La élite de Monterrey y el Estado mexicano

download La élite de Monterrey y el Estado mexicano

of 122

Transcript of La élite de Monterrey y el Estado mexicano

La lite de Monterrey y el Estado mexicano1880-1940Alex M. SaragozaIntroduccinI.- En la tarde del 11 de febrero de 1936, el presidente mexicano Lzaro Crdenas se enfrent a los lderes de las principales asociaciones de patrones de Monterrey, en una reunin con los directores del Centro Patronal de Monterrey. Este enfrentamiento se llev a cabo tras varios das de multitudinarias marchas contra las autoridades laborales orquestadas por los principales lderes empresariales del segundo centro econmico ms importante del pas. Estaba en juego tanto la autoridad presidencial de Crdenas como la capacidad del Estado mexicano para intervenir en las relaciones entre el trabajo y el capital. Estos eventos marcaron la consolidacin poltica de los mayores capitalistas de Monterrey como un grupo clave de poder en el Mxico moderno y seal la maduracin de este grupo como un contingente identificable de la burguesa nacional. Las circunstancias que rodearon el viaje presidencial a Nuevo Len en 1936 sealan un momento decisivo en el patrn de conflictos peridicos que marcaron las relaciones entre los industriales ms prsperos de Monterrey y el gobierno federal desde la Revolucin de 1910. Durante una semana, la atencin nacional se haba dirigido hacia el creciente conflicto en la principal ciudad industrial mexicana. Desde el inicio de la administracin prolaboral de Crdenas en diciembre de 1934, los mexicanos haban atestiguado una creciente ola de huelgas. Pero el viaje repentino y sin previo aviso del presidente a Nuevo Len seal la inusual importancia de la huelga en la ms grande fbrica de vidrio del pas, vidriera Monterrey. Vidriera perteneca a una de las familias ms prominentes y adineradas de Monterrey, los Garza Sada. En muchos sentidos, la fbrica personificaba el poder econmico y el prestigio del cerrado y conservador grupo de empresarios que dominaba la ciudad. vidriera posea el equipo y tecnologa ms modernos, monopolizaba la produccin mexicana de vidrio, avanzaba sin capital ni mercados extranjeros, y adems, posea un sindicato blanco bien establecido. Dichas particularidades caracterizaban las empresas claves de los emprendedores de la ciudad, pero ninguna tanto como las industrias madre: la Cervecera Cuauhtmoc, tambin propiedad de los garza Sada, y Fundidora de Fierro y Acero, controlada por la familia Prieto. La huelga indicaba un agravamiento del conflicto entre Crdenas y los empresarios regiomontanos. De hecho, mediante su influencia local, y catapultados por los intereses de los garza Sada, montaron una audaz campaa para nombrar un candidato a la gubernatura de Nuevo Len seis meses antes, en julio de 1935. Pero funcionarios federales anularon la eleccin, y en consecuencia se instal un gobernador cardenista. Poco despus, el gobernador haba neutralizado las inclinaciones proempresariales de la junta laboral al deshacerse de los representantes del anterior gobierno y nombrar nuevos. Bajo estas condiciones, los trabajadores disidentes retaron el liderazgo de los sindicatos blancos.Pronto llegaron organizadores de la embrionaria aunque ya militante CTM. Encabezados por Vicente Lombardo Toledano, la recin nacida organizacin de trabajadores haba recibido el respaldo presidencial. No fue una coincidencia que la vidriera de los garza Sada fuera el objetivo para romper el control de los patrones sobre la fuerza laboral de Monterrey. Para finales de enero de 1936, los lderes laborales en rebelda de la planta de vidrio haban forzado a que se realizara una votacin para elegir a los representantes sindicales. Para la ira de los propietarios y sus aliados, el 3 de febrero, la junta laboral declar que el sindicato blanco haba perdido la eleccin. Pero los empresarios de Monterrey se mostraron a la altura del reto: de inmediato organizaron sus vastos recursos polticos y econmicos dentro y fuera de Nuevo Len para contrarrestar la amenaza a su preeminencia local.En los das que precedieron al arribo de Crdenas, un Centro Patronal reunido de prisa mont una serie de marchas cada vez ms numerosas para protestar contra agitadores externos, la amenaza del comunismo, y la decisin injusta de la junta laboral. A instancias del Centro, una asociacin cvica emergi para combatir el comunismo. Los peridicos y las estaciones de radio, aliadas con los industriales de Monterrey, agregaron sus voces a la campaa antigobiernista. Ms an, los empresarios, grandes y pequeos, amenazaron con un paro, con una marcha de sus trabajadores, para demostrar la solidaridad de Monterrey contra el ataque comunista azuzado por el gobierno contra Nuevo Len. El 5 de febrero, una multitud vitoreante de cerca de 60 mil personas march al Palacio de gobierno, gritando mueran los comunistas y frases similares. La violencia pareca inminente, y las tropas federales fueron llamadas para mantener el orden. La enorme manifestacin tambin desencaden marchas similares contra el gobierno en Torren, Len, Mrida, Puebla y el Distrito Federal: otra demostracin de la potente influencia de los regiomontanos.Luego, en la maana del 6 de febrero, un silencio ominoso prevaleci cuando tiendas, bancos y fbricas permanecieron cerrados. La gil movilizacin de los empresarios indic la extensin y efectividad de su influencia, y el significado que le daban a la huelga. Resultaba claro que para los garza Sada y sus contrapartes, el sindicato blanco formaba un eslabn esencial de su red de poder. El paro virtualmente paraliz la ciudad; el dominio de los capitalistas regiomontanos se haba reafirmado: haban respondido al reto presidencial. Crdenas se vio forzado a contestar: el viaje a Monterrey deba hacerse.Para Crdenas, el exitoso paro sirvi para revelar el firme rechazo de los hombres de negocios regiomontanos a inclinarse ante el gobierno federal. Pese a los esfuerzos de sus representantes para desinflar la importancia de la huelga, Crdenas comprendi las potencialmente graves consecuencias para su presidencia y para el Estado mexicano. Los regiomontanos minaron su esfuerzo por anular el poder poltico del ex presidente Plutarco Elas Calles. Adicionalmente, se involucraba la tcita aprobacin de Crdenas a la CTM. Era otra prueba para su intento, mediante la CTM, de destruir la corrupta, vieja y recalcitrante CROM. Sin embargo, sus esfuerzos para alinear a los trabajadores con su administracin enfrentaron una predecible oposicin patronal, fortalecida por la manipulacin de obreros mediante sindicatos blancos.An ms importante resultaba que los regiomontanos representaran una persistente fuente de resistencia contra la autoridad federal. De hecho, haban hecho una apuesta por el poder nacional tras el asesinato del presidente electo lvaro Obregn en 1928, pero su apoyo al ex gobernador de Nuevo Len, Aarn Senz, para la presidencia fracas en 1929. En el mismo ao, los empresarios de Monterrey se opusieron a la introduccin del Cdigo Federal del Trabajo en el Congreso, y cuando el cdigo de cualquier modo se propuso pese a sus protestas, fueron decisivos en la formacin de una organizacin opositora de patrones: la Confederacin Patronal de la Repblica Mexicana. Ms an, qu funcionario federal podra olvidar la custica condena que hizo el Centro Patronal de la aprobacin del Cdigo del Trabajo en 1931? Adems haban mantenido relaciones cercanas con el ambicioso general Juan Andreu Almazn, jefe del cuartel militar en Nuevo Len, empresario millonario y posible aspirante a la presidencia. Hubo tambin una afrenta flagrante a la administracin de Crdenas, cuando la lite intent tomar la gubernatura un ao antes.Los regiomontanos fueron adversarios poderosos porque sus empresas clave involucraban poco o ningn capital extranjero, lo que restaba a Crdenas la oportunidad de llamarlos tteres de empresas extranjeras. Los hombres de negocios de Monterrey posean empresas respetables, visiblemente exitosas, y primordiales para la produccin industrial nacional. Las amenazas de expropiacin no se podan hacer a la ligera e iban en contra del impulso presidencial para mexicanizar la economa. As las cosas, los gobiernos extranjeros se hallaban muy preocupados por el radicalismo de Crdenas. Una accin violenta contra los industriales de Monterrey slo hara surgir ms dudas de los intereses extranjeros sobre la administracin de Crdenas en los albores de su sexenio. No obstante, esos abiertos desafos contra la autoridad del presidente no podan ser ignorados. Los oponentes de Crdenas apreciaban las dainas implicaciones de este fracaso para tomar control de la huelga en Monterrey. Con las noticias del paro, el presidente decidi viajar a Nuevo Len y enfrentar cara a cara a los empresarios.Crdenas comprendi que los riesgos eran altos para l y sus adversarios, y, sobre todo, para el gobierno que l presida. El pasado haba dado forma a la confrontacin; tal vez el futuro de su presidencia dependa del resultado.II.- Las fuerzas que condujeron a la huelga de vidriera en 1936 y sus consecuencias contribuyeron a definir la relacin entre el capital y el Estado en el Mxico posrevolucionario. En esta conexin, la batalla especfica entre la familia garza Sada y Crdenas constituy una escalada en la lucha de veinte aos entre una lite econmica en vas de maduracin y un Estado emergente. Con la coalescencia de la lite regiomontana se establecieron lmites efectivos contra la intervencin estatal en la economa y contra el control del gobierno sobre el sector privado. Ms an, la cambiante y con frecuencia tensa relacin entre la burocracia poltica y los empresarios de Monterrey reflej un proceso de diferenciacin entre la propia lite regiomontana. La lite regiomontana posee varias caractersticas distintivas dentro del contexto de la historia empresarial mexicana. Primero, pese a la histrica dependencia econmica del pas, las principales empresas regiomontanas fueron construidas casi exclusivamente con capital local. Segundo, la manufactura fue crtica para la cimentacin econmica de la lite, pese a que las empresas madre surgieron al final del siglo XIX. Tercero, las empresas clave de los regiomontanos se mantuvieron en manos de familias, tanto en su propiedad como en su administracin. Cuarto, y lo ms importante, los principales empresarios de Monterrey forjaron un tejido compacto de intereses econmicos, sociales y polticos a travs de inversiones conjuntas, arreglos financieros cooperativos, direcciones entrelazadas, lazos familiares y matrimonios extremadamente propicios.Antes de la Revolucin, la mayora de la clase alta mexicana obtena su riqueza de la tierra, el comercio y la minera, mientras que los extranjeros concentraban sus inversiones en actividades de extraccin. Aparte de fbricas textiles, la manufactura permaneci dbil hasta que la sustitucin de importaciones aceler drsticamente la industrializacin al final de los treinta y principios de los cuarenta. Contrario al patrn nacional, la manufactura ha sido crucial para el desarrollo econmico del rea de Monterrey desde finales del siglo XIX. Fundada en 1900, Fundidora fue la primera en Amrica Latina y se volvi un smbolo apropiado para la llamada Pittsburg de Mxico. As, la primaca de la industria y su propiedad mexicana no slo distingui la economa de la ciudad, sino tambin las fortunas de su clase alta.Adems, los empresarios de Monterrey evitaron las recompensas monetarias asociadas con los puestos burocrticos. Antes y despus de 1910, prefirieron la influencia indirecta, las maniobras tras bambalinas, ms que tomar puestos gubernamentales. Al respecto, los capitalistas de Monterrey se mantuvieron alejados de la lite poltica que apareci con el surgimiento del nuevo Estado despus de 1910. Asimismo, la lite regiomontana proporcion una temprana e identificable defensa de la libre empresa contra la intervencin gubernamental en la economa. La fundacin de la Coparmex, encabezada por los regiomontanos en 1939, constituy una piedra angular en la batalla de la lite contra el Estado. Igualmente, la Coparmex sirvi para subrayar la postura agresiva y disidente de los neoleoneses dentro de las otras organizaciones de negocio, ms antiguas y conciliatorias, como la Confederacin de Cmaras de Comercio y la Cmara de la Industria, establecidas bajo los auspicios del gobierno de 1917 a 1918.Finalmente, el dominio de esta lite sobre la regin de Monterrey tuvo poco, o ningn, paralelo en Mxico. Su poder fue ms all de su extensa influencia sobre el comercio, la industria y las finanzas locales, ya que los distinguidos hombres de negocios tambin mantenan una posicin ascendente en la vida cultural y social de la zona. Su dominio sobre los peridicos, y ms tarde sobre la radio y el entretenimiento, se equiparaba con su influencia sobre la educacin pblica y la Iglesia. Los sindicatos blancos, las empresas corporativas, escuelas administradas por stas y sus instalaciones recreativas reforzaron la capacidad de la lite para afectar la vida pblica. El estatus social en Monterrey dependa de su posicin en la fila, una jerarqua social regulada por una hermtica red de clubes y organizaciones dominados por las familias lite de la ciudad.La exclusividad social de estos clubes actuaba como un filtro esencial para los crculos in- ternos del grupo. Su efectividad aseguraba una aceptable oferta de novios y novias para arreglar casamientos, un suministro apropiado de yernos y nueras, compadres y comadres y, sobre todo, una concentracin afn de enlaces de negocios, socios, clientes e informacin potencialmente rentables. La densidad de estos lazos daba una extraordinaria coherencia a la fachada pblica del grupo, as como a sus puntos de vista polticos que motivaban una percepcin de uniformidad monoltica entre la lite de Monterrey, as como en una gran familia, las amenazas externas econmicas o polticas sirvieron para promover la cohesin y permitir que sus miembros ms fuertes se encargaran de su defensa. Con celo nacionalista, los industriales de Monterrey insistan en la importancia de los valores capitalistas. Autoridad, disciplina y tica laboral se combinaban con la glorificacin de la familia, el tradicionalismo y la rectitud moral. Las expresiones de la propia imagen de la lite aparecan de muchas formas, a veces de modo evidente, a veces implcito: en la sugerente publicidad, en los arreglos para que la gente famosa que llegaba a la ciudad visitara las fbricas, en la escuela tcnica que tom como modelo al Instituto Tecnolgico de Massachusetts. Eventualmente, el conflicto ideolgico entre los empresarios de Nuevo Len y el Estado se tradujo en una competencia a travs de publicaciones, estaciones de radio y, finalmente, plataformas de partidos polticos. Como resultado, los regiomontanos gradualmente emergieron como portavoces de los tambin disgustados, pero menos articulados, capitalistas del pas. La lite adquiri una singular notoriedad en la economa poltica mexicana y esta visibilidad tendi a agudizar la percepcin de que la lite regiomontana era casi esttica y homognea.III.- El cambio, as como la continuidad, marcaron la composicin del grupo Monterrey en sus aos de formacin. La mayora de los observadores han mencionado la persistencia de ciertos miembros de la lite, sobre todo la familia garza Sada. Sin embargo, con el paso del tiempo, un anlisis cuidadoso revela que la membresa y la posicin en la lite estaban sujetas a cambio. Algunos viejos nombres perdieron su lustre, nuevos tomaron prominencia, y otros conservaron su brillo. No obstante, la fortuna continu siendo el principal criterio para ser admitido en los crculos. La composicin de este grupo privilegiado vari a lo largo del tiempo a medida que se modificaba la situacin econmica de sus miembros, segn algunas industrias prosperaban, otras se hundan y otras fracasaban. Los apuntalamientos econmicos de la lite regiomontana posean una falla oculta y fundamental en las diferencias entre Cervecera Cuauhtmoc y Fundidora de Fierro y Acero. El gobierno tuvo un papel principal desde el arranque de Fundidora mediante contratos, permisos de importacin de equipos, aranceles proteccionistas y otras formas de apoyo. En pocas palabras, Fundidora mostraba una gran dependencia de la ayuda estatal antes y despus de la Revolucin. En cambio, Cervecera atenda mercados virtualmente libres del Estado y desde el principio tom medidas para evitar la necesidad de importaciones. La competencia de cerveceras extranjeras, particularmente de los Estados Unidos, fue mnima en el periodo previo a 1910. Adems, la prohibicin al norte del ro Bravo (1918-1933) le dio a Cervecera una ventaja decisiva que fue reforzada por la postura nacionalista y proteccionista de los gobiernos posrevolucionarios hacia la industria mexicana.Las diferencias internas entre los industriales de Monterrey tuvieron repercusiones polticas al final del Porfiriato y en los inicios del nuevo gobierno. En trminos polticos, la relacin econmica de Fundidora con el nuevo Estado restringa la capacidad de los propietarios de la acerera para retar al gobierno. Los intereses de Cervecera, por otra parte, eran econmicamente mucho menos dependientes del Estado y daban a los garza Sada la capacidad de ejercer una mayor actividad poltica. La variacin poltica resultante motiv la identificacin de Cervecera como los arquitectos de la campaa de la lite contra el Estado en los aos treinta. Los intereses de esta empresa asumieron una postura combativa que se tradujo en agrios enfrentamientos con Lzaro Crdenas, incluyendo las marchas contra el Cdigo Laboral asociadas con la huelga de vidriera en 1936. Fundidora, pese a su inconformidad poltica con Crdenas, tom una ruta moderada: una actitud regulada por la vulnerabilidad de la acerera a las acciones gubernamentales. En su confrontacin con Crdenas, los propietarios de Cervecera dirigieron una potente ofensiva con su apoyo a la derechista Accin Cvica Nacionalista, sus implacables crticas ideolgicas contra el comunismo presidencial y, finalmente, su actividad a favor de la candidatura del opositor Almazn en la campaa presidencial de 1940. Los treinta cimentaron el dominio de los garza Sada en la articulacin de las visiones de la lite en cuanto a las relaciones Estado capital. De hecho, fueron ellos quienes principalmente obligaron a Lzaro Crdenas a echar marcha atrs en sus polticas reformistas: una jugada que redefini las relaciones entre el Estado y el capital en Mxico en la era posterior a 1940.IV.- El temprano desarrollo del grupo Monterrey ilumina las complejidades y matices de las relaciones histricas entre el sector privado y el Estado posrevolucionario. Estas relaciones frecuentemente dependan de las preocupaciones de un Estado ansioso por solidificar su control sobre la economa poltica de Mxico. Una situacin poltica voltil deriv en una frgil economa, consecuencia de casi una dcada de guerra civil de 1910 a 1917, as como las repercusiones de la agitacin poltica que arruin el pas a lo largo de los aos veinte. El nuevo gobierno tambin enfrent los intereses extranjeros ansiosos por renovar sus sitios dominantes en la economa mexicana. Por si no fuera suficiente, los lderes posrevolucionarios enfrentaron la formidable tarea de organizar una estructura econmica nacional viable: emitir billetes, regular bancos, pagar deudas, establecer impuestos y tarifas, equilibrar a los grupos econmicos rivales e implementar reformas laborales y agrarias.Tras 1917, los industriales de Nuevo Len se recuperaron velozmente mientras el nuevo Estado pasaba penurias con los numerosos sectores antagonistas de la economa poltica mexicana e infinidad de complicados problemas.Ocho aos despus de la Constitucin de 1917, se organiz un banco central y una institucin de crdito agrario sostenida por el gobierno; llev dos aos ms para que se estableciera una comisin formal de tarifas, y no fue sino hasta 1934 que apareci un banco de desarrollo econmico nacional. Para los lderes del gobierno, la estabilidad poltica fue indispensable para la economa, y para su poder. La poltica, por lo tanto, a veces se volva ms necesaria que la reconstruccin econmica.Sin embargo, la intervencin estatal en la economa se ampli y gan fuerza. No es de extraar que hubiera enfrentamientos con el sector privado, los cuales se multiplicaron a medida que stos buscaban retrasar la distribucin de la tierra, limitar el impuesto sobre la renta, mantener los salarios bajos, minar la reforma laboral, y procurar bajas tarifas de transporte en los ferrocarriles del gobierno. A la luz de sus activos econmicos e interconexiones, los miembros de la emergente lite de Monterrey posean los recursos para tomar un papel principal en los esfuerzos del sector privado para limitar la intervencin estatal en la economa.La poltica laboral se volvi el punto de conflicto ms visible. Los sindicatos blancos de los regiomontanos les daban una ventaja sobre el resto de los empresarios en el combate contra las organizaciones laborales auspiciadas por el gobierno. Los capitalistas nacionales, incluyendo los regiomontanos, frustraron con xito el intento de los trabajadores por codificar el artculo 123 de la Constitucin de 1917 en 1924, y de nuevo en 1926. Aunque el Cdigo Federal del Trabajo finalmente lleg al Congreso en 1929, el sector privado mexicano, encabezado por los regiomontanos, detuvo su aprobacin hasta 1931. La formacin de la Confederacin de Trabajadores Mexicanos y la Confederacin Nacional Campesina result esencial para la consolidacin de la autoridad gubernamental.En agosto de 1936, una nueva ley obligaba a todas las empresas, salvo las ms pequeas, a unirse a la Confederacin de Cmaras de Comercio e Industria. La Ley de Cmaras de 1936 extenda la jurisdiccin del Estado ms all de las directrices que previamente gobernaban esas organizaciones. Las nuevas provisiones tambin le daban al Estado los medios legales para desafiar la influencia de los capitalistas regiomontanos y dems empresarios antigubernamentales. La lite regiomontana se uni a la organizacin reconstruida que a la fuerza combinaba las cmaras de comercio e industria en una sola estructura. En suma, la cristalizacin de la autoridad estatal en Mxico se llev a cabo frente a la potente resistencia de los capitalistas encabezados por los empresarios de Monterrey, especficamente los garza Sada. La intensidad del subsiguiente conflicto fue una amenaza tal que Crdenas busc un arreglo con el sector privado. Este trato lo llev a cabo el sucesor presidencial que el mismo Crdenas eligi en los albores de la eleccin presidencial de 1940. En este proceso, los garza Sada y sus aliados tuvieron un papel decisivo en las fronteras establecidas entre capital y gobierno despus de 1940.Parece que en estas negociaciones las empresas mexicanas tenan ms peso que los campesinos y obreros. La era posterior a 1940 ofreci beneficios desproporcionados a los capitalistas mexicanos bajo una estructura estatal en buena medida diseada por Lzaro Crdenas. La unin del Estado mexicano autoritario y corporativista abarc ms de dos dcadas, desde que fue decretada la Constitucin de 1917, hasta los aos de Crdenas. La evidencia sugiere que el resultado de este proceso reflej en parte la marca indeleble de la lucha entre el emergente Estado mexicano y el sector privado. Bajo esta luz, la historia de la lite regiomontana va de la mano con los orgenes y el carcter del autoritarismo en Mxico.V.- Tres temas interrelacionados se utilizan aqu para analizar los aos formativos del grupo Monterrey dentro del contexto de la consolidacin del Estado mexicano: 1) la diferenciacin econmica dentro de la lite, prestando particular atencin a las dos industrias madre, la Cervecera Cuauhtmoc y la Fundidora de Fierro y Acero; 2) la evolucin de la lite y su casi control hegemnico sobre la ciudad de Monterrey; 3) el desarrollo de las posiciones ideolgicas de los regiomontanos y los esfuerzos para extender su influencia ms all de Nuevo Len.La primera parte abarca principalmente la era de don Porfirio (1880-1910), durante la cual se estableci la Cervecera y la Fundidora, bajo la gubernatura del destacado poltico Bernardo Reyes.La segunda parte cubre los aos revolucionarios y sus consecuencias, cuando los empresarios regiomontanos confrontaron nuevas realidades polticas y econmicas que precipitaron las escaramuzas iniciales con el gobierno, especialmente por las reformas laborales, periodo que tuvo su clmax con la formacin de la Coparmex, en 1929. La tercera parte se centra en las relaciones tensas y a veces hostiles entre los industriales de Monterrey y el gobierno mexicano, que llegaron a su punto ms lgido durante la eleccin presidencial de 1940.

1. Comercio y capital:las races econmicas de la lite regiomontanaI.- La fundacin de Cervecera Cuauhtmoc en 1890 y la de Fundidora de Fierro y Acero diez aos ms tarde marcaron el inicio de la industrializacin de Monterrey. Tres factores clave condujeron al dominio de unos cuantos negociantes sobre el comercio de la zona, y la resultante concentracin de la riqueza form las races econmicas de la lite regiomontana. La primera surgi de las enormes ganancias generadas con el trfico de algodn durante la guerra civil norte- americana (1860-1865). El bloqueo que la Unin impuso al sur, oblig a los Confederados a enviar su algodn a travs del norte de Mxico. Mediante la influencia del caudillo en el poder, Santiago Vidaurri, Monterrey se convirti en el enlace crtico para este comercio, y los mercantes asociados con el poderoso cacique amasaron una cantidad desproporcionada de algodn junto con sus beneficios. El segundo factor se deriv de la devastadora depresin econmica de la dcada de 1870. Desde sus inicios, slo unos cuantos comerciantes sobrevivieron, sostenidos por las utilidades del auge algodonero, mientras que la competencia ms dbil desapareca. Tercero, a partir de 1880, el norte mexicano atestigu un influjo masivo de inversin extranjera. El subsiguiente auge provey a los comerciantes regiomontanos de una ventaja inicial pero substancial, en respuesta a los mercados internos ampliados por el desarrollo de la regin.II.- En la periferia nortea de la Nueva Espaa, el asentamiento sufra las penurias de una existencia fronteriza, luego de ser fundado en 1596. El pequeo pueblo era acosado por sequas, enfermedades, ataques de los indios y la negligencia espaola. Los espaoles fueron incapaces de encontrar abundantes minerales preciosos en el rea; consecuentemente la administracin colonial releg a Monterrey para que sirviera sobre todo como un puesto defensivo contra los indios hostiles. Debido a su presidio, el pueblo tambin serva como punto de trnsito en el paso de mercancas y contrabando, trados desde la costa para proveer a los pueblos mineros del interior. Sin embargo, este trfico comercial enfrent severas restricciones impuestas por los poderosos comerciantes de la capital, limitando el flujo del comercio del norte a travs de Monterrey. El poblado creci lentamente; la agricultura de subsistencia y la actividad pastoril reflejaban el subdesarrollo de la zona. Para mediados del siglo XVIII, Monterrey tena poco ms de tres mil habitantes. La colonizacin de Texas y Tamaulipas (Nuevo Santander) a mediados del siglo XVIII extendi el permetro defensivo espaol. Precipitado por los esfuerzos de los reyes borbones para reformar la administracin colonial espaola, el cambio empuj la lnea de los presidios hacia el norte, arriba de Monterrey. Los colonizadores de Nuevo Santander requeran bienes de diversos tipos para sobrevivir en las dificultades que imponan la distancia, el clima y los peligros de la frontera. El creciente trfico comercial hacia el norte permiti a los comerciantes regiomontanos beneficiarse con la funcin de la ciudad como principal punto comercial en la ruta hacia las nuevas provincias. El permiso para importar bienes desde el cercano puerto de Soto la Marina ampli la importancia logstica de la ciudad y, como resultado, al final del siglo XVIII, Monterrey prcticamente haba doblado su poblacin: ms de seis mil residentes se contaban en la ciudad en 1803.Antes de la Independencia ya se haba forjado la importancia comercial de Monterrey. La agitacin de la dcada de 1810 a 1821 casi no toc a la ciudad. Como fuente de provisiones para ambos bandos, Monterrey se benefici de este conflicto. En particular, Matamoros contribuy para facilitarle a Monterrey su posicin en el norte de Mxico como centro de acopio para exportaciones y de distribucin de bienes importados en este mismo puerto. Muchos inmigrantes de las regiones centrales devastadas por la guerra se agregaron a la poblacin de Monterrey y estimularon su crecimiento; para 1824, la prspera ciudad sumaba doce mil habitantes.Tras la euforia armada, Mxico enfrent una economa desmoronada. La produccin agropecuaria qued seriamente daada por el conflicto mientras el transporte mantuvo sus atributos coloniales: costoso, lento, limitado e incierto. La minera pas por una larga depresin debido a la falta de capital para restaurar la produccin a los niveles previos. Frecuentes disputas polticas marcaron las luchas del Mxico posindependiente en busca de resolver sus crisis y establecer una poltica econmica viable. Los aranceles en las aduanas representaron el principal ingreso tanto para el gobierno federal como para los estatales. Las condiciones para el contrabando y la corrupcin florecieron en esta situacin. Funcionarios pblicos mal pagados, un ejrcito dbil y los altos precios del comercio legtimo se convirtieron en el paraso de los contrabandistas. Gracias a su proximidad a los puertos y sus contactos comerciales, los mercaderes regiomontanos capitalizaron las debilidades de otras zonas y desarrollaron un lucrativo negocio, principalmente ilegal, con el devastado interior de Mxico.La privilegiada ubicacin de Monterrey continu ofreciendo provechosas oportunidades a los comerciantes. La guerra en Texas de 1836 y el subsiguiente establecimiento de la Repblica de la Estrella Solitaria foment el papel de Monterrey como centro comercial. Los mercantes texanos, sin el estorbo de los altos aranceles mexicanos, transportaban bienes a la frontera mexicana para vender a sus contrapartes regiomontanos. Se dio un comercio generalmente ilegal pero remunerativo. La interrupcin del comercio interno va Veracruz y la Ciudad de Mxico, produjo un incalculable incremento en la actividad comercial ilegal.III.- La debilidad poltica, militar y econmica del gobierno central persisti despus de 1848 y motiv el surgimiento de caudillos regionales. En medio de esta fragmentacin, Santiago Vidaurri logr convertir el noreste mexicano en su dominio personal de 1855 a 1865. Para los comerciantes de Monterrey, Vidaurri ofreca estabilidad poltica, bajos impuestos y el exterminio del contrabando y del comercio que no controlaban los regiomontanos. Bajo el amparo de la fuerza militar de Vidaurri, los negociantes de Monterrey formaron una poderosa alianza con el caudillo que monopoliz todo el noreste.Diversos factores contribuyeron a la extraordinaria afluencia durante el periodo de Vidaurri. Primero, el cacique permiti la entrada de productos extranjeros y facilit la exportacin de bienes mexicanos a travs de varios puntos nuevos a lo largo de la frontera norte. Segundo, la creacin de una zona libre de comercio en Tamaulipas en 1858 que fue agregada al trfico regiomontano. Tercero, y lo ms importante, durante la guerra civil norteamericana, Monterrey sirvi como bodega comercial para los confederados. Cuarto, la intervencin francesa en Mxico (1862-1867) permiti a los regiomontanos proveer a ambos bandos con resultados lucrativos; los aos de 1860 a 1865 resultaron especialmente crticos e increblemente prsperos.Una rasgo consistente de la era Vidaurri fue su complicidad con los comerciantes. El prspero comercio fronterizo trajo problemas y beneficios para los mercaderes de Nuevo Len. Los clientes mexicanos pronto comprendieron las ventajas de cruzar la frontera, comprar en el lado texano y eliminar el rol intermediario de los comerciantes y funcionarios favorecidos por Vidaurri. La inauguracin de la zona de libre comercio en 1858 en la frontera de Tamaulipas y Texas reforz la posicin de los intereses regiomontanos. Como era de esperarse, de inmediato se abus de la zona libre, ya que Vidaurri y los comerciantes regiomontanos tenan privilegios en el trfico fronterizo. Los productos introducidos por la frontera Tamaulipas-Texas pronto aparecieron por todo el norte de Mxico. Para 1860, Santiago Vidaurri y un grupo favorecido de comerciantes regiomontanos controlaban las rutas de comercio en el noreste de Mxico. El poder militar del caudillo daba a los regiomontanos el control sobre la regin, minimizaba la aparicin de traficantes externos y desmotivaba la interferencia del gobierno federal sobre el dominio de Vidaurri y su cohorte. Debido a la importancia del algodn para la economa del sur de Estados Unidos y Europa Occidental, la guerra civil norteamericana provoc un periodo de prosperidad sin precedentes para el comercio de Monterrey. Desde el inicio de la guerra, la Unin comprendi la necesidad de negar al sur la capacidad trocar el algodn por municiones y armas. El bloqueo naval de la Unin sobre los Confederados los forz a buscar una salida para su algodn y los jefes confederados eligieron Mxico. Sin embargo, el presidente Benito Jurez rechaz las propuestas, pues la influencia de los agentes de la Unin contrarrest las negociaciones de los Confederados. La frontera con Texas se volvi el foco de la estrategia surea para evadir el bloqueo de la Unin. En mayo de 1861, el presidente confederado, Jefferson Davis, envi a Juan A. Quintero, cubano de nacimiento, a negociar con Santiago Vidaurri un acuerdo para embarcar bienes a travs del noreste mexicano. Quintero hall a Vidaurri ms que dispuesto a colaborar. Dado que Vidaurri era nominalmente leal a Jurez, su cooperacin con Davis y los Confederados provoc el resentimiento del gobierno central. Sin embargo, en ese momento, las tropas del gobernador evitaron un conflicto directo con el abrumado presidente mexicano.En unos pocos meses, el trfico comercial floreci a lo largo de la frontera. Como punto de embarque para el algodn confederado, Matamoros se volvi una gran fuga en el bloqueo con- federado, a medida que flotas de barcos descargaban bienes y esperaban la carga de la preciosa fibra blanca. La actividad comercial en Matamoros reflejaba la prosperidad de los intermediarios en el trfico de algodn. Monterrey fue el centro de negocios en el que se cambiaba algodn sureo por provisiones europeas y mexicanas.Un indicador del valor del comercio de algodn pudo notarse cuando el presidente Jurez ocup Monterrey en 1864. En slo cinco meses, Jurez se apropi de ms de un milln de dlares por ventas y recolect miles ms por impuestos a los comerciantes locales. Necesitado de fondos para luchar contra las fuerzas francoconservadoras, Jurez olvid su oposicin al trfico confederado durante su breve permanencia en Nuevo Len.La Intervencin Francesa en Mxico (1862-1867) fue un peligro potencial para el trfico de algodn. Vidaurri decidi entre el ejrcito francs y las fuerzas desorganizadas de Jurez, y el caudillo norteo apost por los invasores europeos. Con la retirada de los franceses en 1867, la era de Vidaurri termin. Meses despus el ex jefe de Nuevo Len y Coahuila habra de morir ante un pelotn de fusilamiento a las rdenes de un joven militar llamado Porfirio Daz.Muchos comerciantes de Monterrey, la mayora descendientes de espaoles, emergieron de este periodo inmensamente ricos. Tal vez el ms beneficiado de este auge algodonero fue el inmigrante irlands Patrick Mullins (Patricio Milmo). En 1845 lleg a Mxico, cuando tena 18 aos, en los albores de la gran hambruna de su pas. viaj a San Luis Potos para trabajar con su to, un pequeo comerciante. Tras recibir una modesta herencia, Milmo puso su propia tienda en Matamoros en 1848. En el centro del trfico fronterizo y la zona libre, el negocio de Milmo prosper, lo que condujo al establecimiento de otra tienda en Monterrey. El momento decisivo para Milmo se dio en 1857, cuando se cas con Prudencia Vidaurri, hija del poderoso cacique. Mediante sus lazos con el caudillo, incluyendo el manejo de los intereses financieros de Vidaurri, Milmo se convirti en el virtual agente de las fortunas comerciales regiomontanas. Con las utilidades de su negocio, Milmo condujo importantes operaciones de prstamos por los que cobraba un alto inters y un porcentaje de las utilidades del deudor. Para finales de 1860, Milmo posea ms de 400 mil hectreas distribuidas en los estados de Tamaulipas, Nuevo Len y Coahuila, y continuaba siendo uno de los principales comerciantes y la principal fuente de crdito.Los vnculos con Vidaurri y Milmo tambin fueron provechosos para otros negociantes, entre ellos, Santiago Belden, un compinche de Milmo, as como Valentn Rivero, Mariano Hernndez y Jos Armendaiz, un tro de comerciantes nacidos en Espaa. Adems, Gregorio Zambrano y el mercader coahuilense Evaristo Madero, se beneficiaron de la prosperidad del reino de Vidaurri. Otros que prosperaron durante esta era incluan a Bernardino Garca y Lorenzo Gonzlez Trevio.Los comerciantes mexicanos tambin se enriquecieron durante este periodo. Jos A. Caldern, en particular, tuvo un rpido ascenso de duraderas consecuencias para los inicios industriales de la ciudad. El auge de la guerra Civil norteamericana se combin con su asociacin con Vidaurri y Milmo, transformando su extensa red de contactos en una fuente lucrativa de suministros durante la dcada de 1860. Para finales de estos aos, Caldern se haba unido a los respetados y adinerados miembros de la lite comercial regiomontana.IV.- Los problemas econmicos de la nacin, debidos principalmente a la destruccin por la guerra entre liberales y conservadores, agravaron los de Nuevo Len. La victoria de los mexicanos sobre los franceses y sus aliados conservadores fue agridulce. El presidente Benito Jurez enfrent una deprimida economa nacional, un gobierno en quiebra y una sociedad dividida. El norte, como el resto del pas, afront la falta de un sistema de transporte efectivo, el rampante bandidaje y las consecuencias de las rivalidades polticas regionales. Los comerciantes de Monterrey se toparon con varios obstculos locales y regionales para restaurar su anterior prosperidad, ya que tras la muerte de Vidaurri perdieron su escudo protector y trato privilegiado. Sin las tropas del caudillo, las carretas y la mercanca se volvieron ms vulnera- bles a los salteadores e indios, adems, los mercaderes de Monterrey cargaban el peso del aumento de impuestos. La mordida de la alcabala cort los mrgenes de utilidad, pues la necesidad de ingresos oblig al gobierno federal a cobrar altos impuestos, por lo que muchos comerciantes se volvieron contrabandistas para evitar el pago de estas tarifas. En noviembre de 1870, el congreso extendi la zona libre para incluir a Nuevo Len, Coahuila y Chihuahua. Conocedor del potencial de contrabando, el gobierno central increment grandemente sus patrullas aduanales fronterizas. Bajo la vigilancia de estas patrullas, las aduanas a lo largo del ro Bravo ms que duplicaron sus ingresos entre 1869 y 1871. Una ola de protestas de los frustrados comerciantes norteos dio la bienvenida a la aplicacin del contrarresguardo.Indios hostiles, salteadores, altos impuestos, estrictos funcionarios de aduanas y condiciones polticas agitadas presentaron serios problemas para los comerciantes de Monterrey. Sin embargo, en el corazn de la depresin econmica de la ciudad estaba la mayor debilidad interna de Mxico: la minera era el ncleo, el motor de la economa nacional, y la depresin econmica tras 1867 se deba al estancamiento del sector minero. La apremiante situacin nacional era anloga a las condiciones en Nuevo Len. Las finanzas del Estado se vieron afectadas al punto de la bancarrota. El Peridico Oficial inform sobre el xodo de cientos de personas que dejaron la ciudad. Para empeorar las cosas, la produccin agropecuaria se redujo por las constantes sequas.Los comerciantes hallaron pocos clientes; tiendas cerradas aparecan en las principales calles y desaparecieron muchas pequeas empresas, dejando a los grandes comerciantes a cargo del reducido comercio de la ciudad. En este deprimido contexto econmico, el ferrocarril apareci como el salvador de Mxico. La estabilidad poltica alcanzada por Porfirio Daz luego de 1876 aument el optimismo de los regiomontanos.Para enfrentar el desastre econmico mexicano, la administracin de don Porfirio percibi la necesidad de capital extranjero. Generosos subsidios ferrocarrileros, concesiones favorables, reglamentos mineros liberales y proteccin del gobierno se combinaron para traer capital extranjero al pas. Las exigencias de los extranjeros, particularmente las del capital norteamericano en expansin, casaron los propsitos de Daz con los intereses estadounidenses y europeos.En 1880, comenz la construccin del Ferrocarril Nacional Mexicano de Laredo, Texas a la Ciudad de Mxico, va Monterrey. La ciudad esperaba con ansia un aumento en el trfico comercial. Para los comerciantes de la ciudad, la llegada del ferrocarril en agosto de 1882 signific una nueva era de progreso y prosperidad. Pero sus expectativas de los beneficios del ferrocarril resultaron muy difciles de alcanzar.En 1888, el Ferrocarril Nacional Mexicano se complet cuando los extremos norte y sur se conectaron en San Luis Potos. En abril de 1890, Monterrey al fin estaba en contacto con el Ferrocarril Internacional que se extenda de Piedras Negras a Torren. Como el Ferrocarril Internacional se cruzaba con el Ferrocarril Central, Monterrey extendi su red econmica hacia Chihuahua y Zacatecas. En el mismo ao, el puerto de Tampico estaba por ser incorporado al camino de hierro que sala de Monterrey. As, para 1890, la capital de Nuevo Len se volvi un centro de comunicaciones que abarcaba todo el noreste mexicano. Los ferrocarriles mexicanos reencendieron la actividad minera con fuerza acelerada durante la dcada de 1880. Bajos costos de transporte, demanda del mercado y nuevos capitales fomentaron la produccin minera nortea y a medida que los pueblos mineros prosperaban, el ritmo econmico de Monterrey se aceleraba.Sin embargo, la inminente prosperidad se top con que slo los comerciantes ms ricos haban capoteado los tiempos difciles, entre ellos Jos Caldern. Haba mantenido su red comercial y astutamente reclut a jvenes capaces y ambiciosos para administrarla, incluyendo a Isaac garza, Francisco G. Sada y Jos Muguerza. Nacido en Monterrey, Isaac garza fue enviado a sus doce aos a Espaa para que estudiara en diversas escuelas de negocios. Volvi en 1870 y trabaj para un gran comerciante de San Luis Potos, y pronto, en un viaje para realizar compras, conoci a Jos Caldern. Impresionado por el joven regiomontano, Caldern le pidi que trabajara en su negocio en Monterrey. En 1874, garza se hizo cargo de la contabilidad de la Casa Caldern y ms tarde, Caldern dej en sus manos los negocios.En medio de la depresin de 1870, Caldern se cas con Francisca Muguerza. Su cuada, Carmen, ya estaba casada con Francisco Sada, un abogado. Caldern admiraba especialmente al hijo de su cuada, Francisco G. Sada, quien se hallaba bien versado en asuntos comerciales desde muy joven. Durante cinco aos, en Matamoros, dirigi las actividades importadoras de la empresa encabezada por Jos Armendaiz. Sada invirti sus ganancias del auge algodonero en tierras, ahorrando una gran cantidad para otras inversiones. En 1878, dej Matamoros y fue a Chihuahua, compr tierras en la Laguna y se hizo socio de la casa comercial de la familia Gonzlez Trevio. Dos aos ms tarde, Sada fue a Saltillo para arrancar su propio negocio. El padre de Sada manejaba los asuntos legales de Caldern y este vnculo condujo a estrechos lazos de negocios entre el joven Sada y el veterano comerciante. As, Sada, en cooperacin con Isaac Garza, se hizo cargo de los asuntos comerciales de Caldern en Coahuila.Jos A. Muguerza era el hermano de la esposa de Caldern. A sus veinticinco aos, luego de trabajar diez aos con Bernardino Garca, se uni en 1882 a la empresa de su cuado en Monterrey. Pronto se hizo amigo de Francisco g. Sada e Isaac garza, especialmente del segundo. A travs de los vnculos con Caldern, el tro de jvenes, aunque curtidos, acumulaba un profundo conocimiento de embarques, exportaciones, importaciones, comercio nacional, agricultura y economa regional. Cuando se dio el nuevo auge, Caldern y sus jvenes socios posean el capital y la sabidura necesaria para responder a as oportunidades econmicas. Adems, junto con Valentn Rivero, Mariano Hernndez, la familia Zambrano y otros cuantos, gozaban las ventajas de la eliminacin de potenciales competidores como resultado del prolongado y fulminante periodo de depresin econmica.V.- La manufactura atraa poca atencin antes de 1870 entre los comerciantes locales. Sin embargo, a medida que la depresin se agudizaba, varios regiomontanos se interesaban ms por producir sus propios bienes. La cantidad de solicitudes de concesin para arrancar nuevos negocios se aceler a medida que el ferrocarril de Laredo se acercaba a Monterrey. Las exenciones de impuestos estatales se daban hasta por veinte aos. Pero los decepcionantes efectos de este ferrocarril frenaron el entusiasmo de los incipientes industriales de Monterrey. A medida que los ferrocarriles se extendan y la actividad minera resurga, el mercado mejoraba para la embrionaria industria de la ciudad. Las zonas mineras requeran madera, clavos, cristales de ventana, cables, ladrillos, cemento, artculos metlicos de todo tipo, vagones, ropa y alimentos. Sin embargo, el alto precio de los bienes estadounidenses implicaba la importancia de manufacturar productos adems de importar y exportar. El 21 de diciembre de 1888, el gobernador Lzaro garza Ayala firm la Ley Protectora de la Industria. En su esfuerzo por promover y atraer capital, la ley deca: Todas las plantas industriales con capital de mil pesos o ms quedan libres de todo impuesto durante siete aos.El asunto del proteccionismo impregn la campaa electoral de 1890 en los Estados Unidos. Los propietarios mineros del oeste culpaban a los minerales mexicanos de sus bajas utilidades. La agitacin de los mineros dio como resultado un aumento en los impuestos de minerales importados bajo la provisin del Arancel McKinley de 1890. Las empresas fundidoras, por otra parte, protestaban sin xito por el aumento de los costos de refinar minerales mexicanos. Para 1892, el humo de las tres fundiciones en la ciudad simbolizaba los inicios industriales de Monterrey. Para los negociantes regiomontanos, el desarrollo del norte de Mxico claramente aument su capital comercial, pero el crecimiento econmico de la regin tambin provey oportunidades para la utilizacin de ese capital en empresas industriales. Los recursos, la experiencia y los contactos adquiridos en el pasado, resultaron crticos para la participacin de los regiomontanos en la industrializacin de Monterrey.

2. La formacin de una lite industrial:la economa poltica de Monterrey, 1890-1910I.- La combinacin sustancial de las inversiones extranjeras y el control del pas por parte de Porfirio Daz produjeron un periodo de crecimiento econmico y estabilidad sin precedentes en Mxico, de 1880 a 1910. La prosperidad del Porfiriato, sin embargo, gener altos costos: los extranjeros dominaron la economa, la posesin de la tierra se concentr en pocas manos, hubo represin generalizada contra los obreros mexicanos y se mantuvo un rgimen dictatorial.El capital y el acceso a los crditos fueron requerimientos para tomar ventaja de las oportunidades industriales, especialmente por las empresas que requeran grandes capitales, la ayuda y la proteccin del gobierno a travs de concesiones, exencin de impuestos y de aranceles result esencial para el xito. Dado el control de Daz y sus compinches sobre el gobierno, la influencia poltica fue tambin necesaria en muchos casos para que las empresas prosperaran. Los costos, la oferta y el manejo de los obreros hubieron de ser considerados por los inversionistas. Aqu tambin el gobierno tuvo un papel decisivo, pues supervisaba las organizaciones laborales mediante el control policiaco y militar.La participacin de los empresarios regiomontanos en la industrializacin de la ciudad reflej su capacidad de organizar el financiamiento esencial, asegurar el apoyo gubernamental, moldear una fuerza laboral maleable y, cuando fuera necesario, obtener favores polticos. As, factores econmicos y polticos contribuyeron al surgimiento en Monterrey de una lite industrial.En el contexto de una zona prspera, los mercaderes de Monterrey continuaban expandiendo sus empresas comerciales y utilizando las utilidades resultantes para invertir en la industria. Manipularon astutamente sus activos, inyectndolos en nuevas fuentes de capital, como la especulacin de bienes races.Al inicio, las industrias financiadas localmente dependan de los extranjeros para proporcionar las habilidades tcnicas, pero esta experiencia temprana no se perdi con los empresarios regiomontanos. Desde el principio trabajaron para reducir su dependencia en los extranjeros para administrar y mantener sus plantas. El gobierno continu siendo un importante factor en la industrializacin de Monterrey. Los incentivos en forma de exencin de impuestos y la suspensin de aranceles de importacin de equipo tuvieron consecuencias favorables; en puntos cruciales, el Estado tambin provey proteccin arancelaria y contratos para los bienes fabricados en Monterrey. Las fuerzas coercitivas del Estado se pusieron a disposicin de los patrones en sus relaciones con los obreros. Bernardo Reyes fue gobernador de Nuevo Len de 1889 a 1909. Reyes se convirti rpidamente en un candidato para suceder al anciano Daz en la presidencia, y sus servicios en el gabinete porfirista como ministro de guerra en 1899 fortalecan su posicin poltica. Como aspirante presidencial, Reyes atraa la envidia de otros postulantes, entre ellos, Jos Ives Limantour, principal consejero presidencial y secretario de hacienda. Limantour encabezaba un grupo de millonarios bien colocados, los llamados cientficos, que ejercan una notable influencia sobre Daz, especialmente en asuntos econmicos. Adems, la boyante fortuna poltica de Reyes propici la desconfianza del dictador, que guardaba celosamente su poder.El tringulo poltico de Reyes, Limantour y Daz complic los propsitos econmicos de los regiomontanos. Como gobernador y jefe militar local, Reyes fue un accesorio poltico poderoso e inevitable, que ofreca incentivos, ayuda y proteccin para los nacientes industriales de la ciudad. De hecho, Reyes result ideal para las necesidades de los capitalistas regiomontanos. Por otra parte, la influencia econmica de Limantour haca necesario mantener buenas relaciones con el secretario de Hacienda. Los empresarios de Monterrey no se cegaban ante los caprichos del poder de Porfirio Daz, pero el inters econmico los forzaba a navegar cuidadosamente entre sus contornos polticos.II.- El aura de paz y orden creada por la dictadura de Porfirio Daz, impuls el resurgimiento de la inversin extranjera a medida que su gobierno pretenda utilizar estas inversiones y los ingresos por exportaciones para integrar una economa fracturada, para estimular la agricultura y construir una base industrial rudimentaria.La ubicacin y distribucin del capital extranjero dio como resultado una economa desequilibrada. Mientras algunas regiones disfrutaban de un auge econmico, otras permanecan estancadas, pues los empresarios extranjeros enfocaban sus esfuerzos en las reas que proporcionaban materias primas. Para 1910, las actividades de exportacin representaban cerca de un tercio del capital extranjero en Mxico, mientras que la industria atraa escasa atencin. En el norte de Mxico, por ejemplo, la minera indicaba el carcter selectivo y extractivo de la inversin extranjera.La proximidad geogrfica suscitaba una relacin estrecha entre el norte de Mxico y la economa estadounidense, que requera de productos minerales como plomo, hierro, cobre y cinc (por su- puesto, el oro y la plata mantenan su atractivo). La riqueza minera de la regin estimul a los inversionistas estadounidenses, y eventualmente sus capitales dominaron la minera del norte mexicano. Ms an, la necesidad de transportar minerales mexicanos aceler la penetracin y extensin de los ferrocarriles, en su mayora de propiedad estadounidense, que elevaron el desarrollo de la regin. La fuerza laboral reflejaba las principales actividades econmicas del lugar; casi la mitad de los trabajadores de industrias extractivas residan en el norte. En esta conexin, mayores salarios proporcionaban un importante incentivo para la migracin laboral hacia el norte, desde los estados ms poblados del sur. Bajo dichas condiciones, se estimul la urbanizacin de la zona y en este contexto, el comercio prosper. La recaudacin aduanal aument en el norte, mientras sufra un declive en el resto de Mxico durante este periodo. As, la minera y el transporte proporcionaron la base de la prosperidad en el norte de Mxico.No obstante, los patrones econmicos en el norte no fueron uniformes ni invariables. Nuevo Len se comparaba pobremente con los estados vecinos en trminos de volumen y valor de la actividad minera y produccin agropecuaria. Nuevo Len, y especficamente su capital, Monterrey, se distingua por el carcter industrial de su desarrollo. Para 1911, el valor de la produccin industrial de Nuevo Len exceda el de la Ciudad de Mxico. Similar a las ciudades en una etapa inicial de industrializacin, el crecimiento industrial de Monterrey se deriv principalmente del procesamiento de materias primas para la exportacin. El ritmo y las caractersticas de la industrializacin de Monterrey variaron en un lapso de veinte aos, de 1890 a 1910, como consecuencia de mayores fuerzas y patrones econmicos. La actividad industrial orientada a la exportacin primero apareci como respuesta a las re- percusiones del Arancel McKinley de 1890. Sin embargo, pronto comenzaron a producirse en Monterrey bienes procesados para el consumo interno en medio del crecimiento de la poblacin y de la prosperidad general de la zona. Monterrey deba capotear diversas fluctuaciones econmicas durante este periodo, pero la diversificacin de la economa del estatal acojin las cadas asociadas con las sequas y recesiones.III.- En 1890, el gobernador Bernardo Reyes otorg concesiones para la construccin de tres fundiciones en Monterrey. La primera solicitud lleg en febrero, de la Nuevo Len Smelting, Refining and Manufacturing Company. Conocida localmente como la Fundicin Nmero Uno, la planta comenz sus operaciones en abril de 1891, tras una inversin de un milln y medio de pesos. Tres empresarios de Monterrey, encabezados por Francisco Armendaiz, presentaron su solicitud en mayo de 1890 para establecer la Compaa Minera, Fundidora y Afinadora Monterrey, conocida como la Fundicin Nmero Dos. La inversin inicial de 300 mil pesos le granje a sus dueos una exencin de todo impuesto estatal o municipal por veinte aos. En octubre de 1890, los Guggenheim hicieron su peticin para montar la Compaa de la gran Fundicin Nacional Mexicana, o lo que se conocera como la Fundicin Nmero Tres. Como sus competidores, los Guggenheim tambin recibieron la exencin de veinte aos. De las tres, la planta de los Guggenheim lider la produccin acerera de Monterrey, y personific las fuerzas iniciales que lanzaron la industrializacin regiomontana.A instancias de Joseph A. Robertson, gerente del Ferrocarril del golfo, Meyer Guggenheim encarg a dos de sus hijos investigar la posibilidad de arrancar operaciones de fundicin en Mxico tras la aplicacin del Arancel McKinley. Los hermanos Guggenheim fueron a Mxico con la esperanza de recibir una generosa concesin, y contrataron al abogado Emeterio de la Garza, quien gozaba de los mejores contactos con funcionarios federales. Los Guggenheim obtuvieron el permiso de importar su maquinaria sin pagar impuestos y se les retir el impuesto de plata sobre la produccin acerera. No se especific la ubicacin de la fundicin cuando se firm el acuerdo con los representantes federales el 9 de octubre de 1890.Las conexiones ferroviarias de Monterrey con las zonas mineras, depsitos de carbn y Tampico convencieron a los Guggenheim de ubicar su planta en esta ciudad. La solicitud de concesin de Daniel Guggenheim lleg a Reyes el 18 de octubre de 1890 y se les ofreci el mismo trato que los hechos anteriormente. La principal distincin de la fundicin de los Guggenheim fue la concesin otorgada por el gobierno federal. Con la excepcin de la Fundicin Nmero Uno, las operaciones acereras prosperaron durante dos dcadas despus de su instalacin.Las plantas procesadoras de minerales en la ciudad pronto la convirtieron en un centro de actividades ligadas a la minera, fundicin y metalurgia. La combinacin de la escasa mano de obra nortea, el resultante incremento en los salarios, la sobrepoblacin del centro de Mxico y la disponibilidad del transporte ferroviario propiciaron un consistente patrn de migracin hacia el norte. El censo de 1895 indicaba que el salario promedio en Nuevo Len era de 65 centavos diarios, con los campesinos recibiendo tan poco como 25 centavos, mientras que algunos obreros calificados llegaban a un peso diario. Para 1902 el salario promedio haba llegado a un peso y para 1906 a 1.25. Estos aumentos salariales volvan ms atractiva la ciudad de Monterrey.Bajo dichas condiciones, la urbanizacin de Monterrey ofreca numerosas oportunidades de inversin para sus empresarios. La principal zona de negocios fue remozada y expandida, abarcando buena parte del norte de la ciudad. Encabezados por Monterrey, las ventas al detalle de Nuevo Len casi se triplicaron durante la era porfiriana.Localizados idealmente en el corredor entre los Estados Unidos y el centro de Mxico, los comerciantes de Monterrey continuaron obteniendo ventajas del dominio regional de su ciudad. Como consecuencia del desarrollo de la ciudad, el valor de los bienes races se cuadruplic en este periodo.El comercio nutra una boyante industria de la construccin. La Compaa Manufacturera de Ladrillos de Monterrey comenz sus operaciones en 1890, y poco despus tuvo cuatro competidores. Para 1905 ya haba dos cementeras que satisfacan la demanda local, y la mayor, Cementos Hidalgo, era una importante proveedora para todo el pas. Por estos aos se construy un aserradero, los canteros abrieron talleres, las fundiciones producan una variedad de productos metlicos y los carpinteros y plomeros se mantenan ocupados con las actividades de construccin que sealaban la prosperidad de la ciudad.IV.- Dentro del contexto del dinmico crecimiento y desarrollo de Monterrey, los empresarios establecidos de la ciudad extendieron su dominio de la economa local. Sin advertirlo, los extranjeros facilitaron la continuidad de la supremaca econmica de los regiomontanos. En general, las inversiones extranjeras fueron principalmente orientadas a la exportacin y evitaron las oportunidades de inversin local que se enfocaban en las demandas internas. As, las inversiones extranjeras en Monterrey fueron rpidamente superadas por las mexicanas, principalmente de las familias establecidas de la ciudad. Para 1900, el capital mexicano formaba el 80 por ciento de las inversiones industriales de la ciudad.En trminos individuales, los empresarios locales, afianzados y adinerados, respondieron de varias maneras a las posibilidades econmicas de la zona. Valentn Rivero y sus hijos expandieron sus intereses comerciales, ampliando su cntrica tienda departamental y modernizando su planta textil, la mayor de Nuevo Len. El clan Rivero tambin aument la capacidad productiva de su molino de trigo para tomar ventaja de la creciente popularidad del pan. y mantuvieron una sana operacin de crdito y depsito en su tienda principal, a medida que los peridicos locales imploraban a los trabajadores que ahorraran dinero.La familia de Mariano Hernndez, viejos socios de los Rivero, hizo lo propio en sus actividades empresariales. Remodelaron con lujo y ampliaron en 1901 La Reinera, tienda que se volvi la pieza clave de la prosperidad familiar. Adems de su tienda regiomontana, los Hernndez abrieron sucursales en Laredo y en Linares, al sur del estado. Al igual que los Rivero, Mariano Hernndez y sus hijos adquirieron un molino y tambin ofrecieron servicios cuasibancarios en La Reinera.Francisco Armendaiz, otro adinerado superviviente de los aos del auge algodonero, mantuvo un casi monopolio en la refinacin local de azcar que complementaba los ingresos de sus minas, especulacin de tierras, fundicin y ranchos.Adolfo Zambrano, tal vez instigado por la actividad minera posterior a 1880, concentr muchos recursos para ampliar las operaciones mineras de la familia, iniciadas por Gregorio Zambrano. Los bienes races tambin figuraban en la cartera de los Zambrano. En este rubro, duplicaron las actividades de Patricio Milmo, quien continuaba comprando propiedades mineras en Nuevo Len y Coahuila, y ampliando sus vastas propiedades agrarias. Tanto Zambrano como Milmo tenan dos socios constantes; el primero llevaba una cercana relacin de negocios con Vicente Ferrara y con su hermano, Miguel. Milmo, de manera parecida, fue tuvo una estrecha sociedad con la familia Belden. As, los Ferrara y los Belden cosecharon frutos de su asociacin con sus mayores y adinerados mentores.Los tres hombres de negocios que rodearon a Jos Caldern Isaac garza, Francisco g. Sada y Jos Muguerza continuaron fortaleciendo los intereses del patriarca Caldern al tiempo que desarrollaban sus aventuras personales. El hijo de Caldern, Jos, Jr., se encarg de los negocios familiares tras la muere de su padre en 1889. El joven Caldern se ocup particularmente de la compra de propiedades urbanas, en especial al norte de la ciudad, cerca de las nuevas industrias y del recientemente construido cruce ferroviario. En estos tratos, el joven empresario muchas veces tuvo como socio a su to, Jos Muguerza.A estas familias bien establecidas se unieron otras, en el periodo 1880-1910, cuya riqueza les abri las puertas del selecto crculo de capitalistas regiomontanos. Con sede original en Coahuila, el imperio econmico fundado por Evaristo Madero durante el trfico de algodn en la dcada de 1860 se extendi hacia Monterrey. Bien relacionado a travs de vnculos de negocio con los clanes Zambrano y Milmo, y emparentado por matrimonio con los hermanos Hernndez, para 1900 Madero y sus hijos haban asumido una posicin importante dentro del crculo empresarial de la ciudad.47 Manuel Cant Trevio, como resultado de su extraordinario xito econmico, tambin emergi durante esta era como miembro de la alta clase empresarial. Los fabricantes de muebles, y posteriores magnates de tiendas de departamentos, Benjamn Salinas y Joel Rocha, tambin se asociaron al crculo de los empresarios ms poderosos de Monterrey.Si los empresarios de la ciudad prosperaban individualmente, tambin obtenan beneficios las numerosas empresas cooperativas en que participaban, a veces asociados con parientes. Los capitalistas de Monterrey participaban en variadas inversiones para diversificar sus intereses locales y, como resultado, para minimizar su riesgo financiero. Este patrn de inversin ya se haba practicado desde 1856, cuando cuatro de las familias haban unido sus recursos para construir la primera planta textil de Nuevo Len. Los Rivero, con la ayuda de los Zambrano, haban ampliado sus intereses textiles en 1872 con la creacin de la fbrica de telas El Porvenir. Las familias, Madero, Zambrano y Hernndez tenan intereses en comn que databan de la dcada de 1870; y los Milmo y Belden trabajaron juntos en varias ocasiones desde su asociacin con Santiago Vidaurri la dcada anterior. Finalmente, Jos Caldern haba estado en el centro de los intereses que reunan a Isaac garza, Francisco G. Sada y Jos Muguerza.As, todas las figuras empresariales clave haban tenido experiencia con empresas conjuntas, y, de hecho, muchos de ellos tambin estaban unidos por lazos familiares. De modo que a la luz de los grandes requerimientos de capital para las nuevas plantas industriales, la colaboracin era un enfoque factible, probado e inteligente para las grandes inversiones industriales o de otro tipo.Las amplias actividades de los empresarios regiomontanos atrajeron nuevos y a veces mayores problemas administrativos. En este aspecto tambin recurrieron, siempre que fuera posible, a la prctica establecida de emplear miembros de la familia para satisfacer las necesidades de personal administrativo, contadores, abogados y vendedores. Valentn Rivero y Mariano Hernndez utilizaron a sus hijos para que supervisaran las empresas en que ambos patriarcas tenan intereses. Evaristo Madero y Patricio Milmo emularon el mismo patrn. Vicente Ferrara, por su parte, tuvo la asistencia de sus hermanos, Antonio y Miguel. A este respecto, la familia inmigrante de Italia sigui el ejemplo de sus socios, los Zambrano, que representaban un pequeo ejrcito de gente talentosa: Adolfo, Eduardo, Eugenio, Ildefonso y Onofre. Si los parientes inmediatos no estaban disponibles, se traa a los cercanos, como sobrinos, ahijados, primos y cuados. Finalmente, para ejercer mayor control sobre sus empresas, la lite regiomontana comprendi la importancia de reducir la dependencia tecnolgica en los extranjeros. Los miembros de las familias lite eran enviados a los Estados Unidos y Europa para aprender tanto como fuera posible acerca del negocio familiar. En esta vena, para 1910, varios hijos de importantes empresarios asistan a universidades en los Estados Unidos con la intencin de volver a Monterrey y contribuir en el manejo de los negocios familiares.V.- Como casi todos los capitalistas, la lite regiomontana deseaba un mundo predecible y ordenado que sustentara su bienestar, as que deban enfrentarse a las necesidades polticas de sus intereses econmicos.En los aos de 1880 a 1910, la economa poltica de Mxico descansaba en el poder e influencia de Porfirio Daz, sus simpatizantes y sus agentes. Los funcionarios federales, estatales y municipales frecuentemente mediaban la relacin entre los intereses econmicos y polticos. En algunos casos, el brazo del gobierno estaba ntimamente enlazado con la empresa privada, donde el puesto poltico tambin daba como resultado autoridad econmica y, con frecuencia, grandes riquezas. Hubo algunas excepciones de gobernadores, comandantes militares y funcionarios que rechazaron los sobornos ofrecidos por la rampante corrupcin del rgimen porfirista. Porfirio Daz deseaba paz, orden y progreso econmicos para Mxico. Los designios del presi- dente se tradujeron en una alianza entre su gobierno y los capitalistas, extranjeros y nacionales. Dicha alianza implicaba la represin de cualquier amenaza al bienestar econmico de los ricos y la preservacin de los privilegios. En este contexto, y con el aval del gobierno, florecieron los monopolios, los campesinos perdieron tierras ante los voraces hacendados, y los trabajadores mexicanos sufrieron a manos de sus patrones. Entretanto, la retrica de liberalismo econmico auspiciaba la concentracin de riqueza y el correspondiente empobrecimiento de la mayora de la poblacin mexicana.No sorprende que miembros de la lite regiomontana reconocieran la necesidad de establecer enlaces polticos con Daz y de deferencia con sus representantes, en particular los que tenan capacidad de favorecer o amenazar sus intereses econmicos. De 1890 a 1910, dos problemas fundamentales enturbiaron sus relaciones con las autoridades polticas. Durante casi dos dcadas, el representante de Porfirio Daz en Monterrey fue el general Bernardo Reyes. Por momentos, pareca que Reyes tena todo el apoyo de Daz. De hecho, para 1898, los observadores polticos consideraban al gobernador de Nuevo Len como el sucesor de la presidencia. Dos aos ms tarde, la carrera de Reyes y sus relaciones estaban en una aparente bancarrota. Pero el anciano dictador necesitaba a Reyes para revisar las ambiciones de otros aspirantes presidenciales, as que arm la recuperacin poltica de Reyes. Para los capitalistas regiomontanos, las subidas y cadas del gobernador implicaban ciertos riesgos. Un excesivo apoyo reyista despertaba las sospechas de Daz, y una ruptura con Reyes pona en riesgo los favores del gobernador, especialmente si tena xito en llegar a la presidencia.Dos facciones fuertes emergieron para competir por la silla de Daz: una encabezada por Reyes y la otra por Jos Ives Limantour, ministro de Hacienda. Limantour representaba a los llamados cientficos, un grupo de intelectuales y profesionales, mayormente abogados, educados en las ideas positivistas. Dentro de la lite regiomontana, los cientficos ejercieron mucha fuerza sobrela administracin Daz mediante sus puestos en importantes dependencias gubernamentales y su resultante influencia sobre decisiones de relevancia econmica. Los empresarios regiomontanos no se podan dar el lujo de enemistarse con los cientficos, en especial con Limantour, ya que la red econmica de Monterrey tena tratos con las autoridades federales. No obstante, Reyes era esencial para la hegemona econmica local. Sus tropas aseguraban una aquiescente fuerza laboral; y su conservadurismo fiscal era apreciado por los empresarios, que conocan bien los excesos de los gobernantes en el resto del pas. Ofreci incentivos a los empresarios, una prctica comn, y casi siempre aprobaba las solicitudes para establecer nuevas empresas. En el caso de Reyes, su beneficio econmico tena poca importancia al tomar decisiones sobre concesiones, exenciones de impuestos o asuntos relacionados. Como resultado, Reyes apareci con muy poca frecuencia en los registros de transacciones de bienes races o entre los inversionistas que surgieron en Monterrey durante su periodo como gobernador. En pocas palabras, Reyes evit usar sus poderes para rivalizar con la posicin econmica de la lite regiomontana.Lo que Reyes deseaba era utilizar a los empresarios como vehculo que mostrara su capacidad para llevar a cabo los grandes planes de Daz para la modernizacin de Mxico. Para Reyes, los capitalistas (extranjeros o nacionales) representaban recursos con que construir una ciudad que sera la ilustracin de su visin para el pas. Su aficin por proyectos de embellecimiento, su apoyo a bibliotecas pblicas y la renovacin del programa de escuelas pblicas fueron ejemplos de su intencin por convertir Monterrey en un reflejo de su liderazgo, de su adhesin a los objetivos de Daz. Las motivaciones de Reyes para promover el desarrollo econmico permitieron a la lite regiomontana maniobrar fcilmente dentro del contexto poltico y econmico local. Sus preocupaciones polticas, apareadas con su rectitud personal, crearon una situacin que ampliaron el poder econmico de la lite regiomontana.Si la lite tena cualquier queja sobre la administracin Reyes, las objeciones se centraban en los abogados, burcratas y jueces que explotaban sus vnculos con aqul para cargar altas tarifas o exigir sobornos. Rodolfo Reyes, hijo del gobernador, y Crispiano Madrigal, cuado del general, se involucraron de manera especial en dichas actividades. Sin duda el general no ignoraba estos asuntos, sin embargo como Reyes se beneficiaba un poco de la corrupcin de sus subordinados, y lo pasaba por alto. Desde que Reyes tom posesin como gobernador, los capitalistas de Monterrey realizaron las acciones esperadas de deferencia poltica. Banquetes, honores sociales y donativos para campaas se volvieron rutinarios para apaciguar la sensibilidad poltica del gobernador. Formado y controlado por Reyes, y de acuerdo con Daz, el partido Unin y Progreso distribuy el patrocinio poltico en Nuevo Len, pero los miembros de la lite regiomontana raramente aparecan en la lista de miembros, dignatarios, empleados o candidatos del partido. Dentro de la mquina reyista, stos mantenan un bajo perfil, satisfechos con mantenerse en el fondo, en una posicin poltica menos identificable.Los intereses econmicos de la lite marcaron sus relaciones con los funcionarios federales. Utilizando a Reyes como amortiguador cuando era posible en asuntos polticos, el contacto de la lite con burcratas de la Ciudad de Mxico se daba en relacin de asuntos de negocios, como firma de contratos, ventas, solicitud de concesiones y cortejo de clientes. La presencia de Reyes evitaba una extensiva y directa interaccin con Porfirio Daz. En ocasin de la campaa presidencial de 1900, por ejemplo, la lite mont extravagantes muestras de homenaje para el dictador. En octubre de 1899, sus principales miembros se reunieron para recolectar fondos para los esfuerzos electorales de Daz. Esta reunin incluy a Antonio Hernndez, Jos A. Muguerza, Francisco G. Sada, Isaac Garza y Manuel Cant Trevio, entre otros. La reunin fue para orquestar el apoyo a la reeleccin de Daz, pero las acciones de la lite se celebraron en medio de un asunto de negocios clave que involucraba al gobierno federal.El equipo de Reyes, Daz y Limantour impuls a la lite de Monterrey a adoptar una estrategia poltica expedita. Utilizando las aspiraciones presidenciales de Reyes, y mostrando deferencias con Daz y los cientficos, los capitalistas regiomontanos trazaron un recorrido poltico que evitara los enredos polticos y a la vez favoreciera sus intereses econmicos. El oportunismo poltico y las flexibles lealtades marcaron la postura de la lite regiomontana. Como consecuencia, la actitud de la lite se calcul para apaciguar la autoridad poltica, ms que para poseerla, para influir en la toma de decisiones, ms que para controlarla directamente.VI.- La demanda de hierro y productos de acero en Mxico aument tras 1890, y los indicadores sealaban que continuara creciendo. Vicente Ferrara haba obtenido experiencia valiosa en la refinacin y manufactura de metales como gerente de la Fundicin Nmero Dos. El inmigrante italiano haba trabajado como representante consular en Monterrey, lo que se agregaba a su conocimiento del comercio mexicano y de la creciente importacin de hierro y acero para rieles, puentes, varillas y otros materiales de construccin. Como socio de su hermano Miguel en el comercio local, Ferrara tena relaciones de trabajo con buena parte de los empresarios regiomontanos, a veces en inversiones conjuntas. Tras consultarlos, a finales de 1898, Ferrara detect en ellos un inters por construir en Monterrey la primera planta de hierro y acero en Mxico.Ferrara visualiz una acerera que requera una inversin de 10 millones de pesos, una enorme suma para ese tiempo. Motivado por la respuesta local, adquiri la concesin y reuni el capital, tanto con fuentes nacionales como extranjeras. Ferrara comprendi, al igual que sus contrapartes regiomontanas, que el empuje inicial de sus esfuerzos deba dirigirse a Bernardo Reyes porque a la luz del dinero involucrado, era esencial el apoyo del gobierno para alcanzar el xito.Explotando efectivamente las ambiciones de Reyes, Ferrara obtuvo su respaldo. La acerera vino a incluir recompensas polticas, muchas de las cuales seran cosechadas por Bernardo Reyes.Encabezados por Len Signoret, un poderoso grupo de empresarios de origen francs haba mostrado inters en el proyecto de la fundidora. l y sus socios haban obtenido buena parte de su capital en la industria textil mexicana a travs del conglomerado Cidosa. Adems, los capitalistas franceses mantenan varias exitosas tiendas departamentales en la Ciudad de Mxico y tenan intereses en el altamente rentable monopolio de la venta de dinamita en el pas. Los inmensos recursos capitales de Signoret y su grupo los haban impulsado a formar, en 1898, la Socit Financire pour lIndustrie au Mexique. Signoret y sus asociados desarrollaron estrechos vnculos con los principales banqueros y sus instituciones. Signoret y Julio Limantour, banquero y hermano del ministro, eran buenos amigos; compartan muchos de sus socios, miembros de la adinerada colonia francesa de la Ciudad de Mxico. Adems, el hermano de Signoret, Jos, era miembro del consejo directivo del Banco de Londres y Mxico, y, a travs de Cidosa, Len Signoret tambin estaba bien conectado con Toms Braniff, presidente de este banco. Finalmente, a travs de Signoret, el proyecto de Ferrara atrajo la atencin del magnate tabaquero Antonio Basagoiti.Arreglados los asuntos polticos, Ferrara procedi a finalizar la organizacin financiera de la empresa. El capital requerido de 10 millones de pesos se dividi en 100 mil acciones de cien pesos cada una. Signoret y Basagoiti posean cerca del 40 por ciento. Con las acciones de Kelly, casi 60 por ciento de los accionistas eran de fuera de Monterrey. Sin embargo, un examen de los vnculos entre los inversionistas seala las ntimas relaciones entre Milmo y Kelly, quienes estaban ligados por un matrimonio. En efecto, los Milmo representaban la porcin Kelly del trato. La presencia de la lite regiomontana en la nueva empresa se acercaba a la del grupo Signoret, con base en la Ciudad de Mxico. La formacin de la administracin de la planta marca la influencia de los regiomontanos. De hecho, la planta mantuvo dos direcciones: un grupo en la Ciudad de Mxico, con Braniff, Signoret, Basagoiti y Len Honnorat, antiguo socio de Signoret; y el grupo de Monterrey, que inclua a Adolfo Zambrano, Valentn Rivero, Isaac Garza, Ernesto Madero y Vicente Ferrara, como gerente de la planta. La creacin de la acerera provoc fanfarrias en la Ciudad de Mxico y Monterrey. El 5 de mayo de 1900, elegido sin duda por su efecto simblico, se llevaron a cabo grandes ceremonias por la primera fundidora de fierro y acero en Monterrey, Nuevo Len. La produccin dio inicio cerca de un ao despus, y el lote inicial de acero sali de los hornos de la planta dos aos ms tarde. Sin embargo, los asuntos polticos continuaron siendo importantes para el xito de la naciente empresa.La demanda de fierro y acero en Mxico a inicios de siglo super la capacidad productiva de Fundidora. Continuaron las importaciones de dichos productos y Fundidora se vio forzada a ampliarse para obtener su rebanada en el comercio de fierro y acero. Sin embargo, las impresionantes estadsticas de produccin de Fundidora ocultaban la importancia del gobierno en su xito.En varias ocasiones, la Secretara de Fomento envi circulares con respecto a solicitudes (usualmente de extranjeros) para iniciar negocios que potencialmente competiran con las empresas establecidas. Siempre que fuera posible, Ferrara intentaba desmotivar la creacin de rivales en este negocio. Como gerente de la planta, Ferrara responda a dichas circulares sealando a la Secretara que Fundidora estaba produciendo (o estaba a punto de fabricar) los artculos mencionados en las solicitudes. De hecho, su primer esfuerzo en este asunto ocurri el mismo mes que dio inicio la construccin de la planta; Ferrara difcilmente estaba en posicin de enlistar la lnea de productos de la fbrica, pero igual protest con vigor el que la Secretara de Fomento otorgara una concesin a un empresario interesado en fabricar productos metlicos.An as, pese a algunos tropiezos, las relaciones polticas de los fundadores de Fundidora resultaron fructferas, pues comnmente obtuvieron los favores del gobierno con resultados cruciales y exitosos. Manejando de manera astuta sus lazos con Limantour, sus socios franceses y otras personas influyentes, los propietarios de Fundidora obtuvieron en 1903 la aprobacin de un alto arancel para la importacin de productos de fierro y acero. Un ao despus, la acerera regiomontana obtuvo del gobierno el contrato ms lucrativo en su corta historia: proveer al ferrocarril mexicano con acero para proyectos de construccin y remplazo de rieles desgastados.No es de extraar que con los contactos polticos de los propietarios de Fundidora se ganara el contrato para proveer el acero para la construccin de un nuevo puerto en 1906.Vicente Ferrara viajaba con frecuencia a la Ciudad de Mxico para negociar contratos. Por si esto no fuera suficiente, Fundidora contrat a Rodolfo Reyes, hijo del gobernador, como su abogado en ciertos tratos; y, por supuesto, continu manteniendo lazos con funcionarios como Limantour, y con inversionistas de Fundidora que radicaban en la Ciudad de Mxico, como Len Signoret. El xito de esta planta regiomontana se deriv en gran parte de la capacidad de sus dueos para obtener favores polticos, tanto localmente como en las ms altas esferas del gobierno mexicano.VII.- El 16 de diciembre de 1890, Isaac garza y Joseph Schnaider solicitaron a Bernardo Reyes permiso para construir una industria por completo nueva en el estado, que sera la primera en la Repblica. Cuatro das ms tarde, Reyes aprob la peticin para el establecimiento de una cervecera, y otorg la conocida exencin de siete aos de todo impuesto estatal y municipal. La nueva empresa representaba la cosecha de un intento previo de Jos Caldern para producir cerveza en Monterrey. A travs de Joseph Robertson, Caldern entr en contacto con Schnaider, un experto cervecero que haba trabajado para Anheuser-Busch, de San Luis, Missouri. Decidido a reintentar el montaje de una cervecera, Caldern reuni a tres socios: su cuado, Jos Muguerza; su abogado, Francisco Sada e Isaac garza. Jos Caldern muri en medio de estos preparativos, en marzo de 1899.Su viuda, Francisca, hermana de Jos Muguerza, decidi continuar con la empresa. En noviembre de 1899, los fundadores de la cervecera se reunieron para formalizar la peticin de una concesin; ah estaban garza, Muguerza, Francisca Muguerza de Caldern, Schnaider, Francisco Sada y Enrique Sada Muguerza. El capital inicial sum 100 mil pesos y, en un gesto nacionalista, la cervecera fue nombrada Cuauhtmoc. Al ao siguiente, la Cervecera Cuauhtmoc comenz su produccin, con 60 mil barriles de cerveza, 8 mil toneladas de hielo y 5 mil botellas de cerveza.La popularidad de los productos de Cervecera subi rpidamente y apresur la necesidad de integrar varios aspectos de la produccin. En un breve periodo, Cervecera emple a sus sopladores de vidrio, hizo sus propias cajas de madera y barriles y mantuvo un taller de fabricacin de carretas en sus instalaciones. La calidad de sus productos, especialmente la Carta Blanca, hizo subir las ventas. De hecho, la marca gan el primero de muchos premios en la feria mundial de Chicago en 1893.El crecimiento de Cervecera reflej su capacidad para establecer una posicin predominante en el mercado mexicano de la cerveza. Para cuando otros cerveceros mexicanos reaccionaron, la Cervecera Cuauhtmoc haba establecido una firme posicin en el mercado, en el cual la constante calidad de sus marcas jug un papel decisivo. En 1902, y de 1904 a 1907, Carta Blanca gan importantes premios en exposiciones fuera de Mxico, lo cual atrajo atencin nacional a la cervecera. Cervecera haba creado una amplia red de distribuidores, publicitaba sus productos agresivamente y se esforzaba por bajar los costos. En 1899, los propietarios de Cervecera hicieron su primer gran esfuerzo por bajar sustancial- mente los costos de fabricacin de botellas al crear la fbrica vidrios y Cristales de Monterrey. Pero el intento, pese a una inversin de 600 mil pesos y la importacin de hordas de sopladores de vidrio europeos, no pudo satisfacer la demanda de botellas de Cervecera. La empresa se reorganiz en 1904, y virtualmente todos sus inversionistas pertenecan a la lite empresarial de Monterrey; pero, de nuevo, el intento termin en fracaso. Finalmente, mediante la adquisicin del proceso Owens para fabricacin de botellas en 1909, y gracias la persistencia de los propietarios de Cervecera, particularmente de Isaac Garza, se solucion el problema de la fabricacin de vidrio. La planta reconstituida como vidriera Monterrey inmediatamente se convirti en un valioso activo y la ven- taja competitiva de Cervecera.Adems de la vidriera, en 1900 Cervecera haba desarrollado otra empresa que complementaba sus actividades: Fbrica de Cartn Monterrey, que haca tapones para botellas, cajas y material de empaque de varios tipos. Con su implementacin, vidriera se uni a la Fbrica de Cartn para servir a otras empresas de la ciudad, como la embotelladora de agua mineral.La naturaleza de las relaciones entre el Estado y Cervecera era fundamentalmente diferente a la de Fundidora.Diversos factores contribuyeron a estas diferencias en trminos de relaciones con el gobierno. Primero, Reyes tom inters personal en la acerera, dado que la vio como un smbolo de su propio liderazgo y su visin. En el caso de Cervecera, Reyes manifest poco del entusiasmo y de la atencin que le despert la Fundidora. La poltica generalmente procapitalista del gobierno federal enmarcaban el clima favorable en el cual floreci Cervecera. Sin embargo, al respecto, sta no era nica; los capitalistas de todo el pas disfrutaban los beneficios de la dictadura de Daz. Cervecera y Fundidora tenan otras diferencias. Las decisiones con respecto a Fundidora implicaban la opinin de poderosos extranjeros. El gerente de Fundidora hubo de batallar con una junta directiva bifurcada entre la ciudad de Mxico y Monterrey. Buena parte de la planeacin y manejo de la fbrica estaba en manos de Ferrara, quien deba consultar a varias personas antes de tomar una decisin importante, al tiempo que l mismo procuraba sus intereses. Los procesos administrativos eran engorrosos en el mejor de los casos, y muchas veces ineficientes.Cervecera, por otra parte, permaneci en manos de un pequeo crculo familiar interrelacionado: Isaac garza, Francisco G. Sada y Jos Muguerza. Los lazos ntimos entre los tres facilitaron la administracin y el desarrollo de la empresa. De hecho, Joseph Schnaider hubo de vender su participacin en 1896, pese a lo cual mantuvo amistad con los propietarios. Igualmente importante para el manejo de esta empresa, el triunvirato emple a varios parientes, que contribuyeron a la centralizacin de la administracin de las operaciones del negocio. Sin embargo, Isaac garza y Francisco G. Sada gradualmente tomaron el liderazgo de Cervecera y sus subsidiarias. El paternalismo figur de manera significativa en el manejo de Cervecera. La importancia de la familia para su operacin surgi desde temprano y estableci un patrn que continu hasta la era contempornea. Luis G. Sada, por ejemplo, inici su carrera en 1906. Para profundizar los conocimientos de fabricacin de cerveza, Francisco G. Sada envi a su hijo a Chicago, y el joven Luis regres para supervisar las operaciones productivas. El enorme xito afirm en la mente de los garza y los Sada los beneficios de su enfoque paternalista y de su ingenio empresarial. La experiencia del liderazgo de Cervecera molde su pensamiento, su enfoque hacia los problemas y sus expectativas sobre el Estado. Las lecciones aprendidas en VIII.- Fundidora y Cervecera representaban dos corrientes fundamentalmente distintas en la industrializacin de Monterrey que, en la era porfiriana, parecan similares por sus elementos en comn. Ambas empresas surgieron de la respuesta de capitalistas locales a los mercados internos generados por el influjo masivo de capital extranjero al final del siglo XIx en Mxico, y particularmente en la regin norte del pas. Con los inversionistas extranjeros ocupados en empresas de extraccin, los empresarios de Monterrey aprovecharon sus recursos de capital y establecieron un dominio local que ampli su fuerza econmica. Como resultado, los empresarios de Monterrey colaboraron en la formacin de industrias que satisfaran los amplios mercados internos. Los regiomontanos incorporaron el capital y la influencia de los capitalistas nacionales vecinos ms poderosos en sus empresas, al tiempo que retenan un control considerable, o acaso total. Los Terrazas de Chihuahua, por ejemplo, o los Madero de Coahuila, aparecieron entre los inversionistas de las empresas de Nuevo Len. Los Madero, de hecho, se trasladaron a Monterrey y, para principios de siglo, haban tomado un sitio eminente dentro de los empresarios. Entre 1890 y 1910, la red econmica de la madura lite regiomontana abarc toda la regin y a los miembros de las familias ms adineradas e influyentes de Mxico.Mediante dichos vnculos, especialmente entre ellos mismos, los principales empresarios de Monterrey evitaron el dominio extranjero en el sector industrial de la ciudad. Para 1903, las inversiones estadounidenses en Nuevo Len alcanzaban casi los 11.5 millones, sin embargo slo 2.5 millones se haban destinado a la industria.En 1905 las inversiones europeas sumaban 400 mil pesos, las de los estadounidenses llegaban a los 3.36 millones. Pero el valor del capital industrial local llegaba a cerca de 117 millones de pesos. La incapacidad de los extranjeros para penetrar ampliamente en el sector manufacturero de la economa local reflej los establecidos y diversos intereses de un bien parapetado grupo de capitalistas regiomontanos. Sin embargo, la colaboracin entre los empresarios de Monterrey represent el factor crtico de su dominio econmico.El xito financiero de la lite regiomontana no se alcanz sin un importante apoyo del gobierno. A este respecto, Cervecera y Fundidora compartieron, en trminos generales, un contexto poltico que encauz los intereses de los capitalistas, nacionales o extranjeros. Especficamente en Nuevo Len, ambas empresas se beneficiaron con el rgimen proempresarial del gobernador Bernardo Reyes, que le dio a los regiomontanos un reinado virtualmente libre en la economa local. Los costos polticos para los empresarios fueron relativamente magros, mientras que las recompensas financieras fueron sustanciales. Aunque inicialmente dependiente de la asistencia tcnica extranjera, Cervecera permaneci casi totalmente en manos de la familia Garza Sada. En contraste con Fundidora, los favores polticos fueron menos significativos para el xito de Cervecera. Cervecera evolucion en un distinto ambiente que el de Fundidora, incluyendo la relativa importancia del Estado que, para los Garza Sada, tena un rol marginal. Reyes no pudo dominar a los empresarios regiomontanos. La visibilidad de los empresarios de Monterrey fue opacada por la abrumadora presencia de Bernardo Reyes. Reyes fue utilizado para encabezar los propsitos econmicos de la lite regiomontana cuand