La seguridad alimentaria en Un mundo inestable

servarse en 2006 aproximadamente y provocaron disturbios en el verano de 2008, han puesto en ries-go la seguridad alimentaria de unos 100 millones más de personas.

Más del 70% de los pobres de los países en desar-rollo viven en zonas rurales y dependen directa o indirectamente de la agricultura para su subsisten-cia. Estas personas son las que se ven más afecta-das por la inseguridad en materia alimentaria. Los pastores, los pescadores y las personas que viven de los bosques, así como los pobres de las zonas urbanas, también se ven gravemente afectados.

La inversión en producción agrícola interna es insuficiente para garanti-zar la seguridad alimentaria de los países En muchos países en desarrollo el déficit de inver-sión en el sector agrícola, el desmantelamiento de los programas de apoyo del gobierno y el impacto de la liberalización del comercio han menoscabado el sector de la agricultura en pequeña escala y la capacidad de los países para producir alimentos, con lo cual éstos se encuentran en una situación aún más vulnerable frente a la volatilidad de los pre-cios. Tanto a nivel nacional como internacional, la marcada disminución de la tasa global de aumento de la inversiones en investigación y desarrollo agrí-cola en los países en desarrollo a partir de fines de la década de 1980, especialmente en África al sur del Sahara, ha limitado el desarrollo de la tec-nología agrícola que podría favorecer la producción de alimentos a nivel local. La inversión agrícola se

Volatilidad de los precios de los alimentosLas causas subyacentes de los aumentos más recientes del precio de los alimentos son complejas y están ligadas a factores como la mayor demanda por parte de las economías de rápido crecimiento (especial-mente, China); las malas cosechas como re-sultado de condiciones climáticas cada vez más variables (por ejemplo, la sequía de Australia); la utilización de cultivos alimen-tarios para producir biocombustibles (por ejemplo, maíz para obtener bioetanol); el aumento de los precios de la energía y los fertilizantes; las bajas existencias de alimen-tos; la especulación sobre el mercado de fu-turos de los productos básicos, y, en respu-esta a los altos precios de los alimentos, las restricciones impuestas a las exportaciones de productos básicos agrícolas por parte de varios exportadores importantes (por ejem-plo, Argentina, India y Ucrania), a fin de pro-teger a los consumidores nacionales.

Síntesis temática

Gracias al desarrollo agrícola de los últimos 50 años, el rendimiento de los cultivos se ha incrementado lo suficiente como suministrar, en general, alimentos más que suficientes a todos los habitantes del pla-neta. No obstante, aproximadamente 850 millones de personas en todo el mundo no pueden obtener la cantidad de alimentos que les permitiría llevar una vida sana y productiva. La volatilidad y el aumento del precio de los alimentos, que comenzaron a ob-

Las inversiones en investigación sobre bi-enes públicos orientadas a mejorar los me-dios de vida de los pequeños productores ofrecen el mayor potencial para aumentar la seguridad alimentaria. Pueden generar elevadas tasas de rentabilidad económica, ayudar a reducir la pobreza y crear impor-tantes oportunidades para el desarrollo de la agroindustria y la generación de empleos di-versificados que permiten aumentar el valor añadido.

En muchos países, la disminución de la se-guridad nutricional se ha debido a una de-pendencia casi total de unos pocos cultivos básicos. El aumento de la inseguridad ali-mentaria, así como las importantes oportuni-dades para comercializar cultivares tradicio-nales de plantas, árboles y animales, y para domesticar nuevos cultivos alimentarios y medicinales obtenidos en los bosques, son argumentos poderosos para aumentar la inversión pública y privada en el sector de agricultura.

ha centrado principalmente en los cultivos de expor-tación para generar divisas, con lo cual los países dependen de que los precios internacionales de los alimentos se mantengan bajos para satisfacer la demanda interna de esos productos. Esa estrategia ha fracasado.

Las respuestas inmediatas de los gobiernos y los organismos internacionales frente a la crisis actual, como reducir los aranceles de importación de ali-mentos y la imposición de restricciones a las expor-taciones han contribuido a dar alivio inmediato los consumidores y podrían considerarse como inter-venciones necesarias para combatir las crisis —en este caso, una crisis que ya se ha desatado—. Estas drásticas medidas de corto plazo no aumentan efi-

cazmente la seguridad alimentaria en el largo plazo.Existen importantes factores nuevos, y otros cada vez más urgentes, que están forzando el ritmo de cambio. El mundo actual es muy diferente del de la era de la Revolución Verde. Las actuales crisis en-ergética, financiera y climática aumentan la proba-bilidad de que en el futuro exista volatilidad de los precios de los alimentos, a menos que aumente la capacidad de producción nacional de manera que los países puedan afrontar mejor la creciente in-estabilidad de los precios y del abastecimiento de alimentos a nivel internacional. Los países en de-sarrollo deben tener flexibilidad en la toma de de-cisiones sobre las políticas agrícolas —sumado a un incremento considerable del apoyo y la inversión internacionales— de manera que puedan aumentar la producción nacional de alimentos y amortiguar el devastador impacto de la volatilidad de los precios en la población.

Factores actuales y futuros que in-cidirán en la volatilidad de los precios de los alimentos Mercados energéticosEl desafío que significa aumentar la productividad y los ingresos, sobre todo de los pequeños produc-tores, es mayor debido a que los insumos agrícolas de alta tecnología dependen de los combustibles fósiles, y se prevé que los precios de estos últimos se mantendrán altos. El advenimiento de modernas tecnologías de biocombustibles, principalmente el bioetanol y el biodiesel elaborados a partir de cul-tivos agrícolas que constituyen fuentes importantes de alimento y forraje, añade un nuevo elemento a la ecuación.

Los datos sobre los beneficios netos en materia en-ergética, ambiental y económica de la producción y uso de biocombustibles, entre ellos la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, son poco claros y objeto de debate. Se ha demostrado

que estas tecnologías desvían de los mercados de alimentos una parte importante de la producción de los cultivos, lo que contribuye al encarecimiento de los alimentos. En el más largo plazo, las nuevas generaciones de tecnologías de biocombustibles podrían contribuir de manera limitada pero útil a los

enorme e insostenible para los recursos ambiental-es y naturales. El suelo, el agua, la vegetación y la biodiversidad siguen siendo factores determinantes fundamentales para la producción de alimentos en las explotaciones agrícolas. Al mismo tiempo, la variedad de empresas forestales, ganaderas y agrí-colas en el panorama general deberá evolucionar para transformarse en sistemas multifuncionales que permitan conservar los flujos hidrológicos y la calidad del agua potable, y sistemas de cultivos di-versificados para lograr así una mayor capacidad de adaptación y recuperación frente a las turbulen-cias de los mercados y las sorpresas que depare el clima. Estos sistemas permitirían aprovechar las importantes oportunidades de ingresos no agrícolas

mercados energéticos y, mediante inversiones fo-calizadas y fundadas en una evaluación integral de los beneficios sociales y ambientales, así como de los costos (por ejemplo, aumento de los precios de la tierra y los alimentos, disponibilidad de agua y de-forestación) podrían ofrecer nuevas oportunidades para generar ingresos a los pequeños agricultores y empresarios rurales.

Estado y tendencias de los recursos naturalesLas tecnologías convencionales, como las técni-cas clásicas de mejoramiento genético, cultivo de tejidos y prácticas de cultivo han permitido, por ejemplo, incrementar los rendimientos del trigo en hasta un 33%, incluso sin utilizar fertilizantes. No obstante, estos adelantos han tenido un costo

Distribución regional de las pequeñas explotaciones agrícolas (< 2 ha). Fuente: Nagayets, 2005, a partir de datos tomados de FAO 2001c, 2004c y datos de organ-ismos nacionales de estadísticas.

asociadas a los cultivos alimentarios y los paisajes de alto valor cultural.

Concentración del mercadoHay importantes mercados agrícolas que están dominados por unas pocas empresas. A nivel mun-dial, la industria de las semillas está impulsada en medida creciente por empresas agroalimentarias

Market concentration offers fewer opportunities for small scale farmers

Consumers

Market power and influenceis concentrated in trading, processing and retail

Retailers

Processors

Domestic traders

Small-scale farmers

Design: UNEP/GRID-Arendal, Ketill Berger

transnacionales basadas en América del Norte y Europa. Muchos de los aumentos de la concen-tración de los mercados mundiales fueron vaticina-dos por dicho sector en los Estados Unidos, que es el más comercializado del mundo. En la década de los años treinta se crearon más de 150 empresas para vender semilla de maíz, pero para mediados de la década de 1960, los agricultores estadoun-idenses prácticamente habían abandonado las var-iedades de polinización libre.

Una de las características más notables de los cam-bios ocurridos en el sector en los últimos 20 años ha sido la convergencia en la propiedad de las em-presas entre firmas de productos agroquímicos y de semillas y genómica. Esta estrategia ha funcionado satisfactoriamente para vender paquetes patenta-dos de líneas de productos químicos, tecnologías

De un total estimado de 525 millones de explota-ciones agrícolas existentes en todo el mundo, unos 404 millones tienen menos de 2 ha de superficie. Los jornaleros, trabajadores temporales y quienes intentan ganarse la vida cultivando dos hectáreas o menos son compradores netos de alimentos. Cuan-do los precios de esos productos aumentan, estas personas tienen menos dinero para educar a sus hijos y para cuidar su salud.

Cambio climáticoAlrededor del 30% de las emisiones mundiales que influyen en el cambio climá tico se atribuyen a activ-idades agrícolas, incluido el cambio en la utilización de la tierra, como la deforestación. Los precios rela-tivos del carbono, el petróleo, los nutrientes y los productos agrícolas, así como el ingenio humano para diseñar políticas e instituciones apropiadas, determinarán la rentabilidad que tendrá la reduc-ción de las emisiones y el secuestro del carbono para los agricultores. Esta transición hacia sistemas agrícolas adaptados al cambio climático representa un desafío aún mayor, en vista de las consecuen-cias agroambientales que, según se prevé, entraña el tener que satisfacer una mayor demanda de pro-teínas de origen animal relacionada con el nivel de ingresos.

En muchas partes del mundo, los agricultores ya sufren las consecuencias de las precipitaciones y temperaturas menos previsibles, fenómenos me-teorológicos extremos y cambios imprevisibles en las enfermedades zoonóticas, la salud vegetal y la dinámica entre insectos predadores y presas. Para que la adaptación al cambio climático sea eficaz se deberá producir una importante evolución de los ac-tuales factores de mercado y de los incentivos insti-tucionales que orientan los conocimientos, la cien-cia y la tecnología agrícolas (CCTA) y respaldan el desarrollo de rasgos mejorados de los cultivos. Se requerirán innovaciones en materia de políticas,

genéticas y semillas, lo que puede resultar atractivo para los agricultores como instrumento de gestión adquirido. Sin embargo, estos grupos de produc-tos pueden aumentar la dependencia de insumos de alto costo y elevar los costos para los agricul-tores; además, pueden limitar la flexibilidad de las estrategias de control de plagas y malezas en las explotaciones agrícolas, así como la aplicación de nuevos sistemas de producción impulsados por los consumidores.

Fuente: FAO

además de infraestructura y “reglas del juego”, para prestar más atención a la generación y suministro de CCTA sobre bienes públicos, y mayores inver-siones en la educación y capacitación de los agri-cultores.

Dimensiones ocultasUno de los obstáculos para lograr una transición más rápida y amplia hacia una agricultura y de-sarrollo rural sostenibles es la falta de métodos de contabilidad adecuados y de uso generalizado que permitan captar la totalidad de los costos ambien-tales y sociales que entrañan los actuales sistemas alimentarios y agrícolas. Estos métodos de contabi-lidad son necesarios como base para evaluar nue-vas alternativas. Por ejemplo, las estimaciones so-bre la impronta en los recursos hídricos señalan que muchas de las formas actuales de agricultura son insostenibles. Los datos disponibles señalan que pocos países, o ninguno, alimentan a sus poblacio-nes utilizando exclusivamente sus propios recursos hídricos. Hay quienes consideran que el transporte de “agua virtual” en los alimentos a lo largo de la cadena, desde el productor hasta el consumidor, es una manera eficaz y eficiente de movilizar los re-cursos hídricos mundiales; sin embargo, en zonas donde existe estrés hídrico, el transporte de agua virtual puede disminuir la capacidad de adaptación y recuperación de los sistemas alimentarios y agrí-colas.

Por otra parte, el comercio internacional de produc-tos agrícolas básicos y alimentos, tal como está or-ganizado en la actualidad, pone a los consumidores de distintos países en competencia por la misma tierra y recursos hídricos. Por ejemplo, la disponibi-lidad de tierras agrícolas a nivel mundial es, en pro-medio, de 0, 25 ha por persona, pero el consumo de alimentos en muchos países, sobre todo en los países desarrollados, exige una superficie mucho mayor de este recurso.

Fuente: FAO, 2004

Elegir opciones que den buenos resultadosLos informes de la IAASTD fueron aceptados por los gobiernos en un momento de mayor debate so-bre la seguridad alimentaria, las medidas que po-drían tomarse y las repercusiones para las políticas en materia de conocimientos, ciencia y tecnología. Se han dado argumentos sólidos para renovar los esfuerzos y volver a prestar atención a la seguridad alimentaria, y éstos gozan de amplia aceptación. Los gobiernos siguen debatiendo sobre la importan-cia de la soberanía alimentaria, es decir, el derecho de las personas y de los Estados soberanos a de-terminar en forma democrática sus propias políticas agrícolas y sobre bienes públicos.

La IAASTD se interesa en las áreas que revisten urgencia y que requieren más atención en lo que respecta a las políticas y los CCTA, y ha llegado a

las siguientes conclusiones:

• La seguridad alimentaria en los distintos países del mundo se verá más favorecida si se buscan diversos caminos teniendo en cuenta, en parte, la historia y el contexto de cada nación.

• Las diferencias en las tradiciones, la historia, el contexto y la dotación de recursos consti-tuyen razones para adoptar reglas que permi-tan cierta flexibilidad en las decisiones sobre tecnología y políticas agrícolas y comerciales a nivel nacional a fin de fortalecer el sector agrícola en pequeña escala y su contribución a la seguridad alimentaria interna.

• Los gobiernos de los países en desarrollo de-berán promover remuneraciones adecuadas y un nivel mínimo de estabilidad de los precios del sector de la agricultura en pequeña esca-la, a fin de fomentar una mayor producción in-terna de alimentos y mayores inversiones en prácticas agrícolas mejoradas. Entre las op-ciones de política se cuenta la regulación de los intermediarios y un renovado papel directo del gobierno en el suministro de crédito y de servicios de comercialización para todo este sector.

• Será necesario respaldar los esfuerzos col-ectivos de las organizaciones de agricultores, para lograr que tanto el acceso a los benefi-cios del comercio como la distribución de és-tos sean más equitativos.

• Aumentar las reservas de alimentos básicos de emergencia que se gestionan a nivel re-gional, lo que puede ayudar a contrarrestar futuras conmociones de los precios.

• Mejorar la tenencia y el acceso a los recursos, el crédito y los seguros para los pequeños productores, a fin de aumentar la contribución del sector a la seguridad alimentaria nacional, y para mejorar los medios de vida en las zo-

nas rurales y la gestión ambientalmente sos-tenible de los paisajes agrícolas.

• Abordar el tema de las concentraciones del mercado a nivel mundial, especialmente en los mercados de cereales.

• Aumentar la inversión pública en agricultura (caminos de acceso a los mercados, CCTA, investigación y desarrollo, extensión, infor-mación y servicios de comercialización, in-stalaciones para después de las cosechas, apoyo para la comercialización a través de cooperativas, etc.) en los países en desarrollo donde existe inseguridad alimentaria.

• Movilizar la capacidad de los supermercados y otros agentes públicos y privados a lo largo de las cadenas que añaden valor, para que éstos ofrezcan a los consumidores productos alimentarios seguros, saludables, que estén a su alcance, se transen conforme a los prin-cipios del comercio justo, y demuestren un compromiso con los objetivos relativos a la reducción de la pobreza, la protección ambi-ental y el cambio climático.

• Promover la diversificación de los sistemas de producción mediante la inclusión de especies y cultivos de importancia local, a fin de desarr-ollar una amplia gama de productos naturales comerciables que permitan generar ingresos a los pobres de las zonas rurales y urbanas en los trópicos y proporcionar los servicios que prestan los ecosistemas, como la conser-vación del suelo y del agua.

La Evaluación internacional del conocimiento, ciencia y tecnología en el desarrollo agrícola (IAASTD) proporciona información sobre el modo en que pueden utilizarse los conocimientos, la

ciencia y la tecnología agrícolas para reducir el hambre y la pobreza, mejorar los medios de subsistencia en las zonas rurales y la salud humana, y promover un desarrollo equitativo y sostenible desde el punto de vista ambiental, social y económico. El conjunto completo de trabajos de la IAASTD comprende un informe mundial y cinco in-formes regionales con sus respectivos resúmenes dirigidos a los re-sponsables de la toma de decisiones, además de un informe de sínte-sis con su correspondiente resumen. Los informes fueron aceptados en la asamblea plenaria intergubernamental celebrada en Johannes-burgo en abril de 2008.

La evaluación contó con el patrocinio de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM). En ella participaron cinco organismos del grupo de las Naciones Uni-das: la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Organización Mun-dial de la Salud (OMS).

Los contenidos de Síntesis temática de la IAASTD se han extraído directamente de los informes de la IAASTD publicados en 2009 por Island Press.

Para obtener más información sobre la IAASTD, visite www.agassessment.org;para solicitar publicaciones, ingrese en www.islandpress.org/iaastd