El pecado del hombre exlgia perdón o c•• · ligo. Juu• con 1u muerta noa ob tu•o el per ­d ón de su Eterno Padre. Pero m uchoa h om · brea 1egulr lan pecando. En su amo r Infinit o quilo. pues, nuHJr o SalYadOr, perpetua r e l aacrUlclo de la Crua. Ali. sl el mundo llgue girando y no c.a yó t odana hech o peda&OI JESUS MUERE .f>ldlendo perdón al Padre. por IH l n lquldadn d e loa hombrff " p :>rque • cada momento en la redondea de la llerra porque a cada momenlo en 101 altarff d e lo s cin co conJlnenJes M eali celebrando una

MIH La Misa ff el aacrWclo del cuerpo y la

aangre de Jesucrlo.lo. ofrec:tdo por medio d el 1acerdot• ba,o lu especiff del pan y d el y )no , en repreMntaeión y renoYaclón del ••· crUlclo d• la Crua y para apllc:aznoa 1u1 mhltoa. El aacrlflclo de la MIM •• e l mi• · mo de la Cruz; sólo dWere d e • 1 ac:ctden­talment• 'fª qua en el all•r no ha'f derra­mamiento de l&D!JH, el otreclmlento de Crts· to al Padre ff mediante el aacerdo l e 'f 1u muerte •• 1ólo moral ya que 1u cuerpo H glorlo10 e Impasible.

Frente a e1tu mara.Ulu debo agradecer a Dios mi fe, eJercUarla con actos repell d o1 y pedJrle que me la aumente dfa a dfa. l CREO. SEAOR. PERO AUMENTAD MI FEI

LA MISA DOMINICAL Todo• lo• domingos d ebo a1i11lr a

Sanie MI••· Veo que m ucb o1 lo baeen co mo yo o l ro•. que 1e dleen erllllanol. con1tderan exee1lvo eJ dar a Dlo1 medl• de eHI clenlo 1e,..nta y ocho bor•1 Hm• nalH que El ª" regtia ¡ Alla ello•! s• que la [glesla. com 1ociedad parfec· ta . llene el der echo de imooner leyH e 1u1 1ubdllo1 pero ¿será e"1a Hillen• cla .. manal a M laa. u na ley como tanJH o trH . como la ley del ayuno. de la ab•· llnencla de carne. por ejemplo?

L a1 mllm a1 clrc:un1tancla,S oue rodean la p r Herlpclon me hacen pen1ar que 1e lrela de algo mál. Se me exige a1l1tlr con a t en ción. con devoción , en una pa· labr a: con P l EDAD.

Mie: s• oue en la Ultime cene . de• · pu•1 de ln11llulr Je1ucr i1to la d ivina Eu carlllla. H decir . de• p uh de con verllr e l pan en 1u Cuerpo y el v ino q ue el.la· ba aob e le mesa en su Sangr e. vo1vi.n· doM a los aaornbradoa di1clpulos de qulenH 'fª se de1ped1a anles de morir. lff dijo: '"HACED ESTO EN MEMORl A MlA" . J eaucr l110 babia coml'n tado a re ­aar. uf, le p r imer a Misa sobre le lle rra : la l erm lnerla con su muerte en I • Cruz.

128 AAOS hace que el glorioso Pueblo Oriental después de haber purificado su espíritu en el Templo Má­ximo de la Iglesia Católica del Uruguay, se reunía frente al Cabildo, pa)-a refrendar con un solemne juramento el Código básico de nuestra Na­cionalidad Oriental.

Aquella magnífica asam­blea pública, era un florón de nuestra naciente demo­cracia. Estaban allí, los glo­riosos gestadores de aquella Ley que resumía 20 años, de sangre, de llantos, de ansias, de un pu e b 1 o mártir, que marchó con su gloria en las espaldas, desde Montevideo al Ayuí, que volvió a su ho­gar p ar a ser nuevamente castigado por el destino cruel de su historia. Ingleses, por­tugueses, brasileños, argen­tinos, todos confabulados hu­bieran querido marcar al pue­blo oriental en su terrible vía crucis y conducirlo al Gólgo­ta de su muerte. La ambición de los gobernantes de la pri­mera hora parecía también confabularse para aniquilar los primeros vagidos de nues­tra vida a la independencia. Y mientras los elementos se concitaban en torno a la Pa­tria Oriental, nuestros inte­lectuales, nuestros legisperi­tos, los jurisconsultos, los obreros de la ley, trabajaban en s u s gabinetes, en s u s asambleas ,sordos al ruido de las armas y de las ambicio­nes para darnos la Ley, nues­tra ley, nuestro decálogo. Y un día, el 18 de Julio de 1830

LIBRE descendían del Monte Sinaí, aquellos Moisés, aureola­dos por la luz de las alturas, y nos entregaban las tablas sagradas en las que la Providencia escribía el destino de este pueblo uruguayo para la inmortalidad.

Cayeron los ídolos y los becerros de Oro que el pueblo engañado había adorado y levantaba un altar al único Dios verdadero, estampando en la portada de la Consti­tución su Divno Nombre y en el artículo V, el tributo de pleitesía debido a su Majestad Divina.

Han pasado los tiempos, han pasado 12 6años, los pri­mates han querido borrar ese nombre de las nuevas Constituciones, pero es indeleble el carácter, su luz se extiende a toda legislación, pues sin Dios, sin J uez, sn fuerza moral que obligue, la Ley sería muerta y ... nos­otros vivimos. Vivimos porque Dios es la Ley, Dios es el derecho, Dios es el deber. Unica realidad que hace que las leyes sean algo vivo, ya que es el espíritu el que vivifica las leyes.

Saludemos pues el principio santo y divino sobre el que se basa la Constitución del Uruguay y que nunca ni Dios ni la Patria nos tengan· que demandar por haber traicionado a sus preceptos. - Joeé Raúl Porto.

llLDHIDD 2125 IHISTI IEISllL JILll 1951

LAS COMPAÑIAS IDITEllDEI

UNA REVISTA ÉSCOLAR~ SANA PARA FOR~ÁR. MENTES Y CORAZONES SÁNOS • • • ... • .. ~ 6 ,. ... • •

de Pisa. \.

FUE EL \/ERDP.DERO AUTOR DE ''LOS VIAJES OE MllRC/J PqLO'' •

El Paso del Molino El n ombre tra dicional del Puo del Molino. en el

arroyo Miguelete, barrlo populoso h oy , inmedlato a l a ciudad de M ontevideo, donde eat• el puente, tu.o su origen en e1 primer molino de agua que eatablede· ron en •1 los regularee de la Compañia d e Jesúa ea 1749. T reinta años después, e xpulsados ya loe Jesuitas. t u• comp rado con las exlltenciu, por don JoÑ T...a­del, vecino de Maldonado, en la cantidad d e S 5 . 100.

Desde China Legendaria HWALIEN. - De los 5.000 estudiantes con

que cuenta la Universidad china nacion.al.I> ta de Talpel, 230 son católicos, lo que

equivale a un 4,5 %. La proporción es extraordinaria si se tiene en cuenta que

el porcentaje de católicos r especto de la población es en todo el te­rritorio de apenas 4 por mil, oo obstante el rápido avance de los wUmos aftos.

Durante el afto escolar 1945-56 recibieron el bautismo sesenta e.­

Wdiantes y entre los inscriptos al nuevo curso hay 75 católicos. El nú­mero cada vex mayor de conversione. entre Tos estudiantes Infunde grandes esperanxas para el porvenir de la Iglesia, no sólo en Formosa alno tam­bién en el continente chino. Un buen núm ero de convertidos p roceden del continente y está llamados a volver a él.

El mérito de estos resultados se de­be en eran parte al Influjo de dos sa­cerdotes seculares chinos. a Jos Pa­dres .Jesuitas y a rellc:losos benedicti­nos, todos ellos p rofesores en la Uni­versidad nacional. El primero que lo· eró penetrar en los medios intelec­tuales tué el P. Mauro Fang Hao, pro­fesor de histor ia y d irector espiritual de la Asociación de estudiantes cató­licos.

La m eJor prueba a favor de la D lYi­

nJdad de la Iglesla, eet•. pncisamen ­

te, en el hecho de haberse co-..do

ilesa en los ataques de persegu.ldorH

y de sua h1J041 lnfl•les.

Los Viajes a la Luna dent1ro de 90 Años El hombre podr' -riajar por loe espacios slderalH " d entro de una generación mis o m enos" T será ' ca­

pas de ha~r viajes a la luna en a vion• de propuls16n nuclear, según ha manifesta do un perilo e n en ergia nuclear.

Ha hecho esta predicción el vice-almirante Llayd V. Berlmer , quien se ha retira do ha ce poco de la marina norteamer icana. El Dr. Lerkner " un fisico notable y perito en la g eoflslca d e la eatratód.ra. i:.. ademú, presidente de la empresa " A.uoclated Univars Ul-..lnc.", que dlrige loe trabajos de loe La­b oratorloe NacionalH de Brookhaven. bajo un contrato co n la Comisión de E.nervia Nuclear de los Eáa­doe t1nidoe.

Puesto que, por lo general, una generación consta de 33 años. el hombre ser• capas d e viajar por loe espacb )alderales hacia 1919, sefl'IÚl opina el Dr. Berkner. Este cálculo • salgo conservado r . La Sociedad Interplanetaria Brttinlca ha predJcho que el h ombre será capas de ...ta jar a la luna dentro de 20 años, o sea para el año 1976. En el Sexto Congreso AatroúUilco llevado a cabo hace poco en Copenbague se predijo que "hacia 1170" serla poslhle hacer los primeroe TU aloe en los espacios siderales r que hacia el flnal de n~•ro siglo se harían -riajes a la luna.

..

La Iglesia Beatificará al Papa 1 nocencio XI

CIUDAD DEL VATICANO. - Por segunda vez en rlnco años un Papa de la Iglesia Católica será beaU!l­r11do en breve. Se trata de Inocente XI, nacido el 16 dt' mayo de 1611 en Como, norte de Italia, bajo el nombre de Benedetto OdescalchL Al !gua¡ que Plo X. c-1 l'.11Umo Pontillce b eatificado. Inocente se destacó por su humildad y la modestia de su forma de vida. Se le conocia por e l apod o de "Padre del pobre".

Hasta hace cinco af\os, cu ando se beatüícó al Papa Plo X, no s e habla acordado ese elevad o h onor d e la J¡lesla a ningún Pontifice desde la beatificación de P lo V en 1672.

ALGO SOBRE EL ALCOHOL

U n profundo estudio de seis alcohólicos parece p ro­bar que el exceso de bebida durante un largo perio­do puede ca usar lesiones permanentes en la parte del cerebro que controla la coordinación d e los movi­mJentos, según e1 doctor S. A. Skllllcorn, neurólofo de la Universidad de California. Todos los rayos X com o las pr uebas psicológicas lo demostraron asl en los seis sujetos exruninados. Sin embargo, a clara el d octor Sgillicorn.. no h a y p rueba de q ue el beber mo­deradamente produzca ningún tipo d e lesión cere­b ral ; ello sól:o ocurre en los casos de verd adero alco­holismo.

EL lll.1-0 CAS PE LANDSKRON

CONSTRUÍDO MITAD EN AUSTRIA Y MITAD EN BADEN,

ALTERNAnVAMENTE SE ALIABA CADA AÑO A U,_.O O OTRO PAÍS DURANTE 396 AÑOS

(l'.267-1663)

La Sal en la Tierra Con baatante frecuencia, los- qu• viven en el

camPo ven cómo laa vacaa o caballos •• lamen la piel unos a otros. Esto tiene una r asón que podrla­moa llamar clentlflca.

!=Omo " Mbido, •l clor1Uo d e sodio - la aa1 co· mun- " uno de loa e lementoe conatltuyentea de au corriente •anguinea, y lo m.lamo qu• le •ucede al hombre, loa animal" la p ierden en au trampi­raclón. Por "° laa v acaa y loa caballos, como otro. an1ma.1.. vegetarianos, necemt an 1181, principalmen­te porque " poca la que obt leMn del puto con que M alimentan. A ello .. debe que, en lu t em ­poradaa de calor M lamen entre aL Loe h acenda­dos que conocen esta falta p ueden au.mlnlmarle •al de roca a au ganado.

Se ha comprobado cientUJcamente que la falta de aal en loa hombrea que tran.piran baatante pue­de productrl" calambre• 1' d olorea de estómago. P or •ao •n loa paíaea caluzoaot1 " absolutamente necesar ia una adecuada porción de Al en lu co­mldH, aohre t odo en lH vegetartana.,

~1óMATE cqMO

TR1:60L DE

'-.........-

5 t«>JAS. hallado

en Ma.llle

)

os Peces (1) A, a!eta caudal. B, al•ta dorsal. c. ojo. D) abertuH nasal. E . aleta escapular. F. a!eta ventral. c . aleta anal. (2) H . calvd.ad bucal. I . branquias. J . corazón . K , hígado. L . lntelltlno. M , columna vertebral. N . vejiga natator ia . O. cerebro.

l. Le,.gu~ l o. Caballito de

Las aguas de tos mares. están casi todas habitadas: en ella. viven y mueren los peces.

¿Han observado que casi todos éstos tienen la for· ma de un huso? Precisamente esta forma es la que les pennlte deslizarse velozmente por e1 agua. Su.s extremidades se han transformado en expansiones en forma de abanico qué pueden abrirse y cerrarse a voluntad: la• aletas. También la cola se ha converti­do en aleta y sirve de timón, es decir, dirige la nata-c16n del pez. .

Los peces no tienen plumas ni pelos. En cambio, su cuerpo está revestido de escamas. que están dls­p uc11t111 como las tejas. En el Interior del cuerpo se encuentra la vejiga naJatoria .cavidad llena de gases. q ue puede dlltarase y contraerse para facUitar la flo­tación del pez en el agua.

Las agallas o branqulaJI. cuand o el pez está vivo.

mar. l. Chucho. 4 Be. ala<> son rojas. porque allf fluye la sangre ;en cambio SJ está muerto. se ponen pálidas. El agua entra en la boca de1 pez y sale por unas hendiduras protegida& por unos escuditos situados a los lados de la cabeza. que se llaman oi>'rculos; al pasar por ellos la co­rlente de arua las branquias absorben el oxireno di· suelto en el agua y desprenden anhldrldo carbónico.

Los pececitos recién nacidos se defienden por si mlsmos; pero desgraciadamente. muchos encuentran en seguida la muerte en la boca de los más grand es.

La industria pesquera moderna, para obtener u n ma­yor rendimiento ha fundado establecimientos de pis­cicultura para su crla artificial.

oLs peces se dividen en cuatro órdenes, de loe cua­les. el de los teleóat-, o peces deesqueleto óseo. comprende el mayor número y la mayor variedad de especies.

-La traición había entra-do entre las fllu de loe rebeldes. Dualn habla dHCUbierto al traidor y PHParaba la trampa pa­ra hacerlo caer. Pero Hte, ya estaba confabu­lado con los nazis. Cuan­do en la reunión secreta se produjo el choque in­•vUable, ambos bandos ..taban preparados Y dentro del edilicio la lucha fue terrible, huta que, por una salida se­creta, lograron escapar­" los rebeldes. Ya a.­ta gota habla colmado la copa y comenzaron laa terrlbl.. reprellllllas de los nazis.

CAPITULO V

"EL INFIERNO BLANCO"

LA MUERTE ER LA CALLE -

La mujer fue rodeada por la patrulla. Ella quiso resistir. Inú­til. La brutalidad de los soldados !_a redujo pronto a la impotencia.

Pablo miró atrás: el parque estaba desierto. Vió allá lejos a Karl que volvía con un hombre. Sus intenciones eran claras. Em­puñaban sendas pistolas. El también estaba armado y sin medir mucho las consecuencias de su acción se parapetó en los escom­bros de un edificio destruido.

Luego comenzó a disparar contra la patrulla. ¡Inexplicable! De varias partes de la plaza comenzó un fuer­

te tiroteo. Los de la patrulla se desconcertaron. Varios cayeron a los

primeros disparos. Demoraron para organizarse. Mientras tantQ, los disparos de los rebeldes eran certeros .

Aquel acto de violencia contra una mujer inerme, había su­blevado a varios ciudadanos, ya por demás cansados de tantos desmanes.

Pablo se replegó, parapetándose en las derruidas paredes. mucho tiempo: las armas de los alemanes eran más potentes. Y si llegaban refuerzos, ya no había más esperanzas.

Lo mismo pensaba Karl, y se lo dijo casi a gritos. Pablo se replegó ,parapetándose en las derruidas paredes. El estruendo de las armas resonaba siniestro en las calles

desiertas de aquel barrio de Varsovia. Las ametralladoras alemanas barrían los alrededores de un

modo espantoso: muchos perdieron la vida. -¡Pablo, ya es suficiente! ... ¡Les hemos dado una lección ...

por hoy! ... Karl buscó a Dasain. Al replegarse se pabían separado, luego ...

no lo había visto. La posibilidad de una realidad tremenda le atenazó el alma:

¿muerto?. . . ¿herido? Quiso buscarlo. No pudo. Una ráfaga de balas barrió el cemento de la calle. Se alejaron aún más. ¡A tiempo! Otra patrulla llegó en auxilio de la primera. Aparecieron in­

mediatamente las bombas de mano y lacrimógenas. El estrago entre los rebeldes, que ya eran unos cuantos, fue grande. Algunos se entrega­

ron. Otros cayeron exánimes, deshechos. Pablo se había adelantado a Karl, pues éste no se resignaba a alejarse sin ver dónde estaba

Dasain. . . Lo podía necesitar. . . ¿Por qué huía entonces?. . . .--¡Deja! ¡Vamos! ... Pablo tomó el brazo a Karl. - -Este se dejó llevar. Inconsciente. Una granada explotó cerca del lugar que habían ocupado hasta entonces. - Karl reaccio­

nó. Estaba como un niño pensando en Dasain ... Agradeció a Dios la intervención de Pablo: de otro modo ...

Disparó repetidas veces su pistola hacia la patrulla. Pero las descargas cerradas de los "máusers" alemanes los obligaron a refugiarse nuevamente entre las paredes calcinadas de un edificio bombardeado ...

FELICES CON CINE FILMEX

Llegaron refuerzos de la policía. Ya era bastante: los rebeldes se habían dispersado.

Apartados ya del campo de batalla, Karl, sentado, jadeaba de cansancio y emoción. Pablo parecía más tranquilo. Pero ... tenía miedo. No sabía ni a qué ni por qué, más ...

-Karl, ¿cuándo nos vamos de este in­fierno? ...

--Cuanto antes. . . Y se acostó entre 10& escombros. Estaba agotado. Quiso olvidar. Lo consiguió.

,Al rato dormía profundamente. La noche caía sobre Varsovia. Otra no­

che llena de sobresaltos, temores. Se oían disparos aislados. . . Pablo pensó en gue­rrillas. . . Quizás sumarias ejecuciones en la misma calle. Arriba los aviones danza­ban un baile de muerte.

Los miró con indiferencia. El no estaba tranquilo, pero ...

Karl dormía sereno. Pablo también juzgó mejor dormir ...

HACIA LO DESCONOCIDO -

- ¡Helen, ya es hora! ... Karl miró por últi­ma vez aquellas paredes que habíanle visto nacer, que habían contemplado sus juegos in­fantiles, su fogosa adolescencia. Una nostalgia inmensa le invadió el corazón. No quiso de­jarse vencer. . . ya era un hombre!. . . a pesar de todo lo infantil que encontraba en su alma. ¡y debía mostrarse como hombre!

-¡Vamos! - Cerraron todo y salieron. Los primeros fríos de aquel otoño los esperaba en la calle. Karl subió el cuello de su capote. Abri­gó a Helen con cariño.

Comenzaba a sentirse algo más que herma­no con respecto de la niña: sobre él caía la responsabilidad y el cuidado de aquella flor. ¿Sabría cuidarla? . . . Pensó que sí. Por ello se tranquilizó. Para evitar ser vistos dieron lar-gos rodeos por los arrabales de la ciudad .. .

¡Por fin! ¡La carretera a Brest-Litovskl! .. . La neche era oscura. Cómplice de sus pla­

nes. . . Tendrían que ir por entre el bosque, pero siempre al costado de la carretera; evi­tarían perderse. Karl dió entonces una señal; un silbido agudo rasgó el silencio nocturno. Esperó respuesta: ¡Na~a! ..

¿Pablo le habría traicionado?. . . ¿o habría caído en manos de la Gestapo? - Volvió a re­petir el silbido: agudo, sostení,o.

Esperó. Consultó el reloj: las 11. Ya era la hora convenida.

Un silbido largo, como el del viento, rom­pió la noche.

Caminaron unos minutos. Movimientos de ramas.

- Pablo, ¿por qué no respondiste antes? ... - El centinela del paso a nivel me dió tra-

bajo ... :K:arl comprendió todo. Helen miró a Pablo,

extrañada: ¿aquel muchacho era capaz de ... ? No quiso responderse.

-¡En nombre de Dios y por Polonia libre y ... cristiana! ... Karl es santiguó. Helen tam-

"' J r. J • m¡m.

bién. Pablo no quiso. ¿No sabía? ¿No quería? ... - ¡En marcha! Descansaremos de día Karl tomó de la mano a Heleo, dejando que

Pablo se adelantara y abriera camino. Una, dos, tres, cuatro horas. Karl notaba

que Helen estaba cansada. Sin embargo la ni-ña no cedía. '

Pero llegó un momento en que no pudo di­simular más su cansancio.

- Pablo ... ¿alguna casa por los alrededores? El aludido consultó el reloj: la 4 y 20 de la

mañana. -¡Basta! Quedaos aquí que yo voy a ins­

peccionar. - Helen se sentó. Jadeaba. Karl quiso rezar. No pudo: su mente estaba

en otra parte ... Dasain ... Varsovia ... Ja ca-sa. . . la fuga. . . Andrew .. .

¿ Adónde iban? ... ¿y si todo lo que sabía de los rusos era mentira? . ..

Esta hipótesis la desechó. Sólo acertó a ex­clamar: ¡Salvadnos, Señor! ...

LOS QUE QUEDAN -

Dasain no acertaba a explicarse cómo se ha­bía salvado aquel día. . . Rodeado por las pa­trullas habíaseles escapado gracias a los mis­mos gases lacrimógenos que ellos habían usa­do: el viento se los lanzó encima . ..

La Organización de Resistencia no se había reunido ninguna vez, desde que Schelr había sido descubierto; sin embargo se había podido comunicar con casi todos los miembros, La de­cisión tomada era de abandonar las guerrillas en las calles de la capital, para que no sufriera más la población civil. Los golpes tendrían que asestarlos en los convoyes de armas y municio­nes, en los campos de aviación, en las divisio­nes de campaña ...

Dasain había buscado a Karl por todas par­tes. También a él se Je presentó la hipótesis del arresto o muerte de los dos hermanos. Mas la abandonó al entrar en la casa de los mismos.

(.;UJ..OHIA Y ROXLO

O POS En la primera gUerra mundlal, el

Mariscal Foch les dlJo a aus soldados: -'Hay que avanzar, y una vez dado un paso h a c 1 a adelante no volver atrú, cueúe lo que cueúe, por nada del mundo".

En eúe m.s, tú que eres un pi.be o una chlca valiente, vu a dar un paso adelante.

¿Hacia dónde? ¿Cómo? Hacla Cristo; hacla el cumpllmlento

de tus obligaciones en cua y en el Colegio.

Tú, Pedro, das pasos atris haca Uempo, porque hablas hecho prop6-.Uo de ob9decer y ya no lo cumples o lo cumpln a medlaa.

Y tú. Isabel. hu dado pasos hacla atru tambl6n; hablas prometido ff­tudiar y te ;i:iasa• layando macanas, o pensando en la luna da Valencia, co­mo dada ml abuela .. . aunque yo creo que piensas en otras lumu1 ...

Y tú también. Juan, hu dado un paso atrás. No has resis!ido lu ten­taciones como hablas hacho propósUo.

Pedro, Isabel, Juan, y tú que lees estas líneas: UN PASO ADELANTE.

¿Cómo? Ante todo pldléndola a Je_ aús que te ayude: por lo tanto, ra­sando bien,

29 Haciendo ahora mismo al pro­póelto de mejorar. No digu: Ya no •OY a dHobedecer nunca mú. Vo'f a estudiar siempre.

Di aal: HOY quiero obedecer cada vez que me manden. Hoy voy a eúu­diar al volver a casa, dHpu6a del te. Hoy PUEDO, DEBO y QUIERO nn­cer esa tentación qua slento qua otras veces me ha vencido.

39 Y dado esa paso hoy, con la gracia da Crlúo, mañana conserva esa posición conquistada.

Y no volver atrás, cuesta lo que cueste, por nada da) mundo.

~ . a "~/v

~13 ~~ ~

¿Pero a dónde habían ido?. . ¿Solos?. . . ¿Conocían el camino?. . . Dasain se acordó que Karl hablulc hablado de una posible fuga a la zona rusa. . . Mas ellos eran unos niños y difícilmente hubieran podído solucionar to­dos los problemas que presentaba una acción de esa t'D· vergadura: cruzar una frontera, durante la guerra ... Y quiso hablar con el General.

-General, me ausento de Varsovia. -Hace bien Dasain. Prepare en el exterior los movi·

mientos de resistencia. -No ... quería decir que ... Calló. A aquella empresa no le obligaba su deber. Pero i;u

corazón ... - ¿Y un hombre se deja llevar por el sentí· miento?. . . Consideró que no debía ser así. Pero él es· taba justificado en su proceder.

-¡Diga tranquilamente! ... Aquel tono casi paternal le animó a seguir. También él a veces se creia niño.

-Quería decir que Karl ha desaparecido de Varsovia. Según me había dicho pensaba pasarse a la zona rusa, pero ...

-Entiendo ... ¿por qué quería pasar a la zona rusa? ... -Pensaba estar más tranquilo. Además Helen ... -Vaya entonces. Los confío a usted ... El general siguió escribiendo. -¿Considera necesario mi retorno? ... -Aun no. Pero esté siempre atento a la Radio. El men.

saje será cifrado ... -Gracias y ... ¡Viva Polonia! - ... ¡Libre y cristiana! Dasain saludó militarmente. Luego salió. Se mezcló con un grupo de transeúntes y obreros,

mientras pensaba cómo haría para dar con Karl y Helen. No tenía ningún plan formado ... pero confiaba en Dios.

HACIA EL INFIERNO BLANCO -

Aquellos campesinos lo trataron espléndidamente. Pe­ro por el temor de ser descubiertos por la policía, pidít'· ron a los muchachos que siguieran su camino. Ellos agra­decieron. ¿Qué iban a hacer? ... - En el bosque dur­mieron tranquilamente. El sol era débil. Un sol casi trii:;­te de otoño. - Un día, dos, tres. . . Sobresaltos. . . Temo­res Escondidos como serpientes, comiendo lo que le" daban los campesinos ...

¡Y siempre con el miedo! ¡Ese terrible fantasma quP atenaza y quiebra los corazones, ante fantoches de pa­pel, ante sombras, ante humo ... - Karl estaba agotado. Se prodigaba todo para Helen. A pesar de todo no que­daba contento .La niña sufría mucho por aquellas pri· vaciones desacostumbradas ... Y se reprochaba a sí mi:<· mo de haberla traído. . . Solamente el cariño que le demostrada su hermana lo tranquilizaba.

Pablo resistía: era el más fuerte. Mas ya estaba can­sado. El viaje hacia lo desconocido lo abrumaba. Habi· tualrnente inconsciente de sí mismo, t¡uería ahora medir los riesgos de aquella fuga. Preveia algo detrós de todo eso. Pero no era capaz de concretizar aquel mundo que bullía en su interior. . .

Así, los tres muchachos marchaban inconscientes ha· cia el infierno! ¡El infierno blanco del paraíso soviético!

Su inexperiencia de muchachos no les hacia ver otra cosa que la paz! Pero la paz no existía tras la cortina de hierro!!... ¡Aquella era la paz de las tumbas!... ¡de infinidad de tumbas sin nombre!

CAPITULO VI: "EL NUMERO llO"

CUMPLEA:ROS FELICE~

Pablito Calvo, el "Marce­lino, pan y vino" que nos en· cantó hace poco, volverá pron· to entre nosotros con el nom· bre de Pepole, en una produc­ción ítalo-española.

"Pepote" es un niño de siete años (Pablito Calvo), un peque­ño huérfano que vive en un po­bre barrio de Madrid con su protector, Jacinto (el actor An· tonio Vicco), un viejo ex tore· ro. Jacinto ama al niño como a un hijo y por nada del mundo quiere entregarlo a un orfana­to. Pepote es un niño pacifico, sereno, se contenta con poco; se divierte jugando solo con los dados que Jacinto le ha fabri· cado o fantaseando con las ma­ravillosas historias que le na­rra el viejo torero. Un dia, Pe­pote encuentra en el mercado a una linda señora que, enterne· cida del huerfanito, le pregun­ta: "¿No querrías venir a vivir conmigo en mi casa?" Al niño le tienta la idea; pero por na­da del mundo dejaría solo a su viejo amigo torero. Asi, sefia­lando con el dedo su rancho, más allá de la calle, le contes· ta: "Yo ya tengo una casa ¿sa­bes?, con Jacinto".

Algunas veces Pepote va de compras; pero muchas veces carecen del minimo dinero ne­cesario para pagar. Entonces mira al almacenero con sus grandes ojos dulces, tristes y hambrientos y nadie tiene el coraje de negarle nada a esa mirada. Un dia, después de tan· to ansiarlo, Jacinto recibe la invitación para una corrida de toros. El premio son mil qui· nientas pesetas. Jacinto se po­ne radiante, pero. . . no sabe cómo conseguirá el traje de to­rero. Van juntos a un negocio de compra-venta y el ropave­jero, enternecido por el huér­fano y el viejo, presta a J a­cinto un bello traje en azul y rojo, fulgurante de pedrería. La víspera de la corrida Jacin· to, electr izado, cuenta a P epote maravillosas historias de su pa­sado de torero glorioso.

p Pero la verdad es que Jacin­

to ama la arena, ama los to­ros, mas no ha sido nunca to­rero. Ha querido deslumbrar al niño y se ha propuesto to­mar parte en una corrida para ganar el dinero con que impe­dirá que se lleven a su amigui­tO al orfanato. Pepote com­prende, aunque nada diga, el cariño heroico de Jacinto.

Cuando lo ve vestido para irse a los toros, todo resplan­deciente, sus negros ojos se lle­nan de lágrimas, estupefactos. Ya en el círculo de arena Ja­cinto se esfuerza, combate, se empeña. Quiere que el huérfa­no le vea fuerte y bravo. Pero no sabía que aquella invitación era una broma, un escarnio. Había sido llevado a la fiesta para cumplir la parte cómica de la misma; una bravata. Y Jacinto, que nunca había sido torero, pese a sus historias y a sus esfuerzos, es el bufo de la arena frente a todos los espec­tadores. Pepote lo ha visto y su corazón se le ha encogido de pena. Sale y le espera afuera. Cuando Jacinto, humillado, se vuelve hacia el niño, ambos se saludan en silencio y se enca­minan hacia su choza. Jacinto teme haber desilucionado a su amiguito y ya en casa se justi­fica de mil modos. Teme per­der su afecto y su compañía. Pero el niño ha comprendido. Casi no le escucha. De impro­viso, le pide perdón al "torero" pues él no pudo llegarse a la plaza para ver la corrida, pese a sus deseos de verlo frente a Jos toros. Entonces. Jacinto, pia­dosamente engañado como un nifío, vuelve en sí y con insó­lito entusiasmo le cuenta al huérfano su imaginaria corri­da, un verdadero triunfo. El traje rojo y azul no había sido conseguido en vano. Pepote llo­ra y sonrle tras las lágrimas con tierna compasión. No im­porta si él lo ha visto y sabe todo, ¡es tan hermoso ver con­tento al viejo!

N PEREZ

San Pérez vino el otro día alicaído: "Tengo dificultades por todos lados, Padre. ¡Hasta en casa l Hoy tuve una tren­zada con Maria Ester. Claro, como es la mayor!.. ¡Pero a veces se vuelve insoportable, Padre!. .. ¡Cree que por tener 16 at\os puede llevarse el mundo por delante!... Es una vanidosa que hace su!rlr a mamá, es una empacada, una lunática, una ... "

La cara de San Pérez iba cambiando de color a me­dJda que avanz.aba en la letanía. Yo lo dejé desaho­gane: ¡Si conocerla a Maria Ester!. .. ¡Los mlla­irros que me contaba de ella Doña Elvt-ra l... Sin embargo, yo puedo asegurarte, lector (por si tienes alguna hermana que se le parezca), que Maria Est er no es mala ni m ucho menos. Su defecto ma­yor, claro está, es In inconstancia: hoy levanta un rascacielos de herolsmos y maflana ... ¡bueno!

El otro día, por ejemplo, estuvo senci­llamente heroica: habla Ido lo más con­tenta al colegio parque a pesar de no haber tenido gana ni gusto, había repa­sado sus lecciones con Marita. que en e l último trabajo escrito le habla copia­do todo y encima, cuando la descubrie­ron, dijo a la Profesora que Marta Es­ter Je habla copiado a ella ... " ¡Es COA grande esa MarUal", fue lo único que pensó y dijo Marla Ester, aunque Inte­riormente le dio un poco de rabia y Ja hubiera puesto a fregar platos durante dos horas para ver cómo le quedaban lu manos y el esmalte que de color muy suave se ponla , para que las Hermanas del Colegio no se lo notaran. P ero en lugar de esto, cuando la "buena" de Ma­rlta le pidió a los dos dlas que repasara tas lecciones con ella (Jo cual era lo mJs­mo que pedirle que se las enseflara), Maria Ester lo hizo y con esmero.

Pero cuando "no le toca" ser así. .. ¡hay que prepararse!

Hoy en medio de la tormenta que sos.. tuvo con San Pérn, la madre, Dofla El. vira se contentó con mirarla mientras reflexionaba sobre aquella chiqullla que la preocupaba un poco ... , que se "habla vuelto un lúgubre cardo cuando deblo abrirse como un pimpollo de rosa" .... (esta frase no es mfa. es de la abuela R osa que la leyó cuando era joven).

¿Su humor?.. . A veces pasaba sola o leyendo en el ardln o mirando el techo; otros dlas, parecla una radio de doce lámparas sJntoniz.ando tres estaciones a la vez. Una maflana se comla de besos a la mamá y de tarde, no más, le res­pondJa:

-1 SI, como Uds.e no sulren las injus­ticias de esas monjas! ... (y no pongo el 11djetivo que afladfa ... porque no lo re­cuerdo).

-Pero. Maria Ester, eso no es modo de hablar !

-1 No! Ahora voy a tener que hablar tratándolas de Excelenclnsl. ..

No hay duda: también la "hermanita" de San Pérez tiene momentos diflciles: estas rabietas que crela incomprensiones de los suyos (que a veces lo eran), eso. rontlnuos altibajos en aus sentimientos y en 1u humor, con un corazón que a ve-"" parecla andar a ritmo alocado coa <'lmpnnillas que tocaban llenas de gozo y de espe ranza y otras veces parecla

una zapatilla desmayada de puro vieja, como Je contesté una vez que me decla que "en su camino los rosales ya no volverían a ilo. recer ... " (as! como lo lees ... ¡mira ol se habla puesto romántica!).

A San Pérez le cuesta perdonarle ciertas "cositas" a su hermana mayor. Pero lo hace porque sabe que 1ólo 11Uperando laa cUflculta­dea de cada día llegar' a Mr AD.to. La trenzada de hoy fue por una insignificancia.

-"Si hay un dia en que debo tomar el te a la disparada, pei­narme y volver volando al colegio es hoy, Padre: tenemos reunión de aspirantes de Acción Católica. Pues Ja nena no me dejó lnte rrumptr su "toilette" de mdJa hora: tenla que pintarse para Ir a un chocolate. Y ah! se estuvo hasta que el espejo dio bostezos de can­sado ... Nos peleamos. Le mostré esta loto de los dos que nos sa­camos hace ya tres aflos y que ella no quiere ni ver porque dice que ahl está muy "cural" ... y se armó la grande ...

San Pérez siguió hablando. Me confirmé en que no hay más que proponerse el ser bueno para encontrar dificultades por todos lados. Con todo, rela entre mJ. Yo sé muy bien que Maria Ester va cambiando poco a poco, que cada dla es menos lunática y Jo mejor del caso es que San Pérez tiene su irran parte en ese cambio ...

¡Ya verás cómo fue la cosa!. ..

P€:PORTE S. .. ~ . ' "' ..-·· . \ . '. '

'bo.d- NdUó. /J. 1A~ e mpanado por el Dr. Nozar, nos visitó cordialmente el jugador que quieren

tt' rnf' Italianos por trescientos mil pesos. Sinceramente, no espe­

rábamos que aquella no­che lluviosa, Míguez se acordara de la visita pro­gramada. ~a misma tarde Peña­

rol había tenido un com­promiso riesgoso frente a Danubio, en un partido ju­gado bajo agua. La agili­dad movediza del empeño­so equipo de la Curva que­bró la resistencia aurine­gra y Hernández puso en ventaja a Danubio. Peña­rol organizó, entonces, su delantera piloteada p o r Míguez y a los pocos mi­nutos empató éste, consi­guiendo igualar al adver­sario. La nota gráfica ilus­tra el justificado alborozo del piloto al conseguir el tanto del empate. Conti­nuó el partido sumamente emotivo e intenso. Míguez en dos ocasiones, con ex­celentes pases favoreció a Montaño que en notables jugadas aumentó el "sco­re" gracias al colaboracio­nismo, 1 e y fundamental del juego.

Nos parecía que después de haber bregado tanto y en tan malas condiciones

EL PILOTO AURINEGRO OBSERVA COMPLACIDO NUESTRA REVISTA. MIENTRAS LE EXPLICAMOS SUS FINALIDADES Y EL CRECIENTE

FAVOR CON QUE CUENTA . . .

FSA MISMA TARDE, POCAS HORAS ANTES DE VISITARNOS, MICUEZ CELEBRA ALBOROZADO, EN LA CANCHA, SU PROPIO TANTO CON EL

QUE PE&AROL EMPATO FRENTE A DANUBIO.

FESTEJE CON F 1 L M E X LAS FIESTAS DE SUS NutOS

de cancha, Míguez dejaría para mejor oportunidad su visita ... Pero no: cumplió y nos hizo pasar unos agradables momen­tos en los que cambiamos impresiones so­bre el deporte que tanto interesa a nues­tros lectores.

Le mostramos nuestro número del mes de marzo con el seleccionado que él pilo­teó y que logró el título de c.ampeón invic• to del sudamericano extr a. Mientras el Dr. Nozar comentaba con indisimulada satis­facción nuestra ocurrencia, Míguez guar­dó una modesta reserva contentándose con sonreír sin decir palabra.

En cambio se nos mostró sumamente optimista con el porvenir de nuestro fút­bol, como entendiendo decir que de nada

vale el comentar derrotas o recordar pér­didas pasadas, si hay todavía voluntad pa­ra seguir en la brega o para comenzar, si es el caso.

Aunque nos picó la curiosidad de saber algo concreto sobre el ofrecimiento del Internacional de Milán para contratarlo nada menos que por trescientos mil pesos, no nos pareció prudente la pregunta, so­bre todo sabiendo sus deseos y las inten­ciones de Peñarol.

Míguez se nos mostró sincero y simpá­tico en sus manifestaciones y muy cordial accedió a nuestros requerimientos de po­der hacer extensivo su saludo a todos sus admiradores -que son muchos- entre los lectores de "Las Compañías".

Agradecemos al piloto de Peñarol la gentileza de su visita.

Para los nir os, 111> cab.ado que nrta molrdoi Jt~frios

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Una coraza contra humedades y fríos! •

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FILMEX - CINE 16 m/m. - COLONIA Y ROXLO

"¡Los gauchos! He aquí, mis am1~os artistas, que se nos presenta el hombre representativo: el gaucho. Os debo ha­cer sentir con grande intensidad esa figura, porque es vuestro tipo homéri­co; es el mismo que vemos en la Ihada junto a las huecas naves de los aqueos, o al pie de las murallas de la sagrada Ilión, conducido por Aquiles, el de Jos pies veloces, o por Héctor, el domador de caballos. El gaucho fué el habitador de nuestros campos ilimitados sin m:ís frutos que el espontáneo de esos gana­dos innumerables ni más vivienda que el fancho aislado en el desierto".

Ul GAUCHO QUE LUCHó EN LOS ALBORES DE

LA PATRIA. QUE CANTó SU LIBER­

TAD Y CELEBRó SU INDEPENDEN­

CIA. SIGUE SIENDO TODO UN StM­

BOLO DE TRADICION. UNA FIGURA

DE NUESTROS TIEMPOS HEROICOS.

UN TIPO O R I GIN AL QUE LOS

A&OS NO PUEDEN BORRAR ...

PBRPBTUA su R8CUBRDO en

ESCENAS TIPICAS DURANTE EL AMANSAMIENTO DE UN POTRO. En el país se mantiene viva una corriente nativista que tiende a perpe­tuar la tradición de nuestro campo y sus típicas escenas. Aquí vemos el amansamiento de un potro, lance arriesgado que siempre cuenta con una

gran admiración popular.

nuesTROS. CAmPOS

ARRIOS GAUCHOS

La faca es un valioso instrumento en las faenas gauchas.

A la izquierda podemos observar un detalle de la montura.

Aunque el gaucho se puede decir .que ha desaparecido de nuestra tierra, en el campo se perpetúa su figura. Nuestro actual hombre de campo conserva la tradición de nuestros pagos y gusta ves­tirse como los que lucharon por nues­tra emancipación, cantaron sus albores y trabajaron el país en los primeros años de su independencia.

¿A quiénes elegirá Artigas para que lo representen como diputados e intér­pretes de su pensamiento en la gran Asamblea Nacional Constituyen.te de Buenos Aires, llevando las célebres INSTRUCCIONES del Año XIII?

Envía SEIS diputados, y CINCO de ellos SON SACERDOTES.

-El Pbro. Dámaso Larrañaga. por Montevideo.

- Ef Pbro. Mateo Vidal. por Monte­video.

- El Pbro. Dámaso Góme:a: F~a. por Maldonado. . - El Pbro. Marcos Salcedo, por San­ta Lucía y San José.

-El Pbro. Dr. Francisco Bruno de Rlvarola. por Sor iano.

-El Capitán de Blandengues Felipe Cardoso, por Canelones.

¡Y los LAICISTAS de ahora (¿hijos? de Artigas) apenas oyen repetir el nombre de un sacerdo-te, ya forman un Comité para luchar contla "LA PELIGROSA INFILTRA­CION CLERICAL"! Artigas hacía Con­gresos con sacerdotes, éstos hacen Jor­nadas laicas contra los sacerdotes ... Porque los laicistas son hijos de los masones; y bien sabemos que éstos ata­can a la Religión católica, para sem­brar ellos entre los pueblos la ·corrup­ción y el reinado del demonio. ·

OPTICA •

AIDRES FO~MIDJ; AL 18 DE JULIO frente0iag.A9rociodo

FESTEJE CON LAS FIESTAS DE

FILME X SUS NI1tOS

°* Ayer una compañe-ra le dijo a mi her·

mana, en el liceo, que antes se confesaba. pe· ro que eso se le hacía molesto y no fué a con­fesarse más. No supo qué responderle y viene a decírmelo a mí.

. .. le diga que no se vaya a pensar que vamos a confesar para divertir­

nos. Es molesto tomar una medicina cuando uno está enfermo, pero se toma si se quiere la salud. La confesión es

un remedio algo amargo, pero es necesario. Y . . . ¡que lo tome!

* Tenso un amigo que

escuchó de oll'o mu·

chacho estas palabras:

" Yo no puedo. ¿Qué

quieres? Por eso me de­

jo estar y sigo en peca--do" ¿Oué le digo?

. .. lástima no se lo dijo a un sa· cerdote, por e jemplo. Y agrégale:

"Por lo visto Dios manda lo imposible, el demonio es m ás fuerte que D ios. Je­sús lo aplastó inútilmente en el Calva·

rio, vana.mente está el hombre eobre los animales sin ra:a:ón. Y ... ¿en Te:a: de: no puedo no será: no quiero?

LUCBS DI SAlUACIOD TNT~. COFF~N,

c1tfoo PE su .AViÓN OURAJiTE LA Gf..f".

Q/l). l>F 1914 I

VAGÓ b URANTE -, 2 DÍA s POQ LAS 5ftVAS /J1L , PM:lt:ico ...

¡Un verdadero deleite infantil!

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__ _,

L CARAMELO- CHOCOLATE -VAINILLA

f'Clt EJEM~ •••

TJlJQ~NTE

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SANT~, LO!S MONJE'S M CAllMELO E~N

JAIJERTOS EXPuL~AOo~.

MA ll A A&fl,llKi'á A s .sroc.ac, C1'71EllAL DF lOS CAllMEl./rA~.

#OV1 LA CON/:IUTEll/tl/O~O •• , ncAPuURio CtlnlTA Zfl . .. O. tJOO Ml6Ml!l~o•/. , LA 9Et;QNDA OllfMN/~ACOI

-DEL MVNl>O ·

----------------------------

Peps!: .. Co1a

Con ES · TO~ DOS PE.QS('IMA ·

JES, MAU: i4t00 Años t soPo

110¡ Dio UMA MA6·

11tFiCA Y

SEMCiLLA Le"ion

DE Ptlm­vERArKiA .

El Refresco de la Amistad

FESTEJE CON F I L ME X LAS FIESTAS DE SUS Nl1tOS

CUMPLEA•os FELICES COK CINE FILMEX

-Y ya lo sabe: si no me paga, no le t~aeré ni un bocado más de pan ...

Y el hombre salió dando un sonoro portazo. -¡Eh! Paciencia, dijo Don BoS<:<>; el pobre

panadero está cansado de esperar a que le pa­guemos. . . La Providencia arreglará esto.

En el patio, bajo los corredores charlaban alegremente los acólitos Turchi, Anfossi, Gari­no y otros; apenas Don Bosco apareció en lo alto de la escalera, corrieron a saludarlo.

- Mirad, hacedme un favor; id a la Iglesia a rezar durante 20 minutos, que tengo un pro­blema düícil de solucionar. Yo salgo a dar una vuelta.

-Como no, Don Bosco. El Santo salió. . . sin rumbo fijo, De pronto,

tras algunos minutos de camino, al doblar una esquina, oye que lo llaman:

- Eh, señor Cura, ¿usted es Don Bosco? -Si para servirlo.

-Pronto, me ahorró tiempo y cansancio; iba en su busca. Mi patrón está muy mal, y quie­re que usted vaya a verlo.

. . . Llegaron frente a una regia mansión. El portero lo saludó muy ceremoniosamente, el jardinero ni se dignó mirarlo, la mucama dejó de espolvorear los muebles y la dueña de casa, preocu­pada por su esposo, ni se acordó de dar las buenas tardes; le habló en estilo telegrama:

- Pronto, Don Bosco, mi esposo está mal, bendigalo y sánelo .•••

El señor se hallaba recostado en­tre una montaña de almohadones, dos sirvientes lo rodeaban solícitos; sobre la mesa cercana estaba la re­ceta dejada por el médico minutos antes .

. . . Cuando todos salieron de la habitación, Don Bosco confesó al enfermo, y lo bendijo.

Luego, se acercó a la puerta: Adelante, señora.

-¿Cómo estás Luis?

-Bien, algo mejor. . . No dejes que Don Bosco se vaya con las ma­nos vacfas.

- Es cierto. . . Tome, Don Bosco,

1

gracias por todo ... Y, después de revolver en su cartera, la señora le alargó unos relucientes billetes ...

-Gracias, María Auxiliadora premiará su generosidad. Hoy mis hijos, tendrán pan ..• Y a usted, mi querido amigo, lo espero mañana . .. en mi Misa.

Sorpresa en todos los presentes ..• El Santo salió. Allá en el Oratorio, su Colegio, su Casa, los

hijos continuaban rezando ante Jesús Sacra­mentado y María Auxiliadora.

- Llamadme al Prefecto, dijo Don Bosco al primero que encontró. Y cuando el Prefecto vino, le entregó el dinero sin contarlo. Maravi­lla en todos: era la suma justa que se adeuda­ba al panadero ...

- ¿Y de qué os extrañais? ¿No ha dicho Je­sús que si buscamos su reino, todo esto se nos dará por añadidura?

Y la fiesta !ué completa, y el milagro más patente, cuando el Santo daba la Sagrada Co­munión, a la mañana siguiente al generoso en­fermo, ya enteramente sanado .

Y aquel día, y los siguientes, el panadero continuó trayendo su pan ..•

EL e.u E R P a

1

12

13

HUMANO

\.

t

2 ESQUELETO 3

1) Pómulo. 2) Vértebra cervical

5 3) Clavfcula. 4) Costilla.

6 5) Esternón.

6) Húmero. 7) Ileón.

T 8) Cúbito. 9) Rad1o.

10) Carpo.

10 11) Metacarpo. 12) Dedo.

11 13) ISQuJón.

12 14) Pubis. 15) Fémur. 16) Rótula.

\5 17) Tibia. 18) Peroné. 19) Tarso.

16 20) Metatarso. 21) Dedo.

'~\ ''+---

1ª C E R E 8 R O

..

1) Cuerpo calloso o mesolóbulo.

2) Lóbulo occipital del cerebro.

3) Tienda del cere_ belo.

4) Arbol de la Vi-da.

5) Cerebelo. 6) Médula esplnaJ. 7) Bulbo raquídeo 8) Suelo del acue­

ducto de SUvlo 9) Puente de Valo­

rio. 10) Hipófisis o pltui-

2 tarla. 3 11) Septun Loucf-4 dum.

5 12) Lóbulo frontal del cerebro.

13) Memlsferto cere­bral.

a cebo1Ia.

Peer Gynt se pa­recía a las cebollas, a las que se puede ir quitando sus capas sin llegar jamás a encontrar un . núcleo sólido. Su vida no fue más que una su­cesión de meses y de años; meses y años que llevó el viento sin que quedase al descubierto ningún centro resistente. Se podría escribir sobre

.._ _ su tumba este epita-fio: "Aquí yace Don Nadie" .

Los Peer Gynt pueblan la Tierra y cons­tituyen un gran montón de cebollas. 'Co­noces un buen número de ellos. Quizás en el interior de tu conciencia te reprochas de pertenecer a esta clase, o, a lo menos, de tener con ellos algún parentesco.

¿Pero tú no quieres ser Hombre Cebolla, no es verdad?

Para ayudarte a ser hombre de verdad, van estas páginas.

No dejes de leerlas, te alegrarás de ha­berlo hecho.

Hay que reducir las fuerzas del mal, de los enemigos que te rodean, para ello sé OPTIMISTA.

El optimismo lleva consigo cierta con­fianza en el éxito y supone una legítima confianza en sí.

Establezcamos claramente sus nociones. La legítima confianza en sí no es pre­

sunción, sino una razonada convicción de que con los medios· de que disponemos po­dremos realizar la misión que se nos ha asignado. No es vanidad ni orgullo, sino justa estima de uno mismo.

La vanidad no busca más que la apro­bación ajena y se esfuerza por conseguirla por todos los ·medios posibles. La propia

estimación busca tan sólo la aprobación divina y la de la conciencia, y queda sa­tisfecha cuando podemos decirnos leal­mente que hemos obrado bien y que, por consecuencia. Dios bondadoso debe estar contento de nosotros.

La vanidad convierte en tímido a quien se deja dominar por ella, manteniendo en su alma la ansiosa pregunta jamás respon­dida: ¿qué piensan de mí quienes me ro­dean? El que se aprecia en su justo valor, se hace independiente, y a la anterior pre­gunta responde en el acto: Poco mé impor­ta lo que el prójimo piense; Dios está sa­tisfecho, y, por tanto, debo estarlo tam­bién .

En una palabra, la vanidad tiende a cubrir las apariencias por encima de todo; la acertada estima de los propios méritos quiere ante todo hechos. Mantenido en es­tos límites este sentimiento es muy bueno.

El optimismQ no consiste en negar cie­gamente las dificultades. Las ve perfecta­mente, pero se da cuenta de la posibilidad de vencerla. Aunque tiene una marcada tendencia a considerar más la posibilidad de vencer que la dificultad en sí, juzga muy exactamente de ambas.

Sin cier ta dosis de optimismo se tienen pocas probabilidades de querer eficazmen­te tener una voluntad firme. Santo To­más ,con su acostumbrado buen sentido, decía: "Nadie se molesta por realizar lo que cree Imposible": Por el contrario, la convicción de que puede alcanzarse el éxito centuplica las fuerzas de · 1a volun­tad, generatriz de la victoria; " pueden porque piensan que podrán", decía Vir­gilio.

Que debes reaccionar ante todo contra el pesimismo, está fuera de discusión. Pero ponte también en guardia contra cierto escepticismo moral, enemigo del optimis­mo. Si observas que te quiere invadir, piensa: "¿Por qué no he de alcanzar lo que

tantos otros lograron? ¿Por qué han de resultar estériles para mí los medios que T E E S p E R A a ellos les fueron fecundos?"

No te dejes romper los brazos y piernas Tú quizás nunca has entrado en una vi-por la engañosa pregunta: "¿Para que mo- vienda verdaderamente pobre ... ; no tie-lestarse?" En lugar éle paralizarte en una nes idea de lo que es vivir en el cuarto cobarde mentalidad, fórmate una psicolo- de un conventillo, o sin llegar a eso, sin J{Ía de brioso empuje. Llama a todos los algunas de las cosas que tú crees muy

necesarias en tu vida. . . Y o he visto, una sentimientos favorables en tu ayuda; no vea que fuí a llevar el Viático a una po-sólo el interés y la satisfacción, sino tam- bre enferma. el cuarto en que aquella bien el deseo de las nobles victorias, la mujer vivia con su esposo, y sus cinco alegría del deber cumplido, la plena con- hijo. ;donde sólo había una cama, Y no

babia ni una ventana siquíera ... ; cuarto fianza en el socorro de la gracia, la dicha que senía de dormitorio en in Tierno y de poder presentar tus esfuerzos a j esús verano, de cocina. de comedor. de sala. •• como ofrenda muy agradable a sus ojos. de todo; y la pobre mujer se moría. por

Si el pesimismo te acecha, ciérrale fran- lo mal alimentados que estaban sus hij06, camente la puerta. En lugar de deJ·ar te por el exceso de trabajo que había teni-

do, por las pésimas condiciones higiéni-&ubyugar por él, exígele cuentas: "¿Qué c:as en que Tiria toda aquella familia. razones tengo para sentirme deprimido? Y, fíjate, esto que te acabo de contar no Ninguna. Todos esos pretextos no son más es una cosa extraordinaria ... : son miles. que fantasmas, menos consistentes que millones les que viven en condiciones. a

veces un poco mejor, a veces peor. una humareda que disipa el viento. ¿Aca- Siguiendo el ejemplo de Cristo y su so soy algún chiquillo o una muchacha doctrina, hay en el mundo muchas insti-nerviosa para dejarme dominar por una tuciones que se preocupan de ayudar a impresión injustificada?" Recurre a dis- cesidades de estas gentes son mucho ma-tracciones enérgicas, deporte un poco vio- esto. pobres Y necesitad06: pero las ne­

yores de loa recursos con que muchas ve-lento, buenas bromas, alegres carcajadas. ces cuentan.

En esas horas también es muy excelen- Jesús elijo: "Lo que hiciereis por uno te la lectura de un libro estimulante; por de esto. pobrecitos. lo tengo como hecho ejemplo, la biografía de un hombre de por Mí". ¿Qué te parece? Tú le das un

peduo de pan a un pobre. Y Jesús te lo temple escrita con vigor. agradece como si a El se lo hubieras dado.

Otro medio muy sencillo, t al vez un po- Tú le das una limosna a este Tiejecito. co original, pero que casi siempre da buen o a esa nwjer que tiene en bruos a su resultado, es el siguiente: cuenta reposa- hijo desnutrido o a ese ciego. Y Jesús to-

ma todo esto como si lo hubieras hecho a damente hasta ~il, inter~~ando en cada E:L Y te promete recompensarse por y pa-centena un refran hwnor1stico y unos pa- ·-~ ra siempre en el cielo. sos de danza. Ni el más negro pesimismo 7 ;,_,. ~ Ya ns que tú también puedes resiste tal t ratamiento. - -/ ~ ayudar ~ ~os pobres. A veces

P. b t d t , 1 Tu . -....r;, ~ desperdicias tantas cosas! A iensa, so re o o, que no es as so o. . . :~ ecn tiras otras que les s.er-ángel de la guarda está cerca de ti para ~ .., virian como artículos de lu-ayudarte; la Virgen, tu dulce Madre rue- jo a otros chicos o chicas ga por ti; J esús contempla tu lucha y te l hijos de padres necesitad~:

tiende su mano. ~' , ~ ~co ane-pa . • _f JO, .u•S Z • Recuerda estos animosos tex tos de las 1 /r-4 .,. ~ tos gastados."

Sagradas Escrituras: /~ 1 ~· ¿Po r qué no "Todo gira en bien de quienes aman a 1

piensas en 1 os Dios. Todo proviene de la mano paternal . ~bres . que ª lo

d D. D' · d di t me1or viven cerca e 1os. ios es nu pa re, y na e es an de tu casa. y se los paternal como Dios. yr:~( das a ellos? ¿Por qué

Todo es posible para aquel que cree. · no vas con tu mamá o Cuanto pidiereis en mi Nombre se os ~( ~~ tu hermana mayor, , a T111tarlos. llnarles algo

concedera. Lo puedo todo en Aquel que 1 que lo salivie? ¿Nunca lo has me fortalece". hecho? Hallo una Tez, y yo te

¿Existe en el mundo pesimismo alguno .~ aseguro que no te arrepetirás. que pueda luchar contra esto?

MEXIC D

GENERALIDADES -

Situación y límites. - Está situado sobre el Trópico de Cáncer. Confina con Estados Uni­dos, Guatemala y Honduras Británica.

Población y superficie. - 28. 000. 000 de ha­bitantes, en 2. 000. 000 de kms.2. Hay blancos, mestizos, - la mayoría -, indios y negros.

Gobierno. - Republicano federal.

COSTAS -

El Golfo de México, determinado al sur por la Península de Yucatán, presenta en sus cos­tas una serie de flechas arenosas que forman lagunas litorales, como la Laguna ele la Ma­dre. El seno inferior del Golfo es la Bahía de Campeche. El extremo de Yucatán está seña­lado por el Cabo Catoche. En el Océano Pácí­fico se destaca la Península de la Baja Cali­fornia, que termina en el Cabo San Lucas. En­tre la Península y tierra firme queda el Golfo de California.

OROGRAFIA -

La Sierra Madre Oriental y la Sierra Madre Occidental bordean las costas. En la primera, se encuentra el volcán PopocatepetL Más aba­jo se juntan ambas cadenas, formando la Sierra Madre del Sur.

HIDROGRAFIA -

En el Golfo de México desembocan el Río Grande del Norte y el Río P anuco. En la Ba­hía de Campeche el Usumacinta. Al fondo del Golfo de California desagua el Río Colorado. En las proximidades del Cabo Corrientes echa sus aguas en el Pacífico el Río Lern.a. que, na­cido cerca de la capital forma el Lago Chapa.la.

ZONAS NATURALES -

El clima divide a México entre regiones di­versas:

TIERRAS CALIENTES. - Las llanuras lito­rales, hasta los 800 metros. Clima tórrido. ve­getación exubemnte. Cultivos tropicales en ge­neral. Sobre el Golfo de México se encuentran los principales yacimientos petrolíferos, y los puertos de VERA CRUZ, - el pr incipal -, TAMPICO. -importante por el petróleo-, y CAMPECHE, por la maderas tintóreas. Sbbre el Pacífico se encuentran los puertos de MA­ZATLAN y ACAPULCO.

TIERRAS 'I'EMPLADAS. - Entre los 800 y 1. 700 metros. Temperatura media. Hay r i­quezas vegetales, - maíz, trigo, café, tabaco. caña de azúcar, y algodón - y minerales- sine, oro y plata. Alli se encuentra la ciudad de MEXICO, capital federal, con más de 3.000.000 de habitant es. MONTERREY, al norte, impor ­tante por las fundiciones de acero. En las már­genes del Lerma se halla GUADALAJARA, se­gunda población .

TIERRAS FRIAS. - Arriba de los 1 . 700 mts. Donde la altura no es excesiva, hay abun­dante vegetación y clima suave. En los bolso­nes, el clima se torna desértico. Riquezas mi­nerales: oro, plata. cobre, mercurio. etc.

COMUNICACIONES -

El principal medio de comunicación es el ferrocarril : 24 . 000 kms. de vías. El cent ro fe­rroviario es la ciudad de MEXICO.

COMERCIO -

Ocupa el primer puesto en la explotación mundial de la plata. Efectúa con Estados Uni­dos la mayor parte de un intercambio comer­cial. MATAMUROS mantiene activo comercio con otras ciudades de dicha nación.

#;a• vengaasa• caaffgan. per., DC) quitan la• c•lpas.

Cervantes . . .....

FISICO

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