Jaspers, K. La Filosofia. Cap 1 y 2

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¿QUÉ ES LA FILOSOFíA? ( ué sea la filosofía y cuál su valor, es cosa discutida. De 1110 se esperan revelaciones extraordinari·as o bien se la deja Indiferentemente a un lado como un pensar que no tiene objeto. Se la mira con respeto, como el importante que- hacer de unos hombres insólitos o bien se la desprecia \ orno el superfluo cavilar de unos soñadores. Se la tiene por una cosa que. interesa a todos y que por tanto debe ser. en el fondo simple y comprensible, o bien se la tiene por tan difícil que es una desesperación el ocuparse con ella. Lo que se presenta bajo el nombre de filosofía proporciona n realidad ejemplos justificativos de tan opuestas aprecia- iones. P·ara un hombre con fe en la ciencia es lo peor de todo que la filosofía carezca por completo de resultados univer- mlmente válidos y susceptibles de ser sabidos y poseídos. Mientras que las ciencias han logrado en los respectivos dominios conocimientos imperiosamente ciertos y universal- mente aceptados, nada semejante ha alcanzado la filosofía pesar de esfuerzos sostenidos durante milenios. No hay que negarlo: en la filosofía no hay unanimidad alguna acer- a de 10 conocido definitivamente. Lo aceptado por todos en vista de razones imperiosas se ha convertido como con- secuencia en un conocimiento dentífico; ya no es filoso- fía, sino algo que pertenece a un dominio especial de lo cognoscible. Tampoco tiene el pensar filosófico, como lo tienen las ciencias, el carácter de un proceso progresivo. Estamos cier- tamente mucho más adelantados que Hipócrates, el médico griego; pero apenas podemos decir que estemos más ade- lantados que Platón. Sólo estamos más adelantados iOn pun- to al material de los conocimientos científicos de que se sirve este último. En -el filosofar mismo, quizá apenas hayamos vuelto a llegar a él. 7

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Transcript of Jaspers, K. La Filosofia. Cap 1 y 2

  • QU ES LA FILOSOFA?

    ( u sea la filosofa y cul su valor, es cosa discutida. De1110 se esperan revelaciones extraordinarias o bien se la dejaIndiferentemente a un lado como un pensar que no tieneobjeto. Se la mira con respeto, como el importante que-hacer de unos hombres inslitos o bien se la desprecia\ orno el superfluo cavilar de unos soadores. Se la tienepor una cosa que. interesa a todos y que por tanto debe ser.en el fondo simple y comprensible, o bien se la tiene portan difcil que es una desesperacin el ocuparse con ella.Lo que se presenta bajo el nombre de filosofa proporcionan realidad ejemplos justificativos de tan opuestas aprecia-iones.

    Para un hombre con fe en la ciencia es lo peor de todoque la filosofa carezca por completo de resultados univer-mlmente vlidos y susceptibles de ser sabidos y posedos.Mientras que las ciencias han logrado en los respectivosdominios conocimientos imperiosamente ciertos y universal-mente aceptados, nada semejante ha alcanzado la filosofapesar de esfuerzos sostenidos durante milenios. No hay

    que negarlo: en la filosofa no hay unanimidad alguna acer-a de 10 conocido definitivamente. Lo aceptado por todosen vista de razones imperiosas se ha convertido como con-secuencia en un conocimiento dentfico; ya no es filoso-fa, sino algo que pertenece a un dominio especial de locognoscible.

    Tampoco tiene el pensar filosfico, como lo tienen lasciencias, el carcter de un proceso progresivo. Estamos cier-tamente mucho ms adelantados que Hipcrates, el mdicogriego; pero apenas podemos decir que estemos ms ade-lantados que Platn. Slo estamos ms adelantados iOn pun-to al material de los conocimientos cientficos de que sesirve este ltimo. En -el filosofar mismo, quiz apenashayamos vuelto a llegar a l.

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  • 8 LA FILOSOFAEste hecho, de que a toda criatura de la filosofa le

    falte, a diferencia de las ciencias, la aceptacin unnime,es un hecho que ha de tener su raz en la naturaleza delas cosas. La clase de certeza que cabe lograr en filosofano es la cientfica, es decir, la misma p"ra todo intelecto,sino que es un cerciorarse en la consecucin del cual entraen juego la esencia entera del hombre. Mientras que losconocimientos cientficos versan sobre sendos objetos es-peciales, saber de los cuales no es en modo alguno necesariopara roda el mundo, trtase en la filosofa de la totalidaddel ser, que interesa al hombre en cuanto hombre, tr ta-se de una verdad que all donde destella hace presa mshondo que todo conocimiento cientfico.

    La filosofa bien traba jada est vinculada sin duda aras ciencias. Tiene por supuesto stas en .el estado msavanzado a que hayan llegado en la poca correspondiente.Pero el espritu de la filosofa tiene otro origen. La fi -sofa brota antes de toda ciencia all donde des iertan loshOn-tbres. ._-- --- - -- - - --

    Representmonos esta [ilosoji si?: ciencia en algunas nota-bles manifestaciones.

    Primero. En materia de cosas filosficas se tiene casitodo el mundo por competent6. Mientras que se admiteque en las ciencias son condicin del entender el estudio,el adiestramiento y el mtodo, frente a la filosofa se pre-tende poder sin ms intervenir en ella y hablar de ella.Pasan por preparacin suficiente la propia humanidad, elpropio destino y la propia experiencia.

    Hay que aceptar la exigencia de que la filosofa seaaccesible a todo el mundo. Los prolijos caminos de la fi-losofa que recorren los profesionales de ell~ slo tienenrealmente sentido si desembocan en el hombre, el cual re-sulta caracterizado por la forma de su saber del ser y de smismo en el seno de ste.

    Segundo. El pensar filosfico tiene ue ser original ento~o momc:..!!!..0'Tiene que llevado a cabo cada uno or smismo.-Una maravillosa seal de que el hombre filosofa en

    FILOSOFA SIN CIENCIA 9anta tal originalmente son las preguntas de los nios. 1\0

    _ nada raro or de la boca infantil algo que por su sentido;:oenctra inmediatamente en las profund idndes del filosofar.He aqu unos ejemplos.

    Un nio manifiesta su admiracin diciendo: "me cm-?Co en pensar que soy otro y sigo siendo siempre yo".Este nio toca en uno de los orgenes de toda certeza, laconciencia del ser en la conciencia del yo. Se asombra anteel enigma del yo, este ser que no cabe concebir por medio,e ningn otro. Con su cuestin se detiene el nio anteeste lmite.

    Otro nio oye la historia de la creacin: Al principiocre Dios el cielo y la tierra ... , .y pregunta en el acto:a Y qu haba antes del principio!" Este nio ha hecho:a experiencia de la infinitud de la serie de las preguntasposibles, de la imposibilidad de que haga alto el intelecto,al que no es dado obtener una respuesta concluyente.

    Ahora, una nia, que va de paseo, a la vista de unbosque hace que le cuenten el cuento de los elfos que denoche bailan en l en corro ... "Pero sos no los hay ... "Le hablan luego de realidades, le hacen observar el movi-miento del sol, le explican la cuestin de si es que se mueveel sol o que gira la tierra y le dicen las razones que hablanen favor de 1" forma esfrica de la tierra y del movimientode sta en torno de su eje ... "Pero eso no es verdad",dice la nia golpeando con el pie en el suelo, "la tierraest quieta. Yo slo creo lo que veo." "Entonces t nocrees en pap Dios, puesto que no puedes verle." A estose queda la nia pasmada y luego dice muy resuelta: "sino existiese l, tampoco existiramos nosotros." Esta niame presa del gran pasmo de la existencia: sta no es obrade s misma. Concibi incluso la diferencia que hay entrepreguntar por un objeto del mundo y el preguntar por elser Y'P0r nuestra existencia en el universo.

    Otra nia, que va de visita, sube una escalera. Le hacenver cmo va 'cambiando todo, cmo pasa y desaparece, comosi no lo hubiese habido. "Pero tiene que haber algo fijo ...que ahora estoy aqu subiendo la escalera de casa de la ta.siempre ser una cosa segura para m." El pasmo y el es-

  • 10 LA FILOSOFA

    panto ante el universal caducar y fenecer de las cosas sebusca una desmaada salida.

    Quien se dedicase a recogerla, podra dar cuenta deuna rica filosofa de los nios. La objecin de que los nioslo habran odo antes a sus padres a otras personas, novale patentemente nada frente a pensamientos tan serios. -La objecin de que estos nios no han seguido filosofandoy que por tanto sus declaraciones slo pueden haber sidocasuales, pasa por alto un hecho: que los nios poseen con,frecuencia una genialidad que pierden cuando crecen. Escomo si con los aos caysemos en la prisin de las con-venciones y las opiniones corrientes, de las ocultaciones )'de las cosas que no son cuestin, perdiendo la ingenui-dad del nio. ste se halla an francamente en ese estadode la vida en que sta brota, sintiendo, viendo y pregun-tando cosas que pronto se le escapan para siempre. El nioolvida lo que se le revel por un momento y se queda sor-prendido cuando los adultos que apuntan lo que ha dichoy preguntado se 10 refieren ms tarde.

    Tercero. El filosofar original se presenta en los enfermosmentales lo mismo que en los .nios. Pasa a veces -raras-como si se rompiesen las cadenas }' los, velos generales yhablase una verdad impresionante. Al comienzo de variasenfermedades mentales tienen lugar revelaciones metafsi-cas de una ndole estrernecedora, aunque por su forma ~'lenguaje no pertenecen, en absoluto, al rango de aquellasque dadas a conocer cobran una significacin objetiva, fue-ra de casos como los del poeta Holderlin o del pintor VanGogh. Pero quien las presencia no puede sustraerse a laimpresin de que se rompe un velo bajo el cual vivimosordinariamente la vida. A ms de una persona sana le estambin conocida la-experiencia de revelaciones misteriosa-mente profundas tenidas al despertar del sueo, pero queal despertarse del todo desaparecen, hacindonos sentirque no somos ms capaces de ellas. Hay una verdad pro-funda en la frase' que afirma que los nios y los locos dicenla verdad. Pero la originalidad creadora 'aJa que somosdeudores de las grandes ideas filosficas no est aqu, sinoen algunos individuos cuya independencia e imparcialidad

    SIGNIFICACiN DE LA PALABRA FILOSOFA 11

    i~ hace aparecer como unos pocos grandes espritus disc-minados a lo largo de los milcnios.

    . Cuarto. C:0mo la filosofa es indispensable al hombre,~t~ en todo tiempo ah, pblicamente, en los refranes trn-dicionales, en apotegmas filosficos corrientes en convic-cio~e~ do~inantcs, como por ejemplo en el le~guaje de losesprrrtus Ilustrados, de l~s ideas y creencias polticas, peroante todo, desde el comienzo de la historia, en los mitos.No hay manera de escapar a la filosofa. La cuestin es~n slo si ser c~nsciente o no, si ser buena o mala, con-fusa ~ c1a:a. QUien rechaza la filosofa, profesa tambinuna filosofa, pero sin ser consciente de ella.

    Qu es, pues, la filosofa, que se manifiesta tan univer-salmen te bajo tan singulares formas?

    ~~ palabra griega filsofo (ph.ilJophoJ) se form enoposlClOn a JOph.J. Se trata del amante del conocimiento(del sabe:) .a diferencia de aquel que estando en posesindel conocimiento se llamaba sapiente o sabio. Este sentido dea palabra ha persistido hasta hoy: la busca de la verdadno la posesin de ella, es l~ .esencia de la filosofa" po;frecuentemente que s~ la traicione en el dogmatismo, estoes, en un sa~er enun~lado. en p.roposiciones, definitivo, perofecto y ensenable. Filosofa qUiere decir: ir de camino. Suspreguntas son .ms esenciales qe sus respuestaS,y' tOda res-pueeta se conv~erte en una nueva pregunta.. ~ero este .ir de camino --el destino del hombre en el:Ie~po-- alberga en su seno la posibilidad de una hondasatisfaccin, ms an, de la plenitud en algunos levantados:nomentos. Esta plenitud no estriba nunca en una certezaenunciable, no en proposiciones ni confesiones sino en lareJlizaci~n histrica del ser del hombre, al qu~ se le ilirc- ser mismo. Lograr esta realidad dentro de la situacinen que se halla en cada caso un hombre es el sentido delfilosofar, '

    . Ir de camino buscando, o bien .h~ll.ar el reposo y la ple-yud del. momento -no son definiciones de la filosofa..:.sta.no tiene nada ni encima ni al lado. No es derivable~- nmguna otra cosa. Toda filosofa se define ella misma

  • 12 LA FILOSOFA

    con SU realizacin. Qu sea la filosofa hay que intentarlo.Segn esto es la filosofa a una la actividad viva del pens~-miento y la reflexin sobre este pensamiento, o bien elhacer y el hablar de l. Slo sobre la base de los propiosintentos puede percibirse qu es lo que en el mundo noshace frente como filosofa.

    Pero podemos dar otras frmulas del sentido de la filo-sofa. Ninguna agota este sentido, ni prueba ninguna serla nica. Omos en la antigedad: la filosofa es (segn suobjeto) el conocimiento de las cosas divinas y humanas, elconocimiento de lo ente en cuanto ente, es (por su fin)aprender a morir, es el esfuerzo reflexivo por alcanzar lafelicidad; asimilacin a lo divino, es finalmente (por susentido universal) el saber de todo saber, el arte de todaslas artes, la ciencia en general, que no se limita a ningndominio determinado.

    Hoyes dable, hablar de la filosofa quiz en las siguien-tes frmulas; su sentido es:

    Ver la realidad en su origen;apresar la realidad conversando mentalmente conmigo '"

    mismo, en la actividad interior;.? abrimos a la vastedad de 10 que nos circunvala;

    osar la comunicacin de hombre a hombre sirvindosede todo espritu de verdad en una lucha amorosa;

    mantener despierta con paciencia y sin cesar la razn,incluso ante lo ms extrao y ante lo que se rehusa.

    La filosofa es aquella concentracin mediante la cualel hombre llega a ser l mismo, al hacerse partcipe de larealidad.

    Bien que la filosofa pueda mover a todo hombre, inclusoal nio, bajo la forma de ideas tan simples como eficaces,su elaboracin consciente es una faena jams acabada, quese repite en todo tiempo y que se rehace constantementecomo un todo presente --se manifiesta en las obras de 103grandes filsofos y como un eco en los menores. La con-ciencia de esta tarea permanecer despierta, bajo la formaque sea, mientras los hombres sigan siendo hombres.

    No es hoy la primera vez que se ataca a la filosofa en

    FILOSOFA PERENNE

    :az yse la niega en su totalidad por superflua y nociva._\ qu est ah? Si no resiste cuando ms falta hara ...

    El autoritarismo eclesistico ha rechazado la filosofa-dependiente porque aleja de Dios, tienta a seguir al mun--- y echa a perder el alma con 10 que en el fondo es nada._ totalitarismo poltico h izo este reproche: los filsofos se--n limitado a interpretar variadamente el mundo, pero~ trata de transformarlo. Para ambas maneras de pensar- pasado la filosofa por peligrosa, pues destruye el orden,

    ::nnenta el espritu de independencia y con l el de rcbcl-=.a y revolucin, engaa y desva al hombre de su vcrda-:era misin. La fuerza atractiva de un ms all que nos es-' mbrado por el Dios revelado, o el poder de un m.is ac- Dios pero que lo pide todo para s, ambas cosas quisic-rzn causar la extincin de la filosofa.

    A esto se aade por parte del sano y cotidiano sentidocomn el simple patrn de medida de la utilidad, bajo el_ al fracasa la filosofa. Ya a Tales, que pasa por ser el pri-ero de los filsofos griegos lo ridiculiz la sirviente que

    :e vio caer en un pozo. por andar observando el cielo es-ellado. A qu anda buscando lo que est ms lejos, si es

    :orpe en lo que est ms cerca.La filosofa debe, pues, justificarse. Pero esto es im-

    posible. N o puede justificarse con otra cosa para la que seaecesar ia como jnstrumento. Slo puede volverse hacia las: erzas que impulsan realmente al filosofar en cada hombre.Puede saber que promueve una causa del hombre en cuan-:0 tal tan desinteresada que prescinde de toda cuestin deatilidad y nocividad mundanal, y que se realizar mientrasivan hombres. Ni siquiera -las potencias que le son hostiles

    ueden prescindir de pensar el sentido que les es propio,ni por ende producir cuerpos de ideas unidas por un:in que son un sustitutivo de la filosofa, pero se hallan so-metidos a las condiciones de un efecto buscado --como elmarxismo y el fascismo. Hasta estos cuerpos de ideas ates-tiguan la imposibilidad en que est el hombre de esquivarse la filosofa. sta se halla siempre ah.

    La filosofa no puede luchar, no puede probarse, pere?ucdc comunicarse. No presenta resistencia all. donde se

  • 14 LA FILOSOFAla rechaza, ni se jacta all donde se la escucha. Vive en laatmsfera de la unanimidad que en el fondo de la huma-nidad puede unir a todos con todos.

    En gran estilo sistemticamente desarrollada hay filo-sofa desde hace dos mil quinientos aos en Occidente, enChina y en la India. Una gran tradicin nos dirige la pa-labra. La multiformidad del filosofar, las contradiccionesy las sentencias con pretensiones de verdad pero mutuamen-te excluyentes no pueden impedir que en el fondo opereuna Unidad que nadie posee pero en torno a la cual giranen todo tiempo todos los esfuerzos serios: la filosofa unay eterna, la philosophia perennis. A este fondo histrico denuestro pensar nos encontramos remitidos, si queremos pen-sar esencialmente y con la conciencia ms clara posible.

    II

    LOS ORGENES DE LA FILOSOFA

    La historia de la filosofa como pensar metdico tiene suscomienzos hace dos mil quinientos aos, pero corno pensarmtico mucho antes.

    Sin embargo, comienzo no es lo mismo que origen. Elcomienzo es histrico y acarrea para los que vienen despusun conjunto creciente de supuestos sentados por el trabajomental ya efectuado. Origen es, en cambio, la fuente dela que ~all.a en todo tiempo el impulso que mueve a filo-sofar. Unicamente gracias a l resulta esencial la filosofaa~tual en cada momento y comprendida la filosofa ante-rror.

    Este origen es mltiple. Del asombro sale la preguntay el conocimiento, de la duda acerca de lo conocido elexamen crtico y la clara certeza, de la conmocin del hom-hre y de la conciencia de estar perdido la cuestin de spropio. Representmonos ante todo estos tres motivos.

    Primero. Platn deca que el asombro es el origen de la fi-losofa. Nuestros ojos nos "hacen ser partcipes del es-pectculo de las estrellas, del sol y de la bveda celeste".Este espectculo nos ha "dado el impulso de investigar eluniverso, De aqu brot para nosotros la filosofa, el mayolde los bienes deparados por los dioses a la raza de los mor-tales". Y Aristteles: "Pues la admiracin es lo que im-pulsa a los hombres a filosofar: empezando por admirarsede lo que les sorprenda por extrao, avanzaron poco apoco y se preguntaron por las vicisitudes de la luna y delsol, de los astros y por el origen del universo."

    El admirarse impele a conocer. En la admiracin co-bro conciencia de no saber. Busco el saber, peroel sabermismo, no "para satisfacer ninguna necesidad comn" .

    . El filosofar es corno un despertar ,de la vinculacin alai' necesidades de la' vida, Este despertar tiene lugar mi-

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  • 16 LA FILOSOFA

    rando desinteresadarnente a las cosas, al cielo y al mundo,preguntando qu sea todo ello y de dnde todo ello ven-ga, preguntas cuya respuesta no servira para nada til, sinoque resulta satisfactoria por s sola.

    Segulzdo. Una vez que he satisfecho mi asombro yadmiracin con el conocimiento de lo que existe, prontose anuncia la dud". A buen seguro que se acumulan losconocimientos, pero ante el examen crtico no hay nadacierto. Las percepciones sensibles estn condicionadas pornuestros rganos sensoriales y son engaosas o en todo casono concordantes con lo que existe fuera de m indcpendien-temente de que sea pc rc ibido o en s. Nuestras formas men-tales son las de nuestro humano intelecto. Se enredan encontradicciones insolubles. Por todas partes se alzan unasafirmaciones frente a otras. Filosofando me apodero de laduda, intento hacerla radical, mas, o bien gozndome enla negacin mediante ella, que ya no respeta nada, peroque por su parte tampoco logra dar un paso ms, o bienpreguntndome dnde estar.i la certeza que esope a todaduda y resista ante toda crtica honrada.

    La famosa frase de Descrtcs "pienso, luego existo" erapara l indubitable mente cierta cuando dudaba de todo lodems, pues ni siquiera el perfecto engao en materia deconocimiento, aquel que quiz ni percibo, puede engaarmeacerca de mi existencia mientras me engao al pensar.

    La duda se vuelve como duda metdica la fuente delexamen sr tico de todo conocimiento. De aqu que sin unaduda radical, ningn verdadero filosofar. Pero lo decisivo;es cmo y dnde se conquista a travs de la duda misma elterreno de la certeza.

    y tercero. Entregado al conocimiento de los objetos delmundo, practicando la duda cmo la va de la certeza, vivoentre y para las cosas, sin pensar en m, en mis fines, midicha, mi salvacin. Ms bien estoy olvidado de m y sa-tisfecho de alcanzar semejantes conocim icnros.

    La cosa se vuelve otra cuando me doy cuenta de mmismo en mi situacin.

    El estoico Epicteto deca: "El origen de la filosofa esel percatarse de la propia debilidad e impotencia." Cmo

    LA SITUACiN HUMANA 17salir de la impotencia? La respuesta de Epicuro deca: con-.derando todo lo que no est en rqi poder como indife-rente para m en su necesidad, y, por el contrario, ponien-o en claro y en libertad por medio del pensamiento loue reside en m, a saber, la forma y el contenido de mis

    :epresen taciones.

    Cerciormonos de nuestra humana situacin. Estamos siem-pre en situaciones. Las situaciones cambian, las ocasiones sesuceden. Si stas no se aprovechan, no vuelven ms. Puedotrabajar por hacer que cambie la situacin. Pero hay si-tuaciones por su esencia permanentes, aun cuando se alteresu apariencia momentnea y se cubra de un velo su podersobrecogedor: no puedo menos de morir, ni de padecer, nide luchar, estoy sometido al acaso, me hundo inevitable-mente en la culpa. Estas situaciones fundamentales de nues-tra existencia las llamamos situaciones lmites. Quiere de-cirse que son situaciones de las que no podemos salir y queno podemos alterar. La conciencia de estas situaciones l-mites es despus de! asombro y de la duda e! origen, msprofundo an, de la filosofa. En la vida corriente huimosfrecuentemente ante ellas cerrando los ojos y haciendo comosi no existieran. Olvidamos que tenemos que morir, olvi-damos nuestro ser culpables y nuestro estar entregados alacaso. Entonces slo tenemos que habrnoslas con las situa-ciones concretas, que manejamos a nuestro gusto y a las quereaccionamos actuando segn planes en el mundo, impulsa-dos por nuestros intereses vitales. A las situaciones Iimitesreaccionamos, en cambio, ya ve!ndolas, ya, cuando nos da-mos cuenta realmente de ellas, con la desesperacin y conla reconstitucin: Llegamos a ser nosotros mismos en unatransformacin de la conciencia de nuestro ser.

    Pongmonos en claro nuestra humana situacin de otromodo, como la d~sccmfionza que merece todo ser mundanal.. Nuestra inge~uidad toma el mundo por el ser pura ynmplemente. MIentras somos felices, estamos jubilosos denuestra fuerza, tenemos una confianza irreflexiva, no sabe-mos de otras cosas que las de nuestra inmediata circuns-

  • 18 LA FILOSOFAtan cia. En el dolor, en la flaqueza, en la impotencia nosde~spera~?s. y una ve~ que hemos salido del trance y se-guirnos VIviendo, nos dejamos deslizar de nuevo, olvidado!-de nosotros mismos, por la pendiente de la vida feliz.

    .Per? el hombre se vuelve prudente con semejantes ex-perrencias. Las amenazas le empujan a asegurarse. La do-minaciE: de la naturaleza y la sociedad humana debengarantizar la existencia.

    El ~?mbre ~ a~dera de la naturaleza para ponerIa asu serVICIO, la ciencia y la tcn ica se encargan de hacerladigna de confianza.

    Co todo, en plena dominacin de la naturaleza sub-siste lo incalculable y con ello la perpetua amenaza, y a lapostre e1 fracaso en conjunto: no hay manera de acabar conel peso y. la fatiga del trabajo, la vejez, la enfermedad y lamuerte. Cuanto hay digno de confianza en la naturalezadominada. se limita a ser una parcela dentro del marco deltodo indigno de ella.v

    y el ~ombre se congrega en sociedad para poner lmi-'tes y al cabo eliminar la lucha "sin fin de "todos contra to-dos; en y ayuda mui.:ua quiere lograr la seguridad.

    Pero jambin aqu subsiste 61 lmite. Slo all dondelos Estads se hallaran en situacin de que cada ciudadanofuese para el otro tal como 10 requiere la solidaridad abso-luta, ~o all podran estar seguras en conjunto la justiciay la J.ibertad. Pues slo entonces si se le hace injusticia aalguien se oponen los dems como un solo hombre. Masnunea na sido- as. Siempre es un crculo limitado de hom-b!!s, o bien son slo individuos sueltos, los que se asistenrealmente unos a otros en los casos ms extremados, inclusoen medio de la impotencia. No hay Estado, ni iglesia, nisociedad que proteja absolutamente. Semejante proteccinfue la bella ilusin de tiempos tranquilos en los que per-maneca velado el lmite.

    Pero en con tra de esta total desconfianza que mereceel mundo habla este otro hecho. En el mundo hay lo dig-no de fe, lo que despierta la confianza, hay el fondo enque todo se apoya: el hogar y la patria, los padres y los ante-pasados, los hermanos y los amigos, la esposa. Hay el fondo

    LAS SITUACIONES LM\TE~ 19. rico de la tradicin en la lengua materna, en la fe, enobra de los pensadores, de. los poetas y artistas.Pero ni siquiera toda esta tradicin da un albergue se-

    _ o, ni siquiera ella da una confianza absoluta, pues talmo se adelanta hacia nosotros es toda ella obra humana;

    _ ninguna parte de! mundo est Dios. La tradicin sigue. ndo siempre, adems, cuestionable. En todo momento. ne e! hombre que descubrir, mirndose a s mismo sadndolo de su propio fondo, lo que es para l certeza,ser, confianza. Pero esa desconfianza que despierta todo serundanal es como un ndice levantado. Un ndice que

    prohibe hallar satisfaccin en e! mundo, un ndice que se-ala a algo distinto de! mundo.

    Las situaciones lmites -la muerte, el acaso, la culpa y ladesconfianza que despierta el mundo-- me ensean lo quees fracasar. iQu har en vista de este fracaso absoluto, ara visin del cual no puedo sustraerme cuando me repre-sento las cosas honradamente?

    No nos basta e! consejo del estoico, el retraerse al fon-do de la propia libertad en la independencia de! pensa-miento. El estoico erraba al no ver con bastante radicalidadla impotencia del hombre. Desconoci la dependencia in-cluso del pensar, que en s es vaco, est reducido a 10 quese le da, y la posibilidad de la locura. El estoico nos dejasin consuelo en la mera independencia del pensamiento,porque a ste le falta todo contenido propio. Nos deja sinesperanzas, porque falla todo intento de sUferacin espon-tnea e ntima, toda satisfaccin lograda mediante una en-trega amorosa y la esperanzada expectativa de lo posible.

    Pero lo que quiere el estoico es autntica filosofa. Elorigen de sta que hay en las situaciones lmites da" e! im-pulso fundamental que mueve a encontrar en el fracaso elcamino que lleva al ser.

    Es decisiva para el hombre la forma en que experimen-ta el fracaso: el permanecerle oculto, dominndole al caboslo fcticamente, o bien el poder verlo sin velos y tenerlopresente como lmite constante de la propia existencia, obien el echar. mano a soluciones y una tranquilidad iluso-

  • 20 LA FILOSOFA

    rias, O bien el aceptarlo honradamente en silencio ante loindescifrable. La forma en que experimenta su fracaso eslo que determina en qu acabar el hombre.

    En las situaciones lmites, o bien hace su aparicin lanada, o bien se hace sensible lo que realmente existe a pe-sar y por encima de todo evanescente ser mundanal. Hastala desesperacin se convierte por obra de su efectividad,de su ser posible en el mundo, en ndice que seala msall de ste. .

    Dicho de otra manera: el hombre busca la salvacin.sta se la brindan las grandes religiones universales de lasalvacin. La nota distintiva de stas es el dar una garantaobjetiva de la verdad y realidad de la salvacin. El caminode ella conduce al acto de la conversin del individuo.Esto no puede darlo la filosofa. Y sin embargo, es todofilosofar un superar el mundo, algo anlogo a la salvacin.

    Resumamos. El origen del filosofar reside en la admiracin,en la duda, en la conciencia de estar perdido. En todo casocomienza el filosofar con una conmocin total del hombrey siempre trata de salH- del estado de turbacin hacia unameta.

    Platn yAristteles partieron de la admiracin en bus-ca de la esencia del ser.

    Descartes buscaba en medio de la serie sin fin de loincierto la certeza imperiosa.

    Los estoicos buscaban en medio de los dolores de laexistencia la paz del alma.

    Cada uno de estos estados de turbacin tiene su ver-dad, vestida histricamente en cada caso de las respectivasideas y lenguaje. Apropindonos histricamente stos, avan-zamos a travs de ellos hasta los orgenes, an presentes ennosotros,

    El afn es de un suelo seguro, de la orofundidad delser, de eternizarse. _ "

    Pero quiz no es ninguno de estos orgenes el ms ori-ginal o el incondicional para nosotros. La patencia del serpara la admiracin nos hace retener el aliento, pero nostienta a sustraernos a los hombres y a caer presos de los he-

    LA COMUNICACiN ENTRE LOS l.lOMBRES 21

    chizos de una pura metafsica. La certeza imperiosa tienesus nicos dominios all donde nos orientamos en el mun-do por el saber cientfico. La imperturbabilidad del almaen el estoicismo slo tiene valor para nosotros como actitudtransitoria en el aprieto, como actitud salvadora ante la in-minencia de la cada completa, pero en s misma carece decontenido y de aliento.

    Estos tres influyentes motivos -la admiracin y el C{),nocimiento, la duda y la certeza, el sentirse perdido y elencontrarse a s mismo-e- no agotan lo que nos mueve afilosofar en la actualidad ..

    En estos tiempos, que representan el corte ms radicalde la historia, tiempos de una disolucin inaudita y de po-sibilidades slo oscuramente atisbadas, son sin duda vlidos,pero no suficientes, los tres motivos expuestos hasta aqu.Estos motivos resultan subordinados a una condicin, la dela comumcoc1n entre los hombres.

    En la historia ha habido hasta hoy una natural vincula-cin de hombre' a hombre en comunidades dignas de con-fianza, en instituciones y en un espritu general. Hasta elsolitario tena, por decirlo as, un sostn en su soledad.La disolucin actual es sensible sobre todo en el hecho deque los hombres cada vez se comprenden menos, se en-cuentran y se alejan corriendo unos de otros, mutuamenteindiferentes, en el hecho de que ya no hay lealtad ni co-munidad que sea incuestionable y digna de confiariza.

    En la actualidad se torna resueltamente decisiva unasituacin general que de hecho haba existido siempre. Yopuedo hacerme uno con el prj imo en la verdad y nolo puedo; mi fe, justo cuando estoy seguro de m, chocacon otras fes; en algn punto lmite slo parece quedar lalucha sin esperanza por la unidad, una lucha sin ms salidaque la sumisin o la aniquilacin; la flaqueza y la falta deenerga hace a los faltos de fe o bien adherirse ciegamenteo bien obstinarse tercamente. Nada de todo esto es acce-sorio ni inesencial.

    Todo ello podra pasar si hubiese para m en el aisla-miento una verdad con la que tener bastante. Ese dolor de1:1 falta de comunicacin y esa satisfaccin peculiar de la

  • 22 LA FILOSOFA

    comunicacin autntica no nos afectaran filosficamentecomo lo hacen, si yo estuviera seguro de m mismo en laabsoluta soledad de la verdad. Pero yo slo existo en com-paa del prj imo; solo, no soy nada.

    Una comunicacin que no se limite a ser de intelectoa intelecto, de espritu a espritu, sino que llegue a ser deexistencia a existencia, tiene slo por un simple medio to-das las cosas Y' valores impersonales. Justificaciones y ata-ques son entonces medios, no para lograr poder, sino paraacercarse. La lucha es una lucha amorosa en la que cadacual entrega al otro todas las armas. La certeza de ser pro-piamente slo se da en esa comunicacin en que la libertadest con la libertad en franco enfrentamiento en plena so-lidaridad, todo trato con el prjimo es slo preliminar,pero en el momento decisivo se exige mutuamente todo, sehacen preguntas radicales. nicamente en la comunicacinse realiza cualquier otra verdad; en ella slo soy yo mismo,no limitndome a vivir, sino henchiendo de plenitud lavida. Dios slo se manifiesta indirectamente y nunca in-dependientemente del amor de hombre a hombre; la ceroreza imperiosa es particular y relativa, est subordinada altodo; el estoicismo se convierte en una actitud vaca yptrea.

    La fundamental actitud filosfica cuya expreSlOn inte-lectual he expuesto a ustedes tiene su raz en el estado deturbacin producido por la ausencia de la comunicacin,en el afn de una comunicacin autntica y en la posibili-dad de una lucha amorosa que vincule en sus profundidadesyo con yo. .

    y este filosofar tiene al par sus races en aquellos tresestados de turbacin filosficos que pueden someterse todosa la condicin de lo que signifiquen, sea como auxiliares osea como enemigos, para la comunicacin de hombre ahombre.

    El origen de la filosofa est, pues, realmente en la ad-miracin, enJa duda, en la experiencia de las situacioneslmites, pero; en ltimo trmino-y encerrando en s todoesto, en la voluntad de la comunicacin propiamente tal.AJ ae muestra desde un principio ya en el hecho de que

    LA COMUNICACiN ENTRE LOS HOMBRES 23

    toda filosofa impulsa a la comunicacin, se e~resa, q~i.sie-ra ser oda, en el hecho de que su esencia es la coparticipa-cin misma y sta es indisoluble del ser verdad. .

    nicamente en la comunicacin se alcanza el fin de lafilosofa, en el que est fundado en ltimo trmino el .sen-tido de todos los fines: el interiorizarse del ser, la claridaddel amor, la plenitud del reposo.