Husserl, Edmund - Invitacion a La Fenomenologia [Paidos I. C. E.]

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  • Edm und HusserlInvitacin a la fenomenologaIntroduccin de Reyes Mate Paids I.C.E.|U.A.B.

    Pensam iento Contem porneo 21

  • Edmund Husserlr r> sr v ,oInvitacin a la fenomenologa

    Introduccin de Reyes M ate

    Ediciones PaidsI.C.E. de la Universidad Autnoma de BarcelonaBarcelona - Buenos Aires - Mxieo

  • Ttulo original:A. Der Rncyclopdia Britannica Artikel, publicado en Phenomenologische Psychologie, Vorlessungen Sommersemester 1925. Husserliana (Edmund Husserl Gesammelte Werke), Band IX.B. Die Krisis des europischen Menschentums und die Philosophie. Publicado en alemn por Martinus Nijhoff, Publishers, B.V.C. Die Philosophie als menschheitliche Selbstbesinnung, Selbstverwirklichung der Vernunft.Publicado en alemn por Marinus Nijhoff, Publishers, B.V.Traduccin de:A. Antonio Zirin.B. Peter Baader.C. Elsa Tabernic.Cubierta de Eskenazi & Asociados

    1.a edicin, 1992f 7 u - '

    Quedan rigurosam ente prohibidas, sin la autorizacin escrita de los titulares del C opyright1 bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccin total o parcial de esta obra por cua quier m edio o procedim iento, com prendidos la reprografa y el tratamiento inform tico, la distribucin de ejem plares de ella m ediante alquiler o prstam o pblicos.

    para A., B. y C. 1962, 1954 y 1954 respectivamente, by Martinus Nijhoff, Publishers, B.V., La Haya

    para A. en lengua castellana 1990 by Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    de la presente edicin,Ediciones Paids Ibrica, S.A.,Mariano Cub, 92 - 08021 Barcelona, eInstituto de Ciencias de la Educacin de la UniversidadAutnoma de Barcelona, 08193 Bellaterra

    ISBN 84-7509-791-X Depsito legal: B-29633/1992Impreso en Nova-Grfik, S.A.,Puigcerd, 127 - 08019 BarcelonaImpreso en Espaa - Printed in Spain

  • SUMARIO

    Introduccin: El olvido del mundo de la vida y el recuerdo del fundamento humano dela ciencia, Reyes M a t e .............................. 9Crisis de la humanidad e u r o p e a ........... 11El destino de las ciencias del espritu . 17La propuesta de Husserl ........................ 21Fecundidad y lmites de H u s s e r l ........ 25INVITACIN A LA FENOMENOLOGA

    I. El artculo Fenomenologa de la Enciclopedia B r i t n ic a .................................... 351. La psicologa pura, su campo de expe

    riencia, su mtodo, su fu n c i n ........ 362. Psicologa fenomenolgica y fenomeno

    loga tra sc e n d e n ta l ........ ..................... 50^3. Fenomenologa trascendental y filoso

    fa como ciencia universal en funda- mentacin absoluta ............................ 65

    II. La filosofa en la crisis de la hum anidad europea ........................................................ 75

    III. La filosofa como autorreflexin de la humanidad ..................................................... 129

  • INTRODUCCINEL OLVIDO DEL MUNDO DE LA VIDA Y

    EL RECUERDO DEL FUNDAMENTO HUMANO DE LA CIENCIA

    El lector tiene ante s tres textos de Edmund Husserl, a saber, el artculo de la Enciclopedia britnica publicado en 1925; la conferencia La filosofa en la crisis de la humanidad europea dictada en Viena en 1935 y un texto que figura como eplogo al clebre libro La crisis de las ciencias europeas y la fenomenologa transcendental, publicado en 1945.

    El primer texto es una introduccin a la fenomenologa escrita por nuestro autor. Es tambin el nico escrito de Husserl destinado al gran pblico. Para explicar su contribucin a la filosofa echa mano en este caso no de la va cartesiana bsqueda de un conocimiento apodctico, indubitable, apoyndose en la certeza de ego cartesiano sino de la va psicolgica. Aunque ste escrito no estaba destinado a los especialistas, Husserl mim su redaccin: ste es el ltimo de los cuatro intentos que invirti en la empresa. Es como si el autor de la Fenomenologa transcendental quisiera desvelar a cualquier curioso la intencin fundamental de su quehacer filosfico, esperando que el lector le siguiera hasta la solucin que propone.

  • 10 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIADe ah la va psicolgica. Porque ya sabemos que el joven Husserl, cuando se propuso fundamentar la ciencia, tuvo que enfrentarse al psicologismo. Su nombre comenz a brillar gracias a la refutacin de m arras que ofreca en Investigaciones lgicas. El psicologismo era un reconocido modo de fundamentar la ciencia apelando aia& caractersticas psicolgicas de la especie humana o, ms exactamente, de la mente humana; vamos, que la funda- mentacin de las matemticas se logra analizando la estructura cientfica de la mente humana. Y, como para la ciencia en curso, la mente es el cerebro, resulta entonces que las leyes psquicas se resuelven en funcionamiento material del cerebro. Un planteamiento semejante, por muy chocante que resulte hoy, era de recibo en su tiempo porque se apoyaba en una visin del hombre en una antropologa en la que se haba establecido que el ser humano era mera facticidad, un resultado de hechos fsicos. No es difcil entrever entonces la suma de problemas que ah se presentan a la libertad, a la razn y, en definitiva, a cualquier proyecto racional de la humanidad.

    Husserl, sensible a los supuestos y consecuencias de tal planteamiento, comenz lanceando el psicologismo. De ah su inters pedaggico en utilizar un camino tan transitado en su tiempo el de la psicologa para conducirnos no al psicologismo sino a la Fenomenologa transcendental. Por eso empieza depurando esa ciencia psquica en curso que no es ms que un trasunto de la ciencia puramente fsica. Para alcanzar el objeto de la psico-

  • INTRODUCCIN 11logia pura, tan deformado en el psicologismo, hay que pasar por un momento asctico de reduccin o epoj que dice Husserl que permita superar los engaos de las apariencias y que medante un seguimiento riguroso de lo psquico puro nos lleve a una nueva conciencia o subjetividad transcendental. El lector puede escuchar entonces del propio Husserl en qu consiste su oferta programtica y que no es otra que la Fenomenologa transcendental, un modo de entender la filosofa que tiene en l a su padre fundador.

    Crisis de la hum anidad europeaSlo con el artculo de la Enciclopedia britni

    ca no hay manera, sin embargo, de hacerse idea de la actualidad y si se me apura: del inters poltico de Husserl. Para ello viene en ayuda el segundo escrito, La filosofa en la crisis de la humanidad europea, la conferencia de Viena que acab siendo un libro, La crisis de las ciencias europeas, a la que pertenece, por decisin del primer editor de Husserl, el tercer escrito que aqu presentamos: La filosofa como autorreflexin de la humanidad. Puesto que su actualidad sigue vigente, vamos a entretenernos con su contenido.

    Cuando Husserl pronuncia esta conferencia ao 1935 Hitler ya era Fhrer y el nacionalsocialismo una amenaza para todos, especialmente para los judos. Y, sin embargo, el. judo Husserl, que habla de la amenaza que se cierne sobre Euro

  • 12 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIApa, slo ve peligro en la ausencia de filosofa al ha- cer ciencia. Como luego veremos, este enfoque no demuestra inconsciencia del peligro sino una mayor conciencia.

    Comienza Husserl distinguiendo entre dos tipos de conocimiento el precientfico y el cientfico y se pregunta un tanto asombrado por qu en algunos campos se ha avanzado tanto y en otros, tan poco. Pongamos por caso la medicina. En ese campo hay medicina cientfica y curandera. Pues bien, pocos son los que en las sociedades avanzadas del siglo veinte se van al curandero cuando estn enfermos. Ahora veamos lo que pasa en el campo del espritu; tambin ah cabe un tratamiento cientfico, amn del precientfico. Pues bien, aqu domina por doquier el tratamiento no cientfico.Y se pregunta Husserl: cmo no se ha llegado a una medicina cientfica en lo referente al mundo del espritu, esto es, de los problemas que aquejan a las sociedades, a las naciones y a las comunidades transnacionales? La pregunta tiene su aqul ya que Europa est enferma...

    La respuesta que se da es significativa: porque las ciencias de la naturaleza se han dotado de un mtodo cientfico en virtud del cual entienden el objeto de investigacin como algo suprasubjetivo.Y eso permite una aproximacin cientfica. Para las ciencias del espritu, empero, se echa mano de otra vara de medir: como su objetivo es el espritu, slo caben aproximaciones espirituales, esto es, no cientficas. Pues bien, esa distincin ha sido mortal para el genio europeo.

  • INTRODUCCIN 13Porque Europa tiene su genio. Se refiere Hus-

    serl a algo compartido por todos los pueblos europeos, pese a una historia de guerras incesantes. Esa genialidad la aprecian muy bien los de fuera, por eso se sienten aqu como en su casa y es por lo que los europeos se sienten extraos fuera del Viejo Continente. (Aqu hay que reconocer que a Husserl se le va la mano, pues acaso no ha sido eternamente Europa un pueblo de emigrantes? y cmo no ver el avance del antioccidentalismo que pone en tela de juicio al clsico eurocentrismo?) Pero sigamos a Husserl: el genio europeo es la filosofa, un telos infinito que atrae hacia a s la evolucin de la humanidad y que la impulsa a conformarse desde las ideas de razn. La filosofa viene de Grecia; ah se da el paso de una cultura prefilosfica a otra filosfica, un paso que es una conquista histrica.

    Lo que caracteriza a la cultura prefilosfica es una focalizacin del conocimiento hacia lo que tiene inters prctico; su mundo puede estar compuesto de seres naturales y supranaturales, puede estar poblado de motivos mtico-religiosos. Pues bien, todos estn ah para determinar el destino de los hombres. Por eso hablamos de un inters prctico. La cultura filosfica, por el contrario, se caracteriza por un inters terico: interesa la teora, el mero conocimiento, sin inters privado ni provecho pblico.

    El paso de uno a otro estadio lo da la reflexin. El hombre primitivo de la cultura prefilosfica tena representaciones del mundo que tomaba por

  • 14 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIAla realidad; no haca distingos entre la representacin y lo representado. Pero el hombre el hombre filosfico observa que de la misma cosa hay multitud de representaciones; toma conciencia de la pluralidad de las representaciones y se plantea su relacin con lo representado. Est planteando el problema de la realidad. La verdad es idealidad, un absoluto que es un foco de atraccin para lo particular.

    Ese paso de lo convencional a lo postconvencional que no se da una vez por todas es de un inters especial pues pone^n evidencia dos tipos de actitudes que se repetirn cada vez que el hombre se enfrente filosficamente a una realidad. Por un lado estn los tradicionalistas, los que se niegan a someter a crtica los valores recibidos; por otro los filsofos, que pueden optar por dos caminos muy distintos: sea desentenderse olmpicamente de la tradicin, arrumbando su contenido en algo que el concepto slo puede despreciar, o sea sometiendo la tradicin a la criba de la crtica, lo que supone una racionalizacin de la tradicin. Este ltimo proceder marcara, a decir de Weber, el destino de la racionalidad occidental.

    En la cabeza de unos pocos hombres de Grecia salta pues la chispa de la filosofa que se extiende progresivamente a la comunidad helena y luego al resto de pueblos europeos. Esto no significa que la pre-filosofa desaparezca del horizonte. Al contrario, subsiste hasta hoy en las reacciones ms instintivas. Pero la filosofa representa el estadio superior de la evolucin y por eso puede reclamar

  • INTRODUCCION 15ser el cerebro operativo de Europa, esto es, gracias al invento filosfico Europa puede ofrecer al mundo una forma superior de vida, un espritu nuevo hecho a base de espritu crtico, planteamiento de la normatividad desde la universalidad y construccin de ideales para los individuos, las naciones y la propia Europa. Para que eso sea posible, la filosofa tiene que ejercer constantemente, en el seno de la humanidad europea, su funcin rectora sobre toda la humanidad.

    Pero esa Europa no ha tenido lugar. Ha fallado. Y uno se espera la siguiente explicacin: ha fallado porque no ha querido correr el riesgo de la filosofa y ha preferido seguir anclada en el seno materno de lo inmediato e instintivo. Nada de eso: yo estoy convencido, confiesa Husserl, de que la crisis europea radica en una aberracin del racionalismo. La crisis no viene pues del lado del irracionalismo o de la prepotencia del mundo mgico sino, como dira Adorno, de un exceso de racionalidad. No se trata pues de desacreditar a la racionalidad sino de denunciar un abuso.

    Para entenderlo habra que distinguir entre filosofa que factum histrico (filosofa kantiana, he- geliana, aristotlica, etc.) y la filosofa como idea, que es una tarea infinita. Si se toma una respuesta filosfica por la respuesta de la filosofa se corre el peligro de un abuso de la razn. Lo que realmente se produce en este exceso de racionalidad es lo contrario, un dficit de racionalidad. Tomemos, por ejemplo, el abuso racionalista denunciado por Husserl como el mal de nuestro tiem

  • 16 INVITACION A LA FENOMENOLOGIApo: el objetivismo, no hay por ventura una estrecho parentesco entre la ingenuidad del hombre primitivo que identificaba su representacin con la realidad y estos modernos sistemas filosficos que toman su teora por la mismsima objetividad? Aqu hay que reconocer el mrito de Kant, empeado en superar la ingenuidad primitiva, aunque no le fuera dado alcanzar realmente el grado de la reflexividad superior que hubiera sido decisivo para la nueva forma de la filosofa y de la hum anidad europea.

    El intento de Husserl es enm endar la plana al idealismo alemn o, mejor dicho, llevarle a su realizacin. El itinerario bien podra ser el siguiente: a) el hombre natural est orientado en sus desvelos e intereses hacia el mundo que le rodea; b) esa orientacin m undana no se perder jams, ni siquiera en la actividad terica, por muy desinteresada y desmitificadora del mundo que aparezca; c) la filosofa sin embargo distingue entre representaciones del mundo (mltiples y cambiantes) y verdad objetiva; d) esa doble atencin (a la m aterialidad de la representacin y a la idea) explica que la filosofa comience siendo una cosmologa, es decir, su inters terico se orienta inicialmente a la naturaleza corporal pero para aterrizar en los procesos anmicos que son, consiguientemente, psi- cofsicos; e) la filosofa descubre su tarea refinan- do el objeto material, esto es, descubre la infinitud idealizando las dimensiones, las medidas, los nmeros, etc.: del arte de la agrum ensura surge la geometra, del arte de los nmeros surge la a r i t

  • INTRODUCCIN 17mtica, de la mecnica cotidiana surge la mecnica matemtica. Para el quehacer filosfico la a rticulacin matemtica de la naturaleza y de las intuiciones primitivas es algo familiar. Las ciencias nacen en la filosofa.

    El destino de las ciencias del esp rituAhora bien, ya hemos visto que el campo de la

    filosofa no se agota en la cosmologa sino que llega hasta la psique. De ah la gran pregunta de Hus- serl: qu efectos tuvo el xito embriagador de este descubrimiento de la infinitud sobre el enseora- miento cientfico de la esfera del espritu? Pues que quiso tra tar al espritu con el mismo mtodo cientfico-natural. El materialismo y el determinismo democrteos son testigos de lo m adrugadora que ha sido esta querencia cientifista. Bien es verdad que hubo grandes hombres, como Scrates, Platno Aristteles, que se resistieron a esta reduccin y convirtieron al hombre en tema especfico de la reflexin filosfica. Pero ya tenemos la escisin desde el origen. Unos se conforman con tra tar al hombre como un momento ms de los hechos objeti1 vos que componen el mundo; otros van ms lejos y consideran que adems de todo eso el hombre es un ser que se da fines y normas, crea valores y pretende conocer la verdad.

    Esa escisin acompaa a toda la historia del pensamiento europeo. Con la Modernidad, sin em bargo, se impone el modelo matemtico. Su xito

  • 18 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIAen el campo de las ciencias de la naturaleza le lleva a la conquista de las ciencias del espritu. Se plantea entonces un conocimiento cientfico del espritu sobre la base del siguiente razonamiento: si el espritu es real, si existe en el mundo, entonces est fundado en la corporeidad. Imposible entonces un mero conocimiento espiritual del espritu como si fuera un espritu puro. Eso sera romanticismo y mitologa. La investigacin filosfica del espritu debe desembocar en una investigacin cientfica del cerebro.

    Husserl asocia el destino fatal de las ciencias del espritu a la influencia de la filosofa cartesiana. Descartes atribua a un sueo venido del Cielo la iluminacin que se le hizo respecto a la unificacin de la ciencia toda, incluso de la totalidad del conocimiento, merced a un nico y mismo mtodo: el mtodo de la razn. Cuando se decidi a desvelarnos el secreto con el Discurso del mtodo quedaba claro que el mtodo de la razn era el de las ciencias de la naturaleza. Ah se patentaba un procedimiento cientfico cuyos grandes principios eran a) aceptar tan slo lo que tan claro se halle en la propia mente que no deje lugar a la duda, b) fragmentar las dificultades grandes en otras ms pequeas, c) llevar la argumentacin de lo sencillo a lo complejo y d) la verificacin de lo conseguido. La Modernidad da la mano a Grecia: si en sta el mundo matemtico monopoliza el conocimiento de la naturaleza, en aqulla se impone el conocimiento matemtico de la naturaleza.

    Este planteamiento slo poda acarrear frustra

  • INTRODUCCIN 19cin. La ciencia objetivista en modo alguno puede justificar los derechos de la subjetividad sin los que no se puede pensar la ciencia. Pero esta ciencia se desentiende de lo subjetivo y por eso se plantea lo psquico como objeto del conocimiento cientfico- natural. El resultado es dejar fuera de la rbita de la consideracin cientfica al Lebenswelt o mundo de la vida, el complejo mundo de los que investigan el mundo y de los que viven en el mundo. Se deja fuera a quienes hacen y para los que se hace ciencia, ya que en ninguna ciencia objetiva pueden hacer or su voz. De ah se desprende una tarea que es a la vez la razn de ser de la propia actividad filosfica de Husserl: por todas partes se anuncia en nuestro tiempo la candente necesidad de una comprensin del espritu y se ha hecho casi insoportable la confusin que afecta las relaciones de mtodo y de contenido entre las ciencias de la naturaleza y las ciencias del espritu.

    No puede haber una ciencia objetiva del espritu pues eso supone tomar al cerebro por la psique, es decir, eso equivale a mantenerse en la ingenuidad objetivista de los tiempos prefilosficos. Pero no es lo mismo pretender hacer ciencia objetiva del espritu que empearse en un conocimiento cientfico del espritu. A esto ltimo no renuncia Husserl, muy al contrario, se es su quehacer. Contra los cosmlogos del espritu, Husserl proclama su verdad: el espritu, y ms an, slo el espritu es el que existe en s mismo y para s mismo; slo el espritu es autnomo y puede ser tratado en esa autonoma, y slo en sta, en forma verdaderamen

  • 20 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIAte racional, de un modo verdadera y radicalmente cientfico. El espritu admite un tratamiento rigurosamente racional y cientfico siempre y cuando se reconozca la autonoma del espritu. ste tiene sus propias reglas de juego que son cognoscibles y que son prim eras respecto a las reglas de juego del conocimiento natural. La autonoma del espritu dispensa de la necesidad de conocer cientficamente el cerebro (psicologismo) para saber lo que es el espritu. Al contrario, la naturaleza (el cerebro) no es autnoma, presupone la ciencia del espritu. De ah deriva una grave conclusin: carece de todo sentido enfrentar a las ciencias de la naturaleza con las del espritu pues, sin stas, aqullas quedan ayunas de la racionalidad ltima real. Hus- serl no est ni por la eutanasia de la ciencia ni por el colonialismo del mundo de la vida por la ciencia (aqu ciencia tiene el sentido de ciencia natural o dura, que decimos ahora).

    Con todos estos amagos Husserl est proponiendo su receta: el desarrollo de un mtodo real para comprender en su intencionalidad la esencia fundamental del espritu, y para construir, a p artir de ah, una teora analtica del espritu que se desenvuelve hasta el infinito de modo coherente, condujo a la Fenomenologa transcendental. Ella supera al objetivismo naturalista y a todo objetivismo en general de la nica manera posible, esto es, partiendo el filsofo de su yo, ms precisam ente, considerndose puramente como el ejecutor de todos los actos dotados de validez y convirtindose en espectador puramente terico de los mismos.

  • INTRODUCCIN 21En esta actitud se consigue construir una ciencia del espritu absolutamente autnoma, en el modo de una consecuente comprensin de s mismo y comprensin del mundo como obra del espritu. El yo, entonces, ya no es una cosa aislada al lado de otras cosas similares dentro de un mundo dado de antemano; la exterioridad y la yuxtaposicin de los yoes personales desaparecen dando lugar a una relacin ntima entre los seres que son el uno con el otro y el uno para el otro.

    La propuesta de H usserlLa respuesta de Husserl es su Fenomenologa

    transcendental. En el escrito La filosofa como autorrealizacin de la humanidad se dan sugeren- tes informaciones sobre este sistema. Dice ah que el propsito de todo filsofo es alcanzar una ciencia universal del mundo, un saber de saberes. Es un objetivo alcanzable? La experiencia tanto personal como comunitaria muestra lo relativo y provisional de nuestros conocimientos. Pero Husserl no se corta: acaso no posee el hombre razn, un lenguaje, una capacidad de argumentar? Podra-1 mos pensar que la pregunta por la idea total de verdad es una ingeniosa invencin del filsofo a sabiendas de que esa pretensin carece de un sentido en s misma. Seguro que es una invencin del hombre, lo que nada tiene de peyorativo, muy al contrario, puesto que es un descubrimiento que en s mismo eleva al hombre a un horizonte hasta aho

  • 22 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIAra desconocido y desde el que se puede otear una nueva visin de la realidad. El problema es el sentido de la pregunta sobre si la idea total de verdad posee un sentido en s. Depende como entendamos el en s.

    Aceptemos que en s equivale a objetivo. Pero ya hemos visto cmo la objetividad implcita en la ciencias de la naturaleza difiere fundamentalmente de la que ponen en juego las ciencias del espritu: al alma no puede atribursele una objetividad del gnero de las ciencias de la naturaleza. El sentido de la pregunta sobre la idea total de verdad no es lo mismo en el campo de la naturaleza que en el del espritu.

    En esa piedra, sin embargo, ha tropezado frecuentemente la filosofa. Mencin aparte merece el idealismo, el cual siempre ha entendido que el mundo jams s dado al sujeto sino mediante la propia subjetividad. El problema del idealismo, aade Husserl, es que no ha sabido escapar al embrujo del objetivismo o no ha sabido problemati- zar de una manera concreta la subjetividad, lo que le hubiera permitido un conocimiento cientfico del sujeto. Pues bien, esa problematizacin no es sino la operacin de reduccin fenomenolgica y el acceso a la fenomenologa transcendental.

    El camino de la fenomenologa es doble. Por un lado, liberacin de todos los prejuicios, sobre todo los de la mundaneidad. Para asumir la actitud fenomenolgica total se necesita una metanoia, una especie de conversin religiosa as lo quera Husserl que en trminos tcnicos se dicen epoj

  • INTRODUCCIN 23o reduccin. As lo explica en el artculo de la Enciclopedia: en la ejecucin de la reflexin fenomenolgica, debe inhibir toda simultnea ejecucin de las posiciones objetivas puestas en accin en la conciencia irreflexiva, e impedir con ello que penetre en sus juicios el mundo que para l "existe directamente... La epoj universal respecto del mundo que llega a ser consciente desconecta del campo fenomenolgico el mundo que para el sujeto en cuestin pura y simplemente existe, pero en su lugar se presenta el mundo as y as consciente... o, lo que es lo mismo, en lugar del mundoo en lugar de algo mundano singular puro y simple, se presenta el respectivo sentido de conciencia en sus dif tes modos.construccin de una ciencia subjetiva, del ego transcendental. Veamos. La razn es el elemento especfico del hombre en tanto que ser cuya vida se expresa en actividades y hbitos propios de un ser humano. La vida de una persona se despliega en el tiempo y en ese tiempo se produce su perfeccionamiento que va desde hacerse responsable en asuntos concretos y ocasionales hasta asumir una conciencia y una responsabilidad universal. En qu consiste esa universalidad de la conciencia? Pues en aprehender la idea de autonoma, esto es, la idea de darse (con decisin voluntaria) coherencia o dar unidad sinttica al conjunto de la vida personal. Ah se consuma una vieja aspiracin de la razn moderna consistente en relacionar ntimamente verdad con libertad, de tal suerte que el cri

    Por otro construccin transcendental:

  • 24 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIAterio de verdad se mide por el grado de libertad, tal y como ocurre con las Meditaciones de Descartes. Pues bien, otro tanto aqu: la realizacin de la razn coincide con la autonoma del sujeto. De ah surge la ciencia como la funcin humana ms alta ya que lo suyo es perm itir a la humanidad que desarrolle la autonoma personal en todos los sujetos. Ese es el telos de la ciencia, la universalizacin de la autonoma humana. Y la filosofa es la lucha incesante de la razn en un movimiento incesante de aclaracin, a partir de la prim era irrupcin de la filosofa en una humanidad cuya razn, no obstante innata, haba permanecido hasta entonces totalmente innacesible a s misma, sumergida en la confusin y en la noche. Ahora se entiende por qu es insensata la guerra entre ciencias del espritu y ciencias de la naturaleza: sin las del espritu las otras (las de la naturaleza) carecen de sentido.

    El devenir de la razn no es slo biogrfico sino histrico. La filosofa griega es como una aurora: ah aparece el mundo como un ente, cargado de sentido; luego es el descubrimiento del hombre como sujeto del mundo; ahora la filosofa lucha para que la razn despierta llegue a ser ella misma, que consiga alcanzar su propia comprensin, realizar una razn que la comprendera concretamente no slo a ella misma sino a un mundo existente indubitablemente, un mundo existente en su verdad universal y total. Ahora se confunde el destino histrico y el destino biogrfico en el sentido de que la historia o el mundo encontrarn su sen

  • INTRODUCCIN 25tido cuando el ego filosofante recupere su trans- cendentalidad, esto es, se descubra a s mismo como el sujeto racional que subyace al mundo. Hus- serl es el partero de este alumbramiento dedicando toda una vida a elucidar las estructuras esenciales de este mundo vital, estructuras constituidas en s mismas por la conciencia de intencionalidad.

    Husserl se siente obligado a aclarar que La fenomenologa transcendental no es reivindicacin del viejo racionalismo sino el rescate del alma de Europa entendida como teleologa histrica de fines racionales infinitos. Es la vuelta de la filosofa con su propuesta de un telos racional capaz de a traer toda la actividad del mundo. Es la ltima llamada si se quiere salir airoso de la crisis. Porque, una de dos: o seguimos la pendiente y acabaremos en la barbarie o recuperamos una vieja inspiracin desde el herosmo de la razn para superar definitivamente el objetivismo. Pero Europa, que est enferma, tiene el demonio en el cuerpo: el mayor peligro de Europa, sentencia Husserl, es el cansancio.

    Fecundidad y lm ites de H usserlEl pensamiento de Husserl no ha dejado de ser

    fecundo. Ah se plantea, en efecto, la existencia de unas seas de identidad de Europa; se denuncia y se analiza la grave crisis que padece el hum anismo europeo y se diagnostica el mal en la perversa relacin establecida por la racionalidad occiden

  • 26 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIAtal entre ciencias del espritu y ciencias de la natu

    raleza.En filosofa suele interesar ms el modo y ma

    nera de plantear los problemas que las soluciones aportadas. Otro tanto ocurre con Husserl: son muchos los que han descubierto gracias a l la gravedad que pesa sobre la razn europea aunque no le hayan seguido por los vericuetos de su Fenomenologa transcendental.

    Por mi parte prefiero quedarme con dos reflexiones husserlianas que estimo de inters para nuestros tiempos: la primera es Lina diagnstico y la segunda, un quehacer. Husserl habla, en el p r i - , mer caso, de un olvido del mundo de la vida (Le- > bensweltvergessenheit) y, en el segundo, de un recuerdo del fundamento humano de la ciencia j (Erinnerung an das menschliche Fundament der Wissenschaft).

    El binomio recuerdo-olvido ha marcado toda la reflexin filosfica posterior, la que va de Heideg- ger a los frankfurtianos, pasando por Levinas, De- rrida e infinitos adlteres. Sin pretender ahora sealar la interpretacin que cada cual da al olvido y al recuerdo desde el olvido del ser de Hei- degger al recuerdo de las vctimas de Benjamin hay toda una gama de posiciones not lo distintas sino francamente irreconciliables lo que s puede sernos de ayuda es la evocacin del recuerdo en la cultura que Husserl quera recuperar en su integridad a todo trance: la griega. En la anmne- sis platnica, por ejemplo, no se trata de recordar lo que se aprendi en una existencia mtica sino

  • INTRODUCCIN 27que recordar es actualizar las posibilidades del lenguaje. En el Menon se relaciona recordar con buscar como si el recuerdo supusiera un hallazgo, un descubrimiento. Lo que pasa es que lo que se encuentra ya estaba all puesto. En el juego de preguntas entre Scrates y Menon dilogo platnico en el que se discurre sobre el recuerdo y se aprovecha el discurso para encontrar o recordar lo que se busca, est diseado el modo griego de entender eLreouerdo: el recuerdo est garantizado porque la pregunta est de tal manera planteada que lleva lgicamente hasta la respuesta. El logo s y la dnmness tienen la misma estructura. El sabio Scrates pregunta al esclavo Menon y ste puede responderle como se debe porque habla griego. Los dos hablan la misma lengua. La pregunta slo tiene que despertar un saber dormido, extrao al esclavo Menon pero guardado en el lenguaje. Por eso recordar es buscar en la herencia comn, eJLlenguaje. La pregunta que cabe entonces hacerse es qu recuerdo es se que slo recuerda lo que el lenguaje ya sabe? El saber al que se llega es lo sabido por el lenguaje o, como dice en otro lugar, el saber que procede de la ntima conexin con la naturaleza.

    El resultado es evidente: no puede haber anm- nesis de lo que est fuera del lenguaje; slo se puede saber lo que est implcito en la pregunta de Scrates. La denuncia husserliana contra el olvido del mundo de la vida, al que pertenece el lenguaje, la religin y la historia tiene por lmite el logos, esto es, la posibilidad de articular racionalmente

  • 28 INVITACIN A LA FENOMENOLOGAese rico mundo de la vida.

    Esta ltima reflexin tiene su importancia porque existen otro tipo de recuerdos que no estn en el lenguaje. Y la extraeza de la filosofa de Husserl a esta otra cultura del olvido lo que realmente pone sobre el tapete es la naturaleza y los lmites de la propuesta husserliana.

    Me estoy refiriendo a la cultura juda, para la que el recuerdo no es la anamnesis platnica sino el recuerdo de un pasado que tendra unas caractersticas fundamentalmente distintas de la memoria griega. En efecto, para esa cultura el pasado que se trata de recordar es a) autnomo respecto a nuestros intereses, es decir, que no est ah a m erced de cualquiera que hoy quiera actualizarlo sino que nos asalta porque toma de alguna manera la iniciativa, b) innacesible a la ciencia pero no a la memoria. La ciencia puede hacerse con un pasado cuando hay trazas de l pero cuando ese pasado ha sido olvidado y perdido, nada puede hacer por l. S lo puede la memoria y c) es un pasado poltico. Se recuerda para cam biar el presente.

    Estamos pues en presencia de dos olvidos y dos memorias muy diferentes. Husserl quiere recuperar una dimensin del filosofar y meter dentro del conocimiento cientfico la consideracin del mundo de la vida. Su memoria, como la de Scrates y Menon, es la de buscar un sentido de racionalidad marginado en y por las ciencias en uso. Pero todos ellos pretenden poner en evidencia el logos del lenguaje.

    La memoria jud a se anda por entre lo que es

  • INTRODUCCIN 29capa al logos. Lo suyo es el desecho de la historia, que dira Walter Benjamin. La oposicin es evidente.

    Pero por qu traer aqu a colacin a la cultura juda? No sera ms lgico en trar en la Fenomenologa transcendental y m ostrar desde dentro sus logros y desaciertos en lugar de situarse fuera del pensamiento husserliano y desde ah mostrar sus insuficiencias? La pregunta tiene su razn, pero si no me atengo a ella es por dos razones; que eso se hace habitualmente y que Husserl habla de Europa, de las ciencias europeas, del humanismo europeo. Pero Europa no es slo el logos griego sino tambin la memoria juda. El espritu europeo tiene esa doble procedencia y quien quiera analizar sus males har mal en situarse en una sola de las dos tradiciones.

    Theodor W. Adorno est de acuerdo con Husserl cuando ste diagnostica que lo urgente es hacerse con lo que el conocimiento cientfico y filosfico habitual desprecia y elimina por mor de sus exquisitas y sofisticadas abstracciones. Ms an, remacha Adorno: la situacin histrica hace que la filosofa tenga su verdadero inters all precisamente donde Hegel, de acuerdo con la tradicin, proclam su indiferencia en lo carente de concepto, en lo particular y especial, eso que desde Platn fue despachado como perecedero y sin importancia, para serle colgada al fin por Hegel la etiqueta de existencia corrompida (me estoy refiriendo a la Introduccin de su Dialctica negativa). Lo que no merece pasar a concepto, lo particular y pere

  • 30 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIAcedero, eso que desde Platn a Hegel no ha merecido ms que desprecio filosfico, eso es lo que puede ser fecundo filosficamente hoy.

    Husserl como Adorno recuerda plantea pues bien el problema, pero de qu lado se sita su respuesta? Lo que buscaba era una especfica experiencia espiritual que partiendo de lo particular e histrico pudiera destilar su esencia permanente. Ahora bien, la esencia de que se ocupaba esa experiencia no se distingua en nada de los universales de siempre. Su Fenomenologa transcendental no consigui eludir el cerco del idealismo que es el de la inmanencia subjetiva, por eso encontraba lo que ya tena o recordaba lo que ya saba. Ahora bien, si la filosofa quiere recuperar el continente perdido donde se hallan el sujeto, el sentido, el humanismo o el ideal de la razn, no slo hay que poner en su sitio a la racionalidad de las ciencias de la naturaleza, denunciando su injustificado colonialismo; no slo hay que plantearse un conocimiento nuevo y distinto de las ciencias del espritu: hay, adems, que reconocer un saber que escapa al conocimiento cientfico, aunque sea el de las ciencias del espritu. A Husserl le cuesta entenderlo porque para ello tendra que reconocer que la racionalidad del sujeto racional que subyace el mundo que en eso se resuelve su filosofar es la que desprecia, oprime y rechaza lo que queda fuera del concepto. Y ese desecho es el que interesa a la filosofa. Eso no lo aceptara Husserl, para quien lo racional es siempre conceptual.

    La utopa del conocimiento sera, escribe to

  • INTRODUCCIN 31dava Adorno, penetrar con conceptos lo que no es conceptual sin acomodar esto a aquellos. No se trata de renunciar a la herencia del logos sino abrir de tal manera el concepto de razn que en l cupiera lo que se resiste a ser conceptualizado sin que por tanto tenga que ser expulsado del quehacer filosfico.

    Hoy como ayer sigue siendo de actualidad la ausencia de fundamento humano de las ciencias. Y hay que buscar la respuesta, como quera Husserl, en el sentido de un fundamento subjetivo del conocimiento o, lo que es lo mismo, enmarcar la ciencia dentro del proyecto emancipatorio de la Modernidad. El problema con que nos encontramos es que ni las ciencias del espritu son capaces de poner en evidencia los segmentos del mundo de la vida llmese lengua, historia, arte o religin que soportan a las ciencias. Las ciencias del espritu, en vez de promocional' esos segmentos del mundo de la vida como manifestaciones de la libertad del sujeto se han apuntado a la tarea de la desubjetivizacin o destruccin del sujeto. Cada vez se entiende ms al hombre como una inteligencia sin historia, sin moral y aptico. Desubjetivizacin del sujeto, despolitizacin de la poltica, deshumanizacin de las ciencias del espritu son fenmenos emparentados que obedecen a una misma tendencia: que cada vez el hombre es menos su recuerdo y ms su propio experimento. Y en esta faena porfan tanto las ciencias de la naturaleza como las del espritu. Ahora bien, tomarse a s mismo por objeto de experimentacin es asumir resig-

  • 32 INVITACION A LA FENOMENOLOGIAnadamente el proceso de destruccin del sujeto; reivindicarse como recuerdo, por el contrario, es enfrentarse al presente en nombre de la solidaridad con las vctimas. El recuerdo se convierte as en la categora fundamental para pensar los lmites de la racionalidad occidental. Si tenemos presente que el lugar del recuerdo es lo desechado por el concepto podemos hacernos idea del continente de sentido al que se abre la crtica husser- lina de la racionalidad cientfica europea. Deca hace un momento que de Husserl me quedaba con dos propuestas: la denuncia del olvido del mundo de la vida y el recuerdo de una fundamentacin humana de la ciencia. Las dos estn relacionadas. El fundamento del olvido est en un determinado recuerdo. Aunque Husserl se contente con el griego, l abre en verdad las puertas de la razn y de la memoria.

    R e y e s M ate Instituto de Filosofa del Consejo

    Superior de Investigaciones Cientficas

  • INVITACIN A LA FENOMENOLOGA

  • EL ARTCULO FENOMENOLOGA DE LA ENCICLOPEDIA BRITNICA

    I

    Fenomenologa designa un nuevo mtodo descriptivo que hizo su aparicin en la filosofa a principios de siglo y una ciencia apririca que se desprende de l y que est destinada a suministrar el rgano fundamental para una filosofa rigurosamente cientfica y a posibilitar, en un desarrollo consecuente, una reforma metdica de todas las ciencias. Al mismo tiempo que esta fenomenologa filosfica, pero sin distinguirse al principio de ella, surgi una nueva disciplina psicolgica paralela a ella en cuanto al mtodo y al contenido: la psicologa apririca pura o psicologa fenomenolgica, la cual, con un afn reformador, pretende ser el fundamento metdico sobre el cual pueda por principio erigirse una psicologa emprica cientficamente rigurosa. La demarcacin de esta fenomenologa psicolgica, ms cercana al pensamiento natural, es quiz conveniente como introduccin propedutica para elevarnos a la comprensin de la fenomenologa filosfica.

  • 36 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIAI. La psicologa pura, su campo de experiencia, su mtodo, su funcin

    1. Ciencia natural pura y psicologa puraLa psicologa moderna es la ciencia de lo ps

    quico en el nexo concreto de las realidades [real] espacio-temporales, o sea, de lo que en la naturaleza se encuentra, por as decirlo, con carcter de yo, con todo lo que inseparablemente le pertenece en cuanto vivir psquico (como experimentar, pensar, sentir, querer), en cuanto facultad y hbito. La experiencia ofrece lo psquico como mero estrato de ser en los hombres y los animales. La psicologa es, de acuerdo con ello, una rama de la antropologa o de la zoologa, disciplinas ms concretas. Las realidades [real] animales son ante todo, conforme a un estrato bsico, realidades [real] fsicas. Como tales pertenecen al nexo cerrado de la naturaleza fsica, de la naturaleza en el primero y ms preciso sentido, la cual es el tema universal de una ciencia pura de la naturaleza, esto es, de una ciencia objetiva [ob] de la naturaleza que con consecuente unilateralidad prescinde de todas las determinaciones extrafsicas de las realidades [real]. En esta ciencia tiene su lugar la exploracin cientfica de los cuerpos animales. Si ahora en cambio se convierte en tema el mundo animal en lo que atae a lo psquico que hay en l, hay que pregunta r ante todo hasta qu punto s posible, en paralelismo con la ciencia pura de la naturaleza, una

  • EL ARTICULO FENOMENOLOGIA 37psicologa pura. En cierta medida es obviamente posible practicar una investigacin puramente psicolgica. A ella le debemos los conceptos fundamentales de lo psquico conforme a sus determinaciones esencialmente propias, conceptos que tienen que pasar a form ar parte de los dems, los conceptos psicofsicos fundamentales de la psicologa. Sin embargo, no est en modo alguno claro de antemano hasta qu punto la idea de una psicologa pura, en cuanto disciplina psicolgica ntidamente diferenciada en s y como autntico paralelo de la ciencia puramente fsica de la naturaleza, tiene un sentido legtimo y que hay que realizar, pues, necesariamente.

    2. Lo puramente psquico en la experiencia de s mismo y en la experiencia comunitaria. La descripcin universal de las vivencias intencionales

    Para la fundamentacin y despliegue de esta idea rectora lo primero que se requiere es aclarar lo peculiar de la experiencia, y en particular de la experiencia pura, de lo psquico y lo peculiar de lo puramente psquico mismo que tal experiencia hace patente y que ha de convertirse en tema de la psicologa pura. Damos preferencia, naturalmente, a la experiencia ms inmediata, la cual nos descubre en cada caso nuestro propio psiquismo.

    La actitud de la mirada experimentadora sobre nuestro psiquismo se lleva a cabo necesariamente como una reflexin, como vuelta de la mirada di-

  • 38 INVITACIN A LA FENOMENOLOGArgida antes a otra parte. Toda experiencia admite una reflexin semejante, pero tambin cualquier otra manera de estar ocupados con cualesquiera objetos reales [real] o ideales, ya sea pensando o, en los modos de la emocin y la voluntad, valorando, aspirando.* As, cuando estamos en actividad consciente directa, estn ante nuestra mirada exclusivamente las respectivas cosas [Sachen], pensamientos, valores, metas, medios, pero no el vivir psquico mismo en el cual son para nosotros conscientes como tales. El vivir psquico mismo slo se hace patente en la reflexin. A travs de ella aprehendemos, en vez de las cosas [Sachen] puras y simples, en vez de los valores, los fines, los tiles puros y simples, las vivencias subjetivas correspondientes en las cuales llegan a ser para nosotros conscientes, en las cuales, en un sentido amplsimo, se nos a p a r e c e n . De ah que todas estas vivencias se llamen tambin f e n m e n o s ; su caracterstica esencial ms general es ser como conciencia-de, aparicin-de d e las respectivas cosas, pensamientos (juicios, razones, consecuencias), de los planes, decisiones, esperanzas, etc. Por ello en el sentido de todas las expresiones para vivencias psquicas de los lenguajes populares se encierra esta relatividad: acordarse de algo, pensar en algo, percibir, esperar o temer algo, aspirar a algo, decidirse por algo, etc. Si este reino de los fenmenos se muestra como campo posible de una disciplina psicolgica pura, exclusivamente referida a ellos, resulta comprensible que esta ltima se caracterice como p s i c o l o g a f e n o m e n o l g i c a . La expresin

  • EL ARTICULO FENOMENOLOGIA 39derivada terminolgicamente de la escolstica para este carcter fundamental del ser como conciencia, como aparicin de algo, es i n t e n c i o n a l i d a d . En el irreflexivo tener conscientes cualesquiera objetos, estamos dirigidos a stos, nuestra intentio va hacia ellos. El giro fenomenolgico de la mirada muestra que este estar dirigido es un rasgo esencial inmanente de las vivencias correspondientes; ellas son vivencias intencionales.

    Una diversidad inmensa de especialidades y particularidades caen bajo la universalidad de este concepto. La conciencia de algo no es un mero y vaco tener este algo; cada fenmeno tiene su propia forma total intencional, pero al mismo tiempo posee una estructuracin que, en el anlisis intencional, nos lleva siempre de nuevo a componentes que son ellos mismos intencionales. As, por ejemplo, la reflexin fenomenolgica practicada a partir de una percepcin (digamos de un cubo) conduce a una intencionalidad diversa y, no obstante, sintticamente unificada. Resaltan las diferencias, en variacin continua, en los modos de aparicin de la orientacin cambiante, de la derecha y la izquierda, de la cercana y la lejana, con las correspondientes diferencias de perspectiva. Adems, diferencias de aparicin entre el lado de adelante propiamente visto en cada caso y el lado de atrs no intuitivo y relativamente indeterminado y sin embargo co-mentado. Poniendo atencin en la corriente de los modos de aparicin y en el carcter de su sntesis, se muestra que cada fase y trecho ya es de por s conciencia-de, pero

  • 40 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIAde tal modo que en el constante surgimiento de nuevas fases se produce la conciencia sintticamente unitaria de uno y el mismo objeto. La estructuracin intencional de un proceso perceptivo tiene su tipologa esencial fija que tiene que realizarse necesariamente en toda su extraordinaria complejidad para que una cosa corprea pueda ser simplemente percibida. Si la misma cosa es intuida de otros modos, por ejemplo en el modo del recuerdo de la fantasa, de la exhibicin en imagen, entonces en cierta manera se repiten todos los contenidos intencionales de la percepcin, pero todos peculiarmente modificados en la forma correspondiente. Tambin en cualquier otro gnero de vivencias psquicas sucede algo similar: la conciencia que juzga, la que valora, la que aspira, no es un mero y vaco tener conscientes los respectivos ju icios, valores, metas, medios. stos se constituyen ms bien en una intencionalidad fluyente con una tipologa esencial fija que les corresponde a ellos. Para la psicologa se inaugura aqu una tarea universal: explorar sistemticamente las configuraciones tpicas de las vivencias intencionales, de sus variantes posibles, de sus sntesis en nuevas configuraciones, de su edificacin estructural desde intencionalidades elementales, y, a partir de ah, avanzar hacia un conocimiento descriptivo de las vivencias en su integridad, del tipo total de una vida del alma. Obviamente, la prosecucin consecuente de esta tarea suministra conocimientos que no slo tienen validez para el propio ser anmico del psiclogo.

  • EL ARTICULO FENOMENOLOGIA 41La vida anmica no slo nos es asequible por

    medio de la experiencia de s mismo, sino tambin mediante la experiencia de lo ajeno. Esta nueva fuente de experiencia no ofrece slo algo homlogo de lo que ofrece la experiencia de s mismo, sino tambin algo nuevo, en tanto que funda para todos nosotros conscientemente y, por cierto, como experiencia, las diferencias de lo propio y lo ajeno as como las peculiaridades de la vida comunitaria. Precisamente de ah se desprende la tarea de hacer comprensible fenomenolgicamente tam bin la vida comunitaria, segn todas las intencionalidades que le pertenecen.

    3. El campo cerrado de lo puramente psquico. Reduccin fenomenolgica y experiencia interna genuina

    La idea de una psicologa fenomenolgica est delineada por la extensin entera del crculo de tareas a que dan origen la experiencia de s mismo y la experiencia de lo ajeno que se funda en ella. Pero todava no est claro si una experiencia fenomenolgica conducida en exclusividad y consecuencia nos procura un campo cerrado de ser, de tal modo que pueda surgir una ciencia referida e x c l u s i v a m e n t e a l, desligada ntidamente de todo lo psicofisico. Aqu subsisten de hecho dificultades que, incluso despus del hallazgo de Brentano de la intencionalidad, le han encubierto a los psiclogos la posibilidad de una psicologa puramente

  • 42 INVITACION A LA FENOMENOLOGIAfenomenolgica. Las dificultades ataen ya a la produccin de una experiencia de s mismo realmente pura y, con ello, de un dato real y puramente psquico. Se requiere un mtodo particular de acceso al campo puramente fenomenolgico.*Este M t o d o d e la r e d u c c i n f e n o m e n o l g i c a es, pues,

    *el mtodo fundamental de la psicologa pura, el presupuesto de todos sus mtodos especficamente tericos. Toda dificultad se debe a fin de cuentas al modo como est ya por todas partes entrelazada la experiencia de s mismo de los psiclogos con la experiencia externa, la de lo real [real] ex- trapsquico. Lo externo experimentado no pertenece a la interioridad intencional, aunque la experiencia misma s forma parte de ella como experiencia d e lo externo. Lo mismo puede decirse de cualquier otra conciencia que est dirigida a algo mundano. Se requiere, por tanto, una consecuente 7io%i por parte del fenomenlogo si quiere alcanzar su conciencia como fenmeno puro, singularmente, pero tambin como el todo de su vida

    ,pura. Esto es, en la ejecucin de la reflexin fenomenolgica, debe inhibir toda simultnea ejecucin de las posiciones objetivas [ob] puestas en accin en la conciencia irreflexiva, e impedir con ello que penetre en sus juicios el mundo que para l existe directamente. La respectiva experiencia de esta casa, de este cuerpo [Leib], de un mundo en general, es y sigue siendo, sin embargo, segn su contenido esencial propio, esto es, inseparablemente, experiencia d e esta casa, de este cuerpo, de este mundo, y as para cualquier modo de concien

  • EL ARTICULO FENOMENOLOGIA 43cia que est dirigido a objetos [ob]. Es en efecto imposible- describir una vivencia intencional, aun cuando sta sea ilusoria, un juzgar invlido o algo similar, sin describir a la vez lo que en ella es consciente c o m o tal. La epoj universal respecto del mundo que llega a ser consciente (su p u e s t a e n t r e p a r n t e s i s ) desconecta del campo fenomeno- lgico el mundo que para el sujeto en cuestin pura y simplemente existe, pero en su lugar se presenta el mundo as y as c o n s c i e n t e (percibido, recordado, juzgado, pensado, valorado, etc.) c o m o t a l , el m u n d o e n t r e p a r n t e s i s ; o, lo que es lo mismo, en lugar del mundo o en lugar de algo mundano singular puro y simple, se presenta el respectivo sentido de conciencia en sus diferentes modos (sentido de la percepcin, sentido del recuerdo, etc.).

    Con ello se aclara y complementa nuestra primera determinacin de la experiencia fenomeno- lgica y de su esfera de ser. En el retroceso desde las unidades puestas en la actitud natural hasta los mltiples modos de conciencia en los que aparecen, tambin hay que adscribir a lo psquico puro dichas unidades, en cuanto inseparables de estas multiplicidades pero en cuanto puestas entre parntesis, y luego, en cada caso, con los caracteres de aparicin, con los que se ofrecen. El mtodo de la reduccin fenomenolgica (a los fenmenos puros, lo puramente psquico) consiste, de acuerdo con esto, 1) en la rcoxi metdica y rigurosamente consecuente respecto de toda posicin objetiva [ob] que se presenta en la esfera anmica, tanto en el fenmeno singular como en la entera

  • 44 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIAconsistencia anmica en general; 2) en la aprehensin y descripcin, metdicamente practicadas, de las mltiples apariciones como apariciones de sus unidades objetivas y de las unidades como unidades de los componentes de sentido que en cada caso surgen en las apariciones. Se anuncia con ello una doble direccin de las descripciones fenome- nolgicas: la direccin n o e t i c a y la direccin n o e m t i c a . La experiencia fenomenolgica en la forma metdica de la reduccin fenomenolgica es la nica e x p e r i e n c i a i n t e r n a g e n u i n a en el sentido de cualquier ciencia psicolgica bien fundada. En su propia esencia radica manifiestamente la posibilidad de ser proseguida in infinitum, bajo un continuo mantenimiento metdico de la pureza. El mtodo reductivo se transfiere de la experiencia de s mismo a la experiencia de lo ajeno, con tal de que en la vida re-presentada del otro pueda efectuarse la correspondiente puesta entre parntesis y la correspondiente descripcin conforme a la aparicin y a lo que aparece en el cmo subjetivo (nesis y nema). Acto seguido, la comunidad experimentada en la experiencia comunitaria se reduce no slo a los campos intencionales anmicamente aislados, sino a la unidad de la vida comunitaria intersubjetiva, que los vincula a todos ellos, en su pureza fenomenolgica (reduccin intersubjetiva). Se obtiene as la plena ampliacin del concepto psicolgico genuino de experiencia interna.

    A cada alma pertenece no slo la unidad de su mltiple v id a i n t e n c i o n a l , con todas las unidades

    U m i i t i t t i i r n n iih w i i i ,J 'A ,-A u ' - - f

  • EL ARTICULO FENOMENOLOGIA 45de sentido inseparables de ella en cuanto vida objetivamente [ob] dirigida. Es inseparable de esta vida el s u j e t o -y o vivido en ella como el p o l o y o idntico que centraliza todas las intencionalidades particulares, y como portador de las habitualida- des que adquiere durante esta vida. De esta manera, la intersubjetividad reducida, concebida en pureza y concretamente, es tambin una comunidad de personas puras que se encuentra en actividad en la vida de conciencia intersubjetiva pura.

    4. La reduccin eidtica y la psicologa fenomenolgica como ciencia eidtica

    Hasta qu punto la unidad del campo de experiencia fenomenolgica asegura la posibilidad de una psicologa referida exclusivamente a l, o sea, de una psicologa puramente fenomenolgica? No asegura, sin ms, la posibilidad de una ciencia de hechos empricamente pura, que hiciera abstraccin de todo lo psicofisico. Ocurre de otro modo en el caso de una ciencia apririca. Todo campo de experiencia posible cerrado en s mismo permite eo ipso la transicin universal de la fac- ticidad a la forma esencial (eidos). As tambin aqu. Si la facticidad fenomenolgica se vuelve irre- velante y sirve s l o ejemplarmente y como soporte para una variacin libre pero intuitiva de las almas singulares fcticas y las comunidades fc- ticas de almas en almas y comunidades de almas posibles a priori (concebibles), y la mirada terica

  • 46 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIAse dirige ahora hacia lo que necesariamente se mantiene invariante en la variacin, entonces surge, mediante un proceder sistemtico, un dominio propio de lo apriori. Resalta con ello el estilo formal esencialmente necesario (el e i d o s ) que tiene que atravesar a todo ser anmico posible en las singularidades, en las agrupaciones sintticas y las totalidades cerradas, si es que en general ha de poder ser lgicamente posible, esto es, intuitivamente representable. De este modo, la fenomenologa psicolgica debe sin duda ser fundada como f e n o m e n o l o g a e i d t i c a ; est exclusivamente di-

    i rgida, pues, a las formas esenciales invariantes,i Por ejemplo, la fenomenologa de la percepcin dei cuerpos no es un registro de las percepciones que j ocurren fcticamente o que cabe esperar, sino la exhibicin del sistema invariante de estructuras sin el cual seran impensables la percepcin de un

    ^cuerpo y una multiplicidad sintticamente concord a n te de percepciones como percepciones de uno ly el mismo cuerpo. Si la reduccin fenomenolgi- |ca procur el acceso a los fenmenos de la experienc ia interna real y luego tambin de la posi- (ble, entonces el mtodo de la r e d u c c i n e i d t i c a , fundado en ella, procura el acceso a las configuraciones esenciales invariantes de la esfera purament e anmica en su totalidad.%. La funcin de principio de la psicologa fu ra m en te fenomenolgica para una psicologa Emprica exactam

  • EL ARTICULO FENOMENOLOGIA 47La psicologa fenomenolgicamente pura es el

    fundamento incondicionalmente necesario para la edificacin de una psicologa emprica exacta que, conforme al modelo de la ciencia natural puramente fsica, ha sido buscada desde los comienzos de sta en la poca moderna. El sentido de la exactitud de esta ciencia natural como principio, radica en que est fundada en el sistema apriri- co de formas, desplegado en disciplinas particulares (geometra pura, teora pura del tiempo, cinemtica, etc.), de una naturaleza lgicamente posible en general. Mediante el aprovechamiento de este sistema apririco de formas para la naturaleza fe- tica, la empirie inductiva y vaga participa de la necesidad esencial y la misma ciencia natural emprica adquiere el nuevo sentido metdico consistente en elaborar, para todos los conceptos y reglas vagos, los conceptos y leyes racionales [rat] que necesariamente yacen bajo ellos. Por diferentes qLie sigan siendo por esencia el mtodo cientfico natural y el psicolgico, su necesaria comunidad consiste en que tambin la psicologa, como toda ciencia, slo puede extraer su rigor (exactitud) de la racionalidad [rat] de lo esencial. El descubrimiento de la tipologa apririca sin la cual seran impensables el yo o el nosotros, la conciencia, la objetividad de conciencia y, con ello, el ser anmico en general con todas las formas de sntesis necesarias por esencia y posibles por esencia que son inseparables de la idea de una totalidad anmica individual y anmica comunitaria, da origen a un inmenso campo de la exactitud, que se traslada, y

  • 48 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIAaqu incluso de modo inmediato (sin la mediacin de la idealizacin de los valores lmite) a la exploracin emprica del alma. Ciertamente, el apriori fenomenolgico no es el apriori de la psicologa en su integridad, en tanto que el nexo psicofisico como tal tiene su propio apriori. Est claro, sin em bargo, que este apriori presupone el de la psicologa puramente fenomenolgica, as como presupone, por el otro lado, el apriori puro de una naturaleza fsica (y en especial orgnica) en general.

    La edificacin sistemtica de una psicologa fenomenolgicamente pura requiere:

    1. La descripcin de las peculiaridades pertenecientes a la esencia de una vivencia intencional en general, de las cuales tambin forma parte la ley universalsima de la sntesis: toda conexin de conciencia con conciencia da por resultado una conciencia.

    2. La exploracin de las configuraciones singulares de vivencias intencionales, que por necesidad esencial tienen que presentarse o pueden presentarse en un alma en general; a una con ello, la exploracin de la tipologa esencial de las sntesis correspondientes: las sntesis continuas y discretas, las sntesis finalmente cerradas o las que prosiguen en infinitud abierta.

    3. La exposicin y descripcin esencial de la configuracin total de una vida anmica en general, es decir, el carcter esencial de una corriente de conciencia universal.

    4. El ttulo yo (todava haciendo abstraccin del sentido social de esta palabra) seala una nue

  • EL ARTICULO FENOMENOLOGIA 49va direccin de la investigacin con respecto a las formas esenciales de la habitualidad que le corresponden, es decir, el yo como sujeto de convicciones permanentes (convicciones sobre el ser, convicciones sobre el valor, decisiones de la voluntad, etc.), como sujeto personal de costumbre, de un saber adquirido, de rasgos de carcter.

    Finalmente, esta descripcin esencial esttica conduce por todas partes a los problemas de la gnesis y a una gnesis universal que impera, conforme a leyes eidticas, sobre la vida entera y el desarrollo del yo personal. De esta manera, sobre la primera fenomenologa esttica se edifica, en un nivel superior, la fenomenologa dinmica o gentica. sta se ocupa de la gnesis de la pasividad como primera gnesis fundadora, en la cual el yo no participa como yo activo. Aqu se encuentra la nueva tarea de una fenomenologa eidtica universal de la asociacin, una rehabilitacin tarda de los grandes pre-hallazgos de D. Hume, con la comprobacin de la gnesis apririca por la cual se constituye para un alma un mundo espacial real [real] con validez habitual. Sigue la doctrina esencial del desarrollo de la habitualidad personal, en la cual el yo puramente anmico es en cuanto yo personal en el interior de formas estructurales invariantes, y es consciente de s mismo en continua validez habitual como algo que sigue formndose incesantemente. La fenomenologa de la razn, primero esttica y luego gentica, conforma una capa de investigacin particular interdependiente de nivel superior.

  • II. Psicologa fenomenolgica y fenomenologa trascendental

    50 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIA

    6. El giro trascendental de Descartes y el psicologismo de Locke

    La idea de una psicologa puramente fenomenolgica no tiene solamente la funcin que acabamos de exponer de reformar la psicologa emprica. Por profundas razones, puede servir como prim er escaln para poner al descubierto la esencia de una fenomenologa trascendental. Ni siquiera histricamente surgi esta idea de las necesidades propias de la psicologa. Su historia nos conduce hasta la memorable obra fundamental de J. L o c k e y a la significativa repercusin de los impulsos que parten de l a travs de J. [sic] Berkeley y D. Hume. Sin embargo, ya en L o c k e la restriccin a lo puramente subjetivo estaba determinada por intereses extrapsicolgicos. La psicologa estaba al servicio del problema trascendental suscitado por D e s c a r t e s . En sus meditationes, los pensamientos relativos a este problema se convirtieron en guas para la filosofa primera: que todo lo real [real] y finalmente este mundo entero que p a r a n o s o t r o s es y es-as, slo es en cuanto contenido de representacin de nuestras propias representaciones, en cuanto lo judicativamente mentado [vermeint] y, en el mejor de los casos, lo evidentemente verificado, de nuestra propia vida cognoscitiva. Ah se encontraba la motivacin para todos los problemas tras

  • EL ARTCULO FENOMENOLOGIA 51

    cendentales, legtimos o ilegtimos. El mtodo de la duda de Descartes fue el primer mtodo de la exhibicin de la subjetividad trascendental: su ego cogito condujo a su primera formulacin conceptual. En Locke se transforma la mens trascendentalmente pura de Descartes en el alma pura (human mind), cuya exploracin sistemtica mediante la experiencia interna emprende L o c k e por un inters filosfico-trascendental. Es as el fundador del p s i c o l o g i s m o como una filosofa trascendental a travs de una psicologa de la experiencia interna. El destino de la filosofa cientfica depende de una superacin radical de todo psicologismo, que no slo revele su contrasentido de principio, sino que tambin d satisfaccin a su ncleo de verdad trascendentalmente significativo. La fuente de Inconstante fuerza histrica del psicologismo se halla en una doble significacin de todos los conceptos relativos a lo subjetivo, que surge en cuanto se plantea la cuestin trascendental. El descubrimiento de esta ambigedad significa, a la vez que la separacin ms tajante, un paralelismo entre la psicologa puramente fenomenolgica (como la configuracin cientficamente rigurosa de la psicologa partiendo puramente de la experiencia interna) y la fenomenologa trascendental como la genuina filosofa trascendental. Al mismo tiempo, de esta manera se justifica la precedencia de la psicologa pura como medio de acceso a la filosofa genuina. Comenzamos con la aclaracin del genuino problema trascendental que, por la labilidad al principio oscura de su sen

  • 52 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIAtido, tanto se presta (y esto vale ya para Descartes) a ser encauzado por una va desatinada.

    7. El problema trascendentalAl sentido esencial del problema trascendental

    pertenece su universalidad, en la cual pone en cuestin al mundo y a todas las ciencias que lo exploran. El problema surge en una vuelta general de aquella a c t i t u d n a t u r a l en la cual permanecen tanto la vida cotidiana en su totalidad como las ciencias positivas. En esta actitud el mundo es para nosotros el universo de las realidades [real] que existe de modo comprensible de suyo, pre-dado constantemente en un incuestionable estar ah delante. Es as el campo general de nuestras actividades prcticas y tericas. Tan pronto como el inters terico abandona esta actitud natural y, en un giro general de la mirada, se dirige hacia la vida de la conciencia, e n l a c u a l el mundo es para nosotros precisamente el mundo, el que est ah delante para nosotros, estamos en una nueva situacin cognoscitiva. Todo sentido que tiene para nosotros (de esto nos percatamos ahora), su sentido general indeterminado as como el sentido que se va determinando conforme a las singularidades reales [real], es un sentido consciente en la interioridad de nuestra propia vida perceptiva, representativa, pensante, valorativa, y un sentido que se forma en nuestra gnesis subjetiva; toda validez de ser se lleva a cabo en nosotros mismos, toda eviden

  • EL ARTICULO FENOMENOLOGIA 53cia de la experiencia y de la teora que fundamente esa validez est viva en nosotros y nos motiva habitualmente sin cesar. Esto concierne al mundo en toda determinacin, incluso en la comprensible de suyo de que lo que le pertenece es como es e n s y p o r s independientemente de que yo o quienquiera sea o no por acaso consciente de ello. Pero una vez que el mundo en esta universalidad plena ha sido referido a la subjetividad de la conciencia, en cuya vida de conciencia se presenta precisamente como el mundo con su sentido respectivo, entonces su modo de ser en su totalidad cobra una dimensin de incomprensibilidad o de cuestiona- bilidad. Este presentarse, este ser-para-nosotros del mundo en cuanto mundo que slo subjetivamente alcanza validez y es llevado y por llevar a la evidencia fundamentada, requiere esclarecimiento. El percatarse por primera vez de la referencia del mundo a la conciencia, no nos da a entender, en su vaca generalidad, c m o la mltiple vida de conciencia, apenas entrevista y hundindose de nuevo en la oscuridad, puede producir tales obras, cmo hace, por decirlo as, para que en su inmanencia algo pueda presentarse c o m o existente en s, y no slo como algo presunto, sino como algo que se acredita en la experiencia concordante. Manifiestamente el problema se traslada a toda clase de mundos ideales y su ser-en-s (por ejemplo, el de los nmeros puros o el de las verdades en s). La incomprensibilidad afecta de manera particularm ente sensible a n u e s t r a misma especie de ser. Nosotros (en lo individual y en co-

  • 54 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIAmunidad) hemos de ser aquello en cuya vida de conciencia el mundo real [reat], que para nosotros est ah delante, cobre como tal sentido y validez. Pero nosotros como hombres hemos de pertenecer tambin al mundo. Tras nuestro sentido mundano nos vemos, pues, nuevamente remitidos a nosotros y a nuestra vida de conciencia, en cuanto que en ella se configura para nosotros primeramente este sentido. Es pensable aqu y en todas partes otro camino de esclarecimiento que el de consultar a la conciencia misma y al mundo que se hace consciente en ella, dado que precisamente en cuanto mentado por nosotros no pudo haber cobrado ni puede cobrar nunca sentido y validez en parte alguna ms que en nosotros?

    Demos todava un paso importante que eleva el t problema trascendental (que concierne al senti

    do de ser de lo trascendente en cuanto relativo a la conciencia) al nivel de los principios. Consiste en el reconocimiento de que la indicada relatividad de la conciencia no slo atae al factum d e n u e s t r o mundo, sino con necesidad eidtica, a todo

    ' mundo concebible en general. Pues si variamos nuestro mundo fctico en libre fantasa, transformndolo en cualesquiera mundos concebibles, entonces irremisiblemente nos variamos con l n o s o t r o s , cuyo mundo circundante es l; nos convertimos en una subjetividad posible, cuyo mundo circundante sera en cada caso el mundo pensado, como mundo de sus experiencias posibles, de sus evidencias tericas posibles, de su-vida prctica posible. Esta variacin deja desde luego intactos a los

  • EL ARTICULO FENOMENOLOGIA 55mundos puramente ideales de la ndole de los que tienen su ser en la generalidad eidtica, a cuya esencia pertenece en efecto la invariacin; pero en la posible variabilidad del sujeto que conoce tales identidades se muestra que su cognoscibilidad, y por ende su referencia intencional, no slo atae a nuestra subjetividad fctica. Con la formulacin eidtica del problema tambin la requerida exploracin de la conciencia se convierte en una exploracin eidtica.

    8. La solucin psicologista como crculo trascendental

    El haber puesto de relieve la idea de una psicologa fenomenolgicamente pura ha demostrado la posibilidad de descubrir, en una reduccin fenomenolgica, lo esencialmente propio de los sujetos de conciencia en generalidad eidtica, segn todas sus posibles configuraciones. Esto incluye tambin a las de la razn que fundamenta y verifica el derecho y con ellas todas las configuraciones de mundos que pueden aparecer y acreditarse como existentes en s a travs de la experiencia concordante y determinarse en la verdad terica. De acuerdo con ello, parece que esta psicologa fenomenolgica comprende en su ejecucin sistemtica la exploracin total de las correlaciones para el ser y la conciencia y, desde luego, en una generalidad de principio (precisamente eidtica), y por ende parece que es la morada de todos los esclarecimien

  • 56 INVITACIN A LA FEKOMENOLOGlAtos trascendentales. Por o tro lado, no debe pasar desapercibido el hecho de que la psicologa, en todas sus disciplinas empricas y eidticas, es una ciencia positiva, una cie;ncia en la actitud natural, en la cual el mundo que est pura y simplemente ah delante es la base temtica. Lo que ha de explorar son las almas y las comunidades de almas que se hallan en el m u n d a La reduccin fenomenolgica sirve, en cuanto psicolgica, slo para alcanzar lo psquico de las realidades [real] animales en su esencialidad prt>pia pura y sus nexos puramente esenciales propios. Incluso en la exploracin eidtica, conserva eli sentido de ser de lo que est mundanamente ah delante, slo que en referencia a mundos reales [re.at] posibles. El psiclogo es, incluso como fenome;nlogo eidtico, trascendentalmente ingenuo; tom.a a las almas posibles (sujetos-yo), enteramente conforme al sentido relativo de la palabra, pura y simplemente como hombres y animales pensados ah delante en un m undo espacial posible. Si en bagar del inters natural mundano, es el inters trascendental el que va a dar la pauta en cuestiones te ricas, entonces la psicologa en su totalidad adquiere el sello de lo trascendentalmente problemtiico; no puede, por ende, proporcionar a la filosofa trascendental premisas de ninguna clase. La subjetividad de conciencia, que es, en cuanto subjetividad anmica, su tema, no puede ser la subjetividad a la cual solicitemos aclaraciones trascendentales.

    Para llegar en estos puntos decisivos a una claridad intelectiva, es preciso m antener ante la vis

  • EL ARTICULO FENOMENOLOGIA 57ta y examinar detenidamente el sentido temtico de la cuestin trascendental, as como distinguir, de acuerdo con l, las regiones de lo cuestionable y de lo incuestionable. El tema filosfico-trascen- dental es un esclarecimiento concreto y sistemtico de aquellas referencias intencionales mltiples que pertenecen por esencia a un mundo posible en general como mundo circundante de una subjetividad posible correspondiente, para la cual tal mundo fuera el mundo que estuviera ah delante, asequible prctica y tericamente. Esta accesibilidad significa para ias subjetividades, respecto de todas las categoras de objetos [ob] mundanos y estructuras mundanas que para ellas estn ah delante, regulaciones de su vida de conciencia posible que hay que descubrir primeramente en su tipologa. Tales categoras son cosas inanimadas, pero tambin hombres y animales con sus interioridades anmicas. A partir de aqu ha de aclararse el pleno e ntegro sentido de ser de un mundo posible que est ah delante en lo general y respecto de todas las categoras constitutivas para l. Como toda cuestin significativa, esta cuestin trascendental presupone una base de ser incuestionable, en la que tiene que estar encerrado todo medio de solucin. Esta base es aqu la subjetividad de aquella vida de conciencia en la que se constituye un mundo posible en general en cuanto mundo ah delante. Por otro lado, es una obvia exigencia bsica del mtodo racional que esta base presupuesta como incuestionablemente existente no se confunda con aquella que la cuestin trascendental en su

  • 58 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIAuniversalidad mienta como base puesta en cuestin. El mbito de esta cuestionabilidad es todo el mbito de la ingenuidad trascendental; abarca, pues, a todo mundo posible as como al que se recurre pura y simplemente en la actitud natural. De acuerdo con ello, todas las ciencias positivas deben someterse trascendentalmente a una epoj, as como todas su regiones de objetos, por ende tam bin la psicologa y la totalidad de lo psquico en su sentido. Sera por tanto un crculo trascendental basar la respuesta a la cuestin trascendental en la psicologa, lo mismo sobre la psicologa emprica que sobre la fenomenologa-eidtica. La subjetividad y la conciencia aqu estamos ante la ambigedad paradjica a las que recurre la cuestin trascendental, no pueden por ende ser realmente la subjetividad y la conciencia de las que se ocupa la psicologa.

    9. La reduccin fenomenolgica-trascendental y la apariencia trascendental de duplicacin

    Seremos nosotros, pues, dobles, psicolgicamente, en cuanto nosotros, hombres, algo que est ah delante en el mundo, sujetos de una vida anmica y, al mismo tiempo, trascendentalmente, en cuanto los sujetos de una vida trascendental constituyente del mundo? Esta duplicidad se aclara mediante una exposicin evidente. La subjetividad anmica, el yo y nosotros del habla cotidiana concretamente concebidos, son experimentados en

  • F.L ARTICULO FENOMENOLOGIA. 59su peculiaridad psquica pura mediante el mtodo de la reduccin fenomenolgica:psicolgica. En su modalidad eidtica, ste crea la base para la psicologa puramente fenomenolgica. La subjetividad trascendental por la que se pregunta en el problema trascendental y que est presupuesta en l como base de ser, no es otra que, nuevamente yo mismo y nosotros mismos, pero no como los que nos encontramos en la actitud natural de la co- tidianeidad y de la ciencia positiva, apercibidos coijno fragmentos integrantes del mundo objetivo [ob] que para nosotros est ah delante: ms bien como sujetos de la vida de conciencia e n la cual sta y toda cosa que est ah delante para nosotros se hace por medio de ciertas apercepciones. Como hombres, ah delante en el mundo anmica y corporalmente, nosotros somos para nosotros; somos algo que aparece en una vida intencional muy variada, en nuestra vida e n l a q u e esto que est ah delante se hace para nosotros aperceptivamente con todo su contenido de sentido. El yo y nosotros de ah delante (apercibido) presupone un yo y nosotros (que apercibe) p a r a quien aqul est ah delante pero que no est a su vez ah delante en el mismo sentido. A esta subjetividad trascendental tenemos acceso directo por medio de una experiencia trascendental. As como la experiencia anmica requiere un mtodo reductivo para alcanzar la pureza, as lo requiere tambin la trascendental.

    Queremos aqu proceder de tal modo que introduzcamos la r e d u c c i n t r a s c e n d e n t a l como u n

  • 60 INVITACION A LA FENOMENOLOGIAescaln superior respecto de la reduccin psicolgica, como una ulterior purificacin de sta que se puede llevar a cabo en todo momento y, una vez ms, mediante cierta epoj. sta es una mera consecuencia de la epoj universal, la cual pertenece al sentido de la cuestin trascendental. As como la relatividad trascendental de todo mundo posible exige su puesta entre parntesis universal, as tambin la exige la de las almas puras y la de la psicologa puramente fenomenolgica referida a ellas. De este modo se convierten stas en fenmenos trascendentales. As pues, mientras que el psiclogo, dentro del mundo naturalmente vlido para l, reduce la subjetividad que ah se halla a la subjetividad puramente anmica en el mundo, el fenomenlogo trascendental reduce por medio de su epoj absolutamente universal esta subjetividad psicolgicamente pura a la subjetividad trascendentalmente pura, a aquella que lleva a cabo y pone en vigencia en s la apercepcin del mundo y en ella la apercepcin objetivante [ob] alma de realidades [real] animales. Por ejemplo, mis vivencias puras de percepcin, mis vivencias puras de fantasa, etc., son datos psicolgicos de la experiencia interna psicolgica en la actitud de la positividad. Se convierten en mis vivencias trascendentales cuando por medio de una epoj radical pongo al mundo, incluido mi ser hombre, como mero fenmeno y me concentro ahora en la vida intencional en la cual se configura la apercepcin total del mundo, en particular la apercepcin de mi alma, de mis vivencias de percepcin psicol-

  • EL ARTICULO FENOMENOLOGIA 61gicamente reales [real], etc. El contenido de estas vivencias, su esencialidad propia, se conserva con ello plenamente, aun cuando ahora ya sea visible como ncleo de una apercepcin anteriormente puesta en accin psicolgicamente una y otra vez pero no tomada en cuenta. Para el filsofo trascendental, quien por medio de una previa y universal resolucin de la voluntad ha instituido en s la firme habitualidad de la puesta entre parntesis trascendental, est prohibida de una vez por todas tambin esta mundanizacin de la conciencia que nunca falta en la actitud natural. Conforme a ello, la consecuente reflexin de la conciencia le ofrece siempre algo trascendentalmente puro, y por cierto en forma intuitiva en el modo de una nueva experiencia, de la e x p e r i e n c i a i n t e r n a t r a s c e n d e n t a l . Surgida de la epoj trascendental metdica, esta experiencia abre el campo ilimitado del ser trascendental. ste es el paralelo del campo psicolgico ilimitado, as como su mtodo de acceso es el paralelo del mtodo puramente psicolgico, el de la reduccin psicolgico-fenomenolgica. Y de nuevo, el yo trascendental y la comunidad trascendental de yoes, concebidos en la concrecin plena de la vida trascendental, son igualmente los paralelos trascendentales del yo y el nosotros en el sentido usual y psicolgico, de nuevo concebidos concretamente como alma y comunidad de almas con la correspondiente vida de conciencia psicolgica. Mi yo trascendental es por ende evidentemente diferente del yo natural, pero de ninguna manera como un segundo yo, como un yo s e p a r a -

    vw.,.. ~ - -m* i 4 n i t - - rfrt i r t* i iltf iiiniliTllMftfl'

  • 62 INVITACIN A LA FENOMENOLOGIAd o de l en el sentido natural de la palabra, as como, a la inversa, tampoco es un yo unido a l o entrelazado con l en el sentido natural. Es precisamente el campo (concebido en concrecin plena) de la experiencia trascendental de s mismo, que en todo momento puede convertirse, m e d i a n t e u n a m e r a m o d i f i c a c i n d e l a a c t i t u d , en experiencia psicolgica de s mismo. En esta transicin se produce necesariamente una identidad del yo; en la reflexin trascendental sobre l, la objetivacin [ob] psicolgica se hace visible como objetivacin [ob] de s mismo del yo trascendental, y de esta manera se llega a ver cmo en todo momento de la actitud natural se ha impuesto una apercepcin. Si se ha vuelto comprensible el paralelismo de las esferas de experiencia trascendental y psicolgica como una suerte de identidad en la reciprocidad del sentido de ser por virtud de un mero cambio de actitud, entonces tambin se comprender la consecuencia que de all se sigue y que consiste en el mismo paralelismo y el implcito estar encerradas recprocamente, de la fenomenologa trascendental y la psicolgica, cuyo tema pleno es la intersub- jetividad pura y de doble sentido. En esto slo hay que tomar en cuenta que la intersubjetividad puramente anmica, tan pronto como se somete a la epoj trascendental, es la base de ser concretamente independiente y absoluta, de la cual todo lo trascendente (incluido todo existente real [real] mundano) extrae su sentido de ser como ser de un existente en sentido meramente relativo y por ello incompleto, como sentido de una unidad intencio

  • EL ARTICULO FENOMENOLOGIA 63nal que es en verdad por donacin trascendental de sentido, verificacin concordante y una habitua- lidad de conviccin permanente que por esencia le corresponde.

    10. La psicologa pura como propedutica para la fenomenologa trascendental

    Mediante el esclarecimiento de la esencial doble significacin de la subjetividad de conciencia y de la ciencia eidtica que ha de referirse a sta, se hace comprensible por las ms profundas razones la invencibilidad histrica del psicologismo. Su fuerza yace en una i l u s i n t r a s c e n d e n t a l e s e n c i a l que tena que seguir operando veladamente. Mediante el esclarecimiento alcanzado tambin se vuelve comprensible, por un lado, la independencia de la idea de una fenomenologa trascendental y de su realizacin sistemtica respecto de la idea de una psicologa fenomenolgicamente pura, y por el otro lado, la utilidad propedutica de anteponer un bosquejo de la psicologa pura para ascender a la fenomenologa trascendental, utilidad que ha guiado a la presente exposicin. En cuanto a lo primero, es manifiesto que al poner al descubierto la relatividad trascendental pueden vincularse d e i n m e d i a t o la reduccin fenomenolgica y la eidtica, y de ese modo la fenomenologa trascendental surge directamente de la intuicin trascendental. De hecho, este camino directo fue el camino histrico. La psicologa fenomenolgica pura como cien

  • 64 INVITACION A LA FENOMENOLOGIAcia eidtica en la positividad ni siquiera exista. En cuanto a lo segundo, por lo que se refiere al provecho propedutico de la va indirecta a la fenomenologa trascendental a travs de la psicologa pura, la actitud trascendental significa una especie de cambio de la forma de vida entera que sobrepasa por completo toda experiencia vital anterior y que, por ende, merced a su absoluta extraeza, tiene que ser difcilmente comprensible. Algo semejante es vlido para una ciencia trascendental. La psicologa fenomenolgica, si bien es tambin relativamente nueva y en cuanto al mtodo del anlisis intencional enteramente novedosa, tiene en todo caso la accesibilidad de todas las ciencias positivas. Si ha quedado clara, por lo menos segn su idea ntidamente precisada, entonces solamente se requiere la aclaracin del genuino sentido de la problemtica filosfico-trascendental, y de la reduccin trascendental, para aduearse de la fenomenologa trascendental como un mero giro de su contenido doctrinal hacia lo trascendental. En estos dos niveles se dividen las dos dificultades fundamentales de quien se interna en la nueva fenomenologa, a saber, la dificultad de la comprensin del mtodo genuino de la experiencia interna, gracias al cual se ha posibilitado una psicologa exacta como ciencia de hechos racional [ra], y la dificultad de la comprensin de la peculiaridad del planteamiento y del mtodo trascendentales. Considerado en s, el inters trascendental es sin duda el ms alto y ltimo inters cientfico, y por ende es correcto, tanto histricamente como en el

  • EL ARTICULO FENOMENOLOGIA 65futuro, cultivar las teoras trascendentales en el sistema absoluto e independiente de la filosofa trascendental, y poner en ella misma de manifiesto, con la indicacin de la ndole esencial de la actitud natural en oposicin a la trascendental, la posibilidad de reinterpretar todas las doctrinas fenome- nolgicas trascendentales como doctrinas de la positividad natural.

    III. Fenomenologa trascendental y filosofa como ciencia universal en fundamentacin absoluta

    11. La fenomenologa trascendental como ontologiaLa consideracin del alcance de la fenomeno

    loga trascendental da por resultado notables consecuencias. En su ejecucin sistemtica se realiza la idea l e i b n i z i a n a de una o n t o l o g i a u n i v e r s a l como unidad sistemtica de todas las ciencias apri- ricas concebibles, pero en una nueva fundamentacin que supera el dogmatismo mediante el mtodo trascendentalmente fenomenolgico. La fenomenologa como ciencia de todos los fenmenos trascendentales concebibles, y por cierto en cada caso en las configuraciones totales sintticas nicamente en las cuales son concretamente posibles las de los sujetos trascendentales singulares, vinculados en comunidades de sujetos es eo ipso ciencia apririca de todos los entes concebibles; pero no meramente del todo de lo que objetivamen

  • 66 INVITACIN A LA FENOMENOLOGAte [ob] es y de ningn modo en una actitud de positividad natural, sino, en plena concrecin, del ente en general, en tanto que extrae su sentido de ser y su validez de la constitucin intencional correlativa. Ello comprende tambin el ser de la subjetividad trascendental misma, cuya esencia mostra- ble es ser constituido trascendentalmente en s y para s. Segn esto, frente a la ontologa de la positividad, que es universal slo en apariencia, una fenomenologa desarrollada es la ontologa verdaderamente universal precisamente superando as la unilateralidad dogmtica y con ello la incomprensibilidad de la primera, pero teniendo a la vez que conservar en s misma su contenido legtimo, en cuanto fundado primigeniamente en la constitucin intencional.

    12. La fenomenologa y la crisis de fundamentos de las ciencias exactas

    Si meditamos sobre el cmo de esta inclusin, con ella se quiere decir que todo apriori est establecido en su validez de ser c o m o obra trascendental, por tanto junto con las configuraciones esenciales de su constitucin, de las especies y niveles de su darse l mismo y su verificacin y de las ha- bitualidades correspondientes. En ello radica que en y con la c o m p r o b a c i n del apriori se haga transparente el m t o d o subjetivo de esta comprobacin, que por ende para las disciplinas apriricas, que obtienen su fundamentacin en el interior de la fe

  • EL ARTICULO FENOMENOLOGIA 67nomenologa (por ejemplo como ciencias matemticas), no pueda haber paradojas, no pueda haber crisis de fundamentos. Respecto de las ciencias apriricas histricamente desarrolladas, desarrolladas en ingenuidad trascendental, se tiene como consecuencia que slo una fundamenta- cin fenomenolgica radical puede convertirlas en ciencias genuinas, que se justifican metdicamente por completo. Pero precisamente por ello dejan de ser ciencias positivas (dogmticas) y se vuelven ramas subordinadas de la fenomenologa una como ontologa eidtica universal.

    13. La fundamentacin fenomenolgica de las ciencias de hechos y la fenomenologa emprica

    Esta tarea infinita, exhibir el universo entero del apriori en su referencia retrospectiva trascendental a s mismo y con ello en su autonoma y su acabada claridad metdica, es a su vez una funcin del mtodo para alcanzar una ciencia universal, y por'ello plenamente fundamentada, de la factici- dad emprica. Dentro de la positividad, la ciencia emprica genuina (relativamente genuina) exige una fundamentacin metdica mediante una ciencia apririca correspondiente. Si tomamos el universo de todas las ciencias empricas posibles en general y exigimos una fundamentacin r a d i c a l , liberada de toda crisis de fundamentos, ello nos conduce al apriori universal en la fundamentacin radical, esto es, en la fundamentacin fenomeno-

  • 68 INVITACION A I.A 1 I NOMI-NOljOGlAlgica. La configuracin genuina de una ciencia universal de la facticidad es por ende la fenomenolgica; como tal, ella es ciencia universal de la intersubjetividad trascendental fctica sobre el fundamento metdico de la fenomenologa^eidti- ca como ciencia de una subjetividad trascendental posible en general. De tal modo se comprende y se justifica la i d e a d e u n a f e n o m e n o l o g a e m p r i c a , posterior a la eidtica. Es idntica al universo sistemtico entero de las ciencias positivas, siempre y cuando la pensemos de antemano fundamentada metdica y absolutamente mediante la fenomenologa eidtica.

    14. La fenomenologa ntegra como filosofa universal

    Precisamente con ello se restituye el concepto ms primigenio de la filosofa como ciencia universal a partir de una radical justificacin de s misma que es ciencia nica en el antiguo sentido platnico y luego en el sentido cartesiano. La fenomenologa desarrollada rigurosa y sistemticamente en el sentido que acabamos de ensanchar, es idntica a esta filosofa que abarca a t o d o conocimiento genuino. Se divide en la fenomenologa eidtica (u ontologia universal) como f i l o s o f a p r i m e r a y en la f i l o s o f a s e g u n d a , la ciencia del universo de los facta o de la intersubjetividad trascendental que los encierra