La matriz productiva de un país debe estar basada en la industrialización de sus productos naturales,

en la transformación para que contengan valor agregado. Eso generará desarrollo, bienestar y

progreso. Hace pocos días el Presidente habló de sustituir harinas en panificación. Mencionó harina

de banano, pues deberíamos añadir harina de papa, de maíz, de pepa de pan, de chontaduro y de

tantas otras materias primas que se producen acá, yuca, por ejemplo. También en pastelería,

deberíamos practicar la sustitución de la harina de trigo con harinas de camote, zapallo y aun de

papaya. Esta propuesta se hizo hace muchos años por parte de Colegio de Ingenieros Químicos de

Pichincha y hoy veo con mucho beneplácito que ha hecho carne en un Presidente, enhorabuena,

adelante, exploremos todas las posibilidades que podamos y salgamos adelante. No es imposible,

basta que algunas universidades investiguen las proporciones en cada sugerencia y que determinen

las mezclas óptimas y que se apliquen en la práctica en las panaderías y pastelerías.