Isis y Osiris

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1 ISIS Y OSIRIS Cuando Ra era el primer faraón de Egipto y reinaba en la tierra, Tot, el dios de la magia y la sabiduría, pronunció una profecía : Si Nut, la diosa del cielo, tenía un hijo, ese hijo gobernaría en Egipto. -¡Nut nunca tendrá hijos, nunca! -respondió Ra muy airado-. ¡Nadie, ni siquiera un hijo de Nut, me va a arrebatar 1 el trono! Le impongo una maldición: Nut no podrá dar a luz a un hijo ningún día del año; ni durante el día ni tampoco durante la noche. Cuando oyó esto, Nut sintió una amarga tristeza. Pero Tot, que era el dios de la sabiduría, había anunciado que su hijo gobernaría Egipto. Así que acudió a él y le suplicó ayuda: -Te mostraré el modo de llevar a cabo tu deseo sin violar el mandato de Ra -dijo Tot. 1.-¿Qué profecía anunció Nut? 2.-¿Cómo se llama el rey de los dioses egipcios? 3.-¿A quién acudió Nut para conseguir que su hijo gobernara Egipto? 4.-¿Quién era el Dios de la Sabiduría? Nut aceptó sin dudarlo un instante, y Tot ideó rápidamente un ingenioso plan. Fue a ver a Jons, dios de la luna, y le desafió a una partida de damas. Cada uno debía apostar algo; Jons era un gran jugador y la partida estaba muy igualada, pero corría mayor riesgo, pues se había apostado su propia luz. Las posibilidades de ganar al astuto Tot eran muy pequeñas. El dios de la sabiduría prolongó la partida hasta que su ventaja le permitió hacerse con una cantidad de luz de luna equivalente a cinco días. Así, con estos cinco días amplió el calendario y los añadió al final del año. Hasta entonces, el año sólo había contado con trescientos sesenta días; fueron estos cinco días añadidos los que le dieron la duración actual. Aquella partida de damas aún tuvo otra consecuencia: desde entonces, a la luna le ha faltado la luz necesaria para aparecer llena el mes entero, y debe menguar 2 progresivamente hasta desaparecer, aunque luego reaparece y va creciendo hasta lograr el esplendor una vez más. 1 Arrebatar: quitar 2 Menguar: hacerse de menor tamaño, de menor altura o estatura, de menor importancia, de menor intensidad o menos numeroso: “El río ha menguado esta noche”

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Un cuento egipcio

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ISIS Y OSIRIS

Cuando Ra era el primer faraón de Egipto y reinaba en la tierra, Tot, el dios de la magia y la sabiduría, pronunció una profecía: Si Nut, la diosa del cielo, tenía un hijo, ese hijo gobernaría en Egipto.

-¡Nut nunca tendrá hijos, nunca! -respondió Ra muy airado-. ¡Nadie, ni

siquiera un hijo de Nut, me va a arrebatar1 el trono! Le impongo una maldición: Nut no podrá dar a luz a un hijo ningún día del año; ni durante el día ni tampoco durante la noche.

Cuando oyó esto, Nut sintió una amarga tristeza. Pero Tot, que era el dios de la sabiduría, había anunciado que su hijo gobernaría Egipto. Así que acudió a él y le suplicó ayuda:

-Te mostraré el modo de llevar a cabo tu deseo sin violar el mandato de Ra -dijo Tot.

1.-¿Qué profecía anunció Nut? 2.-¿Cómo se llama el rey de los dioses egipcios? 3.-¿A quién acudió Nut para conseguir que su hijo gobernara Egipto? 4.-¿Quién era el Dios de la Sabiduría?

Nut aceptó sin dudarlo un instante, y Tot ideó rápidamente un ingenioso plan. Fue a ver a Jons, dios de la luna, y le desafió a una partida de damas. Cada uno debía apostar algo; Jons era un gran jugador y la partida estaba muy igualada, pero corría mayor riesgo, pues se había apostado su propia luz. Las posibilidades de ganar al astuto Tot eran muy pequeñas. El dios de la sabiduría prolongó la partida hasta que su ventaja le permitió hacerse con una cantidad de luz de luna equivalente a cinco días. Así, con estos cinco días amplió el calendario y los añadió al final del año. Hasta entonces, el año sólo había contado con trescientos sesenta días; fueron estos cinco días añadidos los que le dieron la duración actual. Aquella partida de damas aún tuvo otra consecuencia: desde entonces, a la luna le ha faltado la luz necesaria para aparecer llena el mes entero, y debe menguar 2 progresivamente hasta desaparecer, aunque luego reaparece y va creciendo hasta lograr el esplendor una vez más.

1 Arrebatar: quitar 2 Menguar: hacerse de menor tamaño, de menor altura o estatura, de menor importancia, de menor intensidad o menos numeroso: “El río ha menguado esta noche”

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Cuando llegaron esos cinco días añadidos, Nut dio a luz a sus cinco

hijos: el primer día nació Osiris; el segundo, Horus, el viejo; el tercero, Set; Isis el cuarto, y Neftis el quinto.

Cuando nació Osiris hubo varias señales y se produjeron varias maravillas. De los cielos vino una misteriosa voz que proclamó: “¡Ha nacido el señor del mundo!”. En Tebas, un hombre llamado Pamiles escuchó una voz que venía del templo de Ra y le ordenaba que proclamase el nacimiento del más grande gobernante que conocería Egipto: “Osiris, salvador de la humanidad.” 5.-¿Qué apostaron antes de la partida de cartas? 6.-¿Cuáles son las fases de la luna? 7.-¿Qué nombre reciben los cinco hijos de Nut? ¿Qué pasó cuando nació Osiris?

Siguiendo las indicaciones de Tot, Nut confió el pequeño Osiris a Pamiles para que lo criase. Tot en persona se ocupó de la instrucción de Osiris e Isis: les enseñó la sabiduría divina y los introdujo en la ciencia secreta de la que él era maestro.

La inteligencia de Isis era tan grande que convenció a Jons para que le enseñase también los misterios lunares; así pues, Isis se convirtió en la más portentosa hechicera que jamás conociera Egipto.

Cuando alcanzaron la edad adulta, Isis y Osiris contrajeron matrimonio. Neftis también se casó con Set; y después, todos los faraones humanos de Egipto se unirían en matrimonio con sus propias

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hermanas. Aunque casi todos los faraones tenían otras muchas esposas, la hermana desposada era la que poseía el rango de reina. 8.-¿Quién instruyó a Osiris? 9.-¿Por qué crees que los faraones se casan entre hermanos?

Pero no había llegado aún el momento propicio para el reinado de Isis y Osiris. Ra seguía siendo el faraón de Egipto y gobernaba el mundo, aunque como había tomado forma humana cada vez estaba más viejo: la cabeza se le meneaba, como les pasa a los muy ancianos, y también se le salía la baba.

La sabia Isis no paraba de pensar cómo conseguir la renuncia de Ra al trono para que reinase Osiris. Gracias a las enseñanzas de Tot sabía que a Ra sólo podría dominarle aquél que descubriera su nombre secreto; con la ayuda de las artes mágicas aprendidas de Jons, dios de la luna, empezó a planear un oscuro plan.

Todas las criaturas habían sido hechas por Ra, y nadie más que él podía otorgarle la vida a un nuevo ser. Pero Isis fabricó una serpiente, una cobra llamada ureo (que sería más adelante un emblema sagrado de Egipto). Todas las mañanas, Ra hacía un recorrido por las tierras del Alto y Bajo Egipto para supervisar su reino. Mientras el dios caminaba, como era anciano, se le cayó un poco de saliva a un lado del camino, sobre la tierra. Isis tomó la tierra humedecida por la saliva del dios y la modeló con forma de cobra; le introdujo un potente veneno, y la escondió entre la hierba, cerca del camino que Ra acostumbraba a recorrer diariamente.

10.-¿Qué tenía que descubrir Isis para que su esposo Osiris fuera el rey de Egipto?

Al día siguiente, mientras Ra supervisaba de nuevo sus tierras, su ojo pasó por donde estaba la cobra modelada por Isis. Al hacerlo, su mirada lanzó la mágica luz de vida, y la cobra empezó a moverse. El reptil sacó la

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cabeza entre la hierba y mordió a Ra en el talón, e inmediatamente desapareció deslizándose.

Durante un breve instante, la sorpresa de Ra fue tan grande que no

acertaba a decir palabra. Pero enseguida le traspasó un dolor abrasador, y lanzó un grito estruendoso que alcanzó los más remotos confines de Egipto.

En cuanto lo oyeron, los dioses y diosas acudieron raudos 3 a su presencia, incluida Isis, y se inclinaron ante él preguntándole:

-¿Qué es lo que os pasa, Creador de todas las cosas? -¡He sido herido! -exclamó Ra-. Pero soy incapaz de reconocer al

culpable; ha sido una criatura que mis ojos no han visto, que mis manos no han modelado; no reconozco a este ser: ¡yo, que he dado vida a todas las cosas! Os ordeno pues que vengan ante mí todos los descendientes de los dioses, aquellos que conocen los hechizos y la magia, aquellos cuyo saber se pierde en lo desconocido, pues sólo uno de ellos podrá ayudarme.

Uno a uno desfilaron ante Ra todos los dioses y sus descendientes. Pero ninguno de ellos acertó a ayudarle. El dolor de la mordedura, mientras tanto, iba haciéndose cada vez más insoportable.

Por fin le llegó el turno a Isis. Humildemente se arrodilló ante Ra y le dijo:

-Oh padre celestial, ¿qué es lo que ha atentado contra vos? ¿Es acaso posible que una de las serpientes que crearais se haya alzado contra Su Majestad? Si así ha sido, la someteré con poderosos hechizos y a esconderse lejos de vuestra divina presencia.

-Mientras caminaba, haciendo el recorrido por las dos tierras egipcias para supervisar mi Creación -respondió Ra-, me mordió una serpiente que no vi, una serpiente que yo no creé, que iba cargada de un veneno desconocido y que no está hecho de fuego ni de agua, pero que de pronto me abrasa como el fuego y de súbito4 me hace tiritar como el agua fría; ora suda mi cuerpo, ora tiembla de frío. Los ojos se me nublan y no veo nada; la frente me arde como si me abatiera5 el pleno sol de verano.

Isis bajó la cabeza y le dijo suavemente: -Divino padre, yo puedo curaros de este veneno. Decidme vuestro

nombre secreto: sólo seréis curado si invoco6 vuestro nombre en mis hechizos.

Ra empezó a decir los muchos nombres bajo los que era adorado, todos los nombres que lo describían como señor de la Creación, hacedor de

3 raudo: veloz 4 de súbito: repentinamente, inesperadamente 5 abatiera (abatir): derribar, derrocar 6 invoco (invocar): pedir ayuda o auxilio a “alguien”; particularmente, a Dios o los santos.

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los cielos y la tierra, de los mares, del día y la noche, la luz y las tinieblas, del poderoso río Nilo, de todos los seres y las demás cosas.

-Sí -concluyó-, yo soy Jepri al alba, yo soy Ra durante el día, yo soy Atom cuando cae la noche y las sombras del atardecer empiezan a cubrir la tierra.

Pero la acción maligna del veneno no se detuvo, pese a que Isis recitó todos los nombres. Así que la diosa volvió a hablar:

-Padre celestial, no me habéis confiado aún vuestro nombre secreto, pues no se encuentra entre los que he dicho. Reveladme el nombre y se detendrá la acción del veneno: para que surta efecto, debo incluir en mi hechizo el nombre último y más secreto de aquel que deseo salvar.

El dolor del veneno arreciaba, con más intensidad que la llama más abrasadora, y Ra gimió:

—Prometedme que nadie más conocerá mi nombre secreto, nadie excepto Horus, el hijo que darás a Osiris; Horus, que gobernará Egipto cuando Osiris emprenda su viaje al oeste, al reino de los muertos.

Isis lo prometió solemnemente. Dicho nombre no era exactamente «Amón»; nunca se ha sabido a ciencia cierta en qué consistía. A partir de entonces, el padre de los dioses pasó a ser conocido como Amón-Ra, y con ese nombre fue adorado en Egipto durante miles de años.

Una vez que hubo conocido el nombre secreto, Isis lo incluyó en el hechizo que debía recitar, y declamó:

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-¡Detén tu curso, veneno de cobra! ¡Detén tu acción maligna sobre Amón-Ra! ¡Sal del cuerpo del febril dios y obedece a mi hechizo, pues yo conozco su nombre secreto! ¡Ra vivirá y desaparecerá el veneno gracias a la magia de Isis, señora de los dioses, la única que conoce el verdadero nombre de Amón-Ra!

El dolor causado por el veneno de la serpiente se desvaneció y Ra se recobró enseguida. No obstante, dejó de gobernar en la tierra y ocupó su lugar en los cielos. Allí, todos los días recorre la bóveda celeste de este a oeste, como dios del sol, y por las noches baja al mundo subterráneo y cruza las doce divisiones del Tuat o reino de ultratumba, las mismas que deben franquear las almas de los muertos antes de ser admitidos en el reino eterno de Ra. 11.-¿Qué le pasó un día a Ra mientras supervisaba sus tierras? 12.-¿Cuál era el nombre secreto del “Ra”?

En cuanto Ra ocupó su lugar en el firmamento, Osiris se convirtió en faraón de Egipto, e Isis en reina. Mandaron construir la fabulosa ciudad de Tebas, la hicieron su capital, y desde allí gobernaron con sabiduría y justicia.

Antes de que Osiris ascendiera al trono, los egipcios eran caníbales y vivían más como animales que como seres humanos. Enseguida, los dos monarcas se dispusieron a cambiar la situación, y enseñaron a los humanos a sembrar y a recolectar el trigo y la harina para hacer pan; les enseñaron a plantar frutos, como el dátil y la uva, para obtener comida y vino; los instruyeron en las leyes que asegurasen una convivencia pacífica; por último les enseñaron a honrar a los dioses y a construirles templos: el primero que se levantó, y el más importante, fue el de Amón-Ra en Tebas.

En cuanto todas las tierras del Delta y del Alto Egipto, hasta Tebas, hubieron aprendido las artes de la paz y la civilización, Isis quedó de regente mientras Osiris se aventuraba a confines más alejados para instruir a sus habitantes. Con él no llevaba ejércitos; sólo un grupo de sacerdotes y músicos. Incluso las tribus más salvajes se detenían al escu-char sus dulces palabras y le prestaban oídos, y acababan rindiéndose a los melodiosos acordes de sus músicos.

13.-¿Qué pasó después de que Isis curara a Amón-Ra? 14.-¿Qué enseñaron Isis y Osiris a los ciudadanos de Tebas?

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Pero también Osiris tenía enemigos. Por el mundo pululaba 7 un espíritu maligno que luchaba por vencer al bien; en Egipto, la maldad se encarnó en Set, el hermano menor de Osiris e Isis.

El deseo de Set era rebelarse contra Osiris y arrebatarle el trono mientras éste estaba fuera cumpliendo su misión civilizadora. Pero Isis estaba tan alerta que Set sabía que su plan no iba a triunfar. Así que disimuló; se presentaba al mundo como un súbdito fiel, como un devoto hermano del faraón y la reina. Mientras tanto, fue reuniendo un grupo de setenta y dos hombres malvados, dispuestos todos ellos a conspirar contra Osiris. A ellos se unió Asar, la reina de Etiopía, que en esos momentos se encontraba de visita en la corte tebana.

A la vuelta de Osiris, Set organizó un enorme festín en honor de su hermano. Como no sospechaba nada, Osiris acudió sin la protección de sus sirvientes. Set y sus setenta y dos compinches le dieron una bienvenida muy calurosa.

El festín fue espléndido; los invitados competían entre sí para rendir pleitesía a Osiris. Cuando el festín tocaba a su fin, Set anunció lo siguiente:

-Ya hemos honrado a mi querido hermano Osiris, el buen faraón, con nuestras alabanzas. Pero ahora, para acabar la velada, tengo preparado un regalo para uno de los invitados. ¡Y aún no sé a quién está destinado!

Set dio una palmada y entraron los sirvientes en el salón. Llevaban un hermosísimo cofre de madera de cedro8 del Líbano y ébano9 de Etiopía; estaba recubierto de oro y plata, con incrustaciones de marfil, lapislázuli10 y piedras preciosas.

Los sirvientes lo dejaron en el centro de la sala y se retiraron, cerrando las puertas. Set volvió a hablar;

-Este es el regalo que tengo reservado para uno de mis invitados. ¡El afortunado será aquel que mejor quepa en el cofre!

Todos los asistentes profirieron exclamaciones de admiración al contemplar el cofre; enseguida hicieron una fila y fueron introduciéndose para ver quién cabía mejor. Pero algunos eran demasiado altos; otros, demasiado bajos; algunos no cabían por su gordura, y a otros les sobraba espacio por su delgadez.

-Dejadme probar a mí -dijo Osiris al fin.

7 pululaba (pulular): Abundar y moverse en algún sitio personas, animales o cosas 8 cedro: árbol de madera compacta y dura 9 ébano: árbol de madera muy dura y pesada 10 lapislázuli: mineral de color azul intenso de mucho valor ornamental

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Se introdujo en el cofre y se tendió en él: su tamaño era el perfecto, ya que Set había conseguido, en secreto, las medidas del cuerpo de su hermano.

-¡He ganado! -exclamó Osiris muy contento-. ¡Mirad, si parece que me lo hubieran hecho a medida!

-Desde luego que te lo has ganado -replicó Set-. ¡Está hecho a medida porque es tu ataúd!

Y mientras decía estas palabras cerró súbitamente la tapa. Con un ansia febril, Set y sus pérfidos compinches sellaron el cofre con clavos, taparon cualquier agujero con plomo ardiente y, sin que nadie se enterara, lo tiraron al Nilo.

15.-¿Quién tenía envidia de Osiris y quería vengarse de él? ¿Cuál fue su plan? 16.-¿Qué hizo Set para engañar a su hermano Osiris?

Como era la época de la inundación, la rápida corriente arrastró el

cofre más allá del Delta, hasta la ciudad de Tanis, que está al lado del mar. Una vez allí, las olas se lo llevaron y anduvo a la deriva hasta que llegó a Biblos, en Siria, la ciudad más antigua del mundo, donde una gran ola lo elevó sobre la playa y lo depositó en el tronco de un tamarisco11 joven que crecía junto a la costa. Al poco tiempo, las ramas del tamarisco habían cubierto el cofre; cuando la planta creció, quedó completamente oculto en su tronco.

De cuanta vegetación había allí, este tamarisco era el más grácil12, el de más hermosas flores; y su madera despedía el perfume más dulce. Tardó poco en adquirir renombre por toda Siria: se hizo más conocido incluso que los magníficos cedros del monte Líbano, en cuyo pie se asienta la ciudad de Biblos. Cuando su fama llegó a oídos de Melkarte, rey de aquellas tierras, éste quiso verlo; tanto él como su esposa, la reina Astarté, lo juzgaron tan extraordinario que decidieron talarlo y hacer un pilar con su tronco; este pilar lo mandaron colocar en el lugar de honor de su palacio. Todo aquel que contemplaba el pilar quedaba maravillado por lo delicado de la madera y de su aroma; pero lo que ninguno sabía es que su interior escondía el cuerpo de un dios.

17.-¿Qué hicieron el rey y la reina de Biblos con el ataúd de Osiris?

11 tamarisco: árbol 12 grácil: delgado, flexible y gracioso

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Mientras tanto, Isis consiguió averiguar lo que había ocurrido, e inmediatamente partió en busca del cuerpo de Osiris, ya que mientras no se realizasen los debidos ritos fúnebres, al espíritu del dios no se le permitía entrar en el Tuat, el reino de los muertos.

Pero antes de partir fue a la isla de Jemmis, que está en uno de los brazos del Delta del Nilo, y allí dio a luz a su hijo Horus con la ayuda de Wadjet, la bondadosa divinidad que protege el Bajo Egipto. En cuanto se recuperó, Isis emprendió de nuevo la búsqueda del cuerpo de su esposo. Encomendó a Wadjet el cuidado de Horus; para protegerlo aún más de Set, separó la isla de Jemmis del fondo del río. Así, la isla iba a la deriva, a veces por el Nilo, otras adentrándose en el mismo mar, sin que Set pudiera encontrarla.

Después se cortó los cabellos en señal de duelo. Prosiguió la búsqueda por todo Egipto, sin dejar piedra por remover. Al principio no encontraba nada, pero acabó por toparse con un grupo de niños que habían visto el magnífico cofre, cerca de Tanis, mientras iba flotando Nilo abajo en dirección al ancho mar Verde.

Isis fue preguntando, por toda la costa, a los niños que se encontraba en sus juegos, y las indicaciones de los chiquillos le acabaron llevando a Biblos. Sólo entonces pudo descubrir, gracias a sus artes mágicas, dónde se hallaba el cuerpo de Osiris.

Entonces se disfrazó de anciana y se fue a la playa de Biblos. Cuando las doncellas de la reina Astarté bajaron a la playa a lavar sus ropas y bañarse entre las olas, Isis las abordó con dulzura y les enseñó a hacerse trenzas; hasta entonces, a nadie se le había ocurrido que el pelo pudiera trenzarse, ni que se pudiesen hacer peinados con adornos de hojas y flores.

18.-¿Con quién dejó Isis a su hijo Horus antes de marchar en busca de su esposo Osiris? 19.-¿Qué hizo Isis para encontrar el cuerpo de su esposo?

Las doncellas regresaron a palacio; la reina Astarté quiso saber enseguida dónde habían aprendido el nuevo arte del peinado. Le contaron que se habían encontrado con una anciana muy sabia, que estaba sentada en una roca junto al mar.

Llena de curiosidad, Astarté les ordenó que la llevasen a palacio. Al ver a Isis, Astarté se dio cuenta de que estaba ante una extranjera distinguida. Pero no se dio cuenta de nada más: simplemente pensó que era una egipcia conocedora de las famosas artes mágicas de su país. Le dio la bienvenida y le pidió que se quedara en palacio cuidando del pequeño

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príncipe Diktis, hijo de la reina, un bebé de frágil salud por cuya vida se temía.

Los cuidados de Isis fueron tan certeros que el niño mejoró a ojos vistas y se puso más fuerte; tanto, que la mejoría parecía sobrenatural. La reina Astarté tenía celos de ella, sobre todo porque sus doncellas le habían contado que la misteriosa anciana hacía que la dejaran sola cada noche con el bebé, y les cerraba la puerta. Luego le oían avivar el fuego; después venía un largo silencio, que nada más interrumpía un sonido semejante al gorjeo de una golondrina.

Astarté decidió esconderse una noche en la estancia. Entonces vio cómo Isis hacía salir a las doncellas, cerraba la puerta con cerrojo y avivaba el fuego. Cuando las llamas crecieron, Isis separó varios troncos e hizo un lecho de brasas, tomó al bebé y lo depositó en él. Hecho esto, se convirtió en golondrina y se puso a volar alrededor del pilar que escondía el cuerpo de Osiris, con un gorjeo que parecía un lamento.

La reina Astarté profirió un grito, salió de su escondite y sacó a Diktis de las llamas; cuál no sería su sorpresa al ver que el bebé no sólo no había sufrido ningún daño, sino que además se ponía a llorar, protestando por haber sido apartado tan súbitamente de un lecho tan agradable y calentito.

Atenazada por el miedo, la reina intentó escapar con el niño en brazos. Pero antes de poder salir, cayó arrodillada al suelo y tuvo que bajar la mirada: ante ella se alzaba la diosa Isis, imponente y hermosa, resplandeciente de divinidad.

-¡Necia mujer! -exclamó Isis-. Si me hubieses permitido ocuparme de tu hijo a mi manera, las llamas hubieran consumido su parte mortal y se hubiera convertido en dios, igual que yo. Ahora, en cambio, está destinado a morir cuando llegue a anciano, como cualquier hombre, si es que la muerte no le sorprende antes.

Tanto el rey Melkarte como la reina Astarté pidieron el perdón de Isis una y otra vez, arrodillados, ofreciéndole todos los tesoros de Biblos si accedía a seguir ocupándose de su hijo.

-Eso es ya imposible -respondió la diosa-. Pero os distinguiré con mi bendición si me concedéis aquel pilar que hay allá.

El rey llamó a sus sirvientes, que extrajeron el pilar y lo abrieron. En su interior se hallaba el ataúd de Osiris. Después de que lo sacaran, Isis perfumó el pilar y dijo:

-Llevad este pilar a vuestro templo más sagrado, donde por largo tiempo atraerá muchos peregrinos a Biblos, pues en su interior ha morado el cuerpo de un dios.

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Las gentes de Biblos construyeron entonces un templo especial para albergar el pilar de madera y lo llamaron Balaat Gebail, «La Dama de Biblos», cuyas ruinas aún hoy pueden ser contempladas. Isis decidió partir inmediatamente. Metió el ataúd en un barco y enseguida soltó amarras. Mientras pasaban por la desembocadura del río Fedro, la corriente salía con una fuerza tal que casi mandó el barco a alta mar. Tanto se enfureció Isis lanzó un conjuro al río y se secaron sus aguas.

Una vez que el barco pudo navegar sin sobresaltos y cruzaba los mares de vuelta a Egipto, la diosa pidió quedarse sola, entró en el camarote y abrió el ataúd para contemplar y llorar a su esposo.

El barco llegó a Egipto e Isis lo condujo hasta Jemmis, la isla flotante que aguardaba su regreso. Ordenó a los remeros que volviesen a su hogar en Biblos y los ayudó con un conjuro de viento.

Ella se quedó en la isla flotante, donde Wadjet aún seguía cuidando de Horus. Fue conduciendo la isla entre los juncos del Nilo, para esconderla hasta que pudiese llevar a cabo los ritos fúnebres de Osiris.

Sin embargo, aún faltaba mucho para que concluyeran sus desventuras. A la noche siguiente, Set y sus secuaces13 decidieron salir de caza por la noche: el malvado dios amaba sobre todas las cosas las horas nocturnas, cuando las criaturas malignas se apoderan de la tierra.

Quiso la mala fortuna que los malhechores se acercasen a la isla de Jemmis, que ahora, entre los juncos, parecía parte de la tierra firme. Isis se escondió con Horus en la espesura de la vegetación, sin que Set la viera. Pero éste sí que vio el cofre que había servido como ataúd de Osiris. Inmediatamente lo reconoció.

Lanzando un aterrador aullido de ira y odio, Set se apropió del cuerpo de su hermano asesinado, lo desmembró en catorce pedazos y los diseminó por los cuatro confines de las tierras egipcias.

-¡Qué difícil es destruir el cuerpo de un dios! -exclamó Set-. ¡Pero por fin he conseguido destruir a Osiris e impedir que su alma entre en el Tuat!

Y así desapareció de la escena, riendo. Isis salió de su escondrijo, volvió a encomendarle a Horus a Wadjet y partió de nuevo en busca de los pedazos del cuerpo de su esposo. -¿Qué les enseñó Isis a las doncellas de Palacio? 20.-¿Qué hizo Set al reconocer el ataúd de Osiris?

Incluso los mismísimos cocodrilos del Nilo se apiadaron de ella cuando

la vieron recorrer el río en un barco de papiro, y la dejaron en paz. Desde 13 secuaces (secuaz): séquito

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entonces, quienquiera que navegue por el río en un barco de papiro está a salvo de los cocodrilos, que siguen pensando que se trata de Isis que va en busca de un último pedazo del cuerpo de Osiris.

Los cocodrilos siguen pensando esto porque hubo un pedazo que Isis nunca pudo encontrar, que se había caído al Nilo. Ese pedazo se lo comieron unos peces, que desde entonces quedaron malditos. Pero consiguió reunir todos los demás pedazos con la ayuda de Anubis, hijo de Set y Neftis, que adoptó la forma de un perro salvaje para ser más eficaz en la búsqueda.

Como Isis temía que Set ni tan siquiera respetase la tumba de Osiris, fue enterrando cada uno de los pedazos del cuerpo en el mismo lugar donde los hallaba. Para hacer los entierros recurría a sus hechizos y así reconstruía mágicamente el cuerpo para poder celebrar el espléndido rito funerario. Por este motivo, había en Egipto trece ciudades que reclamaban para sí el rango de tumba de Osiris.

Algunos cuentan, incluso, que el miedo de Isis a Set era tal que consiguió embaucar14 a los sumos sacerdotes y a los habitantes de esas trece ciudades.

Dondequiera que esté enterrado el dios, no obstante, su espíritu pudo acceder por fin al Tuat. Allí se convirtió en rey de los muertos: era él quien daba la bienvenida a aquellos que habían sido proclamados justos por los jueces de Ultratumba; aquellos que pasarían a formar parte de su séquito de dichosos y que le acompañarían en su regreso a la tierra como faraón eterno, tras su última y definitiva lucha con Set. 21.-¿Quién ayudó a Isis a conseguir los trozos del cuerpo de Osiris? ¿Qué relación parentesca tenía con Set? 22.-¿Pudo acceder al final Osiris al Tuat? ¿Qué tenía que hacer para ser faraón?

14 embaucar: engañar a alguien provocando su admiración con palabras, actos y cosas engañosas.