La auténtica postmodernidad según Romano Guardini

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    Romano Guardiniy la autntica postmodernidad

    por el Acadmico de NmeroExcmo. Sr. D. ALFONSO LPEZ QUINTS (*)

    En la dcada de los cincuenta, cuando los primeros fros empezaban a aterirla ciudad de Munich y se iniciaba el curso acadmico, cientos de estudiantes nosdirigamos el domingo por la maana hacia la iglesia de San Luis para asistir a lamisa celebrada por Romano Guardini. Su pelo, ya entonces muy blanco, le caahaca atrs, arremolinndose en el cuello. Su noble rostro de patricio romanomostraba el peso de la edad, pero su agilidad de mente y de palabra desmentancualquier inicio de cansancio. Guardini hablaba durante media hora con elritmo preciso de siempre, con su perfecta lgica y trabazn. Una multitud de per-sonas, la mayora de pie, oamos prendados sus meditaciones acerca de la figurade Jess, del sentido de los salmos, del mensaje de las epstolas de San Juan. Allestbamos codo con codo creyentes de diversas confesiones e incluso agnsticos.Un da le manifest mi sorpresa a un compaero de estudios ante el hecho deque, no siendo catlico, acudiese a or a un sacerdote que no haca concesionesfciles. Lo que me atrae de Guardini -m e respondi- es su ethos de verdad, suvoluntad de ir a la raz de los problemas del hombre y abrir vas claras de solu-cin. De Guardini nunca quedo defraudado. Siempre me ensea algo profundoacerca de la vida.Esta voluntad de verdad atravesaba tambin de parte a parte las lecciones queimparta Guardini en la Universidad y que nos mova un da y otro a abarrotar elaula magna y soportar la incomodidad de permanecer de pie o sentados en el

    (*) Sesin del mirco les 2 de noviembre de 1988.

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    EL PENSAMIENTO INTEGRAL Y LA LITURGIADesde muy temprano, Guardini se situ en el umbral de su poca, a fin desobrevolar los acontecimientos pasados y proyectar el futuro de modo fecundo.

    Guardinifue en todo momento un hombre defrontera. Desde sus primeros escritos seadvierte la vib-acin propia del gua espiritual que se pone al frente del pueblo yavizora el horizonte. Nada extrao que sus primeras obras abordaran temas deformacin, y lo hicieran de modo radical. Guardini descubri muy pronto que lavida espiritual de Occidente se halla desgarrada por una serie de falsos dilemas. Si hay que escoger entre vertientes de la vida que deben integrarse, cualquier opcin ser equivocada y nefasta. Tenemos que optar entre razn o vida.ethos o logos, interioridad o exterioridad. subjetividad u objetividad? Guardini adivinya de joven que, tanto si elegimos lo uno como lo otro, nos condenamos a la soledad y a la miseria espiritual; provocamos la asfixia de nuestro ser personal. Hayque fomentar la integracin de estas vertientes del ser humano.

    Uno de los acontecimientos en los que sucede de forma eminente tal integracin es la Liturgia catlica, si se la ve con la debida hondura y se descubre su espritu genuino. Esta adivinacin cobr forma en la primera obra de Guardini Elespritu de la liturgia 1 que alz en los aos sombros de la primera guerra mundialuna bandera de sano optimismo y de apertura a las fuentes de la vida autntica.Esta impresin, que perdura todava en la actualidad, setenta aos ms tarde, sedebe no a un rasgo psicolgico del autor sino a la decisin de adoptar un modo depensar ajustado a la realidad. La realidad no se reduce al mundo de los sujetos nial de los objetos. Abarca cuanto acontece entre uno y otro. El campo de lo relacio-nal irrumpe ante la vista del lector con toda su riqueza, su poder iluminador, sucapacidad de entusiasmar e impulsar los espritus. En la liturgia se da el fecundoentreveramiento de dos mbitos de realidad: el del hombre y el de las realidadesdel entorno que hacen juego con l. A su vez, el campo de entreveramiento formado por el hombre y el entorno entra en juego con el Ser Supremo, que hace orsu apelacin y suscita una respuesta. En dicho juego -que est muy lejos de seruna mera diversin- surge una luz peculiar, que tiene dos vertientes: alumbrasentido y da lugar al fenmeno de la belleza. Adentrarse en este mbito de belleza yde luz constituye la mejor va para el pleno desarrollo personal.

    Guardini intuye que el hombre no se logra recluyndose en su interioridad,vista como una fortaleza frente a cuanto se presenta como distinto. El hombre sedesarrolla abrindose a todas las realidades que en principio son distintas, dis-1 Cfr. Vom Geist der Liturgie. Herder, Friburgo de B., 1918,1968 1". Versin castellana: El espritu de

    la liturgia. Barcelona, ATaluce, 1933.

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    Una de estas realidades es la Iglesia. entendida como la comunidad de creyen-tes que comparten una misma fe y un amor comn. Tal descubrimiento lleva a laaceptacin gozosa de la Iglesia como lugar de encuentro y de planificacin. Guardini advierte con aire festivo en su obra Vom Sinn der Kirche 2 que en muchosespritus est avivndose el amor a la Iglesia, Erwacht die Kirche in den See-len: Despierta la Iglesia en las almas. y, como todo campo de juego es un campode iluminacin, ese despertar alumbra la luz en los espritus. Nada extrao que,en un escrito acerca de la formacin litrgica, haya hecho Guardini esta lumi-nosa observacin: Si nos dejamos llevar por la Iglesia, presentimos que hayleyes esenciales en nuestra vida que nosotros mismos desconocamos; en nuestrocuerpo, en cada palabra, en cada gesto: en todas las cosas alientan imgenesesenciales 3.

    EL MOVIMIENTO DE JUVENTUDCuando se publicaron estas obras de alborada sobre la liturgia y la Iglesia,

    Europa se hallaba restaando las tremendas heridas de la primera guerra mundial. A un hombre tan avisado como Guardini no poda pasrsele inadvertida laconmocin espiritual que este conflicto haba provocado. Y, como siempre,intent ir a la raz de la cuestin. lA qu se debe esta crisis? Se trata acaso de llnareaccin cida a la hecatombe fsica sufrida? O es, ms bien, el producto de unaquiebra radical de las convicciones que haban constituido la razn de ser, el sen-tido ms hondo, el impulso decisivo que dinamiz durante cuatro siglos la histo-ria de Occidente?Estas preguntas estn en la base de las obras en que Guardini aborda el pro-blema de cmo formar a una juventud desvalida que vio hundido el mundo desus mayores y no saba con qu sustituirlo. Era difcil -m e cont en una ocasinel mismo Guardini- decir una palabra que tuviese sentido a una juventud des-moralizada, cuya meta consista en refugiarse en las cafeterias, espesar el aire conel humo del tabaco, saciarse de cerveza y jugar a las cartas. Haca falta descubrirnuevos motivos de entusiasmo que imprimieran dinamismo a esa juventudvarada, estancada en un camino que no conduca sino al absurdo. Este incentivo lo

    2 Cfr. Vom Sinn der Kirche. Fnf Vortrdge. Maguncia. M. Grnewald, 1922. 1955 ..3 Cfr. Liturgische Bildung. Versuche. Burg Rothenfels, Maguncia. 1923. pg. 82.

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    hall Guardini en la vuelta a la realidadautntica. escombrada bajo el deseo secular dedominarla y convertirla en medio para obtener una felicidadfcil. La vinculacin conla realidad, vista en toda su riqueza, sin reduccionismo alguno, renov en losjvenes la capacidad de ponerse en marcha de nuevo. He aqu el comienzo delMovimiento de Juventud alemn, al que Guardini consagr sus mejores energasjuveniles 4.Este movimiento, esta fuerza propulsora no poda basarse en forma alguna deespejismo. Slo la atenencia a las leyes de la realidad era capaz de garantizar elxito en esta empresa renovadora. Guardini se tom, por ello, muy en serio laempresa de estudiar a fondo las leyes de la realidad personal en sus tres vertientes: individual, social e histrica. Desde entonces, en todas sus obras resalta lapreocupacin por averiguar qu es el ser humano, qu tipo de hombre tomcomo modelo la Edad Moderna, cul es la situacin espiritual en que se halla lasociedad europea tras la quiebra - e n la primera guerra mundial- de algunasideas motrices de la Edad Moderna.Respecto a estas tres cuestiones, recordemos que por estos aos la Filosofadialgica comenz a subrayar el carcter abierto, relacional, del ser humano. Elhombre no es un mero objeto; es un campo de realidad, un mbito, y tiene, porconsiguiente, el poder de entreverarse con otras realidades. El hombre es un ser deencuentro.A lo largo de la llamada Edad Moderna, el hombre occidental cobr una conciencia aguda de su condicin de sujeto, ser autnomo, dotado de iniciativa, depoder crtico, de capacidad de conocer la realidad y dominarla, y erigirse as encentro del universo 5. El saber terico da lugar a una medida correlativa de sabertcnico, y ste permite dominar la realidad, producir artefactos de todo gnero yaumentar el confort y la felicidad de los hombres. Si se piensa con la sola luz dela razn, es fcil caer en la tentacin de concluir que un saber terico muy elevado producir automticamente una forma de tcnica y dominio y un grado defelicidad correlativos. Esta conviccin de que el progreso hacia la felicidad eslneal llev a considerar toda actividad investigadora como un servicio a laHumanidad. Se dio por supuesto que el poder es un bien incuestionable que setraduce ineludiblemente en bienestar y plenitud para el hombre. Esta suposicinse vino abajo estrepitosamente en las trincheras de la primera conflagracinmundial. La idea de que el progreso humano es siempre continuo, y no puedehaber regreso se revel como falsa. Con ello el ideal del dominio y la forma consiguiente de Humanismo hicieron quiebra. Puede seguir el hombre europeo orien-

    4 Datos y precisiones acerca de este movimiento formativo pueden verse en mi obra RomanoGuardini y la dilectica de lo viviente. Madrid, Cristiandad, 1966, pgs. 59-75.5 La Edad Moderna desarrolla cada da con ms fuerza la idea de autonoma. Cada hombrereclama el derecho de vivir conforme a sus propios juicios ticos y tener convicciones propias acerca

    de la verdad. La ciencia se basa exclusivamente en la investigacin crtica. La misma autonoma exigen el arte, la economa, la poltica. (oO.) La existencia humana en su totalidad se desgaja del contextoreligioso y surge un mundo puramente mundano (Cfr. DerAtheismus und die Moglichkeit der Autoritat,en Sorge um den Menschen. Wrzburg, Werkbund, 1962, pg. 95.

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    tanda su vida conforme a un ideal caduco? Qu entusiasmo podemos infundir enlos jvenes si nuestra doctrina y nuestra vida misma estn inspiradas en un idealhumanstico en el que ya no podemos creer?

    Guardini vuelve una y otra vez sobre esta cuestin decisiva. No basta analizarlas causas inmediatas de la crisis social, poltica, religiosa, cultural... Hay quetomar las aguas muy arriba, lo suficientemente arriba para rehacer genticamente el proceso de la crisis. Al hacerlo, Guardini descubri que todo el problemaarranca de un fallo metodolgico.LA CRISIS DE LA EDAD MODERNAY EL ALEJAMIENTO DE LA REALIDAD

    La Edad Moderna comenz cult ivando insis tentemente las cuestiones demtodo. Bacon, Descartes, Spinoza centran su actividad filosfica en torno a labsqueda de un mtodo riguroso que les permita llegar a la verdad y asentar lavida sobre convicciones slidas, inquebrantables, inexpugnables ..Concedieron alsujeto humano una gran dosis de Independencia, en contraposicin al espri tudcil de la Edad IMedia, y pensaron que el xito del conocer radica en que elhombre encuentre, con la fuerza de su razn, un mtodo sin tacha. El canon, elgran modelo del pensamiento autntico era para ellos el saber matemtico. Si seprocede con la debida lgica, articulando bien los diversos pasos del razonar, sellega en matemticas a conclusiones apodcticas, incuestionables: El orden en elrazonar viene a ser la clave del recto pensar y conocer. Pero este tipo de orden loestablece la razn. La razn es el gran privilegio del hombre. He aqu el caminopara concluir que el hombre se abastece a s mismo, se basta, por cuanto la raznle ofrece recursos sobrados para descubrir las leyes de la realidad y lograr unrpido dominio sobre sta 6 .Tal gnero de dominio es posible si consideramos a la realidad en una sola desus vertientes: la cuantitativa, la sometible a clculo y medida. El conocimientode cmo se comporta la realidad da lugar a dominio pero no a un encuentro; nopermite el entreveramiento personal del hombre con la realidad. Se traduce, portanto, en un tipo muy alto de civilizacin pero pone en riesgo la verdadera cultura.

    Cultura es cuanto el hombre realiza para unirse a lo real circundante conmodos relevantes de unidad. El animal est unido al entorno con un t ipo de vinculacin rgida, por cuanto a cada estmulo da siempre una sola respuesta, ladeterminada por la especie. El hombre puede dar diversas respuestas conforme asu eleccin personal. Entre el estmulo y la respuesta se interpone la opcin libre.Esta interposicin implica distancia. y de sta se deriva el poder creador. En la

    6 Para comprender rectamente la Edad Moderna y abrir vas de superacin de sus posibles deficiencias. es indispensable tener ante la vista las dos lneas de interpretacin del pensamiento de Descartes, a quien suele considerarse como promotor y pionero de la modernidad. Sobre este decisivotema pueden verse mis obras: El tringulo hermenutico. Madrid. BAC. 1971, pgs. 501-558;Cinco gran-des tareas de la filosofta actual. Madrid. Gredos, 1977. pgs. 139 y sigs.

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    postguerra se interpret tal distancia de dos modos diferentes. Ciertas formas deVitalismo la consideraron como un alejamiento. El espritu, al hacer posible laopcin libre, separa al hombre de lo real, hace posible sobrevolar lo concreto, elaborar conceptos, configurar sistemas de pensamiento y establecer proyectos. Alespritu se debe, en ltima instancia, la posibilidad de racionalizar la matanza enmasa de millones de inocentes. De esta interpretacin se deriv la lucha acerbacontra el espritu que se desat en la dcada de los veinte, y que todava hoy seecha de ver en la nostalgia por el mundo infrapersonal, infracreador, que inspiraciertos movimientos artsticos, filosficos y polticos. Por el contrario, el Personal ismo o Filosofa dialgica interpret la distancia que abre el espritu entre elhombre y lo real como una forma de perspectiva, que puede degenerar en alejamiento pero puede tambin florecer en un modo eminente de unidad. El esprituinaugura la distancia de perspectiva y, por tanto, la creat ividad humana. Estaentraa, obviamente, el riesgo de alejamiento, pero nos libera de la unin fusionaly nos permite ser creativos. El Personalismo opta por la creatividad a travs delriesgo. El Vitalismo prefiere la seguridad sin creatividad.

    Guardini apuesta por la solucin personalista, porque en toda su laboralienta la voluntad de desplegar al mximo la creatividad y lograr, de esa forma,el pleno desarrollo personal. El hombre muestra una forma de vida superior a ladel animal. Toda vida implica relacin entre el ser viviente y su medio. Esta relacin en el hombre debe ser instaurada mediante una forma de participacin librey reflexiva. Muchos de los libros y trabajos de Guardini incluyen en su ttulo elsustantivo vida y el adjetivo viviente 7. Ello no indica una adscripcin a lacorriente vitalista sino el afn de marcar distancias frente al objetivismo y al subjetivismo, pues la vida humana no es ni objetiva ni subjetiva; es relacional-creadora.El hombre no se reduce a un sujeto que, con el poder de su razn, domina objetos. Es una persona que toma distancia frente a las dems realidades e instauralibremente con ellas relaciones de encuentro. Dar este giro significa desbordar laEdad Moderna y entrar en una nueva poca, capaz de asumir los mejores logros deaqulla y soslayar sus temibles riesgos. Pero es posible tal giro hacia un nuevo tipode cultura? No resulta nada fcil llevarlo a cabo, porque el hombre actual conserva la vieja tendencia a incrementar a ultranza sus zonas de dominio, y siguebordeando, en consecuencia, la cima del absurdo y el nihilismo. Vemoslo untanto de cerca.

    NECESIDAD DE UNA EnCA DEL PODEREl hombre que tiende a incrementar a todo precio el dominio sobre lo real sedeja llevar del afn de reducir las realidades que integran su entorno vital a

    7 Vom Leben des Glaubens (Sobre la vida de la fe). Lebendiger Geist (Espiritu viviente). LebendigerGott (Dios vivo). Der Gegensatz. Versuche zu einer Philosophie des Konkret-Lebendigen (El contraste.Ensayos para una filosofa de lo concreto-viviente)...

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    meros objetos, objetos de mayor o menor significacin, pero objetos al fin. Losobjetos no pueden entreverarse y fundar encuentro. El encuentro es el acontecimiento que hace posible conocer las realidades que tienen un valor, que soncapaces de tomar iniciativa, que ofrecen posibilidades de juego creativo. Al reducir las realidades a simples objetos, se anula la capacidad de conocer el verdaderosentido de las entidades ms elevadas del entorno. Al desconocer 10que son en sultima esencia tales realidades, se aboca al absurdo. La actitud de absurdo, elaceptar que nada tiene sentido ni posee valor lleva al nihilismo. El nihilismo dejaal hombre desguarnecido en 10tocante a la configuracin de la vida de convivencia. La vida social se vuelve entonces hosca, incluso agresiva.He aqu cmo la pretensin indmita de dominio sin lmites deja al hombreen una situacin de desamparo. Al sentirse inseguro, el hombre afanoso de podercae en un nuevo espejismo: la ilusin de que puede conseguir la seguridad perdida mediante el incremento del dominio y posesin. El dominio sobre cosas eshoy muy elevado, y su aplicacin al control y al exterminio de hombres y pueblosofrece perspectivas de alcance imprevisible. La tcnica permite poner a puntomedios de comunicacin muy poderosos, rpidos, atractivos, sugerentes. Y estosmedios son un arma de primer orden para manipular las mentes, troquelar lasvoluntades, modular los sentimientos. Por otra parte, hoy existe la posibilidad deque, merced al incremento colosal del podero tcnico, una persona elemental encuanto a finura de espritu pueda apretar suavemente un botn y convertir nuestro planeta en un paisaje lunar. Guardini subray en diversos contextos la leysegn la cual toda gran conquista presenta una inevitable ambivalencia: suponeun avance en un aspecto y un retroceso en otro no menos valioso. El aumento delpoder no corri paralelo al aumento del poder del hombre sobre tal poder. Carecemos de una Etica del poder. La cultura se volvi autnoma, se embriag con suspropios xitos y se dej llevar de su lgica interna, que le permite crecer indefinidamente. Ha de seguir hacindolo conforme a su propia dinmica, o debe ser regula-da por una instancia externa? 8.

    En las conferencias Die Kultur als Werk und Gefhrdung 9 y Europa, Wirkli-chkeit undAufgabe \0 , Guardini precis con toda decisin que una de las grandestareas de Europa, no la ms brillante pero s la ms urgente, la que puede decidirsu futuro, es la de marcar un lmite al poder. Pero esta limitacin ser fijada porla cultura misma si es rectamente entendida por el hombre que la configura. Denuevo aflora la necesidad de adoptar un estilo de pensar ajustado a la condicin propiade cada objeto de conocimiento. La cultura no es una actividad que el hombre rea-

    8 Cfr. Die Machi. Versuch einer Wegweisung. 1951.Wrzburg. cuarta ed. en Edil. Werkbund. 1957.Versin castellana: El poder. Madrid. Cristiandad. 1981; Der unvollstandige Mensch und die Macht.Wrzburg. Werkbund. 1955. 1958; Versin castellana: El hombre incompleto y el poder. Madrid. Cristiandad. 1981.

    9 Cfr. Sorge um den Menschen. pg. 14Ysigs. Versin castellana: La cultura como obra y riesgo.Madrid. Cristiandad. 1981.10 Sorge um den Menschen. pg. 253 Y sigs. Versin castellana: Europa: tarea y realidad. Madrid.

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    lice de modo aislado, desde si mismo y por s mismo, y, en consecuencia, deforma arbitraria y prepotente. La cultura es el resultado de un encuentro. No es elproducto de una actividad; es elfruto de una interaccin, y sobre l no puede elhombre disponer a voluntad.Confundir producto y fruto es consecuencia de una extrapolacin de catego-ras. Conceptos que pertenecen a un proceso artesanal son aplicados a un procesocreador. Esta aplicacin ilegtima hace violencia a la realidad; es un acto violentoy engendra violencia. En la trascendental dcada del veinte al treinta, de la queparten los caminos actuales de Europa, se expres, como un clamor, el deseogeneralizado de cambiar de categoras, de dar el salto a un nivel superior, de con-figurar un mtodo ajustado a la realidad humana y su complejidad.

    Guardini supo hacerse eco de este clamor y le dio expresin cumplida. Talcambio de categoras, si se realiza, opera una transformacin de estilo de pensary, por tanto, provoca el advenimiento de una nueva poca. A este acontecimientose refiere Guardini cuando habla del ocaso de la Edad Moderna y el surgir deuna nueva era 11.CARACTERISTICAS DE LA NUEVA EPOCA

    La Edad Moderna, en cuanto actitud espiritual, termin el ao 1918, al con-cluir la primera guerra mundial. Nunca ms podr aceptarse en serio el mito deleterno progreso como principio motor de una cultura. Si el hombre acierta acorregir el estilo de pensar lo suficiente para que se ajuste a la realidad y sus leyes-m e refiero, sobre todo, a la realidad humana-, pondr las bases de una pocanueva. Esta no se caracterizar por la renuncia a todo esfuerzo, por la entrega aexperiencias incontroladas, por la ruptura de vnculos con lo elevado y valioso,por la concesin de primaca a lo irracional... Esta actitud desarraigada nosupondra una edad postmoderna sino sencillamente la entrega a las diversasformas de vrtigo y la cada consiguiente en la embriaguez destructiva. La nuevapoca, si ha de ser tal, debe asumir creadoramente los mejores logros de la ante-rior - l a Edad Moderna- y orientar las energas humanas por vas todava msfecundas. Cules son esos logros y esas vas? Apuntmoslo en forma esquem-tica para pespuntear los rasgos de la nueva poca.l. El nuevo estilo de pensar no anular la inteligencia humana, su poderracional, su capacidad de proyectar e inventar. Lo cultivar de forma integral. Elpensamiento ha de ir aliado al sentimiento de respeto hacia las realidades queson objeto de conocimiento, y a la voluntad de fundar con ellas modos elevadosde unidad. Esta unin respetuosa recibe el nombre de piedad. que une por ser amory guarda las distancias, por ser reverente 12.

    11 Cfr. Das Ende der Neuzeit. Basilea, Hess, 1950. Versin castellana: El ocaso de la Edad Moderna.Madrid, Cristiandad, 1981.

    12 Este carcter integral del pensamiento fue subrayado tempranamente porGuardini y expuestouna y otra vez desde contextos muy diversos. Cfr. Briefe ber Selbstbildung. Maguncia. M. Grnewald,

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    5. El conocimiento verdadero implica una forma de presencia entre el cognoscente y lo conocido. La presencia no es posible cuando hay fusin o cuandohay alejamiento. Slo se da si se conjuga una forma de inmediatez con una formade distancia. Presencia no se identifica sencillamente con inmediatez. Es todo uncampo de libre juego.6. De esta idea del conocimiento como presencia o encuentro se deriva que elconocimiento de las real idades ms nobles de la vida slo es viable cuando elsujeto supera la actitud individualista que aleja el objeto para dominarlo. Alejares poner en frente con actitud de indiferencia. Poner enfrente se dice ob-jacere. ypor derivacin ob-jicere. De objicere se deriva objetum. Considerar la realidad aconocer como un simple objeto proyectado a distancia de mera espectacularidadsignifica renunciar a conocer la verdad. El conocimiento entraa compromiso personal. actitud comunitaria. solidaria, sencilla, creadora de vnculos. Para conocer enverdad la realidad en torno y verla como una trama de mbitos, no como unagran cosa o conjunto de cosas u objetos, se debe evitar la actitud dominadora,autrquica, prepotente, que tiende a reducir la naturaleza a mero material deinvestigacin y manipulacin tcnica.7. La experiencia personal del encuentro o entreveramiento de mbitos permite comprender que los trminos que son utilizados para expresar tal acontecimiento no se oponen entre si; se complementan. Una vez y otra volvi Guardinisobre este punto metodolgico decisivo. El que se aleja de un objeto para dominarlo se hallafuera de l, a lo lejos - e n el aspecto espiritual-o Ve el objeto comoalgo exterior.forneo. extrao, tal vez hostil. como sola decir Ortega. Si se trata deuna norma de accin, un rito religioso, un cauce artstico - po r ejemplo, unaforma musical-, se plantea el problema siguiente: Vistos este rito, este cauce,esta norma como algo exterior y ajeno, el hombre que se atenga a ello ver quebrantada su libertad en aras de la obediencia. La entrega a lo extrao supone unaenajenacin. una alienacin. Frente a tal entrega a lo trascendente, se impone lareclusin ensimismante en lo inmanente; frente a la obediencia, la autonomaautrquica; frente a la sumisin, el dominio. Un mrito de Guardini es habersealado a tiempo que este enfrentamiento responde a un error de base; tomarcomo dilemas los meros contrastes. Libertad y norma, interioridad y exterioridadconstituyen dilemas slo en un caso muy definido: cuando se adopta una actitudde dominio y se reduce todo a objeto y se lo sita fuera del radio de accin propiode uno. Si se adopta, en cambio, una actitud de participacin, lo distinto, distante,externo y extrao se torna nt imo sin dejar de ser distinto. Cuando uno se dacuenta de esto, da un paso decisivo hacia la madurez.8. En la intimidad del encuentro brotan los smbolos, se suscita el sentimientode gozo y entusiasmo. se alumbra luz. En la Edad Moderna se pretendi en buenamedida iluminar toda la existencia con la sola luz de la razn y se aboc a unasituacin de absurdo, de sinsentido radical. Ello responde en el fondo a un enfoque desafortunado. Se busc la plenitud del hombre en la relacin lineal delsujeto al objeto, y se entendi tal relacin como una forma de accin dominadora. El objeto con ello qued desplazado. En los casos en que se senta la nostal-120

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    gia de la unin, se foment un modo de unidadJusional. que elimina toda posibilidad de autntico conocimiento y desarrollo de la persona.

    9. Los modos elevados de unidad, los que implican presencia y encuentroslo se dan entre realidades que se salen de alguna forma al encuentro. Voy por elcampo en busca de una fuente. Veo que brota el agua de 10 profundo; salta a lavista, se hace ver, se muestra y ofrece. Me acerco a ella y bebo. He aqu unencuentro. Compro una partitura de una obra musical desconocida y la pongo enel atril del piano. Siento la llamada de la obra que se esconde tras la fronda de lasnotas y se deja adivinar por quien conozca el lenguaje musical. Me invita a conocerla, a re-crearla, a moverse entre sus avenidas. Cuando estudio la obra, ella y yonos vamos al encuentro.

    Estamos ante un punto decisivo: el encuentro no es posible entre objetos. sinoentre mbitos de realidad Guardini no habla nunca de mbitos -Raume-,pero moviliza diversos trminos que apuntan a ello porque sugieren un tipo derealidad que no se reduce a la suma de sus elementos sino que acta como untodo, con iniciativa, con una peculiaridad propia, y se compenetra con quien seentrega a ella e intercambia sus posibilidades de accin. Un piano para un pianista no es un mero objeto, como para la mujer de la limpieza. Es un campo deposibilidades de accin ldica musical. El pianista es, a su vez, un campo de posibilidades de interpretar obras, es decir: de asumir las po.sibilidades que stas leofrecen. El entreveramiento de dos mbitos da lugar a un encuentro. Este surgesiempre de forma concreta merced a la actividad de realidades singulares. Puedenser difusas, inasibles, indelimitables. Lo decisivo es que sean capaces de relacionarse entre s. De ah que Guardini subraye con la mayor insistencia en un contexto y otro que la vida humana autntica -conocimiento, creatividad de todoorden, sentimiento...- tiene lugar cuando el hombre se relaciona con realidadesconcretas que constituyen un todo orgnico y vital. La vuelta a lo concreto no significa un alejamiento aversivo respecto a 10 universal, sino la bsqueda de 10supraindividual por la va fecunda de las realidades singulares. Ms que de aversin alguna, se trata de amor a 10 que tiene poder creador de relaciones y es, a suvez, fruto de otras relaciones. Cada realidad bien vista. es un punto de vibracin en elque hacen acto de presencia mil y una realidades. El pan y el vino no son objetos, noson el producto de una actividad. El pan se elabora, pero no as el trigo. Este es elfruto de un mltiple encuentro: encuentro del campesino y la tierra, del campesino, la tierra, y la simiente que aqul deposit confiado en ella; el campesino, latierra, la simiente y el agua, el sol, el viento, el ocano y la sociedad en que estenclavada la casa de labranza...A su vez, el pan - y de modo semejante el vinoes lugar viviente del encuentro que tiene lugar en la comida a la que se invita a unamigo para compartir la amistad.

    Toda realidad, vista en un contexto de vida creadora de vnculos, aparececomo el punto de confluencia de diversas realidades que se entreveran fecundamente. Este cmulo de cruces y encuentros constituyen un todo complejo y ambiguo porque cada mbito de realidad es por principio indelirnitable, inasible.

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    Cmo aludir a este todo difuso, evanescente, de modo que podamos hablar yentendernos? Aqu sale en nuestra ayuda una realidad increble: la palabra. quees el vehculo viviente del encuentro. Se aprende a hablar al tiempo que seaprende a encontrarse. La palabra no es, en principio, un medio para comunicarlo ya sabido. Es el medio en el cual fundamos mbitos de todo orden 15. Guardiniasume la doctrina de la filosofa dialgica sobre la palabra y subraya que elcuerpo es palabra del espritu y el hombre fue creado por Dios al ser llamadopor El. Toda la vida del hombre llega a su trmino cabal, a su meta o pleno logrocuando responde libremente a esta llamada. La persona humana y las realidadestodas del universo que colaboran a configurar su vida presentan un carcter ver-bal. Han sido creadas por la palabra divina. De entre ellas slo el hombre tiene elsentido de la palabra, puede hacerse cargo del origen divino de las realidades,convertirse en su portavoz y volver con ellas al origen, cerrando as el crculo deamor del universo. Dios crea por amor. Crear por amor significa crear al hombrelibre para que sea capaz de responder a la llamada y fundar una relacin deencuentro. Todas las cosas proceden de la palabra divina y tienen, por ello, ellasmismas carcter verbal. No son meras realidades. No son tampoco algo real quetiene sentido pero se halla en un espacio mudo. Son palabras del que habl conpoder creador y van dirigidas al "que tiene odos para or". Todas las cosas sonpalabras de Dios dirigidas a la criatura que est determinada por esencia a vivircon Dios en una relacin yo-tu 16.10. La concepcin de la palabra como vehculo de la creacin de mbitospermite comprender la necesidad de unir la palabra con una forma de accin nomeramente utilitarista sino desinteresadamente creadora. Esta conjuncin felizacontece de modo ejemplar en la accin litrgica. en la cual se anan los gestossimblicos, la entrega espiritual, la proclamacin y escucha reverente de la palabra de la Escritura. De las mltiples interpretaciones de pasajes de la Escrituraque nos leg Guardini se desprende la idea motriz de que la palabra revelada es elvehculo viviente de la vida divina misma. no un mero transmisor de contenidos significativos. Las palabras de vida son moradas en las cuales ha de inmergirse elcreyente para vivir de su misterio, y nutrir el espritu con el ritmo lento propio detodo proceso de maduracin.11. Al afirmar que el cuerpo es palabra del espritu, Guardini sugiere la ideade que entre ambos se da un nexo enigmticamente creador y expresivo, no meramente causalista al modo ideado por la Edad Moderna. Si se entiende tal relacin como el mutuo influjo de dos objetos, desaparece -segn Guardini - elcarcter de imagen que tiene el lenguaje, la expresin de la actitud corporal, lacapacidad expresiva del vestido y la habitacin. Desaparece -adems- el

    15 El lenguaje no conslituye slo un medio mediante el cual se comunican sucesos, sino que en ellenguaje se realizan la vida y la actitud espirituales. Cfr. Welt und Person. Versuche zur christlichenLehre vom Menschen. Wrzburg, Werkbund, 1950, pg. 107 (Versin castellana: Mundo y persona. Madrid, Cristiandad),

    16 Cfr. Welt und Persono pgs. 110, l lJ,

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    Arte como interpretacin de la existencia y transfiguracin de la vida, escuela desabidura y arte de recto mirar. Desaparece la formacin viva, la configuracin dela corporeidad por el espritu, y la revelacin del espritu en el cuerpo. Desapa-rece la cultura, y adviene la civilizacin y la barbarie 17.12. Al descubrir que el ser humano en s mismo y en su relacin al entornoes un mbito capaz de entrar en juego con otros mbitos y dar lugar a mbitosnuevos, se alumbra el sentido verdadero de laformacin humana. Formarse no esen primer lugar adquirir erudicin, dominar la realidad con el conocimiento,ficharla, inventariarla para tenerla a buen recaudo. Significa configurar el propioser conforme a un modelo (Bild) esencial. Formarse es ponerse en disposicin deconferir al propio ser la figura que le corresponde 18. La figura del ser humano esrelacional 19. La formacin se logra en el encuentro. El hombre fue creado por unallamada. Es una llamada al encuentro. Encontrarse es primariamente responder aesa llamada creadora. En esa respuesta radica la verdadera formacin.Las diversas formas de encuentro entre el hombre y el entorno mundanoconstituyen la trama de la Cultura. El hombre abierto creadoramente al mundo seconvierte en un ser cultural. El encuentro de este ser cultural con el Ser Supremosupone la forma de encuentro definitiva, que se realiza en la experiencia reli-giosa. Religin y cultura no se oponen sino cuando se entiende sta - la Cul-tura- como una tcnica de dominacin. En la liturgia queda patente que la ver-dadera cultura no va en direccin contraria a la experiencia religiosa; camina enla misma lnea - l a del encuentro- y ofrece, por ello, un campo de expresividadsumamente adecuado a la experiencia religiosa. El canto, la arquitectura y lasbellas artes, las flores y metales, la palabra y el gesto..., todo se carga de simbo-lismo, es decir, todo colabora a fundar un campo de iluminacin en el cual lo reli-gioso cobra cuerpo expresivo.13. Esta concepcin del conocimiento como una forma de encuentro oentreveramiento de mbitos nos descubre el carcter circular o reversible de lasexperiencias humanas ms profundas. La vida del hombre se teje de interrelacio-nes, y stas son reversibles. El lenguaje nutre al poeta, y el poeta configura el len-guaje. El pianista configura la obra musical, y sta configura al pianista. El hombre agustiniano marcha inquieto hacia Dios porque ya le ha encontrado de algnmodo, pero le encuentra porque le ha buscado. Guardini ha inspirado buenaparte de sus anlisis en la adivinacin de este carcter reversible de las experien-cias humanas ms relevantes.Ello permite comprender la frase de Pascal: Ponte de rodillas y creers enDios. Si no creo en Dios, arguye el incrdulo, cmo me vaya poner de rodillas?

    17 Cfr. Liturgische Bildung. Versuche. Maguncia. Burg Rothenfels. 1923. pg. 24.18 Cfr. Die Grundlegung der Bildungslehre. Versuch einer Bestimmung des Pddagogisch-Eigentlichen.

    Wrzburg, Werkbund, 1928. 1959 '.19 La persona se da en forma de dilogo. orientada hacia la otra persona. Est determinada poresencia a ser yo de un t. Una persona radicalmente solitaria no puede darse. Cfr. Welt und Person.pg. 111.

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    y Pascal rearguye: Si no te pones de rodil las, inocente, cmo vas a creer en Dios,realidad que slo puede aceptarse con una actitud de sencillez?14. De la concepcin relacional del hombre se deduce que e! hombre superainfinitamente al hombre, como deca Pascal, un autor preferido de Guardini 20.El alcance autntico del hombre supera la visin alicorta que se tiene de! mismocuando se 10ve recluido en los lmites del yo aislado. Todo hombre que tenga unmnimo de madurez e identidad personal se acepta a s mismo en todo su alcance, vale decir: en lo que es y en lo que est llamado a ser 2t. La vida del hombrees fruto de la respuesta a la llamada de! Creador. De ah que slo quien conocea Dios conoce al hombre. Esta frase consti tuye e! ttulo de un opsculo de Guar-dini que condensa y corona toda su doctrina sobre e! ser humano. Este trabajoconcluye con esta grave indicacin: oo. A travs de la confusin de las diferentestensiones polticas, econmicas y culturales que llenan e! mundo pasan dos frentes que van a decidir las cosas ms hondas: el frente de los hombres que reclamane! derecho a entenderse a s y a sus obras desde s mismos, y el de quienes recibensu nombre del nombre de Dios y sienten que su misin les ha venido encomen-dada por e! verdadero Seor 22. Cal de estos frentes o actitudes prevalecer enel inmediato futuro? O dicho en otros trminos: Ha comenzado ya la nuevapoca? Es el ltimo punto que me propuse desarrollar.

    HA COMENZADO LA NUEVA EPOCA?Ya en sus Cartas del Lago de Como 23, Guardini anunciaba alborozado el surgir de una nueva poca, caracterizada por una idea renovada del conocimiento yla libertad, de la creatividad humana y las realidades que la hacen posible.Nuestro lugar se halla en e! futuro que se est gestando. Nuestro entusiasmovibra ante su imponente fuerza y su voluntad de responsabilidad. Un nuevotipo de hombre debe surgir, un hombre de profunda espiritualidad, de un nuevosentido de la libertad y la intimidad, una nueva conformacin y poder de configuracin 24.Este nuevo tipo de hombre no surge mediante la mera prdida o el rechazode! ideal del dominio propio de la Edad Moderna. Responde a un esfuerzo por

    orientar la vida hacia un ideal ms conforme al ser humano y al ser de las reali-20 Cfr. Christliches Bewusstsein. Versuche ber Pascal. Munich. Kosel, 1934. 1956.Versin castellana:

    Pascal o el drama de la conciencia cristiana. Buenos Aires. Emec, 1955.21 Cfr. Die Annahme seiner Selbst. Wrzburg. Werkbund. 1950 2 (Versin castellana: La aceptacin

    de s mismo. Madrid. Cristiandad). El hombre sabe quin es en la medida en que se comprende a smismo desde Dios. Para ello debe saber quin es Dios (oo.). Si se rebela contra Dios o tiene una ideafalsa de El. deja de saber cul es su propia esencia. Esta es la ley bsica de todo conocimiento delhombre (Op. cit.. pg. 19).22 Nur wer COIl kennt kennt den Menschen. Wrzburg. Werkbund, 1953.3." ed. sin fecha. pg. 24.

    23 Cfr. Briefe vom Comer See. Maguncia. M. Grnewald, 1927. 1956"24 Cfr. Op. cit.. pg. 89.

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    dades del entorno. Este ideal debe integrar todo lo que hay de fecundo en elhumanismo anterior. Lo que necesitamos -aade Guardini- no es menos tc-nica, sino ms; mejor dicho: una tcnica ms fuerte, ms reflexiva, ms humana.Ms ciencia, pero ms espiritual, mejor conformada. Ms energia econmica ypoltica, pero ms desarrollada, ms madura, ms consciente de su responsabili-dad, de modo que sepa encuadrar a cada individuo en el lugar que le compete.Pero todo esto slo es posible si el hombre viviente se hace valer a s mismo en elmbito de la Naturaleza objet iva, si la pone en relacin consigo y crea nueva-mente de este modo un "rnundo? 25.

    Se han cumplido estas predicciones y deseos de Guardini? Todo parece indicar que no. Es cierto que en el plano intelectual se han superado posturas filosfi-cas muy deficientes, se ha esbozado una metodologa ms aquilatada, se ha ela-borado una teora de la realidad aos luz superior a la concepcin objetivistapropia de los diversos empirismos reduccionistas. Pero la sociedad como tal noparticipa todava de estos hallazgos. Nuestra situacin actual sigue presentandolas mismas condiciones de crisis que la situacin en la que se movi R. Guardini.Esta crisis resalta en los cinco puntos siguientes:a) El idealque impulsa la vida de hoy y le confiere sentido es el viejo y caducado ideal del dominio y la posesin. Se destaca mucho la distincin de ser ytener, pero el dinamismo de la vida social sigue determinado subrepticiamentepor la voluntad posesiva y dominadora.b) La cultura est amenazada por el riesgo de entregarse a su propia lgicadebido al seuelo del mito del eterno progreso.e) Se tiende a reducir todos los seres a objetos dominables y manipulables.d) La vida espiritual se halla desgarrada por la antigua discordia entre vida yespritu. Por vida se entiende actualmente la exaltacin producida por las diferen-tes formas de vrtigo. El espritu, como cultivador de las experiencias de creativi-dad o xtasis, es interpretado como la instancia normativa que impide la entregaespontnea a la gran fiesta de la vida. Se confunde la exultacin del xtasis con laexaltacin del vrtigo, para justificar la entrega a un proceso que lleva a la des-truccin. Tal confusin constituye la mayor trampa que la manipulacin esttendiendo actualmente a la sociedad, sobre todo a la juventud, a fin de reducirla afcil presa.e) Estos errores y otros concomitantes han provocado el desencanto, laapata propia de las dos postguerras. Nada extrao, por cuanto el entusiasmo espropio de las experiencias de xtasis y la decepcin sigue ineludiblemente a lasexperiencias de vrtigo.Si hemos de instaurar una nueva poca, debemos ahondar en los problemas yoptar: decidirnos por el ideal del dominio o por el de la creatividad y la unidad. Sihacemos lo segundo, hemos de realizar una labor de clarificacin del lenguaje,actualmente secuestrado por los afanosos de poder fcil.,Una vez depurado el

    25 Cfr. Op. cit.. pg. 87.

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    lenguaje. deberemos descubrir las distintas formas de creatividad que se ofrecenal hombre. Estasfueronjustamente las dos grandes tareas de Guardini. Para llevarlasa cabo. se requiere poner en juego el estilo de pensar comprehensivo, holista,abierto, relacional que l propugn, y perfeccionar por nuestra cuenta sus anli-sis mediante los logros de la filosofa dialgica, fenomenolgica y existencial.Este estilo de pensar orfebresco nos permitir ver con claridad que el ser humanoest llamado desde siempre a dar respuesta a los grandes valores. Para descubrirlos valores, el hombre ha de ver las realidades no como simples objetos sinocomo mbitos. Si lo hace, el universo cobrar un nuevo aspecto, y la vidahumana se convertir en un gran campo de juego creador, de encuentro y fiesta.Esta tarea exige todo un giro espiritual, el que solicitaron sin pausa los pensado-res existenciales. Para darlo, se requiere toda una labor paciente de ejercitacin.Ser la tarea del Proyecto Lderes. afn en ms de un aspecto al Movimiento deJuventud que polariz la actividad ms fecunda de ese gran virtuoso de la pedago-ga que fue Romano Guardini. Lema de este movimiento formativo es lasiguiente recomendacin del gran maestro: Debemos volver a adquirir el portesoberano que no ansa xito sino valor, no accin huidiza sino ser 26.La Edad Moderna busc afanosamente un mtodo para pensar con rigor. Eraun mtodo elaborado por el sujeto en virtud del poder de la razn. La nuevapoca surgir pujante cuando el hombre se haga cargo de la necesidad de pensarcon extremado rigor y advierta que el nico rigor autntico del hombre, ser dial-gico, es el ajuste fiel a las realidades que apelan al encuentro.En Santiago de Compostela, el Santo Padre pidi a Europa que volviera a susraces. Estas races son cristianas, y el cristianismo es un movimiento espiritualfundador de modos relevantes de unidad. Resulta apasionante estudiar losmodos diversos de unirse el hombre a la realidad en torno, porque al descubrirlos modos ms altos se abre un horizonte de inagotables posibilidades creadoras.Esta creatividad puede liberar al hombre de la apata y el desconcierto actual.Bello y noble quehacer, que ser sin duda la gran tarea comn que aor siempreOrtega para los europeos y que lograr devolver al viejo continente su autnticorostro.

    26 Cfr. Liturgische Bildung, pg. 86.

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