La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

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La cofradía del anillo Sergio Alfredo Flores Acevedo

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La cofradía del anillo

Sergio Alfredo Flores Acevedo

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La cofradía del anillo

Sergio Alfredo Flores Acevedo

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Hecho el depósito que marca la Ley.-

Todos los derechos reservados, se previene que ni todo el libro ni parte de él,

puede ser reproducido por cualquier forma o procedimiento sin previa

autorización escrita del autor. Cualquier reproducción con afán comercial favor

hágala saber al E-mail: [email protected]

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Esta novela esta dedicada A:

Mi Abuelo

José Bonifacio Flores ( Q.D.D.G.)

A mí tío, asesinado por Escuadrones de la Muerte el 25 de mayo de 1979.

Nery Lisandro Flores Cañas.

A mis primos desaparecidos en abril de 1980

Nelson Reynerio Alvarado Flores.

Moris Filander Alvarado Flores.

Ever de Jesús Flores Prieto

A la gran mayoría de familias salvadoreñas que sufrieron la perseguidas y

lloran aún a los familiares que fueron desaparecidos o brutalmente asesinados

por el accionar de los Escuadrones de la Muerte.

Y a todas las familias de las naciones del mundo que han sufrido el flagelo de

la persecución por pensar de manera distinta a la impuesta por regímenes

dictatoriales.

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Ninguno de ellos ha muerto…y

todos volverán al camino.

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Introducción

El mundo existe para llegar a un libro

Mallaeme

La obra que ahora se ofrece al lector es una traspolación a la realidad de los

terribles años del terrorismo de Estado que hubo en el país. El autor con manejo

importante del suspenso nos lleva a través de la trama a conocer personajes que

tienen mucho que ver con la realidad política de aquel entonces. Denuncia con

valentía el mal funcionamiento del tercer órgano del Estado.

Con una peripecia interesante va tejiendo un tinglado de situaciones que

mantienen la atención del lector.

Bien documentado con respecto a la organización de los “Escuadrones de la

Muerte” el escritor nos introduce al funcionamiento de estos aparatos ilegítimos

de exterminio y como la comunidad contando solo con su astucia trata de

sobrevivir la represión.

Retrata de una manera veraz la idiosincrasia salvadoreña y las lacras de nuestra

sociedad.

Nos describe con realismo crudo el desenvolvimiento de la clase media y baja y

como decía Chejov “El arte de escribir es el arte de acortar”, describe con pocas

líneas los problemas fundamentales de nuestra nación con un estilo sencillo y a

la vez eficaz y una prosa funcional, la novela se puede leer con gran fluidez.

Estimado lector espero que usted lea sin prejuicios este primer intento del

Licenciado Sergio Flores, de dar a conocer ciertos aspectos de la vida nacional

para muchos desconocida y hagan una seria reflexión sobre su planteamiento.

Federico Echegoyen

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Contenido

I. Una denuncia inconclusa .............................................................................................................. 8

II. El mensaje .................................................................................................................................. 15

III. El Emisario del Diablo ................................................................................................................ 24

IV. Justicia para todos .................................................................................................................... 35

V. Conjeturas .................................................................................................................................. 40

VI. La Justicia no es un asunto de palabras .................................................................................... 49

VII. ¿Quienes somos? ..................................................................................................................... 57

VIII. El hombre que sabía ............................................................................................................... 73

IX. La trampa .................................................................................................................................. 79

X. Pilijay .......................................................................................................................................... 85

XI. Un encuentro inesperado ......................................................................................................... 99

XII. La llamada de alerta ............................................................................................................... 104

XIII. Secuestro y capucha ............................................................................................................. 112

XIV. Entre los Ilustres ................................................................................................................... 117

XV. Corpus Christi ......................................................................................................................... 123

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I

Una denuncia inconclusa

Eran las cuatro de la tarde de un día caluroso al interior de la sede Fiscal,

Santiago Amaya, se encontraba de turno de veinticuatro horas, a sus treinta y

ocho años, tenía diez de haberse autorizado como Abogado y nueve de ellos

trabajando como Auxiliar de tres Fiscales Generales, quienes en su gestión

habían dirigido las riendas de la institución como si se tratara de un Banco. El

local era el vivo ejemplo de las oficinas de la administración pública salvadoreña,

un color parco en las paredes, una sala de recepciones para atender a las

personas que se presentaban a realizar trámites como presentar denuncias o

consultar por el avance de los casos que se encontraban en investigación, había

un botellón de agua, un enorme reloj y las sillas de espera. Al interior de la

enorme casa que databa de la mitad del siglo veinte y que había soportado el

estremecimiento de los dos últimos terremotos sucedidos en el año dos mil uno,

estaban las diferentes unidades de trabajo, las cuales se encontraban divididas

por naturaleza de los Delitos. Santiago Amaya estaba asignado a la Unidad de

Homicidios con cerca de ciento noventa casos asignados a su conocimiento, los

cuales se encontraban en diferentes estados desde aquellos cuya aclaración se

encontraba en puntos ciegos en la investigación hasta los que estaban listos para

poder discutirse en Vista Pública. Arriba de la Puerta del cuarto asignado a la

unidad había un rótulo de color azul profundo y en letras blancas decía UDHO,

era la abreviatura de UNIDAD DE HOMICIDIOS, en el pequeño espacio que

ocupaba la Unidad laboraban un número de seis fiscales hacinados como

sardinas. Las oficinas de la Fiscalía se encontraban ubicadas en la salida hacia la

ciudad de Zacatecoluca, la cual esta en el extremo sur de la ciudad paracentral

de San Vicente.

La mañana de ese sábado, había sido la rutina de siempre de los turnos de fin

de semana; las llamadas de teléfono a la Policía, Medicina legal y los Juzgados,

las coordinaciones con la Policía eran las más comunes, pues estos requerían

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lineamientos en investigaciones, ordenes de capturas, así mismo eran las

discusiones con los jueces de turno, sobre algunas solicitudes de registros en

viviendas y otras intervenciones donde la presencia del Juez es imprescindible;

luego de haber resuelto medianamente las exigencias de la mañana se distrajo

leyendo los dos periódicos matutinos, y luego entabló una buena conversación

con el vigilante de la oficina que respondía al nombre de Juan, quien era un

hombre de pequeña estatura y de origen campesino y que en su trabajo portaba

un uniforme gris y una escopeta doce milímetros en su hombro derecho, la

plática se centro en el próximo partido de la selección de futbol contra la

selección de Haití, en la que hubo críticas de todo tipo, luego se extendió hasta

los problemas económicos del país y los niveles de violencia social, los cuales en

el año se habían elevado a doce homicidios diarios. Seguidamente, Atendió a dos

personas que llegaron a presentar denuncias por delitos menores, esperaba que

de la policía no remitieran por la tarde el cargamento normal de denuncias

recibidas en la sede policial. El día parecía ser ideal para no complicarse

demasiado.

Al medio día, Santiago no tenia interés por almorzar, y dedicó el tiempo en

revisar las fotografías de la escena de un caso, en el que habían encontrado a

dos obreros que habían sido asesinados en una granja, del municipio de

Tecoluca, las indagaciones se encontraban en un punto muerto pues en la

investigación, no se había lograr identificar a los sicarios. Decidió tender una

colchoneta en el piso y encender el único ventilador que aliviaba el envolvente

calor en la unidad, luego de unos minutos empezó a quedarse dormido. Santiago

Amaya comenzó a soñar con su madre, en el sueño la veía sonriendo, muy feliz

por estar con él, miraba que lo llamaba para darle una naranja de las que

cosechaban en la finca donde disfruto su niñez, la cual se encontraba ubicada en

el cantón Santa Lucia del municipio de Santa Cruz Michapa, todo le parecía lleno

de armonía, sobre todo por estar junto a su madre y verse en otra imagen

corriendo junto a los amigos con los que creció en aquel tranquilo cantón. El

sueño se difuminaba entre otras imagines que empezaron a intercambiarse con

la de perros rabiosos, que comenzaron a perseguirlo por veredas angostas y a

orillas de abismos, en los que trataba de no caer mientras era casi alcanzado por

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aquella jauría de enfurecidos animales, que se transformaban en monstruos

terribles que le daban alcance; al sentirse acorralado y ver perdida la esperanza

de salvarse de aquella envestida, despertó de golpe.

Consultó el reloj y faltaban cinco minutos para las cuatro, se incorporó y trató de

recuperarse de aquella pesadilla, tomó un baso con agua del chorro del

lavamanos y lo bebió despacio y comenzó a tranquilizarse, se le rodó una

lágrima al recordar a su madre ya fallecida cuatro años atrás, y luego suspiró

hondo y se enjuagó el rostro con agua. En ese momento sonó el teléfono, era

Juan el vigilante que le llamaba desde la portería y le informaba que un señor

deseaba hablar con él,

- Bueno dígale que ahorita voy- respondió Santiago.

Al llegar a la sala de espera pudo observar, sentado en una de las sillas, a un

hombre que aparentaba unos setenta y cinco años de edad, el cual vestía con

una camisa formal a cuadros ocres y blancos, con las mangas enrolladas, un

pantalón jeans azul desvanecido por el uso y una gorra verde que tenia las

iníciales L.A. Santiago lo invitó a sentarse frente a él, en el escritorio en el que se

tomaban las denuncias.

- ¿Dígame en que le puedo ayudar?

- Si, señor Fiscal… yo, no se cómo empezar-respondió el anciano de manera

dudosa-.

- ¿entonces dígame su nombre?

- Sí, mi nombre es Mario Urbina… y tengo setenta años…

- ¿Y cual es el motivo de su visita Don Mario?

- Mire yo quiero saber si puedo denunciar una amenaza….pero no se como

decirle… hoy me encontré con alguien que creo que me anda buscando.

- Esa persona que dice que lo anda buscando, ¿le dijo alguna cosa?

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- Bueno no me dijo nada, pero mi mente no me falla y estoy seguro que ese es el

hombre que me busca desde hace muchos años, para hacerme daño.

- ¿Ha tenido algún problema con esa persona que le busca don Mario?

- No es por un problema personal…es un motivo que prefiero callar… pero estoy

seguro que ha venido hasta aquí para encontrarme, no se como explicarle….yo

soy un hombre que vivo solo desde hace años y hace cinco me vine a vivir a la

Colonia Primavera, en donde tengo un cuartito y trabajo vendiendo libros

usados en el mercado de San Vicente…

- ¿Pero dígame don Mario?- Interrumpió Santiago- ¿el hombre que lo busca a usted

para hacerle daño, sabe usted como se llama?

- No.

- ¿Y desde cuando lo busca?

Luego de una larga pausa y con la mirada perdida en el espacio el anciano

contesto

- …desde marzo de mil novecientos ochenta...

- Pero don Mario, cree usted que una persona que no ha visto desde hace mucho

tiempo, pueda en pleno dos mil ocho, osea después de veintiocho años, buscarlo

para hacerle daño, y hay que hacer varias consideraciones entre las que podría

decirle, los cambios físicos por la vejes, o pudo haber muerto hace tiempo y la

persona que vio ahora se trate de otra que tiene un parecido con la que usted

recuerda.

- No…estoy seguro que era él, el hombre que me busca, es por una cicatriz

y….tengo miedo licenciado, no se cuales son las intenciones con migo, pero

estoy seguro que no son nada buenas...

- ¿Pero que le hiso usted a esa persona para que lo busque con intenciones de

hacerle daño?

- Realmente no le hice nada.

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- Creo don Mario que en su caso no puedo ayudarlo…no hay nombre del

sospechoso, no sabemos cuales son sus intenciones, ni tampoco tenemos el

motivo aparente para que pueda hacerle daño; así como están las cosas estoy

seguro que nos encontramos en un callejón sin salida, y lo que le está pasando

es un problema de salud, le recomiendo que visite a un médico en el Hospital

Santa Gertrudis, a sus años debe chequearse los nervios y la presión arterial.

- Entiendo… licenciado, creo que vendré a platicar otro día con usted, quizás no fue

buena la ocasión…pero cuando pasaba frente a esta oficina, quería por lo menos

desahogar un poco la situación que me oprime y usted me ha escuchado con

atención, le estoy agradecido licenciado y disculpe si le ocasione molestias en su

trabajo.

Al levantarse al anciano le saltó de su pecho un crucifijo de madera color café ya

envejecido, como de ocho centímetros de largo que llevaba colgado de su cuello

con un cordón de nylon, Santiago lo despidió con cortesía y le invitó a que podía

visitarlo en otra ocasión, mientras le miraba que salía por la puerta

-Este señor no anda bien de la cabeza -pensó Santiago-

Al salir a la puerta pudo observar como se alejaba lentamente. En ese instante

dispuso darse un baño en la ducha de la Unidad; en los momentos que

disfrutaba del baño, pensaba en el misterioso visitante de la tarde y su historia

perturbadora, ¿cómo puede ser que un sujeto que dejó de ver hace tanto

tiempo venga a buscarlo para hacerle que?, o tal vez éste hombre se metió en

líos con alguien por mujeres, dinero o por haber asesinado a alguien en esa

época y vive con un delirio de persecución que lo ha llevado a ver fantasmas

donde no los hay. Lo raro es que dijo que había un motivo que deseaba callar,

¿que podría ser ese motivo?. Mientras se frotaba la toalla para secarse, sonó el

teléfono, era de nuevo Juan quien le comunicaba que un Investigador de la

Policía lo esperaba para entregarle unas diligencias, luego de vestirse salió de la

Unidad, cruzó el patio y se dirigió hacia la recepción en donde se encontraba un

agente policial, al cual le recibió un legajo de denuncias recibidas en las oficinas

de la Policía.

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Luego de recibir los documentos, y despedir al agente vio el reloj y observó que

eran las cinco con veinte minutos, el tiempo pasa volando pensó. Le dijo a Juan

el vigilante, que saliera a comprar pupusas para compartirlas como cena de esa

tarde; el vigilante quien solo andaba en la bolsa un dólar no vaciló en tomar los

cinco que Santiago le entregaba y salir a comprar las sabrosas pupusas a una

señora, que frente a las oficina y por las tardes armaba un toldo de plástico

negro, una plancha para pupusas y una mesa con bancas a ambos lados. Cuando

disfrutaban la cena, llegó Roberto el chofer de turno, quien desde la mañana

había salido con el vehículo a realizarle una reparación en la ciudad de

Cojutepeque.

- Buenas Licenciado, ya estuvo el asunto, le repararon el alternador al carro, por lo

menos si sale hacer alguna diligencia ya no va a dejarnos botados.

- Ruégale a Dios que no salgamos, por ahora vení, comamos pupusas.

Santiago dispuso parte de las primeras horas de la noche para ordenar el trabajo

del día y preparar los controles respectivos y comenzar a elaborar el informe al

Jefe de Fiscales, acompañó a Juan y Roberto a disfrutar una película de acción en

el viejo televisor de la institución, luego del final, a las nueve con treinta y cinco

minutos, el sueño lo estaba venciendo, por lo que dio las buenas noches y se

retiro a la Unidad en donde tendió la colchoneta, conectó el ventilador y se

entregó a un sueño profundo.

Mientras dormía sonó el teléfono de la Unidad el cual había dejado cerca de la

almohada en el suelo, se despertó de golpe, asustado por la insistencia del

molesto sonido que perturbó sin ninguna compasión su descanso.

- ¿Bueno?

- Páseme la llamada

- ¿Dónde es?

- ¿Dentro de cuanto tiempo salen?

- ¿Avisaron a Medicina Legal?

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- Permítanme prepararme y estaré en el Lugar.

Luego de permanecer un rato tratando de recuperarse, se levantó y fue

directamente donde Roberto, quien dormía profundamente y del que se podían

oír sus grandes ronquidos de extremo a extremo en el recinto; Santiago consulto

el Reloj, eran las dos y diez minutos de la madrugada, Roberto rezongó en medio

de los llamados que hacía Santiago para que se despertara.

- ¿Que pasa? dijo con voz quejumbrosa.

- Levántate, que vamos a la escena de un crimen.

- Ojalá que no sea lejos.

- Es aquí cerca, en la Colonia Primavera.

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II

El mensaje

La Delegación Policial, se encontraba tres cuadras arriba de la sede Fiscal, el

comandante de guardia, era un muchacho de veintidós años y tenía uno de

haberse graduado de la academia, los jefes policiales, habían dispuesto que

debía ser personal joven el que soportara aquellas coordinaciones nocturnas en

las que el estridente sonido del teléfono y las llamadas por el radio transmisor,

mantenían una constante indetenible durante toda la noche. El muchacho a

quien sus camaradas le llamaban Ticas, inicio el ritual de rigor que se debía llevar

cuando se recibía el aviso de un asesinato, primeramente llamó a un carro

patrulla que se encontraba cerca de la zona para que se hicieran presente de

inmediato en el lugar, luego llamó al Fiscal de Turno, para informarle de la

novedad, después realizó la misma operación con el Médico Forense,

seguidamente pasó a despertar al grupo de inspecciones oculares que se

componía de un fotógrafo, un recolector de evidencias y otro encargado de

realizar el acta, en la que se plasmaba toda la información del lugar donde se

encontraba el cadáver y la ubicación de posibles testigos, tratando de

determinar una hipótesis posible de cómo pudieron haber sucedido los hechos.

Estos, al ser informados comenzaron la preparación de los implementos básicos

y la comprobación que la caja que contenía todas las herramientas de trabajo se

encontraba en orden. Ticas dispuso informar al Sargento Atilio Bracamonte

quien en ese momento atendía con personal a su cargo y un grupo de tarea

conjunta de Soldados y Policías, una riña en un prostíbulo conocido como “El

Rinconcito”, en el que un grupo de miembros de maras iniciaron una trifulca

contra unos parroquianos que bebían cerveza en el lugar. Por medio de radio

transmisor, Ticas informó al Sargento Bracamonte sobre la comisión del

asesinato, en respuesta le contesto que dentro de poco estaría en la delegación

policial, pues la intervención policial había terminado en el prostíbulo, además le

ordenó que avisara a las bartolinas policiales que dentro de poco encarcelarían a

dos sujetos por daños y resistencia al arresto, los cuales eran los únicos que

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lograron detener en el procedimiento policial. El Sargento Atilio Bracamonte era

el Jefe de la Unidad de Investigaciones, su semblanza era la de un salvadoreño

común, un hombre de mediana estatura, de treinta y cinco años de edad,

moreno, su rostro asemejaba la de un tacuazín, tenía una mirada inquisitiva, sus

subalternos le temían, pues infringía disciplina y era un experimentado agente

de investigación, que tuvo formación práctica siguiendo sospechosos al interior

de la comunidad Iberia en San Salvador y de algunas Colonias del municipio de

Soyapango, en las que sobrevivir como agente policial era el pan de todos los

días, y vivir para contarlo era realmente una osadía.

Al entrar El Sargento Bracamonte a la sede policial acompañado de seis agentes,

Ticas se levantó de inmediato y le dijo.

- Señor, informé a bartolinas sobre los dos capturados… también quiero informar

sobre el asesinato.

- ¿A que horas le informaron?, ¿y adonde es?.

- A las dos de la madrugada recibí una llamada de un teléfono celular, era una

señora que por la forma de cómo hablaba estaba bastante nerviosa, y me dijo

que en el pasaje La Gata, de la Colonia Primavera, habían asesinado a un vecino

suyo, dice que se escucharon dos disparos .

- ¿Y pudo observar a alguien?.

- Por su nerviosismo no podía coordinar sus palabra, creo que sería mejor

entrevistarla cuando se haga presente usted en el lugar, la señora repetía con

mucha congoja, que era terrible lo que le hicieron a don Mario.

- ¿Ya salieron los de inspecciones oculares?.

- Creo que ya se llegaron al lugar, La colonia Primavera se encuentra cerca, como a

diez minutos de camino.

- Entonces hay que ir a trabajar.

La Colonia Primavera se encuentra ubicada a un kilometro al norte del balneario

conocido como Amapulapa, aledaña a la carretera que conduce hacia

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Zacatecoluca, al llegar el vehículo policial, El Sargento Bracamonte pudo ubicar

el lugar por las luces estrambóticas de una patrulla policial que se encontraba

prestando seguridad en el lugar, en la colonia residen familias de escasos

recursos económicos, sus calles polvosas dan al lugar un aspecto de abandono

por parte de las autoridades y se percibe en el aire, la pobreza en la que viven la

mayoría de Salvadoreños. Al bajarse de la patrulla y caminar hacia la escena del

crimen, El Sargento Bracamonte observó que había un tumulto de gente que se

agolpaba atrás de una tira de plástico color amarilla que decía “NO PASAR

POLICIA”, el lugar de la escena del asesinato era una pequeña casa de una sola

pieza de bahareque y techo de lámina, con una sola puerta de entrada y una

ventana de madera, sin luz eléctrica y que se encontraba al final del pasaje

conocido como La Gata, la casa más cercana de la pieza se encontraba a veinte

metros, luego de empujar a algunos curiosos y solicitar amablemente permiso

para pasar, logró llegar a la cinta la cual levantó e ingreso, vio a la multitud, tuvo

la corazonada que el asesino podría estar entre los presentes, por lo que les

escrutó con una mirada y pudo observar a una mujer desaliñada que cargaba a

un niño de menos de un año de edad, que estaba frente a él, un hombre mayor

con sombrero que lanzaba un escupitajo como señal de asco, y otros que se

perdían entre la oscuridad de la madrugada, al ver frustrada su intensión, desvió

su mirada a los agentes de inspecciones oculares que realizaban su tarea al

interior de la pequeña habitación, desde afuera y por la única puerta de acceso,

se podía observar los lamparazos que realizaba la cámara del fotógrafo mientras

hacia su trabajo fotografiando unas pequeñas placas numeradas y que

señalaban elementos que serían incorporados como evidencias en la

investigación científica del hecho. El Sargento Bracamonte preguntó a los

investigadores si podía ingresar para hacer sus consideraciones, respondiéndole

estos que podía entrar. Encendió su poderosa linterna de mano de cuatro

baterías, y ante sus ojos pudo observar un agreste cuadro de sangre, en las

precarias paredes sin pintar estaban estampados chorretes de sangre fresca, del

techo colgaban como cortinas grotescas gotas de sangre coagulada, centró su

atención en la única cama de la habitación, cuya sábana de color gris se perdía

en aquel coctel sangriento que había brotado a manantiales, en la cama se

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encontraba el dorso de un cuerpo, que había sido separado de sus piernas y su

cabeza, con la sagacidad de un verdadero carnicero.

- ¿Dios mío, que hijueputa hizo esto?¡¡- exclamo, el Sargento Bracamonte.

- Pues le falta más por ver… - dijo una voz en la habitación-.

Siguió su inspección visual, y observó que el dorso del cuerpo desnudo, se

encontraba de espalda, al examinar con detenimiento vio que las manos se

encontraban atadas por los dedos pulgares, los cuales estaban bien apretados

con un nudo hecho por un cordel, que apretaba de una forma brutal los dedos,

de tal manera que presentaban un color morado. Al dar un paso atrás alguien le

dijo:

- Cuidado atrás, Sargento...

Al dar la vuelta observó que a un metro de distancia de donde él se encontraba,

colgaba una pierna, El Sargento Bracamonte dio un salto de espanto y tuvo la

intensión de lanzar una maldición, pero no lo hizo. Observó que de un cuartón

pendía una pierna que parecía ser la izquierda, que aún chorreaba gotas de

sangre, el o los asesinos, la habían colgado del pie el cual estaba amarrado

fuertemente con un lazo de nylon de la viga central de la habitación.

- ¿Y la cabeza con la otra pierna ya la encontraron?- pregunto El Sargento

Bracamonte.

- Aún no… - contesto otra voz-.

Continúo escrutando detenidamente la habitación, la que se componía de la

puerta de lámina como entrada y salida y la ventana pequeña de madera al otro

costado y observo que la cama estaba arrimada a la pared, en el otro lado y

como a un medio metro de distancia de la cama, estaba una librera con viejos

libros apilados de forma desordenada, otros yacían en el suelo y hacían un

tiradero, en la librera también habían periódicos, un radio de baterías, una

linterna de plástico de mano, bolsas plásticas , además se encontraban

pequeñas herramientas como desarmadores, llaves, una bomba para inflar

neumáticos de bicicletas; en la pared pendía de un clavo, la fotografía de un

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niño de medio cuerpo que sonreía pícaramente y que tenía dos gruesas gotas

de sangre sobre el vidrio, así mismo colgaban un cuadro de la Virgen de

Guadalupe, y otro del Sagrado Corazón, arriba de la puerta había un cuadro del

Arcángel Miguel luchando contra el Diablo, atrás de la puerta al otro extremo de

la habitación había una mesita que sostenía una cocina de dos quemadores, al

lado de ésta un tambo de gas propano. El Sargento Bracamonte logró esquivar

la pierna que pendía macabramente de la viga y paso a examinar un pequeño

trastero que contenía unos pocos platos, vasos y guacales, vio una olla de barro

con agua, un cántaro de plástico y una silla destartalada de madera en la

esquina; en el otro extremo se encontraba un cajón de madera del que habían

sacado, de manera desordenada, la ropa y la habían tirado al suelo, esta se había

enjugado con el charco de sangre que había formado la pierna sangrante. En ese

momento una agente de policía, joven, asomó la cabeza y dirigiéndose al

Sargento Bracamonte le dijo:

- Señor, el Fiscal se encuentra presente.

- ¿Quién viene…?

- El Licenciado Amaya.

- Muy bien, me alegra que no esté de turno un pendejo; ¿dígale que ya voy?-dijo El

Sargento Bracamonte, mientras examinaba el cajón de madera-.

El Sargento salió del cuarto tratando de no interrumpir la tarea de los técnicos,

se encontró con Santiago Amaya afuera de la habitación con una mirada

taciturna, como perdido en sus pensamientos.

- ¿Usted no se morirá luego?- dijo El Sargento Bracamonte, dirigiéndose a Santiago

Amaya.

- Creo que en el país ya pasó de moda decir eso; ¿y dígame como está el asunto

adentro?.

- Es una carnicería.

- He escuchado que el Fallecido respondía al nombre de Mario

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- No estoy seguro, pero ya lo vamos a averiguar; ¿porque no entra y se hace su

propia impresión..?

- Me siento un tanto aturdido con respecto a este asesinato y un asunto que pasó

la tarde de ayer, pero necesito identifica al cadáver...

- ¿Qué asunto?

- Hay le cuento luego…

Al ingresar la sorpresa de Santiago fue de estupor ante el cuadro que se

encontraba frente a él, el dorso del cuerpo sin piernas y sin cabeza en la cama, la

pierna oscilante, y el baño de sangre que había inundado toda la habitación.

- Esto es una locura…

Nadie le respondió. En ese momento los técnicos seguían afanados identificando

las evidencias, por lo que en diferentes rincones habían placas de color blanco,

en la que estaban estampados números en color negro, con los que no se podía

hacer una hilación lógica, mientras el flash de la cámara detonaba sus disparos, y

el colector identificaba y recogía la evidencia y la depositaba en bolsas de papel,

y tubos de ensayo, adecuadamente los iba ordenando en una caja a la que el

grupo de técnicos llamaban “La Hielera”. Santiago alumbraba con su linterna y

en el suelo enfoco el botadero de libros a un lado de la cama, entre los que

observó la novela “Cien Años de Soledad”, abajo de este y manchado de sangre

se encontraba “El Hombre que Calculaba”, entre otros también estaban un

“Silabario” y “la Cabaña del tío Tom” cerca de la pata de la cama, alumbró una

gorra color verde con las iníciales L A Santiago empezó a comprender que sus

suposiciones estaban tomando el rumbo que no deseaba. En ese momento se

apersonó el médico forense un hombre alto, encorvado, de ojos tristones y con

cara jovial, y quien desde la entrada preguntó:

- ¿Ya puedo hacer mi trabajo?

El agente técnico que se encontraba en la entrada elaborando el acta, y que era

asistido con una linterna con la que le alumbraba un compañero, le respondió.

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- Sí doctor, ya puede hacer el reconocimiento del cadáver

- Dios mío…esto es producto de un Psicópata…- dijo el Forense al alumbrar con su

linterna.

Santiago y el Sargento Bracamonte observaban al médico mientras este hacia el

esfuerzo por escribir sobre un formulario de papel bon, y trataba de iluminarse

con su lámpara de mano que había apoyado en la librera, en ese momento llamó

a su auxiliar, el cual también hacía de motorista, el Forense se colocó en sus

manos guantes de látex color blancos, el auxiliar hizo lo mismo, mientras el

médico comenzó a hacer descripciones técnicas de los hallazgos en el cadáver, el

auxiliar le acomodaba lo que había quedado del cuerpo, para que tuviera mejor

visibilidad en sus afirmaciones anatómicas.

- El cadáver lo llevaremos a autopsia para determinar la causa de la muerte -inició

el Forense y continuó-…Podemos observar que se trata de un cuerpo al parecer

de una persona del sexo masculino, que se encuentra desnudo sobre una cama

lanzado sobre su vientre. Presenta cercenamiento de la cabeza y ambas pierna y

que no se encuentran a la vista, las cuales por el tipo de cortadura, pudo haber

sido cometida con un objeto cortante y contundente…un corvo…o hacha…el

cadáver tiene las manos hacia atrás con los dedos pulgares amarrados

fuertemente con una malla o cordel, en el pecho encontramos un conjunto de

heridas o mas bien un número 6 y un numero 1, el cual fue escrito sobre la piel

con una navaja u objeto cortante y punzante, los números tienen un tamaño de

trece centímetros cada uno, además se observan quince quemaduras al parecer

realizadas con cigarrillo distribuidas de forma desordenada en la espalda, el

abdomen no presenta lesiones visibles, además de no encontrarse en el lugar la

cabeza y una de las piernas.

Luego de realizar otra búsqueda mas pormenorizada sobre el cadáver y no

encontrar otras lesiones, pasó a identificar la pierna que colgaba, describiéndola

como la Izquierda, y que evidentemente había sido cercenada con violencia del

cuerpo que se encontraba en la cama. Cuando el médico había terminado, uno

de los técnicos ya había encontrado el Documento Único de Identidad del

cadáver, en una cartera de bolsillo que se encontraba en un Pantalón jeans,

Page 22: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

22

tirado en el suelo, que además tenía en su interior, un carné con el Número de

Identificación Tributaria, una fotografía pequeña, dos tarjetas de presentación y

tres dólares.

- Era un hombre mayor de setenta años y respondía al nombre de Mario Gonzalo

Urbina - dijo el investigador-.

- ¿Y que ha dicho la testigo que dio aviso?, ¿La han entrevistado?-pregunto el

Sargento Bracamonte-.

- Sí, pero no de manera formal, lo único que ha mencionado es que cuando eran

como las siete de la noche observó a un baboso que le dicen “El Palo”, que es

miembro de la MS, y que merodeaba la zona- respondió el investigador-.

- Es necesario aplicarle el régimen de protección de testigos- dijo Santiago-, por lo

que entrevístenla en la sede Policial, lo mismo hagan con los otros testigos que

encuentren.

- ¿Y los familiares del occiso, están presentes? - preguntó el Sargento Bracamonte

al investigador-.

- No, Dicen que vivía solo, lo único que tenemos son unos números de teléfono,

que encontramos escritos en un papelito que estaba en la cartera, creo que uno

podría ser el de alguna hija o hermana, pues dice Mélida Urbina Anaya.

En ese momento se escucharon gritos de asombro que provenían de los curiosos

que se encontraban afuera, mientras un policía, les gritaba que no se acercaran,

los que se encontraban en el cuarto salieron para verificar que era lo que

pasaba, mientras un agente se acercaba y les dijo:

- Encontramos la otra pierna, la cabeza y dos casquillos de pistola, también hay un

chucho ( perro) muerto,

Santiago y El Sargento Bracamonte caminaron cerca de cuarenta metros hasta

llegar a un cerco de alambre, que dividía un terreno de una quebrada de aguas

negras, se tuvieron que hacer paso a empellones entre los curiosos que

mostraban resistencia a retirarse del lugar, en el cerco observaron la pierna

Page 23: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

23

derecha que colgaba entre la alambrada, la cual había sido asegurada con una

parte del mismo lazo que sostenía la otra en el cuarto y la cabeza con una

mordaza bien apretada en la boca y los ojos abiertos con una expresión de

horror, se encontraba ensartada en un poste del cerco de alambre, como a un

metro de distancia de la pierna , los agentes habían ubicado dos casquillos de

pistola, como a tres metros de donde se encontraba la pierna y un perro yacía

muerto, a una distancia de cinco metros.

- Este hijueputa, nos quiere dar un mensaje- dijo El sargento Bracamonte-

- Y téngalo por seguro que lo ha logrado- contesto Santiago-.

Page 24: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

24

III

El Emisario del Diablo

El día domingo por la mañana, Santiago tomo el teléfono, le molestaba realizar

aquel tipo de llamadas, pues implicaba tratar lo más que se pudiera de

acolchonar el golpe que iba a descargar, marco el número, esperó, y a los cuatro

tonos la voz de una mujer contesto.

- ¿Aló, dígame?

- Buenos días, ¿con la señora Mélida Urbina Anaya?

- ¿Sí con ella habla, que deseaba?.

- Mi nombre es Santiago Amaya, soy Fiscal de la Ciudad de San Vicente y le hablo,

para preguntarle ¿si conoce usted a don Mario Gonzalo Urbina?

- Sí, él es mi padre, ¿le pasa algo?

- Quiero decirle que tengo malas noticias

- ¿Qué? ¿Qué le paso…?

- Su padre, murió anoche, a sido víctima de un asesino, que se introdujo en la casa

donde vivía…

- ¡Dios mío¡....no mi viejito no… yo le rogué que dejara sus miedos y se viniera a

vivir conmigo….hay mi viejito…

En medio de la confusión, Santiago escuchaba voces que de manera frenética le

hacían preguntas desesperadas.

- Lo siento señora, tiene en que apuntar el teléfono de mi oficina, deseo hacerle

unas preguntas para iniciar la investigación; pero esperaré que usted se

tranquilice, mi teléfono celular ya lo tiene registrado en el suyo y le pido que

anote el teléfono del Instituto de Medicina Legal para que coordine la entrega

del cadáver.

Page 25: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

25

- Esta bien…señor Fiscal, dícteme los teléfonos.

Luego de haber cortado la comunicación, Santiago elaboró el informe del turno

de trabajo, marco su tarjeta y abordó su vehículo, era un Toyota Starlet, año,

86, color blanco, y se dirigió a su Casa en la Colonia Altos del Boulevard, en San

Salvador. Cuando iba manejando sobre la carretera panamericana, meditaba

sobre que acciones tendría que tomar en el caso, quería hacerse una idea del o

de los asesinos, de donde vendría el mensaje terrorífico que había o habían

firmado en el cuerpo de aquel pobre anciano, porqué ese nivel de violencia,

quien tendría tanto odio para asesinar de la manera en que lo hizo o lo hicieron.

El celular sonó.

- ¿Aló?

- Señor Fiscal, soy Mélida deseo hablar con usted, sobre el asesino de mi padre.

- Si puede hoy, podríamos vernos a las doce frente al Pollo Campero de la Plaza

Mundo - respondió Santiago-.

- Si, ahorita me preparo, para salir, me espera si llego un poco tarde, es que vivo

en Aguilares. Voy con una blusa azul para que me conozca..

Santiago esperaba sentado en una mesa del área de comida de Plaza Mundo y

vio acercarse a una mujer con blusa azul, a la que hizo señas para que lo ubicara,

era Mélida que luego de los saludos se sentaron.

- Siento mucho lo que le pasó a su papá- dijo Santiago-

- Gracias, un primo hermano, se dirige a San Vicente a tramitar la entrega del

cadáver para velarlo en mi casa, a mi me interesa hablar de su asesino.

- Verdaderamente este asesinato me ha intrigado, horas antes de su fatal muerte

hable con él.

- ¿Cómo?,¿lo conocía?

- No realmente lo conocí esa tarde, llegó preocupado a la sede Fiscal y me comentó

que deseaba denunciar a un sujeto que había visto y que sentía temor que le

Page 26: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

26

hiciera daño, me pareció fuera de lugar la historia pues me dijo que no conocía

al sujeto, no sabía su nombre, pero estaba seguro que era el que desde marzo

de mil novecientos ochenta, lo buscaba para hacerle daño, creí que era

incongruente la situación y le dije que visitara al médico, pero luego de lo que

presencie hoy en la madrugada he quedado aterrado.

- Mi papá sabía que era parte de una lista especial elaborada después del asesinato

de Monseñor Romero, no me extrañaría que su asesinato fuera ejecutado con

lujo de barbarie…- Respondió Mélida-

- ¿Explíqueme eso de la lista especial y que relación tiene con el asesinato de

Monseñor Romero?

- Antes de explicar lo de la lista y lo de Monseñor, es necesario que entienda parte

de la historia de mi papá. Mi padre, fue un sobreviviente de la represión

desatada por los Escuadrones de la Muerte en las turbulentas décadas de los

sesenta, setenta y ochenta, fue un catequista fundador de la Federación de

Campesinos Católicos de El Salvador, conocida como FECCAS, él se incorpora

con conciencia, cuando aún yo no había nacido, en el año de 1969. Su misión

pastoral como decía, era la de abrir la mente a sus hermanos y hablar

claramente de que habían unos explotadores y otros explotados. Mi padre

siempre fue claro en decir que a las mentes honradas se les comenzó a descubrir

la situación real del país. A él le tenían mucho respeto sus amigos en el campo, la

mayoría de ellos fueron asesinados por los Escuadrones de la Muerte. Mi padre

le interesaba transformar este país, por lo que con su humildad ayudo a

organizar a los descalzos de todos los rincones de Aguilares. Decía que cuando

la gente comenzó a despertar, empezaron a protestar, luego vieron que la

organización era una verdadera urgencia, por lo que se extendió en todo el país.

Su gran camarada y dirigente del FECCAS, Polín,- Apolinario Serrano-, fue su

catequista, mi papá siempre sostuvo que Polín le abrió lo ojos. Era un campesino

que tenía el don de la palabra, vivía en el cantón El Líbano de Suchitoto, se había

criado, según mi padre cortando caña, los que lo conocieron saben que era un

hombre que hablo de la liberación a través de la palabra de Dios, era muy

inteligente en su modo de educar y para darse a entender trataba de simplificar

Page 27: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

27

las palabras, por ejemplo cuando quería decir el proletariado decía el

pobretariado.

- ¿Y que pasó con él?- Pregunto Santiago-.

- También fue brutalmente asesinado, por los Escuadrones de la Muerte, Polín fue

un hombre muy estimado también por Monseñor Romero.

- Verdaderamente eran unos sujetos irracionales los que mataron a ambos- agrego

Santiago-

- Esa época fue de mucho movimiento misionero, a principio de los años setenta,

llegó a Aguilares el sacerdote jesuita Rutilio Grande, él inició las misiones de

evangelización, con mi padre se hicieron buenos amigos, el apostolado más

importante era hacer una evangelización liberadora en todo Aguilares, decía el

padre Grande, quien junto a muchos catequistas visitaron hasta la última casa

de cada cantón. Pero no solo ellos se organizaron; también inicio aquel

holocausto que exterminó toda aquella gente, que lo único que deseaban eran

mejores condiciones de vida.

- Tengo entendido que al padre Grande, lo Asesinaron también los Escuadrones de

la Muerte- repuso Santiago-, ¿pero que relación tiene todo esto con la muerte

de su padre?.

- ¿Sabe usted cual era la misión primordial de los Escuadrones de la Muerte? -

preguntó Mélida-

- Por lo que conozco, desataron una persecución y eliminación de los opositores

políticos del gobierno de aquellos días- contesto Santiago-

- Y es necesario también agregar que los Escuadrones de la Muerte fueron el

instrumento de terror con el que se protegió, de forma salvaje, un falso

nacionalismo. Esos grupos de asesinos crearon métodos totalmente brutales, en

El Salvador se realizaron las demostraciones más crueles de violaciones a los

Derechos Humanos, las calles y los botaderos de basura eran las vitrinas en la

que se exhibían, cadáveres flotando en ácido, cuerpos sin cabeza, con los huesos

destrozados, mutilaciones sexuales, con los cráneos completamente

Page 28: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

28

desprovistos de piel, se podía observar en algunos casos, la utilización de

maquinaria para destazar reces, exhibiciones terribles de cabezas ensartadas en

los postes de los cercos de alambre, o los cuerpos grotescamente colgando en

las alambradas, cuerpos partidos por la mitad y otras aberraciones creadas por

mentes totalmente torcidas.

- Entonces, por lo que me ha relatado, es probable que uno o varios miembros de

los Escuadrón de la Muerte, de esos terribles días, podrían haber asesinado a su

padre. Pero ¿cual es el poderoso motivo que movió ha este o a los asesinos a

buscar a su padre y asesinarlo con el mismo nivel de barbarie de ese oscuro

pasado?- pregunto Santiago-

Melida, sacó de una bolsa de plástico color blanco que portaba en su cartera,

unos papeles doblados que ya estaban envejecidos por el tiempo, de entres

éstos, tomó la mitad de una página de papel de color blanco percudido, y se la

dio a Santiago, en letras escritas a mano en lapicero azul, estaba la siguiente

inscripción:

Estimados hermanos y hermanas estos son los doce misioneros y misioneras que deben proteger en el nombre de

Dios todo poderoso el anillo que hoy les entrego y tomar como único escudo y espada el amor misericordioso de

la santísima Virgen María. De más esta decirles que como dijo Monseñor Romero, serán perseguidos por la

verdad.

1- Anastasio Aguilar Urquilla,

2- Lucila del Carmen Murcia.

3- Lisandro Flores Cañas.

4- Segismunda Rosa de Méndez.

5- Mario Gonzalo Urbina.

6- María Juana de Paz.

7- Diego Antonio Ramírez

8- Santos Ricardo Rodríguez.

9- Mercedes Artiga de Santos.

10- Marina del Carmen Servellón.

11- Arturo Rafael Peña.

12- Fidelina Elizabeth Nolasco.

Page 29: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

29

Su siempre servidor Justo Mejía.-

15 de abril de 1980

- Ahora si estoy totalmente confundido, pero que es esto… no entiendo,

explíqueme que relación tiene cada una de las situaciones- señaló Santiago,

desconcertado-

- Antes de aclarar su confusión, quiero saber si tiene conocimiento que es una

Cofradía.

- Pues….no estoy seguro.

- Una cofradía es una hermandad de fieles católicos que conforman una unidad de

devoción y adoración a nuestro señor Jesucristo, a la Santísima Virgen María, a

un Santo, o una reliquia de un santo. Las doce personas que están anotadas en

este papel se hicieron llamar la Cofradía del Anillo. Su misión devocional era la

de darle valor de santo a Monseñor Romero después de su asesinato y

transmitirlo a través de su anillo arzobispal, al cual juraron proteger y guardar a

costa si fuere necesario de perder la vida…

- ¿Y como llegó el anillo arzobispal de Monseñor Romero a manos de estas

personas y que relación tiene eso con el asesino de su padre?-interrumpió

Santiago-

- Todo esto, inicio el veinticuatro de marzo de mil novecientos ochenta, Monseñor

Romero oficiaba la misa en la capilla del Hospital de la Divina Providencia, entre

los asistentes se encontraba el señor Justo Mejía dirigente de FECCAS, el era de

Aguilares y muy amigo de Monseñor Romero y lo había ido a visitar desde su

lugar de origen a San Salvador, el accionar de los Escuadrones de la Muerte

estaba en lo peor de sus apogeos, don Justo pudo identificar a un miembro de

los Escuadrones de la Muerte que se encontraba entre los asistentes, lo conocía

pues era uno de los verdugos de la Guardia Nacional, destacado en Aguilares, su

presencia hiso suponer que enviaron a un vigía para presenciar el cumplimiento

Page 30: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

30

del magnicidio, cuando el franco tirador disparó la bala mortal, las personas

presentes gritaron y se formó un desorden, unos salieron corriendo hacia afuera

y otros se dirigieron al cuerpo de monseñor caído en el suelo, Don Justo observó

que debido a la caída violenta, su anillo arzobispal se le deslizo del dedo y salió

rodando hacía un lado del altar mayor, en ese momento observó que el espía de

los asesinos, corrió hacia el anillo para tratar de recogerlo, fue en ese momento

que don Justo le salió al paso y lo empujo y logró tomarlo del suelo, había una

gran confusión, varias monjas y personas asistentes se arremolinaron alrededor

del Mártir asesinado, por lo que no escucharon cuando don Justo, con lágrimas

en sus ojos le dijo al individuo “Maldito seas por siempre vos y los que ordenaron

este sacrilegio y por el poder de este anillo bendito, yo en el nombre del Dios

todo poderoso, te digo que vuestras muertes serán lentas y dolorosas” , esto lo

dijo en medio de su histeria y dolor al observar al profeta y amigo que había sido

asesinado, el escuadronero, trato de desenfundar su arma de fuego pero luego

se arrepintió y salió corriendo de la Capilla. Don Justo guardó el anillo en la bolsa

de su pantalón y luego de ver la inutilidad de cualquier intento de ayudar a su

amigo, dispuso retirarse de la Capilla, caminó sin sentido por las calles de San

Salvador, como un fantasma sonámbulo, el dolor era tan grande que no le

importaba que la gente lo observara que lloraba amargamente mientras

caminaba. Cuando abordó el transporte colectivo hacia Aguilares, había olvidado

que aún portaba el anillo arzobispal de Monseñor Romero en la bolsa de su

pantalón, y fue hasta que llegó a su casa en el cantón donde vivía y mientras

contaba a su esposa la manera de cómo asesinaron a Monseñor Romero, se

acordó que en su bolsa portaba el anillo, el cual sacó, y se sentía culpable de no

haberlo entregado a alguien cercano al arzobispado; luego de hablar con su

esposa, dispuso convocar a los miembros de su comunidad cristiana que

representaba a gran cantidad de gente, y se reunieron de forma secreta y a

puerta cerrada en la ermita del cantón, al encontrarse adentro y hablando en

voz baja escucharon la historia de Don Justo, quien sacó de su humilde pantalón

y envuelto en un pañuelo blanco, la valiosa joya que mostró a todos los

concurrentes, todos los presentes pasaron, cada uno a tocar el anillo, algunos lo

levantaban con respeto devocional y todo el que lo tocaba se persignaba, otros

temblaban cuando el anillo estaba en sus manos y hacían oraciones al cielo,

Page 31: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

31

decían que el anillo los había limpiado de sus faltas, otros pasaban el anillo sobre

una afección o enfermedad y manifestaron sentirse sanos, la comunidad en

medio de aquella salvaje persecución, esa noche realizó una vigilia en memoria

de su Profeta asesinado y decidieron no entregar el anillo, pues Monseñor

siempre les había dicho que su misión era por los pobres y el murió por ellos, por

lo que el anillo le pertenece al Pueblo el cual tenía derecho a rendirle adoración

y respeto por tratarse de la reliquia de un santo. La noticia se regó por todos los

cantones de Aguilares y empezaron a llegar peregrinaciones a adorar el anillo.

Pero también llego a oídos de Roberto D’Aubuisson, quien como usted sabrá, es

el arquitecto de aquel holocausto contra los pobres de este país y el artífice del

asesinato de Monseñor Romero, quien al escuchar la historia del oreja

escuadronero que envió a la Capilla a verificar el asesinato y que le conto la

maldición que Don Justo había realizado en nombre del anillo, creyó en la

Maldición y la paranoia habitual que lo acompañaba, se volvió más torturadora,

por lo que dispuso reunir a la gente de su entorno, para encomendar la misión

de buscar el anillo y apropiárselo para poder destruirlo y con ello anular según

él, la maldición conjurada por Don Justo. Además ordenó el aniquilamiento de

todos los que tuvieran relación con el anillo o lo escondieran. De entre sus filas

eligió a uno de los criminales más desalmado y considerado, aún por sus

compañeros de tortura, como un engendro del infierno, un psicópata que había

hecho de sus crímenes una verdadera profesión y que ante el propio

D’Aubuisson juró buscar el anillo y eliminar a todo aquel que lo escondiera, en

su juramento determinó que su misión la tomaba como algo personal, pues la

maldición lo incluía a él, por lo que juró buscar sin detenerse el anillo y eliminar

a todo aquel que le tenga en su poder o lo esconda, hasta que la muerte lo

detuviera.

- Ahora estoy entendiendo-dijo meditabundo Santiago-

- Luego de eso se desató una persecución de aniquilamiento, que además de incluir

la persecución contra los humildes campesinos señalados como los comunistas

de Aguilares, también inicio una búsqueda de todos aquellos que tenían relación

con el anillo. A Don justo le mando a llamar un Guardia Nacional que era hijo de

una prima de él y había ido a visitar a su mamá y le dijo que era mejor que se

Page 32: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

32

escondiera, porque lo andaban buscando para matarlo, además le contó lo del

criminal que había sido elegido y cual era su misión. Don Justo reunió a los

líderes catequista y les relató de la amenaza que recaía sobre ellos, los líderes

decidieron nombrar a doce custodios del anillo, los cuales debían de esconderlo

y además acordaron borrar todo rastro de su existencia. Luego de una detenida

selección, se decidió por las doce personas que aparecen anotadas en la lista,

entre ellos mi padre, su elección se debió a su fe incuestionable y a su entrega

devocional a la misión de evangelizar. Luego de la selección Don Justo entregó el

anillo junto con ésta nota, a las doce personas que juraron protegerlo hasta la

muerte; a cada uno de los elegidos se les entrego una nota parecida a esta. Don

Justo entregó el anillo y las notas el día quince de abril de mil novecientos

ochenta, cinco días después lo asesinaron de una manera brutal, cuando los

sicarios llegaron a su casa, los acompañaba el asesino seleccionado por el mayor

D’Aubuisson, entró a su humilde casa, y al hacer el registro encontró una copia

de la nota en la que se encontraban los nombres de las doce personas. El

criminal luego de asesinarle, empezó la búsqueda de los que aparecían en la

lista. Los doce elegidos decidieron huir de sus casas, esconderse y proteger a

costa de lo que fuera, el anillo. En una reunión secreta dispusieron llamarse La

Cofradía del Anillo y determinaron un lugar secreto para esconderlo, hasta ahora

siguen en el anonimato.

- Y con el asesinato de su padre ¿cuantos son los miembros de la Cofradía hoy en

día?- preguntó Santiago-

- De los que aparecen en la lista solo se encuentran vivos siete. Un hombre y una

mujer fueron ejecutados, en la persecución de principio de la década de los

ochenta, específicamente en el año de mil novecientos ochenta y tres a manos

del asesino, otra mujer desapareció en mil novecientos ochenta y cuatro y el

penúltimo antes del asesinato de mi padre, fue encontrado no menos de un año,

desmembrado a orillas de un camino vecinal del Puerto de la Libertad, las

piernas, los brazos y la cabeza fueron cortados del tronco, la cabeza fue colgada

de un árbol, sujetada con un garfio de carnicero que el asesino había dispuesto,

con el fin de que los demás miembros de la Cofradía supieran que la persecución

aún no ha terminado, y para que lograran reconocer al cadáver le dejo en el

Page 33: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

33

pecho del cadáver, el Documento Único de Identidad de su víctima, quien en

vida respondía al nombre de Arturo Rafael Peña. A mi padre el asesino lo había

ubicado hace cinco años, y logró escapársele y por eso se fue ha vivir a San

Vicente tratando de esconderse, pero por lo que ha sucedido el asesino lo

encontró y esta vez no pudo huir.

- Y que paóo en la investigación del asesinato del Puerto de la Libertad, arrojo

algún resultado.

- La familia tuvo mucho miedo y no le dio seguimiento al caso, además cuando

llegaron a pedir información de cómo se encontraba la investigación, en la

Fiscalía les dijeron que se encontraba como caso sin resolver y que

probablemente el hecho era producto del accionar de las Maras, creo que hasta

ahora el caso sigue igual- agrego Melida-.

- Sería interesante consultar sobre ese asesinato-respondió Santiago-.

- Esto que le he contado, es algo delicado y lo he hecho con el riesgo de poner en

peligro a los demás miembros de la cofradía que se encuentran vivos, pues usted

sabe que los que se encuentran gobernando el país, rinden culto casi religioso al

que organizo y dirigió el asesinato de Monseñor Romero, al grado de nombrar

plazas con su nombre y portar su imagen en camisetas como si se tratare de un

salvador, por lo que de favor le pido su discreción en este asunto, y lo único que

buscamos es justicia y que sea protegida la vida de personas inocentes.

- ¿Y cuales son los nombres de los miembros de la Cofradía que se encuentran

vivos?-preguntó Santiago, a sabiendas que la pregunta era impertinente-

- Creo que por el momento no le puedo responder esa pregunta, pero ellos han

mostrado interés en buscar una manera de detener al asesino que ya agregó una

víctima más en su siniestra misión, y por eso licenciado, esperaría que usted nos

ayude, y créame que la cofradía del Anillo, estará dispuesta en colaborar en la

investigación.

- Como Abogado Fiscal, estoy convencido que el hecho debe ser investigado, y le

agradezco por haberme tenido la confianza necesaria para contarme estas

Page 34: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

34

cosas, y me comprometo a seguir una investigación en el caso y llevar a este

asesino a la cárcel, y para mayor confianza no me llame licenciado, mi nombre es

Santiago y puede llamarme de esa manera. Una pregunta más sobre este asunto

y que me interesa, ¿sabe usted cual es el nombre del asesino?.

- En la Cofradía del Anillo, es conocido como el Emisario del Diablo.

Page 35: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

35

IV

Justicia para todos

A las diez de la mañana, los Agentes Investigadores ya tenían el informe

preliminar que arrojaba una hipótesis de cómo pudo suceder el hechos y el

posible actor del hecho. El Sargento Bracamonte dormía en una colchoneta que

había colocado sobre el suelo, tratando de descansar del ajetreo de la

madrugada anterior, había dado la orden que nadie de los que participaron en el

procesamiento de la escena se fueran a su casa, hasta haber terminado el

informe y tomar decisiones al respecto. Alguien toco la puerta de su oficina.

- ¿Quién es?- pregunto El Sargento Bracamonte.

- Señor, tenemos el informe preliminar –dijo una voz-

- Que bien, esperen un momento ya me preparo.

El Sargento Bracamonte se frotó los ojos y luego de haberse incorporado, les

pidió que pasaran adelante.

- ¿A ver, que me tienen?

- En la escena – inicio uno de los dos agentes presentes, quien tenía cara de ratón-

recogimos evidencias como pelos, sangre en distintos puntos de ubicación,

como el cuarto donde estaba partes del cuerpo, sobre el rastro de sangre que

dejó el homicida, del cuarto, hasta la alambrada que está a la orillas de la

quebrada, y donde se encontró la pierna y la cabeza, tenemos unas huellas de

zapatos en la escena, que al parecer son de botas Junglas, un trapo en el que

creemos que el homicida limpio el corvo o machete, nueve colillas de cigarrillos

“embajadores”, según el médico el cadáver tenía tres horas de fallecido.

También hemos determinado que el homicida estaba adentro esperando a su

víctima, pues la ventana estaba forzada, ésta conclusión se fortaleció porque

también se encontraron huellas de las botas que le he mencionado, al lado de

afuera en dirección de la ventana. El desmembramiento se llevó a cabo adentro

Page 36: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

36

de la casa, luego de haber decapitado y cercenado de las piernas a la víctima, el

criminal tomó la cabeza y la pierna y las llevó hasta el cerco colocándolas en la

posición que las encontramos, además hemos concluido por medio del informe

preliminar del forense, que el cadáver fue torturado, pues las quemaduras de

cigarro y los números que le marcaron en carne viva en el pecho, fueron hechos

mientras estaba vivo y se encontraba maniatado y con la mordaza en la boca, el

nudo que apretaba los dedos, podemos decir que fue realizado con la habilidad

de alguien que esta acostumbrado a sujetar a sus victimas de esa manera, el

material es un cordel de algodón. En el lugar donde encontramos la pierna y la

cabeza, se encontraron dos casquillos calibre cuarenta y cinco milímetros y un

perro muerto que presentaba dos orificios provocados por proyectil de arma de

fuego en el cuerpo. Hemos entrevistado a la señora Teresa Bermúdez, y se le ha

dado el régimen de Protección de Testigos como ordenó el Licenciado Amaya.

- ¿Y qué nos dice la testigo?- preguntó el Sargento Bracamonte.

- Sobre lo manifestado por la señora, se ha logrado establecer que como a eso de

las siete de la noche, observó a un sujeto al cual sabe que es marero de la MS y

de apodo le dicen “El Palo”; la señora dice que acostumbra llegar con otros

sujetos a realizar escándalos nocturnos y que ha estado detenido en varias

ocasiones, y cuando lo vio lo observo algo sospechoso, y que fue al único que vio

merodeando la zona durante la noche.

- ¿Tenemos ficha del Palo?-interrumpió el Sargento Bracamonte-

- Sí, aquí la tenemos, su nombre es Javier Rivera y esta fichado y desde el año dos

mil cinco, por haber cometidos varios delitos entre los que tenemos: robo

agravado, agrupaciones Ilícitas, desordenes públicos y resistencia al arresto.

- Menudo alacrán se ha metido en el culo este marerito -dijo El Sargento

Bracamonte-.

- La testigo también agregó que como a eso de las doce de la noche escuchó que el

perro de la vecina no paraba de ladrar y no la dejaba dormir, luego de unos

minutos se escucharon dos disparos y el perro dejó de ladrar, y luego de esperar

un rato, decidió abrir un poco la puerta de su casa, y observó que no había

Page 37: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

37

ninguna persona, ni el perro de la vecina en la calle, pero al final del pasaje

observaba, con la poca luminosidad del foco del vecino de enfrente, que la

puerta de la casita de la víctima se miraba como que estaba abierta, la señora le

contó a su esposo que estaba despierto y después de haber esperado un buen

rato, el esposo de la señora decidió ir a verificar si le pasaba algo a don Mario, y

fue cuando se enteraron del asesinato. El perro muerto, efectivamente es el de

una vecina que reside en el mismo pasaje

- ¿Tenía enemistades la víctima?- interrogó el Sargento Bracamonte-

- Pues dice la testigo que el señor era una persona muy amable y que no se metía

con nadie, además era muy católico, en el pequeño patio de su casa impartía la

doctrina para los niños de los vecinos para que realizaran la primera comunión,

todos los vecinos los estimaban por ser muy colaborador, también afirman que

aconsejaba a los muchachos del lugar, y todos los vecinos siempre le mostraban

mucho respeto. Dicen que lo visitaba una hija que venía de Aguilares, cada

quince días y su trabajo era de vender libros usados en el mercado de San

Vicente.

- Señores tenemos una testigo que ha señalado a un sospechoso, y estamos dentro

del tiempo de las veinticuatro horas que señala la Ley sobre la detención policial

en flagrancia, por lo que a este pendejo lo agarramos dentro de las próximas

horas, sin orden del Fiscal. Además esta mierda va a traer cola con los Medios de

comunicación, que según me informaron ya vienen a ver el asunto.

Al salir de la oficina los agentes dispusieron preparar el operativo de búsqueda y

ubicación de “El Palo”, en las afueras se encontraban varios periodistas de

diversos medios de comunicación, de prensa escrita, radio y televisión, que al

ver al Sargento Bracamonte salir, lo rodearon e iniciaron un bombardeo de

preguntas acerca del hallazgo del cadáver; una joven reportera de la

telecorporación le insistía preguntándole si la manera de cómo se encontraba el

cadáver era producto de alguna secta satánica, otro le preguntaba si el fallecido

era miembro de alguna mara, y otro especulaba si esto podría ser venganzas,

resultado de algún ajuste de cuentas, producto simplemente de la violencia

Page 38: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

38

cotidiana del país, en el que los altos niveles de violencia son el común

denominador.

- Por ahora no les podemos dar mayor información, pero hemos logrado algunos

avances en la investigación solo les pedimos compresión, pues trataremos en las

próximas horas de lograr un resultado satisfactorio- El Sargento Bracamonte

logró escabullirse de la avalancha de preguntas, sin dar mayores detalles-.

A las once de la noche con treinta minutos, las fuerzas Policiales, se

encontraban debidamente ubicados, en los alrededores de la pequeña vivienda

en la que residía Javier Rivera, alias “El Palo”, quien era un muchacho de

diecinueve años, que a los cinco años fue abandonado por su madre, luego fue

criado por su abuela, al morir ella, y siendo un menor de diez años, pasó a

conformar el ejercito de niños que son objetos de todo tipo de abusos y que

tienen como destino la calle, la cual es la escuela del crimen por excelencia,

encontró refugio en la Mara Salvatrucha, en la que militaba con orgullo, y que

defendía aún cuando sabía que los agentes de la Policía, lo tenían identificado y

cuando se daba la oportunidad de detenerlo, le propinaban salvajes golpizas.

Javier “El Palo”, se encontraba durmiendo, junto con otros dos miembros de la

mara, antes de acostarse habían compartido un “puro” de marihuana, el cual los

había relajado y se habían dormido profundamente, en su poder tenían un

revolver treinta y ocho milímetros, para resguardo de cualquier mal o para la

ejecución de algún “tiro” como le llaman a los robos y otros delitos. La pequeña

casa estaba fabricada de lámina y se encontraba ubicada en la colonia conocida

como El Cumbo, a las afueras de la ciudad de San Vicente. Los miembros de la

unida especializada de la policía, comenzaron el sigiloso desplazamiento hacia la

pequeña covacha de lámina. Estando frente a la puerta, una voz ronca y que

provenía de un Agente grandulón que de apodo le llamaban “chiquitón”, decía.

- ¡Abran la puerta, policía¡¡¡

Al mismo tiempo pegó un fuerte golpe con un ariete que portaba en sus manos,

la puerta fue violentamente arrancada de dos fuertes golpes, los agentes

entraron alumbrando con sus linternas, que llevaban ajustadas a la boquilla de

sus armas automáticas, con las que apuntaban hacía adentro del pequeño

Page 39: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

39

recinto. “El Palo” y sus compañeros, se despertaron confundidos por el alboroto

policial, por lo que trataron de escapar por un agujero en una esquina, pero por

el lado de afuera otros agentes estaban a la expectativa esperando cualquier

intento de fuga, al observar que uno a uno salían por el hoyo, procedieron a

embestirlos con fuerza física, en la arremetida se dió la lucha cuerpo a cuerpo,

hasta que fueron reducidos y esposados con las manos hacia atrás, y tendidos en

suelo, como si se tratare de garrobos después de ser cazados. El Sargento

Bracamonte se acercó a los tres capturados, los cuales se encontraban tirados en

el suelo, y solo en calzoncillos como vestimenta y luego de identificar a “El

Palo”, le dijo:

- ¿Ya te llevo putas Palo, a vos y a estos dos pendejos?….

- Vos come mierda perro, serote- respondió “El Palo”-

- Quiero verte, cuando te estén condenando a treinta y cinco años por el que

mataste ayer en la madrugada, ahí quiero que me digas perro.

- De que estas hablando chafarote de mierda, yo no he matado a nadie.

- Miren para evitarnos tanto leguleyo, por que no aceptan que ustedes tres

mataron al viejito, así nos evitamos tanto papeleo, y por lo menos van a quedar

con la conciencia tranquila de que aceptaron que ustedes fueron.

- Nosotros no hemos matado a nadie- refutó otro de los capturados-

- Y aunque no acepten, de todos modos tenemos pruebas y con lo que hay, puedo

decirles que ya se la comieron, por ahora se van hacer famosos con esa gracia

que hicieron, lacras de mierda.

Luego de eso fueron conducidos a la delegación policial, en donde habían

empezado a llegar periodistas de todo tipo, cuando eran bajados del carro

patrulla, se podía ver a la lejanía las explosiones de Luz, provocadas por las

cámaras fotográficas, que iniciaron una frenética persecución de la mejor toma

para los periódicos amarillistas, que las pondrían en la primera plana al día

siguiente.

Page 40: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

40

V

Conjeturas

Santiago Amaya, llegó a la sede la de la Fiscalía a las ocho de la mañana el día

lunes, mientras manejaba hacia el trabajo, por la radio se había enterado de las

capturas que estaban relacionadas con el asesinato del padre de Mélida, al llegar

a la Unidad, informó al jefe las circunstancias que él tuvo a la vista en el

procesamiento de la escena, el jefe que era un hombre de poca experiencia

dentro de la investigación del delito, arreglaba los asuntos con soluciones que

en muchas ocasiones no eran congruentes con la aplicación de un criterio que

conllevara la aplicación debidamente equilibrada de la Justicia, por lo que los

Fiscales a su cargo lo consideraban un mediocre, por otra parte los jefes en la

Fiscalía a nivel general, eran elegidos tomando como parámetro la confianza y su

lealtad a los lineamientos del partido oficial, por lo que la administración de sus

actos estaban dirigidos por injerencia de intereses, que afectaban el ejercicio

debido de la acusación Penal, y de esa manera se vulneraban Derechos

Fundamentales de personas que eran acusados injustamente. La Policía se había

convertido en una herramienta represiva, pues el auge delincuencial era

totalmente desmedido y los altos dirigentes del gobierno trataban de detenerlo

con el endurecimiento de Leyes, contra el crimen y la creación de nuevas Leyes

cuyo contenido era altamente represivo y para darles valor de solución ante la

sociedad, desplegaban un bombardeo publicitario que generaba por lo menos el

conformismo que las cosas podrían mejorar, sin embargo, el fondo del asunto

eran el desempleo, la pobreza extrema y la marginación, marcaban cada año una

distancia significativa. En los últimos meses se había aprobado por parte de la

Asamblea Legislativa una Ley conocida como Ley Especial contra el crimen, la

cual aplicaba criterios más represivos en contra de los miembros de las maras y

otro tipo de personas; el criterio Político fundamental para que se procesara a

las personas con esta Ley, era que la ejecución del delito hubiese provocado un

escándalo mediático de consecuencias necesarias en la población. La Ley no era

ejercida por los tribunales comunes, sino que se habían creado Juzgados que se

Page 41: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

41

les llamaba “especializados”, los cuales eran conocidos en el ambiente de

abogados defensores, como “las maquilas” de las condenas, pues tenían la fama

de que todo el que caía en sus redes, tenía como fin irremediable ser condenado

fuera o no responsable, pues en definitiva la decisión final la tomaba un solo

Juez, contrario a los tribunales comunes los cuales tienen como elementos

principal la participación colegiada de tres, esto genera una adecuada

deliberación en la valoración de la prueba, para obtener un resultado sin vicio al

concluir la Vista Pública. Esa mañana el Jefe de la Unidad de Homicidios, a quien

se le conocía como Licenciado Sepúlveda quien era un hombre alto con una

barriga prominente, y que al escuchar el informe preliminar de Santiago, le dijo:

- Por lo que he visto en el Diario de Hoy y la Prensa Gráfica, esos tres sujetos están

“cocidos”, y al tener las diligencias policiales usted debe proceder a presentar la

petición de detención en contra de los sujetos y para no complicarnos mande el

proceso al Juzgado Especializado.

Santiago, le comentó lo que le había sucedido la tarde del sábado, cuando don

Mario llegó a la sede fiscal y le relato sobre el hombre que lo buscaba,

Probablemente para hacerle daño. El Licenciado Sepúlveda le increpo diciéndole

que la víctima tal vez quería explicar que los tres capturados lo querían matar y

por temor no quiso individualizarlos, además si hay un testigo que señala a uno

de los que participaron en el hecho, no había por qué complicarse por lo que

correspondía realizar el trabajo. Santiago se dió cuenta que no era conveniente

explicar el encuentro con Mélida, entendió que hablar de esas circunstancias no

abonaría en nada frente a un individuo, cuya única visión del caso era la que se

le había presentado de primera mano, por lo que decidió darle un seguimiento,

utilizando las herramientas que el mismo trabajo le había proporcionado, para

ello debía seguir la pista de un sujeto que le había creado un escenario distinto,

del que por años había enfrentado en la Fiscalía en los diversos casos que había

resuelto con mucha dedicación, tratando de respetar los cánones establecidos

por las Leyes y el señalamiento debidamente fundado de la Acusación Penal, sin

especulaciones y sin llegar a la miseria humana de fabricar prueba en contra de

personas inocentes. Esa mañana Santiago Amaya estaba determinado a iniciar la

búsqueda del Emisario del Diablo y llevarlo ante los tribunales comunes para que

Page 42: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

42

fuera Juzgado por el o los crímenes en su contra. Inició su tarea con una llamada

a la policía, acerca del informe preliminar de la investigación. El informe era el

mismo que conocía el Sargento Bracamonte, quien se encontraba de día libre,

Santiago realizó varias anotaciones sobre los resultados preliminares, tratando

de empezar a hilvanar las pruebas.

- ¿Dígame?- preguntó Santiago a uno de los investigadores del caso- ¿han logrado

determinar cual es el significado del número 61, que fue marcado con una

navaja o algún punzón, en el pecho de la víctima?

- Eso aún no lo hemos determinado.

- ¿Y la botas Junglas, son las que usa el Ejército?.

- Así es Licenciado. Y parece que son número cuarenta

- ¿Y lo del nudo en los dedos pulgares, hay alguna explicación sobre eso?.

- Bueno lo que tenemos según menciona un subinspector de la Delegación Policial

quien fue miembro de la Guardia Nacional, por los años ochenta, él dice que

dicho nudo era el que en tiempos de la Benemérita aplicaban a los capturados,

esto lo hacían en lugar de utilizar esposas.

- ¿Y los casquillos encontrados de que calibre son?

- Cuarenta y cinco milímetros.

- Y a los mareros que capturaron les encontraron algo relacionado con la Escena

del delito?

- Aún no, la pistola que se les encontró es un revolver treinta y ocho.

- ¿Y el calzado de los capturados tienen alguna relación con las huellas

encontradas?

- No. Los zapatos que les encontramos son zapatos deportivos.

Luego de haber obtenido el informe Policial, Santiago pasó a examinar los datos obtenidos en la reunión con Mélida, en la que se había comprometido a darle un seguimiento de investigación con suma discreción, pero para eso necesitaba que le proporcionara los documentos que

Page 43: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

43

portaba junto con la lista, en la que se encontraba la Cofradía del Anillo. Mélida mostró preocupación por haber develado un secreto que su padre y la Cofradía le habían encomendado guardar, aunque ella también le había advertido a su padre, que en el caso que el fuera objeto de persecución o de otro daño, ella se encargaría de buscar ayuda, pues no permitiría que el asesino quedara impune. Santiago recibió de ella los documentos relacionados con la Cofradía del Anillo, y le prometió no mostrarlos a ninguna persona, se comprometió a investigar al asesino y si era posible llevarlo a la Justicia, aunque esto implicaba enfrentarse a fuerzas oscuras. Cuando se despedían, él le ofreció llevarla a la Terminal de buses hacia Aguilares, ella gustosamente acepto, al iniciar la marcha, Santiago estaba no solo fascinado con la historia de la Cofradía del Anillo, sino de aquella mujer que a sus treinta tres años era un ejemplo de la belleza salvadoreña, morena, de busto hermoso y caderas que marcaban una esbelta figura femenina en su pantalón Jeans, su rostro era delicadamente bello y su pelo recogido le daban un candor delicado, sin la utilización de maquillaje, Santiago pudo observar que los hombres que la encontraban cuando salían de Plaza Mundo la miraban con ojos de lascivia, que luego de haber pasado frente a ellos, volvían para observar su espalda y cadera. Cuando llegaban a la terminal, Santiago deseaba conocer mejor a Melida, a la que ofreció llevar a su casa, En el camino hacía Aguilares iniciaron una conversación fraterna en el que Santiago le contó su situación de divorciado, sin hijos y viviendo solo en una casa, además la historia de una relación amorosa que se volvió un fastidió y de la que habían decido con su pareja, darse un tiempo para lograr tomar una determinación de seguir o terminarla de un tajo. Mélida por su parte, le relató de su hijo de cinco años el cual llevaba el nombre de su abuelo, era una mujer soltera, sin compromiso; los hombres –dijo- quieren tener esclavas y ese modo de ver a las mujeres es una constante en nuestra sociedad, son educados desde pequeños, a ver a la mujer como una cosa, no como un ser que siente, que ama y que tiene aspiraciones de desarrollo personal como cualquier otro ser humano; Santiago se quedó sin palabras ante el señalamiento, sin embargo le manifestó el respeto hacia su manera de ver la relación entre el hombre y la mujer. En la conversación Mélida le contó que era dirigente de un movimiento de Mujeres, las cuales se hacían llamar “Mujeres Libres”. Los medios de comunicación machistas, nos tildan de ser un movimiento radical en nuestras posturas, pero en un país como este hay que ser realistas, por eso hay que pedir lo imposible - señaló-. Luego de haberle dejado cerca de su casa, Santiago salió hacia San Salvador, diciéndose a sí mismo -Que te pasa Santiago, te estas comportando como un adolescente, o es que esa mujer te ha atravesado, solo espero no enamorarme de algo imposible.

Luego de hacer la reflexión del encuentro con Mélida, Santiago pasó a revisar los

Papeles doblados que se encontraban en la bolsa plástica, los comprobó uno a

uno y se encontró con notas bíblicas que no le generaron interés, un manuscrito

sobre como preparar a las pastorelas, un rosario gozoso, un catecismo, tres

copias de homilías de Monseñor Romero; pero entre estos encontró un

manuscrito, al leer el inicio, se entero que se trataba de una carta, la cual

literalmente decía:

13 de agosto de 1982.

Estimado Hermano, espero que Dios todo poderoso lo proteja y lo guié en su peregrinar, luego de este corto

saludo paso a lo siguiente.

Page 44: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

44

Es necesario que sepa, que mi familia ha tenido que salir huyendo hacia Honduras, aún lugar llamado Mesa

Grande, hemos pasado muchas penurias pues abandonamos nuestras casas dejando nuestros cuchitos, las gallinas y las dos

vaquitas, no logramos sacar nada ni otra mudada, lo que nos conforta es que salimos vivos, gracias a Dios y a un amigo que

nos llegó a contar que la Fuerza Armada había iniciado un operativos militar llamado tierra arrasada, por lo que desperté a

mis hijos y logramos salir con vida. Así como están las cosas con la guerra, esto se va a poner peor, y todo aquel que se

queda en su casita lo tildan de subversivo y lo matan, Yo ahora estoy en San Salvador, he encontrado un señor bueno que

me ha dado trabajo de vender diarios todas las mañanas, me toca caminar mucho, pero hay la vamos pasando.

Pero me interesa hablarle del Emisario del Diablo, En San Salvador, cerca del cuartel Zapote me encontré con

un muchacho que es teniente del Ejercito, hijo de doña Mercedes, la esposa de Jeremías Abarca, que vivían cerca de la

ermita, y este muchacho me saludo y se sorprendió de verme en la ciudad y nos pusimos a platicar y me dijo que el sabía

de una lista que cargaba un Agente Especial de la Guardia Nacional del cual desconoce el nombre, y que en esa lista había

visto mi nombre, el teniente me dijo que tuviera cuidado pues el agente especial pregunto a varios oficiales si sabían de ese

grupo de terroristas que aparecían en la lista y que ocultaban una información de inteligencia, y que todos tenían que ser

aniquilados por ser de alta peligrosidad. Yo le pregunte como era el Agente y el muchacho me dijo que lo reconocería por

una cicatriz que se le puede ver claramente entre la nariz y la oreja izquierda, sus ojos son negros, su voz es ronca y de piel

blanca.

Espero estimado hermano que le sirva lo que hoy le escribo, y en cuanto a nuestra misión le puedo decir que me

siento feliz pues nuestra encomienda sagrada se encuentra bien protegida.

El que le entrega esta carta es mi sobrino, no le tenga desconfianza.

Lisandro Flores Cañas

Dispuso llamar a la sede Fiscal del Puerto de la Libertad, pidió que le

comunicaran con la Unidad de Homicidios, después de un intercambio de

información en cuanto al asesinato de don Arturo Rafael Peña, le pasaron con el

Fiscal asignado al caso, Santiago percibió que por su manera de hablar se

trataba de un novato.

- Aló, el licenciado Jovel a la orden?, ¿dígame que desea?- dijo la voz-.

- Disculpe mi nombre es Santiago Amaya, Soy fiscal de la sede de San Vicente, y me

encuentro en una investigación en la que necesito información acerca del

asesinato de una persona quien respondía al nombre de Arturo Rafael Pérez, y

que me han informado que usted es el Fiscal de ese Caso.

- Ah, ya se de que caso me habla, es de un señor que le cortaron las piernas, los

brazos y la cabeza, que por cierto la habían dejado en la rama de un árbol

colgada con un garfio de los que usan los carniceros, ese caso sucedió a

mediados de mayo del año pasado

Page 45: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

45

- ¿Y tienen algún sospechoso del hecho?

- Aún no, el caso se encuentra sin resolver…en esa cuestión creo que no se va a

llegar a nada, y la única sospecha que existe, es que sea producto del accionar

de las maras, esos cabrones ahora andan dejando cuerpos desmembrados en los

parques; otro día escuché en las noticias que en el parque Libertad de San

Salvador, encontraron una cabeza en una bolsa, y el cuerpo lo encontraron en el

río Acelhuate, y según dicen fueron los de la mara dieciocho…

- ¿De los hallazgos en el cuerpo me puede dar alguna información?

- ¿Dígame que tipo de información?

- ¿Encontraron algunas evidencias o marcas curiosas sobre el cadáver o cerca de

este?

- …Sí, en la cara; en la mejilla derecha le habían escrito un seis y en la izquierda un

número uno, esto lo habían hecho con un cuchillo, las heridas que provocaron al

hacer estos números eran profundas…otra cosa fueron los brazos, los cuales

estaban cortados del cuerpo como a cinco metros de este y se encontraban

unidos de los dedos pulgares atados por un cordel.

Luego de terminar la conversación y colgar el teléfono, Santiago pensó- que nos

quiere decir con el número sesenta y uno, este desgraciado-. Ese día lo pasó

tratando de poner al día el trabajo, asistió a dos audiencias en el Centro Judicial.

El Emisario del Diablo le tamborileaba en la cabeza y esperaba encontrar un

error que hubiese cometido en su cruzada de asesinatos. Cuando salió del

trabajo, decidió caminar y buscó un acomodo en una de las bancas del parque

central de San Vicente, observó la torre que se erguía en el centro del parque,

para los vicentinos es un símbolo ciudadano y según le contó un amigo oriundo

de la ciudad, su construcción fue terminada en 1930, y se encontraba dañada

debido a los últimos terremotos. Compró una minuta ( hielo granizado con

jarabe de sabor) para mitigar el calor, a un vendedor que empujaba un carretón

y tocaba una campanilla, luego de sentarse paseó su mirada a los que se

encontraban en los alrededores del parque, esperando ver a alguien con una

cicatriz en su rostro, observó a un hombre que caminaba de prisa, luego a un

Page 46: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

46

grupo de tres que se encontraban como a diez metros de distancia, los cuales

reían de alguna gracia, una señora que vendía “atol chuco” (atol de maíz) y su

clientela como de cinco personas, entre hombres y mujeres que resoplaban cada

uno su huacal de morro, con el delicioso contenido que disfrutaban con “pan

francés” ( pan común), al otro lado del parque, un grupo de cuatro prostitutas

adolescentes esperaban “clientela”, el Emisario del Diablo se le convertía en una

silueta tenebrosa que se escondía como un camaleón entre las personas

comunes y corrientes. Santiago se dijo así mismo- para lograr encontrar el

sendero de su rastro, debo saber ¿quien es?, ¿como piensa?, ¿cuantos años

tiene?, ¿donde podría ser su próximo asesinato?, ¿quienes son los miembros

que aún viven de la Cofradía del Anillo?.

Santiago Amaya, se levantó de la banca de cemento y del parque se dirigió a pié

a un ciber-café, que se encontraba a unas pocas cuadras al oeste de la ciudad,

pidió al muchacho dependiente que le diera un tiempo de navegación. Al

encontrarse sentado frente a la computadora buscó en Google “Escuadrones de

la Muerte en El Salvador”, se sorprendió por la enorme cantidad de información

que había sobre el tema, entrevistas, denuncias públicas, informes de

organismos Internacionales sobre Derechos Humanos, relatos etc., al seguir su

búsqueda le interesaron once sitios, de los cuales habían entrevistas a

miembros de Escuadrones de la Muerte de El Salvador, que se encuentran en

Estados Unidos viviendo como personas normales y que fueron abordados por

periodistas estadounidenses de periódicos de prestigió en ese país, el problema

que enfrentaba era como contactarlos, si son gringos –se dijo- hablan inglés y

creo que sería muy difícil lograr platicar con ellos, luego de un tiempo de más

búsqueda, encontró un sitió en el que un periodista Puertorriqueño de nombre

Ramón Batances, le había dado seguimiento a la masacre de los Jesuitas de la

UCA, desde el año de 1989 hasta que terminó el Juicio. El periodista trabajaba

para un Periódico de prestigio en Estados Unidos y había realizado entrevistas a

varios miembros del temido Escuadrón de la Muerte de la Guerra sucia en El

Salvador, conocido como “Los Maneques”, que se encontraban gozando del

sueño americano. Uno de los artículos tenía como titulo “El Salvador, una guerra

sucia en nombre de la libertad”, en dicho artículo realizaba comentarios sobre la

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47

formación de los Escuadrones de la Muerte y su gran despliegue de violencia en

el País, al pié de dicho artículo aparecía el correo electrónico personal del

periodista. Santiago abrió su cuenta de correo, vaciló y luego escribió:

“Estimado señor Ramón Batances, lo saluda un ciudadano Salvadoreño, que desea

compartir con usted, información concerniente a los Escuadrones de la Muerte. Me

urge tener su apoyo profesional, la vida de personas inocentes depende de eso”

Santiago Amaya

Santiago pasó a revisar los sitios concernientes a la muerte de Monseñor Oscar

Arnulfo Romero, del cual como se esperaba, había una infinidad de información,

leyó un artículo que daba detalles de la muerte y cómo los criminales

organizaron su muerte, observó las fotografías del momento en que estaba

siendo atendido en el suelo, al interior de la capilla Divina Providencia, se le

podía observar que vestía su sotana arzobispal y sangre en su rostro, se

preguntó –se encontrará Don Justo en estas tomas- se convenció que fue un

asesinato ingeniado por mentes maniáticas que debieron haber recibido su

castigo de Ley, Santiago buscó información Sobre “la Guardia Nacional de El

Salvador”, y su sorpresa se maximizó al encontrar un portal dedicado

especialmente al heroísmo de la Guardia Nacional, unas letras en Azul decían “El

Honor es nuestra Divisa“ y en el contenido se podía obtener información de su

fundación, de sus actos heroicos y como defendieron al país de la amenaza

terrorista, Santiago se dijo – Como es posible que le den calidad de héroes a un

instrumento del terror y represión de aquellos días-. Santiago había pasado

cerca de tres horas revisando información diversa, guardó lo que pudo en su

memoria USB, y se retiró del ciber. Manejando hacia su casa sobre la carretera

panamericana, reinaba la noche, al pasar por el lugar conocido como desvío de

San Vicente, que es una intercepción en el que hay varios calles que se desvían

hacia poblados cercanos, en ese lugar según había leído aparecían muchas

personas asesinadas en circunstancias similares a los asesinatos del Emisario del

Diablo, Santiago sintió escalofrío se imaginó a los verdugos de aquellas personas,

viviendo en plena libertad, se sintió vulnerable; doy gracias –reflexionó- que en

esa época solo tenía once años de edad, que estúpido es creerse el cuento que

aquí vivimos en un sistema de Libertades, sin tomar en consideración que para

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48

lograr ese sistema habría que iniciar juicios contra esa caterva de criminales.

Pasó a cenar en un comedor cercano a su casa, que cerraba pasadas las diez de

la noche, cuando comía el celular sonó.

- ¿Aló, diga?

- Hola soy Mélida, necesito hablar con usted.

La voz se le escuchaba con un tono de nerviosismo.

- Bueno dígame dónde y cuándo y ahí estaré.

- Creo que es necesario que usted se reúna con la Cofradía del Anillo, una de sus

miembros, ha desaparecido hoy, ya se intentó buscar por todos lados y no la

hemos encontrado, no sabemos que hacer…

- Entiendo, por el momento todos los miembros deben cambiar su rutina o por lo

menos deben mantenerse lejos de todos los lugares que frecuentaban.

- Por ahora todos están seguros-señalo Mélida-.

- Creo que él tiene algo que no tenía-repuso Santiago-.

- ¿Algo?… ¿cómo qué?

- Por el comportamiento que esta mostrando, puedo decir que todo este tiempo

atrás paso recogiendo y procesando información, ubicando lugares, calculando

el nivel de riesgo en su contra, y elaborando la manera de cómo ejecutará cada

asesinato. Solo esperemos que la persona que se ha extraviado, no haya caído

dentro del plan siniestro.

- O sea que en estos últimos años ha estado elaborando un plan para asesinar a la

Cofradía del Anillo y ahora ha pasado a la fase de ejecución-repuso Mélida-.

- Así es, pero no solo se trata del asesinato de los miembros de la Cofradía; por la

manera de cómo se han encontrado los cadáveres, estos fueron torturados con

el objeto de obtener la información que a él le interesa y hasta ahora ninguno de

los que lamentablemente han sido asesinados le ha dicho y es donde se

encuentra el tesoro del cual ellos son sus guardianes.

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49

VI

La Justicia no es un asunto de palabras

Eran las diez de la mañana, el Sargento Bracamonte se encontraba impartiendo

ordenes por radio comunicador desde su oficina, esa mañana los tres acusados

de la muerte de Don Mario Urbina, tenían que ser puestos a la orden del tribunal

especializado, le había extrañado la manera displicente que había adoptado el

Fiscal, pues lo conocía de años y sabía que Santiago Amaya, era uno de esos

sujetos que escarban profundo para encontrar lo que desean en los casos de

investigación a su cargo, optó por llamarle por teléfono, al hablar con él, le

extrañó que le haya respondido sin mucho interés por los tres sujetos, también

le pidió que se reunieran dentro de una hora en la sede fiscal, el Sargento

Bracamonte se presentó a la hora fijada para la reunión y luego de un

intercambio de saludos de cortesía se sentaron.

- Sargento lo he llamado porque me interesa despejar algunas dudas concernientes

al caso del asesinato de Mario Urbina, creo que es necesario atar unos cabos

sueltos, en cuanto al actor material del hecho, sobre ese aspecto la acusación en

contra de los capturados es infundada, pues solo tenemos un señalamiento

presunto de una testigo que observa a uno de ellos cerca de la escena del

crimen, luego los actos iníciales de investigación posteriores a la declaración, no

arrojan elementos vinculantes que podrían ayudar a esclarecer en primer lugar

la descripción de cómo pudieron haber sucedido los hechos, en este aspecto

carecemos de la relación lógica en la cadena de acontecimientos por lo que ésta

tiene una enorme cortadura cuando al confrontar los indicios obtenidos en la

casa en la que fueron capturados los sospechosos y los encontrados en las

escena del delito no se logra una aproximación de congruencia. De esa manera

no se puede construir mínimamente la certeza de que ellos participaron en el

hecho, y lo que tenemos son ambigüedades que generan inconsistencias en la

participación de los implicados, pues si uno de ellos fue visto merodeando la

zona, no se les puede imputar una conducta si esta no se encuentra relacionada

con los elementos de intercambio necesarios entre la escena y el o los sujetos,

Page 50: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

50

sus pertenencias y la casa en la que fueron capturados, para poder fundar una

Acusación Penal. Por lo que mi primera conclusión es que estos tres individuos

no son los actores del homicidio agravado, en perjuicio de la vida de Don Mario

Urbina.

- Pero a esta altura y con toda esta bulla que se ha desatado en los medios de

comunicación, cual sería la posición más pertinente, pues lo que está diciendo

usted, abre otro agujero profundo y la puta pregunta es: ¿entonces quién o

quienes mataron a este hombre?, pues yo también estoy claro que aún en los

Juzgados especializados este caso así como lo tenemos, esta para perderlo sin

mucha discusión –contestó El Sargento Bracamonte-.

- Sobre ese asunto quiero platicar con usted, para que lleguemos a una dirección

más adecuada y logremos ubicar al sujeto que cometió este crimen, del cual

estoy seguro que podemos individualizar, pero para eso tenemos que

remontarnos al pasado, a una historia de la cual en este país se ha tratado de

que se hable muy poco.

- ¿De qué esta hablando Licenciado?

- ¿Ha oído hablar de los Escuadrones de la Muerte?

- Pues si, he escuchado sobre eso, se dice que fue durante la guerra, yo estaba

pequeño, pero me acuerdo de que mis padres comentaban que en las calles

aparecían cuerpos sin cabeza, guindados de los palos, tirados en basureros, y

cuando estuve en la Academia de Policía, habían unos compañeros que se

llenaban la boca hablando de actos heroicos matando terroristas, cuando

pertenecieron a la Guardia Nacional, a la Policía de Hacienda y no se que otra

mierda, porque en ese tiempo los militares ejercían la Seguridad Pública, en lo

personal me formé como Policía, me gusta mi trabajo, entré como cualquier otro

novato a la academia con el deseo de arreglar el mundo.

Santiago pasó a explicarle parte la historia del Emisario de Diablo, mencionó lo

de la lista de la Cofradía del Anillo, dejando claro que había un grupo de

personas que el sujeto tenía dispuesto asesinar y que era una misión que se

había empecinado terminar desde 1980 y que para cumplirla le hacían falta por

lo menos siete personas y encontrar el anillo arzobispal de Monseñor Romero.

Santiago le expuso las coincidencias entre las evidencias encontradas en la

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ejecución del asesinato de Arturo Rafael Pérez, en el Puerto de la Libertad, y el

crimen de Don Mario Urbina en San Vicente, El Sargento Bracamonte mostraba

un rostro reflexivo como si aquella historia lo había sacado de su visión cotidiana

de la delincuencia.

- …No se, pero he quedado un poco desubicado con la historia de este Emisario del

Diablo, el anillo y la tal cofradía, será posible que a esta altura un loco

escuadronero merodee asesinando gente por cuentas pendientes de aquellos

días.

- Los elementos que he analizado hasta ahora, señalan esa dirección-refutó

Santiago-.

- Y lo del anillo de Monseñor…¿quien lo guarda ahora?.

- Esa pregunta no la puedo contestar por ahora.

- Y de esto ya saben los superiores?

- Por eso lo he llamado, usted Sargento Bracamonte, es el único hombre con el que

he tenido confianza en la resolución de los casos bajo mi dirección, y decirle esto

a mi jefe, es para que los miembros del Partido Oficial que dirigen la Policía y la

Fiscalía de este país, le peguen un solo tajo al asunto por tratarse de un tema

que se le ha dado un trato político demasiado sucio, por lo que creo que la

manera en la que manejaremos el asunto es como de delincuencia común, para

que podamos obtener respaldo Institucional sin ningún tropiezo o interés

mezquino, simplemente el caso entrará como uno más en el sistema. Si

logramos presentarlo a los Tribunales Competentes podremos develar la

naturaleza del asesino, pero por ahora es mejor seguirlo con las normas de

discrecionalidad, y apegados a lo que establece la Ley. No me gustaría que en

este caso suceda lo que pasó con el de la niña Katia Miranda.

- ¿Entonces cual es el paso a seguir para detener y colgar de los huevos a ese

hijueputa?.

- Creo que es necesario primero solicitar un Sobreseimiento Provisional a favor de

los detenidos, y fundamentar en la petición ante el Juez, que los elementos de

prueba obtenidos hasta este momento son insuficientes, por lo que se nos debe

otorgar un año para completar la investigación aunque nos llevemos menos

tiempo, para poder obtener los elementos necesarios y acusamos al criminal

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52

que debe ocupar el lugar de estos tres mareros, pero hagámosles ver a estos,

que deben colaborar en la aclaración del hecho, pues sabemos que se

encontraban cerca de donde estaba el cuerpo o lo que quedaba de él, es muy

probable que pudieron haber visto algo.

- ¿Licenciado y como le vamos a hacer con los controles administrativos?, a los

superiores no les va gustar para nada esa solicitud, nos van a tildar de corruptos

o inoperantes, usted sabe que ellos están más preocupados en salir bonitos en la

foto del diario y no apegarse a la legalidad

- Que nos manden las investigaciones que quieran, de todos modos vamos ha

demostrar que teníamos la razón, lo único que no les va a gustar es que les

digamos que este sujeto fue admirador del Asesino de Monseñor Romero, pues

los del Partido Oficial de derecha, consideran a D’Aubuisson un libertador, y por

el otro lado las organizaciones de Izquierda, Organismos nacionales e

internacionales de Derechos Humanos se mantienen pendientes de quienes

fueron miembros de estos grupos de exterminio, que dejaron marcadas a

muchas familias, y cuando escuchen que se está procesando con elementos

suficientes de acusación, por hechos cometidos en este tiempo a un miembro

activo de los Escuadrones de la Muerte, le aseguro que en su repudio social van

a llegar al absurdo de pedir que lo cuelguen si es posible en la Plaza Libertad.

Pero nosotros ni con unos ni con los otros, nuestra misión es llevar al culpable a

los tribunales de justicia para que sea juzgado como cualquier otro ciudadano. Y

si por eso los políticos de la derecha recalcitrante nos echan del trabajo, pues

que podemos hacer, no vamos a ser los primeros ni mucho menos los últimos. -

señalo Santiago con firmeza-

- Entonces Licenciado ¿qué hacemos ahora?

- Demos una visita a los tres detenidos, veamos que nos dicen, solo dígame ¿cómo

les dicen a los otros dos compinches de “El Palo”?

- “El Snayder” y “El Frágil”

Cuando llegaron a las instalaciones de las bartolinas, el agente responsable los

hizo pasar hasta el fondo, en donde habían cuatro bartolinas, una destinadas

para mujeres y tres para los hombres, de las que solo se podía platicar con los

detenidos desde la única puerta fabricada con barrotes y que era el único

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acceso al reducido espacio de cinco por cinco metros, en la que en algunas

ocasiones, se encontraban apiñados hasta veinte detenidos por diversos delitos,

los cuales esperaban ser llevados ante los tribunales, para la realización de las

audiencias y luego salir en libertad o ser trasladados a las penitenciarias del país;

las bartolinas en El Salvador más parecen ergástulas de las que utilizaron los

Españoles en tiempos del esclavismo salvaje de la colonia, el mal olor era

nauseabundo, pues además del hacinamiento, los detenidos hacían sus

necesidades en un precario hoyo dentro del mismo enclaustro, adentro hay

rastros de comida y ropa sucia. Entre los detenidos en algunas ocasiones, se

encontraban personas con desordenes mentales, que muchas veces hacen sus

necesidades en cualquier lugar y por las noches, dormir es un verdadero

tormento pues cuando la celda se encuentra atestada, se tiene que permanecer

de pie durante toda la noche. Santiago llamó a los tres acusados.

- ¿Deseamos hablar con “El Palo”, “El Snayder” y “El Frágil”.

- ¿Que quieren?-dijo una vos hueca en la oscuridad de la celda-.

- Queremos platicar del caso en el que se encuentran involucrados; tenemos

algunas preguntas, y valorar alguna oportunidad para que salgan librados del

asunto…

- Hey men, si venís a meternos más paja de lo que los noticieros han dicho sobre el

“tiro” (asunto), que no hicimos, pues están cagados, nosotros no les vamos a

seguir el baile, así es que se pueden ir a la mierda- dijo otra voz-

- Bueno se perderían de salir del huevo en el que se encuentran.

- Ponete en algo a ver si es cierto lo que decís pues, queremos verles la cara,

sáquennos un rato de aquí y platiquemos- gritó “El palo”-.

El Sargento Bracamonte, ordenó que sacaran a los tres sujetos, no sin antes

asegurase de que cada uno tendría su respectiva custodia.

- Aquí esta el perro que nos metió en este “pedo” ( problema)- dijo “El Palo”

dirigiéndose al Sargento Bracamonte, el cual guardo silencio sin despegar su

mirada de furia-

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- Bien- dijo Santiago- queríamos saber si el día de los hechos ustedes

permanecieron cerca del lugar donde encontraron al señor asesinado, entre las

cuatro de la tarde a las nueve de la noche.

- Nosotros estábamos como a media cuadra del pasaje la Gata, éramos “El Frágil” y

yo, y llegamos como a eso de las tres de la tarde, “El Snayder” ni sabía que

estábamos ahí,- respondió “El Palo”-

- ¿Y que hacían ustedes en ese lugar?-preguntó Santiago-

- Pues la neta (verdad) es que este “bato”(Muchacho) “El Frágil”, le andaba

cayendo(cortejando) a una bicha(muchacha) de la colonia y me dijo que

fuéramos a echarnos “el rollo” (a darse cuenta), y la onda (el asunto) es que se

nos hizo tarde y la bicha no se puso en nada (no salió) con este loco, por eso nos

fuimos.

- ¿A que hora se fueron?.

- Como a eso de las siete de la noche, yo le dije al “Frágil” que le iba a ser el paro

(favor), a ver si la bicha se encontraba en la casa y me di un mi rondín (una

ronda), en el pasaje la Gata, porque por ahí vive la bicha, cuando ví que la puerta

estaba cerrada me fui y le dije al loco del “Frágil”, hey serote la cagamos

vámonos a vacilar a otro lado y nos fuimos.

- ¿lograron ver alguna circunstancia que les llamara la atención en el tiempo que

estuvieron en la zona?

- La neta es que nosotros no vimos gran cosa, solo algunos batos que ya

conocemos y que viven en esa colonia…

- ¿No observaron a alguna persona que no fuera del lugar?-

- Yo si vi a alguien que me puso al brinco (alerta)-dijo “El Frágil”-

- ¿Porqué?-pregunto Santiago-

- Era un maistro (señor) como de unos cincuenta años de edad, le tuve

desconfianza, porque en el pantalón al lado izquierdo se había metido un corvo

y cuando caminaba bien se le notaba el bulto.

- ¿Que color de piel era ese maistro que decís?

- Era piel blanca.

- ¿Como a que hora lo viste?

- Eran como las cuatro de la tarde, iba un poco en guinda (caminado de prisa), y se

metió por un atajo que va a dar al pasaje la Gata.

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- ¿Lograste verle el rostro?-

- Sí tenía una cicatriz, creo que al lado Izquierdo de la cara.

- ¿Y si te mostraran una fotografía de ese maistro, crees que lo reconocerías?

- Pues sí, la onda es que ese pedo no lo hicimos nosotros.

- ¿Y los zapatos lograste verlos?

- Creo que eran negros….

- ¿Solo eso viste del calzado, no podrías decir si eran de algún tipo como zapato de

vestir o bota?

- La onda es que solo eso. Mire licenciado ese tiro otra mara lo hizo, nosotros no

tenemos nada que ver en ese desvergue (conflicto), averigüen quien putas fue.

Santiago salió junto con el Sargento Bracamonte de las bartolinas, el Sargento

Bracamonte le dijo:

- Me he convencido que la historia de ese Mensajero del Diablo, tiene elementos

que deben ser investigados y para empezar voy a volver a inspeccionar el lugar

de la escena del delito y esperaría alguna orden de su parte, para realizar otras

diligencias.

- No es Mensajero, es Emisario del Diablo; lo de las otras diligencias por ahora solo

espero tener contacto por internet con una persona que creo que tiene

información que ayudará a identificar al asesino. Y lo que viene hoy por la tarde

es presentar el sobreseimiento provisional a favor de estos tres mareros, en los

juzgados especializados.

- Mañana los medios de comunicación nos van a hacer mierda-reflexiono el

Sargento Bracamonte-.

Esa tarde Santiago presentó el Sobreseimiento Provisional a favor de los tres

implicados en el asesinato, ante el Juzgado Especializado de San Vicente. Antes

de la presentación fue amenazado por su jefe, el Licenciado Sepúlveda quién le

dijo que inmediatamente pondría en conocimiento a Auditoría Administrativa de

la Fiscalía, para que le auditaran sus actuaciones en el caso, Santiago Amaya lo

logró persuadir prometiéndole un resultado más prometedor si se le daba más

tiempo a la investigación, de lo contrario el caso estaría muerto pues los

endebles indicios obtenidos hasta el momento no lograban implicar a los tres

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acusados, por lo que era imprescindible incorporar otros elementos probatorios

para aclarar el caso, luego de eso se dirigió al Centro Judicial. Al momento que

Santiago salía de la sede judicial, un grupo numeroso de periodistas lo

esperaban en las afueras, los cuales al verlo, se le arremolinaron a su alrededor y

lo acribillaron con un sin número de preguntas, pidiéndole explicaciones del

porqué se había presentado semejante petición contra los mareros, Santiago

pasó de largo sin responder a ninguna pregunta y solamente dijo que la

investigación debía profundizarse para obtener un resultado sólidamente justo.

Al día siguiente en uno de lo dos periódicos matutinos de mayor circulación el

titular decía:

“FISCAL PIDE SOBRESEER A LOS DESCUARTIZADORES”

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VII

¿Quienes somos?

El Capitán General Gerardo Barrios desde su elegante caballo saludaba de

manera estoica con el brazo extendido y de forma reverencial, a la catedral de

San Salvador, Santiago Amaya, se encontraba contemplando la magnifica

estatua desde las puertas de entrada del Palacio Nacional, las palomas

revoloteaban a su alrededor, pensó por un momento – a este hombre también

lo asesinaron sus enemigos y todo por el sueño de hacer de nuestro revoltoso

país, algo mejor, hoy es un héroe nacional y lo han colocado en el corazón de la

capital, si los enemigos de aquel tiempo resucitaran envestidos de aquellos

viejos poderes; del Capitán General Gerardo Barrios no quedaría ni el pedestal y

por decreto sería declarado un bandido-.

Eran las siete de la mañana y Mélida le había asegurado que a esa hora llegarían

por él en un vehículo tipo microbús, era su día libre y podía tomarse el tiempo

suficiente para seguir juntando elementos que lo llevarán a detener al Emisario

del Diablo, pero además estaba animado con la idea de poder ver de nuevo a

Mélida, ya habían pasado cuatro días desde el día en que Mélida le había

comentado la desaparición de una de las miembros de la Cofradía del Anillo, la

cual no había aparecido y dos días habían pasado desde que él había presentado

el sobreseimiento a favor de “El Palo”, “El Snayder” y “El Frágil”. La noche

anterior habían acordado este encuentro. El tráfico a esa hora estaba

empezando a ponerse pesado, cuando en ese momento apareció un pequeño

microbús, color gris, el cual era conducido por una monja que vestía su hábito,

otra monja la acompañaba en la parte de atrás, vestida de la misma manera, los

hábitos eran de color blanco hueso, Santiago observa que comenzaron a

buscarlo con la mirada frente al palacio nacional, luego de hacerles un saludo las

dos le hicieron ademanes que abordara el vehículo. Abrió la puerta corrediza y

subió.

- Buenos días –dijo Santiago-

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- Buenos días licenciado Santiago- dijeron ambas-

- ¿ya estaba aburrido de esperar?-preguntó la que conducía el microbús-.

- Pues no, llegaron a la hora acordada.

Santiago comprendió que lo de la Cofradía del Anillo, era algo más que un grupo

de personas que buscaban donde esconderse.

- Licenciado Santiago ella es la Hermana Margarita y mi nombre es Azucena- dijo la

monja que lo acompañaba como pasajero-.

- Un gusto…creo que ya saben mi nombre…

- Si ya nos han hablado mucho de usted, queremos pedirle un gran favor, sin

intensiones de molestarlo -dijo la monja Azucena-

- Sí, ¿dígame de que se trata?

Santiago observó que la Monja tenía unos lentes oscuros es su mano.

- Pedirle si admite ponerse estos lentes oscuros, pero le advierto que al tenerlos en

su cara no podrá ver nada, pues los cristales como puede observar han sido

oscurecidos con pintura negra, además los lados de visión periférica han sido

cubiertos con unos pedacitos de plástico, por lo que no se puede tener visión ni

al frente, ni a los lados, esto lo hacemos por que la Cofradía del Anillo lo creen

conveniente pues es la primera ocasión que platican con un extraño sobre su

misión y porque como usted ya sabe, el Emisario del Diablo los esta asesinando,

por lo que le pido de favor y con el respeto que usted se merece que se los

ponga…

- Sí por guardar la seguridad de la Cofradía del Anillo se trata no hay ningún

Problema, aunque me siento incómodo, pues nunca me han pedido algo así,

pero me los pondré.

- Para que se sienta cómodo, le tenemos también un discman, y discos de música

suave o si prefiere el radio para que disfrute el viaje, no se preocupe que cuando

sea el momento le diremos que puede quitarse los lentes.

Santiago se sentía tonto en hacer aquel pedido, sin embargo se colocó los lentes

y todo se volvió negro, por lo que se concentró en la música, se percató que por

el ruido circundante no salían aún de la ciudad, luego de un rato el vehículo

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tomo una carretera abierta, la música y la nula visión, lo hicieron dormir

tranquilamente mientras el microbús seguía su marcha. Pasado un tiempo la

hermana Azucena lo despertó.

- Licenciado…Licenciado…despierte, ya llegamos

Santiago despertó confundido y sin preguntar si era o no correcto quitarse los

lentes oscuros, se los arrebato del rostro, cuando vió por la ventana, observó

que el microbús viajaba por una calle polvosa inconfundible de la zona rural del

país, a sus alrededores observaba terrenos cultivados, en otros ganado

pastando, encontraron campesinos que se dirigían a sus labranzas, casas

edificadas de adobe aisladas unas de otras, en las que se podía ver a niños

jugando con juguetes rudimentarios al interior de los corredores, la pobreza no

era necesario mencionarla, bastaba con callar y observar con atención, el

vehículo sorteaba de cuando en vez alguna gallina o algunos cuches (cerdos) los

cuales deambulaban al aire libre, tomaron varias curvas, el vehículo logró

superar algunos trechos malos de la calle, la Hermana Azucena le preguntó:

- ¿Se siente bien?.

- Pues si…no he sentido el camino, dormí tranquilamente.

Observó el reloj y eran las nueve de la mañana con cinco minutos. Luego de dos

curvas el microbús tomó un sendero angosto a la derecha, en el que solo cabía

un vehículo, hasta llegar frente a una casa de adobe sin repello ni pintura, que se

encontraba al interior de un amplio patio, la casa tenía un enorme corredor, dos

graneros (silos) de metal se encontraban apilados al lado derecho al final del

corredor y al frente había una banca de madera, el piso era de tierra, y la puerta

de enfrente con la única ventana se encontraban cerradas.

- Hemos llegado -dijo la conductora-.

Abrió la puerta corrediza y bajó del vehículo junto con la Hermana Azucena, una

muchacha joven como de veinte años, de mirada serena y el rostro de una

virginal novicia, el microbús siguió la marcha como media cuadra al fondo de la

angosta calle, en donde se introdujo en el patio de otra casa donde un niño

abrió una palanquera, Santiago estimó que habían cinco casas que se

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desperdigaban en el lugar, fabricadas de adobe y bajareque y con corredores,

en los que en la mayoría contemplo hamacas envejecidas, esperando ser

utilizadas por los cansados labradores que llegaban de trabajar la tierra, los

niños campesinos jugueteaban y se acercaban con curiosidad para ver a los

recién llegados, se podían ver siembras de caña de azúcar, cercos de piñales y

árboles frutales y no frutales por doquier. En ese momento, del lado de atrás de

la casa apareció Mélida, a Santiago le dio un brinco el corazón al ver a aquella

hermosa mujer que caminaba hacia él.

- Hola Santiago, ¿como lo trataron las hermanitas?

- No me quejo, solamente que venía haciéndome el ciego, -contestó Santiago con

una sonrisa-

- Disculpe la incomodidad pero creemos que era lo más sensato debido a los

últimos acontecimientos. Por ahora deseo que pase a conocer a las personas de

las que le he platicado en estos últimos días.

Santiago le seguía el paso a corta distancia, mientras la hermana Azucena

dispuso sentarse en la banca del corredor. Pasaron al lado de atrás de la casa, en

la que había un pequeño corredor que ocupaba una cocina en la que se podía

observar una piedra de moler, una hornilla con comal y quemadores, las paredes

estaban ahumadas por la quema de leña. Mélida entró por la única puerta de

acceso que se encontraba abierta y le pidió a Santiago que pasara adentro.

- Hermanos, hoy pueden conocer al Licenciado Santiago Amaya.

Indicó Mélida a un grupo de tres hombres y tres mujeres, los cuales se

encontraban sentados intercalados en sillas de madera, en el centro de la sala

en la que se distribuían al rededor, unas camas de madera y pita, una enorme

mesa también de madera y otros utensilios, como cántaros de barro

conteniendo agua, un enorme tabanco que servía de cielo raso a un lado de la

casa y que tenía almacenado maíz en tusa, una hamaca que cruzaba el centro, la

cual estaba recogida debido a la reunión de ese día. Las personas sentadas ya

eran mayores, cuyas edades oscilaban entre los sesenta y cinco a ochenta años.

Santiago utilizó su buen sentido de observación para darse cuenta que todos lo

miraban con clara determinación, había una anciana con ojos menudos que

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sostenía entre los dedos de la mano derecha un rosario y se le podía ver musitar

el avemaría, otro anciano con mirada fija en él, sin hacer ningún gesto, lo

examinaba, otra anciana con una sonrisa candorosa lo contemplaba como

aquella abuela bonachona que es permisiva, aunque la travesura del nieto sea

intolerante, había otro con la pierna derecha cruzada que sostenía en su regazo

una Biblia, y que lo miraba con sencillez, y otros dos, un hombre y una mujer

mayores también, que platicaban entre sí a lo bajo, como queriendo dar una

explicación de algo al oído del otro, todos parecían personas sencillas y en su

mayoría, de estrato campesino.

- Buenos días licenciado, -dijeron todos de manera dispareja en el saludo-, puede

tomar asiento dijo una de las ancianas.

- Buenos días -Contesto Santiago y se sentó en una silla que entendió era la

asignada a él pues se encontraba frente al grupo de ancianos, en ese momento

percibió la misma sensación de cuando se encontraba en los Juzgados de

sentencia frente a los Jueces-.

- Licenciado estamos muy agradecidos de que haya aceptado la invitación de venir

hoy a reunirse con nuestra comunidad, mi nombre es Lucila del Carmen Murcia y

los que me acompañan son Anastasio Aguilar Urquilla, María Juana de Paz,

Diego Antonio Ramírez, Santos Ricardo Rodríguez y Marina del Carmen

Servellón- dijo la anciana candorosa –

- En lo personal me siento entusiasmado de estar con ustedes, pues el motivo por

el que nos hemos reunido hoy es para entender mejor las motivaciones del

sujeto al que solamente conocemos como el Emisario del Diablo, desde que tuve

un conocimiento consciente de su historia, me siento comprometido a continuar

esta investigación, hasta lograr detenerlo y llevarlo ante los tribunales

competentes, por lo que espero que vuestra ayuda sea decisiva.-

- Nosotros oramos para que él logre la iluminación de Dios y pueda desistir de sus

terribles actos. - Dijo el anciano que tenía la biblia entres sus piernas, Santiago,

comprendió que se refería al Emisario del Diablo, luego el anciano con vos

parsimoniosa continuó.

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- Hemos esperado un cambio de su perniciosa misión durante años, y estaríamos

dispuestos a continuar esperando; sin embargo su equivocado empeño nos ha

golpeado duramente, por eso hemos decidido confiar en las Instituciones de

nuestro país, con el claro entendimiento que por la manera de cómo

administran sus asuntos no cumplen bien su deber, disculpe Santiago si soy

grosero cuando me expreso de esa manera pues tengo conocimiento, por lo que

nos ha compartido Mélida, que usted realmente desea cumplir su deber, por eso

estamos confiados en seguir la dirección que usted nos pueda indicar para lograr

detener la insaciable maldad de un hermano extraviado en la oscuridad; como

comunidad hemos entendido que nuestro El Salvador sigue siendo el mismo de

los días turbulentos que marcaron la década de los ochenta, en El País, desde

tiempos remotos se ha mantenido una siembra incontrolable de odios, celos,

codicias desbordadas y otros males que han formado una riqueza pútrida, por

generaciones hemos aceptado el conflicto como parte necesaria de resolución

de las diferencias, nos convirtieron en un laboratorio de guerras absurdas, nos

han mantenido adormecidos con un consumismo voraz y absurdo, pues en el

mercadeo no importa la calidad de vida, importa la ganancia, las Universidades

han hecho del conocimiento liberador un lucrativo negocio, mi estimado

Santiago, nuestro pueblo, el mismo pueblo por el que ofreció su vida nuestro

pastor mártir, sigue sufriendo los mismos tormentos del pasado, hoy en día

usted puede ver a su alrededor mucho desarrollo tecnológico, desarrollo

urbanístico, mejores medios de transporte, pero todo eso ha creado una brecha

más amplia entre los pobres de siempre y la codicia de una minoría de

millonarios, los que en su desmedida aventura por tener más, no les importa

producir crueldad que se materializa en el hambre y la desolación de muchas

familias a lo largo y ancho de todo el territorio. Pero hay algo importante que

recalcar en medio de este caos, y es la naturaleza misma del salvadoreño.

Estimado Santiago- preguntó el anciano- ¿a asistido usted a algún partido de

futbol de nuestra Selección Nacional?…

-Si…

- Ha observado con suma atención a esa multitud de hermanos, vestidos con sus

camisolas azul y blanco en el Estadio Cuscatlán cantando a todo pulmón el

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Himno Nacional, Roque Dalton en su poema de Amor lo dijo de una manera

muy hermosa “los que lloraron borrachos por el Himno Nacional”…Se ha

percatado que ese comportamiento de apoyo incondicional a un símbolo

nacional, como lo son los once muchachos jugadores, es por siempre perenne

aunque los resultados sean en su mayoría adversos.

- En la mente de todos los nacionales, es un deber moral siempre apoyarla-

respondió Santiago un poco confundido por todo aquel discurso-

- Entonces aparece una reflexión sobre ese aspecto, si este pueblo es incondicional

a la pertenencia de ser un salvadoreño y por tanto a los símbolos que lo

representan, por muy en contra que se encuentre de sus instituciones, de los

abusos de poder, y de la fatalidad del sometimiento a Leyes que favorecen

siempre a una minoría, eso quiere decir que estamos frente a un pueblo que aún

conserva su dignidad y su determinación de defender el alma, la que podría

decir que se encuentra conformada por todas esas pequeñas cosas que hacen de

un salvadoreño lo que es. Pero ¿como sintetizaría esa alma del ser salvadoreño?

- Creo….

- Ha escuchado de una señora llamada Claudia Lars -interrumpió el anciano-

- Si, tengo conocimiento que era una poetiza…

- Ha leído la Poesía de Claudia Lars, mi estimado Santiago?.

- Pues la verdad…Cuando estudiaba primaria.

- Me atreveré a mencionarle uno que dice de la siguiente manera.

El anciano fijo la mirada en el espacio y entonando con voz de declamación

recito el poema.

Dolor del mundo entero que en mi dolor estalla, Hambre y sed de justicia que se vuelven locura; Ansia de un bien mayor que el esfuerzo apresura, Voluntad que me obliga a ganar la batalla. Sueño de toda mente que mi mente avasalla, Miel de amor que en el pecho es río de dulzura; Verso de toda lengua que mi verso murmura, Miseria de la vida que mi vergüenza calla.

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Poeta soy… y vengo, por Dios mismo escogida, A soltar en el viento mi canto de belleza, A vivir con más alto sentido de nobleza, A buscar en la sombra la verdad escondida. ¡Y las fuerzas eternas que rigen el destino Han de volverme polvo si equivoco el camino!

- Estimado Santiago-siguió el Anciano- observa que en ese bello poema se plasma el grito del sentimiento universal de este pueblo que lucha por encontrar una vida digna sin marginación y desigualdad y con pleno apego a la justica, sin necesidad de cambiar radicalmente la manera de cómo se encuentra organizada nuestra sociedad, usted puede observar hoy en día a los señores ex comandantes de lo que fue la guerrilla, cómodamente disfrutando de prepotentes lujos, como una nueva clase dominante que empieza a emerger desde su nicho de rebeldía, que cimentaba su convicción en combatir con fusil los privilegios que hoy holgadamente disfrutan. Por eso mi muy respetado amigo, a los salvadoreños solo nos queda la dignidad de defender con un sentimiento de unidad nacional, eso que no podemos explicar y que nosotros lo simplificamos cuando decimos “nosotros somos salvadoreños”. Nuestros hombres y mujeres de letras, en el recorrido histórico le han querido dar forma a esa manera de cómo somos nosotros, en lo más profundo de nuestras almas. Santiago ¿sabe usted quién es don Pancho Lara?…

- El actor de la canción El Carbonero… - Sabía que a esa canción algunas mujeres y hombres salvadoreños le han dado el

titulo de segundo Himno Nacional. - Pues no sabía eso… - Cuando usted sienta la canción desde adentro y no como una sinfonía que se

utiliza para ambientar escenarios en los que se desarrollan actos conocidos como cívicos o que de rigor debe sonar para las festividades del quince de septiembre, o para disfrazar la pobreza de nuestros hermanos campesinos; la utilizan en presentaciones publicitarias para vender teléfonos celulares y otras chucherías. Analice como el gran Pancho Lara logró sacar a flote la humildad de nuestra gente, su natural amor al trabajo, su determinación de salir adelante por muy humilde que sea su labor, por eso mi amigo, cuando un salvadoreño se encuentra lejos en países extraños, hace lo imposible por mantener la unidad nacional, por lo que trata de buscar a otros salvadoreños haciendo comités, asociaciones y no se que otras cosas, para conservar vivas las tradiciones y poder

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tener por lo menos un suspiro de lo que es este pequeño país, que solo aparece en las noticias cuando se desatan conatos de violencia. En este momento, cuantos de esos conciudadanos diseminados en todo el planeta añoran una pupusa de loroco, un buen vaso de horchata o una yuca frita con pepezca servida en hojas de guineo, y créalo Santiago somos fácilmente identificados por los extranjeros por eso que no puedo decirle que es, pero que nos vuelve específicamente lo que somos. Logre ver las dimensiones de nuestras capacidades inventivas, cómo lograr explicar la belleza de aquel verso de un poema de Alfredo Espino.- El anciano tomo aire y dijo- Eran mares los cañales… que yo contemplaba un día, mi barca de fantasía bogaba sobre esos mares…

- Este verso tiene un golpe de inspiración suficientemente profundo y solo aquella mujer u hombre salvadoreño que ha logrado interiorizar su patria en su corazón, logra entender hasta donde fue la visión de nuestro humilde poeta, es por eso que cuando le dicen a un salvadoreño que sus costumbres, y su gran legado histórico es un asco, nos ofenden duramente la matriz de nuestra dignidad, pues dicha visión solamente puede ser alimentada por aquella obtusa manera de observar lo común y vulgar como única forma de explicar un fenómeno, y sepa Santiago, que lo vulgar e ignominioso no solo pulula en nuestro suelo sino que es común en todo el mundo, hasta en países del primer mundo como Francia, Canadá y otros. Por eso es que cada salvadoreño tiene el deber moral de conocer su historia, para lograr entender porqué somos así como somos, y es por tanto imprescindible conocer la Historia que no se ha contado. Tal vez usted sabrá sobre el Juicio de excomunión que la Santa Sede, en el papado de León XII inició en contra del Prócer y Presbítero José Matías Delgado…

- Pues verdaderamente eso me ha tomado por Sorpresa¡...¿realmente sucedió eso?…

- Por ahora creo que no es necesario profundizar en el tema, pero usted como buen salvadoreño debe conocerlo por iniciativa propia, solamente busque la manera de establecer una conexión entre usted y ese maravilloso camino de la verdad liberadora, conviértase en un buscador, formule sus preguntas y luego indague sobre cuales son las explicaciones, vuélvase infiel ante todo aquello que

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le dijeron sobre la realidad y que lo volvió un creyente de medias verdades, y construya su propia aproximación a la verdad, pero tenga cuidado que el que logra entender los secretos de la mentira, se vuelve un delator de la injusticia y por lo tanto, en un peligró para los que temen perder sus privilegios que no verán otra alternativa más que eliminarlo. Cuantos buenos buscadores murieron en su afán de encontrar los secretos alquímicos de la verdad, un ejemplo de eso es el poeta y escritor Roque Dalton, que fue asesinado de una manera cobarde por aquellos en los que él equivocadamente consideró también buscadores de la verdad. Le recomiendo leer El Salvador Monografía de Roque Dalton, le gustará el generoso aporte que Roque Dalton le obsequió a nuestro país, tendrá en sus manos una labor intelectual que hoy en día, en algunas Universidades es de rigor que los estudiantes lo lean.

- Yo fui uno de esos estudiantes. Contesto Santiago, abriendo bien los ojos y escuchando con atención la perorata del anciano, quien continúo aquel monologo interesante.

- Es también necesario darle una muy buena leída al Mínimum Vital de Don Alberto Masferrer, para que entendamos de una vez por todas, que si hay salvadoreños que desean un mejor porvenir para nuestra vilipendiada gente. El anciano hizo una pausa, y la habitación se inundó de un silencio sepulcral, en el que solo se escuchaba el cuchicheo de la anciana que rezaba el rosario, Santiago se sentía incómodo pues la exposición del anciano lo había dejado a distancia de la razón de su visita, pero luego de un tiempo que le pareció una eternidad el anciano continuo su exposición

- Monseñor Oscar Arnulfo Romero, dijo en una Homilía “somos una comunidad que la muerte no puede detener”, el profeta de los salvadoreños, acumulo toda la fuerza moral de nuestros poetas, escritores, hombres y mujeres comunes que dedican gran parte de su vida para mejorar las condiciones de nuestra gente, se convirtió en un representante de la verdad, por lo tanto en un hombre peligroso para los que representaban los poderes que ordenaron su muerte. En una ocasión Monseñor Romero dijo:“Esta denuncia que se inspira en un positivo “animus corrigendi” y no en un mal espíritu de maledicencia, creo un deber

hacerla en mi condición de Pastor del Pueblo que sufre la injusticia. Me lo impone

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el Evangelio por el que estoy dispuesto a enfrentar el proceso y la cárcel, aunque con ello no se haga más que agregar otra injusticia”. Para los asesinos de la ternura, Monseñor Romero se convirtió en la espina en el costado que delataba de manera valiente sus ingratitudes, por lo que al asesinarlo creyeron haber eliminado su voz y aún hoy en día lo siguen celebrando como una victoria perversa, la estatua de su asesino se encuentra enclaustrada en un auditorio sórdido en el que se canta el himno ignominioso que él les heredó, y los salvadoreños que han sufrido la manipulación de la mentira, lo cantan como si realmente fuera un himno que representa sus dignidades. Si aquí hubiese sucedido lo que les pasó a los Nazis en Alemania, el nombre del asesino de Monseñor Romero fuera un recuerdo trágico de los horrores a los que fueron sometidos durante su cruzada anticomunista, muchos campesinos, obreros y estudiantes y todo aquel que lamentablemente fue considerado un estorbo para sus fines terroristas. Imagínese que harían los judíos si les propusieran hacer un monumento dedicado al que ordenó la construcción de los campos de la muerte, cree usted que los buenos ciudadanos Israelíes, permitirían que colocaran la primera piedra a un monumento dedicado a Adolfo Hitler en el centro de Tel Aviv?

- Pues lógicamente no¡¡-respondió Santiago- - Pero que pasó en nuestro país…lamentablemente no existieron países aliados

para frenar el holocausto al que fuimos sometidos, los campos de la muerte fueron los caminos vecinales, las carreteras y los botaderos de basura, y al no haber un país aliado para detener la locura de aquellas mentes enfermas, muchos tuvieron que salir de su tierra y otros tomar las armas como última salida a la persecución, y como solución final, fuimos sometidos a una brutal guerra que duró doce años en la que casi se destruye la dignidad nacional. Cuando al fin terminó el genocidio de la guerra, los testaferros del asesino de Monseñor Romero, lograron un acuerdo con lo que fue la ex guerrilla en el que los primeros quedaron manipulando las Instituciones del Estado y la ex guerrilla se convirtió en una nueva clase que busca su acomodo en los privilegios de las clase dominante. Entonces, ahora los que ostentan el poder y manipulan las Instituciones del Estado, luchan por enterrar a como sea posible el nombre de Monseñor Romero y ensalzan a su asesino y han querido reconocerlo públicamente como un prócer, olvidándose de la poderosa dignidad de este pueblo que a pesar de la manipulación mediática, no pueden borrar de la conciencia colectiva de los salvadoreños que el asesino del profeta fue Roberto D'Aubuisson Arrieta. Desde esa perspectiva cree usted mi estimado amigo que nosotros tendríamos acceso a la Justicia al requerirla a los que manipulan las

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instituciones del Estado a su antojo y portan al asesino del Profeta con orgullo en estandartes y lo colocan como imagen de ambientación en sus actos públicos. ¿Cual sería la reacción de estos poderosos al solicitar Justicia contra un criminal que busca más sangre en representación de ese hombre?

- Bueno…La Fiscalía tiene la obligación Constitucional de perseguir el delito, sea cual sea su motivación.

- ¿Pero sabe a que partido político representa el Fiscal General? Santiago asintió con la cabeza, como dando una respuesta que todos conocen.

- Y lo mismo sucede en la Policía, en la Corte Suprema de Justicia, etc,etc, por lo que usted se ha convertido en el único representante de la justicia, queremos que sepa que tuvimos impresiones de su trabajo en el Instituto de Medicina Legal de San Vicente, cuando las personas que tramitaron la entrega de lo que quedó del cadáver de Mario, le dijeron a un miembro de nuestra comunidad que usted es un hombre honesto y muy comprometido con su trabajo, por lo que estamos satisfechos en tener a un salvadoreño que cumple de manera fiel el mandato que le ha encomendado la Ley. Por eso queremos manifestarle que nos someteremos a sus lineamientos para poder frenar a este hermano que no ha logrado comprender que en este lindo país cabemos todos por igual; nosotros ya lo hemos perdonado, pero su obstinación es totalmente desenfrenada, por lo que en primer lugar necesitamos proteger nuestra misión y con la guía de Dios, ponemos en sus manos la disposición de detener a este hermano que amargamente representa los más bajos instintos de la destrucción y la desolación. Santiago estaba convencido que los señalamientos del anciano se encontraban dentro de la realidad nacional y que de nada podría servir que interpusieran la denuncia contra un brutal asesino y su terrible encomienda, que por su naturaleza, era muy probable que pudiera tener conexiones con el más alto nivel de poder, por otro lado el sistema estaba infestado por la manipulación de intereses políticos y económicos, estaba seguro que el caso se sepultaría en la rutinaria burocracia de las Instituciones involucradas, y las personas perseguidas por el psicópata quedarían expuestas e irremediablemente serían eliminadas, por lo que era vital utilizar el sigilo al momento de capturar al psicópata y luego pedir auxilio a los organismos de Derechos Humanos nacionales e internacionales, con el fin de que el asesino múltiple fuera a la justicia, sin que los poderes fácticos que pudieran acuerparlo al momento del juicio, y tuvieran espacio para maniobrar en perjuicio de la Justicia. Santiago pensó que era el momento de hacer las preguntas necesarias al grupo de ancianos.

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- Doy las gracias por la confianza depositada en el trabajo que debo realizar, pero para iniciar este proceso me interesa saber algunos aspectos sobre el asesino.

- Solo díganos que aspectos busca y si los tenemos los pondremos a su conocimiento-respondió otro de los ancianos presentes-

- ¿Que saben de él? La anciana que musitaba el rosario, interrumpió su rezó y contesto.

- Fue un hombre de confianza de Roberto d'Aubuisson, llegó al grado de capitán, según sabemos su formación la tuvo en una institución llamada ANSESAL-

- ¿Que es ANSESAL? - Agencia Nacional de Seguridad Salvadoreña, y que fue disuelta después del golpe

de mil novecientos setenta y nueve, tiene una cicatriz al lado izquierdo de la cara, es de piel blanca; según nos contó la única sobreviviente del Mozote Rufina Amaya, un hombre que concordaba al de la descripción días antes de la masacre del doce de diciembre de mil novecientos ochenta y uno en el cantón El Mozote, del Departamento de Morazán, se hizo presente con un grupo de soldados del batallón Atlacatl a indagarse como estaba conformada la comunidad y a tomar números de Cedula de algunos habitantes, doña Rufina no sabía de la existencia de nuestra Cofradía, pero uno de los que murió en esa masacre le comentó a ella que ese hombre que dirigía a los soldados, hacía preguntas sobre si sabían de un grupo de personas que guardaban un anillo, y que él, lo único que deseaba era platicar con esas personas. A ella le pareció extraño aquel comentario de su vecino al cual no le puso interés, nosotros manteníamos la sospecha que en el mozote pudo haber llegado el Emisario del Diablo, por lo que después en Meza Grande, Honduras, buscamos a Doña Rufina pues sabíamos que en ese lugar se encontraba refugiada, quien luego de hacer memoria recordó el suceso, nosotros nos presentamos como la Cofradía del Anillo y luego de conocer la historia de nuestra misión, pudo tener entre sus manos el anillo de Monseñor Romero, oramos con devoción y luego ella se comprometió a guardar celosamente el secreto. - ¿ Cuando fue la siguiente ocasión que supieron de él?

- El veinticuatro de mayo de mil novecientos ochenta y tres -respondió la anciana candorosa- asesinó de una manera terrible a Mercedes Artiga de Santos, en

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Santa Ana, después, ese mismo año a finales de noviembre, en San Salvador asesinó a Lisandro Flores Cañas, del cual no se encontró la cabeza pero supimos que era él porque la Cédula de Identidad Personal la encontraron cerca del cuerpo, además El Emisario del Diablo escribió el nombre de Lisandro en un papel que dejó cerca y que más o menos decía “ Este es Lisandro Flores Cañas un terrorista que por sus crímenes tuvo que ser ajusticiado EM”. En julio de mil novecientos ochenta y cuatro asesinó a Segismunda Rosa de Méndez, la Munda era con la que nos tocó andar juntas evadiendo la persecución aún cuando estábamos en Honduras, la pobre no pudo escapar cuando la ubicó en un retén que se encontraba a la entrada de Sonsonate, en la que aparecía en una lista que portaban unos soldados, la bajaron del transporte colectivo se la llevaron y ya no supimos nada de ella, los dos últimos han sido Arturo Rafael Peña el año pasado, y Mario Gonzalo Urbina que lo ha asesinado en estos últimos días. Lo que nos preocupa es qué le habrá pasado a doña Fidelina Elizabeth Nolasco, pues tiene cuatro días de desaparecida.

- ¿Cuando fue la ultima vez que supieron de ella? - Hace cinco días, por la mañana fue hacia el Hospital Rosales por un problema de

artritis pues tiene setenta años de edad, los familiares dicen que no la han vuelto a ver y no creemos que se haya perdido pues es una mujer muy lúcida e inteligente.

- Si han andando huyendo del asesino ¿como mantuvieron la comunicación sobre la misión que habían aceptado de forma conjunta?

- Don Santiago: acaso usted no sabe que los salvadoreño, hemos aprendido las lecciones del pasado y la conspiración se convirtió en una práctica necesariamente constante, pues siempre hay alguien que pretende hacernos daño. Por lo que en la actividad de comunicación, de protección y traslado hay toda una organización, tuvimos que hacerlo así pues la guerra la terminaron los militares y los guerrilleros, pero nosotros el pueblo marginado seguimos siendo objeto de la misma persecución, si le mencionara las personas e instituciones que han colaborado en guardar nuestro secreto no me lo creería. Uno de ellos fue el padre John de Cortina.

- ¿El Padre Jesuita que buscaba niños que fueron raptado por militares en el conflicto Armado, mientras realizaban operativos en las zonas rurales?- interrumpió Santiago sorprendido-.

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- Si señor, él mismo y antes de él el padre Ignacio Ellacuria, El padre Segundo Montes y otros que prefiero callar sus nombres.

- Pero si había apoyo ¿como logró ubicar a los que ha asesinado?.

- Entienda hijo, él tiene una ventaja sobre nosotros, es una persona que especializaron para matar. El caso de Mario Urbina es un ejemplo, se le escapó en tres ocasiones y ya no podía evadirlo pues había logrado darle un seguimiento constante, hace cinco años burlamos por tercera vez al asesino, pues a Mario lo sacamos unos meses del país, pero él sentía mucha nostalgia por su familia y estaba arto de huir del asesino, por lo que se ubico en San Vicente y prometió mantenerse en contacto, pero menos comprometido con la Cofradía, solamente asistía a la vigilia que realizamos en un lugar cuidadosamente escogido cada veinticuatro de marzo de cada año, en donde los fieles que guardan el secreto, pueden rendir respetos al Anillo Arzobispal de Monseñor Romero. Nosotros le pedimos que se moviera de San Vicente, cuando había oportunidad se le consultaba si todo estaba bien, él siempre respondía que estaba listo para morir, y nos pidió que no nos molestáramos en estarlo moviendo a otro lugar, pues alegaba que era un hombre viejo y estaba satisfecho por haber cumplido su misión; por eso no quiso informar directamente a nosotros que había visto al Emisario del Diablo en San Vicente, sin embargo por lo que Mélida nos ha contado, trató de comunicar el terror que sentía, a usted y luego tomó con resignación su terrible destino. En el caso de Arturo fue distinto, pues hemos concluido que le dio un seguimiento más minucioso, por lo que su asesinato fue sorpresivamente horroroso y lo asesinó de la misma manera de como ejecutó a los anteriores.

- Ustedes saben que el asesino marcó en la piel de Don Arturo y Don Mario el número sesenta y uno?

- Si, Sabemos eso, dichas marcas las hizo en la espalda de Mercedes, en la cara de Arturo y en el pecho de Mario, y si nos quiere preguntar que quiere decir, aún no lo hemos determinado.

- Y el anillo de Monseñor Romero, lo mantienen escondido en el país? - Solamente lo sacamos en el año de mil novecientos ochenta y nueve, después del

asesinato de los Padres jesuitas, debido a la persecución que se generó en esos días. Durante dos meses viajó por sur América, Europa, y en Estados Unidos, en donde hubo comunidades que le rindieron culto. Todos los fieles que conocieron el secreto prometieron guardarlo, pues el lugar donde debería encontrarse el anillo es en el suelo del profeta, y sabemos que para este símbolo es el lugar más

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inseguro del globo terráqueo, por lo que sus protectores deben conservar el anonimato frente a semejante persecución.

- Cual es el símbolo del anillo del Arzobispo, para la Iglesia?

- El anillo del Arzobispo es un símbolo de su fidelidad a la Iglesia, su esposa, y el lazo nupcial que lo une a ella. Significa el matrimonio simbólico del arzobispo con la Iglesia, con Cristo. Y en el caso de Monseñor Romero el anillo significa la alianza del Martirio con su pueblo, al cual defendió hasta morir a manos de aquellos que aún mantienen la persecución.

- Entiendo, lo que me ha llamado la atención de esta reunión es la capacidad de darse a entender por parte de ustedes, como miembros de la Cofradía del Anillo, realmente he quedado impresionado.

- Todos fuimos catequistas en los años turbulentos de la persecución, y en FECCAS, era obligación mantenerse en constante estudio de la realidad nacional, por eso tenemos un poco de facilidad de exponer nuestras ideas. Otro de los ancianos que no había tomado la palabra con vos pausada pregunto:

- Pero ¿como cree usted que podrá detener al Emisario del Diablo?…

- Lo vamos a encaminar a que caiga en una trampa, pero le haremos creer que es

la gran oportunidad que ha estado esperando durante todos estos años.

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VIII

El hombre que sabía

Luego de algunas aclaraciones sobre las acciones a tomar, Santiago se despidió

de los miembros de la Cofradía del Anillo y se dispuso abordar el microbús;

cuando se acomodaba en uno de los asientos, observó que Mélida lo abordó

también y se sentó junto a él, a Santiago le brincó el corazón al pensar que el

viaje lo haría junto a ella, aunque le molestaba pensar en la idea de volver a

portar los lentes oscuros.

- Que le pareció la reunión con la cofradía del Anillo?- repuso ella-

- Me pareció que entraba a una dimensión desconocida, por lo demás es

importante iniciar algunas aclaraciones sobre el Emisario del Diablo, para lograr

tenderle una trampa ineludible, pero me falta atar cabos.

- ¿Tiene algo en mente?

- Si, espero que alguien me logre aclarar algunas dudas, sobre quienes son las

personas que fueron miembros activos de los Escuadrones de la Muerte.

- Confiamos en usted.

- Solo hay que hacer el trabajo y el gobierno me nombrará el héroe nacional?-dijo

Santiago sonriendo-

La hermana Azucena se sentó en uno de los asientos, el microbús inicio la

marcha.

- Hoy puede disfrutar la vista -dijo la hermana Azucena con una sonrisa -ya no son

necesarios los lentes.

Santiago se sintió confortado y alegre por la condición en la que viajaría. En el

camino lograron entablar una buena conversación de temas de distinta

naturaleza, Santiago percibía cierto flirteo que lo animaban a dar un primer paso

dentro del cortejo que los ojos de ella le incitaban.

- Usted es una mujer hermosa -dijo él mientras clavaba sus ojos en los de ella-

- Gracias, y usted es un hombre inteligente-respondió ella-

- ¿Podría aceptarme una invitación a cenar?

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- Sí, podría, solamente pongámonos de acuerdo y podremos cenar juntos.

La plática se profundizó en detalles personales de cada uno y luego de haber

llegado a San Salvador, Santiago se dio cuenta que habían viajado al oriente del

país probablemente uno de los cantones del Departamento de Usulután.

Después de despedirse, Santiago dio un fuerte abrazo a Mélida, y ofreció un

saludo respetuoso a ambas monjas quienes lo despidieron con sonrisas y

saludos. Santiago que el microbús se perdía de vista al cruzar una esquina, entró

a su casa y dispuso descansar un poco, observo la hora y eran las cuatro de la

tarde, se dio un baño, luego de hacerse un café encendió su computadora y se

sentó frente a ella, reviso su correo electrónico y comprobó que habían cinco

mensajes, uno de ellos era del periodista Ramón Batances, en el que le saludaba

y ofrecía su ayuda sobre lo solicitado por Santiago, además le mencionaba que

se encontraba en Guatemala cubriendo una investigación periodística sobre la

prostitución infantil en la región, y le proporcionaba el número de un teléfono

celular para que pudiera llamarle. Santiago tomó su teléfono celular se sintió un

poco incómodo debido a la tarifa que podría pagar en una llamada de larga

distancia, aunque Guatemala se encuentra al otro lado de la frontera-pensó- y

luego marcó, después de tres tonos, una ronca voz y con un asentó

inconfundiblemente puertorriqueño dijo.

- Hola, dígame?.

- Con Don Ramón Batances?

- ¿Si con el habla?

- Disculpe Don Ramón, mi nombre es Santiago Amaya, trabajo como Fiscal Auxiliar

en El Salvador, hace unos días le envíe un email, sobre un asunto relacionado

con los Escuadrones de la Muerte en mi país…

- Ya se de que me hablas-interrumpió- y dime que información necesitas, pues me

parece raro que en este tiempo hayan personas amenazadas por lo Escuadrones

de la Muerte, a menos que se hayan reactivado de nuevo. Y si eres fiscal y tienes

un caso de esos, pues te advierto que te pondrán mil obstáculos para que no

hagas tu trabajo, eso lo presencié de manera cínica en el juicio contra los pocos

criminales que fueron condenados y luego liberados en el desarrollo del juicio

de la masacre de los sacerdotes jesuitas, que ocurrió en el año de mil

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novecientos ochenta y nueve, me acuerdo que los dos Fiscales asignados en el

caso, fueron sometidos a una presión inmoral y violatoria de todo Derecho, al

final tuvieron que renunciar de la Fiscalía.

- Ya que hablas de ese caso, ¿cuales fueron tus impresiones como periodista?

- Pues déjame decirte que dicho caso logró llegar hasta la condena de los pocos

acusados, debido a la presión internacional, pues la comunidad de naciones se

manifestó de muchas maneras para llevar a juicio a los responsables del crimen,

me acuerdo que hubo intervención de la Organización de Naciones Unidas,

numerosas instituciones no gubernamentales, parlamentos, incluidos el de los

Estados Unidos y España, lo cual favoreció enormemente que el hecho se

investigara. En tu país, todo el Estado confabulo, en contra de la investigación, al

grado de no permitir que algunos de los responsables fueran a juicio. Para

ponértelo más entendible, pusieron a la vaca a cuidar el pasto. Todo el sistema

de justicia de tu país jugó sucio en contra de esos sacerdotes, cuya única falta

fue denunciar las injusticias en contra de tus conciudadanos, en lo personal me

afectó grandemente, y cuando vengo a Centroamérica reconozco que El

Salvador es un país que debo de considerar como peligroso, por eso cuando

estoy en él, nunca me hospedo en ningún hotel, mejor sigo de largo a otro país

vecino. Pero lo que realmente me sorprende es que me digas en tu email, que

hay personas que peligran si no te doy información de los Escuadrones de la

Muerte, ¿haber dime qué tipo de información necesitas?

- Me interesa saber ¿cómo puedo contactar a un ex miembro de los Escuadrones

de la Muerte?, que vivan en el país o en el extranjero, necesito que me aclare

unos aspectos acerca de un criminal que ha ejecutado a varias personas de una

lista, que data desde los años ochenta…

- Es un Psicópata y asesino serial¡¡¡-interrumpió el periodista-

- Sí, y muy peligroso. Según me he informado tú tomaste entrevistas a ex miembros

de un Escuadrón de la Muerte llamado los “Maneques”, los cuales supongo, se

han incorporado como personas normales, lo que necesito es lograr un contacto

con uno de ellos, y con su ayuda poder determinar, si es posible, quien es el

sujeto que busco, para llevarlo a juicio.

- ¿Y tú conoces la negra historia de los Escuadrones de la Muerte en tu país?

- Bueno conozco generalidades…

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- Para lograr una aproximación al tipo de criminal que pretendes capturar, debes

saber que él actúa inspirado en una creencia parecida a la religiosa, pues fue

educado de manera eficaz dentro de un gran plan siniestro elaborado por la CIA,

y luego implementado de forma simultánea en toda América Latina, y el

proceso no es desde hace una década, sino me equivoco en El Salvador la

injerencia anticomunista de nuevo tipo o sea con la utilización de Escuadrones

de la Muerte, empezó a principios de los años sesenta, anteriormente los

regímenes militares utilizaban la tortura y luego el destierro como represión a

los dirigentes de movimientos obreros y campesinos, y por lo que logré

investigar sobre el tema, el hombre de la CIA en el campo de formación y

adiestramiento de Escuadrones de la Muerte en El Salvador a principios de los

años sesenta, fue un general que le llamaban “Chele” Medrano, asesorado por la

CIA, creó dos organizaciones altamente eficientes en el manejo de información

que luego sirvió para iniciar los crímenes de lesa humanidad en contra de los

opositores en tu país. Dichas organizaciones fueron la Organización Democrática

Nacionalista que se abreviaba ORDEN cuyas misiones eran predicar el

anticomunismo y recopilar información de individuos considerados sospechosos,

esta organización se encontraba desimanada hasta el ultimo rincón del país , la

otra organización era la Agencia Nacional de Seguridad Salvadoreña que se

abreviaba ANSESAL, cuya principal misión era la de procesar la información que

recopilaban los agentes de ORDEN, estudiarla y luego pasaba a los mandos

superiores de la CIA y la Dictadura Militar y eran ellos los que decidían a quienes

se tenía que asesinar. Según tengo entendido, estas organizaciones fueron

disueltas después del último golpe de Estado en mil novecientos setenta y

nueve, pero sus archivos fueron robados por el entonces Mayor Roberto

D´Abuisson apadrinado siempre por la CIA, quien inició una cruzada

anticomunista de grandes proporciones, al grado de hacer un programa en la

televisión nacional en el que hacía señalamientos a opositores, de ser

comunistas, los cuales aparecían brutalmente asesinados días después de haber

sido mencionados por él en el programa, prácticamente era una sentencia de

muerte cruel el ser mencionado en el programa. D´Abuisson fue el mejor

aplicado en el plan anticomunista que la CIA inició con el General Medrano. Por

eso es importante que tomes en consideración que si el sujeto que está

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asesinando a personas en pleno año dos mil ocho, lo hace por estar convencido

de que es un deber patriótico y lo más probable es que su grado como militar se

encuentra entre Sargento a Capitán y debió haberse formado en la ex Guardia

Nacional, es un hombre astuto que sabe mezclarse como cualquier ciudadano

salvadoreño, además es un asesino que tiene escuela y puedo suponer que es

graduado en la famosa Escuela de las Américas en los Estados Unidos, con

cursos en Taiwán, pues fue ese uno de los países en donde se prepararon a

muchos sujetos sobre guerra sucia en Latinoamérica, que incluía manipulación

psicológica de la población utilizando los medios de comunicación, tortura y

asesinato selectivo en el que las víctimas eran secuestradas y ejecutadas de

manera bestial, exponiendo a los cadáveres desmembrados de sus extremidades

y cabezas como advertencia a los otros que eran perseguidos por el régimen

Militar. Por lo que debes de entender su convicción, y cuando lo enfrentes, ten

en cuenta que será capaz de cualquier cosa. Esta información que te he

proporcionado la recopile en mis largas sesiones de entrevistas con esos oscuros

sujetos en Nueva York, Miami, Los Ángeles y otras ciudades, donde caminan

como turistas o trabajadores comunes. Y tengo entendido que en El Salvador

residen varios que han vuelto al país o que siempre estuvieron en él, y

precisamente conozco uno que luego de haberlo entrevistado en los Ángeles por

el año dos mil uno, sobre su experiencia en los Escuadrones de la Muerte, se

volvió digamos, un tanto amistoso por un problema migratorio, y semanas

después de la entrevista me llamó para pedirme que le ayudará con unos

documentos escritos en ingles, me acuerdo que después de haberlo visitado

para ayudarlo en el problema, me llamaba para saludarme de forma regular,

hasta que tuve que aceptar su curiosa amistad. Luego de arreglar su asunto

migratorio trabajó en el área de la construcción, pero se metió en problemas en

un bar en donde según él mismo me relató, había asesinado a un afroamericano,

con el que inició una riña por un mal entendido entre borrachos, esta acción lo

obligó a huir de urgencia hacía El Salvador en donde tengo entendido vive hoy

en día. Este sujeto fue miembro de dos Escuadrones antes de pertenecer a la

estructura de los “Maneques”…

- ¿Y que diferencia existía entre el Escuadrones de la Muerte conocido como los

“Maneques” y las otras estructuras de la misma naturaleza?

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- Los “Maneques” fue el Escuadrón de Muerte más activo y numeroso. Su

existencia es el resultado de un proceso de reagrupamiento del grupo de

personas poderosos que financiaban a los Escuadrones de la Muerte que

estaban activos de forma dispersa, el cual constituían el entorno de personas

siniestras que rodeaban a Roberto D´Aubuisson y que era operativo para

actividades criminales entre las que se encuentran asesinatos, secuestro,

extorsión y narcotráfico entre otras, las cuales se justificaban por la lucha

anticomunista.

- ¿Y tienes en tu poder el número de teléfono o la dirección de ese sujeto?.

- Sí, lo tengo, me ha realizado varias llamadas desde El Salvador, la última que

recibí fue hace seis meses, lo llevo en la memoria de mi teléfono, te lo enviaré

en un mensaje de texto.

- ¿Y cual es su nombre y como logro una entrevista sobre el tema, sin correr el

riesgo que luego no quiera colaborarme en lo que busco?

- Dile que hablas de parte mía, y que necesitas platicar con él, cuando logres un

contacto personal y te haya brindado la confianza necesaria lo abordas sobre el

tema, salúdalo de mi parte. Su comportamiento es abierto, como cualquier

salvadoreño normal, pero un tanto huraño sobre el tema que te interesa. Y

sobre su nombre, me dijo que se hace llamar Saúl Hurtado, pero en la Guardia

Nacional le apodaban Pilijay…

- ¿Pilijay?... ¿Que apodo más raro?-repuso Santiago-

- ¿No sabes que quiere decir Pilijay?

- Pues realmente es primera vez que escucho ese apodo…

- Pilijay en Idioma Náhuatl quiere decir verdugo.

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IX

La trampa

La conversación con el periodista le había abierto una realidad totalmente

desconocida, y en la soledad de su habitación observaba aquella tragedia de

personas inocentes siendo perseguidas por desalmados criminales, los cuales no

escatimaban en sembrar el terror por medio del asesinato. Lo más terrible –

pensaba- era que lo hacían para defender una línea ideológica creada por

personas especializadas en adoctrinamiento o lavado de cerebro, en el que su

fin principal era la eliminación de todo aquella persona que medianamente

estuviera en contra del régimen establecido, el cual se encontraba o se

encuentra enquistado mediante el fraude y el prevaricato generalizado, y que

predicaban un sistema igualitario y democrático donde todos tenemos las

mismas oportunidades…-mierda¡¡-, dijo en vos alta, mientras reflexionaba, que

en la actualidad el discurso no había cambiado en ningún ápice y que los

herederos de las dictaduras del pasado, son una caja de resonancia que hoy

repetían el mismo discurso como marionetas de un ventrílocuo endemoniado

del pasado. Santiago sintió que la habitación se había inundado de los miedos de

aquellos terribles días, miró a su alrededor y tuvo la sensación que él podía

convertirse en una de las miles de víctimas que habían sido trituradas por

aquellos hombres convertidos en bestias, los cuales deambulaban

tranquilamente sin por lo menos haber pedido disculpas por sus horrendos actos

a los familiares de los asesinados. Salió a la puerta y miró su alrededor, vio su

reloj y eran las siete de la noche, ya había oscurecido y en la calle solo observo, a

dos vecinos conversando en una de las casas aledañas, unos niños que jugaban

“mica” como a treinta metros de su casa, fijó su mirada al final de la calle como

buscando algo, trato de escudriñar si alguien podría estar escondido entre las

sombras y recodos que formaban las paredes de las casas, respiro hondo y se

dijo así mismo- estas paranoico- entró y se sentó en uno de los sillones de la

sala, la soledad era como la que se siente cuando se está ante una situación

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desconocida y peligrosa. Deseaba desahogar aquella opresión de su pecho,

luego de vacilaciones tomo el teléfono y llamó a Mélida.

- Aló - Contesto ella-

- Hola, ¿quería saber si llegó sin contratiempos a su casa?

- La verdad es que no he llegado aún a mi casa, me encuentro en San Salvador

cerca del Cementerio la Bermeja, y creo que dentro de una hora podré salir de

una reunión de la Junta Directiva de la Asociación de Mujeres de la que le hablé

la vez anterior.

- Entiendo, Yo saldré a comer dentro de poco y me encuentro cerca de ese lugar-

mintió- si usted me permite la puedo esperar y poder cenar juntos hoy.

- Entonces venga a las ocho de la noche, y para mejorar la ubicación, el lugar se

encuentra dos cuadras arriba del cementerio, yendo por el Boulevard Venezuela

hacia el occidente.

Santiago dio un brinco del sillón, y buscó entre la ropa aquella que lo hiciera ver

adecuadamente vestido para la ocasión, se cepillo los dientes, se perfumó.

Pasado el tiempo requerido, condujo su carro Toyota Starlet hasta la entrada

del local de la organización de mujeres en la que ella lo esperaba, luego de los

saludos, dispusieron cenar en un restaurante de comida china, en el que

intercambiaron una plática que se prolongó durante una hora, en la

conversación ella le facilitaba el terreno para que él pudiera cortejarla, ella

como toda mujer sabe que no es el hombre quien conquista a la mujer, sino lo

contrario es la mujer la que conquista al hombre, pues este en su cortejo va

encontrando aquellas sutiles pistas que le indican el camino correcto, y que

irremediablemente lo llevaran hacia el encuentro de los perfumes del amor.

Santiago tomó la mano de ella y luego acercaron sus rostros lentamente hasta

darse un beso suave y profundo, luego en voz baja él le preguntó.

- ¿Se quedará en San Salvador?

- A esta hora de la noche, se me convierte en una obligación.

- ¿aceptaría quedarse en mi casa?

- Sí, acepto.

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Al llegar a la casa, Mélida pudo observar que se encontraba en el típico piso de

un hombre soltero, algunas cosas en desorden, y falta del toque femenino en la

ambientación del espacio, sin embargo se sentía cómoda en el lugar, Santiago

trató de iniciar una conversación pero ella le dió un beso que se transformó en

una apasionada entrega de ambos hasta quedar completamente desnudos y

terminar exhaustos, al haber logrado un orgasmo mútuo que les hizo sentir

fervorosamente la empatía que sentía el uno para el otro. Santiago pensaba que

esa mujer tenía algo en su interior que lo había atravesado como un rayo, y que

el encuentro sexual de esa noche era distinto de los otros encuentros casuales

que había tenido, solamente con el afán de satisfacerse egoístamente sin la

intensión de profundizar más allá de la apariencia. Esa noche ella durmió sobre

su pecho, y él se quedo dormido embriagado de amor al sentirse dichoso de

tener a aquella hermosa mujer entre sus brazos.

Al interior de la sede Fiscal en San Vicente, se encontraba el Sargento

Bracamonte esperando al Fiscal Santiago Amaya, eran la ocho de la mañana con

quince minutos, en el pasillo había observado una típica discusión entre el Jefe

de la Unidad de Homicidios y un viejo Fiscal auxiliar que tenía dieciocho años de

trabajar para la Institución, el Sargento Bracamonte los conocía a ambos y esa

mañana había escuchado como el Licenciado Sepúlveda, le había hecho

reclamos sobre un asunto de investigación pendiente. El Fiscal a quien en otras

ocasiones el Sargento Bracamonte lo había oído vociferar que renunciaría de la

institución, pues ya estaba harto de tanto abuso y desconsideración, sonrió para

sí sin mencionar ninguna palabra, ya que dicho discurso nadie lo creía pues

cuando las cosas pintaban mal, era costumbre oírle decir a grito de campana que

pondría la renuncia, además de hacer el señalamiento de la muy baja condición

humana a la que sometían al cuerpo de fiscales, haciéndolos trabajar fuera de

hora laboral y obligándoles a interrumpir sus descansos de fin de semana o de

vacaciones para asistir a actividades de trabajo. El Sargento Bracamonte

pensaba, -de nada te sirve estar quejándote de tu condición y lo único que

ganarás de estos hijos de puta es que, te sigan manchando con amonestaciones

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82

tu expediente personal-. En ese momento entró Santiago, quien luego de marcar

tarjeta se dirigió al Sargento Bracamonte.

- ¿Como le ha ido Sargento?

- No me quejo. Y hoy necesito hablar con usted, sobre algunos procedimientos de

investigación y sobre todo el asunto de la muerte de Don Mario Urbina.

- Estamos en la misma sintonía, estos días me he estado formando un perfil del

sujeto, para ir construyendo las pistas de acercamiento y poder pescarlo y luego

presentarlo ante los tribunales.

- Realizamos otra inspección de búsqueda en el lugar del crimen y encontramos

pocos indicios. Por otra parte me han informado que a usted le han abierto un

expediente administrativo, por haber dejado libres a los tres mareros.

- Eso ya lo sabía antes de que lo hicieran, pero nosotros no abandonemos la

investigación, ¿Y que sugerencia puede hacer usted en cuanto a poder cercar y

capturar al asesino una vez que tengamos su ubicación?

El Sargento Bracamonte, hizo una pausa mientras observaba la finalización de la

divertida escena de la que fue testigo, luego dio una mirada penetrante a

Santiago.

- Para lograr atraparlo, hay que hacerlo en un solo golpe, si lo asustamos se va a

evaporar y tomará medidas de seguridad mas disciplinadas, y volverlo a ubicar

será un verdadero huevo, de este cabroncito no sabemos nada, ni de donde es,

solamente tenemos elementos mínimos y además, puede estar protegido por a

saber quien putas. Es un especialista, para él los asesinatos forman parte de su

existencia, trata la manera de no dejar un rastro evidente y siembra la confusión

como cortina de humo, que nubla toda posibilidad de los ojos de quienes lo

estamos tratando de descubrir. En este momento debe estar tratándonos de

pobres pendejos, pues sabe que nosotros estamos desubicados con respecto a

su procedencia.

- Hoy me pondré en contacto con alguien que nos puede otorgar las respuestas

que andamos buscando, si este contacto nos ayuda, podremos atraparlo en la

primera oportunidad.

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83

- ¿y como logró un contacto que pueda llevarlo a descubrir la madriguera del

asesino? – pegunto el Sargento Bracamonte-

- De una fuente impensable, pero creo que si logró entrevistar a ese contacto, nos

puede develar algunos secretos del Emisario del Diablo.

- Bueno esperaré la información, y cuando estemos seguros lo atrapamos.

- Sí, le tenderemos una trampa que debe apreciar como su gran oportunidad.

- ¿Y que sabe de la Cofradía del Anillo?

- Pues he tenido una muy buena conversación con ellos, realmente no creen en el

sistema de justicia salvadoreño, y la única esperanza para que no vuelva a

asesinar a otro de sus miembros somos nosotros. Están preocupados, una de sus

miembros desapareció.

- ¿Aún no la han encontrado?

- No…

- Para obligarlo a que se mueva hacia nosotros, hay que ponerle un cebo y la

mejor carnada son los miembros de la Cofradía, le alborotaríamos su sed de

matar. Por eso es preferible no tener contacto policial con ellos, eso hará que el

hijueputa cambie su estrategia y nos confunda nuevamente, y lo más seguro es

que en este momento debe estar planeando cómo realizará su próximo golpe -

repuso El Sargento Bracamonte.

- Tiene razón es mejor tratarlo como si no existiera, estará relajado al valorar que

la policía de nuevo le perdió el rastro… ¿tiene algún plan?-preguntó Santiago-.

Guardaron silencio, ambos compartirán una adecuada relación de ideas en cuanto

a cómo llegar al punto en una investigación que se había vuelto un

rompecabezas.

- Creo que lo más adecuado sería, ponerle a dos miembros de la Cofradía del

Anillo en bandeja de plata, por medio de un anuncio en La Prensa Gráfica o el

Diario de Hoy. Anunciaremos que ambos miembros han venido del exterior y

desean saber sobre sus amigos que guardan la reliquia de la sanación y le

señalamos una dirección y un teléfono al cual pueden comunicarse .- dijo el

Sargento Bracamonte-

- Es una buena idea, con lo de los gastos en publicación, se lo pediremos a la

Cofradía, pero no será nada fácil capturarlo…-respondió Santiago-.

Page 84: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

84

- ¿Usted sabe como es que los timadores logran estafar a sus ingenuas víctimas?

- Por un engaño bien elaborado…

- No, la razón es que todos en lo interior somos codiciosos, todos queremos

tener más por menos, el que es objeto de un timo se deja emborrachar por el

deseo de poseer más y eso lo lleva a caer en la trampa del engaño. A este

pendejo lo haremos caer víctima de su deseo desenfrenado de asesinar a estas

personas.

- Muy interesante.

- Le haremos un timo.

- Sí, eso es precisamente lo que haremos- señalo Santiago-

Page 85: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

85

X

Pilijay

El día pasó con algunos contratiempos de trabajo, el Licenciado Sepúlveda, le

había llamado a su oficina y con tono ceremonioso le informó sobre el proceso

de Investigación interno, por el hecho de haber dejado en libertad a los tres

miembros de Maras, sospechosos del asesinato. Santiago conocía el discurso de

su jefe, por lo que dejó que liberara toda la enfermiza manera de tratar al

personal, cuando enfrentaban un proceso de investigación de auditoria.

Santiago se relajó observando el alrededor del interior de la oficina, la cual no

parecía la de un ocupado funcionario preocupado por su trabajo como Agente

Fiscal; más bien tenía la similitud de la oficina de crédito de un banco en el que a

un lado del escritorio se encontraba la bandera de la Institución, junto a la

bandera nacional , sobre el escritorio habían algunos objetos utilizados como

piza papeles, en la pared estaban colgados de clavos, la fotografía del presidente

de la República, diplomas de seminarios y algunos cursos de investigación

criminal, los cuales de nada le servían, pues su rol práctico era el de un

administrador con el pensamiento de un caporal de finca, dispuesto a mantener

una vigilancia sobre cualquier movimiento de sus subalternos, tenía una librera

que ocupaba para meter periódicos viejos, revistas desordenadas etc. Santiago

pensaba en la noche anterior junto a Mélida, suspiraba por tenerla de nuevo

entre sus brazos, recordaba su hermoso rostro y tenía deseos de llamarle para

escuchar su voz, por la mañana cuando se despidieron, todo fue de prisa por

llegar a tiempo cada uno a su trabajo, se despidieron con un beso y quedaron

pendientes de llamarse. El Licenciado Sepúlveda, le preguntó:

- Tiene algo que decir sobre las advertencias que le mencionado?

- No…

- Bueno, entonces puede volver a sus tareas del día.

Santiago salió al pacillo y tomó su teléfono celular, en el que encontró el

mensaje de texto enviado por el periodista Ramón Batances, en el que le

agregaba el teléfono de Saúl Hurtado. Santiago decidió hablarle por la tarde, ya

Page 86: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

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que necesitaba salir de sus actividades apremiantes del día. La plática con el

Sargento Bracamonte en horas tempranas, le había dibujado un panorama

distinto en el caso. Durante la tarde visitó el Centro Judicial para presentar unos

documentos, se detuvo a platicar con un colega que trabajaba como abogado

defensor, quien salía de una audiencia en uno de los Juzgados de Instrucción, en

la conversación le había comentado lo duro que se encuentra la litigación

privada, Santiago pensó que ese sentimiento de derrota es común en los

profesionales del Derecho que se meten a defender a otros y no han aprendido

a defenderse a sí mismos, después de que la plática se volvió insípida se

despidieron. Al superar medianamente las exigencias del día y haber terminado

la jornada laboral, llamó a Mélida para saludarla quien se mostró muy

complacida por la llamada y luego de un intercambio de palabras de cariño se

despidieron.

Eran las cuatro de la tarde con treinta minutos, Santiago abordó su vehículo y

condujo hasta la Plaza el Pilar, al interior de la ciudad de San Vicente, en la que

se encuentra la hermosa Iglesia colonial conocida por el mismo nombre. La

historia cuenta que a principios de la década de mil ochocientos treinta, a dicho

templo religioso ingresó el Indio Anastasio Aquino quien tomó la corona de la

Virgen del Pilar y se auto nombre Rey de los Nonualcos y a sus hombre les

denominó las fuerzas libertadoras de los Nonualcos. Se sentó en una de las

bancas de cemento que se encontraba frente a una pequeña cancha de

basquetbol, al interior de la misma plaza, en la que unos muchachos

adolescentes se divertían en un encuentro. Santiago tomó su celular y marcó,

luego de cinco tonos, una voz ronca de hombre contestó.

- Aló, ¿quien llama?

- ¿Con Don Saúl Hurtado?

- ¿Quien desea hablar con él?

- Un amigo de Ramón Batances …

- …. ¿Él se encuentra en el país?

- Por ahora no, me ha proporciono su teléfono y me pidió que lo saludara.

- ¿ usted es amigo de él?

- Sí es mi amigo...

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- Bueno que me alegra que me halla enviado saludos, tengo meses de no llamarle

para preguntarle como se encuentra. Dígale que le envio un fuerte abrazo y que

también lo saludo.

- Quería saber si podía tener una conversación con usted, pues Ramón desea

pedirle un favor-mintió-

- Si se encuentra dentro de mis posibilidades, cuente que se lo hago.

- ¿Entonces cuando podríamos reunirnos?

- ¿Puede mañana, en algún lugar en San Salvador?

- A las cinco de la tarde, frente a la alcaldía, me conduzco en un carro pequeño,

color blanco, y mi nombre es Santiago Amaya.

- De acuerdo, para que usted me ubique tendré un periódico bajo el brazo.

Santiago se despidió y cortó la llamada, respiro profundamente y se recostó en

la banca mientras observaba a los muchachos que se divertirán en el juego de

basquetbol, y permaneció sentado durante un buen tiempo con mirada

meditabunda; se levantó, abordo su vehículo y salió con rumbo a San Salvador.

A las nueve de la mañana del día siguiente, Santiago Amaya, se presento a una

Vista Pública en la que sostendría una acusación contra un Miembro de la Mara

Salvatrucha, que respondía al nombre de Orlando Cubías alias “Piolín”; por

haber cometido el asesinato de un cobrador de buses de la ruta ciento dieciséis,

quien se habría negado a entregarle lo que los miembros de Mara le llamaban

“renta”, dicha actividad delictiva en la jerga jurídica, es conocida como Delito de

Extorsión. Los jefes de “clica” (organización celular de las maras) imponían la

renta a los empresarios de buses a manera de impuesto que debían pagar

obligatoriamente, a riesgo de perder la vida si se negaban. En la investigación se

habían incorporado tres testigos, los cuales en sus testimonios escuchados en el

juicio, lograron determinar la manera de cómo sucedieron los hechos y

señalaron al menudo, flacucho y pálido muchacho, quien tenía dieciocho años

de edad, como actor del asesinato. En la sala solamente se encontraba Santiago

como acusador, un Abogado Defensor Público, quien durante toda la audiencia

mostró aburrimiento, pues de antemano conocía cual sería el lógico resultado,

junto a él, el acusado, quien en el desarrollo del Juicio mostró una actitud de

ausencia, los alegatos los hacían frente a un Tribunal de Sentencia, compuesto

Page 88: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

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por tres jueces, los cuales escuchaban con desdeñosa atención las

argumentaciones de las partes. En dichos juicios, la no asistencia de los

familiares de las víctimas era común, pues el temor de la población por el

accionar de las maras era una constante debido al alto grado de violencia

desatado en todo el país por este fenómeno, en ese año, El Salvador era

considerado como el primer país más violento en Latinoamérica. Al filo de las

tres de la tarde, luego de una deliberación de media hora, el tribunal había

condenado a treinta y cinco años de prisión al acusado, quien al momento de

leer el fallo, permaneció con la vista fija en el piso de la sala, y en silencio entre

los dos corpulentos escoltas, salió esposado de pies y manos hacía una larga

estadía en la Penitenciaría Oriental, que se encuentra a las afueras de la ciudad

de San Vicente.

Mientras conducía hacía San Salvador, Santiago Amaya, sintió alivio en haber

realizado su trabajo, pero a la vez en su interior estaba convencido que el

condenado era producto de las condiciones extremas de marginación social, que

imperan en El Salvador, Orlando Cubías fue sin ninguna duda, un niño víctima de

maltrato infantil, nunca fue a la escuela, su desarrollo lo vivió en un ambiente de

extrema pobreza, siempre tuvo ante sus ojos un destino incierto, ese día la

misma sociedad lo había condenado, por un hecho del cual era un responsable

directo; sin embargo era el sistema social imperante el responsable por actos de

omisión sobre su sano desarrollo, que procuraron que el pobre muchacho se

convirtiera en definitiva en un asesino.

Cuando llegó a San Salvador, tomó la Avenida Juan Pablo II, eran las cinco de la

tarde con quince minutos, reflexionó sobre el encuentro con el misterioso

personaje, iba con la preocupación de encontrarse cara a cara con el Emisario

del Diablo, pensaba en observar su cara y tener en cuenta si el lado izquierdo de

su rostro era atravesado por una cicatriz, la cual le habían descrito como

fácilmente visible, además era un hombre de piel blanca, y voz ronca. Cuando se

acercaba a la alcaldía bajó la velocidad, y logró evadir el fuerte tráfico y conducir

a la orilla de la acera de la Alcaldía de San Salvador, logró observar a un hombre

de mediana estatura, de piel morena, con pantalón de vestir, camisa polo y una

gorra en su cabeza y aparentaba unos cuarenta y ocho años, y se encontraba

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con la espalda sobre la pared y sostenía un periódico bajo el brazo. Santiago le

hizo ademanes y el hombre se acerco.

- ¿Don Santiago Amaya?-dijo-

- Sí, súbase -respondió Santiago-

En el interior del carro intercambiaron saludos. Santiago le pidió disculpas por la

tardanza, el hombre se mostró comprensivo, en el momento ambos realizaron

reflexiones sobre el fuerte tráfico y el calor de la tarde, Santiago estacionó el

vehículo en el parqueo de una cafetería del centro de San Salvador, se

acomodaron y pidieron un café cada uno.

- Que me alegra, que Ramón se acuerde de mí, y dígame como lo conoció?- dijo

Hurtado-

- En un viaje que realice a Guatemala, tuvimos la oportunidad de hospedarnos en

el mismo hotel-mintió Santiago-

- Entiendo, él es un tipo que viaja a muchos países, ¿usted sabe que él es

periodista?

- Si y de los buenos, actualmente trabaja para un periódico de prestigió en

Estados Unidos-respondió Santiago-

- ¿Y cuál es el favor que necesita Ramón de mí?

- …Pues es una situación que tiene que ver con una investigación que se lleva a

cabo hoy en día.

- ¿Sobre qué?

- Es sobre un asunto que tiene que ver con la Guerra de la década de los ochenta,

Ramón me sugirió lograr identificar a una persona que usted pudo haber

conocido.

- ¿Que le ha dicho de mí Ramón?

- Me comento que usted le ayudó en unas entrevistas, sobre la Guardia Nacional,

y sobre el asunto de los Escuadrones de la Muerte…

- ¿y Porqué no me lo pregunta él personalmente, pudo haberme llamado?-

respondió “Pilijay” mostrando desconfianza-

- Porque el interesado soy yo, mi trabajo lo desarrollo como Fiscal Auxiliar y estoy

siguiendo una investigación de un sujeto que esta asesinando a unas personas

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en nombre de los Escuadrones de la Muerte y persigue, según tengo entendido,

a un grupo que aparece en una lista, que tiene relación con el anillo arzobispal

de Monseñor Romero?

“Pilijay” permaneció en silencio, y fijó la mirada en Santiago y hablando en vos

baja repuso.

- …Eso no puede ser… ¿y como sabe usted que el sujeto que está asesinando a

esas personas fue miembro de los Escuadrones de la Muerte?-pregunto “Pilijay”-

- Existe evidencia que señalan que el actor de esos crímenes es un miembro activo

de los Escuadrones de la Muerte.

- ¿Y yo que tengo que ver en este asunto?

- Ramón me dijo que usted, podría tener alguna información sobre la procedencia

del sujeto, su nombre, donde podría vivir etc…

Luego de hacer otro silencio “Pilijay” dijo.

- …Podría ayudarlo siempre que no me involucre como testigo, y no permitiré que

mi conversación sea gravada, y todo lo que pueda decirle, nunca asumiría

responsabilidad, al grado de tomar medidas en su contra por meterme en

asuntos de los que siempre alegaré nunca haber mencionado, me entiende.

- Respetaré su decisión y le doy mi palabra que usted en ningún momento será

mencionado dentro del juicio en contra del asesino.

Santiago se puso de pie y se desabotonó la camisa, vacio sus bolsillos para

mostrarle que no cargaba ninguna grabadora oculta.

- Siéntese-dijo “Pilijay”- creo que es suficiente con su palabra, pero hay que

cuidarse, en este país las paredes oyen, por todos lados hay agentes del OIE,

pendientes de cómo van las cosas…

- El OIE, ¿explíqueme en que consiste…?

- El Organismo de Inteligencia del Estado, es un retoño de la CIA, en el país, esos

cabrones mantienen un control de cómo se están moviendo las aguas y

cuidadito meterse en problemas con ellos, por lo que le voy a sugerir que

hablemos en voz baja…

- Entiendo…-dijo Santiago-

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El hombre paseó la mirada lentamente en todas direcciones, como esperando

encontrarse con alguna persona que estuviese escuchando la conversación o

para explorar el área y determinar que no había moros en la costa. Y luego de

guardar un silenció, mientras reflejaba en su rostro un semblante de estar

acordando de cosas guardadas en su memoria, dijo:

- En la Guardia le decían “El Doctor”, fue un oficial de la sección dos de

inteligencia. Fue un especialista en obtener información de los “terengos” que

fueron capturados y eliminados en aquellos días.

- ¿Quienes son los “terengos”?-

- Los delincuentes terroristas, guerrilleros, piricuacos o subversivos que ahora

quieren imponer el comunismo al ganar las elecciones de la presidencia.

- Entiendo-respondió Santiago- ¿y cuales eran las funciones del Doctor?.

- Mejor le respondo cual era nuestro objetivo y la misión patriótica, porque si

quiere entender que hacía uno de los miembros, es necesario saber cuales eran

las tareas urgentes para proteger al país del comunismo internacionalista.

- ¿Y cuales eran los objetivos?

- Los objetivos primordiales a principio de los ochenta, era descabezar a la

guerrilla, desaparecer las huelgas, manifestaciones, organización de fachada y

restaurar el orden público. Por lo que era necesario eliminar a los instigadores

comunistas que andaban por un número de seis mil a siete mil “terengos”, los

cuales ya estaban ubicados. Cuando nosotros iniciamos operaciones a finales de

los setenta se armaron varios grupos de aniquilamiento.

- ¿Y como inicio el proceso de organización de los grupos de aniquilamiento?

- En ese asunto tuvieron mucho que ver los gringos, y los altos mandos de la

Guardia Nacional, que eligieron a los guardias más destacados y disciplinados,

para que armaran la sección dos de Inteligencia. Esto inició por el año de mil

novecientos setenta y ocho, cuando volvieron de Taiwán un grupo de Guardias

que se especializaron en contrainsurgencia, el mayor Roberto D´Abuisson, que

participo, en varios cursos en el exterior, redacto, un informe de inteligencia

para la sección dos de la Guardia Nacional conocida como G-2, que después se

convirtió en el manual básico para entender al comunismo interno y sus

organizaciones de fachada.

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- ¿Pero los grupos de aniquilamiento que ejecutaban los asesinatos, tenían su

sede en la sección dos de inteligencia de la Guardia Nacional?

- No, las actividades de estos grupos eran bajo cubierta, o sea sus acciones no

tenían un control institucional, eran clandestinas…

- ¿Tenían algún tipo de comunicación con la Sección dos de Inteligencia de la

Guardia Nacional?

- Pues claro que había comunicación, ellos no podían ejecutar una acción si no

tenían información de inteligencia. Pero déjeme decirle que la sección dos de

inteligencia, empezó a crearse en todas las guarniciones del país, y los otros

cuerpos de seguridad como la Policía Nacional, La Policía de Hacienda, la Policía

de Aduanas y en muchas ocasiones al interior de cada cuartel, se formaba un

grupo de eliminación de terroristas. Pero los Grupos de aniquilamiento más

organizados fueron el Ejército Secreto Anticomunista, La Brigada Anticomunista

Maximiliano Hernández Martínez y el Comando Metropolitano, los cuales

operaban en San Salvador, pero realizaban misiones en otros departamentos del

país, En el oriente del país operaba el Gremio Anticomunista Salvadoreño en los

departamentos de occidente operaba el grupo que se denominaba Escuadrón de

la Muerte y que se conocía como EM.

- ¿Usted perteneció a alguno de estos grupos?

- Sí, al Ejército Secreto Anticomunista y a La Brigada Anticomunista Maximiliano

Hernández Martínez y termine en el más organizado que se le llamó los

“Maneques”, y que se formo luego de haber superado unas diferencias de

poder entre los mandos militares y los civiles con billetes, que tenían a sus

órdenes grupos que plateaban con recursos propios y que a veces no podían

controlar.

- ¿Por qué no podían controlar?

- En muchas ocasiones actuaban sin ningún tipo de direccionamiento, y lo hacían

por iniciativa propia.

- ¿Solo aniquilaban a los opositores o se dedicaban a otras actividades?

- No, también se extorsionaba y secuestraba para obtener fondos y sostener de

esa manera, al grupo que se encargaba de la operación. Hubo otras actividades

entre las que se cuenta el ajuste de cuentas (asesinatos por encargo), y el

narcotráfico.

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- ¿En la Guardia nacional, tenían algún tipo de preparación Policial?

- -Sí, en la Benemérita Guardia Nacional, se encontraba la escuela de preparación

y se tenía un manual de funciones que se llamaba cartilla de la Guardia Nacional

en la que se especificaba cuales eran las actividades que debía desarrollarse en

el ejercicio de sus funciones y entre las más importantes estaba mantener el

Orden Público y la Seguridad Nacional.

- ¿Usted fue miembro de ANSESAL?

- Claro que sí, mi formación de agente especial la tuve en ella y su disolución, fue

maniobra de los comunistas que conformaban la Junta de Gobierno, que se

formó después del golpe de Estado que le dieron a mi General Humberto

Romero. Pero de nada les sirvió porque las funciones de la Agencia pasaron a

ser ejecutadas por la sección dos de la Guardia Nacional.

- ¿Usaban esposas, cuando capturaban a alguna persona?

- En la mayoría de casos se utilizaba un cordel de cáñamo, cada guardia tenía que

andar entre ocho a diez cordeles. Cuando se ejecutaba un arresto, se amarraban

los dedos pulgares apretándolos con fuerza, para que no se fueran. El nudo se

les hacía con las manos hacia atrás.

- ¿Cómo se le llamaba a ese nudo?

- Habían dos tipos de nudo, el de gasa y el nudo de ahorcado. El más cabrón de

los dos, era el de ahorcado ese apretaba los dedos hasta que se cagaban de

dolor a los que se le hacía.

- ¿Le dice algo a usted el número sesenta y uno?

- ¿El número sesenta y uno?...

- Sí, los cadáveres que se sospecha fueron asesinados por la persona que usted le

dice “El Doctor”, lo marcó con una navaja en el cuerpo de las víctimas.

- Hoy si entendí, es un código de clave utilizado en algunas operaciones

encubiertas.

El hombre tomo una servilleta, sacó un bolígrafo y escribió.

M U R C I E L A G O

1 2 3 4 5 6 7 8 9 0

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- Esto parece infantil, pero nos sirvió para camuflar en algunas situaciones la maniobra realizada y servía para despistar al enemigo, el seis es E y el uno es M, en resumen quiere decir EM o sea Escuadrón de la Muerte.

- ¿Y como conoció al “Doctor”? - Era capitán en Ansesal, y agente de la Policía Política en la Guardia Nacional, es

enérgico y ágil, tiene memoria fotográfica sobre el procesamiento de información de Inteligencia. Y no se toca los huevos a la hora de eliminar a alguien. Además tiene la capacidad de poder aparentar que es una persona distinta de lo que realmente es. Cuando se disolvió la agencia, se destacó por ser un especialista al interior de la sección dos de la Guardia, uno de sus grandes atributos era mantener con vida a un “terengo”, hasta sacarle la última gota de información.

- ¿habla de tortura? - Precisamente, una vez para demostrar sus conocimientos sobre el cuerpo

humano, tuvo en sus manos a un enfermo del corazón, a quien con mucha pericia, estuvo aplicándole choques eléctricos que le provocaban convulsiones, durante veinticuatro horas sin que se le muriera.

- ¿había algún tipo de preparación en cuanto a interrogatorios con utilización de tortura?

- Sí lo había, se llamaban Cursos de Especialización que era algo así, como un seminario intensivo de un mes de duración, de siete horas diarias de clase, al que asistí, participaron diecisiete especialistas en interrogación, de la sección dos de la Guardia Nacional. El Instructor era un gringo. Me acuerdo que nos decía –“asegúrense que los detenidos nunca sepan dónde se encuentran, cada vez que vayan a alguna parte cúbranles los ojos y háganlos dar vueltas. Manténgalos despiertos cuando deben estar dormidos, sepan escoger bien el tipo de tortura para obtener buenos resultados”. Hubo también participación de un grupo de asesores argentinos que impartieron nuevos conocimientos de cómo dosificar la tortura, para obtener buenos resultados, antes de que nos dieran estos cursos todo lo querían resolver a fuerza de verga, y así lo que se hacía era encaprichar más a los prisioneros, al final se morían pero no se les sacaba nada.

- ¿y cual era el Proceso para dosificar la tortura? - Bueno…primero se le hablaba como a un amigo, pero a la vez se le decía que si

no colaboraba vendría otro que lo torturaría. El proceso de desgaste psicológico podía durar semanas. Si el método no daba resultado, entonces venía lo bonito y se le daba comienzo a la tortura física. Y lo Primero que se hacía, por ejemplo, era poner al detenido en un cuarto pequeño y completamente oscuro, y no se le

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dejaba dormir o se ponía desnudo y esposado, sobre el marco de una cama. El cuarto apestaba horriblemente por los meados y la mierda de otros prisioneros que habían pasado por ahí, se mantenían así durante una semana sin dormir, para que sus nervios se hicieran mierda, esto era antes de que diera inició la tortura física. Para la tortura física, hay varios métodos por ejemplo se le cortaba en pedazos la piel, quemarlo con cigarros etc. En los cursos nos enseñaban técnicas bien cabronas, como por ejemplo golpear a alguien en el estomago tratando de hacerlo sufrir mucho, pero sin dejarle lesiones externas. Algunas veces sólo se le golpeaba una y otra vez las manos y el estómago, con los puños o con una macana. Si después de esto aún no hablaba, se le llevaba a un inodoro lleno de mierda, el interrogador se ponía guantes y le sumergía la cabeza en el cagadero durante unos treinta segundos o más, luego se repetía la operación varias veces. Después se lavaba y venían los choques eléctricos, existía un cuarto especial de torturas en la Guardia para aplicar choques eléctricos en el cerebro, en el estomago, “los huevos” (testículos) o la “cuca” (vagina), para eso se sentaban en una lámina de hierro o se les paraba en agua.

Santiago sentía que el estomago se le estaba revolviendo al escuchar la historia de Pilijay, quien lo hacía de una manera muy fría.

- ¿”El Doctor” participaba en este tipo de interrogatorios? - No joda, él era uno de los preparadores, todos le tenían miedo. Era tan cabrón

que cuando entre sus manos estaba un “terengo” de los gruesos y no podían sacarle información, lo mandaba al quirófano.

- ¿Qué era el quirófano? - Era una sala grande, en la que en el centro se encontraba una mesa de cedro

macizo, a un extremo de la mesa estaba un molino de nixtamal y frente a la mesa cinco sillas en línea de frente, cuando un prisionero no quería hablar lo llevaban con otros cinco detenidos completamente desnudos, al prisionero que le querían sacar información lo sentaba en la ultima silla de derecha a izquierda, “El Doctor” llegaba vestido con una gabacha parecida a la que utilizan los carniceros con una mascarilla y en la mesa estaba un corvo y un hacha, si al que deseaban sacarle la información seguía de necio que se negaba a habla; tomaban al primero de los que estaban sentados y con ayuda de otros interrogadores lo aseguraban a la mesa con amarras en sus pies y manos, después “El Doctor” tomaba el hacha con la que comenzaba a darle de golpes con el filo hasta destrozarlo, luego con el corvo arrancaba pedazos de carne de los huesos y encendían el molino, en el que metía la carne, y se hacía aquel

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reguero de sangre en toda la sala. Después de esa demostración a cualquier cabrón que no deseaba hablar le ablandaba la poca valentía que le quedaba.

Santiago se quedó perplejo y desubicado con lo que estaba escuchando. Pidió a pilijay que lo esperara mientras iba al baño, estando en este no soporto la nausea y vomitó lo poco que tenía en su estomago, estuvo un rato tratando de recuperarse de la conmoción ocasionada por semejante relato. Luego de medio recuperarse tomó fuerza y se dirigió a la mesa en la que se encontraba Pilijay.

- Disculpe la espera-dijo Santiago- - No hay problema…Entiendo que el interés que tiene es sobre ¿quien es “El

Doctor” y porqué persigue a los de la lista de FECCAS? - ¿Sí, pero como sabe lo de la lista? - Cuando nos avisaron lo de la maldición nos entró “pálida” (preocupación), a

partir de ese día todos andábamos una cruz de Caravaca de puro oro en el pecho, nos dejamos dar “paja”(mentira) de un cabrón de la sección que decía que él era brujo y dijo que la maldición era cierta y que la única forma de eliminarla, era destruyendo el anillo y eliminar a los que lo tuvieran. Y déjeme decirle que esa puta maldición nos ha calado, a mi me han detectado un cáncer serote en el estomago y yo a veces creo que es esa maldición que nos hizo el viejo en la iglesia en la que se “palmaron” (asesinaron) a Monseñor.

- ¿Y “El Doctor” se ofreció a buscar el anillo y los que lo tuviesen en su poder? - Sí, el dijo que la misión la aceptaba como algo muy personal y en cualquier lugar

en donde iba, siempre trataba de ubicar a los únicos cabecillas de FECCAS, que quedaron vivos y en sus manos quedo el anillo. Cuando termino la guerra siguió su búsqueda.

- ¿Si usted cree en la maldición, porqué me esta colaborando en identificar al “Doctor”?

- Es el cargo de conciencia, yo creo que no es eliminando a esa gente como se puede borrar la maldición, todos los que estuvimos en eso, con nuestros actos nos maldecimos a sí mismos, nosotros procuramos echarnos la sal encima. Y por otra parte este cabrón no dejó buena siembra en el pasado, algunos de los que quedamos vivos de ese tiempo sabemos que también eliminó gente de la nuestra por pleitos pendejos, tiene un “chajazo” (machetazo)en la cara que se lo dio un camarada que era muy amigo mío, con el que empezó un pleito por el pisto (dinero) de un secuestro de un empresario, al final le descargó todo el magacín de la cuarenta y cinco de equipo y el cadáver lo fue a aventar a un

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basurero… Una cosa se le voy a dejar clara, ese maldito les va a costar agarrarlo vivo.

- ¿Y donde se le podría encontrar? - Eso esta fácil, él sabe que nunca lo buscarán en el lugar donde hoy en día, recibe

un trato mejor del que pudo haber tenido en la sección dos de la Guardia Nacional. Se ha cambiado el nombre como veinte veces, siempre ha manejado sus asuntos con documentación falsa, tiene como cinco Duis, con distintas personalidades, y los que trabajan con él, lo tratan como si se tratare de una persona que no mata una mosca.

- ¿y como se llama el lugar donde trabaja? - Trabaja en una Organización no Gubernamental, que promueve los Derechos

Humanos, que por cierto es administrada por gente de izquierda. Pero lo más vergón (impresionante) de su camuflaje es que es activista del partido de Izquierda más importante del país. Para ponérsela sencilla, aparenta ser el compañero más revolucionario de los “terengos”, le aseguro que usted no podría distinguirlo como un agente especial de la sección dos de la Guardia, en un encuentro de simpatizantes del partido, en el que se encuentre entre ellos. Cuando se presenta a las reuniones de los organismos del Partido es uno de los más críticos contra el sistema capitalista, y en más de una vez ha sido elegido como delegado para presentarse a las convenciones nacionales y ha votado para aprobar estatutos, candidatos a diputados y candidatos a la presidencia, acuérdese que los gringos nos enseñaron a conocer como pensaban los “terengos”, por eso no se le dificultó aprender el discurso comunista, y hacerse pasar por uno de ellos.

Santiago observaba cierto brillo en el rostro de Pilijay, el cual mostraba vehemencia en lo que le estaba expresando.

- ¿Y no lo han detectado como un infiltrado los dirigentes del partido de los rojos?

- Hay que entender que los “terengos” son un partido que pasa resolviendo a cada rato desvergues (conflictos) de divisiones. Desde que se fundo el partido de los “terengos”, ha sido una culebra macheteada, y los de la CIA y el OIE, han hecho su agosto sembrando discordias y controversias, sino vea usted que ha pasado con los cabrones que se han salido con el discursito de hacer otro partido “aterengado” (otro partido de izquierda), y luego terminan siendo boca sucia del partido oficial de derecha, y pagaditos por los mismos que nos pagaban para limpiar este país del comunismo. Para mí esos hijos de puta son peores que

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nosotros, por lo menos nosotros no traicionamos nuestros principios por muy hechos mierda que fuéramos, y ellos que decían pelear por liberar este país, terminaron volándoles verga a sus compitas como dicen los pendejos.

- ¿Y al buscarlo en las filas del partido de los rojos, cree que no se nos dificultaría encontrarlo?

- No, estoy seguro que no les costaría, sobre todo si lo buscan en la sede central del partido aquí en San Salvador.

- ¿y al llegar, cómo preguntamos? - Eso, también es fácil…Conozco el nombre con el que es popularmente conocido

en las filas del partido.

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XI

Un encuentro inesperado

“El Palo” y “El Frágil”, caminaban rumbo a su casa a las afueras de la colonia “El Cumbo” en la ciudad de San Vicente, eran las nueve de la noche y el trayecto hacía la cobacha de lámina, era una calle polvosa sin iluminación y que no tenía casas cercanas, mientras caminaban platicaban, fueron sorprendidos por una silueta que desde la oscuridad les orden que se detuvieran.

- Alto, no se muevan, hijos de putas. - ¿Hey, agárrela al suave maistro–respondió “El frágil” - Vos cállate pedazo de mierda.

Dijo la voz amenazante al mismo tiempo que se escuchaba un disparo que impacto en la pierna derecha del “Frágil”, lo cual lo hizo caer violentamente al suelo dando un grito de dolor.

- ¡¡¡ mi pierna, por favor no me mate!!!-

“El Palo” trató de huir pero se escuchó una segunda detonación de otro disparo que hizo blanco en su espalda y cayó irremediablemente en el suelo. Era el Emisario del Diablo quien blandía una pistola tipo escuadra, calibre cuarenta y cinco milímetros y que al percatarse de la situación de indefensión de los las dos víctimas, les dio vuelta de espalda y amarro sus dedos pulgares con un cordel y les colocó mordazas en sus bocas bien apretadas, entre los gritos de dolor del frágil, quien tenía la pierna fracturada por el impacto de bala, al “Palo” solo se le podía escuchar el estertor de la muerte pues se ahogaba por la hemorragia interna, luego los arrastró uno a uno, hacía un terreno baldío. Al pie de un árbol de zúngano los lanzó con violencia

- Ahora me van explicar par de hijos de puta, cual fue el acuerdo que hicieron con la Fiscalía para que no fueran a parar al bote (cárcel).

Luego de decir eso, le palpo el cuello al “Palo” quien agonizaba, luego le soltó la mordaza al “Frágil” y poniendo la boquilla de la pistola en la sien le dijo:

- Este marero de mierda ya se está muriendo, pero quedas vos, y si no quierés morir peor que un perro decime ¿que le has dicho vos a los de la fiscalía?

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- Nosotros no les hemos dicho nada- respondió horrorizado “El Frágil”- - ¿Cómo que no le han dicho nada?, si vos eras el serote que estaba cerca de la

casa en donde mataron al viejito de la Colonia Primavera. - Yo no se nada de lo que me esta preguntando.

El Emisario del Diablo, le volvió a amarrar la mordaza en la boca y le dio un fuerte puntapié en la pierna lesionada, el pobre muchacho se sacudía de las convulsiones provocadas por el insoportable dolor. El asesino espero a que se relajara y nuevamente le volvió a quitar la mordaza, mientras su víctima lloraba nervioso y mostraba un temblor incontrolable en el cuerpo.

- ¿Hoy si vas a hablar, pedazo de mierda?- le preguntó perversamente- - Yo le voy a decir lo que usted quiera señor...pero...pero no me mate por favor. - ¿A ver decime?, ¿cual fue el trato que hicieron con la Fiscalía? - Un policía y un fiscal nos preguntaron que era lo que habíamos visto el día que

mataron al señor, al que decían que nosotros habíamos asesinado. - ¿Y que respondiste? - Yo les dije que nada - ¿Y este cerote que ya se murió, dijo algo? - Sí, él les dijo que había visto pasar a un baboso sospechoso. - ¿Y que más? - Solo eso dijo…

El Emisario del Diablo, volvió a ponerle la mordaza y lo sentó apoyado en el tronco del árbol. Luego encendió un cigarrillo y con la paciencia de un relojero, comenzó a poner la braza del cigarro en la piel de las mejillas del muchacho, quien se contraía de dolor en cada ocasión que le hacía una quemadura. Esperó que se tranquilizara y le volvió a quitar la mordaza.

- ¿Hoy si me vas decir la verdad? - Yo no se nada, señor se lo juro…no me mate por favor - ¿y que le dijeron a la Fiscalía?… ¿decime?, ¿vos no queres colaborar? ¿o

necesitas que te lo haga recordar de nuevo? - Si lo único que le dijimos a los que llegaron a preguntarnos a la bartolina, es que

vimos a un hombre pasar con un corvo metido en el pantalón… - ¿y que más? - Solo eso…

El torturador, volvió a ponerle la mordaza y lo tomó de la pierna lesionada y se la torcía a manera de provocarle dolor. El frágil sucumbió ante semejante tortura y

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se desmayó, El Emisario del Diablo esperó pacientemente a que despertara, luego le quitó la mordaza e inició nuevamente el interrogatorio.

- ¿Aja hijueputa, me vas a decir lo que no me has dicho?

El cuerpo del “Frágil” era un guiñapo, el sufrimiento era tan intenso que sus gritos se ahogaban en su agonía, ya no respondía a las preguntas y en su interior había aceptado su trágico final.

En la mañana siguiente, El Sargento Bracamonte, fue informado que en las afueras de la ciudad habían encontrado dos cadáveres de miembros de maras, al hacerse presente en el lugar, se encontró con el equipo de Inspecciones oculares, el médico, el habitual grupo de curiosos rodeando el lugar donde se encontraban los cadáveres, y una Fiscal a la cual no conocía por tener un mes de haber ingresado a la Institución. Estas criaturas nuevas, no ayudan en nada -pensó- .

- ¿Que tenemos ahora?.-Preguntó El Sargento Bracamonte al Investigador que elaboraba el acta.

- Son dos hombres jóvenes, hemos tenido información que son de la Mara Salvatrucha, a uno le decían “El Palo” y al otro “El Frágil”.

- Mierda-dijo, mascullando la palabra y siguió escuchando al investigador- - Ambos se encuentran semidecapitados, al Frágil le sacaron los ojos y la lengua, y

en la mejilla derecha tiene un seis y en la izquierda un uno, marcados con quemaduras, al parecer con un cigarro, además tiene un orificio de entrada de disparo de arma de fuego, en el muslo derecho y los dedos pulgares de ambas manos se encuentran amarrados con cordel por la espalda. El segundo cadáver se encuentra semidecapitado con espuma sanguinolenta en la boca, y tiene un orificio de bala en la espalda, las manos también se encuentran amarradas por los dedos pulgares por la espalda. Según se ha podido observar, fueron arrastrados desde la calle a este lugar.

- ¿Hay huellas? - Sí… - ¿De botas junglas, similares a las del ejercito? - Sí… ¿como lo sabe Sargento? - ¿Usted no se presentó al reconocimiento de la Colonia Primavera?

- No, señor.

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- Entonces ahorre sus preguntas.

- ¿Encontraron casquillo?

- Si, son…

- De una pistola cuarenta y cinco milímetros.

- Si, señor…

- Encontraron colillas de cigarros embajadores

- Sí, señor.

- Nos eliminó los testigos…- dijo de manera reflexiva, El Sargento Bracamonte-

- ¿De quien habla..?

- De un hijueputa que se creé muy listo…

El Sargento se presentó ante la Fiscal, con quien luego de intercambiar algunos

criterios sobre la investigación que se debía iniciar, llamó por teléfono a

Santiago, a quien le relató el hallazgo de los cadáveres, Santiago luego de ser

informado por el Sargento Bracamonte de la condición de los cadáveres, le dijo.

- Sargento creo que tengo el lugar donde podemos averiguar donde podemos

ubicar de forma segura al asesino y poder capturarlo antes que vuelva a cometer

otro crimen.

- ¿Como logró conseguir la información?

- Tuve una entrevista con una persona que fue compañero de él, en la sección dos

de la Guardia Nacional.

- ¿Sección Dos?.. ¿y esa mierda que es?

- Fue la sección de Inteligencia de la Guardia Nacional, este sujeto me dijo que en

la Guardia era conocido por “El Doctor”, y se ha cambiado la identidad muchas

veces, por lo que buscarlo por medio del Registro Nacional de Personas

Naturales, sería un esfuerzo sin resultados.

- ¿Y que sugiere?

- Buscarlo donde él esconde su verdadera identidad.

- ¿Y dónde es ese lugar?

- En el partido de Izquierda de la ex guerrilla

- ¿ahí se esconde el cabrón-resplico sorprendido El Sargento Bracamonte-

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- Sí, y según la información, demuestra ser un miembro muy devoto, y su lugar de

reunión es en la sede central del partido en San Salvador y me dijo el nombre

con el que es conocido.

- Es urgente visitar a esa gente.

- Iremos hoy, lo espero en la oficina, aún es temprano, venga de civil, para no

ponerlos nerviosos, los rojos se vuelven huraños cuando ven policías con

uniforme.

- Espéreme, en media hora salimos,

Dijo el Sargento Bracamonte, mientras abordaba el carro patrulla y ordenaba

que lo trasladaran a la Delegación.

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XII

La llamada de alerta

Cuando se dirigían hacía San Salvador, Santiago le detalló los pormenores que

Pilijay le había mencionado en la reunión, el Sargento Bracamonte escuchaba

con atención la información que le compartía y mentalmente comenzaba a

prepararse para la próxima movilización de la unidad policial especial, para

efectuar la captura de una forma segura, pues estaba convencido que el asesino

era un individuo altamente peligroso.

- Necesitamos reunir prueba convincente, para que en el juicio sea imposible que

lo dejen libre- comento el Sargento Bracamonte-

- Es importante vincularlo con los elementos que tenemos, entre ellos, las huellas

de las botas, los casquillos y los cordeles, para librar una orden de captura con

suficientes elementos.

- Tendremos que hacer comparaciones de calzado cuando tengamos las botas en

nuestras manos, y los casquillos con la pistola cuarenta y cinco milímetros y se

debe solicitar que los otros asesinatos sean acumulados en un expediente para

hacer una acusación por todos los crímenes, debemos preparar a los testigos y

otras evidencias que deban adjuntarse a la investigación.

Al llegar a San Salvador, Santiago tomó rumbo hacia el occidente de la ciudad, se

dirigió a las proximidades del Hospital de Niños Benjamín Bloom, sobre la

veinticinco avenida sur, trataron de ubicar la sede del partido de Izquierda, del

cual habían averiguado que se encontraba contiguo a la ex embajada de los

Estados Unidos Luego de hacer varios cruces de calle se estacionaron frente a un

local, en el que en su ancha pared, había un mural en el que en un fondo rojo

desvanecido se observaban el rostro de “Che” Guevara, junto con el de

Farabundo Martí, y una multitud de gente enarbolando carteles y pancartas con

sus puños en alto, el mensaje central decía “El Cambio es Hoy”, cuando se

bajaron del vehículo y se dirigieron a la entrada del local, salían del interior un

grupo como de veinte personas entre hombres y mujeres, los cuales portaban

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camisas rojas en las que se leían consignas de contenido político, uno portaba

una camisa negra con la estampa del rostro inconfundible de monseñor Romero

y una leyenda que decía “resucitaré en mi pueblo”, algunos lucían barbas

descuidadas y boinas negras con una estrella roja, como haciendo tributo a los

lideres históricos de la Izquierda latinoamericana, Santiago fijo su mirada en los

hombres tratando de ubicar a alguien que reuniera las características del

Emisario del Diablo, El Sargento Bracamonte mantenía su mano derecha

dispuesta a tomar su pistola nueve milímetros escondida en su cintura, mientras

escrutaba a los que pasaban frente a él, un hombre pequeño, de rostro redondo

y como de unos cuarenta y cinco años los observó con ojos de suma

desconfianza, y luego preguntó.

- ¿Buscan a alguien?

- Necesitamos platicar con alguna persona que nos pueda brindar una

información…

- ¿Que tipo de información necesitan? –preguntó mientras hundió sus ojos en el

Sargento Bracamonte-

- La verdad-respondió Santiago- Soy fiscal auxiliar y él es el Jefe de la unidad de

Investigación Criminal de la Policía de la ciudad de San Vicente, y deseamos

platicar con alguien que nos facilite unos datos acerca de una investigación que

estamos realizando.

Luego de escuchar la explicación el hombre se mostró más confiado

- Síganme los presentaré con Lil Milagro, la compañera recepcionista.

El hombre caminaba adelante mientras los dos lo seguían hacía el interior de la

sede, llegaron a un escritorio que se encontraba en una pequeña antesala, en

dicho escritorio se encontraba una joven mujer de cabello corto y rostro dulce,

que hablaba por teléfono, y hacía gesticulaciones tratando de dibujar sus ideas a

su interlocutor. Santiago con el Sargento Bracamonte, tomaron asiento frente a

la mujer, Santiago dio un vistazo al local que estaba ambientado con afiches de

eventos y convenciones del partido de Izquierda, en una pizarra se leía “logros

populares en la Asamblea Legislativa en el presente periodo”, en una librera que

se encontraba al lado del escritorio y arrimado a la pared, se erguía un busto del

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Comandante y líder histórico del partido de izquierda salvadoreño Jorge Schafik

Handal. La mujer colgó.

- ¿Compañera?- dijo el hombre- estos señores quieren información, vienen de la

Fiscalía…

- Buenos días, ¿díganme en que puedo servirles?

- Buenos días, mi nombre es Santiago Amaya, pertenezco a la Unidad de

Homicidios de la Fiscalía en la ciudad de San Vicente y él es el Sargento Atilio

Bracamonte, jefe de la Unidad de Investigación Criminal de la misma ciudad y

deseamos platicar con algún responsable de la sede central del partido, para

solicitarle ayuda en una investigación que estamos llevando a cabo.

- Por ahora el único que se encuentra de la Junta directiva es el secretario de

movilización territorial, el puede ayudarlos su nombre es compañero Misael

Gallardo, si desean hablar con él, los anuncio en este momento.

- Si…-respondió Santiago-

La mujer salió hacia adentro, al cabo de cinco minutos salió y dijo.

- Pasen adelante.

Se pusieron de pie y caminaron hacía una puerta que daba acceso a un salón

grande en el que se podía observar que era utilizado para usos múltiples,

además de tener la decoración partidaria requerida, había un cuadro mediano

con una fotografía de un hombre de barba en la que se leía “compañero Jesús

Rojas, hasta la victoria siempre”, luego de pasar, al otro extremo por otra puerta

entraron a una pequeña oficina en donde se encontraba un hombre alto y flaco,

como de unos cincuenta años de edad y quien los hizo pasar con amabilidad.

- Pasen adelante por favor, disculpen el desorden pero nos estamos preparando

para una jornada de denuncia social contra el alza de la canasta básica y los

compas, han dejado regado el material,

Esto lo dijo por unos paquetes y banderas rojas que se encontraban de manera

desordenada en el pequeño local.

- No importa-dijo Santiago- nosotros nos acomodamos.

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- Pero díganme ¿en qué podemos servirles?

- Tenemos una investigación muy delicada en las manos, y creemos que podrían

ayudarnos a encontrar a un sujeto del que tenemos información a adoptado una

identificación falsa y se reúne en esta sede partidaria-señaló Santiago-

- ¿y tienen pruebas suficientes que demuestren que este compañero, esté metido

en un problema serio?

- Sí, estamos convencidos que si lo detenemos lo más pronto posible, le

podríamos salvar la vida a muchos inocentes.

- ¿Y puedo saber que ha hecho?

- Bueno a asesinado a muchas personas, pero tenemos registro de por lo menos

cinco- respondió Santiago-

- Es serio el asunto, pero se me hace difícil suponer que aquí venga una persona

así, con ese record de crímenes y que nosotros no hayamos observado un

comportamiento sospechoso.

- Es un especialista en el camuflaje Psicológico, fue educado por la CIA.

- ¿Cómo dice?… ¿me esta diciendo que es un agente de la CIA?

- En este tiempo no sabemos si dejó de serles necesario, pero el tiene una misión

que le quedó pendiente del año de mil novecientos ochenta.

- ¿Es un Escuadronero?-dijo con un tono de seriedad en su voz -

- Exacto…

- Y puedo saber quien es, para poder ayudarles

- Según tenemos información en el partido ha manifestado llamarse Felipe

Marcial Peña Carpio.

El hombre abrió lo ojos con asombro, y dijo.

- No puede ser¡¡¡

- Lo conoce- preguntó el Sargento Bracamonte-

- Sí, claro que lo conozco, el es muy dado a la organización y es considerado como

un hombre de confianza en el partido, esto me ha caído como baldazo de agua

fría.

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Santiago pasó a explicar a grandes rasgos, la misión siniestra del Emisario del

Diablo y cómo le habían seguido la pista hasta llegar a la sede partidaria, el

hombre se mostró colaborador y dijo.

- Esto es de suma importancia mantenerlo compartimentado y en el partido solo

lo sabrá la Comisión Política, espérenme mientras hago las coordinaciones para

encontrar la ficha de afiliación, para que ustedes tengan la información que

necesitan.

El hombre salió hacia la oficina de la secretaria, con la que luego de pedirle la

información, ésta dispuso a buscar en el archivo las fichas de afiliación, como a la

media hora, el hombre traía en sus manos un folder el cual venia ojeando, y se lo

entregó a Santiago.

- Tome, esta es la ficha de afiliación, ahí aparecen nombre, dirección, edad y otros

datos…

- Es lo que necesitamos- dijo Santiago tomando el folder-

Santiago y el Sargento Bracamonte revisaron las dos páginas en las que se

encontraba una fotografía blanco y negro de frent,e de un hombre que

aparentaba la edad de unos cincuenta y cinco años, una mirada fría y

penetrante, a simpe vista se le podía observar una cicatriz que surcaba el lado

izquierdo de la cara, y era de piel blanca. En las páginas se habían anotado las

identificaciones que tienen que ver con la edad, la cual por su registro tendría

cincuenta y tres años, soltero, y que residía en la Colonia Zacamil, en el edificio

7B, apartamento 33-CB, el documento mencionaba que su trabajo lo

desarrollaba como promotor de Derechos Humanos de una Organización no

Gubernamental, auspiciada por la Unión Europea, se había inscrito con un

número de DUI, el cual estaba siendo corroborado en la Unidad de Investigación

Criminal por el Sargento Bracamonte, quien ordenaba por teléfono y con

carácter de urgencia el dato.

- Al fin te conozco maldito-dijo Santiago en voz baja-

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- ¿Será el hombre que buscan?- Preguntó Misael Gallardo con cara de estar

esperando peores sorpresas-

- Por lo que vemos es él- dijo el Sargento Bracamonte-

- Le pedimos total discreción pues a partir de ahora tendremos que realizar otros

movimientos, por lo que si llegaran a tener información de su ubicación, nos

informen inmediatamente a estos teléfonos

Dijo Santiago extendiendo al mismo tiempo un papel con los números de

teléfono de él y del Sargento Bracamonte.

- De nuestra parte tendrán toda la colaboración que necesiten y pueden llevarse

ese documento, tenemos una copia. Dentro de un momento informaré de esta

situación al secretario general del partido y le prometemos discreción en el

manejo de esta información, afirmo el líder de izquierda, el cual mostraba

preocupación en su rostro-

Santiago y el Sargento Bracamonte salieron de la sede del partido, de donde

comenzaron a planear la manera de cómo realizarían la captura del Emisario del

Diablo, del cual tenían el rostro y su domicilio; salieron con rumbo a San Vicente

a preparar la orden de captura y el operativo de captura con los Agentes de la

Unidad Especial Operativa, la cual era dirigida por otro Sargento de nombre

Amílcar Ungo, quien comenzó a coordinar el reconocimiento de la zona con el

Sargento Bracamonte por medio de teléfono. El Sargento Ungo le prometió

tener el operativo listo para las dos de la madrugada en el lugar indicado.

Mélida se encontraba en el trabajo impartiendo una capacitación sobre la

equidad de género a un grupo de mujeres y hombres trabajadores de una

Alcaldía, cuando recibió una llamada de Santiago que le informaba de los datos

que tenía en sus manos y la eminente captura del homicida.

- ¿Estas seguro que se trata del Emisario del Diablo? – preguntó Mélida-

- En un cien por ciento, las pistas que hemos obtenidos fueron verificadas y

estamos seguros de estar en la dirección correcta.

- Entonces hay que prepararse para enjuiciar al asesino- reflexiono Mélida-

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- Sí, si todo sale según el plan, mañana estaremos preparando el requerimiento de

acusación para presentarlo ante los Juzgados de San Vicente, esperamos

acusarlo por los asesinatos registrados en este periodo.

- De mi parte iniciaré los contactos con las personas y organismos que se

encuentran pendientes de esta situación, y que están dispuestos a no permitir

que el proceso sea manoseado por los señores del poder económico y que

podrían obligar, como en otras ocasiones, a que este asesino quede impune.

- Has tu parte, nosotros haremos la nuestra…y cuídate, deseo fervientemente

volverte a ver- dijo Santiago-.

- Yo igual, tendremos tiempo cuando termine esto- repuso ella y luego se

despidieron-.

Mélida suspendió la capacitación pidiendo las disculpas por un motivo urgente y

se encerró en su oficina, e inició un proceso que había practicado a manera de

simulacro en muchas ocasiones. Abrió la ultima gaveta de un viejo archivero,

dicha gaveta tenía un fondo falso que servía de compartimento secreto, en el

que se encontraba un sobre de manila color amarillo, el cual tomó, de este saco

una pagina de papel doblada, en la que había una lista de cuarenta nombres

que tenían escritos números de teléfonos que correspondían a cada uno de los

nombre, del mismo sobre sustrajo un Chip telefónico, abrió la carcasa de su

teléfono y cambio el chip, luego de activarlo, inició muy cuidadosamente a

marcar los números y a cada uno de los que le contestaba, repetía la misma

composición de palabras.

- Han ubicado al Emisario del Diablo, su captura es eminente en las próximas

horas, después será presentado a los tribunales de Justicia, es hora de proteger

el proceso penal, para que no se tuerza la justicia a favor de los perversos, es

urgente comunicar a los organismos internacionales de Derechos Humanos, para

que estén presentes en la nueva afrenta en nombre de nuestro de Mártir y

Profeta.

En la Sede del Arzobispado de la Ciudad de San Salvador, un lugar

rutinariamente tranquilo; a una de las cocineras le pareció extraño observar a

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111

unos sacerdotes ancianos, caminar con prisa en los pacillos y platicar entre ellos

en voz baja, lo más raro de la ocasión era que a medida que transcurría el día,

salían y entraban sacerdotes de todo el país, sin hacer comentarios del motivo

de aquellas curiosas visitas de las que guardaban un disciplinado silencio. En las

Instalaciones de la Universidad Centroamericana sucedía algo parecido, los

sacerdotes Jesuitas más ancianos se comenzaron a reunir en un lugar acordado y

tratar el asunto en total privacidad, algunas personas que conocían la usual

rutina de cada uno de los sacerdotes, observaron que ese mediodía algo les

sucedía pues hasta los más joviales mostraban rostros inexpresivos, uno de ellos

pidió reunirse con el director del Organismo de Derechos Humanos de la

Universidad, para tratar un asunto de interés para toda la sociedad salvadoreña.

Organismos de Derechos Humanos en América Latina y Europa fueron

informados de los acontecimientos y comenzaron a elaborar la agenda de

trabajo sobre el asunto, un grupo de salvadoreños residentes en Estados Unidos

comenzó a llamar a otros compatriotas para celebrar una reunión urgente y

preparar una carta dirigida al Presidente y al Senado de los Estados Unidos; en

las zonas rurales del país grupos de campesinos se reunían en las ermitas, casas

comunales o bajo los arboles, en España un Juez fue despertado de su tranquilo

sueño, para informarle sobre la situación que podría generarse en las próximas

horas en El Salvador. El juez era uno de los que en su país conocía el juicio de los

catorce militares por la masacre de los Jesuitas, ocurrida en el año de mil

novecientos ochenta y nueve. Parecía una conspiración sagrada en la que el

mundo volvería a fijar su mirada en el pequeño país centroamericano.

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112

XIII

Secuestro y capucha

Eran las tres de la tarde y el Sargento Ungo, se encontraba con dos miembros de

su equipo especial, uniformados de instaladores del servicio de cable de

televisión, tratando de ubicar el apartamento 33-CB en el edificio 7B, de la

Colonia Zacamil, subieron tres pisos por las gradas del edificio al aproximarse

observaron la puerta del apartamento que estaba cerrada.

- Creo que no se encuentra-dijo en voz baja, uno de los agentes-

- Entonces hagamos un reconocimiento de las posibles salidas de escape y nos

marchamos con discreción,-señaló el Sargento Ungo-.

Luego de hacer un mapa mental de la zona y la ubicación del pequeño

apartamento, se retiraron, haciendo ademanes como si buscaran alguna

conexión de cable extraviada en el edificio.

A las seis de la tarde en el local de la Organización feminista “Mujeres Libres”,

Mélida recibía a un miembro de la Cofradía del Anillo, se trataba de Anastasio

Aguilar Urquilla, era el anciano que había fascinado a Santiago con la perorata

sobre historia nacional, el día que se reunió con todos los miembros de la

Cofradía. En los últimos meses, Don Anastasio visitaba frecuentemente San

Salvador, para consultar a un médico por problemas cardiacos, aunque se

conducía con las precauciones, por la amenaza que lo perseguía, siempre

visitaba a Mélida en el local de la Organización de Mujeres y sus visitas se habían

hecho más frecuentes, ya que la muerte de su amigo Mario Urbina lo había

afectado grandemente, y se sentía confortado visitar a Mélida a la cual había

conocido desde que esta tenía dos días de nacida y la estimaba como a una hija.

Pero en esta ocasión su visita tenía un fin distinto, ya que debía seguir de cerca

los acontecimientos sobre la captura del Emisario del Diablo, al llegar, se

acomodo en la sala de espera mientras salía de trabajar la última mujer del

organismo. Cuando todas habían salido hacia sus casas después de la jornada

laboral, Mélida salió de su oficina y lo invito a entrar.

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113

- ¿Todo está listo, para cuando lo capturen?-pregunto Don Anastasio –

- Todos lo saben- repuso Mélida-

- Mañana la maquinaria mediática calumniará nuevamente al Profeta, pero ahora

sus diatribas se ahogaran, en medio de la presión que tenemos que generar,

para que nuestro perseguidor sea juzgado por sus crímenes y que los

administradores del Estado sean mantenidos a raya para que la justicia, por lo

menos en esta ocasión, pueda ejercerse con plena libertad y lograr un veredicto

ejemplar que los haga reflexionar y enmendar sus errores en contra de este

sufrido pueblo.

- Estemos pendientes, Santiago me llamará para darme los pormenores de la

captura- señaló Mélida-

En la sede Fiscal, Santiago había enviado la orden de captura y la solicitud al Juez

de Paz del municipio de Mejicanos, para que autorizara realizar el allanamiento

del apartamento del Emisario del Diablo. Los Sargentos Bracamonte y Ungo,

habían coordinado sobre la ejecución de la acción policial. Cuando todo estaba

listo, el equipo especial de reacción recibió la instrucción de la ubicación del

lugar y hora del operativo, auxiliados por un mapa, elaborado por el Sargento

Ungo; un agente preguntó si se trataba de algún narcotraficante o “palabrero”

(jefe celular de mara) de alguna mara. El Sargento Ungo explico que se trataba

de un sujeto de unos cincuenta y cinco años de edad, y que tiene una cicatriz en

la cara, el agente rio y dijo:

- A la puta, mejor vamos a capturar a mi abuela- todos rieron escandalosamente.

- No nos fiemos, este tipo es especial, y no va a andar con medias tintas para

volarnos los sesos, así es que tómenlo en serio- señaló El Sargento Ungo-.

Todos callaron, el Sargento Ungo era un hombre paciente y respetado por los

hombres y mujeres bajo su mando, los cuales conformaban una unidad de diez

agentes armados con fusiles automáticos de fabricación Israelí, y con todo tipo

de herramientas y pertrechos para ejecutar los asalto policiales, como si se

tratare de una unidad militar entrenada y disciplinada, que mantenían un nivel

de camaradería muy alto, pues era eso lo que garantizaba el resultado positivo

de los operativos bajo su responsabilidad.

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En la sede de la organización “Mujeres Libres”, Don Anastasio se acomodó en un

sillón que se encontraba en una de las salas de la sede y que era utilizada para

reuniones y lugar de descanso, el local era una casa que tenía varias

habitaciones, las cuales eran utilizadas como departamentos de asistencia social

para mujeres, la organización era muy conocida en el país, sobre todo por

denunciar abusos de poder, marginación, acoso sexual y otras prácticas

machistas en contra de cualquier mujer, algunos las tildaban de radicales en sus

posturas y otros de ser un gremio femenino que había impulsado reformas para

el bienestar del género y eso le había dado un espacio en la sociedad, que

producía respeto de aquellas instituciones en las que las “Libres” metían las

narices, Mélida era la secretaria de conflictos era una mujer inteligente y

enérgica en sus funciones. Esa noche esperaba en su pequeña oficina alguna

novedad, mientras recibía mensajes de disposición y apoyo de personas e

instituciones que incluían los organismos internacionales, observó la hora y eran

las once de la noche, estaba inquieta por el resultado del operativo policial, que

dentro de poco realizarían en el domicilio del Emisario del Diablo.

A las dos de la madrugada los agentes de la Unidad Especial se encontraban en

las cercanías del edificio, que sería objeto del operativo, se ubicaron

debidamente, franqueando cualquier salida por la que el asesino pudiera huir,

en las tempranas horas habían tenido información de los vigías que espiaron

durante el día cualquier movimiento en el apartamento y quienes habían

informado que observaron a un hombre que reunía las características del

sospechoso entrar al apartamento y se hacía acompañar de una mujer mayor. El

Sargento Ungo dio la orden de asalto y los agentes se abalanzaron con un ariete

hacía la puerta. Luego de que uno de los agentes diera un fuerte golpe con el

ariete alguien grito.

- No se muevan policía¡¡

La puerta se abrió de forma violenta después del tercer golpe, y los agentes

entraron uno tras el otro apuntando con sus armas hacia los dos cuartos que

componían el pequeño apartamento, una anciana gritaba.

- Que pasa¡¡ auxilio¡¡, auxilio¡¡

Page 115: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

115

Un hombre mayor semidesnudo que se encontraba junto a ella fue lanzado al

suelo con violencia, siendo esposado en el acto. Cuando tenían la situación bajo

control, el Sargento Bracamonte entró a la habitación en la que tenían al

hombre esposado. Uno de los agentes riendo dijo:

- Este viejito ni pío dijo, yo creía que se trataba de un baboso parecido a Belloso,

el que mató a los policías cerca del Hospital Bloom.

El Sargento Bracamonte se acercó y dirigiéndose al detenido le dijo.

- Felipe Marcial Peña Carpio, queda detenido por varios crímenes.

El hombre con cara de terror le respondió

- ¿Como dice?, mi nombre no es ese.

- Entonces dígame usted cómo se hace llamar hoy-respondió El Sargento

Bracamonte-.

- Vea mi DUI, lo tengo en la cartera de bolsillo en el pantalón.

El Sargento Bracamonte revisó los bolsillos de un pantalón que se encontraba

sobre una silla, al sacar la cartera comprobó por medio del DUI, que el nombre

del detenido era Gabriel Alonso Carpio. Ordenó que sentaran al hombre y lo

miró a la cara alumbrándolo con su linterna, le comparo el rostro con el que

tenían en su poder y vio que no se trataba de la misma persona, llamó a

Santiago que se encontraba fuera del apartamento, quien se presento en el

momento.

- No es este el que buscamos- señaló El Sargento Bracamonte-

- Por la puta…-dijo entre dientes Santiago-

- ¿Usted perteneció a la Guardia Nacional?-preguntó el Sargento Bracamonte al

hombre-

- No, pero me puede decir que pasa… Y si por el hecho de ser primo de Salvador

Cayetano Carpio, vienen ha hacer este atropello, pues les digo que estamos

preparados para morir.

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116

- ¿Cayetano Carpio?, ¿no fue acaso un panadero que a inicios de los setenta inició

la organización de la guerrilla, y escribió un libro que se titula “Secuestro y

Capucha”?- preguntó Santiago-

- Ése mismo, y si ustedes han venido porque quieren acabarse a la familia, pues

mátennos, y traten de exterminarnos a todos, tal vez ahora puedan hacerlo- dijo

el hombre que los veía con ojos retadores.

Santiago dio una respiración de desaliento, y se sintió totalmente confundido

ante el escenario que les había levantado el Emisario del Diablo.

- Pensamos tenerlo muy cerca, hoy lo hemos perdido.

- Hay que volver a buscarlo en el partido de Izquierda y en la Organización de

Derechos Humanos, donde supuestamente trabaja- Repuso el Sargento

Bracamonte-

- Así como es de listo, estoy seguro que se va a esfumar de esos escondites, pero

hay que intentarlo antes de que vuelva a matar.

Page 117: La cofradía del anillo ( novela de Sergio Alfredo Flores)

117

XIV

Entre los Ilustres

El Emisario del Diablo se encontraba aguardando pacientemente, a la orilla del

río acelhuate, observaba con la astucia de un gato, la parte trasera del edificio

de la Organización “Mujeres Libres”, días atrás había dado seguimiento a las

visitas que uno de la lista negra, había realizado al lugar, estaba seguro que en

horas de la tarde le vio entrar y no volvió a salir, esperó que la noche ganara

espacio hasta estar seguro que su objetivo se encontraba dentro del recinto,

tenía la certeza de que lograría la misión de esa madrugada, solo estaba

ajustando unas valoraciones sobre como entrar por el muro trasero de la casa, el

cual mostraba facilidades de escalarlo por la presencia de un árbol de guarumo,

que se encontraba junto. Mientras tanto pensaba – aún no he terminado con

esto, y luego de ver si me dice dónde putas esta el anillo y ejecutarlo, tengo que

preparar el próximo operativo-. Se recordó de sus viejos camaradas en la sección

dos de la Guardia Nacional, -el teniente Castillo, el Sargento Perica,

Garrotillo…todos están muertos –se dijo- el único que debería estar vivo en

estos tiempos es “Califa”-. “Califa” era el apodo de uno de los muchos niños

mandaderos entre trece a quince años de edad, que trabajaban en todos los

puestos de la Guardia Nacional, por lo general eran de origen campesino a

quienes se les conocía como “niños de la guardia” .Sus tareas consistían en

hacer aseo de las oficinas y las cuadras de los agentes de la Guardia, hacer

mandados a tiendas, tener todo ordenado, lustrar las botas y polainas, en fin

pequeñas tareas. Se recordó cuando les informaron que la Guardia Nacional

quedaría disuelta producto de los Acuerdos de Paz, son una mierda estos

“terengos”- dijo enfurecido- disolvieron el Cuerpo de Seguridad que había

protegido la soberanía del país durante tanto tiempo. Preparó su pistola tipo

escuadra cuarenta y cinco milímetros con los dos cargadores, la cual había sido

su arma de equipo, cuando trabajaba en la sección dos de Inteligencia de la

Guardia Nacional, su corvo conocido como cabeza de zope, por tener en su

mango un adorno tipo espada, que asemejaba la cabeza de un águila de bronce,

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118

con caucho blanco y que también era parte de la indumentaria de la Guardia

Nacional; palpó el filo, y determino que se encontraba en su punto, se afianzó la

linterna a la cintura, contó los cordeles que portaba para amarrar por los dedos

pulgares de su víctima, y luego dispuso entrar y terminar la misión de esa

madrugada.

Santiago y el Sargento Bracamonte, estaban frente a un callejón sin salida,

cuando luego de pedir las disculpas del caso, salían del apartamento de Don

Gabriel Carpio, a quien Santiago prometió repararle la puerta dañada por los

golpes del ariete.

- Hoy si nos llevó putas, - dijo El Sargento Bracamonte-

- Nos ha despistado… -repuso Santiago-

- Hay que iniciar nuevamente la búsqueda, y debe ser pronto, porque la manera

en que se mueve es muy impredecible, y según el informe que me dieron, los

datos del DUI con el que está registrado en el partido de Izquierda, son falsos, lo

único que podría ser verdadero es su fotografía.

- Lo que me preocupa es que si ha tenido la capacidad de poder camuflarse en el

partido de Izquierda y en una organización de Derechos Humanos, a partir de

ahora podrá hacerlo de mil maneras en otros escondrijos con mejores ventajas.

Ambos abordaron un vehículo policial y dispusieron salir del lugar, con el

problema de encontrarse en la oscuridad total para detener al sicario.

Mélida dormitaba en su escritorio, eran las dos de la madrugada y Santiago le

había dicho que esperara la llamada en la que le daría los resultados de la

operación Policial; Don Anastasio había cedido al sueño y se encontraba sentado

en el sillón, dormido profundamente. En esos momentos Mélida escuchó un

ruido en el patio y pudo ver a través de la ventana y con la iluminación de un

pequeño foco, una silueta que se cruzó por el jardín, inmediatamente se fue

hacía Don Anastasio a quien despertó y le comento lo que había visto.

- Es él-Dijo Don Anastasio con seriedad-

- Podría ser un ladrón- señaló Mélida-.

- Sensibiliza tus sentidos hija, y sentirás la presencia del mal.

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119

- ¿Que hacemos?

- Apaga las luces y separémonos, él vendrá por nosotros.

Mélida hurgó en su escritorio, encontró una linterna y se la le dio a Don

Anastasio, ella tomó otra que se encontraba en otro escritorio, apagó las luces

de su oficina y la de un pasillo que estaba iluminado, y le dijo a Don Anastasio:

quédese en este cuarto y cierre la puerta, Don Anastasio se quedo dentro del

pequeño cuarto, a oscuras tratando de tocar su alrededor con sus manos, en

una esquina palpó un objeto que estaba arrimado.

Santiago y el Sargento Bracamonte guardaban un silencio incómodo en el

vehículo policial, mientras se alejaban de la casa de los Carpio, cuando iban a la

altura de la calle Cinco de Noviembre en San Salvador, sonó el celular.

- Aló- contesto Santiago-

- ¿Que pasó?-pregunto Mélida-

- Nos fue mal, no era el hombre que buscamos.

- Creo que se encuentra en la parte trasera del local del las “Libres”

- ¿Te encuentras ahí?… ¿y cómo sabes que es él?

- Sí aquí estoy y parece que está tratando de entrar, estoy escuchando unos

sonidos en el techo…

- En unos minutos estoy ahí…

Santiago le comentó al Sargento Bracamonte lo que sucedía y el lugar en donde

se daba la situación. El Sargento Bracamonte ordenó al chofer del patrulla

dirigirse inmediatamente con dirección al Cementerio la Bermeja; las llantas

chirriaron el pavimento y el vehículo, tipo Pick-up se desplazó a toda velocidad al

lugar.

En el local de las “Mujeres libres”, Mélida escuchaba que el sujeto caminaba

sobre el techo de duralita, luego escuchó un fuerte golpe en la parte baja del

techo, cuando quebró uno de los pliegos de duralita; desde el cuarto en que se

encontraba observó; por las rendijas de la puerta, los destellos de una linterna y

una voz siniestra que decía.

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120

- No es necesario que te escondas, porque siempre te voy a encontrar, es mejor

que te entregués y podremos platicar del escondite donde tenés el anillo.

En el recinto comenzaron a encenderse las luces, y se escuchaba que se abrían y

serraban puertas, Mélida lo escuchaba acercarse al cuarto en el que se

encontraba escondida, cuando estuvo frente a la puerta comenzó a forcejear la

manecilla para poder abrirla, al no poder hacerlo, golpeo fuertemente la puerta

tratando de derribarla. Luego de un silenció como de un minuto, comenzó

nuevamente a darle de golpes con un objeto pesado, mientras decía:

- Ya sé que te encontrás adentro, será mejor que abras la puerta, y te

entregués…decime donde tenés el anillo y te voy a dejar ir…

Los golpes estaban haciendo ceder la puerta, en medio de la arremetida de

golpes contra la puerta, Mélida escuchó un sonido sordo y los golpes cesaron

repentinamente, al mismo tiempo un gruñido de dolor.

- Hay hijueputa¡¡¡

Era don Anastasio quién había dado un fuerte golpe al Emisario del Diablo en la

parte trasera de la cabeza, con el asta de una bandera, con la que le descargó

otro golpe hasta derribarlo al suelo, el asesino trató de sacar la pistola pero don

Anastasio, se le tiró encima tratando de evitar que desenfundara el arma, en ese

momento Mélida logró abrir la puerta que se encontraba entrampada debido a

los golpes, al mismo tiempo trató de ayudar a Don Anastasio que luchaba en el

suelo con su contrincante. En la puerta principal comenzaron a escucharse unos

fuertes golpes. Era el Equipo de Reacción Policial al mando del Sargento Ungo,

que daban de golpes con el ariete a la puerta. la cual sucumbió. El equipo había

sido alertado por el Sargento Bracamonte, los cuales habían acudido

inmediatamente al lugar y luego de haber derribado la puerta habían penetrado.

En la lucha, el asesino logró incorporase en medio de la riña que mantenía con

Don Anastasio y Mélida y al escuchar las órdenes policiales de no moverse,

emprendió una carrera hacia el muro por el que luego de sortear algunas

dificultades logró saltar al árbol de guarumo y luego emprendió la huida a orillas

del río, el cual es un desagüe de aguas negras, los agentes le dieron persecución

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pero fueron detenidos por una andanada de balazos que salpicaron la orilla del

muro, luego de hacer una espera comenzaron la persecución del fugitivo, quien

había logrado sacar distancia a sus perseguidores.

Santiago se encontraba en la casa de la organización de mujeres, junto con el

Sargento Bracamonte, dando auxilio a Mélida y a Don Anastasio, los cuales

mostraban encontrarse bien, luego salieron a la calle tratando de dar

seguimiento al asesino, por lo que emprendieron una búsqueda en los

diferentes pasajes de la zona habitacional, Santiago portaba una pistola que al

salir le había dado el Sargento Bracamonte, se encontraba solo al final de un

pasaje, del cual logró observar que una figura salía de unos matorrales que se

encontraban en el extremo que daba al río Acelhuate, la figura comenzó a

correr, Santiago le comenzó a gritar que se detuviera, la figura siguió corriendo

con rumbo al Cementerio la Bermeja en la parte conocida como la de los

Ilustres, Santiago logró sortear algunos obstáculos en la persecución, mientras

daba gritos de alto, el Sargento Bracamonte escuchaba los gritos de Santiago,

por lo que inmediatamente informó al Grupo de Reacción Policial quienes se

dirigieron en el rumbo señalado, Santiago estaba alcanzando a la figura, quien

dio media vuelta y le hizo dos disparos que le pasaron cerca, por lo que se ocultó

tras un poste de alumbrado público, luego vió que el asesino se introducía en la

zona del cementerio conocida como la de los Ilustres. En ese momento llegó El

Sargento Bracamonte acompañado de cinco agentes a quienes Santiago les dijo

el rumbo que había tomado el fugitivo, los agentes se dispersaron en dirección al

Cementerio.

El Emisario del Diablo estaba cansado por el esfuerzo en la huida y trató de

tomar aire cuando escucho una voz que le gritaba.

- Deténgase y ríndase, se encuentra rodeado.

Se dio cuenta que los agentes de la Unidad Especial lo estaban cercando, por lo

que se agazapó en una lápida de mármol, que tenía un hermoso ángel que

lloraba tristemente en su cúpula, construida a mediados del siglo pasado, se

parapetó esperando emboscar al primero que se cruzara en su perímetro. Los

agentes se comenzaron a movilizar con sigilo en el entorno para tratar de

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ubicarlo, cuando se escuchó la detonación de un disparo, el cual hizo impacto en

el pecho de uno de los agentes, quien cayo al suelo, la bala no logró penetrar el

chaleco antibalas, pero produjo un profundo dolor que lo sacudía en el suelo,

sus compañeros ubicaron la procedencia del disparo y mantuvieron un

disciplinado fuego con sus fusiles automáticos, en contra de la posición del

asesino, quien respondía eficientemente con su pistola cuarenta y cinco

milímetros. El Sargento Ungo le gritaba que se rindiera, sin embargo el

obstinado tirador seguía respondiendo los disparos.

El amanecer estaba cerca, el cielo estaba tornándose azul claro, y las cosas

comenzaron a definirse en medio de las sombras de la noche, al Emisario del

Diablo, solamente le quedaban dos balas en su pistola, los agentes no estaban

dispuestos dejarlo huir, por lo que luego de haber perdido toda posibilidad de

escapar y sentir el terror de la muerte, con su mano temblorosa introdujo la

boquilla de la pistola en su boca y halo el gatillo.

Luego de esperar un tiempo prudencial y acercarse con suma precaución, los

agentes se percataron que el asesino se había suicidado, llamaron a Santiago y al

Sargento Bracamonte, quienes corroboraron la muerte del Emisario del Diablo,

el cual estaba sentado e inclinado hacia la derecha con la mirada perdida y

apagada por la muerte, que había sido producto de su misma mano.

Irónicamente, el cadáver había quedado a escasos trece metros de la tumba de

aquel que le había dado la orden de exterminar a la Cofradía del Anillo.

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123

XV

Corpus Christi

Eran las siete de la mañana de un día jueves, Santiago se encontraba esperando

a Mélida en la Plaza Morazán, en el centro de San Salvador, le había invitado a

una celebración, luego de esperar cerca de quince minutos llegó a bordo de un

pick-up doble cabina, el cual era conducido por un reconocido sacerdote jesuita,

luego de saludarse abordó el vehículo e iniciaron el viaje

- ¿Y hoy podré viajar con los ojos descubiertos?-Preguntó Santiago sonriendo-

- Ahora sí, tiene la autorización- Contestó el Sacerdote comprendiendo la broma-

Durante el viaje bromearon y contaron algunos buenos chistes sobre abogados y

sacerdotes, Santiago comprendió que se dirigían al norte del país, no le interesó

preguntar el destino final del viaje, y se dejó ir por la buena compañía que

hacían un viaje placentero, después de un tiempo que no midió, vio una señal de

tránsito color verde con letras blancas que decía bienvenidos al municipio de

Aguilares, luego de introducirse al pueblo y hacer varios cruces de calles, el

vehículo se internó en una zona rural, tampoco le interesó saber dónde se

encontraba y siguió el ritmo de los acontecimientos, al termino de poco tiempo

se encontraron con una procesión que venía con un padre, que vestido con la

indumentaria de su sacerdocio, traía entre sus manos una pieza de metal color

dorada la cual, su parte inferior parecía una copa, pero en la parte superior se

exhibía, en una pequeña cámara de cristal, una hostia rodeada por destellos

elaborados en metal color dorado, el Sacerdote venía bajo una sombra que le

hacía un manto color amarillo que era sostenido por cuatro fieles, los cuales en

cada esquina sostenía un puntal de madera adornado con motivos religiosos,

adelante iban dos niños batiendo en el aire incensarios de metal, los cuales

perfumaban el recorrido de la procesión.

- Viene el Corpus- dijo el sacerdote-

- Bajémonos para dar nuestros respetos-señaló Mélida-

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El vehículo se hizo a un lado en la calle polvosa y se bajaron. Santiago observó

que los lugareños habían adornado con banderitas blancas y amarillas, el tramo

en el que se haría el recorrido del Corpus Christi, cada vecino había barrido y

humedecido la parte de la calle que estaba frente a su casa, además de adornar

con flores silvestres los cercos de las orillas y derramar pétalos de flores y rosas

por donde pasaría la procesión

- ¿Cual es el significado del Corpus Christi?-preguntó Santiago-.

- Su principal finalidad es proclamar y aumentar la fe de la Iglesia en Jesucristo

presente en el Santísimo Sacramento -respondió el Sacerdote-

- Entiendo…

En la Procesión los hombres caminaban con sus sombreros en la mano y las

mujeres con mantillas en la cabeza. Un grupo de niñas cantaban en coro.

Adoremos al santísimo sacramento del altar…en el cielo y en la tierra, aquí y en todo lugar…

Los feligreses seguían el canto virginal de aquel coro de niñas campesinas que

cantaban con mucha devoción. La procesión siguió su recorrido hasta que cruzó

hacía la derecha en otra calle vecinal. Mélida dio una mirada a Santiago y le dijo:

- Hemos llegado, caminemos te llevaré a un lugar donde hay unas personas que

desean saludarte

El sacerdote asintió con una sonrisa y abordó el vehículo para estacionarlo en

otro lugar. Caminaron siguiendo el recorrido de la procesión la cual iba con la

parsimonia de la ocasión, Santiago observó que estaban cerca de una ermita en

la que había otro grupo de personas esperando la procesión, en las cercanías de

la ermita habían pequeñas ventas de pupusas, pastelitos con curtido, tostadas y

fresco de horchata. Luego de haber caminado cerca de una cuadra, Mélida le

indicó que la siguiera por un pequeño callejón, en el que al final había una casa

de adobe con un enorme corredor, dos perros conocidos como “aguacateros”

dormitaban sobre granza de arroz, en unas sillas se encontraban un grupo como

de seis personas que al ver llegar a Mélida con su invitado, les saludaron con

respeto y les invitaron a pasar, la puerta de enfrente se encontraba abierta,

Mélida se adelantó y luego le indicó a Santiago que pasara. Cuando entró

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observo que en una media luna, se encontraban sentados los seis miembros de

la Cofradía del Anillo, frente a ellos una pequeña mesa de madera con un mantel

blanco y sobre éste una vela encendida en un vasito de vidrio, a la par se

encontraba un cofrecito de madera delicadamente elaborado y barnizado, el

cual podía medir ocho centímetros de largo por cinco de ancho. Santiago pudo

leer que en la parte superior decía:

Obsequio de los Hnos.

Penal de Mariona.

Los seis miembros se pusieron de pie y le saludaron uno a uno dándole un fuerte

abrazo, al mismo tiempo le daban la bienvenida a la Celebración del Corpus

Christi, le pidieron que tomara asiento, Don Anastasio tomó la palabra.

- Hijo, queremos compartir con usted la devoción de éste día, dedicado al cuerpo

de Nuestro Señor Jesucristo.

- Gracias por invitarme.-contestó Santiago-

Don Anastasio tenía una sonrisa paternal en sus labios y luego preguntó.

- ¿Santiago, Cree usted en el Diablo?

A Santiago lo tomó por sorpresa la pregunta y trató de contestarla de forma

automática.

- Bueno, creo que el Diablo es el Maligno, Satanás que fue expulsado del reino de

Dios y que gobierna el Mundo.

- Eso es lo que siempre se nos ha dicho de él, pero pareciera que como si se tratara de una mampara que sirve para justificar nuestras propias faltas, El Diablo se ha convertido en una justificación para poder encubrir nuestras razones malignas. Y por eso los hombres y mujeres hemos endosado nuestros pecados y malas acciones en ese personaje. Sobre ese aspecto, un acto altamente moral se fundamentaría en que debemos asumir nuestros actos responsablemente y no buscar una justificación que suavice nuestras malas acciones. Por eso, es importante lograr una conversión de nuestras vidas que nos lleve a comprender la palabra de Dios mediante una cotidiana práctica, que conlleve a la edificación de una vida al servicio de los demás sin concupiscencia.

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Por eso hoy queremos hacerle una invitación a su corazón que inicie su propia transformación espiritual convirtiéndose usted, en su propio discípulo, y además queremos con todo respeto pedirle que acepte convertirse en un guardián de nuestra reliquia.

El anciano tomó el cofrecito que se encontraba en la mesa y se lo dio a Santiago.

- Ábralo- dijo -

Al tenerlo entre sus manos lo abrió lentamente y vió que en su interior se encontraba un pañuelo blanco, el cual sacó con cuidado, pudo sentir un pequeño objeto que se encontraba envuelto, extendió lentamente el pañuelo hasta descubrir un hermoso anillo de oro, el cual tenía los símbolos de la Santa Sede del Vaticano, tallados por la mano de un orfebre autorizado por el Papa; Santiago sintió una poderosa energía que recorría su cuerpo mientras contemplaba el anillo, sentía su mano pesada, rezo para si mientras los miembros de la cofradía lo observaban en silencio.

- ¿Acepta?- preguntó Don Anastasio- - Sí, acepto…-dijo con la voz entrecortada-

Don Anastasio, le miró y dijo

- Si nuestro profeta estuviese vivo, señalaría los mismos vicios que señalo antes de que lo asesinaran, y fuera un férreo crítico contra los de derecha y los de Izquierda, y estuviera más comprometido con aquellos, a los que defendió hasta su muerte. Los que lo mataron cometieron un error grave en su precaria manera de resolver los asuntos, pensaron callar su voz, creyeron que con su muerte lo enterraban para siempre; pero el resultado fue totalmente adverso, el profeta hoy en día sigue vivo en la conciencia de cada salvadoreño que cree en un cristianismo práctico y comprometido por denunciar y luchar por una vida más digna a favor de los pobres. Estimado Santiago sea usted bienvenido a esta comunidad que suma miles y miles de buenos salvadoreños y salvadoreñas y también extranjeros, nosotros nos haremos más viejos y otros deberán guardar y proteger éste símbolo, pues la persecución aún no ha terminado.

Santiago se mostró muy agradecido y prometió guardar celosamente el secreto, además de comprometerse en comenzar una conversión de su vida que incluyera seriamente una entrega a las causas a favor de los pobres. Salió de la habitación, Mélida se encontraba esperándolo en el corredor, se abrazaron

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fuertemente, luego la tomó de la mano y caminaron en silencio hacía la ermita, Santiago se detuvo observando la entrada de la ermita en la que había muchas personas.

- Aquí empezó todo-dijo- - Sí ésta es la ermita en la que don Justo Mejía, mostró el anillo por primera vez, y

luego dio inicio la persecución.

En la ermita se desarrollaba la misa y se podía escuchar el coro de niñas acompañadas por guitarras acústicas y panderetas, cantaban alegremente. Santiago escuchó la melodía que decía.

Una espiga dorada por el sol,

el racimo que corta el viñador,

se convierten ahora en pan y vino de amor

en el cuerpo y en la sangre del Señor.

Compartimos la misma comunión,

Somos trigo del mismo sembrador,

Un molino, la vida nos tritura con dolor,

Dios nos hace eucaristía en el amor.

Como granos que han hecho el mismo pan,

Como notas que tejen un cantar,

Como gotas de agua que se hunden en el mar,

Los cristianos un cuerpo formarán.

A la mesa de Dios se sentarán,

Como hijos su pan comulgarán,

Una misma esperanza caminando cantarán,

En la vida como hermanos se amarán

El día lunes a las ocho de la mañana se presentó Santiago Amaya a la Oficina

Fiscal en San Vicente llevaba un folder con una página en su interior, tocó la

puerta del jefe de la Unidad de Homicidios, lo hizo pasar, luego de los saludos

Santiago le dijo:

- Licenciado Sepúlveda, tenga mi renuncia al cargo de Fiscal Auxiliar, la cual deseo

hacer efectiva desde este momento. En cuanto a los informes de las

investigaciones bajo mi responsabilidad, los encontrará en mi escritorio.

- ¿Y porqué nos deja?- preguntó el Licenciado Sepúlveda-

- Creo que ya es tiempo de dedicarme a mi vida profesional como abogado, la

experiencia en la Institución ha sido muy satisfactoria y estoy convencido que la

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Fiscalía es una buena escuela de la que todo fiscal debe graduarse un día, para

dedicarse para lo que se preparó en la Universidad.

- Bueno es su decisión, dicen que la litigación privada está dura, le deseo suerte y

es una lástima que un buen elemento nos deje.

Santiago se levantó le dio la mano y dio la vuelta, cuando abría la puerta, El

Licenciado Sepúlveda lo detuvo.

- Vinieron los superiores de la Central a revisar el caso del sujeto que le dieron

persecución y se suicido en el Cementerio la Bermeja, por lo que usted obtuvo

en la investigación, me he convencido que este individuo, asesinó al señor de la

Colonia Primavera, otro en el Puerto de la Libertad y los dos mareros de la

colonia el Cumbo, hay evidencias que lo comprometen, entre ellas los casquillos

del arma y las huellas del calzado, lo que me parece raro es el motivo aparente

por el que usted informó y qué fue lo que dio origen a las muertes. Yo les dije a

los de la Central, que habían elementos que inculpaban al sujeto, y me dijeron

que se llevarían todos los archivos y evidencias del caso a San Salvador, además

me ordenaron que eliminara el registro del caso de los controles que tenemos

en la sede.

Santiago sonrió y no hizo ninguna argumentación, solamente asintió y se retiró.

Cuando salía, los compañeros le despedían deseándole suerte, algunos se

lamentaron por no haberle preparado una despedida con el tradicional pastel; al

salir por la puerta principal el vigilante Juan lo despidió con un abrazo, abordó el

vehículo en el que Mélida se encontraba esperándolo. Cuando se preparaba

para encender el motor, Mélida le mostró una plaquita de plástico color blanco.

- ¿Observa?- Le dijo-

- ¿Qué es?-preguntó.

- Una prueba de embarazo, y si aparecen estas dos líneas, podrás comprobar que

la prueba es positiva.

Santiago le dio un fuerte abrazo se le rodó una lágrima de alegría, encendió el

motor, y salió rumbo a San Salvador, sintiéndose plenamente libre y eso era un

privilegio que nadie podía arrebatarle.

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FIN

Nombre del autor: Sergio Alfredo Flores Acevedo.

Teléfonos: móvil: (503)7862-4893 casa: (503)2300-6434

Dirección: sexta avenida sur y cuarta calle oriente, barrio San Juan, casa

número nueve, Cojutepeque, Departamento de Cuscatlán, El Salvador,

Centro América.

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