Hoja Parroquial del 11 de agosto de 2013

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Arte y Fe (III) Rafael López hoja parroquial 11 de agosto de 2013 Nº 2.680 SEMANARIO DE LA DIÓCESIS DE SEGORBE-CASTELLÓN Virgen con el Niño

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Arte y Fe. Rafael López.

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Arte y Fe (III)

Rafael López

hojaparroquial11 de agosto de 2013Nº 2.680 SemaNario de la dióceSiS de Segorbe-caStellóN

Virgen con el Niño

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Arte, don divino

Arte y fe“La fe es imprescindi-

ble en el arte religioso, y en mi caso no lo conce-biría de otra manera. No pinto el tema religioso por salir del paso, o la fi-gura de una imagen como me la han encargado… No, no. Tiene que ser lo que siento yo de esa ima-gen. Verla yo primero mentalmente. Por ejem-plo un Cristo: lo imagino, lo veo, y ya soy fiel desde el principio hasta que lo acabo. No hay cambios, soy fiel desde el momen-to en que lo veo. Reflejar exactamente lo primero que vi o imaginé, y es la propia fe la que hace que lo conciba”.

Motivación de la obra religiosa

“Principalmente y por encima de todo, la fe. Sin fe no podría llevarla a cabo. Me viene la idea, y ¿por qué eso? ¿Es un don de Dios? Para mí sí por-que no tengo escuela ni voluntad de nada. Siem-pre he trabajado profesio-nalmente en otras cosas y me siento orgulloso. Una vez vi un Cristo Nazareno en una iglesia de Caste-llón muy deteriorado y sentí el deseo de restau-rarlo. Un día me vino una persona de parte de los frailes pidiéndome que lo restaurara. Yo no había dicho nada antes, y lo res-tauré sin cobrar nada”.

La inspiración“Es confuso lo de la

primera idea: todo pin-tor en un tema religioso, tenga o no fe, primero traza el boceto, y se traba-ja a partir de él. A veces

sí que lo hago, pero en la mayoría de los casos lle-vo la idea directamente a la tabla sin permitirme, ni elegir, ni desear hacer cambios. Siempre trabajo sobre la primera idea ori-ginal tal como mi fe me lo ha anunciado”.

La expresión“Las formas ya las co-

nocemos desde un prin-cipio. Si se trata de un icono bizantino o de un Cristo Pantocrátor, tengo libros de arte, voy reco-giendo la expresión de la época, posiciones, colo-res… Me mantengo den-tro del estilo, lo respeto, pero hago una interpreta-ción libre. Si me hubiera ceñido a los originales, serían muy diferentes. Yo soy mediterráneo y aquí se valora más la belleza que en Grecia, donde se seguían unos patrones repetitivos, siguiendo los modelos anteriores. Mi caso es dar la expresión que corresponde a cada personaje según el papel que representa. Por eso es diferente una Virgen con el Niño aislada, o buscan-do un contacto maternal con el Hijo. Es la propia fe que hace que hagas es-tos cambios”.

Experiencia subjetiva y fe

“Así hice el cartel de la Virgen del Lledó de este año. Cuando me lo pro-pusieron, me vino la pre-gunta sobre la función del cartel: obligar a la persona que pasa a mirarlo hasta sin querer. Y a continua-ción la cuestión teológica, de cómo ves la Virgen, y de cómo represento yo

el tema: ¿entronizada? ¿celestial? Decidí tomar el color celestial e inma-culado: el azul celeste. Debajo están dos ángeles adoradores con una rosa y un lirio. Son detalles que tienen un significado, ya que los ángeles nos dicen que es Virgen por el lirio, y Madre, por la rosa. Para encontrar el equilibrio justo es imprescindible alimentar la fe, y tam-bién investigo si estoy de acuerdo o no con la teo-logía, que voy legalmente tal como tiene que ser”.

El lugar del arte cristiano

“¿Es lo mismo un cua-dro para un altar que para

un particular? Pienso que si se hace con la misma fe puede estar en ambos sitios. Quizás se pondrá más calidad y esmero si tiene que estar en un lu-gar preferente y público, porque en un altar o reta-blo tiene que invitar a que el orante la venere y que a través de la imagen llegue más a Dios, que le sirva de medio para llegar más a la oración”.

El retrato de Dios“A Dios imagen no lo

veo. El dios viejo de bar-bas blancas, pelo blanco y con el triángulo en la cabeza tampoco lo veo. Pondría como imagen a Jesucristo y mucha luz re-

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presentando la divinidad. En los antiguos iconos esa es la pregunta que tenían los pintores ¿Cómo repre-sentar a Dios? Y lo hacen en muy pocos iconos. En todo caso, la divinidad se ha mostrado con los fon-dos en oro o ocre para

representar la luz divina. El oro, la luz sobre el fon-do, es la representación de Dios, Dios es la luz. También por esta razón se desconocía la perspectiva, porque el interés era ma-nifestar la luz de Dios”.

Apóstol Santiago

Santa Cena

Cristo Salvador

Rafael López RodríguezRafael López RodríguezNace en Alcaraz (Albacete) el 21

de septiembre de 1941, pero de niño se traslada a Castellón siguiendo a su familia. Al crecer, entra en la empresa donde trabajaba su padre, pero su vocación es el arte: “Desde mi primer uso de razón, desde la infancia, mis creencias religiosas me han llevado siempre al arte religioso. Aunque he trabajo en otros ámbitos, para mi pintar no es por hobby, me viene de dentro. Soy totalmente autodidacta y nunca he pensado si podría vivir de eso o no, porque estaba haciendo algo que me nacía obligado por mi propia fe. Ahora me doy cuenta ya viejo que es algo que va con mi persona”.

Reconoce agradecido que su entorno lo ha estimulado a pintar, y de esa búsqueda han surgida obras muy apreciadas. Parte de la iconografía griega y rusa, pero haciendo uso de interpretaciones siempre libres le ha dado un estilo muy personal, que es lo que ha hecho que le conozcan. Contemplando su obra y el reconocimiento conseguido, asegura que “ha sido la constancia y la perseverancia sin límites de horario hasta conseguir lo que realmente sentía en profundidad”. Cuando la gente le dice que le gusta su obra, responde: “Me siento orgulloso de verlos contentos con lo que yo hago. ¿Os gusta ese cuadro? Pues rezadle”.

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hojaparroquial

por Juan Manuel Gil

De un discurso sobre la fe del Papa eméritoEn cierta ocasión comenté cómo la fe es un don, ya que es Dios quien toma la iniciativa y sale a nuestro encuentro. Por tanto la fe es una respuesta con que acogemos al Señor como fundamento estable de nuestra vida. ¿La fe tiene un carácter solo individual? Efectivamente el acto de fe es totalmente personal, ya que sucede en lo íntimo y más profundo del ser, y marca un cambio de dirección. Una conversión personal es capaz de dar un vuelco a la vida, pero este resultado no es solamente una reflexión solitaria y propia. Por este creer mío no puedo decir que yo solo he construido mi fe perso-nal: es además y sobretodo fruto de un diálogo privado con Jesucristo, ya que hemos dicho antes que la fe me es regalada por Dios. Y lo es a través de una comunidad creyente que es la Iglesia, con lo que aparece claro que me introduce en el eterno amor de Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Aparece muy claro que nuestra fe es verdaderamente personal solo si es también comunitaria. Creer es un acto

eclesial, la fe de la Iglesia precede, engendra, conduce y ali-menta nuestra fe personal. En el Catecismo de la Iglesia, de-clarada por el papa como verdad fundamental, a la Iglesia se la llama Madre de todos los creyentes. San Cipriano, según el número 181 del Catecismo, afirma que nadie puede tener a Dios por Padre, si no tiene a la Iglesia por Madre. Por tanto la fe nace en la Iglesia, conduce a ella y vive en ella.

La carta apostólica del muy amado Papa emérito, titu-lada Porta Fidei, es decir, Puerta de la Fe, la escribió con la finalidad de que se lleve a efecto la transmisión de la fe cris-tiana, y se produzca un nuevo descubrimiento de la misma, invitando a una auténtica y renovada conversión al Señor, único salvador del mundo. Entre las cuestiones que expo-ne y plantea en dicha carta el Papa, hay dos que llaman la atención. La primera de ellas es que si los cristianos siguen considerando la fe como un presupuesto de la vida común, a la vez es negada con frecuencia con una preocupación mayor

por las tareas sociales, culturales y políticas. La segunda se refiere a que la profesión de fe no es un hecho privado del individuo, sino que implica también un testimonio y com-promiso públicos.

Los dos razonamientos los debemos considerar esen-ciales dentro del contexto de la vida, pues el hombre de hoy tiene el peligro de estar tan preocupado en los asuntos terre-nales que pueden llegar hasta prescindir de la fe, o de tenerla tan solo como algo interior y privado de cada persona. Ello lleva a que se tiene reparo en manifestar al exterior esa fe que debe ser llevada hasta quienes no la han encontrado todavía, o ya la han apartado en un rincón de su privacidad. Estos dos supuestos negativos, al producir la más absoluta oscuridad, impiden contemplar la luz de Jesucristo que ilumina y orien-ta, hace el bien y la verdad, en su continuo acontecer, todas y cada una de las estructuras temporales, según explica un autor en un bonito artículo titulado “La fe, luz de la vida”.

“No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino”Primera LecturaSab 18,6-9.

Salmo responsorialSal 32. R/. Señor, tú has sido nuestro re-fugio de generación en generación.

Segunda LecturaHeb 11,1-2.8-19.

EvangelioLc 12, 32-48. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«No temas, pe-queño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino. Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos

talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la po-lilla. Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón. Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos. Com-prended que si supiera el dueño de casa

a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hom-bre.» Pedro le preguntó: -«Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?» El Señor le respondió: -«¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servi-dumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el emplea-do piensa: “Mi amo tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los mozos y a las

muchachas, a comer y beber y embo-rracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispues-to a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigi-rá.» Palabra del Señor.

Próxima semana: Jer 38,4-6.8-10 / Sal 39 / Heb 12,1-4 / Lc 12,49-53

Domingo XIX del Tiempo Ordinario (3ª Semana del Salterio)

El Evangelio del Domingo