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    CAPITULO

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    JOS

    TOMAS

    URMENETA

    1808 - 1878)

    UN EMPRESARIO MINERO

    DEL SI LO

    X IX

    Ri cardo N azer A humada

    Licenciado en His tor ia

    Universidad Catlica de Chile

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    Antecedentes del desarrollo econmico del siglo

    XIX

    E desarrollo econmico experimentado por

    el

    pas a partir de la dcada

    d e 1830, estuvo ligado a las actividades comerciales de importacin-expor-

    tacin concentradas en Valparaso, convirtiendo al puerto en el emporio

    comercial del Pacfico, y a las actividades mineras del Norte Chico, en una

    primera etapa la minera de la plata (descubrimientos de los minerales

    de Arqueros, Chaarcillo

    y

    Tres Puntas)

    y,

    posteriormente, a la minera del

    cobre y del carbn, que permiti

    el

    surgimiento de una industria de fundi-

    ciones.

    Las exitosas actividades productivas

    y

    comerciales ligadas al comercio

    exterior, dan lugar a la formacin de nuevos grupos sociales econmicamente

    poderosos, que irrumpen en la escena nacional durante

    el

    siglo

    MX.

    En primer lugar estn los extranjeros, que

    se

    instalan en Valparaso como

    comerciantes, agentes de casas mercantiles, representantes de armadores de

    naves, artesanos, marinos

    y

    trotamundos en busca de riqueza fcil

    o

    de mejor

    situacin. C onjuntamente con

    el

    grupo extranjero,

    el

    elemento tradicional

    chileno mantuvo sus afanes comerciales, pero con m enor envergadura, al ser

    desplazado por los m ercaderes extranjeros poseedores de m ejores relaciones

    y

    conocimientos del mercado mundial que estaba surgiendo.

    Un grupo aparte es el empresariado m inero. Los ricos descubrimientos

    de plata en Chaarcillo y Arqueros,

    y

    el posterior desarrollo de la minera del

    cobre, permitieron a chilenos

    y

    extranjeros, la acumulacin de grandes capi-

    tales en pocos aos. Este grupo estaba constituido tanto por mineros, como

    por comerc iantes ligados a la m inera a travs de la hab ilitacin y la com er-

    cializacin de los productos.

    De

    estos grupos empresariales,

    los

    ms importantes son

    los

    formados por

    empresarios de origen extranjero ligados al comercio de importacin-expor-

    tacin, radicados en Valparaso,

    y

    los mineros de la plata y el cobre del norte

    del pas. Ambos grupos, con las utilidades obtenidas en la produccin y

    com ercializacin de minerales, a partir de la dcada de 1850 pudieron llevar

    a cabo nuevas inversiones que

    se

    caracterizaron por su diversificacin: mi-

    nera, actividades financieras, transporte terrestre

    y

    martimo, mejoramiento

    urbano

    y

    actividades agrcolas.

    Los

    nuevos gru pos empresariales conformaron una burguesa em ergente

    que, en un rpido ascenso, tom

    el

    control de las p rincipales reas d e la

    economa chilena,

    y,

    aunque dependiente del capitalismo ingls, constituy

    un grupo dinmico

    y

    progresista en el Chile decimonnico.

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    Una lista de las principales fortunas chilenas, publicada por Vicua

    Mackenna en El

    Mercurio

    del

    26

    de abril de

    1882,

    muestra que las fortunas

    claramente distinguibles de origen burgus (minera, industria, comercio y

    c r d i t o ) s u m a n $ 134.500.000, y l as prov eni entes de l a agr i cul tura ,

    24.500.000.

    Las primeras representan el

    84,3 y

    las seg undas el

    15,3 .

    Las

    ocho mayores fortunas corresponden a familias burguesas, con el

    50,7

    del total,

    lo que indica una altsima concentracin, en su mayora de origen minero.

    El empresariado minero

    Durante la Colonia, los hom bres dedicados al n egocio de la minera consti-

    tuan u n pequeo em presariado, originalmente dueos de haciendas d e

    poca

    extensin del N orte Chico y d e algunas localidades de la zona cen tral, que a

    travs d e habili taciones, prstamos, com paa, m antencin de ingenios, ad-

    quisicin de minerales y transporte se dedicaron por com pleto a la minera;

    no amasaron grandes fortunas, su cultura fue muy pobre y no tuvieron voz

    en los asuntos pblicos.

    Durante las dcadas de

    1820

    y

    1830,

    sc producen cambios significativos

    en la minera. La insercin del pas en la economa mundial, la creciente

    demanda de minerales por parte de los pases que lideran la revolucin in-

    dustrial y

    los

    ricos yacimientos de nuestro su elo, posibilitan la explotacin de

    los minerales de cobre. Al mismo tiempo, se producen los descubrimientos de

    los ricos minerales de plata, que dan un impulso considerable a esta actividad

    econmica.

    Un importante nmero de extranjeros comienza a ded icarse a la m inera,

    se instalan en los distritos mineros a desarrollar labores de habilitacin,

    compra y venta de minerales y explotacin de minas. Estos hombres que

    haban llegado al pas como agentes de casas mercantiles, tcnicos de com-

    paas mineras que fracasaron y aventureros

    en

    busca de fortuna, introducen

    nuevas formas de asociacin, credito, explotacin de los minerales y adelan-

    tos en la fundicin de stos. Conjuntamente con esos extranjeros, un impor-

    tante nmero d e m ineros nacionales participa de l a explotacin de

    los

    anti-

    guos y nuevos yacimientos, para satisfacer la creciente demanda de minerales

    de cobre.

    Las ms importantes casas mercantiles de Valparaso comienzan a su-

    ministrar crditos, va habilitacin, y participan de la venta d e estos m inera-

    les, dando lugar a u n com plejo sistema de financiamiento y com ercializacin

    de la minera del cobre. A mediados de siglo, la minera se haba convertido

    en el motor de la economa chilena, las exportaciones de minerales repre-

    sentaban ms del 80% de las exportaciones del pas, y nos habamos con-

    vertido en los primeros productores mundiales de cobre, con el 32 de la

    produccin.

    El espectacular crecimiento de la minera permiti la acumulacin de

    grandes fortunas en manos de extranjeros radicados en el pas

    y

    nacionales.

    Algunos hicieron

    su

    fortuna gracias al descu brimiento y explotacin de ricos

    yacimientos de plata y cobre. Otros, en cambio, participaron en la minera

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    com o habilitadores, obteniend o grandes utilidades al com ercializar

    los

    pro-

    ductos. Tambin posean minas y fundiciones.

    En cuanto a

    los

    chilenos stos eran: Ramn G oyenechea, Juan Jos

    Echevem'a, Bernardo del Colar, Jos Tom s Urmeneta, Francisco Ignacio O s s a ,

    Ramn Subercaceaux Mercado, Mariano A rizta, Francisco Garn, Miguel Gallo

    Vergara, Jos M ara Codecido, Pedro Len G allo, Matas Cousio, Luis Cousio,

    Agustn Edwards Ossandn, Joaqun Edwards, Maximiano Errzuriz, Pedro

    Daz

    Gan a, Jos Santos Ossa, Jos Antonio Mo reno, Ramn Ignacio Goyenechea,

    Gregorio Ossa Ramn Ovalle, Adrin Mandiola, Jorge

    Rojas

    Miranda, Jos

    Ra-

    mn

    Ossa

    y otros.

    La mayora de los empresarios se traslad a Santiago y Valparaso, donde

    dieron inicio a espectaculares negocios, diversificando sus inversiones en mlti-

    pies sentidos. Una parte del capital se reinvirti en la minera: fundiciones, m e

    canizacin de las faenas mineras, mejoramiento del transporte de minerales a

    travs de ferrocarriles. Tambin derivaron a las operaciones financieras como la

    banca y la formacin de sociedades annimas: ejercieron como prestamistas,

    organizaron casas de crdito que operaban como verdaderos bancos, fundaron

    los

    primeros bancos, organizaron sociedades annimas que les permitieron co-

    locar sus capitales

    y

    ejercer cargos de importancia. Otra rea de inversin fue la

    agricultura: adquirieron numerosas haciendas, realizando importantes obras de

    regado, introduccin de nuevos cultivos, adelantos tcnicos, convirtiendo estas

    haciendas en las ms modernas del pas.

    A partir de la dcada de 1870, los capitales mine ros avanzarn hacia el

    No rte Gran de, invirtiendo en emp resas salitreras, plata y guan o, dando ori-

    gen a una nueva g eneracin de em presarios mine ros com o Jos Daz G ana,

    Jos Santos Ossa, Angel Custodio Gallo, Pedro Lucio Cuadra y otros. Entre

    los

    extranjeros: Mclbourne Clark, Otto Harnecker, Jos Mara Artola, Manuel

    Barreau

    .

    Conjuntamente con las actividades empresariales, estos hombres ocu-

    paron impo rtantes cargos p blicos: diputado s, senado res, candidatos presi-

    denciales, miembros del Con sejo de Estado, ministros, diplom ticos. Fueron

    adem s destacad os filntropos, tomando bajo

    su

    cargo impo rtantes institu-

    ciones de beneficencia como la Casa de Ora tes, la Sociedad de Instruccin

    Primaria, formacin del cuerpo de bomberos, etc.

    Tamb in gastaron parte de

    sus

    capitales en lujo y fastuosidades, cons-

    truyeron mansiones y palacios ad ornad os con los ms finos artculos de de-

    coracin importados desde Europa, donde se daban extraordinarias fiestas en

    que los dueos de casa e invitados exhiban

    sus

    joyas, vestidos y refinamien-

    tos afrancesados. Algunos vivieron en Europa como grandes seores, alter-

    nando con

    la

    nobleza

    y

    burguesa del Viejo Mundo.

    Los

    ms notables empresarios mineros levantaron verdaderos imperios ;

    pues

    sus

    inversiones abarcaban toda la variedad anteriormente descrita. Ellos

    fueron Agustn Edwards, Carlos Lambert, Matas Cousio,

    Jos

    Toms

    Urmeneta, Ramn Sub ercaseaux entre los ms importantes.

    La labor d e estos emp resarios es valorada por Se gio Villalobos con las

    siguentes palabras: qu habra sido de Chile y lo que seramos hoy si no

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    hubiese habido en el siglo

    MX

    un dinmico grupo d e m ineros del cobre y de

    la plata en Atacama, pioneros del ferrocarril y la navegacin a vapor, in-

    dustriales arriesgad os y banqueros activos. E llos fueron los q ue juntaron ca-

    pitales, realizaron inversiones, exploraron el territorio, trajeron tcnicos y

    maquinarias y expusieron

    su

    fortuna en negocios audaces. Sin ello habra que

    imaginar

    un

    pas de tono rural y atrasado .

    El origen de la fortuna: Las minas de Tamaya

    Antecedentes familiares de Jos Toms Urmeneta

    Los primeros Urmeneta llegan al pas durante el siglo

    XVIII.

    Proceden de

    Legazpia, Guipzcoa, Espaa. El mayor de el los era Francisco Javier

    Urmeneta , quien contra jo matrimonio, en 1781, con Mara Lore to

    Astaburuaga Pizarro, teniendo do s hijos: Jos Mara y Carmen. Francisco Ja-

    vier se dedic al comercio con regular xito en La Serena. Con Francisco Ja-

    vier llegaron sus sobrinos Tom s Ign acio y Julin Urmeneta Gue rra; no sa

    bemos si llegaron juntos o bien separadamente, mandados a buscar por su to

    como era

    la costumbre. Toms Ignacio trabaj junto a su to en cuestiones

    com erciales en el Norte Chico.

    Viudo en 1791, Francisco Javier Urmeneta contrae nuevamente matri-

    monio con la Serenense Manuela Garca Abello Pizarro, hija del corregidor de

    La Serena. De este matrimonio nacen dos hijos: Carmen y Francisco Javier

    Urmeneta G arca-Abello.

    En 1795, muere Francisco Javier Urmeneta, dejando a d os peque os ni-

    os. Su viuda, Manuela Garca-Abcllo, contrae matrimonio con el sobrino de

    su difunto esposo, Toms Ignacio Urmeneta, el que durante nueve aos haba

    prestado servicios comerciales a su to, recibiendo de l, en herencia, la suma

    de tres mil pesos. Toms Ignacio se hizo cargo d e los negocios de la fam ilia,

    y durante el matrimonio con Manuela Garca-Abello nacieron siete hijos:

    Josefa, Mariana, Dolores, Mercedes, Manuela, Jos Toms y Manuel Jernimo.

    Al comenzar el siglo MX, Toms Ignacio traslada sus negocios a Santiago y

    ocupa el cargo de regidor de la ciudad en

    1808.

    En

    1818,

    muere en S antiago,dejando a

    su

    esposa y dos

    pequeos

    hijos, los menores Jos Tom s

    y

    Jernimo.

    El primero haba nacido en 1808 y el segundo, en 1816. En ayuda de estos dos

    pequeos nios concurre

    su

    hermano materno, Francisco Javier Urmeneta, hijo

    del prim er matrimonio de Manuela Garca-A bello, quien, convertido en un

    prspero comerciante en Santiago y Valparaso, es el tpico mercader de princi-

    pios de siglo, importador y exportador, mayorista y minorista, que tena su s

    propias naves para aventuras comerciales de corta existencia.

    A

    la

    edad de quince aos (1823) fue enviado por su hermano a Norte-

    amrica, siendo internado cn un colegio mercantil en Rhode Island. Tres aos

    ms tarde,

    su

    hermano Jernimo viaj a la misma ciudad, gradundose en la

    Universidad de Brown, en Letras y Leyes. A la edad de diecinueve aos, Jos

    Toms (1827) estuvo de vuelta en Chile, con

    u n

    completo dominio del idioma

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    ingls y una educacin mercantil estadounidense, algo totalmente inusual

    para la poca. Estuvo corto tiempo. Su hermano Francisco Javier, al ver que

    haba completado su educacin mercantil organiz una sociedad, en la cual

    participaba Jos Toms Urmeneta con dos comerciantes, Manuel Hiplito

    Riesco y Jos Ram n Snchez. Urmeneta sera el comisionista y m andara

    me rcaderas europ eas a sus socios en Santiago y Valparaso.

    En 1827, se embarc rumbo a Espaa, dond e la empresa fracas a causa

    de la revolucionaria situacin que viva ese pa s, no logrando, Urm eneta,

    tener contacto con los corresponsales y capitalistas de quienes obtendra

    crditos.

    Al

    fracasar las negociaciones, se traslad a Inglaterra, donde permaneci

    por espacio de tres ao s, siendo testigo d e la transformacin econmica y

    social que ocurra en este pas, cuna d e la Revo lucin Industrial. La edu ca-

    cin que obtuvo en Londres lo marc, ya que en Chile, segn Vicua Ma-

    ckenna , fue reconocido por sus hbitos de guarda de su persona, de come-

    dida etiqueta y aun de traje cuidado y de lenguaje culto que le fueron fami-

    liares . Pero tambin influyeron en l las caractersticas burguesas propias de

    la po ca: espritu d e em prcsa, racionalidad econ m ica, moralidad.

    Volvi a Chile en 1831. Como su hermano Francisco Javier haba muerto,

    empobrecido, recurri a

    su

    hermana Josefa Urmeneta, casada con el rico

    minero Mariano Arizta. Este haba logrado su fortuna en el mineral de plata

    de Arqueros y era dueo de m inas de cobre en Tamaya y do s importantes

    haciendas en el valle del L imar, la d e Sotaqu y la de Guallillinga:

    Su

    cuado lo nom br administrador de las haciendas de Sotaq u y Gua-

    llillinga instalndose en esta ltima en 1831, a la edad de veintitrs aos. En

    esta zona conocio a la que lueg sera su esposa, Carmen Quiroga, quien

    entonces visitaba a dos hermanas casadas con los hijos del rico minero y

    hacendado Bernardo del Solar. Otras dos hermanas Quiroga tambin estaban

    casadas con ricos mineros y comerciantes regionales: la mayor, con un m inero

    de apellido Lastarria y la otra, con u n comerciante ingls recin llegado al

    pas, Edmundo Eastman. Urmeneta se cas en 1832 quedndose definitiva-

    mente en esta zona, rodeado de parientes polticos dedicados a la minera y

    el comercio.

    Pronto deriv hacia la minera, ayudado por sus parientes polticos. Las

    m otivaciones estaban a la vista: el ejem plo de Carlos Lam bert, quien haba

    comprado, en 1827, las arenillas de la fundicin de Guamalata a Bernardo del

    Solar haciendo una gran fortuna; la creciente demanda de metal rojo, los

    num erosos extranjeros que se aventurab an en la m inera estimu laron el es-

    pritu de empresa de Urmeneta.

    El mineral de Tamaya

    El mineral de Tamaya est situado a unos veinte kilmetros al noroeste de la

    ciudad de Ov alle. La altura ms elevada del cerro es d e unos 1.200 metros,

    con una grad iente bastante pronunciada y escabrosa.

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    Su explotacin se remonta a la Colonia. En la dcada del

    1820,

    Bernardo del

    Colar trabajaba minas en el lugar y haba instalado en la estancia de Guamalata

    un importante ingenio para la fundicin de cobre. El ingenio d e hornos de

    manga solamente poda procesar minerales de color, los oxidados que se en-

    cuentran en la parte superior del yacimiento; cuando procesaban sulfuros, sala

    una m ezcla quebradiza llamada arenillas , que era tirada como escoria.

    A principios de la dcada del 1830, Carlos Lambert lleg hasta el mineral

    y com pr por un precio nfimo las arenillas del ingenio de Gu am alata;

    aplicando el sistema de reverbero y calcinacin se eliminaba el azufre y se

    obtena un cobre de buena calidad. Esta situacin provoc un nuevo des-

    arrollo en el minera l, permitiendo la explotacin de los minerales sulfurados.

    Las viejas m inas que haban sido declaradas en broceo volvieron a trabajarse,

    estimulados, adems, por la creciente demanda de cobre.

    El mineral de Tamaya presentaba la misma formacin geolgica de los

    dem s minerales del norte. Predominaban las rocas granticas de gran dureza ,

    presentand o en sus faldeos arcilla, producto de las lluvias. En las p artes

    su-

    periores de las vetas presentaba oxidados de cobre y en sus zonas inferiores,

    abundantes sulfuros de cobre que eran la riqueza del yacimiento.

    Existan varias corridas de vetas, pero slo una de stas dio celebridad al

    mineral. Francisco Marcial Aracena, en su libro de

    1884

    sobre La industria del

    cobre en las provincias de Atacama

    y

    Coquimbo

    la describa de la siguiente ma-

    nera: la corrida de nuestra referencia, que

    es

    compuesta de dos vetas que

    corren paralelamente en toda la extensin donde se encuentran las minas

    principales,

    y

    que a veces casi forman una sola, tiene un rumbo

    o

    direccinnorte a sur, con manteo a la parte occidental

    o

    inclinacin d e

    48

    a

    50 .

    En

    su

    trayecto estas dos vetas solo se desvan casi imperceptiblemente un poco en

    sus dos extremidades, con inclinacin diversa en sus dos partes,

    ...

    la veta que

    corre a la parte oriental denomnase Veta Negra y la otra Veta Verde

    ...

    Un

    gran inconveniente presentan las vetas de Tamaya

    ...

    Nos referimos a su

    flexibilidad, poca consistencia en el cerro, siempre expuesto a los grandes

    derrumbes o atierros ... las vetas secundarias son las ms abundantes ...

    muchas de estas vetas secundarias

    o

    de segundo orden o tercer rden han

    sido ricas

    y

    valiosas como las dos principales .

    Las principales minas estaban en posesin de algunas familias com o los

    del Solar, Arizta, Lecaros y G uerrero. Bernardo del Solar haba repartido sus

    minas (Pizarro, Chaleco, Canal, Portezuelo, y El M orado) ubicadas en la veta

    principal, entre sus hijos Bernardo, Jos Mara, Fermn y Gaspar; Mariano

    Arizta, cuado de Urmeneta, posea numerosas minas: Almagro, Mercedes,

    Arenillas, Murcilago, Bandurrias, Potreritos, Mantos; Calixto Guerrero, que

    perteneca a una antigua familia de la zona, tena las minas Campanil, San

    Lzaro, Vulcano y Las nimas; y Ramn Lecaros posea varias, la principal

    era la mina Rosario.

    Todos estos mineros, a partir de la dcada del

    1830,

    debido a la creciente

    demanda del cobre y a la po sibilidad d e aprovechar los sulfuros de cobre,

    comienzan nuevas inversiones para ahondar los piques y explotar las minas

    al nivel de los sulfuros.

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    El minero U rmeneta

    En octubre de 1833, a la edad de veinticinco aos, os Toms Urmeneta de-

    nunci la mina denominada Las Mollacas, ubicada en

    una

    de las vetas secun-

    darias del m ineral de Tam aya; no sabemos si tena algun a experiencia com o

    minero, pero es probable que en el tiempo que se desempe como empleado

    de Arizta

    se

    haya interiorizado de estas labores. Esta mina haba sido abando-

    nada por su ltimo poseedor Mariano Ariztia, osible que ste se la cediese,

    pues a la fecha actuaba como gobernador de Ovalle y juez de minas.

    De dnde obtuvo el capital para emprender estas labores, es una inte-

    rrogante no resuelta. La suma que

    se

    necesitaba no era tan alta

    y

    es probable

    que la haya reunido trabajando para Anzta o bien a travs de un prstamo

    de su cuado

    Recin comenzada a trabajar la mina, la fortuna lo favoreci: se encontr

    con un rico clavo de bronces morados,

    66

    a 68 de ley, de gran demanda en

    Londres, que le dio una pequea riqueza, la que utiliz para emprender

    nuevos trabajos mineros. Vicua Mackenna calcula la suma de doscientos mil

    pesos en do s aos.

    Alentado por estos resultados, emp rende nuevas labores minera s, de-

    nunciando, en septiemb re de 1834, una mina abandonada en el mineral de

    Tamaya, denominada

    El

    Durazno. De inmediato inici la elaboracin de un

    pique vertical para alcanzar la veta. Al ao siguiente, Mariano Arizta, como

    Gobernador y juez de minas, y Bernardo del Solar como perito facultativo,

    hicieron

    u n

    reconocimiento de dicha veta: encontrandose que

    su

    rumbo

    y

    direccin es de 'sur a norte' su hechado o manteo al poniente, su anchura

    media vara, respaldo

    o

    cajas firmes

    y

    en a ctual laboreo un p ique en ordena

    de doce estados, broceado y duro en sus remates y ms al norte otras do s

    boca minas, la primera en ordena de catorce estados

    fronton sus remates

    broceados y

    la

    segunda en ordena de veinte estados en destierro .

    Durante

    los

    ocho ao s siguientes, trabaja ambas minas, Las Mollacas y El

    Durazno

    o

    El Pique. La mina El Durazno, llamada posteriormente El Pique,

    por los tres piques elaborados para su explotacin, es trabajada por Urmeneta

    en forma moderna, es decir, un primer pique en forma inclinada siguiendo la

    veta y, luego, frontones horizontales a uno u otro lado del primer tiro, ob-

    teniendo con ello mayor comodidad, economa de tiempo y dinero, descar-

    tando el viejo sistema de chiflones confusos en forma de laberintos, caracte-

    nstico s de la poca colonial. A una profundidad de

    79

    varas,

    se

    haba logrado

    llegar a la veta principal del mineral y comenzar su explotacin.

    A

    partir de la dcada del cuarenta com ienzan los problemas para los

    mineros de Tam aya: inviernos muy lluviosos inundan las minas, y es m uy

    difcil evacuar las aguas con rapidez debido a la profundidad alcanzada.

    Los

    tornos y malacates de sange se hacan insuficientes para d esaguar las minas.

    La

    solucin era realizar socavones, a partir de la ladera del cerro, qu e corta-

    ran la veta a

    la

    altura del fondo del pique. A travs de este tnel se podafcilmente extraer el agua y

    los

    minerales y, a la vez, se podan explotar las

    vetas de minerales que

    se

    encontraran en el camino del tnel.

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    Duranie cas i veinte aos

    1833-1850), os

    Toms Urmen eta trabaj sus minas en el mineral de T amaya,

    con la esperanza de dar con el rico filn

    que l o

    hara millonario (Album Sra. Carmen

    Errzuru).

    Esta obra, sin embargo, requera una gran inversin, y su elaboracin era

    muy com plicada. La dureza de la roca slo permita avanzar lentam ente y la

    poca fracturacin del cerro provocaba constantes derrumbes, siendo preciso

    emplear grandes cantidades de madera para asegurar la firmeza del tnel. Al

    menos dos socavones se inician en la dcada del cuarenta para facilitar la

    extraccin del agua, los minerales

    y

    la explotacin de nuevas vetas.

    Calixto Guerrero inici, en 1840 en sociedad con Ramn Lecaros, un

    importante tnel conocido como Socavn Lecaros . ste era un proyecto

    monumental, que pretenda cortar a gran profundidad la veta principal de

    Tamay a, explotando en su camino, las minas Las nimas, San Lzaro, Cam-

    panil y las que encontraran.

    92

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    El otro socavn es iniciado en 1842, por Urmeneta. La mina El Pique,

    debido a la profundidad alcanzada y a las lluvias de invierno se inunda,

    siendo necesario perforar una labor. horizontal para ex traer el agua. Para ello,

    solicita el 5 d e noviembre el perm iso respectivo: trabajo actualm ente una

    mina d e metales de co bre nombrada el D urazno

    el Pique cuyos planes de

    poco tiempo

    esta parte

    se

    han inmundado con agua;

    y

    siendo mu y costosa

    u extraccin por medio del torno que hay en el tiro e insuficiente este en la

    estacin lluviosa para mantener las labores secas y en estado de trabajadas,

    me he resuelto despues de un prolijo reconocimiento

    y

    medidas tomadas por

    peritos inteligentes, a emprender la costosa obra de un socavn por la parte

    del pon iente dcl cerro... com o as mismo adjudicarme todas las vetas y guas

    que en s u transito descub riere teniendo p or de nun ciadas las ab ando nadas y

    con las dems privilegios

    y

    ecepciones que me concede la ctada ordenanza .

    Es ind udab le que las minas de Urmeneta estaban entregan do bene ficios

    econ micos que p osibilitaron iniciar esta obra. Al m ismo tiempo, haba d e-

    nunciado otros yacimientos en el mineral: en

    1843

    denunci la mina Crucero

    Viejo, y en

    1844

    las minas Caletn de Tamaya y Mina Nueva. En Andacollo,

    enero de

    1846,

    haba iniciado una sociedad con el fin de iniciar la explotacin

    de una antigua mina de oro llamada El Toro, la cual posea u n socavn de

    atravieso corrido de

    115

    varas. La sociedad la formaban

    Jos

    Toms Urme-

    neta, s u hermano Jernimo Urmeneta y Augusto Braeuninger, quienes apor-

    taran el capital,

    y

    Pantalen Guerrero que se hara cargo de los trabajos para

    desaguar la mina. Al ao siguiente, los Urmeneta continuaron solos con el

    trabajo. Tres a os despu s, en

    1850,

    el socavn de

    217

    varas de largo y

    4 1 / 4

    de ancho, cort

    la

    veta de oro llamada La Meln dez , nom brnd ose a An-

    tonio Alfonso, uno de los primcros y m s distinguidos alumnos de Domeyko,

    como administrador

    y

    socio. Los Urmeneta haban gastado la suma de

    $ 4.702.

    Los beneficios empresariales lo convierten en figura importante en el

    mun do regional del No rte Chico. En

    1846

    es electo diputado propietario por

    Ovalle; en virtud de su nuevo rango, y como minero emergente, construye

    una casa en Santiago, donde se trasladan

    sus

    tres hijas. D os aos desp us

    (1848),

    sus hijas estn viviendo en Valparaso, donde reciben una educacin

    de tipo ingls. Por su parte, Urmeneta y su esposa, estan viviendo en la ha-

    cienda de Guallillinga

    (

    Ov alle) la cual

    han

    comprado a Mariano Arizta. En

    1849

    es reelecto diputado por Ovalle, pero rununcia al cargo seguramente por

    los problem as que vena enfrentando su empresa m inera.

    En Tam aya, despus de cinco aos de trabajo (entre

    1843

    y

    1847),

    nin-

    guno de

    los

    dos socavones iniciados, el de Urmeneta y el d e Lecaros, estaban

    concluidos.

    Dos

    factores haban conspirado para retrasar las obras: la excesiva

    dureza de la roca y el gran desnivel en que haban sido iniciados los soca-

    vones para c ortar la veta principal, haciend o que los tneles tuvieran gran

    longitud.

    En

    1847,

    decide iniciar una nueva lab or horizontal, con m enor profun -

    didad respecto a la veta y -por tanto- m s corto, deb ido a las inundacion es

    de la m ina, solicitando el permiso respectivo: la mina cuy os planes como

    93

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    todas las dem s minas estan en agua , y habiendo intentado un socavn para

    la evacuacin de d ichas agua s a la parte del poniente del cerro , el cual se ha

    seguido trabajando desde el ao 1842 con el mayor empeo y constan cia sin

    reparar en gastos; pero desgraciadamente es tan estrema la du reza de la roca

    que solo se ha podido avan zar poco m s de la tercera parte de la distancia

    para comunicar a la veta y a

    f in

    de cumplir

    lo

    ms

    pronto posible con

    lo

    mandado en

    el

    articulo l y 2Qdel articulo 16 de las ordenanzas de minera

    me veo en la necesidad d e emprender otro socavn mucho m s corto por la

    parte del oriente del cerro y sin perjuicio de seguir trabajando el de la parte

    del poniente .

    En septiembre de 1848, el nuevo socavn cort la veta principal, despus de

    120 varas de excavacin por una roca muy dura, continuando el trabajo hasta

    cortar las dems vetas. Grande era la satisfaccin de Urm eneta, com o lo expresa

    en

    un

    requerim iento: las grandes ventajas qu e me han resultado de esta obra

    estn a la vista de usted, ella asegura y para siempre la completa disecacin de

    la parte superior desde el punto donde

    se

    cortan hasta la superficie desa-

    guandose naturalmente por el socavn todas las aguas y filtraciones qu e en el

    haya y facilitando al mismo tiempo el desague artificial de las bombas que estan

    con tomo y poco eficaz por el tiro o pique de explotacin y desague .

    Este socavn le permiti un respiro, pudo continuar la explotacin de la

    mina ahondando su profundidad, y recuperarse econmicamente de los

    gastos de los tneles emprendidos. Sin embargo, al ao siguiente

    (1849),

    nuevamente se encontraba en problemas para continuar la explotacin de la

    mina: debido al ahondamiento del pique, el socavn corto haba sido supe-

    rado y nuevas lluvias haban inundado las minas: los actu ales plan es de la

    mina del Durazno o Pique se encuentran a gran profundidad mucho ms

    bajo que el socavn y continuandose los trabajos con la misma actividad

    y

    empeo sin reparar en sacrificios ni gastos, cada da

    se

    aumentara

    su

    ondura

    y el agua, mientras que el socavn del lado del poniente aun cuando se tra-

    baja con em peo, por

    su

    extremada dureza ser obra de muchos aos. Fal-

    tandole an m s de

    300

    varas para conclurlo . Urmeneta se refiere al soca-

    vn iniciado en

    1842,

    por el lado poniente del cerro, para explotar la veta a

    gran p rofund idad, sin temor al ahondamiento qu e lo deje inutilizable.

    Esta situacin lo llev a solicitar permiso para iniciar

    u n

    tercer socav n,

    en febrero de

    1849:

    espuesto el deseo de evitar una nueva inundacin de

    agua en tan interesante mina don de tan solo la alaguea esperanza del m i-

    nero llevo gastado ingentes sumas de dinero me han obligado a examinar el

    cerro por la parte del oriente y decidirme a emprender otro socavn ms bajo

    que el primero por aquel lado y que cuelgue

    los

    planes actuales de la mina;

    grande y dispendiosa sera la obra para mi particular y no pocas las dificul-

    tades, pero as sera en proporcin el beneficio que resultara de ella .

    Los

    problemas que se enfrentaban eran graves, y slo a travs del siste-

    ma de socavones era posible continuar las labores de la m ina, com o indicaba

    el perito -de apellido Garmendia- en

    u n

    informe para la autorizacin del

    socavn: que la cantidad de agua

    aun

    en esta estacin termica es tan grande

    que imposibilitara en pocos aos ms el laboreo de la mina del Durazno o

    94

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    Pique en planes, pues segun la formacin geologica del cerro y su localidad

    en el centro de la corrida de vetas y su hundimiento longitudinal causand o

    una aglomeracin de las aguas no solo de lluvias, sino tambin de las minas

    vecinas para las cuales la del Durazno es un recipiente por estar en ms

    profundidad, en seco y ser la unica mina de la comda donde se mantiene su

    desague; trabajando

    sus

    planes con empeo

    y

    con el orden que necesitan

    tales obras; si este es el estado presente como sera con la mayor profundidad,

    con la cual siempre aumentaran las aguas segun la experiencia, y en las

    estaciones lluviosas? Claro que se arruina la mina y no hay probabilidad

    humana de evitarlo, a no ser por el d esague natural y seguro del socavn

    que se intenta .

    La magnitud de las obras que emprendi y los costos necesarios para

    llevarlas a cabo, lo llevaron a una virtual bancarrota. Las posibilidades de

    consegu ir el dinero eran varias: poda recurrir a los habilitadores, pero sta

    no era una buena alternativa, debido a las co ndicio nes des favorables para el

    minero ; otra alternativa era consegu ir

    u n

    socio capitalista. En el invierno de

    1850, viaja a La Serena y ofrece una sociedad a Carlos Lambert; el alsaciano,

    no d eseando formar sociedad, y seguro del valor de las m inas, ofreci a

    Urmeneta una suma cercana a los quinientos mil pesos por todas sus pro-

    piedad es y d erechos en las m inas de Tamaya. Al no aceptar la prop uesta, y

    falto de recursos para continuar y con la necesidad de terminar el socavn

    para desaguar la mina, recurri a su cuado Mariano Arizta, quien le facilit

    la suma de cuarenta mil

    pesos

    para continuar la obra.

    Jos

    Toms Urmenela

    y

    su

    fam ilia en

    su

    casa de Tamaya,

    1848.

    Esla litograh'a de un dibujo de

    Luis

    Fernando Rojas, en

    El

    libro del cobre

    g

    del carbn piedra en Chile, de Benjamn Vicua mackenna,

    ayud a form ar el milo de

    un

    Urmenela en la ruina y medio oco que solo por un golpe de suerte

    alcanzara la fortuna.

    95

  • 7/23/2019 Jose T. Urmeneta

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    Con este dinero pudo continuar las labores de

    su

    mina y la construccin

    de los socavones. En octubre de

    1852,

    cuando ms

    lo

    necesitaba, la fortuna

    vuelve a tocar a U rmeneta: las labores del frontn Cam pino, uno d e los pi-

    ques

    de la m ina, dan con el principio de un rico alcance y clavo de metal

    que entrega bronces morados con

    60%

    de ley; la riqueza que significa esta

    veta permite proseguir las labores de explotacin de la mina

    y

    la continua-

    cin de

    los

    socavones.

    En noviembre de 1853, inicia un socavn corto, por la parte del poniente

    del cerro, de una longitud de 220 varas para cortar la veta a la altura del

    nuevo rico alcance para permitir la ventilacin y extraccin de dicha mina.

    Dos aos ms tarde (1855), el socav n de atravieso, iniciado en 1849, por la

    parte del oriente del cerro, con una longitud de 350 varas de largo, corta la

    veta, en momentos en que el tiro de la mina se hallaba a unas 250 varas

    verticales de p rofund idad, facilitando an m s la explotacin de la m ina.

    En

    1857,

    el diario

    El Ferrocarril

    entregaba informacin sobre el estado de

    las principales minas de Tamaya: la mina El Pique explotaba diariamente

    seiscientos a setecientos quintales de m ineral de cobre d e buena ley, con

    360

    trabajadores; la mina Rosario, de la testamentaria de Ramn Lecaros, pro-

    duca de cuatrocientos a quinientos quintales diarios, con 95 trabajadores; en

    la mina Pizarro, de Bernardo Solar Vicua y Ca., se hacan trabajos de des-

    puntes; la mina Almagro de los Arizta, estaba con labores de beneficio de

    bronces am arillos y el socavn Lecaros, que tena un largo de 408 varas y un

    tiro de hondura de 930 pies verticales, producina al ao entrante.

    La riqueza en cantidad y calidad de ley de los minerales que entregaba

    la mina d e Urm eneta, estuvo acompaada de un alza extraordinaria d e

    los

    precios del cobre a nivel mundial, producto de la guerra de Crimea;

    los

    precios llegaron, en Valparaso, sobre los veinte pesos, y aun m s al de 23,

    24,

    y aun

    25

    pesos en nuestros propios mercados . Esta do ble combinacin de

    aumento extraordinario de la produccin y ley del mineral, ms el incre-

    mento del precio internacional del cobre convirti en un corto nmero de

    aos, a JosToms Urmeneta en uno de

    los

    hombres ms ricos del pas.

    La dcada del cincuenta comienza brillante para los hermanos Urmeneta:

    Jos

    Tom s es uno d e los nuevos mineros millonarios y vuelve al Parlamento

    como diputado por Elqui, el perodo 1852-1855;

    su

    hermano Jernim o, que haba

    regresado al pas en

    1834,

    despus de pasar por variados puestos de la adm i-

    nistracin pblica, es nom brado Ministro de Hacienda po r Manuel Montt, en

    diciembre de 1850. A partir de 1853, Urmeneta comenzar UM larga serie de inver-

    siones en minera, fundiciones, haciendas, ferrocamles, etc., siendo conocido com o

    uno de los empresarios ms importantes de la segunda mitad del siglo MX.

    El

    nuevo capital

    y

    las inversiones

    El

    capital

    Las utilidades generadas por la minas de Tam aya permitieron a Jos Tom s

    Urm eneta instalarse en Santiago, iniciando en la d cada d e 1850 inversiones

    9

  • 7/23/2019 Jose T. Urmeneta

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    en las reas m s dinmicas de la econ oma chilena de mediados del siglo

    pasado. De esta forma, a los

    45

    aos, se sum aba al crculo de los ricos m i-

    neros de la plata y el cobre, que em pezaban a conform ar un nuevo grupo

    empresarial al trasladarse ellos mismos y sus cap itales hacia el centro d el

    pas, en

    u n

    momento en que la economa chilena experimentaba un rpido

    crecimiento econmico.

    Cul era el capital con que contaba Urmeneta para iniciar

    sus

    inversio-

    nes? Para responder, es necesario preguntarse qu utilidades producan las

    minas de Tamaya. La nica informacin que tenemos la entrega Vicua

    M acken na en su libro del cobre: Prod ucto del Pique desde

    1852

    a

    1864,

    en

    que no

    se

    llevo una cantidad regular 5.000.000'. El promedio del valor de la

    produccin de la m ina el Pique para estos trece aos es de 384.615 anuales;

    habra qu e descontar los costos d e produccin para saber efectivamente el

    monto de las utilidades, pero

    la

    informacin q ue tenemos no permite calcular

    esos co stos para con ocer el valor real de las utilidades.

    Otro mtodo, es p lantear que las inversiones realizadas por U rmeneta

    entre

    1850

    y

    1859

    corresponden a capitales generados por las minas d e

    Tamaya. Por lo tanto, la suma de las inversiones realizadas en estos aos

    corresponderan, prcticamente en su totalidad, a utilidades generadas por las

    minas.

    Entre

    1855

    y

    1856,

    realiz inversiones, verificadas notarialmente, por

    setecientos mil pesos con u n promedio d e trescientos cincuenta mil pesos

    anu ales. Para los mismos a os, el total d e exportaciones de cobre y plata, en

    minera les barras y ejes, del pas alcanz los

    4.457.356,

    lo que permite ha-

    cernos una idea de la magnitud de la fortuna.

    En 1859, tena inversiones, verificadas notarialmente, p or 1.236.156. Es

    posible inferir, a partir de las tres informaciones, que las utilidades de las

    mina s de Tamaya en los mejores aos de la dcada d e

    1850,

    fueron, como

    mnimo, del orden d e los doscientos cincuenta mil p esos anuales, descon-

    tando los costos de produccin, fletes y comisiones.

    Empresas y sociedades

    Lo primero que hace Urmeneta es

    su

    instalacin defin itiva en la capital del

    pas. Compra la casa vecina a la suya en la calle Monjitas y comienza

    su

    re-

    faccin para convertirlas en una gran mansin. Tambin adquiere varias

    propiedades en las afueras de la ciudad para construir una gran casa quinta.

    Adem s, participa en la vida poltica como diputad o por Elqui.

    Las primeras inversiones productivas se relacionan con las min as que

    estn entregando la riqueza. En

    1853,

    inici un socavn corto para cortar la

    veta a la altura del rico alcance encon trado, facilitando la extraccin y

    ventilacin; avanza en la construccin de los socavones iniciados en la dcada

    de

    1840

    y denuncia minas aban dona das y d escub iertas en el paso d e los t-

    neles.

    El mismo ao, realiz inversiones menores en dos sociedades que surgen

    en Santiago. La primera es una sociedad annima llamada Molinos San

    97

  • 7/23/2019 Jose T. Urmeneta

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    Cristbal, que su rga motivada por el au ge d e la exp ortacin de trigo y ha-

    rina a los mercados de California

    y

    Australia. La segunda sociedad es la

    Fbrica de Tejas y Ladrillos.

    Los cap itales invertidos son de bajo monto, en comparacin c on

    los

    que

    invertira al ao siguiente. Esta situacin nos lleva a pensar que las grandes

    utilidades comenzaron a llegarle a fines de

    1854

    y

    principios de

    1855.

    Es

    16

    gico suponer que los grandes volmenes de mineral comenzaran a producirse

    a mediados de

    1853

    y q ue fueran entregados en consignacin para

    su

    venta,

    a una casa m ercantil extranjera, probablemente Alsop

    y

    Ca., producindose

    la natural tardanza en la liquidacin de la venta

    y

    entrega de

    los

    dineros

    respec tivos.

    En

    1855,

    cuenta con un gran capital y realiza negocios de envergadura al

    nivel de los m s importantes em presarios del pas, ocupando un lugar en el

    nuevo grupo em presarial. Sus inversiones se vuelcan hacia el sector finan-

    ciero. Instalado en Santiago, se cuenta entre

    los

    ms importantes prestamistas

    de la ciudad . En septiembre de ese ao participa,

    en

    Santiago, junto a otros

    empresarios mineros en la formacin de la sociedad annima Compaa del

    Ferrocarril de Sur que contaba con el apoyo del Estado. Tom cincuenta ac-

    ciones de mil pesos cada un a, y adems result elegido com o miem bro del

    directorio y presidente de la compaa. A ines del mismo ao, se reunan en

    Valparaso

    los

    principales com erciantes, representantes de casas merc antiles

    extranjeras y empresarios mineros, para llevar a cabo la fundacin del primer

    banco en

    la

    ciudad. En la sociedad annima denominada Banco de Valpa-

    raso, Urmeneta tom cien acciones de quinientos pesos cada una. Por la

    misma fecha sabemos que haba tomado acciones por cinco mil

    pesos

    en la

    Com paa Chilena d e Seguros que haba organizado Edw ards en Valparaso,

    en

    1853.

    La ltima inversin financiera la realiza al finalizar el ao, cuando par-

    ticipa en una sociedad colectiva para formar una casa de crdito Bezanilla,

    M ac Clure y com paa. En la sociedad participaban M atas Cousio,

    Jos

    Tom s Urmeneta y Domingo M atte como socios principales , aportando cada

    uno la suma de

    $ 270.000.

    En menor escala, participaban la casa mercantil de

    Salas Bascun y Ca.

    y

    la casa de crdito de Bezanilla Mac Clure.

    Tambin realiza inversiones mineras, comprando las minas vecinas a la

    mina el Pique y varias de plata, cobre y oro en la provincia de Coquimbo; al

    mismo tiempo, invierte en bienes races en Santiago.

    Aparte de su destacada labor em presarial, participa ac tivam ente en po-

    ltica, siendo nom brado consejero de Estado en

    1853.

    Dos aos despus re-

    sulta elegido Senador por el perodo

    1855-1864,

    integrndose a la c om isin

    de Hacienda y com o m iembro del consejo de administracin de la Caja de

    Crdito H ipotecario, creada el m ismo ao

    -1855-

    por el gobierno para satis-

    facer la demanda de crdito agrcola.

    En

    1856,

    se aleja del sector financiero y em prend e la form acin d e SUS

    propias empresas: la Sociedad Chilena de Fundiciones

    y

    la Empresa de

    Alumbrado a Gas de Santiago. En mayo, es el principal gestor de la Sociedad

    Chilena de Fundiciones, cuyo objetivo era la compra

    y

    beneficio d e m inerales

    98

  • 7/23/2019 Jose T. Urmeneta

    16/71

    de cobre y plata;

    la

    sociedad se proyectaba en la provincia de Coquimbo,

    instalando fundiciones en Guayacn, Tongoy y Totoralillo. Inm ediatamente, la

    empresa inici la construccin de las fundiciones, a cargo del administrador

    Alison, Urmeneta tomando la presidencia

    y

    la natural direccin del negocio.

    Com o com plem ento de esta inversin, participa d e una sociedad pa ra la ex-

    plotacin d e minas de carbn en la zona d e Lota

    y

    Coro nel, en compaa d e

    Jernimo Urmeneta y los hermano s penquistas Isidoro y Teodoro C otapos,

    quienes llevaran la marcha del negocio.

    En mayo de

    1856,

    la M unicipalidad de Sa ntiago llam a presentar pro-

    puestas para la introduccin del alumbrado a gas hidrgeno en la ciudad. En

    el aviso, sealaba las calles por iluminar

    y

    la posibilidad de entregar el pri-

    vilegio exclusivo, por una cantidad de aos, para tener el monopolio en el

    a lumbrado. Se presentaron dos propuestas, ganando la de Maximiano

    Errzuriz con

    la

    fianza y codeuda solidaria de su suegro Jos Toms Urme-

    neta.

    Maximiano Errzuriz Valdivieso haba nacido en Cantiago, en

    1832,

    fruto

    del tercer matrimonio de su padre Francisco Javier Errzuriz Aldunate con

    Rosario Valdivieso Zaartu. Del matrimonio, nacieron Maximiano

    y

    Crecente

    Errzuriz Valdivieso. La madre d e los peque os era hermana del arzob ispo

    de Santiago Rafael Valcntn Valdivieso, quien se hizo cargo de la familia

    cuand o mu ri el p adre, instalndolos en u n modesta casa contigua a la del

    to Arzobispo en la calle Santa Rosa.

    Maximiano estudi la carrera dc matemticas, titulndose de ballicher en

    1851y comenzando a trabajar de inmediato como agrimensor general de la

    repb lica, cargo que desem pe en Valpa raso. En

    el

    puerto, pronto deriv

    hacia el comercio, formando en 1853 una sociedad con el joven Guillermo

    Larran, l lamada Larran y Errzuriz, que funcionaba como una casa de

    consignacin de frutos del pas; al mismo tiempo , cum ple diversos encargo s

    como representante de los negocios de su to Arzobispo en el puerto y par-

    ticipa de la sociedad mercantil de Valparaso.

    En una de las tantas fiestas que se organizaban, Errzuriz conoci a

    Amalia Urmeneta, hija del rico minero, que estudiaba en un colegio privado

    del puerto. Por la correspondencia entre Errzuriz y Rafael Arizta Urmeneta,

    primo de Amalia, sabemos que fue Arizta el que promovi a Maximiano

    dentro de la familia Urmcneta y sirvi como u n verdadero cupido en el ro-

    mance de los jvenes. En 1855, Errzuriz pidi la mano de Amalia:

    se

    de-

    clar a Amalia en 1855, ella le di el si en el acto, con inmenso gusto y con

    tan favorables ojos vio d on

    Jos

    Tom s el casam iento que cua ndo el da si-

    guiente del compromiso privado fue don Maximiano a pedirle la mano a u

    hija a don Jos To m s no le dio tiempo d e hablar sino que se anticip a de-

    cirle 'ya se a que viene usted y tiene usted de antemano consedido lo que

    pide . Se casaron a fines de 1855, continuando Errzunz en el puerto a cargo

    de

    sus

    negocios. Un ao d espus, Urmen eta, que no tena hijos, lo incorpo-

    rara como socio en uno de sus negocios, precisamente el del

    gas.

    En octubre

    se

    firm el contrato entre la Municipalidad y Errzuriz, con

    la fianza de Urm eneta. Sobre la base de ste surgi la Empresa de Alum-

    99

  • 7/23/2019 Jose T. Urmeneta

    17/71

    brado a Gas de Santiago; inmediatamente Urmeneta y Errzuriz procedieron

    a levantar una fbrica de gas en el barrio de San Miguel, y en el plazo re-

    querido tenan iluminadas las calles de la ciudad ofreciend o, adem s el

    Alumbrado a Gas en las casas particulares.

    La ac tividad de U rmeneta duran te los aos siguien tes se con centra en

    cuatro grandes negocios: las minas d e Tamaya, a cargo de

    un

    administrador;

    la Empresa de Gas de Santiago, dirigida en colaboracin con su yerno

    Errzuriz; la Compaa del Ferrocarril del Sur y la Sociedad Chilena de

    Fundiciones. El resto de sus inversiones son seguidas desde la distancia como

    un socio capitalista, sin participar en la administracin.

    A partir de 1857, una crisis econmica haba com enzad o a sentirse con

    fuerza en el pas, produciendo una gran contraccin monetaria y credi-

    ticia, que rep ercuti sobre mine ros, agricultores e industriales, provo cand o

    ruidosas quiebra s que disminuyeron notablemente las ac tividades com ercia-

    les.

    La cr isis, que tuvo efecto s desastrosos sobre

    un

    importante nmero d e

    empresas, afect a u n a de las ms importantes empresas de Urmeneta, la

    Sociedad Chilena de Fundiciones. La empresa, con la direccin de Urmeneta

    y la administracin de Allison en el norte, haba levantado fundiciones en

    Guayacn y Tongoy; construido un camino para unir el mineral de Tamaya

    con Tongoy. A fines de

    1858,

    la crisis se deja sentir con fuerza, la Sociedad

    Chilena de Fundiciones est en grave situacin al finalizar el ao. Adeuda a

    su agente y habilitador, Gibbs y Ca., la suma de seiscientos mil pesos que

    haba recibido en adelanto los que no tena cubierto con metales.

    Al

    comenzar

    1859,

    la

    compaa entr en liquidacin. Urmeneta, que ha-

    ba quedado solo luchando por mantener el negocio, realiz una serie de

    maniobras para superar la crisis. En febrero de 1859, sobre la b ase d e su

    empresa de gas organiza en Santiago la sociedad colect iva Urmeneta

    Errzuriz y Ca, con un capital de trescientos mil pesos. En ella participaban

    (como socios) Urmeneta y sus dos yernos, Maximiano Errzuriz y Adolfo

    Eastman. El objeto era explotar la fabricacin del alumbrado de gas y exten-

    der su consumo en la capital.

    Adolfo Eastman era hijo de un comerciante ingls, Edmundo Eastman y

    de

    la

    serenense Tomasa Quiroga. Naci en Ovalle en octubre de

    1835, y

    comobuen ingls, su padre lo envi a estudiar a Inglaterra cuestiones mercantiles.

    Por consejo de su to, Urmeneta, se traslad a Alemania en 1852 para estudiar

    en la escuela de minas de Sajonia. Al regresar a Ch ile, su to lo nombr se-

    gundo a dm inistrador de las minas de Tam aya.

    Dos

    aos despus, se casaba

    con su prima Manuela Urmeneta, incorporndose a la familia.

    Al crearse la nueva compaa, Urmeneta entrega en calidad de dote

    $

    125.000 a cada uno de sus yernos. Errzuriz e Eastman recibieron solamente

    la mitad en dinero efectivo y la otra parte 75.000 en la cuarta parte de la

    Sociedad Urmeneta y Errzuriz para administrar el negocio de alum brado de

    gas en Santiago. Esto demuestra que, a pesar de la crisis de la Sociedad

    Chilena de Fundiciones, las minas de Tamaya continan entregndole cuan-

    tiosas sumas de dinero que le permiten salir adelante, esta vez con la ayuda

    1O0

  • 7/23/2019 Jose T. Urmeneta

    18/71

    de

    sus

    yernos, cuando los socios han abandonado la em presa de fundiciones

    y lo han dejado

    solo.

    Urmeneta emprende la superacin de la crisis en que se encuentra el

    negocio de fundiciones, y bajo el amparo legal de la nueva sociedad rene-

    gocia la deuda con G ibbs y Ca. y se comprom etendose a pagar en

    tres

    aos,

    en cu otas de do scientos mil pesos. El negocio de fu ndicione s pasa a ser ad-

    ministrado por la nueva sociedad y celebran un nuevo contrato con Gibb s y

    Ca. para qu e continu e como agente y habilitador de la s fundiciones.

    La

    nueva sociedad Urmeneta Errzuriz y Ca., e s dirigida po r Urmeneta

    personalmente, y por sus yernos como socios administradores. Errzuriz

    se

    traslada a Guayacn y se hace cargo de la liquidacin de la Cociedad Chilena

    de Fundiciones y la continuacin del negocio bajo la nueva compaa. Eas-

    tman permanece en Santiago frente a la empresa de gas, como administra-

    dor.

    Al ao siguiente, la crisis

    es

    superada, el negocio d e fundiciones marcha

    en gran forma bajo la administracin de Errzuriz, igual cosa sucede con la

    empresa de gas d e Santiago. Como muestra del auge d e

    los

    negocios, Ur-

    meneta no tiene problem as para pagar la cuota de doscientos mil pesos a

    Gib bs y Ca., y adquiere una hacienda en Limache por $252.000, pagando al

    contado

    124.000;

    al mismo tiempo, compra

    u n

    canal en, construccin para

    regar la hacienda, comprom etindose a pagar al a o siguente

    $

    94.000. Con

    esta inversin buscaba diversificar su capital en empresas fuera de la minera,

    com o refug io ante el inestable negocio minero.

    A

    fines de

    1860,

    decide separar ambos negocios por

    su

    incompatibilidad,

    formando d os nu evas sociedades, una para las fund iciones y otra p ara la

    empresa de gas . En diciembre de

    1860

    se forma la sociedad colect iva

    Urmeneta y Errzuriz, para continuar el negocio de la fundicin de metales.

    Al ao siguiente, compraba la parte del negocio del gas que perteneca a

    Errzuriz y formaba la sociedad colectiva Urmeneta y Eastman para explotar

    la fabricacin del gas de alumbrado. Era una manera de incorporar como

    socios a

    sus

    yernos, ayudndolos a progresar y, al m ismo tiempo tener gente

    de absoluta confianza dirigiendo

    sus

    negocios.

    Durante los aos en que Urmeneta estuvo luchando por sacar a flote

    su

    empresa de fundiciones, las dems inversiones realizadas en bienes races,

    financieras y de tipo industrial no

    se

    vieron afectadas, en el sentido d e retirar

    sus

    capitales. Por el contrario,

    sus

    inversiones en minera se increm entaron ,

    compr nuevas propiedades y mantuvo sus inversiones financieras, adem s

    de incursionar en agricu ltura, comprando la hacienda d e Limache y

    su

    canal

    de regado. En

    1861,

    el capital est diversificado en e mp resas individuales,

    colectivas, en comandita y annimas, cubriendo la mayora d e las reas de la

    economa nacional: minera, agricultura, industria y finanzas.

    Como observamos, durante la dcada de

    1850,

    Urmeneta invierte su

    capital diversificando

    sus

    inversiones en diferentes reas eco nm icas con el

    fin de minimizar los riesgos. En el fondo, segua la tendencia empresarial

    de la poca. Sin em bargo, haba mantenido como ncleo central de sus ne-

    gocios la minera, sobre la base de nuevas inversiones en sus minas y el

    101

  • 7/23/2019 Jose T. Urmeneta

    19/71

    ESTRUCTURAE

    sus NEGOCIOS

    EN 1861

    Urmeneta-

    Acciones en sociedades annimas:

    Ferrocarril del Sur

    Banco de V alparaso.

    Ca. Chilena de Seguros.

    Prestamista.

    Bezanilla, Mac Clure y Ca. Casa de crdito,tiene el 25 ).

    Cotapos y Ca. (minas de carbn en Lota y Coronel tiene el 50%).

    Camino terrestre Tamaya Tongoy.

    Fundiciones: Tamaya, Tongoy.

    Totoralillo.

    Urmeneta y Errzuriz(tiene el 50%)

    Naves: bergantines y veleros.

    Minas de cobre en Tamaya.

    Minas de plata - oro.

    Urmeneta y Eastman (Empresa de Gas, tiene el 75 ).

    Molinos Can Cristbal (sociedad en comandita tiene el 25%).

    - Hacienda de Limache y canal d e regado.

    Bienes races urbano rural.

    levan tam iento de la em presa de fundiciones, marcando una tendencia hacia

    la especializacin productiva y la integracin vertical del negocio minero. En

    las dcadas siguientes, luchar por mantener este imperio econmico en-

    frentando crisis econmicas

    y

    las poderosas casas m ercantiles extranjeras.

    Las principales inversiones

    El com plejo minero metalrgico de Urm eneta

    La Sociedad Urmeneta y Errzuriz, acordada en diciembre de 1860, era una

    sociedad colectiva en la que pa rticipaban

    Jos

    Toms Urmeneta y su yerno

    Maximiano Errzuriz. Su objeto era: trabajar en la fundicin de metales

    abrazan do en con secuencia las especulacione s conexionad as con el fin pri-

    mordial de la sociedad como ser la compra de metales, carbn, trabajos de

    minas, operaciones de transporte, etc .

    E l

    capital social era d e setecientos mil pesos, d e los cuales Urm eneta

    aportaba quinientos mil y Errzuriz doscientos mil pesos. Urmeneta enteraba

    su cuota con el saldo de la liquidacin de la Sociedad Chilena de Fundiciones

    ( 276.665,2), la mitad d e las utilidades lquidas qu e resultaran al 31 de junio

    de 1861 de las operaciones de Urmeneta Errzuriz y Ca, y el resto en dinero

    efectivo; Errzuriz enteraba su capital con la o tra m itad d e las utilidade s

    antes m encionadas, y el resto en efectivo. Por los trescientos mil pesos que

    102

  • 7/23/2019 Jose T. Urmeneta

    20/71

    haba de diferencia entre Urmeneta y Errzuriz la Sociedad, abonara al pri-

    mero un inters anual de

    un 8%,

    pudiendo devolverlo cuando le convenga, el

    todo del aporte de dicho exceso, para evitar pago de intereses. Errzuriz sera

    el socio gerente, y tendra su residencia en el domicilio legal de la Sociedad:

    Guayacn.

    A comienzos de

    1861,

    la empresa mantena un nivel de operaciones im-

    portante, penetrando en los minera les de Huasco y Freirina, y me jorando la

    infraestructura de las fundiciones. Sin em bargo, las fuertes deud as con Gib bs

    y Ca. tenan a la empresa en serios problemas.

    Dos

    gestiones realizadas por

    Urm eneta permiten sup erar la crisis financiera: en p rimer lugar, consigue

    renegociar con Gibbs y Ca. el pago d e la d euda y terminar el contrato de

    agencia y habilitacin que mantenan, en medio de tirantes y conflictivas

    relaciones con la casa mercantil inglesa y en segundo lugar, l lega a un

    acuerdo con A. Edwards para que

    se

    convierta en el agente exclusivo para la

    comercializacin del cob re de Guayacn abrindoles un elevado crdito. A

    fines de

    1863,

    la buena marcha de

    los

    negocios permite pagar las deudas,

    terminar la agencia c on

    A.

    Edw ards y continuar con

    sus

    prop ios recursos la

    marcha del negocio.

    Con capital fresco y una estabilidad en la demanda y precios del cobre,

    durante la primera mitad de la dcada de

    1860

    la empresa pud superar sus

    problemas finacieros y reiniciar inversiones. Las fundiciones (Guayacn,

    Tongoy y Totoralillo) fueron modernizadas, en especial Guayacn, al tiempo

    qu e se instalan otras nuevas en los puertos d e Carrizal Bajo y Hu asco, en la

    provincia de Atacama. Para ampliar operaciones haban instalado una agencia

    para la compra de minerales, habilitacin y trabajos de minas en Vallenar. El

    mismo a o, establecan una sociedad con Juan M acKay para explotar minas

    de carbn en la zona de Lebu, permitiendo, a la empresa, contar con

    sus

    propias fuentes carbonferas. Adems, contaban con su propios barcos, entre

    ellos varios vapo res, para el traslado de

    los

    min erales y el carb n desde los

    lugares de produccin hasta las fundiciones.

    El mismo ao, convertida en una de las m s importan tes com paas d e

    Valparaso, participa en el sector financiero como fundadores de dos impor-

    tantes sociedades annima s. La primera era la C om paa del Ferrocarril de

    Tongoy, llevada a cabo por iniciativa de Urmeneta, tena como fin construiru n

    ferrocarril que unira el puerto de Tongoy con el mineral de Tamaya; la

    segunda, era el Banco N acional de Chile, creado en Valparaso a m ediados de

    1865 y q ue tena entre sus socios fundadores a las ms importantes casas

    m ercantiles de Valparaso.

    La empresa fue prorrogada en

    1866

    dotada de un capital de un milln

    de p esos enterados en partes iguales por Urm eneta y Errzuriz. Adquira

    entonces su estructura definitiva, como una de las ms importantes em presas

    nacionales. Tena su sede central en V alparaso, desde donde el socio gerente

    (Errzuriz) o

    su

    representan te diriga todos

    los

    asuntos relacionad os con la

    emp resa de fu ndiciones, la representacin d e la sociedad d e M acKa y y Ca.

    y los intereses en las sociedades annimas. En G uayacn se encontraba la

    administracin general de las fundiciones de la provincia de Coquimbo

    103

  • 7/23/2019 Jose T. Urmeneta

    21/71

    (Gu ayacn, Tongoy y Totoralillo) y en Vallenar la adm inistracin general d e

    los negocios mineros y las fundiciones de C arrizal y Huasco.

    Durante la segunda mitad de la dcada de

    1860,

    el precio del cobre sufre

    una cada que se mantiene hasta finalizar la dcada, provocando una grave

    crisis en el sector minero, que se encontraba fuertemente endeudado.

    Urmeneta

    y

    Errzuriz se ven obligados, a fines de

    1865,

    a celebrar un con-

    trato de habilitacin con Alsop y Ca. para acceder a un importante crdito,

    que les perm itiese m antener el nivel d e op eraciones e inversiones. En

    1866,

    los negocios de la empresa continuaban agravndose, teniendo que tomar un

    crdito con el Banco N acional de C hile, hipotecando la hacienda de Limache

    y las acciones de la C ompaa de Gas de Santiago. Al ao siguiente, la fuerte

    cada del precio del cobre origina nuevos problemas financieros que

    los

    obli-

    gan a recurrir a prestamistas

    y

    bancos, tomando caros crditos e hipotecando,

    Urmeneta, prcticamente toda su fortuna. Solamente al finalizar 1869

    Urmeneta y Errzuriz pudieron salir adelante, pero endeudndose -con el

    Banco Nacional de Chile y G. Gibbs

    y

    Ca. por alrededor de un m illn de

    pesos.

    La crisis se deja sentir con fuerza en las em presas regionales que de-

    pendan de la em presa de fundiciones. En

    1866,

    la agencia de Vallenar llega a

    su trmino, y en su remplazo se crea una sociedad para administrar las

    pertenencias mineras. Al ao siguiente, sta tambin es cancelada. En los aos

    posteriores, Urmeneta y Errzuriz, gracias a los nuevos crditos, compran

    importantes minas en Carrizal; pero al finalizar la dcada de 1870, inician el

    retiro definitivo de Atacama vendiendo todas las pertenencias m ineras en

    Carrizal los esta blecim ientos de fundicin de Carrizal y Huasco. En

    1872,

    la

    empresa termina con la improductiva sociedad de Juan MacKay y Ca., com-

    prando Errzuriz las partes de los otros dos socios, para continuar solo con el

    negocio.

    PRODUCCI~NE

    COBRE

    EN

    BARRA LINGOTES D E

    URMENETAERRZURIZ

    Aos Cobre en B.y L . % respecto de la

    en tons. produccin nacional

    1871

    1873

    1874

    1875

    1876

    1877

    1878

    1879

    1880

    1881

    O63

    10.037

    11.380

    9.500

    11.700

    9.940

    7.435

    7.400

    8.245

    8.746

    58 %

    36,6 %

    34,l %

    26,4

    %

    28 %

    28 %

    18

    %

    18 %

    25

    %

    26 %

    104

  • 7/23/2019 Jose T. Urmeneta

    22/71

    Fundicin de Cuayacn, una verdadera VanguardiaInduslrial')en la segunda mila d delsig lo XIX leg

    a

    producir el 40% del cobre en barra del pas

    (Chile

    Ilustrado por Recaredo Tornero, 1872.)

    A

    partir d e

    1872,

    la demanda

    y

    los precios del cobre aumentan producto

    de la guerra franco-prusiana y del nuevo impulso de la revolucin industrial;

    el negocio de la emp resa d e fundicin toma nuevo auge, pero los emp resa-

    rios, esta vez m s conservadores, no inician nu evas inversiones; al contrario,

    mantienen la estructura del negocio hasta finalizar la dcada . Para la dcad a

    de 1870,

    es

    posible contar con informacin estadstica sobre la produccin de

    cobre en barra y lingotes de la empresa y su relacin porcentual respecto de

    la prod uccin total d e pas:

    Ms del 80% de la produccin corresponde a la fundicin de G uayacn y

    lo dems a la fundicin de Tongoy. El resto de las fundiciones de la em presa

    produca ejes

    de

    cobre, que eran posteriormente procesados en Guayacn.

    La

    otra compaa rival de Urmeneta y Errzuriz era la fundicin de Lota

    y Co-

    ronel,

    que

    produca entre el 19 y 30% del cobre en barra en el mismo pero-

    do, produciendo entre ambas comp aas ms del 50% del cobre en barra del

    pas.

    La estructura y adm inistracin de una empresa deba resolver mltiples

    problemas para actuar con eficiencia. En primer lugar, tener montados y

    funcionando en forma los establecimientos de fundicin; en segundo lugar,

    contar con las materias primas necesarias: mineral de cobre y carbn y en

    tercer lugar, preocuparse de transportar las materias primas por va terrestre

    o martima desde los lugares de produccin hasta las fundiciones, y ver,

    luego, su traslado al extranjero. La solucin ideal para una empresa de fun-

    105

  • 7/23/2019 Jose T. Urmeneta

    23/71

    diciones era la integracin vertical, en una sola adm inistracin, de las dife-

    rentes etapas prod uctivas. La estructura permita una disminucin de los

    costos de produccin y u n mejor control sobre

    los

    precios en mom entos de

    alza y baja. Esto significaba que la empresa deba ser duea de las minas de

    cobre y carbn, instalando las fundiciones cerca de unas u otras, segn la

    economa, tener

    su

    propios medios de transporte para el traslado de las

    ma terias primas y la produccin: cam inos, ferrocarriles, barcos y vapo res; y

    an m s, deba poseer fbricas prop ias de productos elabora dos de cobre.

    Los empresarios que participaron del negocio de fundiciones tuvieron en

    cuenta estas variables, y, de una otra forma, se acercaron a la integracin

    vertical de la empresa, pero logrando slo en parte alcanzar

    el

    ideal pro-

    puesto. La estructura productiva de Cousio en Lota se acerca bastante al

    ideal de las empresas de integracin vertical, pero sobre la principal materia

    prim a -el cobre- Cou sio no tena ningn control. No era propietario de

    minas de cobre, pero probablemente tena un sistema de crdito que le per-mita asegurar

    una

    produccin normal y fluida de minerales.

    Opuesto al de Cousio, es el caso d e Urmeneta: dueo d e las ms im-

    portantes minas de cobre del pas, instala sus fundiciones en

    los

    puertos

    cercanos a las minas de cobre de Coquimbo y Atacama; tambin cuenta con

    sus propias naves que trasladan el mineral desde los puertos y caletas del

    norte a la fundicin central de Guayacn, y el carbn

    de

    Lota y Coronel para

    las fundiciones. Urmcneta ta m b ih construy un camino para unir las minas

    de Tamaya con u fundicin de T ongoy y, p osteriormente, particip en la

    gestin para

    la

    construccin del ferrocarril. En el caso de las materias primas,

    a pesar de contar con importantes minas, como p ropietario individual

    o

    a

    travs de la empresa de fundiciones, la mayor parte del cobre era producido

    por otros m ineros, a los cua les apoyaba con diferentes tipos de crditos. En

    cuanto al carbn, intcnt la empresa de fundiciones tener sus propias m inas,

    pero las diferentes tentativas fueron infructuosas, su principal fuente de

    carbn fueron las minas de Lota y Coronel, propiedad de Cousio.

    A pesar de que la empresa de fundiciones Urmeneta y Errzuriz no tena

    una ideal integracin vertical, pod em os dec ir que , de una otra form a,

    exista una especie de integracin vertical prod uctiva y adm inistrativa que

    permita tener cierto control sobre las diferentes etapas productivas del cobre

    en barra. Desde sus orgenes, la empresa instal sus establecimientos de

    fundicin en los puertos cercanos

    a

    los p rincipales centros productores de

    cobre de

    la

    provincia d e Coquimbo: Guayacn. El establecimiento principal

    se

    proyectaba a nivel nacional, y se encontraba justo en medio de los yaci-

    miento s de cobre distribuidos entre Santiago y Atacama. El establecim iento

    de To ngoy estaba d estinado exclusivamente a procesar

    los

    minerales de

    Tamaya, en especial, de las minas de Urmeneta, y el de Totoralillo, de pe-

    queas dimensiones, captaba la produccin del mineral de La Higuera.

    Cuando la empresa extendi sus operaciones hacia Atacama, sigui el mismo

    modelo instalando

    sus

    fundiciones en

    el

    puerto de Carrizal Bajo, a corta

    distancia del mineral de Carrizal, donde la empresa tena minas de cobre, y

    en el puerto de Huasco Bajo, captando los minerales del departamento de

    106

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    24/71

    Vallenar. Ambos establecimientos producan ejes de cobre que posteriormente

    eran trasladados a Guayacn para producir cobre en barra. Lo mismo suceda

    con Totoralillo. El transporte martimo se realizaba a travs de varios barcos

    y vapore s que la em presa p osea, y en materia terrestre construy eron un fe-

    rrocarril de Tamaya a Tongoy.

    A

    a cabeza de

    la

    empresa se encontraba

    Jos

    Tom s U rmeneta, con re-

    sidencia en Santiago, a cargo de las gran des decisiones de la compaa: pla-

    nificacin y organizacin de nuevas inversiones, contratos y crditos de alto

    nivel -G ibb s y Ca., Ed wards, Alsop y Ca.- o empresarios mineros impor-

    tantes, como Ramn Ovalle, Melinton Samit, etc. En general, Urmeneta no

    llevaba d irectamen te la direccin de la em presa, pero segua de cerca la

    operaciones a travs de una correspondencia diaria con lo s gerentes y ad-

    ministradores repartidos a lo largo del pas.

    Como socio -gerente

    se

    desempeaba Maximiano Errzu riz, llevando la

    direccin del negocio desd e Valparaso. La sede central de la Sociedad se

    instala en el puerto, con

    la

    vuelta de Errzuriz desde Europa, a comienzos de

    1864,

    reaparecien do en el puerto com o socio- gerente de la prspera Socie-

    dad.

    La direccin o gerencia de la Sociedad en Valparaso tena variadas obli-

    gaciones: vender

    la

    produccin de las fundiciones

    o

    despacharla en consig-

    nacin a Estados Unidos

    o

    Londres; comprar las materias primas para las

    fundiciones, carbn, cobre, ladrillos refractarios, mquinas, etc.; ver el traslado

    del cobre en barra y lingotes al extranjero y el cab otaje interno de m aterias

    primas, en barcos propios o arrendados. Todo esto implicaba negociaciones,

    acuerd os y contratos en el pu erto de V alparaso; tambin deb a atender las

    finanzas diarias de la empresa de acuerdo con el agente o banquero de sta y

    las inversiones en sociedade s ann imas o colectivas como la del carbn con

    Juan MacKay, en la cual elgerente de Urmeneta y Errzuriz se desempeaba

    como agente de la sociedad en Valparaso. El gerente se entenda directa-

    mente con Urmeneta a travs de una correspondencia diaria y ste, a su vez,

    con los adm inistradores de las diferentes secciones en que se divida la em -

    presa.

    En Guayacn se desempeaba u n administrador y apoderado general

    para los negocios de Urm eneta y Errzuriz en la provincia de Coquimbo. Los

    intereses de la empresa en Atacama eran representados, desde

    1860,

    por

    Nicols N aranjo, el

    que

    tena a su cargo la direccin de la agencia de Vallenar

    para la com pra d e m inerales, trabajos d e m inas, habilitacin y todas las ac-

    tividades relacionadas con el trabajo d e m inas. En 1867, Naranjo fue reem-

    plazado por el contador de

    la

    agencia Rodo lfo Piderit y ste, en

    1872,

    por

    Jos Arias Calvente, como apoderado general de la compaa en la regin.

    Las principales materias primas que la empresa de fundiciones necesi-

    taba eran: cobre, minerales

    y

    ejes; carbn, nacional e ingls; ladrillos refrac-

    tarios, nac ionales

    o

    extranjeros. Diversas fueron las inversiones que la em-

    presa realiz para tener

    su

    propio sum inistro de ma terias primas, con el fin

    de red ucir los costos de prod uccin, en cada una de ellas. Sin embarg o, no

    logr satisfacer su demanda con lo entregado por las diferentes unidades

    107

  • 7/23/2019 Jose T. Urmeneta

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    productivas creadas para estos fines.

    Ms

    bien fueron complementarias: la

    gran mayora del cobre y carbn que las fundiciones de la empresa ocupaba

    provenan de otros productores.

    El

    cobre era la materia prima fundamental para la sociedad de fundi-

    ciones y slo en mnimas cantidades procesaron oro o plata, obligando, a la

    em presa, a realizar d iversa s operaciones para captar la produccin.

    Dos

    eran

    las posibilidad es que poda poner en prctica: tener sus prop ias m inas, inte-

    gradas verticalmente,

    o

    comprar en el m ercado la produccin d e los m ine-

    rales. La empresa utiliz los dos sistemas: tuvo sus propias minas d e cobre y,

    al mismo tiempo, a travs de una com plicado sistema, compraba la produc-

    cin d e cobre d e Atacama y Coquimbo.

    La

    primera pos ibilidad , tener sus propias m inas,

    se

    implement cuando

    se extendieron las operaciones a la provincia de Atacama. En la provincia de

    Coquimbo, la empresa no tena propiedades mineras, si bien es cierto

    que

    Urmeneta era dueo de las minas de cobre ms importantes de la provincia,

    en el mineral de Tam aya, estas minas nunca fueron parte de la orga nizac in,

    eran administradas en forma autnoma y vendan su produccin a la em-

    presa como cualquiera otra. Pero tambin es cierto que gran parte de las

    in-

    versiones de la sociedad de fundiciones -cam inos, ferrocarril, fundicin de

    Tongoy- estuvieron en funcin de las minas de Urmeneta en Tamaya. Por lo

    tanto, sin ser parte del patrimonio de la empresa, las minas de Urmeneta en

    Tamaya aseguraban

    un

    suministro constante de minerales a la fundicin de

    Tongoy.

    La otra alternativa de la empresa (com prar directamente el cobre a los

    productores) estaba sujeta a

    un

    sistema que tena diversas formas, como ya

    hemos visto: habilitacin, contratos de venta, adelanto de din ero por futuras

    entregas de minerales, cuentas corrientes, prstamos que eran pagados en

    metales. No vamos a explicar nuevam ente estas operacio nes, sino, cm o era

    la fijacin de precios de los minerales, cmo eran entregados a la empresa y

    cm o pagados.

    La fijacin de los precios de los m inerales, una vez que se firmaban los

    diversos tipos de contrato, fue cambiando a medida que el negocio del cobre

    aumentaba su tamao. En una primera etapa (1860) el precio que establecan

    los em presarios con

    los

    mineros

    se

    mantena fijo durante la vigencia delcontrato, y

    se

    manejaban ciertas tablas para determinar el valor de las dife-

    rentes leyes del mineral. Por ejemplo: duran te el termino estipulad o de la

    habilitacin

    ...

    se obliga

    a

    vender a

    los

    habilitadores todos lo minerales de

    bronce qu e produsca [Sic.] la mina ... al precio de ochenta centavos el quintal

    con ley de

    un

    diez por ciento de cob re fino, y aumentando d e quince centa-

    vos y bajada de veinteycinco centavos por cada uno por ciento que la ley

    suba o baje de diez por ciento . El precio base poda variar de m es a m es

    o

    de acuerdo con las co ndiciones del con trato. En 1861, el p recio base para el

    cobre de ley de 10% era de 85 centavos , pero en 1865 era de 80 centavos.

    En

    1864,

    as inestabilidades del precio del cobre

    se

    hicieron ms notorias

    y los precios comenzaron a ser fijados de acuerdo al del cobre en barra en

    Valparaso, que manejaban

    los

    corredores, especialmente Roberson y Ca.

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    Varios contratos fueron mo dificados este ao y

    los

    siguientes que se convi-

    nieron tenan esta modalidad.

    Una vez que s fijaban

    los

    precios, los productores deban aclarar en sus

    contratos la forma de entregar

    el

    mineral. Todos los contratos obligaban a los

    mineros a entregar el mineral en las canchas de la empresa, las que se en-

    contraban en

    los

    puertos de embarque o al lado de las fundiciones, que

    tambin estaban en los puertos, por lo que el costo del transporte del mineral

    era para el minero. La entrega deba hacerse por determ inadas cantid ades,

    y

    una vez en las canchas de depsito, ste era pesado tomndose muestras para

    determ inar las leyes del mineral, por peritos seleccionados por ambas partes:

    los comunes se sacarn al tiempo d e efectuar el em barque, tomand ose tres

    muestras y tres pesos como es de costum bre y d ebiendo Don Manuel Ara-

    cena hacer

    el

    tercer ensaye si fuese necesario . Los minerales que general-

    mente compraban para la fundicin era de ley de un 25 , pero tambin

    compraban d e leyes menores que eran tratados en

    los

    establecimientos de los

    puertos. La compra de ejes de cobre, sobre todo en Carrizal

    y

    Huasco, era

    otra forma de acaparar la produccin de cobre.

    El pago de los minerales

    se

    haca de diferentes formas segn

    los

    tipos de

    contrato; generalmente com enzaba a verificarse una vez q ue los productos

    mineros eran entregados en las canchas o depsitos d e la empresa de fun-

    dicion es; si el contrato tena crditos de po r med io y s e llevaba una cuenta

    corriente, el abono se haca: el ltimo da del mes siguente al de la extrac-

    cin de los comunes y a

    los

    precios que correspondan a os que en dicho da

    de la extraccin valga el cobre en barra en Valparaso segun la escala .

    El carbn fue

    la

    segunda gran materia prima, vital para el funciona-

    miento d e los hornos de reverbero, calcina y refinacin, que elaboraban el

    cobre en barra en las fundiciones de G uayac n, Tong oy

    y

    Totoralillo,

    y

    ejes

    de cobre en Carrizal y Huasco. Guayacn, la fundicin principal, utilizaba en

    sus hornos de reverbero carbn nacional, y en

    los

    de calcinacin y refina,

    carbn nacional mezclado con carbn ingls; las otras fundiciones utilizaban

    solam ente carbn nacional y , en a lgunos casos, lea. Lo s volmenes d e car-

    bn utilizad os en la fundicin de Guayacn durante gran par te de la dcada

    de 1870 alcanzaro n, en promedio, las 28.000 toneladas an uales, de las cuales

    veinticinco mil correspondan a carbn nacional

    y

    tres

    mil,

    a carbn ingls.

    La

    mayor parte del carbn nacional provena de las minas de Lota y Coronel,

    segn diversas fuentes. El carbn ingls era enviado por A. Gibbs e hijos.

    Durante toda la historia de la empresa de fundiciones se realizaron inver-

    siones destinadas a producir su propio carbn, con el fin de bajar los costos.

    Sin em bargo, cada uno de

    los

    intentos realizados termin en fracaso.

    La primera experiencia s remonta a 1856, cuando Urmeneta inici la

    Sociedad C hilena de Fundiciones, proyectando inmediata mente la inversin

    en minas de carbn en el sur del pas. Con su hermano Jern imo, formaron

    una sociedad con los hermanos Isidoro y Teodoro C otapos para iniciar la

    explotacin de minas de carbn en Lota y Coronel. La poca informacin que

    tenemos perm ite afirmar que los hermanos Urmeneta actuaban com o socios

    capitalistas y los Cotapos habran sido los gestores de la em presa. Sobre la

    109

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    labor desarrollada por los hermanos Cotapos tenemos poca informacin:

    sa-

    bemos que tuvieron minas de carbn piedra en Lota

    y

    Coronel, en

    los

    sec

    tores de Playa Negra, Roble Corcovado y Puchoco, vecinas a las importantes

    minas de Matas Cousio y Jorge Rojas. La gestin de

    los

    Cotapos no fue

    exitosa. En

    1864,

    la sociedad tena perdidas por

    100.826.

    La segunda experiencia se remonta a

    1865.

    Despus de un ao de ne-

    gociaciones y viajes de Errzuriz a la zona de Lebu, se lleg a un acuerdo

    para formar una sociedad, entre Errzuriz Urmeneta y Juan MacKay, para

    iniciar la explotacin de minas de carbn en la zona de Lebu. El doctor

    MacKay introduca en la sociedad, como su aporte social, sus derechos por el

    carbn descubierto

    o

    por descubrir en las inmediaciones del ro Lebu, la

    tercera parte del carbn del potrero Boca Lebu, la mitad del potrero Ar, la

    mitad de

    los potreros Callilepe y Maripeuco y todos los derechos en los

    potreros Palpa1

    y

    Peyaco, todo por un valor de

    $ 17.000.

    La sociedad

    Urmeneta y Errzuriz, por

    su

    parte, introduca entre los dos un derecho a

    otra tercera parte del potrero Boca Lebu, comprado en cuatro mil

    pesos,

    y la

    suma d e treinta mil pesos en efectivo, que seran entregados a medida que

    se

    necesitaran para los trabajos proyectados.

    La sociedad girara bajo la firma social de Juan MacKay y Ca., corres-

    pondindole a cada uno de lo socios una tercera parte de las acciones

    y

    ca-

    pital del negocio, que tendra

    su

    domicil io legal en V alparaso, dond e

    Errzuriz sera el representante y ag ente de la sociedad, y M acKay en el sur

    como director y administrador de los trabajos mineros.

    No tenemos mayor informacin sobre la marcha del negocio, la cantidad

    producida

    o

    si el carbn era usado en las fundiciones de la empresa; sola-

    mente sabemos que la mala calidad del carbn encontrado y las dificultades

    que presentaba el puerto de Lebu para

    los

    barcos

    y

    vapores, dificultaron

    los

    xitos esperados. En

    1872,

    ante el fracaso de la empresa, dos de

    los

    socios

    vendieron

    sus

    acciones a Maxim iano Errzuriz, que insista en continuar con

    el negocio. Jos Toms Urmeneta vendi

    su

    parte al contado en

    130.000 y

    MacKay en cien mil pesos, ms ciertos derechos.

    La tercera experiencia, de producir

    su

    propio combustible para las fun-

    diciones,

    se

    produce en

    1870.

    Esta vez no

    se

    trata de invertir en minas de

    carbn, sino en

    u n

    nuevo tipo de combu stible llamado turba. Los primeros

    intentos para desarrollar este tipo de com bustible se rem ontan a 1868, cuan-

    do se haba concedido el privilegio exclusivo a Borja Cegundo Huidobro, Juan

    Antonio Pando y Julio Foster, para usar la turba en ho rnos de reverbero por

    un lapso de siete aos. Inmediatamente formada la sociedad denominada

    Borja Segundo Huidobro y Ca., la sociedad adq uiri pro pied ade s en

    Panquehue; un predio llamado

    el

    Ingenio, y

    el

    derecho a explotar la turba

    y

    los

    montes contenidos en

    el

    predio Las Casas; levantado hornos de reverbero

    y construy

    un

    canal llamado Borgino. La sociedad fue disuelta el ao

    1870,

    por encon trarse qu ebrada, y los socios principales Pando

    y

    Foster buscaron

    socios capitalistas para salir de la quiebra y reiniciar el negocio.

    Los soc ios fueron Urm eneta y Errzuriz, interesados en el negocio de la

    turba, para producir briquetas de este combustible destinadas a las fundi-

    110

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    posteriormente, a ser propiedad de Maximiano Errzunz, quien hara grandes

    inversiones levantando una via de cepas francesas y otros adelantos que la

    convertiran en una de las mejores del pas.

    Com o pud imos ver, Urm eneta y Errzuriz hicieron grandes intentos por

    tener su propio suministro d e carbn, e incluso buscaron otra alternativa de

    combustible como la turba, pero cada uno de estos intentos termin en un

    fracaso. Sin emb argo, es importante comprobar que estuvieron siempre pre-

    ocupados de buscar un suministro de carbn que permitiera disminuir los

    costos de produccin.

    La comp aa contaba con tres fundiciones. La fundicin de G uayacn era

    la ms importante y una de las principales del pas. Durante la dcada de

    1870 produca ms del 30% del cobre en barra que se exportaba. La fundicin

    estaba en la ribera norte de la baha de La Herradura, en

    el

    sector conocido

    como Guayacn. Desde 1858 funcionaba como puerto meno r, con el corres-

    pondiente m uelle fiscal, edificios de Adu ana, resguardo martimo,

    y

    al lado

    d e la fundicin habia surgido

    u n

    pueblo, en

    el

    que se encontraba la casa de

    la administracin y dos poblaciones, una de obreros nacionales y otra de

    obreros ingleses.

    PRODUCCI~NE

    GUAYACN

    868-1886

    TONELADAS

    Aos N*

    Obreros Carbn

    Carbn minerales ejes cobre barra

    Hornos

    Chileno Ingls

    y lingotes

    1868

    1869

    1870

    1871

    1872

    1873

    1874

    1875

    1876

    1877

    1878

    1879

    1880

    1881

    1882

    1883

    1884

    1885

    1886

    1905

    1911

    1920

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