INTRODUCCIÓN CÓMO CREAR ABUNDANCIA PASO A PASO...Mi capacidad era tal que se fue afinando con el...

INTRODUCCIÓN

CÓMO CREAR ABUNDANCIA

PASO A PASO

Cómo crear abundancia paso a paso: reto de 21 días

Prólogo de Isabel Bueno:

Aquí os comparto este taller de 21 días para poder vivir en abundancia de

forma plena y permanentemente.

MI búsqueda por la abundancia y el éxito era algo que me viene de siempre:

Recuerdo que ya de bien pequeña tenia mis propios trucos (como yo le

llamaba) para ver manifestado aquello que yo quería.

Soy de Huelva, una ciudad pequeña, tradicionalmente católica, con unos

padres católicos practicantes, por lo que por esos entonces mi educación

espiritual y material estaba centrada en la religión Cristiana Católica, en el cielo

y el infierno, en los valores católicos en referente a la abundancia como son la

honestidad, la sencillez, la humidad, el agradecimiento, el valor de las cosas

pequeñas, el valor a lo que se tiene. Todo esto junto a que en mi casa se creía

en que “querer más, o desear cosas, eran de personas lujuriosas”, o que “había

que trabajar mucho para tener dinero”, o que “el dinero se consigue con

esfuerzo”, o que “nadie te regala nada”, etc., y además donde el ahorro era una

consigna familiar para “cuando vengan momentos difíciles”.

Pero a pesar de todo y no sé por obra de qué, yo me recuerdo a mí misma en

torno a los 10 años, sentada en la cama, en postura de meditación, donde yo

me imaginaba que estaba dentro de una habitación en el centro del universo,

donde encima mía se abría una claraboya y por donde entraba una luz blanca

resplandeciente. Y ahí es ese espacio mío, yo pedía y visualizaba todo lo que

yo quería ver manifestado y así ocurría.

Mi capacidad era tal que se fue afinando con el tiempo. Al principio fue el

juguete que quería, ir a tal sitio, luego probé a pedir el perrito que llevaba

pidiendo durante años, al cual mis padres se negaban por completo y llego sin

que mis padres entendiesen como habían aceptado. Después fui mejorando o

pidiendo cosas más difíciles, pues entraba en juego otras personas, como por

ejemplo, pedir que me pusieran las preguntas que mejor me sabía para un

examen, y así sucedía.


Yo me sentaba en mi “habitación” y ahí veía como el profesor dictaba las

preguntas que yo quería que pusiera y así sucedía. Luego vino la moto que

quería, también poder estudiar fuera de mi ciudad, etc.

Así estuve practicando durante mucho tiempo hasta que un día una persona

me dijo: “cuidado con lo que deseas que se te puede cumplir” y al decirme eso

me bloquee, no sabía si lo que quería sería bueno o no para mí. Entonces

perdí gran parte de mi capacidad de discernimiento y mi intuición, así como mi

conexión con mi poder de manifestar aquello que deseaba.

Pasaron años en los que las cosas me iban normal, ya no me conectaba a mi

habitación, sí que es verdad que se manifestaban muchas cosas que quería en

mi vida, pero también muchas otras que no quería, obviamente, pues perdí esa

capacidad de concreción, discernimiento o sabiduría que tenía para dirigirme

única y exclusivamente hacia lo que quería. Por lo que durante esa época, mi

mente, mis pensamientos iban por libre y no había discernimiento en lo que

quería y en lo que no.

Hasta que vino a mi mano el libro y la película de El Secreto, como a muchos

de nosotros, y de pronto recordé mi “súper poder” que había estado dormido

todo este tiempo.

Pero ya no era lo mismo, pues seguía sin ver manifestado aquello que quería,

el problema que tenía seguía siendo el mismo que entonces, no sabía que

pedir, o tenía miedo a pedir por las posibles consecuencias negativas que

podía conllevar. Por ejemplo si pedía encontrar un buen trabajo con un buen

sueldo, luego me entraba miedo, más un miedo inconsciente, a lo que podía

pasar luego, por ejemplo, tener que trabajar muchas horas, perder mi libertad,

etc.

Por lo que la ley de atracción o lo que decían en el libro “El secreto” no me

funcionaba o pensaba que faltaba algo. Pues ni las visualizaciones, ni mi

habitación en el universo, ni las afirmaciones por si mismas me daban el

resultado de atraer la abundancia y el éxito a mi vida de forma permanente.

Y desde entonces llevo años, más de 10 años en busca de la abundancia y la

prosperidad, practique los principios del secreto, hice talleres de Abundancia y


Éxito por personas expertas y muy poderosas en esta materia, he leído cientos

de libros, escuchado conferencias sobre los mismos, etc.

Y sí, algo mejoraba, pero era una mejora temporal, por lo que no atraía la

abundancia de forma permanente. Iba por momentos, tenía momentos en que

conectaba con la abundancia (no tanto como quisiera) y con la prosperidad o

con el poder de ver manifestado aquello que quería, pero había momentos en

que no, en que estaba completamente desconectada y todo el dinero que

entraba salía de igual forma y hacia que no tuviera un capital con el que

disponer libremente.

Pero no me quede ahí, saque todos los aprendizajes que me habían

funcionado y fui creando un método con todos los ingredientes para llegar a ser

abundante y exitosa, para poder ver manifestado todo aquello que quería. No

es solo cuestión de hacer una cosa, o de escribir o decir una serie de

afirmaciones o de visualizar algo, es un conjunto de cosas.

En este libro/taller vas a encontrar una metodología completamente estudiada y

constatada para poder conectarte con la abundancia. Vas a encontrar 21

formas de conectarte con la abundancia y al éxito.

Es un trabajo de 21 días bien ordenados, por lo que es importante que

empieces por el día uno y así vayas trabajándolo.


Reflejamos en nuestro mundo exterior lo que hay en nuestro interior:

Este es un principio universal y básico. Si no te gusta lo que ves en tu vida, no

tienes que dirigir tu mirada hacia fuera, sino hacia ti mismo, hacia dentro ti.

Ya hemos escuchado muchas veces lo de “como es arriba es abajo”, en

consonancia con esto podemos decir que “cómo es adentro es afuera”.

Por lo que lo primero que tenemos que hacer es dirigir la mirada hacia nosotros

mismos para poder llegar a manifestar aquello que queremos.

Es importante saber que nada de lo que nos pasa y nos sucede viene de

afuera, sino de dentro, nosotros somos los creadores de nuestra vida tanto

para las cosas que nos gusta como para aquellas que no nos gusta tanto.

Si nos arruinamos y nos quedamos sin dinero, si nos quedamos sin trabajo, si

perdemos en la bolsa, si me separo de mi pareja, no hay que buscar fuera la

razón de lo que nos pasa.

� Por ejemplo:

No es la mala inversión que hizo tu socio, la razón de que te hayas

arruinado y te hayas quedado sin dinero.

No es la crisis, ni el exigente de tu jefe, la razón por la que te has

quedado sin trabajo.

No es que la bolsa la razón por la que has perdido dinero.

Aunque parezca muy evidente que tu socio, tu jefe o la bolsa son los causantes

de tu situación actual, hay que mirar más allá de lo evidentemente aparente

para tener una visión más completa.

La pregunta es:

� ¿Hacia dónde hay que mirar?

La respuesta es sencilla:

� Hacia nosotros mismos.

Para ello es importante observar cuales son mis patrones de pensamientos

sobre el dinero, o sobre el trabajo, o mis patrones de conducta, o cuales son


aquellas creencias que me limitan o me conectan con la carencia o que han

hecho que desemboque en esa situación, ya que el que:

Se ha arruinado y actuado de tal forma he sido yo.

El que se ha quedado sin trabajo he sido yo.

Como el que ha tomado la decisión en invertir en un valor o comprar

acciones que se hayan devaluado he sido yo.


El pensamiento siempre precede a cualquier manifest ación: el

pensamiento siempre es lo primero.

Por lo tanto es muy importante estar atento a lo que pensamos, ya que nuestra

vida es una pura manifestación de lo que pensamos.

Todos tenemos el súper poder de manifestar aquello que está en nuestra

cabeza, sea bueno o malo, lo queramos o no. Por eso es muy importante ser

conscientes de cuáles son nuestros pensamientos y en que nos focalizamos y

prestamos nuestra atención.

Si nuestros pensamientos están centrados en lo que no tenemos, en que:

“Sólo tengo 200€ para llegar a final de mes”.

“Tengo que pagar muchas cosas”.

“Pagar impuestos”.

“No voy a llegar a final de mes”.

¿Que estamos haciendo?

Estamos centrando nuestra atención en la escasez:

“Solo tengo”,

“Pagar facturas”,

“No me va a llegar”.

¿Dónde está nuestra atención? ¿En lo que no tengo o en lo que tengo o quiero

ver manifestado?

Si nuestros pensamientos son esos ¿qué se va a manifestar? Pues la falta de

dinero, la carencia económica, facturas, dificultades para pagarlas, etc. Esta

situación es el día a día de muchas personas.

¿Entonces, qué tengo que hacer si me encuentro en e sta verdadera

situación?

Lo primero que tenemos que hace es observar hacia donde estamos

enfocando nuestros pensamientos, hacia donde estamos dirigiendo nuestra


atención: hacia lo que no tengo, hacia lo que no quiero, o hacia lo que tengo o

quiero.

Todo esto lo iremos trabajando a lo largo de este libro/taller.

La base fundamental es prestar atención a lo que tenemos y agradecerlo,

contarnos la historia de una forma más positiva, todo esto lo iremos viendo a lo

largo del libro.

Lo que está claro es que tenemos que hilar muy fino para conocer cuáles son

nuestros pensamientos conscientes e inconscientes que se han transformado

en firmes creencias que nos limitan y nos anclan en un tipo de vida carente de

los resultados que queremos.

Para ello tenemos que estar muy atentos y observarnos mucho. Pero no solo

observar nuestra forma de pensar, sino también observaremos nuestra forma

de actuar (que siempre va precedida de un pensamiento).

Muchas veces nos cuesta observar todos nuestros pensamientos, por lo que es

más fácil observar qué hacemos. Y si además nos preguntamos para qué

hacemos esto , seguramente descubriremos repuestas que nos darán muchas

pistas sobre nuestra forma de pensar.

� Por ejemplo:

Si te vas a comprar unos zapatos que te encantan pero al ver el precio vas y lo

dejas de forma automática.

Es en este acto cuando te tienes que preguntar:

¿Para que los dejo?

Lo que te digas a ti mismo te dará muchas pistas en qué nivel de la abundancia

te sitúas.

Mucha gente contesta:

Porque no tengo dinero: carencia.

Porque son caros y no valen ese precio: falta de agradecimiento.


Porque mi pareja se va a enfadar cuando le diga el precio: cesión de

poder.

Etc.

Como hemos dicho antes “como es afuera es adentro”, así que es muy

importante observar:

Cómo está conformado nuestro mundo.

Qué personas nos acompaña.

Cómo son esas personas.

Qué hacemos.

Para qué hacemos lo que hacemos.

Etc.

Esto nos va a dar muchas pistas para conocer nuestra verdadera realidad y

que es aquello que necesitamos cambiar.

Nada nos pasa por casualidad, ni la vida tiene un plan estratégico para

nosotros, ni bueno ni malo. Nosotros conformamos nuestra realidad, según en

la frecuencia en la que vibramos, según cuales son nuestros pensamientos

conscientes o inconscientes, según qué tipo de emociones domina nuestro

sentir, si solemos tener creencias que nos potencia o nos limitan, etc.

Por lo tanto es muy importante estar atento a aquello que pensamos, hilar muy

fino para tomar conciencia o reconocer en qué onda están nuestros

pensamientos, si en una onda positiva atrayendo aquello que quiero, o en una

onda negativa atrayendo miedo, carencia, desconexión.

Pero aún más importante es reconocer nuestro sentir que es lo que nos hace

vibrar en un universo abundante o carente.

Muchas veces es difícil reconocer cuales son nuestros pensamientos. Tenemos

una media de 60.000 a 70.000 pensamientos diarios y la mayora son

negativos, repetitivos, muchos se centran en el pasado, otros se centran en

proyectar el futuro.

Por lo tanto es difícil conocer y tomar conciencia de los 60.000 pensamientos

que tenemos durante todo el día. Para saber si estamos pensando en negativo


o en positivo podemos observar cómo nos sentimos, si nos sentimos decaídos

y tristes entonces nuestros pensamientos serán mayoritariamente negativos,

pero si nos sentimos alegres y felices, nuestros pensamientos serán

principalmente positivos.


El árbol de la vida:

Podemos imaginar nuestra vida como un árbol. Nosotros somos el árbol

completo, con sus raíces, su tronco, sus ramas y sus frutos.

Cada parte del árbol representa una parte de nosotros, por ejemplo:

� Las raíces: Representa nuestros sistemas de valores, de creencias que

se vienen conformando desde nuestro nacimiento, se puede decir que

es nuestra personalidad.

� El tronco: Es la representación de nuestra edad, las acciones, el paso

del tiempo, nuestro desarrollo.

� Las ramas : Son los diferentes aspectos de nuestras vidas de donde

emergen los frutos.

� Los frutos: Son el resultado, la manifestación de aquello que queremos,

por ejemplo: la pareja, el trabajo, amigos, relaciones, nuestra casa, etc.

Muchas veces ocurre que los frutos no son lo que deseamos, aunque no es

más que la manifestación de lo que hemos ido sembrando. Es el resultado de

cómo está la tierra donde se sustenta nuestro árbol.

Por ejemplo, nuestro árbol da manzanas pequeñas y verdes, pero no nos

gustan. Y queremos manzanas rojas, grandes y hermosas. Pero ante ello, lo

único que hacemos es quejarnos, y decir “no quiero estas manzanas verdes y

pequeñas, no me gustan” pero no hacemos nada más que mirar las manzanas,

protestar, quejarnos.

Ponemos toda nuestra atención en esos frutos, en los resultados y no en lo que

en realidad da esos frutos en concreto: la tierra, sus raíces, lo que está bajo

tierra, lo que no se ve.

La calidad de la tierra depende: del abono que le echemos, de la cantidad del

agua con la que la regamos, del amor que le hayamos puesto al regarlo, esto lo

podemos hacer a través de nuestro sistema de pensamientos, nuestros

patrones de pensamientos, y las emociones que nos generan estos

pensamientos.


Nuestros pensamientos son el agua que riega la tierra para que el árbol crezca

sano y fuerte y de los frutos que deseamos.

De la calidad de nuestros pensamientos dependerá la calidad de nuestros

frutos: si nuestros pensamientos son positivos, motivadores, llenos de amor

hacia nosotros mismo, generador de amor incondicional, nuestro árbol va a

estar lleno de los frutos que deseamos en todos los aspectos o ramas de

nuestra vida: familiar, laboral, amorosa, material, etc.


Reto de 21 días: ¿Por qué 21 días?

El Doctor Maxwell Maltz hablo de los 21 días al contar como sus pacientes

tardaban justamente “21 días” para dejar de sentir la conocida “sensación

fantasma” después de que le amputaran un miembro.

El filósofo y psicólogo William James, fundador de la psicología fundacional,

elaboro la teoría de que si hacemos algo durante 21 días, esto se convertirá en

un hábito para nosotros.

Un hábito es una automatismo, muchas veces nuestra forma de pensar ya es

un hábito. Para cambiar hábitos es necesario un tiempo para que nuestros

automatismos se vayan desinstalando y formen nuevos patrones de

pensamientos, de conductas, de creencias, etc., para ello 21 días es el tiempo

que muchos autores estiman como el tiempo necesario para deshabilitar estos

patrones y tomar nuevas rutas de vida.

Los 21 días no es algo nuevo, ni de moda ahora. Se lleva haciendo durante

años y están presentes en muchas religiones:

En la religión católica , 21 es el número de la perfección y por eso se utiliza

este número en varios rituales católicos.

En la antigua Grecia, el 21 era asociando al caos y la locura.

También el 21 es un número de la secuencia de Fibonaci , que es una

secuencia que se encuentra presente en múltiples aspectos de la

naturaleza.

En la cultura occidental, el 21 es el número de la suerte.

En la numerología , el 21 es el número relacionado con la creatividad, con

todo lo que tiene que ver con las artes, las letras, el drama, lo social.

Y así podríamos seguir en multitud de religiones, tradiciones, países,

costumbres y creencias.

Lo más importante es que 21 días es necesario para crear en nuestra vida una

nueva forma de vivir, de sentir y de pensar.

¡Comencemos!

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