Historia y Vida #146

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La Revista Historia y Vida es el órgano de comunicación de la Provincia Meridional San Juan de Ávila de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

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SUMARIO

EDITORIAL

Un nuevo año para cumplir nuestra misión

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VIDA CONSAGRADA

La vocación hospitalaria

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FORMACIÓN

Escuela de Enfermería:Ciencia, virtud y hospitalidad

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BIOÉTICA

Los cuidados paliativos: un aporte bioético

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FORMACIÓN

La Escuela de Hospitalidad continúa avanzando

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REHABILITACIÓN

Sustancias adictivas: una visión general a propósito de un caso

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EDUCACIÓN ESPECIAL

Escuela diferencial e inclusión social

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CONOCIÉNDONOS

Entrevista a Patricio Vilches, un “servidor del altar”

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PEDAGOGÍA

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REHABILITACIÓN REHABILITACIÓN

Adicciones y su pro-ceso de intervención terapéutico psicoló-gico

La dignidad del trabajo: rehabilita-ción profesional y/o laboral

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El juego y sus diferentes aplicaciones

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NUESTRA REVISTA

FICHA TÉCNICA

La Revista Historia y Vida es el órgano de comunicación de la Pro-vincia Meridional San Juan de Ávila de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Sus contenidos procuran abarcar las siguientes categorías de información:

Informativa y Noticiosa. Aborda novedades e informaciones sig-nifi cativas de la Orden Hospitalaria en nuestra zona de infl uencia (Argentina, Bolivia y Chile) y en el resto del mundo, además de todo aquello que esté vinculado al universo de la salud y la acción social.

Espiritual y Religiosa. Orienta sus temáticas a la refl exión teoló-gica, doctrina social de la Iglesia, pastoral de la salud y actualidad eclesiástica.

Técnica y Científi ca. Se dirige a las diferentes especialidades y grupos profesionales preferentemente en el área de la Psiquiatría y la Salud Mental, pero también en todas las áreas de la salud en general.

PAUTAS DE PUBLICACIÓNNuestra revista se encuentra abierta a recibir toda colaboración que le sea propuesta en cualquiera de las áreas mencionadas anteriormente.

Los artículos técnico-científi cos a publicar serán previamente aproba-dos por el Consejo Científi co. Los demás artículos serán previamente aprobados por al menos dos miembros del Consejo de Redacción.

• Todo material que desee ser publicado deberá ser enviado por co-rreo electrónico a la dirección [email protected] o en soporte informático (DVD, CD, diskette) a:Curia Provincial Revista Historia y VidaArdoíno 714B1704EIP Ramos MejíaArgentina

• Los textos deben ser entregados en Microsoft Word.

• Sólo pueden ser aceptadas las fotografías en formato digital (alta defi nición) o impresas en papel fotográfi co. No se aceptan las im-presiones a partir de copias.

• Las ilustraciones, gráfi cos, esquemas y otros diseños se encuen-tran comprendidos dentro de estas mismas reglas.

• Todas las fotografías e ilustraciones deben entregarse numeradas y con su correspondiente epígrafe.

• Los artículos deben ser originales y entregarse con su título y el nombre de su/s autor/es.

• El límite máximo de caracteres para los artículos de índole Espiri-tual-Religiosa y/o Técnica-Científi ca es de 15.000 (sin espacios).

• Se prevé la publicación de hasta cuatro imágenes (fotografías, gráfi cos, ilustraciones…) por artículo. Por cada imagen adicional, deben restarse 300 caracteres al límite máximo.

• El límite máximo de caracteres para los artículos Informativos-Noticiosos es de 3.000 (sin espacios).

• Las referencias bibliográfi cas (autores y obras) deben consignarse de acuerdo al siguiente formato:Libros: PICHON RIVIÈRE, Enrique: La psiquiatría, una nueva pro-blemática: del psicoanálisis a la psicología social. Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1983. ISBN: 9506020043.

Artículos de revistas: BONDONI, Edgar (OH): Educación especial e inclusión. Historia y Vida. Buenos Aires. N°135 (2007), p.24.

CONSULTAS / SUGERENCIAS / [email protected] / Curia Provincial, Revista Historia y Vida, Ardoíno 714, B1704EIP Ramos Mejía, Argentina.(54-11) 4464-5372 / 73 / 74 / (54-11) 4469-9550

LA REVISTA EN LA WEBCada número de la revista puede consultarse y/o descargarse en formato Acrobat (PDF) desde la siguiente dirección de internet: http://www.hsjd.org/publicaciones.php

REPRESENTANTE Hno. Luis Alberto Mojica Paz - Curia Provincial - Ardoíno 714 - B1704EIP - Ramos Mejía - Buenos Aires - ArgentinaEQUIPO DE REDACCIÓN Hno. Luis Alberto Mojica Paz - Hno. Jaime Gutierrez - Lic. Carlos Maximiliano Nieto - Matías CasanoADMINISTRACIÓN [email protected] - www.hsjd.org DISEÑO E IMPRESIÓN SYNAPSIS c.i. - www.synapsis.com.ar

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EDITORIAL

UN NUEVO AÑO PARA CUMPLIR NUESTRA MISIÓN

Estimados Hermanos y Colaboradores:

Un nuevo año nos encuentra juntos y unidos hacia nuevos desafíos.

Cada día será una nueva oportunidad para no perder de vista nuestra principal misión: asistir a las personas enfermas y pobres al estilo de San Juan de Dios; un estilo que se caracteriza por la Hospitalidad como principal valor y con la posibilidad de poder explicar su signifi cado a través de una verdadera acción: acoger al otro en nuestra propia casa y tratarlo con respeto, solidaridad, amor y comprensión.

Esta casa en la cual nos encontramos trabajando, ese espacio físico, esas paredes que nos en-cuentran y nos reúnen todos los días para nuestras tareas diarias, pero también esa casa más profunda, más sensible y con mucho mayor espacio de acogimiento que es nuestro corazón, porque sabemos que quienes son recibidos allí, a quienes se les permite ocupar un lugar en él, son a quienes vamos a poner nuestra vida a su servicio, procurando su bienestar y brindándoles todo el amor que en el corazón de cada uno de nosotros existe.

Dios es Amor, y nos hizo fuentes de su amor. Cada uno de nosotros está en el lugar que está para ser el medio por el cual Él quiere transmitir su amor, y nosotros, los que formamos parte de esta familia juandediana, que trabajamos a diario con el sufrimiento, con el dolor de las personas somos los que hemos sido reconocidos por Dios y elegidos por él como grandes fuentes de amor de las que se sirvan cada una de las personas que asistan a nuestros Centros.

Tal vez un nuevo año sea la posibilidad de intentar profundizar en nuestros valores, de tomar mayor contacto con nuestros sentimientos y poder aprender a través de la experiencia de cuanto mejor nos sentimos cuando hacemos una obra de bien, cuando ayudamos a alguien, cuando damos desinteresadamente sin esperar nada a cambio, y diferenciarlo de las sensaciones molestas y raras con las que nos quedamos cuando solo nos encerramos en nuestro mundo, en nuestros problemas, cuando nos dedicamos a juzgar el comportamiento de los demás o cuando en todo lo del otro sólo vemos la mala intención.

Errar es humano, los errores ocurren naturalmente, como seres humanos creados por Dios nues-tra naturaleza es noble, amorosa, con buenas intenciones, por eso cuando nos equivocamos o cometemos un error enseguida acudimos a pedir disculpas, porque sentimos que fue algo hecho sin querer, esto nos pasa a nosotros pero aprendamos a aceptar y a confi ar que también le pasa al resto, a los demás. Aprendamos a ser más tolerantes y aceptar que los demás pueden equivo-carse sin ninguna mala intención.

HNO. LUIS ALBERTO MÓJICA PAZ

Superior [email protected]

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Todo esto nos va a permitir poder vivir más en armonía principalmente con nosotros mismos y transformar el lugar en el que estemos, el trabajo, la familia, los amigos y también poder dife-renciar a qué se debe cada preocupación, cada problema para no llevarlos a cada lugar que nos toque ocupar.

Nuestros Centros son los lugares en los que Dios nos ha puesto para abrir nuestros corazones para llenar de amor cada vivencia de ese lugar. Problemas, frustraciones, desilusiones segura-mente se vivirán en el correr de este año como se han venido viviendo en todos los años de nuestras vidas, pero abramos nuestros ojos y permitámonos ver que existe un mundo más allá del nuestro, que existe un mundo del dolor y sufrimiento tal vez más grande y duro que nuestros problemas, y que tenemos capacidades y valores más importantes e inmensamente enormes por los cuales Dios a querido para nuestras vidas, trabajar en la ayuda hacia los más necesitados.

Comprometamos con la misión de la Orden, acojamos a cada enfermo o necesitado como lo haríamos con cualquiera de nuestros seres más queridos, procuremos antes de mirar y juzgar al otro, animarnos a revisar nuestra conducta, nuestros valores.

Acompañémonos, procuremos día a día generar en nosotros la alegría de pertenecer a esta Gran Misión Hospitalaria presente en 52 países con 1.100 hermanos y 60.000 colaboradores y qué grandes cosas podemos hacer juntos, simplemente dejando que fl uya nuestra verdadera natura-leza: EL AMOR DE DIOS.

Buen año para todos y que nuestro San Juan de Dios siga iluminando nuestro camino.

EDITORIAL

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Nuestra pastoral propone y ofrece, desde la libertad y since-ridad, compartir un proyecto vital que llevamos grabado en el corazón: vivir en felicidad. Y es esta vida la que ofrecemos como posibilidad y como opción.

Una pastoral fecunda de Hermanos consagrados debe moti-var a las personas a descubrir el proyecto al que Dios le llama, encontrando su lugar en el mundo y en la Iglesia, para que así cada joven vaya tomando conciencia de que es llamado a ser constructor en la misión universal de la Iglesia y dar a conocer la Buena Noticia del amor de Dios a la humanidad.

A los jóvenes que se acercan con inquietudes vocacionales les brindamos espacios y momentos -personales y de grupos- que les permiten sentirse vinculado al proyecto de Dios, y a la mi-sión hospitalaria de los Hermanos de San Juan de Dios.

Aquellos que sienten el llamado a seguir, discerniendo su vo-cación consagrada, cuentan con espacios personales de creci-miento y acompañamiento. Este proceso está acompañado de personas consagradas.

Este camino conlleva la promoción de la vocación1 a través de la Misericordia y Hospitalidad.

Misericordia entendida como capacidad de comprensión, de compasión, de perdón, de reconciliación, de amor, de gratui-dad, de exigencia del corazón. Se manifi esta siempre, sobre

LA VOCACIÓN HOSPITALARIALa vocación es un acontecimiento misterioso en el

cual el ser humano, dialogando con Dios, adquiere

conciencia de una misión situada históricamente y

se compromete en una respuesta concreta. Este es

un proceso que los Hermanos de San Juan de Dios

deseamos suscitar, acompañar, discernir y acrecentar.

POR HNO. ELÍAS REALES, OH

todo en la difi cultad, “tengo un amor eterno” (Is 54,8), “Dios clemente y misericordioso” (Ex 34,6-7). Jesús manifi esta hasta dónde llega la misericordia que El encarna (Mt 25,34-45). De esta manera se expresa el “carisma y espiritualidad de San Juan de Dios y de su Orden”.2

Hospitalidad que pone de manifi esto las relaciones entre el huésped y la persona que lo acoge. La hospitalidad es Sagra-da, los Hebreos dice que algunos habían hospedado ángeles sin saberlo (Heb 13,2). La hospitalidad de San Juan de Dios se “identifi có con el otro. Le entregó su tiempo. Descubrió el carácter sagrado del extraño”.

Así entendida la pastoral vocacional, suscita una espiritualidad que nos compromete en el anuncio del Reino a todas las nacio-nes, porque siendo un don recibido se convierte en don dado, a través, del testimonio profético y del anuncio del Evangelio especialmente a los más pobres y necesitados y a manifestarlos con gestos de misericordia: nos hacemos débiles con el débil (1Cor 9,22; Rom 12,8).

1. www.celam.org. Presentación de la Encuesta sobre la Pastoral Vocacional de

la POVS (2008) con particular atención a las referencias latinoamericanas. Mario

Oscar Llanos sdb Director del Instituto de Pedagogía Vocacional Facultad de

Ciencias de la Educación Universidad Pontifi cia Salesiana-Roma.

2. Camino de Hospitalidad al estilo de San Juan de Dios. Espiritualidad de la

Orden 2004, 38.

VIDA CONSAGRADA

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ESCUELA DE ENFERMERÍA: CIENCIA, VIRTUD Y HOSPITALIDAD

La Universidad del Salvador y la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios proponen, con la creación de la Es-

cuela de Enfermería, la formación de profesionales que asistan con calidad y calidez a los pacientes y revalori-

zar el rol de la enfermería en la sociedad.

En 2006, la Universidad del Salvador creó la carrera de Enferme-ría en una acción mancomunada entre la Facultad de Medicina de dicha Universidad, fundada hace 49 años y la Fundación Sa-natorio Güemes, reconocida institución médica que desarrolla, con un cuerpo de profesionales con amplia experiencia, su labor docente, asistencial y de investigación.

Más tarde, siendo el 4 de julio del 2011 se fi rmó un convenio General de Cooperación entre nuestra Orden Hospitalaria y la Universidad del Salvador para el dictado en forma conjun-ta de la Carrera de Enfermería a partir de 2012, en Buenos Aires.

La propuesta se desarrolla a través de una sólida formación teórica y práctica inmediata e intensiva, en el ámbito de los sanatorios de las casas de San Juan de Dios en Argentina, pa-santías en centros de excelencia, con el respaldo académico de la Universidad del Salvador.

Una Universidad de alto conocimiento público y de respeto y reconocimiento social, que lleva más de 55 años formando pro-fesionales bajo el lema “Ciencia a la mente y virtud al corazón”, persiguiendo y promoviendo los valores cristianos en cada uno de sus estudiantes.

La Universidad del Salvador procura una formación integral. La formación como persona, oponiéndose a las concepciones materialistas y degradantes del ser humano, y promoviendo un estilo de vida donde la compresión, el respeto y el diálogo sean la base para las relaciones interpersonales, dándole una gran importancia a lo ético. También promueve una formación pro-fesional, científi ca y técnica a cada uno de sus estudiantes, para que a la hora de ejercer sus labores, lo hagan con profesiona-lismo y humanidad para con quienes o para quienes trabajen.

Ambas instituciones reconocidas, proponen la formación de un profesional que pueda desempeñarse con efi ciencia y respon-

FORMACIÓN

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sabilidad, preparado para el trabajo en equipo, con capacidad de liderazgo y un claro compromiso para revalorizar el rol de la enfermería frente a la sociedad, así como un permanente interés en su crecimiento profesional y espiritual.

En concordancia con estos objetivos, con sus principios y valores y la intencionalidad de formar profesionales que asistan con cali-dad y calidez a sus pacientes, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios ha encontrado en la Universidad del Salvador un com-pañero de ruta, en el cumplimiento de la Misión Juandediana.

Nuestro mayor deseo, será constituirnos en referentes regionales en la formación de capital humano de enfermería, experto en el manejo de las técnicas profesionales y que se destaquen por su trato humanizado y cálido a los enfermos, con los valores de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios: “Hospitalidad, Calidad, Responsabilidad, Respeto, Espiritualidad, Trabajo en Equipo”

Nos llena de orgullo poder decir que hoy día, contamos con 40 alumnos ya inscriptos y más de 60 consultas vía web, 200 en Busco Universidad, más de 3000 seguidores en Facebook y cerca de 100 llamados telefónicos para distintas consultas entre la carrera de enfermería y el ciclo de la Licenciatura.

Todo implica un trabajo arduo de organización, desarrollo, pla-nifi cación y coordinación de quienes somos parte de este pro-yecto y nos sentimos como tal.

Involucrados en alcanzar el mejor nivel con el cual se transmi-tirán todas las herramientas necesarias para que el egresado de nuestra institución sea, reconocido socialmente, como un ser profesional y sienta que su objetivo ha sido cumplido, que ha alcanzado su meta y que a pesar de las vicisitudes del camino… su misión será de ahora en más… representar una enfermería distinta, comprometida, responsable, capaz, autónoma y pro-fesionalmente ética; ante una sociedad que demanda un cam-bio, una vuelta de página, para seguir creciendo… sin dejar de lado la esencia de la persona.

Somos una escuela que dirige sus acciones a personas interesa-das en alcanzar un nivel académico de excelencia en el marco de una organización, dedicada en el mundo, al cuidado de los enfermos, desde una perspectiva que abarque todos los aspec-tos de la persona que sufre: biológico, social y espiritual, bajo el carisma de San Juan de Dios.

Al ofrecer una formación integral con alto nivel de exigencia académica, la escuela busca formar a los alumnos para que sean protagonistas de los cambios que ocurren en la sociedad, con una visión constructiva de sus responsabilidades y una es-merada capacitación profesional. Vale considerar que no es lo mismo proveer los profesionales que la sociedad y el mercado piden que formar profesionales capaces, que también sepan actuar como ciudadanos allí donde les toque ejercer. Hay que entender que la Universidad, es en realidad, una comunidad de

ideas y valores perdurables e identifi cables que trascienden a las disciplinas del conocimiento que promueve.

¿Qué nos mueve a enfrentar estos temas y persistir aun cuan-do tantos han intentado echar luz sobre ellos y han fracasado? Creo que el solo hecho de que podamos sospechar que este mundo podría ser de otra forma, más justo, más equitativo, más pacífi co, en defi nitiva mejor para nosotros y para todos, estimula nuestro accionar y alimenta nuestra búsqueda para no dejarlo como es y renovarlo. Por ello, lo fundamental para la Universidad es formar personas imbuyéndolas del espíritu tras-cendente que nuestro trabajo como universitarios tiene. El se-creto de nuestro empeño está allí.

Finalizado el ciclo básico, el alumno obtendrá, el título de En-fermero Profesional que lo habilita para desarrollar tareas asis-tenciales en distintas áreas de servicios de salud: Consultores Externos, Unidades Sanitarias, Clínica Médica y Quirúrgica, Unidades de Cuidados Intensivos, Maternidad, Pediatría y Neonatología. Habiendo egresado del ciclo superior obtendrá el título de Licenciado en Enfermería que lo habilita para des-empeñarse en tareas de Organización, Dirección de Servicios de Enfermería, Gerenciamiento de Salud, Actividades Autónomas y permite la continuación de estudios de posgrado como mate-rias, residencias en especialidades y doctorados.

Llegar a esta etapa de la formación, nos responsabiliza como equipo de trabajo, donde el apoyo, la dedicación y el optimismo signifi can una herramienta esencial en la comunidad universitaria, para llevar a cabo nuestro objetivo y alcanzar el deseo más logrado. Pues entonces, seguiremos andando en el camino…

Nuestra propuesta es…crecer, ¡sin dejar de ser nosotros mismos!

FORMACIÓN

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BIOÉTICA

El método de análisis de Lonergan, que nos permite abordar el estudio de cualquier temática en el campo de la ética, pro-pone considerar: el hecho en sí; la comprensión del referido hecho; las implicaciones éticas del mismo; y los elementos para el discernimiento ético de la problemática. Y tiene el objetivo de conducir a la persona al discernimiento ético realizado con los fundamentos necesarios. Analicemos entonces el tema que nos ocupa.

EL HECHORealidad concreta de personas en situación de enfermedad ter-minal con sus implicancias en la familia, en las instituciones, en

la sociedad y con una fuerte impronta ética en cuanta postura personal frente al problema.

COMPRENSIÓN DEL HECHOAlgunas características de la enfermedad terminal: presencia de enfermedad avanzada, progresiva e incurable; no hay respuesta favorable a los tratamientos curativos; presencia de síntomas intensos, múltiples, multifactoriales y cambiantes; gran impacto emocional (de todos los implicados) por la presencia, explícita o no, de la muerte; diagnóstico de enfermedad terminal (fi n en horas o días, fallo sistémico, sólo posibilidad de alivio de los síntomas sin posibilidad de curación).

Deseo compartir el resumen –sólo los lineamientos principales, sin el desarrollo completo por una cuestión

de espacio- de una refl exión realizada sobre la importancia de los cuidados paliativos a partir del esquema

de análisis propuesto por el teólogo jesuita Bernard Lonergan.

LOS CUIDADOS PALIATIVOS: UN APORTE BIOÉTICO

HNO. GUSTAVO MUCHIUTTI, OH

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BIOÉTICA

ALGUNOS CONCEPTOS PARA TENER EN CUENTA:Cuidar: Proteger algo o alguien del daño o el desgaste; Aplicar atención y esmero a una acción.

Paliar: de “pallium” = manta = cubrir con una manta los sínto-mas sin entrar en sus causas.

Cuidados Paliativos: “Cuidado global y activo de aquellos pa-cientes cuya enfermedad no responde a un tratamiento curati-vo, y en lo que es esencial el control del dolor y otros síntomas asociados, la atención a los problemas psicológicos, sociales y espirituales y conseguir la mejor calidad de vida para el paciente y la familia. El objetivo no es prolongar la vida, sino mejorar en lo posible las condiciones presentes del paciente y la familia. Si es necesario, el apoyo se extiende al período de duelo”. (OMS)

¿Cómo? A través de tratamiento farmacológico (aines; opioi-des, otros); tratamiento no farmacológico del dolor y del sufri-miento (acupuntura, bloqueo de vías nerviosas, yoga, otros); tratamiento psicológico (relajación, terapias, etc.); y tratamien-to humanitario, ético y/o religioso.

La regla de oro en la asistencia al enfermo terminal es calmarle el dolor SIEMPRE. Acompañarlo física, emocional y espiritual-mente. Mantener alta su estima personal. Atenderlo en sus ne-cesidades espirituales (de sentido, de trascendencia, de libertad, de verdad, de valores, de signos, otros).

IMPLICANCIAS ÉTICASQué signifi ca para mí la persona que sufre; considerar el factor

económico: relación costo-benefi cio; familias continentes; y tener presente los principios “anglosajones” de la bioética: autonomía (decisiones del enfermo), benefi cencia (hacer siempre el bien), no malefi cencia (evitar el daño) y justicia (recursos, equidad).

ELEMENTOS PARA EL DISCERNIMIENTOConsideremos ahora los principios de la Bioética Personalista propuestos por la Iglesia Católica para un discernimiento fun-damentado: defensa de la vida física (libertad-autonomía); de totalidad o terapéutico (licitud de intervenir en una parte del cuerpo por el todo); libertad y responsabilidad; y sociabilidad y subsidiariedad (bien común, esfuerzo de todos).

CONCLUSIÓNNos toca decidir a todos y cada uno: ¿Sí o no a los cuidados paliativos? Según posturas actuales, ¿vale la pena vivir una vida que sólo espera la muerte? ¿Vale la pena acompañar a una per-sona en situación terminal o moribunda?

“Si no puedes curar, alivia; si no puedes aliviar, por lo menos consuela”.

Bibliografía consultada

Franca Tarragó Omar (2008). Bioética en el fi nal de la vida. Perspectiva Persona-

lista. Ed. Paulinas. Buenos Aires.

Chomalí Fernando. Bioética (2009). El valor de la vida humana a la luz de la

razón y la fe. Ed. El Mercurio Aguilar. Santiago de Chile.

Fracapani y otros (1999). Bioética. Sus instituciones. Ed. Lumen. Buenos Aires.

Luis Borje entrevistó al entrañable acólito de la capilla de la Clínica del Carmen de Santiago de Chile.

Patricio Domingo Vilches Hernández, tal su nombre com-pleto, nació en Santiago de Chile el 16 de diciembre de 1962, hijo de una familia de ocho hermanos. Actualmente vive con su madre y dos de sus hermanas y un sobrino. Su padre falleció hace 6 años.

De su infancia, recuerda la diversión que le provocaba jugar con otros niños. Sin embargo, siendo muy joven, comenzó a trabajar para ayudar a sus padres. Se inició en una verdu-lería, colaborando con la limpieza y la carga de los cajones de frutas y verduras.

Alrededor de los 15 años, trabajó en una pastelería desem-peñando casi las mismas funciones, hasta que aprendió allí a preparar pasteles y empanadas. Sintiéndose muy recono-cido en la cocina, tuvo luego la oportunidad de trabajar en otra pastelería donde pudo mejorar sus técnicas de gastro-nomía.

Con el paso de los años, comenzó a ser reconocido por su responsabilidad. Los dueños de los negocios que quedaban alrededor de su casa siempre lo requerían y Patricio les rea-

ENTREVISTA A PATRICIO VILCHES, UN “SERVIDOR DEL ALTAR”

lizaba trámites como júnior o cadete, realizando depósitos en los bancos, gestionando correspondencia en el correo, cobrando cuentas…

Lamentablemente, las circunstancias hicieron que su paso por el colegio fuera incompleto. Patricio sólo pudo cursar el primero básico, ya que por aquel entonces tenía difi cultades para aprender y los profesores no le prestaban la atención que requería. En cuanto de amores se trata, Patricio es soltero. Dice nunca haberse enamorado sino que solamente ha tenido buenas amigas. Y ninguna de ellas, siente, lo quiso como a él le hu-biese gustado. Todas lo han querido como un buen amigo.

Y él es un buen amigo. Le gusta dar consejos, contar histo-rias, hacer reír, que los demás pasen gratos momentos en su compañía. También se siente muy querido por sus vecinos, a quienes gusta ayudar cada vez que tiene la oportunidad.

PATRICIO Y LA ORDENContaba con 8 años cuando tuvo su primer contacto con la

CONOCIÉNDONOS

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CONOCIÉNDONOS

Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Comenzó primero a asistir al Mes de María y tuvo la oportunidad ahí de ir conociendo a los Hermanos. De aquella época, recuerda al padre Salvador, el padre Diego, el padre Ángel, los Hnos. Eugenio y Luis Mate, entre otros. Ellos le enseñaron a rezar, los mandamientos, cómo ir cooperando en la preparación de la misa y tocar la campana. Fue el padre Salvador quien comenzó a llamarlo “Pato Campana”.

Desde entonces, nunca dejó de asistir a la capilla, y comenzó a participar de forma regular. Hasta el día de hoy, es algo que lo hace sentir feliz, sentirse acogido por la gente y los Hermanos.

Patricio hace ya muchos años que cumple la función de acó-lito, sintiéndose reconocido por los Hermanos que estaban antes, como los que hoy se encuentran tanto en la casa de Santiago, como los que pasan de visita. Siente mucho cariño por los Hnos. Erik Castillo, Luis Carimán, Nelson Pinilla, Da-niel Karelesky, Domingo Cantón, Jaime Gutiérrez, Leonardo Gallardo, Luis Sánchez, Telmo García, Héctor Rodriguez y en general por todos los Hermanos, algunos de los cuales a veces le cuesta recordar los nombres. Pero sí recuerda

con mucho cariño los Hnos. Hermit Aguayo y Santiago Gar-cía y los padres Nivaldo Hernández, Fernando Manquelaf, Joaquín Sánchez y Luis Sanllorente. También, mantiene una comunicación fl uida con el padre Daniel González, que le ha orientado y que también recuerda con mucho cariño.

Patricio se siente cómodo en la capilla de la Clínica del Car-men. Siente que es su segunda casa, porque la gente, los funcionarios, los jóvenes y los Hermanos lo quieren mucho y con todos se lleva bien. Mantiene un gran compromiso con todas las actividades que allí se realizan a lo largo del año. Se ocupa de que la capilla esté bien adornada y pre-sentada para estas actividades. Y se siente contento porque nota que su trabajo y esfuerzo es valorado.

Disfruta mucho cada vez que llegan visitas de otros países, o de otras regiones de Chile, a quienes gusta recibir con mucha alegría, buscando siempre que se sientan cómodos. Y aprovecha entonces para contarles historias de la capilla, con el motivo de que se rían y lo pasen bien. Igual que con sus amigos. Porque la historia de la capilla, es también la historia de Patricio..

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La época en que nos situamos, se enmarca en un modelo de cambios vertiginosos e impredecibles donde

pareciera ser que sólo algunos pueden benefi ciarse de la educación como puerta de inicio a una vida más

próspera y auspiciosa.

EDUCACIÓN ESPECIAL

LIC. ROCÍO HIDALGO ESCOBAR, Escuela Diferencial San Juan de Dios, Santiago del Chile.

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Se dice que las sociedades no son más que la suma de sus ciu-dadanos y el actuar cívico que demuestren en el cotidiano; apelando con estas palabras a la estrecha vinculación entre las acciones individuales y el bien común. Bajo este paradigma, el pensar en la sociedad actual tan cargada de califi cativos como “individualista”, ”egoísta”, ”segmentaria”, “discriminatoria”, etc. no da esperanza de encontrar la práctica de valores como el respeto, la solidaridad o la empatía que muchas personas ne-cesitan a nivel inicial en un proceso de inclusión social.

Conforme este escenario, la escuela es considerada como el medio donde muchos estudiantes logran encontrar y desarrollar las habilidades necesarias para un desenvolvimiento lo más efi -caz posible en el medio social circundante; mediante una oferta de apoyo, confi anza y asesoría que posibilite en todos sus estu-diantes las oportunidades de desarrollo que se pretenden.

Sin embargo, aun cuando no es nueva la concepción y el valor que la escuela se adjudica respecto a la formación de ciudada-nos, pareciera ser que no se logra consenso riguroso en torno a qué se busca desarrollar de manera específi ca en los alumnos; situación que se agudiza cuando se habla del tema en un am-biente escolar diferencial donde los alumnos poseen caracterís-ticas individuales de base que muchas veces obstaculizan una inclusión espontánea y autónoma.

Las características específi cas del alumnado posible de agrupar en un contexto educativo diferencial son tan variadas como número de integrantes tenga la comunidad escolar. Cada miembro posee en sí mismo, un conjunto de habilidades y disfunciones que han propiciado o impedido el nivel de inclusión que ejerza el alumno; confi gurando un historial fecundo desde donde erguir la labor educativa para la formación ciudadana partiendo del reconoci-miento del estudiante como persona, con características indivi-duales fruto del proceso de desarrollo físico, psíquico y emocional llevado a cabo con anterioridad a la formación escolar, cualquiera sea la edad de ingreso al sistema regulado de educación.

El rol del docente resulta clave en cuanto su compromiso con estos ideales confi gura la base desde donde sustenta su actuar profesional, con el convencimiento de que es su práctica es la piedra de inicio a una inserción social efectiva y transforma-cional de todos aquellos quienes han depositado en la escue-la la esperanza y confi anza de un futuro mejor. “La persona del alumno debe ser el objeto y sujeto de la acción formadora, logrando implicarse con éste en la búsqueda de un ideal de ser y de vivir, así el profesor educa y orienta en la búsqueda y realización de las potencialidades personales del alumno...de esta forma, el profesor estará respetando el sentido humano y personal que tiene su labor, en concordancia con el respeto y comprensión hacia la persona del estudiante”

ESCUELA DIFERENCIAL E INCLUSIÓN SOCIAL

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EDUCACIÓN ESPECIAL

La selección de contenidos (independiente del núcleo cultural básico, en caso de haberlo) que realice y la discriminación de pertinencia entre muchas metodologías para hacerlos llegar de manera comprensiva al alumnado, resultan claves para que la apropiación de los aprendizajes llegue a todos y cada uno de los integrantes del grupo, no sólo como receptores sino - y por sobre todo - como protagonistas de su propio proceso de aprendizaje y del uso que a dichos contenidos le den en el coti-diano; determinando el logro de objetivos mediante evaluacio-nes procesuales que den testimonio de los alcances sistemáticos individuales y no sólo mediante califi caciones de producto.

La delimitación de un contexto determinado donde identifi car a nuestros alumnos, permite otorgar claridad en las metas u objeti-vos que el proyecto de centro proponga en su oferta educativa con miras a la inclusión; sin embargo en este sentido, resulta clave pro-curar no caer en un exceso de contextualización, que más allá de un elemento clarifi cador puede derivar en un componente enca-sillador y limitante, que imposibilite la generalización de los apren-dizajes adquiridos mediante una enseñanza regular en la escuela.

Pensar en la escuela como agente formador de ciudadanos, re-quiere de algunas refl exiones iniciales que permiten encausar este proceso: ¿Queremos formar usuarios de la comunidad? ¿Queremos formar partícipes ciudadanos? ¿Queremos formar transformadores sociales?

En cuanto al enfoque en que se enmarque la propuesta, es posible darle cabida a más de un modelo curricular, siempre y cuando exista coherencia entre la propuesta y las metodologías llevadas a cabo en el aula. Propiciando idealmente aprendizajes situados, esto quiere decir, procesos a modo de construcción activa en base a las perspectivas ciudadanas hacia donde se apunta nuestra propuesta curricular, con actividades como re-presentaciones internas de realidades externas que suponen un desafío en el uso de la comunidad.

En este mismo ámbito, resulta importante destacar la capacita-ción del estudiantado en el uso de TIC, principalmente en el uso del computador y la red Internet, como elemento intrínseco de la sociedad que nos caracteriza, refl ejo de los intereses, las nece-sidades y la modernización constante de la sociedad. No se trata tan sólo de implementar la escuela con tecnologías, ni siquiera de enfrentar meramente nuestros estudiantes a las TIC, se trata más bien de enfocar la función docente para el trabajo de aula bajo el concepto de Sociedad del Conocimiento, “caracterizada por la capacidad de hacer uso de la información a través del análisis o la refl exión crítica para generar el conocimiento necesario para promover el desarrollo humano individual y colectivo. Además, esta noción incorpora una construcción en red de la sociedad que propicia la autonomía y engloba las nociones de pluralidad, integración, solidaridad y participación”

La calidad de la oferta educativa hacia nuestros estudiantes será medible conforme los cambios efectivos en los procesos de inclu-

sión social que nuestros alumnos vayan manifestando en el trans-curso de su escolarización. Valdrá la pena entonces cuestionarse de manera constante y horizontal a todo el proceso: ¿Estamos prepa-rando a nuestros alumnos para que ejerzan un uso adecuado de los espacios y servicios públicos? ¿Cómo posibilitamos dichos aprendi-zajes? ¿Estamos formando ciudadanos partícipes dentro de la co-munidad? ¿De qué manera propiciamos sujetos informados y con opinión? ¿Son nuestros alumnos capaces de refl exionar en torno al medio que los rodea? ¿Qué nivel de profundidad tienen los plan-teamientos de nuestros alumnos y de qué manera nosotros como profesores ayudamos a su consolidación dentro de la sociedad?

Sin duda que el centro educativo actúa como el andamiaje que muchos de nuestros alumnos encuentran para una real inclusión, y será tan efectivo como sea capaz de incorporar en todas sus áreas de aprendizaje el énfasis social que su aplicación tenga.

Una vez entendido el texto precedente, se puede comenzar a comprender la necesidad perentoria que tiene la escuela y la so-ciedad entera por establecer una cultura democrática al interior de sus aulas, bajo la idea de una educación justa y de calidad para todos, adecuada al contexto y las expectativas que sus integrantes tienen respecto a ella y a la función que desarrolla en su marco social, aportando bajo estructuras de participación que faciliten los procesos comunicativos entre todos los actores de la situación educativa y que permitan defi nir una escala de valores y objetivos concretos para la educación en su acepción más profunda. “Por tanto, estamos hablando de un nivel de compromiso que trascienda la mera declaración de adhesión a esos valores, nos referimos a una organización que tanto ins-titucional como personalmente actúa (se orienta, piensa, ana-liza, planifi ca, realiza, valora, reconstruye) en función de esos valores”

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EL JUEGO Y SUS DIFERENTES APLICACIONESJugar es una actividad inherente al ser humano.

El juego ha estado presente en nuestro mundo

desde su inicio, nos atrevemos a decir que desde

la existencia misma de un niño, gracias a su

imaginación, destrezas, carisma, creatividad, hasta

sin mayores elementos que su propio cuerpo.

PEDAGOGIA

POR LIC. ROSARIO E. OSINA V. Y LIC. ANA L. CUESTAS G., Pedagogas del Instituto Psicope-dagógico Ciudad Joven San Juan de Dios

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Con el paso del tiempo, el juego se ha diversifi cado tan am-pliamente que ahora podemos usarlo como una herramienta de trabajo, ya sea en un gabinete de psicoterapia, en un aula de clase, en casa o en un parque. Sólo hace falta conocer las bases que lo sustentan y determinar la fi nalidad con que lo vamos a usar.

El juego es tan importante que se usa como una terapia efectiva que ayuda al niño a modifi car su comportamiento, clarifi car el concepto de sí mismo y construir relaciones saludables. Permite al niño expresar, explorar y encontrar un sentido a sus difi culta-des, experiencias dolorosas o problemas. Estos problemas inclu-yen depresión, ansiedad, agresión, difi cultades de aprendizaje, trastornos del lenguaje, défi cit de atención, abuso, ruptura fa-miliar, y violencia doméstica.

EL JUEGO COMO INSTRUMENTO DE TRABAJO

El juego brinda oportunidades de crecimiento físico, emocional, cognoscitivo y social. Y con frecuencia, es placentero, espontá-neo y creativo. Puede reducir eventos atemorizantes y traumá-ticos; es posible que permita descargar la ansiedad y tensión; puede ayudar a la relajación, diversión y el placer.

A través del juego, los niños aprenden acerca del mundo y de las relaciones humanas; ofrece la oportunidad de ensayar, someter a prueba la realidad, explorar roles y emociones. El juego capa-cita al niño para expresar la agresión y los sentimientos ocultos, y puede ser un puente entre la fantasía y la realidad (Cohen; Lowenfeld; Moyles; Singer; Winnicot; Yawkey y Pellegrini).

En resumen, el juego ayuda al niño a: desarrollar habilidades físicas, descubrir lo que es “yo” y “no yo”, entender las relaciones, experi-mentar e identifi car emociones, practicar roles, explorar situaciones,

PEDAGOGIA

aprender, relajarse, divertirse, representar aspectos problemáticos y adquirir dominio. El juego es una comunicación simbólica.

El juego actúa como un puente entre el conocimiento conscien-te y las experiencias emocionales. En el juego, los niños abarcan lo misterioso, lo brillante y lo práctico de la vida cotidiana.

Irwin (1991) hace notar que “el juego de los niños es una mez-cla intrincada de fantasías, sentimientos y percepciones de la vida real o irreal, unidas con el espíritu de la simulación”.

En síntesis, el juego es parte de la vida de todos y cada uno de nosotros, es un espacio y tiempo que nos permite expresarnos y ser nosotros mismos

TIPOS DE TRABAJO DE JUEGO

El trabajo de juego puede dividirse en varias categorías, y nos lleva a pensar de manera cuidadosa acerca del tipo de trabajo que intentemos emprender y lo que deseamos alcanzar.

El juego espontáneo ocurre cuando los niños “juegan” porque lo desean y por ninguna otra razón. Es dirigido por el niño y, por lo regular, los adultos son superfl uos. El juego espontáneo es en extremo valioso, debe alentarse y nutrirse y se considera como parte del desarrollo normal de la infancia.

El juego guiado lo determina un trabajador, con propósitos ta-les como proporcionar al pequeño el permiso y libertad de ser un niño y jugar (y permitirse el juego espontáneo), y alentarlo a relajarse y divertirse. En ocasiones, es un medio para llegar a conocerlo mejor al ofrecerle un ambiente no amenazante en el cual el trabajador y el niño pueden estar juntos. El juego guiado puede utilizarse para alentar a quienes cuidan del pequeño a

“Representar a traves

del juego es la medida

de autocuracion que

brinda la infancia.”

Erikson, 1977

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PEDAGOGIA

interactuar de modo más favorable y disfrutar a sus hijos, y se emplea en algunas formas de recopilación de historia personal.

El juego de evaluación (que incluye descubrimiento y validación) también lo determina el trabajador y, en general, tiene un tiempo limitado. Los métodos basados en el juego pueden permitirnos comprender al niño de una manera que no sería posible si utilizá-ramos técnicas de entrevista que se emplean con adultos.

El juego terapéutico enfocado con frecuencia resulta del juego de evaluación o de un conocimiento detallado del niño y, en ge-neral, intenta manejar uno o dos aspectos que se identifi caron con anterioridad. A semejanza del juego guiado y el de evalua-ción, los objetivos y métodos del juego terapéutico tienden a ser dirigidos por el trabajador y son de tiempo limitado.

La terapia de juego como un medio para “ayudar” de una manera no agresiva a la integralidad del niño, se ocupa de los sentimientos del niño, no sólo de su conducta. Desarrollada a partir del trabajo de Carl Rogers, por Virginia Axline, la terapia de juego proviene de la escuela humanista, y en esencia está centrada en el niño.

CONCLUSIONESEl juego es una actividad necesaria de mucha impor-tancia para los seres humanos y principalmente para los niños, puesto que permite ensayar ciertas conduc-tas sociales. A su vez, es una herramienta útil para ad-quirir capacidades intelectuales, motoras, y/o afectivas, evidenciar situaciones problemáticas y coadyuvar en el desarrollo “normal” de los infantes.

No cabe duda que uno de los mejores métodos para llegar al niño, a sus fantasías, temores, confl ictos y sue-ños, es a través del juego. El juego es una actividad tan diversa como única en cada etapa de la infancia y de la niñez. El niño que se entrega al juego. Y lo hace tan igual como un adulto a su trabajo.

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Seguridad que día a día nos va dando el compromiso de la gen-te, de nuestros alumnos que son, no sólo los destinatarios de todo el contenido, sino quienes con sus sugerencias nos ayudan a seguir construyendo una Escuela cada vez más inclusiva y participativa para todos.

Como experiencia de este poco más de medio año de puesta en marcha de la Escuela de Hospitalidad, rescatamos la predisposi-ción y el compromiso asumido por el primer grupo de alumnos que están en este camino. Sus consultas, dudas, sugerencias, sus trabajos prácticos han sido la manifestación y la demostra-ción de que se han sumado al objetivo de la Escuela, que se han apropiado de su fi nalidad principal que es la adquisición de una actitud, el aprendizaje y la incorporación de un servicio cada día más hospitalario, sin importar el lugar que se ocupa dentro del Centro y tratando también que no sólo se convierta en una acción o conducta laboral sino más bien en un estilo de vida, trascendiendo los muros de cada una de las Casas, llevándolo a nuestras familias, amigos y a la sociedad que tanta falta le hace.

Nos hemos encontrado con personas de muy buena voluntad que se han inscripto postulándose para ser parte de este pro-yecto y que hoy viven con una sonrisa el poder transitar este camino hacia la hospitalidad. Lo mismo ha sido la actitud de todos a cuantos hemos convocado o se han ofrecido volunta-riamente a ser parte del cuerpo docente, trabajando con esme-ro en la preparación de sus clases y ofreciendo su tiempo para sumar su conocimiento y colaboración en este noble proyecto.

Hemos realizado los encuentros presenciales que el programa académico contemplaba, tanto en Argentina, Bolivia y Chile,

reuniendo a los alumnos de las casas de esos países en un mis-mo Centro lo que permitió que se conocieran y compartir, co-laborar e intercambiar experiencias, dando así la posibilidad de ampliar su campo laboral, tomando contacto con la realidad y la cultura organizacional de otros Centros.

En estos encuentros se pusieron en práctica dinámicas que in-tentaron utilizar los conocimientos teóricos de los módulos 1 y 2 en actividades de aplicación. En los tres países el común denominador fue el compañerismo y la alegría del compartir, señales de que las semillas de la Escuela de Hospitalidad ya co-menzaron a germinar.

Como miembros del Comité de Escuela de Hospitalidad agrade-cemos el compromiso y la dedicación tanto de alumnos como de docentes, como así también el apoyo que desde la Curia Provincial recibimos para poder seguir adelante con este proyecto. La satis-facción es inmensa y justifi ca el esfuerzo y trabajo realizado cuan-do vemos la respuesta de todos y la alegría con la que lo hacen.

En marzo comienza un nuevo grupo de alumnos con el módu-lo 1, con el mismo procedimiento de selección de los mismos como se hizo para el grupo ya en curso, y así aspiramos a poder continuar sumando a Hermanos y Colaboradores en este em-prendimiento que es por y para todos.

Deseamos que sea un año de compañerismo, fraternidad y compromiso y que nuestro valor central -la Hospitalidad-, co-mience a ser el valor agregado en la actitud de cada uno de nuestros alumnos pudiendo contagiar a cuantas personas ten-gan a su alrededor.

LA ESCUELA DE HOSPITALIDAD CONTINÚA AVANZADO

Es una enorme alegría y satisfacción poder hablar acerca del desarrollo de nuestra Escuela de Hospitalidad. Ac-

tualmente nos encontramos comenzado el tercer módulo del primer año con mayor fi rmeza y mayor seguridad

que con los que dimos los primeros pasos de este lindo desafío.

FORMACIÓN

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SUSTANCIAS ADICTIVAS, UNA VISIÓN GENERAL A PROPÓSITO DE UN CASOLa lucha más efectiva contra la drogodependencia debería iniciarse con el cambio estructural de la

sociedad, con la adquisición de valores, logrando una sociedad más justa, y donde cada ciudadano

disponga de una manera digna de ganarse la vida.

DR. VÍCTOR HUGO MANZANO ENCINASMédico Psiquiatra, Instituto de Psiquiatría San Juan de Dios, Cochabamba, Bolivia

El año pasado, por estas fechas más o menos, mientras rotaba en la unidad de farmacodependientes del Hospital San Juan de Dios de Cochabamba, tuve la oportunidad de tratar a L.

L. es un muchacho de 29 años, adicto a la cocaína, pero tam-bién consume marihuana, alcohol y a veces benzodiacepinas que en jerga popular se las conoce como “pilas”. Es su primera internación y confía en poder salir de las drogas a través del programa de rehabilitación del hospital.

Generalmente el inicio del consumo de drogas, lícitas o no, empieza en la adolescencia, a los 15 -16 años, aunque lamentablemente es

cada vez menos raro entrevistar muchachos y muchachas de 13 o 14 años, que ya han empezado a consumir estas sustancias.

Emociones encontradas, indecisión, crisis de identidad, ganas de experimentar, deseo de demostrar la valía personal son algu-nas de las características de la adolescencia que hacen de ésta una etapa vulnerable para el inicio experimental y posterior-mente habitual de cualquier sustancia adictiva.

Es la familia la que juega un rol fundamental en el buen trans-currir de la adolescencia, convirtiéndose en punto de referencia para la vida de cualquier adolescente. La falta de fi guras pater-nas o la disfuncionalidad familiar son potenciales factores de riesgo para el inicio del consumo de drogas.

Esto es lo que pasó con L. Nació en el seno de una familia de clase media y, a los 10 años de edad, su padre abandonó el hogar y tuvo él que hacer frente a la seguidilla de fallidas rela-ciones sentimentales de su madre. El rol paterno fue ocupado

REHABILITACION

A veces entre lágrimas, y a veces con sonrisas plenas de ironía L. cuenta una historia que al igual que de muchos pacientes, tiene un trasfondo social de inequidad, violen-cia, desmembramiento familiar y soledad.

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por varios hombres, algunos más violentos que otros, pero en general todos totalmente desvinculados de él y sus hermanos. Ansioso de huir de esta situación, decide a los 16 años irse de casa y vivir en otra ciudad con unos parientes.

El medio en el que L. se desenvolvió fue propicio para el con-sumo: pobreza, un entorno donde la disponibilidad de las dro-gas era evidente, falta de espacios para una recreación sana, deserción escolar, pobres habilidades sociales aprendidas en su núcleo familiar y todo ello sobre un fondo de personalidad frágil ante las frustraciones.

Un día un amigo le ofreció un cigarro especial, de marihuana, uno que le permitía, por breves momentos dejar su dolorosa realidad y poder escapar a una realidad distorsionada y placen-tera; libre de responsabilidades y miedo.

L. empezó a fumar marihuana unas 3 veces al mes. Este patrón cambió cuando la asoció a la cocaína, lo que en jerga popular se conoce como “nevado”. La necesidad por consumir cocaína se hizo más intensa al punto de consumirla a diario.

Unos meses antes, había conseguido un trabajo como solda-dor en la cerrajería del amigo de su tío y había logrado ahorrar algo de dinero, pero aquellos meses en los que se dio de lleno al consumo acabaron con sus ahorros. La falta de dinero hizo que vendiera algunas cosas, luego todas. De ahí al inicio de ac-tividades delictivas sólo había un paso, que lo dio muy pronto.

En algunos momentos de su vida, como tras salir de la cárcel o tras alguna lesión muy seria fruto de alguna pelea, disminuyó e incluso cesó de consumir cocaína, pero la sustituyó por mari-huana, alcohol y las “pilas” con consecuencias también funestas en su vida. Entonces, nuevamente empezaba a usar la cocaína, cuando había dinero, el clorhidrato, cuando no, el sulfato.

Para cuando L. tocó fondo y pidió ayuda habían transcurrido 12 años desde que la primera vez en que probó marihuana. Había es-tado dos veces en la cárcel y tenía cuatro procesos legales pendien-tes por tenencia de drogas, tráfi co y agresiones físicas. Vivía en las calles y había perdido el dedo meñique en una pelea. También ha-bía engendrado una pequeña hija pero nunca se hizo cargo de ella.

El proceso de rehabilitación de una persona drogadicta empieza con la aceptación de que se está enfermo y de que el consumo es algo que no se puede controlar. ¿Cuánto tiempo tarda una persona en darse cuenta de eso? Es variable, unas veces unos meses, otras algunos años, otras, muchos años e incluso hay personas que nunca llegan a darse cuenta de ello.

El proceso de rehabilitación incluye medicación en caso de ha-ber síntomas de abstinencia o para controlar síntomas de in-toxicación, psicoterapia individual de muchos tipos, adquisición de conocimientos acerca de la enfermedad y la sustancia, tera-pia ocupacional, terapia familiar y grupal. Usualmente en caso de intoxicación, síntomas de abstinencia o para favorecer la deshabituación se hace necesaria la internación del paciente. Dado que las dependencias no tienen cura y el tratamiento consiste básicamente en la abstinencia, todas las modalidades de tratamiento arriba mencionadas tienden a favorecerla.

Junto con la internación, siempre voluntaria, existen también otras posibilidades de tratamiento, como el acudir a grupos de autoayuda, AA y en casos seleccionados se pueden usar di-suasivos de alcohol, es decir sustancias que al combinarse con alguna bebida alcohólica producen efectos muy desagradables.

Creo que ninguna persona prueba una droga pensando “más adelante voy a necesitar de esta sustancia, infl igiré dolor a mí mismo y a quienes me rodean y haré lo que sea para poder conseguirla”. L. nunca imaginó que las cosas iban a desarro-llarse de la manera, pero lamentablemente se fueron sumando muchos factores de riesgo: sociales, familiares y personales.

La lucha, la más efectiva, no es la que se hace en hospitales o centros de acogida. La lucha contra las adicciones debería empezar en el cambio estructural de la sociedad, con la adquisi-ción de valores, logrando una sociedad más justa, y donde cada ciudadano disponga de una manera digna de ganarse la vida.

¿Qué pasó con L.? Pues, concluyó el programa que le ofrecía el hospital, pero recayó a los pocos meses. Volvió a internarse un par de veces y lo último que supe fue que acudía a controles mensuales, una buena señal.

Como terapeuta uno solo puede desear lo mejor a cada uno de sus pacientes y nunca perder la esperanza de que logren mantenerse abstinentes.

REHABILITACIÓN

L. llegó en un estado lamentable al hospital, desnutrido, sucio, golpeado, aún con efectos del uso reciente de la cocaína, que había estado consumiendo varias semanas seguidas.

El paso del consumo experimental al ocasional, luego al habitual y fi nalmente al consumo con patrón de depen-dencia es generalmente inadvertido por la persona que usa la sustancia o sustancias.

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El Centro de Rehabilitación y Salud Mental San Juan de Dios cuenta con la Comunidad Terapéutica Adic-

ciones, la cual está conformada por un equipo interdisciplinario. A continuación, explicaremos el proceso de

intervención psicológico que allí aplicamos a los pacientes y su entorno familiar.

POR LIC. CINTHYA SÁNCHEZ CUEVASPsicóloga del Centro de Rehabilitación y Salud Mental San Juan de Dios, La Paz, Bolivia

EVALUACIONES PSICOLÓGICASDeterminando el estado de salud mental de una persona, una evaluación psicológica puede tener como resultado el diagnós-tico de una enfermedad mental, generalmente incluye una en-trevista preliminar y la aplicación de tests.

VALORACIONESRealizadas a pacientes que desean ingresar a la Comunidad Te-rapéutica Adicciones, ya sea de forma directa o luego de un proceso de desintoxicación.

TERAPIAS INDIVIDUALESEn terapia se detecta cómo está conformada la estructura cog-nitiva. Una vez realizado este proceso diagnóstico, se diseña la intervención terapéutica con la fi nalidad de producir una modifi -cación de los signifi cados personales, logrando en algunos casos una reestructuración cognitiva, eliminando creencias distorsio-nadas, proceso de creencias distorsionadas, proceso de identifi -cación y evaluación de las propias cogniciones, reconociendo los efectos perniciosos de las cogniciones desadaptativas.

Finalmente, se pide la elaboración de un Plan de Vida, que es la dirección que se marca en la vida, a partir del conjunto de valo-res que se ha integrado y jerarquizado vivencialmente, a la luz del cual se compromete en las múltiples situaciones de existen-cia, sobre todo en aquellas en que el paciente decide su futuro.

TERAPIAS GRUPALESEn las terapias grupales el paciente recibe información. Esta información se multiplica ya que todos se encuentran en una etapa de superación a determinada adicción, posibilitando el in-tercambio de experiencias, abriendo un amplio margen para la socialización y cambio de ideas, sentimientos y otras vivencias.

ENTREVISTA A FAMILIASSe interactúa con las familias, ya que éstas son espacios donde se estructuran todos los aspectos referentes a la personalidad, es decir, la forma particular como cada individuo aprende a in-teractuar con su medio. Por esta razón, es importante la socia-lización, para de esta manera extraer antecedentes familiares que ayudarán al proceso de intervención terapéutica.

REHABILITACIÓN

ADICCIONESY SU PROCESO DE INTERVENCIÓN TERAPÉUTICO PSICOLÓGICO

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ORIENTACIONES FAMILIARESLas familias intervienen en un determinado tiempo del proceso terapéutico, que depende del avance de cada paciente, permi-tiendo potenciar a la familia como entorno funcional, incremen-tando conocimientos y destrezas. Estas orientaciones se consti-tuyen en un soporte, estableciendo un nexo con la familia que logra involucrarlos en el proceso de rehabilitación, logrando el entendimiento de las adicciones y de determinadas patologías que puedan presentarse y, al mismo tiempo, se incrementa la mejora en la relación con los componentes de la familia, reper-cutiendo positivamente en la calidad de la convivencia y ac-tuando de antídoto ante posibles crisis de familia.

TERAPIAS FAMILIARESSe aprovecha el potencial de las relaciones familiares para resol-ver algunos problemas psicológicos o de relación, en este caso la adicción. La base de este tipo de terapia sostiene que tratar de forma aislada a un paciente sin tener en cuenta su entorno resulta a menudo infructuoso, debido a que alrededor de esa persona se dan una serie de situaciones y factores, entre los que destaca la familia, que infl uye en el mantenimiento, mejora o empeoramiento del problema inicial.

INTERVENCIONES EN CRISISProceso que buscaría infl uir activamente en el funcionamiento psíquico de una persona durante un periodo de desequilibrio para aliviar el impacto inmediato de los eventos estresantes, y ayudar a reactivar las actividades afectadas por la crisis.

ENFOQUE COGNITIVO COMPORTAMENTALTodo el proceso psicológico de intervención terapéutico es abordado con un enfoque cognitivo comportamental, que

analiza la forma de pensar, sentir y hacer de las personas, per-mitiendo determinar procesos de información que son vitales para comprender los desórdenes emocionales y el manejo del pensamiento, ayudando a detectar, identifi car, testar la validez de, evaluar, controlar y modifi car las disfunciones cognitivas, que son conceptualizaciones erróneas y creencias distorsivas que subyacen a estas cogniciones. Mediante este enfoque, se aprende a descubrir y modifi car pensamientos e ideas, logrando cambiar conductas desadaptativas, con el objetivo de que la persona haga cosas diferentes, no sólo que piense diferente.

PACIENTE Y SU ENTORNO FAMILIAREl objetivo del proceso de intervención terapéutico es el trata-miento y la rehabilitación, no sólo del paciente sino también del grupo familiar, ya que se constituye en parte neurálgica de un proceso de intervención terapéutico, si bien no en todos los ca-sos, pero sí en una mayoría debido a que el paciente vivencia cambios en su forma de pensar, sentir y actuar. Si estos cambios no son percibidos, entendidos y mucho menos comprendidos por el entorno próximo, no se genera un proceso de intervención adecuado, debido a que el paciente, una vez externado, retorna a su núcleo familiar y, si este entorno no acompaña en el proceso (ya sea con orientaciones para comprender qué es una adicción o con terapias si el grupo familiar lo requiere), el resultado probable es la recaída. Este objetivo se realiza logrando una consciencia de la enfermedad, la abstinencia total del consumo de sustancias y una adherencia al proceso de intervención terapéutico.

Debido a los factores expuestos, este modelo de Comunidad Te-rapéutica de Adicciones, se enfoca en el paciente y familiares, sin delimitación de tiempo, ya que cada persona es diferente, por tanto la evolución la determinará el paciente y, en su caso, los familiares.

REHABILITACIÓN

TERAPIAS FAMILIARES

Se aprovecha el potencial

de las relaciones familiares

para resolver algunos

problemas psicológicos o

de relación, en este caso la

adicción.

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El compromiso de un médico con la rehabilitación integral in-cluye una resolución para desarrollar el máximo potencial ocu-pacional de cada paciente. Este compromiso implica responsa-bilidades específi cas.

No es sufi ciente que el médico simplemente diga “he efectuado el diagnóstico y proporcionado el mejor tratamiento médico, he ayudado a que mi paciente logre la máxima capacidad ambu-latoria y de cuidado de su propia persona y lo he apoyado a él

y a su familia en el desarrollo de su interacción social y de una adaptación psicológica seguras y satisfactorias; por consiguien-te, ya he llevado al máximo su potencial ocupacional y todo lo que ahora necesita el paciente es buscar un empleo tal como haría cualquier persona físicamente capacitada.”

Un médico especialista en medicina física y rehabilitación tiene la obligación de incluir en la lista de los problemas del paciente el del desempleo cuando este tiene más de 18 años de edad y

LA DIGNIDAD DEL TRABAJO: REHABILITACIÓN PROFESIONAL Y/O LABORALLa rehabilitación profesional y/o laboral fue defi nida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como

aquella parte del proceso continuo y coordinado de adaptación y readaptación, que comprende el suministro de

medios, especialmente orientación profesional, formación profesional y colocación selectiva, para permitir que la

persona con discapacidad obtenga y conserve un empleo adecuado y progrese en el mismo y que se promue-

va así la integración o reintegración de ésta a la sociedad.

REHABILITACIÓN

POR DR. MARCELO OSCAR TROTTA*

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REHABILITACIÓN

sobre todo cuando no tiene ocupación, no concurre a la escuela ni participa en un programa de entrenamiento y no está enca-minado hacia el logro de un objetivo laboral.

La obligación del médico incluye la iniciación de un diálogo con el paciente para que tome conciencia de la posibilidad de un empleo. Este tipo de función educativa es tan importante como los esfuerzos educativos estándares para los hábitos sanitarios y las técnicas de la medicina preventiva.

En nuestro Centro de Rehabilitación de San Juan de Dios de Hurlingham, a los pacientes que se encuentran en rehabilitación médica tanto en la modalidad de internación como los ambu-latorios, que poseen el problema de desempleo y que están en la edad ocupacional tradicional (18 a 65 años), podemos agru-parlos en las siguientes cinco categorías:

1. Discapacitados desde el nacimiento: son los que nunca recibieron los estímulos de las experiencias que produ-ce el desarrollo normal y, en consecuencia, llegaron a la edad adulta con una preparación defi ciente para desenvolverse en el mercado laboral.

2. Discapacitados en la adolescencia: estos pacien-tes no sólo llegan a la edad adulta mal preparados debido un empobrecimiento de las experiencias sino que, de alguna ma-nera, presentan una disminución más profunda debido a una conciencia agudizada de sus defi ciencias al compararse con sus amigos físicamente normales.

3. Discapacitados durante la juventud: aquí la maduración para entrar en el mundo laboral por lo general ya se ha producido. Pueden, inclusive, haber pasado por un en-trenamiento o tal vez estar ya trabajando, no obstante, por lo general no ha alcanzado todavía una historia ocupacional só-lida y satisfactoria. Han acumulado cierto conocimiento sobre el mundo laboral, que puede haberles mostrado las difi cultades que presenta su discapacidad.

4. Discapacitados durante la edad adulta: estos presentan una mayor sofi sticación y compresión de los que es el mundo laboral, y si es que han tenido éxito, están tal vez en una posición mejor que la del adulto joven. No obstante, soportan, debido a su mayor edad, las cargas adicionales de una mayor responsabilidad económica y una menor capacidad de adaptación.

5. Discapacitados durante la ancianidad: son los que pueden tener los problemas más graves para readaptarse al mundo laboral, en particular si no han desempeñado durante la mayor parte de la vida una ocupación independiente o una actividad profesional.

Todas estas categorías de pacientes, presentan el mismo pro-blema de “desempleo”. Estas descripciones simples sugieren

que las técnicas terapéuticas y las soluciones probablemente sean diferentes para cada grupo

Sin embargo, para cada uno de ellos el objetivo fi nal es el logro de una ubicación ocupacional estable y duradera adecuada a su potencial máximo y con las oportunidades para un desarrollo óptimo.

Concepto de rehabilitación integral de la persona con discapa-cidad: es aquel proceso que contempla todos los aspectos de la vida de la persona y en dicho proceso intervienen el sujeto a rehabilitar y su familia.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) la rehabilita-ción integral se defi ne como “un proceso de duración limitada y con un objetivo defi nido, encaminado a permitir que la persona con limitaciones alcance un nivel funcional óptimo, proporcio-nándole así los medios para modifi car su propia vida. Puede comprender medidas encaminadas a facilitar ajustes o reajustes sociales”.

Esta concepción de la rehabilitación integral exige un enfoque multidisciplinario que garantice una actuación integral y perso-nalizada, un sistema intersectorial de rehabilitación que articule las distintas intervenciones sectoriales (educativas, sanitarias, socio-laborales y de servicios sociales), y un mayor protagonis-mo individual y colectivo de las personas con discapacidad y de la comunidad, en los procesos rehabilitadores.

Los médicos en el pasado, y lamentablemente también en nuestro presente, han tratado el problema del empleo de una manera bastante ingenua. El médico que le dice a un paciente que “consiga un trabajo diferente” o que “aprenda una nueva tarea” o que “busque un trabajo menos pesado” en realidad no está sufi cientemente interiorizado sobre el ambiente laboral.

Otro consejo médico que a menudo se dice es “usted necesita un reentrenamiento” el cual puede no ser realista o tener impe-dimentos legales, como puede suceder en el caso de la “indem-nización del obrero” o en otras situaciones con incidencia legal.

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El proceso de rehabilitación de estos pacientes se puede dividir en estas etapas:

1. Evaluación inicial: el usuario se enfrentará a las ofertas del mercado; y/o requerimientos del puesto de trabajo, en el caso de la recalifi cación laboral.

Se medirán y valorizarán las potencialidades de una persona para determinar sus posibilidades de trabajo. Se identifi carán los factores personales en relación a los factores de empleabili-dad general y habilidades ocupacionales específi cas.

Los aspectos que se tienen en cuenta en la evaluación ocupa-cional son: de los procesos mentales, de la sensopercepción, de la motricidad gruesa y fi na, de la comunicación, conocimientos académicos, de las condiciones del ambiente, organizacional, social y responsabilidad.

2. Formación profesional: mediante programas específi cos de entrenamiento, multitalleres, talleres especiales, formación pro-fesional en medios comunes, talleres de formación (aprendizaje dual educación- trabajo), programas en la comunidad.

3. Período de búsqueda de empleo y el de la colocación: es la ubicación de la persona en las distintas alternativas de trabajo cuando se trata del primer empleo, o la reubicación en el mismo puesto de trabajo o en el caso de no poder conti-nuar con el empleo que venía desarrollando antes de ocurrida la defi ciencia y discapacidad, la ubicación en otro puesto de trabajo.

Conclusiones

4. Seguimiento después de la colocación: aquí se evalúa los re-sultados del proceso, se realiza hasta que la persona esté inte-grada a una actividad productiva. Los benefi cios del seguimien-to son que la persona con discapacidad puede comprobar que el colocador está interesado en él, permite subsanar lo que pueda obstaculizar la inserción laboral, si no es correcta la colocación se busca otra alternativa y permite registrar información para ayudar a adecuar el proceso.

Se puede afi rmar que el trabajo para las personas con discapacidad a través de la rehabilitación logra una ver-dadera integración e inclusión social.

Debemos saber que no todas las personas que presen-tan una discapacidad pueden desarrollar un trabajo, pero debemos prepararnos en este tema para que de existir la posibilidad de alcanzarlo, puedan ser puestos en mar-cha todos los procesos necesarios con las herramientas adecuadas para que efectivamente se logre, ofreciendo al mercado laboral mano de obra califi cada para determina-dos puestos de trabajo, con la satisfacción del usuario y para que éste mantenga y progrese en ese puesto.

(*) El autor es médico especialista en medicina física y rehabilitación, medicina

laboral, medicina legal y director médico del Centro de Rehabilitación San Juan de

Dios, en Hurlingham, Buenos Aires, Argentina.

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