La Distancia que Separa del Sufrimiento

43
LA DISTANCIA QUE SEPARA DEL SUFRIMIENTO DEL DOLOR COMO SÍNTOMA AL DOLOR COMO ELECCIÓN Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

description

Una recorrido por el sentimiento del dolor desde su perepción hasta la decisión consciente de padecerlo.

Transcript of La Distancia que Separa del Sufrimiento

Page 1: La Distancia que Separa del Sufrimiento

LA DISTANCIA QUE SEPARA DEL SUFRIMIENTO

DEL DOLOR COMO SÍNTOMA AL DOLOR COMO ELECCIÓN

Ignacio Bellido

Servicios Educativos y Formación

[email protected]

www.elefectobellido.blogspot.com

Page 2: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

2

“-¿Qué placer obtienes de montar en bicicleta?

-¿Placer? Ninguno, lo hago por el sufrimiento.”

LANCE ARMSTRONG

Ciclista 7 veces ganador del Tour de Francia

Page 3: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

3

Ignacio Bellido

Servicios Educativos y Formación

Antropólogo, Formador y Educador con más de 3.000 horas de experiencia como docente.

Vine al mundo un martes del mes de Noviembre, cuando el frío y el viento detienen el paso del

tiempo y fomentan las miradas desde las ventanas. Por esto creo que en el acto de mirar y

de hacer mirar se encuentran las enseñanzas y los significados que buscamos a nuestras vidas.

Fomentar la capacidad de observación y análisis es la estrategia pedagógica de la que me sirvo

para que, mis alumnos y lectores, aprendan, a la vez que se divierten, a descubrir las conexiones

entre sus capacidades y las respuestas que éstas ofrecen a las incógnitas que nos rodean.

E-mail: [email protected]

www.elefectobellido.blogspot.com

Page 4: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

4

LA DISTANCIA QUE SEPARA DEL SUFRIMIENTO

DEL DOLOR COMO SÍNTOMA AL DOLOR COMO ELECCIÓN

Índice de Contenidos

¿Qué es el dolor? Pag.6

Factores que intervienen en la percepción del dolor

Biológicos

Psicológicos

Sociales y Culturales

Pag. 12

Pag.13

Pag.14

Pag.17

El dolor como experiencia subjetiva Pag. 21

El dolor y el Yo Pag. 25

Estrategias contra el dolor Pag. 29

La elección voluntaria del dolor Pag.34

Prevención como estrategia social Pag.37

Page 5: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

5

Ha llegado el momento de comenzar a hablar de todo aquello que nos una a los seres

humanos, en vez de centrarnos, como estamos habituados, a buscar las diferencias. Un

elemento que nos une a todos los seres humanos y que todos, antes o después,

experimentamos, en mayor o menor medida, es el dolor.

El dolor y con él la capacidad de sufrir no son características exclusivamente humanas,

sino que también son observables en otros seres vivos como pueden ser los animales.

Si bien afirmamos que los animales sufren y padecen dolor, tradicionalmente, se

consideraba a los seres humanos que no padecían dolor o que carecían de la capacidad

de sufrir como animales, se deshumanizaba a estas personas. Resulta paradójico, pues

afirmamos que por una parte un animal es capaz de sufrir dolor y, por otro, el ser

humano que se muestra insensible a su propio dolor se le relega a su condición más

salvaje al tacharlo de animal.

Hasta épocas recientes, la no respuesta dolorosa ante un estímulo que debiera darle

origen, era considerada como una evidencia de la existencia del Demonio, de la

realización de prácticas ocultas y oscuras como la hechicería y la magia, e incluso era

considerado como un síntoma más que evidente de la existencia de una enfermedad

mental. La ausencia de dolor era sinónimo de falta de humanidad o una manifestación

de alguna forma de locura. Dolor y Mal han estado históricamente relacionados puesto

que generan sufrimiento guardan ente ellos una relación de causa-efecto. El mal es

considerado como el origen de la aparición del dolor, así mal y enfermedad son

conceptos que están igualmente unidos e incluso pueden ser considerados como

sinónimos.

Page 6: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

6

A lo largo de la historia el dolor ha sido interpretado y definido en función del

momento histórico y cultural. No podemos afirmar que el concepto o el significado

que hoy le atribuimos al dolor ha permanecido inalterable a lo largo de la historia. El

concepto de dolor evoluciona y cambio de igual manera que lo hacen las culturas y las

sociedades que construyen su significado. Su significado cambiará de igual manera que

cambian las características ambientales y los recursos disponibles por las sociedades.

Aunque hablemos de construcciones sociales del significado del dolor hemos de tener

presente que el dolor es una experiencia subjetiva e individual. Resulta muy

complicado establecer una definición o concepción objetiva y global del dolor debido

al hecho de ser una experiencia individual vivida por unos seres humanos, repletos,

como estamos, de contradicciones. Contradicciones que nos llevan, en ocasiones, a no

reprimir conductas que acarrean la aparición de estímulos dolorosos pese a que de

modo consciente seamos plenamente conscientes de la existencia de unas relaciones

de causa-efecto.

¿Qué es el dolor?

El dolor es universal. Todos sabemos lo que es el dolor porque lo hemos

experimentado en numerosas ocasiones a lo largo de la vida, lo difícil es determinar su

intensidad porque cada uno lo siente de una manera distinta ya que es una experiencia

sensorial y emocional individual. Eso sí, debemos tener presente de que no es algo

exclusivamente físico, sino que en el dolor entran en juego otra serie de componente

como son factores psicológicos, culturales y sociales.

Es conveniente que intentemos dar una definición de lo que entendemos por dolor ya

que, pese a que todos somos capaces de identificarlo, a la hora de definirlo nos

encontramos con más problemas. El número de definiciones que han intentado

simplificar y englobar todas las connotaciones de lo que entendemos por dolor son

numerosas.

Page 7: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

7

En la época clásica, el dolor se consideraba como

una alteración en el equilibrio de los distintos

humores o líquidos (bilis negra, bilis, flema y

sangre) que formaban el organismo, cada uno de

los cuales se asociaba con un tipo de carácter de

la persona (melancólico, colérico, flemático o

calmado y sanguíneo). Los filósofos de esta

sostenían que las enfermedades eran el resultado

de un desequilibrio, por exceso o defecto, en

alguno de los cuatro humores, lo que provocaba

en el sujeto cambios en su personalidad y su salud

global se veía afectada. El mayor de los desequilibrios era la pérdida de los fluidos,

situación que, irremediablemente, conducía a la muerte.

Este punto de vista de los cuatro humores fue el punto de vista dominante para

explicar el funcionamiento del cuerpo humana hasta bien entrada el siglo XIX, en el

que aparece la medicina moderna. Prácticas relacionadas con el uso de esta teoría de

los cuatro humores se encuentran en las narraciones de las prácticas médicas

habituales hasta ese momento, como eran el sangrado para tratar los excesos de

sangre, y la aplicación de calor, para el exceso de bilis.

En la actualidad la definición más extendida de dolor es la facilitada por la Asociación

Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) al afirmar que el dolor “es una

experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con un daño en un tejido real

o potencial, o descrito en términos de tal daño”.

Esta definición facilitada por la IASP, ha sido matizada y extendida desde su aparición

al considerarla incompleta ya que se limita a hacer referencia a procesos físicos,

descuidando factores sociales, legales, económicos. Si tenemos en cuenta estos otros

factores deberíamos hablar de la posibilidad de que el dolor persista debido a la

incapacidad de actuar sobre las causas que lo originan ni mitigar su manifestación,

convirtiéndose de este modo en una enfermedad en sí misma.

Page 8: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

8

El dolor es, por tanto, una experiencia compleja en la que intervienen numerosos

factores que repercute en todos los aspectos de la vida por lo que se considera

necesario tratarlo e intervenir sobre él para erradicarlo. Centrar los esfuerzos en lograr

su desaparición una vez manifestado, no implica su exterminio. Hemos de tener

presente que es uno de los mecanismos de supervivencia más importante de los que

disponemos, ya que nos arrastra a realizar conductas de evitación, respecto al estímulo

causante, a fin de preservar nuestra integridad y garantizar nuestra supervivencia.

La experiencia dolorosa es una experiencia

perceptiva. Percepción entendida como el

proceso por el que los estímulos son

codificados e interpretados una vez que han

sido captados por los sentidos. Cuando

sufrimos un corte en la piel o desgastamos

una articulación, el estímulo doloroso se

desarrolla y se centra en la cabeza, más concretamente en el cerebro, pues es él quien

decide la intensidad del dolor. El proceso de percepción del dolor comienza en las

terminaciones nerviosas, que son las encargadas de transmitir los impulsos dolorosos

hacia la médula y, desde ella, ascienden al cerebro.

El primer paso en el proceso perceptivo del dolor es la aparición de un estímulo

doloroso enviado desde la piel o desde los órganos interiores hacia la médula espinal.

Es importante resaltar que la capacidad para el envío de señales desde esos receptores

del estímulo doloroso puede ser modificada, aumentando o reduciendo la capacidad

de transmisión. Una causa muy común, por la que un estímulo doloroso no activa las

áreas de procesamiento de dolor en el cerebro, es la presencia de un estímulo

mecánico repetido. Si nos exponemos de forma continuada a un estímulo doloroso,

nuestro nivel de tolerancia con ese estímulo aumenta, así para que percibamos un

cambio en su intensidad y nuestro cerebro nos localice el foco del dolor, la intensidad

con la que el estímulo debe haberse presentado debe haber sido notablemente mayor

a la del estímulo que le precedía.

Page 9: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

9

Como vemos, en esta primera etapa del mecanismo por el que el dolor se transmite

juega un papel destacado y ligada a la percepción, la sensación: la respuesta fisiológica

inmediata ante el conjunto de estímulos que nos rodea. Pero como aparece en el

párrafo anterior, es necesario que se produzca una diferencia estimular para que la

respuesta se ejecute. Entran aquí en juego los conceptos de la psicología

fundamentales para comprender nuestra percepción: umbral relativo y umbral

absoluto.

El umbral absoluto se encarga de establecer los límites de nuestra capacidad

perceptiva. Sólo somos capaces de captar estímulos que se encuentran dentro de una

determinada escala de intensidad o magnitud. Un ejemplo claro lo encontramos en la

percepción del sonido, ya que hay sonidos que son emitidos en una escala de

frecuencias muy bajas que resultan indetectables para el oído humano, pero que para

otro animal sí son perceptibles. Esta diferenciación en el umbral absoluto no sólo se

produce al hablar de diferentes especies animales, sino que también se da entre

individuos, pues puede que individuos sí sean capaces de percibir un ruido mientras

que una persona que se encuentra a su lado es incapaz de percibirlo.

Se distinguen dentro del umbral absoluto entre el umbral mínimo y el umbral máximo.

El umbral mínimo se refiere a la intensidad mínima con la que un estímulo debe

presentarse para que sea percibido conscientemente. Puede ocurrir que un estímulo

de muy baja intensidad no sea percibido, pero puede ser que no sea percibido

únicamente a un nivel consciente y sí serlo inconscientemente, por lo que aparecería

aquí la percepción subliminal (la capacidad de detectar y elaborar respuestas

conductuales ante estímulos que no han sido captados en un nivel consciente). Por

otra parte, nos encontramos con el umbral máximo que hace referencia a la intensidad

máxima por la que un estímulo puede ser percibido y que le resulta soportable.

El umbral relativo o diferencial hace referencia a nuestra capacidad de discriminación

de nuestros sentidos, es decir, a la capacidad de nuestros sentidos para detectar un

cambio en la intensidad de un estímulo. De tal manera que si sostenemos en una

mano una pesa con un peso de 1kg y le añadimos 50 gramos más de peso,

probablemente, la sensación de que el peso haya aumentado sea mínima. Si por el

Page 10: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

10

contrario, sostenemos en la misma mano una pesa de 10 gramos de peso, a la que le

añadimos los mismos 50 gramos que anteriormente la percepción de que el peso ha

aumentado es mucho más intensa. El análisis de cómo afectan los cambios en la

intensidad de los estímulos a nuestra percepción se lo debemos al psicólogo alemán

del siglo XIX Ernst Heinrich Weber, que dio nombre a una ley que lleva su nombre: la

ley Weber. Esta ley sostiene que el incremento en la intensidad de un estímulo

necesario para producir un cambio en la sensación y percibir que dicha intensidad ha

cambiado, depende de la intensidad con la que se manifestó el estímulo inicial.

La ley Weber queda patente en las siguientes situaciones. Si se nos presenta la opción

de elegir entre cien céntimos de euro y un euro, la mayoría de nosotros elegiríamos la

opción de los cien céntimos al considerar que hace referencia a una cantidad mayor,

aunque el valor sea el mismo. De igual modo, cuando vamos a efectuar una compra, si

se produce un aumento de un precio de seis euros en un producto que vale seis mil

euros, el aumento apenas será percibido, pero si ese mismo aumento se realiza sobre

un producto cuyo precio habitual es de tres euros, el cambio será inmediatamente

percibido y considerado como un abuso. Situaciones similares a estas son las que

Weber investigó y que le llevaron a sostener que el aumento de la intensidad de

nuestras sensaciones no depende del incremento constante del estímulo, sino de la

intensidad del estímulo inicial que dio origen a esas sensaciones.

Los impulsos dolorosos son transmitidos, una vez captados, a través de fibras nerviosas

que se clasifican en función de su diámetro y su grado de mielinización1 en fibras A,

que transmiten el impulso con una velocidad de 4-30m/s, y fibras C, que transmiten a

una velocidad de 0,5-2m/s. Las fibras A, a su vez, se distinguen entre fibras Aβ, de un

diámetro grande que son muy sensibles a la estimulación táctil y envían información

ante la presencia de estímulos suaves, y las fibras Aδ que están altamente

mielinizadas, son las fibras que transmiten la información de un dolor agudo y

punzante de carácter transitorio. Las fibras C carecen de mielina y son las encargadas

1 Recubrimiento de las membranas de las conexiones nerviosas que se encuentran en las neuronas, que

permite la correcta transmisión de los impulsos nerviosos entre distintas partes del cuerpo humano.

Page 11: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

11

de transmitir dolores de carácter continuo y de manifestación constante, con una

intensidad más difusa.

El umbral de excitación de estas fibras se altera en función de la presencia de

inflamación que provoca el efecto conocido como sensibilización. Este efecto es el

suceso por el que un estímulo que en condiciones normales no provocaría respuesta

dolorosa alguna, como puede ser una caricia, afecta a las aferencias dolorosas

provocando que la persona sienta dolor ante un mínimo roce. Hemos de saber que

toda inflamación es una respuesta que se produce únicamente en tejidos conectivos

vascularizados, aquellos que conectan un tejido con otro, que aparece con el fin de

aislar y destruir el agente cuasante del daño y reparar el tejido y el órgano afectado. La

presencia de inflamación, por tanto, disminuye nuestra capacidad de tolerancia al

dolor, aumentado la sensibilidad de la zona inflamada.

La siguiente etapa en la transmisión del dolor, una vez captada la presencia de un

daño o lesión y su transmisión a través de las diferentes fibras, es observar el recorrido

que realiza el impulso nervioso. El primer recorrido que el impulso realiza es de

carácter ascendente, desde la zona periférica en la que el estímulo se produce hasta

llegar al cerebro. En este camino el impulso atraviesa la médula espinal siguiendo tres

caminos diferentes, cada uno de ellos con una propósito distinto.

Uno de los caminos que el impuso doloroso sigue es el llamado camino

neuroespinotalámico que conduce al tálamo y permite localizar el lugar concreto en el

que se ubica el dolor. Otro camino es el paleoespinotalámico que conecta con zonas

frontales de la corteza cerebral y contribuye a que evaluemos el dolor. Por último, está

el camino que nos conduce a la parte emocional del dolor y que se denomina

espinoreticulotalámico que, como su nombre indica, nos conduce de nuevo al tálamo,

previo paso por formaciones reticulares.

La última etapa por la que atraviesa el estímulo doloroso lleva un recorrido

descendente, desde el cerebro hasta el lugar en el que se produce el estímulo

doloroso. El cerebro intenta ofrecer respuestas que traten de mitigarla intensidad de

ese estímulo doloroso, para ello trata de generar sustancias analgésicas sin que se

Page 12: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

12

produzca ninguna alteración motora. Ante la presencia de un daño, el cerebro traslada

la orden de segregar sustancias químicas que inflaman la zona en la que el daño se ha

producido con el fin de reducir la intensidad del estímulo. Otra respuesta que el

cerebro ofrece ante una situación dolorosa y estresante es la segregación en el

organismo de opiodes naturales como son la serotonina2 y la norepinefrina3. Esto

ocurre en situaciones de shock con el fin de que el individuo mantenga la capacidad de

actuar y de tomar decisiones.

El dolor es una experiencia perceptiva compleja cuyo centro regulador se encuentra en

el cerebro. El centro del dolor no se encuentra allí donde se manifiesta y localiza, sino

que se produce y desarrolla en la cabeza. Es el cerebro el encargado de determinar la

intensidad del dolor en el área cerebral denominada córtex anterior cingular. Pero no

es tan sencillo, no basta con afirmar que el dolor se produce y gestiona en esta área e

intervenir directamente sobre ella para lograr que desaparezca. No es suficiente, y no

lo es por la sencilla razón de que al enfrentarnos a una experiencia tan compleja, el

nivel de intervención sobre él debe producirse a numerosos niveles.

Factores que intervienen en la percepción del dolor

Como hemos visto, el dolor se procesa en el cerebro a donde ha llegado el estímulo

doloroso a través de la médula espinal quien a su vez, recibió el mensaje desde la piel y

los órganos internos. Pero este proceso que parece sencillo, está influido por

numerosos factores que van desde la composición genética, hasta la presencia de

ciertos estímulos en el entorno, como la presencia de ciertas emociones y recuerdos

de experiencias anteriores.

2 Es considerada como la hormona del placer. Un aumento en la secreción de esta hormona aumenta los

niveles de placer y bienestar en el individuo.

3 Hormona relacionada con los patrones de sueño, la ira y el placer sexual. Niveles bajos de esta

hormona es un indicador de depresión al reducirse impulsos relacionados con la motivación y el impulso

de acción.

Page 13: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

13

Para un correcto entendimiento del dolor es importante tener presentes las variables

que en él intervienen:

Factores físicos o biológicos: las variables físicas que pueden influir en la capacidad

para afrontar el dolor están muy relacionadas con el sexo. Las mujeres sienten más

dolor que los hombres debido a la diferenciación de los ´órganos reproductivos, una

composición hormonal distinta y una estructura cerebral diferenciada.

Las diferencias anatómicas entre hombres y mujeres influyen en la percepción del

dolor de la siguiente manera. En las mujeres, se produce un proceso de comunicación

ente las vísceras que no se produce en los hombres. Esta comunicación entre vísceras

hace referencia al proceso mediante el cual, por ejemplo, si nos duele el riñón,

probablemente junto a este dolor, sintamos que nos duelen otras cosas (cabeza,

espalda…).

Las mujeres tienen sus órganos reproductivos, como

los ovarios y el útero, en medio del abdomen, que es

una zona en la que hay números órganos muy

próximos entre sí, puede suceder que estos órganos

compartan terminaciones nerviosas. Esto puede

provocar que el dolor que las mujeres pueden sentir

en sus órganos reproductivos hable con otros

órganos y que, entonces el dolor vaya en aumento.

Así, nos encontramos con un gran número de

mujeres que sufren de dolores menstruales, refieran

a su vez dolor de cabeza, de riñones…

La diferente composición o estructura cerebral entre hombres y mujeres también es

un factor que incide en la diferente percepción del dolor entre unos y otros. Si

escaneásemos el cerebro para ver las zonas que se activan al experimentar dolor,

vemos que las áreas cerebrales que se activan son diferentes en función del sexo de la

persona.

Page 14: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

14

En los hombres se activan zonas relacionadas con la planeación y la toma de

decisiones, lo cual nos lleva pensar que un hombre, ante un estímulo doloroso, decide

qué es lo que va a hacer con él y toma seguidamente una decisión. En las mujeres, lo

que se descubre, es que se activan zonas cerebrales relacionadas con las emociones y

con los sentimientos. Estas diferencias en la localización de las áreas de activación ante

el dolor, implica una capacidad de gestión del mismo diferente en función del sexo.

El tercer elemento que guarda relación con la capacidad de afrontar el dolor y su

diferente percepción desde un punto de vista biológico, lo encontramos a nivel

hormonal. Las hormonas son moléculas segregadas por células especializadas cuya

misión es regular el desarrollo y la acción de nuestros órganos, activando o inhibiendo

su funcionamiento. Hombres y mujeres tienen una composición hormonal distinta,

pues en los hombres prima la presencia de testosterona, liberada, por los testículos, y

en las mujeres la hormona el estrógeno que es liberada por los ovarios.

Una muestra de la influencia de cómo nos afecta nuestra composición hormonal ante

la presencia de estímulos dolorosos, nos la ofrece un estudio de laboratorio llevado a

cabo con ratas mediante el cual se le inyectó testosterona a una rata hembra,

consiguiendo con ello que su capacidad para soportar el dolor aumentase, y, por otra

parte, a una rata macho se le inyectaron estrógenos disminuyendo así dicha

capacidad.

El estrógeno no es la única hormona que regula la capacidad de soportar el dolor en las

mujeres. Unida al estrógeno se encuentra otra hormona femenina de gran

importancia: la progesterona. Esta hormona, que también es segregada por los

ovarios, regula la temperatura corporal de las mujeres, regula sus ciclos menstruales,

facilita la expulsión de sodio…, pero la acción que realiza y que es objeto de interés

para nosotros tiene lugar durante el embarazo. En este período la presencia de esta

hormona se triplica lo cual permite a la embarazada mitigar la sensación de dolor,

aumentando también la sensación de sueño y de felicidad. Vemos a través de la

presencia de esta hormona cómo el organismo se prepara para afrontar una situación

que sabe será dolorosa.

Page 15: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

15

Factores psicológicos: el dolor es algo subjetivo, la percepción individual de un daño, y

por ello entran en juego elementos de índole psicológica muy relacionadas con las

experiencias que el individuo ha experimentado a lo largo de su vida. El estado de

ánimo de una persona, sus expectativas y su autoestima influyen de manera

determinante en la capacidad para afrontar el dolor y la intensidad con la que se

manifiesta. Por ejemplo, una persona que esté de mal humor probablemente se hunda

en el sufrimiento, mientras que alguien con una autoestima alta y que se manda a sí

mismo mensajes de ánimo superará más fácilmente esa misma situación dolorosa.

Nuestra historia personal respecto al dolor es un factor determinante de cómo

afrontaremos situaciones y estímulos dolorosos en el futuro. Si en el `pasado nos

enfrentamos a una situación dolorosa y consideramos que no se nos trató

adecuadamente con el dolor, en el futuro sentiremos mucho más dolor en situaciones

futuras. Por ejemplo, si en un momento del pasado, cuando era niño, viví una situación

en la que sufrimos un dolor muy fuerte en un pié al estar jugando con mis amigos, y

considero que ni estos amigos, ni los padres que nos vigilaban, nos atendieron ante esa

situación dolorosa, esto provocará que en el futuro sienta más dolor ante un mismo

daño de cara a obtener la atención que en ese momento se me negó. La situación se

revierte en el caso de que la atención que recibiéramos fuese la adecuada para lograr

la reparación del daño.

La atención es otro mecanismo psicológico que influye en la capacidad de gestión del

dolor, especialmente si se ha de hacer frente a un dolor crónico. Si queremos

aumentar esta capacidad, lo que debemos hacer es, ante la presencia de dolor, llevar

nuestra atención hacia otro lugar como puede ser centrar nuestra atención en otra

parte del cuerpo. Distraerla de ese estímulo dañino y focalizarla en otro estímulo

externo como puede ser la luz, la música u otras actividades que trasladen nuestra

actividad a otras regiones del cerebro y que releguen, a un segundo plano, dicho

estímulo doloroso.

Page 16: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

16

Paula Radcliffe, poseedora del record femenino en

Maratón y campeona del mundo en esta distancia en

el año 2005, utiliza juegos mentales para desviar su

atención ante la presencia de estímulos dolorosos

que aparecen durante la realización de un esfuerzo

tan intenso como es un Maratón. Radcliffe, para

conseguir que el tiempo transcurra y la intensidad del

esfuerzo no le afecte en exceso, realiza tareas de

distracción. Según cuenta, durante el transcurso del

Maratón de Londres en el que obtuvo el record del mundo de la distancia

estableciéndolo en 2h:15:25, llegó un momento en el que empezó a sufrir dolores

estomacales. “En este momento decidí contar hasta cien, despacio, tres veces seguidas

. Sabía que cuando acabara de contar habría recorrido otra milla y ya estaría más cerca

de la línea de meta”4.

Esta estrategia de distracción mental le dio buen resultado, los dolores estomacales

remitieron y Paula fue sintiéndose mejor lo que le permitió a la postre vencer la

prueba y batir el record mundial de la distancia, mejorándolo en dos minutos respecto

al record anterior.

Un factor psicológico que conviene

mencionar es el efecto placebo. El placebo

es el suceso por el que el dolor se reduce

cuando el sujeto toma los que cree es un

medicamento destinado a aliviar su dolor,

pudiendo ser únicamente un caramelo de

azúcar. ¿Cómo puede ser que tomando un

medicamento imaginario o un placebo la

intensidad del dolor disminuya? La

respuesta es sencilla. El sujeto se convence a sí mismo de que el placebo funciona y es

4 http://corricolari.eu/index.php?sec=gentes_detalle&idGente=9 (15 de Marzo de 2011)

Page 17: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

17

eficaz aunque el dolor siga existiendo. Lo que sucede es que a través de ese

convencimiento el sujeto provoca una reacción en su cuerpo por la que los

mecanismos que intervienen en la percepción del dolor trabajan a una intensidad

menor, consiguiendo que la llegada de estímulos dolorosos al cerebro se reduzca.

Factores sociales y culturales: en esta categoría se incluyen variables como la edad, la

religión, la clase social, la familia… Como ya se ha indicado el dolor se experimenta de

una forma subjetiva. Una padece el dolor tal y como lo siente, pero ese padecimiento

está muy mediatizado por factores sociales y culturales.

Las personas que viven en sociedades dominadas por una perspectiva individualista y

egocéntrica como son los países europeos occidentales o Estados Unidos, sufren

menos porque tienen el convencimiento de ser capaces de combatir el dolor, ya que

pueden recurrir de forma rápida al conocimiento de la ciencia médica con la ayuda de

un médico. Por su parte, sociedades con una orientación más centrada en el vínculo

familiar como son las sociedades asiáticas y mediterráneas, consideran que la

enfermedad sólo es superable con la ayuda de la propia familia, por ello no ocultan los

síntomas de una enfermedad, sino que los manifiestan abiertamente.

Las experiencias personales del dolor están condicionadas por el significado que cada

sociedad le otorga y la manera que ésta tienen de dictar los comportamientos y

respuestas que los individuos deben mostrar ante su presencia. Estas respuestas, tal y

como mostraron los estudios de Zborowski5, están muy condicionadas por la condición

social y cultural. Zborowski mostró las diferencias tanto en la verbalización como en las

manifestaciones no verbales de una patología entre individuos de diferentes

procedencias. Zborowski expone que los sujetos de origen italiano se decantan por un

lenguaje y una gestualidad exageradamente dramatizada y tendente a la emotividad, 5 Mark Zukobwski fue un médico antropólogo de origen ruso cuya principal aportación fue el estudio de

la influencia de los factores culturales en el alivio del dolor realizado en su obra People in Pain de 1969.

Otro obra importante de este autor fue su estudio etnohistórico sobre los judíos en Europa del Este

llevado a cabo con Elizabeth Herzog.

Un aspecto muy destacable de la vida de Zukobski, antes de su llegada a los Estados Unidos, fue su

trabajo como espía soviético realizado en Francia y en donde estuvo encargado del seguimiento de León

Trostky.

Page 18: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

18

mostrando una gran afectación por el dolor inmediato que se sufre y una alta

despreocupación por el daño orgánico que lo origina. Por el contrario, individuos de

origen judío toman como preocupación fundamental la patología o enfermedad

causante del dolor, su principal fuente de preocupación. La enfermedad, y no el dolor

es su principal quebradero de cabeza y su fuente de sufrimiento. Este caso ofrece una

clara demostración de la importancia de los aspectos culturales interiorizados por el

individuo y transmitidos a través de pautas educativas transmitidas tanto por la

familia como por otras instituciones sociales y culturales encargadas de la socialización

del individuo.

En el transcurso de la historia las religiones han sido las encargadas de dotar de

significado a la realidad que vivimos, de indicar los elementos más relevantes que la

componen y de establecer las putas más adecuadas para afrontarla. Lo mismo sucede

con el dolor. Las religiones se han encargado de dar sentido al dolor y de decirnos por

qué sufrimos y cómo debemos sufrirlo. Buscan, mediante el uso y significado dado al

sufrimiento humano, explicar el universo y las relaciones del hombre con Dios.

En la tradición cristiana el dolor es símbolo de pecado (“parirás con dolor”), ya que

hasta el incidente con la manzana protagonizado por Adán y Eva no se conocía la

enfermedad, el dolor, el sufrimiento ni la muerte. Este punto de partida de la religión

cristina le otorga un significado pecaminoso al dolor, al sufrimiento y a toda desgracia

que recaiga sobre el hombre. En esta primera concepción cristiana, el dolor aparece

como consecuencia de la infracción de los mandatos divinos de forma consciente. Este

significado cambia con la crucifixión, pasando, el dolor, a ser considerado como un

vehículo de aproximación a Dios y causa de santificación. Es a través del sufrimiento

como el hombre se acerca a Cristo en la cruz, es el camino del que el hombre dispone

para limpiar su alma y purgar todos sus pecados. Esta concepción de crucifixión y dolor

cambia al incorporar valores contemporáneos, pasando a ser el elemento central de la

concepción cristiana ya no el dolor de la cruz, sino el amor que de ella surge. Lo

importante pasa a ser la renuncia que Jesús hace de su propia vida entregándola al

resto de la humanidad, mostrando así la fortaleza e integridad de su alma.

Page 19: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

19

La tradición judía, en oposición a la cristiana, considera que infringirse dolor de forma

voluntaria como una forma de acercarse a Dios carece de sentido. El dolor para un

judío carece de toda capacidad de redención. El dolor es algo ante lo que se lucha

haciendo uso de todos los recursos con los que cuenta la comunidad, comenzado por

la proximidad de las personas con las que se está más íntimamente relacionado. Por su

parte, la tradición protestante, originada en la Reforma llevada a cabo por Lutero,

considera al igual que la tradición judía como algo a evitar al entender que el dolor y el

sufrimiento es un camino indiferente a Dios.

La religión islámica extiende su mensaje haciendo uso de mandato principal: la

sumisión del hombre a la voluntad de Dios. El dolor en esta religión se vive con

resignación: si Dios quiere dolor no es posible evitarlo, sino que hay que sufrirlo

porque ésa es la voluntad de Dios. Esta concepción no implica que el musulmán debe

entregarse a su dolor, sino que debe combatirlo con los medios que tiene a su alcance

como son la medicina y la oración, eso sí, sin rebelarse ante Dios.

El budismo entiende el dolor de una forma muy diferente a como lo hacen la religión

cristiana y la religión islámica. El budismo, a través de su concepto de Karma, entiende

el dolor como una oportunidad de crecimiento, como una opción de mejora, como un

recurso del que poder extraer una enseñanza para sacarle el máximo provecho a la

vida. Consideran las alegrías como méritos acumulados a lo largo de la vida que nos

Page 20: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

20

van permitiendo combatir el dolor, mientras que el sufrimiento, el dolor y las miserias

son los deméritos acumulados en esta vida y en otras anteriores.

La situación en la que aparece el estímulo doloroso también influye en la intensidad

con la que será percibido. Si el ambiente en el que se presenta es ruidoso y con una

fuerte iluminación ciertos dolores aumentarán su intensidad, como pueden ser los

dolores de cabeza. Una de las estrategias que se siguen en los locales de ocio

nocturno, es reducir la intensidad de la luz de cara a minimizar la somatización de

ciertos estímulos, evitando la sensación del individuo de poder estar experimentando

una distorsión de la realidad al no percibir las posibles alteraciones en la percepción

que puede estar viviendo.

Un ejemplo muy gráfico de cómo afecta la situación social está en la práctica

deportiva. Una lesión que se produce en caliente es fácilmente soportable, y no

muestra toda su intensidad hasta que termina la competición. Ejemplos de estas

situaciones lo encontramos en numerosos partidos de fútbol, en los que hemos

observado como existen jugadores que juegan partidos o continúan disputándolos

pese a encontrarse lesionados. Pero este heroicismo tan apreciado por aficionados y

medios de comunicación está determinada, en el primer caso por la entidad del rival:

el dolor se manifiesta con mayor intensidad y la capacidad para afrontarlo es menor si

mi equipo se enfrenta al C.D Guijuelo, mientras que si mi rival es el Real Madrid el

dolor es menor y mi capacidad para soportarlo infinitamente mayor. Otro factor que

influye es el resultado, si la perspectiva es la de obtener la victoria persistiré, mientras

que si el resultado es adverso y la capacidad para revertir la situación se ve

fuertemente limitada, la lesión será mucho más dolorosa.

Page 21: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

21

El dolor como experiencia subjetiva

El dolor no es un proceso exclusivamente fisiológico sino que en él intervienen

numerosos factores. Se produce así una red de conexiones entre el estado del cuerpo y

la mente, el entorno, la cultura, la familia, las relaciones de pareja… Teniendo esta

circunstancia presente, la presencia de una amplia y extensa red de interconexiones

que afectan a la percepción del dolor, podemos extraer un conjunto de conclusiones

que pueden ayudar a sobrellevar una situación dolorosa.

La primera conclusión que hemos de tener muy presente es que no tiene sentido

aguantarse los dolores y no manifestar que se están padeciendo. No es prudente

aguantar estoicamente un dolor ya que como bien sabemos el cerebro tiene memoria.

Si nuestro cerebro es capaz de recordarnos la letra de una canción y de evocarnos

recuerdos de nuestras pasadas vacaciones, también puede aprender del dolor y no

olvidarlo. Se encuentran numerosos casos en los que una vez ha remitido el dolor

causado por un daño, habiendo desaparecido la inflamación y reparándose el tejido o

el órgano afectado, hay individuos a quienes el dolor se les reproduce sin que exista

una causa aparente que pueda causarlo. Un ejemplo de este tipo de memoria del

dolor lo encontramos en aquellos sujetos en los que habiéndosele amputado un

miembro de su cuerpo, como puede ser una mano, siguen sintiendo esa mano que ya

no forma parte de su cuerpo. Este hecho tan extraordinario tiene lugar porque las

áreas del cerebro encargadas de percibir los estímulos de esa mano y de emitirle las

órdenes aún siguen activas, y no se ha comenzado a sustituir la función que hasta ese

momento esa área del cerebro tenía asignada por otra función. Es un proceso de

readaptación cerebral que requiere tiempo.

Aguantarse el dolor puede producir que ese dolor que era un síntoma de la presencia

de un daño o de una enfermedad se convierta en una enfermedad en sí misma. Si el

dolor continúa porque los medicamentos o analgésicos que el médico nos ha recetado

son demasiado débiles y no logran que el dolor desaparezca, hemos de advertirle a

nuestro médico que el dolor persiste. De no hacerlo lo que sucede es que nuestro

sistema nervioso cambia su patrón de funcionamiento y comienza a generar cambios

Page 22: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

22

celulares, biológicos y químicos que afectan a nuestro organismo a diferentes niveles:

cerebro, médula, en los receptores del dolor o nociceptores. Esto genera un aumento

de la sensibilidad en todos los mecanismos que intervienen en el procesamiento del

dolor tornándoles hipersensibles, a los que a partir de este momento, el más mínimo

roce hace despertar una señal de presencia de un estímulo doloroso desmedida y

desproporcionada respecto a la intensidad con la que éste se ha podido manifestar.

Incluso puede suceder que aparezcan respuestas dolorosas sin que exista ningún

estímulo capaz de despertar y generar dicha respuesta.

Si contamos con productos eficaces para aliviar el dolor y el sufrimiento que éste

acarrea, carece de sentido soportar un dolor y no poner remedio para que éste

desaparezca. Tenemos a nuestra disposición numerosos remedios naturales,

farmaceúticos y opioides que alivian el dolor, pudiéndonos administrar y dosificar esos

remedios de forma individual en función de nuestra capacidad de tolerancia o nuestro

umbral de dolor. Por tanto, decidir soportar y aguantar un dolor sin tratar de buscar el

remedio para mitigarlo, nos expone a una situación de riesgo en la que podemos

convertir el síntoma en enfermedad.

El dolor es una experiencia subjetiva. Cada individuo experimenta el dolor de forma

diferente al resto de individuos ya que sólo puede definirse su intensidad, su magnitud

y su duración desde una perspectiva subjetiva. No podemos comparar nuestro dolor

con el que puede soportar otra persona, es decir, la expresión “Me duele como a

Fulanito” no es válida. Tampoco es válida la situación inversa, no tiene ninguna validez

la evaluación que cada uno de nosotros podemos hacer de la intensidad del dolor que

puede estar soportando otra persona.

La percepción individual del dolor depende de la

intensidad con la que se activa el área cerebral

encargada de la gestión y procesamiento de

este estímulo. Esto afecta a que no podemos ni

debemos menospreciar el dolor que pueda

manifestarnos una persona por mucho que

Page 23: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

23

consideremos que el estímulo que causa el dolor no es proporcional a la queja

manifestada. Si sometiésemos a un grupo de personas a un estímulo que se presenta

con igual intensidad a cada una de ellas, la percepción y la magnitud con la que

manifestarían el dolor sufrido variará de unas personas a otras. Por ejemplo, un

experimento de la Universidad de Wake Forest dirigido por Robert Coghill, sometía a

un conjunto de personas a una situación por el que cada uno de ellos debía poner su

mano en una superficie que se encontraba a una temperatura de 49⁰C y

posteriormente medir la intensidad del dolor sufrido dentro de una escala de 1 a 10.

Los resultados obtenidos demostraron que cada uno lo vivió de una forma diferente

puesto que se presentaron resultados que oscilaban desde el 1 hasta el 9.

Siendo el dolor una experiencia subjetiva hemos de ser conscientes de la dificultad que

supone poder medir su intensidad. No hay forma de decir cuánto dolor sufre una

persona y tampoco existen pruebas que permitan medir su intensidad. Para tratar de

minimizar los efectos de una situación tan desventajosa, se disponen de varios

métodos que tratan de identificar el daño causado y valorar su intensidad. Uno de los

métodos se centra en intentar que el sujeto que experimenta el dolor responda a

preguntas como: ¿Dónde le duele? ¿Con qué intensidad le duele? ¿Qué hace el dolor

empeore? ¿Qué le alivia? ¿Qué productos o medicamentos toma para aliviarlo?

¿Cuánto alivio le proporcionan esos productos o medicamentos?.

Junto a este protocolo de preguntas que tratan de determinar el daño sufrido de

medir la intensidad, existen otros métodos que únicamente se centran en el segundo

aspecto: mediar la intensidad del dolor. Existen escalas que tratan de medir esa

intensidad, las más extendida es la Escala Visual-Analógica en la que el individuo señala

dentro de una línea horizontal que va medida de 0 a 10 en la que 0 representa la

ausencia de dolor y 10 el peor dolor posible. Otra escala, utilizada fundamentalmente

cuando se trata de medir la intensidad del dolor que está soportando un niño, es la

escala en función de la expresión facial que trata de determinar la intensidad del dolor

en función del lenguaje no verbal.

Un componente que facilita la comprensión del dolor soportado por una persona es el

lenguaje. El lenguaje es un elemento que cada individuo maneja de forma individual,

Page 24: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

24

tanto en el modo de utilizarlo como en el vocabulario empleado. Cada individuo tiene

su propia manera de decir las cosas, que es única y exclusiva y que, además le

identifica. Esto supone un problema a la hora de querer medir la intensidad del dolor

que puede estar soportando una persona. Para afrontar este problema existe un

cuestionario, utilizado por los profesionales de la medicina, que tiene como objetivo

entender el lenguaje del dolor que utilizan los pacientes. Este cuestionario es el

Cuestionario McGill que supone un intento de organización del lenguaje del dolor de

cara a elaborar un procedimiento de evaluación del mismo lo más preciso posible.

Consiste en la elección por parte del paciente del término que mejor describe y califica

el dolor que está sufriendo así como que lo vincule con otros términos de índole

afectiva y sensorial.

El dolor es una experiencia individual que desemboca en una emoción desagradable

debido a la presencia de un estímulo nocivo que lo provoca o puede provocarlo si éste

se mantiene. Por lo tanto, siendo, como es, una experiencia subjetiva, dolor es lo que

el sujeto que lo padece dice que es. Esta dimensión individual del dolor provoca que

cada cual le otorgue un significado a su propio dolor y le asigne una intensidad singular

“Sólo a mi me duele aquí y así” de cara a demostrar a los demás que realmente el

dolor existe, aunque carezca de pruebas de que su presencia es real.

Cuando el dolor deja de poder ser

transmitido mediante palabras, ya que su

empleo provoca, a ojos de los demás un

juicio que cuestiona la magnitud del dolor

que manifiesta. Es por ello, que el sujeto

que lo padece recurre al grito, a una

comunicación no verbal que refleje el

padecimiento de sufrimientos y

tormentos a través de expresiones

faciales y torsiones del cuerpo poco frecuentes. Siguiendo las argumentaciones de Le

Breton, el individuo que atraviesa por un proceso doloroso se encuentra en un mundo

de sensaciones y percepciones de la realidad que no es accesible para los demás. Se

Page 25: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

25

encuentra en una realidad ajena a la que el resto de individuos comparte y por ello se

le aparta. Se sitúa al individuo enfermo en un lugar al margen de la sociedad, a la cual

podrá volver cuando esa percepción distorsionada y esas sensaciones que dice tener

desaparezca o cuanto menos, no actúen como un filtro infranqueable en su percepción

de la realidad.

El dolor y el Yo

El dolor no es sólo percepción, sino que ésta activa un conjunto de reacciones

emocionales, de sentimientos que afectan y repercuten sobre las relaciones del

individuo con la realidad, tanto a nivel corporal como anímico. Siguiendo a Santo

Tomás de Aquino el dolor no es solo percepción, no es algo únicamente corporal, sino

que es fundamentalmente una pasión de la psique que mueve lo corporal. Siguiendo

estos enunciados, podemos entrever que, desde antiguo, se considera que el dolor no

es únicamente un proceso de reacción física ante un estímulo que atenta contra el

organismo. El dolor es, ante todo, un proceso emocional que implica poner en práctica

la gestión de los sentimientos y emociones que éste despierta.

Como afirma Johannes Vilar “el dolor no existe de por sí; lo que existe son individuos

capaces de experimentar un dolor…”6 y por ello su percepción y la afectación del

mismo dependen de las características de cada individuo, fundamentalmente de su

personalidad. Es la personalidad del sujeto y no la lesión física en sí la que determina la

intensidad del dolor y las alteraciones que se producirán en las relaciones ente la

realidad psíquica y física del sujeto, que a su vez, afectan a las relaciones de esté con la

realidad-mundo en la que se integra.

El dolor puede romper o cuanto menos, desestabiliza y cambia la estructura

psicológica y vital de una persona. Se puede afirmar que el dolor no afecta sólo a un

órgano, sino que afecta a todo el individuo. Hemos de tener en cuenta que todo

6 VILAR i PLANAS DE FARNEÉ, Johannes: Antropología del dolor. Sombras que son luz. EUNSA. Estella,

1998.(página 28)

Page 26: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

26

individuo que sufre una lesión física se enfrenta a una situación en la que su Yo ha

cambiado, ya no es el mismo que era antes, sino que su Yo es otro. Su cuerpo ha

cambiado ya que se le ha infligido un cambio, hay un elemento nuevo con el que la

psique tiene que aprender a relacionarse. Afecta a la dimensión individual más

profunda, pero al mismo tiempo también revierte y altera las relaciones del Yo con el

mundo, por lo que tiene una dimensión social. El individuo tiene que aprender a

presentar ese nuevo cuerpo ante la sociedad y mantener relaciones dentro de ella que

le garanticen su supervivencia y no le priven de la pertenencia a esa sociedad o grupo

de la que formaba parte, puesto que corre el riesgo de quedar excluido de la misma.

El Yo es un concepto de gran importancia en las sociedades occidentales y del cual

dependemos. Pensar en la desaparición del Yo nos destruye, y es que el Yo no es

simplemente la capacidad de reconocimiento de uno mismo ante un espejo y ser

consciente de sí, sino que implica a su vez la capacidad de identificar todo lo que tiene

que ver con uno mismo, con lleva la capacidad de imaginar y dar lugar a creencias y

convicciones. El Yo es nuestra pauta de organización, es gracias a él a través del que

componemos el mundo y la realidad que nos rodea. Cuando el Yo es alterado, el dolor

es un intento de alteración del Yo, aparecen los problemas. La persona deja de ser

quien era e incluso olvida quién es, el mecanismo regulador de las emociones que

generaban pensamientos y pautas de conducta se ve afectado, por lo que el Yo se

altera dando lugar a otra persona.

La aparición del dolor provoca una alteración de las rutinas y de la normalidad vivida

por el individuo que lo padece, este expone al sujeto a enfrentarse a una nueva

realidad a la que se enfrenta con los recursos personales y estrategias de vida que

antes le eran válidas, pero que ahora, puede que no le sean útiles. Esta nueva realidad

provoca respuestas ansiosas. Pero la magnitud de esa ansiedad dependerá de la

probabilidad que tenga el individuo de regresar a esa normalidad. Sujetos o pacientes

de un hospital que sepan que el daño que les ha conducido a esa situación

desaparecerá en un breve lapso de tiempo y no tendrá consecuencias, vivirá el proceso

como un tiempo muerto ya que recuperará su Yo, no le hará falta modificarlo una vez

restablecida la situación. El dolor que provoca esta situación, que se puede definir

Page 27: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

27

como dolor agudo, apenas afecta a las relaciones del individuo y da origen a conductas

de solidaridad. La sensación y visualización de la cercanía del final del estímulo

doloroso, no provoca alteraciones significativas del Yo y con ello, no se daña la

identidad del individuo.

Si por el contrario, el sujeto se encuentra con una realidad en la que el daño sufrido le

produce un cambio en la normalidad vivida hasta entonces. Rutinas que tienen visos

de tardar mucho tiempo en restablecerse e incluso han desaparecido para siempre,

sentirá que su Yo se resquebraja, se descompone, se invalida. Frente a este nuevo

escenario, el individuo debe poner en marcha un Yo nuevo que debe aprender a vivir y

relacionarse con un cuerpo que es el mismo cuerpo, el cuerpo propio, pero que ya ha

dejado de ser el cuerpo propio, para convertirse en el cuerpo de otro. Es otro Yo el

que tiene que comenzar a vivir con un cuerpo nuevo en una realidad mundo que

también es la misma, pero que ahora, también, es otra. Cuando nos encontramos con

estas condiciones estamos ante un dolor crónico. Dolor cuya característica principal es

su permanencia, su presencia en todos los instantes de la vida. El dolor crónico aparta

al individuo del grupo, de la sociedad, de sus actividades ordinarias, supone el

alejamiento de los demás. El dolor comienza a dictar las pautas de relación con el

mundo, función que cumplía la voluntad del individuo.

El caso más extraordinario lo encontramos cuando el Yo y su dolor no están disociados,

no son elementos paralelos que forman a un mismo individuo. En esta circunstancia el

individuo es su dolor, su identidad es por él sostenida al ser su único vínculo con el

mundo. Estamos ante un dolor total que ha destruido el Yo, se ha apoderado por

completo de él. El dolor total aparece cuando el individuo es incapaz de manifestar

otra cosa que su dolor. El individuo se enreda en su dolor y sólo es capaz de pensar en

su dolor presente, el dolor pasado y los que sobrevendrán en el futuro.

El dolor físico provoca alteraciones en el Yo y provoca la puesta en marcha de

reacciones por parte del individuo, pero no es necesario que éste afecte al individuo

para que se produzcan esas respuestas. Basta simplemente con que el individuo sienta

que la amenaza está presente. Nos encontramos entonces, ante el dolor emocional. El

dolor emocional aparece sin que la causa se encuentre presente, sin que exista una

Page 28: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

28

cause aparente que provoque el dolor. Dolor emocional que se muestra y traslada a los

demás de la misma manera que el físico, se recurre a las mismas expresiones, a los

mismos gestos, a las mismas mímicas.

El dolor físico, en ciertas situaciones, es prescindible. No es necesaria su presencia para

que se manifieste un síntoma doloroso. Los factores psíquicos, como señalaba

Michaux, intervienen en el síntoma del dolor. Uno de ellos es el denominado por

Michaux como resonancia: el efecto psíquico de una alteración somática, otro es el

desencadenamiento o el aumento o desvirtuación del efecto psíquico de esa

alteración. Los factores denominados como recurso y mutación muestran de forma

más evidente la importancia de los factores psíquicos.

El recurso hace referencia a la experiencia por la que un individuo que convive con un

dolor crónico, que normalmente tolera, puede tornarse insoportable ante la aparición

de procesos depresivos, ansiosos o pensamientos negativos. El problema mental se

apodera del cuerpo para manifestarse. Por su parte, la mutación se produce cuando,

no existiendo un dolor previo, un dolor de tipo afectivo o emocional se torna visible en

un dolor físico que anteriormente no existía. Por ejemplo, si un individuo se encuentra

ante un dolor emocional, como puede ser la ruptura con su pareja sentimental, puede

venir acompañado de uno o varios dolores físicos que son consecuencia del primero.

Factores psíquicos intervienen en la manifestación de dolores físicos, pero no lo

generan. Por tano, podemos afirmar que un dolor emocional no produce un dolor

físico. Lo que sucede ante una dolor emocional es que nos colocamos en una situación

emocionalmente negativa, similar a la que experimentamos y vivimos cuando sufrimos

un dolor físico. Por tanto, un daño emocional que podamos sufrir ante la muerte de un

ser querido no genera la aparición de una lesión física, sino que experimentamos

síntomas negativos que nos recuerdan y nos sitúan en una vivencia de la realidad en la

que nuestra identidad y nuestro Yo se encuentran cuestionados, ya que nuestra

rutinas y nuestra realidad se ha visto alterada.

Page 29: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

29

Estrategias contra el dolor

Sentimos dolor porque es uno de los mecanismos de defensa más importantes a lo

largo de la historia evolutiva de los que ha dispuesto el ser humano. Su presencia se

justifica en que para sobrevivir hemos de evitar exponernos a situaciones que puedan

dañarnos y con ello ver limitadas nuestras posibilidades de supervivencia. Es esta la

razón fundamental por la que el dolor nos ha acompañado, nos acompaña y nos

acompañará.

Si no sintiésemos dolor estaríamos poniendo en juego continuamente nuestra vida.

Hay personas que debido a una serie de alteraciones genéticas, nacen sin la capacidad

de sentir dolor, con lo que su capacidad de supervivencia se haya muy restringida. Esta

alteración, conocida como síndrome de Riley-Day, se caracteriza por la incapacidad

para sentir dolor. No se perciben quemaduras, ni heridas, ni daños en la piel ni dolores

óseos. Esto provoca que las personas aquejadas de este síndrome vean muy reducida

su esperanza de vida.

En el mundo moderno es inaceptable aguantar el dolor. Su manifestación es necesaria

ya que nos avisa de que existe un problema, que una vez identificado hay que eliminar.

La ciencia moderna aboga por no soportar el dolor, introduciendo así, un nuevo

paradigma y modelo de comportamiento que, en sociedades occidentales, supere el

postulado de la tradición cristiana arrastrado durante siglos de que el sufrimiento

inevitable nos hacía mejores.

Los avances en la ciencia médica y en la farmacéutica han desarrollado y acercado al

individuo, especialmente en sociedades económica y tecnológicamente avanzadas,

analgésicos de fácil uso y acceso inmediato destinados a aliviar pequeños dolores. Si

nos encontramos ante dolores agudos de fuerte intensidad y duración, o ante dolores

crónicos, las sociedades desarrolladas facilitan y ponen al alcance de sus miembros

instituciones, profesionales y herramientas sanitarias especializadas para el

diagnóstico y tratamiento del daño o la enfermedad que les aflige.

Page 30: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

30

La intervención sobre el dolor se realiza, en un primer momento, desde una

perspectiva farmacológica. El individuo que experimenta una situación dolorosa,

recurre a medicamentos como primer recurso para aliviarlo, aunque un factor muy

importante en la estrategia a seguir para lograr su desaparición es el factor contextual

o situacional. Si la persona aquejada del dolor se encuentra en su domicilio, como

primera medida ya hemos dicho que recurrirá al uso de medicamentos que

anteriormente le sirvieron para mitigar dolencias similares. Si el dolor persiste

recurrirá a profesionales de la salud o a personas cercanas para tratar de suavizar su

dolor. Si, este mismo sujeto ya se encontrase en un centro hospitalario, antes de

recurrir al medicamento recurrirá al personal sanitario, estrategia que también seguiría

si se encontrase en un contexto en el que se enfrenta a una situación de emergencia

como puede ser un accidente de tráfico, un accidente laboral, un dolor agudo muy

intenso y persistente tanto en su intensidad como en su duración.

El analgésico es el primer recurso que se emplea para combatir la presencia del dolor,

estos analgésicos pueden actuar de varias maneras. Por ejemplo, una aspirina, mitiga

el dolor ya que interviene sobre las terminaciones nerviosas que transmites la

información sobre la existencia de una inflamación o una lesión. Otra sustancia que

puede ser utilizada como analgésico es la morfina, que actúa no sobre las

terminaciones nerviosas, sino que actúa impidiendo que la información llegue a los

centros de percepción del dolor en donde éste se hace consciente.

Page 31: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

31

Cuando el uso de analgésicos no es suficiente para el tratamiento de la enfermedad y

la desaparición del dolor, entran en juego la puesta en práctica de otra serie de

intervenciones o actuaciones destinadas a eliminarlo. Lo primero que se le demanda al

paciente, desde las instancias médicas, es que modifique una serie hábitos y conductas

que pueden ser causa de la aparición del daño o bien pueden afectar a la intensidad y

magnitud de sus manifestaciones.

Una práctica habitual en la medicina contemporánea es el uso de un enfoque

multidisciplinar. La práctica médica ya no se limita a diagnosticar y prescribir

medicamentos o protocolos de actuación médica especializada destinados al

tratamiento del dolor físico. Actualmente se apuesta por un práctica médica en la que

intervengan otros aspectos en el tratamiento de los pacientes, especialmente en

aquellos casos en los que aparece un dolor crónico. En estas situaciones, realizar

actuaciones de tipo psicológico y de socialización del individuo son muy necesarias, por

ello en las últimas décadas hemos visto como han aparecido y proliferado las llamadas

unidades del dolor.

Las unidades del dolor son servicios

sanitarios que se centran en la

atención integral a pacientes y

familiares que se enfrentan a dolores

agudos severos o a dolores crónicos. El

objetivo de los servicios que ofrece es

mejorar la calidad de vida de los

pacientes y de sus familiares haciendo

un abordaje de la enfermedad desde una perspectiva multidisciplinar. Estas unidades

suelen ubicarse dentro de los hospitales, eso sí tienen un ámbito concreto y

diferenciado del resto de espacio de consultas del propio hospital, en el que se cuenta

con quirófanos, consultas y habitaciones propias. En la actualidad hay

aproximadamente unas cien unidades en España, aunque la distribución de las mismas

no es equitativa entre unas comunidades y otras, así como no es equilibrada la calidad

de los servicios. Las principales carencias y dificultades de acceso a estas unidades

Page 32: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

32

radica en la falta de establecimiento de una normativo de mínimos para poder

garantizar y prestar un servicio equilibrado y de similar calidad, disponiendo de los

mimos recursos, en las distintas partes del territorio.

La estrategia que se sigue desde las unidades del dolor y que se está convirtiendo en la

práctica médica habitual en los tiempos modernos consiste, como ya hemos indicado,

en el uso de una perspectiva multimodal o multidisciplinar para paliar el dolor,

especialmente, cuando hay que hacer frente a dolores crónicos. El mejor remedio en

presencia de un dolor persistente consiste en un ataque por varios frentes, de cara a

evitar que se caiga en un estado de abatimiento y afección que domine la vida y

socave la identidad. Si el individuo alcanza este estado de languidez, su rendimiento

físico y psíquico se verá disminuido y las dolencias se verán multiplicadas. Una

situación tan compleja no puede ser solucionada desde una estrategia individual,

como puede ser la prescripción de medicamentos, sino que requiere la aplicación de

terapias multidisciplinares que traten de combatir el dolor por varios frentes.

Comenzando por la utilización de medicamentos que permitan la realización de

acciones y actividades que sin ellos resultarían insoportables, la acción paliativa debe

verse continuada con el entrenamiento de la mejora física del sujeto y con ello de su

movilidad, acompañado todo ello del manejo de técnicas de relajación que ayuden a

soportar las situaciones estresantes que el dolor provoca por el aumento de los niveles

de cortisol7, así como el manejo de herramientas de orden psicológico y emocional que

ayuden al sujeto a ser consciente de su capacidad para poder solucionar y hacer frente

a los problemas y obstáculos que su dolor le ocasiona. Esta estrategia multimodal

ayudará al sujeto a recuperar la percepción de control sobre el Yo y, por ende, sobre la

propia identidad.

Cada vez más los hospitales y asociaciones o grupos de afectados por una enfermedad

de orden crónico (esclerosis, cáncer,…) ofrecen diferentes actividades y talleres de

pintura, teatro, música que contribuyen a aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida

7 Hormona liberada por nuestro organismo, más concretamente por las glándulas suprarrenales, en

situaciones de estrés que de ser segregada de forma continuada alterara el sistema inmunitario y da

lugar a cambios fisiológicos.

Page 33: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

33

de los enfermos. Un ejemplo son los talleres de pintura, que tienen como objetivo usar

el arte como un vehículo hacia el interior del individuo para intentar conectar con

emociones negativas que tienen un potencial destructivo y que son generadores de

estrés emocional que afectan al sistema inmunológico. Desde esta actividad se

pretende trabajar utilizando como recurso la alegoría para tratar de identificar los

recursos de los que se dispone para luchar contra la enfermedad, así como dar a

conocer a los participantes diferentes modelos de acción y estrategias de

afrontamiento. Estas actividades tratan de que el individuo se sienta acogido por un

grupo para así iniciar otro tipo de experiencia y vivencia de la enfermedad.

Una estrategia de afrontamiento eficaz de la

enfermedad es el uso de ejemplos e ilustraciones que

muestren cómo otras personas han sido capaces de

salir adelante e incluso ser reconocidas pese a

convivir con un dolor de forma crónica. Un ejemplo

clásico de persistencia pese a la aparición de la

enfermedad es Beethoven y sus mermadas

capacidades auditivas. En pintura está la figura de Renoir al que su artritis reumatoide

le impedía sostener los pinceles, pinceles que debía de pegar a sus dedos con vendas y

esparadrapos para poder pintar. Otro ejemplo en la pintura es Frida Kahlo que tuvo

que hacer frente a la poliomelitis a la edad de seis años y a un accidente de tráfico

entre un autobús y un tranvía que la mantuvo largo tiempo postrada, y que junto a los

analgésicos y el opio que suministraban para mitigar sus dolores quedaron reflejados

de forma harto evidente en su obra. En literatura encontramos a Dostoievski, que

sufría de epilepsia y que nos muestra cómo vivía la enfermedad en su obra El idiota.

Otros ejemplos más cercanos los encontramos en el deporte, como es el caso del

ciclista estadounidense Lance Armstrong que tras superar un cáncer testicular con

metástasis en el cerebro y los pulmones, fue capaz de vencer siete Tours de Francia,

considerada la carrera ciclista más dura del mundo, en siete ocasiones de forma

consecutiva.

Page 34: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

34

Junto a estas estrategias ya señaladas no conviene olvidar otro conjunto de prácticas

que históricamente se han venido realizando a lo largo de la historia. Se trata de

actividades chamánicas o mágicas en las que se actúa sobre un orden distinto de la

realidad del que lo hace la ciencia médica y farmacológica. Estas prácticas rituales o

ceremoniales mágicos se centran en la sanación del alma y del cuerpo, para lograrlo se

intenta guiar a los participantes hacia un estado profundo de meditación e hipnosis

que pretende que el dolor desaparezca de la conciencia. La liberación de la conciencia

del dolor permitirá al individuo recuperar el estado de equilibrio y armonía con la

naturaleza, pudiendo de nuevo hacer frente al mal gracias a la recuperación de su

fortaleza, proporcionada por la práctica ceremonial.

La elección voluntaria del dolor

Los avances científicos de la medicina nos señalan que el dolor es una experiencia

inútil, que no aporta nada, que es intrascendente y por ello debemos evitarlo y

eliminarlo. El dolor mina nuestra identidad destruyendo nuestro bienestar a la vez que

impide alcanzar la tan ansiada felicidad. El dolor es una fuente de escape de nuestra

energía, focalizamos nuestros esfuerzos en combatirlo, quedando en numerosas

ocasiones atrapados por la imposibilidad de eliminarlo.

El enunciado anterior no es óbice para que numerosas personas disfruten con el dolor.

La elección de actividades que implican el padecimiento de dolor, ha sido considerada

desde la ciencia médica como un trastorno de la conducta, como una desviación social.

Una tipología muy conocida es la conducta masoquista, término muy extendido en la

sociedad. La conducta masoquista se define por ser el comportamiento que genera

placer en un individuo que está siendo maltratado, golpeado, dominado, vejado,

humillado, sometido o degradado por otra persona o por un grupo de personas. El

masoquismo siempre ha estado muy relacionado con prácticas sexuales aunque no es

conveniente caer en el error de circunscribirla únicamente a ese ámbito.

Page 35: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

35

El masoquista obtiene placer a través del dolor, se despierta en él una necesidad de

dolor como única vía para obtener placer. Es el sometimiento a la voluntad de los

demás lo que le permite al masoquista sacar a relucir una parte de su identidad que él

reprime y esconde. Necesita de la represión de los demás para liberar y dar a conocer

un Yo reprimido, desconocido para los demás, que para ser mostrado necesita de la

represión y el agravio externo. Se rompe la barrera, el individuo deja de ser la barrera

que impide la manifestación de ese Yo oculto y escondido, se elimina la capacidad de

control del individuo sobre ese Yo a través del dolor. El dolor infligido no es dolor sino

placer, placer de mayor magnitud que el dolor sufrido porque el individuo consigue

sentirse a sí mismo.

Vinculada a la conducta masoquista está la conducta sádica o sadismo. La conducta

sádica se centra en la obtención del placer causando dolor a otra persona. Requiere la

puesta en práctica de comportamientos crueles destinados a menoscabar la identidad

del individuo al que se somete, estando muy estrechamente relacionado con la noción

de posesión. Al igual que el masoquismo, el sadismo está muy relacionado con

prácticas sexuales pero encontramos ejemplos de conductas sádicas en el maltrato

doméstico, maltrato a animales, ensañamiento de ciertas conductas y prácticas

violentas… El disfrute de la persona sádica está en comprobar y sentir la impotencia

del individuo al que veja y maltrata. La impotencia del otro es reflejo de la propia

fuerza, es la evidencia de la capacidad del sádico de disponer y a voluntad de la

voluntad del individuo maltratado.

Page 36: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

36

Masoquismo y sadismo han dado lugar al acrónimo de sadomasoquismo, concepto

que integra las dos definiciones puesto que en la práctica sadomasoquista confluyen

los roles del que disfruta siendo sometido a estímulos dolorosos y del que obtiene

placer provocándolos. De ambas conductas, sostiene Johannes Vilar, se puede inferir

que los sujetos con conductas masoquistas y sádicas se encuentran dentro de un

proceso de relación conflictiva con el mundo que les rodea. Conflicto que para ser

resuelto implica recurrir a una realidad fantasiosa que es utilizada como vía de

realización personal.

Para poder comprender los motivos que impulsan a poner en práctica conductas que

conllevan el padecimiento de dolor se ha de tener presente que ese padecimiento de

dolor conduce a la consecución de placer. El placer es un mecanismo de recompensa

que premia las conductas que mantienen al ser humano es buena forma y que

maximizan sus capacidades de supervivencia. Obtenemos placer comiendo o mediante

la reproducción. Por el contrario, podríamos defender que el dolor es un castigo

dirigido a evitar la puesta en marcha de conductas que ponen en peligro al individuo.

Si nos encontramos ante el caso de un masoquista o un sádico vemos que necesitan

del dolor para la obtención del placer. ¿Cómo puede ser entonces que existiendo dolor

aparezca el placer? Placer y dolor están unidos debido ya que ambos utilizan las

Page 37: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

37

mismas vías o caminos para sentirse y manifestarse, es decir, a partir de una estímulo

percibido por las terminaciones nerviosas conducido hasta el cerebro a través de la

médula espinal. Ante una intensidad igual de dolor y placer, el dolor siempre será más

dominante que el placer. Así, un masoquista obtiene más placer que dolor al

exponerse a los estímulos dolorosos y a una situación vejatoria o humillante que dañe

su integridad. Si el placer obtuviese a través de esa conducta fuese de una intensidad

menor o de igual intensidad que el dolor sufrido, el sujeto evitaría la conducta ya que

primaría la necesidad de garantizar la supervivencia.

Ejemplos de conductas que son dañinas y a su vez producen placer son más comunes

de lo que pensamos y estamos rodeados constantemente de ellas. Un caso claro es el

del fumador, obtiene un placer con el consumo de nicotina, a la vez que es consciente

de que se está produciendo un daño a largo plazo. La diferencia estriba en que la

percepción del estímulo doloroso no se produce en el mismo momento en el que da

una calada a su pitillo, sino que se trata de un proceso acumulativo. Una conducta

similar la tendríamos en el consumo continuado de bebidas alcohólicas, el seguimiento

de una dieta desequilibrada…

Prevención como estrategia social

Los tiempos modernos, los presentes, se caracterizan por su intensa medicalización, es

decir, por la extensión del dominio de la medicina más allá de los campos que hasta

mediados del siglo XX se circunscribía. Tengamos presentes que medicina y religión,

tradicionalmente, han estado profundamente relacionados. La progresiva

secularización del conocimiento médico le ha permitido extender su práctica y ciencia

a otros ámbitos como la genética, la dietética, la drogadicción y las

adicciones…pasando a formar parte de la práctica médica.

La extensión de la medicina lleva consigo, al mismo tiempo, una ampliación del

concepto de salud que ya no se limita a considerarlo como la ausencia de enfermedad,

ya sea física o mental. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), si atendemos a

Page 38: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

38

lo expuesto en su preámbulo de constitución de 1946, entendemos por salud “el

estado completo de bienestar físico, psíquico y social” al que cabría añadir también el

bienestar ambiental.

La definición establecida por la OMS ofrece una serie de elementos necesarios para la

adecuada interrelación y proyección del individuo con la realidad en la que se inserta.

El primero de los elementos, el bienestar físico, hace referencia al funcionamiento

eficiente del propio cuerpo y de sus órganos. Bienestar físico implica que no se

encuentran alteradas las capacidades perceptivas, es decir, el individuo es capaz de

sentir y percibir los estímulos que le rodean y aquellos que el propio cuerpo le emite,

sin por ello ver alterada en ningún momento su conciencia debido a un mal

funcionamiento o a la existencia de un daño.

Un segundo elemento es el bienestar psíquico o psicológico. Nuestra psique está

realizando continuamente proyecciones de nuestro Yo hacia la realidad que nos

envuelve así como trata de percibir y comprender de forma coherente y congruente

esa misma realidad. Por ello, lograr el equilibrio adecuado ente mente y realidad es

fundamental ya que es la capacidad psicológica del individuo la que lo sitúa en la

realidad. Toda debe poseer la habilidad de elaborar continuamente un conjunto de

significados coherentes y congruentes de la realidad que observa con respecto al resto

de personas con las que comparte la vivencia de esa realidad. Vivir adecuadamente

una realidad que es compartida con otros nos habla de bienestar social

Un aspecto muy importante, introducido por las perspectivas ecologistas y

ambientalista en la década de los setenta del siglo XX es la importancia del medio

ambiente en el que se desarrolla la vida de cualquier persona. Así, para poder hablar

de un estado completo de salud el individuo debe poder desarrollar su existencia en un

entorno saludable que le permita poder mostrar y poner en juego todas sus

capacidades sin que existan, en el ambiente, elementos que le dificulten, le impidan o

dañen las habilidades que intenta poner en práctica.

La medicina tiene como objetivo preservar la salud del individuo y con ello su

identidad y la integridad de su Yo. Para lograrlo a lo largo de la historia ha ideado y

Page 39: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

39

descubierto múltiples técnicas que le permiten intervenir sobre la enfermedad cuando

ésta ya se ha manifestado a nivel físico, con el fin de reducirla y eliminarla. Junto a

estas técnicas la ciencia médica no para de incrementar su influencia en la sociedad,

puesto que cada año, con el descubrimiento y aparición de nuevas enfermedades se ve

obligada a una renovación e inversión constante de conocimiento y recursos. Esta

inversión es posible únicamente porque la medicina es aceptada por la sociedad y

además, se considera que sus costes deben ser asumidos por la sociedad en su

conjunto, ya que todos los individuos que la integran en diferentes ocasiones a lo largo

de su existencia tendrán que demandar su ayuda.

La creciente medicalización de la sociedad se demuestra con el nacimiento y desarrollo

de la prevención como estrategia para proteger la salud del individuo y de la sociedad.

La palabra prevención siguiendo la definición aportada por la Real Academia Española

de la Lengua hace referencia a la preparación y la disposición a realizar una acción

determinada con el propósito de evitar un riesgo posible, preservando así el

funcionamiento adecuado de alguna cosa que sirve para un fin. Prevenir implica

anticipar unas posibles consecuencias, es un ejercicio continuo de predicción.

Las instituciones médicas y otras instituciones sociales lanzan continuamente mensajes

de tipo educativo a la población para intentar hacerla sensible a determinados

mensajes que nuestro organismo o nuestro cuerpo pueda estar mandándonos. Por

ejemplo, en las campañas de tráfico se nos advierte de la importancia de detener la

marcha si durante la conducción percibimos que estamos fatigados si no queremos

sufrir un accidente y con ello aumentar exponencialmente las probabilidades de sufrir

un daño o lesión o incluso alcanzar la muerte. Los mensajes de este tipo nos muestran

cómo afectaría la ejecución de una conducta peligrosa a la vivencia de la realidad no

sólo de la vivencia del Yo, en el caso de sobrevivir a un accidente sino al mismo tiempo

cómo el Yo y la identidad de las personas con las que estamos estrechamente

vinculados se vería trastornada y con ello sus respectivos Yo así como la realidad hasta

entonces vivida por todos y cada uno.

La medicina actúa mandando mensajes de prevención educándonos para que nos

tornemos sensibles ante ciertos mensajes que pueda emitirnos nuestro organismo que

Page 40: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

40

pueden ser una muestra de la presencia de una enfermedad que todavía no se ha

manifestado, puesto que no nos ha alterado ni ha impedido la realización de nuestras

rutinas, pero que pueden ser indicadores de la presencia de una enfermedad que se

encuentra en estado latente. Desde la medicina se le lanza a las mujeres la importancia

de hacerse revisiones periódicas para evitar el cáncer de mama y atender a la

presencia de bultos en sus pechos, se advierte a la población de la conveniencia de

prestar a la aparición de ciertas manchas en la piel que pueden ser síntoma de

enfermedades cutáneas o de la presencia de un cáncer de piel…

El acento que pone la sociedad en la importancia de realizar conductas preventivas

trae consigo que el umbral de sensibilidad de la población al dolor y a cierta

sintomatología disminuya considerablemente. La reducción de este umbral provocará

que una mayor cantidad de población se reconozca como enferma y exigirá con ello

verse sometida a control médico. Con la prevención, como vemos aumentan los costes

sanitarios, no sólo de lanzar campañas informativas sino del progresivo aumento de la

demanda de servicios sanitarios.

Desde las campañas preventivas e informativas lanzadas por las instituciones sociales

se hace especial incidencia en la puesta en práctica de conductas que minimicen la

aparición de ciertas enfermedad, especialmente las enfermedades cardiovasculares

que son las que mayor incidencia tienen en las sociedades modernas debido al estilo

de vida urbano, sedentario y generador de procesos continuados de estrés psíquico a

los que nos hayamos expuestos, así como la elevada presencia en la dieta de grasas

animales.

Las conductas que se prescriben desde las instituciones sociales consisten en llevar un

estilo de vida saludable no solo a nivel individual sino también familiar y social, estas

prácticas se integran dentro de la llamada educación para la salud que consiste en la

puesta en práctica de procesos de enseñanza-aprendizaje que permitan la adquisición

y práctica de conductas saludables dificultando la presencia y puesta en práctica de

factores de riesgo para la salud. Desde las instituciones se promueve un estilo de vida

caracterizado por el seguimiento de una dieta equilibrada rica en vegetales, la

instrucción en conductas que ayuden a enfrentarse de forma adecuada a situaciones

Page 41: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

41

estresantes, el seguimiento de unas determinadas pautas de higiene, la realización de

ejercicio físico, poner en práctica una personalidad saludable.

Uno de las recomendaciones más habituales que se realiza desde las instituciones que

tratan de velar por nuestra salud y para tratar el dolor es la realización de forma

regular de algún ejercicio físico. El ejercicio físico es un movimiento repetido y regular

de nuestro cuerpo que contribuye a recuperar la salud y a conservarla. Gracias al

ejercicio físico se activan sustancias químicas generadas por el propio cuerpo que

funcionan como analgésicos y que afloran sensaciones placenteras puesto que al

aumentarse el riego sanguíneo se segrega serotonina y endorfinas que ayudan a

mitigar el dolor y a sentir placer. Como vemos el ejercicio físico es muy beneficioso ya

que contribuye a prevenir la aparición de enfermedades como las de tipo

cardiovascular, previene la aparición de problemas cardíacos y el sobrepeso…

Los beneficios que aporta el ejercicio físico son numerosos ya que con su realización

mejoramos el tono muscular, contribuye a conciliar el sueño, aumenta la autoestima,

ayuda a tolerar y manejar situaciones de estrés ya que disminuye la tensión, es una vía

de socialización… Si bien como vemos el ejercicio físico aporta numerosos beneficios y

es una práctica muy recomendable para nuestra salud, hay quienes hacen de ella no ya

una práctica preventiva, sino que la transforman en su contrario, en una práctica de

riesgo al no practicarla con mesura y de una forma equilibrada.

Desde comienzos del siglo XXI una actividad está teniendo un espectacular aumento

en el número de practicantes y la cantidad de eventos, artículos, publicaciones y

productos específicamente dirigidos como es la práctica del Maratón. El Maratón es

una carrera a pie que recrea la distancia (42Km) recorrida por Filípides , un soldado

griego, desde Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria en una batalla por parte

del ejército de griego frente al ejército persa tenida lugar en tiempos de la antigua

Grecia. Resulta curioso su progresivo aumento ya que la práctica de esta disciplina

implica asumir, durante su desarrollo que se va a soportar dolor ya que se expone al

cuerpo un esfuerzo físico muy intenso que implica, durante su realización la aparición

de mensajes dolorosos debido a la presencia de daños y lesiones. Aún así, los

Page 42: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación [email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

42

participantes en la prueba obvian el mensaje que les emite el cuerpo y perseveran en

su carrera hasta alcanzar la línea de meta.

Toda carrera a pie lleva aparejado con ella un alto índice de lesiones, y más aún si la

práctica de la misma se hace de manera habitual. Esta exigencia de la práctica regular

de la disciplina en los maratonianos es requisito indispensable para poder encarar la

prueba con suficientes garantías de éxito. A mayor exposición a la carrera a pie las

probabilidades de sufrir una lesión aumentan, es más, según algunos estudios el 80%

de los corredores habituales se lesiona, al menos, una vez al año. Correr exige ejercer

una fuerte presión sobre las piernas, en cada pisada la pierna que apoya en el suelo

recibe un impacto superior al doble del peso corporal. La magnitud del impacto y de la

presión ejercida conlleva el riesgo de sufrir daños en cartílagos, músculos, tendones y

ligamentos no sólo de las piernas, sino también en la espalda que se encarga también

de absorber gran cantidad del impacto.

Si tenemos en cuenta la cantidad de pisadas que realiza un corredor durante el

Maratón descubriríamos que para recorrer esa distancia habrá expuesto a su cuerpo al

impacto de dos veces su peso corporal aproximadamente en unas 38.000 ocasiones.

Podemos entonces concluir que la práctica de una carrera de larga distancia es una

amenaza a la integridad física ya que supone exponer al cuerpo a un esfuerzo físico

muy intenso y para el que se carece de la suficiente energía acumulada en el

organismo como para hacerle frente, así como una amenaza constante a sus

articulaciones inferiores, especialmente para la rodilla y el tobillo.

Page 43: La Distancia que Separa del Sufrimiento

Ignacio Bellido Servicios Educativos y Formación

[email protected] www.elefectobellido.blogspot.com

43

Pero la práctica del Maratón no es sólo exposición a un daño físico, sino que

ineludiblemente se produce también un ataque al Yo, a la propia identidad, se trata de

un ejercicio que cuestiona lo que uno es y que puede llevar a la transformación, al

refuerzo o la desaparición del Yo que se era en la línea de salida. Los maratonianos

ponen en entredicho las relaciones entre el Yo y el cuerpo, es un intento de

descubrimiento de la capacidad de sufrimiento del individuo.

Pese a todo esto el espectacular aumento del número de participantes en esta prueba

lleva a plantearnos la pregunta de cuáles son las motivaciones que subyacen a estas

personas para realizar semejante esfuerzo. Pregunta que da pié a la búsqueda y al

intento de descubrimiento de cuál será el placer esperado y obtenido en su realización

que conlleva el uso de diferentes estrategias para soportar el dolor que aparece y

cuándo éstas son puestas en prácticas.