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Jesús Duarte Ruz

Historia y gestión del patrimonio

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Jesús Duarte Ruz

Historia y Gestión del Patrimonio, 3ºA

Profesor Adrià Besó

Jesús Duarte Ruz

Historia y gestión del patrimonio

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Introducción

Este trabajo se plantea como objetivo destacar al inmueble de la Torre de Paterna y su relación

con el entorno, así como su valoración patrimonial a lo largo de la historia. Veremos toda una

serie de vaivenes que la estructura tendrá que atravesar así como las consecuencias de las

decisiones de aquellos cargos públicos que la gestionaban en cada momento. Las eventualidades

políticas y sociales no resultan alienas a estas más que sugerentes mutaciones y a las percepciones

que sobre tan importante vestigio arquitectónico se pueden apreciar en las diferentes épocas

históricas. Las fluctuaciones que le tocaron vivir la harían partícipe de una especie de oscilación

mediante la cual pasaría de ser una bella terraza derruida y olvidada a convertirse con el paso de

los años en el centro emblemático y alegórico del municipio en su representación iconográfica. La

información que hay sobre la torre procede de todos los ámbitos y géneros posibles, siendo

protagonista de un gran número de funciones y finalidades.

Fig. I

El edificio

Los orígenes de la torre son inciertos, pero se acepta que fuera una construcción árabe que debía

formar parte de un sistema defensivo de la población, por el hecho de poseer una excelente

visibilidad de los alrededores. Pero no solo se ocupaba de la protección de la Villa, si no que

formaba parte de un cinturón y entramado defensivo de la ciudad de Valencia. «Así, su zona más

inmediata –radio entre 6 y 13 kilómetros– organizó su protección. Esto se realizará estableciendo

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a su alrededor un mayor número de puntos disuasorios de los que anteriormente disponía. De

esta forma se convirtió en el centro de un sistema fortificado en el cual se integrarán un gran

número de alquerías. Así, y las más cercanas a Valencia van a ver incrementada su importancia

económica, demográfica, urbana […] como Museros, Montcada, Paterna, Quart, etc.»1

En cuanto a su forma, tiene una apariencia ligeramente troncocónica y una única puerta de entrada

a la cual se accede por un tramo de escalera exterior. Sus dimensiones son de 19.5 metros de

altura y el perímetro de su base es de 12.70m, y su diámetro es superior a 9.60 m. Los muros

tienen un grueso entre los 2.50 y 3.30 metros, construidos a base de un hormigón que se utilizaba

en la época a base de cal y barro con piedras a partes iguales, empleando filas de ladrillo como

refuerzo. La edificación consta de un robusto baluarte de tres plantas y una terraza superior. La

planta baja era una cisterna o aljub sin acceso al exterior. La planta siguiente es cuadrada y sobre

esta se sitúa la puerta de acceso, mientras que el último piso de la torre es de planta octogonal, de

techo abovedado y con muros de ladrillo.

Se accede a través de una escalera incrustada en el muro con escaleras de ladrillo. En la

plataforma superior destacan unos imponentes matacanes y un cuerpo almenado, desde la cual se

observa la panorámica de Paterna. La baranda exterior se incorporó a la Torre con las obras de

restauración. Son de hierro forjado y fueron realizadas a mano de Ernesto Simó, reconocido

artesano de Paterna. La construcción sufrió un deterioro paulatino debido a las increpancias del

tiempo, por lo cual se planteó la restauración a partir de 1967. En 19712 fue declarada Monumento

histórico-artístico de interés local ya que, históricamente, se consideró como representación y seña

de la identidad de la población paternera.

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1LOPEZ ELUM, Pedro. ”El objetivo de la conquista musulmana y cristiana”.En LOPEZ ELUM, P.Los castillos

valencianos en el siglo XIII. Del hisn musulmán al castrum cristiano. 1998, p.117

2 España. Ley orgánica 07/1971, de 16 de julio, del Código Penal. Boletín Oficial del Estado, 16 de julio de 1975,

núm. 216, p.1471

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Fig. II

La torre en la simbología paternera

A la hora de referirnos a la torre como elemento identificativo de la personalidad paternera y de su

representación en el imaginario de la Villa, dos son los elementos que pueden resultar adecuados

para constatar esta simbología: el escudo de Paterna y el Himno de la Villa. La Torre ya aparecía

en el viejo escudo que avalaba los documentos municipales, desde el siglo XIX. Respecto al

escudo heráldico de la Villa de Paterna, fue aprobado por el Pleno del Ayuntamiento en sesión

extraordinaria del 12 de septiembre de 1972 para presidir los actos oficiales y figurar en el sello

que estampa los documentos del Ayuntamiento. La comisión especial creada para dicho efecto

llevó a cabo una serie de actuaciones que extraemos del estudio de la diversa documentación

existente en el Archivo municipal y que nos conduce hasta un acta del llamado Pleno

extraordinario celebrado en fecha del 12 de septiembre de 1972, acta en la cual se dice: «Que el

Ayuntamiento Pleno ha estimado conveniente dotar al municipio de un escudo de armas en el que

se recojan los hechos más representativos de su historia y sirva, a la vez, como sello para

autorizar los documentos oficiales». Este proyecto de escudo fue aprobado en la misma sesión:

«El Ayuntamiento presenta un proyecto de escudo, sin cuartelar en cuyo único campo, de oro,

lleva los cuatro palos de gules, en atención a la conquista de Paterna por el Rey D. Jaime y como

fidelidad al Reino de Valencia. En el centro del escudo la Torre mudéjar, elemento peculiar y

característico que la distingue de otros municipios y que ha sido considerada, recientemente,

monumento histórico-artístico de interés local. Entado en punta, de plata, un creciente,

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tranversado de jaqueles de oro y sable, armas de los Luna, estirpe a quien perteneció el señorío

de Paterna. Timbrado de Corona Real por su incorporación y fidelidad a la Nación».

Después de la aprobación en el Pleno extraordinario, el expediente fue sometido a la perceptiva

información pública, mediante la fijación del edicto en el tablero de anuncios del Ayuntamiento

durante el término de un mes, sin que fuera formulada ninguna reclamación. Así mismo, la

documentación fue enviada a la Real Academia de Historia, que emitió un dictamen en sentido

favorable, aunque: «Sin que ello signifique objeción alguna a tal proyecto, la torre no debe ser de

su color, ni ésta señarse fiel a concreta arquitectura alguna, sino representada por una torre

heráldica, de características tópicas». Una vez resueltos los trámites oportunos, el expediente en

cuestión sería tratado nuevamente en sesión plenaria, el 26 de junio de 1973 en la cual: «Por

unanimidad se acordó aceptar la sugerencia de la Real Academia de Historia quedando, pues, el

escudo organizado en la forma como sigue: partido. Primero, de oro, los cuatro palos de gules.

Segundo, de gules, la Torre, de oro. En unta de plata, el creciente jaquelado de sable y oro y

atravesado. Al timbre Corona Real»

Esta disposición fue aprobada por Decreto número 2.025, de 17 de agosto de 1973 (BOE núm.

226 de 20 de septiembre), dictado a propuesta del Ministerio de la Gobernación y con la previa

deliberación del Consell de Ministres en su reunión del día 17 de agosto de 1973. Respecto al

Himno de Paterna, se compuso en el año 1921 con letra de Vicente Mallent y música del director

de la banda de manos de Domingo Meri y su hermano Vicent. Tal es así que la primera estrofa del

Himno local quedaría de la siguiente manera:

«Vixca Paterna, la nostra cunta

on vàrem vore la llum primera;

Vixca la Torre, negra y moruna,

que la corona altiva i fiera.»

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Diversos usos a lo largo de la historia

Ya hemos observado que la torre resulta un elemento distintivo básico de la población y de sus

habitantes y que su impronta aparece en los escudos municipales y en la letra del Himno de

Paterna. Pero el edificio no ha gozado siempre de la misma consideración. A continuación

veremos algunos casos en los que la Torre ha sido prácticamente menospreciada por el poder

local.

La pretendida permuta por el Casino de la Plaza

A finales de siglo XIX, Paterna contaba con 3.500 habitantes y una esperanza de vida de 50 años

fuertemente condicionada por la elevada mortalidad infantil. La agricultura absorbía la mayor

parte de la población activa. En la documentación municipal se habla del «mal estado de la clase

pobre a causa de los temporales que suceden». En las declaraciones de pobreza de los reclutas

(para poder ser eximidos del servicio militar) se aprueba que «servía de tipo de renta de 75 cts. de

peseta por el cabeza de familia y 25cts por cada uno de los [demás] individuos a cuya

manutención esté obligado».3

Pese a todos estos efectos tan negativos, se percibieron una serie de medidas encaminadas a

adaptarse a los nuevos tiempos ya que, lejos de las pesimistas actitudes finiseculares del momento,

se pretendió apostar abiertamente por una villa de Paterna concorde con las nuevas demandas y

expectativas. La obligatoriedad de la educación primaria chocaba cruelmente con las penurias de

la realidad. Pero sus habitantes no se acobardarían y en el año de 1899 estaba «próximo a finalizar

el próximo edificio construido para la enseñanza primaria». Con el arquitecto Cortina como

técnico ratificador de los cambios urbanísticos que se estaban operando, las solicitudes de

licencias de obras aumentan de forma manifiesta, a la cual cosa se añade la construcción de

cuevas. Se llega a un extremo en el que incluso el Ayuntamiento sufre por la pérdida de terrenos

comunales del Bovalar, y constata en sesión plenaria «la desaparición de la casi totalidad del

precio por roturaciones arbitrarias no legitimadas».

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3ALFONSO BARBERÀ, Rafael. Notas para la historia de Paterna. Valencia: Els Clavaris, 1977, p.54.

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La Corporación trató, igualmente de ampliar la actual Plaza del Pueblo por la cual cosa adoptaría

Una decisión trascendente a efectos del que nos interesa en este trabajo. El día 3 de mayo de 1897

el Ayuntamiento de Paterna acorda crear una Comisión compuesta por el Señor alcalde y el

regidor síndico «para que propongan y gestionen con Don Enrique Trenor Bucelli la permuta de

la Torre con el edificio posada que éste posee en la Plaza». Las diligencias de trámite cabe

situarlas en el contexto del plano de modernización emprendido por el Ayuntamiento y, dentro de

este, las ampliaciones en calles, avenidas y plazas, ya que la reunión con el consejero Trénor se

hacían «con el fin de otorgar una mayor amplitud y ensanche a esta (plaza) y regularizar la calle

de San Pedro. Comisión cuya mejora, toda vez que se han derribado las casas que existían entre

la calle de Quart y Casa Capitular, levantándose a la línea de estas las escuelas públicas, se

completaría en beneficio del bien común y ornato público el proyecto trazado y aprobado en el

plano de reforma de líneas de esta toma». La ampliación no tuvo lugar porque el expediente se

paralizó, ya que el propietario del Casino no aceptó la permuta por la Torre y por lo tanto, esta

siguió perteneciendo al pueblo de Paterna.

La deseada cesión de la torre a los cuarteles

La centuria del 800 ha resultado indefectiblemente asociada a guerras civiles, revueltas y

pronunciamientos militares, corrupción política y conflictos generalizados que desembocarían en

la tan apelada crisis del 98. Crisis no solo política y militar ante la pérdida de los dos últimos

territorios coloniales, rémora del vasto imperio español, si no también tribulaciones de carácter

económico y cultural ante la infructuosa busca de las causas que la originaron y que, incluso, se

extendería a la indagación del factor identitario español del momento. Es en este contexto cuando

el Pleno de la noche de Navidad de 1898 sale a coalición que el Señor Capitán General del distrito

«ha solicitado la cesión definitiva del torreón que de antiguo viene sirviéndose el ramo de

Guerra» Iniciado el debate sobre este punto, las consideraciones de los miembros del

Ayuntamiento serán que «el torreón indicado es un edificio inútil e inservible para todo uso... ya

que nada produce». Es por eso que el Ayuntamiento «no ha intentado en reparación, ni atiende a

su conservación en forma alguna». Después de la deliberación se indica que el torreón «dada su

antigüedad y que supone un gasto superfluo para el ayuntamiento que ningún destino puede dar»

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razón por la cual se decide «cederlo gratuitamente al departamento de Guerra». Al lado de este

ofrecimiento, se establece una sola condición y es que «no alteren el orden arquitectónico y la

forma... que constituyen el escudo de este Municipio». Después de esto, la torre pasó directamente

a depender del Ministerio de Guerra. Como veremos más adelante, este sería uno de los motivos

alegados por la administración del Estado para reclamar, más de 70 años después, la propiedad

exclusiva del «Castillo de Paterna». La primera lectura de los acontecimientos nos hace pensar en

la infravaloración que se hacía del monumento. Sin embargo, por el lado contrario, también se

puede argumentar que gracias a esta cesión se consiguió la pervivencia del inmueble ante la

escasez de recursos económicos del Consistorio.

La torre como centro de alerta y centinela

Otra de las tareas ejercidas por la torre fue la de torre centinela durante las constantes luchas y

guerras que le tocó vivir en su larga vida. En la documentación del siglo XIX se hace la referencia

«al torreón que de antiguo viene prestando al Campamento militar el servicio de señales...» Se

indica en los libros de Archivo que «para hacer pública la noticia de los días que se hacían

prácticas de tiro, se colocaba una bandera de color rojo en la Torre de Paterna. Al avisarla,

sabían los labradores que en la Muela e inmediaciones se estaban realizando ejercicios con fuego

real» Este carácter funcional cubrió, como decimos, diferentes épocas históricas e, incluso,

llegaría a nuestro presente más inmediato. En marzo de 1956, ante el alcalde de la Villa Sr.

Gerardo Salvador cuatro vecinos se presentan ante él asegurando que «fueron sorprendidos por

ráfagas de ametralladoras procedentes de los ejercicios de tiro que se estaban realizando en el

campo militar, pero con el agravante que dichas ráfagas cruzaban la carretera de Paterna a Líria

en sus Kilómetros núms 2 a 4... [y] tuvieron que buscar inmediato refugio e incluso echarse

cuerpo a tierra, pues, palpablemente, se observaba el polvo que los impactos levantaban en dicho

lugar...» En vista de los acontecimientos, el alcalde decide tomar cartas en el asunto, ya que como

declaran otros vecinos «no es la primera vez que tal cosa ocurre, pues ya en julio de 1953 y

marzo de 1955 hubimos de rogar que se corrigiesen tales prácticas». A las gestiones y solicitudes

oportunas de Alcaldía, se dice que días más tarde, se recibe la contestación por parte de la

Comandancia Militar: «me permito poner en su conocimiento para que por los medios que tenga

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por costumbre esa alcaldía , se haga saber al vecindario que todos los días laborables de la

semana, excepto los viernes, se efectúan ejercicios de tiro de fusil sobre el espaldón de Tiro de

este Campamento, y los días en que se efectúan ejercicios de fuego Real, bien de cañón o de fusil

y ametralladora combinados... se iza la Bandera Nacional en la Torre del Polvorín núm.5 y la

Torre Moruna de esta Villa... »4

La demanda de propiedad del Estado

Todo lo expuesto aquí está realizado en base al Expediente e información testifical sobre la

posesión inmemorial de la Torre de Paterna, documento que está en el Archivo Municipal de

Paterna. Nos remitimos a los acontecimientos que se iniciaron en octubre de 1971, cuando el

Registro General del Ayuntamiento recibió un escrito «por el que se le da el plazo de nueve dias

para comparecer este Ayuntamiento en autos de menor cuantía... sobre reivindicación del Castillo

de Paterna...» El tema en cuestión se refería al hecho de que el Ayuntamiento de Paterna acordó

unos meses antes restaurar la torre. La sorpresa vendría cuando la Sección de Patrimonio del

Estado inicia expediente «a los efectos de investigación sobre la propiedad de la llamada Torre de

Paterna ubicada en esta Villa». Según el documento del Ministerio de Hacienda enviado al

alcalde, que en este momento era Rafael Alfonso Barberá, se indica «que como superior

jerárquico del ilustrísimo Sr. Director General del Patrimonio del Estado, formulo ante V.E.

escrito de reclamación en queja... al objeto de reivindicar a favor del Estado el Castillo de

Paterna». Se inició un sumario judicial alegando a la administración central, como fundamentos

de derecho, que «de conformidad con el art. 339 nº2 del Código Civil, son de dominio público,

entre otros, las murallas y fortalezas que pertenecen privadamente al Estado, sin ser de uso

común...».

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4Archivo Histórico de Paterna. Servicios Jurídicos. Legajo 510, número 12, Querella de los habitantes de Paterna

contra el cuartel,1953, fol 2.

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El ayuntamiento de Paterna recogió el sentimiento de la población y en sesión plenaria se dio

cuenta de las gestiones realizadas por el Consejo Municipal consistentes, entre otros, en una

extraordinaria tarea testificante entre los vecinos con la finalidad de acreditar «de manera

fehaciente, positiva, inequívoca e irreversible» la posesión municipal de la Torre «desde tiempo

inmemorial pública, pacífica, no interrumpida y en concepto de dueño" así como «los hechos no

menos relevantes, decisivos... concernientes a la constante tenencia de las llaves de la Torre por

el Ayuntamiento de su nombre...».

A tales efectos el Consistorio se había citado a todos aquellos «que puedan aportar y dar

testimonio de hechos y antecedentes de interés», todo reuniéndose un total de 58 declaraciones de

personas «reputadas, idóneas, al respecto, por su avanzada edad, buen juicio y residentes en este

municipio». El ayuntamiento aportó al pleno el expediente relativo a la inclusión de la Torre en su

inventario de Bienes Patrimoniales, así como la inserción en el registro de la Propiedad a nombre

de este. Después de una serie de acontecimientos judiciales, en la fecha de 21 de diciembre de

1971 se dicta sentencia por el Juzgado de Primera Instancia núm. 8 de Valencia por el cual se

desestima «la demanda formulada por el Sr. Abogado del Estado, en representación de éste

contra el mencionado Ayuntamiento, por lo que debo absolver y absuelvo a este último de los

impedimentos de la demanda». El veredicto fue recurrido por el abogado del Estado, hasta que el

8 de junio de 1972 aconteció una nueva sentencia en la cual se rechazaba el recurso de apelación

interpuesto por el estado, confirmando que la sentencia anterior tenía razón, dando al

Ayuntamiento la hegemonía de la Torre.

La restauración de la torre

Antes de introducir el tema, debo señalar que toda la información expuesta aquí está sacada

directamente de la Memoria de Restauración testifical sobre la Torre de Paterna de 1971-1972 del

Archivo Municipal de Paterna. Desde finales del XIX se intensificó la construcción de cuevas. En

este contexto temporal se producen un conjunto de inversiones públicas, evidenciadas en un

aumento de la población, que pide nuevas casas pero que no cuenta con recursos económicos

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suficientes. Los principales centros de cuevas se ubicarían en las Cuevas de la Torre, Alborgí,

Camino de Godella, Palau, Batán y la Mina. A principios del s. XX se origina un incremento en

este tipo de edificaciones que obligará al a Corporación a tomar medidas al respecto, como en el

octubre de 1920 cuando se aprobó «que se gire inspección a las cuevas y que se obligue a sus

propietarios al cierre de corrales y sitios peligrosos para el tránsito». Con el desarrollo

constructivo de los años sesenta, surgen nuevas fincas que en comparación, eran mucho más

cómodas, evidenciando un progresivo deterioro de las cuevas debido al abandono de las familias

que trasladan su residencia a lugares trazados en los nuevos planes urbanísticos. Una de las

consecuencias será una lenta desaparición de las construcciones de este misma década, reduciendo

las cuevas de la Mina, Alborgí, Camino de Godella , Palau y la Torre. En este contexto, es cuando

se acuerda la restauración de la Torre y así mismo, la solicitud de monumento histórico y artístico.

En sesión plenaria del 1 de diciembre de 1971, el Ayuntamiento de Paterna aprobaría la solicitud

de declaración de Monumento Histórico-artístico de carácter local e igualmente emitiría un

informe de restauración dirigido a la Sección del Patrimonio Artístico de la Dirección General de

Bellas Artes «a favor de la Torre y su conjunto de cuevas de Paterna». Según el proyecto de

rehabilitación de la Dirección General de Arquitectura se trataba de «un interesantísimo

monumento... con una fortificación no muy frecuente en España. El interior tiene una

organización muy bella e interesante...»

Fig. III

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Aquello que más sufrió el azote del tiempo fue el remate de la torre pues habían desaparecido las

almenas, dejando el piso de la terraza prácticamente destrozado. Las obras de recuperación

planteaban problemáticas, pues «Para la reconstrucción de la coronación de la torre existen

documentos gráficos claros sobre su estado primitivo, auqnue está representada toscamente en

algún azulejo, pero las huellas conservadas y la comparación con otras fortificaciones

gótico-mudéjares bastan para definirla con gran certeza» motivo por el cual se buscó la

comparación con otras torres.

En esta parte del trabajo explicaremos la restauración proyectada por el arquitecto Ramiro Moya

Blanco según la presentación presentada en junio de 1970, como responsable de Ordenación de

Ciudades de Interés Artístico Nacional. En primer lugar, se restauraron las ménsulas, para

completarlas después con la imposta de piedra que la corona de la que quedaba gran parte. Al

mismo tiempo se completan con la importa de ladrillos un remate del cuerpo cilíndrico. Después,

se realizaron de nuevo ocho matacanes, con el cuerpo cilíndrico, de ladrillo de un tamaño y color

según la documentación fueran análogos similares a los antiguos y provistos de frentes de piedra

con saeteras. A los pies de esos matacanes se colocaron unas losas de piedra con agujeros

centrales. Las tareas más prioritarias estaban versadas en la demolición de las fábricas ruinosas y

de zócalo, procediendo después a la limpieza de los escombros, para poder establecer un nuevo

rasante en el contorno de la torre.

Se crearía una fábrica nueva de mampostería revocada, imitando la antigua manera de proceder,

aplicado en el gran agujero de la planta baja. Se repararon y estacaron las roturas en muros y

paramentos exteriores. Se dispuso una fábrica de ladrillos que fueran de las mismas dimensiones

y color que el antiguo para reparar las imperfecciones de los muros exteriores y la faja alta de la

decoración, en la restauración de los paramentos y bóvedas interiores y en la construcción de

matacanes y almenas. El zuncho del hormigón, que es un elemento situado entre la unión del

muro de carga y un forjado para poder permitir que las cargas se repartan lo más homogéneamente

posible, se realizó de manera circular en el remate de la torre, en la restauración del revoco

exterior al que además se le añadía cal, para imitar al que ya existía. La sillería de piedra se

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realizó también igual a la que ya existía, aplicándose en la reparación y completado de ménsulas y

base y piso de los matacanes en los que además se abrirían saeteras, en la puerta alta exterior, en

la columna con basa y capitel de la ventana primera y en el macizo de arranque de la nueva

escalera exterior.

La mampostería con mortero de cal se aplicaría en la formación de lomos sobre las almenas y

en el soldado con las baldosas cerámicas en los interiores y terraza. En la misma terraza se

aplicaría solera de hormigón con impermeabilizante. Se crearon barandillas de hierro forjado en

las escaleras, así como barras de hierro para los balcones y pisos. Se emplearon a carpinteros para

las puertas de madera exteriores, por último, se realizó una instalación eléctrica en el interior. En

cuanto al presupuesto general de la obra, este se dividió en cinco capítulos (derrocamientos y

tierras, hormigones, obra de piedra picada, faena de palenta y diversas obras) a las cuales se

añadían los honorarios facultativos, que sumarían un importe total de 1.498.538 ptas. 29 cts,

desglosado de la siguiente manera:

I. Demoliciones y tierras 235.765.50

II. Hormigones 74.565.00

III. Canteria 446.175,00

IV.Albañileria 458.557,70

V. Obras varias 247.751,00

__________________

1.462.816,20

Honorarios:

Facultativos y aparejador 35.722.09

__________________

Total 1.498.538.29

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Las obras terminaron en 1971, al año siguiente, al tiempo que el 16 de julio de ese mismo año, el

Ministerio de Educación y Ciencia acordó la declaración de Monumento Histórico-Artístico de

carácter local para la Torre y las cuevas que la circundan. En conclusión, se repararon las

ménsulas y la imposta de piedra que la completaba, se repararon los huecos exteriores del cuerpo

cilíndrico, mientras que el cuerpo almenado «se coronara con albardilla piramidal hecha con

aglomerado». Respecto al aljub «con capitel y basa muy simples se le colocara una columna de

piedra» y para el acceso de la torre «en sustitución de la escalera móvil que tendría se hará una

pequeña escalera exterior y una barandilla, que serán muy sencillas y recias» y se realizó una

instalación eléctrica interior y la escalera incrustada en el muro con escaleras de ladrillo.

Conclusión y el papel de la torre en la actualidad

Como se ha visto a lo largo de este trabajo, llegados los años sesenta y setenta, se constata un

progresivo aumento de situaciones de abandonamiento de las cuevas de Paterna que envolvían la

torre, a causa del fuerte empuje del desarrollo. La torre y las cuevas que la envolvían quedaron

desfasadas y un gran número de vecinos se iban a edificaciones construidas, el Ayuntamiento de

Paterna recibe una notificación por el Ministerio de Vivienda «con relación a la promoción para

la erradicación del chabolismo». La totalidad de personas que residían en las cuevas se redujo

muchísimo, del mismo modo que las cuevas empezaban a deteriorarse, lo mismo sucedía con la

abandonada torre. Los organismos oficiales, ante esta evidencia, intervinieron, primero con la

restauración de la torre y su declaración de monumento histórico artístico y en segundo lugar

«interpretando el sentido profundamente social de nuestra actuación en la desaparición de las

cuevas» que darían inicio a expedientes de desfondamiento. Sobre la base de estos principios, en

la sesión extraordinaria del 7 de Agosto de 1978 se aprobó la tramitación del expediente «para la

demolición y explanación de las cuevas existentes entre la Calle San Antinio hasta Alfarería».

Unos días después se emite un informe técnico por el cual se especifica que «para completar el

trabajo de sanear la zona, debería ampliarse la contrata al sector... De las cuevas de Godella

[...]». Tres años más tarde, en agosto de 19815 se firmó un convenio consistente en «realizar

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obras de derribo, explanación y comportación de las cuevas de la Torre […]»

Así, entre la desocupación y la legítima renuncia de algunos particulares por unas viviendas más

moderna y atractiva, junto con las siguientes medidas urbanísticas municipales, se configuró el

paisaje que envuelve actualmente a la Torre. Como reflexión, solo cabe señalar que identificar,

valorar y preservar este patrimonio no es solamente salvaguardar un edificio, es transmitir unos

conocimientos y una forma de vida propias. En estos esquemas del pasado reconocemos símbolos

con los cuales nuestros antepasados se han relacionado entre ellos y su entorno, plasmando una

forma de pensar, de sentir y en definitiva, de dejarnos una historia propia y particular.

Fig. IV

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5SEGURA ARTIAGA, Camilo. Entre el olvido y la alegoría: La Torre de Paterna en su historia, 1998.

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Valoración del conjunto

Para elaborar este apartado me he basado completamente en la Normativa Específica de

Aplicación y Criterios de Intervención en los Elementos y Áreas con Interes Arqueológico. El

bien inmueble queda con la categoría de Bien de Interés Cultural (BIC) así como las cuevas que

la circundan. Además de su inclusión como monumento se le otorga también la calidad de “Zona

Arqueológica”, según el artículo 26 de la Ley 5/2007 de Modificación de la Ley 4/1998 del

Patrimonio Cultural Valenciano, reforzado en este caso por la directa vinculación urbana que

presenta con otro de los elementos catalogados de Paterna, las Coves del Castell. Al ser

considerado BIC se le supone el máximo grado de protección y actuación sobre el territorio. Se

acoge a las áreas con presencia de Elementos Catalogados en sus varias categorías (Bien de

Interés Cultural, Bien de Relevancia Local y Bien Cultural). Para llegar más a fondo en el carácter

de Zona Arqueológica explicaremos detalladamente este rasgo. Tanto la torre como las cuevas que

la circundan gozan de ser Áreas de Protección Arqueológica (A.P.A.). Por lo que se deberán

realizar excavaciones arqueológicas en caso de proyectos que supongan afección al subsuelo o la

intervención de Arqueología de la Arquitectura en estructuras arquitectónicas sobre cota cero,

aplicándose métodos de estratigrafía muraria. Señalamos entonces que los tipos de intervenciones

arqueológicas que se pueden realizar en el denominado espacio son las siguientes:

A. Excavación arqueológica. En el momento en el que exista algún problema a nivel de subsuelo,

se aplicara la norma de documentación arqueológica de los niveles y estructuras que se vean

afectados por las obras. Evidencias de restos arqueológicos, evaluando potencialidades y

delimitación de su área de dispersión.

B. Sondeos arqueológicos. Son sondeos realizados tanto por medios mecánicos como manuales,

que tienen por objeto la realización de un número de catas suficiente que permite determinar la

existencia de niveles o estructuras arqueológicas, conociendo sus potencialidades y límites.

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C. Arqueología de la Arquitectura. Se comprende que la intervención arqueológica en el sistema

murario, de forjados y cubiertas así como en cualquier otra estructura arquitectónica de los

edificios históricos (vanos, escaleras etcétera...) así como otro tipo de monumentos, aplicando el

método conocido como “estratigrafía muraria”. 6

D. Prospecciones arqueológicas. Se debe analizar superficialmente el terreno sin que se

remuevan los estratos inferiores, teniendo por objeto determinar la existencia o restos

arqueológicos, evaluándose sus potencialidades y evaluando sus potencialidades, delimitando su

área de dispersión.

____ 6Consiste en la lectura de paramentos, individualizando acciones constructivas (Unidades Estratigráficas Murarias), y

en la determinación de las relaciones estratigráficas entre ellas de anterioridad, posterioridad y coetaneidad. El

objetivo de este tipo de intervención es registrar la evolución arquitectónica

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Legislaciones y personas inspiradoras en la restauración

En primer lugar, por el estado de semiabandono que tuvieron las torres, cabe destacar en cierto

modo la influencia de John Ruskin (Londres, 8 de febrero de 1819- Brantwood, 20 de enero de

1900)7. El método de conservación empleado es el de la no intervención, es decir, el ser humano

no debe intervenir en la decadencia de la obra, pues se le otorga al edificio una connotación

biológica, está destinado a nacer, vivir y poco a poco morir, oscilando desde su auge más intenso

hasta su ruina más absoluta, esta idea la encontramos mucho más desarrollada en su obra Las

Siete Lámparas de la Arquitectura.8

Hasta la fecha de 1972, la legislación empleada para las obras

de conservación fue la Ley de Patrimonio de 1932 que acogía a su vez varios aspectos en común

con la denominada Carta de Atenas de 1931. Sin embargo, la personalidad que más ha inspirado a

la hora de realizar las obras ha sido la figura de Eugène-Emmanuel Viollet-le-Duc (Paris, 27 de

enero de 1814 - Lausana, 17 de septiembre de 1879) cuyos métodos fueron empleados en España

hasta los años 70, el objetivo principal es el de frenar el deterioro de la obra, realizando si es

necesaria una restauración interpretativa de los edificios, sobre todo medievales, ya que se

considera como un testimonio de la historia que debe ser legada a las futuras generaciones, por

ello, se permiten licencias tales como la colocación de almenas en la obra que comentamos. La

restauración se entiende como una necesidad de reconocimiento. Desafortunadamente, en algunos

casos en este tipo de obras es complicado distinguir la obra original de la aportación a la

restauración, sobre todo porque se han empleado materiales idénticos.

____ 7Se dedicó a la escritura, a la crítica del arte además de a la sociología, considerado uno de los grandes maestros de la

prosa inglesa, entre sus grandes obras encontramos las Siete Lámparas de la Arquitectura. 8RUSKIN,J. “La lámpara de la verdad”. En RUSKIN,J. Las Siete Lámparas de la Arquitectura. Barcelona:Altafulla,

1997.

Jesús Duarte Ruz

Historia y gestión del patrimonio

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Fig. V

Jesús Duarte Ruz

Historia y gestión del patrimonio

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Bibliografía

ALFONSO BARBERÀ, Rafael. Notas para la historia de Paterna. Valencia: Els Clavaris, 1977.

LOPEZ ELUM, Pedro. “El objetivo de la conquista musulmana y cristiana”. En LOPEZ ELUM,

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p.117

SEGURA ARTIAGA, Camilo. Entre el olvido y la alegoría: La Torre de Paterna en su historia,

1998.

España. Ley orgánica 07/1971, de 16 de julio, del Código Penal. Boletín Oficial del Estado, 16 de

julio de 1975, núm. 216

Actas de Sesiones extraordinarias de los años:

1897

1898

1899

1972

1971

Jesús Duarte Ruz

Historia y gestión del patrimonio

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Fotografías

Fig. I

http://www.mispueblos.es/comunidad_valenciana/valencia/paterna/fotos/p3/

Fig. II

http://www.valencians.com/uploads/photos/11443.jpg

Fig. III

http://www.centro.paterna.biz/images/Centro/Torre/PICT4165.JPG

Fig. IV

http://mw2.google.com/mw-panoramio/photos/medium/53773078.jpg

Fig.V

http://www.paterna.es:88/web/gtecnico/normativa/paterna/pgou1990/catalogo/Normativa%20arqu

eologia.pdf