Quiero recomendar una gran novela de terror de un autor llamado T.E.D. Klein, quizás no demasiado conocido entre nosotros, pero muy respetado dentro del género en Estados Unidos. Klein, quién además es editor, quizás resulte más conocido por ser el guionista de Trauma (1992), esa aventura americana de Darío Argento que tantas malas críticas tuvo y nosotros encontramos interesantísima (digámoslo de una vez: Trauma es una visita no solo a Profondo Rosso sino también a Carrie de De Palma: chica enfermita, madre posesiva interpretada por Piper Laurie, música de Pino Donaggio.)

La novela de la que hablamos se llama Ceremonias Macabras, novela de 1984 que al momento de su publicación resultó ganadora de varios premios y obtuvo la total admiración de Stephen King.

Si Stephen King en Danza Macabra, su ensayo sobre el género, señala que la categoría más alta del terror es aquella que asusta menos por lo que muestra sino por lo que sugiere, Ceremonias... es entonces el ejemplo cabal de esto.

Leamos un pequeño fragmento de la novela en el cual creemos que no solo se encuentra la clave de la historia sino también una reflexión que nos ayuda a pensar en el dato tradicional camuflado dentro de un mundo moderno que lucha por destruirlo. Y como, al igual que ocurre en esta historia, aquello que es negado regresa de manera siniestra.

"Qué divertido es que la clave de unos ritos tan antiguos y oscuros perviva bajo una forma tan inofensiva. Un joven estúpido como Freirs probablemente se negaría a creerlo esperando encontrar, al igual que el resto de su especie condenada, tales saberes encerrados en viejos volúmenes con tapas de cuero, letras góticas y títulos portentosamente siniestros. Los buscaría en viejos arcones misteriosos y bóvedas ocultas, en las secciones de acceso restringido de las bibliotecas y en escritorios complejamente tallados con cajones ocultos.

Pero el Anciano sabe que no existen auténticos secretos. Los secretos acaban resultando siempre demasiado difíciles de ocultar. Las llaves a los ritos que transformarán el mundo no están escondidas, no son caras ni difíciles de conseguir: están a disposición de cualquiera y pueden encontrarse en la sección de libros de bolsillo o en cualquier librería de viejo. Sólo hace falta saber dónde mirar... y reunir luego las piezas".

En Ceremonias Macabras un ser malvado comienza a realizar un antiguo ritual para traer una fuerza destructora en pleno siglo XX. Lo fascinante del asunto es que el estado del mundo, católicos que escapan de su origen religioso, protestantes envueltos en un fanatismo que termina siendo cegador, intelectuales que leen al género del terror como entretenimiento y han perdido la clave del dato tradicional, logra que las cosas le resulten terriblemente fáciles a sus propósitos. Todos participan de sus rituales, los cuales que están camuflados bajo las prácticas de la modernidad y parecen ser inocentes entretenimientos: abrazos junto al mar a determinada hora y junto a un oleaje particular, pasos de baile de alguna antigua tribu solo realizados por aparente interés antropológico, juegos de carta con extrañas figuras a las que nadie presta demasiado atención. Así, sin saberlo, las víctimas del ritual se vuelven ayudantes involuntarios, empujados tanto por su ignorancia como soberbia.

Un gran libro repleto de sugerencias no solos tenebrosas sino también literarias (el protagonista es un profesor de literatura que mientras participa sin saberlo de un oscuro ritual diabólicio, se dedica a criticar con sorna clásicos del género fantástico) que concluye con un apasionado final a puro fuego, heroísmo y monstruosidad. ¡Vuelvo a recomendar, sus casi 500 páginas de una trama con ritmo creciente, detallista y bien equilibrada, lo valen!