Husserl Edmund Ideas Relativas a Una Fenomenologia Pura y Una Filosofia Fenomenologica OCR

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EDMUND HUSSERL

ID E A Srelativas a una fenomenologa puray una filosofa fenomenolgica

FONDO DE CULTURA ECONMICAMXICO- BUENOS AIRES

Traducc in de Jos GAos

P1imera edicin en ,~lemn, 1!)13 Primera edicin en_ espal9l, 1949 Segunda e~licila obra fue registrda en Halle, Alemania, por Max ~iemeyer, con el ttulo de Ideen z einer reinen Phiinomenologie und fJhdnolnCnologischen .Philosoj;hie

Derecho~ resenados co{(mmc a la ley @ 1949, Formo DE CULTUR\ ECONMICAAvenida de la l.iniversidad, 975- MxicoImptcso y hecho en Mxico Printed and made in Afexico12,

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P. F.

PRLOGO A LA EDICiN ALEMANA DE I95? La publicaczn por p imera vez de las Ideas relalivas a una fenomenologa pura y una filosofa fenomenolgica, libros II y HI prevista por el Archiv? de Husserl, sugera editaT de nuevo tanjbin el libro primero, -que est gotado hace algn tiempo, para hacer accesible as como un solo todo una de las obms maestras de la fenomenologa. La Teedicin de las Ideas 1 no es, sin embaTgo, una mera 1eimpresin de las ediciones anteriores ( I9I J, r922 y rg28),1 sino que contiene todas las ampliaciones y modificaciones esenciales de Husserl sacadas de los tTes ejemplares peTsonales qu se encuentran en el Archivo de Husserl. De I9IJ a rg3o_revis y Tefundi repe~jdamente Husserl el texto de las Ideas I, como es visible por l~ numerosas correcciones_. notas marginales y adiciones. A la vez. tom tma actitud crtica frente a. diversas partes de la obm. Por las notas de Husserl en los tr('s ejemplaTes y especialmente jJor las adiciones es fJOsible sacar conclusiones ~enciales sobre el desenvolvimiento del pensar de Husserl. justo con las repetidas refundiciones de los lugares crticos pierde e[' texto Stl ca1cter apodctico algo rgido, irrumpen los problemas como tales y hacen posible una discusin, es decir, ante todo una aproximacin. En esta reedicin se tTt'lta_ de dar a conocer el texto primitivo como tnmbin las diversas refundiciones, y as de seguir la discusin del propio Husserl con su obra. Expresemos el agradecimiento ms cordial al director del Archivo de HusseTl, Pmf. H. L Van Breda, que incit a hacer e>ta publicacin y contribuy a decidir todas las cuestiones esennale>, e igualmente a ii1arly Biemel, jJor su constante y vnliosa colabomrin. Gracias muy espcriales al seor Prof. Dr. S. Strasse1"jJor la revisin de las correcriones y a la se'om Dr. L. Gel!Jer f:ur informes rue permitieron fechar las "Adiciones.Lovaina, a 19 de feb1 ew de l!J.JO. \V'ALITRBIEMEL

1 Por Max Niemeyer, HalleSaale. Exp1esamos en este lugar nuPstro ag1adecimiento al seor !\fax Niemeyer p0r la amable aquiescencia con que se hizo posible la edicin completa de las Ideas.

INTRODUCCiNLa fenomenologa pura, de la que aqu queremos buscar el camino, caract~rizar la singular posicin que ocupa entre las dems ciencias y mostrar que es la ciencia fundamental de la filosofa, es una ~iencia esencialmente.nueva, _alejada del_ pensar natural por lo que tiene de peculiar en principio y por ende pugnante por desarrollarse slo en nuestros das. Se llama a s misma ciencia de "fenmenos". A los fenmenos se dirigen tambin otras ciencias, ha largo tiempo conocidas. As, se oye designar a la psicologa como una ciencia de los fenmenos psquicos, a la ciencia natural como una ciencia de los fenmenos fsicos; igualmente se habla a veces en la historia de fenmenos histricos, en la ciencia cultural de fenmenos culturales; y anlogamenee por fo que respecta a coas fas nencras e reafraaes. Por distinto que pueda ser el sentido de la palabra fenIY!eno en semejantes expresiones, lo cierto es que tambin la fenomenologa se refiere a todos estos fenmenos en todas las significaciones posibles; pero en una actitud totalmente distinta, que modifica en determinada forma todos los sentidos del trmino fenmeno con que nos encontramos en las ciencias que nos son familiares desde antiguo. Slo en cuanto modificado de esta suerte, entra el fen!D-eno en la esfe~a fenomenolgica. Estudiar estas modificaciones, elevar por medio de la reflexin lo que tienen de peculiar esta actitud y las naturales al nivel de la conciencia cientfica, he aqu la primera y nada leve tarea que debemos llevar a cabo plenamente, s queremos abrirnos e.l campo de la fenomenologa y aduearnos cientficamente de su peculiar esencia. En el ltimo decenio se ha hablado en la .filosofa y la psicologa alemanas muchsimo de la fenomenologa. a* En pr~sunta coincidencia con las Investigaciones l,gicas,l .se concibe la fenomenolog en cuanto tales. De este> modo se relaciona11 jmros juicios ese11-:ialcs (juicios puramerhe eidtcos), cualquiera que pueda ser su forma lgica. Lo comn -a ellos es que no ponen ningn sera individual, aun cuando juzguen sobre lo individual -justo porque juzgan en pura universalidad esencial.

LAS ESENCJAS

S h.

/ILGU:\OS GOXCEPTOS FUXDAMEJSTALES.

UNIVERSALIDAD Y NECESIDAD

De un modo e\idente est. tma ciencia eidtica del objeto en general. Objeto e, en el sentido de ella, toda cosa y cada cosa, y sobre esto pueden sentarse verdades justo infinitamente mltiples que se distribuyen por las muchas disciplinas de la mathesis .. Pera todas juntas remiten a un pequeo grupo de verdades inmediatas o "fundamentales" que funcionan en las disciplinas pnTamente lgicas como "axiomas". Definimos, pues, como categon'as lgicas o categodas de la 1 egin lgica obfcto en general los conceptos puramente lgicos y fundamentalPs que ::1parecen en esto~ axiomas -conceptos que determinan dentro clel sistema total de los axiom::ts l::t esencia lgica del objeto en general, o que expresan las determinaciones absolutamente necesarias y constitutiYas ue un objeto en cuanto tal, de un algo cualyuieraen la medida en que haya de poder ser en general un algo. Como lo puramente lf;gico en nuestro sentido, deslindado con absoluta exactitud, determina el nico concepto filosficamente importante (y por cierto, gue de imporlancia fundamental) de lo "analitico'' 1 frente a lo "sinttico", llamamos a estas categord~ tambin las nna/t;ras. Ejemplos de categoras lgicas son, pue~. conceptos como los de propiedad, cualidad relatii a, relacin, identidad. igualdad, conjunto o coleccin. nmero. todo y parte, gnero y especie, etc. Pero tambin entran aqu las catcgon'as significativas, los conceptos fundamentales de las diversas formas de proposiciones, miembros y formas de ~tas, conceptos que son inherentes a la esencia de la proposicin (apfanss); entl-ando aqu, con arreglo a nuestra definicin, en vista de las verdades esenciales que vinculan entre s el "objeto en general y la "significacin en general", de tal suerte que las verdades puras sobre las significaciones son traducibles en verdades puras sobre los objetos. Justo por esto es la "lgica apofntica", aun cuando trata exclusii amente de las significaciones, un miembro de la ontologa formal tomada en su sentido ms comprensivo. Empero, hay que poner aparte, como un grupo peculiar, las categoras significativas, enfrentndoles las restantes como las categoras objetivo-fm males, en sentido jJlenario. 21

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Cf. Investigaciones lgicas, tomo II, Investigacin m, 11 s. Cf. sobre la dhisin de las categor;Js lgicas en categoras significa-

HECHOS Y ESENCIAS

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Sei1alamos an aqu que por categoras podemos entender, de un lado, los conceptos en el sentido de significacin, pero, -de nt rn bdo, tambin, y mejor an, las esencias formales mismas que encuentran su expresin en estas significaciones. Por ejemplo, ); "categori~" relacin, pluralidad, etc., quiere decir, en ltimo trmino, el cidos formal relacin en general, pluralidad en general. cte. El equvoco slo es peligroso mientras no se ha aprendido a distinguir pulo-amente lo que aqu hay que distinguir ~icmprc: la "significacin" y lo que puede recibir "expresin" j)ur medio de la significacin; y tambin: la significacin y la objetividad significada. Bajo el punto de vista terminolgico, puede distinguirse expresamente entre conceptos categoriales (entendidos como significaciones) y esencias categora/es.

1 J. OBJETIVIDADES SINTCTICAS Y SUSTRATOS LTIMOS. CATEGORAS SINTCTICAS

~dominio

Es menester ahora hacer una importante distincin dentro del de las objetividades en general que se refleja dentro de la morfologa de las significaciones en la distincin ("gramatical pura") entre "formas sintcticas" y "sustratos" o, tambin, materias sint{tcticas. Con esto se anuncia una divisin de las categoras ontolgico-formales en categoras sintcticas y categodilucidarse con ms detalle. ras del sustrato, que va Por objetividades sintcticas entendemos aquellas que se derivan de otras objetividades por medio de "formas sintcticas". Las categoras correspondientes a estas, formas las llamamos categoras sintcticas. Aqu entran, por ejemplo, las categoras relacin, cualidad, unidad, pluralidad, nmero, orden; nmero ordinal, etc. Podemos describir la situacin esencial que tiene

a

tivas y categoras ontolgico-fonnales las Investigaciones lgicas, tomo I, 6. Especialmente a las categoras todo y parte se refiere la Investigacin m, del tomo II; el trmino ontolog:I, repelente por razones histricas, no me atrev a emplearlo entonces todava, por lo que califiqu esta imestigacin (1. c., p. 222 de la primera edicin) ele fragmento ele una "teora a jJIiori de los objetos en cuanto tales", que es lo que A. v. 1\feinong contrajo en la expresin "teora del objeto". Por el contrario, hoy, respondiendo al cambio ele los tiempos, tengo por ms exacto volver a poner en vigor el viejo trmino ontologa.

LAS ES~CIAS

lugar aqu de la siguiente manera. Todo objeto, en tanto es explicitable, referente a otros objetos, en suma, lgicamente detem1inable, adopta diversas formas sintcticas; como correlatos del pensar que lo determina se constituyen objetividades de grado superior: cualidades y objetos cualitativamente determinados, relaciones entre toda clase de objetos, pluralidades de unidades, miembros de rdenes, objetos determinados por nmeros ordinales, etc. Si el pensar es un pensar predicativo, brotan paso a paso expresiones con los correspondientes cuerpos apofnticos de significaciones, que reflejan toda la organizacin y formas de las objetividades sintcticas en sintaxis significativas exactamente paralelas. Todas estas objetividades categoriales 1 pueden funcionar, lo- mismo que las objetividades en general, como sustratos, a su yez. de entidades categoriales, ele las que cabe decir otro tanto, y as sucesiyamente. A la inversa, c2.da una de estas entidades remite con evidencia a sustratos ltimos, a objetos ele primero o nfimo grado, o sea, a objetos que )'a no son entidades categoriales sintcticas, que en s mismos ya no encierran nada de aquellas formas ontolgicas que son meros correlatos ele las funciones del pensamiento (atribuir, negar, referir, enlazar, numerar, etc.). De acuerdo con esto, se divide la regin formal objetividad en general en sustratos ltimos y objetividades sintcticas. A estas ltimas las llamamos deTivados sintcticos de los correspondientes sustratos, en los cuales entran tambin todos los "individuos", como veremos en seguida. Cuando hablamos de una propiedad individual, ele una relacin individual, etc., se llaman stas objetos derivados en graci ' '

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como considerar el objeto en general (el algo vaco) como gnero de toda clase de objetos y luego interpretarlo, como es tan natural cuan errneo, pura y simplemente como el uno y nico gnero sumo, como el gnero de todos los gneros. Ms bien 't1abr que designar todas las categoras ontolgico-formales como singularidades eidticas que tienen su sumo gnero en la e~cncia "categora ontoh)gico-formal en general". Igualmente es cosa clara que todo 1 aciocmio determinado, cbg.unos un raciocinio al servicio de la fsica, es un caso singular de una determinada fo1 ma lgico-pura de raciocinio; toda detcllninada propo~icin de la fsica, caso singular de una fmm.1 de proposicin, etc. Pero las formas puras no son gneros de las proposiciones dotadas de contenido material o de los raciocinios, si no tan slo nfimas diferencias, a saber, ele los gneros lgicopuros, proposicin, raciocinio, que, como todos los gneros anlogos, tienen su gnero pUla y simplemente sumo, "significacin" en general" b. El llenar las formas lgicas vacas (y en la mathesi~ universalis no hay otras cosa que formas vacas) es, pues, una operacin totalmente distinta de la genuina especializacin hasta llegar a la ltima diferenciacin. A~ puede comprobmse por todas partes; por ejemplo, el paso del espacio a la "multiplicidad euclidiana" no es una generalizacin, sino una "gener.1liTacin''formal.

Para comprobar esta radical distincin hay que remontarse, como en todos los casos semejantes, a la intuicin esencial, que nos ense'a en seguida que las esencias lgico-formales (por ejemplo, las categoras) no "residen" en los casos singulares dotados de contenido material como el rojo general en los distintos matices de rojo, o como el "color" en el rojo o el azul, y que tampoco estn "contenidas" en ellos en el sentido propio en que se tendra con la relacin entre el todo y la parte, en el usual sentido estricto, una comunidad de naturalen suficiente para justificar el hablar de un estar contenido. Ninguna extensa dilucidacin ha menester el se'alar que tampoco hay que confundir la subsuncin de algo individual, en general, de un "esto que est aqu'', bajo una esencia (subsuncir que tiene distinto carcter segn que se trate de una nfima diferencia o de un gnero) con la sub01 di nacin ele una esencia a su especie superior o a un gnero.

LAS ESEKCIAS

Sealemos tan slo, igualmente, el cambiante sentido en que se habla de extensin, refirindose especialmente a la funcin de las esencias en los juicios uniYersales. Es algo que hay patentemente que diferenciar de los conceptos que hemos distinguido. Toda esencia que no sea una nfima diferencia tiene una extensin eidtica, una extensin de especialidades y ltimamente, en todo caso, de singularidades eidticas. Toda esencia formal tiene, por otra parte, su extensin "matemtira", tambin formal. Adems tiene toda esencia en general su extensin ele casos individua/e>, un conjunto y totalidad ideal de posibles "estos", a los que se la puede referir en el pensar universal-eidtica. Hablar de extensin emprica quiere decir ms: el restringirse a una esfera de la existencia por medio de una posicin de existencia que interviene anulando la universalidad pura. Todo esto es transferible, naturalmente, de las esencias a los "conceptos" como significaciones.

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LAS CATEGORAS DEL SGSTRATO.

LA ESEI'CIA Y EL l"l'>E

n

Llamamos adems la atencin sobre la distincin entre sustratos "llenos", "dotados de contenido material", las objetividades sintcticas paralelamente "llenas", "dotadas de contenido material", y los sustratos vacos con las objetividades sintcticas formadas de ellos, las variantes del algo 'aco. Esta ltima clase no es en modo alguno una clase en cuanto tal vaca o msera, pue'itO que se deter111ina como la totalidad de las relacione> que entran en el contenido ele la lgica pura como mathesis universalis, con todas la que caen bajo bs esencias unidas, lo que resulta es la consecuencia apodcticamente necesaria de no poder haber casos singulares de la esenGt una, a no ser determinados por esencias que tengan con la otr.a esencia por lo menos comunida_d ele gnero.l Por ejemplo, fa ualidad sensible apunta necesariamente a alguna diferencia de extensin espacial, a la vez que sta es necesariamente extensin de alguna cuah de tales tipos justo esta clase de intuicin y no otla, segn el caso -nada de esto puede po&tularse o decretarse desde arriba; slo cabe comprobarlo con evidencia intelectual, y esto quiere decir, a su vez, mostrarlo en una intuicin en que se d originariamente y fijarlo en juicios que se ajusten fielmente a lo dado en ella. A nosotros se nos antoja

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LAS ESEKCIAS

que ste y no otro es el aspecto que presentara un proceder!).

t:ealmente exento de prejuicios o puramente objetivn. La "visin" n direrta, no meramente la visin sensible, empiri(;:;r, sino la visin en general, rrmw forma de conciencia en que se da algo originariamente, cualquiera que sea esta fonna, es el :ftirno fundamento de derecho de todas las afirmaciones racio~1ales. Funcin jurisdiccional slo la tiene porque y en tanto que en ella se da algo originariamente. Si vemos un objeto con toda claridad, si hemos llevado a cabo la explicacin y la traduccin en conceptos puramente sobre la base de la \'5in y clenlro del marco de lo aprehendido realmente con b 'isin, si vemos (corno un nuevo modo de "ver") cmo est constituido el objeto, entonces goza de todos sus derechos la proposicin que expresa eso fielmente. No conceder ningn valor al "lo veo" en la cuestin del porqu de la proposicin, sera un contrasentido -como veremos con evidencia intelectual todada. Esto, por lo dems, no excluye -aadrnoslo aqu, en prevencin de malas inteligencias posibles- que en ciertas circunstancias pueda contender una visin con otra visin e igualmente una afirmacin fundada en derecho con otra. Pues esto no entraa que el ver no sea un fundamento de derecho, como tampoco el preponderar sobre una fuerza otra requie1e decir que la primera no sea una fuerza. Pero s significa ello que qui dentro de una cierta categora de intuiciones (y esto concierne justamente a las de la .experiencia sensible) sea el ver por esencia "imperf~cto", o que en principio quepa aumentar o quitarle su fuerza, y que por ende una afirmacin que posea en la experiencia un fundamento de derecho directo y por tanto aulntico, sin embargo tenga en el curso de la experiencia que ser abandonada en virtud de un derecho opuesto de sta que prepondere sobre aqul y lo anule.

20. EL I:l\1PIRISl\IO GO:\IO ESCEPTICIS:\fO

As, pues, sustituimos el concepto de experiencia por el m e~fera emprica la distincin entre el juicio de percepcin claro y fiel y un juicio c..prichoso y vago sobre la misma relacin, diciendo que el primero va acompafado de un "sentimiento de claridad" y el otro no.

22. EL REPROCHE DE REALISMO PLATNICO. LA ESEJ'\CIA Y EL CONCEPTO

Especial resistencia ha provocado una y otra \'ez el que. como "realistas -platonizantes", erijamos ideas o esencias en objetos y las atribuyamo~, como a otros objetos, un ser real (verdadero), as como la correlativa posibilidad de aprehenderlas por medio ele una intuicin -no ele otra suerte que pasa con las cosa5 reales en sentido estricto. Prescindamos aqu de aquella suerte de rpidos lectores, por desgracia muy frecuente, que adjudican sus propios conceptos al autor, a quien le son enteramente extraos, y luego no encuentran precisamente difcil sacar absurdos de lo que expone.1 Si objeto y cosa real en sentido estricto, realidad en general y realidad en sentido estricto son una misma cosa, entonces es, ciertamente, el concebir ideas como objetos y realidades una absurda "hipostatacin platnica". Pero si se distinguen rigurosamente ambas cosas, como se hace en las Investigaciones lgicas, si se rlefine un objeto como un algo cualquiera, por ejemplo, como sujeto de una proposicin (categrica afirmativa) verdadera, qu resistencia puede quedar -a no ser aquella que brote de oscuros prejuicios? El concepto de objeto en general tampoco lo he inventado yo, sino que me he limitado a restaurar el que requiere toda proposicin lgico-pura, sealando a la vez cmo es un concepto indispensable en principio y que por ende determina el lenguaje general de la ciencia. Y en este sentido es la nota do, que constituye1 La polmica contra las Investigaciones lgicas y mi articulo del Logos, incluso la benvola, se mueve, por desgracia, en su mayor parte a este nivel.

1ij

ERRNEAS INTERPRETACIONES NATURALISTAS

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un miembro numricamente uno de la escala musical, o es el nmero dos en la serie de los nmeros naturales, la figura crculo en el mundo ideal de las figuras geomtricas, una proposicin cualquiera del "mundo" de las proposiciones -en suma, cualquier clase ele entidad ideal, un "objeto". La ceguera para las ideas es una forma de ceguera psquica. Por obra de los prejuicios se resulta incapaz de traer al campo del juicio lo que se tiene en el campo de la propia intuicin."- En ve1dad ven todos, y, por decir lo a~. constantemente, "ideas", "esencias"; todos operan con ellas en el pensamiento, pronunciando tambin juicios esenciales -slo que las eliminan con la interpretacin a que les obliga su "posicin" epistemolgica. Los datos evidentes son pacientes, dejan que las teoras pasen con sus palabras por encima de ellos, pero siguen siendo lo que son. Es cosa de las teoras dirigirse por los datos, y cosa de las teoras del conocimiento distinguir las formas fundamentales de los datos y describirlas de acuerdo con su esencia propia. Los perjuicios vuelven notablemente suficiente en respecto terico. Esencias, no puede haberlas, y as, pues, tampoco intuicin esencial (ideacin); luego, all donde la mane1 a genela! de hablar se halla en contradiccin con esto, tiene que tratarse de "hipostataciones gramaticales", por la~ cuales no se debe consentir en ser arrastrado a las "metafsicas". Lo que se encuentra fcticamente slo pueden ser procesos psquicos, reales, en sentido estricto, de "abstraccin", que inciden sobre experiencias o representaciones reales en el mismo sentido. De acuerdo con esto, se construyen celosamente "teoras de la abstraccin" y la psicologa, tan orgullosa de sn carcter emprico, se enriquece aqu, como en todas las esferas intencionales (que constituyen verdaderos y capitales temas de la psicologa) con fenmenos inventados, con anlisis psicolgicos que no son anlisis de ninguna clase. Las ideas o las esencias son, pues, se dice, "conceptos" y los conceptos son "entidades psquicas", "productos de la abstraccin", y en cuanto tales desempean, sin duda, en nuestro pensar un gran papel. "Esencia", "idea" o "eidos" slo son ilustres nombres "filosficos" para "secos hechos psicolgicos". Nombres peligrosos por mor de sus sugestiones metafsicas. Respondemos: cierto que las esencias ~on "conceptos" -si

LAS ESENCIAS

por conceptos se entiende, lo que permite la equvoca palabra, justamente esencias. Vase tan slo con claridad que hablar ele productos psquicos es entonces un non sens, e igualmente hablar de formacin de conceptos, si se pretende entenderla" en el sentido propio y rigu_roso. Incidentalmente se lee en un tratado que la serie de los nmeros naturales es una serie de conceptos y un trozo ms adelante que los conceptos son productos del pensamiento. Primeramente se designaba, pues, a los nmeros mismos, a las esencias, como _conceptos. Pero no son )os nmeros, preguntamos, lo que son, lo mismo si los "formamos" que s no los formamos? Cierto, la operacin de contar la llevo yo a cabo, yo formo mis representaciones numricas al ir aadiendo "uno a uno". Estas representaciones numricas son ahora stas, y, aunque las forme una segunda \ ez iguales, estas ltimas son otras. En este sentido- no hay temporalmente ning:ma o hay temporalmente muchas,- tantas como se quiera, representaciones numricas de un rniM110 nmero. Pero justo con esto hemos hecho una di5tincin (cmo podramos evitarla?); la representacin numrica no es el nmero mismo, no es el dos, este miembro nico de la serie de los nmeros, que, como todos los miembros de esta serie, es un ser intemporal. Llamarlo un producto psquico es, pues, un contrasentido, es pecar contra el sentido del lenguaje aritmtico, que es perfectamente claro, de validez susceptible de ser vista con evidencia intelectual en todo momento, o anterior a todas las teoras. Si los conceptos son productos psquicos, entonces co.c,as tales como los nmeros puros no son conceptos. Pero si son conceptos, entonces los conceptos no son productos psquicos. Se necesitan, pues. nuevos trminos, justo para d_esatar equvocos de esta peligrosidad.

23.

I:~PONTAi"EIDAD DE LA IDEACIN.LA ESENCIA Y LO FICTUJ,

Pero, se objetar, no es verdad, y evidente, que conceptos, o si se quiere, esencias como rojo, casa, etc., surgen por abstraccin, de intuiciones individuales? Y no construimos arbitrariamente conceptos de conceptos ya producidos? Luego, -se trata de productos psicolgicos. Es parecido, se aadid quiz an, a lo que pasa en el caso de las ficciones m h 11 en ias: el

ERRNEAS lNTERPRETAClO::-..!ES NATURAUSTAS

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centauro que toca la flauta y que libremente nos imaginamos es, justo, un producto ele nuestra imaginacin. Respondemos: cierto que la "formacin de conceptos" e. igualmente la libre ficcin se llevan a cabo con espontaneidad y que lo espontneamente engendratlo es, de su; o se comprende, un producto del espritu. l\1as, por lo que concierne al centauro que toca la flauta, es una representacin en el sentido en que se dice que es una representacin lo representado, pero no en aquel en que representacin es e1 nombre de una vivencia psquica. El centauro mismo no es naturalmente nada psquico, no esiste ni en el alma ni en la conciencia. como en ninguna otra parte, es "nada", es pura y simplemente "imaginacin"; dicho ms exactamente: la vivencia imaginativa es innginacin de un centauro. En tanto es esto, es, sin duda, inherente a la vivencia misma el ser "mencin de un centauro", fantaseo de un centauro. Pero no se confunda tampoco esta vi\encia imaginativa con lo en ella imaginado en cuanto taJ.l As, tampoco en el abstraer espontneo es la esencia, sino la conciencia de ella, lo engendrado, y la situacin es la siguiente:" que, y por modo patente. esencialmente, un acto de conciencia en que se da originariamente una esencia (acto de ideacin) es en s mismo, y necesariamente, un acto espontneo, mientras que a la conciencia en que se da algo sensiblemente, a la conciencia emprica, no Je es esencial la espontaneidad: el objeto individual puede "aparecer", hacerse consciente en forma aprehensible, sin ninguna "actuacin espontnea 'sobJe" l. No se encuent1a. pues. moti'"o alguno, como nc sean los de 1?. confusin, que pudiera exigir la identificacin de la conciencia de esencias y las esencias mismas, y por ende, la psicologizacin de e5tas ltimas. Sin embargo, an podra el paralelo de la conciencia imaginativa hacer cailar, a saber, por respecto a la existencia de las esencias. I'\o es la esencia una ficcin. como quieren los escpticos? T'\o obstante, as como el emparejamiento de !a ficcin i 1a percepcin bajo el concepto ms general de "conciencia intuitiva" amena7a la existencia de los objetos dados en la percepcin, el emparejamiento antes hecho amenaza la "existencia" de 1asJ

Cf. los

anlisi~

fenomenolgicos de bs

ult. La~ co\PTULO

I

LA TESIS DE LA ACTITUD KATURAL Y LA DESCO~EXIN DE LA :t\US!v1A

2/. EL MU;;;DO DJ:: LA ACTITUD NATCR.AL:

yo

Y MI MU;;;no CIRCli:\'DANTE

Empezamos nuestras meditaciones CO!DO hombres de la vida natural, representndonos, juzgando, -sintiendo, queriendo "en actitud natural". Lo que esto quiere decir nos lo ponemos en claro en sencillas consideraciones, que como mejor las llevamos a cabo es en pdmera persona. Tengo conciencia de un mundo extendido sin fin en el ~s pacio y que viene y ha venido a ser sin fin en el tiempo. Tengo conciencia de l, quiere decir ante todo: lo encuentro ante m inmediata e intuitiYamente,a lo experimcnto.b lVIediante la vista, el tacto, el odo, etc., en los diversos modos de la percepcin sensible estn las cosas corpreas, en una u otra distribucin espacial, para m simplemente ahi, "ohi delante" en sentido literal o figurado, lo mismo si fijo la atencin especialmente en ellas, ocupndome en considerarlas, pensarlas, sentirlas, quererlas o no. Tambin estn seres animados, digamos hombres, inmediatamente para m ah; los miro y los veo, los oigo acercarse, estrecho su mano al hablar con ellos, comprendo inmediatamente lo que se representan y piensan, que sentimieutos se mueven en ellos, qu desean o quieren. Tambin ellos estn ah delante, en mi campo de intuicin, como realidades, incluso cuando no fijo la atencin en ellos. Pero no es necesario que ni ellos, ni los dems objetos, se encuentren justamente en mi campo de percepcirz.c Para m estn ah objetos reales, como objetos determinados, ms o menos conocidos, a una con los actualmente percibidos, sin que ellos mismos estn percibidos, ni siquiera intuitivamente presentes. Puedo dejar peregrinar mi atencin64

ACTITUD NATURAL

1

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1

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l

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j

de5de la mesa de escribir en que acabo de fijarla justamente con la vista, pasando por las partes no viss del cuarto que est. Si a~ lo hago, como soy plenamente libre de hace!lo, no por ello niego "e5te mundo", como si )O fuera un ~ofi>ta. ni dudo de su r\stcncin, ( omo ~ yn fuera un escptico, sino gueb practico la [rroz "fenomenolgica" que me cierra completamente todo juicio wble existencias en el esjJacio y en el tiemjJo. As, pues, desconecto tnrlas la'i ciencias reje1entes a este mundo natural, por slidas que me parelcJ.n, por mucho que 1..ts admire, por poco que piense en objetar lo ms mnimo contra ellas; yo no hago absolutamente ningn uso de sus afirmaciones vrilidas. De las proposiciones que entran en ellas, y aunque sean de tilla 1 fecta evidencia, ni una sola hago ma, ni una acepto, ?e1 t una me sirve de base -bien entendido, en tanto se la tome tal

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MEDITACiN FENOMENOLGICA

como se da en estas ciencias, como una verdad sobre 1eal1dades de este mundo. Desde el momento en que le inflijo el parntesis, no puedo hacer ms que afrontarla.n Lo que quiere decir: ms que afrontarla en la forma de conciencia modificadab que es la desconexin del juicio, o sea, justamente no tal cual es como projJosicin en la ciencia, como una j;roposicin que jJTctende ser vlida )' ct1ya validez 1econozco y utilizo. I'\o se confundir la EJI0/':11 aqu en cuestin con aquella