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LA REPRESENTACIÓN CARTOGRÁFICA DE LOS FENÓMENOS DINÁMICOS Y EL LENGUAJE DE LAS IMÁGENES EN MOVIMIENTO. UN ANÁLISIS HISTÓRICO. Área Temática: Cartografía y tecnologías de la información geográfica. Autor: Gonzalo Silvestre Zepeda Ferrer Universidad Nacional Autónoma de México / Centro de Investigación en Geografía y Geomática Ing. Jorge L. Tamayo A.C. Correo electrónico: [email protected] Resumen: Históricamente, la ciencia ha tenido una fructífera relación con el lenguaje de las imágenes en movimiento, éste ha sido una instrumento sumamente útil para realizar investigaciones en disciplinas que van desde la medicina hasta la astronomía. Es reconocido que el cine nació como una herramienta científica para registrar, representar y estudiar el movimiento, sin embargo, la relación entre éste y el pensamiento geográfico se había visto limitada a la producción de material de difusión. La aparición, en noviembre de 2013, de las primeras películas o “secuencias cronofotográficas” hechas con imágenes satelital es constituye un hito en el desarrollo histórico del cine científico y su uso con fines geográficos. Este hecho es a la vez revelador de una creciente tendencia hacia la consideración de la naturaleza espacio-temporal de aquello que es objeto de estudio de la geografía. El objetivo de este trabajo es identificar en la historia de la teoría geográfica, la práctica cartográfica, el desarrollo de ciertas tecnologías y del lenguaje de las imágenes en movimiento, antecedentes que permitan entender la naciente relación entre cine científico y pensamiento geográfico. En este sentido se puede afirmar que hacia el segundo tercio del siglo XIX, décadas antes de la invención del cine, empieza a ser notorio en la cartografía publicada por autores como Henry Harness o Joseph Minard una preocupación por representar fenómenos dinámicos, es decir, el cambio en el espacio y en el tiempo. A diferencia de la cartografía que antecede este momento, el cambio en el tiempo se vuelve un elemento importante a considerar en la elaboración de representaciones del territorio. Los cartógrafos empiezan a plasmar en sus mapas fenómenos diacrónicos y no únicamente hechos geográficos. Las diversas causas que dieron origen a un cambio tan trascendental en la historia de la cartografía están inscritas en el marco de la revolución industrial y cultural que sacudió a occidente en el siglo XIX.

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LA REPRESENTACIÓN CARTOGRÁFICA DE LOS FENÓMENOS DINÁMICOS

Y EL LENGUAJE DE LAS IMÁGENES EN MOVIMIENTO.

UN ANÁLISIS HISTÓRICO.

Área Temática: Cartografía y tecnologías de la información geográfica.

Autor: Gonzalo Silvestre Zepeda Ferrer

Universidad Nacional Autónoma de México / Centro de Investigación en Geografía y

Geomática Ing. Jorge L. Tamayo A.C.

Correo electrónico: [email protected]

Resumen:

Históricamente, la ciencia ha tenido una fructífera relación con el lenguaje de las imágenes

en movimiento, éste ha sido una instrumento sumamente útil para realizar investigaciones

en disciplinas que van desde la medicina hasta la astronomía. Es reconocido que el cine

nació como una herramienta científica para registrar, representar y estudiar el movimiento,

sin embargo, la relación entre éste y el pensamiento geográfico se había visto limitada a la

producción de material de difusión. La aparición, en noviembre de 2013, de las primeras

películas o “secuencias cronofotográficas” hechas con imágenes satelitales constituye un

hito en el desarrollo histórico del cine científico y su uso con fines geográficos. Este hecho

es a la vez revelador de una creciente tendencia hacia la consideración de la naturaleza

espacio-temporal de aquello que es objeto de estudio de la geografía.

El objetivo de este trabajo es identificar en la historia de la teoría geográfica, la práctica

cartográfica, el desarrollo de ciertas tecnologías y del lenguaje de las imágenes en

movimiento, antecedentes que permitan entender la naciente relación entre cine científico y

pensamiento geográfico.

En este sentido se puede afirmar que hacia el segundo tercio del siglo XIX, décadas antes

de la invención del cine, empieza a ser notorio en la cartografía publicada por autores como

Henry Harness o Joseph Minard una preocupación por representar fenómenos dinámicos, es

decir, el cambio en el espacio y en el tiempo.

A diferencia de la cartografía que antecede este momento, el cambio en el tiempo se vuelve

un elemento importante a considerar en la elaboración de representaciones del territorio.

Los cartógrafos empiezan a plasmar en sus mapas fenómenos diacrónicos y no únicamente

hechos geográficos. Las diversas causas que dieron origen a un cambio tan trascendental en

la historia de la cartografía están inscritas en el marco de la revolución industrial y cultural

que sacudió a occidente en el siglo XIX.

El siglo XX es notable por el impacto que tuvieron conceptos provenientes de la ecología y

de la teoría de la relatividad sobre algunos sectores de la geografía académica, esto es

perceptible en la cartografía de Harold Fisk y Thorsten Hägerstrand.

Mediante el desarrollo de la tecnología satelital, y la conquista de la posición sinóptica que

ésta ofrece, ha sido posible transitar de una representación “estática” de los fenómenos

territoriales a una “dinámica”. El lenguaje de las imágenes en movimiento se convierte así

en una herramienta para la investigación geográfica.

Palabras clave:

Lenguaje de las imágenes en movimiento, cine científico, fenómenos dinámicos, Historia

de la cartografía.

La representación cartográfica de los fenómenos dinámicos y el lenguaje de las

imágenes en movimiento.

Un análisis histórico

Entendemos por lenguaje de las imágenes en movimiento, el conjunto de formas de

expresión gráfica, que mediante la reproducción sucesiva de un conjunto de imágenes, da

cuenta del cambio de posición o de forma a través del tiempo de los cuerpos que ocupan el

espacio. A decir del historiador del cine científico Virgilio Tosi, el cine (una de las formas

del lenguaje de las imágenes en movimiento) “surge por la necesidad y la paulatina

posibilidad técnica alcanzada de registrar la realidad física en su dinámica con fines de

análisis, de estudio, de descubrimiento y por lo tanto de conocimiento.”1

Es reconocido que el cine nació hacia finales del siglo XIX como consecuencia del

desarrollo de diversas herramientas científicas creadas con el fin de registrar, representar y

estudiar el movimiento, aquello que es efímero y cuyo entendimiento suele escapar a la

mente humana cuando el investigador, in situ, se vale de sus cinco sentidos para tratar de

comprender las fases sucesivas de un fenómeno dinámico y así atribuirle a éste un

significado científico.

Son distintas manifestaciones del Lenguaje de las imágenes en movimiento tanto el cine

científico como el cine “espectáculo”, la cronofotografía y las representaciones que se

producen mediante el uso de aparatos como el zoopraxiscopio o el fanaquistiscopio, éstos

últimos escasamente producidos hoy en día pero cuyo desarrollo resultó altamente

trascendental para la eventual invención del cinematógrafo.

Históricamente, la ciencia ha tenido una fructífera relación con el lenguaje de las imágenes

en movimiento, éste ha sido un instrumento sumamente útil para realizar investigaciones en

disciplinas que van desde la medicina hasta la astronomía, de la antropología a la botánica.

1 Tosi, p. 11

En general, la producción de trabajos elaborados desde una perspectiva geográfica sobre el

cine, se ha orientado a estudiar lo que Virgilio Tosi denomina “cine espectáculo”, esto

probablemente tenga que ver con el “predominio de la ideología de masas respecto al mito

del cine convertido en el espectáculo más grande del mundo”2, pero también se explica por

la escasa o nula producción de trabajos cinematográficos científicos cuyo objetivo sea el de

contribuir a la investigación geográfica.

Es por esta razón que la aparición, en noviembre de 2013, de las primeras películas o

“secuencias cronofotográficas” hechas con imágenes satelitales constituye un hito, tanto en

el desarrollo histórico del lenguaje de las imágenes en movimiento y su uso con fines

geográficos, como en la historia de las tecnologías de la información geográfica. Este hecho

es también revelador de una creciente tendencia hacia la consideración de la naturaleza

espacio-temporal de aquello que es objeto de estudio de la geografía.

Elaboradas en conjunto por personal de la NASA, el USGS (Servicio Geológico de Estados

Unidos) así como de la Universidad de Maryland en Estados Unidos y la empresa Google

Inc. Las secuencias en cuestión representan, de manera semejante a como lo hace una

película cinematográfica, los fenómenos dinámicos sobre la superficie terrestre que

tuvieron lugar entre 1984 y 2012.

En la página de internet en la cual fue publicado el visualizador que permite reproducir las

secuencias, se ponen a disposición del usuario ocho secuencias-ejemplo, que son

sumamente ilustrativas del potencial que el lenguaje de las imágenes en movimiento tiene

como herramienta para el análisis geográfico.

Al activar el funcionamiento del reproductor se hace asequible para el usuario la

visualización dinámica de los efectos que tuvieron a lo largo de 28 años procesos como: el

crecimiento urbano de la ciudad de Las Vegas, los cambios morfológicos producidos por la

minería de carbón en Wyoming, la irrigación en el desierto de Arabia Saudita, la

desecación del Lago Urmia en Irán, la deforestación en la Amazonia brasileña, el

derretimiento del glaciar Columbia en Alaska, la expansión de infraestructura costera en

Dubai, así como la desaparición del Mar de Aral.

Fotograma de las secuencias publicadas por la NASA en 2013, tomadas de https://earthengine.google.org

2 Tosi, p. 25

El usuario puede modular la velocidad a la que se reproducen las secuencias en tres

diferentes grados, siendo la duración máxima de reproducción de 10 segundos, la media de

5 segundos y la mínima de aproximadamente 3 segundos.

Aunque algunas representaciones de fenómenos geográficos, básicamente atmosféricos y

meteorológicos, habían sido realizadas para mostrar la dinámica global o regional de

algunos procesos dinámicos, nunca antes se había elaborado una secuencia fotográfica

animada que representara la dinámica territorial a lo largo de casi tres décadas.

El objetivo de este trabajo es identificar en la historia de la teoría geográfica, la práctica

cartográfica, el desarrollo de ciertas tecnologías y del lenguaje de las imágenes en

movimiento, antecedentes que permitan entender la naciente relación entre cine científico y

pensamiento geográfico.

A la vez trataremos de aportar algunos elementos que sirvan para dar respuesta a la

pregunta: ¿por qué, históricamente, la investigación geográfica, a diferencia de otras

disciplinas científicas, no ha hecho del lenguaje de las imágenes en movimiento una

herramienta para la persecución de sus fines?

Es posible argumentar que el surgimiento de la ciencia moderna, estuvo estrechamente

vinculado con la creciente toma de conciencia de la importancia del cambio y del tiempo en

aquellos procesos que interesaban a los primeros científicos modernos. Un interés marcado

por estudiar y descomponer la realidad en sus aspectos temporales y espaciales permeó en

la comunidad científica de principios del siglo XVI. Teorías revolucionarias en torno a los

conceptos de “dinámica” y “movimiento” de los cuerpos en el espacio habrían de ser

desarrolladas en los siglos subsecuentes.

La ciencia y el estudio de los fenómenos dinámicos

En los albores del siglo XVII, Galileo Galilei elaboró una de las primeras representaciones

gráficas secuenciales de un fenómeno dinámico de las que se tenga noticia en el ámbito de

la ciencia occidental. Se trata de una serie de ilustraciones que forman parte de las notas

que tomó en torno a las observaciones del cielo nocturno por él realizadas entre el 7 y el 10

de enero de 1610. Dichas notas fueron luego publicadas como parte de su libro El

mensajero sideral.

Los esquemas de Galileo son probablemente la primera representación visual, de la que se

tenga registro, de una narrativa tetra-dimensional, elaborada a partir de “la combinación de

dos diseños familiares, el mapa y las series de tiempo.”3

Vistos por separado, los esquemas de Galileo son mapas en la medida en que son

representaciones visuales cuya función es ilustrar la posición en el espacio de unos cuerpos

en relación con otros. Pero vistos en conjunto, representan una secuencia en la que los

cuerpos se mueven en el espacio pero también en el tiempo. En estas secuencias está ya

plasmado el deseo por registrar “la realidad física en su dinámica con fines de análisis, de

3 Tufte, p. 97

estudio, de descubrimiento y por lo tanto de conocimiento”4, que según nos dice Tosi dio

origen al nacimiento del cine en el siglo XIX.

Ilustraciones de las lunas de Júpiter hechas por Galileo

Más de dos siglo y medio después de los revolucionarios esquemas de Galielo, otro

astrónomo, el francés Jules Janssen, habría de realizar la primera secuencia fotográfica de

un fenómeno cinético con fines científicos. Jannsen ideó un aparato para tomar una serie de

fotografías secuencialmente, empresa sumamente complicada dadas las características de

los materiales utilizados a la sazón para llevar a cabo el proceso toma y revelado de las

imágenes.

El objetivo de Janssen era registrar las diferentes fases de un movimiento, él, junto con el

resto de los científicos que desarrollaron las primeras herramientas para registrar el

fenómenos dinámicos mediante tomas fotográficas, no mostraron particular interés por

diseñar dispositivos que permitieran la reproducción de lo registrado. Una vez hechas las

tomas eran reveladas y analizadas como fotografías impresas individuales.

Habrían de ser individuos con una visión más empresarial que científica quienes idearan la

manera de proyectar las imágenes frente a una multitud, como es el caso de los hermanos

Lumiere, Lo que les dio fortuna y fama mundial a los célebres hermanos no fue la

invención de los medios para registrar el movimiento si no los mecanismos para

reproducirlo frente a un público amplio, lógica alejada del trabajo de gabinete del científico

y más emparentada con los motivos del espectáculo.

El objetivo de Janssen fue el de registrar el tránsito de Venus frente al sol que tuvo lugar en

1874. Dicho evento se da consecutivamente en un intervalo de ocho años, pero el siguiente

par de eventos se dan alternadamente cada 105.5 y 121.5 años.5

Este acontecimiento tenía una profunda trascendencia para la comunidad astronómica

mundial, ya que Edmund Halley, había declarado, siglo y medio antes, que la observación

y el registro simultáneos del evento desde dos puntos distantes entre sí de la superficie

terrestre, serían un insumo fundamental para determinar, mediante operaciones

4 Tosi, p. 11 5 Launay, p. 74

trigonométricas, la distancia que separa el centro del Sol del centro de la Tierra. Dicha

distancia es conocida hoy en día como “unidad astronómica”.6

Los eventos del siglo XVIII (1761 y 1976) fueron atentamente observados, pero los

registros gráficos con los que se pretendía establecer el momento preciso de contacto entre

Venus y el disco solar resultaron inservibles para la eventual realización de los cálculos

precisos que Halley sugirió. Las causas de esta desventura científica estuvieron

estrechamente vinculadas a la incapacidad tecnológica de los astrónomos de aquella época

de registrar gráficamente con precisión un fenómeno dinámico.

Entrada la segunda mitad del siglo XIX, contando con la posibilidad de hacer uso de la

fotografía, los astrónomos estaban confiados en poder hacer un registro preciso del tránsito

venusino. Es por ello que las expediciones internacionales para realizar las observaciones

de los eventos de 1874 y 1882, dieron lugar al esfuerzo internacional más importante hasta

ese momento para llevar a cabo la observación de algún fenómeno astronómico.7

Es en ese contexto de gran efervescencia en el ambiente científico que Janssen desarrolla

el primer aparato para registrar mediante fotografías secuenciales la cinética de los cuerpos

celestes. Decide nombrarlo “revolver fotográfico”.

Aunque las tomas del tránsito de Venus hechas por Janssen y su equipo no resultaron tan

útiles como ellos habían imaginado para determinar aquello que luego sería llamado

“unidad astronómica”, sirvieron para comprobar entre otras cosas que Venus tiene

atmósfera.

Placa fotográfica obtenida por Janssen del tránsito de Venus frente al Sol.

Más allá de los descubrimientos estrictamente astronómicos, Janssen fue el primero en

desarrollar un método de registro gráfico del movimiento mediante fotografías

secuenciales. Este logro permitiría eventualmente que se desarrollaran lenguajes como el

cine.

El hecho de que los pioneros del registro gráfico del movimiento fueran astrónomos

probablemente está vinculado con que, éstos se encuentran en una posición sinóptica con

respecto a su objeto de análisis, a diferencia de los geógrafos, que están inmersos dentro de

6 Íbid, p. 73 7 Íbid, p. 74

aquello que estudian. Los astrónomos no necesitan de satélites artificiales para tomar la

distancia necesaria con respecto a aquello que despierta su interés visualizar procesos que

pueden ser notados y asimilados más fácilmente a distancia.

La geografía comparte con la astronomía la búsqueda por una posición sinóptica para

estudiar aquello que le interesa, los mapas constituyen una representación de la superficie

de la tierra desde una posición sinóptica, la cual suele ser producto del intelecto y de la

imaginación del cartógrafo, y del trabajo de todos aquellos involucrados en la recolección

de información territorial.

La geografía y la cartografía ante el estudio de los fenómenos dinámicos.

La realidad física es sin duda objeto de estudio de la disciplina geográfica. Una gran

cantidad de estudiosos de la geografía, desde Emanuel Kant hasta David Harvey, pasando

por Alfred Wegener o Milton Santos, han mostrado preocupación por estudiar el carácter

no únicamente espacial, si no también temporal de aquello que resulta significativo,

geográficamente hablando. Sin embargo la aceptación en el seno de la geografía

institucionalizada de la relevancia del estudio del carácter dinámico y cambiante de dicha

realidad física ha estado también en entredicho a lo largo de su desarrollo en los últimos

dos siglos, un claro ejemplo de ello son las declaraciones emitidas por el célebre geógrafo

estadounidense K. Schaeffer en 1953 en las que señalaba que "Las leyes estrictamente

geográficas no contienen referencias al tiempo y al cambio."8

El desarrollo temprano de las técnicas que acabarían por constituir las primeras formas del

lenguaje de las imágenes en movimiento fue un indicio del creciente interés por parte de

varios científicos experimentales por develar los misterios de lo dinámico.

La Geografía, que a la sazón se encontraba ya institucionalizada y se enseñaba en diversas

universidades del mundo occidental, se mantuvo en gran medida ajena al desarrollo de estas

nuevas formas de expresión. Curiosamente, es en la cartografía en dónde encontramos cada

vez más signos de interés por el movimiento en el territorio.

Durante la primera mitad del siglo XIX comienzan a aparecer formas de representación

cartográfica que hoy es posible ver cómo señales de una creciente preocupación por hacer

una interpretación geográfica de los fenómenos territoriales cuya dinámica cobraba una

relevancia nunca antes hecha explícita mediante mapas.

La primera de estas señales la encontramos en una serie de siete mapas producidos por una

comisión a cargo de Henry Drury Harness, un ingeniero militar inglés al que se le había

encargado realizar una inspección del estado de los servicios del transporte, particularmente

el ferrocarril, en la Irlanda colonial.

La colección de los mapas producidos por Harness y compañía, se agrupaba bajo el nombre

de Atlas que acompaña el segundo Informe de los Comisionados designados para

examinar y recomendar un Sistema General de Ferrocarriles para Irlanda , presentado a

8 Capel, p. 258

las dos Cámaras del Parlamento por orden de su Majestad. HMSO. Dublín 1838.9 Dicho

atlas se compone de siete cartas, de las cuales cuatro, representan las primeras

manifestaciones de las que se tenga noticia de lo que Arthur Robinson, el célebre geógrafo

y cartógrafo estadounidense, denominaría una “época dorada”10

, en la que tuvieron lugar

algunos de los desarrollos más relevantes en la historia cartográfica reciente.

Dicha “época dorada” abarcó de 1835 a 185511

, periodo en que habrían de desarrollarse

gran parte de los métodos y estrategias de representación visual que constituyen hoy los

fundamentos de expresión cartográfica moderna.

Los mapas de Harness son, según nos dice Robinson, los primeros en los que se aplicaron

una serie de técnicas de representación de información cuantitativa que, como ya se dijo

resultan fundamentales en el lenguaje cartográfico actual.

Estas técnicas son:

-La utilización de círculos de tamaños graduados para representar la población

-La representación de la población urbana y de la población rural en el mismo mapa

- representación dasimétrica de la densidad poblacional

- El uso de líneas de flujo para representar movimiento12

Para los fines que perseguimos con este trabajo nos interesa subrayar particularmente este

último recurso gráfico, el “uso de líneas de flujo para representar movimiento”.

La aplicación de semejante método de representación cartográfica es sintomática de que

comenzaban a hacerse notorios fenómenos dinámicos a una escala territorial, a una

velocidad y en una magnitud no vista en épocas precedentes de la historia.

Antes de la invención de la locomotora no existían flujos de personas o mercancías que se

pudieran desplazar grandes distancias a mayor velocidad que la que puede alcanzar un

carro jalado por animales de tiro. Dichos flujos no podían darse en la misma magnitud ni

con la misma intensidad antes de la invención del tren.

Drury tuvo entonces que inventar un recurso para representar una nueva forma de dinámica

territorial. El método de las líneas de flujo para representar el movimiento podría

considerarse un eco de la Revolución industrial en el ámbito de la cartografía.

El resultado de la utilización de esta nueva forma de representación fue el par de mapas de

la serie dedicados al tema del transporte.

9 Atlas to acompany the second Report of the Comissioners appointed to consider and recomend a General System of

Railways for Ireland , presented to both Houses of Parliament by command of his Majesty H.M.S.O. Dublin 1838. existen dos copias, una en el Museo Británico y otra en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. 10 Robinson, p. 440 11 Íbidem 12

Robinson, p. 455.

Aunque Harness hace un retrato sumamente innovador de un fenómeno dinámico, no acaba

por trascender la lógica prevaleciente en el seno de la geografía teórica de primera mitad

del siglo XIX en lo que respecta a la valoración de que el problema-clave de la geografía

tendría que ser la “diferenciación del espacio en la superficie terrestre”13

.

Detalle del mapa de transporte ferroviario irlandés elaborado por Harness.

En uno de sus mapas de flujos Harness representa mediante una línea de grosor cambiante

la cantidad promedio de pasajeros que viajan en una dirección semanalmente.

Lo que hace Harness en sus mapas de flujos es descomponer un fenómeno dinámico pero, a

diferencia de Galileo, éste da únicamente cuenta del carácter cambiante de los flujos en el

espacio, no en el tiempo.

Como podemos ver, no hay una variable temporal representada gráficamente, de hecho, el

tiempo se utiliza como una constante que opera como condicionante de la variable a

mapear, que en este caso es la cantidad promedio de pasajeros por semana.

Esta revolucionaria técnica de Harness permite discernir al lector del mapa, las diferentes

magnitudes de los flujos en el espacio, más no en el tiempo.

Décadas después empezarían a aparecer, en el ámbito de la producción cartográfica

occidental, signos de un avance significativo en este sentido.

El trabajo del célebre cartógrafo y diseñador visual Joseph Minard ha sido calificado

positivamente de manera consensuada entre aquellos que se han dedicado a estudiar su

obra. Los mapas elaborados por Minard son representaciones armónicas de grandes

13

Capel, p. 258

cantidades de información. Minard, logró también solucionar el problema de la

representación simultánea de las variables del espacio y del tiempo en un mapa.

Su obra de 1869, Carta figurativa de las pérdidas sucesivas en hombres de la Armada

francesa en la campaña de Rusia 1812-1813, considerada por E. Tufte, “la mejor

representación visual hecha jamás”14

, figura “la catastrófica pérdida de vidas en el Gran

Ejército Napoleónico. La disminución en el tamaño del ejército, inicialmente compuesto

por 422,000 soldados (incluyendo conscriptos del imperio), es representada por el por el

ancho de una línea que se adelgaza, superpuesta al mapa de Rusia, acabando con 10,000

tropas hacia el final de la campaña”15

Más allá de lo imponente de la obra por el contenido representado, nos interesa, dadas las

características de nuestro trabajo, analizar cómo Minard soluciona el problema de la

representación de la variable temporal.

Para poder mostrar gráficamente los atributos cronológicos de la situación del ejército

napoleónico, Minard colocó un eje extra sobre el plano geográfico, dicho eje, se extiende

de manera unidireccional de oeste a este, indicando el paso del tiempo y perpendicular a

este eje se dispuso otro que señalaba las temperaturas registradas durante la campaña.

La Carta figurativa de Minard sobre la campaña del ejército Napoleónico hacia Moscú 1812-1813

Se podría decir que Minard encontró la manera de representar en dos dimensiones y en el

mismo espacio visual las características espaciales y temporales de un fenómeno dinámico,

aportando a la vez datos para la comprensión del mismo.

El modelo de Minard para representar un proceso cinético, aunque altamente ingenioso e

innovador, funciona únicamente cuándo lo que se está tratando de hacer es plasmar un

fenómeno que ocurre unidireccionalmente no solo en el tiempo, también en el espacio. Si lo

que estuviéramos tratando de hacer fuera representar la dinámica y los cambios

morfológicos de algún rasgo del territorio o el movimiento circulatorio de algún objeto

sobre la superficie de la tierra, tendríamos que recurrir a otras estrategias.

14 Friendly, p .1 15 Íbidem

Un ejemplo ilustrativo y valioso de la superación de una de las problemáticas arriba

planteadas fue desarrollado por el estadounidense Harold Fisk. La obra de Fisk destaca no

solamente por su monumentalidad, sino también por haber sido construida a partir de la

utilización de fotografías aéreas secuenciales de un mismo territorio.

En el marco de la elaboración de de una Investigación geológica de valle aluvial del bajo

Río Mississippi, cuyo reporte fue publicado en 1944, Fisk se dio a la colosal tarea de

mapear la región del río Mississippi, desde el sur de Illinois hasta el sur de Luisiana en un

conjunto de 15 cartas.

Detalle de la cartografía del Mississippi elaborada por Fisk en 1944.

En la cartografía de Fisk se hacen explícitos de manera armónica, cuatro momentos

definidos de la historia geomorfológica del curso del Mississippi. Están representados en

diferentes tonalidades, los cursos de 1765, 1820, 1850, y el de 1944, que en el momento de

la elaboración de los mapas era el curso “presente”. Fisk resolvió el problema de mostrar la

dinámica morfológica de un elemento geográfico utilizando únicamente dos dimensiones

pero logrando dar cuenta del cambiante comportamiento espacio-temporal del Mississippi.

El trabajo de Fisk es una suerte de palimpsesto cartográfico que destaca, además de por su

evidente relevancia como obra de la geomorfología fluvial, por su diseño cartográfico, y

por el manejo de los atributos espacio-temporales del territorio representado.

Es significativo que tanto el trabajo de Harness cómo el de Fisk, ambos altamente

innovadores, no se generaron en un ambiente académico, sino que fueron elaborados para

acompañar reportes gubernamentales. Sin embargo en el ámbito académico surgieron en el

siglo XX propuestas valiosas para el estudio geográfico del movimiento territorial. Un

ejemplo ilustrativo de ello es el trabajo del geógrafo sueco Thortsten Hägerstränd.

Hägerstrand, influido en un principio por diversos trabajos sobre las dinámicas migratorias

de los animales, se interesó por el estudio de la teoría del espacio-tiempo, derivada de la

teoría de la relatividad. Así fue que aplicó algunos conceptos de la concepción espacio-

temporal de la realidad, hacia el estudio del comportamiento de los individuos desde una

perspectiva geográfica.

La escuela de Lund, que se desarrollaría básicamente en torno al trabajo de Hägerstrand fue

el ámbito en el cuál habría de plantearse la teoría de la Geografía del tiempo. “¿Qué

significa que una locación no tenga únicamente coordenadas espaciales, si no también

coordenadas temporales?”,16

se preguntaba el geógrafo sueco en 1970 en su trabajo ¿Qué

hay acerca de las personas en la Ciencia Regional?.

Dadas sus preocupaciones teóricas, Hägerstrand se ocupó de buscar la manera de

representar cartográficamente no sólo las coordenadas espaciales de un objeto dado, si no

hacerlo también para sus coordenadas temporales.

Hagerstränd logró hacer una representación no únicamente de un momento aislado, lo que

en el lenguaje de la teoría de la relatividad se denomina “evento”, es decir, un conjunto de

tres coordenadas espaciales y una temporal, un punto en el espacio-tiempo. En contraste, el

sueco consiguió hacer una representación de una sucesión de eventos, de un fenómeno

dinámico.

Una sucesión de eventos puede ser descrita por lo que los físicos llaman una línea de

universo compuesta por las coordenadas espacio-temporales de eventos sucesivos. Se

podría decir que Minard logró representar a mediados del siglo XIX una línea de universo,

y hacerlo de manera elocuente, pero como ya señalamos el método de Minard para lograr

tal objetivo es funcional únicamente en la medida en la que lo que se representa es un

fenómeno dinámico recto, o cercano a la recta en el plano del espacio.

La resolución del problema de la representación de un movimiento circulatorio implicaba

peculiaridades que Hägerstrand solucionó al “colapsar el espacio tridimensional en un

plano bi-dimensional o incluso en una isla uni-dimensional, y así usar el eje perpendicular

para representar el tiempo”17

Hägerstrand desarrolló incluso una notación para representar eventos o situaciones

específicas, creando así un lenguaje gráfico sofisticado para la representación espacio-

temporal de fenómenos territoriales.

16 Hägerstrand, p. 10. 17 Íbidem.

Diagrama elaborado por Hägerstrand para ilustrar sus postulados.

Eventualmente, entusiastas de las ideas de Hägerstrand sofisticarían más el lenguaje visual

que éste creó. Hoy en día se usa para análisis de dinámicas sociales, fundamentalmente

urbanas, y de su utilización se obtienen resultados significativos para la organización

territorial y temporal de las ciudades.

El desarrollo tecnológico.

Es hasta tiempos muy recientes que, por razones tecnológicas, se ha vuelto asequible para

aquellos interesados en estudiar la dinámica territorial y descomponerla en sus diferentes

etapas, el hacerlo mediante el lenguaje de las imágenes en movimiento. El desarrollo de la

técnica satelital durante la segunda mitad del siglo XX, ha permitido generar una vastísima

colección de imágenes sinópticas, que visualizadas secuencialmente generan una “película”

de la historia del territorio. Este logro es crucial para la geografía y la humanidad en

general ya que ahora podemos estudiar visualmente aquello que parados sobre la superficie

de la tierra escapa a nuestra percepción.

La tecnología satelital permite trabajar a escalas, tanto temporales como espaciales, propias

de los estudios geográficos. Un satélite puede registrar una secuencia de imágenes cuyo

rango de toma sea de años o incluso décadas. Tal es el caso de los satélites Landsat, cuyas

imágenes fueron utilizadas para la realización de las secuencias ya mencionadas.

Si la incorporación de la estereoscopía al conjunto de técnicas de investigación geográfica

significó la apropiación de la tercera dimensión, se podría decir que el desarrollo de una

nueva forma de utilizar geográficamente el lenguaje de las imágenes en movimiento

significaría hacer propia, para la geografía, la cuarta dimensión.

Conclusiones.

Es posible afirmar que históricamente ha existido un interés en el ámbito de los estudios

geográficos por estudiar los fenómenos dinámicos que tienen lugar en el territorio,

testimonio de ello son diversos documentos cartográficos que empezaron a aparecer a partir

primera mitad del siglo XIX. Esta cartografía es heterogénea en cuanto a su temática y

contenido, sin embargo en ella está patente la voluntad de registrar lo cambiante del

territorio, no solo en un sentido espacial sino también temporal.

El lenguaje de las imágenes en movimiento, desarrollado en sus orígenes para registrar y

representar las fases sucesivas del movimiento con fines de análisis científico, no fue

utilizado para llevar a cabo investigaciones geográficas sino hasta tiempos muy recientes.

Las razones de dicho desencuentro están estrechamente vinculadas con las dificultades

propias del registro gráfico de procesos que se llevan a cabo en extensos periodos de

tiempo (meses, años o décadas), y que pueden ser valorados científicamente con mayor

contundencia desde una posición sinóptica.

La reciente aparición de esta nueva forma de utilizar el lenguaje de las imágenes llega en un

momento en que la sociedad precisa percibir los efectos de su actividad en el territorio. En

la actualidad es posible visibilizar fenómenos como la deforestación o el crecimiento

desmedido de las ciudades en toda su dimensión, sinópticamente. Este instrumento puede

contribuir a una toma de consciencia y a la búsqueda de soluciones efectivas a dichas

problemáticas.

Esperamos estar asistiendo al nacimiento de una nueva forma del lenguaje de las imágenes

en movimiento, un “cine sinóptico” que se convierta en una herramienta para la

investigación geográfica.

Bibliografía:

-Tosi, Virgilio, 1993, El cine antes de Lumiere, Dirección General de Actividades

Cinematográficas – Universidad Nacional Autónoma de México., México.

-Capel, Horacio, 1981, Filosofía y ciencia en la Geografía contemporánea, Editorial

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-Tufte, Edward Rolf, 1990, Envisioning information, Graphic Press, Connecticut.

-Launay,Francoise, 2008, The Astronomer Jules Janssen, a Globetrotter of celestial

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-Robinson, Arthur H.,1955, The 1837 Maps of Henry Drury Harness, The Geographical

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-Friendly, Michael, 2002, Visions and Re-Visions of Charles Joseph Minard,

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-Hägerstrando, Thorsten, 1970, Papers of the regional science asosiation, vol. XXIV