Jovenes Judios en Chile de Hoy

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UNIVERSIDAD DIEGO PORTALES FACULTAD DE CIENCIAS DE LA COMUNICACION E INFORMACION ESCUELA DE PERIODISMO LOS JOVENES JUDIOS EN EL CHILE DE HOY: La tradición al interior de la globalización PAULA ANDREA CALDERON MELNICK Tesis para optar al grado de Licenciado en Comunicación Social Profesora Guía: Carmen Muñoz Hurtado Santiago, Chile 2002

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La Tesis explora cómo los jóvenes judios nacidos en Chile se adaptan y desarrollan estrategias para asumir su identidad judia, tradiciones y religión.

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  • UNIVERSIDAD DIEGO PORTALES FACULTAD DE CIENCIAS DE LA COMUNICACION E INFORMACION

    ESCUELA DE PERIODISMO

    LOS JOVENES JUDIOS EN EL CHILE DE HOY:

    La tradicin al interior de la globalizacin

    PAULA ANDREA CALDERON MELNICK

    Tesis para optar al grado de Licenciado en Comunicacin Social

    Profesora Gua: Carmen Muoz Hurtado

    Santiago, Chile 2002

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    A mis padres.

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    AGRADECIMIENTOS

    Quisiera agradecer a los dirigentes y guas espirituales de las principales comunidades e instituciones judas del pas, por haberme concedido las entrevistas, por su tiempo y por sus importantes reflexiones.

    As como a los jvenes que asistieron al grupo de discusin, por su entusiasmo y por hablar desde el alma. Tambin a Abraham Tawrycky y Ana Mara Tapia, por su importante gua.

    Mis mayores agradecimientos a mi familia por su permanente ayuda, preocupacin y dedicacin. Por las largas horas de conversacin y reflexin, que fueron fundamentales para que esta investigacin se pudiera llevar a cabo.

    A Jorge, por su compaa, consejos y apoyo constante. Y a Carmen Muoz, por haber aceptado este importante desafo, y estar dispuesta a

    recorrer las distintas aristas del conocimiento, que fuimos descubriendo a lo largo de esta investigacin. Por su acogida, motivacin, por su tiempo y gua intelectual, que fueron fundamentales para lograr este trabajo.

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    ABSTRACT

    La homogenizacin de la informacin en el mundo actual hace cada vez ms difcil reencontrarnos con aquellos espacios caracterizados por su diversidad social y cultural. Por tanto, como futura periodista, sent la necesidad de construir una investigacin que respetara la divergencia y las particularidades, centrndome en los aspectos inherentes al

    fenmeno estudiado a saber, los jvenes judos en el Chile de hoy. La dificultad de conceptualizacin del pueblo judo nos llev a construir un marco

    terico que abarcara los elementos sociales, polticos y culturales de este pueblo, renunciando a los estereotipos y lugares comunes manejados por los medios de comunicacin masiva. Para esto, fue esencial complementar las fuentes bibliogrficas con un corpus de entrevistas a los dirigentes y guas espirituales de las principales comunidades e instituciones judas de nuestro pas. Los discursos, extrados en dichas entrevistas se contrastaron, a su vez, con las opiniones emitidas en el grupo de discusin. Este, fue el instrumento que nos permiti acceder al escenario estudiado, reconstruyendo desde el habla una tradicin acechada por el proceso de la globalizacin. Finalmente, se aplic un

    modelo de anlisis del discurso a la interaccin comunicacional producida durante el acaecer del grupo.

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    INDICE

    DEDICATORIA AGRADECIMIENTOS ABSTRACT

    1. INTRODUCCION.9 1.1. Antecedentes del Problema...11 1.2. Planteamiento del Problema..12 1.3. Objetivos de la Investigacin 13 1.3.1. Objetivos generales...13 1.3.2. Objetivos especficos13 1.4. Hiptesis de la Investigacin14 1.5. Diseo Metodolgico y Naturaleza de la Investigacin...15 1.6. Justificacin del Instrumento: Grupo Discusin y Relevancia Periodstica de la Investigacin17 1.6.1. Teora en la que se sustenta...17 1.6.2. Teoras del instrumento.18

    2. MARCO REFERENCIAL: CONTEXTUALIZACION DEL PROBLEMA20

    2.1. Judos Conversos en el Descubrimiento, Conquista y Colonia de Chile..20 2.1.1. Breve resea de la dispora juda..20 2.1.2. Los judos en la Espaa Musulmana.21 2.1.3. Expulsin de los judos de Espaa23 2.1.4. La participacin de judos conversos en el viaje de Cristbal Coln al

    Nuevo Mundo27

    2.1.5. Judos conversos en las colonias espaolas..28 2.1.6. Cristianos nuevos en el reino de Chile..31 2.2. Inmigracin Juda a Chile en el Contexto del Ochocientos.36 2.2.1. La realidad de la inmigracin juda a Chile en el siglo XIX38

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    2.3. Breve Resea de la Inmigracin Juda a Chile en el Siglo XX.49 2.3.1 Los comienzos de la colectividad: primera ola inmigratoria49 2.3.2 Segunda ola inmigratoria: 1930-1945...62 2.3.3 Fin de la inmigracin: 1945-1990.67

    3. MARCO TEORICO: CONCEPTUALIZACION DEL PROBLEMA DE INVESTIGACION..74

    3.1. El Pueblo Judo.74 3.2. El Ciclo de Vida Judo..85 3.2.1. El rito.85 3.2.2. La familia y la educacin..86 3.2.3. Etapas del ciclo de vida judo89

    4. CONTINUACION DE UNA HISTORIA A PARTIR DE LAS ENTREVISTAS A LOS DIRIGENTES Y GUIAS ESPIRITUALES DE LAS PRINCIPALES COMUNIDADES E INSTITUCIONES JUDIAS DE CHILE.104

    4.1. Una Historia en Trnsito: Principales Comunidades e Instituciones Judas en el Siglo XXI109

    4.2. Ser Judo en Chile en el Siglo XXI: La Historia de un Pueblo...121 4.3. El Fenmeno Vivo del Estado de Israel.127 4.4. Las Posturas Religiosas dentro del Judasmo..134 4.5. Medios de Comunicacin de las Principales Comunidades e Instituciones Judas...143 4.6. La Imagen de los Judos a travs de los Medios de Comunicacin148 4.7. Tradicin y Globalizacin...152 4.8. La Visin de los Dirigentes en torno a los Jvenes Judos.156

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    5. JUSTIFICACION METODOLOGICA: GRUPO DISCUSION..163

    6. ANALISIS DEL DISCURSO DE TEUM VAN DIJK, RELEVANCIA COMUNICACIONAL DE LA INVESTIGACION...164

    6.1. Teora de Van Dijk..164 6.2. Construccin del Modelo165 6.2.1. Extraccin de las macro estructuras semnticas surgidas en el grupo de

    discusin.165 6.2.2. Establecimiento de las unidades de registro y de contexto en el anlisis del

    discurso167 6.2.3. Establecimiento de las funciones del lenguaje en cada unidad de registro.167 6.2.4. Ejemplificacin de la estructura arbrea utilizada en el anlisis de discurso.170 6.2.5. Realidad extra textual..171

    7. CONCLUSIONES EXTRAIDAS DEL MODELO DE ANALISIS DEL DISCURSO APLICADO AL GRUPO DE DISCUSION..173

    7.1. Jvenes Judos en el Siglo XXI: La Pertenencia a un Pueblo.173 7.2. Tradicin y Globalizacin...176 7.3. La Imagen que la Sociedad Chilena tiene de los Judos.179 7.4. La Poltica en Chile y los Jvenes Judos...182 7.5. La Imagen de los Judos a travs de los Medios de Comunicacin Chilenos.183 7.6. El Futuro de la Vida Juda en Chile187

    8. CONCLUSIONES.190

    BIBLIOGRAFIA...209

    GLOSARIO...216

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    ANEXOS228 a) Invitacin al Grupo de Discusin...228 b) Transcripcin Completa del Grupo de Discusin Realizado..229 c) Entrevista al Rabino Roberto Feldmann.282 d) El Edicto de Expulsin de los Judos de Espaa.299 e) Francisco Maldonado de Silva303 f) La Declaracin de la Independencia del Estado de Israel...306

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    1. INTRODUCCION

    Vivimos en un tiempo en que las grandes certezas han desaparecido, las verdades son slo relativas y la realidad se ha alejado considerablemente, producto de la satelizacin, de la proliferacin de las redes annimas de la tecnologa, y los hechos del acontecer se nos

    aparecen como artefactos, el ritmo diario nos sorprende muchas veces en una especie de sonambulismo, de repeticin de rutinas maquinales, en una interioridad amurallada.1

    La globalizacin ha homogenizado la informacin hasta diluir todos los lmites que nos permiten ver las identidades culturales, los localismos y la diversidad de etnias. En este sentido, un deber tanto tico y al mismo tiempo una motivacin intelectual es, a travs del periodismo de investigacin, construir una mirada que provoque el efecto contrario a esta homogenizacin, es decir que particularice al interior de un determinado escenario aquellos elementos que revelan las especificidades sociales, polticas e histricas.

    Como una tendencia contrapuesta a la destruccin, al individualismo, a la creciente desigualdad, aparece quizs, una necesidad de humanizacin, de revalorizacin de los lazos

    interpersonales, de recuperacin del inters por el conocimiento de los otros.2

    Para esto, no basta con el discurso clausurado que surge al interior de la prensa, tampoco basta, aunque es vlido, la ideologa implcita detrs de todo anlisis poltico realizado a travs de todos los medios; sino que se necesita especialmente un prisma comunicacional que muestre todos los elementos de un determinado fenmeno, tanto aquellos que mueren con la contingencia de los hechos, como aquellos que se proyectan una vez que los hechos dejan de ser noticias.

    En este sentido, el nuevo periodismo, -teniendo una vez claros los vicios de la globalizacin y de la era de la informacin- debe revertir este proceso. Lo anterior implica

    que el periodismo debe atender la naturaleza discursiva de los hechos que surgen en determinados escenarios, es decir, entender la comunicacin como un proceso siempre en

    1 ARFUCH, Leonor. 1995. La entrevista, una invencin dialgica. 1. ed. Barcelona, Espaa, Ediciones

    Paids. p. 151. 2 Ib.

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    trnsito y, por tanto, vivo. Por tal motivo, la tesis no slo construy un marco terico a

    travs de la revisin bibliogrfica de discursos ya enunciados, con autores como el Dr. Esteban Veghazi, Mordecai Kaplan, Ana Mara Tapia, Len Dujovne, Gnter Bohm, Mosh Nes El, Mario Matus, entre otros.

    Tambin se acerc al escenario a travs de la elaboracin de un grupo de discusin y de

    un cuerpo de entrevistas, que tomaban en cuenta el discurso en el proceso de enunciacin. Por tal razn la relevancia comunciacional de la tesis es aplicable a otros fenmenos

    culturales, sociales y polticos, ya que propone una mirada desde fuera, terica, conceptual y atemporal, as como una mirada en el terreno, afectiva, simblica y proyectiva.

    Esta forma de hacer periodismo nos permiti, no slo, hacer una descripcin de los hechos que ataen al pueblo judo en Chile, si no que realizar un diagnstico tentativo respecto de la intencionalidad, el sentir y al actuar de las futuras generaciones respecto de una problemtica estereotipada y absolutamente vigente, tanto por su convulsin histrica y poltica, como por su influencia en el devenir de occidente y de oriente.

    En este contexto, cobra importancia el grupo de discusin realizado, que permite que el periodista d un salto de la mera informacin descriptiva a la reflexin comprensiva. Le

    permite comprender que el centro de la reflexin est en el proceso de enunciacin del discurso, lo que implica ejercer un periodismo ms humanista, en el cual el sujeto que produce el habla no desaparece detrs de los estereotipos.

    La interaccin comunicativa que se produce en el grupo de discusin logra recuperar gran parte de los relatos sociales y culturales que estn dispersos en la realidad social. El producir un discurso significa entrar en la dinmica comunicacional del paradigma reflexivo vigente, es decir, una vuelta a los sujetos y a su habla, que sumado al discurso de otros sujetos, muestra la complejidad y no slo la consensualidad del entramado social.

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    1.1. Antecedentes del Problema

    La prensa chilena tiene un acercamiento al mundo judo ligado a su contingencia poltica. Una mirada del pueblo desde el conflicto. Existe una saturacin de imgenes ms bien estereotipadas. La prensa exhibe, por lo general, al tpico rabino ortodoxo, al guetto,

    la sangre, al soldado herido, la guerra. Se muestra a la ultra ortodoxia o el conflicto en el Medio Oriente, desde el anlisis de la ciencia poltica, sin embargo, no existe una mirada

    desde el sentido del pueblo judo, desde su discurso particular. Sobre cmo sienten, viven su vida cotidiana, sus cambios, sus sueos, su viabilidad como cultura...

    Otras disciplinas, como las religiones comparadas, que devienen de la filosofa, han construido un discurso en torno a la visin del mundo judo ligado a la interpretacin del texto bblico, contraponiendo la visin juda a la protestante y cristiana.

    Esta investigacin pretende generar -desde otra perspectiva- una nueva mirada del pueblo judo que vive en Santiago de Chile, desde los sujetos y sus discursos particulares.

    Para esto, las herramientas otorgadas al periodismo, las comunicaciones y la

    metodologa cualitativa se funden, para ir ms all de lo investigado por los medios de comunicacin chilenos, para ahondar en la historia de los sujetos involucrados, despojados de los estereotipos conocidos, comprendiendo verdaderamente cmo vive el pueblo judo, desde una visin ms documental, ms esencial, efectiva y afectiva.

    Sobre todo porque la labor del periodista, tiende cada vez ms a la reconstruccin de los escenarios socioculturales desde los escenarios mismos, completando la informacin-dato, los arquetipos y las homogenizaciones propias de una cultura de masa, con el discurso real de los sujetos involucrados, enunciando ms que la enunciacin muerta de un texto, yendo hacia las vivencias mismas, particulares.

    Nuestra investigacin aprovechar las herramientas de la investigacin cualitativa para

    construir una mirada divergente a la cultura juda, que enriquezca los prismas convergentes, elaborados por la prensa y los prejuicios que giran en torno a dicho pueblo.

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    1.2. Planteamiento del Problema

    La reconstruccin de la imagen del pueblo judo, especficamente de los jvenes judos en el Chile actual, se lograr gracias a la mirada cualitativa de investigacin. Tal mirada cobra especial relevancia en fenmenos culturales que, condenados a desaparecer tras los estereotipos de la globalizacin, revitalizan sus tradiciones desde el discurso. Por tanto,

    comprender la naturaleza de la juventud juda de nuestro pas requiere de una encausar las vivencias, creencias, certidumbre e incertidumbres de sus protagonistas desde y en el

    lenguaje. Por eso, el estudio atendi a reconstruir estos discursos a partir de la interaccin comunicacional surgida en un grupo de discusin. Este instrumento permiti abordar el problema de investigacin desde todas sus aristas, reproduciendo el imaginario de la juventud juda en Chile y proyectndolo al futuro de este pueblo.

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    1.3. Objetivos de la Investigacin

    1.3.1. Objetivos generales

    - Comprender la visin actual del pueblo judo en Santiago de Chile, a travs del discurso particular de los jvenes judos que habitan este escenario.

    - Establecer los elementos de la tradicin juda que se han visto afectados en el proceso de la globalizacin.

    1.3.2. Objetivos especficos

    - Analizar la mirada del pueblo judo de Chile a travs de entrevistas a dirigentes y guas espirituales de las principales comunidades e instituciones en el Chile de hoy.

    - Aplicar un modelo de anlisis de discurso a las hablas particulares surgidas en el grupo de discusin.

    - Contrastar la visin de la cultura juda actual con la mira histrica tradicional de este pueblo.

    - Reconstruir la historia del pueblo judo en Chile a travs del proceso de inmigracin.

    - Describir las caractersticas fundamentales del pueblo judo a travs de una revisin terica de sus principales costumbres y tradiciones.

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    1.4. Hiptesis de la Investigacin

    En el contexto de la globalizacin los jvenes judos del Chile de hoy estn retomando la tradicin de su pueblo a travs de la bsqueda de las races espirituales, culturales y sociales que lo sustentaron histricamente (Hiptesis Descriptiva).

    La vuelta a las races de la juventud juda centra la atencin en la naturaleza espiritual de la cultura, debido a la ausencia de referentes ideolgicos del mundo contemporneo

    (Hiptesis Causal).

    Ante el proceso de globalizacin un grupo importante de jvenes judos ha tendido a la integracin y olvido de sus orgenes culturales (Hiptesis Causal).

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    1.5. Diseo Metodolgico y Naturaleza de la Investigacin

    La mirada cualitativa en su intento de regresar al sujeto, para reconstruir los escenarios sociales, ha confiado en la tcnica grupo discusin como un instrumento clave en la apropiacin de los discursos particulares.

    El diseo metodolgico de esta investigacin, desea situar el discurso individual tal

    como aparece al interior del escenario, ya que muchas veces la imagen del judo es estereotipada y tergiversada a travs de lugares comunes. La confusin respecto de las

    distintas tendencias del pueblo judo en Chile queda clarificada a partir de un corpus de entrevistas, realizadas a dirigentes comunitarios y guas espirituales. Reconstruir los discursos a la luz de sujetos organizados implica observar del escenario social, su parcela activa. Aquella parte de la tradicin juda que mantiene vigentes su cultura de origen. El mismo criterio es aplicado en la construccin del grupo de discusin. Este estuvo constituido por jvenes que activan al interior de la comunidad, si bien lo hacen desde miradas divergentes tanto poltica, social, espiritual y culturalmente.

    Fundamental para el diseo metodolgico de esta investigacin, fue aplicar un modelo

    de anlisis de discurso a las enunciaciones de los protagonistas de la investigacin. Tal modelo permiti categorizar en reas temticas e intencionalidades lingsticas los

    enunciados. As, las conclusiones generales de esta investigacin no hubiesen sido posibles sin la lectura comprensiva de las partes que arroj dicho modelo.

    Adems, esta investigacin se complement con un glosario, puesto que la cultura juda posee una innumerable constelacin de smbolos y de conceptos que han aparecido en el escenario chileno, pero no se han visto en profundidad, como por ejemplo: Shabat, Tor, Talmud, Sefarad, Ashkenaz, Yom Kipur, Magen David, Menor, entre muchas otras.

    El marco terico tendr tres planos: 1. Las fuentes bibliogrficas complementaron diversos autores para conceptuar y

    establecer el proceso de la inmigracin juda a Chile, las caractersticas de pueblo judo y su ciclo de vida. Lo anterior entrega una visin integradora, social, poltica y cultural de lo que significa ser judo.

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    2. Las fuentes bibliografas se complementaron con los discursos surgidos en las entrevistas a los dirigentes comunitarios y espirituales. Esto, permiti saber cmo se organizan y qu piensan los judos organizados de Chile y, a su vez, llenar un vaco presente en la historia escrita de este pueblo en el pas.

    3. La interaccin discursiva de los jvenes judos chilenos producida en el grupo de discusin ayud a complementar ms an la visin que se tiene de esta tradicin

    heredada en el contexto de la globalizacin.

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    1.6. Justificacin del Instrumento: Grupo Discusin y Relevancia Periodstica de la Investigacin

    1.6.1. Teora en la que se sustenta

    Cualquier sujeto social se constituye como tal, a partir de su discurso, por lo tanto aquellos temas que impliquen la comprensin de la visin que tienen los sujetos respecto de un escenario social, poltico y cultural, hace pertinente la reproduccin de la interaccin

    social a travs del lenguaje. Basndose en el interaccionismo simblico, en la ontologa del lenguaje y en la teora

    del anlisis discursivo, el grupo de discusin es un instrumento fundamental para el periodista por tres motivos:

    1. Para reproducir un escenario social. El grupo de discusin permite que el periodista d un salto de la mera informacin descriptiva a la reflexin comprensiva.

    2. El centro de la reflexin est en el proceso de enunciacin del discurso y no

    solamente en el discurso enunciado, lo que implica ejercer un periodismo ms humanista en el cual el sujeto que produce el habla no desaparece detrs de los estereotipos.

    3. La interaccin comunicativa que se produce en el grupo de discusin logra recuperar gran parte de los relatos sociales y culturales que estn dispersos en la realidad social. Al producir un discurso, ms que buscar fuentes, significa entrar en la dinmica comunicacional del paradigma reflexivo vigente, que se opone al paradigma acumulativo que domin hasta los aos 60 el escenario de las comunicaciones. En ste, la informacin era un dato que homogenizaba los

    escenarios sociales y a los sujetos. Impidiendo, el ejercicio comprensivo, interpretativo y de la crtica.

    El paradigma reflexivo postula la vuelta al sujeto y su discurso que, sumado al discurso de otros sujetos, revela la complejidad y diversidad del entramado social.

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    1.6.2. Teoras del instrumento

    - Interaccionismo simblico

    La condicin humana interpreta y construye el mundo en la medida en que lo carga de un sentido. Nombrar o definir es interpretar. Cada vez que un sujeto se enfrenta a una realidad empieza a conocerla, en el minuto en que la semantiza, que le da un sentido. Sentido que tiene que ver con la imagen que el sujeto quiere proyectar, con la imagen que realmente proyecta e incluso con la que quiere esconder. El cmo el hombre simboliza el mundo, nos permite conocer la visin que tiene del mundo.

    Cuando un sujeto se enfrenta a otro e interacta comunicacionalmente, el sentido que se tena originalmente del mundo, cambia (porque se reafirma o porque le doy un nuevo sentido).

    - Ontologa del lenguaje

    La esencia del lenguaje, ms que un querer emitir un mensaje, lo que intenta es querer ser escuchado. Esto rompe la fra mecnica clsica Emisor- Mensaje- Receptor, donde el receptor no tiene casi importancia y el mensaje y el medio la tienen toda.

    Siempre el mensaje se emite, porque todo proceso se centra en el problema de la escucha uno dice algo para alguien, aunque ese alguien sea uno mismo. En la emisin o la enunciacin de un discurso se toma distancia de uno mismo y entrego el habla a otro. En este sentido, no importa el mensaje, sino entre quines se dice. De ah la relevancia del grupo de discusin.

    En el tratamiento de las noticias existe una saturacin de la informacin, porque lo que importa es el mensaje. Pero cualquier temtica humana es digna de seguir hablndose.

    La idea es cmo el periodismo actual puede enfocar con el motor comprensivo el cmo se comporta un escenario social, eliminando todos los estereotipos y las

    estigmatizaciones, que son hijos de la globalizacin.

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    - Anlisis del discurso

    Para entender por qu el grupo de discusin se basa en esta teora hay que decir que esta teora diferencia texto de discurso. El texto es un enunciado que incluso puede aislarse del sujeto que lo emiti. Por ejemplo: los textos que surgen posteriores a una encuesta, donde el sujeto desaparece en una muestra representativa del universo.

    El discurso es un proceso de enunciacin inseparable del sujeto que lo emite. Por lo tanto en el discurso subyace claramente la intencin, la ideologa, el sentido.

    En el discurso el proceso se entiende ligado al contexto; en cambio en el texto el producto se entiende aislado de su contexto, porque es ajeno al sujeto.

    Si el sujeto se hace en la interaccin, enva un mensaje siempre para otro, porque constantemente hay una intencin en ese mensaje. Por esto, el grupo de discusin es un instrumento que permite producir interacciones, escuchas y discursos en procesos.

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    2. MARCO REFERENCIAL: CONTEXTUALIZACION DEL PROBLEMA

    2.1. Judos Conversos en el Descubrimiento, Conquista y Colonia de Chile

    2.1.1. Breve resea de la dispora juda

    Etimolgicamente la palabra Dispora viene del griego y su significado es dispersin. Es el conjunto de diversas comunidades con un mismo origen, que se establecen voluntaria o involuntariamente en pases diferentes.3

    Luego de la devastacin del Primer Templo de Jerusaln en el ao 586 a.c por los babilonios, se inicia la Primera Dispora de las tribus hebreas a lo largo y ancho del mundo entonces conocido. Sin embargo, los xitos imperiales de Persia dieron por resultado el permiso de Ciro, para que los judos volvieran y restauraran el reino de Jud en el ao 538 a.c. El Templo fue reconstruido alrededor del ao 516 a.c.

    La Segunda Dispora juda, ocurri en el ao 70, cuando las tropas romanas a cargo de Tito ingresaron victoriosamente a Jerusaln, conquistaron la ciudad e incendiaron el

    Segundo Templo. Gran parte de los defensores judos perdieron su vida en las luchas y muchos fueron llevados como esclavos a Roma. Ms tarde prohibieron a los judos vivir en Israel y procedieron a su expulsin.

    La destruccin de Jerusaln, considerado por los judos como el centro espiritual y poltico de su pueblo, signific el comienzo de la Galut, es decir, de vivir como exiliados. Los judos nunca aceptaron con conformidad y resignacin este cambio. Y constantemente volvan su mirada hacia la lejana patria. Cuando rezaban miraban hacia el este, en direccin a la ciudad santa.4

    Con la devastacin del Segundo Templo comenz la vida errante para los judos, lejos de su tierra ancestral. Sin embargo, el exilio no marc el fin de los judos como pueblo. La dispersin intensific la conciencia de la identidad juda y reforz los lazos del sentimiento de grupo.

    3 MAS, Jos (Director Editorial).1992. Diccionario Enciclopdico Larousse. 3. ed. Barcelona, Espaa,

    Editorial Planeta Internacional. p. 746. Volumen III. 4 VEGHAZI, Esteban. 1985. Qu es el judasmo. 1. ed. Santiago, Chile, Editorial Sefarad de Chile. p. 59.

    Volumen I.

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    A partir de entonces, los judos se ubican y se distribuyen en todos los sitios conocidos del mundo. Y fueron asumiendo costumbres, formas de vida e incluso el idioma de los pases donde se fueron estableciendo.

    Algunas familias emigraron hacia las regiones asiticas; otras fijaron su residencia en occidente; mientras que los judos de Alejandra, radicados all haca ya tres siglos y helenizados hasta cierto punto, continuaron viviendo en el mismo ambiente y desarrollando una importante cultura.

    Las dos ramas bsicas del pueblo judo, segn los pases donde se instalaron, son los ashkenazes y los sefarades.

    2.1.2. Los judos en la Espaa Musulmana

    Como menciona Esteban Veghazi, en su libro Qu es el judasmo, en Espaa, donde los judos se haban establecido desde el siglo III, la poblacin juda aument notablemente despus de la batalla de Guadalete (711) como consecuencia de la invasin de los rabes, probablemente porque los ejrcitos musulmanes tenan un gran nmero de judos.5

    En este ambiente, la situacin de los judos mejor, prosperaron y hubo reyes que tenan mdicos, astrnomos y msicos judos. Tenan tierras, talleres, hacan el servicio militar, y en ciertas jurisdicciones disfrutaban de igualdad con los hidalgos. Los judos comenzaron a desarrollar en Espaa una gran actividad cultural, conocida como La Edad de Oro de la cultura juda.

    El judasmo prosper por tres siglos en Granada, Crdoba, Sevilla, Zaragoza, Barcelona, y otras. Produjeron obras literarias, religiosas y mundanas. Con el florecimiento de la cultura rabe, muchos judos que conocan el idioma se dedicaron a la filosofa y a las ciencias. La cultura juda dio sus mejores frutos en aquella poca. El hombre de la sinagoga se convirti en hombre de mundo, participaba en la vida pblica y ayudaba a los reyes rabes en sus empresas y en poltica.

    Pero los judos nunca olvidaron su antigua patria. Algunos volvan a la tierra de Israel para terminar all sus das, mientras que otros judos echaban races en Espaa y

    5 Ibid, p. 23.

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    vivan ah como en su verdadera patria. De Sefarad, nombre en hebreo de Espaa, deriva el nombre sefarades, como se llamaron a s mismos los judos de Espaa, pensando que all alcanzaran la tranquilidad y un lugar sosegado para sus descendientes, pero jams olvidando a Jerusaln.6

    En este perodo, en los pases musulmanes, el pueblo judo pudo llevar una vida tranquila y continuar con su desarrollo cultural.

    Distinto era el caso en resto de los pases de la Europa cristiana. A medida que el cristianismo iba ganando fuerza en occidente, la influencia juda se encontraba en un estado de postracin, como estuvieron sumergidos ya en los ltimos tiempos del Imperio Romano. Los judos no pudieron alcanzar autoridad alguna en el ambiente cristiano, se los alej de los cargos pblicos y privados, sin derecho a ciudadana.

    Los judos originalmente un pueblo agrcola, sin aptitudes especiales y sin disposiciones para el comercio, se vieron obligados, en su calidad de marginados de la poblacin urbana, a dedicarse al comercio, lo que caus un cambio en los rasgos

    caractersticos de su existencia. A partir de la poca feudal, se especializaron cada vez ms en el comercio

    minorista y buhonero, pues les eran prohibidas todas las otras profesiones, excepto la medicina. El judo reprobado por causa de las leyes cannicas, lleg a ser banquero por excelencia; el judo y el usurero se convirtieron en palabras sinnimas. De este modo se transformaban en acreedores y enemigos para gran parte de la poblacin. Ms tarde, al despertar el espritu del sentido comercial y al mismo tiempo, cuando estaba declinando el vigor de las leyes cannigas ante lo imperativo de la lucha por la existencia, el precapitalismo cristiano empez a perseguir al judo como competidor o poseedor de un monopolio productivo.7

    Como menciona el autor, a modo de generalizacin, en los pases cristianos en la poca medieval, los judos gozaban de un status positivo cuando sus servicios eran utilizables para las clases gobernantes, y un status negativo, cuando fuerzas desintegradoras de la sociedad se oponan a su utilidad.

    6 Ibid, p. 24.

    7 Ibid, p. 25.

  • 23

    2.1.3. Expulsin de los judos de Espaa

    En Espaa, los judos vivieron pocas de gran esplendor y a la vez, perodos de degradacin. En ninguna parte del mundo, despus de la destruccin del Segundo Templo, el pueblo judo desempe un papel tan importante en la vida de un pas y produjo tan altos valores espirituales como en la pennsula ibrica.8

    Pero este desarrollo tuvo un desenlace trgico en el ao 1391, cuando comunidades enteras fueron obligadas a convertirse al cristianismo -cuando el movimiento denominado por los historiadores La reaccin clerical pudo ejercer sin contrapeso el lema Bautismo o muerte- o cuando familias judas aceptaron voluntariamente el bautismo. Se calcula, que al llegar el siglo XV casi la mitad de la poblacin juda fue forzada a convertirse; a los judos se les quitaban sus derechos y autonoma judicial y se los aislaba en las llamadas juderas especiales. A las sinagogas se las rebautizaba como iglesias cristianas.

    Los convertidos al cristianismo y aun sus remotos descendientes, eran conocidos

    entre los judos con el nombre de anusim (forzados); o sea, personas a quienes se obligara a adoptar la religin dominante. El resto de la poblacin los llamaba conversos o

    cristianos nuevos, para distinguirlos de la poblacin general, los cristianos viejos. Pero a los cristianos nuevos se los llamaba comnmente marranos, viejo trmino espaol, que data de comienzos de la Edad Media y significa cerdo. Aplicado a los recin convertidos, al principio irnicamente, debido a su aversin a la carne del citado animal, volvise, por ltimo, un trmino general que se extendi a todas las lenguas de Europa Central.9 As, los marranos, son aquellos judos, que convertidos al cristianismo forzadamente, practicaban en secreto su religin, por temor a ser atrapados por el Tribunal de la Inquisicin y morir en la hoguera.

    Sin embargo, a medida que los judos se alejaban de sus orgenes y se convertan al cristianismo, identificndose con la sociedad catlica e incorporndose a las funciones que

    antes como judos les eran vedadas, ms creca la adversidad en su contra.

    8 LEWIN, Boleslao. 1960. Los judos bajo la Inquisicin en Hispanoamrica. 2. ed. Buenos Aires,

    Argentina, Editorial Ddalo. p. 11. 9 BOHM, Gnter. 1948. Los judos en Chile durante la colonia. 1. ed. Santiago, Chile, Editorial Imprenta el

    Esfuerzo. p. 53.

  • 24

    En el ao 1474 se casaron Fernando de Aragn e Isabel de Castilla y el imperativo de unidad religiosa se hizo ms patente. En noviembre de 1478, a pedido de la pareja real, el Papa Sixto IV dict la Bula, que fund la Inquisicin en Espaa y en 1480 se instal el Primer Tribunal en Sevilla. As, el 6 de febrero de 1481 se realiz en el quemadero de Sevilla el Primer Auto de Fe, en el cual se quemaba vivo a aquellos judos conversos, que practicaban su judasmo en forma oculta. Los bienes confiscados pasaron a los reyes. Se establecieron tribunales en Crdoba, Jan, Ciudad real, Toledo, Zaragoza, entre

    otros. Se cre el Consejo Supremo de la Inquisicin, y el cargo de Inspector general recay en Toms de Torquemada.

    A fines de 1491 se entreg Granada y el 2 de enero de 1492 entraron los reyes en ella. Con ello se sell la solucin al problema de la unidad religiosa.

    El establecimiento de la Inquisicin agrav la situacin de los judos conversos, ya que contra ellos estaba dirigida especialmente. A todos los cristianos se les impuso la obligacin de denunciar a los que llamndose cristianos nuevos continuaran practicando su religin juda en secreto. Los acusados no slo deban confesar sus propios pecados, sino que tambin deban denunciar a parientes y amigos judaizantes. Cabe precisar, que adems de los judos, el Tribunal de la Inquisicin se dedic a perseguir todas las acciones catalogables bajo el rtulo de hereja.

    Finalmente, una vez lograda la unidad religiosa en todo el reino de Espaa, los reyes Fernando e Isabel decretaron el Edicto de Expulsin de todos los judos, que no se hubiesen convertido al catolicismo, el da 3 de marzo de 1492.

    A continuacin un fragmento del Edicto de Expulsin (se encuentra completo en anexos):

    ...Por ende Nos en consejo parecer de algunos perlados grandes caballeros de nuestros reynos de otras personas de ciencia conciencia de nuestro Consejo, aviendo avido sobre ello mucha deliberacin, acordamos de mandar salir todos los judos de nuestros reynos, que jams tornen, ni vuelvan ellos, ni alguno dellos; sobre ello mandamos dar esta nuestra Carta, por la qual mandamos todos los judos judas de qualquier edad que seyan, que viven moran estn en los dichos reynos seoros, ansi los naturales dellos, como los non naturales que en qualquier manera sombra ayan

  • 25

    venido esten en ellos, que fasta en fin de este mes de Julio, primero que viene deste presente ao, salgan con sus fijos fijas criados criadas familiares judos, as grandes como pequeos, de qualquier edad que seyan, non seyan osados de tornar ellos de viniendo nin de paso, nin en otra manera alguna; s pena que, si lo non ficieren cumplieren as, fueren fallados estar en los dichos nuestros reynos seoros venir ellos en qualquier manera, incurran en pena de muerta confiscacin de todos sus bienes, para la nuestra Cmara fisco.10

    A pesar del alto cargo de Isaac Abrabael, Ministro de Hacienda del reino, Fernando e Isabel, no tuvieron piedad con l, e igual como el resto de los judos debi abandonar Espaa para no someterse al bautismo.

    ... y en el ao 5252 (es decir, 1492 de la era comn) conquist el rey de Espaa todo el reino de Granada y la gran ciudad de Granada, populosa y seora entre los reinos. Y en medio de su podero y de su soberbia fue dominado por el nimo de que deba algn reconocimiento a su Dios, y se dijo en su corazn: Cmo complacer a mi Dios por haberme ceido de fuerza para vencer? Cmo agradecer a mi Creador por haber entregado en mis manos esta ciudad, si no sometiendo bajo sus alas al pueblo errante de Israel, haciendo retornar a su ley y a su fe a la hija descarriada? O bien, desterrndolo de delante de mi faz a una tierra extraa, para que no siga residiendo en mi pas y no comparezca ante mis ojos.

    Mientras me encontraba en la corte del rey cnseme clamando, secseme mi garganta y habl tres veces con el soberano y con mi boca le supliqu dicindole: Socrrenos, oh rey! Por qu has de tratar de este modo a tus siervos? Aumntanos las gabelas y los impuestos y todo lo que posee cada varn de Israel lo entregar en aras de su pas. Mas l, cual sorda sierpe, cerr sus odos, sin retroceder ante nada, y la reina, como un espritu del mal, permaneca a su diestra

    Y desfallecido, sali el pueblo en medio del cual yo tambin me encontraba, en nmero de trescientos mil viandantes, entre jvenes y ancianos, nios y mujeres, en un solo da, desde todos los rincones del reino. Y anduvieron caminando en la incierta direccin

    10 MATUS, Mario. 1993. Tradicin y adaptacin: vivencia de los sefarades en Chile. 1. ed. Santiago, Chile,

    Editorial Comunidad Israelita de Chile. pp. 31 a 33.

  • 26

    del viento... Una parte se dirigi a los reinos de Portugal y de Navarra, prximos a ellos. Y padecieron angustias, penurias y tinieblas y fueron vctimas de grandes males. Y yo tambin escog el camino de estos ltimos, el camino de un barco en medio del mar....11

    Se calcula que fueron aproximadamente 200.000 los judos que salieron de Espaa, pero no se considera en esa cifra a los cerca de 250.000 judos conversos que partieron junto a ellos.

    La mitad de los judos expulsados se fueron a Portugal para seguir practicando su fe, desde donde tambin seran desterrados, cuando Manuel, el rey de Portugal, establece buenas relaciones con Fernando el catlico y tambin procede en el ao 1495, a expulsar a todos los judos recin llegados, junto con los que habitaban en su pas.

    As, los judos, tuvieron que emigrar a otras tierras, como Italia, Turqua, Holanda, entre otras. Muchos, llegaron al continente americano recientemente descubierto. Algunos grupos se radicaron en Brasil, donde posteriormente se los oblig a convertirse al cristianismo. Los descendientes de estos judos y de los judos conversos, desempearon un papel activo e importante en la colonizacin de Amrica Latina y, todava existen descendientes de estos judos conversos espaoles y portugueses, mucho de los cuales pertenecen a las grandes familias de la aristocracia criolla, como veremos ms adelante.

    Otro ncleo muy importante de judos se desplaz a lo largo del mediterrneo y al norte de frica. Pero fue en el Imperio Turco Otomano donde fueron mejor recibidos. Cuando se supo de la expulsin, el sultn Bayaceto habra lanzado el siguiente decreto a los judos: Escuchad, descendientes de hebreos que vivs en mi pas; que vengan a Constantinopla todos los que quieran y que los salvados de vuestro pueblo encuentren aqu su reparo.12 Los judos que se instalaron en el Imperio Turco mantuvieron el idioma ladino, las costumbres espaolas, el amor por Sefarad (Espaa) y su judasmo, ya que se les permiti mantener su culto. A estos judos se los denomina sefarades, y sus descendientes en los inicios del siglo XX llegarn a nuestro pas, como veremos ms

    adelante.

    11 Bohm. Op. cit., p. 14.

    12 Matus. Op. cit., p. 36.

  • 27

    2.1.4. La participacin de judos conversos en el viaje de Cristbal Coln al Nuevo Mundo

    En medio del clima recin descrito, con el establecimiento de la Inquisicin en Espaa, se puede comprende fcilmente el inters extraordinario demostrado por los judos conversos en la expedicin de Cristbal Coln, con la esperanza de canalizar el xodo de los perseguidos hacia tierras nuevas, donde podran rehacer sus vidas, recobrar la libertad y

    practicar el judasmo. Cabe mencionar que Cristbal Coln nunca pens en descubrir un nuevo continente,

    sino que pretenda encontrar una va martima ms rpida para llegar a la India, lugar con el que se practicaba un intenso comercio y en el que se saba que coexistan distintos credos sin mayores dificultades.

    Fue un judo converso, Luis de Santngel, secretario racional de la corona de Aragn, junto con Juan de Cabrera, judo converso chambeln del rey, quienes abrieron el camino a Cristbal Coln hacia la corte.

    As lo destaca el padre Bartolom de las Casas en su Brevisima relacin de la destruccin de las Indias, cuando se refiere al valor decisivo de la intervencin de

    Santngel cerca de la reina de Castilla, cuando ya sta se haba desentendido por segunda vez de toda relacin con el proyecto de Coln.13 A Santngel Cristbal Coln le enva la primera noticia sobre el descubrimiento de las Indias. Y no a los reyes.

    Pero los judos no solamente fueron los protectores de Coln, si no que tambin fueron los que le proporcionaron los datos cientficos necesarios para su gran empresa. El Almanaque Perpetuo, escrito por el astrnomo y profesor de la Universidad de Salamanca y Zaragoza, Abraham Zacuto, fue de gran utilidad para Coln, que hace referencia a l en sus memorias. Igualmente tiles fueron los trabajos del Maestre Jaime de Mallorca, el judo de las brjulas y de su padre, Abraham Cresques, autor del Atlas Cataln. Entre otros.

    Tambin, encontramos a judos conversos que tomaron parte personal en la expedicin de Coln. Tenemos al Maestre Bernal, mdico a bordo, y el cirujano Maestre Marco; otro judo converso es Rodrigo Snchez de Segovia, Tesorero de la Armada,

    13 Bohm. Op. cit., p. 15.

  • 28

    designado por la reina Isabel; el interprete Luis de Torres, es el primer judo en el continente americano en manifestar abiertamente su fidelidad a la religin de sus ancestros y Rodrigo de Triana, a quien se le atribuye haber visto por primera vez tierra americana, entre otros.14

    2.1.5. Judos conversos en las colonias espaolas

    En las colonias espaolas el proceso del dominio de las tierras fue lento, pero a

    medida que aumentaban las expediciones y las conquistas, se introduca un nmero cada vez ms importante de judos conversos, los cuales se cuidaron mucho de no ser descubiertos en su origen judo. Ya que la entrada a estas colonias estaba vedada a los que no gozaban de pureza de sangre o a los que siendo judos no se hubiesen convertido al cristianismo.

    Por esto, se comprende que el certificado de bautismo era un documento indispensable para embarcarse hacia el Nuevo Mundo. En el caso de los judos conversos, se los denominaba cristianos nuevos.

    As, el paso a estas tierras se realiz alterando la identificacin, para disimular un origen que involucraba persecucin. Cualquier judo espaol o portugus, al convertirse al cristianismo, tena que tomar un apellido nuevo sustituyendo su nombre propio hebreo por un nombre del santoral catlico y cambiando su apellido por otro espaol. Algunos reciban nombres beatficos como Santa Mara, San Martn, Santngel, Santa Cruz, Santa Clara, etc. Otros reciban un apellido cualquiera, a veces bastante ridculo, como Cabeza de Vaca, que lleva el famoso explorador espaol. Del mismo modo les servan de apellidos los nombres de ciudades, por ejemplo: Madrid, Toledo, Salamanca, etc.

    La precaria situacin de los judos conversos que llegaban a Amrica se comprende en el siguiente edicto de la reina Juana de Castilla, en el ao 1511:

    Por cuanto yo he sido informada que en la Isla Espaola las otras islas, India Tierrafirme del Mar Ocano se han pasado se pasan destas partes muchos hijos nietos de quemados expresamente defiendo que agora ni de aqu en adelante, tanto cuanto mi

    14 Ibid, p. 17.

  • 29

    merced voluntad fuere, por lo que a mi toca, que ningunos nin algunos nietos ni fijos de quemados no puedan tener ni tengan, ni usen ni exerciten por s, por ninguna va, directa ni indirecta, ningunos de los oficios reales ni pblicos, ni concejales ni otros algunos.15

    Ya en el ao 1515, un judo converso, Pedro de Len, fue trado de regreso con su familia desde las Indias para ser juzgado en Sevilla. Cuatro aos despus, el Supremo Tribunal de Espaa nombr inquisidores para las colonias americanas. En el primer grupo

    de vctimas figuraba Hernando Alonso, el conquistador, quemado en la hoguera en 1528, durante el primer Auto de Fe celebrado en el Nuevo Mundo.

    A pesar de lo anterior, salvo casos excepcionales, los conversos o cristianos nuevos en un principio no sufrieron mayormente de la Inquisicin. Fueron tiempos de aparente tranquilidad. Tenan gran facilidad para movilizarse en el Nuevo Mundo. Hasta que en el ao 1570 lleg a Lima el inquisidor espaol Servn de Cerezuela para fundar el Tribunal del Santo Oficio en esta ciudad y el resto del reino. Lo mismo sucede en Mxico en el ao

    1571. Entre los edictos publicados por el Santo Oficio encontramos el siguiente que nos

    hace notar un profundo conocimiento de la vida de los judos conversos en Amrica: Os mandamos denunciar ante Nos, si sabis u habis odo decir que algunas

    personas hayan guardado los Sbados, en observancia de la Ley de Moiss, vistiendo en ellas camisas limpias u otras ropas mejores, poniendo en la mesa manteles limpios y echado en las camas sbanas limpias por honra de dicho sbado, no haciendo lumbre ni otra cosa en l guardndolo desde el viernes en la tarde (...) O que hayan ayunado el ayuno mayor que los judos llaman del perdn, andando aquel da descalzos. O si rezasen oraciones de judos (...) O si esperasen el Mesas (...) O si cuando nacen las criaturas las circuncidan y ponen nombres judos. O si les lavasen, despus de bautizarlos, el sitio donde se puso el leo y crisma. O si algunos estn casados al modo judaico (...) O si alguno ha dicho que tan buena es la ley de Moiss como la de Cristo.16

    15 Matus. Op. cit., p. 45.

    16 Bohm. Op. cit., pp. 21 a 22.

  • 30

    Con el establecimiento del Tribunal del Santo Oficio en Lima y en Mxico, se celebraron Autos de Fe masivos, que eliminaron a una parte importante de la presencia juda de Amrica Hispana. Los Tribunales dependan en forma directa del Consejo de la Santa y General Inquisicin de Espaa y tenan jurisdiccin en toda la extensin de sus respectivos Virreinatos. En el caso de Lima, bajo su mando quedaba todo el territorio perteneciente a la corona espaola desde Per hasta el sur de las actuales repblicas de Argentina y Chile. En 1610 se agreg un tercer Tribunal con sede en Cartagena de Indias.

    Sin embargo, mientras los judos conversos no fueron descubiertos en su origen, pudieron formar ncleos importantes, destacndose en diversas actividades. Ocupaban cargos, desde los ms humildes, como criados arrieros, agricultores o mineros, pero tambin en las ms encumbradas, desempeado funciones de Gobernadores, administradores, secretarios de Obispados, constructores, cirujanos o artesanos, labores relacionadas con el comercio, las finanzas, la medicina. Y exista un nmero considerable

    de eclesisticos.17 De varios cristianos nuevos leemos en las actas de la Inquisicin, que pertenecan a

    lo ms granado de la ciudad. Los vemos en la Universidad, en la Administracin, en la literatura, en las profesiones liberales, pero los vemos tambin en las diversiones y en la vida de holganza de la aristocracia.

    Pero de ninguna manera pudieron organizarse y formar comunidades judas. Si queran practicar su religin, lo deban hacer siempre en secreto. Y mantenerse dispersos, sin ser libres en su religin, como tal vez soaron al salir de Espaa...

    Salvo contadas excepciones, su judasmo consista en los recuerdos que haban logrado conservar a travs de las prcticas de un judasmo subterrneo, ejecutado en stanos y lugares apartados, mientras hacan en pblico ostentacin de buen cristianismo. No obstante la extraordinaria fidelidad que demostraron a la religin de sus antepasados sus

    conocimientos de ella se haban mezclado con las prcticas cristianas de todos los das y

    17 Ibid, p. 23.

  • 31

    sus verdaderas costumbres judas y las enseanzas de la doctrina de la religin deben haber sido rudimentarias.18

    2.1.6. Cristianos nuevos en el reino de Chile

    Como menciona Gnter Bohm, en su artculo Cuatro siglos de presencia juda en Chile, la presencia de judos o de judeo conversos est documentada desde 1535, ao en que un pequeo ejrcito al mando de Diego de Almagro march hacia Chile desde el Cuzco. A lo menos uno de los participantes de esta expedicin, Rodrigo de Orgoos -hijo de un modesto zapatero de Oropesa-, era hijo de converso y pereci en la batalla de Las Salinas combatiendo al lado de Almagro.

    Dado que el certificado de bautismo era un certificado indispensable para llegar al Nuevo Mundo, los judos que adoptaron la conversin voluntariamente o en forma forzosa, aparecan en la documentacin oficial como cristianos nuevos, a diferencia de los cristianos

    viejos que podan demostrar que no contaban entre sus familiares ms cercanos a ninguna persona de origen judo. Todas las denuncias annimas o de personas identificables, como tambin todos los procesos que afectaban a los problemas de la fe, eran celosamente guardados por los Tribunales del Santo Oficio de la Inquisicin, tanto en la pennsula ibrica como en las colonias de ultramar, lo que permiti conocer con absoluta certeza, ya en aqulla poca y durante los perodos posteriores, el origen de muchos personajes coloniales que intentaban ocultar su ascendencia juda, para poder vivir en un plano de igualdad social y profesional.19

    Como explica el autor, una vez fracasada la expedicin de Almagro, se inicia en el

    ao 1540 la segunda expedicin a Chile, al mando de Pedro de Valdivia. Entre sus compaeros se encontraba Diego Garca de Cceres, amigo fiel y albacea del fundador de

    Santiago. Su origen judo se menciona por primera vez en el ao 1619, cuando aparece en la ciudad de Lima un libro genealgico titulado La Ovandina, el que fue requisado por el

    18 FIEDLANDER, Gnter. 1966. Los hroes olvidados. 1. ed. Santiago, Chile, Editorial Nacimiento. p. 40.

    19 BOHM, Gnter. 1983. Cuatro siglos de presencia juda en Chile. Revista Chilena de Humanidades,

    Facultad de Filosofa, Humanidades y Educacin, Universidad de Chile (Santiago, Chile) N4: p. 94.

  • 32

    Tribunal del Santo Oficio, y provoc un gran escndalo, pues daba a conocer el linaje de muchas familias importantes que estaban tenidas y opinadas por confesas y no limpias en este reino.20 Pasaron tres siglos antes que se descubriera la documentacin original correspondiente a la informacin levantada en Espaa en 1620, relacionada con Diego de Garca y sus familiares ms cercanos.

    El Alguacil de la Catedral de Plasencia afirmaba que Diego Garca de Cceres fue de esta ciudad de Plasencia al descubrimiento de Chile, donde fue Capitn, y cuando se fue de esta tierra no se deca de Cceres como agora lo nombran, y que tiene por muy cierto era natural de esta ciudad, porque en ella le conocen muchos parientes y ninguno de ellos es cristiano viejo ni limpio, sino que todos descendientes de judos y por tales habidos y tenidos en esta ciudad y comnmente repudiados.21 Este es un ejemplo de cmo se guardaron los archivos del Tribunal Inquisicin y hasta donde tenan conocimiento de quienes eran judos o judos conversos.

    Cabe destacar que entre los descendientes de Diego Garca de Cceres se cuentan a Diego Portales y Jos Miguel Carrera.22

    Otro judo converso que lleg al reino de Chile fue Francisco de Gudiel, en el ao 1543. De l afirma en una carta Hernando de Ibarra que estaba aguardando la venida del Mesas.23 Tambin estn documentados Pedro de Omepezoa, Alonso Alvarez, Juan Serrano y Pedro de Salcedo.

    El importante conquistador y Gobernador del reino, Francisco de Villagra, tena entre sus antepasados un familiar judo, su abuela, Isabel Madurra, lo que, sin embargo, no le impidi entrar a la orden de Santiago.

    20 Ib.

    21 Ib.

    22 Ibid, p. 95.

    23 BOHM, Gnter. 1963. Nuevos antecedentes para una historia de los judos en Chile colonial. 1. ed.

    Santiago, Chile, Editorial Universitaria. p. 20.

  • 33

    Con estos pocos ejemplos mencionados se puede desprender con qu facilidad los judos conversos podan movilizarse por el Nuevo Mundo. Situacin que dur hasta el ao 1570, cuando se establece el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisicin en Lima, como mencionamos anteriormente.

    En el reino de Chile, no funcion un Tribunal, slo actuaban comisarios, que con el

    auxilio de notarios y alguaciles reciban las denuncias, realizaban las primeras indagaciones y luego remitan el expediente a Lima, donde se segua el proceso y se fallaba. Las

    dificultades para desplazarse y residir en sus ciudades no constituy mayor problema, salvo algunas denuncias u rdenes de apresamiento que perseguan a algn recin llegado o residente del pas.

    Como menciona el autor, un caso destacado fue el del joven judo Luis Duarte de Portugal, cuyo padre fue condenado por el Santo Oficio en el ao 1597. Para despistar en su origen judo, Luis Duarte cambi su apellido por el de Luis Noble, lo que no le salv de la denuncia de cuatro personas que testificaron ante el inquisidor de Buenos Aires que nunca lo haban visto rezar ni rosario y todos lo llamaban el judo.24 Debido a esta acusacin, huye a Tucumn y se establece en Per. En el ao 1608 ingres con la tropa que envan desde el Callao como refuerzo a Chile. Tan pequeo era el nmero de soldados que

    pensaban viajar, que apenas se logr juntar a 240 hombres. Se comprende, por lo tanto, que nadie pensaba investigar a Luis Noble por su origen judo y si actualmente se conocen estos antecedentes se debe al proceso al que fue sometido a su regreso desde Chile, donde qued herido de un brazo, y al no disponer de medios para sobrevivir, rob una cruz de plata en una Iglesia en el Callao.

    Este ejemplo nos demuestra la facilidad con que los judos conversos podan viajar al reino de Chile, sin que el comisario del Tribunal de la Inquisicin de Santiago se molestara en investigar su origen.

    Pero distinto era el caso si un converso se declaraba abiertamente como judo, ya que si lo haca era detenido e interrogado en Santiago y posteriormente enviado al Tribunal

    de la Inquisicin en Lima.

    24 BOHM, Gnter. 1983. Cuatro siglos de presencia juda en Chile. Revista Chilena de Humanidades,

    Facultad de Filosofa, Humanidades y Educacin, Universidad de Chile (Santiago, Chile) N4: pp. 95 a 96.

  • 34

    El caso ms dramtico fue el del cirujano Francisco Maldonado de Silva, quien se declar pblicamente como judo e intent convertir a sus hermanas, las que se haban criado como sinceras cristianas, y lo denunciaron al comisario del Santo Oficio de Santiago.

    En enero de 1639 en la ciudad de Lima, se realiz el Auto de Fe ms grande de Amrica del Sur, donde Francisco Maldonado de Silva fue quemado vivo por judaizante, nica vctima del reino de Chile que sufri esa espantosa muerte durante el perodo

    colonial.

    Fue denunciado y detenido en el reino de Chile, debi comparecer ante el comisario de Santiago al ser acusado de adherir a la Ley de Moiss, fue procesado por el Santo Oficio y finalmente quemado vivo en la hoguera en la ciudad de Lima, tras doce aos de confinamiento. Por su alta importancia, este destacado caso se encuentra explicado detalladamente en anexos.

    Se conocen, adems, otros casos que se remontan a ese perodo, pero que no

    terminaron tan trgicamente. Por ejemplo, se encuentra Marcos Rodrguez, de Santiago, a quien se le denunci de haber afirmado que hacia Dios cosas que no estaban bien hechas. Juan de Oropesa, de La Imperial, fue acusado al vicario del pueblo por ciertas expresiones vertidas. Juan de Balmaceda fue testificado en Concepcin, por el mes de agosto de 1612, de que hallndose una noche en presencia de otros soldados haba dicho que Dios no tena Hijo. Francisco de Gudiel y Alonso Alvarez, de Concepcin, fueron acusados por aguardar la venida del Mesas. 25 Entre otros.

    Pero en la mayora de estos casos el Tribunal fall con incautacin de bienes o con penas de crcel, pero no se lleg a casos tan extremos como el de Maldonado de Silva.

    A mediados del siglo XVII comenzaron a disminuir los procesos, que el Tribunal de la Inquisicin arremeta en contra de judos y herejes en general. Ya en el siglo XVIII se inicia para el Tribunal un perodo de decadencia, que apresuraran las nuevas ideas

    25 BOHM, Gnter. 1963. Nuevos antecedentes para una historia de los judos en Chile colonial. 1. ed.

    Santiago, Chile, Editorial Universitaria. p. 25.

  • 35

    relacionadas con la ilustracin y el pensamiento liberal. A comienzos del siglo siguiente la institucin se extingue sin dejar rastros.

    La primera medida contra la Inquisicin en Chile fue tomada por el Congreso de 1811. Aun cuando no se atrevi a proceder con energa, resolvi al menos impedir -por ms

    que protestara el representante del Santo Oficio- que los recursos del pas sirviesen para el sostenimiento del tribunal limeo.26 Cuando las Cortes de Cdiz, el ao 1813, declararon

    abolida la Inquisicin en los dominios espaoles, se public en Santiago el decreto respectivo. En qu fecha concreta, fue abolida la Inquisicin no lo podemos decir, aunque tambin aqu la emancipacin poltica signific una mayor tolerancia religiosa y libertad de pensamiento.

    Podemos concluir que los judos conversos sufrieron un fuerte proceso de asimilacin cultural, lo cual signific que se convirtieran al catolicismo y la castellanizacin de sus apellidos. Estas familias, en su gran mayora, perdieron su identidad

    como judos. Tenan un lazo sanguneo que los una con su fe y cultura, pero esto no fue suficiente para afirmar su perteneca en ella, ni la de sus descendientes.

    Por lo cual, se puede afirmar, que durante la Conquista y la Colonia de Chile, hubo una importante inmigracin juda, que por su asimilacin con el pas, se hace imposible de cuantificar.

    Como ya mencionamos, esta inmigracin fue principalmente de judos conversos, que no se organiz en comunidades, debido a las difciles condiciones para sobrevivir como judos, por lo que fue una inmigracin, que no guard ninguna relacin con las posteriores inmigraciones judas. Fue una poblacin asimilada rpidamente, con cambio de apellidos, que evolucionaron constantemente hasta hacerse irreconocibles.

    26 Lewin. Op. cit., p. 47.

  • 36

    2.2. Inmigracin Juda a Chile en el Contexto del Ochocientos

    Durante la Independencia de Chile y luego de la abolicin del Tribunal del Santo Oficio, la entrada al pas estuvo abierta a inmigrantes que no profesaran la religin catlica -credo oficial de la Repblica-, sin embargo, no puede precisarse con total exactitud el

    arribo del primer judo al pas.27 Esto se debe a la falta de censos completos o de registros existentes en los primeros decenios del siglo XIX, que indiquen claramente la religin y el

    origen de todo extranjero, y a la escasa bibliografa sobre los judos en esa poca. Con la llegada de la Independencia, se rompe el vnculo con la Corona Espaola y el

    pas comienza a buscar nuevas libertades, como por ejemplo el permitir el culto a religiones distintas de la catlica y el abrirse a una nueva poltica inmigratoria, ya no slo desde la pennsula ibrica.

    Como menciona Mosh Nes El, en su libro Historia de la Comunidad Sefaradita en Chile, entre los creadores de la independencia chilena se encontraban criollos, que por su educacin o por sus viajes, eran afectos a las doctrinas de los filsofos del siglo XVIII, muy especialmente de Voltaire. Entre ellos se encontraba Bernardo OHiggins, hijo ilegtimo del Virrey del Per. El joven OHiggins se educ en Inglaterra, viviendo durante una poca en casas de judos.28

    Cuando Bernardo OHiggins llega al poder, ya en la Independencia de Chile, intent enfrentarse a la Iglesia en bsqueda de mayores libertades, de ah que el Director Supremo, hiciera numerosos actos en este sentido, como el crear un cementerio de disidentes en Valparaso, para personas que no fuesen de origen catlico. Tambin dio instrucciones al primer embajador chileno en Londres, al guatemalteco Antonio de Irrisarri, para promover

    27 BOHM, Gnter. 1990. Inmigracin juda a Chile durante los siglos XIX y XX. En Universidad Erlangen-

    Nrnberg. Chile: Historia, economa y cultura en la actualidad (Alemania) N9: p. 163. Un dato curioso de la presencia de judos en Chile, es la relacin que se dio entre Bernardo OHiggins en su

    niez y el judo portugus Albano Pereyra. Ambrosio OHiggins, coronel de caballera en esos entonces y luego Gobernador del reino de Chile, al no poder casarse con una mujer de su distrito (ya que si lo haca corra el riesgo de perder el cargo que desempeaba) debi ocultar la existencia de su hijo Bernardo. Por esto fue criado en sus primeros cuatro aos de vida por la familia Riquelme. Pero luego fue trasladado a la casa del judo portugus Juan Albano Pereyra, ntimo amigo de Ambrosio OHiggins, donde vivi por varios aos, hasta que los rumores de su existencia se extendieron en la villa de Talca (BOHM, Gnter. 1963. Nuevos antecedentes para una historia de los judos en Chile colonial. 1. ed. Santiago, Chile, Editorial Universitaria. pp. 80 a 82). 28

    NES EL, Mosh. 1984. Historia de la Comunidad Israelita Sefarad. 1. ed. Santiago, Chile, Editorial Nacimiento. p. 28.

  • 37

    la emigracin irlandesa, por medio de los barcos balleneros que directamente vengan al Pacfico, y se esforzar porque suceda lo propio con los suizos, que hoy lo hacen en gran nmero a los Estados Unidos en esta inmigracin sern comprendidos los ingleses y cualquier otra nacin sin serle obstculo su opinin religiosa.29

    Pero estas medidas, al igual que otras, fueron en su mayor parte transitorias, ya que

    prevaleci el sentimiento religioso, por sobre las nuevas ideas. Si bien es cierto, que el cementerio de disidentes se qued, un proyecto por una inmigracin no catlica o disidente

    masiva fue postergada casi en un siglo. Todas las constituciones que tuvo Chile durante el siglo XIX, declararon al pas como

    catlico, apostlico, romano, y con excepcin de la constitucin de 1828 de corta duracin, el resto hablaban de excluir a cualquier otro culto. Slo en 1865, y como resultado de las divergencias entre el partido Conservador y el Liberal, sobre las relaciones entre Iglesia y el Estado, se reform la Constitucin de 1833 y se agreg el permiso para dedicarse a otros cultos que no fueran catlicos, pero en forma privada.30

    Este proceso iniciado en 1865 contina con una serie de leyes, que llevaron a disminuir el poder de la Iglesia, as en 1871 el presidente Santa Mara presenta la Ley de Cementerios Laicos, que provoca una fuerte oposicin catlica. La ley se aprueba en el Parlamento en

    1877 y se promulga en 1883. Tambin la Ley de Matrimonio Civil fue presentada al parlamento en 1876 y fue promulgada en 1884. Todas estas reformas constitucionales fueron abriendo las puertas a una mayor libertad de culto y a la llegada de inmigrantes no catlicos.

    Chile, que haba sido un pas conservador en materia religiosa, tambin lo haba sido en materia de inmigracin, lo cual no era por una intolerancia a los extranjeros, sino ms bien por no poseer una poltica clara y firme en esta materia. Esto se debi, principalmente a lo remoto del pas, por las dificultades de transportes y por la relativa anarqua que vivi Chile

    desde 1818 a 1830.

    29 Ib.

    30 Ibid, p. 29.

  • 38

    2.2.1. La realidad de la inmigracin juda a Chile en el siglo XIX

    Para esta parte del estudio, nos basaremos en las importantes investigaciones, realizadas por el historiador Gnter Bohm, principalmente en su texto Inmigracin juda a Chile durante los siglos XIX y XX.

    En las primeras cuatro dcadas a partir de la Independencia, los recin llegados, se establecieron en su mayora en Valparaso, y slo una pequea parte continu su viaje a Santiago. En este perodo, pudieron haber llegado al pas los primeros judos, aunque es probable que se convirtieran al cristianismo. Para algunos el bautizo era una condicin indispensable para casarse en un pas cuya religin oficial era la catlica, para otros era necesario esta conversin, para poder desenvolverse en una sociedad colmada de prejuicios.31

    Pero es en la dcada de 1840, durante la administracin del Presidente Bulnes, cuando en el pas comienza una verdadera poltica inmigratoria. Esto se debi al deseo de imitar a Estados Unidos; el peligro de que potencias europeas tomasen posesin de Tierra

    del Fuego; al riesgo de litigios fronterizos con Argentina, y para fomentar la inmigracin a Chile, con el deseo de pacificar la Araucana, con una colonizacin masiva. Con tal de

    poblar los territorios e incrementar la produccin agrcola. As, hasta antes del ao 1840 fue muy poca numerosa la cantidad de judos, que se

    pudieron haber aventurado a llegar a Chile. Pero desde entonces, y en especial durante la dcada de 1850 a 1860, perodo de gran intercambio comercial de Chile con California en tiempo de la fiebre de oro, aparecen judos, principalmente desde Alemania y Francia, comerciantes o representantes de firmas exportadoras extranjeras. Desembarcan tambin en los puertos del sur de Chile algunos judos junto a los colonos alemanes. El florecimiento de algunas minas de plata en la zona norte del pas, en especial en los alrededores de

    Copiap, atrae a un pequeo grupo de judos de diversas nacionalidades europeas.32 Como menciona el autor, lo que caracteriza esta inmigracin juda, es el hecho de

    que sus miembros se integran dentro de las organizaciones sociales de los grupos

    31 BOHM, Gnter. 1990. Inmigracin juda a Chile durante los siglos XIX y XX. En Universidad Erlangen-

    Nrnberg. Chile: Historia, economa y cultura en la actualidad (Alemania) N9: p. 163. 32

    Ibid, p. 164.

  • 39

    extranjeros europeos residentes en Chile. Por esto, muchos de ellos figuran entre los fundadores de diferentes instituciones extranjeras.

    Las actas del Club Alemn de Valparaso, en 1842, mencionan a Hoplito Adler de Estrasburgo, quien junto al judo alemn Philip Calmann, fundan el Colegio Alemn de Valparaso, en 1857. Por estos aos llega un judo francs de apellido Cohen y abre una casa de modas.

    En 1850, se funda el Cuerpo de Bomberos La Germania, en Valparaso, donde la mayora de los voluntarios eran extranjeros. Entre ellos, haba muchos de origen judo, como Siegfried Mack, Martn Mack, Guillermo Adelsdorfer, Philip Calmann, H. Nathan y Manuel de Lima y Sola.

    Cabe destacar a Manuel de Lima y Sola, descendiente de una antigua familia sefaradita radicada en Curacao, quien llega a Valparaso en el ao 1844, como socio de una firma importadora de hamburguesas. Es uno de los fundadores del Colegio Alemn de esa ciudad, y en 1853 forma la primera logia francomasnica chilena, Unin Fraternal.

    En cuanto a la imagen del judo en Chile durante el siglo XIX, cabe observar que el fanatismo y la intolerancia religiosa afectan en general a todos los extranjeros no catlicos, que pasaron o se establecieron en el pas durante el siglo pasado. Constituye ello una herencia nefasta dejada por la rigidez del clero en la poca colonial y por el espectro an presente del abolido Tribunal del Santo Oficio de la Inquisicin.33

    En esta poca se emplea todava el trmino judo, tanto para denominar a protestantes y a judos. Para la poblacin portea, el Cerro Alegre de Valparaso, era El Cerro de los Judos, a pesar de que vivan tambin ingleses y norteamericanos.

    Desde el ao 1850, aumentan los inmigrantes judos que se dirigen, fundamentalmente, a Valparaso y Santiago, a la zona sur del pas, junto con la inmigracin alemana, y a las minas de Copiap.

    La mayora de ellos, se embarcaron en los puertos de Hamburgo y Bremen, junto a los inmigrantes alemanes que se dirigan al sur del pas o a Valparaso, al Callao o a San Francisco, California. Eran viajes largos, llenos de peligros, como, por ejemplo, la travesa

    33 Ibid, p. 166.

  • 40

    por el Estrecho de Magallanes. Otros viajeros pasaron antes a Nueva York, para proseguir el viaje por tierra, por Panam. Slo algunos judos se establecieron algn tiempo en Brasil o Argentina antes venir a Chile.

    Las razones que tuvieron estos judos para emigrar fueron de orden general y especial. Entre las primeras, estaban la difcil situacin econmica, que exista en Europa,

    debido a las malas cosechas, entre 1845 y 1850; cambios polticos despus de la Revolucin de 1848; atraccin por nuevas minas de oro en California y de plata en las

    cercanas de Copiap, y la bsqueda de trabajo en casas comerciales europeas establecidas en Chile. Pero tambin hay razones especiales que hacen que estos inmigrantes vinieran a nuestro pas, como fuertes rebrotes de antisemitismo, posteriores a la Revolucin de 1848, en los diferentes estados alemanes; para evitar el servicio militar, que impeda que los jvenes judos pudiesen practicar sus costumbres religiosas, y por la imposibilidad de encontrar trabajo en Alemania y Austria respecto a algunas profesiones, como la medicina, ya que los hospitales no contrataban a mdicos que no profesasen religiones cristianas.34

    Como menciona el autor, por estos aos, se encuentra en Santiago al primer mdico judo, el doctor Pedro Herzl. Trabaja en un principio en el Dispensario Yungay, y se ofrece en 1855 para dictar clases gratuitas de anatoma patolgica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, de la cual fue aceptado como miembro cuatro aos ms tarde. Su casa fue centro de reunin para extranjeros que pasaban por Chile en esos aos. Como por ejemplo, el investigador austriaco doctor Karl von Scherzer, y el violinista hngaro de origen judo Miska Hauser, quien realiz diversos recitales en Chile.

    El 13 de febrero de 1854 destaca El Mercurio de Valparaso en su Crnica Local, la llegada de Miska Hauser, clebre violinista de quienes hablan con entusiasmo los diarios de Estados Unidos, de California y ltimamente de Lima. Sabemos que se prepara para dar algunos conciertos en Valparaso....35

    Cabe destacar que los inmigrantes judos tambin participaron de la colonizacin del sur del pas, que se inici en 1846 y que tom cuerpo, sobretodo, entre los aos 1850 y

    34 Ibid, p. 167.

    35 BOHM, Gnter. 1978. Artistas judos en el siglo XIX. Revista Judaica Iberoamericana, Centro de Estudios

    Cultural Judaico, Facultad de Filosofa, Universidad de Chile (Santiago, Chile) N2: p. 10.

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    1860, con el comienzo de la inmigracin alemana a las provincias del sur, territorios en gran parte deshabitados.

    Estos inmigrantes judos alemanes fueron reconocidos como parte de la colectividad alemana, pudiendo incluso ser enterrados en sus cementerios, sin importar la religin. Tratndose de inmigrantes alemanes liberales que huyeron despus de la

    Revolucin de 1848, creemos que haba entre ellos un clima de tolerancia. La mayor parte de estos judos ya venan imbuidos en las ideas de la asimilacin y de ah que casi no quedaran vestigios tnicos de ellos.36

    Tuvieron una participacin activa en la fundacin y en la direccin de instituciones. El judo inmigrante de un pas centro-europeo es aceptado en grupos de connacionales con menos prejuicios que en su pas de origen, lo que se debe, indiscutiblemente, a la situacin inicial de las colectividades forneas que deben vivir como minoras en ambientes, a veces, bastantes fanatizados.37

    Estos inmigrantes judos no se agruparon, ni crearon instituciones o comunidades ligadas al judasmo. Se integraron con el total de los extranjeros, por lo cual no es posible conocer el nmero exacto de judos que llegaron en esa inmigracin, pero es de suponer, que la participacin juda fue importante.

    Dentro de esta corriente inmigratoria, se ha logrado identificar a una serie de colonos de origen judo-alemn que se establecieron en el sur del pas. Los datos ms completos corresponden a los de la Cuidad de La Unin.

    Entre 1850 y 1851 se dirigieron algunos inmigrantes a la llamada Pampa de Negrn, donde se les concedi algunos centenares de cuadras de terreno donde radicarse. Entre ellos estaban Moritz Levy, primer boticario de la ciudad, y los comerciantes Jacob y Heinrich Herzberg, siendo cofundadores del Club Alemn, del Colegio Alemn y del Cuerpo de Bomberos del lugar.

    En 1850, en Valdivia, encontramos a Ludwing Moser, quien llega a Chile en el barco hamburgus Hermann, y se convirti a la religin catlica para poder contraer

    matrimonio. En el mismo barco viajaba Francisco Kaskel, de Berln, quien en 1851 abandona Valdivia para buscar trabajo en Ancud, y despus se desempea como primer

    36 Nes El, Op. cit., p. 31.

    37 BOHM, Gnter. 1982. Inmigracin juda a Chile durante el siglo XIX. Revista Chilena de Humanidades,

    Facultad de Filosofa, Universidad de Chile (Santiago, Chile) N1: p. 73.

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    mdico de los colonos alemanes en el llamado territorio de Colonizacin de Llanquihue, zona del actual Puerto Montt. Ms tarde realiz funciones de cirujano en el bergantn Janequeo de la Armada de Chile. Y luego, desempe el mismo cargo en el barco de guerra Esmeralda, en el cual viajaba en 1868 al Callao, a traer los restos del Capitn General Bernardo OHiggins, fallecido en Per.38

    Desembarcaron, tambin, en Valdivia, otros inmigrantes judos, como el joven de apellido Jonassohn, Samuel Juliusberg, y Theodor Cahen, comerciante de Hamburgo.

    Desde Alemania, llega a Chile en 1854, Salomn Goldenberg, primero a Valparaso y luego a Chilln, donde fue presidente del Club Alemn. En 1859 llegan dos sobrinos suyos, Benjamn y Carl Goldenberg, con los cuales abre un almacn. Luego con la llegada de nuevos familiares, ampla las actividades comerciales.

    Esta familia intent mantener las tradiciones religiosas, trayendo a su nueva patria, los primeros libros de rezo ashkenaz. Mauricio Sealtiel, judo sefarad, viaj a Chile con el primer libro de rezos del rito sefarad.

    Hasta la colonizacin del sur de Chile tambin llegaron destacados artistas. Por

    ejemplo, en 1885, lleg a Valdivia, J. Sterne, virtuoso en el Copofn o Glass-Euphonium, quien dio un recital en beneficio del Colegio Alemn de la ciudad. Se instala por un corto

    tiempo en Osorno. Si bien es cierto que el nmero de inmigrantes judos de origen alemn fue

    relativamente pequeo durante el perodo de colonizacin del sur de Chile, puede asegurarse que la convivencia con sus compatriotas no judos se llev siempre en buenos trminos motivada, sobre todo, por la necesidad general de organizarse en un mundo extrao, de costumbres desconocidas y bajo una justicia que no siempre se aplicaba en forma debida.39

    En forma paralela a la inmigracin a la zona sur, una serie de extranjeros llegaron hasta Copiap, cuando empezaron a ser explotadas las minas de oro, plata y cobre, en la

    provincia de Atacama. Entre estos, encontramos a varios inmigrantes judos, dedicados al

    38 BOHM, Gnter. 1990. Inmigracin juda a Chile durante los siglos XIX y XX. Universidad Erlangen-

    Nrnberg. Chile: Historia, economa y cultura en la actualidad (Alemania) N9: p. 171. 39

    BOHM, Gnter. 1971-1972. Judos en Chile durante el siglo XIX, citado en Comunidades judas de Latinoamrica. 1. ed. Buenos Aires, Argentina, Editorial Candelabro. p. 359.

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    negocio de las minas o al comercio de la zona. Como por ejemplo, Adolfo Alexander e Isidoro Callamann, en 1852, dueos de una mina de plata en el mineral de Tres Puntas, y David Levingston, quien se establece con una fundicin de cobre en Caldera.

    El doctor judo Germn Schwabe, tambin reside en esta zona. A Martn Levison, de Dinamarca, lo encontramos dedicado al negocio de las minas. Once aos ms tarde, el

    Presidente de la Repblica de Chile, Jos Joaqun Prez, acepta con su firma, en el documento correspondiente, el nombramiento de Levison como Vicecnsul de su patria en

    Copiap, siendo l, por lo tanto, la primera persona de origen judo en servicio diplomtico extranjero en el pas.40

    Como menciona Gnter Bohm, en su texto Judos en Chile durante el siglo XIX, el viajero y aventurero alemn Paul Treutler explica en sus crnicas de viajes, un episodio que afect la vida de los judos residentes en Copiap, el cual forma parte de los graves conflictos que culminaron en una abierta lucha religiosa bajo la segunda administracin del presidente Manuel Montt, a finales de 1852, y que provocaron la expulsin del Arzobispo de Santiago, Rafael Valentn Valdivieso.

    Este prelado de la Iglesia chilena era autor del siguiente edicto: A todos universalmente ordenamos (...) que hagan ante Nos o ante nuestros covisitadores, la denuncia de los que por hecho o palabra sean sospechosos de hereja, excomulgados o que de alguna manera perviertan las costumbres, exhortando y rogando en el Seor a todo aquel que tuviese que comunicarnos cualquier asunto, se desnude de toda pasin y mire en lo que hace nicamente la gloria del Seor.41

    Este edicto impreso, repartido en las calles de la ciudad, el 24 de diciembre, cuando la mayora de los mineros haba llegado a Copiap para celebrar la Navidad, aument el pnico entre los extranjeros protestantes y judos, quienes buscaron refugio en la casa de un reputado dueo de minas.

    La ayuda que recibieron los asustados perseguidos, se debi, principalmente, a un artculo publicado en el diario El Copiapino, que repudiaba el edicto: hiriendo el presente edicto de muerte el buen sentido, la civilizacin y la gloria del Seor, cuya majestad invoca

    40 BOHM, Gnter. 1990. Inmigracin juda a Chile durante los siglos XIX y XX. Universidad Erlangen-

    Nrnberg. Chile: Historia, economa y cultura en la actualidad (Alemania) N9: p. 169. 41

    BOHM, Gnter. 1971-1972. Judos en Chile durante el siglo XIX, citado en Comunidades judas de Latinoamrica. 1. ed. Buenos Aires, Argentina, Editorial Candelabro. p. 355.

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    hipcritamente y siendo, por otra parte antisocial, inhumano y brbaro, se invita universalmente a las personas de sano corazn a que concurran el domingo 25 del corriente a las 6 de las tarde a la estacin de ferrocarril de esta ciudad, en cuyo punto ser dicho edicto quemado pblicamente, como testimonio solemne de reprobacin y de que Copiap no consiente ni consentir jams que en su seno se abran las hogueras del Santo Oficio.42

    El edicto y en especial el cometario del diario causaron gran revuelo. Copias del

    primero fueron quemadas y luego diferentes oradores se dirigieron a los extranjeros all presentes para asegurarles su amistad y apoyo.

    Pero hasta Copiap no slo llegaron aventureros e inmigrantes, sino tambin un sin nmero de msicos pintores y escritores, para los cuales este nuevo mundo pareca ofrecer, aparte de aventuras exticas, un enriquecimiento artstico y financiero.

    El primer msico judo de importancia que hace su aparicin en Chile, es el pianista austriaco Henri Herz, en el ao 1850. A su llegada realiza conciertos en la capital, organizados por la Sociedad Filantrpica de Santiago, en el Teatro de la Universidad de

    Chile. Luego se presenta en el Teatro de la Victoria en Valparaso y continu su gira hacia el norte, dando recitales en La Serena y luego en Copiap.

    Hacia 1860, tanto en Valparaso como en Santiago, reside un nmero importante de inmigrantes judos, representantes de casas exportadoras europeas. Muchos de ellos deciden quedarse en Chile y establecer sus propias firmas comerciales. As, Heyman Simon, inaugura la Casa Francesa, la tienda ms importante de moda femenina de su poca.43

    En el puerto, se inaugur la Casa Seckel, fundada por Carlos Seckel, quien llega a Valparaso en 1857. Luego sus hermanos extendieron sus actividades a Santiago, donde inauguraron una nueva tienda, considerada como una de las ms importantes y lujosas en materia de muebles, en la calle Estado. El matrimonio de Carlos Seckel con su esposa

    Cecilia Rehfish, es considerado como el primer casamiento judo en Chile.

    42 Ib.

    43 BOHM, Gnter. 1990. Inmigracin juda a Chile durante los siglos XIX y XX. Universidad Erlangen-

    Nrnberg. Chile: Historia, economa y cultura en la actualidad (Alemania) N9: p. 169.

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    Cabe destacar que hasta la promulgacin de la ley que creara el Registro Civil, todos los no catlicos, entre ellos naturalmente los judos, se vieron en la obligacin de solicitar los servicios del cura administrador de aquellas iglesias de Chile autorizadas a llevar libros especiales relacionados con matrimonios, nacimientos y defunciones de disidentes, quienes actuaron en esta oportunidad como ministros de fe, en concordancia con

    las leyes de la Repblica.44 El primer matrimonio judo efectuado ante un oficial del Registro Civil, parece ser

    el de Alejandro Lewin y Ema Casparius, el 25 de diciembre de 1885, en Valparaso y lleva como firma legal la del escritor chileno Blest Gana.

    En el ao 1866 llega a Chile el pianista judo Louis Moreau, hijo de un culto y prspero comerciante ingls. Realiza su primer concierto en Santiago en el Teatro

    Municipal. Luego realiza 15 ms, muchos de ellos a beneficio. Tambin llev a cabo conciertos en Valparaso, en el Jardn de Recreo, en el Teatro de la Victoria, en La Serena y Copiap donde concluy su gira artstica por el pas.

    Adems, visita Chile la famosa actriz de origen judo Sarah Bernhardt con su compaa desde Montevideo, presentando obras como La Dama de las Camelias y Frou

    Frou, las cuales eran todo un reto para la sociedad chilena de entonces, de severas costumbres, que exiga incluso a los estrenos teatrales, cualidades de moralidad.

    No es de extraar entonces que Sarah Bernhardt no haya recibido por la sociedad de Santiago mayores atenciones o agasajos. El roce con una artista de teatro, equivalente de ser pecaminoso, era mal visto, a diferencia de la sociedad europea, donde la actriz fue muy festejada por los crculos aristocrticos ms exigentes.45

    Su estreno fue en el Teatro Municipal. Las crnicas sobre las diversas actuaciones de la actriz fueron escritas por algunos de los ms distinguidos literarios de la poca, como

    Diego Barros Arana, Jos Victorino Lastarria, Augusto Matte y Miguel Luis Amuntegui. A fines de 1887 llega a Chile, por una corta temporada, la compaa dirigida por

    Cesare Ciacchi y por Giuseppe Rajneri. Entre sus artistas estaba la joven Teresina Singer,

    44 Ibid, p. 170.

    45 BOHM, Gnter. 1978. Artistas judos en el siglo XIX. Revista Judaica Iberoamericana, Centro de Estudios

    Cultural Judaico, Facultad de Filosofa, Universidad de Chile (Santiago, Chile) N2: p. 17.

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    cantante juda-austriaca, proveniente de Viena. Luego de un tiempo vuelve a Chile, donde se convirti en profesora del Conservatorio Nacional.

    El ltimo de los pianistas de origen judo, que visit Chile en el siglo XIX, alrededor de 1882, fue Albert Friedenthal, compositor y pedagogo en msica. Fue invitado al Club Musical de Concepcin, luego a La Serena y Valparaso.

    En ese siglo, nace el primer judo que se recibe de mdico en la Universidad de Chile, en 1898, el Dr. Mauricio Brockmann. Desempe la ctedra de Patologa Interna en dicha Universidad, y en 1907, la de Clnica Mdica. Es comisionado por el Gobierno para estudiar en Europa la organizacin de los hospitales de nios, con lo cual pudo asesorar en el ao 1899, durante una grave epidemia de sarampin, la instalacin del primer hospital de nios de la capital. El doctor tambin figura como uno de los fundadores de la Clnica Alemana.

    Podemos concluir, que estos inmigrantes judos no lograron formar en nuestro pas una comunidad juda, debido a que al llegar a Chile se dispersaron por numerosas ciudades, sin mayor nexo entre ellos, y tambin, por haber provenido, en general, de familias asimiladas en su pas de origen.

    Por su fuerte vinculacin al universo total de extranjeros, y por el temor a ser tratados despectivamente si se reconocan judos, no se sintieron motivados a crear instituciones judas, ya fueran de culto o con otros fines.

    La historia de la presencia de inmigrantes judos centroeuropeos en Chile durante el siglo XIX, concluye a fines de ese siglo. No se conoce ningn intento, de organizarse en alguna institucin religiosa y sabemos que la casi totalidad de los jvenes establecidos en Chile en esta poca contrajo matrimonio con damas chilenas o extranjeras cristinas, lo que en muchos casos signific tambin, su propia conversin a esa religin.46

    Pero una nueva inmigracin, que sienta las bases de la colectividad juda actual, comienza a fines del siglo XIX. Son judos que provienen de la antigua Rusia zarista, cuya poltica antisemita termina en numerosos progroms e imposibilita a muchos judos a

    46 BOHM, Gnter. 1983. Cuatro siglos de presencia juda en Chile. Revista Chilena de Humanidades,

    Facultad de Filosofa, Humanidades y Educacin, Universidad de Chile (Santiago, Chile) N4: pp. 101 a 102.

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    continuar viviendo en sus hogares. Estos nuevos inmigrantes se establecen en la zona sur del pas.

    En la Patagonia, encontramos a Elas Braum, en 1874, junto a su familia. En la Araucana se establecen tambin algunos inmigrantes de la Rusia zarista. En Traigun, dos judos abren en 1881 una tienda, llamada Depsito Ruso, que abasteci a los agricultores de la zona. Estos judos deben conformarse con mantener sus tradiciones religiosas en sus hogares, preocupados en no manifestar su judasmo. Se presentaban frente a la sociedad como rusos.

    Pero se tiene muy poca informacin sobre los inmigrantes judos que hacia fines del siglo XIX estn establecidos ya en Santiago o en Valparaso. Se conoce al obrero metalrgico Jos Robinovich, quien se establece con un taller mecnico, para lo cual contrata ms adelante a su fututo yerno, Salomn Sack.

    Hacia 1898, en Santiago, se encuentra un judo sefarad, Alex Arditi, el cual inaugura un negocio con su nombre y junto a l otras familias sefaraditas empiezan a llegar posteriormente.

    Hacia 1880 Chile comenz a activar una poltica de inmigracin, tratando de imitar a Argentina y EE.UU. A pesar de no traer el mismo nmero de inmigrantes como lo hicieron los pases nombrados, para Chile este proceso inmigratorio fue de importancia.

    Entre los aos 1854 y 1895, es de suponer, que la cantidad de inmigrantes judos haya crecido, a la par de la implantacin de esta poltica estatal que organiz la inmigracin, pero en los censos, al no considerarse el tem religin, no se entrega informacin sobre ese posible aumento.47

    Slo desde el ao 1895 los Censos Generales de la Repblica de Chile empezaron a otorgar datos sobre religin. En la encuesta realizada ese ao, se consigna que 52 personas declararon ser judas, distribuidas principalmente en la Regin Metropolitana, en Magallanes y en el Bo-Bo.48

    47 Matus. Op cit., p. 54.

    48 Ibid, p. 55. Citando los Censos Generales de la Repblica de Chile desde 1895 a 1970. Instituto Nacional de

    Estadsticas. Santiago de Chile.

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    Para finalizar este captulo, queremos destacar la labor de dos importantes historiadores del siglo XIX, quienes investigaron sobre el pasado del pas y su relacin con el judasmo. Eruditos que estudiaron cientficamente la accin del Tribunal del Santo Oficio y la persecucin contra judos conversos, que conservaban su fe en la clandestinidad colonial.

    Tal fue el caso de Benjamn Vicua Mackenna, quien en agosto de 1862, al incorporarse a la Facultad de Humanidades de la Universidad de Chile, dio un discurso

    acerca de lo que fue la Inquisicin en Chile. Jos Toribio Merino, ahondara en esta materia, publicando el libro la Historia del

    Tribunal del Santo Oficio de la Inquisicin de Lima, en 1887, y tres aos ms tarde la Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisicin en Chile, dedicando este libro a Benjamn Vicua Mackenna, que el primero de todos dej entrever lo que fue la Inquisicin en Chile.49 Luego publica tres obras ms, sobre este tema: Historia del Santo Oficio de la Inquisicin de Cartagena de las Indias, El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisicin en las Islas Filipinas y El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisicin en las

    Provincias de la Plata, el ao 1899. En 1905 publica la Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisicin en Mxico.

    49 ALMEYDA, Aniceto, en prlogo de la obra de MEDINA, Jos Toribio. 1952. Historia del Tribunal del

    Santo Oficio de la Inquisicin en Chile. 2. ed. Santiago, Chile, Editorial Fondo Histrico y Bibliogrfico Jos Toribio Medina. p. 12.

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    2.3. Breve Resea de la Inmigracin Juda a Chile en el Siglo XX

    2.3.1. Los comienzos de la colectividad: primera ola inmigratoria

    La mayora de las comunidades judas que se fundaron en nuestro pas, lo hicieron durante los ltimos aos del siglo XIX y en las primeras dcadas del siglo XX. As, entre

    los aos 1890 y 1920 transcurri la inmigracin, que consolid el establecimiento de las primeras comunidades judas en Chile, tanto de origen sefarad como ashkenaz.

    La situacin econmica en Europa