ÍNDICE

LA CARTOGRAFÍAY EL TERRITORIONACIONAL.UNA BREVERETROSPECTIVA

Introducción 20

La cartografía occidental 21El concepto cartográfico 21La época medieval y la cartografía 22La cartografía en el Renacimiento 24La Ilustración y épocas posteriores 26

La cartografía mexicana 26Cartografía precolombina 27Cartografía en la Conquista y en la Colonia 28Cartografía del México independiente 37

LA CARTOGRAFÍA MEXICANA DEL PORFIRIATOA LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

46LA DIVERSIFICACIÓN DE LA INFORMACIÓN GEOGRÁFICA

76LA REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA EN LA PRODUCCIÓNDE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA

104LA ACTIVIDAD GEOGRÁFICA Y CARTOGRÁFICAHACIA EL NUEVO MILENIO 136

BIBLIOGRAFÍA 156

GLOSARIO 160

CRONOLOGÍA 166

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Introducción

Celebramos el paso a un nuevo siglo, unaprerrogativa que sólo una de cada tres generacionestiene oportunidad de vivir. Pero mucho más allá deeste suceso, también celebramos el paso a un nuevomilenio, es decir, un privilegio nunca antes concedidopor la historia puesto que a lo largo de los últimostiempos, constituimos la primera generación queconscientemente asiste a semejante acontecimiento.

En todas partes y lugares han existidosistemas diversos para llevar una cuenta del tiempo

que, en más de algún momento, han dadooportunidad a diversos pueblos, etnias o nacionesde celebrar aisladamente un cambio de época, dealgún ciclo en su tiempo, de milenio inclusive. Sirvapara ello de ejemplo la celebración, cada 52 años,del advenimiento del Fuego Nuevo –que todavía serealiza en nuestro país–, basada en las másantiguas tradiciones mitológicas de lacultura náhuatl.

La concepción del acontecimiento quepronto vivirán los moradores del planeta ha sidoposible, sin lugar a dudas, gracias a un procesosorprendente y formidable. Baste recordar lostiempos en que difícilmente existía sobre la fazde la Tierra alguien que tuviera una idearemotamente aproximada de cómo era y dóndeestaba el mundo en que vivía.

Nuestro país, como identidad unida a unterritorio, es precisamente el producto forjado porel proceso que ha tenido lugar en la segunda mitad delmilenio. Su territorio fue también por muchotiempo desconocido para los mexicanos. Sabida es,pero siempre elocuente, la anécdota que narraAntonio García Cubas: Ante la necesidad de contarcon el apoyo gubernamental para imprimir y publicarsu primera Carta General de la RepúblicaMexicana, García Cubas se vio obligado a buscar elbeneplácito del presidente, Antonio López de SantaAnna, quien durante la entrevista examinó con interésel gran mapa manuscrito que le mostraba GarcíaCubas y se mantuvo atento a las explicaciones delautor. Inevitablemente, se llegó al comentario sobreel reciente asunto de los territorios perdidos tras laGuerra de 1847, y en este punto, Santa Anna,sorprendido, masculló palabras llenas de amargura.García Cubas observó que sólo hasta ese momento elgeneral Santa Anna tuvo conciencia de la magnitudque había alcanzado la pérdida territorial sufridapor el país.

A los mexicanos de nuestra época nosasombra enterarnos de caso semejante, porque en elcontexto de la realidad actual esa situación haquedado totalmente superada. Hoy, el InstitutoNacional de Estadística, Geografía e Informática(INEGI) tiene la función y la responsabilidad de reuniry divulgar la información geográfica del país, y lo hacepor medio del recurso más antiguo, que sigue siendoel más adecuado: la cartografía, que es, como lo hasido desde siempre y en todas partes, fiel reflejo delestado del conocimiento y del avance tecnológico deun país.

Es claro que antes de que fuera posiblealcanzar un estado de desarrollo que permitieracrear las condiciones que hicieron posible laexistencia de una institución como el INEGI, losmexicanos tuvieron que protagonizar siglos debúsqueda y de estudio.

LA CARTOGRAFÍAY EL TERRITORIONACIONAL.UNA BREVERETROSPECTIVA

Pág. 18 y 19: Carta Etnográfica de García Cubas, 1885. AtlasPintoresco e Histórico de los Estados Unidos Mexicanos.

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La cartografía occidental

Para ubicar apropiadamente el desarrollo de lageografía y cartografía en México, se impone hacer almenos una semblanza de la cultura geográfica ycartográfica occidental, con la idea de que es éstaprecisamente la que tiene mayor influencia en elmedio americano y, particularmente, en nuestro país.La transferencia de la cultura se da desde el viejocontinente hacia las tierras americanas cuandoson conquistadas, colonizadas y, posteriormente,cuando se constituyen diversas nacionesindependientes. Es por ello importante tratar deentender, al menos en sus componentes mássignificativos, los elementos que conforman elpensamiento y evolución de la geografía y lacartografía a lo largo del tiempo en el mundooccidental; pensamiento y evolución que con elconjunto de ideas comunes patrimonio de los gruposhumanos de las latitudes enriquecen y forman parte desu cultura. Así, a los conceptos universalmentecompartidos sobre la cartografía, se agregan los de lostiempos primigenios en la Grecia clásica, que sonmodelados con el transcurrir del tiempo en la épocamedieval, y luego con el Renacimiento y la Ilustración,hasta llegar a la época moderna y los umbrales delsiglo XX.

El concepto cartográfico

Independientemente de sus definiciones técnicas oformales, la cartografía es un recurso de expresióngráfica inseparable de la noción que en un ciertomomento o lugar tenga el hombre acerca de suubicación con respecto a lo que lo rodea. En el ir yvenir del hombre por su territorio, el primer mapaque se creó fue un mapa mental, anterior alpictograma o a cualquier otra expresión gráfica. Sinduda el primer documento cartográfico nació de lanecesidad de comunicar esa noción geográficaelemental, tal vez sin más recursos para trazarlo que elsuelo y una rama adecuada, arrancada de un arbustocercano, antes incluso de que se descubriera laelaboración de los pigmentos que permitieronla creación de la pintura rupestre.

Para el hombre, la ubicación en el mediogeográfico es de primordial importancia. De ésteobtiene alimento, refugio y en general loselementos esenciales para su vida. Además, en elámbito social en el que la especie humana se hadesarrollado desde siempre, la comunicaciónadquiere la misma importancia que el conocimiento,pues es labor del grupo habitar y dominar unterritorio, así como defenderlo de cualquier otrogrupo humano que pretenda disputarlo.

Aún en la actualidad el conjunto desentimientos de identificación que el hombreexperimenta con su geografía es en ambos sentidos,

pues en tanto se siente dueño de su territorio, élmismo se considera perteneciente a su tierra(“Yo soy de Guanajuato”, solemos escuchar). Así,las relaciones entre el hombre y el mediogeográfico son parte fundamental de su identidad depueblo, de etnia, de nación o de grupo humano,que a fin de cuentas se identifica con unterritorio y se sustenta de éste. Elaborar una imagengráfica comunicable de su medio geográfico seconvierte en una consecuencia inmediata de estarelación y de la capacidad humana para hacerlo.

Crear la imagen gráfica no es solamente unamanera de conocer sino también de poseer unterritorio. Y cuando se trata de un grupo social, laposesión es conjunta. La expresión gráfica, por lotanto, debe hacerse con recursos convencionalessistemáticos, conocidos por todos los que requierende utilizar el documento cartográfico.

La cartografía es el tipo de documento quepone en contacto al hombre con su espacio. Tiene, enconsecuencia, un origen paralelo al de la escritura.Es, de hecho, un sistema de escritura que, más que decomunicar ideas abstractas generales, intentarepresentar elementos objetivos y tangibles, como son

Mapamundi. Ca. 1350. Ranulfo Higden.

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los rasgos y características particulares del lugarcartografiado. La cartografía es indispensable paraentender la concepción del mundo y losconocimientos que ha tenido el hombre acercade él y de su superficie en todas las épocas ylugares. Es, en síntesis, el rostro visible delconocimiento geográfico.

Desde siempre, al elaborar la cartografía, elhombre ha reflejado su cosmovisión y su herenciacultural. La representación geográfica necesariamenteadquiere el contexto más amplio, aquel en dondepueden encontrar cabida tanto sus ideas acerca deluniverso como su miedo a lo desconocido. Entre losvestigios cartográficos más antiguos existendocumentos chinos que datan de hace 50 siglos, enlos que se advierte que se considera al territoriocorrespondiente a los pueblos que loselaboraron como el centro del mundo.

Por idéntica razón, la noción científicatambién se aplicó temprano en la cartografía, alproducirse históricamente el primer gran impulsoliberador del pensamiento humano. En la GreciaClásica surgió el carácter científico de la geografía y,paralelamente, la cartografía se convirtió en sumedio de expresión. En su desarrollo, cienciascomo las matemáticas, la geometría y laastronomía transformaron a la cartografía en elsoporte gráfico fundamental para conocer,medir y trazar no sólo la superficie del planeta, sinola del universo mismo.

Eratóstenes, llamado el “segundo Platón” ydirector de la gran Biblioteca de Alejandría, fuequien bautizó con su nombre a la geografía más de200 años antes de nuestra era. Además, determinópor primera vez la longitud de la circunferenciaterrestre midiendo una fracción de arcomeridional mediante un ingenioso sistema que hoyaún asombra por la exactitud alcanzada. Con esefundamento, Eratóstenes creó la primera redsistemática de meridianos y paralelos, con la que seelaboró un mapa de las regiones mediterráneas conprecisión asombrosa.

La época medieval y la cartografía

Con los siglos, sin embargo, el primer impulsocientífico europeo se redujo, particularmente en elperiodo medieval. La cosmovisión dogmática yreligiosa de este periodo tomó como modelogeográfico y cosmológico a las obras de ClaudioPtolomeo, El Almagesto y La Geographia. El mundovolvió a ser plano, sin límites definidos, y seencontraba inmóvil en el centro del universo. A su vez,las regiones galileas y palestinas, consideradas comoTierra Santa, debían estar ubicadas hacia el centro delmundo. Quienquiera que se permitiera dudar ocontradecir esta cosmovisión corría el riesgo deser considerado hereje y terminar sus días en la

hoguera. Puede verse así que la cartografía haconstituido a lo largo de los siglos un medio queproclama el carácter de la época, además de la visióny adelanto en el conocimiento de quienes la elaboran,el progreso en la metodología, en la tecnología, y enlas comunicaciones.

La cartografía occidental del medievo es, enconsecuencia, un fiel reflejo del oscurantismo de sutiempo. Empero, en la misma época, los árabeshicieron otros adelantos. Entregados a la navegación,requirieron de registrar y comunicar elconocimiento de las rutas marítimas, y así, desde el

Anillo Ecuatorial.

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siglo XIII proliferaron los mapas portulanos, tambiénllamados “cartas de marear” y “cartas de derrota”.Estos documentos se caracterizaban por trazar el perfilde las costas y las islas para información de losnavegantes, pero no se ocupaban de representar lascaracterísticas y rasgos del interior.

Justamente a los portulanos les correspondióser los primeros documentos cartográficosoccidentales que se elaboraron con pretensionesartísticas. Tan pronto como se inició la era de losdescubrimientos geográficos y nuevas tierras seagregaban al conocimiento, el mapa se convirtió en

objeto de primordial interés para lasautoridades reales y los soberanos de losimperios que veían incrementado su dominioterritorial. De esta manera, a fin de vestir losmapas con la elegancia y decoro quecorrespondía, pronto intervino la mano delartista. Surgieron los elementos decorativos, laelaborada rosa de los vientos, la flor de lis queseñalaba la orientación del mapa, el tronco deleguas que indicaba la escala. El trazo sencillode la pluma fue sustituido por el del pincel, y latinta por la pintura de oro o por pigmentos deespléndidos colores.

Mapamundi. 1482. Claudio Ptolomeo.

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La cartografía en el Renacimiento

Poco después, el pensamiento libre y lacuriosidad científica se abrieron paso una vez máspara dar lugar a una nueva etapa de avance ydesarrollo: el Renacimiento. El progreso concretadohasta entonces por la humanidad alcanzaba un fruto,y ese fruto a la vez se convirtió en factor de mayorprogreso: la imprenta. La cartografía renacentista sevio ampliamente favorecida por el invento deGutemberg y por el hallazgo de un nuevo

continente. Con el advenimiento del siglo XVI, serequirió la actualización de la cartografía elaboradahasta entonces, ante el descubrimiento yexploración de grandes territorios insulares ycontinentales, de cuya existencia unos cuantos añosantes ni siquiera se sospechaba.

En tales circunstancias, al mediar ese siglo, lacartografía se había convertido en una industria tanfloreciente como indispensable. La influencia queadquirió tuvo consecuencias que continúan

Gerardo Mercator.

Americae Sive Novi Orbis Novadescriptio. 1584. Abraham Ortelius, del Atlas de GerardoMercator, 1585.

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vigentes a la fecha. El ejemplo más representativo loofrece el mapa de Waldseemüller, publicado en 1507.Por una suposición equivocada del cartógrafo, se leimpuso el nombre de “América” a las tierrasrecientemente descubiertas.

Por otra parte, este proceso de liberación delpensamiento humano a la vez y de sorprendenteshallazgos geográficos, terminó por revolucionarel conocimiento del planeta, superando lasconcepciones dogmáticas prevalecientes en la

Edad Media. Por fin, el pensamiento humano habíasalido de la cárcel a que lo había condenado elmedievo y tenía un amplio horizonte frente a sí. Lacartografía se convirtió de inmediato en el medio deexpresión por excelencia de la nueva imagen delorbe. Era un mundo que ya involucraba el granchoque cultural de América y Europa. Con ello, otroprincipio fundamental se hacía evidente: el progresodel conocimiento era también el progreso de lacartografía como medio de expresión.

Desde algunos años antes deldescubrimiento de América, la cartografía italianapredominaba en el mundo, como también losnavegantes más prestigiosos eran de la PenínsulaItálica. Quizá podría decirse que la cartografíaitaliana fue la primera que hizo escuela, sobre todoen su versión urbana, como la que se creó sobreRoma y Venecia.

Este predominio se cerró hacia 1570, alentrar en juego una nueva técnica agregada a lacartografía. Se trata del ejercicio de las proyecciones,una técnica que, aunque ya había sido empleada porlos griegos con propósitos cartográficos, ahora laredescubrían los maestros de la pintura delRenacimiento. En su búsqueda de la perfección,los pintores renacentistas se habían encontradocon el problema de plasmar cuerpos tridimensionalesen un plano como el que constituye el lienzo o elmuro. Lo habían resuelto proyectando la imagen delcuerpo en el plano.

Era reciente la confirmación, yaincontrovertible, de la esfericidad de la Tierra, y loscartógrafos supieron desarrollar procedimientos deproyección propios y adecuados. El resultado fuede mapas mucho más precisos, trazados tomando encuenta la curvatura de la superficie terrestre.

Con esta técnica y a partir de ese momento,se impone la escuela cartográfica holandesa. AbrahamOrtelius la inicia con la obra Theatrum OrbisTerrarum. Pronto le sigue y supera Gerardo Mercatoral publicar su Atlas en 1585, un trabajo de granrigor científico que a la vez retiene la estética del artecartográfico más depurado.

La escuela cartográfica holandesa tendríalarga vida y sería un oficio preponderantementefamiliar. La obra de Mercator fue continuada por sushijos y después por sus nietos. El taller fundado porMercator pasó después a manos de Jodocus Hondius,cartógrafo de gran trascendencia también. Por suparte, otras familias especializadas en el oficiosurgieron en Holanda, como los Visscher, PetriumPlancius, Peter Schenk, Frederik de Wit, Joan JanszonBlaeu, cuyos hijos Joan y Cornelius llevaron lacartografía holandesa a su máximo esplendor en elsiglo XVII.

Abraham Ortelius.

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La Ilustración y épocas posteriores

En su desarrollo, el siglo XVIII traería un nuevoimpulso a las ciencias y a la libertad de pensamiento,en la época denominada La Ilustración o el Siglo delas Luces. Otras técnicas y tendencias seincorporaron a la cartografía y entonces laescuela cartográfica francesa tomó la batuta en elcontexto mundial.

Ya desde el siglo XVII Nicolás Sansond’Abbeville la había iniciado, pero fueron susdescendientes quienes convirtieron a la cartografíafrancesa en la más importante del siglo XVIII. Noobstante que en su elaboración varias vecesintervinieron connotados artistas como FranciscoBoucher y Carlos Nicolás Cochin, la cartografía dela Ilustración tiende a buscar mucho más laprecisión y el rigor y mucho menos la estética; lacartografía es más científica y menos artística.La innovación más importante de esta escuela es laintroducción desde 1747, de levantamientostopográficos y geodésicos en el campo, necesariospara referir geográficamente los mapas.

A partir de la primera mitad delsiglo XIX decayó la influencia de la escuelafrancesa y llegó la hora de los cartógrafos ingleses,que ya habían estado en la palestra desde el siglo XVII.Muy sobresalientes fueron desde el mismo siglo XVIIIThomas Kitchin y James Rennel. La cartografíainglesa conservó el rigor y exactitud queestablecieron los franceses durante La Ilustración,pero autores como Aaron Arrowsmith y John Tallisbuscaron cómo retener un cierto gusto artístico ydecorativo. Este último logró crear la publicaciónmás renombrada de su época y de su escuela, elIllustrated Atlas, publicado en 1850.

Aunque también franceses y alemanespublicaron cartografía de excelencia, a partir de lasegunda mitad del siglo XIX las grandes casaseditoriales de Nueva York y Filadelfia se adueñaronde la producción y sobre todo del negocio de lacartografía. A finales de ese siglo empezó a destacarla casa Rand Mc Nally, que ha mantenido su prestigiointernacional a lo largo de todo el siglo XX.

La cartografía mexicana

En México la cartografía tiene sus propiascaracterísticas, como habrá de verse en eldesarrollo de esta obra. Si bien se inscribe en elcontexto del pensamiento cartográfico de occidente,su origen se encuentra en las formas de expresiónempleadas por los antiguos pobladores deMesoamérica para representar el conocimientogeográfico, expresiones que, con la conquista de losterritorios y la imposición de nuevas formasculturales, fueron abandonadas en provecho de los

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nuevos modos de hacer geografía y cartografía y de laadopción de los métodos y reglasde la cultura europea. Así, la cartografíaprecolombina cedió su lugar a la incipiente cartografíamexicana durante la Colonia y al desarrollo queexperimentó durante los casi primeros 80 años devida independiente en el siglo XIX.

El carácter, modalidades y evolución dela cartografía en México durante este periodo,constituyen, por decirlo así y aún en contra de fuerteslimitaciones y épocas históricas difíciles, la basesobre la cual se habría de fincar el conocimientogeográfico nacional del presente, acrecentado hoy conel esfuerzo e interés de los mexicanos y susinstituciones por conocer a fondo el territorionacional y administrarlo apropiadamente para subeneficio y el de las futuras generaciones.

Cartografía precolombina

Los primeros cartógrafos del territorio que hoypertenece a nuestro país fueron los pintores decódices prehispánicos, los tlacuilos.Lamentablemente, muy pocos de los trabajoselaborados antes de la conquista sobreviven en laactualidad. Sin embargo, aunque modificados einfluidos por la cultura europea, sus técnicas y sussentimientos cartográficos continuaron presentes engran cantidad de documentos que se generaron entrelos siglos XVI al XVIII, para servir de fundamento a lapropiedad de la tierra por las comunidades indígenas,señalar señoríos y jurisdicciones territoriales y unagran variedad de propósitos más, en una suerte decartografía catastral.

Todavía algunos de ellos siguen en poder delas comunidades, celosamente guardados comotesoros y cumpliendo su misión original de respaldarlos derechos que tienen los comuneros sobre sustierras. Otros muchos, en cambio, se puedenencontrar en las bibliotecas, mapotecas y archivoshistóricos de todo el mundo. El Archivo Histórico deIndias de Sevilla cuenta con un importante acervo deestos mapas indígenas generados y enviados a Europadurante los tres siglos de dominación española.

El análisis de la cartografía indígena anterioro posterior a la conquista permite identificar una grancantidad de elementos significativos, utilizados demodo común y sistemático a manera de signos ysímbolos convencionales, que a su vez son expresivoscon respecto a la cultura, la ciencia y la filosofía dequienes los elaboraron. Uno de estos elementos esel que muestra la ubicación de los pueblos olocalidades mediante el dibujo de un cuadrado querepresenta a la plaza central, con una pirámide enmedio que simboliza al templo o teocalli. Ese símbolofue sustituido en la época colonial por el dibujo de untemplo cristiano, caracterizado por un campanario y/ouna cúpula con su cruz.

Por otra parte, el glifo, elemento pictográficoque representaba el topónimo o nombre del lugardesde la época prehispánica, continuó dibujándose,pero ahora añadiéndole la traducción a la lenguaespañola o bien anotando con escritura alfabética elnombre en cuestión. También era muy significativa laforma de representar los cerros o elevaciones, conla concepción mitológica de que las montañas estabanllenas de agua. Con esta idea, solían dibujarse loscerros con una forma cónica, inspirada en la de unavasija invertida; incluso se dibujaban unas rugosidadesque podían ser las “asas” de esa vasija y en la parteinferior una cierta abertura o boca, generalmente decolor rojo.

En su representación, los cerros solíanadoptar el color verde cuando se encontrabancubiertos de vegetación, o el amarillo siestaban desprovistos de ésta. Si se trataba de un conocinerítico o volcán de arena, se le añadían puntosrepresentativos de esa condición. Cuando se ledibujaban llamas, estas indicaban que el volcánestaba en actividad. Muy peculiar era larepresentación del camino u otli, que solía trazarsemediante dos líneas paralelas al centro de las cuales sedibujaban huellas de pies descalzos. Con esterecurso, además de simbolizar al camino, se indicabala dirección. Otro recurso sistemático era, porejemplo, dibujar un maguey cuando quería señalarseque había un campo sembrado de esa planta, o biendibujar un árbol para indicar que existía un bosque ouna extensa arboleda.

Pág 26: Códice Xólotl, ejemplo de un documento cartográficoelaborado con la técnica indígena prehispánica, aunque data de laprimera mitad del siglo XVI.

Abajo: Mapa de Popotla. Copia realizada en el siglo XVIII sobre unoriginal del siglo XVI. Se observan los recursos propios de latécnica indígena, apenas influida por la cultura europea.

Mapa de Tezontepec, Distrito de Pachuca, 1570. Martín de Salinas,alcalde mayor, signatario. Los recursos indígenas se fundenpaulatinamente con técnicas europeas.

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Cartografía en laConquista y enla Colonia

Tanto el conquistador Hernán Cortés como elcronista Bernal Díaz del Castillo mencionan que

los españoles se sirvieron de cartografía indígenareferida al actual estado de Guerrero, así comode documentos que abarcaban hasta Las Hibueras(el actual territorio de Honduras). Ambos afirmantambién haber utilizado un mapa mexica quedefinía el trazo de todo el litoral del Golfo de México.

Mapa de México Temixtitan, atribuido a Hernán Cortés, 1524.Primer mapa de estilo europeo elaborado en México. Obsérveseque la parte que describe el Golfo está orientada al sur y que laque muestra la ciudad está invertida. Esto es un error de origen.

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El mapa de la ciudad de México-Temixtitanatribuido a Cortés y publicado en Nuremberg en 1524,de claro propósito estratégico-militar, puedeconsiderarse como el primer documento cartográficode estilo europeo que se haya elaborado en elterritorio nacional. Además de representar a la

ciudad mexica, traza también el contorno delGolfo de México, con las principales corrientesque en él desembocan. Ya que Cortés y sushuestes no habían explorado todavía el litoralrepresentado, obviamente estaban copiándolo deotra fuente.

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Como era de esperarse, en los primeros añosdespués de la Conquista, los cartógrafos europeostuvieron que limitarse a representar a la Nueva Españatrazando exclusivamente el contorno de sus costas.Fue hasta 1579 que en el Theatrum Orbis Terrarumde A. Ortelius pudieron conocerse por fin una buenacantidad de detalles, rasgos interiores y topónimosnovohispanos representados en el mapa HispaniaNovae publicado como parte de ese Atlas.Eran tiempos en los que las tierras desconocidasatraían a exploradores y aventureros, que al penetraren ellas, reunían en mapas tanto sus impresiones deviaje como sus fantasías, sintetizando en documentoscartográficos imaginación y realidad.

Para finales del siglo XVI y principios delXVII, la Corona española requirió una serie deinformes detallados a sus colonias americanas

para diversos fines. Las disposiciones realesespecificaban la exigencia de recabar informacióncompleta respecto a diversos aspectos geográficos:orografía, bahías, caminos, asentamientos, tierras,habitantes, minas y otros temas, a los que deberíanresponder las autoridades civiles y eclesiásticas. Deesa labor resultaron documentos notables,denominados “Relaciones Geográficas”, como las delos reinos de Nueva Galicia, Nueva Vizcaya, NuevoLeón, etcétera.

Mal informados por corsarios, piratas yaventureros, los cartógrafos ingleses empezaron arepresentar a la Baja California como isla. Este errorprevaleció durante mucho tiempo, no obstante queel padre Eusebio Kino lo desmintió categóricamente alfinalizar el siglo XVII. Fue tal la fuerza del mito, queel rey Fernando VI optó por expedir una real cédula

The New World,1616. Gabriel Tatton. Imagen europea del territoriode la Nueva España.

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América Septentrionalis, 1638. san Jansson. La península deCalifornia se muestra como una isla.

Carta de la California, en la que la península ya aparece en sucarácter real, mostrando que California no es una isla.

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en 1747, en la cual aclaraba la verdadera índolede la península de Baja California.

Quizá en algunas ocasiones, los mitos quesurgían así eran una manera de garantizar laexploración de territorios sin costo para la CoronaEspañola. Abundaban en la Nueva España ambiciosos yaventureros siempre dispuestos a obtener riquezasfáciles y rápidas por un golpe de fortuna, pero no aamasarlas con base en el trabajo cotidiano. Por elloestaban listos para partir en cualquier momento,sufragando por sus propios medios expediciones queiban en persecución de quimeras, como las sieteciudades de oro de Cíbola y Quivira. Ya desde los añosinmediatos a la conquista, Francisco de Coronado seencargó de organizar una de esas expediciones quesalió de la ciudad de México en 1540.

Al iniciarse el siglo XVII resurgieron confuerza estos mitos que atraían a toda clase deaventureros, quienes partían hacia el septentriónnovohispano en pos de las citadas Cíbola y Quivira, elEstrecho de Anián o de Fuca, la California de las

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Sergas de Explanián. O bien, llevaban susexpediciones hacia el sur atraídos por la posibilidadde llegar hasta El Dorado.

Mientras tanto, uno de los problemas realesque más temprano motivó la producción cartográficaen la Nueva España fue el desagüe del Valle deMéxico. El cosmógrafo alemán Heinrich Martin, mejorconocido por su nombre españolizado de EnricoMartínez, fue el primer cartógrafo acucioso y científicoal presentar a las autoridades virreinales su proyectode El Tajo de Nochistongo. A lo largo del periodocolonial, le sucedieron en el mismo propósito otroseminentes estudiosos, como Carlos de Sigüenza yGóngora, Joseph Antonio de Alzate y Ramírez, JoaquínVelázquez de León y varios más.

Precisamente a Carlos de Sigüenza y Góngorale corresponde el mérito de haber sido el primercartógrafo mexicano que planeó y realizó una cartageneral del actual territorio nacional. Sigüenza yGóngora, nacido en la Ciudad de México en 1645 ysobrino del poeta culterano español Luis de Góngoray Argote, fue considerado cosmógrafo real desde1680, y en 1692 emprendió una expedición deestudio a la actual Bahía de Pensacola en el territoriode Texas, auspiciada por el virrey conde de Galve. Alaño siguiente viajó hasta la Bahía de Santa María deGalve, en la costa del territorio de la Luisiana, conel mismo patrocinio.

Sobre la base de las observaciones realizadasdurante estos viajes, así como en los documentos ycartas que había venido reuniendo desde 1680, trazóla primera carta general de la Nueva España. Eldocumento fue entregado a las autoridades virreinales,que se encargaron de hacerlo llegar hasta el rey.Nunca fue impreso, pero a su autor le valió el honorde ser invitado por el rey de Francia Luis XIV aingresar en la Real Academia de Ciencias de París.Posteriormente, la carta general de Sigüenza yGóngora resultó ser la base fundamental en la que seapoyaron las primeras cartas generales novohispanasdel siglo XVIII, como la de Joseph de Villaseñor y la deJoaquín de Alzate.

Durante la época colonial unaimportante fuente de producción de mapas estuvoradicada en las parroquias o curatos, por lanecesidad de definir y asentar los límites yjurisdicciones de las autoridades eclesiásticas, talescomo las provincias del clero regular o las diócesisdel clero secular. La cartografía generada con ese finaporta además datos trascendentales acerca de lalocalización de antiguos pueblos indígenas, laextensión territorial de los grupos étnicos o la de laslenguas que hablaban.

Entre toda la cartografía eclesiástica colonialdestacan los documentos elaborados por losmiembros de la Compañía de Jesús, y el lugar dehonor en la cartografía jesuita le corresponde al

padre Francisco Eusebio Kino, nacido en Suiza en1645 y llegado a la Nueva España en 1681. Kinoprodujo 31 mapas de todo el noroeste de la NuevaEspaña que constituyeron una de las contribucionesmás importantes al conocimiento geográfico delterritorio. En su momento fue, junto con Sigüenza yGóngora, uno de los primeros cartógrafos delterritorio nacional a gran escala.

Aparte de esta contribución, el más notablede sus logros fue probar de modo incontrovertible quela Baja California es en realidad una península. Alcostear el litoral a bordo de la embarcación de Isidrode Atondo y Antillón, Kino elaboró el mapa Passo portierra á la California, y sus confinantes nuevasNaciones, y nuevas Misiones de la Compañía deJesús en la América Septentrional, descubierto,añadido, y demarcado por el Padre Francisco Kinodesde el año 1698 hasta el de 1701.

Don Carlos de Sigüenza y Góngora, primer cartógrafo mexicano.

Pág. 32 (arriba): Li Secti Citá Nominati Civola. Cartográfia querepresenta la supuesta ubicación de las siete ciudades de Civola.

Pág. 32 (abajo): Mapa del valle de México. Elaborado originalmentepor Sigüenza y Góngora para su proyecto de desagüe.

Mapa del padre Eusebio Kino, que acabó con el mito de la islade California.

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Mientras tanto, antes de inaugurar elpredominio de la cartografía del neoclásico en laNueva España, el geógrafo y cartógrafo másimportante fue sin duda Joseph Antonio de Villaseñory Sánchez, quien en 1749 publicó el TheatroAmericano, que fue en su momento el más

detallado y profundo estudio geográfico de la NuevaEspaña hasta entonces emprendido. La obra fueacompañada por el mapa Yconismo Hidroterreo oMapa Geographico de la América Septentrional.Otra de las obras maestras de Villaseñor, y de lacartografía barroca novohispana en general, fue elMapa de la Muy Noble, Leal e Imperial Ciudad deMéxico, publicado en 1753.

En la segunda mitad del siglo XVIII lacartografía novohispana tuvo destacadosexponentes como Joseph Antonio de Alzate y Ramírezy Joaquín Velázquez de León, pero además saltaron ala palestra otros cartógrafos completamenteformados en la academia neoclásica y espléndidosejecutantes de ella, como el ingeniero MiguelConstansó y el teniente coronel de Dragones DiegoGarcía Conde. Además, se realizaron diversos viajesde exploración a los confines no bien definidos delterritorio de la Nueva España, que produjeron otrosmapas relevantes.

Los primeros itinerarios y levantamientostopográficos, técnica propia de la que podríadenominarse cartografía neoclásica o “cartografíailustrada”, los realizó la Subinspección de IngenierosMilitares de la Nueva España. Correspondióinaugurarlos al coronel de ingenieros Miguel deSantiesteban, probablemente en el año de 1769.

Debido a las políticas marcadas por la nuevadinastía reinante en España, en la segunda mitad delsiglo XVIII la minería se convirtió en la actividadeconómica más importante para la Nueva España.

Yconismo Hidroterreo, o Mapa Geográfico de la AméricaSeptentrional. 1749. Elaborado por Joseph Antonio de Villaseñory Sánchez.

Mapa de la Muy Noble, Leal e Imperial Ciudad de México. 1753.De Joseph Antonio de Villaseñor y Sánchez.

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Esta situación, aunada al avance en las técnicascartográficas y de agrimensura, fructificó en laacelerada producción de cartografía local creada enel contexto de la exploración y explotación intensivade los recursos minerales de la colonia.

La ausencia de un conocimiento adecuado delterritorio sobre el que pretendían gobernar lasautoridades virreinales constituía el más graveescollo, si se trataba de consolidar su dominio einiciar su explotación. De este modo, con fines muydiferentes de los que motivaron a los aventureros delos siglos XVI y XVII, se emprendieron diversosviajes de exploración a los confines de la NuevaEspaña. Por el Pacífico norte navegaron parareconocer las costas Juan Francisco de la Bodega yCuadra, José Camacho, el alférez Juan Pérez y elcapitán Alejandro Malaespina, entre otros.

Estos condujeron las naves españolashasta más allá de los 60º de latitud norte, yrepresentaron sus hallazgos en cartas que ibandescubriendo a las autoridades las costas de loque de antemano consideraban sus dominios.Mientras tanto, por tierra se desplazaban en largos

y difíciles viajes de reconocimiento José deEscandón, Juan Bautista de Anza, Bernardo de Mier yPacheco –que realizó un Mapa del Reino del NuevoMéxico– y el ingeniero Nicolás Lafora, quienrecorrió el septentrión de la Nueva España encompañía del marqués de Rubí en los años 1766 al68, y creó mapas de gran calidad y precisión quedescubrieron a los virreyes rasgos y regiones hastaentonces desconocidas.

Con estos nuevos datos se produjo tambiénel Nuevo Mapa Geográfico de la AméricaSeptentrional, perteneciente al Virreynato deMéxico dedicado a los sabios miembros de laAcademia Real de las Ciencias de París por su muyrendido servidor y Capellán Don Joseph Antonio deAlzate y Ramírez, Año de 1768.

Mapa de la frontera del Virreinato de Nueva España construido porel ingeniero ordinario Dn Nicolás de Lafora sobre las observacionesde latitud que hizo, rumbos y distancias que observó en su viaje aaquellos países en el que se manifiesta el proyecto de dichoingeniero aprobado en la junta del día 27 de julio de 1771.

Plano Geographico de la Mayor Parte de la América Septentrional.De Joseph Antonio de Alzate y Ramírez.

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Joaquín Velázquez de León dio forma en 1772a la Carta General de la Nueva España, que en sumomento recibió la alabanza del Barón de Humboldt.Se produjo también la Carta o Mapa Geográfico deuna Gran Parte del Reino de N. E. comprendidoentre los 19 á 42 grados de latitud Septentrional yentre 249 y 289 grados de longitud del Meridiano deTenerife; formado por orden del Exmo. Señor Bº.Frei Dn. Antonio María de Bucareli y Urzúa, paraindicar la División del Virreinato de México, y delas Provincias Internas, erigidas en ComandanciaGeneral en virtud de Reales Ordenes el año de 1777.Construido por el Ingeniero Dn. Miguel Constansó, yva aumentado con varias noticias que adquirió ensus viajes á dichas provincias el IngenieroOrdinario Dn. Manuel Mascaró.

En 1793 García Conde elaboró un PlanoGeneral de la Ciudad de México, incomparablehasta entonces, y produjo la Carta del terrenocomprendido entre el Meridiano de México y elde Veracruz, levantado por D. Diego García Conde,teniente coronel y director de caminos; trabajorealizado al alimón con el auxilio del ingenieroMiguel Constansó.

No menos destacada es la Carta de Todo elReino de la Nueva España, desde los 16º á los 40º delat. por D. Antonio Forcada y la Plaza, 1787, quienfue también autor de una estupenda Carta de laAudiencia de Guadalajara, 1790. No se puede dejarde mencionar la Carta o Mapa Geográfico de unaGran Parte del Reino de la Nueva España, 1793,formado por Carlos de Urrutia, de acuerdo con lasinstrucciones del Virrey Revillagigedo.

Todo el conocimiento y datos obtenidosdesde la carta general de Sigüenza y Góngora fueronreunidos por el científico alemán Alejandro deHumboldt, quien llegó a la Nueva España en marzode 1803 gracias a un pasaporte especial otorgadopor el rey Carlos III, que le permitió estudiar la flora,fauna y recursos minerales de los dominios españolesen América. En 1804, Humboldt logró alcanzar laculminación de estos conocimientos en laproducción de las obras Atlas Geográfico y Físico delReino de la Nueva España y Carta General de laNueva España. El barón de Humboldt fue el últimocartógrafo de la Nueva España. Unos cuantos añosdespués de su partida estalló la revolución deIndependencia y en septiembre de 1821, la coloniaespañola dejó de existir para dar paso a un nuevo paísindependiente en América.

(Derecha abajo): Carta o Mapa Geográfico de una Gran Parte delReino de la Nueva España, elaborado por Miguel Constansó. 1777.

Plano General de la Ciudad de México, Levantado por elTeniente Coronel de Dragones Diego García Conde en el Año de 1793y Grabado en el 1807 de Orden de la Misma Nobilísima Ciudad.Grabado por Joaquín Fabregat y Decorado por Rafael Jimenoy Planes.

Barón Alejandro de Humboldt, gran estudioso de la geografía ycartografía mexicanas.

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Cartografía del México independiente

Al momento de alcanzar su independencia,México era un país prácticamente desconocido parasus propios nacionales. Se constituía por uninmenso territorio que superaba los 4 millones dekilómetros cuadrados, pero sus límites y fronteras noestaban perfectamente definidos y mucho menosdominados. Con las comunicaciones terrestresrudimentarias, limitadas y escasas de la época,porciones enormes de la superficie nacional seencontraban completamente despobladas. Muchasotras representaban una incógnita y aun resultabaninsospechadas para los que tenían la misión yresponsabilidad de organizar política yeconómicamente el territorio, la sociedad y losrecursos del nuevo país. En estas condiciones, desde1822 se estableció la primera comisión encargadade formar la carta general del nuevo país.

La dirección de esta empresa se otorgó aDiego García Conde, quien solicitó contar conla colaboración de Tomás Ramón del Moral, otrocartógrafo distinguido. Empero, la inestabilidadpolítica que se vivía no les permitió llevar muylejos sus trabajos.

En octubre de 1824 se decidió que el nuevopaís se llamara Estados Unidos Mexicanos y seestableció una Constitución liberal que dividía alterritorio de la nación en 25 entidades; 22 estadossoberanos y tres territorios federales. Elestablecimiento del sistema y el pacto federalmotivó la producción de cartografía regionaldirigida a la representación de algunas de las nuevasentidades federativas.

En este proceso intervinieron cartógrafos querealizaron obras de alta calidad. Entre ellos destacanIsidoro Esptein (Aguascalientes), José María Narváez(Jalisco, Colima y Zacatecas), Eduardo Harcourt(Colima), Secundino Orantes (Chiapas), AntonioGarcía Conde (Chihuahua), Juan Buchan (Durango),José Guadalupe Romero (Guanajuato), TomásRamón del Moral (Estado de México), Juan JoséMartínez de Lejarza (Michoacán), Manuel Mier yTerán (Nuevo León), Bernardo Othón (Tamaulipas),Santiago Nigra de San Martín (Yucatán), JuanOrbegoso y Manuel Ortega (Oaxaca), Pascual Almazán(Puebla), Ciriaco Iturribarría (San Luis Potosí),Francisco Camargo y Juan María Balbontin(Guerrero), Federico Weidner (Sinaloa), RomualdoCarrasco (Tabasco), Ignacio Ramírez (Tlaxcala) yFrancisco Díaz Covarrubias (Valle de México).

No obstante lo plausible de la actividadcartográfica, es de notarse que los cartógrafosrestringían sus trabajos precisamente a las regionesmás conocidas del país. Quedaba así olvidado elconfín ignoto que era el que más urgía atender. Másinteresados parecían estar los gobernantes de EstadosUnidos que, aprovechando la información geográfica y

la cartografía levantada por Humboldt, en pocotiempo ya tenían editado el Mapa de los EstadosUnidos de Méjico, según lo organizado y definidopor varias actas del Congreso de la dicha República:y construido por las mejores autoridades. Lopublican White, Gallaher y White. Nueva York, 1828.

Por fin, en 1833 se decidió realizar otrointento por avanzar en el conocimiento geográfico delpaís y la formación de la carta general. Se creó elInstituto Nacional de Geografía y Estadística bajo ladirección de José Gómez de la Cortina, conde de laCortina, quien se encargó de organizar el acopio delos datos previamente levantados y la reunión dealgunos de los materiales cartográficos existentes, paraelaborar a partir de tales insumos un proyecto decarta general en la proyección de Mercator.

No se avanzó más allá, sino hasta que en1839 se formó la Comisión de Estadística Militar,adscrita al Ministerio de Guerra, en la que tambiénse propuso la realización de una carta general de laRepública. Finalmente, de la comunicación y la uniónde los intereses del Instituto y de esta última Comisión,nació la más relevante institución científica del país enel siglo XIX, la Sociedad Mexicana de Geografía yEstadística (SMGE).

Vigente hasta nuestros días, la SociedadMexicana de Geografía y Estadística se consideraformalmente fundada en el año de 1833, en razón deque desde esa fecha se efectuaron sus primerostrabajos. El nuevo organismo quedó bajo el amparode los ministerios de Guerra, Relaciones y Fomento,en tanto que para crear el marco jurídico quereconociera su identidad y funciones, se promulgó

Escudo de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística.

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una ley por la cual se destinaban fondos públicospara cubrir sus necesidades presupuestales, locual, por las condiciones de inestabilidad política ysocioeconómica que atravesaba el país, raras vecesllegó a concretarse.

No había logrado la SMGE avanzar en elprimero y fundamental de sus proyectos cuandoMéxico perdió por vez primera parte de su territoriocon la guerra que, con la rendición de Santa Anna en1836 y su firma para garantizar su independencia,separó a Texas del contexto nacional. Añosdespués, en 1847, nuestro país se vio invadido por elejército de los Estados Unidos de América. Al añosiguiente, con el Tratado de Guadalupe Hidalgo,firmado el 2 de febrero, México perdió más de lamitad de su territorio original.

Dado que la República Mexicana carecíade una carta general propia, la cartografía base quese utilizó en dicho tratado fue el Mapa de losEstados Unidos de Méjico, según lo organizado ydefinido por varias actas del Congreso de la dichaRepública: y construido por las mejoresautoridades. 1847, actualización del de 1828,

publicado por John Disturnell. Era un mapa tandeficiente que en el punto del Paso del Norte(actual Ciudad Juárez) tiene un error deubicación nada menos que de 160 kilómetros.Con cartografía semejante como fundamento,pronto surgieron confusiones con el territoriode La Mesilla, que también se perdió unosaños después, e incluso de allí se derivó elproblema de El Chamizal, que dilató más de unsiglo en ser resuelto.

Por fin, gracias al apoyo decidido delentonces presidente de la República, general MarianoArista, la SMGE concluyó los trabajos de la CartaGeneral de la República Mexicana formada por lasección geográfica de la Sociedad Mexicana deGeografía y Estadística, con vista de lo que arreglóla misma sección en el año anterior y demás datosadquiridos posteriormente. Año de 1850.

Sin embargo, las estrecheces económicasdel país obligaron a los miembros de la SMGE aperegrinar con su manuscrito ante editores de EstadosUnidos y de Europa en busca del precio máseconómico de impresión y publicación de la Carta

Mapa de los Estados Unidos de México, publicado por JohnDisturnell, que se utilizó como base para el Tratado de GuadalupeHidalgo, 1847.

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General. Finalmente, el documento nunca llegó a serimpreso debido a que los fondos que se destinaron aese propósito desaparecieron súbitamente duranteuna de las tantas tormentas políticas quecontinuamente azotaban al país.

En el periodo inmediato posterior, destacóun ilustre mexicano nacido en 1832, que ya desdeentonces era uno de los mayores conocedores dela geografía de México, el ingeniero AntonioGarcía Cubas.

En 1856, a sus escasos 24 años de edad,García Cubas dirigió y publicó una obra constituidapor 29 mapas estatales y dos cartas generales adistintas escalas, el Atlas Geográfico e Histórico dela República Mexicana, formado con permisodel Ministerio de Fomento, en vista de las cartasmás exactas de los Estados y de los trabajos de losseñores Moral, Humboldt, García Conde, Terán,Rincón, Narváez, Camargo, Lejarza, Orbegoso,Iberri, Harcourt, Mora y Villamil, Robles,Clavijero, Prescott, Alemán, etc., etc., de los datosoficiales y carta general levantada por la Comisiónde Estadística Militar, que obran en dichoMinisterio y en la Dirección General de Ingenieros,y de otras noticias curiosas e importantes que sehan podido reunir.

Aquella obra constituyó una labor colectivaque en su momento representó la culminación deltrabajo de investigación y conocimiento geográfico delpaís. Adolecía, sin embargo, de algunas deficienciasque de inmediato fueron descubiertas y criticadas.Como respuesta, García Cubas se concentró en larealización de una mejor carta general dela República; y en esta ocasión contó con la

colaboración del ingeniero FranciscoDíaz Covarrubias, autor de la estupenda Carta delValle de México de 1857. Díaz Covarrubias seencargó de realizar la proyección cartográfica a finde presentar el mapa a la escala de 1: 2,000,000.La Carta General de la República Mexicana deGarcía Cubas, elaborada en 1858 y finalmentepublicada en 1863, fue desde entonces y por muchotiempo el mejor mapa de México.

Pero 1863 fue una fecha crítica para nuestropaís. Ese año las tropas francesas se adueñaron de la

Portada del primer boletín de la SMGE, 1839.

(Izquierda): Ingeniero Antonio García Cubas, ilustre cartógrafomexicano del siglo XIX.

Carta General de la República Mexicana, 1863. De AntonioGarcía Cubas.

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ciudad de México. Colaborar con los intervencionistasno resultaba del agrado de Antonio García Cubas, queprefirió dedicarse a trabajos particulares propios desu profesión de ingeniero. Lo mismo ocurrió conel ingeniero Díaz Covarrubias, quien era enemigoirreconciliable de los conservadores y optó porausentarse de la ciudad. García Cubas, sin embargo,no pudo evitar que los franceses utilizaran larecientemente publicada Carta General parasus propósitos.

Manuel Orozco y Berra, originario de laciudad de México, nacido en 1816, fue unincansable estudioso y trabajador intelectualque detentaba los títulos de ingeniero agrónomo porel Colegio de Minería de la ciudad de México y el delicenciado en derecho por el Seminario Palafoxianode Puebla. Siempre defendió ante los franceses lacapacidad de los científicos mexicanos.

Un ejemplo de esto ocurrió cuando losintervencionistas crearon en París una comisióncientífica sobre México, que empezó a trabajar condatos y medidas que iban obteniendoapresuradamente los ingenieros militares franceses.De inmediato Orozco y Berra se opuso a esas

actividades, por considerar absurdo quepretendieran empezar desde cero, cuando existían tannumerosos como valiosos estudios elaborados por loscientíficos mexicanos de todos los tiempos.

La aportación más notable que realizó ManuelOrozco y Berra al gobierno de Maximiliano fue la deplanear y elaborar una nueva división política delterritorio nacional. Esta división, que pretendíaapoyarse en criterios sociales, políticos y geográficosrigurosamente científicos, creó 50 departamentos yfue promulgada por la Ley del 3 de marzo de 1865,que tomó como base la Carta General de AntonioGarcía Cubas, en tanto que –se aclaraba– era posibleformar la carta oficial del Imperio.

En 1867, por cierto, se publicó una CartaGeneral del Imperio Mexicano, que ha sidoequivocadamente atribuida a Orozco y Berra. Estedocumento, íntegramente derivado de la cartageneral de Antonio García Cubas, fue en realidaduna edición comercial de la empresa LitográficaDecaen y Debray. Tan es así, que poco después, yaderribado el Imperio, la misma Carta se reeditósustituyendo en el título “del Imperio Mexicano” por“de la República Mexicana”.

Manuel Orozco y Berra.

Carta General del Imperio Mexicano, de 1864.

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La obra cartográfica efectivamente realizadapor Orozco y Berra para el Imperio fue la CartaEtnográfica de México, publicada en 1864. Estetrabajo, de excelencia para su época, fue producidocon la participación de Fernando Ramírez. De la CartaEtnográfica de México puede decirse que constituyóla primera obra cartográfica de índole temática querepresentaba todo el territorio de nuestro país.

Si el Imperio tuvo alguna vez un proyectodefinido para formar su propia carta general, esposible que a fin de cuentas haya servido para laelaboración de la Carte du Mexique, de M. Niox,publicada en París en 1873, obtenida a partir de lasobservaciones y datos reunidos por el Ejercito Francésdurante su permanencia en México.

Derrotado el proyecto político conservadory restaurada la República, se dieron las condicionespara iniciar nuevas actividades destinadas al progresodel país. Ejemplos de ellas son el trabajo de lascompañías deslindadoras y la ejecución de obras deinfraestructura, tales como el tendido de lasprimeras vías férreas, que, por otra parte,contribuyeron a elevar sensiblemente lostrabajos cartográficos, aunque limitados a algunasregiones del país. Así, en las últimas décadas del

siglo XIX se elaboraron primordialmente algunascartas ferroviarias, mineras y geológicas.

Cada día era más evidente que superadaslas contiendas políticas del siglo, México estabatomando al fin la senda de la prosperidad. Sinembargo, el camino elegido tenía que pasarnecesariamente por profundizar el conocimientogeográfico del territorio.

Fue en este contexto que el general VicenteRiva Palacio, a la sazón ministro de Fomento, mandócrear una sección cartográfica en cuya direccióncolocó al ingeniero y coronel Agustín Díaz. El coronelDíaz, que había adquirido una amplia experienciatrabajando en la Comisión de Límites, realizadoradel trazo definitivo de la frontera con los EstadosUnidos, presentó a Riva Palacio un ambiciosoproyecto para llevar a cabo el levantamiento detodo el país. Tal proyecto se convirtió en la base yel objetivo fundamental para que, por decreto del15 de diciembre de 1877, se creara la ComisiónGeográfico-Exploradora.

Los trabajos de la ComisiónGeográfico-Exploradora –que a fin de cuentasterminaría por convertirse en un organismo

Carta Etnográfica de México. 1864. Elaborada por Manuel Orozcoy Berra.

Coronel e ingeniero Agustín Díaz, creador de la ComisiónGeográfico-Exploradora.

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dependiente de la Secretaría de Guerra– porsus métodos, recursos tecnológicos yprocedimientos marcó un parteaguas en lahistoria de la cartografía mexicana. Fue unorganismo cuyo desarrollo y aportaciones alconocimiento geográfico del país se dieron enel contexto de una época distinta de ésta a la que seremite el presente análisis. Vale pues la penaesperar el próximo capítulo para enterarse másacerca de ella y de sus alcances y logros.

El trabajo culminante y más completo delsiglo XIX fue el Atlas Pintoresco e Histórico de losEstados Unidos Mexicanos, obra maestra y sinpar en su época, debida a la sapiencia e

infatigable creatividad de Antonio García Cubas.Reúne 13 láminas a todo color con cartas generalestopográficas y temáticas de todo el territorionacional, enmarcadas con bellas litografíasoriginales, ilustrativas de los temas abordados. Esostemas, que trata con admirable precisión, son deíndole económica, política y social. La edicióncorrió a cargo de la compañía Debray Sucesores ysalió a la luz en 1885.

Por último, justamente en el año de 1899 sedieron los dos acontecimientos que cierran laactividad geográfica del siglo XIX. Se trata de lafundación de la Comisión Geodésica Mexicana y lapublicación por parte de la Secretaría de

Carta Etnográfica. Atlas Pintoresco e Histórico de los EstadosUnidos Mexicanos.

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Fomento de una nueva Carta General de laRepública Mexicana, a la escala de 1:2,000,000 queen realidad constituía una actualización de la quepublicó García Cubas en 1863.

Culminaba así el siglo en el que Méxicologró ser independiente, pero en el que tuvo quepagar un precio desmesurado por su rezago político,socioeconómico y su ignorancia geográfica. El sigloque empezó con Humboldt y terminó conGarcía Cubas había dado muchas aportaciones,pero también muy amargas lecciones a losmexicanos que, sin embargo, tenían en elhorizonte toda la perspectiva del siglo XXpara aprovecharlas.

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