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La Academia Provincial de Bellas Artes de Barcelona, cuyo nombre actual es Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi, se creó el 27 de abril de 1850. Esta importante institución artística barcelone- sa, fruto del reformismo ilustrado liberal, desempeñó en Cataluña durante la segun- da mitad del siglo XIX un papel clave en la enseñanza de diversas carreras técnicas de grado medio. Su labor docente ha sido objeto de diversas publicaciones como el libro de Frederic Marès i Deulovol, Dos siglos de enseñanza artística en el Principa- do. La Junta Particular de Comercio. Escue- la Gratuita del Diseño. Academia Provincial de Bellas Artes (1964) o el de Joan Basse- goda i Nonell, Los maestros de obras de Barcelona (1973). Ambos estudios contie- nen interesantes referencias a la enseñanza de la agrimensura en la Academia de Bellas Artes de Barcelona, pero siempre de forma secundaria. El objetivo de este artículo es explicar, de forma específica, la historia de la ense- ñanza de la agrimensura en esta academia. Una enseñanza que no ha merecido, por diversas razones, la atención que su impor- tancia requería. La falta de un cuerpo técni- co que se reclamara heredero de la tradición cartográfica de los agrimensores ha contri- buido, sin duda, a ese olvido. Sin embargo, los agrimensores constituían en la Cataluña de mediados del siglo XIX, un colectivo pro- fesional activo y muy numeroso, que tuvo a su cargo una gran diversidad de tareas, como el levantamiento de planos parcelarios municipales, la confección de planos parce- larios de carácter privado, la distribución de bienes comunales, el deslinde de fincas y términos municipales o la tasación de bie- nes inmuebles que debían ser expropiados. A los pocos meses de haberse fundado, el 30 de noviembre de 1850, la Academia de Bellas Artes de Barcelona inauguró el 81 La enseñanza de la agrimensura en las academias de Bellas Artes: el caso de Barcelona (1852-1869) Francesc Nadal Universitat de Barcelona Jesús Burgueño Universitat de Lleida Agosto 2008

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  • La Academia Provincial de Bellas Artesde Barcelona, cuyo nombre actual es ReialAcadèmia Catalana de Belles Arts de SantJordi, se creó el 27 de abril de 1850. Estaimportante institución artística barcelone-sa, fruto del reformismo ilustrado liberal,desempeñó en Cataluña durante la segun-da mitad del siglo XIX un papel clave en laenseñanza de diversas carreras técnicas degrado medio. Su labor docente ha sidoobjeto de diversas publicaciones como ellibro de Frederic Marès i Deulovol, Dossiglos de enseñanza artística en el Principa-do. La Junta Particular de Comercio. Escue-la Gratuita del Diseño. Academia Provincialde Bellas Artes (1964) o el de Joan Basse-goda i Nonell, Los maestros de obras deBarcelona (1973). Ambos estudios contie-nen interesantes referencias a la enseñanzade la agrimensura en la Academia de BellasArtes de Barcelona, pero siempre de formasecundaria.

    El objetivo de este artículo es explicar,de forma específica, la historia de la ense-ñanza de la agrimensura en esta academia.Una enseñanza que no ha merecido, pordiversas razones, la atención que su impor-tancia requería. La falta de un cuerpo técni-co que se reclamara heredero de la tradicióncartográfica de los agrimensores ha contri-buido, sin duda, a ese olvido. Sin embargo,los agrimensores constituían en la Cataluñade mediados del siglo XIX, un colectivo pro-fesional activo y muy numeroso, que tuvo a su cargo una gran diversidad de tareas,como el levantamiento de planos parcelariosmunicipales, la confección de planos parce-larios de carácter privado, la distribución debienes comunales, el deslinde de fincas ytérminos municipales o la tasación de bie-nes inmuebles que debían ser expropiados.

    A los pocos meses de haberse fundado,el 30 de noviembre de 1850, la Academiade Bellas Artes de Barcelona inauguró el

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    La enseñanza de la agrimensura en lasacademias de Bellas Artes: el caso deBarcelona (1852-1869)

    Francesc NadalUniversitat de Barcelona

    Jesús BurgueñoUniversitat de Lleida

    Agosto 2008

  • primer curso de la carrera de maestros deobras y directores de caminos vecinalescomo consecuencia de un Real Decreto de31 de octubre de 1849 por el que se confia-ba la enseñanza de ambas carreras a las academias provinciales de Bellas Artes(MARÉS, 1964). Las clases se impartían en

    el edificio de la Llotja donde estaba y está ubicada la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi (figura 1). Elarquitecto Josep Casademunt i Torrents(Barcelona, 1804-1868), que desde 1835había dirigido la Clase de Arquitecturapatrocinada por la Junta de Comercio de

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    Figura 1: Fachada neoclásica de la Llotja de Barcelona. En el segundo piso de este edificio se encuentra la sede de la ReialAcadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi y es el lugar donde, entre 1852 y 1870, se impartió la carrera de agri-mensores (Fotografía de Francesc Nadal).

  • Cataluña, fue nombrado director de losnuevos estudios técnicos, cuya duraciónera de tres años. Casademunt se encargó élmismo, durante el curso 1850-1851, deimpartir las clases del primer año de carre-ra. Esta situación fue modificándose duran-te los años siguientes, a medida que se fue-ron incorporando nuevos profesores.

    El 17 de febrero de 1852, cuando aúnno se había licenciado la primera promo-ción de maestros de obras y directores decaminos vecinales, el ministro de Fomento,Mariano Miguel de Reinoso (Valladolid,1796-1863), aprobó la creación de la carre-ra de Agrimensores y Aforadores. Estamedida, decretada por el gobierno que pre-sidía el moderado Bravo Murillo, constituíaun desarrollo del proyecto educativo elabo-rado por Reinoso en 1849, cuando elentonces ministro de Comercio, Instruc-ción Pública y Obras Públicas, Juan BravoMurillo, le encargó la confección de unamemoria sobre las necesidades del país enmateria de enseñanza agrícola (CARTAÑÀ,2005, 105).

    Reinoso justificaba su creación afirman-do que «la carrera de los Agrimensores yAforadores es la única, entre todas las pro-fesionales para cuyo ejercicio debe obtener-se un título, que se halla aún sin regulari-zar. Ningún estudio se exige en el día a losque se dedican a esta importante profesión,bastando tan solo que acrediten su idonei-dad por medio de una certificación de prác-tica para que sean admitidos a examen porcomisión en cualquiera provincia» (Gacetade Madrid, 20 de febrero de 1852).

    Hasta ese momento la única condiciónque tenían que superar la mayoría de losaspirantes que deseaban obtener el títulode agrimensor era aprobar un examen con-vocado por las academias de Bellas Artes deSan Fernando (Madrid), de Sant Carles(Valencia) y de San Luis (Valladolid) o porlos gobiernos civiles de cada provincia(NADAL, URTEAGA, MURO, 2006, 241). Exis-tían, sin embargo, una serie de colectivosprofesionales que no estaban obligados a

    efectuar tal examen. Así, los arquitectosacadémicos consiguieron, gracias a una realorden aprobada en 1839, quedar exentosde cualquier tipo de examen, viéndose úni-camente obligados a abonar unas tasas.Este derecho se extendió más tarde, en1846, a los miembros del cuerpo de Inge-nieros de Montes, creado hacía poco tiem-po. Finalmente, la exención también alcan-zó a los maestros de obras titulados poralguna de las tres academias mencionadas(NADAL, URTEAGA, MURO, 2006, 241).

    Las vías para obtener el título podíanser diversas, pero en ningún caso se reque-ría cursar estudios específicos de agrimen-sura. Como consecuencia de ello, la forma-ción técnica de una buena parte de losaspirantes era muy deficiente. Para hacerfrente a esta situación, diversos gobiernosprovinciales aprobaron, a lo largo de ladécada de 1840, una serie de programas deagrimensura a partir de los cuales debíanajustarse los exámenes provinciales. Estefue el caso de la provincia de Barcelona, enla que el jefe político de la misma, el mode-rado Francisco Fulgosio, aprobó, el 26 deoctubre de 1844, un «Programa de exáme-nes para Agrimensores, vigente en la pro-vincia de Barcelona». El programa habíasido redactado por el catedrático de mate-máticas de la Junta de Comercio de Catalu-ña, Onofre J. Novellas (1787-1849), discí-pulo del cartógrafo Agustí Canellas, y porel profesor de matemáticas de la Universi-dad de Barcelona, Pere M. Armet (1770-1850). Constaba de once puntos, en losque especificaba con cierto grado de detallelos conocimientos que debían poseer losaspirantes, a los cuales se les exigía además«haber estudiado un curso de matemáticaspuras en alguno de los establecimientospúblicos aprobados» (Boletín Enciclopédicode Nobles Artes, Barcelona, 1846, 102).

    La deficiente formación de los aspiran-tes a obtener el título de agrimensor cons-tituía un tema de preocupación entre losprofesionales de la época. Los arquitectosJosep Oriol i Bernadet y Miquel Garriga i

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  • Roca defendieron en una serie de artículos,aparecidos a mediados de la década de1840 en el Boletín Enciclopédico de NoblesArtes, la regularización de la enseñanza dela agrimensura (SAGARRA I TRIAS, 1996, 84-88). Oriol i Bernadet, que había obtenido eltítulo de agrimensor en 1833 por la RealAcademia de San Fernando, publicó, enjulio de 1846, un interesante artículo titu-lado «Agrimensura-Agrimensores», en elque se defendía la idea de que los agrimen-sores debían poseer sólidos conocimientosde matemáticas y de dibujo topográfico yno basar su formación únicamente en lapráctica rutinaria de la profesión (ORIOL IBERNADET, 1846, 101).

    Unos meses más tarde, Garriga i Rocapublicó otro artículo, al que tituló significa-tivamente «Nuevo plan de enseñanza parala clase de agrimensores, con arreglo a suinstituto». Este arquitecto opinaba que: «sise comparan los limitadísimos estudios quese exigen en el día a los aspirantes al títulode agrimensor, con las extensas facultadesque este título les confiere, se echará de vertoda la urgencia que hay de establecer sobrebases razonadas un sistema de conocimien-tos coordinados con referencia a su institu-to, a fin que no se hagan ilusorias las espe-ranzas que del mismo puedan prometerse;no queden frustrados los buenos deseos delos gefes políticos que, testigos de los exá-menes a que se sujetan según el actual sis-tema dichos aspirantes, conocen la insufi-ciencia de sus estudios» (GARRIGA I ROCA,1846, 251).

    Para remediar tal situación, Garriga iRoca proponía el establecimiento de un plande estudios de tres años, en el que los aspi-rantes al título de agrimensor tuvieran queaprobar las asignaturas de «elementos deálgebra», «trigonometría», «geometría prác-tica», «agrimensura y aforage» y «dibujotopográfico», en el que deberían ejercitarse,de forma incansable, durante los tres añosde la carrera. Una vez terminada ésta, losaspirantes tendrían que realizar, si queríanobtener el título de agrimensor, un año de

    prácticas bajo la dirección de un agrimensortitulado (GARRIGA I ROCA, 1846, 252). De laenseñanza de su plan se encargarían lasEscuelas de Nobles Artes existentes en elpaís y que eran, como fue el caso de Barce-lona, el antecedente de las academias pro-vinciales de Bellas Artes (GARRIGA I ROCA,1846, 252).

    El plan aprobado finalmente por Reino-so en 1852 recogió una buena parte de laspropuestas realizadas años antes por Garri-ga i Roca. Sin embargo, las propuestas delarquitecto y el plan implantado por elministro divergieron en una serie de aspec-tos. Reinoso decidió que los aspirantes altítulo de agrimensor y aforador debíanestudiar: los dos años de matemáticas ele-mentales, que se impartían en los institutosde segunda enseñanza; un curso teórico-práctico de agrimensura, realizado despuésde haber cursado las mencionadas asigna-turas de matemáticas; y la asignatura dedelineación y dibujo topográfico. En el artí-culo tercero del mencionado decreto seestablecía además que «el estudio especialde agrimensura se hará en las Academias debellas artes de primera clase, donde se esta-blecerá esta asignatura, poniéndola a cargodel profesor de dibujo topográfico, cuyosueldo, en virtud de este aumento de traba-jo, y del que ha de ocasionarle la prácticade toda clase de operaciones topográficas,será igual al de los demás catedráticos de laenseñanza de maestros de obras» (Gaceta deMadrid, 20 de febrero de 1852). El decretoespecificaba también que la enseñanza deldibujo topográfico debía realizarse en lasacademias provinciales de Bellas Artes.

    Una vez aprobadas estas materias, elaspirante que deseara obtener el título deagrimensor y aforador debía superar unexamen final convocado por la Academiade Bellas Artes. El presidente de la mismadebía nombrar un tribunal compuesto portres profesores de la enseñanza de maestrosde obras, dividiéndose el examen en tresejercicios: el primero era de carácter teóri-co; el segundo era de carácter práctico y en

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  • el mismo el aspirante debía demostrarsobre el terreno su pericia con los instru-mentos de medición; y el tercero, tambiénde carácter práctico, consistía en una prue-ba de dibujo topográfico, que debía reali-zarse en los locales de la academia duranteun plazo de diez horas. Una vez efectuadoel examen, la Academia debía remitir elacta del mismo al Ministerio de Fomentopara que, en caso de que el resultadohubiese sido positivo, se diese orden deexpedir el título.

    El plan aprobado por Reinoso consagra-ba a las academias provinciales de BellasArtes como los centros que debían impartirla nueva carrera. Una carrera que quedaba,de hecho, bajo la tutela de los arquitectos,que ya tenían a su cargo la enseñanza de lascarreras de maestros de obras y directoresde caminos vecinales. Se trataba de unadecisión que respondía, en gran medida, alos estrechos lazos existentes en España,desde mediados del siglo XVIII, entre laagrimensura y las academias de BellasArtes. Un buen ejemplo de esta tradicionalrelación lo encontramos en la Reial Acadè-mia de Belles Arts de Sant Carles de Valen-cia, que a partir de 1768 fue, como lo haseñalado Alfredo Faus, la institución encar-gada de examinar a los aspirantes a obtenerel título oficial de agrimensor. Desde eseaño y hasta 1808 esta academia se convirtióen un auténtico centro expendedor de títu-los de agrimensor, concediendo 203 a aspi-rantes de origen valenciano y 103 a aspi-rantes naturales de otras comunidades(FAUS, 1995, 107-116).

    La decisión de Reinoso también respon-día a los fuertes vínculos que mantenían,como mínimo, desde el siglo xviii losarquitectos con la práctica de la agrimensu-ra. En este sentido, resulta bastante signifi-cativo el hecho de que de los 26 aspirantesde origen catalán que, entre 1835 y 1837,obtuvieron el título de agrimensor por laReal Academia de Bellas Artes de San Fer-nando, nueve eran arquitectos y el restomaestros de obras (Real Academia de Bellas

    Artes de San Fernando, 1834). O el que losprimeros mapas parcelarios municipalestrazados en la provincia de Barcelona a par-tir de 1849 fueran obra de arquitectoscomo Joan Soler i Mestres, Martí Sureda iDeulovol, Miquel Garriga i Roca y CarlesGauran (NADAL, URTEAGA, MURO, 2006,241-248).

    Unos meses más tarde de haberse publi-cado el Plan de Reinoso, el 16 de julio de1852, se aprobó un reglamento para suaplicación, en el que se establecía que, paraobtener el título de agrimensor, era obliga-torio haber cursado los siguientes estudios:topografía, agrimensura, dibujo topográfi-co a pluma, práctica de la topografía ymanejo de los instrumentos. La aplicacióndel Plan Reinoso imprimió un giro radicala la enseñanza de la agrimensura en Espa-ña. La agrimensura pasó de ser un arte, engran medida, tradicional con un fuertecomponente familiar y local a constituiruna enseñanza técnica y pública de gradomedio (NADAL, URTEAGA, MURO, 2006,241). Al igual que las otras academias deBellas Artes, la de Barcelona se vio obligadaa modificar, a partir del curso 1852-1853,el plan de sus enseñanzas técnicas, que apartir de entonces pasaron a denominarse«enseñanza de maestros de obras, directo-res de caminos vecinales y agrimensores».Los estudios continuaron realizándose entres cursos, sin embargo las materias espe-cíficas de agrimensura («Geometría des-criptiva», «Topografía», «Agrimensura» y«Dibujo topográfico») se impartían duran-te el primero.

    La ampliación de la oferta educativaobligó a la Academia de Bellas Artes deBarcelona a contratar nuevos docentes.Así, en 1853 el cuadro de profesores de laenseñanza de «maestros de obras, directo-res de caminos vecinales y agrimensores»estaba compuesto por: Josep Casademunti Torrents, que desempeñaba el cargo dedirector; Máximo Fernández de Robles,que se encargaba de la docencia del pri-mer curso; Elies Rogent i Amat, que era el

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  • responsable del segundo curso; Francescde P. Villar, responsable del tercer curso; y,Francesc Brossa, que era profesor ayudante(BASSEGODA, 1973, 23). Excepto FrancescBrossa, que era maestro de obras, los demásdocentes eran arquitectos titulados. EliesRogent i Amat, como catedrático de dibu-jo topográfico, y Máximo Fernández deRobles, como encargado del primer curso,eran los profesores que tenían un vínculomás directo con la carrera de agrimensoresy aforadores (MONTANER, 2000, 93).

    Elíes Rogent i Amat (Barcelona, 1821-1897) estudió en la Clase de Arquitecturapatrocinada por la Junta de Comecio deCataluña y dirigida por Josep Casademunt(figura 2). Durante sus años de formaciónen la Llotja cursó la asignatura «Dibujotopográfico» con el arquitecto Adrià Casa-demunt, hijo del director de la Clase deArquitectura (MARÉS DEULOVOL, 1964, 333-334; HEREU, 1987, 21). Más tarde, ennoviembre de 1845 se instaló en Madriddonde cursó la carrera de arquitectura enla recién creada Escuela Especial Superiorde Arquitectura de Madrid. En esta escue-la tuvo como profesor de «Dibujo artísticoy arquitectura legal» al destacado arqui-tecto cántabro Antonio de Zabaleta (1803-1864). Una vez terminados sus estudios dearquitectura obtuvo, el 20 de febrero de1851, el título de arquitecto por el Minis-terio de Comercio, Instrucción Pública yBellas Artes (Expediente sobre la presenta-ción de títulos…). Y ese mismo año obtuvopor oposición la cátedra de dibujo topo-gráfico de la Academia de Bellas Artes deBarcelona.

    Máximo Fernández de Robles habíaobtenido, por su parte, el título de arquitec-to por el Ministerio de Comercio, Instruc-ción y Bellas Artes el 14 de diciembre de1850 y se encontraba también en posesióndel título de director de caminos vecinales.Su docencia en la Academia de Bellas Artesde Barcelona fue breve, ya que a principiosde la década de 1860 mantenía una intensaactividad profesional en Madrid.

    Durante los tres años que estuvo vigenteel Plan Reinoso, la Academia de Bellas Artesde Barcelona formó y examinó a un pequeño,pero selecto, grupo de agrimensores, del quesobresalen Josep Carré i Bassach, Joan Papelli Llenas y Teodor Bergnes de las Casas.

    Los estudios de agrimensura recibieronun nuevo impulso durante el Bienio pro-gresista al crearse, el 24 de enero de 1855,por orden del ministro de Fomento, el arti-llero Francisco de Luxán (1798-1867), lasescuelas de Agrimensores y Aparejadores(Reglamento para las escuelas ..., 1855). Lareforma emprendida por Luxán suprimíalas enseñanzas de maestros de obras ydirectores de caminos vecinales y potencia-ba las de aparejadores y agrimensores.Luxán, consciente del problema que repre-sentaba para el conjunto del país la caren-

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    Figura 2: Elies Rogent i Amat, profesor de «DibujoTopográfico» en la Escuela de Bellas Artes de Barcelo-na y en el Instituto Provincial de Barcelona. Fotogra-fía realizada en 1865.

  • cia de un catastro general parcelario, justi-ficaba la decisión de impulsar la carrera deagrimensura, alegando que otro «interés yotro porvenir ofrece la clase agrimensores.Indispensable para sus vastas aplicaciones,puede producir al Estado grandes ventajas,ya ocupada de la estadística, ya de la for-mación de la carta topográfica de España,ya, finalmente, del servicio de los particu-lares» (Reglamento para las Escuelas deAgrimensores y Aparejadores, 1855, 3-4).

    Luxán dividió la enseñanza de la agri-mensura en dos cursos. En el primero, decarácter común con la carrera de aparejado-res, se impartían clases de «Aritmética: geo-metría elemental» y «Dibujo lineal y topo-gráfico», mientras que en el segundo, decarácter específico para los agrimensores, sedaban clases de «Trigonometría rectilínea:topografía» y «Agrimensura y aforos: partelegal que corresponde a los mismos». LaAcademia de Bellas Artes de Barcelona ade-cuó la enseñanza de la agrimensura al PlanLuxán a partir del curso 1855-1856. Así, losestudiantes de agrimensura debían aprobardurante el primer curso las asignaturas de«Aritmética», «Geometría elemental» y«Dibujo lineal y topográfico», mientras quedurante el segundo curso las de «Trigono-metría rectilínea», «Topografía, agrimensu-ra y aforos», «Agrimensura legal» y «Dibu-jo topográfico».

    A finales de 1855, mientras se estabaempezando a aplicar el Plan Luxán, elnuevo ministro de Fomento, el progresistaManuel Alonso Martínez, presentó un pro-yecto de Ley de Instrucción Pública a lasCortes. En el mismo se establecía que laenseñanza de la agrimensura se impartiría,en lo sucesivo, en las escuelas industrialesy en las de agricultura. Esta propuestageneró, de inmediato, una gran inquietud yrechazo entre los directivos de la Academiade Bellas Artes de Barcelona, que veíancómo su posible aprobación suprimiría las competencias que hasta ese momentotenían en exclusiva sobre la enseñanza dela agrimensura.

    Por esta razón, decidieron elevar un escri-to a la reina Isabel II, en el que le manifesta-ban su más enérgica oposición a tal medida.En el mismo se afirmaba, entre otras cosas,que «esta academia, deseando proseguir enlo poco que le sea dado, pero con esforzadavoluntad, la senda impulsiva que V.M. tieneemprendida para la propagación de todaclase de conocimientos útiles, no puedemenos de llamar su soberana atención acercade lo expreso en el artículo 32 del proyectode Ley de Instrucción Pública del referidoaño 1855, por cuanto en su regla 3ª se diceque la enseñanza de agrimensores se dará enlo sucesivo en las escuelas industriales y enlas de agricultura (Expediente sobre una expo-sición..., 1856). En el escrito se defendía, ade-más, la continuidad de la enseñanza de laagrimensura en las academias de Bellas Artesen razón de los buenos resultados, que éstashabían dado, al tiempo que se proponía quela formación de los peritos agrónomos se rea-lizara en las escuelas de agricultura.

    El proyecto de Alonso Martínez no pros-peró y el Plan Luxán estuvo vigente en la Aca-demia de Bellas Artes de Barcelona desde elcurso 1855-1856 hasta el curso 1858-1859.Del primer curso, el común a aparejadores yagrimensores y correspondiente al año acadé-mico 1855-1856, se matricularon 40 estudian-tes. El número de estudiantes matriculadosdurante el segundo curso de agrimensores,correspondiente al año académico 1856-1857,fue de 29. De éstos, 16 habían realizado elcurso común de aparejadores y agrimensoresy el resto eran estudiantes que ya disponíandel título de maestro de obras o director decaminos vecinales o bien tenían convalidadaslas asignaturas relativas al primer curso decarrera. La evolución del número de estudian-tes de agrimensura matriculados durante loscuatro años que estuvo vigente el Plan Luxánsiguió, tal como puede observarse en el cua-dro 1, una curva ascendente hasta 1858. Elelevado número de estudiantes matriculadospone de relieve cómo los estudios de agri-mensura tenían una fuerte demanda profesio-nal en la Cataluña de mediados del siglo XIX.

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    La documentación conservada no nospermite conocer con exactitud cuántos delos 82 estudiantes de la carrera de agrimen-sura obtendrían, finalmente, el título deagrimensor. A pesar de ello, las investiga-ciones realizadas durante los últimos añossobre la cartografía parcelaria municipal delas provincias de Barcelona, Gerona y Léri-da compilada durante la segunda mitad delsiglo XIX ha puesto de relieve que algunosde esos estudiantes se convertirían, comoes el caso de Joan Camps i Prats, AntoniMaymó i Llimona, Medi Sabater i Palet y Joan Serra i Bonet, en expertos agrimen-sores con una sólida carrera profesional en este campo de la actividad cartográfi-ca (NADAL, URTEAGA, MURO, 2006, 242-248;MURO, 2007b).

    La enseñanza de la agrimensura se veríamodificada a partir de la promulgación de laLey de Instrucción Pública, conocida comoLey Moyano, el 9 de septiembre de 1857.Esta reforma educativa restablecía la carrerade maestro de obras, de manera que, a partirde entonces, la enseñanza pasaba a denomi-narse de «maestros de obras, aparejadores yagrimensores». Por otro lado, se indicabaque en el futuro reglamento de la misma sedeterminaría qué parte de los estudios debe-rían realizar los estudiantes interesados enobtener el título de maestro de obras, el deaparejador o el de agrimensor.

    La reforma aprobada por Claudio Moya-no también establecía que la enseñanza deestas carreras técnicas se haría en las escuelasagregadas a las academias provinciales deBellas Artes, pero que el responsable de expe-dir el título de agrimensor sería el rector deldistrito universitario al que estuviera adscri-ta la academia. Como consecuencia de ello,los estudios superiores de Bellas Artes queimpartía la Academia de Barcelona pasaron adepender, mediante una Real Orden de 28 deseptiembre de 1859, del Rector de la Univer-sidad de Barcelona. Las clases continuaronimpartiéndose en el edificio de la Llotja, peroa partir de entonces la escuela quedó bajo latutela de la Universidad de Barcelona, pasan-do a denominarse Escuela de Bellas Artes deBarcelona. El pintor Claudi Lorenzale (Barce-lona, 1815-1889) fue nombrado director dela misma, cargo que ocupó hasta 1885.

    Mientras se producían estos cambiosorganizativos, el entonces ministro de Fo-mento, el unionista Rafael de Bustos y Cas-tilla (1807-1894), aprobó dos decretos queprovocarían nuevos cambios en la enseñan-za de la agrimensura en España. El prime-ro, aprobado el 30 de agosto de 1858, for-maba parte de la reforma educativa de laLey Moyano. En su artículo octavo se esta-blecía que los alumnos de los institutos deenseñanza secundaria que hubiesen cursa-do determinadas asignaturas podían obte-

    FRANCESC NADAL Y JESÚS BURGUEÑO

    Cuadro 1Número de estudiantes de agrimensura del Plan Luxán matriculados en

    la Escuela de Bellas Artes de Barcelona. Cursos 1855-1859Curso Primer curso común Segundo curso específico

    Aparejadores y agrimensores Agrimensores1855-1856 40 —1856-1857 54 291857-1858 48 411858-1859 24 12Total 166 82

    Fuente: Llibre de matriculació i notes de la carrera d’agrimensors i aparelladors. Cursos 1855 a 1859, Barcelona, ReialAcadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi.

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    ner mediante un examen general el títulode «agrimensor y perito tasador de tierras»(Gaceta de Madrid, 31 de agosto de 1858).Este decreto dio lugar, tal como se explica-rá más adelante, a la formación de agri-mensores en los institutos provinciales deenseñanza secundaria (BURGUEÑO, NADAL,2007 a-b).

    El segundo, aprobado unas semanasmás tarde, el 20 de septiembre de 1858,establecía un «Programa general de estu-dios de las carreras de Maestros de Obras,Aparejadores y Agrimensores» (Gaceta deMadrid, 23 de septiembre de 1858). En elmismo se disponía que los estudiantes quequisiesen seguir la carrera de aparejadoresy agrimensores tenían que haber aprobado lassiguientes asignaturas impartidas en los insti-tutos de segunda enseñanza: «Elementos dearitmética y álgebra», «Elementos de geome-tría y trigonometría rectilíneas» y «DibujoLineal» y haber superado un examen deingreso basado en la materia de estas asigna-turas. Una vez aprobado este examen, losestudiantes tenían que cursar, como mínimo,en dos años las siguientes asignaturas:«Topografía», «Elementos de geometría des-criptiva», «Nociones de mecánica» y «Cono-cimiento de los materiales». Una vez conclui-dos los estudios, los aspirantes al título deagrimensor debían superar un examen final,compuesto de dos pruebas: una de carácterteórico y otra de carácter práctico. Los resul-tados de las mismas serían evaluados por untribunal compuesto por tres miembros: eldirector de la Escuela y dos catedráticos de lamisma nombrados por éste.

    La Escuela de Bellas Artes de Barcelonaempezó a aplicar el nuevo plan de estudiosa partir del curso 1859-1860. Con el fin deponer en marcha este plan aprobó, el 16 dediciembre de 1859, un «Reglamento provi-sional referente a la enseñanza profesionalde maestros de obras y de aparejadores yagrimensores». Se trataba de un reglamen-to de orden interno que recogía lo dispues-to en el programa general aprobado el 20de septiembre de 1858. Sin embargo, en el

    mismo se establecía que «los alumnos demaestros de obras y de aparejadores y agri-mensores deberán asistir a los trabajos deobras públicas o particulares durante losmeses de vacaciones. Esta asistencia seacreditará por medio de certificaciones quepresentarán al tiempo de matricularse enlas correspondientes asignaturas hasta aca-bar la carrera» (Reglamento, 16 de diciem-bre de 1859).

    El cuadro de profesores de la enseñan-za de maestros de obras y de aparejadores yagrimensores durante los cursos 1863-1866 se había modificado y ampliado enrelación al existente diez años antes. Ahoraformaban parte de la misma los arquitectosElies Rogent i Amat, encargado de la asigna-tura «Topografía»; Josep Casademunt iTorrents, responsable de la asignatura «Ele-mentos de geometría descriptiva»; JoanTorras i Guardiola (Sant Andreu del Palo-mar, 1827-Barcelona, 1910), encargado delas asignaturas «Nociones de mecánica apli-cada a la construcción» y «Conocimiento delos materiales»; y, Francisco de P. Villar(Murcia, 1828-Barcelona, 1903), encargadode las asignaturas «Composición de edifi-cios rurales y demás que los maestros deobras están autorizados a dirigir» y «Partelegal correspondiente a la profesión». Fran-cesc Brossa continuaba ocupando el cargode profesor ayudante.

    En 1869 el profesor mejor remuneradoera Elies Rogent, que percibía como cate-drático de topografía un sueldo anual de1.600 escudos. Los demás catedráticos per-cibían cada uno un sueldo anual de 1.200escudos, mientras que el profesor ayudan-te, Francesc Brossa, tenía un sueldo asigna-do de 1.200 escudos anuales (Mares Deulo-vol, 1869, 224).

    Rogent utilizó en sus clases diversostratados de topografía. Durante el curso1863-1864 la obra de referencia empleadaera el Cours de topographie et géodesie deJean-Félix Salneuve, publicado en París yque en 1857 iba por su tercera edición. Dosaños más tarde, durante el curso 1865-

    LA ENSEÑANZA DE LA AGRIMENSURA EN LAS ACADEMIAS DE BELLAS ARTES: EL CASO DE BARCELONA (1852-1869)

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    1866, el manual recomendado por Rogentera el Curso elemental de Topografía y Agri-mensura, publicado en 1862 en Sevilla porel arquitecto Demetrio de los Ríos y Serra-no (Baena, 1827-León, 1892). De los Ríosera, de hecho, con una trayectoria profesio-nal similar a la de Rogent, su homólogosevillano, ya que fue catedrático de topo-grafía de la Escuela de Bellas Artes de Sevi-lla y restaurador de la catedral de León.

    Además de las asignaturas propias dela «enseñanza de maestros de obras y deaparejadores y agrimensores», algunosprofesores de la Llotja impartían clasesseparadas para alumnos procedentes de laEnseñanza de Aplicación del Instituto desegunda enseñanza de Barcelona, actualIES Jaume Balmes. Este era el caso de EliesRogent, quien, entre 1860 y 1866, dio cla-ses de «Dibujo topográfico» entre losalumnos del citado instituto que deseabanobtener el título de agrimensor. Las clasesse impartían en el edificio de la Llotja yRogent utilizó, durante el curso 1862-1863, como manual de la asignatura ellibro de Acisclo Fernández Vallín y Busti-

    llo (Gijón, 1825-Madrid, 1896) Elementosde matemáticas. Geometría, trigonometría,topografía (Bisbe i Viñas, 1995, 34).

    Fernández Vallín, que fue profesor de laUniversidad Central, ocupó a partir de1850 la cátedra de matemáticas del Institu-to Cardenal Cisneros, el instituto de segun-da enseñanza de Madrid. El manual de Fer-nández Vallín fue objeto de numerosasediciones durante la segunda mitad delsiglo XIX. Un análisis comparado de las mis-mas permite apreciar como los temas rela-tivos a la topografía recibieron una aten-ción creciente en las nuevas ediciones. Así,por ejemplo, en la parte dedicada a la topo-grafía de la edición de 1859 existe un apar-tado específico a la agrimensura, del quecarece la edición de 1855. También seampliaron en sucesivas ediciones el núme-ro de láminas dedicadas a la representacióngráfica de temas y objetos de topografía(figura 3).

    En la Reial Acadèmia Catalana de Be-lles Arts de Sant Jordi se conservan lasactas de algunos de los exámenes realiza-dos, entre 1861 y 1863, a diversos aspi-

    FRANCESC NADAL Y JESÚS BURGUEÑO

    Figura 3: Lámina de dibujo topográfico del manual de topografía de Acisclo Fernández Vallín y Bustillo (1855): Elementos de matemáticas. Geometría, trigonometría y topografía (Reial Acadèmia de Ciències i Arts de Barcelona).

  • rantes al título de agrimensor. La másantigua es la del examen realizado por elaspirante Ruperto Mateo y Cabrera el 5 dediciembre de 1861 (Águeda, Soria, 1827-?).La comisión evaluadora, constituida porel director de la escuela, Claudi Lorenza-le, y por los catedráticos Josep Casade-munt, Elies Rogent y Josep Torras, acordósalir al campo, en la zona situada fuera dela antigua Puerta de Santa Madrona,donde debía encontrarse con el aspirante.La comisión «dispuso que el aspirantelevantara con el Pantómatra con anteojo,que le toco en suerte, el plano del terrenocomprendido entre la cerca de Casa Antú-nez y el terraplén en que están colocadaslas oficinas y talleres de las obras delpuerto; el cual debía poner en limpioincomunicado en un local de la Escuela»(Expediente de D. Ruperto Mateo y Cabre-ra....). Una vez resuelta, de forma satisfac-toria, esta prueba, el aspirante tuvo quesuperar, tal como lo exigía la normativavigente, un examen oral de las materiasque comprendía la carrera de agrimensor.Tras superarlo con buena nota, Mateo yCabrera consiguió que la comisión eva-luadora le aprobará.

    Las actas de examen conservadas con-tienen información sobre las prácticas decampo, realizadas durante la carrera por losestudiantes de agrimensura. Así, en el actade examen de 1863 del estudiante JosepPlantada i Forés (Barcelona, 1845-?) seadjunta un certificado expedido por elarquitecto Antoni Rovira i Trias. En elmismo se afirma que Plantada había reali-zado las prácticas obligatorias bajo susórdenes durante un período de cuatromeses. Una información similar nos la pro-porciona el acta de examen de 1863 delaspirante Joaquim Soley i Estrada (Barcelo-na, 1845-?). En este caso fue el propio EliesRogent, miembro de la comisión evaluado-ra, el que adjuntó un certificado, en el quese afirmaba que Soley había efectuado, demanera satisfactoria, las prácticas trabajan-do a sus órdenes.

    Además de esta documentación, en elArxiu Gràfic de la Biblioteca de l’EscolaTècnica Superior d’Arquitectura de Barce-lona, donde se custodia, en la actualidad,una parte del fondo histórico de la antiguaEscuela de Bellas Artes de Barcelona, seconservan diversos planos levantadoscomo parte de la práctica cartográficadocente realizada por los estudiantes deagrimensura. Este es el caso del Levanta-miento del plano del camino de la Sataliaempezando en la carretera de ronda, espre-sando [sic] la topografía del país en una zonalateral de 50 metros. Instrumento para ellevantamiento la pantómetra, compuestopor tres hojas y realizado en 1862 a escala1:1.000 por el estudiante de las carreras deagrimensor y maestro de obras Joaquim Sit-jas i Pausas (figura 4).

    La enseñanza de la carrera de agrimen-sura en las academias de Bellas Artes y enlas escuelas especiales de Arquitectura semantuvo hasta mediados de 1869. El 30 dejunio de ese año se aprobó un decreto porel que el Estado dejaba de costear las escue-las de maestros de obras, aparejadores yagrimensores. A continuación, el 22 deseptiembre de 1869, se aprobaba un decre-to que dejaba en situación de excedentes alos profesores de las escuelas de BellasArtes. Y, más tarde, el 2 de noviembre de1870, la Dirección General de InstrucciónPública aprobó otro decreto en el que seindicaba que «suprimidos los estudios deagrimensor en las academias de Bellas Artesy Escuela Especial de Arquitectura [deMadrid] y teniendo en cuenta que hay enlos institutos de segunda enseñanza losmedios para aspirar al título de agrimensorperito tasador de tierras, esta Direccióngeneral ha acordado que cuantos pretendanaquel título acudan en lo sucesivo a losreferidos institutos». A pesar de ello, laEscuela de Bellas Artes de Barcelona siguióexpidiendo títulos de agrimensor hasta1871. Este año se creó la Escuela Provincialde Arquitectura de Barcelona dirigida porElies Rogent, que cuatro años más tarde se

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    LA ENSEÑANZA DE LA AGRIMENSURA EN LAS ACADEMIAS DE BELLAS ARTES: EL CASO DE BARCELONA (1852-1869)

  • transformaría, ya de forma definitiva, en laEscuela de Arquitectura de Barcelona.

    Durante los diez años que se impartió laenseñanza conjunta de «maestros de obrasy de aparejadores y agrimensores» en laEscuela de Bellas Artes de Barcelona, ungran número de estudiantes se matriculóde las asignaturas correspondientes a lacarrera de agrimensura. Como resultado deello, entre 1860 y 1871, 88 aspirantes obtu-vieron el título de agrimensor a través delos exámenes realizados en la misma(Registro de títulos de Maestro de Obras, apa-rejadores y agrimensores, 1860-1869; Regis-tro de títulos expedidos por la Superioridad).Se trataba en su mayor parte de alumnos

    que habían cursado la carrera de agrimen-sura en la Escuela de Bellas Artes de Barce-lona, aunque había algunos pocos, comoera el caso de Ruperto Mateto y Cabrera,natural de Águeda (Soria), que se habíanformado en otros centros de enseñanza téc-nica.

    A partir de la implantación de la «ense-ñanza de maestros de obras y de aparejado-res y agrimensores» durante el curso 1859-1860 resulta prácticamente imposibledeterminar el número de estudiantes inte-resados en obtener únicamente el título deagrimensor. En realidad, la mayor parte delos estudiantes que lo lograron, entre 1859y 1871, eran maestros de obras, que tenían

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    FRANCESC NADAL Y JESÚS BURGUEÑO

    Figura 4: Levantamiento del plano del camino de la Satalia empezando en la carretera de ronda, espresando [sic] latopografía del país en una zona lateral de 50 metros. Instrumento para el levantamiento la pantómetra; 1862; a esca-la 1:1000 por Joaquim Sitjas i Pausas, estudiante de las carreras de agrimensor y maestro de obras de la Escuelade Bellas Artes de Barcelona (Arxiu Històric de la Biblioteca de l’Escola Superior Técnica d’Arquitectura de Bar-celona).

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    LA ENSEÑANZA DE LA AGRIMENSURA EN LAS ACADEMIAS DE BELLAS ARTES: EL CASO DE BARCELONA (1852-1869)

    Figura 5 Número de agrimensores titulados por la Escuela de Bellas Artes de Barcelona (1860-1871)

    0

    5

    15

    10

    20

    Porc

    enta

    je

    1860

    45

    1861 1862 1863 1864 1865 1866 1867 1868 1869 1870 1871

    Fuente: Elaboración propia a partir del Registro de títulos de maestros de obras, aparejadores y agrimensores, 1860-1869 (RACBASJ); y Registro de títulos expedidos por la Superioridad desde el 1º de enero de 1860. (AHUB).

    interés en potenciar su currículum profe-sional con el título de agrimensor. Un títu-lo al que podían acceder con relativa facili-dad, ya que únicamente tenían que superarun examen y abonar unas tasas.

    De hecho, de los 88 agrimensores queobtuvieron el título de agrimensor duranteesos años en la Escuela de Bellas Artes deBarcelona, 80 poseían además el título demaestros de obras y uno el de aparejador. Portanto, el 90 por ciento de los agrimensoreseran, en realidad, maestros de obras (Registrode títulos de Maestro de Obras, Aparejadores yAgrimensores, 1860-1869; Registro de títulosexpedidos por la Superioridad; BASSEGODA,1973). Este elevado porcentaje pone de relie-ve que para la mayor parte de los estudiantesde la Escuela de Bellas Artes de Barcelona laagrimensura constituía una actividad com-plementaria de su principal orientación pro-fesional: la de maestro de obras.

    Los datos contenidos en los diversosregistros de títulos de agrimensores del perí-odo 1859-1871 ofrecen una valiosa informa-ción acerca de la fecha de expedición del

    título, el lugar de nacimiento y la edad de lostitulados. Las fechas de expedición de lostítulos plantean, sin embargo, algunos pro-blemas, ya que a menudo son más tardíasque los correspondientes exámenes degrado. Esta circunstancia se debía principal-mente a la exigencia de haber cumplidoveinte años para la expedición de título (Art.5 del Real Decreto de 17 de febrero de 1852),así como a las elevadas tasas de expedición(320 reales, además de los 120 de examen;art. 31 del real Decreto de 24 de enero de1855).

    El número de títulos de agrimensorexpedidos sigue, tal como puede observar-se en la figura 5, una curva ascendenteentre 1860 y 1864. El punto álgido de estecrecimiento se sitúa en 1864 con 22 títulosexpedidos. A partir de 1865 se produceuna inflexión muy pronunciada, puestoque sólo se expidieron 10 títulos y al añosiguiente, en 1866, cuatro. En 1867 la cifrase redujo a uno y en 1868 ya no se expidióningún título. El último de los títulos con-cedido data de 1871.

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    El descenso y práctica desaparición sedebió a diversas causas. En primer lugar, ala pérdida de fuelle de los trabajos de car-tografía catastral, que se estaban llevado acabo en la provincia de Barcelona desdefinales de la década de 1840 (NADAL,URTEAGA, MURO, 2006, 81-93). Y, en segun-do lugar, al hecho de que, desde el curso1859-1860, la Escuela de Bellas Artes deBarcelona había perdido el monopolio de laenseñanza de la agrimensura en Cataluña,un monopolio que poseía desde 1852. Sidurante la década de 1850 muchos agri-mensores de las provincias Girona, Tarra-gona o Lleida, como Josep Carré i Bassach,Joan Papell i Llenas o Medir Sabater i Palet,se habían formado como agrimensores enla Escuela de Bellas Artes de Barcelona, apartir de 1860 lo harían ya en los institutosde segunda enseñanza de Barcelona, Figue-res, Gerona, Lérida, Tarragona o Tortosa.Precisamente, sería a partir de 1864 cuan-do el número de agrimensores titulados porlos institutos de Lleida y Figueres experi-mentarían un crecimiento más pronuncia-do (BURGUEÑO, NADAL, 2007).

    La mayor parte de los agrimensorestitulados en la Escuela de Bellas Artes deBarcelona, entre 1860 y 1871, eran, talcomo se puede apreciar en la figura 6, natu-

    rales de la provincia de Barcelona (72 porciento). En segundo lugar y a cierta distan-cia se encontraban los que habían nacidoen las otras provincias catalanas (18 porciento). Los oriundos de otras partes deEspaña sumaban el nueve por ciento,mientras que los que habían nacido en laisla de Cuba, apenas si sumaban el uno porciento.

    La media de edad de los estudiantes quehabían obtenido el título de agrimensor porla Escuela de Bellas Artes de Barcelona erade 23,6 años, una cifra sensiblemente supe-rior a la de los agrimensores titulados en elinstituto de segunda enseñanza de Lérida,que era de 22,5 años (BURGUEÑO, NADAL,2007). La diferencia respondía, en buenamedida, al hecho que muchos de los estu-diantes de la Escuela de Bellas Artes de Bar-celona realizaban el examen final paraobtener el título de agrimensor una vez ter-minados sus estudios para obtener el títulode maestro de obras.

    El legado cartográfico de los agrimenso-res que se titularon, entre 1860 y 1871, enla Escuela de Bellas Artes de Barcelona noes tan claro como el de los que se había for-mado durante la década de 1850 en los pla-nes de Reinoso y de Luxán. Su papel, porejemplo, en la cartografía parcelaria muni-

    FRANCESC NADAL Y JESÚS BURGUEÑO

    Figura 6 . Lugar de nacimiento de los agrimensores titulados en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona (1860-1871)

    52,052,0

    1%

    18%

    72%

    9% Naturales de la provinciade Barcelona

    Naturales de otrasprovincias catalanas

    Naturales de otrascomunidades de España

    Naturales de laIsla de Cuba

    Fuente: Elaboración propia a partir del Registro de títulos de maestros de obras, aparejadores y agrimensores, 1860-1869 (RACBASJ); y Registro de títulos expedidos por la Superioridad desde el 1º de enero de 1860. (AHUB).

  • cipal de la provincia de Barcelona fue muyescaso o secundario. Esta circunstanciapuede explicarse, en gran medida, por elhecho de que la obtención del título coin-cidió con el descenso acusado de este tipode cartografía en la provincia de Barcelonadurante la década de 1870 y su prácticadesaparición a principios de la de 1880. Sinembargo, no deja de resultar sorprendente,que la compilación de mapas parcelariosrecayese en maestros de obras formadostambién en la Escuela de Bellas Artes deBarcelona durante estos años, pero de losque no nos consta que poseyeran el títulode agrimensor como es el caso de RamonQuera i Torres (Arenys de Mar, 1880 y1881), Emili Presas i Parellada (Cabrera deMar, 1879), Isidre Reventós y Amiguet(Collbató, 1882) y Dimas Vallcorba iCampmany (Molins de Rei, 1877) (NADAL,URTEAGA, MURO, 2006, 242-248).

    Conclusiones

    La Academia de Bellas Artes de Barcelonaimpartió, entre 1852 y 1869, la carrera deagrimensura. Durante los primeros años, losque van de 1852 a 1855 correspondientes alplan Reinoso, en las aulas de la Llotja seformó a un pequeño e indeterminado grupode agrimensores. A continuación, durantelos cursos 1855-1859 hubo un total de 82estudiantes matriculados en dicha carrera.Mientras que durante el último período, elrelativo a los años 1859-1871, se expidió untotal de 88 títulos de agrimensor. La falta deregistros de títulos para todo el período nosimpide conocer con exactitud el número deagrimensores titulados en la Llotja. Sinembargo, el conjunto de la documentaciónconsultada nos permite estimarla en unnúmero algo superior a los 150 agrimenso-res titulados.

    De las clases de la Llotja saldrían exce-lentes agrimensores, algunos de los cualesrealizarían, como es el caso de Joan Papell i

    Llenas, Leandre Pons i Dalmau y MedirSabater i Palet, notables contribuciones en elcampo de la cartografía parcelaria. Los agri-mensores formados, entre 1852 y 1859,constituyeron una verdadera pléyade de car-tógrafos, de la que destacan, además de lostres ya mencionados, los nombres de Teodo-ro Bergnes de las Casas, Joan Camps i Prats,Josep Carré, Josep Inglada i Estrada, AntoniMaymó i Llimona y Joan Serra i Bonet(Nadal, Urteaga, Muro, 2006, 242-248).

    Pero, no sólo se formaron agrimensores,sino también profesores de agrimensura.Este fue el caso de Francesc Jordi i Roma-ñach (Palamós, ?-Figueres, 1884), quienestudió la carrera de maestro de obras en laAcademia de Bellas Artes de Barcelona entre1850 y 1852. Más tarde, en 1857, fue nom-brado director de la Granja-escuela de For-tianell, donde a partir del curso 1859-1860se empezó a impartir la enseñanza de la agri-mensura. Una enseñanza que terminaríaagregada al Instituto de Figueres, el cual,entre 1861 y 1882, expedirán 80 títulos de«agrimensor y perito tasador de tierras»(BURGUEÑO, NADAL, 2007).

    Hasta el curso 1859-1860 la enseñanza dela agrimensura se impartió únicamente en lasacademias de Bellas Artes y en las escuelasespeciales de Arquitectura. Sin embargo, apartir de ese curso también empezó a ense-ñarse en los institutos de segunda enseñanza,iniciándose con ello el fin del férreo controlque hasta entonces habían ejercido los arqui-tectos tanto sobre los estudios de agrimensu-ra como sobre la expedición de títulos deagrimensor.

    FuentesREAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FER-

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    LA ENSEÑANZA DE LA AGRIMENSURA EN LAS ACADEMIAS DE BELLAS ARTES: EL CASO DE BARCELONA (1852-1869)

  • REIAL ACADEMIA CATALANA DE BELLES ARTS DESANT JORDI (1861): Expediente de D. RupertoMateo y Cabrera para la obtención del título deagrimensor, 1861.

    —(1850-1866): Expediente sobre la presenta-ción de los títulos y demás de los arquitectos yMaestros de Obras residentes en el distrito de estacorporación, 1850-1866.

    —(1856): Expediente sobre una exposiciónelevada a S.M. para que se dignara disponer lareforma de la regla 3ª del artículo 32 del proyec-to de Ley de Instrucción Pública en el sentido deque la enseñanza de los agrimensores dependa de las Academias de Bellas Artes y la de los Peri-tos Agrónomos de las Escuelas de Agricultura,1856.

    —(1858-1867): Libro de matrícula de laenseñanza profesional de maestros de obras y deagrimensores y aparejadores. Cursos de 1858-1859 a 1866-1867.

    —(1866-1871): Libro de matrícula de la ense-ñanza profesional de maestros de obras y de agri-mensores y aparejadores. Cursos de 1866-1867 a1870-1871.

    —(1855-1859): Llibre de matriculació i notesde la carrera d’agrimensors i aparelladors. Cursos1855 a 1859, texto manuscrito, 43 folios.

    —(1862-1872): Llibre registre de papers depagament a l’Estat per a l’obtenció del títol de mes-tre d’obres, aparellador i agrimensors, 1862-1872.

    —(1860-1869): Registro de títulos de maestrode obras, aparejadores y agrimensores, 1860-1869;manuscrito encuadernado, 28 págs. numeradas.

    —(1860): Reglamento provisional para el régi-men interior de la Escuela de Bellas Artes de Barce-lona, aprobado por Real Orden de 16 de diciembrede 1859, referente a la enseñanza profesional demaestros de obras y de aparejadores y de agrimen-sores, text manuscrit inèdit, 9 págs. sin numerar;Barcelona, 10 de enero de 1860 [firma de] ClaudioLorenzale, director de la Escuela de Bellas Artes.

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    LA ENSEÑANZA DE LA AGRIMENSURA EN LAS ACADEMIAS DE BELLAS ARTES: EL CASO DE BARCELONA (1852-1869)