Iglesia en SoriaHOJA DIOCESANA DEOSMA-SORIADirector: Rubén Tejedor Montón

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gIglesia en SoriaHOJA DIOCESANA DE OSMA-SORIA • DELEGACIÓN DE M.C.S. • AÑO XXVII - Nº 605 • 16-31 OCTUBRE 2018

Nº 605 • 16-31 OCTUBRE 2018 • IGLESIA EN SORIA

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SEGUNDA SECCIÓN:¿CÓMO OBTENEMOSLA VIDA EN CRISTO?

JESÚS RIVERALa manipulación con embriones huma-

nos no es lícita dado que dichos embrionescontienen toda la información genética personal del individuo y,por tanto, ya son una vida humana específica: “Considerar a losembriones material biológico, producirlos y consumir sus célulasmadre para fines de investigación es absolutamente inmoral yentra dentro de la prohibición de matar” (n. 385). Otra cosa esque la investigación se realice con células madre no embriona-rias y que ello no implique la eliminación de seres humanos: todainvestigación que tenga como fin la curación, y garantice la viday el desarrollo íntegro del niño es lícita, teniendo en cuenta queel riesgo de la intervención no puede ser desproporcionadamen-te alto (cfr. n. 385). Pero el quinto mandamiento no hace referen-cia sólo a la muerte violenta. El respeto por la vida, don sagradode Dios, debe ser puesto en valor porque “el derecho a la vida yla dignidad de una persona forman una unidad; están unidas deforma inseparable” (n. 386). En ese sentido, toda actitud que im-plique un menosprecio por la vida y una incitación a la violencia,especialmente en las relaciones de dependencia, es especial-mente grave. La violencia, ejercida sobre los menores, tanto físi-ca como mental, es moralmente reprobable.

¿Y sobre uno mismo? Podría pensarse que el ámbito de laprivacidad es donde se podría ejercitar la libertad sin ningún tipode condicionante. Y el límite en este caso lo debe establecer lapropia noción de libertad: no existe libertad desvinculada de sunexo inseparable con la vida y la verdad. Es uno de los principiosfundamentales de la bioética: sólo existe libertad donde se res-peta y se comprende la verdad de la vida que, en definitiva, esun don, algo dado, y no una propiedad nuestra. Considerar así laverdad de nuestra vida hace que la libertad se mueva hacia unrespeto y un cuidado de nuestro propio cuerpo (cfr. n. 387). Unode los fenómenos menos tratados pero dramáticamente másvirales entre los jóvenes en la actualidad es la autolesión . Elpianista James Rhodes lo comenta en una reciente entrevista:“Cortarse es la forma más frecuente de autolesión. Y esto se

La manipulación de embriones. La integridad física de nuestro propio “yo” (n. 385-387)

debe a que es la que provoca el subidón más eficaz, inmediato yeléctrico, sólo comparable con la heroína (inyectada, no fumada)y el crack. No tiene resaca, no tiene efectos secundarios negati-vos (cuando se hace bien), no cuesta prácticamente nada, sepuede hacer en cualquier lugar y puedes pillar en la farmaciamás próxima (o el cajón de la cocina si está cerrada). La autolesióninvolucra todos los elementos seguros que hacen que las drogasilegales sean tan atractivas: ritual, control del pensamiento, diso-ciación de sentimientos, aislamiento, escape, ira del estilo «quejodan a todo el mundo» y agrega una dosis de autodespreciovisceral, inmunidad al arresto (salvo que tengas muy mala suer-te), la ilusión de un mayor control, una casi saludable expresiónde ira y la encantadora sensación de ser capaz de gritar al mun-do sobre cuánto dolor estás sufriendo sin tener que decirlo envoz alta” (El Mundo, 28.9.2018)

Es terrible pensar en la necesidad de hacer algo así con elpropio cuerpo. Pero quizás lo más terrible sea algo que el propioRhodes denuncia, como es la ausencia de alguien que estimede verdad la vida y nos escuche: “La autolesión está aquí paraquedarse. Continuará creciendo y floreciendo, y la respuesta estáen administrarlo, educar a las personas sobre cómo hacerlo demanera segura como una solución temporal y verlo no como algoincorrecto sino como un deseo oculto de ser escuchado sin quete digan qué hacer o cómo hacerlo. Porque sólo cuando nos es-cuchen ya no necesitaremos gritar. Y eso es exactamente lo quees la autolesión: un grito doloroso, sangriento y silencioso. Todosdebemos hacer más para escuchar de verdad a aquellos queestamos luchando con la vida. No sólo escuchar las palabras,también las acciones. A veces parece que, como sociedad, to-dos hemos olvidado cómo escuchar de verdad. Pero nunca esdemasiado tarde para intentarlo con más fuerza”. Como en ante-riores ocasiones, el Catecismo no puede quedarse en una boni-ta declaración de intenciones y es necesaria la presencia fami-liar y cercana de Cristo, que abraza la vida y la acompaña parahacer descubrir su valor infinito como don de Dios.

Somos débiles y llevamos dentro muchas inclinaciones quenos arrastran a la mentira, al egoísmo, a buscar sólo el placer yla comodidad, a procurar nuestro propio bien aunque eso puedaperjudicar a otros, a ence-rrarnos en nuestras necesi-dades egoístas. Y nosotrosno podemos dominar esosinstintos si no nos dejamossostener y fortalecer por elEspíritu Santo. Sin embargo,muchas veces nos engaña-mos. Creemos que nos do-minamos a nosotros mis-mos porque dominamos elansia de comer o porque noengañamos al cónyuge peroquizás no sabemos dominarotras cosas: la vanidad, latr isteza o el egoísmo, porejemplo. Cada uno tiene sus

Elijamos lo que el Espíritu nos susurrapropias debilidades, y lo peor que nos puede pasar es que lasocultemos para engañarnos y engañar a los demás porque deese modo no podremos crecer. San Pablo nos recomienda insis-

tentemente: “Os pido queprocedáis según el Espírituy no obréis según los de-seos del instinto natural por-que ese instinto desea con-tra el Espíritu y el Espíritucontra el instinto... Si vivi-mos por el Espíritu, sigamosal Espíritu” (Gal 5, 17.25).No dejemos que nuestrasinclinaciones más egoístasnos dominen y nos enfer-men. Mejor entreguemos alEspíritu Santo el dominio deesas inclinaciones y elija-mos lo que el Espíritu nossusurra.

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La voz del PastorSalid a los caminos en comunión

Queridos diocesanos:

Iniciamos un nuevo curso pastoral en elque se nos plantean unos retos apasionan-tes. Y lo iniciamos pidiendo al Señor su ayu-da tal como lo expresa la oración que reza-mos en Laudes: “Que tu gracia, Señor, inspi-re nuestras obras, las sostenga y acompañepara que todo nuestro trabajo brote de ti,como de su fuente, y tienda a ti, como a sufin”. Que todo lo que hagamos sea para glo-ria de Dios y para el bien de nuestros herma-nos y hermanas que viven en nuestra Dióce-sis de Osma-Soria, tan necesitada del amorde Dios expresado en nuestras palabras ynuestras obras.

Durante el año pasado hemos elabora-do sinodalmente el Plan diocesano de pas-toral para los próximos cuatro años (2018-2022) con el sugerente lema “Salid a los ca-minos y llenad la vida de…” y con un objetivogeneral que dice: “Ser evangelizados para

vivir comunitariamente la fe en Jesucristo yevangelizar con alegría y esperanza”. Comoveis es un reto para la Diócesis: anunciar aJesucristo con palabras que sean refrenda-das por el testimonio. Son momentos difíci-les para la evangelización y, a veces, nosparece predicar en el desierto. Pero hemosde hacer nuestras, en cada momento de lavida, las palabras de Pedro: “Maestro, hemosestado trabajando toda la noche y no hemospescado nada; pero, en tu palabra, echarélas redes” (Lc 5, 5).

La Programación pastoral para estecurso 2018-2019 tiene como lema “Salid alos caminos en comunión” con el objetivo ge-neral de “Hacer de la Iglesia casa y escuelade comunión para la misión”, objetivo que seirá desarrollando a través de diversas líneas,medios y acciones. Con palabras del PapaFrancisco quiero resaltar la importancia dela comunión para realizar la misión de la Igle-sia: “La intimidad de la Iglesia con Jesús esuna intimidad itinerante, y la comunión esen-cialmente se configura como comunión mi-sionera. Fiel al modelo del Maestro, es vitalque hoy la Iglesia salga a anunciar el Evan-gelio a todos, en todos los lugares, en todaslas ocasiones, sin demoras, sin asco y sinmiedo. La alegría del Evangelio es para todoel pueblo, no puede excluir a nadie” (Exh. Ap.Evangelii Gaudium n. 23).

Por ello, animo de corazón a toda la Igle-sia diocesana a tomar en serio la Programa-ción pastoral: a los presbíteros, consejos depastoral de las parroquias, catequistas, maes-tros de Religión católica, miembros de losgrupos de Cáritas, de liturgia, etc., a todoslos cristianos sin excepción. Hagamos todolo que esté en nuestras manos para lograrlos objetivos propuestos en la Programaciónsin olvidar que la fuerza viene de Dios. Sin Élno podemos nada. Y, por supuesto, tambiénseguiremos desarrollando nuestro trabajo or-dinario en las parroquias, arciprestazgos,unidades de atención pastoral, comunidades,delegaciones, movimientos y asociaciones.

Por último, quiero hacer una referenciadolorosa a la situación de la Iglesia. Forma-mos parte de la Iglesia universal que estáviviendo momentos difíciles a causa de losabusos a menores por parte de algunosmiembros de la jerarquía, que no fueronatajados a tiempo y en la forma debida. Te-nemos que pedir perdón a las víctimas por elsufrimiento que se les ha infligido, incluso ha-ciéndoles creer que eran ellos los culpables.Y tenemos que poner en nuestras comuni-dades eclesiales los medios necesarios paraque estos actos no se vuelvan a repetir. Lasheridas dejadas en las víctimas perduran depor vida y son difíciles de superar.

Recemos para que estas acciones, quetanto daño han causado a las víctimas y a lapropia Iglesia, desaparezcan de la familia delos hijos de Dios. No hay nada más contrarioal amor de Dios y a los demás que el abusoa los menores.

Ponemos el nuevo curso en manos denuestra Madre, la Virgen María, Madre de laIglesia evangelizadora, Estrella de la evan-gelización. Ella nos invita a ponernos enmarcha siendo audaces y creativos, con ac-titud de servicio, y para caminar juntos sa-liendo al encuentro del otro, en medio de estasociedad que peregrina en Soria.

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4 NoticiasDOMUND 2018

Con el lema “Cambia el mundo” la Dió-cesis celebra la Jornada del DOMUND eldomingo 21. Unos días antes, el jueves 18,se presentará la campaña a las 18 h. en laCasa diocesana; “contaremos con la pre-sencia de nuestro Obispo y del misioneroagredeño José Luis Ruiz, que compartirásu experiencia de misión en Zimbabwe”, hadeclarado Alberto Cisneros Izquierdo, de-legado episcopal de misiones.

Al día siguiente, viernes 19, la parro-quia de Ágreda acogerá, desde las 20 h.,la Vigilia de la luz organizada por la Dele-gación de misiones y la Delegación de pas-toral juvenil. El sábado 20, a las 19.30 h.,las HH. Clarisas celebrarán la Santa Misaen honor a la Virgen de Zimbabwe. Final-mente, el domingo 21, el día del DOMUND,tendrá lugar la cuestación entre los fielesde la Diócesis y todas las colectas de lasparroquias y oratorios irán destinadas a lalabor misionera de la Iglesia.

En la actualidad son 110 los misione-ros sorianos repartidos por Europa, África,Asia y América; en 2017 la Diócesis contri-buyó a esta campaña con 41.286,48€.

1.200€ para Manos UnidasMás de 100 personas de Medinaceli,

animados por la parroquia y la Asociacióncultural de la localidad, se unieron a fina-les de septiembre “con un fin común, ungesto de solidaridad compartiendo unamesa a favor de Manos Unidas”, segúnaseguró el párroco de Medinaceli-Estación,José Antonio Encabo Yagüe. Al final de lacomida se realizó un bingo solidario cuyospremios eran productos regalados por loscomercios y entidades del pueblo “con elfin de aportar un grano más de arena enesta causa solidaria”. El dinero recaudadoha ascendido a casi 1.200€ que serán en-tregados a la Delegación de Manos Uni-das en la Diócesis para sufragar proyectosde desarrollo en países más empobrecidos.

estuvo presidida por el Obispo de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente,con el que concelebraron el Obispo deOsma-Soria, Mons. Abilio Martínez Varea,el Obispo auxiliar de Bangassou (Repúbli-ca Centroafricana), Mons. Jesús Ruiz Mo-lina, así como más de setenta presbíterosdiocesanos, del Arzobispado Castrense yde otras Diócesis.

Unos días después, el viernes 28 deseptiembre, repentinamente y mientrascelebraba su 94 cumpleaños rodeado defamiliares y sacerdotes de la Casa dioce-sana (Soria), fallecía Eustaquio de la TorreRomero, “D. Eus”. El funeral corpore inse-pulto fue presidido al día siguiente en laparroquia de Abejar por el Obispo.

Fallecen dos presbíterosLa S. I. Catedral acogía el 26 de sep-

tiembre el funeral corpore insepulto deManuel de Blas de Blas. La Santa Misa

Eustaquio de la Torre Romero nacióen la soriana localidad de Abejar el 28 deseptiembre de 1924 y cursó los Estudioseclesiásticos en el Seminario diocesano deEl Burgo de Osma. En la Villa episcopal fueordenado presbítero el 18 de junio de 1950por el Obispo de Osma, Mons. SaturninoRubio Montiel. Tras su Ordenación, sirviólas parroquias de La Muela, La Cuenca yEl Royo y, posteriormente, y durante déca-das, fue Administrador del Seminario dio-cesano hasta su marcha a la Casa dioce-sana en donde falleció. Es autor de nume-rosos artículos yobras sobreAbejar, localidadde la que era unenamorado. En2015, tras algu-nas obras de re-modelación enel Seminario, losformadores de-cidieron dedicar-le una de las zo-nas del Centro(“El pasillo de D.Eus”) por susmuchos años deservicio incondi-cional y sencilloal Seminario.

El 16% de alumnos sorianoselige la concertada

Los cinco Centros concertados cató-licos sorianos pertenecientes a EscuelasCatólicas Castilla y León han iniciado elcurso 2018-2019 con 2.133 alumnos en susaulas. Este tipo de educación, que repre-senta en Soria el 16% del total, ha recibidoeste curso una gran respuesta por partede las familias de la provincia.

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Encender fuego en la tierra“El Obispo Robert Barron es el más

completo evangelizador y catequista en laIglesia católica de nuestros días. Todo aquelentusiasmado con impulsar el catolicismohacia una «Iglesia en permanente misión»debería leer esta estimulante conversa-ción”. Estas palabras de George Weigel,autor de una gran biografía sobre San JuanPablo II, son la mejor invitación para leer ellibro que presento a continuación. Se tratade una obra que es fruto de largas entre-vistas de John Allen, escritor y analista deasuntos eclesiales, con Robert Barron, jun-to con el estudio de sus escritos, videos ymensajes. Sin embargo, algún lector sepuede preguntar: ¿Por qué es interesanteconocer la visión que tiene sobre la evan-gelización uno de los cinco Obispos auxi-liares de Los Ángeles? La razón está enque se trata del católico, después del PapaFrancisco, con más seguidores en redessociales en lengua inglesa. De hecho susvideos en YouTube sobre temas de fe cuen-tan con 13 millones de visionados. La ideacentral del libro es que la evangelizacióndebe seguir la “via pulchritudinis”, como elSanto Padre señalaba en Evangelii

Los buenos amigos

Título: Encender fuego en la tierra. Anun-ciar el Evangelio en un mundo secularizado.Autor: Robert BarronEditorial: PalabraPáginas: 287Se puede adquirir en la librería diocesana

Gaudium. Especial-mente en nuestrocontexto culturalpostmoderno, empe-zar por lo que es ver-dadero y bueno -qué creer y cómo com-portarse- está a menudo contraindicado.Sin embargo, el tercer trascendental, la be-lleza, a menudo demuestra ser un caminomás eficaz. Y precisamente uno de los gran-des logros del catolicismo es que ha abra-zado la belleza de forma consistente encanciones, poesía, arquitectura, pintura oliturgia. Pero, como argumentaba Hans UrsVon Balthasar, la belleza más convincentede todas es la de los santos.

Por último señalar que el ObispoBarron insiste mucho en distinguir la nue-va evangelización de la antigua. La diferen-cia no está en el contenido -anunciar a Cris-to como el Señor resucitado- sino en el ar-dor con el que se lleva a cabo y, cómo no,en la forma de expresarlo y los medios quese emplean para hacerlo. Sobre las técni-cas que se deben poner en práctica, la cla-ve está en escuchar a la cultura y descu-brir la mejor forma de conversar con ella.

MARIO MUÑOZ

Con cierta triste-za asistimos, a vecesimpotentes, a la pér-

dida del sentido de lo sacro que muchas per-sonas muestran cuando entran en los tem-plos; frecuentemente no saben que se debeguardar silencio o que no se puede vestir decualquier modo. No se les ayuda cuando aveces convertimos las iglesias en salasmultiuso donde queda opacado su ser luga-res de culto donde se vive y palpa la presen-cia de Dios. Parece que hemos olvidado laspalabras del Señor: “Mi casa es casa de ora-ción” (Lc 19, 46). En efecto, hay fieles queentran y salen del templo (y que incluso reci-ben la Comunión) habiendo hablado con to-dos menos con Dios.

Todavía recuerdo siendo niño cómo loshombres cuando entraban a la iglesia se des-cubrían como signo de respeto y piedad ydespués tomaban agua de la pila, se santi-guaban y se dirigían a su banco donde, derodillas, recitaban alguna oración como pre-paración para la santa Misa. Hoy, con ciertafrecuencia, al entrar en la iglesia se oye mu-cho ruido, el saludo de unos a otros, los en-sayos de los cantos, el sonido de los móvilesy mucha vestimenta inapropiada… Respec-to a esto último, todos sabemos que cuandosomos invitados a un acto formal se nos indi-ca que hemos de vestir de etiqueta; nadie seextraña de ello e incluso puede que no te

dejen entrar si no vistes de forma adecuada.En la Iglesia, sin embargo, parece que todovale. Recuerdo de mis años de estudianteen Roma cómo esta regla de sentido comúnse trataba de cumplir cabalmente en las igle-sias de la Ciudad, particularmente en las ba-sílicas mayores.

El tema de las diversas posturas duran-te la celebración es también reseñable puestoque cada postura tiene un significado teoló-gico-espiritual. Cada vez es más frecuentever a los fieles de pie durante el momento dela Consagración. Y, salvo imposibilidad físi-ca, ponernos de rodillas ante Cristo es signode que reconocemos su divinidad y señal deadoración. La Sagrada Escritura nos lo re-cuerda: “para que al nombre de Jesús todarodilla se doble en los cielos, en la tierra y enlos abismos, y toda lengua proclame queJesucristo es Señor para gloria de Dios Pa-dre” (Fil 2, 10-11).

Y el silencio…, un silencio que hemosde guardar no sólo durante la celebración dela Misa sino de forma habitual mientras per-manezcamos en el templo, un silencio quefrecuentemente se quiebra por el sonido delmóvil; hay personas que incluso respondena la llamada telefónica en el templo o salenprecipitadamente como si el asunto no pu-diese esperar unos minutos.

Enseña el Padre de la Iglesia Agustínde Hipona que el don de piedad infunde en

el corazón de la persona el respeto por losacro. Este don produce reacciones de de-voción que se palpan sensiblemente. De estafuente es de donde brotan, por ejemplo, laslágrimas de los santos. Cómo no recordar laslágrimas que nuestro Beato Palafox vertíamientras celebraba la santa Misa, fruto pre-cisamente de este don de piedad. Y es que,cuanta más fe más piedad… y, al contrario:cuando no se cree en lo trascendente, en lapresencia de Jesús en la Eucaristía, la per-sona se hace incapaz de asombrarse antelo sagrado pues ya no cree que exista. La fehace que nos arrodillemos ante Dios cuandoestá presente, pero cuando esa fe se pierdeel hombre se pone en el lugar de Dios, y estode mil formas, algunas con apariencia de re-ligiosidad.

Pero vivimos en la esperanza porque laobra de la Iglesia es de Dios y no la dejará desu mano. En palabras del Cardenal Sarah,“actualmente, en Occidente, hay una gran can-tidad de templos vacíos, cerrados, destruidoso transformados en estructuras profanas, vio-lando su sacralidad y su destino original. Apesar de eso, conozco a muchos sacerdotesy fieles que viven su fe con un celo extraordi-nario y batallan cotidianamente para preser-var y enriquecer las casas de Dios” (Extractodel libro La fuerza del silencio).

Gabriel-Ángel Rodríguez MillánVicario General

En la Frontera

GABRIEL RODRÍGUEZ

El templo es casa de oración

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6 Rincón diocesanoRincón diocesanoRincón diocesanoRincón diocesanoRincón diocesano

ÁNGEL HERNANDEZLa palabra triunfo la tenemos que distinguir del triunfalismo.“Doy gracias a Dios, que siempre nos asocia a la victoria deCristo y difunde por medio de nosotros en todas partes la fra-gancia de su conocimiento” (2 Co 2, 14). Cuando Pablo habla detriunfar en Cristo, asociarnos a su victoria, nos deja claro que noes un partido cualquiera en el que estamos compitiendo, ni si-quiera es la Champions, sino esas otras batallas internas y ex-ternas de todos los días. La victoria de Cristo es participar en eltriunfo donde nadie, ni ninguno de nosotros, lo hubiera logradoantes o después, jamás: vencer a la muerte, al mal, en rescatar-nos y lograrnos la Vida eterna. Pero no podemos olvidar que elmás allá está íntimamente unido al más acá y, por ello, debemoscomprometer nuestra vida en asegurar un trabajo decente, infra-estructuras adecuadas y moder-nas, un sistema de pensionesjusto, etc. Por eso, no debemosolvidar que lo original cristianoes responder, día a día, en lo hu-mano, familiar, laboral, en el ocio,etc. a la relación personal conDios y con los hermanos, y ali-mentar y cuidar, cuando Diosquiera, lo que será el encuentrodefinitivo en el cielo.

El triunfalismo olvida todoesto, lo humano y lo divino, y sereduce a perseguir lo individual.La enfermedad del triunfalismoes la que nos lleva a creer quetodo está listo y hecho de nues-tra parte. El triunfalismo en laIglesia no sale a buscar, no dia-loga, sólo espera a que la gente vuelva; toca campanas, propo-ne actos religiosos, establece normas, a forma de vestidos quela gente ha de ponerse, algunos a la fuerza; el triunfalismo cobraimpuestos, establece aduanas. Pero el triunfalismo, que se losabe todo, es una muerte lenta, un espejismo, que corroe desdela tristeza y la soledad. A la gente debemos educarla y enseñar-le que la victoria en Cristo es una suma de pequeñas y constan-tes conquistas en nuestra vida, en lo humano y social, con mu-

La victoria de Cristo

chas caídas y levantadas, con esfuerzo y ora-ción, con paciencia y sacramentos. La victo-ria en Cristo no supone hacerlo todo bien sino pegar cada es-fuerzo, cada cansancio, inclusive cada derrota, a la Cruz, endonde todo fue vencido, y a la Resurrección donde la palabratriunfo se explica a la perfección y donde nos queda claro, apro-vechando la época, que la muerte es lo único que tiene solucióncuando estamos unidos a Cristo.

Al hablar de victoria siempre habrá quien pareciera que lepagan para echar por tierra la autoestima de cualquiera quetenga proyectos buenos para su vida, su parroquia, su grupo,su ciudad, su familia. Para crecer y participar de la victoria deCristo es bueno, y lo digo por propia experiencia, no ser impru-

dente, no cotorrearlo todo an-tes de tiempo y saber que, des-de ahora, no a todos les vas acomplacer con lo que estás ha-ciendo y que no te sorprendala crítica de algunos por ser túmismo y por avanzar. La pro-gramación pastoral nos va acomprometer a trabajar conmucha ilusión y esfuerzo, sa-biendo que todos podemosaprender de todos, pues la es-piritualidad de comunión ayu-dará a que salgamos de lonuestro y nos encontremos enlo de todos siendo más fuertesy más creativos. Como dijo SanÓscar Romero, “mucho ánimo,adelante en nuestra gran tarea

de limpiar el pecado al mundo y de llenarlo de la gracia de Dios;no hay tarea semejante a la nuestra”. Participemos de la victoriade Cristo en lo bueno y en nuestra pequeñez, y sepamos queDios cree en nosotros y nos ama. Por cierto, no olvidemos orarpor la Iglesia como nos lo ha pedido el Papa. Que Dios nos librede la incomprensión y de la maldad de los buenos.

Ángel Hernández AyllónPárroco de Camaretas

Duruelo de la Sierra rindió homenaje a su párroco, Joa-quín Arancón García, que, tras tres décadas en la locali-

dad, se acaba de jubilar.

El presbítero Fidel Morón Ruiz ha recibido un homenajeen Utrilla por sus 50 años como párroco de la localidad.

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El Burgo de Osma celebró la Memoria litúrgica de Pala-fox con el rezo del Santo Rosario, procesión con algunas

reliquias del beato y la Santa Misa.

En la celebración de San Antimo de Iberia, patrono de laIglesia Ortodoxa Rumana, participó la Delegación epis-

copal de ecumenismo.

Las parroquias de los despoblados de Masegoso, Boillos yValdegrulla han sido el objetivo de los últimos ataques contra elpatrimonio religioso en la provincia. La Diócesis ya trabaja, encoordinación con los arciprestes y el resto de sacerdotes, enbuscar soluciones a este difícil problema.

Comunicado de la Diócesis

“Ante estos robos en ermitas e iglesias desde la Diócesismostramos nuestro más hondo pesar , con la conciencia de quelos únicos responsables de estos ataques contra el patrimonioson los que cometen este tipo de actos delictivos. Nuestro de-seo sería mantener restaurado y en uso todo el patrimonio reli-

gioso pero la realidad es que la despoblación, por una parte, y lafalta de medios económicos, por otra, hacen inviable esta nobleaspiración. A pesar de estas dificultades, no podemos olvidarque, por ejemplo, en 2017 el 39,05% del presupuesto de laDiócesis fue destinado a la conservación de iglesias y ermitas,entre otros, y en este 2018, en el primer semestre, hemos inver-tido más de 1,1 millones de euros en nuestro patrimonio, siendoel 82,8% de esta cantidad de procedencia exclusivamente ecle-sial. Nuestra Iglesia diocesana, que no desconoce la precarie-dad de medios con la que frecuentemente trabajan, valora y agra-dece los esfuerzos que los cuerpos y fuerzas de seguridaddel Estado están haciendo en este campo y en otros muchos”.

Ataques contra el patrimonio

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8 Se levantó y le siguióGracias, querida Sor María Dolores, por hablarnos de su vida, sabe-mos lo poco que le gusta hablar de sí misma. Tras esa mirada viva,confiada y cariñosa, siempre recta y firme, guarda una vida bella, deentrega a los demás, que no pasa desapercibida a nadie. ¿De dóndeprocede?Nací en Calaf (Barcelona) después de la Guerra Civil, en una familia pro-fundamente religiosa. Mis padres, Miguel y Teresa, eran malagueños perola Guerra los cogió en Barcelona. Mi padre era Guardia Civil. Yo nací enJueves Santo, a las tres de la tarde, en el cuartel en el que vivíamos. Mimadre estaba fregando el suelo cuando llegué de repente, me tuvo querecoger la mujer de un guardia; mientras, mi padre estaba con los demásguardias poniendo el fusil boca abajo, en señal de respeto ante la muertede Cristo.

¿Cómo fue su infancia?Muy feliz. Tengo dos hermanos, Miguel y Paco. Cuando yo tenía cuatro ocinco años destinaron a mi padre a un pueblo de Málaga, nuestra vida eramuy errante, pero muy familiar. Íbamos siempre todos juntos, a Misa porsupuesto, salvo cuando mi padre estaba de servicio. Cuando estaba encasa eran días entrañables, muy intensos. Pasábamos los veranos en elcortijo con mis abuelos, con mis primos, no ha-bía más luz que un quinqué, había carencias, peropude vivir la vida del campo. La felicidad en micasa era muy grande. Poco antes de hacer laPrimera Comunión nos fuimos a otro pueblo yme disgustaba tener que hacerla en otra parro-quia pero mi padre aprovechó para hacerme verque lo importante era que iba a recibir a Jesús,no el sitio. Mis primeros años de colegio fueronen diversos pueblos de Málaga, en escuelas pú-blicas, entonces se llamaban nacionales. Memarcó mucho nuestra etapa en La Atunara, enLa Línea de la Concepción (Cádiz). La gente quevivía del contrabando de Gibraltar y Ceuta llega-ba en pateras y por la noche los recogían en lasala de armas del cuartel en el que vivíamos. Lasmujeres de los guardias les daban café y comi-da. Nuestros padres nos formaban para que nocayéramos en aquella forma de vida. Al igual queahora, había mucha prostitución y drogas. En laactualidad hay allí una casa de las JuventudesMarianas Vicencianas para acoger a los niñosvíctimas de este ambiente.

¿Cómo entró en contacto con las Hijas de laCaridad?Cuando terminé la educación primaria, mis pa-dres encontraron un colegio del Sagrado Cora-zón en La Línea; allí estudié. El latín se me dabade maravilla y la lengua pero las matemáticasno me gustaban nada. Estudiábamos por libre y hacíamos los exámenesen Málaga y Sevilla. En esta época yo pertenecía a las Hijas de María ylos domingos por la tarde nos reuníamos con las Hijas de la Caridad.Cuando tenía unos 16 años fuimos cinco días a hacer ejercicios espiritua-les a Cádiz. Uno de los días, la hermana Sor Isabel me dijo a ver qué talestaba porque habíamos hecho la trastada de poner el despertador a lastres de la mañana la noche anterior… Pero más allá de eso, yo le contestéque la meditación del día anterior me había hecho pensar mucho.

¿Un primer aviso para su vocación posterior?Sí, creo que de aquellos ejercicios salió ya mi vocación aunque desdepequeña pensaba que tenía vocación de maestra; por aquel entonces miilusión era casarme y tener muchos hijos. Yo era muy movida, tenía ungrupo de amigos, nos íbamos a las fiestas, a la feria, lo pasábamos muybien (mi madre nunca creyó que con mi carácter fuera a permanecer conlas hermanas). Pero yo ya había visto el ejemplo de San Vicente de Paúl,de Santa Luisa de Marillac y el amor incondicional a los pobres, y a losveintidós años sentí que necesitaba saber cuál era mi vocación. Aprobé laReválida del Estado en 1963; en julio nos habíamos ido a vivir a Madrid, aljubilarse mi padre. Y allí estaba destinada Sor Teresa Martín, que tantome había ayudado en La Línea. Me confié a ella ante esa ansiedad que yotenía dentro y me acompañó, respetando mi libertad. La situación familiarera estrecha y me propusieron ir a vivir un tiempo a la Casa de la Virgen(un colegio de la Compañía en Madrid) con los pobres, para asegurarmede mi vocación. Necesitaban una maestra en un colegio cercano y empe-cé a dar clases. En octubre obtuve el título de Magisterio del Estado y el27 de noviembre de 1963 entré en la Compañía.

MAITE EGUIAZABAL

Sor María Dolores Ruiz Moreno. Hija de la CaridadDios ya la había ido preparando…Sí, en La Línea lo había visto todo, había visto alos pobres y a las hermanas sirviéndoles, habíavisto cómo Sor Paz, a sus 83 años y toda encorbadita, les daba de comer…Vimos su amor y su entrega. Lo vimos. Así que primero fui de postulante aun obrador con colegio en la calle Hortaleza y después al Colegio del Sa-grado Corazón, a pasar unos meses con las hermanas y ver cómo vivían.Tras un tiempo con una directora de formación fuimos al Seminario de lacalle General Martínez Campos. Éramos unas 60 o 70 hermanitas. Fue unaño de formación profunda y también de muchas pruebas.

¿Fue difícil la separación de la familia?Al salir de casa se me arrancaba el alma pero mi familia siempre me havisto feliz en la comunidad. Nos hemos sentido muy unidos aunque sinataduras, con seguridad. Después del año de Juniorado y toma de hábito,estudiábamos Teología y participábamos en las actividades del Pozo delTío Raimundo con los más pobres. Después me destinaron a la Casa dela Virgen, en el Barrio de la Concepción. Fueron 16 años que me marca-ron profundamente. Daba clases, llevaba las Juventudes Marianas, laparroquia y las actividades los jóvenes, iba a la cárcel de Alcalá Meco y a

la Casa de Ciegos de O’Donnel; dábamos cla-ses de alfabetización para adultos, taquigrafía,mecanografía, corte y labores para las chicas,meriendas para los niños necesitados, hacía-mos colonias gratuitas en verano… Éramos todoterrenos. Teníamos un director que era jesuita,cuidaba mucho la oración y la espiritualidad. Lacasa era muy pobre pero yo muy feliz, he sidosiempre una privilegiada. Al salir de allí me qui-taron el corazón, había sido mucho tiempo, perofui a Puertollano y también fui muy feliz. En el90 me destinaron a Arnedo (La Rioja), dondefui por primera vez Hermana Sirviente y Direc-tora del Sagrado Corazón.

¿Hermana Sirviente?Es así como llamamos a las Superioras. Sirvien-te porque es un servicio, la que se cree que esun cargo está perdida. El servicio ya lo habíaaprendido en mi casa. De pequeña veía cómomi madre le daba su plato diario a un pescadorque vivía solito. ¡Cuántas veces! Entre lo que vicon las hermanas y lo que vi en mi casa, senci-llez, pobreza, pero tanto amor… Hay detallesque pueden parecer tonterías pero no lo son.Por ejemplo, teníamos muy poca ropa pero mimadre reservaba la mejor para el Domingo, lomejor para el Señor. En Arnedo estuve seis añosy después me fui a Madrid a cuidar de mis pa-dres, a quienes acompañé hasta que murieron,

con sólo 15 meses de diferencia. Sufrí mucho pero hay momentos en losque Dios da una fuerza que ni te lo imaginas.

Y siguió adelante…Sí, estuve un año en Yecla y cerca de seis de Hermana Sirviente en Blan-ca (Murcia), en un colegio pequeñito, muy metida en la vida del pueblo yla parroquia. Y de allí a Soria, al Colegio Sagrado Corazón, ahora Funda-ción Trilema, en 2014/2015, primero como Directora titular y luego comoHermana Sirviente de la Comunidad de jóvenes (nos quedamos cinco) yDirectora titular del Hogar. También hay una Comunidad de quince her-manas mayores.

Y todas aportando ese cariño tan acogedor ¿verdad?El espíritu vicenciano es acoger a todos, escuchar y acoger a gente decualquier raza, procedencia, religión… Un día una niña musulmana vino atraer una flor a la Virgen. Nuestras comunidades son lugares de participa-ción de todos, desde el Hogar a las cocineras, las familias, los profesores.Nuestra fe se ve en nuestras obras, la fe sin obras está muerta. Se tratade amar y servir.

Por eso la vemos siempre alegre, activa y disponible…Ahora siento que la oración es la prioridad, necesito llenarme de Diosmás que nunca. Continuamente me sorprendo dándole las gracias, inclu-so en alto, por darme todavía tantas fuerzas. Siento una gran paz y sere-nidad pero no es mérito mío, es gracia, es Dios, como lo ha sido siemprea lo largo de mi vida ante mi soberbia o mi falta de humildad. Siempre hasido Dios.