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LA EDUCACIÓN AMBIENTAL PARA LA SUSTENTABILIDAD EN LAS INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR. UNA APROXIMACIÓN CONCEPTUAL Oscar Zúñiga-Sánchez Elia Marúm-Espinosa Eje Temático: Noviembre 2016

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LA EDUCACIÓN AMBIENTAL

PARA LA SUSTENTABILIDAD EN

LAS INSTITUCIONES DE

EDUCACIÓN SUPERIOR. UNA

APROXIMACIÓN CONCEPTUAL

Oscar Zúñiga-Sánchez

Elia Marúm-Espinosa

Eje Temático:

Noviembre 2016

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LA EDUCACIÓN AMBIENTAL PARA LA SUSTENTABILIDAD EN LAS INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR. UNA APROXIMACIÓN CONCEPTUAL

Oscar Zúñiga-Sánchez Estudiante del Doctorado en Gestión de la Educación Superior, del Centro

Universitario de Ciencias Económico Administrativas de la Universidad de

Guadalajara, México. Becario del CONACYT.

Elia Marúm-Espinosa Profesora, investigadora y directora del Centro para la Calidad e Innovación de la

Educación Superior del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas

(CUCEA), Universidad de Guadalajara, México.

Resumen

Este trabajo plantea las perspectivas que existen en la literatura especializada en

relación a los conceptos de la educación ambiental y de la educación para el

desarrollo sustentable, que se han convertido en un marco de referencia por las

universidades en su tránsito hacia la contribución con la sustentabilidad ambiental,

que como un elemento que impacta en el ámbito social y económico, y uno de los

factores que se consideran para la acreditación de la calidad de los programas

formativos de las instituciones de educación superior (IES). Diversos estudios dan

cuenta que las estrategias implementadas por las universidades no han dado los

resultados esperados y la adhesión al concepto de educación ambiental y de

sustentabilidad sigue siendo muy limitada o en ocasiones muy ambigua. Se sigue

reconociendo que en países de economías desarrolladas toman como referente el

concepto de educación para el desarrollo sustentable; pero en la región de

latinoamérica sigue prevaleciendo el concepto de educación ambiental para la

sustentabilidad, porque es un concepto que ha madurado, es menos abstracto y

ambiguo que el de la educación para el desarrollo sustentable.

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Palabras Claves: educación ambiental, sustentabilidad, educación superior,

educación para el desarrollo sustentable.

Introducción

El campo de la Educación Ambiental (EA) ha sido objeto de estudio, en las distintas

regiones del mundo. En 1972, en la Declaración de la Conferencia de las Naciones

Unidas sobre el Medio Humano, se reconoce que habría que tomar acciones para

contrarrestar los efectos que afectan de manera global, principalmente en los países

en vía de desarrollo (UN, 1972). Parte de estas acciones fue el diseñar un

programa de educación ambiental que requería de un enfoque interdisciplinario, para

la concientización y educación de las personas tanto en el ámbito formal, la informal

y la no formal, además de las políticas requeridas por parte de los gobiernos. Es

entonces, en 1975 en el marco del Seminario Internacional de Educación Ambiental

en la ciudad de Belgrado, Yugoslavia (UNESCO & PNUMA, 1975), se diseña el

programa de EA dado a conocer en la Conferencia Intergubernamental sobre

Educación Ambiental en Tbilisi, en la ex Unión Soviética (UNESCO, 1977). En este

marco se instituye a la EA como el proceso que debería inculcar conocimientos, el

saber, las actitudes necesarias para cambiar la situación actual en un sentido

favorable, reconociendo la importancia la educación ambiental en todos los niveles

educativos involucrando tanto la educación formal, informal y la no formal (UNESCO,

1977).

Es en esta perspectiva, las IES manifiestan la importante labor de su quehacer,

para formar profesionistas cualificados que contribuyan al desarrollo económico del

país, a través del desarrollo tecnología y la aplicación de conocimiento que no tenga

un impacto negativo con el medio ambiente. Mediante un análisis de la literatura

académica, pretendemos conocer cuál es la situación actual con respecto a las

adhesiones a los conceptos relacionados con la EA y la Educación para el

Desarrollo Sustentable (EDS) en el contexto de las universidades a través de

distintas perspectivas, tanto nacionales como internacionales.

La Educación Ambiental

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La Educación Ambiental (EA) como programa y concepto permaneció vivo en el

contexto de las Naciones Unidas, hasta que decidieron concluirlo y establecer una

nueva estrategia enmarcada como el Decenio de las Naciones Unidas de la

Educación para el Desarrollo Sostenible en Diciembre del 2002 y aplicarlo a partir

del 1º de Febrero del 2005. Esta nueva estrategia retoma el concepto de desarrollo

sostenible (sustentable) promulgado por el Informe Brundtland, conocido como

Nuestro futuro en común, definido por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente

y Desarrollo en 1987 (PNUD-Perú, 2008).

Sin embargo, la EA continúa siendo objeto de investigación, y continúa adoptándose

con distintas acepciones, según el contexto regional. En latinoamérica y México se

reconoce como disciplina y un campo donde han podido consolidarse cuerpos

académicos (Calixto Flores, 2012; González & Arias, 2015).

De acuerdo con Novo (2003), define la EA como un proceso que consiste en acercar

a las personas a una concepción global del medio ambiente para rescatar valores y

desarrollar actitudes y aptitudes que permitan adoptar una posición crítica y

participativa respecto a la utilización de los recursos y la calidad de vida. Así mismo,

Calixto, Herrera y Hernández (2008, p. 13) definen a la educación ambiental como

un campo emergente y complementario a la ecología, orientado a la formación de

habilidades y actitudes para comprender las relaciones del ser humano con el medio

ambiente.

En lo que respecta a Boada y Toledo (2003, p. 98,103) señalan que la educación

ambiental suscita acepciones enfrentadas pero con un objetivo en común: ser un

instrumento indispensable para el cambio global. Además, argumentan que la

educación ambiental debe ser un proyecto político y ético de transformación social.

En este sentido, la dimensión política es reconocida como parte importante para la

formación de estudiantes, principalmente en la educación superior.

De acuerdo con Guevara (2013, p. 235) la EA es multidimensional y un aspecto de

estas es, el de educar ambientalmente atendiendo a los distintos estilos de vida

asociados a los problemas ambientales y es a través de la educación ambiental

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donde se decide un plan de intervención educativa para modificar comportamientos

que se traduzcan en beneficio del medio ambiente.

La UNESCO y la Red del Plan de Escuelas Asociadas (RedPEA) reconocen que la

educación es la base para lograr un desarrollo sustentable y el instrumento

fundamental para suscitar cambios en actitudes y estilos de vida. También

reconocen que la cultura, la diversidad de lengua y visiones influyen en la manera en

que se aplica la educación para la sustentabilidad ambiental en los contextos

nacionales y específicos (UNESCO, s/f).

El reto de las universidades (La contribución de las Universidades con la sustentabilidad ambiental)

En la conferencia mundial de las Naciones Unidas sobre la Educación para el

Desarrollo Sostenible celebrada en el año 2014, los Estados subrayaron el potencial

que encierra la Educación para el Desarrollo Sustentable (EDS) en formar a las

personas dotándolos de conocimiento y actitudes necesarios para afrontar desafíos

relacionados con problemas sociales como es la educación ambiental (UNESCO,

2014). Con base a esto, las universidades se adhieren a estos marcos para

contribuir con ello con la reorientación de procesos sustantivos y del fortalecimiento

de las capacidades institucionales en el desarrollo de tecnología y la aplicación de

conocimiento con el firme compromiso de mantener en el tiempo, estos

compromisos (OUI-IOHE, 2011).

En México, para el año 2000, la Asociación Nacional de Universidades e

Instituciones de Educación Superior (ANUIES) en colaboración con la Secretaría del

Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) a través del Centro de

Capacitación para el Desarrollo Sustentable (CECADESU) establecen un acuerdo de

trabajo para la construcción de un “Plan de Acción para el Desarrollo Sustentable en

las Instituciones de Educación Superior” con orientaciones para el desarrollo de

acciones que abonen a la sustentabilidad (ANUIES, 2013).

Diversos estudios demuestran que las percepciones y actitudes con respecto a la

sustentabilidad y la educación ambiental en estudiantes y profesores se adhieren a

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aspectos limitados y con percepciones naturalista o descontextualizada del concepto

de educación ambiental (Andrade, 2004; Valdez-Ramos, 2013) y heterogéneas

(Ferreira, 2002) con respecto a la sustentabilidad con dificultades para entender su

significado.

Gonzalez-Gaudiano y Puente-Quintanilla (2010) con base en los resultados de su

investigación realizada en el contexto de la región latinoamérica, señalan que el 35%

de los proyectos de educación ambiental siguen orientados a la conservación de los

recursos naturales y la biodiversidad y; el 17% se orientan hacia el desarrollo

regional y rural. Para los autores, esto es preocupante porque continúa anclada en

un conjunto de prácticas naturalistas.

Las percepciones de los distintos actores en el ámbito de las universidades con

relación a limitadas concepciones de EA y sustentabilidad, podría estar dada por

diversos factores que influyen en las universidades, como lo menciona en un estudio

realizado por Martinez-Fernández y Gonzalez-Gaudiano (2015) quienes, a través de

un estudio comparativo de los planes ambientales institucionales en 35 IES en

México, analizan las políticas, objetivos y estrategias, dando cuenta que sigue

presente en las instituciones, marcos discursivos que ingresan a las universidades

como una afronta por su comprensión y socialización con estrategias que, de

manera muy laxa, pretenden impactar en los procesos sustantivos de las

universidades.

De esta manera, en otro estudio realizado en la Universidad Autónoma

Metropolitana, Cuajimalpa, Alfie-Cohen y Martínez-Fernández (2015) señalan que la

estrategia de la sustentabilidad ambiental en sus planes y programas de estudio no

ha podido consolidarse debido a que no hay una correcta articulación entre las

políticas institucionales y sus estrategias.

La perspectiva ambiental y de la sustentabilidad como política institucional en la

educación superior, es un aspecto que se ha convertido en como una prioridad en

las instituciones que conforman el Consorcio Complexus con el fundamento de

lograr las transformaciones en su forma interna de operación con estrecha

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comunicación con su entorno inmediato y su sistema de vida académica

(COMPLEXUS, 2013, p. 47)

A manera de discusión

Son numerosos los trabajos relacionados con el proceso de incorporación de la EA y

la EDS en las IES, que dan cuenta de aspectos relacionados con su implementación

en los distintos procesos sustantivos y de gestión. De acuerdo con Sauvé (1999) la

educación ambiental es vista como una estrategia instrumental del desarrollo

sustentable ya que este concepto contempla las relaciones entre personas y

sociedad, pero critica al concepto de educación para el desarrollo sustentable como

una estrategia enteramente abstracta y difícil de instrumentar, por lo que como

alternativa propone la concepción de educación para el desarrollo de sociedades

responsables..

De acuerdo con Yen-Chun y Ju-Peng (2016, p. 9) en el transcurso del Decenio de

las Naciones Unidas el 72.04% de los artículos publicados están relacionados con la

distintas concepciones relacionados la sustentabilidad y la educación ambiental en la

educación superior, seguido del 21.77% de artículos relacionados con aspectos en

la transversalidad de contenidos de sustentabilidad en el currículo. La distribución de

los artículos tienen mayor presencia en los años 2010, 2011 con el 15.32% y en el

año 2013 con el 13.7%. Incluso, afirman que la primera mitad de la Década, la

tendencia de las IES estaba inclinada en la protección de medio ambiente y en la

educación científica ambiental.; en cambio, para la segunda mitad, las

investigaciones destacaron más aún en la promoción de la ciudadanía y de la

evaluación del rendimiento o desempeño de las IES con la educación para el

desarrollo sustentable (Yen-Chun & Ju-Peng, 2016, p. 17)

Por otro lado, de acuerdo con León-Fernández y Domínguez-Vilches(2015, p. 440)

señalan que las Universidades Españolas han avanzado en la incorporación de la

sustentabilidad ambiental en el interior de sus funciones. No obstante, destacan

como un problema persistente, la variedad de terminologías usadas por las

universidades. Asimismo, afirman que las universidades españolas emplean

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instrumentos de gestión ambiental y de sustentabilidad similares a los usados en un

contexto internacional y que particularmente, las universidades españolas tienden a

adoptar criterios o indicadores relacionados con modelos como el de The UI

GreenMetric World University Ranking (León-Fernández & Domínguez-Vilches,

2015, p. 447).

Para González y Garza (2013) el surgimiento de la concepción de la Educación para

el Desarrollo Sustentable (EDS) fue visto por algunos actores como un estadio

superior de la educación ambiental o como algo distinto. Reconocen que el tema es

de noción interdisciplinar que atraviesa en distintas áreas con una aproximación

epistemológicamente distinta a la que se considera en la educación ambiental. De

esta forma, Bravo-Mercado (2012) sostiene que muchos regiones y educadores

ambientales, mantienen vigente la noción de educación ambiental y que en el caso

particular de México, se hizo una amalgama entre las orientaciones de la EDS y el

de la EA.

De la misma forma, para Hernán (2008) la educación ambiental en latinoamérica

continua vigente e incluso, considera que este concepto incluye tres pilares

fundamentales: la toma de conciencia pública, la participación ciudadana y el

desarrollo de capacidades en las personas para que tome decisiones en asuntos

que afecten su calidad de vida y concibe a la EA como un antecedente a la

Educación para el Desarrollo Sustentable (EDS).

Conclusión

Con base en la revisión de distintas fuentes es importante destacar algunos

aspectos: Primero, que el proceso relacionado con la incorporación de la dimensión

ambiental en los procesos sustantivos de la universidad, ha tenido como referente

dos conceptos que persiguen un objetivo en común: la sustentabilidad ambiental y

el desarrollo económico de los países, a través de las dos perspectivas; si bien, en el

marco internacional de las Naciones Unidas mantienen el concepto de EDS fundado

en la definición de desarrollo sostenible establecido por el Informe Brundtland en

1987, representa un marco mucho más amplio que el que originalmente se había

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establecido en el Programa Internacional de la Educación Ambiental. A

consecuencia de esto, en la región latinoamericana diversos expertos continúan

desarrollando estudios en el tema y su integración en las universidades como una

tendencia en la contribución con la sustentabilidad ambiental.

Segundo, las universidades continúan en una afronta por el establecimiento de

políticas institucionales relacionadas con la sustentabilidad ambiental, desde la

perspectiva de los estudiantes y profesores que también son actores o stakeholders

en el contexto universitario. Atender de manera prioritaria y precisa la forma en como

la sustentabilidad ambiental es adoptada, instrumentada y difundida vertical y

horizontalmente, podría ser beneficioso en la formación de las capacidades y

conocimiento en los estudiantes en formación profesional para contribuir en la

conservación del medio ambiente y el uso consciente de los recursos naturales. Por

lo tanto, surge la necesidad de que las universidades en México replanteen sus

políticas institucionales en materia de contribución con la sustentabilidad ambiental

tomando en cuenta: la forma en como es transmitida estas políticas, la forma de

como conciben o se adhieren a estos conceptos y principalmente considerando a los

distintos actores dentro en su ámbito.

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