LA COLA DEL GATO.docx

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“LA COLA DEL GATO” "Cuentos y Relatos del Norte Argentino". (Juan Carlos Dávalos) El presente relato es del más importante escritor salteño, Juan Carlos Dávalos (1887-1959), quien nos cuenta la historia de Don Roque Pérez, un salteño de cuarenta años. Este tiene una vida que se divide en dos períodos, el primero es su juventud, durante la misma él era dependiente en la tienda de Pepe Sarratea y vivía en la parte posterior de la misma, el segundo ya lleva 20 años, es ser empleado público. Si bien la obra es relatada en tercera persona por el autor, hay momentos diera la impresión que quien cuenta el anécdota es el protagonista a sus compañeros de oficina“….Ahora, don Roque, ante la rueda de empleados, da un chupón formidable a su cigarrillo, sonríe con calma, y con las barbas llenas de humo, dice: …”, incluso no hay durante la misma ningún tipo de opinión o manifestación de Dávalos que no sea más que el relato. Se narra una experiencia que vivencio cuando era joven, una noche cuando (se fue a dormir) vio una cola de gato colgando en el techo de la trastienda, la misma llamo su atención durante mucho tiempo, pero nunca la reviso. Todos los días la miraba “… y siempre pensaba: "En uno de estos días voy a poner la escalera"….” Luego de un tiempo el dueño de la tienda falleció y sus hijos liquidaron el negocio y vendieron la casa donde se instalo un alemán que puso un boticario, mientras, el fue contratado en la tienda de enfrente. Un día, el nuevo inquilino de la casa de Sarratea pidió prestada una escalera y Don Roque, en persona, se las llevo. El señor, ayudado por Pérez, la afianzó sobre un cajón para que alcanzase al techo y se trepó. Mientras el pobre Roque sostenía la escalera, el boticario tiró

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LA COLA DEL GATO

"Cuentos y Relatos del Norte Argentino". (Juan Carlos Dvalos)

El presente relato es del ms importante escritor salteo, Juan Carlos Dvalos (1887-1959), quien nos cuenta la historia de Don Roque Prez, un salteo de cuarenta aos. Este tiene una vida que se divide en dos perodos, el primero es su juventud, durante la misma l era dependiente en la tienda de Pepe Sarratea y viva en la parte posterior de la misma, el segundo ya lleva 20 aos, es ser empleado pblico.Si bien la obra es relatada en tercera persona por el autor, hay momentos diera la impresin que quien cuenta el ancdota es el protagonista a sus compaeros de oficina.Ahora, don Roque, ante la rueda de empleados, da un chupn formidable a su cigarrillo, sonre con calma, y con las barbas llenas de humo, dice: , incluso no hay durante la misma ningn tipo de opinin o manifestacin de Dvalos que no sea ms que el relato.Se narra una experiencia que vivencio cuando era joven, una noche cuando (se fue a dormir) vio una cola de gato colgando en el techo de la trastienda, la misma llamo su atencin durante mucho tiempo, pero nunca la reviso. Todos los das la miraba y siempre pensaba: "En uno de estos das voy a poner la escalera". Luego de un tiempo el dueo de la tienda falleci y sus hijos liquidaron el negocio y vendieron la casa donde se instalo un alemn que puso un boticario, mientras, el fue contratado en la tienda de enfrente.Un da, el nuevo inquilino de la casa de Sarratea pidi prestada una escalera y Don Roque, en persona, se las llevo. El seor, ayudado por Prez, la afianz sobre un cajn para que alcanzase al techo y se trep. Mientras el pobre Roque sostena la escalera, el boticario tir de la cola y cayeron monedas de oro, al terminar le dio una moneda de propina a Prez. Este, al finalizar el relato, se encuentra junto a sus compaeros de oficina diciendo: - Entonces fue cuando comprend que mi destino era ser empleado pblicoEs una narracin compleja ya que tiene una increble contraposicin de ser exquisita pero de lectura sencilla. Es decir, simple de entender y con tal calidad que en su corta exencin nos deja una enseanza, podemos relacionarla con la moraleja no dejes para maana lo que podes hacer hoy. Ya que Don Roque se lamenta fumando el no haberse vuelto rico por pereza.Al leer la obra vemos que esta empapada de nuestra tradicin, nos hace vivir una sensacin de pertenencia, incluso desde el titulo, ya que es muy comn escuchar hablar sobre personas que encontraron monedas de oro en los viejos techos de las casas de nuestra ciudad. No es necesario llegar al final de la narracin para saber que significa La ola de gato. Durante la misma se puede sentir la esencia del lugar, ubica la tienda en la plaza que era el espritu del pueblo, algunos diran la Salta de antes otros decimos y de ahoraDvalos hace un contraste entre nuestra cultura y el extranjero. Describe a nuestro personaje principal, Don Roque Prez, ese don tan respetuoso del norteo, simple rutinario y hasta quiz conformista. Dice que es beato resaltando la religiosidad siempre presente en nuestra cultura y usa ese adjetivo calificativo de soltern, muy de un pensamiento de la poca, ya hasta podemos pensar que se refiere a un soltern codiciado. Como polo opuesto tenemos el extranjero, acelerado, detallista, ambicioso, cualidades que quiz son reflejo de sufrimiento y porque vino de sus pagos en busca de trabajo y mejor calidad de vida - Bueno - dijo el alemn todo sofocado, entregndole a Prez una monedita; aqu tiene usted su propina. Y gracias por la escalera Es una obra que ms haya de ser ligera y entretenida, pareciera estar contada por nuestro abuelo o to. Al apreciarla nos produce un rencuentro con nuestro pasado y a un forastero, probablemente, le abre la mente a nuestro mundo e historia. La Cola de Gato, junto a su autor, nos enorgullece y es una muestra que los salteos podemos llegar a estar entre los grandes de la literatura.Elvira Mara Fernndez CornejoDNI 32116026

Texto original completo:Don Roque Prez es el hombre ms flemtico de Salta. Tiene cuarenta aos. Hace veinte que est empleado en una oficina de la casa de Gobierno. Es soltern, metdico, cumplidor y beato.Su vida es simple y redundante, como el rodar montono de los das provincianos, o bien como marcha circular y pacfica de un macho de noria.La historia de este hombre contiene dos etapas, separadas entre s por un acontecimiento trascendental que dej en su espritu una perplejidad perdurable.La primera etapa comprende su juventud, los diez aos que pas de dependiente en la tienda de Don Pepe Sarratea. La segunda etapa comprende su madurez, sus veinte aos de empleado pblico.Con una sonrisa indefinible y calmosa, mientras fuma un cigarrillo, don Roque Prez cuenta su caso a un grupo de oficinistas.Cuando l era dependiente, dorma en la trastienda. El negocio de Sarratea ocupaba una vieja casuca que todava existe en una esquina de la plaza.El dependiente barra la vereda todas las maanas, plumereaba los estantes y aguardaba al patrn, que se presentaba a las ocho.Sarratea despachaba personalmente, detrs del mostrador; pero si haba que bajar alguna pieza de un alto estante, colocaba la escalera y el dependiente se encaramaba por ella.A las nueve de la noche, Sarratea despeda a sus contertulios del barrio; guardbase el dinero en el bolsillo y se marchaba a su casa. Entonces el dependiente trancaba las dos puertas de la tienda, rezaba su rosario y se meta en cama.Una noche entre las noches, Roque Prez, despus de acostarse, dirigi la vista al techo, y vio que colgaba una cola de gato por una rotura del caizo.El agujero quedaba perpendicularmente sobre su cabeza, y la cola de gato apuntaba, naturalmente, a sus narices.-Qu ser eso?- pens el dependiente -. Qu ser...?Apag la vela y se durmi.Varias noches despus del descubrimiento, Roque Prez volvi a mirar la cola de gato. Al cabo de una hora de contemplacin, pensaba: "Que ser esa cola...?" Y se deca: "Maana voy aponer la escalera para ver lo que es..." Y apagaba la vela y se dorma.Todas las maanas, al despertar, Roque Prez se desperezaba y miraba la cola de gato. La miraba todas las noches al acostarse. Y siempre pensaba: "En uno de estos das voy a poner la escalera".Pero Roque Prez era indolente, con esa profunda indolencia de los seres paldicos. El haba tenido una idea: aquella cola de gato deba significar algo. Para saber qu era haba tiempo.As pasaron dos aos, y pasaron cinco aos, y pasaron diez aos...!El seor Sarratea muri de tabardillo; los herederos liquidaron el negocio, Prez tuvo que abandonar la vieja casuca.Sali de all con quinientos pesos de sueldos economizados y se contrat en la tienda de enfrente.A poco de esto, alquil la casa de Sarratea un boticario alemn que lleg a Salta con su mujer. Lo primero que hizo el boticario, naturalmente, fue preocuparse por la limpieza del chiribitil, para instalar su botica.Un da el boticario entr en la trastienda, y al revisar las paredes y los techos, vio la cola de gato. El alemn llam a su mujer y le mostr aquello. Pidieron prestada una escalera en la tienda de enfrente. Roque Prez, en persona, trajo la escalera. El boticario, ayudado por Prez, la afianz sobre un cajn para que alcanzase al techo, y se trep.Mientras el pobre Roque sostena la escalera, el boticario, all arriba, asi de la cola, tir y cay al suelo una moneda de oro. Tir ms, y cayeron algunos cascotes y varias monedas. Luego, metiendo el brazo en un agujero del techo, sac un zurrn lleno de onzas de oro, y se lo arroj a su mujer. Busc ms, y encontr otro zurrn, y cargando el pesado fardo, baj al suelo.- Bueno - dijo el alemn todo sofocado, entregndole a Prez una monedita -; aqu tiene usted su propina. Y gracias por la escalera.Ahora, don Roque, ante la rueda de empleados, da un chupn formidable a su cigarrillo, sonre con calma, y con las barbas llenas de humo, dice:- Entonces fue cuando comprend que mi destino era ser empleado pblico.