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146 — LITERATURA VASCA

por Jon Kortazar

n Poesía en los años 80Razones de un atractivo. La poesía

producida entre 1978 y 1995 devieneatractiva no sólo porque es la poesía quedescribe nuestro tiempo, sino porque re-sulta ser la poesía de la riqueza expresiva,de la aparición de diversas estéticas, de lacreación de un mundo plural en sus ma-nifestaciones. Aparece un paisaje plural,una visión diferente y diferenciada de lascosas, incluso de la política, y del paisajemoral.

La poesía de los años 80 puede defi-nirse como cambiante, posee numerososelementos, aparecen nuevos y valiosos es-critores, y la mera numeración estadísti-ca corroborará la importancia de estosaños.

La poesía en números. En 1980 sepublicaron 11 poemarios; en 1981, 4;1982 registrará la misma cifra; y a partirde este momento de produce una crea-ción ascendente; en 1983 se publican 8;12 libros de poemas se registran en 1984;18 en 1985; y asegurando la expansión20 en 1986; 16 en 1987.

A partir de esta fecha los números seconsolidan: 11 en 1988 y 16 libros pu-blicados en 1989 y 1990. A partir de1991, en cambio, la tendencia es descen-dente. Puede que la causa haya de bus-carse en la crisis económica que en Occi-dente se desata ese año, y que en Españano se sufre hasta bien pasado 1992, ypuede que la unificación alemana y laGuerra del Golfo tengan que ver en la cri-sis económica cíclica.

por título lleva a una comprensión realis-ta de lo que el público lector vasco puedeasimilar realmente.

EL SISTEMA LITERARIO. La década de losaños 80 se configura como una época enla que el sistema literario y la ayuda insti-tucional apoyan el desarrollo de las pu-blicaciones en euskara. El debate entreautonomía y lo que se llama compromiso–aceptaremos la palabra aún a sabiendasde que tras ella se esconde una indefini-ción, o mejor una progresiva serie de de-finiciones distintas– deviene, una y otravez, una sucesiva serie de estéticas distin-tas en busca de una posición hegemóni-ca. La cofiguración de una estética domi-nante aparece una y otra vez en nuestraesfera con cansina circularidad.

La pluma y la tierra. Desde aquí he-mos denominado este trabajo «La plumay la tierra», que, simbólicamente, confi-guran los dos espacios esenciales por don-de se mueve la poesía vasca, a pesar deque el título puede simplificar de maneranotoria el mensaje final.

La pluma significa la autonomía de laliteratura y la búsqueda de nuevos espa-cios estéticos.

La tierra muestra una querencia hacialo inmediato, que, a veces, no olvida elcontacto con el mundo exterior, pero que,sobre todo, busca la incardinación en unmensaje que subraya lo inmediato y lo di-ferencial con respecto a otras instancias,en concreto, la peculiaridad y la luchacontra el sistema.

La poesía de esta época no se ausentade estas luchas por la hegemonía. Y si alprincipio de la época, la ruptura con lapoesía social ayudó a la emergencia de una

Joxemari Iturralde.

Los Años 80

Si hay que buscar razones más cerca-nas, podríamos decir que a partir de 1991,y de la decisión de construir una filial delMuseo Guggenheim en Bilbao, el Gobier-no Vasco reduce sus ayudas a la edición.Pero no es la única razón que explicaría elrelativo empobrecimiento de las cifras depublicación literaria.

El cambio de los planes de estudio lle-va a las editoriales a centrarse en la elabo-ración de nuevos textos escolares. Por otrolado, las editoriales comienzan a exigirmayor calidad a los productos literariosque publican, a la vez que la reduccióndel número de ejemplares que se editan

Poesíay

Narrativa

La poesía producida entre 1978 y 1995 deviene atractiva no sólo porque es la poesía que describe nuestro tiempo, sino porque resulta serla poesía de la riqueza expresiva, de la aparición de diversas estéticas, de la creación de un mundo plural en sus manifestaciones.

Aparece un paisaje plural, una visión diferente y diferenciada de las cosas, incluso de la política, y del paisaje moral.

La fábrica bajo la niebla. Vázquez Díaz.

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literatura autónoma de raíz vanguardistay más tarde experiencial, con el paso delos años y la obra y la teorización de Jose-ba Sarrionandia se ha propugnado unapoesía más cercana a las teorizaciones mar-xistas sobre la obra de arte –al fondo Sar-tre– y a una que refleje los postulados delnacionalismo radical.

Curiosamente no falta en este debateuna posición en torno a la claridad de lalírica, y un examen de lo que puede sig-nificar lenguaje hermético y el empleo dellenguaje cotidiano que ha llevado, comoveremos, a situaciones paradojales.

Periodo de nuestro análisis. Este ca-pítulo, como última consideración deplanteamiento, examina la obra de losautores que comenzaron a publicar entorno a 1978, año de la publicación deEtiopia de Bernardo Atxaga, a autores quepublicaron su primera obra en la décadade los años 80, y les ha seguido a travésde su producción hasta 1995, cerrando elciclo con Hnuy illa nyha majah yahoo.Poemak 1985-1995 de Joseba Sarrionan-dia. No se han tenido en cuenta, por ra-zones de espacio, autores que hayan co-menzado a publicar en los años 90, aun-que eventualmente se deslice alguna notaen el transcurso de este examen.

l Dibujando un mapa

Desde la muerte del General Francoel paisaje de la poesía vasca puede confi-gurarse en torno a cinco grandes grupospoéticos que se irán desarrollando de for-ma alternativa, en el mismo período detiempo en el territorio de la lírica vasca.

POESÍA SOCIAL. Hasta 1975, aproxima-damente, la llamada poesía social, bajo lainfluencia de Gabriel Aresti, había impues-to una estética hegemónica. Podía defi-nirse como una poesía descriptiva, de de-nuncia, enraizada en el realismo social deBlas de Otero y Celaya. Como sucede amenudo, la ironía con la que Aresti teñíasus composiciones y que agrandaba su lec-tura, se había convertido en sus seguido-res en una poesía que tendía al panfleto.

Puede decirse que la poesía se moder-niza con la ruptura con la poesía social,ruptura que se atemperará en los años si-guientes, ruptura moderada, en cualquiercaso, con la figura de Gabriel Aresti, y laintroducción de las vanguardias.

Entre 1976 y 1978 se publican treslibros de poemas que muestran la ruptu-ra con el estado de cosas anterior.

Koldo Izagirre publica en 1976 Itsasoahantzia [El mar olvidado], en 1977Manu Ertzilla Hitzik anitz idatzi dut [Heescrito demasiadas palabras], y en 1978Bernardo Atxaga realiza la publicación deun libro clave para entender la posteriorevolución de la poesía vasca: Etiopia.

Existen tres rasgos básicos entre los tres:- la ruptura con la poesía social, de la que

ya hemos hablado,

El recorrido en la poesía de Koldo Iza-girre fue, como veremos, cambiante. Ber-nardo Atxaga continuó su camino de es-critor y se ha convertido en una referen-cia de la literatura vasca más allá de lasfronteras de la lengua.

Mientras el grupo Pott se mantuvo,más o menos estable, en Bilbao, susmiembros se ejercitaron en una literaturaparecida, pero, pronto el grupo se disper-só y cada uno de ellos llevó a cabo unaaventura literaria diferente.

l El grupo Pott

Así pues, en 1977 se crea la banda Potten Bilbao. Y constituirán uno de los gru-pos más dinámicos e importantes de lapoesía vasca del tramo de tiempo que es-tudiamos. Ellos constituyen el primer gru-po estético de los que hemos menciona-do. En él tomaron parte Bernardo Atxa-ga, Joseba Sarrionandia, Manu Ertzilla,José María Iturralde, que se dará a cono-cer como novelista, Ruper Ordorika, im-portante músico, y Jon Juaristi, poeta enlengua española.

Los principales libros del grupo, ade-más del mencionado de Manu Ertzilla,Hitzik anitz idatzi dut, en poesía, seránEtiopia (1978) e Izuen gordelekuetanbarrena [A través de los escondrijos delmiedo] (1981) de Joseba Sarrionandia.

Atxaga

ETIOPIA recrea en una secuencia denueve círculos el viaje hacia el infiernode Dante. «Etiopía» supone un retruéca-no por Utopía, como si la utopía fueraimposible y el hombre desesperanzadoque habita en medio del poemario sólopudiera acceder a la «etiopía», al hambre,a la miseria. Debajo del título se escondeun homenaje a Rimbaud, el padre de lapoesía vanguardista, y así, desde el irra-cionalismo y la vanguardia, se crea estepoemario. Por último «etiopía» trae a lamemoria el poemario de T.S. Eliot, «Latierra baldía», referencia que será clave entodo el grupo Pott.

Dos cuentos abren el poemario, y unode ellos hace clara referencia a la historiade Rimbaud, después se desarrollan losnueve círculos de arena, que constituyenel cuerpo central del poemario y un cuen-to que proclama la inutilidad de la expre-sión y de la palabra poética, cierra el li-bro.

El tono poético, que recuerda al pri-mer Sarrinaindia, a las vanguardias euro-peas, al dadaísmo, recurría al lenguaje co-tidiano y a la expresión gastada (publici-dad, lenguaje del cine, presencia de losmass-media) como una forma irónica deromper con el lenguaje esteticista. Lametáfora y el significado se instalaban enmedio de la relación entre el libro y suconstitución.

El libro de Bernardo Atxaga supusouna especie de terremoto en el ambiente

-el acercamiento a la vanguardia, al crea-cionismo en el caso de Koldo Izagirre,y al dadaísmo, al expresionismo y alsurrealismo en el libro de Atxaga, y

- una presencia de lo que en el País Vascose ha llamado poética del silencio, queno se corresponde exactamente con elcontenido que la fórmula encierra en elcontexto castellano. Aquí se refiere auna corriente de expresión que llega des-de Beckett (¿al fondo, como tantas ve-ces, Jorge Luis Borges?) y que propug-na que la palabra poética no es capazde expresar la realidad, sino que se en-cuentra en una situación en la que todoestá dicho, y sólo le queda expresar elhorror que crea el silencio.

La revista Ustela. El trabajo literariounía también a los tres escritores. Izagirrey Atxaga habían trabajado juntos en la re-vista Ustela [Podrido], hasta que Bernar-do Atxaga se trasladó a Bilbao y fundó larevista Pott [Fracaso], de la que tomaríaparte Manu Ertzilla.

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literario por su forma y su manera de abor-dar el lenguaje poético. La novedad de losplanteamientos y la profundidad de laconciencia poética renovaron de formasensible el modo de hacer poesía en el PaísVasco. Desde la conciencia de la pérdidadel concepto de unidad («Se ha roto elánfora», como en Pessoa, comienza el pri-mer poema del libro), desde la pérdidadel concepto de verdad, desde el relati-vismo, el libro propugnaba la negacióndel sentimentalismo («El sentimentalismoes el fracaso del sentimiento»,como diría Wallace Stevens), y uncierto tono fracasado («Si las uto-pías no fueran tan mezquinas aquí»dirá Atxaga) que contrastaba conel optimismo desplegado por lapoesía social.

El itinerario literario. Más tar-de, siguiendo los postulados de laliteratura fantástica, BernardoAtxaga publicó novela y relato.Tras Etiopia su expresión poéticaha mermado y no ha vuelto a pu-blicar sino memorables poemassueltos en revistas. En cualquiercaso, en 1990 Atxaga ha renegadode la poesía vanguardista por la di-ficultad que entraña su lectura, yha buscado una poesía más clara ydirecta, que se pueda entender enla primera lectura.

Con la lectura de la poesía pri-mitiva, con un ritmo que se apoyaen la repetición, Atxaga ha publi-cado textos como «Trikuarena»[La balada del erizo] que ya hansido difundidos por medio de lamúsica y los compactos. Aún cabereseñar un giro que le ha acercadoal realismo, tal como ha sucedidoen su novela, y a la crítica al na-cionalismo y a la situación políti-ca que vive el País Vasco, lo que,también, ha tenido consecuenciasen la recepción de su obra.

A Atxaga la poética del silen-cio, tal como la entendemos, lapoética que no expresa el mundo,sino el «horror vacui», le llevabadirectamente al nihilismo. Ennuestra opinión el silencio que se propo-ne lleva, como quiere el filósofo italianoRella, a una reacción y a un replantea-miento sobre lo que significa la moderni-dad y la vuelta a los presupuestos de Wal-ter Benjamin, como una forma de rom-per con la parálisis a la que aboca el silencio.

Sarrionandia

IZUEN GORDELEKUETAN BARRENA. Peroen 1981 se publicó otro de los libros em-blemáticos de la poesía de la década. Jo-seba Sarrionandia había escrito durante1980 el libro Izuen gordelekuetan barre-na [A través de los rincones del miedo],título que tanto recuerda a Elías Canetti.

En él el culturalismo de los novísimoshabía dejado un poso importante. No es

Voluntad de estilo. Un aspecto desta-cable del libro se inscribe en la clara vo-luntad de estilo del autor. Sarrionandia lle-vó a cabo una construcción de estilo cla-ramente esteticista, que desde la influen-cia de Jon Mirande, poeta de la Vasconiacontinental, buscaba en los dialectos delnorte un almacén de léxico en el que lasensibilidad se conjugaba con una tradi-ción de lírica popular preciosista.

Sarrionandia fue capaz de crear unasimbología propia en torno al viaje y a la

aventura. Sus referentes son trans-parentes (Coleridge, el romanticis-mo aventurero, los viajes de Ste-venson, Melville y Conrad), peroel anarquismo personalista subya-cente le sirvió para encarnar en lafigura del permanente transterra-do, una analogía de sí mismo quesirviera de base a un inconformis-mo radical.

El libro debía mucho a la pre-sencia de Borges, Pessoa y Eliot,que comunicarán una fuerte pre-sencia del fragmentarismo comoexpresión de la desolación deltiempo contemporáneo. En cual-quier caso, las paradojas de la mo-dernidad, que tan bien se expre-san en aquella cita de Pessoa: «Re-producíamos en versión dolorosala fórmula aventurera de los argo-nautas: navegar es preciso, vivir nolo es», las contradicciones entrevivir y viajar, dieron al libro unaforma poética que expresaba en latragedia, un fuerte sentimiento dedesvalimiento y de vivir en la con-tradicción que de forma clara seha expresado más tarde en la poe-sía de Sarrionandia.

El libro fue escrito en 1980,año en el que Sarrionandia fue de-tenido y encarcelado por su mili-tancia en ETA. Una fuga en Juliode 1989 le llevó al exilio. Esta pe-ripecia vital está claramente dibu-jada en el prólogo del libro, don-de se confiesa que la estética quese expresa en él, no correspondeya ni con el momento vital, ni con

el pensamiento poético del autor.A partir de 1981 Sarrionandia publi-

ca relatos hasta 1987 en el que apareceMarinel zaharrak [Los viejos marineros],que se ha interpretado como un dolorosoretorno de la literatura a la vida. El libroes una antología de lo producido hastaaquel momento, de su libro publicado yde sus textos inéditos, y ha marcado laproducción posterior de Joseba Sarrionan-dia. Ordenado en forma inversa a la cro-nología, de forma que lo más recienteapareciera en primer lugar en el libro, sustres partes configuraban un proyecto queen «Tren ilun eta bustiak» [Los trenes os-curos y mojados] se alarga hasta su últi-mo libro, que citamos aquí en forma abre-viada, Poemak. (1985-1995).

Bernardo Atxaga.

de extrañar. El libro supone la consolida-ción de una aventura de la lectura que elautor llevaba a cabo en aquellos años. Asíentre las influencias palpables se encon-traban ecos de Gimferrer, de José MaríaAlvarez, de la poesía irlandesa primitiva,y de una serie amplia de rastros y de ros-tros, en la que no podían faltar ni Pessoani Eliot.

El viaje imaginario. En el fondo el li-bro era un recorrido por Europa, y por la

poesía europea, que se realizaba desde lapatria de la infancia, hasta el destierro dela figura personal. Así se recorrían los pai-sajes y los pasajes literarios de Europa, enun viaje que es al mismo tiempo home-naje a sus escritores favoritos y a las ciu-dades a las que el poeta quisiera huir des-de el ambiente asfixiante del franquismo.

El libro relata un viaje imaginario através del paso del poeta por el lugar denacimiento, Paris, Grecia, Lisboa, Irlan-da, Praga y el Exilio. Los siete círculos enlos que se divide el libro remiten directa-mente a los círculos en los que se dividíaEtiopia. La concepción circular del libro,con un personaje que regresa a su casa parano reconocerla y volver a marcharse, re-mite a un tiempo circular desesperanzado.

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«GARTZELAKO POEMAK» daba cuerpoal libro del mismo título Gartzelako poe-mak [Poemas de cárcel] (1992) y la terce-ra parte incluía una pequeña antología desu primer libro, con significativas modi-ficaciones.

El ciclo de poemas de la cárcel ha tra-bajado temas de denuncia a la justicia,condena de la tortura y creación de unmundo propio de aniquilamiento y des-esperanza. En cualquier caso cabe descri-bir la poética de Sarrionandia, como unaforma de texto que es capaz de ver siem-pre más de un lado, de mantener una do-ble perspectiva sobre las cosas, de formaque el individualismo del que hablába-mos antes, hace que el poeta pueda esca-par, en poemas reseñables, del dogmatis-mo, aunque, por supuesto, la ideologíavenza, en otros muchos casos, al impulsoestético.

Pero su estilo poético lo aleja del pan-fleto directo, y la matización de senti-mientos y el análisis del yo alcanzan, endeterminados momentos, una utilizaciónestética del sentimentalismo y la soledad.

POEMAK. El último libro publicadoPoemak (1985-1995) recoge algunos tra-bajos anteriores ya publicados en ese li-bro central en su obra. El autor recoge eltítulo de «Tren ilun eta bustiak», paranombrar una de las secciones del libro.

Sin embargo, parece que nos encon-tramos ante un texto que aporta noveda-des temáticas. El eje de significación bá-sico consiste en un lento recorrido desdela memoria al futuro, desde el pasado a lamuerte. Recrea el poeta mitos y arqueti-pos ya conocidos: el viejo marinero, tra-sunto de una vida perdida, pero que aúnlucha con dignidad, los trenes oscuros quese alejan, los dos corazones, el del deseo yel de la realidad; la experiencia carcelariay la reflexión ante la tortura no están au-sentes en la creación de una figura delhéroe, al que se ve desde una perspectivaintimista y humana, pero al que se le di-buja en una espiral violenta:

«Zer esan itsasoakmunduaren azalean zabaldu zirenetikiralak itsasoaren azalean lekutu zirenetikbakerik gabe, treguarik gabe,ia etenik gabedirauten gerlei buruz»

[«Qué podría decirse de las guerras queduran sin paz, sin tregua, sin pausa, des-de que los mares se extendieron en la fazde la tierra, desde que las islas se coloca-ron sobre el mar»].

l Un segundo grupo de poetas

Un segundo grupo de poetas puedensituarse en torno a una poesía figurativa,y a una poesía de la experiencia. Partien-do de una estética que busca sus raíces enel lenguaje simbolista y esteticista las obraspoéticas de Felipe Juaristi (1957) y JuanKruz Igerabide (1956), principalmente,y las de Amaia Iturbide (1961), Juan Ra-

món Madariaga (1962) y Mari José Ke-rexeta (1961) han contribuido a realizaruna contribución a las estéticas que bus-can un lenguaje poético cercano a lo quese realiza en otros lugares.

Las fechas de nacimiento y de la pu-blicación de sus libros configuran dos gru-pos de poetas en el movimiento.

Los seniors

Los seniors comenzaron a publicar amediados de los años 80 y los más jóve-nes al final de la década, y el movimientocontinúa su influencia en poetas que hanpublicado sus libros en los primeros añosde la década de los 90.

FELIPE JUARISTI. Los libros de FelipeJuaristi han recorrido una evolución dis-tinta. El modernismo, el lenguaje simbo-lista, y la sensibilidad de sus primeros li-bros (Denbora, nostalgia [El tiempo, lanostalgia] 1985; Hiriaren melankolia[Melancolía de la ciudad] (1987) creabanun tono poético que llevó a su autor alreconocimiento público. El autor se sin-tió cercano a la poesía de la experiencia yel tono poético mostraba una poesía quetrabajaba el tono de una forma sutil, ale-jada de la poesía pedagógica y militante.Juaristi ha trabajado siempre una visiónmoral sobre la sociedad que le rodea. Unasensación de cercanía a los temas y la ela-boración simbólica constituyen las basesdesde las que se desarrolla su poesía delmomento.

Aventura y erotismo. Normalmenteel poeta trabaja dos temas personales: laaventura cotidiana de su vivir y el erotis-mo de la mujer amada. Los poemas se es-criben en una primera persona que, a ve-ces, dramatiza la experiencia, y otras ve-ces rememora sin disfraz la visión que elpoeta posee sobre la vida. El mundo per-sonal del autor ocupa un primer planoen la composición. La elaboración de unlibro cerrado configura otra de sus pasio-nes literarias.

Referencias. En algún caso se ha cita-do la presencia del libro Izuen... de Jose-ba Sarrionandia como un modelo queJuaristi retoma para recrear una geografíaimaginaria que nos lleva a una Europacosmopolita.

Sin duda la sombra de la poesía deMikel Lasa, un poeta simbolista vasca delos primeros 60, es una de las referenciasclaves de la poesía que realiza Felipe Jua-risti.

El tono ha cambiado, el poeta ha evo-lucionado en su última entrega: Lainoartean zelatari [Espía en la niebla] (1994)donde el poeta ha cultivado una poéticade la reflexión. Las composiciones prefie-ren ahora los versos largos de gran alien-to, las frases cerradas, las máximas, losconceptos... Una poesía de la reflexiónsobre la vida y la muerte desde una ópti-ca casi ascética, y desde luego, moral.Entre la poesía y la metafísica, entre la

ETIOPIA recrea en una secuenciade nueve círculos el viaje hacia el

infierno de Dante. «Etiopía»supone un retruécano por Utopía,como si la utopía fuera imposible y

el hombre desesperanzado quehabita en medio del poemario sólopudiera acceder a la «etiopía», alhambre, a la miseria. Debajo deltítulo se esconde un homenaje aRimbaud, el padre de la poesíavanguardista, y así, desde el

irracionalismo y la vanguardia, secrea este poemario. Por último«etiopía» trae a la memoria el

poemario de T.S. Eliot, «La tierrabaldía», referencia que será clave

en todo el grupo Pott.

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parodia de Wittgenstein y la concepciónpoética de Auden, Felipe Juaristi ha cons-truido un texto comprimido y cerrado,un viaje por las contradicciones de la vidamoderna, por la personalidad que se des-dobla en la ciudad anónima.

JUAN KRUZ IGERABIDE ha llevado a cabouna poesía de mayor cambio.

Comenzó con Notre-Dameko oihar-tzunak (1985) [Ecos de Nôtre Dame] unacarrera poética que trataba de llevar a lapoesía vasca los presupuestos del budis-mo. Escrito en un tono impre-sionista el libro trabajaba signi-ficaciones políticas por medio dearquetipos y juegos escondidos,y elaboraba la admiración poruna cultura primitiva que apare-cía en un estado agonizante.

Las tensiones de lo viejo quefenece ante lo nuevo, de lo mo-derno que ocupa el lugar de lotradicional se ven dulcificadas enuna elaboración del ying y elyang, del Alfa y el Omega, delAleph y el Tau en un equilibrioque las religiones orientales pre-dican. Este es el verdadero men-saje del libro que se expande enla reflexión personal, alejada dela narración que cuenta el libro,y de los mitos que le han dadosoporte, y ofrecen un mundoequilibrado frente al sistema in-dustrial que deshumaniza a lapersona.

Su segundo libro Bizitzarekinsolasean (1988) [Conversacióncon la vida] retoma la visión im-presionista sobre la vida y el pai-saje, el sueño y el atardecer. Im-presionismo del primer moder-nismo.

Sirviéndose del personaje ba-rojiano de Mari Beltza, Igerabi-de ha construido una pequeña fá-bula sobre el desamor, recurrien-do siempre a la estilización de laescena y a la composición de poemas bre-ves y a la experimentación de un lenguajepoético fundado sobre la metáfora y lacomposición musical. El libro sirve comoun camino de encuentro personal con lavoz poética.

En 1992 Juan Kruz Igerabide publicódos libros de poemas para niños, el pri-mero de los cuales Begi niniaren poemak[Poemas de las pupilas] fue finalista delPremio Nacional de Literatura Infantil yse ha traducido al castellano. El género,poesía para niños, no debe llevar a enga-ño a la hora de explicar este libro. El haiku,la impresión concentrada, llevada hastael último suspiro, se constituye en elemen-to fundacional del libro. En cierto senti-do es un libro de aprendizaje, de elabora-ción de los haikus, de aproximación a laimagen esencial, de trabajo con la poesíapopular, de creación de un mundo. Ya se

la creación de un mundo metafórico ysimbólico que une la impresión con unacreación de transcendencia.

Esta poesía en primera persona buscala unión idealista de contrarios y la afir-mación en la esperanza como una formade moderna utopía. El mundo interior (lashabitaciones) y el mundo exterior (loscampos) confluyen en una poesía de cor-te simbolista que rastrea en los clásicos lavisión recreadora de un mundo pequeño

a través de las sensaciones hastaconfigurar una poesía que se in-terpreta como la unión entre elideal y lo real, entre el deseo y lacotidianeidad. De aquí provieneesa atmósfera de irrealidad y detransparencia que sube desde elhumus de la tradición poética deAmaia Iturbide.

JUAN RAMÓN MADARIAGA, au-tor de cuatro libros de poesía, hatrabajado su experiencia autobio-gráfica (la muerte de sus padres,la experiencia amorosa) en untono directo, casi sincero, peroque busca la elaboración poéticapor medio de un léxico que, en-raizado en los dialectos del PaísVasco continental, deja un posomodernista en su creación poé-tica.

El poeta lo ha dicho más deuna vez, sus temas son los temaseternos de la poesía: la vida, elamor, la muerte, la naturaleza,convertidos en ídolos de su crea-ción. Tampoco están ausentespoetas como Larkin y Auden ensu experiencia poética, que seconfigura en una estructura sim-ple y en un léxico de variedad yriqueza.

MARI JOSÉ KEREXETA publi-có en 1988 Ezezagun batenkoadernoa [Cuaderno de un des-conocido] representación poéti-

ca del desengaño amoroso. Siguiendo unaestructura cerrada, una composición na-rrativa, si se prefiere, el libro muestra laevolución desde el sentimiento amorosoal desengaño a través de un diario apócri-fo.

El monólogo dramático adquiere eneste libro su fuerza más imprevista, paracomunicar una experiencia amorosa quese acaba en conjunción con un tiempoimposible de detener. Las técnicas delmonólogo, así como el lenguaje cotidia-no presente en el texto hacen de este li-bro un modelo de acercamiento a la poe-sía de la experiencia y un ejemplo eficazde poesía que «se entiende», que desdeuna facilidad de expresión aparente cons-tituye la creación y la comunicación de ladevastación de la vida cotidiana. La nos-talgia quiere convertirse en olvido.

sabe, cuando se escribe para los niños, elautor puede perder un poco de seriedad ypuede mostrarse sin inhibición.

Esta libertad de creación se observaráen lo que, por ahora, es su última entre-ga: Sarean leiho (1994), un conjunto dehaikus y de máximas. La mirada y la ex-presión breve serán los dos puntos de ten-sión en el texto. La poesía se vuelve frag-mento en el mismo momento en que elhaiku crea un halo de significación, mis-terio e interpretación, poesía de la expe-

riencia interna, que se fija en el pequeñodetalle, para crear, cerca de la poesía delsilencio, un canto de exaltación de la vida.

Los juniors

AMAIA ITURBIDE. La obra de Amaia Itur-bide consta de tres libros: Eskaileraren bialdeetan (1986) [En los dos lados de laescalera], Itzulbidea (1992) [El regreso]y Gelak eta zelaiak (1994) [Habitacionesy campos].

Iturbide ha creado una poesía de lasensibilidad «avant toute chose». Educa-da en la estética de Juan Mari Lekuona,uno de los más importantes poetas vivosvascos, no desdeña el neobarroquismo enla expresión poética, el trabajo delicado,

Inazio Mujika Iraola.

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l Un tercer grupo de poetas

LA REVISTA MAIATZ. Un tercer grupode poetas puede adscribirse a la revistaMaiatz [Mayo], creada en Bayona en1982 por un grupo de jóvenes escritoresdel País Vasco Norte. La revista se con-virtió pronto en el aglutinante y dinami-zador de la literatura que se escribía en suárea de influencia. Era, no cabía de otramanera, una revista generalista que ad-mitía sin cortapisas a prosistas y poetas, aensayistas y críticos, a jóvenes y a escrito-res de otras generaciones. Pronto creótambién una colección editorial en la quepublicaron autores de Iparralde. De he-cho un grupo de jóvenes poetas vieron laluz sus trabajos en la revista y en la colec-ción.

De los poetas de Iparralde destacare-mos a tres escritores: Itxaro Borda (1959),quien permanece más unida al conjuntode la revista, aunque ha publicado en otraeditoriales; Jon Casenave, quien inició suandadura poética fuera de la plataformade Maiatz, pero que con su dirección delos últimos números muestra su cercaníaa la revista; y Aurelia Arkotxa (1953), queen más de una ocasión ha declarado sen-tirse alejada desde el punto de vista esté-tico de la que lleva a cabo la revista, y dehecho ha publicado su obra en otra edi-torial.

ITXARO BORDA ha conseguido un re-conocimiento en todo el País vasco. Suobra ha roto los límites que, a veces, lageografía –o la política– impone a la lite-ratura. Su obra poética –es también au-tora de varias novelas– se compone de tí-tulos que llevan su trabajo desde 1984,fecha de la publicación de Nola bizitzabadoan [Como se aleja la vida], a 1991 cuan-do publica Bestaldean [En el otro lado].

Los tonos poéticos. Borda ha trabaja-do distintos tonos poéticos. Ha introdu-cido la vanguardia en una poesía que per-manece anclada en un alejado ruralismo.Su estancia en París y su instinto poéticole han aprovisionado de lecturas diversasque configuran una obra que se define enuna poética simple: «Escribo como vivo,vivo como escribo».

Desde el eco de la poesía popular, pai-sajística y descriptiva, hasta la literaturamilitante –en la acepción que posee en elPaís Vasco– su obra ha trabajado diferen-tes tono poéticos: la vanguardia, la iro-nía, la poesía íntima, siempre en una im-paciente visión de la infelicidad humana.

JON CASENAVE. Tras dos poemarios alos que el autor niega ahora calidad, JonCasenave publicó en 1984 el libro Ordualferren segida [La continuidad de lashoras perdidas] una recreación de la vidade Buda. Un libro unitario, centrado enun eje narrativo, que abogaba por una vi-sión orientalista de la sociedad y de laesencia de la persona. A través de un pe-regrinaje por distintos paisaje alegóricos,Casenave proponía la quietud, el aleja-

miento como forma de huida de la ten-sión social.

AURELIA ARKOTXA. La publicación en1993 de Atari ahantziak [Pórticos olvi-dados] daba a conocer una poetisa, Aure-lia Arkotxa, de singular significación.

Un laberinto existencial. El libro re-presenta un laberinto, el de la existenciade la escritora, quien desde el recuerdo yla memoria describe, desde la impresiónestilizada, un recorrido existencial. Lasabundantes conexiones entre pintura ypoesía, entre arte y literatura confieren altexto significaciones profundas y una ha-bilidad estilística que le concede una lec-tura simbólica.

La memoria de ciertas experiencias quela autora no explica acumula en el libroun tono de alejamiento que se constituyeen la expresión de una tonalidad fina ysensible. Arkotxa ha resultado una de lasescritoras más maduras, que prefiere des-de luego, un acercamiento a la poesía dela experiencia y del silencio, antes que unaadscripción a una poesía de Iparralde.

l Un cuarto grupo de poetas

Un cuarto grupo de poetas se reúneen torno al pensamiento estético de Kol-do Izagirre y sus múltiples iniciativas cul-turales y editoriales. Se trata de un autorque ha desarrollado un recorrido poéticode amplio desarrollo.

LA REVISTA USTELA. A Koldo Izagirre(1953) se le encuentra al final de los años70 junto a Bernardo Atxaga y Ramón Sai-zarbitoria llevando adelante el proyectode la revista Ustela [Podrido], el primerintento de literatura de vanguardia y unintento de autonomía de la literatura. Kol-do Izagirre creó, entonces, una colecciónde libros de literatura con el mismo nom-bre. Los poetas que publicaron en ella seadscribieron al minimalismo, a una poe-sía personal, que cultivaba un difuso su-rrealismo en las imágenes.

La colección Susa. Más tarde, en1983, un grupo de jóvenes escritores creóla editorial y la colección de poesía Susa.Tras el cierre de Ustela, y unos años deejecución paralela, los proyectos conflu-yeron.

En ese año Susa publicaba el primerpoemario de Xabier Montoya, Anfetami-ña [Anfetamina o Nostalgia de anfetas],un libro rupturista y con ánimo de pro-vocación, que retomaba la rebelión de losgrupos de rock.

KOLDO IZAGIRRE, durante esos añosdedicado a la prosa, fue publicando suobra en Susa, y más tarde, tras años desilencio publicó un libro que ha sido cali-ficado como uno de los libros que mayorinfluencia ha tenido en los poetas de laúltima promoción, que lo citan comomaestro.

El eje ideológico. El grupo ha sidocalificado como un conjunto de poetas

El verismo como estrategialiteraria, y la belleza de su

prosa -–al fondo el ejemplo yel magisterio de Juan Rulfo–

denotan una voluntad dellegar, desde la metáfora y

la alegoría a unauniversalización de las

acciones, y del sentimientode desamparo que producen

los personajes. Así pues, unanarrativa que trasciende suplanteamiento localista y

refleja su madurez narrativa,que hace su obra atractiva

al lector.