Historias Cortas FALLEN

8/13/2019 Historias Cortas FALLEN

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I N D I C EAntes del fuegoLo que le paso a Trevor

El da libre de Arriane

El primer avistamiento de Daniel

La pelea de Daniel y Gabbe.

Fragmento exclusivo de diario de Daniel.

Daniel en LA.

El diario de Shelby

Cam se va de cacera

Dentro de la oficina de Francesa

Una cita con un proscrito

Miles en la oscuridad

El regalo de Daniel

Daniel en el juicio.


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Antes del fuegoLuce tena una mancha de aceite en la mejilla y una mancha pegajosa cerca deldobladillo de su camisa. Sus zapatillas blancas eran ahora de un espumoso colorgris. Pero a ella no le importaba; apenas se dio cuenta. Estar tan cerca de un AlfaRomeo del 67 era un gran beneficio de su trabajo luego de la escuela. Luceestaba muy a gusto con ese trabajo.

Haba tenido una especie de sentimiento de navidad por la maana, cuando televantas a buscar los regalos, cuando uno de los pocos coches antiguos de la

ciudad entro en la tienda. El pequeo cmodo convertible Fiat o el chisporroteoque hace el Chevy Impala. Eran mucho ms geniales que los Mustangsy4Runners ltimo modelo.

Esos eran los trabajos a los que Luce les tema. Los que parecan por dentro mscomo computadoras que como coches, por eso prefera los antiguos. Son los tiposde coches que llevara uno de los ricos estudiantes de preparatoria que asistencon Luce en Dover.

Y eso apestaba.

Los chicos de su clase de pre-calculo se la pasaban mirando sus manchas degrasa y los cortes en su atuendo, sus expresiones la hacan sentir an ms suciade lo que ya era. Las chicas que tenan sus casilleros al otro lado del de ellaentraron a la tienda juntas, luciendo tan artificiales con su brillo y rmel. Ellasdejaron sus BMWs y luego fueron a la tienda de Jake por cigarrillos mientrasesperaban sus coches. Ellas no se fijaron en Luce de la manera en como lohicieron los chicos. No la miraban en absoluto.


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Pero era un pequeo precio que pagar para poder tener sus manos en un par decoches clsicos. Como en el que estaba trabajando hoy. Seguro, el Alfa era unpoco spero en los bodes. Su transmisin ya haba sido reemplazada dos veces y

pareca que necesitaba ser reemplazada otra vez. Windows no se haba hechocon l.

Pero era un coche de unos cuarenta y tantos aos. Debi de haber estado enlugares y haber visto cosas que Luce ni siquiera podra imaginar. Tena unahistoria y dignidad. Historias que podan eclipsar a cualquier otra de los carroslujosos que manejan sus compaeros en Dover.

Con un calambre en el codo y un profundo sentido de satisfaccin, Lucedesenrollo el tapn del drenaje del Alfa y verti aceite. Luego rodo sobre su cuerpodebajo del carro.

- Es muy tarde para que ests aqu.

Las voz sorprendi a Luce. Aunque no saba porque debera haberse sorprendido.El Sr. Pisani, el jefe de Luce. Prcticamente viva en esa tienda. Aunque enrealidad, viva en el piso de arriba, con su esposa y sus tres hijos, en elapartamento anexo a la tienda, pero en los tres aos que Luce ha estadotrabajando para l, tratando de ganar algo de dinero extra para invertirlo en su

educacin en Dover, nunca lo haba visto ir al piso de arriba.- Estaba acabando.

Dijo Luce, apoyando sus codos en el suelo. El Sr. Pisani extendi su mano paraayudarla a ponerse de pie. Su mano era fuerte, su antebrazo bronceado y sucuerpo corpulento. Aun cuando sus manos haban dejado de trabajar en la tienda,seguan teniendo suciedad en los pliegues de la palma.


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- No te vayas sin decir adis Me oyes? Estar en la oficina. Tengoreceptores hasta en mis odos.

- Est bien.

Luce reuni las pocas cosas de su cubculo, tirando de una camisa de su bolsoy luego tirando de l. Su mvil estaba en el bolsillo frontal del medio. Estabavibrando. Un mensaje de Callie con las direcciones de la fiesta de final de aode Rachel Allison cerca del lago. Luce no quera ir. Ella nunca haba estado enninguna de las fiestas de Rachel, pero se imaginaba que habran an ms

rumores insoportables de los que siempre haban los lunes por la maanacomo: Rachel y Trevor terminaron Rachel y Trevor fueron vistos en la camadel a habitacin del yate del padre de Rachel. Collins y Eli tienen un concursode vmitos en el lago .

Pero es la ltima noche del ao . Callie haba dicho esa misma maana en laducha que queda al lado del dormitorio de Luce. Nos divertiremos .Frotndose el Shampoo de sus ojos, Luce farfullo. Precisamente es la raznpor la cual no deberamos ir a esa fiesta poco convincente de preparatoria.

- Oh, vamos. Sabes-quien-estar-ah.

Dijo Callie cantando.

- Comienza con una TR-y termina con Tu obsesin platnica!


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Trevor Beckman. l no ha sido su obsesin por siempre. Solo los 540 das queLuce ha estado en Dover. Ella no poda evitarlo. Ni lo trataba de hacer. Demasiadoalto y musculoso, con un maravilloso cabello color arena, Trevor era por mucho el

chico ms sexy en Dover. Por los primeros meses de clase cuando Luce todavatena que arrastrarse para ver al Dr. Sanford, su psiquiatra en Shady Hollows, tresy a veces cuatro veces por semana luego de la escuela, era mucho ms brillantesu da con solo ver la sonrisa de Trevor en los pasillos. Ni siquiera le sonrea aella.

Eso solo haba pasado unas cuantas veces, y normalmente la hacan sentirse msnerviosa que cualquier otra cosa. No, a ella le gustaba simplemente ver su sonrisaa travs de la habitacin, la forma en la que sus ojos realmente parecancentellear. Como un oscuro pensamiento nunca haba atravesado su precioso

rostro. Sola en el garaje, Luce deslizo su mvil de vuelta a su mochila, y elmensaje de Callie de vuelta a su mente. Ella apenas era capaz de pedirle a Trevorque le pasara el Bistur en Biologa. Al igual que ella iba a ser capaz de hablarle enmedio de la fiesta de su novia. Era cmodo aqu, en la tienda, con los Pisani. Erandivertidos, porque antes de que ella se hubiera mudado a New Hampshire para ira Dover (Para ir al psiquiatra, en realidad) Luce tena el menor inters en coches.Seguro,

ella haba esperado tener uno cuando tuviera sesenta aos, pero eso tuvo quecambiar, cualquier cosa antigua de su vida tuvo que cambiar. Antes de quecomenzara a trabajar aqu, un cambio de aceite significaba lavar su cabello porprimera vez en unos cuantos das. Pero ahora, a veces este sucio garaje se sentams como un hogar que cualquier otro lugar que Luce conociera. Ella extraaba asus padres, por supuesto, pero las cosas eran difciles con ellos. Su hogar enteropareca hundirse bajo el peso de los conflictos de Luce. Conflictos. Era una


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palabra utilizada por sus padres, que le recordaba a Luce que en realidad supadres no queran conocer los detalles de esos Conflictos . Tal vez ese no era elcaso. Tal vez si se preocupaban y si les interesaba. Bien, ella saba que se

preocupaban. Pero era la atencin y preocupacin de sus padres lo que hacaimposible hablar con ellos sin sentir que Luce estuviera loca. A veces pareca quela nica cosa que salvaba su relacin era el hecho de que ella siempre estabaocupada con la escuela durante la mayor parte del ao. Cuando ella est en casa,es dolorosamente obvio cuan preocupados estn sus padres por ella. Y ella notena que lidiar con cosas como el Sr. Pisani. Solo los tres chicos: Dominick , elhijo ms joven y tmido, al cual trataban como un prncipe; Frankie, el del medio,siempre enamorado de una mujer mayor, que utilizaba a Luce para desahogarsecomo si fuera su diario personal; Y Joe, el mayor, que era tan protector con Lucecomo la hermana menor que nunca

tuvo. Luce los quera mucho, a todos ellos. Ella siempre quiso tener hermanos.Ella quera al Sr. Pisani, tambin, aunque no haba nadie como su padre. Torpe ycon mala suerte, pero siempre haciendo bromas. El Sr, Pisani y sus hijos la hacansentir cmoda. Normal, incluso. A Luce no le gustaba pensar que eso solo era asporque no haban visto el lado oscuro de ella.

Ella apago las luces del garaje y camino por el estrecho vestbulo hacia la oficina

del Sr. Pisani. Hora de decir Adis. Se senta rara y triste, un poco sola y algo msque no tena nombre. Todo el da el sentimiento la haba estado persiguiendo. Ellahaba estado totalmente consciente de las sombras de la tienda, pero hasta ahora,nada fuera de lo normal. Probablemente eran los nervios de irse.

Irse Por qu no se haba dado cuenta? Luce estaba enfrente de la puerta de laoficina del Sr. Pisani cuando lo record: El tradicional regalo de despedida deverano. Los Pisanis hacan eso cada ao. Ella gimi, pero fue la clase de gemido


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que hace la gente cuando se sienten halagados, como un chico en un saln dekaraoke obligado por sus amigos a cantar una y otra cancin. Luce estabasonriendo cuando llamo a la puerta. Con total seguridad, El Sr. Pisani y sus hijos

la estaban esperando en la oficina. Ningn receptor en las orejas de nadie. SoloFrankie, saliendo de detrs de la puerta con un trapo grasoso usado como venda.

- Ustedes. -Luce se rio.- No tienen que hacer esto cada ao, estar deregreso en tres meses. Yo

- Shhh.

La regaaron todos en unsono. Riendo y discutiendo entre ellos en Italiano,como lo hacan cada ao, le vendaron los ojos a Luce con la venda

improvisada. Como lo hacan cada ao, y la llevaron a la habitacin de atrspara su sorpresa anual. Cuando Luce dijo que conoca tan bien la tienda de losPisani que podra caminar por ella con los ojos vendados no estababromeando. La experiencia le haba enseado a Luce a no esperar demasiado.Tan dulce como eran los hombres Pisani, no eran exactamente expertos en elarte de regalar. En su primer ao, le haban regalado el par de pendientes msllamativos del mundo, sin duda sacados de la tienda de joyas de la Sra. Pisani:Flores de color purpura de seda del tamao de dos pelotas de Golf, con unmontn de joyas colgando perezosamente de una plata amanznate. Ella

haba considerado empearlas, haba una excelente tienda de consignacinabajo en la calle de la casa de sus padres. Pero cuando estaba cerca dehacerlo, se dio cuenta que no poda separarse de las cosas feas.


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En su segundo ao, los Pisanis le dieron una bufanda de gran tamao tejida amano por la abuela Pisani. Luce la haba utilizado para calentarse un par deveces, hasta que Collin Marks le dijo en la clase de biloga que la bufanda era del

mismo color que el feto de cerdo que estaba disecando. Desde que Collin se hizoamigo de Trevor, y este se rio (Solo un poco, intentado disimular) fue lo que llevola bufanda a las regiones ms profundas del armario de Luce.

- Redobles, por favor.

Dijo Dominick con un acento suave. Haban dirigido a Luce a la puerta trasera dela habitacin. Obedientemente, Luce golpeo las palmas contra sus muslos.

- Bien, Qu te parece?

Le pregunto el Sr. Pisani antes de que le hubiera quitado la venda de los ojos.Para la mayora de personas, al verlo visto delante de ellos solo habran visto unmontn de chatarra, metal oxidado, pintura descascarada y un tubo de escaperoto. Pero Luce vio su belleza en todo su potencial. Era una Honda Triumph negradel 89. Ella haba visto a Joe resucitar ese montn de chatarra semanas atrs.Haba estado babeando todo el ao por esa moto que Joe haba arreglado.

- De ninguna manera.

Jadeo ella, cayendo de rodillas ante la moto vieja.

- De ninguna manera, de ninguna manera!- Claro que s.

Dijeron los Pisanis juntos, sonando complacidos.


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- Te gusta? -Pregunto Dominik mostrando sus blancos dientes detrs de sucara grasienta de mecnico.- Digo necesita unas pocas reparaciones.

- Unas pocas? Resoplo el seor Pisani.-

- Te dije que iba a repararla este verano mientras ella se iba.

- Pon un poco de pelo en su pecho.

Murmuro el Sr Pisani a Luce. Luce miro a Dominick, quien agacho su cabeza soloun segundo demasiado tarde para evitar que Luce viera el rubor de sus mejillas.

- No puedo aceptar esto.

Dijo ella, deseando inmediatamente resistir su molesta tendencia a ser amabley gritar un s!

- Si puedes -Dijo el Sr. Pisani suavemente.- Lo hars. Ven en Septiembre,estar tan hermosa que no podrs resistirse.

Luce paso su mano por el desvanecido asiento negro de la moto. La lluvia y el

tiempo haban daado el asiento un poco, la espuma se sala por los bordes. Perole daba un toque genial y fresco a toda la moto. Luce la adoraba completamente.

- Es perfecta .

Dijo, esperanzada. No podra querer ninguna otra cosa.


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- Una chica como t necesita un par de llantas rpidas para defenderse detodos esos chicos, eh? - Gruo el Sr. Pisani. - Te vas a quedar a cenar oqu? Huelo Boloesa en el piso de arriba.

- No puedo, no.

- Ella es una hermosa joven. -Dijo Joe.- Que te hace pensar que ellaquisiera pasar aqu toda la noche? - Se volvi hacia Luce, que en realidadle hubiera encantado quedarse a cenar. Pero ya haba aceptadodemasiadas cosas de los Pisanis.

- Vamos. -Dijo Joe.- Te acompaare a la puerta. Abrazo al resto de ellos yles prometi llamarlos, y luego Joe la estaba siguiendo a la puerta delfrente. Estaba oscureciendo y comenzaba a hacer frio. Luce estaba a puntode deslizar las manos en sus bolsillos para calentarse cuando Joe puso unallave en su palma.

- Qu es esto?

Pregunto Luce. Pero ella saba que era. La moto de Joe. Su dorada HondaShawdow del 86.

- Escuche que hay una fiesta esta noche. -Joe sonri - No necesitas con quetransportarte hasta el lago?

Luego pas la mano por sus cabellos enmaraados y desapareci dentro de latienda antes de que ella pudiera responder. Su mvil estaba vibrando otra vez.Probablemente ms persuasin de Callie sobre la fiesta. Luce estaba sola en lacallada noche de verano, la llave estaba tomando fuerza y calor dentro de su


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puo. Otra vez tena esa sensacin. Un fuerte temor dentro de ella, se sintiansiosa de que se convirtiera en algo ms. Ella saba que ira a la fiesta. Ella sabaque algo estaba por pasar. Algo grande, importante e inevitable. Algo difcil de

descifrar Solo que ella no saba si lo que sea que fuera a pasar iba a ser bueno omalo.

Ella se dirigi hacia la moto, haciendo sonar las llaves en su mano. Por un breveinstante antes de encender el motor, pens que buscara a Trevor en la fiesta y loinvitara a dar un paseo en el lago.


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Lo que le pas aTrevorLuce estaciono la motocicleta frente a la casa del lago. Ella estaba enamorada. Dela motocicleta: era una Honda Shadow del 86 y era hermosa. Su loca compaerade clase Rachel Allison, con su cabello teido de rojo y su perfecto francs, haba

crecido, y an viva a unos pocos kilmetros al norte de su escuela, LaPreparatoria Dover. Por lo que, cada vez que sus padres dejaban la ciudad, lamayora de su clase, y la mayora del pueblo eran el resultado de una inevitablefiesta. Esta era la primera vez de Luce. Cuando ella haba registrado su turno en latienda del Sr. Pisani, Luce haba recibido tres mensajes de Callie: Uno con lasdirecciones de la fiesta. Otro hacindole saber a Luce que Callie haba tomadoprestado su negro flip-flops. Y el tercero con una foto de Callie bebiendo un mai taia bordo de una de las lanchas de Rachel. Pero haba sido el mensaje de voz?No, el mensaje de voz de Callie no la haba convencido. Lo que convenci a Lucea aparecerse fue Trevor Beckman diciendo: Dile a Luce que se apure y llegue

aqu. l era fcilmente el chico ms genial de su clase. El ms lindo, tambin.Trevor era el capitn del equipo de baloncesto, el rey de la preparatoria, y elcompaero de laboratorio de Luce. l tambin fue alguna vez el novio de RachelAllison. Y aun as: l quera que Luce se apurara y llegara a la fiesta. Porsupuesto, a Luce le gustaba Trevor. A quin no le gustara Trevor? Alto y fuertey siempre con una sonrisa en su rostro, con un cabello caf oscuro que combinaba


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a la perfeccin con sus ojos? Todo sobre este chico era atractivo. Pero era laclase de atraccin a la que Luce nunca planeo prestarle atencin.

Ella nunca iba por ah buscando chicos. Nunca lo ha hecho. Eso volva loca aCallie, pero Luce estaba perfectamente cmoda admirando a Trevor y a susmsculos desde lejos. Mucho ms cmoda que como se senta en ese momentocaminando hacia esa fiesta. Ella apago el motor de la motocicleta y se baj de unsalto antes de que alguien la viera y se pregunt cmo podra ella pagar una motoas alguna vez. Luce no poda permitrselo. Ella la tena prestada solo por unanoche de la tienda de motocicletas, donde ha estado trabajando medio tiempodurante los ltimos tres aos solo para poder pagar los imprevistos en Dover. Sudormitorio y su comida estaban cubiertos, vergonzosamente, por la escuela y solouna beca. Para conservar esa beca, Luce lo haba hecho por tres aos de clases

con honores, manteniendo un promedio de A. Sin mencionar los tres aos de sussesiones semanales en Shady Pines, un secreto para todos en la escuela. Ellaprobablemente lo habra hecho por tres aos sin ir nunca a una de las famosasfiestas de Rachel, de no haber sido por Joe, el hijo del Sr. Pisani que era unosaos mayor que ella. Sexy en una forma oscura. l siempre se haba fijado enLuce, desde que ella comenz a trabajar en la tienda. l tambin saba que elladeseaba la motocicleta que l haba resucitado de su pedazo de mierda de metal.Justo antes de que Luce se fuera a la fiesta, l haba deslizado la llave en la palmade su mano.

Qu es esto?

Escuche que hay una fiesta esta noche Joe sonri No necesitas con quetransportarte hasta el lago?

Esa vez, Luce sacudi su cabeza. Ella no poda. Pero entonces? En tres das,ella habra volado a casa para pasar el verano con sus padres en Thunderbolt,


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Georgia, donde las cosas seran calmadas, fciles y cmodas. Y aburridas. Tresmeses enteros de mucha, mucha aburricin.

Divirtete Joe le guio un ojo a Luce. Y luego se march. La sensacin deconducir una motocicleta, del viento contra su rostro, de la velocidad, la emocinde todo, le era familiar y a la misma vez como nada parecido en el mundo. La hizosentir como si estuviera volando. Cuando ella cruzo el umbral de antorchas de lafiesta, Luce vio a Callie de pie cerca del agua rodeada por un circulo demuchachos. Ella llevaba puesto la parte de arriba de su bikini rojo, el flip-flop deLuce, y un largo pareo blanco atado en su cintura.

Por fin! Ella grito cuando vio a Luce. Callie estaba totalmente mojada. Ella debide haber salido de nadar, lo cual Luce no poda imaginar hacindolo en el frio y

negro lago que se extenda ms all de ellos. Callie era la clase de persona quesiempre enfrentaba sus miedos en el momento adecuado. Ella se acerc a Luce yle susurro:

- Adivina quin acaba de tener la pelea ms gigantesca de la historia?

Trevor estaba caminando hacia ellos, sosteniendo una copa y usando su camisade baloncesto y su traje de bao. Detrs de l, a un par de pasos, el rostro deRachel estaba ardiendo de ira.

- Justo a tiempo.

Dijo l, sonriendo a Luce.- Sus palabras salieron de su boca un poco confusas.

Trevor! Rachel grito. Ella pareca como si tuviera muchas ganas de ir tras l,pero se qued quieta, con las manos en las caderas. Esto es todo. Le estoydiciendo al camarero que ya no eres bienvenido! . Trevor se par enfrente deLuce.


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- Qu tal un viaje a la barra conmigo?

Callie le dio la espalda a Luce, junto con un empujoncito justo antes de desparecer

y que Luce quedara sola con Trevor Beckman. Tal vez ella debi haber cambiadosu grasienta camiseta blanca y haber arreglado un poco su cabello antes depresentarse en la fiesta. Luce tiro de la

banda para liberar la larga trenza que llevaba al trabajo. Ella poda sentir los ojosde Trevor clavados en su oscuro y ondulado cabello, que llegaba hasta la mitad desu espalda.

- Una bebida suena bien.

Trevor sonri, abrindose camino hasta la barra. En medio del csped, Rachel sehaba reunido con sus secuaces. Cuando Luce paso con Trevor al lado de Rachel,esta inclino su cabeza hacia arriba y olfateo el aire.

- Lo que huele es una estacin de gasolina? Iiuu de la clase obrera.

Respondi la Rachel nmero dos. Shawna Clip era justo la otra mitad de Rachel,pero no era tan inteligente.

- Lo siento. -dijo Trevor, alejando a Luce de ese lugar.- Son un montn de

perras.Las mejillas de Luce entraron en calor. Ella no estaba afectaba por los insultos deRachel, pero era vergonzoso que Trevor pensara que si lo estaba. l se quedmirndola por un momento, luego la llevo por detrs de la barra.

- Pensndolo bien, el papa de Rachel mantiene las cabaas llenas de licortambin.


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l sonri y sealo el bosque con su cabeza, al lugar donde el camino iluminado

por la luna llevaba hasta el lago Winnipesaukee. Las antorchas tikis estaban unpoco lejos, y ms all, solo estaba el gran y oscuro bosque. Luce vacilo. El bosqueera una de las razones por las cuales ella evitaba esas fiestas. Para todos losdems, la oscuridad de la noche significaba que era hora de volverse locos, en elbuen sentido. Para Luce, era cuando las sombras salan. En el otro sentido delocura. Pero esta era la primera vez que estaba asolas con Trevor, sin contar lasveces que han sostenido un bistur juntos. Ella no iba a levantar sospechas de Lachica rara dicindole que no fueran al bosque.

- Por aqu?

Luce trago saliva. l le acaricio la mejilla con su pulgar. Luce se estremeci.

- Solo es oscuro hasta el claro, y voy a tomar tu mano todo el tiempo.

Era la mejor oferta que nunca le haba hecho, pero Luce nunca sera capaz deexplicarle a Trevor porque la propuesta no era tan buena en realidad. Porque ellase senta como si estuviera caminando hacia una pesadilla a la que no se sentacapaz de ir. Si las sombras estuvieran ah, la encontraran. Ellas la molestaran.Pero Luce no poda contarle eso a Trevor. La oscuridad se cerna sobre ellosmientras caminaban. Luce poda sentir cosas turbias en los arboles sobre sus

cabezas, poda escuchar un dbil zumbido en las ramas. Pero mantuvo sus ojosen el suelo. Hasta que algo pellizco su hombro. Algo frio y duro que la hizo saltar alos brazos de Trevor.

- No hay nada que temer. Ves?

Trevor comenz a darle la vuelta, pero Luce tiro de su mano.


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- Solo salgamos de aqu.

Cuando llegaron al claro, la luna brillaba en lo alto otra vez. Una limpia hilera de

cabaas se extenda frente a ellos. Luce miro en direccin al bosque pero nopoda ver el camino de regreso a la fiesta. Crey or el zumbido de las sombras enlos arboles otra vez.

- Una carrera?

Dijo ella. Comenzaron a correr en direccin a la primera cabaa, Trevor pisndolelos talones hasta que ambos se derrumbaron en la puerta. Estaban rindose yquedndose sin aliento. El corazn de Luce se aceler por el esfuerzo, el miedo, ylos nervios de lo que estaban haciendo en ese momento lejos de todos los dems.Trevor meti la mano en su bolsillo y saco una llave. La puerta cruji y entraron a

la disponible y limpia cabaa. Haba una chimenea, una pequea cocina, y unamuy prominente cama extra grande. Hace una hora, Luce nunca habra credo queestara sola en la cabaa con su amor desde hace tres aos. Ella no hacia cosascomo esta. Nunca haba hecho algo as en su vida. Trevor se trasladdirectamente al bar y comenz a verter un lquido caf de una botella de vidrioesmerilado. Cuando l le entrego la copa pequea, medio llena, ella ni siquierasaba que no deba tomrselo todo de una sola vez.

- Whoa.

Se rio cuando ella se atraganto con la bebida.- Por fin, alguien que necesita un trago tanto como yo.

Si Luce no hubiera estado tambalendose por la quemazn en su garganta, talvez se hubiera redo y hubiera entendido lo que Trevor dijo. Acaso dijo Por fin,alguien que necesita un trago tanto como yo. ? As que eso significaba que ellanecesitaba un trago tan desesperadamente como lo necesitaba el.


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El tomo su copa vaca y paso un brazo por la cintura de Luce, atrayndola hacial. Estaban tan cerca que su cuerpo estaba presionado contra el de ella. Lucepoda sentir su pecho musculoso, el calor que desprenda su piel.

- Rachel y yo, estamos mal. Sabas?

Oh Dios. Se supone que Luce debera sentirse mal por esto. No es as? El la ibaa besar y ella le devolvera el beso y eso significara que su primer beso seria conalguien que tiene una novia. Una terrible bruja como novia, pero aun as era sunovia. Luce no saba que Trevor y Rachel estaban mal, pero de repente ella

tambin supo que Trevor estaba mintiendo. Porque l no lo saba. El solo estabadicindolo para que ella perdiera su tiempo con l. Porque, probablemente, lsaba que Luce estaba enamorada de l. Probablemente l la haba atrapadomirndolo todos estos aos. l debe de tener el presentimiento de que ella lodeseaba. Ella lo quera, si, pero hasta ahora haba sido una fantasa. Ahora queestaban tan cerca, ella no tena idea de qu hacer con l. Ahora su rostro secerna sobre el de ella y sus labios no estaban muy lejos. Sus ojos se veandiferentes a como lo hacan en la foto del calendario al que Luce estabaacostumbrada. Y de repente, ella se dio cuenta que no lo conoca tan biendespus de todo. Pero ella quera hacerlo. A pesar de todo, ella quera saber que

se senta ser besada, besada de verdad, empujada contra una pared y besadaintensamente, hasta que se sintiera mareada, hasta que estuviera tan llena depasin que no existiera espacio para sombras o bosques oscuros, o una visitasemanal al consultorio.

- Luce? Ests bien?


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- Bsame.

Susurro. No se senta del todo bien, pero ya era demasiado tarde. Los labios deTrevor se abrieron y se juntaron con los de ella. Ella abri su boca pero noencontr dificultades para devolverle el beso. Su lengua se senta enredada. Ellaestaba luchando en sus brazos como en un sueo, tratando de no luchar contra elbeso, tratando de hacerlo y dejar que sucediera. Los brazos de Trevor envolvieronsu espalda, empujndola hacia la cama. Sentados en el borde, seguanbesndose. Sus ojos estaban cerrados, pero luego los abri. Trevor la estabamirando fijamente.

- Qu? -Ella pregunto, nerviosa.-

- Nada. Solo que eres tan hermosa.

Ella no saba que responder a eso, as que se rio. Trevor comenz a besarla denuevo, sus labios hmedos contra su boca, luego su cuello. Ella espero el brillo,los fuegos artificiales de los que hablaba Callie. Pero ese beso era diferente a losque ella haba esperado. Ella no estaba segura de cmo se senta respecto aTrevor, su lengua en la de ella, sus manos equivocadas. Pero el pareca sabermucho ms de

lo que ella conoca. Luce trato de dejarse llevar. Ella escucho algo y se apart deTrevor para poder mirar alrededor de la habitacin.

- Que fue eso?

- Qu fue qu?


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Dijo Trevor, mordisqueando su oreja. Luce miro hacia las paredes con paneles demadera, pero estaban vacas de cualquier clase de pintura o decoracin. Examinola chimenea, que an estaba oscura. Por un segundo ella crey ver algo, una

llama, un destello de color amarillo y rojo, pero un instante despus ya habadesaparecido.

- Ests seguro que estamos solos? Ella pregunto.

- Por supuesto.

Las manos de Trevor se apoderaron de la parte inferior de su camisa, subiendopor todo su cuerpo. Antes de que ella pudiera decir algo, estaba acostada en lacama azul brillante tan solo con su sostn. Whoa. dijo Trevor, sosteniendo lamano sobre sus ojos como si se estuviera protegiendo del sol.

- Qu?

Luce hizo una mueca de dolor, sintindose plida y un poco avergonzada.

- De repente todo es tan brillante.

Dijo Trevor, parpadeando. No es as? Luce pens que entenda lo que l queradecir. Como refirindose sobre ellos dos iluminando toda la habitacin. Era ese elbrillo que ella haba estado esperando? Se sinti caliente y viva, pero tambin unpoco consciente de su cuerpo. Y como estaba de expuesta en ese momento. Estola haca sentir incomoda. Cuando l se inclin de nuevo sobre ella, su interior sesenta como si se estuviera quemando, como si se hubiera tragado algo ardiendo.Luego la cabaa entera se calent y creci demasiado la luz, se haca difcilrespirar y de repente ella se sinti mareada, su visin quemaba por el brillo quehacia como la sangre que bajaba corriendo de su cabeza. Ella no poda ver nada.Trevor la tomo de su cintura, pero ella comenz a alejarse. Escuchaba sonidosotra vez, y estaba segura de que alguien ms estaba en la cabaa, pero no poda


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ver a nadie, solo poda or el ruido que creca cada vez ms, como el sonido quehacen cientos de sierras contra alguna clase de metal. Ella trato de moverse perosinti como si estuviera atascada, los brazos de Trevor la estaban apretando. Se

apodero de su caja torcica hasta que pens que l poda romper sus huesos,hasta que la piel de

Trevor se sinti como si se estuviera quemando su carne, hasta que Hasta quedesapareci.

Alguien estaba sacudiendo los hombros de Luce. Era Shawna Clip. Estabagritando.

- Qu hiciste, Lucinda?

Luce parpadeo y sacudi la cabeza. Estaba sentada afuera en la noche negrallena de humo. Su garganta le picaba y su piel se senta fra y congelada.

- Dnde est Trevor?

Se escuch a ella misma murmurar. El viento azoto su cabello. Levanto la manopara apartarse los hilos sueltos de la cara y se qued sin aliento cuando unmechn de cabello negro y espeso se deslizo a la derecha de su rostro de sucuero cabelludo. Lo que aterrizo en su palma estaba frgil y chamuscado. Ellagrito. Luce se tropez con sus pies. Cruzo sus brazos sobre el pecho y miroalrededor. Todava estaba el frio y oscuro bosque, todava tena el presentimientode las sombras rondando por ah. Todava estaba la hilera de cabaas? Lascabaas estaban en llamas. La cabaa en donde ella juro estar sola con Trevor?Ella haba ? Cun lejos haban llegado? Qu haba sucedido? Ahora todoestaba envuelto en llamas. Las cabaas de la izquierda y la derecha estabancomenzando a prenderse del fuego del medio. El aire de la noche estabaimpregnado de azufre. La ltima cosa que ella recordaba era el beso


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El da libre deArriane- Carga pesada! Aprtense!

Arriane conduca un gran carrito de compras de color rojo por el pasillo deartculos para el hogar en la tienda de ahorro. El ejrcito de salvacin en

Savannah. Sus delgados brazos conducan el carrito mientras impulsaba todo supeso hacia adelante para acelerar la velocidad. Ella ya haba echado al carrito dospantallas de lmparas, un sof a mitad de precio, dos almohadas viejas, nuevelinternas de Halloween llenas de dulces caducados, una media docena de vestidosestampados a muy bajo precio, un par de cajas de zapatos repletas de pegatinaspara choques y un par de patines con ruedas de nen. As que en ese momentose le haca muy difcil a Arriane, que media un poco ms de 1.60, ver dondeestaba parada.

- Hazte a un lado, idiota, a menos de que ya no necesites los dedos del pie.

As es! Le estoy hablando a usted y a su hijo.

- Arriane.


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Dijo Roland calmadamente. l estaba al otro lado del pasillo, intentando pasar porun estante lleno de cajas de leche y vinilos en polvo. Su chaqueta estabadesabotonada mostrando una camiseta Pink Floyd debajo. Sus trenzas oscuras

colgaban cerca de sus oscuros ojos. Tu s que sabes cmo mantener un perfil bajoah?

- Hey!

Arriane sonaba herida mientras trataba de maniobrar su carrito de compras en unacurva cerrada e ir a toda velocidad hasta Roland. Ella se detuvo enfrente de l y leclavo una ua pintada de azul elctrico en su pecho. Me tomo mi trabajo muyenserio, amigo. Nos quedan an muchas cosas que comprar en solo dos das.

Las palabras de Arriane parecieron recordarle algo que la llenaba de felicidad, yas era. Sus ojos azul pastel centellearon y una gran sonrisa se extendi por surostro. Ella agarro el brazo de Roland y lo sacudi, haciendo que su largo cabellonegro se deshiciera de su moo hecho un desastre, descendi hasta la cinturamientras ella gritaba:

- Dos das! Dos das! Nuestra Luce vendr de nuevo en dos malditos das.

Roland se rio entre dientes.

- Te ves bien cuando te emocionas.

- Entonces debo de ser el alcalde de Adorablelandia en estos momentos!

Arriane se inclin sobre un viejo estreo y suspiro felizmente.


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- Me emociono mucho en sus llegadas. Bueno, no de la misma manera comose emociona Daniel, obviamente. Pero siento cierta alegra ante laperspectiva de volver a verla.

Ella apoyo su cabeza sobre el hombro de Roland.

- Crees que habr cambiado?

Roland estaba de espaldas revisando la coleccin de msica. Cada tres o cuatrodiscos meta uno en el carrito de Arriane.

- Ella tiene una nueva vida, Arri. Claro que habr cambiado un poco.

- Arriane arrojo el lbum Sly and the family Stone que haba estado

examinando.

- Pero seguir siendo nuestra Lucinda.

- Eso son demasiado paternal.

Dijo Roland, mirando a Arriane con una mirada de estas-loca que Arriane recibade casi todas las personas, incluyendo a todos los que estaban en la tienda, perono de Roland. Al menos, ha sido as durante los ltimos miles de aos.

- Por qu ests preguntando si seguir siendo la misma?

- No s.

Arriane se encogi de hombros.


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- Me pase por la oficina de La Srta. Sophia en Espada & Cruz. Estaballevando esas cajas llenas de archivos, algo sobre preparaciones. Que todotena que salir perfecto o algo as. No quiero que Luce aparezca y sentirme

decepcionada. Tal vez ella ser diferente, muy diferente esta vez. Ya sabescmo se me dan los cambios.

Ella miro su carrito de compras. Las almohadas que haba elegido en caso de queLuce, como la Luce pasada, pudiera animarse con una buena pelea dealmohadas. De repente le parecieron feas y ridculas a Arriane. Y los patines?Cundo es que alguna vez utilizaran patines

en un reformatorio?En que estaba pensando? Se haba dejado llevar por la

emocin. Una vez ms. Roland pellizco la nariz de Arriane.

- S que sonara trivial, pero Yo solo digo que seas t misma. Luce teamara. Siempre lo hace. Y si todo lo dems falla -dijo, revisando losartculos que haban en el carrito de compras- Siempre est tu armasecreta.

Sostuvo la pequea bolsa de plstico de pajitas con sombrillas para beber.

- Deberas utilizar uno de estos.

- Tienes razn. Como siempre.

Arriane sonri, acariciando la cabeza de Roland. Esto es lo que yo llamo La horafeliz. Ella deslizo sus brazos alrededor de la cintura de Roland. Ambos impulsabanel carrito de compras hasta llegar al otro lado del pasillo.


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- Mientras caminaban, Roland revisaba la lista de compras que haba hechoen su BlackBerry.

- Tenemos la msica para la fiesta. Tenemos las decoraciones para tuhabitacin, y la cinta adhesiva.

- Sabas que la cinta adhesiva es uno de los grandes misterios deluniverso?

- Algo ms que necesitemos antes de irnos a la tienda gourmet?

Arriane sorbi su nariz.

- La tienda gourmet? Pero A Luce le gusta la comida chatarra.

- No cierres el Messenger. -Dijo Roland- Cam me pidi que eligiera para lun poco de caviar, una libra de higos y otro par de cosas.

- Caviar? Primero que todo, es asqueroso. Y Segundo, Para que querraCam un caviar? Espera un minuto

Se detuvo de repente en medio del pasillo causando un paro repentino en otracompradora con su carrito lleno de decoraciones para navidad. Arriane dejo que lamujer pasara, luego subi su voz.

- Cam no va a tratar de seducir a Luce de nuevo, o s?


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Roland le dio la espalda empujando el carrito de compras. l era excelente en

mantener en secreto las cosas que Arriane mas necesitaba saber, y eso siemprela haba hecho enojar.

- Roland. -Ella encajo la punta de su bota negra en la rueda del carito paradetenerlo.- Necesito recordarte el desastre que hubo en 1684? Sinmencionar los problemas que Cam causo en 1515. Y s que recuerdas loque paso con el intento de estar con ella en el ao mil doscientos

- Y t tambin sabes que he intentado mantenerme lejos del drama.

- Si. Arriane murmuro-. Y sin embargo siempre ests en medio de todo.

l puso los ojos en blanco y trato de alejarse de Arriane. Ella agarro el carrito.

- Lo siento, pero cortsmente, Cam es mi pesadilla. Lo prefiero a l gruendoy echando espuma por la boca como el malvado perro que es. Arriane imitoel sonido de un perro rabioso, pero al no obtener ni una sonrisa de Rolandcruzo los brazos sobre su pecho. Y hablando de lo horrible que es el ladomalo, Cundo dejaras esa fachada y volvers a nosotros, Ro?

Roland no se detuvo.

- Cuando pueda creer que ese es el lado en el que debo estar.

- Muy bien, Seor Anarqua. Y eso es cuando Nunca?


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- No, -l dijo-. Es como, esperar y ver. Solo tenemos que esperar y ver qu

pasa.Pasaban por el pasillo de jardinera, que inclua una manguera verde enredada, unmontn de astillas, macetas de terracota, y un soplador de hojas ltimo modelo.Pero fue el gran jarrn de peonias blancas que hizo que Arriane y Roland sedetuvieran. Arriane suspiro. No le gustaba ponerse demasiado sentimental, habanngeles como Gabbe que si lo hacan, pero esa era una de esas cosas sobreDaniel y Luce que siempre la haca conmoverse.

Al menos una vez en cada vida, Daniel le daba a Luce un gran ramo de flores.Siempre eran, sin excepcin, peonias blancas. Deba de haber una historia detrs.

Por qu peonias en vez de Tulipanes o Gladiolos?Por qu blancas en vez derojas o rosadas? Pero sin importar las especulaciones de otros ngeles, Arrianese haba dado cuenta de que el secreto detrs de esa tradicin no lo lograraentender nunca. Ella no conoca el amor, solo el que haba visto entre Daniel yLuce, pero ella disfrutaba verlos. Y la forma en la que Luce siempre pareca msenamorada y marcada por sus gestos que Daniel.

Arriane y Roland se miraron entre s. Como si estuvieran pensando en lo mismo,o no? Por qu estaba el rostro de Roland preocupado?

- No le compres esas flores a l, Arri.

- Nunca le comprara esas. -Dijo Arriane-. Son falsas. Arruinaran totalmenteel propsito de las flores. Tenemos que conseguir unas verdaderas, en un

jarrn de cristal con una cinta, y solo cuando sea el momento adecuado. Nosabemos si ser pronto o no. Podran ser semanas, meses, antes de llegarhasta ese punto.


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Y si es as? La parte realmente triste era, que no importaba. Todos saban queDaniel tena que seguir con su vida. Tena que seguir enamorndose de Luce.Justo como el resto de ellos tena que observar, empujando gentilmente a los

tortolitos hacia su inevitable perdicin.

Daniel no poda hacer nada para revertir la historia, as que Por qu nomantener las partes buenas y dulces de su historia de amor? Por qu no darle aLuce las peonias?

- l no quiere amarla esta vez. - Dijo Roland finalmente.

- Eso es mentira!

- Ese es Daniel. - Ambos lo dijeron al mismo tiempo. -

- Bien, que se supone que haremos? - Pregunto Arriane.

- Seguir dentro de nuestro territorio. Proporcionar los bienes de la tierra queellos necesitan cuando lo necesiten. Y tu proporcionaras el alivio cmico.

Arriane le lanzo una mirada, pero Roland sacudi su cabeza.

- Hablo en serio.


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- Hablas enserio sobre bromas?

- Hablo enserio sobre el rol que t tienes en todo esto.

l le lanzo un tutu rosa de la papelera que estaba cerca de la lnea de pago.Arriane lo recibi, pero an segua pensando en que significara todo eso paraellos, si Daniel se resiste a caer por Luce, y la olvida. Si el de alguna manera,rompe el ciclo y ellos no estn juntos. Pero todo esto causo en Arriane unsentimiento muy pesado dentro de su cuerpo. Como si su corazn hubiera sidoarrastrado hasta sus pies.

En cuestin de segundos, Arriane tiraba el tutu a lo largo de sus vaqueros y

comenz a hacer piruetas en la tienda. Se estrell contra una publicidad de ropanueva, y casi se lleva por delante un montn de velas apiladas antes de queRoland la tomara en sus brazos. El la hizo girar para que el tutu diera vueltasalrededor de la figura de Arriane.

- Ests loca, - dijo l.

- A ti te encanta que est loca. -Arriane respondi mientras su cabeza ledaba vueltas.-

- Sabes que si me encanta, - el sonri -. Vamos, paguemos todas estascosas y salgamos de aqu. Tenemos muchas cosas que hacer antes de queella llegue.


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Arriane asinti. Muchas cosas que hacer para asegurarse que todo sea como sesupone que debe ser: Luce y Daniel, enamorados. Con todos alrededor de ellos,esperando que de alguna manera, algn da, ella sobreviva.


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El primeravistamiento de

DanielEmpez con un temblor. Daniel se despert con frio esa maana: castaeteo dedientes y piel de gallina a lo largo de sus brazos. l estaba temblando bajo susmantas a pesar de que saba que ese da iba a ser hmedo y estara casi anoventa grados tan pronto como saliera. Esa fue la primera seal. Cuando selevant de su cama en el dormitorio de Espada & Cruz y miro su reflejo en elespejo, sus ojos violetas estaban vidriosos.

La segunda seal. Algo estaba a punto de suceder. Tal vez debera haberlo vistovenir. Por supuesto que tena que ver con Lucinda. El frio penetrante y el violeta

brillando en sus ojos, pero eso era solo temporal. Algunos das, Danielsimplemente senta frio. El llego a pensar que das como esos eran cuandonecesitaba de ella un poco ms de lo normal. Cuando senta un profundo vaco enel pecho pero


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no poda explicar la razn. En esta vida de Lucinda, sin importar donde viviera, sinimportar lo que estuviera haciendo, sin importar quien fuera importante para ella,ms de lo que era Daniel que an no llegaba a conocer. Ella tena diecisiete aos

y cuarenta y cuatro das. Su mayor xito, su vida ms larga. Y l lo iba a mantenerde esa manera. Le tomara todas sus fuerzas, cada uno de los das, pero esta vez,l iba a dejar que Lucinda viviera. Se visti con su uniforme negro que todos losestudiantes estaban obligados a usar. Antes de dejar su habitacin, se puso suchaqueta de cuero negro y su bufanda roja para tener calor extra en clase. Sepuso sus oscuras gafas de sol para esconder el color de sus ojos. La mayora deveces, a menos de que tuviera que hacer una demostracin en frente de unmortal, Daniel se saltaba sus comidas. Pero a l le gustaba sentir una bebidacaliente deslizndose por su garganta, calentando su estmago, especialmente enun da como ese cuando hacia tanto frio. Se dirigi a la cafetera y se puso en

lnea para comprar un caf. Casi todos los otros estudiantes se movan en parejaso grupos por el campus. A los mortales, incluso los mortales problemticos yrebeldes no les gustaba estar solos. ltimamente Daniel estaba notando eso cadavez ms. Encontraba consuelo conectndose con otros mortales. Encontrabanamistad, incluso amor, no solo en una persona, si no en todas las personas quepasaban por sus vidas. l no lograba entenderlo. Sola tener otra mitad. Estabaacostumbrado a ser parte de un par. No muchas veces, pero siempre era elmismo. Pero eso fue hace mucho tiempo y les costaba demasiado a ambos.Pensaba que nunca habra nadie para Daniel, el esperaba y tema que pudiera

existir alguien ms para ella. l no haba hecho ni un solo nuevo amigo desde elda que llego a Espada & Cruz. No lo necesitaba, nunca lo hara. Ellospalideceran si supieran cuantos amigos sola tener. Roland fue inscrito en laescuela, aunque sea vagamente y Arriane y Molly tambin. Pero claro, ellos nocontaban como amigos. Arriane era como su hermana y entre ellos nunca hubomucha interaccin. Roland era alguien a quien Daniel le deca unas cuantaspalabras de vez en cuando, alguien que no le importaba. El evitaba a Molly. Saba


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que ella tena que seguirlo a todas partes, pero su presencia le molestaba. Enrealidad no importaba. l estaba ocupado tratando de pasar el da. Soportandodesde la maana a la noche sin romper su promesa de alejarse de ella.

- Gabbe est aqu.

Dijo Roland silenciosamente. La mismsima Reina-Rompe-culos. Ellos no seestaban mirando, estaban de pie uno al lado del otro, contra la pared, mirando alresto de los estudiantes sin verlos en realidad.

- Trae un mensaje?

Pregunto Daniel, porque eso tendra sentido. Daniel crea que ella haba cadodespus de la guerra, Gabbe haba sido uno de los primeros ngeles en regresaral cielo. Demasiado rpido, ella se gan otra vez su puesto en el cielo y haba sidomensajera por un tiempo. Daniel la vea a veces: le entregaba mensajes y luegose iba. De vez en cuando, Daniel echaba de menos su viejo empleo. Todos losngeles se realizaban con su original propsito como mensajeros. Pero nunca fuecomo si fuera lo nico que Daniel estaba destinado a hacer.

Era esa sensacin el que probablemente l estaba destinado a algo ms la queera la raz de todos los problemas de Daniel.

- No s nada sobre un mensaje. - Dijo Roland. Haba una duda en su voz enla que Daniel no confiaba -. Pero ella est bien vestida, emperifollada y listapara reventar el crneo de Dios sabr quin. Se ha presentado estamaana. Dijo que la seorita Sophia la arrastr hasta aqu.


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Cuando Sophia Bliss encontr a Daniel y lo trajo a esta escuela, ella pens que leestaba salvando. Habl de cuidar de l siempre, desde la guerra, y que le hiri vercomo la guerra le haba hecho caer. Puedes ser un objetor de conciencia, Daniel

dijo ella. Pero no puedes ir por ah haciendo el vndalo y robando carritos desupermercado.

Daniel no se preocup por corregirla, de decirle que l lo nico que estabatratando de hacer era pasar el tiempo. Barrios bajos en Los ngeles o unreformatorio en Georgia, no le importaba. O lugares donde Luce nunca aparecera,por lo que no se tena que preocupar sobre si rompa su voto de estarcompletamente fuera de la vida de Luce. Mientras tanto, haba sido casiinteresante ayudar a Sophia con algunas de sus investigaciones. Ella lideraba unacomisin en los Vigilantes, la vieja secta de ngeles que haban sido arrestados

por amar a mujeres mortales. Era algo sobre lo que Daniel saba una cosa o dos.Ella ley su libro. A veces le preguntaba algunas cosas. Pas el tiempo. No fueraro que Gabbe apareciera en Espada y Cruz. En realidad, lo esperaba. Pero eraextrao que Sophia la hubiera arrastrado hasta aqu. No era algo muycomprensible para Daniel y l tembl.

- Y eso no es todo, - dijo Roland. - Hay algo ms. O alguien ms, supongoque debera decir.

Pero Daniel ya lo saba. El brillo dorado se estaba haciendo visible ms all de las

paredes del reformatorio, atravesando los rboles como la neblina de la maana.Pareca hermosa, pero no lo era. Nada poda haber sido una seal ms oscura.Cam estaba aqu. Los ojos de Daniel no haban encontrado al demonio todava,pero sus alas guardadas se sentan tan calientes que stas podran haberquemado


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sus ropas. Su enemigo estaba lo suficientemente cerca para que Daniel pudieranotar la lucha creciendo en su interior. Amargo y metlico, creciendo en sugarganta .Lo que pasaba con Cam es que era diferente del resto de ellos, y no

haca nada sin un propsito explcito. Daniel deambul por la tierra en una solitariaagona; y algunos otros vieron su expulsin del Cielo como unas vacaciones sinfin. No Cam. Cam era eternamente estratgico, siempre conspirando, siemprepreparndose para la siguiente batalla de la Guerra. As que si l apareca enEspada y Cruz, algo estaba ocurriendo .Realmente, poda ser solo una cosa. Laboca de Daniel estaba seca. Se volvi hacia Roland.

- Cunto hace que lo sabes?

Roland alz sus cejas. Por un momento, l pareca asustado. Pero entonces sedesvaneci en una ancha sonrisa.

- Importa eso?

Ellos dicen eso cuando un mortal est a punto de morir, su vida entera pasadelante de sus ojos. Daniel no tena experiencia con eso; nunca la tendra. Peroen ese momento, era como si estuviera viendo la vida de Lucinda no, todas susvidas, y todas sus muertes en un solo horrible flash. Su muerte original, alPrincipio, la que le dej enfermo durante una dcada. La multitud de muertes atravs de los siglos y continentes, cuando Daniel, estpidamente, sin cuidado, serindi a su destino, como un chico que nunca ha visto su corazn roto, amndola

sin sentido y dejndola ir cada vez. Las ltimas muertes, cuando l estabacansndose del dolor, cuando su muerte estaba en su mente por su vida entera,cuando su amor estaba siempre manchado por su pena que ella no entenda. Yfinalmente: la ms reciente de todas, la columna de fuego en el lago congeladohace diecisiete aos. La muerte que haba causado que Daniel renunciara a ella.Cuando se dijo a s mismo: Ya no ms. Ahora Cam estaba aqu y haba solo una


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sola posible explicacin. Pero qu poda haber hecho Lucinda para acabar en unlugar como Espada y Cruz?

Haba sido estpido al pensar que no sera posible. En cada vida, haban paresde alas empujndoles el uno al otro. Haba hecho de todo para alejarse de ellaesta vez. Y aun as, no haba sido suficiente. Era horrible, tan completamentedesmoralizado, que era casi divertido. Daniel sinti un estremecimiento. Unarisa. Le sorprendi, esa primera pequea y aguda risita. Pero entonces seconvirti en una profunda y dolorosa risa que se extendi a travs de susmiembros, tomando todo su cuerpo. Estaba furioso con todo, pero tembloroso acausa de la risa, y aun as temblando de fro.

- Daniel?

Roland pareca preocupado. Eso solo le hizo a Daniel rer ms fuerte. Porque todofue tan intil y l haba sido tan ingenuo. No poda parar. Se dobl sobre s mismo,

jadeando. Roland comenz a rerse tambin, nerviosamente, como si l estuvieraesperando para ver lo que Daniel iba a hacer despus.

- Mrame, Daniel,

Dijo Roland. Daniel trat de calmarse. Se quit las gafas y las guardo en subolsillo. Pero cuando movi sus ojos para mirar a Roland, stos cayeron en

alguien ms, Lucinda. Ah estaba ella. S, l haba sabido que esto iba a ocurrir.Haba sabido que la presencia de Lucinda le embestira como un tren de carga.Haba sabido que ellos seran peones en el juego del Cielo durante otra ronda, contodos los otros reunidos alrededor como espectadores. Haba sabido que ellaestara all para enamorarse de l, y l de ella. Y aun as, nada de eso prepar aDaniel para el momento en que la vio por primera vez. Estaba preciosa. Su peloera corto. Su piel era blanca y suave. Sus ropas eran simples, negras. Su rostro


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La pelea de Daniel yGabbeDaniel sali de la habitacin de Cam en Espada & Cruz y contuvo el aliento en laquietud del pasillo. La fiesta estaba hecha un descontrol detrs de l. Leimportaba, claro que le importaba que Luce siguiera dentro. Era su primera

introduccin a la vida social del reformatorio. Pero si ella lo iba a ignorar y a dejarlode lado, Daniel se negaba a sentarse ah y ver lo que sucede a su alrededor. Seracomo ver su propio corazn siendo arrancado de su pecho y desgarrado.

Dnde estaba Gabbe? Se supone que se encontraran ah hace mucho tiempo.Daniel no saba porque estaba sorprendido. Hasta ese momento, en esta vida,Gabbe haba sido el ngel de la guarda menos ideal que podra tener Luce. Talvez el acuerdo que tenan era un error. Se pase por el pasillo, consiente del ruidoque hacia su cuerpo. Cuan torpe se senta aqu en la tierra. Sus zapatos chirriabancontra el suelo. Su aliento sala pesado y exasperado. El tic de su reloj hacia ruido

constantemente. l ni siquiera saba cunto tiempo haba estado esperando a queGabbe se apareciera. ltimamente el tiempo y el espacio estaban fuera del controlde Daniel, desde que Luce haba aparecido de la nada y haba vuelto a entrar a suvida, siempre lo haca, pero, esta vez, de alguna manera, lo haba tomado porsorpresa. Una vez ms. Desde que ella llego a Espada &Cruz l no haba sidocapaz de pensar con claridad. Apenas lograba mantener sus alas guardadas. Esaera la parte ms difcil que l tena que hacer. Y aparentemente, no tendra fin.


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Los dos. Solo se quedaron de pie ah. Juntos.

Como si eso no fuera suficiente, todo era mucho peor que las otras veces que el

peligro se cerna sobre ellos, esperando a ver como acabara esta vez.- Daniel.

El rostro de Gabbe estaba todo maquillado. Una sombra plateada brillante hacansus grandes ojos azules an ms grandes, y sus labios estaban muy suaves, brillorosado. Su blanco vestido de suter y sus altas botas marrones la hacan vercomo una-adinerada-del-club-de-country, no como fiesta-en-el-dormitorio. Detodos los ngeles que visitaron a Luce en el pasado, Daniel se haba enteradorecientemente que Arriane y Gabbe eran las nicas que cambiaban su aparienciaregularmente. Arriane pareca tener una clase de placer al vestirse macabramente

como lo hacen los mortales en Halloween. Pero Gabbe era diferente. Era como siella escogiera sus atuendos con el fin de hacer ms fcil la vida de Luce. Esta vezLuce creci en Dixie, as que Gabbe era la perfecta campana surea. Claramenteporque ella era Gabbe, y porque era un ngel -sus intenciones eran puramenteinocentes, pero dentro de las paredes de Espada & Cruz la elegante Gabbedestacaba ms que el resto de los estudiantes. Su plan de ser discreta haba sidocontraproducente.

Daniel la agarro de la mueca y tiro de ella hacia la vuelta de la esquina delpasillo. Quera estar oculto de cualquiera que saliera de la fiesta de Cam.

- Llegas tarde

Dijo Daniel

- Daniel, solo han sido tres das. Ya estas as de nervioso?


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- No puede volver a ocurrir - le corrigi Daniel. - Prometiste que estaras all,y no estabas.

Gabbe lo estaba mirando como si estuviera diciendo si contarle algo o no.Despus de un momento, meti la mano en su bolso de piel de cordero y le tendiuna pequea tableta rectangular. El principio tena impreso una insigniaornamentada de plata circular. Daniel la reconoci de inmediato. La marca de laCorte Celestial. La Corte tena lugar cada verano y el solsticio de invierno. Unajuste de cuentas para cada ngel y cada demonio venia e iba desde el juicioanterior. Sentenciando a algunos y recomenzando a otros. Todo eso estabagrabado all mismo. En la insignia de plata pequea, comprimido en la mano de

Gabbe. Daniel lo cogi entre sus manos. Haba pasado un tiempo desde quehaba examinado uno de estos. Seguramente, su nombre seguira all, en lamisma columna en la que ha estado desde la Cada. Desde el comienzo de laCorte Celestial. l no poda y realmente no le importaba darles sentido a losdems. Los nmeros siempre fueron sorprendentes y el destino de casi todos losotros no le importaba ni un poco. A l o a el mundo.

En el final, solo haba unos pocos que significaban algo para l. Pero cmo logroGabbe tener esto en sus manos? Solo las secretarias celestiales

- Espera un minuto - su voz era un susurro. - Las identidades de lassecretarias se mantenan en secreto. - eres una

Gabbe asinti con la cabeza.


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- Me acaban de dar el puesto - susurro en respuesta. - Daniel podra jurar

que Gabbe estaba forzando la sonrisa cuando deslizo la tableta de vuelta asu bolso

- Tendrs que confiar en m, cario - Su voz se elev de nuevo a su dulceacento sureo. - Solo me tienes a m.

(Pag. 120 Oscuros de Lauren Kate)

A Daniel no le gustaba pensar demasiado en lo que paso en el Cielo, pero lasnoticias de Gabbe lo haban sacudido, temblando perdi su cabeza en un barril dedolorosos recuerdos.

- Todava siguen protestando?

- Ms que nunca - Gabbe asinti - Y, por supuesto, te siguen necesitando.Cuando cambies de opinin

- Ya tengo suficiente en mi placa. El gruo. -

Gabbe se estremeci. Y Daniel se arrepinti inmediatamente de su tono. A vecesolvidaba que otros seguan preocupndose por antiguas alianzas.


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- Lo siento - dijo Daniel. - Son noticias inesperadas para m. No saba quehabas estado all arriba. Roland dijo que estabas haciendo trabajomisionero en Uganda.

Que estaban en medio de la construccin de un refugio cuando Sophia aparecipara arrastrarte hasta aqu.

- Una pequea mentirita piadosa - Gabbe se encogi de hombros. Estabaen Uganda excavando pozos. - Se inclin para susurrarle al odo. - Y luegome fui hacia la Corte Celestial. Pero Estoy aqu ahora no? Y voy a hacertodo lo que pueda.

Daniel exhalo, pero algo segua sin tener sentido. Daniel se inclin y ladeo lacabeza, tratando de atrapar sus ojos azules.

- Que no me ests diciendo? - Gabbe contino mirndolo fijamente. - Nadaimportante, de todas formas. Mira, s que no debo decir esto,especialmente a ti. Pero es solo que cada vez que he intentado hablarcon Luce en esta vida, me ha rechazado. Creo que ella piensa que soydemasiado caprichosa o artificial o algo. Creo que mi acento le molesta.

Ella suspiro, cruzando los brazos sobre su pecho, y Daniel casi pudo sentir cuandolida estaba ella por el rechazo de Luce. Por una fraccin de segundo, Danielsinti envidia por su problema. Sera mucho ms fcil que solo Luce lo tratara de

esa forma.

- Solamos ser inseparables. - Gabbe continuo - No lo s. Creo que le gustams Arriane que yo esta vez. Tal vez le podramos pedir ayuda a Arriane

- Arriane no puede estar incluida - Daniel la interrumpi - Adems, esdemasiado cercana a Roland


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- Tu eres cercano a Roland - Gabbe parpadeo - Ahora te ests convirtiendoen Arriane?

Daniel no saba porque segua complementndose con Gabbe. Pero ella tenarazn sobre una cosa: l era la ltima persona a la que ella debera quejarse porno estar cerca a Luce en esta vida. Luce era el nico amor de Daniel, y l nuncase haba sentido tan distante de ella como se senta en Espada & Cruz.

- No me estoy convirtiendo en nadie - Se oblig a s mismo a suavizar su voz- Pero tenemos que pensar primero en Luce. Ella es impresionable. YArriane demasiado dispersa. Te necesito a ti para que la hagas entrar enrazn, que, sobre todas las cosas, Cam no es una opcin.

- Si tan siquiera me escuchara - Dijo Gabbe - El otro da, le ofrec usar mimaquillaje cuando estaba llorando, pero ella

- Entonces encuentra una manera de atraer su atencin. Haz que algo pase.-

- Bien - Ella resoplo - Si eres tan inteligente, Por qu no escribes t elguion?

- Est bien - Dijo rpidamente - Dile que saliste con Cam. Dile que terminomuy mal y que fue un novio terrible pero que an te sientes herida por esarelacin. Dile que estas tan aterrorizada cuando apenas rompieron elcomenz a ver a alguien ms.

- No voy a mentirle, Daniel.


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- Por qu no? Le acabas de mentir a Roland.

- Solo porque puedo ser sentenciada por contarle a alguien, incluyndote lo

que he estado haciendo en el cielo. Esto es diferente. Mentirle a Luce, assea sobre una alianza temporal con Cam, seria mentirle sobre cosas muyfundamentales de nuestro mundo. Justo cuando ella necesita saber cul esel bien y el mal. - Gabbe sacudi la cabeza - eso tambin se echa a perder.

Daniel se apoy contra la pared del pasillo y cerro sus ojos. Su cuerpo se sentacomo una jaula alrededor de su alma. Atrapada y antinatural. Senta una urgenciade liberarse de todo esto. Pero eso era egosta e imposible, porque sin importar loque hiciera, su camino siempre lo traer de vuelta aqu. A ella.

- Lo siento - le dijo a Gabbe - Estoy hecho un desastre en estos momentos.Es agonizante.

- Lo s, Daniel.

- No - dijo el - No lo sabes. Ju jure olvidarme de ella

- Qu? - Gabbe jadeo. Su cabeza dio una vuelta y sus ojos azules seclavaron en el - No puedes jurar que la olvidaras.

Daniel se encogi. Debi haber pensado antes de decir eso. Debi haber sabidoque recibira esa respuesta. Estaba en la naturaleza de Gabbe insistirle a Danielque no debe rendirse.

- No quiero matarla otra vez - dijo l, atragantndose con las palabras.Estaba a punto de llorar y no le importaba - No puedo.


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- Eres demasiado irracional - dijo ella, pero haba pnico aumentando cadavez ms en su voz, que Daniel no quera escuchar - Hay un camino para

superar todo esto. S que dirs que nunca lo ha habido antes, pero tieneque haber una forma. Yo creo. - Ella lo agarro de los hombros - Promtemeque no te dars por vencido.-

- Entonces dime que hacer

- No lo s - dijo ella - confa en tus instintos

- Mis instintos estn en guerra y no se ponen de acuerdo en estosmomentos. Por la expresin que tena el rostro de Gabbe, Daniel supo que

deba verse miserable. Ella se acerc y lo rodeo con sus brazos. No podarecordar la ltima vez que haba sido abrazado por alguien. Gabbe no erasolo bondadosa; tambin era fuerte.

- Voy a hacerme amiga de ella - dijo ella - Me quedare en el caso de Cam.No le pienso mentir a Luce, Daniel, pero no voy a mentirte a ti, tampoco.Cuando digo que puedes contar conmigo, sabes que cumplo mis promesas

- Gracias.

- Todava no me agradezcas. Porque cuando escuche cosas de arriba, te voya contar - ella dijo - Y t vas a ayudarme aqu abajo. Algo est pasando. Nos qu, pero s que va a ponerse peor. No podemos tenerte a ti jurandoque olvidaras a Lucinda justo antes de que la guerra comience - Ella lo miro


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Fragmento exclusivode diario de Daniel- Golden Columbia Britnica

- Marzo 21, 1992

La prxima vez tendr que renunciar a ella.

En esta vida, ya estamos demasiado lejos. Nuestro curso est definido. Nuestrosantiguos tormentos estn por delante de nosotros. Mi pluma tiembla mientrasescribo estas palabras.

No la puedo salvar.

Ha pasado un mes desde que ella me encontr en una librera. Un mes desde queella se presento. Esta vez su nombre es Lucy. Su atractivo va ms all del suaverubor de sus mejillas, de cmo meti su cabello detrs de la oreja antes deofrecerme la mano. Un mes de tener esa mano en la ma, cada tarde cuando ellaregresaba a casa de la escuela.

He acariciado cada centmetro de su cuerpo. He saboreado cada poro de susuave piel y he llenado muchos cuadernos con bocetos de sus ojos hipnotizants.Nada es ms agridulce que este mes de euforia. Siempre es lo mismo con cadaamor de cada vida.


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Soy un tonto por estarlo disfrutando. Sobre todo con el final tan cerca.

Aos atrs, Gabbe me dijo que no escribiera este libro y hay una larga lista de

razones por la que ella tendra razn. He sido perseguido por cosas que escribo.Juzgado por hereja. Me he ido de generaciones humanas con un precio en mimente.

Por supuesto, ahora mismo, la nica razn que me importa es la siguiente:

Si yo nunca hubiera escrito Los Vigilantes: El mito de la Europa medieval, Lucindanunca hubiera tropezado en la estantera de libros, mientras yo repona unejemplar de Los Vigilantes, en la universidad donde estudiaba su hermana. Ellanunca me hubiera invitada a caminar por el campus para conocer a Vera despusde clase.

Nunca se hubiera llenado de valor durante esos diez minutos para escribirme elnumero de su mvil en el reverso de de un recibo de una tienda farmacutica.Nunca habramos terminado en la casa de sus padres esa noche. Nuncahabramos caminado por la nieve detrs de la casa de sus padres, hablandodurante horas, rindonos como si nos conociramos de siglos atrs.

Nunca nos hubiramos enamorado.

Y ella no estara viviendo sus ltimos das.

No, ni siquiera aqu, en estas paginas privadas, Por qu contino ilusionndome?

La verdad?

Lucinda me habra encontrado a pesar de mi estpido libro. Al igual que lo hacesiempre. Ella me habra encontrado, y me habra seguido, bajando sus defensasde una manera que nunca entiende. Ella se habra enamorado de todas formas.Por milsima y una vez en su vida.


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Y por qu no? Eso no le hace dao a ella solo hasta el final.

Lo que significa que est en mi hacer el cambio.

Porque, como el cielo es mi testigo, me es imposible seguir as. La agona de unaperdida ms me abruma. Me vuelve loco.

Tener que verla caminar una vez ms en el fuego.

No puedo.

Que en estas pginas sirvan como un registro: Si se necesitan 17 aos parapurgarla a ella de mi alma, se que lo har. La adiccin se desvanecer. El dolor desu partida tiene que desaparecer.

Es siquiera posible? Qu un da el amor deje de atormentarme? Hasta queella sea solo un recuerdo, no una droga que necesito tener? Es muy difcil deimaginar, y es la nica opcin que me queda.

Si puedo hacer eso por ella, Lucinda vivir una larga y saludable vida. Ella haralgo que no ha hecho nunca antes: Morir en su vejez. Ella amara y encontrara lafelicidad. Todas esas cosas que nunca conoci antes. Todo eso sin m.

Es demasiado tarde ahora, pero no siempre lo ser. Ya he comenzado laspreparaciones para nuestro prximo encuentro en 17 aos.

Como salvarla. Como alejarla de mi.

Ayer, fui a una reunin.

Haba un volante en la parada de autobs de la esquina de Grand y Calgary: Docepasos para superar la adiccin. Estaba muy nervioso despus de cinco horas de


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no verla. Cinco horas. Era todo lo que poda esperar, hasta que llegara a la casade la escuela, para poderla tomar en mis brazos y

Detengmonos. Siempre me tengo que frenar a m mismo. Los momentos en losque no he tenido que estar cuando ella muere. Tan pronto como la beso, tanpronto como hago lo que me siento obligado a hacer. Se la llevan lejos de m.

Amor. Desvanecimiento. En el aire.

Conozco todo esto muy bien, pero nunca ha sido fcil de controlar.

As que memorice la direccin del volante. Fui en autobs y camine un poco. Entrea la habitacin oscura, de techo bajo, anexada a una iglesia. Me sent en unadura silla plegable en un pequeo circulo de los extraos con rostros sombros.

Cuando fue mi turno, me puse de pie. Me aclare la garganta y trate de ignorar lapicazn que me provocaban las alas cuando dije: Hola, mi nombre es Daniel y soyun adicto.

Ellos asintieron y me dijeron: Hblanos de lo ms lejos que has llegado.

El otro da por ejemplo fui ms all con mi droga preferida. Un paseo por elbosque. Eso es todo. La nieve que cae, el sol quemado a travs del follaje de losrboles y ella. Apuesto a que nadie nunca se ha sentido ms vivo que yo. Fuecomo si no me bastara ese momento. Saba que poda tornarse feo. Saba queestaba bailando con una sobredosis, pero ese tentador beso fue simplementehermoso, la verdad es, que siempre resulta embriagador besarla. Cada momentosupera la metfora.

Ellos dijeron: Ahora de lo ms bajo que has llegado.


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Vaco desde el primer instante, escapo al siguiente instante en el que me puedaapoyar. Un vacio absoluto que me desgarra el pecho, sacando algo vital del pesodonde debera haber ingravidez. Un abandono peor que el infierno.

Luego dijeron: As que eso vale la pena?

Y me quede en silencio porque es todo lo que hay, y no. No vale la pena.

Y esos bastardos se quedaron mirndome como si lo hubiera conseguido.

Se dice que en algunos crculos uno tiene grandeza e ilusiones, pero este no es elcaso.

Me reconoc a mi mismo en todas esas triste almas que me rodeaban en lareunin. Mi expresin de prdida, el triste reflejo en cada uno de ellos. Sus pieleseran amarillas y olan como el infierno, sus ojos estaban hundidos en una especiede desilusin y debilidad. Y cada uno de ellos me deca que todo es ms fcil de loque parece.

Ms fcil.

No para m.

Esto no iba a funcionar, se hablo de amor con nostalgia, y en cierto modo, envidioeso. Pero el problema de esas reuniones es que su lema y sus motivos para

reunirse no se aplican a m.Un da a la vez por ms de 60 aos es una gota en el ocano comparado con loque estoy viviendo. Una eternidad sin la nica cosa que me hace sentir completo.Un vaco enorme. No tiene comparacin.

Tambin estaa el problema de Dios.


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Ellos dijeron: Haz que te devuelva el sano juicio, bscalo a l.

Y la decepcin de sus rostros cuando le dije que, sinceramente, es un ensayo

sobre Dios que simplemente no me va a ayudar. Yo saba lo que estabanpensando: Con el tiempo, con algunas reuniones ms y un poco de despectivarecta y sobria, me haran entrar en razn. Ojala pudieran.

El lado bueno es que sal de la reunin con pensamientos ms claros de los quehe tenido antes:

Mi adiccin no me est matando. Yo soy la cosa toxica que la est matando a ella.

Di un paso hacia las sombras detrs de la iglesia, deje que mis alas se deslizarany se abrieran bruscamente. Nunca me haba sentido tan impotente. A pesar de

estar volando lejos, hacia el cielo blanco como la nieve, sobre la tormenta queestuve esperando durante das. Mis alas no me pueden salvar. Mi naturaleza nopuede salvarme. Es mi alma la que tiene trabajo que hacer. Tengo que cerrar lapuerta de Lucinda.

En la siguiente vida.

Esta vida ya ha avanzado mucho. No ha forma de detenerla ahora mismo.Empez a nevar otra vez y tengo que volver. Hay una fiesta de patinaje en la casade Lucy esta noche. Vera invito a todos sus amigos y le promet que ira.

Voy a aparecer. Yo s lo que viene. Y la amare como se debe hasta el ultimomomento.

Esta ser la ltima vez que Lucinda muera en mis manos.

La prxima vez, voy a renunciar a ella. DG


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manejar. Hacia hace mucho tiempo haba dejado de buscar la felicidad.Travesuras que nunca se atrevi a realizar, no como lo hicieron sus amigosngeles cados. No; prevencin - Prevenir a Luce de enamorarse de l, de

siquiera conocerlo en esta vida. - ese era su nico y ltimo objetivo.

El rara vez volaba, y extraaba hacerlo. Sus alas queran salir y sentirse libres.Sus hombros le provocaban picazn casi todo el tiempo y la piel de su espalda sesenta a punto de estallar por la presin. Pero pareca demasiado conspicuodejarlas libres. - Aun en la noche, en la oscuridad y solo. Siempre hay alguien quelo ve, y Daniel no quiere que Arriane o Roland o incluso Gabbe sepan dnde estescondido. l no quiere ni la ms mnima compaa. Pero de vez en cuando, sesupone que deba reunirse con un miembro de La Escala. Ellos eran una especiede oficiales de libertad condicional para los cados. En el comienzo, La Escala

tena ms importancia. Ms ngeles por ah que vigilar, ms ngeles parallevarlos a su verdadera naturaleza. Y ahora que muy pocos de ellos semantuvieron en juego , a La Escala le gustaba tener un cuidado especial conDaniel. Todas las reuniones que l ha tenido con ellos a lo largo de los aos,haban sido nada ms que una enorme prdida de tiempo. Hasta que la maldicinse rompi, las cosas estaban obligadas a seguir un curso: el limbo. Pero Daniel haestado dando vueltas por ah el tiempo suficiente para saber que si l no losbusca, ellos vendrn por l. Al principio, Daniel haba pensado que la nueva chicaera uno de ellos. Resulto que era algo completamente diferente.

- Hey!

Una voz fuera de la tienda. Daniel abri la cremallera y saco la cabeza. El cielo alatardecer era de un rosa plido. Otra noche caliente.

La chica estaba parada enfrente a l. Ella tena el cabello en puntas y unadesgastada camiseta blanca. Su cabello rubio enrollado en un espeso nudo en laparte superior de su cabeza.


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- Me llamo Shelby. Dijo.

- Y?... - Dijo Daniel mirndola fijamente.

- Y que t eres el nico chico de mi edad en este lugar. O al menos, el nicochico de mi edad, que no est a la vuelta de la esquina cocinando Crack. -dijo sealando una parte de la calle que desemboca en un callejn oscuroque Daniel nunca haba visto. - Solo pens en presentarme.

Daniel entrecerr sus ojos. Si ella fuera de La Escala hubiera tenido queanunciarse antes. Ellos aparecen en la tierra vestidos como humanos, perosiempre anuncian su llegada a los Cados.

- Es simplemente una regla ms.

- Daniel. - dijo finalmente. El no sali de su tienda.

- No eres amable? - Pregunto en voz baja. Se vea molesta pero aun as, sequed dnde estaba. Se le quedo mirando fijamente, cambiando su pesode un pie al otro y tirando del dobladillo de sus shorts.

- Mira, uh, Daniel, tal vez esto te va a sonar extrao, pero tengo una entradaa la fiesta de esta noche en el Valle. Vine a preguntarte si queras ir. seencogi de hombros. Podra ser divertido.

Todo lo relacionado esta chica pareca un poco ms grande que la vida. La caracuadrada, la frente alta, los ojos verdes salpicados de color avellana. Su voz seelev por encima de todo el lugar. Se vea lo suficientemente fuerte como para


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hacerlo en la calle, pero por otra parte, tambin sobresala. Casi tanto comoDaniel.

Se sorprendi al darse cuenta que, mientras ms la miraba, ms difcil se le hacaapartar la mirada. Se vea tan increblemente familiar. El debi haberse dadocuenta de eso desde antes, cuando la vea caminar por ah. Pero no fue sinohasta ese momento que se dio cuenta a quien le recordaba Shelby. Ella era la vivaimagen de Sem. Antes de la cada, Sem fue uno de los confidentes ms cercanosde Daniel. Uno de los poco verdaderos amigos que tena. Precoz y lleno deopiniones, Semihazah fue honesto y ferozmente leal. Cuando comenz la guerra ymuchos de ellos dejaron el cielo, Daniel estaba demasiado ocupado con Luce. Deentre todos los ngeles, Sem fue el nico que se acerc y comprendi la situacinde Daniel.

El tena una debilidad similar por el amor Precioso, hedonista. Sem podra lanzarun hechizo sobre alguien conocido. Especialmente el sexo dbil. Por un tiempo,pareca que cada vez que Daniel vea a Sem luego de la cada, el tena una chicamortal diferente bajo sus alas. Excepto la ltima vez que se encontraron. Fue haceun par de aos. Daniel estaba en la poca en la que Luce estaba viva, por lo quese acord de visitar a Sem el verano antes de entrar a la escuela intermedia.Daniel pasaba sus das en Quintana Roo cuando Semihazah se present en supuerta solo. Una llamada de negocios. Sem tena la insignia que lo demostraba.

Una cicatriz de La Escala. La insignia de oro de la cicatriz de siete puntas. Ellos lohaban encontrado. Lo haban estado persiguiendo y finalmente se cans. Danielse pregunt si alguna vez se ha sentido cansado de todo esto. A Daniel le dolaver a su amigo as tan tan cambiado. Ahora hacia parte de La Escala y todoen el pareca ms pequeo. La llama dentro de l se haba apagado. Su ltimoencuentro fue tenso y sin gracia. Hablaron como si fueran unos extraos. Danielrecord haberse sentido an ms furioso cuando Sem ni siquiera pregunto por


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Luce. Cuando se fue, maldijo por lo bajo y Daniel supo que no lo volvera a ver. Elpedira que lo reasignaran de caso. El pedira a alguien ms fcil de tratar. Danielacepto que tal vez nunca volvera a ver a su amigo. Razn por la cual, se dio

cuenta de quin era la chica.

Parada delante de l en el barrio bajo de L.A. estaba una descendencia deSemihazah. Una hija. Ella debe de tener una madre mortal. Shelby era unaNefilim.

Daniel se puso de pie para verla mejor. Ella se puso rgida, pero no retrocedi niun solo paso cuando se le acerco a su rostro. Era de unos 14 aos. Linda, peroproblemtica. Como su padre. Ella siquiera saba quin o que era? Susmejillas se sonrojaron mientras Daniel la miraba con detenimiento.

- Uhm, Ests bien? - pregunto ella

- Dnde es la fiesta?

Pasaron una hora atrapados en el trfico en una van llena de extraos. Daniel noera capaz de hablarle a Shelby, aun si supiera que decirle. Hblame del padreque te abandono no pareca la mejor manera de comenzar. Cuando finalmentepasaron las colinas de los ngeles, llegaron a un extenso valle. La van se detuvofrente a una casa a oscuras. No se pareca en nada a una fiesta. Daniel tuvo

cuidado. Durante todo el viaje estuvo buscando seales de que esa fiesta fuerams que una ordinaria y humana fiesta. Una seal de que Shelby perteneciera aun circulo de Nefilim de los que le haba odio hablar a Roland. Daniel nunca lehaba prestado atencin a eso antes.

La puerta estaba abierta, Daniel entro siguiendo a Shelby y Shelby siguiendo alresto de personas. Esa no era una reunin celeste. No, la gente de esa fiesta


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pareca sin vida. La nica luz de la habitacin provena del refrigerador que quedomedio abierto cuando alguien fue por una cerveza, estaba tapada y caliente y algoen la esquina de la habitacin ola a podrido Daniel no saba porque haba venido,

que estaba haciendo en ese lugar, y esto le provoco un dolor por Luce. l podavolar lejos de ah e ir hasta ella en ese momento. El tiempo que pasaban juntoseran los nicos momentos en toda la existencia de Daniel en los que su vida tenasentido. Hasta que ella se va en un destello y todo se vuelve oscuro. l estabaolvidando su promesa, de mantenerse lejos esta vez. De dejarla vivir.

En la oscuridad, en la desagradable habitacin, Daniel se imagin como seria suvida sin ella, y se estremeci al pensarlo. Si hubiera tenido una salida, la hubieratomado. Pero no lo hizo.

- Esto apesta.

Shelby estaba parada al lado de Daniel. A pesar de que Shelby estaba gritandopor encima de la msica discordante, Daniel solo lograba leer sus labios. Sealo lapuerta trasera con su cabeza. Daniel asinti, siguindola .El patio trasero erapequeo y cercado. El csped estaba descuidado y quemado, con parches detierra arenosa. Se sentaron en una placa de cemento pequea, mientras Shelbydestapaba una cerveza.

- Lo siento, te arrastre hasta ac para ver este espectculo de mierda - Dijo,tomando un trago, luego se la paso a Daniel.

- Sales con esta gente muy seguido?

- Es la primera y ltima vez - dijo - Mi madre y yo, no nos quedamos en unmismo lugar por mucho tiempo, as que nunca llego a tener algn amigo pormucho tiempo.


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- Bien - Daniel dijo - Quiero decir, no creo que esta sea la clase de amigoscon los que debes pasar tu tiempo.

- Qu edad tienes, catorce? - Shelby resoplo. -

- Uhm, gracias por la advertencia, pap. Pero soy capaz de cuidarme sola,aos de prctica.

Daniel dejo la cerveza y miro hacia el cielo. Una de las razones por la que legustaba L.A. era que nunca se vean las estrellas. Esta noche, pens, que lasextraaba.

- Qu hay de tu familia? - pregunto Daniel finalmente.-

- Mi mama es buena, trabaja todo el tiempo. O, todo el tiempo se la pasabuscando trabajo. Tiene un talento especial para que la despidan. As que

Seguimos mudndonos y ella sigue prometiendo que algn da las cosassern estables para nosotros. He tenido algunos problemas, ya sabes,adaptndome. Es una larga historia .

Shelby se detuvo, como si pensara que ya haba dicho demasiado. La forma en la

que estaba evitando la mirada de Daniel, le hizo entender que ella saba al menosun poco sobre su linaje de Nefilim.

- Pero mi mama piensa que ella tiene la solucin - continuo, sacudiendo lacabeza. - Ella tiene la idea de abrir una escuela y todo. Es algo as como unsueo.

- Y tu padre?-


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- Nos abandon antes de que naciera. Un hombre con mucha clase, no?

- Sola ser as - Daniel dijo suavemente

- Qu?

Luego - Daniel no supo porque - Extendi su mano y tomo la de Shelby. Nisiquiera la conoca, pero sinti la necesidad de protegerla. Era la hija de Sem. Locual la converta casi en la sobrina de Daniel. Ella se sorprendi cuando sus dedosse entrelazaron, pero no se apart. Daniel quera llevrsela lejos de ah. Ese noera un lugar para un chica como Shelby. Pero al mismo tiempo, l saba que esafiesta o ese barrio no era el problema. La vida de Shelby era el problema. Estaba

totalmente jodida. Todo por culpa de Sem. Justo como todas las vidas de Luceestaban jodidas por culpa de Daniel.

Daniel trago saliva y se sorprendi a s mismo, al sentir la nueva necesidad de irpor Luce. El no perteneca a ese lugar, a ese patio cercado. En esta nochecalurosa, en esta estpida fiesta, con nada por lo que luchar por el resto de laeternidad. Ahora Shelby apretaba su mano. Cuando sus ojos se encontraron, sevean diferentes. Ms grandes. Ms suaves. Se vean como

- Uh, oh.

Se alej y se puso de pie rpidamente. Shelby pens que l quera algo muydiferente a lo que en realidad pasaba por su mente.

- A dnde vas? - Dijo ella

- Hice algo mal?


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- No. - Daniel suspiro - Yo lo hice.

l quera dejar las cosas claras pero no saba cmo. Daniel fijo su mirada en lapuerta de alambre roto cuando una sombra se tambaleo ligeramente en el vientofuerte y clido. Una anunciadora.

Normalmente las ignoraba. El ltimo par de aos, aparecan cada vez menos. Talvez esta anunciadora, tal vez, tena que ver algo con Shelby. Tal vez l podramostrarle todo a travs de la sombra, en vez de las palabras.

Daniel asinti hacia la anunciadora y la dejo deslizarse en la palma de su mano.Luego de un rato, Daniel la convirti en un rectngulo, un rectngulo negro. Podaver como la imagen comenzaba a verse ms clara. Y supo instantneamente que

haba cometido un gran error. Sus alas se quemaron y su corazn dola como sise hubiera roto en pedazos dentro de l. El no saba que o cuando la estabaviendo en el tiempo. Pero eso no le importaba. Todo lo que poda hacer era noentrar en la sombra e ir tras ella. Una sola lagrima se deslizo por su mejilla.

- Qu demo ?

El tono sorprendido de Shelby interrumpi la concentracin de Daniel. Pero antesde que Daniel pudiera responder, una sirena son en la calle. Las lucesintermitentes iluminaron un lado de la casa, luego, el csped del patio trasero. La

Anunciadora se escap de las manos de Daniel. Shelby se puso de pie, estabamirando a Daniel como si hubiera acabado de entender algo, pero no tenapalabras para explicarlo. Entonces fue cuando la puerta que estaba detrs de ellosse abri y dio paso a un puado de chicos corriendo.

- Policas.


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Uno de ellos le susurro a Shelby, antes de que todos atravesaran el csped hastala cerca. Se ayudaban entre ellos a pasar al otro lado de la cerca. Un momentodespus, dos policas estaban revisando el permetro de la casa y se detuvieron

enfrente de Daniel y Shelby.

- Bien, nios, vendrn con nosotros.

Daniel entrecerr los ojos. No era la primera vez que lo arrestaban. Tratar con lospolicas siempre ha sido para Daniel una molestia menor y una gran broma. PeroShelby no lo estaba tomando tan bien.

- Ah s? - Exclamo - Bajo qu cargos?

- Irrupcin a la fuerza en una residencia privada. Uso ilegal de sustancias.

Consumo de alcohol. Perturbacin de la paz y alguien robo ese carrito decompras de Ralphs. Elige, cario.

En la estacin Daniel saludo a los dos policas que conoca y sirvi dos tazas decaf, una para Shelby y otra para l. La muchacha lo miro nerviosa, pero Danielsaba que no tena mucho de qu preocuparse. Estaba a punto de tumbarse en elasiento donde minutos antes el polica le tomo sus datos y lleno su ficha policialcuando vio a alguien de pie en la puerta de la estacin.

Sophia Bliss.

Estaba vestida con un elegante traje negro, con su cabello color plata enrollado ala altura de su cabeza en un nudo, sus tacones negros haciendo ruido con cadapaso que daba en el suelo de madera mientras se acercaba a Daniel. Sus ojos sefijaron rpidamente en Shelby, luego volvieron a Daniel, mientras se dibujaba unasonrisa en su rostro.


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- Hola, cario - dijo. - Se volvi hacia los policas. Soy la oficial de libertadcondicional de este adolecente. Por qu esta aqu?

El polica le entrego el reporte. La Srta. Sophia lo reviso rpidamente,chasqueando su lengua.

- Enserio, Daniel, robo de un carrito de compras? Y sabias que esta era tltima violacin antes de que la corte ordenara la reforma escolar. Oh, nopongas esa cara. - dijo. - Una extraa sonrisa se dibuj en la comisura desus labios. Te gustara Espada & Cruz. Lo prometo.


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El diario de ShelbyNoviembre 10Vaya!, ha pasado un tiempo desde la ltima vez que escrib. Creo que estosltimos, eh, tres aos, han pasado realmente rpido! (Y solo para que conste, pormi ltima entrada, ya no me asustan ms los globos de agua. Solo los payasos)Estoy escribiendo hoy porque, bueno, hay una nueva chica aqu en La Escuela deLa Costa. En realidad, es mi compaera de habitacin. Y ya sabemos que no soymuy buena compartiendo. Justo haba acabado de limpiar mi habitacin de todas

las malas vibras (mi bolsa de hojas de salvia por fin llego de la tienda CanyonCountry), cuando llega caminando esta humana llena de malas vibras.

Lucinda Price.

Solo ha estado aqu, como, un da, pero ya est invadiendo mi espacio y ya mehe comportado con ella como una horrible perra. Digamos que la vieja Shel no seest adaptando muy bien al cambio. No me refiero a que la odie todo el tiempo. Essolo que ella es tan indefensa e ingenua y Est bien, La verdad? Conozco alchico con el que est saliendo. Recuerdas a Daniel Grigori? La perfeccin rubiacon ojos grises que puedo jurar que en ocasiones eran violetas? (Si no, mira delas paginas doce hasta la veintids de este libro.) (Lo s. Lo s! Escrib muchosobre el luego del nico encuentro que tuvimos, el cual termino en una muy pocoromntica visita a la crcel, pero Daniel fue muy amable conmigo. No puedoevitarlo.) (Cre que tenamos una conexin. Fui estpida. No fue nada. Estabaequivocada.)No era ms que una de esas personas raras que tambin resultabanhermosas. El tan solo me encontr en un mal momento y juro que no conoca


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la historia que tena con Lucinda Price. No es que yo estuviera en ese entonces en

La Escuela de La Costa, donde apenas puedes estornudar sin caer en chismes dealguna de las chicas femeninas sobre lo romntico que es su historia de amor

Lucinda y Daniel.

Lucinda y Daniel.

Vomito.

Como sea. Supongo que es puro karma que la chica terminara siendo micompaera de habitacin. Tal vez no es tan mala. No es que le vaya a dar unaoportunidad. Se present aqu, de la nada. Voy a tratar de ser ms amable. Talvez maana. Tal vez si ella lo hace primero

Vaya, me tengo que ir! Mi nueva compaera de habitacin acaba de entrar!


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Cam se va de

Historias Cortas FALLEN

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