Javier arcos, el último tallista que queda en el centro histórico

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CARMEN LÓPEZ Redacción Una mesa enorme de made- ra con una veintena de lápi- ces de distintos tamaños, colores y durezas y un gran flexo son el lugar donde co- mienza el trabajo de Javier, como quiere que lo llamen y nombre por el que todo el mundo lo conoce. Sobre la gran tabla de madera, los bocetos que hace previos al trabajo artesanal de cons- truir, de tallar en madera piezas únicas y también de reconstruir otras sobre las que el paso del tiempo ha de- jado su huella. entre los bo- cetos el de la mesa de altar de la iglesia de San Juan, “una joya de mesa”. Francisco Javier Arcos Quero es el tallista del cen- tro histórico de la ciudad, el único que queda en la zona. “En la época de la Escuela de Artes estábamos cuatro. Ha- bía muchos tallistas, era un esplendor, algunos de ellos venían de Granada”, relata. El estudió del 56 al 62 en la Es- cuela de Artes. Después hizo el servicio militar por la Ma- rina y tuvo la fortuna de en- contrar trabajo con un tallis- ta; luego lo llamó otro y lo lla- maron para ir con otro, en La Cañada, y trabajó con la deco- ración de la urbanización de Costacabana. “Allí estuve ta- llando puertas, chimeneas... Había muchos ingleses. Des- pués me vine aquí”, recuerda. En Almería queda otro tallis- ta, Antonio Marín; pero son ya los últimos. De su trabajo a lo largo de estos años, hay varias tallas y restauraciones por las que tiene especial cariño. La res- tauración del coro de la Cate- dral, con nogal español; el re- tablo mayor de la Catedral, de Juan de Orea; dos manos, la del ángel y una de la Virgen; el tríptico de la capilla de la Piedad; los escaños que el ca- nónigo de la Catedral le en- cargó sobre uno que había quedado después de que se quemaran todos los demás y a los que puso el escudo de al- gunos de los ayuntamientos de la provincia. “El primero se hizo con el escudo de la ciu- dad. Están en el trascoro. Hi- ce dos pequeños retablos también para San Ildefonso”, enumera. Su trabajo es completa- mente manual, a base de gu- bias. Utiliza muchas y, dentro de ellas, hay muchísimas ca- da una con su particular nombre: el pico gorrión, los cantillos, las entreplanas, co- dillos, contracodillos... Para hacer una talla se coge la pieza de madera, se dibuja y se empieza a tallar. “Con el pico gorrión para dar mode- lado y volumen. Primero se devasta y luego se termina”, cuenta detalladamente, co- mo si eso fuera fácil. Javier Arcos, el último tallista que queda en el centro histórico Sus joyas Ha tallado maderas que actualmente son los altares de numerosas iglesias de la provincia y es un artista con la gubia Bocetos Antes de tallar cualquier pieza de madera, Javier dibuja en su cabeza y después sobre el papel en qué se convertirá JAVIER ARCOS en su mesa de trabajo. C. L. En la fachada del ta- ller de Javier hay un pla- ca que recuerda a “don Juan López. Era un gran sacerdote. Sólo puedo alabarlo. Como sacerdo- te ha sido uno de los grandes, y conozco mu- chos. Había una frase que siempre decía: ‘So- mos humanos y los sa- cerdotes somos hom- bres y humanos, me de- cía’. Se aprendía mucho con él”, cuenta junto a la silla en la que don Juan se sentaba a su lado. Un recuerdo Don Juan López, un gran amigo Almería 10 La Voz de Almería 22.9.2013

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CARMEN LÓPEZRedacción

Una mesa enorme de made-ra con una veintena de lápi-ces de distintos tamaños,colores y durezas y un granflexo son el lugar donde co-mienza el trabajo de Javier,como quiere que lo llameny nombre por el que todo elmundo lo conoce. Sobre lagran tabla de madera, losbocetos que hace previos altrabajo artesanal de cons-truir, de tallar en maderapiezas únicas y también dereconstruir otras sobre lasque el paso del tiempo ha de-jado su huella. entre los bo-cetos el de la mesa de altarde la iglesia de San Juan,“una joya de mesa”.

Francisco Javier ArcosQuero es el tallista del cen-tro histórico de la ciudad, elúnico que queda en la zona.“En la época de la Escuela deArtes estábamos cuatro. Ha-

bía muchos tallistas, era unesplendor, algunos de ellosvenían de Granada”, relata. Elestudió del 56 al 62 en la Es-cuela de Artes. Después hizoel servicio militar por la Ma-rina y tuvo la fortuna de en-contrar trabajo con un tallis-ta; luego lo llamó otro y lo lla-maron para ir con otro, en LaCañada, y trabajó con la deco-ración de la urbanización deCostacabana. “Allí estuve ta-llando puertas, chimeneas...Había muchos ingleses. Des-pués me vine aquí”, recuerda.En Almería queda otro tallis-ta, Antonio Marín; pero sonya los últimos.

De su trabajo a lo largo deestos años, hay varias tallas yrestauraciones por las quetiene especial cariño. La res-tauración del coro de la Cate-dral, con nogal español; el re-tablo mayor de la Catedral, deJuan de Orea; dos manos, ladel ángel y una de la Virgen;el tríptico de la capilla de la

Piedad; los escaños que el ca-nónigo de la Catedral le en-cargó sobre uno que habíaquedado después de que sequemaran todos los demás ya los que puso el escudo de al-gunos de los ayuntamientosde la provincia. “El primerose hizo con el escudo de la ciu-dad. Están en el trascoro. Hi-ce dos pequeños retablostambién para San Ildefonso”,enumera.

Su trabajo es completa-mente manual, a base de gu-bias. Utiliza muchas y, dentrode ellas, hay muchísimas ca-da una con su particularnombre: el pico gorrión, loscantillos, las entreplanas, co-dillos, contracodillos...

Para hacer una talla se cogela pieza de madera, se dibujay se empieza a tallar. “Con elpico gorrión para dar mode-lado y volumen. Primero sedevasta y luego se termina”,cuenta detalladamente, co-mo si eso fuera fácil.

Javier Arcos, elúltimo tallistaque queda en elcentro históricoSus joyas Ha tallado maderas que actualmente son los altares denumerosas iglesias de la provincia y es un artista con la gubiaBocetos Antes de tallar cualquier pieza de madera, Javier dibujaen su cabeza y después sobre el papel en qué se convertirá

JAVIER ARCOS en su mesa de trabajo. C. L.

En la fachada del ta-ller de Javier hay un pla-ca que recuerda a “donJuan López. Era un gransacerdote. Sólo puedoalabarlo. Como sacerdo-te ha sido uno de losgrandes, y conozco mu-chos. Había una fraseque siempre decía: ‘So-mos humanos y los sa-cerdotes somos hom-bres y humanos, me de-cía’. Se aprendía muchocon él”, cuenta junto a lasilla en la que don Juanse sentaba a su lado.

Un recuerdo

Don Juan López,un gran amigo

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Al día

Un hombrededicado enexclusiva al trabajoEl artista Nació en Felix en 1940y siempre quiso montar unaescuela para enseñar su oficio

C. L.Redacción

Es un hombre muy conocidoen el centro histórico de laciudad, aunque es modestoal reconocerlo. Nació en Fe-lix, “un pueblo que es un be-lén viviente”. Sus padres pa-saron la guerra allí y la fami-lia se quedó un tiempo, asíque allí nació, pero está bau-tizado en Almería. Cosas desus padres, dice. De elloscuentan que “son de la costa,de Balerma. Con un paseomarítimo precioso”.

Nació en 1940, el 1 de mayo.Está soltero y sin hijos. Estádedicado en exclusiva al ta-ller, al trabajo. “Estoy muycontento haciendo lo que ha-go. Soy poco amante a los jue-

gos de azar, soy muy inquieto,cuando no estoy en el tallerestoy en casa ideando algo opintando”.

Desgraciadamente -cuen-ta- poca gente ha aprendidode él. “Yo he querido siempremontar una escuela para quela gente pudiera aprender”,pero nunca se hizo realidad.Aunque ha tenido aprendi-ces, no han llegado a cuajar,se inclinaron por otras cosas.“Yo les decía mucho blog ymucho dibujo, pero no me ha-cían mucho caso”, recuerda.

Cuando se le pregunta sicuando el ‘se vaya’ el taller ce-rrará, se emociona y dice:“Prefiero no pensarlo. Megustaría creer que voy a sereterno, como los faraones. Meentristece pensar en ello”.

TALLAR bien la madera es todo un arte. C. L.

ALGUNAS de las tallas trabajadas por el tallista. C. L.

Almería11La Voz de Almería 22.9.2013