IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

19
ULAS ERANO MINISTERIO DE EDUCACIÓN. CULTURAY DEPORTE

Transcript of IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

Page 1: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

ULAS

ERANO

MINISTERIODE EDUCACIÓN.CULTURAY DEPORTE

Page 2: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

EL IMPACTO SOCIAL DE LACULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA

MINISTERIODE EDUCACIÓN,CULTURA Y DEPORTE

SEOlfTAMA GENERALDE EDUCACIÓNY FORMACIÓNPROFESIONAL

INSTTIJTQ SUPtlIO"D€ POHHACIÓND& "«0IE5OÍWDO

Page 3: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

JIÍ&Í

MIN1STFRIO DE EDUCACIÓN, CULTURA V DEPORTESECRETARÍA GENERA!. DE EDUCACIÓN V I'ORMACIÓN PROI;£SiONAL[nstkulo Superior de Formación del Profesorado

Eüila:© SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA

Subtlirecctón General de Información y Publicaciones

N.I.P.O.: 176-04-146-6I.S.B.N.: 84-369-3843-7Depósüo Legal: M-27.S54-20(H

Imprime; SOLANA B HIJOS, A.G., S. A.

Page 4: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

Colección: AULAS DE VERANOSerie: Humanidades

EL IMPACTO SOCIAL I)E LA CLLTURACIENTÍFICA Y TÉCNICA

El impacto social de la cultura científica y técnica es un trabajo deorientación ¡nterdisciplinar dirigido a los profesores de enseñanza secundariay. especialmente, a los profesores de bachillerato. El volumen está estructu-rado a partir de un eje epistemológico, pero no pretende quedarse en el ám-bito de la Filosofía sino ofrecer un concepto inclusor al que puedan articu-larse otros procedentes de las disiintas áreas de conocimiento que conformanei currículo del bachilléralo.

Los objetivos que esia obra persigue son:

- Establecer la noción de objetividad: ¿funciona la explicación rea-lista?

- Delimitar las nociones de modernidad y pos!modernidad: el métodocientífico, la educación cienlífica y la sociedad de la información.

- Analizar la influencia de la tecnociencia en el Ane.- Analizar las interrelaciones entre la ciencia, el capitalismo y la sub-

jetividad.

Dirección itlilorúil dd i oliinu-ii El impacto de ¡a cultura científicaV técnica: CARLOS CASTRODGZA.

Coordinación: MARQUÉS RODIUA, Cristina.

Autores:

CASABAN MOYA. Enric.CASTRODRZA. Carlos.D1ÉGUEZ LUCI-NA. Antonio.FKRNÁNDBZ SERRATO. Carlos.GONZÁLI-Z GARCÍA. María I.GONZÁLEZ RRQUI:NA. Jesús.MARQUI-S RODILLA. Cristina.MEDINA GÓMEZ. Manuel.

Page 5: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

ÍNDICE

La condición occidental: Ciencia. Historia y Filosofía 9Carlos Castrode/a

/:/ no-lugar del Arle en la era de ¡a tecnología: la responsabilidadtU'l crítico 19Juan ('¡irlos l'ernándcz Serrato

Tecnnciencia y cufiara. Concepciones, impactos y retos 47Manuel Medina Gónitv.

Informática c información 97linrie Casaban Mova

El éxito pri'dictivo e instrumental de la ciencia. /Funciona -ola explicación real isla'Antonio Diégucz Lueenala explicación real isla' til —

IJOX estudios CTS y la educación científica 139María !. González García

Modernidad y posinodernidad: Biología y Física 155Carlos Castrodeza

Intersubjetividad, método científico y sociedad 165Cristina Marqués Rodilla

Ciencia. Capitalismo. Psicosis 183Jesús González Requena

Rdicioncs del lnsliiulo Superior úc 1-ormadón del Pruftsoradi) . . . 211

Page 6: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

LA CONDICIÓN OCCIDENTAL:CIENCIA, HISTORIA Y FILOSOFÍA

Carlos CastrodezaFacultad de Filosofía

Universidad Complutense dn Madrid

1.

2.

2.

4.

Problema lita.

Positivismo e inducción.

Racionalidad, eficiencia

La historia de la ciencia

Bibliografía citada

. Iónica y biología.

como guía de la filosofía subyacente.

1. PROBLEMÁTICA

¿Qué es la ciencia? ¿Qué es la cultura? ¿Sería lu ciencia en su historiala descontaminación metafísica del pensamiento? ¿La descontaminación re-lativa a lo que desearíamos que fuera pero no es? ¿Es la ciencia empero unsaber limitado a las prioridades más básicas de la supervivencia? ¿Es !a cul-tura, la expresión artística, por contra un saber completo que trasciende concreces lo meramente científico? ¿Qué se quiere decir desde la ciencia al de-finir al hombre como un animal cultural? ¿Es toda crítica desde la cultura ala ciencia mera retórica? ¿Y al revés, desde [a ciencia a la cultura? ¿Persiguela ciencia la coherencia y la verdad? ¿Y la cultura que persigue? ¿Es el es-cepticismo una solución? ¿Y el relativismo? ¿Habla el éxito tecnológico porsí solo a favor úc la ciencia? ¿Supone el éxito tecnológico mayor calidad devida, mayor cantidad lie vida? ¿En que medida? ¿Hasta qué punto éxito tec-nológico supone éxito epislémico?¿Hablan los hechos por sí solos? ¿Sucedelodo porque sí? ¿Tenemos, primordial mente, ra/ones o intereses? ¿Qué

•aa

Page 7: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

El Impacto social da la cultura científica y técnica

queda si desaparece la ilusión epistémica? ¿Realidad? ¿Verdad? ¿Racionali-dad? ¿Selección Natural? ¿Conciencia? ¿Nietzsche? ¿Marx? ¿Freud?'

2. POSITIVISMO E INDUCCIÓN

El positivismo-lógico se identifica como la concepción heredada delpensamiento científico. En esencia, en dicha doctrina, vigente entre la mayorparte de los científicos, se especifica que la mente humana en su descripcióndel mundo se debe remitir a los hechos porque éstos 'hablan por sí solos' o.con términos parecidos, el científico típico dirá 'a los hechos me remito'. Lodemás serían ensoñaciones, vivir de ilusiones y no de realidades", 'eso' ade-más sería sucumbir a la irracionalidad de lo imaginado en detrimento de laracionalidad de lo real.

Quizá la expresión en el pasado más afín a dicho modo de pensar sehalle en la línea directriz del pensamiento del filósofo escocés David Humeen el siglo XVIII. Concretamente, en su dictamen de que. en electo, sólo re-gistramos hechos, y que incluso las relaciones entre éstos (inducciones), porlo que sabemos, no son más que coincidencias persislentes. Lo que sucede esque dichas supuestas coincidencias a fuerza de repetirse se nos antojan comonecesarias aunque, en realidad, no sean más que habituales, de manera queinducir no es más que destapar hábitos naturales, por así decirlo.

Claro está que el hombre, como cualquier otro ser vivo, precisa iden-tificar esos hábitos naturales para mantener su existencia. En oirás palabras,inducir es la base de la supervivencia, bien se induzca conscientemeníe, biense haga instintivamente. Y debido a la multitud de inducciones necesariaspara sobrevivir, el organismo tiene que agruparlas y clasificarlas del modomás económico posible, para así instrumentar su utilización cuando ésta serequiera. Una manera coloquial de expresar esta función se manifiesta en eldicho de que 'el animal hambriento divide el mundo entre lo que es comes-tible y lo que no'. Para los positivistas-lógicos la manera más eficiente deefectuar esa agrupación de inducciones es la lógica, algo que también mani-festaba en el lenguaje de su época el citado David Hume.

1 Tudas estas preguntas reciben una respuesta pormenorizada en C ASTRODEZA, C.La Marsopa de Heidegger: El lugar de la ciencia en la cultura actual, Dykinson.Madrid, 2003. respuesta que se con textual iza en el esquema naturalista que a su vezse explícita en CASTRODEZA. C. Razón Biológica: la base evolticionisM del ¡ten-samientti humano. Minerva. Madrid, 1999, esquema que obedece a una proyecciónpropiamente biológica en contraposición a perspectivas más propiamente sociolo-gistas o, incluso, psicologistas.

Page 8: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

C arios Castrodeza

lis verdad que uno de los filósofos de la ciencia más influyentes de lasegunda mitad del siglo que acaba de concluir. Karl Raymorid Popper (1902-1994). razona que la inducción es un despropósito y que el hombre, como losorganismos, funcionan en el mundo con teorías preconcebidas. La diferenciadel hombre con los demás organismos es que éste puede aprender de suserrores (puede refutar sus teorías falsas), mientras que los organismos no hu-manos, en general, mueren cuando sus inclinaciones mundanas no se corres-ponden, aproximadamente al menos, con la realidad. Pero, desde el punto devista biológico, esos n príorí teóricos no son más que inducciones incorpo-radas fílogeiiéticamenle por selección natural al aparatare orgánico. En estesentido el lamoso etólogo Konrad Loren/. (1903-89), Premio Nobel de Me-dicina en 1973 (junto con Niko Tinbergen y Karl van Frisch) se refería a losa priori kantianos (en cierto modo análogos a las preconcepciones popperia-nas) como » posterior! biológicos.

3. RACIONALIDAD, EFICIENCIA, LOÍÍICA Y BIOLOGÍA

O sea que en cierta manera la racionalidad y la eficiencia a la hora deprocesar inducciones estarían directamente relacionadas. Sería máximamen-te eficiente pues no sólo aquel que agrupara las inducciones que hacen alcaso de la manera más económica, sino también aquél que se centrara en in-ducciones reales y no imaginarias2.

Pero claro, el tema se complica en primera instancia porque las induc-ciones no sólo no esián perfectamente definidas, sino que por su propia na-turaleza fallan, e incluso se contradicen enlre sí según sea el contexto am-biental. Por esta razón existe un proceso de selección natural que va elimi-nando aquellos organismos que no logran sobreponerse a las contradiccionesinductivas de que lo que hoy es blanco, mañana es negro, u, como ejemploparadigmático, el despliegue sexual del macho de ciertas especies no sóloatrae a las hembras sino también a los depredadores. O sea que hay que ac-tuar en consecuencia buscando fórmulas de compromiso, .soluciones óptimasy percibiendo, directamente o no, que !a estrategia de supervivencia exigedarse cuenta, de una manera más o menos consciente, de que la clasificaciónque sirvió para ayer puede no valer para hoy. y la de hoy tampoco tiene porque tener \igencia para mañana'.

: De hecho, en la interesante crítica que se hace en STOVE. D. C. Popper y después:ciuitro trrucUimitisttís contemporáneos. Tóenos. Madrid. 1995. los filósofo;, (le !aciencia no indueti vistas, como para Sfove son Popper, Lakaios. Kuhn y Feyerabend(por urden de intervención en el diálogo filosófico i. se pueden tachar de irraeinna-li.stas en el seniido de que la dimensión faetual ocuparía un lugar derivado A la hora,por así decirlo, de delimitar responsabilidades epist étnicas.3 Hsia dinámica hi<iamropológ¡ca está entejada críticamente tanto en sus dimensio-

Page 9: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

El impacto social de la cuHura cíen! i tica y técnica

En este sentido, lo imaginario que sería expresión de lo irracional ad-quiere una significalividad biológica que de algún modo hace que esa irra-cionalidad no sea tal a la hora de evaluar su trascendencia adaptaüva. Porejemplo, el físico-filósofo, padre del positivismo alemán, el austríaco EmstMach (1838-1916), decía que nuestras teorías en definitiva no son más quehistorias ficticias para ensamblar los hechos de la manera más económica po-sible. Otro austríaco, el ya mencionado pos-positivisia lógico Karl Popperllegaría incluso a decir que nuestras teorías no son más que mitos, a los quese ajustan a los hechos, y que deben ser criticables para transformarse enmitos cada vez más informativos (Popper diría más cercanos a la Verdad, asícon mayúscula, aunque el tema de la Verdad introduce una complejidad aña-dida y, por lo que se está viendo, del lodo innecesaria)4.

Fijándonos pues, en las credenciales científicas un tanto impecables deun Pupper y. sobre todo, de un Mach, se plantea la cuestión de que 'lo mejor esenemigo de lo bueno'. Es decir, aunque el logicismo de los positivistas-lógicos,especialmente tipificado en la obra lógico-matemática del alemán Rudotf Car-nap (1891-1970), fuera la manera más económica y eficiente de clasificar lasinducciones, el aparataje biológico idóneo no se ajustaría a esas exigencias(para la caza mayor un rifle es más eficaz que una honda, o un arco con flechas,pero si no se dispone del primero lo más eficaz y económico es lo que se tiene,lo demás sí que es una ensoñación). De manera que el ser humano en su que-hacer diario está preparado para englobar sus inducciones en 'historias' más omenos fantasiosas expresadas en el lenguaje ordinario con todas sus imperfec-ciones lógicas de las que adolecen los lenguajes formales: así se predice, se ex-plica y se sobrevive a pie de obra (no desde la cátedra).

La ciencia entonces, en la línea de Mach. serían historias afines deentes impersonales cuyo contenido engloba lo que llamamos el mundo occi-dental secularizado y iecnificado. En este contexto occidental se manifiestauna eficiencia probada, pero no por eso más racional que otras 'historias'. Setrata pues de identificar lo eficaz con !n racional, pero sin olvidar el contex-to. O sea que no se está diciendo que la concepción del mundo de El Tuneode Platón, por ejemplo, esté a la par con la concepción del mundo de Eins-tein, o de los Azande (famosa etnia africana entre los antropólogos por la su-

nes epistémicas como etico-políticas en CASTRODEZA. C. Razón Biológica: labase evolucionista ele! pensamiento humano. Minerva. Madrid. 1999.4 Hay que tener en cuenta que. especialmenle en el ser humano, exisie una con-fluencia de lo propiamente episiéniico con U> instrumental, tal y como se manifiestaen lu dimensión tecnológica de la existencia, pero todo hay que coniexlualizarlo enun mareo cutltural o, si se prefiere, melaetológico. disyuniiva compleja que se cx-püciia de un modo enormemente didáctico en la compilación de esludios que se llevaa cabo ARONOWITZ, S. Tecnociencia y cibercullura: la imerrelación entre cultu-ra, tecnología y ciencia. Paidós Ibérica. Barcelona, 1998.

Page 10: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

Cartas Casirodeza

puesta irracionalidad de su cosmología) sino que cada concepción es lo quese tiene en cada momento y en cada situación para, al menos, salir del paso.y naturalmente con el tiempo se mejora, siempre y cuando las circunstanciaspropicien esa mejora (proceso de crítica, ensayo y error, o de conjeturas y re-futaciones como diría I'opper. o incluso como mantendría el falsamente ta-chado de irracionalista Thomas Kulin. l°22-19%. para quien las concepcio-nes del mundo, o paradigmas, van siendo cada vez más coherentes, que esoiro modo de decir más eficientes).

4. LA HISTORIA DE LA CIENCIA COMO GUIA DE LAF1LOSOI í A SIHYACENTK

De este modo, la supuesta ruptura del pensamiento occidental en elRenacimiento, en el sentido de que ocurre una revolución científica en detri-mento de la concepción teológica vigente, es revisadle5. Desde luego la di-mensión teológica prosigue y lo que varía, en lo que respecta a la ciencia, esuna crítica a la componente aristotélica de dicha dimensión, una crítica cuyacoordenada científica, es decir racional, es cuestionable, como se verá ense-guida, además teniendo en cuenla que la supuesta irracionalidad de lo que secuestiona también es impugnable, lis decir, simplemente se ensayan oíros pa-trones, otras pautas de conocimiento, que por otra parte ya existían, aunqueminoritariamente, y que por razones de contexto histórico, se abren caminoa expensas de las existentes.

Si nos detenemos en la idea principal de Copérnico. sus razones paraponer el sol en el lugar que antes ocupaba la tierra, son principalmente retó-ricas y tienen raíces pitagóiico-platónicas claras. E! sol sería algo así comoel trono de la divinidad por lo que debería ocupar un lugar central. El granastrónomo Joliannes Kepler (1571-1630) apoya todavía más este argumento.y su contribución más importante a la historia de la ciencia moderna -latransformación de las órbitas circulares de los planetas en elipses- obedecemasque a ver 'los hechos tal y como son' a la creencia de que la verdad siem-pre está enmascarada y solo "los elegidos" la perciben, de manera que los cír-culos están, como si dijéramos, ocultos en la elipses. Igualmente, ese otrogran astrónomo danés que fuera Tycho Brahe (1546-1601) 'veía1 un sistemahíbrido entre el nuevo de Copérnico y el anterior aristotélico-ptolomaico. La

5 La obra de SHAP1N. S. í'lic scicnrific revalution. (Universily oí Chicago Press.Chicago y Londres. 19%) es t'undumenial a la hora de entender una de las supuestasdiscontinuidades epidémicas de la metafísica de Occidente cual es la denominada re-volución L'ientítica. en el sentido que la versión positivista tradicional precisa de unadiscusión biosnciológiea (que no sociobiológiuaj que se conlexiualice con amplituden b Mliiaeión polilicosociul subyacente.

Page 11: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

El impacto social de la cultura científica y técnica

[ierra seguía en un lugar central porque el centro del universo para Tycho eralo que estaba más abajo, y por tanto lo más degradado, como correspondía alhabitáculo del hombre después del pecado original. Lo que está más abajo eslo más corrupto.

O sea que como vemos las historias son las que configuran los hechosque todos perciben (o no), y que se agrupan según lo que los proponentesconsideran más 'verdadero' que, en la práctica, sería lo más eficaz y econó-mico. Vestir esas consideraciones de 'verdad' sería de alguna manera unmodo de realzar esa eficacia, esa economicidad. Además, como los hechossiempre se perciben en un contexto (ésta es la idea que Kuhn enfatiza hastala saciedad con su concepto de paradigma), ésos no 'hablan por sí solos' sinoa través del contexto, y alguien que 'se remita a los hechos' siempre lo haceen un contexto (incluso hay escuelas de pensamiento que llegan a decir que

.2 ' tanto el contexto como los hechos se construyen sobre la marcha, pero ahí la— J problemática estriba en que, entonces, esa idea extrema también se habría^ i construido sobre la marcha y estaríamos, cuando menos, en terreno muy mo-*| vedizo. aunque como se verá en las líneas que siguen al analizar ejemplos5 | concretos hay más a favor de esta interpretación extrema que lo que pueda= parecer a simple vista).

= Se ve pues que en esas dos ideas directrices destacables de hacer queíj la tierra gire alrededor de! sol y que la trayectoria de giro sea elíptica, el peso— del contexto ideológico del momento es definitivo. Los hechos van como ae remolque. Los hechos subyacen. La teoría los absorbe y. en buena medida,;e los crea. El principal problema de Galileo con la iglesia de Roma es que nou existían pruebas de peso suficiente para fundamentar la idea de Copérnico.B Las pruebas de Cialileo eran interpretables en el contexto heredado. Reeor-•5 demos que la Italia de la época no estaba regida por fanáticos fundamenta-^ listas. Sin ir más lejos los Papas renacentistas y su corte vaticana eran, salvo

excepciones discutibles, auténticos príncipes ilustrados protectores de lasarles y las ciencias. El Papa Medici León X le anima a Copemico en su obraclave que éste dedica al Papa Harnesio Pablo III. El Papa Barberini UrbanoVIH, amigo otrora de Galileo. crea la Roma barroca que todos admiramoshoy. No hay que olvidar que la disidencia protestante propiciada por Lutero,entre muchos otros, se debía al escándalo de la secularización que en la prác-tica suponía la actividad de la iglesia de Roma. Es más. las guerras de laépoca, muy concretamente, la terrible guerra de los treinta años se enmasca-ró de guerra religiosa (protestantes conira seguidores de la Iglesia de Roma)cuando no era tal (por generalizar, los protestantes alemanes se alian con loscatólicos franceses del cardenal Richelieu y los católicos alemanes hacenotro tanto con los protestantes daneses). La reina Cristina de Suecia. argiii-blemenle el monarca más ilustrado de la época, elige la corte vaticana comoel lugar intelectualmente más solvente.

g

Page 12: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

Carias Castrodeza

El mismo Galileo no hizo buenas migas intelectuales con Kcpler. Dehecho según los cánones de! renacimiento italiano, estéticamente la figura dela elipse era execrable y su entronación por Kepler a nivel cósmico resultabaintolerable aunque fuera por razones herméticas, razones limitadas a gruposajenos a los círculos galileanos. Además, para ser claros del todo, nadie per-cibía ni círculos ni elipses, ianto una figura como otra eran imposiciones tulhov. Posiblemente, la elipse no exigiera tantos "arreglos' para "salvar las apa-riencias", pero la percepción en sí. en el conlexlo más amplio, era una figuramuy irregular. Recuérdese que la palabra planeta etimológicamente es cuer-po errante, y eso es lo que se percibía básicamente, algo que de pronto avan-zaba, y de pronto iba para atrás, y subía y bajaba, aunque al cabo del tiempovolviera al mismo sitio y así se cerraba la trayectoria.

Pero hay más, mucho más. Otro descubrimiento clave en esta revolu-ción llamada científica era el principio de inercia atribuido a Newton peromeditado ya por Descartes. ¿Por qué, razonaba Descartes, un cuerpo someti-do a tuerza alguna, en vez de moverse en círculos como preconizaban no sólolos antiguos sino Copérnico, Kepler y el mismo Galileo entre muchos otrosmodernos, se mueve en línea recta? La razón cartesiana era puramente teo-lógica. Dios es eficiente al máximo, de manera que en su creación el trasla-do de un punto a olro se realizaría, a lalta de fuerzas, por el camino más cortode modo que se consumiera una energía mínima, y ese camino era la línearecta.

o£>•

.2otfí

a

uti

Y así podríamos multiplicar ios ejemplos mi nentscam. Ahora bien,queda un misterio latente, porque resulta ser que según la perspectiva aclualde la ciencia todos esos "descubrimientos" (construcciones más bien, o in-venciones si se prefiere) fueron por 'el buen camino' en lo que hoy día seconsidera corno una ciencia no contaminada por la teología. lis decir, es másracional (léase más verdadero, si se prefiere) pensar que ¡a tierra es un pla-neta más del sistema solar, que la elipse es una mejor aproximación que elcírculo en las trayectorias de los cuerpos celestes, y que el principio de iner-cia cartesiano, perfeccionado por Newton. y que adquiere un sentido plenoen el espacio-tiempo de la teoría de la relatividad de fiinstein, entra de llenoen la línea de una física secularizada y depurada de elementos meiafísicos nojustificados empíricamente.

Como primera aproximación a la solución de ese supuesto misterio,debemos acudir de nuevo al concepto de Mach apoyado por la dialéctica deKuhn. Construimos historias para asimilar el mundo y esas historias se vandepurando en eficacia predictiva y explicativa (lo que viene a ser lo mismodesde la visión positivista de las cosas: predecir sería algo así como explicarel futuro y explicar algo así como predecir el pasado). Si un concepto conce-bido desde la teología, máxime cuando la historia al respecto está inmersa en

ti

2"5ooa

BO

15

Page 13: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

Et impaciQ social de la cultura científica y técnica

la teología, hace que la predicción-explicación se vea facilitada, se incorpo-ra y si no es así se desecha siempre y cuando el ajuste necesario sea más asu-mible que el desajuste causado por la sustitución conceptual. Y así normal-mente la historia de la ciencia se escribe como una cadena de éxitos. Los fra-casos se entierran y se olvidan. De esta manera la historia ofrece unaapariencia de racionalidad que no tiene. En este sentido es muy recomenda-ble para entender el desarrollo de ¡a ciencia europea adoptar los principiosdel llamado Grupo Fuerte de Edimburgo que se iniciara principalmente conel sociólogo David Bloor. Entre otros factores este sociólogo preconiza quea la hora de entender la historia le tenemos que dar la misma importancia alfracaso que al éxito, a lo que nos parece racional y a lo que se nos antojacomo irracional, así como a lo que consideramos falso en oposición a lo ver-dadero. Sólo de esta manara podremos escribir no una historia de vencedo-res, sino una historia genuina que no tenga la apariencia de estar dirigida poriluminados que incluso a pesar de ellos mismos siempre se dirigen hacia laVerdad'1.

6 En realidad todo es una cuestión de diseminación de ideas en el contexto más dc-mdeano del término, es decir, las extensiones epistemoclicas def ser humano en susdistintas manifestaciones proliteran y al mismo tiempo se repliegan, de una maneratan indefinida como caótica, y su único problema es la comunicación, construyendoy deconstrayendo según la dinámica de sistemas de. por ejemplo, von Bertalaniy, te-situra se haya espléndidamente temaiizada. por su comprensibilidad, en MCLU-HAN, M. Comprender los medios de comunicación: tas extensiones del ser humano.Paidós Ibérica. Barcelona. 19%.

Page 14: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

Carlos Caslrodeza

BIBLIOGRAFÍA CITADA

ARONOWITZ, S. Tecnociemia y cihercultura: la mierrelación entre cultu-ra, lecnologfa y ciencia. Paidós Ibérica. Barcelona, 1998.

CASTRODHZA. C. Razón Biológica: la base evolucionista del pensamien-to humano. Minerva. Madrid. 1999.

CASTRODHZA. C. La Marsopa de HeUlegger: El lugar de ¡a ciencia en lacultura actual. Dykinson. Madrid. 2003.

MCUJHAN. M. Comprender los medios de comunicación: las extensionesdel ser humano. Paidós Ibérica. Barcelona, 1996.

oSIIAPIN. S. The scientijic revolution. Universa) of Chicago Press. Chicago gy Londres. 1996.

STOVl-, D. C. Popper y después: cuatro irracionalistas contemporáneos.Tóenos. Madrid. 1995. 2

a4)

üa«tS'5uos•o

•aaeu

17

Page 15: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

EL NO-LUGAR DEL ARTE EN LAERA DE LA TECNOLOGÍA:

LA RESPONSAKILIDA1) DEL CRÍTICO

Juan Carlos Fernández SerratoI.E.S. Doña Leonor de Guzmíín

Alcalá de Guadaira (Sevilla)

IN

I.

2.

1'RODliCCIÓN

Hacia tina sociedad lecnoeéii trica.

Arte y técnica.

^. l-.\ pmhk'ina de "la verdad" artística y la transformación de lasarlos un la postmodernidad.

4.

Kl

St'ntid»), acontecimiento y crisis de

i I:KI;NCIAS Y BIBLIOGRAFÍA

la representación.

ORIKNTATIVA

INTRODUCCIÓN

lin un breve ensayo de I9941. Jenaro Talens so preguntaba por el lugarque ocupan hoy, en los albores de lu era electrónica, la literatura y el pensa-miento teórico que la rodea. Su respuesta, no por ilusionada dejaba de ocul-tar el rastro de una iiuuida derrota, aunque por el momento, no revista másque el dudoso aspecto de una puesta entre paréntesis, que implica, sobrelodo, el euestionamienio do las razones de trascendencia social dei lieclio li-terario, pero que nosotros extendemos a lodos aquellos discursos, sin distin-ción, que suelen considerarse como artísticos.

o

01

•o

O

o.

8

"oau

es

v

B41

n

¿

s

1 TAUiNS. J. "líscritura vo'iini simulacro. El tugar de la literatura en tu era elec-trónica". (1994) En El sujeto vacío iCiilmrii v pae\iu en territorio Babel). Cúledra /Uníversiial de Valencia. Madrid. 2001. P;ías. 344-367.

19

Page 16: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

El impacto sedal de la cultura científica y técnica

Sin embargo, una derrota no es una guerra perdida, es sólo el testimo-nio de una crisis, que afecta en realidad a toda la dimensión de lo estético.Una cuestión, ésta, ya suficientemente señalada por numerosos estudiosos dela cultura contemporánea, desde que Koland Barthes2 y Michcl Foucault1 po-pularizaran ese síntoma crucial al que se refirieron con las controvertidas fór-mulas de la "'muerte del autor" -el primero- o la algo menos drástica "des-aparición del autor", de la que hablaba el segundo, bien que tras habernos re-cordado unos años antes que "(...) el hombre es sólo una invención reciente,una figura que no tiene ni dos siglos"4.

Así las cosas, puede ser que hoy nos encontremos ante una completatransformación de los valores culturales en nuestras sociedades del capitalis-mo tardío, como han sostenido, entre otros, y partiendo de perspectivas teó-ricas bien diferentes, J. F. Lyotard3, Gianni Vatiimo6 y Fredric Jameson7; opuede que ésta sólo sea una época de replanteamiento y de reorganización delos fundamentos mismos de la Modernidad, como por el contrario han de-fendido Jürgen Habermas* y Anthony Giddens'J. Ei caso es que podríamosdecir sin miedo a errar que, como mínimo, nos encontramos en un estadiocultural contradictorio y paradójico, una de cuyas características más desta-cables constituye el creciente dominio social de lo que Fredric Jameson1" hallamado el culto a "lo sublime tecnológico". hasta el punto de que puede afir-marse ya que la cultura occidental camina a pasos agigantados hacia unnuevo orden tecnoecntrista.

1. HACIA UNA SOCIEDAD IKCNOCÉNTRICA

Para reflexionar sobre el asunto hay que recordar, primeramente, unadistinción elemental, aquélla que se establece entre tecnología (saber y pra-

- BARTHES, Rníand. "La muerte del autor". (1968) En El susurra del lenguaje:Más allá de la palabra y la escritura. Piados, Barcelona. 1987. Págs. 65-72.' FOUCAULT, Michel. -¿Qué es un autor?". 1969. En Entre filosofía y literatura.Paidós. Barcelona. 1999. Págs. 329-360.J FOUCAULT. Michel. IMS palabras y las cosas. (1966) Planeta-Agostini. Barcelo-na. 1984. Pág. 9.5 LYOTARD. J. F. La condición postmoderna. (1979) Cátedra. Madrid, 1989.6 VA'ITIMO. Gianni. El fin de la modernidad. Nihilismo y hermenéutica en la cul-tura posmoderna. (19S5) Gcdisa. Barcelona. 1996; La sociedad transparente. (1989)Paidós. Barcelona. 1994.7 JAMESON, Fredric. "La lógica cultural del capitalismo tardío". (1984) reed. EnTeoría de la pwsimodernidad. (1991) Trotta. Madrid, 1996. Págs. 23-84.8 HAHFRMAS. J. El discurso filosófico de la modemidod. i 1985| Taurus. Madrid,1993-9 GIDDIÍNS, Anthony. Consecuencias de la modernidad, (1990) Alianza. Madrid,1993.10 JAMESON, Fredric. Teoría de la postmodernidad- (1991) Trotta. Madrid. 1996.

Page 17: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

1 Vid. VÁZQUEZ MEDEI.. M. A. Mujer, ecología y comunicación en el nuevo ho-rizonte planetaria. Mcrgablum. Sevilla. 1999,'• HARAWAY. Dona. "/I Cyhorg Manifestó: Science, Technology, and Social i si-Fe-iiiinisiii in ilie Lxiie Twentieih Cenimy". (1983) Aumentado y corregido en: Sitniuns,Cyborgt and W'auwii: 77/e Re inven! ion of Natttre. h'ree Ass<x.'iuiion. Ldndon, 1991.

•o

Juan Canos Fernández Serrato

xis técnicos) y razón tecnológica (un modelo de razón instrumental, general-mente de corte mecaiiicista. que da lugar a un específico discurso técnico).Seguramente nadie tendrá nada que objetar al desarrollo material de la tec-nología, mucho menos cuando nos beneficiamos de sus logros hasta el puntode que la mayoría de las civilizaciones contemporáneas probablemente casidesaparecerían si se eliminara de un pluma/o la dimensión tecnológica de lavida social. Téngase en cuenta, además, que desde el punto de vista antropo-lógico la tecnología es uno de los elementos que definen toda cultura y. enconsecuencia, constituye uno de los aspectos más característicos de "lo hu-mano". L;n cambio, la noción de neón tecnológica se refiere a un asunto di-ferente que dista mucho de resultar ideológicamente indiscutible.

Por lo que toca al estudio de la influencia en nuestro momento históri-co de estas dos dimensiones de la tecnología -dispositivos y discursos- resul- —la de todos conocido que. al menos desde los años sesenta y desde múltiples • -gángulos teóricos, se ha venido incrementando en progresión geométrica, el aimportantísimo papel que la tecnología está cumpliendo tanto en la transfor- a.mación del mundo que nos rodea como en la del propio ser humano, una in- Sfluencia de tal calado que ha dado lugar a una auténtica revolución bin-iecno- jci»tittnii(tcii>ntil]l. A guisa de simple ejemplo de lo que decimos, recuérdese yque las capacidades perceptivas de los seres humanos han sido enormemente g>potenc iadas por diversos hallazgos técnicos en el ámbi to de la audiovis ión y la "3lele-comunicación, y que han llegado a a lcanzar ex t remos que logran romper ¡Jlas barreras b iológicas propias de los sent idos humanos . Qu izá e s t emos empe- 9

/ .ando, c o m o postula l i o n n a Haraway 1 2 , a const rui rnos un c ibercuerpo con «prótesis tecnológicas . Un contrapart ida a esta potenciación de capac idades que n

ofrece a los seres humanos , hoy. la tecnología es también capaz de producir se- «nales, s ignos y hasta d iscursos imposibles de ser percibidos por los sent idos o. *en otros casos, cuando sí pueden ser percibidos, cuando sí que logran "entrar"por nuestros sentidos, algunos de esos productos de la técnica no pueden ser Sdescodificados por el cerebro humano. *

Hstees un hecho que ha sido utilizado no sólo con fines puramente ins- atrumentales. sino también eslélicos. Como ejemplo del último caso podemos jarecordar al \ideoarlista -y es sólo un caso elegido al a/ar- Nam June l'aik. óquien construyó para una serie de esculturas, titulada genéricamente Hamlei, —una divertida colección de figuras con aspecto de cómicos y rudimentariosrobots, compuestas por varios monitores de televisión ensamblados en los

B01

21

Page 18: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

EJ Impacto social de la cultura científica y técnica

que se proyectaban en bucle grabaciones videográficas. Ante estas creacio-nes, un espectador humano queda estupefacto y condenado a una contempla-ción superficial, pues le resultará imposible acceder al mensaje visual com-pleto, dado que tanto la elevadísima velocidad de reproducción de las pelí-culas en vídeo, como la simultaneidad de varios textos audiovisualesdesenvolviéndose a la vez dentro del mismo marco, hacen imposible cual-quier conclusión general acerca del suceso espectacular que está ocurriendo;excepción hecha, naturalmente, de aquéllas que puedan describirlo en térmi-nos de "caos", "dispersión", "vértigo", "disyunción perpetua de significan-tes", "indeterminación radical de los significados", etc.

lin resumidas cuentas, lo tecnológico no sólo es una praxis transfor-madora de la realidad externa al pensamiento humano, sino que además, ycada vez con más fuerza, interfiere en nuestra relación con el mundo de losfenómenos sensibles y hasta con ámbitos de la experiencia humana muchomenos cuantificables como pueden ser, entre otros, los relativos a la imagi-nación y la ideología, que nos interesan especialmente para nuestros análisis,lisiaríamos hablando, como quieren Menscr y Aronowilz1-1, de las dimensio-nes fenometiológicu y ontológica de los artefactos técnicos, que afectan anuestra experiencia del mundo más allá de los aspectos relacionados con lafuncionalidad. Esta influencia se ha hecho ya tan decisiva que deberemos ha-blar de tecnocultura cuando queramos referimos al estadio actual de la do-minante cultural en nuestras sociedades occidentales.

No obstante lo dicho, hay que reconocer que hasta no hace mucho erapoco corriente ocuparse de la dimensión ideológica que dimana del discursotécnico y de su modelo de razonamiento, a pesar de que se trata de un ele-mento fundamental para comprender nuestro lugar en el mundo. Sólo desdemediados de la década de 1970 -con mayor intensidad a partir de que la Te-oría se ha ocupado de pensar la cibercultura- el tema se ha convertido en unode los nudos del debate cultural de nuestro tiempo. Por nuestra parte, y glo-sando a luri Lotman14. insistiremos en algo obvio, esto es, en el hecho de quela razón tecnológica como discurso cultural que es (al igual que el pensa-miento estético, entre otros), produce un discurso modelizador que genera unsimulacro de la realidad, un modelo que la representa de acuerdo a los prin-cipios con los que se ha estructurado el propio discurso de partida, que. ade-más, al organizarse como sistema de dómenlos y reglas no ha contado másque con una selección muy limitada de los rasgos presentes en ese heterogé-neo y complejo entramado que denominamos "realidad".

1J MENSHR. Michael y ARONOW1TZ. Stanley. "Sobre los esludios culturales, laciencia y leí tecnología", (19%> En ARONOWir/. S. / MARTINSON. B. / Ml-N-SliR, M. (Cctmps.) (19%) Tecnocicncui y cibercullura: ¡M inirrrelacióii caire cultu-ra, tecHtttogia v cienvia. Piados. Barcelona. 1998. Págs. 22-44.14 Vid. LOTMAN, luri M. Estructura del texto artístico. (1970) Istmo. Madrid. 1978.

Page 19: IMPACTO SOCIAL DE LA CULTURA CIENTÍFICA Y TÉCNICA, EL

Juan Carlos Fernández Serrato

Un cuanto a la distinción ciencia/tecnología, que tradicionalmente hahecho depender a la segunda de la primera como una especie de parientepobre o de emanación degradada, de apéndice de la verdaderamente "seria"razón científica, es opinión que hoy ya no se sostiene. Como indicabaRamón Queraltó'\ la tecnología es ahora absolutamente necesaria para eldesenvolvimiento de la ciencia, tanto que sin ella no puede avanzaren su co-nocimiento de la realidad tísico-material. Los estratos de complejidad a losque la ciencia quiere acceder no pueden lograrse sin el soporte tecnológico."Incluso más -añade Queralló-. p,ies muchas veces, ya en nuestro siglo el'objeto' científico ex concebido o construido antes tecnológicamente v mástarde se corrobora y se asimila científicamente."tb La actividad técnica es,pues, no sólo una actividad transformadora, instrumental, sino también cog-noscitiva, cuya visión del mundo resume Ramón Queraltó en los siguientestérminos:

•o•a

"O

"Es la forma de acceso que muestra al mundo y a suscontenidos como función técnica, o sea, como entes cuya dina-micidad esencial es operativa, es decir, en este caso, unidirec-cional -la dirección de su función, que implica siempre lamisma meta y el mismo punto de partida. Se trata de una visióndel mundo "more leclmologico ". Y tal visión no es en modo al-guno desacertada, porque el mundo es también asi, aunque noúnicamente de esa manera (...)"'''.

csc

Hsla dimensión cognitiva de "lo técnico" hace que el modelo delmundo construido desde las lecnocu lluras obedezca a una serie de elementosCijos que tienen en común una característica pro funda me rile artificiosa -comono podía ser menos-, esto es; un esencial ¡sino ahistórico derivado de su natu-raleza instrumental. Lo técnico se sostiene sobre la eficacia de los dispositi-vos construidos, sobre la consecución automática de un fin predeterminado,que además es la causa misma de que se haya elaborado ese objeto o proce-dimiento técnico y no otro. De esta manera, la caducidad de un artefacto sóloviene dada por su falta de rendimiento, sin que parezca existir relación con lossucesos del tiempo histórico. Hl mundo tecnocientíficamente considerado essólo un depósito de problemas que exigen utilidades sistemáticas para su so-lución, una cadena que nunca se quiebra: funciones que engendran funciones,dispositivos que exigen continuidad en otros dispositivos, etc.

15 QUERALTÓ. Ramón. Mundo, tecnología y razón en el fin ¡le leí modernidad.¿Hmúi un hombre "more lechnwo"".'". PPU. Barcelona, 1993. Págs. 6 y ss."' QUEHALTO, Ramón. Mundo, tecnología y razón en el fm de la modernidad.¿Hacia un hombre "more technico"?. PPU. Barcelona. 1993. Pág.6.17 QUliRAI-TO, Ramón. Mundo, tecnología y razón en el fin de la modernidad..Haría un Ilumine "mure technico"'/. PPU. Barcelona. 1903. Pág. 32.

O

c

o•a

al

¿

23