La Ley de Causalidad

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    INTRODUCCINLa cooperacin intelectual entre los positivismos "lgico"y "biolgico" por la que luch el profesor C. W. Morrisse ha con vertido en una estrecha cooperacin personal comoconsecuencia de los acontecimientos polticos. Es mi deseoque este libro pueda contribuir en algo a impedir la conver-sin del movimiento del empirismo lgico en una sectaestrecha y a hacer que fluya en una corriente ms ampliade desarrollo intelectual y cultural.

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    CAPTULO 1LA LEY DE CAUSALIDAD Y LA EXPERIENCIA

    EL MATEMTICO francs Henri Poincar. en dos obras so-bre la filosofa de la ciencia. Ciencia e Hiptesis y El valorde la Ciencia. expuso el punto de vista de que muchos delos principios ms generales de la ciencia terica (v. g. laley de la inercia. el principio de la conservacin de la ener'-ga. etc.). con respecto a los cuales uno se pregunta con fre-cuencia si son de origen emprico o a priori, no son en reali-dad nada de eso. sino definiciones puramente convencionalesdependientes del arbitrio humano.

    El propsito del presente estudio es aplicar este conceptoal principio que es en cierto sentido el ms general en todala ciencia terica. el de la Ley de Causalidad. El estmulodirecto para esta empresa se debe a un libro que. en realidad.sigue una tendencia opuesta. la obra sagaz y en muchos res-pectos imparcial de Hans Driesch titulada Conceptos yPrincipios de la Ciencia Natural l ). El autor comienza pordemostrar que la ley de la conservacin de la energa tieneun ncleo a priori que no es otra cosa que la ley de causa-lidad en su formulacin precisa. Con objeto de demostrarla prioridad del principio de la energa. Driesch presenta

    1) Naturbegriffe und Natururtei(e (Leipzig. 1904).21

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    ENTRE LA F[SICA y LA FILOSOFfAuna serie de ingeniosos argumentos que muestran que laexperiencia nunca puede refutar el principio en cuestin.Este despliegue de argumentos recuerda de una manera sorprendente el' utilizado por Poincar para defender su concepto del principio de la e n ~ r g a como algo convencional.La coincidencia es tanto ms notable por cuanto, evidentemente, ninguno de los autores ha sido infludo por el otro.Aunque las conclusiones a que llegan son enteramente distintas, las dos argumentaciones son muy parecidas. Puestoque la de Desch es aplicable en gran m ~ d i d a a la ley decausalidad, he encontrado en ella un nuevo apoyo para miconcepcin de esa ley, que considero como una consecuencianecesaria de los estudios de Poincar.

    La tesis que tratar de demostrar afirma que la ley decausalidad, el fundamento de toda ciepcia terica, no puede ser confirmada ni r,efutada por la experiencia; no porquese trate de una verdad conocida a priori, sino porque esuna definicin puramente convencional.

    Tomaremos como base la forma, de la ley de causalidad, ms libre de palabras imprecisas y ambiguas y quecontiene nicamente los elementos esenciales que se refieren directamente a los datos de los sentidos.La ley afirma que: si en el curso del tiempo el estado Adel universo es seguido una vez por el estado B, siempreque se d el A lo seguir el B.

    . Esta afirmacin abarca todo el contenido real de la leyde causalidad. Es importante para la comprensin de lamisma que ella pueda aplicarse nicamente al universo entero y no a una parte de l. Esto, sin embargo, hace imposible comprobarla empricamente. En primer lugar, nun-ca se puede conocer el estado de todo el universo, y en se-gundo lugar no es en general seguro que pueda volver adarse un estado A del universo. Si ningn estado A pudiera repetirse nunca, la ley carecera de sentido tericamen-

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    LA LEY DE CAUSALIDAD Y LA EXPERIENCIAque ella slo se refiere a estados que se repiten.

    fortuna, no es propiamente la ley exacta de causa-la que halla aplicacin en ia ciencia, sino una forde la misma que afirma slo algo aproximado.que si, en una regin finita del espacio, el estado Aseguido una vez por el estado B y otra vez por el estae, podemos hacer esa regin lo bastante grande, aasus adyacencias (environment) , de modo que elC se aproxime al estado B todo lo que queramos.

    En otras palabras, en los sistemas finitos la ley de caues tanto ms aproximadamente vlida cuanto ms

    1 U ' a n a e es el sistema. Si deseilmos aplicar la ley a un sistefinito y preguntamos si ese sistema es bastante grande,respuesta depende del grado de exactitud que necesitapara que se d el efecto predicho. Esto puede demostrarseun ejemplo sencillo tomado de la astronoma, la: ~ \ ; a e n C l a que ha sido laborada ms racionalmente. Conside

    el sistema ,compuesto por el Sol y la Tierra. Un esta-A, dado por una distancia determinada y la velocidadambos astros, es seguido siempre por la misma serie de es-

    tados, no importa la frecuencia con que se repita A;; perodebemos tomar la palabra "misma" demasiado al pie deletra. Pues, en realidad.. la serie de estados que sigue a Adepende tambin de las distancias y velocidades de todos losdems planetas y estrellas fijas. a los que tambin debemosen el sistema. Cuantos ms cuerpos celestes incluya-mos tanto ms exactamente es obedecida la ley de causalidad.Sin embargo. si inclumos en el sistema slo los planetas consus satlites. la exactitud es suficiente para todo propsitot"prctico. Vemos por ,este ejemplo que existen sistemas finitos

    los que puede aplicarse la ley de causalidad. No puedesaberse de antemano si un sistema determinado se conducirde este modo; por este motivo se ha desarrollado el llamadomtodo inductivo. Cuando un investigador ve "que en un23

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    ENTR.E LA FfsICA y LA FILOSOFfAsistema, el estado B sigue al estado A, no una vez SinOcon cierta frecuencia, dir que A es la causa de B" . Estoslo significa, no obstante, que la ley de causalidad es aplicable al sistema de que se trata. En lo que respecta a un sistema total. un solo caso de B siguiendo a A es bastantepara que uno pueda sacar conclusiones definitivas. En loque respecta a un sistema finito, sin embargo, es necesariodecidir en cada caso si es aplicable la ley de causalidad. Naturalmente, una decisin semejante nunca puede ser definitiva, pues la ley de causalidad, en cuanto se aplica a lossistemas finitos, no es la verdadera, sino slo una que lasubstituye. La verdadera ley tiene slo una existencia idealcorno un caso lmite al que se aproxima la ley para los sistemas finitos a medida que esos sistemas se agrandan.. No desearnos ocuparnos aqu de las dificultades que sur

    gen de la finitud de los sistemas empricos. }jstas nos parecern pronto relativamente insignificantes en comparacincon los argumentos que colocaran a la ley de causalidad enuna situacin peculiar si ella fuese rigurosamente vlida paralos sistemas finitos, 10 que se dar por supuesto en adelante.Tendramos entonces un sistema finito para el que esvlida la ley de que si el estado A es seguido una vez por elestado B, el estado A serseguido siempre por el B. En esta

    proposicin se presenta, sin embargo, una palabra particular que no puede explicarse directamente por referencia al guna a los datos de los sentidos, la palabra "estado" . y elanlisis de esta palabra bastar para sacar de quicio a estesignificado de la ley que parece tan fuertemente fundado.Qu es el "estado de un sistema"? La explicacin msobvia sera la de que, por estado, querernos dar a entender

    el conjunto de las propiedades perceptibles de un sistema.}jste sera un significado. Sin embargo, si tomarnos lapalabra "estado" en este sentido, la ley de causalidad sehace incorrecta, corno puede verse mediante ejemplos senci-

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    LA LEY DE CAUSALIDAD Y LA EXPER.IENCIASupongamos que el sistema se compone de dos varillashierro que se hallan la una junto a la otra sobre la mesa.por sentado que sea el estado A. Si no se lasseguirn as tranquilamente, es decir, A es seguido po rSi substitumos a una de las varillas de hierro por otra

    exactamente del mismo aspecto, el estado inicialacuerdo con nuestra definicin de la palabra "estado"el mismo de antes, a saber el A. Las varillas, sin em

    " " ~ & ~ ' se movern ahora la una hacia la otra; es decir, A esiliJ'eguido ahora, no por A, sino por B. Para poder decir queley de causalidad no es violada debemos decir que los es-

    tados iniciales slo eran aparentemente los mismos. Debe-comprender por "estado" no slo la totalidad de lasiedades perceptibles, sino tambin otras, por ejemplo,nuestro caso, la magntica. Una propiedad perteneciente

    ala definicin del estado es llamada un estado variable delCmo es que asignarnos a los cuerpos propiedades tantoimperceptibles corno perceptibles? Esas propiedades -carga

    afinidad qumica, etc .- son expresiones que incmo se conduce el cuerpo que las posee cuando se halla en ciertas situaciones. Son, segn Driesch, "los agregados de las posibilidades, considerados corno realidad".

    Esto slo significa, sin embargo, que si un cuerpo enun a situacin determinada se conduce de una manera distinta que otro cuerpo cuyo estado, en el sentido definidoal principio, es el mismo, le atribumos nuevos eSl:ados:variables adems de los perceptibles. Esto slo significa.a su vez, que si la ley de causalidad no es obedecida deacuerdo con una definicin del estado, volvernos a definirel estado de modo que la ley sea obedecida. Sin embargo,ai ste es el caso, la ley, que pareca afirmar un hecho, setransforma en una mera definicin de la palabra "estado".Podernos expresar la ley en la siguiente forma: "Por estado

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    ENTRE LA FtSICA y LA FILOSOFfA

    se entiende las propiedades perceptibles de un sistema decuerpos ms una serie de propiedades ficticias, de las cualesse incluyen tantas como para que los mismos estados seanseguidos siempre por los mismos estados". En esta forma,la "ley de causalidad" no parece ya en modo alguno unaley.Debido a que la palabra " e s t a d o ' que se daba en laforma de la ley de causalidad tomada en un principio comobase, es slo definida po,: esta ley, la ltima pierde el ca.rcter de una proposicin de hechos y se convierte en unadefinicin. No obstante, de una definicin no puede decirse vque es emprica o a priori; no es ms que un producto dela imaginacin humana./ ' "La ley de causalidad no es ms que el establecimientode una terminologa", es la conclusin a que llevan lasanteriores reflexiones. Como esta ley constituye la base detoda la ciencia terica, 1 i i m no es tampoco ms que-_.- ~ -una terminolog debidamente elegida. Puesto que la cienciaexperimental describe las propiedades de los cuerpos talcomo tas perciben nuestros sentidos, y los cambios de esaspropiedades, l tarea de la ciencia terica consiste en proporcionar cuerpos con propiedades ficticias que ante todo ase-guren la validez de la ley de causalidad'. La ciencia tericano es investigacin, sino una especie de recOStrucCion de lanaturaleza; es .obra de la imaginacin. De -esto se deduceclaramente ~ la llamada ciencia pura (es decir, apriori) cuya posibilidad llev a Ka'nt a escribir su Crticade la Razn Pura, deriva su conviccin de ser cierta. Losprincipios de la ciencia pura, el primero de los cuales es laley de causalidad, son ciertos porque no son ms que definiciones disfrazadas.

    La ciencia pura no afirma nada acerca de la naturalezaem,prica; slo da instrucciones para retratar a la naturaleza.Todos los argumentos que Driesch ha desplegado tan inge-

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    LA LEY DE CAUSALIDAD Y LA EXPERIENCIAIJllillIl"'HL'" para demostrar la existencia de una ciencia puraen verdad, que hay principios independientesi' _ . .. ."tra experiencia, peronoe xplican 'por qu es as. Las

    quedan completamente reveladas mediante el conantes expuesto.vemos que la ms moderna filosofa de la naturalezade una manera notable .1a idea bsica del idealismode que la experiencia slo sirve para llenar un armaque el hombre lleva consigo como parte de su naturaLa diferencia consiste en que los antiguos filsofos

    n a este armazn como una consecuencia nece-del organismo humano, en tanto que nosotros vemosl una creacin libre de la imaginacin humana.Se ha hecho con frecuencia esta pregunta: " Cmo ~ e d e

    que el hombre s e a c ~ tratar .todo_ lo _cic laUrdl",za exterior, que es, en realidad, completamente in>endinte de su pensamiento?" No son la naturaleza yintelecto humano cosas inconmensurables? Desde nuestro

    de vista es fcil responder que la naturaleza que lahumana racionaliza por medio de la ciencia tericaen modo alguno la naturaleza- que conocemos por

    I:ft.lnedio de nuestros sentidos. La ley de causalidad, y con ellala ciencia terica , tienen como objeto no la n a t u r a l ~ z a: ' ...v.rica sino la naturaleza ficticia de que hablamos antes. l t i m ; in' embargo, no-es solamente el objeto, sino

    Itmmoin la obra (y obra, no en un sentido metafsico, sinoel sentido corriente) del hombre; de aqu que .pueda serc o m p r e n d i d a completamente por l.

    La experiencia y el experimento nunca pueden dar unarespuesta inequvoca a las preguntas fundamentales de laciencia terica. Si lo deseo, puedo proporcionar a todos loscuerpos estados variables, todos los cuales sean cualitativamente diferentes, con objeto de cumplir la ley de causalidad.Puedo considerar al calor, la electricidad, el magnetismo,

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    ENTRE LA F/SICA y LA FILOSOFtA

    una serie de ingeniosos argumentos que muestran que laexperiencia nunca puede refutar el principio en cuestin.Este despliegue de argumentos recuerda de una manera sorprendente el utilizado por Poincar para defender su con~ e p t o del principio de la en.erga corno algo convencional.La coincidencia es tanto ms notable por cuanto, evidentemente, ninguno de los autores ha sido infludo por el otro.Aunque las conclusiones a que llegan son enteramente distintas, las dos argumentaciones son muy parecidas. Puestoque la de Drioesch es aplicable en gran medida a la ley decausalidad, he encontrado en ella un nuevo apoyo para miconcepcin de esa ley, que considero corno una consecuencianecesaria de los estudios de Poincar.

    La tesis que tratar de demostrar afirma que la ley decausalidad, el fundamento de toda ciencia terica, no puede ser confirmada ni refutada por la experiencia; no porquese trate de una verdad conocida a priori, sino porque esuna definicin puramente convencional.

    Tornaremos como base la forma, de la ley de causalidad, ms libre de palabras imprecisas y ambiguas y quecontiene nicamente los elementos esenciales que se refieren directamente a los datos de los sentidos.La ley afirma que: si en el curso de.[ tiempo el estado Adel universo es seguido una vez por el estado B, siempreque se d el A lo seguir el B.Esta afirmacin abarca todo el contenido real de la leyde causalidad. Es impor tante para la comprensin de la

    misma que ella pueda aplicarse nicamente al universo entero y no a una parte de l. Esto, sin embargo, hace imposible comprobarla empricamente. En primer lugar, nun-ca se puede conocer el estado de todo el universo, y en se-gundo lugar no es en general seguro que pueda volver adarse un estado A del universo. Si ningn estado A pudiera repetirse nunca, la ley carecera de sentido tericamen-

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    LA LEY DE CAUSALIDAD Y LA EXPERIENCIApuesto que ella slo se refiere a estados que se repiten.Por fortuna, no es propiamente la ley exacta de causalidad la que halla aplicacin en la ciencia, sino una formulacin de la misma que afirma slo algo aproximado.Dice que si, en una regin finita del espacio, el estado A

    es seguido una vez por el estado B y otra vez por el estado C, podernos hacer esa regin 10 bastante grande, aadindole sus adyacencias (environment), de modo que elestado C se aproxime al estado B todo lo que queramos.

    En otras palabras, en los sistemas finitos la ley de causalidad es tanto ms aproximadamente vlida cuanto msgrande es el sistema. Si desearnos aplicar la ley a un sistema finito y preguntarnos si ese sistema es bastante grande,la respuesta depende del grado de exactitud que necesitamos para que se d el efecto predicho. Esto puede demostrarsemediante un ejemplo sencillo tornado de la astronoma, laciencia que ha sido laborada ms racionalmente. Consideremos el sistema compuesto por el Sol y la Tierra. Un estado A, dado por una distancia determinada y la velocidadde ambos astros, es seguido siempre por la misma serie de es-tados, no importa la frecuencia con que se repita A; perono debernos tornar la palabra "misma" demasiado al pie dela letra. Pues, en realidad, la serie de estados que sigue a Adepende tambin de las distancias y velocidades de todos losdems planetas y estrellas fijas, a los que tambin debernosincluir en el sistema. Cuantos ms cuerpos celestes incluyamos tanto ms exactamente es obedecida la ley de causalidad.Sin embargo, si inclumos en el sistema slo los planetas consus satlites, la exactitud es suficiente para todo propsitoprctico. Vernos por este ejemplo que existen sistemas finitosa los que puede aplicarse la ley de causalidad. No puedesaberse de antemano si un sistema determinado se conducirde este modo; por este motivo se ha desarrollado el llamadomtodo inductivo. Cuando un investigador ve "que en un

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    ENTRE LA F[SICA y LA FILOSOFfAsiste'ma, el stado B sigue al estado A, no una vez sinocon cierta frecuencia, dir que A es. la causa de B" . Estoslo significa, no obstante, que la ley de causalidad es aplicable al sistema de que se trata. En 10 qU respecta a un sistema total, un solo caso de B siguiendo a A es bastantepara que uno pueda sacar conclusiones definitivas. En 10que respecta a un sistema finito, sin mbargo, es necesariodecidir en cada caso si es aplicable la ley de causalidad. Naturalmente, una decisin semejante nunca puede Sr definitiva, pues la ley de causalidad, en cuanto se aplica a lossistemas finitos, no es la verdadera, sino slo una que lasubstituye. La verdadera ley tiene slo una existencia idealcomo un caso lmite al que se aproxima la ley para los sis-temas finitos a medida que esos sistemas se agrandan.. No deseamos ocuparnos aqu de las dificultades que surgen de la finitud de los sistemas empricos. :stas nos parecern pronto relativamente insignificantes en comparacincon los argumentos que colocaran a la ley de causalidad en

    una situacin peculiar si ella fuese rigurosamente vlida paralos sistemas finitos, 10 que se dar por supuesto en adelante.Tendramos entonces un sistema finito para el que esvlida la ley de que si el estado A es seguido una vez por elestado B, el estado A ser seguido siempre por el B. En estaproposicin se presenta, sin embargo, una palabra particular que no puede explicarse directamente por referencia al

    guna a los datos de los Sntidos, la palabra "estado". y elanlisis de esta palabra bastar para sacar de quicio a estesignificado de la ley que parece tan fuertemente fundado. Qu es el "estado de un sistema"? La explicacin msobvia sera la de que, por estado, queremos dar a entenderel conjunto de las propiedades perceptibles de un sistema.:ste sera un significado. Sin embargo, si tomamos lapalabra "estado" en este sentido, la ley de causalidad sehace incorrecta, como puede verse mediante ejemplos senci-24

    LA LEY DE CAUSALIDAD Y LA EXPERIENCIA110s. Supongamos que el sistema se compone de dos varillasde' hierro que se hallan la una junto a la otra sobre la mesa.Demos por sentado que sea el estado A. Si no se lastoca, seguirn as tranquilamente, es decir, A es seguido po r,A. Si substitumos a una de las varillas de hierro por otramagntica exactamente del mismo aspecto, el estado inicialde acuerdo con nuestra definicin de la palabra "estado"ser el mismo de antes, a saber el A. Las varillas, sin embargo, se movern ahora la una hacia la otra; es decir, A sseguido ahora, no por A, sino por B. ,Para poder decir quela ley de causalidad no es violada debemos decir que los estados, iniciales slo eran aparentemnte los mismos . Debemas comprender por "estado" no , slo la totalidad de laspropiedades perceptibles, sino tambin otras, por ejemplo,en nuestro caso, la mag.ntica. Un a propiedad pertenecientea la definicin del estado es llamada un estado variable delsistema.Cmo es que asignamos a los cuerpos propiedades tantoimperceptibles como perceptibles? Esas propiedades -cargaelctrica, afinidad qumica, etc . - son expresiones que indican cmo se conduce el cuerpo que las posee cuando se halla en ciertas situaciones. Son, segn Driesch, "los agregados de las posibilidades, considerados como realidad".

    Esto slo significa, sin embargo, que si un cuerpo enuna situacin determinada se conduce de una manera distinta que otro cuerpo cuyo estado, en el sentido definidoal principio, es el mismo, le atribumos nuevos estadosvariables adems de los perceptibles. Esto slo significa,a su vez, que si la ley de causalidad no es obedecida deacuerdo con una definicin del estado, volvemos a definirel estado de modo que la ley sea obedecida. Sin embargo,si ste es el caso, la ley, que pareca afirmar un hecho, setransforma en una mera definicin de la palabra "estado".Podemos expresar la ley en la siguiente forma: "Por estado

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    ENTRE LA FlSICA y LA FlLOSOFIAse entiende las propiedades perceptibles de un sistema decuerpos ms una serie de propiedades ficticias, de las cualesse incluyen tantas como para que los mismos estados seanseguidos siempre por los mismos estados". En esta forma,la "ley de causalidad" no parece ya en modo alguno unaley.

    Debido a que la palabra "estado", que se daba en laforma de la ley de causalidad tomada en un principio comobase, es slo definida po,: esta ley, la ltima pierde el carcter de una proposicin de hechos y se convierte en unadefinicin. No obstante, de una definicin no puede decirse vque es emprica o a priori; no es ms que un producto dela imaginacin humana. /" "La ley de causalidad no es ms que el establecimientode una terminologa", es la conclusin a que llevan lasanteriores reflexiones. Como esta ley constituye la base detoda la ciencia terica, l t i m a no es tampoco msuna terminologa debidamente elegida. Puesto que la cienciaexperimental describe las propiedades de los cuerpos talcomo las perciben nuestros sentidos, y los cambios de esaspropiedades, l tarea de la ciencia terica consiste en proporcionar cuerpos con propiedades ficticias que ante todo aseguren la validez de la ley de causalidad. La ciencia tericano es investigacin, sino una especie de reC:;-Struccin de la'natiualeza; obra de la imaginacin. De esto se deduceclaramente de dnde la llamada ciencia pura (es decir, ap'riori) cuya posibilidad llev a Kant a escribir su Crticade la Razn Pura, deriva su conviccin de ser cierta. Losprincipios de la ciencia pura, el primero de los cuales es laley de causalidad, son ciertos porque no son ms que definiciones disfrazadas.

    La ciencia pura no afirma nada acerca de la naturalezaern,prica; slo da instrucciones para retratar a la naturaleza.Todos los argumentos que Driesch ha desplegado tan inge-

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    LA LEY DE CAUSALIDAD Y LA EXPERIENCIAftiosamente para demostrar la existencia de una ciencia puraen verdad, que hay principios independientesnuestra experiencia, perono explican pQLgu es as. Las- .- ._"-quedan completamente reveladas mediante el con-antes expuesto., As vemos que la ms moderna filosofa de la naturalezatesucita de una manera notable .la idea bsica del idealismocrtico de que la experiencia slo sirve para llenar un armazn que el hombre lleva consigo como parte de su natural e ~ a . La diferencia consiste en que los antiguos filsofosconsideraban a este armazn como una consecuencia necesaria del organismo humano, en tanto que nosotros vemosen l una creacin libre de la imaginacin humana.

    Se ha hecho con frecuencia esta pregunta: " Cmo ~ u e d e.!Iuceder que el hombre ,sea 'capaz de tratar todo lo de lanaturaleza exterior, que es, en realidad, completamente independiente de su pensamiento?" No son la naturaleza yel intelecto humano cosas inconmensurables? Desde nuestropunto de vista es fcil responder que la naturaleza que lamente humana racionaliza por medio de la ciencia tericano es en modo alguno la naturaleza que conocemos por'medio de nuestros sentidos. La ley de causalidad, y con ellatoda la ciencia terica, tienen como objeto no la naturalezaemprica, la naturaleza ficticia de que hablamos antes.Esta ltima, sine mbargo, ~ solamente el objeto, sinotambin la obra (y obra, no en un sentido metafsico, sinoen el sentido corriente) del hombre; de agu que pueda sercomprendida completamente por l.

    La experiencia y el experimento nunca pueden dar unarespuesta inequvoca a las preguntas fundamentales de laciencia terica. Si lo deseo, puedo proporcionar a todos loscuerpos estados variables, todos los cuales sean cualitativamente diferen,tes, con objeto de cumplir la ley de causalidad.Puedo considerar al calor, la electricidad, el magnetismo,27

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    ENTRE LA fisICA y LA FILOSOFiAetc., como propiedades de los cuerpos, esencialmente diferentes unas de otras, como lo ha hecho la moderna energtica y como lo hace Driesch. Po r otra parte, si lo d.eseo,puedo arreglarme sin introducir diferencias cualitativas. Po rejemplo, puedo introducir nicamente el movimiento demasas; pero entonces, con objeto de obtener la diversidadnecesaria, debo apelar a movimientos ocultos imposibles deconfirmar. Esto lleva a la descripcin puramente mecnicadel mundo, que Demcrito concibi oscuramente como unideal y que se da la mayora de las veces en la forma delatomismo. Esta descripcin puramente cuantitativa del uni-verso, que se esfuerza po r manejarse con un nmero mnimode cualidades, hall su exposicin ms lgica en el libroFilosofa de la Materia Inanimada de Adolf Stohr 2), dondehasta las especificaciones cualitativas adheridas todava alatomismo mecnico fueron suprimidas en favor de esquemaspuramente geomtricos-cuantitativos. Esta obra, como larealizacin ms radical del programa de los atomistas, ocupaun lugar importante en la literatura de la fsica. De unamanera enteramente diferente, H. A . Lorentz y sus discpulos han creado una descripcin cuantitativa del mundoapartndose de la tradicin mecanicista e introduciendo comoestados cargas elctricas variables y campos elctricos y mag-nticos. As surgi la representacin electro-magntica delmundo. Entre todas estas representaciones no es posible elegir nicamente a base de la experiencia. Un a puede ser mssimple, otra ms complicada, pero ninguna es verdadera ofalsa.

    Vemos que no es en modo alguno una cuestin cientfica,en el sentido ms estricto, determinar qu representacindel mundo me hago para m mismo. Las representacionesdel mundo son nicamente expresiones ms o menos dife-

    2) Philosophie' der unb e/ebten Mat erie (Leipzig, 1907) ,28

    LA LEY DE CAUSALIDAD y LA EXPERIENCIAempleadas para un mismo objeto, la naturaleza

    esto es cierto tambin con respecto a una preque se ha venido haciendo durante mucho tiempode la concepcin del mundo y cuya respuesta supera

    lo que puede pedirse al hombre de ciencia. Es unacon la que parece estar relacionado un nmerode valores sentimentales y que, sin embargo, n )

    que una cuestin de terminologa. Es la preguntavolver al fin del libro de Driesch mencionado al

    de si los fenmenos d-e la vida animal y vegetalser explicados por medio de las leyes de la fsica y

    :Qulmica, pregunta que se resume generalmente en la exaltisonante "vitalismo o mecanicismo".

    Debemos a Driesch la primera formulacin clara y sinjuicios del problema que, siguindole a l y con referencia

    10 que se ha dicho hasta ahora, podemos expresar as:~ b e m o s , para satisfacer la ley de causalidad en el dominio

    la vida, atribuir al cuerpo adems de las propiedadesI!:cambios de estado) de la fsica y la qumica otras propie

    cualitativamente diferentes ? Driesch trata de demosque debemos hacerlo e introduc-e a la entelequia como

    cambio de estado peculiar de los cuerpos vivos. Estem tento de Driesch tendiente a demostrar que es imposible

    con los cambios de estado fsicos y qumicos ni-iJII.. ......... -.. no me parece enteramente convincente. Desde luego,demuestra que podemos suponer para los procesos

    un cambio de estado especfico, pero no que debemos.es posible prever todas las tretas que un o podra .en la ficcin de combinaciones ocultas de estados

    variables. Me gustara observar en favor delque, as como no puedo obligar a alguien queal calor como un cambio de estado especfico alo como un movimiento de partculas de la masa,

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    ENTRE Li \ FlSICA y LA FILOSOF/Aas tampoco puedo obligar a los partidarios de la entelequiaa substituirla por cambios de estado ficticios. No obstante,eso no tiene mucha importancia para nosotros en lo querespecta al p ~ o p s i t o de la presente obra. Lo importante esque, de las obras bio-tericas de Driesch, si las examinamosdesde el punto de vista adoptado por nosotros, se deduceclaramente que la pregunta "mecanicismo o vitalismo?" noes una cuestin de hecho. No es una pregunta a la que unexperimento decisivo puede responder s o no. Es ms bienuna pregunta cuya solucin depende del ingenio de la imaginacin humana y nunca puede ser convincente Pua todoslos hombres. La pregunta no es: "Es eso as o de otrontiOdo?", sino ms bien sta: " Podemos pintar el cuadroen ste o en aquel estilo, o en ambos?"Todo esto nada tiene que ver con la cuestin de la concepcin del mundo en el sentido tico-religioso.

    30,

    CAPTULO III..;A IMPORTANCIA DE LA FILOSOFtA DE LACIENCIA DE ERNST MACH EN NUESTRAPOCA

    SUCEDE algo notable con respecto a'las doctrinas de Mach,filsofos las ridiculizan con frecuencia o las rechazand e s d e o s a m e n t e como la obra de un fsico que chapucea enf i l o s o f a ; los fsicos las deploran con frecuencia como ex-"''''U:''''' del camino recto de la ciencia natural respetable yU l l l l i [ a . Sin embargo. ni los fsicos y filsofos, ni los his

    t o r i a d o r e s y socilogos, ni muchos otros, pueden desentende Mach. Algunos lo atacan apasionadamente; otr0s

    ensalzan con fervor. Hay algo fascinante en esas doctri-sencillas y sinceras. A pesar de su sencillez son estimuy provocativas. Son en verdad muy pocos los pen~ u u r e s que pueden provocar diferencias de opiniones tan

    que inspiren tanto a unos y repugnen tan com-,pletamente a otros. Qu hay en esas doctrinas que haceimposible a todos, cualesquiera que sean sus opiniones,dejar de adoptar una actitud concreta con respecto a las

    m i s m a s ? .' - IDe esto es de lo que me gustara tratar ' en el presenteestudio. Me he formado una opinin' bastante concretaacerca de la posicin que ocupa Mach en la vida intelectual

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    ENTRE LA FlsICA y LA FILOSOFfAde nuestros tiempos, y esta poslclOn, segn creo, explicarpor qu se lo discute con tanta violencia. No se trata aqude los detalles de las doctrinas de Mach, con frecuencia individual e histricamente condicionados, sino ms bien desu ncleo, que constituye justamente el foco de la lpcha.No hablar, po r lo tanto, de la actitud general de Machcon respecto al problema psico-fsico, ni de sus contribuciones por separado a la fsica y la psicologa, sino slo desu concepcin de las tareas y de las posibles aspiraciones dela ciencia exacta.

    En los ltimos aos se ha advertido entre los fsicos ymatemticos creadoramente activos una reaccin contra lasideas de Mach. Cuando uno de los fsicos tericos ms destacados de nuestro tiempo, Ma x Planck 1) Y uno de losgemetras vivientes ms notables, E. Study 2), caracterizana esas ideas como engaosas en parte, en parte imposiblesde realizar y en parte realmente perjudiciales para la ciencia, el hecho hace pensar y no puede ser dejado de lildo a laligera.

    Lo que un investigador de aptitudes tan marcadamenteconstructivas como Planck desaprueba sobre todo en las opiniones de Mach es su juicio de los valores. Para el investigador, toda nueva teora apoyada en el experimento esun trozo de realidad recin descubierto. Segn Mach, encambio, la fsica no es ms que una coleccin de proposiciones acerca de las relaciones entre las percepciones de lossentidos, y las teoras no son ms que medios econmicosde expresin para resumir esas relaciones.

    "E l propsito de la ciencia natural -d ice Mach- esobtener relaciones entre los fenmenos. Las teoras, no obs-

    1) M. PLANCK, Die Einheit des physilwlischen W ,eltbildes (Leipzig,1909). ,2) E. STUDY, Die realistische Weltansicht und die Lehre voro Rau-me (Brunswick, 1914) .

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    LA FILOSOFA DE ERNST MACHson como hojas marchitas, que caen despus de haber

    al organismo de la ciencia respira,r durante un3). Esta concepcin fenomenalista, como se la

    era ya conocida po r Goethe. En sus Mximas y Re-pstumas dice: "Las hiptesis son los andamios

    se levantan en el frente de un edificio y se retiran cuanel edificio est terminado. Son indispensables para elpero ste no debe confundir el andamiaje con el

    ~ l ~ l U . " Y aade todava ms terminan emen te: "L a consde los fenmenos es lo nico importante; 16 que~ n s a m o s acerca de ellos no tiene importancia alguna."

    dir, sin embargo, que Goethe no era realmente unfsico y que podemos ver en su caso un ejemplo deesos principios bsicos ponen trabas al espritu de

    l\investigacin. As, Planck dice: "Cuando los grandes maesde la investigacin exacta de la naturaleza aportaronideas a la ciencia, cuando Nicols Coprnico desplaz a

    Tierra del centro del Universo, cuando Johannes Keplerx u r m u l las leyes que llevan su nombre, cuando Isaac New

    descubri la gravitacin. o. -la serie se podra promucho- los puntos de vista econmicos fueron,

    nuramente, los que menos fortalecieron a esos hombressu lucha contra las opiniones tradicionales y las autori

    dominantes. No , fu su fe inconmovible -b ien se'; .....oyase en una 'base artstica o en una base religiosa- en

    realidad de su concepcin del mundo. En vista de estosciertamente indiscutibles, un o puede rechazar la su

    I'UlilClUn de que, si el principio de economa de Mach fuese~ ' m e s t o realmente en el centro de la teora del conocimiento,

    curso de los pensamientos de esos espritus sobresalientes8) E. MACH. Die Geschichte und die W urzel des Satzes van der

    ~ r h a l t u n g der Arbeit, escrito en 1871. Una traduccin inglesa. HistoryRoot of PrincipIe of the Conservarian of Energy. fu publi

    cada en 1911.33

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    ENTRE LA FlslCA y LA FILOSOFfAsera perturbado, el vuelo de su imagina'cin quedara mutilado y, en consecuencia, el progreso de la ciencia sera talvez fatalmente obstaculizado 4) .

    Que estos temores as generalizados carecen de base puedeverse fcilmente si se recuerdan las opiniones de un o delos fsicos tericos ms grandes del siglo XIX, James ClerkMaxwell, sobre la naturaleza de las teoras fsicas. No hayms que leer la introduccin de su ensayo sobre las lneasde fuerza de Faraday, ao 1855 11), para convencerse de queera po r completo un partidario del punto d.e vista fenomenalista. Sin embargo, no puede decirse de l en modo algunoque esa adhesin mutilase el vuelo de su imaginacin: enrealidad, sucede todo lo contrario. El cOJlcepto de la relativasubestimacin de la teora en comparacin con el fenmenoda a la teorizacin de semejante investigador algo especial-mente libre e imaginativo.Concedo de buena gana que la doctrina fenomenalistaque agrada a quienes trabajan en fsica es descriptiva msbien que constructiva. Muchas de esas personas, que soncapaces de describir mu y claramente determinados fenme-no s - a u n muy especiales- pueden considerarse ellas mis-mas a causa de esta doctrina como sublimemente superioresa los espritus imaginativos y creadores, cuyas obras, despusde todo, no son ms que fantasmas y "hojas marchitas".No creo, sin embargo, que la filosofa de Mach haya mutilado la imaginacin a personas de ese carcter. Se trata msbien del caso de una imaginacin mutilada por naturalezaque utiliza las doctrinas de Mach como un a bella capa paraocultar su deformidad. Ha podido haber casos como los quedieron motivo a que Planck, al final de la conferencia antes

    4) PLANCK. op. cit., p. 36.11) Publicada en Cambridge Philosophical Societr, Transactionl.186 .. . y en The Scientific Papers of James Clerk Maxwell. ed. porW. D. Niven (Cambride: Tb e University Presl. 1890). vol. 1.

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    LA flLOSOFJA DE. ERNST MACHlanzase a los predicadores de las doctrinas fenomena-

    las palabras bblicas: "Por sus frutos los conoceris."respecto a este criterio de los frutos debera decir

    ms. En primer lugar, y en relacin con la misma. bblica, me gustara transcribir un a cita de Pierre

    s o b ~ e el valor de las teoras fsicas. Duhem fu eltante francs ms destacado de ideas semejantes ade Mach. Dijo: "Por el fruto se juzga al rbol; el rbolla ciencia crece mu y lentamente; pasan siglos antes dese puedan recoger los frutos maduros; aun ho y da es

    posible para nosotros descascarar y apreciar el meollolas doctrinas que florecieron en el siglo XVII. Quien

    no puede, en consecuencia, juzgar el valor del gran9.tener fe en la fecundidad de la semilla para podersin fatiga el surco que ha elegido cuando arroja sus

    a los cuatro vientos" 6) .Estas observaciones del investigador ms grande y ms

    de la historia de la fsica constituyen quiz la mejore s p u e s t a a la opinin expresada por Planck de que "hasta

    J1uestra presente concepcin del mundo, aunque muestra losvariados colores de acuerdo con la individualidad del

    posee, no obstante, ciertos rasgos que nunca~ u e d e n ser borrados por ninguna revolucin, ni en la natu

    ni en la mente humana" 7) . Estos rasgos perdurablessegn Mach, del hecho de que todas las teoras' iLlUlIlLlJICli deben da r la misma relacin entre los fenmenos;

    mismo hecho garantiza cierta constancia. Las relacionesentre los fenmenos forman una red; la teora

    de hacer pasar un a superficie continua a travs de los': "'"rlns e hilos de la red. Naturalmente, cuanto ms cerradas

    las mallas tanto ms fuertemente es fijada la superficie8) P. DUHEM. L'Evolution de la mcanique (Pars. 1903).'1) Op. cit., p. 35.

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    ENTRE LA FIsICA y LA FILOSOFfA

    por la red. De aqu que a medida que progresa nuestraexperiencia se permita cada vez menos el juego de la superficie. sin que est nunca determinada inequvocamente porla red.

    Puesto que los principios bsicos de Mach no haranms que perjudicar a la fsica. es una suerte para los fsicos.segn Planck y Study. que estos principios nunca hayansido aplicados a fondo por sus partidarios. aunque ello seauna triste seal para los principios mismos. As. Study diceacerca del positivismo. como l llama a las doctrinas deMach: "Consideramos a este principio como una perfectautopa. La posibilidad de su existencia se basa enteramenteen el hecho de que es desautorizada por sus propios partidarios a cada paso. Hasta ahora nunca se ha hecho unintento serio de aplicarlo consecuentemente." "Tratamosaqu de una cuestin de principio y por 10 tanto debemosdistinguir entre la teora del positivismo y la prctica de lospositivistas enteramente inconsecuentes (por fortuna paraellos) ." 8). Planck dice igualmente: "Alcanzamos. pues.un modo de expresin ms realista . . . que es en realidadel nico que emplean siempre los fsicos cuando hablan enel lenguaje de su ciencia." 9)

    Con sarcasmo mordaz. Study dice: "En numerosos casoslas hiptesis que son denunciadas bajamente a la recepcinoficial (por qu no las atomistas. tambin?) son admitidas. bajo un nombre diferente y por una puerta traserapreparada para ello. en el santuario de la ciencia. Esos nombres y los motivos correspondientes no son pocos. en modoalguno. Sin ningn esfuerzo recogi el autor una docenantegra de ellos: "la descripcin ms completa y ms simple"(Kirchhoff). "medios subjetivos de investigacin". "res-

    8) STUDY, op. cit., pgs. 36, 4l.11) Citado por STUDY, p. 37.

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    LA FILOSOFfA DE ERNST MACH

    de posibilidades". "requerimiento de conceptibilidadlos hechos". "restriccin de la expectativa". "resultadola investigacin analtica". "economa de pensamiento".biolgica" (todas stas empleadas por Ernst

    ," 10)la misma irona observa Planck: "No me sorprenen modo alguno que un miembro de la escuela deapareciese un da con el gran descubrimiento de. . . la realidad de los tomos es precisamente 10 quela economa cientfica," 11)

    Tambin otros autores sealan la evidente contradiccinexiste en los admiradores de Mach entre la teora y la. El positivista sustenta una teora peculiar de laSmraU'za de las teoras fsicas. pero tan pronto como corealmente la fsica se conduce en la prctica comootro fsico. Un discpulo de Mach puede procla-que la fsica tiene que ver nicamente con las relacioneslas percepciones de los sentidos. pero el predicador dedoctrina habla como fsico exactamente igual que cualotro fsico acerca de la materia y la energa y hasta

    de tomos y electrones.Sin embargo. es precisamente esta contradiccin al parecerpalpable la que puede llevar a la comprensin del ncleo

    permanente de las doctrinas de Mach. Oigamos una veza Study: "Toda la situacin recuerda notablemente lade Kronecker de abolir los nmeros irracionales

    reducir la matemtica a proposiciones sobre los nmerostambin en este caso la sugestin no ha pasado dey por las mismas buenas razones." 12) La analo-1bid., p. 37 .M. PLANCK, "Zur Macbscben Tbeorie der pbysikaliscben Eris", Vierteljahrsschrift fr wissenschaftliche Philosophie und So-(Leipzig), XXXIV (1911) , 497 .

    STUOY, op. p. 39 .37

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    ENTRE LA F/sICA y LA FILOSoplAga, tal como la veo, es muy apropiada, pero me gustaradarle una interpretacin distinta de la de Study. Es evidentemente tonto, en realidad, expresar todos los teoremasde la matemtica como teoremas acerca de los nmeros enteros. En principio, no obstante, aclara mucho las cosas elsaber que todos los teoremas acerca de los nmeros irracionales, y por lo tanto todos los teoremas acerca de valores lmites, podran ser expuestos como teoremas acerca de los nmeros enteros. Una vez comprobada esta posibilidad, todo elanlisis puede desarrollarse como de costumbre. Pero cuandose plantea un teorema acerca de las derivadas y alguiencomienza a sutilizar a su respecto, preguntando si este teorema est realmente de acuerdo con la "naturaleza" de la diferencial y entra en reflexiones profundas y escpticas conrespecto a esta "naturaleza", se le puede decir sencillamente:"Podra expresar este teorema, si me tomase el tiempo necesario, como un teorema referente a los nmeros enteros:la naturaleza de este teorema no es, por lo tanto, ms nimenos misteriosa que la de los nmeros naturales."

    La situacin es enteramente semejante con respecto a lateora fsica del conocimiento de Mach. No ,se trata de eX'-presar realmente todas las proposiciones fsicas como pro-posiciones acerca de las relaciones entre las percepciones delos sentidos. Es importante, no obstante, establecer -el principio de que slo tienen un significado real las proposicionesque podran ser expresadas en principio como proposicionesacerca de las relaciones entre nuestras percepciones. Expresarla ley de conservacin de la energa o la ley de equiparticinde la energa entre todos los grados de libertad comoposiciones acerca de las relaciones entre las percepciones estan laborioso, y tambin tan superfluo, como expresar elteorema de que la derivada del seno es el coseno como unaproposicin sobre nmeros enteros. En principio, sin embarso, lmbas cosas son ciertamente posibles.

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    LA lILOSOFIA DE. l.RNST MACHfuncionamiento interno de la fsica carece deen la mayora de los casos que uno haya acep-

    o no el punto de vista de Mach. Del mismo modo, ende Kronecker sobre el clculo integral no se

    nada que difiera esencialmente de la presentacinmatemticos.qu estriba, por 10 tanto, el valor de las doctrinas

    Mach para la fsica?opinin es que su principal valor no consiste en queal fsico a seguir adelante en sus trabajos de fsica,ms bien en que proporcionan los medios para defenel edificio de la fsica contra los ataques del exterior.

    Quien examine desapasionadamente los conceptos quehoy da la base del sistema de hiptesis de la

    , apenas podr afirmar en serio que el tomo, el elec-y la accin de los quanta forman realmente los elefundamentales de la construccin. Todo pensadoralguna inclinacin hacia la escrupulosidad lgica puede

    muchas oscuridades en esos conceptos. En esasIICDuloslOades puede penetrar la duda y tratar de conmoverel sistema de la fsica como el fundamento de nuestracientfica del mundo. Aqu se adelanta Mach y: "Todos estos conceptos son nicamente conceptos

    Lo importante es la relacin entre los fenmenos.tomos, los electrones y los quanta no son ms quepara representar un sistema de ciencia conexo:posible derivar lgicamente de unos pocos principiosel inmenso sistema de los fenmenos conexos.estos principios abstractos slo sn, por lo tanto, lospara una represen,tacin econmica. No son la base

    La realidad de la fsica nunca puede serpor crtica alguna de los conceptos auxiliares."obra de Mach no es, en consecuencia, esencialmente des-como se la presenta con frecuencia; el positivismo

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    ENTRE LA FlsICA y LA FILOSOFfAno es, como Study lo llama, un "negativismo", sino, porlo contrario, un intento de crear una posicin inexpugnablepara la fsica. En realidad, tambin Planck reconoce estocuando dice: "A l (el positivismo de Mach) le correspondeplenamente el crdito por haber descubierto otra vez, frenteal escepticismo amenazante, el nico punto de partida l e g ~timo de toda investigacin de la naturaleza, las " p e r c e p ~ciones de los sentidos" 13) .

    El hecho de que Planck condene tan severamente la c o n ~cepcin de Mach se debe, por lo tanto, en mi opinin, aque la considera nicamente desde el punto de vista de suaplicacin dentro de la fsica . Debe decirse, sin embargo,que, aun considerada desde ese punto de vista, la concepcinfenomenalista ya ha realizado algo y quiz sea capaz derealizar an ms. En las regiones limtrofes d la fsica,donde los conceptos generales como espacio, tiempo y mo-vimiento desempean un papel, la posicin epistemolgicaque uno toma no carece ya enteramente de importancia. Enrealidad, hoy da se sabe en todas partes que la teora gene-ral de Einstein sobre la relatividad y la gravitacin naciinmediatamente de la doctrina positivista sobre el espacioy el movimiento, como el propio Einstein ha demostradodetalladamente en su referencia a Mach 14).En general, sin embargo, conceder de buena gana a

    ~ l a n c k y Study que el mismo positivismo no ha contribu-do mucho a aclarar los problemas particulares de la fsica.Pero de esto no se deduce que el positivismo, en general,carezca de valor. Los "frutos" de las doctrinas de Machno tienen ciertamente un carcter puramente fsico. Se recor-dar que en los aos recientes se trat de aprovechar la

    13 ) Einheit des physikalischen Weltbildes, p. 34.U) Physikalische Ze itschrift, vol. XVIII (1916).

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    LA FlLOSOFIA DE ERNST MACH

    de los conceptos fsicos bsicos para proclamar lalancarrota de la concepcin cientfica del mundo. Teniendoen cuenta puede atribuirse un gran valor al esfuerzo depara hacer a la fsica independiente de toda opinipnPoincar dice: "A primera vista nos parece que lasno duran ms que un da y que las ruinas se amon-sobre las ruinas . . . Si examinamos el asunto ms dedescubrimos, no obstante, qu es lo que decae en esasque pretenden ensearnos lo que son las cosas. P.:ro

    en ellas algo que perdura. Si una de ellas nos ha reve-una verdadera relacin, esta relacin ha sido adquiridasiempre. La volveremos a encontrar bajo una nuevaen las otras teoras que reinarn sucesivamente en su." 15)

    De una manera muy decidida, el filsofo francs Abeldestaca la importancia de conservar el edificio de lasfsicas la vida intelectual en general. Dice as:las ciencias que han ejercido un ef!Zcto esencialmenteLl""- ' .. cipador en la historia caen en una crisis que las dejante con el significado de colecciones tcnicamente

    plZro las priva de todo valor con respecto al c o n o c i ~imi .nt-o de la naturaleza, ello debe traer consigo una com-revolucin en el arte lgico. Suponer la emancipacinla mente como debida a la fsica es una de las ideas msn a l m e n t e errneas. Uno debe adoptar otro camino y de-a una intuicin subjetiva, a un sentido mstico dela realidad --en resumen, al misterio- todo 10 que crea-que haba sido tomado de ella. Si, por 10 contrario,descubre que no hay justificacin para considerar a estacrisis como necesaria e incurable, entonces el mtodo r a c i o ~15) H . PoINCAR, El valor de la Ciencia (Pars. 1905).

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    !NTRE LA F/SICA y LA FILOSOFtAnal y positivo sigue siendo la mejor nodriza del esprituhumano." 18)

    Aqu tenemos una clara exposicin de los peligros que,para la concepcin del mundo en su conjunto, surgiran deuna fsica que no tiene otros fundamentos epistemolgicosque aquellos conceptos auxiliares tan expuestos a la crtica.El propio Mach vi el valor real de sus teoras en el hechode que permitan establecer una relacin, tan libre de contradicciones como era posible, entre la fsica por una partey la fisiologa y la psicologa po r la otra. Quien todavapone esto en duda no tiene ms que leer las secciones generales del Anlisis de las Sensaciones 17). En ellas se destacauna y otra vez ' que uno debe esforzarse en desarrollar lafsica utilizando conceptos que no sea menester abandonaren una transicin a una rama vecina de la ciencia.

    Po r este esfuerzo de Mach para emplear nicamente conceptos que no perdieran su utilidad fuera de la fsica podemos comprender su oposicin a la atomstica, lo cual hacontribudo particularmente a que muchos fsicos se vuelvancontra l. Es cierto que la atomstica, cuando es aplicada alos problemas fisiolgicos y psicolgicos, lleva fcilmente aun callejn sin salida. Surgen preguntas como stas: "Cmopuede pensar un tomo del cerebro?" " Cmo puede percibir un tomo lo verde, ya que, despus de todo, no es ens mismo ms que un retrato en miniatura de un cuerpomacroscpico compuesto de percepciones?"

    No negar que Mach se (tej llevar po r esta argumentacin a un ataque contra el uso de la atomstica en fsicams severo de lo que poda justificarse. Despus de todo,

    18) ABEL REY, La Thorie de la physique chez les physiciens con-temporains (Pars. 1907).17) The Analysis of Sensations and the Relatian of the Physical rothe Psychical, traducida por C. M. Wil1iams y Sydney Waterlow(Chicago. 1914).

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    LA FILOSOP/A DE ERNST MACH.uuuaaa de las teoras atmicas en este reino limitado esindiscutible. Sus partidarios, como sucede ge, ven muchas veces en esta debilidad del maestro

    ~ ~ " .. fuerza y desearan que el tomo desapareciera porde la fsica. Yo creo que uno puede separar poral ncleo de Jas doctrinas de Mach de esta avera la atomstica histrica e individualmente condiciona-Los tomos son conceptos auxiliares exactamente igualesque pueden ser empleados ventajosamente en unlimitado. No son adecuados para un fundamentolIIItemolgico. U na vez que hemos adoptado este punto degozamos de la mayor libertad para emplear el con

    de los tomos siempre que sea admisible. Creo quesiquiera Planck objetara tanto el grano descascarado demodo. Por lo tanto, no resulta ya tan extrao declarar

    los tomos, si no su realidad, son un requisito de ecoPueden constituir los medios ms simples para re~ ' ' ' ' ' ' n t a r las leyes fsicas sin que po r ello sean apropiadosformar un f u n d a m ~ n t o epistemolgico.

    En general, el fenomenalismo no estimula ni obstaculizauna manera particular al fsico en su campo de trabajo.Maxwell, quien sin duda pensaba de una rn,anera po-

    .tivista, escribi la obra que sent las bases de la teorabolecular de los gases. La concepcin fenomenalista se conen un peligro slo en fas casos en que el requisitola economa no es percibido con la misma intensidad.

    ejemplo histrico ms notable es quiz la doctrina de losde Goethe. Sin embargo, si uno desea juzgar a unade tan vigorosa individualidad no debe olvidar,seala muy correctamente A. Stohr, que el requisito

    la economa puede significar algo mu y distinto para cada18). Para uno significa un mnimo de hiptesis,

    18) A. STOHR. Philosophie der unbelebren Materie ( L e i p ~ i ~ . 1 9 0 7 ~ \pp. 16 y siguientes.

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    ENTRE LA F/SICA y LA FlLOSOFfApara otro un mnimo de diferentes clases de energa. Elprimero es el caso para el fenomenalista mximo Goethe;y el ltimo para los mecanicistas puros.

    Ser quiz instructivo, con fines de comparacin, recor-dar a un fsico terico que, como discpulo directo de Mach,trat realmente de construir un sistema de fsica y qumicaen el que no figuraban corpsculos hipotticos, sean tomoso electrones, y que abarca todos los fenmenos conocidosal presente. No puede negarse que Gustav Jaumann ha em-prendido esa tarea en numerosas obras con gran fuerza cons-tructiva 19). No creo, sin embargo, que el resultado estrealmente de acuerdo con el espritu de las doctrinas deMach. Seguramente corresponde al requisito superficial deque sean omitidas todas las teoras atomistas , pero apenascorresponde al requisito de la economa. Se emplea un grannmero de constantes acerca de las cuales no puede hacerprediccin alguna la teora. El sistema de Jaumann haceposible slo en un grado mu y limitado derivar fenmenos,tambin con respecto a los valores numricos, de un peque-o nmero de hiptesis. Para demostrar la independenciade la investigacin fsica y de la base epistemolgica puededecirse que el intento ms enrgico de refutar la teora cor-puscular de la electricidad, el de F. Ehrenhaft, no tienerelacin alguna con dogmas filosficos de ninguna cIase.

    Creo que he pues to en claro hasta cierto punto la impor-tancia de Mach. Sin embargo, con objeto de examinar com-pletamente su posicin en la vida intelectual de nuestrostiempos debemos hallar un punto de vista ms remoto, paraobtener una vista mejor.Si leemos la obra ms importante de Mach, su Mec-19) G. JAUMANN, "Geschlossenes S y s t ~ m physikalischer und chemia-cher Differenrialgesetze", Sitzungsberichte der Wiener Akademie derWissenschaFten das. mat ., cient., ~ e c c i n II (1911) Y otros muchosestudios en la misma revista.

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    LA FILOSOFfA DE ERNST MACfl

    20), veremos que en ninguna parte de la misma nospenetrar tan profundamente en sus pensamientosntimos y en sus inclinaciones intelectuales como en eloso captulo sobre los puntos de vista teolgico.y mstico de la mecnica. Un viento refrescante

    alivio sopla desde esas proposiciones. Lo que otros au-han tratado con apasionamiento y muchas veces comofueran a someter al opositor a un pequeo auto de le,tratado en esta obra con un espritu autnticamente

    ~ t f i c o . No obstante, en todo el captulo se percibe ciertarcitacin reprimida. Se encuentra ese estado de embriaguez

    la sobriedad que se ha atribudo a la Edad de la Ilustra-En realidad, Mach descubre en esa edad su hogar es-

    En el captulo a que nos referimos dice: "Porvez, en la literatura del siglo XVIII la Ilustracinalcanzar una base ms amplia. Las ciencias huma-filosfica, histrica y natural se ponen en contactoesa poca y se estimulan las unas a las otras a pensar conlibertad. Todo el que haya experimentado este en-y e s t ~ emancipacin, aunque slo en parte,

    hII . IO"nte la literatura, sentir durante toda su vida la nos-del siglo XVIII."

    Quienes conocieron personalmente a Mach saben que eraadmirador y lector entusiasta de Voltaire. Un o de susayudantes, el profesor George Pick, me informMach condenaba de la manera ms enftica los ataquesLessing a Voltaire. Es sabido tambin que Josef Popper,quien dice Mach que durante mucho tiempo fu el nicoquien poda hablar de sus opiniones fsicas y

    rtPistemollcas sin provocar un conflicto, escribi todo un20) Die Mechanik in ihrer Entwiche(ung, historich-kritisch darges(Leipzig, 1883): The Science of Mechanics; a Critical and His

    Exposition of its PrincipIes, traducido de la segunda edicin ale-por Thom.as J. McCormack (Chicago, 1893).

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    ENTR.E LA F/SICA y LA PILOsOFtAlibro dedicado a la defensa, y en realidad a la glorificacin,de V oltaire.

    En mi opinin, 10 que llev a Mach a esa predileccinfu una estimacin justa de s mismo. Podemos comprenderel papel que l desempea como filsofo en la vida intelectualdel presente si consideramos a sus doctrinas como la filosofa de la Ilustracin apropiada para nuestra poca.

    Como es fcil que este concepto sea mal entendido, debotratarlo ms extensamente. Ante todo, la palabra Ilustracinha adquirido tan mala connotacin que quiz muchos vernen esta descripcin un menosprecio de Mach. Po r lo tanto,debemos tratar de poner en claro algo con respecto a la naturaleza de la Ilustracin y de las razones para su abandonosu bsiguien te.

    El primer perodo de la Ilustracin en los tiempos modernos comenz con la cada del sistema geocntrico de To -lomeo. Coprnico trat de exponer su sistema con ayudade los conceptos de la filosofa escolstica aristotlica. Si,no obstante, leemos Los dilogos de Galileo acerca de losdos sistemas del mundo, descubrimos en ellos un tono muydistinto. Los conceptos bsicos de la fsica aristotlica sonrecogidos y examinados. En las doctrinas de Aristteles ysu escuela, conceptos como ligero y pesado, arriba y abajo,movimiento natural y forzado, utilizables slo para un dominio muy limitado de experiencias, constituan la base detoda la fsica terica. Galileo demostr que precisamente eseuso de los conceptos fuera de su reino de validez natural eralo que impeda a los discpulos de Aristteles comprenderla fsica moderna. No me propongo con esto menospreciarla fsica aristotlica, que signific una contribucin sobresaliente para su poca; slo deseo mostrar que lo concerniente a la Ilustracin en los escritos de Galileo era su irtli-posicin de un lmite al mal uso de los conceptos auxiliares.y a esta protesta contra el mal uso de los conceptos mera-

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    LA FlLOSOFfA DE ERNST MACH

    auxiliares en las pruebas filosficas generales .la conuna caracterstica esencial de la Ilustracin.Cada perodo de la lsica cuenta con sus conceptos auxiy cada perodo subsiguiente los emplea mal. De aquen cada perodo se requiera una nueva Ilustracin paraese mal uso. Cuando Sir Isaac Newton y sus conhicieron ce los conceptos del espacio y delabsolutos la base de la mecnica, aqullos podana un gran dominio de la fsica adecuadamentesin contradicciones. De ello no se deduce, sin embargo,estos conceptos formen una base de la mecnica, satisdesde el punto de vista de la teora del conoci

    p1 l : ' l ILV. Cuando Mach critic los fundamentos de la mecnewtoniana y trat de eliminar de ella el espacioItDSOluto, era el continuador directo de la obra de Galileo.

    en el espacio absoluto tenemos todava un r.zmanentela fsica aristotlica. Y cuando Einstein se uni a Machen su teora general de la relatividad erigi en realidad un. de la mecnica en el que no figuraban ya el espacioel tiempo propiamente dichos, sino slo la coincidenciafenmenos, qued completada la eliminacin pedida porde ,los conceptos auxiliares de espacio y tiempo, tiles"lU\;ilmente en un dominio limitado. En Einstein vemos alpensador que ha descubierto una fsica enteramentedel aristotelismo.

    En la Edad de la Ilustracin propiamente dicha veo tambin una lucha contra el mal uso de los conceptos auxiSi dejamos fuera de discusin los aspectos poltico ypodemos decir que la crtica de esa poca, desde elde vista terico, estaba dirigida contra el hecho de

    .ue los conceptos teolgicos formados para tratar ciertasexperiencias psquicas de los seres humanos haban sidoconvertidos en el fundamento de toda la ciencia durante laEdad Media y aun a comienzos de la era moderna. Estos

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    ENTRE LA F/SICA y LA FlLOSOF/Aconceptos, por apropiados que puedan ser para devolver laesperanza y la fe al alma humana que lucha, no son, sinembargo, ms que conceptos auxiliares limitados a estedominio y no son apropiados para constituir el fundamentoepistemolgico de nuestro conocimiento de la naturaleza.Este punto de vista crtico surgi con gran energa en esapoca. Actualmente hasta los telogos han adoptado laopinin de que la Biblia no es un libro de texto cientfico.En realidad, muchos telogos protestantes, yendo an msadelante en la direccin de la Ilustracin, ensean ahora quetodas las verdades teolgicas no son ms que enunciadosacerca de experiencias ntimas.

    La ciencia natural de la Ilustracin necesitaba tambinconceptos auxiliares para su desarrollo. De este modo losconceptos de materia y tomo comenzaron a desempear unpapel decisivo. Al poco tiempo esos conceptos auxiliareseran aplicados a todo; haba nacido 10 que se llama elmaterialismo. Se olvid el hecho de que la materia era tam-bin nada ms que un concepto auxiliar y la gente comenza considerarla como la esencia del mundo. Pronto se inicila crtica de esta opinin. Pero aunque esta crtica del maluso de los conceptos auxiliares sirve por 10 general nica-mente al progreso cientfico, en este caso ejerci un efectoadicional. Como las ideas de la Edad de la Ilustracin noagradaban a los poderes gobernantes, la crtica del mal usode la Ilustracin fu utilizada para desacreditar a la propiaIlustracin. A causa de que los racionalistas utilizaban mallos conceptos auxiliares, se dijo de ellos que su protestacontra la concepcin teolgica del mundo era injustificada.Esta opinin es, por su puesto, insostenible lgicamente;el hecho es, pues, que su crtica no fu muy lejos. Sin em-bargo, hay siempre pensadores que estn constitudos de talmodo que su pensamiento lleva finalmente a las conclu-siones requeridas por los poderes gobernantes.

    48

    LA FILOSOFA DE ERNST MACflSe hizo un intento de ~ c h a r abajo la Ilustracin medianteesceptiCismo. Nietzsche dice muy apropiadamente deldesempeado en este trabajo por ciertos filsofos:filsofo contra su rival, es decir la ciencia: ora se hace

    I/'PTltico, ora reserva para s mismo una forma de conoci-que l le niega al hombre de ciencia, ora marcha demano con el sacerdote como para no suscitar la sospechaatesmo y materialismo ; considera a un ataque contra l

    un ataque contra la moral, la virtud , la religin, el; sabe cmo desacreditar a su opositor como un "se-.. y un "enemigo oculto" ; ora marcha de la manolas autoridades" 21) .

    En realidad, sin embargo, slo fu rebatida la parte de laque no era tal Ilustracin. No obstante, a cau-del peso de la a u t o r i de los implicados en el asun-este menosprecio de las grandes realizaciones del si-

    glo XVIII ha ejercido una influencia considerable. No hayuno solo entre nosotros que no haya adquirido unprejuicio contra la Ilustracin en la escuela durante sujuventud.

    Admito, por supuesto, que los grandes espritus de laIlustracin , Voltaire, d'Alembert , etc ., fueron imitados pormuchos escritores superficiales que diluyeron su juicio cr-cada vez ms y descendieron a una trivialidad intolera-ble, terminando por seguir utilizando mal, ellos mismos,los conceptos auxiliares. Admito, tambin , que esta super-ficialidad corresponde a la esencia de la Ilustracin. U na vezexpuesto e1 mal uso de los viejos conceptos, ya no quedapor decir mucho que sea original. La tentacin de caer en 'la trivialidad es fuerte y el nmero de sus vctimas esgrande. Todo esto, desde luego, no aporta prueba algu-na contra la filosofa de la Ilustracin.

    21) FRIEDRICH NIETZSCHE, La Voluntad de Dominio, N 9 248.

    49 ,

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    ENTRE LA FfslCA y LA FILOSOFfAHabindose liberado de una vez po r todas de .los temo

    res al habitual estigma de la hereja, puede decirse que latarea de nuestra poca no consiste en luchar contra la Ilustracin del siglo XVIII, sino ms bien en continuar suobra. Desde esa poca se ha llevado a cabo una aplicacintan exagerada de conceptos auxiliares enteramente nuevos,tiles en dominios limitados, que queda po r hacer muchotrabajo nuevo.

    Mach se dedic a este trabajo. Aprob con entusiasmola Ilustracin del sig lo XVIII. Esto no significa, sin embargo, que comenzase a idolatrar los conceptos del sigloXVIII semejantes al materialismo. Puede decirse mejorque en l viva el espritu de aquellos grandes hombres;ello lo .llev a protestar contra los conceptos mal utilizadosde su poca del mismo modo que ellos haban luchado contra los de la suya. Entre los conceptos contra los que luch figuraban muchos de los favoritos de la Ilustracin delsiglo XVIII.

    Esto es lo que quiero decir cuando llamo a Mach el representante de la filosofa de la Ilustracin de nuestro perodo. Puesto que vivi su juventud en la poca del materialismo, no es extrao qu e muchas de sus obras estn dedicadas a la lucha contra los mecanicistas y atomistas.

    Si aceptamos la actitud de Mach como la de un filsofode la Ilustracin nos ser ms fcil comprender muchas caractersticas de sus doctrinas y muchos de sus efectos. Enprimer lugar, es su influencia fuertemente sugestiva, podramos decir su virulencia, la que , a pesar de muchos juicios despectivos de los filsofos profesional es, llama la atencin. Study 1Iama al positivismo de Mach "una existenciatodava completamente insatisfecha, una especie de animalde presa filosfico , ansioso de una vctima" 22). Como en

    22) STUDY, op. cit .. p . 24.50

    LA F1LOSOFfA DE ERNST MACHde los filsofos de la Ilustracin, as tambin en el

    de Mach sucedi qu e los discpulos y partidarios mauna tendencia excesiva a la superficialidad. Ade

    la pre&ente opinin proporciona una respuesta al critePlanck sobre los frutos: los frutos de las doctrinas deno son los escritos de sus continuadores fsicos y filosino ms bien l ilustracin de las mentes Ilevadapo r ellos, hecho qu e hasta el mismo Planck recono-

    Co n esto no quiero afirmar que Mach no tenga imporen otros respectos. Creo, sin embargo, que ste es elresumen de su puesto en la vida intelectual general

    ~ n D ~ ~ r ( ' \ ~ tiempos.esta opinin ma el notable acuerdo de sus

    de ver con los de un pensador po r el que no puedesentido una gran simpata: Friedrich Nietzsche. Este

    fu sealado po r primera vez por Kleinpeter 23) .ms se ahonda en las obras pstumas de Nietzsche,

    tanta mayor claridad se percibe ese acuerdo, particu-nte en las ideas bsicas relacionadas con la teora del

    iento. Ahora bien, Nietzsche es el otro gran filde la Ilustracin de fines del siglo XIX. La armona

    sus puntos de vista epistemolgicos con los de Mach.haba seguido un curso de in struccin enteramente

    y posea un temperamento enteramente distinto eticos enteramente diferentes, me parece una pruebahecho de que esos puntos de vista haban penetrado

    duda en las mentes cultas de esa poca.gran maestro del lenguaj e, Nietzsche, formul esascon un a fuerza y una grandiosidad extraordinarias

    dijo : " Veo con asom bro que la ciencia de hoy daresignado a ser relegada a un mundo aparente; enun mundo , sea lo que sea; en todo caso carecemos de

    Der Phenomenalismus (Leipzig, 1913) .51

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    ENTR E LA FSICA Y t A FI LOSOF Argano de conocimiento para l. Se podra preguntar aqu:por .qu rgano de conocimiento es llevado uno a dar porsentada esa anttesis? . . . Del hecho de que un mundo quees accesible a nuestros rganos sea tambin entendido comodependiente de esos rganos. del hecho de que entendamos a un mundo como subjetivamente condicionado. nose deduce que un mundo objetivo sea posible en ningncaso. Quin nos impide pensar que la subjetividad es real.esencial? El "en s mismo" es un concepto contradictorio.desde luego: una "cualidad en s misma" es tontera; tenemos el concepto "ser" . " cosa". siempre nicamente comoun concepto de relacin. . . La parte mala de ello es quejunto con los viejos antnimos "aparente" y " real" se hanpropagado los juicios correlativos de valor : " de poco valor"y de "absoluto valor . . . " 24)

    En otra parte dice Nietzsche: "Que las cosas tienen unacualidad en s mismas . enteramente aparte de toda interpretacin y subjetividad. es una hiptesis vana; ello presupondra que interpretar y ser un suj eto no son hechos esenciales. que una cosa separada de todas las relaciones siguesiendo una cosa. " 25

    La exposicin ms importante de la concepcin positivistadel mundo hecha por Nietzsche se halla probablemente enel aforismo llamado " Sobre la psicologa de la metafsica".en el que ataca con mordaz violencia el empleo de conceptos mal empleados muy fr ecuentemente: "Este mundo esaparente : en consecuencia existe un verdadero mundo; estemundo es condicional : en consecuencia existe un mundo incondicional; este mundo est lleno de contradicciones : enaparente: en consecuencia existe un mundo verdadero ; estemundo es variable: en consecuencia e:ciste un mundo per-

    NI ETZSCHE, La Vo luntad de Domin io , NQ 29.2'}) Op . cit. , Nq 29 1.52

    LA FILOSOFI A DE ERNST MACH

    todas falsas conclusion.es (fe ciega en el razonasi existe A debe existir tambin su concepto antiB ) ." 26)puede negarse que la filosofa de la Ilustra cin poseecaracterstica trgica . Destruye los viejos sistemas depero mientras construye un nuevo sistema estdo ya las bases para un nuevo mal uso del mismo.no hay teora sin conceptos auxiliares y cada unoconceptos llega necesariamente a ser mal utilizado endel t iempo. El progreso de la ciencia se realizacrculos eternos. Las fuerzas creadoras deben ser nececapullos perecederos. stos son destrudos en laIDClenCla humana por fuerzas que estn asimismo destinadestruccin . Y . no obstante. es te incansable esp-de la Ilustracin es el que impide que la ciencia se peen un nuevo escolasticismo. Si la fsica se ha deen una iglesia. exclama Mach. preferira no serfsico. Y con una fr ase paradj ica. Nietzsche saledefensa de la causa de la Ilustracin contra el vanidosode una verdad perdurable : "La afirmacin de que

    verdad es t aqu y que se ha terminado con la ignoranciaerror es una de las mayo res &z ducciones que existen . Suque uno lo crea. queda mutilada la voluntad de investigar. predecir. experimentar ; esto ltimoconvertirse en un pasatiempo. puede poner en duda laLa "verdad" es. en consecueocia. ms nefasta queerror y la ignorancia. porque traba a las fuerzas con quepuede tr abajar para la ilustracin y el conocimien-

    )Sin embargo, a comienzos del siglo. M ach era una de laspoderosas de esas fuerzas.

    Op. cit. , NQ 28 7.Op. cit., N Q252 .53

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    CAPTULO II ILAS TEORAS FSICAS DEL SIGLO XXY LA FILOSOFA DE ESCUELA

    QU importancia tienen las teoras fsicas actuales parala teora general del conocimiento? Ha y muchos fsicos yfilsofos cuya respuesta sera: "Ninguna". No puedo nideseo investigar aqu en qu se fundan muchos filsofos paradar esa respuesta. Cmo es posible, sin embargo -y estapregunta nos servir como punto de partida-, que tantosfsicos aseguren qU02 las mayores revoluciones en las teorasde la fsica sean incapaces de modificar los principios de lateora general del conocimiento? Po r ejemplo, uno encuentra en las obras de fsica sobre la teora de la relatividad la tesis, defendida muchas veces apasionadamente, deque la revisin relativista de la medicin del espacio ytiempo carece de consecuencias "filosficas" .Quienquiera que se haya ocupado con alguna extensin dela evolucin histrica de la fsica quedar sorprendida po rsu semejanza con lo que sucedi, durante el perodo de esasgrandes revoluciones , en las teoras de la fsica que llevaronde la concepcin medieval escolstica de la naturaleza a !Jconcepcin que prevalece al pr esente, revoluciones asociadasprincipalmente con los nombres d e Coprnico, Galileo, Kepler. As, uno lee que los partidarios de la teora he1io-

    54

    LA FSICA DEL SIGLO XX Y LA FILOSOFfA--considerada revolucionaria en aquella poca-an con el mayor apasionamiento que la "revolcin"icana haba producido algo que era nuevo slo con

    to a la matei1tica y la fsica, pero que no haba opecambio alguno en la concepcin "filosfica" generalmundo. Esto no debe sorprendernos si consideramos que

    el famoso proceso de Galileo, cuando se le conminaba parase retractase de su doctrina, no se trataba de que juraseya no crea en el movimiento de la Tierra, comolee con frecuencia en exposiciones superficiales y ha que

    inmortalizado en la famosa cita falsa : E pu r si muove!que la Inquisicin deseaba en realidad de Galileo eraconfesase qU 02 la doctrina del movimiento de la Tierracorrecta slo como una ficcin matemtica , pero falsadoctrina "filosfica". Hallamos tambin en el punto

    vista de la Inquisicin algo que corresponde a la conceprelativista moderna. Segn esta ltima, no podemos"en realidad" que la Tierra se mu eve y el Sol permafijo , sino slo que la descripcin de los fenmenoshace ms sencilla en un sistema coordinado en el que suceeso. A Galil eo se le peda ms, sin embargo. Se esperabaadmitiese que la concepcin heliocntrica era una ficcin

    j U " l e m t i c a pero que la geocntrica era una ve rdad "filoEs fcil ver que hasta este punto de vista de lasmedievales halla su analoga en nuestros tiem-Tambin al present e se expone con frecuencia unaficticia con el propsito de destacar ms, porste, las verdades "eternamente vlidas" , " filosfica-razonables" . Los filso fos, y a veces tambin los

    han afirmado con frecuencia que, por ejemplo, laa no -euclidiana y la dimensin temporal de Einsson ficciones matemticas, en tanto que la geometra

    p . . u d i a n a y el t iempo absoluto son, po r la misma n a t u r a ~de las cosas, verdades establecidas.55

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    "-NTRE LA FISICA y LA FILOSOFIASin embargo, vemos todava con ms f r e c u ~ n c i a que los

    fs' cos se niegan a tomar decisiones con re specto a cues-tiones como el tiempo, el espacio, la causalidad, etc. Pre-fieren ms bien dejarlas al especialista competente, el fil-sofo o el epistemlogo. Puesto que al presente no ha y porqu sentir los temores de Galileo, esta negativa se deb? sinduda a una conviccin que puede formularse aproximadamente del siguiente modo: "Hay cuestiones tan profundasque no pueden ser resueltas por las ciencias exactas.': Enrelacin con este punto, algunos creen que hay un mtodoespecial, el "filosfico", con ayuda del cual pueden resol-verse cuestiones como las referentes a la naturaleza del tiem-po, del espacio y de la causalidad; en tanto que otros consi-deran a esas cuestiones como eternamente insolubles, como"enigmas eternos".

    Este punto de vista, con su renuncia a las ciencias exac-tas, adquiere su forma clsica en el famoso discurso deEmil du Bois-Reymond que data de 1872 y que lleva elttulo: " Sobre la limitacin de la Ciencia Natural" 1) . Estediscurso, que culmina con la declaracin "[gnorabimus,nunca lo sabremos", ha sido citado innumerables veces entono triunfal por los que menosprecian la concepcin cien-tfica del mundo, con el melanclico asentimiento de su')partidarios. La disertacin ha sido aceptada en sus puntosesenciales po r la mayora de los filsofos y hombres deciencia como una verdad irrefutable. En la historia de laconcepcin cientfica del mundo ha constitudo una esp.:-cie de viaje del hombre de ciencia a Canossa. Si reflexio-namos sobre los argumentos mediante los cuales lleg DuBois-Reymond a ese ignorabimus, no podemos menos deconvencernos, dado el estado presente de la epistemologade las ciencias exactas, de que ya es tiempo de plantear la

    1) ber die Grenz en des Naturhennens.56

    LA FlslCA DEL SIGLO XX Y LA FILOSOFIA_ ..Utnn una vez ms y averiguar si el punto de vista dese s-

    con respecto al conocimiento cientfico es realmenteDu Bois comier'lza sentando esta tesis: "El conocimientola naturaleza es la reduccin de los cambios producidosel mundo material a movimientos de tomos debidos a

    s centrales, con independencia del tiempo . . . Es uno psicolgico de la experiencia el que siempre que esain se realiza con buen xito nuestra necesidad de

    se sien te sa tisfecha por el momento."Sin embargo, queda por resolver la cuestin de cmo

    la materia ejercer las fuerzas centrales. Esta cuestin,te, no puede ser reducida otra vez a las fuerzas

    trales. Citaremos de nuevo a Du Bois: "Nadie quepensado algo en el tema puede dejar de reconocer

    naturaleza trascendente de los obstculos que tenemoste . . . Nunca sabremos mejor que ahora qu es lo que'hay en el espacio en que se encuentra la materia. Pues

    . siquiera la mente de Laplace poda saber ms que nos-otros al respecto . . . Nuestro conocimiento de la naturaleza

    encerrado, en consecuencia, por dos lmites - d e unlado, po r nuestra incapacidad para comprender la materiay la fuerza, y po r el otro por nuestra incapacidad pan

    prender los procesos mentales en funcin de condicionesmateriales. " Si dejamos de lado el problema de la relacinentre lo espiritual y lo material. ya que aqu no nos interesa,Du Bois ve los lmites de nuestro conocimiento del mundo,sobre todo , en la imposibilidad de comprender la naturale-

    de la materia y de la fuerza. Contina:"Dentro de estos lmites, el hombre de ciencia es seory amo; desmembra y reconstruye . . . ; ms all de esos l-

    mites no puede ni podr nunca ir. Co n respecto a los enig-as del mundo material . . . ignoramus . . . Co n respecto,

    no obstante , el enigma de lo que son la materia y la fuerza57

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    ENTRE LA FisICA y LA FlLOSOFfAy cmo ellas son capaces de pensar. debe decidirse de unavez por todas por un veredicto mucho ms difcil de dar:ignorabimus" -nunca lo sabremos.

    Pero qu quermos decir cuando afirmamos que unacuestin es insoluble? Supongamos. por ejmplo. que alguien ha afirmado que el problema de una lnea interplanetaria regular de aeroplanos hasta el planeta Neptuno esinsoluble. o que la produccin de un organismo vivo porla materia inanimada es insolubl e. A pesar de esta afirm;:cin. la persona que la hace puede describir con toda exactitud la experiencia concreta que tendramos que realizarsi el problema fuese resuelto. Sin embargo. no podemos.en modo alguno -ni siquiera aproximadamente- imaginarnos lo que tendramos que experimentar para poder decirque el problema de la naturaleza de la materia o de la fuerzaha sido resuelto. o que " un o sabe". como exige Du Bois."qu es lo que hay en .el espacio en que se encuentra lamateria". Cuando. por ejemplo. Heinrich Hertz. segnse ha dicho con frecuencia . dilucid la naturaleza de laluz. no lo hizo en modo alguno en el sentido pretendidopor Du Bois. &zgn Hertz. la luz y los fenmenos electromagnticos se relacionan con las mismas ecuaciones perotienen diferentes longitudes de onda; la naturaleza de laluz no se hace con ello ms clara que lo que era ants.puesto que la naturaleza de la electricidad es tambin. eneste sentido. un enigma eternamente insoluble.Si un o tiene n cuenta la diferencia entre estos dos tiposde problemas no resueltos y quiz insolubles. a los queDu Bois trata de caracteri'za r con las palabras ignoramuse ignorabimus, entonces todo el que acostumbre a trabajar 'en la solucin real de problemas sentir cierto desagradocuando S dedique a problemas de la segunda clase. P u ~ sest acostumbrado a buscar la solucin imaginndose antetodo la experiencia correspondiente a la solucin completa

    58

    LA FfSlCA DEL SIGLO XX Y LA FlLOSOFfAtrabajando luego hasta que consigue llevar a cabo la

    I,.realizacin de la experiencia deSada. Si. no obstante. noI,_ _"".,.,os afirmar en qu consistir esta experiencia. hemos

    realmente un problema?En realidad, vemos con mucha frecuencia que el fsico.

    tal, renuncia a trabajar en la solucin de problemasteados de ese modo; sin embargo, en otro rincn de su

    a admite que esos problemas podran ser abordados meotros mtodos - , no fsicos. sino " filosficos". como

    los llama-o Si investigamos e! motivo po r el quelos fsicos -quienes como tales atribuyen el valor msa las formulaciones exactas de las cuestiones- apesar de su desagrado . admiten la posibilidad de algo enteramente diferente. creo que es nec esa rio tener en cuentJque muchos fsicos. cuando no trabajan en sus propioscampos. se inclinan a una concepcin del mundo que estarraigada en el sistema educacional a travs de una tradicin de siglos, una concepcin de! mundo que nosotrosllamaremos sencillamente la concepcin de la filosofa deescuela.

    No deseamos investigar aqu la cuestin de por qu tantosfsicos se adhieren a esa filosofa de scuela . a pesar de quefueron precisamente los fsicos de pensamiento crtico quienes ms contribuyeron a conmoverla, pues las causas desu adhesin deben ser entendidas slo psicolgica y quizsociolgicamente. Ms bien deseamos averiguar en qu consiste el punto de vista de la filosofa de escuela y cmoha hecho que tantos hombres de ciencia presten a s e n t i ~ i e n t osin oposicin al resignado ignorabimus.

    Se ha dicho que las escuelas filosficas se apartan tantounas de otras en sus puntos de vista que no es posible percibir entre ellas algo que se parezca a una concepcin unificada de! mundo. A pesar de esas diferencias individuales

    podemos ver al presente un ncleo59

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    ENTRE LA FSICA Y LA flLOSOFfAcomn que se ha ido trasmitiendo a travs de los siglos yha cristalizado en un cierto grado. Junto con esto se hadesarrollado una nueva concepcin del mundo. primerotmidamente. luego cada vez con ms audacia. pero aunho y con mucha prudencia; una concepcin del mundo quepoco a poco va ga nando fuerza con el progreso de las cie:tcias exactas. Con objeto de darle algn nombre. as comollamamos a la doctrina trad icional la " filosofa de escuela". llamaremos a la nueva. concepcin cientfica del mun -do. para indicar brevemente que no reconoce otro conocimiento que el cientfico.

    La filosofa de escuela. ya se 11am/ a s misma realismoo idealismo. se caracteriza por la poses in de cierto concepto de lo que se llama verdad. y por 10 tanto tambirilde lo qu e puede sp. r considerado como la verdadera formu-lacin de un problema . Las ideas bsicas de esta filosofade escuela no pueden se r expues tas mejor qu e como 10 haaHenri Bergson en su introduccin a la tr aduccin francesadel libro Pragmatismo del psiclogo norteamericano Wi lliam Ja mes. Bergson dice:

    "Para los antiguos filsofos exista un mundo . levantado sobre el espacio y el tiempo. en el que habitaban desdela eternidad todas las verdades posibles. Segn esos filsofos. la verdad de los juicios humanos era medida por elgrado en que eran copia s fieles de esas verdades ternas.Los filsofos modernos. desde luego. han ba jado la verdad de los cie los a la tierra. pero todava la considerancomo algo existente con anterioridad a nuestros juicios.Una proposicin como "e l calor dil ata los cuerpos" sera.segn ellos. una ley que gob ierna los hechos: si no gobernando sobre ellos. por lo menos gobernando entre ellos;una ley contenida rZalmente en nu es tra experiencia; nosotros no tenemos ms que extraerla de ella . Hasta una filosofa como la de Kant . que supone que toda verdad cien-

    60

    1_A FiSICJ DeL SIGLO xx l ' LA FILOSOFAlo es tan slo en relacin con la ~ e n t e humana. con a las proposiciones verdaderas como dadas a priori

    experiencia humana . Una vez qu e esta experiencia.1. es organizada por el pensa miento humano . todo

    trabajo de la ciencia consiste '2 n irrumpir a travs de laobstructora de los hechos. en cuyo interior se aloja

    verdad como un a nu ez en su cscara."Se ve fcil1nente qu e este concepto d'2 la verdad permitetas de todo tipo . Hace difcil. sin embargo. distin-

    entre las formulaciones sensatas de los problemas ylas sin sentido. PU '2S p ara toda preg unta puede encon

    una respues ta debajo de la cscara de los hechos. siun o la perfora con bastante energa. En principio sera

    'ble. por 10 tanto. responder inclusive a preguntas comoque se refieren a la naturaleza de la materia y de la fuerSi. no obstante. la cscara de la nu ez es tan dura que no

    ser perforada. de modo qu e no se puede extrae r laverdad. llamamos a la pregunta "e tp. rnament e insoluble"decimos resignadament e ignorabimus, Si tenemos este

    !Wllcepto . podemos proponer tambin cuestiones como lascaracterizan mejo r a la filosofa de esc uela : si existe real

    mente el mundo exterior y si podemos conocer sus verd,1-deras propiedad es. A estas pr eg un tas replica el realista afirmativamente y el idealista con ' la negativa. Ninguno deellos pu ede aducir ninguna experiencia concreta como deciav a para su respu esta . Ambos estn de acuerdo. sin embargo. en que semejante pregun ta es un problema sen-&ato.

    No cabe duda de que este punto de vista de la filosofaescuela of rece grandes dificultades para la acp.ptaciny la comprensin de las teoras fsicas actuales. Po r ejem

    plo. desde es te punto de vista puede p reguntarse en el C3S0de cada cuerpo cul es su longitud "real". Si la teora dela relatividad atribuye a un cuerpo diferentes longitudes

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    ENTRE LA FiS/CA y LA FILOSOFfAcon respecto a diferentes sistemas de referencia, el adherente a la filosofa de escuela opinar que esa diferencia sederiva de "perturbaciones" del instrumento de medicin,que hacen imposibl-e en la prctica la medicin "correcta".Esto no impide, sin embargo, que ex'ista una longitud"real" distinta de las longitudes medidas que slo son "aparentes". De la familia de sistemas de referencia que semueven uniforme y rectilneamente unos con respecto aotros, slo uno puede estar realmente en reposo, segnesta concepcin. Puesto que, segn la teora de la relatividad -y hasta ahora no ha sido desaprobada experimentalmente- no es posible determinar mediante experimentoalguno cul es el sistema que est realmente en reposo, parael partidario de la filosofa de escuela este "estar realmenteen reposo" es un hecho que no puede revelarse en ningunaexperiencia concreta que pueda tener el hombre.Si se considera obvio que un electrn debe tener a cadainstante una posicin y una velocidad determinada, siendonicamente la medicin quiz imposible, entonces resultadifcil comprender los principios bsicos de la mecnica delos quanta . Uno se ve obligado as a interpretar los clculos de la mecnica quntica, que utiliza no obstante, detal modo que esas posiciones y velocidades pr-ecisas del electrn no determinen su futuro . Como, por otra parte, lasdoctrinas de la filosofa de escuela en el campo de los fenmenos mecnicas requieren un determinismo estricto, seve obligado a suponer para el movimiento del electrnalgunas causas vitales msticas, semejantes a la vida orgnica. Es cierto que esta conclusin resultar grata y simptica a algunas personas, pero no creo que sea til parala investigacin fsica. No resulta - c omo muchos creende las teoras de la fsica moderna , sino slo del deseo dponer a estas nuevas teoras en armona con la concepcindel mundo de la filosofa de escuela.

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    LA FiS/CA DEL SIGLO XX y LA FlLOSOFiAobjetar quiz que la mayora de los fsicos no se

    en modo alguno por la filosofa en sus investi, y de aqu que la filosofa de escuela no pueda

    un obstculo para la comprensin de la relatividad oteora de los quanta. Examinan esas teoras desde unde vista "puramente f sico" y nada saben de todo

    se refiere a la concepcin filosfica del mundo. Si. atentamente las reacciones de los fsicos cona las teoras modernas se ver, sin embargo, que

    menos habituados estn ellos a pensar acerca de cuesfilosficas tanto ms dominado estar su pensamiento

    li1s tradiciones de la filosofa de escuela. La experienciademostrado, adems, que los fsicos que declaraban ,ejemplo, que la teora de la relatividad era absurda

    n con frecuencia en nombre de "l a ciencia pura.libre de especulacin", pero tomaban sus argu principalmente , no del empirismo, sino de la filo-de escuela. No es necesario suponer que hay que hacer

    filosficos para conocer es ta concepcin del munEst contenida implcitamente en todos los conocique hemos adquirido en la escuela elemental, en

    las metforas de nuestro lenguaje. No se advierte suporque las tr adiciones que tienen ya siglos dead nos la hacen dar por supuesta. El "-empirista"

    la emplea co!1 el nombre de "sentido comn". Deque no sorprenda que sea precisamente el fsico opuesa la especulacin quien se incline ms fcilmente al

    'mus de Du Bois-Reymond, con su renuncia a lacientfica de la naturaleza.algunos fsicos que no comprenden que la "resal empirismo puro" significa que mientras uno se

    ante la mesa de experimentacin inves tiga slo empero que para la interpretacin de los resulobtenidos emplea el "sentido comn", es decir, la

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    ENTRE LA FSICA Y LA FILO