva a tra-veacutes de un discurso literario que es puramente ldquoficticiordquo ldquofalsordquo o personal Ella es capaz de trasladar nuestra reflexioacuten y comprensioacuten ha-cia un mundo literario ficcional en el que las ldquodenotaciones literalesrdquo las referencias ldquorea-lesrdquo y ldquoliteralesrdquo de las cosas se suspenden para establecer nuevas relaciones de sentido que podriacuteamos llamar ldquoliterariasrdquo pero que adquieren su propia validez y verdad ldquometa-foacutericardquo y que en la realizacioacuten artiacutestica sumer-

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gen al espectador-lector en una experiencia que le lleva a admitir su realidad y autoridad En Verdad y meacutetodo Gadamer se sirve de la expresioacuten ldquoasiacute esrdquo con la que solemos admitir el tipo de verdad que nos descubre e impacta en la experiencia esteacutetica del arte (Gadamer 1977 p179) Aquiacute nos servimos de un impor-tante aporte del filoacutesofo Paul Ricoeur quien al reflexionar sobre la validez y verdad de la palabra poeacutetica considera que ldquola epocheacute de la realidad natural es la condicioacuten para que la poesiacutea despliegue un mundo a partir del es-tado de alma que la poesiacutea articulardquo (p303) Sin embargo ldquoestado del almardquo no se refiere a una ldquosensacioacuten subjetivardquo sino maacutes bien al teacutermino heideggeriano Befindlichkeit con el que se expresa una manera de encontrarse en medio de la realidad una forma de estar y ha-llarse entre y con las cosas Por consiguiente la poesiacutea traacutegica y las diversas formas de arte en general son capaces de articular en el suje-to la experiencia esteacutetica de un determinado ldquoestado del almardquo (Ricoeur 2001 p303)

Gadamer al igual que Ricoeur concuerdan en la idea de que la palabra poeacutetica establece una suspensioacuten o epocheacute al estilo husserliano conteniendo o interrumpiendo la concrecioacuten significativa del lenguaje mdashsu uso y validez cotidianosmdash para transformarla en la confor-macioacuten artiacutestica Una conformacioacuten en la que cada tragedia mdashcada obra de artemdash estable-ce su propio mundo literario de significados y siacutembolos diversos ademaacutes de relaciones uacuteni-cas a modo de constelaciones en donde el su-jeto-copartiacutecipe se deja imbuir y trastocar por la dicencia que la obra instaura en este caso las tragedias griegas abordadas La palabra poeacutetica permite para Gadamer

(hellip) abrir de nuevo el juego con otras palabras y no sin que entren en juego tam-bieacuten referencias de sentido (hellip) A traveacutes de ello la palabra se vuelve maacutes dicente y

lo dicho es[taacute] de un modo maacutes esencial ahiacute (Gadamer 1971 p25)

Esa nueva validez y carga significativa que porta la palabra poeacutetica es la que nos interpela y revela de este modo la dimensioacuten cognitiva de la conformacioacuten artiacutestica y la palabra poeacuteti-ca De acuerdo con Ricoeur y con el acadeacutemico Nelson Goodman distorsionamos y margina-mos automaacuteticamente el potencial de la pa-labra poeacutetica al asimilarla a una forma del dis-curso que no posee referencia (literal) o que simplemente tiene una ldquoreferencia connotati-vardquo solo vinculada a sensaciones y expresio-nes de la subjetividad yo que su uacutenica alusioacuten se dirige hacia ella misma (la obra literaria) mientras que otras formas del discurso siacute po-seen una ldquoreferencia denotativardquo y en esa me-dida posibilitan cierta cognicioacuten sobre aquello que el discurso refiere y denota En esta loacutegica nos acercamos a una forma de comprensioacuten del arte semejante a la platoacutenica en la que toda representacioacuten se vuelve una copia susti-tutiva de la realidad y una simulacioacuten falsa de sensaciones y acciones humanas Separamos de este modo el arte del mundo como si este fuera un espacio extrantildeo y deficiente en rela-cioacuten con el mundo

A diferencia de estas tesis para Paul Ri-coeur y Nelson Goodman mdashe inclusive para Gadamermdash la palabra poeacutetica no solo evoca y establece desde siacute una forma de estar en-tre el mundo y las cosas en la que el sujeto copartiacutecipe de la obra puede comprenderse sino que tambieacuten reuacutene en siacute una dimensioacuten emocional y cognitiva En palabras de Ricoeur y este siguiendo a Nelson Goodman (2010) ldquola experiencia esteacutetica es cognoscitiva Hay que llegar a hablar de verdad en el arte (hellip) como el caraacutecter apropiado de una simboliza-cioacutenrdquo (p306)

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Esto explicita nuevamente la dimensioacuten aletheica de la palabra poeacutetica y la conforma-cioacuten artiacutestica en diferentes niveles En primer lugar en la medida en que la palabra poeacutetica gesta o posibilita un encuentro y una forma de nombramiento que porta su propia valiacutea Como expresa Ricoeur hallamos el ldquocaraacutecter apropiado de una simbolizacioacutenrdquo o como el propio Luis Zahonero distingue arribamos al espacio en el que se les dan nombres a las co-sas (el lugar del juicio que es el lugar de los poetas) Es decir la palabra poeacutetica es capaz de ldquoinstaurar sentidordquo y en su desarrollo fic-cional y metafoacuterico establece nuevas relacio-nes que posibilitan una comprensioacuten renova-da de las cosas

El nombramiento eminente y poeacutetico en el arte descubre una forma de comprensioacuten di-versa y divergente sobre lo nombrado Gada-mer se sirve de la expresioacuten ldquoautocumplimien-tordquo de la palabra y el lenguaje en la confor-macioacuten literaria (Gadamer 1996 p116) pero nosotros creemos que esta consideracioacuten establece una reestructuracioacuten mdashen el orden linguumliacutesticomdash de una experiencia profunda y vi-tal que en su expresioacuten se hace presente a la vez que deja resonar su profundidad significa-tiva y poliseacutemica

En la experiencia de inmersioacuten y no-dis-tincioacuten que la obra crea el sujeto redescu-bre la pluralidad y singularidad del mundo y la re-encuentra de una manera maacutes esencial Pero este hallazgo no es una actividad de la pura razoacuten o juicio es una cognicioacuten que se encuentra acompantildeada y relacionada iacutentima-mente con la dimensioacuten emotiva y sensitiva del hombre La funcioacuten cognitiva del arte es tambieacuten sensitiva y viceversa ldquola obra de arte se aprehende a traveacutes de los sentimientos y a traveacutes de los sentidosrdquo (Goodman 2010 p224) Incluso Martha Nussbaum ofrece una reflexioacuten similar al afirmar

Cuando examinamos la concepcioacuten eacutetica incorporada al texto traacutegico nuestra actividad cognoscitiva va acompantildeada en un sentido fundamental de una respues-ta emotiva En parte descubrimos lo que pensamos sobre los acontecimientos que se nos muestran apercibieacutendonos de lo que sentimos (Nussbaum 1995 p44)

La emocioacuten y la cognicioacuten se entrelazan en la experiencia e interpretacioacuten de la obra ar-tiacutestica y no uacutenicamente en la concepcioacuten eacuteti-ca que la obra ofrece Esto se evidencia en la experiencia de eacuteleos y phoacutebos que de forma geneacuterica el suspenso traacutegico es capaz de sus-citar en el espectadorlector No es solo una sensacioacuten que evoca la obra sino que gracias a ella es posible comprender y vivir la obra de arte de una forma auteacutentica

Ahora bien en los dramas estudiados el hallazgo la novedad se pueden atisbar en recursos como el silencio la fuerza transgre-sora de lo deinoacuten y la parresiacutea que son expe-riencias humanas que establecen un viacutenculo iacutentimo con nuestro derredor Podriacutea decirse que configuran un determinado ldquoestado del almardquo en los teacuterminos antes expuestos pues expresan la realidad de un modo de relacioacuten con el mundo con los otros yo entre las co-sas y ademaacutes explicitan en su presentacioacuten poeacutetica y cristalizacioacuten literaria una experien-cia vital que solo en el nombramiento poeacutetico adquiere un ser eminente antes ignorado La plural presentacioacuten del silencio en Agamenoacuten nos proporciona nuevas formas de pensarlo e integrarlo a nuestra aproximacioacuten interpreta-tiva de las cosas y a nuestra experiencia en-el-mundo y con los otros Cuando el coro de ancianos en Antiacutegona canta ldquoA miacute me parece que son funestos tanto el demasiado silen-cio como el vano griteriacuteordquo (Soacutefocles v1253) atisbamos la profundidad significativa de una expresioacuten que en el texto literario resuena con

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toda su vitalidad y nos interpela desde su de-cir una vez que presenta la vinculacioacuten entre el ldquosilenciordquo y el ldquogriteriacuteordquo pero tambieacuten su vinculacioacuten con la dignidad y la valiacutea del len-guaje que hace expliacutecita esa realidad al nom-brarla

En Antiacutegona cuando el coro canta ldquoMu-chas cosas asombrosas existen y con todo nada maacutes asombroso que el hombrerdquo (Soacutefo-cles v335) y en esas palabras vislumbramos la fuerza significativa del teacutermino deinoacuten o cuando lo experimentamos a la luz de perso-najes como Casandra Antiacutegona o Creusa nos aproximamos a nuevas formas de nombrar y comprender experiencias vitales que son re-nombradas en el libre desarrollo de la poe-siacutea y la literatura Este re-nombramiento libre poeacutetico se nos presenta en una significacioacuten y valiacutea nuevas y no sopesadas con anterioridad que nos muestran una verdad sobre noso-tros mismos y nuestra relacioacuten con el mundo Podemos afirmar entonces que las tragedias analizadas son un vivo ejemplo del potencial aletheico de la palabra poeacutetica que descubre nuevas formas alternas de pensar y detener-nos en la pluralidad de significados de ciertas realidades y que nos conectan con nuestro mundo vital natural y de interrelacioacuten con los otros

Su carga reveladora y su relativo caraacutecter inasible traslucen en la propia expresioacuten poeacute-tica en tanto esta se establece en una dinaacute-mica reciacuteproca de mostracioacuten y ocultamiento presencia y ausencia Como concreta Jean Grondin (2003) ldquoNos faltan palabras porque las estamos buscando traacutegicamenterdquo (p197) Esta pugna entre lo que pudiera ser nombra-do lo que quisieacuteramos explicitar y el horizonte en el que nuestras palabras se vuelven tam-bieacuten insuficientes se experimenta de modo excepcional en la literatura en sus diferentes formas En la obra traacutegica las experiencias de

sentido antes estudiadas adquieren una plu-ralidad de significaciones diversas pero vincu-lantes y reales que a su vez posibilitan un nue-vo espacio desde el cual pensar y pensarnos como individuos

Hablamos de experiencias como las del si-lencio lo deinoacuten y la parresiacutea pero tambieacuten de emociones como el dolor el lamento la inse-guridad la fragilidad y el amor (entre muchas otras que la poesiacutea traacutegica lleva a escena) que adquieren ser y una nueva dimensioacuten eminen-te en nuestro modo de comprenderlas y vivir-las en el momento en que acceden a su libre nombramiento poeacutetico Esto debido a que en la re-presentacioacuten que es la obra se encuen-tran liberadas en un mundo literario-ficcional que juega con libres enlaces libres relaciones que revelan y crean nuevas relaciones de sen-tido posibles Como considera Jean Grondin la ldquopalabra poeacutetica abre el acceso a un mundo que soacutelo estaacute presente para nosotros y nos re-sulta accesible a esa palabrardquo (Grondin 2003 p221)

CONCLUSIONES

La presente investigacioacuten se propuso in-dagar sobre el valor y el sentido de la palabra poeacutetica en la tragedia griega antigua a la luz de la propuesta de Hans-Georg Gadamer sobre un tipo de verdad reconocida en la poesiacutea y la literatura En el desarrollo de estas paacuteginas no solo se pudieron atisbar diferentes problemas que tenemos hoy diacutea respecto del estatuto y alcance de nuestra comprensioacuten linguumliacutestica36 e interpretativa del mundo sino sobre su inci-dencia directa en el encuentro con la poesiacutea traacutegica y en lo que esta tiene de aletheico37 y

36 Comohaquedadoregistradoenestainvestigacioacutenlafrasealudealoqueocurrecuandoldquoalgoseofrecealacomprensioacutendealguienycuandoesealguiencomprenderdquo(Gadamer1999p144)

37 HaescritoGadamer(2001)queen laobradearteldquoalgo emerge a la luz y eso es lo que nosotros

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singular Ello a partir de conceptos fundamen-tales como los de miacutemesis y poiesis Reflexio-nes que pretendemos resumir concretamente en las siguientes liacuteneas

iquestQueacute espacios de comprensioacuten filosoacutefica puede ofrecer la poesiacutea traacutegica partiendo de la propuesta gadameriana de un tipo de ver-dad reconocida en la palabra poeacutetica Esta fue la interrogante cuya respuesta nos plan-teamos investigar El itinerario ha supuesto un desarrollo riguroso y amplio de las variables de la poesiacutea traacutegica (y de la poesiacutea en general) y de la expresioacuten ldquoespacios de comprensioacutenrdquo iacutentimamente vinculada a la propuesta herme-neacuteutica de Gadamer

Lo primero a dilucidar reside en el tipo de ldquoverdadrdquo que puede concederse o se piensa que porta la palabra poeacutetica y la significacioacuten dicente y ldquoelevadardquo de la expresioacuten literaria diferenciada del uso linguumliacutestico propio de los medios de comunicacioacuten y de informacioacuten co-tidiana La verdad en la palabra poeacutetica puede identificarse en diferentes niveles En un pri-mer acercamiento da cuenta de la eminencia significativa e interpretativa que confiere a la expresioacuten textual que se va a consolidar en la conformacioacuten artiacutestica Esta aseveracioacuten se desarrolloacute atendiendo al hecho de que la pa-labra es maacutes dicente en su libre enunciacioacuten literaria separada de cualquier referencia ldquoliteralrdquo pues en su propio juego de significa-ciones siacutembolos e imaacutegenes logra configurar nuevas relaciones posibles de sentido Tales relaciones de sentido se vuelven ldquodenotativasrdquo en un espacio ficcional y metafoacuterico que ellas mismas hacen presentes al ser nombradas

Y bien esta ldquoinstauracioacuten de sentidordquo ese establecimiento de libres enlaces metafoacutericos figurados alegoacutericos en un mundo ficcional que la obra logra construir y constituir erige el

llamamosverdadrdquo(p290)

segundo acercamiento que hemos intentado a saber que la dicencia poeacutetica hace presente un mundo plural plaacutestico de significaciones muacuteltiples presentes y ocultas en la concrecioacuten pragmaacutetica de significados Todo un formida-ble universo expresivo que permanece escon-dido en el uso rutinario informativo vacuo del lenguaje Un uso que supone siempre la concrecioacuten

La aletheia en la palabra poeacutetica pues se comprende en esa posibilidad de encuentro que el despliegue ficcional (artiacutestico esteacutetico estiliacutestico) es capaz de suscitar Uno que llega a ldquoponer en frenterdquo una significacioacuten y una re-lacioacuten vaacutelida que el espectador acepta como verdadera Pero eso no ocurre de una forma pasiva sino en un juego dinaacutemico de copar-ticipacioacuten que exige del espectadorlector su actividad interpretativa para hacer presente sopesar y aprehender aquello que se le pre-senta en la conformacioacuten artiacutestica de una for-ma nueva novedosa La palabra poeacutetica mdashen su acceso linguumliacutestico e interpretativomdash trans-figura lo que nombra y asiacute deja al descubierto la posibilidad de re-conocimiento profundo de la realidad particular de nuestras experiencias vitales y del mundo

Ahora bien este proceso supone que la pa-labra poeacutetica no es uacutenicamente ni unilateral-mente una actividad mimeacutetica de la realidad Ello hariacutea de la eminente palabra una imita-cioacuten deficiente del mundo o de los estados de aacutenimo y actividades humanas En este senti-do hemos afirmado que la poesiacutea traacutegica es una muestra poderosa que en muchos niveles hace expliacutecita la tensioacuten dinaacutemica entre miacuteme-sis y poiesis imitacioacuten y libre creacioacuten no suje-tas a reglas La tragedia al igual que cualquier otra representacioacuten de caraacutecter transitivo (como una peliacutecula o una narracioacuten literaria) despliega en su conformacioacuten artiacutestica un ar-gumento en el que lo representado adquiere

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su propia verdad desligada y diferente de lo real De modo que en la tragedia aacutetica el mito y el horizonte cultural que se re-presentan li-bremente en ella manifiestan su continuidad pero a la vez su ruptura con la tradicioacuten en la que se insertan al transfigurar lo dado en una nueva relacioacuten de sentidos y significaciones que acceden al ingenio literario Un ingenio que apunta hacia lo diferente y plural

Lo miacutetico en la tragedia es reinterpretado y pasa a presentar una nueva verdad que ar-ticula un diaacutelogo entre el pasado cultural y el presente de la representacioacuten dramaacutetica En esa direccioacuten incide y sigue reactualizando su valiacutea en tanto la tragedia aacutetica continuacutea siendo para el lector contemporaacuteneo un texto claacutesico del que se continuacutean desprendiendo y articu-lando otras muchas interpretaciones posibles e inesperadas

De acuerdo con lo establecido en esta in-vestigacioacuten el decir eminente se constituye en la forma de un descubrimiento que emociona transforma o transfigura al espectador y que en la escenificacioacuten traacutegica se convierte en la experiencia de sentido de eacuteleos y phoacutebos La representacioacuten teatral mdashy literariamdash de una tragedia presenta al espectador aspectos como desolacioacuten o compasioacuten junto a un te-mor o estremecimiento a partir de lo dado Se fecunda asiacute un suspenso traacutegico que no busca simplemente suscitar la aparicioacuten de un esta-do de aacutenimo interior una vivencia emocional y subjetiva sino maacutes bien una experiencia que nos vincule con el ser exterior de la obra de arte traacutegica y nos interpele en la forma de una interrogacioacuten de un cuestionamiento dirigido circularmente hacia nosotros mismos como cojugadores La obra en su decir poeacutetico configura un ldquoestado del almardquo una relacioacuten determinada respecto de las cosas el mundo y los otros que se realiza y posibilita en la exi-

gencia de interpretacioacuten e interpelacioacuten que la pieza origina en el espectador

Nuestro anaacutelisis de las obras Agamenoacuten Antiacutegona e Ioacuten hizo posible una aproximacioacuten hermeneacuteutica dispuesta a transparentar la polisemia de sentidos que estas piezas confi-guran en su desarrollo y en clave de colisioacuten traacutegica En ellas experiencias vitales como el silencio adquieren una dimensioacuten linguumliacutesti-co-literaria que ponen en juego el decir poeacute-tico posibilitando una re-comprensioacuten y una re-aproximacioacuten significativa del callar en su articulacioacuten artiacutestica Asiacute en la re-presentacioacuten de la parresiacutea y el caraacutecter deinoacuten de Antiacutegona mdashy tambieacuten en la naturaleza desafiante y al-tiva de Casandra y Creusamdash se pudo hilvanar una reflexioacuten sobre el valor de la palabra En el conjunto de las tres obras seleccionadas se gesta a nuestro juicio una experiencia esteacuteti-ca que se expresa en la mudez de aquello que difiacutecilmente accede a nuestra verbalizacioacuten experiencias como las del dolor el silencio el luto y el lamento consiguen cristalizar en su conformacioacuten poeacutetica una significacioacuten plural muy honda que se torna en una ineludible in-terpelacioacuten al sujeto

En este sentido acogimos tesis como las de Vidal-Naquet cuando concibe la tragedia aacutetica como un espacio en el que el saber tradicio-nal y las antiguas figuras heroicas se convier-ten en problemas Enigmas que traslucen en su desenvolvimiento esceacutenico y literario una polisemia de sentidos y valores reales que en-tran en confrontacioacuten dilemaacutetica y muestran la profundidad de las relaciones significativas en donde antes se cre que anidaba la univocidad de una verdad y realidad dadas

Lo que se ha denominado ldquoespacio de comprensioacutenrdquo se refiere entonces a un acto de develacioacuten que la poesiacutea traacutegica posibili-ta Se trata del espacio de alteridad literaria

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al que accedemos en nuestro encuentro con la literatura No en la forma de una respues-ta positiva y asegurada a una pregunta dada sino en tanto espectadores de una presenta-cioacuten enigmaacutetica en donde los valores saberes y acciones humanas se vuelven equiacutevocos y pluriacutevocos insertos e inmersos en una cons-telacioacuten de significados siacutembolos y valores en los que el sujeto de la experiencia esteacutetica se experimenta a siacute mismo de forma diferen-te como otro imbuido en el mundo ficcional de la poesiacutea traacutegica Ella ofrece un espacio li-terario en el que como sujetos se nos permi-te entrar en una alteridad ficcional que hace posible la apertura el ensanchamiento de nuestras formas de comprensioacuten y tambieacuten la ampliacioacuten de nuestros juicios frente a un horizonte linguumliacutestico que pugna constante-mente entre el querer decir y lo dicho pugna que cristaliza en el nombramiento poeacutetico que desarrolla y preserva la poesiacutea Como indica Gadamer ldquoLa palabra poeacutetica se convierte con frecuencia en prueba de lo que es verdad pues el poema suscita una verdad secreta en palabras que pareciacutean gastadas e inservibles y nos ilustra asiacute sobre nosotros mismosrdquo (Gada-mer 1977 p539)

De manera que el potencial aletheico del decir poeacutetico no reside uacutenicamente en lo que su texto su discurso mdashel de la pieza el de la representacioacutenmdash pudo evocar en la confor-macioacuten artiacutestica de forma inmediata sino en la impronta que impacta al sujeto que la pre-sencioacute y lo compromete en una relacioacuten de intriga admiracioacuten y reflexioacuten que continuaraacute incluso luego de la experiencia concreta ante la escenificacioacuten Esta posibilidad se patentiza en la reactualizacioacuten de las tragedias claacutesicas en nuevas aproximaciones significativas que dejan al descubierto su verdad y eminencia interpretativas Asiacute como tambieacuten en la valiacutea profunda del uso de recursos como el silencio

lo deinoacuten y la parresiacutea abordados ampliamen-te en el curso de esta investigacioacuten y que apa-recen precisamente para desplazar los haacutebitos argumentales y dotar de complejas y sorpren-dentes relaciones sus estructuras

Valga entonces reiterar la tragedia griega perfectamente puede entenderse como una invencioacuten que conecta en siacute tradicioacuten e inno-vacioacuten miacutemesis de lo dado y poiesis en una novedad y transfiguracioacuten de la tradicioacuten al menos en el terreno literario que ella desa-rrolla Tal vez es la mejor sinopsis para pensar nuestro tema

Ahora bien si estas paacuteginas ofrecen cier-tas reflexiones sobre el poder aletheico de la poesiacutea en la tragedia griega tambieacuten esperan promover futuras indagaciones sobre este campo de estudio La tesis del filoacutesofo Zaho-nero sobre la ldquoperformatividad del lenguajerdquo indica una nueva dimensioacuten que podraacute ser estudiada a profundidad en otro trabajo las nociones linguumliacutesticas y poeacuteticas de Gadamer en relacioacuten con corrientes criacuteticas como la de-construccioacuten tambieacuten son otro enclave en el que se puede seguir ahondando Y definitiva-mente el valor de la obra de Euriacutepides y su potencial transgresor en su transfiguracioacuten li-teraria de las convenciones gestadas en torno al teatro traacutegico es de por siacute un campo que merece nuevos abordajes a la luz ademaacutes de las suculentas referencias bibliograacuteficas que el mercado editorial ha puesto a disposicioacuten del lector estudioso

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Publicaciones

El libro recopila diez artiacuteculos elaborados por docentes e investigadores de la Facultad de Estudios Juriacutedicos y Poliacuteticos de la Universi-dad Metropolitana Liliana Vaudo Carmen Alguiacutendigue Andrea Santacruz Catherina Gallardo Rafael Simoacuten Jimeacutenez y Henrique Meier quienes a partir del anaacutelisis de la Cons-titucioacuten Econoacutemica realizan un estudio sobre la penalizacioacuten de las empresas los delitos ambientales el tratamiento de la corrupcioacuten en el aacutembito corporativo el castigo diferen-cial en los delitos relacionados con la delin-cuencia organizada en la intermediacioacuten fi-nanciera en el aacutembito mariacutetimo en el control cambiario y en el acceso a bienes y servicios por parte de los ciudadanos

Experimentos en Fiacutesica Conceptual es una guiacutea para dar a conocer algunos principios de la Fiacutesica dentro de un enfoque fenoacutemeno loacutegico y cualitativo que permita aplicar el meacute-todo cientiacutefico en el anaacutelisis por lo cual estaacute orientado para que la comprensioacuten del fenoacute-meno estudiado llegue por medio de la expe-rimentacioacuten la cual es guiada por una sucinta explicacioacuten teoacuterica y preguntas que destacan los principales aspectos y comportamiento del fenoacutemeno fiacutesico en consideracioacuten

Page 3: La Misión de la Universidad Metropolitana establece

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Sara Fadi

Fabiola Peacuterez

Esclavitud a traveacutesde los tiemposUn recorrido histoacuterico de una de las praacutecticas mas antiguas de la humanidad

ldquoEl comercio de esclavosrdquopor Franccedilois-Auguste Biardc 1833 (Dominio puacuteblico)

INTRODUCCIOacuteN

La esclavitud como praacutectica implica una relacioacuten de dominacioacuten donde una persona somete a otras a traveacutes de tratos degradan-tes amenazas y violencia Quienes se conocen como esclavos a lo largo de la historia han sido despojados de su humanidad y reducidos a una simple mercanciacutea u objeto destinado a cumplir con las oacuterdenes de quienes se consi-dera su amo y duentildeo

Al explorar los cuerpos normativos actua-les se puede comprobar que la esclavitud estaacute prohibida y penalizada en la mayoriacutea de los paiacuteses desde hace deacutecadas lo que nos llevariacutea a pensar que esta praacutectica se encuentra com-pletamente erradicada

Sin embargo la explotacioacuten forzada de otros seres humanos ha sido una actividad que se remonta a los albores de la humanidad su larga existencia se debe a los numerosos beneficios y ventajas que se pueden obtener de esta ademaacutes debido a la elevada demanda que ha existido a traveacutes de las eacutepocas ndasha pesar de las caiacutedas que esta pudo haber sufrido en periacuteodos especiacuteficosndash se han encontrado re-

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gistros del uso de seres humano con fines es-clavistas desde la Antigua Mesopotamia hasta la actualidad al configurarse finalmente en el fenoacutemeno mundial de la trata de personas

En el presente artiacuteculo se exploraraacute coacutemo esta praacutectica ha evolucionado a lo largo de los siglos adecuaacutendose para tener cabida en las costumbres de las eacutepocas y cumplir con una necesidad ya sea de mano de obra de iacutendole sexual o como una respuesta a una conviccioacuten de que ciertos hombres eran inferiores a otros y estaban predispuestos a ser explotados Tambieacuten se podraacute ver como la esclavitud (tan-to en la antiguumledad como en la actualidad) ha siempre estado motivada por la demanda de personas a ser explotadas por los clientes y que este fenoacutemeno por maacutes difundido que esteacute sin una demanda constante estaacute conde-nado a desaparecer

1 ESCLAVITUD EN EL MUNDO ANTIGUO

11 Mesopotamia y Egipto

La explotacioacuten de un ser humanos por otro con el fin de realizar un trabajo en especiacutefico o prestar un servicio que beneficie a quien se define como su ldquoamordquo se rastrea desde eacutepocas tan remotas como la antigua Mesopotamia (7000 AC - 539 AC) donde se relata que la esclavitud serviacutea principalmente para propoacutesi-tos econoacutemicos o beacutelicos Entre las praacutecticas desarrolladas por esta civilizacioacuten se expone que debido a las frecuentes expediciones de guerra que la caracterizaron los prisioneros capturados producto de estas eran converti-dos en esclavos dada la necesidad de mano de obra para construir templos palacios y obras puacuteblicas

De hecho llegaron a existir dos tipos de es-clavos los nativos que caiacutean en la esclavitud por deudas por cometer delitos o por ejercer la labor de esclavos domeacutesticos (wardum) y

los esclavos que se obteniacutean de las guerras (asiru) Los primeros eran adquiridos por in-dividuos privados quienes usualmente eran comerciantes artesanos o agricultores que podiacutean adquirir a personas para que trabaja-sen en sus actividades y los segundos eran esclavos puacuteblicos propiedad del rey es decir que este era su amo y duentildeo y trabajaban en obras puacuteblicas (Universidad de Cantabria sf)

Sobre el trato hacia los esclavos se tiene como fuente principal al Coacutedigo de Hammura-bi (1750 aC) el cual fue uno de los primeros documentos penales y civiles de la humanidad Este cuerpo normativo expone que las perso-nas que eran adquiridas en conflictos beacutelicos (wardum) contaban con ciertos derechos baacutesi-cos como casarse con personas libres solicitar la manumisioacuten o visitar a un meacutedico

Sin embargo seguiacutean siendo tratados maacutes como objetos vendibles intercambiables y reemplazables ejemplo de ello se encuentra en ciertos artiacuteculos del Coacutedigo donde se ex-pone que el esclavo podiacutea ser ldquoreemplazadordquo si sufriacutea alguna enfermedad que le impediacutea desempentildear las labores para las cuales fue comprado ldquo[Artiacuteculo] 278 Si alguno ha com-prado un esclavo macho o hembra y si eacuteste antes de terminar un mes se ve afligido de una enfermedad el comprador se lo devolveraacute al vendedor y recuperaraacute lo que pagoacuterdquo (Franco sf p 356) ademaacutes de que eran marcados de manera visible en el cuerpo para que fueran faacuteciles de reconocer entre el comuacuten de las personas ldquo[Artiacuteculo] 226 Si un cirujano sin el permiso del propietario imprime a un esclavo la marca de esclavo indeleble se le cortaraacuten las manosrdquo (Franco sf p 353) Dadas estas circunstancias se puede decir que eran seres diferenciados de los demaacutes sujetos a ciertas leyes especiacuteficas y por ende a tratos diferen-tes sin embargo no se tiene testimonios si los amos eran particularmente brutales con sus

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esclavos o si el trato se asemejaba maacutes a una relacioacuten ldquolaboralrdquo

Por su parte adelantaacutendonos a la civiliza-cioacuten egipcia (3150 AC - 31 AC aprox) las re-laciones esclavistas no parecen presentar ma-yores cambios el esclavo usualmente obteni-do tambieacuten como prisionero de guerra seguiacutea siendo considerado como un bien mueble que podiacutea ser vendido e intercambiado por otros bienes y destinado a servir a otra persona considerada superior a eacutel y con derecho a ser su duentildeo a lo largo de toda su vida

Sin embargo se afirma que los esclavos egipcios si bien careciacutean de libertad para to-mar decisiones sobre su propio destino y las labores a desempentildear poseiacutean ciertos dere-chos y no eran completamente cosificados Se relata que teniacutean permitido cubrir sus necesi-dades baacutesicas permitieacutendoles el acceso a artiacute-culos de primera necesidad y alojamiento en casa de su sentildeor En pocas palabras estos eran dependientes de sus duentildeos pero se encon-traban provistos de un estatus legal alejaacutendo-se esta concepcioacuten del panorama retratado en la Biblia y en el pensamiento actual centrado en la existencia de una sociedad esclavista por excelencia donde se experimentaban toda clase de malos tratos hacia este estrato social (Barros 2019)

En el Antiguo Egipto si bien la esclavitud fue un fenoacutemeno extendido en gran medida tambieacuten existiacutea una labor que compartiacutea cier-tas similitudes pero donde la persona gozaba de mayores prerrogativas esto se trataba de la servidumbre seguacuten Zingarelli (2004)

Econoacutemicamente esclavitud y servi-dumbre podemos decir que serviacutean al mismo propoacutesito proveer trabajo Pero juriacutedica y socialmente uno y otro tendie-ron a ser diferentes los esclavos fueron excluidos de la sociedad como miembros mientras que los siervos proveyeron a los

gobiernos de provisiones fiscales y milita-res lo que significa que fueron reconoci-dos como integrantes del cuerpo social (p18)

Con esto se pueden diferenciar dos clases diferentes de personas que practicaban activi-dades basadas en recibir oacuterdenes de un amo pero con muy diferentes reconocimientos a nivel societal Los esclavos se encontraban en una relacioacuten de dependencia con su amo marginados de las actividades comunitarias y relegados al uacuteltimo escaloacuten de la clasificacioacuten social mientras que los siervos eran ciuda-danos egipcios percibidos como ldquohombres li-bresrdquo que desempentildeaban la labor de servirle a un amo ya sea con el propoacutesito de pagar una deuda o como manera de recibir alguna remu-neracioacuten

Asimismo otro grupo parcialmente some-tido a explotacioacuten eran los campesinos (uno de los maacutes bajos estratos sociales sin contar a los esclavos) estaban sujetos a las corvadas estas eran jornadas especiales determinadas por el Faraoacuten donde todos los campesinos y esclavos eran obligados a someterse a regiacuteme-nes de explotacioacuten laboral ya que debiacutean tra-bajar fuera de sus tierras unos determinados diacuteas del antildeo sin sueldo con el fin de construir monumentos (Cuervo 2017)

Ante esto se puede decir que existiacutean va-rios tipos esclavos los cuales gozaban de dis-tintos niveles de ejercicio de derechos baacutesicos Si bien no existen testimonios concretos sobre el trato a estos seres en la era mesopotaacutemica y egipcia queda clara la relacioacuten de sumisioacuten a la cual estaban sometidas un gran nuacutemero de personas lo cual demuestra que el uso de se-res humanos con fines de explotacioacuten basado en el despojo de las libertades maacutes baacutesicas de una persona se ha encontrado presente des-de los inicios de la historia de la humanidad

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Cuadro de F Sabbate (1900) de una familia espartana burlaacutendose de su esclavo

(National Geographic Historia)

12 En la antigua Grecia

En la eacutepoca claacutesica esta actividad continuoacute pero dotada de un recieacuten descubierto recha-zo hacia el esclavo ente que si bien en antildeos anteriores tampoco era celebrado la antigua Grecia fueacute marcada por un acentuado despre-cio por este rol Se tiene como importante tes-timonio de ello a ldquoRepuacuteblicardquo de Platoacuten (370 AC) donde se establecioacute una jerarquiacutea en la cual ciertas personas de la polis por sus ha-bilidades naturales innatas eran destinadas a la actividad de la contemplacioacuten mientras que otros atormentados por sus deseos y someti-dos a ellos era relegados a una uacuteltima clase de personas no libres

() un verdadero esclavo el que es un verdadero tirano un esclavo de una vileza y de un servilismo extremos y un adulador de los hombre maacutes perversos e impo-tente para satisfacer sus propios deseos pero visiblemente despojado de una mul-titud de cosas y verdaderamente pobre a los ojos de cualquiera que sepa leer hasta el fondo de su alma () siendo envidioso desconfiando injusto carente de amigos impiacuteo y poseyendo todos los vicios de los que es el hueacutesped y que los alimenta y que son causa de que sea el maacutes desgraciado de todos los hombres () (Platoacuten 2003 p189)

Este primer acercamiento al pensamiento de la eacutepoca demuestra coacutemo esta actividad

era considerada degradante para la persona que la ejerciacutea lo cual lo relegaba tambieacuten al fondo de la piraacutemide social dada lo impor-tante que era la libertad para esta civilizacioacuten concebir que alguien no lo fuera y que este seriacutea su mandato de vida era algo digno de rechazo De hecho los griegos teniacutean la con-cepcioacuten de que las labores donde se les obliga-ba a someterse a las directrices de otro eran consideradas humillantes y por tanto las evi-taban a toda costa (Pomeroy 2011)

Esto fue asiacute hasta la implementacioacuten de las Reformas de Dracoacuten (624 - 621 AC) momen-to en que esta humillacioacuten pasoacute a ser ratifica-da en la ley ya que se abriacutea la posibilidad de que cualquier persona podiacutea volverse esclavo a pesar de ser ateniense Esto ocurriacutea por dos razones principales por no pagar deudas o en el caso de los campesinos por no entregar las cosechas prometidas a los ricos que eran due-ntildeos de las tierras (Muntildeoz 1977)

Estas reformas dieron lugar a un grave des-contento ya que el pueblo desprotegido ante las medidas tomadas por el Estado y ahora propenso caer en la esclavitud se encontraba en tensioacuten por lo cual si no se tomaban las medidas necesarias para revertir esto se ge-nerariacutea una revuelta Por ello se decidioacute nom-brar un mediador quieacuten prohibiriacutea hipotecar la propia libertad para pagar deudas Soloacuten (siglo VI AC) introduciriacutea en Atenas unas re-formas que les concederiacutean a la poblacioacuten ate-niense el derecho a la libertad social la cual no podriacutea ser arrebatada para pagar deudas o cumplir con otros compromisos

Sin embargo esta prohibicioacuten no ayudoacute a la desigualdad en Atenas los esclavos quienes al no poder trabajar a cambio de pagar deu-das terminaban igualmente siendo jornaleros para los terratenientes atenienses lo uacutenico que logroacute Soloacuten fue darle independencia juriacute-

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Esclavos en el Imperio romano Relieve en maacutermol s III(Soerfm CC BY-SA 20)

dica a los atenienses es decir que legalmente no podriacutean pertenecer a alguien maacutes (Muntildeoz 1977)

Pareciera a simple vista que esta novedad desde el punto de vista juriacutedico limitariacutea el avance de la esclavitud a traveacutes de la historia pero todaviacutea con estas leyes en funcioacuten la es-clavitud seriacutea parte importante de la sociedad griega ya que la tenencia de esclavos permitiacutea realizar actividades de contemplacioacuten al no tener que preocuparse por los quehaceres de hogar u otras tareas que no fuesen producti-vas Esta actividad era tan normalizada que ldquoUn ateniense medio teniacutea al menos doce es-clavos un portero un cocinero un pedagogo (que llevaba a los nintildeos a la escuela) y varias sirvientas que se ocupaban de las tareas de la casardquo (National Geographic 2014) Los escla-vos a pesar de ser parte de la vida diaria de los griegos no teniacutean derecho en cuanto a su libre determinacioacuten y eran vistos como mer-canciacutea la uacutenica prerrogativa que poseiacutean era no poder ser sometidos a tratos demasiado crueles que les causaran la muerte

13 En la eacutepoca de los romanos

Al surgir y asentarse el Imperio Romano la situacioacuten de los esclavos se agrava ya que los derechos baacutesicos concedidos en eacutepocas pa-sadas fueron completamente desatendidos y se recrudecioacute el maltrato hacia estos grupos hasta la aprobacioacuten de la Ley Cornelia en el si-glo 82 aC que impidioacute que los maltratos por parte de los amos llegaran a generar la muerte al esclavo

Esta situacioacuten cambia hacia la eacutepoca tar-dorromana cuando la expansioacuten del Imperio Romano llega a su maacutexima expresioacuten lo que transforma la manera en la cual eran trata-das las personas que viviacutean en los territorios anexados quienes veniacutean de ser sometidas a

explotacioacuten por los conquistadores romanos a no necesariamente ser necesariamente es-clavos de estos

Seguacuten Bravo (1998) se relata que ya no se perseguiacutea la conversioacuten de los locales en es-clavos sino que se ejerciacutea control sobre estas zonas por motivos estrateacutegicos o buscando explotar sus recursos Esto ocasionoacute que los mercados de esclavos ndashfuera y dentro de Ita-liandash dejaran de ofrecer mano de obra barata lo cual sumado a las manumisiones impulsa-das a finales del periodo republicano permiti-riacutea que una gran cantidad de esclavos fueran declarados libres

A simple vista la manumisioacuten pareciera ser una oportunidad para alcanzar su libertad y es-calar socialmente Sin embargo seguacuten Alfoumlldy (1998) esta praacutectica podriacutea beneficiar maacutes al amo que a la persona sometida a explotacioacuten en primer lugar porque usualmente el esclavo al vivir toda su vida en casa del amo creaba una relacioacuten de dependencia econoacutemica con este lo cual haciacutea que no pudiera abandonar su condicioacuten de sumisioacuten

Seguidamente se cree que la esperanza de liberacioacuten aumentaba la productividad en los esclavos quienes usualmente eran libera-dos alrededor de los 30 antildeos haciendo que se interesaran maacutes por el trabajo que desempe-ntildeaban en comparacioacuten con quienes no teniacutean ninguna prospectiva de ser liberados y habiacutean

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aceptado que su destino siempre seriacutea el de servir a su amo por el resto de su vida Ade-maacutes la manumisioacuten beneficiaba socialmente a los amos ya que estos necesitaban de clientes compuestos por libertos como una manera de aumentar su prestigio social De igual manera desempentildeaba una funcioacuten de control social ya que la promesa de ser liberados alrededor de los treinta antildeos evitaba que se generaran revueltas entre la poblacioacuten considerando los tratos a los cuales los esclavos estaban some-tidos y el elevado porcentaje de estos en la so-ciedad romana asimismo esto los haciacutea maacutes obedientes y complacientes hacia sus amos

Ante todo esto se podriacutea pensar que las condiciones de los esclavos habiacutean mejorado en la eacutepoca tardorromana dada la posibilidad de ser liberados sin embargo la manumisioacuten fue solamente una praacutectica esclavista maacutes so-fisticada Los esclavos seguiacutean perteneciendo al uacuteltimo escaloacuten en la jerarquiacutea social y eran vistos maacutes como una herramienta o una pose-sioacuten que una persona provista de derechos y libre albedriacuteo Seguiacutean siendo sometidos a ar-duas horas de trabajo y maltratos por parte de sus amos ya que por la dificultad que implica-ba independizarse econoacutemicamente de estos con la manumisioacuten simplemente se pasaba de una relacioacuten de esclavitud a una que se podiacutea entender como ldquolaboralrdquo dado que el ahora li-berto seguiriacutea produciendo para su patronus

2 ESCLAVITUD EN LA EDAD MEDIA

Con la caiacuteda del Imperio Romano de Occi-dente la historia del mundo entrariacutea en una nueva etapa la cual se denominariacutea como ldquoEdad Mediardquo en la posteridad Ya se observoacute coacutemo funcionoacute la institucioacuten de la esclavitud antes de este periacuteodo sin embargo a partir de este momento la esclavitud sufririacutea gran-des cambios

Ahora bien para comprender de forma efectiva tal proceso de transformacioacuten es ne-cesario subdividir la Edad Media en dos par-tes el Alto Medioevo que comprende los antildeos entre los Siglos V y X y el Bajo Medioevo que va desde el Siglo X hasta 1492 con el descu-brimiento de Ameacuterica o 1453 con la caiacuteda de Constantinopla

Es evidente entonces que la esclavitud es una herencia del Imperio Romano a los Reinos Germaacutenicos que se estableceriacutean en los terri-torios que llegoacute a abarcar el Imperio Asiacute pues ldquotanto en la Europa continental como en Bi-zancio la esclavitud perduroacute si bien no resultoacute inmune a los cambios experimentados a raiacutez de la descomposicioacuten del Imperio y la llega-da de los Pueblos del Norte (hellip)rdquo (De la Torre 2006 p 19)

21 Alto Medioevo

Si bien los romanos legaron la esclavitud a los Reinos Germaacutenicos el inicio de la Edad Media estariacutea caracterizado por la peacuterdida o desaparicioacuten de gran parte de los distintos mercados econoacutemicos ndashlo que supuso un pro-fundo cambio en la forma de comerciarndash au-nado tambieacuten a una importante falta de mano de obra

La respuesta ante esta realidad se tradujo en la liberacioacuten de esclavos debido a los altos costos que estos acarreaban y a las crecientes tensiones inestabilidad y probabilidades de invasioacuten

La llegada de los pueblos del Norte y la descomposicioacuten supuso maacutes guerras e inestabilidad Por ello los duentildeos de las fincas rurales prefirieron que sus esclavos estuvieran ligados a la tierra para que no huyeran Los campesinos libres ante esta inestabilidad prefirieron tambieacuten ligarse a la tierra a cambio de proteccioacuten del sentildeor (hellip) Asiacute los trabajadores del campo pasa-

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Traacutefico de esclavos en el campamento de los eslavos orientales pintura de Sergueacutei Ivanov

ron a ser casi todos siervos con obligacio-nes hacia los sentildeores que los protegiacuteas al menos en la praacutectica (De la Torre 2006 p 19)

A pesar de tal liberacioacuten la esclavitud no dejoacute de existir de hecho la situacioacuten y con-diciones de vida de estos individuos no cam-biariacutean en gran medida pues seguiacutean siendo propiedad del sentildeor feudal no podiacutean poseer propiedades y no gozaban de ninguacuten derecho maacutes que el de protegerlos de la muerte de manera que de ser considerados como escla-vos per se pasaron a ser siervos fuertemente ligados a la tierra

Ademaacutes se tiene que incluso en el mundo islaacutemico esta praacutectica era bien conocida y a diferencia de los Reinos catoacutelico ndash germaacutenicos ya que para los primeros los esclavos poseiacutean un estatus legal claramente definido y mejores condiciones de vida Fueron destinados en su gran mayoriacutea a ser soldados o criados incluso artesanos y ayudantes algo no muy comuacuten para lo que hoy conocemos como Occidente (De la Torre 2006)

Tales distinciones probablemente tengan su origen en la justificacioacuten misma de la escla-vitud por parte de cada una de las dos grandes religiones que representan a estos pueblos Mientras que la Iglesia percibioacute la esclavitud como un hecho lamentable que produciacutea grandes beneficios econoacutemicos Por otro lado seguacuten Welton (2008) el Islam moderoacute la escla-vitud incluso hubo quienes en un principio sancionaron tal praacutectica

Se creoacute la Sharia la cual seriacutea el cuerpo legal que reguloacute la esclavitud esta recopila reglas cuya fuente principal son el Coraacuten y la Sunna los cuales tratan temas relacionados con el matrimonio la propiedad privada los castigos el testimonio judicial la prohibicioacuten del maltrato hacia estos e incita su emancipa-

cioacuten Se establecioacute ademaacutes que no se podiacutea esclavizar a ninguacuten musulmaacuten o ninguacuten no musulmaacuten que viviesen bajo un gobierno mu-sulmaacuten aquellos que se convirtieran al Islam podriacutean ndasheventualmentendash obtener su libertad

22 Bajo Medioevo

En los primeros siglos de esta segunda mi-tad el panorama europeo cambia de forma importante hay un aumento sustancial en su poblacioacuten su economiacutea prospera se consoli-dan sus fronteras e incluso por un breve pe-riodo de tiempo recuperan Tierra Santa sin embargo el Imperio Otomano bloquea abrup-tamente las rutas comerciales con Asia (De la Torre 2006) Este hecho hariacutea que el uso de esclavos se viera reducido en gran medida a lo largo y ancho del continente

Ahora bien aquiacute se suma una nueva varia-ble a la ecuacioacuten y es que si bien la esclavitud siempre ha sido parte de la cultura africana y que de hecho desde principios de la Edad Me-dia se comerciaban esclavos de provenientes de Aacutefrica subsahariana cuando a traveacutes del mundo islaacutemico se introdujo el azuacutecar a la re-gioacuten el contexto empieza a cambiar pues este llegoacute incluso a desplazar el uso de algunas es-pecias lo que lo posicionoacute como un producto de mucho valor de manera que se empezoacute a invertir en plantaciones de cantildea de azuacutecar

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La Corona portuguesa por su parte al es-tudiar el panorama se dio cuenta que debiacutea encontrar otro nicho de mercado o forma de comercializacioacuten puesto que el mediterraacuteneo ya se encontraba copado y las rutas hacia Asia se hallaban bloqueadas Asiacute pues inicioacute la ex-ploracioacuten hacia Aacutefrica teniendo como norte la posibilidad de encontrar grandes riquezas (De la Torre 2006)

Descubririacutean entonces que dos cosas son originarias de Aacutefrica el oro y los esclavos de manera que para establecer su control en la regioacuten empezaron a establecer bases costeras y siguieron yendo cada vez maacutes al sur Llegaron a convertirse en la potencia mariacutetima maacutes im-portante de la eacutepoca y lograron habilitar una nueva ruta hacia la India bordeando toda la costa Africana y evitando asiacute el bloqueo oto-mano Plantea De la Torre (2006) que

El objetivo principal era el oro de Sierra Leona maacutes que los esclavos Lo que suce-diacutea era que el oro lo intercambiaban con reyes locales y jefes de tribu que pediacutea a cambio esclavos esclavos que los portu-gueses conseguiacutean en la desembocadura del Riacuteo Niacuteger maacutes hacia el Este Asiacute forma-ban un comercio triangular muy rentables formado por manufacturas europeas oro y esclavos africanos (p 27)

Sin embargo el protagonismo portugueacutes sufririacutea grandes cambios con el fin de la Edad Media y el descubrimiento de Ameacuterica en 1492 pues gracias a su experiencia en el terri-torio africano fue posible constatar coacutemo con las condiciones geograacuteficas y climaacuteticas apro-piadas la ecuacioacuten que se da entre las plan-taciones y el uso de esclavos representa una combinacioacuten adecuada para la labor de esta manera ldquola esclavitud florecioacute en las hacien-das y minas de las Ameacutericas desde el siglo XVI hasta el XIXrdquo (Welton 2008 p 55 ) Este dueto seriacutea clave para el desarrollo de las economiacuteas

europeas que hariacutea que espantildeoles ingleses holandeses franceses entre otros se sumaran a este mercado transportando esclavos de un extremo del oceacuteano a otro

3 ESCLAVITUD EN LA MODERNIDAD

La esclavitud tal y como era conocida cam-bioacute y se amplioacute de forma draacutestica tras el des-cubrimiento de Ameacuterica y ahora los esclavos eran trasladados hacia el Nuevo Mundo Co-mercio que impulsariacutea la economiacutea europea y es que seguacuten Blanco (1814) ldquolos habitan-tes Negros de Aacutefrica han sido mirados por los europeos corno objeto de una especulacioacuten mercantil muy lucrativardquo (p 1)

La informacioacuten que se ha podido recopilar acerca de las atrocidades cometidas a traveacutes de testimonios y datos registrados ayudaron a comprender la magnitud de su alcance Sin embargo el nuacutemero de personas sometidas a esta praacutectica es difiacutecil de determinar y es que la trata transatlaacutentica de esclavos representoacute un gran impulso ndash en distintos aacutembitos ndash en gran parte de las economiacuteas europeas que se sumaron a esta forma de comercio

La esclavitud en la Edad Moderna fue dife-rente a cualquier experiencia anterior a ella resaltando en especial la crueldad con la que eran tratados los esclavos Esto puede ser ob-servado de tal manera que ldquola esclavitud en el Caribe fue algo maacutes que una institucioacuten con sus leyes sus costumbres su policiacutea consti-tuyoacute un sistema verdaderamente ldquototalitariordquo de explotacioacuten econoacutemica poliacutetica social y se-xual basado en la fuerza en la violencia y en una ideologiacutea el racismordquo (Lara 1994 p 9)

Tales acciones justificadas con la afirmacioacuten de que ldquoen las zonas maacutes evolucionadas del continente africano siempre existioacute la esclavi-tud domeacutestica y todo hace pensar que algunos

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reinos emplearon la mano de obra esclava en las industrias artesanalesrdquo (Garciacutea 2005 p 3)

Con el dominio de Espantildea sobre gran par-te del Nuevo Mundo seriacutean este y Portugal quienes ndashal iniciondash se veriacutean maacutes implicados en esta actividad Asiacute pues Espantildea desarrolloacute una poliacutetica denominada asientos la cual se-guacuten Morgan (2017) concede un permiso para que otras naciones introdujeran esclavos las colonias espantildeolas

En un principio ldquoPortugal consiguioacute el pri-mer asiento oficial en 1595 cuya validez se prolongoacute hasta la revuelta portuguesa contra Espantildea en 1640rdquo (Morgan 2017 p 33) tras el quiebre en la relacioacuten entre portugueses y espantildeoles la corona espantildeola siguioacute otorgan-do asientos a paiacuteses como Inglaterra Francia y Holanda

La esclavitud durante este periacuteodo no era vista de forma inmoral ya que los negros eran considerados inferiores por no ser cristianos y se deciacutea que estos no teniacutean alma Fueron cuatro siglos de esclavitud donde poco se hizo al respecto por lo menos no hasta finales del siglo XVIII donde se empezoacute a especular acer-ca de esta praacutectica y surgioacute toda una ola an-tiesclavista

Donde a pesar de haber decidido que lo nativos de esas tierras recieacuten descubiertas si teniacutean alma y debiacutean ser evangelizados poca diferencia hizo ya que siguieran siendo escla-vizados lo que llevoacute a una reduccioacuten abrupta de su poblacioacuten debido a las enfermedades traiacutedas por los europeos a Ameacuterica los cas-tigos y demaacutes tratos inhumanos a los que se vieron sometidos

Pero aunque se discutiera acerca de la in-moralidad del asunto no eran maacutes que pala-bras pues nadie haciacutea nada para cambiar la

situacioacuten de estas personas por lo menos no hasta que esclavitud fue abolida en Inglaterra

Algunos afirman que la trata de esclavos fue la primera gran globalizacioacuten econoacutemica fomentando la interaccioacuten y transacciones co-merciales entre Europa Aacutefrica y Ameacuterica De hecho en Barbolla (2013) esta era ldquollamada por Immanuel Wallerstestein la ldquoprimera eco-nomiacutea-mundordquo (p 14)

31 Inglaterra

La trata de esclavos en Inglaterra experi-mentoacute su mayor apogeo a partir de finales del siglo XVII hasta que en el antildeo 1807 fue abolida la esclavitud en el territorio ingleacutes Seguacuten lo expuesto por Morgan (2017) ldquoInglaterra fue la nacioacuten que maacutes esclavos transportoacute en el siglo XVIII Londres fue el principal puerto esclavista desde mediados del siglo XVII hasta aproxima-damente la deacutecada de 1720rdquo (p 34)

Desde el principio se dieron cuenta que no iba a ser faacutecil ya que se encontraron con un comercio sumamente competitivo en ex-pansioacuten continua y sobre todo muy rentable lo que lo haciacutea auacuten maacutes deseable Llegaron a ser la mayor potencia en la trata dejaron atraacutes a los holandeses y se desenvolviacutean como una especie de monopolio

32 Ameacuterica del Norte (britaacutenica)

Norteameacuterica contribuyo de igual forma en la trata de esclavos ldquoNewport se convirtioacute en el principal puerto norteamericano relacio-nado con la esclavitud trasatlaacutentica cobrando mayor importancia que el puerto de Nueva York que era mucho maacutes granderdquo (Morgan 2017 p 34)

Navegaban hacia el Caribe para desembar-car esclavos pero por otro lado contaban con un especial atractivo para los vendedores de estos El ron obtenido en una serie de destile-

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Imagen Revolucioacuten o barbarie WordPresscom

Cautivos africanosconvertidos en esclavos

(Dominio puacuteblico Wellcome images)

riacuteas ubicadas en Rhode Island era empleado como trueque para adquirir esclavos de los comerciantes en Aacutefrica

33 Francia

Seguacuten Morgan (2017) los franceses fueron responsables por al menos el 11 del traacutefico de esclavos Nantes era el puerto predilecto en Francia el cual se encargaba de casi el 50 de la trata francesa Su apogeo llego a su fin a finales de siglo XVIII con la revolucioacuten francesa y la abolicioacuten de la esclavitud Cuando Francia empezoacute a incursionar en este mercado se vio cierta tensioacuten por parte de los espantildeoles de-bido a las diferencias que existiacutea entre ambos pero lograron obtener el asiento de negros como consecuencia de la Guerra de Sucesioacuten (Garciacutea 2005 p 40)

34 Holanda

Holanda fue tal vez uno de los paiacuteses me-nos desarrollados en este aacutembito por lo que ldquoel apogeo de la trata de esclavos holandesa se produjo en los primeros tres cuartos del si-glo XVIII cuando el traacutefico se concentroacute en Mi-ddelburg y Vlissingenrdquo (Morgan 2017 p 36) como la mayoriacutea de las otras naciones aunque este se viera mermado debido a la guerra de Independencia americana

Poco a poco fue desplazando a Portugal y posicionaacutendose como una potencia econoacutemi-ca Sin embargo tensiones entre Espantildea y Ho-landa antes de que estos se interesaran por el comercio de esclavos llegaron a un punto en el cual Holanda atacoacute embarcaciones espantildeo-las para evitar que un cargamento de esclavos llegara a puerto tuvieron eacutexito y de inmediato se vieron interesados en esta nueva rama del comercio tan prometedora

Lo anterior afectoacute directamente a Espa-ntildea ya que ldquofue la expansioacuten holandesa por las costas africanas lo que le proporcionoacute las fuentes de esclavos imprescindibles para las explotaciones americanas de cantildea de azuacutecarrdquo (Garciacutea 2005 p 30)

35 Dinamarca

El puerto maacutes importante empleado para la trata era el de Copenhague se estima que maacutes de cien mil esclavos fueron embarcados en naves negreras pertenecientes a Dinamar-ca Sin embargo el papel de los daneses en la trata no fue tan significativo como Inglaterra o Francia

De esta forma podemos observar como las grandes potencias de la eacutepoca participaron en mayor o media del comercio transatlaacutenti-co de esclavos esto se traduce en millones de personas esclavizadas durante los 4 siglos del renacimiento En este sentido se percibe la

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importancia de esta forma de economiacutea para las economiacuteas europeas es decir su alcance trascendioacute las magnitudes que pudo - en com-paracioacuten con alcanzar - la esclavitud en tiem-pos anteriores

4 ESCLAVITUD EN LA CONTEMPORANEIDAD

41 Primera Guerra Mundial

La Primera Guerra Mundial ademaacutes de ser uno de los enfrentamientos maacutes sangrientos de la historia reciente tambieacuten se vivioacute en el contexto del colonialismo el cual buscaba el control por parte de fuerzas europeas de cier-tas regiones de Aacutefrica con el fin de explotar sus recursos naturales y humanos

En 1914 cuando el conflicto inicia formal-mente las colonias africanas fueron utilizadas con fines beacutelicos sometiendo a sus poblado-res a batallar una guerra que ellos no iniciaron y que considerando el origen del conflicto no les correspondiacutea Entre las estrategias utiliza-das para reclutar a los africanos se registran en Palestina y Siria captaciones a cambio de salarios o de ciudadaniacuteas europeas como la francesa en el caso de Senegal Sin embargo en muchas regiones los habitantes africanos fueron coaccionados por los jefes o presenta-dos como voluntarios para el ejeacutercito en con-tra de su voluntad como ocurrioacute a partir de 1915 en Aacutefrica Oriental donde se inicioacute un re-clutamiento militar obligatorio (Corteacutes 2018) Se relata que

() si bien las cifras no son precisas maacutes de un milloacuten de africanos fueron en-rolados algunos de manera voluntaria y la mayoriacutea de forma forzosa en ejeacutercitos en Aacutefrica y en Europa un nuacutemero mayor al milloacuten fue obligado a ser cargadores alrededor de 150 mil murieron en los enfrentamientos y centenares de africa-

nos fueron heridos o quedaron invaacutelidos (Diacuteaz 2014)

Es decir no obstante hubo estrategias para reclutar a africanos como soldados en la gue-rra que podriacutean ser consideradas como volun-tarias muchos fueron coaccionados a batallar en nombre de los europeos y a sufrir de pri-mera mano las consecuencias

Estas acciones dejaron numerosas secuelas en las colonias africanas a las cuales no solo el colonialismo sino tambieacuten los estragos de la guerra propinaron cambios en sus socieda-des entre los cuales se resaltan la transforma-cioacuten de sus medios de subsistencia los cuales pasaron de ser pequentildeas parcelas a grandes plantaciones y el paso de jefaturas locales a una administracioacuten colonial que relegoacute a es-tos dirigentes africanos a simples intermedia-rios de los intereses de los europeos (Corteacutes 2018)

Asiacute se puede ver coacutemo la Primera Guerra Mundial sirvioacute para expandir y cimentar el proceso colonialista de las potencias euro-peas seguacuten Diacuteaz (2014) los aliados amplia-ron su fortaleza al extender su territorio hacia Aacutefrica ejemplos de ello fue Beacutelgica que se vioacute favorecida al ampliar su dominio colonial a Uganda Inglaterra quien reforzoacute su presencia en Egipto el canal de Suez y el Cercano Orien-te (como manera de proteger a la India) y en general buscando arrebatarle territorios a Ale-mania

Asimismo el continente africano fue utili-zado de manera estrateacutegica por los aliados ya que Inglaterra sugirioacute que los territorios colo-nizados seriacutean repartidos entre los vencedores una vez fuesen derrotados los alemanes Esto aumentoacute la intervencioacuten por parte de estos grupos sobre todo en Suraacutefrica perpetuando y acentuando las relaciones colonialistas lo cual en el contexto del fenoacutemeno de la tra-

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Mujeres en el campo de concentracioacuten de Ravensbruumlck

Alemania

ta de personas se puede examinar como una explotacioacuten con fines beacutelicos ya que aunque ciertos grupos accedieron a pertenecer al ejeacutercito dados los incentivos brindados (o im-pulsados por la situacioacuten de vulnerabilidad) muchos otros fueron obligados a ello tenien-do consecuencias para su libertad personal propiciadas por una causa con la cual no se identificaban

42 Segunda Guerra Mundial

El advenimiento de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) es recordado como uno de los conflictos beacutelicos maacutes importantes y de-cisivos de la contemporaneidad no solo por las bajas entre las filas de militares sino tam-bieacuten por el componente agregado de tortura y repudio hacia grupos especiacuteficos de la socie-dad Fue un conflicto no solo alimentado por el desentendimiento entre paiacuteses o fuerzas sino tambieacuten por el odio a grupos religiosos especiacuteficos y propinado por ideas de supre-maciacutea racial que terminariacutean por asesinar a 6 millones de personas solo en los campos de concentracioacuten y exterminio y otras 50 millo-nes a nivel mundial producto del uso de armas nucleares y de las bajas ocasionadas

Alemania luego de la derrota moral beacutelica y econoacutemica que representoacute el tratado de Ver-salles al finalizar la Primera Guerra Mundial se

vioacute con la tarea de pagar las consecuencias del conflicto lo cual generoacute resentimiento entre la poblacioacuten alemana quien se vio despojada de cualquier forma de recuperacioacuten post-gue-rra al arrebatarle territorios y obligarla a pa-gar reparaciones de guerra inauditas Ante esto Hitler surgioacute como un liacuteder que prome-tiacutea devolver la vieja gloria a los alemanes re-viviendo el orgullo nacional y aprovechando la coyuntura de la Gran Depresioacuten que azotoacute econoacutemicamente al mundo para imponer sus ideas de recuperacioacuten y grandeza

Al obtener el gobierno en 1933 Adolf Hit-ler puso en marcha su plan junto al partido Nazi el cual veniacutea asociando a los judiacuteos los gitanos las personas de color entre otras con grupos sociales indeseables accioacuten que hizo mella en la percepcioacuten de los ciudada-nos quienes en su mayoriacutea no se opusieron a las realidades detraacutes del aparataje Nazi En su auge existieron alrededor de 60 campos de concentracioacuten y exterminio distribuidos entre Alemania Polonia los Paiacuteses Bajos Noruega Rumania Italia y paiacuteses circundantes estos al-bergaban principalmente a prisioneros judiacuteos gitanos prisioneros de guerra comunistas personas con discapacidades y miembros de la oposicioacuten poliacutetica calificados como traidores o seres inferiores para el ideario nazi

Seguacuten Cuervo (2017) los nazis comanda-dos por Hitler y entrenados bajo ideas que no consideraban que grupos como los judiacuteos o los gitanos fuesen siquiera humanos practicaban a diario torturas vejaciones y experimentos meacutedicos no consentidos en los campos de concentracioacuten Las personas que haciacutean vida en estos lugares eran sometidas a trabajos forzados hambre enfermedades y violencia incesante por parte de los soldados nazis que eran encargados de lidiar con estos grupos considerables inaceptables por su liacuteder

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En estos campos de concentracioacuten la muerte era omnipresente y se demostraba continuamente que existiacutean castigos peores a ella el trato hacia los prisioneros era atroz y lo maacutes resaltante es que estos no habiacutean co-metido ninguacuten crimen su uacutenico fallo era prac-ticar una religioacuten en especiacutefico o llevar a cabo ciertas creencias que no eran del agrado de Hitler Se relata que entre los castigos ejerci-dos se encontraban lanzar a prisioneros de un precipicio encerrarlos en celdas de tamantildeos de tumbas y dejarlos morir de inanicioacuten expe-rimentos salvajes como introducir tinta en los ojos para convertirlos en azules cronometrar el tiempo que a una persona le empleaba mo-rir en agua congelada practicar esterilizacio-nes masivas a las mujeres asesinar a decenas de prisioneros en caacutemaras de gas y en general obligarlos a vivir en condiciones paupeacuterrimas de hacinamiento falta de salubridad y conti-nuo asedio por parte de los guardias (Cuervo 2017)

Esta tortura de inocentes tuvo lugar hasta 1945 cuando las aliados especiacuteficamente las fuerzas de la en ese entonces Unioacuten Sovieacuteti-ca arribaron a Berliacuten el 16 de abril y lograron hacerse con esta ciudad el 2 de mayo siendo esta la uacuteltima gran batalla en Europa de esta Guerra y que propinariacutea el suicidio de Hitler el diacutea 30 de ese mes El 9 de septiembre de ese antildeo se declarariacutea el fin a la Segunda Guerra con la rendicioacuten de China el uacuteltimo baluarte de la Triple Alianza y con el acuerdo de Pots-dam se declarariacutea la reparticioacuten del territorio alemaacuten entre las fuerzas maacutes importantes de la Entente (Gran Bretantildea Francia y la Unioacuten Sovieacutetica)

43 Trata de blancas en el contexto de la URSS

Luego de la separacioacuten de Alemania pro-ducto de los tratados firmados tras la Segunda

Guerra Mundial con el fin de democratizar desmilitarizar y desnazificar este paiacutes el te-rritorio alemaacuten quedoacute dividido entre Estados Unidos Inglaterra y Francia en la parte Oeste y la Unioacuten Sovieacutetica en la parte Este Suacutebitamen-te el mundo se dividiriacutea en dos separado por la ldquoCortina de Hierrordquo trazada en Berliacuten que separariacutea el lado que practicaba la democracia liberal como sistema y su contraparte comu-nista

Dada la inviabilidad del modelo ideoloacutegico y el recrudecimiento de los controles econoacute-micos y sociales que generariacutean un gran ma-lestar en la poblacioacuten dentro de la URSS el comunismo fracasariacutea en 1989 esta potencia se desintegrariacutea lo cual paulatinamente aca-bariacutea con la calidad de vida quienes viviacutean de ese lado de la frontera Los ciudadanos de la Unioacuten Sovieacutetica seriacutean abatidos por el hambre la restriccioacuten de libertades poliacuteticas sociales y econoacutemicas y con ello el advenimiento de la trata de mujeres eslavas que buscaban esca-par de los problemas de su contexto

Debido a la desaparicioacuten de la Unioacuten So-vieacutetica y el control que esta manteniacutea sobre los paiacuteses sateacutelites quienes debido a la de-pendencia con Rusia no habiacutean desarrollado sus propios medios de subsistencia las recieacuten conformadas naciones careciacutean de institucio-nes planes econoacutemicos o gobiernos estables para progresar por si solas por lo cual el pano-rama pareciacutea sombriacuteo para sus residentes es-pecialmente las mujeres quienes ademaacutes de vivir en este contexto sufriacutean de una marcada discriminacioacuten Estas mujeres eran atraiacutedas por ofertas de trabajo u oportunidades de es-capar de sus paiacuteses lo cual propinoacute la creacioacuten de una red masiva de trata de personas en el Este de Europa que se alimentariacutea de mujeres Ucaranianas Rusas y Bielorusas principalmen-te quienes desempentildeariacutean labores de explo-tacioacuten sexual o prostitucioacuten Era tan extensa

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y masiva esta red que el teacutermino (ahora en desuso) ldquoTrata de blancasrdquo fue acuntildeado por las facciones de las viacutectimas quienes por pro-venir de estos territorios eran caucaacutesicas

Se afirma que ldquoentre 1991 y 1998 500000 mujeres ucranianas fueron llevadas a Occiden-te mientras tanto la exportacioacuten de las muje-res rusas para prostituir ha expandido a maacutes de 50 paiacutesesrdquo (Bryl 2016) llegando a presen-tarse maacutes de 400000 mujeres menores de 30 antildeos desplazadas al extranjero buscando mejores condiciones ya que en sus tierras de origen se presentaba un colapso del sistema econoacutemico que habiacutea generado alrededor de un 80 de desempleo Esto expone tambieacuten en la historia reciente la conexioacuten que existe entre vulnerabilidad social y trata de personas las personas al verse sin las capacidades o re-cursos para responder adecuadamente ante las adversidades tienden a buscar soluciones raacutepidas para mejorar su calidad de vida lo cual las lleva usualmente a aceptar propuestas muy atrayentes Este es el modus operandi utiliza-do por los tratantes para encontrar viacutectimas y sigue muy presente en la actualidad

44 Trata de personas en la actualidad (Siglo XXI)

En el antildeo 2000 se promulga el primer esta-tuto juriacutedico que reconoce a la trata de perso-nas como un delito que debe ser perseguido y penado a nivel mundial el ldquoProtocolo para prevenir reprimir y sancionar la trata de per-sonas especialmente mujeres y nintildeos que complementa la Convencioacuten de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacionalrdquo o mejor conocido como el Pro-tocolo de Palermo define esta problemaacutetica y sus modalidades facilitando su persecucioacuten y enjuiciamiento por los oacuterganos de la justicia

Por ldquotrata de personasrdquo se entenderaacute la captacioacuten el transporte el traslado la

acogida o la recepcioacuten de personas recu-rriendo a la amenaza o al uso de la fuer-za u otras formas de coaccioacuten al rapto al fraude al engantildeo al abuso de poder o de una situacioacuten de vulnerabilidad o a la con-cesioacuten o recepcioacuten de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra con fines de explotacioacuten Esa explotacioacuten incluiraacute como miacutenimo la explotacioacuten de la prostitucioacuten ajena u otras formas de explotacioacuten sexual los trabajos o servicios forzados la esclavitud o las praacutecticas anaacute-logas a la esclavitud la servidumbre o la extraccioacuten de oacuterganos (ONU 2000 p 2)

Esto marcoacute un precedente en cuanto al compromiso de todos los paiacuteses firmantes para erradicar este fenoacutemeno dentro de sus fronteras y pareciacutea ser el comienzo del fin de estos actos de esclavitud moderna sin embar-go la trata de personas sigue siendo uno de los fenoacutemenos delictivos maacutes lucrativos a nivel mundial despueacutes del narcotraacutefico generando dividendos de alrededor de 150000 millones de doacutelares (Niethammer 2020) el cual afecta ademaacutes a 249 millones de personas al antildeo (Staff M sf) entre sus diferentes modalida-des mencionadas en la definicioacuten

Debido a su naturaleza furtiva este fenoacute-meno no puede resultar evidente en el diacutea a diacutea de las personas ya no existen mercados de esclavos a cielo abierto y es una praacutectica rechazada legalmente a nivel mundial Pero a pesar de ello sigue siendo una realidad para una gran cantidad de personas quienes pro-viniendo usualmente de una situacioacuten de vul-nerabilidad y reclutadas bajo engantildeo a traveacutes de propuestas de trabajo atrayentes prome-sas de viajes o dinero pueden pasar toda su vida siendo explotadas para la actividad que le genere maacutes ingresos al tratante sin considerar los efectos fiacutesicos y mentales que esta explota-cioacuten tiene a largo plazo para la viacutectima

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Esclavos encadenados en una plantacioacuten de cuba y custodiados por soldados tambieacuten negros

CONCLUSIOacuteN

Finalmente pareciera ser que la explota-cioacuten de un ser humano por otro ha sido una praacutectica vista a lo largo de toda la historia la cual adoptoacute distintas formas para adecuarse a los distintos contextos societales de cada eacutepo-ca y seguir perdurando En la actualidad la trata de personas se encuentra en la catego-riacutea de delito y viola varios derechos humanos y pesar de ello sigue siendo muy prevalente a nivel mundial

Se ha visto a lo largo de la historia como las praacutecticas esclavizantes responden a una demanda de personas percibidas como infe-riores para servir a otras y producir dividen-dos este motivo ha logrado perdurar hasta la actualidad a pesar de ser fuertemente penali-zado a nivel mundial Por ello saber identificar las potenciales viacutectimas evitar convertirse en una comprender la magnitud del problema para denunciarlo efectivamente y sobre todo no participar en actividades que puedan estar sometiendo a otras personas a regiacutemenes de esclavitud son tareas necesarias para erradi-car esta praacutectica

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Zygmunt Bauman

Sita de Abreu La universalidad de los Derechos HumanosUna revisioacuten criacutetica de la Eacutetica posmoderna de Zygmunt Bauman

El presente trabajo de grado forma parte de los requisitos para la obtencioacuten de la licen-ciatura de Estudios Liberales de la Universidad Metropolitana Consiste en una investigacioacuten de caraacutecter documental que emplea las teacutec-nicas de anaacutelisis y comparacioacuten para aplicar una teoriacutea conocida sobre un problema dado Asiacute se analizoacute la problemaacutetica de la universa-lidad de los derechos humanos desde la eacutetica posmoderna del filoacutesofo y socioacutelogo Zygmunt Bauman Este autor niega tajantemente la uni-versalidad de la eacutetica calificaacutendola como una de las ilusiones que perniciosamente concibioacute la modernidad Apuesta en cambio por una moral no racional no susceptible de socializa-cioacuten ni universalizacioacuten en reglas y coacutedigos

Se determinoacute que el pensamiento de Bau-man contrapone eacutetica y moral de forma irre-conciliable por cuanto afirma que la moral como fuerza primigenia constituida de impul-sos y sentimientos solamente tiene lugar alliacute donde los intentos de reflexioacuten y razonamien-to del quehacer eacutetico fracasan No obstante diversos autores han destacado que los dere-chos humanos uacutenicamente pueden ser fun-damentados admitiendo la posibilidad de una

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eacutetica miacutenima es decir la afirmacioacuten de valores de base racional cognoscibles y vaacutelidos para todos razoacuten por la cual se postula su univer-salidad Por ello si se niega la capacidad de reflexionar sobre la moralidad como Bauman hizo no es posible sostener los derechos hu-manos Ademaacutes su acepcioacuten de la moral que describe la relacioacuten personaliacutesima entre el yo y el otro no cubre el reino social y por tanto la sociedad es un desierto moral en su teoriacutea

Asiacute la eacutetica discursiva se propone como una alternativa tanto al planteamiento original de la universalidad como al pensamiento pos-moderno de Bauman por cuanto contempla la posibilidad de afirmar los derechos huma-nos universales como resultado de praacutecticas discursivas

INTRODUCCIOacuteN

Los derechos humanos son ampliamente considerados por la comunidad internacional como los pilares fundamentales para el esta-blecimiento de una convivencia paciacutefica en-tre paiacuteses y como condicioacuten esencial para la autorrealizacioacuten de los individuos en calidad de personas libres y dignas Sin embargo hay aspectos concernientes a su naturaleza o las bases de su fundamentacioacuten filosoacutefica que aunque ampliamente aceptados por la doctri-na encarnada en declaraciones y tratados son todaviacutea objeto de debates aacutelgidos y vigentes Esto es particularmente evidente en la discu-sioacuten que se suscita entre los partidarios de la universalidad de estos derechos por un lado y los relativistas culturales por el otro y que no ha encontrado una resolucioacuten definitiva que permita dar una respuesta desde la esfera del deber ser de la eacutetica a las distintas realida-des sociales e individuales

En efecto la Declaracioacuten Universal de los Derechos Humanos de 1948 enarbola la ban-dera de la universalidad de estos derechos en virtud de una eacutetica sostenida sobre la afirma-cioacuten de la dignidad humana como un princi-pio que no puede negaacutersele legiacutetimamente a ninguacuten individuo Asiacute los derechos humanos como parte de un proyecto eacutetico cuyos oriacute-genes pueden ser rastreados en la moderni-dad buscan interponerse entre la dignidad y cualquier intento de instrumentalizacioacuten de la humanidad Sin embargo no estaacuten exen-tos de tener que enfrentarse a posturas que encuentran arbitraria y absurda la pretensioacuten de extender a todos los rincones del planeta unos determinados valores propios de la mo-dernidad occidental pues sus detractores ale-gan que hay una realidad conformada por una miriacuteada de culturas tradiciones y visiones de mundo que parecen entrar en conflicto con estas ideas

Los defensores pueden replicar contra esto que la universalidad no corresponde a una de-claracioacuten descriptiva del estado de las cosas sino a un estado deseable un horizonte moral al que se debe aspirar en virtud de nuestra na-turaleza racional por lo que advertir el plura-

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lismo cultural y la observancia de legislaciones que difieren entre siacute en materia de derechos no son razones suficientes ni soacutelidas para ne-garla Sin embargo en el campo de la eacutetica la cuestioacuten se hace maacutes oscura debido a la exis-tencia de distintas corrientes de pensamiento que ponen sobre la mesa la cuestioacuten misma de si la universalidad deberiacutea ser siquiera un desideraacutetum

Efectivamente dentro de estas desavenen-cias el relativismo y el escepticismo quizaacutes sean las posiciones maacutes conocidas contra la universalidad de los derechos humanos pero en los uacuteltimos tiempos ha surgido una posi-cioacuten particularmente desafiante que arremete contra las bases de la eacutetica moderna que han sido las responsables entre otras cosas de dar origen a la filosofiacutea de los derechos humanos Nos referimos a la posmodernidad que vale decir no es un cuerpo de pensamiento uacutenico sino maacutes bien una amalgama de acepciones distintas que comparten algunos espacios co-munes y difieren en tantos otros

No obstante pese a las dificultades de des-entrantildear las divergencias existentes entre los mismos pensadores posmodernos es posible identificar entre ellos a quienes coinciden en sostener una acepcioacuten eacutetica que deriva de una determinada reflexioacuten acerca de la natu-raleza moral del hombre Esto los ha llevado a argumentar que no es posible conciliar la universalidad de ninguacuten coacutedigo eacutetico norma o regla sin que esto constituya una amenaza a la autonomiacutea e integridad misma del individuo arrebataacutendole ademaacutes su ejercicio de res-ponsabilidad moral

En efecto diversos autores muestran una mayor preocupacioacuten por la responsabilidad individual la capacidad moral inmanente del ser humano y la libertad para elegir y discer-nir aspectos amenazados seguacuten argumentan

por la pretensioacuten de universalidad eacutetica Asiacute alertan sobre los peligros que han acechado al individuo desde la aparicioacuten de la moder-nidad y que han surgido como consecuencia de llevar demasiado lejos la ambicioacuten de esta-blecer declaraciones absolutas e inamovibles puesto que alegan esto no es sino resultado de la desconfianza en la capacidad moral del hombre de elegir y hacerse responsable libre-mente

Esta es la postura que va encarnar el socioacute-logo y filoacutesofo Zygmunt Bauman (1925-2017) recientemente fallecido cuya propuesta eacutetica desarrollada principalmente en su obra Eacutetica posmoderna entrantildea una criacutetica a la moderni-dad en la medida en que subraya la necesidad de rasgar el velo de ilusioacuten con el que ella in-tenta cubrir por medio de falsos postulados las profundidades de los problemas eacuteticos contemporaacuteneos A diferencia de lo afirmado por el pensamiento moderno con respecto a la capacidad de dar con reglas y estructuras estables para guiar la conducta de individuos racionales este autor argumentaraacute que la mo-ral al igual que el hombre mismo es consti-tutivamente aporeacutetica ambivalente razoacuten por la cual resulta una imposibilidad circunscribir-la a leyes universales

Sin embargo desechar el concepto de uni-versalidad alegando su invalidez conlleva un dilema complejo pues ella se postula con el fin de establecer que la proteccioacuten y amplia-cioacuten de los derechos humanos no dependen de los Estados y su soberaniacutea sino que son propuestas de validez incondicional irrestric-ta cuya negacioacuten podriacutea dejar a las personas en un estado de vulnerabilidad y relativismo Ademaacutes siendo la universalidad defendida por los modernos como una cualidad consustan-cial a los derechos humanos no resulta claro si es posible desecharla sin al mismo tiempo negar toda la teoriacutea de los derechos humanos

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Por lo anteriormente expresado en el pre-sente trabajo nos aproximamos a responder diversas interrogantes surgidas sobre el tema relativas a si resulta compatible la propuesta eacutetica posmoderna de Bauman con una teoriacutea de los derechos humanos Igualmente exami-namos diversas alternativas eacuteticas en materia de derechos humanos que pudiesen satis-facer aunque sea parcialmente la criacutetica de Bauman

Con la finalidad de brindar algunas res-puestas a estas interrogantes enfocamos el objetivo general de este trabajo de investi-gacioacuten en analizar el concepto moderno de universalidad de los derechos humanos desde la postura posmoderna de Zygmunt Bauman tal y como ella es presentada en Eacutetica posmo-derna obra publicada originalmente en 1993 Para ello se plantearon tres objetivos especiacute-ficos que corresponden al desarrollo de cada capiacutetulo de investigacioacuten

En el primer capiacutetulo se identifican diversas posturas eacuteticas que giran en torno al concepto moderno de la universalidad de los derechos humanos Para ello sentamos las bases con-ceptuales fundamentales para el tratamiento

del problema particularmente en lo concer-niente a los derechos humanos como dere-chos morales y la distincioacuten entre eacutetica y moral seguacuten ha sido entendida por distintas posicio-nes filosoacuteficas Posteriormente se analizan las razones por las cuales se le predica un atributo como la universalidad a los derechos huma-nos y cuaacutel es la relacioacuten de esta variable con el pensamiento eacutetico moderno Finalmente se exponen brevemente las posturas metaeacute-ticas maacutes tradicionalmente confrontadas con la universalidad particularmente el positivis-mo el comunitarismo y el relativismo a fin de contextualizar el problema y vislumbrar cuaacuteles son las principales reservas

En el segundo capiacutetulo se examinan los aspectos fundamentales de la criacutetica de Bau-man al concepto de universalidad desde la eacutetica posmoderna Para ello presentamos en primera instancia una breve exposicioacuten de la posmodernidad como pensamiento y como condicioacuten principalmente desde el punto de vista de Jean-Franccedilois Lyotard y sus acusacio-nes contra las ambiciones modernas Seguida-mente se presenta un resumen criacutetico de las paacuteginas fundamentales de Eacutetica posmoderna concernientes a la criacutetica a la universalidad la criacutetica a la modernidad la postura posmo-derna del autor y sus reflexiones en torno a la eacutetica la moral y los derechos humanos Para exponer las reflexiones de Bauman nos ser-vimos brevemente del pensamiento de otros intelectuales que nuestro autor central cita asiacute como de algunas obras de eacutel mismo que podriacutean ayudar a comprender maacutes profunda-mente su pensamiento Modernidad liacutequida (1999) y La posmodernidad y sus descontentos (1997)

El tercer capiacutetulo se orientoacute al anaacutelisis acer-ca de la plausibilidad de la propuesta de Bau-man relativa a reformular los problemas eacuteticos maacutes acuciantes de nuestro tiempo especiacutefica-

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mente los derechos humanos desde su eacutetica posmoderna es decir sin la aspiracioacuten de uni-versalidad Para ello contrastamos la postura de Bauman con argumentos a favor de la uni-versalidad que podriacutean fungir como objecio-nes sometiendo su pensamiento a un anaacutelisis criacutetico a la luz de las aspiraciones expresas de la teoriacutea de los derechos humanos Finalmen-te presentamos una alternativa que podriacutea preservarse de algunas de las criacuteticas del autor central sin dejar de aspirar a la universalidad aunque vista desde otro enfoque

Desde nuestra exeacutegesis se trata de una investigacioacuten que pretende contribuir con el anaacutelisis en el campo de la filosofiacutea moral a partir de datos y hechos ya dados como lo es la situacioacuten actual del pensamiento sobre los derechos humanos y sus implicaciones en la realidad de las sociedades contemporaacuteneas El trabajo plantea la relacioacuten entre dos varia-bles la teoriacutea actual de los derechos humanos como variable dependiente y la universalidad como variable independiente Esto es asiacute por-que buscamos determinar si con base en la propuesta de Bauman es posible descartar la universalidad como aspiracioacuten eacutetica en la for-mulacioacuten de los derechos humanos o si por el contrario esta es una cualidad sine qua non de la teoriacutea Con el desarrollo de este tema buscamos aportar elementos analiacuteticos que se enmarcan en una discusioacuten maacutes amplia so-bre la filosofiacutea moral los derechos humanos y concepcioacuten posmoderna en favor de producir nuevas liacuteneas de investigacioacuten

Resulta importante aclarar que esta inves-tigacioacuten no apunta a constatar hechos empiacute-ricos aun cuando se admite que la teoriacutea de los derechos humanos y la afirmacioacuten de la universalidad tienen consecuencias concretas en las dinaacutemicas de las sociedades actuales En el presente trabajo se hizo un estudio en el dominio de la eacutetica En razoacuten de ello se re-

lacionaron y contrastaron teoriacuteas eacuteticas con-trapuestas en torno a un mismo tema con el objeto de realizar contribuciones tanto al estudio acadeacutemico de la filosofiacutea de los dere-chos humanos como a una posible mejora de su praacutectica profesional yo institucional por cuanto se admite que los supuestos filosoacuteficos que los sustentan tienen repercusiones praacutecti-cas importantes

Estos objetivos siguen la metodologiacutea pro-pia de la investigacioacuten documental que impli-ca la recopilacioacuten y el anaacutelisis criacutetico de datos secundarios elaborados por otros investigado-res en distintas fuentes de documentacioacuten En este caso se consultaron fuentes impresas y electroacutenicas tanto primarias como secunda-rias incluyendo por supuesto la obra criacutetica de Bauman Eacutetica posmoderna particular-mente en sus primeros tres capiacutetulos ya que alliacute se trata el tema de la universalidad con ma-yor profundidad Para cumplir con el propoacutesito de brindar nuevos enfoques a la problemaacutetica planteada las teacutecnicas a poner en praacutectica consistieron fundamentalmente en el anaacutelisis documental y el anaacutelisis de contenido de las posiciones encontradas asiacute como la compa-racioacuten entre ellas a fin de sacar conclusiones acerca de su plausibilidad

Con respecto a los antecedentes de la pro-blemaacutetica planteada en este trabajo algunas investigaciones se han realizado en torno a la relacioacuten entre los derechos humanos y la pos-modernidad pero ninguno de ellos propone el enfoque particular de Bauman como ob-jeto de estudio Igualmente son mucho maacutes comunes los trabajos realizados acerca de la universalidad como rasgo formal y fundamen-tal de los derechos humanos asiacute como de sus criacuteticas Uno de ellos es de Costas Douzinas y se titula El fin(al) de los Derechos Humanos (2008) Este trabajo explora la evolucioacuten en la concepcioacuten de los derechos humanos desde la

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modernidad hasta la posmodernidad Luego adoptando la postura posmoderna propone que el concepto de humanidad resulta insufi-ciente y demasiado oscuro como para consti-tuir la fuente normativa de estos derechos

Adicionalmente desarrolla la idea de que contrario a lo que comuacutenmente se cree el uni-versalismo y el relativismo cultural no se opo-nen pues ambos son productos del humanis-mo y ninguno responde correctamente a las exigencias de los derechos humanos Pero la tesis con la que concluye el trabajo resulta de mayor intereacutes para el desarrollo de esta inves-tigacioacuten pues coincide con uno de los temas que seraacuten analizados por Zygmunt Bauman y ella consiste en que en materia de derechos humanos no se puede seguir hablando de un sujeto definido enclaustrado tal y como se pretendiacutea en la modernidad sino que estos derechos solamente son concebibles en fun-cioacuten del Otro por tanto es el Otro y no el su-jeto racional el verdadero principio de justicia y fundamento eacutetico de los derechos humanos

Otro antecedente de la investigacioacuten lo constituye el artiacuteculo de investigacioacuten Pos-modernidad tradicioacuten y derechos humanos (2005) de Mariano C Melero de la Torre En eacutel se discute la condicioacuten posmoderna en el debate poliacutetico contemporaacuteneo sobre la base de que una exploracioacuten de las implicaciones de las ideas posmodernas en el plano poliacutetico

real permite indagar en queacute medida es factible reformular una teoriacutea de los derechos huma-nos entendiendo que estos son presupuestos eacuteticos de todo sistema democraacutetico El autor sostiene que la posmodernidad desde su pos-tura metateoacuterica no aporta una alternativa poliacutetica a la modernidad por cuanto ella afir-ma que todo sistema poliacutetico es producto de ciertas circunstancias particulares que nunca son las mismas para todos

Pero lo que resulta maacutes interesante de este trabajo es la propuesta de un universa-lismo sensible al contexto que consiste en la discusioacuten razonable de la verdad y la aco-modacioacuten de diferencias Esta es una postura interesante que debe ser contemplada por esta investigacioacuten porque podriacutea resolver los conflictos entre la universalidad moderna y la ambiguumledad posmoderna que aquiacute se plan-tean Ademaacutes la afirmacioacuten del autor de que la posmodernidad no propone alternativas po-liacuteticas concretas coincide con lo afirmado por Bauman autor central de la investigacioacuten en desarrollo

Igualmente valioso resulta el texto La uni-versalidad de los derechos humanos (1998) obra de Antonio Peacuterez Luntildeo Alliacute Peacuterez indaga especiacuteficamente en el aspecto de universa-lidad de los derechos humanos tal como se encuentra formulado en la Declaracioacuten Uni-versal de los Derechos Humanos de 1948 Su importancia reside en que el autor esgrime ar-gumentos soacutelidos a favor de la universalidad por cuanto sostiene que esta caracteriacutestica es un llamado eacutetico a proteger a todos los seres humanos independientemente de que esteacuten contemplados o no en determinado ordena-miento juriacutedico o que un Estado los reconozca Su trabajo se estructura de la siguiente ma-nera comienza por estudiar la universalidad como elemento fundamental de los derechos humanos desde su nacimiento expone las dis-

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tintas tesis que se oponen a la universalidad incluyendo brevemente la posmodernidad y describe el caraacutecter de universalidad como un elemento constitutivo de los derechos huma-nos con la intencioacuten de superar las criacuteticas en su contra

Asiacute concluye que la universalidad es una exigencia indispensable para la garantiacutea de los derechos a todas las personas lo cual de nin-guna manera significa que pueda ser impues-to por la coaccioacuten y que a pesar de que hay posturas que aparentemente se le oponen en realidad entiende que algunas de estas respuestas no son irreconciliables con la pro-puesta universalista sino que son formas de compensar las injusticias en las que se ha in-currido Igualmente dedica un pequentildeo apar-tado a exponer brevemente la postura posmo-derna junto con las otras tendencias criacuteticas sin embargo de la posmodernidad concluye que es una exaltacioacuten a la diferencia y al ego en lugar de una propuesta factible

Por otra parte se encuentra la investiga-cioacuten realizada por Francisco Laporta titulada Sobre el concepto de los derechos humanos (1987) en la que el autor plantea la dimen-sioacuten moral de los derechos concluyendo que ellos se establecen como una expresioacuten de la moralidad entre los individuos o de las posibi-lidades de la moral En cuanto a la universali-dad en especiacutefico el autor establece que es un rasgo propio de los derechos humanos que ig-nora todo contexto o circunstancia contingen-te pues no estaacute fundamentando en sistemas juriacutedicos o en un cualquier criterio positivista sino que pertenece al aacutembito de la eacutetica Esto implica que se reconoce a todo ser humano como agente moral lo cual no significa afirmar solamente que es sujeto de derecho sino que tambieacuten debe procurar la realizacioacuten activa de los deberes y obligaciones para la defensa de los derechos de los otros

Por uacuteltimo se tiene como antecedente el artiacuteculo Eacutetica y Derechos Humanos principios educacionales para una sociedad democraacutetica (2007) de Alvori Ahlert El autor busca po-ner de relieve la importancia de la eacutetica para la construccioacuten de sociedades democraacuteticas cuyo fundamento eacutetico principal son los de-rechos humanos Especiacuteficamente discute de queacute manera los derechos humanos de tercera y cuarta generacioacuten forman parte de las aspi-raciones para alcanzar un ejercicio pleno de la ciudadaniacutea democraacutetica Esta investigacioacuten es de alto intereacutes pues aunque su enfoque no es el mismo que se plantea en este trabajo de in-vestigacioacuten ofrece una breve discusioacuten acerca de lo que se considera que es la eacutetica y su dife-rencia con la moral distincioacuten que resulta ser de suma relevancia para indagar maacutes profun-damente en las diferencias entre los plantea-mientos eacuteticos modernos y los posmodernos Ademaacutes explora las razones por las cuales los derechos humanos no son meros derechos le-gales sino que derivan de imperativos eacuteticos para las democracias

Tener en cuenta estos antecedentes tiene como propoacutesito encuadrar el estado actual de la problemaacutetica y facilitar el cumplimiento del propoacutesito de este trabajo de investigacioacuten que es plantear una teoriacutea eacutetica a un problema dado que tiene profundas repercusiones en la vida en sociedad Su importancia recae en que una profundizacioacuten en la eacutetica y la filosofiacutea que sostienen la teoriacutea de los derechos humanos puede esclarecer algunas de las cuestiones maacutes controversiales en los debates puacuteblicos generar conocimientos nuevos que nos pre-vengan de caer en el dogmatismo y poner a prueba conceptos que comuacutenmente damos por sentado Todo ello con el fin de depurar una teoriacutea que ha sido y es fundamental para el desarrollo de las sociedades contemporaacute-neas y el respeto a las libertades

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Cuestionar la viabilidad y legitimidad de la universalidad de los derechos desde una propuesta criacutetica opuesta nos permite con-cluir si es necesario reformular la teoriacutea o si la universalidad debe seguir siendo postulada en nuestros tratados y declaraciones de dere-chos humanos con lo cual este estudio apun-ta a mejorar las praacutecticas institucionales que defienden y promueven estos derechos con base en lo que resulta legiacutetimo hacer y lo que consideramos bueno y deseable

Un estudio como el que aquiacute se propone ademaacutes pretende contribuir al logro de las as-piraciones de la licenciatura de Estudios Libe-rales en torno al desarrollo de investigaciones que integren distintas disciplinas Esto con el fin de obtener respuestas que nos acerquen a una comprensioacuten holiacutestica de nuestras institu-ciones y como consecuencia proponer desde la academia soluciones praacutecticas y factibles a los problemas maacutes relevantes de nuestra eacutepo-ca En el caso especiacutefico de este trabajo de grado la disciplina central alrededor de la cual gira el tema de investigacioacuten es la filosofiacutea mo-ral sirvieacutendose de la sociologiacutea como apoyo para la consecucioacuten de los objetivos de inves-tigacioacuten sobre todo teniendo en cuenta que el autor central es asimismo una autoridad en ambas disciplinas

Finalmente siendo los derechos humanos defendidos por la mayoriacutea de paiacuteses como im-perativos eacuteticos para la consecucioacuten de socie-dades democraacuteticas y libres resulta un tema actual ineludible razoacuten por la cual este estu-dio busca promover su investigacioacuten dentro del pensum de la Escuela de Estudios Libera-les de la Universidad Metropolitana en el en-tendido de que un mayor acercamiento a este tema desde las cuatro disciplinas de la carrera ―Historia Poliacutetica Economiacutea y Filosofiacutea― re-sulta indispensable para entender en doacutende

nos encontramos y hacia doacutende nos dirigimos como sociedad globalizada

CAPIacuteTULO I

POSTURAS EacuteTICAS EN TORNO A LA UNIVERSALIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS

11 Derechos humanos una aproximacioacuten conceptual

Dentro de los debates eacuteticos contempo-raacuteneos quizaacutes no haya tema maacutes vigente y controversial que aquel que toma forma alre-dedor de los derechos humanos Igualmente es indudable la importancia que ha tenido la teoriacutea de los derechos humanos en las dinaacutemi-cas de las sociedades actuales y las relaciones internacionales Papacchini (2003) afirma que ldquoEn los uacuteltimos antildeos los derechos humanos se han transformado en un patroacuten de conducta que condensa los maacutes elevados valores de nuestro tiempo y en una herramienta privile-giada para la legitimacioacuten del poderrdquo (p35) En otras palabras ellos representan ―o bus-can representar― las aspiraciones eacuteticas y po-liacuteticas maacutes elevadas De la misma forma se les considera el fundamento eacutetico de todo siste-ma democraacutetico liberal que se precie de serlo

No obstante no estaacuten exentos de criacuteticos algunos de ellos preocupados por el hecho de que el discurso de los derechos humanos no sea sino una legitimacioacuten de dominio de una determinada forma de ver el mundo una fala-cia etnoceacutentrica con lo cual la defensa de ellos como principios morales no seriacutea sino un acto de hipocresiacutea Por todo ello se hace maacutes im-portante que nunca poner sobre la mesa todo el cuerpo eacutetico que lo sustenta

Quienes defienden los derechos humanos los consideran ldquocomo una condicioacuten de posibi-lidad de la sociabilidad ―de toda cooperacioacuten

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humana y armoacutenica convivencia― es decir como condicioacuten de posibilidad de una socie-dad justa tema claacutesico de la filosofiacutea poliacutetica y juriacutedicardquo (Velasco 1988 p624) Gracias a su existencia la vida en sociedad de forma paciacute-fica y cooperativa es posible Ellos derivan de la necesidad de salvar al hombre de una exis-tencia fraacutegil y arbitraria a traveacutes del estableci-miento y defensa de unos principios de natu-raleza moral que lo salvaguarden frente a los abusos de poder

La realizacioacuten de la nocioacuten de los derechos humanos es producto de un largo proceso histoacuterico muy especialmente a razoacuten de los totalitarismos del siglo XX dado que a partir de entonces se enfatizoacute auacuten maacutes en la inmora-lidad de la instrumentalizacioacuten del ser humano y se denunciaron con maacutes vigor las violacio-nes flagrantes a una dignidad que se supone intriacutenseca e irreducible frente a cualquier pro-poacutesito Pero el nuacutecleo de la fundamentacioacuten de los derechos humanos no se encuentra propiamente en el hecho de que hace posible la vida en sociedad ya que esto podriacutea desem-bocar en argumentos utilitaristas o funciona-listas que no corresponden exactamente a su naturaleza como se veraacute maacutes adelante

Tampoco esta nocioacuten puede reducirse a ser entendida exclusivamente como producto de una necesidad es decir como una mera fic-cioacuten juriacutedica necesaria para garantizar la vida social cooperativa puesto que quienes sostie-nen su validez lo hacen a traveacutes de una afir-macioacuten sustantiva de valores superiores ldquoel fundamento de los derechos humanos des-cansa generalmente en un cuacutemulo especial de valores los relativos a la dignidad humana es decir libertad igualdad seguridad y solida-ridadrdquo (Rodriacuteguez 2013 paacuterr 5)

De esta manera la dignidad humana se considera como la fuente de estas exigencias

eacuteticas dado que demanda condiciones socia-les miacutenimas en las cuales los seres humanos como personas puedan desarrollar su perso-nalidad libremente y mantenerse iacutentegros con base en argumentos morales En razoacuten de lo anterior desde el punto de vista normativo la Oficina del Alto Comisionado para los Dere-chos Humanos de Naciones Unidas los define como

Derechos inherentes a todas las per-sonas Definen las relaciones entre los individuos y las estructuras de poder es-pecialmente el Estado Delimitan el poder del Estado y al mismo tiempo exigen que el Estado adopte medidas positivas que garanticen condiciones en las que todas las personas puedan disfrutar de sus dere-chos humanos (ACNUDH 2016 p19)

Asiacute que seguacuten esta definicioacuten la defensa de los derechos humanos no puede ser en-tendida meramente en un sentido negativo es decir en cuanto a lo que el Estado no pue-de hacer puesto que los derechos humanos suponen tambieacuten un sentido positivo que re-fiera a las acciones que se deben emprender para garantizarlos Por lo tanto respeto y ga-rantiacutea son las dos dimensiones de la defensa y promocioacuten de los derechos humanos

Desde una perspectiva filosoacutefica Papacchi-ni (2003) alega que ldquolos derechos humanos son reivindicaciones de unos bienes primarios considerados de vital importancia para todo ser humano que concretan en cada eacutepoca histoacuterica las demandas de libertad y dignidadrdquo (p43) En este sentido se entiende por bienes primarios a aquellos considerados indispensa-bles e irrenunciables con lo cual se estaacute afir-mando que los derechos humanos son impe-rativos eacuteticos que impone la condicioacuten misma de ser humano Negar el acceso a estos bienes de tan fundamental importancia supondriacutea una negacioacuten de la condicioacuten humana razoacuten

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por la cual Nino (1989) alega que seriacutea ldquomo-ralmente erroacuteneo impedir tal accesordquo (p40)

En cuanto a las eacutepocas histoacutericas a las que el autor hace referencia en su definicioacuten Pa-pacchini (2003) explicita que si bien es cierto que los derechos humanos adquieren sentido dentro de determinados espacios culturales e histoacutericos tambieacuten es cierto que ellos hacen referencia a ldquovalores humanos universales que se conservan a traveacutes del cambio y que estaacuten presentes de manera maacutes o menos ex-pliacutecita en los diferentes contextos culturalesrdquo (p45) por lo que ldquose impone una exigencia comuacuten de libertad dignidad y respetordquo (p45) Estas uacuteltimas aseveraciones dan cuenta de los argumentos a favor del caraacutecter moral y nece-sario de los derechos humanos asiacute como de su resistencia a ser confinados al relativismo geograacutefico y cultural

Analizando las dos definiciones la propues-ta por la ONU la organizacioacuten internacional maacutes grande del mundo y la que resulta de la disertacioacuten filosoacutefica del profesor Angelo Pa-pacchini es posible ver ciertas coincidencias Para empezar ambas definiciones revelan la idea de los derechos humanos como exigen-cias frente al poder estatal en virtud de las de-mandas de libertad y dignidad segundo hay en ambas un asentimiento a la inherencia o propiedad derivada del solo hecho de ser hu-mano y tercero como consecuencia de lo an-terior la idea de que todos los seres humanos son sujetos de estos derechos sin importar circunstancias vivenciales razoacuten por la cual se suponen universales Son significativas estas coincidencias porque revelan que estas son las acepciones maacutes ampliamente aceptadas de los derechos humanos en la actualidad Sin embargo como se veraacute maacutes adelante no son las uacutenicas propuestas

Asiacute los derechos humanos se nos presen-tan como un saber praacutectico orientado a supe-rar el hiato entre el ser y el deber ser apoya-dos sobre ldquola existencia de una razoacuten praacutectica de una razoacuten que pueda y deba esforzarse por asentar normas de accioacuten y valores con el me-nor grado de arbitrariedadrdquo (Velasco 1988 p40) Esto uacuteltimo implica el supuesto de que los fundamentos de los derechos humanos son de caraacutecter racional como tambieacuten lo es el meacutetodo para elucidarlos ldquoTan soacutelo si se par-te de que puede existir una base racional para los valores eacuteticos juriacutedicos y poliacuteticos ―posi-bilidad negada por el no cognoscitivismo― cabe construir una adecuada fundamentacioacuten de los derechos humanosrdquo (Peacuterez Luntildeo 1983 p13)

A traveacutes de la admisioacuten de esta racionali-dad subyacente los derechos humanos se constituyen como parte de una moral ideal alrededor de la cual se configura en sus aspi-raciones la moral positiva esto es los distin-tos sistemas morales vigentes en las socieda-des que necesariamente presentan distintas realidades socioloacutegicas (Nino 1989 p93) No solamente pueden ser entendidos entonces como logros histoacutericos y poliacuteticos aunque de cierta manera lo son sino fundamentalmente como la consecuencia de una cierta forma de hacer filosofiacutea moral que afirma la capacidad de concretar aspiraciones morales comunes a las cuales se puede llegar por medio de eluci-daciones racionales

En razoacuten de lo anterior es necesario reco-nocer las tres dimensiones desde las cuales pueden ser entendidos los derechos humanos la moral la poliacutetica y la juriacutedica En la medida en que estas dimensiones se creyeron interre-lacionadas o por el contrario se daba priori-dad una a la otra surgieron distintas posturas acerca de la fundamentacioacuten de los derechos que se extienden del iuspositivismo al iusna-

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turalismo pasando por el intersubjetivismo el objetivismo el emotivismo y una larga lista de ismos que buscan dar respuesta a la pregun-ta de si es posible fundamentar los derechos humanos y en caso de ser asiacute coacutemo lograrlo

Frente a esto Velasco (1988) propone una alternativa considera que la eacutetica el dere-cho y la poliacutetica son distintos momentos de lo praacutectico que deben ser considerados en correcto equilibrio dado que los tres son di-mensiones propias de los derechos humanos en mutua interaccioacuten (p619) Asiacute no tendriacutea por queacute haber conflictos ni sesgos entre ellos

No obstante este estudio da primaciacutea al enfoque de la dimensioacuten moral por dos razo-nes en primer lugar porque ella es verdadera-mente la raiacutez de la defensa del principio de la universalidad dado que desde esta perspecti-va los derechos humanos ldquoson por definicioacuten las aspiraciones morales comunes a la huma-nidad entera al conformar el uacutenico coacutedigo miacute-nimo ―si existe― de una eacutetica universalmen-te aceptadardquo (Velasco 1988 p619) El con-dicional ldquosi existerdquo que el autor sentildeala y que pone en tela de juicio la validez de una moral miacutenima para la humanidad entera es uno de los aspectos a analizar acerca de este tema

En segundo lugar la afirmacioacuten de la uni-versalidad desde la dimensioacuten moral es preci-samente la que hace posible la afirmacioacuten de la universalidad en lo juriacutedico y poliacutetico Esta aseveracioacuten es por supuesto discutible dado que hay teoriacuteas que respaldan la independen-cia de la poliacutetica frente a la moral Sin embar-go los derechos humanos derivan induda-blemente de la idea de que ldquoel derecho debe tender a lo justo y que el comportamiento po-liacutetico debe estar subordinado a la eacutetica si no quiere convertirse en un instrumento de ma-nipulacioacuten explotacioacuten y dominiordquo (Velasco 1988 p620) Las posturas maacutes dominantes en

la actualidad dentro del marco de la teoriacutea de los derechos humanos ―como la idea de los derechos humanos como derechos morales que veremos maacutes adelante― se apoyan sobre la tesis que defiende que las tres esferas de lo praacutectico esto es moral derecho y poliacutetica no son esferas autoacutenomas sino que se remiten mutuamente

Ademaacutes toda la razoacuten de ser de los dere-chos humanos como es defendida hoy en diacutea es la de limitar el poder del Estado en defen-sa de las libertades individuales y la dignidad humana y al mismo tiempo promover accio-nes positivas que permitan la realizacioacuten de la persona Por esta razoacuten existe un consen-so general alrededor de la afirmacioacuten de que el principal actor que puede ser acusado de violar los derechos humanos es el Estado o individuos en representacioacuten de eacutel Asiacute el po-der arbitrario o incluso la razoacuten de Estado es constitutivamente incompatible con la nocioacuten de los derechos humanos razoacuten por la cual un estudio orientado a este tema debe tomar en cuenta la argumentacioacuten que defiende que la poliacutetica y el derecho no son indiferentes a los argumentos morales

Poner el foco en el estudio de las argumen-taciones a favor de la dimensioacuten moral no estaacute buscando romper con el equilibrio que Velas-co (1988) defiende entre los tres momentos de lo praacutectico en la reflexioacuten de los derechos humanos (p620) sino emprender un enfo-que maacutes conciso del tema en el que se ana-lice precisamente la raiacutez argumentativa de la universalidad El estudio de la teoriacutea poliacutetica y juriacutedica alrededor de los derechos humanos son temas que si bien son tangencialmente referidos por ser un hecho inevitable no son centrales Esta decisioacuten no es arbitraria no se ha decidido el estudio de la moral de los dere-chos humanos simplemente por simplificacioacuten investigativa sino que de la diversidad de pos-

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turas en torno a los derechos humanos son precisamente las que parten de justificaciones morales las que desembocan en un aacutelgido de-bate en torno a la universalidad

Ademaacutes Nino (1989) analiza que a pesar de las distintas propuestas que se suscitan en materia de los derechos humanos incluso los maacutes reacios a aceptar la posibilidad de dar con una fundamentacioacuten filosoacutefica deben admi-tir que ldquolos derechos humanos son derechos establecidos por principios morales por maacutes que se agreguen a continuacioacuten que tales de-rechos son en consecuencia relativos subje-tivos o inexistentesrdquo (p19) Es decir incluso las personas que no aceptan la inherencia natural de los derechos humanos y reniegan o dudan de conceptos tan abstractos como la dignidad humana pueden cuando menos admitir que estos derechos apelan a principios morales cuando se esgrimen razones para legitimarlos

La definicioacuten anterior es planteada como un punto de partida en el que puedan conve-nir todas las posturas en torno a los derechos humanos puesto que afirmar que se alude a principios morales no implica afirmar inmedia-tamente que estos existan o sean cognoscibles (Nino 1989 p19) Simplemente se estaacute ofre-ciendo una primera aproximacioacuten al concepto de derechos humanos dejando a una etapa posterior de elucidacioacuten conceptual la discu-sioacuten sobre la naturaleza o posibilidad de cono-cer los principios sobre los cuales se sostiene Una vez que se ha determinado su naturaleza moral puede empezar a cuestionarse si la mo-ral que las sustenta es relativista positivista comunitarista o universalista Asiacute el concepto de derechos humanos como derechos mora-les se supone reconciliable en principio con todas las posturas

Ahora bien afirmar los derechos humanos como derechos morales implica sostener que

aparecen ldquocomo exigencias eacuteticas y derechos que los seres humanos tienen por el hecho de ser hombres y por tanto con un derecho igual a su reconocimiento proteccioacuten y garantiacutea por parte del poder poliacutetico y el Derechordquo (Fernaacuten-dez 1984 p107) Esta definicioacuten en particular busca dar cuenta de la doble dimensioacuten de los derechos humanos la eacutetica y la juriacutedica a fin de dejar en claro que los derechos humanos si bien llegan a un gran nivel de concrecioacuten en el derecho positivo tiene una existencia pre-via e independiente a eacutel dado que se constitu-yen como imperativos eacuteticos

Respecto a la anterioridad y primaciacutea de la afirmacioacuten de los derechos humanos con res-pecto a su reconocimiento juriacutedico Laporta (1987) la defiende al afirmar ldquocuando usamos la nocioacuten de lsquoderechorsquo no estamos haciendo referencia a ciertas normas primarias o secun-darias de un cierto sistema normativo sino a la razoacuten que se presenta como justificacioacuten de la existencia de tales normasrdquo (pp27-28) De esta manera se argumenta que dado que los derechos humanos se defienden con base en razones morales son anteriores a su especi-ficacioacuten positiva en distintos ordenamientos Su positivizacioacuten es necesaria para mejorar los mecanismos de proteccioacuten de estos derechos pero su fundamentacioacuten moral es primaria

Estas definiciones con base morales son in-cluso conciliables aunque parcialmente con posturas un poco maacutes pragmaacuteticas como la de Peces-Barba (1994) quien rechaza el con-cepto de derechos morales y solamente los re-conoce cuando estos se hacen expliacutecitos en los ordenamientos juriacutedicos No obstante al mis-mo tiempo admite que los derechos humanos son ldquola cristalizacioacuten de una concepcioacuten moral que situacutea como eje la dignidad del hombre y los valores de libertad e igualdad como cau-ces para alcanzarlardquo (p234) Es decir incluso cuando su acepcioacuten de estos derechos involu-

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cra poner un mayor eacutenfasis en la importancia de su reconocimiento juriacutedico para su existen-cia reconoce que el origen de estos derechos son ciertamente justificaciones o razones mo-rales que las demandan como posibilidad de realizacioacuten de la dignidad humana lo cual da cuenta de que la naturaleza moral de los de-rechos puede llegar a ser compatible con su dimensioacuten juriacutedica

A los derechos humanos en los teacuterminos en que han sido definidos hasta ahora se les atribuye comuacutenmente unas ciertas caracteriacutes-ticas o rasgos formales que los diferencian de otras normas morales y los ubican por encima de ellas Son variadas y diversas estas carac-terizaciones pero en este caso se haraacute expo-sicioacuten de la que reconoce Laporta (1987) por su generalidad y sencillez Este autor identifica tres rasgos la universalidad el caraacutecter ab-soluto y la inalienabilidad (pp 32-44) Dado que al primero de estos rasgos se le dedicoacute un apartado extenso maacutes adelante por ahora nos limitaremos a exponer brevemente el signifi-cado de los otros dos

Para Laporta (1987) el caraacutecter absoluto de los derechos implica que ldquose trata de re-querimientos morales que caso de entrar en conflicto con otros requerimientos morales los desplazan y anulan quedando ellos como la exigencia moral que hay que satisfacerrdquo (p39) Es decir que en la jerarquiacutea de las exi-gencias y normas morales los derechos hu-manos ocupan la cuacutespide de modo que no pueden ser relegados ni disminuidos frente a otros enunciados morales Por su parte afir-mar la inalienabilidad consiste en defender que ellos ldquose le adscriben al individuo al mar-gen de su propio consentimiento o contra eacutel y se le inmuniza moralmente incluso frente a su propia voluntadrdquo (Laporta 1987 p44) Por tanto afirma la imposibilidad del titular a renunciar a sus propios derechos en tanto

es un sujeto moral puesto que la proteccioacuten a los derechos de un individuo implica que esta debe ser efectiva incluso frente al individuo mismo

Sin embargo estas caracteriacutesticas si bien derivadas de exigencias morales por su nivel de abstraccioacuten y alejamiento de la realidad pueden encontrarse con dificultades praacutecticas al momento de ser concretadas en los siste-mas juriacutedicos de los paiacuteses que deben prote-gerlos y contemplarlos Por ejemplo con res-pecto al caraacutecter absoluto de los derechos hu-manos frente a cualquier otra exigencia moral surge el dilema de queacute hacer en el caso de que sean precisamente dos derechos humanos los que se encuentren en conflicto irreconciliable cualquier solucioacuten admite de facto que el anaacute-lisis del contexto y las circunstancias importa al momento de tomar esta decisioacuten con lo cual el caraacutecter absoluto se ve disminuido en casos muy especiacuteficos

Frente a estas dificultades Velasco (1988) propone una conceptualizacioacuten de los dere-chos humanos con un pequentildeo matiz ldquoAl uti-lizar la expresioacuten derechos humanos se estaacute haciendo referencia a unos derechos morales de tipo prima facie universales en su ads-cripcioacuten innegociables y con pretensioacuten de reconocimiento juriacutedico a nivel nacional e in-ternacionalrdquo (p631) Afirmar que son prima facie significa que si bien se entienden que son absolutos universales e inalienables en primera instancia las circunstancias deben ser consideradas al momento de buscar una concrecioacuten praacutectica de los derechos en casos en los que se observe cierta incompatibilidad porque de cualquier otra manera su preten-sioacuten de ser reconocidos juriacutedicamente puede constantemente encontrarse con la amenaza de llegar a ser una causa perdida

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Por otro lado el hecho de que busque reco-nocimiento por parte de sistemas juriacutedicos no menoscaba ni disminuye la anterioridad de su caraacutecter moral ni es una admisioacuten de que los derechos humanos solo existen cuando son positivizados Simplemente es un asentimien-to de que los derechos humanos podraacuten ser mejor defendidos si son reconocidos por las constituciones Esto no obstante no es una condicioacuten sine qua non dado que ldquola situacioacuten del sujeto no puede depender de la mayor o menor fortuna en la eleccioacuten del lugar de re-sidencia (cuando esa eleccioacuten sea posible)rdquo (Velasco 1988 pp629-630) Esto de nuevo es un argumento moral que busca objetar las afirmaciones de los positivistas

En funcioacuten de lo anterior es importante hacer una uacuteltima precisioacuten que consiste en re-saltar la diferencia que existe entre el teacutermino ldquoderechos humanosrdquo y el teacutermino ldquoderechos fundamentalesrdquo La distincioacuten consiste en que el segundo teacutermino se refiere especiacuteficamente a los ldquoderechos individuales positivizados en las constitucionesrdquo (Velasco 1988 p627) Por su parte Peacuterez Luntildeo (1998) aclara que la distin-cioacuten entre ambos reside en que los derechos humanos son propiamente deontoloacutegicos y se refieren a la inherencia de ciertas facultades que deben ser positivizados mientras que los fundamentales siacute hacen una referencia directa y exclusiva a los derechos reconocidos por los sistemas juriacutedicos (p105) Esta precisioacuten tiene relevancia porque la universalidad atantildee a los derechos humanos no a los fundamentales cuya validez por definicioacuten tiene lugar en la medida en que sean reconocidos en los dis-tintos ordenamientos juriacutedicos y por tanto no son los mismos en todas las sociedades poliacute-ticas

Asiacute bajo los supuestos de naturaleza moral de los derechos humanos previos al Estado y al derecho positivo como afirmacioacuten de valo-

res que se consideran superiores tales como la dignidad la libertad y la igualdad de ca-raacutecter universal absoluto e inalienable prima facie se dio tratamiento a esta nocioacuten de de-rechos humanos en la presente investigacioacuten

12 Universalidad de los derechos humanos consideraciones generales

Una de las caracteriacutesticas formales y tam-bieacuten controversiales de los derechos huma-nos es su universalidad justificada como ne-cesidad moral y poliacutetica como condicioacuten de autorrealizacioacuten del individuo y de reconoci-miento de su dignidad con independencia de su entorno tanto cultural como poliacutetico Se trata pues de una tendencia defendida cada vez con mayor urgencia como resultado de la mayor interdependencia y cooperacioacuten entre naciones que ha caracterizado a los siglos XX y XXI Dicha tendencia se manifiesta como la necesidad de adoptar acepciones de la justicia y la moral mucho maacutes amplias que las permi-tidas por las fronteras culturales nacionales aunque con mucha controversia Esto se evi-dencia en el hecho de que ldquola afirmacioacuten de la universalidad de los derechos humanos es patrimonio comuacuten de las Declaraciones des-de el uacuteltimo tercio del siglo XVIII hasta nues-tros diacuteasrdquo (De Castro 1995 p391) Por tanto ha sido una aspiracioacuten predominante en todo el desarrollo de la teoriacutea de los derechos hu-manos

Lo anterior forma parte de la muy vigente y puacuteblica dicotomiacutea entre soberaniacutea y globali-zacioacuten en la que esta uacuteltima aboga cada vez maacutes por un punto de vista universal de la mo-ral concretada en el establecimiento de nor-mas miacutenimas de convivencia y de respeto a la humanidad Al respecto Peacuterez Luntildeo (1998) afirma ldquoEn un mundo interdependiente en el seno de sociedades interconectadas la garan-tiacutea de unos derechos universales se ha hecho

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maacutes perentoria que nuncardquo (p98) No es ca-sualidad pues que los retos que la globaliza-cioacuten hayan reavivado en las uacuteltimas deacutecadas el debate alrededor de la universalidad tanto de los derechos humanos en particular como de la moral en general

Por estas razones lo que caracteriza a nuestra eacutepoca es el haberse dado paso a ldquola idea de un derecho comuacuten o lsquocosmopolitarsquo fundado en los derechos humanos como de-rechos morales universalesrdquo (De Zan 2004 p150) Vieacutendolo desde el punto de vista de favorecer la integracioacuten global en la defensa y promocioacuten de los derechos humanos la uni-versalidad parece a primera vista una aspira-cioacuten aceptable pero lo cierto es que no es un tema de unaacutenime aceptacioacuten por el contrario es quizaacutes el tema maacutes controversial Esto es asiacute por la problemaacutetica que supone establecer unas normas morales de pretensioacuten universa-lista originadas en el pensamiento de la civili-zacioacuten occidental en comunidades tan disiacutemi-les y heterogeacuteneas entre siacute con ethos propios y con distintas concepciones de los fines a los que se debe aspirar

En efecto la teoriacutea de los derechos hu-manos conlleva inevitablemente una tensioacuten entre la validez universal y la multiplicidad de formas de vida la cual maacutes adelante se ex-pondraacute como equivalente a la tensioacuten entre una acepcioacuten particular de la eacutetica con una acepcioacuten particular de la moral Lo curioso de esto es que el atributo de universalidad es tan intriacutenseco al propoacutesito moral de los derechos humanos que no parece posible separar am-bos teacuterminos sin socavar la integridad de cada uno Es decir bajo esta perspectiva solamente puede hablarse de derechos humanos como principios morales cuando se admite su uni-versalidad porque cualquier otra afirmacioacuten no hace sino excluir arbitrariamente con base en determinadas relaciones de poder o carac-

teriacutesticas referidas a ciertas condiciones de la existencia como la pertenencia a una nacioacuten o a una cultura condiciones que los derechos humanos no desconocen pero que tampoco seguacuten los universalistas debiesen ser determi-nantes al momento de reconocer ciertas facul-tades baacutesicas

Por ahora antes de adentrarse en las dis-tintas posturas que debaten e incluso niegan la legitimidad de la universalidad resulta impor-tante ponderar en primer lugar la significacioacuten del teacutermino Peces-Barba (1994) explicita que ldquopor universalidad hacemos referencia a una titularidad de los derechos que se adscriben a todos los seres humanos Sus rasgos son la racionalidad y la abstraccioacuten congruentes con esa titularidad de todos los hombresrdquo (p614) Se trata por tanto de un proceso de descon-textualizacioacuten a raiacutez del cual se garantiza el va-lor universal de los derechos sobre la base de una uacutenica condicioacuten la de ser humano En ra-zoacuten de lo anterior las organizaciones encarga-das de defenderlos han definido lo siguiente

Los derechos humanos son universales porque estaacuten basados en la dignidad de todo ser humano con independencia de la raza el color el sexo el origen eacutetnico o social la religioacuten el idioma la nacionali-dad la edad la orientacioacuten sexual la dis-capacidad o cualquier otra caracteriacutestica distintiva (ACNUDH 2016 p22)

Seguacuten Peacuterez Luntildeo (1998) la afirmacioacuten de la universalidad de estos derechos tienen el propoacutesito de ldquoafirmar sin resquicio a dudas que la proteccioacuten de los derechos humanos y consiguientemente su violacioacuten no cons-tituiacutean aacutembitos reservados a la soberaniacutea in-terna de los Estados () sino problemas que afectan a toda la humanidadrdquo (p96) Bastariacutea con analizar el preaacutembulo de la Declaracioacuten Universal de los Derechos Humanos (1948)

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para darse cuenta de la veracidad de esta afir-macioacuten ldquola libertad la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intriacutenseca y de los derechos igua-les e inalienables de todos los miembros de la familia humanardquo (paacuterr1) La inclusioacuten de la totalidad de los seres humanos como sujeto de derechos supone la idea de una dignidad intriacutenseca a la especie humana lo cual sentildeala una inspiracioacuten humanista y antropoceacutentrica en la Declaracioacuten que tiene algunos de sus oriacutegenes en el pensamiento de Kant aunque no se limita exclusivamente a eacutel sino a toda la eacutepoca moderna

Ahora bien el problema con la definicioacuten de Peces-Barba presentada anteriormente y que coincide con muchas de las que comuacuten-mente se usan es que parece insuficiente porque corresponde a lo que De Castro (1995) denomina universalidad como dato En efecto el autor entiende que

una cosa es la universalidad de los de-rechos humanos como dato (=atribucioacuten a todos o a la mayoriacutea de los seres huma-nos [iquestsoacutelo a ellos] y validez en todo o casi todo tiempo y lugar) y otra bastante diferente la universalidad como principio loacutegico-ontoloacutegico (es decir como caraacutec-ter racional exigido por la necesidad que tienen los sujetos morales de contar con referencias o criterios de accioacuten o de co-nocimiento que tengan validez incondicio-nable) (p388 cursiva propia)

El punto es que no basta para los objeti-vos de esta investigacioacuten referirse a la primera acepcioacuten de universalidad en la que se consi-dera solamente como un atributo que puede predicarse de los derechos humanos a poste-riori por el contrario se busca analizar la uni-versalidad como principio loacutegico-ontoloacutegico es decir ldquouna universalidad que si existe ha de tener su fundamento en una unidad o uni-

formidad ontoloacutegica en una coincidencia in-triacutenseca (esencial) y no modificable que equi-para a todos los posibles sujetos de los dere-chosrdquo (De Castro 1995 p388) puesto que la problemaacutetica que aquiacute se presenta parte de consideraciones de la naturaleza moral de los derechos humanos

Por otro lado se podriacutea argumentar que definiciones como la expuesta por Peces-Bar-ba esto es definiciones que solo consideran la titularidad de los derechos a los seres huma-nos y por tanto se refieren a la universalidad exclusivamente como dato son uacutetiles porque de esa manera es considerada en las declara-ciones de derechos humanos No obstante De Castro (1995) sostiene ldquoEl tipo de universali-dad que se da por supuesto o que se afirma expliacutecitamente en las diversas Declaraciones de derechos si bien es formulado como un dato se presenta como exigencia estructuralrdquo (p388) Es decir la universalidad se afirma no simplemente porque los paiacuteses han acordado en torno a su validez sino porque se supone soportada por exigencias maacutes elevadas que se proponen como derivadas de la capacidad moral del hombre

Esto se verifica en las declaraciones al afir-mar estas que los hombres nacen en condi-ciones de libertad e igualdad Por ejemplo al consultar el primer artiacuteculo de la Declaracioacuten Universal de los Derechos Humanos (1948) ldquoTodos los seres humanos nacen libres e igua-les en dignidad y derechosrdquo (Art1) nos en-contramos con que no se estaacute aludiendo uacuteni-camente una idea de naturaleza poliacutetica a la que se llega a traveacutes de un consenso sino que se estaacute afirmando una naturaleza moral y on-toloacutegica del hombre que es previa e inmutable a su experiencia en el mundo y que exige de la universalidad de sus derechos Por tanto toda ldquodistincioacuten alguna de raza color sexo idio-ma religioacuten opinioacuten poliacutetica o de cualquier

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otra iacutendole origen nacional o social posicioacuten econoacutemica nacimiento o cualquier otra con-dicioacutenrdquo (Declaracioacuten Universal 1948 Art2) resulta invaacutelida por cuanto en nada afectan o modifican la dignidad

El fundamento moral de la universalidad de los derechos humanos y en general del uni-versalismo eacutetico como se entiende en la actua-lidad reside en el valor intriacutenseco de la per-sona moral como fin en siacute mismo por cuanto ldquoes una propiedad que le compete por igual a todo ser humano en cuanto ser racionalrdquo (De Zan 2004 p97) Se trata asiacute de derechos que se suponen intriacutensecos previos a la experien-cia y a las condiciones de la existencia con lo cual cumple con las condiciones que definen la universalidad como principio loacutegico-ontoloacute-gico y no meramente como dato

Ahora bien en virtud de poner a prueba la definicioacuten de universalidad como categoriacutea loacute-gica-ontoloacutegica nos centildeiremos a la definicioacuten que De Castro (1995) propone pues ella com-porta un mayor grado de especificidad

universalidad equivale a la predicabi-lidad constitutiva respecto de todos los componentes o individuos de un deter-minado conjunto o universo loacutegico (clase especie o geacutenero) que es inherente a la relacioacuten en que estaacuten determinadas cua-lidades o modos de ser con las laquocosasraquo o entes que existen (p387)

En este sentido de universalidad de todos los miembros de un universo se predica un rasgo o caraacutecter que es esencial y constituti-vo En el caso de la humanidad se argumenta que tal rasgo universal es la racionalidad que a diferencia de categoriacuteas contingentes como el sexo la edad o la clase social se supone compartida por todos sin excepcioacuten y de for-ma intriacutenseca La igualdad esencial que defi-ne la relacioacuten entre estos seres forma la base

sobre la cual se afirma la universalidad de los derechos humanos (De Castro 1995 p387)

Ahora bien el valor de la definicioacuten que nos proporciona De Castro se revela en dos aspectos en primer lugar trasciende las con-sideraciones sociopoliacuteticas puesto que aquiacute el tratamiento de los derechos humanos no consiste simplemente en verificarlos como resultado de distintos acuerdos juriacutedicos y po-liacuteticos alrededor de un compromiso entre na-ciones de mantener la paz sino de derechos derivados de elucidaciones acerca de la per-sonalidad moral ―una unidad ontoloacutegica que comparten los sujetos de derechos― y de la relaciones sociales desde el punto de vista de la eacutetica

En segundo lugar pone de relieve que cuestionar la universalidad en teacuterminos de filosofiacutea moral consiste en determinar si re-sulta legiacutetimo predicar los derechos humanos de todos los miembros de la humanidad con cierta independencia respecto a las creencias personales la diversidad de contextos sociales y culturales en lo que se desarrollan los seres humanos y con la admisioacuten de la existencia de un rasgo intriacutenseco y esencial compartido sobre el cual se sostiene tal pretensioacuten Des-de este punto de vista en particular no es una predicabilidad a posteriori sino a priori libre de la experiencia

Es evidente que el caraacutecter a priori de la universalidad tambieacuten implica el reconoci-miento de los derechos humanos como de-rechos anteriores a cualquier orden juriacutedico y poliacutetico razoacuten por la cual descarta el mero contractualismo o derecho positivo Que los derechos humanos son anteriores a todo de-recho positivo es justificado de distintas ma-neras por su naturaleza moral Al respecto Al-varado (2006) sostiene que en la Declaracioacuten Universal ldquoel deber o compromiso es entendi-

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do como un deber que le corresponde estric-tamente a la eacutetica y no a la legislacioacuten juriacutedicardquo (p14) Con esta afirmacioacuten coincide Laporta (1987) ldquoel aacutembito de los derechos es el de la eacutetica son una moralidad y por eso propugnan la denominacioacuten de derechos morales para asegurarse ese valor universalrdquo (Peces-Barba 1994 p616)

Ahora bien en el apartado anterior se ex-puso la definicioacuten de los derechos humanos como derechos que son ante todo morales Lo que aquiacute hace falta enfatizar es la idea de que la misma moralidad de estos parece exigir su universalidad De Zan (2004) afirma que la exigencia de la universalidad se da como con-secuencia de que ldquoLa moral implica el trato igual y el reconocimiento reciacuteproco de las per-sonas es esencialmente intersubjetiva A la gramaacutetica de lo moral como a la gramaacutetica de lo verdadero pertenece una necesaria preten-sioacuten de validez universalrdquo (p42) En efecto si se sostiene la igualdad esencial de los hombres como un hecho moral no parece en principio legiacutetimo concluir que unos seriacutean beneficiarios de unos derechos humanos y otros no

Ademaacutes la universalidad como exigencia moral se da sobre la base de la idea de que la dignidad humana y los valores maacutes elevados como la libertad y la justicia deben ser defen-didos a toda costa ninguacuten ser humano puede ser instrumentalizado ni siquiera por el Esta-do ni puede ser sometido a actividades deni-grantes que niegan su condicioacuten libre y digna bajo la excusa de la no contemplacioacuten de cier-tos derechos en tal o cual sistema juriacutedico o por motivos culturales Al mismo tiempo la universalidad se manifiesta tambieacuten en el sen-tido de accioacuten positiva es decir como la nece-sidad del establecimiento de unas condiciones miacutenimas que garanticen a todos la oportuni-dad de desarrollar sus propios planes de vida

Por otro lado hay distintas dimensiones en las que se puede hablar de universalidad cuya especificacioacuten resulta relevante para cual-quier investigacioacuten destinada a estudiarla Al respecto Peces-Barba (1994) reconoce tres una loacutegica una temporal y una espacial La loacute-gica refiere a la titularidad de los derechos en virtud de la racionalidad cuya definicioacuten ya se ha expuesto al comienzo de este apartado la temporal supone que la universalidad se en-cuentra al margen del tiempo y es vaacutelida para todos los momentos de la historia mientras que la espacial refiere a su validez en todas las sociedades (pp614-615) Evidentemente esta investigacioacuten estaacute enmarcada en la pri-mera acepcioacuten la cual se preocupa por los su-jetos de los derechos humanos

No obstante afirmar la universalidad en su acepcioacuten loacutegica supone tambieacuten afirmarla en sus dimensiones temporal y espacial puesto que si la atribucioacuten de estos derechos estaacute ba-sada uacutenicamente en la consideracioacuten del suje-to moral como libre racional e independiente el aacutembito empiacuterico tiene poca relevancia Esta conclusioacuten solamente es vaacutelida si se estaacute ha-blando de la universalidad como principio loacute-gico-ontoloacutegico ya que la universalidad como dato seguacuten la distincioacuten que se hizo con an-terioridad evidentemente estaacute influida por la historia y el contexto de las culturas

Por su parte hay otra distincioacuten que re-sulta imprescindible rescatar aquella que se da entre la universalidad como punto de partida y universalidad como punto de llega-da (Peces-Barba 1994 p629) Esta uacuteltima es propiamente aquella que justifica por queacute la existencia de derechos especiacuteficos o colectivos que benefician a unos pocos no niega la uni-versalidad sino que la buscan a traveacutes de me-canismos de discriminacioacuten positiva En este sentido la universalidad se propone como fin y no como praacutectica pues recurre a situaciones

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instrumentales de favorecer a los individuos o comunidades que otrora habriacutean sido discri-minados con el fin de garantizar que se cum-pla la premisa de la universalidad como punto de partida esto es la igualdad y libertad de todos los hombres

Para Nino (1989) la afirmacioacuten de dere-chos especiacuteficos no vulnera la idea de univer-salidad porque bien puede darse el caso de la existencia de ciertos derechos atados a otras condiciones que no son las de ser humano tales como los derechos de la mujer o de la vejez pero ldquosoacutelo son casos especiales o ins-trumentales respecto de derechos maacutes funda-mentales y geneacutericos que parecen presentar el rasgo que estamos analizandordquo (p42) Con esto se quiere hacer ver que la universalidad no es un concepto unidimensional que pueda desecharse faacutecilmente puesto que incluso las argumentaciones morales a favor de derechos no universales como los derechos de los in-diacutegenas por ejemplo pueden ser entendidos como mecanismos de compensacioacuten orienta-dos a conseguir la realizacioacuten de esa universa-lidad o al menos la aproximacioacuten a ella tanto como sea posible

No obstante la clasificacioacuten de las distin-tas dimensiones de la universalidad propuesta por De Castro (1995) parece ser maacutes completa y quizaacutes despeje maacutes dudas acerca de lo que se quiere decir cuando se habla de univer-salidad en esta investigacioacuten En efecto este autor identifica cinco dimensiones subjetiva objetiva cultural cronoloacutegica y poliacutetica Esta investigacioacuten en especiacutefico problematiza la universalidad primordialmente desde su di-mensioacuten subjetiva que consiste en proclamar ldquola predicabilidad de los derechos humanos respecto de la totalidad de sus posibles titula-res sean eacutestos solamente los seres humanos o tambieacuten otros seresrdquo (De Castro 1995 p389) Es decir trata fundamentalmente de quieacutenes

son los sujetos o beneficiarios de estos dere-chos y las razones filosoacuteficas y morales en vir-tud de las cuales se prescribe que esto sea asiacute

A partir de estas especificaciones se trataraacute el tema de la universalidad en esta investiga-cioacuten partiendo de la idea de que

El reconocimiento de la pretensioacuten de universalidad de los contenidos que se in-cluyen en los derechos humanos tiene que ponerse a prueba y pasar por la confronta-cioacuten con los intereses legiacutetimos de los di-ferentes sectores de la propia sociedad y con las convicciones del ethos de las otras culturas (De Zan 2004 p159)

Con base en la afirmacioacuten anterior se justi-fica la necesidad de problematizar la universa-lidad desde distintas visiones a fin de determi-nar su caraacutecter moral y verificar si seriacutea posible afirmar la existencia de los derechos humanos sin ella Pero antes de emprender esa tarea resulta importante por razones que se enten-deraacuten maacutes adelante explorar los fundamentos filosoacuteficos modernos que le dieron vida

13 Los derechos humanos como proyecto de la modernidad

Ya se ha asomado la idea de que la univer-salidad de los derechos humanos es un con-cepto esencialmente moderno por tanto cri-ticarla supone impliacutecitamente una criacutetica a la modernidad ldquoLos derechos humanos en con-tra de lo que en ocasiones se sostiene cons-tituyen una categoriacutea histoacuterica Nacen con la modernidad en el seno de la atmoacutesfera inte-lectual que inspiraraacute las revoluciones liberales del siglo XVIIIrdquo (Peacuterez Luntildeo 1998 p96) Desde el surgimiento de los derechos humanos has-ta los tratados de la actualidad la relevancia que la perspectiva moderna le ha dado a la aproximacioacuten universalista es de tal magnitud

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que no resulta faacutecil descartarla sin llevarse por delante la teoriacutea misma de los derechos hu-manos

La estrecha relacioacuten entre el concepto de los derechos humanos y la modernidad es afir-mada por Peacuterez Luntildeo (1998) de la siguiente manera ldquoel rasgo baacutesico que marca el origen de los derechos humanos en la modernidad es precisamente el de su caraacutecter universal el de ser facultades que deben reconocerse a to-dos los hombres sin exclusioacutenrdquo (p97) Por otro lado la firma de la Declaracioacuten Universal de 1948 representa para Bobbio (1998) la pri-mera vez que un conjunto de principios fue-ron libremente aceptados como universales sobre la base del ldquoconsenso sobre su validez y su idoneidad para regir las suertes de la comu-nidad futura de todos los hombresrdquo (p133) Esta interpretacioacuten parte tambieacuten de la idea de que la universalidad pertenece a una con-quista histoacuterica que inicia en la filosofiacutea de la Ilustracioacuten y finalmente se concreta en la De-claracioacuten de 1948 que deja por sentado que la humanidad por primera vez en su historia comparte un sistema de valores comunes

Durante los tiempos previos a la moder-nidad mucho antes de que siquiera surgiera la nocioacuten de derechos humanos las personas disfrutaban de derechos con base en distintas caracteriacutesticas tales como la riqueza la posi-cioacuten social e incluso la religioacuten A partir de la modernidad en cambio la fraccioacuten de sujetos depositarios de derechos fue incrementaacutendo-se hasta cubrir a todo el universo loacutegico que es la humanidad surgiendo asiacute el concepto uni-versal del hombre Asiacute ldquoEl gran invento juriacutedi-co-poliacutetico de la modernidad reside precisa-mente en haber ampliado la titularidad de las posiciones juriacutedicas activas o sea de los dere-chos a todos los hombres y en consecuencia de haber formulado el concepto de los dere-chos humanosrdquo (Peacuterez Luntildeo 1998 p97)

No obstante esta nocioacuten no es suficiente porque como se ha mencionado en el aparta-do anterior el objetivo de este estudio no es la universalidad como dato sociopoliacutetico sino como principio moral aunque ciertamente es posible afirmar que el primero es conse-cuencia del segundo En efecto cuando se ha-bla de la relacioacuten entre la universalidad de los derechos humanos y la modernidad se estaacute haciendo referencia al hecho de que la insti-tucionalizacioacuten de los primeros derechos que pueden denominarse propiamente humanos tiene su basamento en una cierta filosofiacutea de la conciencia que es el paradigma de la mo-dernidad

Cuando se habla de modernidad no nos circunscribimos exclusivamente a un periacuteodo en teacuterminos cronoloacutegicos sino a un esquema de pensamiento que seguacuten Touraine (1994) reuacutene a grandes rasgos las siguientes caracte-riacutesticas la proliferacioacuten de la actividad racio-nal la diferenciacioacuten de los diversos sectores de la vida social la exclusioacuten de todo finalis-mo y el desarrollo por el progreso teacutecnico la liberacioacuten de las necesidades y el triunfo del espiacuteritu (p17) Cada uno de estos puntos me-receriacutea una especial atencioacuten pero a efectos de esta investigacioacuten lo que seraacute verdadera-mente relevante es la aspiracioacuten moderna de ordenar una sociedad de forma racional ldquola modernidad ha hecho de la racionalizacioacuten el uacutenico principio de organizacioacuten de la vida personal y colectiva al asociarlo al tema de la secularizacioacuten es decir prescindiendo de toda definicioacuten de los lsquofines uacuteltimosrsquordquo (Touraine 1994 p18)

Esta separacioacuten de los fines uacuteltimos que implicaba la disolucioacuten de viacutenculos sociales tradicionales y la descreencia de los dogmas religiosos en favor de la razoacuten dio paso a su vez a la aparicioacuten de aspiraciones universalis-tas que en la Revolucioacuten Francesa se sosteniacutean

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sobre la consigna Liberteacute Egaliteacute y Fraterniteacute y que maacutes recientemente se concretan en los derechos humanos sostenidos sobre la afir-macioacuten de la libertad la igualdad esencial y la dignidad humana

Adicionalmente para algunos autores criacute-ticos o no de la modernidad las caracteriacutesticas que se le atribuyen a los derechos humanos son el resultado de una nueva acepcioacuten de lo moral que nace en la eacutepoca moderna Al respecto el filoacutesofo Alasdair MacIntyre una gran criacutetico del proyecto ilustrado en su libro Tras la virtud afirma que ldquoEstamos tan acos-tumbrados a clasificar juicios discusiones y acciones en teacuterminos morales que olvidamos lo relativamente nueva que fue esta nocioacuten en la cultura de la Ilustracioacutenrdquo (MacIntyre 2001 p71) En efecto lo moral tal y como lo cono-cemos hoy tiene su origen y desarrollo en la modernidad Es a partir del siglo XVII que los esfuerzos se orientan a entender y justificar la moralidad como una esfera autoacutenoma de las costumbres y la religioacuten disentildeando sus pro-pias reglas

Soacutelo a finales del siglo XVII y en el si-glo XVIII cuando distinguir lo moral de lo teoloacutegico lo legal y lo esteacutetico se convirtioacute en doctrina admitida el proyecto de jus-tificacioacuten racional independiente para la moral llegoacute a ser no meramente intereacutes de pensadores individuales sino una cues-tioacuten central para la cultura de la Europa del Norte (MacIntyre 2001 p71)

Esta nueva acepcioacuten de la moral indisolu-blemente ligada al espiacuteritu moderno desem-boca afortunadamente para unos lamenta-blemente para otros ―incluido MacIntyre― en el establecimiento de principios eacuteticos universales de los cuales derivan los derechos humanos Esto es consecuencia de una pre-tensioacuten caracteriacutestica de la modernidad la de fundamentar racionalmente la moral

No obstante Lipovetsky (1994) matiza lo anterior al sostener ldquoLa idea de una moral racional o natural no es una invencioacuten espe-ciacuteficamente moderna () Pero soacutelo los mo-dernos han inscrito en el frontispicio de la so-ciedad valores estrictamente laicos soacutelo ellos emprendieron la construccioacuten de un orden social y poliacutetico a partir de principios eacuteticos no confesionalesrdquo (p22) En efecto el suscribir valores basados ya no en las tradiciones ni en la revelacioacuten de la Verdad divina sino en la na-turaleza humana hizo de la eacutetica una empresa laica y con ambiciones de constituirse como un hecho universal

El primer paso para la nueva acepcioacuten lai-ca y moderna de la eacutetica consistioacute en la pro-clamacioacuten de los derechos individuales como un hecho moral por excelencia desde el cual debiacutea derivarse un conjunto de consecuencias sociales y poliacuteticas importantes ldquoLos ideales de soberaniacutea individual y de igualdad civil constitutivos de la civilizacioacuten democraacutetico-in-dividualista expresan los laquoprincipios simples e incuestionablesraquo de la moral universalrdquo (Lipo-vetsky 1994 p23) Bajo esta idea los dere-chos humanos fungieron como los cimientos para la consolidacioacuten de sociedades democraacute-ticas dando paso a una eacutepoca deoacutentica en la que se propugnaba la soberaniacutea del individuo como freno a la soberaniacutea del Estado Ninguna ley ni divina ni terrenal podiacutea ir en contra de estos imperativos racionales

Pero el individuo idealizado en este pri-mera etapa de la modernidad no era uno en-cerrado en siacute mismo se prescribiacutea tambieacuten el compromiso activo que tal individuo teniacutea frente a sus semejantes esto es con la comu-nidad poliacutetica hacia la que debiacutea la maacutes alta de las consideraciones Por ello correlativo a la afirmacioacuten de derechos se derivaban deberes hacia los otros (Lipovetsky 1994 p23) Es en una etapa posterior como veremos maacutes ade-

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lante en la criacutetica que hace Bauman cuando el individualismo se hace egoiacutesta

En este sentido surge una paradoja porque la acepcioacuten universalista-racional de la eacutetica no hubiese sido posible sin la secularizacioacuten pero al mismo tiempo se afirma que la mo-dernidad al menos en su etapa inicial man-tuvo de las sociedades premodernas religiosas una idea igualmente fuerte del deber ya no en nombre de Dios sino en nombre de la razoacuten Es por ello que Lipovetsky (1994) asevera ldquoEl primer ciclo de la moral moderna ha funciona-do como una religioacuten del deber laicordquo (p12) con la diferencia de que si en las sociedades premodernas el deber era hacia Dios en la modernidad el deber era hacia la humanidad maacutes especiacuteficamente hacia el individuo como ser racional titular de prerrogativas inaliena-bles legitimaacutendose todo arreglo racional de la sociedad alrededor de eacutel como valor principal

Ahora bien del cataacutelogo del pensamiento moderno quizaacutes no haya nadie tan responsa-ble de la afirmacioacuten de la universalidad moral propugnada por los derechos humanos como Immanuel Kant dado que muchas de las teo-riacuteas eacuteticas contemporaacuteneas universalistas tie-nen su mayor y maacutes grande deuda con su filo-sofiacutea Esto es asiacute porque Kant se propuso como ninguacuten otro la afirmacioacuten de la superioridad del principio moral de validez universal ante-rior a toda condicioacuten histoacuterica y contingente a toda emocioacuten y actitud subjetiva y a todo orden juriacutedico y poliacutetico

Kant (2007) inicia su Fundamentacioacuten de la Metafiacutesica de las Costumbres estableciendo que resulta necesario elaborar una filosofiacutea moral que no deacute cuenta de la experiencia sino que cumpla con las condiciones de la necesi-dad y la universalidad propias de lo a priori es decir propias de los conceptos de la razoacuten pura praacutectica Al respecto nos dice ldquoEl funda-

mento de la obligacioacuten no debe buscarse en la naturaleza del hombre o en las circunstancias del universo en que el hombre estaacute puesto sino a priorirdquo (p 3) Por tanto las leyes mo-rales resultan independientes de todo hecho de contenido faacutectico Esto es asiacute debido a una concepcioacuten kantiana del sujeto seguacuten la cual este es trascendental ldquoen tanto sujeto de la experiencia () habito un mundo inteligible o suprasensible en este independiente de las leyes de la naturaleza soy capaz de tener au-tonomiacutea capaz de actuar de acuerdo con una ley que me doy a miacute mismordquo (Sandel 2000 p23)

La anterioridad y supremaciacutea del sujeto como autonomiacutea de la voluntad frente a sus fines inclinaciones e incluso circunstancias se justifica bajo la idea de la libertad puesto que Kant (2007) considera que ldquoLa indepen-dencia de las causas determinantes del mun-do sensible (independencia que la razoacuten tiene siempre que atribuirse) es libertadrdquo (p75) Es importante recordar que el primer artiacuteculo de la Declaracioacuten Universal citado anteriormen-te no solo establece que todos los hombres nacen iguales sino libres La libertad asiacute en-tendida supone la anterioridad del sujeto a las circunstancias y condiciones en las que se desenvuelve

Ahora bien si la determinacioacuten de la capa-cidad moral del sujeto es a priori esta no pue-de venir dada por ninguna emocioacuten actitud o inclinacioacuten puesto que todas ellas son diver-gentes entre siacute incapaces para Kant de dar el fundamento estable a la moral Lo relevante es el sujeto como voluntad autoacutenoma capaz de darse a siacute mismo su propia ley capacidad que no depende de circunstancias empiacutericas sino de una constitucioacuten racional intriacutenseca Por tanto lo moral no es aquello que corres-ponde a la accioacuten destinada a la consecucioacuten de meras inclinaciones o deseos ni siquiera es

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aquello que corresponde a determinados fines como la felicidad puesto que estos tambieacuten pueden ser muchos y variados En cambio lo moral tiene que ver con actuar bajo aquellas maacuteximas capaces de ser universales

En este sentido Kant (2007) entiende que si bien los fines que los hombres se proponen como deseables y los principios subjetivos son muacuteltiples y variados las leyes morales son como las leyes fiacutesicas en el sentido de que son universales sin excepcioacuten ldquola ley lleva consigo el concepto de una necesidad incondicionada y objetiva y por tanto universalmente vaacutelida y los mandatos son leyes a las cuales hay que obedecer esto es dar cumplimiento aun en contra de la inclinacioacutenrdquo (p 31)

No es objeto de esa investigacioacuten expo-ner a fondo la filosofiacutea moral kantiana pero siacute resulta necesario referir brevemente su in-fluencia como representante del pensamiento moderno en el debate de los derechos huma-nos como derechos morales universales Para empezar seguacuten Peacuterez Luntildeo (1998) la filosofiacutea moral kantiana se proponiacutea ldquola elucidacioacuten ra-cional de los rasgos constitutivos del geacutenero humanordquo (p98) sobre la base de los cuales se sostiene el valor intriacutenseco irreductible del hombre y la inmoralidad de su instrumenta-lizacioacuten Dicha elucidacioacuten racional es la que justifica hoy en diacutea o pretende justificar la universalidad de los derechos humanos en su sentido loacutegico-ontoloacutegico al apoyarse sobre la afirmacioacuten de una igualdad esencial de todos los hombres ldquola aceptacioacuten del presupuesto deontoloacutegico de la igualdad esencial al menos desde el punto de vista relevante de todos los sujetos de la organizacioacuten social desemboca tambieacuten inexorablemente en la afirmacioacuten de la predicabilidad universal de los derechosrdquo (De Castro 1995 p401)

Pero la afirmacioacuten de la igualdad esencial ha variado durante toda la eacutepoca moderna Simplificando en una primera fase el iusna-turalismo del siglo XVIII defendiacutea la universa-lidad con base en la afirmacioacuten de unos dere-chos intriacutensecos a la naturaleza humana como esencia La formulacioacuten kantiana la afirma en cambio sobre el supuesto de la ideacutentica ca-pacidad de razonamiento moral de los indivi-duos esto es de la autonomiacutea de la voluntad racional de la cual se concluye que tiene una dignidad inviolable Es decir Kant igualmente proclama la universalidad moral pero esta vez basada en el conocer y no en el ser (De Castro 1995 p401)

El traacutensito de la inicial acepcioacuten iusnatura-lista de la universalidad a la actual es tambieacuten descrito brevemente por Bobbio (1998) en tres fases La primera corresponde al iusnatu-ralismo moderno etapa en que la universali-dad era exclusivamente postulada en tratados filosoacuteficos La segunda tuvo lugar cuando las aspiraciones filosoacuteficas comenzaron a concre-tarse en legislaciones y declaraciones alliacute la pretensioacuten de universalidad pierde un poco de su fuerza en favor de su concrecioacuten pues-to que inevitablemente dependiacutea de la accioacuten u omisioacuten del Estado La uacuteltima es la que se vive actualmente y tiene su inicio en la Decla-racioacuten Universal de los Derechos Humanos de 1948 en la que la afirmacioacuten es tanto univer-sal como positiva por una parte se afirma la titularidad de todos los hombres con indepen-dencia de su pertenencia a tal o cual Estado por otro lado ya no son solamente declarados o idealizados sino que se concreta su protec-cioacuten efectiva (pp134-135)

Este breve itinerario de la universalidad en la historia de los derechos humanos busca dar cuenta de la evolucioacuten de su conquista en distintas etapas de la eacutepoca moderna Pero en eacutel tambieacuten es posible ubicar uno de los virajes

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que el pensamiento kantiano provocoacute en la fi-losofiacutea de los derechos humanos con respec-to al iusnaturalismo Para De Castro (1995) la universalidad de los iusnaturalistas era de na-turaleza pasiva en tanto se atribuiacutean a los in-dividuos en funcioacuten de lo que son ignorando su existencia concreta social y personal razoacuten por la cual afirma ldquoLos derechos se le reco-nociacutean pues al individuo desindividualizado (tanto en su dimensioacuten de hombre como en su dimensioacuten de ciudadano)rdquo (p402) En cam-bio con la introduccioacuten de la filosofiacutea de Kant y las teoriacuteas eacuteticas contemporaacuteneas inspiradas por eacutel la universalidad ha podido ser afirmada positivamente esto es como una conquista propia del individuo basada en su capacidad propia de actuar y razonar moralmente no solamente de ser humano

Por otro lado esta estrecha relacioacuten entre universalidad y el pensamiento kantiano ha tenido amplias repercusiones en la teoriacutea de los derechos humanos por el hecho de haber desplazado las teoriacuteas emotivistas o utilitaris-tas de la moral en favor de lo que se conoce hoy como liberalismo deontoloacutegico En efecto Sandel (2000) expone que los derechos indivi-duales a grandes rasgos han sido defendidos por dos corrientes divergentes el utilitarismo y el liberalismo kantiano Ambas son corrien-tes liberales pero la segunda valieacutendose del pensamiento de Kant en torno a la prioridad de la justicia postula la inviolabilidad de los derechos humanos incluso por encima de consideraciones en torno al bienestar general negando los supuestos utilitaristas que supo-niacutean un caacutelculo de la felicidad general (p14) La afirmacioacuten de los derechos humanos en este sentido kantiano es categoacuterica y tienen predominancia sobre cualquier otra cuestioacuten moral

En el marco de este debate los defenso-res de los derechos humanos como derechos

morales universales son herederos del pensa-miento kantiano en tanto se apoyan sobre una concepcioacuten de eacutetica deontoloacutegica Por ejem-plo la caracterizacioacuten que se hizo en la prime-ra seccioacuten de los rasgos formales de los dere-chos humanos como absolutos y universales es posible justamente debido a la afirmacioacuten de principios morales como la dignidad que son incondicionalmente superiores a cual-quier otra consideracioacuten en especial condicio-nes empiacutericas o concepciones condicionadas por las comunidades de pertenencia es decir le dan una validez a priori

Por su parte De Castro (1995) sostiene ldquola afirmacioacuten de la universalidad de los derechos humanos en cuanto predicabilidad general sobre la totalidad de los sujetos y de las cir-cunstancias solamente puede sustentarse dentro de un planteamiento deontoloacutegico No es un dato de experiencia sino un postulado de razoacutenrdquo (p403) Esto supone la defensa de una autoridad propia de los principios morales que coacciona las inclinaciones y los intereses incluso aquellos de caraacutecter colectivo cuando vulneran estos derechos Lo anterior revela una intencioacuten de sostener los derechos en fundamentos que no sean relativos yo pru-denciales sino categoacutericos de primer orden Esto solamente podiacutea garantizarlo el estable-cimiento de principios racionales y abstractos capaces de pasar la prueba de tiempo y espa-cio sintetizando asiacute la aspiracioacuten moderna

Es evidente entonces que la universalidad que aspira la eacutetica de los derechos humanos es indudablemente un producto de la moder-nidad con especial eacutenfasis en la filosofiacutea kan-tiana razoacuten por la cual se la ha calificado de categoriacutea histoacuterica como afirmaba Peacuterez Luntildeo anteriormente y que reafirma De Zan (2004) al sostener que

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La pretensioacuten de universalidad de es-tos derechos y de la moralidad de tipo kantiano sus principios son tambieacuten por cierto el producto de la evolucioacuten de una historia particular la de la cultura y la fi-losofiacutea occidental que ha llegado con la Ilustracioacuten a este punto de vista moral Esta comprobacioacuten de su origen o de la geacutenesis histoacuterica no representa todaviacutea sin embargo ninguacuten argumento para la impugnacioacuten de la validez racional de es-tas ideas (p155 cursiva propia)

Esta uacuteltima aseveracioacuten resultaraacute de vital importancia para destacar que admitir los de-rechos humanos como categoriacutea histoacuterica y la universalidad como construccioacuten moderna de orientacioacuten kantiana no son hechos que pueden ser esgrimidos de entrada como argu-mentos para negar el caraacutecter moral y exigible de esta uacuteltima Eso seriacutea desestimar la validez de un enunciado moral por su origen pero la universalidad como principio tal y como es propuesta pretende trascender ella misma su propia geacutenesis histoacuterica

En el apartado anterior dedicado a la dilu-cidacioacuten filosoacutefica de la universalidad se dijo que esta puede ser considerada como dato o como principio loacutegico-ontoloacutegico Como dato es decir como fenoacutemeno sociopoliacutetico deriva-do del consenso entre naciones la universali-dad es en definitiva una categoriacutea histoacuterica dado que los derechos humanos reconocidos actualmente son el resultado de una ardua lu-cha a lo largo de los siglos y con el pasar de los antildeos bajo el principio de la progresividad es-tos derechos no parecen sino ampliarse cada vez maacutes

Pero como principio la universalidad se formula como la consecuencia inevitable de todo razonamiento moral dado que indepen-dientemente de su capacidad de concretarse representa una aspiracioacuten sobre el entendido

de que como afirma De Castro (1995) ldquola pre-tensioacuten de validez universal es un rasgo inse-parable de cualquier teoriacutea moralrdquo (p392) o al menos asiacute lo entienden los defensores de la universalidad de los derechos humanos Por ello De Zan (2004) afirma ldquoLas explicacio-nes genealoacutegicas se refieren a cuestiones de hecho y poco aportan a la comprensioacuten del sentido y la posible validez del pensamientordquo (p159) Esto quiere decir que si se va a poner en duda la universalidad no se le puede hacer simplemente con el argumento de su origen histoacuterico y su concrecioacuten socioloacutegica sino que hay que determinar si la pretensioacuten de validez universal debe ser una condicioacuten indispensa-ble de los razonamientos morales de este tipo

De esta manera resulta inevitable que al analizar criacuteticamente el principio de la univer-salidad se haga referencia tambieacuten a las as-piraciones modernas que insuflaron de vida y contenido a los derechos humanos que actual-mente tanto defendemos razoacuten por la cual en este apartado se ha querido hacer ver la rela-cioacuten entre estas variables Pero hay una razoacuten ulterior y maacutes importante dado que el autor central es Zygmunt Bauman y que eacutel se pro-pone como veremos maacutes adelante despojar a la modernidad de sus ilusiones con su postu-ra criacutetica posmoderna se vio la necesidad de exponer primero cuaacuteles son esas ldquoilusionesrdquo particularmente aquella que se refiere a la universalidad de postulados morales

14 Eacutetica y moral distintas aproximaciones

Los distintos argumentos a favor y en con-tra de la universalidad asiacute como el debate entre modernidad y posmodernidad tienen como teloacuten de fondo una discusioacuten en torno a la distincioacuten entre eacutetica y moral a la cual se haraacute una breve referencia por cuanto cons-tituye un aspecto fundamental para desa-

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rrollar el tema de investigacioacuten en cuestioacuten particularmente cuando se trate la postura de Bauman

A lo largo de esta investigacioacuten nos encon-traremos con posiciones que dan a estos vo-cablos distintas connotaciones y maacutes auacuten los evaluacutean a traveacutes de apreciaciones valorativas divergentes La eacutetica por ejemplo no signi-ficaraacute lo mismo para un liberal deontoloacutegico que para un comunitarista tampoco para un posmoderno En esta seccioacuten se expondraacuten las distintas visiones que han buscado aproxi-marse a estos teacuterminos a fin de llegar a una que pueda servir de base para esta investiga-cioacuten Su exposicioacuten ademaacutes seraacute de utilidad para comprender las bases de las discusiones entre el contextualismo la universalidad y el individualismo que tiacutepicamente se dan en ma-teria de derechos humanos

La primera de estas aproximaciones es he-redera de la filosofiacutea moral de Hegel y declara que la eacutetica refiere ldquoa una concepcioacuten de la buena vida a un modelo de la vida virtuosa y a los valores vividos de una persona o de una comunidad encarnados en sus praacutecticas e ins-titucionesrdquo (De Zan 2004 p22) mientras que la moralidad ldquoalude a la forma incondicionada del deber de la obligacioacuten de la rectitud la justicia y la solidaridad en las relaciones con los demaacutesrdquo (De Zan 2004 p21) Lo relevante de esta dilucidacioacuten terminoloacutegica es la iden-tificacioacuten de la eacutetica con eticidad esto es con las formas de vida indisolublemente funda-mentadas en las costumbres de las comunida-des en tanto ellas constituyen la fuente de las normas y las instituciones Por el contrario la moral es entendida aquiacute como las obligaciones dirigidas al individuo en su condicioacuten de ser racional siendo al mismo tiempo susceptible de ser universal como Kant la propone

El objetivo de esta distincioacuten es subrayar que la eticidad tiene un caraacutecter concreto e histoacuterico y por tanto inseparable de las cos-tumbres y de la sociedad poliacutetica Esto con base en la afirmacioacuten de Hegel (1968) de que ldquoLa sustancia eacutetica (hellip) es el Espiacuteritu real de una familia y de un pueblordquo (p156) Charles Taylor (1983) interpreta esto como la afirmacioacuten de que la comunidad es una expresioacuten maacutes eleva-da del Espiacuteritu razoacuten por la cual la Sittlichkeit cuya traduccioacuten castellana maacutes cercana es eticidad constituye esa unidad orgaacutenica ma-yor que dota de contenido a toda obligacioacuten moral puesto que alliacute se encuentra el mundo natural el hombre y su comunidad (p162)

De esta manera se sostiene que el indi-viduo no puede ser considerado como una voluntad autosuficiente puesto que es libre y moral en tanto forma parte de una comu-nidad lo cual se basa en la criacutetica de Hegel hacia Kant de haber reducido la vida eacutetica a un concepto de moralidad puramente formal y vacuo con el cual no es posible fundamen-tar ninguna forma de vida en sociedad ldquolas ex-presiones linguumliacutesticas kantianas se sirven con preferencia del teacutermino moralidad del mismo modo que los principios praacutecticos de esa filo-sofiacutea se limitan uacutenicamente a este concepto y vuelven hasta imposible el punto de vista de la Eacuteticardquo (Hegel 1968 p66)

No se pretende aquiacute hacer un anaacutelisis de la filosofiacutea moral de Hegel que ademaacutes esti-mamos que seriacutea un trabajo arduo y meritorio de numerosos trabajos de investigacioacuten Lo que aquiacute se busca dejar en claro es el hecho de que la filosofiacutea hegeliana ha formulado una forma de entender la distincioacuten entre eacutetica y moral en la que ldquoes la eticidad (entendida como el mundo comunitario con obligaciones que se basan en costumbres establecidas) la que prevalece sobre la moralidad (entendida

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como moral interior e individual)rdquo (Ortiz Mi-llaacuten 2016 p128)

Esto ha inspirado a su vez a pensadores posthegelianos que defienden la eacutetica por en-cima de la moral ―bajo esta particular acep-cioacuten de ambos teacuterminos― ya que alegan que la moralidad entendida en el sentido universa-lista que Kant y el liberalismo inspirado por eacutel le da suprime las diferencias culturales y pasa por alto la condiciones histoacutericas y socialmen-te relevantes que da fuerza a las obligaciones morales de los individuos en tanto en cuanto son miembros de una comunidad Estas ideas seraacuten de particular importancia cuando nos refiramos maacutes adelante a los comunitaristas como una postura contra la universalidad

Pero este entendimiento de lo moral y lo eacutetico despierta una preocupacioacuten por parte de aquellos que temen por la peacuterdida de autenti-cidad y de autonomiacutea moral temor que puede ser explicado de la siguiente manera cuando se plantea el eacutenfasis en las comunidades o en cualquier otra entidad supraindividual como fuente de todo contenido eacutetico esto puede llevar consigo el peligro de privar al individuo de su capacidad de tomar decisiones como producto de la reflexioacuten interna y con base en los motivos y valores que considera personal-mente valiosos con cierta independencia ―no absoluta― de las condiciones en las que se desarrolla su existencia

Una forma de manifestar esto la expone De Castro (1995) ldquoParece claro asimismo que la eliminacioacuten de la universalidad ideal en aras del reconocimiento de la contextualidad cie-ga el paso a la dimensioacuten criacutetica de la doctrina moral puesto que eacutesa soacutelo es posible si se da primaciacutea al laquodeber-ser que deberiacutea serraquo sobre el laquodeber-ser que esraquordquo (p401) En funcioacuten de esta preocupacioacuten se suscita otra manera de plantear la distincioacuten entre eacutetica y moral la

cual es planteada ldquoen teacuterminos que identifi-can al primero [eacutetica] con el ideal individual de vida autogobernada mientras que al segundo [moral] con la observancia de un sistema de normas socialmente impuestasrdquo (Ortiz Millaacuten 2016 p130) Esta aproximacioacuten se evidencia como radicalmente opuesta a la distincioacuten an-terior de inspiracioacuten hegeliana ya que ubica la fuente de la eacutetica en el individuo autogober-nado y la fuente de moral en la vida social

Para Ortiz Millaacuten (2016) esta postura quie-re presentarse como una respuesta criacutetica contra el planteamiento de Hegel y pretende rescatar al individuo del sistema de eticidad totalizante en el que la subjetividad debe dar paso a la objetividad Es por esta razoacuten que se presenta como ldquouna distincioacuten propiamente moderna en la que la figura del individuo tie-ne cada vez mayor peso sobre la figura de la comunidadrdquo (p131) Los que defienden esta posicioacuten parten de la idea de que las normas impuestas por la sociedad no siempre pueden ser aceptadas indiscriminadamente por sus miembros sin sometimiento a evaluacioacuten (Or-tiz Millaacuten 2016 p133) Independientemente de que se esteacute de acuerdo con esta lectura criacute-tica de la filosofiacutea hegeliana lo cierto es que ella ha inspirado esta respuesta que se pro-nuncia a favor de la reflexioacuten y del manteni-miento de la autenticidad frente al entramado orgaacutenico de costumbres a las que se les cede fundamento eacutetico

No obstante pese al valor que puedan te-ner estas aproximaciones tan diversas e inclu-so contradictorias de los teacuterminos la filosofiacutea contemporaacutenea en su tarea de esclarecer la distincioacuten ha dado con una conceptualizacioacuten ampliamente aceptada lo que hace maacutes faacutecil la tarea de determinar a queacute se refiere cada autor cuando usa alguno de estos teacuterminos para exponer sus argumentos

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Ella consiste en afirmar que lo moral com-prende ldquovaloraciones actitudes normas y costumbres que orientan o regulan el obrar humano Se entiende a la eacutetica en cambio como la ciencia o disciplina filosoacutefica que lle-va a cabo el anaacutelisis del lenguaje moralrdquo (De Zan 2004 p19) Esta definicioacuten al mismo tiempo coincide con lo afirmado por Corti-na (2000) ldquoel traacutensito de la moral a la eacutetica implica un cambio de nivel reflexivo el paso de una reflexioacuten que dirige la accioacuten de modo inmediato a una reflexioacuten filosoacutefica que soacutelo de forma mediata puede orientar el obrarrdquo (p18) Ambos autores concuerdan entonces en que la diferencia primordial entre eacutetica y moral consiste en que la primera involucra una elucidacioacuten racional sobre la necesidad y validez de las valoraciones actitudes modelos y preferencias vividas que se agrupan bajo el teacutermino de lo moral Por tanto bajo esta inter-pretacioacuten la moral es el objeto de estudio de la eacutetica siendo esta uacuteltima tambieacuten conocida como filosofiacutea moral

Como se ha hecho evidente de esta exposi-cioacuten la distincioacuten entre ambos teacuterminos pue-de llegar a ser confusa razoacuten por la cual hay que hacer un examen cuidadoso para deter-minar en cuaacuteles de estos sentidos se estaacute refi-riendo uno u otro autor Ahora bien es posible argumentar como algunos autores han hecho que esta distincioacuten es meramente etimoloacutegica y que no tiene efecto alguno en debates eacuteticos relevantes como aquellos que se desarrollan alrededor del tema de los derechos humanos Ortiz Millaacuten (2016) es uno de los que afirman que ldquonada realmente significativo (es decir fuera de un aacutembito intrateoacuterico) depende de la estipulacioacuten terminoloacutegica entre ldquoeacuteticardquo y ldquomoralrdquo ―en todo caso nada para lo que no tengamos ya teacuterminos menos ambiguos―rdquo (p116)

Esta objecioacuten no es nueva y se basa en la idea de que esta distincioacuten es meramente una cuestioacuten semaacutentica que se resuelve renun-ciando a toda pretensioacuten de establecer un sig-nificado uacutenico y cediendo espacios para lograr pequentildeos consensos por el bien de la discu-sioacuten dado que ldquola distincioacuten entre la eacutetica y la moral por siacute misma ―es decir si no cuenta con sustento normativo independiente― no tiene modo de justificar el mayor peso relati-vo de una esfera sobre la otrardquo (Ortiz Millaacuten 2014 p136)

No obstante creemos que Ortiz Millaacuten se equivoca puesto que parte de la creencia de que la distincioacuten por siacute sola no da cuenta de las razones por las cuales la eacutetica deba ser supe-rior a la moral o la moral a la eacutetica o ambos al mismo nivel cuando en realidad las distin-tas aproximaciones a la distincioacuten se presen-tan como resultado de una valoracioacuten previa acerca de queacute resulta mejor No es verdad que la discusioacuten sea meramente terminoloacutegica o teoacuterica puesto que en los uacuteltimos paacuterrafos se ha visto que la definicioacuten de estos vocablos se circunscribe a un marco de valoracioacuten previa acerca de cuaacutel es la raiacutez de los juicios morales

Hegel como vimos manifestaba que era importante distinguir el teacutermino eticidad del teacutermino moralidad ―distincioacuten que acusa no habiacutea hecho Kant― debido a que solamente asiacute podiacutea salvarse a la comunidad frente a la reduccioacuten individualista La valoracioacuten estu-vo impliacutecita en la terminologiacutea Igualmente cuando nos referiacuteamos a la segunda distin-cioacuten afirmaacutebamos que su formulacioacuten termi-noloacutegica fue consecuencia de una respuesta antihegeliana que buscaba salvar al individuo como agente moral de maacuteximo valor frente a su comunidad

Por lo tanto contrario a lo que afirma Or-tiz Millaacuten siacute hay en la discusioacuten alrededor de

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los significados de eacutetica y moral apreciaciones de valor impliacutecitas en favor de uno o de otro sin que ello implique una incompatibilidad total Por esta razoacuten concordamos maacutes bien con De Zan (2004) quien afirma que ldquoesta distincioacuten juega un papel decisivo en el tra-tamiento de los problemas teoacutericos y praacutecti-cos que difiacutecilmente se podraacuten solucionar si no se trabaja reflexivamente con ellardquo (p23) Esto es asiacute porque las diferencias enfatizadas por distintos autores al momento de definir la relacioacuten entre eacutetica-moral han buscado dar cuenta de las complejas relaciones entre indi-vidualidad-sociedad objetividad-subjetividad e incluso universalidad-relativismo Con todo esto se quiere hacer ver la importancia que supone la distincioacuten entre eacutetica y moral y que De Zan (2004) expone de la siguiente manera

La buacutesqueda de la integracioacuten y de la articulacioacuten de la moralidad universalista con los valores e ideales de la vida buena de los grupos y culturas histoacutericas parti-culares y con la problemaacutetica de las iden-tidades y de las diferencias es uno de los temas maacutes significativos de las reflexiones eacuteticas contemporaacuteneas (p23)

En lo concerniente a esta investigacioacuten por ejemplo es importante enfatizar que los de-rechos humanos forman parte de una proble-maacutetica maacutes general que se suscita tiacutepicamente entre una visioacuten comunitaria y particularista de la eacutetica y una visioacuten universalista aunque hay otros detractores en juego Por tanto el objeto de hacer esta exposicioacuten de las distin-tas aproximaciones a los teacuterminos eacutetica y mo-ral es establecer la importancia de conocer los significados atribuidos por los distintos auto-res que participan del estudio y la criacutetica moral de los derechos humanos

Esto seraacute particularmente importante cuando hagamos exposicioacuten de la obra de Zyg-

munt Bauman en el siguiente capiacutetulo puesto que en este caso resulta vital identificar en cuaacutel de las distinciones recieacuten expuestas se ubica el autor o si postula una nueva cuando titula su obra Eacutetica posmoderna y a queacute se refiere cuando afirma ldquoTal como se indica en el tiacutetulo el presente libro es un estudio sobre eacutetica posmoderna no sobre moralidad pos-modernardquo (Bauman 2009 VII)

15 Posturas metaeacuteticas contra la universalidad

No han sido pocas las objeciones contra los postulados que la modernidad ha planteado en torno a los derechos humanos No obstan-te quizaacutes no haya detractores maacutes compro-metidos con la criacutetica que aquellos que niegan el rasgo de la universalidad analizado ante-riormente dado que existe la preocupacioacuten de que esta pretensioacuten no sea maacutes que una supresioacuten de las diferencias no muy diferente de los totalitarismos asiacute como una imposicioacuten a la fuerza de una cultura y una teoriacutea eacutetica sobre otra

Por esta razoacuten De Zan (2014) considera que ldquoUno de los problemas que se plantea la teoriacutea eacutetica es el de la validez relativa o univer-sal y de la posibilidad de fundamentacioacuten ra-cional de estos juiciosrdquo (p82) Esta problemaacute-tica ha supuesto no una argumentacioacuten orien-tada hacia el estado empiacuterico de las cosas en el cual evidentemente no se ha concretado el ideal de universalidad sino el surgimiento de una gran cantidad de posturas filosoacuteficas que si bien son muy diversas coinciden en refutar los principios ilustrados y puramente raciona-les que han dado fundamento a la teoriacutea de los derechos humanos

Ahora bien los argumentos maacutes modera-dos son aquellos que justifican moralmente la universalidad de los derechos humanos ―en

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conjunto con sus otras caracteriacutesticas de abso-lutos e inalienables― pero se preocupan por la licencia con la que dichos principios pueden ser esgrimidos para justificar abusos e intro-misiones por parte de ciertos paiacuteses sobre otros incluso ejerciendo un poder hegemoacuteni-co En cambio los argumentos maacutes opuestos son los que niegan de plano la universalidad como principio eacutetico puesto que los derechos humanos se suponen relativos a las condi-ciones histoacuterico-espaciales sin las cuales los enunciados morales que promueven no seriacutean sino entidades demasiado abstractas para ser vaacutelidas y maacutes auacuten para hacer un llamado a la accioacuten

Dentro del segundo tipo encontramos el escepticismo eacutetico definido por Nino (1989) como ldquola creencia de que no existen meacutetodos racionales para determinar la validez de jui-cios valorativos o moralesrdquo (p50) En efecto sostiene la incapacidad epistemoloacutegica de ar-gumentar racionalmente la preeminencia de unos juicios por encima de otros por cuanto ninguno es susceptible de determinacioacuten uacutelti-ma

El escepticismo no es igual a relativismo dado que este uacuteltimo se refiere maacutes espe-ciacuteficamente a la idea de que los enunciados normativos ldquose deben comprender solamen-te como expresivos de ciertos determinantes histoacutericos contingentes y de las creencias par-ticulares de una culturardquo (De Zan 2004 p83) Sin embargo lo que siacute es cierto es que el re-lativismo como premisa podriacutea dar origen al escepticismo como conclusioacuten

Lo anterior lo argumenta Nino (1989) al identificar distintos niveles del discurso uno podriacutea defender el relativismo como produc-to de una constatacioacuten socioloacutegica y empiacuterica ―un primer nivel del discurso― o como re-sultado de sostener que lo bueno o correcto

es apegarse a las convicciones propias o socia-les ―segundo nivel del discurso― sin que ello suponga un completo rechazo de la universa-lidad (p59) No obstante defender el relati-vismo en el tercer tipo de discurso es decir desde la metaeacutetica conduce al escepticis-mo puesto que concibe a los juicios de valor ldquocomo formulaciones de las que no tiene sen-tido predicar verdad o falsedad puesto que no pretenden dar cuenta de ninguacuten hecho sino principalmente expresar o generar actitudesrdquo (Nino 1989 p 56)

En el apartado concerniente a la universa-lidad de los derechos humanos se afirmoacute que una de sus caracteriacutesticas es la de ser princi-pios dilucidados racionalmente y es precisa-mente este caraacutecter racional el que conlleva una exigencia de validez universal Lo que ocurre con el escepticismo es que al negar la posibilidad de justificar racionalmente se fa-lla en sostener por queacute unos enunciados mo-rales deban ser absolutos ―recordemos que este es uno de los rasgos formales que se les atribuyen― es decir moralmente superiores a otros y no diversos e igualmente vaacutelidos en la medida en que son maacutes bien actitudes o ex-presiones y no como argumentan las univer-salistas razones

En el caso del relativismo la racionalidad es desplazada por la contextualidad aunque esta uacuteltima puede entenderse de dos mane-ras la contextualidad juriacutedica-poliacutetica con la cual se afirma que los derechos dependen de que sean reconocidos por ciertos sistemas o la contextualidad comunitaria que afirma el viacutenculo inquebrantable de un sujeto moral a una determinada comunidad que configura sus principios morales

Una de las expresiones claacutesicas de estas ideas en materia de derechos humanos es el debate que se ha desarrollado entre el pen-

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samiento iuspositivista y los iusnaturalistas mientras que los iuspositivistas defenderiacutean una justificacioacuten uacutenicamente faacutectica y descrip-tiva de los juicios morales y reducen los dere-chos humanos exclusivamente a las disposi-ciones juriacutedicas que los establecen y la regu-lacioacuten de los mecanismos que los defienden los iusnaturalistas entienden que los derechos deben ser defendidos incluso ante sistemas juriacutedicos que no los estipulan dado que su origen no es juriacutedico sino que es de caraacutecter intriacutenseco a la naturaleza humana (Nino 1989 pp14-15)

Ahora bien los argumentos positivistas corresponden a los del tipo epistemoloacutegico en tanto se ha encargado de negar una fun-damentacioacuten ulterior y absoluta de los enun-ciados eacuteticos que dan fuerza a los derechos humanos con base en la imposibilidad de ve-rificarlos cientiacuteficamente y de justificarlos ra-cionalmente De este modo los enunciados eacuteticos son reducidos ldquoa la subalterna catego-riacutea de ldquoexpresiones de emocionesrdquo categoriacutea que ocupa el aacutembito en que la razoacuten es inerte para determinar la aceptabilidad de expresio-nes linguumliacutesticasrdquo (Nino 1989 p51) No obs-tante hay argumentos de otra naturaleza que igualmente ponen en duda no solamente que exista la universalidad o que pueda conocerse sino que incluso niega que deba ser un hori-zonte moral al cual aspirar

Este segundo tipo de argumentaciones son los que maacutes nos interesan para la inves-tigacioacuten al ser de caraacutecter metaeacutetico De Zan (2004) define a la metaeacutetica como el anaacutelisis del ldquosignificado de los teacuterminos morales y el uso del lenguaje que se hace en los enun-ciados valorativos y normativos ya sea en el lenguaje moral de la vida cotidiana como en la propia filosofiacutea moral o eacutetica filosoacuteficardquo (p40) definicioacuten con la que tambieacuten coin-cide Nino (1989) quien llega a referirse a la

metaeacutetica como aquella ldquoque se ocupa del ca-raacutecter de los conceptos y juicios morales y de la posibilidad de fundamentarlosrdquo (p56) Asiacute estas posturas tematizan la posibilidad misma de fundamentar juicios morales y por tanto de determinar si la universalidad es realmente una exigencia moral

Dentro de las posturas metaeacuteticas esto es aquellas concernientes al caraacutecter de los jui-cios morales incluyendo la cuestioacuten de si estos pueden o no ser universales se ubican tanto el comunitarismo como la posicioacuten posmoderna Ahora bien dado que la posmodernidad seraacute el tema principal del capiacutetulo siguiente aquiacute se limitaraacute a exponer brevemente los supues-tos del comunitarismo cuyos partidarios ldquopro-ponen como contrapartida una eacutetica de la vida buena de la virtud y de la felicidad o de la subjetividad de la autenticidad y la recupera-cioacuten del sentido de la eticidad aristoteacutelicardquo (De Zan 2014 p79) De esta manera se presen-tan como una alternativa al universalismo

Esto es asiacute porque el comunitarismo como metaeacutetica es ldquoun movimiento que enfrenta el enfoque constructivista kantiano y a menudo sus implicaciones liberales con las habituales acusaciones de pervertir la eacutetica por la formu-lacioacuten de reglas universales legaliacutesticas que sustraen a los hombres de sus viacutenculos y cir-cunstancias localesrdquo (Nino 1989 p129) Asiacute se trata de una corriente de pensamiento rela-tivamente reciente que se apropia de muchas ideas de Hegel en torno a la eacutetica particular-mente aquellas que resaltan la importancia de la pertenencia social e histoacuterica a comunida-des determinadas que tienen su propio ethos con lo cual soportan el argumento de que los imperativos eacuteticos incluyendo los derechos humanos no pueden ser entendidos como entidades abstractas sino que deben tomar en cuenta fundamentalmente las raiacuteces comu-nitarias Al respecto Peacuterez Luntildeo (2002) define

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el comunitarismo situariacutea el funda-mento de los derechos humanos en la identidad homogeacutenea comunitaria que se expresa en el ethos social es decir la Sittlichkeit como alternativa a la universa-lidad abstracta del racionalismo ilustrado moderno (p99)

Se propone pues abrir el camino a una eacutetica connatural al contexto comunitario costumbrista que reniega de toda universa-lidad y propugna el relativismo cultural Bajo esta oacuteptica los derechos humanos no pueden verse como prerrogativas abstractas y vaacutelidas para todos como si la identidad del individuo como sujeto de derechos fuese contraria o in-dependiente de la comunidad a la que perte-nece Por el contrario se afirma los hombres solo tienen derechos en la medida en que son miembros de una comunidad particular con una cosmovisioacuten propia

La exposicioacuten de esta antinomia univer-salismo y comunitarismo resulta valiosa para este trabajo de investigacioacuten porque plantea dos posibilidades de fundamentar la eacutetica

a) la cuestioacuten de lo que es bueno para miacute como persona y para nosotros como comunidad b) la cuestioacuten de lo que es co-rrecto o de lo que es justo en las relacio-nes con los otros (incluso especialmente con otros grupos humanos y culturas dife-rentes) cualesquiera sean los bienes que cada uno se proponga alcanzar como fin (De Zan 2004 p10)

Ellas son cuando menos problemaacuteticas la una para la otra Esto es asiacute porque la primera pone el eacutenfasis en el valor de lo bueno como virtud cardinal de manera que toda actividad del hombre y su sociedad debe estar dirigida a alcanzar los fines maacutes elevados llaacutemense vida buena o felicidad los cuales uacutenicamen-te tienen contenido en una comunidad de lo cual se concluye que son tan diversos como

diversas sean las comunidades En cambio la segunda presupone el valor de la justicia como valor supremo porque apela al deber de forma incondicionada universal y formal

Es esta uacuteltima en oposicioacuten a la primera la que acepta que dentro de la variedad de ethos es posible sentar las bases para la formacioacuten de una eacutetica miacutenima esto es la existencia de unos miacutenimos morales universalmente acep-tados ldquoporque hemos aprendido al hilo de la historia que son principios valores actitudes y haacutebitos a los que no podemos renunciar sin renunciar a la vez a la propia humanidadrdquo (Cortina 2000 p17) Es bajo esta idea de una eacutetica de morales miacutenimos que se postula como posible la universalidad de los derechos humanos en virtud del hecho de que inde-pendientemente de que cada uno sea parte constitutiva de una forma de vida particular se admite la pertenencia de todos a una comuni-dad maacutes grande que es la humanidad

Ahora bien independientemente de los balances de estos debates lo que se ha busca-do hacer en esta seccioacuten es exponer muy bre-vemente las posturas maacutes contundentes que se han suscitado contra la universalidad de los derechos humanos el iuspositivismo el es-cepticismo y el comunitarismo ―que propug-na el relativismo― Esto se ha hecho en fun-cioacuten de dos propoacutesitos para esta investigacioacuten en primer lugar poner en contexto las distin-tas argumentaciones que pueden suscitarse en contra de la universalidad argumentacio-nes que vale decir no se limitan a resaltar una imposibilidad empiacuterica de concretar este principio sino que apelan fundamentalmen-te a razonamientos acerca de la inmoralidad de esta aspiracioacuten o cuestionan la naturaleza de los juicios morales

En segundo lugar y quizaacutes maacutes importan-te algunas de estas posturas contrarias a la

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universalidad son tambieacuten objeto de criacutetica de Zygmunt Bauman Asiacute se podraacute ver por con-traste la postura posmoderna de Bauman en relacioacuten con las relativistas esceacutepticas y co-munitaristas que si bien tienen como adver-sario comuacuten el principio de la universalidad son tambieacuten conflictivas entre siacute Resta ahora adentrarnos en la postura posmoderna espe-ciacuteficamente en cuanto a lo que Bauman tiene que decir acerca del principio de la universa-lidad

CAPIacuteTULO II

RESUMEN CRIacuteTICO DE LA EacuteTICA POSMODERNA DE ZYGMUNT BAUMAN

21 La posmodernidad una ldquomodernidad sin ilusionesrdquo

En relacioacuten con el estado actual del pen-samiento filosoacutefico contemporaacuteneo Berme-jo (2003) observa que este se encuentra im-pregnado de ldquopostismosrdquo ―postempirismo postestructuralismo postanaliacutetica― hecho que interpreta como el reflejo de una actitud criacutetica que insiste en la inadecuacioacuten de cate-goriacuteas anteriores frente a la transformacioacuten de la sociedad y de la filosofiacutea (p82) Dentro de esta tendencia la posmodernidad se presen-ta como una develacioacuten de las ilusiones de la modernidad particularmente aquellas naci-das en torno a las ideas de unidad totalidad e identidad sustituyeacutendolas por la afirmacioacuten de la otredad la diferencia y el lenguaje

La modernidad como ha sido expuesta hasta ahora representa un modo de pensa-miento y de sensibilidad particular que trajo consigo la secularizacioacuten y racionalizacioacuten de las sociedades tradicionales De la misma for-ma la posmodernidad como es descrita por autores posmodernos como Vattimo y Lyo-tard la entienden como una condicioacuten que

coloca ldquoa la filosofiacutea ante el reto de pensar la pluralidad la heterogeneidad y la diferencia () en el contexto de una crisis generalizada de la razoacuten unitaria y sus relatosrdquo (Bermejo 2003 p83) Dicha crisis ha revelado la nece-sidad de una revisioacuten criacutetica y profunda de los supuestos maacutes relevantes de la modernidad incluyendo el de la razoacuten la historia el sujeto histoacuterico y la buacutesqueda de fundamentaciones uacuteltimas en todas sus formas en particular la universalidad

Es complejo realizar la tarea de clasificar las distintas expresiones de la posmodernidad ya que se trata de un pensamiento muy diverso El mismo Lyotard (1987) admite ldquobajo la pala-bra posmodernidad pueden encontrarse agru-padas las perspectivas maacutes opuestasrdquo (p41) No obstante lo que siacute podriacutea establecerse como punto de encuentro entre todas estas corrientes posmodernas es precisamente la declaracioacuten de la extincioacuten de la modernidad hecha manifiesta en las crisis de las grandes narrativas de la historia

Ahora iquesten queacute sentido ha muerto la mo-dernidad Son varias las respuestas que pue-den darse pero fundamentalmente se entien-de que ella muere cuando se revela imposible e incluso indeseable la realizacioacuten de un gran proyecto como quiera llamaacutersele ―progre-so humanista emancipatorio― que no hace sino suponer la existencia de una unidad subyacente a las cosas En cambio Bermejo (2003) encuentra que la posmodernidad ―en su variante posmetafiacutesica― va a postular una pluralidad radical en oposicioacuten al concepto unitario de la modernidad esto es la plura-lidad como condicioacuten constitutiva tanto de la realidad como de la razoacuten (p82)

Estas desavenencias en torno a la plurali-dad-unidad se manifiestan fundamentalmen-te en la criacutetica hacia los relatos modernos

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Lyotard (1987) habla de estos relatos como formas de legitimaciones dado que definen el marco de lo que debe decirse y hacerse den-tro de una cultura pero debido a que ellos tambieacuten emanan de la misma cultura tam-bieacuten son ellos legitimados Como banderas de la modernidad ldquosu finalidad es legitimar las instituciones y las praacutecticas sociales y poliacuteticas las legislaciones las eacuteticas las maneras de pensarrdquo (p29 cursiva propia) En lo concer-niente a esta investigacioacuten la eacutetica cuyas pre-misas fueron analizadas en el primer capiacutetulo es uno de los sistemas que la modernidad ha ambicionado legitimar a traveacutes del metarre-lato de la emancipacioacuten hecha posible por la razoacuten

No obstante la legitimacioacuten no es lo uacutenico a cuyos fines sirven los metarrelatos puesto que de ser asiacute no seriacutean diferentes de los mitos En cambio lo que para Lyotard (1987) diferencia a los metarrelatos de los mitos con-siste en que los primeros no se apoyan sobre la historia de un acto originario sino sobre una finalidad a futuro o lo que el autor denomina ldquoIdea a realizarrdquo (p30) Se habla aquiacute de Idea en mayuacutescula y en singular en lugar de ideas porque como se dijo a la modernidad se le critica la proclamacioacuten de una unidad ulterior un proyecto total y omniacutemodo que se supone debiacutea ser la realizacioacuten uacuteltima y universal de los valores modernos

No obstante en la realidad los relatos que pretenden marcar el camino hacia la consecu-cioacuten de la Idea que es propiamente la de la emancipacioacuten como finalidad de la humani-dad terminoacute por adoptar distintos nombres el relato cristiano ilustrado especulativo marxista y capitalista El problema es que pese a que tienen su origen en la misma ambicioacuten totalitaria estos relatos resultaron ser contra-dictorios y opuestos entre siacute (Lyotard 1987 p36) Este razonamiento quiere dar cuenta de

que las ambiciones de unidad han fracasado inevitablemente

Otro de los argumentos claves de la pos-modernidad tal y como es entendida por Lyo-tard (1987) consiste en afirmar que efectiva-mente el proyecto moderno de realizacioacuten de la universalidad no solamente fue abandona-do sino maacutes precisamente liquidado Esta destruccioacuten tuvo su expresioacuten maacutes plena en el Holocausto en Auschwitz en las atrocidades perpetradas por los sistemas totalitarios que no son sino resultado inevitable de la moder-nidad (p30) En efecto se argumenta aquiacute que la dominacioacuten sobre la naturaleza que propug-naban la ciencia y la teacutecnica no solamente no ha podido ser capaz de realizar la universali-dad ni de concretar la Idea sino que de forma contraproducente lo que ha generado es una deslegitimacioacuten progresiva Las fuerzas mo-dernas terminan por socavarse a siacute mismas privaacutendose cada vez maacutes de su funcioacuten legi-timadora Debido a esta tendencia regresiva aunque los metarrelatos no han dejado de existir siacute que han perdido credibilidad con lo cual se arguye la modernidad estaacute herida de muerte

Como ya se ha asomado uno de los gran-des relatos de la modernidad era el de la emancipacioacuten nacido en la Ilustracioacuten y cuyo rasgo fundamental era legitimar la verdad y el saber en el aacutembito eacutetico-poliacutetico sobre el presupuesto de la autonomiacutea de los indivi-duos Asiacute entendido los derechos humanos son un producto derivado de este relato par-ticularmente en aquello que los afirma como cognoscibles y racionales para los modernos buscan ser enunciados cognitivos y al mis-mo tiempo prescriptivos El problema para autores posmodernos como Lyotard (2000) consiste en que ldquoNada demuestra que si un enunciado que describe lo que es una realidad es verdadero el enunciado prescriptivo que

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tendraacute necesariamente por efecto modificar-la sea justordquo (p76) Este problema se revela como tal en relacioacuten con la pertinencia dado que lo que es verdadero en la esfera denota-tiva no puede ser inmediatamente concluido como tal en la esfera prescriptiva

Asiacute la cultura posmoderna replantea los teacuterminos de legitimacioacuten del saber nacidos en la modernidad empezando por afirmar que las reglas del juego de la ciencia no puede ser aplicado para las demaacutes esferas incluyendo la eacutetica En otras palabras hay una divisioacuten entre razoacuten praacutectica y razoacuten teoacuterica de lo que se de-riva el hecho de que el discurso de la ciencia ldquoes un juego de lenguaje dotado de sus pro-pias reglas () pero sin ninguna vocacioacuten de reglamentar el juego praacutecticordquo (Lyotard 2000 p76) De esta manera se reprueba el hecho de que se busque fundamentar una eacutetica so-bre la afirmacioacuten de su cognoscibilidad racio-nal

Con ello al mismo tiempo se estaacute afirman-do que asiacute como no hay metarrelatos no hay metalenguajes es decir lenguajes de validez universal ya que cada uno tiene sus propias reglas (Lyotard 2000 p77) En este sentido al hombre se le niega el consuelo superfluo y falso seguacuten los posmodernos de reglas pre-establecidas y estructuras metafiacutesicas estables sustituyeacutendolo por la afirmacioacuten de una reali-dad llena de elementos linguumliacutesticos inaprensi-bles e incluso incomunicables

Pero los derechos humanos y la afirma-cioacuten de su universalidad no solamente son refutados con este argumento de los distintos juegos del lenguaje con esferas de validez di-ferenciadas sino que tambieacuten se les acusa de servir de estandartes contra la diversidad par-ticularmente en lo referente a la existencia de culturas distintas Esta problemaacutetica consiste en lo que ya se ha referido como las dificul-

tades que entrantildea hablar de la universalidad de postulados eacuteticos frente a las copiosas par-ticularidades y formas de vida existentes que demandan un lugar en el mundo

Para Lyotard (1987) la civilizacioacuten moderna occidental se ha apoyado en sus grandes rela-tos para legitimar ldquola lsquosuperacioacutenrsquo de la iden-tidad cultural particular con vista a constituir una identidad ciacutevica universalrdquo (p44) En otras palabras se trataba de cumplir el ideal cosmo-polita preconizado por los ilustrados en el cual la universalidad seriacutea concretada bajo las as-piraciones humanistas seguacuten las cuales todo particularismo y parroquialismo debiacutea ser su-perado dentro de la narrativa del progreso

Por lo mismo la posmodernidad desarro-llaraacute criacuteticas contra los postulados eacuteticos mo-dernos y los derechos humanos no se vieron exentos de este hecho Lyotard (1987) por ejemplo defiende que la Declaracioacuten de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 fue producto de uno de los tantos intentos de arrebatar a los pueblos y comunidades de su narrativa propia y de hacerle adoptar la legi-timidad de la Idea con la cual se defendiacutea la ciudadaniacutea universal Sin embargo afirma el autor este intento de proclamar la universali-dad falla en el mismo momento en que se pro-clama ldquoNosotros el pueblo franceacuteshelliprdquo en sus primeras liacuteneas ldquoiquestPor queacute tendraacute valor uni-versal la instancia normativa universal si quien la declara es una instancia singularrdquo (p62)

En contraposicioacuten la tendencia actual ha sido la de reivindicar los derechos de las comu-nidades particulares con lo cual se difumina el horizonte moral dibujado por los modernos Este poder darse a siacute mismo un nombre de hacer reconocer su legitimidad local en toda su plenitud constituye para el autor una rup-tura con el legado de la Declaracioacuten de 1789 con lo cual se consolida cada vez maacutes la liqui-

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dacioacuten del proyecto moderno (Lyotard 1987 p62) Con estos hechos se estariacutea admitiendo que la historia no solamente no tiene un fin uacutenico y deseable sino que ella misma no es una sola Pero ademaacutes supone ser un resulta-do de la recuperacioacuten del valor de las diferen-cias que la posmodernidad defiende

Touraine (2000) coincide con Lyotard al afirmar que una de las condiciones que hizo manifiesta la crisis de la modernidad fue la proliferacioacuten de culturas locales o minoritarias que fue mermando la dominacioacuten de la civili-zacioacuten occidental en el mundo lo cual repre-senta la ldquodesaparicioacuten del universalismo que asignaba una importancia central a los movi-mientos sociales de los cuales la Europa de los siglos XVIII y XIX suponiacutea que luchaban por la razoacuten y el progreso o contra ellosrdquo (p185)

Las declaraciones de derechos de estos siglos e incluso nuestras declaraciones actua-les forman parte de una interpretacioacuten par-ticular de la sociedad en la cual esta se veiacutea siendo parte de una dinaacutemica racional orien-tada hacia un fin comuacuten en la que el hombre debiacutea ser maacutes libre a medida que se asentaba el progreso Tambieacuten dependiacutea de una cierta acepcioacuten del sujeto histoacuterico que la posmo-dernidad va a declarar disuelta

Al respecto la posmodernidad arguye que el sujeto moderno se fundamentoacute en ldquola re-duccioacuten flagrante del hombre a razoacuten de la razoacuten a reflexioacuten y de la reflexioacuten a la loacutegica de dominiordquo (Bermejo 2003 p84) El fin de esta loacutegica del dominio especiacuteficamente la de la ci-vilizacioacuten occidental sobre el resto del mundo se postularaacute como una de las consecuencias fundamentales de la posmodernidad y es un tema que tambieacuten trataraacute nuestro autor cen-tral como se veraacute maacutes adelante

Pero por ahora lo que se quiere indicar es que la filosofiacutea de la conciencia como pa-

radigma de la modernidad suponiacutea un igual-dad esencial de los hombres identificada con la razoacuten como se vio en el primer capiacutetulo y con base en esa creencia se formulaba la dig-nidad intriacutenseca del hombre y la universalidad de sus derechos Para Bermejo (2003) la pos-modernidad en cambio pretende rescatar los aspectos de alteridad lenguaje y sensibilidad del sujeto olvidados por los modernos (p84) lo cual supone no solamente una revisioacuten sino fundamentalmente un abandono de la filosofiacutea moderna

El hecho es que la filosofiacutea de los derechos humanos nacioacute bajo la acepcioacuten moderna del sujeto esto es la filosofiacutea de la conciencia De hecho la Declaracioacuten de los Derechos del Hombre y del Ciudadano es considerada el texto poliacutetico que concreta la racionalizacioacuten y la subjetivacioacuten propias de la modernidad (Touraine 1994 p58) En cambio con la cri-sis de la modernidad y la llegada de la posmo-dernidad se entiende ahora que nadie puede realmente tener el monopolio de sentido que la sociedad y el individuo es plural con dife-rencias constitutivas de visiones de mundo que no pueden ser legiacutetimamente suprimidas por una cosmovisioacuten Es por ello que quienes observan en los modernos una aspiracioacuten a la unidad a la totalidad en realidad ven ansias de dominacioacuten y de supresioacuten de las diferen-cias que han fracasado y han abierto paso sin quererlo al multiculturalismo

Por tanto una criacutetica hacia estos relatos no puede dejar a la doctrina de los derechos humanos iacutentegra De alliacute que resulte indis-pensable para esta investigacioacuten explorar las implicaciones de estas criacuteticas posmodernas ya que sus argumentos tienen como fin poner en cuestionamiento si los derechos humanos realmente son eacuteticos en el sentido de que atienden a la dignidad de la persona humana o si por el contrario pasan por alto y hasta

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llegan a suprimir la diversidad y la pluralidad constitutiva

Una uacuteltima aclaracioacuten antes de proceder con el anaacutelisis de Bauman la posmodernidad se cuida mucho de ser una mera superacioacuten del pensamiento moderno puesto que la na-rrativa de etapas de desarrollo cada una me-jor que la precedente es precisamente mo-derna Al respecto Vattimo (1994) afirma ldquoel post de posmoderno indica una despedida de la modernidad que () quiere sustraerse a sus loacutegicas de desarrollo y sobre todo a la idea de ldquosuperacioacutenrdquo criacutetica en la direccioacuten de un nue-vo fundamentordquo (p10)

En este sentido la posmodernidad no pre-tende ofrecer una teoriacutea poliacutetica normativa nueva o mejorada Esto parece confirmarlo tambieacuten Bauman (2009) pues en Eacutetica pos-moderna afirma que su obra no pretende con-cluir en un coacutedigo eacutetico de hecho su objeto seraacute cuestionarse si tal cosa es posible (XXVI) De esta manera se advierte que la ruptura es mucho maacutes que un simple desarrollo poste-rior Es en teacuterminos de esta investigacioacuten una tarea disolutiva de la eacutetica moderna expuesta en el primer capiacutetulo

22 Eacutetica Posmoderna el enfoque de Zygmunt Bauman

Zygmunt Bauman (1925-2017) fue un re-conocido socioacutelogo y filoacutesofo polaco-britaacutenico cuya actividad intelectual tuvo lugar en los si-glos XX y XXI Su teoriacutea de la modernidad liacute-quida es quizaacutes la maacutes ampliamente conocida pero lo cierto es que hasta los uacuteltimos antildeos de su vida se dedicoacute a advertir sobre los retos de las sociedades globalizadas un tanto de forma pesimista y se preocupoacute por las desigualda-des por las relaciones sociales y por la integri-dad de la moral en estos tiempos de desperso-nalizacioacuten continua

El planteamiento central de Eacutetica posmo-derna libro originalmente publicado en 1993 es denunciar el callejoacuten sin salida en el que han desembocado las teoriacuteas eacuteticas como conse-cuencia de la actividad autocriacutetica propia de la modernidad llevada a sus uacuteltimas consecuen-cias (Bauman 2009 VIII) Esto coincide con el sentildealamiento de Lyotard que expusimos an-teriormente puesto que eacutel tambieacuten sosteniacutea que la modernidad en buacutesqueda de legitima-cioacuten terminoacute por deslegitimarse a causa del surgimiento de una pluralidad de relatos con-tradictorios cada uno proponieacutendose como una superacioacuten o mejoramiento del anterior Igual es el caso seguacuten afirma Bauman para la pluralidad de teoriacuteas eacuteticas que se suscitaron dentro de la modernidad como consecuencia de una actividad criacutetica que llegoacute a sus conclu-siones loacutegicas

En principio Eacutetica posmoderna es como varias de sus obras una labor criacutetica Su pos-tura hacia la modernidad es acusadora y de confrontacioacuten No obstante es tambieacuten un llamado a reinterpretar bajo una nueva luz la moralidad y los dilemas dentro de la eacutetica a encontrar nuevos caminos que resignifiquen lo que ha sido despojado de sentido y recha-cen las soluciones aparentes ldquoLos grandes problemas eacuteticos mdashderechos humanos justi-cia social equilibrio entre la cooperacioacuten pa-ciacutefica y la autoafirmacioacutenmdash no han perdido vigencia uacutenicamente es necesario verlos y abordarlos de manera novedosardquo (Bauman 2009 XI) Tomando en cuenta su propia su-gerencia esta investigacioacuten se ha propuesto dilucidar de queacute modo la postura de Bauman podriacutea ser uacutetil para reflexionar en torno a los derechos humanos y cuaacuteles seriacutean las conse-cuencias de este ejercicio reflexivo

Para ello debe analizarse con anterioridad la criacutetica a la modernidad que el autor desa-rrolla como antesala a la introduccioacuten de sus

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propias ideas en torno a la eacutetica posmoderna con ayuda de algunos extractos de sus otras obras

221 Criacutetica a la modernidad

En la introduccioacuten a su obra La posmoderni-dad y sus descontentos Bauman (2001) afirma que la modernidad como sinoacutenimo de civiliza-cioacuten tiene como piedras angulares la belleza la limpieza y el orden que en principio resul-tan atractivas pero al mismo tiempo exigen muchos sacrificios porque nada predispone naturalmente a los seres humanos a desear-las seguacuten afirma el autor Se trata maacutes bien de los resultados de un adiestramiento de la fuerza coercitiva La civilizacioacuten se construye pues sobre los cimientos del sufrimiento la supresioacuten de instintos maacutes primitivos que ha-cen posible este ordenamiento deseado y cal-culado (p8)

Se entiende por orden aquella situacioacuten en la que se busca que el establecimiento de reglas determine no solamente coacutemo actuar ahora sino tambieacuten en el futuro de modo que la duda y la incertidumbre fueran extirpadas tan efectivamente como fuera posible (Bau-man 2001 p8) Esta es una de las ambiciones maacutes reprochadas de la modernidad y sobre la cual se ha formulado una cierta acepcioacuten de la eacutetica Lyotard (1987) afirma algo similar al establecer que el leitmotiv de la modernidad fue la de organizar una infinidad de aconteci-mientos dentro y fuera de la esfera humana bajo la Idea de una historia universal se tratoacute pues de encontrar una unidad loacutegica dentro de la diversidad (p35)

Por su parte Bauman (2001) identifica el advenimiento de la Edad Moderna con el esta-blecimiento consciente plenamente intencio-nado de la tarea de purificar es decir de cons-truir un orden tarea que descansaba cada vez

maacutes en la idea de que esta construccioacuten era una actividad permanentemente creadora ya que no se trataba solamente de cambiar sino de introducir nuevos oacuterdenes que fueran mar-cadamente criacuteticos con el anterior en un pro-ceso de renovacioacuten constante ldquopodemos de-finir la modernidad como la eacutepoca o la forma de vida en la que la construccioacuten del orden consiste en el desmantelamiento del orden tradicional heredado y aceptado en la que lsquoserrsquo supone empezar eternamente de nuevordquo (p20)

En efecto la modernidad trajo consigo la retirada de los viacutenculos religiosos y tradiciona-les en nombre de la autosuficiencia de la razoacuten humana lo cual desembocoacute en la elevacioacuten de la condicioacuten de los hombres como individuos libres y racionales que se suponiacutea ahora teniacutean la responsabilidad de discernir activa-mente lo correcto de lo incorrecto en lugar de guiar su conducta moral seguacuten los manda-mientos de la Divina Providencia El individuo se elevoacute como nuevo valor supremo razoacuten por la cual Lipovetsky (1994) afirma que ldquoLo que va a fundar la organizacioacuten social y poliacutetica no es la obligacioacuten hacia el legislador divino sino los derechos inalienables de los individuosrdquo (p23) La modernidad con su ambicioacuten de una sociedad organizada sobre principios ra-cionales se erigioacute sobre una eacutetica universal y laica De alliacute que proliferaran las declaraciones de derechos del hombre y del ciudadano so-bre la base de la afirmacioacuten de una igualdad esencial de la condicioacuten humana

A esto Bauman (2009) antildeade que dicha buacutesqueda de arreglar racionalmente la so-ciedad llevaba como condicioacuten intriacutenseca el rechazo a la ambiguumledad la supresioacuten de los impulsos pasionales y la negacioacuten de lo irra-cional Lo que ocurrioacute fue que la sociedad mo-derna asumioacute la tarea de extirpar las pasiones de los individuos recieacuten liberados de los viacuten-

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culos tradicionales para guiarlos moralmen-te lo cual implicaba el tutelaje (pp9-10) La buacutesqueda del orden en los teacuterminos antes expuestos implicaba indefectiblemente el sacrificio de la libertad de los seres humanos seguacuten estas ideas

Asiacute si tuviese que sentildealarse las razones por las cuales este autor concluye que la eacutetica des-de la Ilustracioacuten hasta nuestros tiempos ha fra-casado estas tendriacutean que ver con el hecho de que los dilemas morales en vez de ser apro-piados por los individuos fueron delegados a autoridades externas quienes pretendiacutean dar-les fin exclusivamente con el monopolio de la violencia legiacutetima que detentan De esta ma-nera procede a denunciar las ambiciones de

una sociedad laquomodernaraquo que intenta constantemente aunque en vano laquoabar-car lo inabarcableraquo sustituir la diversidad por la uniformidad y la ambivalencia por un orden coherente y transparente y que al intentar hacerlo genera sin cesar un nuacutemero mayor de divisiones diversidad y ambivalencia que aquel del que ha logra-do deshacerse (Bauman 2009 XIII)

Esta ambicioacuten de abarcar lo inabarcable que sentildeala el autor corresponde en cierta me-dida a lo que en el capiacutetulo anterior se sentildeala-ba como lo caracteriacutestico del proyecto ilustra-do moderno la justificacioacuten y dilucidacioacuten ra-cional de los juicios morales No obstante esta ambicioacuten de la modernidad llevaba impliacutecita seguacuten acusa Bauman la afirmacioacuten de que el hombre recieacuten emancipado de la tradicioacuten no debiacutea dejarse a rienda suelta puesto que en ejercicio de la libertad recientemente ad-quirida podiacutea faacutecilmente llegar a hacer el mal por falta de experiencia Por tanto la coaccioacuten poliacutetica fue vista por las eacutelites como condicioacuten necesaria para la educacioacuten ciacutevica y moral (Bauman 2009 XV)

Asiacute los verdaderos problemas surgieron cuando los filoacutesofos y las eacutelites modernas co-menzaron a desconfiar de la capacidad del vulgo de elevarse por encima de sus pasiones con el ejercicio autoacutenomo del juicio racional Se afirmaba que la moralidad no era una capa-cidad natural del hombre sino adquirida ins-truida por las mentes maacutes ilustradas lo cual corresponde a la visioacuten humanista orientada hacia la buacutesqueda de reglas funcionales y esta-bles ldquoel pensamiento y la praacutectica moral de la modernidad estaban animadas por la creencia en la posibilidad de un coacutedigo eacutetico no ambi-valente y no aporeacuteticordquo (Bauman 2009 XVI-II) uacutenicamente posible a traveacutes del uso de la fuerza

En razoacuten de lo anterior para Bauman (2009) la eacutetica universalista moderna no sola-mente era un proyecto pedagoacutegico sino que formaba parte de un juego de poder orienta-do a legitimar las relaciones de dominacioacuten de unos sobre otros La necesidad de establecer un coacutedigo eacutetico universalista es seguacuten el au-tor resultado de ver las cosas ldquodesde arribardquo desde el poder poliacutetico y en uacuteltima instancia desde el Estado

si las cosas se ven laquodesde arribaraquo como lo hacen aquellos responsables de laquomanejar la sociedadraquo los guardianes del laquobien comuacutenraquo la libertad individual es sin duda un motivo de preocupacioacuten () es un elemento de caos que debe frenarse si se quiere tener y asegurar el orden (Bau-man 2009 XV)

El deseo de dominacioacuten poniacutea sobre la mesa una pugna inevitable entre la autono-miacutea moral de los individuos y la heteronomiacutea de la administracioacuten ambos de los cuales se encontraban bajo el supuesto moderno de la racionalidad Esta antinomia autonomiacutea-he-teronomiacutea generaba una situacioacuten de contra-diccioacuten insuperable cuya negacioacuten es para el

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autor la caracteriacutestica fundamental de la mo-dernidad dado que los modernos admitiendo el conflicto pero no su irresolubilidad insistiacutean en buscar una solucioacuten bajo la bandera de la universalidad de los coacutedigos eacuteticos

Asiacute para reconciliar el abismo que se ha-biacutea abierto entre las masas y las eacutelites es decir entre ilustrados responsables de guiar a la sociedad y no ilustrados que debiacutean ser guiados se recurrioacute a la filosofiacutea cuyo reto era proclamar la libertad en nombre de un con-cepto universal de hombre sostenido sobre su capacidad racional sin deslegitimar al mismo tiempo la necesidad de someterse a autorida-des externas

Pese al hecho de que la razoacuten es pro-piedad de cada persona las reglas promul-gadas en nombre de la razoacuten deben obe-decerse con la sumisioacuten debida a una po-derosa fuerza externa Y la mejor manera de concebirlas es pensaacutendolas como leyes impuestas por una autoridad armada de los medios coercitivos para hacerlas cum-plir (Bauman 2009 p14)

De esta manera si bien se admite la na-turaleza racional de todos los hombres la heteronomiacutea era postulada como una nece-sidad praacutectica que a su vez demandaba una justificacioacuten teoacuterica-filosoacutefica que sentara las bases para la expropiacioacuten casi completa de la capacidad moral del individuo por la sociedad poliacutetica Dicha justificacioacuten se asentoacute sobre la afirmacioacuten de que una manera de actuar ra-cionalmente era delegando algunas responsa-bilidades en aquellos que mejor podiacutean ma-nejarlas los legisladores quienes otorgaron a este pensamiento eacutetico moderno el ldquosustento epistemoloacutegico sobre el que los filoacutesofos cons-truiriacutean sus modelos universales de naturaleza humanardquo (Bauman 2009 XVII)

Esta delegacioacuten de la agencia moral cuyo principal beneficiario era el Estado sirvioacute de base a la formacioacuten de programas poliacuteticos totalitarios que alcanzaron su cuacutespide en el nazismo y el comunismo No obstante para Bauman (2001) no hace falta tampoco llegar a tales extremos para manifestar la naturaleza intrusiva y abarcante que teniacutea el Estado mo-derno en la esfera moral que ya desde antes de exacerbarse en tales experimentos totalita-rios se manifestaba en su tendencia a lograr una supresioacuten de las diferencias y una unifor-midad que resultara reconfortante y mantu-viera las amenazas disgregadoras a raya (p22)

La universalidad en este sentido legitima-ba la empresa de la uniformidad El Estado se convirtioacute en el horizonte moral hacia el cual se dirigiriacutea el porvenir utoacutepico de la humanidad Se legitimoacute un proceso de difusioacuten de las di-ferencias y con ello la invencioacuten de espacios libres de ambiguumledades que solamente po-diacutean ser ilusorios dada la naturaleza intriacutense-camente ambigua del ser humano

Ahora las razones por las cuales seguacuten el autor los individuos se encontraban impe-lidos a aceptar este trato tan aparentemente injusto se podiacutea explicar por el hecho de que la responsabilidad recieacuten adquirida en conjunto con la libertad era un peso sobre los hombros demasiado grande que se aliviaba con su de-legacioacuten en autoridades externas ldquoEn las muacutel-tiples situaciones en las que la eleccioacuten de queacute hacer recae en nosotros en vano buscamos reglas soacutelidas y confiables que nos reafirmen que de seguirlas estaremos en lo correctordquo (Bauman 2009 p5)

El problema aquiacute no solamente radica en la renuncia a la responsabilidad con la cual se pierde el sentido de lo moral puesto que el individuo la hace depender de los mandatos de aquellos que se arrogaron para siacute la capa-

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cidad de elegir por todos sino que ademaacutes esta situacioacuten dio origen inevitablemente al surgimiento de una miriacuteada de reglas contra-dictorias cada una de las cuales se declaraba a siacute misma universal de modo que el individuo no logra librarse ni aunque quisiera de tener que decidir cuaacuteles seguir y cuaacuteles no

En efecto la crisis de la modernidad radi-ca en que paradoacutejicamente al mismo tiempo que se defendiacutea la universalidad como instru-mento al servicio del orden se terminoacute produ-ciendo una pluralidad de reglas y de autorida-des que generan auacuten maacutes ambiguumledad moral Al respecto Bauman (2009) declara

Todas las instituciones sociales apoya-das en sanciones coercitivas se han funda-do sobre la suposicioacuten de que es imposible confiar en que el individuo haraacute una bue-na eleccioacuten () Y sin embargo es precisa-mente debido a que la cotidianidad estaacute tan saturada de instituciones coercitivas dotadas de la autoridad de imponer las normas de buena conducta que el indivi-duo en tanto individuo es poco confiable (p15)

De esta manera se nos revela la imposibili-dad del Estado o de cualquier entidad de pro-clamar la obligatoriedad universal las diferen-cias que anteriormente eran suprimidas ahora se multiplican cada vez maacutes desembocando en una realidad fragmentada liacutequida La re-lacioacuten antinoacutemica que aquiacute se plantea entre el individuo y su sociedad llega a su resulta-do loacutegico puesto que el total sometimiento al mandato de un conjunto de coacutedigos y reglas disentildeadas para acabar con el pluralismo ter-minoacute por ahogar la voluntad autoacutenoma en un cataacutelogo de opciones muacuteltiples en conflicto

Este fenoacutemeno fue lo que dio paso a la posmodernidad en cuanto eacutepoca tambieacuten lla-mada segunda modernidad o modernidad liacute-

quida que se caracteriza por su fluidez por la ausencia de compromiso real en las relaciones sociales Al respecto Bauman (2002) identifica que frente al orden y la vigilancia que carac-terizaban a la modernidad temprana la pos-modernidad es una eacutepoca de desregulacioacuten y privatizacioacuten ldquoAquello que era considerado un trabajo a ser realizado por la razoacuten huma-na en tanto atributo y propiedad de la especie humana ha sido fragmentado (ldquoindividualiza-dordquo) cedido al coraje y la energiacutea individuales y dejado en manos de la administracioacuten de los individuosrdquo (p35) En otras palabras cada quien estaacute abandonado a su suerte atomiza-do y enajenado de los demaacutes

Con ello concluye que la batalla contra el pluralismo solo dio paso a maacutes pluralismo fracasoacute el proyecto moderno de resolver de una vez y por todas dilemas morales con so-luciones indubitables derivadas del juicio de los legisladores y los filoacutesofos universalistas La exaltacioacuten de la razoacuten que debiacutea encabezar el disentildeo de una ingenieriacutea social terminoacute de-generando en una desconfianza generalizada de los individuos frente a sus autoridades en particular aquellas que proclaman la univer-salidad Nos encontramos entonces en una crisis moral que de la misma manera dariacutea origen a la crisis eacutetica de nuestra eacutepoca (Bau-man 2009 p7)

A dicha crisis se le conoce como el ldquocre-puacutesculo del deberrdquo teacutermino acuntildeado por Li-povetsky ―y citado por Bauman― para dar nombre a nuestra situacioacuten actual como la eacutepoca del posdeber posmoralista posdeoacutenti-ca caracterizada por la presencia de una ldquocul-tura que celebra el presente puro estimulan-do el ego la vida libre el cumplimiento inme-diato de los deseosrdquo (Lipovetsky 1994 p15) Lo que ha ocurrido seguacuten estos autores es que la modernidad produjo una paradoja la afirmacioacuten de los derechos individuales y la

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autonomiacutea del hombre terminoacute por socavar su compromiso con el deber el hecho moral pri-mario se identificoacute casi exclusivamente con los derechos subjetivos y no con los deberes hacia los otros volcando al individuo hacia una vida privada cuya meta es la satisfaccioacuten de intere-ses individuales de modo que se terminoacute pro-moviendo un individualismo exacerbado y aje-no a los compromisos sociales de la otredad

De la misma manera Bauman (2009) afir-mariacutea ldquoEl laquomovimiento modernoraquo pulverizoacute cualquier sustento sobre el que podriacutea ima-ginarse un fundamento moral mdashde hecho minoacute la moralidad responsabilidades que re-basen obligaciones contractuales el que laquoser pararaquo no se reduzca a laquoser para uno mismoraquordquo (p252) La uacutenica solucioacuten para salvar al indivi-duo de una situacioacuten tan precaria parece ser entonces renunciar a las aspiraciones moder-nas entre ellas la proclamacioacuten de la univer-salidad de los coacutedigos eacuteticos para devolverle asiacute al individuo su propia autonomiacutea moral

222 Contra la universalidad

En La posmodernidad y sus desencantos el autor critica que el anhelo de un entorno regu-lar y estable para la accioacuten humana que fuese invulnerable al azar y aprehensible por medio de reglas claras aparece como una meta de as-piracioacuten universal ldquolos modelos de pureza () cambian de una eacutepoca a otra de una cultura a otra pero cada eacutepoca y cada cultura posee un modelo determinado de pureza y una estruc-tura ideal determinada que debe mantenerse intacta e ilesa frente a todas las adversidadesrdquo (Bauman 2001 p16) Asiacute hay una creencia intriacutenseca en la modernidad de que nuestras experiencias son fundamentalmente similares y compartidas lo cual se pensaba debiacutea re-mitir a una estructura subyacente universal

La idea anterior se manifiesta en la dimen-sioacuten moral como la fe moderna en la capacidad del individuo de ponerse a siacute mismo en posi-ciones de imparcialidad y empatiacutea para con los otros con base en la afirmacioacuten de que en uacuteltima instancia todos somos seres huma-nos esto es que hay una semejanza esencial entre nosotros Con esto se estaacute haciendo re-ferencia a la universalidad en su sentido loacutegi-co-ontoloacutegico que como vimos en el primer capiacutetulo estaacute sostenida sobre la afirmacioacuten de un rasgo esencial y compartido por los seres humanos que debiacutea servir para fundamentar su dignidad intriacutenseca Aquiacute en cambio se la critica como una posicioacuten incapaz de sostener-se frente a una verdadera reflexioacuten pues la co-herencia que postula es uacutenicamente aparente

Dentro de la criacutetica al pensamiento eacutetico moderno que emprende la Eacutetica posmoderna la universalidad es acusada por el autor como una de las banderas enarboladas maacutes feha-cientemente por los modernos a fin de opacar toda autonomiacutea moral junto con la pretensioacuten de fundamentacioacuten uacuteltima Pero la forma en la que el autor acusa a la universalidad apela a una doble naturaleza

En la praacutectica los legisladores conside-raban que la universalidad era la regla sin excepcioacuten de un grupo de leyes que preva-leciacutean en un determinado territorio sobre el cual se extendiacutea su soberaniacutea Los filoacute-sofos definiacutean la universalidad como una caracteriacutestica de prescripciones eacuteticas que obligaban a cada ser humano mdashtan soacutelo por ser humanomdash a reconocerla como vaacutelida y aceptarla como obligatoria (Bau-man 2009 XVII)

Efectivamente en esta afirmacioacuten se estaacute hablando de dos acepciones de universalidad la primera como necesidad praacutectica y por tan-to concretada en las esferas juriacutedica y poliacutetica mientras que la segunda se refiere propia-

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mente a la justificacioacuten filosoacutefica Con base en lo anterior la raiacutez del problema de la univer-salidad para Bauman consiste en que para concretar esta ilusioacuten la filosofiacutea se puso al servicio de los legisladores y los administrado-res buscando justificar con base en conceptos uniacutevocos particularmente el concepto univer-sal de ldquohombrerdquo la reduccioacuten de la conciencia

La uniformidad fue conseguida a costa de la capacidad individual de discernir lo que es mejor para siacute y para otros y la filosofiacutea fue degradada al servicio de las necesidades de las eacutelites ilustradas No se trata pues de una mera ingenuidad el creer en la idea del hom-bre universal en su esencia El reproche va mucho maacutes allaacute se legitimoacute una praacutectica cuyo propoacutesito era someter la libertad humana a miacutenimos apenas admisibles y cuyo uacutenico fun-damento lo constituiacutea el poder coercitivo

Asiacute la universalidad no podriacutea ser sino el resultado loacutegico del proyecto humanista que temeroso de la incertidumbre y la aporiacutea in-triacutenseca a la moral se aferroacute con todas sus fuerzas a la reduccioacuten de toda ambivalencia calificaacutendola de mera apariencia y creyendo que podiacutea ser resuelta racionalmente razoacuten por la cual era imprescindible hacerse de re-glas universales Este proyecto para Bauman y el pensamiento posmoderno es simplemente irrealizable y maacutes auacuten incluso indeseable

Estas reflexiones dan paso a una de las tesis fundamentales de Eacutetica posmoderna que la universalidad no es otra cosa que una ldquoardua campantildea para aplastar las diferencias y sobre todo eliminar las fuentes laquosalvajesraquo mdashautoacutenomas estridentes e incontroladasmdash de juicio moralrdquo (Bauman 2009 XXII) Como vimos uno de las ideas maacutes importantes de la posmodernidad es que el sujeto es tan moral como plural no es ni esencialmente bueno ni esencialmente malo Es en cambio ambiva-

lente al igual que los dilemas que se le pre-sentan No podriacutea ser de otra manera

Lo anterior es equivalente a afirmar que no hay garantiacuteas que nos puedan salvar de los dilemas a los que nos enfrentamos diaria-mente puesto que la misma incertidumbre es una caracteriacutestica constitutiva del ser moral razoacuten por la cual cualquier coacutedigo de eacutetica que pretenda salvar esta distancia no puede sino fallar estrepitosamente Pero dicho fracaso no es cualquier cosa porque se corre el riesgo de que en el intento desesperado de la afirma-cioacuten de la universalidad se lleve por delante la moralidad misma deviniendo en un vacia-miento del sujeto en favor de las estructuras de poder

De esta manera se acusa a la eacutetica uni-versalista de ser un intento encubierto de su-primir la diversidad de posturas morales que funcionaba con el establecimiento de reglas heteroacutenomas De ello se deriva que ldquosu efec-to no es tanto la laquouniversalizacioacuten de la mo-ralidadraquo como el silenciamiento del impulso moral y la canalizacioacuten de la capacidad moral hacia metas socialmente designadas que po-driacutean incluir y de hecho incluyen propoacutesitos inmoralesrdquo (Bauman 2009 XXII-XXIII)

La universalidad se habiacutea convertido en un nuevo credo de los filoacutesofos de la Ilustracioacuten quienes a su vez se postulaban como los liacute-deres espirituales De igual forma la naturale-za humana como fundamento de la eacutetica se acuntildeoacute en el concepto maacutes abstracto posible pasando por alto a los hombres y las mujeres concretos

la naturaleza del Hombre proporciona el fundamento soacutelido y suficiente para un coacutedigo eacutetico de vigencia universal pero no la laquonaturaleza de hombres y mujeresraquo tal como se encuentra en ese momento ya que lo que vemos ahora no es la manifes-

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tacioacuten de la laquoverdadera naturaleza huma-naraquo eacutesta no se ha desarrollado plenamen-te en ninguacuten lado La naturaleza humana existe hoy uacutenicamente in potentia como una posibilidad por nacer (Bauman 2009 p11)

De ello se deriva inevitablemente un con-flicto entre lo concreto y lo abstracto entre las condiciones existenciales concretas frente a modelos totalizantes que terminan triviali-zando o degenerando las verdaderas pregun-tas sobre lo moral Pero el autor no solamente critica como se observa en la cita anterior el concepto universal del hombre en siacute mismo por su abstraccioacuten sino que ademaacutes sentildeala que dicho concepto se sostiene permanente-mente como una meta asintoacutetica siempre in-alcanzable para justificar que los hombres y las mujeres concretos en un momento dado no cumpliesen las elevadiacutesimas exigencias de los ilustrados

Para ello se dio con la idea del progreso gracias a la cual se podiacutea afirmar que los va-lores del pasado habiacutean sido los equivocados y en esa buacutesqueda asintoacutetica por la consecu-cioacuten del ideal de naturaleza humana se debe estar atento siempre al porvenir como posibi-lidad del perfeccionamiento de la moral y de las sociedades ldquoel tiempo significaba la jerar-quiacutea laquodespueacutesraquo era sinoacutenimo de laquomejorraquo y laquomaloraquo de laquorebasadoraquo o laquono propiamente desarrolladoraquordquo (Bauman 2009 p28) En efec-to para la modernidad la eacutetica no podiacutea ser nada maacutes que aquello que garantizara el or-den y el progreso las costumbres particularis-tas y locales del pasado asiacute como la tradicioacuten y las creencias religiosas debiacutean dar paso al siguiente eslaboacuten la sacrosanta racionalidad

Frente a ello Bauman (2009) enfatiza que la universalidad se vuelve un arma de doble filo para los modernos ldquoSi se lo toma con se-riedad () el postulado de la universalidad no

soacutelo socava las prerrogativas morales de las comunidades ahora transformadas en uni-dades administrativas homogeacuteneas del Esta-do-nacioacuten sino que vuelve insostenible la pre-tensioacuten del Estado de ser la autoridad moral supremardquo (p31) En efecto un ser sin atadu-ras esto es el individuo entendido como ser autoacutenomo racional y separado de sus circuns-tancias locales implica una independencia de todo tipo de ataduras no solamente aquellas de las comunidades particulares sino incluso las del gran Estado-nacioacuten

La universalidad de la eacutetica trae como con-secuencia indefectible que al querer tomar al hombre aislado de toda comunidad de todo pasado y de todo contexto exacerba el indi-vidualismo Lo que no previeron los ideoacutelo-gos de la modernidad es que el individuo asiacute emancipado tarde o temprano comienza a cuestionar la capacidad real incluso del mismo Estado o de cualquier otra autoridad como le-gitimador del orden moral con lo cual la mo-dernidad estaba condenada a desembocar en un proceso de desregulacioacuten y de individualis-mo desde el principio y la eacutetica moderna fraca-sariacutea inevitablemente

Pero esta no es la uacutenica razoacuten por la que la universalidad cae bajo su propio peso pues-to que hay una segunda referida a la incapa-cidad praacutectica de concretar el principio de la universalidad Veamos el Estado-nacioacuten estaacute confinado a un territorio soberano fuera del cual no tiene la autoridad suprema de actuar y decidir puesto que esto implicariacutea la violacioacuten de la soberaniacutea de otro

En razoacuten de lo anterior seguacuten Bauman (2009) cuando se afirma la eacutetica universal en realidad lo que se afirma es su validez en un plano nacional lo que lleva al autor a afirmar que ldquoLas ambiciones universales de cada au-toridad soberana viven una existencia precaria

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entre la pluralidad de autoridades soberanasrdquo (p32) Lo que aquiacute critica el autor es la impo-sibilidad de la concrecioacuten de la universalidad en el aacutembito empiacuterico y la peligrosa tendencia de los Estados de identificar al geacutenero huma-no completo exclusivamente con sus gober-nados dado que solamente sobre ellos tiene autoridad

La solucioacuten maacutes evidente a este problema la representariacutea la creciente tendencia de los Estados a promover una integracioacuten suprana-cional No obstante Bauman (2009) concluye respecto a esto que frente a la expresa volun-tad de los Estados de entablar relaciones para poder tener influencia fuera de sus fronteras lo que ocurre en realidad no es la concrecioacuten de una soberaniacutea ecumeacutenica sino maacutes bien un acuerdo impliacutecito entre los soberanos de su dominio interno Asiacute pese a los esfuerzos de la diplomacia y la negociacioacuten lo que realmente resulta de esto es ldquoque hay maacutes de un concep-to de moralidad universal y que la decisioacuten de cuaacutel predominaraacute se relaciona con la fuerza de los poderes que afirman tener el derecho de articularlardquo (Bauman 2009 p33)

Un argumento muy similar es comuacuten-mente sostenido contra la universalidad de los derechos humanos por cuanto algunos detractores alegan que sin importar las de-claraciones de pecho moralistas a la larga la defensa praacutectica y palpable de estos derechos depende de los Estados Los organismos su-pranacionales carecen de poder para hacerlos valer cuando dichos Estados no los reconocen

Ahora bien para justificar la existencia de esta situacioacuten de pluralidad de universalismos que terminan por contradecir la postura uni-versalista en la eacutetica Bauman (2009) afirma que los modernos acuden a un argumento similar al del progreso el cual se habiacutea esgri-mido como ya se explicoacute para razonar que la

humanidad se dirige hacia un proceso de per-feccionamiento moral continuo y asintoacutetico guiado por la razoacuten Ahora el razonamiento que justifica para los modernos la ausencia de universalidad en la esfera empiacuterica sin socavar la legitimidad de su aspiracioacuten es el de la uni-versalizacioacuten

En efecto lo que dice Bauman (2009) res-pecto a este concepto es que ldquoAhiacute se encon-traba seguro en tanto pudiera creerse que el proceso de universalizacioacuten es real que la laquomarcha del tiemporaquo podriacutea considerarse im-parable y que llevariacutea a la poda progresiva y a la larga al sofocamiento de las actuales di-ferenciasrdquo (pp33-34) Los modernos se con-venciacutean de que si la universalidad no es una realidad ahora mismo llegaraacute a serlo como consecuencia del disentildeo de ese gran relato que es el progreso de la humanidad

La universalidad como meta exigiacutea la idea de la universalizacioacuten como proceso es decir la creencia que para cubrir las zonas grises en las que las reglas no eran auacuten las mismas para todos llegariacutean a serlo a traveacutes del constante arreglo racional de la sociedad Esto recuer-da brevemente a la distincioacuten que se hizo en el primer capiacutetulo entre universalidad como punto de partida y como punto de llegada en tanto esta uacuteltima justificaba el proyecto siem-pre hacia el futuro

En La posmodernidad y sus relatos Bau-man (2001) enfatiza que la universalizacioacuten como idea de tradicioacuten liberal se respalda en la aseveracioacuten de que las diferencias entre hom-bres son uacutenicamente contingentes derivadas de las condiciones culturales y tradicionales de desenvolvimiento de la vida pero que por lo mismo pueden ser modificables

Con la progresiva universalizacioacuten de la condicioacuten humana que no supone otra cosa que la erradicacioacuten de todo localis-

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mo asiacute como de los poderes empentildeados en preservarlos y que por consiguiente libera el desarrollo humano del impacto paralizante del accidente del nacimiento esa diversidad predeterminada y que-su-pera-a-la-eleccioacuten-humana se desvanece-raacute (p29)

Lo contingente debiacutea ser minimizado fren-te al proyecto de perfeccionamiento de la ver-dadera naturaleza esencial inmutable de la hu-manidad Pero como sabemos la posmoder-nidad busca desembarazarse de estos relatos incluyendo aquel que hace del hombre un ser del porvenir fiel a las expectativas del futuro que se supone seraacute la redencioacuten del pasado y del presente Mientras tanto a los modernos no le queda sino confiar en el proceso civiliza-torio en el que afirman que estamos inmersos

Por lo visto hasta ahora los posmodernos niegan el relato de que el futuro sea mejor y que las civilizaciones actuales sean de alguna manera superiores a las del pasado o que las sociedades supuestamente ldquomaacutes avanzadasrdquo del presente puedan apelar a una superio-ridad moral sobre otras porque no son sino premisas derivadas de una falacia etnoceacutentri-ca en la que se cree que la civilizacioacuten occiden-tal debe ser la protagonista de este proyecto civilizatorio

Ahora bien Bauman (2009) guarda una posicioacuten interesante frente a la afirmacioacuten de la universalidad puesto que si bien niega su justificacioacuten y arreglo racional calificaacutendolas de ilusorias tampoco guarda mucha relacioacuten con las posturas eacuteticas contra la universalidad que vimos en el Capiacutetulo I con excepcioacuten del escepticismo pero solamente con respecto a los coacutedigos universales no con los hechos mo-rales Es ademaacutes expliacutecitamente criacutetico con-tra el relativismo como se veraacute maacutes adelante y especialmente con el comunitarismo lo cual permite entender la posicioacuten de la posmoder-

nidad dentro de una variedad de metaeacuteticas en contra de la universalidad

En efecto una de las advertencias que hace Bauman (2009) es el hecho de que en la retira-da de las ambiciones modernas de establecer legislaciones de caraacutecter universal se pueda sucumbir a la tentacioacuten de sostener una po-sicioacuten comunitarista que base la moralidad en la idea del hombre situado en una comunidad dado que este pensamiento sostiene que el individuo tiene una herencia de tradiciones y costumbres que lo anteceden y que configu-ran el marco vivencial con el que ve al mundo y define sus fines (p37) En este sentido el gobierno comunal las minoriacuteas eacutetnicas se su-man como contrincantes por el preciado tiacutetulo de legislador moral que desde la Ilustracioacuten habiacutea detentado el Estado moderno sin dudar Como respuesta Bauman (2009) critica al co-munitarismo a fin de desecharlo como una al-ternativa al universalismo lo siguiente

No existe autoridad comunal con un poder de adjudicacioacuten legal comparable al de las agencias estatales o avaladas por el Estado En ausencia de esta autoridad una comunidad que verdaderamente pue-de laquosituarraquo a sus integrantes con cierto grado de importancia duradera pareceriacutea maacutes un postulado metodoloacutegico que un hecho de la vida real (p36)

Es decir si se denunciaba que la universa-lidad de la eacutetica no era concretable porque el Estado no puede reclamar legiacutetimamente nin-guna autoridad moral fuera del territorio en el que puede poner en ejercicio su monopolio de la violencia legiacutetima las fronteras de las comu-nidades tienen la dificultad de que son mucho maacutes deacutebiles y permeables razoacuten por la cual carecen de la autoridad y la cohesioacuten moral de la que se quieren hacer responsables De igual manera tanto el Estado como la comu-nidad entendidos cada uno como las distintas

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agencias en pugna por la posicioacuten de fuente de legitimacioacuten de lo moral pecan de la mis-ma pretensioacuten el de arrogarse la autoridad de decidir el contenido de la moral subordinan-do al individuo

En el caso del comunitarismo seguacuten Bau-man (2009) ldquoLo que se describe como laquomo-ralraquo en la comunidad moral son los efectos deseados de dicha subordinacioacuten la restric-cioacuten y seleccioacuten de las elecciones individuales por medio del requisito de cooperar para que el grupo sea realrdquo (p36) El individuo nueva-mente se ve amenazado pero ahora desde otra corriente filosoacutefica Que el comunitaris-mo describa como moral todo aquello que re-fuerza la pertenencia a comunidades dotadas de sentido y que los universalistas lo hagan desde las ambiciones del Estado moderno es indiferente para el autor cuando el resultado representa el mismo peligro el creer erroacutenea-mente que eliminar la ambiguumledad de la mo-ral es posible y que alguna entidad supraindi-vidual pueda asumir esta responsabilidad que no es sino solo del individuo

Lo que dice el autor es que a la larga la apologiacutea del yo situado tambieacuten puede ser un instrumento al servicio de la sumisioacuten moral del individuo el comunitarismo al igual que la universalidad propugna la heteronomiacutea lo cual deja a los individuos ldquoexpuestos a una ca-cofoniacutea de presiones sociales o instancias de chantaje cuasieacutetico que intentan expropiar el derecho individual a la eleccioacuten moralrdquo (Bau-man 2009 p 37) En medio de esta pluralidad de voces el individuo como agente moral au-toacutenomo se encuentra perdido lo cual consti-tuye el nuacutecleo de la crisis moral de nuestros tiempos de la cual el pensamiento posmoder-no quiere librarnos

223 La perspectiva posmoderna de Zygmunt Bauman

Hasta ahora se ha hecho evidente que la descripcioacuten de Bauman de la crisis de nues-tros tiempos acusa a la modernidad de ser la principal responsable entendida ella como un paradigma de la racionalizacioacuten y una apologiacutea de los relatos particularmente aquellos que refieren a la historia mdashel progresomdash y el suje-to mdashel concepto universal del hombremdash Bau-man en cambio pertenece a un paradigma diametralmente opuesto la posmodernidad cuyos principales postulados fueron explora-dos en apartados anteriores

Ahora bien lo que este autor dice expresa-mente del pensamiento posmoderno es que busca desenmascarar las verdaderas fuentes de la fuerza moral que han permanecido ocul-tas por las ilusiones de la modernidad en la filosofiacutea y en la teoriacutea poliacutetica (Bauman 2009 X) Una de estas ilusiones es la creencia en que las cuestiones morales pueden ser resueltas de forma definitiva con el ejercicio racional de manera que lo que antes era ambivalente lo seraacute cada vez menos

En realidad para un autor posmoderno como el nuestro la moralidad es constituti-vamente ambigua aporeacutetica El proponer es-tructuras estables y necesarias no es maacutes que un intento desesperado por garantizar alguacuten tipo de seguridad cuando se estaacute al borde del abismo Es un acto de mala fe Es en razoacuten de lo anterior que este autor expone uno de los postulados maacutes relevantes de su eacutetica posmo-derna

La verdad en cuestioacuten es que el laquodes-ordenraquo permaneceraacute al margen de lo que hagamos o conozcamos que los pequentildeos oacuterdenes y laquosistemasraquo que elaboramos son fraacutegiles mdashen tanto no se observe lo con-trariomdash y arbitrarios y a final de cuentas

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tan fortuitos como sus opciones (Bau-man 2009 p21)

Bajo este razonamiento que se basa en la afirmacioacuten de la pluralidad inaprehensible del individuo moral ninguacuten coacutedigo eacutetico en sus pretensiones de ser uniacutevocos y universales puede adecuarse a la naturaleza ambivalen-te y no racional de los fenoacutemenos morales y el mero intento de hacerlo termina por tener que acudir a la subyugacioacuten del hombre Pero ademaacutes cualquier aparente victoria de la mo-dernidad es solamente temporal en la medida en que constantemente surge otra autoridad otra voz otro coacutedigo u otra filosofiacutea que recla-ma para siacute la validez universal De alliacute que el autor enfatice tanto la fragilidad de todo siste-ma destinado a ordenar la sociedad de acuer-do con un esquema racional

En todo caso lo que aquiacute se denuncia es que el arreglo racional de la sociedad moder-na bajo un proceso constante de racionaliza-cioacuten se propone el adiestramiento e incluso la supresioacuten de los impulsos que son la materia prima baacutesica de la moralidad En cambio afir-ma Bauman (2009) dichos impulsos son de tal naturaleza que escapan de toda racionaliza-cioacuten son fuente de una ldquoestructura primaria de la convivencia humanardquo (XX) que ha sido suprimida con los intentos de instauracioacuten de un orden artificial Esto concuerda con la idea de la pluralidad radical y constitutiva del sujeto que se exploroacute en el apartado que da comienzo a este capiacutetulo

Ahora bien con esto no debe concluirse apresuradamente que la posmodernidad de-fendida por Bauman postula pues el relati-vismo Maacutes bien denuncia que la modernidad en su afaacuten por la universalidad ha generado paradoacutejicamente una pluralidad de eacutetica dada la imposibilidad de la autoridad estatal o cual-quier otra autoridad de arrogarse la validez

universal de sus normas y reglas particulares Partiendo de esto Bauman (2009) afirma ldquoSon los coacutedigos eacuteticos los que estaacuten plaga-dos de relativismo y esa plaga no es sino la reflexioacuten o el sedimento del parroquialismo tribal de los poderes institucionales que usur-paron la autoridad eacuteticardquo (XXV)

En otras palabras el autor no contrapone el relativismo a la universalidad como es lugar comuacuten hacer sino que afirma que lo prime-ro es resultado indefectible de lo segundo Ciertamente la posmodernidad considera al individuo como una pluralidad de impulsos y fuerzas pero afirmar la ambiguumledad de los fe-noacutemenos morales no es lo mismo que afirmar el relativismo que es maacutes bien una caracte-riacutestica que Bauman le atribuye a los coacutedigos eacuteticos de la modernidad

Por ello Bauman (2009) dice ldquono hay contradiccioacuten entre el rechazo mdasho el escepti-cismomdash a la eacutetica de normas de convencioacuten social laquofundamentadasraquo racionalmente y la insistencia de que siacute importa y tiene impor-tancia moral lo que hacemos y de lo que de-sistimosrdquo (p292) En otras palabras el autor siacute es esceacuteptico frente a la eacutetica moderna y a los coacutedigos que de ella derivan pero no frente a la moralidad tal y como eacutel la entiende

Esto es asiacute porque Bauman (2009) sugie-re que hay una ldquocondicioacuten moral comuacuten que antecede los efectos diversificadores de la ad-ministracioacuten social de la capacidad moral sin mencionar la necesidad sentida de una lsquouni-versalizacioacutenrsquo administrada de manera similarrdquo (XXV) La afirmacioacuten de dicha condicioacuten preso-cial compartida por todos los hombres es lo que salva a la posicioacuten posmoderna de Bau-man de ser identificada con el relativismo al menos en torno a la moralidad El autor afirma la existencia de una unidad moral que abarca a toda la humanidad con la diferencia de que

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dicha unidad no puede interpretarse desde la dominacioacuten como hariacutea la modernidad sino como el resultado de la deconstruccioacuten de los mitos modernos Revelar la naturaleza de esta condicioacuten moral es el propoacutesito expreso de la eacutetica posmoderna Estas afirmaciones prelimi-nares le permitiraacuten a Bauman (2009) definir lo siguiente

la posmodernidad es una modernidad sin ilusiones Las ilusiones en cuestioacuten se resumen en la conviccioacuten de que el laquodes-ordenraquo del mundo no es sino un estado temporal y reparable que tarde o tempra-no seraacute sustituido por los principios de la razoacuten ordenados y sistemaacuteticos (p21)

Es por tanto la respuesta a una crisis de la moral que ha desembocado en el desencan-tamiento del mundo como alguna vez lo pre-conizara el ceacutelebre socioacutelogo Max Weber Por el contrario la posmodernidad propicia el re-encantamiento lo cual significa para Bauman (2009) ldquola posibilidad de enfrentar sin amba-ges la capacidad moral del ser humano como en verdad es sin disfraces ni deformaciones readmitirla al mundo humano desde su exilio moderno restaurarla a su derecho y digni-dadrdquo (p22) Asiacute el traacutensito de la modernidad a la posmodernidad puede entenderse como el itinerario en el cual se recupera el valor de los contenidos no racionales constitutivos del individuo las emociones los impulsos la es-pontaneidad

Con ello la posmodernidad se propone re-vertir el error que la modernidad ha cometido al creer que el yo moral podriacutea identificarse sin maacutes con el nosotros eacutetico ldquolo que taacutecitamente supone cualquier visioacuten de moralidad univer-sal de grupo () es que la conducta moral pue-de expresarse en reglas a las cuales se les da una forma universal los yos morales pueden disolverse en el abarcador laquonosotrosraquordquo (Bau-

man 2009 p40) Esto es asiacute seguacuten Bauman tanto para los defensores del Estado moder-no como para los comunitaristas dado que el procedimiento es el mismo disolver al indivi-duo en un grupo que se supone omniacutemodo superior a cualquier inclinacioacuten personal Por ello la propuesta posmoderna es repersonali-zar la moral es decir devolver su importancia primordial al individuo

224 Sobre la eacutetica la moral y los derechos humanos

En el capiacutetulo I se discutiacutea la evolucioacuten de las acepciones de los teacuterminos eacutetica y moral al tiempo que se haciacutea eacutenfasis en la importan-cia de entender verdaderamente a queacute hace referencia cada autor cuando hace mencioacuten de dichos vocablos Procederemos entonces a hacer lo propio con el autor central de este trabajo de investigacioacuten

Cuando Bauman (2009) habla de eacutetica la entiende como la necesidad que tienen los miembros de las sociedades actuales de una muy especiacutefica clase de ldquoreglas que podriacutean guiar nuestra conducta con los otros () para sentirnos seguros en la presencia de los de-maacutes ayudarnos mutuamente cooperar de manera paciacutefica y obtener de la presencia de los demaacutes un placer libre de temor y de sos-pechardquo (p1) Esta descripcioacuten conlleva una criacutetica intriacutenseca la idea de que en favor de la seguridad se renuncie a la autonomiacutea o en otras palabras que la eacutetica mdashen su acepcioacuten modernamdash someta a la moral

La moral entendida como ldquoel aspecto del pensamiento el sentimiento y la accioacuten hu-manos que atantildee a la distincioacuten entre lo laquoco-rrectoraquo y lo laquoincorrectoraquordquo (Bauman 2009 XI) es una caracteriacutestica de la modernidad En efecto este autor admite como lo hizo en

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su momento McIntyre (2001) que es la mo-dernidad la responsable de poner de relieve la moral bajo estos teacuterminos alejaacutendose de una acepcioacuten circunscrita a las costumbres y tradiciones de las sociedades premodernas en las que no pareciacutea haber tal discernimiento y hacer ldquolo correctordquo significaba vivir seguacuten la forma aceptada

Por el contrario su propia idea de lo mo-ral se opone a esta acepcioacuten y a muchos de los presupuestos de la mente moderna Para exponerla seriacutea uacutetil adoptar en primera ins-tancia una aproximacioacuten negativa es decir ahondar en lo que para Bauman la moral no es para luego dilucidarla en sentido positivo

En efecto Bauman (2009) acusa que con el propoacutesito de justificar la universalidad la modernidad adjudicoacute a la moralidad atributos que no le corresponden entre ellos destacan tres muy importantes propoacutesito reciproci-dad y un caraacutecter contractual Con respecto al propoacutesito el autor acusa el hecho de haberse convertido las elecciones morales en opciones que debiacutean tomarse de forma calculada a fin de obtener alguna utilidad o conveniencia que era la expectativa de que la accioacuten moral debiacutea ser de alguna manera recompensada en el futuro La moral pasa entonces a evaluarse en funcioacuten de los beneficios como medio para

un fin como una forma de invertir en el futuro (p48)

La reciprocidad tiene mucho que ver con la anterior puesto que reside en el supuesto de que a corto o largo plazo la accioacuten moral seraacute devuelta con lo cual se la reduce a teacuterminos transaccionales (Bauman 2009 p51) Se tra-ta pues de esperar de forma taacutecita o impliacuteci-ta el compromiso del otro a recompensar la obligacioacuten que uno haya servido para con eacutel hacieacutendose acreedor de un deber que debiese reciprocar

Finalmente para el autor la universalidad de la moral supone identificarla con una rela-cioacuten contractual en el que las partes acuerdan mutuamente el cumplimiento de las mismas exigencias mdashni maacutes ni menosmdash siempre con-servando en primer lugar el bienestar propio mientras solo se evaluacutean las acciones del otro Bajo esta acepcioacuten no hay personas o indivi-duos sino agentes o partes las reglas y conse-cuencias se establecen de antemano el com-promiso moral estaacute atado a lo estrictamente necesario y el cumplimiento de la obligacioacuten estaacute uacutenicamente motivado por el deseo de evitar por los costos de recibir una sancioacuten (Bauman 2009 pp53-54)

Maacutes importante que la descripcioacuten de es-tos falsos atributos de la moral que Bauman

La posmodernidad es una modernidad

sin ilusiones Las ilusiones en cuestioacuten se resumen

en la conviccioacuten de que el laquodesordenraquo del mundo no

es sino un estado temporal y reparable que tarde o

temprano seraacute sustituido por los principios de la razoacuten

ordenados y sistemaacuteticos

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(2009) declara haber identificado es el diag-noacutestico del comuacuten denominador que subyace a ellos el postulado del caacutelculo de la accioacuten Para el autor estos atributos ldquosuponen que el pensamiento precede a la accioacuten la definicioacuten precede a la tarea la justificacioacuten precede a la obligacioacutenrdquo (p55) Lo que se estaacute criticando aquiacute a la larga es la consideracioacuten de que las acciones morales son por un lado racionales y por el otro impersonales puesto que se les condena a participar en un juego que consiste en sopesar desapasionadamente las opciones y los medios a fin de satisfacer beneficios per-sonales Frente a ello el autor va a declarar tajantemente

Yo sugiero por el contrario que la mo-ralidad es endeacutemica e irremediablemente no racional en el sentido de que no es cal-culada y por ende no se presenta como reglas impersonales que deben seguirse por lo tanto no puede decirse que siga reglas en principio universales (Bauman 2009 p55)

Asiacute la negacioacuten de la racionalidad de la mo-ral descarta tambieacuten los atributos que buscan dar sustento a la universalidad y los reemplaza con otros en primer lugar la moral no tiene un propoacutesito o fin Por el contrario ldquoes maacutes bien la imposibilidad de no ser responsable por este Otro aquiacute y ahora lo que constituye mi capacidad moralrdquo (Bauman 2009 p47) sin caacutelculos de por medio Atender el llamado de responsabilidad se hace imprescindible in-evitable por ello tampoco se puede afirmar que las relaciones morales sean o deban ser reciacuteprocas

Frente a la afirmacioacuten de reciprocidad Bauman (2009) propone la asimetriacutea por cuanto la accioacuten moral me compromete a miacute solo y exclusivamente a miacute ldquoLa actitud antes de las relaciones unilateralidad no reciproci-dad una relacioacuten que no puede revertirse to-

das ellas son las caracteriacutesticas indispensables y definitorias de la postura moralrdquo (p41) Esto es asiacute porque parte de mi responsabilidad con el Otro supone respetar su autonomiacutea La res-ponsabilidad moral es infinita e incondicional y se corrompe en el momento que se actuacutea con el uacutenico deseo de asegurar para el futuro una accioacuten reciacuteproca

Por eso mismo tampoco puede ser enten-dida como un contrato puesto que bajo estos teacuterminos la obligacioacuten de uno termina cuando el otro incumple En cambio la afirmacioacuten de asimetriacutea supone la atencioacuten y el cuidado del Otro con independencia de coacutemo el Otro deci-da actuar conmigo De alliacute que se diga que es una ldquorelacioacuten esencialmente desigualrdquo (Bau-man 2009 p42) Esta desigualdad solamente puede ser entendida con el teacutermino ldquoser para otrordquo No se trata simplemente de convivir puesto que esto no elimina la indiferencia sino de preocuparse de prestar cuidados sin miramientos ni condiciones

Pero ademaacutes se trata de una fuerza pro-funda e indefectiblemente personal que no puede ser arrebatada por una autoridad ex-terna puesto que cuando eso ocurre la ac-titud pierde toda su moralidad y se convierte en un mero seguimiento de reglas Bajo esta idea y contrario a la eacutetica kantiana se sigue que el seguimiento ciego del deber es todo menos un acto moral puesto que el individuo se pierde en la despersonalizacioacuten de reglas y dado que ha sido precisamente la modernidad la que ha postulado dicha despersonalizacioacuten como requisito de universalidad no hay reso-lucioacuten posible de dicho conflicto a menos que se abandone el esquema moderno por com-pleto

Maacutes auacuten el autor procede a revelar los liacute-mites morales que se le presentan a cualquier intento de universalidad eacutetica la cual deriva

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de una cierta acepcioacuten filosoacutefica en torno al sujeto moral En efecto para Bauman (2009) la universalidad presupone que las personas son intercambiables en el sentido de que lo que es vaacutelido para uno lo es igualmente para el otro

Habriacutea una manera faacutecil de que los mu-chos laquoyosraquo se convirtieran en el colectivo laquonosotrosraquo soacutelo si pudieacuteramos considerar todos los laquoyosraquo como ideacutenticos por lo me-nos con respecto a un atributo que asigna las unidades como miembros de un grupo (p41)

Ya se ha explicado que dicho atributo en comuacuten suele atribuirse a la racionalidad como esencia de la especie humana No obstante para el autor lo anterior se hace en detrimento de la ldquomultidimensionalidad del yordquo (Bauman 2009 p41) y maacutes auacuten de su misma integri-dad En cambio bajo su postura posmoderna ser un sujeto moral implica ser uacutenico e irrem-plazable Pero si cada uno lo es no se puede esperar legiacutetimamente a que una determinada conducta se haga regla universal puesto que esto cercena la singularidad y unicidad no solo del sujeto como tal sino de la eleccioacuten moral

La universalidad seguacuten estos argumentos no toma en cuenta las especificidades de las situaciones la grandeza del llamado a la res-ponsabilidad que se da en una relacioacuten de Yo-Tuacute que no puede ser codificada en ninguna regla ni sometida a un tercer teacutermino Asiacute ldquoTo-dos los laquodeberesraquo y laquoreglasraquo que pueden con-cebirse en una relacioacuten moral estaacuten dirigidas uacutenicamente a miacute soacutelo me obligan a miacute y me constituyen soacutelo a miacute en tanto laquoYoraquordquo (Bauman 2009 p44) Esto es asumir que cada mensaje tiene un uacutenico destinatario buscar que el otro sea tambieacuten un destinatario del mismo men-saje es caer en una lamentable contradiccioacuten

puesto que al hacerlo niego la responsabilidad del otro y con ella la miacutea

En este sentido se estaacute indubitablemente solo en el llamado y negarlo supone actuar de mala fe De esta manera el autor va a enten-der la moral como la posibilidad de la eleccioacuten real personaliacutesima de alliacute que sea sinoacutenimo de la autonomiacutea de la voluntad la cual el au-tor pretende proteger de las omniabarcantes reglas Es precisamente aquiacute donde estaacute el quid de la criacutetica puesto que si lo moral es la eleccioacuten libre y responsable del individuo los coacutedigos y reglas que pretendan usurpar esta responsabilidad y usurpar el yo moral termi-nan generando una eacutetica sin moral Esto se vis-lumbra mejor con el siguiente sentildealamiento

La eacutetica mdashun coacutedigo moral que desea ser el coacutedigo moral el uacutenico grupo de pre-ceptos coherentes que deberiacutea obedecer cualquier persona moralmdash considera que la pluralidad de caminos e ideales es un reto y que la ambivalencia de juicios mo-rales es una situacioacuten patoloacutegica que debe rectificarse (Bauman 2009 p7)

Esto se explica por el hecho de que la mo-dernidad ha tratado a la eacutetica como sinoacutenimo de ley de principios bajo los cuales es impe-rativo actuar susceptibles de formulacioacuten y determinacioacuten Se afirma que es un fenoacutemeno moderno porque como afirman Jacobsen y Poder (2008) ldquoCon la introduccioacuten de la filo-sofiacutea moral de Kant la eacutetica ya no era mdashcomo para Aristoacutetelesmdash una cuestioacuten de emitir jui-cios eacuteticos en situaciones particulares (phro-nesis) sino una cuestioacuten de actuar de acuerdo con leyes abstractas y universalesrdquo1 (p62) No obstante la nocioacuten kantiana que postulaba la capacidad del sujeto moral de obedecer su

1 ldquoWiththe introductionofKantrsquosmoralphilosophyethicswasno longer ndashas forAristotlendash a questionofmakingethicaljudgmentsinparticularsituations(phronesis)butaquestionofacting inaccordancewithabstractuniversallawsrdquo(traduccioacutenpropia)

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propia ley fue distorsionaacutendose en tanto se puso mayor eacutenfasis en la obediencia de leyes y a la larga la heteronomiacutea sustituyoacute a la auto-nomiacutea tal y como relata nuestro autor central

Bajo estos teacuterminos el autor ha esgrimido una acusacioacuten contra todo intento de sofocar las intuiciones morales mdashel hecho bruto pri-mordialmdash e impulsos no racionales propios del ser humano con el establecimiento de coacutedigos eacuteticos Frente a ello la propuesta de Bauman (2009) es afirmar que la moral se encuentra alliacute donde la eacutetica sus coacutedigos y principios no existe ldquomoralidad es la condicioacuten de anomia perpetua e irreparable Ser moral significa es-tar abandonado a mi propia libertadrdquo (p56) Adicionalmente enfatiza en el hecho de que toda expresioacuten de ideales compartidos es una amenaza de desaparicioacuten de los sujetos mora-les

Con esto Bauman (2009) no niega que sea posible establecer unos coacutedigos y reglas de na-turaleza social vinculantes de la misma forma para todos pero siempre bajo el entendido de que ldquocualquier acuerdo al que se llegue seraacute inconcluso temporal y no de aceptacioacuten uni-versalrdquo (p23 cursiva propia) Es decir cual-quier coacutedigo eacutetico debe permitir una refunda-cioacuten constante de sus bases incluso cuando el mismo autor admite que ello implica maacutes dificultades para llegar realmente a un con-senso sostenible dado que la posibilidad de reformar constantemente pone en entredicho la vinculacioacuten

Lo que busca rescatar Bauman (2009) con este planteamiento es la idea de que ldquoLa so-ciedad su continuidad y bienestar son posi-bles gracias a la competencia moral de sus in-tegrantes y no a la inversardquo (p20) Esto signi-fica que la moral bajo esta perspectiva es un hecho previo a toda constitucioacuten social razoacuten por la cual no puede someterse ni depende de

ella Esta premisa busca distanciarse enorme-mente de las ideas modernas que afirman que la moralidad solo tiene lugar en una sociedad

Ahora bien dado que los derechos hu-manos son uno de los tantos productos de la creencia en la universalizacioacuten de la eacutetica y en el concepto universal del hombre trascenden-tal previo a sus experiencias seriacutea razonable concluir por razonamiento silogiacutestico que Bauman los niega de forma tajante Cierta-mente otros autores posmodernos lo han he-cho Pero Bauman no llega a tales extremos De hecho su postura al respecto quiere ser criacutetica pero moderada puesto que como vi-mos propone una reflexioacuten y reformulacioacuten de los problemas eacuteticos claves entre ellos los derechos humanos con el fin de que no se conviertan en una manifestacioacuten maacutes del deber eacutetico heteroacutenomo en detrimento de la autonomiacutea moral individual

Al respecto uno de los puntos que el au-tor quiere hacer ver es que los derechos hu-manos representaron una abdicacioacuten de las prerrogativas de la autoridad del Estado para seguir monopolizando la vida individual pero al mismo tiempo tambieacuten se constituyen en argumentos esgrimidos por los comunitaris-tas para aprovechar esta retirada y ocupar los espacios abandonados De hecho Bauman (2009) llega a afirmar ldquoLa supresioacuten maacutes des-piadada y asesina de la autonomiacutea individual se perpetra hoy en diacutea en nombre de los laquode-rechos humanosraquo expropiados y colectiviza-dos como los laquoderechos de la minoriacutearaquo (pero siempre una minoriacutea que desea ser mayoriacutea o al menos aspira al derecho de comportarse como si lo fuera)rdquo (p39)

Por otra parte en Modernidad liacutequida Bauman (2002) arguye que la expansioacuten de los derechos humanos estaacute estrechamente relacionada con el proceso de desregulacioacuten

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y privatizacioacuten de asuntos anteriormente puacute-blicos en el que desembocoacute la modernidad dando paso a la eacutepoca posmoderna como una era del consumo y de la afirmacioacuten exacerba-da del individuo (pp34-35) Raacutepidamente se avizora que esta descripcioacuten de los hechos es una criacutetica negativa por parte del autor puesto que si bien habiacutea denunciado las tendencias totalitarias propias del Estado-nacioacuten de la modernidad temprana hiperreguladora tam-bieacuten ve en la actual modernidad liacutequida o pos-modernidad en la que nos encontramos una tendencia al desarraigo y la individualizacioacuten que tiende a socavar la esfera puacuteblica y la po-sibilidad de plantear causas comunes

En efecto bajo este planteamiento la afir-macioacuten de los derechos humanos constituyoacute una retirada de las autoridades externas en especial del Estado moderno frente al indivi-duo y las comunidades producto del fracaso del mantenimiento de toda Verdad uacutenica y con mayuacutescula Seguacuten Bauman (2002) dicha reti-rada se encuentra ldquoreflejada en el corrimien-to que hizo el discurso eacuteticopoliacutetico desde el marco de la lsquosociedad justarsquo hacia el de los lsquode-

rechos humanosrsquo lo que implica reenfocar ese discurso en el derecho de los individuos a ser diferentesrdquo (p35) Pero detraacutes de la maacutescara de autoafirmacioacuten de individuo este fenoacuteme-no en realidad solo es manifestacioacuten del deseo de ser dejado en paz de la concrecioacuten del in-tereacutes propio y el individualismo como el nuevo desideraacutetum

En este sentido los derechos humanos son interpretados como uno de los mecanismos sociales que han abierto el camino para la apa-ricioacuten de la modernidad liacutequida porque el indi-vidualismo que propugnan va de la mano de un proceso de peacuterdida de identidad y compro-miso con lo cual la esfera puacuteblica se ha visto bastante disminuida y el individuo se encuen-tra en guerra contra el ciudadano (Bauman 2002 p35) Siendo que los derechos huma-nos se proponen como universales antildeorando la idea de una ciudadaniacutea universal con estas afirmaciones se busca hacer auacuten maacutes patente la imposibilidad de estas pretensiones dada las contradicciones que ellas mismas originan

Aparte de esto es poco lo que el autor dice directamente sobre los derechos humanos en Eacutetica posmoderna ya que su enfoque funda-mental es la eacutetica en general pero al mismo tiempo es mucho lo que dice porque como vimos en el primer capiacutetulo los derechos hu-manos son una particularizacioacuten de un debate maacutes grande entre una eacutetica universalista y sus detractores en sus distintas manifestaciones incluyendo la posmodernidad Por tanto las argumentaciones hasta ahora formuladas con-tra la universalidad y su relacioacuten con la crisis eacutetica tienen una significacioacuten relevante en ma-teria de derechos humanos que nos propon-dremos analizar en el siguiente capiacutetulo

Lo que tenemos hasta ahora es una pro-puesta que quiere aprovechar las circuns-tancias de desregulacioacuten de la vida en favor

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de retomar la reflexioacuten sobre las intuiciones morales y la responsabilidad individual para asiacute alcanzar una mayor autenticidad en las di-naacutemicas de nuestras sociedades Queda no obstante por determinar en queacute medida la postura de Bauman en torno a la eacutetica podriacutea argumentar a favor o en contra de la natura-leza de los problemas eacuteticos contemporaacuteneos maacutes acuciantes en particular los derechos hu-manos

CAPIacuteTULO III

IMPLICACIONES DE LA EacuteTICA POSMODERNA DE BAUMAN PARA LA TEORIacuteA DE LOS DERECHOS HUMANOS

31 La postura eacutetica de Bauman y los derechos humanos contrastes y objeciones

Ya en el primer capiacutetulo se expusieron los distintos argumentos a favor y en contra de la universalidad de los derechos humanos desde distintas metaeacuteticas Igualmente se llegoacute a afirmar que esta problemaacutetica forma parte de un debate maacutes amplio entre el universalismo y el particularismo o contextualismo de la eacutetica Lo que hace Bauman en cambio es introdu-cir un tercer teacutermino a dicho debate negando tanto el universalismo como el comunitaris-mo y afirmando una postura posmoderna en defensa de la autonomiacutea moral del individuo en una sociedad cada vez maacutes fragmentada Dado que el mismo autor presenta su postu-ra como una posibilidad de analizar bajo una nueva luz los problemas eacuteticos de la actuali-dad el propoacutesito de este capiacutetulo es analizar la plausibilidad de reformular los derechos hu-manos desde su punto de vista

Se podriacutea empezar por sentildealar algunos ras-gos generales de la significacioacuten de la obra Eacuteti-ca posmoderna en torno al tema que nos ocu-

pa En primer lugar resulta interesante que Jacobsen y Poder (2008) sentildealen que pese a que Bauman asevera que su enfoque no es la moral sino la eacutetica lo cierto es que ldquoEacutetica pos-moderna no es un libro de la eacutetica posmoder-na sino maacutes bien un libro sobre la moralidad posmodernardquo2 (p61) Al respecto esta criacutetica nos parece certera puesto que Bauman al analizar la antinomia modernidad-posmoder-nidad en repetidas ocasiones lo hace usan-do como equivalentes la contraposicioacuten eacuteti-ca-moral argumentando que la modernidad como la era de la eacutetica esto es de normas y leyes exacerbadas debiacutea ser superada por la visioacuten posmoderna de compromiso hacia la repersonalizacioacuten de la moral frente a estas tendencias reguladoras

Maacutes auacuten el autor especiacuteficamente afirma no solamente que su obra no se propone ofre-cer un nuevo coacutedigo eacutetico sino que tampoco ldquopodriacutea contemplarse ninguacuten coacutedigo eacutetico a la luz de lo que se desarrollaraacute en el caminordquo (Bauman 2009 XXVI) Estas afirmaciones par-ten de la idea de que la moralidad es posible solamente alliacute donde no llega la eacutetica puesto que ella no puede ser mensurada por la co-dificacioacuten de reglas universales su propuesta final es precisamente una moral sin eacutetica

Como vimos esto no quiere decir que to-das las reglas bajo las cuales se rigen las so-ciedades deban ser abolidas pero siacute se afirma una tensioacuten permanente e irresoluble entre eacutetica y moral ya que esta uacuteltima ldquoresiste cual-quier codificacioacuten formalizacioacuten socializa-cioacuten universalizacioacuten La moral permanece cuando la labor de la eacutetica de la Gleichschal-tung ha concluidordquo (Bauman 2009 p48) Por tanto el autor sugiere un relajamiento de dichos coacutedigos un olvido de la universalidad

2 ldquoPostmodern Ethics is not a book on postmodernethicsbutratherabookonpostmodernmoralityrdquo(traduccioacutenpropia)

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que en definitiva ha fracasado en favor de la agencia moral individual

Lo anterior lleva a Jacobsen y Poder (2008) a concluir en una razoacuten por la cual la teoriacutea moral de Bauman tiene un impacto tan limi-tado a diferencia de sus formulaciones socio-loacutegicas mucho maacutes extendidas entender la moralidad como un instinto presocial que tie-ne lugar alliacute donde los coacutedigos universales no existen dan origen a una teoriacutea moral fuera de la vida social Seguacuten esta observacioacuten la idea de Bauman era apostar por la formulacioacuten de una experiencia moral anterior pero al mismo tiempo complementaria a las teoriacuteas socioloacute-gicas existentes Con ello no se niega que esta moralidad pueda actualizarse en el reino de lo social pero siacute se afirma que su fuente es ex-clusivamente el individuo y que no depende de las formaciones sociales para existir (p67) Por el contrario podriacutea ocurrir que sean las so-ciedades precisamente las que silencien esta agencia moral como Bauman acusa que ocu-rrioacute en la modernidad

A esto hariacutea falta agregarle el hecho de que en realidad Bauman no solamente estaacute apuntando a una teoriacutea moral previa a la vida en sociedad sino que su intencioacuten es de he-cho deslastrarse de formular cualquier tipo de teoriacutea a fin de abogar en favor de la responsa-bilidad uacutenica e irreducible de cada individuo Si se entiende la moralidad como no racional e instintiva infinita y profundamente personal por cuanto atantildee uacutenicamente a la relacioacuten con el Otro y nada maacutes tal y como hizo este autor no hay teoriacutea que pueda aprehenderla maacutes que aquella que sea lo suficientemente mo-desta como para conformarse con sentildealar la responsabilidad moral de los individuos

La prescindencia de formulaciones teoacutericas con base en estas justificaciones no es nue-va y tambieacuten tienen su origen en la negacioacuten

de la universalidad Por ejemplo Ortiz Millaacuten (2016) afirma que la necesidad de olvidarse de las teoriacuteas filosoacuteficas ha sido justificada por el hecho de que ellas olvidan los aspectos de la vida concreta como las relaciones personales que juegan un rol fundamental en las decisio-nes morales En cambio se argumenta que ldquoLa eacutetica () no es la creacioacuten de los filoacutesofos sino producto de la decisioacuten del individuo de adoptar ciertos principios o modos de vidardquo (p123) y que por tanto estas teoriacuteas aun-que muchas veces lo pretenden no van a dar soluciones definitivas a los problemas mora-les

Es posible concluir que Bauman tambieacuten compartiacutea esta visioacuten por cuanto no solo con-trariaba la creencia de que los hechos morales puedan identificarse como acciones derivadas de la decisioacuten racional sino tambieacuten conside-raba la autonomiacutea moral como el libre desa-rrollo de la persona en situaciones concretas en las vivencias personales en definitiva en la vida misma Es lo inaprehensible por la teoriacutea lo que el autor quiere revalorizar De alliacute que la universalidad no sea posible ya que no se puede replicar para otros lo que es puramente personal

Pero lo anterior tiene implicaciones para los problemas eacuteticos contemporaacuteneos En primer lugar recordemos que los derechos humanos como vimos en el primer capiacutetulo se propo-nen como derechos establecidos por princi-pios morales a los cuales se llega por medio de la reflexioacuten en torno a lo que resulta valioso e inalienable para todo ser humano No obstan-te Bauman toma una primera embestida con-tra cualquier teoriacutea eacutetica normativa e incluso contra una metaeacutetica racionalista al afirmar la incomunicabilidad de la moral y la completa subjetividad del individuo quien no puede dar razones de sus actos morales Asiacute descarta la posibilidad de entendimiento en torno a una

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eacutetica miacutenima universal erigida sobre principios fundamentales ya que ella exige la capacidad de poder razonar sobre ellos

Por el contrario la existencia de los dere-chos humanos como derechos morales de-pende indefectiblemente de la capacidad de justificarlos racionalmente como exigencias vaacutelidas para todos no pertenecen al rango de intuiciones sentimientos o impulsos que Bau-man defiende ―aunque tampoco son necesa-riamente incompatibles con su existencia― sino que suponen para sus defensores jus-tificaciones de origen moral y en este senti-do soportadas por razones uacuteltimas De ello se deriva que en la medida en que se niegue la posibilidad de reflexionar acerca de los hechos morales se socava la posibilidad misma de sostener los derechos humanos puesto que ellos se postulan exclusivamente como valores eacuteticos juriacutedicos y poliacuteticos de base racional

La afirmacioacuten anterior se hace sobre la idea de que de nada sirve afirmar la validez praacutec-tica de los derechos humanos abstenieacutendose de la tarea de fundamentarlos moralmente y de afirmar su universalidad puesto que esto los hace vulnerables a aquello mismo que na-cieron para contrarrestar la arbitrariedad y la contingencia Es por esto que Nino (1989) argumenta que los derechos humanos sola-mente pueden surgir de la formacioacuten de ldquouna conciencia moral de la humanidad acerca del valor de estos derechos y de la aberracioacuten in-herente a toda accioacuten dirigida a desconocer-losrdquo (p4) Exigen la consolidacioacuten de la idea de que tienen una justificacioacuten intriacutenseca que trasciende la contingencia tanto de los siste-mas juriacutedicos y poliacuteticos como de las convic-ciones e impulsos particulares

Bauman al negar la posibilidad de dar cuenta racionalmente de los hechos morales y de siquiera incluso poder distinguir entre lo

bueno y lo malo dada la ambivalencia esencial del individuo y de la moral no admite este tipo de justificaciones uacuteltimas con base en princi-pios fundamentales Su postura similar a la de otros posmodernos es antifundacionalista Por otro lado el pensamiento de este autor acarrea para los derechos humanos conse-cuencias similares a aquellas del escepticismo

Esto es asiacute por lo siguiente seguacuten Nino (1989) para los autores que sostienen un escepticismo eacutetico ldquoes imposible dar razones en defensa de una concepcioacuten moral como la que legitima los derechos del hombre puesto que la adopcioacuten de ese tipo de concepciones estaacute determinada por decisiones o emocio-nes que no estaacuten controladas por criterios de racionalidadrdquo (p6) De la misma forma para Bauman la moralidad es una estructura primi-genia constituida por hechos brutos por im-pulsos y sentimientos por lo cual es imposible dar cuenta racionalmente de ellos Escapan de las reglamentaciones generales que bus-can responder a un ordenamiento racional de la sociedad Asiacute dentro de su postura como el mismo autor admite no cabriacutea posibilidad de fundamentar coacutedigos eacuteticos universales en nombre de ciertos principios tales como la dignidad o de atributos compartidos como la racionalidad

De esta manera las consecuencias de am-bas posturas son similares en el sentido de que despojan a los derechos humanos de un sus-trato moral-racional y prescriben que se trate a todo coacutedigo eacutetico como acuerdos sometidos a la especificidad de las circunstancias con nin-guna pretensioacuten de trascenderlos Lo que los universalistas reclamariacutean contra ello es que sin un sentido cognoscible en torno a lo que se puede considerar justo no se ve coacutemo puede subsistir una sociedad puesto que la afirma-cioacuten de que los principios morales se adoptan uacutenicamente por decisioacuten o por emocioacuten ter-

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mina por volver inuacutetil toda discusioacuten que solo se limitariacutea a dar una ilusioacuten de racionalidad y nada hace para evitar un choque permanente de voluntades (Nino 1989 p54)

Quizaacutes por esto Bauman (2009) no abo-goacute expresamente por la erradicacioacuten de todo coacutedigo eacutetico sino que se limitoacute a prescribir su flexibilidad al reducirlos al modesto aacutembito de ldquola capacidad de negociar el arte y usos de la convivenciardquo (p22) Sin embargo lo cierto es que su postura en torno a una moral no racio-nal ambivalente e incognoscible difiacutecilmente hace posible dicha negociacioacuten debido a que no es posible esgrimir razones en favor de una u otra opcioacuten El mismo autor admite que su acepcioacuten de moral antildeade obstaacuteculos a esta ta-rea de acordar las condiciones de convivencia pero pocas luces arroja en cuanto a formas de poder superarlos

Igualmente su propuesta de aceptar abier-tamente la contingencia y ambiguumledad dando fin a las pretensiones de universalidad reduce coacutedigos eacuteticos como los derechos humanos al plano de las meras convenciones puesto que se admite que no tienen ninguna posibilidad de fundamentacioacuten maacutes allaacute del hecho de que las personas acuerden en su conveniencia lo cual puede variar enormemente de acuerdo con la eacutepoca y la sociedad Esto sin embargo difiere enormemente con las bases filosoacuteficas de la teoriacutea de los derechos humanos que se presentaron en el primer capiacutetulo

En efecto la justificacioacuten de los derechos humanos seguacuten el universalismo moral no es compatible con convenciones en torno a lo que resulta mejor para todos porque dichos instrumentos no hacen sino existir en la me-dida en que se admite una conveniencia ge-neral o la existencia de razones prudenciales de por medio y por tanto pueden dejar de existir cuando las circunstancias asiacute lo requie-

ran Esto es contrario a lo que se propone con los derechos humanos como derechos mora-les esto es la aceptacioacuten de unos imperativos que son inalienables e imprescriptibles Sin estas caracteriacutesticas se argumenta los seres humanos pueden faacutecilmente caer viacutectimas de las circunstancias

Esto no quiere decir que en la historia de los derechos humanos los coacutedigos eacuteticos que de ellos han derivado no han tenido ni pueden tener modificaciones De hecho ha sido todo lo contrario La esfera de lo que se considera un derecho humano se ha expandido a espa-cios inimaginables para un sujeto de digamos hace un par de siglos No obstante lo que los universalistas sugieren es que dicha expansioacuten no se debe uacutenicamente a que se ha acordado que ampliar los derechos es maacutes convenien-te sino que atiende a un proceso en el cual las realidades sociales se van configurando en torno a una moral ideal Maacutes adelante se tra-taraacute este tema como una distincioacuten entre mo-ral social y moral ideal o criacutetica

Por otra parte resulta pertinente referirnos a algunas aseveraciones hechas por nuestro autor central que demandan algunas precisio-nes En primer lugar Bauman (2009) enfatiza en que los filoacutesofos modernos a fin de llevar a cabo su ambicioacuten de instruir en torno a los principios de la conducta moral debiacutean con-vencer a los hombres y mujeres particulares que seguir estos principios era bueno en un sentido proacuteximo y terrenal es decir que com-portarse moralmente reportaba beneficios en teacuterminos del intereacutes y el amor propio (p13) Esto estaacute relacionado con el principio de re-ciprocidad que el autor criticaba en la acep-cioacuten moderna de moral porque afirmaba que la modernidad promoviacutea una conducta moral interesada con base en la expectativa de que seriacutea recompensada en un futuro por el bene-ficiario de su accioacuten

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No obstante los principios de los que de-rivan los derechos humanos coacutedigo eacutetico mo-derno por excelencia no estaacuten sostenidos so-bre el intereacutes propio ni sobre la reciprocidad puesto que estos criterios maacutes bien llegan en ocasiones a contrariar lo que se busca prote-ger En efecto la eacutetica del autointereacutes desem-boca a la larga en el relativismo que propi-cia el caacutelculo en funcioacuten de beneficios En el momento en que sea de intereacutes por ejemplo matar la defensa del autointereacutes pocos frenos ofrece a la consecucioacuten de ese objetivo maacutes allaacute de los posibles dantildeos que eso puede aca-rrear Es el mismo razonamiento si se tratara del intereacutes colectivo

En cambio una teoriacutea de los derechos hu-manos impone que sin importar el resultado de los caacutelculos de beneficios la autonomiacutea y dignidad del individuo son invulnerables Ellos pertenecen maacutes bien al tipo de eacutetica deonto-loacutegica que defiende razones uacuteltimas es decir exigencias morales de orden superior ldquouna razoacuten moral es por definicioacuten una razoacuten que prevalece ―aunque contingentemente pueda coincidir con ellas― sobre razones de autoin-tereacutesrdquo (Nino 1989 p71) De esta manera este autor soporta que la afirmacioacuten de la universa-lidad no se apoya sobre una eacutetica de autoin-tereacutes como sentildealaba Bauman puesto que la relatividad que conlleva el actuar de acuerdo con lo que resulta maacutes beneficioso no es co-herente con el establecimiento de principios racionalmente vaacutelidos para todos Los dere-chos humanos prescriben actuar moralmente incluso cuando ello se encuentre en conflicto con intereses propios o colectivos

Igualmente la naturaleza contractualista de la moral que Bauman declara identificar en las pretensiones de universalidad no es una afirmacioacuten completamente certera De he-cho podemos encontrarnos nuevamente con el caso de que una moral social basada en un

pacto entre las partes maacutes bien contradiga las aspiraciones universalistas Esto es asiacute porque ldquoLo que se alcanza por esta viacutea contractualis-ta o consensualista no es la fundamentacioacuten de una pretensioacuten de verdad sino un acuerdo de voluntades o la decisioacuten comuacuten de aceptar la autorregulacioacuten de la interaccioacutenrdquo (De Zan 2004 p89) Asiacute bajo estos teacuterminos la univer-salidad no es posible ya que el contrato solo obliga a aquellos que lo suscriben pero no hay obligacioacuten de tener las mismas consideracio-nes con aquellos que se encuentran fuera de eacutel

De la misma forma las distintas mane-ras en las que se percibe la relacioacuten entre las elecciones personales y los coacutedigos eacuteticos uni-versales se deriva de distintas reflexiones en torno a la naturaleza de las instituciones alre-dedor de las cuales se cristalizan las relaciones sociales Asiacute por un lado Bauman (2009) esta-ba convencido de que ldquoTodas las instituciones sociales apoyadas en sanciones coercitivas se han fundado sobre la suposicioacuten de que es im-posible confiar en que el individuo haraacute una buena eleccioacutenrdquo (p15) No obstante hay otros argumentos que se contraponen inmediata-mente a esta idea y afirman

en praacutecticamente todas las sociedades conocidas se desarrollan reglas y praacutecticas que presentan las propiedades distintivas de la moral lo que hace presumir la exis-tencia de cierta conexioacuten importante en-tre los rasgos caracteriacutesticos de la moral y circunstancias baacutesicas de la vida social (Nino 1989 p93)

Con esto se quiere hacer ver dos afirmacio-nes contrarias a lo sostenido por Bauman En primer lugar que las instituciones y las normas sociales que heredamos de la modernidad no se apoyan exclusivamente ni fundamental-mente sobre la coaccioacuten sino sobre justifica-ciones morales a tal punto que llega a afir-

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marse que toda norma juriacutedica en realidad apela a principios morales De darse el caso en que una de estas normas los contrariacutee estos principios tienen superioridad sobre ellas

Es un hecho social aparentemente establecido que ninguacuten sistema juriacutedico puede preservarse soacutelo sobre la base del temor al empleo de la coaccioacuten y sin la creencia difundida entre buena parte de los suacutebditos y de los mismos funcionarios en la legitimidad moral de los oacuterganos del sistema (Nino 1989 p100)

Para argumentarlo Nino (1989) hace una distincioacuten entre coacutemo opera el derecho y coacutemo opera la moral para facilitar la coopera-cioacuten social las herramientas del derecho son la autoridad y la coaccioacuten esto es disuade a las personas de actuar de forma contraria a la conducta deseada fundamentalmente a traveacutes del castigo En cambio la moral es diferente puesto que opera intriacutensecamente con razo-nes esto es hace posible la cooperacioacuten me-diante la argumentacioacuten a favor o en contra de ciertas actitudes y comportamientos con base en los principios de una moral ideal (pp99-100) La forma en que esto es posible seraacute un punto fundamental que seraacute tratado en el si-guiente apartado lo que basta enfatizar por ahora es que hay una estrecha relacioacuten entre la moral y la vida en sociedad de la que Bau-man no da cuenta y que es fundamental para hablar de derechos humanos

Efectivamente con base en estas afirma-ciones una institucioacuten social tiene poder coac-tivo pero tambieacuten debe apoyarse aunque sea parcialmente sobre las convicciones morales de los individuos no suprimirlas por comple-to Lo anterior puede ser respaldado por la evidencia de que en muchos contextos poliacuteti-co-sociales por maacutes diversos y distintos que sean los ciudadanos aducen razones morales en favor del respeto y la garantiacutea de los de-

rechos humanos incluso cuando las normas y leyes positivas expliacutecitas en dicho sistema los contrariacutean ldquoSe reclama el respeto de los dere-chos humanos aun frente a sistemas juriacutedicos que no los reconocen y precisamente porque no los reconocenrdquo (Nino 1989 p15) Pero de esta naturaleza moral de las instituciones poco nos dice Bauman quien maacutes bien tien-de a contraponer al individuo frente a ellas al grado que entiende por autonomiacutea el espacio donde ellas no existen

Una posicioacuten contraria la defiende Nino (1989) para quien la autonomiacutea es un prin-cipio moral que exige la defensa de coacutedigos universales como los derechos humanos para defender al individuo frente al uso del poder ldquoLa autonomiacutea ademaacutes de ser un bien perso-nal y como dije de ser un aspecto esencial de cualquier concepcioacuten plausible sobre lo que es bueno en la vida forma parte de un principio intersubjetivo puesto que incluye pautas de conducta de uno hacia los demaacutesrdquo (p183) Si fueacuteramos a comparar la postura de Bauman estariacutea de acuerdo con la primera parte de la afirmacioacuten mas no con la segunda puesto que su punto es que la amenaza a la autonomiacutea proviene precisamente de toda afirmacioacuten de posibilidad de dilucidar e institucionalizar pau-tas de conducta moral cuando ellas maacutes bien dependen del individuo y nada maacutes que de eacutel

Lo que ocurre aquiacute es que hay discrepan-cias de fondo en torno a la naturaleza de la moral y la eacutetica con respecto a lo afirmado por Bauman Efectivamente aunque no hubiese objeciones contra la caracterizacioacuten que hace nuestro autor central de la moralidad como un fenoacutemeno presocial un hecho bruto otros autores rescatariacutean cuando menos el hecho de que dicho fenoacutemeno se actualiza dentro de una sociedad en la medida en que un sujeto se encuentra con otros y la actividad reflexi-va acerca de lo moral se hace necesaria razoacuten

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por la cual eacutetica no se opone a la moral como afirma nuestro autor

Rodriacuteguez (2001) por ejemplo afirma que ldquola Eacutetica es un saber moral y no soacutelo un saber acerca de la moralrdquo (p27) Esto es no solamente es una reflexioacuten de los fenoacutemenos morales sino que en siacute mismo es un conoci-miento moral en la medida en que fundamen-ta filosoacuteficamente normas y valores ldquola Eacutetica presupone el conocimiento moral prefilosoacute-fico parte de eacutel y elabora filosoacuteficamente la lsquoloacutegica praacutectica (la racionalidad) que este con-tienerdquo (Rodriacuteguez 2001 p19) Si concorda-mos con esta afirmacioacuten entonces las reglas y coacutedigos que surgen de la reflexioacuten filosoacutefica no podriacutean ser consideradas artificiales ni contra-rias a la moral sino derivadas de ella

Por otra parte Cortina (2000) coincidiriacutea con Bauman en afirmar que ldquola eacutetica tiene que habeacuterselas con un hecho peculiar e irreducti-ble a otros el hecho de que nuestro mundo humano resulte incomprensible si elimina-mos esa dimensioacuten a la que llamamos moralrdquo (p18) Esto es asiacute porque en el mundo vivido es la moral esa pluralidad de actitudes valo-raciones y preferencias lo que prima y sola-mente en contadas ocasiones esas expresio-nes son reflexivas No obstante Cortina (2000) tambieacuten asevera que ldquono es menos cierto que uacutenicamente un provisional distanciamiento con respecto al mundo cotidiano destinado a construir una fundamentacioacuten serena y ar-gumentada permite a los hombres a la larga aduentildearse de siacute mismosrdquo (p19) Este distan-ciamiento es lo que se entenderiacutea como que-hacer eacutetico que es propiamente el que aspira a dar con argumentos de validez universal

Es por medio de la legitimidad de este que-hacer que Cortina (2000) procede a defender que ldquoexiste una base moral comuacuten a la que nuestro momento histoacuterico no estaacute dispuesto

a renunciar en modo alguno y que a su vez justifica el deber de respetar las diferencias (hellip) es el reconocimiento de la dignidad del hombre y sus derechosrdquo (p21) De modo que lo que hace la autora es apostar por la impres-cindibilidad y reciprocidad tanto de las intui-ciones y fuerzas morales previas a la reflexioacuten como de la reflexioacuten misma sobre ellas La moral vivida y la moral pensada como equiva-lentes a moral y eacutetica respectivamente (Corti-na 2000 p19) El reconocimiento de ambas sin menospreciar la necesidad o integridad de cada una le permite a la autora defender que dentro de la pluralidad presente en la mora-lidad hay una conciencia universal cada vez maacutes fuerte en torno a los derechos humanos la cual resulta de la confianza en la potencia-lidad de la filosofiacutea para desentrantildear razones sobre lo moral

Lo que aquiacute se quiere plantear es que la re-lacioacuten entre la moral por un lado y las reglas estructuras y normas provenientes del queha-cer eacutetico por el otro son maacutes complejas No se trata simplemente de plantear una dicotomiacutea entre el polo normativo y el polo de la libertad en la que este uacuteltimo deba ser redimido tal y como Bauman hizo sino que la cuestioacuten con-siste en entender que ldquoante los hombres se plantea un doble problema que han de vivir bien y que han de vivir bien juntos vivir bien es maacutes importante vivir bien juntos es maacutes fundamental porque soacutelo juntos podemos vivir y vivir bienrdquo (Rodriacuteguez 2001 p37) Es la buacutesqueda de una buena convivencia dentro de una miriacuteada de convicciones personales lo que busca dar legitimidad al ejercicio de la eacuteti-ca

No obstante debido a los teacuterminos en que Bauman plantea su aceacuterrima defensa de la autonomiacutea individual el aspecto de vivir bien juntos no es cubierto por su postura Al res-pecto Jacobsen (2004) afirma que ldquoEl viacutenculo

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entre la microeacutetica y la macroeacutetica entre el aacutembito pre-social de la moral y el aacutembito social y poliacutetico de la justicia sigue siendo un pro-blema sin resolver en el trabajo de Baumanrdquo3 (Jacobsen y Poder 2008 p71) En efecto la propuesta de Bauman afirmadora de la capa-cidad moral como prerreflexiva y vivencia en la que el encuentro con el Otro es quien llama a mi responsabilidad desemboca en una en-crucijada cuando se revela que esta relacioacuten Yo-Otro deja muy poco espacio para la entrada de un Tercero es decir para dar cuenta de la vida social De alliacute que autores como Jacobsen y Poder (2008) resalten las limitaciones de la postura de Bauman al dejar sin responder la pregunta de coacutemo podriacutea esta acepcioacuten de la moralidad involucrar a la sociedad

Al rechazar por completo la concep-cioacuten moderna de eacutetica Bauman se ha ex-pulsado en un vaciacuteo micro-social Por un lado describioacute un lsquopartido de dosrsquo preso-cial donde reinaba la moralidad suprema por otro lado encontramos un reino social que no es cubierto por la teoriacutea de Bau-man y como tal es un desierto moral4 (p70)

Por el contrario autores como De Zan (2004) admiten que responder a la pregunta de coacutemo vivir en sociedad pasa por admitir la capacidad de la disciplina filosoacutefica de em-prender ldquola buacutesqueda de los fundamentos de las normas y de las valoraciones y va indiso-lublemente asociada a la criacutetica es decir al

3 ldquoThe link betweenmicro-ethics andmacro-ethicsbetween the pre-social realm ofmorality and thesocial and political realm of justice remains anunsolved problem in Baumanrsquos workrdquo (traduccioacutenpropia)

4 ldquoBycompletelyrejectingthemodernconceptionofethicsBaumanhasdrivenhimselfout in amicro-social vacuum On the one hand he depicted apre social lsquoparty of tworsquo where morality reignedsupremeontheotherhandwefindasocialrealmthatisnotcoveredbyBaumanrsquostheoryandassuchamoraldesertrdquo(traduccioacutenpropia)

cuestionamiento de cada fundamentacioacutenrdquo (p37) Cuando los individuos se encuentran con que sus impulsos morales podriacutean encon-trarse en conflicto con el de otros y al mismo tiempo reconocen la necesidad de cooperar para convivir se da paso a la eacutetica normativa como forma de reflexionar en torno a fenoacuteme-nos morales

Por supuesto estas opiniones seriacutean obje-tadas por Bauman por afirmar que los fenoacute-menos morales pueden ser objeto de reflexioacuten y razonamiento y que el elemento social es importante para ello De la misma manera ar-gumentariacutea que la necesidad de justificacioacuten racional de la conducta moral es precisamente resultado de la desconfianza de la capacidad moral de los individuos de manejarse por su cuenta de ser libres Pero al mismo tiempo las opiniones que reconcilian eacutetica con mo-ral se presentan como una alternativa a la postura de Bauman porque precisamente siacute dan cuenta o al menos lo intentan de coacutemo puede hablarse de una dimensioacuten social de la moral Lo anterior se refleja con la siguiente pregunta que se hace De Zan (2004)

Pero si se acepta esta reduccioacuten de la moralidad a la esfera de la vida meramen-te privada iquestcoacutemo habraacute de ser posible fundamentar entonces las condiciones para que la libertad de cada uno pueda coexistir con la libertad de todos los otros en el marco de una ley general (p29)

De la misma manera Rodriacuteguez (2001) de-clara que es un error sustraer de la reflexioacuten fi-losoacutefica puacuteblica las distintas acepciones mora-les con base en la afirmacioacuten de la individuali-dad y la autonomiacutea puesto que ldquoEl vaciacuteo eacutetico resultante genera en efecto actitudes y haacutebi-tos incompatibles con las exigencias miacutenimas de justicia de colaboracioacuten e imparcialidad que la eacutetica puacuteblica considera con razoacuten como

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universalmente vinculanterdquo (p31) Seguacuten este autor alliacute donde hay un vaciacuteo eacutetico no se ge-neran espacios para la moral como afirmaba Bauman sino una miriacuteada inevitablemente contradictoria de posiciones morales que pro-ducen conflictos de difiacutecil sino imposible re-solucioacuten Por el contrario los derechos huma-nos se postulan como una de esas condiciones miacutenimas de justicia de vinculacioacuten universal pero ello solamente cuando se admite que es posible una eacutetica puacuteblica en la cual se ponga en praacutectica la reflexioacuten sobre lo moral

Cierto es que la concrecioacuten de la universa-lidad de los derechos humanos se enfrenta a obstaacuteculos praacutecticos que son cuando menos difiacuteciles de superar De alliacute que nuestro autor central haya afirmado que la universalidad solo llega hasta los liacutemites de la soberaniacutea del Estado sin tener voz ni voto real fuera de alliacute No obstante frente a esta objecioacuten los univer-salistas defienden que es imposible no atesti-guar la progresividad y expansioacuten de los de-rechos en los ordenamientos juriacutedicos de los paiacuteses maacutes diversos ldquode modo que el coacutedigo de los derechos humanos se ha convertido en una de las plataformas comunes de coexisten-cia y cooperacioacuten internacionalrdquo (De Castro 1995 p398)

Por supuesto que lo anterior ameritariacutea un estudio que determine la realizacioacuten real de estas aspiraciones de concrecioacuten de valores universales No obstante lo que siacute se observa aquiacute es que el reconocimiento de estos dere-chos si bien con limitaciones praacutecticas impor-tantes se ha extendido a lo largo de paiacuteses muy disiacutemiles entre siacute lo cual podriacutea llevar a pensar que existe al menos un acuerdo ex-preso en la legitimidad de sus pretensiones si bien no se realicen por completo Por esta razoacuten donde Bauman (2009) ve un intento pobre de consolidacioacuten supraestatal de uni-versalidad basada en la buacutesqueda de meros

acuerdos ldquomaacutes del tipo de lsquocomuacuten denomina-dorrsquo que de lsquoraiacuteces comunesrsquordquo (p33) autores como De Zan (2004) consideran que la aspira-cioacuten a un derecho cosmopolita sobre la que se basan los derechos humanos maacutes allaacute de depender de una simple convergencia mutua de acuerdos supone algo maacutes significativo

La apertura a la universalidad que se realiza en todas las dimensiones de la vida social poliacutetica econoacutemica y cultural tiene su raiacutez maacutes profunda en la relacioacuten esen-cial de identidad y universalidad que es constitutiva de la autoconciencia racional propia del hombre (p157)

Asiacute se supone que esto demuestra un con-senso progresivo en torno a estos principios de justicia que cada vez maacutes son incorporados en los sistemas morales vigentes de distintas sociedades De cualquier manera los argu-mentos a favor de la universalidad asumen que si bien la concrecioacuten praacutectica es suma-mente importante las dificultades que se pre-sentan para hacer esta aspiracioacuten una realidad no deben menoscabar la aspiracioacuten misma en su caraacutecter de exigencia eacutetica

Otro argumento que Bauman sostuvo en contra del proyecto moderno de universali-zacioacuten es el inconsecuente pluralismo en el que desembocoacute pese a los esfuerzos maacutes de-cididos por promover el progreso y el orden Esto se manifiesta en distintas tendencias de las sociedades contemporaacuteneas por un lado la defensa de un multiculturalismo recio apo-yado sobre la proliferacioacuten de sentimientos parroquialistas que socavan cualquier intento de proponer una sociedad internacional cos-mopolita en defensa de los derechos huma-nos por otro lado el desarrollo de un modo de vida extremadamente individualista movi-da por el intereacutes propio lo cual ha minado la integridad de la esfera puacuteblica

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Ambas situaciones han puesto de mani-fiesto la aparicioacuten de una variedad ampliacutesima de modos de vida que en muchas ocasiones son contradictorios entre siacute en oposicioacuten a lo que deseaba la modernidad Asiacute para nuestro autor lo que se supone que ha debido de ser un coacutedigo eacutetico vaacutelido y aceptado por y para todos un orden social uacutenico y racionalizado terminoacute multiplicaacutendose en numerosas reglas y autoridades contradictorias que reclamaban el monopolio de sentido

No obstante desde una posicioacuten contraria Rodriacuteguez (2001) afirma ldquoel pluralismo de for-mas de vida no significa que estas renuncien a la pretensioacuten de ser razonables Cada forma de vida responde a una loacutegica y por ello cada forma de vida puede ser en liacutenea de principio objeto de explicitacioacuten de investigacioacuten y de juicio racionalrdquo (p53) En este sentido este autor difiere con Bauman al sostener que la admisioacuten del pluralismo y el valor moral del in-dividuo no son irreconciliables con la admisioacuten de ciertas condiciones de vida que se suponen universalmente compartidas particularmente la justicia y la igualdad y que por eso mismo buscan ser concretados en normas tambieacuten de caraacutecter universal

Por otra parte como se vio en el capiacutetulo anterior Bauman ha argumentado que la crisis eacutetica posmoderna ha sido en parte promo-vida por la proliferacioacuten de declaraciones de los derechos humanos los cuales pese a que han puesto frenos a las prerrogativas del Esta-do no han sido instrumentos de una verdade-ra emancipacioacuten y autoafirmacioacuten individual sino que han estado al servicio de las dinaacute-micas internas de la modernidad liacutequida para promover la privatizacioacuten de todos los aacutembitos en detrimento de la esfera puacuteblica eliminar todo vestigio de cohesioacuten social y promover un proceso de individualizacioacuten exacerbada

Sin embargo contrariamente a Bauman De Zan (2004) argumenta

El que se reconozca como fenoacutemeno socioloacutegico la progresiva privatizacioacuten de los ideales y modelos eacuteticos no quiere de-cir que pueda admitirse tambieacuten la privati-zacioacuten y la relatividad de todos los valores y de los principios morales porque sin una moral puacuteblica no es posible el orden poliacuteti-co el derecho ni la sociedad misma (p27 cursiva propia)

En efecto pese a que este autor coincide en admitir el desplazamiento del Estado del centro de la vida puacuteblica la reivindicacioacuten de la autonomiacutea de las identidades locales y re-gionales y el individualismo difiere en cuanto a las consecuencias que diagnostica en el aacutem-bito moral puesto que rescata que todo ello no necesariamente desembocoacute en una privati-zacioacuten de la eacutetica y de todo aspecto de la vida sino que por el contrario dio paso a la reva-lorizacioacuten de la distincioacuten entre lo puacuteblico y lo no puacuteblico lo cual incluye la dimensioacuten moral

De hecho De Zan (2004) defiende que esta situacioacuten no es necesariamente producto de un individualismo exacerbado y que por el contrario maacutes bien ha sido un logro de la mo-dernidad el haber provocado la retirada del Estado frente a los planes de los individuos y al ethos de las comunidades (p59) No obstan-te al mismo tiempo esclarece que esta recien-te ldquoneutralidad del sector puacuteblico-estatal no puede significar sin embargo dejar libradas las cuestiones axioloacutegicas a la mera subjetivi-dad sin confrontacioacuten y la orientacioacuten racio-nal de los principios de la moralidad puacuteblicardquo (De Zan 2004 pp31-32)

Aquiacute lo que se estaacute defendiendo es que si bien los individuos tienen una personalidad moral inviolable las convicciones morales personales y comunitarias deben ser alimen-

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tadas y puestas a prueba por una confronta-cioacuten racional cuyo propoacutesito es hacer posible la vida juntos y de esta manera garantizar precisamente la integridad de dicha persona-lidad para cada uno de los casos Ahora bien el procedimiento que se supone debe hacer posible el paso del mundo de infinitas subjeti-vidades y particularidades al mundo de la uni-versalidad de ciertos principios es el discurso moral

En razoacuten de lo anterior De Zan (2004) se pregunta ldquoiquestQueacute es lo que queda entonces del proyecto (o del mito) de la modernidad sobre la comprensioacuten omniabarcante de lo puacuteblicordquo (p65) A esta pregunta responde la nocioacuten de razoacuten puacuteblica fenoacutemeno que se dio a la par de la privatizacioacuten de los espacios sociales La razoacuten puacuteblica denota una esfera en la que in-dependientemente de todas las concepciones comprehensivas comunitarias o las elecciones personales ―razones no puacuteblicas― es posi-ble conciliar aquellos asuntos que conciernen a todos sobre el establecimiento de unos valo-res baacutesicos para la consecucioacuten del bien gene-ral y teacuterminos equitativos para la cooperacioacuten (De Zan 2004 p66)

En principio lo anterior podriacutea sonar utoacute-pico pero en realidad parte de la considera-cioacuten de que no hay posible conciliacioacuten entre las cosmovisiones personales y comunitarias y que seriacutea maacutes bien inmoral intentar homo-geneizarlas tal y como establece Bauman No obstante para evitar caer en un solipsismo o en el reino de la pura subjetividad se propone un espacio en el que las razones que requieren ser discutidas sean uacutenicamente aquellas sobre las que todos podriacutean llegar a un acuerdo si se quiere lograr la coexistencia paciacutefica dejando el mundo de las creencias y motivaciones per-sonales a discrecioacuten

La razoacuten puacuteblica es por tanto ldquola capaci-dad de los ciudadanos de explicarse unos a otros los fundamentos de su aceptacioacuten del orden constitucional comuacuten y de los principios que lo inspiran () sin apelar a sus particulares creencias y concepciones del mundo y de la vidardquo (De Zan 2004 p66) Alliacute las razones par-ticulares son muchas y estaacuten fuera de la mesa en cambio la razoacuten puacuteblica es una y se admite la posibilidad de su deliberacioacuten De maacutes estaacute decir que es bajo esta idea que puede hablar-se de los derechos humanos en cuanto ellos consisten en la institucionalizacioacuten de ciertos principios comunes en favor de la justicia

Solo aceptaacutendose una nocioacuten similar a la razoacuten puacuteblica es posible hablar de una moral puacuteblica pero iquesten queacute sentido exactamente Como vimos para Bauman no hay tal cosa como moral puacuteblica dado que la moral es in-triacutenseca y auteacutenticamente personal No obs-tante la moral puacuteblica hace referencia a ese espacio en el que independientemente de las diferencias en torno a los fines que se supon-gan valiosos para la vida y que variacutean de perso-na en persona de sociedad en sociedad todos los seres humanos pueden coincidir en acep-ciones universales de solidaridad y justicia solo por el hecho de ser humanos Su necesidad y existencia se defiende por el hecho de que ldquosin una moral puacuteblica igualmente vinculante para todos los miembros de la sociedad sin el respeto universal de los principios de justicia y solidaridad toda convivencia humana civiliza-da se pone en peligrordquo (De Zan 2004 p31)

Cierto es que estos principios universales y abstractos flotan a la deriva cuando no hay una identidad consolidada por las experien-cias morales vividas en primera persona o como miembro de una comunidad Aquiacute las opiniones de Bauman se hacen necesarias Pero de la misma forma esta postura consi-dera que dicha identidad sin la dimensioacuten puacute-

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blica de la moral falla en hacer posible la vida en sociedad Ademaacutes lo que se busca con esta propuesta es lograr que la moral puacuteblica sea compatible y respetuosa de las identidades culturales e individuales de las personas De hecho deberiacutea ofrecer las condiciones para que dichas identidades se desarrollen libre-mente

De esta manera el concepto de moral puacute-blica le permite a autores como De Zan (2004) argumentar que si realmente se quiere poner a prueba la universalidad de los derechos hu-manos no se puede partir de un lugar don-de de entrada se propugne el escepticismo o el relativismo por un lado o la exacerbacioacuten de la diferencia y la incomunicabilidad por el otro sino maacutes bien optar por el diaacutelogo inter-cultural (p159) Esto es asiacute porque estas pos-turas si bien rescatan el multiculturalismo yo las diferencias no toman en cuenta la poten-cialidad del hombre para la vida en sociedad esto es para cooperar voluntariamente y obe-decer las leyes que se impone a siacute mismo como miembro de una sociedad no meramente por coaccioacuten sino por ejercicio moral

En conclusioacuten lo que se ha querido poner de relieve aquiacute es que la postura de Bauman si bien valiosa en tanto ofrece una aproximacioacuten moral a las problemaacuteticas de las sociedades contemporaacuteneas y se preocupa por la auto-constitucioacuten e integridad moral del individuo no es compatible con una teoriacutea de los dere-chos humanos como derechos morales parti-cularmente porque niega uno de sus aspectos constitutivos la afirmacioacuten de la universalidad como consecuencia de una justificacioacuten ra-cional de sus aspiraciones las cuales buscan trascender aunque no necesariamente ig-norar todo contingencia en virtud de ciertos principios morales Esto se evidencia auacuten maacutes cuando el mismo autor de entrada afirma

la imposibilidad de fundamentar o respaldar cualquier coacutedigo eacutetico con su postura

Frente a los reproches de Bauman de que la universalizacioacuten de la eacutetica no era sino una justificacioacuten para un proyecto a futuro que no resulta posible ni deseable alcanzar y en el que no se respeta lo concreto ni las dife-rencias sino que se imponen obligaciones abstractas se suscita una alternativa que se propone tomar en cuenta las criacuteticas a la uni-versalidad como principio loacutegico-ontoloacutegico y al mismo tiempo busca preservarse de la en-crucijada en la que desemboca Bauman al no dar cuenta de la moral en la vida en sociedad Surge asiacute una propuesta alternativa de la uni-versalidad de la eacutetica en general y de los de-rechos humanos en particular como resultado del discurso moral

El camino que se ha propuesto es enton-ces el de valerse de un diaacutelogo intercultural que permita despojar a la teoriacutea de los dere-chos humanos de las acusaciones de etno-centrismo o de excesivo distanciamiento de los hombres y mujeres concretos para probar asiacute su naturaleza verdaderamente moral Esto daraacute paso a nuevas teoriacuteas eacuteticas que toman como eje central las posibilidades del discurso para dilucidar principios morales

32 La universalidad como postulado del discurso moral una alternativa al debate

Dentro de las distintas propuestas en torno a queacute debe ser la eacutetica y cuaacutel es su objetivo aparecen aquellas que afirman que ella debe estar orientada hacia la fundamentacioacuten de reglas para la convivencia y cooperacioacuten social entre individuos quienes tienen una diversi-dad amplia de intereses e ideales Dentro de esta postura se ubican las teoriacuteas eacuteticas deon-toloacutegicas de la justicia las teoriacuteas liberales no utilitaristas y las teoriacuteas discursivas de Haber-

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mas y Apel (Rodriacuteguez 2001 p57) Ellas giran en torno a la justicia como valor supremo y plantean que la moral cumple la funcioacuten social de reducir los conflictos y facilitar la coopera-cioacuten entre personas

Dentro de este grupo se encuentra la eacutetica discursiva o del discurso moral tambieacuten deno-minada teoriacutea eacutetica procedimental la cual se presenta como un esquema alternativo desde el cual tematizar la universalidad de los dere-chos humanos pero ya no sustentada como principio loacutegico-ontoloacutegico que se sostiene sobre la posesioacuten compartida de un atributo esencial sino con base en la posibilidad del consenso racional Se trata pues de dilucidar las condiciones en la que esto es posible De modo que empecemos por establecer que el discurso praacutectico-moral consiste en lo siguien-te

la fundamentacioacuten de normas que ge-neran deberes y obligaciones reciacuteprocas entre los individuos y los grupos de tal manera que sean susceptibles de obte-ner el reconocimiento por parte de todos los afectados como justas y aptas para la coordinacioacuten de la interaccioacuten y para la regulacioacuten imparcial de los posibles con-flictos interpersonales y sociales (De Zan 2004 pp 52-53 cursiva propia)

Bajo este procedimiento discursivo se so-mete a juicio puacuteblico las normas o valores morales con base en los criterios de justicia La participacioacuten de todos los afectados supo-ne la ausencia de coaccioacuten y la garantiacutea de un espacio en el que los interesados puedan ser convocados con libertad Implica ademaacutes que la canalizacioacuten de la conflictividad se haga de forma imparcial de manera que lo que pre-valezca sea la racionalidad del juicio y no los intereses particulares o generales

Esta acepcioacuten de eacutetica pese a ser poste-rior a muchas de las teoriacuteas eacuteticas tiacutepicamente modernas se caracteriza por continuar la buacutes-queda de una pretensioacuten de validez universal pero ya no como principio loacutegico-ontoloacutegico que se fundamenta sobre una cierta acepcioacuten de la naturaleza humana y que Bauman pone en duda sino desde una teoriacutea del lenguaje y la comunicacioacuten

Recordemos que para nuestro autor cen-tral las reglas morales son de tal naturaleza que la obligacioacuten es absolutamente personal y no extensible a otros individuos De alliacute que acusara que pretender aplicar a otros las mis-mas reglas era a la larga una violacioacuten de la autonomiacutea del otro En cambio la eacutetica discur-siva asume que un concepto como moral ab-solutamente privada es absolutamente erroacute-neo porque ldquoTampoco puedo justificar algo como moralmente correcto soacutelo para miacute La moral implica el trato igual y el reconocimien-to reciacuteproco de las personasrdquo (De Zan 2004 p42) En efecto la eacutetica discursiva cree en el poder de la racionalidad comunicativa para llegar a consensos en torno a los principios de una moral puacuteblica ya que se consideran que ellos son sumamente valiosos para el mante-nimiento paciacutefico de la vida en sociedad y al mismo tiempo para asegurar la integridad del individuo

Pero ella no entiende por racionalidad una conciencia encerrada en siacute misma que puede intuir la ley moral universal en sentido kantia-no sino que la comprende como una raciona-lidad de la comunicacioacuten con la cual es posible la formacioacuten de un espacio donde la multipli-cidad de lenguajes pueden traducirse en teacuter-minos comunes por medio de una praacutectica in-tersubjetiva La universalidad se postula como posible justamente con el establecimiento de estos teacuterminos comunes y la determinacioacuten del procedimiento para lograrlo

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Para fundamentar la buacutesqueda de validez de normas y principios por medio del discurso Nino (1989) va a apoyarse en una explicacioacuten de la relacioacuten entre los distintos sistemas mo-rales empiacutericos que eacutel llama moral positiva y una moral ideal acusando a distintas corrien-tes de pensamiento de haberla distorsionado al ldquoinferir que la validez de los juicios morales criacuteticos que formulamos estaacute supeditada a cir-cunstancias personales espaciales y tempo-rales que no estaacuten recogidas en los mismos juiciosrdquo (p92) Es posible ver que Bauman y su postura caen en este mismo escollo al formu-lar que los hechos morales dependen primor-dialmente de la persona individual autoacutenoma y dado que los individuos son muchos y los dilemas tambieacuten no hay conciliacioacuten posible

En cambio Nino (1989) va a proponer que subyacente a la pluralidad de reglas praacutecticas y convicciones sociales se encuentra una mo-ral ideal a la que remite toda moral positiva o concreta individual o colectiva ldquoLas reglas de la moral positiva se generan a partir de un tipo de discurso en el que se formulan juicios que pretenden referirse no a tales reglas de la moral vigente sino a los principios de una moral idealrdquo (p93) De esta manera concluye el autor todo sistema moral concreto si bien contextualizado no estaacute sometido al yugo de una cierta una combinacioacuten de circunstancias particulares sino de juicios que dentro de di-cho contexto aspiran a coincidir con los prin-cipios de una moral ideal

La diferencia entre ambas nociones resi-de en que una moral positiva es aquella que cuenta con cierta aceptabilidad social mien-tras que la moral ideal se caracteriza fun-damentalmente por su validez (Nino 1989 p94) Esto quiere decir que seguacuten esta teoriacutea eacutetica hay principios ideales que tienen una validez intriacutenseca independiente de si se ac-tualizan en distintas manifestaciones sociales

y la tienen por razones uacutenica y exclusivamente morales En otras palabras tienen una acep-tabilidad potencial que pretenden concretar aun cuando no cuenten con una aceptacioacuten faacutectica por parte de algunas sociedades De la misma manera la existencia de una norma no es garantiacutea inmediata de su validez

Una idea similar exponiacutea Habermas (2000) cuando afirmaba que ldquola laquoexistenciaraquo o la vi-gencia social de las normas no nos dicen nada acerca de si eacutestas son vaacutelidas Tenemos que distinguir entre el hecho social del reconoci-miento intersubjetivo y la aspiracioacuten de una norma al reconocimientordquo (p81) Asiacute lo que propone una eacutetica del discurso es dilucidar las pretensiones de validez de ciertos juicios a fin de que los sistemas morales positivos incorpo-ren por medio de un proceso de deliberacioacuten en torno la razones morales los principios de una moral ideal ya no solo por su validez sino tambieacuten por su aceptacioacuten social

Lo que concluye Nino (1989) de esto es que hay un ajuste reciacuteproco entre la moral vigente en las sociedades y una moral ideal (p95) De la misma manera esta diferenciacioacuten entre la moral positiva vigente en una sociedad y los juicios de una moral criacutetica es la que afirma la posibilidad de fundamentar universalmente los derechos humanos En efecto con esta re-lacioacuten se podriacutea argumentar que la validez de normas y coacutedigos eacuteticos no tienen una existen-cia autosustentable o autorreferencial sino que apuntan a alcanzar ciertos principios de validez que puedan ser aceptados por todos con lo cual su universalidad es posible Pense-mos en estos teacuterminos a los derechos huma-nos como derechos morales ellos reclaman una validez incluso en aquellos sistemas en los que no son expliacutecitamente reconocidos que los derechos humanos se hayan desarrollado de forma progresiva y desigual en distintos sis-temas se justifica como consecuencia de los

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itinerarios histoacuterico-sociales particulares de cada comunidad en su esclarecimiento de nor-mas y juicios seguacuten una moral criacutetica e ideal

Lo anterior plantea una dialeacutectica entre trascendentalidad e historicidad que a juicio de Cortina (1993) es formulada con eacutexito por la eacutetica discursiva para hacer posible la funda-mentacioacuten de los derechos humanos ldquoPorque las exigencias de satisfaccioacuten de los derechos humanos aunque soacutelo en contextos concre-tos son reconocidas como tales rebasan en su pretensioacuten cualquier contexto y se presentan como exigencias que cualquier contexto debe satisfacerrdquo (p40) Para esta autora la eacutetica discursiva en su tarea de elucidar las reglas y condiciones formales del discurso necesarias para garantizar la puesta a prueba de juicios morales permite al mismo tiempo dar justi-ficaciones morales que hacen de los derechos humanos exigencias sin parangoacuten

Esto lo argumenta de la siguiente manera una eacutetica discursiva exige ciertas condiciones y reglas del discurso que garantice la partici-pacioacuten libre y equitativa de todos los sujetos involucrados y afectados por las normas en discusioacuten Esto quiere decir que el procedi-miento discursivo en siacute mismo exige lo que se entiende por derechos pragmaacuteticos para po-der tener sentido y validez

Seriacutean tales derechos el de participar en los discursos (que a su vez comprende los derechos de problematizar cualquier afirmacioacuten introducir cualquier afirma-cioacuten expresar la propia posicioacuten deseos y necesidades) y el de no ser coaccionado mediante coaccioacuten interna o externa al discurso impidieacutendole el ejercicio de al-guno de los derechos anteriores (Cortina 1993 p42)

Sin esta garantiacutea de participacioacuten de todos por igual y sin coaccioacuten no podriacutea concluirse

que las normas que de alliacute emanan lo han he-cho exclusivamente por razones morales su-periores con lo cual el discurso careceriacutea de validez Ahora bien Cortina (1993) argumenta que estos presupuestos del discurso pueden en funcioacuten de la trascendentalidad que su-ponen tener fuerza normativa fuera del dis-curso si por ejemplo una de las condiciones de la praacutectica discursiva es la libertad de ex-presioacuten de los participantes la misma podriacutea entenderse igualmente como una norma vaacute-lida para la accioacuten es decir como un derecho humano ldquoLos derechos pragmaacuteticos descu-bren a su vez un tipo de derechos a los que cabriacutea calificar de lsquohumanosrsquordquo (p44) De esta manera se cree que es posible deducir inme-diatamente de las condiciones del discurso un cataacutelogo de derechos vaacutelidos para la vida en sociedad fuera de eacutel

No obstante esta propuesta de fundamen-tacioacuten inmediata de los derechos humanos desde las condiciones pragmaacuteticas de la praacutec-tica discursiva no es unaacutenime De hecho Cor-tina la presenta como una refutacioacuten a Juumlrgen Habermas uno de los teoacutericos maacutes importan-tes y proliacuteficos de la teoriacutea de la eacutetica discur-siva

En su obra Conciencia moral y accioacuten co-municativa Habermas (2000) coincide en la formulacioacuten de una eacutetica que propone el dis-curso como una situacioacuten en la que los sujetos buscan comprobar pretensiones normativas de validez En el mundo social la pretensioacuten de validez en cuestioacuten es la de rectitud de nor-mas y mandatos en tanto ellos regulan las relaciones interpersonales y se admite que es la persuasioacuten con base en argumentos ra-cionales la que impele a la aceptacioacuten de un juicio moral (p78) Asiacute lo que admite el autor es que en razoacuten de esta validez intriacutenseca a normas y mandatos las respuestas en torno a cuestiones morales no son arbitrarias afir-

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macioacuten que no es una conclusioacuten abstracta de filoacutesofos sino maacutes bien un presupuesto que todo individuo asume y practica en la vida co-tidiana

Su teoriacutea de la eacutetica discursiva parte de la idea de que si la validez social de una norma depende a largo plazo de que sea reconoci-da por las personas a las que afecta lo cual depende de que pueda comprobarse discur-sivamente ldquola cuestioacuten de las condiciones de la validez de juicios morales plantea de modo inmediato el traacutensito una loacutegica del discurso praacutecticordquo (Habermas 2000 p82) Es por esta razoacuten que el autor se propone fundamentar una teoriacutea eacutetica desentrantildeando la loacutegica de la argumentacioacuten moral Esto ademaacutes supone postular un tipo de eacutetica que es cognitiva

Para ello Habermas (2000) identifica den-tro del discurso la existencia de unas reglas o presupuestos impliacutecitos que todo sujeto ca-paz de habla y de accioacuten intuye no son me-ras convenciones sino presupuestos pragmaacute-tico-trascendentales en el sentido de que no son susceptibles de comprobacioacuten y el ldquocom-promiso racional con ellos es completamente inevitable ya que deben darse por supuestos loacutegicamente si hemos de aceptar una forma de pensar que sea esencial a cualquier vida humana racionalrdquo (p111) Ejemplos de estos son la honestidad y la responsabilidad de los hablantes presupuestos que hacen posible la buacutesqueda de la verdad de forma cooperativa

En todo caso lo importante a resaltar aquiacute es que del contenido de estos presupuestos asevera el autor puede formularse un princi-pio de universalidad (U) entendieacutendolo como un principio moral impliacutecito en cualquier argu-mentacioacuten que establece que una norma al-canza aceptacioacuten uacutenicamente ldquocuando todos pueden aceptar libremente las consecuencias y efectos colaterales que se produciraacuten pre-

visiblemente del cumplimiento general de una norma poleacutemica para la satisfaccioacuten de los intereses de cada unordquo (Habermas 2000 p116)

La importancia aquiacute del postulado de uni-versalidad consiste en que se formula como efecto de la cooperacioacuten a fin de alcanzar los acuerdos que rigen las relaciones interperso-nales del mundo social Al mismo tiempo se propone como una reformulacioacuten del pen-samiento de Kant puesto que el mismo Ha-bermas (2000) afirma que ldquoTodas las eacuteticas cognitivas se remiten a aquella intuicioacuten que Kant formuloacute como el imperativo categoacutericordquo (p85) pero su formulacioacuten eacutetica difiere de la kantiana en que el componente dialoacutegico del principio de universalidad es fundamental en oposicioacuten a la intuicioacuten de la ley moral de caraacutecter monoloacutegico (Habermas 2000 p87) En efecto aquiacute la universalidad no se entiende como un criterio de un solo sujeto para deter-minar la moralidad de una maacutexima en funcioacuten de su capacidad de generalizarla sino como el entendimiento intersubjetivo que ratifica la pretensioacuten de universalidad de dicha maacutexima una vez han sido expuestos los argumentos en la esfera puacuteblica

Ahora bien esta afirmacioacuten del postulado de universalidad (U) atantildee uacutenica y exclusiva-mente a la argumentacioacuten moral en el sentido de que su validez se da por cumplida dentro de la loacutegica del discurso cuando todos los participantes de una discusioacuten aceptan libre-mente los efectos del cumplimiento general de una norma En cambio la universalidad de los derechos humanos o de cualquier otra norma eacutetica es con respecto al contenido de principios y normas que son objeto de las ar-gumentaciones

Es aquiacute en donde se distancia de lo afir-mado por Cortina dado que para Habermas

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(2000) las condiciones pragmaacutetico-trascen-dentales que dan cuenta del postulado de uni-versalidad no tienen validez inmediata fuera del discurso con lo cual no podriacutean proporcio-nar los fundamentos para los derechos huma-nos o de ninguna otra norma eacutetica

De esta forma no se puede fundamen-tar la validez de una norma de accioacuten por ejemplo de un derecho fundamental a la libertad de opinioacuten garantizado por el Es-tado No resulta evidente en modo alguno que las reglas que son inevitables dentro de los discursos tambieacuten puedan aspirar a validez para la regulacioacuten de la accioacuten fue-ra de tales discursos (p109)

Bajo este supuesto el hecho de que se acepte por ejemplo la libertad de expresioacuten de los participantes o la ausencia de coaccioacuten como condicioacuten de una eacutetica discursiva no im-plica que dicha exigencia pueda extrapolarse y garantizarse directamente fuera de los liacutemites del escenario discursivo esto es ldquoextrayendo de los presupuestos de la argumentacioacuten de modo inmediato normas eacuteticas fundamenta-lesrdquo (Habermas 2000 p109) En este senti-do afirma la necesaria contextualidad de la formulacioacuten de normas morales y juriacutedicas sobre la base de que el discurso es un proce-dimiento que no produce normas sino que las comprueba con lo cual el contenido tiene que serle dado

Esto no implica afirma Habermas (2000) que el postulado de universalidad como regla de argumentacioacuten sea conciliable con cual-quier norma o mandato Su formalismo en tanto tiene terreno uacutenicamente en el discurso no implica la relatividad del contenido de las normas (p118) Maacutes bien es el presupuesto necesario precisamente para que se imponga racionalmente la pretensioacuten de validez de rec-titud Se asume que si las condiciones estaacuten

dadas se va a imponer necesariamente el me-jor argumento

En este sentido la eacutetica discursiva de Ha-bermas si bien no permite que se deriven normas eacuteticas o contenidos directamente de los presupuestos pragmaacuteticos del discurso tal y como propone Cortina siacute acepta la posibili-dad de aceptar la validez universal de los de-rechos humanos siempre que pasen primero la prueba de la argumentacioacuten racional en la que una comunidad de hablantes los han des-entrantildeado ya que ldquoSi los juicios morales no pretendieran una validez general una teoriacutea del desarrollo moral que trata de sentildealar viacuteas evolutivas con caraacutecter general estariacutea conde-nada al fracaso desde el principiordquo (Habermas 2000 p142)

Maacutes auacuten Habermas (2000) admite que del principio de universalidad (U) del discurso moral pueden deducirse los supuestos cogni-tivos universalistas y formalistas de la moral Cognitivos por cuanto se afirma que las cues-tiones praacutectico-morales pueden ser deducidos racionalmente aun cuando conservan com-ponentes afectivos decisionales y emocio-nales formalistas porque deja por fuera las consideraciones axioloacutegicas de la eticidad no susceptibles de universalizacioacuten y se orienta hacia las cuestiones baacutesicas de la justicia sobre la que todos pueden entenderse y universa-listas porque todo participante de una argu-mentacioacuten puede coincidir con los otros en los mismos juicios en torno a la validez de ciertas normas de accioacuten (pp142143)

Como se habraacute notado pese a que Haber-mas se aleja de los supuestos fundamentales de la filosofiacutea de la conciencia y reformula el imperativo categoacuterico kantiano desde una perspectiva dialoacutegica mantiene la universali-dad moral y se distancia a grandes pasos de los puntos principales de la postura posmoderna

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de Bauman De la misma manera se opone al relativismo y al escepticismo eacutetico frente al primero afirma la validez general de dichos juicios sin que tengan que estar sometido a las diferencias culturales y cosmovisiones di-vergentes aunque rescata la importancia del contexto frente al segundo afirma la posibili-dad de fundamentacioacuten racional de los juicios morales

De hecho Habermas (2000) se dedica a sentildealar que el esceacuteptico para presentar su objecioacuten se ve impelido a entrar en una ar-gumentacioacuten con lo cual se encuentra en una posicioacuten en la que termina contradicieacutendose (p123) El esceacuteptico como respuesta podriacutea querer abstenerse de participar en la argu-mentacioacuten a lo que Habermas (2000) respon-deriacutea que seriacutea un intento infructuoso porque por mucho que quiera ldquono puede liberarse de la praxis comunicativa cotidiana en la que estaacute obligado a tomar posicioacuten con lsquosiacutersquo o con lsquonorsquordquo (p124) Con esto Habermas se encuen-tra en una posicioacuten interesante con respecto a Bauman por cuanto el escepticismo de este uacuteltimo frente a la capacidad de discernir racio-nalmente normas eacuteticas y juriacutedicas podriacutea ser refutado por la idea de que su misma exposi-cioacuten es una argumentacioacuten que acude a razo-nes y que por tanto la accioacuten comunicativa es inevitable

No obstante resulta fundamental reco-nocer que la universalidad a la que se refiere Habermas no es respecto al contenido de los principios o normas fundamentales sino res-pecto a la forma es decir con base en esta teoriacutea no se puede afirmar de plano que los derechos humanos son universales sino que lo que se admite es que los participantes del discurso pueden todos coincidir en la acep-tabilidad y rectitud de estos principios siem-pre y cuando sean objeto de discurso En este sentido difiere mucho de la acepcioacuten original

de la universalidad de los derechos humanos basada en una naturaleza humana ya que sus pretensiones son maacutes modestas

Es asiacute como por medio de la eacutetica discur-siva seriacutea posible dar pasos hacia una fun-damentacioacuten no absoluta pero racional de los derechos humanos ubicaacutendolos dentro del rango de las cuestiones morales ldquoque se pueden decidir de modo fundamentalmente racional bajo el aspecto de la capacidad de universalidad de los intereses o de la justiciardquo (Habermas 2000 p134) Bajo esta acepcioacuten ademaacutes se les reconoce el caraacutecter deontoloacute-gico por ser normas de accioacuten derivadas de la discusioacuten en torno a cuestiones de justicia sin pretender tener algo que decir sobre lo que puede resultar valioso para la realizacioacuten per-sonal o sobre cuestiones de la vida buena que necesariamente estaacuten enmarcados dentro de valores culturales

Finalmente al igual que Cortina y Haber-mas Carlos Santiago Nino es otro autor que ofrece una aproximacioacuten a la eacutetica discursiva y su aporte en materia de derechos humanos es realmente significativo Su corriente de pen-samiento constructivista pretende soportar que por medio del discurso moral es posible justificar racionalmente principios morales de los cuales a su vez se originan los derechos humanos Esto quiere decir que los juicios mo-rales y las normas deben cumplir ciertas con-diciones para ser consideradas vaacutelidas

Seguacuten sus disertaciones la clave para ac-tuar moralmente no reside simplemente en las disposiciones a actuar seguacuten el deber sino en la apropiacioacuten de razones morales que jus-tifiquen ciertas acciones a los ojos de otros razones que se consideren superiores dado el caso (Nino 1989 p102) Es aquiacute en la afirma-cioacuten del aspecto cognitivo de la moral que in-troduce el caraacutecter argumentativo puesto que

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la apropiacioacuten de esas razones no se afirma como una actividad interna del sujeto moral sino que se logra por medio de una praacutectica social que consiste en aducir argumentos a fa-vor o en contra de ciertos comportamientos

Ahora bien la forma en que las personas pueden tener a su alcance estas razones es a traveacutes del diaacutelogo y la discusioacuten puacuteblica que las ponen al descubierto Auacuten maacutes al igual que los presupuestos pragmaacutetico-trascendentales que defiende Habermas Nino (1989) recono-ce que el discurso moral es ldquouna actitud some-tida a ciertas reglas que estipulan cuaacuteles son las condiciones para alegar razones moralesrdquo (p103) De hecho las reglas formales que la discusioacuten moral exige son al mismo tiempo los presupuestos para que los principios de la justicia tengan lugar

Lo que propone Nino (1989) es una re-construccioacuten racional de la forma del discur-so infiriendo sus reglas de principios genera-les y como tambieacuten afirmariacutea Habermas de convicciones intuitivas de las que partimos al momento de argumentar A estos les antildeade un tercer elemento para a la larga concluir que debe haber un equilibrio reflexivo entre tres teacuterminos convicciones particulares principios generales y reglas del discurso los cuales se modifican y ajustan mutuamente para deter-minar la moralidad de los juicios (p106) Di-cho equilibrio reflexivo es el trabajo racional constructivo que toda sociedad emprende para determinar la admisioacuten o rechazo de jui-

cios en el sistema moral vigente de la misma y funciona de la siguiente manera

Debemos abandonar aquellas intui-ciones que no pueden justificarse sobre la base de principios plausibles modificar aquellos principios que no dan cuenta de intuiciones firmes o que no parecen deri-var de reglas formales del discurso moral y alterar la reconstruccioacuten de las reglas formales cuando ellas no permiten derivar principios plausibles (Nino 1989 p106)

Con respecto a los principios susceptibles de ser aceptados por los individuos Nino (1989) afirma que deben cumplir los siguien-tes requisitos puesto que sin ellos el consenso moral no es posible su publicidad esto es el conocimiento de estos principios por parte de todos los implicados su generalidad de modo que sean principios aplicables para situacio-nes y relaciones geneacutericas su superveniencia esto es que sean principios ofrezcan solucio-nes normativas susceptibles de verificacioacuten con lo cual deben ser de iacutendole faacutectico deben constituir razones finales para la justificacioacuten de una accioacuten y fundamental para nuestra investigacioacuten deben poder ser universales (pp110-111)

Sobre la universalidad de los principios mo-rales el autor afirma ldquosi se admite que alguien puede justificar sus acciones y actitudes sobre la base de un cierto principio aplicable al caso entonces cualquier potencial participante en el discurso moral puede tambieacuten justificar sus acciones y actitudes sobre la base del mismo principiordquo (Nino 1989 p111) Asiacute la pre-tensioacuten de validez universal se postula como intriacutenseca y constitutiva de la moral y atantildee similar a Habermas al principio de aceptabi-lidad de los juicios que lo que es aceptable para uno sea susceptible de serlo para otro siempre y cuando las diferencias en los casos no sean aquellas que el mismo principio con-

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sidera importantes Asiacute se descarta el relati-vismo incluido en su forma comunitarista y la posmodernidad de Bauman

Bajo la esquematizacioacuten del discurso ra-cional Nino (1989) da con tres principios que cumplen las condiciones anteriormente ex-puestas incluyendo la universalidad y sobre los cuales cree que pueden derivarse un con-junto de derechos fundamentales esto es los derechos humanos la inviolabilidad la auto-nomiacutea y la dignidad Ellos tienen la caracteriacutes-tica de que ldquoson categoacutericos en el sentido de que ellos no condicionan la titularidad de tales derechos a la posesioacuten de una u otra caracte-riacutestica () son erga omnes o sea se aplican a todos y a todordquo (Nino 1989 p45)

No nos detendremos aquiacute en argumentar a favor o en contra de la identificacioacuten de estos tres principios el mismo autor defiende que los mismos pueden y deben ponerse a prue-ba racional ya sea para refutarlos afirmarlos o complementarlos Lo importante a resaltar aquiacute es que el autor concluye que a partir de la identificacioacuten de estos principios que defi-nen la personalidad moral es posible presen-tar una formulacioacuten distinta de lo que implica la universalidad de los derechos humanos

Respecto a la cuestioacuten de queacute hace a un ser en especiacutefico beneficiario de derechos huma-nos Nino (1989) formula una criacutetica hacia el hecho de que ha sido lugar comuacuten sostener que la calificacioacuten normativa que determina quieacuten es beneficiario ha dependido de la iden-tificacioacuten de una propiedad En este caso la propiedad en cuestioacuten es la pertenencia a la especie humana Con base en esto se ha asu-mido que todos los hombres deben recibir el mismo grado de calificacioacuten de sujeto o titular de derecho puesto que todos en teacuterminos del autor materializan en mismo grado esta pro-piedad (pp41-43)

El problema para este autor es que esta aspiracioacuten es falsa porque ldquoSe estaacute presupo-niendo que la propiedad de ser hombre es del tipo ldquotodo-o-nadardquo como las de ser argentino o abogado y no de iacutendole gradual como la de ser rico o altordquo (Nino 1989 p43) Por el contrario ya sea que la racionalidad o deter-minadas caracteriacutesticas bioloacutegicas se propon-gan como caracteres distintivos del hombre lo cierto es que seguacuten este autor todas ellas son de caraacutecter gradual De esto se deriva la in-fortunada consecuencia de que hay hombres maacutes hombres que otros y por tanto con maacutes derechos

Para zanjar esta cuestioacuten Nino (1989) pro-pone una inversioacuten de la estrategia filosoacutefica

tenemos que determinar primero cuaacute-les son los principios morales de los que los derechos baacutesicos derivan y soacutelo des-pueacutes podemos definir a las personas mo-rales como la clase de todos aquellos indi-viduos (o entidades) que poseen las pro-piedades que son factualmente necesarias para gozar o ejercer tales derechos (p45)

Anteriormente se hablaba de derechos humanos como beneficios de una uacutenica espe-cie y solo ella en la totalidad de sus miem-bros podiacutea reclamar legiacutetimamente para siacute estas prerrogativas Aquiacute en cambio se bus-ca afirmar que los principios morales que dan vida a los derechos humanos no sostienen una visioacuten especista o esencialista-iusnatura-lista en la que se postule como relevante una determinada acepcioacuten de naturaleza humana

En cambio lo que estaacute afirmando es que la extensioacuten de la universalidad de los derechos humanos depende no de la posesioacuten de un atributo o rasgo esencial sino de la capacidad de los agentes de ser morales esto es de po-der gozar faacutecticamente de autonomiacutea digni-dad e inviolabilidad seguacuten sean estos los prin-

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cipios que se han identificado como morales (Nino 1989 pp45-46) La clave aquiacute es que no hay ninguna prohibicioacuten normativa de los de-rechos a unos seres y a otros no no resulta de una discriminacioacuten valorativa entre los seres puesto que la personalidad moral aquiacute es una cuestioacuten de hecho no de derecho No se atri-buyen estos derechos sino que se verifican

El aporte de Nino es el de sentildealar que la universalidad ya no consiste en la predicabili-dad de los miembros de una especie basada en la afirmacioacuten de su racionalidad o de la igualdad esencial entre los hombres sino que es un principio que se comprueba cuando de facto ciertas entidades cuentan con la capa-cidad o la personalidad moral indispensable para disfrutar esos derechos en la medida en que son autoacutenomos dignos e inviolables En este sentido se afirma que aunque los dere-chos derivados de estos principios sean califi-cados de ldquohumanosrdquo ellos no estaacuten anclados propiamente al hecho de ser humano dada la oscuridad y arbitrariedad que supone desen-trantildear tal afirmacioacuten sino maacutes concretamente a la capacidad de ser moral como la que se evidencia con la participacioacuten en una discu-sioacuten racional

Independientemente de las diferencias teoacutericas que se presentan en los pensamien-tos de los autores de la eacutetica discursiva ya ex-puestos que no son pocas todos coinciden en apostar por una acepcioacuten de universalidad que solamente puede estar relacionada con la capacidad cooperativa de los individuos de comprometerse en discursos morales para entenderse La universalidad moral aquiacute pro-puesta tiene la trascendentalidad que le su-poniacutean filoacutesofos como Kant pero al mismo tiempo admite que se encuentra firmemente entrelazada con una praacutectica social concreta como el discurso que inevitablemente se en-cuentra anclada al contexto social

La afirmacioacuten de una constante puesta a prueba racional-discursiva de los supuestos maacutes importantes de la vida en sociedad re-presenta un distanciamiento de la anterior buacutesqueda por fundamentos absolutos e ina-movibles visto que ldquoa juzgar por la historia del iusnaturalismo la naturaleza humana ha sido interpretada en las formas maacutes diversas y la apelacioacuten a la naturaleza ha servido para justificar sistemas de valores incluso opuestos entre siacuterdquo (Bobbio 1998 p131) Esta admisioacuten quizaacutes seriacutea celebrada por Bauman de no ser por el hecho de que las aspiraciones de uni-versalidad y fundamentacioacuten en temas como los derechos humanos auacuten no se ven finaliza-das simplemente reformuladas

En efecto bajo estas teoriacuteas los derechos humanos pueden postularse no como dic-tados de una razoacuten pura praacutectica sino como resultado de praacutecticas discursivas en las que se ha llegado a un consenso en torno a ellos Al respecto Bobbio (1998) sostiene que la De-claracioacuten Universal de Derechos Humanos de 1948 corresponde a un hecho ineacutedito en la historia

Soacutelo despueacutes de la Declaracioacuten pode-mos tener la certeza histoacuterica de que la humanidad toda la humanidad compar-te algunos valores comunes y podemos finalmente creer en la universalidad de los valores en el uacutenico sentido en que tal creencia es histoacutericamente legiacutetima es de-cir en el sentido en que universal significa un dato aceptado no objetivamente sino subjetivamente por el conjunto de los se-res humanos (p133)

En este sentido se busca abrir paso a la creencia en la capacidad conciliadora y cons-tructiva de los individuos para acordar en aquellos principios baacutesicos sin los cuales la convivencia paciacutefica no seriacutea posible Asiacute se afirma que el entendimiento intersubjetivo de

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sujetos igualmente considerados nunca puede darse por concluido puesto que constituye la forma de dilucidar la moralidad de los coacutedigos que guiacutean la vida juntos

33 El postulado de universalidad como efecto del discurso moral frente a la postura de Bauman

Expuestos ya los principios del discurso moral con los que se pretenden formular una nueva acepcioacuten de universalidad queda ahora por preguntarse iquestEn queacute sentido se preserva la universalidad como discurso moral de las criacuteticas de Bauman iquestEn queacute sentido sigue siendo irreconciliable con ella El propoacutesito de esta seccioacuten es dar respuestas a estas pregun-tas a fin de sintetizar las criacuteticas de la postura eacutetica posmoderna con la alternativa aquiacute pro-puesta

En primer lugar la universalidad derivada del discurso moral ya no parte de un concepto universal del hombre al menos no desde una visioacuten iusnaturalista o esencialista frente a la cual Bauman era muy criacutetico calificaacutendola de mito moderno derivado de la supuesta pro-piedad universalmente compartida de un atri-buto como la racionalidad Lo que siacute sostiene en cambio es la afirmacioacuten de la capacidad de todo sujeto moral para el habla y el enten-dimiento por medio de la cual se dirimen las cuestiones en torno a las normas mandatos coacutedigos o leyes justas para la organizacioacuten de una sociedad

De lo anterior se deriva que la universali-dad como discurso moral difiere de la anterior acepcioacuten tiacutepicamente moderna en el hecho de que no estaacute formulada desde el paradigma de la filosofiacutea de la conciencia esto es del ego solipsista o monoloacutegico sino desde el giro pragmaacutetico de la filosofiacutea contemporaacutenea puesto que es una teoriacutea eacutetica que se apoya

sobre el lenguaje la comunicacioacuten y la capa-cidad de los hombres de comprometerse en un discurso para determinar pretensiones de validez

Al mismo tiempo este giro supone un tras-paso de la razoacuten praacutectica de la modernidad en la que la moral se entendiacutea como facultad de un determinado sujeto a una racionalidad intersubjetiva que para tener lugar exige una relacioacuten discursiva entre sujetos Esta seriacutea una forma de atender a la criacutetica de Bauman quien considera fundamental entender la mo-ral como intersubjetivamente constituida en atencioacuten a los otros aunque la propuesta final difiera mucho de la de este autor

En todo caso esta acepcioacuten desde el dis-curso moral postula la existencia de una moral puacuteblica que no es resultado de un simple con-senso o contrato ni depende de la coaccioacuten de las autoridades heteroacutenomas como acusa-ba Bauman sino que es posible por medio de un concepto maacutes elevado el entendimiento en torno a la validez intriacutenseca de ciertas nor-mas o criterios de justicia que siempre que se sometan a discusioacuten pueden ser admitidos por cualquier persona y cualquier cultura en funcioacuten de su imprescindibilidad

Esta propuesta de la misma manera po-driacutea responder a las demandas de Bauman por recuperar la autonomiacutea individual En efecto si a la modernidad temprana se le acusaba la intromisioacuten excesiva de autoridades externas que ansiaban regir la conducta moral lo cual dejaba al individuo relegado a un segundo plano dependiente de las maacuteximas legisladas como convenientes la universalidad entendi-da desde el discurso moral afirma la posibili-dad de los sujetos de darse a siacute mismos sus propios coacutedigos en la medida en que pueden participar de la formulacioacuten y cuestionamien-to de los principios y valores que rigen la vida

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social en condiciones de libertad e igualdad sin coaccioacuten de por medio

En este sentido la formulacioacuten de los de-rechos humanos podriacutea deslastrarse de las criacuteticas que afirman que forman parte de los intentos de expansioacuten de una determinada cosmovisioacuten occidental en detrimento del plu-ralismo para proponerse en cambio como producto del asentimiento de sus beneficia-rios La defensa disentildeada por Bobbio en torno a la universalidad de los derechos humanos tal y como fue expresada en la Declaracioacuten de 1948 se sostiene sobre la idea de que dicha universalidad ha sido producto del consenso en cuanto a los valores que se consideran fun-damentales

De hecho podriacutea incluso afirmarse que a diferencia de los coacutedigos eacuteticos modernos que Bauman acusa como totalizantes y legitima-dores de un proyecto que busca erradicar las diferencias la universalidad de los derechos humanos se propone como condicioacuten impres-cindible para que el pluralismo como valor pueda concretarse en especial en lo que res-pecta a la libertad de pensamiento de credo de expresioacuten etc Por tanto maacutes que una su-presioacuten de las diferencias son garantiacuteas de sus distintas manifestaciones sin dejar de admitir aspiraciones comunes

Por otro lado esta acepcioacuten de universali-dad se escapa del reproche de Bauman en tor-no a la excesiva abstraccioacuten y distanciamiento del mundo vivido que propugnaba la moder-nidad dejando a la moral individual bastante comprometida frente a reglas o coacutedigos eacuteticos universales La universalidad como consecuen-cia del discurso moral se aleja de la idea de un imperativo categoacuterico intuido individualmente por un sujeto trascendental independiente de las condiciones de su existencia Plantea por el contrario una perspectiva en la que todos

los afectados son libres de aceptar o rechazar normas y mandatos eacuteticos como universales

En efecto la eacutetica discursiva soporta la idea de un proceso de construccioacuten y reconstruc-cioacuten de sentido en el que los sujetos morales son participantes activos y asumen una acti-tud performativa No supone el establecimien-to unilateral de leyes y normas por parte de una autoridad externa que detenta el poder de decidir queacute es moral y queacute no esto es la heteronomiacutea que acusaba Bauman sino que postula que el sujeto moral estaacute involucrado activamente en la determinacioacuten de la validez de las reglas y coacutedigos eacuteticos como producto del consenso racional entre todos los involu-crados

Ademaacutes se asume que dado que la eacutetica discursiva es una eacutetica formal el contenido debe serle otorgado este se forma en las ex-periencias previas en la vida concreta y comu-nitaria y tiene su fuente en las tradiciones y costumbres Por ello se afirma que esta eacutetica no ignora el contexto sino que lo toma como punto de partida para trascenderlo en aquello que se considera absolutamente importante para todos y solamente en aquellos temas susceptibles de consenso tales como los de-rechos baacutesicos fundamentales que son indis-pensables para la vida y la libertad

En tercer lugar esta acepcioacuten de la univer-salidad tampoco supone negar la afirmacioacuten de Bauman de que en la praacutectica moral del individuo existen sentimientos impulsos y pa-siones intervinientes que escapan de la razoacuten A diferencia de la acepcioacuten de universalidad moderna en la que Bauman encontraba con razoacuten un rechazo por parte de les philosophes de las pasiones y fuerzas irracionales las teo-riacuteas eacuteticas discursivas en general parten del re-conocimiento de los liacutemites intriacutensecos a una teoriacutea cognitivista

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En efecto la discusioacuten racional para dar vida a las reglas y normas de una moral puacute-blica no garantiza que dicho discernimiento pueda extrapolarse al aacutembito de las decisio-nes individuales en el que los sentimientos y las pasiones siacute tienen un papel significativo y ldquoLas intuiciones morales cotidianas no pre-cisan la ilustracioacuten del filoacutesofordquo (Habermas 2000 p122) Asiacute esta teoriacutea entiende que la normatividad que deriva de la racionalidad co-municativa seguacuten Habermas (1992) ldquoconlleva solamente la deacutebil fuerza de las motivaciones de la validez racional que no alcanzan a garan-tizar por siacute mismas la trasposicioacuten del discerni-miento moral en las acciones concretas de los individuosrdquo (De Zan 2004 p19) Igualmente las cuestiones concernientes a la eticidad tan particulares a una visioacuten de mundo que no son susceptibles de generar consenso fuera de ese horizonte comunitario tambieacuten se dejan a un lado

En otras palabras se abstiene de intentar proveer de contenido lo que debiese ser el proyecto de vida que cada quien decide para siacute o de pretender dirigir la voluntad individual hacia ciertos fines Pero dado que todos debe-mos vivir juntos resulta fundamental dilucidar criterios de justicia dentro del caleidoscopio de acepciones particulares y comunitarios de la vida buena razoacuten por la cual se plantea un puente para el paso de un nivel moral prefi-losoacutefico en el que priman los valores y las fuerzas no necesariamente racionales de las que hablaba Bauman a un nivel superior de reflexioacuten en el que se afirma la realidad igual-mente moral de la vida en sociedad regulada bajo leyes establecidas por consenso

Seguacuten lo anterior las experiencias morales no son incomunicables ni son islas o esferas cerradas en siacute mismas sin posibilidad de abrir-se a otras Lo anterior implica asumir que en la multiplicidad de lenguajes existentes hay

cuando menos la posibilidad de traducir al-gunos teacuterminos comunes Ello contrasta enor-memente con la afirmacioacuten posmoderna en torno a la incomunicabilidad y la incapacidad de socializar impulsos morales En cambio el discurso defiende que en el encuentro con el otro las cuestiones morales adquieren otra significacioacuten por tanto la intersubjetividad es imprescindible en la formacioacuten de una con-ciencia moral que ya no es tarea de un indivi-duo autosuficiente

Hasta ahora se han expuesto los aspec-tos en los que la universalidad como discurso moral podriacutea preservarse al menos parcial-mente de las recriminaciones de Bauman No obstante con esto no se estaacute queriendo decir que esta alternativa satisfaga por completo las demandas de Bauman por el contrario estas reflexiones reviven muchas diferencias quizaacutes irreconciliables con respecto a la postura de nuestro autor

La principal de estas diferencias es por su-puesto aquella en torno a la racionalidad de la moral para la eacutetica discursiva y en oposi-cioacuten a Bauman es posible elevarse a un nivel reflexivo en el que las normas y postulados son puestos a prueba racional Que esta racio-nalidad sea constitutivamente intersubjetiva por cuanto exige relaciones de sentido con los otros involucrados no minimiza el hecho de que defiende la capacidad cognitiva de acce-der a la verdad que Bauman niega En razoacuten de la aseveracioacuten de esta naturaleza cognitiva se hace posible para los autores de la eacutetica dis-cursiva formular el postulado de universalidad

Por otra parte aunque la universalidad como resultado del discurso moral no apunta a fundamentaciones uacuteltimas no satisface por completo el antifundacionalismo de Bauman en tanto afirma cuando miacutenimo un tipo de fundamentaciones morales que ldquono depen-

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den de las razones pragmaacuteticas del equilibrio del poder sino de las razones internas de la posibilidad de un conocimiento moral de la formulacioacuten real de argumentosrdquo (Habermas 2000 p77) Con ello se afirma la posibilidad de sostener los derechos humanos como praacutec-ticas discursivas resultadas de la capacidad para el entendimiento de los sujetos morales y la dilucidacioacuten de la validez de la rectitud de normas y mandatos que no es otorgada artifi-cialmente sino que es una cualidad intriacutenseca

De esta manera lo que encontramos en la eacutetica discursiva es una alternativa de refor-mular la universalidad que como vimos po-driacutea solventar algunas de las objeciones que Bauman dirigiacutea a este principio en su acepcioacuten originaria No obstante la eacutetica discursiva y la eacutetica posmoderna seraacuten todaviacutea propuestas fundamentalmente incompatibles en la medi-da en que la primera si bien plantea nuevas ideas lo hace dentro de una buacutesqueda por re-cuperar el proyecto moderno

CONCLUSIONES

Este trabajo se propuso hacer una revisioacuten criacutetica a la universalidad de los derechos hu-manos desde la postura de Zygmunt Bauman A traveacutes de ella no solamente se han podido conocer algunos hitos del pensamiento de uno de los filoacutesofos y socioacutelogos maacutes relevantes del siglo XX y XXI sino que tambieacuten se ha analiza-do una de las problemaacuteticas eacuteticas de mayor vigencia bajo la guiacutea de este autor De alliacute se han podido extraer una serie de conclusiones que corresponden a las preguntas planteadas a los inicios de esta investigacioacuten

En primer lugar se comproboacute que la uni-versalidad de los derechos humanos se justi-fica sobre la base de ciertos principios mora-les a los cuales se pueden acceder mediante razones siendo el maacutes importante de ellos la

afirmacioacuten de la dignidad humana que exige el respeto a toda persona como un fin en siacute misma hecho ineludible para la razoacuten praacutectica que no admite ni restricciones ni condiciona-mientos Estas ideas derivan de una determi-nada formulacioacuten de la eacutetica que es deontoloacute-gica de primer orden cuyas bases filosoacuteficas tienen origen en el desarrollo del pensamien-to moderno Asiacute se ha afirmado la universali-dad como un principio loacutegico-ontoloacutegico basa-do en la admisioacuten de una igualdad esencial de todos los seres humanos

Siendo esto asiacute una forma de argumentar en contra de la universalidad ha consistido en negar que se pueda circunscribir la moralidad al plano del razonamiento moral esto es que sea posible dilucidar por el camino racional una validez intriacutenseca a las normas y coacutedigos a fin de postular su universalidad Distintas pos-turas han asumido la tarea desde diversas ba-ses filosoacuteficas de oponerse a la universalidad el escepticismo el comunitarismo el positivis-mo y por supuesto la posmodernidad

En efecto este es el camino que ha elegi-do Zygmunt Bauman al afirmar que la mora-lidad pertenece al reino de lo no racional de los sentimientos y los impulsos incapaz de ser retenida por las racionalizaciones de la mo-dernidad motivo por el cual se hace peren-torio abandonar el esquema moderno de la eacutetica basado en reglas y coacutedigos universales fundamentados racionalmente en favor de la responsabilidad y la autonomiacutea del individuo aceptando asiacute que cualquier coacutedigo eacutetico que se acepte como correcto no es sino provisio-nal y artificial La determinacioacuten de si Bauman estaacute en lo correcto en su defensa a ultranza del hecho moral bruto escapa de las intenciones de esta investigacioacuten Lo que siacute se ha plantea-do como pregunta es si los derechos humanos podriacutean ser reformulados bajo esta visioacuten eacuteti-

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ca y la respuesta seguacuten lo discutido en el ter-cer capiacutetulo ha sido negativa

Para empezar la universalidad no es un ras-go accidental atribuido a los derechos huma-nos es parte de su constitucioacuten misma de su razoacuten de ser la cual consiste en afirmar que ellos atantildeen a unos bienes de tal importancia para la humanidad que no pueden negaacutersele a nadie en ninguna parte del mundo sin come-ter un acto de inmoralidad Formular derechos humanos negando su universalidad seriacutea una contradiccioacuten ya que precisamente el adjeti-vo ldquohumanosrdquo aunque tautoloacutegico quiere dar cuenta de una conquista histoacuterica y filosoacutefica en la que se ha promovido la dignidad huma-na como un principio inviolable sin importar las circunstancias ni las distintas formas en las que se ha configurado el poder

Por otra parte la existencia de derechos humanos se defiende como posibilidad de plantear una eacutetica miacutenima esto es exigencias miacutenimas en las que todos los seres humanos pueden convenir por el hecho de ser funda-mentales para una existencia digna Que esta sea una aspiracioacuten legiacutetima seraacute por mucho tiempo un tema de debate en particular por parte de los defensores del derecho a las dife-rencias quienes ven esto como una aspiracioacuten imposible e incluso totalitaria No era objeto de esta investigacioacuten determinar esto En cam-bio siacute fue posible afirmar dentro del marco de nuestros objetivos que plantear los derechos humanos dentro de una eacutetica miacutenima implica poder ser capaces de aducir razones morales superiores y categoacutericas que buscan trascen-der las condiciones empiacutericas en las que se desenvuelve la vida De alliacute que la teoriacutea de los derechos humanos sea intriacutensecamente incompatible con el planteamiento de Bau-man quien concluye que toda reflexioacuten de los hechos morales en favor de valores superiores de base racional es ilusoria

Por el contrario lo que se ha demostrado es que los defensores de la universalidad de los derechos humanos parten de una posicioacuten en la que consideran que la eacutetica esto es la reflexioacuten en torno a los hechos morales no supone la negacioacuten del valor de esos hechos en su estado previo es decir como experien-cia vivida y no reflexiva Contrario a lo afirma-do por Bauman el quehacer eacutetico es tambieacuten un conocimiento moral en la medida en que busca desentrantildear las justificaciones subya-centes a los valores y actitudes que componen el mundo de la vida sin negarlos ni minimi-zarlos Incluso argumentan que la posibilidad de reflexioacuten sobre estos temas es coacutensona con las afirmaciones de libertad y autonomiacutea por cuanto entienden que el individuo no es es-clavo de sus convicciones primarias y puede modificarlas o reafirmarlas en su encuentro con los otros en el que necesariamente se ve compelido a razonar sobre ellas

Lo que ocurre es que hay distintas acep-ciones en torno a lo que es la eacutetica lo que es la moral y la relacioacuten entre ambas diferencias que son de fondo ya que las valoraciones da-das a ambos teacuterminos difieren mucho entre siacute El caso de Bauman es que en su proyecto de repersonalizar la moral frente a la eacutetica su en-foque se circunscribe a lo que se denominoacute el partido moral de dos esto es la relacioacuten mo-ral iacutentima entre el Yo-Otro sin que ello pueda extenderse al mundo social donde la eacutetica se postula como necesaria porque los involu-crados son muchos y los juicios de unos son confrontados racionalmente con los de otros De modo que quien se encuentra abierto a aceptar la postura de Bauman tal y como es expuesta en Eacutetica posmoderna se encontraraacute al mismo tiempo con dificultades tanto para fundamentar la moral en su dimensioacuten social como para sostener la legitimidad de los dere-chos humanos

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Ocurre ademaacutes que dentro de las formu-laciones eacuteticas derivadas de la modernidad los derechos humanos presentan una condicioacuten muy especial que Bauman no toma en cuenta cuando hace sus criacuteticas a la eacutetica moderna En efecto el autor ha identificado el origen de la universalidad de la eacutetica en la buacutesqueda de legitimacioacuten de dominacioacuten por parte de los legisladores sobre las masas a las que se con-sideraban muy ignorantes como para dejarlas ejercer su libertad sin guiacutea legitimacioacuten que fue completada por el trabajo de los filoacutesofos dedicados a fundamentarla Pero los derechos humanos fueron formulados precisamente como frenos a la arbitrariedad elevan al indi-viduo en su condicioacuten de digno y pretenden blindarlo del abuso de poder De esta manera no presentan la misma relacioacuten con el poder como las reglas y leyes que Bauman denuncia

De hecho el mismo autor llega a afirmar que los derechos humanos han contribuido al proceso de desregulacioacuten y desplazamien-to del Estado como autoridad moral central pero al mismo tiempo considera que esto ha formado parte de uno de los mecanismos que han apresurado la modernidad liacutequida en la que la esfera puacuteblica ha caiacutedo en detrimento frente al individualismo No obstante se ha contrastado su posicioacuten con autores que sos-tienen que seriacutea injusto decir que los derechos humanos son banderas enarboladas por los individualistas de la modernidad liacutequida o los comunitaristas puesto que por el contrario ellos buscan renovar el espacio puacuteblico y fo-mentar la ciudadaniacutea universal por medio de la revalorizacioacuten de la potencialidad del dis-curso para llegar entenderse mutuamente

De alliacute que asiacute como Bauman plantea un postura que se presenta como un tercer teacuter-mino entre el tiacutepico debate universalismo con-tra comunitarismo tambieacuten la eacutetica discursi-va se presenta como una alternativa tanto a

la postura posmoderna de este autor como a la universalidad como principio loacutegico-ontoloacute-gico En efecto las posiciones de tres autores ―Cortina Habermas y Nino― han permitido darnos cuenta de que existen caminos para aproximarse al principio de la universalidad desde un punto de vista distinto esto es como parte del discurso moral y como resul-tado de la consecucioacuten de consensos en torno a los contenidos morales de normas y manda-tos bajo los cuales una sociedad ha decidido legislarse

Esta alternativa por supuesto conserva formulaciones irreconciliables con la postura de Bauman particularmente aquella relacio-nada con la afirmacioacuten de la cognoscibilidad de la moral pero tambieacuten se preserva de varias de las criacuteticas que este autor le dirigiacutea a la uni-versalidad como principio loacutegico-ontoloacutegico en primer lugar no pretende fundamentarse en una determinada afirmacioacuten de la natura-leza humana o de su esencia sino maacutes bien en la capacidad de comunicarse y de razonar que antes que deducirse como consecuencia loacutegica de unas premisas se nos presenta ya como evidente en la praxis comunicativa dia-ria Esta es la razoacuten por la cual esta acepcioacuten de universalidad va a abandonar el paradigma de la filosofiacutea de la conciencia basada en la idea de un sujeto monoloacutegico para apoyarse en las posibilidades dialoacutegicas que el lenguaje y la comunicacioacuten nos ofrecen para llegar a la validez de enunciados con rango de verdad

En razoacuten de lo anterior esta postura de-fiende la universalidad como resultado del entendimiento entre individuos siempre y cuando estos se encuentren en las condicio-nes para practicar el discurso de manera que no puede acusaacutersele de coactiva o impositiva puesto que uno de sus presupuestos funda-mentales es la libertad de los agentes Maacutes auacuten esta teoriacutea eacutetica discursiva logra atender

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los problemas relacionados con la integridad de la autonomiacutea individual con los que Bau-man pareciacutea tan preocupado pero sin dejar de considerar la importancia que tiene la so-ciedad para el individuo como agente moral El consenso y la intersubjetividad seraacuten condi-ciones esenciales sin las cuales no podriacutea de-terminarse la validez de las normas y a traveacutes de las cuales los individuos pueden concertar sus propias leyes

Por otro lado estaacute el hecho de que la eacutetica como discurso no busca establecer de una vez y por todas verdades uacuteltimas sino que por el contrario la praacutectica discursiva tiene origen precisamente en aquellos momentos en los que existen disenso o consensos rotos Pero asiacute como se admite la capacidad para el disen-so se la admite para la cooperacioacuten Recorde-mos que Bobbio aboga por la universalidad de los derechos humanos en tanto considera que no es parte de una fundamentacioacuten uacuteltima sino que deriva de un consenso en torno a va-lores fundamentales que se concretoacute verdade-ramente a partir de 1948

Ademaacutes la eacutetica discursiva no busca tener algo que decir con respecto a lo que un indi-viduo reconozca como valioso para su realiza-cioacuten personal o lo que una comunidad valore en torno a fines o virtudes tampoco busca re-primir impulsos o sentimientos morales sino que se conforma con ordenarlos en aquello que resulta fundamental en el aacutembito de las relaciones sociales Igualmente la universa-lidad considerada de esta manera no igno-ra el hecho de que el contexto juega un pa-pel importante en la determinacioacuten de estos asuntos Lo que siacute admite es que hay ajustes reciacuteprocos entre lo concreto y lo ideal dado que la mera existencia de normas y reglas no garantiza su validez asiacute como la validez por siacute sola no garantiza la aceptabilidad por parte de la sociedad Se trata de un juego reciacuteproco de

fuerzas con el que desde la moral vivida to-dos pueden admitir la validez de un postulado moral porque estaacute cargado de cierta trascen-dentalidad Eso es lo que se busca con los de-rechos humanos y con ello se quiere justificar el hecho de que cada sociedad sigue su propio camino en el progreso y la concrecioacuten de estos derechos sin que por ello se tenga que dejar de aspirar a su universalidad como horizonte moral

En definitiva la teoriacutea de la eacutetica discursiva se presenta como una alternativa maacutes viable a la universalidad como principio loacutegico-ontoloacute-gico pero tambieacuten se propone como una op-cioacuten que de cierta forma supera algunas defi-ciencias de la posicioacuten eacutetica de Bauman pues-to que por ejemplo siacute toma en cuenta coacutemo se puede pasar del reino donde prevalecen las fuerzas individuales al de las cuestiones mora-les que son necesarias dirimir en la sociedad poliacutetica De la misma forma incluso los detrac-tores de la capacidad de solventar cuestiones morales por medio del discurso tienen que ad-mitir cuando menos que cuando exponen su punto de vista estaacuten participando lo quieran o no en la argumentacioacuten y que al igual que los demaacutes lo estaacuten haciendo porque aspiran hacer ver a otros la validez de sus posiciones

Esta investigacioacuten no se ha propuesto de ninguna manera ser una resolucioacuten definitiva al problema de la universalidad que consi-deramos tan vigente Las criacuteticas de Bauman se consideran muy valiosas en la medida en que apuestan por la defensa del individuo sin caer en el individualismo con una criacutetica tan-to a la intromisioacuten exacerbada del Estado en las iniciales etapas de la modernidad como a la aparente falta de compromiso en torno a causas comunes que diagnostica en la moder-nidad liacutequida que vivimos actualmente Pero al mismo tiempo se ha sometido a criacutetica su propio pensamiento para dejar en evidencia la

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complejidad de la tematizacioacuten de la univer-salidad de los coacutedigos eacuteticos y entre ellos de los derechos humanos en la medida en que se plantean nuevas perspectivas que sin dejar de admitir los defectos del proyecto eacutetico de la modernidad buscan reformar algunos de sus elementos esenciales

No obstante queda como tarea pendien-te seguir sometiendo a criacutetica estas posturas en la medida en que los derechos humanos se convierten en un tema de mayor importan-cia no solamente por su tratamiento en las relaciones internacionales y las interacciones entre entes de poder sino por lo que podriacutea significar para la integridad y dignidad del ser humano y las aspiraciones de cooperacioacuten de las sociedades Finalmente aspiramos que este trabajo de grado promueva futuras inves-tigaciones sobre las perspectivas eacuteticas de la posmodernidad por un lado y del discurso por el otro cuyas premisas apenas han sido asomadas aquiacute con la esperanza de que cons-tituyan temas de preocupacioacuten acadeacutemica dado su gran potencial para responder a los problemas contemporaacuteneos

REFERENCIAS

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Ernesto JesuacutesBorges Quintana

Un estudio hermeneacuteutico sobre el poder de la palabra poeacutetica en la tragedia griega

ldquoLapalabrapoeacuteticaseconvierteconfrecuencia en una prueba de lo que esverdadpueselpoemaresucita

una vida secreta en palabras que pareciacuteangastadaseinserviblesynosilustraasiacutesobrenosotrosmismosYel lenguaje puede todo esto porque

no es evidentemente una creacioacuten delpensamientoreflexivosinoque

contribuye a realizar el comportamiento respectodelmundoenelquevivimosrdquo

Gadamer1977p539

ldquoNoloseacuteAmiacutemeparecequesonfunestostantoeldemasiadosilencio

comoelvanogriteriacuteordquoSoacutefoclesAntiacutegonav1253

DionisioacompantildeadodeunSaacutetiroMuseoAntikensammlungBerlinRecuperadodehttpswwwtheoicomGalleryK123html

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La presente es una investigacioacuten de cor-te hermeneacuteutico sobre el poder y el alcance aletheico de la palabra poeacutetica a partir de un estudio de la tragedia aacutetica En esta direccioacuten desarrolla de manera criacutetica y comentada la propuesta de Hans-Georg Gadamer de un tipo de verdad reconocido en la palabra poeacutetica para desde alliacute vincular sus implicaciones con la definicioacuten claacutesica de la tragedia griega y los conceptos de miacutemesis y poiesis Seguidamen-te propone una interpretacioacuten literario- her-meneacuteutica de las piezas Agamenoacuten de Esquilo Antiacutegona de Soacutefocles e Ioacuten de Euriacutepides tres obras que comparten un desenvolvimiento de ldquocolisioacuten traacutegicardquo que seraacute explorado bajo con la intencioacuten de hacer traslucir su dicencia poeacute-tica y el tipo de valiacutea y sabiduriacutea que ofrecen en tanto literatura antigua mdashpero tambieacuten en sus escenificaciones contemporaacuteneas

Mediante una reapropiacioacuten de nociones como miacutemesis y poiesis ha sido posible rea-lizar una revaloracioacuten conceptual y a la vez pragmaacutetica de la tragedia griega en tanto un tipo de arte o habilidad esteacutetica capaz de ofrecer un espacio privilegiado y plural para el re-conocimiento y la comprensioacuten poliseacutemi-ca de emociones y situaciones diversas tales como el silencio lo deinoacuten y el ejercicio de la libre palabra transgresora cristalizada en la ex-presioacuten griega de la parresiacutea En concordancia con una aproximacioacuten literaria y hermeneacuteutica dirigida por la dinaacutemica de ldquopregunta-respues-tardquo mdashen cuanto exigencia del ciacuterculo herme-neacuteuticomdash estas paacuteginas pretenden mostrar la valiacutea de una dimensioacuten presentativa en los dramas mencionados ligada a un tipo de ver-dad y a un ldquoespacio de comprensioacutenrdquo que la tragedia establece en su experiencia de alte-ridad ficcional

INTRODUCCIOacuteN

CAPIacuteTULO I DISERTACIOacuteN SOBRE EL POTENCIAL INTRIacuteNSECO DE LA PALABRA POEacuteTICA DE ACUERDO CON LA PROPUESTA HERMENEacuteUTICA DE HANS-GEORG GADAMER11 Relacioacuten entre lenguaje y mundo

linguumlisticidad de nuestra comprensioacuten del mundo

12 Verdad de la palabra poeacutetica disertacioacuten sobre el valor y el alcance de la metaacutefora

13 El papel de la poesiacutea y el poeta traacutegico en la antiguumledad claacutesica

14 Una definicioacuten de tragedia griega

CAPIacuteTULO II DESARROLLO INTERPRETATIVO DE LAS TRAGEDIAS A LA LUZ DEL CONCEPTO DE COLISIOacuteN TRAacuteGICA21 La ambiguumledad y presencia del silencio en

Agamenoacuten de Esquilo22 Antiacutegona y lo deinoacuten en el hombre23 Ioacuten El silencio divino y el discurso

humano

CAPIacuteTULO III SOBRE EL ALCANCE ALETHEICO QUE PUEDE ALBERGAR LA POESIacuteA TRAacuteGICA31 Una revisioacuten criacutetica de ldquolo traacutegicordquo32 Mito miacutemesis y poiesis o el caraacutecter

hermeneacuteutico de la tragedia griega33 Lo que es capaz de presentar la poesiacutea

traacutegica polisemia y silencio en la colisioacuten traacutegica

CONCLUSIONES

REFERENCIAS BIBLIOGRAacuteFICAS

CONTENIDO

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INTRODUCCIOacuteN

ldquoVolver a dar valor al mito volver a va-lorizarlo en el sentido de dar un valor de realidad efectiva a aquello que para mu-chos soacutelo era faacutebula e invencioacuten significa tambieacuten volver a dar valor a una razoacuten de ser del arterdquo1

La tragedia aacutetica ha sido abordada desde campos de estudio tan diversos como la criacute-tica literaria la historia e incluso la filosofiacutea Los dramas que se conservan de los poetas Es-quilo Soacutefocles y Euriacutepides han sido histoacuterica-mente para la cultura occidental una muy rica fuente de reflexioacuten y estudio Ya en el siglo V a C eminentes filoacutesofos como Platoacuten y Aristoacutete-les escribieron a veces desde una perspectiva analiacutetica y otras de manera cuestionadora acerca de las obras y los poetas traacutegicos De hecho en Repuacuteblica Platoacuten descalificoacute la poe-siacutea traacutegica por considerarla nociva para la edu-cacioacuten de acuerdo con sus nociones de verdad y bien Por su parte Aristoacuteteles en su Poeacutetica expone en detalle los elementos formales que distinguen y caracterizan a la tragedia aacutetica en su contexto

Seguacuten el filoacutelogo claacutesico Werner Jaeger (1984) la tragedia es ldquola maacutes alta manifesta-cioacuten de una humanidad para la cual la religioacuten el arte y la filosofiacutea forman una unidad inse-parablerdquo (p11) En contraposicioacuten a los diver-sos modos de expresioacuten contemporaacuteneos el arte y la poesiacutea en el mundo claacutesico siempre gozaron de un papel iacutentimamente asociado a la comunidad a los ritos religiosos propios de la misma y a las problemaacuteticas filosoacuteficas vivas de su vida La poesiacutea traacutegica asiacute como el papel del poeta se encontraban respalda-dos por una tradicioacuten y una sociedad que los avaloacute como forjadores de una cultura propia

1 DorflesG(1967)Esteacutetica del mito Mito y metaacutefora en Vico y en la esteacutetica contemporaacutenea CaracasEditorialTiempoNuevo

una ecuacioacuten integral que hoy se define con el nombre de paideia Por todo ello la posi-cioacuten social y la ldquoautoridadrdquo del poeta (maacutes allaacute de su produccioacuten artiacutestica) eran significativa-mente influyentes para la gente por lo que es posible suponer que por un lado el escritor o intelectual antiguo y el espacio destinado a la representacioacuten teatral pueden asociarse con un rol conservador de las tradiciones cultura-les y miacuteticas de la comunidad pero al mismo tiempo deben o pueden reconocerse como privilegiados para el establecimiento de mira-das criacuteticas a la tradicioacuten misma en su trans-figuracioacuten a traveacutes del espacio ficcional que la obra presenta

Es de principal importancia entender que parte del valor del poeta en las sociedades an-tiguas residioacute en la extendida tradicioacuten oral en un momento en el que el lenguaje escrito era prerrogativa de una minoriacutea de modo que la poesiacutea (no traacutegica) y la meacutetrica se convirtieron en el mejor mecanismo para la preservacioacuten de los valores y saberes tradicionales hasta concretarse en un ldquosistema de tecnologiacutea ver-bal [en el que] la repeticioacuten adquiere una im-portancia decisiva (hellip) [y] sobre todo que se repetiacutea siempre del mismo modo con las miacute-nimas variaciones posiblesrdquo (Zahonero 2017 p27)

Asiacute el arte en el mundo claacutesico incluyendo la tragedia se encontraba en una constante relacioacuten y diaacutelogo con la tradicioacuten miacutetica y cul-tural de la que emanaba Pero tal como consi-dera el filoacutesofo alemaacuten Hans-Georg Gadamer (1957) ldquoel mito estaacute expuesto constantemen-te a la criacutetica y a la transformacioacuten La religioacuten griega no es la religioacuten de la doctrina correctardquo (p17) Entonces si bien hubo en la represen-tacioacuten traacutegica una paideia relacionada con un contenido miacutetico heredado y comuacuten tambieacuten hubo en su escenificacioacuten una libertad inter-pretativa que se fue desarrollando en el curso

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de los montajes de los diferentes poetas y que precisamente da cuenta de la genialidad y el aporte de estos a su comunidad

Estas consideraciones preliminares encu-bren un desarrollo sistemaacutetico y proliacutefico que diferentes disciplinas acadeacutemicas y autores han elaborado en torno al mito la tragedia aacutetica y su significacioacuten para la sociedad ate-niense y heleacutenica Es todo un aparato criacutetico que serviraacute de fuente maacutes ampliamente en las paacuteginas que siguen aunque desde ya se pue-de resaltar la significativa contribucioacuten que han hecho al tema estudiosos como Pierre Vi-dal-Naquet y Jean-Pierre Vernant en su obra Mito y tragedia en la Grecia antigua (2002a) la cual seraacute abordada en adelante del mismo modo que se haraacute con la relacioacuten entre trage-dia mito y tradicioacuten

En la poesiacutea claacutesica y sobre todo en la tra-gedia griega hubo una actividad poeacutetica que asocioacute y presentoacute de manera iacutentima proble-maacuteticas filosoacuteficas tales como la relacioacuten en-tre lo divino y lo mortal la dimensioacuten eacutetica del hombre vuelta problema y pregunta o el anhelo de autosuficiencia humana frente a un mundo contingente La relacioacuten entre trage-dia y filosofiacutea tuvo una importante vinculacioacuten que por ejemplo la filoacutesofa Martha Nussbaum (1995) destaca en los siguientes teacuterminos

Por una parte encontramos en las tra-gedias retratos cautivadores del vehemen-te deseo humano de autosuficiencia (hellip) En segundo lugar la buacutesqueda filosoacutefica de una vida buena autosuficiente empren-dida por Platoacuten viene motivada por un agudo sentido de los problemas aludidos (Nussbaum 1995 p48)

La investigacioacuten que aquiacute se desarrollaraacute se propone repensar la poesiacutea traacutegica en un intento por valorar esta forma particular de arte del mismo modo que el potencial de su

palabra poeacutetica para aprehender un tipo de saber poeacutetico desligado de la comprobacioacuten silogiacutestica y conceptual De acuerdo con Ga-damer (1971) del mismo modo que ldquolos co-lores salen a la luz en la obra pictoacuterica igual que la piedra es sustentadora en la obra arqui-tectoacutenica asiacute es en la obra poeacutetica la palabra maacutes dicente que en cualquier otro caso Esta es la tesisrdquo (p16) En esta direccioacuten lo que se plantea en las siguientes liacuteneas es estudiar la poesiacutea traacutegica a la luz de un enfoque filosoacutefico hermeneacuteutico que preste especial atencioacuten al aspecto linguumliacutestico y esteacutetico en las obras se-leccionadas Ello en contraposicioacuten a otros en-foques eminentemente eacuteticos (no por ello me-nos fundamentales) como por ejemplo el que se encuentra en La fragilidad del bien (1955) un libro de la misma Martha Nussbaum

A partir de una valoracioacuten sobre el alcance cognitivo y filosoacutefico de la praacutectica poeacutetica mdashes decir el valor que contiene esta vozmdash se intentaraacute presentar una reinterpretacioacuten de la poesiacutea traacutegica El objetivo general es ofrecer algunas consideraciones sobre una pregunta crucial iquestqueacute espacios de comprensioacuten filo-soacutefica es capaz de ofrecer la poesiacutea traacutegica partiendo de la propuesta gadameriana de un tipo de verdad reconocida en la palabra poeacute-tica

A tal fin en el primer capiacutetulo se ofrece una revisioacuten sobre la vinculacioacuten entre el lengua-je y nuestra forma de comprender el mundo para luego dirigir la reflexioacuten hacia el alcance cognitivo la ldquoverdadrdquo o dimensioacuten aletheica de la ldquopalabra poeacuteticardquo y la relacioacuten entre la ldquopalabra y su silenciordquo todo ello sobre la base de los estudios de autores como Hans-Georg Gadamer y Max Colodro respectivamente Se apunta a ir en conformidad con la defen-sa filosoacutefica del potencial de la palabra poeacute-tica y la experiencia esteacutetica frente a criacuteticas o conceptuaciones que las enclaustran en

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clasificaciones reduccionistas que entienden la poesiacutea y el arte como foacutermulas meramen-te de imitacioacuten (miacutemesis) de la realidad de la accioacuten o emocioacuten humanas Se trata de si-mulacros que no tienen nada que ver con el ldquomundo realrdquo o que se sustentan ante todo en lo ldquofalsordquo Nos referimos principalmente a interpretaciones platoacutenicas variadas del arte un tema que seraacute abordado para entregar a su vez una revisioacuten de los teacuterminos miacutemesis y poiesis en la representacioacuten traacutegica Finalmen-te se pretende repensar la validez y utilidad de una primera conceptuacioacuten de la tragedia griega de la mano de Aristoacuteteles en su Poeacutetica sobre la base de lo escrito por diferentes co-mentaristas de la obra

En el segundo capiacutetulo y en un espiacuteritu her-meneacuteutico se examinaraacuten las tres obras se-leccionadas Agamenoacuten de Esquilo Antiacutegona de Soacutefocles e Ioacuten de Euriacutepides Valga advertir que la idea no es de ninguacuten modo desarrollar en clave teoreacutetica la ldquoconceptuacioacuten filosoacutefi-cardquo que se intuye en las obras sino maacutes bien hacer traslucir en el despliegue interpretativo el decir poeacutetico que aguarda en el seno de la configuracioacuten artiacutestica de cada pieza Esto es lo que en teacuterminos gadamerianos se llamariacutea una conversacioacuten hermeneacuteutica con el texto del que se espera aprehender su decir propio y singular De este modo nos centraremos en la condicioacuten de colisioacuten traacutegica que comparten los tres dramas y en la presencia poliseacutemica de las figuras del silencio lo deinoacuten y el libre derecho a la palabra que se expresa en el teacuter-mino parresiacutea

El tercer capiacutetulo pretende reevaluar los aportes obtenidos en los apartados preceden-tes a fin de ponderar e identificar de manera dialoacutegica la dimensioacuten aletheica que pueden presentar las tragedias en examen Este obje-tivo supone el desarrollo de un anaacutelisis criacutetico de los enfoques filosoacuteficos que luego del de-

tallado estudio de las tragedias griegas cues-tionamos Esta seccioacuten tambieacuten implica de forma subsecuente una disertacioacuten sobre la dimensioacuten hermeneacuteutica de la tragedia aacutetica para reactualizar la evaluacioacuten de los teacuterminos de miacutemesis y poiesis asiacute como repensar nues-tra pregunta sobre los ldquoespacios de compren-sioacutenrdquo que puede ofrecer el drama antiguo Son ideas que desembocaraacuten en una reflexioacuten sobre el eacutenfasis en la capacidad presentativa que tiene lugar en la representacioacuten teatral (y en la literatura) conforme a un tipo de saber vinculado a nuestra forma de comprensioacuten del mundo que es eminentemente linguumliacutestica Este apartado pretende ofrecer ademaacutes una reflexioacuten dinaacutemica que cumpla con la dialeacutec-tica hermeneacuteutica de ldquopregunta y respuestardquo que explicite la serie de prejuicios cuestiona-bles en lo relativo a la aproximacioacuten a los dra-mas traacutegicos y la problemaacutetica que plantean

Por su naturaleza esta investigacioacuten es de caraacutecter documental y por consiguiente seraacute indispensable el uso de material impreso y digital Utilizaremos fuentes como textos fi-losoacuteficos y artiacuteculos acadeacutemicos de revistas indexadas que giran en torno a toacutepicos de esteacutetica hermeneacuteutica y maacutes concretamente relacionados con las obras traacutegicas griegas es-cogidos todos ya sea por su abordaje filosoacutefico o criacutetico-literario entre otros

Nuestro uso de las obras traacutegicas fuentes primarias de la presente investigacioacuten se ser-viraacute de las traducciones y notas que ofrece la Editorial Gredos S A de la mano de recono-cidos autores como Carlos Garciacutea Gual y Luis Alberto de Cuenca y Prado Igualmente se ten-draacute en cuenta la traduccioacuten de Juan Manuel Libano (Editorial Caacutetedra) aunque de manera secundaria y sobre todo para las obras de Eu-riacutepides

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En cuanto a los antecedentes vinculados con los intereses planteados en este trabajo muchos de ellos ofrecen una revisioacuten y una re-actualizacioacuten de conceptos como miacutemesis asiacute como reaproximaciones a los dramas traacutegicos de acuerdo con enfoques filosoacuteficos y acadeacute-micos muy distintos entre siacute Uno de ellos se compendia en los dos voluacutemenes de Vidal-Na-quet y Vernant (2002a) Mito y tragedia en la Grecia antigua obra antes mencionada que aborda la tragedia griega desde un marco in-terpretativo estructuralista por lo que se pro-pone un estudio de las obras traacutegicas en su iacutentima relacioacuten hermeneacuteutica con los mitos de los que parten y el contexto al que se dirigen como piezas vinculadas a un puacuteblico de ciuda-danos con problemaacuteticas e intereses propios de su situacioacuten histoacuterica

Maacutes que ser una investigacioacuten meramente socioloacutegica o histoacuterica la intencioacuten de acuer-do con Vidal-Naquet (2002a) es la de estu-diar la poesiacutea traacutegica desde esta pluralidad de dimensiones ldquocomo realidad social con la institucioacuten de los concursos traacutegicos como creacioacuten esteacutetica con el advenimiento de un nuevo geacutenero literario como mutacioacuten psico-loacutegica con el surgimiento de una conciencia y de un hombre traacutegicordquo (p13) En tal sentido su investigacioacuten plantea interesantes reflexiones sobre la significativa relevancia cultural de la tragedia como espacio de invencioacuten literaria y de ruptura respecto de la tradicioacuten Estas con-sideraciones seraacuten tomadas en cuenta hacia el final de estas paacuteginas a la luz de las premisas que hasta ese momento habraacuten de ser desa-rrolladas

Otro antecedente de esta indagacioacuten se en-cuentra en la tesis doctoral de Mariana Melo (2013) Miacutemesis traacutegica entre el lenguaje y lo poliacutetico claves para combatir la fragilidad de la accioacuten Esta investigacioacuten como su nombre lo indica se dirige hacia una reevaluacioacuten del

concepto aristoteacutelico y platoacutenico de miacutemesis para aproximarse a traveacutes del mismo a una problemaacutetica maacutes dirigida a los aspectos poliacute-ticos y eacuteticos del teacutermino Es como una puesta en escena en relacioacuten con la incidencia poliacute-tica social y educativa del teatro ateniense en su contexto Para ello la autora se sirve de los escritos de filoacutesofos como Hannah Arendt y Paul Ricoeur con el fin de vincular y aclarar esa dimensioacuten eacutetico-poliacutetica que atisba en el concepto aristoteacutelico de la miacutemesis traacutegica y que le lleva a desarrollar una relacioacuten triaacutedica entre miacutemesis praxis y logos

Si bien ese trabajo comparte nuestro inte-reacutes por una reflexioacuten sobre el concepto aris-toteacutelico y platoacutenico de miacutemesis su desarrollo apunta hacia dimensiones maacutes eacuteticas y poliacuteti-cas mientras que el nuestro se dirige hacia in-terrogantes de iacutendole esteacutetica literaria y rela-tivas a la filosofiacutea del lenguaje emparentadas con la filosofiacutea hermeneacuteutica de Hans-Georg Gadamer y los argumentos de diferentes au-tores que abordan estas problemaacuteticas en el examen de la actividad poeacutetica

Asiacute mismo el libro de la doctora Virginia Aspe (2005) Perennidad y apertura de Aris-toacuteteles reflexiones poeacuteticas y de incidencia mexicana es otra investigacioacuten que gira en torno a una relectura y reinterpretacioacuten de la Poeacutetica del estagirita en este caso para distin-guir su actualidad pero tambieacuten sus aporiacuteas y vaciacuteos Esta autora se sirve metodoloacutegicamen-te de una revisioacuten de la Poeacutetica por medio de autores como Tomas de Aquino y a partir de alliacute ofrece una revisioacuten sobre conceptos canoacute-nicos como eacutethos loacutegos kaacutetharsis miacutemesis y ldquolo Maravillosordquo (to thaumastoacuten) Igualmente revisa tales nociones relacionadas con el tea-tro aacutetico y su circunstancia en el panorama esteacutetico-artiacutestico del Meacutexico actual

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Las reflexiones que la investigadora Virgi-nia Aspe dedica a lo que denomina como el problema del razonamiento poeacutetico en Aristoacute-teles encuentra invalorables puntos de coin-cidencia con nuestra pretensioacuten de estudiar el alcance aletheico de la palabra poeacutetica en la medida en que aprecia la relacioacuten entre la alegoriacutea y el silogismo en el pensamiento poeacute-tico de acuerdo con un tipo de verdad o sa-ber propio de las artes En un orden paralelo nos preguntamos por el alcance aletheico que puede contener la palabra poeacutetica y concre-tamente queacute espacios de comprensioacuten inter-pretativa ofrecen las obras traacutegicas que seraacuten abordadas

Igualmente el libro del filoacutesofo espantildeol Luis Zahonero (2017) El lugar de los poetas un ensayo sobre esteacutetica y poliacutetica resulta fun-damental El texto parte de la idea de que el lugar de los poetas es ldquoel lugar en donde se ponen nombres a las cosas se conciben for-mas para la materia y se crean reglas para el mundordquo (Zahonero 2017 p12) tesis cardinal que el autor considera que constituye una de las problemaacuteticas esteacuteticas (y de incidencia poliacutetica) contemporaacuteneas De este modo en su estudio emprende una revisioacuten criacutetica del desarrollo histoacuterico de la esteacutetica filosoacutefica y se detiene detalladamente en algunos mo-mentos de las obras de los filoacutesofos Kant y Nietzsche autores que considera esenciales para dilucidar el tema sobre el lugar de los poetas

La relevancia de su propuesta en relacioacuten con nuestra tesis investigativa reside en su tra-tamiento del concepto platoacutenico y aristoteacutelico de la miacutemesis que contrapone directamente a la concepcioacuten romaacutentica de poiesis o expre-sioacuten Mientras que la primera se refiere mdashpara este autormdash a una ldquomiacutemesis gregariardquo e imi-tativa de lo dado por una cultura (sobre todo en las diversas producciones poeacuteticas de la

Grecia antigua donde tambieacuten incluye al tea-tro griego) la poiesis aludiriacutea a una dimensioacuten creativa y libre en el arte desligada de cual-quier modelo o regla precedente

A su vez otro de los problemas fundamen-tales que Luis Zahonero aborda mdashy que tiene una incidencia considerable en nuestra apro-ximacioacuten hermeneacuteutica a las tragediasmdash con-siste en la propia concepcioacuten del lugar de los poetas y lo que denomina como la ldquoperforma-tividad del lenguajerdquo es decir ldquola capacidad que tiene el lenguaje para conformar la propia realidad (el poder que tienen las palabras para dar forma al mundo y organizarlo)rdquo (Zahonero 2017 p386) Aunque en su desarrollo se en-cuentran considerables diferencias con las te-sis que manejaremos mdashde acuerdo con otros autores que se tendraacuten en cuentamdash tambieacuten hallamos diversos puntos de coincidencia que creemos paralelos y seraacuten sopesados en su momento

Sobre la base de estos antecedentes y la interrogacioacuten general que atraviesa nuestra indagacioacuten hay que aclarar que este trabajo pretende promover la investigacioacuten interdisci-plinaria propia de la licenciatura en Estudios Liberales asiacute como ahondar en la pesquisa contemporaacutenea referente a la interrelacioacuten entre las formas del discurso y comprensioacuten filosoacutefica del mundo y las formas del discurso poeacutetico y literario que tambieacuten posibilitan una comprensioacuten diversa vinculante y valiosa de la realidad

Uno de los aspectos que nos han impulsa-do en la definicioacuten de este trabajo de investi-gacioacuten es nuestro intereacutes personal por la inte-rrelacioacuten entre los terrenos de la literatura y la filosofiacutea La tragedia claacutesica problematiza los temas eacuteticos y se dirige a nuestra sensibilidad y capacidad de percepcioacuten esteacutetica Esta inte-rrelacioacuten que apela a nuestra configuracioacuten

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humana es la preocupacioacuten inicial y vital que impulsa a realizar este estudio en profundi-dad

A traveacutes de sus obras los antiguos poetas traacutegicos nos proporcionan argumentos que contienen una visioacuten caracteriacutestica del mundo y de la condicioacuten del hombre que es preciso comprender en variados planos justamente porque se sirven de recursos y medios poeacuteti-cos diferentes y complementarios a los medios racionales y argumentativos mdashsin eliminar es-tosmdash para representar y expresar problemaacute-ticas eminentemente humanas No por su an-tiguumledad debemos catalogar algunas manifes-taciones artiacutesticas o visiones del mundo como arcaicas u obsoletas De hecho consideramos que su particularidad histoacuterica nos permite encontrar nuevos puntos de vista para discer-nir sobre la propia condicioacuten individual en el contexto de nuestra cultura occidental o en torno a las implicaciones sociales y eacuteticas pro-venientes de la configuracioacuten caracteriacutestica de esa herencia cultural

CAPIacuteTULO I

DISERTACIOacuteN SOBRE EL POTENCIAL INTRIacuteNSECO DE LA PALABRA POEacuteTICA DE ACUERDO CON LA PROPUESTA HERMENEacuteUTICA DE HANS-GEORG GADAMER

11 Relacioacuten entre lenguaje y mundo la linguumlisticidad de nuestra comprensioacuten del mundo

La hermeneacuteutica filosoacutefica inaugurada y de-sarrollada por los filoacutesofos Martin Heidegger (1889-1976) y Hans-Georg Gadamer (1900-2002) parte de una reflexioacuten particular sobre la tarea de la comprensioacuten humana La misma va maacutes allaacute de la actividad interpretativa de textos que fue en lo que consistioacute inicialmen-te la hermeneacuteutica claacutesica y la comprensioacuten

pasa a constituirse en el elemento esencial de la propia realidad existencial del hombre Asiacute antes de pasar a reflexionar sobre la poesiacutea y concretamente sobre la poesiacutea traacutegica es me-nester pensar primero en nuestra relacioacuten con el lenguaje y en lo que en palabras de Gada-mer seriacutea nuestra ldquocomprensioacuten linguumliacutestica del mundordquo

La reflexioacuten filosoacutefica occidental se ha fun-dado en buena medida en conformidad con la distincioacuten entre el lenguaje y el pensamien-to De manera casi natural se ha considerado que nuestro lenguaje funge como instrumento que se adecua a posteriori a nuestros pensa-mientos lo que supone que el lenguaje tiene un papel secundario e instrumental Muy por el contrario de acuerdo con los presupues-tos de la hermeneacuteutica gadameriana nuestro ejercicio de comprensioacuten de conceptos mdashy del mundomdash es siempre una actuacioacuten linguumliacutesti-ca es decir que se realiza en nuestro acceso al lenguaje La comprensioacuten ocurre en el lengua-je y no por medio de eacutel2

La actividad comprensiva es una que se gesta en el horizonte de nuestra capacidad lin-guumliacutestica y nos permite relacionarnos de forma iacutentima y vital con el mundo y el entorno maacutes inmediato Como bien expresa Jean Grondin (2003) ldquohellipyo entiendo uacutenicamente cuando soy capaz de comprender la constelacioacuten de sentido en la que se inscribe lo que ha de in-terpretarserdquo (p193) Esto implica que nuestra actividad de comprensioacuten supone de ante-mano que el objeto comprendido tambieacuten se

2 Aquiacute Gadamer sigue la famosa alocucioacutenheideggeriana que afirma ldquoEl lenguaje es lacasa del ser En sumorada habita el hombre Lospensadores y poetas son los guardianes de esa moradardquo (Heidegger 1947 p1) Esto supone queellenguajenopuedeserunaldquoherramientardquoparaeluso del hombre sino que su relacioacuten con eacutel es ladeunldquotodordquoquelecomprendeyabarcacomolarelacioacutendeunserhumanoconsuhogar

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encuentra determinado linguumliacutesticamente o accede a tal linguumlisticidad

De este modo el ejercicio de comprensioacuten es para Gadamer una actividad de interrela-cioacuten y diaacutelogo con aquello otro que busca ser comprendido el texto el cual es texto en la medida en que el inteacuterprete se dispone a ldquoes-cucharrdquo aquello que aquel tiene que decir des-de siacute mismo En palabras de Gadamer (1977) el ldquotexto soacutelo puede llegar a hablar a traveacutes de la otra parte del inteacuterpreterdquo (p466) Y asiacute la comprensioacuten es siempre una actividad de vin-culacioacuten encuentro y relacioacuten

Ahora bien la actividad de comprensioacuten que debemos realizar no se limita al texto como escrito sino que atraviesa en su tota-lidad nuestra constitucioacuten existencial como seres-en-el-mundo De la misma manera la relacioacuten que tiene lugar entre el sujeto y su mundoentorno es ya una relacioacuten interpreta-tiva en constante desarrollo El filoacutesofo alemaacuten mdashquien sigue tanto a Heidegger como a Hum-boldtmdash considera que esta relacioacuten maacutes que ser una ldquovisioacuten de mundordquo (weltanschauung) es una relacioacuten de caraacutecter linguumliacutestico y por tanto resulta maacutes certera la expresioacuten ldquoacep-cioacuten de mundordquo

Para el hombre el mundo estaacute ahiacute como mundo en una forma bajo la cual no tiene existencia para ninguacuten otro ser vivo puesto en eacutel Y esta existencia del mundo estaacute constituida linguumliacutesticamente (hellip) Con esto Humboldt quiere decir que el lengua-je afirma frente al individuo perteneciente a una comunidad linguumliacutestica una especie de existencia autoacutenoma y que introduce al individuo cuando eacuteste crece en ella en una determinada relacioacuten con el mundo y con un determinado comportamiento ha-cia eacutel (Gadamer 1977 p531)

Para Gadamer la relacioacuten entre mundo y lenguaje es inversamente reciacuteproca hay mun-do para el hombre porque este es interpelado linguumliacutesticamente Las cosas son inteligibles en su nombramiento es decir mediante su arti-culacioacuten linguumliacutestica y de ese modo el hombre forja progresivamente una posicioacuten un com-portamiento y una comprensioacuten de su mundo circundante (determinado histoacutericamente) Aquiacute surge una distincioacuten importante entre entorno y mundo El primero se caracteriza porque en eacutel todo ser vivo incluso el hombre mantiene una relacioacuten inmediata y de depen-dencia existencial Mientras que el mundo implica una relacioacuten de distanciamiento de relativa independencia y libertad con eacutel Es la capacidad linguumliacutestica del hombre la que le per-mite sobrepasar su entorno inmediato y ele-varse hacia el mundo uno lleno de relaciones diversas y plurales de sentido ldquoEsta libertad frente al entorno es tambieacuten libertad frente a los nombres que damos a las cosasrdquo (Gada-mer 1977 p532) Y es esta capacidad de libre designacioacuten de las cosas la que permite confi-gurar una relacioacuten de familiaridad y cercaniacutea con el mundo

Para Gadamer (1977) ldquoel lenguaje soacutelo tie-ne su verdadera existencia en el hecho de que en eacutel se representa el mundordquo (p531) En un hilo semejante al inaugurado por la linguumliacutestica claacutesica de Ferdinand de Saussure (1853-1913) toda palabra (expresioacuten foacutenica) surge para la representacioacuten de un ente y en esta represen-tacioacuten se cimenta una relacioacuten que se preten-de uniacutevoca entre la palabra y su significacioacuten En el uso cotidiano y rutinario del lenguaje se presupone una relacioacuten uniacutevoca y estrecha en-tre significante (palabra) y significado lo que en Gadamer da cuenta de la determinacioacuten histoacuterica de la diversidad de ldquoacepciones de mundordquo y su relacioacuten con el mundo uno al que se refieren Es decir que en la pluralidad de las

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lenguas estas siempre aluden al mundo desde la diversidad de una experiencia

De modo que surgen dos cuestiones una acerca de la capacidad que tiene el lenguaje para representar el mundo al que se refiere y otra que implica la existencia de una dimen-sioacuten del mundo en-siacute inaprensible a la verba-lizacioacuten Siacute se mantiene que el entendimiento tiene lugar en el lenguaje y este puede consi-derarse como una jaula que limita nuestra po-sibilidad de inteleccioacuten de la realidad3

En respuesta a este planteamiento Gada-mer promueve la posibilidad de ampliar nues-tras acepciones de mundo las cuales no son cerradas ni excluyentes unas de otras ldquoLa per-fectibilidad infinita de la experiencia humana del mundo significa que nos movamos en el lenguaje que nos movamos nunca llegamos a otra cosa que a un aspecto cada vez maacutes am-plio a una lsquoacepcioacutenrsquo del mundordquo (Gadamer 1977 p536) La pluralidad de las lenguas no conlleva necesariamente la concepcioacuten de un mundo en-siacute maacutes allaacute de la verbalizacioacuten sino que afirma la pluralidad de las relaciones de sentido y por tanto las aproximaciones posi-bles al mundo En palabras de Jean Grondin (2003) la universalidad de la linguumlisticidad mdashque no es lo mismo que la universalidad del lenguajemdash consiste en la ldquoposibilidad siempre abierta pero no siempre realizada de nues-tra accioacuten del comprenderrdquo (p196) De modo que entre los horizontes de cualquier acep-cioacuten de mundo existe una brecha potencial-

3 Como siacute sucede por ejemplo en la reflexioacutensobre el lenguaje que hace Friedrich Nietzschequien en su obra Verdad y mentira en un sentido extramoral (1872) escribe ldquoiquestEs el lenguaje laexpresioacuten adecuada de toda realidad (hellip) iexclQueacuteparcialidad cuando elegimos una u otra propiedad para designar una cosa Si comparamos entre siacutelos diferentes idiomas obtendremos la evidencia de que las palabras no alcanzan nunca a la verdad nilaexpresioacutenadecuadapuesdelocontrarionoexistiriacuteantantosidiomasLalsquolacosaensiacutersquo(hellip)resultatotalmenteinaccesiblerdquo(p229)

mente ampliable en relacioacuten con lo que ldquopo-driacutea ser dichordquo o articulado linguumliacutesticamente

No es que no existan liacutemites sino que es-tos mismos liacutemites expresivos no implican una imposibilidad sobre aquello otro fuera del lenguaje que podriacutea llegar a ser articulado en una comprensioacuten maacutes abarcante De cierta manera tales liacutemites se encuentran abiertos hacia una mayor comprensioacuten lo que implica un potencial de autotrascendencia del propio lenguaje

A traveacutes de la misma comprensioacuten linguumliacutes-tica es posible llegar hasta los liacutemites de lo no articulado de lo inexpresado y ldquodiferenterdquo del lenguaje de modo que con Gadamer (1977) diremos que ldquoel lenguaje rebasa cualquier ar-gumentacioacuten contra su competenciardquo (p197) Y como bien repara Jean Grondin (2003) en la relacioacuten entre lo comprendido y aquello otro intuible e inasible a nuestra verbalizacioacuten nos ldquofaltan palabras porque las estamos buscan-do traacutegicamente Lo que se sustrae del lengua-je clama dolorosamente reclamando linguumlis-ticidad anhelando co-realizacioacutenrdquo (p197) De manera que esta es la uacutenica manera en la que puede aceptarse y comprenderse la univer-salidad de la linguumlisticidad tal como Gadamer la asume Siendo universal lo que podriacutea par-ticipar de una posible decibilidad en la com-prensioacuten humana (Grondin 2003 p197) su-pone por tanto una friccioacuten constante entre lo articulado sus liacutemites y lo potencialmente articulable

Estas mismas distancias existentes entre las diversas ldquoacepciones de mundordquo dan cuenta de una polisemia y una diversidad intriacutensecas de relaciones de sentido en referencia a este No existe tal cosa como un lenguaje maacutes ade-cuado que otro en su comprensioacuten del mundo valga recordar aquiacute que no es vaacutelido concebir el lenguaje como un objeto como un instru-

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mento para llegar a la ldquoverdadrdquo sino como un ldquotodordquo inabarcable al que el hombre accede El lenguaje es ya un acceso a la comprensioacuten del mundo y la pluralidad de las lenguas se relaciona iacutentimamente con la pluralidad casi inabarcable de las experiencias posibles del mundo Gadamer lo explicita asiacute

La relacioacuten fundamental del lenguaje y el mundo no significa por lo tanto que el mundo se haga objeto del lenguaje Lo que es objeto del conocimiento y de sus enunciados se encuentra abarcado siem-pre por el horizonte del mundo del len-guaje La linguumlisticidad de la experiencia humana del mundo no entrantildea la objetiva-cioacuten del mundo (Gadamer 1977 p539)

De esta manera a cualquier comprensioacuten le antecede un horizonte pre-comprensivo de mundo que es en cierta manera linguumliacutesti-co En el caso de una comprensioacuten natural e inmediata del mundo mdashevidente en nuestro ldquolenguaje vivordquo y cotidianomdash esta se eviden-cia en la propia estructura del lenguaje articu-lado Gadamer usa el ejemplo de la compati-bilidad entre ciertas ldquoapariencias realesrdquo y la comprensioacuten cientiacutefica de tales apariencias como la percepcioacuten de que el Sol se pone en el horizonte y en esa medida gira en torno a nosotros y la concepcioacuten cientiacutefica que asegu-ra que es la Tierra la que gira en torno al Sol y la relacioacuten no es inversa

La ldquoelevacioacutenrdquo que se da en la articulacioacuten linguumliacutestica de la realidad mdashy que posibilita que el hombre ldquotenga mundordquo maacutes allaacute del mero entornomdash consiste en que el lenguaje hace presente la realidad desde su lejaniacutea En eacutel se da una dinaacutemica reciacuteproca de presencia y au-sencia En su conferencia De camino al habla (1987) Heidegger afirma

El nombrar invoca La invocacioacuten acer-ca lo invocado Para depositarlo en el aacutem-

bito de lo que estaacute presente e incorporarlo en ello (hellip) La invocacioacuten invoca en siacute y por ello llama hacia aquiacute hacia la presencia y llama hacia allaacute en la ausencia (Heidegger 1987 p19)

A juicio de Heidegger lo que se hace pre-sente en el habla y sobre todo en el ldquodecirrdquo poeacutetico se hace presente de una forma au-sente El habla hace proacuteximas las cosas en su nombramiento pero desde su ausencia Tanto para Heidegger como para Gadamer los entes acceden a la presencia en el lenguaje y no se objetualizan por medio de eacutel Explica Gadamer (1977) que ldquosobre esta distancia reposa el que algo pueda destacarse como constelacioacuten ob-jetiva propia y convertirse en contenido de una proposicioacuten susceptible de ser entendida por los demaacutesrdquo (p534)

Nuestra capacidad de nombramiento su-pone una distancia relativa del mundo pero a su vez una cercaniacutea que se hace presente en el mismo acto de nombrar Asiacute en la ex-periencia natural del mundo mdashnuestro ldquolen-guaje vivordquomdash el lenguaje devela el ser-ahiacute de lo nombrado de modo que tambieacuten eacutel es da-sein En la linguumlisticidad de nuestra compren-sioacuten y en el acceso que tengamos a una lengua dada hay un particular acercamiento hacia las cosas mismas en su ausencia o lejaniacutea Para estos filoacutesofos el lenguaje se determina con relacioacuten al ser el ahiacute universal del mundo de modo que este contiene un gran potencial ale-theico4 es decir de develacioacuten En su ensayo ldquoSobre la verdad de la palabrardquo (1971) Gada-mer consideroacute que ldquoen el lenguaje que habla-

4 La aletheia puede ser entendida someramentecomoeldevelamientode laverdad JeanBeaufret(1984) la define concretamente como lo ldquoAbiertosinocultamientoplenamenteabiertoDeellonadaseoculta nada se vuelveaacutedelon diceAristoacutetelesnadasevuelvelsquoinaparentersquoLacosasepresentademodotalquedeellanadaesinaparenterdquo(p44)yencuentra su correlato en expresiones linguumliacutesticascomo el verbo decir

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mos unos con otros el lsquoserrsquo es[taacute] ahiacute Y todo ello no a partir de una decisioacuten existencial que uno tambieacuten podriacutea dejar de tomar sino porque ser-ahiacute es resolucioacuten estar abierto al lsquoahiacutersquordquo (p10)

Asiacute el lenguaje se percibe como aquello que trae al mundo a su presencia y cercaniacutea no es uacutenicamente un ldquomediordquo para la expre-sioacuten personal y subjetiva del hombre pues lo enlaza iacutentimamente con su derredor y posibi-lita su apertura hacia el afuera que es el mun-do Pero asiacute como el lenguaje contiene un potencial de develacioacuten de significados y sen-tidos diversos tambieacuten resguarda en siacute la po-sibilidad de ocultamiento y olvido Es por esto que en la terminologiacutea de Heidegger hay una distincioacuten maacutes tajante entre un habla inauteacuten-tica y una auteacutentica en la que variacutea el poder dicente del enunciado y con eacutel su potencial de develacioacuten

Mientras que la primera forma del lengua-je el habla inauteacutentica se corresponde con una articulacioacuten maacutes cotidiana y pragmaacutetica como instrumento de informacioacuten el habla auteacutentica se vincula al cuidado expresivo que reside en la disertacioacuten filosoacutefica y en mayor grado en la palabra poeacutetica Hablar no es ne-cesariamente decir y la palabra auteacutentica es dicente por excelencia en tal sentido es deve-ladora y conservadora de una serie de signifi-caciones y sentidos que se tornan presentes en su expresioacuten linguumliacutestica

12 Verdad de la palabra poeacutetica disertacioacuten sobre el valor y el alcance de la metaacutefora

La palabra poeacutetica en su expresividad y li-bre juego linguumliacutestico se sirve de una serie de elementos que le confieren una profundidad semaacutentica al igual que una dignidad como ser

dicente por siacute mismo y logra que su autono-miacutea y validez no dependan de su referenciali-dad sobre algo externo a ella misma De modo que para autores como Gadamer y Heidegger mdashentre otros que se consideraraacuten luegomdash el lenguaje en su cuidado poeacutetico y literario re-suena como uno maacutes auteacutentico y originario cargado de vitalidad Pero para aproximarnos a estas dimensiones de la palabra poeacutetica es necesario reparar primero en otras cuestiones sobre el lenguaje en general

De acuerdo con la hermeneacuteutica gadame-riana la palabra posee su propia verdad Esto en la medida en que cualquier expresioacuten ar-ticulada linguumliacutesticamente mdashes decir todo enunciadomdash tiene de antemano una relacioacuten iacutentima y vital con el horizonte linguumliacutestico que es el mundo Aquiacute ldquopalabrardquo alude maacutes bien a cualquier enunciado o texto articulable y no uacutenicamente a la ldquopalabrardquo en singular y como miacutenima articulacioacuten linguumliacutestica de sentido asi-mismo cuando en este escrito empleamos la frase ldquola palabra poeacuteticardquo hacemos referencia maacutes bien y de forma general al uso literario del lenguaje De acuerdo con Jean Grondin (2003) la verdad de la palabra puede enten-derse como un ldquogenitivo subjetivordquo e inversa-mente como un ldquogenitivo objetivordquo Es decir en la pertenencia de la ldquoverdadrdquo a la linguumlisti-cidad como horizonte uacuteltimo al que remite la comprensioacuten humana y de forma contraria la pertenencia del lenguaje al ahiacute universal del ser Asiacute

Es la palabra la que hace que la verdad sea revelando maacutes que nada una cosa verdadera aun antes de toda conciencia reflexiva acerca de la verdad de la palabra en el sentido de un genitivo objetivo que deja constancia de la rectitud de la palabra acertada (Grondin 2003 p220)

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Nuevamente se aprecia una relacioacuten reciacute-proca esta vez entre lenguaje y verdad El len-guaje no representa subjetivamente al mundo en su articulacioacuten ni este es una reconstruc-cioacuten fenomeacutenica diferente de un en-siacute maacutes bien el lenguaje hace presente y cercano al mundo mismo y sus entes Como se indicoacute con anterioridad el lenguaje tiene un potencial aletheico pues devela los entes nombrados los coloca ahiacute en el ejercicio de nombrarlos como presentes y en cierta forma invocados con su nombramiento Para Heidegger (1987) lo ldquoque se despliega en el habla es el Decir en tanto que Mostracioacutenrdquo (p229) las cosas en su acceso al lenguaje no solo se ldquomuestranrdquo desde su ser sino que en el decir tambieacuten se hace patente su autentificacioacuten o su no-falsi-ficacioacuten acepciones diferentes del teacutermino griego aletheia Seguacuten Gadamer en expresio-nes comunes como ldquono me engantildeesrdquo el im-perativo ldquodiacutemelordquo incluso cuando se habla de ldquoamigos verdaderosrdquo de ldquooro verdaderordquo o de cualquier expresioacuten que disponga del verbo decir nos remitimos de diversas formas a esa autentificacioacuten que identificamos en el ser de lo mencionado es ello algo esencial a la cosa misma y de ahiacute se comprende que la palabra griega aletheia puede ser entendida en su sen-tido de franqueza autentificacioacuten yo no-ocul-tacioacuten (Gadamer 1971 p8)

Ahora bien en el uso poeacutetico del lenguaje y en lo que respecta a su articulacioacuten libre y figurada mdashsobre todo en el terreno de la lite-raturamdash la palabra adquiere desde siacute misma un poder significativo y dicente muy particular Consiste en su valiacutea y preeminencia que so-brepasa cualquier referencialidad sobre algo dado y su verbalizacioacuten permanece libre de fines praacutecticos y diferentes del propio decir que es lo esencial en la literatura En el poe-ma o en liacuteneas generales en cualquier forma lograda de obra de arte linguumliacutestica lo nombra-

do es evocado de tal modo que se hace pre-sente desde su propia determinacioacuten linguumliacutes-tica en otras palabras lo ldquoque distingue a la lengua poeacutetica es el supremo cumplimiento del lsquohacer manifiestorsquo (deloacuteun) que es el logro general del hablarrdquo (Gadamer 1996 p117) Por consiguiente el lenguaje poeacutetico cumple en mayor grado las pretensiones que ya estaacuten en el habla convencional pues no se mantie-ne en el plano de lo que Heidegger concibe como lenguaje inauteacutentico o ldquohabladuriacuteasrdquo el desgaste expresivo del lenguaje en su uso con-vencional y comunicativo en relacioacuten con fines praacutecticos diferentes de la propia expresividad de las palabras En efecto el lenguaje poeacuteti-co autorrealiza su pretensioacuten de ser dicente en mayor grado Seguacuten Heidegger (1950) ldquoel poeta usa la palabra pero no como tienen que gastar las palabras los que hablan y escriben a la manera ordinaria sino de suerte que pro-piamente entonces la palabra posee ser y per-manezca realmente palabrardquo (p39)

Su verdad no estaacute determinada por algo externo a ella por su referencialidad a un ob-jeto natural como si una ldquorosardquo evocada poeacute-ticamente tuviera validez solo en la medida en que se corresponde con el ente real ldquorosardquo Su-cede todo lo contrario en la lectura de la obra poeacutetica De hecho para Gadamer (1996) la ldquorealizacioacuten que acontece por la palabra hace saltar cualquier comparacioacuten con otra cosa que tambieacuten estuviera ahiacute y eleva lo dicho maacutes allaacute de la particularidad que solemos lla-mar realidadrdquo (p118) En la lectura de la obra poeacutetica somos absorbidos por aquello en que la pieza nos introduce esa presencia eminente y dicente legitima su valiacutea

Mientras que el sentido que es fundamen-to de las palabras cambia histoacutericamente y la experiencia existencial del hombre hace ma-nifiesto el devenir de todo solo en la palabra poeacutetica tal devenir de las cosas es preservado

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y exaltado Como se indica en la cita anterior lo particular es elevado por encima de su pre-sentacioacuten cotidiana y pasa a manifestarse de forma esencial elevada ahiacute en el lenguaje gracias a la profundidad significativa que ad-quiere y se preserva en su conformacioacuten5 poeacute-tica

En relacioacuten con esta misma idea en su tex-to ldquoLa actualidad de lo bellordquo Gadamer escri-be

No es una mera develacioacuten de senti-do lo que se lleva a cabo en el arte Antes bien habriacutea de decirse que es el abrigo del sentido en lo seguro de modo que no se escape ni se escurra sino que quede fijado y protegido en la estructura de la confor-macioacuten [artiacutestica]rdquo (Gadamer 1991 p89)

Aquiacute surgen dos cuestiones de principal im-portancia para nuestra comprensioacuten del poder de la palabra poeacutetica La primera consiste en la eminencia de esta como sucede en la obra artiacutestica y la segunda alude a la relacioacuten in-triacutenseca que se da entre la palabra (poeacutetica) y su sentido

Como se puede apreciar la palabra escrita el texto como la pieza de arte fija una serie de sentidos que se preserva en la obra En la relacioacuten que se da entre inteacuterprete y texto la actividad comprensiva supone un dejar en li-bertad al objeto para que pueda interpelar al sujeto desde su decir accesible solo en la

5 Aquiacute queremos utilizar el teacutermino conformacioacuten (Gebilde en alemaacuten) en el mismo sentido que esdefinido por Gadamer en sus obras Traducidoen ocasiones como construccioacuten conformacioacutenconfiguracioacutenelautorquiereconceptualizarconsuusolaformadeserdelaobradeartecomoproductoacabado de una cierta construccioacuten artiacutestica Asu juicio ldquola conformacioacuten lsquoestaacutersquo y existe asiacute lsquoahiacutersquolsquoerguidarsquo deuna vezpor todas susceptiblede serhalladaporcualquieraqueseencuentraconelladeserconocidaporsulsquocalidadrsquoEsunsaltopormediodelcuallaobrasedistingueporsuinsustituibilidadrdquo(Gadamer1991p88)

lectura que es comprensioacuten e interpretacioacuten Como bien indica Gadamer (1977) ldquopor el inteacuterprete los signos escritos se vuelven sen-tidos asiacute el lenguaje accede al asunto mismo del que habla el textordquo (p466)

Por consiguiente el texto funge como un punto de unidad hermeneacuteutica en el que la actividad comprensiva busca ligarse a la inter-pretacioacuten que exige el texto dado Pero en la obra de arte y en la palabra poeacutetica tal rela-cioacuten no es del todo accesible y por tanto no se puede llegar a su total conceptualizacioacuten y aprehensioacuten Se muestra asiacute la eminencia del texto poeacutetico (que es una forma de obra de arte)

Lo que se pretende afirmar es que aunque una obra de arte poeacutetica invite por siacute misma a la ldquolecturardquo y escucha (contemplacioacuten e in-terpretacioacuten) de aquello que promete en la actividad hermeneacuteutica no se reduce ni se aprehende en su totalidad La obra se resis-te a su conceptualizacioacuten general y definitiva Para Gadamer (1996) la interpretacioacuten estaacute ldquoinseparablemente unida al texto poeacutetico precisamente porque el texto poeacutetico nunca puede ser agotado transformaacutendolo en con-ceptos Nadie puede leer una poesiacutea sin que en su comprensioacuten penetre siempre algo maacutesrdquo (p59) y es esta irreductibilidad la que posibi-lita una pluralidad de interpretaciones de la obra y maacutes auacuten la que hace manifiesta la pro-fundidad significativa que alberga en siacute

Mientras que los sentidos de nuestras pa-labras se concretan en el uso rutinario y prag-maacutetico del lenguaje en su manifestacioacuten lite-raria hay un libre juego poliseacutemico de sentidos y relaciones que en la practicidad del lengua-je bien pueden quedar desapercibidos

Cuando en su conferencia De camino al habla (1987) Heidegger afirma ldquoEl habla mdashel son del silenciomdash es en cuanto que da pro-

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piamente la Diferencia El habla se despliega como el advenimiento de la diferencia para mundo y cosardquo (p28) nos indica que el habla mdashlenguaje comuacutenmdash se configura en el olvi-do de la polisemia efectiva de sentidos (ldquoson del silenciordquo) y funda la diferencia ontoloacutegica entre cosa (lo articulado linguumliacutesticamente) y mundo Para este filoacutesofo el lenguaje comuacuten manifiesta la presencia de las cosas pero igno-rando una ambivalencia de sentidos que ron-dan al propio lenguaje de manera oculta De alliacute que el habla es acompantildeada por el son si-lencioso el son de una polisemia inadvertida

El filoacutesofo chileno Max Colodro (2000) si-guiendo las reflexiones heideggerianas indi-caraacute ldquoEs el universo del sentido siempre im-pliacutecito y silencioso el que resulta un mundo ajeno al formalismo inevitable de la sintaxisrdquo (p30) De modo que en el habla comuacuten las pa-labras se reducen tienden a la concrecioacuten e ignoran lo inaprensible por ellas mientras que en el ejercicio del poeta sucede todo lo contra-rio Alliacute lo no aprensible en la sintaxis busca ser develado Este explota la pluralidad semaacutentica oculta en las palabras de sentidos casi infini-tos y como se refiere en la cita juega con lo inasible en la sintaxis6 De un modo semejan-te pero no completamente igual Gadamer (1971) considera que la ldquopalabra lsquosurgersquo en la poesiacutea a partir de una fuerza de diccioacuten nueva que con frecuencia estaacute oculta en lo usual (hellip) la palabra poeacutetica instaura sentidordquo (p24)

6 Como se puede apreciar en la cita presentadadeMax Colodro su disertacioacuten sobre el ldquoson delsilenciordquoleacercaalateoriacuteadeldquoLa differancerdquo del filoacutesofo Jacques Derrida Esto aviva las cuestionessobrelarelacioacutenentrelahermeneacuteuticafilosoacuteficadeGadamery ladeconstruccioacutendeDerridaquehansido estudiadas en obras que no competen a esta investigacioacutenyqueen sumomento condujeronalencuentrode1981entreestasdosfigurashistoacutericasEn este punto optamos por reconocer esta trama para no dar pie a malentendidos sobre el uso de estosautores

Esta relacioacuten entre la palabra y su silencio mdashlo que oculta en su estructuracioacuten concep-tual e histoacutericamente determinadamdash resulta un toacutepico de sumo intereacutes aunque se debe re-conocer que tambieacuten colinda con cuestiones que no podemos desarrollar en esta investiga-cioacuten Sin embargo es alliacute donde encontramos un aporte fundamental para nuestro enfoque sobre la palabra poeacutetica y la tragedia griega Se trata de la relacioacuten entre representacioacuten y presentacioacuten que se evidencia en el lenguaje y sobre todo en el poder dicente de la pala-bra poeacutetica Si la palabra poeacutetica ldquoinstaura sentidordquo si lo hace presente y manifiesto en-tonces podriacutea entreverse desde alliacute un poten-cial cognitivo en el lenguaje poeacutetico maacutes allaacute de una simple ldquorepresentacioacutenrdquo o una ldquobella expresioacutenrdquo es un punto que merece ser estu-diado Esto tambieacuten evoca cuestiones sobre la actividad poeacutetica entendida como miacutemesis de la realidad (imitacioacuten de la naturaleza o de ac-ciones humanas) y poiesis (creacioacuten y presen-tacioacuten) de valores nuevos Ademaacutes se anticipa asiacute nuestro intereacutes por abordar el alcance de la poesiacutea traacutegica en la configuracioacuten de ciertos valores y el desafiacuteo (cuestionamiento) de otros valores (tradicionales de la cultura ateniense) con base en lo ldquorepresentadordquo y ldquopresentadordquo en el teatro aacutetico del siglo V a C

Como bien se expresoacute con anterioridad para Gadamer el lenguaje es capaz de repre-sentar al mundo y en una forma maacutes profun-da tambieacuten es capaz de presentar relaciones nuevas de significado develarlas y hacerlas presentes Ello por medio de la palabra poeacute-tica el libre juego figurativo de la literatura o a traveacutes de la metaacutefora absoluta (Gadamer 1971 p24) que es la esencia del discurso poeacutetico7 Volviendo al punto anterior hay que

7 La fraseoriginales la siguiente ldquoLoquesequieredecir es pues maacutes bien que la esencia del discurso poeacuteticono se basa ni en lametaacutefora ni en el usode metaacuteforas (hellip) la palabra poeacutetica en conjunto

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antildeadir que la transfiguracioacuten que porta el de-cir poeacutetico trae consigo su propia verdad con lo que crea lenguaje ldquoinstaura sentidordquo y aviva de manera manifiesta una pluralidad de senti-dos en relacioacuten con el mundo (que es configu-racioacuten linguumliacutestica)

Resulta muy ilustrativo al respecto que Jean Grondin en su reflexioacuten sobre este tema de la verdad de la palabra poeacutetica en Gada-mer considere que

La palabra poeacutetica abre el acceso a un mundo que soacutelo estaacute presente para noso-tros y nos resulta accesible a esa palabra Estas reflexiones enlazan perfectamente con la esteacutetica de la presentacioacuten (Dars-tellung) de la primera parte de Verdad y Meacutetodo (Grondin 2003 p221)

Lo primero que salta a la vista es la idea de que el lenguaje poeacutetico permite introducirnos en nuevas formas de comprensioacuten del mundo pues experimenta de maneras diversas esa linguumlisticidad sobre lo que pudiera ser expre-sado en nuestra relacioacuten con eacutel Como otras veces se ha dicho ldquoinstaura sentidordquo se hace presente en el encuentro y experiencia de la obra de arte Ahora bien esto supone reco-nocer cierta capacidad cognitiva en la palabra poeacutetica y plantea ciertas interrogantes sobre el poder de la metaacutefora en el lenguaje

Ya Aristoacuteteles en su Poeacutetica habiacutea entrevis-to que en la metaacutefora habiacutea un poder peculiar del intelecto capaz de aprehender las seme-janzas existentes entre las cosas De alliacute que resalta en la metaacutefora una importancia que la coloca por encima de cualquier otro ldquoartificio retoacutericordquo del lenguaje ldquoSolo esto en efecto [el ejercicio metafoacuterico] no puede recibirse

(hellip) tiene el caraacutecter de una lsquometaacutefora absolutarsquo(Allemann) frente a cualquier discurso cotidianordquo(Gadamer 1971 p24) Es una aclaratoriaimportantealosfinesdeldesarrolloposteriordelanocioacutendeldquometaacuteforardquoenestaspaacuteginas

de otro y es signo de una naturaleza privile-giada Porque usar bien la metaacutefora equivale a ver con la mente las semejanzasrdquo (Aristoacuteteles 1459-a) Lo que se quiere sentildealar aquiacute es que el uso de la metaacutefora o de la expresioacuten figura-da no debe entenderse como un simple ador-no retoacuterico del lenguaje Maacutes allaacute del embe-llecimiento que da a la expresioacuten la metaacutefora puede contener un valor cognitivo

El uso poeacutetico del lenguaje posibilita una comprensioacuten distinta de la realidad maacutes plural y no reductiva Es una aproximacioacuten al lengua-je que no lo entiende como un mero instru-mento o herramienta de expresioacuten sino que se sirve de eacutel para realzar todo su potencial y dignidad maacutes iacutentimos Gadamer Heidegger y otros autores como Octavio Paz hacen una vindicacioacuten de la metaacutefora pues reconocen en ella un componente fundamental que estaacute in-serto en el propio lenguaje

La capacidad humana de formacioacuten de conceptos y la concrecioacuten uniacutevoca entre de-terminados significados y significantes en las diversas lenguas es posible solo porque le ldquoantecederdquo y funda una vitalidad metafoacuterica el potencial de nuestra conciencia linguumliacutestica de apercepcioacuten libre de enlaces de semejan-zas y diferencias entre las cosas que se le pre-sentan Esto quiere decir que la conceptuacioacuten humana es siempre producto de un proceso histoacuterico y plural que pone al descubierto que la ldquoformacioacuten natural de los conceptos en el lenguaje estaacute ya siempre en accioacuten Por eso la conceptuacioacuten linguumliacutestica posee tambieacuten se-guacuten Aristoacuteteles una libertad enteramente no dogmaacuteticardquo (Gadamer 1977 p518)

Esto implica a su vez que nuestro entendi-miento y capacidad de formacioacuten de concep-tos no son meras adecuaciones formales y loacute-gicas a la realidad (establecidas de una vez y para siempre en el descubrimiento de geacuteneros

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y especies ldquoauteacutenticosrdquo) sino maacutes bien un pro-ceso infinitamente progresivo de penetracioacuten y comprensioacuten de esa realidad De ahiacute que las empresas de estos autores son un intento por vindicar el lenguaje originario y poliseacutemico que no reniega sino que devela la pluralidad y la heterogeneidad de un mundo iacutentimamen-te vinculado al lenguaje

ldquoEl lenguaje es por naturaleza y originaria-mente metafoacuterico el mecanismo de la metaacute-fora funda la actividad linguumliacutestica y toda regla o convencioacuten posterior nace para reducir y disciplinar (y empobrecer) la riqueza que de-fine al hombre como animal simboacutelicordquo (Eco 1991 p168)8 Y en un hilo de ideas semejante Octavio Paz considera que ldquola palabra posee varios significados latentes es una cierta po-tencialidad de direcciones y sentidos El poeta en cambio jamaacutes atenta contra la ambiguumledad del vocablo En el poema el lenguaje recobra su originalidad primerardquo (Paz 1956 p22) Asiacute desde esta manera de comprender el lengua-je metafoacuterico y la ldquogran metaacuteforardquo que es la poesiacutea se restituyen la dignidad y el valor in-triacutenseco de las palabras y las cosas presentes en eacutel en su pluralidad sin que se les reduzcan a un limitado valor funcional y utilitario En El arco y la lira (1958) Paz precisamente reivin-dica el hecho de que la palabra poeacutetica sirve al lenguaje y que la relacioacuten no es a la inversa

En todo arte hay una elaboracioacuten que adapta una materia a una forma determinada Por ejemplo el escultor se sirve del maacutermol para la ejecucioacuten de la escultura pero en esta relacioacuten el maacutermol no es un mero instrumen-to o un utensilio de igual modo en la poesiacutea

8 Debe indicarse aquiacute que ni en Gadamer ni enHeideggerhayundesprestigiodellenguajetalcomoseconsolidaydisponeenlacomunicacioacutensucedede hecho todo lo contrario Aun cuando nosservimosdeestacitaparaproponerunailustracioacutenenGadamernohaytalcosacomounaaceptacioacutendeestaposicioacuten

el poeta se sirve de las palabras pero no re-ducieacutendolas a un instrumento o herramienta de expresioacuten Al contrario Su uso sofistica o reelabora la materia determinada de tal modo que ella misma es realzada Octavio Paz (1958) ha escrito que en ldquola creacioacuten poeacutetica (hellip) [hay] un poner en libertad la materia (hellip) [Aquiacute] la palabra poeacutetica es plenamente lo que es mdashritmo color significadomdash y asimis-mo es otra cosa imagenrdquo (p22) La palabra poeacutetica tiende entonces hacia algo diferente del lenguaje convencional y de siacute mismo Tras-ciende en forma de imagen y siacutembolo en un movimiento que hace presente una serie de sentidos y significados que de otro modo se-riacutean ldquoinaparentesrdquo Para Gadamer elementos como el ritmo el significado y la sonoridad de las propias palabras en la poesiacutea y en la obra literaria

(hellip) dejan por asiacute decir la palabra al arbitrio de siacute misma y con ello la habitan para ser ella misma Le permiten abrir de nuevo el juego con otras palabras y no sin que entren en juego tambieacuten las referen-cias de sentido (Gadamer 1977 p25)

He aquiacute su poder dicente Ademaacutes de ello al estimar la idea de que la palabra poeacutetica pone al descubierto una pluralidad de senti-dos vindicamos el hecho de que en la produc-cioacuten poeacutetica hay un tipo de cognicioacuten O como mejor lo revela el reconocido esteta italiano Gillo Dorfles la expresioacuten metafoacuterica reporta un ldquoincremento del aacuterea semaacutenticardquo posible por medio de un lenguaje y una reflexioacuten no sometidos a una exigencia de validez univer-sal-cientiacutefica es decir la validez que exige el concepto epicentro de toda ciencia y filosofiacutea (Dorfles 1967 p19) En la forma figurada del lenguaje hay un antildeadido simboacutelico que sobre-pasa a mismos los teacuterminos que entran en re-lacioacuten hay una develacioacuten de nuevas propie-dades en las cosas y un intento de aprehen-

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sioacuten de algo que los trasciende por lo que ldquola metaacutefora lsquoponersquo (en el sentido filosoacutefico pero tambieacuten en el sentido fiacutesico lsquopone delante de los ojosrsquo (τὀ ὅηοιον θεωρεῑν) una proposicioacuten que dondequiera que estuviese almacena-da no estaba delante de los ojosrdquo (Eco 1990 p191)

Seguacuten Umberto Eco Aristoacuteteles resuel-ve esta cuestioacuten de la metaacutefora mediante su concepcioacuten de la miacutemesis (muy propia de la antiguumledad y que referiacutea la representacioacuten e imitacioacuten de las cosas) por lo que el filoacutesofo estagirita termina por afirmar que la ldquomejores metaacuteforas son las que representan las cosas lsquoen accioacutenrsquo Por tanto el conocimiento me-tafoacuterico es un conocimiento de los aspectos dinaacutemicos de la realidadrdquo (Eco 1990 p192) locucioacuten que Umberto Eco rectifica de la si-guiente manera ldquoLas mejores metaacuteforas son las que muestran la cultura en accioacuten la dinaacute-mica misma de la semiosisrdquo (Eco 1990 p192)

Aunque el teacutermino semiosis irrumpe de modo abrupto con eacutel Eco quiere indicar las connotaciones que acompantildean a los signos que se han formado cultural e histoacutericamente y que en su estudio permiten entrever el con-junto de relaciones de sentido que tal cultura (o poeta particular) gestoacute en su momento Por ello afirma que ldquolas mejores metaacuteforas son las que muestran la cultura en accioacutenrdquo

Una metaacutefora codificada en el lenguaje cotidiano de una comunidad determinada mdashcomo en el caso de una ldquocatacresis codifica-dardquomdash dice mucho acerca de la cultura o poeta que asocia determinadas propiedades a los entessignos aludidos Nos permite percibir la forma de asociacioacuten comprensioacuten y por tan-to valoracioacuten particular de tal cultura o poeta al igual que un universo intertextual de pro-piedades consolidadas De este modo ldquoentre las leyes pragmaacuteticas que rigen la aceptacioacuten

de las metaacuteforas () figuran tambieacuten leyes so-cioculturales que marcan tabuacutees liacutemites () esto ya se ha dicho y puede decirse esto auacuten no se ha dicho y no puede decirserdquo (Eco 1990 p172)

Leyes socioculturales que en las activida-des poeacutetica y artiacutestica pueden potencialmente ser transfiguradas desafiadas o incluso trans-gredidas por la propia capacidad ldquopresenta-tivardquo que consideramos anida en la palabra poeacutetica En la claacutesica expresioacuten metafoacuterica ldquola vejez es el ocaso de la vidardquo (Aristoacuteteles 1457-b) hay un juicio que sin depender de una in-tencioacuten objetiva o cientiacutefica que lo compren-da podemos aceptar como verdadero esta expresioacuten tambieacuten posee una copertenencia con la forma natural de percibir y comprender nuestro mundo circundante La significativi-dad que nos ofrece iquestes maacutes precisable en el uso de un lenguaje formal y literal De hecho sucederiacutea todo lo contrario perderiacutea parte de su fuerza connotativa y significativa Esta profundidad semaacutentica que nos proporciona el pensamiento figurado de la expresioacuten poeacute-tico-metafoacuterica contiene un valor que difiacutecil-mente puede ser ignorado o reducido Como afirma Dorfles (1967) ldquoLa metaacutefora tiene por ello una exquisita eficacia gnoseoloacutegica pues-to que sirve para precisar un significado que de otro modo no podriacutea ser expresado con tanta exactitud y que no afectariacutea con tanta fuerza nuestra menterdquo (p19) De modo que se percibe coacutemo la literatura atrapa y juega en cierto modo con los liacutemites de lo expresable lo aceptado e intuido

Al tomar en cuenta lo abordado hasta aho-ra podemos reconocer en la palabra poeacutetica un potencial develador de significados y senti-dos que en otras formas de expresioacuten no exis-ten Ahora ese juego con lo expresable y nom-brable tambieacuten acarrea controversia y censura en teacuterminos sociales Pensemos por ejemplo

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en las numerosas poleacutemicas que generoacute en el pueblo ateniense la reinterpretacioacuten novedo-sa de numerosos personajes miacuteticos que hizo Euriacutepides la original mdashy hasta chocante a ve-cesmdash presentacioacuten de heacuteroes y dioses junto a valores y connotaciones distintas de las maacutes habituales Pieacutensese tambieacuten en la censura que puede suscitar cualquier otra forma de arte censura que pone al descubierto los liacutemi-tes de la presentacioacuten artiacutestica convencional en teacuterminos culturales y valorativos

El potencial cognitivo de la metaacutefora reside en el hecho de que en ella se despliega en li-bertad un lenguaje dicente maacutes rico y plural Aquiacute el teacutermino ldquolibertadrdquo no puede ser en-tendido como ldquoarbitrariedadrdquo o ldquogratuidadrdquo porque de ser asiacute nos estariacuteamos dirigiendo a entender la metaacutefora como un simple recurso retoacuterico que decora y juega fuacutetilmente con las cosas que patentiza de modo que las seme-janzas descubiertas y la ampliacioacuten semaacutentica que el recurso proporciona sea real uacutenica-mente en un orden linguumliacutestico y no ontoloacutegico (que reside en las cosas) Cuestioacuten problemaacute-tica para la hermeneacuteutica de Gadamer en la medida en que el pensamiento es lenguaje y este mantiene siempre una relacioacuten referen-cial muacuteltiple e imprecisa con el ldquomundo unordquo al que remite

Pero por el contrario si entendemos ldquoli-bertadrdquo en un sentido negativo es decir libre de la necesidad logiacutestica que exige el concepto y su silogiacutestica necesidad demostrativa pode-mos aprehender mejor coacutemo es que la expre-sioacuten metafoacuterica puede dar cuenta de un poder cognitivo La metaacutefora efectivamente se sus-tenta en un libre enlazamiento de semejanzas y diferencias entre las cosas que toma pero aquiacute ldquolibrerdquo no quiere decir ldquoarbitrariordquo sino maacutes bien independiente de la necesidad silo-giacutestica del concepto y su adecuacioacuten cerrada a ldquola cosardquo Como vimos antes en la herme-

neacuteutica de Gadamer hay un rechazo a tal con-cepcioacuten cerrada de adecuacioacuten categorial del concepto en beneficio de una potencia meta-foacuterica en el lenguaje y la actividad conceptual misma En referencia a este problema Jean Grondin aclara que para Gadamer pensar con-lleva un ldquovestigiordquo metafoacuterico Lo expresa asiacute

Pensar no es subsumir sino buscar pa-labras para lo que hay que decir cuando uno quiere entender algo El proceso del pensar no es nunca puramente concep-tual sino que se sigue maacutes bien y ya siem-pre del vestigio de la palabra que con sus metaacuteforas e imaacutegenes es la que abre pre-cisamente el camino del pensar (Grondin 2003 p211)

La genialidad que hay en esta premisa con-siste en reconocer la capacidad comprensiva del hombre como fundamentalmente metafoacute-rica de un libre y continuado proceso de de-sarrollo y de transformacioacuten de significados9 Concepto y metaacutefora no son contrarios sino complementarios en su devenir comprensivo

De modo que la metaacutefora no es ya un sim-ple ldquoartificio retoacutericordquo sino que pasa a formar parte esencial del lenguaje de nuestra com-petencia comprensiva y asociativa Muy cer-teramente Gadamer habla del metaforismo vivo del lenguaje que reposa sobre nuestra ca-pacidad de conceptuacioacuten natural (Gadamer 1977 p518)

Como vemos el lenguaje nos aproxima al mundo y su uso determina significativamente nuestra interaccioacuten con eacutel Dorfles citando a Lee Whorf (1967) indica que ldquolas estructuras del lenguaje que uno habitualmente utiliza in-fluyen sobre la forma en que uno comprende

9 AquiacuteencontramosunacuriosadistincioacutenquehaceEzraPoundcitadoporDorfles(1967)entreldquolapuralsquometaacuteforaornamentalrsquoqueesunametaacuteforafalsaylametaacutefora interpretativaquepuede identificarsecon la imagen creadora misma de toda poesiacuteardquo(p15)

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al medio circundanterdquo (p21) De igual modo Gadamer entiende el lenguaje no solamente como expresioacuten humana subjetiva sino tam-bieacuten como el que posibilita la apertura del da-sein al mundo el lenguaje tambieacuten es da-sein y es aquello que permite consolidar una fami-liaridad y cercaniacutea con el mundo

Precisamente la palabra poeacutetica dada la atencioacuten y cuidado que recibe hace posible una nueva comprensioacuten y experiencia del mundo que le incrementa en ser y vitalidad desde su libre desarrollo linguumliacutestico Con ella lo invocado se manifiesta en su total dignidad Esto en contraposicioacuten y desafiacuteo a la conven-cionalidad y reduccioacuten con la que se moviliza lo que ciertos autores definen como lenguaje comuacuten o inauteacutentico es decir lenguaje que en su estructuracioacuten histoacuterica y determinada oculta la polisemia de sentidos que resguarda y hace presente la poesiacutea

La obra poeacutetica y el conjunto de las de-maacutes artes a juicio de Gadamer Heidegger y Octavio Paz visibilizan un espacio libre para la apercepcioacuten de nuevos sentidos y relacio-nes con el mundo circundante y proveen un ensanchamiento significativo de nuestro hori-zonte de comprensioacuten Y eso es precisamente lo que nos proponemos hacer con los dramas traacutegicos seleccionados hallar lo que pueden proporcionarnos como formas de arte poeacute-tico en tanto ldquopresentadoresrdquo de ciertos va-lores eacuteticos y esteacuteticos concretos Es por esto que hacemos nuestras las palabras de Gada-mer cuando afirma

La palabra poeacutetica se convierte con frecuencia en una prueba de lo que es ver-dad pues el poema resucita una vida se-creta en palabras que pareciacutean gastadas e inservibles y nos ilustra asiacute sobre nosotros mismos Y el lenguaje puede todo esto porque no es evidentemente una creacioacuten del pensamiento reflexivo sino que contri-

buye a realizar el comportamiento respec-to del mundo en el que vivimos (Gadamer 1977 p539)

13 El papel de la poesiacutea y el poeta traacutegico en la antiguumledad claacutesica

Una vez que observamos en la palabra poeacute-tica una forma de comprensioacuten y relacioacuten con el mundo maacutes auteacutentica y desligada de re-duccionismos de diversa iacutendole es necesario realizar una evaluacioacuten sobre el rol que teniacutean el poeta y en general las artes en la sociedad ateniense asiacute como el papel y el valor que tuvo el dramaturgo traacutegico en la antiguumledad

La comprensioacuten griega del artista y de las artes dista mucho de la que mantenemos en nuestra eacutepoca contemporaacutenea Resalta el he-cho de que no existiera una palabra concreta que designara a las bellas artes teacutechne (τέχνη) era el teacutermino geneacuterico que aglutinaba tanto a las bellas artes como a las artesaniacuteas (trabajos teacutecnicos) Tambieacuten haciacutea referencia a la habili-dad y maestriacutea que implicaban el ejercicio de tales actividades Para el griego el artista era un productor cuya maestriacutea y dominio teacutecni-cos sobre su ldquooficiordquo era lo esencial Lo teacutecnico era entendido como producto del hombre y en esa medida se diferenciaba de lo ldquonaturalrdquo y de las situaciones sujetas a la inspiracioacuten divina (como el arte oracular) (Tatarkiewicz 1991 p31) Bajo la categoriacutea de lo que Tatar-kiewicz distingue como artes expresivas se incluiacutean la muacutesica la danza y la poesiacutea y ello en contraposicioacuten a las artes constructivas en-tre las que estaacuten la escultura la arquitectura y la pintura Esta diferenciacioacuten no es gratuita obedece a un conjunto de caracteriacutesticas da-das en el mundo antiguo que haciacutean maacutes faacutecil y natural asociar ciertas actividades con otras

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Si algo distingue el rol del arte en la antigua Grecia es su caraacutecter puacuteblico comunal y ritual lo que se encuentra iacutentimamente vinculado con la dinaacutemica oral que permitiacutea transmitir el conjunto de saberes y tradiciones en la polis ateniense Al enfocarnos en el teacutermino poesiacutea este proviene etimoloacutegicamente del vocablo griego poiesis que a su vez viene de hacer (ποιεῑν) y referiacutea la actividad de ldquocrearrdquo en un sentido general no exclusivo de la escritura de poemas10 (Tatarkiewicz 1991 p31)

Concretamente la poesiacutea en su sentido es-trecho se recitaba y se cantaba era una activi-dad puacuteblica iacutentimamente asociada a la muacutesica y a la danza tambieacuten conteniacutea para el pensa-miento griego una connotacioacuten divina o maacute-gica que veniacutea dada por la inspiracioacuten de las musas y en ese sentido la poesiacutea en siacute misma era diferenciada de las artes teacutecnicas en tanto estaba mediada no por la destreza producti-va del artista sino por una sabiduriacutea supe-rior emparentada con lo divino Tatarkiewicz (1987) considera que para los griegos ldquoseguacuten su modo de pensar se trataba de hecho de un conocimiento del tipo maacutes elevado llega-ba hasta el mundo espiritual y se relacionaba con los seres divinos Se acercaba por lo tanto a la filosofiacuteardquo (p115) Asiacute se percibe coacutemo la estimacioacuten de la labor poeacutetica se hallaba do-tada de una cualidad filosoacutefica al tiempo que ldquomaacutegicardquo y vinculada tambieacuten con lo religioso

En contraposicioacuten con las manifestaciones artiacutesticas de nuestra modernidad en el mun-do griego la relacioacuten artista-comunidad era algo evidente y natural y esto se expresaba sobre todo en la relacioacuten del poeta del poeta traacutegico con la comunidad ante la cual presen-taba su pieza teatral en la festividad dionisiaca

10 Como indica Tatarkiewicz posteriormente enel propio mundo claacutesico el vocablo poiesis fue reduciendosusignificadohastalimitarseadesignarlaproduccioacutendepoemasypoietesalpoeta

Sentildeala Tatarkiewicz (1991) que la poesiacutea era ldquoalgo maacutes que un arte estaba relacionada con la religioacuten y con el culto (hellip) Por estar vincula-da con los ritos la poesiacutea griega era de caraacutec-ter puacuteblico social colectivo y estatalrdquo (p27) De modo que el poeta gozaba de una posicioacuten social elevada y reconocida por la comunidad

Esto se evidencia en el contenido religioso y miacutetico que fue el comuacuten denominador del arte en el mundo claacutesico En el discurso artiacutesti-co se representaba y presentaba a la comuni-dad el conjunto de valores vivos de la cultura helena En este tipo de sociedad en donde la oralidad fue esencial para la preservacioacuten del conocimiento la educacioacuten era una empresa colectiva y puacuteblica que bien se reforzaba con la actividad artiacutestica y sobre todo con la poesiacutea La triuacutenica choreia danza ritual y colectiva que juntaba poesiacutea y muacutesica fue originalmente la principal fuente de la educacioacuten griega y exis-tiacutea mucho antes de que el teatro traacutegico sur-giera y le sucediera como espacio privilegiado de ldquoeducacioacutenrdquo cultural

La paideia griega refleja en especiacutefico eso la educacioacuten integral y cultural que surgioacute de manera espontaacutenea en el seno de una comu-nidad fuertemente integrada De este modo la poesiacutea y el rol del poeta traacutegico o no esta-ban dotados de un componente formativo y conteniacutean una funcioacuten valiosiacutesima para la pre-servacioacuten del saber tradicional y cultural de la comunidad que de forma indirecta contribu-yoacute en la formacioacuten del caraacutecter propio de esa sociedad su ethos Por el contrario seguacuten el filoacutesofo espantildeol Luis Zahonero la escritura y la lectura eran actividades privilegiadas de un sector minoritario y la oralidad por siacute misma faacutecilmente tergiversaba la informacioacuten que se heredaba a las nuevas generaciones Debido a esto en la antiguumledad conservaba la tradicioacuten

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(hellip) la poesiacutea se convierte en el recurso nemoteacutecnico fundamental La tarea de los poetas no era crear sino por el contrario conservar lo maacutes fielmente la palabra de los ancestros (hellip) Su principal cometido (de hecho su uacutenico cometido) es conser-var inalterada la tradicioacuten las costumbres y la cultura de un pueblo determinado (Zahonero 2017 p22)

En la poesiacutea de la Grecia arcaica la meacutetri-ca y la musicalidad de la palabra hacen que su mensaje sea faacutecilmente recordado tambieacuten posibilitan que su comunicacioacuten sea replicada y conservada en los mismos teacuterminos en que fue escuchada pues la poesiacutea exige precisa-mente exactitud en la recitacioacuten ademaacutes de envolver un goce por lo que fue bellamente expresado La funcioacuten educativa y cultural de las artes y la poesiacutea era una realidad que per-mitiacutea la conservacioacuten de la ldquomemoria colecti-vardquo y viva de la cultura Por ello no extrantildea el ensantildeamiento de Platoacuten contra Homero y los poetas en tanto ldquoeducadoresrdquo de la polis En contraposicioacuten a la educacioacuten contemporaacute-nea en el artificio poeacutetico hay una belleza que exige ser recordada rememorada y manteni-da Para Zahonero (2017) en el mundo griego ldquotodo lo que quiera sobrevivir necesita quedar incrustado en alguna obra bella (que produzca satisfaccioacuten y que uno no se canse de escu-char una y otra vez)rdquo (p40)

El componente riacutetmico y musical la belleza y el asombro literario al igual que el compo-nente religioso y el ritual propios de la activi-dad poeacutetica en este contexto constituiacutean una manifestacioacuten maacutes de la tradicioacuten y de la vida cultural aacutetica Se entiende por queacute al hablar del ldquocaraacutecter pasado del arterdquo Hegel y Gada-mer perciben la inconsciencia de la actividad artiacutestica en el mundo claacutesico sobre todo en sus tiempos maacutes arcaicos pues para el sujeto ateniense partiacutecipe habiacutea una integracioacuten evi-

dente entre lo divino y la manifestacioacuten artiacutesti-ca en la que se encontraba inmerso

() para la cultura griega Dios y lo divi-no se revelaban expresa y propiamente en la forma de su misma expresioacuten artiacutestica (hellip) en el arte de entonces que se justifi-caba en la unioacuten uacuteltima con todo el mundo de su entorno realizaba una integracioacuten evidente con la comunidad (Gadamer 1991 pp35-36)

Como vemos el arte era todo lo contrario a una actividad privada que poniacutea al ciudadano espectador como partiacutecipe en una relacioacuten de integracioacuten con su comunidad y con los valo-res vivos de la misma En esta direccioacuten he-mos afirmado siguiendo a nuestros autores que el arte la poesiacutea no solo puede entender-se como miacutemesis de la realidad sino tambieacuten como poiesis y presentacioacuten de valores Pero antes de ahondar en este punto considerado de vital importancia para esta investigacioacuten es necesario reparar en algunas criacuteticas que figuras como Platoacuten y Zahonero mantienen respecto de la poesiacutea y el teatro ateniense y que por motivos que desarrollaremos luego resultan inaceptables

Ciertamente la palabra poeacutetica de los traacute-gicos deciacutea mucho al ciudadano ateniense y su actividad teniacutea un componente o ldquofuncioacuten socialrdquo innegable pero resulta inadecuada y generalizada la afirmacioacuten de que ldquola tarea de los poetas no era crear sino por el contra-rio conservar lo maacutes fielmente la palabra de los ancestrosrdquo (Zahonero 2017 p22) Podriacutea aceptarse solo si se piensa en la triuacutenica cho-reia o la poesiacutea homeacuterica En la medida en que ldquose soliacutea recurrir a Homero para justificar el conjunto del saber propio y el saber en to-dos los dominios (como recurre a la Biblia el escritor cristiano posterior)rdquo (Gadamer 1985 p92) pero no tanto si se aplica a la poesiacutea traacute-gica o formas artiacutesticas poshomeacutericas Lo que

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preocupa aquiacute es la negacioacuten o disminucioacuten del caraacutecter poieacutetico (creativo) que caracteriza a la tragedia griega en tanto actividad artiacutestica que en su devenir iraacute adquiriendo nuevas for-mas transformaciones y valores Seguacuten Zaho-nero

El teatro la muacutesica y la poesiacutea son el si-tio donde se va a aprender todo lo que hay que saber De hecho es el sitio donde se va a aprender todo lo que se puede apren-der (porque es el sitio donde se conserva todo lo que podiacutea conservarse) (Zahonero 2017 p43)

Esta generalizacioacuten implica que discursos como las tragedias griegas eran entendidos en un sentido que no estaba sujeto a la interpre-tacioacuten y reflexioacuten en relacioacuten con los conteni-dos y concepciones que ellos mismos coloca-ban en escena De forma un tanto semejante a lo que para el cristiano es la palabra originaria del texto biacuteblico Por el contrario la religiosi-dad politeiacutesta y miacutetica de los griegos era una de naturaleza muy distinta a la religioacuten reve-lada que es la fe cristiana y Gadamer es muy claro al afirmar que en el mundo griego ldquoEl mito estaacute expuesto constantemente a la criacuteti-ca y a la transformacioacuten La religioacuten griega no es la religioacuten de la doctrina correcta No tiene ninguacuten libro sagrado cuya adecuada interpre-tacioacuten fuese el saber de los sacerdotesrdquo (p17) De modo que resulta un tanto exagerado ha-blar de este geacutenero dramaacutetico en esos teacutermi-nos como presentador de la uacutenica sabiduriacutea que debiacutea conservarse

Si bien puede considerarse que tal papel pudo haber sido desempentildeado por la literatu-ra homeacuterica en tanto se trata de textos maacutes arcaicos y maacutes tradicionales de la cultura he-lena el drama aacutetico no puede ser reducido a una simple continuacioacuten o representacioacuten de valores y saberes ya presentes en la poesiacutea

homeacuterica11 Tampoco se le puede adjudicar de manera simplista el mismo rol Si algo distin-gue a la poesiacutea traacutegica es su constante cuestio-namiento y presentacioacuten de querellas de natu-raleza filosoacutefica religiosa y eacutetica partiendo de argumentos miacuteticos y tradicionales Aunque Platoacuten afirme que la poesiacutea sea imitativa (mi-meacutetica en un sentido restringido) mdashy de falsas aparienciasmdash ha de reconocerse que en la reinterpretacioacuten dramatizada del mito hay una produccioacuten que se conecta con la genialidad creativa y poieacutetica del autor

Cuando Platoacuten critica la dimensioacuten eacutetica de la poesiacutea homeacuterica y traacutegica las acciones de dudosa moralidad de los dioses o cierta con-notacioacuten pateacutetica del mito quiera o no com-parte con el drama aacutetico una preocupacioacuten expliacutecita en relacioacuten con el saber miacutetico tradi-cional y sus contenidos Gadamer afirma que

Justamente tambieacuten los poetas pos-teriores Piacutendaro y los traacutegicos estaacuten de acuerdo con Platoacuten Justamente ellos en la propia reelaboracioacuten poeacutetica de los mi-tos antiguos a veces con rechazo expreso a las formas tradicionales de la saga han depurado y elevado la imagen de los dio-ses y de los heacuteroes (Gadamer 1985 p90)

Aunque la representacioacuten traacutegica no se deslinda de su fondo cultural mdashpero esto no es algo negativo de por siacutemdash pone en juego y en interaccioacuten dialoacutegica una serie de siacutembolos y personajes miacuteticos que en su desenvolvi-miento esceacutenico trascienden incluso lo ya di-cho y consolidado en el mito Asiacute el teatro traacute-gico ofrece un nuevo espacio para la reflexioacuten e interpretacioacuten El mismo Gadamer (1985) considera que ldquoreelaborar poeacuteticamente los

11 Un desarrollo extenso de las variaciones ydiferenciasenelcontenidodelostraacutegicosyHomeropuedeconsultarseenel librodeWalterKaufmann(1978) Tragedia y filosofiacutea especiacuteficamente enelcapiacutetulotituladoldquoHomeroyelnacimientode latragediardquo

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mitos tradicionales ganar para ellos nuevas verdades nuevas significaciones morales y po-liacuteticas no era una acomodacioacuten ocasional del poeta al deseo y la expectativa de su puacuteblicordquo (p90) como da a entender Platoacuten en Repuacutebli-ca12 en un sentido cuasi peyorativo ldquomaacutes bien era lo propio de su hacer poeacuteticordquo (Gadamer 1985 p90) con lo cual queda claro que el drama aacutetico no es una simple preservacioacuten de la tradicioacuten y aceptacioacuten taacutecita de sus conteni-dos morales o filosoacuteficos

De la misma forma Walter Benjamin en su reflexioacuten sobre este tema que desarrolla en El origen del Trauerspiel alemaacuten indica con clari-dad que la tragedia no puede desligarse de la ldquoleyendardquo (mito) al que remite pero tampo-co se limita o reduce a la misma sino que se desliga de ella reinterpretaacutendola Asiacute con mu-cha claridad distingue ldquoA la poesiacutea eacutepica se le contrapone la traacutegica en cuanto deformacioacuten de la tradicioacuten (hellip) La determinacioacuten filosoacutefica de la tragedia ha de partir de aquiacuterdquo (Benjamin 2006 p315)

A juicio de Gadamer el mythos en siacute mis-mo es ya una narracioacuten y una fabulacioacuten que no concuerda en veracidad con lo narrado maacutes bien invita a una valoracioacuten significativa del discurso La narracioacuten miacutetica que ofrece el poeta el rapsoda o la obra traacutegica es el es-pacio en el que se introduce al oyente en un mundo elevado de significados y en tanto no implica ldquoveracidadrdquo o ldquofiabilidadrdquo puede tomar libremente cualquier punto de vista desde el cual articular su narracioacuten Con maacutes

12 Refirieacutendosea laactividadldquoimitativardquode lapoesiacuteatraacutegicaPlatoacutenescribequeldquoespatentequeelpoetaimitativonoestaacuterelacionadopornaturalezaconlamejorpartedelalmanisuhabilidadestaacuteinclinadaa agradarla si quiere ser popular entre el gentiacuteosino que por naturaleza se relaciona con el caraacutecter irritable y variado debido a que eacuteste es faacutecil deimitarrdquo (Platoacuten 605-b) es el aspecto pasional delhombrequedebesercensuradoyreguladoporlaldquopartemejorrdquodelalmaladimensioacutenracional

razoacuten se percibe coacutemo la poesiacutea traacutegica se per-mite a siacute misma la libre variacioacuten y tambieacuten la ambiguumledad sobre lo narrado Pensemos en la figura de Electra y en cuaacutento variacutea este perso-naje tratado por Homero o en la reinterpreta-cioacuten que hace Esquilo en la de Soacutefocles o en la de Euriacutepides y ello no implica contradiccioacuten porque en tanto narracioacuten miacutetico-poeacutetica con-tiene en siacute una libertad que no la somete a un tipo de palabra o interpretacioacuten originaria En este sentido Gadamer defiende la ambiguumle-dad de las musas

Estaacute asociado con la esencia del narrar que la narracioacuten no pretende ser un re-portaje documental Las musas saben de su propia ambiguumledad como nos ensentildea el proemio de Hesiacuteodo (hellip) No es una de-bilidad de la presencia de lo narrado que exista una posibilidad de narrar lo mis-mo de diversos modos (Gadamer 1954 pp32-33)

Es importante resaltar esa ldquoambiguumledadrdquo que sentildeala Gadamer en referencia a Hesiacuteodo y que es propia de la potencia metafoacuterica pa-tente en la poesiacutea de modo que la narracioacuten miacutetica y la libre reinterpretacioacuten teatral afian-zan ese espacio poeacutetico de presentacioacuten poli-seacutemica de sentidos (como pudimos desarrollar en el apartado anterior) La brecha que se alza entre el acontecimiento miacutetico y la represen-tacioacuten traacutegica propicia la actualizacioacuten de lo narrado de forma interpretativa y esto con-cuerda muy bien con el aporte arriba enun-ciado que hace Benjamin Por consiguiente la ensentildeanza o connotacioacuten eacutetica que podiacutea proporcionar una obra no pretendiacutea elevar el tono al nivel de un tipo de verdad inapelable que de hecho entraba en ldquocompeticioacutenrdquo y ldquode-baterdquo con las diversas representaciones dra-maacuteticas que se escenificaban en los festivales dionisiacos

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Recordemos que la tragedia en la Atenas histoacuterica era tambieacuten una competicioacuten por lo que el caraacutecter agonal dentro (en el argumen-to de la obra) y fuera del geacutenero es algo que no se puede ignorar Y ldquono soacutelo competiacutean los au-tores sino tambieacuten los protagonistas e incluso los coregasrdquo (Benjamin 2006 p316)

En defensa del caraacutecter poieacutetico del drama traacutegico es importante tambieacuten sopesar la asi-milacioacuten griega del arte como teacutechne y lo que se entiende por miacutemesis En cuanto al primer concepto teacutechne ciertamente parece inferir una comprensioacuten limitada del arte como si se tratara uacutenicamente de una aplicacioacuten sis-temaacutetica de reglas ya dadas Este punto es cuestionado vaacutelidamente por Zahonero para quien sin duda ldquolo que se espera de un artista es que aporte algo maacutes que la mera ejecucioacuten solvente de un conjunto de reglas dado Se le pide un plus un tanto misterioso que (hellip) tiene que ver con la espontaneidad creadorardquo (Zahonero 2017 p33) Asiacute teacutechne parece no dar cuenta de esa dimensioacuten misteriosa No obstante sobre el tema Gadamer considera que lo que pone de relieve tal concepcioacuten del arte es el ldquodesprendimiento de la obra respec-to de su propio hacerrdquo (Gadamer 1991 p47) de modo que lo producido intencionadamen-te por el artista queda emancipado del acto propio del producir y pasa a establecerse en un espacio comuacuten y compartido de significa-cioacuten Se resalta con ello la concepcioacuten tiacutepica-mente griega del arte como algo de utilidad comunitaria (Gadamer 1991 p47)

Ademaacutes valga recordar ahora que para la conciencia griega la actividad poeacutetica estaba acompantildeada de una dimensioacuten maacutes elevada universal y divina que bien se aprecia en la fa-mosa expresioacuten de Aristoacuteteles ldquoLa poesiacutea es algo maacutes filosoacutefico y serio que la historia la una refiere a lo universal la otra a lo particu-larrdquo (Aristoacuteteles 1451-b)

Aunque el teacutermino teacutechne en siacute mismo deja indiferenciada la labor del artesano y la activi-dad creativa y original del artista Gadamer y Tatarkiewicz piensan que tal distincioacuten siacute ocu-rrioacute en el pensamiento griego por medio del teacutermino miacutemesis (desarrollado principalmente por Platoacuten y Aristoacuteteles) Lo que diferencia a las labores productivas de las bellas artes es que estas ldquoimitanrdquo una realidad sea natural o humana Ahora bien es de principal importan-cia ahondar en queacute implica y coacutemo puede en-tenderse este concepto pues el mismo puede dar pie a una concepcioacuten reductiva y sesgada de la actividad artiacutestica y poeacutetica como la que mantuvo Platoacuten para hacer frente a los poetas en la polis bajo el supuesto de que ldquotodos los poetas comenzando por Homero son imita-dores de imaacutegenes de la excelencia y de las otras cosas que crean sin tener nunca acceso a la verdadrdquo (Platoacuten 601-a p466)

Con el fin de lograr una comprensioacuten maacutes integral y completa sobre la naturaleza de la tragedia griega y sus alcances artiacutesticos es necesario reparar en lo que significa e implica tal concepto (cuestioacuten que ofrecemos en el si-guiente apartado)

Ahora bien siacute podemos apuntar por el momento que la tragedia tuvo para el mundo claacutesico una gran importancia por su dimensioacuten formativa y colectiva al mismo tiempo que por su poder evocativo para la congregacioacuten y conformacioacuten de una comunidad atenta iacuten-timamente dispuesta a escuchar el decir poeacute-tico que ofreciacutea el drama Un drama que maacutes que exhortar a la preservacioacuten inalterada de valores tradicionales y a la imitacioacuten pasiva de lo ya dado desplegaba un nuevo espacio para la presentacioacuten libre y poeacutetica de contenidos miacuteticos reinterpretados y repensados bajo nuevas perspectivas Por eso compartimos con Octavio Paz que en esta situacioacuten ldquoel poe-ma se nutre del lenguaje vivo de una comuni-

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dad de sus mitos sus suentildeos (hellip) En el poema la sociedad se enfrenta con los fundamentos de su ser con su palabra primerardquo (Octavio Paz 1956 p41)

14 Una definicioacuten de tragedia griega

Como se dijo con anterioridad es de vital importancia reparar en el sentido con el que se comprende la nocioacuten de miacutemesis para no incurrir en un desacierto sobre lo que es la re-presentacioacuten dramaacutetica y lo que resulta esen-cial en la tragedia griega En esta direccioacuten partiremos de una exeacutegesis del concepto claacutesi-co de tragedia elaborado por Aristoacuteteles en su Poeacutetica para de alliacute reparar en aspectos como la dimensioacuten poieacutetica del drama su modo de ser ludio (en referencia a Gadamer) su dimen-sioacuten espacial y su efecto esceacutenico (eacuteleos phoacute-bos) y enlazar tales variables con las teoriacuteas del poder poeacutetico que se han manejado hasta ahora

En su Poeacutetica Aristoacuteteles parte de la pre-misa de que las artes bellas las artes poeacuteticas se caracterizan por ldquoimitarrdquo objetos dados y variacutean entre siacute de acuerdo con los tipos con-cretos de objetos que ldquoimitanrdquo los materiales que disponen para realizar tal imitacioacuten y los medios formales con los que llevan a cabo esa actividad El estagirita la define como sigue

Imitacioacuten de una accioacuten elevada y perfecta de una determinada extensioacuten con un lenguaje diversamente ornado en cada parte por medio de la accioacuten y no de la narracioacuten que conduce a traveacutes de la compasioacuten y temor a la purificacioacuten de estas pasiones (Aristoacuteteles 1449-b)

Aquiacute ldquoimitacioacuten de una accioacuten elevadardquo puede ser comprendida en un primer mo-mento como representacioacuten de una accioacuten un conjunto de acciones humanas hilvana-das por un argumento en el que de acuerdo con Aristoacuteteles se coloca o ldquoimitardquo al hombre

como agente moral como sujeto actuante dotado de cierta virtud y nobleza Ahora se-guacuten Walter Kaufmann (1978) cuando ldquoAris-toacuteteles habla de miacutemesis de una accioacuten y lo hace constantemente piensa maacutes en un hacer creer en una pretensioacuten que no en una imita-cioacuten o copia de una accioacutenrdquo (p76) Esta distin-cioacuten resulta importante pues comprender la miacutemesis uacutenicamente como copia o simple imi-tacioacuten es en resumidas cuentas desvalorar la actividad poeacutetica y artiacutestica Precisamente esta concepcioacuten restringida de miacutemesis como co-pia fue la que utilizoacute Platoacuten en Repuacuteblica para descalificar la actividad de los poetas y artis-tas como bien expresa en el libro X ldquoel arte mimeacutetico estaacute sin duda lejos de la verdad se-guacuten parece y por esto produce todas las cosas pero toca apenas un poco de cada una y este poco es una imagenrdquo (Platoacuten 598-b p462)

En contraposicioacuten a Platoacuten para Aristoacutete-les miacutemesis en su definicioacuten refiere la accioacuten supuesta y concordada como totalidad a par-tir de la libre configuracioacuten del argumento y de los diversos elementos que componen la propia obra esceacutenica Es decir de acuerdo con la capacidad poieacutetica (creativa) del artis-ta Cuando el pensador en su definicioacuten habla de ldquoaccioacutenrdquo no hace referencia simplemente a la actividad de los hombres personificados sino maacutes bien y ante todo a la conformacioacuten del argumento que hila y dota de unidad a toda la representacioacuten dramaacutetica ldquoLa imita-cioacuten consiste en un mito actuado Llamo aquiacute argumento a la unitaria disposicioacuten de los he-chosrdquo (Aristoacuteteles 1450-a) Ciertamente el fin de la dramatizacioacuten traacutegica se encuentra en la ejecucioacuten del argumento que implica la esce-nificacioacuten de la obra como totalidad y como dijimos antes es ya una actividad poieacutetica que une lo ya dado por la tradicioacuten13 con la libre reinterpretacioacuten creativa del artista

13 Ya sea en la forma de narracioacuten miacutetica o con

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Para Aristoacuteteles existen seis elementos for-males que constituyen el drama traacutegico Ellos son el argumento (mythos) los personajes (ethe) la diccioacuten (lexis) el pensamiento de los mismos (dianoia) el espectaacuteculo (opsis) y la muacutesica (melopoiia) (Kaufmann 1978 p96) Ahora bien el drama traacutegico como totalidad surge como conformacioacuten uacutenica y original por medio de la libre disposicioacuten de tales elemen-tos haciendo de la obra una unidad armoacutenica e irrepetible lo que no la diferencia de cual-quier otra forma de arte Si bien es cierto que el drama en el contexto claacutesico estaba regido por ciertas normas como la verosimilitud al-gunas reglas de la retoacuterica o la estructuracioacuten regular de los estaacutesimos (que son los cantos corales) y los episodios (o actos en el sentido convencional del teacutermino) ello no elimina su componente poieacutetico es decir creativo e in-novador Por el contrario es un error pensar que esta forma de arte pierde su componente creativo y uacutenico en el momento en que se en-cuentra limitada por algunas reglas formales de uso convencional que de hecho en el deve-nir temporal de la ejecucioacuten traacutegica los propios poetas fueron modificando

En concordancia con Aacutengel Cappelletti (1990)14 en Aristoacuteteles el argumento es siem-pre disposicioacuten y siacutentesis de hechos reduccioacuten de la unidad de sucesos determinacioacuten de lo esteacuteticamente indeterminado El poeta imita las acciones pero sin duda no las imita ser-vilmente sino que las reconstruye y las recrea (p70) De este modo el concepto de miacutemesis tal como puede ser interpretado a partir de la Poeacutetica aristoteacutelica siacute concibe en el arte mdashy en el drama traacutegicomdash un espacio desde el cual se articula libremente la obra artiacutestica trascen-

los recursos con los que se estructuraba una representacioacutendramaacuteticaconvencional

14 Traductor y comentarista de la Poeacutetica (1990)presentada por la editorial venezolana Monte Aacutevila Editoresqueseusaenestainvestigacioacuten

diendo la mera y mecaacutenica imitacioacuten de obje-tos referenciados pues concibe la libre e inge-niosa disposicioacuten de los elementos que confi-guran la tragedia independientemente de la importancia que Aristoacuteteles diera a cada uno ldquoAristoacuteteles sostuvo la tesis de que el arte imi-ta la realidad pero la imitaetioacuten no significa-ba seguacuten eacutel una copia fidedigna sino un libre enfoque de la realidadrdquo (Tatarkiewicz 1987 p303) Lo que se hace palpable de acuerdo con lo expuesto

Desde el momento en que Aristoacuteteles con-cibe como telos uacuteltimo de la obra traacutegica la ejecucioacuten de su argumento es decir la reali-zacioacuten de siacute misma como totalidad artiacutestica encontramos en su reflexioacuten un espacio que puede ser asociado al concepto de Gadamer del arte como juego Desde luego la obra es-ceacutenica como obra de arte en siacute misma y en re-lacioacuten con el puacuteblico espectador supone una relacioacuten reciacuteproca de ldquocoparticipacioacutenrdquo Ade-maacutes el desarrollo del drama traacutegico en tanto tiende hacia su propia realizacioacuten sumerge al espectador en un mundo artiacutestico de signifi-cados diversos que no tienen que ser com-prendidos necesariamente bajo la reduccioacuten mimeacutetica Gadamer (1977) en su libro Verdad y meacutetodo afirma que en el ldquodrama cultural o profano aunque lo que [se] representa sea un mundo completamente cerrado en siacute mismo estaacute como abierto hacia el lado del especta-dor Soacutelo en eacutel alcanza su pleno significadordquo (p153)

De esta forma en la actividad esceacutenica se lleva a cabo una dinaacutemica reciacuteproca de juego entre la obra y su puacuteblico en el que este uacuteltimo se ldquoentregardquo a la pieza La obra en tanto esce-nificacioacuten se desarrolla en la manifestacioacuten de su propio contenido de conformidad con la di-naacutemica de automovimiento y representacioacuten de siacute misma Desde esta perspectiva lo repre-sentado (la tragedia) no puede ser pensado de

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acuerdo con una simple referencialidad a algo real puesto que en la conformacioacuten artiacutestica lo representado ha sido transformado para ser y significar algo distinto respecto de la reali-dad (natural o humana) Esto es lo que Gada-mer refiere con la frase ldquomundo cerrado en siacute mismordquo que la obra configura15 Es decir que no debemos ni tenemos por queacute enjuiciar una obra como Los siete contra Tebas o Los persas (por mencionar piezas con cierto contenido histoacuterico) guiados por el realismo con el que se representan los contenidos escenificados o por la forma ldquofidedignardquo en que se ldquoretratardquo el caraacutecter de personajes como Eteocles o el Jerjes histoacuterico lo importante maacutes bien se encuentra en la constelacioacuten de significados que la obra en su propia representacioacuten teje y vivifica y que el espectador vive y siente en su mediacioacuten con el espectaacuteculo

Volviendo a Aristoacuteteles este afirma que de los diferentes elementos que constituyen la tragedia ldquola principal es la organizacioacuten de los hechos ya que la tragedia no es represen-tacioacuten de los hombres sino de la accioacuten de la vida de la felicidad y de la desdichardquo (Aristoacute-teles 1450-a p7) El argumento como factor central que hace posible la disposicioacuten y siacutente-sis unitaria de los elementos es lo que preci-samente pone en marcha el despliegue unita-rio de la obra esceacutenica junto a los contenidos que comunica al espectador

Ciertamente la pieza teatral habla e inter-pela y el espectador en su experiencia esteacute-tica se encuentra sometido a la dinaacutemica que exige el juego que en este caso es el teatro traacutegico Si a esto se le antildeade el elemento ritual y religioso que tambieacuten tuvo el drama aacutetico en su contexto original se percibe de mejor

15 Y sobre todo loqueenel subcapiacutetulo ldquoLa verdaddelapalabrapoeacuteticardquodistinguimoscomoelpoderpresentativoqueestatieneloqueGadamerllamala esteacutetica de la presentacioacuten ldquoDarstellungrdquo (verapartado12)

modo la comunioacuten entre puacuteblico y obra de la que habla Gadamer cuando se refiere al com-ponente luacutedico y de inmersioacuten que comparten el arte y los cultos religiosos El desarrollo de un drama teatral dice el filoacutesofo invoca una ldquoverdad superiorrdquo

No admite ya ninguna comparacioacuten con la realidad (hellip) Ha quedado elevada por encima de toda comparacioacuten de este geacutenero mdashy con ello tambieacuten por encima del problema de si lo que ocurre en ella es o no realmdash porque lo que ocurre en ella estaacute hablando desde una verdad superior (Gadamer 1977 p156)

Una verdad en la que el espectador partici-pa al asistir al teatro y presencia la escenifica-cioacuten del drama Como se ha venido argumen-tando la obra en su representacioacuten envuelve al puacuteblico en una dimensioacuten poeacutetica distinta Gillo Dorfles destaca el hecho de que el teatro funda una espacialidad peculiar y nueva que en el caso del drama aacutetico en su contexto ori-ginario configuraba un espacio en el que se fundiacutea la perspectiva del puacuteblico con la de la escena y los actores gracias a la introduccioacuten intermedia de la orquesta en la que partici-paba el coro proveyendo de este modo tridi-mensionalidad al espectaacuteculo (Dorfles 1963 p136)

Contrariamente a lo que se prescribiacutea en otras formas teatrales como por ejemplo la isabelina mdashcaracterizada entre otras cosas por el realismo la verosimilitud y el nivel de detalle en la escenografiacuteamdash en el drama aacutetico habiacutea una disposicioacuten limitada y sencilla de los recursos esceacutenicos que le daban un caraacutecter evocativo y no realista Con ello se buscaba ldquola anulacioacuten en cierto sentido del escenario es decir pretendiacutea que el puacuteblico se identifi-case con la escena y no la viviese como algo separado o lejanordquo (Dorfles 1963 p138) Al mismo tiempo exigiacutea del puacuteblico una mayor

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participacioacuten imaginativa en sus convenciones respecto de lo que se representaba en la esce-na Esto se adecua con lo que Gadamer llamoacute la dinaacutemica de ldquoauto-olvidordquo que posibilita el

teatro y el drama traacutegico en su juego de co-participacioacuten y aceptacioacuten de las reglas taacutecitas que exige la obra traacutegica

Tanto al concurrir al drama esceacutenico como al tener la experiencia con cualquier otra obra de arte siempre estaraacute presente una dinaacutemica de presencia y participacioacuten para la que Ga-damer usa el concepto de ldquosimultaneidadrdquo que resulta muy ilustrativo A su juicio simul-taneidad quiere decir ldquoque algo uacutenico que se nos representa por lejano que sea su origen gana en su representacioacuten una plena presen-cia (hellip) Consiste en atenerse a la cosa de ma-nera que esta se haga lsquosimultaacutenearsquordquo (Gadamer 1977 p173) lo que ocurre de manera distinta cuando se asiste a ver el drama o en la sim-ple lectura atenta de la tragedia Aunque una brecha temporal nos separa de la representa-cioacuten original de los dramas y en ella perdamos elementos como la escenografiacutea originaria y la muacutesica incluso si pensamos en una repre-sentacioacuten moderna lo que une a todas esas experiencias es la ldquosimultaneidadrdquo entendida como el evento en el que el ser de la obra ar-tiacutestica se hace presente en toda su vitalidad

Aquiacute se hace palpable la dinaacutemica de pre-sencia y ausencia reciacuteproca que el drama-poeacute-tico mdashque es la tragediamdash suscita en el espec-tadorlector independientemente de la forma de su representacioacuten Como espectadoreslectores quedamos ldquohechizadosrdquo en nues-tra participacioacuten con la obra de arte traacutegica y ademaacutes como se dijo accedemos tambieacuten a una dinaacutemica de auto-olvido pues estamos como cojugadores en una relacioacuten de media-cioacuten con la conformacioacuten que es la obra

En esta relacioacuten de mediacioacuten con la pieza Aristoacuteteles reconocioacute dos efectos especiacuteficos que ella debiacutea proporcionar a sus espectado-res que son la compasioacuten (eacuteleos) y el temor (phoacutebos) que se encuentran dentro de la de-

TeatrodeEpidauroRecuperadodehttpseswikipediaorgwikiTeatro_de_Epidauro

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EstructuradelteatroclaacutesicoRecuperadodehttpswwwguiadegreciacomgeneralteatrohtml

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finicioacuten esencial de tragedia En su Poeacutetica el intelectual nos indica que el efecto debe ser proporcionado no por las propuestas esceacuteni-cas y visuales (elementos que considera acci-dentales y secundarios) sino de forma natural por el argumento (Aristoacuteteles 1453-b p15) es decir por lo que la obra tiene de esencial en su conformacioacuten poeacutetica

Con el uso del sentido maacutes puro de los vocablos eacuteleos y phoacutebos se alude a una vasta disputa filoloacutegica pero para los fines de esta investigacioacuten compartimos la elucidacioacuten que ofrecen Hans-Georg Gadamer y Walter Kau-fmann aunque sean contrarias en algunos aspectos Phoacutebos es entendido por ambos au-tores como ldquoterrorrdquo mientras que en la con-cepcioacuten de eacuteleos difieren Gadamer lo asocia a ldquodesolacioacutenrdquo en cambio Kaufmann se inclina por asimilarlo como ldquosimpatiacuteardquo

En la medida en que el destino traacutegico de los protagonistas nos suscita simpatiacutea y admi-racioacuten por el personaje sufriente se podriacutea hablar de ldquoruthrdquo el vocablo anglosajoacuten que usa el autor que contrapone a ldquoruthlessrdquo (in-humanidad en un sentido geneacuterico universal y no solo particular) Kaufmann evita aceptar llanamente el teacutermino ldquocompasioacutenrdquo porque por siacute misma dice implica una mirada ldquoami-noradardquo sobre el sujeto que se compadece es decir por el heacuteroe traacutegico (Kaufmann 1978 p87) Es como si lo vieacuteramos ldquohacia abajordquo en su situacioacuten infortunada por el contrario eacuteleos asociado a ldquosimpatiacuteardquo o ldquoruthrdquo permi-te apreciar de forma maacutes adecuada el senti-miento de vinculacioacuten que se produce entre el espectador y el heacuteroe en donde el primero encuentra algo humano y universal para admi-rar maacutes allaacute de la desgracia que le abate

Gadamer en cambio considera que ldquoEacuteleos es la desolacioacuten que invade a uno frente a lo que llamamos desolador (hellip) Phoacutebos significa

el estremecimiento del terror que se apodera de uno cuando ve marchar al desastre a al-guien por quien uno estaacute aterradordquo (Gadamer 1977 p177) En su reflexioacuten nuestro filoacutesofo recalca el hecho de que en la relacioacuten de me-diacioacuten con la obra traacutegica esta no representa un sentir puramente subjetivo sino que maacutes bien presenta al espectador experiencias que llegan de fuera Aquiacute es importante recordar como hemos afirmado antes que la obra ar-tiacutestica y la palabra poeacutetica no solo representan una realidad (de forma mimeacutetica) sino que en su transformacioacuten esteacutetica presentan (de for-ma original poieacutetica) nuevos valores a la rea-lidad los cuales en el caso de la tragedia aacutetica mdashde manera geneacutericamdash se manifiestan en el influjo sobre espectador de eacuteleos y phoacutebos

El problema con aceptar eacuteleos por ldquodeso-lacioacutenrdquo consiste en que por siacute mismo puede ofrecer una mirada mucho maacutes pesimista res-pecto de lo que comuacutenmente es tratado den-tro en las obras Ciertamente con frecuencia hay un sentimiento de admiracioacuten del espec-tadorlector hacia el heacuteroe sufriente o traacutegico como afirma Kaufmann Aristoacuteteles comenta ldquoLa compasioacuten es por quien no merece [su-frir] el temor por quien es semejante [a noso-tros]rdquo (Aristoacuteteles 1453-a) Con esto no que-remos descalificar la propuesta de Gadamer pues resulta adecuada hasta cierto punto y creemos que bien puede ser complementada con la oferta de Kaufmann Comuacutenmente nos afligimos por el heacuteroe pero este padecimien-to se complementa con una empatiacutea con eacutel y una elevada admiracioacuten

Ahora bien es importante indicar de ante-mano que no todas las tragedias obedecen a los mismos patrones y que en su pluralidad aguarda una riqueza artiacutestica y esteacutetica que pretendemos abordar en el capiacutetulo siguiente En concordancia con Kaufmann (1978) dire-mos que ldquola raiacutez de todos los males estaacute en

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asimilar todas las tragedias a un modelo uacutenico en lugar de admitir cuaacutento estas difieren en-tre siacuterdquo (p317) En este sentido no aspiramos a aceptar de modo categoacuterico una uacutenica defi-nicioacuten de los teacuterminos aludidos De la misma manera nos parece prudente mostrar distan-cia respecto de ciertas definiciones que ofrece Aristoacuteteles en cuanto al desenvolvimiento del argumento en la tragedia nos referimos con-cretamente al teacutermino hamartiacutea

El pensador antiguo afirma que uno de los argumentos mejor logrados sobre todo para proporcionar los efectos de eacuteleos y phoacutebos consiste en el cambio de ldquola felicidad a la des-dicha no a causa de la perversidad sino de cierto enorme error propio de quien es como se ha dicho o es justo maacutes bien que injustordquo (Aristoacuteteles 1453-a p14) Tanto Gadamer como Kaufmann se muestran renuentes a aceptar tal cual esta concepcioacuten Ello desde el supuesto de que no todas las piezas traacute-gicas obedecen a un esquema en el que sea relevante o adecuada la existencia taacutecita o impliacutecita de un ldquoerror traacutegicordquo o un ldquodefecto de caraacutecterrdquo del heacuteroe De hecho este uacutelti-mo resulta ser otra problemaacutetica acadeacutemica distinguir si la hamartiacutea refiere maacutes bien a un ldquoerror de eleccioacutenrdquo o a un defecto moral en el caraacutecter del heacuteroe

Al respecto nos parece destacable el con-cepto de ldquoculpa traacutegicardquo elaborado por Hegel y revalorado por Kaufmann y Walter Benja-min Lo que destaca como propio en las tra-gedias maacutes insignes (algo que no sucede en todas) no es un error de juicio o un defecto de caraacutecter que conduzca a la ruina del perso-naje traacutegico sino maacutes bien la aceptacioacuten luacuteci-da de la culpa y el infortunio como producto de una accioacuten cometida en el presente de la pieza o en alguacuten momento del pasado Seguacuten Benjamin ldquoLa antigua maldicioacuten heredada a lo largo de generaciones se convierte en un

bien interior en la poesiacutea traacutegica un bien au-to-encontrado del personaje heroicordquo (p344) Una vez acaecida la desdicha el personaje a su pesar la acepta con una paradoacutejica mezcla de justificacioacuten y culpa por sus actos Esta defi-nicioacuten se adecua muy bien a personajes como Edipo Antiacutegona la Ifigenia de Ifigenia en Aacuteuli-de e incluso el Orestes de Esquilo Luego pa-saremos a estudiar las obras concretamente y seraacute el momento en el que podremos criticar la veracidad de este supuesto y en queacute obras lo hallamos

Kaufmann citando a Hegel afirma ldquoEl ver-dadero sufrimiento traacutegico por otra parte se impone solo en individuos como consecuen-cia de alguno de sus actos debido a la colisioacuten que implica y ellos son responsables de sus actos con la totalidad de su serrdquo (Kaufmann 1978 p317) La responsabilidad que cargan los personajes mencionados y la lucidez so-bre ella llegado el momento no los exime de su castigo y en cambio deciden aceptar con claridad y no sin dolor y angustia su desgracia En sus actos y en la aceptacioacuten de su nueva condicioacuten hay una solemnidad que los eleva al mismo tiempo que nos hiela como especta-dores Y que pone en evidencia como indica Hegel una colisioacuten entre valores contrapues-tos

Tomar muy en serio el concepto de hamar-tiacutea puede dar pie a una buacutesqueda infructuosa del defecto o ldquoerror de juiciordquo del heacuteroe al mis-mo tiempo que centrar demasiado la atencioacuten en la voz de un protagonista ldquoheroicordquo que no siempre se da en los dramas pues no todas las tragedias giran en torno a un personaje prota-goacutenico definido sino sobre una confrontacioacuten de partes una tensioacuten entre los elementos de los mismos yo una lucha entre verdades y valores contrarios que pueden ser destacables en una media aproximadamente igual (por no hablar de valores simeacutetricamente vaacutelidos)

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Seguacuten Juan Tobiacuteas Naacutepoli (2016) ldquoToda obra [traacutegica] comprende muacuteltiples veces y todas reclaman su propia verdad aunque carezcan de la uacutenica voz autorizada del autorrdquo (p126) lo que implica evaluar y pensar el drama des-de su compleja estructura dialeacutectica en el que ocurren comuacutenmente relaciones de disputa y lucha entre el coro y los personajes llamadas kommos o entre los personajes mismos que se denominan agoacuten traacutegico

Por medio de las diversas relaciones que tienen lugar entre los elementos de la trage-dia (relaciones entre el coro y los personajes el estaacutesimo y los episodios) el geacutenero devela una interesante estructura de pesos y contra-pesos que debe ser pensada de modo integral En relacioacuten con esto Kaufmann ofrece un mo-delo alternativo desde el cual pensar ciertos dramas traacutegicos a saber el concepto de ldquocoli-sioacuten traacutegicardquo heredado de Hegel que envuelve la siguiente comprensioacuten

En el centro de las mejores tragedias de Esquilo y Soacutefocles no encontramos un heacuteroe traacutegico sino una colisioacuten traacutegica y (hellip) el conflicto no es entre el bien y el mal sino entre posiciones parciales donde en-contramos siempre algo bueno en cada una de ellas (Kaufmann 1978 p308)

En conformidad con lo citado de Tobiacuteas Naacutepoli maacutes arriba este enfoque basado en la colisioacuten traacutegica y los elementos que entran en relacioacuten agoacutenica posibilitan un estudio maacutes exhaustivo y enriquecedor sobre las diferen-tes voces poeacuteticas que afirman se confrontan y se desdicen en los dramas traacutegicos Benjamin tambieacuten pudo reconocer en la tragedia aacutetica este particular elemento agoacutenico Asiacute consi-deroacute que estas obras comparten un singular parentesco con el proceso judicial ateniense integrado por acusados acusadores y ldquotesti-gos juradosrdquo (que constituiriacutean el coro testi-

gos juiciosos sobre los acontecimientos) Es-cribe Benjamin

(hellip) la tragedia se ajusta en todo caso a la imagen del desarrollo de un proceso porque tambieacuten en ella se produce un debate con vistas a una final expiacioacuten De ahiacute resulta que en Soacutefocles y Euriacutepides los heacuteroes aprendan ldquono a hablarhellip [sino] meramente a debatir y de ahiacute que lsquoa la antigua dramaturgiarsquo le resulta extrantildea la escena de amorrdquo (Benjamin 2006 p326)

Se considera un poco poleacutemica la postura de Benjamin pero ciertamente da cuenta del elemento conflictivo muy marcado en las tra-gedias griegas Mucho maacutes desarrollada es la disertacioacuten de Martha Nussbaum al desarro-llar la nocioacuten de ldquoconflicto traacutegicordquo en el que dos valores contrapuestos muestran su validez eacutetica y dilemaacutetica por lo que cualquier elec-cioacuten tomada tambieacuten implica incurrir en una falta moral Como vemos esta idea se adecua bastante bien al concepto de ldquoculpa traacutegicardquo anteriormente mencionado que destaca por su paradoacutejica constitucioacuten entre cierta justifi-cacioacuten o validez y una culpa o infortunio ldquone-cesariordquo fruto de las elecciones del heacuteroe

Al referirnos a estas valoraciones sobre lo agoacutenico y dilemaacutetico en las tragedias griegas es importante recordar que no es vaacutelido inferir que todas las piezas obedecen al mismo es-quema propuesto ni en el mismo grado Kau-fmann puntualiza que el concepto de ldquocolisioacuten traacutegicardquo aclara obras como La Orestiada Pro-meteo Hipoacutelito Las Bacantes mdashy en menor medida seguacuten su argumentacioacutenmdash Antiacutegona Edipo rey y Filoctetes

Ahora bien tal como se desarrolloacute en el se-gundo apartado de esta investigacioacuten si el po-der de la palabra poeacutetica tiene capacidad para instaurar sentido y posibilitar una forma de comprensioacuten distinta de la realidad o como

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afirma Gadamer (1977) ldquoLa palabra poeacutetica se convierte con frecuencia en una prueba de lo que es verdad pues el poema resucita una vida secreta en palabras que pareciacutean gasta-das e inservibles y nos ilustra asiacute sobre noso-tros mismosrdquo (p539) en los dramas traacutegicos se estudiaraacute precisamente la tensioacuten manifies-ta que la obra invoca en la puesta en escena por medio de la interrelacioacuten compleja de sus elementos a saber las relaciones dinaacutemicas que afloran de sus personajes argumentos y siacutembolos Todo para desde alliacute rescatar o hacer presente en cierta forma esos valores poliseacutemicos que relucen en tal tensioacuten y plura-lidad expresadas por las voces poeacuteticas dentro del drama Es decir aquella polisemia inadver-tida que ronda en los elementos expliacutecitos que entran en colisioacuten

Como se dijo antes resulta favorable com-prender la tragedia aacutetica como un arte que re-uacutene elementos mimeacuteticos y poieacuteticos El teatro no escapa de su dimensioacuten referencial y an-tropoloacutegica al mismo tiempo que vincula en siacute un espacio en el que lo representado adquiere una significacioacuten distinta y maacutes elevada A su vez en tanto obra artiacutestica y esceacutenica supone una relacioacuten de participacioacuten y juego en la que el mundo artiacutestico de la obra y el mundo del espectador (o lector) se funden en la experien-cia esteacutetica de inmersioacuten y ldquosimultaneidadrdquo

En esta reciprocidad entre espectadorlec-tor y pieza dramaacutetica Gadamer atisba una im-portante relacioacuten interpretativa y de compren-sioacuten De ahiacute que la relacioacuten con la obra siem-pre supone una actividad reflexiva es decir la identidad interpretativa de la obra ldquoconsiste precisamente en que hay algo lsquoque entenderrsquo en que pretende ser entendida como aque-llo a lo que se lsquorefierersquo o como lo que lsquodicersquordquo (Gadamer 1991 p73) Lo que significa que en nuestra relacioacuten con ella acontece un ldquoapren-der a leerlardquo y comprenderla

En otras palabras siempre hay un espacio abierto que espera ser llenado por el juicio criacute-tico e interpretativo del espectadorlector Es interesante notar coacutemo para Gadamer las pie-zas en cierto modo lo exigen Y esto es precisa-mente lo que se procederaacute a analizar en el si-guiente capiacutetulo con el aacutenimo de aprehender de la forma maacutes adecuada posible lo que las obras traacutegicas escogidas tienen que ldquodecirnosrdquo desde su ser-obra por medio y en el diaacutelogo que es la criacutetica

CAPIacuteTULO II

DESARROLLO INTERPRETATIVO DE LAS TRAGEDIAS A LA LUZ DEL CONCEPTO DE COLISIOacuteN TRAacuteGICA

En el presente capiacutetulo se ofrece una in-terpretacioacuten de corte criacutetico-literario y filo-soacutefico-hermeneacuteutico de las obras Agamenoacuten de Esquilo Antiacutegona de Soacutefocles e Ioacuten de Eu-riacutepides con el fin de repensar los diferentes elementos que las piezas ponen en cuestioacuten y problematizan Desde la dimensioacuten literaria y singular de cada una esta investigacioacuten pres-taraacute especial atencioacuten a toacutepicos como la pre-sencia y ambiguumledad del silencio en Agame-noacuten la significacioacuten de lo deinoacuten en la accioacuten y en el discurso humano en Antiacutegona y por uacuteltimo el valor del libre discurso parresiasteacutes en Ioacuten de Euriacutepides

21 La ambiguumledad y presencia del silencio en Agamenoacuten de Esquilo

La Orestiada ejemplifica de una manera altamente lograda muchos de los elementos maacutes caracteriacutesticos del teatro esquiacuteleo la pre-sencia de una justicia divina que reina e im-pregna los asuntos mortales la moral humana vuelta dilema y conflicto la marcada partici-pacioacuten de un coro liacuterico que enjuicia la accioacuten desde un terreno de percepcioacuten limitado en-

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tre otros A partir de estos componentes ya claacutesicos en el estudio filoloacutegico se pretende hilvanar una interpretacioacuten sobre las figuras de Agamenoacuten y Clitemnestra para finalmente repensar la relevancia argumental y simboacutelica de Casandra dentro del texto y en la totalidad de la obra teatral

A traveacutes de este desarrollo se aspira a tocar toacutepicos de sumo intereacutes como por un lado el papel del silencio en el discurso y la accioacuten hu-mana y por el otro la dimensioacuten agonal dile-maacutetica y ambivalente de los asuntos mortales temas que la obra sugiere desde siacute en su des-pliegue interpretativo

El dilema y la colisioacuten de contrarios se per-ciben como un solo tema central en muchas de las obras de Esquilo y tambieacuten en Agame-noacuten Es una dimensioacuten agonal que se puede apreciar en diferentes escalas tanto en un nivel argumental-estructural en una historia que narra de manera interrelacionada la ven-ganza de Clitemnestra y el deseo divino de justicia en la familia de los atridas como en un nivel intraargumental en la presentacioacuten de personajes caracterizados por connotacio-nes ambivalentes y opuestas Asimismo estaacute la relacioacuten entre lo humano y lo divino que se desarrolla de un modo tan misterioso como ldquojustificablerdquo y que por ello ha dado pie a mu-chos estudios criacuteticos sobre el tema

Para el filoacutesofo y filoacutelogo claacutesico Andreacute-Jean Festugiegravere las tragedias griegas poseen dos rasgos distintivos uno es la cataacutestrofe como algo natural en la vida de los hombres y otro es la idea de que estas cataacutestrofes estaacuten liga-das a la misteriosa e ininteligible voluntad de los dioses (Festugiegravere 1968 p16) Aunque puede ser debatible la certeza o precisioacuten del segundo punto que destaca este esquema baacutesico puede servir de preaacutembulo para un es-tudio de las obras a tratar A juicio del autor

en los tres poetas traacutegicos estaacute presente una suerte de muro sobre el cual cada uno ha la-brado una grieta Distinta Es su grieta

El hombre cumple su tarea como me-jor puede Los dioses lo trastocan todo Eacutel no comprende Eacuteste permanece constan-temente en presencia de un muro Ahora bien como a pesar de todo hay que vivir y como el ser humano no puede dejar de pensar cada uno de los traacutegicos griegos ha buscado una grieta en ese muro (Festu-giegravere 1968 p17)

En un aspecto metodoloacutegico esta forma de comprender las tragedias puede ser de mucha utilidad como punto de partida sobre todo en lo que se refiere a los elementos maacutes distintivos que caracterizan a cada poeta traacutegi-co Esa buacutesqueda de ldquouna grietardquo en el muro del mundo y la mencionada conexioacuten entre la cataacutestrofe y el tipo de relacioacuten humana que se establece con lo divino son esenciales a nuestros fines La pieza de Esquilo Agame-noacuten nos narra la ansiada llegada del liacuteder de la flota helena a Micenas tras haber vencido en la guerra de Troya De manera contrapuesta describe las intrigas incertidumbres e ideas que se gestan en el palacio territorio argivo a traveacutes de personajes como Clitemnestra un coro compuesto de sabios ancianos un vigiacutea y un mensajero real

La obra comienza con un parlamento del vigiacutea quien suplica por la llegada de la sentildeal que indicariacutea que los helenos han triunfado en la guerra a su vez muestra el deseo del ciu-dadano de que sus liacutederes vuelvan a salvo a un palacio y a una comunidad que se perciben como trastocados En sus palabras ldquome echo a llorar lamentando el infortunio de esta mo-rada que ya no se rige del mejor modo tiempo atraacutesrdquo (Esquilo v20) El entusiasmo del vigiacutea y del coro al corroborar sus esperanzas con la sentildeal percibida contrasta enfaacuteticamente con

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un elemento que merodea de forma iacutentegra en toda la trama de la obra teatral un temor irresuelto y latente que surge de unos males cultivados en el palacio de los atridas es una especie de pesadez que se cierne sobre los personajes y estaacute presente en cada diaacutelogo y que de forma resumida se identifica con el tropo del silencio o el callar La primera par-ticipacioacuten del vigiacutea marca desde el inicio este componente tirante tenso temible

iexclOjalaacute que yo pueda estrechar con esta mi mano la bien amada mano del sobera-no de este palacio cuando haya llegado Lo demaacutes me lo callo Un buey pisa mi len-gua El propio palacio si voz tuviera podriacutea decirlo con la mayor claridad (hellip) (Esquilo v37)

Aquiacute el propio palacio adquiere un signifi-cado poeacutetico y funcional al volverse tropo de lo inexpresable y oculto El ldquopalaciordquo la ldquomora-dardquo se presenta no con la calidez de un hogar sino con la frialdad de un espacio inhoacutespito maldito ldquosilenterdquo Esta idea se conecta con la maldicioacuten claacutesica que se hereda a traveacutes de las generaciones y que se encuentra inserta en el linaje de Agamenoacuten El tropo reapareceraacute posteriormente en el desarrollo de la obra pero cargado de nuevas significaciones y rela-ciones

De acuerdo con la filoacuteloga claacutesica Jaqueline de Romilly en la obra de Esquilo lo divino y la justicia divina son elementos que impregnan casi todos los aspectos del mundo humano pero ldquoesto no quiere decir que se trate de un mundo en orden Es un mundo que aspira al orden pero que se mueve en el misterio y el miedordquo (Romilly 2011 p56) De hecho la tri-logiacutea que compone La Orestiada y de la cual Agamenoacuten es la primera pieza muestra un traacutensito hacia un tipo de justicia maacutes lograda y caracterizada por la froacutenesis de una institu-

cioacuten democraacutetica como el Areoacutepago en de-trimento de una justicia maacutes arcaica basada en el castigo incuestionable y la exigencia de sangre Lo interesante se encuentra quizaacute en la dimensioacuten dicotoacutemica y ambivalente de los teacuterminos con los que la obra juega lo civiliza-do y lo bestial lo sacriacutelego y lo justo la caza y el sacrifico16

Este elemento dicotoacutemico y agonal es evi-dente desde un comienzo cuando en el pri-mer estaacutesimo de la obra el coro narra el augu-rio de Calcante el profeta de Apolo sobre los atridas y su destino en la guerra contra Troya la visioacuten de dos aacuteguilas que ldquoestaban devoran-do una liebre prentildeada con una gravidez tras haberle cortado su uacuteltima carrera Entona un canto de duelo un canto de duelo pero que el bien consiga triunfarrdquo (Esquilo v120) Aquiacute la visioacuten adivinatoria del vidente pone en re-lacioacuten dos elementos esenciales por un lado la idea de que estas dos aacuteguilas simbolizan el trono de los hermanos helenos que poseen el favor divino de vengar su honor contra Troya y por otro la nocioacuten de que tal accioacuten se de-sarrollaraacute en la forma de una caceriacutea bestial

Agamenoacuten y Menelao son cazadores pero tambieacuten aacuteguilas predadoras la guerra exigida por Zeus a manera de mandato implica de for-ma oculta un contrario sacriacutelego e impiacuteo En tal sentido la caza de un animal salvaje como la liebre y sus criacuteas es tambieacuten una transgre-sioacuten de los dominios de una diosa virginal Artemisa Y en la antistrofa el coro canta que ldquola pura Aacutertemis por compasioacuten estaacute irritada con los alados perros de su padre porque han dado muerte a la miacutesera liebre con su prentildeez antes del parto y odia ese festiacuten de las Aacuteguilasrdquo (Esquilo v136)

16 Esta uacuteltima dicotomiacutea es desarrolladaexhaustivamente por Pierre Vidal-Naquet en suensayoldquoCazaysacrificioenlaOrestiadadeEsquilordquoen el libro Mito y tragedia en la Grecia antigua (2002a)

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Las alusiones a lo sacriacutelego y bestial no aca-ban alliacute sino que se manifiestan de modo in-termitente antes y despueacutes de esta escena en la dramatizacioacuten Como bien sentildeala Vidal-Na-quet resulta paradoacutejica la primera alusioacuten me-tafoacuterica a los hermanos argivos que se hace en el verso nuacutemero cincuenta y uno Alliacute el coro los describe de la siguiente manera ldquoPareciacutean buitres que con un inmenso dolor por sus criacuteas giran y giran surcando el aire sobre sus nidos con remos de alasrdquo (Esquilo v51) Se trata de un verso que enfatiza el recelo y la exigencia de justicia de las aacuteguilas-buitres por el rapto de Helena pero de modo maacutes eminente auacuten con esas liacuteneas la obra genera un juego dinaacutemico en el que se entremezclan la caza y la carrontildea terrenos propios del buitre A la altiva figura del aacuteguila rapaz se le antildeade una connotacioacuten peacuterfida y putrefacta y ambas en resumidas cuentas designan a Agamenoacuten Como indica Vidal-Naquet ldquoes extrantildeo que sea el animal noble real el aacuteguila de las alturas el que sea presentado realizando una accioacuten horrible y el animal innoble el carrontildeero el que clame justicia (Vidal-Naquet 2002a p147)

A consecuencia de ello el coro de modo sugerente y sugestivo ilustra a un Agamenoacuten ambiguo en un juego dual en el que un teacuter-mino reclama al contrario incluso cuando su posicioacuten no es nunca la de ruptura o desprecio de tal hombre En sus cantos el coro no deja de apreciar y exaltar la relevancia simboacutelica de Agamenoacuten como liacuteder de la comunidad poliacuteti-ca y como jerarca de la familia real Un hombre en una situacioacuten privilegiada aunque sujeto de una auteacutentica colisioacuten traacutegica fruto de la las exigencias de Zeus y Aacutertemis La filoacutesofa Mar-tha Nussbaum destaca algo de gran relevan-cia a saber la accioacuten imperativa que suponen las exigencias divinas en la cultura heleacutenica pero sobre todo en el drama traacutegico

Esta cuestioacuten resulta de gran intereacutes en teacuterminos argumentales pero tambieacuten filoloacute-gicos y filosoacuteficos dado que ofrece una clara interpretacioacuten sobre la forma en que se es-tablecen las relaciones entre lo humano y lo divino en la poesiacutea esquiacutelea Con anterioridad se expuso coacutemo para Festugiegravere la voluntad divina se imponiacutea ciegamente en los asuntos humanos y en esa medida se avizoraba ldquoinin-teligiblerdquo y ldquomisteriosardquo Muy por el contra-rio al menos en La Orestiada tal voluntad se establece como exigencia dilemaacutetica que de manera contingente puede entrar en una gran colisioacuten En este sentido Martha Nussbaum es muy penetrante cuando considera que en la tragedia aacutetica las ldquointervenciones divinas en la vida humana no son arbitrarias ni caprichosas deben entenderse como la materializacioacuten de respuestas eacuteticas profundas cuya inteligibili-dad no depende de la presencia o ausencia de las deidadesrdquo (Nussbaum 1995 p76) Mien-tras que el mandato de Zeus exige el castigo por el irrespeto a los himeneos la condicioacuten y exigencia de Aacutertemis se impone como un ajus-te por la brutalidad de una guerra representa-da a modo de una gran y violenta caceriacutea

La virgen Ifigenia es presentada como el sacrificio y requisito que impone Aacutertemis para que la flota helena pueda ir a Troya y cumplir el deber que asigna Zeus A la libre voluntad de Agamenoacuten le sobreviene una eleccioacuten di-lemaacutetica de la que no podraacute salir indemne y como bien considera Nussbaum en esto consiste uno de los conflictos praacutecticos que a simple vista parecen ldquoirracionalesrdquo Pero que son posibles precisamente porque la virtud humana se enfrenta a un entorno contingente que la hace a ella misma dinaacutemica y fraacutegil Aun cuando la hamartiacutea no sea una nocioacuten univer-salmente aplicable a toda obra traacutegica entre los versos 205 y 235 siacute que se le puede distin-guir un espacio de relevancia

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En este canto de la antistrofa el coro pasa a rememorar el razonamiento de Agamenoacuten en el momento en que aceptoacute sacrificar a su hija un sacrificio familiar y privado en beneficio de toda la comunidad poliacutetica de la Heacutelade Como afirma Leonardo Azparren (1993) Agamenoacuten debe ldquoelegir en una disyuntiva que es una apo-riacutea entre su esfera puacuteblica (polis) y su esfera privada (oikos)rdquo (p89) Un juicio indudable-mente determinado por un constrentildeimiento externo entre las exigencias de ambos dioses Entonces iquestpodriacutea pensarse que el infortunio de Agamenoacuten es fruto de una mala decisioacuten un defecto moral propio de su caraacutecter como ldquoheacuteroerdquo o de la irracionalidad divina que tras-toca el mundo de los mortales La respuesta podriacutea encontrarse en el reproche del coro

(hellip) cuando ya se hubo uncido al yugo de la ineluctable necesidad exhaloacute de su mente un viento distinto impiacuteo impuro sacriacutelego con el que mudoacute de sentimien-tos y con osadiacutea se decidioacute a todo que a los mortales los enardece una funesta de-mencia (hellip) (Esquilo v220)

Con claridad el coro distingue en Agame-noacuten un cambio de temple su aacutenimo y no solo su razonamiento impulsan una eleccioacuten inde-corosa a la alternativa de sacrificar a su hija El reproche no se encuentra tanto en la eleccioacuten sino en el deseo unidireccional en la osadiacutea funesta que le acompantildea Asiacute Agamenoacuten afir-ma que ldquoes liacutecito desear con intensa vehemen-cia el sacrificio de la sangre de una doncella para conseguir aquietar los vientos iexclque sea para bienrdquo17 (Esquilo v217) Afirmacioacuten in-

17 EnlatraduccioacutenutilizadaporNussbaumellaofreceun importante esclarecimiento de los teacuterminos griegosempleadosldquotheacutemisrdquo(santo)ylaexpresioacutenldquoorgai periorgoacutes epithymeacutenrdquo referente a ldquodesearcon apasionada pasioacutenrdquo y que en Gredos setranscribecomoldquodesearconintensavehemenciardquoEn consecuencia en la traduccioacuten que ofrece laautoraseleeldquoEsliacutecitoysanto(theacutemis)desearconapasionada pasioacuten (orgai periorgoacutes epithymeacuten) el

dignante tanto para el coro como para el puacute-blico ateniense y que trasluce una ferocidad eroacutetica18 que no contempla el dilema en el que el propio sujeto se halla Aunque la expresioacuten ldquoorgai periorgoacutes epithymeacutenrdquo aparenta ser una simple tautologiacutea refuerza la conviccioacuten es-tablecida por Agamenoacuten y asiacute transgrede el debido respeto hacia la filia y el eros familiar Paradoacutejicamente eacutel sustenta su accioacuten en un eros maligno un deseo que asiente a su pro-pia vehemencia (delictiva) idea que contra-dice la convencioacuten comuacuten de que solo puede desearse una accioacuten o tener una eleccioacuten A propoacutesito de ello el coro reitera la idea de que Agamenoacuten ha asentido a ldquouna temeridad voluntaria (thaacutesos Hekouacutesion)rdquo (Nussbaum 1995 p78)

Por medio de un silogismo ciego y vaciacuteo Agamenoacuten justifica su decisioacuten como mejor y deseable antes que comprender el dilema en el que se encuentra y le conduce inevitable-mente a un tipo u otro de sacrilegio al estar frente a la alternativa de sacrificar a su hija abandonar la empresa de Zeus o incluso em-barcar hacia Troya sin haber sacrificado a Ifige-nia (tres posibilidades que le haraacuten culpable)

Con su actitud ante la fortuna el heacuteroe se vuelve signo de lo aporeacutetico pero tambieacuten re-chaza su propia ambiguumledad al renegar de su culpabilidad ya que prefiere concebir su ac-cioacuten como ldquocorrecta y justificablerdquo ante todo Asiacute indica Martha Nussbaum reduce un dile-ma infranqueable a una alternativa que cree explicable La hamartia que concebimos como culpa traacutegica se encuentra en la inmoralidad que se gesta en su eleccioacuten y que incluso tras-toca su caraacutecter como sujeto Indudablemen-

sacrificio que aquieta los vientos la sangre de ladoncella Que sea para bienrdquo (Nussbaum 1995p68)

18 Nos referimos al expresado deseo la ldquointensavehemenciardquoolaldquopasioacutenapasionadardquo

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te Agamenoacuten emite un juicio que afronta un mundo contingente mdashy que siacute podriacutea conside-rarse como aceptable aun reconociendo su caraacutecter sacriacutelegomdash pero en su actitud trai-ciona la pluralidad inmanente en la realidad el afuera la fortuna del mundo y que le obli-gariacutea a reconocerse a siacute mismo con lucidez como culpable y condenado

Hay que sentildealar que seriacutea un error enten-der a Agamenoacuten como un ldquoheacuteroerdquo iacutentegro y tampoco podriacutea concebirse como protagonis-ta indiscutible de la obra no obstante sigue siendo el personaje que desencadena el mo-tivo central por el que los acontecimientos de la trilogiacutea se desarrollan Su papel en la repre-sentacioacuten es iacutenfimo de unos ochenta versos19 y su integridad moral se muestra aporeacutetica aunque de nuevo es preciso subrayar que ninguacuten personaje deja de reconocer en eacutel su grandeza como monarca y liacuteder

Ahora bien otro personaje merece aten-cioacuten en la medida en que ofrece una posicioacuten contraria y de relevancia en la colisioacuten moral que la pieza pone en escena nos referimos a Clitemnestra La reina de los argivos es toda una figura de poder y altivez Ella desde su po-sicioacuten sufriente y contraria a la de Agamenoacuten es retratada con una ferocidad leoacutenica (ver los versos 1255-1260) que refleja incluso cierto odio En ausencia del monarca Clitemnestra ha sabido dominar los asuntos puacuteblicos y de-fender su palabra frente a un coro que en dife-rentes ocasiones le interpela por su condicioacuten de mujer Recordemos que para la cultura ate-niense del siglo V a C la mujer no era un ciu-dadano ni mucho menos podiacutea inmiscuirse en los asuntos puacuteblicos su lugar se encontraba en la economiacutea familiar (oikos) y en su subor-

19 Kaufmann (1978) ha escrito que Agamenoacuten tieneldquo80versosElcorotieneunpapeldiezvecesmayorClitemnestratieneunpapelcuaacutedrupleyCasandrael doble e incluso el heraldo tiene 128 versosrdquo(p290)

dinacioacuten silente respecto del hombre-polites20 Aun asiacute el coro la describe con las siguientes palabras ldquoHablas mujer con sensatez como lo hariacutea un prudente varoacutenrdquo (Esquilo v351) de modo que reconoce en su figura una viri-lidad impropia de su rol femenino pero que tambieacuten expresa su respeto y reverencia den-tro del mundo puacuteblico y patriarcal en el que se posiciona

Clitemnestra es entonces una mujer viril capaz de imponer su voz en el espacio puacuteblico dominado por la voz-masculina pero asiacute como manifiesta su dominio tambieacuten ofrece un si-lencio propio El tropo del silencio y lo inex-presado se reitera en los versos 99 y 260-270 cuando los diferentes personajes que se rela-cionan con la reina no dejan de notar cierta actitud de retraimiento en ella Se dan cuenta de que queda algo por decir en el comporta-miento de Clitemnestra quien esconde muy bien un aura ominosa Esta metaacutefora resurge junto a un patetismo muy marcado cuando el coro canta

Se pueden ver los silencios de quien se aparta del todo lleno de dolor signos estos de su honra herida pero sin expresioacuten de reproche Por la nostalgia de la que estaacute maacutes allaacute del mar pareceraacute que un fantas-ma reina en palacio (Esquilo vv407-415)

En la antistrofa este canto se refiere al luto de Menelao ante la peacuterdida de Helena aun-que en otro sentido bien puede interpretarse

20 La investigadora Nazira Espinoza ofrece unadistincioacuten que consideramos relevante cuandoafirma que en la sociedad ateniense de caraacutecterpatriarcal ldquola relacioacuten ideal con el lenguaje enel aacutembitode laGrecia antigua fue la de lamujer-silente-privada y el hombre-voz-puacuteblica dondeel poder y la ausencia se determinaban por mediode suparticipacioacutenen las esferaspuacuteblica yprivadardquo (Espinoza2013p7)UnadiferenciaqueClitemnestra revuelve con su leoacutenica actitud demandoyensuactodeusurpacioacutendelpoderalfinaldelaobra

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a la luz de los diferentes elementos que invo-ca y que con anterioridad se presentan en la obra relacionados con el palacio y la actitud de la reina el silencio la atmoacutesfera palaciega y la afliccioacuten Como se mencionoacute en los versos 99 y 260-270 se describe a una Clitemnestra silente y el coro identifica una intencioacuten la-tente pero que apenas es percibida de forma extraverbal a traveacutes de sus actos

De hecho el mismo coro manifiesta ldquoEstos son los dolores que pesan sobre el hogar de este palacio y otros incluso maacutes graves que es-tosrdquo (Esquilo v529) en consecuencia asocia la afliccioacuten de Menelao con el dolor que Cli-temnestra y los demaacutes habitantes sufren en el palacio Si se piensa en la reina al leer el canto se aprecian los paralelismos en tanto que ella tambieacuten ilustra la figura sombriacutea y enigmaacutetica de un ldquofantasmardquo que proyecta su influencia espectral en todo el espacio Para el coro y para el propio espectador su temple mues-tra una afliccioacuten o nostalgia que se relaciona con el luto por Ifigenia la honra herida que se convierte para ella en un deseo irrefrenable de venganza

La acadeacutemica Nazira Espinoza (2013) al investigar acerca de los diversos significantes que el silencio (como signo) puede tener escri-be que ldquoen el silencio no se dice (verbalmente) nada pero se dice (extra-verbalmente) que no quiero o que no debo o que no puedo decir lo que callordquo (p5) Asiacute de la figura de Clitem-nestra puede afirmarse con propiedad que su callar tambieacuten expresa de forma negativa y ex-traverbal una serie de pasiones mdashque solo los espectadores o lectores conocemosmdash que le llevaraacuten a legitimar su venganza Una vengan-za que con claridad ldquono debe comunicarserdquo a nadie y que repercutiraacute no solo en un nivel familiar en lo que al oikos se refiere sino tam-bieacuten en las instancias puacuteblica y poliacutetica en la

direccioacuten misma de la polis usurpada por una mujer viril

Tanto Clitemnestra como Agamenoacuten expre-san en su caracterizacioacuten una posicioacuten parcial determinada y sesgada de un conflicto que les avasalla Un hecho que tal vez no tendriacutea por queacute ser reprobable sino en la medida en que se blindan en el interior de sus propios discur-sos y con ello establecen una verdad que no reconoce pluralidad ni alteridad alguna En diferentes momentos el discurso de ambos personajes establece una relacioacuten de poder que ldquosilenciardquo margina o invisibiliza cualquier alternativa o posicioacuten contraria Desde su an-tagonismo ambos comparten en su accionar aquello que Martha Nussbaum distinguioacute como un mal eros En la frase ldquoorgai periorgoacutes epithymeacutenrdquo los dos se reconocen pues asien-ten con vehemencia a un deseo sacriacutelego y se dejan dominar por su atraccioacuten que pos-teriormente les lleva a considerar correcta su accioacuten homicida Para Nussbaum la tragedia de Agamenoacuten puede mostrarnos que el su-jeto-agente en determinadas circunstancias dilemaacuteticas

(hellip) tendriacutea que formarse una viacutevida imagen mental de ambos lados del dilema en un intento deliberado de ver los nume-rosos aspectos pertinentes del caso con la mayor claridad y autenticidad posibles (hellip) Deberaacute pues realizar una labor de in-terpretacioacuten (Nussbaum 1995 p77)

Esta idea se vincula claramente con la sig-nificativa sentencia de Esquilo ldquose adquiere la sabiduriacutea con el sufrimientordquo (Esquilo v380) pero no puede aplicarse a los dos personajes principales de esta tragedia pues ninguno acepta maacutes que un deseo que les legitima par-cialmente

No obstante en el meollo de esta colisioacuten traacutegica la figura de Casandra encarna una po-

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sicioacuten diferente que siacute despliega esta visioacuten interpretativa y es comprensiva de la colisioacuten traacutegica que se padece La antigua princesa troyana aun con una ldquoparticipacioacutenrdquo y signifi-cacioacuten ldquomarginalrdquo vislumbra el cumplimiento de muchos de los toacutepicos que el argumento proyecta hasta el momento Con su implica-cioacuten los tropos referentes al silencio y la ex-presioacuten sobre la ldquosabiduriacutea en el sufrimientordquo adquieren un nuevo significado maacutes plural y vigoroso

Casandra se diferencia de cualquier otro personaje de esta pieza porque cumple a ca-balidad con una actitud que desde su silencio desprecia y desafiacutea la palabra argiva dominan-te Mientras que el silencio de Clitemnestra corresponde a un medio de encubrimiento a los fines de su venganza futura en Casandra su callar oculta un fin en siacute mismo que designa su rechazo manifiesto al poder de la reina y sus verdugos helenos

En los versos 1035-1070 puede leerse coacutemo sucede el diaacutelogo que se fragmenta ante la actitud de la cautiva Alliacute Clitemnestra le so-licita que entre en el palacio tambieacuten le dice que si ldquono es desconocida y baacuterbara su lengua como de golondrina la voy a persuadir dicieacuten-dole razones que penetraraacuten en su inteligen-ciardquo (Esquilo v1050) para que despueacutes del fracaso de su peticioacuten el corifeo afirme ldquoten-go la impresioacuten de que la extranjera necesita un inteacuterprete que se lo explique con claridad Su aspecto es el de una fiera recieacuten atrapadardquo (Esquilo v1064)

La reina interpreta la actitud de Casandra como de incomprensioacuten su silencio es in-sig-nificante mientras que desde la posicioacuten de la cautiva y del espectador de la obra es un silencio que se corresponde con una actitud de desafiacuteo y empoderamiento que interpela el propio discurso que la somete Como bien indi-

ca Nazira Espinoza (2013) ldquoLa no-enunciacioacuten de la palabra puede expresar no solo dominio sino desaprobacioacuten o incluso sumisioacuten frente al interlocutor ante el que calla el enuncian-te El silencio tambieacuten puede ser considerado una forma de expresioacuten en el discursordquo (p4) Y en efecto en el presente caso Casandra ca-lla para demostrar positivamente su desdeacuten hacia su interlocutor que es Clitemnestra (in-discutible siacutembolo de poder y autoridad en el palacio) La princesa troyana impregna con el tropo del silencio una nueva acepcioacuten positiva que marca una diferencia con las formas an-teriores en las que la pieza ha presentado el silencio de manera negativa de ocultamiento yo no-verbalizacioacuten

Cuando anteriormente se hizo referencia a la ldquomarginalidadrdquo de Casandra se aludiacutea a su condicioacuten de ldquoextranjerardquo ldquoesclavardquo y so-bre todo al hecho de que fuera una vidente condenada al descreacutedito Todos estos adjeti-vos la vuelven un sujeto anoacutemico neutraliza-do e ignorado por su condicioacuten ldquomarginalrdquo En cuanto Clitemnestra sale de escena la cautiva empieza a hablar y con ello expone en su dis-curso la muerte y putrefaccioacuten que el palacio alberga y que a continuacioacuten daraacute origen a un nuevo crimen Casandra dice ldquoLa casa exhala muerte que chorrea sangre (hellip) Es un hedor semejante al que procede de un sepulcrordquo (Esquilo v1312) Asiacute que el palacio mdashy lo que antes fue su ldquosilenciordquomdash se vuelve alegoriacutea de todos los homicidios de los descendientes de Atreo que Casandra en un acto de rebelioacuten intenta denunciar Pero ninguno de sus inter-locutores comprende cabalmente lo que afir-ma la mujer y la desacreditan Incluso Loxias la condena bajo la forma de su abstencioacuten e incomunicacioacuten eacutel tambieacuten calla Paradoacutejica-mente Casandra es escuchada pero sabe que seraacute desacreditada por su condicioacuten de mujer

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cautiva y condenada que el dios Apolo le ha impuesto

Ahora bien la princesa troyana se revela como el uacutenico personaje que encarna la sen-tencia de Esquilo ldquose adquiere la sabiduriacutea con el sufrimientordquo Maacutes que cualquier otro personaje del drama Casandra comprende con lucidez la condicioacuten indignante y desafor-tunada en la que se encuentra y la acepta va-

lientemente y aun hasta con cierto rechazo A pesar de todo intenta desde su propio tem-ple mantenerse a la altura de su circunstancia sin renegar de cada aspecto de la tycheacute (Fortu-na) que la sanciona mdashinjustamente Como ella misma proclama

No gimo de miedo como un pajarillo en un matorral sino para que una vez muerta seaacuteis mis testigos cuando una mu-jer muera en compensacioacuten de mi muerte y un hombre caiga para pagar la muerte de un hombre que tuvo una esposa perver-sa Como voy a morir os pido este don de hospitalidad (Esquilo v1320)

En su soledad causada por el descreacutedito que le impone la comunidad de oyentes en la que participa y la indiferencia de Apolo a quien gime Casandra se eleva sobre siacute misma para exhibir una integridad y una suficiencia moral que son dignas de admiracioacuten Solo es-pera hospitalidad y comprensioacuten futura sobre los hechos que ocurriraacuten De modo que se cumple parcialmente una interesante des-cripcioacuten que Walter Benjamin recoge sobre la afasia en el ldquoheacuteroe traacutegicordquo del filoacutesofo Franz Rosenzweig

Al callar el heacuteroe rompe los puentes que lo unen con dios y con el mundo ele-vaacutendose de los paisajes de la personalidad que se delimita e individualiza frente a los otros mediante la palabra hasta la glacial soledad del siacute mismo Pero en cuanto que el siacute mismo no sabe nada que esteacute fuera de siacute encontraacutendose sin maacutes solo iquestcoacutemo manifestar su soledad esta riacutegida actitud de desafiacuteo sino precisamente callando (Rosenzweig citado por Benjamin 2006 p317)21

21 EstacitaesunfragmentoqueextraeBenjamindellibro La estrella de la redencioacuten (1997) de FranzRosenzweigautorqueeselprimeroenconcebirlaideadelaldquoafasiardquoenelheacuteroetraacutegicoUnconceptoporciertodelquediferimosendiversosaspectos

CasandrasuplicantefrentealaestatuadeAtenea

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En su sufrimiento silencioso marginada por la comunidad de los hombres y tambieacuten de los dioses Casandra se manifiesta ante el puacuteblico atento como una figura que encar-na un poder que interpela significativamente la estabilidad mdashal menos moralmdash de las dos comunidades que la silencian Su muerte ig-nominiosa se vuelve asiacute desafiacuteo aunque no transgresioacuten Un desafiacuteo que se establece por encima de la insuficiencia moral de Agamenoacuten y Clitemnestra por un lado y por la polis y la comunidad de los dioses que la marginan por el otro

En su descreacutedito impuesto por una comu-nidad poliacutetica y otra oliacutempica patriarcal reside la dignidad de una mujer de rol ldquosilenterdquo que comprende y denuncia con claridad la injus-ticia que la somete en su acto hace suyo un ldquoderechordquo a la palabra que no le pertenece pero que integra en un discurso desafiante en el que el dolor el silencio y el grito se desatan para hablar a sus interlocutores directos e in-directos (los espectadoreslectores) Si bien el mito de Casandra resalta el hecho de que su castigo fue fruto de su rechazo por parte de Apolo no es menos cierto que su condena se vuelve en la obra una denuncia y juicio directo contra Apolo y los dioses En el verso 1085 ex-presa de forma expliacutecita su condicioacuten de aban-dono y rechazo del dios cuando canta ldquoiexclOh Apolo Apolo iexclDivinidad de los caminos mi destructor iquestAdoacutende adoacutende me has traiacutedo iquestA queacute clase de casardquo (Esquilo v1085)

Su condicioacuten en la obra la convierte en siacutembolo de una suficiencia sublime que se vis-lumbra en la comprensioacuten luacutecida de una apo-riacutea que vive y que la desgarra A traveacutes de ella podemos comprender muy raacutepido la reflexioacuten de Walter Benjamin cuando considera que ldquoen la tragedia el hombre pagano advierte que es mejor que sus dioses pero este conocimiento le quita la palabra permaneciendo mudo Sin

declararse ese conocimiento trata de reunir fuerzas en secretordquo (p319) Hasta que final-mente la princesa troyana decide entrar por las puertas del palacio cargando para siacute con el peso de los acontecimientos

La obra culmina de forma catastroacutefica aunque no por ello pueda decirse que toda la trilogiacutea presente una conclusioacuten ldquopesimistardquo Agamenoacuten en su despliegue artiacutestico teatral logra jugar con muchos recursos que en la ex-periencia cotidiana podriacutean percibirse nimios comunes y uniacutevocos En su despliegue litera-rio nos interpela con la significacioacuten plural del silencio en el discurso y la accioacuten humanas ademaacutes de tropos que envuelven a los perso-najes de Casandra y Clitemnestra y tambieacuten por la seduccioacuten del propio deseo inserta en la eleccioacuten dilemaacutetica de Agamenoacuten Por medio de estos tres personajes la pieza exhibe una dimensioacuten dilemaacutetica de los valores humanos que incluso problematiza la ldquointegridadrdquo de un ldquoheacuteroerdquo que se vuelve irrelevante por la pro-pia estructura argumental de la obra y que no deja de expresar en el lenguaje que le es pro-pio que no es otro que el de la poesiacutea dramaacute-tica la muacuteltiple validez que adquieren tantos de los actos que el ser humano debe tomar en el itinerario hacia su destino

22 Antiacutegona y lo deinoacuten en el hombre

Al igual que en el Agamenoacuten de Esquilo Antiacutegona de Soacutefocles es una obra teatral que se desarrolla argumentalmente en torno a una colisioacuten traacutegica aunque en este caso puede distinguirse con mayor claridad la relevancia simboacutelica y ldquoprotagoacutenicardquo de Antiacutegona dentro de la historia Su narracioacuten establece una cla-ra contraposicioacuten entre un tipo de ley ciacutevica relacionada con la vida puacuteblica y un tipo de mandato no-escrito vinculado con una philia familiar privada emparentada con los manda-tos de los dioses A traveacutes de un estudio de

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esta tragedia y de su desenvolvimiento ago-nal se podraacuten vislumbrar toacutepicos de suma re-levancia como lo deinoacuten (lo pavoroso) en los asuntos humanos y en el hombre particular pero tambieacuten el modo en que lo deinoacuten atra-viesa la propia suficiencia discursiva y praacutectica del hombre

Antiacutegona relata los acontecimientos miacuteti-cos que suceden tras la guerra civil tebana en la cual los hermanos Eteocles y Polinices se en-frentan en una contienda por el mando de la ciudad y se dan muerte reciacuteproca el primero de ellos en defensa de la polis mientras que el segundo en su ataque De esta manera la tra-gedia comienza su representacioacuten en el mo-mento en que ante los acontecimientos pa-sados el liacuteder de la ciudad Creonte establece que Polinices no seraacute enterrado de acuerdo con los debidos ritos funerarios Es ante todo y una vez muerto un enemigo y traidor decla-rado de la polis Mientras a Eteocles siacute se le reconoce su debido funeral y entierro por sal-vador y defensor de la ciudad

De esta manera la tragedia hilvana un dile-ma en torno a las figuras de Antiacutegona y Creon-te dos personajes que reaccionan de forma antagoacutenica ante la sentencia dictada sobre el destino de los cuerpos de los hermanos El dilema surge en el momento en que Creonte proclama la ley y prohibicioacuten de enterrar a Po-linices como bien reconoce Antiacutegona en un diaacutelogo con su hermana Ismene

En cuanto al cadaacutever de Polinices muerto miserablemente dicen que en un edicto a los ciudadanos ha hecho publicar que nadie le deacute sepultura ni le llore (hellip) Dicen que con tales decretos nos obliga el buen Creonte a ti y a miacute mdashsiacute tambieacuten a miacutemdash y que viene hacia aquiacute para anun-ciarlo claramente a quienes no lo sepan (hellip) estaacute prescrito que quien haga algo de esto reciba muerte por lapidacioacuten puacuteblica

en la ciudad Asiacute estaacuten las cosas y podraacutes mostrar pronto si eres por naturaleza bien nacida o si aunque de noble linaje eres cobarde (Soacutefocles vv26-36)

La ley se establece en conformidad con la tradicioacuten de la ciudad que es tambieacuten una for-ma de proteccioacuten pero a juicio de Antiacutegona quebranta una exigencia de igual validez que consiste en honrar a sus familiares y librar tri-butos funerarios a sus muertos Polinices es al mismo tiempo hermano y traidor de su patria pero en la querella la noble tebana opta por privilegiar sus deberes filiales y familiares Es por esto que en el fragmento citado Antiacutegona busca con vehemencia convencer a su herma-na de que le ayude en la empresa pues desde su posicioacuten es un deber moral maacutes que una opcioacuten

En su decisioacuten Antiacutegona define un norte valorativo que prima la philia familiar por en-cima de sus viacutenculos con la ciudad y sus leyes En este punto Martha Nussbaum ofrece un aporte apreciable al explicar que la noble te-bana en ldquosu imaginacioacuten ha dibujado un pe-quentildeo ciacuterculo en torno a los miembros de su familia (hellip) lsquoAmigorsquo (philos) y lsquoenemigorsquo estaacuten pues en funcioacuten uacutenicamente de la relacioacuten fa-miliarrdquo (pp106-107) Una actitud praacutectica que aunque es laudable tambieacuten esconde un im-portante sesgo respecto del conflicto dilemaacute-tico que intenta afrontar Ademaacutes establece una distincioacuten arbitraria entre amigo-familiar y enemigo-no-familiar con la que desde su posicioacuten desvirtuacutea hasta cierto punto la plu-ralidad conflictiva de la situacioacuten en la que se encuentra Gracias a ello Antiacutegona reconoce para siacute una gran determinacioacuten con la que se dispone incluso a arriesgar su vida Al hablar de Polinices asevera ldquoHermoso seraacute morir ha-cieacutendolo Yacereacute con eacutel al que amo y me ama tras cometer un piadoso crimen ya que es ma-yor tiempo el que debo agradar a los de abajo

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que a los de aquiacute Alliacute reposareacute para siemprerdquo (Soacutefocles v71)

Ante esta posicioacuten Ismene le reprocha a su hermana lo irrealizable de sus ambicio-nes Aunque ella tambieacuten concibe la sentencia como indignante opta por no tomar un papel activo y colaborar en igual medida con Antiacutego-na De hecho Ismene le recuerda en el diaacutelogo que una transgresioacuten como la que se propo-ne ldquono tiene ninguacuten sentidordquo (Soacutefocles v65) Pero maacutes interesante auacuten es el hecho de que el diaacutelogo ilustra en Ismene una posicioacuten maacutes tradicional de acuerdo con las convenciones culturales de Atenas Mientras que Antiacutegona representa una voz femenina que con deci-sioacuten opta por la transgresioacuten e introduce un decir diferente en el seno de la vida puacuteblica y ciudadana establecida22 Ismene es la voz fe-menina-silente que se conforma con un papel secundario en una polis gobernada por hom-bres Los versos 59-64 son muy ilustrativos de su pensamiento

Y ahora piensa en cuaacutento mayor in-fortunio pereceremos nosotras dos solas como hemos quedado si forzando la ley transgredimos el decreto o el poder del tirano Es preciso que consideremos pri-mero que somos mujeres no hechas para luchar contra los hombres y despueacutes que nos mandan los que tienen maacutes poder de suerte que tenemos que obedecer en esto y en cosas auacuten maacutes dolorosas que estas (Soacutefocles vv59-64)

Ismene y Antiacutegona al ser mujeres aunque de linaje noble no tendriacutean por queacute inmiscuir-se en la esfera de los asuntos puacuteblicos de la

22 A nuestro parecer resulta curioso e interesantepercibir coacutemo en algunos dramas traacutegicos se presentan diversos personajes femeninos con posiciones ldquoextravagantesrdquo y que difieren en gran medidade lavozmasculinacomuacutendominanteenla esfera puacuteblica que se representa en el teatroEllas resultan ser muchas veces personajes maacutesllamativosquemuchosvaronesdramaacuteticos

ciudad que compete a los hombres-polites en una ciudad que se encuentra gobernada por la voluntad aparentemente democraacutetica de Creonte el nuevo tirano

En contraposicioacuten con las aspiraciones de Antiacutegona Creonte se presenta en su primera aparicioacuten con la virilidad y fortaleza de quien gobierna en paz y con resolucioacuten Como liacuteder de la ciudad aspira a encaminar sus decisio-nes siempre en beneficio de la comunidad En los versos 163-164 expresa su agrado al consi-derar que los dioses aprueban sus acciones y que ellos han intercedido en favor de la paz de la que goza su mandato Contrariamente a An-tiacutegona el primer valor que norma su accionar se encuentra en el bienestar de la comunidad Eacutel conforme a la tradicioacuten y las normas de su comunidad poliacutetica ha aplicado con rectitud el edicto Resulta significativa su afirmacioacuten en el verso 190 en el que se presenta por prime-ra vez el claacutesico tropo del barco en alusioacuten a la ciudad y donde se lee

(hellip) [nunca] mantendriacutea como amigo miacuteo a una persona que fuera hostil al paiacutes sabiendo que es eacuteste el que nos salva y que navegando sobre eacutel es como feliz-mente haremos los amigos Con estas nor-mas pretendo yo engrandecer a la ciudad (Soacutefocles v190)

El buen gobierno la buena direccioacuten del barco en manos de Creonte mantendraacute al margen cualquier contingencia infortunada para la comunidad Es por ello que seguir la norma tal cual es es una exigencia moral vaacute-lida Polinices fue un enemigo declarado de la polis Pero en Antiacutegona la parcialidad tambieacuten se cultiva en un discurso sesgado que le per-mitiraacute a ella legitimar su posicioacuten con mayor solidez

Reconocer solo los lazos civiles tambieacuten tie-ne un precio Creonte en su discurso concibe

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la ciudad con un criterio de virtud y bien en detrimento de otras dimensiones igualmen-te importantes de la vida humana y puacuteblica Como demuestra Nussbaum (1995) ldquoCreonte se ha creado un mundo deliberativo donde la tragedia no puede penetrar No se plantea conflictos insolubles dado que soacutelo existe un bien supremo y todos los demaacutes valores estaacuten en funcioacuten de aquelrdquo (p102)

En su discurso Creonte denuncia el dine-ro como una institucioacuten corruptora de la vir-tud ciacutevica que fragmenta la comunidad con deseos egoiacutestas y privados (versos 295-301) En su ambicioacuten de claridad y cohesioacuten ciuda-dana librada de amenaza alguna desprecia la disidencia de los que no aprueban el edic-to sobre Polinices (verso 290) y con resuelta expresividad muestra su imposicioacuten al atisbar en la figura del guardiaacuten la posibilidad de que eacutel no tenga razoacuten en su posicioacuten y que tal vez los dioses no se encuentren conformes con la prohibicioacuten de enterrar a Polinices (versos 276-285) En el discurso que constituye su po-sicioacuten e integridad Creonte como capitaacuten del barco-de-la-polis se muestra hermeacutetico e in-dispuesto a un diaacutelogo abierto En su confron-tacioacuten con el guardiaacuten mdashcuando se descubre que alguien ha dispersado polvo sobre el ca-daacutever de Polinicesmdash le llega a acusar dicieacuten-dole ldquoiexclAh estaacute claro que eres por naturaleza un charlataacuten (hellip) Siacute y encima traicionando tu alma por dinerordquo (Soacutefocles pp320-325) una escena que demuestra coacutemo para Creonte y su loacutegica discursiva cualquier manifestacioacuten de un pensamiento privado y diferente se vuelve amenaza contra la unidad y la claridad puacuteblicas

Justo despueacutes de esta confrontacioacuten suce-de en la obra un estaacutesimo cargado de una fuer-za poeacutetica ambigua y un significativo mensaje que atraviesa toda la pieza En eacutel se recurre a la expresioacuten de lo deinoacuten y asiacute el coro canta

Muchas cosas asombrosas23 existen y con todo nada maacutes asombroso que el hombre (hellip) Se ensentildeoacute a siacute mismo el len-guaje y el alado pensamiento asiacute como las civilizadas maneras de comportarse y tambieacuten fecundo en recursos aprendioacute a esquivar bajo el cielo los dardos de los desapacibles hielos y las lluvias inclemen-tes Nada de lo que por venir le encuentra falto de recursos Soacutelo el Hades no tendraacute escapatoria (hellip) Poseyendo una habilidad superior a lo que se puede uno imaginar la destreza para ingeniar recursos la en-camina a veces al mal otras veces al bien (Soacutefocles vv335 355-365)

El canto es mucho maacutes extenso y su sentido debe examinarse a la luz de su totalidad aun asiacute solo agregamos un fragmento con algunos de los versos maacutes eminentes por cuestiones de espacio y extensioacuten del pasaje De todos modos con eacutel el coro dedica un poeacutetico par-lamento para alabar la grandeza del hombre y su aptitud para superar y transformar aquello a lo que se enfrenta Solo la muerte escapa a su modificacioacuten Sin embargo la ambigua sig-nificacioacuten de este estaacutesimo se encuentra en la plural acepcioacuten del teacutermino deinoacuten que enri-quece su interpretacioacuten a la luz de la obra De acuerdo con Martha Nussbaum (1995) ldquoDei-noacuten se dice casi siempre de algo que inspira asombro o pavor Pero en algunos contextos puede aplicarse tambieacuten a la brillantez des-lumbrante del entendimiento humano a la monstruosidad de un mal o al terrible poder del destinordquo (p92) De ahiacute que la ambivalente metaacutefora del hombre como deinoacuten lo presenta como un sujeto digno de admiracioacuten al mismo tiempo que como uno ominoso o catastroacutefico

23 Las itaacutelicas son nuestras La traslacioacuten de Gredostraduce deinoacuten por asombroso Heidegger (2001)ofrece una traduccioacuten en la que se lee ldquoMuchascosassonpavorosasnadasinembargosobrepasaal hombre en pavorrdquo (p136) Para el siguientedesarrollosobreelteacuterminoaconsejamosrecurriralcantocompletoenlosversos335-365delaobra

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como el rayo que causa para quien lo obser-va una admiracioacuten que se entremezcla con el pavor que engendra aunque tambieacuten en un sentido posible puede entenderse como una experiencia en la cual lo que es susceptible de admiracioacuten demuestra una dimensioacuten impla-cable

Pero ninguna cosa es maacutes deinoacuten que el hombre como reza el canto Maacutes que ser una propiedad humana es algo que le constituye y conforma En la acepcioacuten que Heidegger ofre-ce distingue que el ldquoδεινoacuteν es lo terrible en el sentido del imperar que somete (hellip) la violen-cia lo que somete constituye el caraacutecter del imperar mismordquo (Heidegger 2001 p138) El hombre que es imperio e irrumpe y somete tambieacuten es vitalidad que manifiesta su violen-cia de alliacute que el coro cante sobre la relacioacuten del hombre y el mar mdashcon el antildeadido de la fi-gura del barcomdash que exalta su relacioacuten con la tierra y los seres vivientes de los que se sirve y con los que se relaciona El hombre deinoacuten vuelve familiar su entorno lo hace un hogar habitable y comprensible en su imperio

El poema tambieacuten expresa el dominio hu-mano sobre el lenguaje que ldquose ensentildeoacute a siacute mismordquo junto al ldquoalado pensamientordquo pero lo deinoacuten como ldquolo pavorosordquo remite tambieacuten a ldquolo desconocidordquo y abrumador Hay siempre un afuera desconocido al imperio del hombre Nussbaum indica que lo deinoacuten ademaacutes se re-fiere a algo que se presenta ldquofuera de lugarrdquo e igualmente el imperar que somete heideg-geriano se relaciona con aquello no-sometido y en este sentido el hombre ldquoentendido como el que hace violencia sobrepasa los liacutemites de lo familiar siguiendo justamente la direccioacuten de lo pavoroso o no-familiar entendido como poder sometedorrdquo (Heidegger 2001 p139) Lo deinoacuten no puede ser una propiedad del hombre como tampoco lo puede ser el len-guaje maacutes bien el hombre se comprende y se

concreta en ellos Como el coro afirma en su verso 354 el ser humano ldquoposee una habili-dad superiorrdquo que le constituye y a la que se encuentra centildeido

Estas interpretaciones que dan cuenta de la polisemia del teacutermino podriacutean pensarse como una digresioacuten en el anaacutelisis de la obra pero gracias a ellas es posible pensar en un grado diferente los acontecimientos que se narran iquestNo son Antiacutegona y Creonte dos su-jetos que se comprenden y concretan en un discurso dado y opuesto Sus acciones claman comprensioacuten (y claridad) a la vez que se deve-lan como violencia e imposicioacuten No obstante discurso (lexis) y accioacuten (praxis) no pueden ser entendidos como distintos Mucho menos en la literatura y el teatro en Antiacutegona ambos personajes deben ser interpretados en la rela-cioacuten reciacuteproca existente entre el discurso y el accionar24 que los constituye

Creonte transgrede lo dado para imponer un discurso en el que la polis es el criterio esencial de claridad y estabilidad en la vida humana y con el que cree poder suprimir la amenaza de la tycheacute

En el agoacuten entre Creonte y su hijo se des-cubre la vaciacutea unidireccionalidad de un discur-so que no tiene disposicioacuten para razonar y que en su praxis margina toda diferencia respecto de su esquema valorativo ldquoCreontemdash iquestSeguacuten el criterio de otro o seguacuten el criterio miacuteo debo yo regir esta tierra Hemoacutenmdash No existe ciu-dad que sea de un solo hombrerdquo (Soacutefocles v738) El monarca es un tirano que encuentra en siacute mismo la uacutenica voz de un proyecto que reduce la pluralidad de una polis democraacutetica

24 AquiacutenosservimosdelacorreccioacutenquehaceHannahArendt (1958) de la famosa frase de Aristoacutetelesldquozoacuteon logon ekhonrdquoporldquoservivocapazdediscursordquoexpresioacutenquesiacutedacuentadeloquelapensadorapretenderevalorarelaspectodialoacutegicoyactivodelhombrealquehacemos referencia y tomamosencuentaenestainvestigacioacuten

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Por su parte Antiacutegona hace su transgre-sioacuten mediante una violencia sobre la ley civil en favor de un philos al que no renunciaraacute su accioacuten clama por una validez filial a la vez que trastoca la estabilidad y estructura de la polis por algo que es desconocido Y lo maacutes relevan-te se encuentra en la lucidez y asuncioacuten de su radicalidad Cuando es apresada y llevada ante Creonte acepta sin vacilacioacuten su responsabi-lidad y se asume como autora del crimen de sepultar a Polinices Su actitud frente a todos es deinoacuten perfectamente puede resumirse en la proclama que canta el coro y que recono-ce como una ley ineluctable establecida por Zeus ldquoNada extraordinario llega a la vida de los mortales separado de la desgraciardquo (Soacutefo-cles v610) Su accioacuten materializa la sentencia y Antiacutegona reconoce que para vindicar su de-ber moral ante toda la ciudad tendraacute que pa-decer el castigo por su desobediencia a la ley

Pero su violencia no es la de una conspira-cioacuten que se establece a escondidas Su lucha es ante todo una de naturaleza puacuteblica y po-liacutetica no una de naturaleza simplemente pri-vada y vengativa De modo que se distingue un valor democraacutetico en su caraacutecter aunque diferentes autores como la filoacutesofa Rociacuteo Orsi perciba en su decisioacuten una postura conserva-dora antidemocraacutetica y aristocraacutetica25 Desde muy temprano en los acontecimientos Antiacute-gona se cuida de que Ismene informe a toda la ciudad sobre lo que va a hacer Cuando su her-mana le pide ldquoPero no delates este propoacutesito a nadie mantenlo a escondidas que yo tam-bieacuten lo hareacuterdquo ldquoiexclAh griacutetalo Mucho maacutes odiosa me seraacutes si callas si no lo pregonas ante todos

25 VerEl saber del error (2007)deRociacuteoOrsidondese lee ldquoAntiacutegona con su firme adherencia a losviacutenculosdesangrey lareligioacutenesunaheroiacutenadecorte conservador que representa en buena medida elpensamientoaristoacutecrataatenienseysuideologiacuteaantidemocraacuteticardquo(p210)

(Soacutefocles vv85-90) diraacute Antiacutegona encendida de valor

La princesa tebana se interesa porque su conflicto se vuelva una discusioacuten puacuteblica pues confiacutea en que el escrutinio de la ciudad le daraacute la razoacuten Su accioacuten es tan ilustrada como transgresora escudrintildea lo desconocido y pa-voroso velado en el seno de la familiaridad de la vida en la polis de hecho es secuestrada por el tirano Su accionar y discurso irrumpen en un espacio puacuteblico al que no pertenece pues rompe una ley que la haraacute culpable y ante todo plantea un dilema al ciudadano al lector y al espectador sobre lo que podriacutea ser diferente si ellos acceden a un cuestionamien-to sobre las normas establecidas En Antiacutegona se trastocan e interpelan las categoriacuteas de la mujer-silente que pertenece al mundo priva-do y la del hombre-polites que pertenece al espacio puacuteblico

En diferentes momentos se expresa un contraste entre el coro que prefiere disentir de Creonte en silencio y la desafiante voz mdashdeinoacutenmdash de la princesa tebana En el verso 471 la fuerza en su accionar es tal que incluso el coro reconoce que se ldquomuestra la voluntad fiera de la muchacha que tiene su origen en el fiero padre No sabe ceder ante las desgra-ciasrdquo (Soacutefocles v471) Tambieacuten en los versos 505 y 512 se reitera la idea de que el escrutinio puacuteblico la avala pero que calla por temor y se somete ante la fuerza del tirano Y finalmen-te en los versos 695 y 730-735 se descubre gracias a Hemoacuten el hecho de que el pueblo de Tebas desaprueba el castigo de Antiacutegona consideraacutendolo inadecuado En cierto modo ella ha triunfado

Ha trastocado las costumbres poliacuteticas y ciudadanas establecidas en la polis al mismo tiempo ha convertido en un debate puacuteblico el dilema en el que ella cree tener la razoacuten y ha

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puesto de manifiesto ante la ciudad la valiacutea del derecho filial que reivindica En este sentido puede comprenderse el significativo deinoacuten de su accioacuten transgresora y dirigida hacia lo des-conocido y que le conduce finalmente hacia su propia cataacutestrofe

A vosotros os tomo por testigos de coacutemo sin lamentos de los miacuteos y por queacute clase de leyes me dirijo hacia un encie-rro que es un tumulto excavado de una imprevista tumba iexclAy de miacute desdichada que no pertenezco a los mortales ni soy una maacutes entre los difuntos que ni estoy con los vivos ni con los muertos (Soacutefocles vv845-850)

De manera desoladora terrible pero tam-bieacuten profundamente conmovedora ella se comprende a siacute misma ldquofuera de lugarrdquo Su figura en la obra expresa la ambiguumledad de una honradez feacuterrea y altiva que encuentra su propia cataacutestrofe ante la tycheacute Pero la para-doacutejica virtud de Antiacutegona puede encontrarse en su aceptacioacuten luacutecida y dual de una accioacuten justificable y al mismo tiempo culpable la princesa tebana lo comprende y lo asume De alliacute su caraacutecter deinoacuten ella expresa de manera eminente la vitalidad y la fuerza de la palabra Como Casandra Antiacutegona manifiesta el poder dicente de un discurso dispuesto a interpelar lo dado y familiar Personajes como Creonte aunque tambieacuten portan razones vaacutelidas y de-fendibles perecen de forma aborrecible ante la tycheacute por su intransigencia ciega Una que como el propio Hemoacuten le reprocha se ldquodes-cubre vaciacuteardquo (verso 706) frente a una realidad contingente y muchas veces dilemaacutetica

23 Ioacuten El silencio divino y el discurso humano

Ioacuten es una obra de Euriacutepides escrita en el antildeo 418 a C y se sirve de las figuras de Creu-sa hija del rey Erecteo fundador de Atenas Juto laudado general de Pitia y el joven Ioacuten que en esta interpretacioacuten del poeta es el hijo concebido por Creusa tras haber sido violada por el dios Apolo Este hecho estaacute ausente en las versiones conservadas del mito La pieza destaca porque se desviacutea de los convenciona-lismos estructurados alrededor de las trage-dias maacutes claacutesicas sobre todo de las obras de Esquilo y Soacutefocles aunque esto no debe en-tenderse como un demeacuterito de la capacidad poeacutetica y artiacutestica de Euriacutepides o que vaya en detrimento del poder traacutegico y emotivo que su obra puede suscitar

De hecho la originalidad argumental y estiliacutestica de Euriacutepides serviraacute para repensar desde un aacutengulo distinto los diferentes temas que comuacutenmente abordan las tragedias ana-lizadas En este dramaturgo y en obras como Ioacuten e Hipoacutelito podremos encontrar una agu-da criacutetica y reinterpretacioacuten de las figuras de

AntiacutegonaapresadaseenfrentaconelreyCreonteDetalledeunvasogriegoRecuperadodehttpsprodavincicomlos-tiranos-y-la-inconsciencia-de-la-muerte

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los dioses y su relacioacuten con los hombres asiacute tambieacuten una aproximacioacuten diferente a los problemas acuciantes de la existencia huma-na Y esto ocurre cuando el poeta se aleja un poco de una presentacioacuten teatral elevada y palaciega para introducir en la escena perso-najes maacutes proacuteximos a la vida cotidiana de la comunidad ateniense de su contexto Seguacuten el filoacutesofo Walter Kaufmann (1978) la obra del poeta de Salamina no ldquotrata simplemente de atacar a las creencias sino tambieacuten de origi-nar una reflexioacuten criacuteticardquo (p382) De hecho en muchas ocasiones esta pieza se ha estudiado a la luz de un racionalismo socraacutetico como se aprecia en los escritos nietzscheanos o de un irracionalismo esceacuteptico como puede consta-tarse en la investigacioacuten de Dodds (1951) Los griegos y lo irracional

En todo caso esta aproximacioacuten criacutetica seraacute estudiada principalmente en el marco del dra-ma de Ioacuten una obra que nos narra el encuen-tro del hijo perdido Ioacuten con su madre natural Creusa a pesar de los numerosos cambios de la fortuna y sobre todo no obstante el silencio y las tramas de Apolo para que la verdad sobre sus actos no salieran a la luz Esta pieza posee una estructura que tambieacuten podriacutea denomi-narse de colisioacuten traacutegica pero debe advertirse que es muy diferente de los dramas anterior-mente abordados Acaacute la colisioacuten entre dos exigencias contrarias no ocurre en el enfrenta-miento entre dos mortales mdashcomo en Agame-noacuten y en Antiacutegonamdash sino en el desafiacuteo de los hombres a lo divino entre Creusa y su hijo Ioacuten por conocer la verdad de los acontecimientos que el dios intenta ocultar Michel Foucault en su disertacioacuten a propoacutesito de este argumento resalta que el ldquoproblema de la verdad en el Ioacuten es resuelto mostrando coacutemo los seres huma-nos a pesar del silencio de Apolo descubriraacuten la verdad que estaacuten impacientes por conocerrdquo (Foucault 2004 p70)

En Ioacuten no se presenta una sola visioacuten del dios sino que despliega de modo dual diferen-tes perspectivas que entran en diaacutelogo entre siacute en el curso de la accioacuten Asiacute la pieza comienza con un proacutelogo de Hermes quien hace el re-cuento de coacutemo Apolo seduce a Creusa la em-baraza y el nintildeo es abandonado en las cuevas altas de Atenas para luego ser rescatado por la voluntad de Apolo y la ayuda de Hermes en los sucesos Antes que nada Hermes enfatiza en su intervencioacuten la centralidad de Apolo en el problema y anticipa los planes que el dios tiene para los acontecimientos de la trama

Loxias ha estado conduciendo su desti-no hasta aquiacute y nada se le escapa como es loacutegico Cuando Juto entre en este templo le entregaraacute su propio hijo diciendo que es de eacutel a fin de que el joven marche a casa de Creusa y sea reconocido Asiacute la unioacuten de Loxias quedaraacute oculta y el muchacho tendraacute lo que corresponde (Euriacutepides vv66-74)

Sus palabras expresan una gran confianza en el plan de Apolo que a su vez se enfati-za en los claacutesicos epiacutetetos que le acompantildean Hermes se refiere a eacutel como Febo que signifi-ca ldquopurordquo y ldquosacrordquo (Walter Otto 2003 p39) y alaba su poder vidente con el que sirve a la Heacutelade entera (verso 6) A esta escena sucede un canto en formato monoacutedico de Ioacuten per-sonaje que sirve en el templo de Apolo y que reconoce en el dios una gran deuda y agrade-cimiento eacutel sin haber conocido a sus padres ni saber de doacutende viene fue acogido en el templo y vive una vida apacible y coacutemoda Ha de destacarse que el canto elogia cuestiones cotidianas que no fueron de mayor relevancia ni para Esquilo ni para Soacutefocles

Hermoso en verdad es mi trabajo oh Febo con que te sirvo en tu casa honran-do la sede de tu oraacuteculo (hellip) Mas pondreacute fin a mi trabajo barriendo con el laurel y

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arrojareacute de este cubo de oro el agua que viene de la tierra y que vierten los remoli-nos de castalia (Euriacutepides vv130-145)

La filoacutesofa y filoacuteloga claacutesica Jaqueline de Romilly indica que Ioacuten vive una vida idiacutelica e in-fantil en el paraiacuteso que para eacutel es el santuario de Apolo (Romilly 2011 p137) En su trabajo Ioacuten encuentra una forma de alabanza e iroacuteni-camente reconoce al dios como padre no por su lazo de sangre sino porque se siente acogi-do por Apolo (verso 135) En contraposicioacuten Creusa aporta en la obra una visioacuten completa-mente opuesta y legiacutetima con la que recrimina la actuacioacuten de la deidad Los personajes de la pieza comparten como en muchas otras tragedias el hecho de que actuacutean partiendo del desconocimiento de una dimensioacuten de los acontecimientos en los que se encuentran inmersos (o que en algunos casos como en Antiacutegona o en Agamenoacuten se niegan a recono-cer y comprender) Ioacuten ignora la identidad de sus padres y deseariacutea saberla Creusa y Juto asisten a Delfos para consultar el oraacuteculo pero Creusa planea por su parte descubrir queacute ha sido de su hijo y si sigue vivo tratar de encon-trarlo en cambio Juto asiste a la ciudad a fin de saber simplemente si alguacuten diacutea podraacute tener descendencia o no (Foucault 2004 p69) To-das las acciones parten del desconocimiento y estaacuten imbuidas de una aspiracioacuten a alcan-zar claridad en contraste el resplandeciente Febo que conoce la totalidad de los aconteci-mientos no aparece nunca en la obra perma-nece alejado y ausente de los sucesos

Ioacuten se encuentra repleta de diaacutelogos iroacute-nicos y frases de doble sentido que solo el espectador aprecia por su conocimiento inte-gral de los sucesos Tal es el caso del primer diaacutelogo que entablan Ioacuten y su madre Creusa mientras esta espera que su esposo consulte el oraacuteculo de Trofonio (versos 305-375) Por razones naturales ninguno se reconoce y sin

embargo establecen una iacutentima conversacioacuten al instante en el que cada uno le cuenta al otro un secreto importante sobre siacute mismo Ioacuten llega a confesarle que nunca ha conocido a su madre y en respuesta Creusa le dice con iacutempetu ldquoiexclHe descubierto sufrimientos como los que yo padezcordquo (Euriacutepides v320) y de este modo se atreve a contarle su historia con Loxias y coacutemo perdioacute a su hijo agregando as-tutamente que esto le ha ocurrido a una ami-ga y no a ella La significacioacuten de este diaacutelogo resuena en sus momentos finales cuando con amargura Ioacuten le confiacutea que aunque sea ver-dad el dios de los oraacuteculos no estariacutea dispues-to a admitir un hecho que le afrenta directa-mente

No habraacute profeta para este oraacuteculo Pues si Febo queda en evidencia como malvado en su propia morada con razoacuten hariacutea dantildeo a quien te lo transmitiera Re-tiacuterate mujer pues no hay que manifestar mediante oraacuteculo alguno lo que se opo-ne a los intereses del dios Llegariacuteamos al colmo de la estupidez si obligaacuteramos a los dioses a decir contra su voluntad lo que no quieren (hellip) (Euriacutepides vv370-375)

Sin embargo el argumento no se dirige a un desenlace pesimista o de resignacioacuten so-bre los hechos al contrario avanza hacia un agoacuten indirecto pero eminente en forma de monodia entre Creusa y Apolo Cual Casan-dra o Antiacutegona Creusa se distingue como una nueva manifestacioacuten de mujer-silente inserta en una comunidad patriarcal y sometida por una autoridad divina varonil La investigadora Nariza Espinoza al disertar sobre la figura de Casandra en Agamenoacuten llega a una significati-va conclusioacuten que bien puede aplicarse a la fi-gura de Creusa Ambos personajes comparten un destino y una significacioacuten semejante en sus respectivas obras Seguacuten Espinoza (2013) ldquoCasandra hasta el final de sus diacuteas permane-cioacute bajo el silencio y el aislamiento determina-

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do por el dios Deacutelfico (hellip) [No obstante] Ella ejercioacute el derecho a la palabra en el espacio puacuteblicordquo (p69)

En su caso Creusa se decide a increpar a Apolo por primera vez en los versos 385-405 y en su discurso recrimina la irresponsabili-dad del dios por no darle ninguna respuesta y abandonarla Frente a la contundencia de sus palabras se expresa la ausencia de la deidad y con gran locuacidad se canta ldquoTanto en-tonces como ahora eres injusto con la mujer ausente cuyas palabras estaacuten aquiacute presentesrdquo (Euriacutepides v385) Ademaacutes posteriormen-te destaca el hecho de que su condicioacuten de mujer la coloca en una posicioacuten mucho maacutes desfavorecida ldquoincluso las buenas [mujeres] al estar mezcladas con las malas somos ob-jeto de odiordquo (Euriacutepides v399) Aunque debe acotarse que hasta este momento Creusa auacuten mantiene cierta esperanza de que el dios pue-da ayudarle en su buacutesqueda

Solo despueacutes de que la reina ateniense descubre que el Oraacuteculo ha dado a Juto un nuevo hijo (Ioacuten) y que ambos personajes se preparan para celebrar un festiacuten por la bien-aventurada revelacioacuten es que la impaciencia de Creusa estalla por completo Gracias al aliento desmesurado de su coro de siervas y el consejo de su acompantildeante senil Creusa arrebatada se decide a encarar al dios y afir-ma ldquoYa no ocultareacute por maacutes tiempo mi unioacuten pues me sentireacute aliviada arrojando este peso de mi espaldardquo (Euriacutepides v875) Sus palabras significan en gran medida el gesto griego de la parresiacutea la disposicioacuten y el acto de hablar con franqueza y expresar una verdad que in-terpela tanto al emisor como a cada interlocu-tor Michel Foucault quien distingue el gesto de la parresiacutea en los personajes de Ioacuten y Creu-sa afirma que ldquola parresiacutea es la actividad ver-bal en la que un hablante expresa su relacioacuten personal con la verdad y arriesga su propia

vida porque reconoce el decir la verdad como un deberrdquo (Foucault 2004 p46)

Al igual que Casandra Creusa se recono-ce como ldquotraicionada por hombres y diosesrdquo (verso 875) y sin vacilacioacuten ejerce la parresiacutea el derecho de hablar libremente en la forma de una confesioacuten personal que interpela la in-tegridad moral del dios al mismo tiempo que pone en riesgo su vida al exponer semejante acusacioacuten En su discurso surgen importantes figuras literarias que conectan la ldquobrillantezrdquo y el ldquoaacuteureo resplandorrdquo de Apolo con la melo-diacutea de los ldquosiete sonidos de la ciacutetarardquo el peaacuten que contrastan enfaacuteticamente con los ldquogritosrdquo de Creusa y la oscuridad de una cueva vuel-ta lecho en donde su honor se deshizo por la ldquodesverguumlenzardquo de ldquoCripisrdquo sinoacutenimo del de-seo eroacutetico inspirado por Afrodita (Euriacutepides vv 875-910) Empero su voz liberada en el canto monoacutedico no es una exposicioacuten retoacuterica es una abierta denuncia que expresa mdasha tra-veacutes de la eminencia significativa de la palabra poeacuteticamdash la verdad de su violacioacuten y del ultra-je que ha tenido que esconder Una vez maacutes es desde la marginalidad de la polis que en la tragedia se presentan y escuchan las palabras maacutes transgresoras del orden convencional de la cultura helena es una mujer y madre Creu-sa la primera que enjuicia a Febo y con eacutel al orden patriarcal de los oliacutempicos En esta es-cena mdashy esto no es algo generalizablemdash tras-luce de manera concreta lo que Benjamin re-conocioacute como la paradoja del nacimiento del ldquohombre moralrdquo ldquoEl hombre moral por maacutes que mudo privado de la palabra como estaacute el heacuteroe insiste en levantarse en medio de la inestabilidad de todo aquel mundo atormen-tadordquo (Benjamin 2006 p319)

El logro heroico de Creusa hay que ver-lo en el desgarramiento que supone asumir para ella una actitud de parresiacutea aun sin tener derecho a ello (por no ser polites) en medio

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de su condicioacuten infortunada A pesar de su esfuerzo su denuncia solo es escuchada por su corte servicial y luego en la escena sucede un largo diaacutelogo entre ella y su esclavo En el mismo la reina declara sus errores y finalmen-te decide asesinar a Ioacuten pero de forma sig-nificativa como indica Foucault (2004) ldquoesta investigacioacuten interrogativa es el reverso de la revelacioacuten oracular de la verdadrdquo (p86)

El diaacutelogo que discurre entre Creusa y su esclavo como el diaacutelogo entre Juto e Ioacuten se diferencian sustancialmente del modo en que el dios Apolo ha manifestado la ldquoverdadrdquo en la obra por medio de una revelacioacuten oracular concisa que ni siquiera se corresponde con los enigmas propios del santuario deacutelfico y que son sujetos a interpretacioacuten La falsa revela-cioacuten del dios se contrapone a la disertacioacuten e investigacioacuten de los hombres desesperados en su condicioacuten y problema La deidad ha ma-nifestado a Juto que su hijo seriacutea ldquoQuien me viniera al encuentro (hellip) cuando yo saliera del recinto del diosrdquo (Euriacutepides vv531-535)26 y con razoacuten el coro responde a Febo ldquoNo me dejo admirar por tu oraacuteculo no sea que en-cierre un engantildeordquo (Euriacutepides v685) Para los personajes inclusive el coro y exceptuando a Juto Apolo ha mentido descaradamente y se ha servido de su don profeacutetico para unos fi-nes inmorales El agoacuten aquiacute representado es el de los hombres contra el dios en una disputa desigual y elocuente pues uno de los sujetos del agoacuten (Febo) permanece ausente en todos los acontecimientos de la obra

Ahora bien debe sentildealarse que esta repre-sentacioacuten ldquoblasfema e irrespetuosardquo27 de la divinidad no se separa tanto de las connota-

26 ElmismoIoacutenenactituddesospechalereplicaaJutoqueeacutelestaacuteenunerrorldquoTeequivocas loquehasoiacutedoesunenigmardquo(Euriacutepidesv532)

27 AsiacuteladescribeGilbertMurrayensulibroEuriacutepides y su tiempo(1949)verpaacutegina94

ciones que comuacutenmente se encontraron aso-ciadas a Loxias en la eacutepoca claacutesica Maacutes bien es a partir del retrato de ellas en la obra que Euriacutepides hilvana una posicioacuten significativa-mente criacutetica Seguacuten el filoacutelogo claacutesico Walter Otto (2003) Apolo fue un dios caracterizado por su notable distancia de los asuntos huma-nos alejado del mundo y de cualquier acom-pantildeante duradero mortal o divino Cualidades que bien se reflejan incluso en sus atributos el arco y la lira

Cuando Ioacuten intenta comprender la veraci-dad de lo que le dice Juto y este no deja de responder aceptando la consigna del oraacuteculo el joven le indica que es necesaria una forma diferente del discurso obviamente maacutes dialeacutec-tica y propia del espiacuteritu parresiasteacutes que Ioacuten refleja Foucault nota que la traduccioacuten inglesa y la castellana no hacen justicia a la expresioacuten de Ioacuten ldquobien toquemos otros puntosrdquo (Euriacute-pides v545) que podriacutea traducirse de mejor manera asiacute ldquoIntentemos otra forma de dis-cursordquo que desde la posicioacuten aacutevida del joven daraacute cuenta de lo cierto de su situacioacuten e iden-tidad (Foucault 2004 p76) A partir de este punto el diaacutelogo se torna en una disertacioacuten sobre quieacuten podriacutea ser la madre del joven Loxias no ha aportado ninguna informacioacuten y Juto cree hallar la respuesta en un encuentro pasado ocurrido en las fiestas trieteacutericas en honor a Dionisio y Apolo en estas celebracio-nes se creiacutea que al llegar el invierno Apolo se retiraba a los hiperboacutereos y dejaba a Dionisio la direccioacuten de Delfos

Resulta interesante y aun cardinal la men-cioacuten de estas fiestas en el drama pues en con-junto permiten apreciar de mejor manera la condicioacuten y el significado de la figura de Apolo en los acontecimientos y en la criacutetica de Euriacute-pides Walter Otto al referirse a esta festividad indica

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En Delfos Delos y otros lugares del cul-to se cree que una parte del antildeo [Apolo] queda en la lejaniacutea misteriosa Al comen-zar el invierno se va para volver soacutelo con la primavera acompantildeado de cantos piado-sos (hellip) El mito Deacutelfico indica que su para-dero era el legendario paiacutes de los hiperboacute-reos mencionado muchas veces en Delos desde tiempos muy antiguos (hellip) Allaacute vive el pueblo sagrado que no conoce ni enfer-medad ni edad y del que estaacuten ausentes penas y luchas (Otto 2003 p40)

En lo esencial tanto en la tragedia como en las costumbres y ritos heleacutenicos Loxias es un dios misterioso que se separa del mundo contingente para refugiarse en la estabilidad del mundo de los hiperboacutereos Esta distancia y ausencia de Apolo no es solo producto de los acontecimientos que la obra narra sino un atributo caracteriacutestico del dios que Euriacute-pides en esta reinterpretacioacuten traacutegica quiere problematizar Aquiacute atisbamos una reveladora relacioacuten entre tradicioacuten y obra que se vuelve criacutetica y a su vez hace del poeta un artista de grandes meacuteritos

La caracterizacioacuten antiparresiacutea de Apolo ldquosilenterdquo e ignominiosa no es exclusiva de esta obra En su Electra tambieacuten puede apreciarse una reinterpretacioacuten de la historia miacutetica en la que Apolo es cuestionado reiteradas veces por Orestes e incluso por su homoacutelogo divino Castor quien llega a decir a Orestes despueacutes de que este asesina a su madre ldquoY Febohellip (mas callareacute pues es mi soberano) Con ser sabio no te ha aconsejado sabiamente con su oraacuteculordquo (Euriacutepides v1245) En otro orden de ideas resulta auacuten maacutes significativo el contraste que tiene lugar entre la figura de Apolo mdashilustrada en estas obrasmdash y la de su hermana Aacutertemis en Hipoacutelito Alliacute la diosa entabla una relacioacuten iacutentima y personal con el mortal Hipoacutelito que se vuelve maacutes relevante cuando se piensa en las escasas escenas de amor que las tragedias aacuteticas (que se conservan) abordaron28 En la pieza puede leerse el siguiente diaacutelogo

28 Respecto a este tema se puede consultar elensayo de Andreacute-Jean Festugiegravere ldquoEuriacutepides elcontemplativo I) La intimidad con una personadivinardquo que aparece en su libro La esencia de la tragedia griega (1986) Jaqueline de RomillytambieacutencomentaestaparticularrelacioacutenensulibroLa tragedia griega(2011)enelcapiacutetuloldquoHumanosdemasiadohumanosrdquo

AacutenforadeLetoApoloyAacutertemisBritishMuseumLondresRecuperadode

httpswwwtheoicomGalleryT146html

RepresentacioacutendelacontiendaentreApoloyMarciasBritishMuseumLondres

RecuperadodehttpswwwtheoicomGalleryT617html

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Aacutertemismdash iexclOh desgraciado iexclA queacute desventuras te has visto ligado La nobleza de tu espiacuteritu te ha matado

Hipoacutelitomdash iexclAhiexcl iexclOh divina fragancia Incluso en medio de mis desgracias te he percibido y se me ha aliviado el cuerpo En estos parajes estaacute la diosa Aacutertemis (Eu-riacutepides v1390)

Dentro de este orden de ideas diferentes acadeacutemicos como Festugiegravere Romilly y Wal-ter Kaufmann han distinguido en Euriacutepides un tipo de sensibilidad traacutegica diferente que en sus obras se tradujo en la presentacioacuten de un tipo de fe particular En oposicioacuten a Esquilo y Soacutefocles para quienes sus personajes ilustra-ban valores morales maacutes puros e ideales en Euriacutepides hallamos personajes maacutes pasionales y dirigidos por deseos mundanos Creusa ante todo actuacutea como una mujer y madre ultrajada por Apolo Ioacuten por su parte es movido por la sincera duda sobre la identidad de sus padres y el deseo de ser alguna vez un ciudadano con derecho pleno De hecho Ioacuten llega a expresar su anhelo de que su madre sea una mujer ate-niense para asiacute acceder al derecho de ejercer la parresiacutea tener ldquode mi madre libertad para hablarrdquo (Euriacutepides v670) La obra tambieacuten de-dica palabras a apreciar el trabajo cotidiano de limpieza y cuidado en el santuario de Delfos y muestra un coro interesado por la ciudad y su arquitectura

La sensibilidad traacutegica de Euriacutepides se co-necta con una comprensioacuten diferente y nove-dosa en torno a la relacioacuten entre los hombres y lo divino la cual interpela a su vez la suficien-cia masculina mdashareteacutemdash en un mundo exter-no mdashel mundo de la tycheacutemdash que le estreme-ce De ahiacute que en las tragedias de Euriacutepides como en Ioacuten resalte mucho maacutes la intimidad de una experiencia humana singular frente a un espacio inseguro incluso maacutes inseguro y azaroso que los de Esquilo y Soacutefocles

Esto se avizora tanto en el despliegue teacutec-nico de la obra como en su desarrollo argu-mental que juega de manera retorcida y ori-ginal con las escenas de falsa agnicioacuten de Ioacuten (cuando Juto le reconoce como hijo) el mo-mento de retorno al hogar del joven y por uacutelti-mo el acto de salvacioacuten y tambieacuten de agnicioacuten auteacutentica cuando Creusa e Ioacuten se descubren como madre e hijo (Quijada 2001 p375) Las peripecias en el sentido aristoteacutelico son mar-cadas en el drama y es gracias a ellas que el acontecimiento final de salvacioacuten resulta tan conmovedor pues muestra la significacioacuten traacutegica de la intimidad de una experiencia humana marcada por la vulnerabilidad pero tambieacuten impulsada por la sensibilidad

En la escena de agnicioacuten puede leerse

Creusamdash Eres mi hijo y esto es lo maacutes querido para un padre

Ioacutenmdash Deja ya de urdirhellip iexclbien faacutecil-mente voy a descubrir tus mentiras

Creusamdash Ahiacute deseo llegar eso es lo que pretendo hijo miacuteo (Euriacutepides vv1408-1413)

El amor del singular encuentro familiar entre Ioacuten y Creusa no disminuye el horror de los acontecimientos e incluso exhibe cuan vulnerables pueden llegar a ser los asuntos y las empresas humanas Si bien la obra finaliza con la manifestacioacuten de Atenea para resolver la accioacuten quien en nombre del ausente Apolo recompensa a Creusa y a Juto con una futu-ra descendencia tambieacuten es cierto que todos los resultados se han llevado a cabo en contra del plan inicial de Apolo Como bien resalta el fragmento citado el descubrimiento final de la verdad ha sido posible por el esfuerzo y la accioacuten conjuntos de los personajes en escena para bien y para mal En Ioacuten la accioacuten el de-seo de ldquocomprensioacutenrdquo y la sensibilidad huma-na se tornan maacutes acuciantes y relevantes para

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los mortales en el momento en que los dioses como Apolo se muestran retirados y desliga-dos de los hechos humanos Esos momentos en que todo parece inseguro De ahiacute el impor-tante papel de la parresiacutea que la obra presenta en su desarrollo

CAPIacuteTULO III

SOBRE EL ALCANCE ALETHEICO QUE PUEDE ALBERGAR LA POESIacuteA TRAacuteGICA

31 Una revisioacuten criacutetica de ldquolo traacutegicordquo

Ya en el primer capiacutetulo de esta investiga-cioacuten pudo abordarse la cuestioacuten sobre la lin-guumlisticidad de nuestra comprensioacuten humana en el mundo sus liacutemites lo indecible y sus alcances en la palabra poeacutetica y en la eminen-cia interpretativa que ella formula Tambieacuten se pudo brindar un anaacutelisis sobre la dimen-sioacuten aletheica (o develadora) de esta palabra y la metaacutefora en tanto aportan una forma de experimentacioacuten con el lenguaje en la que el sujeto atisba nuevas posibilidades de enten-dimiento Del mismo modo en el segundo capiacutetulo entregamos una exeacutegesis de corte literario y hermeneacuteutico de las tres tragedias seleccionadas con la premisa de que en su ser-obra y en su decir poeacutetico podriacuteamos en-contrar una experiencia particular del mundo un contenido de verdad singular que solo la conformacioacuten artiacutestica de los dramas en cues-tioacuten es capaz de ofrecernos

Ahora bien antes de entrar de lleno en los alcances y liacutemites que puede ofrecer una interpretacioacuten hermeneacuteutica de la tragedia griega es menester repensar ciertos prejui-cios interpretativos de relevancia que se han gestado en la tradicioacuten occidental Ello debi-do a que indirecta o directamente inciden en nuestro anterior anaacutelisis y comprensioacuten de las tragedias elegidas Tambieacuten debe decirse que este capiacutetulo permitiraacute revisar nuestro aparta-

do titulado Una definicioacuten de la tragedia grie-ga dado que se espera ponderar los aportes o equiacutevocos que pudieron anticiparse alliacute y a su vez distinguir de forma maacutes transparente la contribucioacuten de los diferentes autores que nos han acompantildeado en esta investigacioacuten a los fines de comprender la tragedia aacutetica Como enfatiza Gadamer (1977) ldquola interpretacioacuten empieza siempre con conceptos previos que tendraacuten que ser sustituidos progresivamente por otros maacutes adecuadosrdquo (p333)

Una de las presuposiciones que debe to-marse en cuenta consiste en el toacutepico de lo ldquocatastroacuteficordquo la desdicha final o el potencial ldquopesimismordquo inherente a la tragedia griega En cuanto a las tres obras analizadas todas com-parten una estructura de colisioacuten traacutegica En su desarrollo dos de ellas tienen un final que convencionalmente se ha denominado ldquotraacutegi-cordquo o ldquocatastroacuteficordquo (Agamenoacuten y Antiacutegona) y la tercera es reconocida por casi todos los es-tudiosos (Gilbert Murray Kaufmann Romilly entre otros) como la pieza teatral maacutes ldquoblasfe-mardquo y cuestionadora de Euriacutepides Inicialmen-te podriacutea afirmarse que la presente investiga-cioacuten compartiriacutea tales ideas por lo menos de manera impensada pero de lo que se trata es de repensar tales juicios de modo expliacutecito

A propoacutesito de este punto debemos recor-dar que al comienzo de nuestro abordaje del Agamenoacuten de Esquilo aludimos a la estructura conceptual que ofrece Festugiegravere sobre la tra-gedia aacutetica En las primeras paacuteginas de su libro La esencia de la tragedia griega (1986) este autor afirma que ldquotan soacutelo existe una tragedia en el mundo la de los tres traacutegicos griegos Esquilo Soacutefocles y Euriacutepides Es la uacutenica que conserva efectivamente el sentido traacutegico de la vida porque conserva sus dos elementosrdquo (Festugiegravere 1986 p16) Los cuales como se adelantoacute en su momento dan cuenta de que las cataacutestrofes humanas son constantes y uni-

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versales y la idea de que las mismas son el producto de una voluntad misteriosa e ininte-ligible de los dioses De manera convencional y para muchas personas ldquolo traacutegicordquo se refiere en su uso cotidiano a sucesos o experiencias ldquocatastroacuteficasrdquo ldquoirreparablesrdquo y que tambieacuten denotan cierta injusticia e ldquoinevitabilidadrdquo Pero las tragedias tal como se desarrollan en los argumentos de las piezas aquiacute en cuestioacuten no remiten necesariamente ni de modo uni-forme a esta ldquoesenciardquo general de ldquolo traacutegicordquo

Esta nocioacuten de lo ldquotraacutegicordquo simplifica la plu-ralidad de temas sensaciones y acciones que las obras abordan para enfatizar de forma ses-gada una dimensioacuten ldquoimplacablerdquo ldquoirracionalrdquo e incluso pesimista de la tragedia aacutetica Pero antes de ofrecer contraargumentos pertinen-tes consideramos necesario elaborar un poco maacutes esta visioacuten que se encuentra incluso en pensadores como Friedrich Nietzsche y Geor-ge Steiner entre otros

Hablar de la ldquoininteligibilidadrdquo de la volun-tad divina y la ldquoirracionalidadrdquo de sus inter-venciones implica aludir a una forma de pen-sar lo traacutegico que se podriacutea asociar maacutes bien a una visioacuten moderna de la misma Nietzsche en su libro El nacimiento de la tragedia (1872) traza una posicioacuten semejante cuando inter-preta el teatro aacutetico en relacioacuten con las pulsio-nes esteacuteticas de lo apoliacuteneo y lo dionisiaco Se trata de un libro que en muchos aspectos se encuentra influenciado por la teoriacutea metafiacutesi-ca de la voluntad schopenhaueriana y que in-tenta asimilar lo traacutegico a un paradigma pesi-mista en el que la conciencia de la futilidad de la existencia se transforma en una experiencia de goce esteacutetico

Esta alusioacuten a Nietzsche resulta de gran re-levancia en la medida en que eacutel establece que es Esquilo el gran exponente del pesimismo griego mientras que Euriacutepides (y Soacutefocles en

un grado intermedio) es el ejemplo de la de-generacioacuten de lo traacutegico por la intromisioacuten de un optimismo de corte ilustrado que tiene su origen en la figura de Soacutecrates Para Nietzsche frente al caraacutecter dionisiaco y pesimista de la tragedia esquiacutelea caracterizada por su eacutenfasis en la muacutesica y el lamento en Euriacutepides se al-canza una basada en el diaacutelogo y en las capaci-dades racionales del hombre para superar las cataacutestrofes En sus palabras

La tragedia surgida de la compasioacuten es pesimista por esencia La existencia es en ella algo muy horrible el ser humano algo muy insensato El heacuteroe de la tragedia no se evidencia como cree la esteacutetica mo-derna en la lucha con el destino tampoco sufre lo que merece Antes bien se preci-pita a su desgracia ciego y con la cabeza tapada (Nietzsche 1872 p240)

El problema con esta proclama es que en muchos sentidos no se corresponde totalmen-te con la obra de Esquilo ni con las convencio-nales representaciones teatrales aacuteticas Por paradoacutejico que parezca Nietzsche cae en lo que eacutel mismo le reprochoacute a Schopenhauer y a la actividad habitual de los filoacutesofos ldquotomoacute un prejuicio popular y lo exageroacuterdquo (Nietzsche 1886 p39) Esto al menos en sus interpreta-ciones sobre la tragedia El eacutenfasis en lo ab-surdo del destino y en lo ldquoinevitablerdquo de ese castigo final ldquociegordquo y con la ldquocabeza tapadardquo alude maacutes a una sancioacuten ominosa y de la que se desconoce toda causa o justificacioacuten De hecho su concepcioacuten pesimista de lo traacutegico podriacutea adecuarse en un mayor grado a la li-teratura kafkiana particularmente a cuentos como En la colonia penitenciaria (1919) una vez que el condenado no conoce en absoluto el motivo de su castigo y muere sin saberlo o el comienzo de La metamorfosis (1915) en donde Gregorio Samsa simplemente despierta convertido en un insecto sin tener idea alguna

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de las razones de la alteracioacuten que ha sufri-do o incluso el final de la novela El proceso (1925) en el que su personaje anoacutenimo mue-re ldquoiexclIgual que un perrordquo (Kafka 1995 p170) nuevamente sin saber siquiera el porqueacute de su condena Por el contrario en Esquilo mdashpensamos sobre todo en su trilogiacutea La Orestia-damdash vemos una compleja plural y dinaacutemica confrontacioacuten y superposicioacuten de deberes o deseos contrarios En sus argumentos el des-tino es implacable pero posibilita un margen de libertad en el que los personajes pueden asumir una posicioacuten frente a eacutel

En la primera obra de su trilogiacutea el uacutenico personaje que a todas luces desconoceriacutea su castigo seriacutea el mismo Agamenoacuten y en cier-ta medida por su propia responsabilidad La obra y el coro nos permiten comprender su ceguera frente a los hechos desde su caraacutec-ter legitimoacute de manera impiacutea la eleccioacuten de asesinar a su hija pero la pieza no nos mues-tra ninguna escena en la que el ldquoheacuteroerdquo dijera algo sobre su decisioacuten Incluso Clitemnestra muestra su altivez e inseguridad en Agamenoacuten y Coeacuteforas al saber que la justicia divina y el castigo hereditario sobrevendraacuten en su contra tras asesinar a su esposo Y Casandra en todo caso es el signo de la lucidez y la valentiacutea fren-te a la estructura dilemaacutetica y tensa de la reali-dad y es tambieacuten el personaje maacutes vulnerable e injustamente condenado

En Esquilo se encuentra todo lo contrario a una actitud de resignacioacuten Al pensar la trilogiacutea en su totalidad esta nos depara mdashen Agame-noacutenmdash la violencia de un sistema de ajusticia-miento basado en la sangre a continuacioacuten Coeacuteforas explora las implicaciones del mismo sistema de castigo para que en Eumeacutenides la historia concluya con su superacioacuten y la instau-racioacuten de un Areoacutepago una institucioacuten demo-craacutetica con un sistema de justicia basado en la deliberacioacuten no en la aplicacioacuten ciega de la

norma De hecho con Kaufmann considera-mos que en este poeta se encuentran muchos de los elementos que el propio Nietzsche con-cibioacute como los causantes de ldquola muerte de la tragediardquo29 Toacutepicos ilustrados con la esperan-za puesta en las capacidades de la razoacuten y el diaacutelogo Estamos de acuerdo con el juicio de Kaufmann sobre las Eumeacutenides cuando escri-be

Se forma un tribunal en Atenas no so-lamente para tratar el caso de Orestes que es absuelto sino maacutes bien para tratar todos los casos maacutes importantes del futu-ro con el objeto de que tragedias como las Coeacuteforas no vuelvan a repetirse (Kau-fmann 1978 p273)

No obstante la dualidad y la tensioacuten de contrarios vuelve a mostrarse en el momento en que el canto de Atenea estima que las Eri-nias convertidas en Eumeacutenides se integraraacuten a la polis pero en modo alguno desaparece-raacuten De forma semejante en Las suplicantes se destaca que la figura de Pelasgo reina demo-craacuteticamente y atenderaacute a las Danaides siem-pre que el juicio ciudadano en la deliberacioacuten puacuteblica asiacute lo considere

En Esquilo como en Euriacutepides se hallan retratos que presentan de maneras distintas la idea de que algunas cataacutestrofes pueden ser evitadas pero esta posibilidad en ninguna for-ma disminuye el poder pateacutetico y destructor de los conflictos y desgracias padecidos De hecho suponer que algunos acontecimientos catastroacuteficos pueden ser evitados introduce la posibilidad de la responsabilidad humana y su apremio en los asuntos maacutes dilemaacuteticos Como vimos en Agamenoacuten los personajes de Esquilo son acusados por su responsabilidad

29 Un desarrollo maacutes exhaustivo puede encontrarseenel librodeWalterKaufmann (1978)Filosofiacutea y tragediaenloscapiacutetulosldquoNietzscheylamuertedelatragediardquoyldquoEllsquooptimismorsquodeEsquilordquo

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parcial en los actos aun cuando estando cons-trentildeidos por la fuerza de las circunstancias (la fuerza de la tycheacute) acceden a sus deseos yo a elecciones de modo irresponsable indecoro-so o con apremio y lucidez

En Agamenoacuten no encontramos algo como el constrentildeimiento de voluntades divinas ldquoininteligiblesrdquo sino maacutes bien una disputa (agoacuten) entre exigencias divinas antagoacutenicas que exigen valores y acciones reciacuteprocamente excluyentes Es decir una dimensioacuten del juicio divino es comprensible para el hombre Divi-nidades que se entremezclan con el mundo natural y concreto de los hombres y que en su ser manifiestan de forma divinizada la plu-ralidad y dignidad de un mundo heterogeacuteneo y lleno de vida Porque es cierto que los dioses oliacutempicos expresan ldquouna existencia exuberan-te maacutes auacuten triunfal en la que estaacute divinizado todo lo existente lo mismo que si es bueno que si es malordquo (Nietzsche 1872 p54)

De un modo semejante en obras como Hipoacutelito de Euriacutepides se expresa una imbri-cacioacuten contraria de valores en las figuras de Afrodita y Aacutertemis una colisioacuten que condujo a Hipoacutelito a la desgracia En Antiacutegona la coli-sioacuten no es menos clara y en el personaje de la princesa tebana (al igual que en Casandra) se denota la desgarrada lucidez sobre el conflicto en el que estaacute inmersa A pesar de ello lo que comuacutenmente cautiva en la joven es su acep-tacioacuten del castigo su seguridad de que lo que ha hecho se encuentra justificado por el orden sagrado de los dioses y el cumplimiento de su responsabilidad moral hacia su familia

Solo en los caracteres de Antiacutegona y Ca-sandra trasluce el concepto de culpa traacutegica entendido como el acontecimiento en el que el sujeto traacutegico acepta ambiguamente el cas-tigo por sus actos al mismo tiempo que estos le legitiman como alguien de honra y suficien-

cia moral El acto que pretende ser ldquoredentorrdquo desprende una paradoacutejica mezcla de culpa y justificacioacuten por siacute mismo Antiacutegona defiende a su hermano y desafiacutea a la propia estructura de la polis aun conociendo las consecuencias de su decisioacuten Mientras que Casandra al ser una extrantildea marginada de la comunidad de los dioses y de los hombres (despojada de todo derecho) decide ejercer el derecho a la pa-labra (que no le pertenece) para denunciar a viva voz los males de los monarcas y el linaje de Atreo A traveacutes de los caracteres de Casan-dra y Antiacutegona se nos presenta la lucidez de una autoconciencia desgarrada que gene-ra en el espectador la impactante mezcla de eacuteleos y phoacutebos de la mano de los constrentildei-mientos dilemaacuteticos que se presencian

Concordamos con Benjamin y Kaufmann en que la culpa traacutegica ldquono consiste sino en la orgullosa conciencia de culpa en la que lo he-roico se sustrae a la a eacutel atribuida servidumbre del lsquoinocentersquordquo (Benjamin 2006 p343) de ahiacute que los personajes heroicos del mito adquie-ren en el drama traacutegico una nueva significacioacuten maacutes paradoacutejica y enigmaacutetica que el especta-dor admira con cierta simpatiacutea y compasioacuten en el curso del drama Muchos de estos heacuteroes se vuelven en la tragedia problemas para siacute mismos o producen un conflicto mayor que compromete a la polis entera (pensemos en Agamenoacuten Antiacutegona o en Creusa en menor medida) Como espectadores empatizamos con sus vivencias paradoacutejicas y convertidas en aporiacuteas pero sin dejar de reconocer en ellas una ambivalencia que nos interpela como per-sonas y como parte del puacuteblico asistente a la funcioacuten30 Asiacute como tambieacuten posibilitan para

30 En el reciente libro de Simon Critchley (2020)Tragedia los griegos y nosotros encontramos una aproximacioacutensemejantesobreelheacuteroetraacutegicocomoun sujeto hecho paradoja Para Critchley (2020)ldquoElheacuteroetraacutegicoeselproblemaynolasolucioacutenalproblemaEselenigma(hellip)elserhumanoparalatragediaes tantoagentecomopaciente inocente

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el buen lector una plural fuente de interpre-taciones sobre lo que acontece en el drama tanto por su condicioacuten de obra literaria como por su componente paradoacutejico

Pero de nuevo solo unos pocos personajes pueden ser reconocidos en este esquema de culpa traacutegica Tampoco es verdad que todas las tragedias se estructuren de acuerdo con una uacutenica forma de colisioacuten traacutegica y de ello no puede deducirse que unas obras sean ldquomaacutes traacutegicasrdquo que otras maacutes auteacutenticas o perfec-tas por su adecuacioacuten o no al esquema Aquiacute nos servimos de los aportes de Walter Kauf-mann cuando concibe dicha colisioacuten como un modelo que permite comprender dos de las piezas que nos propusimos analizar Agame-noacuten y Antiacutegona aunque en nuestra conside-racioacuten Ioacuten e Hipoacutelito podriacutean acceder a una interpretacioacuten semejante De todos modos el acto de interpretar en siacute tampoco debe con-cebirse como una actividad humana que deba producir necesariamente resultados uniacutevocos y cerrados

Al hablar de lo ldquotraacutegicordquo en un sentido uniacutevoco estamos introduciendo una serie de descripciones que desde la conceptuacioacuten filosoacutefica yo criacutetica reclama una validez uni-versal que no puede ser demostrada Algo como la ldquoesencia de lo traacutegicordquo corre el riesgo de desligarse de la heterogeneidad literaria para pasar a formar parte de una concepcioacuten especulativa sobre su propio enunciado Del mismo modo seguir demasiado fielmente una estructura desde la cual comprender los dramas aacuteticos podriacutea discriminar la valoracioacuten de unas obras sobre otras en conformidad con su adecuacioacuten a determinada posicioacuten o anaacutelisis filosoacutefico Asiacute cuando escritores como

y culpable a la vez y enmuchos casos unafiguradesconcertante (hellip)rdquo (p46) Esta idea enlaza muybien con nuestra concepcioacuten de culpa traacutegica antes expuesta

George Steiner (1961) afirman que cualquier ldquonocioacuten realista sobre el drama traacutegico tiene que empezar por el hecho de la cataacutestrofe Las tragedias terminan malrdquo (p22) de ello podriacutea deducirse que piezas como Ioacuten (por mencio-nar una de las que hemos abordado en esta investigacioacuten) es antitraacutegica no es traacutegica o simplemente corresponde a un drama de dife-rente naturaleza Estariacuteamos introduciendo asiacute una prescripcioacuten valorativa desde un punto de vista sesgado y de acuerdo con una interpreta-cioacuten que antepone intereses filosoacuteficos sobre otras lecturas de las obras Aunque por otro lado tambieacuten debe admitirse que las diversas reinterpretaciones sobre este tema demues-tran la vitalidad de la tragedia aacutetica como un producto artiacutestico que ha sido actualizado de formas muy distintas en el devenir histoacuterico de su estudio31

Otra nocioacuten reveladora pero potencial-mente problemaacutetica se refiere a la concep-cioacuten de lo ldquonoblerdquo (spoudaios) y elevado en las tragedias griegas Aristoacuteteles es el primero en referirse al teacutermino en su Poeacutetica cuando define el geacutenero como ldquoimitacioacuten de una ac-cioacuten elevada y perfectardquo (Aristoacuteteles 1449-b) ldquoElevadardquo es la palabra que traduce la expre-sioacuten griega ldquospoudaiosrdquo teacutermino que vuelve a utilizar en el fragmento en el que afirma que ldquola poesiacutea es algo maacutes filosoacutefico y serio que la historia la una se refiere a lo universal la otra a lo particularrdquo (Aristoacuteteles 1451-b) En este segundo caso ldquoseriordquo es el vocablo que tradu-ce el teacutermino ldquospoudaioacuteteronrdquo32 Y ambas pa-labras en definitiva indican lo elevado y serio de la poesiacutea traacutegica en teacuterminos morales pero

31 Esta idea se abordaraacute con mayor rigurosidad en el proacuteximo apartado se relaciona con lo queGadamerconcibecomo lahistoriade la recepcioacutendelostextosasiacutecomoconelcaraacutectereminente y de muacuteltiplesinterpretacionesqueofrecelatragediaentantoproductoliterario

32 Kaufmann (1978) ldquoKai philosophoteron kai spoudaioacuteteron poieacutesis historias estiacutenrdquo(p81)

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tambieacuten filosoacuteficos No obstante el problema que en cierta forma introduce el estagirita se encuentra en el hecho de distinguir en la tra-gedia una ldquoelevacioacutenrdquo de los caracteres y de los argumentos que la diferencian de la come-dia porque esta representa tramas y persona-jes bajos y burlescos

En cierto sentido es correcto Esquilo co-muacutenmente se distingue por la nobleza con la que dota a sus personajes y la seriedad con la que aborda los conflictos morales en sus obras Soacutefocles tambieacuten es reconocido por la caracterizacioacuten ideal y moralmente elevada de muchos de sus personajes pero y otra vez en Euriacutepides encontramos un juego mucho maacutes libre respecto de las convenciones del geacutene-ro teatral y sus personajes destacan por su caracterizacioacuten poco heroica y ldquonoblerdquo (spou-daioacuteteron) en su sentido moral Para muchos acadeacutemicos esta distincioacuten ha servido para endilgar un caraacutecter inferior a Euriacutepides en re-lacioacuten con Soacutefocles y Esquilo una idea que en ninguacuten sentido podemos avalar

El reconocido filoacutelogo claacutesico Gilbert Mu-rray sin desprestigiar al poeta afirma sobre la obra Ioacuten que ldquoJuto es un personaje ridiacuteculo un forastero rudo y sin maneras engantildeado por Apolo burlado por su mujer (hellip) En cuanto a Creusa aunque dibujada con extraordinaria simpatiacutea y belleza es en el fondo una salvajerdquo (Murray 1949 p95) Aunque no son falsas sus consideraciones sobre los caracteres el tono es despectivo y delata una escasa empatiacutea con los personajes de la pieza

En Creusa tenemos a una madre deses-perada por conocer a su hijo y Juto es un personaje que no destaca mucho en la obra y que incluso al final de los acontecimientos vuelve a Atenas con la creencia de que Ioacuten es su hijo natural En su teatro Euriacutepides juega de una forma novedosa con la burla ignomi-

niosa que puede ejecutar el destino sobre la vida de los hombres En comparacioacuten con el idealismo feacuterreo de figuras como la Antiacutego-na de Soacutefocles en Euriacutepides encontramos personajes pasionales ambivalentes bajos pero tambieacuten maacutes humanos El propio Aris-toacuteteles escribioacute que ldquoSoacutefocles deciacutea que eacutel re-presentaba a los hombres como deben ser y Euriacutepides como sonrdquo (Aristoacuteteles 1461-a) No obstante es preciso subrayar que el hecho de que un poeta se aproxime a los conflictos hu-manos de forma distinta a otro no tiene por queacute indicar que sea menos filosoacutefico o que su poesiacutea sea pobre o vacua De la mano de Wal-ter Kaufmann consideramos relevante y de gran valiacutea el caraacutecter transgresor y disruptivo del teatro de Euriacutepides al introducir una serie de elementos novedosos de atributos menos nobles (spoudainos) pero destinados a pro-mover una criacutetica y una valoracioacuten de lo maacutes humano Para este autor ldquoEuriacutepides encontroacute (hellip) serio el sufrimiento humano la brutalidad cada vez mayor de la guerra e incluso la in-humanidad de quienes iban a ver sus obrasrdquo (Kaufmann 1978 p467)

En personajes como Ioacuten o Hipoacutelito encon-tramos una apreciacioacuten apacible de la vida co-tidiana dedicada a las labores mundanas como lo son la limpieza del templo y el culto devoto a la diosa Aacutertemis Ademaacutes en la intriga de Ioacuten el padre divino del joven le ha ocultado una verdad cruda y Creusa por su parte no deja de reprochar esto en la representacioacuten teatral En esta pieza se presenta a Apolo como un dios indiferente irresponsable implacable cuando sus deberes profeacuteticos u oraculares deberiacutean conducirle por un camino distinto En suma el teatro de Euriacutepides ofrece un con-traste diferente entre el valor de lo inmediato y humano que se entremezcla abruptamente con el infortunio inesperado y retorcido para ilustrar en definitiva un pathos maacutes intenso

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fraacutegil pero valioso y que como tal exige reco-nocimiento

No sin razoacuten se ha clasificado al Ioacuten como una tragicomedia y en algunos casos como un ldquomelodramardquo La pieza no contiene una hamartiacutea ninguacuten personaje perece ni termi-na de forma catastroacutefica pero siacute dispone dos escenas de agnicioacuten (una falsa y una auteacutenti-ca) y varias peripecias que discurren entre el intento de asesinato de Creusa sobre Ioacuten y el giro contrario en el que Ioacuten intenta liquidar a su madre Sin embargo es a partir del marca-do azar en sus argumentos que sus persona-jes expresan una profunda admiracioacuten sobre las cosas humanas y contingentes como el amor la experiencia cotidiana o la intimidad de un acontecimiento personal escenas que no opacan o disipan el componente criacutetico y transgresor del que participan Como consi-dera Kaufmann (1978) ldquolos nobles maacutertires de Euriacutepides viven y mueren increpando a los hombres que le rodean y a la audiencia su in-tento es criacutetico (hellip) no es de extrantildear que la audiencia reaccionara pues desaprobandordquo (p380)

Lo que siacute puede afirmarse sobre ldquolo traacutegi-cordquo en las piezas aacuteticas consiste en la constan-te representacioacuten de unas acciones humanas vulneradas por una dimensioacuten externa a ellas que viene dada por la irrupcioacuten de la fortuna o tycheacute El teatro traacutegico establece de forma dicotoacutemica y conflictiva el devenir de las rela-ciones entre la virtud de los hombres (su are-teacute) y la fortuna (como campo que escapa a su dominio) Nussbaum afirma con claridad que la tragedia desarrolla artiacutesticamente un anhe-lo de autosuficiencia interrumpido por el cam-bio de la fortuna que trastoca tanto las metas del agente como su relacioacuten con los otros y consigo mismo Aquiacute la filoacutesofa estadouniden-se pondera dos notas aclaratorias que consi-deramos sumamente interesantes La primera

consiste en la concepcioacuten claacutesica del hombre como ser dual de una dimensioacuten pasiva y ac-tiva y para ejemplificarlo se sirve de la Nemea VIII de Piacutendaro

Hay quienes piden oro y otros tierras ilimitadas

Yo pido deleitar a mis conciudadanosHasta que la tierra cubra mis huesosmdash

un hombreque alaboacute lo digno de elogioy sembroacute la acusacioacuten contra los mal-

vadosPero la excelencia humanaCrece como vidNutrida del fresco rociacuteoY alzada al huacutemedo cieloEntre los hombres sabios y justos

Necesitamos cosas muy diversas de aquellos a quienes amamos sobre todo en el infortunio aunque tambieacuten el gozo busca unos ojos en los que confiar (Nuss-baum 1995 p9)33

El poema expresa la condicioacuten de planta del hombre pasiva y necesitada de cultivo al mismo tiempo que afirma su componente activo y volitivo en su gozo e infortunio se entremezclan las diferentes dimensiones de su ser no solo la racionalidad praacutectica o teoacuteri-ca Como afirma el canto ldquonecesitamos cosas muy diversas de aquellos a quienes amamosrdquo Y de alliacute se desprende un segundo punto de relevancia consiste en la relacioacuten que se es-tablece entre tragedia y filosofiacutea en la Grecia claacutesica en cuanto ambas manifestaciones del espiacuteritu humano se desarrollaron a partir de la misma lucidez sobre los problemas huma-nos su condicioacuten inestable y vulnerable Son palabras de la pensadora ldquoLejos de haber olvidado la concepcioacuten traacutegica Platoacuten ve tan claramente los problemas de la vulnerabilidad que soacutelo encuentra aceptable una solucioacuten ra-

33 Piacutendaro Nemea VIII vv37-44CitadoporMarthaNussbaum(1995)

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dicalrdquo (Nussbaum 1995 p48) toacutepico que se conecta iacutentimamente con la exclusioacuten de los poetas de su repuacuteblica ideal autosuficiente y cerrada en siacute misma Y que Aristoacuteteles retoma en la forma de una reflexioacuten filosoacutefica sobre la eudaimoniacutea y el papel de la froacutenesis para una existencia y conciencia luacutecidas de su condicioacuten limitada

Por un lado si bien reconocemos estas zo-nas de interconexioacuten entre la filosofiacutea claacutesica y la tragedia en su contexto original nuestro intereacutes no se dirige como en el trabajo de Nussbaum a desarrollar sistemaacuteticamente esos puntos de diaacutelogo En este apartado he-mos querido ofrecer una breve reflexioacuten sobre diversas formas en las que se han interpretado la tragedia aacutetica y ldquolo traacutegicordquo como experien-cias esenciales pero que en definitiva se vuel-ven reinterpretaciones filosoacuteficas sumamente especulativas que reniegan de ciertas dimen-siones propias de los diversos dramas y que se separan de su pluralidad literaria

En tanto obras literarias surgidas en un contexto determinado no pueden ser redu-cidas a una conceptuacioacuten filosoacutefica con as-piraciones totalizantes La contraoferta que aquiacute se establece es repensar el conjunto de las obras traacutegicas partiendo de su condicioacuten literaria y fragmentaria en muchos aspectos En una actitud semejante a la de Nietzsche en su ensayo Sobre verdad y mentira en un senti-do extramoral (1782) rechazamos en algunas interpretaciones filosoacuteficas de la tragedia el que ldquotrabajan sin descanso en ese gran colum-bario de conceptos en el cementerio de las in-tuicionesrdquo (Nietzsche 1782 p235) De modo que en los proacuteximos apartados se ofreceraacute una reconsideracioacuten de la tragedia y lo traacutegico no en cuanto ldquoteoriacuteas filosoacuteficasrdquo sino como pre-guntas y cuestiones que nos interpelan desde su eminencia poeacutetica

32 Mito miacutemesis y poiesis o el caraacutecter hermeneacuteutico de la tragedia griega

Este apartado y el siguiente pueden con-siderarse como dos partes de una misma re-flexioacuten que busca ahondar en la pregunta que atraviesa integralmente esta investigacioacuten iquestqueacute espacios de comprensioacuten filosoacutefica pue-de ofrecer la poesiacutea traacutegica partiendo de la propuesta gadameriana de un tipo de verdad reconocida en la palabra poeacutetica A continua-cioacuten se propone una consideracioacuten sobre ese ldquoespacio de comprensioacutenrdquo que abre la trage-dia y que en liacuteneas maacutes generales tambieacuten puede ofrecer toda obra y propuesta esteacutetica particular Ademaacutes se espera ofrecer una uacutelti-ma reflexioacuten sobre teacuterminos como miacutemesis y poiesis en relacioacuten con el teatro aacutetico y acla-rar a su vez nuestro uso del teacutermino ldquopresen-tacioacutenrdquo en lugar de ldquorepresentacioacutenrdquo lo que implica una evaluacioacuten sobre el papel rol o potencial transgresor que puede llegar a ges-tar la literatura Pero primero es conveniente repasar algunos asuntos sobre el teatro aacutetico y el componente cultural del que surge

Es evidente el hecho de que la tragedia se inspira en la tradicioacuten miacutetica y cultural que sus autores dominan Agamenoacuten Antiacutegona e Ioacuten son tres obras que toman historias y persona-jes miacuteticos para llevarlos a escena y en liacuteneas generales es cierto que el teatro traacutegico esce-nificoacute su propio bagaje cultural y no se desligoacute de su trasfondo miacutetico Incluso Aristoacuteteles en un juicio prescriptivo sobre la labor del poe-ta traacutegico consideroacute que no ldquoes liacutecito disolver los mitos establecidos como pongo por caso el de Clitemnestra asesinada por Orestes (hellip) pero el mismo [poeta] debe inventar [otros] y utilizar bellamente los tradicionalesrdquo (Aristoacutete-les 1454-a) La tragedia griega surge de la pro-pia tradicioacuten cultural ateniense y se instituye como parte de una festividad dionisiaca que se celebroacute de forma anual

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Como se desarrolloacute en el apartado 13 la miacutemesis traacutegica no debe suponer una simple imitacioacuten de lo dado En la conformacioacuten artiacutes-tica que es la tragedia esta juega con una serie de siacutembolos tropos personajes instituciones y deidades que en la representacioacuten adquie-ren un nuevo sentido y una nueva funcioacuten de acuerdo con las exigencias argumentales de la obra y el ingenio intelectual y artiacutestico del poeta Simon Crichtley y Pierre Vidal-Naquet tambieacuten concuerdan en esto pues la tragedia maacutes que ser la continuacioacuten esceacutenica de los mitos mdashy por tanto de la tradicioacutenmdash entrantildeoacute una progresiva transformacioacuten y ruptura con los mismos

El mito en tanto narracioacuten y faacutebula supo-ne un pasado heroico y arcaico diferente de la actualidad en la que se gestoacute la represen-tacioacuten traacutegica y es en esta brecha donde se alza una reinterpretacioacuten distinta que abre un ldquoespacio literariordquo34 en el que la comprensioacuten de lo dado y la autocomprensioacuten del sujeto individual pueden encontrar nuevos enclaves desde los cuales considerarse

Es indudable el hecho de que el drama traacute-gico al constituirse como un espacio literario y ficcional trasciende lo dado para significar y en su produccioacuten artiacutestica recrea una realidad distinta a la tradicional y una serie de valores que no tienen por queacute adecuarse efectivamen-te a lo entregado y aceptado por la comunidad en la que se gesta y representa Es muy certera

34 Aunque esta expresioacuten parece aludir al libro deMaurice Blanchot (2002) El espacio literario de ninguacuten modo queremos referirnos a su concepcioacuten sobre la literatura que de hecho parte dediferenciassignificativasconlasconcepcionessobrela literatura y el lenguaje que pueden encontrarse en un autor como Hans-Georg Gadamer En todocaso reconocemosqueunestudio futurosobre lareflexioacutenblanchoteanapodraacutearrojarnuevospuntosdediscusioacutensignificativosparaestetoacutepicosobrelaliteratura el lenguaje y la comprensioacuten humanapero que se separan de los intereses concretos de la presenteinvestigacioacuten

la apreciacioacuten de Vidal-Naquet al referir que ldquola tragedia descubre un nuevo espacio en la cultura griega el de lo imaginario sentido y en-tendido como tal es decir como una creacioacuten humana basada en el puro artificiordquo (Vidal-Na-quet 2002b p27)

En este punto el autor tambieacuten concibe la tragedia como una invencioacuten y apunta que esta innovoacute en tres aspectos esenciales en el terreno de las instituciones sociales dado que la tragedia posibilitoacute un espacio de autopre-sentacioacuten de las instituciones democraacuteticas de decisioacuten y de legislacioacuten de la polis en el aacutem-bito del geacutenero literario y dramaacutetico que for-joacute que se diferencia significativamente de la poesiacutea homeacuterica y otras formas de poesiacutea co-ral antiguas y contemporaacuteneas con ella y por uacuteltimo en la visioacuten antropoloacutegica o de ldquocon-ciencia traacutegicardquo que consolidoacute en el desarrollo de sus tropos convencionales (Vidal-Naquet 2002b p25) La tragedia griega perfectamen-te puede entenderse como una invencioacuten que conecta en siacute tradicioacuten e innovacioacuten miacutemesis de lo dado y poiesis en una novedad y transfi-guracioacuten de la tradicioacuten al menos en el terre-no literario que ella desarrolla

El espacio ficcional que posibilita la repre-sentacioacuten traacutegica une lo singular de la tradi-cioacuten con una apertura imaginativa que vislum-bra una diferencia en el estado de cosas or-dinario en las tragedias es habitual encontrar mujeres altivas transgresoras asiacute como re-flexiones y cuestionamientos graves y profun-dos sobre la humanidad y la condicioacuten sublime de las deidades entre otros toacutepicos Pero en ellas tambieacuten se subvierte la costumbre para dar voz al conflicto inmanente en la vida hu-mana De acuerdo con Gadamer (1991) no ldquoes casual en absoluto que el artista supere en lo que crea la tensioacuten entre las expectativas cobijadas por la tradicioacuten y los nuevos haacutebitos que eacutel mismo contribuye a producirrdquo (p43)

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incluso si estos cambios son uacutenicamente en el orden de las convenciones esteacuteticas y artiacutesti-cas dentro de su geacutenero Una posibilidad que se realiza en el teatro de Euriacutepides de modo excepcional

De hecho esta interconexioacuten entre miacuteme-sis y poiesis tradicioacuten e innovacioacuten contiene en siacute un componente hermeneacuteutico que Ga-damer denomina como fusioacuten de horizontes En la actividad de los poetas traacutegicos se ges-ta una relacioacuten que itinera entre la tradicioacuten de valores culturales comunes de la polis y la reinterpretacioacuten de tal tradicioacuten en el ldquolengua-je del presenterdquo El mito en el teatro se entre-mezcla con figuras anacroacutenicas como la polis democraacutetica por ejemplo con la fundacioacuten del Areoacutepago en las Eumeacutenides de Esquilo o las actitudes libertarias e infractoras de muje-res-silentes que se enfrentan al status quo de la ciudad pero tambieacuten la tragedia es capaz de presentar figuras femeninas y relaciones de philia y amor propias de una comprensioacuten diversa divergente que el poeta manifiesta Con Gadamer y Jean Grondin puede afirmarse en teacuterminos hermeneacuteuticos que en la inven-cioacuten de la tragedia se gesta una fusioacuten de ho-rizontes en tanto que la comprensioacuten (com-prensioacuten y reinterpretacioacuten de la tradicioacuten que ofrece cada obra) moviliza un sentido y una serie de interrogantes que vinculan el pasado tradicional con el presente de la representa-cioacuten

Si como considera Jean Grondin (2008) ldquosiempre se interpreta una obra a partir de las preguntas a menudo imperceptibles que plantea nuestro tiempordquo (p84) entonces la misma obra traacutegica en su articulacioacuten y re-presentacioacuten teatral se vuelve inteacuterprete de la tradicioacuten y la cultura de la que emana Pero aunado a ello si lo propio de la construccioacuten literaria es su libertad ficcional mdashla suspen-sioacuten de todo sentido y referencia convencio-

nal para transfigurarse en el terreno ficcional del artemdash debe considerarse que el teatro traacute-gico posibilita de una manera consolidada un espacio alterno desde el cual el ser humano puede pensarse a siacute mismo individualmente y repensar la realidad cultural e histoacuterica que le da configuracioacuten

En modo alguno puede imaginarse que esa posibilidad solo fue vaacutelida para el ciudadano antiguo que experimentoacute el teatro traacutegico en su contexto original Esta experiencia de alte-ridad literaria sigue siendo posible para cada persona en nuestra contemporaneidad en la medida en que el encuentro con la literatura supone siempre una actividad comprensiva e interpretativa Que hay que decir nuevamen-te admite la aplicacioacuten de una serie de senti-dos e interrogantes modernos hacia el texto u objeto que se interpreta Por su parte para Gadamer (1977) ldquola obra de arte tiene su ver-dadero ser en el hecho de que se convierte en una experiencia que modifica al que la experi-mentardquo (p145) de ahiacute que la fusioacuten de hori-zontes de la que eacutel habla tambieacuten sucede en la experiencia de ldquosimultaneidadrdquo e inmersioacuten que la obra traacutegica asegura en su representa-cioacuten esceacutenica o en su lectura

El que la experiencia esteacutetica de la obra traacutegica establezca una ldquomediacioacuten totalrdquo una no-distincioacuten entre el sujeto inmerso en la constelacioacuten de sentido de la pieza y la plena presencia de ese sentido hace del concepto de ldquosimultaneidadrdquo gadameriano una especie de apertura hacia un espacio alterno en el que la experiencia de autoolvido se vuelve un ha-llazgo un encuentro con algo novedoso dife-rente y verdadero Para Gadamer (1997) ldquoen realidad el estar fuera de siacute es la posibilidad positiva de asistir a algo por enterordquo (p171) Es en suma un ldquoasistirrdquo en el que el sujeto co-partiacutecipe halla un decir irrefutable eminente y vaacutelido que atisba e interpreta en una expe-

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riencia esteacutetica que fusiona cognicioacuten y emo-cioacuten

En eso consiste la dimensioacuten aletheica de la palabra poeacutetica que para nuestro filoacuteso-fo estaacute asociada al concepto platoacutenico de la anamnesis Seguacuten Gadamer la miacutemesis debe entenderse en conjuncioacuten con esa nocioacuten platoacutenica es decir que la obra de arte posi-bilita un re-conocimiento de las cosas (un vol-ver a conocer) de una manera maacutes esencial al introducir al espectador-cojugador en una nueva forma de aprehensioacuten de la realidad la re-conoce Jean Grondin (2003) precisa que en la pieza artiacutestica ldquoel mundo es experimen-tado hasta tal punto en el elemento del olvido ontoloacutegico que lo que caracteriza la funcioacuten anamneacutetica del arte es el redescubrir el mun-do en siacute mismordquo (p78)

Pero el redescubrimiento del mundo y su re-conocimiento suponen la develacioacuten de algo nuevo y eminente un sentido y una rela-cioacuten que antes no se encontraban presentes o mejor dicho permaneciacutean ocultos en nues-tra experiencia habitual y concreta respecto de las cosas Nuestra comprensioacuten linguumliacutestica del mundo se hallaba inmersa en lo habitual y en la concrecioacuten significativa y uniacutevoca (o ldquoli-teralrdquo) entre sus significados y significantes da-dos Recordemos que la palabra poeacutetica ldquoesta-blece sentidordquo en su libre asociacioacuten metafoacuteri-ca y figurada y en ella toda relacioacuten de sentido habitual se suspende por lo que la metaacutefora absoluta35 en la que se transfigura y constitu-ye la palabra poeacutetica maacutes que representar lo real tiene la potencialidad de trascender ha-cia una nueva forma de presentar la realidad una forma que es metafoacutericaficcional pero vaacutelida y vinculante Como considera Umberto

35 Nos referimos a la expresioacuten gadameriana en elmomentoenqueel autor escribeque ldquolapalabrapoeacutetica (hellip) tiene el caraacutecter de una metaacuteforaabsoluta (Allemann) frente a cualquier discursocotidianordquo(Gadamer1971p24)

Eco ldquola metaacutefora lsquoponersquo (en el sentido filosoacute-fico pero tambieacuten en el sentido fiacutesico lsquopone delante de los ojosrsquo (τὀ ὅηοιον θεωρεῑν) una proposicioacuten que dondequiera que estuviese almacenada no estaba delante de los ojosrdquo (Eco 1990 p191)

La palabra poeacutetica tiene la potencialidad de ldquodescubrirrdquo y ldquoestablecer sentidordquo A partir de esta nocioacuten es que hemos optado en nu-merosas ocasiones por la expresioacuten de ldquopre-sentacioacutenrdquo en lugar de ldquorepresentacioacutenrdquo De acuerdo con lo anteriormente establecido en la develacioacuten que ofrece la palabra poeacutetica la anamnesis se da maacutes como el descubrimien-to de una nueva relacioacuten de sentido y de una sorprendente profundidad significativa en lo ya conocido lo que sugiere una polisemia an-tes oculta de relaciones realidades experien-cias y acciones en nuestro mundo circundante Todo esto en suma se constituye en un ha-llazgo que ampliacutea nuestros horizontes de com-prensioacuten del mundo y de nosotros mismos a la luz de nuevas formas de nombramiento

Es dentro del mundo literario-ficcional que la obra presenta donde encontramos un decir eminente y revelador que parece concretar o cristalizar en su ser-linguumliacutestico y expresioacuten lite-raria una experiencia vital que nos resulta ver-dadera Es decir que en la literatura muchas veces hallamos expresiones palabras e inclu-so reflexiones de importantes repercusiones y las admiramos sobre todo porque ellas con-cretan y conservan en forma linguumliacutestica y poeacute-tica una experiencia o realidad que antes era innombrada para nosotros El texto literario y lo que podemos encontrar en eacutel consiste en una reaproximacioacuten diversa a las cosas pues se da de tal modo que es casi como una pre-sentacioacuten de sentido que antes se encontraba oculto o inaprensible a nuestra comprensioacuten individual

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Si bien el filoacutesofo espantildeol Luis Zahonero parte de una teorizacioacuten filosoacutefica y linguumliacutestica diferente de la gadameriana o distinta de la hermeneacuteutica en general (maacutes cercano a filoacute-sofos como Kant y Nietzsche en sus postula-dos) en su reflexioacuten sobre la poesiacutea encontra-mos ciertos puntos de afinidad cuando asume que el lugar de los poetas es aquel en el que se encuentran los nombres para las cosas Y es auacuten maacutes significativo su examen cuando con-sidera que la poesiacutea es una caceriacutea salvaje de imaacutegenes

Es capaz de cazar las salvajes imaacutegenes primeras y a las cosas por sus nombres no sabidos es capaz incluso de obligarlas a admitir que ese nombre que usaban no era el suyo (por mucho que traten de es-conderse y pasar de incoacutegnito) es capaz de hacer brotar lo real donde habiacutea solo un significado y exigir al mundo que con-fiese sus secretos (Zahonero 2017 p310)

Sin remitir a ni depender de un modelo conceptual preestablecido la palabra poeacutetica nombra al mundo y nuestras experiencias vita-les de tal forma que nos parecen vaacutelidas pues de alguna manera hacen justicia a tales rea-lidades Precisamente porque nuestro mun-do y experiencia ahiacute en eacutel adquiere ser en el momento en que accede a su nombramiento y articulacioacuten comprensiva en el meacutedium lin-guumliacutestico en el que ldquohabitamosrdquo No por nada Gadamer siguiendo a Heidegger afirma que el meacutedium linguumliacutestico nos acerca al mundo es-tablece una ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea respecto de lo dado pero tambieacuten encubre una dimen-sioacuten no-familiar que se puede experimentar en la actividad de la traduccioacuten o en el encuentro con la poesiacutea Para Gadamer (1971) ldquoUna y otra vez las mismas articulaciones fundamen-tales que conducen nuestra comprensioacuten del mundo son palabrasrdquo (p120)

Aun asiacute esta no-familiaridad que puede suscitar el encuentro con diversas experien-cias interpretativas puede asociarse a nuestra disertacioacuten sobre lo deinoacuten El lenguaje es tam-bieacuten deinoacuten establece un dominio familiar o una cercaniacutea relativa al mundo al tiempo que arriba a un espacio de no-familiaridad en el que las palabras muestran su profundidad sig-nificativa a la vez que su limitacioacuten para hacer presente ciertas realidades ligadas a nuestra forma de estar y comprender el mundo Asiacute como el lenguaje es nuestro primer acceso a ese mundo es tambieacuten un liacutemite del que no podemos escapar

Como pudo desarrollarse en el apartado 11 la universalidad de la linguumlisticidad solo puede ser aceptada cuando se entiende como la universalidad de lo que podriacutea ser expresa-do y articulado la conciencia de que el len-guaje posibilita una comprensioacuten maacutes abar-cante al tiempo que se despliega de tal forma por encima del sujeto que nuestra capacidad comprensiva siempre es limitada Como con-sidera Jean Grondin (2003) ldquoLa universalidad es siempre la universalidad del querer decirrdquo (p197) De alliacute que toda comprensioacuten lin-guumliacutestica se enfrente con los liacutemites de lo que pudiera explicitar y expresar realidad que se hace patente de forma concreta en la expe-riencia esteacutetica y sobre todo en el encuentro con el texto literario

Cabe considerar que esta pugna entre la universalidad de la linguumlisticidad y lo innom-brable impactan de dos modos distintos en la tragedia aacutetica En una dimensioacuten interna el geacutenero llega a abordar con cierta frecuen-cia toacutepicos y experiencias que colindan con lo inexpresable como lo son las vivencias del do-lor el lamento y el luto Podriacutea evocarse aquiacute la famosa expresioacuten de Heacutecuba en la obra ho-moacutenima de Euriacutepides que al cantar sobre sus infortunios clama ldquoiexclTodo esto no es otra cosa

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que imaginaciones del espiacuteritu y vanos ruidos de la lenguardquo (Euriacutepides vv623-627) E igual-mente se puede aludir al silencio y el dolor ex-tralinguumliacutestico que las tragedias suelen expre-sar por medio de su complejo entramado de recursos retoacutericos-literarios teatrales y me-tateatrales y que en caracteres como Clitem-nestra Casandra o Antiacutegona son faacutecilmente discernibles mdashaunque este tema se abordaraacute con mayor amplitud en el siguiente apartado

Por otro lado en una dimensioacuten externa la querella entre la articulacioacuten comprensiva y su frontera con lo inasible a la verbalizacioacuten inciden sobre los liacutemites en los que pueden interpretarse las tragedias en la medida en que estas son productos literarios Ninguna interpretacioacuten literaria acadeacutemica o teoacuterica sobre la pieza traacutegica puede agotar del todo su ser-obra Gadamer resalta que es un error suponer que las obras de arte posibilitan una inteleccioacuten e integracioacuten pura del sentido que ellas despliegan como si pudiera conceptua-lizarse por completo aquello que resguarda en su ser-obra error que distingue en la es-teacutetica idealista de Hegel Las tragedias nos ha-blan como obras y no como portadoras de un mensaje filosoacutefico que deba de ser explicitado sistemaacuteticamente en un desarrollo uniacutevoco (como se expuso en el apartado anterior) (Ga-damer 1991 p86)

La eminencia dicente de la poesiacutea traacutegica se sustrae de una total conceptuacioacuten pero tam-bieacuten posibilita un campo ampliacutesimo en el que es posible su interpretacioacuten desde muacuteltiples enfoques y estudios El que la obra no pueda ser agotada en una serie de interpretaciones supone el caraacutecter libre y no reprimido por la conceptuacioacuten tanto de la obra como de la reflexioacuten comprensiva que suscita en quien se dispone a realizar una reflexioacuten sobre la pieza literaria En efecto nuestro liacutemite interpretati-vo posibilita tambieacuten la apertura de muacuteltiples

aproximaciones posibles hecho que se hace palpable cuando se atiende a la infinidad de estudios y aproximaciones que se han desa-rrollado en el curso de la historia sobre la tra-gedia griega y que se han convertido en toda una ldquotradicioacutenrdquo de anaacutelisis sobre el tema

Como hemos visto el potencial de la pala-bra poeacutetica reside en su posibilidad de ampliar nuestros marcos linguumliacutesticos de comprensioacuten en posibilitar el encuentro con nuevas formas de nombramiento y en la amplificacioacuten de nuestra forma de percibir sentir y entender a partir de espacios literarios cuya novedad nos permite interpelarnos a nosotros mismos y aun a nuestro derredor cultural

Al retomar lo dicho con anterioridad esta idea encuentra en Euriacutepides un ejemplo de su maacutexima realizacioacuten dado que su teatro insti-tuye una diferencia significativa respecto de las convenciones que se gestaron en relacioacuten con la teacutechne de la poesiacutea traacutegica A diferencia de Esquilo y Soacutefocles Euriacutepides innova en el seno de una comunidad fuertemente estruc-turada y en medio de una tradicioacuten esceacutenica y teatral para proporcionar una poesiacutea de cier-to caraacutecter transgresor

En sus argumentos las narraciones miacuteticas ceden de forma maacutes expliacutecita al ingenio lite-rario para significar y presentar nuevas rela-ciones en las que los heacuteroes y personajes de altura se transforman en seres distintos maacutes ruines pasionales sensitivos y humanos En sus intrigas el elemento religioso se trastoca para ofrecer unas deidades y un tipo de fe di-vergente En Ioacuten el dios Apolo que es uno de los pilares fundamentales y de maacutes relevancia de la cultura helena es exhibido de manera peyorativa como un dios-silente indecente e irresponsable y cuestionado incluso por no manifestar sus propios roles como deidad re-veladora Al tiempo el poeta deja traslucir un

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tipo de religiosidad maacutes iacutentima ligada a la per-sona individual

Por uacuteltimo Euriacutepides tambieacuten presenta nuevas figuras femeninas dotadas de roles maacutes violentos pero sabios y con fuertes razo-nes y argumentos para desafiar e increpar a la propia estructura social y cultural que recrea libremente en el espacio literario de sus obras

En suma a diferencia de los otros poetas estudiados Euriacutepides consuma en muchos as-pectos la transgresioacuten de lo que Umberto Eco denominoacute como las leyes socioculturales que marcan lo que auacuten no ha sido dicho o lo que no puede decirse (Eco 1990 p172) en pos de una posibilidad liacutemite y genialidad poieacutetica ca-paz de consolidar alguna conformacioacuten artiacutesti-ca en el seno de una cultura determinada En otras palabras su poesiacutea traacutegica puede llegar a significar la apertura hacia un afuera una diferencia respecto de las formas en las que comuacutenmente se comprende y valora lo real

Cabe considerar entonces que la posibi-lidad de la palabra poeacutetica y la conformacioacuten artiacutestica transitan entre el re-conocimiento develador de algo verdadero y la ruptura de la tradicioacuten para avanzar hacia una nueva for-ma de comprensioacuten y consideracioacuten sobre lo dado Eso en tanto en esta palabra eminente anida la presencia de la polisemia significativa y profunda que lo concreto de la vivencia vital resguarda

En este sentido hacemos nuestra la si-guiente nota del filoacutesofo Zahonero en la que asegura que el arte y la poesiacutea son capaces de ampliar

(hellip) nuestro horizonte de representa-cioacuten y nuestro modo de sentir ensanchan-do las fronteras de nuestro sistema de representacioacuten privada (hellip) libraacutendonos de la estrechez que imponen nuestras formas particulares de juicio (ya sean subjetivas o

colectivamente compartidas) (Zahonero 2017 p321)

33 Lo que es capaz de presentar la poesiacutea traacutegica polisemia y silencio en la colisioacuten traacutegica

Una vez esclarecido el ldquoespacio de com-prensioacutenrdquo que puede posibilitar el encuentro con la literatura y en este caso con la poesiacutea traacutegica queda una uacuteltima consideracioacuten inte-gral acerca de los diferentes toacutepicos que abor-dan las tragedias motivos de examen en esta investigacioacuten el silencio lo deinoacuten y la parre-siacutea Y a continuacioacuten pasaremos a realizar una reconsideracioacuten final sobre el alcance alethei-co de la poesiacutea en la tragedia griega

Para Gadamer una de las cualidades dis-tintivas de la palabra poeacutetica reside en su eminencia un vocablo que le debemos y que recorre transversalmente nuestra indagacioacuten Es la eminencia o vitalidad propia lo que hace de lo nombrado en el texto literario una expe-riencia distinta que escapa de la cotidianidad y se ldquoelevardquo por encima de ella Pero en con-trapartida refiere el mismo Gadamer (1996) ldquonuestra experiencia fundamental como seres temporales [es] el que todas las cosas se nos escapan que todos los contenidos de nues-tra vida se nos vuelven cada vez maacutes paacutelidosrdquo (p119) y que en definitiva toda compren-sioacuten adquisicioacuten y experiencia se encuentran condenadas por nuestra constitucioacuten tempo-ral Ante ello la palabra eminente en la litera-tura surge como una experiencia que elude lo temporal y hace participar al sujeto en una experiencia iacutentegra que no se encuentra mar-cada por la sucesioacuten temporal vaciacutea

La tragedia griega desde su decir poeacutetico representa en un mundo ficcional cuestiones universales sobre ese devenir temporal en el que la ldquopalidezrdquo de una experiencia se desha-

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ce y se reinterpreta de manera completamen-te singular en la representacioacuten que la obra establece Nuestro autor es muy cuidadoso al aclarar ldquoNo creo que baste con decir que en toda conformacioacuten poeacutetica se responden las preguntas uacuteltimas de nuestro vivir humanordquo (Gadamer 1996 p119) Y ciertamente en este punto de la investigacioacuten seriacutea un error suponer que la tragedia o cualquier otra for-ma de arte nos otorga un acceso privilegiado a una forma de comprensioacuten ontoloacutegica y ase-gurada de la realidad La literatura no puede erguirse como una respuesta a ldquolo verdaderordquo ni debe comprenderse como un acceso a la estructura ldquoverdaderardquo del mundo asiacute como la obra literaria no siempre pretende reflexio-nar sobre temaacuteticas existenciales y de caraacutec-ter universal Las tesis hermeneacuteuticas de Ga-damer tampoco se dirigen a esos equiacutevocos Pero lo que siacute puede asegurar la conformacioacuten poeacutetica es lo que eacutel denominoacute como la expe-riencia de una cercaniacutea

Al repensar la anterior cita del filoacutesofo ale-maacuten debemos recalcar el hecho de que las tragedias no nos ofrecen una ldquorespuestardquo a esas cuestiones universales sobre el ldquovivir hu-manordquo la muerte la fragilidad la virtud Aun asiacute puede admitirse que es gracias a su emi-nente despliegue artiacutestico que ellas en su ex-presioacuten poeacutetica nos interpelan e increpan res-pecto de esas cuestiones fundamentales No para indicarnos un deber ser o revelarnos una cierta verdad uacutenica respecto de una forma au-teacutentica de existencia sino para interpelarnos en la forma de una interrogacioacuten sobre esos valores y sentidos que ponen en juego En la li-teratura no encontramos una respuesta dada uniacutevoca uniforme pero siacute una aproximacioacuten distinta y plural a muchas cuestiones comunes que caracterizan nuestro estar-en-el-mundo

El despliegue dramaacutetico de las obras es-tudiadas nos ofrece un dinaacutemico juego en el

que las verdades y valores que los personajes sostienen se vuelven plurales Esto a traveacutes de la colisioacuten traacutegica y sobre todo por medio de la ambiguumledad (Vidal-Naquet dixit) que surge de los propios personajes y las acciones que se despliegan en el argumento Como indica Vidal-Naquet ldquoExiste ambiguumledad entre el de-sarrollo humano del drama y el plano decidido por los dioses entre lo que dicen los persona-jes y lo que comprenden los espectadores la ambiguumledad reside dentro de los propios heacute-roesrdquo (Vidal-Naquet 2002b p17)

Las tres tragedias abordadas dan cuenta de ello de muchas maneras En el Agamenoacuten de Esquilo la ambiguumledad surge por medio de diferentes elementos En primer lugar el silencio aparece como un tropo de relevancia que establece diversas relaciones de sentido de acuerdo con el desarrollo del drama estaacute el silencio que reina en el palacio respecto de los sacrilegios que han tenido lugar en la casa de Atreo el ocultamiento silencioso de Clitemnestra y el silencio vuelto signo de de-safiacuteo en Casandra Por otro lado la expresioacuten verbal de los personajes se desenvuelve junto a una dimensioacuten extraverbal que diferentes personajes como el coro no dejan de sentildealar en sus cantos Asimismo en el primer encuen-tro entre Clitemnestra y Agamenoacuten sucede un iroacutenico juego de maacutescaras que velan y revelan intenciones ambiguas En la escena en que la reina invita a Agamenoacuten a que camine sobre una alfombra puacuterpura como signo de su bue-na acogida se lee en la intervencioacuten de Cli-temnestra

iexclQue quede al momento el camino cubierto de puacuterpura para que Justicia lo lleve a una mansioacuten inesperada Lo demaacutes que el destino tiene ya decretado lo haraacute como es justo con la ayuda de las deida-des mi pensamiento que nunca fue venci-do del suentildeo (Esquilo v910)

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La reina invoca a la Justicia en beneficio de su marido para elogiarlo y gloriarlo pero pa-ralelamente su discurso connota su deseo de ldquoajusticiarlerdquo por el crimen que cometioacute con Ifigenia La paradoja de grandes efectos dra-maacuteticos se establece en la relacioacuten metatea-tral entre el puacuteblico o el lector que conoce el destino de los acontecimientos y el mundo del acontecer ficcional en el que las intenciones se encuentran parcialmente veladas Mientras que el coro atisba cierta sospecha se hace presente y evidente para cada personaje un ambiente de pesadez y horror que impregna cada suceso en el palacio Agamenoacuten no sin cierta ironiacutea mdashpara el espectadorlectormdash proclama ldquoiexcl(hellip) y ojalaacute que al pisar esta puacuter-pura no me alcance de lejos la envidia de la mirada de las deidadesrdquo (Esquilo v946)

La paradoja y la aporiacutea se encuentran in-cluso en estos personajes Como se pudo ver en el rey argivo esa ambiguumledad surge en su alusioacuten metafoacuterica como aacuteguila rapaz y como buitre carrontildeero el laudado general y rey de las tropas helenas se convierte por aporiacutea in-superable en la representacioacuten de un liacuteder im-piacuteo e impulsado por una ldquotemeridad voluntaria (thaacutesos Hekouacutesion)rdquo (Nussbaum 1995 p78) por un mal eros que impregna su caraacutecter y le acerca a la ldquodemenciardquo Es una condicioacuten que comparte con su esposa Clitemnestra quien en el decurso de la accioacuten muestra su multipli-cidad enigmaacutetica en su altivez en el dominio del espacio puacuteblico en su estado antinatural de mujer viril y por uacuteltimo en su silencio de ocultamiento asociado al dolor y al luto

En Antiacutegona el desarrollo argumental de la obra juega igualmente con la paradoja la am-biguumledad y la colisioacuten traacutegica Aunque la prin-cesa tebana se muestra a simple vista como la heroiacutena de la pieza la verdad es que esta narrativa explora en la condicioacuten ambivalen-te desgarrada y el deinoacuten de la joven Tanto

Antiacutegona como Creonte expresan valores y posiciones antagoacutenicas que surgen de la mis-ma imposicioacuten de la ley y si bien ambos ca-racteres demuestran su ceguera parcial ante la posicioacuten alterna es el espectador quien comprende y pondera la pluralidad que se re-vela en los acontecimientos Debe destacarse incluso que la metaacutefora del barco como tropo de la direccioacuten de la ciudad aparece de mane-ra reiterada en la obra pero para indicar una nueva visioacuten y ponderacioacuten de la misma y de los sucesos dramaacuteticos

En un primer momento dicha metaacutefora sur-ge de una intervencioacuten de Creonte para enfa-tizar la idea de que solo el barco-polis puede salvar a los ciudadanos de la cataacutestrofe de la tycheacute (v190) Luego en los versos 580-590 del coro reaparece con el objetivo de aludir a la potencia destructiva de las olas impulsadas por los vientos y las profundidades de la ma-rea Y por uacuteltimo resurge en la voz de Hemoacuten con la intencioacuten de denunciar la unidireccio-nalidad e intransigencia de su padre ldquo(hellip) de la misma manera en que tensa fuertemente las escoltas de una nave sin aflojar nada despueacutes de hacerla volcar navega el resto del tiempo como cubierta invertidardquo (Soacutefocles v715) Las palabras de Hemoacuten son claras y advierten que la radicalidad de Creonte le conduciraacute a la ca-taacutestrofe como efectivamente sucede No obs-tante el destino de Antiacutegona es semejante solo que ella antes y despueacutes de su desgracia demuestra en sus acciones una tensa lucidez que transita entre la legitimidad y la culpa por lo que realiza

Lo interesante se encuentra en la reitera-cioacuten de la metaacutefora en distintos momentos de la obra en los que reaparece para comple-mentar y sopesar dimensiones diferentes de siacute misma y con ello exige del espectador su interpretacioacuten integral en sus diferentes ex-presiones

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Para finalizar en Ioacuten la ambiguumledad no solo se muestra por ejemplo en los diaacutelogos iroacutenicos entre Ioacuten y Creusa en su primer en-cuentro cuando ninguno de los dos era real-mente conocido para el otro Todo el embrollo tragicoacutemico sucede sobre un argumento en donde el aacuteureo dios Febo el que ldquocanta para los mortales sentado en el ombligo mismo de la tierra y les manifiesta el presente y el futu-rordquo (Euriacutepides v5) decide callar y esconder la verdad a los mortales para ocultar su culpa y responsabilidad

Nuevamente lo distintivo de las tragedias estudiadas no consiste en una ldquodevelacioacutenrdquo ontoloacutegica de una verdad dada sino en la manifestacioacuten poeacutetica y literaria de lo para-doacutejico la aporiacutea la tensioacuten la ambiguumledad de la existencia humana y la pluralidad de valo-res y sensaciones que se entremezclan en el hombre mismo interpelando asiacute nuestra pro-pia concepcioacuten tantas veces uniacutevoca y riacutegida sobre las cosas A traveacutes de la colisioacuten traacutegica y la compleja estructura de pesos y contrape-sos de los que se sirve el teatro aacutetico se nos presentan diversas acciones valores y sensa-ciones humanas que se esparcen en una gran multiplicidad de sentidos y significaciones po-sibles No es la univocidad de un uacutenico senti-do verdadero en la realidad sino su inmensa pluralidad poliseacutemica y significativa lo que se devela en la accioacuten y que en la representacioacuten poeacutetica nos exige reflexioacuten e interpretacioacuten

Esta interpretacioacuten sobre lo que la poesiacutea traacutegica puede ofrecernos halla considerables puntos de encuentro y relacioacuten con las tesis de Vidal-Naquet para quien la tragedia aacutetica en la perspectiva antropoloacutegica que elabora ldquoel hombre y sus actos no se perfilan como realidades estables que se podriacutean delimitar definir y juzgar sino como problemas como preguntas sin respuesta como enigmas cuyo doble sentido siempre queda por descifrarrdquo

(Vidal-Naquet 2002 p25) Y que invita a cada espectador o lector en su encuentro singular con las obras traacutegicas a entablar un espacio de diaacutelogo y reflexioacuten desde el cual poder pen-sarse a siacute mismo y su relacioacuten inmediata como sujeto inserto en una cultura particular una tradicioacuten como podriacutea considerarse en teacutermi-nos gadamerianos

En este sentido nuestra investigacioacuten se orientoacute a repensar la muacuteltiple significacioacuten de experiencias y recursos como el silencio lo deinoacuten y la palabra liberada y transgresora en el discurso parresiasteacutes En modo alguno son experiencias ldquoprimigeniasrdquo pero siacute son iacutentimas y se integran en nuestra comprensioacuten linguumliacutestica del mundo Max Colodro siguiendo la reflexioacuten heideggeriana sobre el lenguaje afirma que el ldquohabla dispone a la presencia la objetiva en primer lugar como relato El silen-cio por su parte mantiene oculta esa profun-didad semaacutentica donde la palabra se gesta y donde busca su sentido precisordquo (p21) Ahora bien de acuerdo con lo desarrollado en los primeros dos capiacutetulos de esta investigacioacuten la palabra poeacutetica es capaz de manifestar la pluralidad semaacutentica oculta en la concrecioacuten de la palabra y jugar con una serie casi infinita de relaciones de sentido

La palabra poeacutetica no suscita de forma sub-jetiva una serie de sensaciones ldquoprivadasrdquo ni encuentra su campo de desarrollo y liacutemite en la mera expresioacuten sensorial o sensitiva a tra-veacutes de un discurso literario que es puramente ldquoficticiordquo ldquofalsordquo o personal Ella es capaz de trasladar nuestra reflexioacuten y comprensioacuten ha-cia un mundo literario ficcional en el que las ldquodenotaciones literalesrdquo las referencias ldquorea-lesrdquo y ldquoliteralesrdquo de las cosas se suspenden para establecer nuevas relaciones de sentido que podriacuteamos llamar ldquoliterariasrdquo pero que adquieren su propia validez y verdad ldquometa-foacutericardquo y que en la realizacioacuten artiacutestica sumer-

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gen al espectador-lector en una experiencia que le lleva a admitir su realidad y autoridad En Verdad y meacutetodo Gadamer se sirve de la expresioacuten ldquoasiacute esrdquo con la que solemos admitir el tipo de verdad que nos descubre e impacta en la experiencia esteacutetica del arte (Gadamer 1977 p179) Aquiacute nos servimos de un impor-tante aporte del filoacutesofo Paul Ricoeur quien al reflexionar sobre la validez y verdad de la palabra poeacutetica considera que ldquola epocheacute de la realidad natural es la condicioacuten para que la poesiacutea despliegue un mundo a partir del es-tado de alma que la poesiacutea articulardquo (p303) Sin embargo ldquoestado del almardquo no se refiere a una ldquosensacioacuten subjetivardquo sino maacutes bien al teacutermino heideggeriano Befindlichkeit con el que se expresa una manera de encontrarse en medio de la realidad una forma de estar y ha-llarse entre y con las cosas Por consiguiente la poesiacutea traacutegica y las diversas formas de arte en general son capaces de articular en el suje-to la experiencia esteacutetica de un determinado ldquoestado del almardquo (Ricoeur 2001 p303)

Gadamer al igual que Ricoeur concuerdan en la idea de que la palabra poeacutetica establece una suspensioacuten o epocheacute al estilo husserliano conteniendo o interrumpiendo la concrecioacuten significativa del lenguaje mdashsu uso y validez cotidianosmdash para transformarla en la confor-macioacuten artiacutestica Una conformacioacuten en la que cada tragedia mdashcada obra de artemdash estable-ce su propio mundo literario de significados y siacutembolos diversos ademaacutes de relaciones uacuteni-cas a modo de constelaciones en donde el su-jeto-copartiacutecipe se deja imbuir y trastocar por la dicencia que la obra instaura en este caso las tragedias griegas abordadas La palabra poeacutetica permite para Gadamer

(hellip) abrir de nuevo el juego con otras palabras y no sin que entren en juego tam-bieacuten referencias de sentido (hellip) A traveacutes de ello la palabra se vuelve maacutes dicente y

lo dicho es[taacute] de un modo maacutes esencial ahiacute (Gadamer 1971 p25)

Esa nueva validez y carga significativa que porta la palabra poeacutetica es la que nos interpela y revela de este modo la dimensioacuten cognitiva de la conformacioacuten artiacutestica y la palabra poeacuteti-ca De acuerdo con Ricoeur y con el acadeacutemico Nelson Goodman distorsionamos y margina-mos automaacuteticamente el potencial de la pa-labra poeacutetica al asimilarla a una forma del dis-curso que no posee referencia (literal) o que simplemente tiene una ldquoreferencia connotati-vardquo solo vinculada a sensaciones y expresio-nes de la subjetividad yo que su uacutenica alusioacuten se dirige hacia ella misma (la obra literaria) mientras que otras formas del discurso siacute po-seen una ldquoreferencia denotativardquo y en esa me-dida posibilitan cierta cognicioacuten sobre aquello que el discurso refiere y denota En esta loacutegica nos acercamos a una forma de comprensioacuten del arte semejante a la platoacutenica en la que toda representacioacuten se vuelve una copia susti-tutiva de la realidad y una simulacioacuten falsa de sensaciones y acciones humanas Separamos de este modo el arte del mundo como si este fuera un espacio extrantildeo y deficiente en rela-cioacuten con el mundo

A diferencia de estas tesis para Paul Ri-coeur y Nelson Goodman mdashe inclusive para Gadamermdash la palabra poeacutetica no solo evoca y establece desde siacute una forma de estar en-tre el mundo y las cosas en la que el sujeto copartiacutecipe de la obra puede comprenderse sino que tambieacuten reuacutene en siacute una dimensioacuten emocional y cognitiva En palabras de Ricoeur y este siguiendo a Nelson Goodman (2010) ldquola experiencia esteacutetica es cognoscitiva Hay que llegar a hablar de verdad en el arte (hellip) como el caraacutecter apropiado de una simboliza-cioacutenrdquo (p306)

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Esto explicita nuevamente la dimensioacuten aletheica de la palabra poeacutetica y la conforma-cioacuten artiacutestica en diferentes niveles En primer lugar en la medida en que la palabra poeacutetica gesta o posibilita un encuentro y una forma de nombramiento que porta su propia valiacutea Como expresa Ricoeur hallamos el ldquocaraacutecter apropiado de una simbolizacioacutenrdquo o como el propio Luis Zahonero distingue arribamos al espacio en el que se les dan nombres a las co-sas (el lugar del juicio que es el lugar de los poetas) Es decir la palabra poeacutetica es capaz de ldquoinstaurar sentidordquo y en su desarrollo fic-cional y metafoacuterico establece nuevas relacio-nes que posibilitan una comprensioacuten renova-da de las cosas

El nombramiento eminente y poeacutetico en el arte descubre una forma de comprensioacuten di-versa y divergente sobre lo nombrado Gada-mer se sirve de la expresioacuten ldquoautocumplimien-tordquo de la palabra y el lenguaje en la confor-macioacuten literaria (Gadamer 1996 p116) pero nosotros creemos que esta consideracioacuten establece una reestructuracioacuten mdashen el orden linguumliacutesticomdash de una experiencia profunda y vi-tal que en su expresioacuten se hace presente a la vez que deja resonar su profundidad significa-tiva y poliseacutemica

En la experiencia de inmersioacuten y no-dis-tincioacuten que la obra crea el sujeto redescu-bre la pluralidad y singularidad del mundo y la re-encuentra de una manera maacutes esencial Pero este hallazgo no es una actividad de la pura razoacuten o juicio es una cognicioacuten que se encuentra acompantildeada y relacionada iacutentima-mente con la dimensioacuten emotiva y sensitiva del hombre La funcioacuten cognitiva del arte es tambieacuten sensitiva y viceversa ldquola obra de arte se aprehende a traveacutes de los sentimientos y a traveacutes de los sentidosrdquo (Goodman 2010 p224) Incluso Martha Nussbaum ofrece una reflexioacuten similar al afirmar

Cuando examinamos la concepcioacuten eacutetica incorporada al texto traacutegico nuestra actividad cognoscitiva va acompantildeada en un sentido fundamental de una respues-ta emotiva En parte descubrimos lo que pensamos sobre los acontecimientos que se nos muestran apercibieacutendonos de lo que sentimos (Nussbaum 1995 p44)

La emocioacuten y la cognicioacuten se entrelazan en la experiencia e interpretacioacuten de la obra ar-tiacutestica y no uacutenicamente en la concepcioacuten eacuteti-ca que la obra ofrece Esto se evidencia en la experiencia de eacuteleos y phoacutebos que de forma geneacuterica el suspenso traacutegico es capaz de sus-citar en el espectadorlector No es solo una sensacioacuten que evoca la obra sino que gracias a ella es posible comprender y vivir la obra de arte de una forma auteacutentica

Ahora bien en los dramas estudiados el hallazgo la novedad se pueden atisbar en recursos como el silencio la fuerza transgre-sora de lo deinoacuten y la parresiacutea que son expe-riencias humanas que establecen un viacutenculo iacutentimo con nuestro derredor Podriacutea decirse que configuran un determinado ldquoestado del almardquo en los teacuterminos antes expuestos pues expresan la realidad de un modo de relacioacuten con el mundo con los otros yo entre las co-sas y ademaacutes explicitan en su presentacioacuten poeacutetica y cristalizacioacuten literaria una experien-cia vital que solo en el nombramiento poeacutetico adquiere un ser eminente antes ignorado La plural presentacioacuten del silencio en Agamenoacuten nos proporciona nuevas formas de pensarlo e integrarlo a nuestra aproximacioacuten interpreta-tiva de las cosas y a nuestra experiencia en-el-mundo y con los otros Cuando el coro de ancianos en Antiacutegona canta ldquoA miacute me parece que son funestos tanto el demasiado silen-cio como el vano griteriacuteordquo (Soacutefocles v1253) atisbamos la profundidad significativa de una expresioacuten que en el texto literario resuena con

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toda su vitalidad y nos interpela desde su de-cir una vez que presenta la vinculacioacuten entre el ldquosilenciordquo y el ldquogriteriacuteordquo pero tambieacuten su vinculacioacuten con la dignidad y la valiacutea del len-guaje que hace expliacutecita esa realidad al nom-brarla

En Antiacutegona cuando el coro canta ldquoMu-chas cosas asombrosas existen y con todo nada maacutes asombroso que el hombrerdquo (Soacutefo-cles v335) y en esas palabras vislumbramos la fuerza significativa del teacutermino deinoacuten o cuando lo experimentamos a la luz de perso-najes como Casandra Antiacutegona o Creusa nos aproximamos a nuevas formas de nombrar y comprender experiencias vitales que son re-nombradas en el libre desarrollo de la poe-siacutea y la literatura Este re-nombramiento libre poeacutetico se nos presenta en una significacioacuten y valiacutea nuevas y no sopesadas con anterioridad que nos muestran una verdad sobre noso-tros mismos y nuestra relacioacuten con el mundo Podemos afirmar entonces que las tragedias analizadas son un vivo ejemplo del potencial aletheico de la palabra poeacutetica que descubre nuevas formas alternas de pensar y detener-nos en la pluralidad de significados de ciertas realidades y que nos conectan con nuestro mundo vital natural y de interrelacioacuten con los otros

Su carga reveladora y su relativo caraacutecter inasible traslucen en la propia expresioacuten poeacute-tica en tanto esta se establece en una dinaacute-mica reciacuteproca de mostracioacuten y ocultamiento presencia y ausencia Como concreta Jean Grondin (2003) ldquoNos faltan palabras porque las estamos buscando traacutegicamenterdquo (p197) Esta pugna entre lo que pudiera ser nombra-do lo que quisieacuteramos explicitar y el horizonte en el que nuestras palabras se vuelven tam-bieacuten insuficientes se experimenta de modo excepcional en la literatura en sus diferentes formas En la obra traacutegica las experiencias de

sentido antes estudiadas adquieren una plu-ralidad de significaciones diversas pero vincu-lantes y reales que a su vez posibilitan un nue-vo espacio desde el cual pensar y pensarnos como individuos

Hablamos de experiencias como las del si-lencio lo deinoacuten y la parresiacutea pero tambieacuten de emociones como el dolor el lamento la inse-guridad la fragilidad y el amor (entre muchas otras que la poesiacutea traacutegica lleva a escena) que adquieren ser y una nueva dimensioacuten eminen-te en nuestro modo de comprenderlas y vivir-las en el momento en que acceden a su libre nombramiento poeacutetico Esto debido a que en la re-presentacioacuten que es la obra se encuen-tran liberadas en un mundo literario-ficcional que juega con libres enlaces libres relaciones que revelan y crean nuevas relaciones de sen-tido posibles Como considera Jean Grondin la ldquopalabra poeacutetica abre el acceso a un mundo que soacutelo estaacute presente para nosotros y nos re-sulta accesible a esa palabrardquo (Grondin 2003 p221)

CONCLUSIONES

La presente investigacioacuten se propuso in-dagar sobre el valor y el sentido de la palabra poeacutetica en la tragedia griega antigua a la luz de la propuesta de Hans-Georg Gadamer sobre un tipo de verdad reconocida en la poesiacutea y la literatura En el desarrollo de estas paacuteginas no solo se pudieron atisbar diferentes problemas que tenemos hoy diacutea respecto del estatuto y alcance de nuestra comprensioacuten linguumliacutestica36 e interpretativa del mundo sino sobre su inci-dencia directa en el encuentro con la poesiacutea traacutegica y en lo que esta tiene de aletheico37 y

36 Comohaquedadoregistradoenestainvestigacioacutenlafrasealudealoqueocurrecuandoldquoalgoseofrecealacomprensioacutendealguienycuandoesealguiencomprenderdquo(Gadamer1999p144)

37 HaescritoGadamer(2001)queen laobradearteldquoalgo emerge a la luz y eso es lo que nosotros

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singular Ello a partir de conceptos fundamen-tales como los de miacutemesis y poiesis Reflexio-nes que pretendemos resumir concretamente en las siguientes liacuteneas

iquestQueacute espacios de comprensioacuten filosoacutefica puede ofrecer la poesiacutea traacutegica partiendo de la propuesta gadameriana de un tipo de ver-dad reconocida en la palabra poeacutetica Esta fue la interrogante cuya respuesta nos plan-teamos investigar El itinerario ha supuesto un desarrollo riguroso y amplio de las variables de la poesiacutea traacutegica (y de la poesiacutea en general) y de la expresioacuten ldquoespacios de comprensioacutenrdquo iacutentimamente vinculada a la propuesta herme-neacuteutica de Gadamer

Lo primero a dilucidar reside en el tipo de ldquoverdadrdquo que puede concederse o se piensa que porta la palabra poeacutetica y la significacioacuten dicente y ldquoelevadardquo de la expresioacuten literaria diferenciada del uso linguumliacutestico propio de los medios de comunicacioacuten y de informacioacuten co-tidiana La verdad en la palabra poeacutetica puede identificarse en diferentes niveles En un pri-mer acercamiento da cuenta de la eminencia significativa e interpretativa que confiere a la expresioacuten textual que se va a consolidar en la conformacioacuten artiacutestica Esta aseveracioacuten se desarrolloacute atendiendo al hecho de que la pa-labra es maacutes dicente en su libre enunciacioacuten literaria separada de cualquier referencia ldquoliteralrdquo pues en su propio juego de significa-ciones siacutembolos e imaacutegenes logra configurar nuevas relaciones posibles de sentido Tales relaciones de sentido se vuelven ldquodenotativasrdquo en un espacio ficcional y metafoacuterico que ellas mismas hacen presentes al ser nombradas

Y bien esta ldquoinstauracioacuten de sentidordquo ese establecimiento de libres enlaces metafoacutericos figurados alegoacutericos en un mundo ficcional que la obra logra construir y constituir erige el

llamamosverdadrdquo(p290)

segundo acercamiento que hemos intentado a saber que la dicencia poeacutetica hace presente un mundo plural plaacutestico de significaciones muacuteltiples presentes y ocultas en la concrecioacuten pragmaacutetica de significados Todo un formida-ble universo expresivo que permanece escon-dido en el uso rutinario informativo vacuo del lenguaje Un uso que supone siempre la concrecioacuten

La aletheia en la palabra poeacutetica pues se comprende en esa posibilidad de encuentro que el despliegue ficcional (artiacutestico esteacutetico estiliacutestico) es capaz de suscitar Uno que llega a ldquoponer en frenterdquo una significacioacuten y una re-lacioacuten vaacutelida que el espectador acepta como verdadera Pero eso no ocurre de una forma pasiva sino en un juego dinaacutemico de copar-ticipacioacuten que exige del espectadorlector su actividad interpretativa para hacer presente sopesar y aprehender aquello que se le pre-senta en la conformacioacuten artiacutestica de una for-ma nueva novedosa La palabra poeacutetica mdashen su acceso linguumliacutestico e interpretativomdash trans-figura lo que nombra y asiacute deja al descubierto la posibilidad de re-conocimiento profundo de la realidad particular de nuestras experiencias vitales y del mundo

Ahora bien este proceso supone que la pa-labra poeacutetica no es uacutenicamente ni unilateral-mente una actividad mimeacutetica de la realidad Ello hariacutea de la eminente palabra una imita-cioacuten deficiente del mundo o de los estados de aacutenimo y actividades humanas En este senti-do hemos afirmado que la poesiacutea traacutegica es una muestra poderosa que en muchos niveles hace expliacutecita la tensioacuten dinaacutemica entre miacuteme-sis y poiesis imitacioacuten y libre creacioacuten no suje-tas a reglas La tragedia al igual que cualquier otra representacioacuten de caraacutecter transitivo (como una peliacutecula o una narracioacuten literaria) despliega en su conformacioacuten artiacutestica un ar-gumento en el que lo representado adquiere

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su propia verdad desligada y diferente de lo real De modo que en la tragedia aacutetica el mito y el horizonte cultural que se re-presentan li-bremente en ella manifiestan su continuidad pero a la vez su ruptura con la tradicioacuten en la que se insertan al transfigurar lo dado en una nueva relacioacuten de sentidos y significaciones que acceden al ingenio literario Un ingenio que apunta hacia lo diferente y plural

Lo miacutetico en la tragedia es reinterpretado y pasa a presentar una nueva verdad que ar-ticula un diaacutelogo entre el pasado cultural y el presente de la representacioacuten dramaacutetica En esa direccioacuten incide y sigue reactualizando su valiacutea en tanto la tragedia aacutetica continuacutea siendo para el lector contemporaacuteneo un texto claacutesico del que se continuacutean desprendiendo y articu-lando otras muchas interpretaciones posibles e inesperadas

De acuerdo con lo establecido en esta in-vestigacioacuten el decir eminente se constituye en la forma de un descubrimiento que emociona transforma o transfigura al espectador y que en la escenificacioacuten traacutegica se convierte en la experiencia de sentido de eacuteleos y phoacutebos La representacioacuten teatral mdashy literariamdash de una tragedia presenta al espectador aspectos como desolacioacuten o compasioacuten junto a un te-mor o estremecimiento a partir de lo dado Se fecunda asiacute un suspenso traacutegico que no busca simplemente suscitar la aparicioacuten de un esta-do de aacutenimo interior una vivencia emocional y subjetiva sino maacutes bien una experiencia que nos vincule con el ser exterior de la obra de arte traacutegica y nos interpele en la forma de una interrogacioacuten de un cuestionamiento dirigido circularmente hacia nosotros mismos como cojugadores La obra en su decir poeacutetico configura un ldquoestado del almardquo una relacioacuten determinada respecto de las cosas el mundo y los otros que se realiza y posibilita en la exi-

gencia de interpretacioacuten e interpelacioacuten que la pieza origina en el espectador

Nuestro anaacutelisis de las obras Agamenoacuten Antiacutegona e Ioacuten hizo posible una aproximacioacuten hermeneacuteutica dispuesta a transparentar la polisemia de sentidos que estas piezas confi-guran en su desarrollo y en clave de colisioacuten traacutegica En ellas experiencias vitales como el silencio adquieren una dimensioacuten linguumliacutesti-co-literaria que ponen en juego el decir poeacute-tico posibilitando una re-comprensioacuten y una re-aproximacioacuten significativa del callar en su articulacioacuten artiacutestica Asiacute en la re-presentacioacuten de la parresiacutea y el caraacutecter deinoacuten de Antiacutegona mdashy tambieacuten en la naturaleza desafiante y al-tiva de Casandra y Creusamdash se pudo hilvanar una reflexioacuten sobre el valor de la palabra En el conjunto de las tres obras seleccionadas se gesta a nuestro juicio una experiencia esteacuteti-ca que se expresa en la mudez de aquello que difiacutecilmente accede a nuestra verbalizacioacuten experiencias como las del dolor el silencio el luto y el lamento consiguen cristalizar en su conformacioacuten poeacutetica una significacioacuten plural muy honda que se torna en una ineludible in-terpelacioacuten al sujeto

En este sentido acogimos tesis como las de Vidal-Naquet cuando concibe la tragedia aacutetica como un espacio en el que el saber tradicio-nal y las antiguas figuras heroicas se convier-ten en problemas Enigmas que traslucen en su desenvolvimiento esceacutenico y literario una polisemia de sentidos y valores reales que en-tran en confrontacioacuten dilemaacutetica y muestran la profundidad de las relaciones significativas en donde antes se cre que anidaba la univocidad de una verdad y realidad dadas

Lo que se ha denominado ldquoespacio de comprensioacutenrdquo se refiere entonces a un acto de develacioacuten que la poesiacutea traacutegica posibili-ta Se trata del espacio de alteridad literaria

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al que accedemos en nuestro encuentro con la literatura No en la forma de una respues-ta positiva y asegurada a una pregunta dada sino en tanto espectadores de una presenta-cioacuten enigmaacutetica en donde los valores saberes y acciones humanas se vuelven equiacutevocos y pluriacutevocos insertos e inmersos en una cons-telacioacuten de significados siacutembolos y valores en los que el sujeto de la experiencia esteacutetica se experimenta a siacute mismo de forma diferen-te como otro imbuido en el mundo ficcional de la poesiacutea traacutegica Ella ofrece un espacio li-terario en el que como sujetos se nos permi-te entrar en una alteridad ficcional que hace posible la apertura el ensanchamiento de nuestras formas de comprensioacuten y tambieacuten la ampliacioacuten de nuestros juicios frente a un horizonte linguumliacutestico que pugna constante-mente entre el querer decir y lo dicho pugna que cristaliza en el nombramiento poeacutetico que desarrolla y preserva la poesiacutea Como indica Gadamer ldquoLa palabra poeacutetica se convierte con frecuencia en prueba de lo que es verdad pues el poema suscita una verdad secreta en palabras que pareciacutean gastadas e inservibles y nos ilustra asiacute sobre nosotros mismosrdquo (Gada-mer 1977 p539)

De manera que el potencial aletheico del decir poeacutetico no reside uacutenicamente en lo que su texto su discurso mdashel de la pieza el de la representacioacutenmdash pudo evocar en la confor-macioacuten artiacutestica de forma inmediata sino en la impronta que impacta al sujeto que la pre-sencioacute y lo compromete en una relacioacuten de intriga admiracioacuten y reflexioacuten que continuaraacute incluso luego de la experiencia concreta ante la escenificacioacuten Esta posibilidad se patentiza en la reactualizacioacuten de las tragedias claacutesicas en nuevas aproximaciones significativas que dejan al descubierto su verdad y eminencia interpretativas Asiacute como tambieacuten en la valiacutea profunda del uso de recursos como el silencio

lo deinoacuten y la parresiacutea abordados ampliamen-te en el curso de esta investigacioacuten y que apa-recen precisamente para desplazar los haacutebitos argumentales y dotar de complejas y sorpren-dentes relaciones sus estructuras

Valga entonces reiterar la tragedia griega perfectamente puede entenderse como una invencioacuten que conecta en siacute tradicioacuten e inno-vacioacuten miacutemesis de lo dado y poiesis en una novedad y transfiguracioacuten de la tradicioacuten al menos en el terreno literario que ella desa-rrolla Tal vez es la mejor sinopsis para pensar nuestro tema

Ahora bien si estas paacuteginas ofrecen cier-tas reflexiones sobre el poder aletheico de la poesiacutea en la tragedia griega tambieacuten esperan promover futuras indagaciones sobre este campo de estudio La tesis del filoacutesofo Zaho-nero sobre la ldquoperformatividad del lenguajerdquo indica una nueva dimensioacuten que podraacute ser estudiada a profundidad en otro trabajo las nociones linguumliacutesticas y poeacuteticas de Gadamer en relacioacuten con corrientes criacuteticas como la de-construccioacuten tambieacuten son otro enclave en el que se puede seguir ahondando Y definitiva-mente el valor de la obra de Euriacutepides y su potencial transgresor en su transfiguracioacuten li-teraria de las convenciones gestadas en torno al teatro traacutegico es de por siacute un campo que merece nuevos abordajes a la luz ademaacutes de las suculentas referencias bibliograacuteficas que el mercado editorial ha puesto a disposicioacuten del lector estudioso

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Publicaciones

El libro recopila diez artiacuteculos elaborados por docentes e investigadores de la Facultad de Estudios Juriacutedicos y Poliacuteticos de la Universi-dad Metropolitana Liliana Vaudo Carmen Alguiacutendigue Andrea Santacruz Catherina Gallardo Rafael Simoacuten Jimeacutenez y Henrique Meier quienes a partir del anaacutelisis de la Cons-titucioacuten Econoacutemica realizan un estudio sobre la penalizacioacuten de las empresas los delitos ambientales el tratamiento de la corrupcioacuten en el aacutembito corporativo el castigo diferen-cial en los delitos relacionados con la delin-cuencia organizada en la intermediacioacuten fi-nanciera en el aacutembito mariacutetimo en el control cambiario y en el acceso a bienes y servicios por parte de los ciudadanos

Experimentos en Fiacutesica Conceptual es una guiacutea para dar a conocer algunos principios de la Fiacutesica dentro de un enfoque fenoacutemeno loacutegico y cualitativo que permita aplicar el meacute-todo cientiacutefico en el anaacutelisis por lo cual estaacute orientado para que la comprensioacuten del fenoacute-meno estudiado llegue por medio de la expe-rimentacioacuten la cual es guiada por una sucinta explicacioacuten teoacuterica y preguntas que destacan los principales aspectos y comportamiento del fenoacutemeno fiacutesico en consideracioacuten

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