Izquierdas mexicanas en el siglo XXI. Problemas y perspectivas

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Entrevistas

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  • Izquierdas mexicanas en el siglo xxiproblemas y perspectivas

    (Entrevistas)

  • Izquierdas mexicanas en el siglo xxi.Problemas y perspectivas.

    Directorio

    Coordinacin generalJess Marcel Ortiz HurtadoCoordinacin logstica

    Jorge Alejandro Mndez FragosoCoordinacin de edicinNlida Abril Murgua Cruz

    Coordinacin y edicin de videoLuis Adrin Ayala Cobos

    TranscripcinKarla Laura Salas Reyes, Joaqun Emmanuel de la Torre Herrera,

    Marco Antonio Ortiz Carrillo, Marina Arely Carrasco JurezCorreccin de estilo

    Nlida Abril Murgua Cruz, Karla Laura Salas Reyes, Joaqun Emmanuel de la Torre Herrera, David Elas Hernndez Morales,

    Jos Benjamn Soriano Valdez, Gilberto Antonio Nava RosalesCorreccin tcnica

    Alberto Mendoza Velzquez Formacin editorial

    Jorge Alejandro Mndez Fragoso,Marco Antonio Ortiz Carrillo

    PortadaJorge Alejandro Mndez Fragoso

    Asesora generalAlberto Mendoza Velzquez

    Consejo asesorRogelio Lpez TorresMassimo Modonesi

    Mario V. Santiago Jimnez

  • STUNAM

    Izquierdas mexicanas en el siglo xxiproblemas y perspectivas

    (Entrevistas)

    Centro deDocumentacin yDifusin deFilosofa Crtica

    Coordinado por:

  • D.R. Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Centro de Investigaciones Interdisciplinariasen Ciencias y HumanidadesTorre ii de Humanidades 4 piso,Circuito Interior, Ciudad Universitaria,Delegacin Coyoacn, C.P.04510, Mxico, d.f.www.ceiich.unam.mx

    Facultad de Filosofa y Letraswww.filos.unam.mx

    Centro de Documentacin y Difusin de Filosofa Crticafiloscritica.wix.com/centrofiloscritica

    Sindicato de Trabajadores de la unamwww.stunam.org.mx

    ISBN: 978-607-02-4871-9

    Impreso y hecho en Mxico, 2013

    JL1298.A1I96

    Izquierdas mexicanas en el siglo XXI : problemas y perspectivas, entrevistas / coordinado por Centro de Documentacin y Difusin de Filosofa Crtica. -- Mxico : UNAM, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, 2013.223 p.

    ISBN 978-607-02-4871-9

    1. Partidos polticos--Mxico--Historia--Siglo XXI--Entrevistas. 2. Socialismo--Mxico--Historia--Siglo XXIEntrevistas. I. Centro de Documentacin y Difusin de Filosofa Crtica (Mxico), ed.

  • Agradecimientos

    El cdydfc agradece: A cada uno de los entrevistados por su disposicin entu-

    siasta a participar en este proyecto.A todos los compaeros que colaboraron comprometi-

    damente en el proceso editorial y audiovisual que ha dado como resultado los tres productos: libro impreso, libro di-gital y videos de entrevistas.

    A las dependencias, instituciones y organizaciones que han hecho posible esta edicin.

    A Rodolfo Surez, Rodrigo Flores y Abraham, por su ayuda en la obtencin de contactos.

    A David Moreno, por sus valiosas orientaciones en el proceso editorial.

    A Tatiana Sule, por el apoyo constante y por prestarnos un espacio para la realizacin de una entrevista.

    A Antonio Balderas y al equipo del departamento de sistemas de la Facultad de Filosofa y Letras por su impor-tante colaboracin.

    A Octavio Sols por su constante y valioso apoyo. A Hctor Saucedo, por facilitarnos la cmara con la cual

    realizamos la mayora de las entrevistas.A Hctor Cerezo y Mariano Herrera, por sus observacio-

    nes y asesora.A Silvia Bravo y Karina Palillero, por sus aportaciones

    en los crculos de estudio que desembocaron en el guin de las entrevistas.

    A Jaime Contreras, por apoyarnos en los simulacros de las entrevistas.

    Y finalmente a todas aquellas personas que seguramen-te se nos escapan y colaboraron de alguna forma en el de-sarrollo de este proyecto.

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    ndice

    Agradecimientos.....................................

    Introduccin...........................................

    Prlogo...................................................

    Entrevistas

    Hugo Aboites.................................................

    Laura Castellanos..........................................

    Adela Cedillo..................................................

    Elvira Concheiro............................................

    Hctor Daz-Polanco.....................................

    Enrique Dussel..............................................

    Carlos Fazio...................................................

    Carlos Illades.................................................

    Carlos Mendoza.............................................

    Lorenzo Meyer...............................................

    Massimo Modonesi.......................................

    Enrique Semo................................................

    Paco Ignacio Taibo II....................................

    Amrica del Valle..........................................

    Alfredo Velarde..............................................

    Siglas......................................................

    ndice onomstico..................................

    ndice analtico.......................................

  • Introduccin

    Esta obra es producto del trabajo de jvenes adscritos al Centro de Do-cumentacin y Difusin de Filosofa Crtica (cdydfc, espacio marxista educativo y de investigacin), quienes se han hecho cargo de su fun-damentacin, investigacin, planificacin, gestin y procesos tcnicos. El proyecto incluye la edicin digital de las entrevistas y su versin en video, ambos de acceso gratuito.

    La elaboracin de este trabajo comenz en el segundo semestre de 2012 cuando se realiz el planteamiento general; inmediatamente se constituy un consejo de asesores, se concret el proyecto definitivo y se inici la seleccin de las fuentes de estudio. Durante los primeros seis meses de 2013, se realiz la investigacin que fundamentara las preguntas de la entrevista y se comenzaron las gestiones. En el tiempo restante de ese ao, se hicieron las videograbaciones y la edicin en tri-ple formato que presentamos al pblico.

    Para las entrevistas se procur obtener una muestra plural de opi-niones y posturas de personalidades consideradas de izquierda por el pblico general o autodefinidas como tales, con el fin de ofrecer un pa-norama intelectual amplio, dirigido a jvenes y estudiantes, principal-mente. No obstante, es importante advertir al lector que las perspectivas tericas y polticas de los entrevistados son slo una muestra de la diver-sidad de posibles opciones.

    La seleccin de autores incluye individuos con actividad acadmica, personas con actividad acadmica y participacin poltica, gente cuyo mbito son los medios de comunicacin e individuos con militancia po-ltica primordialmente.

    Los objetivos principales de este trabajo son fortalecer la memoria histrica de las izquierdas mexicanas y generar materia para la re-flexin poltica contempornea. Algunas de sus principales motivacio-nes radican en el inters por comprender desde qu contexto parten las izquierdas de hoy y con qu herramientas cuentan para desenvolverse; qu las distingue y las separa, e impide su unin; cules son sus pro-puestas de accin y cambio; qu las frena y qu las potencia.

    La obra fue concebida como un recurso para pensar las izquierdas mexicanas en lo que va de este siglo, as como sus diferencias y conti-nuidades con las del anterior. Se trata de un repaso de hechos, nom-

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    bres y sucesos, orientado a problematizar los enfoques tericos y for-mas organizativas que estas izquierdas representan. Las referencias a las expresiones polticas citadas forman un crisol de opiniones, ideas y pensamientos que se complementan, reflejan y contradicen, por lo que el lector podr complejizar su anlisis sobre las distintas situaciones po-lticas y sociales de nuestro pas.

    En las primeras preguntas, los entrevistados ofrecen diversas defini-ciones de las izquierdas y hacen valoraciones sobre los legados de sus actos en el siglo pasado; mientras que en las siguientes analizan sus pro-puestas, problemas y acontecimientos durante los primeros 12 aos y medio del siglo en curso.

    La importancia acadmica e intelectual de estos documentos radica en que son un apoyo para que el pblico interesado se introduzca en el tema o el lector especializado se actualice en los conceptos, trminos e ideas que constituyen el imaginario poltico propio de la cuestin.

    En cuanto al campo de la praxis, el valor de la obra consiste en la ampliacin de conocimientos de quienes tienen o desean emprender al-guna prctica poltica y buscan un panorama general de lo que hoy son y hacen las izquierdas de Mxico. Consideramos que este trabajo tambin es una contribucin al desarrollo de un pensamiento crtico, complejo y creativo en lo que respecta a la tctica y estrategia de las organizaciones sociales e individuos que dedican su tiempo a luchar por la justa y nece-saria transformacin de nuestro pas y del mundo.

    cdydfc,Facultad de Filosofa y Letras,

    Ciudad Universitaria,Noviembre de 2013.

  • PrlogoUTOPA

    Me acerco dos pasos,ella se aleja dos pasos ms.

    Camino diez pasosy el horizonte se corre

    diez pasos ms all.Por mucho que yo camine

    nunca la voy a alcanzar.Para qu sirve la utopa?

    Sirve para eso:para caminar.

    Eduardo GalEano

    Analizar el tema de las izquierdas mexicanas contemporneas exige ubicar algunos de sus problemas centrales, tales como el poder, el gobierno y el Estado. Sobre el primero, constantemente se debate si ste se debe tomar, construir o destruir; en cuanto al segundo, las discusiones giran en torno a si es factible transformar los gobiernos existentes o alcanzar el bienestar social al construir otros con caractersticas que se aparten de las expresiones capitalistas, socialistas y comunistas actuales, y, respecto al tercero, las con-troversias se centran en la posibilidad de constituir Estados incluyentes y justos o en la de destruirlos por completo.

    stas y otras cuestiones abordadas en el presente trabajo conducen a preguntas como: El poder es malo por naturaleza? El poder es algo ma-nipulable o tiene un comportamiento autnomo? Son lo mismo Estado y gobierno? Son posibles los gobiernos de izquierda? Cules deberan ser las caractersticas de los gobiernos de este signo? Las izquierdas deben actuar permanentemente contra todo tipo de Estado? Las izquierdas, por ser una fuerza poltica y un poder fctico, son parte del Estado?

    No obstante el carcter perenne de estos debates en la teora, en la prc-tica es necesario clarificar la cuestin del ejercicio del poder y las formas de organizacin poltica, social e institucional que se desean. Cules son las tareas de las izquierdas mexicanas contemporneas? En nuestro pas deben discutirse los medios de participacin y representacin social, las perspec-tivas de desarrollo y los horizontes de transformacin a largo plazo. Para ello, es necesario que las izquierdas aprendan a convivir y a identificar los momentos en los que hay condiciones para impulsar cambios.

    El principal problema, al menos en este momento, no est en la existencia de los gobiernos en s, sino en la forma en que estn organizados, las misio-nes que cumplen y los intereses que protegen. Existen algunos ejemplos de cmo construir organizacin popular, procesos autonmicos e instituciones representativas, como fue el caso de las Juntas de Buen Gobierno fundadas por los zapatistas en Chiapas. A pesar de que el modelo, por varias cues-tiones, no resultara aplicable a la totalidad del territorio nacional, es un ejemplo de donde pueden extraerse enseanzas.

    Para comprender lo que sucede con las izquierdas mexicanas actuales, es necesario tener una idea general de lo que se entiende por ser de izquier-da, pues para los interesados en el tema constantemente surgen preguntas

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    como: Siempre han luchado por lo mismo las izquierdas? Hay quien es de izquierda sin saberlo? Se puede determinar quin no es de izquierda aunque diga serlo? Cmo se establece lo que es el hacer de la izquierda y el ser de izquierda?

    Algunas aspiraciones generales (a veces contradictorias) que acompaan a las izquierdas desde sus orgenes son:

    1. Abolir el capitalismo, las clases sociales e instaurar de golpe el socia-lismo, el comunismo, el anarquismo u otras variantes de sistema social.

    2. Tomar, destruir o cambiar el gobierno y el Estado para realizar trans-formaciones de corte progresista.

    3. Establecer la paz, la justicia, la solidaridad y la libertad entre los pueblos e individuos del mundo.

    Actualmente, la definicin de izquierda tiene diversas acepciones. En la presente obra encontramos variadas concepciones de corte acadmico, perio-dstico, intelectual y militante que contribuyen a dilucidar el tema.

    Como punto de partida, recordemos que las izquierdas estn determinadas por su tiempo y espacio, de manera que su definicin se construye histrica-mente y en funcin de sus distintas expresiones pasadas y presentes. En tr-minos amplios (con muchas excepciones) podra decirse que las izquierdas de hoy se caracterizan a nivel global por:

    1. Luchar por la obtencin y ampliacin de derechos, garantas y liberta-des del ser humano en lo individual y lo colectivo.

    2. Contribuir a que la sociedad mundial se organice de modo que la jus-ticia rija las relaciones humanas y para alcanzar un estado ptimo de vida.

    3. Oponerse a los privilegios de grupos e individuos que explotan y some-ten al resto de la humanidad.

    4. Intentar mantener en todas sus prcticas valores como la dignidad, la verdad, la justicia, la equidad, la igualdad, el amor, la honestidad, la paz y el respeto.

    5. Pugnar por la conservacin de legados culturales, as como por el reco-nocimiento de las diversas subjetividades.

    6. Combatir el conservadurismo religioso y prcticas ofensivas y exclu-yentes por condicin racial, sexual, econmica, de gnero, entre otras.

    7. Procurar la conservacin del medio ambiente en el planeta, as como la eliminacin de las tcnicas de produccin que lo daan.

    8. Buscar nuevas opciones para cambiar el sistema poltico y econmico global, refuncionalizando las propuestas del comunismo, socialismo y anarquismo (principalmente) o imaginando nuevas alternativas.

    9. Reconocer, ms all de su participacin en eventos u organizaciones de masas, la importancia de los individuos como factor de transformacin de la sociedad.

    Por otra parte, dentro del tema de los legados de las izquierdas del siglo xx, las entrevistas revelan graves debilitamientos y reflujos de las luchas en cier-tos periodos, as como momentos en donde han surgido condiciones para vencer a las clases dominantes del Estado. De esta serie de hechos, merecen especial inters algunos que se valoran positivamente, como los siguientes:

    1. El reconocimiento, dentro de las luchas sociales, de sujetos que tradicio-nalmente haban sido excluidos de las izquierdas por no pertenecer al campo del proletariado revolucionario o no identificarse con l.

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    2. La experiencia de manifestaciones de millones de personas a favor de una candidatura presidencial de carcter reformista-progresista.

    3. La defensa parcial y conservacin, como propiedad nacional, de recur-sos y sectores estratgicos para el desarrollo nacional.

    Del mismo modo, existen otros que se recuerdan como saldos negativos:1. La incapacidad de unin entre organizaciones de diversos signos y la

    continuidad de conductas sectarias.2. La cooptacin por parte del Estado de las instituciones poltico-elec-

    torales consideradas, conocidas o autopresentadas como de izquierda y la asimilacin que stas han hecho de prcticas moral, econmica y polticamente corruptas.

    3. El abandono de la formacin poltica como obligacin de todas las orga-nizaciones y de los militantes de las izquierdas.

    En afinidad con esta cuestin, quiero sealar un problema central de la cultura de las izquierdas: la falta de sistematizacin de su historia. Aun-que existe una enorme variedad de documentos al respecto, se carece de un panorama amplio de coyunturas, sujetos y problemas tericos propios del tema. Resulta indispensable saber de dnde provienen las izquierdas con-temporneas para comprender el porqu de sus condiciones actuales, paso esencial en la construccin de estrategias y nuevas organizaciones a futuro.

    Pasando a la cuestin de los errores y aciertos, en las entrevistas encon-tramos conclusiones tajantes y otras ms relativas sobre los sucesos cita-dos. Es posible definir qu acciones fueron equivocadas y cules acertadas? Sobre esto se deben tener presentes tres puntos:

    1. La historia no es contrafactual; no es posible determinar a dnde hu-biesen conducido algunas circunstancias enjuiciando a posteriori las resoluciones que las provocaron o los saldos que arrojaron.

    2. A pesar de la imposibilidad de identificar lo acertado o errtico de cier-tas acciones, resulta necesario analizarlas, debatirlas y establecer una postura, pues la toma de decisiones para nuevas iniciativas permanen-temente se ve influida por la memoria de los hechos y la interpretacin de acontecimientos del pasado.

    3. Las consecuencias de una determinacin no son completamente prede-cibles; sin embargo, actualmente pueden utilizarse herramientas como la estadstica y la simulacin de escenarios (por citar algunas), median-te las cuales es posible ampliar el margen de acierto de las acciones pro-gramadas.

    La aplicacin de estas herramientas en la planificacin de tareas otorga ventajas cualitativas a las organizaciones que las dominan mejor. Prueba de lo mencionado es la preparacin de individuos y equipos especializados en el uso de dichos instrumentos para la ejecucin de polticas desde el Estado, la orientacin de la opinin pblica o la introduccin de productos de mer-cado, entre otros.

    Es necesario aprender a utilizar ese tipo de instrumentos en favor de las izquierdas y entender que expresiones de uso frecuente como inteligen-cia colectiva o sabidura popular (en las que se confa como una especie de intuicin social para ir en la direccin correcta) tienen altos contenidos identitarios, ticos y morales; no obstante, la mayora de las veces carecen de

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    potencia tctica y estratgica. No se debe rehuir al anlisis de los resultados y hay que aprender a calcular las posibilidades de xito y fracaso en el pre-sente y el futuro.

    En trminos de errores y aciertos, los dos sucesos que suscitan mayor inters en los entrevistados son las insurrecciones armadas y los procesos electorales, donde el tema del uso de la fuerza es un elemento central. Tam-bin se pueden encontrar ciertos paralelismos en la crtica a los organismos polticos que protagonizaron dichos episodios, a pesar de que son o parecen diametralmente opuestos en el campo de las izquierdas.

    El primero se refiere a la reprobacin de cierto sector de las izquierdas por el cese al fuego del Ezln (Ejrcito Zapatista de Liberacin Nacional) en 1994 y a las crticas a Cuauhtmoc Crdenas y a Lpez Obrador por la conten-cin de la lucha insurreccional-armada tras los fraudes electorales de 1988 y 2006, respectivamente. Aunque los contextos distan bastante en cuanto a protagonistas y situaciones, la preocupacin fundamental es la restriccin de los modos de lucha nicamente a manifestaciones pacficas.

    El otro es el de las crticas por la falta de unidad poltica y estratgica entre el Ezln y la fraccin del prd (Partido de la Revolucin Democrtica) que enca-bezaba Lpez Obrador en las elecciones presidenciales de 2006. No obstante las diferencias y contradicciones entre estas dos organizaciones, persiste la idea de que un esfuerzo de unidad hubiese abierto el campo de participacin para las izquierdas mexicanas en general.

    Ahora bien, con respecto al tema de las coyunturas, algunas de las opinio-nes ms interesantes en el libro identifican a la izquierda de hoy como una fuerza reactiva y continuamente a la defensiva. Considero esta observacin primordial, pues desde el levantamiento zapatista en 1994, slo la candi-datura presidencial de Lpez Obrador en 2006 ha implicado una amenaza (aunque muy moderada) para la continuidad del rgimen de la clase poltica gobernante, compuesta por el pri (Partido Revolucionario Institucional), pan (Partido Accin Nacional) y, actualmente, la mayora del prd.

    Para desplazar a la derecha del poder, se requieren proyectos de mediano y largo plazo que dirijan las fuerzas sociales, lo cual en este momento pare-ce difcil debido al serio rezago en la capacidad programtica y prospectiva de las izquierdas. Aunque a menudo surgen movimientos espontneos con gran impacto meditico y con propuestas creativas, como en el caso del #Yo-Soy132, stos son insuficientes para lograr cambios sustanciales, pues desfa-llecen en poco tiempo por falta de fortaleza organizativa y capacidad terica.

    En este sentido, para obtener el mayor beneficio de las luchas polticas en turno, es necesario incrementar la cohesin social y poltica de las izquierdas mediante el fortalecimiento de las capacidades organizativas entre indivi-duos y todo tipo de agrupaciones.

    Entre las coyunturas ms comentadas en el libro encontramos las siguientes: 1. La lucha de los campesinos de Atenco por la defensa de sus territorios.2. El lanzamiento de La Otra Campaa por parte del Ezln.3. El despido de los 46 000 trabajadores del smE (Sindicato Mexicano de

    Electricistas).4. Los fraudes electorales de 2006 y 2012.5. El levantamiento popular de la appo (Asamblea Popular de los Pueblos

    de Oaxaca).

  • 17PRLOGO

    6. Las manifestaciones contra el pri y Enrique Pea Nieto conducidas por el movimiento #YoSoy132.

    7. El movimiento de oposicin a la Guerra contra el narcotrfico decla-rada por Felipe Caldern.

    8. La creacin de autodefensas policiales armadas en ciertas regiones del pas.

    Si bien es cierto que algunas de estas batallas han implicado dolorosas derrotas, hay que recuperar de ellas los elementos tiles para dibujar nuevas estrategias de trabajo.

    Otro tema central en el libro es el de los desafos y las estrategias de las izquierdas. Al respecto, la mayora de los entrevistados visualizan el pro-blema de la construccin de unidad como el reto ms grande para pasar a la ofensiva y advierten la necesidad de proyectos amplios y consensuados. Lo anterior se muestra como el primer requisito para pasar a la destruccin y renovacin de los poderes vigentes o a la toma del poder y la transforma-cin de las instituciones.

    En la misma lnea, las iniciativas que nuevamente atrajeron la atencin por su potencia poltica y social fueron La Otra Campaa, impulsada por el Ezln en el ao 2006 y las campaas de Lpez Obrador por la presidencia, en 2006 y 2012. Ambas tuvieron una amplia convocatoria en diversos sectores y no lograron o intentaron construir acuerdos. En este punto es necesario resaltar que las prcticas del sector ms derechizado y poderoso del prd fue-ron determinantes para la continuidad del pan en 2006 y el regreso del pri al gobierno federal en 2012. Siguiendo esta idea, se presentan dos elementos para profundizar la reflexin sobre el tema.

    El primero es La Otra Campaa, que buscaba convocar agrupaciones e in-dividuos para formar una nueva organizacin de masas que luchara desde la sociedad civil. Sin embargo, la iniciativa no tuvo la fuerza esperada y segreg a personas y sectores que tambin se interesaban en la coyuntura electoral. La direccin de La Otra Campaa, mediante el Subcomandante Marcos, de-claraba que Lpez Obrador (La imposible geometra del poder) era igual a Carlos Salinas de Gortari y que no eran bienvenidos quienes quisieran participar en el mbito electoral, lo cual desanim a muchos simpatizantes del zapatismo. La comparacin de estos dos polticos, con sus respectivos matices, cobra sentido porque Lpez Obrador incluy personajes como el exsalinista Manuel Camacho Sols (por mencionar slo a uno de varios) en su proyecto de gobierno.

    El segundo se refiere a las campaas de Lpez Obrador, que presenta-ron el problema de no poder convivir con fuerzas polticas adversas al orden institucional, pese a que en diversas ocasiones l mismo lleg a manifestar retricamente su rechazo a las instituciones imperantes. Nunca dej claro cmo convivira con las fuerzas progresistas alternativas ni se comprometi de manera creble con la firma de los Acuerdos de San Andrs. Tras mostrar su renuencia a reconocer figuras internacionales como Hugo Chvez o la im-portancia de la lucha zapatista y otras fuerzas polticas de izquierda, un sec-tor de potenciales votantes y colaboradores de campaa retiraron su apoyo a la opcin electoral. Aunque se consiguieron cifras de votos sin precedentes, se perdi el sostn estratgico de fuerzas que probablemente hubiesen podi-do derrotar el fraude de 2006 o la campaa sucia de 2012.

  • IZQUIERDAS MEXICANAS EN EL SIGLO XXI18

    Cabe destacar, en ambos sucesos, la agrupacin de intelectuales que por aos haban permanecido a la expectativa del acontecer social, pero sin ad-quirir un compromiso directo o militante en alguna organizacin. Estos n-cleos, que se comprometieron tanto en la campaa de Lpez Obrador como con el Ezln, representan una importante experiencia de unidad en ese sector, que no se haba visto desde el Frente Democrtico Nacional (fdn) y los pri-meros aos del Ezln.

    Sobre la cuestin de la influencia de las izquierdas mexicanas a nivel mun-dial, es prcticamente unnime en las entrevistas la idea de que la ltima vez que ocurri fue en 1994, con el levantamiento zapatista en Chiapas. Tras la cada del Muro de Berln y la implosin de la Unin Sovitica, la renovacin intelectual y poltica que dio nuevos bros en el mundo a la crtica del poder y el Estado tuvo su epicentro en la rebelin indgena del Ezln.

    Aunque coincido con lo anterior, considero importante analizar la ex-periencia de gobierno del prd de los primeros aos, principalmente en el Distrito Federal, como referente para otros gobiernos de corte progresista en Amrica Latina (Bolivia, Ecuador y Venezuela) que, en mayor o menor medida, han emulado algunas de sus prcticas y polticas ms exitosas en sus respectivos contextos.

    Por otra parte, un elemento novedoso de este trabajo es la preocupacin por la formacin poltica como factor de fortalecimiento de los individuos y las organizaciones de izquierda, cuya dimensin histrica en general no se co-noce. Al respecto, destaco los siguientes puntos en comn a partir de las respuestas de los entrevistados:

    1. Este aspecto era muy importante en las organizaciones partidarias, co-munistas, socialistas y armadas del siglo pasado.

    2. La instruccin que recibieron y ejercieron esas generaciones fue fuente de una formacin terica dogmtica y de posiciones principistas, cau-santes de sectarismos, pero que dotaban de una fuerte integridad moral y tica a los militantes.

    3. La educacin poltica debe refundarse como elemento constituyente de la conciencia de los luchadores sociales, pero enfocada en la construc-cin de procesos de unidad amplios y de larga duracin, acompaados de una democracia participativa e integral, y con especial cuidado en el tema del combate a la corrupcin.

    La formacin poltica, en todos los niveles, debe retomarse y adquirir un perfil crtico, lo que permitir que militantes y ciudadanos desarrollen sus ac-tividades de manera ms sofisticada. Cualquier grupo social desinformado y/o acrtico es fcil de manipular para que, mediante ejercicios formalmente de-mocrticos o sutilmente autoritarios, legitime decisiones o acciones opuestas al bien colectivo.

    Por el contrario, las organizaciones e individuos bien formados incremen-tan sus posibilidades de elaborar y ejecutar proyectos de corto, mediano y largo plazo. Sin la cultura y la capacitacin para crear y discutir proyectos locales y generales, las izquierdas estn condenadas a transitar de coyun-tura en coyuntura y perder la oportunidad de generar sinergias entre sus causas particulares.

  • 19PRLOGO

    Finalmente, la ltima pregunta de la entrevista se enfoca en problemas ge-nerales y polmicas. Uno de ellos es la corrupcin, que en el libro se centra en la descomposicin de los partidos considerados de izquierda, sobre todo el prd (sin desestimar que en la actualidad es posible ubicarlo en la rbita de la derecha poltica, salvo contadas excepciones). Dentro de esta problemtica, resulta notable la falta de menciones sobre la corrupcin en otro tipo de orga-nizaciones polticas de izquierda, como los sindicatos, por ejemplo.

    El tema de la unidad fue abordado con regularidad; sin embrago, cabe mencionar que el problema no es constituir organizaciones nicas y totalmen-te centralizadas, sino hacer funcionales los mecanismos de decisin para alcan-zar sus objetivos.

    Otra de las polmicas interesantes es la transformacin social por la va reformista o revolucionaria, en la que se incluye la disyuntiva del uso de la violencia o el pacifismo. Quisiera mencionar que en nuestro contexto existen varias confusiones, especficamente en derredor de los conceptos de revolucin, reforma y radicalidad. El trmino revolucin es reducido a cambio absoluto e inmediato de status; mientras que el concepto de re-forma es equiparado, tambin equivocadamente, a la paz, adems de estar cargado de un sentido moderado o conservador por natura; por ltimo, la radicalidad se reduce a expresiones violentas, lo que limita otras posibles formas de concebirla.

    De los conceptos mencionados, el de revolucin puede entenderse de di-versos modos; no significa necesariamente cambio radical y opuesto, sino tambin continuidad y profundizacin en un sentido ya determinado, como en las denominadas revoluciones de los ricos, que han vuelto mucho ms agresivo al capitalismo.

    En cuanto al concepto de reforma, ste puede implicar un sentido trans-formador, profundo y opuesto al statu quo o afirmante de lo establecido. Otra indicacin importante es que las reformas no estn exentas de la posi-bilidad de ir acompaadas de violencia como medio de accin y concrecin.

    Por lo que toca al concepto de radicalidad, ste se refiere a lo autntico de las transformaciones propuestas, pero se equipara errneamente con el ejercicio de la violencia. Si bien puede ser uno de sus modos de manifestarse, el sentido de una intervencin radical en el medio social tiene ms que ver con sus efectos de fondo que con la forma en que se manifiesta.

    Pasando al tema de la toma del poder institucional o la organizacin alterna al Estado, se vuelve indispensable mirar los cambios en la poltica en Amrica Latina, producidos por las iniciativas de los pueblos y algunos gobiernos de corte progresista, genricamente hablando. Aunque con sus particularidades y problemas, en estos lugares se oponen resistencias al imperialismo tecn-crata ms feroz. Al respecto, se tienen que radicalizar los procesos, combatien-do sus deformaciones y pugnando por mayores transformaciones, adems de que es necesario encontrar una manera de identificarnos y generar unidad a partir de nuestras necesidades y a pesar de las diferencias.

    Para concluir, hay que tener en cuenta que las derechas en el mundo tambin cambian, pero no han perdido su centro y entienden que, pese a su diver-sidad, continan siendo una clase, llmese burguesa, poderosa u opresora.

    Debido a lo anterior, es importante lanzar una pregunta fundamental: Hasta dnde lo que conocemos como la derecha o las derechas tienen dibu-jado y construido su proyecto de sociedad? No se sugiere que existe un nico

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    plan, diseado y consensuado por ellas para alcanzar sus objetivos, pero s que, pese a sus divisiones, pueden llegar a acuerdos y emplear los recursos que acumulan para incrementar o mantener su poder. Es indispensable des-echar el pretexto de que la derecha no tiene principios y triunfa porque puede unirse inescrupulosamente para alcanzar sus fines. Pensando de este modo, nos encontraremos en un callejn sin salida.

    Las izquierdas necesitan desarrollar un pensamiento poltico crtico, pues ste desempea un papel determinante en la definicin de objetivos, dis-cusin de tcticas, planificacin de estrategias y ejecucin de tareas. Para ello es imprescindible generar no slo recursos pedaggicos propios, sino los instrumentos tericos que los complementen, como el cdydfc pretende hacer a travs de este proyecto.

    El espritu libertario y las motivaciones que mueven a la izquierda requie-ren urgentemente de la revolucin de sus propios medios para abolir el capi-talismo, transformar el mundo y avanzar hacia la utopa de un mundo ms justo.

    Alberto Mendoza Velzquez Asesor general del cdydfc

  • Hugo Aboites*Doctor en Educacin por la Universidad de Harvard, adscrito al Departamento de Educacin y Comunicacin en la Uni-versidad Autnoma Metropolitana (uam), Xochimilco. Es especialista en educacin y comunicacin alternativa. Actualmen-te desarrolla una investigacin sobre educacin e integracin econmica en el norte del continente americano. Lnea de investigacin: educacin superior en la integracin econmica de Norteamrica.

    1.- Las izquierdas cambian en funcin de los procesos que enfrentan o logran crear, de modo que tambin se modifica la forma de concebirlas y estudiarlas. Como primer punto de esta entrevista queremos que nos platique: cmo define la izquierda o las izquierdas de hoy y qu particularidades encuentra en el caso del Mxico presente?

    La izquierda, a nivel global, se define como una fuerza progresista en un mundo cada vez ms derechizado, no slo por el fortalecimiento del capitalismo, sino por su expresin neoliberal. En este contexto la izquierda es una fuerza progresista, porque est a favor del respeto y el fortalecimiento del planeta, como un recurso indispensable para la vida humana; pide que se respete la diversidad de culturas en los distintos pases, exige educacin para todos, busca una democracia participativa y profunda, y pugna por el respeto a los grupos minoritarios (en especial los nios, los ancianos, las mujeres, los de diferente orientacin sexual, etc.). Es una fuerza progresista, porque muchas de las aspiraciones que se han generado durante aos de intentos civilizatorios se manifiestan ahora con ms fuerza desde la izquierda, la cual representa una de las alternativas ms organizadas de lo que se quiere para este mundo en el futuro.

    En el caso concreto de Mxico, hay algunos acentos especiales, como la cuestin de las culturas y el respeto a la mujer. Somos un pas muy machista y plural; por ello el respeto y fortalecimiento de las culturas y naciones diversas dentro del pas es importante. Esto, junto con la demo-cracia, el fin de la explotacin y la salvaguarda de los derechos de los d-biles, constituye una expresin muy dinmica, en el sentido de que recoge tradiciones y herencias de orgenes muy diversos, que son fundamentales para la vida en una nacin y en el planeta.

    * Entrevistado el 11 de junio de 2013 a la 1:00 de la tarde en la Universidad Autnoma Metropolitana (uam), Xochimilco, Distrito Federal.

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    2.- Todos los sujetos polticos actan en funcin de sus conocimientos, experien-cias y expectativas, recuperando del pasado lo que consideran conveniente para su prctica en el presente. Al respecto, en trminos tericos y prcticos, cul es el legado de las izquierdas mexicanas del siglo pasado?

    Las izquierdas mexicanas del siglo pasado demostraron varias capaci-dades: la de organizarse en un Partido Comunista Mexicano (pcm) all por 1919, la de sostener una lucha principista durante muchas dcadas y la de ser un impulsor muy importante de la vida nacional. En la edu-cacin, por ejemplo, uno de cada cinco profesores de los aos treinta se declaraba, de alguna manera, comunista o marxista. El proyecto de nacionalizacin de la energa petrolera tambin fue un hecho apoyado de forma importante por la izquierda.

    La izquierda constituy un referente por su capacidad de organizar-se, de preparar cuadros muy comprometidos; alumbr, durante muchas dcadas del siglo pasado, el horizonte de Mxico.

    Su contribucin ltima, tal vez la ms discutible, fue la decisin de desaparecer como partido comunista y unirse a los intentos de buscar una va electoral democrtica. Demostr una enorme flexibili-dad, a pesar de que haba un contexto muy complicado internacional-mente por la cada de la Unin Sovitica. Esta flexibilidad, me parece, es un legado bastante significativo; es una experiencia que todava estamos valorando, discutiendo, y que algunos vemos muy problemtica en su resultado neto, que hoy se concreta en el prd (Partido de la Revolucin Democrtica).

    3.- Como cualquier proceso histrico, el actuar de las izquierdas del siglo pa-sado est sujeto permanentemente a debate, y uno de los principales temas de discusin es el de los llamados errores o aciertos. En la siguiente pregunta, que-remos concentrarnos en los sucesos que generan el sentimiento de haber salido mal, sobre todo de los setenta del siglo pasado a la fecha. As pues, en cuanto a errores y derrotas de las izquierdas de ese periodo, cules cree que persisten y, si es el caso, cmo pueden solucionarse?

    Uno de los errores fundamentales fue que la izquierda mexicana tuvo como un referente decisivo la Unin Sovitica. Esto hizo que fuera muy rgido el marxismo que puso en prctica. En este pas permearon mucho las ideas antiinterpretacin, que reprimieron las que le podan dar al marxismo ms vitalidad y una vida democrtica interna al partido, que permitiera discutir la posibilidad o imposibilidad de una va nacional al socialismo. Todas estas ideas fueron rechazadas; incluso, tras la muerte de Trotsky, fueron perseguidas a muerte por personajes de la izquierda misma. Este error y esta postura sumamente sectarios ocurrieron en los aos cuarenta, pero persistieron durante dcadas contra los vientos de-mocratizadores de la izquierda.

    ste fue el causante de que la transicin hacia una postura democrtico- progresista y el abandono de las tesis comunistas se hicieran en forma

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    atropellada y sin mucho cuidado. Prcticamente se tir al nio junto con el agua sucia y se abandonaron lecciones, planteamientos y principios, que pudieron haber alumbrado las decisiones para construir los partidos de transicin: el Partido Socialista Unificado de Mxico (psum) y luego el prd. El resultado lo vemos ahora, como en caso del prd, que est en una postura inimaginable hace veinte aos y donde no hay una visin ms amplia que la electoral en el peor de sus sentidos.

    sa fue una causa importante de los errores que podemos ver en el pasado. El otro error, me parece, es que no se ha discutido suficientemente lo antes planteado y por ello no tenemos la capacidad de aprender de esos episodios. No podemos aplicar mtodos correctivos, no podemos hacer propuestas de cmo organizar un partido o una coalicin distinta que pueda realmente manejar el problema de la cuestin electoral y resolverlo en forma positiva; no hemos aprendido, y sa no es tarea de una sola persona. Adems, el problema est en que no parece haber condiciones para dar esa discusin: no hay inters, no hay protagonistas ni grupos que lo impulsen; por tanto, estamos a la deriva, literalmente a la deriva.

    La discusin se hace a un lado cuando se desmantelan y abandonan, de manera tan apresurada y sin reflexin, principios y planteamientos; se genera una situacin muy complicada. La posibilidad de reorgani-zarse es muy difcil, porque los planteamientos de reorganizacin se hacen en trminos de luchas especficas, pero casi nunca en trminos de un planteamiento terico y de una plataforma ideolgica, por lo que cuando sta se construye en ocasiones es sumamente populista.

    4.- Centrmonos ahora en el anlisis del presente. Cules son para usted las iniciativas ms significativas que han planteado las izquierdas mexicanas en lo que va del siglo xxi y cules de las coyunturas que han enfrentado le parecen las ms relevantes?

    Por el desmantelamiento de los planteamientos fundamentales, el tr-mino izquierda es sumamente flexible. En primer lugar, teniendo en cuenta esa enorme flexibilidad (por no decirle dispersin), un plantea-miento importante ha sido el de mantener una solidaridad, una cierta lealtad con las luchas obreras, cuestin sumamente relevante. En se-gundo lugar, es significativo que un sector apoye, todava, luchas como las del Ejrcito Zapatista de Liberacin Nacional (Ezln).

    En tercer lugar est la postura, con sus claroscuros, frente a los movi-mientos estudiantiles que han marcado la historia del siglo xx y una ruta, un eje de lucha. Ah tambin vemos esta problemtica de la izquierda: est la que reconoce estas luchas, una que se compromete y otra que se opone e incluso persigue los movimientos estudiantiles. Todo esto hace difcil hablar de las izquierdas y hasta caracterizarlas como tal.

    En cuarto lugar se encuentra algo que no se ha resuelto de manera clara: la relacin con la ecologa. Es un tema que no est bien trabajado; no se han concretado luchas especficas en ese terreno.

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    En quinto lugar, la izquierda tiene frente a s una constelacin de ini-ciativas civiles, como las organizaciones no gubernamentales (onG), las cuales cubren una serie de huecos que antes se llenaban de otra manera; se parta de luchas obreras, campesinas o por los derechos civiles, pero ahora se han fragmentado enormemente. Muchas de esas luchas se han privatizado, al depender en forma directa de recursos privados o guber-namentales. En esto hay un problema importante.

    En sexto lugar est el tema fundamental de la reforma educativa y otros tpicos como la cuestin de los desaparecidos, la tortura y la vio-lencia que estamos viviendo. Esto no ha sido suficientemente explora-do, profundizado y puesto como un eje primordial. Son temas donde estamos rezagados porque no hay planteamientos claros y, por tanto, no somos capaces de convocar a grandes masas de la poblacin.

    Lo anterior muestra el saldo que tenemos pendiente. Para recuperar-lo, primero habra que sentarse a discutir ampliamente, a determinar ejes de lucha importantes, a ver cules seran las formas organizativas y crear un espacio de decisin. Tenemos que ver los problemas no de manera protagnica, como quien pretende conducir las luchas. Hay iniciativas por todas partes, pero todas, o al menos muchas de ellas, se reivindican como las nicas o la principal.

    5.- Mirando el plano nacional en el corto, mediano y largo plazo, cules son para usted los principales desafos de las izquierdas mexicanas de hoy y cules considera las estrategias ms importantes que stas han planteado para en-frentarlos?

    Desafos fundamentales son cuestiones como la democracia; las luchas obreras que siguen presentes, como la del smE (Sindicato Mexicano de Electricistas); el problema del abandono del campo y la terrible mar-ginacin del campesinado mexicano (incluyendo pueblos originarios); as como la cuestin central de las culturas del pas, que es diverso, pluricultural, con vocaciones regionales y modos bastante diferentes de hacer poltica, economa y de construir una sociedad.

    Lamentablemente, carecemos de estrategias claras que vayan ms all de lo que cada grupo est haciendo o trata de hacer por su cuenta; no hay una organizacin nacional capaz de incluir a todos los grupos, sin someterlos, de trazar estrategias que vayan ms all de la inmediatez, de los intereses o del eje concreto de cada grupo. Es un problema de desor-ganizacin que hay que resolver.

    Insisto: no tenemos la infraestructura, el planteamiento ni las voces capaces de convocar esto, y la izquierda navega a la deriva en el contexto de una multiplicidad de factores como las nuevas tecnologas, la incur-sin y el surgimiento de las onG (que tienen un peso muy importante) y la cuestin cultural. Son situaciones que colocan a las izquierdas en una circunstancia muy complicada.

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    Se pueden resolver los problemas, pero carecemos de varios elemen-tos y en este momento no se ve cmo la izquierda pueda reponerse, re-pararse y reconstruirse. Por ahora, pareciera que slo podemos hacer un llamamiento a lo mismo que hay, pero el resultado seguir sin ayudar a construir una organizacin nacional que convoque, que discuta plan-teamientos tericos. Qu hacer? Seguir con esta lucha por la demo-cracia, nada ms? Empezar a plantear la cuestin revolucionaria en estas condiciones? Es posible? Hasta qu punto?

    Los planteamientos de una modificacin sustancial de la relacin en-tre clase obrera, clase campesina y los sectores hegemnicos, son tam-bin una cuestin muy importante en trminos de la reforma laboral y de la creciente explotacin de estos grupos. stos son, me parece, los ejes fundamentales.

    Justamente porque carecemos de todo esto, vemos una dispersin y una falta de esperanza en muchos grupos, sobre todo incluyendo a los jvenes.

    Tenemos tambin una cuestin importante y ambigua en la izquier-da respecto de los liderazgos. Por un lado, en el planteamiento terico todos estamos de acuerdo con que el mesianismo es una ruta equivo-cada, que termina trayendo ms problemas que beneficios y que ha causado distorsiones a nivel mundial y en la experiencia mexicana. No obstante, por otro lado, la misma experiencia muestra que los lideraz-gos fuertes, que de alguna manera empiezan a ser capaces de convocar, s pueden generar una corriente muy significativa.

    Sin plantear cules son las opciones concretas de liderazgo, anali-zar la experiencia de Andrs Manuel Lpez Obrador (amlo) es muy interesante. Uno no est de acuerdo con sus planteamientos, obser-va muchas limitaciones y se pregunta hasta dnde quiere llegar; uno encuentra que no hay certidumbre ni, muchas veces, coherencia en sus planteamientos. Sin embargo, debemos reconocer que detrs de l hubo un movimiento social muy importante. Lo hubo, porque ahora no parece haber muchas perspectivas. No obstante, el hecho de que prcticamente ganara unas elecciones, a pesar de las medidas fraudu-lentas, a pesar de la corrupcin y del despliegue de recursos para las elecciones, es un hito muy interesante.

    En el movimiento de amlo, vemos la posibilidad de generar movimientos masivos, cosa ha tomar en cuenta, porque en las izquierdas tenemos aversin a movimientos nacionales con un amplio alcance, pues nos parece, inmediatamente, que debe haber algo malo, algo que no est bien; le buscamos, y el que busca, evidentemente, encuentra.

    As mismo, las lecciones de Oaxaca o del Ezln muestran formas particulares de democracia, de conduccin de los movimientos sociales, de capacidad para darle dimensin y dinamismo no slo a sus movimientos.

    Estas situaciones las han vivido los maestros ltimamente, como en el caso de Oaxaca. Los maestros all se han movilizado durante muchos

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    aos, y es con la fuerte participacin de las comunidades en 2006 que este movimiento se transforma, logra una dimensin amplia, con una base popular significativa y, ah s, sin liderazgos mesinicos.

    Asimismo, en 1987-1988, con la candidatura de Cuauhtmoc Crde-nas, hubo otra experiencia interesante en que ninguna va qued ex-cluida. Esto constituye ya un acervo, una reserva de movimientos que incluso se han fortalecido de manera silenciosa. As sucede en muchas comunidades de Oaxaca y de Guerrero con el movimiento magisterial; la fuerza que por momentos estn demostrando habla de un sustrato muy profundo que como izquierda no alcanzamos a entender. Vemos nacer, vemos que estalla, que se manifiesta, pero no alcanzamos a en-tender su dinamismo, ni las viejas consignas responden a esto.

    Hay una mezcla de luchas indgenas, luchas por la tierra, por una democracia de otro tipo (ya no de partidos), por la educacin, las cul-turas y el derecho a vivir y a ser integrante de una nacin. Estos plan-teamientos de los pueblos originarios constituyen la esperanza para las izquierdas, en la medida en que stas sean capaces de reconocerlo, de darse cuenta de que estn ah y traten de explicar y entender por qu estn ocurriendo. No se trata de manipular las experiencias, sino simplemente de recuperar las lecciones que all se fraguan e intentar pasarlas a otras esferas.

    Es indispensable comenzar a pensar en ejes que unan todas estas expresiones tan distintas, pero tan legtimas, tan vlidas, tan ricas, tan potencialmente transformadoras, como son estas que estamos mencio-nando y otras.

    As, en estas cuestiones, se encuentra la materia prima, pero falta la capacidad para hacer estas cuatro cosas: reconocer, entender, recuperar y plantear en trminos amplios, lo cual no hemos podido hacer. Alguien se preguntaba recientemente: por qu la izquierda unida jams ser posible?.

    La respuesta es porque se trata de un problema temporal; la izquierda ha demostrado que puede estar unida, pero no hemos analizado pro-fundamente ese fenmeno. Su fragmentacin responde a intereses muy especficos, uno de los cuales es el de la insidiosa accin por parte del Estado, que busca fracturar los movimientos, como vimos un ejemplo muy claro con el #YoSoy132, el cual representa una iniciativa interesan-te, pero que est repitiendo la historia de la fragmentacin.

    La fuerza, de fondo, ya no viene de los cuadros, de los intelectuales, sino de estas movilizaciones. La labor de los estudiantes, para enten-derse y transformarse ellos mismos, es crucial; de lo contrario, no va-mos a avanzar.

    6.- En determinadas ocasiones, las expresiones locales de izquierda de un pas llegan a encontrar eco y se reproducen con sus respectivas adaptaciones en otras partes del mundo, lo que da lugar a nuevos frentes de lucha, formas de organizacin, discursos ideolgicos o herramientas tericas. Tambin, algunos individuos, organizaciones o gobiernos llegan a ser protagonistas, de manera

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    directa o indirecta, de procesos que suceden en otros pases, donde no nece-sariamente tienen representacin orgnica o institucional. Acorde con lo an-terior, qu papel considera que desempean las izquierdas mexicanas en el mundo actual?

    En el sentido ms amplio de la izquierda, a mi parecer, Mxico s ha dado algunas contribuciones; por ejemplo, la lucha por los desapareci-dos desde los aos setenta, que fue precursora de otras a nivel mundial.

    La lucha por el respeto a las culturas y a los pueblos originarios tam-bin fue una llamada de atencin mundial. Lo que ocurri en 1986-1987, con la tendencia progresista dentro del pri (Partido Revolucionario Ins-titucional), fue una leccin de que s hay posibilidades para un regreso de los mejores momentos de la historia mexicana.

    Lo vemos en Amrica Latina: en Argentina, Venezuela, Bolivia y Ecua-dor, hay retornos a experiencias del pasado; estos pases han avanzado en experiencias y problemticas del presente, pero a partir de aquellos viejos ideales de una Amrica Latina unida, que responda a sus pueblos y que tenga un respaldo popular. Son luchas de tiempo atrs que estn siendo recuperadas.

    Por cierto, Mxico ha estado al borde de pasar a formar parte de esta corriente progresista en Amrica Latina y ha contribuido a que se con-solide lo que ocurre en este continente.

    La lucha contra la violencia, contra un Estado que desaparece, que mata a nios o permite que se quemen (como el caso de la guardera abc en Hermosillo, Sonora) tambin es una contribucin de una resisten-cia indomable. El pueblo mexicano ha podido resistir una y otra vez, y siempre ha tenido la capacidad de volver a organizarse y luchar, aunque tal vez de manera fragmentada y coyuntural.

    Ah hay una potencialidad de resistencia que se ha ido acrecentando cada vez ms, porque hay ms experiencia, ms conocimiento, ms informacin y porque, a pesar de que hay un fuerte cerco de las televiso-ras, tambin existen procesos informativos dignos que tienen profundo eco en la sociedad.

    7.- Pasemos al tema de la formacin. Los grupos de lite del capitalismo y otros sectores antidemocrticos a nivel mundial han creado una eficiente red de ins-tituciones que forman y educan profesionales como militares, polticos y empre-sarios, entre otros. Todos ellos se encuentran altamente capacitados y dotados de recursos para imponer sus intereses. En el caso de las izquierdas, la forma-cin parece limitarse a la experiencia y a un adoctrinamiento intermitente, a pesar de que en muchas de ellas hay recursos para hacerlo mejor. Debido a esta circunstancia, da la impresin de que se espera ms del ingenio de sus integran-tes que de su capacitacin. Al respecto, qu se puede hacer para mejorar la for-macin prctica y terica de las izquierdas mexicanas y cmo llevarla a cabo?

    Detrs de esta situacin, sin embargo, est la fragmentacin. Cada mo-vimiento tiene sus propias formas de capacitar, de instruir, de pasar

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    conocimientos y experiencias, pero es muy difcil pensar en trminos de una institucin, por ejemplo, o de un centro, porque el estado ac-tual de dispersin no lo permite. Habra una disputa terrible por ver quin controla; cules son los planteamientos; cules seran las formas de instruccin o de participacin; quin, en el fondo, tendra el liderazgo ideolgico, financiero y poltico de este centro o institucin. Sera un problema que lo acosara inmediatamente.

    Esto podra ser uno de los desprendimientos, de las implicaciones que tendran la capacidad de establecerse de manera unificada a partir de estos movimientos y no tanto de membretes. Tenemos muchos mem-bretes; muchas organizaciones que estn constituidas, pero que final-mente son membretes, porque no tienen una participacin real como la de los maestros en Guerrero, Oaxaca, Michoacn o Morelos. Las tenden-cias a la unidad a partir de membretes no tienen mucho xito.

    En primer lugar, un centro nacional de educacin y capacitacin po-ltica de esta clase sera fruto de un proceso de unidad. En segundo lu-gar, habra que ver si no estamos ms all de estos centralismos y que, incluso, el tema de la formacin deba plantearse por medio de espacios abiertos, donde entren y salgan las personas, donde lleguen y tomen lo que les interesa, lo que les puede servir y que, adems, haya opciones en trminos virtuales.

    Esto no implica descartar la educacin y el proceso presencial, donde todos estos grupos, todos estos movimientos, pudieran ofrecer su con-tribucin en trminos de formacin, sus documentos o sus ejercicios de trabajo y mostrar sus objetivos. Empero, un espacio as no puede ser una cosa centralizada y nica, sino una mesa donde haya mucho de donde tomar, recuperar y aportar. Debe ser un lugar especial, con conciencia de a dnde va destinado el esfuerzo y no en la idea de una sEp (Secretara de Educacin Pblica) centralizada de la izquierda. Inclusi-ve, a nivel de la educacin nacional, vemos que la perspectiva ya no va por el centralismo. La tentacin del centralismo ha sido en la izquierda muy fuerte; hasta los trotskistas planteaban un centralismo democrti-co, pero finalmente centralismo.

    El problema de la formacin puede ser buena coyuntura para comen-zar a pensar en iniciativas, donde nadie sienta que est siendo utilizado por otro, que est entrando al territorio del otro, que est cediendo y perdiendo algo o que le est haciendo el caldo gordo a alguien; pasio-nes muy conocidas en la izquierda.

    8.- Pasemos a la ltima pregunta. Para comprender las izquierdas mexicanas de hoy, debemos pensar histricamente, pero tambin es necesario hacerlo en trminos prcticos para enfrentar los problemas actuales. Los siguientes son algunos de los que nos parecen ms relevantes: 1) la corrupcin, 2) la unidad, 3) la transformacin va reformista o revolucionaria, 4) el uso de la violencia o el pacifismo, 5) la toma del poder institucional o la organizacin alterna al

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    Estado. Para concluir esta entrevista y pensando en los problemas que hemos destacado o en otros de su preferencia, cul o cules le gustara abordar?

    Todos estos problemas son muy importantes. Una manera fundamental de mandar un mensaje a la poblacin de que cualquier cosa que surja en la unidad de la izquierda es algo radicalmente diferente.

    El planteamiento de que no habr corrupcin es un ejemplo. Esto es algo que s llamara mucho la atencin, aunque hay razones culturales muy profundas que apoyan esta prctica, desde cmo funcionan los salvavidas en las playas mexicanas: salvan la vida y el salvado da una propina, aunque no se puede decir que se sea un acto de corrupcin, formalmente hablando. El salvavidas debera ir y salvar a la persona, sin esperar que sta saque una cartera y le d dinero.

    No es as la tpica corrupcin, pero, en ese sentido, la raz cultural es muy profunda porque aqulla es una manera de descalificar los proce-sos de solidaridad, de reconocimiento, de pegamento social y, cuando se traslada a otros espacios, adquiere dimensiones y proporciones in-aceptables.

    Teniendo en cuenta que no queremos desaparecer las expresiones de solidaridad, comunidad, de todo es de todos y si tienes ms di-nero, entonces debes hacer tu fiesta para repartirlo, cmo plantear el problema de la corrupcin? Insisto, si podemos resolverlo terica y prcticamente, sera una aportacin definitiva, porque hoy llamara la atencin que existiera un grupo, un partido, una organizacin o un espacio en donde no hubiera corrupcin, contrario al pri y otros par-tidos, como el pan (Partido de Accin Nacional), que se las da de muy honesto, y el prd, que tambin entrara ah.

    Sobre la cuestin de la unidad hay que pensarla en trminos de toda la experiencia de fragmentacin que hemos tenido. Qu formas de unidad son posibles, partiendo de una diversidad muy profunda? Se ve claro que ya no es posible plantear una unidad a partir de una centra-lizacin, de una plataforma comn y nica. El mtodo tampoco puede ser, simplemente, ir aadiendo demandas; "aqu caben todos porque todos tienen su prrafo". Esto no ha funcionado.

    En cuanto a la cuestin de la transformacin va reformista o revo-lucionaria, soy de los que piensa que la va reformista puede ser re-volucionaria. Hay una frase que me parece muy profunda del autor que hace la biografa de Emiliano Zapata,* quien resume una com-binacin de dinmicas profundas en los movimientos sociales; dice: sta es la historia de un grupo de campesinos que no quera cambiar, y para no cambiar hizo una revolucin. En otras palabras, cuando las grandes poblaciones, los grupos amplios, deciden transformar cosas, lo hacen por razones que no necesariamente estn unidas a un itinerario

    * John Womack Jr. en Zapata y la Revolucin Mexicana.

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    en donde hay que hacer una revolucin, sino a partir de la inoperancia de las situaciones lmites, de las crisis a las que llega determinado plan-teamiento reformista o conservador.

    Por ejemplo, en 2006, estbamos en medio de la experiencia de la co-muna de Oaxaca, tenamos el proceso electoral de Lpez Obrador, haba una lucha en Sicartsa (Siderrgica Lzaro Crdenas-Las truchas), si no mal recuerdo, con disparos y todo, y haba un movimiento estudiantil. Existan foros tambin, en donde se discuta cul de estos movimientos era real-mente importante.

    Mi posicin fue que todos eran una manifestacin de resistencias y de un ansia de cambiar las cosas de manera profunda. Por tanto, la transfor-macin reformista o revolucionaria, por momentos, puede ser reformista y, por momentos, terriblemente revolucionaria. Es ms, en cuestiones actuales, como la reforma educativa, estn surgiendo propuestas que son totalmente reformistas, pero que vendran a revolucionar un campo central, como el de la educacin, y a generar dinmicas entre las comu-nidades, lo que podra crear un espacio de transformacin profunda.

    En cuanto al uso de la violencia o el pacifismo; se trata de un dilema, porque es ambiguo. La gente, en momentos, toma la rectora de una universidad, como en el caso de la uam-Xochimilco donde hubo un mo-vimiento de protesta, mientras que en otros casos vemos que la toma de una rectora no parece llevar a ningn lado. Son los procesos los que definen el uso de determinadas acciones.

    Tambin hay que clarificar la violencia del Estado, la de los medios, la de los polticos, la de las clases hegemnicas, la de los empresarios que ahora controlan la educacin. Esta ltima es violencia contra el ar-tculo 3, contra un sistema educativo pblico; es una violencia terrible, de otro estilo. Se trata de la violencia de los barones del dinero contra los nios y jvenes desposedos.

    Cuando hablamos de tomar el poder institucional o de organizarse alternamente al Estado, hay que pensar que el poder comunitario tiene limitaciones bastante profundas y, finalmente, tenemos que hablar del poder a nivel nacional; no hay de otra. Es ms, como dicen los trotskistas: a nivel internacional. Ya se vio, claramente, que no se puede subsistir en la resistencia aisladamente, o se puede, pero con muchas dificultades.

    Una experiencia de resistencia desde el socialismo es Cuba; un caso muy emblemtico y reconocido en su lucha, pero tambin fuertemente acorralado. Vietnam, que encabez una resistencia heroica contra el im-perialismo, es ahora un pas de maquiladoras, que vemos actualmente como un Made in Vietnam.

    Finalmente, tambin hay que repensar nuestros esquemas: cmo or-ganizamos la realidad y cmo la interpretamos.

  • Laura Castellanos*Egresada de Comunicacin Social de la Universidad Autnoma Metropolitana (uam). Autora de Mxico Armado 1943-1981 y Corte de caja: Entrevista con el Subcomandante Insurgente Marcos. Ha trabajado en La Jornada y Reforma. Ac-tualmente escribe reportajes para El Uni-versal. Lneas de investigacin: mujeres, indgenas, guerrilla, procesos sociales de radicalizacin y comunidades en defensa del territorio.

    1.- Las izquierdas cambian en funcin de los procesos que enfrentan o logran crear, de modo que tambin se modifica la forma de concebirlas y estudiarlas. Como primer punto de esta entrevista queremos que nos platique: cmo define la izquierda o las izquierdas de hoy y qu particularidades encuentra en el caso del Mxico presente?

    Para m, las izquierdas de hoy son las distintas manifestaciones de un espectro poltico de la sociedad que pugnan por instaurar una sociedad con derechos colectivos, incluyentes y equitativos.

    La gran mayora de las izquierdas en el Mxico actual son de tipo re-formista y buscan el cambio social mediante la va electoral. Dentro de este abanico de izquierdas, tambin estn las que piensan que la toma de poder tiene que ser a travs de la va revolucionaria guerrillera. Por otro lado, hay otras que no buscan el poder y piensan que se puede lo-grar una sociedad autogestiva, desde abajo, horizontal, para hacer un cambio de conciencia desde ah. Otra manifestacin reciente es la anar-quista de accin directa, que realiza sabotajes y busca la destruccin del sistema capitalista y no la toma del poder.

    2.- Todos los sujetos polticos actan en funcin de sus conocimientos, experien-cias y expectativas, recuperando del pasado lo que consideran conveniente para su prctica en el presente. Al respecto, en trminos tericos y prcticos, cul es el legado de las izquierdas mexicanas del siglo pasado?

    El principal legado de las izquierdas mexicanas del siglo pasado est representado en las generaciones de mujeres y hombres que se forjaron frente a un sistema unipartidista, corporativo y represor. Enfrentaron distintos obstculos: la carencia de recursos, la imposibilidad del cam-bio por la va electoral y poltica durante buena parte del siglo xx, la represin y desaparicin forzada, etc. Adems de que esas generaciones son el mejor legado, conforme fue pasando el siglo, ampliaron su abani-co de causas de lucha. * Entrevistada el 9 de mayo de 2013 a las 4:30 de la tarde en el dElEfyl de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (unam).

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    En la primera mitad del siglo xx, pugnaron por el derecho al voto y a la representacin popular, y por la defensa de los derechos humanos, sin-dicales, agrarios, magisteriales. En la segunda mitad del siglo, fue una lucha que tambin integr los derechos educativos, estudiantiles y de las mujeres, as como de salud reproductiva y sexual, del medio ambiente y de los pueblos indgenas. Hacia el siglo xxi, el espectro se abre ms e incluye los derechos de diversidad sexual y, ms recientemente, los derechos comunitarios por la defensa del territorio.

    3.- Como cualquier proceso histrico, el actuar de las izquierdas del siglo pa-sado est sujeto permanentemente a debate, y uno de los principales temas de discusin es el de los llamados errores o aciertos. En la siguiente pregunta, que-remos concentrarnos en los sucesos que generan el sentimiento de haber salido mal, sobre todo de los setenta del siglo pasado a la fecha. As pues, en cuanto a errores y derrotas de las izquierdas de ese periodo, cules cree que persisten y, si es el caso, cmo pueden solucionarse?

    Las izquierdas en el siglo xx tuvieron posiciones sectarias y falta de auto-crtica, giraron en torno a la figura de un caudillo y mostraron imposibi-lidad para hacer un frente comn. Adems no pudieron tener una visin a mediano y largo plazo.

    En el Mxico de los aos setenta, una generacin busc la va guerri-llera porque la izquierda estaba imposibilitada de llegar al poder a travs de la va electoral y poltica. Esta generacin fue fracturada, aplastada, y deton as la reforma poltica de 1978 con Jos Lpez Portillo, en la que se hace posible que la izquierda partidista, por primera vez, pueda ser votada a travs del Partido Comunista Mexicano (pcm).

    Desafortunadamente, en la dcada de los aos noventa, la izquierda accede al poder, prioriza el empoderamiento de la maquinaria electoral y se burocratiza. Se vuelve institucional y chambista. Deja en segundo lugar la importancia del proceso de concientizacin, de impulsar pro-cesos autogestores, populares e incluyentes. No tendi puentes con las nuevas generaciones y no le interes vincularse con los pueblos indge-nas. Finalmente, se qued as, como una izquierda acartonada que est en permanente campaa electoral y peleando por los puestos.

    Los errores que prevalecen en la izquierda actual son los mismos de hace tiempo: sigue siendo sectaria y sigue girando en torno a un caudi-llo; adems, muestra falta de autocrtica, de estrategias de corto y lar-go alcance y de voluntad para hacer frentes comunes con izquierdas no partidistas.

    Las soluciones? Que la izquierda voltee hacia su pasado, aprenda y reconozca sus errores. Tiene que escuchar a las nuevas generaciones y a los pueblos indgenas. Debe abrirse y observar los nuevos procesos de radicalizacin relacionados con las autodefensas o comunidades en defensa de su territorio; las mujeres, y los grupos de jvenes anarquistas. Estos grupos estn dicindo a la izquierda institucional y electoral que no hay un espacio dentro de ella para sus expresiones.

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    Es importante observar los nuevos fenmenos y escuchar a todos aquellos sectores que han sido olvidados. De manera particular, hay que revisar cules han sido los resultados electorales en la ltima dcada y preguntarse por qu razn la izquierda poltico-electoral est totalmen-te fracturada y en debacle.

    4.- Centrmonos ahora en el anlisis del presente. Cules son para usted las iniciativas ms significativas que han planteado las izquierdas mexicanas en lo que va del siglo xxi y cules de las coyunturas que han enfrentado le parecen las ms relevantes?

    Si hablamos de la izquierda institucional y electoral, me parece que la iniciativa ms importante en este siglo es el derecho al aborto. Otras tie-nen que ver ms con la lucha de las comunidades indgenas en defensa del territorio, porque en ella convergen distintos frentes.

    Hay comunidades que se estn enfrentando al crimen organizado en defensa de su territorio, a la delincuencia que tala sus bosques y a me-gaproyectos de carcter minero, elico y de construccin de presas. Eso, para m, es lo ms importante que est sucediendo en el siglo xxi con respecto a la lucha de las izquierdas, porque tendr aproximadamente unos cinco aos como manifestacin nacional y, sin embargo, ha ido co-brando mayor visibilidad. Se han articulado estas luchas comunitarias, han tenido logros importantes en el terreno legal y han conseguido que se cancelen algunos de estos megaproyectos.

    Eso no quiere decir que ha sido o es sencillo para estas comunidades, porque tambin ha habido desapariciones forzadas de lderes indgenas contra las mineras, as como acoso y represin.

    Asimismo, es importante poner atencin, como fenmeno novedoso, a las autodefensas, porque stas revelan la crisis del sistema de procu-racin de justicia y seguridad, mientras que la izquierda institucional y electoral permanece en su pequeo mundo de campaas electorales en las urbes. Estas manifestaciones dejan ver que hay una realidad rural, in-dgena, comunitaria, que no estamos viendo y que es importante mirar.

    Tambin es reciente el fenmeno generacional de las clulas anar-quistas que recurren a la accin directa y a actos de sabotaje como sm-bolo de la destruccin del capitalismo. Es un fenmeno que sucede en Occidente: Amrica Latina (Argentina, Chile) y Europa (Grecia, Italia, Espaa); no es privativo de Mxico.

    5.- Mirando el plano nacional en el corto, mediano y largo plazo, cules son para usted los principales desafos de las izquierdas mexicanas de hoy y cules considera las estrategias ms importantes que stas han planteado para en-frentarlos?

    Al liderazgo de las izquierdas partidistas no le veo remedio; generacio-nalmente siguen cometiendo los mismos errores. No se observa un viso mnimo de autocrtica ni de apertura a las nuevas generaciones.

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    En general, el sistema de partidos est en crisis. Esto no sucede nica-mente en Mxico, sino en Occidente. Basta con ver las transformaciones de esta izquierda en el pas: el Partido de la Revolucin Democrtica (prd), a travs de su presidente Jess Zambrano, firma un pacto con el pri y con el Partido Accin Nacional (pan); Andrs Manuel Lpez Obra-dor sigue en campaa eterna recorriendo el pas; mientras que el pri-mero de diciembre hay una manifestacin violenta, y la izquierda en el gobierno de la Ciudad de Mxico reprime y detiene con toda impunidad a un centenar de personas inocentes como cualquier gobierno prista o derechista lo hubiera hecho. Y la dirigencia partidista se queda calla-da. Esa izquierda no tiene remedio.

    Por eso veo que el desafo de la izquierda que busca el cambio por la va electoral es evitar el control de las dirigencias y los caudillos. Tiene que construirse desde las bases que han hecho un trabajo de organizacin ge-nuino y desde la sociedad civil, para que en algn momento se impulsen candidaturas ciudadanas, ajenas al sistema de partidos.

    En Estados Unidos, la opcin de candidaturas electorales indepen-dientes es un fenmeno muy reciente e interesante que est al alza; pien-so que de igual manera se multiplicar en Mxico. Veremos qu ocurre en las siguientes elecciones presidenciales y si se obliga al sistema a abrirse a nuevas formas de eleccin y representacin popular.

    Por otra parte, hay desafos en otros frentes. Por ejemplo, las izquier-das comunitarias que estn impulsando procesos de autogestin, ya sea de policas comunitarias, monedas alternativas o proyectos productivos.

    Estn tambin los desafos de frentes estudiantiles y juveniles en ges-tacin, con incipientes procesos de autocrtica e incluso nuevos proce-sos de discusin terica. Llama la atencin que haya una emergencia de grupos juveniles comunistas en Mxico.

    Lo que observamos a nivel mundial es que las cosas estn revueltas. Es decir, hay movimientos de Okupas, de Indignados Aqu, por ejem-plo, surge el movimiento #YoSoy132. Estos movimientos masivos con-frontan al sistema capitalista, pero no buscan la toma de poder; buscan que la autoridad se asuma como tal y que provea a la sociedad, que le cubra sus necesidades ms bsicas, como vivienda, educacin o salud; que garantice sus derechos socioeconmicos, pero no un cambio radical del sistema.

    Estos movimientos revelan una crisis general del sistema de represen-tacin popular y del sistema de partidos, que ya se agotaron no slo en Mxico, sino tambin en Occidente. Es importante voltear a ver estas ma-nifestaciones que no necesariamente tienen una propuesta. Ms bien, no la tienen por ahora; son expresiones de inconformidad, de movilizacin, pero hasta ah. Su desafo es precisamente proponer e impulsar una orga-nizacin popular que se empodere.

    En este momento, en la consciencia colectiva de Occidente, ideo-lgicamente todo est revuelto y no hay claridad de por dnde ir. No obstante, estn emergiendo experiencias comunitarias de autogestin

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    en todo este reflujo. Es un desafo que se logren consolidar proyectos autogestivos y cooperativos en la actual crisis capitalista, donde mucha gente ha perdido sus empleos, viviendas y dems. Como sucede con las comunidades zapatistas autnomas, que se proveen de educacin y de un sistema de imparticin de justicia propio, a pesar de sufrir una estra-tegia de sofocamiento y agresiones.

    Esto, en el caso de Mxico, revela cmo se estn moviendo las cosas; por ello tenemos que darles una lectura ms detenida y de mayor pro-fundidad. Los acontecimientos suceden de una forma rpida, como los fenmenos de autodefensa que se multiplicaron en 26 municipios de ocho estados de la repblica de principio de ao para ac. No es fcil tomar el pulso de este tipo de manifestaciones polticas que nos revelan la crisis creciente del Estado, como no lo es avizorar escenarios futuros en estas comunidades.

    6.- En determinadas ocasiones, las expresiones locales de izquierda de un pas llegan a encontrar eco y se reproducen con sus respectivas adaptaciones en otras partes del mundo, lo que da lugar a nuevos frentes de lucha, formas de organizacin, discursos ideolgicos o herramientas tericas. Tambin, algunos individuos, organizaciones o gobiernos llegan a ser protagonistas, de manera directa o indirecta, de procesos que suceden en otros pases, donde no nece-sariamente tienen representacin orgnica o institucional. Acorde con lo an-terior, qu papel considera que desempean las izquierdas mexicanas en el mundo actual?

    El momento de mayor visibilidad y expresin poltica que las izquierdas mexicanas han tenido fue en 1994, con el movimiento zapatista. An no hemos terminado de sopesar la dimensin e influencia que tuvo en las izquierdas internacionales; no slo fue discursiva (porque rompi con el discurso dogmtico e histrico de las izquierdas a lo largo del siglo xx), sino que, adems, visibiliz por primera vez a los pueblos indgenas para despus abrirse a otros grupos en vulnerabilidad, como las muje-res, los de diversidad sexual, los jvenes, etctera.

    Por otro lado, destaca la idea del movimiento zapatista de no tomar el poder e impulsar un proyecto autogestor, horizontal e incluyente. Otra de las ideas ms enriquecedoras para las izquierdas en el mundo es la de visibilizar que somos una aldea global y que no hay fronteras, por-que esto gener, a finales de los noventa, el movimiento altermundista, llamado despectivamente globalifbico, y deton a una nueva genera-cin de luchadores sociales a nivel mundial. En ese frente altermundis-ta, convergieron luchadores de izquierdas que despus de la cada del Muro de Berln no hallaban un espacio o una justificacin ideolgica.

    A ese frente llegaron medioambientalistas, feministas, indigenistas y dems. Desafortunadamente, a partir de 2001, que es cuando se re-chazaron los acuerdos de San Andrs en el Congreso por parte de los tres partidos mayoritarios en Mxico, este movimiento, a nivel mundial, recibi un golpe del que no se repuso en ese momento. En ese mismo

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    ao, en una de estas manifestaciones altermundistas en Gnova, Ita-lia, durante la reunin del G-8, ste sufri una represin que provoc su desarticulacin a nivel mundial.

    Hubo un repliegue, pero a partir de 2011 se da el movimiento de los Indignados, debido a la crisis del capitalismo en Occidente; luego viene el de los Okupas y, por ltimo, el movimiento #YoSoy132, el cual no tuvo la misma atencin internacional que los anteriores, pues la izquier-da mexicana no ha vuelto a tener la misma visibilidad que en 1994.

    Lo importante es que estos movimientos emergentes, de una forma u otra, son herederos del altermundista que se dio a finales de los aos noventa. De igual manera, las ideas del movimiento zapatista siguen rei-vindicando ese discurso, esa propuesta ideolgica, y estn vigentes en las izquierdas en Occidente.

    7.- Pasemos al tema de la formacin. Los grupos de lite del capitalismo y otros sectores antidemocrticos a nivel mundial han creado una eficiente red de ins-tituciones que forman y educan profesionales como militares, polticos y empre-sarios, entre otros. Todos ellos se encuentran altamente capacitados y dotados de recursos para imponer sus intereses. En el caso de las izquierdas, la forma-cin parece limitarse a la experiencia y a un adoctrinamiento intermitente, a pesar de que en muchas de ellas hay recursos para hacerlo mejor. Debido a esta circunstancia, da la impresin de que se espera ms del ingenio de sus integran-tes que de su capacitacin. Al respecto, qu se puede hacer para mejorar la for-macin prctica y terica de las izquierdas mexicanas y cmo llevarla a cabo?

    Es un gran reto, sobre todo en este momento de crisis entre las izquier-das. Es necesario aprender del pasado. Y lo he dicho en otro momento de la entrevista: hay que observar los nuevos fenmenos, las nuevas ma-nifestaciones en el abanico de las izquierdas. Es importante cambiar el chip de que slo se puede lograr la transformacin social a travs de la va electoral. Adems, es trascendental que las izquierdas retomen otra vez la importancia de concientizar, as como de trabajar en la organiza-cin popular, desde abajo y de forma autogestora.

    En el aspecto terico, es igualmente esencial tener crculos de estudio y abrirse a autores marginales y nuevos. No slo hay que quedarse con los eternos clsicos, sino tambin, en este reflujo y en esta crisis general en Occidente, debe haber una apertura hacia lo que apenas est emergien-do como nuevas y pequeas semillas de pensamiento, aunque no exista total claridad de hacia dnde o cmo aterrizar los cambios.

    En el caso de las y los estudiantes de filosofa y ciencias polticas, es im-portante dejar las aulas, salir al exterior y aprender de las nuevas expe-riencias; conviene hacer ejercicios, no slo retrospectivos, sino tambin hacia adelante y en distintos espacios, ya sean estudiantiles, laborales, sindicales, autogestores o crticos.

    Del mismo modo, las izquierdas necesitan aprender de quienes im-pulsan estas propuestas, de los aciertos y errores de las comunidades con procesos autonmicos; estar con una actitud de apertura y de autocrtica.

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    8.- Pasemos a la ltima pregunta. Para comprender las izquierdas mexicanas de hoy, debemos pensar histricamente, pero tambin es necesario hacerlo en trminos prcticos para enfrentar los problemas actuales. Los siguientes son algunos de los que nos parecen ms relevantes: 1) la corrupcin, 2) la unidad, 3) la transformacin va reformista o revolucionaria, 4) el uso de la violencia o el pacifismo, 5) la toma del poder institucional o la organizacin alterna al Estado. Para concluir esta entrevista y pensando en los problemas que hemos destacado o en otros de su preferencia, cul o cules le gustara abordar?

    Abordar el tema de la violencia y el pacifismo. Estamos viviendo un mo-mento muy interesante a nivel mundial y nacional, directamente vincula-do o, ms bien, detonado por la crisis del sistema capitalista. Lo que sucede con esta crisis nos da la idea, en Mxico, de un Estado en el que todo se cae: el sistema de partidos, el sistema de procuracin de justicia, el sistema de seguridad. Esto ya lo he mencionado previamente, pero quiero rescatar que, con la convulsin generada por esta crisis, se ha agudizado la violen-cia institucional.

    La violencia institucional no es nicamente reprimir o que haya una guerra contra el narcotrfico (la cual ha provocado ms de 60 mil personas asesinadas de distintas maneras y decenas de miles de desaparecidos). Violencia institucional es que las y los jvenes no tengan acceso a la educacin, a ejercer un trabajo; que las comunidades no sean consultadas cuando se llevan a cabo megaproyectos, sino que, por el contrario, se les impongan, se les despoje de su territorio y sus recursos. Violencia institucional es que el crimen organizado est desgarrando al pas; que el Estado haya puesto en venta buena parte del territorio nacional, concesionndolo a megaproyectos, como en el caso de los mineros que ya tienen concesionado alrededor de 30 % del territorio; que haya comunidades rurales e indgenas en donde los nios mueran de hambre o por enfermedades tratables.

    Todo eso es violencia institucional. Al respecto, hay una reflexin que hizo Carlos Montemayor en su libro La violencia de Estado en Mxi-co, donde dice que la violencia institucional genera violencia popular. Eso es lo que estamos viendo. Si no entendemos antes este contexto, no vamos a comprender lo que sucede con la generacin de grupos de autodefensa, las comunidades que arman policas comunitarias, con la violencia estudiantil urbana o en las normales rurales, o con la accin directa por parte de algunas clulas anarquistas.

    Estas expresiones nos hablan no nicamente de un proceso de descom-posicin social y del Estado en crisis, sino de un proceso que apenas vis-lumbramos. Con el regreso del pri que para m, ms que el regreso, es su entierro, es como si entrramos a un tnel en donde vemos cmo se va resquebrajando todo por dentro; estas manifestaciones son prueba de ello. Pienso que vamos a ver ms violencia popular.

    Es importante que, desde la academia, los investigadores sociales, estudiantes y periodistas tengamos las herramientas para comprender estos fenmenos de violencia popular y no los estigmaticemos u obser-

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    vemos desde una perspectiva policiaca, dado que en esta crisis nacional no es difcil ver que aumentarn y se diversificarn los procesos de ra-dicalizacin.

    Estos procesos no tienen que ser nicamente polticos o con una car-ga ideolgica; por ejemplo, hemos visto que puede haber violencia en Tepito, nicamente porque los vecinos se opusieron a que una patrulla se llevara un carro, o violencia de los normalistas, porque ya estn har-tos de que les suban el precio a los boletos del transporte, y tambin son expresiones de la crisis del sistema.

    Lo anterior nos habla de que en una crisis institucional, si no existen las vas polticas o electorales para hacer cambios de fondo, la violencia terminar por explotar. Eso no quiere decir que todo el pas va a estar incendiado y que habr estallidos sociales por todas partes, pero, sen-cillamente, tenemos que asomarnos a lo que ocurre en ciertos estados con una crisis histrica y social debida al cacicazgo, la violencia local y el aumento de la violencia criminal, como en los casos de Guerrero, Oaxaca y Michoacn.

    No es gratuito que en estos estados estn surgiendo autodefensas, be-ligerancia magisterial o estudiantil. Necesitamos herramientas de anli-sis para ver detrs de lo que dicen los grandes medios de comunicacin, para saber cmo acercarnos, para ver qu dicen los medios libres de comunicacin, para hacer una lectura de escenarios presentes y esce-narios posibles.

    El pri no ha cumplido ni medio ao con su regreso y ya vemos lo que est pasando. No quiero pensar cmo se convulsionar todo esto en el transcurso del sexenio, pero debemos saber ser testigos de este momento.

    Esto no quiere decir, por supuesto, que en el pas no haya propues-tas interesantes y con fuerza desde el pacifismo. Tampoco significa que todos los procesos comunitarios son violentos. Simple y sencillamente observo que estn en un proceso de radicalizacin.

    Desafortunadamente, y esto lo hemos visto hace poco con el suceso de los maestros en Guerrero y su toma del Congreso en Acapulco, las expresiones sociales que agotaron las vas legales y polticas de pronto se convierten en un estallido social.

    Hay que observar qu va a pasar tambin con los movimientos obre-ro-sindicales y con otras manifestaciones estudiantiles.

    Con respecto a la movilizacin social urbana, observo que en este mo-mento la accin organizativa, en la escena pblica, est en el terreno de frentes sindicales y magisteriales, pero no en la sociedad civil en gene-ral. Para mediados de 2013, el movimiento #YoSoy132 prcticamente desapareci de escena y an no resurge un movimiento contundente contra la privatizacin de Pemex. Ser interesante observar qu detonan las reformas impulsadas por la oligarqua y si habr o no en el pas ma-nifestaciones de inconformidad del tamao de las sucedidas en Brasil o Chile.

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    Otro tema que no hay que dejar de lado son las guerrillas. Si bien se han mantenido replegadas, lo cual no quiere decir que no han estado operando sin reivindicar acciones o que estn en una estrategia de cre-cimiento en silencio, no ser sorprendente que aparezcan de nuevo en la escena pblica.

    Vamos a ver qu es lo que resulta de todas estas manifestaciones ra-dicales, violentas y de movilizacin popular; veremos qu propuestas presentan y hacia dnde van. Sobre todo, quienes estamos observando como investigadores, periodistas y estudiantes, tendremos que hacer lecturas del Mxico que viene. Al final, resumo: nos toca vivir tiempos interesantes.

  • Adela Cedillo*Investigadora independiente. Licenciada en Historia y maestra en Estudios Latinoa-mericanos por la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (unam). Es coeditora del libro Challenging Authoritarianism in Mexico. Revolutionary Struggles and the Dirty War, 1964-1982, autora de El fuego y el silencio: Historia de las Fuerzas de Li-beracin Nacional (1969-1974). Ha escrito diversos artculos y captulos de libros relacionados con la historia del neozapa-tismo, los movimientos revolucionarios y los derechos humanos durante la Guerra Fra en Mxico.

    1.- Las izquierdas cambian en funcin de los procesos que enfrentan o logran crear, de modo que tambin se modifica la forma de concebirlas y estudiarlas. Como primer punto de esta entrevista queremos que nos platique: cmo define la izquierda o las izquierdas de hoy y qu particularidades encuentra en el caso del Mxico presente?

    Como lo sealas, la izquierda es una fuerza poltica muy dinmica que, desde sus lejanos orgenes en el siglo xviii hasta el presente, ha estado sujeta a constantes transformaciones. En esta geometra poltica de iz-quierda y derecha que surgi con la modernidad, visualizo a la izquierda como un campo que no es homogneo, sino complejo y diverso, lo cual dificulta una definicin unvoca. Sin embargo, hay rasgos centrales para definir una fuerza poltica de izquierda, como la lucha por derechos socia-les y colectivos bajo principios de igualdad, democracia y justicia social.

    La izquierda mexicana en el presente es producto de una historia que deberamos poner en perspectiva, ya que solemos tener una visin muy presentista. En el siglo xix la izquierda fue muy pequea y marginal, as que tendramos que remontarnos al xx, cuando sta cobra importancia y se convierte en una fuerza eminentemente revolucionaria. Esta izquier-da surgi durante la Revolucin, con la participacin de pequeos gru-pos anarquistas, comunistas y socialistas, mismos que daran origen al Partido Comunista Mexicano (pcm) en 1919, el cual se propuso radicalizar la Revolucin Mexicana para encaminarla hacia el socialismo.

    A lo largo de su historia, la izquierda tuvo diferentes plataformas y programas y, en la segunda mitad del siglo xx, la partidista (comunista, socialista y trotskista) tuvo una presencia importante, pero con el paso del tiempo se volvi ms socialdemcrata. Es muy interesante la his-toria del pcm, de cuyos reductos nadie imagin que surgira un partido como el de la Revolucin Democrtica (prd); fue un proceso imprede-cible. Tenemos tambin una izquierda surgida durante la Guerra Fra, mucho ms radical, que incluso se plante la lucha armada como medio

    * Entrevistada el 16 de abril de 2013 a las 4:00 de la tarde a travs de una teleconferencia. Se encontraba en Estados Unidos.

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    para tomar el poder, pero que no logr hegemonizar el campo poltico. Asimismo, hubo otra independiente, social, fundamentalmente socia-lista, pero que no pas a la lucha armada. El anarquismo no estaba de moda, era marginal, y el liberalismo