Introduccion a La Antropologia Social

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MAESTRE ALFONSO, Juan (1983): Introducción a la antropología social . Akal, Madrid. 1

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MAESTRE ALFONSO, Juan (1983): Introducción a la antropología social.Akal, Madrid.

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PARTE I

Capítulo 1 – Delimitación de conceptos

(...) El profesor hispano-mexicano Angel Palerm [considera] a la Antropología como la ciencia de la evolución del hombre, de la sociedad y de la cultura (...) y estima que las ramificaciones de la Antropología pueden ser agrupadas en tres ramas principales que a su vez se dividirían en un conjunto de especialidades: La Antropología Física, la Antropología Cultural y Social; y por último, la Antropología Aplicada.La Antropología Física trata del hombre como organismo animal ocupándose primordialmente del origen de las razas humanas y de la historia de su evolución. Juan Coma la define como “la Ciencia que se dedica al estudio de variaciones humanas, estudio comparativo del cuerpo humano y de sus funciones inseparables; o como el tratado de las causas y caminos de la evolución humana, transmisión y clasificación, efectos y tendencias en las diferencias funcionales y orgánicas; dedicándose como ciencia no sólo a medir, clasificar y especular, sino también a crear los métodos y las técnicas para ver si las teorías sostenidas son correctas o no”.(...) Siguiendo a Palerm, éste divide la Antropología Física, en las diversas ramas siguientes (...):1º Primatología; o sea, el estudio de los primates, tanto humanos como no.2º Genética humana; como la disciplina que se ocupa de los rasgos heredados de los individuos, estudio de genes, grupos de sangre, mezclas sociales, etc.3º La parte dedicada a la investigación del crecimiento y desarrollo de los individuos y sus relaciones con la nutrición, estatus, tecnología de los grupos humanos, etc.4º La antropometría, que estudia medidas y evolución del cuerpo humano.5º La paleantropología, dedicada al estudio de los restos humanos.La segunda gran rama de la Antropología (...) corresponde a la Antropología Cultural, cuyo tema central, de acuerdo con el criterio al que se acoge el autor que estamos siguiendo, es el estudio de la evolución cultural y social de la humanidad, desde sus orígenes más remotos hasta nuestros días, incluyendo el análisis de la situación y de las tendencias existentes en la actualidad que están, en cierta forma, prefigurando el desarrollo futuro, el curso y la dirección ulterior de la evolución.(...) Las subdivisiones, en que de acuerdo con esta orientación, se ramifica este aspecto de la Antropología General, son las siguientes:1º La Arqueología, como disciplina dedicada –con métodos y técnicas especiales- a la reconstrucción de las culturas desaparecidas y de sus procesos de desarrollo, mediante el estudio de sus restos materiales (...).2º La Lingüística, teóricamente interesada en los orígenes del lenguaje, en su desarrollo y su estructura (...).3º La Antropología Social, cuya misión es el análisis y comparación de las relaciones entre las personas y entre los grupos sociales.4º La Etnografía, que tiene como objeto la descripción de sociedades y culturas.5º La Etnología, que es considerada por Palerm, como la disciplina teórica de la Antropología Socio-cultural.

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Por último, el tercer gran campo en que este autor divide a la Antropología es el de la Antropología Aplicada o uso de los conocimientos antropológicos de cualquiera de las ramas o subdivisiones anteriormente citadas. La utilización de la Antropología ha sido aplicada en una gran cantidad de casos, que van desde el uso de la Antropología Física a la Medicina, Asistencia Pública, o en la Criminología, o las industrias del vestido y del calzado, hasta las funciones ejercidas por los antropólogos sociales, en casos tan dispares como el desarrollo de las sociedades; el mantenimiento del colonialismo; el espionaje y la guerra psicológica; o la dietética.(...) La influencia de Levi-Strauss ha sido decisiva para superar estas concepciones disciplinarias y ofrecer una teoría que ensamblara de un modo armónico las disciplinas antes descritas. Así se conciben relacionadas, de un modo escalonado, a la Etnografía, la Etnología y la Antropología.(...) La Etnografía exige trabajo sobre el terreno y la observación directa. Se queda en el nivel de la descripción y tiende a las reconstrucciones culturales (...).La Etnología cumple una segunda etapa y corresponde –en la versión que aceptamos de Levi-Strauss- a lo que en los países anglosajones se considera Antropología Cultural o Antropología Social (...).En la tercera etapa o escalón nos encontramos con la antropología sociocultural, que, sobre los materiales y las descripciones recogidas por los etnógrafos y sobre las bases construidas por los etnólogos, procura extraer conclusiones y tiende a la obtención de propiedades generales características de toda vida en sociedad. Usando las mismas palabras de Levi-Strauss: “La Antropología tiende a un conocimiento global del hombre, ensamblando su sujeto en toda su extensión histórica y geográfica, aspirando a un conocimiento aplicable al conjunto del desarrollo humano desde los homínidos hasta las razas modernas y tendente a conclusiones positivas o negativas, pero valederas para todas las sociedades humanas desde la gran ciudad moderna hasta las más pequeñas tribus de la milanesia”.(...) Así, por tanto, el antropólogo va ocupándose cada vez más del estudio de las sociedades modernas, o al menos de determinadas áreas o aspectos de ellas. Incluso con respecto a las sociedades primitivas, el interés está teniendo un desplazamiento temático hacia aspectos más relacionados con el proceso de cambio, que en estos grupos humanos está aconteciendo a un gran ritmo en la actualidad. Los efectos del colonialismo, las luchas de liberación, la adaptación de formas políticas nuevas, la aparición de nuevas subculturas, el proceso de urbanización, la integración social, los procesos de desarrollo, las consecuencias de la innovación, etc., son cada vez más el fin al que van dirigidas las actividades de los antropólogos preocupados y ocupados aún por esas poblaciones de los países subdesarrollados.En esta orientación cabe destacar la descollante aportación de Oscar Lewis, quien ha llevado la Antropología a preocuparse del análisis de un fenómeno sociológico tan importante, a la vez que extendido, como es el de la pobreza en las áreas marginales de esa ficticia sociedad de la abundancia, con lo que no solamente se ha enriquecido el campo de la actuación de los antropólogos, sino que también aporta a cualquier profano el conocimiento de una realidad social que forma una parte muy importante de la vida cotidiana de extensos sectores tanto en las naciones desarrolladas, como en la subdesarrolladas.(...) Las sociedades rurales, los estudios familiares, el análisis de cualquier subcultura, los estudios de los sistemas de valores imperantes en una sociedad,

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los procesos de cambio socio-cultural y la gran gama de aspectos prácticos ofrecidos como realidades por la Antropología Aplicada, son otras tantas variantes que pueden constituir un foco de interés para que el moderno antropólogo social participe de esta nueva orientación.(...) La historia ha querido que la Antropología comenzara interesándose en las sociedades llamadas “salvajes” o primitivas aún cuando el foco de la atención ya actualmente no se centre sobre estas sociedades (...).El estudio de los primitivos es necesario para corregir el excesivo etnocentrismo que informa muchas veces las conclusiones de algunos científicos sociales. Así se puede observar la existencia o no de la universalidad de determinadas instituciones, como por ejemplo, el complejo de Edipo, cuya no aparición en los mismos términos occidentales puso de manifiesto Malinowski entre los trobiandeses. Igualmente se puede comparar las sociedades que poseen características muy diferenciadas y apreciar en algunas de ellas que, con un casi nulo desarrollo tecnológico, desconocen la guerra, como los esquimales, o la mentira como algunas tribus amazónicas. Por último, el conocimiento de las características y valores de otras sociedades sirven para integrar a éstas en el proceso de cambio que está aconteciendo en la actualidad y también para que el altivo hombre occidental reconozca las limitaciones y partes negativas que tiene “La Humanidad” por él construida y ello puede servir al acercamiento para la construcción de una futura sociedad más justa, quizá para esa soñada ilusión de la consecución de ese ideal de “hombre del siglo XXI”.

Capítulo 2 – La antropología en el contexto de las ciencias sociales

Para delimitar más el concepto de la Antropología Social, sobre todo después de que hemos considerado que el antropólogo también tiene un lugar en el estudio y análisis de determinados aspectos de la Sociedad Industrial, tenemos que proceder a ver cuál es el límite entre Antropología, Sociología y otras Ciencias Sociales, y estudiar cuál es el tipo de relaciones existentes entre estas disciplinas y si es que tienen algo de diferencial.(...) La comunicación activa entre antropólogos y economistas aumenta de continuo, especialmente desde que se han convencido los primeros de la conveniencia de registrar tanto como sea posible los mecanismos económicos de las sociedades que se estudian.Ralph Linton (...), para diferenciar los límites de Antropología, Sociología y Psicología, aseguraba a cada una de estas disciplinas tres campos de estudio: a la Sociología el estudio de la sociedad; a la Antropología el de la cultura y a la Psicología el del individuo.(...) Como este mismo autor reconoce, cada vez se torna más evidente que existen ciertos problemas cuya solución no puede darla una sola de estas disciplinas.Las sociedades están compuestas de individuos y toda sociedad tiene una cultura, como toda cultura pertenece a una específica sociedad. Los individuos son producto tanto de las características de la sociedad como de las de su cultura. Entonces, por lo que vemos, entre estos aspectos existe una estrecha interrelación que nos imposibilita la aceptación de los campos antes asignados por Linton, aún cuando tengamos que agradecerle el habernos lanzado una

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señal guía. Además, no sólo es necesario el diferenciar a unas disciplinas de otras sino también el ensamblarlas en un compuesto coherente.La Antropología, al centrar su atención en el hombre, tiene en cuenta tanto los aspectos de la existencia humana, biológica y cultural; pasada y presente, combinando estos materiales diversos en un abordamiento íntegro del problema de la experiencia humana. Esto hace que tengamos también que ver la interdependencia que existe entre la Antropología y otras ciencias diferentes de las consideradas como sociales, lo que en cierto modo nos complica algo nuestra intención de obtener los límites de la disciplina pero, por otro lado, nos amplia la visión de su contenido.Herskovits considera que la Antropología acude a las ciencias exactas y naturales, en tanto que, en relación con las humanidades y las ciencias sociales, actúa esencialmente como agente sintetizador. La Antropología proporciona a estas disciplinas un marco de referencia mucho más amplio, dentro del cual pueden establecerse más seguras generalizaciones. Así, menciona este autor que hay tres disciplinas que guardan una estrecha relación con la Antropología. Esta disciplina como campo dinámico de investigación que comprende el total desarrollo del hombre y estudia las variedades de la cultura, resultado de los cambios a lo largo de dilatados períodos de tiempo, es histórica. Como ciencia que trata de comprender los resortes de la conducta social y el papel que la cultura desempeña en la adaptación humana es psicológica. Por último, como disciplina que considera la naturaleza y amplitud de los sistemas de valor a cuyo amparo viven los hombres, el significado de las metas que sirven de guía a sus actividades, sus explicaciones del universo, y las relaciones entre las instituciones y los que viven de acuerdo con ellas, es filosófica.(...) Pero es siempre la autoridad de Levi-Strauss quien nos da una visión más correcta y aceptable de las relaciones de la Antropología con las otras ciencias. Ya hemos visto cómo este autor concebía a la Antropología como una última etapa de la síntesis que toma como base las conclusiones obtenidas a través de los datos y materiales recogidos por la Etnografía y las primeras síntesis y conclusiones de la Etnología.(...) Por lo tanto, la Antropología, Etnología y Etnografía son, en realidad, tres etapas o momentos de la misma investigación, y la preferencia de uno u otro de estos términos sólo expresa que la atención está dirigida en forma predominante hacia un tipo de investigación que nunca puede excluir los otros dos.(...) Los mecanismos y las formas de adaptación humana al medio ambiente, las maneras de utilizarlo y explotarlo, tienen que ver fundamentalmente con la tecnología, la economía y la organización social y política. Desde este punto de vista, es decir, de la estructura sociocultural considerada como un mecanismo de adaptación y control del ambiente, la ecología humana es una disciplina montada a la vez sobre la Antropología Física, las ciencias biológicas, la Antropología Social y Cultural y las ciencias naturales. En este sentido, la ecología no sólo tiene una serie de contactos con las ciencias sociales y, por lo tanto, con la Antropología Social, sino que también es vinculante entre las diversas ramas de la Antropología y sirve de nexo de unión con las ciencias físicas y naturales.Las relaciones de la Antropología, así a secas sin más calificativos, con la Historia han constituido una parte muy apreciable de las discusiones referentes a los contactos con otras ciencias o disciplinas. Inicialmente, la Antropología nació con una indudable vocación histórica. (...) Precisamente, el hecho de que los cimientos antropológicos se fraguaran en la segunda mitad del siglo XIX tuvo

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como consecuencia que el evolucionismo marcara la pauta que informaría a los iniciadores de la Antropología.(...) El querer prescindir de una perspectiva temporal tendría el mismo significado, en la actualidad, que castrar a las conclusiones de los antropólogos de todo contenido científico. Todos los pueblos son producto de su pasado, y aun aquellas sociedades que erróneamente, o inicialmente, fueron atribuidas a etnólogos y antropólogos, para su estudio, y que fueron definidas como “sin historia” la tienen, y ello ha quedado evidenciado en el sinfín de leyendas y mitos que existen en estos pueblos mal llamados “primitivos”.Margaret Mead estima que las diferencias metodológicas entre los historiadores y los antropólogos pueden ser sintetizadas en dos palabras: “documento” e “informe”. El historiador emplea material escrito (...). En contraste, el antropólogo encuentra informantes cuyo lugar en su sociedad él examina con mucho cuidado, de modo que de estos seres humanos vivientes puede extraer elementos sobre la cultura que tradicionalmente registra sobre el lugar.(...) La Historia puede ser una guía para el antropólogo, como también la Antropología puede ser uno de los instrumentos para interpretar la Historia. Durkheim afirmaba que a la Sociología había que estudiarla históricamente, y que la Historia se tenía que estudiar sociológicamente (...).Por lo tanto, los fenómenos de la Sociedad Industrial, como los problemas de las sociedades primitivas, pueden ser enfocados desde una variada perspectiva, entre cuyos muchos enfoque podemos mencionar el económico, sociológico, psicológico y el socio-antropológico, sin que el hecho de que nos encontremos en uno de ellos quiera decir que estemos en un compartimento estanco aislado de los otros enfoques que, en cualquier caso, pueden ser complementarios al mismo fin específico que constituye nuestra meta.(...) La sociología se ocupa más bien de estudios más globales y amplios, en tanto que los antropólogos sociales tienen tendencia a realizar análisis más detallados: monografías familiares, estudios culturales, dado que la cultura ha sido y sigue siendo la piedra angular sobre lo que se han asentado la mayoría de las aportaciones de los antropólogos. En lo que respecta a las técnicas, los sociólogos usan preponderantemente técnicas cuantitativas, en tanto que los antropólogos utilizan métodos mucho más intensivos y cualitativos, hasta el punto de que hay una técnica que es conocida como “método antropológico”, la observación participante, que es típica, aunque no la única ni exclusiva de las usadas por etnólogos y antropólogos.Como consecuencia de esto, las ciencias auxiliares de uno u otro enfoque variarán; así, la estadística necesariamente tendrá que ser un instrumento imprescindible para el sociólogo, y de bastante menor utilidad en el caso del antropólogo. En otro orden de cosas, no se puede concebir el caso de un sociólogo que desconozca al menos unos rudimentos de economía política moderna, no interesándole lo más mínimo, aunque no le sobren, los conocimientos de lingüística. Puede hacer magníficos estudios sociológicos sin conocer el idioma de la realidad nacional sobre la que investiga, cosa que constituiría un “handicap” de gran envergadura para el antropólogo, quien no solo tiene que conocer la lengua sino también poseer los instrumentos de la lingüística, incluso algunas veces de la ágrafa, y sin embargo no necesita absolutamente saber lo que es propensión marginal al consumo o la elasticidad de la demanda, aunque como en el caso del sociólogo, estos conocimientos no le

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vengan mal del todo y enriquezcan el carácter científico de su propia perspectiva.

Capítulo 3 – En torno al carácter científico

(...) La vocación científica de la Sociología, Antropología y cualquier otra “ciencia” social es evidente, y buena prueba de ello es el calificativo de Ciencia Social que sus creadores han impuesto al conjunto de las disciplinas objeto de su interés. Pero no es menos evidente el cúmulo de dificultades y escollos que hay que superar para poder otorgarles el grado de científicas en todo su valor.(...) En lo que respecta a la Antropología Social, una primera dificultad para considerarla materia científica con pleno derecho, ha sido la situación a la que se han limitado los antropólogos, que se han visto convertidos en meros recolectores de cacharros y costumbres. (...) En el mejor de los casos calificaremos todo ello como materia del etnógrafo y de la Etnografía, pero no de la Antropología. A esos niveles de simple recolección no podemos atribuirles el estar haciendo ciencia, aun cuando podamos encontrarnos con que son unos insustituibles y, por tanto, necesarios ayudantes para conseguir ulteriores generalizaciones, con lo que, si no lo hemos conseguido, sí, al menos, nos hemos acercado mucho a los niveles auténticamente científicos.(...) Las ciencias sociales se encuentran con un gran inconveniente, que es el derivado de la materia de su estudio: la sociedad. La situación en la que se hallan los investigadores sociales, que por un lado, estudian a la sociedad, y, por otro, son ellos mismos miembros de algún grupo social, supone una dificultad para poder obtener conclusiones objetivas. Si la sociedad objeto de su interés es la misma a la que pertenecen, se encuentran mediatizados por sus propias ideas políticas, filosóficas o religiosas, su “neutralidad” será difícil de conseguir. Pero, si por el contrario (como en el caso en el que frecuentemente se hallan los antropólogos), sus investigaciones van referidas a sociedades y culturas diferentes, las dificultades aparecen cuando tienen que opinar respecto a investigaciones y costumbres extrañas a los valores imperantes en su sociedad.(...) Los inconvenientes que con respecto a la falta de madurez poseen las ciencias sociales se ven aumentados para el caso de la Antropología Social, quien además ha visto desarrollarse más rápidamente a sus disciplinas hermanas en tanto que a ella se le había relegado, durante mucho tiempo, al estudio exclusivo de algo que, para la tiranía ejercida por la sociedad industrial, ha tenido una importancia que, en el mejor de los casos, era calificada como marginal, o puramente académica, como ha sido todo lo relacionado con las sociedades primitivas.(...) Otra manera de enfocar este mismo inconveniente para considerar inmersos en el área de la Ciencia a las diversas especialidades dedicadas al estudio de la sociedad, es la dificultad de verificar, y mucho más de experimentar. La sociedad está compuesta por humanos y solamente por esta circunstancia muchos experimentos, de necesidad innegable, y cuya realización sería fácilmente posible si se tratase de otros seres, al venir referidos a humanos, suelen presentar problemas éticos incluso en su simple planteamiento. Aquello que para el caso de las ciencias físicas puede ser llevado a cabo en el reducido marco de los laboratorios, en el caso de las ciencias sociales podría llegar incluso a suponer querer cambiar la Historia.

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(...) Se argumenta que el simple hecho de investigar sobre un determinado colectivo introduce modificaciones sobre él, y que des este modo la investigación altera lo investigado.(...) Si bien es cierto que la experimentación, tal como aparece en otras ciencias, no es posible en el caso de las Ciencias Sociales, no es exacto el que se carezca totalmente de medios para probar las hipótesis formuladas. Entre los medios para este fin ocupa un lugar destacado el llamado método comparativo, consistente en realizar comparaciones sistemáticas entre sociedades o colectivos de personas y ver a través de ellas qué rasgos o complejos culturales, u otros fenómenos, aparecen en muchos casos, o por el contrario difieren, para conseguir, de este modo, la verificación de ciertas hipótesis o la consecución de generalizaciones significativas.(...) De todo lo anterior obtenemos unas consecuencias similares a las expuestas por Bottomore, quien, refiriéndose exclusivamente a la Sociología –aunque nosotros lo extendemos a la Antropología Social-, dice que la disciplina es científica en sus métodos y en sus intenciones. Y estamos de acuerdo con otra buena parte de autores respecto a que se cuenta con grandes limitaciones y dificultades, principalmente en cuanto se refiere a la verificación, demostración y comprobación; fallos que se están paliando según avanzamos en el transcurso del tiempo y en la realización de investigaciones con las que adquirimos experiencia y a la par escalamos posiciones en la escala de consideración científica.

Parte II

Capítulo 4 – La cultura. Concepto y base

(...) Hay quien ve la diferencia entre antropólogos y sociólogos en que en tanto los primeros recurren constantemente, y de un modo bastante socorrido, a la constante explicación de la fenomenología social por medio de la cultura, el “gremio” de los sociólogos hace algo similar pero con respecto a la estructura.(...) Evans Pritchard participa de la opinión de que las diversas posiciones de las dos grandes escuelas, la de la Antropología Social en Gran Bretaña y la de la Antropología Cultural en los Estados Unidos, parten de que los primeros, siguiendo a Morgan, Spencer y Durkheim pensaron que la finalidad de la Antropología Social sería la clasificación y el análisis funcional de las estructuras sociales, en tanto que para los segundos, partiendo de Tylor y de otros más orientados hacia la Etnología, concibieron su disciplina como la clasificación y el análisis de la cultura. De todas formas, la relación entre cultura y estructura social es de una íntima interacción, aparte de que opinamos, como queda dicho más atrás, que todo es cuestión de enfoque o perspectiva.(...) Los patrones de los bueno o de lo malo, como el de lo feo y el de lo bonito, o el de lo justo y lo injusto son relativos de acuerdo con la cultura a la que se pertenece, etc. La importancia de cultura, por lo tanto, es innegable para poder conocer y valorar las actitudes de propios y ajenos.(...) La cultura fue definida por Linton, con la precisión y brevedad que le son características, como la herencia cultural. Todo hombre pertenece a una cultura y cada sociedad tiene sus propias y específicas peculiaridades culturales. Por lo tanto, se nos hace imposible y carente de sentido hablar de un hombre sin

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cultura, como es bastante difícil y arriesgado discurrir por el camino de intentar jerarquizar las culturas calificando a unas de superiores con relación a la inferioridad de otras. En cualquier caso, tenemos que tener siempre presente que cada uno de nosotros pertenece a una cultura y que las culturas ajenas serán vistas a través del patrón de la propia, y por lo tanto medidas y calificadas de un modo bastante subjetivo. ¿Podemos acaso decir que la cultura de los occidentales es superior a la de las llamadas sociedades primitivas, como los aborígenes australianos o los indios de la amazonia brasileña? Si lo juzgamos desde el punto de vista de la tecnología, no ha comparación posible entre ambos tipos de sociedades. ¿Pero podemos considerar igual que la superioridad técnica, la moral?(...) La cultura tiene su origen en la lucha que históricamente ha tenido que sostener el hombre como especie contra la naturaleza. Es el producto de esa misma oposición de la que surge la sociedad. Un instrumento gracias al cual los hombre han podido organizarse y evolucionar hasta la posición que en la actualidad ocupan. La cultura está ligada con la conducta humana, incluyendo en la conducta toda la carga que la psicología, y hasta la biología, le dan, y que aceptamos sin adentrarnos en discusiones.(...) En primer lugar queda claro que las satisfacciones de las necesidades orgánicas del hombre y de la raza representan una serie mínima de condiciones impuestas en cada cultura. Los problemas planteados por las necesidades nutritivas, reproductivas e higiénicas del hombre deben ser resueltos, y lo son, mediante la construcción de un nuevo ambiente artificial o secundario.(...) Un nivel cultural de vida significa, a su vez, que nuevas necesidades aparecen y nuevos imperativos o determinantes son impuestos a la conducta humana. Desde luego, la tradición cultural necesita ser transmitida de cada generación a la siguiente. Métodos y mecanismos de carácter educativo existen en toda cultura. El orden y la ley deben ser conservados, desde que la cooperación es la esencia de toda conquista cultural. En cada comunidad es menester que existan disposiciones para sancionar la costumbre y las normas éticas y legales. El sustrato material de la cultura requiere ser renovado y mantenido en condiciones de uso. En consecuencia, son indispensables algunas formas de organización económica aún en las culturas más primitivas.Así pues, el hombre tiene, primero y ante todo, que satisfacer las necesidades de su organismo. Debe tomar las providencias y desarrollar actividades para alimentarse, guarecerse, vestirse y protegerse del frío, del viento y de la intemperie. Está forzado a defenderse, y a organizarse para tal defensa, contra los enemigos y peligros externos, ya sean físicos, animales o humanos. Todos estos problemas primarios son solucionados por los individuos con el uso de herramientas, mediante la organización en grupos cooperativos y también por el desarrollo del conocimiento y un sentido del valor y de la moral.(...) Así, aparece otro tipo de necesidades, que son “las derivadas”, dentro de cada cultura. Esto significa que la cultura provee al hombre de aptitudes derivadas, capacidad y poder; lo que también significa que el enorme alcance de la acción humana sobre las innatas aptitudes del organismo, impone sobre el hombre una serie de “limitaciones”. Las “necesidades derivadas”, o “imperativos culturales” (...), son aquellos impuestos al hombre por su propia tendencia a extender su seguridad y su bienestar, aventurarse en las varias manifestaciones del movimiento, acrecentar la velocidad, preparar tanto máquinas de destrucción

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como de producción, etc. Malinowski, en su intento expositivo ofrece también las dos series siguientes de imperativos y concomitantes.

Imperativos1. El patrimonio cultural constituido por los utensilios y bienes de los consumidores, debe ser producido, mantenido y reemplazado por nueva producción.2. La conducta humana en cuanto se refiere a la prescripción técnica, consetudinaria, legal o moral, debe ser codificada, regulada en acción y sanción.3. El elemento humano gracias al cual se mantiene toda institución, debe ser renovado, formado, disciplinado y provisto del pleno conocimiento de la tradición del grupo.4. Dentro de cada institución, la autoridad debe ser definida, equipada con poderes y dotada de los medios para la ejecución compulsiva de sus mandatos.

Concomitantes1. Economía

2. Control social

3. Educación

4. Organización política

Los humanos han logrado su “historia” gracias a: 1º, la sustitución del instinto por el aprendizaje; 2º, el desarrollo de su poder de comunicación; y 3º, la posibilidad, mucho más inmediata en nuestros días, de poder fijar y conservar la comunicación, mediante la escritura, con la que en unos pocos años se ha podido pasar del hombre de las cavernas hasta la era de la desintegración del átomo y de los vuelos interespaciales. Sin embargo, Levi Strauss ha quitado importancia a la llamada “revolución de la escritura”, cargando la importancia sobre la “revolución neolítica”, muy anterior, en la que se seleccionaron semillas y realizaron descubrimientos que considera más importantes para la evolución de la sociedad que la escritura.(...) Los diversos medios de transmitir la cultura dan origen a la aparición de la primera clasificación de la cultura tal como se la plantean principalmente los etnógrafos. Culturas ágrafas, que son aquellas pertenecientes a las sociedades en que todavía no ha aparecido la escritura y en las que el único medio de transmisión es el de la tradición oral; y culturas dotadas de escritura. (...) También hay que señalar que otro de los vehículos de transmisión de cultura, éste no totalmente autónomo, son las producciones emanantes de cada una de las culturas, o sea los materiales que son legados a los nuevos integrantes de la sociedad por los antiguos. Los hombres se adaptan a ellos y las innovaciones tienen en la mayoría de los casos, como punto de partida, los instrumentos poseídos.

Capítulo 5 – Civilización y cultura

(...) El baremo para incluir o no a una sociedad dentro de las fronteras de la civilización ha sido generalmente la posesión de un determinado nivel tecnológico, similar al imperante en las naciones más “desarrolladas”, pero al ser este criterio bastante impreciso se ha usado otro, cuya utilización de este modo no le da más precisión, sino todo lo contrario, que era el de considerar a los pueblos civilizados como poseedores de una cultura, en tanto que los incivilizados estaban carentes de ella. (…) Este criterio es totalmente inexacto e

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inválido desde nuestra perspectiva. No existen pueblos en estado natural; el “estado de naturaleza” es una errónea construcción intelectual nacida en el seno de las disquisiciones filosóficas y desprovista de toda base empírica, y por tanto, científica. Puede haber pueblos más o menos atrasados, o, mirado desde otro ángulo, más o menos evolucionados, pero todos gozan de una experiencia histórica y ninguno se encuentra en ese ficticio nivel cero.(…) [Un] historiador, Henri Berr, considera que cada pueblo tiene su civilización, con lo que confunden a la civilización con la cultura, de la que sí se puede decir que pertenece a todas y cada una de las diversas sociedades. Incluso una personalidad como Braudel, que se ha preocupado tanto de las relaciones entre la Historia y las Ciencias Sociales, introduce una notable confusión al llegar a decir que es utópico aislar a la cultura de su base que es la civilización; cuando lo exacto y lo correcto es lo contrario, el que la cultura venga a ser una especie de infraestructura o de materia prima sobre la que las civilizaciones se basan y, ulteriormente, se desarrollan.(…) Nuestra opinión es que la civilización participa de las siguientes características:1ª) Pertenece a un estadio superior y tecnológico de la cultura. La civilización es la superación de etapas anteriores y supone con respecto a ellas una sensible evolución.2ª) Tiene trascendencia exterior. No se queda constreñida a los límites de actuación de un determinado grupo.3ª) Está formada por rasgos de diversas culturas (…). Es cierto que no hay cultura estática, ni tampoco sin influencias externas. Hasta los pueblos más aislados han recibido de algún modo, y en algún momento de su historia, el préstamo de otras sociedades, pero en el caso de las civilizaciones el legado de otras culturas es cuantitativa y cualitativamente tan apreciable que cobra especificidad y significación determinante.4ª) En la sociedad industrial y moderna, cada vez la cultura se acerca más a la civilización.(...) En el momento presente los avances de la tecnología, y principalmente la revolución de los transportes y los medios de comunicación de masas, conjuntamente a los condicionantes político-económicos de los sistemas políticos imperantes, hacen que la llamada “civilización occidental” irradie su influencia sobre todo el Mundo, poniendo a prueba a las otras civilizaciones, como es el caso de la oriental, o a los restos de otras civilizaciones ya periclitadas.(...) Por otro lado, otro de los signos que se atribuyen como característicos del momento presente es la uniformización a través del consumo.(...) En cualquier caso, todos estos factores inciden en que se vaya fraguando la futura coincidencia de las diversas culturas con la civilización. Margaret Mead concibe este proceso como la formación de una “cultura mundial” definiéndola como: las pautas de la tecnología, el lenguaje, la costumbre y los valores que prevalecen entre los pueblos del mundo y la tendencia de estas pautas para devenir más o menos semejantes.(...) Identificación de cultura y civilización, cultura mundial, nueva cultura, cultura del hombre nuevo, o como le quiera llamar, sólo será posible en el momento en que se superen las contradicciones actuales y principalmente la explotación del hombre por el hombre; en un mundo en que la técnica esté al servicio de los hombres y éstos estén exentos de toda coacción y violencia externa; en la sociedad en la que los individuos puedan realizarse plenamente. Hasta esos

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momentos la identificación de los conceptos cuya diferenciación venimos estudiando en este capítulo no será posible.

Capítulo 6 – El contenido de la cultura

Con la simplificación que le es característica a Linton, pero también con la claridad pedagógica que no le es menos característica, este autor agrupa las necesidades –que como hemos visto anteriormente constituyen la base de la cultura- en: biológicas, sociales y psíquicas. Las necesidades biológicas son aquellas que se derivan de las características físicas del hombre, son comunes a los hombres y a los animales y de un tipo particularmente urgente. A menos que la cultura proporcione técnicas adecuadas para resolverlas, ni el individuo ni el grupo podrán sobrevivir. También son las que están relacionadas con el medio natural y la forma como se presentan puede estar determinada por éste; el tipo de alimento, la forma de las habitaciones o la característica de los vestidos variará de una región a otra.Las necesidades sociales de los seres humanos surgen de la vida en grupo. La primera y más vital de estas necesidades es la de proteger la solidaridad del grupo, e íntimamente ligada con ésta, la de evitar las tensiones y solucionar los conflictos. También se incluyen entre este tipo de necesidades la de preparar a los individuos para ocupar las posiciones sociales que el sistema social les haya asignado. Aunque en mucha menor medida que las necesidades naturales, y contrariamente a lo opinado por Linton, estas necesidades también están influidas por el medio físico, dado que las formas de organización social son consecuencia de la lucha del hombre contra la naturaleza.Por último, las necesidades psíquicas, exclusivas de la especie humana, son todas aquellas que ejercen la función de crear algún tipo de satisfacción a la gente que las comparte. Todos los seres humanos desean reacciones honorables en otros individuos, esperan cosas inalcanzables o fáciles de alcanzar, y necesitan de evasiones psicológicas y de procesos de compensación. A la larga, la satisfacción de estas necesidades es quizá tan importante para el funcionamiento efectivo de una sociedad como la de cualquiera de los otros dos tipos de necesidades, aunque son menos inmediatos y urgentes. Sin embargo, estas necesidades son en sí vagas y generales; las fija el condicionamiento cultural del individuo y las respuestas que para ella ofrecen las diversas culturas son casi infinitamente variadas.(...) Desde el punto de vista de la participación de la cultura, y siguiendo también a Linton, podemos distinguir los siguientes elementos o rasgos culturales: universales, especialidades, alternativas y peculiaridades, individuales.Los universales son las ideas, hábitos y reacciones emotivas condicionadas que son comunes a todos los miembros adultos de la sociedad. El término universal es explicado por Linton de un modo mucho más restringido que otros autores, que lo consideran como la constante aparición de algún tipo de pauta en todas las sociedad, como el tabú del incesto o la elaboración de los alimentos; tal es la idea de Levi-Strauss cuando precisa que el objeto de la Antropología es el obtener conclusiones válidas para todas las sociedades humanas, desde la gran ciudad moderna hasta la pequeña tribu melanesia. Sin embargo, en este caso Linton sólo lo refiere al contenido de una cultura determinada. Un elemento clasificado como universal en una cultura –nos dice- puede faltar totalmente en

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otra. A esta categoría pertenecen elementos como el uso de un idioma particular, las formas de vestido y vivienda, etc., e igualmente las asociaciones y valores que, aunque en su mayoría no alcanzan un estado consciente, son una parte integral de la cultura.Las especialidades son todos aquellos elementos de la cultura que comparten los individuos pertenecientes a ciertas categorías socialmente reconocidas, para la totalidad de la población. (...) Determinadas actividades son asignadas a los hombres y otras a las mujeres; el reparto de oficios y diversas funciones entre los miembros de la sociedad tiene también origen en este tipo de elemento de la cultura. Son, en su mayoría, habilidades manuales y conocimientos técnicos. En su mayor parte sirven para la utilización y control del medio ambiente. Y, aunque no toda la sociedad los comparte, sí participan todos de los beneficios de ellos derivados, y todos los miembros de la sociedad tendrán una idea bastante clara de cuáles han de ser el producto final o el resultado final de cada una de las actividades especializadas. Se pueden desconocer las artes culinarias, pero cualquiera de los miembros de la sociedad en la que éstas sean usuales sabrá distinguir, sin que tenga que ser cocinero, si una comida está bien o mal hecha, lo mismo que cualquiera que no sea capaz de trazar el más mínimo dibujo puede opinar respecto a la pintura llevada a cabo por un singular artista.En tercer lugar, existen en toda cultura un número considerable de características que comparten ciertos individuos pero que no son comunes a todos los miembros de la sociedad, que Linton denomina alternativas. Todas estas alternativas tienen en común lo siguiente: representan diferentes reacciones frente a las mismas situaciones, o diferentes técnicas para alcanzar los mismos fines. Las alternativas son más numerosas e importantes en las sociedades con mayor grado de complejidad y más evolucionadas tecnológicamente. Como ejemplo tenemos los diferentes hábitos domésticos, la posibilidad de usar múltiples medios de transporte, las diversas opiniones ideológicas o creencias religiosas que se pueden presentar dentro del seno de una sociedad.Fuera ya de los límites de la cultura, pero íntimamente relacionada con ella y con importancia sobre todo desde el punto de vista dinámico, aparecen las llamadas (por el autor al que estamos siguiendo) peculiaridades individuales. Están integradas por todos aquellos aspectos que aparecen de modo singular en individuos aislados sin que se repitan con una frecuencia significativa dentro de su sociedad. Tal sería el caso de todo aquello que posee alguna característica o capacidad atípica con las imperantes en su sociedad, como las rarezas consideradas de “extavagancias” que aparecen en algunos individuos, el particular estilo literario de un escritor, la mayor capacidad física de un atleta, las tendencias delictivas, los hábitos urbanos de una persona que vive en un medio rural, la adopción por alguien de nuevas ideas religiosas o políticas, etc. Las peculiaridades individuales en muchas ocasiones toman la forma y el sentido de simples transgresiones y pueden ejercer la función, en el caso de que se transmitan, de originar cambios implantando innovaciones, descubrimientos o invenciones, o procurando que los otros miembros de la sociedad emulen actos destacados, como sucede con la continua superación científica o en la tendencia a batir marcas atléticas.(...) Ely Chinoy parte de la división inicial de los componentes de la cultura en tres grandes campos: instituciones, ideas y materiales. (...) Las instituciones son definidas como las pautas normativas que delimitan lo que en una sociedad se

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considera como adecuado. (...) El concepto sociológico de institución incluirá la totalidad o la mayoría de lo que bajo este término se considera desde el punto de vista jurídico, como puede ser una corporación municipal o la admisión o inadmisión del divorcio, pero no quedará aquí limitado, sino que su parte cuantitativamente más importante trasciende de estos aspectos y puede incluir hasta el uso de la boina en el caso del País Vasco.Las instituciones pueden ser subdivididas de acuerdo con diversos criterios. Según uno de ellos se pueden dividir en folkways y mores. Si nos atenemos a su traducción literal ambas significan en castellano lo mismo: costumbres. Sin embargo, se ha escogido la palabra inglesa y la latina para incluir en ellas matices específicos necesarios dentro del análisis socio-antropológico. Por folkways entendemos los usos populares no obligatorios, como puede ser el caso de la utilización de la corbata y del pelo corto entre los hombres de nuestra sociedad, lo mismo que dentro del subgrupo hippy sería precisamente un folkway el no usar corbata, al menos del modo como la llevan los burgueses europeos.Los mores son aquellas normas fuertemente sancionadas desde el punto de vista moral; o sea que su obligatoriedad reside en su sanción social. Incluso dentro de nuestra sociedad, aunque muchos mores no se encuentran dentro de la legislación positiva su trasgresión es más difícil que la de las leyes, por la carga coactiva que recibe de toda la sociedad. El no ayudar a los ancianos, la pérdida de la virginidad por la mujer soltera, o el afeminamiento en los hombres, se suelen tomar, en nuestra sociedad, como más importantes que la evasión de capitales, el fraude fiscal o la especulación.(...) Otra alternativa de dividir las instituciones desde otro punto de vista es la de hacerlo en hábitos y leyes. Los primeros son los usos establecidos por el tiempo, es decir, aquellas prácticas que han llegado a ser profundamente aceptadas como forma apropiada de conducta, en tanto que las leyes son las reglas establecidas por el poder, participando de una imposición coactiva por los diversos medios de que dispone el estado o las organizaciones políticas o cuasi políticas dominantes en cada sociedad. La ley puede estar originada por la costumbre, o sea, que por el uso continuado y aceptado del hábito se puede convertir, por la promulgación o aceptación del poder político, en ley. Las leyes son propias de las sociedades más complejas. En las llamadas sociedades “primitivas” no se da la ley más que de un modo muy diluido; el autocontrol y la pasión social suelen ejercer la misma función, y frecuentemente de modo más efectivo.(...) Hay otro tipo de instituciones que no encajan en las divisiones antes señaladas, pero que no por ello pierden tal carácter. Entre este tipo de instituciones recogemos la moda y el estilo, importantes en las sociedades en cambio y cuya característica principal es la transitoriedad.(...) Otra de las categorías en que se divide la cultura es en la de las ideas, tras lo que se abarca un variado y complejo conjunto de fenómenos sociales. A su vez, las ideas se pueden subdividir en creencias y valores.Creencias son todas las interpretaciones que los hombres dan sobre ellos mismos y sobre el mundo social, biológico y físico, en el que viven, y también sus consideraciones respecto a las relaciones con sus semejantes, con la sociedad, con la naturaleza y aquellas otras entidades y fuerzas que suelen descubrir, aceptar o conjurar. Ello abarca la totalidad del vasto conjunto de conocimientos y opiniones por los cuales los hombres explican sus observaciones y experiencias.

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Los valores son el conjunto de patrones que los hombres de toda sociedad aprender y comparten –dentro de ciertos límites, por supuesto-. A su vez, los valores son fuentes sentimentales; ya que de acuerdo con ellos, los hombres aprobarán o desaprobarán un acto, estarán de acuerdo o en desacuerdo con una situación, considerarán buena o mala cualquier cosa o aplicarán el concepto de belleza o fealdad. El sistema de valores imperante en una sociedad influye sobre su dinámica acelerando o frenando el cambio.Íntimamente ligada con las creencias y los valores está la ideología, que es el conjunto de creencias y conceptos que explican el mundo social, a los individuos y a los grupos que los sustentan. La ideología se diferencia de las simples creencias en que supone un cuerpo interrelacionado de estas últimas, y en que generalmente reviste un carácter cualificadamente trascendente. En la misma línea también tenemos que distinguir las mentalidades, que son complejos de opiniones y representaciones colectivas menos deliberadas y reflexivas que las ideologías. La mentalidad tiene una proyección primordialmente psicológica, y afecta a la personalidad y actitudes del que la posee. Tanto la mentalidad como la ideología están compuestas de creencias y valores que en cada caso estructuran y ordenan el comportamiento de una manera típica.El tercer gran campo de la cultura es el de los materiales. Consisten en aquellas cosas que los hombres crean y utilizan. El complejo constituido por los materiales puede ser muy diferente de una sociedad a otra, tanto cualitativa como cuantitativamente.(...) En los materiales tenemos que distinguir dos componentes: el físico y el simbólico. El primero es el que se deriva de su composición, forma y utilidad, en tanto que el segundo, que sólo existe para algunos materiales, está integrado por la carga significativa que los hombres le asignan de acuerdo con sus ideas y, posiblemente en relación con las instituciones vigentes en cada sociedad. Una cruz puede ser simplemente una pieza de dos palos cruzados, sin embargo, para el cristianismo cobra un singular relieve como símbolo de la Cristiandad.(...) Hasta aquí, la división que de los elementos de la cultura hace Ely Chinoy, pero consideramos que a instituciones, ideas y valores hay que añadir la tecnología o conjunto de técnicas existentes en una sociedad. La tecnología comprende la existencia y usos de materiales pero dentro de determinadas normas y coordinadamente con otros materiales.Marcel Mauss define a las técnicas como actos tradicionales, agrupados en función de un efecto mecánico, físico o químico, en cuanto que son conocidos como tales actos. El conjunto de las técnicas forman las industrias y los oficios. Y el conjunto de las técnicas, industrias y oficios forman el sistema técnico de una sociedad, que es consustancial a la misma.

Capítulo 7 – Características de la cultura

La primera característica que se presenta al estudiar la cultura es la de su índole social. Toda sociedad tiene su cultura y la existencia de ésta es una emanación de aquella. La cultura es supraindividual en un doble sentido. Por una parte, no es una característica patrimonial de un individuo aislado, sino de un grupo de ellos; y por otra, su vigencia y persistencia trasciende en el tiempo a los individuos y, con las posibles y consiguientes variaciones, tiende a perdurarse.

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(…) Por lo tanto, de esta primera característica de supraindividualidad se derivan otras dos. Primero, la cultura es aprendida; ya la hemos definido como la herencia social; es un efecto del proceso de socialización del que ya hablaremos. Y en segundo lugar, es también compartida; se produce una coparticipación con el resto de los integrantes del grupo social al que se pertenece. En las sociedades más complejas y con fuerte estratificación, la coparticipación de la cultura se da de un modo fragmentado, pues no se participa en igual medida de todos los elementos que integran la cultura; son diversas las instituciones y valores que afectan a los poderosos y a las capas inferiores de la pirámide social; los materiales son diferentes por categorías sociales, etc…, sin embargo, los diversos subgrupos sí coparticipan estrechamente de los componentes característicos de su cultura o de su subcultura.Como corolario derivado de la supraindividualidad tenemos la característica de la universalidad. Todos los grupos humanos y todas las épocas conocidas han tenido una cultura.(…) Este concepto de universalidad no debe ser confundido con el de la presencia de los universales en todas las culturas, aspecto este que ha sido objeto de mucha atención en el campo de la Antropología. Por universales se entienden determinadas instituciones que se repiten en todas las sociedades presentes, o se tienen noticias de su existencia en todas las culturas conocidas, aunque ya hayan desaparecido. Son consecuencia de la existencia de las necesidades básicas mencionadas por Malinowski, y también, de modo más parcial, de las que este mismo autor consideraba derivadas. Así en todas las sociedades hay cierto tipo de organización familiar, aparecen ciertas prohibiciones, se da un plan difusamente organizado para luchar contra la naturaleza, aparecen creencias, hay roles diferenciados, etc. Sin embargo, hay que hacer notar que aún cuando determinadas instituciones aparecen en todas las sociedades, la forma reviste caracteres que pueden ser muy diferentes. En todas las sociedades están institucionalizadas las relaciones sexuales permanentes, y sus consecuencias, pero entre la familia monógama y la poliándrica hay un abismo. El tabú del incesto es también un universal de la cultura, pero en determinadas sociedades, aunque existe, se admiten excepciones –familias reales de los faraones egipcios y de los incas peruanos- en tanto que en otros pueblos la regla no admite la mínima excepción. Pero, además, no en todas las sociedades este tabú afecta a las mismas personas, pues puede ser la prohibición más o menos amplia, y en unos casos determinadas personas son consideradas parientes y en otros no.La cultura participa de una doble y contradictoria característica. Es a la vez estable y cambiante. Participa de una cierta dosis de permanencia y otra de cambio.(…) Lo que sucede es que esta doble característica de ser estable y cambiante, si bien se da en todas las sociedades, no se manifiesta con el mismo valor en sus dos componentes. En unas sociedades primará la estabilidad y en otras el cambio.(…) Otra característica, que viene implícita en la mayoría de las definiciones y en los aspectos aquí tratados, es la de que llena la vida de los miembros del grupo; es una manera integral de vivir, y no sólo un cuadro superficial de costumbres. (...) La cultura comprenderá hasta los detalles más mínimos, como la posición durante el sueño, o las maneras de sentarse a la mesa.(...) Los miembros de la sociedad a la que pertenecen no son conscientes de su existencia. La cultura se da como natural; como algo consustancial a la existencia

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del individuo, y las motivaciones de la conducta no se cuestionan jamás.(...) Es frecuente que los miembros de una sociedad presenten determinadas reacciones ante fenómenos sociales producidos en otro contexto cultural.(...) Íntimamente ligada con esta característica de la cultura está la aparición del etnocentrismo, que podemos definir como “la opinión socialmente generalizada y aceptada por la cual se considera que los valores, cualidades físicas, sociales o culturales, o el simple modo de vida de nuestro grupo social, son superiores o preferibles a todo lo demás”. El racismo es una manifestación del etnocentrismo, pero no es la única ni la más importante, ni tampoco la más usual. Este fenómeno del “nosotros” y de negación de los “otros” no sólo aparece en las sociedades con mayor poder político-económico, o con un patrimonio tecnológico más elevado, (...) sino que se ha manifestado en todos los pueblos incluyendo los más atrasados.(...) Una variación del etnocentrismo es el sociocentrismo, que es la visión de todos los fenómenos exteriores a través de las pautas y conocimientos propios del grupo observador.(...) Esta influencia de la cultura sobre la conducta de los hombres está reconocida incluso dentro del propio marxismo, aun cuando muchos autores que participan de esta ideología hayan olvidado este efecto y exageren el papel de la economía hasta dotarla de totalidad exclusiva en cualquier situación. Por supuesto que es innegable que la base que determina la historia es lo que Marx denomina infraestructura; o sea, el modo de producción imperante en cada momento histórico, que estará condicionado, o al menos influido, por las características del habitat. Pero ello no obsta para que reconozcamos que entre la infraestructura y la supraestructura, que es donde encontraríamos muchos de los aspectos que a lo largo de esta introducción hemos incluido en la cultura, exista una relación de interacción, aunque ésta se ejerza en dependencia del movimiento de la misma infraestructura que domina toda la historia.El propio Engels reconoce esto de modo explícito.(...) “Somos nosotros mismos quienes hacemos nuestra historia pero la hacemos, en primer lugar, con arreglo a premisas en condiciones muy concretas. Entre ellas son las económicas las que deciden en última instancia. Pero también desempeñan su papel, aunque no son decisivas, las condiciones políticas, y hasta la tradición, que merodea como un duende en las cabezas de los hombres”.(...) Pero, por otro lado, la cultura no sólo se vincula al pasado mediante el peso de la tradición por los condicionamientos de las producciones sociales que heredamos y sobre las que construimos nuestro presente, sino que también se proyecta al futuro mediante las modificaciones de la conducta aprendida.(...) Podemos describir la cultura, también, como el esquema de actuación de un grupo social.(...) La cultura viene a ser, pues, la existencia de un código implícito que regula de modo inconsciente la actuación de los miembros de un grupo.(...) Los funcionalistas, cuya matriz ha partido de los antropólogos, ponen como característica de la cultura su funcionalidad. Malinowski, máximo representante de esta corriente, toma a cada cultura como una unidad de partes inseparables, en que cada una cumple una función en orden a la estabilidad del sistema. Todo aquello que encontramos en una cultura tiene que cumplir necesariamente, según esta escuela, una función, hasta el punto de que las llamadas supervivencias –restos “fósiles” de culturas pertenecientes a épocas pasadas- no

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son tales, sino que, por el contrario, tienen una vigencia, “cumplen una función”. De lo contrario hubieran desaparecido.(...) Las pautas de conducta que forman la cultura deben de estar ajustadas unas con otras en forma tal que eviten conflictos.(...) Una sociedad no puede durar, ni funcionar con efectividad en un momento dado, si la cultura que le está asociada no llena algunos requisitos. Esta cultura debe de contar con técnicas para incorporar individuos al sistema de valores de la sociedad, y prepararlos para que ocupen determinados lugares en su estructura. También ha de tener técnicas para recompensar la conducta socialmente deseable y anular la que no lo es. Todo esto se realiza de un modo automático e inconsciente sin que los integrantes de la cultura se percaten de la existencia de la mayoría de normas y sanciones que la sociedad les impone y a los que ellos se someten.(...) Por lo tanto, toda desviación de la conducta culturalmente admitida en una sociedad supone una acción punitiva y toda persona que, expresa o tácitamente, no se somete a las reglas sociales, será clasificada como un transgresor. La figura de los tipos del transgresor varían de acuerdo con la intensidad de la norma incumplida, con la situación y hasta con el momento histórico. El transgresor puede ser clasificado como un hereje, un delincuente, un loco, o simplemente como un excéntrico.(...) Una característica de la cultura, muchas veces olvidada, es que no sólo influye sobre aspectos puramente sociales, sino que también ejerce una influencia sobre aspectos físicos.(...) La cultura influye en la aparición de características que podemos calificar como pura y simplemente físicas. La minoría japonesa residente en Estados Unidos tiene una talla superior a la de sus hermanos de raza que permanecen en el archipiélago nipón. Esto es consecuencia del diferente tipo de vida y principalmente de la alimentación.(...) También puede calificarse como una característica, o consecuencia de la cultura, el hecho de que la mayoría de la gente nazca, viva y muera como miembro de una misma cultura. Sin embargo, (...) en la actualidad sólo podemos decir que esto sucede para la generalidad de las personas, pero no para la totalidad, ya que el cambio es una dimensión de la sociedad industrial y las culturas de la hora presente incluyen los mecanismos para la adopción de nuevas situaciones.(...) A cada cultura corresponde un tipo básico de personalidad.(...) Linton, la gran figura de la escuela de Cultura y Personalidad, considera que la personalidad es fundamentalmente una configuración de respuestas que el individuo ha creado como resultado de su experiencia. Pero una buena para de las experiencias serán comunes al resto de la sociedad, y todos sus miembros estarán dotados de respuestas adecuadas para que sea posible la comunicación. Por lo tanto, la cultura influye de un modo bastante determinante en la formación de la personalidad, aunque siempre dentro de un haz de influencias en el que entran también el medio ambiente y los rasgos de tipo físico de cada individuo.

Capítulo 8 – Clases de cultura

(...) Los dos primeros elementos de la cultura: las instituciones y los valores y creencias, constituyen, con una parte de las técnicas, el primer subgrupo de la

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primera clasificación, la de la cultura inmaterial, que se completa con la material, integrada por todo los incluido en los materiales y todo aquello con realidad física, propio de la técnica.(...) Linton distingue dos tipos de cultura bastante operativos: la cultura manifiesta y la encubierta. La primera comprende todo aquello que es explícito y observable, por lo que todo lo incluido en la anteriormente llamada cultura material lo estará también en la manifiesta, aunque ésta es mucho más amplia que la material.La cultura encubierta es aquella que sólo puede deducirse de la cultura manifiesta. Está formada, principalmente, por estados psicológicos y emana de los conocimientos, las actividades y los valores de que participan los miembros de una sociedad. Según Linton, los aspectos manifiestos y los encubiertos son igualmente reales e importantes para entender la conducta humana, pero para el investigador representan problemas diferentes. El aspecto manifiesto es concreto y tangible, está sujeto a la observación y registro directo y no ofrece conclusión alguna que no pueda corroborarse con la ayuda de medios mecánicos, como la fotografía o la grabación. Todo posible error en su campo no se deberá más que a una defectuosa observación, pero será fácil corregirlo.Pero la información sobre la cultura encubierta presenta problemas de un tipo completamente distinto. El problema de descubrir las pautas encubiertas de una cultura, es el mismo que el de averiguar el contenido y la organización de la personalidad de un individuo, por lo que las investigaciones están sujetas a las mismas fuentes de error.(...) Como no es posible describir todas las formas de conducta que aparecen en la realidad dentro de una sociedad, los científicos sociales tienen que recurrir a describir aquellas que objetivamente son lo que vulgarmente se califica como más típicas. El investigador se ve precisado a presentar una construcción cultural, tanto para dar un cuadro comprensible de una cultura como para manejar los datos culturales. Se tiene que proceder a buscar la moda estadística –los valores que se dan en una serie con mayor frecuencia- dentro del conjunto de las diversas situaciones que se presentan en la cultura real.(...) Las pautas de conducta pueden también ser entendidas como diversos tipos de respuesta a determinadas conductas, pero esto, más que una definición es una consecuencia, o característica similar a la que ya vimos en la cultura.Las pautas culturales las podemos dividir en tres tipos: pautas reales; pautas teóricas o pautas culturales construidas; y pautas ideales.(...) Una pauta cultural real representa una variabilidad limitada de las formas de conducta dentro de la que normalmente quedarán comprendidas las respuestas de los miembros de una sociedad a una situación determinada. Así, los individuos pueden comportarse de diferentes maneras sin salirse de la pauta cultural real.(...) Las pautas teóricas corresponden a las modas de las variaciones dentro de una norma cultural real. Por ejemplo, en la España urbana el horario de la cena puede variar entre las nueve y media de la noche y las once y media, si queremos apurar un poco más podemos ampliar este margen temporal a media hora por cada uno de los extremos antes fijados. Por lo tanto, las pautas reales con respecto a este aspecto vendrán dadas por las diversas situaciones en que la cena tiene lugar entre las nueve y media noche. Si se encuentra a alguien que tiene como norma hacerlo a las siete de la tarde o a las dos de la madrugada, ello se deberá a sus específicas circunstancias, por lo que no sería más que lo que antes hemos denominado anomalías. Sin embargo, la costumbre más usual

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es que se cene entre las diez y diez y media, por lo que en ese espacio de tiempo situaremos la pauta teórica con respecto a los hábitos horarios de cenar los españoles.Por último, nos encontraremos con las pautas ideales. Son éstas puras abstracciones y radican, principalmente, en el acervo de la clase de cultura encubierta anteriormente descrita, como también tendremos que llegar hasta la cultura inmaterial para reconocerlas. Se trata de todo ese conjunto de opiniones que aparecen en todas las sociedades respecto, no a lo que son en sí las cosas, sino a cómo deberían ser.(...) En este orden de cosas, podemos distinguir diversas clasificaciones de la cultura. Así, se pueden hallar tantos tipos de cultura como clases de sociedades distingamos, y la misma clasificación que hayamos hecho de las diversas sociedades, será aplicable a las culturas. Por lo tanto podremos dividir a las culturas con los mismos criterios que a las sociedades como, por ejemplo, culturas ágrafas, o con escritura, si son poseedoras o no de este medio de comunicación; primitivas o modernas, de acuerdo con lo cercanas que se encuentren a nuestro paradigma de modernidad; animistas, politeístas, monoteístas, si tomamos como baremo clasificatorio a la religión, etc. Sin embargo, el intento de proceder a una clasificación de acuerdo con estos criterios nos puede llevar a un terreno bastante resbaladizo, por hacer entrar en juego una dosis de subjetivismo, difícilmente evitable, que nos lleva a clasificar las sociedades y las culturas de acuerdo con nuestro etnocentrismo y atribuirles un rango de acuerdo con el que esos criterios pueden tener en la sociedad desde la que parten las observaciones del clasificador, como considerar superior lo moderno a lo primitivo, el monoteísmo por encima del politeísmo, etc.

Capítulo 9 – La cultura y el proceso de socialización

(...) ¿Cómo se integran los hombres a una cultura? ¿De qué manera se convierten en sujetos actuados y actuantes dentro de determinado marco cultural?(...) Durkheim afirmaba que el individuo no es la persona, y es precisamente este tránsito de individuo hasta persona, o con más precisión, hasta miembro de la sociedad, lo que se consigue mediante lo que los científicos sociales definen como proceso de socialización o de aprendizaje. (...) Mediante este proceso se adquirirán paulatinamente aquellos aspectos que hemos considerado anteriormente como componentes de la cultura; o sea, la posesión de unas creencias y unos valores, la aceptación de determinadas instituciones, el uso de los respectivos materiales y la adopción de unas técnicas específicas.El proceso de socialización tiene lugar a través de toda la vida de las personas; las experiencias acumuladas y el influjo de la sociedad se hacen sentir en todo momento. Sin embargo, no en todas las etapas de la vida los humanos sufren con la misma intensidad este proceso; es en la infancia y la adolescencia donde el aprendizaje ejerce un mayor peso, es en estos períodos de la vida donde la personalidad se conforma de acuerdo con las pautas dominantes en su medio social.(...) En la sociedad urbana e industrial, el proceso de socialización tiene una mayor continuidad en edades y en épocas no comprendidas en la infancia o en la adolescencia. La característica de continuo cambio y la consiguiente necesidad de adaptación a tales cambios por sus integrantes, se juntan a la gran división

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del trabajo, especialización de funciones y creciente tecnificación, ocasionando una mayor prolongación del proceso de aprendizaje y de la socialización hacia edades más bien alejadas de la infancia y de la adolescencia.(...) La influencia de uno de los mayores atlantes del pensamiento científico occidental, Sigmund Freud, se ha dejado sentir en el campo del estudio de la cultura y mucho más en el relativo al proceso de socialización, puesto que éste está íntimamente ligado a la formación de la personalidad, y al papel desempeñado por los progenitores, y por lo básico de las experiencias que soporta el niño durantes sus primeros años de vida. Sin embargo, las proposiciones freudianas no tienen carácter universal y no pueden ser entendidas en los mismos términos de relación en sociedades diferentes. No actúa de la misma manera el complejo de Edipo, en el medio social burgués de Viena, donde trabajó Freud, que en los pueblos en los que el papel del padre biológico está desempeñado por el hermano mayor de la madre, como es el caso de una buena parte de las sociedades africanas, de la polinesia o entre muchas tribus de indios en Norteamérica.La importancia en el proceso de socialización de los grupos primarios, o sea aquellos cuyas relaciones son estrechas, íntimas y en los que el principal vínculo de unión es de carácter afectivo (grupos de amistad, juego, familiares, pandilla, etc.), fue puesto de manifiesto por el sociólogo norteamericano Ch. H. Cooley. Por ser estos grupos aquellos con los que más frecuentemente se encuentra el niño durante un período en el que las presiones externas se insertan en la formación de la personalidad, tienen que ejercer una fuerza más poderosa en el proceso de socialización. (...) Los problemas de adaptación del individuo al grupo son también observados desde la perspectiva sociológica, aunque lo frecuente es que los sociólogos, en este proceso, pongan más el acento en la estructura social que en la cultura, con olvido de la estrecha interrelación que existe entre cultura y estructura social.(...) El estudio de la personalidad se suele encontrar dentro del repertorio de las materias atribuidas a los psicólogos. Sin embargo, ya hemos visto cómo las diversas disciplinas o ciencias parciales de las Ciencias Sociales no pueden ser consideradas como departamentos estancos, como tampoco el que exista entre ellas fronteras y campos nítidamente definidos.Por personalidad entendemos la estructuración de los elementos psicológicos de la persona, su exteriorización y proyección frecuente a los demás. La formación de la personalidad es otra de las manifestaciones del proceso de socialización.(...) La personalidad, por lo tanto, viene a ser un resultado del impacto de la cultura sobre el individuo. Pero esta afirmación no quiere decir ni mucho menos que se asigne exclusividad a la cultura en la formación de la personalidad. Junto a la cultura hay otra serie de factores que inciden en la formación de la personalidad.En primer lugar, tenemos el factor constituido por el medio ambiente; las condiciones físicas del terreno, el clima, etc.(...) Las características biológicas del propio individuo es otro factor a tener en cuenta. (...) En cuanto a la personalidad, es evidente cómo influye en el carácter y el tipo de la estructura física del individuo, o los aspectos relacionados con su salud y con las condiciones en los que se desenvolvió su crecimiento y desarrollo físico.Ya se ha visto cómo las influencias recibidas en la edad temprana son esenciales y de ellas depende mucha de la trayectoria del niño.

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Y, por último, la acción social o las influencias del medio en el que se vive; la cultura de su sociedad y las variantes que esta lleva implícitas en el subsector social en el que se encuentre inmerso el individuo.Entre todos estos factores hay una estrecha relación e influencia mutua. La acción social tiene trascendencia en el tipo de influencias que el niño sufre en sus primeros años de vida. El tipo de familia, el carácter de las relaciones, la mayor o menor posibilidad de que se creen grupos primarios en su contorno, son instrumentos a través de los cuales se ejercen las influencias sobre los primeros años de la vida del individuo. Por otro lado, las condiciones físicas son condicionantes del tipo de cultura que se da en ese mismo medio ambiente. Como también el medio ambiente es un factor de las características físico-biológicas pertenecientes a los individuos allí criados.El tipo de cultura de una sociedad también influye sobre las condiciones físicas sobre las que se orienta. Se puede transformar el terreno, modificar el clima, etc. Sobre todo, esto sucede en lo que respecta a la sociedad industrial, en la que la lucha contra las fuerzas de la naturaleza ha ganado mucho terreno en su favor, haciendo posible la vida por medio de la tecnología en todos los ambientes.(...)

Capítulo 10 – La cultura en sentido dinámico

(...) Sincronía y diacronía son dos términos de frecuente utilización en el lenguaje de los antropólogos modernos, correspondiendo a un enfoque que centra su interés en el estudio de la estructura y funciones de la sociedad, para el primer caso, y los procesos de cambio para el segundo.(...) Todas las sociedades, incluso aquellos pueblos denominados primitivos y que falsamente se han conceptuado como estáticos y hasta sin historia, han evolucionado en algún grado por pequeño que sea e, igualmente, se han visto sometidos a alguna influencia de otras sociedades; el aislamiento total en la práctica tampoco existe.(...) En la historia de la antropología han aparecido diversas corrientes básicas que han intentado explicar el proceso de cambio y las causas y mecanismos por los que éstos tienen lugar. En un orden cronológico, el evolucionismo, [ya en el siglo XIX], ofreció teorías al efecto muy importantes para la época, pero que a la luz de los niveles actuales de conocimiento se nos presentan como imprecisas y plagadas de inexactitud. A este respecto, uno de los conceptos más manipulados por los evolucionistas del siglo [XIX] ha sido el paralelismo cultural.De acuerdo con el paralelismo cultural, sociedades distintas y hasta alejadas, pero que atraviesan por situaciones similares, tendrán producciones culturales semejantes. El fallo de esta teoría no está en que no sea cierta, sino en que fue utilizada abusivamente por los primeros antropólogos para dar una explicación automática, rígida y unilateral de la evolución de las sociedades.Sin embargo, las diversas culturas desperdigadas a todo lo largo y ancho de la geografía mundial dan una buena cantidad de ejemplos en los que se manifiesta el paralelismo. La Antropología puede ofrecer muchos ejemplos de rasgos culturales cuya aparición es fruto indudable del paralelismo cultural.(...) Pero la aparición, en varios lugares o sociedades diferentes y sin conexión alguna, de un mismo fenómeno o rasgo cultural no sólo se debe al paralelismo cultural, sino que puede ser efecto de lo que los antropólogos denominan

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convergencia, consistente en el desarrollo de características similares en unos rasgos que los configuran externamente como iguales o muy cercanos a los aparecidos en otra sociedad, pero derivando ambos de circunstancias culturales diferentes e, incluso, teniendo una utilización marcadamente distinta.(...) El uso excesivo del paralelismo cultural por los evolucionistas tuvo como consecuencia el que surgiera una escuela que reaccionó radicalmente en la concepción del cambio cultural: el difusionismo.Según esta escuela, la dinámica de la cultura provenía principalmente de préstamos y legados de rasgos o complejos culturales transmitidos por el contacto de unas sociedades con otras. El extremismo de las posiciones de los difusionistas fue aún mayor que en el caso de los evolucionistas que les antecedieron.(...) El error de los difusionistas es el de querer hacer del préstamo y del contacto de culturas el único instrumento del cambio cultural, lo mismo que sucedió con respecto al paralelismo cultural en el caso de los evolucionistas del siglo XIX. No obstante, es evidente que tanto el préstamo como el paralelismo son factores del metabolismo cultural, no dándose la exclusividad de ninguno de estos factores. En unas sociedades y en determinados momentos históricos predominará uno de ellos; en tanto que en otros lugares o circunstancias será el otro el principal determinante del cambio. En lo que respecta al difusionismo tampoco puede ser ni ridiculizado ni descartado, pues son variadas e importantes las aportaciones que muchos de sus representantes han hecho para el desarrollo de la Antropología, y sobre todo para ciencias tan afines como la Paleoantropología, Arqueología e Historia.En la sociedad industrial el papel de la difusión es quizás más importante que en cualquier otra sociedad o momento histórico anterior. La influencia, ya obsesiva, de los medios de comunicación social; la constante movilidad espacial, y el peso de los intercambios, han hecho que la cultura de los países más avanzados tecnológicamente y aquellos que denominamos civilizados esté integrada por un vasto conjunto de legados de múltiples culturas.(...) Dentro de la secuencia de acción-reacción que se manifiesta en las diversas escuelas de la teoría socioantropológica, el funcionalismo viene a representar la reacción frente a las tesis sostenidas por no sólo los difusionistas e historicistas, sino también por los evolucionistas. Para el funcionalismo, el centro principal de su interés es el de la integración de las diversas partes que forman una sociedad o de los elementos de una cultura. Según el propio Malinowski, esta escuela pretende explicar los hechos antropológicos a todos los niveles de desarrollo, por la función que desempeñan dentro del sistema integral de la cultura; por la manera en que se relacionan recíprocamente dentro de sus respectivos sistemas y por la manera en que este sistema está relacionado con su escenario físico. Por lo tanto, para los participantes de esta orientación teórica, los estudios de difusión tienen poca o ninguna importancia. Las reconstrucciones históricas en particular, y la dimensión temporal en general, son aspectos que no entran en la perspectiva del funcionalismo.Para los funcionalistas, el objeto científico del investigador es el de explicar el funcionamiento de la sociedad considerándola una totalidad de partes interdependientes e interrelacionadas, y analizar las relaciones existentes entre las diversas partes entre sí, lo mismo que la de cada una de las partes con el todo. El centro del interés de los funcionalistas es la contribución al orden social y las consecuencias que ello entraña para la sociedad, sus grupos y sus

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instituciones. Integración, ajuste, equilibrio, siempre referido a un sistema social específico, son los términos que se repiten como una constante en todas las conclusiones de los trabajos de los integrantes de las filas del funcionalismo. Incluso la supervivencia de un rasgo como legado del pasado es negada por esta escuela, que afirma que si continúa manifestándose en la actualidad es debido a que sigue cumpliendo alguna función. En las culturas todo es funcional.(...) Por último, y sin que se pretenda ser exhaustivo en la exposición del enfoque del proceso de cambio y de la evolución de la sociedad, es necesario mencionar a los marxistas, olvidados durante un largo paréntesis, pero cuyo enfoque va cobrando cada vez una importancia mayor en la moderna antropología. La cultura tal como se entiende en Antropología Social, y no en su concepción vulgar, se encuentra en buena parte dentro de lo que en el esquema marxista es la superestructura, y en menor medida también en la infraestructura o modo de producción imperante en una sociedad. La dependencia de la primera por la segunda hace que el cambio quede determinado por los factores económicos pero no de un modo total y absoluto sino de modo sólo predominante, pues se admite secundariamente la posibilidad de que sea afectado por un amplio haz de influencias. Pero lo que quizás es la mayor aportación del marxismo a la Antropología es el préstamo de su método de análisis de la sociedad a cualquier proceso de cambio, que nunca pierde de vista las relaciones de producción y distribución en estrecha relación con la estructura social. El esquema de análisis marxista se está aplicando actualmente hasta en el estudio de las llamadas sociedades primitivas, a las que también se las ha denominado sociedades “preclasistas”.Otra manera de enfocar la problemática de la cultura en su sentido dinámico o del cambio socio-cultural, si es que preferimos llamarle de esa forma, es a través de la incidencia que en él tienen dos fenómenos de gran trascendencia en el metabolismo social como son el descubrimiento y la invención, a los que se debe en buena parte el contenido de cada respectiva cultura.(...) Por descubrimiento se entiende todo aquello que aumenta el conocimiento de nuestro bagaje cultural y la invención es un paso más en el descubrimiento; viene a suponer la aplicación de los conocimientos a los nuevos elementos activos que se desarrollan dentro del marco de una cultura y sociedad determinada. La invención implica una dosis de racionalidad, la comprensión del valor del descubrimiento y una proyección pragmática en la utilidad que de él se hace.(...) El surgimiento de invenciones sólo es posible dentro de ciertos límites que marcan un haz de posibilidades en la cultura de un pueblo. Dentro de un grupo social con una cultura del tipo como la compartida por los aborígenes australianos o los bosquimanos es absolutamente imposible que nadie, aunque estuviera dotado del coeficiente intelectual más alto que pueda darse en la tierra, fuera capaz de producir un tratado de lógica matemática o inventar la máquina de vapor.(...) El elemento que promueve el surgimiento de descubrimientos y mucho más de las invenciones, es la necesidad social. El que un grupo necesite, bien de un modo manifiesto o latente, de la aparición de un nuevo elemento dentro de su cultura facilita el que éste surja, y que cuando aparezca se incorpore rápidamente a la cultura. En la historia de la Humanidad se han dado muchas ocasiones en las que, habiéndose producido invenciones, éstas han estado relegadas durante mucho tiempo o, incluso, han desaparecido a causa de la

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inexistencia de una auténtica necesidad social, o porque las peculiaridades de la estructura social hicieran inaplicable la utilidad del invento.(...) Es interesante la teoría, sostenida por Ralph Linton, de que es frecuente que el inventor corresponda a una persona atípica dentro de su grupo social. Se da esta situación de atipicidad porque siente las insuficiencias de su cultura y él está dispuesto a alterar el modo de vida y la normativa de su grupo. Es por lo tanto una figura similar a la señalada por Malinowski, cuando resalta el papel de innovador o precursor que tiene el transgresor. Pero en cualquier caso, hay que tener en cuenta que el inventor, como en el sentido más general el transgresor, es un producto de su propia sociedad y cultura. (...) El cambio es un valor deseado y la propia sociedad prepara a grupos selectos para que vayan creando y acelerando el proceso de cambio.Por muy importante que se la influencia de invención y de los inventores, ya se ha dicho que el cambio no se da solamente por un solo tipo de factores, ni de un modo definido. Junto con las modificaciones que se originan en una cultura de modo endógeno, están las que tienen lugar exógenamente; los contactos y las asimilaciones de valores ajenos son un elemento de primordial valor en la evolución de las sociedades. El éxito de muchos pueblos y la constitución de civilizaciones se ha debido en buena parte a este poder de asimilación y de apropiación de lo ajeno.(...) Choque cultural es el término que utilizan los antropólogos sociales para designar el proceso en el cual entran en contacto dos o más sociedades con culturas diferentes. El choque cultural, a pesar de que puede mover a resonancias violentas, no sólo se produce por guerras o conflictos, sino que puede tener lugar de un modo pacífico y continuado hasta el punto de que los propios afectados sean inconscientes de ello; tal es el caso de la influencia que en la actualidad tiene el consumo, los medios de comunicación de masas, o la acción mimética ejercida por el turismo.Los resultados del choque cultural pueden revestir diferentes formas como consecuencia del diverso proceso histórico en el que tienen lugar los contactos, las especiales características de las estructuras de los grupos sociales y la clase e intensidad de las relaciones. En tres tipos principales se pueden agrupar estos resultados: en los fenómenos de amalgamación, acomodación y asimilación.La amalgamación tiene lugar cuando, como resultado de la acción de los contactos, las sociedades interrelacionadas llegan a adoptar una cultura común similar, formada con rasgos y complejos de rasgos pertenecientes a las culturas particulares de cada sociedad.(...) En la acomodación todas las culturas forman parte de las otras con las que entran en contacto, pero conservando su fisonomía particular. Se pueden encontrar muchos ejemplos de acomodación en los pueblos sometidos a una influencia colonial que no ha sido lo suficientemente fuerte para acabar con todas las particularidades del pueblo dominado e imponer las del dominador con una transformación de ésta.(...) La asimilación acontece cuando una cultura se convierte en parte de otra que la absorbe paulatinamente. En el proceso histórico de la conquista y colonización se pueden apreciar numerosos casos de fenómenos de asimilación.Dentro de los resultados del choque de culturas, y tanto en la acomodación como en la amalgamación o en la asimilación, puede aparecer el curioso y frecuente fenómeno constituido por el sincretismo. Con este término, que forma parte del vocabulario específico de los antropólogos, se designa la reinterpretación por una

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cultura de los rasgos o complejos legados por otra. Es la adscripción de antiguos significados a una situación diferente. En el sincretismo, del que se encuentran numerosas manifestaciones en los aspectos religiosos, una nueva forma suele servir de inconsciente camuflaje a instituciones que se antojan ya desaparecidas. También puede ocurrir que nuevos valores modifiquen el significado de instituciones anteriores.(...) Tomamos en cuenta la transculturación, como las consecuencias del resultado del choque cultural cuando se dan las siguientes características: 1º) afecta a grupos enteros o a su mayor parte; 2º) tiende a la formación de una nueva cultura; y 3º) esta nueva cultura que se origina aparece con una clara tendencia totalizadora sustituyendo a la que pudiera existir anteriormente. Un notable ejemplo de transculturación lo tenemos en las sociedades conquistadas por los españoles en América.Por otro lado, la aculturación se realiza principalmente a nivel individual; puede proceder de diversas culturas, y tiene un carácter parcial. Tal es el caso de la influencia que ha ejercido el turismo masivo sobre algunos habitantes de lugares de la costa española, o del Norte de México. También es el caso de las modificaciones culturales creadas por la televisión u otros medios de comunicación de masas.En cualquier caso, el resultado del choque cultural viene dado por una gran variedad de factores. Aquí, como en el caso de los cambios con origen interno, como sucede con las invenciones, las características de la estructura social de los grupos humanos que entran en contacto tiene mucha importancia, e igualmente también importa lo que más adelante denominaremos necesidad social.Por ejemplo, es interesante resaltar el hecho de que como ningún individuo participa totalmente de todo el conjunto de aspectos de la cultura de su sociedad, los resultados del contacto entre varias culturas vendrán dado por el tipo de los sujetos a través de los cuales se llevan a efecto. Si el contacto es comercial, serán los productos comerciales y las prácticas mercantiles las que se transmitan o modifiquen; si el vehículo de transculturación son los ejércitos, sería normal que las prácticas de la soldadesca sea lo que se transmita, como serán los materiales e instituciones genéricamente consideradas masculinas, si son hombres los que entran en contacto, o femeninas si son mujeres.(...) En los procesos de cambios culturales no todo es acumulativo o mutante, también puede ocurrir lo contrario, o sea que se produzca un retroceso, que una cultura pierda u olvide rasgos que hasta ese momento pertenecían a su patrimonio. Cuando se produce una situación de esta índole se dice que ha acontecido una deculturación.(...)

PARTE III

Capítulo 11 – Problemas de la cultura en la sociedad industrial

Ya se ha dicho numerosas veces que la cultura de una sociedad no se puede entender de un modo estático. Todo el capítulo anterior está referido precisamente al análisis de la cultura desde su perspectiva dinámica, y allí, como en otras partes, ha quedado claro que es prácticamente imposible encontrar una sociedad en la que no existan interferencias emanantes de afuera. Pero esto que

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sucede hasta en las sociedades a las que se califica de más atrasadas y que viven en los lugares y situaciones más aisladas, se manifiesta en un grado insuperablemente mayor en el caso de la sociedad industrial en la que el constante cambio no sólo es una de sus características, sino también uno de los valores culturales más significativos de ese tipo de sociedad.Se vieron, en su lugar, los problemas que para el momento presente y para nuestra sociedad presentaba el deslindar los campos y componentes de lo que convinimos en calificar como civilización y como cultura. Por otro lado, la sociedad industrial también se caracteriza por la enorme especialización de funciones producto de la división social del trabajo, su gran complejidad, y, como consecuencia de todo ello, las grandes diferencias que se dan entre los diversos grupos sociales, a las que hay que agregar la distancia social.(...) Pero como observa Linton aún en las culturas más sencillas y en las sociedades más simples el contenido de la cultura es lo suficientemente rico para que en ningún individuo se comprendan todos los elementos. Los patrones de división y de especialización en las actividades hacen posible que el individuo funcione con éxito como miembro de su sociedad sin necesidad de ese conocimiento completo. Aprende y emplea ciertos aspectos de la cultura total y deja el conocimiento y ejecución de otros aspectos a otros individuos, aunque al mismo tiempo todo individuo está familiarizado con elementos de la cultura de su sociedad a pesar de que nunca tenga que expresarlos en términos de acción. Esta familiarización con aspectos de la cultura sólo participados por una parte de la sociedad es la que da el valor de compartido que hemos establecido como uno de los requisitos y características esenciales de la cultura.(...) Los sociólogos, más que los antropólogos, aunque tampoco sea ajeno a estos, han acuñado el concepto de subcultura. Del mismo modo que una sociedad se divide en grupos y subgrupos se estima que pueden existir, aunque no necesariamente, subculturas propias de todos o de algunos de los grupos parciales en los que se divide la unidad total. Corresponden a las especialidades de la cultura en los diversos grupos regionales, locales, clases sociales, etc.(...) Sin embargo, es necesario que las diversas subculturas entre sí, y sobre todo cada una de ellas con respecto a la total, mantenga un suficiente grado de coherencia que los haga compatibles. De otro modo se trataría de culturas coexistentes en el tiempo y en el espacio pero no de subculturas. El elemento principal que se requiere para que una serie de rasgos y complejos compartidos por la totalidad de un grupo social pueda ser calificada como de subcultura, es el que esté influenciada por la situación dominante en el resto.(...) Como ya sabemos, en los últimos tiempos la Antropología Social ha buscado nuevos derroteros, y uno de los campos hacia los que ha dirigido la actuación ha sido el del estudio de las diversas subculturas urbanas y principalmente el de la pobreza, guiado principalmente por la influencia de Oscar Lewis. Como señala este autor, la pobreza (...) viene a ser el factor dinámico que afecta la cultura nacional creando una subcultura por sí misma. Uno puede hablar de la cultura de la pobreza, ya que tiene sus propias modalidades y consecuencias distintivas, sociales y psicológicas, para sus miembros.(...) Oscar Lewis da una serie de rasgos como propios de los integrantes de la pobreza en México, lugar que, junto con Puerto Rico, ha constituido el centro de los estudios de este autor, pero, en su mayoría, estos rasgos pueden ser encontrados en otras partes del mundo afectadas por este mismo fenómeno social.

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“Los rasgos económicos más característicos de la cultura de la pobreza incluyen la lucha constante por la vida, períodos de desocupación y de subocupación, bajos salarios, una diversidad de ocupaciones no calificadas, trabajo infantil, ausencia de reservas alimenticias en casa, el sistema de hacer compras frecuentes de pequeñas cantidades de productos alimenticios muchas veces al día a medida que se necesitan, el empeñar prendas personales, el pedir prestado a prestamistas locales a tasas usuarias de interés, servicios crediticios espontáneos e informales (tandas) organizados por vecinos, y el uso de ropas y muebles de segunda mano”.“Algunas de las características sociales y psicológicas incluyen el vivir incómodos y apretados, falta de vida privada, sentido gregario, una alta incidencia de alcoholismo, el recurso frecuente a la violencia al zanjar dificultades, uso frecuente de la violencia física en la formación de los niños, el golpear a la esposa, temprana iniciación en la vida sexual, uniones libres o matrimonios no legalizados, una incidencia relativa alta de abandono de madres e hijos, una tendencia hacia las familias centradas en la madre y un conocimiento mucho más amplio de los parientes maternales, predominio de la familia nuclear, una fuerte predisposición al autoritarismo y una gran insistencia en la solidaridad familiar, ideal que raras veces se alcanza. Otros rasgos incluyen una fuerte orientación hacia el tiempo presente con relativamente poca capacidad de postponer sus deseos y de planear para el futuro, un sentimiento de resignación y de fatalismo basado en las realidades de la difícil situación de su vida, una creencia en la superioridad masculina que alcanza su cristalización en el machismo, o sea el culto de la masculinidad, un correspondiente complejo de mártires entre las mujeres y, finalmente, una gran tolerancia hacia la patología psicológica de todas clases”.“Los que viven dentro de la cultura de la pobreza tiene un fuerte sentido de marginalidad, de abandono, de dependencia, de no pertenecer a nada. Son como extranjeros en su propio país, convencidos de que las instituciones existentes no sirven a sus intereses y necesidades. Al lado de este sentimiento de impotencia hay un difundido sentimiento de inferioridad, de desvalorización personal”.“Los que viven dentro de una cultura de la pobreza tienen muy escaso sentido de la historia. Son gente marginal, que sólo conocen sus problemas, sus propias condiciones locales, su propia vecindad, su propio modo de vida. Generalmente no tienen ni el conocimiento ni la ideología para advertir las semejanzas entre sus problemas y los de sus equivalentes en otras partes del mundo. En otras palabras, no tienen conciencia de clase, aunque son muy sensibles a las distinciones de posición social. Cuando los pobres cobran conciencia de clase, se hacen miembros de organizaciones sindicales, o cuando adoptan una visión internacionalista del mundo ya no forman parte, por definición, de la cultura de la pobreza, aunque sigan siendo desesperadamente pobres”.Otra variante de las subculturas en la sociedad industrial es la emanante de determinado tipo de vida en los llamados “bajos fondos”. La delincuencia o la conducta desviada no son en modo alguno una secuela del momento histórico por el que atraviesan las sociedades de mercado con un alto nivel de evolución tecnológica. Aparece también en los pueblos que han adoptado el socialismo como forma de organización político-económica, en las naciones del Tercer Mundo, en los países más atrasados desde el punto de vista industrial, y hasta en el polo opuesto de la sociedad postindustrial, que son las sociedades “primitivas”. Como también apareció en otros momentos de la historia, a pesar

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de que se pueda dar el ejemplo de varias sociedades cuyas culturas han establecido mecanismos de control social lo suficientemente fuertes como para anular, al máximo posible, estas anomalías de los patrones tradicionales colectivamente aceptados y aprobados por el grupo. Pero la particularidad del momento presente, en lo que respecta a este tipo de conductas, es que afecta a un mayor número de personas. Las sociedades son mucho más numerosas por un lado y, por otro, el proceso de urbanización, los constantes cambios y el resultado de que sea una sociedad que vaya más dirigida a crear necesidades que a solucionarlas, llevan consigo la consecuencia de la existencia de grupos no ya pobres sino marginados, en donde la delincuencia, como manifestación de la conducta desviada, hace su reino.(...) Estos grupos, viviendo al margen de la sociedad, crean estructuras peculiares en su organización social, con la consiguiente y peculiar asignación de roles y estatus, y sistemas de valores propios que los diferencian del resto de la sociedad. Su jerga, el internacionalmente denominado “argot”, a veces, como en el caso de los “quinquis” españoles, constituye en la práctica un idioma aparte.Por todo esto podemos concluir que en dichos sectores sociales se da la existencia de unos comportamientos generalizados, dentro de cada grupo, institucionalizados, compartidos y transmitidos a los mismos miembros cuya incorporación se suele hacer generalmente por adscripciones que poseen las características de una subcultura.(...) En la actualidad, industrialización y proceso de urbanización están íntimamente ligados. La sociedad industrial es urbana, pero la evolución de la humanidad ha partido de la aparición de la agricultura, como uno de los sucesos más importantes en la lucha del hombre contra la naturaleza. Producto de esta situación ha sido la aparición de la dialéctica campo-ciudad.(...) Esta división en sociedad y cultura urbana y sociedad y cultura rural ha sido sustituida en la titulación de esta segunda por el nombre de tradicional y también por el de folk, más popularizado en los medios antropológicos, principalmente norteamericanos, y por otro lado menos contaminado de las restricciones que general y vulgarmente se asignan en muchos países a lo tradicional y a lo rural. Tanto la sociedad folk, como la urbana, de las que se derivan sus correspondientes culturas, las definiremos [a continuación] a través de sus características, [según los estudios de Palerm].La sociedad folk tiene las siguientes cualidades:1ª. Pequeño tamaño. (...)2ª. Sus miembros poseen conciencia de pertenecer a una misma comunidad. Se da la existencia de un sentimiento de pertenencia al grupo.3ª. Es homogénea; las actividades y los estados mentales de cada individuo se repiten en los demás y se reproducen de generación en generación.4ª. Autosuficiente en una buena parte de aspectos y principalmente en el económico. Es esta característica una de las que principalmente se altera cuando comienza a afectar el proceso de industrialización y a urbanizarse las comunidades rurales.5ª. Las relaciones sociales son predominantemente directas y personales.6ª. La tecnología es simple.7ª. La división social del trabajo es escasa y frecuentemente circunscrita a algunas tareas. Sin embargo, sí suele existir una rígida división sexual del trabajo.

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8ª. Es muy fundamental en la estructura y estabilidad de la sociedad folk el papel desempeñado por la familia y el parentesco.9ª. Las sanciones que gobiernan la conducta son predominantemente de carácter sagrado y sobrenatural. El delincuente suele ser considerado un pecador y el pecado es asimilado al delito. (...)10ª. La estabilidad tiene un carácter predominante. Las transformaciones y los cambios se producen a un ritmo muy lento. (...)11ª. La conducta de los individuos está determinada por la tradición.En líneas generales se puede afirmar que las características de la cultura y de la sociedad urbana son los polos opuestos de lo manifestado como típico en la sociedad y cultura folk. Por lo tanto, tendrá carácter de urbano lo que participe de las siguientes notas:1ª. Gran tamaño.2ª. Los diversos grupos e individuos que los integran se encuentran ligados por una estrecha interdependencia, derivada de la gran división social del trabajo y de la especialización de las funciones. (...)3ª. Las relaciones entre los miembros son impersonales. Se da la existencia de numerosos instrumentos que vehiculizan las relaciones sociales, siendo el dinero y la mercancía uno de los principales.4ª. La tecnología es diversa, compleja y en constante desarrollo. La cultura material es muy amplia. (...)5ª. Diversas instituciones sociales, pandillas, grupos sociales, categorías profesionales y ocupacionales, partidos políticos, clubs, etc., han reemplazado en parte a la familia y a veces ejercen el primordial papel en el proceso de socialización.6ª. La vida social y cultural se ha secularizado, lo mismo que las sanciones y los instrumentos para solucionar los conflictos.7ª. Está en constante cambio, y frecuentemente sus transformaciones son tan rápidas e intensas que los individuos apenas pueden ajustarse a ellas. Una buena parte de efectos patógenos, como el elevado número de neurosis, es debido a esta característica.8ª. Los medios de comunicación social cobran una gran importancia.(...) Como han puesto de relieve algunos antropólogos, tanto en sociedades eminentemente urbanas podemos encontrar rasgos de cultura folk, como también sucede lo contrario. Pero, en cualquier caso, siempre habrá el predominio de uno u otro, y esta predominancia señalará un modo de vivir y comportarse diferente al que se percibirá si el predominio fuera de otro tipo.(...) Es innegable que el marco de determinadas culturas o subculturas no queda constreñido a las fronteras de una sola nación, pero no es menos innegable que hoy los individuos socializados dentro de una misma nación comparten una tradición específica y poseen regularidades de conducta culturalmente integradas a pesar de que mantengan disparidades lo suficientemente significativas.(...) Este factor de la imposición “desde arriba” de los modos de vida, valores, aspiraciones y hasta angustias, es algo que no representa una novedad del momento presente, ni es un producto de la sociedad industrial. En el transcurso de la historia la dominación de unos grupos por otros ha sido una constante, y hasta se puede afirmar que también el motor que ha generado la evolución hasta la presente “civilización técnica”. Marx puso de relieve que las ideas y creencias predominantes en una sociedad son las mismas ideas y creencias de la clase

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dominante; de la clase que directa o indirectamente ejerce el poder. La clase que domina materialmente, domina también “espiritualmente”, pues dispone de los medios materiales y de los medios culturales. Los valores de la clase dirigente no tiene por qué ser forzosamente los únicos que persisten en ese momento, pueden existir otros, incluso en contradicción; pero sí son los únicos que se consideran válidos y universales. Los otros son irregularidades, desviaciones, delitos o pecados, ingenuidades o productos de la ignorancia, pero nunca será la verdad, lo mejor, lo bueno o lo adecuado. El instrumento de jerarquizar lo tienen los que dominan –a través de ellos se decide lo que es bueno o malo, deseable o indeseable.En la actualidad se considera que las sociedades son mucho más libres, que los individuos tienen autonomía para generar los cambios que marcan el ritmo dinámico de la sociedad. La novedad, como la libertad, son dos valores espoleados constantemente. La sociedad moderna urbano-industrial ya no vive sometida a las normas de sus mayores: a la tradición. Hoy las modas son una parte externamente relevante del contenido de las culturas y subculturas de la sociedad de consumo.Pero en realidad los casos son bastante diferentes y el llamado “mundo libre” deja bastante que desear, y no digamos ya los pueblos de la naciones “no libres” de ese “mundo libre”. Como opinaba Linton “las llamadas sociedades libres no son en realidad sino aquellas sociedades que estimulan a sus miembros para que expresen su individualidad en cosas de poca importancia, aceptables desde el punto de vista social, pero que al mismo tiempo obligan a los miembros a vivir entre innumerables reglas y prescripciones, haciéndolo tan sutil y cabalmente que apenas lo notan. Pueden elegir el color de coche que deseen en su elección anual para cambiar de vehículo, que se les exige socialmente para mantener un estatus en una sociedad en la que luchar por la jerarquía es un requisito de supervivencia. Pueden votar -¡cuando pueden!- a partidos similares, y pueden llegar a escoger, entre los varios cínicos que le ofrecen los grupos de presión, un Presidente”. También pueden poner 1, 2, X, en las quinielas y llegar a ser millonario; y si no lo consiguen, elegir entre la Coca-Cola y la Pepsi-Cola y seguir lavando con jabones todos ellos contaminantes y, muchas veces, fabricados por el mismo grupo económico.Los hombres ya no realizan colectivamente la cultura, ésta se les da hecha y se conforman a ella; la libertad viene encajada. “El capitalismo moderno necesita de hombres que se sientan libres e independientes, no sometidos a ninguna autoridad o principio o conciencia moral” –dice Marcuse-, “dispuestos empero a que los manejen, a hacer lo que se espera de ellos, a encajar sin dificultades en la maquinaria social; a los que se puede guiar sin recurrir a la fuerza, conducir sin líderes, impulsar sin finalidad alguna…”.(…) Es un principio básico del Marxismo que la infraestructura, o sea el modo de producción, determina la superestructura, término que en el vocabulario marxista encierra la ideología, el arte, las instituciones políticas… una serie de aspectos que bien coinciden con mucho de lo que hemos considerado cultura, o tienen relación con ella, bien influyéndola, bien determinando su curso. De acuerdo con este criterio de Marx se pueden encontrar tantas culturas cuantas hayan sido las formas o convicciones de producción que actuarán de modo preponderante, junto con otros factores como el hábitat, clima, recursos, legado histórico, etc. que en conjunto acaban dando la peculiar y específica forma final que adopta el modo de vida en una sociedad.

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(…) Consecuentemente a la teoría marxista, con cambiar el modo de producción cambiarían todo lo incluido en su terminología dentro de la superestructura, pero ya reconoció el propio Marx “que la tradición de las generaciones muertas pesa de un modo muy fuerte sobre el cerebro de los vivos”. Por otro lado, no se puede menos que reconocer que diversos factores de “mentalidad” pueden poner en peligro las realizaciones que se esperan de la infraestructura y aún la implantación de un nuevo sistema productivo.(…) El término contracultura es semánticamente inaceptable dentro de la perspectiva socio-antropológica, no es posible una sociedad sin cultura, ni grupo humano que no coparticipe de un conjunto de valores e instituciones comunes. Sin embargo el contenido, origen y fundamento que ha servido para acuñar este neologismo, sí está ligado con una serie de fenómenos sociológicos y antropológicos.Por contracultura se entiende el movimiento sostenido por un conjunto de individuos, principalmente jóvenes aunque no necesariamente, que reaccionan contra el “modo de vida burgués”. Aparecido principalmente, aunque tampoco exclusivamente, en los países altamente industrializados del área capitalista, reviste una gama muy amplia de versiones y variantes de acuerdo con las circunstancias y el lugar de su aparición.(…) Pero en cualquier caso, y aunque éste no sea el objeto ni el momento adecuado de pasar a la crítica de estos movimientos, hay que tener en cuenta que si existe una oposición, es una oposición dentro de la sociedad a la que rechazan, y de cuya servidumbre no se liberan totalmente, al menos en sus aspectos técnicos. Puede haber rechazo de un sistema jerárquico, del trabajo organizado, del deseo de lucro o de la superación por la competencia, de la ideología imperante o de un consumo vinculante, pero al fin y al cabo no se rechaza la aspirina, el anticonceptivo e infinidad de otros elementos producto de una sociedad y una cultura a la que se manifiesta rechazar drásticamente. En cierto modo, los movimientos de contracultura, interesante fenómeno sociológico de la sociedad más evolucionada tecnológicamente pero muy estancada en muchos aspectos, no son más que una sociedad paralela permitida y fomentada por la elasticidad inherente al sistema neo-capitalista, como un modo más de evitar el conflicto y aminorar las tensiones que se manifiestan en su seno. En realidad más que el prefijo contra sería más justo usar el de aparte de o fuera de, pero siempre junto con.

Capítulo 12 – Los procesos de cambio y la antropología en la práctica

(…) El resultado de la dominación por parte de las sociedades industriales de los pueblos sobre los que ha ido organizando y acrecentando su crecimiento y predominio ha revestido innumerables facetas y muy diversas son las consecuencias de lo que, usando la terminología específica de la Antropología, hemos denominado choque cultural. La desaparición de las culturas y hasta el aniquilamiento físico de algunas sociedades se puede considerar como “favorable” si la comparamos con algunas de las situaciones en las que han quedado los restos de algunas de estas sociedades dominadas, en las que se dan hasta manifestaciones de lo que podríamos definir como un “paulatino suicidio inconsciente colectivo.” La desesperación les ha llevado a una desgana de vivir, que se ha manifestado en un abandono total de sus labores; o sea, a prescindir

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de esa lucha del hombre contra la naturaleza cuya consecuencia es, como sabemos, la desaparición de la sociedad y de la cultura. No faltan tampoco ejemplos en los que, como entre algunos indios de Norteamérica o tribus del Pacífico, la extinción ha venido dada por una sensible disminución de la natalidad.(…) El choque con la civilización es tan fuerte entre esas sociedades, que ni el mundo de sus categorías mentales ni su repertorio cultural pueden interpretar coherentemente la llegada de los blancos con todo su bagaje material. Lo tienen que poner en la misma dimensión que muchos otros fenómenos de la naturaleza, que para ellos sólo tienen explicación si lo trasladan e interpretan como fuerzas sobrenaturales que son entroncados con su correspondiente tradición cultural. Viene a ser lo mismo que cuando los indígenas asignan a un volcán la categoría de un Dios, o a un terremoto el castigo divino o a un modo de expresar algún designio sobrenatural.(…) La incidencia del impacto colonial sobre un sinfín de culturas ha constituido uno de los principales campos de estudio para los antropólogos, como también para aquellos que ven este mismo fenómeno desde la perspectiva de la Sociología Política y de la Sociología del Subdesarrollo. Sin embargo, hay que reconocer que el antropólogo no sólo ha visto las consecuencias del colonialismo, sino que también ha participado mucho en los avatares sufridos por esta peculiar e importante modalidad de las relaciones intersociales.(…) Por su parte, las potencias colonialistas vieron la favorable importancia que podía tener el conocer la cultura y la estructura de las poblaciones por ellos administradas y la facilidad de llegar a ese conocimiento mediante las técnicas y los resortes propios de los especialistas en el estudio de las sociedades.(…) En cualquier caso, no hay que tomar de un modo excesivamente crítico la actitud de los antropólogos al servicio de las administraciones de colonias, ni tampoco reseñar los aspectos negativos que ellos pudieran tener. También les cabe el mérito de haber definido en numerosas ocasiones la política correcta a seguir con las sociedades aborígenes, el haber salvado culturas y sobre todo, el haber creado una cierta conciencia, hasta en el interior de las propias administraciones coloniales, de que la “supremacía del hombre blanco” dejaba bastante que desear y podían encontrarse en las culturas autóctonas rasgos y complejos cuya validez, en su contexto, era muy superior a las ventajas aportadas por la “civilización”.(…) Hoy se llega a hablar de la existencia de una nueva rama de la Antropología: la Antropología Industrial.(…) Esteva Fabregat resalta también algunas de las consecuencias que se manifiestan en los individuos por el hecho de verse afectados por este nuevo tipo de relaciones sociales.“La personalidad social que se genera es de carácter neurótico donde se contradicen los niveles de apetencia y las capacidades relativas de satisfacerlos. En su cualidad más notable, el sistema de cultura industrial consiste en haber creado módulos aparentemente abiertos, a través del concepto de oportunidad, a la movilidad social. La dinámica del sistema consiste en que permite desarrollar ideas constantes, una de las cuales se inserta en el individuo bajo la forma de una lucha por el status, lucha o deseo idealmente necesario al objetivo de una continuidad expansiva: la del mercado. Así se estimula un tipo de personalidad materialmente productiva, pero neurotizada por su misma dinámica de

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ambiciones personales, ambiciones amenazadas en su logro por apetencias semejantes puestas en acción por otros individuos dentro del sistema”.(…) Por otro lado, hoy ya se puede decir que incluso se abren nuevos cauces para la Antropología, como una perspectiva de un conjunto de disciplinas que ya no piensan que su objeto sea sólo el de interpretar la sociedad, sino también de transformarla. (…) Las ideas ya no son pues, simples copias de las cosas, sino fuerzas que se realizan en el mundo. (…) La intervención humana en la realidad social es acción y ciencia a la vez, ya que permite al mismo tiempo modificar el mundo y, al transformarlo, conocerlo.(…)

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