LA EVALUACIÓN COMO MEJORA DEL APRENDIZAJE DE NUESTROS ALUMNOS

Colegio Marista Castilla

Coordinación Convivencia

LA EVALUACIÓN COMO MEJORA DEL APRENDIZAJE DE NUESTROS ALUMNOS.

Tenemos que analizar lo que hacemos en las evaluaciones, cómo recogemos la información, qué comentarios hacemos en las evaluaciones, cuál es nuestro análisis del aprendizaje de nuestros alumnos-as, a qué prestamos atención, qué decisiones tomamos...

Para mejorar la práctica de la evaluación en el Colegio, es imprescindible conocer cómo lo hacemos para poder actuar sobre ella.

Seguramente sea una información parcial, insuficiente y seguramente desvirtuada, pero quería compartirlo con vosotros y vosotras ya que lo único que pretende es provocar un posterior y fructífero debate que nos hará tomar decisiones colectivas de cómo mejorar nuestra evaluación para que ayude al progreso de nuestras alumnas y alumnos.

LO QUE REALMENTE IMPORTA ES QUE NUESTROS ALUMNOS-AS APRENDAN.

¿DE QUÉ DEPENDE EL APRENDIZAJE?

La inmensa mayoría de los profesores que ejercemos en el Colegio Marista Castilla aprendimos bajo paradigmas conductistas, en los que eran muy importantes los resultados. Aprendimos condicionados por los estímulos, refuerzos positivos que nos daban para que se consolidaran los aprendizajes.

El construtivismo y el aprendizaje significativo, constituyen una perspectiva muy interesante, pero tampoco son prescripciones infalibles de cómo hay que enseñar. Hay otras (teorías cognitivas, teorías de aprendizaje activo, teorías de la elaboración, teorías de los esquemas, teorías de aprendizaje social…) y nuestro deber es conocerlas e intentar aplicarlas, para saber cual es la mejor forma de que nuestros alumnos y alumnas APRENDAN.

No obstante, está investigado que las perspectivas constructivistas, cuando se aplican dan sensación al profesorado de que el alumnado está aprendiendo mejor.

Por eso, creo que será interesante, recordar algunas premisas fundamentales, para un mejor conocimiento de los mecanismos que rigen en los procesos de aprendizaje.

Recordemos que el APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO es aquel en el cual la persona que aprende atribuye un sentido o significado a un nuevo contenido. Por una parte se asimilan los nuevos contenidos, integrándolos en lo que ya se sabe; y por otra parte se produce una reestructuración de conocimientos,

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se revisan, se modifican y se enriquecen, la relacionarse lo nuevo con lo que ya se sabía.

El aprendizaje significativo se opone al aprendizaje basado en la memorización mecánica y repetitiva. Un aprendizaje significativo es aquel en el cual la persona que aprende atribuye un sentido o significado a un nuevo contenido, integrando ese nuevo contenido en lo que ya se sabía.

Un aprendizaje significativo hace que los contenidos tengan que ser lógicos, que los alumnos los pueda relacionar con sus aprendizajes previos, que sean adecuados a su nivel de maduración, que exista una motivación. Debe de prestar atención a la diversidad del alumnado, ya que cada alumno y alumna son distintos. Como profesores-as debemos de intentar que desarrollen al máximo sus potencialidades. QUIZA PARA ELLO NECESITEMOS UNA MAYOR FORMACIÓN PSICOPEDAGÓGICA, UN MAYOR BAGAJE DE RECURSOS DIDÁCTICOS.

Recordemos que no todos los alumnos a esta edad son capaces de realizar operaciones formales, dependerá de su proceso de maduración, de su capacidad de abstracción. Muchas veces en nuestras evaluaciones creemos que todos los alumnos son capaces por edad y esto no es así. La adolescencia es una etapa de cambios físicos y fisiológicos, una etapa egocéntrica, una etapa de adaptación a una nueva cultura escolar y por supuesto una etapa de una evidente DIVERSIDAD. ESTO QUE AL LEERLO PARECE EVIDENTE, EN LA PRÁCTICA NO LO HACEMOS, Y ME REMITO A LAS OBSERVACIONES RECOGIDAS AL PRINCIPIO DE ESTE DOSSIER.

En este sentido habría que tener muy en cuenta que no todos nuestros alumnos son iguales. En las evaluaciones solemos presuponer que todos los alumnos de un determinado nivel de secundaría tendrían que tener el mismo potencial. Por supuesto que es vital la implicación de nuestros alumnos y la predisposición para hacer el esfuerzo de aprendizaje.

Nosotros como profesores-as debemos de tener en cuenta los aspectos motivacionales, relacionales y afectivos. La motivación es una cuestión esencial. Para que una persona esté motivada dependerá de la valoración que esta persona hace de la tarea, y de las expectativas respecto a su capacidad para afrontarla con garantías de éxito.

Por eso debemos plantearnos la necesidad de seleccionar contenidos y plantear temas y situaciones de aprendizaje de interés para el alumnado. Será interesante si el aprendizaje es funcional para el alumno y lo será en la medida que sepa aplicar o transferir lo que aprende a otras situaciones. Y por otra parte debemos desarrollar expectativas positivas para que nuestros alumnos tengan confianza en sus posibilidades.

No olvidemos que estas expectativas dependen en parte de las que manifieste (probablemente inconscientemente) la profesora o el profesor







respecto a su confianza en el progreso del educando, por lo que es muy importante analizar nuestras expectativas sobre las alumnas y los alumnos. Las expectativas negativas bloquean al alumno, lo más probable es que le salga mal. Uno de los principales canales de información de expectativas es la evaluación. PUEDE SER BUEN MOMENTO REVISAR OTRA VEZ LOS COMENTARIOS QUE REALIZAMOS, RELACIONADOS CON LAS EXPECTATIVAS EN LAS EVALUACIONES.

La evaluación es un componente indispensable en el proceso de enseñanza-aprendizaje. A partir de la información suministrada y analizada, debe de ayudar más y mejor al alumnado en su proceso de APRENDER.

La concepción, y el uso de la evaluación que damos en el aula, en nuestras evaluaciones, nos ayuda a configurar el ambiente de aprendizaje. Por eso es fundamental saber si lo que realmente importa es APRENDER o aprobar, trabajar en colaboración o individualmente, donde el error sirve para aprender o sirve para crear expectativas negativas y falta de confianza en las propias posibilidades…

Las decisiones de cómo evaluar están íntimamente relacionadas con las decisiones metodológicas. Debemos evaluar con funciones de regulación por parte del profesorado (cómo están aprendiendo nuestros alumnos-as, cuáles son sus dificultades, para ayudar a mejorar las posibilidades de aprendizaje) y autorreguladora por parte de nuestros alumnos-as ( el alumno debe de ser protagonista , ser cada vez más autónomo, tomar decisiones, superar obstáculos e ir configurando su propia manera de aprender).

La evaluación nos debe servir para mejorar nuestra relación con el alumnado y facilitar el aprendizaje, al hacer posible que vayan siendo cada vez más autónomos. Para ello debemos plantearnos si tenemos o no que devolver el papel de la evaluación a los alumnos-as y que ellos-as vayan apropiándose de los criterios de evaluación.

Poner en marcha mecanismos e instrumentos de evaluación con funciones de regulación por parte del nosotros-as, y de autorregulación por parte de ellos-as, conlleva la necesidad de diseñar actividades de aprendizaje que favorezcan la autonomía, que partan de la experiencia previa del estudiante, que sirvan para que éste haga suyos los objetivos de aprendizaje, que favorezcan las tareas cooperativas, en un clima de participación, comunicación e intercambio… PORQUE LO QUE BUSCAMOS ES MEJORAR LA MANERA DE APRENDER. Si pretendemos mejorar el aprendizaje de nuestros alumnos-as, parece interesante recordar algo fundamental que METODOLOGÍA Y EVALUACIÓN no pueden desligarse, son dos aspectos directamente relacionados, que en ocasiones incluso confundimos.







LO QUE SE EVALÚA ES LO IMPORTANTE, Y AQUELLO POR LO QUE MERECE LA PENA ESFORZARSE.

ACERCA DE LA EVALUACIÓN

Como he dicho al principio, intentar hablar de evaluación de manera individual es absurdo, ya que es necesario un debate, una reflexión a fondo, reuniones que sirvan para algo, y en este caso ese algo es fundamental en nuestra práctica profesional. Para acelerar este proceso que debe de culminar con dichas reuniones, he intentado recoger aspectos fundamentales de la evaluación que intentan dar respuesta a preguntas que tendremos que hacernos en su día y que nos servirán para ir construyendo ideas en relación a la evaluación: ¿Para qué evaluar?, ¿Qué hay que evaluar? ¿Cuándo evaluar?

Evaluar es un PROCESO en el que RECOGEMOS DATOS, LOS ANALIZAMOS-ENJUICIAMOS Y TOMAMOS DECISIONES Somos la autoridad que NOTIFICA, CERTIFICA, ACREDITA, pero por encima de estas funciones está la de ORIENTAR AL ALUMNO (crear expectativas positivas, trabajar la autoestima ajustada, motivar) y la de APORTAR DATOS AL DOCENTE para mejorar el aprendizaje del alumno.

La Toma de decisiones es precisamente lo que justifica la evaluación en su conjunto, porque si no es así ¿para que evaluamos? ¿Qué tipo de persona queremos contribuir a formar? ¿Alguien que saque muy buenas calificaciones, pero no sea solidario, no contribuya al bien común, no sea un honrado ciudadano?

La evaluación no debe constituir un fin, sino un medio para poder ayudar mejor al alumnado. EN ALGUNAS EVALUACIONES NOS LIMITAMOS A CANTAR LAS NOTAS. Si decidimos basarnos en los resultados, por lo menos discutir como vamos a mejorarlos. Conocer los resultados al finalizar un proceso de enseñanza/aprendizaje nos debe de llevar a tomar decisiones, ya sea para mejorar los siguientes procesos, o a ayudar al alumnado que no ha obtenido unos resultados satisfactorios. ESTO ÚLTIMO NO SÉ SI REALMENTE LO HACEMOS. Necesitamos conocer cuáles han sido los aciertos y cuáles los errores.

La evaluación es una parte del proceso de enseñanza aprendizaje. Se puede dar antes, durante y/o después de dicho proceso.

Normalmente nos centramos en los contenidos (saberes, hechos, habilidades, técnicas, estrategias, actitudes, normas…) , pero lo realmente importante es conocer si el alumnado está adquiriendo los objetivos generales de etapa. Los objetivos expresan capacidades, competencias que el alumnado ha de adquirir. Los contenidos son los que han de permitir la consecución de los objetivos. La evaluación del







aprendizaje debe de situarse en un marco más general: el de las capacidades, el de las competencias. ESTO ES FUNDAMENTAL DE CARA A LA PROMOCION O TITULACIÓN DE NUESTROS ALUMNOS-AS.

Los departamentos y el Colegio debe de plantearse opciones en relación a lo que se enseña. Debemos decidir si deben de primar los hechos, los conceptos, el saber buscar la información, el alcanzar un buen nivel en los aprendizajes instrumentales (procedimentales) de comprensión lectora, de expresión escrita o de resolución de problemas. ESTO LO HACEMOS EN LAS SESIONES DE EVALUACION: El comentario: “No me ha escrito nada en el examen, no le puedo aprobar” Es necesaria una reflexión seria y exhaustiva a nivel de departamentos.

Si optamos por una educación integral no basta con enseñar conocimientos, sino que también hay que enseñar habilidades, actitudes, valores, estrategias de resolución de problemas. Todas estas capacidades hay que evaluarlas y hay que tomar decisiones en relación a ellas.

La decisión de evaluar con el mismo interés el aprendizaje de contenidos procedimentales y actitudinales que el de conceptuales es una decisión que hay que tomar si realmente hemos asumido que la educación escolar tiene que ser integral.

Debemos decidir si ponemos en un lugar destacado en nuestras programaciones los contenidos referidos a actitudes, valores y normas, puesto que uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos es éste. SI EN LAS SESIONES DEDICAMOS MUCHO TIEMPO A LOS PROBLEMAS DE CONVIVENCIA, PORQUE NO LO EVALUAMOS DE FORMA GLOBAL. Esto hace referencia, por ejemplo, a si debemos evaluar a un alumno que en otros tiempos y espacios de la vida en el Colegio demuestra que no sabe convivir.

Recordemos que los conceptos son lo qué queremos que el alumno sepa. Y su aprendizaje admite diversos grados. Recordemos también que definir un concepto no garantiza que se haya entendido y que hemos podido entenderlo pero no sabemos definirlo (definir es una de las actividades más complejas que existen). A este respecto nos pueden servir pruebas consistentes en la resolución de problemas, donde el alumnado tenga que poner en juego conceptos aprendidos para resolver esos problemas. EN ESTE SENTIDO ES MUY BUENO LEER A AQUELLOS AUTORES QUE CRITICAN LOS EXÁMENES. RECORDEMOS QUE MUCHAS DE NUESTRAS CALIFICACIONES SE BASAN EN EXAMENES ESCRITOS.

VISION CRÍTICA DE LOS EXAMENES







Vivimos en la cultura del examen y de la oposición. Aprobamos o suspendemos en función de la suerte y, sobre

todo, de su capacidad para esconder lo que no se sabe y resaltar lo que sabe.

Se aprende a superar exámenes, en lugar de los contenidos educativos.

Una vez superados, el alumnado ya puede olvidar lo que ha aprendido.

El objetivo no es aprender sino superar el examen. ¿Aprobar demuestra que se han adquirido determinadas

capacidades o competencias? No les motiva aprender y sí obtener una buena nota. En ocasiones no miden o evalúan lo que dicen medir o evaluar. Un mismo examen puede ser valorado de manera diferente por

parte de distintos profesores, e incluso por el propio docente según la situación en que se encuentre.

Los profesores tendemos a reproducir aquello que hemos vivido. Nos hicieron exámenes, nosotros hacemos exámenes. Incluso muchas veces lo hacemos por la presión social que ejercen los padres ya que también ellos vivieron las mismas experiencias.

También podemos evaluar habilidades, técnicas, estrategias, destrezas. Son procedimientos, qué es lo que el alumnado tiene que saber hacer. Y también podemos evaluar actitudes. La evaluación en este caso se puede basar en la observación de cómo son y están nuestros alumnos-as.

Tenemos que ser conscientes que es absolutamente imposible evaluar el progreso de cada uno de nuestros alumnos-as en el aprendizaje de todos los contenidos que nos marca el currículo oficial. No hay tiempo material para ello. Por lo tanto hay que priorizar atendiendo a las características de nuestro Colegio, de nuestros alumnos.

Debemos decidir si evaluamos para notificar, certificar, acreditar, o estamos para orientar al alumno-a y al profesor-a. Si sólo recogemos la información, la analizamos diagnosticando el estado de nuestros alumnos-as y luego no TOMAMOS DECISIONES. ¿Para qué evaluamos? Si lo que justifica la evaluación en su conjunto es precisamente la toma de decisiones.

Parece evidente que una evaluación donde todo el alumnado tenga que hacer lo mismo, de la misma manera, en el mismo tiempo… no parece o más coherente con el respeto a la diversidad, como tampoco lo parece una evaluación que sirva, sobre todo, para comparar unos alumnos con otros. ESTO LO HACEMOS CON MUCHA FRECUENCIA, COMPARAMOS A UNOS CON OTROS. CADA ALUMNO ES







DIFERENTE Y DEBEMOS DE TENER EN CUENTA SUS CARACTERISTICAS Y SUS NECESIDADES. LA ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD ES UNA DE NUESTRAS PRINCIPALES FUNCIONES. DEBEMOS INTENTAR QUE ALCANCEN UNA SERIE DE OBJETIVOS CON ITINERARIOS DIFERENTES ADAPTADOS A CADA UNO DE NUESTROS ALUMNOS Y ALUMNAS.

Debemos plantearnos si tenemos que dar información continua de cómo va el proceso de aprendizaje. EN ALGUNOS AMBITOS LO HACEMOS DE MANERA INMEDIATA (MENTORVOX). ¿FACILITAMOS INFORMACIÓN CONTINUA A NUESTROS ALUMNOS-AS?. Una posibilidad de información continua sobre actitudes podría ser MENTOR VOX, siempre y cuando no sólo lo valoremos como un medio de comunicación con padres. ¿Por qué no vamos a las evaluaciones con informes individualizados de aquellos alumnos menos adaptados al Colegio?

INSTRUMENTOS PARA EVALUAR

Hay que buscar instrumentos que sirvan, para evaluar inicialmente, formativamente y sumativamente, que sean adecuados para evaluar el aprendizaje de contenidos de distinto tipo (conceptuales, procedimentales, actitudinales), que posibiliten decisiones de regulación y de autorregulación. Cualquier instrumento que nos permita recoger sistemáticamente información, analizarla y tomar decisiones que ayuden a que el alumnado aprenda mejor, es un buen instrumento de evaluación.

Los departamentos debemos de sentarnos y decidir cómo evaluar. Para ello debemos de superar el mito de la objetividad de la evaluación. Ya que esta objetividad es una entelequia. La evaluación no puede desligarse de una cuestión de valores. Por eso debemos de centrarnos en la sistematicidad y la rigurosidad.

Para ello vuelvo a apelar a la predisposición y actitud favorable de todos los profesores y profesoras del claustro de Educación Secundaria del Colegio Marista Castilla.

EVALUACIÓN INICIAL

Nos proporciona información de cuál es el punto de partida de nuestros alumnos. Es una manera de presentarles el tema, los contenidos mínimos y los objetivos que pretendemos conseguir. Es una manera de motivar al alumnado, para que se implique y pueda irse convirtiendo en una persona cada vez más autónoma y con mayor capacidad para dirigir y construir el proceso de su propio aprendizaje.







A nosotros nos servirá para diagnosticar el punto de partida de los y las estudiantes, para saber qué contenidos básicos conocen los alumnos y cómo vamos a organizarnos para motivarles, actualizar sus conocimientos y ayudar a que se planifiquen.

Debe de proporcionar información al profesor y al alumno, para después analizarla y tomar decisiones.

La evaluación inicial también la podremos realizar cuando empezamos un tema o una unidad. Podemos explicitar, presentar o introducir el tema. Y lo haremos para motivar al alumnado, haciéndole ver el interés del tema, despertando su curiosidad e intentando crear expectativas positivas.

La comunicación de objetivos, será incompleta si no contamos con la intervención activa de los alumnos.

Solamente si los alumnos tienen claros los objetivos, podrán comparar los resultados con dichos objetivos, para así adoptar estrategias que puedan reducir los posibles desfases. Recordemos que en esta etapa a los alumnos-as les cuesta entender qué es exactamente lo que el profesor quiere darle a entender, ya que su lógica no es la misma que la del profesor, ni la misma que la disciplina objeto de estudio.

Como instrumentos de evaluación inicial podemos utilizar el contraste de expectativas, el informe personal , las redes sistémicas, mapas conceptuales, el brainstorming. (páginas 65 a 75 de EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN SECUNDARIA. Elementos para la reflexión y recursos para la práctica. Giné y Parcerisa. Ed Grao año 2000).

EVALUACIÓN FORMATIVA

Es la que tiene más incidencia en la construcción de los aprendizajes por parte del alumnado y por lo tanto es la más difícil de realizar. Se relaciona con las posibilidades de tomar decisiones de regulación por parte del profesorado y de autorregulación por parte del alumnado.

Supone necesariamente plantearse una metodología distinta de la tradicional y hacerlo desde un posicionamiento que otorgue al alumnado el protagonismo y la responsabilidad en la construcción de su aprendizaje.

Esta evaluación no pretende ayudar a la formación del alumnado. Para ello se hace necesario que nosotros nos acerquemos a conocer la representación mental que construye el alumno o la alumna de los contenidos de aprendizaje.

Acercarse a conocer qué estrategias pone en juego, para APRENDER, ya que para ayudarle a mejorar su aprendizaje hay que reforzarle las estrategias







que le ayudan a progresar y ayudarle a encontrar y poner en juego alternativas a las que le dificultan el progreso.

ESTO ES LO REALMENTE DIFICIL DE LA EVALUACIÓN, NO ESTAMOS ACOSTUMBRADOS A SABER CÓMO DEBEMOS DE AYUDAR A NUESTROS ALUMNOS. DIAGNOSTICAMOS PERO LUEGO NO SABEMOS COMO TRATAR A NUESTROS ALUMNOS. HABLAMOS DE NO PARA QUIETO, MOLESTA A SUS COMPAÑEROS, NO ES CAPAZ DE PRESTAR ATENCÓN... RECORDAD LAS DIFICULTADES QUE HEMOS TENIDO EN LA EVALUACIÓN DE JUNIO, CON ALUMNOS HIPERACTIVOS Y CON DEFICIT DE ATENCIÓN, NI SIQUIERA NOS PONIAMOS DE ACUERDO A LA HORA DE DIAGNOSTICAR, ASÍ QUE A LA HORA DE TOMAR DECISIONES...

La evaluación formativa es un medio para conseguir información que nos permita tomar decisiones de la acción de enseñar (selección de contenidos, uso de materiales, desarrollo de las sesiones de clase... Pero únicamente cobra sentido cuando profesores y alumnos compartimos sus significado y su función:

Ayudar al alumnado a gestionar sus errores. Hay que reconceptualizar el error, éste es necesario para aprender. El error debe de ser una oportunidad de superación y de progreso .

Los alumnos deben de identificar sus errores, pero también debemos proporcionarles pautas y orientaciones que les permitan superarlos. Hay que priorizar el error o los errores que el alumno o alumna sea capaz de gestionar. Habría que sustituir la noción de acreditación y sanción, por la noción de trabajar sobre unos errores determinados para superarlos.

Se aprende detectando y gestionando errores, pero también conociendo y reforzando éxitos o aciertos. Hacerle consciente de lo que hace correctamente.

A nosotros nos proporciona mucha información sobre cuáles son los problemas más habituales del alumnado. Nosotros no podremos llegar a todo, pero debemos de intentar acercarnos a los problemas o errores más habituales.

Debemos de intentar conocer también cuáles pueden ser las causas de los errores que comete el alumnado.

Identificar cuáles son las estrategias didácticas que ayudan mejorar al progreso del alumnado.

La evaluación formativa debe de servir para que los alumnos sean cada vez más autónomos, aprendiendo a aprender y dirigiendo su proceso de aprendizaje. Se trata de que el alumno obtenga información para ir construyendo un sistema personal de aprendizaje.







En este sentido establecer instrumentos de autorregulación (autoevaluación, evaluación entre compañeros, evaluación conjunta profesor-alumno), nos ayudara a prestar atención preferente a determinados alumnos con dificultades, mientras el resto controla su aprendizaje y modifica sus estrategias con la ayuda de los mencionados instrumentos.

La autorregulación necesita un requisito clave: COMPARTIR LOS CRITERIOS DE EVALUACIÓN CON EL ALUMNADO. Convertir lo que hacemos de manera implícita, para juzgar si nuestros alumnos-as realizan con éxito la tarea, en normas explícitas y compartidas.

Esto supone una nueva manera de hacer clase. Supone considerar la clase como un ambiente en el que se dan relaciones sociales y valorar el papel que este ambiente cumple en la facilidad o dificultad para aprender. Supone plantearnos alternativas metodológicas a las tradicionales. A este respecto podría ayudarnos el hacer un planteamiento global, desde la perspectiva de ambiente de aprendizaje, en el que se abogue por CLASES COOPERATIVAS.

Instrumentos de evaluación formativa: listas de control, escalas de estimación, parrillas de coevaluación y tablas de seguimiento. (Páginas de la 82 a la 87 de EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN SECUNDARIA. Elementos para la reflexión y recursos para la práctica. Giné y Parcerisa. Ed Grao año 2000).

EVALUACIÓN SUMATIVA

Al final de un proceso de enseñanza-aprendizaje se hace balance sobre cuál ha sido el progreso y qué nivel de aprendizaje ha alcanzado cada alumno-a y el grupo en su conjunto. A partir de sus resultados deben de plantearse actividades de RECUPERACIÓN y/o de AMPLIACIÓN. Se trata como en las anteriores evaluaciones de tomar decisiones a partir de la información recogida y analizada.

Si solamente se considera esta evaluación como acreditativa, simplemente llegaremos a las evaluaciones y cantaremos las notas para saber qué número de suspensos tiene un determinado alumno en una evaluación, quién promociona al final de curso, quién titula a final de etapa…Si el balance tiene una finalidad educativa, DEBEMOS DE tomar decisiones en relación a refuerzos, estrategias, intervenciones, seguimientos, modificaciones...

Debemos tomar decisiones para ayudar al alumno que no ha conseguido determinados objetivos a conseguirlos, y para ayudar al alumnado que los ha conseguido para que progrese más en su aprendizaje. Para el alumno debe de suponer la fase final de un proceso de aprendizaje. En el caso de la finalización de temas o unidades, el alumno debe de realizar una síntesis, recapitulando e interrelacionando los contenidos que ha ido trabajando.







No podemos limitarnos a constatar unos resultados, ya que esta información no es suficiente para ayudar al alumno que tiene que recuperar. CONOCIENDO EL PROCESO DE APRENDIZAJE que ha conducido a determinados resultados, COMPARTIENDO la VISIÓN GLOBAL de todos los profesores, será posible orientar al alumnado. NO PUEDEN, NI DEBEN repetir estrategias de aprendizaje que no les ha servido, tienen que modificar sus estrategias y a ello TENEMOS QUE AYUDARLES.

Ejemplos de instrumentos para la evaluación sumativa: Exámenes, trabajos monográficos, proyectos, mapas conceptuales, bases de orientación, análisis de casos, resolución de problemas o incidentes críticos. (Páginas 95 a la 100 de EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN SECUNDARIA. Elementos para la reflexión y recursos para la práctica. Giné y Parcerisa. Ed Grao año 2000).

Un uso formativo del examenEl examen puede plantearse de manera que ayude al aprendizaje, aunque es cierto que reúne una serie de connotaciones que dificultan este uso. Aun así, será muy distinto limitarse a cantar las notas al alumnado si optamos por

Corrección en pequeño grupo a partir de los criterios compartidos, con la revisión final por parte del profesor.

A partir de la corrección realizada por el profesor, pedir a cada alumno que puntúe sus respuestas (puede completarse, comentando en pequeño grupo la corrección y consensuando las puntuaciones).

Proporcionar al alumnado un listado de posibles causas de un error y pedirles que analicen cuales creen que han sido las causas de los errores que han cometido en cada una de las cuestiones del examen.

Cuando la evaluación sumativa se realiza para decidir sobre la promoción del alumnado, hay que subrayar que estas decisiones afectarán al ritmo, a las condiciones y al itinerario educativo de alumnos y alumnas. Sería un error no considerar la información suministrada por la evaluación sumativa, pero también lo sería limitarse a ésta. Por una parte hay que valorar el GRADO DE APRENDIZAJE conseguido por el aluno en relación con los OBJETIGOS GENERALES, pero también hay que considerar las repercusiones de la decisión respecto a las EXPECTATIVAS Y A LA AUTOIMAGEN del alumnado. Debemos de recordar que el proceso de construcción del aprendizaje es dinámico, y que el desarrollo de las capacidades sigue RITMOS DESIGUALES en cada persona.

ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD

En la práctica –lo vemos en las sesiones de evaluación- educar en la diversidad, es una cuestión difícil, llena de obstáculos, de conflictos y envuelta de alguna que otra situación de desánimo. Pero es la realidad que vivimos hoy en día, mirar hacia otro lado significaría no ser buenos







profesionales. Debemos reflexionar sobre las dificultades de la práctica, relativizar los fracasos y referenciar los éxitos.

Diversidad, significa diferencia, y la diferencia es una característica humana. Por lo tanto debemos de entender que es algo natural y normal. Hay alumnos, pero también profesores con características distintas. Educar atendiendo a la diversidad significa asumir que chicos y chicas, con características distintas, tienen que educarse juntos y que, por lo tanto, hay que tomar decisiones adecuadas para que ello sea posible.

Lo que más nos cuesta muchas veces, es asumir que alumnos distintos tienen que educarse conjuntamente, debido a la tradición de prácticas selectivas, debido a las presiones sociales que exigen gente competitiva y muy preparada, y a la presión inmovilista de determinados entornos sociales e institucionales.

Ante estas resistencias, existen argumentos y razones de gran peso para defender una educación PARA TODOS Y TODAS. Son argumentos de tipo social (la educación como instrumento para compensar desigualdades), de tipo ético (la función de la persona educadora es ayudar a la promoción personal más que seleccionar o sancionar), de tipo cultural (la sociedad es diversa y la convivencia intercultural se vislumbra como uno de los grandes retos del futuro inmediato), de tipo legal (la normativa del sistema educativo vigente asume los principios de comprensividad y de formación integral), y de tipo psicopedagógico(el aprendizaje es un proceso de construcción personal que se produce en un entorno social e influido por este entorno). Estas razones ayudan a optar por considerar la educación en la diversidad, fundamentalmente, como un proyecto social y cultural.

A partir de este posicionamiento filosófico e ideológico, es posible empezar a tomar decisiones para que educar en la diversidad sea posible. DEBEMOS ADAPTAR NUESTRA ENSEÑANZA A LAS POSIBILIDADES Y POTENCIALIDADES de cada chico y cada chica. Es muy distinto creer que un alumno no debería estar en el Colegio porque es problemático y no se adapta a las condiciones del Colegio, o creer que debemos de hacer algo para dar respuesta a sus necesidades.

El hecho de reflexionar sobre la evaluación, significa favorecer el proceso de aprendizaje orientado hacia la autonomía y el aprender a aprender. Significa adecuarse a las diversidades de capacidades, de conocimientos previos, de ritmos y estilos de aprendizaje.

Para atender a la diversidad debemos de considerar:

La valoración del progreso del alumno RESPECTO A SÍ MISMO. Es importante incidir en el progreso personal que ha realizado este alumno o alumna. Para ello, es interesante constatar la evolución respecto a los objetivos explicitados, y hacerlo con relación a la evaluación inicial o a evaluaciones anteriores respecto a los mismos o a parecidos objetivos.







La evaluación de DIFERENTES GRADOS de adquisición de los objetivos propuestos. Diseñar instrumentos que permitan obtener información sobre en qué grado se han conseguido un objetivo permite contemplar la diversidad de capacidades, de ritmos.

Evaluar CAPACIDADES en lugar de conductas muy concretas. Una capacidad se puede demostrar de distintas maneras. Si las propuestas de evaluación se centran en la realización de conductas muy concretas, todos los alumnos y alumnas han de realizar exactamente lo mismo; si por el contrario, se toma como referente una determinada capacidad, la consecución de la cual puede conseguirse siguiendo caminos distintos, se respeta más la diversidad.

Asegurarse de que el instrumento evalúa lo que queremos evaluar. En ocasiones la dificultad de determinados instrumentos impide obtener buenos resultados en lo que se pretendía evaluar. Exámenes orales en alumnos con dificultades de expresión verbal, alumnos nerviosos que les intimida mucho esa situación.

Instrumentos de evaluación que atienden a la diversidad son los contratos individuales, grupales y la corrección y mejora de los trabajos por parte de los alumnos.

Los contratos didácticos se hacen para que los objetivos se adapten a las necesidades específicas de cada alumno. Es un acuerdo negociado entre dos partes, mediante un diálogo y que consiste en definir un objetivo que puede ser cognitivo, metodológico o de comportamiento. Se construye conjuntamente con el alumnado las reglas de funcionamiento. La evaluación consistirá en ver si se han cumplido o no los acuerdos y en la toma de decisiones par ayudar a corregir los errores y reforzar los éxitos.

El propio alumno puede corregir algunos de sus trabajos a partir de las pautas proporcionadas por el profesor. Se devuelven los trabajos para que puedan introducirse modificaciones y elementos de mejora y volver a entregarlos modificados.

Cualquier instrumento es válido, siempre y cuando proporcione información al profesorado, permitiéndole tomar decisiones de regulación de su enseñanza, y a la vez, proporcione información al alumnado, incitándole a tomar decisiones de autorregulación de su proceso de aprendizaje.

LA INFORMACIÓN DE LOS RESULTADOS DE LA EVALUACIÓN

Podemos comunicar para acreditar o para favorecer el proceso de aprendizaje. Es importante recordar la importancia de la autoimagen y de las expectativas positivas para favorecer el aprendizaje. La manera de comunicar los resultados influyen mucho en esos aspectos, la confianza en las propias posibilidades, ayuda de manera importante a que la tarea pueda ser realizada adecuadamente, mientras que unas expectativas negativas actúan bloqueando y dificultando la realización adecuada de la tarea.







La información tiene que reflejar el PROCESO seguido por el alumno, no basta con los resultados conseguidos la final del proceso. Esta información tiene que señalar progresos y dificultades, resultados, y orientaciones de cara a reforzar los éxitos y de cara a superar obstáculos y dificultades.

Los resultados pueden contrastarse con los del conjunto del grupo, pero lo más importante será informar acerca de la evolución seguida por el alumno o la alumna. Esta información dice mucho sobre su progreso y sobre sus posibilidades futuras y, además ayuda al alumno en cuestión a saber si está avanzando y a reforzar sus expectativas positivas.

La información tiene que diferenciar entre tipos de aprendizajes distintos, ya sea en términos de capacidades o de tipos de contenidos. Si la información tiene que servir para conocer éxitos y dificultades del proceso de aprendizaje, es importante diferenciar entre tipos de aprendizajes que requieren estrategias de enseñanza distintas: capacidades cognitivas, afectivas, de interrelación social… o contenidos conceptúales, procedimentales, actitudinales…o competencias en comunicación lingüística, para aprender a aprender, social y ciudadana…

Mucho cuidado con los comentarios en público. Los alumnos se preocupan más de lo que oirán sus compañeros que en el hecho de saber si lo han hecho bien o mal. Uno de los mecanismos más adecuados de comunicación con el alumno, es el de la devolución: devolver los exámenes, los trabajos, para que el alumnado analice sus errores, para que proponga cómo solventarlos, para que los corrija…La devolución es una oportunidad para aprender. Se proporciona al alumnado recursos para superar las dificultades y para poder reforzar aquello que se ha hecho correctamente. Si se enfoca como una oportunidad de superación, y no como la acreditación de un fracaso, es una manera positiva de informar al alumnado sobre los resultados de su evaluación.





LA EVALUACIÓN COMO MEJORA DEL APRENDIZAJE DE NUESTROS ALUMNOS

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